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Este es el punto de acción de Japón sobre la ODS 13.

Japón es una de las economías más industrializadas en el Asia, pero con mayor
cantidad de medidas adoptadas para mitigar los efectos del cambio climático,
principalmente en relación con la contaminación del aire. Su capital Tokio, pasó de
ser una de las más contaminadas durante la década de los sesenta, a ser una de
las metrópolis más respirables en la actualidad. Una revisión de algunas de sus
medidas, en la siguiente nota.
Las acciones de Japón por el clima
El calentamiento global, en particular, y todos los efectos negativos que genera el
cambio climático son una real preocupación para los países del Este de Asia.
Japón, además de una fuerte convicción construida sobre una tradición milenaria
de cuidado de los bosques y ríos, sufre constantemente de crisis climáticas como
inundaciones, tormentas, olas de calor, sequías y deslizamiento de tierras. Los
efectos del tifón en Kansai o los 41,1 grados centígrados sentidos en la ciudad de
Kumagaya que produjo decenas de muertes, han alertado a las autoridades sobre
la necesidad de tomar acciones con rapidez.
Una de las medidas más difíciles, pero que mejores resultados obtiene en el largo
plazo es la reducción de emanaciones de gases efecto invernadero. Uno de los
componentes principales de estos gases es el dióxido de carbono que, de manera
acumulativa, hace que las capas de la atmósfera más próximas a la tierra
aumenten su temperatura, lo que lleva a su vez a las olas de calor y su
consecuente aumento de incendios forestales. Asimismo, la temperatura en la
medida que se eleva, se incrementan las partículas de agua en el aire, a modo tal
que las lluvias son más intensas de lo normal.
A pesar de que Japón es el país mejor preparado para enfrentar emergencias y
desastres naturales, el gobierno a través de su Agencia Metereológica y el
Sistema Nacional de Emergencia, enviaron una alerta sobre las devastadoras
consecuencias que el cambio del clima generaría en la agricultura, pues dañarían
el cultivo de ciertas especies de frutas y hortalizas. Una situación similar sufriría la
pesca, ya que ciertas poblaciones de peces podrían migrar hacia aguas menos
cálidas en el norte del hemisferio. Todo esto lleva a que el gobierno de Shinzo Abe
considere al medioambiente como uno de los puntos más importantes tanto en su
agenda nacional, como en los foros multilaterales.
Sin embargo, los japoneses y sus instituciones ambientales no son novatas en
tomar acciones por el clima, ya que la contaminación del aire producida por los
combustibles fósiles en los grandes centros urbanos, ha sido un problema a
solucionar desde la década de los sesenta. La polución era producida por los
autos, las centrales eléctricas y las emisiones industriales, que durante los años
noventa producían niveles de dióxido de carbono que superaban las mil toneladas
métricas al año, lo que significaba que en 1990 cada japonés producía 8,8
toneladas métricas de dióxido de carbono al año.
Tales niveles de contaminación ambiental ocasionaban severas enfermedades en
la población, que iban desde bronquitis crónica, asma bronquial, hasta demencia.
La rápida industrialización del país nipón generaba altos ingresos en la población,
por una parte, pero a costas de su salud que empeoraba con el paso de los años
producto de las emisiones de las industrias, los hogares con más acceso a bienes
y al transporte basado en combustibles fósiles.
Este es el punto de acción de Japón sobre la ODS 14.
La “iniciativa satoyama” fue adoptada por la 10ª Conferencia de las Partes (COP
10) del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) en octubre de 2010 en
Nagoya, Japón.
Como explicaba la Revista SAMUDRA nº 57 de noviembre de 2010, la COP 10
reconoce la iniciativa satoyama como “una herramienta con gran potencial a fin de
entender mejor y apoyar los medios naturales donde el ser humano ejerce su
influencia, en beneficio de la biodiversidad y del bienestar del ser humano”.
Satoyama es una palabra japonesa que significa “montañas dentro de una zona
habitada”, compuesta por dos raíces, “sato” (zona habitada) y “yama”, montaña.
