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LITERATURA UNIVERSAL TEMAS 1, 2 y 4

Nombre:

La muerte de Héctor
Al oír estas palabras le contestó Aquiles,
mirándole con rabia:
—Anciano, no despiertes mi cólera. Estoy
resuelto a devolverte a tu hijo, y mi misma
madre ha venido a anunciarme la voluntad
de Zeus. Sé también que algún dios te ha
conducido a mi tienda, ya que, de otro modo,
ningún mortal, aun encontrándose en la flor
de la edad, se hubiera atrevido a llegar al
campamento aqueo ni hubiera osado entrar
sin ser visto por los centinelas, ni menos
hubiera apartado el tronco que aseguraba la
puerta. No te empeñes en excitar las penas
de mi alma, no vaya a ser que te pierda el
respeto. [...]
Así habló, y el anciano obedeció a Aquiles,
sobrecogido de pavor. Se levantó el Pélida y
salió como un león de la tienda,
acompañado de Automedonte y Alcinoo, que
eran a quienes más amaba después de
Patroclo. En seguida llegaron a donde se
hallaba el carro, desengancharon los
caballos y los mulos, hicieron entrar al
heraldo, le ofrecieron una silla para que se
sentara y tomaron del carro los suntuosos
regalos llevados por Príamo como rescate
de Héctor, dejando solamente dos palios y
una estupenda túnica para envolver el
cadáver antes de que el atribulado padre se
lo llevase a la ciudad. Aquiles llamó
entonces a las esclavas, mandándoles que
lavasen y ungieran el cuerpo de Héctor,
llevándoselo a otro lugar, para que no lo
viese Príamo, por miedo a que el
desgraciado padre al ver a su hijo fuese
incapaz de acallar su pena y se dejara llevar
de expresiones que ofendieran a Aquiles y le
incitasen a matarle en un arrebato, a pesar
de las órdenes de Zeus. Cuando el cadáver
estuvo bien lavado y perfumado […], le
vistieron la túnica, le cubrieron con el palio y
el mismo Aquiles colocó el lecho en el carro,
ayudado de sus compañeros. El héroe lanzó
un suspiro y dijo, nombrando a su amigo:
—No te enfades conmigo, querido Patroclo,
si llega hasta los infiernos la noticia de que
he entregado el cadáver de Héctor a su
padre, porque me ha traído para rescatarle
regalos dignos de mí, de los que consagraré
a tus manos la porción que te corresponde.
HOMERO, Iliada, Espasa
1. ¿Qué situación se plantea en el texto de Homero?
2. ¿Qué rasgos de la Iliada encuentras en este fragmento? Justifica tu respuesta.
3. Elabora un esquema que recoja a los principales autores de la literatura grecolatina, según el
género que cultivaron.
4. lIT MEDIEVAL
5. LIT MEDIEVAL
6. Lee el texto y responde:
Acto III, escena III
Rey.—¡Ah, inmundo es mi delito, su hedor llega hasta el cielo!
Lleva la primera y primitiva maldición:
el fraticidio. Rezar no puedo. […]
¿Para qué sirve la gracia si no es para mirar
al pecado cara a cara? ¿Y qué hay en la oración 5
sino el doble poder de impedirnos obrar mal
o perdonarnos si caemos? Tendré ánimo.
El daño está hecho, mas, ¿qué suerte de oración
me serviría? «¿Perdona mi inmundo asesinato?»
Imposible, pues aún gozo de los frutos 10
por los que cometí el asesinato:
la corona, la reina, mi ambición.
William Shakespeare Hamlet, Espasa
1. Explica cuál es el delito al que se hace referencia en el primer verso.
2. Según el texto, ¿qué razones o móviles llevaron al personaje a cometer ese crimen?
3. Redacta un resumen del contenido del fragmento.
4. Analiza los recursos estilísticos empleados.
5. Explica las características formales del teatro de Shakespeare, señala cuál o cuáles de ellas se reflejan en el
texto y establece diferencias con respecto al teatro clásico francés.

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