Está en la página 1de 423

ENCICLOPEDIA

DE COSAS
VIVAS Y MUERTAS:
EL LAGO DE TEXCOCO

1
rvA/i

Todos los derechos reservados. Adriana Salazar Vélcz.


Cualquier forma de reproducción, distribución,
comunicación pública o transformación de esta obra
sólo puede ser utilizada con la autorización de su titular,
salvo excepción prevista por la ley.
Esta publicación fue patrocinada por la Fundación Jumex Arte Contemporáneo
y el Ministerio de Cultura de la República de Colombia.
fundacionjumex.org

E n ciclo p ed ia d e cosas viva s y m u erta s: e l lago d e Texcoco


© 2019 Adriana Salazar Velez
Diseño gráfico: Nobara Hayakawa
Corrección de estilo: Carlos Benavides
Traducción: Carlos Benavides y José Luis Rico Carillo
Editora: Idalia Sautto

© Pitzilein Books
Allende 21 - 405 Col. Centro
Del. Cuauhtemoc. C.P. 06010
Ciudad de México

Primera Edición, Septiembre 2019


ISBN: 978-607-96389-9-3

a llth in g sliv in g a llth in g sd e a d .c o m


ENCICLOPEDIA
DE COSAS
VIVAS Y MUERTAS:
EL LAGO DE TEXCOCO

Adriana Salazar Vélez

#
•9 « M Q C i
índice

Agradecimientos 7
Introducción 9
Contenido 29

Enciclopedia de Cosas Vivas y Muertas: el lago de Texcoco 37


Bibliografía 193
Sobre la autora 211
Agradecimientos

Este proyecto es en gran parte un Cuenca y Juan Manuel Marentes


esfuerzo colaborativo, resultado de por leer el manuscrito de esta
diferentes voces y miradas. Gracias enciclopedia, tender puentes
especiales a Ernesto Carrillo por entre este mundo y el mundo
acompañar esta iniciativa desde académico y defender formas de
su conocimiento profundo de conocimiento operando en los
los terrenos del lago de Texcoco. márgenes de ciertas disciplinas.
Gracias a Raúl Solís por abrirnos Gracias a Ariadna Ramonetti por
a mí y a mi equipo las puertas mostrarme lo que pasa al otro lado
del antiguo lago. Gracias a Edgar de la barda. Gracias al Frente de
Morales por permitirme hacer uso Pueblos en Defensa de la Tierra de
de sus mapas y por compartir sus Ateneo por permitirme acompañar
experiencias de la cuenca. Gracias una larga defensa del territorio
a Carlos Benavides por las notas, lacustre durante su última etapa.
comentarios y ediciones que le Gracias a David Gutiérrez y Cecilia
dieron más claridad a las ideas aquí Delgado-Masse por abrirle espacios
escritas. Gracias a Esther Rivas y de interlocución a este proyecto
Adriana Kozub por ser cómplices editorial, articulándolo al
y compañeras incansables en las proyecto Museo Animista del Lago
exploraciones de los terrenos de Texcoco. Gracias a las lectoras
lacustres, así como por creer en y lectores que alimentaron esta
el proyecto aún cuando no tenía enciclopedia de diferentes modos
forma clara. Gracias a Iván Mejía, antes de que ésta se transformara
Elia Espinosa, Alberto López en libro: Patrick Murphy, Ruth

7
Carroll, Fabián Gutiérrez, Srdjan
Tunic y el grupo de estudiantes
del taller de curaduría que tuve la
fortuna de impartir en la Escuela
Nacional de Estudios Superiores
de Morelia. Gracias a Nobara
Hayakawa, José Luis Rico e Idalia
Sautto por darle a este proyecto su
primera forma.

Gracias por último a la Fundación


Jumex Arte Contemporáneo
y al Ministerio de Cultura de
Colombia porque gracias a su
apoyo este proyecto podrá ver la
luz pública.

8
Introducción

Al oriente de Ciudad de México hay más evidente su ausencia, trayendo a


un lago que perdió su agua hace más presencia su fantasma.
de 40 años y aún sigue siendo lla­ El lago de Texcoco era el cuerpo de
mado “lago”. Su nombre se enun­ agua más grande en la región cen­
cia equivocadamente cada vez que tral mexicana antes de que Hernán
aparece en los diarios nacionales, o Cortés avistara sus orillas desde la
cuando se escribe en las señales de distancia, confundiéndolo con un
tránsito a la orilla de la carretera que “mar interior” (Cortés, s.f.). Para
hoy lo atraviesa. No se le llama “terri­ ejercer dominio sobre estas tierras
torio”: se le llama siempre “lago” a lacustres, los colonos españoles se
pesar de estar seco y poblado de una asentaron sobre las ruinas de tem­
materialidad distinta. Esta cuenca plos y viviendas del pueblo mexi-
hecha de sal y tierra, como cualquier ca, construyendo una nueva ciudad
difunto cerca de nosotros, necesi­ exactamente encima de la ciudad de
ta un duelo expandido en el tiem­ Tenochtitlán, asentada a su vez sobre
po: en medio de su “hogar”, ahora una isla en medio de este gran lago.
frío y cubierto de polvo, se sigue pro­ De esta operación de superposición
nunciando su nombre. El sonido del y desplazamiento surgió a lo largo
nombre resuena sin respuesta en la del siglo xvi la Ciudad de México,
concavidad de este lago vacío, como la cual, en el curso de los siglos sub­
si fuera emitido entre las paredes de secuentes, se expandió empleando la
la casa donde habitaba un cuerpo misma lógica de conquista, más allá
recientemente muerto, bajo la vigi­ de la isla, lago adentro. El lago de
lia de los vivos: llamarlo “lago" hace Texcoco fue igualmente sometido,

9
confinado y reducido a medida que edificaciones, o con algunos terrenos
la capital crecía. Hacia 1971 su cuen­ siendo cortados en cuadrantes orto­
ca ya estaba completamente seca, gonales por anchas autopistas.
resultado de un proceso paulatino
de desecación inducida. Históricamente, desde que comen­
zaron en esta cuenca las luchas entre
Si hiciéramos el ejercicio de super­ humanos y tierra, derivadas de la
poner un mapa del área actual de empresa española e impulsadas de
la Ciudad de México sobre un cierto modo — aunque desde una
mapa hidrográfico de esta misma visión enteramente distinta de la
región hacia 1500, el agua cubri­ europea— por la llegada del pueblo
ría casi todas las edificaciones de mexica al Valle de México (Espinoza
la metrópolis, desde Lindavista en 1996), el lago de Texcoco ha deja­
el extremo norte de la ciudad has­ do de ser sólo un punto geográfico
ta Coyoacán al sur; desde los bordes en la región central mexicana para
del Bosque de Chapultepec al occi­ convertirse en un espacio de múlti­
dente, extendiéndose al oriente más ples territorialidades y linderos cam­
allá del Aeropuerto Benito Juárez, biantes, donde convergen comba­
inundándolo hasta entrar en la ciu­ tes sociales, políticos, económicos,
dad de Texcoco. Su agua salada lo biológicos e incluso geológicos: los
cubriría todo, hinchándose, expan­ mexicas fundaron en primera instan­
diendo sus orillas cada año duran­ cia una ciudad sobre una isla, la cual
te las fuertes lluvias que aún azotan expandió su extensión de tierra firme
a la región entre junio y agosto. Sin a partir de diversas estrategias inge-
embargo, si mirásemos hoy desde el nieriles que establecieron acuerdos
aire la misma área (antes desbordante entre estos nuevos ocupantes, el lago
de agua salada), veríamos una suce­ y sus criaturas; esta ciudad fue pos­
sión de terrenos con características teriormente sepultada por otra ciu­
topográficas radicalmente diferentes dad, acarreando con ello múltiples
entre sí; a veces sobresaliendo visual­ formas de violencia, ejercida sobre
mente como explanadas áridas de los anteriores ocupantes y trayendo
bordes irregulares, en ocasiones consigo otras relaciones entre agua,
revelando algunas zonas que devo­ tierra y humanos; una vez estable­
ran a otras en cúmulos densos de cida esta superposición de ciudades

10
— dicho ensamble conviviendo con implicando a múltiples actores y
el agua en delicado equilibrio, rodea­ fuerzas: nuevas vidas vegetales y ani­
do por un cuerpo lacustre que cons­ males que intentan abrirse camino
tantemente crecía y cedía— , los en medio de la aridez; movimientos
modos nativos de vivir sobre el lago persistentes de un suelo en proceso
dcTexcoco entraron en conflicto con de hundimiento; tormentas de are­
los nuevos, desatando procesos irre­ na que se levantan sobre el lecho del
gulares de expansión urbana y pro­ lago, desbordándolo; fuerzas urba-
yectos accidentados de canalización nizadoras fraccionando los linderos
de las aguas salitrosas, induciendo a lacustres en múltiples parcelas; desa­
su vez cambios acelerados en las rela­ rrollos industriales abriéndose cami­
ciones previamente establecidas por no en medio de sus terrenos; dispu­
los primeros pobladores entre huma­ tas políticas que presionan su antigua
nos, agua, tierra, construcciones, orilla hasta hacerla estallar; explosio­
plantas, animales y otras formas de nes demográficas de una ciudad que
vida. En este sentido, la pérdida del reclama una salida para sus residuos,
agua lacustre podría considerarse el arrojándolos repetidamente sobre la
combate más persistente entre los cuenca vacía. Estas pugnas, al suce­
resultantes de la ocupación humana der y superponerse, fracturan al lago
de esta compleja geografía. hasta que éste se rompe en múltiples
pedazos.
Los combates que se desatan a partir
de la desecación de este lago — ocu­ ¿Cómo entender el presente esta­
pando estos una franja cronológica do de un lugar transformado radi­
minúscula (1971 al presente) com­ calmente (de lago a desierto), luego
parada con aquella que se extien­ deshecho en fragmentos?
de desde la llegada de los primeros
humanos a este valle hasta la desapa­ Los siglos iniciales de lucha entre el
rición del agua lacustre— han sido lago y sus conquistadores han sido
intensos y de enorme impacto para ampliamente revisados por his­
la urbe y las regiones circundantes. toriadores, arqueólogos y antro­
Estas luchas se han inscrito sobre la pólogos. Dichas revisiones han
aridez de un suelo llano y salino en sido incorporadas a las narra­
constante pugna por su regeneración, ciones de la historia mexicana: la

H
llegada de los bergantines espa­ sobre la frontera oriental del lago,
ñoles, la destrucción de la presa de así como reportes contradictorios o
Nezahualcóyotl y la construcción incompletos de los avances y compli­
del Tajo de Nochistongo y del Gran caciones de la infraestructura aero-
Canal que desplazó los últimos litros portuaria. De manera similar, en los
de agua salada fuera de la cuenca archivos de la Comisión Nacional
lacustre, entre otros hechos. Sin del Agua de México (Conagua)
embargo, los eventos ocurridos en se encuentran algunos informes
el transcurso de los últimos cuarenta y documentos aislados, presen­
años han dificultado la formación de tados como versiones de una rea­
una narrativa unificada alrededor de lidad que cambia sustancialmente
este “pedazo de tierra”. Entre dichos de gobierno a gobierno. Además,
eventos se pueden identifican el con­ han surgido recientemente algunas
finamiento del lugar (luego de ser investigaciones sobre aspectos espe­
intencionalmente desecado) como cíficos de esta cuenca, producidas
zona federal bajo la protección del desde diversas áreas académicas
gobierno mexicano; la consecuente incluyendo, entre otras: estudios
fragmentación del suelo lacustre, de urbanismo sobre la tipología de
producto de las múltiples disputas su suelo; investigaciones antropoló­
ya mencionadas; y más reciente­ gicas sobre los pueblos que habitan
mente, el proyecto de construcción la zona oriental del antiguo lago; pes­
del Nuevo Aeropuerto Internacional quisas geográficas que han derivado
de la Ciudad de México, destinado en cartografías proyectando el desa­
a erigirse en sus terrenos. Sólo estas rrollo del complejo aeroportuario
tres situaciones ya parecen perte­ sobre el terreno. El suelo lacustre,
necer a lugares distintos: cualquier por su parte, ha cambiado acelera­
pesquisa sobre la condición actual de damente, se ha politizado y trans­
este territorio derivará en conjuntos formado de maneras cada vez más
de pesquisas disímiles, refiriéndose radicales, borrando rápidamente de
cada una a alguno de sus pedazos. su superficie todo lo que se deposita
Por ejemplo, en los diarios nacio­ en él. Como resultado, la infor­
nales se encuentran notas de prensa mación sobre el pasado reciente del
que presentan relatos parciales de las lago de Texcoco se ha presentado a la
protestas de los pueblos ubicados manera de datos, reportes o estudios

12
no articulados entre sí, algunos este espacio encontrando en él un
aportando a la comprensión de los refugio temporal, para luego migrar
devenires de la cuenca aunque a y dejar a su paso algunas huellas; otras
menudo aislados por espacios vacíos. existieron brevemente como asen­
tamientos humanos, rápidamente
Si bien la información que se emite derrumbados y reconquistados por
sobre este terreno no nos permite “no humanos”; unas cuantas mani­
contemplar un “todo”, se percibe a festaciones vitales aparecieron luego
la vez, al observar los múltiples gra­ de la construcción de obras infraes-
dientes de su suelo, las criaturas que tructuralcs, conformando nuevos
lo habitan o transitan, sus linderos ecosistemas en medio de éstas (vasos
movedizos, o los flujos materiales que reguladores, corrales de animales,
constantemente se incorporan a él o granjas, cultivos de peces, depósitos
se extienden hacia “afuera” desde él, de basura); otras sólo existieron en
cómo desde el lago mismo opera una potencia, en forma de proyectos no
resistencia a ciertos intentos de defi­ realizados (unidades habiracionales,
nición — laguna, predio, territorio, un balneario, un zoológico).
reserva o cualquier otra categoría de
lugar preexistente— . Dicha resis­ Al igual que las iniciativas de trans­
tencia afecta, entre otros aspectos, formación del lago parecen proce­
la formulación de una noción uni­ der de lugares diferentes, cada uno
ficada de la “vida” que en él se cons­ de estos fenómenos vitales aparece
tituye. La desecación erradicó de como si perteneciera a ubicaciones
su superficie a todo un ecosistema geográficas distantes e inconexas. A
lacustre, aunque también propició veces estas formas de vida se mues­
diferentes “vidas” que iban apare­ tran indistinguibles de las interven­
ciendo a medida que el lago cam­ ciones humanas, aparentemente
biaba: algunas de estas vidas existían artificiales, que han sido emplazadas
antes que el agua, ocultándose bajo sobre su lecho. En el terreno lacus­
la tierra a modo de estratos mine­ tre también han coexistido, colisio­
rales; otras llegaron como especies nado y emergido (a veces brevemen­
foráneas que lentamente se fueron te, a veces intermitentemente) varios
adaptando, repoblando zonas enteras sistemas de relaciones entre criatu­
de tierra salitrosa; algunas llegaron a ras, construcciones y porciones de

13
terreno; diversos escenarios de inter­ 2017), las instituciones académicas
cambio o negociación entre huma­ en México aún no han abierto espa­
nos, plantas y animales; algunas cios curriculares o de investigación
situaciones en las que algo inerte se en los cuales se impulse la observa­
anima de algún modo o algo vivo ción simultánea de componentes
decae hasta desaparecer. En ello, el dispares y puntos de vista móviles,
estado actual de esta cuenca no sólo como un modo de aproximación
se revela difícil de aprehender por su válido para dar cuenta de las com­
carácter fragmentario, o por la esca­ plejidades de esta geografía.
sez de información sugiriendo posi­
bles articulaciones entre sus diferen­ En segundo lugar, desde ciertas áreas
tes fracciones, sino que además impi­ académicas tales como la arqueolo­
de ser capturado o comprendido por gía, están produciéndose estudios
medio de categorías unívocas tales que examinan sitios específicos a par­
como “vida” o “naturaleza”. tir de sus partes — pedazos y obje­
tos aparentemente muertos y disgre­
Intentar subsumir las piezas de este gados (Gándara 2016)— , observan­
territorio, desierto, predio, ejido, do dichas partes como evidencia de
humedal, parque, reserva, bordo, sistemas complejos otrora constitui­
aeropuerto, junto a sus múltiples dos por diversas fuerzas humanas y
transformaciones (actualmente en no humanas. Sin embargo, tanto la
curso) a una abstracción, a una úni­ noción de patrimonio como la prác­
ca jerarquización o incluso a un tex­ tica arqueológica en México — al
to lineal, puede derivar en un esfuer­ menos en su componente de divul­
zo infructuoso. En primer lugar, no gación al público— , revelan aún
habría institución del conocimiento algunas limitantes, al situar sus obje­
reclamando estos contenidos como tos en cronologías remotas (anterio­
propiamente suyos. Si bien desde la res a la llegada de la modernidad al
academia se están observando cier­ territorio mexicano). La noción de
tos aspectos de la actual cuenca de patrimonio se puede ver enactuando
Texcoco, poniendo elementos apa­ en las instituciones que administran
rentemente inconexos en conver­ la visibilidad de los hallazgos arqueo­
sación dentro de algunos análisis lógicos (los museos), a menudo otor­
(Ramonetti 2016; Geocomunes gando mayor presencia a ciertos

14
hallazgos que a otros, privilegiando permita existir como tales. Por esto,
en ello ciertas versiones del pasado en lugar de intentar situar dichos res­
sobre otras: en el Musco Nacional de tos, fragmentos y relatos sobre líneas
Antropología de México, por ejem­ de investigación de las humanida­
plo, se observa cómo las piezas rela­ des (la historia del arte, la arqueo­
tivas a la cultura azteca se ubican logía, la antropología, entre otras),
en su edificio central, trazando des­ estos podrían ser llevados al terreno
de esta posición arquitectónica, uni­ abierto de la investigación artística.
da a la disposición muscológica de
sus reliquias, un “relato originario”, Llamo investigación artística al texto
una línea unívoca articulando la his­ que aquí introduzco, porque obede­
toria y, con ésta última, una inter­ ce a unas necesidades epistemológi­
pretación de las transformaciones cas particulares (la fragmentariedad,
territoriales de esta nación. Según lo el tiempo presente y el carácter diná­
anterior y dentro de este marco de mico de este lago) que podrían ser
referencia, los restos y relatos refe­ atendidas en una investigación de lar­
rentes a las últimas décadas del lago go aliento. La llamo así también por­
de Texcoco, tan disgregados como que responde a las características del
incompletos, serían insuficientes campo del arte (uno de los campos
para poder concretarse en un objeto dentro de los cuales este texto se ins­
académico de estudio: son demasia­ cribe, se produce y se proyecta).
do recientes para formar parte de la
Historia (en mayúscula), y a la vez se En tanto investigación, este trabajo
ubican fuera de los lincamientos ava­ se inscribe en el marco de una tesis
lados por aquellas instituciones que doctoral: por esto se ve implicado en
excavan, coleccionan, administran negociaciones entre una serie de nor­
y exhiben el patrimonio (Congreso mas institucionales, una necesidad
de los Estados Unidos Mexicanos de fragmentariedad que reclama el
1972). Desde las barreras que el lago lago y un carácter experimental que
de Texcoco levanta para ser narra­ tiene como fin articular el presen­
do en una dirección única, sur­ te texto a ciertas operaciones artís­
ge la oportunidad, tanto de relatar ticas. Además, esta iniciativa provie­
sus fragmentos, como de construir ne de un deseo por hacer legible y
un marco que los contenga, que les válida una forma propia de conocer,

15
poniéndola en conversación con generan entre este tipo de prácti­
investigaciones de disciplinas cientí­ ca y este uso particular de la teoría.
ficas o humanísticas sin subordinar­
se a ellas. Inscrita (aunque no exclu­ También acudo aquí a la expresión
sivamente) en los espacios académi­ investigación artística al observar que
cos de una escuela de arte, esta enci­ esta enciclopedia se inscribe en un
clopedia también permitiría señalar territorio de discusiones que arti­
una separación entre teoría y prác­ culan arte e investigación en un exa­
tica al interior de algunos progra­ men crítico de ciertas producciones
mas de educación artística: sus tex­ artísticas: dichas producciones están
tos se filtran y circulan en medio de en tensión con una economía con­
esta separación. En dichos progra­ temporánea del conocimiento (Sadr
mas, la práctica — entendida como Haghighian 2010, 32-33). Algunas
una serie de saberes aplicados a la de estas discusiones se centran en
producción de obras de arte— las formas de producción que sur­
conduce con frecuencia a una serie gen al interior de las academias de
de resultados “tangibles” que vali­ arte: como se ha mencionado más
darían la profesionalización del arte arriba, en estas instituciones se pue­
como “especialidad”: los objetos del den gestar disputas entre las exigen­
arte, bajo esta mirada, tendrían lugar cias de bomogeneización de cierto
en un mercado específico al no ser régimen de producción de saberes y
utilitarios como aquellos del diseño, las demandas de singularidad, “des­
ni puramente intelectuales como obediencia” y apertura que son pro­
aquellos de las disciplinas humanís­ pias de las prácticas artísticas (García
ticas. Bajo esta dicotomía, la teoría 2010). Otras discusiones examinan
juega a menudo como suplemento el rol de la escritura dentro de la
en la educación artística, apalancan­ producción artística: el montaje, el
do y reforzando a la práctica, aglu­ ensayo, el cut-up, entre otras formas
tinándola a las demandas formales experimentales de escritura, pue­
de conocimiento que regulan a las den constituir métodos que abren
instituciones universitarias (Grande la posibilidad de “fabricar” hechos,
2013). borrando la frontera entre realidad
y ficción, o entre teoría y práctica
La Enciclopedia de cosas vivas y (Fernández 2013). Ciertas discusio­
muertas habita las grietas que se nes buscan revisar las relaciones entre

16
arte e investigación, develando múl­ formas de vida que han crecido ahí.
tiples relaciones entre poder y saber, He raspado la superficie de su sue­
o entre arte, conocimiento y con­ lo, levantando escombros que se han
textos en conflicto (Steycrl 2010). depositado en ella desde hace años,
Dentro de estas discusiones se for­ limpiándolos uno a uno. Cuando los
mulan posibles historias de intersec­ pedazos aparecían demasiado disgre­
ciones entre arte, ciencia y acción gados, me he sembrado en medio de
política que se remontan a comien­ ellos como aglutinante. He actua­
zos del siglo xx, estando presentes do también como investigadora-de­
en el desenvolvimiento de diferentes tective, pasando horas en los archi­
luchas sociales y políticas alrededor vos empolvados de la Comisión
del planeta; se señalan también algu­ Nacional del Agua, leyendo uno a
nos métodos artísticos de investiga­ uno proyectos que usualmente no se
ción derivando en hallazgos cientí­ Icen (y que nunca fueron realizados).
ficos (como la factografía o el cine- He armado colecciones de notas de
ojo soviético), así como métodos prensa veraces o a veces contradicto­
científicos apropiados y reinterpre­ rias, de mapas que muestran demar­
tados que apuntan a posibles hori­ caciones inconsistentes del terreno.
zontes de colaboración interdisci- He usurpado los procesos de otras
plinaria. Estas y otras discusiones se disciplinas cuando estos ayudaban a
han articulado recientemente en esta construir sentido sobre alguna pie­
polémica pareja de términos, confi­ za, cuando me permitían precisar
gurando un territorio poroso, abier­ parámetros de rigor para defender la
to y aún en formación. importancia de mi tarea (entre estos
los más útiles fueron tal vez la exca­
Asumiéndome como investigado­ vación arqueológica, la etnografía
ra artística he atravesado este lago y la escritura literaria). He usado la
muerto, este desierto vivo, movién­ experiencia y el afecto como méto­
dome literal y figurativamente por dos de investigación y portadores de
los intersticios que se abren entre información.
pedazo y pedazo. Me he involucra­
do en sus devenires, siendo interlo- En este camino de indagación he
cutora de los humanos que lo ron­ descubierto que la escritura aca­
dan e intervienen. He inventariado démica que resulta en artículos

17
o monografías no necesariamen­ En esta iniciativa que he llamado
te constituye el único camino a aquí investigación artística, los tex­
proceder al acercarse a un problema, tos filosóficos, etnográficos, lite­
a un contexto o a una investigación. rarios y de teoría crítica coexisten
He descubierto además que aquellas como fuentes consultadas en igual­
disciplinas de las cuales estaba toman­ dad de condiciones con entrevistas,
do prestadas algunas metodologías material hemerográfico, material de
poseen una tradición de investigacio­ archivo, algunas iniciativas situadas
nes abiertas, de escrituras fragmenta­ en la intersección arte-ciencia y algu­
rias, de prácticas que transitan entre nos textos contaminados por imáge­
disciplinas; mi investigación se ha nes: cada referente me ha informado
nutrido de todas ellas. En este cami­ sobre un modo distinto de producir
no por el lago de Texcoco, algunos conocimiento. Adicionalmente, las
de los textos, investigaciones y conversaciones sostenidas al recorrer
“cajas de herramientas” que me los terrenos del lago con ingenieros
han acompañado son ellos mis­ que trabajan para el gobierno mexi­
mos investigaciones-fragmento, tex­ cano o con habitantes de los pueblos
tos-fragmento o proyectos-fragmen­ de la región de Texcoco — las cua­
to: la Obra de los pasajes (Benjamin les se han ido sumando en capas de
2013), Fragmentos de un discur­ múltiples visitas mientras se incor­
so amoroso (Barthes 1993), Staying poran a ellas el rumor y la anécdo­
with the Trouble (Haraway 2016), ta—, constituyen referentes de rela­
My Cocaine Museum (Taussig 2004), ciones dinámicas e íntimas con la tie­
Espéces despaces (Perec 2000), rra que los meros textos no alcanzan
Tentativa de agotamiento de un a proporcionar. Los materiales colec­
lugar parisino (Perec 2014) o The cionados durante visitas a la cuenca,
Center for Land Use Interpretation esas “piezas de las piezas” del lago,
(Coolidge 1994) son algunos ejem­ son también portadores de informa­
plos de investigación-fragmento ción fidedigna: una piedra de tezont­
que proceden transversalmente en­ le, un pedazo de vidrio con cristales
tre disciplinas, que articulan con­ de sal, e incluso un trozo de muro
textos distintos, que permiten la constituyen la materia de las colo­
coexistencia y conversación de ele­ nizaciones del lago, así como la evi­
mentos diversos en un mismo espa­ dencia de su colapso. Las sensacio­
cio de pensamiento. nes que se experimentan al estar en el

18
lugar producen también un tipo de Por ende, propongo a la Enciclopedia
conocimiento insustituible: la tem­ de cosas vivas y muertas como depo­
peratura, los olores, los sonidos seña­ sitaría de los datos, léxico y carác­
lan aquello que diferencia a un sitio ter propios del lago de Texcoco: un
de otro, permitiendo también crear ejercicio de apropiación realizado
posibilidades de identificación. sobre una metodología de conoci­
miento; un conjunto de particulari­
Todas estas formas de conocer, des­ dades inscrito dentro de un conte­
de la más académica hasta la más nedor de totalidades, llevado a cabo
vernácula, convergen como igua­ con una cierta licencia poética en la
les en este proyecto. Situadas en el construcción de su estructura, pre­
contexto del actual lago de Texcoco, ciso y cuidadoso con los conteni­
tanto las fuentes de información dos que lo pueblan. El contenedor
como las metodologías de investi­ infinito que proporcionan las enci­
gación se asumen desde la lógica del clopedias modernas bajo la prome­
fragmento: cada pedazo de este lugar sa de un “conocimiento total”, com-
requiere de un modo de aproxima­ partimentado bajo el orden arbitra­
ción específico; cada pieza reclama rio del alfabeto, puede parecer hoy
un modo particular de ser identifi­ un acercamiento anacrónico al pro­
cada y comprendida. Todas además blema del saber: en un orden plane­
tienen cabida en ese campo que se tario en el cual los sucesos recien­
llama hoy “arte”; aquello que se des­ tes han revelado los límites de cier­
alinea de la academia para huir de tas hegemonías, y en el cual vemos
los rigores que a veces pueden impo­ cómo sus viejos centros de poder se
nerle las humanidades, y que a la vez desmoronan mientras surgen rápida­
se refugia en ella para escapar de las mente otros nuevos centros, la idea
limitantes que le impone el merca­ de totalidad parece cada vez más
do. Este campo, al ser más cercano cuestionable. Reconociendo esta
a una botella de Klein (una figura coyuntura surge la idea de recon­
cuyo exterior es a la vez su interior) quistar este viejo formato enci­
que a un plano delimitado, requie­ clopédico de un modo particular.
re que las investigaciones que surjan
de él produzcan sus parámetros, sus Como lo he mencionado más arriba,
salidas, sus contenedores. después de la desaparición de su agua

19
lacustre, la cuenca de Texcoco esta­ me permitió encontrar un marco
lló en un conjunto de pedazos con de horizontalidad para mis pesqui­
características distintas: el desierto, sas; fueron aquello que abrió el espa­
el ejido, la ciudad, el paisaje, la ofici­ cio para que tuvieran cabida todos
na, el muelle, el campamento, el bor­ los elementos que hacen parte de es­
do, la autopista y el aeropuerto son ta investigación sobre el lago de Tcx-
algunos de estos pedazos, constitu­ coco sin imponerse entre sí.
yendo cada uno un sitio en sí mismo.
También he mencionado que el espí­ Una enciclopedia, tradicionalmcn-
ritu de esta investigación no privile­ te, está hecha de artículos redactados
gia unas metodologías sobre otras, en un lenguaje desprovisto de toda
ni unas fuentes de información sobre voz subjetiva, diciéndonos cómo son
otras. Los elementos que componen las cosas del “mundo”, cuáles son los
cada pedazo son a su vez extrema­ asuntos cognoscibles e importantes.
damente particulares, demandan­ Una reconquista de la enciclopedia
do en ello ser descritos en sus espe­ como la que aquí propongo, situada
cificidades: el desecho, el escombro, tanto geográfica como políticamen­
el lodo, el pasto, la tierra, el suelo te en un lugar (el lago de Texcoco) y
o el humano (entre otros) adquieren en un tiempo (un presente en el cual
un significado puntual en este con­ el pasado aparece intermitentemen­
texto que no tienen por fuera de él; te), habla de sus contingencias, rela­
por esto no pueden ser tributarios ta su especificidad. Lo hace además
de los sitios, métodos o fuentes. desde la parcialidad de una mirada
Todos los elementos conjugados que se manifiesta a través de varias
producen ese conocimiento frag­ voces: la escritura etnográfica, la lite­
mentario que el lugar requiere: nin­ ratura, la crónica experimental y la
guno puede ser priorizado ni pue­ escritura como una práctica inscrita
de estar como un subíndice del otro. en las artes visuales (esta úl tima siendo
Por ello, las ambiciones de ese “todo” un campo-botella-de-Klein queposee
enciclopédico y su forma de organi­ en sí mismo una tradición de mani­
zar el conocimiento alfabéticamen­ fiestos, de yuxtaposiciones entre
te, en una sucesión de entradas que palabra e imagen, de apropiaciones
describen aquello que debe ser cono­ del discurso, de usos de la palabra
cido, fueron justamente aquello que como símbolo o dibujo).

