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NAVARIN / LE CHAMP FREUDIEN WS Introducci6n. Entre vacfo e imagenes ] borramiento de los grandes relatos identificatorios y la multiplicacin de las pequefias historias! evidencian las pa- radojas del individualismo democratico de masas. Este vinculo social nuevo, en efecto, basado aparentemente en un hedonis- mo aliviado de las exigencias de otras épocas, ya no produce alegria de vivir* El cuerpo no res, onde, escindido como esta entre los goces privados autorizados y los imperativos cada vez mas apremiantes de convertirse uno en su aufo-emprende- Bor Para conseguir un hedonismo al fin feliz, nos repiten ma- chaconamente: “;Cuida de tu cuerpo! jAparta los pensamien- tos negativos! {Evita los sesgos cognitivos responsables que provocan inevitablemente desgracias!”. Las técnicas orientales del cuerpo, desde el yoga hasta la meditacién, se le imponen enseguida como recursos indispensables al sujeto globalizado. Pero es en vano. Los gastos de salud mental no hacen mas que recordar a los ciudadanos de las democracias llamadas “avan- zadas”, la fragilidad del sujeto contempordneo, El “cuerpo hablante”,’ en el sentido de Lacan, da cuenta de estas paradojas, esclareciendo lo que funda Ia oposicion ee alla de goce. En diana entre el principio del placer y alla de goce. | e efecto, la lengua del cuerpo, que es Ta del _goce, no auton a su _real. Este ningtin hedonism feliz. Obliga a enfrentarse SS 0S5 neon SS 1CF Lyotard J. Editions de Minuit, col. Critique, Paris, 1979, 2Cf. Lipovetsky G., De a légereté, Grasset, coll. Essais, Paris, 2015. 3.Lacan J., El Seminario, Libro 20, Aun, Paidés, Buenos Aires, 1983, p- 146. -Fr,, La condition postmoderne, pul = evitablemente, cuando el sujeto trata de negarlo, bur- latlo, vlvidarlo, irrumpe y hace fracasar los algoritmos mejor concebidos, las bases de datos mas extensas, los célculos més masivos que todo Io pretenden explicar, evaluar, prever. Esta emergencia de lo real es hueso que permite interrogar laSTu— ‘Sfones que someten af styeto en su creencia de ser “amo de su “Guetpo” Bracias a normas de bienestar. Este libro propone un recorrido por la tiltima ensefianza de Lacan que pone de relieve el trauma del cuerpo producido por una lengua anterior al lenguaje: lalangue.* Se apoya en los desa- rrollos mas recientes de una lectura de la ensefianza de Lacan, reunidos por Jacques-Alain_ Miller. En _su_conferencia anun- ciando el x Congreso de la Asociacién Mundial de Psicoandlisis an); 7Elinconsciente y él cuerpo hablante”,’ Miller expone el horizonte de esta ultima ensenanza: la voluntad de Lacan de Sustituir el inconsciente freudiano,* término marcado por una axcesiva relacion con la conciencia, por un término nuevo, el "cuerpo hablante” o el parlétre’” La apuesta es situar de la for- ma mas precisa posible cémo impacta la palabra en el cuerpo. Elmisterio, dice J-A. Miller, el j de real, es “Ta unin de fa palabra y el cuerpo”,* mas alla de la pulsion freudiana, que reunia quantum libidinal y representacién en la hipétesis de un ultimo, in mito fundador. Por nuestra parte, hemos partido de este punto para elegir un itinerario de exploracién del “andlisis del parlétre” al que nos invitaba esa conferencia. Tal recorrido, siguiendo el hue- co del surco abierto por Lacan, ha sido la guia de este libro, 4 Ibid., p. 123 y 167. 5 Miller, J.-A., “El inconsciente y el cuerpo hablante”, Lacaniana 17, Revista de la Escuela de la Orientacion Lacaniana, Grama ediciones, Buenos Aires, noviembre 2014, pp. 22-32. oe J,, “Joyce el sintoma’ (1976), Otros escritos, Buenos Aires, Paidés, 2012, 592. eee J, "Conférence de presse du docteur Jacques Lacan au Centre 2 oe ome, 29 de octubre de 1974, Lettres de lV Ecole freudienne, 0. 16, ciente, El he eae por su autor: “El parlétre es una forma de expresar el B Miller Joa. "pl gee CL Ombre es un animal hablante”. aoe }-A., “El inconsciente y el cuerpo hablante”, Lacaniana 17, op. city P- 2° culturel 1975, P- incons- 12 frato de una exper iencia de ensefanza.’ En él hacemos énfasis an Ja urgencia de redefinir las rela 0 pen en la ure ee ren e 'S_que existen entre el Peujeto’ po, atvapados ambos en discursos invasi- har” el propio cuerpo. Somos Tanrbardeados } jones de sabiduria “bio”, las tinicas que qupuestamente podrian salvarnos de las desgracias de nuestro cia un Edén arménico. tempo ¥ guiarnos ha Las imagenes del cuerpo en el zenit La paradoja de la evidencia del discurso bio es que recurre a ja imagen de cuerpo con el fin de hacer desaparecer més eficaz- mente sti real de goce. La forma del cuerpo, su funcionamiento interno presentado como su tinico real, asf como la multiplica- . city p. 12: “zQué debemos pensar del nev: 19 Rose N. y Abi-Rached |. Menge esto Cerebro nos hace ser lo que somos?” of the Mind, Princeton Unive cig ue: THe New Brain Sciences and the Managemen! 20 Cf Ramachandron (une tSity Press, 2013, ran V,, ee Rehnolagy, Enterta oss que formaron la civilizacion”, confere™” 21 Rose N. y AbicRache And Design), enero 2010, disponible en internet VON; 0: City p. 147, citado por Forest D,, op. cit., p. 16 16 En todas sus formas, la evidencia de las imagenes del cuer- so tiende a hacer olvidar que siempre nos enfrentamos a la au- Pixcia de lo que podria responder, en tanto que sujeto, al goce. Por otra parte, Lacan solo usé una vez. la expresién “sujeto del goce”, destacando asi la antinomia entre uno y otro término. La paradoja del goce consiste en que ante todo es trauma, por jo que constituye un agujero en el tejido de las representacio- nes del suijeto. La experiencia del goce se presenta al mismo tiempo como presencia de Otra cosa y como ausencia de una instancia de ‘percepcion y de representacién que pueda corresponder a ella. Se inscribe en _una serie que incluye el éxtasis, el trance o el "arebato”, de acuerdo con la palabra de Marguerite Duras. Su lugar es el cuerpo. En el éxtasis, el sujeto no puede decir hada. El es eso, sin imagen y sin representacién. Advertir esta experiencia es advertir la elisidn, pero sin omitir que es preciso un cuerpo para gozar. El éxtasis es lo inverso de la evidencia del surgimiento de la imagen. Es manifestacién de un cuerpo sin imagen del que el sujeto se ha ausentado, fuera de st. Debido a Ja evidencia de la imagen, creemos tener un cuerpo, dicho de otra manera, él es uno de nuéStros atributos, pero no se confunde con nosotros. Esta creencia s¢ acompana de una divisién radical, porque el“Cuerpo-imagen es nuestro primer otro, Es To que Freud destacé al subrayar Ia importancia del narcisismo_y las trampas, a veces mortales, de la forma del uerpo, trampas que conducen a ignorar los procesos pulsio- nales qtie determinan el goce. Los postfreudianos, en especial 2 Lacan, J. "Presentacién de las Memorias de un neurdpata” (1966), Otros escrites, 9. cil, p. 233, oy Cf. Duras M., Le Ravissement de Lol V. Stein, Gallimard, col. Folio, Paris, 1964 y comentario que le dedico Lacan: “Homenaje a Marguerite Duras, por el arro- amiento de Lol V, Stein” (1965), Otros escritos, op. city PP- 209-216. 17 Jos partidarins de Ia ego-psychology, siempre quisieron insistg on el earacter unificador de la imagen del yo, o tratar de haces del yo una instancia de ¢ ontrol, de equilibrio entre lo Pulsional sty da censura del superys. Lacan, por el contrario, subray oat — — ava la x livision entie el sujeto y su imagen, y hace del narcisismo e} so Glemento crucial de lo imaginario No hay relacién con la for. Oe ma del cucrpo, la imagen del yo, sin la “pasién narcisista”2*Sin ns af embargo, Lacan reformulardé constantemente esta relacién; por sso emperaremos este libro por “el momento Radiofon(a”® que isiva. sone de manitiesto una elaboracién decis AW OF _Eneste texto, el cuerpo, aunque sigue estando apoyado en pK x _una_ division, a saber, la que pasa entre Ta carne y el cuerpo, 1° es abordado en una relacion con ef a a “ws La operacion de separacién entre /a carne y el cuerpo procede ut Tem menos-uno fundamental. Para el ser que habla y que ——-_demanda, eT cuerpo no alcanza a inscribir todo el goce. Este jui©*"permanecerd en exceso, disfuncional con respecto al cuerpo. Tipe Lacan diré que el cuerpo como superficie de inscripcién del Key goce no deja de huir. La adoracion de la forma del cuerpo surge Oe juego para el ser que habla, como el spefio de una consistencia “Tae que se le ofreceria, al contrario que el cuerpo, que’se nos esca- ——~ pa: “El parlétre adora su cuerpo porque cree que lo tiene. En realidad, no lo tiene, pero su cuerpo es su _tinica consistencia ~consistencia mental, por supuesto, porque su cuerpo 4 cada rato levanta campamento” 2° fecto El cuerpo es por tanto superficie de inscripcién en det y, respecto al Trauma del goce. Pero, como consistencia mental, jay Se amagina como un lugar al que no Te falta nada. Se piens de los by como receptaculo de Tas sensaciones “propioceptivas”, Y tar - Alecios que Te sobrevienen. Se convierte entonces en depos!” “rio de To que Lacan Tama “la idea de sf”, Esta idea uniticant® (eF ° dL it sida, piggtesivia en psicoanisis” (1948), Esrites Z Siglo BS overt radlas por Ro sp aasa7l. ‘As Kadiofonia, Respuestas adioditusion belpa. 