Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
VAZQUEZ Corrupción y Derechos Humanos
VAZQUEZ Corrupción y Derechos Humanos
P E T E R L A N G
Vázquez Valencia
La corrupción es uno de los principales problemas que aqueja a todas las democracias en
el mundo. La corrupción también genera violaciones a derechos humanos. En Corrupción
y derechos humanos. ¿Por dónde comenzar la estrategia anticorrupción? se explica cómo las
distintas expresiones de corrupción suponen transgresiones a los derechos humanos. Para
mirar empíricamente cómo la corrupción impacta sobre los derechos civiles, políticos,
económicos y sociales se construyen dos bases de datos, una a nivel mundial y otra sobre
México. Este es el primer ejercicio de este tipo. Ahora sabemos, por ejemplo, que aquellos
países que tengan el menor nivel de corrupción tendrán un 97% de probabilidad de no sufrir
de desapariciones forzadas. Además de la corrupción y los derechos humanos, se analizan
Corrupción
“El libro representa un ambicioso esfuerzo por entender y encontrar soluciones viables a
la grave crisis de derechos humanos por la que atraviesa México, un país afectado por
corrupción endémica. Luis Daniel Vázquez Valencia hace un amplio recorrido por las variadas
aristas de la problemática de la corrupción, tanto a nivel teórico conceptual, como en sus
y derechos
diferentes expresiones en México y en el mundo. La profusión de información y el rigor
en el análisis, hacen de Corrupción y derechos humanos. ¿Por dónde comenzar la estrategia
anticorrupción? una fuente indispensable para el diseño de políticas públicas dirigidas a
combatir la corrupción en México, así como sus consecuencias, manifiestas en violaciones
humanos
graves y generalizadas a los derechos humanos. Es sin duda un aporte valioso y oportuno
para el desarrollo del novedoso sistema nacional anti-corrupción en nuestro país.” ¿POR DÓNDE COMENZAR
—Mariclaire Acosta, Comité de Participación Ciudadana LA ESTRATEGIA ANTICORRUPCIÓN?
del Sistema Nacional Anticorrupción
L U I S D A N I E L V Á Z Q U E Z VA L E N C I A
www.peterlang.com
Corrupción y
derechos humanos
This book is part of the Peter Lang Humanities list.
Every volume is peer reviewed and meets
the highest quality standards for content and production.
PETER LANG
New York Bern Frankfurt Berlin
Brussels Vienna Oxford Warsaw
Luis Daniel Vázquez Valencia
Corrupción y
derechos humanos
PETER LANG
New York Bern Frankfurt Berlin
Brussels Vienna Oxford Warsaw
Library of Congress Cataloging-in-Publication Data
Names: Vázquez, Daniel (Luis Daniel Vázquez Valencia), author.
Title: Corrupción y derechos humanos: ¿por dónde comenzar la estrategia
anticorrupción? / Luis Daniel Vázquez Valencia.
Description: New York: Peter Lang.
Includes bibliographical references.
Identifiers: LCCN 2017023484 | ISBN 978-1-4331-4491-2 (hardback: alk. paper)
ISBN 978-1-4331-4492-9 (ebook pdf)
ISBN 978-1-4331-4493-6 (epub) | ISBN 978-1-4331-4494-3 (mobi)
Subjects: LCSH: ABC | DEF | XYZ.
Classification: LCC JL1229.C6 V39 | DDC 364.1/3230972—dc23
LC record available at https://lccn.loc.gov/2017023484
DOI 10.3726/b11304
The paper in this book meets the guidelines for permanence and durability
of the Committee on Production Guidelines for Book Longevity
of the Council of Library Resources.
Printed in Germany
Índice
Introducción1
1. Algunas fotos de la relación entre corrupción y DH 1
2. De qué van las siguientes páginas: la estructura del libro 5
3. Política basada en evidencia: la construcción de datos 8
4. De la conformación al análisis del dato: la metodología utilizada 14
5. Palabras finales 16
Gráfica 2.7. Media del CPI para nueve regiones del mundo, 1996–2011 58
Gráfica 2.8. Media del CPI para nueve regiones del mundo, 2012–2015 59
Gráfica 2.9. Porcentaje de personas que pagaron sobornos, 2013 60
Gráfica 2.10. Promedio del CPI para los países de América Latina, 2012–2015 61
Gráfica 2.11. Porcentaje de personas que pagaron un soborno, 2013 61
Gráfica 2.12. Porcentaje de personas que pagaron un soborno, 2011–2013 62
Gráfica 2.13. Promedio del CPI para los países del MIKTA más Brasil y la India,
2012–201563
Gráfica 2.14. Porcentaje de personas que pagaron un soborno, 2013 64
Gráfica 2.15. Correlación entre el porcentaje de personas que pagaron
un soborno y el índice de percepción de la corrupción, 2013 65
Gráfica 2.16. Porcentaje de población de 18 años y más según percepción
de la existencia de problemas sociales 66
Gráfica 2.17. Percepción de corrupción en seguridad pública, 2011–2015 67
Gráfica 2.18. Tendencia longitudinal de la percepción de corrupción en
seguridad pública para entidades seleccionadas, 2015 68
Gráfica 2.19. Percepción de corrupción en impartición de justicia,
2011–201569
Gráfica 2.20. Percepción de corrupción en administración de justicia,
2011–201570
Gráfica 2.21. Percepción de corrupción en seguridad nacional, 2011–2015 71
Tabla 2.22. Entidades federativas consideradas más y menos
corruptas, 2011–2015 72
Tabla 2.23. Preguntas de la ENCUP sobre corrupción y cumplimiento
de la ley 73
Tabla 2.24. Tipos de Observaciones promovidas por la Auditoria
Superior de la Federación como resultado de las auditorías 77
Tabla 2.25. Observaciones que llevan a la responsabilidad resarcitoria 79
Gráfica 2.27. Tendencias longitudinales del total de observaciones
emitidas por la ASF en entidades seleccionadas, 2000–2014 81
Gráfica 2.28. Número de observaciones de la ASF por entidad federativa 82
Gráfica 2.29. Porcentaje de Observaciones de la ASF por región y grupo
funcional del presupuesto de 2000 a 2006 83
Gráfica 2.30. Porcentaje de Observaciones de la ASF por región y grupo
funcional del presupuesto de 2007 a 2012 84
Gráfica 2.31. Porcentaje de Observaciones de la ASF por región y grupo
funcional del presupuesto de 2013 a 2014 85
Gráfica 2.32. Relación de pesos auditados por Grupo Funcional del
Presupuesto Federal por observaciones emitidas por la Auditoria Superior
de la Federación para las cuentas públicas de 2000 a 2014 86
índic e d e ta b l a s y g r á f i c a s | xiii
Gráfico 3.23. Promedio de PIB per cápita con paridad de poder adquisitivo
a dólares constantes del 2011 para los países de MIKTA, 2012–2015 139
Gráfico 3.24. Promedio de esperanza de vida al nacer para los países de
MIKTA más Brasil y la India, 2012–2015 140
Gráfico 3.25. Promedio de años de escolaridad para el MIKTA más Brasil y
la India, 2012–2015 140
Gráfico 3.26. Promedio del índice de derechos políticos para el MIKTA
más Brasil y la India, 1996–2015 141
Gráfico 3.27. Promedio del índice de derechos civiles para el MIKTA más
Brasil y la India, 1996–2015 142
Gráfico 3.28. Tasa media de homicidios para 9 regiones del mundo,
1996–2015142
Gráfico 3.29. Tasa media de homicidios para los países de América Latina,
1996–2015143
Gráfico 3.30. Tasa media de homicidios para los países del MIKTA más
Brasil e India, 1996–2015 144
Gráfica 3.31. Número de Quejas, hechos violatorios y víctimas relacionadas
con quejas recibidas en la Comisión Nacional de DH entre el 2000 y el 2014 147
Gráfica 3.32. Porcentaje de quejas recibidas y recomendaciones emitidas
por la Comisión Nacional de DH del 2000 al 2014 148
Gráfica 3.34. Tendencias longitudinales del total de quejas ante la CNDH
en entidades federativas seleccionadas, 2000–2014 150
Tabla 3.35. Número de quejas recibidas en la Comisión Nacional de
DH relacionadas con desaparición forzada, detenciones arbitrarias y tortura 151
Gráfica 3.36. Total de quejas por desaparición forzada ante la CNDH por
entidad federativa, 2000–2014 152
Gráfica 3.37. Total de quejas por detenciones arbitrarias ante la CNDH por
entidad federativa, 2000–2014 153
Gráfica 3.38. Total de quejas por tortura ante la CNDH por entidad federativa,
2000–2014153
Gráfica 3.39. Porcentaje promedio de muertes por homicidio respecto del
total de muertes violentas por regiones en México de 2004 a 2014 154
Gráfica 3.40. Número de homicidios según lugar de ocurrencia por regiones
para tres sexenios presidenciales 155
Gráfica 3.41. Número de averiguaciones previas iniciadas por presumible
delito de desaparición forzada por regiones y sexenios presidenciales 156
Gráfica 3.42. Tendencia longitudinal de la participación en elecciones
federales para entidades seleccionadas, 2000–2012 158
Gráfica 3.43. Porcentaje promedio de participación electoral para las tres
últimas elecciones presidenciales por regiones 158
xvi | corrupción y derechos humanos
Gráfica 3.44. Indíce de Desarrollo Humano promedio por regiones en México 159
Gráfica 3.45. Valor promedio del puntaje obtenido en materia de salud
para el cáculo del IDH por regiones en México 160
Gráfica 3.46. Valor promedio del puntaje obtenido en materia de educación
para el cáculo del IDH por regiones en México 160
Gráfica 3.47. Valor promedio del puntaje obtenido en materia de ingreso
para el cáculo del IDH por regiones en México 161
Gráfica 3.48. Porcentaje promedio de carencias sociales de la región norte
del país, 2008, 2010, 2012, 2014 162
Gráfica 3.49. Porcentaje promedio de carencias sociales de la región centro
norte del país, 2008, 2010, 2012, 2014 163
Gráfica 3.50. Porcentaje promedio de carencias sociales de la región centro
del país, 2008, 2010, 2012, 2014 163
Gráfica 3.51. Porcentaje promedio de carencias sociales de la región sur del
país, 2008, 2010, 2012, 2014 164
Tabla 3.52. Tabla ordinal de las entidades según su porcentaje de habitantes
con alguna carencia social 164
Tabla 3.53. Distribución de la población según situación de pobreza o
vulnerabilidad 2008, 2010, 2012 y 2014 166
Gráfica 3.55. Tasa de mortalidad infantil promedio por regiones y sexenios 167
Gráfica 3.56. Esperanza de vida promedio por regiones y sexenios 168
Gráfica 4.3. Distribución del componente de control de la corrupción de
los Indicadores de Gobernanza Mundial según los valores del Índice de
Empoderamiento, 1996–2011 183
Gráfica 4.4. Distribución del componente de control de la corrupción de
los Indicadores de Gobernanza Mundial según los valores del Índice de
Empoderamiento, 1996–2011 185
Tabla 4.6. Coeficientes de correlación entre corrupción y DH, 1996–2011 186
Gráfica 4.5. Distribución del componente de control de la corrupción de
los Indicadores de Gobernanza Mundial según los valores del Índice de
Integridad Física, 1996–2011 187
Gráfica 4.7. Distribución del componente de corrupción del índice de
Estado de Derecho según los valores del PIB per cápita por paridad del
poder adquisitivo, 2013–2015 188
Gráfica 4.8. Relación entre la esperanza de vida al nacer y el índice de
percepción de la corrupción, 2012–2015 189
Gráfica 4.9. Relación entre los años de escolaridad promedio y el índice
de percepción de la corrupción, 2012–2015 190
Gráfica 4.10. Relación entre el índice de derechos políticos y el índice
de percepción de la corrupción, 2012–2015 191
índic e d e ta b l a s y g r á f i c a s | xvii
Gráfica 5.16. Porcentaje del total de delitos en que la víctima reportó que
sucedió algo 218
Gráfica 5.17. Número de averiguaciones previas iniciadas por
presumibles delitos contra la administración de justicia por regiones
y sexenios presidenciales 221
Tabla 5.18. Coeficientes de correlación entre Impunidad en general y
DH en México, 2010–2014 222
Tabla 5.19. Coeficientes de correlación entre Impunidad en general y
corrupción en México, 2010–2014 223
Gráfica 5.20. Índice de democratización para nueve regiones del mundo,
1996–2013228
Gráfica 5.21. Índice de democratización para América Latina, 1996–2013 228
Grafica 5.22. Índice de democratización para el MIKTA más Brasil y la India,
1996–2013229
Tabla 5.23. Coeficientes de correlación entre tipo de régimen político,
corrupción y DH, 1996–2013 230
Gráfica 5.24. Promedio simple del Índice de Independencia Judicial para
nueve regiones, 1996–2011 231
Gráfica 5.25. Promedio simple del Índice de Independencia Judicial para
Latinoamérica, 1996–2011 232
Gráfica 5.26. Promedio simple del Índice de Independencia Judicial para el
MIKTA más India y Brasil, 1996–2011 232
Tabla 5.27. Coeficientes de correlación entre Independencia judicial,
corrupción y DH, 1996–2011 233
Gráfica 5.28. Distribución del Índice de Percepción de Corrupción según
los valores del Indicador de Independencia Judicial, 1996–2011 234
Gráfica 5.29. Alternancias de partido político en gobierno estatales de
1989 a 2014 235
Tabla 5.30. Coeficientes de correlación entre alternancia en las entidades
federativas y DH en México, 2000–2014 236
Tabla 5.31. Coeficientes de correlación entre alternancia en las entidades
federativas y corrupción en México, 2000–2014 237
Gráfica 5.32. Promedio del crecimiento del PIB por regiones, 1996–2015 239
Gráfica 5.33. Promedio del crecimiento del PIB para América Latina, 1996–2015 239
Gráfica 5.34. Promedio de crecimiento económico para los países del
MIKTA más Brasil y la India, 1996–2015 240
Tabla 5.35. Coeficientes de correlación entre crecimiento del PIB, corrupción
y DH, 1996–2015 240
Gráfica 5.36. Producto Interno Bruto Promedio por región por sexenio 241
índic e d e ta b l a s y g r á f i c a s | xix
Veracruz, César Duarte, generó una red de empresas fantasma que participaron
y ganaron licitaciones para la compra de bienes o servicios que debían destinarse
a las personas en situación de pobreza. En el reportaje se explica que al arranque
del sexenio se selecciona a promotores del voto por el PRI y se les pide su firma.
Posteriormente ellos aparecen como los representantes legales de las empresas fan-
tasma. Entre los representantes legales aparecen personas adultas mayores, con
discapacidad visual, o que no saben leer y escribir5. Estas empresas se registran
como proveedores del gobierno, capaces de vender desde pañales hasta cemento.
Un pequeño grupo de funcionarios se asegura que se les otorguen contratos vía
adjudicaciones directas o licitaciones cerradas.
Animal Político revisó únicamente 73 contratos. En ellos siempre participan
las mismas 21 empresas. Algunas veces gana una, algunas la otra, pero siempre son
las mismas 21 empresas. Todas ellas tienen idénticos socios y los mismos correos
electrónicos. Animal Político visitó los 21 domicilios fiscales, se trataba de casas
abandonadas en colonias populares, en algunas de ellas vivían las personas en situa-
ción de pobreza que habían sido reportados como los representantes legales. En
algunos casos, se encontraban panaderías o talleres mecánicos. En ningún caso
existía ni la más mínima señal de la existencia de alguna de las 21 empresas. Con
estos datos, Animal Político pudo verificar que esos 73 contratos fueron otorgados
a empresas fantasma.
Los 73 contratos suponen 645 millones de pesos, pero la cifra podría ser mucho
mayor si se verifica que otros contratos están en las mismas condiciones6. Lo más
importante, se trata de bienes que serían entregados a las personas que se encuen-
tran en condiciones de situación de vulnerabilidad, de marginación, de pobreza.
En la medida que son bienes que directamente irían a un padrón de beneficiarios,
el gobierno local de Veracruz afirmó que las empresas legalmente existen puesto
que tienen escrituras públicas, que los contratos fueron cumplidos en tiempo y
forma, y que los bienes fueron distribuidos entre el padrón de beneficiarios, aunque
no existían los comprobantes de esto último. Al momento de escribir estas líneas
aún no existían personas procesadas por estos hechos y el gobernador de Veracruz
se había fugado. Aquí la relación entre la corrupción y las violaciones a los DH es
más evidente, en especial cuando se trata de personas en situación de pobreza que
requieren el suministro de bienes para poder ejercer los núcleos, los contenidos
básicos de derechos como salud, alimentación o vivienda. Nuevamente nos encon-
tramos con el binomio corrupción e impunidad.
¿Qué sabemos sobre la corrupción? ¿Qué relaciones hay entre la corrupción
y los DH? ¿Podemos mirar estás relaciones entre corrupción y DH en diversos
países del mundo? ¿Se puede mirar la relación entre corrupción y DH en México?
Esta son algunas de las preguntas que se responde a lo largo del libro.
i n t r o d u cc i ó n | 5
El libro está constituido por ocho capítulos. En el primero realizamos una revi-
sión de la idea de corrupción. La llamamos idea porque, más que un concepto,
la que tenemos cuando planteamos a la corrupción son múltiples conceptos que
van desde el aspecto más aterrizado, como el pago de un soborno, hasta criterios
muy abstractos que pondrían en duda muchas de las decisiones políticas actuales,
como cuando pensamos a la corrupción como el uso del poder político para fines
privados. En el concepto de corrupción lo que se observa es una gran imprecisión a
partir de una expectativa esencialmente moral: el poder público debiera converger
con el bienestar social.
La corrupción no sólo tiene problemas de concreción conceptual, también hay
dilemas sobre los niveles en los que se le quiere investigar: la corrupción realizada
por los altos mandos, por los mandos medios o por los bajos. La corrupción que se
realiza como una práctica aislada, o como una práctica endémica o estructural. En
el caso de la corrupción endémica, podemos estar frente a un tipo de corrupción
que estructura sólo una organización gubernamental, como la policía, el sistema
de justicia, o los centros de reclusión; o frente a corrupción que estructura todo un
sistema político, uno completamente corroído por la corrupción.
Finalmente, cerramos el capítulo primero con una revisión de la literatura
sobre corrupción: ¿quiénes son los corruptólogos? ¿sobre qué han escrito? Identifi-
camos seis campos de investigación sobre la corrupción: (1) las causas de la corrup-
ción. (2) Las consecuencias de la corrupción. (3) Los estudios sobre accountability,
transparencia y rendición de cuentas. (4) Los estudios de corrupción política. (5)
La lógica propia de la corrupción. Y (6) la relación entre corrupción y DH. Este
último es el campo donde se inscribe el libro, y es de los menos desarrollados.
En el capítulo segundo hacemos un análisis de la corrupción en México. Este
análisis se realiza desde dos vértices diferentes. Se mira a México con respecto al
resto de los países del mundo. En un primer plano comparamos los datos de corrup-
ción a partir de 9 regiones del mundo, para identificar en qué lugar se encuen-
tra América Latina. Después, miramos cómo está México dentro de América
Latina. Finalmente miramos cómo está México respecto a países que se podrían
considerar sus principales competidores económicos. En el segundo vértice mira-
mos lo que sucede al interior de México, ya sea en algunas zonas o en las entidades
federativas.
En el capítulo tercero analizamos las violaciones a los DH. Lejos de discu-
tir un concepto de DH, o la naturaleza (jurídica) de estos derechos, lo que nos
interesa en este acápite es presentar la dificultad que se tiene cuando se pretende
6 | corrupción y derechos humanos
medir un derecho en su totalidad, en los cientos de aristas que hay por el mismo
número de obligaciones que componen a cada derecho. A partir de esta dificultad,
en el capítulo tercero presentamos los indicadores que nos permitirán mirar, en
términos generales, a los derechos civiles, políticos y económicos y sociales, tanto a
nivel mundial como en las entidades federativas. En particular nos interesa mirar el
ejercicio de los derechos por las personas. No pasamos por alto que en ningún caso
logramos una fotografía de la totalidad del derecho en un momento específico. En
cambio, lo que nos interesa es mirar tendencias a lo largo del tiempo para poder
aplicarlas a pruebas estadísticas.
Una vez que tenemos claridad sobre qué es y cómo vamos a mirar tanto a la
corrupción como a los DH, estamos en posición de poder pensar y plantear cuáles
son las posibles relaciones que existen entre estos dos conceptos. A esto dedicamos
el capítulo 4. El capítulo tiene tres secciones. La primera la dedicamos a mirar, en
términos generales, las distintas relaciones que hay entre los DH y la corrupción,
más allá del impacto con el ejercicio de derechos. Por ejemplo, hay relaciones entre
el movimiento de defensa de DH, y el movimiento anti-corrupción. También hay
relación entre la corrupción y el principio de igualdad y no discriminación; aportes
que la lucha por la protección de los DH puede hacer para contribuir en la lucha
anticorrupción … y viceversa; o tensiones debido a que algunas de las herramientas
de la lucha contra la corrupción podrían ser opuestas a derechos como el acceso a
la justicia o al debido proceso. Sin embargo, el punto que nos interesa se encuentra
en lo que conforma la segunda sección de este capítulo: ¿cómo es que actos de
corrupción se pueden convertir en violaciones a los DH? En la tercera sección del
capítulo se analizan correlaciones específicas entre la corrupción y los DH en el
mundo, a partir de análisis en dos periodos: 1996–2011 y 2012–2015. Y correla-
ciones entre estos mismos dos conceptos para el caso de México a partir de cada
entidad federativa entre el 2000 y el 2014.
El capítulo 5 lo dedicamos a la presentación de las variables de control: impu-
nidad, control gubernamental, variaciones del PIB y población. Aquí se identifican
las variables que usaremos en los modelos estadísticos, las fuentes de los indica-
dores y se presentan coeficientes de correlación entre cada una de las variables de
control y nuestras dos variables principales: corrupción (variable independiente o
explicativa) y DH (variable dependiente o a explicar).
En el capítulo sexto construimos distintos modelos estadísticos para mirar
las relaciones entre la corrupción y los DH tanto entre diversos países del mundo
entre 1996 y el 2015; como en las entidades federativas de México entre el 2000
y el 2014. En particular, echamos mano de tres tipos de regresiones: las multini-
vel por efectos fijos o jerárquico lineales, las logístico multinomiales, y las locales.
Con estos tres tipos de pruebas podemos saber: el sentido y magnitud del impacto
i n t r o d u cc i ó n | 7
Para el estudio empírico construimos dos bases de datos, una con datos de todos
los países a nivel mundial entre 1996 y el 2015 (la unidad de análisis es año – país);
y otra para México entre el 2000 y el 2014 (la unidad de análisis es año – enti-
dad federativa). Ambas bases de datos tienen diversos indicadores para mirar a
la corrupción, a los DH y las variables de control (impunidad, control sobre los
gobiernos, PIB y población).
Para analizar a los DH a nivel mundial utilizamos varias fuentes de datos.
La primera, los índices elaborados por CIRI Human Rights Data Project. En
específico utilizamos los índices de integridad personal, de empoderamiento, de
derechos electorales (participación política), y de derechos económicos y sociales
de las mujeres. La principal limitación con esta base de datos es que se levantó de
1996 al 2011. Por esta razón, decidimos tomar como línea de inicio del periodo
estudiado el año de 1996. No obstante, a fin de contar con un análisis más cercano
a la actualidad, sumamos información sobre DH por medio de otros indicadores
i n t r o d u cc i ó n | 9
del 2012 al 2015: el PIB per cápita con paridad de poder adquisitivo a dólares
constantes del 2011 elaborado por el Banco Mundial; la esperanza de vida al nacer
elaborada por el Banco Mundial; y los años de escolaridad promedio que forma
parte del Índice de Desarrollo Humano del Programa de Naciones Unidas para el
Desarrollo (PNUD). Además, sumamos los indicadores de libertades civiles y de
derechos políticos elaborados por Freedom House.
Para analizar a los DH en México, construimos datos del 2000 al 20147 a
partir de diversas fuentes, en todos los casos se trata de datos oficiales: la Comi-
sión Nacional de DH (CNDH), en particular quejas recibidas y recomendaciones
emitidas; del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) sobre homi-
cidios; del Consejo Nacional de Población (CONAPO) sobre mortalidad infantil
y esperanza de vida al nacer; de la Procuraduría General de la República (PGR)
sobre averiguaciones previas; del Instituto Nacional Electoral sobre participación
en las elecciones; y del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desa-
rrollo Social (CONEVAL) sobre pobreza y acceso a diversos derechos. Además,
recuperamos el Índice de Desarrollo Humano (IDH) elaborado por el Programa
de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). En la siguiente tabla se especifi-
can los indicadores de DH utilizados.
Unidad INDICADORES
Derechos civiles y políticos
• Índice de integridad personal / CIRI-HRDP / 1996–2011
• Índice de empoderamiento / CIRI-HRDP / 1996–2011(este índice
incluye tanto libertades civiles de uso político como derechos sociales).
• Libertades civiles / Freedom House / 1996–2015
• Derechos políticos / Freedom House / 1996–2015
• Índice de derechos electorales (participación política) / CIRI-HRDP /
1996–2011
año – país Derechos económicos y sociales
• Índice de empoderamiento / CIRI-HRDP / 1996–2011(este índice
incluye tanto libertades civiles de uso político como derechos sociales).
• Índice de derechos económicos y sociales de las mujeres /
CIRI-HRDP / 1996–2011
• PIB per cápita con paridad de poder adquisitivo a dólares constantes
del 2011 / BM / 1996–2014
• Esperanza de vida al nacer / BM / 1996–2015
• Años de escolaridad promedio / IDH-PNUD / 2005–2014
(Continued)
10 | corrupción y derechos humanos
Unidad INDICADORES
DH en general
• Total de quejas presentadas ante la CNDH, 2000–2014
• Total de recomendaciones de la CNDH, 2000–2014
Unidad INDICADORES
• Población con carencias por acceso a los servicios de salud (CONE-
VAL), 2008, 2010, 2012 y 2014
• Población con carencias por acceso a la seguridad social (CONEVAL),
2008, 2010, 2012 y 2014
• Población con carencias por calidad y espacios de la vivienda (CONE-
VAL), 2008, 2010, 2012 y 2014
• Población con carencias por acceso a los servicios básicos de vivienda
(CONEVAL), 2008, 2010, 2012 y 2014
• Población con carencias por acceso a la alimentación (CONEVAL),
2008, 2010, 2012 y 2014
• Población con un ingreso inferior a la línea de bienestar mínimo
(CONEVAL), 2008, 2010, 2012 y 2014
• Población con un ingreso inferior a la línea de bienestar (CONEVAL),
2008, 2010, 2012 y 2014
Unidad INDICADORES
Indicadores objetivos
• Barómetro Global de la Corrupción / TI / 2011–2013.
Indicadores objetivos / 2000–2014
• Total de observaciones emitidas por la ASF
• Total de observaciones emitidas por la ASF que suponen daño
patrimonial
• Total de observaciones emitidas por la ASF que suponen daño patri-
monial (% del total)
• Índice de gravedad de las observaciones emitidas por la ASF
• Número de servidores públicos sancionados por entidad federativa /
año – entidad SFP
federativa
Indicadores subjetivos (de percepción) / 2011–2015
• Percepción de la corrupción / ENVIPE / impartición de justicia
(jueces)
• Percepción de la corrupción / ENVIPE / Procuración de justicia
(MP)
• Percepción de la corrupción / ENVIPE / seguridad pública (policías)
• Percepción de la corrupción / ENVIPE / seguridad nacional
(militares y marina)
El tercer y último grupo de indicadores que se construyó son los que usamos
como variables de control. Pensamos en cuatro variables tanto para los modelos
por país, como para los construidos al interior de México, por entidad federativa:
impunidad, control sobre los gobiernos, las variaciones del PIB y población.
Para mirar la impunidad a nivel mundial, echamos mano de varias preguntas que
conforman los componentes de efectividad de la justicia criminal (Effective criminal
justice) y de Acceso a la justicia civil del índice de Estado de Derecho (ROL por sus
i n t r o d u cc i ó n | 13
siglas en inglés) elaborado por el World Justice Project. La principal restricción con
este índice es que sólo se cuenta con datos del 2012 al 2015. Para mirar la impunidad
en las entidades federativas de México utilizamos diversos indicadores provenientes
de la ENVIPE (2011–2015) así como el número de averiguaciones previas iniciadas
por presumibles delitos contra la administración de justicia por la PGR.
Para mirar el control sobre los gobiernos a nivel mundial utilizamos el indi-
cador de tipo de régimen político desarrollado por el Polity Project (1996–2013).
Sumamos también el índice de independencia judicial construido por CIRI Human
Rights Data Project (1996–2011). Para mirar el control sobre los gobiernos en las
entidades federativas, construimos un indicador de alternancia política (2000–2014).
A fin de tener otras dos variables de control que permitan considerar tanto
la diferencia entre los países como entre las entidades federativas que integran a
México, pensamos en la materia económica y en la población. Para las pruebas
estadísticas aplicadas a todos los países del mundo utilizamos el Producto Interno
Bruto (PIB) calculado por el Banco Mundial entre 1996 y el 2015. Para las entida-
des federativas usamos también el PIB calculado por el INEGI entre el 2000 y el
2014. Con respecto a la población, usamos el indicador de población mundial cal-
culado por el Banco Mundial entre 1996 y el 2015. Para las entidades federativas
recuperamos el indicador de población construido por el INEGI entre el 2000 y el
2014. La especificación de los indicadores construidos como variables de control
se presenta en la siguiente tabla.
Unidad INDICADORES
Impunidad
• Componentes de efectividad de la justicia criminal (Effective
criminal justice) y de Acceso a la justicia civil del índice de Estado
de Derecho / WJP / 2012–2015
Economía
• Producto Interno Bruto / BM / 1996–2015
Población
• Población mundial / BM / 1996–2015
(Continued)
14 | corrupción y derechos humanos
Economía
• Producto Interno Bruto / INEGI / 2000–2014
Población
• Población / INEGI / 2000–2014
• Regresiones multinivel por efectos fijos o jerárquico lineal. Con esta prueba
observamos el impacto que el avance o disminución en los indicadores de
corrupción tiene en los indicadores de DH. Aquí utilizamos las variables
de control, a la par que observamos no sólo el impacto de la corrupción en
los derechos, sino también el impacto de la interacción entre la impunidad
y la corrupción en los derechos. Se construyeron diversos modelos tanto
para analizar lo que sucede en los países, como lo que pasa en las entidades
federativas de México.
• Regresión logística multinomial. Esta prueba nos permitió observar la prob-
abilidad de que un país modificara sus valores en DH (en particular en el
índice de derechos electorales, el índice de derechos económicos y sociales
de las mujeres, y el índice de desaparición forzada, todos ellos de CIRI
Human Right Data Project) a partir tanto de los valores mínimos y máxi-
mos de corrupción, como de los aumentos o disminuciones en dicho índice.
• Regresiones locales. Esta prueba permite crear subconjuntos locales de datos
y crear regresiones específicas por segmentos. De esta forma, se va constru-
yendo una línea más precisa en la relación entre dos variables, en nuestro
caso DH y corrupción, que permite identificar dónde están los umbrales y
los rendimientos decrecientes.
Notas
1. Se puede mirar el reportaje en estos links: http://aristeguinoticias.com/0911/mexico/
la-casa-blanca-de-enrique-pena-nieto-en-las-lomas-video/ y http://aristeguinoticias.com/
0911/mexico/la-casa-blanca-de-enrique-pena-nieto/
2. La información sobre la amistad se encuentra en: http://www.sinembargo.mx/04-
02-2015/1238934
3. La información sobre la casa de Malinalco se puede mirar en este link: http://aristeguino-
ticias.com/tag/casa-de-videgaray/
4. Se puede consultar toda la investigación en este link: http://www.animalpolitico.
com/2016/12/desaparece-el-gobierno-de-veracruz-645-millones-de-pesos-entrega-el-di-
nero-a-empresas-fantasma/
5. La historia relatada por Daniel Moreno, director de Animal Político, sobre el tipo de per-
sonas en situación de pobreza y marginación que aparecen como los representantes legales
de empresas que han ganado licitaciones por hasta 100 mdp se puede consultar en este link:
http://www.radioformula.com.mx/notas.asp?Idn=596082&idFC=2016
6. El Servicio de Administración Tributaria (SAT) informó que se investigaban operaciones
de 26 empresas en Veracruz, si las irregularidades se comprueban, la cifra de 645 millones
se podía multiplicar por 5. Al momento de escribir estas líneas, aún no se tienen noticias
de la conclusión de la investigación del SAT. Se puede verificar esta información en: http://
www.radioformula.com.mx/notas.asp?Idn=598006&idFC=2016
7. No se construyeron datos del 2015 ya que hay un desfase de dos años en la elaboración y
publicación de cifras oficiales, por lo que al momento de elaboración del libro no se contaba
con datos oficiales del 2015.
capítulo 1
Uno de los primeros hechos que aparece en prácticamente todos los recuentos
sobre acciones anticorrupción es la temprana normativa que EUA aprobó en 1977
tipificando como delito el soborno a funcionarios extranjeros. En la normativa de
EUA se prohíbe que ciudadanos o empresas norteamericanas paguen o prometan
pagar a funcionarios gubernamentales para influir en los procesos de decisión en
que éstos están implicados; y se penaliza que por cualquier otro medio se trate
de inducir a funcionarios a actuar (o dejar de actuar) en contradicción con aque-
llas normas que regulen su actividad y les afecten de manera perceptiva (López y
Alonso, 2011: 76). Sin embargo, se exime de responsabilidad cuando el pago sea
sólo de facilitación: no se busca modificar la norma, sino agilizar un trámite. Este
último punto es relevante, permite explicar qué pasó hasta la década de los 90: o
simplemente el tema de la corrupción era irrelevante (Gathii, 2009), o –recupe-
rando el texto de El orden político de las sociedad en cambio de Samuel Huntington
y, en menor medida, Social theory and social structure de Robert Merton ( Jiménez,
1997)– se consideraba que la corrupción era necesaria en el proceso de transi-
ción al neoliberalismo para activar el clima de negocios y romper las resistencias
de las burocracias (Alonso, 2011: 11; Gathii 2009; Anand, 2012; Kiai y Kuria,
2008). Para muchos países ricos era preferible tener relación con líderes corruptos
¿ de qué hablamos cuando d e c i m o s co r ru p c i ó n ? | 19
pero sumisos, que con gobernantes más limpios, pero también más independientes
(Alonso y Garcimartín, 2011a: 43). Además, en el contexto de la Guerra Fría, no
importaba que tan corruptos fueran algunos gobiernos siempre que fueran aliados
o, al menos, enemigos del bloque contrario (Gathii, 2009).
