Está en la página 1de 12

Tema: LA VOCACIÓN –“VEN Y SIGUEME”

Preparación

• Los adolescentes ingresan a la videollama. El catequista tiene preparado un altar,


dispuesto con mantel, un cirio como signo de Jesús resucitado y, si es posible, se coloca
la Biblia y una imagen religiosa. Se recomienda adornar el lugar del catequista con
alguna imagen religiosa o relacionada al tema.

• Se preparan algunas imágenes pequeñas del tema, en este caso: imágenes como;

IMÁGENES COMPLEMENTARIAS

https://catholic-link.com/?s=vocacion
Objetivos

• Conocer el significado de la vocación particular que Dios nos da a cada uno.


• Buscar conocer el llamado que Dios tiene para cada uno.
• Entender que estamos llamados a la Santidad mediante una vocación especifica.
• Conocer la vocación al Matrimonio (Laicos), a la vida Sacerdotal y a la Vida Consagrada.
• Aceptar que es fundamental conocer la propia vocación para poder ser felices.
• Anhelar y Descubrir el Plan de Dios.

Lemas

• El matrimonio es una vocación divina. (San Josemaría Escrivá).


• La vocación nace en la oración y de la oración. (Regnum Christi)
• la vocación es siempre una iniciativa de Dios SS. Francisco

A) VER

1) Saludo y oración de inicio

Se comienza con un Saludo o canto.

Catequista: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Todos: Amén.

Catequista: Queridos adolescentes, la semana pasada hemos visto el tema ¿Cómo ser
Santos? Y Soy apóstol, hoy tocaremos un tema realmente importante en donde
podremos entender a que estamos realmente llamados, queridos jóvenes conozcamos
los elementos, las exigencias y el proceso de toda vocación, para que ilumine nuestra
propia experiencia vocacional y al conocer las diferentes vocaciones específicas, nos
cuestionemos sobre su propia vocación.

Muchos de nosotros nos preguntaremos ¿Para qué estoy Aquí?, ¿Por qué Dios me ha
hecho con estas características concretas? Estas preguntas suelen surgir con frecuencia
y también con frecuencia no tenemos la respuesta.

Pidámosle al Señor y a nuestra Madre la virgen María que nos ayude para que podamos
resolver todas las dudas que tengamos y encontrar el verdadero camino que nos va a
llevar a la felicidad.

❖ Pedir a algún confirmando que realice una pequeña oración.


2) Parte Motivacional y Dialogo - Imágenes Ambientación

• VIDEOS DEL TEMA:

✓ https://www.youtube.com/watch?v=ObxuH6gNK9s : La Vocación

✓ https://www.youtube.com/watch?v=VoznUzgVTSQ : ¿Qué es la Vocación? /


Ven y Sígueme

✓ https://www.youtube.com/watch?v=3M6-AWKhFjY : ¿Quieres descubrir tu


vocación? ¡Aquí están los 3 caminos por los que Dios nos llama a ser felices!

✓ https://www.youtube.com/watch?v=WDPemXz91c0 : ¿Cómo saber si tengo


vocación? - P. Tomás Bonello

✓ https://www.youtube.com/watch?v=fbenYtsHQVM : 6 consejos del


Padre_Seba para saber cuál es el Plan de Dios para ti

✓ https://www.youtube.com/watch?v=Jgew_JIXeqA : La Vocación, según Papa


Francisco

B) JUZGAR

1. Preguntas y Dialogo de la realidad.


Muchos jóvenes (espero que no seas tú) raramente se preguntar por el sentido de sus
vidas. EL mañana, el futuro, el más allá…apenas les inquieta. Mas que vivir “funcionan”,
viven el momento de impresiones superficiales, llevando una vida sin sentido sin
dirección
Solo en momento de soledad llegan a preguntarse: ¿Qué sentido tiene mi vida si un dia
me tengo que morir? ¿Por qué y para que vivo?, Quizás alguna vez de has puesto a
pensar en esto, y si aun no lo has hecho conviene que lo hagas hoy, porque si no corres
el riesgo de no encontrar tu verdadera VOCACIÓN.
Tu tienes un destino personal original, tienes una misión que solo tu puedes cumplir,
Nadie lo hará por ti, Ese llamado amoroso del Padre a existir para cumplir una misión es
lo que llamamos “vocación”. Solo cumpliendo tu misión tu vida tendrá sentido y podrás
sentirte realizado en plenitud y así serás realmente feliz

Lee las siguientes preguntas y que el confirmando responda.