197 Lavan J, eee ion bela, 1970 pO siete preguntas plante, " 1, Oltys escrites, op. cit, pp: 42 tbr 23, EL sinthome (1975-1976), Paidds, Buenos 18 S Sanidad que las 2 riagies jel cerebro. ‘Antonio Damasio, por ejemplo, se inclina por la del Joc Jizacion. del fundamento de la conciencia en el tronco ce- calizi ; aorees : sin embargo, esta hipdstesis de la localizacién parece rebral! Bos ‘ .. srematura. Los neuroescépticos destacan, por ejemplo, lo si- Pent { se pone a alguien bajo la cAmara de positones y se Je hace asociat, simplemente, “sentarse” con la palabra “silla” elmimero de zonas del cerebro que se “encienden” y son mo- vilizadas para pronunciar “Me siento en la silla” es gigantesco. Fsto se vuelve practicamente incalculable durante una conver- sacién complicada. La suma de informaciones que interviene es tal, que el poder de cdlculo que serfa necesario constituye un obstéculo para tal unificacién. En lugar de esta unificaci6n improbable, otros se conformarian con ensamblajes parciales, pero también en este caso lo multiple prevalece. En cuanto se admite la multiplicaci6n modular, el médulo central resulta imposible de encontrar.* ‘La unidad imposible de encontrar del cuerpo, Lacan quiere inscribirla, de acuerdo con la légica de los conjuntos, como el conjunto vacio. Con esto se termina la busqueda del médulo central._En la escritura misma de este vacfo, punto de Arquime- des, es donde vendran a engancharse los significantes. s donde vendcranacng=—— perce Tener un cuerpo, no estar en ninguna parte Asi, tener un cuerpo, en el sentido del psicoanilisis, es expe- rimentar el goce que se inscribe en una superficie, pero que no tiene correlato subjetivo. El sujeto se produce, por tanto, como 27 Damasio A., “L’émotion, source de la conscience”, editado por Catherine Vincent, Le Monde, 15 de octubre de 2010, disponible en internet. 28 Cf, Hubel D,, citado por Le Fanu J., “Sciences dead end”, Prospect, agosto de 2010, disponible en internet. 19 ausencia, como aguiero. Esta troumatizado.” Sin embargo, trat Thcosantemente de no atisentarse, de querer ver(se), de querer atrapar de nuevo el momento de su desaparicién. Esto es lo que esta en juego en el escenario de goce, el fantasma, merely Ue significanies que han contado, de imagenes onfricas y de ey. periencias de goce del cuerpo. De este modo el sujeto trata de accrearse al goce cristalizandolo en un objeto o en un escena. ‘Ho mas 0 Menos rilalizado, Pero esta tentativa se ve siempre 0, al_ no diSponer el cuerpo, en efecto, aTugar estable para acoger el goce. De un modo distinto “que en el sueio, pero tan irreductiblemente como alli, el sujeto se pierde en Tos Tugares del fantasma y en Tas acciones queen “Gise llevan a cabo, Es al mismo tiempo “Ta herida y el cuchillo/ ~) Y Ia victima y el verdugo”, como escribe Baudelaire. Es el que se tortura a si mismo, el que solo puede recuperar su goce como aquél que leva a cabo la experiencia del gozarse.” Es heautontimoroumenos.™ Si el régimen de goce es incapaz de estabilizarse, lo mismo ocurre con Ja identificacion sexual, que encuentra en ambos sexos un limite Tocalizando un goce que permanece en exce- so. Ambos sexos divergen en su relacion con la cristalizacién libidinal. Freud habia hecho del fetichismo masculino el limite del investimiento libidinal del cuerpo del Otro sexo. Del lado femenino, una mujer no se aferra a fetiches, constituye series de objetos de deseo de los que se separa, pero con un resto: “ella resulta de colocar en equivalencias falicas todos los ob jetos que pueden separarse de ella, incluido -y en primer lw gar- el objeto més natural que se separa de ella, a saber, St producto infantil”. Estos dos estilos de la relacién conelous™ po del Otro no se afirman sin equivocos. Del lado hombre. L po del Otro no se afirman sin equivocos. Del lado hombre not Soria 7 sen 26 elneologiamo frounatismo” forjado por Lacan en el Seminario XXL pes errent” (1973-1974), leccion del 19 de febrero de 1974, inédito. 20 ia J» EI Seminario, Libro 20, Aun, op. cit, p. 24. " 31 “Nerdugo de Sf mismo” en griego, como lo desarrolla et poema epsnif® 3 eae ae cle donde se han extratdo estos dos verses: sid ds Buenos Ac aura 6 El deseo y su interpretaciin (1958-1959) Ps! | de 20 an hablard del caracte centrifugo del des SReion de objeto, tem el equivoco. Del lado mujer, los eelos yun tormento, La otra mujer siempre esté en el horizonte. SOT aon objeto del dese Ersajeto nunca est seguro de su lugar como objeto del deseo. Esto se complica debido a que una mujer no solo tiene relacién conel falo y con el cuerpo que lo-encarna. Se ve especialmente Se ate con Ta falta de significante en el Otro que pudiera ‘jpombrarlas @ todas. Lacan resume este punto en su formula Tapidaria: La mujer no existe. —palegica talica, del ser y del tener, permite a Lacan destacar hasta qué punto ese goce perturba el cuerpo. Perturba el modo eh que eT cuerpo “se goza” en torno a los bordes erégenos que circunscriben Tos objetos erdégenos y que son atravesados por ellos. EStOS circuitos pulsionales, por su parte, arrastran al “cuerpo fuera de sf mismo. Freud ya establecié que el objeto anal, por ejemplo, se extrae del cuerpo, pero también que esta implicado en el sistema del dinero, su acumulacién, su evacua- cién, su retencién, su dilapidacién. Este margen de exteriori- zacién fuera del cuerpo sera generalizado por el concepto del ‘objeto @, que, cualquiera que sea la deformacién topolégica de su circuito, sigue siendo para el cuerpo una forma de gozarse, dando al mismo tiempo un rodeo por el Otro, El cuerpo como conjunto vacfo se cuenta Uno y los distintos conjuntos pulsio- nales se articulan con él. Para dar cuenta de cémo el cuerpo es tomado en las tres dimensiones -real, simbolica e imaginaria— de la experiencia, Tacan desarrolla un instrumento Togico derivado de la légica dé conjuntos -del mismo modo que habia desarrollado una “lingiiisteria”® para sacar provecho de los avances lingiiisti- cos sobre Ja materia significante del inconsciente freudiano y hacerlos utiles para las necesidades del discurso psicoanaliti- co. Bautizaré la légica asi construida como “Idgica de bolsas Y.de cuerdas”.* Esta ultima combina la escritura del conjunto vacio con lo qué se puede Hamar el Uno en cada una de las 33 Lacan J., El Seminario, Libro 20, Aun, op. cit., p- 23. 34 Lacan J,, El Seminario, Libro 23, El sinthome, op. cit, p. 144. 