Esto cambió en la década de los 901. En 1990 el Banco Mundial emitió un
informe sobre el proceso político contemporáneo de África, en él consideró a la
corrupción como un indicador de mal gobierno (Gathii, 2009: 143). A partir de
entonces, las organizaciones financieras multilaterales se comenzaron a interesar
por frenar la corrupción para mejorar el clima de negocios. Posteriormente, en
1997, el Banco Mundial, en su reporte de desarrollo mundial, dejó claro que la
corrupción es contraria tanto al crecimiento económico como a la inversión pri-
vada (Gathii, 2009: 144). Esto permitió tejer una relación más inmediata entre la
corrupción y la economía a partir del análisis del desarrollo, pero mantuvo total-
mente invisibilizada la relación entre corrupción y DH (Gathii, 2009).
Entre 1996 y el 2007 se adoptaron cinco convenios de carácter regional o
internacional relativos a la lucha contra la corrupción a la par que sucedieron
hechos importantes para comprender la lucha contra la corrupción:
Hoy en día existen varios discursos en torno a qué es y cómo luchar con-
tra la corrupción. Más adelante veremos que lo mismo sucede con el discurso de
derechos humanos. La determinación del tipo de discurso pasa por respuestas a
preguntas como ¿qué tipo de corrupción me interesa analizar? ¿Quiero mirar sus
causas o sus consecuencias? ¿Me interesa analizar sus consecuencias en la eco-
nomía, o en las personas? Por ejemplo, Rajagopal (1999: 9) propone observar la
corrupción a partir de problemas concretos, de situaciones concretas que nos per-
mitan observar las privaciones que se gestan a las víctimas de la corrupción en
situaciones específicas. En la medida que a este libro le interesa analizar la relación
entre corrupción y DH, es evidente que lo que sucede a las personas cobra un matiz
principal. Sin embargo, sería un error dividir los estudios entre macro y micro,
ya que estos dos niveles, más que excluirse, se complementan. Cuando lo que se
enfrenta –como sucede en el caso mexicano- son redes de macrocriminalidad que
involucran actores gubernamentales, empresarios, empresarios de la violencia, y
crimen organizado, la corrupción toma formas estructurales que permiten “acei-
tar” la maquinaria. En estos casos, concentrarse en situaciones muy localizadas de
corrupción, en víctimas específicas, puede darnos datos interesantes sobre la coti-
dianidad de la corrupción, pero no nos permitirá pensar respuestas que nos lleven
a estrategias que combatan el fenómeno en su estructura. Ya estamos comenzando
con la discusión sobre cómo analizar la corrupción, pero ¿qué estamos entendiendo
por corrupción?
Vayamos de las más generales a las más específicas y analicemos los matices
y consecuencias. Prestaremos atención a tres discusiones que se dan en torno a la
conceptualización de la corrupción:
a) ¿Es necesario que exista una relación entre dos o más personas y que medie
un pago –de algún tipo-, o basta con que haya privatización del poder
público?
b) ¿Se requiere que haya un ente gubernamental involucrado para hablar de
corrupción o puede ser entre particulares?
c) ¿Se debe violar una norma o puede haber actos legales y corruptos al mismo
tiempo?
entiende por corrupción una práctica o fenómeno que supone el uso o abuso de
poderes y funciones públicas para generar indebidamente riqueza o beneficios pri-
vados (Zalaquet, 2007: 19).
Desde esta definición, la corrupción supone la apropiación de lo público para
fines privados, es decir, la pérdida de “publicidad” del gobierno. Figuras como el
conflicto de intereses o negociaciones incompatibles, las donaciones en campa-
ñas electorales y la cooptación o captura estatal caben muy bien en esta defini-
ción. Incluso aquella captura que no necesariamente se realiza por medio de un
soborno, sino por la sola influencia política sobre los gobiernos, como es el caso
de las empresas y otros grandes actores tienen una gran capacidad de incidencia.
En la capacidad de influencia sobre las decisiones políticas vinculantes es
donde están la virtud y problema de esta definición. Permite, por un lado, mirar
aspectos estructurales de la corrupción, pero amplía la definición de forma tal que
prácticas hoy consideradas normales o no corruptas, como el lobby o la dona-
ción en campañas, caerían también dentro de la corrupción. Como observa Nora
Rabotnikof (2003: 49–50), si al analizar una transacción política se deja de lado o
se minimiza como criterio la percepción de un beneficio económico individual o
la apropiación de fondos públicos (criterios que sirven para definir al soborno y las
extorsiones), o se les reemplaza de forma un poco laxo por beneficios políticos, hay
una zona en la que diferentes formatos de intercambio político y prácticas corrup-
tas pueden llegar a confundirse conceptualmente.
Pese a la tecnificación en los estudios sobre corrupción, la idea de corrupción
mantiene ese aire de familia, esa idea de moralidad cívica, de interés público y de
cultura política fuerte y casi nunca explicitada (Rabotnikof, 2003; Mény, 2003).
Por esta razón, hay prácticas que, si bien hoy aceptamos en la política moderna,
transgreden este tipo de códigos y caen en lo que se ha analizado como corrup-
ción, en especial aquellas que no necesariamente incluyen un beneficio económico
individual, como la captura estatal por medio de influencia política, la parciali-
dad, el favoritismo, el corporativismo o el lobbismo; en este último caso, de forma
más evidente cuando el lobby viene acompañado de donaciones a las campañas,
(Levine, 2006). Se trata precisamente de esa apropiación privada de lo público, sin
que haya un soborno de por medio, vaya, en términos de Nora: lo que se pone en
duda es la legitimidad política de los intereses particulares (Rabotnikof, 2003: 51).
En esta forma o expresión de la corrupción, cuando bancadas en el Congreso
o directores al frente de órganos gubernamentales autónomos que debieran regular
un mercado (como los de telecomunicaciones, sistema financiero o competencia
del mercado) representan abierta y directamente los intereses de un poder fáctico,
ahí estaríamos frente a la cooptación estatal, a la pérdida de publicidad de la acción
gubernamental y, por ende, ante expresiones de corrupción.
¿ de qué hablamos cuando d e c i m o s co r ru p c i ó n ? | 25
pero establecen la necesidad de que se violente una ley. No basta que se transgreda
una expectativa moral del puesto –una obligación posicional–, es necesario que
haya la ruptura del orden positivo. Probablemente esta diferencia abonaría en la
distinción entre la corrupción y la incompetencia o mala administración. Por ejem-
plo, de acuerdo con Bacio (2008), para poder determinar cuándo la corrupción es
violatoria a derechos humanos, se necesita una definición legal de corrupción, él
propone: “the illegal abuse of entrusted power for private gain” (Bacio, 2008: 6).
En esta línea, los actos considerados corruptos son muy claros: aquellos que
están tipificados en las leyes nacionales e internacionales. Por ejemplo: apropiación
de bienes públicos para fines privados; fraude al fisco; soborno entendido como
dádiva a agentes públicos a cambio de un favor; la extorsión, que supone la misma
dádiva, pero a iniciativa del agente público; el tráfico de influencias; el uso abu-
sivo de información privilegiada; el enriquecimiento ilícito; por mencionar algunos
(Zalaquet, 2007; Bacio, 2008).
En cambio, algunos otros actos que suelen ser considerados corrupción, pero
que no siempre se encuentran en las leyes, quedarían fuera de este tipo de defini-
ciones, por ejemplo: la puerta giratoria (un regulador estatal deja su cargo público y
es contratado por la empresa que regulaba); el clientelismo; el nepotismo; el finan-
ciamiento electoral que da mayor influencia a los donantes sobre los ciudadanos;
los conflictos de intereses o negociaciones incompatibles4 (Stark, 2009; Arellano y
Zamudio, 2009); y, en general, la captura del estado por intereses privados cuando
no se realice mediante sobornos.
Esta Agencia mezcla los dos criterios de clasificación que vimos antes: la exten-
sión de la corrupción (gran o pequeña) y la captura o no del Estado (política y ¿no
política?). GTZ distingue entre: la gran corrupción, que se refiere a la formación
de Estados neopatrimoniales que rigen su actividad cotidiana por medio de redes
clientelares; la pequeña corrupción, que rige en determinados ámbitos de la admi-
nistración pública vinculada a las decisiones que deben tomar los funcionarios en
la gestión de sus asuntos públicos; y la corrupción política, destinada a la conse-
cución de objetivos en el ámbito político (Alonso y Garcimartin, 2011: 26–27).
Como vemos, las ideas de gran y pequeña corrupción no sólo son distintas a la
que sostiene la PNUD, sino incluso contradictorias. Acá la gran corrupción es la
más extendida en redes clientelares, parecido a la que el PNUD entiende como
pequeña corrupción. Mientras que la pequeña corrupción se refiere a esos actos
aislados en decisiones particulares. En parte esto se debe a que los criterios de
taxonómicos son totalmente distintos.
Otro ejemplo que usaremos es la clasificación desarrollada por Zalaquet
(2007). En esta clasificación también tenemos dos criterios taxonómicos: la exten-
sión de la corrupción (aislada o endémica); y el lugar donde se cometen los actos
corruptos (focalizada o generalizada). Para este autor, la corrupción puede ser una
práctica esporádica o un fenómeno endémico. La referencia a la corrupción como
una práctica endémica hace referencia a la corrupción estructural, caracterizada
como una práctica que define el funcionamiento de ciertas instituciones y que
opera a través de redes de poder, cuya principal función es proteger y mantener en
la impunidad la corrupción funcional a su grupo (Nash, 2014: 70). La corrupción
endémica o estructural puede ser focalizada (por ejemplo, en la policía, la judica-
tura o el servicio de aduanas) o generalizada (en el grueso de la lógica guberna-
mental) (Zalaquet, 2007).
La corrupción estructural ha tomado relevancia en el movimiento anticorrup-
ción, de forma tal que, en la Declaración de la 11ª Conferencia Internacional Anti-
corrupción celebrada en Seúl en mayo del 2003, se determinó que la corrupción
a gran escala debe ser tratada como un crimen contra la humanidad, ya que para
muchas personas en todo el mundo la corrupción tiene consecuencias semejantes
a la tortura, el genocidio y otros delitos contra la humanidad que roban a las per-
sonas de su dignidad. Los ideales establecidos en la Declaración Universal de los
Derechos humanos permiten sostener –sigue la Declaración– que todas las per-
sonas tienen el derecho humano a vivir en una sociedad libre de corrupción (The
Seoul Findings, 2003).
Hay muchas más clasificaciones de la corrupción, casi tantas como auto-
res sobre este tema. Por ejemplo, Jorge Salem (1997), recuperando a Michael
¿ de qué hablamos cuando d e c i m o s co r ru p c i ó n ? | 31
NO (gran corrupción)
COOPTA AL Focalizado Generalizado
ESTADO Mandos bajos
(pequeña corrupción)
• Quién comete el acto, en cuyo caso, para que haya cooptación estatal, nece-
sariamente se deberá llevar a cabo en mandos altos.
• Dónde se comete el acto, que nos permite distinguir la corrupción focali-
zada en un ente estatal, de la corrupción generalizada o dispersa en la lógica
cotidiana del gobierno en su totalidad.
• El nivel del mando que comete el acto, en cuyo caso nos encontraremos
frente a niveles altos y medios (gran corrupción) con expresiones como el
otorgamiento de contratos públicos por medio de sobornos; y frente a nive-
les de mando bajo (pequeña corrupción) que se observará a través del pago
de sobornos para obtener bienes y servicios que debieran ser públicos.
• El espacio donde se comete el acto, que puede ser focalizado a un ente esta-
tal o generalizado a la acción gubernamental, pero sin tener por objetivo la
captura estatal.
Vale la pena hacer tres anotaciones más respecto a los actos de corrupción, en
específico de aquellos que se tornan estructurales. El primero es que los actos de
¿ de qué hablamos cuando d e c i m o s co r ru p c i ó n ? | 33
DH. Los primeros dos campos son, sin lugar a dudas, los más desarrollados, sobre
la base de la economía de la corrupción.
Dentro del boom de los estudios de la corrupción en la década de los 90, la
principal corriente es la economía de la corrupción, que pone atención a los pagos
realizados a servidores públicos que los llevan a ignorar los intereses de sus repre-
sentados y a favorecer los intereses privados (Rose-Ackerman, 2009). De hecho, si
hay algo que se puede comenzar a llamar “corruptólogos”, este tipo de estudios son
el tronco y la principal tendencia, muy marcada por los estudios económicos (en el
mismo sentido, Rabotnikof, 2003).
Este tipo de estudios se pueden dar a nivel macro, donde lo que se busca es
analizar la relación estadística de la corrupción con distintas variables económicas
como el crecimiento o el desarrollo. Hay tres buenos recuentos de este tipo de
estudios de economía política de la corrupción: el coordinado por Abed, G. T. y
Davoodi, H. R. publicado bajo el título Governance, corruption and economic per-
formance, con el sello editorial del FMI; el International Handbook on the economics
of corruption que en el 2006 editó Susan Rose-Ackerman; y el editado por el BID
y coordinado por José Antonio Alonso y Carlos Mulas-Granados bajo el título
Corrupción, cohesión social y desarrollo. El caso de Iberoamérica.
También hay estudios a nivel micro, donde se analizan los incentivos y accio-
nes que se dan en una relación específica de corrupción, ya sea entre una persona y
el gobierno (Roemer, 2003) o entre una empresa y el gobierno (Rose-Ackerman,
2003); así como el costo que debieran tener los incentivos para lograr disuadir los
actos corruptos (Haro, 2003).
En los estudios de la economía de la corrupción, el principal objetivo de ésta
es dar prioridad a intereses privados y presentarlos como públicos. El mecanismo
es el soborno que va del ente privado al ente público para obtener una ventaja,
aspecto que diferencia este tipo de corrupción con la que en la literatura se ha
denominado como corrupción política. Se han analizado diversos ejemplos de
este tipo de procesos como los pagos para obtener grandes contratos y concesio-
nes (Rose-Ackerman, 2001); los pagos en los procesos de privatización (Rose-
Ackerman, 2001; Schamis, 2009; Ugarteche, 2009; Manzetti, 2009; Sandoval,
2009); la corrupción en los órganos reguladores (Prado, 2009); y la corrupción en
el acceso a la justicia.
Vayamos al primer y segundo campo de los estudios de la corrupción: las cau-
sas y consecuencias en estudios a nivel macro. Sobresalen los estudios cross natio-
nal que usan las bases de datos de percepción tanto de Transparencia Internacional
como del Banco Mundial. Si bien se identifican varias relaciones positivas, los
principales problemas están en la dirección de la causalidad. Entre las causas que
se recuperan están (Rose-Ackerman, 2007: 30–32; Alonso y Garcimartín, 2011:
49–55):
36 | corrupción y derechos humanos
evitar la corrupción (Alonso y Garcimartín, 2011: 61). Lo que se genera son dis-
torsiones en las transacciones o en el ambiente de negocios: “La corrupción, entre
otros impactos, distorsiona los precios y las condiciones del mercado, reduce la
confianza en las autoridades, afecta el desarrollo económico sustentable de los
países y las empresas, desincentiva la inversión, aumenta la incertidumbre para
realizar transacciones comerciales, e incrementa los costos de operación de las
empresas” (OCDE, 2002: 5). Si bien existe una clara relación entre altos niveles de
corrupción y bajos niveles de crecimiento, no está clara la causalidad, si los bajos
niveles de crecimiento generan corrupción o viceversa (Rose-Ackerman, 2009: 24;
Gathii, 2009: 134–137). Para quien considera que la corrupción tiene un efecto
benéfico en la economía, se posiciona en mercados mal reglamentados, por lo que
la corrupción sirve para aceitarlos en una explicación de second best (Alonso y Gar-
cimartín, 2011: 61). En este mismo sentido, desde un análisis más denso sobre el
tejido social que conforma las relaciones corruptas, Rabotnikof (2003) identifica
que puede haber corrupción integradora y desintegradora. La primera se carac-
terizaría por vincular a las personas por medio de redes estables de intercambio
e intereses compartidos; la segunda por producir divisiones tanto al interior del
espacio donde se realiza el acto de corrupción, como entre quienes participan en la
relación corrupta y los excluidos.
Es en la relación corrupción – economía donde se tienen el mayor número de
datos:
… según Mauro (1995, 1996), mejoras en los índices de corrupción de una desviación
estándar generan aumentos de la tasa anual de crecimiento del PIB per cápita de
entre el 1.3% y el 0.69%. Para Leite Weidmann (1999), una caída de la corrupción
desde el nivel de Chile al nivel de Estados Unidos supondría un aumento en el creci-
miento anual del 1.4% en el primer país, mientras que si Bangladesh tuviera un nivel
de corrupción similar al de Singapur, su tasa de crecimiento anual hubiera sido un
1.8% mayor. De forma similar, Bagio y Ramírez-Rondan (2006) estiman que reducir
la corrupción de América Latina al nivel promedio de los países desarrollados supon-
dría un aumento anual del 0.5% en el PIB per cápita, tasa que ascendería a 0.7% en
el caso de África. No faltan, sin embargo, algunos resultados adversos. Por ejemplo,
Brunetti et al (1997) no encontraron ninguna relación significativa entre corrupción
y crecimiento y los resultados de Lambsdorff (1999) apuntan a que la relación no se
produce entre estas dos variables, sino entre el crecimiento y la variación de los niveles
de corrupción … (Alonso y Garcimartín, 2011: 65)
Notas
1. Para un recuento mucho más detallado de las negociaciones y arreglos internacionales rela-
cionados con la corrupción entre 1960 y 1990 es útil: Gathii, 2009. Sólo mencionar el
cierre de puerta al intento de los países no alineados de realizar un código de conducta para
multinacionales en la Asamblea de Naciones Unidas en 1974, y el paso de este espacio de
discusión a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en
ese mismo año. El punto no es menor, se pasó de un intento de formar un código vincu-
lante, a unas reglas de sometimiento voluntario.
2. En 2002 hubo una primera ronda de presentaciones. En 2006 se emitieron informes finales
por país y un informe final hemisférico, de entre los resultados (López y Alonso, 2011:
83):
• Varios países disponen de leyes que regulan los conflictos de intereses, pero menos de
la mitad aplican estas leyes de forma efectiva.
• Existen pocos mecanismos para que la sociedad civil participe en la supervisión.
¿ de qué hablamos cuando d e c i m o s co r ru p c i ó n ? | 41
• En más de la mitad de los países hay necesidad de un mayor acceso a la información
pública.
• Hay problemas de capacidad estatal.
3. No paso por alto que habrá gobiernos que tengan capacidad de generar una mayor auto-
nomía del Estado, donde esta división entre gobierno, sociedad y mercado parezca más
palpable.
4. Esta figura se presenta cuando hay intereses objetivamente clasificados y directamente
observables que permiten mirar cuando un funcionario entra en conflicto subjetivo en la
toma de decisiones públicas por esos intereses. Un funcionario está en situación de conflicto
si recibe regalos, remuneraciones o promesas que lo hagan sentirse en deber para con sus
benefactores (Stark, 2006).
5. En una encuesta realizada en el 2000 en Kenia, Transparencia Internacional calculó que en
promedio una persona paga 175 USD para tener acceso a los servicios gubernamentales que
debieran ser gratuitos (Gatjhii, 2009: 184).
6. Aunque se mantiene el problema de dirección causal: se reguló de más y por eso hay corrup-
ción; o había corrupción y por eso se reguló de más.
7. Hay autores que identifican aspectos positivos y otros no encuentran relación alguna. Por
un lado, se puede incrementar la capacidad de presión de los grupos de poder. Al mismo
tiempo se considera que la descentralización puede mejorar la prestación de servicios y
permitir una mejor adaptación de las normas a un caso concreto.
8. Logra una relación negativa sólo en el largo plazo –45 años– y si hay fuerte competencia
electoral.
9. La tradición anglosajona aparece asociada al propósito de los agentes privados de limitar
la capacidad expropiatoria de los poderes públicos. Mientras que la tradición romana está
orientada a definir la capacidad ordenadora de los poderes públicos (Alonso y Garcimartín,
2011: 46–47), aunque sobre esto no hay evidencia concluyente.
10. En la medida que la religión afecta las actitudes que la sociedad tiene frente a la jerarquía
social, se le suele considerar también como causa de más o menos corrupción. Aquellas
religiones más proclives a la jerarquía como el catolicismo, el cristianismo ortodoxo, el con-
fucionismo y el islam, serán más proclives también a la corrupción, a diferencia del protes-
tantismo. También la religiones afectarán en la medida que influyan en la lealtad que los
individuos tienen a sus grupos familiares, etnias o clanes (Alonso y Garcimartín, 2011: 47).
11. La colonización británica, además de su tradición jurídica, aportó sistemas e instituciones
de gobierno más favorables para el desarrollo de los mercados. (Alonso y Garcimartín,
2011: 48).
12. La fragmentación potencia las lealtades de grupo que actúa como factor de aminoración
de la sanción social que pesa sobre las prácticas de la corrupción. Además, en la sociedades
altamente fragmentadas es difícil construir una disposición compartida (Alonso y Garci-
martín, 2011: 49).
13. El aumento en una desviación típica de la corrupción (2.52 puntos en una escala de 10)
incrementa el índice de Gini en 4.4 puntos, un efecto similar que el de reducir la escolaridad
media en dos años. El mismo aumento de la corrupción reduce el incremento de la renta de
los pobres en un 4.7% anual (Alonso y Garcimartín, 2011: 67).
42 | corrupción y derechos humanos
Fuentes De Información
Bibliográficas
Ackerman, John e Irma Sandoval (2005). Leyes de acceso a la información en perspectiva compadara.
Cuadernos de Transparencia No. 7. México: IFAI.
Adler-Lomnitz, Larissa. (2006). “Economía informal, redes sociales y confianza” en Anto-
nio Azuela. La corrupción en América. Un continente, muchos frentes. México: UNAM.
Pp. 101–126.
Alonso, José. (2011). “Introducción” en José Antonio Alonso y Carlos Mulas-Granados
(Coord.). Corrupción, cohesión social y desarrollo. El caso de Iberoamérica. Madrid: Fondo de
Cultura Económica. Pp. 11–20.
Alonso, José. (2011a). “Reducir las oportunidades de corrupción: algunas enseñanzas” en en José
Antonio Alonso y Carlos Mulas-Granados (Coord.). Corrupción, cohesión social y desarrollo.
El caso de Iberoamérica. Madrid: Fondo de Cultura Económica. Pp. 161–202.
Alonso, José; y Carlos Garcimartín (2011). “Causas y consecuencias de la corrupción: una
revisión de la literatura” en José Antonio Alonso y Carlos Mulas-Granados (Coord.).
Corrupción, cohesión social y desarrollo. El caso de Iberoamérica. Madrid: Fondo de Cultura
Económica. Pp. 43–72.
Alonso, José; y Carlos Garcimartín (2011a). “La corrupción: definición y criterios de medición”
en José Antonio Alonso y Carlos Mulas-Granados (Coord.). Corrupción, cohesión social y
desarrollo. El caso de Iberoamérica. Madrid: Fondo de Cultura Económica. Pp. 21–42.
Alonso, José; Carlos Mulas-Granados y Federico Steinberg. (2011). “Conclusiones y reco-
mendaciones” en José Antonio Alonso y Carlos Mulas-Granados (Coord.). Corrupción,
cohesión social y desarrollo. El caso de Iberoamérica. Madrid: Fondo de Cultura Económica.
Pp. 203–216.
Anand N. Asthana. (2012). “Human Rights and Corruption: Evidence From a Natural
Experiment” en Journal of Human Rights, 11: 4. pp 526–536, DOI: 10.1080/14754835.2012.
730913
Arellano, David y Laura Zamudio. (2009). “Dilemas organizacionales e institucionales de las
regulaciones para contener los conflictos de interés en una democracia: una aproximación
comparativa entre Canadá, Estados Unidos y México” en Irma Erendira Sandoval. Corrup-
ción y transparencia. Debatiendo las fronteras entre Estado, mercado y sociedad. México: Insti-
tuto de Investigaciones Sociales – UNAM / Siglo XXI. Pp. 414–437.
Avaro, Dante y Daniel Vázquez (coord.). (2008). Derrumbando un mito. Instituciones exitosas en
Latinoamérica contemporánea. México: Distribuendum / FLACSO-Uruguay.
Bacio, Julio. (2008). Corruption as a violation of human rights. En: http://papers.ssrn.com/sol3/
papers.cfm?abstract_id=1107918 Revisado el 16 de marzo del 2016.
Carbonell, Miguel; Wistano Orozco, y Rodolfo Vázquez. (comps). (2002) Estado de derecho:
concepto, fundamentos y democratización en América Latina. México, D. F.: Siglo XXI
Clavijo, Angélica. (2012). “Actos de corrupción como violación a los derechos humanos”. En
Saber, ciencia y libertad. Vol. 7. No. 1. Pp. 35–45.
¿ de qué hablamos cuando d e c i m o s co r ru p c i ó n ? | 43
Collier, David y Steven Levitsky. (1998). “Democracia con adjetivos. Innovación conceptual en
la investigación comparativa” en La política. Revista de estudios sobre el Estado y la sociedad.
No. 4. Octubre. Pp. 137–159.
Comisión Nacional de Derechos Humanos. (2006). Recomendación 26/2006. Pasta de Conchos.
http://www.cndh.org.mx/sites/all/doc/Recomendaciones/2006/Rec_2006_026.pdf Revi-
sada el 26 de diciembre del 2016.
Comisión Nacional de Derechos Humanos. (2011). Informe especial sobre las condiciones de segu-
ridad e higiene de la zona carbonífera del estado de Coahuila. http://www.cndh.org.mx/sites/
all/doc/Informes/Especiales/2011_informeCoahuila.pdf Revisada el 26 de diciembre del
2016.
Garzón, Ernesto. (2003). “Acerca del concepto de corrupción” en Miguel Carbonell y Rodolfo
Vázquez. Poder, derecho y corrupción. México: IFE / ITAM / Siglo XXI. 19–44. También
en Francisco Laporta y Silvina Álvarez, (1997). La corrupción política. Madrid: Alianza
Editorial. Pp. 39–69.
Gathii, James. (2009). “Defining the relationship between Human Rights and corruption” en
Journal of International Law Vol. 31. Universidad de Pensilvania. Pp. 125–202.
González, Marianne; y Claudio Nash. (2011). Transparencia, lucha contra la corrupción y el sistema
interamericano de derechos humanos. Chile: Centro de Derechos Humanos–Universidad de
Chile. 187 p.
Haro, Victoria. (2003). “Análisis económico del diseño de mecanismos de sanción en un con-
texto con corrupción” en Miguel Carbonell y Rodolfo Vázquez. Poder, derecho y corrupción.
México: IFE / ITAM / Siglo XXI. Pp. 277–300.
Hatti, Neelembar; Mason Hoadley y James Heimann. (2010) “The corruption Baazar: a con-
ceptual discussion” en Sociological Bulletin Vol. 59. No. 2. Mayo–agosto. Pp. 216–234.
Johnston, Michael. (2006). “¿La corrupción en México se encuentra en transición?” en Antonio
Azuela. La corrupción en América. Un continente, muchos frentes. México: UNAM. Pp. 29–62.
Johnston, Michael. (2005). Syndromes of corruption. Wealth, power and democracy. USA: Cambri-
dge University Press. 267 p.
Khalil, Fahad; Jacques Lawarrée y Sungho Yun. (2010). “Bribery versus extortion: allowing the
lesser of two evils” en The RAND Journal of Economics. Vol. 41. No. 1. Pp. 179–198.
Kiai, Maina y Anthony Kuria (2008). “The human rights dimensions of corruption: linking
the human rights paradigm to combat corruption” en Journal of Global Ethics. Vol. 4. No 3.
Diciembre. Pp. 247–253.
Jiménez, Manuel. (1997). “La corrupción en la democracia” en Francisco Laporta y Silvina
Álvarez. La corrupción política. Madrid: Alianza Editorial. Pp. 135–155.
Levi-Faur, David y Jacint Jordana (2009). “Fortaleciendo las agencias reguladoras: diseños ins-
titucionales para la autonomía, la rendición de cuentas y el profesionalismo” en Irma Eren-
dira Sandoval. Corrupción y transparencia. Debatiendo las fronteras entre Estado, mercado y
sociedad. México: Instituto de Investigaciones Sociales–UNAM / Siglo XXI. Pp. 289–337.
Levine, Bert. (2006). “Actividades legislativas no registradas: la corrupción benigna en la cámara
de representantes de Estados Unidos” en Antonio Azuela. La corrupción en América. Un
continente, muchos frentes. México: UNAM. Pp. 127–169.
44 | corrupción y derechos humanos
López, Juana y José Antonio Alonso (2011). “Respuestas normativas a escala internacional” en
José Antonio Alonso y Carlos Mulas-Granados (Coord.). Corrupción, cohesión social y desa-
rrollo. El caso de Iberoamérica. Madrid: Fondo de Cultura Económica. Pp. 73–104.
Malem, Jorge. (2003). “La corrupción en el poder judicial” en Miguel Carbonell y Rodolfo Váz-
quez. Poder, derecho y corrupción. México: IFE / ITAM / Siglo XXI. Pp. 161–184.
Malem, Jorge. (1997). “El fenómeno de la corrupción” en Francisco Laporta y Silvina Álvarez.
La corrupción política. Madrid: Alianza Editorial. Pp. 71–90.
Manzetti, Luigi. (2009). “Oportunismo político y fallas de la privatización” en Irma Erendira
Sandoval. Corrupción y transparencia. Debatiendo las fronteras entre Estado, mercado y sociedad.
México: Instituto de Investigaciones Sociales–UNAM / Siglo XXI. Pp. 23–43.
Mény, Yves. “Política, corrupción y democracia” en Miguel Carbonell y Rodolfo Vázquez. Poder,
derecho y corrupción. México: IFE / ITAM / Siglo XXI. Pp. 123–142.
Millán, René y Fiorella Mancini. (2006). “México: ambiente y condiciones de la corrupción en
el gobierno federal” en Antonio Azuela. La corrupción en América. Un continente, muchos
frentes. México: UNAM. Pp. 203–240.
Mulas-Granados, Carlos. (2011). “Los indicadores de corrupción en Iberoamérica” en José
Antonio Alonso y Carlos Mulas-Granados (Coord.). Corrupción, cohesión social y desarrollo.
El caso de Iberoamérica. Madrid: Fondo de Cultura Económica. Pp. 105–130.
Munck, Gerardo y Jay Verkulen (2002). “Conceptualizando y midiendo la democracia: una
evaluación de índices alternativos” en Política y gobierno. Vol. IX. No. 2. II Semestre.
Pp. 403–441.
Nash, Claudio. (2014). Corrupción y derechos humanos: una mirada desde la jurisprudencia de la
Corte Interamericana de Derechos Humanos. Chile: Centro de Derechos Humanos–Univer-
sidad de Chile. 126 p.
O’Donnell, Guillermo. (1993), “On the State, Democratization and Some Conceptual Pro-
blems: A Latin American View with Glances at Some Postcommunist Countries”, World
Development 21 (8): 1355–1369.
O´Donnell, Guillermo (1998) “Accountability horizontal”, en La política. Revista de estudios sobre
el Estado y la sociedad. Nro 4. Barcelona: Paidós. Pp. 161–188.
O´Donnell, Guillermo (2001) “Accountability horizontal. La institucionalización legal de la
desconfianza política” en Isonomía Nro 14. México: ITAM. Pp. 7–31.
O’Donnell, Guillermo. (2004). La democracia en América Latina. Hacia una democracia de ciuda-
danas y ciudadanos. Nueva York: PNUD.
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). (2002). Reglas claras,
negocios transparentes. México: OCDE. 38 p.
Prado, Mariana (2009). “Agencias reguladores independientes, patronazgo y clientelismo: lec-
ciones de Brasil” en Irma Erendira Sandoval. Corrupción y transparencia. Debatiendo las
fronteras entre Estado, mercado y sociedad. México: Instituto de Investigaciones Sociales–
UNAM / Siglo XXI. Pp. 338–362.
Rabotnikof, Nora. (2003). “Corrupción política: definiciones técnicas y sentidos sedimentados”
en Miguel Carbonell y Rodolfo Vázquez. Poder, derecho y corrupción. México: IFE / ITAM /
Siglo XXI. Pp. 45 – 62.
¿ de qué hablamos cuando d e c i m o s co r ru p c i ó n ? | 45
Rajagopal, Balakrishnan. (1999). “Corruption, legitimacy and human rights: the dialectic of the
relationship” en Connecticut Journal of International Law. Vol. 14. No 2. 11 p. http://papers.
ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=940042 Revisada el 11 de marzo del 2016.
Roberts, Alasdair. (2009). “La lucha por gobiernos abiertos” Irma Erendira Sandoval. Corrupción
y transparencia. Debatiendo las fronteras entre Estado, mercado y sociedad. México: Instituto de
Investigaciones Sociales–UNAM / Siglo XXI. Pp. 180–200.
Roemer, Andrés. (2003). “Análisis económico de la corrupción” en Miguel Carbonell y Rodolfo
Vázquez. Poder, derecho y corrupción. México: IFE / ITAM / Siglo XXI. Pp. 245–276.
Roldán, José. (2009). “Transparencia y órganos reguladores en México” en Irma Erendira San-
doval. Corrupción y transparencia. Debatiendo las fronteras entre Estado, mercado y sociedad.
México: Instituto de Investigaciones Sociales–UNAM / Siglo XXI. Pp. 363–374.
Rose-Ackerman, Susan. (1978). Corruption: a study in political economy. Nueva York: Academic
Press.
Rose-Ackerman, Susan. (2001). La corrupción y los gobiernos. Causas, consecuencias y reforma.
España: Siglo XXI. 366 p.
Rose-Ackerman, Susan. (2003). “Corrupción y economía global” en Miguel Carbonell y Rodolfo
Vázquez. Poder, derecho y corrupción. México: IFE / ITAM / Siglo XXI. Pp. 209–243.
Rose-Ackerman, Susan. (2004). “Governance and corruption” en Lomborg, B. Global crises, glo-
bal solutions. Cambridge: Cambridge University Press.
Rose-Ackerman, Susan. (2009). “Economía política de las raíces de la corrupción: investigación
y políticas públicas” en Irma Erendira Sandoval. Corrupción y transparencia. Debatiendo las
fronteras entre Estado, mercado y sociedad. México: Instituto de Investigaciones Sociales–
UNAM / Siglo XXI. Pp. 23–43.
Rose-Ackerman, Susan (Editor). (2006). International Handbook on the economics of corruption.
USA: Edward Elgar Publishing Limited. 615 p.
Sandoval, Irma. (2009). “Rentismo y opacidad en procesos de privatización y rescate” en
Irma Erendira Sandoval. Corrupción y transparencia. Debatiendo las fronteras entre Estado,
mercado y sociedad. México: Instituto de Investigaciones Sociales–UNAM / Siglo XXI.
Pp. 121–135.
Schamis, Héctor. (2009). “Evitando la colusión, previniendo la colisión: ¿qué sabemos de la
economía política de la corrupción?” en Irma Erendira Sandoval. Corrupción y transparencia.
Debatiendo las fronteras entre Estado, mercado y sociedad. México: Instituto de Investigaciones
Sociales–UNAM / Siglo XXI. Pp. 44–74.
