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COLECCIÓN: HISTORIA

ASAMBLEA
NACIONAL
CONSTITUYENTE
DOCUMENTOS
BÁSICOS

Antecedentes históricos
del Partido Popular
Socialista de México

3
COMISIÓN DE PROPAGANDA Y AGITACIÓN
DEL PARTIDO POPULAR SOCIALISTA DE MÉXICO

Primera edición 2020

Copyright (C) 2020 Vicente Lombardo Toledano.


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EXPLICACIÓN

El 25 de septiembre de 1947 se dio a conocer públicamen-


te la iniciación del Comité Nacional Coordinador del Partido
Popular integrado con 196 hombres y mujeres dedicados a
diversas actividades sociales, políticas, culturales y científi-
cas, y con las más variadas concepciones ideológicas, pero
resueltas a cumplir con entereza la tarea de realizar una am-
plia consulta pública en torno a la idea que los unía de formar
un nuevo partido político mexicano consagrado fundamen-
talmente a la defensa de la independencia y la soberanía de la
nación, a elevar las condiciones de vida del pueblo y a la lucha
por el mantenimiento y la ampliación del régimen democrá-
tico del país.
La presente publicación incluye:
El “Manifiesto al Pueblo de México”, de octubre de 1947,
suscrito por el Comité Nacional Coordinador del Partido
Popular.
El discurso de Vicente Lombardo Toledano en la Asamblea
Cívica Pro-Formación del Partido Popular, de noviembre de
1947.
La Convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente
del 21 de abril de 1948, expedida y suscrita por el Comité
Nacional Coordinador del Partido Popular.
El informe del Comité Nacional Coordinador del Partido
Popular.
Diversas intervenciones de Vicente Lombardo Toledano y
su discrso de clausura
Dos documentos aprobados por la asamblea.

Dirección Política Nacional del Comité Central


del Partido Popular Socialista de México.
ÍNDICE

manifiesto del comité nacional coordinador


del partido popular al pueblo de méxico 5

asamblea cívica pro-formación del partido popular 10

convocatoria a la asamblea nacional constituyente


del partido popular 36

asamblea nacional constituyente


del partido popular. informe
del comité nacional coordinador 42

asamblea nacional constituyente


del partido popular. sesión de clausura
primera intervención 67

asamblea nacional constituyente


del partido popular. sesión de clausurara
segunda intervención 71

asamblea nacional constituyente


del partido popular. sesión de clausura
tercera intervención 73

asamblea nacional constituyente


del partido popular. discurso de clausura 76
MANIFIESTO DEL COMITÉ NACIONAL COORDINADOR
DEL PARTIDO POPULAR AL PUEBLO DE MÉXICO

Se ha iniciado en la vida de México una nueva etapa. Esta eta-


pa es la del surgimiento de los partidos políticos. Durante los
últimos años, las fuerzas materiales del país adquirieron un
importante desarrollo, y por lo mismo la conciencia pública
se ha elevado considerablemente. Este periodo de crecimien-
to nacional ha coincidido con la crisis internacional más grave
de todos los tiempos, expresada dramáticamente en la guerra
mundial. Como consecuencia de estos dos factores trascen-
dentales, nuestro país se encuentra ahora en el umbral de
una nueva época de su historia. El pueblo mexicano, poseí-
do de un profundo descontento ante su situación económica,
irritado por las alarmantes manifestaciones de la corrupción
ambiente y por el cacicazgo político en que todavía se de-
baten vastos sectores, ansioso de conquistar un régimen de
orden y de trabajo, deseoso, en suma, de superar y destruir
el pasado secular de explotaciones y humillaciones de que
ha sido víctima, y de construir una patria fuerte y pacífica,
decorosa y limpia, busca instrumentos de pensamiento y de
acción a través de los cuales satisfacer y realizar estos anhe-
los supremos. En estas circunstancias, ha surgido la iniciativa
de crear el Partido Popular. La fervorosa acogida que millares
de hombres y mujeres mexicanos han dispensado a la idea del
Partido Popular demuestra que su formación responde a las
urgencias superiores e inaplazables de nuestro pueblo.
El Partido Popular es necesario, sobre todo, por los peligros
que amenazan la soberanía de México. Sentimos la necesidad
de plantear correctamente el desenvolvimiento de nuestra
vida económica hasta conseguir una economía nacional vi-

El Popular, México, D. F., 31 de octubre de 1947.


6 / vicente lombardo toledano

gorosa y próspera que logre que nuestro sistema económico


dependa cada día menos de fuerzas extranjeras, para elevar
nuestro nivel general de vida, y porque la independencia po-
lítica, sin la independencia económica, resulta ilusoria. Por
tanto, podemos afirmar que el Partido Popular es el partido
de la Independencia de México.
Otro de los móviles fundamentales del nuevo partido es el
de mantener, ampliar y profundizar, hasta el máximo, la de-
mocracia mexicana. Por eso defenderemos, a todo trance, los
principios y los postulados liberales y democráticos actual-
mente válidos consagrados en las Constituciones de México
independiente: la de 1824, la de 1857 y la de 1917: la libertad
de pensamiento, la libertad religiosa, la libertad de trabajo, la
libertad de asociación política y la libertad de expresión.
Declaramos, asimismo, que el Partido Popular deberá ins-
cribir en su programa con toda claridad, la inquebrantable
adhesión y el respeto a los preceptos de la Constitución de la
república y a los principios de la reforma agraria, de la Ley
Federal del Trabajo y del Estatuto Jurídico de los Trabajadores
al Servicio del Estado, que garantizan para las grandes masas
laboriosas el disfrute legítimo de todos aquellos derechos su-
yos que concuerdan vitalmente con el interés nacional.
El partido concederá también una grande y constante
atención a los intereses de la mujer mexicana, y luchará por
conseguir que se le otorgue la plena ciudadanía y una com-
pleta igualdad de derechos y de oportunidades en todos los
órdenes de la vida social.
En nuestro programa para la defensa de la independencia
nacional y de la democracia, y para la lucha en pro de la libe-
ración económica del país y de un nivel de vida más elevado
del pueblo, no puede omitirse la preocupación por la paz.
Necesitamos la paz y lucharemos por ella, porque el destino
histórico de la república no se expresa, afortunadamente, en
ambiciones de conquista o de expansión, sino en el anhelo de
que México sea siempre independiente como nación y viva
en un plano de respeto recíproco y colaboración verdadera
con todos los pueblos de la Tierra. En estos propósitos se re-
asamblea constituyente /7

sume la angustia y el anhelo de millones de mexicanos. Por


eso el surgimiento del Partido Popular ha provocado, al mis-
mo tiempo que el entusiasmo de grandes sectores del pueblo
trabajador y de la intelectualidad, el temor y la hostilidad de
quienes desean perpetuar la subordinación nacional, la in-
seguridad económica, la opresión política y el pauperismo
cultural.
Nuestro partido, por el solo hecho de nacer, está poniendo
a prueba los principios esenciales de la democracia de nues-
tro país. El Partido Popular es el primer signo importante de
la nueva etapa de superación y liquidación de las viejas for-
mas de la política. Hay quienes consideran que esas formas
no deben ser superadas, pero ya es evidente que tanto las cir-
cunstancias de nuestro tiempo, como un inextinguible deseo
nacional, determinan su liquidación.
Nuestra agrupación surge proclamando que el régimen de-
mocrático del país exige el libre juego de los partidos políticos,
porque la libertad de asociación, como la libertad electoral,
son condiciones precisas para la real participación del pueblo
en el gobierno y deben quedar a cubierto de toda coacción, de
toda reserva y de toda presión ilícita. Para cumplir estos pro-
pósitos, el Partido Popular se concibe y se organiza como un
partido íntegro e insospechablemente mexicano, inspirado
solo en los intereses de la nación y en las grandes y valio-
sas experiencias de nuestro desarrollo histórico, y destinado
a defender, en primer término, la soberanía, la economía, la
tradición cultural y la fisonomía espiritual propia de México.
El Partido Popular no se subordinará ni vinculará en for-
ma alguna a organizaciones internacionales ni dependerá
de ninguna fuerza extranjera. El Partido Popular será tam-
bién absolutamente independiente respecto del Estado y de
cualquiera otra organización nacional. Estos lineamientos ge-
nerales no constituyen, de ninguna manera, el programa del
partido; son solamente principios de los cuales debe partir-
se para elaborar el programa definitivo que deberá recoger
las aspiraciones y las opiniones de las grandes masas popu-
lares y solo podrá ser aprobado por la Convención Nacional
8 / vicente lombardo toledano

Constituyente del partido. El propósito del partido es con-


tribuir a la organización política del pueblo, para lograr la
conquista de un respeto auténtico a los resultados del su-
fragio, como medio de dar base democrática al ejercicio del
poder, y de garantizar que este, en la dirección de los asun-
tos nacionales, se mantenga siempre leal a sus ofrecimientos
y deberes.
Llamamos al Partido Popular a todos los patriotas de to-
dos los sectores sociales: a los obreros, a los campesinos, a
los trabajadores del Estado, a los maestros de escuela, a los
pequeños agricultores, a los pequeños comerciantes, a los pe-
queños industriales, a los profesionales, a los intelectuales, a
los hombres de ciencia, a los artistas, apelando solo a su libre
decisión, pues consideramos que ningún partido puede cons-
tituirse sólida y legalmente mediante la coacción.
El Partido Popular solo se integrará con ciudadanos que
vengan a su seno por su espontánea determinación. Llamamos
a la juventud, sin cuya ayuda generosa no es posible salvar
al México de hoy ni construir una patria verdaderamente
nueva, fuerte y libre. Llamamos a la mujer mexicana, cuya si-
tuación actual de inferioridad económica, política y cultural
constituye una de las más graves tareas nacionales y un bal-
dón para nuestro régimen democrático.
Nuestra unión, la unión de los miembros del partido, será
fuerte y duradera, porque se basa en una comprensión co-
mún de los grandes problemas actuales de nuestro país, y en
la resolución de luchar por el programa de salvación nacional
que sostendrá el partido. Sin aceptar provocaciones, invocan-
do el interés auténtico de los mexicanos, iniciamos la tarea de
dotar a nuestro pueblo de un instrumento más para su lucha
y su labor históricas, en defensa de su libertad y su progreso.
México, D. F., 31 de octubre de 1947.
¡viva méxico!
Por el Comité Nacional Coordinador del Partido Popular.
La Dirección Política:
Lic. Vicente Lombardo Toledano. Senador Juan Manuel
Elizondo. Lic. Alejandro Gómez Arias. Dr. Enrique González
asamblea constituyente /9

Martínez. Dr. Ignacio González Guzmán. Senador Alfonso


Palacios. Dr. José Gómez Robleda. Lic. y Dip. Victoriano
Anguiano. Lic. Ángel Alaniz y Fuentes. Lic. Narciso Bassols.
Félix Espejel Ontiveros. Andrés Henestrosa. José Mancisidor.
Leopoldo Méndez. Hilario Miramontes Estrada. Salvador
Novo. Javier Ramos Malzarraga. Enrique Ramírez y Ramírez.
Diego Rivera. Dra. Matilde Rodríguez Cabo. Lic. Octavio
Véjar Vázquez. Lic. Víctor Manuel Villaseñor.
ASAMBLEA CÍVICA PRO-FORMACIÓN DEL PARTIDO POPULAR

En el mes de mayo de 1948 quedará constituido legalmente


el Partido Popular en este mismo sitio. Breves meses tene-
mos, por tanto, para crear el Partido Popular en este mismo
sitio. Breves meses tenemos, por tanto, para crear el Partido
Popular, pero bastarán estos días para que el deseo expreso
de la revolución mexicana quede forjado.
Hemos dicho ya, muchas veces, cuáles han de ser los linea-
mientos del partido, su estructura, sus métodos de trabajo,
sus objetivos inmediatos, sus metas lejanas. Mis colegas que
han ocupado esta tribuna en esta magnífica asamblea han
explicado ampliamente todos estos aspectos del Partido
Popular en formación, pero es menester precisar una y otra
vez, y otra más, esta fisonomía de nuevo partido mexicano,
porque no se trata de inventar en cada ocasión nuevos con-
ceptos, sino llevarlos al ánimo profundo de la mejor gente del
país, y por eso nuestra tarea es, como la de todos los cons-
tructores, la tarea de elevar una fábrica desde la tierra con las
unidades pequeñas para hacer los muros, para techar la casa
y para darle contenido.
Hemos venido a esta asamblea para repetir otra vez lo que
el pueblo mexicano debe saber y lo que los que nos escuchan
han de repetir a su tumo todos los días en el hogar, en el sitio
de trabajo, en el lugar de recreo; en la calle, en todas partes,
para que este río ya crecido que constituyen los simpatizan-
tes del Partido Popular se transforme en breve tiempo en
un caudal realmente enorme que venga a fecundar la tierra
mexicana.
Discurso en la asamblea celebrada en la Arena México, el 19 de noviembre
de 1947. Versión taquigráfica de Gregorio Martínez Dodrantes. Archivo
GREMARDO-CTM. Fondo Documental VLT del CEFPSVLT.
asamblea constituyente /11

¿Qué será el Partido Popular? ¿Qué perfil tendrá el orga-


nismo que ha de nacer en el mes de mayo del próximo año?
¿Quiénes han de formarlo y por qué? ¿Cómo ha de ser man-
tenido y por qué? ¿Qué procedimiento de lucha empleará y
por qué causa? ¿Por qué decimos que es un nuevo partido?
¿Por qué afirmamos que difiere de todos los partidos del pa-
sado? ¿Por qué lo situamos, como es verdad, en la entraña de
México y lo proyectamos en la misma y sobre la misma ilu-
sión del pueblo y sobre sus mejores ideales? ¿Por qué razón,
apenas surgidos los primeros grupos encargados espontá-
neamente de hacer que cuaje la idea del Partido Popular, ha
provocado este nacimiento una conmoción verdadera en la
vida de la nación mexicana?
Queremos precisar, en consecuencia, nuestro pensamien-
to. Ante todo el Partido Popular será un partido mexicano,
nacional, sin conexiones con el extranjero desde el punto
de vista orgánico, desde el punto de vista de compromisos o
de dependencia. Esto lo afirmamos para arrojar al rostro de
nuestros calumniadores el calificativo que merecen, porque
cada vez que nuestros detractores gratuitos afirmen que he-
mos nosotros resuelto crear un instrumento al servicio del
extranjero, nuestra respuesta será: ¡Viva México! Nuestra
contestación será la de nuestra bandera y la de nuestro lema.
Ha de ser, además, el Partido Popular, un partido de prin-
cipios y un partido de programa. De principios permanentes,
justos, claros, precisos, irrebatibles, no un partido de un hom-
bre ni de un grupo de hombres, ni de un sector determinado,
sino un partido de ideas, presidido por ideas, conducido por
ideas, al servicio de ideales.
Y ha de ser un partido de programa, es decir, una organiza-
ción para realizar una serie de tareas, para alcanzar objetivos
precisos, los unos para mañana, los otros para después.
Ha de ser, además, el Partido Popular, un partido que me-
rezca de verdad el calificativo de popular. En otros términos:
no ha de ser una organización de una sola clase social, sino de
todas las clases sociales. No será un partido de la izquierda,
no será un partido comunista, no será un partido marxista;
12 / vicente lombardo toledano

será un partido integrado por obreros, por campesinos, por


servidores del Estado, por maestros de escuela, por técnicos,
por hombres dedicados a la investigación científica, por ar-
tistas, por hombres del ejército, por pequeños propietarios
agrícolas auténticos, por pequeños industriales, por todos
aquellos mexicanos y mexicanas que quieran asociarse en
una tarea común, de acuerdo con los principios que encame y
que represente el programa del partido.
Por esta razón, el Partido Popular ha de desaparecer y de
borrar, de hacer imposible en su seno, como médula de su
propio instituto, los viejos calificativos de la política tradi-
cional; no será un partido de la izquierda ni será un partido
de la derecha, pero no será tampoco un partido del centro.
Será un partido al servicio del pueblo mexicano y al servi-
cio de la nación mexicana, y en esta finalidad concurrirán
las gentes de la izquierda, las gentes que sustenten una teoría
política determinada, los liberales, los que no tienen ninguna
filosofía social concreta, y todos aquellos que consideren que
su derecho es defender al pueblo del cual forman parte, y su
obligación también defender la integridad, la prosperidad y la
independencia verdadera de la patria mexicana.
Lo que ha de caracterizar, en consecuencia, al partido, no
ha de ser su composición, no ha de ser la diversidad de quie-
nes lo integren, sino la unidad en el pensamiento de todos los
que lo formen. El programa será el eje, la bandera, la meta, la
tarea, el objetivo. Habrá católicos y protestantes, habrá ateos,
habrá masones, habrá marxistas, habrá liberales, anarquistas,
indiferentes, habrá hombres y mujeres de todas las opiniones
y de todas las creencias. El partido respetará el credo filosó-
fico de cada uno y su actitud frente al problema de la religión.
Pero lo que nuestros enemigos consideran que es disper-
sión, por ignorancia o por estupidez, es la mejor demostración,
la prueba objetiva de que el partido merece y ha de merecer
su calificativo de partido de lucha del pueblo de México. ¿Y
por qué un partido de todo el pueblo de México y no solo
un partido de una clase social? Porque las tareas del parti-
do, tanto las inmediatas cuanto las futuras, son tareas que
asamblea constituyente /13

corresponden lo mismo al proletariado que a otras clases so-


ciales, y en los países como el nuestro, semicoloniales, libres a
medias, dependientes en parte principal, por desventura, del
exterior, la tarea de lograr la independencia real de la nación
se confunde con las tareas fundamentales del proletariado,
y se asocia también con el interés particular de otras clases
sociales. Por eso es un partido para el pueblo, para todo el
pueblo, y no un partido para un solo sector o para una sola
clase social.
Quienes sintiéndose falsamente, o diciéndose ingenuamen-
te izquierdistas, creen que la solución para México consiste
ahora en crear un nuevo partido a condición de que este sea
el partido exclusivo del proletariado, se equivocan. Un parti-
do del proletariado ya existe, y los que quieran ingresar en él
que lo hagan, y ese se llama el Partido Comunista Mexicano.
Quienes creen que independientemente de la lucha de un
partido de clase, junto a otros mexicanos, independientemen-
te de las discrepancias que con ellos tengan desde el punto de
vista de sus ideas políticas o de sus creencias, y crean que ha
llegado la hora, dada la situación nacional e internacional, de
juntar a los mexicanos, todos para crear un organismo pode-
roso que ayude a salvar al país, esos han de ser miembros del
Partido Popular.
Ha de ser este, también, un partido independiente. La in-
dependencia, sin embargo, es menester precisarla: el Partido
Popular será independiente del gobierno, pero independencia
no significa oposición. Antes de que el partido nazca, y pre-
cisamente por sus enormes perspectivas, nuestros enemigos
tratan de arrojamos a la oposición, y todos los días, dentro del
sector que se llama revolucionario, cuanto del sector típico
de la reacción, aparecen voces iguales, sugestiones idénti-
cas, conceptos parecidos: las autoridades del Partido Popular
son desde hoy, afirman, enemigos del régimen, enemigos del
gobierno nacional. Yo declaro que nunca en mí, que tuve el
honor de iniciar la creación del Partido Popular ya hace largo
tiempo, ni mis colegas que se asociaron conmigo desde el pri-
mer instante cuando la idea se presentó de un modo concreto,
14 / vicente lombardo toledano

y que tienen, por lo tanto, la misma responsabilidad y la mis-


ma representación que yo, nadie de entre las organizaciones
del Partido Popular ha pensado que nuestra agrupación ha de
nacer para engrosar las filas de la oposición sistemática al go-
bierno que preside el licenciado Miguel Alemán. Eso es falso.
De la misma manera que afirmamos con todo énfasis, que
subrayamos con toda decisión el carácter de independencia
del partido respecto del Estado, del mismo modo afirmamos
que el Partido Popular no será un partido de oposición, sino
un partido de crítica constructiva dentro del régimen de la re-
volución mexicana. Ayudaremos en la única forma en que se
puede ayudar al gobierno: con nuestra opinión acerca de sus
actos, cuando estos sean útiles, buenos, eficaces, bien inten-
cionados, cuando estos produzcan beneficios para el pueblo
los aplaudiremos y no solo de una manera espectacular o de
una manera lejana y romántica, sino aportando razones y lle-
vando a la conciencia del pueblo la bondad de los actos del
poder público. No seremos máquina de aplausos, sino tribu-
na emocionada para convencer al pueblo de la necesidad de
que el gobierno realice de un modo cabal sus propios actos
bien dirigidos.
Pero de la misma suerte, cuando a nuestro juicio con-
sideremos que los actos del gobierno resultan injustos,
equivocados o torpes, le haremos saber nuestra opinión y le
presentaremos la solución adecuada que el gobierno no halló.
Criticaremos, no para darnos el gusto de censurar, sino para
el objetivo de presentar soluciones positivas que el gobierno
no ha podido alcanzar. Esta es la única forma de trabajar en
un país como México, porque independientemente de cuales-
quiera consideraciones, ha de hacerse un frente nacional que
tenga como propósito elevar el nivel de vida del pueblo, lu-
char por el desarrollo económico industrial del país, y pelear
con denuedo por la independencia completa, económica y
política de la república. Y el frente nacional no ha de hacerse
sino con las mejores fuerzas sociales que tengan propósitos
idénticos, y también tomando en consideración el poder. El
frente nacional no significará, no obstante esta alianza orgá-
asamblea constituyente /15

nica, dependencia gubernamental de las fuerzas del pueblo


sino coincidencia en la tarea histórica, en la asociación libre,
espontánea y responsable entre las fuerzas del poder y las
fuerzas del pueblo. Así, sobre la marcha, en la acción cotidia-
na creadora, es como se formará el frente nacional en un país
que quiere liberarse de poderosos enemigos. Por eso afirma-
mos que el Partido Popular, independiente del Estado, ha de
ser al mismo tiempo colaborador del poder público, censor
de la autoridad, porque de la única manera que se puede ser-
vir es haciendo que todas las fuerzas progresistas de México
tomen el mismo cauce, el mismo rumbo y sirvan con la mis-
ma lealtad a la nación mexicana.
El partido ha de ser, asimismo, un partido con un régimen
democrático interno realmente ejemplar. Por eso es nuevo el
Partido Popular. No habrá un jefe, ni un segundo jefe, ni un
tercer jefe, a la manera de los caciques que manejan a su ar-
bitrio las comunidades o una organización humana, ni habrá
tampoco grupos, facciones, individuos, que traten de alcan-
zar la posición de mando para fines inconfesables o para
propósitos legítimos. El Partido Popular será un ejemplo de
democracia interior, y cada miembro del partido se sentirá,
con razón, no solo llevado por su opinión y su deseo al par-
tido, sino porque será el que dirija la organización que haya
contribuido a levantar.
Difícilmente se concibe que en nuestro país, sin tradi-
ción política para ello, pueda haber un partido de carácter
democrático, pero lo habrá. Ya los campesinos, los obre-
ros, los trabajadores los intelectuales, todos los sectores que
habrán de formar el partido han alcanzado un buen núme-
ro en nuestro país, no solo en la ciudad, en la provincia, y
diría yo que más en ella que en la metrópoli, conciencia bas-
tante para poder saber cómo conducir una opinión, cómo
hacerla prevalecer y cómo contribuir disciplinadamente a al-
canzar el objetivo de carácter colectivo. Los que creen que
las agrupaciones han de seguir siendo manejadas a la mane-
ra prehispánica, con caciques nominados, se equivocan, y el
Partido Popular ha de ser ejemplo de democracia interior.
16 / vicente lombardo toledano

También será el Partido Popular un partido de afiliación li-


bre y espontánea, y es preciso puntualizar, con respecto a la
independencia del partido, qué debemos entender por afilia-
ción espontánea y libre. No solo ha de consistir esta en que
los que se asocian al partido lo harán por su propio deseo, sin
coacción, sino también consistirá la afiliación espontánea en
que nadie podrá permanecer en el partido si no lo desea. En
otros términos: que de la misma suerte que vendrán al parti-
do de un modo libre, se irán de él libremente, en el instante
en que así lo decidan.
Ha de ser el Partido Popular también un ejemplo de dis-
ciplina interior, sobre la base de un régimen democrático,
inspirado en la voluntad libre y espontánea de los ciudada-
nos. La única garantía de eficacia para el Partido Popular
en su trabajo constante será la disciplina de sus miembros.
Disciplina quiere decir sometimiento de la libertad perso-
nal, libre y espontáneamente, a una norma impersonal y al
mismo tiempo a la dirección o autoridades jerárquicas que
el propio consentimiento del conjunto haya elegido. De esta
manera habrá dos fuerzas que garantizarán la eficacia del
partido: la libertad de cada uno. El derecho para cada uno
de los miembros del partido de intervenir en su programa, y
en la aplicación de su programa, en la solución de todos los
problemas, y la obediencia frente a la dirección del partido a
través de los diversos rangos de la autoridad interior.
Será el Partido Popular al propio tiempo un partido mo-
derno, y como resultado natural de las características antes
mencionadas. Un partido moderno quiere decir un partido
que no se parezca en nada a los partidos del pasado. Un partido
moderno quiere decir un partido que se inspire en propósitos
diferentes a las fuentes de inspiración de organizaciones del
pasado, y que al mismo tiempo se proponga tareas nuevas.
Por eso el Partido Popular ha de ser a la vez un partido que re-
genere, que modifique las costumbres cívicas de nuestro país,
tanto las malas cuanto las incumplidas o incompletas.
Por eso el Partido Popular, de igual modo, ha de ser un par-
tido que proclama una nueva moral política en México. Esta
asamblea constituyente /17

moral política ha de ser, hacia adentro, lealtad entre todos los


miembros del partido, ha de ser, hacia adentro, fraternidad
entre todos los miembros del partido, ha de ser el partido sin
jefecitos, sin cabecillas, sin directores ocultos o manifiestos.
Ha de ser un partido que defienda la moral mexicana y la mo-
ral política; la alta moral consiste, fundamentalmente, a mi
modo de ver, en defender ante todo a la nación, en defender a
su pueblo y en defender a las fuerzas que concurran a la pro-
ducción material, sustento no solo de las grandes masas de la
población sino de la propia república. Por eso el partido, or-
ganizado con diversas clases sociales, ha de ser partido que
reconozca y que acepte la realidad y la contribución trascen-
dental que le presten al país los que realmente hacen posible
la producción económica, y como consecuencia de la existen-
cia acelerada de la vida material, la vida de la cultura.
El partido ha de defender por esta razón a los obreros, a los
campesinos, a los investigadores, a los sabios, a los técnicos, a
todos aquellos que en el surco y en el fragor de la fábrica, en
el taller, en el laboratorio o en el campo de la investigación o
de la hipótesis, contribuyen de un modo directo e inmediato
al engrandecimiento de la vida física del país.
Pero la moral política del partido no ha de limitarse a defen-
der a estos sectores del pueblo que hacen posible la existencia
biológica de la nación, sino también a las fuerzas que hasta
hoy no hemos todavía utilizado, a la fuerza humana compues-
ta de mujeres, preparadas de un modo adecuado y asociadas a
las que ya existen en camino, habrán de contribuir a la trans-
formación profunda de nuestro país, las mujeres, la juventud
y la niñez.
Habrá de defender también, dentro de este concepto real,
profundo y, por lo tanto, amplio de moral política, habrá de
defender el Partido Popular a la familia, a la escuela, a la reli-
gión. Yo a este respecto deseo hacer una declaración personal
terminante y categórica. Creo que ha llegado el momento, no
de rectificar, no de retroceder, no de eludir un debate, no de
ocultar una realidad, sino de precisar nuestra posición frente
a los hechos y frente a las instituciones escritas o no escritas,
18 / vicente lombardo toledano

jurídicas o sociales que formen la vida del país. Y quiero pre-


cisar estas ideas, particularmente por el hecho de que quienes
como yo, marxista por convicción, sostenemos una manera de
entender la vida del mundo y explicamos el proceso del uni-
verso lo mismo que el proceso de la sociedad humana, somos
muchas veces atacados del modo más idiota por la ignoran-
cia o por la mala fe, diciendo que tratamos de aniquilar las
más importantes instituciones existentes en nuestro país. Y
yo lo niego. He afirmado en otras ocasiones, y vuelvo a repe-
tirlo aquí poniendo también empeño y calor en la afirmación,
que el Partido Popular no solo no pretende destruir la familia,
sino que será el partido de la familia mexicana, porque unirá
al marido y a la mujer, a los hijos y a los padres en un ideal co-
mún que ningún partido puede darles hasta hoy.
Y defenderá también el Partido Popular la escuela mexi-
cana, porque sin ella, no como causa de las causas, ni como
primer remedio, ni como exclusiva, sino como factor coad-
yuvante, sin la escuela, el plan que se ha de realizar de la
transformación material económica del país no será posible el
progreso político del pueblo mexicano, y por la misma razón,
dentro de este concepto amplio de moral política, el partido
tendrá un profundo respeto a las creencias religiosas. No solo
una actitud de cortesía, no solo una actitud de neutralidad, no
solo una actitud jamás consentida, sino una actitud conscien-
te, de respeto al hecho religioso, porque el hecho religioso es
un hecho social, y sabemos muy bien que existirán las creen-
cias religiosas por mucho tiempo, hasta que no se transforme
de una manera profunda y definitiva el ser humano y el régi-
men social en el cual nosotros existimos.
Respetar la religión no quiere decir, sin embargo, asociarse
a los propósitos del clero político ni a las tareas políticas de la
Iglesia como institución. Uno es el sentimiento religioso que
es menester entender, y otra es, muy diferente, otra cosa es
la conducta del clero, los propósitos que persiguen en su ac-
tividad política y sus alianzas de carácter internacional con
las fuerzas que oprimen a nuestro país y que tratan de estor-
bar su progreso.
asamblea constituyente /19