21 \ | & a er uot UNO ae tres dimensiones R, $1. A partir de ahf, presenta cadenas de “rodondeles de cuerda” que podran hacer nudo y trazar las uieva escritura. A | ste libro veremog de lan ica del lenguaje sobre-e] cuerpo a esta escritura, Los significan se engancharén sobre Tenerpo con To ivocos propios de lalengua —~Tracan desarrolla esta ldgica en el momento de leer los textos yel proyecto Titerario de James Joyce, elauttor que, a comienzos del sigio XV, Se consagrd al intento de “decir todo lo que era posible decir sobre el cuerpo. Quiso escribir la epopeya del cuerpo humano”* en el conjunto de los discursos ordenados de acuerdo con las categorfas de lo Bello, el Bien y lo Verdade- ro. Esta empresa enciclopédica y totalizadora de reunir todo Jo relacionado con Io sublime se basa —Lacan lo indica~en una particularidad de la relacidn de Joyce con su cuerpo. La légica dec las bolsas y las cuerdas de Lacan permite ver que la summa joyciana esta articulada con una pérdida primordial. Bastaba con que algo no se sintiera en el cuerpo para que el artista con- sagrara su vida a recuperarlo. Su arte apunta a escribir todo lo que se puede decir entre las lineas de una lengua y en la suma de los equivocos de las lenguas, en su multiplicidad fundado- ra. El, que de algtin modo ha perdido su cuerpo, lo recupera mediante la voz de Stephen-Bloom, personaje doble, que circu- la entre la tradicién hebraica y el catolicismo, y que recapitula el legado griego y oriental. Por otra parte, también circula entre los dos lados de la sexuacién, entre Stephen-Bloom y Molly. Le epopeya del cuerpo conduce a una escritura que atraviesa el cuerpo y las lenguas, hecha de equivocos que sin cesar remiten a lo que no puede encontrar una tiltima palabra, una identifi- cacién ultima, El esfuerzo épico de Joyce tiene un nombre: el sinthome. : figuras de una my como pasa Lac: 35 Fllmann R, joyce, 4, ¢ «Joyce, 1-4, Gallimard, col. Tel, p, J \, Parts, 1962, p. 60, 22 tl qutorretrato imposible El presente libro qutiere mostrar que Lacan propone para el ssicoandlisis una orientacion acerca del estatuto del cuerpo en nuestra civilizacién del goce, Entre el cuerpo como conjunto miaoy la adoracidn de la imagen queTo hace desaparecer como isa consistencia, puede depo depositarse un saber sobre el trauma- sasmo det goce. No es una representacién. Permite orientarse Jee aon aTsintomta y mantenerse a distancia de Tas Tasiones Jola identificacién det ser hab cLorganismo. partir de Ja nueva escritura del cuerpo en “Radiofonia”, situaremos el lugar del sintoma, su consistencia fuera del cuer- no, como saber s . De este modo veremos que el Sinfonia SOW Se Sostiene en el goce del cuerpo, en una topologia particular. can esta misma légica de bolsas y de cuerdas, abordaremos acontinuacién la sublimacion que permite recuperar el goce de ya pérdida del cuerpo en el goce de la palabra. De este modo, entonces, se esclareceré la equivalencia final que hay en Lacan entre goce sublimatorio y goce falico. uego examinaremos el retrato del artista, de quien Lacan hace un santo (saint homme), en Joyce, quien quiso ser el artista para atrapar en su obra la experiencia fundamental, revelada por Lacan, de la pérdida de la imagen de su cuerpo. Y acudi- remos a tres artistas que en nuestra opinién han puesto en el centro de sus obras respectivas el autorretrato imposible. Rem- brandt, por supuesto, que multiplicé los autorretratos hasta su muerte, capturando las marcas del tiempo sobre la carne, asi como las de la huida del cuerpo -ya que este gran contem- Poréneo de Rubens, héroe del Barroco de la Contrarreforma, supo inventar otra forma de conseguir “la regulacién del alma mediante la escopia de los cuerpos”, forma de la que nos con- Roth en testigos. En el mundo del arte contemporaneo, Mare Fa cue se singulariza por su paso de una pintura me le che ee a otra abstracta, pero insistiendo siempre ne he- tratos Aare en sus telas aniconicas, de lo que se trata es de Te cuerpo, y en que cada una de ellas debe ser percibida z 23 més que vista -se nos invita a sumergirnos en ellas me, di una experiencia de cuerpo. Finalmente, veremos como te Gehry concibe sus obras barrocas en referencia aun ani Tank tico extraido de la bafera de su abuela, la carpa de] recuerdo-sintoma del mundo yiddish perdido sus en los que el agua siempre desempefia su Papel, trazan trato como sintoma. Entonces extraeremos las Consecuencias ue tiene ara la experiencia del psicoandlisis el énfasis que hacemos en el Saber -del_ cuerpo. Y se desplegaran Tas incidencias del advenimienty generalizado del acontecimiento de cuerpo para los distintos tipos clinicos, para la transferencia, para el control Y Para e| pase. Finalmente, destacaremos que el sintoma como acontec- miento de cuerpo no condena a ningun solipsismo 0 indivi- dualismo. Le adviene a un cuerpo prendido en el Ten, aie, es ‘decirun cuerpo Tomado en el Cuistpa Social Con Otros Ven que ‘el cuerpo en cuestion no es el « idividuo. Mientras que la el oO en cuestion no es el del Massenpsychologie freudiana se basaba en la identificacién, lo que se esboza a partir del acontecimiento de cuerpo es una nueva psicologia de las masas. Los movimientos de las ma contempordneas, las “multitudes”,” se hacen y se deshacen en ' tida del objeto de goce en el puesto de mando de la civilizacion. Lanueva forma politica asi producida no es Ia det santimionto, Samo se dice demasiado-a menudo sine ede leeaieet en el sentido de acontecimiento de cuerpo. “artista en todas sap geet CO ACT selfie © el autorretrato de! 36 Hardt M. y Negri ‘ouverte, Paris, 2004, * Multitude, Guerre et Démocratie & age de VEmpire, Lt convirtiendo | ‘onattaportada: “La democracia a escala global se est 37 CF London yg OYE de Ta multitua™ Lor ilosophign tees affects. Pour un Structuralisme des passions, Seuil, co! hogs oh Ota sensibilidad politica, Hassnet Ps ‘SOS fracasos, conducen a laexperiencia psicoanalitica del au- sus 11a) renela_psicoanalftica del _au- eon . trate imposible del sujeto_que Lacan acabé di nando ello es evel e Velézquez, que “construy6 su re- sesontacion a partir de un ‘objeto’ (el rey y la reina) que aun pr ontrandose en el origen de su representacién no esta ‘dado! el mundo constituye un cuadro, a corto de to doe hy visiblemente salvo en forma del reflejo de-una presencia ahi visiblemente —s< PR 16 To Ainasible como original”T Finalmente, sean cuales sean las cnlativas de repre: (6n del goce en o sobre los ~euerpos, HO SC Ve da. Tes quien nos mira, a partir de un panto Invisible tomado en fa textura del reverso de Ja biopoliti- Sreonceptualizada por Mic | Foucault. El sujeto se encuentra aiapado en Ta extension creciente de la gestién de conjuntos de vivientes constituidos en poblaciones, cuyos modos de goce es preciso guiar, ya sea mediante el mercado, ya sea mediante Ja regulacién burocratica y sus normas invasivas. Se abre una eleccion entre el conformismo como olvido de si la salvaguar- da de la singularidad. Lo que el psicoandlisis afiade es una ex- penencia gue culmina en un punto de anclaje de Ta singulari- a ade goce: el dena escritura Tégica. Veremos como. dns — —_ ai, Paris 15. 38 Atasse D,, On ny wit rien. Descriptions, Denodl, Parts, 2000, p-2 25 El cuerpo entre vacio y exceso E la légica de las bolsas y las cuerdas que desarrolla La- can, hay un primer tiempo de la notacién légica en que el cuerpo se inscribe como conjunto vacio.' Esta operacién tiene lugar de forma ejemplar en “Radiofonia”,? que marca una ce- sura particular en su concepcidn de las relaciones entre el in- consciente y el cuerpo. El momento Radiofonia “Radiofonia”, primer gran texto, crucial, posterior a 1968, indugura en 1970 las publicaciones de Lacan que se sucede- ran a un ritmo sostenido. Viene a continuacién del Coloquio de Baltimore, que tuvo lugar en 1966 en la Universidad Johns Hopkins bajo el titulo “The Languages of Criticism and the Sciences of Man: the Structuralist Controversy”,’ donde se es- 1 Cr. infra, p. 59, 152-153. 2 Lacan J. “Radiofonia. Respuestas a siete preguntas planteadas por Robert Georgin para la radiodifusién belga, 1970”, Otros escritos, op. cit., pp. 425-471. 3 Macksey R, Donato E., The Structuralist Controversy. The Languages of Criticism and the Sciences of Man, Johns Hopkins University Press, Baltimore, 1970, 1972, 2007. La traduccién francesa del texto de la intervencién de Lacan, “Of structure as an inmixing of an otherness prerequisite to any subject whatever”, establecida por J.-A. Miller, ser publicada en 2016 en la revista La Cause du désir. 