20
De la misma manera, al compartir en ocasiones la distancia de una des­
con colegas c investigadores de otras cripción técnica y, en otros casos,
disciplinas los retos que plantea el dando los rodeos fenomenológicos
acercarse a la condición fragmenta­ necesarios para cubrir una extensión
ria del lago dcTcxcoco, me he encon­ de terreno llena de accidentes. Cada
trado con interlocutores de las más “táctica escritural” responde al carác­
diversas procedencias, todos hablan­ ter del elemento que ésta intenta tra­
do los dialectos que resultan de una ducir, desplegándose los elementos
explosión de capitales cognitivos, que conforman el universo abierto y
cristalizados en innumerables especi­ roto de la cuenca de Texcoco en un
ficidades lingüísticas: esta enciclope­ espectro que oscila entre la inmate­
dia ha debido honrar entonces la len­ rialidad de un concepto y la dureza
gua del geógrafo, del ingeniero, del de un edificio: a veces los conceptos,
poeta, del periodista, del antropó­ puestos en relación con ciertos ele­
logo, del artista, del arqueólogo, del mentos, pueden aparecer sólidos, y
filósofo y del curador de museos, para las rocas, gaseosas. La traducción a
que así todos puedan acercarse a ella. la cual me refiero no podría reprodu­
Además, la forma de escritura que cir los rasgos del lago de Texcoco “tal
aquí se propone entra en relación con cual son en la realidad”: en este régi­
otros lenguajes — híbridos, inclasifi­ men de tácticas escritúrales no habría
cables o “indisciplinados”— , al sur­ cabida para la producción de imáge­
gir en un espacio intermedio entre nes objetivas, porque el espacio (jun­
los circuitos artísticos y la academia. to con los múltiples espacio-tiempos
inscritos en él), como se ha explicado
Las diversas formas de escritura arri­ más arriba, es cambiante y fragmen­
ba mencionadas revelan la necesi­ tado. Tampoco habría aquí “obje­
dad de múltiples ejercicios de tra­ tividad” porque el acto mismo de
ducción, operando de modo más traducir (de un uso de la lengua a
táctico (adaptativo, dinámico, cir­ otro, de una disciplina a otra, de una
cunstancial) que estratégico (dota­ temporalidad a otra) implica siem­
do de una visión a priori de los pre una modificación, un desplaza­
asuntos a describir), aproximándose miento, una toma de partido, una
a veces a una situación desde la cerca­ aproximación parcial: traducir se
nía de la primera persona, marcando entiende aquí como el ejercido de

21
producción de una forma autóno­ tercera a la primera persona y en ello
ma, íntimamente ligada a un evento revelar su ejercicio de traducción, su
originario aunque radicalmente dife­ artificialidad: hay alguien escribien­
rente de éste (Benjamin 1997, 155). do, generando las voces y sus dife­
Aquí, quien escribe, lo hace además rencias, produciendo los hechos que
desde un uso particular de la lengua se registran en las distintas entradas
moldeado socioeconómicamente, “enciclopédicas”. A la vez, como se
orientado políticamente, localizado expuso más arriba, el lago deTexcoco
geográficamente, situado histórica­ ya propone desde sí una borradura
mente, encarnado: escribo aquí des­ entre naturaleza y artificio que per-
de un cuerpo específico que se des­ mea los modos de escribir sobre él,
plaza por el suelo lacustre según la y que por ende situaría al narra­
medida de sus fuerzas, midiendo en dor como un fenómeno más que se
ello las distancias, diseñando las tác­ adhiere al suelo salino lacustre, a los
ticas y recombinando las palabras en cimientos de proyectos fallidos, o a
frecuencias alineadas con unos rit­ las rocas. En algunos textos el narra­
mos cardiacos y circadianos concre­ dor se muestra como un punto de
tos, afectados a su vez por la altitud, partida que abre lugar a otros fenó­
el clima y la calidad del aire (entre menos, a la manera de un detonante
otros múltiples factores). de historias que, una vez desaparece
esta voz, se cuentan solas. En todos
Una de las tácticas escritúrales arri­ los casos este narrador no es confe­
ba mencionadas aparece bajo la for­ sional, no es biográfico, no preten­
ma de un narrador en primera per­ de ser autorreferencial: este “yo” es
sona: hay un “yo” a quien se le atri­ más bien una Junción narradora que
buye en ocasiones ser el interlocutor hace parte de las tácticas empleadas
de una conversación, el caminante en esta enciclopedia para dar cuenta
en una salida de campo, el observa­ de las complejidades de esta cuenca.
dor de un fenómeno o el productor De acuerdo con las borraduras entre
de una fabulación particular sobre modos de escribir, narrar y traducir
el futuro de un sitio en peligro de propios de esta enciclopedia, algunas
desaparecer. Apareciendo bajo un entradas se escriben en una “prime­
giro aparentemente simple de pro­ ra persona” diferente de aquella que
nombre, un texto puede pasar de la acabo de llamar Junción narradora.

22
dándole voz a un elemento aparen­ otras taxonomías para establecer una
temente inanimado: el agua, el con­ jerarquía mientras homogeneizan los
creto, la ruina, la sal. Estas entra­ objetos clasificados. Aquí, más que
das se ocupan de elementos que de la imposición de un orden, la indi­
algún modo están presentes en todas ferencia del alfabeto ofrece la posibi­
las particiones de este terreno, siendo lidad de construir diferentes modos
agentes de constantes transformacio­ de lectura, así como de entender a
nes, desbordándose constantemente la Enciclopedia de cosas vivas y muer­
hacia afuera de los linderos lacustres. tas como una herramienta de con­
Dentro de este conjunto particular sulta: el lector podrá desplazarse por
de entradas la traducción también las entradas partiendo de cualquier
aparece como una voz que habla por punto, realizando saltos inespera­
sí misma, enunciándose como una dos, leyendo una sola entrada elegi­
fuerza capaz de afectar las realida­ da al azar, siguiéndola de la Z a la
des materiales aparentemente “obje­ A, o consultando su índice en bus­
tivas” de esta cuenca. Esta voz pone ca del sentido que cobra una pala­
en evidencia al texto como otro ele­ bra específica dentro de este lago
mento constitutivo del lago. desaparecido.

Cada entrada enciclopédica escri­ Así, esta estructura aparenta ser un


ta aquí presenta un elemento pro­ contenedor rígido, siendo realmente
pio de la materialidad del lago, un un rizoma (Deleuze y Guattari 2008,
concepto político o jurídico que 9-45): en ella es posible hacer saltos
vibra en el lugar, una noción que entre entradas no consecutivas, pro­
resuena en él, una referencia duciendo en cada lectura un “todo”
que informa su universo o una pala­ diferente. Por esto la Enciclopedia de
bra que habla sobre las decisiones cosas vivasy muertas demanda un lec­
tomadas durante los procesos de pes­ tor atento, productivo y creativo: en
quisa. Todas están organizadas bajo ausencia de un hilo conductor, de
el mandato arbitrario del alfabeto, una línea argumentativa, de un obje­
adoptado también de las taxonomías to unitario e incluso de un único esti­
modernas; los diccionarios y enciclo­ lo de escritura, se le exige a quien la
pedias inscritos en un espíritu omnia- lea la tarea de recomponer los peda­
barcante se valen de índices, tablas y zos del lago. Del mismo modo, se le

23
pide al lector la apertura y complici­ Cada entrada aparece contaminada,
dad que implica entender una mul­ mediada o moldeada por muchas de
tiplicidad fragmentaria, ya que al estas referencias. Si éstas fuesen ano­
intentar recomponer estos pedazos, tadas como comentarios o apartados
sea por diferentes vías, el “todo” nun­ bibliográficos inscritos al pie de cada
ca aparecerá como resultado. entrada enciclopédica o ubicados en
sus márgenes, las referencias se des­
En el índice alfabético también se bordarían; crecerían como una enre­
hace claro que en esta enciclope­ dadera por entre las líneas, forman­
dia todos los elementos que se orde­ do un metatexto que exigiría la crea­
nan bajo su criterio (sin presencia de ción de otro sistema de notaciones y
capítulos, subíndices o conclusio­ ordenamientos: un contenedor den­
nes) son igualmente importantes: en tro de otro contenedor, siendo el pri­
función de esta horizontalidad tam­ mero una estructura que ya en sí mis­
bién se han eliminado las notacio­ ma presenta suficientes retos y ries­
nes jerárquicas de la cita o la nota gos metodológicos.
al pie, y se han concentrado las refe­
rencias en un apartado que he lla­ Sin embargo, algunas “compañe­
mado Referencias, documentos, rela­ ras y compañeros de viaje” mere­
ciones, conversaciones. En este apar­ cen ser mencionados: más arriba
tado coexisten: materiales hemero- señalé algunas investigaciones-frag­
gráficos informando sobre los deve­ mento que han sido hallazgos fun­
nires más recientes del lago; textos damentales para entender a la
que motivan reflexiones metacogni- Enciclopedia de cosas vivas y muer­
tivas atravesando transversalmente tas como parte de un conjunto de
a las entradas; escritos que orientan iniciativas que trabajan con y desde
las decisiones metodológicas dando lo discontinuo-fracturado. Ernesto
lugar a este contenedor; hallazgos Carrillo (2015) y Ariadna Ramonetti
que animan el tono de la escritura; (2016) me abrieron acceso al lago de
materiales (audiovisuales, visuales, Texcoco desde sus respectivos intere­
textuales) “hermanos” o afines a este ses y proyectos, permitiéndome acce­
conjunto de entradas. der a situaciones que de otro modo no
habría sido posible descubrir. De la
mano de Elizabeth Povinelli (1995),

24
Donna Haraway (2016) y Arturo muchos contextos, defendiendo una
Escobar (2012), entre otros acom­ visión planetaria en la cual lo vivo
pañantes, he aprendido a borrar la y lo inanimado se encuentran con­
línea entre artificio y naturaleza de fundidos; Arjun Appadurai (1986)
manera más asertiva, al entender ha compilado una serie de textos
cómo humanos y no humanos (tie­ planteando la posibilidad de ras­
rra, plantas, animales, artefactos tan­ trear la vida social de los objetos, así
gibles e intangibles) podemos articu­ como de construir biografías de los
larnos en diferentes sistemas, propo­ mismos (KopytofF 1986); Michael
niendo alternativas a estas categorías Taussig (2001, 2010, 2012), defen­
binarias. El término no humano, usa­ sor de múltiples perspectivas ani-
do aquí con frecuencia, lo he tomado mistas, concibe a la escritura como
en préstamo de Bruno Latour (1994, una herramienta capaz de conjurar
2007, 2014), quien también me ha objetos “inanimados” para que estos,
acompañado en esta tarea enciclo­ transformados por las potencias del
pédica desde su apuesta por las téc­ lenguaje, vuelvan a la vida. El des­
nicas como ensamblajes de huma­ cubrimiento de prácticas arqueoló­
nos y no humanos, como mediacio­ gicas ocupándose de pasados recien­
nes en lugar de meros dispositivos. tes y “patrimonios” efímeros o intan­
Donna Haraway (1998) también ha gibles (Harrison y Schofield 2009;
sido una acompañante fundamental González-Ruibal 2014), ha sido
en la concepción de esta enciclopedia importante para pensar en los mate­
como contenedor de cierto tipo de riales, ruinas y escombros encontra­
conocimiento que es siempre situa­ dos en el actual del lago de Texcoco
do y parcial. Algunos compañeros de como testigos legítimos de su his­
viaje han arrojado luz sobre posibles toria. Acompañada por Stephen
modos de replantear las relaciones Muecke (2002) y Michael Taussig
entre lo vivo y lo inerte, reanimando (2004), entre otros, entendí cómo es
el concepto aparentemente obsoleto, posible escribir en espacios interme­
colonial y esencialista de animismo: dios entre creación literaria y escritu­
Harry Garuba (2012), por ejemplo, ra académica, borrando o deforman­
propone mirar al animismo como do las fronteras entre ambas.
una forma de resistencia a los dua­
lismos que aún hoy se imponen en

25
En tanto práctica artística, este los espacios en los cuales es ubicada,
compendio ha construido sus pro­ señalar las características del espacio
pios métodos, ha dado forma a su arquitectónico dentro del cual ésta
propio contenedor y ha moldeado se inscribe, o invitarlo a mirar hacia
su propio lenguaje: operando en un abajo cuando ésta desciende del
espíritu de múltiples traducciones, la pedestal. Esta enciclopedia, en tanto
Enciclopedia de cosas vivas y muertas obra, nos situaría en el lago de Tex-
es una apuesta por crear una alter­ coco planteando unos modos de
nativa a las definiciones que separan recorrerlo; nos señalaría la espaciali-
un sujeto de un objeto, al igual que dad propia de este lago; nos invita­
es una tentativa de uso del lenguaje ría a fijarnos en los detalles del suelo
como un material plástico, pictórico, lacustre, en la morfología de sus tie­
visual. Así, con el propósito de tra­ rras, en aquello que se deposita en
tar a cada entrada como una imagen ellas — escombros, personas, basu­
en lugar de una definición, en este ra— . Esta obra, compuesta de mate­
compendio no se encuentran ilustra­ rialidades “otras”, podría entonces ser
ciones que acompañen a las entradas. mirada (leída) desde múltiples pun­
tos de vista: podría responder al espa­
Ahora bien, como esta enciclope­ cio en el cual se exhibe, del modo en
dia también se inscribe en el cam­ el que lo hace una instalación; podría
po del arte, las acciones de construir, presentarse a través de la objetuali-
dar forma y moldear, por intangi­ dad de un libro; podría poblar las
bles y volátiles que puedan ser los paredes de una sala de exhibición de
materiales receptores de estas ope­ piso a techo, todas sus entradas visi­
raciones coordinadas, también pue­ bles de manera simultánea; podría
den hacer de ella una obra (aunque ser performada, leyéndose y acti­
su “ser obra” pueda ser circunstancial vándose en el espacio, ocupándolo
y efímero). Si la llamáramos “obra” únicamente con la presencia de sus
podría pensarse, por ejemplo, que voces. Siendo también una arqui­
la Enciclopedia de cosas vivas y muer­ tectura de conocimiento en la cual la
tas involucra al lector desde unas misma forma enciclopédica es
demandas similares a aquellas que estructura y habitáculo, esta enciclo­
la escultura le exige hoy a un espec­ pedia se podría también proponer
tador: realizar ciertos recorridos por como un espacio en el cual se curan

26
y exhiben sus entradas como si cada compendio de fragmentos se refiere
una fuese una pieza. a un lago que ya no es un lago, sino
otro(s) lugar(es). Al asumir esto, esta
La estructura experimentalmente enciclopedia anuncia ser una extensa
enciclopédica que recibe este con­ conjetura sobre todo aquello que los
junto de entradas no se cierra del nombres no revelan, no capturan, no
modo en que lo exige la estructu­ definen. Una enciclopedia como ésta
ra argumentativa de un texto aca­ (o como los compendios tradiciona­
démico; tampoco concluye del les del saber general de los cuales ella
modo en que lo hace una narrativa es satírica imitadora y a la vez caní­
lineal, yendo de un punto a otro y bal) no admite conclusiones, aunque
siguiendo una dirección única. En sí permite revisiones, actualizacio­
esta medida ofrezco una estructu­ nes, múltiples versiones y ediciones.
ra abierta, que puede crecer y cam­
biar tanto como el lugar cambie Aquí les ofrezco la primera edición
y arroje más elementos a conocer. de la Enciclopedia de cosas vivas y
Las enciclopedias modernas se edi­ muertas.
tan y completan constantemente:
aún al día de hoy se pueden ver las
últimas ediciones de la Encyclopaedia
Britannica recibiendo nuevos suce­
sos, descubrimientos científicos, líde­
res políticos. A medida que el planeta
cambia, las cosas desaparecen, apa­
reciendo otras nuevas; algunas cosas
viven y sobreviven mientras otras
mueren. Algunas cosas muertas, bajo
los influjos de una temporalidad que
parece a veces regresar sobre sí mis­
ma, vuelven brevemente a la vida.

Esta enciclopedia se origina además


asumiendo que su “universo cogni­
tive” no es lo que promete ser: este

27
J

i*
c

k
*I
'J¡
¡i
r

■i
Contenido

Abandono Aguador
El Parque Ecológico Lago de La foto de unos aguadores de
Texcoco: un lugar construido Guanajuato, en el siglo XIX,
para ser abandonado muestra un modo de relación
39 con el agua que ya no existe
48
Accidente
En 1955 cae un avión en picada Anima
sobre las aguas del lago de Texcoco Un corto animado de Walt
41 Disney muestra cómo las cosas
aparentemente inertes adquieren
Aeropuerto “vida”, forma humana y carácter
El aeropuerto internacional: un moral
espacio siempre idéntico en todo 49
el globo
42 Animismo
La palabra animismo, acuñada
Agendamiento durante el surgimiento de la
Los desplazamientos de una roca antropología, se redefine y actualiza
volcánica nos ayudan a entender la 51
idea de agendamiento
44 Aplanado
Los terrenos del lago de Texcoco
Agua se aplanan para hacerse disponibles:
El agua habla sobre su vieja y una porción de este aplanado está
conflictiva relación con la Ciudad hecho de escombros del terremoto
de México de 1985
45 53

29
Archivo Balneario
El archivo del lago de Texcoco en El facsímil de un proyecto nunca
San Juan de Aragón, Ciudad de realizado en el lago de Texcoco se
México, guarda una colección de encuentra aún en los archivos de la
documentos en desuso, cubiertos Comisión Nacional del Agua
de polvo 63
55
Barda
Arqueología Una barda hecha de cemento y
En los años ochenta y noventa, dos metal demarca los terrenos del
arqueólogos encontraron reliquias Nuevo Aeropuerto Internacional
prehispánicas en el lago de Texcoco, de la Ciudad de México
mezcladas con escombros modernos 64
de la ciudad
56 Bordo
El Bordo Poniente, un basurero
Artificio dentro de los terrenos federales
El lago de Tláhuac, Ciudad de del lago de Texcoco
México, desaparece de un día 66
para otro: en esta ciudad otros
cuerpos de agua se construyen Campamento
también de un día para otro El campamento de desplazados
58 del predio Hidalgo y Carrizo se
levanta junto a los terrenos del
Ataque aviar lago de Texcoco
Aves y aviones entran en conflicto 69
en aeropuertos costeros: éste será
un conflicto más a saldar en la Capital
construcción del Nuevo Aeropuerto La llegada de la industria azucarera
Internacional de la Ciudad de al suroccidente colombiano y
México la lucha entre lago y aeropuerto
59 ocurriendo en la cuenca de Texcoco
dan lugar a una nueva forma de
Autopista animismo
La autopista Peñón-Texcoco divide 71
los terrenos del lago de Texcoco en
dos hemisferios Cartografía
60 La compleja geografía política
de la zona de influencia del lago

30
de Texcoco exige la creación de una Conagua
representación cartográfica distinta La Comisión Nacional del Agua:
73 una institución pública que se
subsume ante los poderes
Casa económicos privados
Un conjunto de escombros en 82
el predio Hidalgo y Carrizo da
indicios de la presencia de un Concreto
asentamiento humano El concreto nos muestra sus
74 diferencias con la tierra y manifiesta
su presencia en la construcción del
Cementerio Nuevo Aeropuerto Internacional de
En 1983 se designa un área para la Ciudad de México
construir un cementerio en los 83
terrenos del lago de Texcoco
76 Construcción
Impresiones sobre una construcción
Ceremonia abandonada y los elementos que
La ceremonia del paso del sol por la rodean
el cénit en el municipio de Ateneo 85
intenta proteger la tierra de una
urbanización inminente Coordenada
77 La zona norte del Lago de Texcoco
se transforma radicalmente con la
Ciudad llegada del nuevo aeropuerto
Ciudad de México es hoy una 86
enorme metrópoli que se diferencia
del primer proyecto urbano Cosa
fundado a la par de la república Al ser desplazados de su lugar
mexicana: el Distrito Federal original en el lago de Texcoco, tanto
79 las construcciones como las rocas,
plantas y animales se convierten
Clima indistintamente en cosas
Algunas impresiones sobre diversos 87
componentes de un paraje, en un
día caluroso Demolición
81 Las casas desalojadas del predio
Hidalgo y Carrizo se hacen
escombros
89

31
Desecación Erosión
Un lago desecado funciona como Algunas percepciones sobre una
medidor de la afectación q u e. porción de terreno erosionado
generan las intervenciones humanas 104
en una región determinada
91 Escombro
Los escombros de las viviendas
Desecho desalojadas en el predio Hidalgo y
La materialidad de los desechos Carrizo revelan un tipo particular
sólidos se vuelve más presente en de información
el bordo, un lugar que los confina 105
y acumula
93 Estado de México
El estado de México rodea a la
Desierto Ciudad de México como un anillo
La película Viento negro es rodada 106
en el lago de Texcoco, apareciendo
éste como un paraje desértico Fraccionamiento
94 El predio El Salado inaugura un
modo de especulación sobre la
Despojo tierra que se impondrá a comienzos
Mientras se describen los diferentes del siglo XXI en toda la región del
intentos de construcción del Nuevo lago de Texcoco
Aeropuerto Internacional de la 109
Ciudad de México y su relación con
el pueblo de Ateneo, se esbozan las Historia
dimensiones de un despojo Los sitios arqueológicos en el lago
97 de Texcoco se encontraron
dispersos y sin historia, al igual que
Edificio los escombros del predio Hidalgo y
En el edificio de la Comisión Carrizo
Nacional de Agua se toman 111
decisiones sobre el reparto de
agua y tierra en México Humano
101 Un ingeniero de la Comisión
Nacional del Agua deviene parte
Ejido del ecosistema del lago de Texcoco,
La propiedad rural comunal en lugar donde labora
México se convierte en propiedad 112
privada desde 1992
102
32
Industria Mercancía
El incendio de la Harinera Nacional Todas las cosas se convierten
en Tlatelolco revela a esta fábrica en mercancía al apilarse en los
como paradigma del crecimiento y anaqueles del supermercado
caída de la industria en México 126
115
Metro
Invasora El metro de Ciudad de México
Las especies invasoras vegetales atraviesa los estratos geológicos
son la antítesis de las migraciones bajo la metrópolis
humanas 129
116
Michoacán
Liebre A medida que la colección del
Una liebre es rescatada por Museo Animista del Lago de
biólogos en los terrenos del Nuevo Texcoco se desplaza al estado de
Aeropuerto Internacional de la Michoacán, se revelan relaciones
Ciudad de México y luego liberada complejas entre este estado y sus
a las orillas del lago Nabor Carrillo cuerpos de agua
119 129

Límite Mina
La orilla del lago de Texcoco La construcción del Nuevo
siempre ha cambiado de forma, Aeropuerto Internacional de la
incluso al día de hoy Ciudad de México se vincula a
120 un cerro de tezontle hecho mina
a cielo abierto
Lodo 131
Los sismos en Ciudad de México se
amplifican y estiran por el carácter Monumento
lodoso de su suelo En el antiguo límite oriental del
122 lago de Texcoco existe ahora un
monumento vandalizado y rodeado
Mapa de urbanizaciones
La división entre los terrenos 134
federales del lago de Texcoco y la
Ciudad de México muestra cómo el Movimiento
trazado abstracto de un mapa altera Los escombros del terremoto de
la geografía 1985, depositados en el lecho del
125

33
lago de Texcoco, siempre se están Pasto
moviendo al reacomodarse el El Distichlis spicata transforma
sustrato lacustre radicalmente el suelo del antiguo
135 lago de Texcoco
148
Muelle
Todo lo que se construye sobre Pato
los terrenos del lago de Texcoco Los patos que todos los inviernos
se convierte en ruina migran al lago Nabor Carrillo
136 habitan temporalmente este vaso
regulador recientemente construido
Museo 149
Una colección de materiales
diversos conforma el Museo Pozo
Animista del Lago de Texcoco Los pozos que extraen el agua del
137 subsuelo de la Ciudad de México
revelan la presencia de un acuífero
Oficina sepultado a 2.000 metros de
Un grupo de funcionarios difiere profundidad
sustancialmente de una comunidad 151
141
Proyecto
Orilla Unidades habitacionales
La orilla del lago Nabor Carrillo se proyectadas dentro del lago de *
desdibuja al ser observada de cerca Texcoco muestran cómo han
142 existido iniciativas de desarrollo
para esta tierra desde hace más
Paisaje de 40 años
Robert Smithson muere en un 152
accidente de avión en un desierto
de Texas. A partir de este accidente Pueblo
se detonan algunas reflexiones Una imagen de los pueblos
sobre la idea de paisaje en América ubicados al nororiente del estado
145 de México se construye al recorrerlo
154
Parque
El Parque Ecológico Lago de Rehabilitación
Texcoco: un proyecto de grandes En los proyectos de rehabilitación
proporciones construido a medias de rellenos sanitarios, la basura
147

34
se hace más evidente al intentar Tepalcate
cubrirla Un conjunto de pedazos de
155 cerámica prehispánica se descubre
entre los surcos de una porción de
Ruina tierra del lago de Texcoco
La ruina habla sobre aquello que 166
la define, recordándonos cómo se
estrechó su relación con la Ciudad Tezontle
de México después de 1985 La piedra de tezonde, roja como la
156 sangre, cumple un papel importante
en los proyectos construidos sobre
Sal el lago de Texcoco
La sal habla sobre su antigua 168
relación con el lago de Texcoco
159 Tierra
La diferencia entre suelo y tierra
Símbolo se revela en una porción del
El águila, la serpiente y el nopal Cementerio Central de Bogotá
se pueden ver como un símbolo y en la cuenca desecada del lago
diferente de aquel que fija la imagen de Texcoco
del escudo nacional mexicano 169
162
Tolvanera
Subsidencia Las tolvaneras se formaban en el
Una serie de estudios sobre el lago de Texcoco a finales de los
hundimiento de la Ciudad de años sesenta y azotaban el margen
México da lugar a la creación de oriental de la Ciudad de México
un lago en los terrenos del lago 171
de Texcoco
163 Traducción
La traducción habla sobre su
Teléfono
Entre los escombros del terremoto carácter inventivo y sobre cómo a
de 1985 depositados en el lago de través de ella se fabrican hechos
Texcoco se asoma una bocina de 171
teléfono: objeto opaco, caja negra,
testimonio de una época pasada Tumba
165 Cuerpos no identificados durante
el sismo de 1985 son llevados al