Stark, Andrew. (2009). “Legislación relativa a conflictos de intereses en EU y Canadá” en Irma
Erendira Sandoval. Corrupción y transparencia. Debatiendo las fronteras entre Estado, mercado
y sociedad. México: Instituto de Investigaciones Sociales–UNAM / Siglo XXI. Pp. 404–413.
Tanzi, V. y Solar F. (2008). Las termitas del Estado. Ensayos sobre corrupción, transparencia y desa-
rrollo. Chile: Fondo de Cultura Económica.
Transparencia Internaciona (TI) (2011). Las empresas de dos gigantes económicos emergentes, China
y Rusia, son las más propensas a pagar sobornos en el extranjero. http://webantigua.transpa-
rencia.org.es/indices_fuentes_de_soborno/indice_de_fuentes_de_soborno_2011/aspec-
tos_mas_destacados__ifs_2011.pdf revisado el 27 de mayo del 2015.
46 | corrupción y derechos humanos
Videos
Gruenberg, Christian. (2015). Ponencia presentada en la mesa de diálogo: Propuesta desde
la sociedad civil frente a la impunidad y las graves violaciones a derechos humanos que
enfrenta México. En: https://www.youtube.com/watch?v=8DoevrHDd40 Visto el 12 de
marzo del 2016.
capítulo 2
La corrupción en México
Uno de los primeros problemas para analizar la corrupción está relacionado con
¿cómo la observamos? ¿cómo la medimos? Entre los corruptólogos es conocida
la discusión sobre los pros y contras de mediciones objetivas de corrupción ver-
sus mediciones percepción (Alonso y Garcimartín, 2011ª; Mulas-Granados, 2011;
Weber, 2006). Lo cierto es que la corrupción –como cualquier otro delito, pero con
más semejanza con los delitos sexuales– es algo que se realiza con un alto nivel de
ocultamiento, de obscuridad. Por ende, construir datos objetivos de corrupción, es
decir, datos que nos den cuenta de la ocurrencia fáctica de hechos corruptos, es –de
suyo– muy complicado.
Otro aspecto que hace más difíciles las cosas es ¿qué corrupción queremos
mirar: todos los actos de corrupción, la corrupción que genera cooptación estatal,
la gran corrupción, la pequeña corrupción, las prácticas aisladas, la estructural?
Hecho que se hace aún más complicado cuando lo que se busca es generar una
base estandarizada que incluya a varios países a lo largo de un periodo de tiempo,
y que permita realizar comparaciones tanto entre países, como de un país en dis-
tintos momentos del tiempo. Este es el tipo de base que requerimos para mirar la
situación de México con respecto al resto del mundo.
De acuerdo con María Amparo Casar, se han construido tres tipos de medi-
ciones (Casar, 2015: 9–10): las de percepción sobre la extensión y frecuencia de la
corrupción; las de participación o exposición a una conducta clasificada como acto
de corrupción, que tienen una tendencia más objetiva; y las de actitudes y valores
frente los actos de corrupción propios o de otros que podríamos identificar como
mediciones de cultura política. Sumaremos a este listado las mediciones de los
resultados relacionados con la lucha contra la corrupción de los órganos previstos
para ello como la Auditoría Superior de la Federación, y la Secretaría de la Función
Pública. Sobre estos últimos trabajaremos en el siguiente apartado.
Miraremos la corrupción a nivel internacional a partir de los tres indicado-
res de percepción más conocidos y estandarizados: el Índice de Percepción de la
Corrupción de Transparencia Internacional, el componente de corrupción de los
Indicadores Mundiales de Gobernanza del Banco Mundial y el componente de
corrupción del Índice de Estado de derecho del World Justice Project.
La medición más conocida y utilizada sobre corrupción es el Índice de Percep-
ción de la Corrupción (CPI, por sus siglas en inglés) elaborado por Transparencia
Internacional (TI), desarrollado por Johann Graff Lambsdorff con un importante
ajuste en el 2012 coordinado por Andrew Gelman y Piero Stanig. Es un índice
compuesto que combina encuestas y evaluaciones sobre la corrupción recogidas
50 | corrupción y derechos humanos
Elija la afirmación de que está más cerca de sus puntos de vista sobre la forma en que
opera la contratación pública o las grandes obras públicas (aeropuertos, carreteras,
centrales eléctricas, etc.) en su país.
(A) La mayoría de los contratos se adjudican a través de un procedimiento de licita-
ción abierto y competitivo
(B) Existe un procedimiento formal de licitación pero es defectuosa. Varios contra-
tos son adjudicados sin licitación, o mediante procesos de licitación ineficaces,
dejando abierta la posibilidad de corrupción
(C) No existe un procedimiento formal de licitación o es superficial e ineficaz. La
mayoría de los contratos se adjudicarán a las empresas que ofrecen sobornos; a las
empresas propiedad de partidarios políticos; o para empresas en las que un oficial
gubernamental pertinente tiene un interés financiero
¿Con qué frecuencia las personas (o empresas privadas) tienen que pagar sobornos,
pagos informales, u otros incentivos para:
* Dar de alta títulos de propiedad sobre bienes inmuebles
* Registrar negocios nuevos
* Acelerar la entrega de un permiso de construcción
* Obtener una licencia de manejo
* Agilizar la entrega de un permiso de salud
* Obtener las notificaciones procesales de un juicio laboral
* Recibir tratamiento básico de salud en un hospital público.
Por favor, asuma que la Autoridad de Protección del Medio Ambiente en su país noti-
fica una planta industrial que contamina un río más allá de los niveles permitidos por
la ley. ¿Cuál de los siguientes resultados es más probable?
(A) La empresa cumple con la ley (ya sea voluntariamente o por medio de órdenes
judiciales, multas y otras sanciones)
(B) La autoridad ignora la violación gracias a los sobornos o influencias de la empresa
(C) No pasa absolutamente nada
¿Qué probabilidades hay de que un funcionario de alto rango del gobierno desvíe ilegal-
mente fondos públicos para financiar su estilo de vida o campañas políticas?
¿Cuánta influencia tienen las organizaciones criminales, como los carteles de drogas o
contrabandistas de armas, en las políticas y acciones de las siguientes instituciones de
su país? Seguido de un listado de instituciones
¿Qué posibilidades hay de que oficiales de policía local recauden sobornos de los
comerciantes y los pequeños comerciantes, para que puedan ejercer su actividad? /
Misma pregunta para organizaciones criminales
Fuente: Elaboración propia con información de WJP, s/f; y s/fa. Traducción libre.
Nota: Estas preguntas sólo ejemplifican el tipo de cuestiones que se recuperan en el cuestionario. Hay
muchas más preguntas con las que se construye el componente.
54 | corrupción y derechos humanos
Componente de Componente de
Índice de corrupción de corrupción del
Percepción de los Indicadores Índice de Estado
Corrupción (CPI), de Gobernanza de Derecho
Transparency Mundial (WGI), (ROL), World
International Banco Mundial Justice Project
CPI 1.0000
WGI (corrupción) 0.9862* 1.0000
ROL (corrupción) 0.9569* 0.9663* 1.0000
Es importante mencionar que estas no son las únicas mediciones que hay
sobre corrupción. Por ejemplo, Transparencia Internacional tiene dos índices y
un programa con datos relevantes para mirar la corrupción. Uno de ellos es el
Barómetro Global de la Corrupción elaborado del 2003 al 2015 con excepción de
los años 2008, 2011, 2012 y 2014. A diferencia del CPI que mide la percepción
sobre corrupción, el Barómetro mide las experiencias de las personas en hechos
de corrupción2. Otro índice interesante es el de Fuentes de Soborno emitido en
el 2002, 2006, 2008 y 2011. A partir de la crítica a los dos índices anteriores en
el sentido de que sólo consideraban a los países que aceptaban sobornos y no a
aquellos que los ofrecían, Transparencia Internacional aplicó esta encuesta a tres
mil ejecutivos de empresas de países desarrollados y en desarrollo por medio de la
cual se clasifica a 28 de los principales países exportadores a nivel internacional a
partir de la posibilidad de que sus compañías paguen sobornos en el extranjero3.
Por ejemplo, el principal resultado del 2011 fue que las empresas de Rusia y China
eran las más propensas a pagar sobornos en el extranjero (TI, 2011). Finalmente,
56 | corrupción y derechos humanos
empresa D&B ha desarrollado el índice de riesgo para cada país donde analiza el
ambiente de negocios7. Uno de los aspectos que se analizan es el riesgo político,
que incluye entre sus categorías a la corrupción.
Otro esfuerzo que no recupera empresas o ambiente de negocios, sino a las
personas víctimas del crimen es el realizado por Naciones Unidas a través de dis-
tintos programas como el de la Oficina de Drogas y Crimen; y el Instituto de
Investigación del Crimen Interregional y la Justicia. A instancia de Naciones Uni-
das se conformó el grupo denominado Encuesta Internacional sobre Victimiza-
ción (International Crime Victim Survey) y realizaron encuestas estandarizadas
con este mismo nombre en 1989, 1992, 1996 y el 20008. Si bien la encuesta se cen-
tra en la condición de víctima del crimen de la persona en distintos delitos, como el
robo, vandalismo o delitos sexuales; hay componentes de la encuesta relacionados
con la actuación policiaca y el castigo y duración de detención de los delincuentes
que directamente apelan a la corrupción. El principal déficit de este índice es que
sólo se aplicó a algunos países (e incluso, en algunos casos, solo a algunas ciudades)
y no siempre a los mismos en todos los años.
58 | corrupción y derechos humanos
Miraremos el caso de México con respecto al resto del mundo a partir del CPI de
Transparencia Internacional. Un primer análisis de los datos nos permite dar una
mirada regional. Dividimos al mundo en 9 regiones y sacamos el promedio de las
mediciones. No hay sorpresas ni para África Subsahariana, que es la región peor
ubicada; ni para Europa Occidental y América del Norte (Estados Unidos y Canadá)
que son los mejor ubicados, con el doble de puntos con respecto a América Latina.
En cambio, lo inesperado está en el segundo lugar con respecto a los peor ubicados
que comparte América Latina con Europa del Este y Asia central, incluso por debajo
del sur y este de Asia, África del norte y Medio Oriente y la zona del Caribe.
Gráfica 2.7. Media del CPI para nueve regiones del mundo, 1996–2011.
Fuente: Elaboración propia a partir de información de Transparency International.
la co r ru p c i ó n e n m é x ico | 59
Gráfica 2.8. Media del CPI para nueve regiones del mundo, 2012–2015.
Fuente: Elaboración propia a partir de información de Transparency International.
Gráfica 2.10. Promedio del CPI para los países de América Latina, 2012–2015.
Fuente: Elaboración propia a partir de información de Transparency International.
Pese a que el dato de pago de sobornos nos permite mirar prácticas objetivas,
tiene dos problemas para ser utilizado en un modelo estadístico: no siempre se
aplicó a todos los países; y las preguntas realizadas en las distintas encuestas a lo
largo de los años no son comparables. No sólo se modificó la pregunta elaborada,
sino incluso el tipo de instituciones que se listan con respecto al pago de sobornos.
Sólo son comparables dos años: 2011 y 2013. Pese a lo anterior, vale la pena ver
qué pasó entre esos dos años. Bolivia y México mantienen el primer y segundo
lugares, en ambos casos el pago de sobornos aumenta. Además del aumento de
pagos en estos dos países, vemos incrementos también en Venezuela y uno muy
leve en Argentina. En cambio, vemos disminuciones en Colombia, Perú, Chile y el
Salvador. En específico, en estos dos últimos países, la caída del pago de sobornos
es muy llamativa, vale la pena mirar en un futuro qué fue lo que pasó entre el 2011
y el 2013 en esos dos países para entender cómo lograron este decremento en el
pago de sobornos.
a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica como potencias emergentes que podrían
convertirse en economías dominantes durante este siglo. Si bien México no suele
ser incluido en este grupo, se le suele comparar con las economías de Brasil e
India. En cambio, en la primera década del siglo XXI se conformó la asociación
MIKTA, iniciales para referirse a México, Indonesia, Korea del Sur, Turquía y
Australia como potencias medias que tendrían un papel económico preponderante
en el siglo XXI. Incluso, en algún momento se llegó a considerar que la salida de
la crisis económica mundial iniciada en el 2008 estaba en manos de estos países.
Más allá de los mitos económicos de estas asociaciones, lo que vale la pena analizar
es cómo se encuentra México con respecto a quienes pueden ser considerados los
principales competidores económicos a nivel internacional (en el mismo sentido
véase Casar, 2015). Para ello, recuperamos a los países del MIKTA y sumamos a
Brasil y la India. En esta comparación vemos que México se encuentra mucho
más cerca de Indonesia, ubicados ambos en los peores lugares de la percepción de
corrupción10 junto con la India.
El grupo de los tres peores ubicados no cambia cuando observamos el porcen-
taje de personas que afirman haber pagado un soborno, lo que se modifica son los
lugares que estos tres países ocupan. Mientras que en la percepción de corrupción
Gráfica 2.13. Promedio del CPI para los países del MIKTA más Brasil y la India, 2012–2015.
Fuente: Elaboración propia a partir de información de Transparency International.
64 | corrupción y derechos humanos
el último lugar lo ocupa Indonesia, el penúltimo México y poco antes está la India;
en el pago de sobornos el último lugar lo ocupa la India, varios puntos abajo, en el
penúltimo lugar está Indonesia, y después México. Muy lejos se encuentra Aus-
tralia y Korea del Sur como las mejor posicionadas. No tenemos datos para Brasil
en el 2013.
A partir de los datos anteriores, en especial de los distintos puestos ocupados
por regiones o por países en los indicadores de percepción con respecto a los indica-
dores de pagos de sobornos, se pueden crear dos argumentos: un indicador es más
fiable que otro; o esos indicadores miden distintas expresiones de la corrupción:
el de percepción se concentra en la gran corrupción (la cometida por los mandos
altos y medios) a partir de las personas que entrevista; y el pago de sobornos mide
la pequeña corrupción (la cometidas por los mandos bajos) a partir de los sobor-
nos que se pagan. La realidad es que si bien observamos diferencias en los lugares
que ocupan los países en las mediciones, se mantiene una correlación estadística
de 0.66 significativa al 99%. Si bien el nivel de correlación no es tan alto como el
que se encontró en los tres índices de corrupción analizados en la sección anterior,
en donde concluimos que todos ellos miden lo mismo; sí podemos afirmar que los
índices de percepción y los de pago de sobornos miden cosas muy parecidas.
Gráfica 2.15. Correlación entre el porcentaje de personas que pagaron un soborno y el índice
de percepción de la corrupción, 2013.
Fuente: Elaboración propia a partir de información de Transparency International.
Existen varios estudios de caso sobre corrupción que analizan a México (Millán y
Mancini, 2006; Juárez, 2006; Casar, 2015; Marván, 2015; Pulido y Lagunes, 2016).
En estos estudios se recuperan diversas fuentes, pero normalmente son indicado-
res de percepción o encuestas realizadas en periodos o con metodologías que no
permiten realizar un análisis de tendencias y consecuencias a lo largo del tiempo.
Optamos por buscar datos que permitan analizar indicadores objetivos de
corrupción. Considerando la información disponible optamos por realizar el aná-
lisis para el periodo comprendido entre el año 2000 y el 2014, tomando como
referencia a las entidades federativas. En la medida que es más sencillo entrar a la
búsqueda de datos relacionados con corrupción objetiva cuando se trata de un solo
país y no de un estudio cross national, también buscamos priorizar estos indicado-
res con respecto a los de percepción. Sin embargo, esto no siempre fue posible. Los
indicadores de percepción se mantienen como una fuente relevante de datos, pero
los complementamos con otros provenientes del análisis presupuestal realizado por
66 | corrupción y derechos humanos
con 96%, y Chihuahua (2010), Campeche (2014) y Tabasco (2010) con 95%. En
la punta contraria están Nayarit (2012) y Colima (2011) con 79%, Nuevo León
(2013) con 80% y Sonora (2012 y 2014) con 81%.
Si bien la información proveniente de la ENVIPE tiene pocas unidades tem-
porales como para hacer una estimación sobre alguna tendencia sostenida, la visua-
lización de su evolución temporal muestra los cambios en la posición relativa de
las distintas entidades cada año. Con esto notamos, por ejemplo, que Tamaulipas
tanto en 2011 como en 2015 ocupó el cuarto lugar por el porcentaje de habitantes
que consideraban corruptas a las autoridades de seguridad pública. Sin embargo,
en los años 2013 y 2014 esta misma entidad estuvo en el primer puesto. Esta
información resulta útil también para contrastar la estabilidad de las percepciones
al respecto en Tabasco, contra la volatilidad de las mismas en Colima.
(2011, 83%), y Morelos (2011), Tlaxcala (2010) y Oaxaca (2012) todas ellas con
81%; al final se encuentran Coahuila (2014) y San Luis Potosí (2012), con 48%;
Durango (2013) y Baja California (2012) con 50%; y Zacatecas (2013) junto con
Nayarit (2012) con el 52%.
están tanto los jueces, como la policía judicial y ministerios públicos que van del 57
al 84%, y del 55 al 89% respectivamente. En cambio, el ejército y la marina gozan
de una mejor percepción de corrupción, con un rango que va del 14 al 46% sin
considerar a Chihuahua.
También resalta la consolidación de algunas entidades federativas tanto en los
primeros como en los últimos lugares. El Estado y la Ciudad de México junto con
Morelos aparecen dentro de los primeros cuatro lugares en tres de las cuatro medi-
ciones, se trata de las entidades donde hay una mayor percepción de la corrupción.
Les sigue Oaxaca con dos apariciones de cuatro posibles. Por el otro lado, se regis-
tran como las que tienen una menor percepción de la corrupción Zacatecas en
tres de cuatro casos, seguida de Tamaulipas y Nuevo León, en dos de cuatro posi-
bles apariciones. Nuevamente sobresale el caso de la seguridad nacional, dónde en
los peores lugares sólo repite Morelos, a la par que Chihuahua encabeza la lista
siendo esta su única aparición en los primeros o últimos lugares.
La Encuesta Nacional sobre Cultura Política y Prácticas Ciudadanas
(ENCUP)11 realizada por la Secretaría de Gobernación y el Instituto Nacional
de Estadística y Geografía con el apoyo de IPSOS también incluye preguntas
sobre corrupción. El primer levantamiento de la ENCUP se realizó en el 2001. De
72 | corrupción y derechos humanos
Estado de Ciudad de
Primero Ciudad de México Chihuahua
México México
Segundo Tabasco Estado de México Estado de México Morelos
Tercero Tamaulipas Oaxaca Morelos Guanajuato
Ciudad de
Cuarto Morelos Oaxaca Durango
México
Antepenúltimo Nuevo León Zacatecas Tamaulipas Zacatecas
Penúltimo Sonora Durango Guanajuato Tamaulipas
Último Colima Coahuila Zacatecas Nuevo León
entonces a la fecha, se han hecho levantamientos cada dos años (2003, 2005, 2008,
2010, y 2012), lo que hace de esta encuesta la más sólida para analizar las prácticas
políticas de los mexicanos.
Pese a lo anterior, las preguntas que conforman los cuestionarios de cada
encuesta no siempre han sido las mismas. En particular, las preguntas sobre
corrupción han variado a lo largo del tiempo por lo que no tenemos un indicador
consolidado proveniente de esta encuesta.
Hay algunas otras encuestas que analizan la percepción de la corrupción a
partir de la cultura de la legalidad. Por ejemplo, el Informe país sobre la calidad de la
ciudadanía en México elaborada por el Instituto Nacional Electoral y el Colegio de
México. Esta encuesta se levantó únicamente en un año, 201312. La encuesta tiene
6 dimensiones: Estado de derecho y acceso a la justicia, vida política, sociedad
civil, vida comunitaria, valores, y acceso a bienes demandados por los ciudadanos.
El primero de los componentes tiene cuatro factores: victimización y denuncia,
cultura de la legalidad, experiencias relativas a discriminación y respeto a los dere-
chos humanos (INE–Colmex, s/f ). El factor de cultura de la legalidad es el que
suele ser recuperado en algunos estudios para analizar la corrupción, en específico,
la relación de las personas con las leyes. En este factor se recuperan aspectos como
¿Qué tanto cree Usted que se respetan las leyes en México?
Este tipo de indicadores sobre cultura de la legalidad también se pueden
encontrar en otras encuestas, como la Encuesta Nacional de Cultura Constitucio-
nal elaborada por el mismo Instituto Nacional Electoral y el Instituto de Investi-
gaciones Jurídicas de la UNAM. Esta encuesta se ha replicado en una ocasión, la
primera aplicación fue en el 2003 y la réplica en el 201013. O en la ENCUP anali-
zada líneas arriba14. Sin embargo, en esta investigación no incluiremos indicadores
Tabla 2.23. Preguntas de la ENCUP sobre corrupción y cumplimiento de la ley.
Fuente: Elaboración propia con información de las Encuestas Nacionales sobre Cultura política y prácticas ciudadanas. Disponibles en: http://www.encup.gob.mx/.
Páginas revisadas en junio de 2016.
la co r ru p c i ó n e n m é x ico | 75
76 | corrupción y derechos humanos
Fuente: Elaboración propia con información suministrada por la Auditoria Superior de la Federación a
través del Sistema de Información Pública el día 28 de abril de 2016.
Solicitud de aclaración
Se requiere a la entidad fiscalizada que documente
y respalde operaciones y montos observados no jus-
tificados o no comprobados durante la revisión.
Pliego de observaciones
Observaciones de carácter económico en las que se
presume un daño o perjuicio, o ambos, así como
presunta responsabilidad de infractores en cantidad
líquida.
para fines privados, es más sencillo vincular los distintos tipos de observaciones con
alguna forma de corrupción.
Lo cierto es que no todas las observaciones suponen el mismo grado de gra-
vedad. La mitad de los tipos de observaciones están relacionadas con dudas sobre
cómo han sido usados los recursos públicos. Las observaciones relacionadas con
recomendaciones y recomendaciones al desempeño se emiten por fallas en proce-
sos administrativos o cumplimiento de los objetivos sustantivos, o cuando se pre-
sume el incumplimiento de disposiciones normativas en el desempeño del empleo,
cargo o comisión de los servidores públicos; lo que no siempre viene acompañado
de daño patrimonial al Estado. Por ello, tomando como referencia la clasificación
de las observaciones y la gravedad de los hechos observados por la ASF, generamos
cuatro indicadores que permiten establecer tendencias sobre presunto daño patri-
monial y comportamiento en el desempeño administrativo, por entidad federativa,
por año, para el periodo 2000–2014. Los indicadores son:
Gráfica 2.27. Tendencias longitudinales del total de observaciones emitidas por la ASF en
entidades seleccionadas, 2000–2014.
Fuente: elaboración propia con información de la ASF.
82 | corrupción y derechos humanos
Gráfica 2.29. Porcentaje de Observaciones de la ASF por región y grupo funcional del presu-
puesto de 2000 a 2006.
Fuente: Elaboración propia con información de la Auditoria Superior de la Federación suministrada a través
de la Unidad de Enlace de Transparencia.
Nota: Porcentaje calculado sobre total de observaciones por región para el período analizado.
Gráfica 2.30. Porcentaje de Observaciones de la ASF por región y grupo funcional del presu-
puesto de 2007 a 2012.
Fuente: Elaboración propia con información de la Auditoria Superior de la Federación suministrada a través
de la Unidad de Enlace de Transparencia. Porcentaje calculado sobre total de observaciones por región para
el período analizado.
Gráfica 2.31. Porcentaje de Observaciones de la ASF por región y grupo funcional del presu-
puesto de 2013 a 2014.
Fuente: Elaboración propia con información de la Auditoria Superior de la Federación suministrada a través
de la Unidad de Enlace de Transparencia. Porcentaje calculado sobre total de observaciones por región para
el período analizado.
valores presentados para los años de menor número de pesos auditados, siendo que
en 2000 se auditaron $233.22 por observación y en 2006 se auditaron $338.83.
El recurso destinado a gastos de gobierno presentó los valores más altos en
2002, 2013 y 2014 con valores de $379.90, $449.57, y $570.60, siendo que el
valor más alto es tres veces al valor del año 2009 donde se presentó el menor valor
($158.91)
En general, en promedio se ejercieron 696.10 mdp por cada observación de
la ASF. Sin embargo, si miramos cada grupo funcional, estos datos varían. Entre
el 2000 y el 2014, el gasto total de Desarrollo Social fue 22,567,536 mdp. En esos
mismos años, se ejercieron 1,325.67 mdp por cada observación emitida por la ASF,
esto representa el 0.005% del total de ese gasto por cada observación. Para Desa-
rrollo Económico el total del gasto en esos mismos años fue de 12,689,607 mdp.
En este rubro, se ejercieron 489.57 mdp por cada observación lo que representa
el 0.003% de ese gasto. Mientras que en Gobierno se gastaron 3,498,817 mdp.
Aquí, se ejercieron 273.07 mdp por cada observación, es decir, el 0.007% del gasto
total. Bajo esta lógica, el rubro que tiene el peor desempeño es Desarrollo Econó-
mico (una observación cada 0.003% del gasto), seguido de Desarrollo Social (una
86 | corrupción y derechos humanos
Gráfica 2.32. Relación de pesos auditados por Grupo Funcional del Presupuesto Federal por
observaciones emitidas por la Auditoria Superior de la Federación para las cuentas públicas de
2000 a 2014.
Fuente: Elaboración propia con información de la Auditoria Superior de la Federación y la Cuenta de la
Hacienda Pública Federal, SHCP.
observación cada 0.005% del gasto) y Gobierno (una observación cada 0.007% del
gasto)21.
Lamentablemente ni las observaciones por cada grupo funcional, ni el total de
pesos auditados por cada observación emitida en cada grupo funcional se pueden
cruzar con las entidades federativas entre el 2000 y el 2014. Sabemos qué y cuántas
observaciones recibió cada entidad federativa, pero no sabemos si la observación
específica corresponde a gobierno, desarrollo social, o desarrollo económico; por
lo que tampoco podemos calcular el promedio de pesos auditados por observación
en ese caso concreto. Por ende, la información de grupo funcional y de pesos audi-
tados por cada observación no forman parte de los indicadores que usamos en el
análisis estadístico del capítulo 6.
podría ser la misma pese al mayor número de observaciones. Para evitar esto crea-
mos otros tres indicadores sobre corrupción provenientes del análisis de las obser-
vaciones emitidas por la ASF:
Gráfica 2.36. Número total de observaciones de la ASF por presunto daño patrimonial o
comisión de otros delitos por entidad federativa de 2000 a 2014.
Fuente: Elaboración propia con información suministrada por la Auditoria Superior de la Federación a través
del Sistema de Información Pública el día 28 de abril de 2016. Cuando la ASF presume daño patrimonial
o comisión de otros delitos emite los siguientes tipos de observaciones: promoción del fincamiento de
responsabilidad, promoción de la facultad de la comprobación fiscal, fincamiento de la sanción resarcitoria y
denuncia de hechos. A cada observación de este tipo se asignó el valor 1, el valor total corresponde a la suma
de todos los casos de 2000 a 2014.
ASF (las que suponen daño patrimonial, y las que no). Aquí ya sumamos a la
Ciudad de México ya que, al tratarse de un porcentaje, eso neutraliza su calidad
de outlier por ser la sede de los poderes federales. De hecho, pese a tener muchí-
simas más observaciones que el resto de las entidades, cuando lo que miramos es
el porcentaje de aquellas que suponen daño patrimonial con respecto al total, la
Ciudad de México se posiciona como la de menor porcentaje de observaciones
por presunción de daño, seguida por Tabasco y Nayarit. La lista de entidades en
donde este porcentaje es mayor es encabezada por Baja California Sur, Chiapas,
Guanajuato y Chihuahua.
Si miramos estos porcentajes a partir de los tres periodos que hemos venido
analizando, hay un cambio relevante con respecto a los anteriores. Es en los últimos
92 | corrupción y derechos humanos
dos años analizados (2012–2014) donde se encuentran los más altos porcentajes de
observaciones emitidas por la ASF que suponen daño patrimonial.
Esta información nos permite concluir dos cosas, no tanto sobre la corrup-
ción en México en general, sino sobre la acción de la ASF en particular: (i) que
posiblemente, en los primeros periodos, la ASF enfatizó la evaluación del pro-
ceso administrativo y del desempeño esperando que, en la medida que mejora-
sen los procedimientos, disminuyeran los actos corruptos; (ii) la ASF emite más
de una observación por auditoría, la mayoría de las cuales son preventivas, esto
puede deberse a un elevado volumen de fallas administrativas y del desempeño,
lo que podría estar indicando que los procesos institucionales presentan un elevado
número de fallas procedimentales y de incumplimiento de sus objetivos sustan-
tivos, incluso de incumplimiento de la ley. Es importante anotar que, aunque en
términos relativos las observaciones analizadas disminuyen, en valores absolutos
fue superior para más de la mitad de las entidades federativas.
Más allá de cuál sea la respuesta adecuada (este no es el objetivo del texto),
lo cierto es que, si algo nos enseñan las prácticas de corrupción de la clase política
la co r ru p c i ó n e n m é x ico | 93
Gráfica 2.39. Porcentaje de observaciones de la ASF por presunto daño patrimonial o comi-
sión de otros delitos por entidad federativa por sexenio.
Fuente: Elaboración propia con información suministrada por la Auditoria Superior de la Federación a través
del Sistema de Información Pública el día 28 de abril de 2016. Cuando la ASF presume daño patrimonial
o comisión de otros delitos emite los siguientes tipos de observaciones: promoción del fincamiento de
responsabilidad, promoción de la facultad de la comprobación fiscal, fincamiento de la sanción resarcitoria y
denuncia de hechos. A cada observación de este tipo se asignó el valor 1, porcentaje calculado sobre el total
de observaciones de la entidad federativa en el período.
legalidad de los contratistas del Estado, los patrones de licitación y compras, por
mencionar algunos. Esto implica repensar el alcance de la función de la ASF, así
como las formas de articulación con otras muchas entidades como los registros de
la propiedad.
Fuente: Elaboración propia con información suministrada por la Auditoria Superior de la Federación a
través del Sistema de Información Pública el día 28 de abril de 2016.
2000 y el 2014 es Zacatecas en el 2010, y aun así no llega ni siquiera a 1 (en el con-
tinuo de 0 a 3), se queda en .8. Le siguen Chihuahua en el 2010 con .78, Veracruz
y Yucatán en el 2010 con .76 y Campeche en el 2014 con .72.
En la medida que los valores tan bajos en el índice que construimos es conse-
cuencia de las pocas observaciones relacionadas con las faltas más graves, como el
fincamiento de responsabilidad resarcitoria y la denuncia de hechos, preguntamos
a la Procuraduría General de la República (PGR) cuántas denuncias han sido pro-
movidas por la ASF: 139 entre el 2000 y el 2014, de las cuales 72 son por peculado.
Lo cierto es que, de la misma forma que el índice empeora con el tiempo, también
aumenta la presentación de averiguaciones previas: de no más de 10 averiguaciones
entre el 2000 y el 2010 (con ceros en el 2000, 2002–2006), a 84 en el 2014.
Más allá de la medición de la corrupción a través del índice de gravedad de
las observaciones emitidas por la ASF, lo que se observa en este índice es un pro-
blema de autorrestricción de este organismo en el desarrollo de sus funciones. Se
emiten observaciones, incluso muchas, pero pocas de ellas tienen consecuencias
sancionatorias frente a actos de corrupción. La autorrestricción se convierte en
parte del proceso de simulación, a la par que fomenta la impunidad. Este no es
un problema nuevo en las entidades que debieran funcionar como mecanismos de
98 | corrupción y derechos humanos
Gráfica 2.42. Calificación promedio de observaciones emitidas por la ASF por entidad federa-
tiva por sexenio.
Fuente: Elaboración propia con información suministrada por la Auditoría Superior de la Federación a través
del Sistema de Información Pública el día 28 de abril de 2016. Para el cálculo del promedio de ponderaron
las observaciones de la ASF según la gravedad de lo observado. Se calificó: recomendación, recomendación
del desempeño, promoción de la responsabilidad sancionatoria y promoción de la instancia de control=0;
solicitud de aclaración, pliego de observaciones=1; promoción de la responsabilidad resarcitoria y promoción
de la facultad de comprobación fiscal=2; fincamiento de la responsabilidad resarcitoria y denuncia de
hechos=3. El valor final corresponde al promedio de los puntos asignados para los años del sexenio.
2000
2001 1 1
2002
2003
2004
2005
2006
2007 3 3
2008
2009 4 4
2010 4 1 1 6
2011 5 6 2 1 14
2012 6 6
2013 6 6 9 21
2014 7 63 14 84
Total 23 20 72 1 23 139
Fuente: Sistema Institucional de Información Estadística (SIIE) de la Procuraduría General de la República (PGR) a través de Sistema Informex, oficio de respuesta a
Solicitud de información PGR/UTAAG/00718/2016 del 15 de junio de 2016.
Los espacios en blanco corresponden a información no suministrada por la PGR. Los datos incluyen as denunciar de la Auditoria Superior de la Federación. Información
no disponible por entidad federativa.
* Delitos sin especificar en la respuesta de la PGR.
** Delitos relativos al artículo 214 del Código Penal Federal (CPF).
*** Delitos del artículo 223 del CPF.
****Delitos del artículo 225 del CPF.
la co r ru p c i ó n e n m é x ico | 99
Gráfica 2.44. Tasa de prevalenciaa de corrupción por regiones según trámites realizados por
nivel territorial en los años 2013 y 2015.
Fuente: Elaboración propia con información del INEGI. Encuesta Nacional de Calidad e Impacto
Gubernamental 2015 y 2013. SNIEG. Información de Interés Nacional.
a
La tasa se calcula dividiendo el total víctimas de corrupción usuarias de trámites, pagos, solicitudes o
contacto con autoridades entre la población nacional de 18 años y más que reside en zonas urbanas y que
tuvo contacto con algún servidor público multiplicada por 100 000 habitantes.
Fuente: Elaboración propia con información de las Encuestas de fraude y corrupción de 2008 y 2010
elaborados por KPMG México. Disponibles en: https://www.kpmg.com/MX/es/IssuesAndInsights/Articles
Publications/Documents/DE2008/reporteFRAUDE.pdf https://www.kpmg.com/MX/es/IssuesAndInsights/
ArticlesPublications/Documents/Estudios/Encuesta_fraude_en_Mexico_2010.pdf respectivamente. Páginas
consultadas el 3 de junio de 2016.
leyes que integran el sistema nacional anticorrupción, donde una de las principales
resistencias de la clase política estuvo en la presentación de los tres tipos de decla-
ración: patrimonial, de intereses y fiscal.