Sustituyendo “yama” por “umi”, que significa “mar”, obtenemos la versión marina y
costera de la idea. Los conceptos de satoyama y de satoumi representan para los
japoneses tradiciones ancestrales asociadas a antiguas prácticas de manejo de
tierras y costas. Estas tradiciones han permitido un uso sostenible de los recursos
naturales y brindan un modelo histórico para una ordenación medioambiental y
una gestión de recursos propicias para el bienestar del ser humano.
Las prácticas de gestión suelen adoptar la forma de iniciativas que toman los
interesados a fin de conservar y explotar de forma sostenible los servicios que
ofrece el ecosistema. Los esfuerzos colectivos de los interesados, los habitantes
de la zona, en aras de la gestión de recursos empezó antes del período Edo,
finalizado en 1868, cuando los señores feudales otorgaron a los pescadores y
silvicultores locales el derecho de manejar y aprovechar los recursos a cambio de
un tributo, de una parte de la cosecha.
Durante este período los recursos marinos cobran una gran importancia para las
necesidades alimentarias de la población. Por razones religiosas, los japoneses no
se alimentaban de carne entonces y el pescado representaba su principal fuente
de proteínas. A pesar de la enorme demanda, los recursos marinos y costeros se
han mantenido a lo largo de los siglos gracias al esfuerzo colectivo de la
población. Por ejemplo, se conservan registros que indican que la explotación
sostenible de la oreja de mar persistió durante más de 600 años en algunas
aldeas costeras de Japón. Las actividades satoumi continúan en varias
comunidades costeras de Japón. Los gobiernos del período Meiji, establecido en
1868, vigilaban escrupulosamente las normas aplicadas por las pesquerías locales
tradicionales e intentaron integrarlas en sus nuevos regímenes jurídicos. El
Gobierno actual emite licencias denominadas “derechos de pesca” que permiten la
explotación exclusiva de los recursos pesqueros por parte de los pescadores
locales en ciertas áreas.
Benefi cios a largo plazo El gobierno ya no exige su diezmo de la cosecha como
antaño, pero sí recauda los impuestos y tasas administrativas correspondientes. El
sistema sigue proporcionando incentivos para que los pescadores locales
administren colectivamente sus propios recursos a fin de extraer de ellos el
máximo beneficio económico posible. La creación de varias áreas marinas
protegidas (AMP) y la ejecución de otras actividades locales de conservación son
el fruto de iniciativas surgidas desde la base que las propias comunidades se han
impuesto a sí mismas. Sin embargo, por el momento gran número de normas
locales han quedado fuera de las reglas gubernamentales, probablemente por
tener un ámbito de aplicación exclusivamente local. Estas normas locales se
aplican hoy en día como acuerdos autoimpuestos por las comunidades pesqueras,
desconociéndose hasta ahora el alcance total de dichas actividades de
conservación. Un equipo de la Universidad de Tokio realizó entre finales de 2009 y
principios de 2010 un estudio que intentaba obtener una visión panorámica de las
AMP del litoral japonés y que consiguió identificar 1.161 AMP en este país. La
tabla muestra los tipos de AMP en función del mecanismo de gestión empleado.
Estas áreas pueden acogerse a varios instrumentos jurídicos que determinan seis
categorías de AMP, a saber: (i) parques marinos establecidos según la ley de
Parques Naturales, responsabilidad del Ministerio de Medioambiente; (ii) áreas
marinas especiales establecidas según la ley de Conservación de la Naturaleza,
responsabilidad del mismo ministerio; (iii) zonas protegidas especiales dentro de
áreas de protección especial de la naturaleza, bajo los auspicios de la legislación
de protección natural y regulación de la caza, gestionadas una vez más por el
Ministerio de Medioambiente; (iv) aguas protegidas tuteladas por la ley de
Protección de los Recursos Pesqueros, responsabilidad del Ministerio de
Agricultura, Silvicultura y Pesca (MASP); (v) zonas de veda jurídicamente
obligatoria para la captura de flora y fauna acuática, establecidas en virtud de la
ley de Pesca y los reglamentos provinciales de coordinación de pesquerías
(competencia del MASP), y (vi) zonas de veda establecidas mediante acuerdos
autoimpuestos por los miembros de las asociaciones cooperativas de pescadores.