27 cuché por primera vez la mtisica Post-estructuralis ra con la concepcién de la estructura Seguin Levi Sania en aquella ocasion ee y pein Deleuze habfa declinado la invitaci on ae Aqu io iba a suponer, para los norteamer icanos, e nacimiento del Ne eainicharsiiane —aunque este término NO apareci6 hasta Pee de los artos 1970. En el a posteriori de lo Sue fies encuentro fallido entre Lacan y Derrida se capta que aw 88 cers tapa. Al percatarse de los limites del estructuralismo ley. a iano, una nueva genera én de filésofos se puso a leera Lacan, cuya obra no se habia manifestado en toda su amplitud antes de la publicacién de los Escritos, en 1966. ta. La Tup. La LETRA Y EL ESCRITO Derrida denunciaba la estructura segtin Lévi-Strauss plan- teando que estaba centrada en la fonologia estructural y, por lo tanto, en el privilegio de la voz y de la palabra, lo cual en- gendraba una estructura muy restrictiva que ponia en primer plano reglas “inconscientes”. Por su parte queria promover lo escrito, la huella y su reinterpretaci6n, aflojar la tenaza de la regla. Es en el afio posterior al coloquio, en 1967, cuando pu- blica De la grammatologie,> asi como L’Ecriture de Ia différence,§ que retomaba su conferencia de 1966 en el Instituto de Psicoa- nalisis de Paris sobre “Freud y la escena de la escritura”. Alli oner en primer plano en la obra freudiana diomtes denna atin a la impresion de las huellas siempre pen- dientes de una reescritura. Lacan, al encontrarse con Derrida Por primera vez en Baltimore, habia tratado de mostrarle que el sujeto lacaniano se anticipaba a la critica del estructuralismo que buscaba, Pero 6], queriendo protegerse de lo que se puede mnt Fey ie Foucault, Derrida, Deleuze & Cie et les Mutations de la ie in Melle aux Etats. Ss, La découverte /p, Sc ie : seis, Pat 20 ts La dcouverte/ Poche Sciences humaines et 5 Derrida J,, De fa grammy Htologie, Mir P 6h Derrida ela gtammatooc Minuit, ‘arts, 19 Criture de la différence, rts, 1967, cebir como una “angustia de las influencias”,” hizo mucho conceDM eponder directamente a Lacan. Lares) suesta de Lacan a Derrida, oblicua en “Radiofonfa”, es explicita en yituraticrra”,® publicado al aio siguiente donde dialog? también con Barthes Allf Lacan levanta acta del nuevo content de revalorizacion de lo escrito y destaca que no desea nesa direccién, Aunque por su parte habfa privilegia- go pronto ensu ensefanza “a instancia de la letra” e insistié enla primacia de lo escrito, especialmente”? enel Seminario 9, La jdentificacion.™ de lo que se congratula es de que la época pueda iin leer a Rabelais. Ahora bien, Rabelais es precisamente la in- on en lo escrito de la palabra y de Ia risa. Ast, para Lacan, estas respuestas s autores que promueven lo escrito son la ocasién de considerar, de entrada, lo que Ia letra no es. Laletra noes la impresién de una huella. Lacan la emprende conlo que planteaba Derrida en su conferencia de 1966, enla que se trataba de la huella fundamental, impresion primera, fuera de sentido, que luego el sentido tratarfa de atrapar en vano ~al no conseguir nunca reabsorber el fuera de sentido primero que deja huella. Segundo punto, lejos de ser instrumento destinado 2 anotar el discurso, la letra es perturbacién en el discurso. Es capaz de hacer surgir, no la transcripcién de la palabra, sino lo que se dice entre Ifneas, Jo que se sustrae al dicho explicito. Cuando Lacan habla de “Ia instancia de la letra” y extrae las Ieyes de Ta metafora y de la mefonimia, sin duda elfo exige una escritura, pero sin que autorice a atribuir a Ja letra una prima- Tiedad: “Que ella sea instrumento propio de Ta escritura del dis- curso no la vuelve impropia para designar la palabra tomada Para otra, incluso por otra, en Ja frase, para simbolizar por tanto por NO jnsistir & nt Bloom H., The Anxiety of Influence. A Theory of Poetry, Oxford Univers ocr Inc., New York, 1973, 1997. 4 e Lacan| J, “Lituratierra” (1971), Otros escritos, op. cit PP- 19-29. ssn 1a instancia de la letra en el inconsciente, 0 la razon ie ‘scritos 1, op. cit., pp- 461-495. ae means lodestacd J. A. Miller en su leccin del 19 deenero de 2011, “orientation tener etre ot Ung 2010) aeshanza pronunciada en.cl marco det Depars ug. is le Psicoandlisis de la Universidad de Paris vill, inédito. . Lacan J., Seminario 1x, La identificacion (1961-1962), inédito. desde Freud” 29 -nificante, Jo que no impone, sin embargo, | tos de sig” a efectos”. La letra es perturbacién | aria en e ‘ a ue ella sea primaria a ra Lacan, el sistema de notacién de las itura eS, P wogica ylaescri ela lengt, del hecho de que la lengua escapa nerturbaciones en lo que se dice siempre hay algo en reser- ue embargo se escucha. La escritura je y de q! r allenguaye y decirse y sin : S oaa decirse y ‘ va, que no eee aca de ello. Si parece mas adecuada para decir permite lev aes orquie Sea primera, sino porque puede sefialar ake Ler perspectiva rechaza de entrada la “impre- anuncia lalengua. Jo intimo, | Joindecible. Asi, sion primera’ y LuGaRES DEL SUJETO te Deleuze, ausente del congreso de Baltimore, trata de hacer converger en un punto comin el estructuralis- mo con su superacién cuando, en 1969, escribe en su Légica del sentido: “Los autores que la costumbre reciente han llamado es- tructuralistas no tienen quizds otro punto en comtin, pero este punto es esencial: el sentido, no como apariencia, sino como efecto de superficie y de posicién, producido por la circulacién de la casilla vacfa en las series de la estructura (lugar del muer- nee ere mane ciega, significante flotante, valor cero, anaes ee etc.), El estructuralismo, de forma » reencuentro con una inspiracion es- toica y carroli gaye rroliana, La estructura es en verdad una maquina de in de sentido incorporal”."* Por su part iratierra”, op. cit op. cit,, en“ : ; Git, p-471, Lacan da cage ce P22: En “La instancia de la letra...”, Escritos 1, “cal ” (tet ‘a como ej yee include en ae metonimia el modo en que la palabra IN-de Tenant (tempéte); es esto “la palabra tomada (0 que Althusser aan expresi6n “structure de la dialectique a la ¥ ponent SH UN these marcas oe sical “Le ‘Piccolo’, Bertolazzi et . en Pour Manes , publicado en la revista Esprit, 1962, COMteto algo desces 7 MaSPETO, Paris, 1965, “A la cantonade” 0 teatral, “ya qe nt*@do, en los limites, se inspira en la expre Del atraly “parler a | a SMG, Logioue dy sens, “cantonade”, hablar con alguien que n° Minuit, Paris, 1960, Pp. 88, 30 podemos asignat wn nombre de autor a cada una de las jgrurns de In musencia nombtadas por Deleuze: Derrida y el jagar del muerte, Lacan y el lugar del rey -por mds de un mo- ya, al menos por “La Carta tobada”=, Foucault y la mancha eiogn “de Las Meninas'*— Lévi-Strauss v el significante flotante a prop ito de Mauss'”, Barthes y el valor cero, la cantonade mor Althusser y Ja causa ausente por fos althusserianos. De- [enoe a JA. Millet Ta calificacion de fa causa ausente como ceausalidad: metonimica’,"” desatrollada en el seminario de atthusser, 1.-A. Miller habia propuesto a Althusser recurrir a ella pare dar cuenta de la causalidad en tiltima instancia, tan cara ji analisis marxista y dificil de formalizar. Habja entendido la importancia de Ja causalidad metonimica lacaniana para im- portarla @ este otro contexto y la resumié en esta frase, que se hizo edlebre: “Cuando la causa se ausenta, los efectos bailan” En la lectara propuesta entonces por Deleuze se encuentran algunos ecos de “La ciencia y la verdad”, donde, el 1 de di- cembre de 1965, Lacan menciona favorablemente™ lo que hay en comun entre los autores que hacen uso del término “estruc- tura”. ti TC) Lacan], “Fl Seminario sobre ‘La carta robada", Escrites 1, op. c 46 Cf Foucault M,, “Les suivantes”, Les Mots et les Choses. Une a sciences humaines, Gallimard, col. Bibliothéque des Sciences humaines, Paris, 1966, pp.1931 17 Cy Lévi-Strauss Cl,, “Introduction a oeuvre de Marcel Mauss”, en Mauss M., Soailogie et Anthropologie, Pur, col. Quadrige, Paris, 1999, 2013, p. 49. ISAeste respecto, se puede leer el relato de un imbroggtio en el que esta implicado Jacques Ranciére, segun Frangois Regnault, en “Tout d’un coup, la psychanalyse”, entrevista concedida (Paris, 1 de mayo de 2008) en Concept and form: The Cahiers Pour !'Analyse and Comtemporary French Thought, disponible en la pagina web sahiers kingston.ac.uk. Y también segiin Régis Debray, en su libro Les Rendez-eous ‘manques (pour Pierre Goldman), Seuil, Paris, 1975, pp. 41-42 1 Miller J-A., “La suture. Elements de la logique du signifiant” (1965), Un debut ‘uns lavie, Le Promeneur /Gallimard, col. Le cabinet des lettrés, Paris, 2002, p. 77. 