A este tipo de irregularidades le sigue la “negligencia administrativa”. Ni en la
Ley Federal de Responsabilidad de los Servidores Públicos, ni en el Reglamento
Interior de la Secretaría de la Función Pública se especifica en qué consiste esta
irregularidad. Para Miguel Ángel Gutiérrez (2013) la negligencia administrativa
sería un descuido o falta de cuidado en el quehacer administrativo, lo que supone
que hay culpa, más no dolo en la comisión de la irregularidad. De ser así, el 80%
de las irregularidades investigadas por la SFP se refieren a faltas leves. Esto con-
trasta con el 3.61% de violaciones en el procedimiento de contratación, el 0.93%
de cohecho o el 0.01 de violaciones a los DH.
En la medida que el grueso de las irregularidades investigadas son leves, no
es llamativo que las amonestaciones privadas y públicas sumen el 44% de las san-
ciones impuestas, seguidas del 24.31% de suspensiones. En cambio, la destitución
únicamente se da en el 4% de los casos y la sanción económica en el 8.6%.
la co r ru p c i ó n e n m é x i co | 103
Gráfica 2.47. Porcentaje de servidores públicos según tipo de sanción recibida de acuerdo con
las irregularidades investigadas por la Secretaria de la Función Pública de 2000 a 2014.
Fuente: Elaboracion propia con información suministrada por la Dirección General de Responsabilidades
y Situación Patrimonial de la Secretaria de la Función Pública mediante sistema INFOMEX, petición con
folio 0002700091116 del 29 de junio de 2016.
Hasta aquí las bases de datos de la SFP que nos revelan alguna información
interesante, pero que no podrá ser usada en el modelo estadístico debido a que no
podemos identificar el tipo de irregularidades investigadas y sanciones impuestas
a los poco más de 124 mil servidores públicos en el periodo 2000–2014 a partir
de cada entidad federativa. La especificación por entidad sólo está disponible para
607 sancionados en este periodo, la dispersión se muestra en la gráfica. Hay que
subrayar los tres primeros lugares ocupados por Veracruz, Hidalgo y Chihuahua, y
los tres últimos de Yucatán, Michoacán y Nuevo León.
Gráfica 2.48. Número de servidores públicos sancionados por entidad federativa y por año de
2000 a 2014.
Fuente: Elaboracion propia con información suministrada por la Dirección General Adjunta de
Responsabilidades de la Secretaria de la Función Pública mediante sistema INFOMEX, petición con
folio 0002700091116 del 29 de junio de 2016. Se excluye información de la Ciudad de México para (i)
favorecer la visualización y comparación de datos de entidades federativas; (ii) recordemos que allí se refleja
el comportamiento de las entidades ferales y locales por lo que los datos de esta entidad superan por mucho
las demas demarcaciones territoriales.
para el retiro, por mencionar algunas. Las operaciones financieras que se reportan
son aquellas consideradas “relevantes”28, “preocupantes”29 e “inusuales”30. Si bien
este tipo de operaciones no es un indicador únicamente de corrupción, ya que este
tipo de operaciones pueden suponer enriquecimiento ilícito, pero también lavado
de dinero u otro tipo de financiamiento derivado de acciones criminales, sí nos
permite mirar cómo se movilizan los montos provenientes de la corrupción en
México.
Hicimos la solicitud de información correspondiente31 a fin de conocer el
número de operaciones, los distintos tipos y montos por cada entidad federa-
tiva. Lamentablemente la información sobre montos por movimiento y tipos de
operación es reservada; mientras que la información sobre montos acumulados
es pública, pero no la tienen agregada por entidad federativa. Pese a ello, vale la
pena analizar cuáles han sido las tendencias de este tipo de operaciones del 2004 a
la fecha.
En los gráficos 50 y 51 se observa el número de operaciones inusuales y de
denuncias recibidas en la Unidad de Inteligencia Financiera. Mostramos juntos
estos dos indicadores porque en ambos se observa un crecimiento en los últimos
años. En el caso de las operaciones inusuales, este crecimiento inicia en el 2012, en
el caso de las denuncias, desde el 2013.
Fuente: Elaboración propia con información de las Encuestas de fraude y corrupción de 2008 y 2010
elaborados por KPMG México. Disponibles en: https://www.kpmg.com/MX/es/IssuesAndInsights/
ArticlesPublications/Documents/DE2008/reporteFRAUDE.pdf https://www.kpmg.com/MX/es/Issues
AndInsights/ArticlesPublications/Documents/Estudios/Encuesta_fraude_en_Mexico_2010.pdf
respectivamente. Páginas consultadas el 3 de junio de 2016.
* La suma de los porcentajes no suma 100% debido a que era posible seleccionar más de una opción de
respuesta.
para cada una de las entidades federativas en México. Logramos construir nueve
indicadores provenientes de tres fuentes:
De la ENVIPE:
que suponen
daño %
SFP. Servidores
0.73*** –0.129*** 0.328*** 0.162*** 1.000
sancionados
ENVIPE admin.
0.435*** –0.13 0.435*** 0.339*** 0.346*** 1.000
Justicia
ENVIPE
impartición 0.387*** –0.046 0.325*** 0.283*** 0.310*** 0.850*** 1.000
justicia
ENVIPE
0.198** –0.019 0.195** 0.241*** 0.198** 0.703*** 0.615*** 1.000
Seguridad
ENVIPE
Seguridad 0.063 –0.108 0.101 0.002 0.098 0.335*** 0.413*** 0.334*** 1.000
Nacional
Fuente: Elaboración propia.
la co r ru p c i ó n e n m é x i co | 111
que hubiera algún nivel de correlación como el que encontramos en las distintas
mediciones internacionales de los países. De hecho, es así. Hay correlaciones altas
(en rojo) que van del .4 al .85; medias (en amarillo) que van del .3 al .4; y bajas
(en verde) que van del .2 al .3. Son interesantes las relaciones positivas de .435
entre la percepción de la administración de justicia, el total de observaciones y las
observaciones que suponen daño patrimonial realizadas por la ASF; es decir, en
las entidades federativas donde hay un mayor nivel de observaciones en general, y
de observaciones que generan daño patrimonial en particular, también se observa
un alto nivel de percepción de corrupción en la administración de la justicia. Con
un nivel más bajo, hay también relaciones de este tipo entre el total de servidores
públicos sancionados por la SFP, con las observaciones emitidas por la ASF que
suponen daño, y con la percepción de administración e impartición de justicia.
Notas
1 Pese a lo anterior, esta modificación no afecta de forma grave a este trabajo ya que, como
veremos más adelante, los derechos humanos serán analizados a partir de dos índices pro-
venientes del proyecto CIRI, que tiene datos de XX a XX. Utilizaremos también el índice
de 2012 a 2015 tanto para contrastar con los indicadores de impunidad como con otros
indicadores complementarios de derechos humanos para todo el mundo en estos años.
2. Se puede acceder al Barómetro en el siguiente link: www.transparency.org/research/gcb/
gcb_2015_16
3. Se pueden conocer los informes del pago de sobornos por las empresas en el siguiente link:
http://www.transparency.org/bpi2011
4. Para conocer más sobre estos programas, se puede acceder a este link: http://www.trans-
parency.org/whatwedo/activity/transparency_and_accountability_in_social_programmes_
in_latin_america
5. Para conocer más sobre el proyecto de encuestas a empresas desarrollado por el Banco
Mundial, se puede acceder a este link: http://www.enterprisesurveys.org/methodology
6. Se puede acceder al índice en este link: http://reports.weforum.org/
global-competitiveness-report-2015–2016
7. Se puede acceder al índice de riesgo en el siguiente link: http://www.dnbcountryrisk.com/
8. Los resultados de las encuestas se pueden descargar en el siguiente link: www.icpsr.umich.
edu/icpsrweb/ICPSR/series/175
9. Vale la pena comentar que esta trilogía (Uruguay, Chile y Costa Rica) sobresale en otros
estudios sobre ejercicio de derechos humanos como los tres países mejor ubicados de la
región: Ansolabehere, Valdés y Vázquez, 2015.
10 Recordemos que la corrupción es uno de los componentes que se suelen utilizar como parte
del ambiente de negocios, de acuerdo con los índices creados por el Banco Mundial, el Foro
Económico Mundial y la empresa Dun & Bradstreet.
11 Para conocer la encuesta y mirar los resultados: http://www.encup.gob.mx/ y http://www.
inegi.org.mx/est/contenidos/proyectos/encuestas/hogares/especiales/encup/default.aspx
112 | corrupción y derechos humanos
12 La base de datos con los resultados de la encuesta se pueden bajar de: http://www.ine.mx/
archivos2/portal/DECEYEC/EducacionCivica/informePais/
13 La base de datos se puede obtener en este link: http://www.juridicas.unam.mx/invest/
areas/opinion/EncuestaConstitucion/
14 La base de datos se puede obtener en este link: http://www.encup.gob.mx/
15 Transparencia municipal. (2015) Presupuesto de egresos de la Federación 2015. Disponible
en: http://www.transparenciapresupuestaria.gob.mx/work/models/PTP/Home/Ultimas_
Publicaciones/PEF_ciudadano_2015.pdf, página consultada el 30 de octubre de 2015.
16 Que incluye el fondo general de participaciones, el de fomento municipal, el impuesto
especial sobre producción y servicios, el fondo de compensación, de extracción de hidrocar-
buros, de compensación del impuesto sobre automóviles.
17 Artículo 37.- La Auditoría Superior de la Federación fiscalizará directamente los recursos
federales que administren o ejerzan las entidades federativas, los municipios y los órga-
nos político-administrativos de las demarcaciones territoriales del Distrito Federal, con
excepción de las participaciones federales; asimismo, fiscalizará directamente los recursos
federales que se destinen y se ejerzan por cualquier entidad, persona física o moral, pública
o privada, y los transferidos a fideicomisos, mandatos, fondos o cualquier otra figura jurí-
dica, de conformidad con los procedimientos establecidos en otras leyes y sin perjuicio
de la competencia de otras autoridades y de los derechos de los usuarios del sistema
financiero.
18 Las regiones fueron organizadas siguiendo la propuesta del Banco de México para Zonas
Económicas. Norte: Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y
Tamaulipas; Centro Norte: Aguascalientes, Baja California Sur, Colima, Durango, Jalisco,
Michoacán, Nayarit, San Luis Potosí, Sinaloa y Zacatecas; Centro: Distrito Federal, Estado
de México, Guanajuato, Hidalgo, Morelos, Puebla, Querétaro y Tlaxcala; Sur: Campeche,
Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán.
19 Las regiones fueron organizadas siguiendo la propuesta del Banco de México para Zonas
Económicas. Norte: Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y
Tamaulipas; Centro Norte: Aguascalientes, Baja California Sur, Colima, Durango, Jalisco,
Michoacán, Nayarit, San Luis Potosí, Sinaloa y Zacatecas; Centro: Distrito Federal, Estado
de México, Guanajuato, Hidalgo, Morelos, Puebla, Querétaro y Tlaxcala; Sur: Campeche,
Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán.
20 Las regiones fueron organizadas siguiendo la propuesta del Banco de México para Zonas
Económicas. Norte: Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y
Tamaulipas; Centro Norte: Aguascalientes, Baja California Sur, Colima, Durango, Jalisco,
Michoacán, Nayarit, San Luis Potosí, Sinaloa y Zacatecas; Centro: Distrito Federal, Estado
de México, Guanajuato, Hidalgo, Morelos, Puebla, Querétaro y Tlaxcala; Sur: Campeche,
Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán.
21 Los datos provienen de la información suministrada por la Auditoria Superior de la Fede-
ración a través del Sistema de Información Pública el día 28 de abril de 2016; y del presu-
puesto ejercido retomado de la Hacienda Pública Federal, SHCP.
22 Caso documentado por el equipo de investigación de la periodista Carmen Aristegui en
el año 2014. Ver en http://aristeguinoticias.com/0911/mexico/la-casa-blanca-de-enri-
que-pena-nieto/ página consultada el 3 de junio de 2016.
la co r ru p c i ó n e n m é x i co | 113
23 Caso documentado por el equipo de investigación del portal Animal Político. Ver en:
http://www.animalpolitico.com/tag/empresas-fantasma-de-veracruz/ página consultada el
3 de junio de 2016.
24 Caso documentado por las periodistas Telma Gómez y Ana Lilia Pérez publicado News
Week en español. Ver en: http://nwnoticias.com/#!/noticias/el-senor-de-las-compras-pu-
blicas página consultada el 3 de junio de 2016.
25 Caso documentado por los periodistas David Barstow y Alejandra Xanic Von Bertrab y
publicado en el New York Times. Ver en: http://www.nytimes.com/2012/12/18/business/
walmart-bribes-teotihuacan.html?rref=collection%2Ftimestopic%2FWal-Mart%20de%20
Mexico%20SAB%20de%20CV&action=click&contentCollection=business®ion=s-
tream&module=stream_unit&version=latest&contentPlacement=2&pgtype=collec-
tion&_r=0 página consultada el 3 de junio de 2016.
26 Según trámites por nivel territorial la encuesta incluye: i) Nivel federal: pago ordinario
del servicio de luz, trámites fiscales, atención médica programada, atención médica de
urgencia, créditos de vivienda o programas sociales, servicio de energía eléctrica, trámite
de pasaporte; ii) Nivel Estatal: pago de tenencia o impuesto vehicular, trámites vehicula-
res, trámites en el Registro Civil, permisos relacionados con la propiedad, trámites ante el
Ministerio Público, trámites ante juzgados o tribunales, llamadas de emergencia a la poli-
cía, contacto con autoridades de seguridad pública, trámites para abrir una empresa, otros
trámites pagos o solicitudes y y trámites de educación pública básica; iii) Nivel Municipal:
pago ordinario del servicio de agua potable, pago de predial, servicios municipales, trámites
locales, permisos relacionados a la propiedad, llamadas de emergencia a la policía y contacto
con autoridades de seguridad pública.
27 Se toman las regiones geográficas definidas por la Comisión Nacional de Seguridad
Pública, cada región incluye los siguientes estados: i) Centro: Ciudad de México, Guerrero,
Hidalgo, Estado de México, Morelos, Puebla y Tlaxcala; ii) Noreste: Coahuila, Durango,
Nuevo León, San Luis Potosí y Tamaulipas; iii) Noroeste: Baja California, Baja California
Sur, Chihuahua, Sinaloa y Sonora; iv) Occidente: Aguascalientes, Colima, Guanajuato,
Jalisco, Michoacán, Nayarit, Querétaro y Zacatecas; v) Sureste: Campeche, Chiapas,
Oaxaca, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán.
28 Esta categoría comprende, en general, a todas aquellas operaciones con las instituciones
financieras y demás sujetos obligados en términos de dichas disposiciones, realizadas con
billetes y monedas de curso legal en México o en cualquier otro país, así como con cheques
de viajero y monedas de platino, oro y plata, por un monto igual o superior al equivalente en
moneda nacional a diez mil dólares estadounidenses, independientemente de que puedan
estar vinculados con los delitos de Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita y del
Terrorismo y su financiamiento (http://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/55386/
Estadisticas_Recepcion_y_Denuncias_0216.pdf ).
29 Aquellas operaciones, actividades, conductas o comportamientos de los directivos, funcio-
narios, empleados y apoderados de las instituciones financieras y demás sujetos obligados
en términos de dichas disposiciones que, por sus características, pudieran contravenir o
vulnerar la aplicación de las normas en esa misma materia, o aquella que, por cualquier otra
causa, resulte dubitativa para dichas instituciones y sujetos obligados (http://www.gob.mx/
cms/uploads/attachment/file/55386/Estadisticas_Recepcion_y_Denuncias_0216.pdf ).
114 | corrupción y derechos humanos
Fuentes De Información
Bibliográficas
Alonso, José. (2011). “Introducción” en José Antonio Alonso y Carlos Mulas-Granados
(Coord.). Corrupción, cohesión social y desarrollo. El caso de Iberoamérica. Madrid: Fondo de
Cultura Económica. Pp. 11–20.
Alonso, José. (2011a). “Reducir las oportunidades de corrupción: algunas enseñanzas” en en José
Antonio Alonso y Carlos Mulas-Granados (Coord.). Corrupción, cohesión social y desarrollo.
El caso de Iberoamérica. Madrid: Fondo de Cultura Económica. Pp. 161–202.
Alonso, José; y Carlos Garcimartín (2011). “Causas y consecuencias de la corrupción: una
revisión de la literatura” en José Antonio Alonso y Carlos Mulas-Granados (Coord.).
Corrupción, cohesión social y desarrollo. El caso de Iberoamérica. Madrid: Fondo de Cultura
Económica. Pp. 43–72.
Alonso, José; y Carlos Garcimartín (2011a). “La corrupción: definición y criterios de medición”
en José Antonio Alonso y Carlos Mulas-Granados (Coord.). Corrupción, cohesión social y
desarrollo. El caso de Iberoamérica. Madrid: Fondo de Cultura Económica. Pp. 21–42.
Auditoría Superior de la Federación (2014). Informe General de la Cuenta Pública 2014. Dispo-
nible en: http://www.asf.gob.mx/Trans/Informes/IR2014i/Documentos/InformeGeneral/
ig2014.pdf Revisada el 23 de enero del 2017.
Banco Mundial. (S/F). Control of corruption. (Ficha técnica). En: http://info.worldbank.org/
governance/wgi/index.aspx#doc-methodology revisada el 27 de mayo del 2016.
Casar, María Amparo. (2015). México: anatomía de la corrupción. México: CIDE/IMCO. 64 p.
Gutiérrez, Miguel Ángel. (2013). “Breves consideraciones acerca de la responsabilidad de los
servidores públicos de la Administración Pública Federal” en Hechos y Derecho. 1 de agosto.
México: IIJ-UNAM. S/P. http://revistas.juridicas.unam.mx/index.php/hechos-y-dere-
chos/article/view/6857/8793 Revisado el 19 de julio del 2016.
Hellman, Joel y Daniel Kaufmann. (2001). “La captura del Estado en las economías en transi-
ción” en Finanzas y Desarrollo. Vol. 38. No. 3. Septiembre. Pp. 31–35.
Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). (2015). Encuesta Nacional de Victimi-
zación y Percepción sobre Seguridad Pública 2015. Marco conceptual. México: ENVIPE. 85
p. http://internet.contenidos.inegi.org.mx/contenidos/productos//prod_serv/contenidos/
espanol/bvinegi/productos/nueva_estruc/702825077273.pdf
la co r ru p c i ó n e n m é x i co | 115
Instituto Nacional Electoral y Colegio de México. (s/f ) Informe país sobre la calidad de la ciu-
dadanía en México. Resumen Ejecutivo. En: http://www.ine.mx/archivos2/s/DECEYEC/
EducacionCivica/Resumen_Ejecutivo_23nov.pdf
KPMG (2010). Encuesta de fraude en México, 2010. México: KPMG. 30 p.
Millán, René y Fiorella Mancini. (2006). “México: ambiente y condiciones de la corrupción en
el gobierno federal” en Antonio Azuela. La corrupción en América. Un continente, muchos
frentes. México: UNAM. Pp. 203–240.
Mulas-Granados, Carlos. (2011). “Los indicadores de corrupción en Iberoamérica” en José
Antonio Alonso y Carlos Mulas-Granados (Coord.). Corrupción, cohesión social y desarrollo.
El caso de Iberoamérica. Madrid: Fondo de Cultura Económica. Pp. 105–130.
Pulido, Miguel y Rolando Lagunes (2016). Documento de Trabajo: Diagnóstico sobre la impunidad
en México. México: Mimeo. Marzo. 27 p.
Transparencia Internaciona (TI) (2011). Las empresas de dos gigantes económicos emergentes, China
y Rusia, son las más propensas a pagar sobornos en el extranjero. http://webantigua.transpa-
rencia.org.es/indices_fuentes_de_soborno/indice_de_fuentes_de_soborno_2011/aspec-
tos_mas_destacados__ifs_2011.pdf revisado el 27 de mayo del 2015.
Transparencia Internacional. (2015). Índice de percepción de la corrupción 2015. Nota técnica sobre la
metodología. En: www.transparency.org/cpi2015#downloads revisada el 26 de mayo del 2016.
Transparencia Internacional. (2015a). Índice de percepción de la corrupción 2015. Preguntas frecuen-
tes. En: www.transparency.org/cpi2015#downloads revisada el 1 de junio del 2016.
Transparencia Internacional. (2015b). Índice de percepción de la corrupción 2015. Descripción com-
pleta de las fuentes. En: www.transparency.org/cpi2015#downloads revisada el 1 de junio
del 2016.
Weber, Claudio. (2006). “Naturalezas muertas: percepciones de corrupción versus otros indica-
dores” en Antonio Azuela. La corrupción en América. Un continente, muchos frentes. México:
UNAM. Pp. 173–201.
World Justice Project (WJP) (S/F). Variables used to construct the rule of law index. En http://
worldjusticeproject.org/methodology revisada el 27 de mayo del 2016.
World Justice Project (WJP) (S/Fa). Methodology. En http://worldjusticeproject.org/methodo-
logy revisada el 27 de mayo del 2016.
Videos
Merino, Mauricio. (2015). Ponencia presentada en la mesa de diálogo: Propuesta desde la socie-
dad civil frente a la impunidad y las graves violaciones a derechos humanos que enfrenta
México. En: https://www.youtube.com/watch?v=8DoevrHDd40 Visto el 12 de marzo del
2016.
Paginas De Internet
Auditoría Superior de la Federación http://www.asf.gob.mx
Banco Mundial / Clima de Inversión https://www.wbginvestmentclimate.org/research-and-
diagnostics/
116 | corrupción y derechos humanos
Derechos humanos
cualquier expectativa positiva (de prestación) o negativa (de no sufrir lesiones) adscrita
a un sujeto por una norma jurídica; y por status la condición de un sujeto, prevista
asimismo por una norma jurídica positiva, como presupuesto de su idoneidad para
ser titular de situaciones jurídicas y/o autor de los actos que son ejercicio de éstas.
(Ferrajoli, 1999: 37)
Ha pasado ya mucha agua por debajo del río. Las discusiones y trabajos en
torno a la construcción de indicadores de DH se han multiplicado estrepitosa-
mente (Guzmán y Arjona, 2008; Ruvalcaba, 2015; Anaya, 2015, Flores, 2010;
Najera, 2012; OACNUDH, 2012). Una propuesta de indicadores que vale la pena
mencionar es la desarrollada por el Grupo de Trabajo para el análisis de los infor-
mes nacionales previstos en el protocolo de San Salvador, quienes ya han emi-
tido Lineamientos de indicadores para evaluar el avance en torno a los derechos
económicos, sociales y culturales en el marco del Sistema Interamericano de DH
(CIDH, 2007 y 2013).
No tiene sentido intentar dar cuenta en este espacio de las discusiones en
torno a la construcción de indicadores sobre DH. Más aún, en esta investiga-
ción no crearemos información para dotar de contenido a nuevos indicadores, sino
que usaremos la ya existente. Por ende, trabajaremos esencialmente con proxys,
es decir, con aquella información que es la más cercana a lo que objetivamente
queremos mirar. Otra razón para advertir al lector que trabajaremos especialmente
con proxys, es que cada DH se encuentra integrado por cientos de obligaciones y
pretender dar cuenta de un DH supondría mirar todas esas obligaciones. Deten-
gámonos un poco en esto.
Recordemos que, para esta investigación, los DH son las obligaciones a cargo
de los Estados, y los derechos a favor de las personas, que se encuentran desarro-
lladas en el Derecho Internacional de los DH. Siguiendo a Serrano y Vázquez
(2009), todos los DH –léase, el derecho a la integridad personal, a la vivienda, a la
salud, a la libertad personal, derecho a votar, a ser votado, al medio ambiente sano,
libertad de tránsito, al debido proceso, etc.– están constituidos por el siguiente
conjunto de obligaciones a cargo de los Estados:
120 | corrupción y derechos humanos
Existen múltiples bases de datos a nivel internacional para analizar los DH. La
base de datos más utilizada para realizar estudios cross national es CIRI, Human
Rights Data Project2 coordinado por los profesores David Cingranelli, David
Richards (de aquí en adelante, CIRI) y Chad Klay. En esta base se analizan dere-
chos civiles, laborales y de las mujeres. Debido a que la última medición de este
proyecto se dio en el 2011, el reciente Human Right Score3 de Christopher J. Fariss
and Keith Schnakenberg está intentando seguir con este trabajo. Está también el
muy conocido Political Terror Scale4 que mide las desapariciones forzadas, ejecu-
ciones extrajudiciales, tortura y prisioneros políticos. Un proyecto que ha desa-
rrollado el análisis de la tortura es el III Treatment and Torture Data Collection5
que busca responder preguntas específicas como cuántas víctimas, qué agencias
del Estado son las que torturan, qué tipo de torturas y cuál es la responsabilidad
estatal. Una medición más sobre DH proviene de Uppsala Conflict Data Program6
donde se realiza un recuento de los ataques intencionales contra civiles tanto por el
gobierno como por grupos armados.
A partir del periodo a estudiar, el número de países que nos interesa analizar
y el tipo de derechos, en este trabajo utilizaremos la base de datos de CIRI. Se
trata de una base de datos con información para 202 países sobre 15 derechos
internacionalmente reconocidos en el periodo 1981–2011. En la medida que la
información sobre corrupción data de 1996 a la fecha en el índice más longevo
que es el CPI de Transparencia Internacional, arrancaremos en este año el
análisis de los DH. Más aún, por suerte el cambio de metodología del CPI se
realizó precisamente en el 2012, por lo que podemos correlacionar sin problemas
metodológicos el índice de percepción de la corrupción y los índices de CIRI entre
1996 y el 2011.
122 | corrupción y derechos humanos
Los DH que son medidos por CIRI son: ejecuciones extrajudiciales, desapari-
ción, tortura, prisioneros políticos, libertad de expresión, libertad de religión, liber-
tad de tránsito interno, libertad de entrada y salida del país, derechos de reunión
y asociación, libertad de autodeterminación, derechos laborales, derechos econó-
micos, políticos y sociales de las mujeres e independencia judicial (Cingranelli y
Richards, 2014; y CIRI, sf ).
Las fuentes primarias para la elaboración de los indicadores de CIRI son los
reportes anuales del Departamento de Estado de Estados Unidos y los reportes
anuales de Amnistía Internacional. Las variables suelen ir de 0 a 2, donde 0 es
que la violación a DH es frecuente, 1 que es ocasional y 2 que no hubo o no fue
reportada. La decisión para asignar el valor a cada Estado en cada año depende de
dos cosas7:
Tabla 3.2. Derechos que integran el índice de integridad personal de CIRI, Human Rights
Data Project.
Nombre de la
Descripción de la variable
variable
Tabla 3.3. Derechos que integran el índice de empoderamiento del CIRI, Human Rights
Data Project.
datos de CIRI son las prácticas de los gobiernos (CIRI, 2014), y no el ejercicio de
derechos por parte de las personas. Por ende, considerando que la obligación de
respeto supone la omisión del Estado de violentar derechos (Serrano y Vázquez,
2013), ciertas prácticas estatales nos estarán hablando del ejercicio de derechos,
pero de forma negativa. Por ejemplo, un indicador sobre averiguaciones previas
abiertas por desaparición forzada, nos está hablando de una práctica estatal –la
desaparición de personas– y nos está dando cuenta también del no ejercicio del
derecho: el total de personas desaparecidas. Lo mismo sucede con muchos otros
d e r ec h o s h u ma n o s | 125
Gráfica 3.4. Media del Índice de Empoderamiento para nueve regiones del mundo, 1996–2011.
Fuente: Elaboración propia a partir de información de The Cingranelli-Richards Human Rights Data Set.
Gráfica 3.5. Media del Índice de Integridad Física para nueve regiones del mundo, 1996–2011.
Fuente: Elaboración propia a partir de información de The Cingranelli-Richards Human Rights Data Set.
d e r ec h o s h u ma n o s | 127
Gráfica 3.7. Media del Índice de Empoderamiento para los países de América Latina, 1996–2011.
Fuente: Elaboración propia a partir de información de The Cingranelli-Richards Human Rights Data Set.
Gráfica 3.8. Media del Índice de Derechos de Integridad Física para los países de América
Latina, 1996–2011.
Fuente: Elaboración propia a partir de información de The Cingranelli-Richards Human Rights Data Set.
d e r ec h o s h u ma n o s | 129
En relación con los DH laborales, los países mejor posicionados son Argen-
tina, Uruguay, Paraguay y Costa Rica, mientras que al final de la lista están
Venezuela, Guatemala, Colombia y Honduras. México ocupa el puesto 6 de 18
países.
Gráfica 3.9. Media del Índice de DH Laborales para América Latina, 1996–2011.
Fuente: Elaboración propia a partir de información de The Cingranelli-Richards Human Rights Data Set.
Gráfica 3.10. Media del Índice de Empoderamiento para los países de MIKTA, 1996–2011.
Fuente: Elaboración propia a partir de información de The Cingranelli-Richards Human Rights Data Set.
Gráfica 3.11. Media del Índice de Integridad Física para los países de MIKTA, 1996–2011.
Fuente: Elaboración propia a partir de información de The Cingranelli-Richards Human Rights Data Set.
d e r ec h o s h u ma n o s | 131
Gráfica 3.12. Media del Índice de DH Laborales para los países de MIKTA, 1996–2011.
Fuente: Elaboración propia a partir de información de The Cingranelli-Richards Human Rights Data Set.
• El PIB per cápita con paridad de poder adquisitivo a dólares constantes del
2011 elaborado por el Banco Mundial. En la medida que este indicador se
construye con dólares constantes al 2011, nos permite comparar a un mismo
país a lo largo del tiempo. Además, para poder hacer comparaciones entre
países, el Banco Mundial ajustó la capacidad adquisitiva que posee el dólar
132 | corrupción y derechos humanos
de los Estados Unidos a cada uno de los demás países9. Más aún, este último
componente del indicador nos deja ver cómo se ha modificado el poder
adquisitivo per cápita, aspecto central no sólo como un componente de los
derechos laborales –el derecho a un salario digno–, sino como derecho llave
que permite abrir la puerta de otros derechos: alimentación, vivienda, salud,
por mencionar algunos.
• La esperanza de vida al nacer elaborada por el Banco Mundial.
• Los años de escolaridad promedio que forma parte del Índice de Desarrollo
Humano.
• La tasa de homicidios intencionales elaborada por el Banco Mundial.
Además de estos cuatro indicadores, sumamos dos más provenientes
del índice de libertad en el mundo de Freedom House. Esta organización
ha desarrollado un índice –libertad en el mundo– que ha utilizado para
evaluar a 195 países y 15 territorios desde 1978 a la fecha. El índice está
conformado por dos grupos de derechos: las libertades civiles y los derechos
políticos. Para los objetivos de la investigación usaremos por separado estos
derechos. El desarrollo histórico de esta base de datos nos permite contar
con información de 1996 al 201510.
• Derechos políticos de Freedom House. Este índice está conformado por
10 indicadores en forma de preguntas. Se asignan valores de 0 a 4 donde
0 es el menor ejercicio de derechos y 4 el mayor ejercicio de derechos. Se
analizan tres categorías: Proceso Electoral (3 preguntas), el pluralismo polí-
tico y la participación (4), y el funcionamiento del Gobierno (3). El total de
puntos posibles obtenidos por un país es 40. Algunos ejemplos de preguntas
son:
• ¿Ha habido retrasos indebidos, por motivos políticos, en la celebración
de la elección más reciente para el jefe de gobierno?
• ¿El registro de votantes y candidatos se lleva a cabo de una manera
precisa, oportuna, transparente y no discriminatoria?
• ¿Los candidatos pueden hacer discursos, celebrar reuniones públi-
cas, y disfrutar de acceso a los medios durante toda la campaña sin
intimidación?
• ¿La composición de la comisión electoral es equilibrada?
Posteriormente se hace una ponderación para crear el índice que va de 1 a
7, donde en el 1 se encuentran los países que gozan del grueso de los dere-
chos políticos, incluyendo elecciones libres y justas; mientras que en el 7 se
encuentran los países que gozan de pocos o ningún derecho político porque
cuentan con un gobierno opresor, muchas veces en combinación con una
guerra civil.
d e r ec h o s h u ma n o s | 133
Los primeros tres indicadores nos hablan más de los derechos económicos y
sociales, los tres últimos dan cuenta de los derechos civiles y políticos. Sabemos
que el mundo de los DH es mucho más amplio, sin embargo, la principal restric-
ción para determinar que indicadores tomar está en la información existente para
recuperar a todos los países en el periodo buscado. Veamos rápidamente cómo se
encuentra México con respecto a estos indicadores.
Si analizamos el estatus de los derechos en las nueve regiones que hemos
venido trabajando, no hay sorpresas en los primeros lugares, que siempre son
para Europa Occidental y América del Norte (Estados Unidos y Canadá).
Por el otro lado, en los últimos lugares casi siempre se observa a África Subsaha-
riana, y en algunas ocasiones a Medio Oriente y África del Norte y al sur y este
de Asia.
134 | corrupción y derechos humanos
Gráfico 3.13. Promedio de PIB per cápita con paridad de poder adquisitivo a dólares constan-
tes del 2011, por regiones, 2012–2015.
Fuente: Banco Mundial
Gráfico 3.16. Promedio del índice de derechos políticos por región, 1996–2015.
Fuente: Elaboración propia con información de Freedom House.
136 | corrupción y derechos humanos
Gráfico 3.17. Promedio del índice de derechos civiles por región, 1996–2015.
Fuente: Elaboración propia con información de Freedom House.
Gráfico 3.18. Promedio de PIB per cápita con paridad de poder adquisitivo a USD constantes
(2011) para América Latina, 2012–2015.
Fuente: Banco Mundial
Gráfico 3.19. Promedio de esperanza de vida al nacer para América Latina, 2012–2015.
Fuente: Banco Mundial
138 | corrupción y derechos humanos
Gráfico 3.21. Promedio del índice de derechos políticos para América Latina, 1996–2015
Fuente: Elaboración propia con información de Freedom House.
d e r ec h o s h u ma n o s | 139
Gráfico 3.22. Promedio del índice de derechos civiles para América Latina, 1996–2015.
Fuente: Elaboración propia con información de Freedom House.
Gráfico 3.23. Promedio de PIB per cápita con paridad de poder adquisitivo a dólares constan-
tes del 2011 para los países de MIKTA, 2012–2015.
Fuente: Banco Mundial
140 | corrupción y derechos humanos
Gráfico 3.24. Promedio de esperanza de vida al nacer para los países de MIKTA más Brasil y
la India, 2012–2015.
Fuente: Banco Mundial
Gráfico 3.25. Promedio de años de escolaridad para el MIKTA más Brasil y la India, 2012–2015.
Fuente: Índice de Desarrollo Humano
d e r ec h o s h u ma n o s | 141
Gráfico 3.26. Promedio del índice de derechos políticos para el MIKTA más Brasil y la India,
1996–2015.
Fuente: Elaboración propia con información de Freedom House
Gráfico 3.27. Promedio del índice de derechos civiles para el MIKTA más Brasil y la India,
1996–2015.
Fuente: Elaboración propia con información de Freedom House
Gráfico 3.28. Tasa media de homicidios para 9 regiones del mundo, 1996–2015.