Este es el punto de acción de Japón sobre la ODS 15.
A medida que la vida moderna ha ido haciéndose más cómoda y práctica, también
ha ido generalizándose la tendencia a fabricar cosas que, una vez utilizadas, se
pueden tirar a la basura. Ésta ha sido y es la causa de toda clase de problemas
medioambientales, entre los que se cuentan la contaminación del agua y del aire,
la destrucción del entorno natural, el calentamiento global y enormes cantidades
de residuos. La protección medioambiental es una tarea vital no sólo para Japón
sino para el mundo en su totalidad. En la actualidad y de la mano de su gobierno,
los japoneses se encuentran comprometidos en una gran variedad de esfuerzos
de protección medioambientales.
El precio de la comodidad de la vida moderna es la generación de una gran
cantidad de residuos. Los seres humanos han de construir una sociedad que sepa
reciclar, en la que los objetos se utilicen con moderación y se pueden utilizar una y
otra vez en lugar de ser arrojados a la basura indiscriminadamente. Japón ha
avanzado mucho en la reducción de la cantidad de basura generada y en el
reciclaje de los objetos usados. El reciclaje de latas y botellas de plástico está
bastante arraigado.
Para que podamos llevar una vida cómoda día a día necesitamos una gran
cantidad de energía, en la que se incluye la electricidad, el gas y la gasolina. Al
producir electricidad y hacer funcionar las máquinas mediante la combustión de
carburantes como el petróleo y el carbón, se emiten a la atmósfera anhídrido
carbónico y otros gases, causantes del calentamiento global y la contaminación
atmosférica. Para poder evitarlo, hay que reducir la cantidad de anhídrido
carbónico y de otros gases de efecto invernadero. Durante la COP-3, una
conferencia de enorme importancia sobre la prevención del calentamiento del
planeta celebrada en Kyoto en 1997, muchos países prometieron que reducirán la
cantidad de gases de efecto invernadero que producían.
Una forma de combatir el calentamiento de la tierra consiste en utilizar formas
“limpias” de energía que no traigan consigo la emisión de gases. La energía solar,
la eólica y la geotérmica son ejemplos de algunas de las clases de energía limpia
disponibles en la actualidad. Japón está fomentando e introduciendo el uso de las
energías limpias como parte de sus esfuerzos para combatir el calentamiento del
planeta y reducir la contaminación.
Japón también trabaja para ayudar a los países de todo el mundo a enfrentarse a
los problemas medioambientales al prestarles, por ejemplo, ayuda tecnológica en
el proceso de reciclado, equiparles con tecnología para reducir las emisiones de
gases de efecto invernadero y facilitarles otros tipos de tecnologías
medioambientales.
Este es el punto de acción de Japón sobre la ODS 16.
Japón es un país que se caracteriza por su cultura, economía y sistema político
avanzado. En este sentido, es reconocido por la comunidad internacional como
una nación con un alto índice de desarrollo humano, lo que se debe en gran parte
a la importancia que se le da a la paz, la justicia y las instituciones sólidas. En este
ensayo, se explorará en detalle cómo Japón ha logrado consolidar estos tres
pilares fundamentales y cómo esto ha contribuido a su éxito y liderazgo en el
ámbito mundial.
Japón ha experimentado una historia de guerra y destrucción en el pasado. Sin
embargo, desde el final de la Segunda Guerra Mundial, Japón ha establecido una
política de pacifismo y no violencia en su constitución. El artículo 9 de la
Constitución de Japón establece que "el pueblo japonés renuncia a la guerra como
derecho soberano de la nación y a la amenaza o uso de la fuerza como medio de
solución de conflictos internacionales". Esta política ha llevado a Japón a ser un
defensor de la paz y a ser reconocido por la comunidad internacional como un
modelo de pacifismo y diplomacia.
Japón ha sido miembro activo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y
ha contribuido a la paz y la estabilidad en el mundo mediante el envío de tropas y
la realización de operaciones de mantenimiento de la paz. Además, Japón ha
promovido el diálogo y la cooperación entre los países vecinos a través de
cumbres y tratados bilaterales.