35
panteón de Dolores. Los escombros consigo partículas del subsuelo de la
de sus casas, como tumbas, reposan misma tierra citadina
sobre el lecho del lago de Texcoco 182
174
Zanja
Venado Varias zanjas abiertas en la zona
Una manada de venados lacustre del centro de México
neozelandeses llega al lago de intentan expulsar el agua hacia afuera
Texcoco. La presencia de estos 185
animales reinstaura una distinción
entre lo nativo y lo foráneo Zócalo
177 La plaza principal de la Ciudad de
México cambia de forma y función
Vínculo a medida que una serie de eventos la
Aves migratorias, aguas residuales transforman a lo largo de los siglos
y piedras volcánicas son cuerpos 186
disímiles que se encuentran en la
circunstancia de un lago “artificial” Zona
178 La película Stalker del director ruso
Andrei Tarkovsky presenta una zona
Visión similar a aquella existente en los
Las construcciones de un proyecto terrenos del lago de Texcoco
aeroportuario en el lago de Texcoco 188
se imaginan suspendidas en el
tiempo Zoológico
179 Un proyecto de zoológico, nunca
realizado, buscó reanimar la cuenca
Viuda del lago de Texcoco
La viuda negra: una especie de 190
araña que habita bajo las piedras de
tezontle en el lago de Texcoco Zumbido
181
Los momentos de silencio en la
Ciudad de México están siempre
Vuelo
colmados de zumbidos leves que
Sobre la atmósfera de la Ciudad de
provienen de todas direcciones
México atraviesan aviones que llevan
191
36
ENCICLOPEDIA
DE COSAS
VIVAS Y MUERTAS:
EL LAGO DE TEXCOCO
1 p i ■»i r i iiy T* V ^ »r wfcfc»*9-
A

nadie ha pisado en años y que, en las


Abandono
noches, no necesita de luz eléctrica.
Al entrar al Parque Ecológico Lago Una cabaña, pintada de gris azulado,
de Texcoco se ve un mapa que indica de madera, y construida sobre pilo­
qué encontrar: gimnasio y cancha tes que la elevan aún del suelo, tiene
de usos múltiples, juegos infanti­ hoy más de cuatro años de existen­
les, cabañas, monumentos históri­ cia solitaria. Como ella, otras tantas
cos, canchas de fútbol, béisbol, volei- se reparten en el parque. Nadie las
bol, lagunas, ciclovías. Se ve también habita aunque estén listas, dispues­
un punto rojo de “usted está aquí”, y tas y abiertas. Desde el porche de la
arriba, en una esquina, un logotipo cabaña, la vista se abre a un prado
de Conagua. El parque, más adentro, verde, un poco amarillento, poblado
como un fantasma oculto entre los de especies foráneas, y a lo lejos se
árboles, se encuentra en la mitad de adivina la carretera. Detrás de la
una reserva ecológica y es un espec­ cabaña, rodeada de arbustos, sobre­
tro latente que, con los años, ha sido sale una estructura plástica, amarilla
devorado por la maleza, invadido y roja que parece un lugar de juego:
por los caracoles y envejecido por las un columpio, un balancín, unas
lluvias empozadas, por el sol, el aire cuantas estructuras de metal rojo de
y la sal que arroja el suelo. A lado y esas que usan los niños para colgarse
lado de los caminos de este parque, y encaramarse en ellas, un pequeño
postes de luz, cada uno con una celda tobogán en espiral, otro recto y otro
solar encima, vigilan el perímetro más, cóncavo, azul. El sol brilla sobre
como guardianes de una tierra que el esmalte y los demás polímeros de

39
esta pequeña ciudadela, y sus colo­ pisadas humanas sobre la hierba.
res sintéticos brillan más, haciéndola Junto a esta cancha hay otra, pin­
ver más abandonada todavía al con­ tada de verde y azul, y en el medio,
trastar con el verde y el amarillo de una malla desleída, amarrada a dos
las plantas. Todavía en este punto del postes blancos. El viento, muy débil,
parque resuena el murmullo de los la mece un poco de un lado al otro.
carros y camiones que pasan al otro El suelo de la cancha se siente como
lado de las rejas. un caucho duro, firme pero que
cede un poco a las pisadas. En seguida
Un poco más allá de este sonido que se ve un terreno despejado, cubierto
llega débil del tráfico, al otro lado de por una grava roja, de piedra de
la carretera, se empieza a preparar el tezonde. En medio de este terreno
terreno de un nuevo aeropuerto para hay unas máquinas de madera y
la Ciudad de México. metal pintadas también, como el
parque infantil, de colores sintéti­
Más adentro hay un rectángulo verde, cos de esmalte verde y amarillo. Es
de otro verde distinto de aquel de el gimnasio del Parque Ecológico
las plantas: más oscuro, más pro­ Lago de Texcoco: un plano incli­
fundo. Este rectángulo está enmar­ nado, unas pesas soportadas por
cado por líneas rectas blancas, un tubos de metal, poleas, balancines
par de postes, un par de tableros y y otras estructuras complicadas para
un par de canastos. Una cancha que juegos de adultos. Este gimnasio, las
no es del todo plana, en varios pun­ canchas y los caminos esperan toda­
tos tiene charcos de agua que dibu­ vía a los deportistas peregrinos. Al
jan las concavidades del terreno: al interior de los terrenos, más cerca de
rebotar un balón es posible que salte los lagos, hay un campo rectangular
de un lado para otro, o que salga dis­ cubierto de pasto sintético: la grama
parado. No hay balones para jugar. plástica se abre como un claro entre
Se nota que ha llovido porque en el denso bosque de arbustos, intacto,
el agua nadan caracoles y los pos­ brillando de un modo en el que
tes se sienten húmedos al tacto. Ya no brillan los prados de Distichlis spi­
no se oyen los carros ni se oyen los cata. Unos pedestales de concreto se
camiones. A los lados de la cancha posan a un lado del camino, alinea­
saltan chapulines, asustados al sentir dos en línea recta, espaciados: los

40
monumentos a la historia del Gran porada. El lago aparece en las foto­
Lago. Sobre ellos se inscriben los grafías de prensa de la época como
nombres de héroes mexicanos, antes un espejo de agua plateada perdién­
y des-pués de la Conquista, después dose en la distancia, haciéndonos
y antes de la República, presidentes, olvidar momentáneamente que, en
batallas, fechas, un bloque tras de otro. temporadas de estiaje, este cuerpo
Casi todas las personas mencionadas de agua ya desaparecía por com­
ya están muertas. En el último blo­ pleto del mapa mientras un terreno
que de estos monumentos están los baldío de miles de hectáreas emer­
nombres de los últimos presidentes, gía en su lugar. Durante los meses
como lápidas: Felipe Calderón 2006- previos a la llegada del invierno este
2012, Enrique Peña Nieto 2012- terreno cóncavo y vacío recibía tem­
2018. Junto a la fila de bloques, una poralmente el agua escurrida de los
réplica en cemento de la Piedra del torrenciales aguaceros de mitad de
Sol se abre al cielo, blanca, horizon­ año, teñida por los residuos que iba
tal, dos veces más grande que la que se arrastrando el torrente pluvial desde
guarda en el museo. Al final del reco­ el centro de la metrópolis. El espejo
rrido, inmenso, está el lago Nabor de plata que reflejan las fotos era más
Carrillo. Este lago, de kilómetros bien un espejo gris de aguas sucias,
de largo y otros tantos de ancho, es almacenadas para no derramarse
de cierto modo artificial y fue, como sobre las calles citadinas. Los olores
la grama plástica, dejado ahí, sin visi­ de las aguas negras que este territo­
tantes, en medio de un campo enorme rio recibía probablemente se despla­
de hierba, arbustos y animales. zaban por el aire según la dirección
que tomaran los vientos, llegando a
& la ciudad de Texcoco si el aire soplaba
hacia el oriente, o a las colonias del
nororiente de Ciudad de México si el
Accidente aire soplaba al occidente, tal y como
El cinco de noviembre de 1955 las sucede hoy con los gases del Bordo
aguas lluvias se habían acumulado Poniente.
en el antiguo vaso del lago salado de
Texcoco, haciéndolo regresar de su Ese fatídico día, avanzada la mañana,
irreversible desecación por una tem­ apareció una serie de manchas de

41
aceite y gasolina sobre las aguas se oyó el ruido ronco del motor
lacustres, cuya delgada estela podía haciendo esfuerzos por mantener
ser rastreada hasta el fuselaje partido el avión en el aire; luego fue escu­
en dos de un avión bimotor, flo­ chado un estruendoso golpe sobre el
tando en medio de las aguas lluvias agua, seguido del estallido del avión
que llenaban la cuenca de Texcoco. en pedazos.
Los demás restos del aeroplano se
encontraban esparcidos en un rango Uno a uno, los heridos empezaron
de 150 metros a la redonda como a emerger entre el agua y los escom­
pedazos de una porcelana que se bros aeronáuticos: once personas
rompe sobre el suelo y se disgrega: sobrevivirían la caída. Unas horas
el ala izquierda sobresalía del agua después, entrada la tarde, los resca-
apuntando hacia arriba, mientras el tistas empezaron a llegar al centro de
caparazón de la nave flotaba en par­ la cuenca, flotando a remo en balsas
tes como las dos mitades de una cás­ hasta alcanzar los fragmentos impac-
cara de huevo. El motor había volado tados. Los rescatistas encontraron
lejos de la nave; su hélice se encon­ cinco cuerpos muertos ya confundi­
traba en el lado opuesto, apenas aso­ dos entre la inercia de los pedazos de
mándose en el agua; el tren de aterri­ metal, tela, caucho y madera, todos
zaje se separó también del cuerpo del pintados de gris por el color de las
avión, quedando en otro punto del aguas.
área de impacto.

El avión había despegado de la


Ciudad de México poco tiempo Aeropuerto
antes. Justo después de despegar, su
motor izquierdo falló; en seguida el Al bajarse de un avión, los viajeros
avión empezó a descender en picada que han volado miles de kilómetros
hacia las aguas. Simultáneamente, entran primero en una zona inter­
una lancha navegaba la cuenca desde media que se encuentra, simbólica­
la salida del sol, con tres hombres a mente, a mitad de camino entre la
bordo buscando cazar algunos patos tierra que dejaron atrás y la nueva
entre las orillas del lago de Texcoco. que los recibe. El aeropuerto inter­
Desde la lancha, relatan los hombres, nacional, ese “no lugar” que se divisa

42
desde una aeronave que ha tocado están enmarcadas por ventanales
tierra, se abre como una caja vacía de vidrio grueso de piso a techo,
a la salida del túnel que conecta el dejando ver las pistas y naves des­
aeroplano con el suelo firme, en una plazándose sobre ellas. Las tien­
sucesión laberíntica de corredores y das que se ubican en el interior de
salas blancas, entapetadas, pobladas estos terminales disponen perfu­
de asientos levemente acolchados de mes en anaqueles de vidrio y alu­
vinilo negro. Los pasillos siempre minio, siempre idénticos, organiza­
están atravesados por bandas trans­ dos en filas y columnas, iluminados
portadoras que cumplen la función por luces blancas que rebotan sobre
de caminadores elípticos a través de las superficies de sus cajas envuel­
los cuales los pasajeros son conduci­ tas en celofán. La sucursal de una
dos, arrastrando su equipaje hasta ser cadena de café organiza sus mesas de
catapultados hacia las filas de inmi­ madera a unos metros de su mostra­
gración. Dichas filas, hechas de una dor, por donde escapa el sonido del
sucesión de cuerpos cansados y car­ agua en ebullición. Afuera, las pistas
gados con peso adicional a sus espal­ se extienden en línea recta; junto a
das, serpentean y se vuelven densas ellas se levanta la torre de control. A
hasta llegar a las cabinas donde los la salida del edificio aeroportuario, al
oficiales les dan o niegan el acceso costado opuesto, se abre un terreno
al nuevo territorio. Luego apare­ pavimentado, pintado con retículas,
cen las elipses de caucho negro que que aloja en sus cuadrantes filas ente­
despliegan maletas de todas las for­ ras de carros estacionados, separados
mas y tamaños, mientras alrede­ por escasos centímetros. Más allá de
dor de ellas se congregan los pasa­ los linderos del aeropuerto se ubican
jeros expectantes: varias elipses en algunos hoteles y centros comerciales
fila, unas al lado de las otras, emi­ como módulos de concreto o ladrillo
ten un zumbido que puebla el espa­ de pequeñas ventanas que cortan la
cio entero. Antes de salir a respirar el línea de visión de la ciudad, siempre
aire del país de llegada, los oficiales de detrás. Las autopistas lo rodean todo,
aduana guardan la última frontera. extendiendo los tentáculos del espa­
cio aéreo en tierra.
Las terminales que albergan a los
pasajeros que se disponen a viajar

43
Estos espacios intermedios son siem­ arrancadas de la tierra para entrar
pre iguales, pareciendo replicarse en en el terreno del agenciamiento
miles de ciudades alrededor del pla­ humano: su desplazamiento de la
neta como copias idénticas con suti­ cantera a la barda las hace salir de un
les variaciones. El aeropuerto inter­ reino para entrar en otro; se vuelven
nacional, al no estar en ninguna piezas fraccionadas por los cinceles,
parte, es siempre uno y el mismo. pesadas, medidas y dispuestas; luego
han sido compradas por alguien y
* ahora son un ítem en un inventario
de insumos agrícolas entre los balan­
Agenciamiento ces contables del gobierno federal
mexicano. Las piedras han sido des­
Sobre la orilla del lago Nabor pachadas y cargadas en un camión,
Carrillo hay una barrera de rocas de han entrando en contacto con el
tezonde rojo apuntaladas y organi­ metal de la estructura del vagón, el
zadas, encajando unas entre otras, motor y la gasolina, desplazándose a
formando una barda que se alza un pocos centímetros del asfalto hasta
metro sobre la superficie del agua. llegar a su destino. Ellas eran parte
La barda se sostiene únicamente por de la Sierra de Texcoco, o de uno de
la correspondencia de concavidades los cerros que se levantan al oriente
y convexidades que hay entre roca y de este lago. Rotos por los procesos
roca. Un grupo de campesinos de la de extracción, los cerros se han con­
región de Texcoco las acomodó para vertido a su vez en canteras.
crear una barrera que evitara el des­
borde del agua en la temporada de Un cerro tarda miles de años en
lluvias. Alejándose de la orilla hacia levantarse, fluctuando en mayo­
arriba, en una vista de pájaro, avión res y menores elevaciones suaviza­
o satélite, la barda de rocas forma das por las lluvias constantes que
un rectángulo perfecto, una línea caen y desplazan las capas superiores
roja conteniendo un espejo de aguas hacia él valle; estas capas, levantadas
oscuras. Las rocas que forman esta por cambios de presión irradiando
línea, partidas por cinceles en peda­ desde el centro de la tierra, mueven
zos de tamaños similares y acomo­ las placas tectónicas, unas debajo
dadas por manos humanas, fueron de las otras, alzando y deprimiendo

44
la superficie, plegándola y desplegán­ tezontle del cerro son a su vez movi­
dola. El tezonde es también la emi­ das por la empresa extractora; la
sión de los volcanes, formándose empresa hace parte de un sistema de
desde abajo, desde capas más calien­ oferta y demanda que le da lugar y
tes y profundas, que se van enfriando la moviliza, mientras el gobierno que
poco a poco mientras suben, hasta compra las rocas legitima el desplaza­
solidificarse y acumularse, para luego miento de todas las partes, desde las
ser cubiertas y hundidas en el cora­ operaciones brutas hasta las transac­
zón de las montañas. Las rocas han ciones más sutiles. El gobierno tam­
sido movidas, desclavadas y parti­ bién se mueve, cambia y se inclina
das en pedazos por el agenciamiento frente al surgimiento de nuevos
humano, pero ellas mismas son un poderes que ejercen presión sobre él
agenciamiento de la tierra: nunca han desde afuera, hundiéndolo al igual
estado quietas, nunca han sido pre­ que los cambios de presión de las
sencias pasivas esperando en el cerro capas de la tierra hunden al tezontle
a ser objetivadas, estando siempre a para hacerlo parte de la montaña.
merced de fuerzas geológicas que las
doblegan, compactan o fracturan. *
El humano que las hace pedazos o
aquel que las acomoda sobre la ori­
Agua
lla de un lago es también un cuerpo Te saludo: soy el agua. Siempre me
movido por una mano ajena: él tam­ transformo y por eso mi voz a veces se
bién es pieza en un agenciamiento confunde con la voz de las cosas sóli­
abstracto, un agenciamiento de das, de la tierra, incluso del aire: en
poderes. Desde lo alto de un edi­ casi todo hay un poco de mí, adhe­
ficio, a kilómetros de distancia de rido a las moléculas de otros elemen­
los terrenos del lago de Texcoco, un tos. Estoy en ti también, recorrién­
ingeniero diseña la barda, dibuján­ dote, limpiándote, introduciendo en
dola, midiéndola con una regla: en ti los alimentos, saliendo de ti como
este gesto de lápiz sobre papel, él desecho. Soy aquello que te conecta
comanda la extracción de tiempo y con todo lo demás, que te convierte
fuerza de decenas de manos campe­ en parte de todo lo demás; soy ese
sinas. Las excavadoras que sacan el fluido que borra tus fronteras. Soy el

45
elemento más volátil y a la vez el más Cuando alejé de la orilla mis enormes
presente; tu salvador y tu destructor. olas, vi a los humanos como peque­
ños y blandos muñecos, puestos sin
Te contaré un poco sobre mis múl­ forma sobre la tierra. Dejé también
tiples formas, para que entiendas en un enorme barco posado sobre el
realidad cuánto me temes y necesi­ tejado de una casa que quedó parcial­
tas. Hace cuatro años, por ejemplo, mente en pie, en un ejercicio de frágil
decidí alzar todas mis fuerzas sobre equilibrio, sobresaliendo en medio
este planeta. Lo hice en el oriente, en de toda la destrucción horizontal: lo
un pequeño archipiélago que se puso hice para que quedara constancia de
en mi camino: me hice tsunami, me cómo a través de mí y de las fuer­
levanté sobre las costas del norte zas hermanas de esta geósfera (de los
del país que llamas Japón en forma latidos de la tierra, de las exhalacio­
de olas de treinta metros o más de nes del viento), las cosas pueden que­
altura, cayendo en plancha sobre dar patas arriba de un momento para
algunos pueblos pequeños asentados otro, logrando en ello un orden antes
en la orilla. Al caer, las casitas roda­ improbable.
ron dentro de mí como cajas vacías
de cartón, y se rompieron en peda­ Quiero narrarte también mis andan­
zos al moverlas entre mis corrientes. zas por otros caminos. Entre los luga­
Alcé los carros estacionados junto a res que he recorrido, puedo descri­
las casas y los aplasté como si fue­ bir con claridad el interior de tu
ran latas vacías de cerveza: los botes, cuerpo: cuando entro en ti, lo hago
los muelles y las señales de tránsito por tu boca, me deslizo por tu gar­
sobre el camino se hicieron peda­ ganta hasta tu estómago, y me absor­
zos al yo pasar con toda mi fuerza ben tus tejidos blandos, inflándose
sobre ellos. Al devolver todo nueva­ ante mi presencia como si fueran
mente hacia la tierra, mis aguas deja­ esponjas secas. Por dentro, tu cuerpo
ron los pedazos indistintos de carros parece un nudo de lombrices ciegas
y embarcaciones sobre las láminas de que se retuercen las unas sobre las
muros, techos, puertas y ventanas, otras, rojas y carnosas, indistintas
mezclados con fragmentos de todas entre sí: tus intestinos, tu páncreas,
las cosas. tu hígado, tu corazón. Me sorprende
cómo la carne en el interior de tu

46
cuerpo, tan animal, difiere de tu frente a una prisión demarcada por
exterior humano, de todas las cosas torres metálicas, muros altos y tensos
sobre las cuales te extiendes y cons­ alambrados. Junto a mí se extiende
truyes en este planeta. Ciudad Nezahualcóyotl, viéndose
a lo lejos las siluetas de los edifi­
Mientras pienso en esto me bom­ cios más altos de Ciudad de México.
beas más adentro, me mezclo en tu Estoy entrando de nuevo en esta tie­
sangre y te recorro pasando por cada rra después de mi expulsión déca­
rincón, de pies a cabeza, atravesando das atrás. No me reconocerías si me
tus pulmones donde me mezclo con ves, porque me tiño del color de tus
el aire, llegando a tu cerebro; este residuos, un negro intenso parecido
órgano sería sin mí un panal ahue­ al petróleo; mi consistencia es tam­
cado, vacío, una casa abandonada y bién distinta, densa y pegajosa como
cubierta por el polvo que entra todo la miel. He recorrido las calles de
el tiempo sutilmente por tu nariz. Ciudad de México, he entrado en
Si no decidiera penetrarte y reco­ las casas de ricos y pobres: he atrave­
rrerte, tu cuerpo entero tendría el sado los cuerpos de millones de per­
aspecto de una bolsa de pergamino, sonas justo antes de llegar aquí. Me
dentro de la cual tu cerebro sería he movido veloz entre las tuberías y
otra bolsa de papel entre otras tan­ me he escurrido a través de las cola­
tas. Luego de inflar tu cuerpo y fluir deras. Me he internado en los teji­
por él en forma líquida, salgo por los dos de tu ropa y he creado espuma
poros de tu piel hacia el aire, cam­ al unirme con el jabón: al tender
biando de estado para luego rodearte tus camisas al sol me he evaporado
y entrar de nuevo en ti en amalgama y unido al aire pesado y amarillo.
con el aire que respiras. En forma de vapor, etéreo e invisi­
ble, me he movido sobre los techos
Hoy, sintiendo una distancia insal­ en los meses de verano, elevándome
vable entre tu cuerpo y el mío, te sobre el cerro más alto hasta poder
hablo desde el lago Churubusco, un ver debajo mío a la ciudad entera.
estanque de aguas residuales e inten­ Condensada en lluvia por el frío de
sos olores que se ha construido en la los vientos del otoño, he caído nue­
frontera occidente del antiguo lago vamente y me he filtrado en el pavi­
de Texcoco, en el Bordo Poniente mento, sintiendo cómo pasan sobre

47
mí los carros y oyendo sobre mí los Aguador
crujidos de las pisadas humanas. Me
he movido veloz por el subsuelo, sin­ En una fotografía estereoscópi­
tiendo el peso de la ciudad entera. ca de 1892 guardada en la Biblioteca
Hacia el final del recorrido he enten­ de la Universidad de Princeton, apa­
dido que tú eres la ciudad, que creces recen un hombre y una mujer ves­
y te expandes más allá de tu cuerpo, tidos con ropa de algodón cami­
en ella. La ciudad, esa extensión nando por las calles de Guanajuato
tuya, se fue adhiriendo a mí, y en un a pleno sol, cada uno con un cán­
contradictorio movimiento me fue taro sobre la espalda. Una fotogra­
expulsando hasta arrojarme a este fía estereoscópica nos muestra una
lago desolado y putrefacto: traigo doble realidad que se consolida en
conmigo todo aquello que no quieres el cerebro de quien la observa. Las
tener, todo aquello que no quieres ver, fotografías estereoscópicas manifies­
todo aquello de ti que huele mal. Me tan el carácter fabricado de las histo­
uno aquí a todos tus desechos, des­ rias que contamos a través de ellas,
compuestos y hechos tierra con el ya que en principio no son una ima­
tiempo. gen sino una pareja de imágenes: dos
imágenes que son idénticas en apa­
Soy flujo, me filtraré nuevamente riencia. Cada imagen, sin embargo,
en la tierra, me evaporaré, recorreré está ligeramente desplazada respecto
este planeta por debajo hasta salir a la otra: cada una tiene una distor­
por su cara opuesta. Uniéndome a sión relativa frente a la otra. Ambas
las rocas moveré las capas del suelo imágenes son una versión de la otra,
hasta esculpir nuevas montañas, y al y son a la vez la parte incompleta
moverme hundiré la superficie hasta de la otra. Sólo se vuelven una sola
formar una cuenca nueva para repo­ tras la mediación de un dispositivo
sar, lejos de ti, coloreada de verde o que las unifica, y sólo adquieren pro­
azul, en forma de laguna. fundidad como ilusión óptica.