Algunas veces has pensando algunas de estas preguntas:

a) Una meta es algo que te propones y alcanzas en algún momento. Un ideal es un


valor que te trasciende (está por encima de ti) y por el cual luchas todos los días de
tu vida. ¿Cuál es tu ideal en la vida? ¿Por qué o quién estarías dispuesto a vivir
hasta dar la vida?
b) Si Dios tiene un plan para cada uno. ¿Somos realmente libres para elegir que
queremos hacer con nuestras vidas o estamos predestinados a algo?
c) Si todos estamos llamados a la santidad y solo así se puede ser feliz, ¿Sólo los
santos han sido realmente felices?

❖ Compartir con los demás tus respuestas.


❖ Conclusión hecha por el catequista referente a las preguntas.
2. Textos Bíblicos

• Gen 12,1-5: vocación de Abraham


• Ex 3,1-12: vocación de Moisés
• 1 Sam 3,1-10: vocación de Samuel
• Sal 15: tú eres mi Señor, mi bien, nada hay fuera de ti
• Ct 8,6-7: ponme como un sello en tu corazón… los torrentes no pueden apagar el
amor de Dios
• Is 6,1-8: vocación de Isaías
• Is 42,1-9: primer cántico del siervo
• Jer 1,4-19: vocación de Jeremías
• Mc 1,16-20: vocación de los cuatro primeros discípulos
• Mc 2,13-14: vocación de Leví
• Mt 4,18-22: venid conmigo y os haré pescadores de hombres
• Mc 10,35-45: petición de los hijos del Zebedeo… los jefes deben servir
• Mc 10,46-52: curación y seguimiento del ciego Bartimeo
• Mt 9,10-13: misericordia y no sacrificios… no he venido a llamar a justos sino a
pecadores
• Mt 13,44-46: el tesoro y la perla
• Mt 19,16-22: joven rico
• Lc 1,26-38: anunciación
• Lc 5,1-11: vocación de los cuatro primeros discípulos para ser pescadores de
hombres
• Lc 16,13: sólo se puede servir a un único Señor
• Lc 19,1-10: Zaqueo
• Lc 22,24-27: estoy en medio de vosotros como el que sirve
• Jn 1,35-51: los primeros discípulos… ¿qué buscáis? venid y lo veréis
• Jn 12,1-8: la unción en Betania
• Jn 21,15-18: el resucitado le pregunta a Pedro si le ama

3. Dialogo

Se trata de conducir a los confirmandos, primero a relacionar la palabra de Dios con su


propia vida.

✓ ¿Cuál / les de los textos te han gustado más y por qué?


✓ ¿Escuchaste o leíste alguna vez estos mensajes de Dios?

4. Profundización del tema

Muchas veces has oído hablar de lo que es la vocación, también te das cuenta que en la vida
todos tenemos una misión bien clara que realizar. Cierto que ya sabes muchas cosas, pero ahora
tienes que descubrir cuál es la misión que está reservada para ti. Ante esta cuestión, surgen
muchas interrogantes y dudas; así como proyectos llenos de ilusión a futuro.

«El Señor sigue llamando hoy para que le sigan. No podemos esperar a ser perfectos para
responder con nuestro generoso «aquí estoy», ni asustarnos de nuestros límites y de nuestros
pecados, sino escuchar su voz con corazón abierto, discernir nuestra misión personal en la Iglesia
y en el mundo, y vivirla en el hoy que Dios nos da». Mensaje para Jornada Mundial de Oración
por las Vocaciones
¿Qué es la vocación?

La vida entera la vamos a entender como una "Vocación": es el llamamiento de Dios que
siempre anda en búsqueda del hombre.

La iniciativa y el llamado siempre son de Dios: la respuesta es nuestra, pero él nos ayuda
a responder. La vocación es dinámica y creativa. No basta con responder de una vez por
todas. Su llamado es un diálogo continuo con la respuesta del hombre.

Dios, que ha creado al hombre por amor, lo ha llamado también al amor, vocación
fundamental e innata de todo ser humano, porque el hombre fue creado a semejanza
de Dios, que es amor.