Que no se diga mañana, en consecuencia, que nosotros


tratamos de destruir el hogar mexicano y de perseguir a la re-
ligión. Si nuestro partido ha de estar formado por creyentes
y por no creyentes, ¿cómo uno de los miembros del Partido
Popular no creyente ha de perseguir a nuestros camaradas
de partido que creen? ¿Cómo han de perseguir los creyentes
a sus camaradas de partido que no tienen una creencia reli-
giosa? Esto es preciso subrayarlo constantemente, todos los
días, no solo por los que estamos trabajando por la creación
del partido, desde su comité nacional al coordinador, sino por
todos los simpatizantes de nuestro agolpamiento político.
Ha de ser el Partido Popular también nuevo por sus méto-
dos de trabajo, por sus métodos de organización, por la forma
en que trate de resolver los problemas insolutos del país, tan-
to interiores como externos. Por eso hemos afirmado que el
partido ha de ser, en primer lugar, desde este punto de vista
un partido organizado de un modo completo. No ha de ser un
partido con una organización burocrática permanente, y con
mando indefinido, y con socios hipotéticos. No. El Partido
Popular será un partido organizado de punta a punta, de su
base a su cúspide, de arriba a abajo. Con su dirección nacio-
nal, las direcciones provinciales o provincianas, estatales,
las direcciones municipales, las comisiones, los miembros
del partido, con sus derechos, con sus obligaciones, con sus
tareas, de acuerdo con el programa que ha de presidir cons-
tantemente la vida de cada individuo y del conjunto que
forma el partido.
Ha de ser el partido nuevo también en cuanto a sus méto-
dos, por lo que ya aquí acaba de ser probado: porque quienes lo
constituyan han de mantenerlo. Muchas críticas y aun burlas
sangrientas se han hecho a este respecto. Se ha afirmado por
quienes no creen en la posibilidad del Partido Popular, que el
partido no podrá vivir solo, porque no habrá quien lo man-
tenga. ¡Qué triste concepto del deber político, y sobre todo,
qué triste opinión, qué mezquino juicio acerca de las posibi-
lidades de nuestro pueblo! Lo que acontece es que ha habido
una tradición corrupta tan larga, de mantener desde arriba,
20 / vicente lombardo toledano

en forma de tutela, a veces no limpia, a las agrupaciones que


en nuestro país han luchado por ideales impersonales, que
muchos creen que no es posible que las unidades humanas,
los elementos afiliados a una organización puedan tener la
voluntad, la decisión, el coraje necesario para poder mante-
ner sus instituciones. Nosotros vamos a probar que el partido
vivirá con la cooperación de quienes lo formen y de quienes,
no siendo sus miembros, también estén dispuestos a ayudar
a su causa.
Otra característica del partido, como un partido nuevo con
relación a sus procedimientos, será la característica, la fiso-
nomía del partido como una agrupación de trabajo diario.
Este Partido Popular será realmente un partido de excepción;
abrirá la ruta, comenzará una senda nueva que han de reco-
rrer mañana, quiéranlo o no, los demás partidos del país, los
de hoy, los del futuro. Generalmente, cuando se habla de un
partido político en México, se piensa inmediatamente en un
aparato electoral que, pasados los comicios desaparece, y que
vuelve a surgir tan pronto como hay que elegir a otros funcio-
narios, pero no se tiene la noción exacta de lo que un partido
político debe ser.
Nosotros aspiramos a formar un partido de acción perma-
nente, porque pensamos no solo trabajar para fines de elección
popular, sino para fines de educación del pueblo mexicano, y
en este sentido el Partido Popular ha de ser un partido en
constante y sistemática relación con el pueblo. Hemos de em-
plear para este fin múltiples caminos, diferentes medios: la
conversación es un medio eficaz de propaganda, la plática,
como decimos entre nosotros, la discusión personal. Hemos
de emplear la propaganda local, la tribuna del pueblo en mil
formas que tiene; en el mitin de barrio, no empleado hasta
hoy en nuestro país; en el mitin de distrito constante, tampo-
co se ha empleado hasta hoy; en el mitin circunstancial, en la
conferencia, en mil modos. Hemos de emplear la propagan-
da escrita para llevar hasta todos los miembros del partido la
opinión razonada, el juicio madurado para que cada uno lo
medite. Hemos de usar la prensa. El Partido Popular, ya para
asamblea constituyente /21

el mes de mayo tendrá muchos periódicos en el país, pero yo


afirmo que al terminar el año de 1948 tendrá centenares de
periódicos en todas las provincias de la república.
Hemos de emplear el radio, hemos de hacer que hasta en
las últimas rancherías se escuche todas las noches la voz del
Partido Popular desde la Ciudad de México. Hemos de em-
plear el cinematógrafo para llevar la idea de un modo objetivo
y plástico a la conciencia de nuestros afiliados y del pueblo, y
hemos de emplear todas las formas superiores del arte para
llevar el convencimiento de nuestra razón.
Pero no solo será nuevo el Partido Popular por sus mé-
todos de trabajo. Será también nuevo por su actitud, por su
temperamento, por su idiosincrasia. Será el Partido Popular
un partido austero como el pueblo mexicano lo es, pero al
mismo tiempo será un partido alegre y audaz, como el pue-
blo mexicano sabe serlo en las ocasiones más importantes de
su vida.
Por eso, por su audacia, por su alegría, por su optimismo
y por su sobriedad, el partido ha de ser un partido que se
expresará en mil formas, con la palabra, con la materia al
parecer inerte, de mil modos, el partido será voz que no se
apaga, discurso que no se extingue, llama que ilumina de día
y de noche la conciencia de todos. Por eso necesitamos reves-
timos desde este primer acto que se organiza en la capital de
la república, los simpatizantes del Partido Popular, de la au-
toridad, de la alegría, de la audacia, de la decisión que todos
necesitamos para levantar esta fábrica bella que se llamará el
Partido Popular.
Será un partido que huya de la improvisación, que presen-
te soluciones, pero amparadas, apoyadas, protegidas por la
ciencia en cada una de las cosas, porque quizás el mayor de
los fracasos, que en México se suceden los unos a los otros,
tanto desde el poder público como desde las intenciones de
las agrupaciones del pueblo en la solución de los problemas
del país, se debe a la ausencia de autoridad en las soluciones
que se presentan, en que los remedios no son el fruto ni de la
investigación científica, ni de la planeación científica, ni de
22 / vicente lombardo toledano

la resolución científica. Es necesario que los mexicanos use-


mos lo que constituye el meollo de la cultura, la base real del
saber, la razón de ser del pensamiento, la ciencia, para poder
resolver nuestros múltiples problemas.
En este sentido el partido tendrá toda la autoridad, el
máximo de la autoridad posible, aquí o en cualquier país del
mundo. Será el partido de las soluciones científicas, porque
será el partido que mayor número de hombres de ciencia
tenga en su seno para poner al servicio del pueblo el conoci-
miento adquirido.
Será el partido, también, que se exprese después de haber
consultado la opinión viva del país, no por duda, no por falta
de decisión, sino por conducta deliberada, por método for-
mulado. El partido, en los grandes momentos y en los grandes
problemas, irá al pueblo de un modo directo, no a sus socios
nada más, sino al conjunto de los miembros del partido como
tales, es decir, el partido como institución de consulta al pue-
blo de México en una encuesta bien planeada y realizada cuál
es su opinión sobre tal o cual aspecto de la vida de México,
Además, el partido se expresará iniciando leyes. En nues-
tro país, en donde el poder legislativo prácticamente no existe
como un poder para legislar por propia cuenta, por propia
iniciativa, el Partido Popular influirá en que el poder legisla-
tivo recobre su independencia y su decoro presentando leyes.
Leyes que el país necesita, normas que todavía no aparecen,
principios que es menester poseer. Todo esto ha de hacerlo
el partido. Y también con su prensa. Acabo de decir, no la es-
peranza sino la convicción en cuanto a las posibilidades de
la prensa diferente a la que existe, por supuesto, prensa que
informe la verdad. Prensa que comente lo que es la verdad,
lo que ocurre, desde el punto de vista, claro está, del parti-
do, de su programa, de sus propósitos, de sus metas, de sus
objetivos históricos, pero prensa que no prostituirá la con-
ciencia de nadie, ni de los miembros del partido ni del pueblo
mexicano. Prensa que no llevará la confusión a ninguno, que
no será ingenuamente optimista presentando cuadros que no
existan, pero que tampoco llevará sombras al pensamiento
asamblea constituyente /23

de nuestros colegas o a la opinión del pueblo entero. Prensa


que servirá para demostrar que el pueblo mexicano no es ver-
dad que necesita una prensa procaz, una prensa delictuosa,
una prensa mordaz, una prensa enemiga de la independen-
cia de nuestro país, sino que no ha sido capaz o no ha podido
construir la prensa propia, y el Partido Popular, en este sen-
tido, reivindicará la libertad de expresión del pensamiento
en México.
El Partido Popular se expresará usando las formas supe-
riores del arte. Había dicho yo hace unos minutos también, y
esto es verdad, empleará la música. El partido no solo habrá
de organizar sus grupos musicales, desde los conjuntos para
la música selecta hasta las bandas que puedan alegrar los par-
ques de nuestros pueblos de la provincia. No solo eso, sino
que habrá de educar en el sentido de la música a sus miem-
bros y al pueblo todo de nuestro país.
Mentira es que el pueblo mexicano tenga gustos a veces de-
testables porque sea reacio a las formas superiores del arte.
Esto es mentira. Lo que ocurre es que el arte todavía es pri-
vilegio de unos cuantos en nuestro país y no está al alcance
de las masas del pueblo, pero cuando el Partido Popular ten-
ga no una sino varias orquestas sinfónicas que puedan llevar
su obra a las masas del partido y al pueblo, se probará que el
pueblo mexicano tiene una enorme y exquisita sensibilidad
artística, y por eso también el partido construirá sus orques-
tas, sus conjuntos musicales, para que no haya un reto del
partido que no comience y no termine con un gran coro de
voces cantando el himno del partido y también el himno de
la patria.
Tendrá también un teatro propio el partido, teatro que co-
rresponda al partido por su novedad, por su frescura, por
su juventud, por su calidad artística excepcional. Un teatro
moderno, sobre el mejor que pueda haber en el mundo, con
las gentes del partido, y para esto no es menester que forme-
mos profesionales del teatro, sino que después los elementos
de todas partes de la república, y nuestros compañeros con
deseos de trabajar en el teatro formarán los grupos, los con-
24 / vicente lombardo toledano

juntos, y el pueblo podrá disfrutar de un teatro digno de este


nombre.
Emplearemos también la danza. El Partido Popular será el
partido que tenga mayor número de grupos de ballet. Menos
de hacer que las gentes de nuestro partido, mujeres y hom-
bres, campesinos y obreros, y gentes de la ciudad, vuelvan
por la vieja tradición de los indios mexicanos a los grandes
conjuntos de baile, y expresen así su emoción profunda por la
vida, y esto será fácil, porque la materia prima está lista para
ser moldeada y para ser puesta en marcha.
Hemos de hacer nuestro cine propio. Hemos de hacer pe-
lículas para que el pueblo las vea, con la opinión del partido,
con la sensación del partido, con el sentimiento del parti-
do, con los artistas del partido, artistas conocidos y con los
técnicos del partido que son las mujeres, y haremos del cine
también una obra de arte, reivindicando las posibilidades de
nuestros mejores hombres y mujeres, para acabar con este
cine desgarrador que ahora es campaña de prostitución, o es
también remedo ridículo de un folklore hecho para turistas
del extranjero.
Nuestro partido se expresará levantando casas, edificios,
hogares, centros de cultura como nunca se han visto en nues-
tro país, y no estoy echando la imaginación a volar, no estoy
soñando. Soy un hombre de realidades, y lo he probado toda
mi vida. Yo sé que el Partido Popular será en esta materia
también ejemplo. Comenzaremos por hacer nuestra gran casa
en la Ciudad de México, nuestro hogar ¿cómo?, compraremos
el terreno por suscripción nacional, y después, bajo la direc-
ción de nuestros arquitectos, que son los mejores de México,
y de los albañiles del partido, que son los mejores de México,
cinco o diez mil hombres y mujeres, todos los sábados, to-
dos los domingos, todos los días de fiesta, y en las horas de
descanso, comenzando por quienes integramos la dirección
política provisional del partido, habremos de dar pocos la-
drillos y piedras para levantar ese hogar del Partido Popular.
Y no hemos de conformamos con una casa para oficinas,
no. Hemos de hacer un gran centro cívico con edificios para
asamblea constituyente /25

oficinas, con un gran teatro, un gran teatro para el pueblo


que no lo tiene. No hay un solo recinto capaz de alojar de un
modo decente a diez mil personas en nuestro país. Este es el
lugar mejor de México, el más grande, y no es precisamen-
te un modelo de comodidad. Sólo por convicción se pueden
estar muchas horas sentados o parados los que asisten a este
sitio sucio y horrible, no teatro abierto sino teatro cerrado, y
hemos de hacer también un lugar para exponer las obras de
arte de carácter político, un salón permanente de la pintura
mexicana, de la cultura, el salón para conferencias, para dis-
cusiones. Ha de hacerse del centro cívico del partido un imán
de los mejores hombres y mujeres de México. Los que quieran
saber qué pasa en el mundo irán al partido y tendrán respues-
tas. Los que quieran una idea lo lograrán también en nuestra
casa. Los que se sientan deseosos de cooperar de algún modo,
aunque sea circunstancial para servir al país, tocarán a nues-
tra puerta y hallarán un hogar listo a recibirlos.
Pero también hemos de construir, no solo un centro cívico.
Llenaremos la república de hogares de vacaciones. Es peno-
so, es vergonzoso confesarlo. No hay en México un solo hogar
para pasar vacaciones. Ni los niños de las escuelas tienen
dónde ir en las vacaciones, ni los adultos, y el partido hará
hogares de vacaciones para sus miembros, yendo a la costa,
al altiplano, los llevará a las montañas frías, y a los del altipla-
no los llevará a las costas. A los niños y adultos les haremos
campamentos para vacaciones sujetos a la dirección médica,
de pedagogos, de sicólogos y de artistas. Haremos de las va-
caciones oportunidades para recobrar las fuerzas perdidas y
oportunidad para aumentar la cultura personal de todos.
El partido se expresará también con brigadas de voluntad.
Los médicos, por ejemplo, irán los domingos y días de fiesta a
los pueblos de campesinos a curar enfermos, a decirles cómo
resolver sus problemas de carácter biológico; irán también
todos los profesionales y especialistas del partido a dar sus
cursos, y las mujeres irán también a ayudar a resolver sus pro-
blemas, y los campesinos vendrán a la ciudad en el momento
oportuno. Haremos brigadas por centenares y por miles, que
26 / vicente lombardo toledano

puedan llegar en un momento dado a proponerse la construc-


ción de obras que beneficien a todo el pueblo de México.
Seremos capaces, también, llegado el momento, de cons-
truir puentes, ferrocarriles, obras de riego, hospitales,
centros de cultura para el pueblo, como jamás se ha propues-
to nadie en este país.
Haremos escuelas, escuelas de diferente carácter, escuelas
para niños y para adultos, para campesinos y para obreros,
para gentes de la ciudad, y haremos también escuelas es-
pecializadas en distintos órdenes del pensamiento o de la
actividad tecnológica.
Haremos tribunas por todas partes. El país se llenará de
tribunas. Este pueblo nuestro no es un pueblo que habla. El
pueblo mexicano es, por el contrario, un pueblo introverti-
do, sobrio y discreto. Quienes lo hacemos somos las gentes
de la ciudad, pero los mexicanos de la provincia poco hablan,
y los mexicanos más profundamente arraigados en la tierra
casi nunca pronuncian un discurso. Pero es menester que el
pueblo tenga una tribuna a su alcance, en su misma región,
en las rancherías, en la cabecera del municipio, en la ciudad
o en la metrópoli para también usarla y poder expresar su
pensamiento.
Haremos conferencias especiales, convocaremos a reunio-
nes de mesa redonda invitando a las gentes representativas
que no sean del partido para discutir con nosotros, para que
aporten su opinión y el partido podrá llegar a conclusiones
más exactas. Haremos, finalmente, como forma de expre-
sión, que los legisladores, o los representantes populares
que el partido lleve al gobierno por el voto real, auténtico, de
los ciudadanos mexicanos, sean honor y orgullo del Partido
Popular. Que ningún regidor, ningún alcalde, ningún dipu-
tado local, ningún diputado federal, ningún senador, ningún
gobernador pueda, en cuanto llegue al poder, si ha surgido de
las filas del partido, voltear la espalda al pueblo que lo levantó
y le encomendó una tarea difícil. Los que el Partido Popular
lleve al poder serán honra, no solo del partido sino de México
y ejemplo de limpieza, de capacidad y de rectitud.
asamblea constituyente /27

Esto es, conciudadanos, el Partido Popular, tal como lo


concebimos. ¿Por qué, entonces, se le ataca antes de que haya
cuajado? ¿Por qué tantos enemigos surgen por doquier para
estorbar su organización? Porque si es un partido sereno, res-
ponsable, patriota y bien intencionado, porque lo que se ve,
lo que no se ve, este deseo de impedir que fragüe y que se
levante en defensa de sus ideales. Para responder a esta in-
terrogación que muchos se han hecho ya, basta decir en dos
palabras quiénes son los que se oponen al Partido Popular:
los politicastros, los líderes corrompidos, los que no tienen
ideales superiores a los que sirven. Los que han hecho de la
política en México una serie de trampas o de atracos, los que
han pervertido la atmósfera que en nuestro país se respira.
Los que han llenado de contaminantes el aire de la nación.
Esos son los que se oponen a que surja en México un nuevo
partido.
Yo decía, por lo que a la ctm se refiere, y es la primera
vez que voy a comentar lo que ha ocurrido en el seno de la
Confederación de Trabajadores de México. Voy a decir, no
solo para que los trabajadores de la ctm lo sepan, si no para
que todo el pueblo mexicano conozca los hechos, lo que ha
ocurrido en la ctm con relación al Partido Popular. No quie-
ro, por supuesto, referirme a los dicterios, a los insultos y a
las calumnias de quienes hasta ayer me alababan y a partir de
hoy se convertirán en mis enemigos sin que yo me dé cuen-
ta de ello. Yo quiero referirme algo más importante que es
el proceso, el desarrollo de la idea del Partido Popular en el
seno de la organización obrera que yo formé.
Todavía en plena guerra propuse a la Confederación
de Trabajadores de México, a la Confederación Nacional
Campesina, a la Confederación de Organizaciones Populares,
al Sindicato de Mineros y Metalúrgicos, al Sindicato de
Maestros, a la Federación de Sindicatos de Trabajadores al
Servicio del Estado y a las demás organizaciones sociales de
nuestro país, que estudiaremos un nuevo programa para la
revolución mexicana. Convencer a las directivas de todas
las organizaciones sociales de México, de la necesidad impe-
28 / vicente lombardo toledano

riosa de trazar con toda oportunidad un camino nuevo para


México, porque era importante para México, al terminar la
segunda guerra mundial, conmemorar un periodo muy di-
fícil para México y para todos los países de América Latina.
Dos meses estuvimos estudiando el programa nuevo, y una
vez que fue aprobado por unanimidad de votos, por las direc-
tivas de todas las centrales y organizaciones sociales que ya
mencioné, recibí la encomienda de exponer en un acto de im-
portancia extraordinaria en qué consistía el nuevo programa
del sector revolucionario de México. El acto se realizó en el
Palacio de las Bellas Artes, en el mes de septiembre de 1944.
Mi discurso está impreso, fue distribuido en todo el país, cien
mil ejemplares que la Cámara de Diputados imprimió.
No voy a referir, ni aun sucintamente, en qué consiste el
programa, solo voy a decir que presentábamos como conte-
nido, como metas nuevas de la revolución, el cumplimiento
de los ideales anteriores, la revolución industrial de México
avanzando por la solución definitiva del problema de la tierra
y terminando con una revisión profunda del sistema fiscal
y de la política hacendaría del gobierno. Y en otros aspectos
propusimos la ampliación del régimen democrático, porque
afirmábamos con razón que no se puede concebir, ni en la
teoría ni en la práctica, y menos en la práctica que en la doc-
trina, un desarrollo económico de un país sin un desarrollo
paralelo, simultáneo en el aspecto político. Pensar en una re-
volución democrático-burguesa, como es la nuestra, pensar
en el aceleramiento del desarrollo económico, y particular-
mente industrial del país sin un desenvolvimiento de la vida
política es un contrasentido y por esta razón, desde enton-
ces, y formando parte esencial del nuevo programa del sector
revolucionario, propusimos la ampliación del régimen demo-
crático en México y la existencia de nuevos órganos de la
expresión política del país.
Apoyándome en este programa que yo contribuí a elabo-
rar de una manera importante, y con el fin de aplicarlo a la
realidad, de hacerlo obra objetiva, tangible, me puse a hablar
con los industriales de México, con el propósito de llegar con
asamblea constituyente /29

ellos a un pacto que tuviera como objeto, no hacer desapare-


cer la lucha de clases, cosa absurda, no renunciar a la lucha
por las reivindicaciones legítimas de la clase trabajadora,
cosa imbécil, sino que tuviera como objeto caminar juntos, la
burguesía y el proletariado, para hacer un frente común que
inspire al gobierno una política nacionalista, de desenvolvi-
miento industrial del país, de transformación de sus sistemas
eficaces, y que alcanzara finalmente, que conquistara, por úl-
timo, la independencia real de la nación. Y después de varios
meses de esfuerzos logramos que los industriales mexicanos
aceptaran, y realizamos entonces un acto público el 7 de abril
de 1945, que tuvo como finalidad presentarle al pueblo de
México el pacto obrero-industrial para acelerar el desarrollo
de la revolución democrático-burguesa en nuestro país.
Más tarde, o mejor dicho por los mismos días, y con motivo
de la celebración de la conferencia de los países americanos
en Chapultepec para el fin de establecer normas para el in-
tercambio comercial internacional, lanzamos un ataque duro
y directo al primer plan Clayton presentado. Desde enton-
ces advertimos con toda claridad y con acopio de datos, no
solo a la clase obrera y al sector de la burguesía con espíritu
nacionalista, de los peligros que sobre ellos se cernían, sino
al pueblo entero y mi gobierno, acerca de las consecuencias
tremendas que podría tener la aprobación del plan que for-
mulaba entonces el subsecretario de Estado, señor Clayton.
Prosiguiendo en esta tarea, de acuerdo con los mismos
principios, no me limité a consultar la necesidad, la conve-
niencia de una unidad nacional en marcha, objetiva, real, a
los industriales y a los obreros, sino que consideré llegado el
momento oportuno de convocar a mis colegas, los de pen-
samiento marxista, con el propósito de debatir en público el
siguiente tema: “Objetivos y táctica de lucha de la revolución
mexicana en esta etapa de la vida histórica del país”.
En enero de este año de 1947, en el salón de conferen-
cias del Palacio de Bellas Artes se realizó esta conferencia,
y llegamos a conclusiones que, independientemente de dife-
rencias surgidas durante el debate, todos aprobaron. Propuse
30 / vicente lombardo toledano

entonces, ya de un modo concreto, la creación del Partido


Popular con el perfil que se ha ido precisando posteriormen-
te, hasta hoy, y los elementos de izquierda aprobaron la idea.
Un simple aspecto del mismo programa nuevo del sector re-
volucionario formulado desde septiembre de 1944, pero era
menester concretar más todavía la idea del Partido Popular,
y entonces aproveché la reunión del Consejo Nacional de la
ctm, el anterior al Congreso Nacional, Consejo que se reali-
zó en febrero de este año también, para proponer un cambio
profundo en la estructura, en el programa, en los objetivos y
en la táctica de lucha de la Confederación de Trabajadores de
México.
Mi plan, mi programa, fue aprobado por aclamación. El
consejo nacional nombró una comisión de veinticinco perso-
nas y me nombró presidente de esa comisión, para que diera
forma precisa a mis ideas, y las presentara como ponencias al
congreso nacional, y entonces, en estos debates se firmaba en
nombre supremo de la ctm.
Y vino el congreso del mes de marzo de este año. Un mes
después del consejo nacional. Trabajamos sin descanso y se
presentaron todas las ponencias que recogían mis ideas ex-
puestas ante el consejo nacional. El congreso aprobó toda la
nueva Constitución de la ctm, el nuevo programa, la nueva
táctica de lucha, y la necesidad de crear un nuevo partido,
que sería el Partido Popular.
Esta es la historia. No es verdad que no existan anteceden-
tes en el seno de la ctm acerca del Partido Popular. No quiero
mencionar otro tipo de antecedentes, porque no es este el
sitio ni el momento para hacerlo. Quizás más tarde me vea
obligado a hablar de ellos.
Basta con lo dicho, basta con este proceso público, claro,
preciso, para ver con claridad que si hemos de ser fieles en el
seno de la ctm al nuevo programa del sector revolucionario
que presenta el progreso económico del país y el progreso cí-
vico de la nación, hemos de ser, en consecuencia, fieles a la
idea de la unidad nacional con la burguesía progresista, para
defender a México de las amenazas del extranjero, y hemos
asamblea constituyente /31

de ser fieles a la creación del Partido Popular, que es simple-


mente la proyección en el campo político de nuestra unidad
con la burguesía en el terreno social, y también no es más que
un aspecto del nuevo programa del sector revolucionario de
México.
Sólo la ignorancia, o la mala fe, o la traición, pueden sepa-
rar un hecho de los otros, una tesis de las demás, un aspecto
de la doctrina de lo que es esencia de la tesis. Por eso la acti-
tud del secretario general de la ctm es absurda, ridícula, y es
también un acto de traición, de típica traición al proletariado
nacional.
Amilpa está en contra de la constitución de la ctm. Amilpa
está en contra de las metas de la revolución mexicana. Más
aún, está en contra de la autoridad del gobierno.
No hace muchos meses, el secretario de Gobernación, en
un banquete organizado por la prensa, dijo, en presencia del
presidente Alemán, que en este país a nadie se le obligaría
a vivir, que en este país no serían perseguidos jamás los or-
todoxos. Después, el presidente Alemán, en su informe del
primero de septiembre de este año al Congreso, declaró que
veía él, el gobierno, con beneplácito, el surgimiento de nuevas
fuerzas cívicas y aplaudía el despertar de la conciencia ciuda-
dana. El PRI mismo, a pesar de que algunos de sus miembros
aisladamente hayan proferido insultos contra los organizado-
res del Partido Popular, el PRI ha declarado, y no podía haber
hecho caso, que no podía aceptar elementos formados en su
seno y, por último, ayer no más, el presidente Alemán declaró
en Chihuahua que en este país todos gozan de libertad plena
para expresar su pensamiento, cualquiera que sea, sin límites
de ninguna naturaleza.
Y a pesar de estos actos concretos del poder público,
Amilpa sostiene la idea absurda de que es el secretario ge-
neral de la ctm el que debe ordenarles a los trabajadores a
qué partido político se deben afiliar, y ha puesto de revés, ha
volteado de cabeza toda la tradición, larga ya, del movimien-
to sindical de México, la tradición democrática de nuestras
agrupaciones.
32 / vicente lombardo toledano