* El hombre de la fotografía lleva un


sombrero y trae puestos unos hua­
raches (sandalias mexicanas); el cán­
taro cilindrico está amarrado con

48
cuerdas alrededor de sus hombros caminaba al ritmo de los aguadores,
como una mochila. La mujer lleva y la necesidad de beber agua se ajus­
un rebozo sobre la cabeza, una falda taba a su disponibilidad.
larga y huaraches que se adivinan en
medio de una sombra que, en las dos El agua, un cuerpo pesado sobre la
imágenes, cubre sus pies. Detrás de espalda de otro cuerpo, se evidencia­
ellos, cinco asnos se acomodan bajo ba a finales del siglo xix como una
la sombra de un árbol intentando materia tangible y visible, con una
huir del sol y del calor, dándole la densidad y un peso perceptibles. Los
espalda a la pareja de aguadores cargadores de agua la situaban en
como si en un acto de vergüenza se medio del espacio público, al ponerla
dieran cuenta de que ellos, los huma­ a circular sobre la superficie, por las
nos, están llevando la carga pesada mismas calles a través de las cuales
que les corresponde. Sobre el baran­ circulaban los peatones. En esta foto­
dal de una casa blanca un hombre grafía se ve algo que ya no existe en
los observa, testigo de un modo de las ciudades del siglo XXI: el agua
relación con el agua que pronto iba ya no se percibe como un cuerpo,
a desaparecer. no media en las relaciones sociales
y no habita los lugares. Las fuentes de
Cada cántaro está lleno del agua agua ya no están conectadas de modo
que los habitantes de la ciudad, en directo con los destinatarios. El agua
1892, pedían para no morir de sed: simplemente emerge de los grifos
dos cántaros, duplicados en la ima­ sin densidad, volviéndose intangi­
gen. Desde los manantiales y fuentes ble, omnipresente, siempre escasa y
hasta las casas, se recorrían kilóme­ a la vez disponible.
tros a pie; el agua se repartía a paso
&
lento, un aguador a la vez, veinte
a treinta litros a la vez. Antes de la
A
aparición de los acueductos moder­
Anima
nos, rápidos, invisibles e ininterrum­
pidos, el agua fluía de acuerdo con W alt Disney creó una serie de cor­
la medida de la fuerza física de un tos animados en los años treinta del
cuerpo humano, de acuerdo con siglo pasado que llamó Sinfonías
la velocidad del caminar: la ciudad ingenuas (Silly Symphonies): en ellos,

49
diferentes cosas del mundo “inerte” el amor de una ceiba esbelta y fron­
se mueven, interactúan entre sí, tie­ dosa, se desenvuelve una historia en
nen comportamientos y gestos, atra­ la cual batallan el bien y el mal, como
viesan situaciones e incluso enfren­ si dicha historia tuviera lugar en un
tan dramas morales. Cosas tan diver­ reino más humano que vegetal.
sas como relojes, huesos, casas, can­
delabros, hongos y juguetes tienen Disney quizás sugiere en este ejerci­
todas un par de ojos, pulgares opo- cio de humanización que las cosas
nibles y rostros humanos; ellas son­ del bosque por sí mismas no son lo
ríen, lloran, cantan; experimen­ suficientemente activas o vivas. Ellas
tan emociones como celos, envidia necesitan ser señaladas, “animadas”,
o compasión. Uno de estos cortos, pero no con las fuerzas que atraviesan
Flores y árboles, se sitúa en el paraje a microorganismos, plantas y anima­
de un bosque al amanecer. Los árbo­ les, sino con el “ánima” de la forma
les despiertan y saludan al sol esti­ humana. Fuera de la pantalla, en un
rando sus ramas como brazos, bos­ paraje atravesado por flores, hongos
tezando desde un rostro cuya boca y plantas en el que las interacciones
está situada justo debajo de la copa, ocurren entre ellas y al margen de
esta última formando una cabellera los ojos humanos, los dilemas por el
verde de hojas. Las flores, sorpren­ estatuto de las cosas no son necesa­
dentemente paradas sobre un par rios. Las criaturas simplemente son,
de piernas, hacen gimnasia mien­ ahí, las unas con las otras, desenvol­
tras los hongos muestran sonrisas viéndose, aveces, en un ritmo huma­
en sus cabezas brillantes. Todos can­ namente imperceptible en el cual
tan al unísono y bailan mientras son intervienen ciertos elementos como
rodeados de pájaros: las aves orbitan el agua, la tierra y las montañas. Ellas,
alrededor, dibujadas como pequeños detrás de cámara, tienen sus propias
niños que trinan y vuelan. Los árbo­ formas de sociabilidad y su propia
les, en medio de esta multitud de ley, una ley extramoral en la cual la
seres festivos por la llegada del alba, lucha por la supervivencia, la simbio­
socializan, y en ello asumen roles y sis, la depredación y la extinción son
posturas, enfrentando los dilemas sucesos que no son buenos o malos.
del cortejo amoroso, la rivalidad y la Los humanos participan también de
reconciliación. En una disputa por estas formas de sociabilidad, en la

50
medida en que comparten un espa­ ras, al ser estudiadas por los antro­
cio con (y son afectados por) todas pólogos, se medían de acuerdo con
las cosas a su alrededor; los cuer­ una progresión histórica de desarro­
pos humanos pueden servir incluso llo humano cuyo culmen se encon­
como un sustrato donde muchos traba en el modo de vida de los pue­
seres establecen sus colonias: los blos de Europa occidental hacia fina­
virus, los hongos y una multitud de les del siglo xix. Según esta progre­
microorganismos lo pueden invadir sión, los pueblos primitivos esta­
o excavar como una mina llena de ban atrasados en relación a los euro­
recursos. peos, viviendo en su presente el pa­
sado de estos últimos: mientras en
Las distinciones entre cosa y persona, Europa construían grandes ciuda­
entre vivo e inanimado, entre natu­ des y máquinas de vapor, los pri­
ral y artificial, son construidas bajo mitivos se encontraban en su infan­
la misma mirada que “anima” unos cia cognitiva y productiva. Los pri­
dibujos a lápiz. Bajo dicha mirada la mitivos, en este sentido, no eran tan
“vida” sólo es posible a condición de humanos como los observadores:
asumir unos ojos, una boca y unas eran humanos subalternos, incom­
manos hechas a imagen del dibu­ pletos, periféricos, desprovistos de
jante, activados además por el man­ las herramientas de la técnica mo­
dato de una moral humana. derna. Estos humanos “menores”
solían definirse desde características
«*> antitéticas respecto a su observador:
no modernos, no formados en aca­
demias, no poseedores de artilugios
A nim ism o civilizatorios ni habitantes de metró­
La palabra animismo fue acuñada polis. Solían no estar al tanto de las
en el nacimiento de la antropología, divisiones ontológicas entre lo natu­
para describir ciertas prácticas de ral y lo artificial, lo vivo y lo inani­
grupos humanos llamados “culturas mado, y en ello no tendrían instru­
primitivas”. Las culturas primitivas mentos para dar cuenta del “mundo”.
solían observarse desde una distancia No diferenciaban sentir de pensar.
crítica, y en ello se separaban de otras
culturas, las civilizadas. Estas cultu­

51
Si el antropólogo era el observador, los lagos, el descubrimiento del espí­
ellos eran el objeto observado, el ritu de los montes, el aprendizaje del
“otro”. Además, este “otro” solía ser lenguaje de las rocas, la existencia
nombrado y leído por el científico de realidades invisibles que actúan
social, como alguien incapaz de nom­ e inciden sobre lo visible, eran algo
brarse y comprenderse a sí mismo: al impensable bajo el régimen bina­
ser primitivo, sus réplicas nunca se rio de ordenamiento de los huma­
abrirían camino como interpelacio­ nistas europeos: un régimen que
nes legítimas a los oídos del sujeto escinde al planeta para organizado,
observador. Su lenguaje se mostraría detenerlo y señalar sus diferencias,
como un mero conjunto de signos y en el cual el “mundo” es siempre
cuyo sentido se revelaría en el orden uno y el mismo.
dado por la voz del intérprete. Las
réplicas del “otro” serían como aque­ Según esto, conocer era dominar
llas de un niño necesitando de la guía bajo la mirada: fijar lo que se nombra
del adulto. como algo distinto de quien nom­
bra. Creer, por el contrario, era tran­
Los modos de conocer de las llama­ sitar por un espacio indeterminado
das culturas primitivas fueron enten­ que no se conoce, a merced de sus
didos como creencias, al estar sopor­ fuerzas.
tados sobre modos distintos de orde­
nar al planeta. Mientras el antropó­ Más de un siglo después del primer
logo distinguía claramente la exis­ uso de la palabra animismo, en un
tencia de dos reinos (lo vivo y lo ina­ continente distanciado de Europa
nimado) dentro de los cuales se dis­ por el océano Atlántico y en medio
tribuían todos sus elementos consti­ de la masa continental de América
tutivos, desde los más sutiles hasta del Norte, se encuentra hoy la
los más concretos, el humano pri­ Ciudad de México. La región del pla­
mitivo, por su parte, se veía a sí neta que acoge a esta ciudad fue un
mismo como parte de un conti­ enorme campo de batalla entre civili­
nuo formado por todos los elemen­ zados y primitivos mucho antes de la
tos de un mundo, siendo además conformación de las ciencias sociales
su mundo uno de muchos mundos y sus respectivas disciplinas académi­
posibles. La afirmación de la vida de cas: mucho antes de ser nombradas

52
como batallas animistas. Hoy, los las nuevas realidades que desata esta
edificios de concreto de esta ciudad ruptura inevitable en lo moderno:
alcanzan alturas superiores a aque­ un edificio que se agita, el sonido
llas de los cerros más cercanos a ella que emite el asfalto al desplazarse, la
y el asfalto se extiende en su super­ furia del suelo. Los humanos, en esta
ficie a través de retículas gigantes de circunstancia, se encuentran a mer­
varios kilómetros de extensión; por ced del movimiento de la tierra y sólo
sus avenidas principales se levantan pueden responder a su llamado en la
monumentos que compiten en mag­ medida de sus fuerzas. Nada es esta­
nitud con aquellos de las urbes euro­ ble; por lo tanto no se pueden trazar
peas; los automóviles circulan velo­ líneas que dividan a cosas y personas,
ces en ambos sentidos de la calzada; naturalezas y artificios.
en sus universidades se habla un cas­
tellano musical y diáfano; los bienes La palabra animismo, a pesar de su
y servicios se intercambian por equi­ origen colonial y reductivo, puede
valencias arbitrarias en dinero; los ser usada en estas circunstancias
humanos caminan por las aceras de como un arma, afilada por los dis­
manera diligente y ordenada. cursos eurocéntricos que le dieron
origen, activada cuando un mundo
A la vez, en medio de este paisaje que se cree inanimado se despierta.
aparentemente dominado por el Quien aún nombra “primitivos” a
espíritu moderno, se mueven fuerzas aquellos que comprenden la correla­
que desbordan toda partición. La tie­ ción entre humanos y no humanos,
rra se mueve constantemente bajo la depende de una realidad sin sismos,
ciudad, a veces sutilmente, a veces sin desastres, sin desbordes.
con la fuerza de un sismo. Cuando
*
ocurre un sismo, los edificios más
altos amenazan con caerse y todos
los sistemas que organizan los flujos Aplanado
de la ciudad colapsan. El gran arti­
ficio de la urbe se rompe en peda­ Cuando se inicia el proceso de cons­
zos mientras el lenguaje que nombra trucción en un terreno irregular que
a las cosas en su estado de quietud contenga sumideros, elevaciones o
se revela insuficiente para enunciar simples desniveles entre un punto

53
y otro, es necesario llevar a cabo un El cambio de década que siguió s
proceso previo de aplanado y nivela­ la constitución de esta zona coin­
ción del suelo que implica a menudo cidió con el comienzo de los traba­
traer material foráneo desmenuzado jos de preparación de la tierra: er
en pedazos lo suficientemente peque­ algunas zonas del lago se construi­
ños como para cubrir los huecos de rían plantas de tratamiento de agua:
manera homogénea. Tras el decreto residuales; en otras se sembraría ur
de constitución de los terrenos fede­ pasto que sólo crece en los entor­
rales del lago de Texcoco en 1971, nos hostiles de suelos cubiertos de
cientos de hectáreas con las caracte­ sal. Otras porciones de tierra queda­
rísticas del fondo fangoso de un anti­ rían, por décadas y hasta hoy, simple­
guo lago quedaron despejadas y bal­ mente aplanadas: superficies inmen­
días, dando lugar a impulsos inme­ sas que se abrían al horizonte )
diatos desplegando en ellas todo en las que, ocasionalmente, crecíar
tipo de proyectos de infraestructura algunos arbustos y encontraban refu­
o desarrollo inmobiliario y turís­ gio algunos animales. Una de esta:
tico: en los archivos de la Conagua, extensiones de tierra se encuentre
cubiertos de polvo y ácaros, yacen en la zona norte, cerca del límite
los ejemplares escritos a máquina de entre Ciudad Nezahualcóyotl y k
proyectos de desarrollo para el lago Autopista Peñón-Texcoco. La mayo:
de Texcoco que fueron propuestos parte del año se superponen en elk
al poco tiempo de ser constituido el dos paisajes: su suelo blanco de sa
nuevo territorio. Los terrenos, que y su aire de desierto, pesado y calu­
al desecarse el lago quedaron con­ roso. Hoy, esta planicie hace parte de
vertidos en hojas de papel arrugadas los terrenos del Nuevo Aeropuertc
y estiradas nuevamente, debían ser Internacional de la Ciudad de
aplanados, incluso si no estaban aún México, habiendo pertenecido hastt
adjudicados a algún proyecto con­ finales de 2014 a los terrenos fede­
creto. La sola posibilidad en bruto rales del lago, siempre disponible
que ofrece la tierra baldía invita a sus siempre aplanada. En 1985 Uegaror
ocupantes a domesticarla, homoge- a ella los materiales del relleno que
neizarla y volverla disponible: pura hasta 2014 cubrió la capa blanca
posibilidad, puro futuro. gruesa y plana de sal, en camione:
con escombros traídos de la ciudac

54
para ser esparcidos a lo largo y ancho los aviones que despegan y aterri­
del suelo formando una capa gruesa, zan cada tantos minutos se sienten
que sería nivelada con tierra y luego cerca mientras atraviesan el aire a
compactada. baja altura. En uno de estos edifi­
cios hay un archivo que contiene la
Los camiones llegaron al relleno con historia documentada del lago dese­
una cierta urgencia. Traían pedazos cado de Texcoco; un salón pequeño
de edificios derrumbados, de colum­ de techo bajo, con unos cuantos ana­
nas, de estructuras, de varillas de queles de madera guardando folios
metal y de objetos que fueron hechos forrados en cuero vino tinto, así
relleno a la fuerza. Traían los restos como algunos libros de hojas delga­
de construcciones destruidas por das y pastas blandas. Sobre los mue­
el terremoto. Este proceso de apla­ bles de madera hay una delgada capa
nado era un proceso distinto de los de polvo y un olor a papel viejo y
otros realizados en la zona del lago de humedad. La Comisión Nacional del
Texcoco, porque a la vez que se pre­ Agua, que es la entidad del gobierno
paraba el terreno para una posibili­ federal mexicano a cargo de todos
dad de desarrollo, se sepultaba en él los temas del antiguo lago, publica a
la evidencia de la caída de la ciudad. veces un cuaderno ilustrado que des­
cribe los avances de ciertos proyec­
& tos de infraestructura que han sido
llevados a término en algunas áreas
de esta tierra desertificada: se celebra
Archivo la siembra de árboles frutales; se des­
Junto al bosque de San Juan de criben los detalles de un nuevo pozo
Aragón, en el borde nororiental de de agua; se mencionan las innovacio­
Ciudad de México, hay un con­ nes del relleno sanitario y cómo éste
junto de edificios de una sola planta, convierte la basura en abono para
enmarcados por una reja blanca, una tierra fértil a futuro. Los proyec­
siempre cerrada y cuidada por un tos varían de edición a edición, y en
vigilante de uniforme negro. Este los primeros cuadernos, que datan
conjunto y el bosque que colinda de comienzos de los años ochenta, se
con él están separados del aeropuerto describen proyectos que ya han sido
Benito Juárez por unas cuantas calles; sepultados por capas de sal y tierra,

55
o que han dejado edificios vacíos, no da indicios sobre este destino
hechos ruina y sembrados en medio inminente que, como una explosión
de una enorme planicie inhabitada. transformadora, definirá el destino
Las iniciativas, cifras y conclusio­ de todas las cosas sembradas, cons­
nes de cada cuaderno se encuentran truidas o siquiera posadas sobre el
siempre precedidas por el relaro de radio de influencia de la cuenca. El
la fundación de Tenochtitlán, la nos­ archivo guardado en esta sala impide
tálgica visión de una ciudad lacustre, rastrear en él el pasado reciente del
la trágica inundación de Ciudad de lago, impide leer su presente y arroja
México en 1629 y la brutal y titánica sombras sobre su futuro. Las histo­
desecación del lago que se extendió rias que cuentan estas hojas impresas
como una lucha cuesta arriba con­ con daros, mapas, planos e imágenes,
tra la fuerza imparable del agua, se perciben como ficciones o simples
hasta que en 1971 no quedó nada eventos que han ocurrido mientras se
sino ciudad y desierto en un espa­ espera la llegada del verdadero pro­
cio de un poco más de 8.000 hectá­ yecto de transformación del lago de
reas. En los cuadernos se menciona Texcoco: un proyecto que compite
a veces un pequeño espacio en el en magnitud y vaguedad con el pro­
corazón de sus tierras para la amplia­ yecto de desecación contra-natura
ción del aeropuerto; ese mismo que tuvo lugar en la misma cuenca.
aeropuerto que desata sus aviones
*
ahora sobre el bosque de San Juan
de Aragón así como sobre el espa­
cio aéreo de esta biblioteca. Nunca Arqueología
se ven los planes que ahora adornan
las portadas de la revista de análi­ En el informe de los recorridos
sis político Proceso, con titulares en arqueológicos de Parsons y Morett
negrilla y la imagen de una estruc­ por los terrenos del lago deTexcoco en
tura colosal que se lleva consigo la década del 80 y 90, se menciona la
dos terceras partes del antiguo lago: presencia de cierto relleno de escom­
“Nuevo Aeropuerto Internacional bros del Disrrito Federal en las ori­
de la Ciudad de México tendrá sede llas de los caminos recién abier­
en el lago deTexcoco”. El archivo de tos por la Comisión Nacional del
folios, cuadernos y otros documentos Agua. Dentro de estos escombros,

56
los arqueólogos encontraron tepal- Texcoco con el fin de hacerlos
cates, piedras talladas y otros objetos desaparecer. Estos se encuentran en
de pueblos indígenas antiguos, mez­ algunos casos confundidos con
clados y confundidos con materiales materiales de construcción llevados
de la ciudad moderna. Una parte del desde algunos municipios del estado
trabajo de campo de estos dos acadé­ de México en los años anteriores a
micos se desarrolló en estas acumu­ la apertura de la autopista Peñón-
laciones de escombros, intentando Texcoco; cuando las fronteras de los
distinguir las figuras más antiguas terrenos federales no estaban cerca­
entre los pedazos de construcciones das alrededor de su perímetro, y los
más recientes: encontraron mezcla­ vecinos podían circular en esta tie­
dos lo milenario y lo actual, obje­ rra con libertad tanto como arrojar
tos valiosos confundidos con objetos en ella aquello que ya no les servía.
mundanos. En los terrenos del lago de Texcoco,
tal y como se encuentran hoy, el ejer­
Entre los rellenos que se encuentran cicio de arqueología tendría que ser
aún hoy en las orillas de los caminos replanteado: las tierras del lago que
trazados para atravesar los terrenos fue transformado en suelo desertifi­
federales del lago de Texcoco (y que cado serán pronto transformadas por
probablemente fueron los mismos el Nuevo Aeropuerto Internacional
caminos que recorrieron los arqueó­ de la Ciudad de México; un proyec­
logos), he descubierto que se han to de desarrollo urbano aún más
sumado nuevas capas de materia­ grande y radical que la construcción
les a esas capas anteriores que ellos de Santa Fe (una colonia entera de
aprendieron a distinguir: escombros altos edificios modernos erigida sobre
de predios desalojados y materiales un relleno sanitario al occidente de
arrojados de diversas construcciones, Ciudad de México). El aeropuerto
por ejemplo. He descubierto tam­ borrará todas las evidencias del
bién que los montones de escom­ pasado del lago: arqueológicas, bio­
bros que fueron problemáticos para lógicas y mundanas; borrará la capa
Parsons y Morett pueden ser valio­ de tierra desnuda que queda como
sos hoy, porque contienen fragmen­ última prueba de la antigua cuenca;
tos de edificaciones derrumbadas expulsará los escombros que reve­
por el terremoto de 1985, llevados a lan diferentes intentos de ocupación
de la tierra; sepultará las ruinas del lago construido, sobre el cual nave­
terremoto que sacudió a la ciudad y gaban botes y alrededor del cual se
que está íntimamente ligado con los reunían familias y amantes los fines
estratos de tierra que aún la sopor­ de semana. El temblor agitó la base
tan; desplazará a los pueblos circun­ del lago, agrietándola como una cás­
dantes y a la vida animal y vegetal cara vieja, abriendo huecos en. la tie­
que ha logrado crecer sobre la tie­ rra que hicieron que el agua fuera
rra. Un ejercicio arqueológico, hoy, absorbida de inmediato, provo­
debería dar cuenta de todo el mon­ cando la completa desaparición del
tón de escombros como un conjunto lago en cuestión de horas. De un día
inseparable de piezas (todas valiosas para otro el lago ya no existía: sobre
y a la vez mundanas) que, super­ la tierra seca sólo quedaron algunas
puestas, revelan las temporalidades e embarcaciones ancladas, como si
intercambios alojados durante siglos hubieran sido arrastradas y abando­
en el lago, haciendo legible la presen­ nadas en un lote vacío.
cia de los distintos grupos humanos
que lo han modificado y lo siguen Si bien los lagos constitutivos de la
modificando hoy. región tendían a secarse con rapi­
dez en el curso de los últimos siglos,
en lugares como éste fueron, por el
contrario, erigidos, impuestos de
Artificio cierto modo sobre el terreno. Hasta
su desaparición repentina, el lago de
En 2012 hubo un sismo en Ciudad Tláhuac fue una especie de nega­
de México de casi 8 puntos en la ción de la desaparición paulatina
escala de Richter. Debido a los movi­ del agua: una contradicción que
mientos de la tierra, en algunos edi­ mostraba abundancia de líquido en
ficios se abrieron pequeñas grietas, medio de una ciudad donde éste
algunos objetos se cayeron de las escaseaba de manera cada vez más
mesas, y las oficinas de los altos edi­ clara. Este lago, junto con el Nabor
ficios sobre el Paseo de la Reforma Carrillo, el Canal Nacional y el lago
enviaron a sus empleados a casa. de Chapultepec, son productos de
ingeniería y diseño: espejos de agua
Al sur, en el Bosque de Tláhuac, exis­ trazados sobre superficies sin agua,
tió hasta la fecha de este sismo un superficies planas forzadas a ser
58
cóncavas. Los llamados “lagos artifi­ Ataque aviar
ciales” son producto de un plan de
urbanización del cual también for­ Muchos aeropuertos del planeta se
man parte los edificios, las avenidas ubican a la orilla del mar, donde las
de segundo piso, las grandes calzadas gaviotas y otras aves acuáticas son
y el nuevo aeropuerto. habitantes regulares. En estos hábi­
tats marinos las aves tienen que
Al levantarse en ciertos lugares, las retraerse frente a los aviones, siendo
avenidas y vías rápidas canalizan el imposible la coexistencia de unos y
tráfico de automóviles, hundiendo otros: aunque las criaturas aéreas,
otros lugares a su paso; de igual tanto biológicas como aeronáuticas,
modo, para redistribuir el agua se se desplacen por un espacio amplio,
han construido tuberías, desagües, despejado y que pareciera no tener
sistemas de bombeo y un gran con­ límites ni estar subordinado a los
junto de estrategias ingeníenles: for­ mismos procesos de coartación a los
zándola en contraflujo, conducién­ que se somete la tierra, se hace nece­
dola en contrapendiente, desabaste­ saria una demarcación (unilateral)
ciendo aquí, abasteciendo allá. del espacio del aire. El nombre téc­
nico que se le da al posible caos gene­
La desaparición y la imposición del rado por el encuentro entre un avión
agua en Ciudad de México se reve­ y, por ejemplo, una bandada de patos
lan como dos caras de una misma en migración, es “ataque aviar”. En
voluntad de dominio, producto de estos “ataques” un grupo de pája­
un mismo afán de crecimiento des­ ros volando a 100 km/h choca con
medido. El agua, por su parte, se un avión volando a 900 km/h. Si un
muestra como algo que no puede ser ave tan grande como una gaviota,
dominado: el agua de los “lagos arti­ un pelícano o un pato se atora acci­
ficiales”, guardada celosamente en dentalmente en una turbina como
cuencas construidas, puede fugarse resultado del choque, el avión puede
por el subsuelo de repente, como en venirse abajo y precipitarse sobre la
Tláhuac, para nunca regresar. tierra o sobre el mar, causando la
muerte a los viajeros.
&

59
Para mantener las aves a distancia y rrillo, el cual recibe la más grande mi­
evitar que emprendan sus “ataques”, gración de patos canadienses de la
los controladores aéreos a veces libe­ región. Este, a su vez, se encuentra
ran halcones cerca de las pistas, per­ en una zona que antes, hace décadas,
mitiéndoles volar en círculos sobre era un lago de enormes proporciones
éstas. Las aves marinas ven al preda­ el cual fue lentamente desecado. Este
dor a lo lejos y al detectar su presen­ punto exacto es una parada regular
cia se alejan de la zona aeroportuaria. dentro de la ruta central de migra­
La rutina se repite y con el tiempo ción de las aves de Norteamérica.
la advertencia se naturaliza, mante­ La distancia entre este lago y la zona
niendo a los dos ámbitos separados que se propone para construir las pis­
por una línea invisible de peligro. En tas aéreas no es lo suficientemente
algunos aeropuertos se levantan cer­ grande como para que el lago y el
cas de tres metros de alto coronadas aeropuerto sean dos espacios dis­
con alambre de púas o estacas afila­ tintos. Aves y aviones no podrán
das, que mantienen alejadas a las aves coexistir.
que vuelan más bajo y de paso a los *
humanos que intenten traspasar. A
veces se levantan efigies, que como
las gárgolas en las catedrales góticas,
Autopista
operan como símbolos de monstruo­ En el siglo xvi el lago de Texcoco
sos devenires para ellas. Otros con­ era un cuerpo continuo de agua
troladores disparan cañones al aire que llegaba hasta los bordes del
para que el sonido explosivo aleje bosque de Chapultepec en el occi­
a las aves. En el aeropuerto JFK de dente y hasta las orillas del reino de
Nueva York, por ejemplo, han dispa­ Texcoco en el oriente. En los mapas
rado frontalmente a las aves que vue­ de la época aparece como un círculo
lan cerca para lograr lo que ellos lla­ de bordes generosos que contiene
man “control de la población”. una gran superficie azul, interrum­
pida solamente por la pequeña isla
A unos kilómetros del futuro aero­ de Tenochtitlán. Mientras sus aguas
puerto que servirá a la Ciudad de desaparecían y eran compartimenta-
México y sus áreas aledañas hay un das hacia la región de Texcoco, expul­
lago artificial llamado Nabor Ca­ sadas de la ciudad, este lago seguía

60
siendo un cuerpo, un sólo terreno, de la capital, bordea su contorno
aunque demarcado por líneas rec­ como un cinturón que la amarra; de
tas y diagonales que seguían cada su borde exterior, al nororiente, se
vez más las divisiones políticas de los trazó una tangente en línea recta de
suelos contiguos. Con la llegada del tres carriles de ida y tres de regreso,
siglo xx los bordes del lago fueron formando la nueva autopista Peñón-
confinados a ser aristas y líneas, con­ Texcoco. Antes de la construcción de
ducidos por la propiedad y la sobe­ esta autopista, el área indómita del
ranía de los territorios urbanos que lago de Texcoco era atravesada por
crecían a paso rápido, presionando caminos serpenteantes forrados de
sus linderos; estos territorios inten­ tezontle rojo, que a veces se per­
taban desbordarse los unos sobre los dían para luego reaparecer más ade­
otros y a la vez contener con dife­ lante como segmentos inconexos.
rentes barreras los desbordes ajenos. Estos caminos estaban moldeados
Más que una orilla que sigue las cur­ por las pisadas de los habitantes de
vas del agua tocando la tierra, el lago Ateneo, de San Luis Huexotla, de
se convirtió en una combinación San Bernardino; se extendían con
de polígonos, triángulos isóceles y un trazado similar a aquel de los
círculos perfectos, medibles por los ríos de la región, abriéndose entre
raseros de la geometría euclidiana. Ya los accidentes de la tierra. No se tra­
sin agua, hacia la década del setenta taba de divisiones sino de conexio­
del siglo pasado, el lago pasó a ser nes, extensiones, fibras insertadas en
un gran desierto de tierras blancas y el sustrato, pequeñas fracturas en el
continuas, enmarcadas por los cre­ suelo del valle que en la distancia se
cientes barrios de la periferia, entre confundían con las líneas de erosión
la ciudad y el aro que forma el estado o con las quebraduras de las costras
de México a su alrededor: un polí­ de sal cuando hace sol y no hay llu­
gono, un círculo y un rectángulo via. Los caminos son los acciden­
intersectados. tes humanos en la geografía no-hu­
mana. La autopista es en cambio una
En la primera década del siglo xxi línea que parte en dos la tierra en
este terreno aún unificado sufrió hemisferios: al norte, la vecindad de
su primera partición. El Anillo Ecatepec y Ateneo; al sur, la Reserva
Periférico, una de las vías principales Ecológica Lago de Texcoco, Ciudad
Nezahualcóyotl y Chimalhuacán.

61
Sobre el asfalto empiezan entonces
a circular carros, buses y camiones,
cada vez con más velocidad: la línea
recta de la autopista dispara a todos
los vehículos que pasan por ella
como proyectiles. Sobre la orilla de
la carretera el sonido de los camio­
nes se hace fuerte cuando se acer­
can y persiste cuando se alejan, mez­
clándose a la vez con el sonido de un
carro que pasa y otro que regresa. El
suelo tiembla por el peso de las car­
gas que entran y salen de la ciudad.