Desde su nacimiento, cada persona está destinada a la bienaventuranza eterna, el Cielo.


Dios crea a cada uno con un propósito, una misión. Esa misión es lo que se conoce como
vocación.

La vocación es una cierta manera de vivir la vida, comprenderla y ordenarla como un


servicio. Pero la llamada- origen de la vocación- no emana de la persona. Esta sólo puede
recibirla y aceptarla libremente.

Cualquiera que sea nuestra vocación, somos llamados a la santidad, a participar en la


plenitud del amor de Dios, a amar y a ser feliz y hacer felices a los demás.

Dios llama a un Pueblo y su llamada convoca a una Alianza y a un Pacto particular Dios
llama a personas particulares a una relación personal de amor y de amistad para
confiarles alguna misión especial. Dios sigue llamando hoy. te puede llamar a ti
personalmente.

¿Todos tenemos vocación?

Sí, todos hemos sido creados por Dios con un propósito y un fin.

Dios ha querido para cada uno un proyecto único e irrepetible, pensado desde toda la
eternidad: «Antes de formarte en el vientre, te elegí; antes de que salieras del seno
materno, te consagré» (Jeremías 1, 5)

El Catecismo de la Iglesia Católica habla de la vocación a la bienaventuranza, en


definitiva, a la santidad, a la unión con Dios que nos hace participar de Su felicidad y nos
ama con totalidad y sin condiciones.

La vocación común de todos los discípulos de Cristo es vocación a la santidad y a la


misión de evangelizar el mundo.

Dentro de esta vocación común, Dios invita a cada uno a recorrer la vida junto a Él por
un camino concreto. A algunos llama al sacerdocio ministerial, a otros a la vida religiosa,
y a otros, los laicos, los llama a encontrarle en la vida ordinaria, ya sea viviendo el
celibato o la vocación matrimonial. Catecismo de la Iglesia Católica, 1716-1729, 1533

“Todos estamos llamados a ser santos viviendo con amor y ofreciendo el propio
testimonio en las ocupaciones de cada día, allí donde cada uno se encuentra. ¿Eres
consagrada o consagrado? Sé santo viviendo con alegría tu entrega. ¿Estás casado? Sé
santo amando y ocupándote de tu marido o de tu esposa, como Cristo lo hizo con la
Iglesia. ¿Eres un trabajador? Sé santo cumpliendo con honradez y competencia tu
trabajo al servicio de los hermanos. ¿Eres padre, abuela o abuelo? Sé santo enseñando
con paciencia a los niños a seguir a Jesús. ¿Tienes autoridad? Sé santo luchando por el
bien común y renunciando a tus intereses personales”.

¿Cómo saber si Dios me llama a una vocación particular?

Como se ha dicho anteriormente Dios llama a todos y a algunos con una misión
específica, pensada personalmente para ellos. "«Cada uno por su camino», dice el
Concilio. Entonces, no se trata de desalentarse cuando uno contempla modelos de
santidad que le parecen inalcanzables. Hay testimonios que son útiles para estimularnos
y motivarnos, pero no para que tratemos de copiarlos, porque eso hasta podría
alejarnos del camino único y diferente que el Señor tiene para nosotros. Lo que interesa
es que cada creyente discierna su propio camino y saque a la luz lo mejor de sí, aquello
tan personal que Dios ha puesto en él (cf. 1 Co 12, 7), y no que se desgaste intentando
imitar algo que no ha sido pensado para él.

Todos estamos llamados a ser testigos, pero «existen muchas formas existenciales de
testimonio». De hecho, cuando el gran místico san Juan de la Cruz escribía su Cántico
Espiritual, prefería evitar reglas fijas para todos y explicaba que sus versos estaban
escritos para que cada uno los aproveche «según su modo». Porque la vida divina se
comunica «a unos en una manera y a otros en otra»".

El contexto en el que una persona puede descubrir su vocación es el de la oración, es


decir, la relación viva y personal con Dios. La oración es absolutamente necesaria para
la vida espiritual. Es como la respiración que permite que la vida del espíritu se
desarrolle. En la oración se actualiza la fe en la presencia de Dios y de su amor. Se
fomenta la esperanza que lleva a orientar la vida hacia Él y a confiar en su providencia.
Y se agranda el corazón al responder con el propio amor al Amor divino.

