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Lampara de lava

Ingredientes:

- Envase de vidrio
- Agua
- Aceite
- Colorante

 Un tarro de cristal o una botella de plástico vacías. Es más aconsejable utilizar una de
cristal, ya que el resultado es más estético y no presenta problemas a la hora de la
iluminación. 

 Aceite vegetal. ¿Has oído alguna vez la expresión de ‘como agua y aceite’? Con este
objeto se entiende perfectamente las razones por las que estos dos elementos nunca
se juntan: la reacción entre el agua y el aceite provoca que ambos líquidos se separen
y que las burbujas de este último floten hacia arriba al contar con una densidad más
baja que el agua. En este caso, se puede utilizar aceite de oliva o de girasol. 

 Pastilla efervescente. Con la supervisión de un adulto, se escoge un comprimido


efervescente (como los utilizados para limpiar las prótesis dentales, por ejemplo), que
será el encargado de generar ese efecto flotante en las burbujas.

 Colorante. Se puede comprar o también utilizar un subrayador fluorescente al que hay


que extraer la tinta para darle un toque más luminoso a la lámpara. 

 Agua.

 Una vela y un porta velas. Para conseguir la iluminación del objeto es necesario contar
con ambos elementos. De lo contrario, y aunque se pueden contemplar las burbujas
flotando dentro de la lámpara, ésta no desprenderá ningún tipo de luz. 

Con el tarro de cristal o la botella bien limpias, hay que llenarlo de agua por la mitad, para
después añadir el aceite hasta rellenar casi al completo el tarro o la botella que será la base de
la lámpara. En tan solo unos segundos se observará esa interacción entre el agua y el aceite
que, además, y como se ha indicado previamente, sirve para acercar a los menores al mundo
de las reacciones químicas. 

Una vez listo, es el momento de aplicar unas pequeñas gotas de colorante, que teñirán las
burbujas del color deseado. Puede utilizarse más de un color si se desea, pero hay que tener
en cuenta que acabarán mezclándose entre ellos. Cuando el agua haya cambiado de color, hay
que introducir la pastilla efervescente. Al igual que en el caso del aceite, en tan solo unos
segundos comenzará a interaccionar químicamente con el agua, formando un montón de
pequeñas burbujas que ascenderán hacia la parte superior en la que se encuentra el aceite.
Como las burbujas no podrán atravesar este líquido vegetal, volverán a bajar produciéndose
un flujo continuo de pequeñas bolas de colores que ascenderán y descenderán por el tarro de
cristal.
Por último, y para conseguir la iluminación en el caso de utilizar un tarro de cristal, solo hay
que colocar una porta velas que tenga el mismo diámetro que la parte inferior del tarro y
encender la vela. De este modo, el halo de luz iluminará desde la parte inferior de la lámpara
de lava casera desprendiendo una luminosidad cálida. Si por el contrario se utiliza una botella
de plástico, no es recomendable realizar este paso, ya que puede acabar quemándose. 

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