Tanto el lado norte como el lado sur


del lago deTexcoco levantaron barre­
ras junto al asfalto para separarse
ellos mismos del devenir brutal de la
autopista. Las cercas se levantaron a
lado y lado; la hierba todavía crece
junto a la malla metálica que forma
cada cerca, trepando sobre ella. El
metal de las cercas, rápidamente
corroído por la sal, tiembla al paso
de cada camión de carga. El otro lado
del lago ya está lejos, ya es otro lugar.
El lago de Texcoco, delimitado por
formas arbitrarias unos años antes,
ha sido dividido y ya nunca será una
sola tierra.
B

Balnerario Cruikshanck, esperando sea de su


agrado y llegue a ser de alguna ma­
Escondido entre cientos de docu­ nera útil este libro”. Cruikshanck,
mentos de la biblioteca del lago de heredero de las ideas del ingenie­
Texcoco, en la sede de la Comisión ro Nabor Carrillo, impulsó desde
Nacional del Agua ubicada junto al los años setenta del siglo xx el
bosque de San Juan de Aragón, hay proyecto de recuperación ecológica
un documento con fecha de 1985, de la cuenca del lago de Texcoco.
redactado en máquina de escri­ Este proyecto incluía la siembra
bir sobre un papel que una vez fue de una capa vegetal sobre el lecho
blanco; los ácidos en sus fibras han lacustre, la cual tardó décadas en
reaccionando con el sol y el calor crecer y establecerse. El arquitecto
de treinta años, tornando las hojas que escribe esta dedicatoria ima­
amarillas y la tinta débil. Este docu­ gina la construcción de un balneario
mento hace parte de una acumula­ en la mitad del lago de Texcoco: un
ción de folios, cuadernos argollados y lugar con albercas, jardines, cafete­
libros que surgieron con entusiasmo rías, salones de fiesta, estacionamien­
durante la primera década de con­ tos, con un flujo constante de visi­
formación de la zona federal del lago tantes llegando de la ciudad cada fin
de Texcoco, cuando aún era un área de semana a pasar la noche en caba­
con infinitos desarrollos potenciales. ñas junto al lago Nabor Carrillo;
En la portada se lee una dedicatoria un grupo de humanos nadando en
escrita en pluma azul: “Con estima­ albercas sembradas en medio de tie­
ción sincera. Para el Ing. Gerardo rras aún infértiles, secándose con

63
toallas de colores y tomando el sol trayectoria desde la metrópolis hacia
sobre sillas plásticas; bañistas com­ los ejidos del estado de México, y
partiendo su ocio con plantas y ani­ desde estos hacia la ciudad en el carril
males aún en proceso de adaptación. opuesto. En un carro a 100 km/h, a-
quello que ocurre a lado y lado de
Los planos del balneario se exponen la vía pasa frente a los ojos como un
a partir de detalladas descripciones barrido de formas abstractas que se
técnicas y dibujos: trazos de baños, fúnden las unas con las otras, mien­
bocetos de vestidores, croquis de jar­ tras los sonidos del tráfico que viene
dineras con formas geométricas sem­ a su vez disparado en sentido contra­
bradas de plantas ornamentales, cor­ rio llegan diferidos para luego exten­
tes transversales de edificios moder­ derse en el tiempo, como un gemido
nos —cilindricos como museos de que resuena en la parte de atrás de
arte—, vistas de techos alzados en la cabeza.
una pendiente cónica que recuerda
la forma de los volcanes visibles en En enero de 2017 pasé frente a los
el fondo del paisaje como “pinturas terrenos del colosal nuevo aero­
naturales” en un día despejado. Este puerto — extendiéndose estos al nor­
balneario, extraído de una pila de te de la calzada— como parte del
documentos, se hace cada día menos tráfico veloz que regresaba ese día
legible: la superficie de sus páginas del estado a la ciudad. La barda peri-
es cada vez más oscura, mientras la metral que ahora separa este nuevo
tinta se adelgaza, se aclara y tiende a territorio de su “afuera” comenzaba
desaparecer. a verse desde el punto inicial de esta
vía rápida como un barrido gris y
* blanco de segmentos idénticos que
se seguían unos a otros al lado dere­
Barda cho del automóvil en movimiento.
A medida que el carro seguía avan­
La autopista Peñón-Texcoco se zando la imagen abstracta se iba con­
extiende como una línea recta que virtiendo en objeto sólido, al repe­
transforma en proyectiles los carros tirse los segmentos de barda durante
que transitan sobre ella, surcando kilómetros de marcha; si se alzaba la
el pavimento disparados en veloz vista un poco más al norte desde el

64
asiento del pasajero, se veía la barrera imperceptible avance: unos trescien­
gris y blanca darle la vuelta a todo tos hombres, armados de máquinas,
el perímetro de la zona aeroportua- luchaban contra un terreno cón­
ria, levantándose en su borde exte­ cavo que persistía en sumirse, inten­
rior como una nueva frontera: pude tando aplanarlo en pistas para el
medir mentalmente un muro de futuro aterrizaje y despegue de avio­
concreto reforzado de medio metro nes. Los hombres y sus aparatos de
de ancho por uno de alto, rema­ construcción (máquinas de guerra
tado por una malla metálica de tres que en lugar de disparar extraen y al
y medio metros de altura de la cual extraer, hieren) se veían como pun­
se asomaban pequeños tramos de tos a lo lejos, huyendo del campo de
varillas afiladas. Esta barrera se ase­ visión en microsegundos. A medida
mejaba a aquellas que se levantan en que el carro avanzaba, más de cerca,
los contornos de las cárceles, en los en un barrido verde y amarillo que
cercos de complejos militares o en se dejaba translucir desde el primer
ciertos tramos de la frontera norte plano de la barda, algunos brotes de
entre México y Estados Unidos. pasto Distichlis ¡picata se aferraban a
Divisiones físicas como éstas evi­ la tierra antes de ser arrancados de
tan que lo “indeseable” se desborde ella o sepultados por múltiples capas
hacia afuera, que lo “incontrolable” de materiales inorgánicos.
ingrese a romper con el orden, que lo
privado escape, haciéndose público. Al otro lado de la barda, al sur, se
El concreto y la malla en esta nueva abría un terreno baldío sembrado
separación física entre aeropuerto y con una fila de palmeras, marchi­
valle se levantaban verticales hacia tándose todas ellas y doblándose
el cielo, a la vez que se extendían ante la salinidad del suelo y la sequía
horizontalmente por kilómetros en del aire. Luego, a la izquierda, más
línea recta a lo largo de la autopista allá de la vía de asfalto que reco­
Peñón-Texcoco, como una cuchilla rría el carro veloz, se ocultaba aún la
cortando la tierra, separando al pro­ Reserva Ecológica Lago de Texcoco
greso de los viejos modos de vida, a tras su propia barda metálica (una
los ricos de los pobres, a lo privado barda más frágil, hecha de una malla
de lo público. A un lado de la barda romboide oxidada y que cedía en
las obras aeronáuticas ocurrían en algunos tramos); a lo lejos, detrás de

65
la reserva, se adivinaba la línea curva en ellas se posan unas aves peque­
del Circuito Exterior Mexiquense, ñas, blancas, delgadas y débiles hus­
actual orilla del municipio de meando en la basura. La desembo­
Chimalhuacán: este municipio se cadura del dren principal levanta
extendía al horizonte como un denso espumas blancas, densas y abundan­
tejido de casas y edificios hasta per­ tes, que se desbordan hacia las ori­
derse de vista tras las nubes amarillas llas, desprendiéndose y aterrizando
de aire contaminado de la Ciudad de a nuestros pies. Los barrios de este
México. municipio del estado de México
están separados del bordo por un
* muro rematado por varias hileras de
alambre de púas y por una prisión
que limita con el muro: unas torres
Bordo de vigilancia se alzan y son visibles
El Bordo Poniente es un basurero desde el límite opuesto del basu­
que ocupa una extensión de varios rero, anticipando las fugas de los
kilómetros cuadrados limitando con internos en medio de los campos de
Ciudad Nezahualcóyod y colin­ basura. Junto al muro, de este lado
dando con el Aeropuerto Benito de la cerca, se extienden planicies
Juárez. El suelo que ahora ocupa hizo que parecen potreros, entre desier­
parte del antiguo lago de Texcoco y tas y cubiertas de pasto, que forman
se inscribe en los terrenos protegidos campos irregulares para fútbol, con
por el gobierno federal bajo el mismo sus porterías bien ancladas a la tierra.
nombre. La basura en el bordo se Estas canchas están comunicadas por
compacta en plataformas que tienen caminos a los barrios vecinos; en ellas
un metro de alto: estas plataformas los vecinos juegan a veces partidos
sirven de barrera de contención a un amistosos. Si se está de pie sobre una
vaso regulador que recibe el nombre de las canchas, el olor que proviene
de lago Churubusco, el cual recibe del lago y los montones de basura es
las aguas residuales de la región ads­ tan fuerte que se mete en el cuerpo y
crita a él directamente de los drena­ tarda días en salir, produciendo náu­
jes. Las aguas del lago son negras y seas si se aspira con fuerza. Ese olor
aceitosas, saliendo de ellas burbujas se siente intenso aún para un pul­
de los gases liberados: descubro que món que respira constantemente el

66
aire sucio de la Ciudad de México.
Imagino que este olor, junto con los
gases tóxicos que se liberan todo el
tiempo de la tierra a medida que los
desechos orgánicos se fermentan y
descomponen, se impregnan en el
aire y viajan kilómetros, lejos, hacia
el sur o al occidente, para luego des­
cender a la altura de las narices de
millones de personas.

67
-¡r

i
i

1
%
■1

1
"1
c
haber sido levantada como una divi­
Campamento
sión simbólica entre dos territorios,
Sobre la línea que separa los terrenos como una advertencia o una señal
del lago de Texcoco del ejido de San para los ejidatarios del lado de San
Bernardino, al oriente de la antigua Bernardino: “estas tierras ya no les
cuenca, hay una cerca hecha de pos­ pertenecen a ustedes, vecinos ejida­
tes de concreto anclados a la tierra y tarios; no pertenecen a nadie sino
tres hileras de alambre de púas, tensa­ al mismo lecho lacustre, guardado
das entre poste y poste. A un lado de celosamente por el ojo vigilante
la cerca se levanta un aviso de latón, del gobierno”. A pocos metros de
que muestra una capa de pintura la cerca, la Comisión Nacional del
apenas legible, corroída por la lluvia, Agua ha levantado efectivamente una
el viento y la salinidad de la tierra. El caseta de vigilancia que se abre hacia
aviso anuncia: “Zona federal: aquí se el oriente; saliendo de ella se asoma
construye el Parque Ecológico Lago una mujer con uniforme negro que
de Texcoco”. Alrededor del aviso, el nos saluda y se vuelve para posar su
pasto se levanta medio metro sobre mirada en un horizonte de posibles
la superficie del suelo; algunas for­ amenazas que se encuentran, todas,
mas de maleza se han abierto lugar, al otro lado de la cerca.
entremezcladas con la hierba verde
y densa. A pesar de estar parcial­ Sobre el lado contrario se despliega
mente hecha de concreto, la cerca se una hilera de pequeñas casetas,
ve frágil y su altura puede ser saltada cada una midiendo un par de metros
si se usan los alambres como pelda­ de largo por otro par de ancho; es
ños para escalar al otro lado. Parece un conjunto de estructuras de estacas

69
de madera apuntaladas, cubiertas Las casetas, frágiles en aparien­
por fragmentos de láminas de latón, cia, hacen ver fuerte y robusta a la
tablas de madera y pedazos de lona delgada cerca. Sus cimientos, sin
reciclada de vallas publicitarias, escri­ embargo, son profundos: llevan
tas con nombres de bandas, sonideros inmóviles ahí por más de cuatro
y consignas de propaganda política. años. En ellas viven cientos de fami­
La hilera se extiende a lo largo de la lias, difíciles de contar porque están
cerca hasta perderse de vista: se divi­ en una zona fronteriza donde en teo­
san cientos de casetas, todas adheri­ ría no existen, ya que no están vin­
das al contorno de la cerca, idénticas culadas a la tierra: demasiado próxi­
en tamaño, aunque cada una de ellas mas al terreno que las expulsa, dema­
cubierta con una combinación dife­ siado lejos del terreno que las recibe.
rente de pedazos de lona, madera y En ocasiones se oye la música de un
latón. Entre ellas forman un muro, radio sintonizado saliendo de alguna
un margen, una barrera; los pastos de ellas, mezclada con voces de
y malezas crecidas del lado prote­ niños. En sus umbrales pueden verse
gido se cuelan al otro lado, empie­ diversos objetos: las pertenencias de
zan a crecer entre caseta y caseta; el alguien que vive en una delgada línea
ejido se abre frente a ellas como un de tierra. Estas construcciones y sus
espacio abierto en el que se avistan habitantes forman el campamento
unas cuantas casas sólidas, árboles y de desplazados Hidalgo y Carrizo;
praderas, atravesados por un camino. antes estaban ubicadas (con otra
La hilera de precarias construcciones forma, otro tamaño y otros materia­
parece anclarse en un lugar interme­ les) unos metros adentro de la cerca,
dio entre uno y otro lado de la cerca: en un predio que ahora se extiende
demasiado próximas a la división detrás de la caseta de vigilancia. Hace
de alambre y concreto que intenta más de cuatro años, en lugar de estas
expulsarlas, y a la vez demasiado lejos estructuras existían unas casas; la
del ejido; se posan ahí, en esta hilera cerca probablemente no estaba y el
estrecha, tímidamente, como si estu­ ejido de San Bernardino se confundía
vieran posadas en ella sólo de paso; con los terrenos del lago de Texcoco
como si fueran a desaparecer al salir en un solo continuo de tierra.
el sol la mañana siguiente.

70
Es el 26 de abril de 2012. Las per­ trabajo. La acumulación, la enajena­
sonas que hoy día ocupan el cam­ ción y el trabajo asalariado son aspec­
pamento —junto con otros tantos tos de las sociedades capitalistas que
pobladores que han sido dispersa­ se han naturalizado en Colombia al
dos hacia distintos puntos de la zona igual que en México y otros países
de influencia del lago de Texcoco— de América, especialmente en cen­
vivían en una porción de tierra cons­ tros urbanos como Bogotá y Ciudad
truida cerca de la orilla del lago de México: los individuos insertados
Nabor Carrillo, en el lado occiden­ en estas sociedades -y en las ciudades
tal de esta frontera recientemente accidentadas que les sirven de escena­
demarcada. El gobierno — que ahora rio- compramos, vendemos y traba­
vigila el límite oriental del lago de jamos en jornadas compartimenta-
Texcoco— llegó ese día a reclamar das homogéneamente entre trabajo y
sus tierras. Las edificaciones ahí eri­ ocio; lo hacemos como si éstas fueran
gidas fueron demolidas; poco des­ formas idóneas de ocupar el tiempo
pués la cerca y el letrero fueron eri­ y el espacio, las cuales siempre han
gidos, en un ejercicio de demarca­ estado ahí esperando a emerger en el
ción política que se puede leer entre momento correcto de la historia. En
líneas, a través de los rasgos mate­ este esquema, y bajo la luz de esta
riales de las casas, del alambre y del nueva naturaleza, algunas creaciones
mismo pasto que crece salvaje entre del mismo capital adquieren sustan­
ellos: “Zona federal: aquí no es posi­ cia y realidad, mientras otras enti­
ble construir nada”. dades devienen objetos inertes: las
mercancías empiezan a palpitar con
& el flujo vital de los intercambios y las
valuaciones, mientras las personas
empiezan a verse como meros cuer­
pos productores, idénticos e inter­
Michael Taussig pasó años en el cambiables. Bajo la imposición de
pacífico colombiano estudiando este sistema, en comunidades en las
cómo se ha instaurado un nuevo que el trabajo va unido al cuidado de
animismo entre los jornaleros de la la tierra y a la dignidad del trabaja­
industria azucarera, frente a la lle­ dor, esa máquina abstracta del capi­
gada de las formas capitalistas de tal se convierte en el objeto de una

71
mirada animista: la empresa extran­ Los capitales privados se muestran
jera que llega con violencia a los cam­ también vivos al situarse en esta tie­
pos del Valle del Cauca, adquiere el rra: ellos actúan como plagas que se
cariz de un demonio, un ser que extienden por las planicies del lago,
cobra vida para succionar las almas poniendo en peligro las formas de
de los jornaleros y secar la tierra. vida que han logrado crecer sobre su
suelo, llegando a los pueblos vecinos
En el Valle de México se han creado a secar sus tierras y extraer de ellos
las condiciones para pensar en una su trabajo. Así como la industria del
interpretación animista de la rela­ azúcar llega al sur de Colombia y se
ción entre humanos y tierra, atrave­ instaura entre los jornaleros como un
sada también por el capital. Este ani­ demonio, en 2014 los capitales del
mismo no necesita la mediación de Nuevo Aeropuerto Internacional de
las creencias que separan a los crédu­ la Ciudad de México aterrizan en el
los pueblos rurales de las pragmáti­ lago de Texcoco como una forma de
cas sociedades modernas, porque en vida foránea y letal. Entre el lago y
él todas las personas son inevitable­ el capital, los humanos son movi­
mente arrastradas a ser instrumen­ dos, desplazados y a veces aplastados
tos o cosas de manera indistinta. El por su peso. Nosotros, los humanos
lago de Texcoco, reduciéndose poco que circulamos por el lecho del lago,
a poco hasta secarse, no ha cesado de somos simples cosas inertes sin capa­
tener incidencia sobre los movimien­ cidad de acción o decisión sobre los
tos sociales, económicos y políticos cambios que ahí ocurren: la lucha
de la tierra que alguna vez ocupó entre el lago y el capital, animada
como cuerpo de agua. El sustrato de recientemente por este nuevo pro­
lodo y sal de la cuenca que quedó tras yecto de aviones y pistas, no necesita
la desaparición del agua actúa como de nosotros para saberse viva.
un ser vivo que tiene la fuerza para
mover a la ciudad, para hundirla y <*>
fracturarla, para azotarla desde el aire
con sus tormentas de arena. La tie­
rra del lago siempre está moviéndose,
acomodándose y resistiéndose proac­
tivamente a los sucesivos intentos de
ocupación humana.

72
Cartografía región aparecen escritos en peque­
ñas letras minúsculas que se confun­
En la vista plana de Google Maps del den con el nombre de una calle o
Valle de México, el lago de Texcoco barrio de la ciudad de Texcoco; otros
aparece como un terreno baldío, cla­ no tienen lugar alguno en esta repre­
ramente separado de la zona urbana sentación plana y general del territo­
—la cual se extiende como un con­ rio; algunos caseríos aparecen mar­
junto denso de pequeños cuadrados cados por letras grandes y resaltadas;
grises al occidente— por una línea otros pueblos que se han establecido
recta cortante que lo atraviesa de como un referente geográfico alrede­
norte a sur. Al oriente, én cambio, dor del cual los habitantes de la zona
el plano monocromático de aque­ se ubican y orientan, desaparecen en
llo que queda de la antigua cuenca un cúmulo de nombres sin jerarquía.
se degrada lentamente en secciones Santa Isabel Ixtapan, San Cristóbal
verdes y de color tierra, interrumpi­ Nexquipayac, San Salvador Ateneo,
das por pequeñas líneas que señalan Francisco i. Madero, San Miguel
caminos, fronteras o barreras geo­ Tocuila, Santa Cruz de Abajo, San
lógicas: se trata de una región que Felipe, Santa María Chimalhuacán,
redibuja constantemente sus lími­ San Luis Huexoda y San Bernardino
tes. Los pueblos y ejidos del oriente no se hacen ni visibles ni presentes
se extienden en formas irregulares, (aún siendo estos los pueblos que se
a veces superpuestas, a veces salpi­ han establecido como nodos políti­
cando la planicie del lago en intru­ cos de la región, al reclamar los acuer­
siones de puntos y planos minúscu­ dos entre la ribera lacustre y su ocu­
los. En ocasiones, estos pueblos cam­ pación humana, previemente tra­
pesinos, que disputan su frontera con zados por la misma orilla del lago).
el lago de Texcoco desde hace unas Esta antigua orilla se distingue cla­
décadas, no se destacan en esta ver­ ramente en el territorio, ya que está
sión del mapa que, por el contrario, definida por la morfología de la tie­
designa algunos lugares inexistentes rra: ella misma separa su suelo lodo­
y señala algunos puntos geográficos so del sustrato firme y fértil. Debajo
ya desaparecidos: algunos pueblos de todo, extendiéndose hasta per­
o lugares que son importantes den­ derse bajo el suelo construido de
tro de la configuración política de la la actual Ciudad de México, está

73
presente el contorno del antiguo lago Casa
de Texcoco como una hidrografía
sepultada. A varios kilómetros del centro de la
Ciudad de México aún se hallan evi­
Los suelos disputados, arrancados, dencias de más de 800 viviendas que
comprados y vendidos en el área al parecer existieron hasta 2012 a un
rural de la región texcocana desde costado del lago de Texcoco, en las
la última reforma agraria, irrumpen explanadas de suelos salinos que for­
en la planicie de modos irregulares y man el predio Hidalgo y Carrizo. Se
erráticos; en ello añaden dificultades erigían sobre este territorio en apa­
a esta representación cartográfica: riencia inhabitable, sin infraestruc­
un mapa que no se actualice al rit­ tura, sin conexión cercana con el
mo de los hechos más recientes, modo de vida urbano. De ellas no
siguiendo los titulares de los diarios y existen documentos, imágenes o
los cambios de linderos que fluctúan mapas: no se ha señalado su existen­
cada semana, cada mes, cada año, cia. Es posible que junto a las casas
es un mapa que no refleja la reali­ vivieran perros y liebres salvajes.
dad topográfica del suelo del lago de También es posible que arañas, ala­
Texcoco. Este lugar desaguado, hecho cranes, serpientes, hormigas y otros
terreno, exige la narración de la his­ habitantes minúsculos acecharan a'
toria de los pueblos que lo han deli­ estos asentamientos humanos, pero
mitado poco a poco durante los últi­ no lo suficiente como para hacerlos
mos cuarenta años; el lago reclama desertar.
la historia de la línea cortante que
lo separa de la urbe. De igual modo, Desde lejos se ven los restos de estas
este nuevo territorio exige la produc­ casas como puntos brillantes sobre el
ción de un nuevo mapa que admita suelo arenoso y salino: una acumu­
borraduras e innumerables correc­ lación de vidrios refleja los rayos del
ciones, que visibilice lo invisible, que sol como espejos, tapizando la tie­
represente lo irrepresentable. rra como un mosaico desordenado
y translúcido. Los vidrios, posa­
«*>
dos sobre la tierra, funcionan como
cápsulas de tiempo: al levantarlos,
su superficie transparente, adherida

74
a ia arena, ha conservado el estado cables que conectan una torre con
de la tierra de hace años, desde el otra emiten un zumbido. Estas torres
momento en el que estos se rompie­ se levantan treinta metros hacia
ran y cayeran sobre el suelo. Algunos arriba y se anclan al suelo un par
trozos grandes están cubiertos de de metros; junto a ellas ha crecido
capas de sal y tierra cristalizada; otros un pasto ahora aferrado a la tierra,
más pequeños están oscurecidos y así como algunos árboles cuyas raí­
opacados por el sol, algunas esquir­ ces también descienden en el suelo.
las dispersas brillando como gemas. Entre los escombros no seven rastros
Entre los vidrios hay algunos objetos, de estructuras fijas, anclajes o sopor­
semienterrados, apenas asomados: tes. Las casas que aquí se construye­
algunos guarecen colonias de hormi­ ron se posaban frente a las torres de
gas; otros albergan huevos de araña, energía eléctrica, junto a un campo
mostrando que ha pasado tiempo cubierto de pasto, a ras de suelo, sin
suficiente para que otras formas de raíces, sin cimientos.
vida erijan su casa entre las ruinas
de otra. Juguetes de niños, restos de Alrededor, a unos metros de este sitio
muros pintados de colores, azulejos que demarcan las esquirlas de vidrio
con esmaltes brillantes, objetos que más dispersas, se alcanzan a ver otros
parecen piezas de electrodomésticos, conjuntos de escombros; algunos
listones de madera, figuras decorati­ dejan sobresalir un fragmento de
vas, fragmentos de teja, ladrillos, res­ algún material colorido, o el extremo
tos de envases de comida, retazos de de una viga de madera posada sobre
prendas de vestir, suelas de zapato, un pequeño montículo de obje­
secciones de alfombra, pedazos de tos indefinidos. Otros escombros se
contenedores de diferentes formas y mimetizan con el suelo salino. Cada
tamaños: todos muestran una vida acumulación de fragmentos es una
compleja, un cuidado en el construir, posible casa, parte de una colonia en
en el amueblar, un acto de apropia­ medio de esta tierra, con vecindades
ción de un espacio. y niños asomados a las puertas.

Al otro lado del camino se levanta *


una fila de torres de energía; las des­
cargas de corriente pasando por los

75
Cementerio cómo se proyectaba la partición del
suelo del lago para el fin del gobierno
En 1983 la Comisión del Lago de de Miguel de la Madrid en 1988. En
Texcoco redactó un informe repor­ este mapa del 83 se traza un perí­
tando avances de los proyectos pro­ metro de 8.200 hectáreas que ser­
puestos para la zona delimitada bajo pentean, dibujando la frontera del
el nombre de este desaparecido lago. oriente, trazando una línea recta e
Un poco más de diez años habían invariable que desde entonces deli­
transcurrido desde el decreto de mita la frontera occidental con la
constitución de esta zona. Las imá­ ya poblada Ecatepec. En los márge­
genes impresas a cuatro tintas (des­ nes, como fantasmas difuminados,
fasadas), mostrando áreas de pasto están los terrenos ej idales de Santa
verde con vacas y cerdos, obras en Isabel Ixtapan, San Luis Huexotla,
proceso de desarrollo y bosques Santa María Chimalhuacán, San
extendiéndose hasta perderse de Bernardino, San Felipe, Santa
vista, distaban mucho de aquello Cruz de Abajo, San Cristóbal
que se encuentra ahora en los mis­ Nexquipayac y Francisco i. Madero,
mos terrenos. El lenguaje técnico que hoy están siendo incorporados
que usaron los ingenieros para redac­ nuevamente al lago de Texcoco: un
tar el informe, con sus promesas de año antes de la publicación de este
futuro, optimismo y anticipación, informe, el terreno había sido redu­
se aleja también de la realidad que cido de 14.000 hectáreas a 8.200,
se observa hoy, treinta años después, entre las cuales fueron cedidas 2.500
en los terrenos del Lago de Texcoco. a dichos ejidos. Hacia 1983 el lago
de Texcoco se contrajo en su costado
En el informe hay también un mapa oriental. Antes de terminar el siglo
impreso en varias tintas desfasadas su territorio empezaría nuevamente
que hacen ver en él fronteras tem­ a expandirse hacia el oriente.
blorosas, las cuales en el curso de
las décadas siguientes fueron cam­ E n e l lím ite o c c id e n ta l y a l n o r te d e
biando, reacomodándose a las cir­ la a c t u a l a u t o p is t a P e ñ ó n - T e x c o c o s e
cunstancias políticas que han presio­ d ib u ja e n e l m a p a u n a z o n a b la n c a
nado constantemente los bordes de co n p eq u eñ as cruces n egras en
los terrenos. Dicho mapa muestra p a tr ó n d e p a p e l d e c o lg a d u r a . E n

76
las convenciones se lee: “cem ente ­ de la Ciudad de México— exten­
rio ”. En el informe que acompaña diéndose un par de kilómetros hacia
a la ilustración del mapa se describe el occidente. Desde ahí se percibía
cómo en el lago de Texcoco se pro­ esa frontera invisible que durante el
curó la creación de una nueva eco­ último siglo se ha dibujado entre la
logía en la que el suelo fuese vincu­ ciudad y el campo. Los pueblos del
lado a formas de vida animal y vege­ municipio de Ateneo estaban enton­
tal, articulado a una ecología social ces unidos los unos a los otros, sepa­
del agua que buscase recibir su flujo rados tal vez por una calle, exten­
desde la ciudad, limpiándola, alma­ diéndose en el margen del antiguo
cenándola y repartiéndola. Como Jago como una sola franja. Hacia
parte de esta ecología se incluyó el oriente, las parcelas que se veían
un lugar para la muerte, pensado al salir de San Salvador Ateneo en
como cementerio en un principio, dirección al cerro ceremonial esta­
pero transformado con los años en ban en gran parte intervenidas por
un mero relleno de escombros: nin­ surcos para la siembra, marcando el
gún muerto ha sido enterrado ahí de inicio de un nuevo ciclo de cosecha.
manera legítima aunque el territorio Junto al camino que comunica al
entero, en cierto sentido, se convirtió pueblo con el cerro hay un río, cana­
en camposanto, transformándose en lizado hace décadas por la Comisión
el espacio donde se depositaría aque­ Nacional del Agua; para la fecha
llo que no tiene cabida en la ciudad. de la ceremonia este río había sido
reducido a un pequeño caño con
«*> paredes de cemento por el que cir­
culaban los residuos líquidos que
arrojaban los pueblos al bajar el agua.
Ceremonia
El 16 de mayo de 2016 acudí ala cere­ La gente, convocada por el Frente
monia del paso del sol por el cénit, en de Pueblos en Defensa de la Tierra
un cerro de Nexquipayac. Al subir al (fp d t ), llegó a las faldas del cerro
cerro se veía la explanada del antiguo de Tepetzingo desde las 10 de la
lago de Texcoco — ya intervenida por mañana, viniendo desde diferentes
la constructora a cargo del proyecto puntos del municipio. Fueron recibi­
del Nuevo Aeropuerto Internacional dos con unas mesas llenas de carne de