Nuestro modelo es el Señor. Jesús ora antes de los momentos decisivos de su misión:
antes de que el Padre dé testimonio de Él en su Bautismo y de su Transfiguración y antes
de dar cumplimiento con su Pasión al designio de amor del Padre; Jesús ora también
ante los momentos decisivos que van a comprometer la misión de sus apóstoles: antes
de elegir y de llamar a los Doce, antes de que Pedro lo confiese como “el Cristo de Dios”
y para que la fe del príncipe de los apóstoles no desfallezca ante la tentación. La oración
de Jesús ante los acontecimientos de salvación que el Padre le pide es una entrega,
humilde y confiada, de su voluntad humana a la voluntad amorosa del Padre.

Con su oración, Jesús nos enseña a orar, a descubrir la voluntad de nuestro Padre Dios
y a identificarnos con ella. En la oración se puede discernir la voluntad de Dios en cada
momento de la vida: “Tú también necesitas concebir la totalidad de tu vida como una
misión. Inténtalo escuchando a Dios en la oración y reconociendo los signos que él te
da. Pregúntale siempre al Espíritu qué espera Jesús de ti en cada momento de tu
existencia y en cada opción que debas tomar, para discernir el lugar que eso ocupa en
tu propia misión. Y permítele que forje en ti ese misterio personal que refleje a Jesucristo
en el mundo de hoy”.

Además, en el momento del discernimiento vocacional puede ser de gran ayuda la


figura del director espiritual, es decir, aquella persona a la cual nos podemos confiar y
que, a través de sus consejos, nos ayuda a descubrir la voluntad de Dios y a luchar para
ponerla en práctica.
Elementos de la vocación

Reflexionemos sobre los elementos de la vocación.

✓ Elección: Dios se fija en sus hijos, se fija en ti y te elige gratuitamente por su


misericordia.
✓ Llamado: Él toma la iniciativa de hablarte primero y mostrarte su voluntad. Espera
que tú libremente respondas a su llamado.
✓ Respuesta: El llamado del Señor espera una respuesta generosa y confiada en su
palabra. Sin tu respuesta, no hay vocación, porque el sujeto de la vocación es la
persona que escucha y responde cumpliendo.
✓ Misión: Es la tarea que el Señor te encomienda en la vida, y a través de ésta
colaboras en la construcción del Reino de Dios.

Así, la vocación aparece como un diálogo personal con Dios. Es el camino de una vida, es el
proceso constante de realización personal y compromiso con Dios, con las personas y con el
mundo.

Por eso la misión que Dios te pide, siempre supone un servicio a la comunidad y a los más
necesitados.

Vocación de servicio que podemos vivir en:

✓ El laicado. Los laicos y laicas como seguidores de Jesús realizan este servicio en el mundo
como profetas y sacerdotes.

Las características esenciales del laico son:


❖ Ha sido incorporado a Cristo por la fe y el bautismo.
❖ Pertenece al pueblo de Dios, iglesia de Jesús.
❖ Es co-responsable en la realización de la misión de la iglesia.
❖ El llamado de la iglesia al seglar es que sea:
❖ Levadura para transformar la realidad, dese dentro de la misma.
❖ Testimonio con su vida de fe viva y madura con su esperanza firme e
inquebrantable, con su amor sin límites a todas y cada una de las personas.

Como profetas se esfuerzan por descubrir los signos de los tiempos y de interpretarlos
a la luz del Evangelio. Discernimiento orientado al anuncio en voz alta de todos los signos
que son expresión de un verdadero servicio en el mundo y a la vez de denuncia de todo
aquello que es signo de esclavitud y de opresión para el hombre, siendo el campo propio
de su actividad como servidores de la Iglesia la política, la vida social, la economía, la
cultura, las ciencias y las artes, la vida internacional, los medios de comunicación, así
como otras realidades abiertas a un servicio evangelizador como el amor, la familia, la
educación de los niños y jóvenes, el trabajo, a través de los cuales se ofrecen y se dan a
sí mismos por amor con el fin de instaurar el Reino de Dios como servicio a todo ser
humano.

