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HOMICIDIO EN PERSONA PROTEGIDA

El que, con ocasión y en desarrollo de conflicto armado, ocasione la


muerte de persona protegida conforme a los Convenios Internacionales
sobre Derecho Humanitario ratificados por Colombía, incurrirá en prisión .
Parágrafo. Para los efectos de este artículo y las demás normas del
presente título se entiende por personas protegidas conforme al derecho
internacional humanitario:
1. Los integrantes de la población civil.
2. Las personas que no participan en hostilidades y los civiles en poder de
la parte adversa.
3. Los heridos, enfermos o náufragos puestos fuera de combate.
4. El personal sanitario o religioso.
Cargos de inconstitucionalidad formulados en la demanda.
5. Los periodistas en misión o corresponsales de guerra acreditados.
6. Los combatientes que hayan depuesto las armas por captura, rendición
u otra causa análoga.
En consecuencia el peticionario solicita a la Corte que declare inexequible
la palabra “combatientes”, ya que ésta viola los artículos 93 y 214
constitucionales, “que establecen que el artículo 3 común de los Convenios
de Ginebra del 12 de agosto de 1949 y su Protocolo II Adicional de 1977
hacen parte del bloque de constitucionalidad y que en todo caso se deben
respetar los principios de derecho humanitario.”
7. Quienes antes del comienzo de las hostilidades fueren considerados
como apátridas o refugiados.
En criterio del accionante, la palabra “combatientes” incluida en el numeral
6 del parágrafo del artículo 135 de la Ley 599 de 2000, debe ser declarada
inexequible por contrariar lo establecido en los artículos 93 y 214 de
la Constitución.
8. Cualquier otra persona que tenga aquella condición en virtud de los
Convenios I, II, III y IV de Ginebra de 1949 y los Protocolos Adicionales I y
II de 1977 y otros que llegaren a ratificarse
ANTECEDENTES
En ejercicio de la acción pública consagrada en el artículo 241 - 4 de
la Constitución, el ciudadano Alejandro Valencia Villa demandó los
artículos:
135, 148, 156 y 157 (parciales) de la Ley 599 de 2000, y
174, 175, 178 y 179 de la Ley 522 de 1999
DEMANDA CONTRA LOS ARTICULOS:

174, 175, 178 Y 179 DE LA LEY 522 DE 1999

(Código de Justicia Penal Militar)

Artículo 174. Devastación. El que en actos del servicio y sin justa causa, destruya
edificios, templos, archivos, monumentos u otros bienes de utilidad pública; o ataque
hospitales o asilos de beneficencia señalados con los signos convencionales,
incurrirá en prisión de uno (1) a ocho (8) años.

Artículo 175. Saqueo. Los que en operación de combate se apoderen de bienes


muebles, sin justa causa y en beneficio propio o de un tercero, incurrirán en prisión
de dos (2) a seis (6) años.

Artículo 178. Exacción. El que abusando de sus funciones, obligue a persona


integrante de la población civil a entregar, o poner a su disposición, cualquier clase
de bien o a suscribir o entregar documentos capaces de producir efectos jurídicos,
incurrirá en prisión de uno (1) a cinco (5) años.

Artículo 179. Contribuciones ilegales. El que sin facultad legal y sin justa causa
establezca contribuciones, incurrirá en prisión de seis (6) meses a tres (3) años.”

‘Las fuerzas militares tienen la obligación absoluta de impedir el desconocimiento


del derecho internacional humanitario (restricción absoluta aun frente a los estados
de excepción según lo dispone el artículo 214 de la Constitución) y los derechos
que, conforme a los tratados internacionales ratificados por Colombia, no pueden
ser suspendidos durante tales estados. Permitir que ocurran, sea porque
activamente intervienen en ellas o porque omiten el deber estatal de proteger a los
asociados en sus derechos, constituye una flagrante violación a la posición de
garante de las condiciones mínimas y básicas de la organización social y, por lo
mismo, nunca podrán considerarse como un acto relacionado con el servicio.’