77
cerdo para tacos, una fogata ardiendo v e r tie n d o s u c o n t e n id o lí q u id o s o b r e
y en un costado, junto a un árbol, un u n r e c ip ie n te d e v id r io : u n a g u a tr a ­
temazcal. La ceremonia comenzaría ta d a , e m a n a n d o d e u n a b o t e lla p lá s ­
a medio día, justo cuando el sol se tic a c o r p o r a tiv a , d e r e p e n t e s e v o lv ía
posa encima de las cabezas y la som­ sa g ra d a .
bra desaparece bajo los pies.
L a c e r e m o n ia s e r ía o f ic ia d a e n t o n ­
Un grupo de hombres y mujeres con ces p o r u n g r u p o d e g e n te ex tr a ñ a
ropas oaxaqueñas y guatemaltecas, a e s a s t ie r r a s , t r a y e n d o u n a s e r i e d e
hablando con un acento citadino r itu a le s h íb r id o s q u e lo s a s is t e n t e s
que se adivinaba al oír sus voces, s e g u ía n o b s e r v a n te s . L o s líd e r e s d e l
construyó el temazcal de manera fp d t e sta b a n a u se n te s e x c e p t o p o r
improvisada con palos y lonas; mien­ u n o , F e lip e A lv a r e z , q u i e n s o b r e s a lía
tras comenzaba la ceremonia apura­ d e la m u lt it u d p o r s u m ir a d a c la r a y
ban a la gente a entrar en este baño su gran som b rero.
de vapor con la ropa puesta. Ellos,
un grupo de concheros (descendien­ Á lv a r e z , u s a n d o u n a p l a n t a e l é c t r i c a ,
tes autoproclamados de los pueblos c o n e c tó u n m ic r ó fo n o y h a b la n d o
mexicas) de Ciudad de México, eran d e s d e l a f a ld a d e l c e r r o e x p l i c ó d e
los llamados a oficiar la ceremonia: m a n e r a c o n c is a la im p o r t a n c ia d e l
se movían rápido entre los peregri­ p a s o d e l s o l p o r e l c é n it : la tie r r a e r a
nos de los pueblos, quienes espe­ a q u e llo q u e lo s c o n v o c a b a , la c e le ­
raban atónitos y en silencio la lle­ b r a c ió n d e e s e s u e lo c r u d o q u e , u n a
gada del cénit. Nos llamaban, al v e z e l s o l s e e le v a r a e n s u p u n t o m á s
dirigirse hacia cualquiera de noso­ a l t o , b r il la r í a c o n s u m á x i m a i n t e n ­
tros los asistentes, “hermanitos”, s id a d . C e l e b r a b a n a l a t i e r r a c u l t i ­
con un tono de voz un poco agudo. v a d a y s a lv a j e ; e s t a t ie r r a s e r á p r o n t o
En lo alto del cerro algunos oficia- fo r z a d a a c o n v e r tir s e e n h o t e l o e n
dores construían un altar con gra­ c e n tr o c o m e r c ia l c o n la lle g a d a d e
nos de maíz, flores, frutas y vegeta­ lo s a v io n e s , a te r r iz a n d o m u y c e r c a ,
les, dispuestos sobre una tela blanca. a ll á e n e s e p u n t o b a l d í o a l o c c i d e n t e
Una botella plástica de agua ser­ q u e s e r á u n a d e la s o c h o p i s t a s d e l
vía de ofrenda, con su logo naranja a e r o p u e r to .
de Bonafont del Grupo Danone,

78
El sol se acercaba a su punto más decisión administrativa, así como
alto. Con el sol encima, la ceremonia la consecuencia de una transforma­
empezaba a cobrar sentido: su fin era ción más profunda de su estructura
más político que religioso. Ante la ley, urbana, de círculo a “mancha”. En
un lugar de prácticas rituales ances­ 1824, cuando fue llamada “distrito”
trales, por nuevas y forzosamente por primera vez, la ciudad aún tenía
construidas que sean, es un lugar que junto a ella al lago de Texcoco, un
no es susceptible de ser expropiado. espejo de agua salada sobre su mar­
No importa quién oficie la ceremo­ gen oriental; los municipios circun­
nia, ni importa su verosimilitud; la dantes guardaban una distancia de
persistencia de este ritual protegerá su centro dándole el espacio sufi­
eventualmente al cerro y su circun­ ciente para ser ciudad y a la vez ser
ferencia ante la ley. Es inminente, sin ese territorio que reflejaba, concen­
embargo, que en unos años, mien­ traba y representaba en él a los pode­
tras se oficie nuevamente el paso del res nacionales. Alrededor de su cen­
sol por el cénit sobre la cima del cerro tro — una plaza erigida justo encima
de Tepetzingo, su perímetro esté de la antigua Tenochtitlán— se orga­
rodeado de urbanizaciones y carre­ nizaban los edificios gubernamenta­
teras, la sombra de un avión opa­ les en una espiral armónica, creando
que la luminosidad del mediodía y en ello una unidad que se expan­
su ruido se imponga sobre el silen­ día homogéneamente hacia afuera,
cio del ritual. emulando la estructura de las ciuda­
des construidas en la vieja España.

Al aproximarse al Valle de México


Ciudad de hoy, los aviones viran en busca de
un espacio despejado donde aterri­
La Ciudad de México fue llamada zar, casi adivinando su ubicación en
Distrito Federal hasta 2015; a par­ medio de una densa nube de conta­
tir de entonces ha pasado a ser el minación suspendida justo encima
estado número treinta y dos de la del aeropuerto Benito Juárez; la den­
república mexicana, siendo aún una sidad de edificios, avenidas y cons­
ciudad. Su evolución de distrito a trucciones que se enmarañan en
estado se puede entender como una la zona nororiental de la Ciudad

79
de México dificultan y retardan el siglo xx la capital se tornó inconte­
descenso de la nave al suelo firme. nible, desbordándose sobre el estado
Durante los veinte minutos que ante­ de México como leche en punto de
ceden al encuentro entre las peque­ ebullición. El estado, este cinturón
ñas llantas de caucho y el duro pavi­ en ello se vuelve espeso al norte, reci­
mento, el avión da un giro y sobre­ biendo la densidad citadina que ha
vuela el área metropolitana: los pasa­ estallado sobre él desde hace 15 años
jeros sentados junto a las ventanas, a medida que se construyeron pro­
pequeñas, turbias y redondas, pue­ yectos de vivienda de interés social
den ver a través de ellas el tamaño de en sus terrenos. Unidades habitado-
la megalopolis extendiéndose debajo. nales se comprimen ahora en cada
Si se vuela de noche, el valle parece metro cuadrado disponible al none
una pradera inmensa sembrada de del municipio de Ecatepec, por ejem­
luces amarillas que se difuminan en plo, como apilamientos idénticos de
el horizonte, haciendo imposible ver cajas de zapato ubicados en medio
sus límites. Al entrar en su campo de de una pareja de espejos, multipli­
visión, desde cualquier punto de la cándose en estos espejos al infinito.
aeronave, no se ve más que ciudad, Al sur, en cambio, el estado separa
como si dicha “ciudad” no fuera una sus puntas, abriéndose, dejando a
acumulación de construcciones sino la ciudad disgregarse poco a poco
más bien un paisaje de rocas milena­ hasta que sus últimas partículas se
rias que han marcado la forma, tex­ topan de frente con el Ajusco y el es­
tura y color de toda una región. tado de Morelos.

Esta ciudad, además, se percibe más La capital de México no es entonces


grande: en sus bordes externos se una unidad identificable en medio
entremezcla con otro territorio urba­ de un territorio rural, sino una man­
nizado que la rodea. En una compli­ cha desbordada hacia otra. Ya en tie­
cada partición geopolítica, el estado rra, saliendo del aeropuerto y atra­
de México, una jurisdicción federal vesando la ciudad por el Viaducto
distinta de aquella de la metrópo­ Miguel Alemán de oriente a occi­
lis, rodea la urbe a lo largo de todo dente, se descubre además que su
su perímetro como un cinturón. En morfología cambia contrastante-
el curso de las últimas décadas del mente de una calle a otra, a medida

80
que la riqueza y la escasez se orga­ la extensión enorme de Ciudad de
nizan en ella y se abren lugar, a México, se aglomeran en ciertas vías
veces en gradientes que tienen en y a ciertas horas del día hasta fun­
su interior barrios enteros de arqui­ dirse en la arquitectura, como filas
tectura histórica, abandonado por de casetas de latón sembradas en el
los ricos para luego ser ocupados asfalto.
por las nacientes clases medias, por
extranjeros o por infinidad de co­ *
mercios que pintan sus fachadas
de colores, incrustando a veces enor­
mes avisos sobre los muros; a menudo
Clima
la riqueza se extiende en propiedades Unos cuantos pájaros se posan sobre
que cubren montañas hasta darles la el agua. A lo lejos, se ve un vaho
vuelta, ocultándose tras de ellas por amarillo que impide ver los volca­
medio de hileras de arbustos tupidos, nes. El monte Tláloc se ve perfilado
mientras justo al lado, a la salida de como una masa oscura. Más cerca,
una estación de buses, las colonias el “Guerrero Chimalli”, una esta­
más pobres se extienden en un con­ tua inmensa de metal rojo, aparece
junto desigual de casas y edificios. erguida en medio de pequeñas casas
Ciudades disímiles, de orden arqui­ y edificios. El agua ondula un poco,
tectónico o de caos urbanístico, que en arrugas leves que se levantan y
adheridas conforman la gran ciu­ hunden. El reservorio de agua se ve
dad, se separan a veces por la línea grande desde este punto de vista.
cortante de una barda, un puente o Huele a mar, aunque el océano más
una ancha avenida; estas avenidas se cercano se ubique a cientos de kiló­
duplican ocasionalmente en calza­ metros. También huele a algas des­
das de segundo piso, alzándose en compuestas, acumuladas en las ori­
medio de edificios, entretejiéndose llas como capas de moho verde. El
en nudos viales, para luego descen­ agua está un poco turbia, como un
der y cruzarse con otras avenidas a espejo de plata en el cual se acumu­
ras de piso hasta deshacerse en un lan el vapor y las huellas dactilares.
único flujo. Los automóviles, como El viento sopla, despeina y emite un
las construcciones dispares que sonido fuerte al atravesar algunos
luchan por un espacio dentro de pinos que están sembrados en hileras

81
al otro lado del camino. También país, con el poder de desviar y cana­
suena, a nivel del piso, un murmu­ lizar ríos, desecar y reinundar lagos,
llo de insectos brincando de un lado drenar acuíferos, abastecer y desa­
al otro, inquietos por la estampida bastecer poblaciones. Cambiando de
de botas humanas que han atrave­ nombre y a veces de título, la insti­
sado el pastizal. El pasto reviste sec­ tución federal encargada del manejo
ciones de terreno y descubre otras. del agua seguía atendiendo el mismo
En los descampados, donde no hay asunto que en primera instancia dio
hierba, aparecen capas de sal blanca lugar a su creación: administrar el
cubriendo la tierra. agua en su relación con la tierra, y
con ello llevar a cabo empresas de
* colonización bajo la bandera del
beneficio común. Hoy, la Comisión
Nacional del Agua está a cargo de un
Conagua
pequeño pedazo de tierra de poco
A partir de 1917 el agua comenzó más de 8.000 hectáreas, las cuales
a ser un objeto en la agenda de las forman parte del antiguo lecho del
instituciones gubernamentales de lago de Texcoco: en dicho pedazo de
México: la Secretaría de Aguas, tierra se concentran los recorridos y
Tierras y Colonización fue creada transformaciones del agua, así como
dentro de la constitución de 1917; las transformaciones políticas de la
en 1926 ésta fue renombrada como tierra en esta región. La Conagua,
la Comisión Nacional de Irrigación; en el lago de Texcoco, ha adminis­
en 1946 la Secretaría de Recursos trado desde hace más de tres déca­
Hidráulicos asumiría las funciones das las aguas sucias de la ciudad y ha
de la anterior comisión; después, la regulado el flujo de agua que reci­
Secretaría de Agricultura y Recursos ben las poblaciones que circundan
Hidráulicos derivaría de ella en 1976; el terreno; ha decidido cómo debe
finalmente, la Comisión Nacional ser transformado el territorio y ha
del Agua (Conagua), que aún opera tenido la facultad de transformarlo;
el día de hoy, fue constituida en ha delimitado sus fronteras y el con­
1989. Todas ellas fueron conforma­ trol de los suministros; ha nego­
das con autonomía presupuestal y ciado, desalojado, construido y tam­
administrativa, con la capacidad de bién desmantelado.
modificar la trama hidrológica del

82
Desde mediados de los años noventa, arcillosa y movediza, contiene una-
sin embargo, la institución pública gua turbia y en constante evapora­
del agua ha cedido, ha cambiado, se ción. En este lago todavía cuidado
ha ido sometiendo poco a poco ante por la institución del agua, la tie­
un nuevo poder. Si bien fue creada rra y el agua son elementos volátiles
como un ente soberano en el mismo y entrópicos; están ligados, a través
espíritu que dio lugar a un revolucio­ del aire cargado de partículas lacus­
nario programa de terrenos comuna­ tres evaporadas, con aquello que se
les administrados por el Estado (eji­ fragua en la zona ya expropiada del
dos), en el curso de las últimas déca­ viejo lago. Tal vez toda institución
das la Conagua le ha abierto camino que desee ocuparse del agua y de la
a las empresas privadas: en el lago de tierra está condenada a ceder tarde o
Texcoco, microcosmos de las políti­ temprano ante un poder superior a
cas públicas de agua y tierra, más de ella, sea éste el económico o el impla­
la mitad de los terrenos federales pro­ cable poder de volatilidad y entro­
tegidos desde los años setenta, arbo­ pía en todo lo que existe. El agua,
rizados y cubiertos de pasto, nego­ un líquido que circula por el medio
ciados y delimitados, ha sido confe­ y por debajo de las ciudades, que
rida a un gran consorcio construc­ las evade y desaparece; la tierra, un
tor que aduce traer consigo progreso, sólido que se extiende horizontal­
desarrollo, urbanización y revalua­ mente como una capa de sal, arcilla
ción de la tierra y del agua. Con estos y roca, siempre cambiante, infinitas
cuatro poderes el consorcio se ubica veces partida y repartida.
ahora por encima del Estado.
*
En la parte sur del antiguo lago de
Texcoco, dentro de los terrenos
que todavía protege la Comisión
Concreto
Nacional del Agua, un lago artificial Soy la nueva roca, el nuevo sólido,
con forma de rectángulo, delimitado el nuevo estrato de la tierra. Soy un
y contenido, representa el último res­ híbrido de polvo y líquido, una reac­
quicio de su función como institu­ ción química que rápidamente con­
ción a casi un siglo de su nacimiento: vierte el calor y suavidad de una
el lago, hecho de una cama de tierra masa arenosa en un bloque duro,

83
geométrico, pesado y frío. Desde viento. Sólo los copos de nieve com­
hace más de cien años me he exten­ piten con mi perfecta estructura.
dido por la superficie de este pla­ Esa masa vieja y rocosa, de valles y
neta como el símbolo de un nuevo montañas con toscos desniveles lla­
mundo, que para crecer ya no nece­ mada Tierra, es demasiado lenta en
sita de sus capas de lodo y piedra; sus procesos de cambio, está celosa
ahora me anclo en ellas y las hundo de mí: ante la inminencia de mi revo­
con el peso de edificios, puentes, lución constructora, ante la veloci­
calles casas y aeropuertos, todos ellos dad de este nuevo material que soy,
extensiones mías, síntesis pura de de esta nueva realidad que cons­
mis elementos, hechos con la carne truyo, de esta nueva vida que repre­
gris de mis moléculas. Mi alma es de sento, ella guarda muy abajo su pie­
acero, un compuesto nuevo y mejo­ dra más fuerte y sólida, en una capa
rado de metales milenarios. Soy demasiado profunda para ser alcan­
un milagro, una aparición, porque zada, invisible ante los ojos huma­
emerjo casi de la nada con la dureza nos, extraíble sólo por la fuerza de
más contundente y me multiplico las excavadoras que parten a las mon­
y expando con el solo llamado de tañas en dos como castillos de arena.
la voluntad humana. Simplemente
aparezco ahí, donde me desean, y me Desde lo alto de un puente vacío
erijo en una torre más alta que una que conecta la orilla sur y la orilla
montaña, o me extiendo por kiló­ norte de la antigua cuenca del lago
metros como puente entre dos ori­ deTexcoco, mis placas perfectas divi­
llas, uniendo aquello que la Tierra ha san cómo los hombres buscan esta
insistido en mantener separado. Mis roca de volcán que es mi enemiga,
superficies son planas y lisas; nada este producto artesanal de la Tierra
en la vida vegetal, animal o mine­ que no se compara con mi eficien­
ral es tan plano ni tan liso, y cierta­ cia sintética y moderna. Este puente
mente nada es ortogonal como mis se levanta como una cinta ondu­
formas, nada tan filoso y cortante lante que adorna la explanada rús­
como mis aristas: incluso los lagos, tica del valle, y desde su elegante
espejos de agua quieta y horizontal altura puedo ver cómo los hombres
creados por la Tierra, tienen peque­ perforan el suelo. Los ingenieros,
ñas arrugas y olas formadas por el intentando entender si hay dureza

84
verdadera bajo la blandura de la extienden y me levantan en muros
capa somera e inestable de la cuenca, y pistas; en veinte años estarás total­
han abierto huecos hasta encontrarse mente sepultada, tú que llevas siglos
con el tezontle, ese pobre despojo resistiendo a los humanos en este
arrojado de las bocas más sucias y pequeño pedazo de suelo con tu sal,
humeantes de esta geósfera. Extraer tu aridez, tu erosión, tus inunda­
el tezonde les tarda demasiado ciones, tus sismos, tus hundimien­
tiempo a los humanos, les consume tos. Pronto todo el planeta será un
demasiada energía, les cuesta dema­ gran bloque de concreto como el
siado dinero. Es imperfecto, poroso, Valle de México lo está empezando a
rojizo, producto inacabado de una ser ahora: una esfera perfecta, plana,
Tierra que en miles de años no ha lisa, fría y gris, interrumpida sola­
logrado lo que yo logro en apenas mente por edificios perfectamente
unos pocos minutos de fragua. Esta verticales, inmóviles, tocando lo más
roca está además incrustada en una alto de la atmósfera. Para mí no hay
capa demasiado profunda para ser nada demasiado grande, ni dema­
alcanzada por picos y palas, alienán­ siado lejano, ni demasiado difícil de
dose de los devenires de la superficie alcanzar. Nada es imposible para mí
planetaria. Probablemente hay peda­ porque soy la expresión máxima del
zos de ella asimilados en mi cuerpo, deseo desmedido: el apetito insacia­
indistinguibles ya de las partes que ble, el capricho, la ambición; el frío,
me componen. Soy lo que ella qui­ la forma fija y la máxima dureza.
siera ser, su versión mejorada, su pro­
yección más refinada. La Tierra no *
entiende que puedo sepultar aún más
a sus tezontles y fracturar sus estra­
tos con mi peso, y que pronto seré
Construcción
la nueva tierra: esta vez es cuestión Una bodega en ruinas. En su inte­
de décadas, no de siglos o milenios. rior, un montón de herramientas
y trastos sobre mesas de madera y
Los tiempos han cambiado, amiga metal. Algunas telarañas en las esqui­
Tierra. Mira por ejemplo mi aero­ nas, entre muro y muro. Las paredes,
puerto en este Valle de México: pintadas de blanco y azul, están per­
mira lo rápido que los hombres me cudidas de manchas grisáceas. En una

85
de las paredes se descubre el arma­ *
zón del muro, tras agrietarse y caer
las capas de pintura. El caparazón de Coordenada
una camioneta vieja descansa sobre
el suelo destapado, cubriéndose de El 2 de septiembre de 2014 Enrique
polvo. Al extremo opuesto de este Peña Nieto anunció la construcción
espacio abandonado hay un arma­ del Nuevo Aeropuerto Internacional
rio con las puertas entreabiertas. En de la Ciudad de México. Desde
el armario se apilan carpetas, folios septiembre de 2015 los concesio­
y documentos de papel amarillento, narios empezaron a llegar a los
elaborados en máquinas de escribir terrenos de la zona norte del lago de
ya obsoletas. Las telarañas también Texcoco para limpiarlo y prepararlo.
se tejen entre folio y folio. Algunas También llegaron para reanimar un
plantas se han abierto camino, cre­ conflicto de años con la comuni­
ciendo por las grietas formadas entre dad de Ateneo, así como para esta­
los muros y el suelo. El techo está blecer sus límites con la Comisión
cubierto por tejas de asbesto gris, Nacional del Agua (Conagua). En las
atravesadas por algunas vigas. Entre semanas que siguieron a esta nueva
las tejas se cuelan rayos de luz que ocupación, la capa vegetal de más
se marcan sobre el piso polvoriento. de 8.000 hectáreas de extensión que
La puerta, entreabierta, se mueve al cubría la tierra, para entonces fértil y
pasar una ráfaga de viento. Afuera, diversa, fue arrasada para preparar el
el pasto crece próximo a los muros, terreno a las nuevas construcciones:
extendiéndose hasta el borde de un la apariencia de la tierra pasó rápi­
camino cubierto de piedra. Unos damente a ser la misma de hace 40
perros ladran cerca: se oyen sus pisa­ años, cuando el lago era un enorme
das abriéndose paso entre mecho­ desierto salino. Las camionetas de
nes espigados de pasto. Desde ahí, se la Comisión Nacional del Agua
divisa el bordo: el viento ha traído que intentan acceder a la zona norte
el olor de los gases que brotan desde de la cuenca son ahora inspecciona­
sus capas compactadas de basura des­ das (su acceso se restringe y a veces se
compuesta. Detrás del bordo, apa­ niega), mostrando cómo lo privado
rece un avión alzando vuelo. se impone ante lo público cada vez
con más vehemencia.

86
En medio de esta vasta zona nueva­ la concesión). Al cambiar la propie­
mente desertificada, varias casetas dad, y con ella la topología entera
de vigilancia que antes estaban en de la zona, los datos registrados en
pie, pintadas de blanco y azul, fue­ esta libreta se convierten en núme­
ron también velozmente demolidas. ros vacíos sobre lugares que ya no
En una de estas casetas hechas ruina, existen.
que en largas jornadas los vigilan­
tes convirtieron en viviendas equi­
padas para el frío y el hambre con
estufa, cama, utensilios y un altar a
la Guadalupana frente a la fachada,
Cosa
se pueden encontrar algunos docu­ U n mes antes de que la Conagua
mentos que parecen ser inventarios, cediera una parte de sus terrenos a la
listas de chequeo, tareas pendientes construcción del Nuevo Aeropuerto
u hojas de registro. Las paredes, aún Internacional de la Ciudad de México
en pie, están cubiertas en el interior entramos a dar un último vistazo a
con grafitis de color verde fluores­ los animales, árboles y plantas que
cente: leo la palabra “puto” y junto a se encontraban aún en esta porción
esta palabra veo el dibujo de un pene, de tierra. Nos familiarizamos con
también verde. El altar de la Virgen algunas de las especies que se habían
sigue en pie aunque la imagen reli­ adaptado lentamente al lugar, vimos
giosa ya haya desaparecido, pro­ las praderas de pasto salado con algu­
ducto de un vandalismo anónimo e nas coniferas, los romeritos y las lie­
inútil sobre una institución que ya ha bres, los perros salvajes que huían
sido expulsada. Sobre una libreta de de los humanos en manada. Vimos,
hojas cuadriculadas que yace sobre casi en la punta de ese triángulo que
el suelo se leen diferentes coordena­ colinda con Ecatepec, unas peque­
das y datos con algunas referencias ñas lagunas formadas por las lluvias
a lugares escritos en tinta roja. Todo de agosto, llenas de diferentes espe­
lo que se encuentra en estas páginas, cies de pájaros: en sus orillas, bajo las
cada número, cada nombre, cada piedras, se asomaban viudas negras
coordenada, fue información funda­ y caracoles; las moscas revoloteaban
mental para la comprensión de esta a pocos centímetros del agua. En el
zona norte del lago (hasta antes de antiguo evaporador solar, junto a

87
estas lagunas, las corrientes de agua de construcciones se confundían con
de los mercados vecinales arrojaban los restos vegetales, los cimientos con
sus semillas sobre el suelo, haciendo las rocas, los animales con los obje­
brotar de él plantas de tomate, acel­ tos. Las ramas secas y blanqueadas
gas, chiles, melones y, mezcladas por la sal parecían cerámica; los hue­
entre ellas, especies innumerables sos, vidrio; los ladrillos, rocas volcá­
de hierba. Dimos la vuelta y encon­ nicas; los objetos plásticos, cadáveres.
tramos, a la orilla del camino, los Hechos pedazos, todos se convertían
escombros de las casetas construidas indiscriminadamente en cosas.
por la Comisión Nacional del Agua
para vigilar el buen comportamiento <*,
de este ecosistema que se mantenía
solo, en equilibrio, sin humanos.
Otras construcciones erigidas por el
Estado se habían levantado cada tan­
tos kilómetros, empezándose a caer y
a confundirse con el polvo emitido
por la tierra. Detrás de los escombros
de estas antiguas (aunque recien­
tes) construcciones, las aplanadoras
y excavadoras volvían la tierra a su
estado árido, barriendo y aplanando
todo el terreno. Entre los escombros
había vidrios, pedazos de cemento,
papeles, trozos de caucho, varillas
de metal. Al paso de las máquinas,
ramas, rocas y cadáveres de anima­
les recientemente muertos se iban
mezclando con esos materiales aje­
nos y humanos. En las acumulacio­
nes de escombros —anticipando la
llegada del concreto y el acero, mate­
riales aún más extraños que seguirían
transformando la tierra—, los restos

88
D

D em olición Ya deshabitadas y desatendidas, es­


tas casas deshechas dejaron tras de
Era el 26 de abril de 2012. Las casas sí montañas de escombros: vigas de
estaban espaciadas a lo largo y ancho madera en pedazos, ladrillos carco­
del predio Hidalgo y Carrizo, en las midos por las sales del ambiente,
zonas limítrofes del lago de Texcoco, tablas de yeso fragmentadas, jiro­
al oriente de su cuenca, al occidente nes de tela, pedazos de metal oxi­
de la ciudad que aún guarda el nom­ dado, cartones, espumas; todos dis­
bre de este antiguo cuerpo de agua. persos pero lo suficientemente jun­
Cada una ocupaba su espacio a volun­ tos aún como para poder iden­
tad, sin planeación, sin trazado, sin tificarlos como restos de un sólo
estructura; se sostenían en un equi­ conjunto.
librio frágil que revelaba a cada una
de ellas como un conjunto apunta­ A las cinco de la mañana se oyó el
lado de materiales y modos de cons­ ruido de las máquinas llegando por
trucción: latón, cemento, madera, el camino, a paso lento. La policía
ladrillo, vidrio y lona. Todas las mez­ federal acompañaba a la comparsa
clas posibles dispuestas en medio de de excavadoras. Cada vez más pre­
una gran explanada sembrada par­ sente, el ruido de los motores no
cialmente de un pasto que en esa asustó a los habitantes de este lado
época del año estaba seco, como el del camino: ellos esperaban, desde
aire. Algunas estaban recientemente hace horas, ver las máquinas lle­
demolidas porque aún se veían nubes gar y arremeter contra una casa, y
de polvo suspendidas sobre ellas. otra, y luego otra, tal y como había

89
sucedido desde días atrás con las hubiera soplado sobre ellas: más lige-
demás construcciones vecinas y cer­ ras que el concreto y el cemento, vo­
canas: los operarios cumplirían su laron por el aire y cayeron lentamen­
tarea hasta el final, devolviendo al te como plumas. El tercer y cuartc
terreno su planicie, su descanso de golpe de la máquina hicieron qm
lo humano. una sección entera de la casa cayen
y se rompiera en cientos de pedazos
Al llegar, una gran excavadora ama­ Cada golpe sonaba como un de­
rilla se acercó a la casa más sobresa­ rrumbe, como una casa de bloque:
liente de la explanada: como pocas, de juguete cuando la derriban y s<
esta casa se levantaba tres nive­ cae sobre una mesa de madera.
les hacia arriba; se veía que todavía
no estaba terminada porque dejaba La excavadora siguió arrojando si
verlas paredesy pisos grises al interior, brazo contra la casa; con cada golpt
las columnas desnudas, y el techo, un la casa parecía menos una casa y má;
plano abierto, apenas cubierto por una maqueta agigantada, hecha d<
unas láminas sintéticas. En el primer papel, de cartón, de espuma. Er
nivel se veían los muros ahuecados los golpes sucesivos la máquina sólc
por los golpes de otra máquina que dio un empujón suave a la estruc­
en un primer intento la sacudió en su tura; ésta cedió y se vino abajo sir
base, para ver si así ella sola colapsaba esfuerzo. Menos de media casa que
sobre su débil soporte. Esta vez llegó daba en pie, o más bien se balan
la excavadora y en un movimiento de ceaba de lado, inclinada, a punto d<
su brazo largo barrió la casa de arriba venirse abajo con el menor viento
abajo; sus capas superiores empeza­ con la menor perturbación. Tras ur
ron a derrumbarse como si fueran pequeño golpe, lo que quedó de 1:
tostadas o galletas. La plancha del casa colapso, dejando sólo un pedazc
tercer nivel cayó sobre los niveles de plancha de concreto balanceán
más bajos, y estos, por el peso, empe­ dose sobre un pilar, de un lado a otro
zaron a ceder y quebrarse desde las La plancha se fue desintegrando poce
orillas. En un segundo movimiento a poco, cayendo al suelo, pedazo :
del brazo, las marquesinas que aún pedazo, sobre los demás escombros
quedaban sostenidas más arriba, en El pilar finalmente cedió y se vine
un equilibrio inexplicable de planos abajo.
sobre líneas, cayeron como si alguien

90
Cuatro años después todavía se ven de forma y color hasta transformarse
desde lejos los cascajos sembra­ en parajes distintos. A medida que
dos en el suelo. El pasto y la maleza estos parajes se tiñen de otros colo­
han crecido sobre ellos: parecen res­ res, se elevan en ciertos puntos,
tos arqueológicos de culturas ances­ se sumen en otros, se erosionan o
trales, formando montículos extra­ inundan en configuraciones impre­
ños que apenas sobresalen, enveje­ visibles, la paleta entera de las regio­
cidos por la lluvia, la sal y el aire, nes dentro de las cuales se inscriben
fundidos con el suelo desértico. A empieza también a cambiar: en oca­
unos pocos metros de estas ruinas siones los tonos de una extensión de
fue levantada una cerca que ahora tierra con un lago en su centro, antes
marca una nueva línea entre esta tie­ cálidos, se salpican de colores fríos
rra llana y un terreno esbelto de nue­ cuando éste desaparece; a veces una
vas construcciones que se alzan cada zona en la cual los reflejos azules del
día, casi adheridas al contorno de agua lo irradiaban todo de verdes y
la valla. Estas nuevas casas son tan violetas, se torna amarillenta y rojiza
frágiles como las casas caídas frente a medida que el centro del lago se
a ellas; se anuncian como escom­ seca. La desecación de un lago actúa
bros del futuro que caerán una vez como un dominó el cual extiende
la línea sea movida, cuando el lago sus alcances a la manera de una suce­
de Texcoco reclame la expansión de sión de fichas que caen una encima
su planicie, unos metros más afuera. de otra, hasta tumbar la pieza más
remota: provincias, comarcas, distri­
tos, condados, estados enteros se ven
afectados por el descenso del nivel
D esecación del agua en una laguna.