Yo sabía, hasta ayer, que lo que el congreso nacional de una


organización obrera resuelve es, junto a la constitución de
ese organismo, la norma suprema para todos sus miembros.
Pero ahora resulta que no es la asamblea soberana de una or-
ganización la que dicta las normas, sino que es el líder en lo
personal el que tiene facultades para anular un acuerdo de un
congreso nacional, cuando estima que el congreso se equivo-
có o tomó un acuerdo que puede resultar inconveniente.
En realidad, lo que ocurre es que el secretario general de
la ctm está luchando contra el pri, dice defenderlo y lo está
arrumando. Él está haciendo una campaña en contra y tan
perjudicial, que en cuanto los directores del pri se den cuen-
ta le van a exigir responsabilidades. Porque eso de declarar
que todo el mundo, a fortiori, ha de ser miembro del pri, eso
es en contra del pri, porque una de dos cosas puede ocurrir: o
es que el pri quiere tener oportunamente muchos miembros,
aun cuando son teóricos, para poder justificar la violación del
sufragio, o bien el pri quiere volver a las andadas del porfi-
rismo haciendo leva entre la gente de México para engrosar
sus filas.
Pero si el pri no se propone ni la leva ni la violación del
voto, yo tengo la convicción de que en cuanto el pri se per-
cate de lo que ocurre, va a perseguir al secretario general
de la ctm. ¡Valiente servicio se le hace al pri declarando pú-
blicamente que los miembros del pri lo han de ser a fuerza!
¡Valiente servicio se le hace al sufragio mexicano declarando
que los votos no han de ser espontáneos ni libres, sino votos
por delegaciones, por unidades!
El secretario general de la ctm está violando la ley de la
ctm. Esto es la ctm: un frente nacional sindical integrado,
dice su artículo primero, y lo sé muy bien porque yo redacté
la constitución, yo lo hice, como hice la primera también, in-
tegrado por trabajadores manuales o intelectuales o personas
que vivan del producto de su esfuerzo, independientemente
de sus ideas religiosas o políticas. Un frente nacional sindical
integrado por personas de todas las creencias religiosas y de
todas las ideas políticas. Ha violado un acuerdo del congre-
asamblea constituyente /33

so nacional, pero más que todo ha violado las leyes supremas


del país, que están por encima de las leyes de una organiza-
ción privada: la Constitución general de la república y la Ley
Electoral.
Mas, por lo que a mí hace, vuelvo a declarar aquí en este
acto, el primero que se hace para crear el Partido Popular,
que defenderé las libertades políticas de mi patria, suceda lo
que suceda y cuesteme lo que me cueste.
He de recorrer el país con mis colegas del comité nacional
coordinador, ciudad por ciudad, pueblo por pueblo, ranche-
ría por ranchería, y hemos de ir predicando a todo el pueblo
nuestra fe en él, y las necesidades de un régimen democráti-
co para México, y hemos de triunfar, de esto yo estoy seguro.
He de defender también las otras libertades, suceda lo que
suceda: la libertad religiosa, la libertad de expresión del pen-
samiento, la libertad de asociación, y las demás, porque estas
libertades son justamente las que permiten, en medio de la
diversidad, la unidad del pueblo de México.
¡Qué equivocados se hallan los que creen que se puede
construir la democracia con la coacción, con la amenaza y
con la violencia! ¡Qué equivocados están! Los ejemplos de
México son muchos. La experiencia es amarga y dolorosa, y
si no bastase la nuestra propia, allá está la experiencia de la
historia. Por eso me da risa —sí— y desprecio profundo la si-
tuación del secretario general de la ctm cuando declara que
rompe relaciones conmigo, con Vicente Lombardo Toledano,
en mi carácter de vicepresidente de la Federación Sindical
Mundial, porque no me he querido inscribir al pri, y en mi
carácter de presidente de la Confederación de Trabajadores
de América Latina, porque no me he querido inscribir en el
pri.
En realidad, Amilpa no ha roto relaciones con Vicente
Lombardo Toledano, ha roto relaciones con la ctm. Él es el
que ha roto relaciones con la masa obrera de México. Ha roto
relaciones con la conciencia mexicana, no con Lombardo. Le
está sirviendo al principio de la dictadura y no al principio de
la libertad, pero yo sé que mi pueblo viril hará prevalecer sus
34 / vicente lombardo toledano

derechos, y que en México, si alguien ha de gobernar, ha de


ser la voluntad del pueblo y no la tiranía. Por esto murió me-
dio millón de mexicanos.
El Partido Popular es la mejor contribución que los hom-
bres y mujeres patriotas de México pueden darle al país en
donde han nacido y del cual forman parte. Es lo más que un
mexicano puede hacer ahora. No hay tarea más alta, no hay
meta más honrosa, no hay acción superior a la de dotar a la
revolución mexicana, al pueblo y a la patria, de un órgano
como el Partido Popular, que ha de defender los intereses
impersonales del pueblo de la república con desinterés, con
sabiduría, con patriotismo, con decisión.
Nace el Partido Popular en la hora justa de la historia de
México. Ni antes ni después. Cuando más necesita nuestra
nación quien la defienda, cuando más necesita la repúbli-
ca quien la salve. Gobernar no solo es tarea del gobierno.
Defender a la patria no solo es misión del poder civil y del
ejército. Gobernar y defender a la nación son tareas del pue-
blo a la vez que del poder público. El poder existe, en un
régimen democrático, porque existe el pueblo que es el ma-
nantial inagotable de la ley y del derecho. El pueblo no se
extingue jamás. El gobierno puede transformarse mil veces.
Gobernar sin el pueblo es tiranía, gobernar sin el gobierno
es anarquía, y en un país como el nuestro, que todavía tiene
que pelear contra los señores feudales del pasado; un pueblo
como el nuestro, que todavía tiene que cumplir hasta el fin
la revolución iniciada en 1910 y que tiene nuevos enemigos,
más que nunca, tiene que reunir, juntar fuerzas y levantar su
ánimo para poder resistir y resultar victorioso.
Por esa causa, por la situación grave que vive nuestro país,
la mejor contribución a México, el mejor acto de patriotismo
es crear el Partido Popular, levantar esta hermosa fábrica, ha-
cerla que viva, que resplandezca, que ilumine a México. Por
eso desde esta tribuna, para terminar este primer gran acto
del Partido Popular en formación, yo vuelvo a llamar a los
presentes y a los que no escuchan todavía, para que formen
el Partido Popular, el partido en favor de una vida mejor para
asamblea constituyente /35

el pueblo. El partido de la democracia mexicana, el partido de


la independencia del país.
¡A hacerlo, mexicanos!
¡A levantarlo, mexicanos!
¡A hacer el Partido Popular!
¡Viva el Partido Popular!
¡Viva México! ¡Viva México! ¡Viva México!
CONVOCATORIA A LA ASAMBLEA NACIONAL
CONSTITUYENTE DEL PARTIDO POPULAR

El 25 de septiembre de 1947, al hacerse pública la integración


de este Comité Nacional Coordinador, declaramos estar “re-
sueltos a cumplir con entereza esta labor de iniciativa, impulso
y organización previa, hasta que la asamblea o convención
constituyente asuma su soberanía y dé al partido programa,
estructura y dirección permanentes”. Adquirimos entonces,
por nuestra libre decisión, el compromiso de realizar una am-
plia consulta pública en tomo a la idea que nos congregaba,
de formar un nuevo partido político mexicano, consagrado
fundamentalmente a la defensa de la independencia y la so-
beranía de la nación, y a la lucha por el mantenimiento y la
ampliación del régimen democrático del país.
Durante el lapso transcurrido, hemos tratado de cumplir
esa responsabilidad, que asumimos en nuestra condición de
ciudadanos y con el propósito esencial de contribuir a la su-
peración de la vida política del país y al fortalecimiento de
México ante las demás naciones. El balance de esta actividad
puede apreciarse breve y claramente: mientras de parte de las
fuerzas que sustentan el poder o sus privilegios en el atraso
económico, social y político del país y en la subsistencia de los
seculares vicios de caciquismo, se organizó inmediatamen-
te una vasta campaña para obstaculizar o hacer imposible la
constitución del nuevo partido; de parte de las grandes masas
populares y de sus representativos más conscientes y hones-
tos, se hizo sentir en toda la república, en forma profunda y
entusiasta, la aceptación a la iniciativa de la que nos hicimos
portavoces. Al llamado del Comité Nacional Coordinador se
han puesto en movimiento en todas y cada una de las entida-

Fondo Documental VLT del CEFPSVLT.


asamblea constituyente /37

des federativas, muchos millones de ciudadanos dispuestos a


organizarse en el Partido Popular y a procurar tenazmente la
vigencia de su programa, que aunque apenas esbozado en sus
líneas generales, lo que constituye la más viva y alta promesa
de renacimiento cívico y dignificación nacional.
Apoyándose en esta gran corriente de simpatía popular
que las presiones más o menos arbitrarias del caciquismo
no han podido quebrantar, el Comité Nacional Coordinador
ha llevado adelante su tarea y considera que está próxima la
oportunidad de darle cima.
Por otra parte, las razones que hace ya cerca de un año
nos movieron a estimar como urgente la necesidad de formar
un nuevo partido político mexicano “con independencia ab-
soluta del Estado y respecto de cualquiera otra organización
nacional o internacional”, no han desaparecido. Por el contra-
rio, tanto la vida nacional, en sus diversos aspectos negativos,
como la situación convulsa y amenazadora de las relaciones
internacionales, acrecientan imperiosamente la necesidad de
que el pueblo mexicano disponga de un organismo capaz de
encauzar la expresión de su voluntad y su sentir dentro de un
régimen de auténtica democracia.
Declaramos que la consulta popular que emprendimos
hace siete meses ha sido plenamente favorable para nuestra
iniciativa y que la necesidad de que exista el Partido Popular
es ahora mayor que antes. Por tanto, para el cumplimiento
pleno de la responsabilidad que asumió, el Comité Nacional
Coordinador convoca, con esta fecha, a todos los núcleos y or-
ganismos pro-Partido Popular de la república, a la Asamblea
Nacional Constituyente que, de acuerdo con los requisitos y
las condiciones que la Ley Electoral vigente establece, ha de
llevar a término la fundación del Partido Popular.
La Asamblea Nacional Constituyente se llevará a cabo en la
Ciudad de México, los días 11 y 12 de junio del presente año,
con apego a las siguientes

bases
i. Por cada entidad federativa (estado, territorio o Distrito
38 / vicente lombardo toledano

Federal), en que haya organización del Partido Popular debi-


damente constituida y reconocida como tal por la comisión
de organización del Comité Nacional Coordinador, asistirá
una delegación numeraria.
ii. Las delegaciones representarán a la entidad respectiva
en su conjunto y serán elegidas, de conformidad con lo que
ordena la Ley Electoral vigente, por las asambleas de registro
que la misma ley establece.
iii. Para la elección de las delegaciones de cada entidad,
las asambleas que las elijan deberán tomar en cuenta la opi-
nión de todos los núcleos municipales del Partido Popular
que existan en la entidad respectiva.
iv. La delegación de cada entidad federativa puede inte-
grarse con cualquier número de miembros individuales,
partiendo de un mínimo de cinco.
v. Toda delegación, por entidad federativa, tendrá un solo
voto en la Asamblea Nacional Constituyente, cualquiera que
sea el número de miembros individuales que la integren.
vi. La Asamblea Nacional Constituyente adoptará sus re-
soluciones por simple mayoría de votos de las delegaciones
numerarias.
vii. Los gastos de transporte y estancia en la Ciudad de
México de los delegados, serán cubiertos totalmente por los
organismos a quienes representen.
viii. Los organismos que así lo deseen y tengan posibi-
lidad para ello, pueden acreditar delegaciones fraternales
aparte de las numerarias. Estas delegaciones solo tendrán de-
recho a voz en el seno de la asamblea.
ix. El Comité Nacional Coordinador o la Dirección Política,
en representación de este, podrán extender invitaciones a di-
versas personas de cualquier lugar de la república para que
asistan a la asamblea en calidad de invitados u observadores.
Esta invitación no significará, tampoco, ninguna obligación
respecto de los gastos de esos invitados.
x. Para la estricta aplicación de estas bases, toda elección
de delegados deberá estar supervisada y reconocida por la
comisión de organización del Comité Nacional Coordinador.
asamblea constituyente /39

xi. Para elegir y acreditar delegaciones numerararias a la


Asamblea Nacional, se fija un plazo que contará a partir de
la publicación de la prsente convocatoria, hasta el día 5 del
próximo mes de junio.
xii. La comisión de organización del Comité Nacional
Coordinador extenderá a cada delegado numerario debida-
mente acreditado, la credencial de rigor.
xiii. Para precisar su funcionamiento y el orden de sus tra-
bajos la Asamblea Nacional Constituyente deberá aprobar, en
su primera sesión, un reglamento interior.
xiv. La Asamblea Nacional Constituyente del Partido
Popular desarrollará sus labores de acuerdo con el siguiente:

orden del dia


1. Informe de la comisión de organización del Comité
Nacional Coordinador sobre las delegaciones acreditadas e
instalación de la Asamblea.
2. Elección de la Mesa Directiva de la Asamblea.
3. Informe del Comité Nacional Coordinador.
4. Presentación, discusión y aprobación, en su caso, del
Proyecto de Programa aprobado por la Conferencia Nacional
de Programa efectuado con anterioridad a la Asamblea
Constituyente.
5. Presentación, discusión y aprobación, en su caso, del
Proyecto de Estatuto.
6. Elección del Comité Ejecutivo Nacional y de las demás
organizaciones de representación nacional cuya elección
asigne a la Asamblea el Estatuto.
7. Proclamación de la existencia del Partido Popular.
8. Sesión pública de clausura, conforme al programa que
oportunamente se dará a conocer.
Al expedir esta convocatoria, el Comité Nacional
Coordinador exhorta muy fraternalmente a todos los afilia-
dos y simpatizadores del partido en formación, a redoblar
su empeño y su actividad, con objeto de llevar a buen éxi-
to todos los trabajos que deben culminar con la Asamblea
Nacional Constituyente.
40 / vicente lombardo toledano

viva méxico
México, D. F., 21 de abril de 1948 El Comité Nacional
Coordinador,
Lic. Alfredo Abitia Arzápalo; Agustín Acosta; Sergio
Aguirre; Agustín Alaniz; Lic. Ángel Alaniz Fuentes; Ing.
Ramón Alcorte Guerrero; José Alvarado; José Rogelio
Álvarez; Manuel Álvarez Z.; Salvador Amelio; Prof. Leopoldo
Ancona; Prof. Antonio Ancona Albertos; Ing. Guillermo
Anguiano; Lic. y Dip. Victoriano Anguiano; Roberto Araiz
Galindo; Francisco Arechandieta; Cap. Baldomero H.
Astudillo; Gabriel Avalos Quiroz; Helio Ayala; Francisco
Barrera; Miguel Barrera; Lic. Narciso Bassols; Alberto
Beltrán; Lic. Alberto Bremauntz; Arq. Raúl Cacho; Francisco
Canessi; Prof. Celerino Cano; Profa. Estela Carrasco; Rafael
Carrillo; Alberto J. Castro; José Cordero; Lic. Luis Córdoba;
René Óscar Cravioto; José Cortés Flores; Lic. Ricardo Cortés
Tamayo; Dr. Ismael Cosío Villegas; Miguel Covarrubias; Lic.
Agustín Cué Cánovas; Germán Cueto; Dr. Manuel Chavarría;
Roberto Chávez S.; Vidal Díaz Muñoz; Enrique Othón Díaz;
Rodolfo Dorantes; Francisco Díaz de León; Sen. Juan Manuel
Elizondo; Lic. Efraín Escamilla M.; Francisco Escalante;
Alonso Esparza Oteo; Félix Espejel Ontiveros; Gonzalo
Espinosa; Luis Fajardo; Ignacio Fernández Esperón; Ignacio
Ferniza; Gabriel Figueroa; Francisco F. Figueroa Mendoza;
Prof. Vicente Fuentes Díaz; Sigfredo Gallardo; Ing. Gustavo
Garmendia B.; Aurelio García; Carlos Ramón García; Ing.
Porfirio García de León; Prof. Manuel García Pérez; Francisco
de la Garza; Juan Gaytán; Juan Godínez; Femando Gómez;
Lic. Alejandro Gómez Arias; Rafael Gómez Ramos; Dr. José
Gómez Robleda; Francisco González; Manuel González;
Dr. Ignacio González Guzmán; Dr. Enrique González
Martínez; Arq. Enrique Guerrero; Abraham Gutiérrez;
Lauro F. Gutiérrez; Andrés Henestrosa; Rebeca Herrera;
Leopoldo Hernández Cuesta; Efraín Huerta; José Hernández;
Donaciano Jara; Lic. Enrique Jiménez; Julián Lara; Saúl Lara;
Wilebaldo Lara; Juan Manuel Lechuga Romo; Carlos Leduc;
Fernando Lescale; Salvador Laiza; Ing. Alejandro Lombardo
T.; Humberto Lombardo Toledano; Vicente Lombardo
asamblea constituyente /41

Toledano; Jacinto López; Guadalupe López; Francisco López


Cámara; Rafael López Malo; Lic. Arturo López Portillo;
Esperanza López Mateos; Juan Madrid; Prof. Rafael Mallén;
Prof. José Mancisidor; Ing. Manuel Marcué Pardiñas; Prof.
Rafael Martín del Campo; Guillermo Massieu; Lic. Florencio
Maya; Profa. Teodora Barrientos Vda.de Medrano; Leopoldo
Méndez; Lic. Miguel Mejía Fernández; Rafael Méndez Moreno;
Lic. Vicente Méndez Rostro; Miguel de Mendizábal; Nicandro
Mendoza; Teodoro Mendoza; J. Menchaca; Roberto Mercado
Fuentes; Ing. Manuel Meza; Agustín Millán; Dr. Alfonso
Millán; Hilario Miramontes Estrada; Hugo Mohedano;
Gracia Molina Vázquez; Ing. Alfonso Molina Villaseñor;
Felipe Montemayor; Roberto Montenegro; Ismael Mora;
Luis Murillo Acevedo; Enrique Navarro Palacios; Alejandro
Nieto; Carlos Noble; Salvador Novo; Ing. Ovidio R. Ocampo;
Dr. y Prof. Isaac Ochoterena; Lic. Carmen Otero y Gama;
Dr. Miguel Otero y Gama; Manuel O. Padrés; Lic. Aarón
Peláez; Lic. Moisés T. de la Peña; Miguel Pérez; Teresa Pomar;
Salvador Pruneda; Sen. Alfonso Palacios; Bibiano Puente;
Lic. María Teresa Puente; Alejandro Quintana; Prof. Miguel
A. Quintana; Lic. Ernesto Quiñónez; Prof. Rafael Ramírez;
Antonio Ramírez Laguna; Enrique Ramírez y Ramírez; Javier
Ramos Malzárraga; Rodolfo G. Ramírez; José Revueltas; Diego
Rivera; Fructuoso Rodríguez; Lic. Constanino Rodríguez C.;
Dra. Matilde Rodríguez Cabo; Alberto Rojas; Carlos Rojas
Juaneo; Alberto Romero Brooks; Diego M. Rosado; Fernando
Rosenzweig; Lic. José G. Saavedra; Dr. Enrique Sada Quiroga;
Dr. Mario Salazar Mallén; Eugenio Salazar; Dr. José Luis
Salinas Rivero; Prof. Enrique W. Sánchez; Irma Sánchez;
Prof. Modesto Sánchez; Manuel Santos García; Roberto de los
Santos; Leopoldo Saucedo Tinajero; Federico Silva; Gustavo
Solórzano; Rafael Sumanox; Mario Talavera; Luis Torres;
Ariel Tejera; Javier Tejera; Salvador Toscano; Elvira Trueba;
Alfonso Tovar; Concepción Vallarta; Lic. Octavio Véjar
Vázquez; Prof. Manuel Velázquez A.; Filiberto Velázquez
Trejo; Prof. Alfonso Villa Rojas; Dr. Federico Vlllaseñor; Lic.
Víctor Manuel Villaseñor; Luis Villoro; Eduardo Vite Flores;
Arq. Enrique Yáñez.
ASAMBLEA NACIONAL CONSTITUYENTE
DEL PARTIDO POPULAR
INFORME DEL COMITÉ NACIONAL COORDINADOR

compatriotas:
En nombre del Comité Nacional Coordinador del Partido
Popular en formación, tengo el honor y la satisfacción pro-
funda de rendir a esta asamblea soberana que va a crear el
Partido Popular en México, el informe acerca de las labores
preparatorias para esta reunión, y también algunas conside-
raciones políticas que consideramos importante hacer, no
solo para la debida orientación de los delegados de esta asam-
blea, sino también para el conocimiento de todo el pueblo de
México.
No he de referirme al planteamiento del Partido Popular
en su primera etapa, porque alguna vez el propio partido ha
de publicar sus anales y ha de hacer también un juicio de ca-
rácter crítico acerca del desarrollo de las ideas políticas en
México. Quiero comenzar el informe refiriéndome solo a los
antecedentes inmediatos, a los que dieron origen directo al
núcleo de hombres y mujeres que en la Ciudad de México se
constituyó para propalar la idea del Partido Popular, y para
invitar a los mexicanos a trabajar de acuerdo con ellos hasta
dar cima al empeño común.
El día 14 de mayo de 1947, después de haber auscultado
la opinión de muchas personas importantes de los diversos
sectores sociales de nuestro país, tuve yo el honor de lanzar
públicamente la idea, por primera vez, la idea concreta de la
necesidad de organizar en México el Partido Popular. Este
hecho se realizó la víspera de un viaje mío para Europa, y a
mi regreso, días después de hallarme en mi patria, el 18 de
agosto del propio año de 1947, hice un llamamiento público a
20 de junio de 1948, actas mecanografiadas, Fondo documental VLT del
CEFPSVLT.
asamblea constituyente /43

todos los trabajadores para que se aprestaran a luchar por la


organización del Partido Popular.
Recibidas numerosas respuestas afirmativas de toda la
república, continué al mismo tiempo invitando a muchas
personas de importancia, de diversos sectores sociales de
nuestro país, y a personas de diferentes clases sociales y de
actividades disímbolas radicadas en la capital de la repúbli-
ca, para que constituyéramos el punto de partida, la base, la
organización que habría de servir como la fuerza inicial para
llevar a cabo la creación del partido.
Después de varias semanas de una sistemática exposición
de mi parte, y de otros compañeros más que participaban
conmigo de la idea respecto de lo que deseábamos que fue-
se el Partido Popular, se fueron integrando a este propósito
numerosas personas de la condición y calidad que he men-
cionado. Así fue como ya el día 25 de septiembre de 1947, el
núcleo que habría de tener la responsabilidad de organizar
el partido se presentó ante la opinión del pueblo de México
en un manifiesto, explicando por qué razones se asociaban
personas de diferentes creencias, de distinta concepción
filosófica, para luchar en común, no solo por la creación
de un nuevo partido, ya que esto evidentemente no había
de ser una finalidad en sí misma, sino para crear el parti-
do como un medio para alcanzar los propósitos que en ese
manifiesto del 25 de septiembre se explicaba: la elevación
del nivel de vida del pueblo, el desarrollo económico del
país, la industrialización de México, la lucha por la emanci-
pación cabal de la nación mexicana, el establecimiento de
un auténtico, amplio y profundo régimen democrático en
nuestro país, y de nuestro empeño por contribuir a la paz
universal.
Estas ideas centrales y primeras nos sirvieron a través del
país para que no solo los que formamos el Comité Nacional
Coordinador, sino los que trabajaban en las provincias por la
misma idea, llegaran o hicieran llegar al pueblo nuestro empe-
ño. Llamamos al comité de México, integrado por alrededor
de doscientas personas, el Comité Nacional Coordinador.
44 / vicente lombardo toledano

En realidad se necesitaba, ya para el mes de septiembre de


1947, apenas un mes después del llamamiento que yo hiciera
a los trabajadores de mi país, coordinar, dar rumbo y preci-
sión a las labores que en favor del partido se estaban llevando
a cabo de una manera absolutamente espontánea.
Nunca en la historia política de México ha surgido un par-
tido como este, en cuanto se ha presentado ante la nación
en su gran simplicidad y en su profundidad grande al mismo
tiempo, los principios en los que el pueblo cree, y que hace
largo tiempo viene luchando por ver realizados. Coordinar
los grupos que empezaban a trabajar por su cuenta en favor
de la integración del partido, darles cohesión, disciplina, y al
mismo tiempo rumbos precisos, fue nuestra tarea.
El primero de octubre del mismo año de 1947, el Comité
Nacional Coordinador llevó a cabo su primera asamblea.
Eligió a su comité ejecutivo, y a la dirección política, que
debería tener las labores cotidianas bajo su directa respon-
sabilidad. Desde entonces nuestra labor ha sido empeñosa,
ardua, llena de complicaciones, pero no ha habido un solo día,
un solo instante en que los miembros del Comité Nacional
Coordinador hayan desmayado.
Es también importante subrayar el hecho de que en un
conjunto tan heterogéneo, tan disímbolo, tan rico, integrado
por personas que no solamente discrepaban desde el punto
de vista de ideas filosóficas o de creencias, sino que hasta en
alguna época habían chocado públicamente por razones de
principios, no haya habido hasta hoy, desde que el Comité
Nacional Coordinador queda organizado, ni una sola baja, ni
un solo desistimiento, ni un solo caso de abandono del núcleo
formado para organizar el partido.
Sólo allá, un día después, o dos, una semana, a partir
del día en que apareció el Manifiesto del Comité Nacional
Coordinador una persona, públicamente y sin dirigirse a
nosotros, expresó que se le había engañado y que se había
tomado su nombre sin autorización, porque él esperaba un
partido de un tipo diferente, y urna persona más, de una ma-
nera muy responsable, nos expresó que, dada su edad —se
asamblea constituyente /45

trataba de un anciano— lo borrásemos de la lista, a pesar de


que él había dado su consentimiento. Pero ni un solo elemen-
to del Comité Nacional Coordinador ha negado su concurso a
esta labor, y cada uno ha hecho lo que ha podido en su esfera
de acción y de acuerdo con sus actividades.
Los trabajos para organizar el partido han sido principal-
mente los que siguen: en primer lugar, declaramos constituido
el comité en un manifiesto dirigido al pueblo mexicano. En
él reiterábamos lo que habíamos dicho al surgir este empeño
importante, y sabíamos que las labores deberían organizarse
en cada entidad de la república, a semejanza de la integración
del propio Comité Nacional Coordinador.
El día 25 de septiembre de 1947 nuestro manifiesto expo-
nía así, de un modo amplio, nuestros principios, y exhortaba
una vez más al pueblo de México a sumarse a nuestra labor,
para llevar hasta el último extremo de la república, no solo
las ideas del Comité Nacional Coordinador, sino también los
informes respecto de cómo el partido surgía en todas partes.
Se publicaron veintidós números de un mural semanario
de veinte mil ejemplares cada uno, para mantener a la opi-
nión pública constantemente enterada.
Y después, como un acto fundamental de esta labor pre-
paratoria de organización, el Comité Nacional Coordinador
planeó una gira de algunos de sus miembros a través del
país. Visitamos los estados de Nuevo León, Sonora, Sinaloa,
Michoacán, Jalisco, Tamaulipas, Aguascalientes y Veracruz.
Solamente en estos estados tuvimos noventa mil oyentes
que simpatizaban con la idea del Partido Popular. Por des-
gracia, no fue posible a los miembros del Comité Nacional
Coordinador visitar otras entidades de la república, porque
la labor de organización del partido no tiene límite ni fecha,
y queda siempre abierta, y es permanente, en tanto que la
Ley Electoral de Poderes Federales nos apremiaba con sus
plazos precisos para organizar el partido de acuerdo con sus
disposiciones. Por eso fue necesario suspender la gira de
propaganda en favor del Partido Popular, para dedicamos
de una manera concreta y casi exclusivamente, a registrar a
46 / vicente lombardo toledano

los simpatizantes del Partido Popular ante los notarios pú-


blicos, dando cumplimiento a la Ley Electoral de Poderes
Federales.
Para esto fue necesario emprender una campaña para re-
unir fondos.
A reserva de que la Comisión de Finanzas del Comité
Nacional Coordinador le entregue las cuentas detalladas a la
directiva del partido, cuando esta se elija mañana, yo quiero
decir que hemos reunido, desde que comenzamos a luchar
por la organización del Partido Popular, alrededor de cuatro-
cientos mil pesos, y que de esta cantidad, excepto cincuenta
mil pesos que todavía debemos, porque son prestamos que
hemos logrado, trescientos cincuenta mil pesos recibimos
por conducto de dádivas fundamentalmente de los trabajado-
res y de industriales progresistas de México.
No hemos recibido un solo centavo del gobierno, ni tam-
poco hemos recibido, por supuesto, ninguna ayuda del
extranjero; tampoco, por supuesto, hemos recibido dinero de
las fuerzas reaccionarias de nuestro país. La clase campesi-
na y la clase obrera nos han ayudado con sus centavos. Los
industriales con sentimiento patriótico nos han dado dinero
también, para que nosotros pudiésemos dar cima a esta em-
presa trascendental.
Esto demuestra que es falso de falsedad decir que en nues-
tro país no pueda hacerse un partido y mantenerlo; que es
mentira que solo el poder público pueda guiar la conciencia
ciudadana, y esto es prueba también de que, en consecuen-
cia, el pueblo mexicano tiene una conciencia ya madura y
que es capaz de articular y de crear sus propios elementos
de lucha.
Hasta estos momentos tenemos creados comités estatales
provisionales en veintisiete entidades de la república: Baja
California, Distritos Norte y Sur; Sonora, Sinaloa, Jalisco,
Colima, Michoacán, Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Chihuahua,
Coahuila, Zacatecas, Durango, Aguascalientes, Guanajuato,
Tlaxcala, México, Hidalgo, Puebla, Distrito Federal, Yucatán,
Campeche, Veracruz, Tamaulipas y Nuevo León.
asamblea constituyente /47