DEMANDA CONTRA EL ARTICULO 156


De la ley 599 DE 2000
Destrucción o utilización ilícita de bienes culturales y de lugares de culto
El que, con ocasión y en desarrollo de conflicto armado, sin justificación
alguna basada en imperiosas necesidades militares y sin que previamente
haya tomado las medidas de protección adecuadas y oportunas, ataque y
destruya monumentos históricos, obras de arte, instalaciones educativas
o lugares de culto, que constituyan el patrimonio cultural o espiritual de los
pueblos, debidamente señalados con los signos convencionales, o utilice
tales bienes en apoyo del esfuerzo militar, incurrirá en prisión.
CARGOS DE INCONSTITUCIONALIDAD DE LA NORMA DEMANDADA
que la expresión acusada desconoce los artículos 93 y 214 de
la Constitución, por razones similares en el artículo 157, “puesto que las
normas internacionales no exigen este requisito”. Explica en este sentido
que “ni el artículo 53 del Protocolo I de 1977, ni el artículo 16 del Protocolo
II de 1977, ni la Convención de La Haya de 1954 sobre la protección de
los bienes culturales, Convención aprobada por el Estado colombiano
mediante la Ley 340 de 1996, hace referencia que para proteger estos
bienes deben estar debidamente señalizados. Los artículos 16 y 17 de la
Convención de La Haya de 1954 sobre emblema y su uso nada dicen al
respecto, al igual que los artículos 20 y 21 del Reglamento de esta
Convención.
Las palabras ‘a la otra parte’ del citado artículo del Código Penal deben
interpretarse en un sentido amplio y no estricto. Es de nuestro parecer que
la Corte Constitucional debe condicionar la interpretación de esta
expresión señalando que la exigencia para liberar al rehén no debe
formulársele exclusivamente a uno de los actores armados, sino a
cualquier otro sujeto, tal como lo sugieren las siguientes definiciones:
Considera el demandante que la expresión acusada es contraria a los
artículos 93 y 214 Superiores, y pide que la Corte declare su
constitucionalidad condicionada, con base en las siguientes razones:
“La toma de rehenes está prohibida por el artículo 3 común a los Convenios
de Ginebra de 1949, Convención aprobada por el Estado colombiano
mediante la ley 5ª de 1960, y por el artículo 4.2.c del Protocolo II de 1977,
Protocolo aprobado por el Estado colombiano mediante la Ley 171 de
1994. Así mismo, las amenazas de practicarlo también están prohibidas
por el artículo 4.2.h del Protocolo II de 1977 y el Estatuto de la Corte Penal
Internacional lo considera como un crimen de guerra, en caso de conflictos
armados no internacionales en su artículo 8.2.c.iii, Estatuto aprobado por
el Estado colombiano mediante la
‘Toda persona que se apodere de otra (que en adelante se denominará ‘el
rehén’) o la detenga, y amenace con matarla, herirla o mantenerla detenida
a fin de obligar a un tercero, a saber, un Estado, una organización
internacional intergubernamental, una persona natural o jurídica o un
grupo de personas, a una acción u omisión como condición explícita o
implícita para la liberación del rehén, comete el delito de toma de rehenes
en el sentido de la presente convención’.
‘Hay toma de rehenes… cuando se reúnen simultáneamente los
elementos siguientes: - se captura y se detiene a una persona ilícitamente;
-se obliga, de forma explícita o implícita, a una tercera parte a hacer o a
abstenerse de hacer algo, como condición para liberar al rehén, para no
atentar contra la vida o la integridad física de éste’.
Los Elementos de los Crímenes del Estatuto de la Corte Penal
Internacional, señalan como elementos del crimen de guerra de toma de
rehenes (artículo 8.2.c.iii) los siguientes:
‘1. Que el autor haya capturado, detenido o retenido como rehén a una o
más personas.
2. Que el autor haya amenazado con matar, herir o seguir deteniendo a
esa persona o personas.
3. Que el autor haya tenido la intención de obligar a un Estado, una
organización internacional, una persona natural o jurídica o un grupo de
personas a que actuaran o se abstuvieran de actuar como condición
expresa o tácita de la seguridad o la puesta en libertad de esa persona o
personas.
DEMANDA CONTRA EL ARTICULO 148 DE LA LEY 599 DE 2000
TOMA DE REHENES
El que, con ocasión y en desarrollo de conflicto armado, prive a una
persona de su libertad condicionando ésta o su seguridad a la satisfacción
de exigencias formuladas a la otra parte, o la utilice como defensa, incurrirá
en prisión
SE DEMANDA PARCIALMENTE EL ARTICULO 157DE LA Ley 599 de 2000