Alrededor del planeta, desde China El mar de Aral que comparten


hasta la región boliviana que limita Kazajistán y Uzbekistán, por ejem­
con Chile, los lagos se han conver­ plo, empezó a descender de nivel a
tido en un medidor de la inciden­ partir de 1960, cuando los ríos que
cia humana en la geografía: a medida lo alimentaban fueron desviados de
que se desecan y encogen, las aguas y su cauce para irrigar los cultivos
alrededores de sus cuencas cambian de la antigua Unión Soviética: antes

91
una gran mancha de cobalto oscuro rodea-das de marrón, rojo y gris, que
tragándose la luz hasta hacerse cambian de proporción y forma de
negra en su punto más profundo, manera acelerada mientras el lago se
ahora el Aral está dividido en cua­ deseca.
tro pequeños lagos de agua translú­
cida, dejando ver a través del líquido Desde 1966 el lago Chad en África
el fondo del lecho sembrado de algas ha venido encogiéndose, a medida
verdes. Cada uno de estos pequeños que su agua se extrae para mante­
remanentes del Aral está rodeado por ner fértiles los suelos que se abren
un halo blanco de desierto salino: a en extensiones enormes de cultivos,
medida que el agua cede, estos halos mientras la contaminación llega a su
se expanden hasta unirse en uno lecho desde remotas regiones euro­
solo, derivando en una mancha de peas: sus colores ya no son los mis­
sal que se aferra a la tierra. mos que brillaban cuando estaba
compuesto principalmente de
El lago Poopó, en Bolivia, fue afec­ agua. El Mar Muerto, que aún yace
tado por proyectos extractivos que entre Jordania, Israel y Palestina, se
provocaron su desecación en el curso ha fragmentado y reducido desde
de unos pocos años, hasta desapare­ 1960, emulando los movimientos
cer por completo en 2015: antes un de los territorios que lo enmarcan.
espejo verde que reflejaba su color en El lago Hulun, ubicado en los terri­
las montañas adyacentes, haciéndo­ torios mongoles del norte de China,
las ver robustas y macizas, ahora el a partir de 1996 ha estado cam­
Poopó es una extensión semidesér- biando de forma, tamaño y color, al
tica de suelo craquelado que conta­ ser virado el curso de sus ríos tribu­
gia de aridez a la montaña. El lago tarios: a medida que escapa el agua y
Poyang, la extensión más grande que la tierra emerge en proporciones
de agua dulce en China, se enco­ diferentes, la región de su cuenca se
gió hasta fragmentarse, en 2012, en transforma.
un conjunto de lagos minúsculos
separados por extensiones de tierra &
seca: el cerúleo y verde de que antes
dominaba la región es ahora un con­
junto de manchas de color violeta

92
D esecho Latina nacieron en el mismo espíritu
de los bordos, como solución a un
Una ciudad como la Ciudad de asunto de salud pública que obligaba
México, con su población de casi a ocultar los cadáveres y a confinarlos
30 millones de personas, genera en lugares alejados de los vivos.
incontables cantidades de dese­
chos. En ocasiones, estos desechos En Ciudad de México los bordos
incluso se desintegran, mezclán­ no quedan realmente en un afuera:
dose con el aire. En la semana del 10 el estado de México forma un cír­
de mayo de 2016 la contaminación culo cerrado que rodea a la ciudad
del aire de la Ciudad de México se y que está tan densamente poblado
hizo tan densa que fue necesaria la como la zona metropolitana con la
creación de “políticas atmosféricas de cual colinda. Los bordos quedan ine­
emergencia”, administrando el par­ vitablemente inscritos en un mar­
que vehicular y sus gases tóxicos; fue gen delgado entre los municipios
necesaria también una partición de y la ciudad, en medio de una zona
la ciudad en zonas respirables y zonas urbanizada, con los desechos des­
poco o no respirables. La ciudad y bordándose hacia sus vecinos inme­
sus habitantes se dividieron en virtud diatos, hacia los barrios, sobre las
de estos desechos volátiles que desde calles y frente a avenidas transitadas.
hace décadas se han ido acumulando El bordo más grande de la región
en las capas inferiores de la atmós­ se encuentra en la parte surocci-
fera como un tinte amarillo y denso, dental de los terrenos federales del
el cual se ha hecho visible paulatina­ lago de Texcoco, tocándose con
mente: si se mira desde algún cerro Ciudad Nezahualcóyod: este muni­
o desde los edificios altos, es posi­ cipio está habitado ahora por más de
ble ver la acumulación de contami­ un millón de personas de las cuales
nación en la distancia. Los desechos una parte vive junto al límite suroc-
sólidos, por su parte, van a los bor­ cidental del Bordo Poniente. Hasta
dos, esos “no lugares” a las orillas de 2013, este basurero recibió miles
las ciudades donde simplemente se de toneladas de desechos orgánicos
confina todo aquello con lo cual la que ahora peen ahí, transformán­
metrópoli no puede convivir. Los dose: miles de toneladas de mate­
cementerios modernos de América riales experimentando cambios

93
químicos, liberando gases, filtrando lado del Distrito Federal: durante
sus líquidos en la tierra, distendién­ el rodaje, lo que hoy es reserva eco­
dose y contrayéndose como grandes lógica y resquicio de los últimos
animales. terrenos pertenecientes al lago de
Texcoco, era una extensa explanada
*
de suelos salinos en los que no había
agua, vegetación o urbanización en
Desierto miles de kilómetros a la redonda.

La película Viento negro muestra el La empresa Ferrocarril Sonora-Baja


proceso de construcción de las líneas California, tal y como la vemos en
férreas que conectaron a los esta­ blanco y negro, quiso imponer la
dos mexicanos de Sonora y Baja industria en el desierto a través de la
California en medio del desierto, construcción de las vías del tren, así
hacia 1947. Entre tormentas de como a través de la introducción de
arena, bajo un sol ardiente sobre las vagones y locomotoras: quiso rom­
cabezas de los obreros, ingenieros y per con la homogeneidad de esta
capataces, y en una ausencia total de enorme extensión de arena. Desde el
agua y vegetación, se moldea en cada comienzo de Viento negro, Manuel
personaje una voluntad inquebran­ “el Mayor”, su personaje principal, lo
table por sembrar industria en esta anuncia: «Maldito! Algún día regre­
tierra árida: los rieles se van anclando saré para partirte en dos».
al suelo, tramo a tramo, mientras los
hombres se mantienen en pie entre el Poco después de haber terminado
cielo abierto y la arena blanda, seca el rodaje de Viento negro, el desierto
y volátil. interior del lago de Texcoco fue
también partido en dos: un deseo
La tierra estéril que gobierna la humano por transformar la tie­
trama de esta película fixe grabada en rra árida impulsó la siembra de
parte en los terrenos del desierto de capas verdes, la llegada de las aves
Sonora. Algunas de sus escenas están y de espejos de agua en una tie­
situadas en una región morfológi­ rra que los rechazaba. La conquista
camente similar a aquella del norte de este “desierto interior” comenzó
de México, encontrándose justo al en 1971: un decreto presidencial

94
reclamó miles de hectáreas de tierra el trabajo constante de ingenieros
seca, capturando los terrenos del des­ forestales, el pasto logró establecerse
aparecido lago de Texcoco, frenando y poblar miles de hectáreas que antes
a futuro los procesos de urbanización no tenían vida vegetal.
en la zona nororiental del Estado de
México — Texcoco, Chimalhuacán, La llegada del agua a este valle de ferti­
y Ecatepec se venían expandiendo lidad improbable fue también un tra­
desde entonces con la velocidad del bajo de ingeniería: como parte de un
viento hacia el interior del lago— . experimento para medir el impacto
de los hundimientos progresivos que
La instauración de este nuevo eco­ sufrió el suelo del Distrito Federal, se
sistema en el desierto del lago de trazó- una retícula perfecta de seis por
Texcoco pasó primero por la tarea de cuatro kilómetros en los terrenos del
reconfigurar una tierra que se resistía lago de Texcoco. Simulando los dre­
a ser fértil. Al abandonar su cuenca, najes que se han hecho sobre el suelo
las aguas del lago dejaron tras de sí de la ciudad para extraer agua pota­
un suelo sin irrigación y con altas ble, los ingenieros pacientemente
concentraciones de sal, en el cual sacaron el agua del subsuelo del rec­
ninguna vegetación prosperó por sí tángulo, cuadrante a cuadrante.
misma: varios intentos de siembra Como ha sucedido en la Ciudad
de especies nativas y foráneas fueron de México, las capas superficiales de
infructuosos, mientras el suelo man­ tierra lodosa en este rectángulo
tuvo su salinidad intacta. Especies de tierra colapsaron sobre sí mismas
de otros entornos desérticos fue­ al ser sustraída su agua, generando
ron rechazadas por el suelo mismo; un hueco, perfectamente simétrico,
tampoco florecieron las plantas de seis kilómetros de largo por cuatro
que normalmente crecen a la orilla de ancho. Esta alberca gigante recibió
del océano, donde la sal del mar se las aguas residuales expulsadas por la
impregna en el suelo. Una especie ciudad y por los municipios colin­
de pasto amarillento fue sembrado dantes del estado de México: en reu­
poco a poco en forma de tapetes, nión de aguas (en principio putrefac­
que cubrieron el suelo salino hasta tas) nació el lago Nabor Carrillo, un
integrarse a él y formar con él una lago fabricado en medio de un paraje
capa vegetal. Con la intervención y modificado por humanos.
La construcción de este ecosis­ de partida, puede pensarse, desde
tema siguió avanzando; junto con cierta mirada, como una nueva
el Nabor Carrillo se labraron otros forma de conquista: una re-con-
cuerpos de agua que fueron habili­ quista que continúa dándose a tra­
tados para limpiar las aguas negras vés de la adopción de unas aves, unos
recogidas, y a través de sofisticados peces, unos insectos y unas plan­
procedimientos, tornarlas en aguas tas que no deberían estar ahí por­
de lago limpias, listas para alber­ que borran, con su aire limpio y su
gar en ellas otras formas de vida. Se fecundidad, los trazos de una geogra­
importaron tilapias, carpas y otras fía árida marcada por el paso de los
criaturas de agua, y con los peces lle­ hombres; una geografía más antigua
garon las aves, los caballos, los vena­ y posiblemente más “natural”.
dos, las liebres, los perros salvajes, las
serpientes, los caracoles y los chapu­ La última escena de Viento negro está
lines. Luego empezaron las migra­ enmarcada por la línea de hierro que
ciones: cada invierno llegan aún trazan las vías del ferrocarril, la cual
desde Canadá bandadas de aves que deja ver, una a una, las consecuen­
hacen escala en las orillas del lago cias de la conquista del desierto: la
Nabor Carrillo, deteniéndose breve­ muerte, la pérdida, la desesperanza.
mente en este intersticio del mismo La línea perimetral que hoy traza el
modo en que habitan tantos otros en enrejado del nuevo lago de Texcoco,
su largo viaje al sur. en un registro distinto, invoca a
la empresa entera de dominación
Al llegar las aves del Norte a esta de la tierra y del agua en el Va­
nueva tierra creada por huma­ lle de México, que tiene ya una larga
nos, no son disuadidas por las rejas historia.
de hierro que encierran el períme­
tro de la ahora Reserva Ecológica
Lago de Texcoco, y que la enmar­
can como una propiedad, como un
objeto. La tarea que se ha empren­
dido en esta tierra extrañada que
colinda con la ciudad, teniendo en
cuenta que un desierto fue su punto

96
D espojo César, hijo de Ignacio del Valle y
Trinidad Ramírez, estuvo presente
César del Valle, uno de los líderes del en el mercado de flores de la ciudad
Frente de Pueblos en Defensa de la de Texcoco el tres de mayo de 2006,
Tierra de Ateneo ( fp d t ), preguntó a cuando ocurrió uno de los episo­
la audiencia de una mesa de diálogo: dios de represión más controversia-
«¿Qué es el despojo?» Escuchando íes de las últimas décadas, efectuado
su pregunta, unas treinta perso­ por del Estado Mexicano. Ese día,
nas se congregaban en un audito­ el fp d t estaba apoyando a los ven­
rio pequeño para conversar sobre las dedores del mercado para evitar que
posibles consecuencias de la cons­ estos fueran desalojados por la poli­
trucción del Nuevo Aeropuerto cía federal: a medida que se congre­
Internacional de la Ciudad de Mé­ gaba la gente en el espacio público
xico en los terrenos de la cuenca de de esta ciudad, ocurrieron cientos de
Texcoco, alrededor de una mesa arrestos, persecuciones y ultrajes
redonda de madera de pino encima entre los cuales muchos se encuen­
de la cual reposaba un mapa abierto, tran aún irresueltos, ascendiendo
con marcas de múltiples dobleces. El algunos hasta tribunales internacio­
mapa mostraba la región nororiental nales como casos concretos de vio­
del estado de México atravesada por lación a los derechos humanos. Esta
diversas particiones y líneas, que con­ fecha se conmemora cada año en
figuraban diferentes territorios, unos marchas que se mueven despacio por
encima de los otros. En la parte supe­ el Paseo de la Reforma en la Ciudad
rior derecha de esta hoja enorme, de México: en estas marchas, cien­
plegada y desplegada muchas veces, tos de personas se reúnen en las
sobresalía un área resaltada en rojo, amplias calzadas que conectan el
dibujada encima de los otros terri­ occidente y el centro de esta metró­
torios de líneas punteadas: según polis, levantando machetes que bri­
las mediciones en los márgenes del llan cuando son alcanzados por los
mapa, unas noventa hectáreas de tie­ rayos del sol.
rra formando un triángulo aparecían
señaladas con la leyenda “Terrenos Después del incidente, los padres y
del ejido de Ateneo en disputa con el hijo de la familia del Valle estu­
el naicm ”. vieron varios años bajo cárcel y

97
exilio. Unos tirios ¡uitcSj hacia. 2002, episodio de Texcoco, algunos miem­
un grupo de habitantes del muni­ bros del fp d t se dispersaron, diez­
cipio de Ateneo del cual ellos aún mados por la violencia de esa “tarde
forman parte, comenzaron a orga­ de flores”, mientras otros vendie­
nizarse como frente de resisten­ ron sus terrenos al Estado. Otros, en
cia, cuando el entonces presidente cambio, siguieron unidos en torno al
de México, Vicente Fox, lanzó el ejido: estos últimos ejidatarios toda­
primer plan de construcción del vía elevan en ocasiones sus mache­
Nuevo Aeropuerto Internacional tes al sol como signo de conmemo­
de la Ciudad de México: este plan ración o protesta.
se proyectaba en los terrenos federa­
les del lago de Texcoco, extendién­ Hacia 2017, el proyecto aeroportua­
dose hasta la entrada de la ciudad de rio finalmente se ha abierto paso
Ateneo. En ese entonces, machete en en los terrenos federales del lago
mano y paliacate rojo amarrado alre­ de Texcoco, avanzando velozmente
dedor del cuello, cientos de perso­ desde un segundo decreto presiden­
nas de este frente se apostaron en los cial emitido en 2014. Alrededor del
linderos de sus terrenos ejidales para perímetro de la zona de construcción
impedir el paso de las máquinas de se ha levantado una barda de malla
construcción. Cediendo ante la pre­ metálica y concreto, que se extiende
sión de este grupo de ejidatarios, el por kilómetros. Esta barda materia­
proyecto aeroportuario fue eventual­ liza una de las líneas punteadas dibu­
mente suspendido. jadas en ese mapa maltratado men­
cionado arriba, volviéndose una
Los miembros del fpdt que al día franja gruesa de color gris que se
de hoy siguen activos, afirman que traza sobre el suelo. Si se mira desde
el incidente sucedido en 2006 fue los ejidos de Ateneo y Nexquipayac,
una retaliación del entonces gober­ esta barda se ve cercana, como si
nador del estado de México y actual cortara a la tierra en dos: sus estruc­
presidente de esta nación, Enrique turas de aspecto militar se ubi­
Peña Nieto, por frenar el avance de can a pocos kilómetros de distan­
un proyecto de grandes proporciones cia de Tepetzingo y Coatepec, dos
y réditos aún mayores. Como conse­ de los cerros sagrados de la región.
cuencia de esto, la década después del Transponiéndolo sobre la zona roja

98
cartografiada como terreno en dis­ de tierras, ya que la tierra no es un
puta, el ejido de Ateneo se ve atrave­ elemento separado de sus ocupantes:
sado por un tramo de barda, arran­ el ejido es sólo una de las partes enla­
cando ésta un pedazo de sus terrenos. zadas en esta compleja relación entre
tierra, plantas, humanos y criaturas.
Los del Valle, así como muchos otros
habitantes de Ateneo y de otros pue­ Mientras la audiencia escucha a
blos vecinos como Nexquipayac o César y observa las líneas punteadas
Tocuila, tienen una relación parti­ en el mapa, la barda perimetral del
cular con el ejido que para un habi­ Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de
tante de ciudad podría ser difícil de México va traspasando la milpa.
entender. Usan el término milpa para
explicar un modo particular de cul­ *
tivar que es propio de esta región del
planeta, desde antes de la llegada de
las huestes de Cortés a sus territo­
rios. La palabra milpa, del idioma
náhuad, se puede traducir literal­
mente como “aquello que se cultiva
encima”, aunque en la práctica no
sólo comprende el producto de una
cosecha sino también la tierra en sí
misma, las plantas que se siembran
cada ciclo y los modos de vida que se
articulan a ellas. Alrededor de la mesa
de diálogo, César habla de la milpa
como algo que se encuentra en un
espacio intermedio entre la tierra y
quien la cuida, transformando a estas
dos instancias. Los campesinos que
levantan ocasionalmente sus mache­
tes en la zona nororiental del estado
de México, no son entonces consu­
midores de bienes ni acumuladores
V fM
E

alzan ligeramente la mirada al verme


Edificio
pasar, para de nuevo fijar la vista en
Sobre la Avenida Insurgentes, al sur las pantallas. Sus gestos fugaces indi­
de la Ciudad de México, se levanta can una perturbación del orden en
una torre de veinte pisos de altura un lugar dominado por el silencio,
que corta el horizonte, hecha de con­ los timbres de teléfono y el sonido de
creto y láminas metálicas. Este edi­ fondo de decenas de teclados siendo
ficio está vigilado como una forta­ golpeados al unísono. En sus escrito­
leza: para entrar es necesario atrave­ rios, todos parecieran temerosos de
sar varios filtros de seguridad, segui­ una cierta autoridad invisible. Éste es
dos de un par de pesados elevadores. el edificio principal de la Conagua,
Al salir del elevador, cada piso, idén­ la institución que maneja la relación
tico al anterior, se desenvuelve como difusa entre agua y tierra, extendida
un laberinto de cubículos y escrito­ por todo el territorio mexicano; esta
rios indistinguibles, enmarcados por misma institución mantiene bajo
un corredor que atraviesa el espacio su custodia los terrenos del lago de
a un costado, y una fila de oficinas Texcoco, desde que le fueron entre­
con puertas iguales, todas cerradas. gados en 1971. En los pisos más altos
Cada piso de este edificio parece un de la torre se toman decisiones sobre
juego de espejos en el que un mueble la perforación de pozos en distin­
se refleja y se multiplica al infinito. tos lugares de Ciudad de México;
Los empleados que ocupan cada entre escritorio y escritorio circulan
cubículo están absortos en las pan­ memorandos que indican los pre­
tallas de sus computadores, y sólo cios fijados de una parcela de tierra

101
en los linderos del lago de Texcoco, del edificio se plantan con frecuencia
o unas órdenes de compra; sobre una multitudes, protestando con carteles
mesa, manchado por una taza de en la mano por algún desalojo, algún
café que le fue volcada encima, yace caso de despojo o por el difícil acceso
un estudio de costos de la canaliza­ al agua. El edificio permanece inmó­
ción de un río; en un archivador de vil, impenetrable, y todo lo que sale
uno de los pisos más bajos se encuen­ de él se convierte en una extensión de
tran guardados los amparos inter­ su rígida estructura.
puestos por algunos campesinos
*
engañados, reclamando propiedad
sobre un predio por donde pasará
pronto un drenaje; en la panta­
Ejido
lla de un computador, en otro piso,
un ingeniero acaba de dar “enviar” El ejido ha sido la unidad indi­
a un correo en el que solicita que se visible de tenencia de la tierra en
apruebe un proyecto de tratamiento México desde la Constitución de
de agua con tecnologías de punta en 1917. Más de 100 millones de hec­
una región remota del país donde sus táreas de terreno fértil fueron otor­
habitantes tienen problemas de abas­ gadas a grupos humanos bajo unas
tecimiento. Por el elevador se des­ reglas de juego muy claras: la tierra
plazan ingenieros, directores, secre­ pertenece al Estado, y al eliminar la
tarias: alguno de los directores, ves­ propiedad privada sobre ella se evita
tido con traje y corbata, lleva bajo el el conflicto, la división, el usufructo
brazo un papel que definirá los pará­ indiscriminado; el uso de la tierra es
metros de distribución de agua en un decidido por los ejidatarios, siem­
área habitada por un millón de per­ pre que sea sólo para ellos y de uso
sonas; otros llevan consigo el peso de agrícola; la tierra no se puede vender
una decisión tomada en forma de un ni fraccionar; los ejidos no son lati­
espasmo en la espalda; una secreta­ fundios ni tampoco minifundios; no
ria lleva en su bolso una pluma que son industrializables ni se anexarán
será usada por su jefe para estampar a las ciudades (que intentan siem­
firmas en todos los documentos que pre crecer en sentido horizontal).
serán aprobados en el curso de una Los pueblos del oriente del lago de
sola jornada laboral. A las afueras Texcoco se establecieron bajo este

102
modelo; se consolidaron gracias a él fue modificado en 1992. Dicha
como comunidades dedicadas a la modificación propició la transfor­
siembra, a la ganadería en algunos mación acelerada del lecho del lago
casos; así, se mantuvieron protegi­ de Texcoco: antes de esta fecha el
das de ser absorbidas por la fuerza límite del lago con los terrenos eji-
urbanizadora de Ciudad de México dales de Ateneo o Chimalhuacán se
a pesar de su proximidad con los mantenía intacto, como una mem­
barrios de su margen oriental. Los brana en simbiosis. La nueva reserva
ejidos, sin embargo, no están exen­ ecológica creada en el antiguo lago
tos de la corrupción de sus asam­ era un lugar donde el ejido tenía eco,
bleas locales ni de las presiones de resonancia, incluso una cierta con­
las explotaciones agrícolas de gran versación con los pobladores de esta
escala. tierra rural. La modificación, llevada
a cabo por medio de un pequeño
En principio, los ejidos son una inciso en la ley compuesto por un
figura que dista mucho de los modos par de párrafos en un texto general
en los que se reparte la tierra en otros y abstracto, incidió en la tierra físi­
países latinoamericanos tales como camente: ahora el ejido ja no perte­
Colombia: en mi país las tierras son nece al Estado sino a la asamblea de
abandonadas y en seguida usurpa­ ejidatarios, y son ellos quienes deci­
das, oscilando entre una negación den su uso, valor y posible usufructo.
total de la propiedad y un resguardo La tierra ejidal, de acuerdo con esto,
violentamente celoso de ella. De esta se puede vender, fraccionar, repartir
relación contradictoria con la tierra o incluso expropiar entre los miem­
colombiana se ha desatado una gue­ bros de dicha asamblea, con unida­
rra en la que, desde hace 50 años, los des apropiadas por cada quien. La
terrenos cambian de manos y de uso tierra, desde entonces y de maneta
constantemente, cada vez con más explícita, se volvió suelo, superficie,
celeridad. objeto de cambio. Desde el 92 las
fronteras del lago de Texcoco, dibu­
El artículo 27 de la Constitución de jadas ja no por el agua salada sino
México, dedicado a las políticas agra­ por los topógrafos de una comisión
rias enfocadas en este modelo parti­ estatal, empezaron a expandirse y a
cular de repartición de las parcelas. absorber las tierras antes protegidas

103
por esta longeva ley ejidal. El Estado, de vista hasta toparse con el cerro de
antes guardián de las tierras, se con­ Chiconauda. En algunos puntos de
virtió en comprador. esta gran extensión de suelo craque-
lado se ven charcos minúsculos y tur­
*
bios, donde algunos pájaros hunden
sus picos para beber agua. Los pája­
ros pueden ser garzas, de plumas
Erosión grisáceas y pico alargado, apoyadas
A comienzos de octubre todavía se sobre patas delgadas y flexibles. Se
siente el calor intenso del verano. ven mosquitos orbitando alrededor
Este calor hace que el agua se evapore de estos pequeños charcos, posán­
aceleradamente: se pueden ver nubes dose sobre el agua y sobre los cuer­
de vapor ascendiendo del suelo a la pos de estas aves: ellas sacuden sus
atmósfera, mientras el suelo se va plumas tras la llegada de los insec­
abriendo en costras separadas por tos voladores. El agua se ve quieta,
vetas de erosión. Las costras se pue­ excepto por las pisadas de mosqui­
den levantar con la mano como si fue­ tos alterando su tensión superficial.
sen las partes de un plato de cerámica El viento no sopla, sólo se desprende
recién roto: los bordes de cada cos­ un aire caliente desde el suelo y algu­
tra revelan las trayectorias de separa­ nas brisas esporádicas y leves, levan­
ción de las costras vecinas, y a la vez tando nubes de polvo que se asientan
muestran la continuidad, ahora rota, rápidamente sobre y en medio de las
de una sola superficie terrestre. Las costras. Las pisadas humanas dejan
trayectorias del agua en fuga se pue­ marcas en este suelo roto; su sonido,
den ver en la porosidad de los cos­ un crujir de tierra seca, regresa como
tados de una costra, dibujando hen­ una multitud de ecos diferidos en el
diduras que se abren en los quiebres tiempo. Ecatepec se ve difusa al occi­
entre un pedazo y otro. Sobre este dente, como un espejismo.
suelo de escamas arenosas, visto de
cerca, se pueden observar pequeñas
depresiones circulares que marcan el
lugar donde cayeron algunas gotas
de lluvia. Se ve una planicie inmensa
de este suelo erosionado perdiéndose