Fuente: Elaboración propia a partir de información del Banco Mundial
d e r ec h o s h u ma n o s | 143
Siguiendo con la tasa media de homicidios, pero ahora sólo para los países de
América Latina, los países más violentos son Honduras y el Salvador, seguidos
por Colombia, pero con una brecha relevante entre los dos primeros y el tercero.
Pese al aumento de homicidios entre el 2006 y el 2015, México no se encuentra
entre los países más violentos, está justo en medio de la tabla en el lugar 10. En
el 2011, su peor año del periodo, México tuvo 22.6 homicidios intencionales por
cada 100 mil habitantes; Honduras –el peor lugar– tuvo 93.2; y Chile –el mejor
posicionado– 3.7.
Gráfico 3.29. Tasa media de homicidios para los países de América Latina, 1996–2015.
Fuente: Elaboración propia a partir de información del Banco Mundial.
Gráfico 3.30. Tasa media de homicidios para los países del MIKTA más Brasil e India,
1996–2015.
Fuente: Elaboración propia a partir de información del Banco Mundial.
Toca el turno a analizar los indicadores que utilizaremos para mirar la relación
entre los DH y la corrupción en el caso específico de México. Debemos recordar al
lector que miraremos México a partir de las entidades federativas que lo integran,
en un periodo del 2000 al 2014, ya que en estos años tenemos datos para mirar la
corrupción. Construimos tres distintos tipos de indicadores: DH en general, dere-
chos civiles y políticos, y derechos económicos y sociales.
DH en general:
• Población con carencias por acceso a los servicios básicos de vivienda por
entidad por año (CONEVAL), en las mediciones 2008, 2010, 2012 y 2014.
• Población con carencias por acceso a la alimentación por entidad por año
(CONEVAL), en las mediciones 2008, 2010, 2012 y 2014.
• Población con un ingreso inferior a la línea de bienestar mínimo por entidad
por año (CONEVAL), en las mediciones 2008, 2010, 2012 y 2014.
• Población con un ingreso inferior a la línea de bienestar por entidad por año
(CONEVAL), en las mediciones 2008, 2010, 2012 y 2014.
Veamos con mayor detenimiento cada uno de estos grupos de derechos.
Gráfica 3.31. Número de Quejas, hechos violatorios y víctimas relacionadas con quejas recibi-
das en la Comisión Nacional de DH entre el 2000 y el 2014.
Fuente: Elaboración propia con información de la Comisión Nacional de DH suministrada a través de
INFOMEX con corte al 27 de abril de 2016.
posible violación a DH, las recomendaciones se emiten una vez que la Comisión
ha determinado la existencia de dichas violaciones. Nuevamente destaca el punto
de inflexión entre el 2008 y 2009, así como el clímax en el 2011 y 2012.
Mapa 3.33. Distribución del total de quejas ante la CNDH en las entidades federativas de
México, 2014.
Fuente: Elaboración propia a partir de información de la CNDH
Gráfica 3.34. Tendencias longitudinales del total de quejas ante la CNDH en entidades fede-
rativas seleccionadas, 2000–2014.
Fuente: Elaboración propia a partir de información de la CNDH.
habíamos identificado como los más afectados: Tamaulipas con 35, Chihuahua
con 29 y Coahuila con 25. Estas cuatro entidades concentran el 68% de las averi-
guaciones previas por desaparición forzada.
Gráfica 3.36. Total de quejas por desaparición forzada ante la CNDH por entidad federativa,
2000–2014.
Fuente: Elaboración propia con información de la CNDH.
Gráfica 3.37. Total de quejas por detenciones arbitrarias ante la CNDH por entidad federa-
tiva, 2000–2014.
Fuente: Elaboración propia con información de la CNDH
Gráfica 3.38. Total de quejas por tortura ante la CNDH por entidad federativa, 2000–2014.
Fuente: Elaboración propia con información de la CNDH.
154 | corrupción y derechos humanos
Las muertes por homicidio constituyen uno de los indicadores más difundidos
para analizar la situación de violencia, y en este estudio lo asumimos como indi-
cador de ejercicio del derecho a la vida. La razón de su uso generalizado es que se
trata de información que pertenece a los registros civiles, a diferencia de las cifras
sobre otros crímenes que son generadas por el poder judicial a partir de su denun-
cia. De esta manera, las estadísticas oficiales sobre homicidios no se ven afectadas
por el subregistro, o no tanto.
Con respecto al primer indicador, en la gráfica 88 se observa el crecimiento de
los homicidios con respecto al total de muertes violentas a partir del 2008. Si bien
esto es generalizado, el crecimiento se concentra en las zonas norte y centro-norte
del país. El punto clímax se observa en los años 2011 y 2012, con un decremento
en el 2013 y 2014, pero estando aún lejos de los porcentajes observados en 2007.
Gráfica 3.39. Porcentaje promedio de muertes por homicidio respecto del total de muertes
violentas por regiones en México de 2004 a 201412.
Fuente: elaboración propia con información de INEGI–Estadísticas de Mortalidad. El porcentaje de
muertes por homicidio con respecto al total de muertes violentas por entidad federativa y sexo, 2004 a 2014.
Fecha de actualización: Martes 12 de enero de 2016.
en ese periodo, la zona norte fue la que más homicidios presentó con poco más de
40 mil, seguida de la zona centro norte con poco más de 27 mil. Finalmente, si las
tendencias del tercer periodo se mantienen estables, al llegar al 2018 la cantidad de
homicidios podría superar a los periodos anteriores.
Gráfica 3.40. Número de homicidios según lugar de ocurrencia por regiones para tres sexenios
presidenciales.
Fuente: Elaboracion propia con información del INEGI de las Defunsiones por homicidio por año de
registro según entidad federativa y lugar de ocurrencia. Estadísticas de mortalidad. Disponible en http://www.
inegi.org.mx/lib/olap/consulta/general_ver4/MDXQueryDatos.asp?proy=mortgral_dh. Pagina consultada
el 11 de julio de 2016.
Gráfica 3.41. Número de averiguaciones previas iniciadas por presumible delito de desapari-
ción forzada por regiones y sexenios presidenciales.
Fuente: Elaboración propia con información del Sistema Institucional de Información Estadística (SIIE) de
la Procuraduría General de la República (PGR) a través de Sistema Infomex, oficio de respuesta a Solicitud
de información PGR/UTAAG/00718/2016 del 15 de junio de 2016. Se toman casos que cumplen con lo
establecido en el artículo 215 A–D del Código Penal Federal vigente a la fecha de emisión de la respuesta.
De acuerdo con la comunicación de la PGR se trata de cifras preliminares.
Vale la pena mirar con un poco más de detenimiento cuáles son las entidades
federativas que están presentando averiguaciones previas por desaparición forzada:
Gráfica 3.43. Porcentaje promedio de participación electoral para las tres últimas elecciones
presidenciales por regiones.
Fuente: elaboración propia con información del Instituto Nacional Electoral, disponible en http://siceef.ife.
org.mx/pef2012/SICEEF2012.html# página consultada el 15 de mayo de 2016.
d e r ec h o s h u ma n o s | 159
Gráfica 3.45. Valor promedio del puntaje obtenido en materia de salud para el cáculo del IDH
por regiones en México.
Fuente: Elaboración propia con datos del IDH-PNUD.
Gráfica 3.46. Valor promedio del puntaje obtenido en materia de educación para el cáculo del
IDH por regiones en México.
Fuente: Elaboración propia con datos del IDH-PNUD.
d e r ec h o s h u ma n o s | 161
Gráfica 3.47. Valor promedio del puntaje obtenido en materia de ingreso para el cáculo del
IDH por regiones en México.
Fuente: Elaboración propia con datos del IDH-PNUD.
mejores o peores condiciones con respecto al resto. El segundo punto que brinca
de inmediato es que la carencia social más sufrida por el grueso de la población
en todas las regiones es el acceso a la seguridad social. Otro elemento es que, en
prácticamente todas las zonas y todos los derechos, hay mejorías entre el 2008 y
el 2014, con algunas excepciones. En relación con las zonas, en el centro norte
no se observa esa mejoría, por el contrario, los indicadores de carencias socia-
les del 2014 aumentaron en los seis derechos con respecto a los del 2008. Vaya,
hay un claro empobrecimiento en esta región. En relación con algunos dere-
chos que no mejoraron en algunas regiones, tenemos al acceso a los servicios de
salud en las zonas norte y sur, así como el rezago educativo en la zona norte. Hay
también varios derechos en los que no hay diferencias relevantes entre el 2008
y el 2014.
Gráfica 3.48. Porcentaje promedio de carencias sociales de la región norte del país, 2008,
2010, 2012, 2014.
Fuente: Elaboración propia con información de CONEVAL. Disponible en http://www.coneval.org.mx/
página consultada el 1 de junio de 2016.
Gráfica 3.49. Porcentaje promedio de carencias sociales de la región centro norte del país,
2008, 2010, 2012, 2014.
Fuente: Elaboración propia con información de CONEVAL. Disponible en http://www.coneval.org.mx/
página consultada el 1 de junio de 2016.
Gráfica 3.50. Porcentaje promedio de carencias sociales de la región centro del país, 2008,
2010, 2012, 2014.
Fuente: Elaboración propia con información de CONEVAL. Disponible en http://www.coneval.org.mx/
página consultada el 1 de junio de 2016.
164 | corrupción y derechos humanos
Gráfica 3.51. Porcentaje promedio de carencias sociales de la región sur del país, 2008, 2010,
2012, 2014.
Fuente: Elaboración propia con información de CONEVAL. Disponible en http://www.coneval.org.mx/
página consultada el 1 de junio de 2016.
Tabla 3.52. Tabla ordinal de las entidades según su porcentaje de habitantes con alguna
carencia social.
Notas
1. Para profundizar en torno a lo que son las políticas públicas con perspectiva de derechos
humanos son útiles: Vázquez y Delaplace, 2011; Salazar, Caballero y Vázquez, 2014.
2. http://www.humanrightsdata.com/
3. http://humanrightsscores.org/
4. http://www.politicalterrorscale.org/
5. http://faculty.ucmerced.edu/cconrad2/Academic/ITT_Data_Collection.html
6. http://www.pcr.uu.se/research/ucdp/datasets/ucdp_one-sided_violence_dataset/
7. Para algunos derechos en específico se buscan otro tipo de palabras clave, como sucede en
la libertad de religión, de transito, de entrada y salida del país, y a los derechos de reunión
y asociación. Para más información sobre la forma en que CIRI codifica sus variables se
puede consultar Cingranelli y Richard, 2014.
8. Por ejemplo, las Bahamas que son parte de la commonwealth vinculada al Reino Unido;
Puerto Rico que es un Estado no independiente asociado a Estados Unidos; o Surinam
que, si bien no es una isla, se le considera parte del Caribe, a la par que se trata de un país
asociado a Holanda.
9. Los datos específicos del indicador se pueden consultar en esta página: http://datos.banco-
mundial.org/indicador/NY.GDP.PCAP.PP.CD revisada el 28 de mayo del 2016.
d e r ec h o s h u ma n o s | 169
Fuentes De Información
Bibliográficas
Alfonso Ruiz, Miguel, “Los derechos humanos como derechos morales” en Anuario de Derechos
Humanos, año 1990, núm. 6.
Anaya, Alejandro. (2015). “Indicadores de derechos humanos: tipos, métodos y bases de datos
existentes” en Ansolabehere, Karina; Francisco Valdés-Ugalde y Daniel Vázquez (Coord).
Entre el pesimismo y la esperanza: los derechos humanos en América Latina. Metodología para su
estudio y medición. México: FLACSO-México. Pp. 55–74.
Ansolabehere, Karina; Francisco Valdés-Ugalde y Daniel Vázquez (Coord). (2015). Entre el
pesimismo y la esperanza: los derechos humanos en América Latina. Metodología para su estudio
y medición. México: FLACSO-México.
Carbonell, Miguel; Wistano Orozco, y Rodolfo Vázquez. (comps). (2002). Estado de derecho:
concepto, fundamentos y democratización en América Latina. México, D.F.: Siglo XXI
170 | corrupción y derechos humanos
Cingranelli, David L. and David L. Richards. (2014). The Cingranelli-Richards (CIRI) Human
Rights Data Project Coding Manual Version 5.20.14. En: http://www.humanrightsdata.
com/p/data-documentation.html Revisada el 27 de mayo del 2015.
CIRI, Human Right Data Project. (S/F) Short variable descriptions for indicators. En: http://
www.humanrightsdata.com/ Revisada el 27 de mayo del 2015
Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social (CONEVAL). (2012). Informe de eva-
luación de la política de desarrollo social en México, 2012. Noviembre. México: CONEVAL.
http://www.coneval.gob.mx/Evaluacion/IEPSM/Paginas/IEPSM.aspx
Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social (CONEVAL). (2015). Informe de evalua-
ción de la política de desarrollo social en México, 2014. febrero. México: CONEVAL. http://
www.coneval.gob.mx/Informes/Evaluacion/IEPDS_2014/IEPDS_2014.pdf
Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social. (CONEVAL) (2014).
Metodología para la medición multidimensional de la pobreza en México. México: CONEVAL.
Segunda edición. http://www.coneval.org.mx/Informes/Coordinacion/Publicaciones%20
oficiales/MEDICION_MULTIDIMENSIONAL_SEGUNDA_EDICION.pdf
Díaz, Elías. (1998). Estado de derecho y sociedad democrática. España: Taurus.
Dussel, Enrique. (2001). Hacia una filosofía política crítica, España: Desclée de Brouwer.
Estévez, Ariadna y Daniel Vázquez. (2010). Los derechos humanos en las ciencias sociales: una pers-
pectiva multidisciplinaria. México: Flacso-México / Cisan-UNAM.
Fernández, Eusebio. (1982). “El problema del fundamento de los derechos humanos”, en Anua-
rio de Derechos Humanos. Madrid: Universidad Complutense de Madrid.
Ferrajoli, Luigi. (1999). Derechos y garantías. La ley del más débil. España: Trotta. 189.
Ferrajoli, Luigi. (2006). Sobre los derechos fundamentales y sus garantías, Comisión Nacional de los
Derechos Humanos, México, D.F.
Flores, Julia. (2010). “Aproximaciones metodológicas para la construcción de un índice de eva-
luación e impacto de políticas públicas sobre derechos humanos en México” en Andrea
Rossi y Luis Eduardo Zavala. Políticas públicas y derechos humanos en México. México: Tec-
nológico de Monterrey. Pp. 199–275.
Freeman, Michael. (2000). Human Rights: an interdisciplinary perspective. Londres: Polity.
González, Nazario. (2000). Los derechos humanos en la historia. México: Alfaomega. 296 p.
Guzmán, Gabriela y Juan Carlos Arjona (eds.) (2008) Hacia una metodología para la medición
del cumplimiento de los Derechos Humanos en México. México: Universidad Iberoamericana.
255 p.
Landman, Todd. (2002). “Comparative Politics and Human Rigths” en Human Rigths Quarterly
No. 4. Vol. 24. Pág. 890–923.
Landman, Todd. (2005). “Review article: The Political Science of Human Rigths” en B. J. Pol.
S. No. 35. Pág. 549–572.
Laporta, Francisco. (1987). “Sobre el concepto de Derechos Humanos” en Doxa, núm. 4, España,
Universidad de Alicante.
Munck, Gerardo y Jay Verkulen (2002). “Conceptualizando y midiendo la democracia: una
evaluación de índices alternativos” en Política y gobierno. Vol. IX. No. 2. II Semestre. Pp.
403–441.
d e r ec h o s h u ma n o s | 171
Méndez, Juan. (2014). Informe del Relator Especial sobre la tortura y otros tratos o penas crueles,
inhumanos o degradantes. A/HRC/28/68/Add.3 Nueva York: Naciones Unidas. 21 p.
Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OAC-
NUDH). (2006). Informe sobre indicadores para vigilar el cumplimiento de los instrumentos
internacionales de DH. HRI/MC/2006/7.
Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OAC-
NUDH). (2008). Informe sobre de indicadores para promover y vigilar el ejercicio de los derechos
humanos. HRI/MC/2008/3. 15 de mayo.
Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OAC-
NUDH). (2012). Indicadores de derechos humanos. Guía para la medición y aplicación. HR/
PUB/12/5.
Paginas De Internet
CIRI, Human Rights Data Project http://www.humanrightsdata.com/
Freedom House / Metodología del índice de libertad. https://freedomhouse.org/report/
freedom-world-2015/methodology
Human Right Score. http://humanrightsscores.org/
III Treatment and Torture Data Collection http://faculty.ucmerced.edu/cconrad2/Academic/
ITT_Data_Collection.html
Índice de Desarrollo Humano / PNUD http://www.mx.undp.org/content/mexico/es/home/
library/poverty/indice-de-desarrollo-humano-para-las-entidades-federativas--mexi.html
Índice Global de Impunidad–México http://www.udlap.mx/igimex/modelo.aspx
International Crime Victimization Survey https://www.icpsr.umich.edu/icpsrweb/ICPSR/
series/175
Instituto Nacional Electoral–Colegio de México / Informe país sobre la calidad de la ciuda-
danía en México http://www.ine.mx/archivos2/portal/DECEYEC/EducacionCivica/
informePais/
Political Terror Scale. http://www.politicalterrorscale.org/
Uppsala Conflict Data Program http://www.pcr.uu.se/research/ucdp/datasets/ucdp_one-sided_v
iolence_dataset/
capítulo 4
que los hogares con bajos niveles de educación e ingreso son más vulnerables a la
corrupción, tienen hasta un 5 por ciento más de probabilidad de pagar sobornos.
En cambio, no encuentran diferencias estadísticamente significativas con respecto
a la composición de los/las jefes de familia, es decir, el hecho de que la familia esté
encabezada por un hombre o una mujer, o la existencia de niños en la familia no
fue estadísticamente relevante.
Aunque nuevamente queda pendiente un análisis empírico de los procesos y
magnitudes con datos duros, no es difícil de creer la mayor afectación a los grupos
en situación de vulnerabilidad. Por definición, las personas que tienen estas distin-
tas esferas de vulnerabilidad, siempre estarán peor situadas.
más, el aspecto central es que es difícil hablar de “la corrupción”, sino que se trata
de diversos mecanismos, procesos y lógicas de corrupción y, por ende, de diferentes
relaciones con los DH.
En la medida que ciertos tipos de corrupción pueden ser catastróficos para los
DH de una comunidad –como en los megaproyectos–, o para un país en su totali-
dad –como en la cooptación estatal y desviación del diseño de la política pública–,
en los puntos resolutivos de la onceava Conferencia Internacional anticorrupción
celebrada en Seúl se declaró que la corrupción a larga escala debe ser considerada
como un crimen contra la humanidad, semejante a la tortura, el genocidio y otros
crímenes de lesa humanidad. En los mismos resolutivos se condena a la corrup-
ción como inmoral, injusta y contraria a los ideales humanitarios inherentes a la
Declaración Universal de los DH, a la par que se confirma que todas las personas
tienen un derecho básico a la vida y sociedad libre de corrupción (UNDP, 2004: 9).
La tarea por venir en el análisis de las violaciones a DH producto de la corrup-
ción es el análisis empírico, con datos, de los procesos y magnitudes de estas vio-
laciones que, hasta ahora, aparecen de forma hipotética en los textos. No hay duda
que, en el análisis de las violaciones a los DH, hacer visible la relación que existe
entre corrupción y discriminación, entre corrupción y DESC, entre corrupción
y violencia policial, o entre corrupción y afectación de grupos en condición de
vulnerabilidad como migrantes, indígenas y personas privadas de libertad, permi-
tirá mejorar el diagnóstico y recomendaciones sobre estos problemas (González y
Nash, 2011: 73).
CPI 1.0000
Índice de
0.5157* 1.0000
empoderamiento
Índice de integri-
0.6022* 0.5993* 1.0000
dad personal
Gráfica 4.7. Distribución del componente de corrupción del índice de Estado de Derecho
según los valores del PIB per cápita por paridad del poder adquisitivo, 2013–2015.
Fuente: Elaboración propia a partir de información del World Justice Project y del Banco Mundial.
de vida al nacer. Lo más interesante en el gráfico 112, que es una diferencia rele-
vante con respecto al PIB per cápita, es que hay países que pese a tener un alto
nivel de percepción de la corrupción (entre 20 y 40), pueden lograr una expectativa
de vida que llega a los 80 años. En cambio, todos los países que superan el 60 en el
nivel de percepción de la corrupción, superan los 60 años; y aquellos que sobrepa-
san el 70 en nivel de percepción de la corrupción, sobrepasan los 80 años. Esto nos
habla de la existencia de umbrales que se encuentran precisamente entre el 60 y 80
en el nivel de percepción de la corrupción.
Gráfica 4.9. Relación entre los años de escolaridad promedio y el índice de percepción de la
corrupción, 2012–2015.
Fuente: Elaboración propia con datos de Transparencia Internacional y el Índice de Desarrollo Humano.
Veamos qué sucede con los indicadores sobre derechos civiles. En la gráfica se
observa la relación entre el índice de derechos políticos elaborado por Freedom
House y el índice de percepción de la corrupción de transparencia internacional.
En el primero, que ocupa el eje de las Y (vertical), el índice va de 0 a 7 donde 0 es el
mayor ejercicio de derechos y 7 el peor. La percepción de la corrupción ocupa el eje
de las X (horizontal), y va de 0 a 100 donde 0 es mayor corrupción y 100 menor. Aquí
también hay una clara relación en donde los países menos corruptos (más cercanos
a 100) son los que tienen un mayor ejercicio de derechos políticos (más cercanos
a 0). Como en los casos anteriores, se observan rendimientos decrecientes que
están entre el 70 y 80 del indicador de percepción de corrupción. También hay
algunos países que, si bien se encuentran con un buen puntaje de percepción de
la corrupción, están a media tabla con respecto al ejercicio de derechos políticos.
Finalmente, en la tabla se presentan los coeficientes de correlación entre la
percepción de la corrupción y las violaciones a los DH. En todos los casos las
correlaciones son superiores al .5 con un nivel de confianza del 99%. Con esto
podemos decir que, al menos, en los estudios cross national, hay una clara relación
entre los índices de corrupción y las violaciones a DH: ahí donde hay más corrup-
ción, empeoran las violaciones a derechos.
las distintas relaciones e n t r e d h y co r ru p c i ó n | 191
INDICADORES DE
INDICADORES DE INDICADORES DE DERECHOS ECONÓMICOS
DERECHOS CIVILES Y
CORRUPCIÓN Y SOCIALES
POLÍTICOS
(Continued)
194
|
3. Percepción de la corrupción / 8. Total de quejas sobre tortura 13. Población con carencias por acceso a los servicios de
ENVIPE / 3) seguridad (policías) presentadas ante la CNDH, salud (CONEVAL), 2008, 2010, 2012 y 2014.
4. Percepción de la corrupción / 2000–2014. 14. Población con carencias por acceso a la seguridad social
ENVIPE / 4) seguridad Nacional 9. Participación electoral en las (CONEVAL), 2008, 2010, 2012 y 2014.
(militares y marina). 2011–2015. elecciones federales (INE),
2000–2014 15. Población con carencias por calidad y espacios de la
corrupción y derechos humanos
Notas
1. El problema cobra relevancia cuando su actuación se desarrolla en el marco
de lo que arriba analizamos como corrupción estructural (endémica de corte
sistemático), en donde la impunidad es una forma de estabilidad política. Ahí,
los esfuerzos por activar mecanismos de accountability se tornan, en la bús-
queda de cambios estructurales, abiertamente inútiles.
2. Sobre este punto, en la tercera sesión organizada por el CDH de la Universidad de Chile se
hizo hincapié en la necesidad de derogar las normas que penalizan las injurias y
calumnias, así como las leyes de desacato, que son un desincentivo fuerte a rea-
lizar denuncias en contra de la autoridad, en particular cuando las acusaciones
son difíciles de probar, como ocurre con la mayoría de los actos de corrupción.
Esto no quiere decir que los excesos que pueden ocurrir en los medios queden
200 | corrupción y derechos humanos
impunes, sino que las vías debieran ser sólo las civiles (González y Nash, 2011:
32).
3. Para mirar un caso aplicado, son útiles: Gathii, 2009; Kiai y Kuria, 2008; donde se analiza
el funcionamiento de la Comisión Anticorrupción de Kenia.
4. Hay mucha literatura sobre la idea de igualdad política, recursos políticos, y asimetría en
influencia sobre las decisiones gubernamentales. Para un atajo véase: Vázquez, 2007; 2008;
2009; y 2010.
5. Elegí hacer la clasificación mirando los mecanismos y formas que toma el acto de corrup-
ción, ya que es mejor para, posteriormente, pensar qué tipo de acciones o estrategias anti-
corrupción se pueden usar en cada mecanismo. Sin embargo, esta no es la única forma de
pensar las relaciones entre corrupción y violaciones a DH. Por ejemplo, Bacio (2008) hace
un desglose utilizando como criterio de clasificación los derechos violados, y no los meca-
nismos de corrupción.
6. Las mediciones construidas para observar la corrupción son variables continuas, mientras
que los índices elaborados por CIRI son variables categóricas o discretas.
Fuentes De Información
Bibliográficas
Anand N. Asthana. (2012). “Human Rights and Corruption: Evidence From a Natural Experi-
ment” en Journal of Human Rights, 11: 4. pp 526–536, DOI: 10.1080/14754835.2012.730913
Ansolabehere, Karina; Francisco Valdés-Ugalde y Daniel Vázquez (Coord). (2015). Entre el
pesimismo y la esperanza: los derechos humanos en América Latina. Metodología para su estudio
y medición. México: FLACSO-México.
Bacio, Julio. (2008). Corruption as a violation of human rights. En: http://papers.ssrn.com/sol3/
papers.cfm?abstract_id=1107918 Revisado el 16 de marzo del 2016.
Clavijo, Angélica. (2012). “Actos de corrupción como violación a los derechos humanos”. En
Saber, ciencia y libertad. Vol. 7. No. 1. Pp. 35–45.
Gathii, James. (2009). “Defining the relationship between Human Rights and corruption” en
Journal of International Law Vol. 31. Universidad de Pensilvania. Pp. 125–202.
GIEI. (2015). Informe Ayotzinapa. Investigación y primeras conclusiones de las desapariciones y
homicidios de los normalistas de Ayotzinapa. México: GIEI.
González, Marianne. (2010). La lucha contra la corrupción desde una perspectiva de derechos huma-
nos. Ponencia presentada al Seminario Internacional Las políticas de la transparencia y
lucha contra la corrupción en América. 11 p.
González, Marianne; y Claudio Nash. (2011). Transparencia, lucha contra la corrupción y el sistema
interamericano de derechos humanos. Chile: Centro de Derechos Humanos–Universidad de
Chile. 187 p.
International Council of Human Rights Policy (ICHRP). (2009). La corrupción y los derechos
humanos. Estableciendo el vínculo. México: ICHRP. 115 p.
las distintas relaciones e n t r e d h y co r ru p c i ó n | 201
International Council of Human Rights Policy (ICHRP). (2011). La integración de los derechos
humanos en la agenda de combate de la corrupción: retos, posibilidades y oportunidades. México:
ICHRP. 89 p.
Kiai, Maina y Anthony Kuria (2008). “The human rights dimensions of corruption: linking
the human rights paradigm to combat corruption” en Journal of Global Ethics. Vol. 4. No 3.
Diciembre. Pp. 247–253.
Lauzán, Silvana y Costanza Toro. (2009). Anti-corrupción: actualizando los desafíos. Chile: Centro
de Derechos Humanos–Universidad de Chile. 162 p.
Nash, Claudio. (2014). Corrupción y derechos humanos: una mirada desde la jurisprudencia de la
Corte Interamericana de Derechos Humanos. Chile: Centro de Derechos Humanos–Univer-
sidad de Chile. 126 p.
Serrano, Sandra y Daniel Vázquez (2013). Los derechos en acción. Obligaciones y principios de dere-
chos humanos. México: FLACSO-México.
United Nations Development Program (UNDP) (2004). The impact of corruption on the human
rights based approach to development. Oslo: UNDP. 47 p.
Vaughn, Robert. (2009). “Modelos de leyes de protección y estímulo a informantes internos
(Whistleblowers)” en Irma Erendira Sandoval. Corrupción y transparencia. Debatiendo las
fronteras entre Estado, mercado y sociedad. México: Instituto de Investigaciones Sociales–
UNAM / Siglo XXI. Pp. 266–285.
Vázquez, Daniel. (2007). “La democracia, el populismo y los recursos políticos del mercado:
déficits democráticos y neopopulismo” en Vox Populi. Populismo y democracia en América
Latina. México: FLACSO.
Vázquez, Daniel. (2008). “Democracia liberal procedimental y movimientos sociales. Temas
pendientes en la democracia mexicana luego del conflicto en Oaxaca” en Julio Aibar y
Daniel Vázquez (coord.). Política y Sociedad en México. Entre el desencuentro y la ruptura.
México: FLACSO. P. 259–304.
Vázquez, Daniel. (2009). Democracia y mercado: viejas disputas, ¿nuevas soluciones? Análisis y lec-
ciones del caso argentino (1989–2008). México: Flacso-México.
Vázquez, Daniel. (2010). “La democracia deliberativa y la confrontación entre poderes fácticos
en una decisión gubernamental: modificación al artículo 77 de la Ley de Propiedad Indus-
trial” en Revista Mexicana de Ciencias Política y Sociología. No. 210.
Vázquez, Daniel. (2015). “El discurso ¿anticapitalista? de los derechos humanos” en El cotidiano.
Revista de la realidad mexicana actual. Año 30. No 194. Noviembre–diciembre.
Vázquez, Daniel y Domitille Delaplace (2011). “Public policies from a human rights perspective.
A developing field” en Sur. International Journal on Human Rights. No. 14. Enero/junio.
World Justice Project (WJP) (S/F). Variables used to construct the rule of law index. En http://
worldjusticeproject.org/methodology revisada el 27 de mayo del 2016.
World Justice Project (WJP) (S/Fa). Methodology. En http://worldjusticeproject.org/methodo-
logy revisada el 27 de mayo del 2016.
Zalaquet, José. (2007). Transparencia y rendición de cuentas y lucha contra la corrupción en América.
Chile: Centro de Derechos Humanos–Universidad de Chile / Chile Transparente.
202 | corrupción y derechos humanos
Paginas De Internet
Auditoría Superior de la Federación http://www.asf.gob.mx
Banco Mundial / Clima de Inversión https://www.wbginvestmentclimate.org/
research-and-diagnostics/
Banco Mundial / Indicadores mundiales de gobernanza http://info.worldbank.org
CIRI, Human Rights Data Project http://www.humanrightsdata.com/
Freedom House / Metodología del índice de libertad. https://freedomhouse.org/report/
freedom-world-2015/methodology
Índice de Desarrollo Humano / PNUD http://www.mx.undp.org/content/mexico/es/home/
library/poverty/indice-de-desarrollo-humano-para-las-entidades-federativas--mexi.html
Transparencia Internacional http://www.transparency.org/
Transparencia Internacional / Barómetro Global de Corrupción www.transparency.org/research/
gcb/gcb_2015_16
Transparencia Internacional / Igualdad Económica en América Latina http://www.transpa-
rency.org/whatwedo/activity/transparency_and_accountability_in_social_programmes_
in_latin_america
Transparencia Internacional / Índice de Fuentes de Soborno http://www.transparency.org/
bpi2011
World Justice Project http://worldjusticeproject.org/
capítulo 5
Explicaciones
alternativas a las
violaciones a Dh
• La impunidad.
• El control sobre los gobiernos.
o A nivel cross national miraremos el tipo de régimen de los países y la
independencia judicial.
o A nivel de entidades federativas en México miraremos la cantidad de
alternancias partidistas.
• Las variaciones en el PIB.
• La población.
En los siguientes acápites analizaremos brevemente cada una de ellas, así como
las relaciones que estas variables tienen con la corrupción y las violaciones de DH.
tomaremos los documentos oficiales de Naciones Unidas (UN). Desde hace algu-
nos años, UN ha venido desarrollando documentos en materia de impunidad. Los
textos más reconocidos son:
La impunidad constituye una infracción de las obligaciones que tienen los Estados
de investigar las violaciones, adoptar medidas apropiadas respecto de sus autores,
explic aciones alternativas a l a s v i o l ac i o n e s a d h | 205
Para los intereses de la investigación, hay tres tipos de impunidad que son
relevantes:
Tabla 5.1. Factores que integran a los componentes de Efectividad de la justicia criminal
y Acceso a la justicia civil.
Tabla 5.2. Preguntas del subcomponente “El sistema de adjudicación penal es oportuno y
eficaz” correspondiente al componente de Eficacia de la justicia criminal del WJP.
Fuente: Elaboración propia con información de WJP, s/f; y s/fa. Traducción libre. Estas preguntas sólo
ejemplifican el tipo de cuestiones que se recuperan en el cuestionario. Hay muchas más preguntas con las
que se construye el componente.
Tabla 5.3. Preguntas del subcomponente “El sistema de investigación criminal es efectivo”
correspondiente al componente de Eficacia de la justicia criminal del WJP.
En una escala del 1 al 10 (con 10 significado un problema muy serio, y 1 no significa un
problema grave), por favor nos dice lo importante que son los siguientes problemas
para los servicios de investigación criminal (fiscales, investigadores, oficiales de policía
judicial, etc.) en la ciudad donde vive:
(A) La falta de sistemas de inteligencia eficaces para apoyar a los investigadores criminales
(B) La falta de métodos de investigación proactiva, tales como operaciones encubiertas
(C) los mecanismos deficientes para reunir información y analizar las pruebas
(D) Los sistemas deficientes para proteger a los testigos y denunciantes
(E) sistemas deficientes para el intercambio de información entre las agencias de
servicios de investigación criminal
(F) La falta de suficientes investigadores criminales
(G) La incompetencia de los investigadores criminales
(H) La falta de tecnología y adecuados recursos
(I) La falta de independencia de los fiscales (incapaz de actuar contra los poderosos
funcionarios públicos o particulares)
( J) La corrupción de los investigadores o policía judicial
(K) La corrupción de los fiscales
(Continued)
208 | corrupción y derechos humanos
Fuente: Elaboración propia con información de WJP, s/f; y s/fa. Traducción libre. Estas preguntas sólo
ejemplifican el tipo de cuestiones que se recuperan en el cuestionario. Hay muchas más preguntas con las
que se construye el componente.
Gráfica 5.4. Media del componente de impartición de justicia del índice de Estado de dere-
cho, 2013–2015.
Fuente: Elaboración propia a partir de información del World Justice Project.
explic aciones alternativas a l a s v i o l ac i o n e s a d h | 209
Gráfica 5.5. Media del componente de impartición de justicia del índice de Estado de derecho
para los países de América Latina, 2013–2015.
Fuente: Elaboración propia a partir de información del World Justice Project
Por último, miremos cómo se encuentra ubicado México con respecto a quie-
nes suelen ser identificados como algunos de sus competidores comerciales. En la
gráfica 124 se observa el nivel de impunidad de los países que integran el MIKTA
más Brasil y la India. En materia de impunidad, México se encuentra en último
lugar prácticamente empatado con la India. Por el otro costado, es la primera vez
que Korea se posiciona por delante de Australia. Turquía, Indonesia y Brasil están
en el medio de la tabla.