Sí. Es una omisión de mi parte: Morelos también tiene su


comité estatal, y a los compañeros de Morelos les ruego que
me excusen.
Hemos cumplido, en consecuencia, con los requisitos
que establecen los artículos 24 y 28 de la Ley Electoral de
Poderes Federales, y estamos en posibilidad legal para recla-
mar que el Partido Popular sea registrado por la Secretaría de
Gobernación como un nuevo partido en las luchas cívicas del
pueblo mexicano.
Tan pronto como esta Asamblea Nacional Constituyente
del partido concluya, la directiva ha de entregar a la Secretaría
de Gobernación los documentos que prueben que hemos
cumplido con creces los requisitos de todo carácter que la
ley exige, solo que los miembros del Partido Popular que apa-
recen en las actas notariales no son, por supuesto, todos los
miembros del Partido Popular. Por lo que he de decir adelan-
te, no pudimos disponer de medios, ni conseguir tampoco
que los notarios, en su mayoría, registraran a todos nues-
tros miembros afiliados al partido. Por eso en las actas hay
siempre de un modo casi invariable más personas, más ciuda-
danos: mil doscientos, dos mil ciudadanos nada más. Pero la
asamblea, cuando el día de mañana escuche el breve informe
que cada una de las delegaciones debe rendir aquí, acerca del
número de miembros afiliados al Partido Popular, compro-
bará que en la república hay muchas veces más miembros de
nuestro partido que la cantidad que señalan las actas notaria-
les, que arroja este registro de carácter puramente formulista.
Consultado por la dirección política de nuestro partido en
formación el dato, la opinión de los diversos comités estatales
acerca del número de miembros ya afiliados a nuestro parti-
do, puedo declarar, con satisfacción ante esta asamblea, que
el Partido Popular nace en México con 358 000 miembros.
Hemos tropezado para llegar hasta esta asamblea con nu-
merosas dificultades. Sabíamos bien, por supuesto, desde que
iniciamos la lucha por organizar el partido, que en donde
quiera habrían de brotar los obstáculos, y que muchos ha-
brían de ser nuestros enemigos. ¿Por qué? Porque la aparición
48 / vicente lombardo toledano

del Partido Popular iba a representar en México un cambio


profundo en la correlación de las fuerzas organizadas para
intervenir en la vida pública de la nación, y este hecho tenía
que provocar de una manera inevitable agresiones de todo
tipo en contra de los que íbamos a trabajar por la organiza-
ción del partido.
Lo que he de informar ahora con relación a los obstáculos,
no tiene el carácter de una lamentación; tiene simplemen-
te el carácter de un obligado informe del Comité Nacional
Coordinador para la Asamblea Constituyente del Partido
Popular, y también tiene el carácter de un informe que pro-
porciona a la opinión toda del pueblo de México.
Juzgando los obstáculos que en nuestra ruta, que en nuestra
senda se han levantado, valorando, clasificando los tropiezos
que hemos tenido, yo digo que si bien de parte del gobier-
no federal, y particularmente el presidente de la república,
licenciado Miguel Alemán, no hemos tenido ningún obstácu-
lo; en cambio, de las autoridades de los estados, tanto de los
gobernadores cuanto de los alcaldes y de políticos provincia-
nos, hemos tenido dificultades de todo tipo.
El presidente de la república recibió a la Dirección Política
del Comité Nacional Coordinador, y declaró, como el pueblo
mexicano todo quedó enterado, que veía con simpatía el sur-
gimiento de grupos independientes en México, porque solo
así, mediante la organización libre y espontánea de los ciuda-
danos, podría la democracia mexicana descansar sobre bases
sólidas, y después de esta declaración hecha ante nosotros,
en diferentes ocasiones el primer mandatario del país tam-
bién reiteró su postura de respetar el libre ejercicio de los
derechos ciudadanos. Pero, en cambio, en los estados hemos
tropezado con muchas dificultades. Muchas veces se nos pre-
guntó por miembros del Partido Popular durante nuestra gira
cómo poder explicar que el presidente de la república, que en
el país tiene un mando tan importante y una autoridad casi
decisiva, mantuviera esta conducta respecto a la libertad po-
lítica, en tanto que las autoridades locales, que siempre están
pendientes de la opinión del gobierno federal, obstaculizaron
asamblea constituyente /49

de una manera clara, abierta y franca a la organización del


Partido Popular.
“¿No habrá —nos preguntaban— un juego sucio consisten-
te en que mientras el presidente de la república se presenta
como una autoridad serena y respetuosa de la ley, instruye de
un modo hipócrita a las autoridades locales para que levanten
obstáculos al Partido Popular y persigan a sus simpatizantes?”
Nuestra respuesta fue siempre la misma, y es necesario
que ahora yo la dé aquí también, a título de un comentario:
en México, a lo largo de más de un siglo de nuestra evolución
histórica, ha habido de una manera constante una lucha entre
el poder central de la nación y el poder de los caciques loca-
les, pugna a veces clara y precisa, a veces sorda, controversia
turbia que aflora y a veces se sumerge, pero no ha habido un
solo periodo de nuestra historia en que no se haya presentado
de mil maneras esta pugna tradicional entre el poder federal
y los poderes de los estados. Así se explica que, consumada la
independencia nacional en 1821, el primer problema políti-
co central que se presentó a México fue el problema de saber
si podríamos armonizar la vida nacional de acuerdo con un
gobierno que sin descuidar las características de las provin-
cias pudiera, sin embargo, conducir a la nación de acuerdo
con determinados principios que habrían de ser, por supues-
to, progresivos.
Desde entonces la pugna se ha mantenido, y tratándose de
intereses políticos de una manera particular, aun cuando en
los grandes problemas de carácter general para México, los
caciques locales no se atrevan nunca, sino por excepción, a
levantarse contra la opinión del jefe del gobierno nacional,
pero tratándose de los intereses locales las autoridades de las
provincias pretenden ser autoridades omnímodas, absolutas.
Esta situación del caciquismo a través de la historia de
México, no solo prevalece sino que en el caso concreto de la
organización de nuestro partido, ha desempeñado un papel
de importancia. No podemos afirmar que todos los goberna-
dores de los estados han puesto obstáculos a la organización
de nuestro partido, porque sería esto una mentira; ha habido
50 / vicente lombardo toledano

gobernadores respetuosos, ha habido gobernadores, diría-


mos neutrales, pero la mayoría de ellos no han visto con
simpatía el nacimiento del Partido Popular y no es verdad
que no hayan visto con simpatía el nacimiento del Partido
Popular porque ellos como personas, como ciudadanos, es-
tén afiliados al Partido Revolucionario Institucional, al pri,
sino porque no están dispuestos a aceptar que surjan fuerzas
independientes de su autoridad en el territorio de su manda-
to o de su circunscripción, y si son partidarios del pri es con
la condición de que los comités del pri los nombren ellos, los
manejan ellos y les permitan simular la voluntad popular a
través del criterio del partido oficial.
No he de hacer mención, por supuesto, de todos los inciden-
tes presentados en cada entidad de la república. En general
los obstáculos para frustrar las asambleas cívicas en las que
debía ser registrado el partido han sido los procedimien-
tos ya conocidos de todos los mexicanos, y que caracterizan
con vergüenza la llamada política mexicana que el Partido
Popular ha de limpiar para siempre y ha de desterrar para
siempre.
Casi en todas partes la policía prohibió a los miembros del
partido la fijación de carteles del Partido Popular. En algu-
nas entidades fueron encarcelados los directores del Partido
Popular por fijar personalmente la propaganda del partido.
En algunos estados la policía se encargó, a la vez, de fijar la
propaganda en contra del Partido Popular y de impedir la
fijación de la propaganda de nuestro partido. En muchas par-
tes se prohibió por la policía la circulación de camiones y de
vehículos que transportaban a los representantes del parti-
do para los actos cívicos, con el procedimiento primitivo e
imbécil de que no llevaba botiquín el camión, de que esta-
ba infringiendo el inciso h del artículo 44 del Reglamento de
Tránsito, consistente en que el chofer no había sido reconoci-
do por el médico residente para ver si estaba en condiciones
biológicas de manejar, etcétera.
En otros casos se nos negó el uso de un local público, de
un sitio abierto para llevar a cabo nuestras asambleas. En
asamblea constituyente /51

Michoacán, por ejemplo, el presidente municipal de la ciudad


de Morelia por escrito declaró no podía el Partido Popular
realizar su mitin en una plaza del centro de la ciudad, porque
se maltrataría el prado que a lo sumo tendrá veinte metros
cuadrados. En cambio, un mes antes había celebrado Acción
Nacional su acto cívico en ese mismo sitio, y no hubo obstá-
culos entonces. Naturalmente, nosotros hicimos ahí el acto
cívico, en la plaza de Morelia.
En Uruapan, el presidente municipal había negado o negó
el uso de un jardín que convenía para la manifestación del
partido, porque ya el pri tenía la concesión de usar ese lo-
cal para siempre en actos de carácter cultural que nunca ha
realizado.
En otros lugares la inventiva fue un poco mejor, subió de
estatura y se acogió el expediente más o menos alambicado
para entorpecer nuestros trabajos. Hubo gobernador, y no
diré su nombre porque no vale la pena, ya en su oportunidad,
si las cosas siguieran, el partido se encargará de decir quién
es y de luchar abiertamente contra él como merece. Hubo go-
bernador que le pidiera al comandante militar de la plaza que
enviara a la estación del ferrocarril y a las puertas de la ciudad
piquetes de soldados, con el objeto de catear, tres días antes
de la asamblea del Partido Popular, a todas las personas que
entraran a la ciudad, porque temía que el Partido Popular to-
mara a sangre y fuego el Palacio de Gobierno. Naturalmente,
el comandante militar le dijo que él no se prestaba para violar
la Constitución de la república.
En muchos lugares los gobiernos han llamado a los líderes
campesinos y obreros y les han dicho, dizque confidencial-
mente, muy en reserva, para que no se divulgue el dato, pero
para que se saque la consecuencia de la información, que el
que esté en un partido que no sea el pri se convertirá automá-
ticamente en enemigo del señor presidente Miguel Alemán.
No sé de un solo caso en que un campesino o un obrero se
hayan intimidado con esta clase de informes confidencia-
les, pero en cambio sí sé de muchos empleados de gobiernos
locales que por no haber querido atender la sugestión de
52 / vicente lombardo toledano

los gobernadores o de los alcaldes, fueron cesados en sus


empleos. Y en algunos sitios, como en Veracruz, particular-
mente en Tlacotalpan y en los Tuxtlas, nuestros compañeros
fueron encerrados en la cárcel por el delito de hacer propa-
ganda en favor del Partido Popular. En Coahuila, antes de que
el actual gobernador del estado, el licenciado López Sánchez,
tomara posesión, parecía imposible llevar a cabo el acto cí-
vico indispensable para registrar el partido. El alcalde de la
ciudad de Torreón prohibió la propaganda —ya la había pro-
hibido siempre— y el doctor Sada Quiroga, que está aquí en la
asamblea, también fue a la cárcel; prohibió que circularan el
día del acto cívico los camiones que venían de distintos luga-
res a la ciudad de Torreón. En fin, hasta acudió al consejo del
jefe de las operaciones militares para que se negara el permi-
so y se prohibiera mediante la violencia, si fuere necesario,
la realización del acto, del mitin del partido. Pero se cumplió,
se llevó a cabo, por supuesto, el acto, y el pueblo respondió,
como en todo el país ha respondido, de un modo espléndido.
La autoridad militar no solo no estuvo de acuerdo con la al-
caldada de la autoridad local, sino que se opuso abiertamente
y exigió respeto a la Constitución de la república.
En Nayarit hemos tropezado con toda clase de dificulta-
des. El gobernador del estado ha reivindicado el viejo lema
de Porfirio Díaz de “poca política y mucha administración” y
declaró que allá nadie se interesa en la política. Que ocho días
antes de que se realicen las elecciones municipales en todo el
estado no había candidatos, porque al pueblo le tiene a él tan-
ta confianza que está esperando que le señale a los miembros
del ayuntamiento en toda la entidad; que el pueblo de Nayarit
no le importa la política; que allá no prospera ningún parti-
do que sea, ni revolucionario ni reaccionario, porque la gente
está dedicada con tanto empeño al trabajo productivo, que
no quiere que se perturbe ni un solo segundo su tarea cons-
tructiva, y que por esa razón todos los que allá vayan con el
ánimo de hacer partidos políticos tendrán que salirse aver-
gonzados, apenados de haber fracasado y, al mismo tiempo,
satisfechos de ver una entidad modelo en la república, que
asamblea constituyente /53

puede ser también ejemplo de democracia para cualquier


país de la Tierra.
En Aguascalientes, el gobernador pidió que el organiza-
dor de nuestro partido, el compañero Juan Manuel Lechuga,
fuera cesado de su empleo. Era un empleado federal, por de-
dicarse a “actividades subversivas”, y después de una serie de
enredos que no vale la pena mencionar, optó el compañero
Lechuga porque lo indemnizaran, como si hubiera cometido
un delito, al salir él de su empleo para poder continuar en la
tarea que le habíamos encomendado.
Ha habido a este respecto actos que el Partido Popular en su
asamblea constitutiva debe saber: los trabajadores, que como
todos los que no tienen más recursos que su esfuerzo intelec-
tual y físico para vivir y para mantener a su familia, cuando
pierden su empleo saben bien que van a pasar una etapa muy
difícil, han preferido, por una alta conciencia ciudadana, con
un profundo sentido revolucionario y de patriotas, ser cesa-
dos a desistir de su empeño de luchar por crear el Partido
Popular.
Uno de estos casos que la asamblea nacional del partido
debe conocer, porque es una forma de honrar a estos hombres,
a estos mexicanos, es el caso del compañero Rafael Méndez
Moreno: veintiocho años de servicios en los Telégrafos
Nacionales, jefe de la oficina de los Telégrafos Nacionales en
la ciudad de Tepic, sin haber faltado en los veinte y tantos años
un solo día a su trabajo, sin haber disfrutado de vacaciones
durante todos estos años jamás, ni por causas de enferme-
dad, ha sido enviado a un lugar insalubre, al otro extremo de
la república, por haberse negado a ceder en su empeño de lu-
char por la organización del Partido Popular en el estado de
Nayarit.
Otro aspecto de estas dificultades ha sido el de los notarios.
En muchos lugares de la república los notarios son miem-
bros del Partido Acción Nacional o de la Unión Nacional
Sinarquista, y encuentran pretextos a montones para negar-
se a registrar los actos cívicos de nuestro partido, pero en
cambio sin actos cívicos han registrado a los sinarquistas y
54 / vicente lombardo toledano

a los miembros de Acción Nacional, y en donde algunos no-


tarios no toman la iniciativa por razones políticas en contra
nuestra, han recibido la consigna de los gobernadores o de las
autoridades locales para no cumplir con su deber. Ha habido
notario que no se niega, pero cobra por ejemplo diez mil pe-
sos por el acto, diciendo que es muy difícil, muy complicado,
muy laborioso el trabajo de ir asentando en el protocolo los
nombres de los ciudadanos que desean ingresar en el Partido
Popular.
Ha habido, en cambio, notarios que han cumplido con su
deber, respetuosos de la ley y de sus obligaciones y ha ha-
bido también notarios que en el momento de la asamblea
cívica del Partido Popular que ellos iban a registrar, cuando
la dirección del partido ha solicitado la cooperación de los
presentes, la cooperación económica para reunir los fondos
necesarios para pagarle al notario, el propio notario ha dado
su contribución. Y ha habido notarios que no han cobrado un
solo centavo por registrar al Partido Popular.
En el caso de los notarios ha habido casos hasta chue-
cos, como en Campeche. El notario se puso de acuerdo con
el comité del partido, exigió dinero por delante, se le entre-
gó, otorgó el recibo que está en nuestro poder, y el día de
la asamblea se escondió y hasta ahora no aparece. Y el de
Tlaxcala, quizás sea el caso más gracioso, diría yo, porque
convenido con el comité del partido en Tlaxcala, arreglado
todo para el acto cívico, que se llevó a cabo en Calpulalpan,
una asamblea estupenda, en su mayoría con campesinos que
constituyen la población de la entidad, el gobernador del
estado se trasladó a Calpulalpan a hacer una visita que coin-
cidía con el acto cívico de nuestro partido. No apareció, es
verdad, en la asamblea nuestra. Hubiera sido demasiado ho-
nor para nosotros, pero en cambio los diputados locales sí
fueron a la asamblea para exigirle al notario delante de nues-
tros propios partidarios que se saliera de la asamblea y que
por ningún motivo levantara el acta, y se espantó tanto que
hasta ahora no es posible que dé el acta de un acto que se rea-
lizó y que él certificó.
asamblea constituyente /55

En fin, no quiero seguir cansando la atención de ustedes,


pero quiero mencionar el caso de Guanajuato. Es quizá el
caso más escandaloso realizado hasta hoy en este capítulo de
persecuciones a nuestro partido. Se llevó a cabo en Irapuato
una asamblea magnífica que ha tenido enorme repercusión
en el estado de Guanajuato y que la tendrá mayor todavía en
el porvenir inmediato. La asamblea, de más de tres mil ciu-
dadanos, y como no fue posible que fracasáramos a pesar
de una serie de triquiñuelas que se pusieron en práctica por
las autoridades locales para evitar la reunión, fue disuelta la
asamblea por la policía mediante la violencia, y el compañe-
ro Víctor Manuel Villaseñor y el compañero Enrique Navarro
Palacios fueron encarcelados.
Pero hay otro aspecto quizá más importante que el de las
persecuciones de este tipo al Partido Popular. Un aspecto
sobre el cual yo deseo llamar la atención de un modo parti-
cular, porque tiene realmente importancia y es la conexión,
la alianza visible, actuante, enfática, en muchos casos, no en
todos, en algunos lugares del país, entre los políticos profe-
sionales, las autoridades locales y el clero católico-político.
En Oaxaca, por ejemplo, ocho días antes de que se realizara
el mitin, el cura de la catedral estuvo incitando al pueblo para
que no asistiera al acto del Partido Popular, inclusive para
que se organizaran en grupos, particularmente de mujeres,
que mediante la violencia disolvieran la asamblea del Partido
Popular. Y allí mismo en Oaxaca, los mismos que fijaban car-
teles del pri diciendo “Viva el pri” y “Abajo el comunismo”,
fijaban también la propaganda de Acción Nacional y de la
Unión Nacional Sinarquista.
En muchos estados de la república, esta alianza objetiva en-
tre elementos de la política profesional y el clero político ha
sido un hecho que debe ser meditado, ahora mismo, no solo
ahora, sino siempre, por los miembros del Partido Popular
como ha de verse mañana cuando se conozca el programa
del Partido Popular, ya aprobado en la Asamblea Nacional de
Programa, que será puesto a la consideración final de esta
Asamblea Constituyente.
56 / vicente lombardo toledano

Cuando se vea cuál es el contenido de nuestro programa, se


habrá de advertir que el Partido Popular reitera lealmente, sin-
ceramente, categóricamente, su postura de respeto absoluto a
las creencias religiosas, su profundo respeto a las asociacio-
nes religiosas que cumplan sus fines legítimos, pero también
se advertirá que nos proponemos que las autoridades, y sobre
todo el gobierno de la nación, hagan cumplir la Constitución
de la república, para que no se siga violando y para tratar de
impedir que ingresen ya de una manera franca y abierta en
la política nacional ministros de la Iglesia católica o de algún
otro culto. Pero independientemente de este aspecto del pro-
blema, lo interesante es ver las consecuencias, la alianza, y yo
declaro que si las autoridades de los estados hubieran dado
al Partido Popular las facilidades que se han dado a los si-
narquistas y a los miembros del Partido Acción Nacional, no
habríamos tenido un solo obstáculo en ningún lugar del país,
porque en ningún lugar del país tienen obstáculos los miem-
bros de Acción Nacional y los miembros de la Unión Nacional
Sinarquista. Por el contrario, hay autoridades que están ayu-
dando a la Unión Nacional Sinarquista y al Partido Acción
Nacional, y se llaman revolucionarias esas autoridades.
Puedo entonces declarar que el Partido Popular nace hoy,
20 de junio de 1948, en este lugar que será histórico por eso
mismo, supuesto que hemos cumplido con los requisitos de la
ley y hemos cumplido, sobre todo, más que con los requisitos
formales con creces, los requisitos que queríamos ver reali-
zados alguna vez en México: el requisito democrático de que
hubiera un partido que naciera de la entraña del pueblo y que
reflejara, tradujera y representara el verdadero sentimiento
popular, naciendo para actuar en el escenario de la patria.
Si nuestro partido no es un partido todavía grande, enor-
me, de masas, un partido con grandes recursos, con una
organización perfecta, es porque es muy difícil crear un par-
tido con atributos que solo corresponden a la madurez de la
vida de cualquier institución. No tenemos sino recursos exi-
guos, no tenemos sino libertad dentro del ambiente nacional,
pero hemos obtenido la cooperación tropezando con dificul-
asamblea constituyente /57

tades en todos lados. Así ha nacido el Partido Popular. Nace


como el pueblo mexicano es: perseguido y pobre, pero re-
suelto, con convicción férrea de limpiar la patria y al mismo
tiempo de liberarla.
Así nace. Así han nacido las grandes causas en nuestra
historia. Así han surgido los movimientos que han transfor-
mado la vida de nuestro país en diversas épocas de nuestra
evolución histórica. Qué mal hubiera sido que las gentes se
hubieran precipitado a afiliarse al Partido Popular creyendo
que nuestra organización habría de llenarlas de recompen-
sas inmediatamente. No hay un solo miembro del Partido
Popular en la república que haya venido a nosotros pensando
que va a llenarse de beneficios. Esta asamblea es una prueba
de ello. Por la primera vez, por la primera vez, por la primera
vez en la historia política de México se hace una asamblea na-
cional representativa de veras como esta, sin haber dado un
solo centavo a los delegados.
Aquí están los yucatecos, los chiapanecos, los bajacalifo-
mianos, los sonorenses, los de las entidades más lejanas de la
metrópoli lo mismo que los delegados del partido en la Ciudad
de México, del estado de Hidalgo, del estado de Puebla, de
estados cercanos a la capital. Esto debe llenamos de orgullo
no solo como miembros del Partido Popular, como construc-
tores de nuestro gran partido, sino como mexicanos, como
mexicanos.
Cuando yo comenzaba a hablar a algunos de mis amigos
acerca de la conveniencia de hacer un Partido Popular in-
dependiente del Estado me preguntaban: pero compañero,
¿cómo es posible que usted piense en crear un partido si no
tenemos recursos? ¿En dónde está el dinero para hacerlo? Y
yo le respondía siempre: el pueblo nunca da dinero para ma-
las causas, jamás da dinero cuando sabe que no se emplea
bien, pero yo tengo una experiencia muchas veces proba-
da, que cuando el pueblo siente que el dinero que da se va a
emplear bien, o cuando se hace un sacrificio para mejorar al
pueblo mismo, las masas populares siempre están en el sitio
de vanguardia.
58 / vicente lombardo toledano