20 Miller J-A., "L’orientation lacanienne. Cause et consentement” (1987), ense~ Saree pronanciada en el marco del Departamento de Psicvandlisis le la Univer “dad Paris vu, leceion del 6 de enero de 1988, inédita. . c Lacan J,, “La ciencia y la verdad”, Escritos 2, Paidos, Buenos Aires, 2009, 31 Lo IMPOSIBLE DE SUTURAR 1 destaca lo que la estructura tiene de | s ar de relieve una pura es- ~ extraer y poner ssencamacién para extract Y Pon” ie de Sa eaten: UNO hay_ciencia_ del hombre [...], porque el tractura 7 sien 4 ciencia oF icamente st sujeto”= dome aie jada aqui como lo im, osible de sutu: a estrucl = Srmi " ” “eloma el término “sutura eo deTa ciencia, Lacan retoma Coa sandal : aS tor JA. Miller, en una exposicin propuesto en st § del 24 de febrero de emi rio” por sible que el discurso de la ldgica convoca como lo no-idéntico ) consigo mismo y rechaza como lo negativo puro, que convoca Vy rechaza para constituirse como lo que es, que convoca y re- Shaza no queriendo saber nada de él, lo Ilamamos, en tanto que En este escrito, La funciona como el exceso que opera en la serie de los numeros: el sujeto. Su exclusién fuera del discurso que interiormente in- tima es: sutura”.* _J;A.Miller se sirve sobre todo de Frege P= su desarrollo, asi como de la distincién entre el cero y su notacién, el Uno como nombre del cero o el Uno como cardinal de conjunto va- _S0. AS, un termino puede nombrar positivamente un objeto imposible de situar en la cadena de los ntimeros. En cuanto a Lacan, para situar su planteamiento centrado en la diferencia entre verdad y saber, hace uso sobre todo de ~Gédel, quien muestra, mediante un teorema cuya interpreta- cién es miiltiple, que eh _un sistema formal tan simple como al de la aritmética, relacionada con la ldgica de primer orden, —— imetica, relacionada con la | \\ abe existen proposiciones verdaderas que no son demos- Gicunenie dean = innegabl lementeta consecuencia es- fae is cisncitarey ‘inada de una tentativa de suturar al sujeto y el ultimo teorema de Gidel muestra que ella ae ded eee pete Aceee 23 Cf. Li Seminario, ard acan J., Seminario xn, 24 Miller J-A,, “La sutura, El Manantial, Buenos Aires, 1° Problemas cruciales del psicoandlisis (1964-1965), lementos de | s, 1990, p, 62, la légica del significante”, Matemtas tt, AL gary © 28 UNo cour corclinc) Ar, 4 espe 7] _ casa, 10 cual quiere decir que el sujeto en cuestion sigue pends ‘el correlato de la ciencia, pero un correlato antinémico to que la ciencia se muestra definida por el no-éxito del Pufyerzo para suturarlo” 2» Articulaci6n fina y precisa. Cuando fempleamos la expresién “el sujeto de la ciencia” y enunciamos, or particular, que “el sujeto de la ciencia es el mismo que el del ot Pav ilisis”, puede ocurrirnos que olvidemos el refinamien- tode la construccién de Lacan. Este consiste en decir: la logica fracasa en su intento de reducir la ciencia a operaciones légicas;, iifonces sigue existiendo un sujeto de la ciencia que escapa a cnigafinicion logica; este Sujeto, por tanto, esté correlacionado con la ciencia de forma antinémica, ya que la ciencia misma esta definida como “1 sin salida del esfuerzo por suturarlo”. Se trata, no de partir de la evidencia de las disciplinas cientffi- cas en su positividad, sino de concebir desde cero la ciencia en si misma -aqui el singular es importante, sea cual sea la multi- plicidad de Jas ciencias- como resultado del cardcter sin salida Ge este esfuerzo de sutura del sujeto de la ciencia. Uw MODO Muy ESPECIAL DEL SUJETO Lacan prosigue: “Aqui debe captarse la marca que no debe dejarse escapar del estructuralismo. Introduce en toda ‘ciencia humana’ entre comillas, a la que conquista, un modo muy es- pecial del sujeto, aquel para el] que no encontramos un indice sino es topolégico, digamos el signo generador de la banda de Moebius que Ilamamos el ocho interior”... Y precisa esta topo- logia: “El sujeto esta, si puede decirse, en exclusi6n interna de su objeto” .° Este modo especial del sujeto, que Deleuze capta como fal- fa y que Lacan sitda en una relacién topolégica mas especi- fica, de exclusién interna a su objeto, es lo que esta en juego en un debate que se instaura entonces entre Lacan, Foucault, Barthes, Deleuze y Derrida. Es correlativo de un més alla del 3 LacanJ., “Li ‘i verdad”, it 6 bid, a an ciencia y la verdad”, Escritos 2, op. cit., P- 818. 33 n-Claude Milner llegara lismo: “El estructu- ir con Mayo del 68. Noa n sf mismOS, sino debido a lo A sta, las observaciones te vino después”.”” De Ja misma mnaield ae een re a i i ia a del lingiiista Emile Benveniste Never he aanamiente Ll objetiva: “Para un lingitista[ 2 ge ee acti corpo” preocupaciones estructuralistay F aescubierta Eaiaamentey si trina ie i nte la boga de esta doc! ie a tard um Seis en que el estructural ela ya para algunos algo superado”.** Jean-Claude Milner cone’ ye: q snstatacién de que el programa cientifico esté finiquitado “Ja constataci t a esté clara, pero igualmente hubiera podido estarlo la consta finiquitado el movimiento de la doxa. La tacién de que estaba hia boga de la que habla anticipaba su declive”.” sta lingiifstico- Jea del fin del a mori proyecto estructurali a decir, a propésito f ralismo como doxa empieza causa de los acontecimientos er Topologta del ser que habla En “Radiofonfa”, Lacan no se conforma, por tanto, con to- mar distancias respecto del contexto en el que en los afios 1970 se destaca el valor de lo escrito. Este texto, redactado en Pascua de 1970, es contempordneo del Seminario 17, 0 sea, el momento en que Lacan escribe los cuatro discursos,” que revelan en qué el Psicoandlisis y el discurso universitario divergen. Al obrar fe sacan rompe su camaraderia con las ciencias humanas seacionee dl ie y la etnologia), que ignoran las goce, y opta por destacar la origina- lidad del anudamiento i , simbélico y el ahaa. introducido por el psicoanilisis entre lo 27 Milner J.-Cl,, Le Périple structur res et pari nueva edicién revisada a structi igures ign Pech aicral Figures et paradigme, nu y yaumentada, Verdier /Poche, Paris, 2008, p. 336, iguistique générale, t. u, Gallimard, col. Tel, Paris, i Milner, J-Cl,, Le pei soenes Cl Le peril structural. pr ae Struct op. cits p.336 Teverso del psicoandlisis (1969-1970), Paids, 34 yo siMROLICO TOMA CUERPO Contrémonos en Ta segunda pregunta que Robert Georgin jo plantea a Lacan en su entrevista de 1970 para la radiodifu- le Pipelga, publicada luego como "Radiofonia”. Se refiere al supuesto futuro “campo comin que un dfa reunira psicoandli- ve, otnologia y lingiifstica” -tipicamente una pregunta de an- Rede 1966, Lacan Te responde y lo deja confundido, al empezar sin mas preambulos por la relaci6n entre la estructura y el cuer- po: “La estructura se atrapa [...] Desde alli, es decir, desde el punto en el que To simbslico toma cuerpo"."! Este tomar cuerpo resuena a Ja inversa de lo que antes habfa sefalado el abordaje de la estructura como desencarnacidn. En cierto modo, en esta frase lapidaria Lacan explicita el titulo enigmatico que habia Gado a su exposicién de Baltimore, “Of Structure as inmixing of an otherness prerequisite to any subject whatever”. En efecto, el punto de partida de Lacan se ha desplazado desde el “modo muy especial del sujeto”, destacado en 1966, hasta el “cuerpo de lo simbélico”. Este ultimo, en su relacién, no con él sujeto, sino con lo que él llama_un “ser que en él se sostiene”: de modo que es a partir de ese cuerpo de lo simb6- lico que se deduce el cuerpo “a tomar en. sentido ingenuo, es dear, aquel Gel que el ser que Se Sostiene en Ino sabe que es eTTenguaje el gue se Te concede, hasta el punto de que él no Seria aqui, a falta de poder hablar de este”. ET cuerpo, que asta ahora Lacan habia abordado mediante lo imaginario y la identificacion en este mismo registro, ya no se sittia mediante un punto simbolico exterior, ahora es captado por incorporacién direc delo simbélico, ~~ ES porque existe este proceso de incorporacién que, a pos- Jeriori, Se puede olvidar el “cuerpo de To simbolico”, califican- dolo de “incorporal”. Lacan rinde homenaje a Tos estoicos por Raber producido ef término en cuestion para “designar en qué 'o simbolico depende del cuerpo”. a Lacan J. “Radiofonia”, Otros escritos, op. cit., p. 430. 2 tid, p. 431, 35 Lo INCORPORAL al de los estoicos forma parte del didlogo de e, que acababa de escribir un bello ensayo Logica del sentido. En la filosofia, lo incor. ‘ado desde siempre como dificil a teorizar la articulacin de los cuerpos entre senetraciones constantes, descritas por la 16. ica estoica. El fildsofo Jacques Brunschwig, explica que la yi- sion estoica consiste esencialmente en no reconocer realidad sino al mundo, a lo que contiene y a lo que, desde dentro de é| mismo, lo constituye como mundo: “Es un materialismo, pero un materialismo dinamista y como espiritualista [...]