EL MATRIMONIO:
• La vocación al matrimonio es un llamado a santificarse en pareja y formar
una familia cristiana.
• Es una vocación muy exigente, implica vivir la entrega, el servicio y sobre
todo hay que ser fiel para acompañarse mutuamente en las buenas y en las
malas, en los momentos alegres o en los momentos más problemáticos
posibles.
• Mediante el Sacramento del Matrimonio el hombre y la mujer se
comprometen ante Dios a amarse mutuamente y a servir a la Iglesia
formando una familia santa y reconciliada.

✓ El sacerdocio. El sacerdocio es uno de los medios por los cuales Cristo no deja de servir
a su Iglesia, por esto es transmitido mediante un sacramento propio.

Los sacerdotes tendrán que realizar su servicio bajo el impulso del Espíritu de Cristo y
no por criterios de honor, ya que es la experiencia del Espíritu la que despierta en él la
vocación del servicio eclesial, don que necesita ser renovado continuamente.

El sacerdote ha sido llamado por Cristo, ha sido consagrado por el sacramento del orden
sagrado y ha sido enviado para continuar por la celebración de la Eucaristía.

El sacerdote es:

❖ Signo de la salvación que Dios ofrece a los hombres.


❖ Educador de la fe, vive y predica la palabra de Dios, testigo profético anuncia el
amor de Dios y denuncia con conciencia crítica la injusticia, el egoísmo y el
pecado.
❖ Administrador de la iglesia de Dios a través de los sacramentos.
❖ Creador de comunidad co-responsable en el crecimiento espiritual de todos.
❖ El sacerdote es célibe por amor al Reino, haciéndose así testigo de Cristo y hombre
para los demás, abre su corazón a todos sus hermanos, sin excepción, para
servirlos en el nombre del Señor.
❖ El sacerdote lo es para siempre, porque el sacramento del Orden imprime en
quien lo recibe una huella imborrable, por eso el sacerdocio supone también de
Cristo en la tierra.

Las ordenes sagradas son tres:

❖ El diacono. El presbiterado. El orden episcopal.

✓ La vida consagrada. La vocación de servicio en la vida consagrada es una llamada


particular a vivirse entera y plenamente como servidores de Dios y de los hermanos.
Vocación de servicio que lleva a dar la propia vida, a renunciar a la autosuficiencia para
vivirse como siervos de Dios que dependen enteramente de Él.

La vida religiosa es una forma de profundizar la vivencia del bautismo, es desear ser tan
semejante a Cristo, que se quiere vivir como Él; casto, pobre y obediente al Padre.

La vocación religiosa supone un llamado del Señor, un dejarse seducir por Él para dejarlo
todo, los rasgos más importantes son:

❖ Se compromete a seguir al Señor radicalmente.


❖ Vive en comunión intensa con el Padre.
❖ Tiene a María como modelo de su consagración.
❖ Vive en fraternidad con sus hermanos.
❖ Es conciencia misionera dentro de la comunidad de la iglesia.
Los consagrados, se remiten a Cristo servidor para reactualizar en la propia historia
aspectos decisivos de su misterio como Siervo de Dios. De ahí que los contemplativos
siguen a Cristo prolongando la experiencia del ofrecimiento y donación total de su vida
de una profunda relación con el Padre, al cual sirven. Y los activos, siguen a Cristo
prolongando su vida servidora en el mundo, anunciando el Reino de Dios como servicio,
signo de la Iglesia enviada a servir.

Los de vida activa, además, buscan y encuentran a Dios en el servicio a los hombres,
tanto en el alma como en el cuerpo; ellos son el lugar principal de su donación al amor
de Dios y su modo privilegiado de adorarlo, servirlo y contemplarlo.

C) ACTUAR

1. Conclusión:

2. Compromiso

Ponte antes que nada en la presencia del Señor y escucha lo que Él te quiera
comunicar. Lee pausadamente lo siguiente:

• Discernimiento

Quieres acertar y no sabes qué decisión tomar. Tienes miedo a equivocarte. No te


precipites. No estás solo. Cuenta con Dios. Indícame el camino que he de seguir.
Envía tu luz y tu verdad, que ellas me guíen.

Andas buscando luz. Necesitas ver las cosas con más claridad. Escuchar lo mejor
que hay en ti. Dios te guiará por el camino recto. Ábrele tu corazón: Enséñame,
Señor, tu camino para que siga tu verdad.