Habrá muchos campesinos que no pagan su cuota a su or-


ganización porque saben que tienen líderes ladrones que se
quedan con las cuotas; habrá muchos obreros también que no
pagan sus cuotas a su organización porque saben que sus “sal-
vadores” van a aprovechar la contribución de la masa. Habrá
también muchos hombres que, no siendo asalariados, profe-
sionales, intelectuales, artistas, hombres de ciencia, no den
su cooperación para ninguna obra de carácter político, por-
que el simple término de “política” les produce náuseas, pero
todos, cuando han sentido que se levanta de veras un instru-
mento cívico nuevo, con las finalidades que hemos explicado
tantas veces y que ya han llegado a imprimir la conciencia del
pueblo, entonces lo mismo responde un campesino humilde
y pobre, que un obrero de base, que responde un hombre sin-
cero, dedicado al laboratorio, o un gran artista que han tenido
preocupaciones de esa índole, y esta asamblea, integrada por
campesinos, por obreros, por artesanos, por estudiantes, por
hombres de ciencia, por profesionales, por industriales en
pequeño y comerciantes, por mujeres y hombres, esta orga-
nización es la mejor demostración de que es posible contar
con el apoyo económico y la decisión del pueblo, construir
con independencia un instrumento enorme como el Partido
Popular, cuando hay una línea legítima y un programa que
está por encima de sectarismos, de facciones, de intereses in-
dividuales, y que solo se orienta a servir a la patria.
No podría expresar de otro modo el hecho de que hombres
y mujeres que jamás en su vida habían participado en políti-
ca ni circunstancialmente, ahora no solo están con el Partido
Popular, sino que están a la cabeza del Partido Popular.
Yo quiero rendir un homenaje público a estas personas
ilustres, a estas personas que nunca se sintieron atraídas
hacia la lucha política en nuestro país, pero que por la pri-
mera ocasión ahora, no solo dicen simpatizar con la idea del
Partido Popular, sino nos han dicho: si nuestro nombre, si
nuestra obra, si nuestra personalidad puede servir como una
demostración de la unidad de la gente más desinteresada de
México, ustedes están autorizados para presentar nuestro
asamblea constituyente /59

nombre siempre que el Partido Popular tenga qué luchar en


favor de sus principios.
Quiero también rendir homenaje a la gente más abnegada
de nuestro pueblo, a la más sufrida de nuestro pueblo. Esas
que no obstante vivir casi en la miseria, y no obstante ha-
ber recibido de un modo casi sistemático golpes y golpes y
golpes de todo carácter, materiales y morales, y que parecen
indiferentes ya a las luchas populares, cuando escucharon
de nosotros por qué era necesario crear un nuevo partido
político en México, se llenaron de alegría e hicieron esfuer-
zos extraordinarios por asistir a los actos cívicos, y son los
mejores propagandistas del Partido Popular a través de la
república. Esta gente humilde, campesinos que han pasa-
do largos años, amargos, asediados constantemente por las
“guardias blancas”, que han visto caer uno a uno a sus mejores
líderes, ahorcados muchos de ellos en los árboles, asesinados
en encrucijadas y en celadas traicioneras, como los campesi-
nos del sur de Sinaloa, los de la región que tiene como núcleo
El Roble, esos hombres humildes del pueblo, que han pasa-
do lo indecible bajo las “guardias blancas” del Gitano y el
Culiche, y una serie de bandidos profesionales solapados por
los viejos terratenientes y por los políticos corrompidos, han
sido los primeros soldados registrados en el Partido Popular,
y aquí tenemos a sus mejores líderes, que son líderes, no solo
de los campesinos del sur de Sinaloa, sino que son líderes de
toda la clase campesina del país.
Y también con emoción profunda quiero rendir homena-
je a los líderes puros del movimiento obrero. No todo está
podrido en el movimiento obrero. La masa nunca se pudre,
jamás, jamás, como los metales que no se oxidan, jamás se
pudre la humanidad. Se pudren individualmente los traido-
res, los tránsfugas, los bandidos, los cobardes, los hipócritas,
pero la masa no se pudre. Tampoco se pudren, por ventura,
los líderes honestos. ¡Qué sería un país, un pueblo, sin con-
ductores! La reacción quiere siempre que se suprima a los
líderes del pueblo, pero nunca habla de suprimir sus propios
líderes, porque sabe que sin conductores que representen de
60 / vicente lombardo toledano

un modo leal, honesto y limpio a la masa, no hay posibilidad


de conducir debidamente en la historia a las organizaciones
humanas.
La crisis que padece el movimiento obrero alcanza a to-
das las centrales en la actualidad, pero ya está apareciendo,
gracias al espíritu férreo de unidad, a la conciencia de aso-
ciación que nadie podrá destruir, una nueva central obrera y
campesina, pero independientemente de ello, cuando fueron
puestos a optar, no solo la masa trabajadora, sino los líderes
limpios de la clase proletaria, entre sumarse a la prevarica-
ción, a la cobardía, o sumarse a la condición de militantes de
la clase obrera y también a su deber de ciudadanos, estos líde-
res de la clase obrera en todo el país se apresuraron a afiliarse
al Partido Popular, y ahora son también sus mejores conduc-
tores, y aquí están en la asamblea.
He de rendir homenaje a las mujeres que están trabajan-
do por nuestro partido. No son pocas, son muchas a través
del país. Mañana, organizadas, serán miles y miles y miles, y
yo espero que en poco tiempo, en dos o tres años, el Partido
Popular tendrá tantas mujeres como hombres en sus filas, y
que nosotros seremos, habremos de ser, el instrumento más
poderoso para poder lograr la reforma constitucional a fin de
otorgarles la plenitud de derechos cívicos a las mujeres.
Quiero, por último, rendir homenaje a la juventud, a la ju-
ventud del partido. Uno de los primeros grupos que brotó
—esa es la expresión correcta— que brotó espontáneamen-
te para trabajar por el partido, con espíritu juvenil auténtico,
con limpieza, sin picardía, sin pensamientos de corrupción
prematura política, fue la juventud de la Ciudad de México.
Por primera vez también los mejores estudiantes, los
más brillantes, los más inteligentes, los más estudiosos de
las facultades de la Universidad Nacional Autónoma, del
Instituto Politécnico Nacional y de otros establecimientos
de enseñanza superior y, claro, de la Universidad Obrera
de México, por primera vez se asociaron y comenzaron a
trabajar por interesar de una manera seria a la juventud de
nuestro país.
asamblea constituyente /61

Yo sé muy bien que si el Partido Popular ha de ser gran-


de, como ha de serlo, entre otras cosas ocurrirá esto porque
tendrá organizada a la juventud de nuestro país, en todas las
clases sociales, y por primera vez, bajo la dirección y la protec-
ción moral del Partido Popular, los jóvenes de México podrán
ingresar en una organización propia, con reglas propias, con
finalidades propias, sin riesgo de corrupción política, al ser-
vicio de intereses suyos y de la patria mexicana.
De este modo hemos llegado ya al fin que nos proponía-
mos alcanzar en esta etapa primera de la organización del
partido. Pero la organización que vamos a seguir en esta
asamblea nacional será la organización legal solamente, el
registro del partido, la facultad para poder actuar pública-
mente. La organización no ha comenzado todavía, y antes de
que esta asamblea se clausure habremos de decir a ese res-
pecto muchas cosas precisas, para que los delegados lleven
la orientación necesaria a sus pueblos, a sus ciudades en todo
el país.
Debemos de estar satisfechos porque hemos dado cima a
esta obra grande para la patria. Los que formamos el Comité
Nacional Coordinador nos encontramos embargados de júbi-
lo y de emoción profunda. Imaginamos que ese será el estado
de ánimo de todos los delegados. Estamos construyendo un
instrumento que habrá de servir para hacer una patria nue-
va. Y esto es tarea que solo a los grandes, a los grandes se
les puede ocurrir, y que solo los grandes pueden realizar.
Nosotros somos los grandes de México. No grandes en el
sentido literal de la palabra, ni en el sentido figurado, ni en
el sentido de alcurnia legítima o discutible, o inaceptable, de
los regímenes políticos del pasado, sino grandes en el senti-
do de que estamos henchidos con la grandeza de México, con
el orgullo de México, con el honor de México, con el alma de
México.
Muchos no creyeron que fuese posible la organización del
Partido Popular. Ahora que han visto que no solo ha sido
posible, sino que se ha realizado de un modo magnífico, mul-
tiplicarán sus ataques contra nuestra institución nacida, pero
62 / vicente lombardo toledano

no debe eso arredramos. Han tratado de confundir al pueblo


diciéndole que somos un instrumento de Moscú, un partido
comunista, una partida de conspiradores o de tránsfugas o
de gente que en la sombra, y amparada solo por la libertad
de que se disfruta en nuestro país, tratamos de hacer ma-
les mayores y de muerte si es posible, a la patria. Todo lo
que ustedes han escuchado y leído. La campaña anticomu-
nista ha tenido como blanco central en México al Partido
Popular en formación. Todo el mundo ha hablado del peligro
comunista, me refiero a los reaccionarios, por supuesto, a los
políticos profesionales, a estos analfabetas de la política baja.
Y a pesar de que el presidente de la república ha declarado
reiteradamente que en México no hay peligro comunista, y
que la campaña no tiene razón de ser, ellos insisten al día
siguiente: “el peligro comunista”. Allí está, y está represen-
tado principalmente por el Partido Popular en formación. El
“ilustre revolucionario”, uno de los hombres “más grandes
de México”, quizás en toda la historia de la nación, el gene-
ral Abelardo Rodríguez, se atrevió a decir —ignorándolo él,
por supuesto— en el momento mismo en que el presidente
Alemán declaraba en su viaje al noroeste a los periodistas
que el peligro comunista era un infundio, en ese mismo mo-
mento el gran Rodríguez declaraba a otros que el peligro
comunista era muy grande y que el Partido Popular era el
caballo de Troya del Partido Comunista Internacional en
México. Pero no solo ese “hombre importante para el futu-
ro de México”, ese “genio de la revolución” ha abanderado
esa causa, sino también políticos menores que, si es verdad
que no tienen la “capacidad intelectual del gran Rodríguez,
ni su experiencia ni su honestidad ejemplar, también tienen
su parte en cuanto a sabiduría y pureza”, y estos políticos han
tratado también de contribuir a que se forme un ambiente
contrario al Partido Popular.
“El comunismo acecha en México”. “Las autoridades deben
vigilar porque no llegue el virus del comunismo a la masa
ingenua de nuestro pueblo”. “Cuando las autoridades vean
que el comunismo llega hay que combatirlo en el acto, y re-
asamblea constituyente /63

primirlo a como dé lugar, con el objeto de que el hogar y la


familia tengan las garantías necesarias”. Así se habla hoy por
los “revolucionarios” mexicanos que se diputan el honor de
ser los mejores revolucionarios de nuestro país, solo que, por
desgracia para ellos, les ha tocado desempeñar en esta tarea
de “salvadores”, después de que la intentaran recientemente
Benito Mussolini y Adolfo Hitler, y también cuando la inten-
tan en estos momentos en los Estados Unidos, de donde viene
la campaña que se refleja aquí, y se multiplica, como una fá-
brica de montaje de automóviles, que nos llegan las partes de
allá, cuando los que dirigen esta campaña son los caudillos de
los monopolios y del imperialismo yanqui. Si no hubiera cam-
paña anticomunista en Estados Unidos, no la habría aquí. Es
como he dicho alguna vez: aquí se hace la campaña anticomu-
nista por políticos irresponsables y cínicos, como los perros
que ladran debajo de las piernas del amo, pero por desgracia
para estos líderes del anticomunismo, y no quiero mencionar
sus nombres porque no deben constar en el acta de naci-
miento de este partido. La historia no recogerá sus nombres,
con seguridad. solo el del general Abelardo L. Rodríguez
“por su magnitud”, pero no tienen siquiera la virtud de ser
por primera vez los propaladores en México del peligro co-
munista. Yo quiero, como homenaje a la Asamblea Nacional
Constituyente del Partido Popular, dar al conocimiento del
pueblo de México un documento de valor histórico enorme,
encontrado recientemente en Puebla y que cae como anillo al
dedo, según la expresión popular, en los instantes en que se
realiza esta campaña anticomunista.
Unos amigos míos, dedicados a investigaciones históri-
cas, que están escribiendo la biografía de los llamados ‘Tres
Juanes Ilustres de la Sierra de Puebla”: don Juan Francisco
Minas, que combatió a los franceses; don Juan Nepomuceno
y don Juan Crisóstomo Bonilla, también liberal de alcurnia y
gobernador de Puebla, hallaron en ese empeño de encontrar
documentos para su labor científica, esta carta que por pri-
mera vez doy al conocimiento público. Poseo, naturalmente,
el original y he traído una copia fotográfica.
64 / vicente lombardo toledano

Es una carta dirigida por don Porfirio Díaz, el 11 de ene-


ro de 1879 al gobernador de Puebla don Juan Crisóstomo
Bonilla. Dice así:
México, 11 de enero de 1879.
Señor gobernador Don Juan C. Bonilla. Puebla.
Estimado amigo y compañero:
Por conducto que juzgo fidedigno, ha llegado a mi conocimiento
que el Jefe Político de Huejotzingo, señor Gutiérrez, de acuer-
do con Santa Cruz, protege decididamente a los comunistas, los
cuales en combinación con esos señores, se preparan a llevar
a cabo sus proyectos de incendio y de matanza. Me apresuro a
participarlo a v. para que se sirva dictar desde luego las medidas
que juzgue más enérgicas y oportunas, para prevenir esos males
y para librar de una vez a los pueblos de ese Estado que v. tan
dignamente gobierna, del terror de que se encuentran poseídos
por los trabajos de los comunistas. Saludando a v. muy expresi-
vamente, me repito, como siempre, su amigo Afmo., compañero
y servidor atento.

Porfirio Díaz.
Año de 1879. Porfirio Díaz. El año anterior acababa de ser
reconocido como presidente de México por el gobierno nor-
teamericano. Se siente fuerte ya. Ha triunfado en un gran
movimiento nacional, en virtud de un gran movimiento del
pueblo para acabar con los vicios políticos en el país, para
instaurar el régimen democrático, para evitar la reelección
y para hacer del sufragio efectivo la base de la vida pública
de México. Pero ya cuando se siente en el poder, reforzado
y respaldado por las potencias extranjeras, se olvida de sus
compromisos, del programa de la revolución que lo llevó has-
ta el gobierno, y como en este año de 1879 han de hacerse las
primeras elecciones para integrar el Congreso de la Unión,
empieza a nombrar, como quien designa empleados, a las per-
sonas que han de integrar las Cámaras del Congreso.
Un ingenuo, hombre acomodado de un distrito del esta-
do de Hidalgo, se dirige al gobernador Cravioto diciéndole:
asamblea constituyente /65

“Señor, mis vecinos y amigos quieren que yo sea diputado.


Señor gobernador: ¿quiere usted ilustrarme respecto de si yo
debo aceptar, o qué debo hacer”? Y el gobernador, también
por escrito, le contesta democráticamente: “Lamento mucho
que usted, siendo persona honrada no pueda ser diputado,
porque ya tengo comprometidas todas las curules”.
El lerdismo, inconforme con la actitud de Porfirio Díaz,
lucha contra la dictadura. En todas partes los que tratan de
llevar al Congreso de la Unión a sus representantes legítimos
son perseguidos, y entonces aparece por primera vez en la
historia de este continente, dentro de México, la campaña an-
ticomunista. Porfirio Díaz tiene el honor de ser el padre del
anticomunismo en México. No son los políticos profesionales
de hoy, no son estas gentes cuyos nombres no deben constar
aquí en esta asamblea. Son las fuentes, las mismas de la des-
gracia de México: la tiranía brutal, la explotación del pueblo,
la falta de libertades, los tiranos de la talla de Porfirio Díaz
los que han inventado la campaña anticomunista en nuestro
país. Es el año de aquella frase que sí pasó a la historia, de
“mátalos en caliente”.
Se descubre, según los espías de Porfirio Díaz, una conju-
ra en Veracruz, se le avisa y contesta: “mátalos en caliente”.
En el Puerto de Veracruz hay una calle que se llama
“Víctimas del veinticinco de junio”. Este es el origen de la
campaña anticomunista. Después de esta obra, después de
este antecedente, ya sabemos muy bien, después de la se-
gunda guerra mundial, ya sabemos muy bien qué vale y qué
significa la campaña anticomunista y qué significan los ata-
ques contra nosotros.
No, el Partido Popular nace para servir a México. En México
surge, en México actuará, y no saldrá nunca de México. Y en-
tre mayor sea México más servirá también a la causa de la
humanidad. No podemos hoy, nunca ha sido posible, pero
hoy menos, ni deseable, dejar de interesamos por los proble-
mas de los hombres. Donde quiera que la democracia sufra
quebranto, el mundo entero se conmueve. En donde la huma-
nidad alcance victorias la humanidad toda se regocija.
66 / vicente lombardo toledano

Somos, pues, un arma más del pueblo, un instrumento más


de la revolución mexicana. Este partido que comienza así, de
un modo tan jubiloso, tan brillante, tan limpio, tan sano, ha
de ser un factor decisivo en la creación de un México nuevo, y
en pocos años será también un amparo material y moral para
todo el pueblo mexicano.
A eso aspiramos: a servirle a la patria, nada más que a ella,
y sirviéndole a ella del mejor modo posible, serviremos tam-
bién a la humanidad.
¡Viva el Partido Popular!
¡Viva México! ¡Viva México! ¡Viva México!
ASAMBLEA NACIONAL CONSTITUYENTE
DEL PARTIDO POPULAR
SESIÓN DE CLAUSURA PRIMERA INTERVENCIÓN

Muy breve ha de ser mi intervención en esta materia, pero con-


sidero importante que la Asamblea Nacional Constituyente
del Partido Popular valore en toda su significación, en toda
su magnitud, la trascendencia de la innovación que en mate-
ria de programa hace el nuestro, no solo por lo que ve a lo que
ha sido el programa de los partidos políticos en México, sino
también por lo que ve a la forma en que comúnmente se tra-
baja en casi todos los partidos políticos del mundo.
Hasta hoy, en nuestro país, no solo los programas de los
partidos políticos han sido formulados por un conjunto breve
de personas e impuestos a los miembros del partido, a través
de un propósito aleatorio, sino que se les ha dado a los pro-
gramas siempre el carácter de cuerpos cerrados, intocables y
perpetuos. Así han sido todos los programas formulados has-
ta hoy. Desde 1905, desde el programa del Partido Liberal,
hasta el programa del Partido Revolucionario Institucional,
el programa de Acción Nacional, el programa de Fuerza
Popular, que son los tres partidas que han actuado en los úl-
timos tiempos en nuestro país. Por primera vez, el Partido
Popular, desde que nace, declara que su programa se tiene
que ir enriqueciendo de una manera obligada y constante.
En la primera parte del programa, o sea en su declaración
de principios, se dice categóricamente que el partido con-
vocará a asambleas nacionales, a conferencias nacionales,
integradas por los miembros del partido y de personas que
puedan no serlo, con el fin de ir estudiando en lo particu-
lar cada uno de los grandes problemas de nuestro país, y que
las conclusiones a las cuales se arribe en estas conferencias
21 de junio de 1948, actas mecanografiadas, Fondo documental VLT del
CEFPSVLT.
68 / vicente lombardo toledano

se incorporarán, aprobadas que sean, en algunas demandas


del partido, al programa inicial del Partido Popular. De este
modo, y con el carácter de tesis del Partido Popular, se irán
agregando al programa inicial, a este conjunto de normas
que constituyen el punto de partida, numerosas resolucio-
nes, numerosos preceptos, numerosas conclusiones que irán
aumentando el programa, que lo irán ampliando en todos sen-
tidos, y que al mismo tiempo cuidarán de que el programa no
envejezca nunca, y de que siempre esté pendiente, no solo de
lo que ocurre, sino que prevea lo que puede ocurrir. Esto es
una innovación de enorme importancia. Pero no solo hemos
de realizar conferencias nacionales para el fin de estudiar los
problemas nacionales; hemos de realizar también, como está
dicho en la exposición de motivos, conferencias regionales
integradas por miembros del partido y por personas que se-
rán invitadas de una manera especial para que integren esas
juntas, y las conclusiones también de las conferencias regio-
nales, con el carácter de tesis del Partido Popular, formarán
parte del programa de nuestro instituto.
De este modo, el programa del partido ahora apenas co-
mienza en este documento, y va a ampliarse en el futuro
inmediato y seguramente crecerá en la medida en que el
tiempo transcurra. Y llegará un momento, yo calculo que en
el término de un año en que esta labor puede ser comenzada,
en que en lugar de un documento con unos cuantos precep-
tos, tengamos un conjunto de normas basadas en el análisis
crítico y en los principios objetivos, científicos, que darán
rumbo a la república mexicana por lo menos por un cuarto o
medio siglo. Esa es la forma de hacer un partido.
Hemos pensado que la primera conferencia nacional de
mesa redonda que el Partido Popular debe convocar ha de
ser la conferencia nacional para estudiar el problema de la
reforma agraria en todos los detalles, en todos sus aspectos,
y entonces sí, allá en esa conferencia, habrá que estudiar de
una manera minuciosa, sin apremio, sin precipitaciones, sin
superficialidades, todos los aspectos que presenta el proble-
ma de la reforma agraria. Invitaremos a los mejores hombres
asamblea constituyente /69

y mujeres de nuestro partido y también a hombres y muje-


res que, no siendo del partido, puedan dar, por su sabiduría,
por su experiencia, por su prestigio, opiniones valiosas para
nuestra organización. De esta manera, con ese concurso, po-
dremos elaborar las tesis del Partido Popular sobre la reforma
agraria, que acompañarán y que ampliarán los capítulos res-
pectivos de este programa inicial.
Y después las otras conferencias; la conferencia nacional
sobre agricultura, y después de las conferencias de orden ge-
neral, las conferencias particulares. Una conferencia nacional
sobre el trigo, una conferencia nacional sobre tales o cuales
cultivos, una conferencia nacional sobre el crédito agrícola,
urna conferencia nacional sobre los métodos de trabajo co-
lectivo. En fin, muchas asambleas, muchas, con el objeto de
precisar de una manera seria, responsable y valiosa, nues-
tra opinión, de tal manera que ni el gobierno ni el pueblo de
México puedan rechazar las opiniones del Partido Popular,
porque serán las opiniones más valiosas, mejor elaboradas,
con mayor autoridad, y hechas sin prejuicios, sin compromi-
sos y sin limitaciones de ninguna naturaleza. Esto es lo que
representa la innovación que he mencionado.
Yo considero, compañeros, que la asamblea debe darse
cuenta de que, como acaba de indicarlo el compañero Bassols,
de la Comisión de Programa, no es posible en un documento
que tiene el carácter de punto de partida entrar en multi-
tud de detalles, ni siquiera a considerar muchos aspectos de
importancia, que evidentemente hay muchos fuera de aquí,
pero que no pueden ser incluidos, sino a condición de que
esta Asamblea Nacional se convirtiera en una conferencia
de mesa redonda sobre cada uno de los problemas importan-
tes de la vida nacional, porque, además del problema agrario,
están todos los otros problemas, y en cada capítulo siempre
habrá, eso es evidente, ideas nuevas, adiciones, sugestiones
muy importantes, muy valiosas, que respondan a omisiones
en el programa inicial. Pero estas omisiones no han sido to-
das ellas voluntarias, sino necesarias, por la forma en que se
redacta el programa, por su naturaleza y, sobre todo, por el
70 / vicente lombardo toledano

procedimiento de las mesas redondas y de las tesis incorpo-


radas al programa inicial que han de enriquecer a nuestro
programa como punto de partida.
Yo he dicho esto no con el fin de que este programa, tal
como está, sea aceptado por ustedes como intocable, sino
para que ustedes mediten, que si alguna de estas normas ma-
ñana merece subsanarse, será mediante el procedimiento de
enriquecer de una manera constante y sistemática lo que hoy
representan simplemente las normas generales de nuestra
organización política.
ASAMBLEA NACIONAL CONSTITUYENTE
DEL PARTIDO POPULAR
SESIÓN DE CLAUSURA SEGUNDA INTERVENCIÓN

Quiero sugerir un procedimiento para no perder el tiem-


po. Todas las observaciones que se deban presentar en este
momento deben referirse al programa y no a otra materia,
porque eso estamos discutiendo. La sugerencia del compañe-
ro es interesante, pero puede hacerlo de un modo directo a la
directiva que se va a nombrar, a la comisión que va a entrevis-
tar al presidente. Quiero, sin embargo, recordar que la visita
al señor presidente de la república no tiene por objeto presen-
tarle cuestiones de carácter particular de los problemas de
los estados, ni demandas de trabajadores; exclusivamente es
una visita de orden político, con el único objeto de expresarle
nuestra protesta por las arbitrariedades cometidas por auto-
ridades de los estados en contra de la formación del Partido
Popular; nada más, no otra cosa.
Ahora bien, quiero sugerir que el presidente de la mesa
pregunte si hay objeciones que hacerle al capítulo primero.
No habiéndolas, se pasa inmediatamente a consultar si las
hay al capítulo segundo, y así a los sucesivos capítulos, hasta
concluir, porque de otro modo, si cada uno expresa sus opi-
niones respecto de lo que le parece mejor en el inciso tal de
tal capítulo, sin orden y sin método, no alcanzarían las ho-
ras que tenemos para concluir con el programa y luego con
los estatutos y con elegir la directiva del Partido Popular.
Necesitaríamos formular, como lo decía en mi explicación
anterior, en una asamblea específicamente convocada para
conocer de una manera seria y responsable cada uno de los
problemas que contiene el programa del partido. Por lo tanto,
quiero suplicar a los compañeros que hagan uso de la palabra,
21 de junio de 1948, actas mecanografiadas, Fondo documental VLT del
CEFPSVLT.
72 / vicente lombardo toledano

que se refieran al programa y no a otro asunto. En segundo


lugar, quiero sugerir que la presidencia de la asamblea siga
el procedimiento consistente en preguntar si hay objeciones
para aprobar el capítulo primero. No habiéndolas, se pasará
al capítulo segundo, se hará la misma pregunta, y así con los
demás. Si hubiere alguna objeción, la conocerá la asamblea y
ella decidirá si se aprueba el programa ya elaborado o si se
enmienda. Es el único procedimiento democrático y, por otra
parte, pone orden en nuestros trabajos.
ASAMBLEA NACIONAL CONSTITUYENTE
DEL PARTIDO POPULAR
SESIÓN DE CLAUSURA TERCERA INTERVENCIÓN

Para unos informes. La directiva, de acuerdo con el Comité


del Distrito Federal, ha organizado un almuerzo, unas tortas
compuestas para los compañeros delegados, con el objeto de
que aquí mismo, suspendamos, tengamos un receso de vein-
te minutos y continuemos inmediatamente nuestras labores,
porque si suspendemos ahora nuestros trabajos y citamos
para reanudarlos en la tarde, podemos perder mucho tiem-
po y tendríamos entonces que prolongar la asamblea, cosa
que es positivamente imposible. Tenemos que aprobar, ade-
más, el estatuto y, como ya se sabe, nombrar la directiva del
Partido Popular y, por otra parte, un grupo de representantes
de la asamblea que ha designado la directiva para entrevistar
al señor presidente de la república deberá cumplir con este
mandato a las seis y media de la tarde.
Por otra parte, quiero invitar a todos los compañeros dele-
gados que hayan venido a la asamblea procedentes de todas
las entidades de la república, con excepción del Distrito
Federal, a que vayan mañana a las dos de la tarde a un al-
muerzo campestre que el Comité Nacional Coordinador
ofrece a todos esos compañeros. El almuerzo se va a realizar
en un lugar que se llama El Rancho del Artista, que está en la
avenida Coyoacán número 957. Es fácil llegar a este lugar to-
mando un camión o un tranvía Colonia del Valle. La reunión
es a las dos de la tarde.
Digo que con excepción de los delegados del Distrito
Federal, porque como un acto de cooperación, también de
los delegados del Distrito Federal, el comité del partido ha
acordado que sus miembros paguen la cuota correspondien-
21 de junio de 1948, actas mecanografiadas, Fondo documental VLT del
CEFPSVLT.
74 / vicente lombardo toledano

te para poder participar en el almuerzo. De esta manera se


ayuda en los gastos de la fiesta que se ofrece concretamente a
todos los delegados foráneos.
Por otra parte, hoy en la tarde, después que hayan sido dis-
cutidos y aprobados los estatutos del partido y antes de la
elección de la directiva del Partido Popular, de acuerdo con
la orden del día propuesta, los jefes de las delegaciones de las
diversas entidades de la república entregarán al presidente
de la Asamblea Nacional los registros realizados en las diver-
sas entidades ante los notarios o ante las autoridades que los
hayan sustituido, con el objeto de que, recibida que sea la do-
cumentación, pueda después el comité del partido hacer la
gestión necesaria ante la Secretaría de Gobernación para ob-
tener el registro de nuestra organización.
Los compañeros de la dirección política del partido ha-
bíamos pensado que hubiera sido muy importante recibir un
informe de cada delegación, respecto de la forma en que el
partido se ha desenvuelto y respecto de los obstáculos con
que se hayan tropezado en esa tarea, pero por el tiempo de
que disponemos, que es breve, creo que no va a ser posible
recibir los informes verbales de cada una de las delegacio-
nes, mencionando esos incidentes, porque esto nos llevaría
muchas horas. Son treinta entidades del país; por breve que
fuese la exposición resultaría, sumando todo el tiempo para
los informes, una asamblea realmente imposible de cumplir.
Por lo tanto, queremos rogar a los compañeros delegados
que, puestas de acuerdo las diversas delegaciones, redacten
un memorándum y lo entreguen hoy mismo, de ser posible, o
mañana en el curso de la mañana, en las oficinas del partido,
en Madrid 14, con objeto de que la dirección del partido que
sea electa pueda disponer de datos concretos y fehacientes,
aparte de los que el partido tiene respecto de los incidentes
ocurridos en las diversas entidades con relación, no solo con
el registro del partido, sino con relación a la organización del
propio Partido Popular. De esta manera, tendremos un ex-
pediente de cada estado de la república, de cada territorio,
que permitirá a la dirección del Partido Popular comenzar
asamblea constituyente /75

con datos completos, frescos y dignos de aceptación en to-


dos sentidos, y de esta manera podrá después la dirección del
partido estar en contacto con los diversos comités estatales
y de los territorios y del Distrito Federal, e inaugurar la ver-
dadera estadística, el expediente político de cada una de las
organizaciones del Partido Popular.
Cuando los compañeros delegados entreguen, una por cada
entidad, el acta correspondiente, los documentos necesarios
sobre el registro recibirán a cambio una bandera del Partido
Popular, con el objeto de que la tengan en sus locales, que sea
símbolo del partido en cada entidad de la república y, también,
para que sirva de modelo, con el objeto de que la bandera del
partido pueda multiplicarse de una manera amplia; que no
haya ningún comité distrital, ningún comité campesino, nin-
gún comité local del partido que no tenga su bandera. De este
modo, los delegados regresarán a sus diversas entidades con
el símbolo del Partido Popular, de acuerdo con el estatuto que
prevé las características de nuestra bandera.
ASAMBLEA NACIONAL CONSTITUYENTE
DEL PARTIDO POPULAR
DISCURSO DE CLAUSURA

compañeros del partido popular:


Hoy es un gran día para México. A partir de hoy nuestro país
ha dejado de ser un país con un solo partido político revolu-
cionario. Nuestros enemigos dirán mañana que los forjadores
del Partido Popular hemos dividido al sector de la revolución
mexicana. Esto es una mentira. Con el Partido Popular no
solo no se divide el movimiento revolucionario de México,
sino que adquiere nuevo vigor, nueva conciencia, nueva vida,
nueva sensibilidad y decisión de impulsar a México hasta que
alcance sus más altos destinos históricos. ¿Por qué? Porque
somos un partido revolucionario verdadero, surgido de la tie-
rra, desde abajo hacia arriba, por la espontánea voluntad de
los mexicanos que lo han constituido y sin más mandato que
nuestra conciencia de hombres que sabemos que nuestro país
necesita de nuestro esfuerzo.
Nunca como hoy la revolución mexicana necesitó nue-
vos impulsos y necesitó nuevos programas, no porque la
revolución mexicana se halle en crisis, sino porque los revo-
lucionarios mexicanos se hallan en crisis. Muchos, a través
del país, son prevaricadores; muchos de los llamados “revo-
lucionarios” no tienen de este nombre más que el recuerdo,
el origen, pero han dejado de serlo. Nadie habla ya de la revo-
lución en nuestro país, sino accidentalmente muchos de los
hombres que creen que son todavía en parte guiadores del
pueblo, y que en alguna época combatieron en el campo de
la revolución, cuando menos han dejado de ser los inspirado-
res de las masas populares. Por eso nace el Partido Popular:
para darle un nuevo impulso a la revolución mexicana, para
21 de junio de 1948, actas mecanografiadas, Fondo documental VLT del
CEFPSVLT.
asamblea constituyente /77

levantar el ánimo del pueblo, para que las masas del pueblo
de nuestro país tengan otra vez confianza en sí mismas y ten-
gan fe en los destinos de nuestra patria. Los que creen que
los pueblos retroceden en su empeño de progreso, los que
afirman que las revoluciones se extinguen de una manera
paulatina y a veces que va comenzando de una manera im-
perceptible y que después se agranda, los que creen que los
pueblos tienen periodos revolucionarios y periodos de plena
satisfacción y de tranquilidad completa, se equivocan. solo
cuando los pueblos han logrado el cumplimiento de sus satis-
facciones de una manera cabal y no ficticia llega para ellos la
etapa de la conformidad, y aun así, aun disfrutando de bene-
ficios de todo género, los pueblos siempre quieren marchar
hacia adelante.
Pero en el caso de México la situación no es esa. La revolu-
ción mexicana no se ha cumplido porque no se han alcanzado
los propósitos para los cuales fue forjada por el pueblo. ¡Qué
lejos estamos todavía de lograr las metas que el pueblo le ha
señalado a su propio esfuerzo! Para contribuir a que el pue-
blo logre lo que quiere, para contribuir a que se vuelva a
encender la fe del ideal en la masa del pueblo y en las nuevas
generaciones, nace este espléndido organismo de la entraña
misma de nuestro pueblo.
Por eso lo llamamos así “Popular”, y lo es. Nuestra satis-
facción debe ser en consecuencia muy grande. Nuestro júbilo
es legítimo, pero nuestra responsabilidad será mayor todavía
que nuestra alegría. Nuestra responsabilidad es muy gran-
de, porque la aparición del Partido Popular representa un
cambio completo en la correlación de las fuerzas políticas y
sociales de nuestro país. Sin proponérselo, el Partido Popular,
al propagar sus ideas, al mostrar su programa, al llevarlo a la
conciencia de todos los mexicanos, va a marcar rumbos para
los individuos y para las agrupaciones de cualquier carácter
que sean, porque nuestro interés está puesto en todos los pro-
pósitos de nuestro pueblo.
Nada nos puede ser ajeno, aunque jamás intervendremos
de una manera indebida en los problemas domésticos de
78 / vicente lombardo toledano

agrupaciones que tienen finalidades concretas y bien claras.


Nuestra finalidad es impulsar a todos por igual, a los aislados
y a los asociados, y al pueblo de México todo en su conjunto.
Por eso digo que nuestra responsabilidad es muy grande,
porque cuando despierten a la confianza en sí mismos hom-
bres y mujeres que ya no tienen fe en la revolución, nosotros
seremos señalados por quienes van a ser despertados por el
pueblo, en su corazón y en su satisfacción con la demanda
enérgica de la masa; vamos a ser señalados como los respon-
sables de que hayamos roto su tranquilidad y sus fortunas. Y
es verdad. Nosotros vamos a alterar la paz, nosotros vamos a
alterar la alegría inmensa y vamos a alterar la fortuna que to-
dos los días se multiplica de los que... [falla la luz eléctrica] en
la revolución y de los que están arrastrando al pueblo. Por eso
vamos a multiplicar nuestros enemigos, y yo quiero adver-
tir, claramente, quiero advertirlo, para que los miembros del
partido, a través del partido, sepan que nuestro camino está
lleno de obstáculos y de dificultades. Pero elegimos la ruta a
sabiendas de que vamos a tener todos estos tropiezos. No fui-
mos ingenuos creyendo que íbamos a organizar un partido de
esta calidad y de esta magnitud de un modo fácil, ni tampoco
suponíamos que íbamos a contar con aliados en todas partes.
Pero lo que hasta hoy ha ocurrido, los pequeños tropiezos
que en realidad ha tenido en su ruta el partido, son muy pe-
queños comparados con los obstáculos de mañana.
Cuando nosotros lancemos nuestros candidatos, los elegi-
dos por el pueblo, los señalados por sus virtudes para ocupar
un cargo público, tendremos seguramente que luchar contra
los que han hecho de la política un negocio de carácter per-
sonal, volviendo la espalda a las masas populares, y también
vamos a tener que luchar contra los elementos de la reacción
que tratarán de aprovechar la falta de ánimo, de confianza y de
fe de las grandes masas del pueblo para lanzar sus candidatos
con promesas demagógicas. Pero no solo en el campo electo-
ral tropezaremos con dificultades. También vamos a hallarlas
en otro terreno. Nuestro partido va a vivir todos los días pen-
diente de los grandes problemas de México, y va a ofrecer sus
asamblea constituyente /79

soluciones adecuadas, y va a opinar todos los días también so-


bre los grandes acontecimientos de nuestro país y sobre los
grandes problemas internacionales que afectan a México.
Deseamos encontramos con opiniones semejantes a la
nuestra dentro de hombres del sector revolucionario y den-
tro de los hombres del gobierno, porque la unidad del sector
revolucionario ha de hacerse con las gentes de pensamiento
común, en donde quiera que estas se encuentren, pero tam-
bién vamos a luchar contra los que, diciendo ser lo que no son
realmente, están representando intereses y propósitos con-
trarios a los del pueblo mexicano.
Nadie sabe, pero yo estoy seguro de algo que es muy impor-
tante, mucho más importante que esta perspectiva de lucha y
de tropiezos, de cualquier género que sea: yo estoy convenci-
do, firmemente convencido de que lo que hoy hemos forjado
no solo es un partido, sino la resolución inquebrantable, el
deseo firme de miles y miles de mexicanos, de luchar por un
patria nueva, y de levantar a México de la postración en que
se encuentra.
Esta es la victoria más grande de todos los triunfos que el
Partido Popular representa. La tarea es importante y trascen-
dental. El camino largo de andarse. Las metas, sin embargo,
muy claras.
Yo proclamo que hoy ha nacido una nueva luz para nuestra
patria: la luz del Partido Popular.
Yo proclamo que ha nacido para México un nuevo guía: el
Partido Popular. Yo proclamo que México es más rico hoy
que ayer que el Partido Popular no existía. Yo declaro que
a partir de hoy México es más joven que ayer que el Partido
Popular no existía.
Y proclamo que han nacido nuevos mexicanos: los solda-
dos del Partido Popular, nosotros.
Dije en alguna ocasión, al comenzar nuestras labores: de-
bemos ser los nuevos misioneros de México, los de nuestro
siglo, los constructores de una gran fábrica superior a todos
nosotros, una patria independiente y libre. Eso es el Partido
Popular.
80 / vicente lombardo toledano

Así nacimos: con alegría, con júbilo, con decisión y con


sentido profundo de la responsabilidad que contraemos.
No creo que sea menester hacer nuevos comentarios al es-
fuerzo que hoy se cumple de un modo cabal. No creo que en
el ánimo de ninguno de los delegados haya ninguna duda res-
pecto de lo que el Partido Popular significa y representa. No
creo que en la conciencia de los que aquí han llegado para ha-
cer el Partido Popular haya la menor desconfianza por lo que
toca al porvenir de nuestra patria.
La mejor demostración de que la revolución mexicana
está en marcha es esta asamblea. La mejor prueba de que
en México nuestro pueblo quiere seguir luchando y pros-
perando es esta gran reunión. Hoy hemos marcado para la
historia de la política mexicana una fecha imborrable. Esta
fecha habremos de recordarla mañana cuando el programa
del Partido Popular se haya resuelto, se haya cumplido, se
haya observado.
Lleven, pues, compañeros de partido, nuestras normas,
nuestros principios, difúndanlos, explíquenlos, háganlos lle-
gar a la conciencia de la masa, de todas las gentes, traigan
nuevos adeptos al Partido Popular, convenzan a todos los que
no son miembros de que deben venir a nuestra casa, y dígan-
les que así como en los momentos decisivos para la vida de
nuestro país siempre ha habido fórmulas que recogen princi-
pios que representan las quejas de mejoramiento del pueblo,
nosotros con nuestro programa estamos expresando nuevos
sentimientos de la nación, como José María Morelos expre-
só los Sentimientos de la nación dentro de la Constitución de
Chilpancingo.
Este es el alcance de nuestro programa; expresa los senti-
mientos profundos de la nación, y al mismo tiempo descubre
para el pueblo las perspectivas para el futuro inmediato. ¡A
levantar, pues, el Partido! ¡A hacerlo, a construirlo de ver-
dad! Hoy, ya lo hemos dicho, el objeto de nuestra asamblea
fue adquirir personalidad legal, pero el partido no está he-
cho todavía. Vamos a hacerlo. ¡Vamos a hacerlo para siempre,
fuerte, permanente, eficaz!
asamblea constituyente /81

¡Qué cada soldado del partido se mueva a una sola voz, a


una sola voz y con un solo corazón! Desde el sureste hasta
el noroeste. Desde Tamaulipas hasta Guerrero. Desde Jalisco
hasta Veracruz, desde Chihuahua hasta Oaxaca. Que el parti-
do sea una milicia revolucionaria, un conjunto de hombres y
mujeres con conciencia y con entusiasmo siempre despierto
y listo para marchar.
Vamos a organizar el partido. Que no haya, camaradas re-
presentantes del Partido a través del país, que no haya un
solo municipio de la república en donde el Partido Popular
no funcione.
Que no haya un solo pueblo, una sola ranchería, una sola
congregación, un solo ejido y paraje en donde no haya miem-
bros del Partido Popular.
Que no haya una sola ciudad del país que no tenga en
cada barrio un comité de partido, y dentro del barrio ni
una sola manzana en donde no haya un comité local del
partido.
Que en cada calle también haya miembros de nuestra or-
ganización. Que no haya ningún sitio en donde existan
mexicanos y mexicanas de buena fe, patriotas sinceros de-
seosos de ayudar a transformar nuestro México, que no sean
miembros del Partido Popular. Es necesario atraer a todos,
pero atraerlos de un modo organizado. El Partido Popular no
se organiza para recibir sino para dar. Nosotros nada quere-
mos para nosotros. Queremos dar todo lo que poseemos para
bien de México, esa es nuestra característica.
Necesitamos gentes que estén dispuestas a dar sus ideas,
su tiempo, su dinero, su decisión, su ejemplo, su nombre.
Todo es dar cuando lo que se da es limpio y merece el respe-
to. Pero además de la organización del partido, la afiliación
de miembros de nuestro partido en todas partes, en todos si-
tios, es necesario que el partido comience a trabajar también
poniendo en marcha sus contingentes, cumpliendo nuestras
normas, nuestras leyes, las del partido.
Hemos de ser una fuerza electoral, pero, además, una
fuerza de educación constante, y para educar no solo a los
82 / vicente lombardo toledano

miembros del partido sino para educar también al pueblo en-


tero. Al mismo tiempo que se afilien al partido así, por todos
los lugares del país los mexicanos patriotas, es necesario que
se organicen desde el primer momento, de acuerdo con nues-
tras orientaciones.
Que la labor de educación política del partido se cumpla de
una manera fiel.
Que todo el mundo afiliado al partido sepa que se ha afi-
liado de veras, y sea capaz de dar cátedra, de explicar con
certeza, con eficacia ante el pueblo qué es el Partido Popular.
Es necesario que el partido tenga también su labor educativa
bien planeada y ejecutada.
Que no haya lugar donde los recursos humanos lo permi-
tan, en donde el partido no tenga sus coros, sus orquestas, sus
grupos deportivos, sus conjuntos de teatro, sus cuerpos de
baile, en donde el partido, sus miembros, no tengan diversas
actividades para educar a las masas del pueblo.
Es indispensable, al mismo tiempo, que en todos lados en
donde los miembros del partido existan, haya un periódi-
co. No importa que el periódico por su apariencia sea pobre.
Basta una hoja muy pequeña para transmitir ideas grandes.
No son las páginas ni el costo de los periódicos lo que re-
presenta su importancia, sino las verdades que transmiten y
la influencia que logra sobre la conciencia pública.
Necesitamos periódicos, periódicos impresos en mimeó-
grafo, periódicos escritos, y donde fuese aun imposible esta
forma elemental y primitiva y barata, hacer un periódico
cada semana, debe hacerse un periódico mural. Que no haya
un solo lugar en donde los miembros del partido no lean, a
través del partido y con su criterio, las cosas que ocurren en
México y en el mundo.
Es necesario también que nosotros forjemos nuestros ins-
trumentos y aparatos de carácter técnico para transmitir
ideas y, al mismo tiempo, ampliar nuestro campo de acción.
El partido construirá sus estaciones radiodifusoras a través
de la república, para que no haya un solo elemento que no
esté enterado, y todas las noches no haya un solo miembro
asamblea constituyente /83

del partido, a través del país, que no escuche la opinión de la


dirección nacional.
En esta tarea todos deben cooperar y todos pueden ser ele-
mentos de eficacia. Es necesario, de igual manera, que los
miembros del Partido Popular se organicen en brigadas, bri-
gadas de ayuda real al pueblo, sin demagogia, sin publicidad
barata y chabacana, sino con el espíritu del apostolado re-
volucionario. Es menester que se organicen brigadas para ir
en ayuda de los campesinos los fines de semana, los sábados
y domingos, los días de fiesta. Es necesario que los profe-
sionistas del partido ayuden al pueblo. Los médicos, que lo
atiendan y den consultas gratis y den conferencias de carác-
ter higiénico. Que los abogados pleiteen también los negocios
de los campesinos y obreros, y que los maestros del parti-
do y otros profesionistas den consejos, presenten sugestiones
para obras de interés común.
Es menester movilizar a todos los elementos del partido
para que resuelvan de un modo gratuito y centralizándose al-
rededor de los pequeños grandes problemas de los pueblos y
de las rancherías, la conducción del agua potable, la erección
de una pequeña escuela, de un pequeño teatro al aire libre en
un lugar, de un lugar para sacrificar al ganado para la alimen-
tación. Que se pongan a trabajar todos, pensando en lo que
cada pueblo necesita. Que no haya un solo miembro del par-
tido que no esté pendiente de lo que necesita la vecindad, y
que no sugiera fórmulas para resolver los problemas colecti-
vos. De esta manera nuestra fuerza se multiplicará y si ahora
somos trescientos mil, mañana seremos un millón, dos millo-
nes, tres millones, cuatro millones en toda la república.
Y al mismo tiempo que reclutemos miembros, que haga-
mos labor de convencimiento, que formemos nuestra prensa,
al mismo tiempo que tengamos nuestros grupos culturales,
nuestras estaciones de radio, que sirvamos a la colectividad
en brigadas, es menester construir nuestras casas. ¡Óigase
bien! Que no haya una sola ranchería en donde no haya por
lo menos un jacal que sea el sitio del Partido Popular. Que
no haya un solo poblado en donde no haya una pequeña casa
84 / vicente lombardo toledano

junto a la escuela, humilde como la escuela, o mejor que la es-


cuela, porque nuestro partido es hogar y es escuela, escuela
del pueblo, escuela en mil sentidos.
Y en las ciudades todos los domingos, los días de fiesta,
nos iremos a quitar la chaqueta, como lo vamos a hacer noso-
tros, y vayamos a improvisamos en albañiles, en cortadores
de madera, en acarreadores de piedra para construir nuestras
casas que han de ser orgullo en todo el país.
Necesitamos construir casas humildes y también palacios
para albergar la cultura que el partido ofrecerá al pueblo; pa-
lacios para ofrecer a todos, aun a los no miembros del partido,
nuestros anfiteatros, nuestros salones de exposición, nues-
tros escenarios para la música, nuestros lugares de reunión,
todo lo que el partido posee, para que el pueblo sepa que esa
es su casa, el sitio donde puede estudiar en común, divertir-
se y enterarse de un modo honrado y honesto de lo que pasa
en el mundo.
Necesitamos crear centros cívicos en cada lugar del país. Y
en la capital de la república, aquí, haremos el primer centro
cívico en la historia de México.
Debemos ganar la opinión de la nación mexicana con nues-
tra obra, con nuestros hechos. No con promesas falaces, vanas
o demagógicas en las que nadie cree, porque el pueblo no cree
ya en promesas. Creyó mucho tiempo, pero hoy no puede
creer más que en las nuestras. Nuestro partido será el partido
de las obras, el partido de la construcción. Por eso el partido
nuestro es partido de constructores, de hechos, además de
ser un partido de enormes principios. El partido debe llamar
al pueblo para que se asocie y se organice del mejor modo
posible y ayude a salvar a la nación. De este modo yo sé que
en poco tiempo habremos de encontrar en cualquier camión,
en cualquier calle, en cualquier tranvía en cualquier carrete-
ra, en cualquier campo de labranza, en cualquier fábrica, en
cualquier villorrio, en cualquier población, en cualquier sitio,
el emblema solferino del Partido Popular.
Esta obra gigantesca que parece un sueño se va a cumplir
más pronto de lo que algunos suponen. ¿No decían ayer que
asamblea constituyente /85

éramos incapaces de forjar un partido? ¿No decían ayer que


era locura pensar en crear un partido cuando no había ni tra-
dición ni ambiente ni medios materiales? ¿No era una de las
causas en virtud de las cuales muchos de los que tenían la
obligación de sumarse a nuestro empeño dieron media vuel-
ta por cobardía? Lo hicieron así porque no tuvieron fe y aquí
está esta asamblea estupenda, y aquí está el partido que ha
nacido de México, de su corazón.
Haremos todo esto que decimos, y lo haremos muy pron-
to, muy rápidamente, pero es menester que cada miembro del
partido sienta que esta obra enorme no se va a cumplir si él,
el miembro del partido, por humilde que sea, no hace todo lo
que pueda hacer por contribuir a forjarlo. Porque la obra del
partido no ha de ser la obra de la dirección nacional del parti-
do ¡No! ¡No! ¡Mil veces no! La obra del partido ha de ser de lo
que es el partido, de las masas del partido, sus soldados, de lo
que el partido vale. Nosotros somos simples mandatarios, so-
mos gentes que hemos recibido una encomienda, gentes que
hemos recibido un encargo, nosotros no somos los creadores
de lo imposible, sino simples guiadores y recogedores de la
opinión de quienes nos mandan, que son los representantes
del partido y la masa del partido.
Toca, pues, al partido mismo en su conjunto realizar esta
obra. Pero si cada hombre se mueve, si cada mujer también
se moviliza, si cada joven actúa, si cada militante del partido
toma con honor, con orgullo esta tarea, en muy poco tiempo
realizaremos lo que acabo de mencionar, y obras todavía mu-
cho más importantes, porque a la vez que trabajaremos con
piedra, con madera, con arena, con cal, con cemento, con vi-
drio, con hierro, a la vez que manejaremos materiales para
construir edificios, hemos de manejar también, a través de
nuestros estupendos artistas, de nuestros pintores genia-
les como Diego Rivera, de nuestros arquitectos, de nuestros
músicos, de nuestros danzantes, hemos de expresar tam-
bién no solo la opinión de nuestras masas, sino la opinión
profunda del pueblo mexicano. Tenemos los mejores artis-
tas de México; tenemos también los mejores investigadores, y
86 / vicente lombardo toledano

hemos de llevar sus indagaciones, el resultado de su búsque-


da, el saldo de sus desvelos, a la práctica, transformándolos
en beneficios concretos y palpables para el pueblo y si po-
nemos, pues, en marcha nuestras manos, nuestro cerebro y
nuestro espíritu, y ponemos a andar a nuestros sabios, a nues-
tros investigadores, a nuestros artistas, a nuestros obreros, a
nuestros campesinos, a nuestras mujeres, a nuestros jóvenes.
¿Qué otra fuerza será igual, comparable, compañeros, a la del
Partido Popular en nuestro país?
Ninguna y entonces, si hoy la tarea la estamos comenzando
con la correlación actual de las fuerzas de México, en cuan-
to nuestro ejemplo y nuestra obra empiecen a arrastrar de
entusiasmo a México y a echarlo a andar en una nueva etapa
constructiva. Nosotros seremos los que habremos formado,
no solo la fuerza, sino la conciencia de los que hoy militan
por equivocación en el campo enemigo, y que serán traídos
otra vez al campo de la revolución y de la defensa de la patria.
Esa es, pues, compatriotas miembros del Partido Popular,
nuestra responsabilidad enorme. Esta es nuestra tarea. Hoy
nacemos a la historia de México. Es menester también que
con nuestro esfuerzo México nazca otra vez a la historia del
propio país. Es menester, es necesario que no se extinga en
nosotros esta llama del ideal. Que vivamos como quemán-
donos interiormente, como consumiéndonos por nuestro
propio fuego, por nuestra propia pasión, por nuestro propio
amor al proletariado, a los campesinos, a los demás sectores
del pueblo, a la nación entera, a la república, a México inde-
pendiente, libre y soberano.
Hasta luego, camaradas. Hasta pronto. En pocas semanas
volveremos a andar la tierra de México. Nos veremos en el
istmo. Nos veremos en Baja California, camaradas. Nos ve-
remos en Tabasco, en Campeche otra vez, en Sonora, en
Sinaloa, en Durango, en Chihuahua, en La Laguna, nos ve-
remos en Coahuila, por supuesto, nos veremos en Puebla, en
Hidalgo, en Morelos, en todas partes allá estaremos, y hasta
donde nos alcance nuestra fe, nuestro vigor y nuestra vida, al
servicio del Partido Popular y de la patria mexicana.
RAZÓN HISTÓRICA Y PRINCIPIOS DEL PARTIDO POPULAR

El Partido Popular surge como fruto natural de la evolución


histórica de nuestro país y de la lucha ininterrumpida del
pueblo mexicano.
A lo largo de los siglos, el pueblo ha vivido empeñado en
resolver los tres problemas fundamentales que explican el
prolongado drama de nuestra historia: la pobreza física del
territorio nacional; el régimen de explotación del pueblo real-
mente esclavista durante los trescientos años de la Colonia, y
la influencia nociva de las fuerzas del imperialismo extranje-
ro en nuestra vida doméstica.
De los doscientos millones de hectáreas que tiene el terri-
torio de la república, solo veintidós millones corresponden
a tierras de labor, y de estas, diecisiete millones son de tie-
rras de temporal. A pesar de esta condición, la mayoría de
la población económicamente activa trabaja la tierra, lo cual
significa que solo corresponde una pequeña parcela a cada
campesino, de cuya extensión ocho décimas partes son de
tierras pobres, sin lluvias regulares y perturbadas por toda
clase de fenómenos meteorológicos.
La guerra de independencia dio a México categoría de na-
ción soberana, pero no modificó la estructura económica del
país. El feudalismo mexicano no tiene paralelo en el mundo,
pues una sola institución, la Iglesia católica, llegó a poseer
las tres cuartas partes de todas las tierras laborables del país.
Las Leyes de Reforma destruyeron el latifundismo eclesiás-
tico, pero después de este se formó lo que podría llamarse el
latifundismo laico. En 1910, al cumplirse el centenario de la