. Para los estoicos, no existe nada verdaderamente salvo los cuerpos: 0, mejor dicho, todo aquello que existe verdaderamente, es decir todo lo que envejece y padece, es corporal, incluidas las almas, los dioses, las virtudes”.*? Esta concepcién del mundo no es sencilla de atrapar intuitivamente, hay que hacer un esfuerzo para comprender dénde se sittian los incorporales. “Admitien- do la divisibilidad hasta el infinito y la posibilidad de una mez- cla completa de los cuerpos, pueden interpretar en términos fisicos la interpenetracién de la materia y de la forma [...]. Sin duda, es preciso situar en la misma perspectiva la célebre y dificil teorfa de los incorporales (el tiempo, el vacio, el lugar, el lekton), de los que los estoicos admiten, si no la existencia, al menos la ‘subsistencia’, y cuya cuasi-realidad es la condicién 0 oe del despliegue concreto de las realidades corporales y Sp ean - El lekton para un estoico designa ° RA pa significado por una palabra ° una cae Ia flosofia estan nto Puro”, como lo indica Wil peda sa lemons |: Saree el lenguaje esta constituido de Z H @ hablada (lo que hoy dfa se Hama en lingti! Lo incorpor Lacan con Deleuz' a este respecto en st ae s un concepto consider poral pero crucial par ellos y sus intery 23 Brunschwig J, « Aciclopedia Univ, Universalis}. Branca Cahiers 34 Ibid, sorcsme”, Dictionnaire de la Grece Antique, Albin Michel Gas alis, Paris, 2000, disponible en la pa eb de Encic t ) disponible en la pagina we "Les ioe Tonal oct i8 Publics “La proposition particulitre chez Aristote”, 1 ‘ilyse, 0° 10, invierno 1969, pp. . 36 ticael ‘significante’), la cosa real (lo que se Hama hoy dia en lin- giiistica el ‘referente dyel lekton ° lo expresable (lo que se llama hoy dia en lingi ‘a el ‘significado’)’, Mientras que las dos srimeras son corporales, el lekton es lo que es incorporal, en las palabras Asf se articula el efecto de sentido como incorporal. Estos efectos son los que destaca Deleuze cuando elogia el incorporal estoico: “Todos los cuerpos son causas los unos para los otros, los unos en relacién a los otros, pero gde qué? Son causas de algunas cosas, de una naturaleza muy distin- ta, Estos efectos no son cuerpos, sino, propiamente hablando, ‘incorporales’. No son cualidades y propiedades fisicas, sino atributos ldgicos 0 dialécticos. No son cosas 0 estados de cosas, sino acontecimientos. No se puede decir que existan, sino mas bien que subsisten o insisten, teniendo el minimo de ser que conviene a lo que no es una cosa, entidad no existente. No son sustantivos 0 adjetivos, sino verbos”.** Este efecto de descorpo- rizacién intensa complace a Deleuze, porque los incorporales admiten todas las mezclas posibles de los cuerpos, con efec- tos producidos sobre superficies —incluidos los mas dificiles de describir, que es a lo que él se va a dedicar. Al final de su libro, una nota muy larga revela el debate subterréneo con “su” Lacan: “No podemos seguir aqui la tesis de Lacan, al menos tal como la conocemos [...] por Laplanche y Leclaire, en el articulo sobre el inconsciente (Temps modernes, julio de 1961, p- 111 y siguientes). De acuerdo con esta tesis, el orden primario de lenguaje se definirfa por un deslizamiento Perpetuo del significante sobre el significado, suponiéndose que cada palabra no tiene mas que un solo sentido y remite a las otras palabras mediante una serie de equivalentes que este sentido le abre. Por el contrario, en cuanto una palabra tiene diversos sentidos que se organizan segtin la ley de la metéfora, Se convierte en estable en cierto modo, al mismo tiempo que el lenguaje escapa al proceso primario y funda el proceso secun= ario. Es pues la univocidad lo que definiria lo primario y la ®duivocidad la posibilidad de lo secundario [...]. Nos parece, — 5 7 Deleuze, G,, Logique du sens, op. cit, p- 13. 37 por el contrario, que la equivocidad caracteriza Propiamente ala voz en el proceso primario; y st hay una relacién esencial entre la sexualidad y la equivocidad, ello es bajo la forma de ese limite al equivoco, de esa totalizacién que haré Posible Io univoco como verdadero cardcter de la organizacién secun- daria inconsciente”.“° El lector podra apreciar el anudamiento sintomatico de la fuente clegida -un articulo de los alumnos de Lacan, en vez de los tiltimos planteamientos del propio La- can-, la minucia de la argumentacién y su localizaci6n en una nota a pie de pagina de longitud desmesurada. Deleuze mues- tra aqui su desacuerdo con Lacan, 0 al menos con una posicién que él atribuye a Lacan. Aunque este desacuerdo aparece al fi- nal, no estaba menos presente al comienzo, incluso en el punto de partida del proyecto del libro sobre la légica del sentido, en oposicién a la légica lingiiistica. Deleuze lee muy bien... el articulo de Jean Laplanche y Ser- ge Leclaire que, en efecto, en aquel entonces, habian entendido las cosas exactamente al revés. Ellos partieron de la idea de que Lacan habia definido la univocidad, porque el esquema de Ferdinand de Saussure pretend{fa reunir el Atomo del sentido definiendo un significante y un significado con un solo sentido. Y que luego intervenian la metdfora, concebida como una ley gue organiza el sentido, y la metonimia, concebida para definir otro aspecto de la organizacién del sentido. De acuerdo con su Jectura, lo que era primario era lo univoco del atomo saus- sureano. Por su parte, Deleuze sostenia la equivocidad para hacer surgir una l6gica del sentido que de entrada esta rel: cionada con una opacidad del sentido, nunca una unidad. Ast estaba mucho mis cerca de lo que Lacan decfa en realidad que de lo que habfa podido pescar acerca de Lacan en otros. Por otra parte, resulta bastante divertido que el énfasis que hace &* 1o equivoco de la voz en detrimento de la unicidad esté mucho mas de acuerdo con la verdadera posicion de Lacan que con a que le atribuye, 36 Ibid., p. 289, nota 5, 38 gDONdE SITUAR EL OBJETO @ INCORPORAL? Lacan responde a esta nota de Deleuze en su “Prefacio a una tesis...”, que precede a “Radiofonia” en los Otros escritos. ‘Alli comenta el modo en que J. Laplanche y S. Leclaire habian hecho uso de su ensefanza en el Coloquio de Bonneval de 1960, dedicado al inconsciente: “Cuando debo rendir cuentas después de anos de suefio (suefio de los otros) de lo que dije en eljaleo de Bonneval (renacer arbol y en mis brazos, todos los péjaros, todos los pajaros... ¢c6mo sobrevivir a su cotorrerio eterno?), no puedo en un escrito (“Posicién del inconsciente”) sino recordar que el objeto aes el pivote a partir del cual se des- pliega en su metonimia cada giro de la frase. ~Donde situarlo a este objeto a, el principal incorporal de los estoicos? {En el inconsciente o en otro lado? {Quién se percata de eso?” 27 J. La- planche y S. Leclaire no se habfan planteado en absoluto esta pregunta. Tras plantearla en “Posicidn del inconsciente”, Lacan afiade en respuesta a Deleuze este sefialamiento: “el incorporal mayor de los estoicos”, que hasta ese momento no se encontra- ba en primer plano. Ahora Lacan quiere situar las relaciones de este incorporal con ef cuerpo, “designar en que To simbélico Se sostiene en el cuerpo”. Y sefiala entonces: gest en el incons- “Gente 0 en otra parte? Esta tension entre @ yal inconsciente, epende Te na tpea Ts eT ue Le can subraya aqui y que luego repetird con insistencia, es queel encuentro del cuerpo de To simbélico con Ia carne desprende el ob ieto a como incorporal, como efecto fuera del cuerpo, como goce-sentido”. ——- > 37 B ; Lacan J, “Prefacio a una tesis. Prefacio a ‘Jacques Lacan’, obra de Anika Rifflet- ae ublicada en Bruselas en 1970” (Navidad de 1969), Otros escritos, cit, 38 Lacan J, « P3578 & Teg ie Peor Resehia de] Seminario 1971-1972”, Otros escritos, oP- cit, levision” (1973), Otros escritos, op. cit. p- 543. 