Miremos ahora cuál es la relación que hay entre este indicador de impunidad
y nuestras principales variables: corrupción y DH. La relación entre impunidad y
210 | corrupción y derechos humanos
Gráfica 5.6. Promedio del del componente de impartición de justicia del índice de Estado de
derecho para los países del MIKTA más Brasil y la India, 2013–2015.
Fuente: Elaboración propia a partir de información del World Justice Project
políticos y las libertades civiles medidas por Freedom House. Aquí, la relación es
negativa1 y alta: ahí donde hay más impunidad, hay menor ejercicio de derechos
políticos y de libertades civiles.
Índice de impunidad
Gráfica 5.8. Distribución del componente de impartición de justicia del índice de Estado de
Derecho según los valores del índice de percepción de la corrupción, 2013–2015.
Fuente: Elaboración propia a partir de información del World Justice Project y de Transparencia Internacional
212 | corrupción y derechos humanos
Gráfica 5.9. Relación entre el PIB per cápita por paridad del poder adquisitivo a dólares cons-
tantes del 2011 y el índice de impunidad, 2012–2015.
Fuente: Elaboración propia con datos del World Justice Project y el Banco Mundial
Gráfica 5.10. Relación entre la esperanza de vida al nacer y el índice de impunidad, 2012–2015.
Fuente: Elaboración propia con datos del World Justice Project y el Banco Mundial
explic aciones alternativas a l a s v i o l ac i o n e s a d h | 213
Gráfica 5.13. Cifra negra (porcentaje de delitos que no se denunciaron ni generaron averigua-
ción previa).
Fuente: Elaboración propia con datos de la ENVIPE.
Gráfica 5.16. Porcentaje del total de delitos en que la víctima reportó que sucedió algo.
Fuente: Elaboración propia con datos de la ENVIPE.
El primer punto que llama la atención es que sólo una entidad federativa, en
un año, logra superar el 10% Baja California Sur en el 2010. Con un 9% le siguen
Yucatán y Baja California en el mismo año. En el lado contrario el peor posicio-
nado es San Luis Potosí en el 2014 con 1.11% de hechos delictivos en donde se
abrió una averiguación previa que tuvo como resultado algo distinto a “no pasó
nada”. Le sigue Veracruz en 2010 con 1.16% y Guerrero en 2013 con 1.18%.
En resumen, tenemos cuatro indicadores para mirar la impunidad en general
por entidad federativa, por año, a partir de la ENVIPE:
• Cifra negra por entidad federativa, que nos permite observar desde el
momento 1 (la comisión del acto delictivo) y nos habla de la confianza de
las personas en las instituciones de justicia.
• Porcentaje de denuncias que se convierten en averiguaciones previas, que
nos permite observar desde el momento 2 –la generación de una denuncia–,
explic aciones alternativas a l a s v i o l ac i o n e s a d h | 219
Gráfica 5.17. Número de averiguaciones previas iniciadas por presumibles delitos contra la
administración de justicia por regiones y sexenios presidenciales.
Fuente: Elaboración propia con información del Sistema Institucional de Información Estadística (SIIE) de
la Procuraduría General de la República (PGR) a través de Sistema Infomex, oficio de respuesta a Solicitud
de información PGR/UTAAG/00718/2016 del 15 de junio de 2016. Se toman casos que cumplen con lo
establecido 225 fracciones I–XXIV del Código Penal Federal vigente a la fecha de emisión de la respuesta.
De acuerdo con la comunicación de la PGR se trata de cifras preliminares.
en adelante), en amarillo las intermedias (de .3 a .4) y en verde las más bajas (de .2
a .3). El primer dato es que sólo hay una relación en color rojo entre los indicadores
de impunidad y los de DH: el total de quejas de la CNDH con las averiguaciones
previas sobre delitos contra la justicia. El segundo dato es que el indicador de
impunidad que da cuenta de la brecha entre las averiguaciones previas iniciadas y la
respuesta de las víctimas en el sentido de que no sucedió nada en esa averiguación
no tiene ninguna relación estadísticamente relevante con los indicadores de DH.
Los cuatro indicadores restantes de impunidad funcionan de forma muy parecida
con relaciones estadísticamente relevantes con entre 5 y 8 indicadores de DH, de
los 22 posibles.
Nuevamente los derechos sociales sufren una mayor afectación por la impu-
nidad que los derechos civiles. En los primeros hay relaciones estadísticamente
relevantes en 23 de 65 posibilidades (35%). En cambio, en los derechos civiles y
políticos esto sólo sucede en 3 de 35 posibilidades (8.5%). De los derechos econó-
micos y sociales, es en educación en donde se observa el mayor impacto.
222 | corrupción y derechos humanos
CNDH. Total de
0.001 –0.172** 0.116 –0.205*** 0.758***
quejas
CNDH.
0.083 –0.060 0.003 –0.166** 0.381***
Recomendación
Homicidio x año x
0.009 0.104 –0.009 –0.107 0.171***
ocurrencia
Muertes x
homicidio / 0.009 0.179** 0.009 –0.035 0.118***
muertes totales
CNDH. Quejas
–0.003 –0.081 0.140* –0.091 0.012***
desaparición.
Av. Prev. X
desaparición 0.001 –0.029 0.009 –0.063 0.109***
forzada
CNDH. Quejas
detención 0.033 –0.130 0.119 –0.167** 0.220***
arbitraria
CNDH. Quejas
0.007 –0.079 0.104 –0.024 0.012
tortura.
Participación
0.296*** –0.092 –0.033 –0.285*** 0.068
electoral
IDH. Valor global –0.198** 0.258*** –0.027 0.163** 0.229***
IDH. Salud –0.068 0.150** –0.013 0.091 0.066
IDH. Educación –0.255*** 0.263*** –0.045 0.202** 0.326***
IDH. Ingreso –0.214*** 0.300*** –0.013 0.153* 0.185***
CONEVAL.
0.322*** –0.369*** 0.031 –0.225*** –0.118***
Pobreza
CONEVAL.
0.267*** –0.248*** 0.048 –0.146* –0.228***
Rezago educativo
CONEVAL.
–0.018 –0.223*** 0.062 –0.064 –0.060
Acceso a salud
CONEVAL.
Acceso a 0.318*** –0.331*** 0.042 –0.201** –0.110**
Seguridad social
(Continued)
explic aciones alternativas a l a s v i o l ac i o n e s a d h | 223
A diferencia de lo que sucede con los indicadores de DH, hay una menor
correlación entre las mediciones tanto objetiva como de percepción de la corrup-
ción con los indicadores de impunidad. Las averiguaciones previas por delitos con-
tra la administración de la justicia tienen el mayor nivel de correlaciones, mientras
que la relación entre averiguaciones previas y las menciones de las víctimas en el
sentido de que “no pasó nada” no correlacionan con ningún indicador de corrup-
ción. El indicador de corrupción que tiene una mayor correlación con la impu-
nidad son las observaciones emitidas por la ASF que suponen daño patrimonial.
ASF. Total de
–0.046 –0.111 0.027 –0.104 0.696***
observaciones
ASF.
Gravedad de las 0.228*** –0.088 –0.131* –0.097 0.028
recomendaciones
(Continued)
224 | corrupción y derechos humanos
Transiciones desde un gobierno autoritario, pasando por los estudios de Juan Linz,
Alfred Stepan, Dankwart Rustow, George Reid Andrews y Herrick Chapman y
por el fin de dicho paradigma de acuerdo con Thomas Carothers; e incluso en la
literatura mexicana elaborada por José Woldenberg, Leonardo Valdés, Jesús Sil-
va-Herzog, Alonso Lujambio, Silvia Gómez-Tagle, Octavio Rodríguez Araujo,
José Antonio Crespo o César Cansino, los DH no juegan un papel fundamental,
la consolidación de los sistemas de partidos y electorales así como la concreción
de las elecciones competitivas suelen ser el elemento principal. En algunos casos,
se analizan los procesos de apertura, de liberalización del régimen dictatorial o
democrático como paso previo a la democratización, pero incluso en estos casos el
papel de los DH es secundario.
Se suele dar por hecho que el régimen mejor constituido para respetar, prote-
ger y garantizar los DH es la democracia. Esto no quiere decir que en democracia
no haya violaciones a DH, sino que es menos probable la existencia de violacio-
nes sistemáticas, a la par que los ciudadanos tienen más herramientas para hacer
valer sus derechos. Esto se debe a la relación conceptual que suele crearse entre el
régimen democrático y el Estado de derecho a partir de la tensa relación entre el
liberalismo y la democracia. De esta forma, un gobierno representativo no generará
violaciones sistemáticas de DH por tres razones: para que la democracia exista son
necesarios ciertos derechos civiles y políticos como precondición de la misma
(sobre este punto hay todo un desarrollo desde la democracia liberal que involucra
a Dahl, Bobbio, Bovero, Ferrajoli, Diamond, Sartori, por mencionar algunos); por-
que el gobierno que viole sistemáticamente DH será castigado por el voto de los
ciudadanos en la siguiente elección (accountability vertical); porque el ciudadano
podrá acudir a otros órganos gubernamentales para, en principio, detener la vio-
lación a DH y, posteriormente, hacer un proceso de investigación, sanción y repa-
ración (accountability horizontal); y porque las personas podrán organizarse para
protestar en defensa de sus derechos (mecanismos sociales o extrainstitucionales de
DH, o accountability societal).
Hay una serie de estudios que analizan la relación entre a la transición
a la democracia y las violaciones a DH. El grueso de estos análisis identifica
como violación de DH sólo las transgresiones a derechos civiles, en especial
actos de tortura, tratos inhumanos, desaparición forzada y homicidios, incluso
el grueso de las bases de datos con los que suelen hacerse estos modelos estadís-
ticos sólo toman en cuenta estas violaciones y no intentan medir y analizar los
derechos políticos, económicos, sociales, culturales y ambientales. La premisa
inicial fue que debiera esperarse una relación estadística negativa entre un régi-
men democrático y las violaciones a DH. Sin embargo, esta correlación no siem-
pre sucede.
226 | corrupción y derechos humanos
Gráfica 5.20. Índice de democratización para nueve regiones del mundo, 1996–2013.
Fuente: Elaboración propia con datos de Polity Project
Grafica 5.22. Índice de democratización para el MIKTA más Brasil y la India, 1996–2013.
Fuente: Elaboración propia con datos de Polity Project
Tabla 5.23. Coeficientes de correlación entre tipo de régimen político, corrupción y DH,
1996–2013.
Tipo de régimen
Gráfica 5.24. Promedio simple del Índice de Independencia Judicial para nueve regiones,
1996–2011.
Fuente: Elaboración propia a partir de información de The Cingranelli-Richards Human Rights Data Set.
Gráfica 5.25. Promedio simple del Índice de Independencia Judicial para Latinoamérica,
1996–2011.
Fuente: Elaboración propia a partir de información de The Cingranelli-Richards Human Rights Data Set
Gráfica 5.26. Promedio simple del Índice de Independencia Judicial para el MIKTA más
India y Brasil, 1996–2011.
Fuente: Elaboración propia a partir de información de The Cingranelli-Richards Human Rights Data Set
explic aciones alternativas a l a s v i o l ac i o n e s a d h | 233
Independencia judicial
Gráfica 5.28. Distribución del Índice de Percepción de Corrupción según los valores del Indi-
cador de Independencia Judicial, 1996–2011.
Fuente: Elaboración propia a partir de información de Transparency International y The Cingranelli-
Richards Human Rights Data Set
Alternancia
Alternancia
CONEVAL. Pobreza 0.052
CONEVAL. Rezago educativo –0.023
CONEVAL. Acceso a salud –0.170***
CONEVAL. Acceso a Seguridad social –0.025
CONEVAL. Calidad de vivienda –0.181***
CONEVAL. Servicios de vivienda –0.261***
CONEVAL. Alimentación 0.002
Mortalidad infantil –0.226***
Esperanza de vida al nacer 0.026
Av. Prev. X desaparición forzada –0.026
Participación electoral –0.032
Alternancia
No hay duda que el problema de las violaciones a los DH es, en buena parte, pero
no sólo, un problema de dinero (Holmes y Sunstein, 2011). Además, si hay una
relación que queda clara en los estudios de economía de la corrupción es la exis-
tente entre ésta y el PIB, aunque no termina de quedar clara la dirección causal. Por
ende, la variable económica cobra relevancia en el análisis.
Gráfica 5.32. Promedio del crecimiento del PIB por regiones, 1996–2015.
Fuente: Elaboración propia con datos del Banco Mundial.
Gráfica 5.33. Promedio del crecimiento del PIB para América Latina, 1996–2015.
Fuente: Elaboración propia con datos del Banco Mundial.
240 | corrupción y derechos humanos
Gráfica 5.34. Promedio de crecimiento económico para los países del MIKTA más Brasil y la
India, 1996–2015.
Fuente: Elaboración propia con datos del Banco Mundial.
Gráfica 5.36. Producto Interno Bruto Promedio por región por sexenio.
Fuente: Elaboración propia con información de INEGI. Valores a precios constantes de 2008 del total de la
actividad económica. Unidad de medida: Millones de pesos a precios de 2008. Los datos del primer trienio
corresponden a al primer dato de la serie de la fuente original disponible en: http://www.inegi.org.mx/
sistemas/bie/default.aspx página consultada el 1 de julio de 2016.
En relación con las relaciones entre las variaciones del PIB y los DH, se obser-
van más correlaciones, y más altas, con los indicadores generales de DH, así como
con los indicadores de derechos civiles, que con los de derechos económicos y
sociales. En todos los casos, las relaciones son positivas, es decir, a mayor PIB, más
quejas y recomendaciones de la CNDH; más homicidios, más quejas por deten-
ción arbitraria, por desaparición o por tortura.
242 | corrupción y derechos humanos
En lo que hace a los DESC, el PIB correlaciona con algunos de los indica-
dores de Desarrollo Humano, pero no tiene ninguna correlación significativa con
los indicadores del CONEVAL. Sobre los primeros, sobresale la relación: a mayor
PIB, mejor índice educativo. En verde tenemos una relación semejante con el valor
global de desarrollo humano y con el ingreso. No deja de ser muy llamativo que
el nivel del PIB de las entidades federativas no tenga un mayor impacto con los
indicadores de DESC, es como si no hubiera diferencia entre entidades federativas
ricas y pobres, como si en aquellas entidades donde se produce más riqueza, no se
conformaran mecanismos suficientes de redistribución, por lo que no se genera un
mayor ejercicio de derechos sociales.
Con respecto a la corrupción, el PIB correlaciona con 6 de los nueve indi-
cadores (tres objetivos y tres de percepción) de la corrupción. Comencemos con
Tabla 5.37. Coeficientes de correlación entre variaciones del PIB en las entidades federa-
tivas y DH en México, 2000–2014.
PIB
los indicadores objetivos de corrupción, porque ahí tenemos las correlaciones más
altas. La primera de ellas se da con el total de observaciones de la ASF, la segunda
con el total de servidores públicos sancionados. La relación es, hasta cierto punto,
esperable: a mayor PIB uno supondría que hay mayor presupuesto público, lo que
conlleva más observaciones de la ASF (porque hay más ejercicio presupuestal) y,
por ende, más servidores públicos sancionados. Sin embargo, el dato más intere-
sante está en el indicador de observaciones que suponen daño patrimonial. Aquí
la lógica o probable mecanismo causal cambia, ya no es a más riqueza, más presu-
puesto y más corrupción; sino a más riqueza, observaciones de la ASF más graves,
aquellas que suponen daño patrimonial.
En lo que hace a los indicadores de percepción de la corrupción, la correlación
más alta del PIB se da con la procuración de justicia (MP), seguidos por la impar-
tición de justicias (jueces) y la seguridad (policías). No se encontró una correlación
significativa con el indicador de seguridad nacional (militares y marina). La lógica
en los tres casos es la misma: a mayor PIB, mayor percepción de la corrupción.
Tabla 5.38. Coeficientes de correlación entre variaciones del PIB en las entidades federa-
tivas y corrupción en México, 2000–2014.
PIB
4. Población
Finalmente, una última variable de control que nos interesa es la población. Sabe-
mos que no es lo mismo hacer efectivos los derechos de un millón de personas que
de cien millones. Por ello, consideramos que esta variable es necesaria. De hecho,
la densidad poblacional hubiera sido más útil, porque no sólo es relevante la can-
tidad de gente que habita un país o entidad federativa, sino también el nivel de
244 | corrupción y derechos humanos
que suelen estar a la mitad de la tabla son los que aparecen con mayor población
como Brasil, México, Colombia y Argentina.
Gráfico 5.41. Promedio de población total para el MIKTA más Brasil y la India, 1996–2015.
Fuente: Elaboración propia con información del Banco Mundial.
Población
Gráfico 5.43. Relación del índice de derechos políticos, el índice de corrupción y la población
total, 2015.
Fuente: Elaboración propia con información de Freedom House, Transparency International y el Banco
Mundial.
Población
Población
Notas
1. La escala de ambos indicadores de Freedom House va de 1 a 7. En el 1 se encuentran los
países que gozan del grueso de los derechos, en el 7 los que gozan de pocos o ninguno.
2. Sobre la relación entre la democracia y los derechos humanos se puede revisar Vázquez,
2010 y 2013.
3. Para más información se puede revisar: http://www.systemicpeace.org/polityproject.html
4. Para un mayor desarrollo sobre cómo se construye la base de datos de CIRI, véase el capí-
tulo 3. Asimismo son útiles: CIRI, s/f; y Cingranelli y Richards, 2014.
5. Quintana Roo tuvo su primera alternancia de partido en el gobierno en el 2016. Como fue
dos años después de la fecha límite que estamos observando, lo mantuvimos en cero.
Fuentes De Información
Bibliográficas
Acosta, Mariclaire. (2012). “El desafío de la seguridad pública y la impunidad” en Maric-
laire Acosta. La impunidad crónica de México. Una aproximación desde los derechos humanos.
México: Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal. Pp. 57–148.
Acosta, Mariclaire. (2012a). “El legado autoritario y la falta de acceso a la justicia” en Maric-
laire Acosta. La impunidad crónica de México. Una aproximación desde los derechos humanos.
México: Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal. Pp. 19–56.
250 | corrupción y derechos humanos
Paginas De Internet
Banco Mundial / Indicadores mundiales de gobernanza http://info.worldbank.org
Índice Global de Impunidad – México http://www.udlap.mx/igimex/modelo.aspx
International Crime Victimization Survey https://www.icpsr.umich.edu/icpsrweb/ICPSR/
series/175
Polity Project http://www.systemicpeace.org/polityproject.html
Transparencia Internacional http://www.transparency.org/
World Justice Project http://worldjusticeproject.org/
capítulo 6
Relaciones entre la
corrupción y los Dh
Hallazgos empíricos
Variables Modelo 1
Este modelo está conformado por 98 países (grupos) y 293 observaciones (año-
país). Recordemos que la base de datos cross national incluye a diversos países del
mundo a partir de mediciones que van del 2012 al 2015. Así, por ejemplo, tenemos
la medición de México-2012, México-2013, México-2014 y México-2015. Lo
mismo para Rusia, Brasil, Estados Unidos o China, por mencionar algunos países.
Es por ello que, si bien sólo se consideran 98 países (cada país se considera un
grupo), en la medida que cada uno de ellos puede estar repetido hasta cuatro veces
(una por cada año), se cuenta con 293 observaciones.
254 | corrupción y derechos humanos
Ahora bien, el único valor significativo (al 99%) en este modelo es el de corrup-
ción elaborado por Transparencia Internacional (CPI), con un impacto promedio
negativo de 0.09. Veamos esto con más detenimiento. Recordemos que el índice
de corrupción de TI para los años 2012–2015 va de 0 a 100 sin decimales, por lo
que se tienen 100 valores posibles. El 0 supone mayor corrupción, el 100 menor
corrupción. Por su parte, el índice de derechos políticos de Freedom House va del 1
al 7 (sin decimales, sólo 7 calificaciones) en donde en el 1 están los países que más
derechos respetan y en el 7 los que menos derechos respetan. El impacto negativo
de 0.09 en el modelo 1 significa que por cada unidad que avanza el CPI –menos
corrupción– (de las 100 unidades que tiene), el índice de derechos políticos de FH
disminuye en 0.09 (más derechos). Es decir, a menor corrupción (CPI más alto),
más derechos políticos (FH más bajo). Veámoslo con un ejemplo hipotético: un
país que en un primer momento tiene 10 en el CPI (alta corrupción), y 7 en el
índice de derechos políticos (nulos derechos), en la medida que avance al 20 en
corrupción (menos corrupción), tendrá 6.1 en derechos políticos (más derechos
políticos), y así sucesivamente: 30 en corrupción (menos corrupción), 5.8 en dere-
chos políticos (más derechos políticos); 40 en corrupción (menos corrupción), 4.7
en derechos políticos (más derechos políticos); 50 en corrupción, 3.6 en derechos
políticos; 60 en corrupción, 2.5 en derechos políticos.
Variables Modelo 2
en impunidad, para lograr dejar el grupo de países que, como México, sacaron 3
(Albania, Bostwana, Liberia, Malawi, Niger, Sierra Leona, Tanzania y Zambia,
por mencionar algunos); y tener posibilidades de llegar a los países con calificación
de 1 (Australia, Bélgica, Canadá, Chile, Costa Rica, Dinamarca, Finlandia, Fran-
cia, y Alemania, entre otros).
Este mismo impacto se observa en el índice de régimen político. Este indi-
cador va de –10 a 10 (20 observaciones). El –10 identifica a las monarquías here-
ditarias, el 10 a las democracias consolidadas. En la medida que un país avance
una unidad en este índice (pase del –10 al –9, del –9 al –8), el índice de derechos
políticos tendrá un impacto de –0.22. Es decir, un país que en un primer momento
tenga –7 (poco democrático) en el índice de régimen político, y 6 en el índice de
derechos políticos (pocos derechos políticos); si avanza al –6 en el régimen demo-
crático (se hace más democrático), tendrá 5.78 en el índice de derechos políticos
(habrá más derechos políticos). Entre el 2012 y el 2015 México ha obtenido la nota
de 8 en el índice de régimen político. En estos mismos años obtuvo 3 en el índice
de derechos políticos, no hubo cambios en ninguna de las dos mediciones. Si en el
régimen político se hubiera avanzado del 8 al 10 (más democracia), en el índice de
derechos políticos se hubiera pasado de 3 a 2.5 (más derechos políticos).
Figura 6.6. Impacto del régimen político en el índice de derechos políticos (Modelo 2).
Fuente: Elaboración propia.
analizan las tendencias de un solo país en los cuatro años analizados (2012–2015)
(R2 al interior del grupo). En otras palabras, vemos que de las tres variables ana-
lizadas (corrupción, impunidad y régimen político), la impunidad tiene un mayor
impacto promedio, seguido del régimen político y de la corrupción. Mientras que
una mejoría del 10% en el índice de impunidad significa un impacto promedio
en los derechos políticos de 3.1; la misma modificación del 10% en el régimen
político tendrá un impacto promedio de 0.44 y de 0.8 en el caso de la corrupción.
Visto esto, ¿le prestamos más atención a la impunidad y tiramos por la borda a la
corrupción y a la consolidación de la democracia? No. Este sería un error, porque
es precisamente la combinación de todas estas variables la que permite explicar
el mayor ejercicio de derechos (políticos en este caso). En la medida que la viola-
ción a los DH es un problema, que requiere soluciones técnicas relacionadas con
acción de gobierno, si se logra incidir en esas variables explicativas, se podrá tener
un mayor ejercicio de los derechos políticos. Al menos en lo que hace a los derechos
políticos, la impunidad es una variable clave para mejorar los niveles de ejercicio de
los derechos, siempre de la mano con la consolidación del régimen democrático y
la disminución de la corrupción.
Además de los modelos 1 y 2, realizamos este tipo de pruebas utilizando como
componente de corrupción el índice elaborado por el Banco Mundial (WGI)
(modelos 3 y 4). Si bien este índice de corrupción guarda una relación significativa
con los derechos políticos, tiene menos fortaleza explicativa cuando se le relaciona
con las variables de control. En el siguiente cuadro se observan los cuatro modelos.
(Continued)
260 | corrupción y derechos humanos
Tabla 6.8. Coeficientes de la regresión jerárquica lineal usando como variable dependiente
la esperanza de vida, 2012–2015.
Variables Modelo 1 Modelo 2
Índice de Percepción de la Corrupción (CPI) 0.153 0.0730
Componentes de Impunidad del Índice de Estado de Derecho
–2.546 –1.131
(ROL)
Interacción entre CPI y ROL 0.192 0.166
Crecimiento –0.051
(Continued)
relaciones entre la co r ru p c i ó n y lo s d h | 261
Tabla 6.9. Coeficientes de la regresión jerárquica lineal usando como variable dependiente
la esperanza de vida, 2012–2015.
Variables Modelo 3 Modelo 4
Entre 1996 y el 2014, México se mantuvo entre el –0.4 (en 1996) y el –0.7
(en 2014), con una esperanza de vida de entre 73 y 76 años en el mismo periodo.
Si hubiera avanzado de –0.4 a 1.4, México se parecería a Hong Kong, donde la
esperanza de vida es de 84 años (el país con la mayor esperanza de vida), con indi-
cadores de corrupción de 1.6.
Dos aspectos más a destacar sobre los modelos 3 y 4 de la esperanza de vida.
El primero es que cuando sumamos en el modelo a las variables de control (cre-
cimiento económico, población y régimen político), disminuye el impacto de la
corrupción en la esperanza de vida, se pasa de 10 a 8 años por cada cambio en una
unidad de las mediciones de corrupción (de –3 a –2, ó de 0 a 1).
El segundo es la capacidad explicativa que tienen los modelos respecto a la
variación de la esperanza de vida. Recordemos que lo que se identifica como “N”
es el total de países-año que tienen datos para formar parte del análisis estadístico;
mientras que los “GRUPOS” son los países que tienen 1 o más años. En modelo
3 tenemos 97 países (o grupos) y, en la medida que varios de ellos tenían datos
en más de un año, contamos con 195 observaciones (N). Bien, en el modelo 3, el
44% de la variación en la esperanza de vida entre los países (entre los grupos), vivir
más o menos años, se explica por las variaciones en corrupción, y en el resto de las
variables que integran el modelo. Mientras que las variaciones de la esperanza de
vida al interior de un país en sus distintos años (México: 1996, 1997, 1998… 2014)
se explica en un 75% por las variaciones en la corrupción y el resto de las variables
que integran el modelo. Estos números son muy parecidos en el modelo 4.
relaciones entre la co r ru p c i ó n y lo s d h | 263
1.1.3. PIB per cápita, corrupción e impunidad: 7,753 usd que se nos escapan!
Hicimos el mismo ejercicio (regresiones jerárquicas lineales) ahora usando como
variable a explicar (dependiente), como indicador que nos permite mirar el ejerci-
cio de DH, al PIB per cápita con paridad de poder adquisitivo a dólares constantes
que, de alguna manera, algo nos dice sobre las condiciones de ingreso de las perso-
nas y, por ende, de satisfacción de los derechos económicos y sociales.
Los modelos 1 y 2 que se observan en el cuadro fueron realizados utilizando
como indicador de corrupción el CPI de Transparencia Internacional, en el modelo
3 y 4 usamos el indicador de corrupción del Banco Mundial. En los cuatro mode-
los la corrupción tiene una relación significativa y positiva con el PIB per cápita.
Sólo cuando se usan los indicadores del Banco Mundial, también cobra significan-
cia la interacción entre la corrupción y la impunidad. Da la impresión de que las
variables de control no hacen mucha diferencia en los cuatro modelos.
Tabla 6.11. Coeficientes de la regresión jerárquica lineal con el PIB per cápita como
dependiente.
Variables Modelo 1 Modelo 2 Modelo 3 Modelo 4
Índice de Percepción de la 484.795*** 475.415***
Corrupción (CPI)
Componente de Corrupción 7446.781*** 7753.012***
de los Indicadores de
Gobernanza Mundial
(WGI)
Componentes de Impunidad –349.640 –1311.856 4755.61 2694.339
del Índice de Estado de
Derecho (ROL)
Interacción entre CPI y ROL 221.895 199.788
Interacción entre WGI y ROL 8359.94** 7935.28**
Crecimiento –53.339 –107.512*
Población 0.000 0.000
Índice de Régimen Político 181.813** 21.807
N (Observaciones año – país) 192 170 192 170
Grupos (países) 95 84 95 84
R (entre grupos)
2
0.710 0.7360 0.728 0.951
R (AL INTERIOR DEL
2
0.960 0.971 0.940 0.765
grupo)
Fuente: Elaboración propia.
264 | corrupción y derechos humanos
Por ejemplo, ya vimos que México obtuvo –0.4 en 1996, y –0.7 en 2014 en el
índice de corrupción del Banco Mundial. En esos años, México tuvo un PIB per
cápita de poco más de 13 mil USD en 1996, a 16 mil en el 2014. Si en lugar de
empeorar en 3 décimas, México hubiera mejorado en dos puntos, hubiera pasado
de –0.4 a 2.4 en corrupción, podría haber rondado los 30 mil USD de PIB per
cápita. ¿Qué países sí obtuvieron 2.4 de calificación en los indicadores de corrup-
ción del Banco Mundial? En este grupo tenemos a Suiza en 2000, Finlandia en
2008, o Dinamarca en 2013, países que van de los 38 mil a los 42 mil USD de PIB
per cápita.
La interacción entre la corrupción y la impunidad cobraron la mayor rele-
vancia en el PIB per cápita. El efecto de la corrupción sobre los DH (vistos aquí
a partir del PIB per cápita) no es constante, esos 7,753 USD variarán de acuerdo
con el valor que vayan tomando el resto de las variables de control. Por ejemplo,
en el modelo 3, los 8,359 USD que se señalan nos indican que en la medida en
que aumente la impunidad, la corrupción tendrá un mayor efecto sobre el PIB per
cápita.
Además, en el modelo 4, las variables que lo conforman explican el 95% de
la variación del PIB per cápita entre cada uno de los distintos países (R2 entre
relaciones entre la co r ru p c i ó n y lo s d h | 265
grupos); así como el 76% de la variación del PIB per cápita entre los distintos años
de cada país (R2 al interior del grupo).
1.1.4.
Escolaridad y corrupción: México, tan lejos de bélgica y tan cerca de
Zimbabue
Repetimos la regresión jerárquica lineal utilizando como indicador de DH a la
media de escolaridad. Mantuvimos tanto las mismas variables independientes o
explicativas como las de control que hemos utilizado en los acápites que antece-
den. Tanto los indicadores de corrupción de Transparencia Internacional como del
Banco Mundial tienen una relación significativa con los años de escolaridad. En
cambio, la interacción entre la corrupción y la impunidad no resultó relevante para
explicar la variación de la escolaridad.
Tabla 6.13. Coeficientes de la regresión jerárquica lineal con la media de escolaridad como
dependiente.
Variables Modelo 1 Modelo 2 Modelo 3 Modelo 4
Índice de Percepción de la 0.145*** 0.144***
Corrupción (CPI)
Componente de Corrupción 2.373*** 2.518***
de los Indicadores de
Gobernanza Mundial
(WGI)
Componentes de Impunidad 2.125 2.720 –0.803 –0.925
del Índice de Estado de
Derecho (ROL)
Interacción entre CPI y ROL –0.052 –0.063
Por ejemplo, México obtuvo 3.3 en las mediciones del CPI del 2000, llegando
a 2.9 en el 2011. Es decir, en esos 11 años, la corrupción empeoró en México en 4
décimas. Pese a ello, nuestros años de escolaridad promedio pasaron de 6.7 en el
2000 a 8.4 en el 2011. Además de México, Zimbabue en el 2005, Tailandia en el
2005 y el 2007, Omán en el 2007, Ghana en el 2007 tienen 6.7 años promedio de
escolaridad. En 8.4 años de escolaridad, además de México están Venezuela en el
2009, Arabia Saudita en el 2009, y Perú en el 2005. Si en lugar de empeorar en los
indicadores de corrupción, hubiéramos avanzado tres puntos, pasado de 3.3 a 6.3
en el CPI, hubiéramos llegado a 10.9 años de escolaridad promedio. En 10.9 años
de escolaridad promedio están países como Bélgica en el 2010, cuando obtuvo un
CPI de 7.1; o Francia en el 2009, con un CPI de 6.9.
ahora utilizaremos los índices creados por CIRI, Human Rights Data Project.
Mantendremos como variables de control al PIB, la población, el régimen político
y sumaremos a la independencia judicial. Queda fuera la impunidad puesto que no
contamos con datos para mirar esta variable en el periodo 1996 – 2011.
Tabla 6.15. Resultados de los modelos explicativos del Índice de Empoderamiento (CIRI)
1996–2011.
Variables Modelo 1 Modelo 2
Índice de Percepción de la Corrupción (CPI) 0.159**
Componente de corrupción de los Indicadores de 0.976***
Gobernanza Mundial (WGI)
Población (en millones) –0.007* –0.010***
Crecimiento 0.019** 0.014*
Índice de Régimen Político 0.099*** 0.238***
Índice de Independencia Judicial 0.603*** 0.888***
N (Observación año – país) 1620 1798
Grupos (países) 144 145
R (entre grupos) (entre países)
2
0.497 0.445
R (AL INTERIOR DEL grupo) (al interior del país)
2
0.050 0.104
Fuente: Elaboración propia.
Miremos la relación que se teje a partir del modelo 2, que es el que tiene la
significancia más alta. Recordemos que el indicador de corrupción del BM (WGI)
va de –3 a 3, donde los valores bajos suponen un mayor nivel de corrupción, y los
altos un menor nivel. Por su parte, el índice de empoderamiento de CIRI va de 0
a 14, donde 0 supone violaciones a todos los derechos, y 14 el respeto total a todos
los derechos que integran el índice. De acuerdo con los resultados del modelo, por
cada unidad que avanza el indicador de corrupción (de –3 a –2, o de 1 a 2), el índice
de CIRI avanza en .9 de las 14 unidades que lo integran.
268 | corrupción y derechos humanos
Por ejemplo, México arrancó en 1996 con –0.4, y concluyó con esta misma cali-
ficación en el 2011. En ese periodo, el índice de empoderamiento comenzó en 11 en
1996, y cerró en 10 en el 2011, vaya, empeoró la situación de DH. Si en lugar de estos
resultados, hubiéramos pasado de –0.4 a 1.4 en esos 15 años, hubiéramos alcanzado a
países como Chile en 2006, Francia en 2007, o Bélgica en 2000; países que lograron
obtener un nivel de ejercicio de derechos de empoderamiento de 12 en todos esos años.