ATAQUE CONTRA OBRAS E INSTALACIONES QUE CONTIENE


FUERZAS PELIGROSAS
El que, con ocasión y en desarrollo de conflicto armado, sin justificación
alguna basada en imperiosas necesidades militares, ataque presas,
diques, centrales de energía eléctrica, nucleares u otras obras o
instalaciones que contengan fuerzas peligrosas, debidamente señalados
con los signos convencionales, incurrirá en prisión.
Si del ataque se deriva la liberación de fuerzas con pérdidas o daños en
bienes o elementos importantes para la subsistencia de la población civil,
la pena será.
CARGOS DE INCONSTITUCIONALIDAD FORMULADOS EN LA
DEMANDA
Como la existencia o inexistencia del signo distintivo es no es obligatorio,
en el sentido de que su inexistencia no exime a las partes en conflicto del
cumplimiento de las obligaciones que dimanan tanto del Protocolo I como
del Protocolo II (entre las que se encuentra no atacar a este tipo de bienes),
no está acorde con estos instrumentos internacionales la expresión que se
demanda que aparece en el tipo penal.
Para el demandante, la frase acusada desconoce los artículos 93 y 214 de
la Carta Política. Explica que el establecimiento, como elemento normativo
del tipo, del requisito de que los bienes objeto de ataque estén
debidamente señalados con los signos convencionales, hace que “si este
requisito no se cumple, un eventual hecho punible no puede ser adecuado
a este tipo penal”; y resalta que éste es un requisito que no prevén las
normas internacionales que vinculan a Colombia:
“Las normas del derecho internacional humanitario, normas que hacen
parte del bloque de constitucionalidad conforme a la Carta Política y que
deben respetarse en todo momento conforme al artículo 214 de
la Constitución, no establecen esta obligación a efectos de sancionar esta
conducta. El artículo 15 del Protocolo II de 1977 adicional a los Convenios
de Ginebra de 1949, instrumento aprobado por el Estado colombiano
mediante la ley 171 de 1994.
En relación con el signo convencional, el artículo 56.7 del Protocolo I de
1977 adicional a los Convenciones de Ginebra de 1949, instrumento
desaprobado según decisión de la Comisión especial Legislativa del 4 de
septiembre de 1991, dice lo siguiente:
las Partes en conflicto podrán marcarlos con un signo especial consistente
en un grupo de tres círculos de color naranja vivo a lo largo de un mismo
eje, como se indica en el artículo 16 Anexo I del presente Protocolo.
No es comprensible que el legislador haya establecido un tipo penal
autónomo para proteger este tipo de bienes sólo en la medida en que estén
señalizados. Puesto que la tipificación interna exige un requisito adicional
a la categoría convencional internacional, con base en las normas
constitucionales de los artículos 93 del bloque de constitucionalidad de los
instrumentos internacionales y el artículo 214 del respeto en todo caso de
las reglas del derecho humanitario, se debe declarar su
inconstitucionalidad.”

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