39 El efecto de superficie y el fuera del cuerpo Entonees el cuerpo deja de ser el simple efecto de superfi- cie, que cautivaba a Deleuze, para convertirse en la superficie “We Tscripeién que soporta el objeto a; captemos bien la conse- cuencia que de ello se deriva, a saber que este cfecto -al que Lacan da un lugar: la sup e del cuerpo* no se inscribe sobre Oen, sino fuera del cu expo; y es asf como el fuera-del-cuerpo pue- Este lugar fuera y articulado con los bordes erégenos del cuerpo permite evitar los errores naturalistas acerca de la ins- cripcion de las huellas de goce como una especie de proto- 0 de post-letra de goce. Serge Leclaire se dejé arrastrar a una na- turalizacion asi de la inscripcién del objeto a sobre el cuerpo, evocando una especie de huella primitiva dejada por “el dedo erdgeno”* del cosquilleo de la madre en el cuerpo del nifio. El obstaculo epistemolégico asi producido impedirfa incluso plantearse la pregunta por el choque del significante con el cuerpo. EMERGENCIA DE LA PALABRA Y SEPULTURA Lo crucial es que una vez incor cuerpo se convierte en superficie y s to se vuelve secundario.” Lacan lo destaca en “Radiofonia” mediante el dispositivo cultural decisive que es | Quién no sabe el punto criti porado el significante, el u caracter de vivo o muer- ja sepultura: ; co en el que nosotros fechamos en cl hombre al ser hablante: la sepultura, es decir, donde, de una especie se afirma que, al contrario de cualquier otra, el cuerpo muerto conserva ahi lo que le daba al viviente el cardcter: cuer- po. Corpse resta, no se vuelve carroia, el Cuerpo que la palabra habitaba, que el lenguaje corp(se)ificaba”.“ Lacan no busca aqui ¢lrasgo de discontinuidad en la especie humana interés no 39 Leclaire 8. Psychanalyser, Essai sur Fordre de Minconscie, lettre, Seuil, col, Champ Freudien, Paris, 1968, po 73 sce Me et la pratique de ta 40 Cf Lacan J, "Radiofonta" op. cit. pp. 431 469 41 Ibid. 40 se dirigeal paso de Neanderthal a Homo Sapiens— sino el corte, él momento en que hubo emergencia del ser hablante. Hace de Ia invencion de la sepultura un punto de partida. Es un punto Ge particda que comparten Tos arquedlogos contemporaneos: “Debemos [al hombre de Neanderthal] el franqueamiento de una etapa fundamental de la humanidad: la adquisicion de la expresién simbolica funeraria, porque él empez6 a enterrar a sus muertos en torno a —100.000 aitos, de acuerdo con rituales y ofrendas elaboradas que suponfan la percepcién de un més alla”.2 Del mismo modo, los prehistoriadores del lenguaje ad- miten este punto de unién entre Neanderthal y lenguaje.* La tesis de Lacan relaciona la emergencia de la palabra con la de— Ta seputttra, una de Tas singularidades de Ta especie humana: conservar la memoria de lo que, en el ser vivo, hacia cuerpo. “Los historiadores paleontdlogos siguen avanzando en relacion aestas cuestiones. Bernard Vittori constata con toda seguridad, un primer surgimiento del lenguaje en los Neanderthal y lue- go, en el Homo Sapiens, una nueva emergencia, mas comple- ja, dada la amplitud de su incidencia sobre la poblacién de la Tierra. Supone que hubo en los Neanderthal un protolenguaje, més bien nominativo, y que en el Homo Sapiens el lenguaje se desarroll6 con su sintaxis, relato y mito. Todo esto es espe- culativo, pero se puede decir que Lacan, en lo referente a la conjuncién de la sepultura con el lenguaje, adelanté como un explorador un punto de doctrina que luego ha sido admitido. La sepultura como escritura Lacan opone la especie humana, que aisla el cuerpo, a las especies animales. La zoologia puede extraviarnos, porque su Punto de partida es la equivalencia entre el individuo y el ser 42 Ena pagina web de los Monumentos Nacionales (Francia), acerca de JaGruta dela Font de Gaume. 43 Victorri B., “Lorigine du langage”, conferencia en la Jornada de Les Ernest, 18 de enero de 2014, Eeole Normale Supérieure, video disponible en la pagina web €s Ernest, 41 vivo. El animal, en su cuerpo individuado, podria ser pensado como tio, como 11 cuerpo —aunque los darwinianos no hacen necesariamente del cuerpo la unidad pertinente sobre la que opera la seleccién natural. Jean-Claude Ameisen recuerda que la vida se habfa difundido mucho antes de que el cuerpo en- trara en juego," desde el punto de vista dela teoria de la evo- lucid; otro autor, Richard Dawkins, gran zodlogo biologista inglés, es mas radical; insiste en que el cuerpo no es pertinente, es “puro vehiculo” de los genes, tinico nivel verdadero en el que se produce la seleccidn —de este modo, nun libro de 1976 que le dio la fama, habla de “genes egoistas”.° M Para denunciar el vinculo supuestamente “natural” entre lo viviente y el cuerpo mediante la unicidad del organismo, Lacan toma el ejemplo del ser vivo mas all del cuerpo que es el polipero, criatura en la que el cuerpo uo queda abolido: “La zoologia puede partir de la pretensién que el individuo tiene de constituir el ser del viviente, pero a costa de rebajarse por el solo hecho de que ella prosigue esto hasta el nivel del polipero” El polipero es un esqueleto calcareo, cérneo, secre- tado por los pélipos, ensamblaje de células suyas y de células creadas por ellos. Segtin Le Robert, el derivado “polypier” fue creado en zoologia porque “esos cuerpos son para los pélipos Jo que los avisperos son para las avispas”, estando tanto la avispa como el pélipo articulados en torno a esos respectivos exoesqueletos gigantescos. Fijémonos en la sutileza del desarrollo de Lacan. Se podria csc eS cero a sgurd gue ses mut cosa”. Pero seria ir demas io oe omens adiofonfa” con “Funcion y cahpo de hee nee guajel COURG HEB J oA Mi an Dalabraiy, dal lene a A. ler en su curso De la naturaleza de Mss alee ee fora ant “atest que epode a video disponible en la pagina web dels arias YS de noviémbre de 27% 45 Dawkin R,, The Selfish Gene i 46 Lacan, J, “hadiotonte’ a pan ty reas Onto, 1976. 42 Jos semblantes, se Ve el salto que existe entre uno y otro texto y ieforio en que Lacan desplaza el lugar del cuerpo, gracias al Mor fuera-del-cuerpo del objeto a. cardeter fue in los Escritos, la sepultura es simbolo y la muerte media qian “EI primer simbolo en_que reconocemos Ta humanidad Ta Sepultura, [aqui la humanidad no es ca- Vestigios ¢ pul Jreada on tanto habla ino en'tanto que deja vestigios], y el eodionte de la muerte se reconoce en toda relacién donde et hombre viene a la vida de su historia. Unica vida que perdura Jue es verdadera, puesto que se transmite sin perderse en la iradicion perpetuada de sujeto a sujeto. gCémo no ver con qué sitara trasciende a esa vida heredada por el animal y donde el jndividuo se desvanece en la especie, puesto que [para el ani- mal] ningrin memorial distingue su efimera aparicién de la que Ja reproducird en la invariabilidad del tipo? En efecto, dejando aparte esas mutaciones hipotéticas del phylum que debe inte- grar una subjetividad a la que el hombre no se acerca todavia més que desde fuera, nada, sino las experiencias a las que el hombre los asocia, distingue a una rata de la rata, a un caballo del caballo; nada sino ese paso inconsistente de la vida a la muerte; mientras que Empédocles precipitandose al Etna deja para siempre presente en la memoria de los hombres ese acto simbélico de su ser-para-la-muerte”.* Borges hizo vibrar esta cuerda de un modo distinto, en consonancia con Lacan,” en su lectura de la oda melancsélica de John Keats® que asocia el canto de un ruisefior en 1819, en su jardin de Hampstead, con el ruisefior de Ovidio, con el de Shakespeare y con el que oye Ruth en la Biblia. La inmortalidad platénica del pajaro identificado con su especie contrasta con la “ons 47 Miller JA, De a naturateza de los semblantes (1991-1992), Paidés, Buenos Aires, 2002, pp. 213 a 225, Lacan J, “Funcién y campo de la palabra y el lenguaje en psicoanli Infor me del Congreso de Roma celebrado en el Instituto de Psicologia de Ta Univer- © de Roma el 26 y 27 de septiembre de 195 Escritos 1, op. cit. PP- 306- 4 : Bac! Milles, JA... “EI ruisefor de Lacan”, Conferencias Porters tut, Paidés, 'eN0s Aires, 2010, pp. 115-135. eats J, “Ode a un rossignol”, Ode & un rosignol ‘& autres Paris, 2009, yodmes, La Délirante, 43 los distintos pajaros- Borges pone los ingleses con el platonismo rdo con el cual el individuo es acan lo destaca de otro modo: la mediacion de al hombre con st historia, 0 sea, lo a Historia de los hombres. una formula de Heidegger de la muerte absolutamente propia, incondicional, insu- ‘anto tal indeterminada del sujeto”, y la ja repeticién freudian “este limi- ente en lo que esa historia tiene de acabada, Representa el pasado bajo su forma real, es decir, no el pasado fisico cuya existencia esta abolida, ni el pasado &pico tal como se ha perfeccionado en la obra de memoria, ni el pasado histdrico en que el hombre encuentra la garantia de su porvenir, sino el pasado que se manifiesta invertido en la repeticién”.