Razón histórica, principios, programa y estatutos del Partido Popular,


Ediciones del PP, 1948, p. 3.
88 / vicente lombardo toledano

independencia nacional, uno por ciento de la población po-


seía noventa y siete por ciento de la propiedad rústica de toda
la nación con cincuenta y cinco mil comunidades rurales y
cinco millones y medio de habitantes enclavados en el seno
de las grandes haciendas.
Desde que el capitalismo llegó en algunos países a su etapa
de expansión en busca de mercados que le aseguraran mate-
rias primas, compra de sus manufacturas e inversión de su
capital sobrantes, México sufrió la influencia de este hecho
característico de la historia moderna. De 1897 a 1929, las in-
versiones del capital norteamericano en México ascendieron
de doscientos a novecientos sesenta y cinco millones de dó-
lares, que se invirtieron en la explotación de minas, petróleo,
ferrocarriles y servicios públicos. El capital británico llegaba
en esa fecha a mil treinta y cinco millones de dólares, inver-
tidos en ferrocarriles, servicios públicos y títulos del Estado.
En 1909, México solo era dueño del trabajo representado por
su pueblo, porque las principales actividades productivas del
país se encontraban en manos de extranjeros.
En 1910 estalla una nueva revolución que levanta al pueblo
entero contra la dictadura de más de treinta años de Porfirio
Díaz. Su programa, precisado en el curso de la luchas, es el
mismo programa de la guerra de independencia y de la gue-
rra de reforma, en cuanto a sus finalidades no alcanzadas
aún, enriquecidas por las exigencias y las demandas contem-
poráneas del pueblo.
En los últimos treinta y seis años, de 1910 a 1946, México
se transforma por obra de la revolución, y crece. La población
pasa de quince a veintitrés millones de habitantes; aumenta
la natalidad, la mortalidad disminuye, la duración media de la
vida se alarga; sube el índice de la población económicamen-
te activa; particularmente se nota un aumento bien grande en
la población dedicada a la industria; los campesinos con tie-
rras, que en 1910 eran solo irnos cuantos millares, pasan de
millón y medio; se acrecienta la superficie de los cultivos y
de un modo considerable la extensión de las tierras irrigadas;
las carreteras tienen un gran incremento, el volumen de la
asamblea constituyente /89

producción agrícola mejora de un modo importante; por cada


habitante del país, la producción industrial acusa un gran de-
sarrollo; el presupuesto nacional es nueve veces mayor que
el de 1910; la educación pública recibe un impulso enorme;
los servicios de salubridad y de asistencia pública también;
el promedio de los salarios se mejora. El progreso material y
social de México es de tal significación durante ese periodo,
que el país de 1910 deja de existir en muchos aspectos.
Pero lo realizado hasta hoy, comparado con lo que debe
hacerse todavía, representa bien poco para las necesidades
del pueblo y para el aseguramiento de la independencia cabal
de la nación. Bordeado México por dos inmensos océanos,
hecho que dificulta el intercambio comercial para un país po-
bre como el nuestro, vecino por el norte del país capitalista
más grande de la historia, y, por el sur, de países de estructu-
ra económica y social semejante a la suya, caracterizada por
su producción agro-minera dedicada a la exportación; las lu-
chas de su pueblo por el progreso y la emancipación nacional
son de lo más difícil. Estas circunstancias y el hecho de que
la última fase de la revolución histórica de México, la ini-
ciada en 1910 se desenvuelve entre las dos grandes guerras
mundiales, con las consecuencias de todo género que estas
crisis representan, sitúan de una manera precisa y caracteri-
zan de un modo claro la lucha secular del pueblo mexicano
contra sus enemigos domésticos y contra sus enemigos del
exterior.
Lo que falta todavía para hacer de México una nación mo-
derna, libre y soberana de verdad, habitada por un pueblo
que tenga acceso a los beneficios de la civilización y de la
cultura es enorme. El panorama del país es dramático; la in-
suficiencia de los salarios y, en general, de los recursos de
las grandes masas populares frente a los precios de las mer-
cancías fundamentales para la vida es de las más grandes del
mundo. No es exagerado afirmar que la pobreza endémica
de nuestro pueblo llega a alcanzar actualmente el carácter
de miseria en muchas regiones del país. Casi hemos abando-
nado ya el periodo histórico de la libre concurrencia en el
90 / vicente lombardo toledano

mercado nacional, y estamos entrando rápidamente a la eta-


pa de los monopolios. Perdidas, a causa de la segunda guerra
mundial, las relaciones comerciales de México con Europa y
con Asia, dependemos hoy casi de una manera absoluta de
las importaciones y exportaciones con los Estados Unidos.
La falta de controles durante la guerra aumentó la crisis que
esta produjo, permitiendo la aparición de algunos miles de
millonarios, en contraste con la pobreza general del pueblo, y
fomentando y haciendo más profunda la corrupción que den-
tro de las esferas del gobierno y fuera de ellas ha sido una de
las características del régimen feudal y del atraso general de
México. El cacicazgo persiste y adopta formas diferentes a las
del pasado, pero es igualmente eficaz que ayer para aherrojar
al pueblo y privar a muchos mexicanos del libre ejercicio de
sus derechos sociales y políticos. Las fuerzas genuinamente
reaccionarias, reagrupadas y lanzadas contra el progreso del
pueblo y contra la independencia de la nación, aprovecharon
el llamamiento a la unidad nacional, indispensable para ha-
cer posible la cooperación que debíamos prestar en la guerra
contra las potencias fascistas, para violar la Constitución de
la república, y se hallan actualmente a la ofensiva contra el
programa de la revolución mexicana, apoyadas por las fuer-
zas del imperialismo extranjero.
En cuanto a sus enemigos del exterior, México está vivien-
do una etapa tan peligrosa para su porvenir, como las que
culminaron en las guerras con los Estados Unidos en 1847
y con Francia en 1862. Porque las fuerzas del imperialismo
yanqui, dueñas absolutas, en la actualidad, de la dirección de
su país, han anulado la Política de la Buena Vecindad procla-
mada por el presidente Franklin D. Roosevelt. Esta política
hizo abrigar esperanzas a todos los pueblos de la América
Latina, en el advenimiento de una convivencia interameri-
cana que permitiera olvidar para siempre los agravios del
imperialismo yanqui, infligidos en el pasado a la mayoría de
nuestros pueblos, y ahora, ante el abandono de ella, se recru-
dece la amenaza de convertir a México en una colonia de los
grandes monopolios.
asamblea constituyente /91

Frente a estas perspectivas y ante la situación interior de


nuestro país, es evidente que solo la unidad, vigilante y acti-
va, de los más vigorosos sectores del pueblo y de los hombres
y las mujeres mejores de México, puede conjurar los peligros
que amenazan a nuestra patria y asegurar la prosecución de
los más generosos esfuerzos del pueblo por su progreso y por
el respeto a la soberanía de la república.
Para contribuir a esta obra gigantesca, difícil, llena de obs-
táculos y de peligros —pero la única tarea honrosa que los
mexicanos bien nacidos pueden emprender— surge el Partido
Popular.
Así como la industria actual ha sido el fruto del cambio
operado en la estructura económica que nuestro país tenía en
1910, particularmente como resultado de la reforma agraria
y de la organización sindical de la clase obrera, el progreso
general de México exige un cambio profundo, también, en la
estructura política y en los instrumentos y los métodos de la
vida cívica de la nación. Por eso, hasta hoy es cuando existen
las posibilidades históricas de un verdadero régimen demo-
crático en México.
En las actuales condiciones históricas de México, un régi-
men democrático, para merecer este nombre, ha de consistir,
ante todo, en la existencia de diversos partidos políticos; en
el respeto por parte del poder público a la actuación de los
partidos independientes, y en la abolición del fraude electo-
ral, aceptando de una manera leal y verdadera el sufragio de
los ciudadanos.
Mientras fue necesario que el gobierno garantizara, con
el empleo del poder del Estado, la implantación de las re-
formas proclamadas por la revolución y la vigencia de las
instituciones emanadas del sacrificio del pueblo —todavía
sin conciencia cívica robusta y sin la experiencia suficiente
para defender los derechos recién conquistados— era lógica
la función del gobierno, consistente en impedir que las fuer-
zas enemigas del pueblo recobraran el control de la nación.
Pero la gran mayoría de nuestro pueblo ha alcanzado ya con-
ciencia plena de sus derechos y sabe con precisión cuáles
92 / vicente lombardo toledano

son sus objetivos inmediatos y cuáles son, también, sus me-


tas lejanas. Por eso, la función tutelar del poder público debe
desaparecer, en la medida en que los ciudadanos, objeto de su
preocupación, han adquirido ya la capacidad necesaria para
gobernarse.
Sin democracia auténtica, sin respeto real al voto público,
sin la formación de verdaderos partidos políticos, no es posi-
ble continuar —dada la etapa a que ha llegado en su evolución
histórica nuestro país— la obra de la revolución comenzada
hace un siglo, que en esta época consiste, de manera prin-
cipal, en la rápida industrialización de México, principiando
por la modernización de la agricultura y llevándola hasta
una completa revisión de los grandes lineamientos de la po-
lítica económica del Estado. Porque si la industrialización ha
de tener por objeto transformar —y no concebimos ni exis-
te otro— nuestras materias primas, construir con recursos
mexicanos las fábricas de la industria básica, y hacer posi-
ble una industria manufacturera que satisfaga plenamente,
cuando menos, las necesidades de alimentación, de vestido y
de habitación civilizada del pueblo, proporcione los produc-
tos fundamentales para la industria y luche a la vez por la
emancipación económica de la nación, es claro que esta ta-
rea no corresponde únicamente al Estado, ni a su gobierno,
sino también, y en forma importante y decisiva, a las mejores
fuerzas organizadas del pueblo.
Sólo gobiernos democráticos, impregnados profundamen-
te de los anhelos populares y ansiosos de alcanzar las metas
de la revolución mexicana, pueden darle autoridad y eficacia
a la obra gubernativa y garantizar el mejoramiento económi-
co, social y cultural de las masas populares.
El Partido Popular nace, pues, como un nuevo instrumento
del pueblo mexicano, para acelerar el logro de sus viejas aspi-
raciones y de sus necesidades nuevas; para contribuir a hacer
posible un verdadero régimen democrático en nuestro país,
que produzca, entre otros de sus frutos, la existencia de un
poder legislativo independiente del Ejecutivo y representan-
te verdadero de los diversos sectores del pueblo. La dictadura
asamblea constituyente /93

en México ha sido y será, mientras el régimen político no


cambie, más que resultado de la voluntad de un presidente
de la república autoritario, consecuencia lógica de la falta de
partidos políticos, que como ocurre ya en la mayoría de los
países del mundo, hagan oír su voz de una manera libre y
respetada en el seno del Parlamento, que es, por su origen y
su función, la institución popular por excelencia. Ahora el
pueblo cuenta con el compromiso solemne contraído por el
primer mandatario del país, el licenciado Miguel Alemán, de
estudiar y presentar en el próximo periodo ordinario de se-
siones del Congreso de la Unión, una iniciativa de reformas a
la Ley Electoral de Poderes Federales, que garantice la pureza
del sufragio y el libre juego de los partidos políticos, sentando
así las bases más firmes para el advenimiento de un amplio
régimen democrático.
Formado por hombres y mujeres de diferentes opiniones
filosóficas, de distintas creencias religiosas y clases sociales;
por campesinos y por obreros, por artesanos y por peque-
ños comerciantes e industriales; por trabajadores del Estado
y por empleados particulares; por maestros de escuela, por
profesionistas; por intelectuales y por artistas, por hombres
de ciencia y por todos los mexicanos, en general, que coinci-
dan plena y lealmente en los objetivos trascendentales de las
luchas históricas de nuestro pueblo y en su programa con-
creto de acción, el Partido Popular será una de las fuerzas
constructivas más vigorosas y más puras de México.
Será un partido electoral que actuará también como ins-
trumento para la educación cotidiana de sus miembros y de
todo el pueblo mexicano. Estudiará de una manera objetiva
los grandes problemas nacionales, en reuniones especial-
mente convocadas para ese efecto, así como los problemas de
las diversas regiones del país, cuyas conclusiones tendrán el
carácter de tesis incorporadas en su programa, que se esfor-
zará por ver cumplidas.
Defenderá los derechos de todo el pueblo mexicano, y
en particular los derechos de sus miembros. Impulsará con
energía el progreso económico y social de los núcleos y comu-
94 / vicente lombardo toledano

nidades indígenas, con la mira de extirpar toda supervivencia


de segregación y estancamiento de la población autóctona. Se
empeñará por incorporar plenamente a la mujer en la vida
económica, social y política del país, promoviendo la reforma
constitucional necesaria para que alcance los mismos dere-
chos cívicos que el hombre. Organizará a la juventud para
ayudarla a que luche por sus derechos específicos, y para
evitar que las nuevas generaciones se perviertan política-
mente, cayendo bajo la influencia de las fuerzas enemigas del
progreso de México. Luchará contra el enriquecimiento in-
debido y contra todas las formas de la corrupción, en donde
quiera que ocurran, ya sea entre los funcionarios públicos,
los políticos profesionales, los líderes de los sindicatos y de
las agrupaciones campesinas, o entre los particulares dedi-
cados a actividades económicas, y contra la corrupción de la
prensa, que desorienta al pueblo, lo priva de una información
veraz y retarda su progreso cultural.
El Partido Popular, por su misma composición, es pro-
fundamente respetuoso de la libertad de conciencia y de las
actividades lícitas de las asociaciones religiosas sin distin-
ción. Pero es imposible confundir esta actitud, con la única
que cabe asumir ante el desarrollo constante y generalizado
de actos de culto externo de la Iglesia católica y de activida-
des políticas de algunos de sus ministros, en violación abierta
de varios preceptos de la Constitución, que están incluidos
en ella como resultado de cruentas luchas históricas y como
garantía de equilibrio en la convivencia de nuestro pueblo.
El clero contumaz pretende, repitiendo con tenacidad sus
francas violaciones a la Constitución, arrollar el sistema legal
vigente. El Partido Popular, frente a este serio problema na-
cional, preconiza una política de firme respeto a las normas
existentes, que el gobierno debe implantar con sinceridad y
eficacia, y que las fuerzas populares deben robustecer y con-
solidar dándole el más vigoroso apoyo.
De mayor seriedad todavía que el problema anterior —pues
en este se ve comprometida aún más, la propia integración de
nuestra nacionalidad— es la situación creada en el campo de la
asamblea constituyente /95

educación popular, donde la tolerancia indebida de las autori-


dades ha permitido que el clero y las asociaciones de carácter
religioso, violando el artículo tercero de la Constitución, in-
tervengan abiertamente en la creación y manejo de escuelas
que, de acuerdo con ese precepto e interés de la unificación
cultural básica de todos los mexicanos, deben quedar libres
de cualquier influencia religiosa, sectaria y divisionista por
definición. El Partido Popular concibe la enseñanza como
un instrumento poderoso; para la formación de la conciencia
nacional, que ha de basarse en la tradición liberal formado-
ra de la república y en los principios de la democracia y de
la ciencia. Por consiguiente, a reserva de elaborar un verda-
dero programa educativo, cabal y debidamente articulado,
que desenvuelva los principios sociales, científicos y técni-
cos que deben normar la educación del pueblo —adelantando
más allá de las meras generalidades obvias pero sin positiva
utilidad— y que sea digno de la trascendencia que tienen los
problemas educativos del país. El Partido Popular considera
inaplazable fijar con precisión su militancia incondicionada
y enérgica contra la amplia y creciente participación que se
tolera a las tendencias religiosas en escuelas que solo pueden
cumplir su misión si no están sometidas a ellas, y contra las
asechanzas encaminadas a restaurar, en un intento anacróni-
co, el derecho de las asociaciones religiosas y sus ministros,
a participar en la orientación ideológica y manejo de las es-
cuelas que educan a nuestro pueblo —tanto públicas como
privadas— dándoles carácter confesional y anticientífico.
En tal virtud, el Partido Popular hace suya la lucha contra
la extensa participación que de hecho se permite tomar a las
asociaciones religiosas en la escuela del pueblo, y contra los
intentos de reforma del artículo tercero de la Constitución,
encaminados a legalizar esa acción educativa confesional.
Inspirado en las tradiciones mejores de México, el Partido
Popular será un partido nacionalista y democrático, genuina
mente mexicano, sin vínculos con el extranjero ni dependen-
cias del Estado; y porque se apoya en ese pasado luminoso, se
sumará a la defensa universal de las libertades humanas, de
96 / vicente lombardo toledano

la justicia social y de la independencia de los pueblos en todas


partes de la Tierra, y luchará resueltamente por el manteni-
miento de la paz internacional, porque solo en un ambiente
de paz podrá nuestro pueblo progresar ininterrumpidamen-
te y la nación mexicana alcanzar su independencia completa.
Meditando en la obra de los héroes de la independencia, de
los próceres de la reforma y de los mejores líderes de la revo-
lución de 1910, y esforzándose en mejorar sus anhelos y en
dar a la nación mexicana un rumbo preciso, por encima de lu-
chas infecundas y de intereses que no sean los del pueblo, el
Partido Popular toma en sus manos la bandera de México y la
mantendrá siempre en alto, con valor y con orgullo.
PROGRAMA DEL PARTIDO POPULAR

capítulo i. consolidación y ampliación


del régimen democrático
Artículo lo. Defensa del régimen democrático consagrado
en la Constitución Política de la república y particularmente
de las libertades esenciales del pueblo, como son:
a) Libertad de expresión del pensamiento.
b) Libertad de creencias.
c) Libertad de imprenta.
d) Libertad de reunión.
e) Libertad de asociación.
f) Libertad de trabajo.
Artículo 2o. Respeto pleno a la soberanía de los estados y
al principio de independencia de los poderes.
Artículo 3o. Reforma de la Ley Electoral de Poderes
Federales y de las leyes electorales de los estados, de acuerdo
con los siguientes principios:
a) Garantizar la existencia y la libre actividad de los parti-
dos políticos de tendencias democráticas.
b) Implantar el sistema de representación proporcional en
la integración de las Cámaras del Congreso de la Unión,
de las Legislaturas de los estados y de los ayuntamientos.
c) Organizar un registro auténtico de los ciudadanos, que
sirva de base a la emisión del sufragio.
d) Crear los órganos electorales que se requieran para vigi-
lar la pureza de las elecciones.
e) Dar efectiva y suficiente participación en la vigilancia
de los actos preparatorios de las elecciones, en la realiza-

Razón histórica, principios, programa y estatutos del Partido Popular,


Ediciones del PP, 1948, p. 15.
98 / vicente lombardo toledano

ción de estas y en el recuento y calificación de los votos


a los partidos políticos legalmente registrados.
Artículo 4o. Organización del gobierno de la Ciudad
de México y del Distrito Federal, y Territorios, sobre ba-
ses democráticas que correspondan adecuadamente a sus
características.
Artículo 5o. Expedición de una Ley Federal Reglamentaria
del Municipio Libre, que tenga por objeto:
a) Garantizar las elecciones de ayuntamientos, contra la
injerencia de las autoridades de los estados o de la Fede-
ración.
b) Asegurar a los ayuntamientos su autonomía y el disfrute
del presupuesto que haga posible la atención eficaz de
los servicios públicos y el progreso general de los muni-
cipios.
c) Establecer el derecho de iniciativa de los vecinos del mu-
nicipio ante el ayuntamiento; la obligación de someter al
referéndum de los ciudadanos del municipio las obras de
importancia que el ayuntamiento resuelva llevar a cabo,
y el derecho para el pueblo de revocar su mandato al
presidente municipal, a los regidores, o a todo el ayunta-
miento, en casos de mala conducta.
d) Facilitar la transición de las formas autóctonas de
gobierno de los núcleos indígenas al gobierno muni-
cipal.

capítulo ii. mejoramiento de las condiciones


económicas y sociales en que vive el pueblo
Artículo 6o. Aumento de la capacidad de compra de los sa-
larios y de los ingresos de las grandes masas de la población,
mediante:
a) Abaratamiento del costo de la vida.
b) Pago de precios remuneradores a los productores agrí-
colas.
c) Aumento del salario real de los obreros, trabajadores del
Estado, empleados particulares y miembros de las insti-
tuciones armadas.
asamblea constituyente /99

Artículo 7o. Reorganización y ampliación del seguro so-


cial y su aplicación a los sectores y zonas que todavía carecen
de él.
Artículo 8o. Preservación de la salud y mejoramiento de
las condiciones sanitarias de las poblaciones, de las viviendas
y de los lugares de trabajo, mediante:
a) La ampliación de las campañas contra las epidemias y
las enfermedades endémicas.
b) La lucha intensiva contra las enfermedades tropicales.
c) El saneamiento de la “tierra caliente”, simultáneo a la
apertura de nuevas zonas de cultivo.
d) El establecimiento, en todo el país, del servicio gratuito
de desayunos escolares.
e) La creación de casas de descanso para niños y para tra-
bajadores, en las que puedan pasar vacaciones.
f) La formulación y ejecución de un vasto plan para la
construcción de habitaciones populares.
g) La preparación de un programa que coordine recursos
del gobierno federal, de los estados y de los ayuntamien-
tos, para la realización, dentro de plazos determinados,
de las obras de introducción de agua potable, drenaje y
construcción de hospitales, escuelas, mercados y ras-
tros.
h) El cumplimiento fiel y la constante revisión de los re-
glamentos relativos a la seguridad en las minas, en las
fábricas y en todos los lugares de trabajo.
Artículo 9o. Organización cooperativa de los consumido-
res, en escala nacional y mediante un firme apoyo del sistema
de crédito, con la mira de eliminar intermediarios y contri-
buir a abaratar el costo de la vida.
Artículo 10o. Expedición de una Ley Federal de Protección
a la Infancia.
Artículo 11o. Revisión de la legislación civil, con la finali-
dad de proteger convenientemente a la familia y organizar la
jurisdicción especializada que esta requiere.
Artículo 12o. Multiplicación de las oportunidades de
educación del pueblo mediante el aumento de las escuelas
100 / vicente lombardo toledano

primarias, las secundarias y las técnicas, al compás del desa-


rrollo económico y cultural del país.
Artículo 13o. Organización de un plan nacional de ayuda
económica, con recursos de la Federación, para que los pa-
dres de familia numerosa puedan sostener la educación de
sus hijos; para ello, además de aumentarse las becas en los
establecimientos de enseñanza técnica, se deberá crear la
“prima de familia”, o sea, un subsidio auxiliar, proporcional
al número de hijos en edad escolar.
Artículo 14o. Plena participación de los núcleos indígenas
en la vida económica y social del país, por medio de:
a) El estudio científico de los problemas fundamentales de
los diversos núcleos indígenas, con el propósito de ro-
bustecer y ampliar la unidad de la nación.
b) El empleo de las lenguas nativas en la enseñanza que se
les imparta, con simultáneo aprendizaje del español.
c) La dotación de tierra suficientes para cada comunidad
indígena.
d) La refacción y la dirección técnica de los cultivos, bus-
cando aumentar sus rendimientos.
e) El aprovechamiento racional de sus riquezas y recursos
naturales, en beneficio propio.
f) La creación de industrias dentro de las regiones indíge-
nas, de acuerdo con las características geográficas y so-
ciales del medio.
g) El fomento de las artes populares y su organización so-
bre bases de progreso económico.

capítulo iii. conquista de los derechos de la mujer


Artículo 15o. Luchar por la extirpación de todos los obs-
táculos que en las leyes, las costumbres y la práctica se
oponen a la plena igualdad de derechos y oportunidades
entre el hombre y la mujer, principalmente en los aspectos
siguientes:
a) Reforma de la Constitución Política de la república, para
que otorgue a las mujeres mexicanas el ejercicio cabal de
la ciudadanía, y puedan elegir y ser elegidas para todos
asamblea constituyente /101

los cargos de elección popular, en iguales condiciones


que los hombres.
b) Revisión de las leyes, reglamentos y contratos colectivos
de trabajo, en forma que facilite, en igualdad de condi-
ciones, el ingreso de las mujeres en los diversos centros
de trabajo y actividad social, con la mira de incorporar
al mayor número de ellas en la economía del país.
c) Expedición de reglamentos y acuerdos administrativos,
en el sentido de que un progresivo porcentaje de las be-
cas para estudios de cualquier carácter que otorguen las
autoridades federales o locales, se conceda a mujeres.
d) Expedición de reglamentos para conferir a las mujeres
asociadas en sindicatos, comunidades y agrupaciones en
general, una representación digna del número de ellas,
en la dirección y manejo de las entidades.
e) Reconocimiento del derecho de las mujeres campesinas
a recibir tierras en iguales condiciones que los hombres,
siempre que estén en aptitud de dedicarse a la agricul-
tura.
f) Implantación de un régimen de igualdad de salarios y
retribuciones, en todos los casos de trabajo igual al de
los hombres.
g) Reconocimiento de las aptitudes especiales de las muje-
res para el desempeño de ciertos puestos y servicios de
asistencia social, educación y trabajo, relacionados con
el cuidado y la protección de mujeres, niños y ancianos.
h) Cumplimiento del compromiso internacional contraído
por el gobierno, de designar en ciertos casos mujeres de-
legadas a las conferencias y organismos internacionales,
y de facilitar la incorporación de la mujer mexicana al
movimiento mundial en defensa de los derechos de la
mujer.
Artículo 16o. Abolición completa, en la capital de la repú-
blica y en todos los estados, de los sistemas administrativos y
prácticas policiacas que infaman y explotan a las mujeres que
ejercen la prostitución, en vez de facilitar su incorporación
normal al trabajo, y con ella, su regeneración.
102 / vicente lombardo toledano

Artículo 17o. Multiplicación y mejoramiento de las insti-


tuciones que hacen compatible el trabajo de la mujer con la
maternidad; casas “Amiga de la Obrera” guarderías, cámaras
de lactancia, seguro de maternidad, colonias para vacaciones,
etcétera.
Artículo 18o. Organización de una red nacional por la
Secretaría de Salubridad y Asistencia, de centros de capacita-
ción y trabajo para mujeres desocupadas.

capítulo iv. defensa de los derechos


de los trabajadores
Artículo 19o. Mantenimiento de un clima político de ac-
tiva y enérgica defensa de la Ley Federal del Trabajo, contra
todo intento reaccionario encaminado a modificarla o debili-
tar su cumplimiento.
Artículo 20o. Defensa del derecho de huelga, con toda la
amplitud que establece el artículo 123 de la Constitución.
Artículo 21o. Respeto efectivo y mejoramiento del Estatuto
Jurídico de los Trabajadores al Servicio del Estado.
Artículo 22o. Lucha para obtener de los estados y munici-
pios de la república, y de las instituciones descentralizadas,
el reconocimiento y protección de los derechos de los traba-
jadores a su servicio.
Artículo 23o. Lucha contra toda forma de duplicación de
impuestos diversos sobre los salarios de los trabajadores.
Artículo 24o. Ampliación de los beneficios de la Ley del
Trabajo, a todos aquellos que sin tener un salario definido, en
realidad trabajan por cuenta de otro: agentes vendedores en
abonos, etcétera.
Artículo 25o. Defensa de los derechos de los trabajadores
agrícolas asalariados, hasta lograr su organización sindi-
cal y la aplicación de la Ley del Trabajo, en la misma forma,
y otorgándoles las mismas prestaciones que a los obreros
industriales.
Artículo 26o. Implantación de la escala móvil de sa-
larios, como sistema protector del nivel de vida de los
trabajadores.
asamblea constituyente /103

Artículo 27o. Realización práctica del mandato constitu-


cional relativo al derecho de los trabajadores a participar en
las utilidades de las empresas.
Artículo 28o. Reformas legales necesarias para obtener
que los patrones contribuyan al sostenimiento de escuelas
técnicas de capacitación de los trabajadores.
Artículo 29o. Persecución legal adecuada de toda clase de
actos o contratos simulados que tiendan a eludir la aplicación
de la Ley del Trabajo, falsas sociedades de responsabilidad li-
mitada, etcétera.
Artículo 30o. Subsidio de alimentación, abarcando la fami-
lia, para todos los trabajadores desocupados por causas ajenas
a su voluntad, y medidas adecuadas para reincorporarlos a las
actividades económicas.
Artículo 31o. Reconocimiento general, y libre uso del
derecho de todo trabajador a afiliarse, en lo individual, al
partido político que escoja, de acuerdo con sus convicciones
y simpatías personales, sin que se afecten o menoscaben sus
derechos sindicales o ejidales.

capítulo v. defensa de la clase media


Artículo 32o. Expedición de una ley federal que proteja el
trabajo de los artesanos, el trabajo a domicilio y el trabajo
familiar, y los defienda de la explotación de patrones sin es-
crúpulo y de prestamistas y acaparadores.
Artículo 33o. Expedición de una ley federal que proteja
y facilite la organización de los pequeños comerciantes, li-
berándolos de la hegemonía de los grandes almacenistas,
intermediarios y acaparadores.
Artículo 34o. Expedición de reglamentos del trabajo en
los establecimientos comerciales, con la mira de garantizar a
los empleados el cumplimiento de la Ley Federal del Trabajo,
mediante un sistema eficaz de inspección.
Artículo 35o. Atención económica especial de los peque-
ños productores agrícolas que trabajan directamente la tierra
sin concurso permanente de asalariados, otorgándoles cré-
dito barato, alquilándoles maquinaria y protegiéndolos en la
104 / vicente lombardo toledano

venta de sus productos, así como organización económica y


protección de los pequeños ganaderos.

