Perdida Crediticia Esperada

La NIIF 9 que reemplazó la NIC 39 nos habla de la Perdida Crediticia Esperada, esta es una
perdida financiera que un tercero causa a otro por haber incumplido unas condiciones pactadas.

La Perdida Crediticia Esperada tiene dos enfoques los cuales se aplican dependiendo de la
empresa, el enfoque general se basa más que todo en carteras a largo plazo y el enfoque
simplificado se basa en carteras a corto plazo.

En el enfoque general se deben tener en cuenta aspectos importantes que se clasifican en algo
llamado “canastas”, la primera canasta se llama: Riesgo a corto plazo siguientes 12 meses, en
está, se aplican deterioro a los flujos de recaudo en los primeros doce meses; en la segunda
canasta no solo se le aplica deterioro a los flujos de los doce meses si no que el deterioro se le
hace al 100% del instrumento financiero; y en la tercera canasta, cuando los cambios en el crédito
son mayores, no solo se aplica deterioro a la vida total del instrumento sino que también se tienen
en cuenta aspectos macroeconómicos, prospectivos que incrementaran la perdida.

En el enfoque simplificado, el deterioro no se aplica a los flujos de los 12 meses si no que

siempre se va a aplicar al saldo total de las carteras por lo tanto los resultados pueden ser
muchísimo mas agresivos en el resultado del deterioro. Normalmente en el enfoque simplificado
no requiere que se apliquen temas macroeconómicos.

Los aspectos macroeconómicos son importantes porque no siempre evaluando el pasado se puede
determinar que se va a perder en el futuro.

Para calcular el deterioro son necesarios tres componentes los cuales son: PI (Probabilidad de
Incumplimiento) PDI (Probabilidad Dada al Incumplimiento) EXP (Exposición).

Con estos tres componentes se hace una proyección para calcular el deterioro de los instrumentos
financieros.

La Perdida Crediticia Esperada nos ayuda a prever situaciones difíciles en la empresa, analizando
comportamientos históricos, el entorno, tener en cuenta aspectos cualitativos y cuantitativos,
hacer un seguimiento de todas estas variables para así tomar decisiones acertadas que ayuden a
controlar el riesgo crediticio.