*' La forma en que se manifiesta el pasado en la re- peticién esté invertida, porque parte del lugar vacfo —que no puede ser “suturado”— que es el sujeto en la trama de la histo- ria, para inscribir allf el Uno de la repeticién. La sepultura es una escritura, en la medida en que conjuga es a Seep el cuerpe como vacio o cero con los objetos Seles Aenean ella como un leno. En esta escritura ean l, z po se hace ausencia inscrita, en torno a la cual jetos de goce se disponen y se depositan. singularidad aristotélica de en tensidn el aristotelismo de de Keats y él mismo, de acue una especie. L Ja muerte permite articula oria con I singular de esta his Lacan hace su como “posibilidad perable, cierta y en cu interpreta apoydndose en | te esta en cada instante pres Forma légica del exceso de goce En “Radiofonia” / {edie Orca oe itl goce y cuerpo a partir de la etemnizacion. Permite de 9 sepultura ya no es ni mediacion ni objetos de goce son pores forma l6gica al exceso, del que los Porlos que el goce epenidores, en su relacién con los orificios 2a? el euetpoy Ln sepultura se convierte er, 51 Lacan elon y campo...", Escritos 1 op. cit., p. 308 | op. cit., p. 305, 44 na fi uracién del “conjunto légico”, que es la clave de bé- enw 7 logica moderna. Es una inscripcién de la légica muy ota de la que encontramos en “La ciencia y la verdad”, Ya stints joa sutura del sujeto y del significante en mis, sino” no is instrumentos de goce ci mds que no pueden suturar el de los ampoco puede hacerlo el significante sar vaio, COMO TAMPS { Fer proitera, consti una serie, enumerarse, pero no puede saaibiir a figar del cuerpo. articula con él. Vemos surgir el ato entre el Ser el Uno. Elser qué se sostiéne en un cuerpo al Uno dekcuerpo. 510 émbargo, estén reunidos en un mismo Jagat un mismo “conjunto , que los yuxtapone como elemen- tos, por muy heterogéneos que sean. El privilegio de la légica de conjuntos es que puede reunir cosas dispares como simples elementos: “no parece advertirse que la sepultura antigua figura ahi este ‘conjunto’ mismo, con el que se articula nuestra l6gica més moderna. El conjunto vacio de las osamentas es el elemen- to irreductible con e] que se ordenan, entre otros elementos, los instrumentos del goce, cubiletes, armas: subelementos mas para enumerar el goce que para hacerlo entrar en el cuerpo”? DEL DESEO AL GOCE: NUEVA PERSPECTIVA En su curso De la naturaleza de los semblantes, el 8 de abril de 1992, J.-A. Miller relee la oposicion entre el “Informe de Roma” y “Radiofonfa” como una oposicion entre el abordaje del psi- coandlisis a partir del deseo y su abordaje a partir del goce. Enel “Discurso de Roma’ Lacan “es que se ocup6 de mos- “lr que Ta muerte efecto del significante constitufa el deseo en su eternidad y no el goce en ‘su separacion”.™ El juego repe- titivo del Wifio ‘con el Fort/Da® es su operador crucial. Tras la 52 Lacan J,, “Radiofonia”, op. cit, p. 432. Esta lectura de la cita de Lacan supone ao equivaler subconjunto y subelemento. 3 leean}, “Discurso de Roma...” op. it PP. 231-310. 7 Miler J-A., De la naturaleza de los semblantes, op. cit., p- 223. 3 Cf Freud S, “Auedela du principe de plaisir” (4920), Esais de peyanalyse ayot, 1987, Paris, pp. 51-56. 45 partida de su madre, el nifio repite con Lune bees un jirke de algjamiento/acercamiento 20 gut (Da). “el y -afiade Jacques-Alain Miller 1 simbdlica del objeto [que] lo ta repeticion. No sf [...] el juego es objeto nuevo que es Hes Ge tiene a su disposici¢ jpcguito 1 del nino] en © trata [...] de una destruccion @ndiferente al estar caplur ijeto [y] este b ‘ma toma cuerpo en el significante. [En el “00, aa, oo” en el que Traut ove Fart! Dil] De esta epeticin Lacan de- duce, define el deseo [que] ya en la soledad — del nino confiado Simisiio se vuelve el deseo de un Ot lo el Gol disease del que toma estos significantes jaculatorios. éternizacion del deseo en su reducci6n a Ia alternancia signifi- “ cante hace que sea a partir de este punto que la existencia del sujeto adquiera su sentido. —— En “Radiofonia” la perspectiva es muy distinta. El lugar del Otro ya no es el lugar del discurso que toma a su cargo el deseo etemnizado del sujeto. EI significante, al incorporarse, cadave- riza al sujeto. Este se convierte entonces en el lugar del Otro vivo © muerto, el cuerpo se convierte en superficie, donde se enganchan los significantes del sujeto. El simbolo ya no es tini- ) samente el “asesinato de la cosa”, hay una doble operacion. ET significante produce el cuerpo, el “significante nega 3 goce en la carne y por eso mismo el cur rpo [...] como cadaver Deeside aay rate ds pea ‘Decry vs bape i del Otto [...]. No le suede aa igna el lugar que Lacan lam que el signo marca al © asi a toda carne. Solo de aquellas 10 del ance a’ negativizarlas, se elevan, desde este cuer- po del que se separan, las nubes, agua: i d ace, Cargadas de rayos que distriburer wag ere eno mismas nubes que estab ribuyen cuerpo y carne”. Son las aan ya en el esquema de Saussure, y q ¢ los semblantes, op. cit Peo Op. cits, p. 223, ncia de la letra en el linconsciente...” (1957), op. cit., p46 46 que ahora aparecen -en esta muy bella frase” de “Lituratie a, postica, intensa y que siempre sobrecoge al lector ~en un lugat Uy distinto, desde donde erosionaran la superficie de Jas Hanuras de Siberia, metéfora del cuerpo traumatizado. Orpa VEZ LA SEPULTURA Junto al vacto, al que le corresponde la osamenta, estén los jnstramentos del goce, que se presentan como otros tantos suub- njantos en toro al sujeto, Cuando habla de “més subete- mentos para enumerar el goce que para hacerlo entrar en el cyerpo”, Lacan combina la propiedad légica de los subconjun- tos de un conjunto, en exceso respecto a los elementos, con el exceso de los instrumentos de goce. En efecto, en la légica de los conjuntos, si descompones un conjunto de dos elementos en sus partes, enseguida se obtienen cuatro. Consideremos un conjunto E con dos elementos, a y b; dicho conjunto tiene cuatro subconjuntos: {a}, {b}, {a,b} y © (el conjunto vacfo). Si consideramos ahora un conjunto de tres ele- mentos, a, b y ¢, sus subconjuntos (0 subelementos) son ocho: {a}, {b],{cl, {a,b}, {b, cl}, fa, ch, {a, b, c} y ©. Asi, cuando el numero de elementos del conjunto E aumenta, el de los subconjuntos aumenta todavia mds deprisa -de modo que los subelemen- tos siempre estan en exceso. En consecuencia, los instrumentos de goce siempre desbordan las prolongaciones de 6rganos que pueden encarnar; siempre estan en exceso respecto alos bordes pulsionales. Freud articulaba el goce con el cuerpo mediante la “zona er6gena”, el borde en el que se anudaré la pulsion. Los desa- rrollos ulteriores del psicoandlisis siempre destacaron mas la funcién del fantasma, anudando un partenaire imaginario con una ficcién simbdlica y un goce real. Estos subconjuntos del g0ce remiten, ciertamente, a la heterogeneidad del fantasma y Sus montajes diversos. Podemos poner en tensién el Uno del cuerpo, como nota- %9Cf, Lacan J, “Lituratierra”, op. cit, pp: 23-24 47 cidn del cero, con la multiplicidad de Jos objetos a, que articu. lan eT cuerpo con To fuer -lel-euerpo; dichos objetos se = imeran entonces hasta el ntimero de cuatro, inc eoieln ise incluye la nada." Por el contrario, la profusion ee ‘Os que permanecen fuera del cuerpo los instrumentos és gi ce, como los collares, vasijas, etc. se empefa en querer peurar lo innumerable. Piénsese, en particular, en la tumba del primer emperador de China, Qin Shi Huandi, en Xian, con sus incon- tables estatuas de guerreros con sus armas y mujeres vestidas de gala. 60 Cf. Lacan J. El Seminario, Libro 11, ndllisis (1964), Buenos Aires, Paidés, 1! angustia (1962-1963), Buenos Aires, del objeto a”. Los cuatro conceptos fundamentales del psicoa- 987, Pp. 110-111 & El Seminario, Libro 10, La Paid6s, 2006, pp. 231-351: “Las cinco formas 48

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