con tus sentencias. y siempre por los siglos de los siglos. Amén. Grande es el Señor y muy digno de alabanza Según san Mateo 6, 31-34 Dad la vuelta en torno a Sión, en la ciudad de nuestro Dios, contando sus torreones; En aquel tiempo tijo Jesús a su su monte santo, altura hermosa, fijaos en sus baluartes, alegría de toda la tierra: Discípulos: No anden tan observad sus palacios, preocupados ni digan: ¿tendremos el monte Sión, vértice del cielo, para poder decirle a la próxima generación: alimentos?, o ¿qué beberemos?, o ciudad del gran rey; "Este es el Señor, nuestro Dios." ¿tendremos ropas para entre sus palacios, El nos guiará por siempre jamás. vestirnos? Los que no conocen a Dios descuella como un alcázar. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, Dios se afanan por esas cosas, pero Mirad: los reyes se aliaron como era en el principio ahora el Padre del Cielo, Padre de ustedes, para atacarla juntos; y siempre por los siglos de los siglos. Amén. sabe que necesitan todo eso. Por lo pero, al verla, quedaron aterrados tanto, busquen primero su reino y su Salmo 53 y huyeron despavoridos; justicia, y se les darán también todas Oh Dios, sálvame por tu nombre, Allí los agarró un temblor sal por mí con tu poder. esas cosas. No se preocupen por el y dolores como de parto; Oh Dios, escucha mi súplica, día de mañana, pues el mañana se como un viento del desierto, atiende a mis palabras; preocupará por sí mismo. A cada día que destroza las naves de Tarsis. le bastan sus problemas. porque unos insolentes se alzan contra mí, Lo que habíamos oído lo hemos visto y hombres violentos me persiguen a muerte, en la ciudad del Señor de los ejércitos, sin tener presente a Dios. en la ciudad de nuestro Dios: que Dios la ha fundado para siempre. Pero Dios es mi auxilio, el Señor sostiene mi vida. Oh Dios, meditamos tu misericordia en medio de tu templo: Te ofreceré un sacrificio voluntario, como tu renombre, oh Dios, tu alabanza dando gracias a tu nombre, que es bueno; llega al confín de la tierra; porque me libraste del peligro, y he visto la derrota de mis enemigos. Tu diestra está llena de justicia: el monte Sión se alegra, Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,