No te engañes a ti mismo. Purifica tu mente y tus deseos. Pídele ayuda a Dios: No


dejes inclinarse mi corazón a la maldad. Actúa con sensatez y humildad. Busca la
verdad de Dios: Te busco de todo corazón. Apártame del camino falso y dame la
gracia de tu voluntad.

Dios te acompaña y guía tus pasos. No olvides su Palabra. Pídele a Dios su ayuda:
Enséñame a cumplir tu voluntad y a guardarla de todo corazón. Haz que camine con
fidelidad.

• Pregúntate de nuevo:

❖ ¿A qué me llama Dios?


❖ ¿He descubierto cuál es mi Vocación?
❖ ¿He encontrado la razón para vivir con sentido cristiano?

❖ Si el Señor te llamara a la Vida Religiosa, ¿cuál sería tu actitud?: ¿de


búsqueda? ¿de rechazo? ¿de disponibilidad?
❖ ¿Qué cualidades crees que debe tener una persona que quiere entregar su
vida a Cristo como Religioso?
❖ De tus cualidades ¿cuáles puedes poner al servicio de la iglesia?
3. Actividad

La vocación en la Biblia:

• Relatos bíblicos vocacionales: Jeremías, Apóstoles, María.

Dios llama por su nombre a personas concretas para que le sigan y para que
cumplan con una determinada misión.

Leer los textos bíblicos, y completar la tabla. ¿Qué has aprendido de estos
relatos bíblicos vocacionales?
D) CELEBRAR:

1. Oración:

2. Despedida:

El Catequista indica algunos avisos existentes al programa e invita para la


celebración eucarística y para la siguiente semana.

3. Videos finales complementarios del tema: ( Revisarlos muy interesantes)

❖ https://www.youtube.com/watch?v=BwCsOVIx7eQ : 3 pasos para discernir la


voluntad de Dios
❖ https://www.youtube.com/watch?v=uRpF9S0pkeg : ¿Miedo a la VOCACIÓN?
Tema: LA VOCACIÓN – ¿PARA QUÉ HE NACIDO?

Hacia la santidad

Nos quedamos removidos, con una fuerte sacudida en el corazón, al escuchar


atentamente aquel grito de San Pablo: ésta es la voluntad de Dios, vuestra santificación.
Hoy, una vez más me lo propongo a mí, y os recuerdo también a vosotros y a la
humanidad entera: ésta es la Voluntad de Dios, que seamos santos.

Para pacificar las almas con auténtica paz, para transformar la tierra, para buscar en el
mundo y a través de las cosas del mundo a Dios Señor Nuestro, resulta indispensable
la santidad personal. En mis charlas con gentes de tantos países y de los ambientes
sociales más diversos, con frecuencia me preguntan: ¿Y qué nos dice a los casados?
¿Qué, a los que trabajamos en el campo? ¿Qué, a las viudas? ¿Qué, a los jóvenes?

Respondo sistemáticamente que tengo un solo puchero. Y suelo puntualizar que


Jesucristo Señor Nuestro predicó la buena nueva para todos, sin distinción alguna. Un
solo puchero y un solo alimento: mi comida es hacer la voluntad del que me ha enviado,
y dar cumplimiento a su obra. A cada uno llama a la santidad, de cada uno pide amor:
jóvenes y ancianos, solteros y casados, sanos y enfermos, cultos e ignorantes, trabajen
donde trabajen, estén donde estén. Hay un solo modo de crecer en la familiaridad y en
la confianza con Dios: tratarle en la oración, hablar con El, manifestarle —de corazón a
corazón— nuestro afecto.

Hablar con Dios

Me invocaréis y Yo os atenderé. Y le invocamos conversando, dirigiéndonos a Él. Por


eso, hemos de poner en práctica la exhortación del Apóstol: sine intermissione orate;
rezad siempre, pase lo que pase. No sólo de corazón, sino con todo el corazón.

Pensaréis que la vida no es siempre llevadera, que no faltan sinsabores y penas y


tristezas. Os contestaré, también con San Pablo, que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles,
ni principados, ni virtudes; ni lo presente, ni lo venidero, ni la fuerza, ni lo que hay de más
alto, ni de más profundo, ni otra ninguna criatura, podrá jamás separarnos del amor de
Dios, que se funda en Jesucristo Nuestro Señor. Nada nos puede alejar de la caridad de
Dios, del Amor, de la relación constante con nuestro Padre.