La justicia es un pilar fundamental de la sociedad japonesa y se refleja en el
sistema judicial del país. El sistema judicial de Japón se basa en el principio de la
imparcialidad y la independencia judicial. Los jueces son nombrados por el
Consejo de la Magistratura de Japón, que es independiente del poder ejecutivo y
legislativo.
El sistema judicial japonés se divide en tres niveles: tribunales de distrito,
tribunales de alta y la Corte Suprema. Los tribunales japoneses tienen un alto nivel
de eficiencia y transparencia, y se basan en el debido proceso y la equidad.
Además, el sistema de justicia japonés se caracteriza por una baja tasa de
criminalidad y una cultura de respeto por la ley y las normas.
Instituciones sólidas
Japón es reconocido por tener un sistema político avanzado y eficiente. Las
instituciones políticas de Japón se caracterizan por ser transparentes,
responsables y participativas. El gobierno está compuesto por una monarquía
constitucional y un sistema parlamentario bicameral.
La Dieta Nacional, el órgano legislativo de Japón, está compuesta por la Cámara
de Representantes y la Cámara de consejeros. Los miembros de la Dieta son
elegidos mediante elecciones democráticas y los ciudadanos tienen derecho a
participar en la toma de decisiones políticas.
Además, Japón tiene un sistema educativo altamente desarrollado, con una tasa
de alfabetización del 99%. La educación en Japón es gratuita y obligatoria hasta el
nivel de educación secundaria. Las universidades y colegios técnicos son
altamente valorados en la sociedad japones
Japón es una nación altamente desarrollada y próspera, que ha experimentado un
crecimiento económico y social significativo en las últimas décadas. Desde la
Segunda Guerra Mundial, Japón ha tenido como objetivo principal lograr un
crecimiento económico sostenible y un alto nivel de vida para su población. En
este sentido, el análisis juega un papel crucial para lograr los objetivos que tiene
Japón. En este documento, se analizará cómo Japón ha utilizado diferentes
herramientas de análisis para lograr sus objetivos, incluyendo el análisis FODA, el
análisis PESTEL y el análisis de las 5 fuerzas de Porter.
Análisis FODA:
El análisis FODA es una herramienta popular utilizada para evaluar la posición
actual de una empresa o país y planificar su futuro. FODA es el acrónimo de
Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas. En el caso de Japón, este
análisis ha sido utilizado para evaluar la economía, la industria y el mercado. Una
de las principales fortalezas de Japón es su alta tecnología y su capacidad para
innovar. Esto se refleja en sus industrias automotriz, electrónica y robótica, que
son líderes en el mundo. Además, Japón es conocido por su eficiencia y su cultura
de trabajo duro. Sin embargo, una debilidad clave es la población envejecida del
país y la disminución de la tasa de natalidad, lo que ha llevado a la disminución de
la población y a una menor fuerza laboral. Las amenazas incluyen la competencia
de otros países asiáticos, como China y Corea del Sur, y la dependencia del país
de las importaciones de energía y materias primas. Las oportunidades incluyen la
demanda global de productos japoneses y el aumento de la demanda interna de
servicios de atención médica y de tecnología para el envejecimiento.
Análisis PESTEL:
El análisis PESTEL es otra herramienta popular utilizada para evaluar el entorno
en el que opera una empresa o país. PESTEL es el acrónimo de Político,
Económico, Social, Tecnológico, Ambiental y Legal. En el caso de Japón, este
análisis ha sido utilizado para evaluar el entorno empresarial y social en el que
opera. La estabilidad política de Japón es una fortaleza clave, ya que ha habido
pocos cambios de gobierno y hay un sistema político estable. La economía de
Japón es otra fortaleza, ya que es la tercera más grande del mundo y es altamente
diversificada. Japón tiene una cultura social fuerte y valores como el respeto, la
cortesía y la disciplina. La tecnología es otra fortaleza de Japón, ya que es uno de
los líderes mundiales en tecnología de la información y en la producción de
productos electrónicos avanzados. Sin embargo, el envejecimiento de la población
y la disminución de la fuerza laboral son debilidades clave, así como la alta tasa
de suicidios y el elevado costo de la atención médica. Las amenazas

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