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El 1 de mayo se celebra el Día del Trabajador para conmemorar los avances sociales obtenidos por los trabajadores desde finales del siglo XIX, cuando realizaban largas jornadas laborales de 12 a 18 horas en grandes fábricas, y el movimiento obrero creciente en Estados Unidos reclamaba la máxima de "ocho horas de trabajo, ocho horas de descanso y ocho horas de ocio", una demanda que el presidente Andrew Johnson aprobó en 1868 al establecer la jornada laboral de ocho horas.
El 1 de mayo se celebra el Día del Trabajador para conmemorar los avances sociales obtenidos por los trabajadores desde finales del siglo XIX, cuando realizaban largas jornadas laborales de 12 a 18 horas en grandes fábricas, y el movimiento obrero creciente en Estados Unidos reclamaba la máxima de "ocho horas de trabajo, ocho horas de descanso y ocho horas de ocio", una demanda que el presidente Andrew Johnson aprobó en 1868 al establecer la jornada laboral de ocho horas.
El 1 de mayo se celebra el Día del Trabajador para conmemorar los avances sociales obtenidos por los trabajadores desde finales del siglo XIX, cuando realizaban largas jornadas laborales de 12 a 18 horas en grandes fábricas, y el movimiento obrero creciente en Estados Unidos reclamaba la máxima de "ocho horas de trabajo, ocho horas de descanso y ocho horas de ocio", una demanda que el presidente Andrew Johnson aprobó en 1868 al establecer la jornada laboral de ocho horas.
El primer día de mayo celebra el conocido como el ‘día del
Trabajador’. Se trata de un festivo nacional que conmemora los avances sociales obtenidos por los trabajadores desde finales del siglo XIX. Durante mucho tiempo congregó a grandes masas de obreros en largas manifestaciones. El 1º de mayo tiene su origen a finales del siglo XIX, cuando los trabajadores hacían jornadas de 12 a 18 horas en el contexto industrial de grandes fábricas. En Estados Unidos, el movimiento obrero iba creciendo y reclamaba la máxima de “ocho horas de trabajo, ocho horas de descanso y ocho horas de ocio”. Ya en 1868, el presidente Andrew Johnson aprobó la jornada de ocho.