En esta prueba estadística sumamos una nueva variable de control: la indepen-
dencia judicial. En el mismo modelo 2, la independencia judicial tiene un impacto
casi tan alto como la corrupción, de 0.888. Además, si bien la capacidad explicativa
del modelo parece baja en cada país, en los diferentes años observados (R2 al inte-
rior del grupo); es bastante alta (0.44) para explicar las variaciones del índice de
empoderamiento entre los distintos países de la muestra en el periodo observado
(R2 entre grupos).
Tabla 6.17. Resultados de los modelos explicativos del Índice de Integridad Física (CIRI),
1996–2011.
Tabla 6.19. Modelo jerárquico lineal con el total de homicidios como variable dependiente.
federativa entre el 2000 y el 2014. Construimos los modelos usando, también, dos
indicadores de percepción de la corrupción: seguridad pública (policías), y admi-
nistración de justicia (jueces). Para completar la prueba mantuvimos las mismas
tres variables de control que hemos venido usando: impunidad, PIB y población.
Los indicadores objetivos de corrupción no tuvieron una relación significativa con
la población sin acceso a servicios, pero los indicadores de percepción sí.
Tabla 6.21. Modelo jerárquico lineal con el porcentaje de población sin acceso a servicios
de salud como variable dependiente.
Percepción de corrupción
0.1295*
(jueces)
Porcentaje de delitos en que la 0.8727*** 0.7276*** 0.7191*** 0.7228***
AP llegó a algo
PIB –0.00005*** –0.00005 *** –0.00005 *** –0.00005 ***
Población –18.6706*** –17.0466 *** –16.4655 *** –17.5649 ***
N (Observaciones año –
160 160 160 160
entidad federativa)
Grupos (entidades 32 32 32 32
federativas)
R2 (entre grupos) 0.1926 0.1869 0.1808 0.1847
R (Al Interior Del Grupo)
2
0.4834 0.4686 0.4872 0.4739
Miremos con más calma qué suponen estas relaciones. Recordemos que la
percepción de corrupción se refiere al porcentaje de personas que consideran que
esos órganos son corruptos, por lo que ese indicador va de 0 a 100. Líneas arriba
ya señalamos qué entidades federativas son las más altas y bajas en este punto. En
lo que hace al indicador de población sin acceso a servicios de salud construido por
relaciones entre la co r ru p c i ó n y lo s d h | 273
el CONEVAL, la entidad federativa que tuvo el porcentaje más bajo fue San Luis
Potosí en el 2014, con un 10.7% de la población sin acceso a los servicios de salud.
La peor ubicada fue Puebla en el 2009, con el 56% de su población sin acceso a este
servicio. Por ende, el indicador de población sin acceso a los servicios de salud va
de 10 a 56. Lo que nos dice la prueba estadística (modelo 3) es que por cada punto
porcentual que aumente la percepción de la corrupción, aumentará también en
0.36% el porcentaje de personas sin acceso a los servicios de salud. La relación es la
esperada: a más corrupción (más alto el porcentaje de percepción de la corrupción),
menos derechos (más alto el porcentaje de personas sin acceso a la salud). Así, por
ejemplo, en una entidad federativa que tenga un 20% de personas sin acceso a los
servicios de salud, y un 20% de personas que opinan que la policía es corrupta, si la
percepción de la corrupción aumentara a 50%, el porcentaje de personas sin acceso
a la salud aumentaría al 30.8% (.36% por cada uno de los 30 puntos porcentuales);
y podría llegar hasta el 41.1% de personas sin acceso a los servicios de salud, si la
percepción de la corrupción rondara el 80%.
Tabla 6.23. Modelo jerárquico lineal con el IDH como variable dependiente.
Tabla 6.24. Modelo jerárquico lineal con el componente de ingreso del IDH como variable
dependiente.
(Continued)
relaciones entre la co r ru p c i ó n y lo s d h | 275
Tabla 6.25. Modelo jerárquico lineal con el total de quejas en la CNDH como variable
dependiente.
Costa de Marfil, Cuba, Egipto, Guinea Ecuatorial, Eritrea, Etiopía, Fiji, Gambia,
Indonesia, Irán, Iraq, Jordán, Kazajistán, Corea del Norte, Kuwait, Líbano, Libe-
ria, Libia, Madagascar, Mauritania, Mónaco, Marruecos, Nepal, Nicaragua, Níger,
Nigeria, Omán, Pakistán, Qatar, Rusia, Ruanda, Arabia Saudita, Sudán, Suazi-
landia, Siria, Tayikistán, Tailandia, Togo, Tonga, Tunisia, Turkmenistán, Uganda,
Emiratos Árabes Unidos, Uzbekistán, Vietnam, y Zimbabue.
Para hacer la prueba estadística utilizamos el índice de corrupción de Transpa-
rencia Internacional que va de 0 a 10 con un decimal (100 valores posibles) donde
los números más bajos suponen mayor corrupción, y los más altos menor corrup-
ción. La primera cosa que el modelo logístico multinomial nos permite observar
es la probabilidad de que un país que tiene la calificación mínima en corrupción
(0) –es decir, un país muy corrupto– tenga un determinado tipo de calificación en
el índice de derechos electorales. Por ejemplo, en el cuadro de abajo se observa que
si la calificación en corrupción es mínima (0), hay un 75% de probabilidad de que
el país tenga una calificación media en derechos electorales (celda en amarillo). En
cambio, si la calificación en corrupción es máxima (100, un país poco corrupto),
la probabilidad de que el país tenga una calificación alta en derechos electorales es
del 87% (celda en amarillo). Parece que las calificaciones mínimas o máximas en
la corrupción no impactan tanto a la posición baja de derechos electorales, sino a
la media y alta.
Tabla 6.26. Resultados del modelo logístico multinomial para explicar las variaciones en
los derechos electorales a partir del nivel de corrupción.
Probabilidad Probabilidad Probabilidad
de calificación de calificación de calificación
Suma de
baja en media en alta en
porcentajes
derechos derechos derechos
electorales electorales electorales
Mínima
calificación en 0.14 0.75 0.11 100%
corrupción
Caso Máxima
típico calificación en 0.03 0.10 0.87 100%
corrupción
Tabla 6.27. Resultados del modelo logístico multinomial para explicar las variaciones en
los derechos electorales a partir del nivel de corrupción en el caso de México.
Probabilidad de Probabilidad Probabilidad de
calificación baja de calificación calificación alta
en derechos media en dere- en derechos
electorales chos electorales electorales
Valores
0.04 0.40 0.56
esperados
Aumento de 1
–0.01 –0.09 0.10
en CPI
México
Aumento de 3
–0.02 –0.23 0.25
en CPI
Aumento de 5
–0.03 –0.31 0.35
en CPI
Fuente: Elaboración propia.
Tabla 6.28. Resultados del modelo logístico multinomial para explicar las variaciones en
las desapariciones forzadas a partir del nivel de corrupción.
Probabilidad
Probabilidad de Probabilidad de
de no Suma de
desapariciones desapariciones
desapariciones porcentajes
frecuentes (0) ocasionales (1)
(2)
Caso Mínima
típico calificación
0.16 0.55 0.29 100
en
corrupción
Máxima
calificación
0.02 0.01 0.97 100
en
corrupción
Tabla 6.29. Resultados del modelo logístico multinomial para explicar las variaciones en
las desapariciones forzadas a partir del nivel de corrupción.
Probabilidad de Probabilidad de Probabilidad de no
desapariciones desapariciones desapariciones
frecuentes (0) ocasionales (1) (2)
México Valores esperados 0.16 0.22 0.62
Aumento de 1 en
–0.03 –0.08 0.11
CPI
Aumento de 3 en
–0.08 –0.17 0.25
CPI
Aumento de 5 en
–0.12 –0.20 0.31
CPI
Fuente: Elaboración propia.
(Continued)
relaciones entre la co r ru p c i ó n y lo s d h | 281
Discriminación Discriminación
Protección legal Justiciabilidad Categoría
social legal
— — Alta — 0
Alguna Ninguna Alta — 0
Alguna Alguna — — 1
Alguna — Moderada — 1
— — Moderada — 1
Ninguna/alguna — Ninguna Sí 1
Alguna Alguna Alta — 1
Alguna Fuerte — — 2
Alguna — Baja — 2
— — Baja — 2
Toda/casi toda Alguna — — 2
Toda/casi toda — Moderada — 2
Toda/casi toda Fuerte — — 3
Toda/casi toda — Ninguna — 3
— — Ninguna — 3
Fuente: Cingranelli y Richards, 2014: 79. Traducción libre.
Tabla 6.31. Resultados del modelo logístico multinomial para explicar las variaciones en los derechos económicos de las mujeres a partir de
la corrupción.
Probabilidad de nula Probabilidad de Probabilidad de Probabilidad de
protección a derechos calificación baja en calificación media en calificación alta en
Suma
económicos de las derechos económicos derechos económicos derechos económicos
mujeres (0) de las mujeres (1) de las mujeres (2) de las mujeres (3)
Caso Mínima calificación
corrupción y derechos humanos
Tabla 6.32. Resultados del modelo logístico multinomial para explicar las variaciones en
los derechos económicos de las mujeres a partir de la corrupción.
Probabilidad Probabilidad Probabilidad Probabilidad
de nula de calificación de calificación de calificación
protección baja en media en alta en
a derechos derechos derechos derechos
económicos de económicos de económicos de económicos de
las mujeres las mujeres las mujeres las mujeres
México Valores
0.05 0.72 0.21 0.01
esperados
Aumento de
–0.02 –0.08 0.09 0.02
1 en CPI
Aumento de
–0.04 –0.31 0.28 0.07
3 en CPI
Aumento de
–0.05 –0.53 0.38 0.19
5 en CPI
Fuente: Elaboración propia.
3.
Identificando los umbrales de la relación entre la
corrupción y los DH: el modelo de regresiones locales
Hasta aquí sabemos que existen relaciones entre distintos indicadores de corrup-
ción con diferentes mediciones de DH, tanto de derechos civiles como de políticos
y económicos y sociales. Si bien encontramos que hay relaciones entre las variables,
en varios casos estas relaciones no son totalmente lineales, sino que puede haber
umbrales y rendimientos decrecientes. Nos interesa identificar ambos, por lo que
aplicaremos el modelo de regresiones locales (LOESS o LOWESS por sus siglas
en inglés), un método no paramétrico que permite observar relaciones no lineales
e identificar el umbral donde aparecen los puntos de inflexión. Específicamente lo
que hace esta prueba estadística es recuperar un segmento de los datos, aplica una
regresión y modela un fragmento de la línea a partir de las relaciones encontradas.
Después toma otro segmento de los datos y aplica una nueva regresión con la
misma lógica. Así, más que una regresión, lo que esta prueba realiza son múltiples
regresiones para poder identificar con más claridad los cambios de dirección en la
línea, es decir, los umbrales y los rendimientos decrecientes. Esta prueba ya ha sido
utilizada para analizar los DH, con ella, Daveport y Amstrong (2004) identifican
el umbral de consolidación (ahora diríamos calidad) democrática que tiene una
mayor incidencia en el ejercicio de DH. Nosotros haremos lo mismo, pero usando
como variable explicativa (independiente) a la corrupción.
284 | corrupción y derechos humanos
Gráfica 6.33. Resultado de las regresiones locales entre el pago de sobornos y el índice de
derechos políticos.
Fuente: Elaboración propia con datos de Transparencia Internacional y de Freedom House.
Gráfica 6.35. Resultado de las regresiones locales entre el PIB Per cápita con paridad del
poder adquisitivo y la percepción de corrupción.
Fuente: Elaboración propia con datos de Transparencia Internacional y del Banco Mundial.
Gráfica 6.36. Resultado de las regresiones locales entre el índice de la percepción de la corrup-
ción y el índice de derechos de integridad física.
Fuente: Elaboración propia con datos de Transparencia Internacional y de CIRI Human Rights Data Project.
Gráfica 6.37. Resultado de las regresiones locales entre la esperanza de vida al nacer y la per-
cepción de corrupción.
Fuente: Elaboración propia con datos de Transparencia Internacional y de PNUD.
Hicimos este mismo ejercicio con indicadores de México, los resultados más
interesantes se dieron entre el total de observaciones de la ASF y el Índice de
Desarrollo Humano (IDH). Recordemos que el IDH tiene valores de 0 a 1 hasta
290 | corrupción y derechos humanos
Gráfica 6.38. Resultado de las regresiones locales entre media de años de escolaridad y percep-
ción de la corrupción.
Fuente: Elaboración propia con datos de Transparencia Internacional y de UNESCO.
centésimas, por lo que está conformado por 100 valores posibles. El 0 significa
menor nivel de desarrollo, el 1 mayor nivel de desarrollo. En cambio, el total de
observaciones es una sumatoria de las emitidas por la ASF a cada entidad federa-
tiva en cada año en el periodo 2000 – 2014. A más observaciones, se consideraría
que hay un mayor nivel de corrupción.
En la gráfica se observan tres segmentos. En el primero hay una correlación
débil entre el aumento de las observaciones y IDH, el sentido es totalmente con-
tra-intuitivo, pero es muy débil. En el tercer segmento no se observa ninguna
relación. El segundo segmento es el más interesante. Una vez que se llega a las 190
observaciones, el impacto del aumento de las observaciones es más pronunciado en
el empeoramiento del índice. Pese a ello, el impacto sigue siendo limitado.
Organizamos otra combinación de indicadores utilizando el total de obser-
vaciones de la ASF como indicador de corrupción, y el total de quejas ante la
CNDH como indicador de ejercicio de DH en general. La relación esperada es:
relaciones entre la co r ru p c i ó n y lo s d h | 291
Gráfica 6.39. Resultado de las regresiones locales entre el Total de Observaciones de la ASF y
el índice de desarrollo humano.
Fuente: Elaboración propia con datos de la ASF y el PNUD
Gráfica 6.40. Efecto del total de observaciones de la ASF sobre las quejas ante CNDH (ajuste
por regresiones locales sin la Ciudad de México).
Fuente: Elaboración propia con datos de la ASF y la CNDH
Gráfica 6.41. Efecto del total de observaciones de la ASF sobre el componente de educación
del IDH (ajuste por regresiones locales sin Ciudad de México).
Fuente: Elaboración propia con datos de la ASF y el IDH
relaciones entre la co r ru p c i ó n y lo s d h | 293
Gráfica 6.42. Efecto del promedio de gravedad en observaciones de la ASF sobre los homicidios
(ajuste por regresiones locales).
Fuente: Elaboración propia con datos de la ASF y el INEGI.
Gráfica 6.43. Efecto de la percepción de corrupción en seguridad nacional sobre los homici-
dios (ajuste por regresiones locales).
Fuente: Elaboración propia con datos del INEGI.
Notas
1. Para mirar una explicación más desarrollada sobre cada uno de estos indicadores, así como
algunos datos de estadística descriptiva, hay que revisar el capítulo tercero.
2. La variación del número total de Estados se debe a que el programa toma sólo los países
que tienen valores para cada una de las variables implicadas en el modelo.
relaciones entre la co r ru p c i ó n y lo s d h | 295
3. Recordemos que los datos del índice de corrupción del CPI del 2012 al 2015 no son com-
parables con los año anteriores; a la par que sólo se tienen datos de CIRI para el periodo
1996–2011.
4. No hay que olvidar que el CPI de Transparencia Internacional no es comparable entre la
construcción de 1996 al 2011, y la del 2012 al 2014. El paso de México de 2.9 en el 2011 a
35 en el 2014 no significa una mejoría, esas dos cifras no son comparables.
Fuentes De Información
Bibliográficas
Banco Mundial. (S/F). Control of corruption. (Ficha técnica). En: http://info.worldbank.org/
governance/wgi/index.aspx#doc-methodology revisada el 27 de mayo del 2016.
Cingranelli, David L. and David L. Richards. (2014). The Cingranelli-Richards (CIRI) Human
Rights Data Project Coding Manual Version 5.20.14. En: http://www.humanrightsdata.
com/p/data-documentation.html Revisada el 27 de mayo del 2015.
296 | corrupción y derechos humanos
CIRI, Human Right Data Project. (S/F) Short variable descriptions for indicators. En: http://
www.humanrightsdata.com/ Revisada el 27 de mayo del 2015
Davenport Christian y David Armstrong. (2004). “Democracy and the violation of human
rights: a statistical analysis from 1976 to 1996” en American Journal of Political Science. Vol.
48. No. 3.
Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). (2015). Encuesta Nacional de Victimi-
zación y Percepción sobre Seguridad Pública 2015. Marco conceptual. México: ENVIPE. 85
p. http://internet.contenidos.inegi.org.mx/contenidos/productos//prod_serv/contenidos/
espanol/bvinegi/productos/nueva_estruc/702825077273.pdf
Transparencia Internaciona (TI) (2011). Las empresas de dos gigantes económicos emergentes, China
y Rusia, son las más propensas a pagar sobornos en el extranjero. http://webantigua.transpa-
rencia.org.es/indices_fuentes_de_soborno/indice_de_fuentes_de_soborno_2011/aspec-
tos_mas_destacados__ifs_2011.pdf revisado el 27 de mayo del 2015.
Transparencia Internacional. (2015). Índice de percepción de la corrupción 2015. Nota técnica sobre
la metodología. En: www.transparency.org/cpi2015#downloads revisada el 26 de mayo del
2016.
Transparencia Internacional. (2015a). Índice de percepción de la corrupción 2015. Preguntas frecuen-
tes. En: www.transparency.org/cpi2015#downloads revisada el 1 de junio del 2016.
Transparencia Internacional. (2015b). Índice de percepción de la corrupción 2015. Descripción com-
pleta de las fuentes. En: www.transparency.org/cpi2015#downloads revisada el 1 de junio
del 2016.
World Justice Project (WJP) (S/F). Variables used to construct the rule of law index. En http://
worldjusticeproject.org/methodology revisada el 27 de mayo del 2016.
World Justice Project (WJP) (S/Fa). Methodology. En http://worldjusticeproject.org/methodo-
logy revisada el 27 de mayo del 2016.
Paginas De Internet
Auditoría Superior de la Federación http://www.asf.gob.mx
Banco Mundial / Clima de Inversión https://www.wbginvestmentclimate.org/research-and-diagnostics/
Banco Mundial / Indicadores mundiales de gobernanza http://info.worldbank.org
CIRI, Human Rights Data Project http://www.humanrightsdata.com/
Freedom House / Metodología del índice de libertad. https://freedomhouse.org/report/
freedom-world-2015/methodology
Índice de Desarrollo Humano / PNUD http://www.mx.undp.org/content/mexico/es/home/
library/poverty/indice-de-desarrollo-humano-para-las-entidades-federativas--mexi.html
Polity Project http://www.systemicpeace.org/polityproject.html
Transparencia Internacional http://www.transparency.org/
Transparencia Internacional / Barómetro Global de Corrupción www.transparency.org/research/
gcb/gcb_2015_16
World Justice Project http://worldjusticeproject.org/
capítulo 7
La corrupción y las
violaciones a Dh en
la prensa mexicana
Hasta aquí tenemos certeza que existe una relación entre la corrupción y los DH:
a mayor corrupción, menos ejercicio de derechos. Incluso pudimos identificar los
umbrales de esta relación, los rendimientos decrecientes y las interacciones con
otras variables. El uso de datos agregados y de pruebas estadísticas nos permi-
ten hacer estas generalizaciones. Sin embargo, no nos permiten mirar aspectos
más acotados como: ¿quién comete los actos de corrupción? ¿los altos, medios o
bajos mandos gubernamentales? ¿federales, estatales, municipales? ¿poder ejecu-
tivo, legislativo o judicial? ¿Qué acto corrupto es el que prevalece? ¿soborno para
acceder a bienes y servicios, soborno para realizar acciones prohibidas, disminución
de recursos públicos vía malversación de fondos, opacidad en el monitoreo, coop-
tación estatal y, por ende, desviaciones en el diseño de políticas públicas y privati-
zación del espacio público? ¿Qué derechos son los más afectados por cada distinto
tipo de corrupción? O ¿qué grupos en situación de vulnerabilidad o personas son
las más afectadas por los actos de corrupción? Es entendible que estas cosas no las
podamos mirar con las bases de datos que actualmente existen, ya que dan cuenta
de aspectos mucho más generales tanto de la corrupción como de los DH. Sin
298 | corrupción y derechos humanos
Gráfica 7.1. Número total de entradas relacionadas con la palabra corrupción en los motores
de búsqueda de los diarios seleccionados.
Fuente: Elaboración propia.
Gráfica 7.2. Número de noticias resultantes de la búsqueda acotada por diario seleccionado.
Fuente: Elaboración propia.
total de 1,886 noticias relacionadas con actos de corrupción, de las cuales fueron
analizadas al azar 56.2% de las noticias considerando seis categorías analíticas:
mecanismos de corrupción, sanción o impunidad del acto corrupto, autoridades
vinculadas con la comisión del hecho corrupto, DH relacionados con el hecho
corrupto, víctimas potenciales o directas de los actos de corrupción, y violencia en
el acto de corrupción.
El análisis de la información se realizó en dos etapas. La primera relacionada
con las frecuencias con las que aparecen las palabras claves de cada una de las cate-
gorías, en la muestra de 1,060 noticias seleccionadas. El segundo nivel de análisis
fue la co-ocurrencia o aparición conjunta de las palabras claves por categorías. El
resultado es una tabulación cruzada de las categorías. En todos los casos las rela-
ciones se codificaron por medio de Atlas T. Veamos los resultados a partir de cada
una de estas categorías.
Los Mecanismos de corrupción son las acciones por medio de los cuales se opera
el acto de corrupción. Clasificamos las acciones en tres tipos:
Gráfica 7.3. Número de menciones de las palabras claves relacionadas con los mecanismos de
corrupción.
Fuente: Elaboración propia. La suma de los valores excede el total de noticias analizadas debido a que en una
nota pueden presentarse los tres mecanismos.
Con estos datos se puede señalar que en los diarios analizados para el período
de referencia hay una tendencia a denunciar como hecho noticioso temas relativos
a la concesión irregular de permisos, contrataciones irregulares o problemas con la
adopción de obras públicas por parte de prestadores privados. En cambio, se habla
poco de una idea más general de apropiación del poder público para fines privados,
y prácticamente no existe trabajo de periodismo de investigación que dé cuenta de
elementos estructurales de la corrupción.
pública, así como la rama del poder público en el que laboraba al momento de
cometer el acto corrupto. En el primer rubro se clasificaron las autoridades como
municipales, estatales y federales; en el segundo caso se clasificaron como ejecutivo,
legislativo y judicial.
A nivel territorial se observó una mención más frecuente de autoridades
federales (1,350), seguidas de las municipales (771), quedando en tercer lugar las
estatales (373). Es llamativo la capacidad que han tenido las autoridades locales,
específicamente los gobernadores, de no ser relacionados con hechos de corrupción
sino hasta muy recientemente.
En lo que hace a las frecuencias de menciones de autoridades por rama del
poder público, se observa que las autoridades de la rama ejecutiva (1,650) presen-
tan el mayor número de menciones, seguido de las autoridades judicial (892) y
legislativa (492). En este caso, llama la atención que el tema del cabildeo o lobby
no haya sido más recuperado por la prensa y politizado, a diferencia de lo que
sucede en Estados Unidos.
Grafica 7.4. Número de menciones de las palabras vinculadas con las autoridades públicas por
nivel territorial y rama del poder público.
Fuente: Elaboración propia.
304 | corrupción y derechos humanos
Tabla 7.5. Palabras claves para el análisis de los derechos vinculados con el acto de corrupción.
Derecho Palabras claves
Agua Agua, recurso hídrico, servicio de agua, líquido vital.
Medio Ambiente, zona protegida, reserva ecológica, áreas
Medio Ambiente
naturales, medio ambiente, playa, bosque.
Movilidad, verificentro, retenes, alcoholímetro, carretera, caminos,
Movilidad
vehículos, migración.
Vivienda Vivienda, techos, pisos, drenaje.
Tierra y territorio, ejidos, tierras, parcelas, hectáreas, tierra,
Tierra y territorio
territorio, cultivos, ejidatarios.
Educativo, educación, docentes, profesores, CNTE, SNTE,
Educación
sindicato docente, escuelas, universidad.
Alimentarios, liconsa, canastas, alimentación, cruzada, alimentaria,
Alimentación
despensas, comida.
Trabajo Despidos, salarios.
(Continued)
la corrupción y las violaciones a dh e n l a p r en s a m e x ic a n a | 305
Los derechos más mencionados en las notas son educación (449 menciones),
movilidad (441), salud (213), vivienda y trabajo (195), agua (157), medio ambiente
sano (118), alimentación (109), tierra y territorio (110) y vida, libertad e integridad
(55).
Gráfica 7.6. Número de menciones de las palabras claves relacionadas con los derechos analizados.
Fuente: Elaboración propia.
Se trata de los actores que resultan afectados por los efectos directos o indirectos
de los actos de corrupción sobre los derechos analizados. Al igual que en el caso de
los DH, la primera lectura de noticias permitió establecer cuatro criterios de cla-
sificación de las víctimas. Es importante señalar que en las notas no se identifican
los grupos en situación de vulnerabilidad más utilizados en los DH como adultos
mayores, mujeres, niños y niñas, personas en situación de calle, personas LGB-
TTTI, personas que viven con VIH, personas con discapacidad, por mencionar
algunas. En cambio, se suele hablar del siguiente tipo de víctimas:
• Servidores públicos cuando estos son víctimas de sobornos por parte de sus
superiores, generalmente siendo obligados a entregar un porcentaje de su
ingreso.
• Personas privadas de su libertad en centros de reclusión.
Se observa que los hechos de corrupción estarían teniendo un impacto gene-
ralizado sobre la población, y se puede tener indicios del impacto de los actos de
corrupción sobre empresarios, sin pasar por alto que éste tipo de actores tienen
más poder político y, por ende, más capacidad de salir en medios. En cambio, es
llamativo que grupos en situación de vulnerabilidad que, se sabe, sufren de altos
niveles de corrupción, no aparezcan relevados en las notas, como es el caso de las
personas que se encuentran en situación de reclusión. No es que no haya notas
sobre el desastre que es vivir en este tipo de centros en México, sino que las notas
no usan la palabra “corrupción” para dar cuenta de su situación.
Gráfica 7.7. Número de menciones de las palabras claves relacionadas con tipos de víctimas.
Fuente: Elaboración propia.
públicos para la entrega de cuotas o porcentajes del presupuesto. Con este rubro
buscamos identificar mecanismos violentos que operan de manera paralela en
algunos hechos de corrupción. Estos mecanismos van desde las amenazas hasta el
homicidio.
En las noticias del periodo 2010 a primer semestre de 2016, se presentaron
más amenazas que homicidios. Sin embargo, debido a la gravedad de estos hechos,
se deberán retomar las notas que fueron clasificadas con estos mecanismos violen-
tos que acompañaron los hechos de corrupción para comprender cómo tuvieron
lugar en cada hecho.
A efecto de analizar algunas relaciones entre las categorías, hicimos pruebas sobre
la aparición conjunta de las palabras claves de cada una en las noticias analizadas.
Hicimos un primer cruce entre el mecanismo de corrupción (pago de sobornos
para realizar acciones prohibidas, para acceder a servicios públicos y mal uso de
recursos públicos) y las autoridades que cometen el acto de corrupción. Se encontró
que, en materia de pago de sobornos para realizar acciones prohibidas, el 47.06%
de coincidencias se presentó para autoridades estatales, el 36.03% para autoridades
municipales y el 16.91% restante para autoridades federales. En lo que hace al
mecanismo de corrupción de pago de sobornos para acceder a servicios, se presentó
en mayor medida en el caso de autoridades estatales. Esta tendencia se repitió en el
caso de mal uso de recursos públicos.
El aspecto más llamativo del cuadro es que, pese a la capacidad de las autori-
dades a nivel de entidad federativa de mantener un bajo perfil en las noticias sobre
corrupción, cuando se hace la depuración por el mecanismo de corrupción, estas
aparecen como las más nombradas.
Otro cruce de menciones lo realizamos entre las autoridades involucradas en
el acto de corrupción y la violencia que acompaña al acto (amenazas u homicidio).
la corrupción y las violaciones a dh e n l a p r en s a m e x ic a n a | 311
Un cruce más de las menciones de palabras clave lo realizamos entre las auto-
ridades involucradas en el acto corrupto (federales, estatales y municipales) y las
autoridades encargadas de la investigación (contralorías, ASF, PGR y SFP). Lo
primero llamativo de los resultados es que, pese que a nivel municipal es dónde más
violentos son los actos de corrupción, es en este nivel donde se mantiene la mayor
impunidad, al menos en lo que hace a las funciones de investigación y sanción de
estos cuatro órganos (contralorías, ASF, PGR y SFP). En específico, la ASF con-
centra el 74.14% de sus menciones en las autoridades federales, lo cual se explica
porque la ASF sólo audita las partidas presupuestales federales y, por ley, quedan
excluidas las auditorías sobre fondos que, siendo federales, son ejercidos por los
municipios.
En el caso de las investigaciones de la PGR, la tendencia se concentró en
relación a las autoridades de las entidades federativas con 58.75% de los casos.
Finalmente, la SFP tiene una mayor co-ocurrencia con las autoridades federal,
con 48.98% de los casos, seguida de las autoridades estatales con 40.82%. Con
estas tendencias es posible afirmar que los mecanismos de control y justicia posi-
blemente estarían presentando mayores fallas en el nivel de primer contacto de la
ciudadanía, el nivel municipal.
Se encontró que las amenazas y los casos de homicidio se presentan por igual
en casos relacionados con los derechos a la educación, y a la vida, la libertad e inte-
gridad. En los casos del derecho a la vivienda el porcentaje de amenazas es superior
que en el caso de los homicidios. En derecho como el medio ambiente, la tierra y
el territorio, no se encontraron noticias en el conjunto de notas analizadas, lo que
no significa ausencia del fenómeno en el país. Para profundizar este punto será
necesario complementar el análisis con otras estrategias de indagación.
En materia de justiciabilidad de los hechos se observa que las contralorías y la
SFP estarían atendiendo –en la mayoría de las noticias– casos de pago de sobornos
para realizar acciones prohibidas. La ASF estaría trabajando en la investigación del
mal uso de recursos públicos (63.64%) tendencia que se explica si se considera su
función en la fiscalización de la cuenta pública. Esta misma tendencia se muestra
para la PGR, y este fenómeno se explicaría en los mecanismos de coordinación que
se logran establecer con la ASF, instancia que remite a la PGR aquellos hallazgos
314 | corrupción y derechos humanos
relacionados con delitos cometidos por servidores públicos. Las tendencias indican
que lo que menos se está investigando son aquellos casos en los que se cobra a las
personas sobornos para el acceso a los servicios.
Finalmente cruzamos los derechos afectados con la rama del poder público en
donde se realiza el hecho corrupto. El poder ejecutivo concentra el grueso de las
co-ocurrencias. Bajo esta tendencia, lo llamativo está en el derecho a la alimenta-
ción, que tiene un 41.18% de co-ocurrencias con la rama legislativa; y los derechos
a tierra y territorio y a trabajo, que concentran un 17.65 y 16.67 de co-ocurrencias
con la rama judicial.
la corrupción y las violaciones a dh e n l a p r en s a m e x ic a n a | 315
Nota
1. La búsqueda para el período 1 de enero de 2010 a 16 de noviembre de 2013 del diario
la Jornada se realizó a través de Google. Usando la palabra corrupción combinada con:
denuncia, opacidad, declaración, patrimonial, autoridades, narco, cobro, irregular, PGR,
ASF, SFP, soborno. Para refinar los resultados se usaron las siguientes herramientas de bús-
queda de google: buscar en todo; país México; páginas en español; sección noticias; todas
las noticias; ordenados por fecha; ocultar duplicados; todas estas palabras: corrupción; esta
palabra o frase exacta: corrupción.
Fuentes De Información
Bibliográficas
Casar, María Amparo. (2015). México: anatomía de la corrupción. México: CIDE / IMCO. 64 p.
capítulo 8
Los múltiples trabajos sobre corrupción suelen terminar con una lista de recomen-
daciones, varias de ellas valiosas y relevantes. De hecho, se considera que Singa-
pur (UNDP, 2004), Hong Kong (UNDP, 2004), Corea del Sur, Chile, Uruguay
o Mauricio son casos exitosos de lucha contra la corrupción (Alonso, 2011a: 163)
que vale la pena analizar con calma en algún estudio comparado.
Por ejemplo, Zalaquet (2007) menciona puntos de intervención en una estrategia
anticorrupción como el marco normativo nacional e internacional; políticas públicas
sobre probidad o promoción de sistemas de integridad pública; organismos especia-
les y autónomos encargados de ejecutar esos planes; organizaciones de la sociedad
civil especializados que acompañen estos esfuerzos; y múltiples figuras como audien-
cias y auditorías públicas, presupuestos participativos, y litigio estratégico.
Alonso, Multa-Granados y Steinberg (2011) enfatizan cinco rubros para
articular una política anticorrupción: medidas que reducen el mercado de rentas
para la corrupción; medidas que incrementan los costes asociados a la corrupción;
medidas que reducen los espacios de discrecionalidad y opacidad de los decisores
públicos; medidas que alteran la capacidad de negociación de los agentes poten-
cialmente corruptos; y medidas que operan sobre el contexto político e institucio-
nal del país (Alonso, Multa-Granados y Steinberg, 2011: 208).
¿ por dónde comenzar la estr at e g i a a n t i co rr u p c i ó n ? | 317
Si bien hemos realizado un análisis cross national sobre la relación entre la corrup-
ción y las violaciones a DH, me parece que no es ninguna sorpresa que estamos
pensando esencialmente en México. En consecuencia, el contexto local de una
posible estrategia anticorrupción es el contexto mexicano. El análisis del contexto
nos permitirá identificar aspectos centrales para la estrategia anticorrupción como:
la voluntad política para combatirla, la posible presencia de un Estado cooptado,
y si la corrupción tiene formas generalizadas –es parte de la lógica del gobierno–,
o focalizadas.
Actualmente, lo que impera en México como contexto es una crisis genera-
lizada de violaciones a DH; y una respuesta gubernamental construida por cinco
¿ por dónde comenzar la estr at e g i a a n t i co rr u p c i ó n ? | 319
La negación como forma de acción política tiene dos consecuencias: (1) genera
diagnósticos equivocados lo que conlleva acciones políticas erróneas y deliberada-
mente desviadas. Y (2) lejos de permitir una deliberación pública sustentada en
razones, la política se mueve bajo el principio: si me critica, es mi enemigo.
La primera de las consecuencias se hace evidente en aspectos como la “verdad
histórica” elaborada por la PGR frente a los estudiantes desaparecidos en Iguala
en el 2014. Algo que se hizo patente en el informe presentado en septiembre del
2015 por el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes de la Comisión
Interamericana de DH (GIEI, 2015) no sólo fue que había serios errores en la ela-
boración de la investigación, sino que claramente la misma había sido manipulada
con el objetivo de esconder la relación de autoridades y policías del orden munici-
pal, estatal y federal con el narcotráfico en Guerrero, lo que incluye la existencia de
autoridades de facto paralelas a las institucionales.