capítulo vi. las fuerzas armadas


y la defensa nacional
Artículo 36o. El Partido Popular reconoce que la existencia
de las instituciones armadas es indispensable para el mante-
nimiento de la paz interna, la estabilidad de las instituciones
y la defensa de la soberanía nacional. En consecuencia:
a) El ejército nacional debe organizarse y entrenarse de
acuerdo con una doctrina mexicana de guerra.
b) En ningún caso y por ningún motivo podrá convenirse
en que el ejército mexicano combata bajo bandera extra-
ña o por ideales o intereses no nacionales.
c) El Servicio Militar Nacional debe cumplirse estricta-
mente, comprendiendo en los sorteos a los jóvenes de
todos los núcleos sociales de nuestro pueblo, sin distin-
ción.
d) Deben mantenerse vivos los derechos de los jóvenes
conscriptos para que regresen a sus trabajos o a sus es-
tudios cuando cumplan el tiempo de servicio, y orientar
hacia actividades creadoras a aquellos que ninguna la-
bor determinada tenían en la época de su incorporación.
e) En el seno de nuestro ejército no podrá haber grupos
preferidos en el tratamiento o en prestaciones de orden
económico o social.
f) Deberá expedirse una ley sobre constitución de cuadros
y efectivos, vigilando celosamente que en la reorganiza-
ción de nuestros contingentes militares no se cause a los
excedentes lesión de carácter moral o económico.
g) El ascenso en la milicia no podrá concederse sin vacante
que lo motive, y solo será otorgado a quien llene los re-
quisitos que la ley de la materia y sus reglamentos exijan.
h) Deberá expedirse una ley en que se establezcan normas
para la rotación en el mundo.
i) También se regularán las actividades cívicas de los
miembros del ejército para que, sin quebranto de la dis-
asamblea constituyente /105

ciplina militar, gocen con plenitud de los derechos polí-


ticos que la Constitución federal concede a la ciudadanía
mexicana.
j) Igualmente, deberán dictarse medidas que tiendan a
afirmar el interés por la profesión de soldado, y a pro-
porcionar educación cívica y mantener una moral ele-
vada en los militares, para garantía de las instituciones
democráticas y defensa de la soberanía nacional,
k) Debe obtenerse que se amplíe el sistema de planteles de
formación militar, a fin de que todos los componentes
de las fuerzas armadas queden en aptitud de recibir sus
enseñanzas.

capítulo vii. política económica nacional


Artículo 37o. La acción económica del Estado, en todas sus
múltiples manifestaciones, debe concebirse y desarrollarse
como una función de coordinación y regulación, destinada
fundamentalmente a garantizar a la gran mayoría de la po-
blación, que vive de su trabajo, niveles de vida cada vez más
altos, impidiendo el acaparamiento creciente ilimitado de la
riqueza en manos de unos cuantos privilegiados, a costa del
empobrecimiento de la mayoría.
Artículo 38o. El logro de la finalidad anterior solo pue-
de obtenerse sobre la base de un desarrollo constante de la
economía nacional, a través de la modernización de la agri-
cultura y la industrialización del país.
Artículo 39o. En consecuencia, el Estado deberá fomentar
todo desarrollo económico que no se apoye en acaparamien-
tos, privilegios u obtención de ganancias desproporcionadas,
estimulando dentro de esos límites la iniciativa privada
y combatiendo, en cambio, las actividades de los mono-
polios y todas las manifestaciones de acaparamiento y de
especulación.
Artículo 40o. Deberá aplicarse una política de impuestos
encaminada a recoger, en beneficio colectivo, las ganancias
que exceden los límites de un rendimiento equitativo del
capital.
106 / vicente lombardo toledano

Artículo 41o. La aplicación de la política económica deli-


neada anteriormente exige:
a) Unificar las actividades y orientaciones de los diversos
organismos públicos que intervienen en los problemas y
asuntos económicos.
b) Investigar, en forma sistemática, cuáles son los recursos
y posibilidades del país, desde el punto de vista mate-
rial, técnico y humano.
c) Convertir a la Secretaría de Economía Nacional en un
órgano definido de planeación y fomento del desarrollo
económico nacional.
d) Revisar el sistema de crédito público y privado, fortale-
ciendo al Banco de México en su carácter de institución
central, para convertirlo en el instrumento más impor-
tante de orientación de las actividades de fomento econó-
mico y para canalizar el máximo de recursos de crédito,
hacia la realización del programa de desarrollo del país.
e) Abaratar y extender los servicios básicos de suministro
de energía eléctrica, comunicaciones y transportes, na-
cionalizando las empresas respectivas, conforme al plan
que se estructure para garantizar el progreso de la eco-
nomía nacional.

capítulo viii. política económica


internacional de méxico
Artículo 42o. Como principio básico, impuesto por las ne-
cesidades de desarrollo de la economía del país, México debe
abstenerse de contraer compromisos internacionales que
en cualquier forma restrinjan su libertad de regular las im-
portaciones y exportaciones mediante una política aduanal
proteccionista o por cualquiera otro de los procedimientos
técnicos aprovechables para ese fin.
Artículo 43o. Las inversiones extranjeras deben ser condi-
cionadas mediante la fijación:
a) De la clase de actividades a que puedan dedicarse, que
no incluirán las ramas fundamentales de la economía
nacional.
asamblea constituyente /107

b) De su encauzamiento, precisamente hacia la satisfacción


de las necesidades económicas más urgentes del país.
c) De la proporción en que deberán mezclarse con el capi-
tal nativo.
d) De volúmenes y condiciones de reinversión de sus utili-
dades, en la conservación y desarrollo de las empresas.
e) De fletes adecuados, que deberán pagar por el transpor-
te de sus productos, principalmente al sistema ferrovia-
rio.
f) De los impuestos y aranceles que cubrirán, como contri-
bución al sostenimiento de los servicios públicos.
g) De límites en la explotación de recursos naturales, para
no mermar nuestras fuentes de riqueza, ni las reservas
nacionales.
h) De las causas de caducidad de las concesiones para ex-
plotación de recursos naturales o servicios públicos, en-
tre las que se incluirá siempre la falta de cumplimiento
de los términos de la concesión.
i) De la cantidad de productos y servicios que los inver-
sionistas extranjeros deban destinar obligatoriamente al
consumo del país.

capítulo ix. reforma agraria


Artículo 44o. Revisar la legislación agraria, de acuerdo con
los siguientes principios:
a) Debe continuarse el reparto de tierras, superando las
limitaciones e imperfecciones del procedimiento eji-
dal, con la finalidad de poner en práctica, sin demora,
el conjunto de sistemas y medidas que se requieren para
entregar tierra al enorme número de campesinos que to-
davía carecen de ella.
b) Los nuevos repartos de tierra tendrán también por obje-
to integrar las propiedades y parcelas insuficientes que
existen en la actualidad, con el mínimo de tierra econó-
micamente necesaria para constituir en forma costeable
una unidad agrícola de explotación familiar.
c) Los nuevos métodos de reparto que hayan de implantar-
108 / vicente lombardo toledano

se deberán garantizar, no solo el mantenimiento de los


actuales niveles de la producción agrícola nacional, sino
también su progreso ulterior.
d) Los nuevos procedimientos de reparto de tierras, a di-
ferencia del sistema ejidal, tendrán como beneficiario
directo de la tierra, no a los núcleos de población, sino a
cada agricultor en lo individual.
e) Los campesinos que reciban tierras no podrán enajenar-
las, arrendarlas o gravarlas, sino en los casos y condicio-
nes que fije la ley.
f) Tanto en beneficio de los campesinos como para impe-
dir que los nuevos repartos de tierra afecten desventa-
josamente la producción agrícola forestal o ganadera, se
reconocerá la obligación del poder público, de propor-
cionar, simultáneamente con la tierra, los elementos de
trabajo, los beneficios de crédito y los servicios técnicos,
indispensables para realizar una conveniente explota-
ción de aquélla.
Artículo 45o. Activar el reparto de tierras a los núcleos de
población que tienen derecho a ellas dentro de las leyes agra-
rias vigentes en la actualidad.
Artículo 46o. Implantar un régimen legal, mantenido cui-
dadosamente en su vigencia práctica de absoluto respeto a
los derechos agrarios, proscribiendo y castigando con penas
severas a los autores de atropellos y muy especialmente a los
responsables de despojo de parcelas.
Artículo 47o. Revisar, a solicitud de los campesinos, los pa-
drones ejidales, para impedir que figuren en ellos personas
ajenas a la agricultura.
Artículo 48o. Organizar un sistema eficaz de revisión de
los títulos de las pequeñas propiedades, para evitar fraccio-
namientos simulados o ilícitos, de predios susceptibles de ser
afectados.
Artículo 49o. Luchar con empeño para obtener que el
Departamento Agrario detenga la indebida expedición
de certificados de inafectabilidad destinados a proteger
acaparamientos ilícitos de tierras, y que en lo futuro la ex-
asamblea constituyente /109

pedición de ellos se subordine a un riguroso examen de su


legalidad.
Artículo 50o. Introducir a la legislación agraria los precep-
tos necesarios para evitar que prosigan las expropiaciones
de tierras ejidales con fines de especulación. A este efecto se
cuidará de establecer que:
a) Además de otros pagos por el excedente del valor, los
ejidatarios recibirán siempre tierras agrícolas equiva-
lentes a las que se expropien.
b) El presidente de la república no deberá autorizar ningu-
na expropiación de ejidos, en la cual no se haya elimi-
nado previamente toda perspectiva de enriquecimiento
ilícito derivado de la expropiación, y a ese fin, cuando
el enriquecimiento posterior sea posible, el presidente
de la república cuidará de obtener que se produzca en
beneficio de la nación y no de particulares.
Artículo 51o. Modificar a la mayor brevedad la Ley de
Riesgos en vigor, a fin de establecer, expresamente y sin ex-
cepciones, que la totalidad de las tierras que en el futuro se
abran al cultivo en los sistemas de riego, deberá distribuirse
en parcelas de explotación familiar, prohibiendo que cual-
quier persona adquiera en ellas mayor superficie.
Artículo 52o. Aplicar estrictamente el orden preferencial
que el actual artículo 75 de la Ley de Aguas de Propiedad
Nacional establece para la distribución de ellas.
Artículo 53o. Imponer, en la distribución anual de los
recursos del Estado, la asignación constante del mínimo ne-
cesario para iniciar e ir desenvolviendo progresivamente una
política de colonización interna en beneficio de los campesi-
nos pobres, mediante la apertura de nuevas tierras agrícolas
que el Estado deberá adaptar previamente y en las cuales or-
ganizará una adecuada producción.
Artículo 54o. Introducir en las leyes y reglamentos que
regulan la organización y dirección de los ejidos las dispo-
siciones necesarias para evitar la formación de caciques
ejidales y la intromisión indebida de elementos ajenos al eji-
do, así como para garantizar su funcionamiento democrático,
110 / vicente lombardo toledano

las reuniones periódicas de su asamblea general, y en suma,


la autoeducación constante de los miembros de la comunidad
campesina.
Artículo 55o. Restablecer y rodear de garantías eficaces
de funcionamiento el sistema de trabajo colectivo en aque-
llos ejidos en que, por la topografía del terreno, el género
de los cultivos, las formas de obtener el crédito, el uso de
maquinaria o la distribución de las aguas de riego, resulte
técnicamente aconsejable ese sistema, en virtud de su mayor
rendimiento económico.
Artículo 56o. Adoptar las medidas más adecuadas para
establecer en el campo la seguridad que permita a los cam-
pesinos el pleno disfrute de sus derechos, entre ellas, la
disolución de todo género de “guardias blancas”.

capítulo x. desarrollo agrícola


Artículo 57o. Vigorizar y ensanchar la ayuda del crédito
como elemento imprescindible del progreso de nuestra agri-
cultura, dentro de los lineamientos siguientes:
a) Debe revisarse la Ley de Crédito Agrícola, así como las
leyes que organizan las instituciones de crédito y sus
reglamentos, procedimientos y métodos de adminis-
tración, con el fin de suprimir los trámites burocráticos
innecesarios, de evitar la falta oportuna de crédito para
las diversas operaciones agrícolas, la tardanza en las li-
quidaciones finales de cada ciclo agrícola, los abusos del
personal de las instituciones en perjuicio de los campe-
sinos, y de hacer de cada institución —en cuyo mane-
jo deben participar de manera efectiva los campesinos
mejor organizados social y técnicamente—un estableci-
miento que impulse con honradez y entusiasmo la agri-
cultura nacional.
b) El crédito oficial debe ser barato y oportuno, para lo
cual es imprescindible dotar a su ministración de mayor
flexibilidad, descentralizando las unidades del sistema,
mediante la creación de bancos regionales especializa-
dos, en aquellas zonas que lo justifiquen por su impor-
asamblea constituyente /111

tancia.
c) El crédito agrícola oficial debe encauzarse preferente-
mente hacia las operaciones a largo plazo, destinadas a
robustecer y aumentar la producción, por encima del
crédito a corto plazo, sobre la base de una tasa barata de
interés.
d) Debe restructurarse el sistema de crédito público y pri-
vado, canalizando el mayor volumen posible de recur-
sos hacia la agricultura, mediante el aprovechamiento
máximo de todas las posibilidades técnicas, inclusive el
redescuento.
e) Tras una conveniente preparación y mediante la reorga-
nización previa que se requiere, debe unificarse el sis-
tema de crédito agrícola oficial mediante la fusión del
Banco Nacional de Crédito Agrícola y el Banco Nacional
de Crédito Ejidal, con la mira de permitir el desarrollo
de una política coordinada en la acción crediticia del Es-
tado.
f) Debe ensancharse la capacidad de crédito de los cam-
pesinos mediante el establecimiento de su responsabi-
lidad colectiva obligatoria en las operaciones de interés
común.
g) Debe simplificarse y abaratarse al máximo el uso del
crédito, en cuanto pueda servir para eliminar a los in-
termediarios y garantizar a los productores contra las
fluctuaciones del mercado agrícola y la especulación.
Artículo 58o. Organizar económica y socialmente, me-
diante rápida y enérgica acción del Estado, a los millares de
ejidatarios que trabajan en los ejidos menos productivos de la
república y que carecen, por esa causa, hasta de los beneficios
mínimos del crédito, con detrimento propio y del progreso
general de la agricultura.
Artículo 59o. Formular y aplicar sistemáticamente, en todo
el país y con la necesaria continuidad, una verdadera política
agrícola nacional, que partiendo del conocimiento científico
de las condiciones y posibilidades de nuestro suelo, marque
rutas de progreso a la producción.
112 / vicente lombardo toledano

Artículo 60o. Crear, como requisito indispensable para


lo anterior, un instrumento científico de investigación per-
manente de los factores que intervienen en la agricultura,
instrumento que, por una parte, ha de retiñir en su seno a los
más aptos investigadores y hombres de ciencia del país, y por
la otra, deberá contar con recursos materiales que estén en
proporción a la magnitud nacional del problema.
Artículo 61o. Transformar radicalmente la Secretaría de
Agricultura y Ganadería del gobierno federal a fin de capaci-
tarla, para que trace y prosiga una política agrícola coherente,
para lo cual se requiere despojar a esa secretaría de funcio-
nes tradicionalmente a su cargo, pero no conectadas con su
verdadero papel, y al mismo tiempo adaptarla conveniente-
mente a este.
Artículo 62o. Implantar un servicio de promoción agríco-
la, dinámica y eficaz, que lleve a los productores agrícolas y
ganaderos servicios, fertilizantes, productos químicos y va-
cunas para luchar contra las plagas, y les dé orientaciones
técnicas, consejos prácticos, mejores métodos de trabajo y
sugestiones fundadamente prometedoras, no mediante im-
posición violenta de simples órdenes de la autoridad, sino por
el camino de los estímulos económicos y las ventajas inme-
diatas para el agricultor y el ganadero.
Artículo 63o. Establecer precios remuneradores, garanti-
zados por el Estado, sobre la base correlativa de perseguir y
castigar toda forma de especulación, acaparamiento u ocul-
tación de los productos que constituyen la alimentación
popular.
Artículo 64o. Subordinar toda exportación de productos
agrícolas o ganaderos, que deberá siempre hallarse estric-
tamente sujeta al control del Estado, a una concienzuda y
previsora estimación de las demandas nacionales, lo mismo
tratándose de artículos alimenticios que de materias primas
para la industria de transformación.
Artículo 65o. Organizar la implantación, previos los es-
tudios indispensables, de un sistema de seguro agrícola,
destinado a apoyar aquellos cultivos que más lo necesiten, así
asamblea constituyente /113

como a estimular la ampliación de los servicios de crédito en


la agricultura.
Artículo 66o. Estructurar a la mayor brevedad y en dimen-
siones de alcance nacional, sistemas eficaces de venta de los
productos agrícolas con intervención de los productores eji-
datarios, colonos y pequeños propietarios, y vigilancia de las
autoridades.
Artículo 67o. Encauzar el desarrollo de las obras de irriga-
ción, dentro de los siguientes lineamientos:
a) Debe determinarse anualmente el monto de las inversio-
nes en obras de riego, en estrecha relación a lo asignado
para el conjunto de servicios de ampliación y promoción
de la agricultura nacional, coordinando la construcción
de presas con las otras obras fundamentales del Estado,
entre las que se cuenta el desarrollo y progreso técnico
de la agricultura ya existente.
b) Debe asignarse siempre, para obras de pequeña irri-
gación, una parte importante de los presupuestos del
ramo, buscando transformar y modernizar en todo lo
posible la agricultura anticuada.
Artículo 68o. Cuidar la conservación de los suelos y nues-
tra riqueza forestal, mediante una explotación racional de los
bosques, preservándolos con eficaces medidas de talas inmo-
deradas e incrementando a la vez la reforestación.
Artículo 69o. Organizar y vigilar la aplicación de un siste-
ma nacional de educación agrícola, inspirado en los siguientes
principios:
a) Desde la escuela rural debe iniciarse la educación prác-
tica de los agricultores, acomodando a esa necesidad los
programas y actividades de la escuela campesina.
b) La segunda enseñanza, en los medios rurales, debe estar
orientada primordialmente hacia la preparación prácti-
ca de los futuros agricultores.
c) La educación agrícola superior, destinada a preparar
profesionales, debe proyectarse y conducirse sistemáti-
camente, con el propósito de que los técnicos agróno-
mos se conviertan, todos ellos, en los ejecutores de la
114 / vicente lombardo toledano

gran empresa nacional de promoción planificada de la


agricultura y la ganadería, para lo cual debe estructurar-
se un sistema no burocrático, expedito y permanente,
de utilización de los técnicos agrónomos por el Estado,
en condiciones atrayentes para ellos.

capítulo xi. industrialización


Artículo 70o. La industrialización de México, meta sobre-
saliente de la política económica del Estado, debe llevarse
a cabo en forma tal que, por su contenido concreto y sus
proyecciones hacia el futuro, alcance una tendencia defini-
da y permanente hacia la elevación del nivel de vida de las
grandes masas consumidoras, que constituyen el mercado in-
terno y marcan el límite más directo al desarrollo de nuestra
industria.
Artículo 71o. Por consiguiente, en la medida en que el
Estado actúe como instrumento propulsor de la economía
nacional, cuidará de asignar sus recursos y servicios en for-
ma que corresponda proporcionalmente a los volúmenes y
a los apremios imperativos de los diversos problemas nacio-
nales, de tal suerte que el fomento industrial no se realice
nunca con detrimento del desarrollo primordial de nuestra
agricultura.
Artículo 72o. La iniciativa privada y el capital particular
juegan hoy día un papel importante en el desarrollo de nuestra
industria, pero la escasez de los recursos de capital acumu-
lados, la pobreza del mercado interior y las limitaciones que
sufrimos en cuanto a recursos naturales y humanos, dan a
la acción directriz y coordinadora del Estado, en materia de
industrialización, un carácter fundamental e irremplazable,
pues al Estado le toca cumplir, no solo una misión orientado-
ra, sino también el papel de promotor directo de la industria,
tanto en aquellos aspectos no desarrollados por la iniciativa
privada, como en los que se requieren para complementar y
reforzar el conjunto de nuestro incipiente sistema industrial.
Artículo 73o. No debe seguirse permitiendo que los ór-
ganos del Estado que apoyan con capital público el fomento
asamblea constituyente /115

de la industria jueguen en esta un papel igual o semejante


al de las empresas privadas. En vez de una acción dispersa
y oportunista, deben subordinarse estrictamente a la fun-
ción creadora que les compete, manteniéndose siempre en
los campos de inversión que en su plan de fomento industrial
debe fijarse el Estado.
Artículo 74o. Definiendo cuáles son las industrias básicas
y cuáles otras deben considerarse conexas con ellas, el plan
del Estado proscribirá toda promoción indistinta, fundada en
coyunturas transitorias o ajenas al mercado interior. En cam-
bio, impondrá el criterio de que la promoción industrial debe
ser a largo plazo y con los ojos puestos en los intereses funda-
mentales y permanentes del país.
Artículo 75o. La intervención de numerosos organismos
oficiales, que en la práctica se traduce en dispersión de la
responsabilidad, constituye un factor importante que limi-
ta el esfuerzo orgánico de promoción. La labor de fomento
industrial debe organizarse de tal modo que se precisen las
responsabilidades y se subordinen los organismos conve-
nientemente. Desde el punto de vista del apoyo financiero
a la industrialización, el Banco de México, como institución
central que es, debe jugar el papel preciso de motor dirigen-
te en la formulación y el cumplimiento del plan nacional de
fomento industrial. Este plan solo puede derivarse de un es-
tudio metódico de nuestras necesidades y de la fijación sólida
de las metas sucesivas que el país debe alcanzar.
Artículo 76o. La industrialización debe alcanzarse tenien-
do como base sustancial los ahorros nacionales. Sin embargo,
cuando para el desarrollo de capítulos básicos en el progre-
so industrial sea necesario todavía recurrir a la inversión de
capitales extranjeros, esta se hará siempre sobre el principio
de que toda inversión extranjera deberá quedar sometida a la
soberanía nacional, lo mismo para su aplicación inicial que
para su administración ulterior. Como solución preferente,
debe buscarse, por encima de la inversión privada directa, la
obtención de prestamos intergubernamentales, siempre que
esto sea posible.
116 / vicente lombardo toledano

Artículo 77o. Creación del Instituto de Investigación


Tecnológica Industrial.

capítulo xii. fomento y protección de la investigación


científica y de la creación artística
Artículo 78o. Expedición de una ley que tenga por objeto
garantizar, desarrollar y proteger la investigación científica,
de acuerdo con las siguientes bases principales:
a) Fijará un porcentaje apropiado, de acuerdo con el estu-
dio que a ese respecto se haga del Presupuesto de Egre-
sos de la Federación, que deberá dedicarse de modo per-
manente a la investigación científica.
b) Vigorizará la Comisión Impulsora y Coordinadora de la
Investigación Científica, que tendrá por objeto planear,
organizar y supervisar las labores de investigación que
dependan del gobierno, y estimular y ayudar a los traba-
jos de investigación científica que realicen las universi-
dades y los particulares, coordinándolos.
c) Establecerá garantías y formas de ayuda material y mo-
ral a las personas interesadas en la investigación cientí-
fica, con el fin de que puedan dedicar su vida entera a
esas actividades, sin preocupaciones de orden económi-
co o de cesantía por causas de enfermedad o vejez.
d) Estudiará la forma de organizar eficazmente la prepara-
ción de las personas que deseen dedicarse a la investiga-
ción científica.
e) Las labores de investigación se orientarán fundamental-
mente hacia el conocimiento científico de la población
en las diversas regiones del país, para mejorar sus con-
diciones de vida y robustecer la conciencia nacional, y
hacia el conocimiento científico del territorio y de los
mares que pertenecen a la república, para utilizar sus
riquezas en provecho del pueblo y del desarrollo econó-
mico del país.
Artículo 79o. Reconociendo que la creación artística, en
sus diversas formas, es una de las expresiones más valiosas
y destacadas de la personalidad cultural de nuestro pueblo,
asamblea constituyente /117

pues no solo ennoblece su vida, sino también levanta su pres-


tigio en el mundo, deberá estimularse la producción de obras
de arte, lo mismo a través de todo género de ayuda y recom-
pensa a los artistas, que mediante el celoso cuidado nacional
de la producción plástica, musical y literaria.
Artículo 80o. La difusión extensa, permanente y organiza-
da de las obras de arte, hasta crear en el pueblo la necesidad
general de tenerlas siempre a su alcance, desde el punto de
vista social, es tan importante como la producción artística
misma para que, sirviendo al pueblo, el arte no se corrompa.
En tal virtud, el Partido Popular prestará apoyo a todas las
iniciativas o tendencias de divulgación artística y luchará por
obtener para ellas recursos suficientes del Estado.

capítulo xiii. política interamericana


Artículo 81o. La política expansionista del imperialismo
norteamericano constituye la principal amenaza para la so-
beranía de los países de América Latina, así como el mayor
obstáculo que se opone a la rápida y adecuada industrializa-
ción y al pleno desarrollo económico de estos. En tal virtud,
el Partido Popular proclama la necesidad de establecer y fo-
mentar una auténtica Política de Buena Vecindad entre los
poderes del continente americano, basada en los siguientes
principios.
a) Respeto absoluto a la soberanía de las naciones latinoa-
mericanas.
b) No intervención económica, política o militar, directa o
indirecta de un país en la vida doméstica o en la conduc-
ta internacional de otro.
c) Oposición inquebrantable a las empresas monopolistas
de los Estados Unidos, Inglaterra u otros países en sus
propósitos de mantener a las naciones de América Lati-
na como países semicoloniales, impidiendo su desarro-
llo industrial y obligándolos a convertirse en factores
complementarios de una economía extranjera.
d) Denuncia, siempre oportuna, de cualquier posición del
gobierno de los Estados Unidos que signifique un apoyo
118 / vicente lombardo toledano

a las actividades que las empresas monopolistas nortea-


mericanas desarrollen en perjuicio de los intereses de
los países latinoamericanos.
e) Rechazo de toda organización, tratado o convenio entre
los países del continente americano, que los obligue a
realizar, en conjunto o individualmente, actos contra-
rios a la letra o al espíritu de la Carta de las Naciones
Unidas.
f) Incorporación de los territorios coloniales existentes
en el continente americano a los países que por razones
históricas y geográficas tengan derecho a reivindicarlos.
g) Libertad política y económica de Puerto Rico.
h) Desocupación, por parte de los Estados Unidos, de los
territorios pertenecientes a los países latinoamericanos,
en que tienen bases militares.
i) Respeto, en todos los países del continente americano,
de los derechos individuales y de los derechos sociales,
principalmente:
yy La libre expresión del pensamiento.
yy La libertad de imprenta.
yy La libertad de reunión.
yy La libertad de creencias.
yy La libertad de asociación.
yy La libertad de trabajo y el derecho de huelga.
j) Solidaridad con los movimientos progresistas nacionales
que tiendan a extirpar los regímenes despóticos y feuda-
les sujetos a la influencia del imperialismo, que en mu-
chos de los países latinoamericanos todavía subsisten.
k) Lucha contra la discriminación racial, realizada por au-
toridades o por particulares en el territorio de cualquier
país del continente americano, sobre todo contra la dis-
criminación de los latinoamericanos en los Estados Uni-
dos y en la Zona del Canal de Panamá.
l) Intensificación de las relaciones económicas y cultura-
les entre los países latinoamericanos, y celebración de
reuniones especiales con el fin de mejorar el intercam-
bio económico y cultural entre ellos.
asamblea constituyente /119

m) Estimulación del conocimiento recíproco entre los


pueblos de Latinoamérica y los pueblos anglosajones del
continente.

capítulo xiv. política internacional


Artículo 82o. La victoria de las Naciones Unidas contra
los países fascistas debe servir para que se abra una etapa
de progreso material y espiritual de la humanidad. Todos los
pueblos deben esforzarse por evitar que las maniobras de in-
tereses egoístas fomenten el odio y hagan posible, a la postre,
el desencadenamiento de una nueva conflagración.
Artículo 83o. Frente a los intentos de resurgimiento del fas-
cismo, los pueblos deben reforzar y defender sus regímenes
democráticos, vigorizando su organización y enarbolando la
bandera de la paz.
Artículo 84o. En tal virtud, los postulados básicos de la po-
lítica internacional de México deben ser:
a) Apoyo a la Organización de las Naciones Unidas con la
estructura que le da la Carta de San Francisco.
b) Amistad de México con todos los pueblos del mundo y
condena de aquellos gobiernos que mantengan sistemas
de terror y represión antidemocrática.
c) Reconocimiento y defensa del derecho de autodetermi-
nación de los pueblos para darse la forma de gobierno
que corresponda a sus propios intereses.
d) Solidaridad con los pueblos coloniales y semicoloniales,
en sus esfuerzos para conquistar su independencia eco-
nómica y política.
e) Lucha por la paz internacional y condena y denuncia sis-
temática de todo acto de gobiernos, instituciones o per-
sonas, tendente a provocar una nueva guerra.
120 / vicente lombardo toledano

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