¿Quiénes pueden ser santos?

"La santidad es para todos y no sólo para unos cuantos privilegiados: no consiste en
realizar unas gestas extraordinarias, sino en cumplir con amor los pequeños deberes de
cada día. ¿Quieres de verdad ser santo? —se lee en Camino— Cumple el pequeño
deber de cada momento: haz lo que debes y está en lo que haces." Y añade en el punto
817: La santidad "grande" está en cumplir los "deberes pequeños" de cada instante".

"¡Cuántas cosas nuevas has descubierto! —Sin embargo, a veces eres un ingenuo, y
piensas que has visto todo, que estás ya enterado de todo... Luego, tocas con tus manos
la riqueza única e insondable de los tesoros del Señor, que siempre te mostrará 'cosas
nuevas', si tú respondes con amor y delicadeza: y entonces comprendes que estás al
principio del camino, porque la santidad consiste en la identificación con Dios, con ese
Dios nuestro, que es infinito, inagotable.
¿Qué es la santidad?

Ser santos significa parecerse a Jesucristo en todo: pensamientos, sentimientos,


palabras y acciones. El rasgo más característico de la santidad es la caridad (amar a
Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo), que informa todas las
virtudes: humildad, justicia, laboriosidad, castidad, obediencia, alegría... Es una meta a
la que están llamados todos los bautizados, y que se alcanza sólo en el Cielo, después
de luchar toda la vida, contando con la ayuda de Dios.

La santidad cristiana

“Sabemos que en todas las cosas interviene Dios para bien de los que le aman [...] a los
que de antemano conoció, también los predestinó a reproducir la imagen de su Hijo, para
que fuera él el primogénito entre muchos hermanos; y a los que predestinó, a ésos
también los llamó; y a los que llamó, a ésos también los justificó; a los que justificó, a
ésos también los glorificó” (Rm 8, 28-30).

“Todos los fieles, de cualquier estado o régimen de vida, son llamados a la plenitud de
la vida cristiana y a la perfección de la caridad” (LG 40). Todos son llamados a la
santidad: “Sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto” (Mt 5, 48):

«Para alcanzar esta perfección, los creyentes han de emplear sus fuerzas, según la
medida del don de Cristo [...] para entregarse totalmente a la gloria de Dios y al servicio
del prójimo. Lo harán siguiendo las huellas de Cristo, haciéndose conformes a su imagen
y siendo obedientes en todo a la voluntad del Padre. De esta manera, la santidad del
Pueblo de Dios producirá frutos abundantes, como lo muestra claramente en la historia
de la Iglesia la vida de los santos» (LG 40).

El progreso espiritual tiende a la unión cada vez más íntima con Cristo. Esta unión se
llama “mística”, porque participa del misterio de Cristo mediante los sacramentos —“los
santos misterios”— y, en Él, del misterio de la Santísima Trinidad. Dios nos llama a todos
a esta unión íntima con Él, aunque las gracias especiales o los signos extraordinarios de
esta vida mística sean concedidos solamente a algunos para manifestar así el don
gratuito hecho a todos.

“El camino de la perfección pasa por la cruz. No hay santidad sin renuncia y sin combate
espiritual (cf 2 Tm 4). El progreso espiritual implica la ascesis y la mortificación que
conducen gradualmente a vivir en la paz y el gozo de las bienaventuranzas:

«El que asciende no termina nunca de subir; y va paso a paso; no se alcanza nunca el
final de lo que es siempre susceptible de perfección. El deseo de quien asciende no se
detiene nunca en lo que ya le es conocido» (San Gregorio de Nisa, In Canticum homilia
8).

Los hijos de la Santa Madre Iglesia esperan justamente la gracia de la perseverancia


final y de la recompensa de Dios, su Padre, por las obras buenas realizadas con su
gracia en comunión con Jesús (cf Concilio de Trento: DS 1576). Siguiendo la misma
norma de vida, los creyentes comparten la “bienaventurada esperanza” de aquellos a los
que la misericordia divina congrega en la “Ciudad Santa, la nueva Jerusalén, [...] que
baja del cielo, de junto a Dios, engalanada como una novia ataviada para su esposo” (Ap
21, 2).

❖ REVISAR HISTORIAS DE SANTO (PUEDES GUIARSE DE ALGUNO DE LOS


LIBROS)

También podría gustarte