Más allá de los múltiples aspectos sobresalientes del informe del GIEI como
la ausencia de un sistema de justicia en materia penal que permita investigaciones
diligentes y acordes al debido proceso, el aspecto que me interesa enfocar es que la
desviación política de la investigación tuvo, entre otros, el objetivo de negar, negar
¿ por dónde comenzar la estr at e g i a a n t i co rr u p c i ó n ? | 321
a decir que sus amigos Enrique Peña Nieto, Angélica Rivera y Luis Videgaray no
habían concurrido en ningún tipo de falta administrativa ni contraria a la ley2.
Se puede entender –más no tolerar– este tipo de simulaciones en los nom-
bramientos en los órganos centralizados que, finalmente, quedan en la esfera de
control del poder ejecutivo. Pero, ¿pasa lo mismo con los órganos que debieran ser
autónomos? Hay ejemplos sobre esto: el nombramiento de Eduardo Medina-Mora
en la Suprema Corte de Justicia de la Nación3; el de Perla Gómez al frente de la
Comisión de DH del Distrito Federal4; e incluso el retiro de la candidatura de
Miguel Sarre del Comité contra la Tortura de Naciones Unidas, con el objetivo de
comenzar a colonizar también estos órganos que han dado, recientemente, varios
reveses al gobierno mexicano5.
En la medida que los nombramientos tienen como principal fin controlar a
los órganos autónomos de los cuáles se espera la generación de pesos y contrape-
sos propios de la accountability horizontal, lo que se genera es la inoperancia de
este mecanismo de control con el correspondiente impacto en la protección de los
DH. No es casualidad que entre las principales disputas que se dan actualmente
en México entre el gobierno y la sociedad civil organizada están, por un lado,
los diseños institucionales de los mecanismos que suponen rendición de cuentas,
transparencia y control sobre las decisiones gubernamentales; pero cada vez más
importante, por el otro, el nombramiento de personas que no sean incondicionales
a los gobiernos. Un aprendizaje lento, pero ahora claro, es que el buen funcio-
namiento de una institución de contrapeso supone ambas cosas: un buen diseño
institucional y personas independientes que lo conduzcan.
Vayamos al segundo ejemplo: la negociación con movimientos sociales. No me
interesa analizar el marco general de la acción colectiva como repertorio modular6,
sino hacer explícitas las distintas posibilidades de respuesta del gobierno en turno
que dan cuenta de la simulación.
No sería extraño pensar que un gobierno más democrático, más representa-
tivo, es aquel que logra incluir, articular el mayor número de demandas sociales
posible. También es claro que el repertorio modular de la acción colectiva no es
un fin en sí mismo. El ejercicio del derecho a la protesta siempre es un medio, un
medio para hacer públicas determinadas demandas que no han sido articuladas
institucionalmente.
Frente al nacimiento exitoso de un movimiento social que enarbole alguna
demanda, llámese derecho a un salario digno por los jornaleros rurales, la apa-
rición con vida de los familiares desaparecidos, el aumento del presupuesto a la
educación, el cambio de una política de seguridad, con un largo etcétera, se puede
generar alguna reacción por parte del gobierno mexicano. Ésta puede variar en los
siguientes términos:
¿ por dónde comenzar la estr at e g i a a n t i co rr u p c i ó n ? | 323
Estas seis posibilidades nos permiten mirar el marco de burocratización que hoy
en día constituye la simulación de los procesos de negociación entre los gobiernos y
los movimientos sociales. El gobierno ha aprendido a administrar la protesta.
Vayamos al tercer ejemplo: la respuesta frente a la crisis de DH en México.
Recordemos que, en este caso, la simulación está mediada por la negación. En la
medida que el gobierno niega que hay una crisis de DH en el país (que la tortura
y la desaparición son generalizadas; y maquilla las cifras de las personas que se
encuentran en condición de pobreza y/o vulnerabilidad), el diagnóstico es errado y
las medidas son, también equivocadas.
Probablemente el caso más claro se dio en noviembre del 2014. Frente al ciclo
de movilización que se expandía en distintas franjas sociales con las demandas
de justicia por el caso de los 43 estudiantes desaparecidos de la Normal Rural de
Ayotzinapa, la respuesta gubernamental fue negar que se tratara de una crisis de
DH, negar que se tratara de una crisis del Estado –frente a peticiones que comen-
zaban a fortalecer el pedido de renuncia del presidente–, y presentarlo como un
problema de seguridad que estaba simplemente constreñido a algunos municipios
de México y, en su caso, únicamente a algunas policías municipales. Con este diag-
nóstico, la respuesta fue totalmente asimétrica con respecto al desafío político que
se le presentó desde la sociedad civil: la emisión de un decálogo de seguridad que
incluía medidas como un número nacional para emergencias, el 911 (Redacción,
28/nov/14).
Si la negación tuvo como consecuencia un mal diagnóstico y un decálogo asimé-
trico a la problemática social que se le presentó, la simulación se observa en noviem-
bre del 2015, un año después del anuncio del decálogo, cuando sólo una de las diez
medidas propuestas se había cumplido, y no precisamente la del número nacional de
emergencias: el operativo en Tierra Caliente, Guerrero (Langner, 23/nov/15).
Esta lógica de simulación con respecto a las diversas respuestas gubernamen-
tales también es observada en el análisis realizado por Open Society (2016). En el
324 | corrupción y derechos humanos
informe se señala que cada vez que ha existido presión en cuanto al fincamiento de
responsabilidades por las atrocidades, los gobiernos de Calderón y Peña Nieto han
iniciado ostentosas iniciativas y reformas que al poco tiempo quedan huérfanas de
recursos y apoyo político. En general, los diversos planes y mecanismos para ubicar
a los desaparecidos y ofrecer apoyo, representación y reparaciones a las víctimas
han fracasado (Open Society, 2016: 19). Esta es la lógica cotidiana del gobierno,
presentar miles de acciones, y millones de pesos gastados, pero pasando por alto
el análisis sobre el impacto que tuvieron esas acciones de gobierno y esos presu-
puestos invertidos. Una de las principales resistencias gubernamentales ha sido
someterse a un proceso de evaluación de impacto con indicadores de resultados en
materia de DH, que permitan mirar más allá de la gestión.
Probablemente una de las principales acciones en torno a la presión social pro-
veniente del caso Ayotzinapa fue la generación del GIEI conformado por persona-
jes con tal autonomía que escapaban del control del poder ejecutivo, normal, lo que
se esperaría de cualquier órgano autónomo en una lógica de pesos y contrapesos.
Explica Open Society que incluso decisiones como estas, sólo se pueden entender
en el marco de una presión abrumadora sobre el gobierno, en el caso concreto, no
sólo está el contexto generalizado de protesta que se formó en el segundo semestre
del 2014, además “fue solo cuando las familias de los desaparecidos se negaron
a abandonar su oficina sin las garantías necesarias que el Presidente Peña Nieto
aceptó invitar al grupo de expertos de la Comisión Interamericana para que revi-
sara la investigación federal del caso Ayotzinapa, y comprometió al gobierno a una
serie de reformas pertinentes” (Open Society, 2016: 11).
En la medida que no hay un compromiso con la ruptura de la lógica de clien-
telismo, negación, simulación, corrupción e impunidad, el problema que se genera
es que en la medida que disminuye la presión social, las promesas quedan en eso:
en las redes del proceso de burocratización con el que actualmente se administra
a la protesta. Por ejemplo, “por lo menos el 40 por ciento de las recomendaciones
aceptadas por la CNDH no han sido cumplidas y, en la mayoría de los casos, los
abusos a los DH permanecen sin castigo” (Open Society, 2016: 111).
voto entre ciudadanos “libres”, y ponen mucha más atención en mantener sus redes
clientelares.
***
de la Corte Penal Internacional se enlistan una serie de delitos que sólo serán
considerados como crímenes de lesa humanidad si son cometidos de forma gene-
ralizada o sistemática, pero no da muchas más luces sobre qué significa o cuándo
estamos frente a una y qué elementos conforman la otra.
Esta misma diferencia entre prácticas generalizadas y sistemáticas la encon-
tramos en el artículo 5 de la Convención Internacional para la protección de todas las
personas contra las desapariciones forzadas (2006). Es por esta razón que el Comité
de Naciones Unidas contra la desaparición forzada (CNUDF) utiliza tres catego-
rías en los análisis que hace de la desaparición forzada a cada país: práctica aislada,
generalizada y sistemática.
En su informe sobre México, el CNUDF determinó que la desaparición es
una práctica generalizada en el país (CNUDF, 2015: párrafo 10). En entrevista
(Aristegui, S/F)10, Luciano Hazan –miembro del Comité- explicó que el criterio
“generalizado” es estrictamente jurídico, es una descripción normativa a partir de
los tres criterios antes mencionados: prácticas aisladas, generalizadas y sistemáticas.
El Comité determinó que en México las desapariciones son generalizadas porque:
Hasta aquí parece que para determinar que una violación a DH es masiva o
general, supone al menos, dos elementos: que haya un alto número de casos, y que
se practique de forma extendida en el territorio nacional. Ayudan a determinar que
330 | corrupción y derechos humanos
distintos entes estatales a diferentes niveles por el crimen organizado nos permite
encontrarnos con este tipo de situaciones.
Otra puerta de entrada para pensar las violaciones sistemáticas en DH es,
actualmente, el modelo económico, en especial el modelo neo-extractivista. En
las violaciones a los derechos de las comunidades indígenas y campesinas encon-
tramos decisiones planificadas desde las más altas esferas del poder político que
vienen acompañadas de la generación de instrumentos macro y meso de política
pública, incluyendo la modificación de constituciones y leyes para avanzar, entre
varias violaciones, en el despojo de los territorios de estas comunidades.
propio Estado con la mala respuesta del Estado a los crímenes contra las mujeres,
lo que habría contribuido a la perpetuación de este tipo de violencia en Ciudad
Juárez y a la alta tasa de impunidad relativa a crímenes con características de vio-
lencia sexual (Nash, 2014: 75).
La principal diferencia de este tipo de violaciones estructurales de DH con
las violaciones sistemáticas –dirían los autores analizados– es que hoy en día los
Estados no se organizan para violar sistemáticamente derechos, ni dicha violación
–cuando es masiva o generalizada– se planifica en las esferas superiores de forma
deliberada, como sucedía en las dictaduras militares. Hoy, en cambio, se tienen
Estados con autoridades electas, pero estas no son capaces de proteger, garantizar
y promover los DH (Abramovich, 2009: 17). Sumaría que no es sólo un problema
de incapacidad de carácter técnico, sino que hay órganos estatales en los cuales la
violación a los DH es parte de sus prácticas u objetivos institucionales. Mencio-
namos líneas arriba que el Estado no es unitario, sino que hay múltiples órganos
que interactúan con relaciones de indiferencia, cooperación y conflicto. Por ende,
podemos tener órganos en los cuales la violación de los DH se convierte en parte
de sus prácticas cotidianas (como el caso de la tortura cometida por los distintos
órganos de seguridad como principal mecanismo de investigación) o, directamente,
en parte de sus objetivos institucionales formales o informales (como la política de
despojo a las comunidades indígenas por el modelo neoextractivista; el control
sobre diversas áreas del territorio en la lógica del narcotráfico; o la impunidad a los
actos de corrupción en el quehacer actual y enriquecimiento de la clase política).
Es posible que esto se deba a la cooptación estatal por distintos poderes fácticos
(empresarios, narcotráfico, o redes de corrupción de la clase política, por poner
tres ejemplos). En esta lógica de interacción entre múltiples entes estatales, estos
órganos donde la violación a DH es inherente a su funcionamiento pueden con-
vivir con órganos incapaces de generar una accountability horizontal que evite la
violación a los DH. Sólo en este segundo tipo de órganos habrá incapacidad, pero
en los primeros lo que hay es una abierta lógica estructural de violación a los DH.
Lo que tenemos es un diseño institucional que debemos entender de forma
amplia. No considerar sólo la estructura jurídica integrada por las reglas formales
del funcionamiento estatal, sino todas las pautas formales e informales que son
organizativas y explican la acción estatal de forma cotidiana14. En términos de
González y Nash: “las prácticas más cotidianas que dan cuenta del componente
cultural que tiende a invisibilizar, o incluso, justificar las violaciones a DH” (Gon-
zález y Nash, 2011: 24). Lo que tenemos en estas violaciones estructurales no es
una política pública planificada desde los más altos actores políticos, sino una serie
de acciones cuyo contenido sólo puede entenderse a través de sus prácticas cultura-
les y estructuras institucionales formales e informales (Nash, 2014: 108).
334 | corrupción y derechos humanos
Con esto nos vamos acercando al último punto de la ecuación para formular
una estrategia anti-corrupción: qué tipo de corrupción es la que se busca combatir.
En el capítulo uno analizamos que no existe “La Corrupción”, sino varias distin-
tas expresiones con parecido de familia a los cuáles denominamos genéricamente
como corrupción. Captura o cooptación estatal, tráfico de influencias, conflicto
de intereses, negociaciones incompatibles, parcialidad, donación en campañas
electorales, malversación de fondos, partidas presupuestarias secretas, fraudes, uso
¿ por dónde comenzar la estr at e g i a a n t i co rr u p c i ó n ? | 337
en las décadas de los 70 y 80. En la medida que la corrupción es útil para la élite,
es esperable que se debiliten los esfuerzos anticorrupción pese a que los Estados no
sean abiertamente antidemocráticos o anticompetitivos. De hecho, la corrupción
en buena medida tendrá objetivos de control político.
El síndrome de Oligarcas y clanes se da en aquellos países en donde la libera-
lización política y económica se empalman en el marco de instituciones estata-
les débiles. El sistema político y económico se caracteriza por estar conformado
por oligarcas –agentes libres poco dispuestos a cooperar en lapsos largos– que, en
medio de cambios rápidos, se encuentran en situaciones inseguras en el marco de
grandes escalas de ganancias y pérdidas potenciales. Esta inseguridad las puede
convertir en élites abiertamente rapaces. Aquí la forma de corrupción se da entre
una serie de élites mal organizadas, muchas veces violentas, en competencias unas
con otras, que buscan transformar sus recursos personales en riqueza y poder. Aquí
hay países como Rusia, y Filipinas.
Finalmente, el cuarto síndrome es nombrado por Johnston como Funciona-
rios mogoles. Aquí la política es no democrática, recién comienza la liberalización
económica y las instituciones tanto estatales como económicas son débiles. Aquí
los actos de corrupción no intentan influir en los procesos estatales, ya que las
instituciones y los puestos son instrumentos personales de quienes los ocupan, la
corrupción se genera de ellos hacia abajo. Se trata de países como China, Kenia o
Indonesia.
Johnston (2005, 2006) observa que México pasó de la centralización (funcio-
narios mogoles) a la descentralización de la corrupción (oligarcas y clanes) pero
acompañado de mucha violencia. A partir del 2005 –sigue el autor–, los cambios
provenientes de la liberalización política y económica de México impactaron en la
corrupción, pero no tanto en la cantidad general de ésta, sino en su mayor descen-
tralización, en su acompañamiento a la aplicación de la ley y a actos de violencia.
El aspecto central que nos permite mirar la propuesta de los síndromes es que
el problema de la corrupción no es el mismo en todos los países. Cada uno puede
tener pautas distintas. Más aún, es relevante saber a qué tipo de organización esta-
tal nos enfrentamos, para poder pensar cuáles son los desafíos y medidas que una
política anticorrupción tendría que asumir. Regresaremos a esta idea en el análisis
del papel de la “Falta de voluntad política” en la formulación de una estrategia
anticorrupción. Sirva por ahora, dejarla en la mente del lector.
Bien, ya sabemos que México tiene el síndrome de oligarcas y clanes con un
relevante aumento de la violencia. Tenemos, también, dos puntos de partida: el
contexto político-organizacional de México y el tipo de violaciones a DH que
se busca combatir. El contexto está conformado por las prácticas de la negación,
simulación, corrupción, impunidad y clientelismo que dan cuenta de la práctica
¿ por dónde comenzar la estr at e g i a a n t i co rr u p c i ó n ? | 339
Con estos elementos en mente, veamos dos posibles herramientas que podrían
ayudar a conformar una estrategia anticorrupción que tenga como principal obje-
tivo evitar las violaciones estructurales de DH: las comisiones de la verdad y las
comisiones internacionales contra la impunidad.
Hay dos figuras contrarias a la autonomía relativa del Estado: la ausencia esta-
tal y el Estado cooptado o capturado. La ausencia estatal se ilustra con la idea de
zonas marrones de Guillermo O’Donnell, se trata de zonas en donde la legalidad
del Estado no tiene alcance, o lo tiene de forma muy intermitente. En cambio,
aquí prevalecen tipos de legalidad informal, patrimonial y mafiosa (O’Donnell,
1993 y 2004). Se trata –en palabras de Rose-Ackerman (2007: 35)– de Estados
extremadamente disfuncionales cuyos funcionarios actúan sin base legal. Aquí la
corrupción no tiene por objeto saltar la regla, sino orientar la conducta de los fun-
cionarios y los servidores públicos. El aspecto central para pensar una estrategia
anticorrupción en Estados con estas características es que aquellas estrategias que
fueron exitosas en países con aparatos burocráticos sólidos, seguramente no fun-
cionarán en este contexto.
La diferencia entre las expresiones de la ausencia estatal y el Estado coop-
tado o capturado son borrosas, pero relevantes. En el Estado cooptado o capturado
la legalidad del Estado sí tiene alcance en el territorio, pero es una legalidad que
sirve a los intereses de los captores. La captura del Estado se da cuando determina-
das élites políticas, económicas y/o sociales, actuando sin necesariamente violar de
modo ostensible la ley, ejercen una influencia o control determinante en los poderes
del Estado y en el contenido de medidas o políticas públicas que les interesan. La
captura del Estado supone la posibilidad de que los fines particulares se pongan
por encima de los fines públicos que específicamente deben regularlo a fin de: (1)
evitar ser regulado de manera objetiva, imparcial e independiente, (2) evitar multas
u otras medidas administrativas adversas y (3) favorecer al propio sector por sobre
otros sectores en la típica puja redistributiva de los recursos públicos (Lauzan y
Toro, 2009: 46). Esta captura se puede dar lo mismo por una coalición político-eco-
nómica dominante que por grupos del crimen organizado o por la propia clase
política. En particular se ha estudiado la captura del Estado por parte de la clase
política, para sus propios fines por medio de prácticas corruptas, a través de concep-
tos como la cleptocracia y algunas derivaciones de los Estados neopatrimonialistas.
La combinación entre los distintos niveles de corrupción con las diferentes
formas estatales va a generar también diferentes relaciones entre el Estado y el
movimiento que genera la estrategia anticorrupción. Por ejemplo, podemos tener
las siguientes:
ejemplo, ahí donde haya autonomía relativa del Estado, se puede tejer una solución
desde su interior. Si bien seguramente el ente estatal corrupto tendrá una lógica
de conflicto frente a la estrategia anticorrupción, también tendremos relaciones de
cooperación entre los entes estatales autónomos y aquellos que articulen la estra-
tegia anticorrupción.
En cambio, cuando el Estado está cooptado (por poderes fácticos, como los
empresarios, o el narco, o por la propia clase política), la generación de una estra-
tegia anticorrupción exitosa al interior del propio Estado es algo sumamente com-
plicado. Será necesario coordinar fuerzas políticas independientes provenientes de
fuera del sistema estatal. A esto se refiere WOLA (2015) cuando, analizando el
nacimiento de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala,
observa que la debilidad de las instituciones de seguridad y justicia, y su corrup-
ción por actores criminales y políticos, había dejado al Estado guatemalteco sin
la capacidad para responder a la violencia y criminalidad o atender los factores
estructurales que están detrás de la violencia (Wola, 2015: 3).
Más aún, si además de la cooptación estatal, estamos frente a arreglos a favor
de la corrupción que mantienen la impunidad y generan estabilidad al interior
de la clase política (como pareciera suceder en México), se está en el peor de los
mundos. Aquí estaremos frente a una voluntad expresa del sistema estatal de man-
tener el sistema de corrupción e impunidad. Cualquier propuesta de solución que
no venga acompañada de órganos autónomos, preferentemente internacionales,
seguramente terminará en mera simulación política.
En los Estados donde la corrupción toma estos patrones, el problema va más
allá de las capacidades técnicas del Estado y del diseño de sus propias instituciones
internas: el problema es esencialmente político. Así lo observó el PNUD cuando
analizó el caso de la India, en donde tanto la legislación como los entes estatales
anticorrupción no parecían ser el problema. Lo que se requería era un acuerdo para
luchar contra la corrupción que viniera de las más altas esferas políticas que vaya
más allá de un falso acuerdo simulado, que suele ser adoptado junto con una cínica
actitud de moralidad política (UNDP, 2004: 37)
Es precisamente en estos casos, Estado cooptado y corrupción que genera
estabilidad en la clase política, donde se requiere mayor fortaleza y autonomía de
los órganos encargados de la lucha contra la corrupción. Ahí, conocer cómo operan
los mecanismos de corrupción es un elemento central, por ello, la comisión de la
verdad es esencial. En cambio, para el fortalecimiento de la autonomía es que con-
viene el acompañamiento de órganos como las comisiones internacionales.
Si bien la transparencia, el uso más generalizado de auditorías y de controles,
una prensa libre y una sociedad civil fuerte pueden mantener a la corrupción a raya,
estas medidas no son las que hacen surgir a un gobierno contrario a la corrupción
¿ por dónde comenzar la estr at e g i a a n t i co rr u p c i ó n ? | 345
Notas
1. Un presunto acto de corrupción del propio presidente con uno de los grupos empresaria-
les que más se ha beneficiado durante lo que va de su sexenio: Grupo Higa. Este caso no
sólo involucró al presidente y a su esposa, sino también al importante grupo de medios de
comunicación Televisa, así como al Secretario de Hacienda y aspirante presidencial Luis
Videgaray.
2. Un punto a subrayar es que Virgilio Andrade también fungió como consejero del Instituto
Nacional Electoral entre el 2003 y el 2010, órgano que tiene un diseño institucional de
autonomía; a la par que la ausencia de sanciones administrativas por corrupción no es ais-
lada, sino una práctica sistemática dentro del marco de impunidad que analizaremos líneas
abajo.
3. Más allá de la disputa que efectivamente existe al interior de los poderes judiciales entre
miembros pro DH y actores pro soberanía, el nombramiento de Eduardo Medina-Mora,
anterior director del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (2000–2005), Secre-
tario de Seguridad Pública (2005), Procurador General de la República (2006–2009) y
embajador de Reino Unido y de Estados Unidos (2009 – 2015) fue leído como el ingreso
de un ministro que tenía como principal objeto aumentar el peso de la mirada conservadora
y anti DH que comenzaba a tener la Suprema Corte. En especial, para mantener la impu-
nidad de las violaciones a los DH producto de la política de seguridad arrancada por Felipe
Calderón y seguida por Enrique Peña Nieto. Esto quedó claro tanto por su voto decisivo en
348 | corrupción y derechos humanos
abril del 2015, cuando por 6 votos contra 5, la SCJN decidió que arraigo es constitucional;
como por su voto –en solitario– en contra del derecho de las parejas de personas del mismo
sexo a adoptar niños en agosto del 2015.
4. Luego de varias presidencias que, aunque institucionales, habían sido tensas entre la
CDHDF y la Jefatura de gobierno de esta entidad, el jefe de Gobierno Miguel Ángel Man-
cera decidió que no era necesario mantener esta tensión con este órgano autónomo. Así, el
buen funcionamiento de un órgano de defensa de DH a cargo de presidentes como Emilio
Álvarez Icaza o de Luis González Placencia, se vio truncado cuando frente a un posible
segundo mandato a cargo del último de los mencionados, se tomó la decisión de nombrar
a una incondicional, perdiendo toda la presencia, capacidad de convocatoria, organizativa y
legitimidad que había ganado la CDHDF en la defensa de los DH. Vale la pena mencionar
que en este segundo caso, la simulación fue realizada por el partido que gobierna la Ciudad
de México: el PRD. La crítica que construyo sobre las pautas de la democracia en México
se refiere a todos los actores que integran el sistema de partidos actual.
5. El gobierno mexicano declaró que de ahora en adelante, las propuestas para ocupar ese tipo
de cargos sería para el personal diplomático en retiro. Es importante subrayar que el trabajo
del personal diplomático es defender al gobierno, más no a los derechos humanos.
6. Para un mayor desarrollo de este punto se puede ver Vázquez, 2008
7. http://www.parametria.com.mx/carta_parametrica.php?cp=4775
8. Este punto me parece más debatible, por la complejidad misma que implica argumentar la
calidad de norma imperativa en derecho internacional.
9. El problema más delicado se generó cuando la Corte intentó atribuir las consecuencias jurí-
dicas que correspondían a las violaciones graves. Especialmente el tema de la imprescriptibi-
lidad. En este punto, el caso de Bulacio vs. Argentina fue un punto de quiebre, que terminó
en una decisión de la Corte Suprema de Argentina contra la CorteIDH. Al final “el pleito”
de la imprescriptibilidad derivó en la sentencia de Albán Cornejo vs. Ecuador, en la cual la
CorteIDH sostuvo que la imprescriptibilidad es solo para las “violaciones muy graves”.
10. http://blogs.cnnmexico.com/aristegui/tag/desapariciones-forzadas/
11. minuto 3.24 https://www.youtube.com/watch?v=9lvgIEtNGTs
12. Sistema estatal no es sinónimo de sistema político, en este último figuran instituciones que
no son parte del Estado como los grupos de presión, los movimientos sociales, las iglesias,
los medios de comunicación, las relaciones de socialización, etc.
13. Se debe hacer notar que ésta no es la única forma de interpretar al Estado. Tenemos, por
ejemplo, a Timothy Mitchell (1991) quien propone un análisis de efectos estructurales y,
basándose en la teoría del poder de Michel Foucault, afirma que el Estado nunca marca una
línea exterior real y que la línea que hay entre el Estado y la sociedad civil no es del todo
un perímetro de una entidad sino una línea dibujada internamente dentro de un tejido de
mecanismos institucionales a través de los cuales es mantenido el orden social y político. La
producción de la distinción entre el Estado y la sociedad civil es en sí misma un mecanismo
que genera recursos de poder donde el poder disciplinario trabaja tanto desde el interior de
la sociedad civil a través de la reproducción de las acciones y al mismo tiempo generando
métodos que aparecen y toman la forma de estructura externa.
14. Para un mayor desarrollo sobre lo que son las pautas institucionales y sus conformaciones
formales e informales es útil: Avaro y Vázquez, 2008.
¿ por dónde comenzar la estr at e g i a a n t i co rr u p c i ó n ? | 349
15. Podría considerarse que las acciones relacionadas con monitoreo, reformas institucionales
o participación son irrelevantes, en especial cuando estamos frente a expresiones estructu-
rales de la corrupción, y esta tiene como principal objetivo cooptar al Estado. No habría
que tirar por la borda este tipo de acciones. Por ejemplo, en el experimento realizado por
Anand (2012) en dos comunidades de la India, realizó dos encuestas a hogares, una antes
de desarrollar una intervención consistente en una campaña de formación en materia de
derechos humanos, y una después de ella. Encuentra que antes de la capacitación el 51 y 52
por ciento de los hogares pagaban sobornos a cambio de recibir servicios relacionados con
derechos humanos. En cambio, después de la capacitación, en la comunidad de control el
pago bajó a 49, mientras que en la comunidad donde se llevó a cabo la intervención el pago
de sobornos bajo a 41 por ciento, siendo estadísticamente significativo con un p < .01.
Fuentes De Información
Bibliográficas
Alonso, José. (2011a). “Reducir las oportunidades de corrupción: algunas enseñanzas” en en José
Antonio Alonso y Carlos Mulas-Granados (Coord.). Corrupción, cohesión social y desarrollo.
El caso de Iberoamérica. Madrid: Fondo de Cultura Económica. Pp. 161–202.
Alonso, José; Carlos Mulas-Granados y Federico Steinberg. (2011). “Conclusiones y recomen-
daciones” en José Antonio Alonso y Carlos Mulas-Granados (Coord.). Corrupción, cohe-
sión social y desarrollo. El caso de Iberoamérica. Madrid: Fondo de Cultura Económica. Pp.
203–216.
Anand N. Asthana. (2012). “Human Rights and Corruption: Evidence From a Natural Experi-
ment” en Journal of Human Rights, 11: 4. pp 526–536, DOI: 10.1080/14754835.2012.730913
Bacio, Julio. (2008). Corruption as a violation of human rights. En: http://papers.ssrn.com/sol3/
papers.cfm?abstract_id=1107918 Revisado el 16 de marzo del 2016.
Cameron, Maxwell; Eric Hershberg y Kenneth Sharpe. (2012). Nuevas instituciones de demo-
cracia participativa en América Latina: la voz y sus consecuencias. FLACSO-México / The
University of British Columbia / American University.
Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG). (S/F). Por una cultura de
legalidad. Guatemala: CICIG. 6 p.
Gaventa, John. (1980). Power and powerlessness: quiescence and rebellion in an Apalachian Valley.
Chicago: University of Illinois press.
GIEI. (2015). Informe Ayotzinapa. Investigación y primeras conclusiones de las desapariciones y
homicidios de los normalistas de Ayotzinapa. México: GIEI.
Isunza, Ernesto y Adrián Gurza. (2010). La innovación democrática en América Latina. Tramas y
nudos de la representación, la participación y el control social. México: CIESAS / Universidad
Veracruzana.
Johnston, Michael. (2006). “¿La corrupción en México se encuentra en transición?” en Antonio
Azuela. La corrupción en América. Un continente, muchos frentes. México: UNAM. Pp. 29–62.
350 | corrupción y derechos humanos
Johnston, Michael. (2005). Syndromes of corruption. Wealth, power and democracy. USA: Cambri-
dge University Press. 267 p.
Lauzán, Silvana y Costanza Toro. (2009). Anti-corrupción: actualizando los desafíos. Chile: Centro
de Derechos Humanos – Universidad de Chile. 162 p.
Open Society Foundations. (2016). Atrocidades innegables. Confrontando crímenes de lesa humani-
dad en México. México: Open Society. 230 p.
Rose-Ackerman, Susan. (1978). Corruption: a study in political economy. Nueva York: Academic
Press.
Rose-Ackerman, Susan. (2001). La corrupción y los gobiernos. Causas, consecuencias y reforma.
España: Siglo XXI. 366 p.
Rose-Ackerman, Susan. (2003). “Corrupción y economía global” en Miguel Carbonell y Rodolfo
Vázquez. Poder, derecho y corrupción. México: IFE / ITAM / Siglo XXI. Pp. 209–243.
Rose-Ackerman, Susan. (2004). “Governance and corruption” en Lomborg, B. Global crises, glo-
bal solutions. Cambridge: Cambridge University Press.
Rose-Ackerman, Susan. (2009). “Economía política de las raíces de la corrupción: investigación
y políticas públicas” en Irma Erendira Sandoval. Corrupción y transparencia. Debatiendo las
fronteras entre Estado, mercado y sociedad. México: Instituto de Investigaciones Sociales –
UNAM / Siglo XXI. Pp. 23–43.
Rose-Ackerman, Susan (Editor). (2006). International Handbook on the economics of corruption.
USA: Edward Elgar Publishing Limited. 615 p.
Serrano, Sandra y Daniel Vázquez (2013). Los derechos en acción. Obligaciones y principios de dere-
chos humanos. México: FLACSO-México.
United Nations Development Program (UNDP) (2004). The impact of corruption on the human
rights based approach to development. Oslo: UNDP. 47 p.
Vázquez, Daniel. (2016). “Mexican style democracy: a framework conducive to human rights
violation” en Alejandro Anaya y Barbara Frey. Human rights in Mexico. Crisis and oportunity.
EUA: University of Pennsylvania Press. (En prensa)
Vázquez, Daniel. (2016a). “La deuda de la democracia para los derechos humanos en México:
un obstáculo para su ejercicio” en José del Tronco y Flavia Freindenberg Los dilemas de la
democracia en América Latina: a cuadro décadas de la transición. México: FLACSO-México /
IIJ-UNAM. (En prensa).
Vázquez, Daniel y Domitille Delaplace (2011). “Public policies from a human rights perspective.
A developing field” en Sur. International Journal on Human Rigths. No. 14. Enero/junio.
Young, Iris. La justicia y la política de la diferencia. España: Universidad de Valencia. 457 p.
Zalaquet, José. (2007). Transparencia y rendición de cuentas y lucha contra la corrupción en América.
Chile: Centro de Derechos Humanos – Universidad de Chile / Chile Transparente.
Videos
Krsticevic, Viviana. (2005). Ponencia presentada en la mesa de diálogo: Propuesta desde la socie-
dad civil frente a la impunidad y las graves violaciones a derechos humanos que enfrenta
México. En: https://www.youtube.com/watch?v=02D2AAEwhT4
Salazar, Katya. (2015). Ponencia presentada en la mesa de diálogo: Propuesta desde la socie-
dad civil frente a la impunidad y las graves violaciones a derechos humanos que enfrenta
México. En: https://www.youtube.com/watch?v=02D2AAEwhT4
Salazar, Pedro. (2015). Ponencia presentada en la mesa de diálogo: Propuesta desde la socie-
dad civil frente a la impunidad y las graves violaciones a derechos humanos que enfrenta
México. En: https://www.youtube.com/watch?v=02D2AAEwhT4
Fuentes Hemerográficas
Abundis, Francisco. (3/may/15). “Universitarios votan por el PAN; los de menor escolaridad,
por el PRI” en El Financiero. http://www.elfinanciero.com.mx/nacional/universitarios-vo-
tan-por-pan-los-de-menor-escolaridad-por-el-pri.html
Aristegui, Carmen. (S/f ). “Entrevista a Luciano Hazam”. http://blogs.cnnmexico.com/aristegui/
tag/desapariciones-forzadas/
Aristegui, Carmen. (S/fa). “Entrevista a Juan Méndez”. https://www.youtube.com/
watch?v=9lvgIEtNGTs
352 | corrupción y derechos humanos
Díaz, Gloria. (13/05/14). “Temen ser torturados 64% de los mexicanos: Amnistía”. En Proceso.
http://www.proceso.com.mx/?p=372072
Langner, Ana. (23/nov/15).“Sólo un punto del decálogo de seguridad de EPN se ha cumplido.” En El
Economista. http://eleconomista.com.mx/sociedad/2015/11/23/solo-punto-decalogo-seguridad-
epn-se-ha-cumplido
Redacción (28/nov/14). “Estos son los 10 puntos que anunció Peña Nieto en respuesta al caso Ayot-
zinapa” en Animal Político. http://www.animalpolitico.com/2014/11/pena-nieto-acuerdo-
seguridad-comision-anuncio-mensaje-palacio-nacional/
Redacción.(5/may/15).“La gente pobre y sin estudios,el principal activo del PRI:encuesta”.en CNN-
México. http://mexico.cnn.com/adnpolitico/2015/05/05/la-gente-pobre-y-sin-estudios-el-
principal-activo-del-pri-encuesta