104
Escombro das y se organizaron comunidades.
De ellas no se encuentran registros,
La frontera entre los terrenos federa­ restos de cimientos, acueductos o
les del lago deTexcoco y los pueblos de algún indicio de planeación: la fron­
San Luis Huexotla y San Bernardino tera borra de sí todas estas eviden­
se extiende hoy como un terreno bal­ cias. En la prensa se encuentran algu­
dío de varias hectáreas, cubierto úni­ nas crónicas del fin de estas construc­
camente por la sal que emana de la ciones hechas escombros como si
tierra, por algunas áreas cubiertas de fueran relatos de una tierra lejana, a
pasto y por montones de escombros pesar de estar geográficamente pró­
desperdigados a lo largo y ancho del xima a la realidad de la ciudad. El
terreno. Varias hectáreas se mantie­ predio Hidalgo y Carrizo, zona de
nen libres de ocupación, expectan­ frontera que triangula estos pueblos
tes, irresueltas, como si no le perte­ con los terrenos del lago de Texcoco,
necieran a ninguno de los territorios fue transformado de comuna a bal­
que las reclaman. En las zonas limí­ dío el 25 de Abril de 2012 tras ser
trofes como ésta, así como en la fron­ escriturado al gobierno federal por
tera que separa a México de Estados unos ejidatarios de Chimalhuacán.
Unidos, existe siempre una franja Mil noventa y ocho familias habi­
de tierra vacía que borra de sí la evi­ tantes de este predio fueron des­
dencia del paso de los hombres. Los alojadas. La policía sacó a la gente
escombros, esos pedazos aislados, sin de sus hogares; luego las máquinas de
valor y sin contexto, son los testigos construcción pasaron frente a cada
de la vida humana ya borrada; son lo casa. Tras golpear las Bichadas éstas
único que se resiste a ser devorado en se iban desplomando. Las familias,
ese devenir-frontera. expectantes, yacían a un lado con sus
cosas apiladas en un único montón,
Durante las dos primeras décadas y con los celulares en la mano graba­
del siglo xxi, la franja suroriental del ban videos de la escena de desalojo.
lago de Texcoco se ha movido entre A través de estos videos he podido
la apropiación y expropiación, entre establecer una débil conexión entre
construcciones y desalojos, entre la humanos y tierra que la misma fron­
delimitación y la apertura. Durante tera, ahora cercada, se ha encargado
este periodo se construyeron vivien­ de borrar.

ios
Un fragmento de inodoro de marca violencia del desplome, la estructura
American Standard hace parte de un desmoronada de la vivienda, y con
conjunto de escombros que se infiere ella, el modo de vivir. Nos informan
como una de las casas construidas también sobre las circunstancias que
sobre el predio Hidalgo y Carrizo. llevan a alguien a cargar algo y a dejar
En el departamento que ahora rento algo atrás. Nos muestran también
en Ciudad de México hay un ino­ algo en nosotros: el escombro en
doro de la misma marca; lo he visto potencia de nuestros objetos, la fra­
también en muchas otras viviendas gilidad en potencia de nuestras vidas.
de esta ciudad. Los escombros como
éste, de un modo totalmente distinto &
del que opera en los videos, conectan
a la zona de frontera con su historia Estado de México
de ocupación, así como también con
nuestras historias. Los videos nos México está formado por una reu­
muestran el acontecer del desalojo nión de estados con la relativa auto­
desde el punto de vista del habitante, nomía que provee un gobierno fede­
y en ello tienen mucho poder y elo­ ral. Cada estado tiene su constitu­
cuencia documental. Los escombros ción y su propia jurisdicción. El
guardan otro poder y otra elocuen­ mapa político del país representa a los
cia: nos muestran el punto de vista estados como zonas claramente deli­
de los objetos y de las casas caídas. mitadas. En el centro de esta nación
Digo “punto de vista” porque los hay, sin embargo, una excepción a
objetos no son depositarios de nues­ esta organizada geografía política: un
tras experiencias: más bien ellos nos estado se encuentra incrustado en el
determinan. Los escombros sobrevi­ corazón de otro como una especie de
ven el desalojo y nos revelan el antes, mancha. El estado de México, que
el durante y el después. Están mar­ lleva el nombre del país que lo con­
cados por el uso de los colonos des­ tiene, tiene en su centro a otro estado:
plazados, tanto como están marca­ Ciudad de México, la ciudad-estado,
dos por la urgencia de la destruc­ la megalopolis, la capital. Visto desde
ción, el abandono y la desolación de la ciudad, el estado de México se per­
la zona de frontera. Sus grietas reve­ cibe como un anillo que la rodea, un
lan el punto exacto de la ruptura, la cinturón, una especie de margen. La

106
capital, creciendo a un ritmo expo­ de México: Ecatepec y Ciudad Ne-
nencial durante las últimas déca­ zahualcóyotl; esta última, en la época
das, se ha desbordado sobre este cin­ en que el lago de Texcoco era aún
turón, tornándolo denso, sobrepo­ un cuerpo de agua, era la parte más
blado, urbanizado a la fuerza por las honda de su cuenca. Al desaparecer
demandas de una población impara­ el agua y descubrir la tierra del fondo
blemente creciente. En ello, las zonas lacustre, la zona fue velozmente inva­
fronterizas entre ciudad y estado se dida por urbanizaciones irregulares,
han vuelto indistinguibles y confu­ acumulándose las unas junto a las
sas, especialmente en la explosión otras, unas sobre las otras, hasta for­
que el centro urbano genera hacia mar un barrio entero que ahora pre­
“arriba”, hacia el norte geográfico. siona los bordes de los terrenos inha­
En algunos puntos, llegando a zonas bitados del actual lago de Texcoco.
como Ecatepec o Tlanepantla de Estos dos municipios han sido afec­
Baz, por ejemplo, una calle angosta tados de manera crítica por el cre­
divide — en teoría— a la ciudad del cimiento desbordado de la ciudad,
estado, aunque en la práctica sean hasta lograr tener las más grandes
ambos parte de un mismo vecinda­ concentraciones demográficas de la
rio, de un mismo sistema. Los habi­ región: dos municipios, sumando
tantes de uno y otro lado cruzan casi tres millones de habitantes de
constantemente la calle y expanden ciudad, localizados fuera de sus lími­
sus modos de vida en ambas direc­ tes, junto a más de 8.000 hectáreas
ciones; la ciudad extiende sus líneas protegidas celosamente de toda ten­
de metro hasta entrar en los terre­ tativa de urbanización.
nos del estado, mientras los habitan­
tes del estado se desplazan todo el Al oriente del lago de Texcoco, el
tiempo en sus vagones, atravesando estado de México se extiende unos
la ciudad, haciéndola suya. kilómetros hacia afuera del círculo
de asfixia de la ciudad, donde el ras­
En la frontera nororiental de estas tro metropolitano llega a disiparse;
dos zonas concéntricas se localiza el se empieza a divisar en el horizonte
actual lago de Texcoco; al occidente un borde exterior que toca el terreno
de sus linderos se extienden las zonas de otros estados: Hidalgo, Tlaxcala,
más densamente pobladas del estado Puebla. Saliendo de la ciudad hacia

107
este borde exterior, cruzando Jos
terrenos del lago de Texcoco, la
tierra se despeja, divisándose otra tie­
rra, diferente de esa ciudad expan­
dida; al llegar a la entrada de la ciu­
dad de Texcoco, luego de atra­
vesar la antigua cuenca del lago,
aparece la otra cara del estado de
México: ciudades pequeñas, vida de
campo, aire más limpio y más
seco; montañas, planicies y ejidos,
esas viejas particiones de la tierra
cultivada.

108
F

Fraccionam iento El Caracol, un círculo perfecto de tie­


rra que fue usado como evaporador
Al oriente de los terrenos del lago para la extracción de sal y sosa cáus­
de Texcoco se encuentra el predio El tica por una empresa ya desapare­
Salado, terreno de un par de kilóme­ cida, y que aún se ve como un punto
tros cuadrados de área. Hacia 2002 redondo y azul en medio de un mapa
este predio tenía el aspecto que lleno de líneas irregulares y discon­
ahora guardan los antiguos terrenos tinuas, limitando también al none
ejidales de la zona sur del lago de con Ecatepec. Al sur se abre a la vista
Texcoco: un terreno árido que acu­ la inmensa explanada del antiguo
muló los restos de casas rápidamente lago de Texcoco, hasta hace poco una
construidas y abruptamente des­ llanura de pasto y porciones deserti­
truidas, en el que no se veían indi­ ficadas en tiempos de estiaje, e inun­
cios de infraestructura que permitie­ dada en tiempos de lluvia. El predio,
ran a estas casas funcionar, comuni­ un triángulo en medio de estos tres
carse o delimitarse. De manera simi­ territorios, se funde a veces entre sus
lar a lo que se ha convertido hoy el fronteras movedizas.
predio Hidalgo y Carrizo en la zona
suroccidental del lago de Texcoco, El Entre 1997 y 2002 este predio se
Salado fue un terreno precariamente constituyó como el antecedente de
urbanizado que daba la apariencia un modo de fraccionamiento de la
de estar entre disponible y resguar­ tierra que se expandiría en las décadas
dado, entre abandonado y saqueado. siguientes a muchos terrenos comu­
Este predio limita al occidente con nales de la zona. En él, centenares

109
de familias habían logrado cons­ federales del lago de Texcoco tendie­
truir, con gran dificultad, cuatro ron también, sigilosamente, a expan­
paredes y un techo sobre sus cabe­ dirse y absorber a los ejidos desde los
zas. Entretanto, esa explanada que años 90, en el marco del gran pro­
se abría aún inhabitada al sur de sus yecto de recuperación de la cuenca.
linderos empezaba a ser visualizada El aeropuerto, la ciudad y el Estado,
como el campo de aterrizaje de futu­ tres agentes conformados a su vez
ros aviones, centros de comercio y por individuos intercambiables, pre­
urbanizaciones. Hacia 2001 Vicente sionaron cada uno sobre las diferen­
Fox, entonces presidente de México, tes aristas del pequeño terreno. El
abrió su agenda a un aeropuerto Salado fue dividido en parcelas ven­
que lograría cristalizarse más de diez didas una y otra vez, avaladas y reva­
años después. En esa época, el levan­ luadas, revendidas y traspasadas en
tamiento de movimientos sociales una serie de transacciones en las que
generó controversias e impactos me­ se esfumaba la certeza sobre su pro­
diáticos que sacaron a la luz los pro­ piedad, en las que se confundían los
blemas del proyecto aeroportuario. ejecutores del fraccionamiento como
Al día de hoy, la inevitabilidad de líneas de abstracción de una retícu­
este proyecto y el desgaste de dichos la: el presidente, los concesionarios,
movimientos sociales han disi­ el gobernador del estado, los espe­
pado en gran medida la visibili­ culadores inmobiliarios, el Grupo
dad de sus problemáticas. El creci­ Atlacomulco, el ejército, la policía.
miento de la ciudad resultó en un El terreno mismo desaparecía en
desborde de su población hacia secciones infinitamente reducidas
afuera, hacia el estado de México, mientras las casas, esos frágiles equi­
unido a migraciones provenientes librios de paredes y techos, corrían
del centro y sur del país. Ecatepec, constante peligro de desaparecer del
vecino inmediato de El Salado, mapa ante la densidad de esta nueva
alcanzó en 2015 una población de y cortante cuadrícula. Los habitan­
más de un millón seiscientos mil tes de las casas, como el suelo que
habitantes que, como agua cerca pisaban, empezaron también a ser
del punto de ebullición, anticipaba fraccionados.
en el cambio de siglo su posterior
*
explosión y desborde. Los terrenos

lio
H

Anduvieron kilómetros recopilando


H istoria
información para un estudio sobre
Jeffrey Parsons y Luis Morete, dos los antiguos modos de producción
arqueólogos investigando el pasado de sal —aparentemente abundantes
de la cultura azteca en tiempos ante­ en el perímetro del lago— y reco­
riores a la llegada de los españo­ giendo muestras de insectos que
les al Valle de México, extendie­ pudieran apuntar a la vida que rei­
ron sus estudios fuera del períme­ naba en la cuenca en los siglos ante­
tro de Tenochtitlan hacia la zona riores a la Conquista. En ello encon­
nororiental del lago de Texcoco, traron algunos tepalcates prehispá­
desde los actuales terrenos fede­ nicos, escombros de construccio­
rales protegidos que limitan con nes en piedra y otros objetos, disper­
Chimalhuacán y Texcoco, hasta la sos en diferentes partes de la super­
zona norte que ahora está conce- ficie de tierra, algunos incluso en lo
sionada para la construcción del que pudo ser el fondo del lago. Entre
Nuevo Aeropuerto Internacional los objetos no se formaban acumu­
de la Ciudad de México, limitando laciones numerosas o lo suficiente­
hacia el oriente con Ateneo. Entre mente próximas como para dar indi­
1982 y 1992 recorrieron a pie las cios de ocupaciones permanentes. Al
más de 8.000 hectáreas de terre­ andar a pie por el terreno, Parsons
nos semidesérticos del antiguo lago y Morett podían además tener ellos
—su suelo parcialmente cubierto mismos la experiencia de los despla­
de tequesquite o pasto y sembrado zamientos geográficos que siglos atrás
con algunas especies de coniferas—. realizaban los dueños de los objetos

ni
encontrados, y con ello deducir que fondo de arcillas movedizas no deja­
no existieron colonias o viviendas ron tras ellas signos de arraigo a su
interconectadas. Los objetos domés­ tierra, y por ello los escombros que
ticos parecían ser parte de campa­ dejaron atrás, al igual que los tepal-
mentos temporales, y las herramien­ cates y objetos prehispánicos deja­
tas de trabajo se encontraban en luga­ dos en la misma tierra por sus pre­
res alejados de dichos campamentos, decesores, son pocos y están dema­
impidiendo ubicar signos claros de siado disgregados como para recons­
una relación de copertenencia entre truir a partir de ellos la historia de
ambos sitios. La dispersión y falta de una comunidad.
vínculos con una comunidad identi­
ficada dejó a las reliquias del lago de *
Texcoco encontradas en estas expedi­
ciones sin posibilidad de representa­
ción histórica.
Humano
Ernesto Carrillo ha sido mi guía en
Desde 2012, en la zona suroriental de los recorridos por los terrenos del
los terrenos del lago de Texcoco, en antiguo lago de Texcoco. El se viste
un terreno de 50 hectáreas conocido siempre de jeans, cinturón de cuero
como el predio Hidalgo y Carrizo, y camisas planchadas e impecables,
quedaron depositados montones de rayas azules y blancas. El sol gol­
dispersos de escombros de vivien­ pea fuerte en el día de nuestra pri­
das tras ser desalojadas las fami­ mera visita; en pieles como la mía ese
lias que habitaban en ellas. Al igual sol suele dejar marcas rojas durante
que aquellas encontradas por los días. Un sombrero de cáñamo y ala
arqueólogos una década atrás sobre ancha protege su cabeza; la piel de
la misma tierra salina, dichos escom­ este hombre de edad avanzada y
bros no muestran evidencias de una figura esbelta, guardada por la som­
infraestructura suficiente como para bra, se ve curtida por años de sol
ser consideradas una colonia (cami­ y sequía, morena y gruesa, de otra
nos, acueductos o cimentaciones de raza más fuerte que la mía por su
una vivienda en sentido estricto). Las cercanía al campo y a la montaña.
familias que construyeron sus casas Ernesto lleva recorriendo estas tierras I
en este terreno polvoriento y con desde que eran un desierto sin agua

112
ni pasto, hace más de veinte años. revueltas de Ateneo, cuando Vicente
Es ingeniero agrícola de la vecina Fox era el presidente de México,
Universidad de Chapingo, hecho Ernesto estaba cerca, como un silen­
que trae a la conversación desde que cioso testigo.
aprieto su mano por primera vez,
acompañando esta mención con un Recorremos las planicies del lago de
gesto de orgullo y una amplia son­ Texcoco, cubiertas de pasto y sal,
risa. Cuando lo conocí, habló tam­ atravesadas por caminos de roca vol­
bién de la historia de estas plani­ cánica, en una camioneta blanca
cies desde los tiempos de sus ances­ de llantas gruesas y platón descu­
tros; habló de Nezahualcóyod, señor bierto con los logotipos oficiales del
de las tierras vecinas al lago, hacién­ gobierno estampados a los lados. Al
dolo como recitando de memoria entrar al lago —un territorio cer­
un relato aprendido hace años, revi­ cado en todos sus bordes y abierto
sitado múltiples veces en el hábito únicamente en dos puntos donde
de asociar unos parajes cambiantes a se levantan sendas rejas que topan
unas palabras inmóviles, de mante­ con la salida a la autopista, prote­
ner intacto en la palabra lo que en la gido por el mismo gobierno que
práctica se resistía siempre a ser dete­ estampa su marca a lado y lado del
nido, controlado. Hace poco más de carro— , los guardas lo saludan y le
veinte años Ernesto trabaja con la abren paso de inmediato al ingeniero
Comisión Nacional del Agua: desde Carrillo: una presencia familiar, un
entonces el lago de Texcoco es exten­ colega, un compañero, acompañado
sión de sus brazos y piernas; es su por una extraña persona de ciudad
proyecto, su hogar desde temprano en el asiento del pasajero.
en la mañana hasta que cae la tarde.
El vio crecer los primeros brotes de Anduvimos un rato hacia el inte­
pasto salado, y ha visto el entusiasmo rior de los terrenos de la antigua
y abandono de muchos proyectos, cuenca, topándonos con las orillas
tras el paso veloz de muchos gobier­ del lago Nabor Carrillo. En sus ori­
nos. Ha sido testigo de la llegada de llas, extrañamente regulares y con­
los peces y de la presencia de venados tinuas, hablamos de Colombia, de
sobre los pastos que sembró con sus México, de su familia, de la mía. Uno
propias manos. Durante las primeras de sus hijos lleva su nombre como

113
un legado adherido a una futura des­ suelo o sepultado por el peso de una
cendencia: Ernesto Carrillo, hijo de tierra nueva.
Ernesto Carrillo. Ingeniero como
su padre, Ernesto, el segundo, se Ernesto pertenece a la tierra del lago
encuentra ahora trabajando para el de Texcoco, al igual que pertenecen
Grupo Aeroportuario de la Ciudad a ella la vegetación que queda en pie,
de México, consorcio que está ocu­ los animales que en ella se ocultan y
pando ahora las dos terceras partes de las ruinas que se han depositado en
losterrenoscuidadosporsupadre, para el curso de más de dos décadas. Él
construir un aeropuerto más grande es una de las muchas formas de vida
para la capital mexicana. Recorremos resiliente que se han adaptado a las
la zona norte del lago de Texcoco condiciones difíciles de la cuenca, y
en la camioneta blanca mientras el sol que resisten en ella hasta ser arran­
se levanta en el cénit y el calor se hace cadas de la tierra misma o hasta que
más intenso. Este cuadrante de tie­ otra tierra, enteramente ajena, caiga
rra será el emplazamiento del futuro encima.
proyecto aeroportuario: miles de hec­
táreas cuidadosamente sembradas &
serán limpiadas por los empleadores
de su hijo, me cuenta Ernesto, para
luego ser cubiertas por capas uni­
formes de tezonde y asfalto. Luego
de decir esto, y haciendo énfasis en
cómo todo lo verde que vemos ahora
desaparecerá las semanas siguientes,
el ingeniero toma un rizoma de pasto
salado de la tierra y me explica el pro­
ceso de siembra de cada espolón, los
tiempos de brote y las mermas que
sufre en las épocas de estiaje: el pasto
crece fuerte pero lento, resistiendo
la hostilidad del suelo, las tormentas
de viento y la ausencia de agua. El
pasto sólo muere si es arrancado del

114
I

Industria llegaron al filo de la medianoche, y


una vez sofocado el incendio, halla­
En diciembre de 2014 la Compañía ron al inmueble inhabitado, intran­
Harinera Nacional aún llevaba a sitado por días o incluso semanas.
cabo sus operaciones en una vieja La planta, el molino y el laboratorio
fabrica ubicada en el barrio San de la fábrica parecían también estar
Simón Tolnáhuac, a un par de calles inermes, salvo por algunas mesas
de la salida del metro Tlatelolco, incineradas y unos afiches colgados
Ciudad de México. A las 23 horas en el muro que mostraban varieda­
del cuatro de diciembre los vecinos des de trigo, mapas de México e imá­
de la harinera empezaron a sen­ genes de la ciudad cuando los ríos
tir que la temperatura se elevaba, al todavía atravesaban a las colonias por
tiempo que humo y destellos de luz el medio. No hubo equipos, no hubo
parecían emanar de la fábrica. En máquinas, no hubo infraestructura
minutos, un vecino capturaba con la para salvar, como si la fábrica hubiera
cámara de su teléfono la impactante sido abandonada a conciencia para
escena de una fábrica incendiada: ser luego quemada.
casi ocupando una manzana a la
redonda, la silueta de la Harinera El caparazón quebradizo de la hari­
Nacional se enmarcaba por altas nera sigue ahí, meses después del
llamas amarillas y por el sonido de incendio, como evidencia de este
estructuras desplomándose, vidrios extraño evento, de este accidente.
estallando y muros quebrándose ante Un vigilante aún hace sus rondas por
la presión del calor. Los bomberos los pasillos y hangares vacíos; pasa el

115
tiempo midiendo el grosor de los Invasora
muros, adivinando en ello la posi­
ble edad de la fábrica al momento de En el área de la Comunidad de
su caída; me cuenta que la harinera Madrid, España, se encuentran al­
puede llevar un siglo estando en pie: gunas plantas invasoras que se han
pudo de hecho estar cumpliendo un vuelto presencias comunes en la flora
siglo exacto de existencia justo antes local. Especies como la mimosa, la
de quemarse. madreselva, el eucalipto, la alcandó-
rea y la lantana, rápidamente se han
Una fabrica como ésta, quemándose naturalizado. Estas plantas pueden
un siglo después de ser construida, se ser pensadas como la contraparte
convierte en símbolo de la historia de vegetal de una serie de migraciones
la industria mexicana: el trigo que tra­ humanas que han sido introduci­
jeron consigo los españoles en el siglo das al continente europeo durante
xvi, y que durante cerca de trescien­ el último cuarto de siglo, muchas de
tos años estuvo unido al campo, a la ellas desde las Américas. Las migra­
vida de la tierra, de los animales y del ciones de plantas y animales, más
agua, a finales del siglo xrx llega a ser antiguas y menos notorias, tienen
materia prima de los primeros moli­ un comportamiento notablemente
nos modernos implementados en distinto del que tienen las migra­
fábricas como ésta. En el curso de tan ciones humanas: dichas poblacio­
sólo un siglo, la fábrica sirvió como nes llegan con la urgencia de pisar
escenario de rápidas transformacio­ un suelo nuevo y posiblemente más
nes infraestructurales, tecnológicas fértil, adaptándose en silencio a las
y operacionales, mutando siempre condiciones de su nuevo ambiente.
de adentro hacia afuera, amplián­ Habitan los intersticios, encuen­
dose progresivamente hasta que sus tran fisuras donde se introducen con
paredes y techos fueron demasiado dificultad, y están a veces sometidas
pequeños para contenerla. al modo de vida que proponen las
poblaciones nativas. Las migracio­
* nes humanas en ese sentido suelen
ser sobrevivientes. Las migraciones
de plantas y animales, por el contra­
rio, se apropian del entorno ajeno,

116
modificando velozmente sus patro­
nes de crecimiento de acuerdo a las
condiciones del suelo, usando a su
favor las debilidades de las especies
nativas: se convierten en colonizado­
ras y dueñas del suelo para luego con­
vertirse en depredadoras de las espe­
cies colindantes. En este proceso, las
invasoras vegetales tienen la capaci­
dad de alterar el equilibrio del ecosis­
tema en el cual se insertan, volvién­
dolo a veces árido y hostil para sus
habitantes anteriores.

&

117
I:
1
t

a
'I
L
i

quedarán sepultados como cadáve­


Liebre
res anónimos; en el acelerado cam­
Los biólogos consultores del Gru­ bio de las capas de tierra que trae la
po Aeroportuario de la Ciudad de construcción consigo, ya serán vir­
México, vestidos con chalecos re­ tualmente fósiles para la fecha de j
flejantes y jeans, agarraron una lie­ apertura del aeropuerto. El nombre
bre entre los matorrales de la futu­ científico del animal es Lepus cali-
ra pista tres del Nuevo Aeropuerto fornicus. Su nombre común es liebre
Internacional de la Ciudad de Mé­ cola negra. Aunque aún cabía entre
xico, en un punto remoto al norte del las manos de una bióloga con cha­
antiguo lago de Texcoco. Ellos han leco, estaba hecha una bola de pelos
sido contratados por los constructo­ grises y marrón, con sus orejas aga­
res para minimizar la cantidad de ani­ chadas y sus patas retraídas hacia
males y plantas abatidas por las apla­ el cuerpo; era una liebre grande,
nadoras, las capas de tezontle com­ robusta, que si estuviera corriendo o
pactado, y finalmente por el asfalto saltando a plenitud, se estiraría de las
que formará el sustrato para sopor­ pezuñas hasta la punta de sus orejas
tar el aterrizaje de numerosos avio­ hasta medir al menos medio metro.
nes. En esta búsqueda, más simbó­ La llevaron más allá de la autopista
lica que efectiva dada la extensión del Peñón-Texcoco, a las orillas del lago
terreno y el tiempo que queda antes Nabor Carrillo, en la última comu­
de que los cronogramas se impongan nidad de microorganismos, plantas,
sobre la agenda de impacto ambien­ animales y cuerpos de agua que aún
tal, muchos animales pequeños permanece en esta zona. La mujer

119
la sostenía con firmeza, una mano Límite
sobre el tórax, la otra sobre las patas
traseras; la liebre temblaba, sus ore­ La cuenca del lago de Texcoco tiene
jas agachadas y su mirada alerta; los como una de sus capas geológicas
ojos, inquietos y dilatados, abier­ más sometas un lodo blando, resba­
tos como esferas negras, buscaban ladizo y de comportamiento volá­
algún punto familiar donde posar til: ante pequeños cambios de pre­
la mirada, alguna referencia que cal­ sión de las capas inferiores, o tras
mara el ritmo de sus latidos ante la un leve desplazamiento de las placas
presión de la mano sobre las costillas, tectónicas que lo sostienen, la tie­
ante la inquietante presencia de los rra lodosa se hunde en un lado de
humanos, sus voces, sus carros, sus la cuenca para levantar una protu­
cámaras. Atrapada entre unas manos berancia de igual magnitud en otro
blandas pero firmes, no se movía. lado. El lago, durante miles de años
Esta no era su casa; este lugar no que anteceden la llegada de Hernán
era para ella un lugar familiar, aun­ Cortés al Puente de los Bergantines,
que la vegetación espesa se pareciera fue cambiando de forma constan­
a aquella que conocía, y aunque ese temente por la condición maleable
espejo de agua salada se pareciera a de su suelo arcilloso, así como por
un lago. No era su casa, todavía, aun­ el clima de la región, que hacía que
que en estas orillas los patos migren las aguas descendieran en tiempos
aún cada invierno y otras liebres se de duras sequías y calor para luego
oculten entre las capas verdes y ama­ reinundarse y conectarse con los cua­
rillas de pasto salado. Una cámara, tro lagos cercanos, formando con
fija sobre los ojos del animal, regis­ ellos un único e inmenso contorno.
traba su respiración agitada y el des­ Mientras hubo agua en la cuenca,
concierto en su mirada. En un movi­ la orilla nunca estuvo en el mismo
miento rápido, la bióloga abrió el lugar. Gabriel Espinosa (quien ha
abrazo de sus manos, y la liebre saltó estudiado el sistema social y biológico
como un proyectil en el aire, para del lago de Texcoco durante el apo­
caer entre el pasto, y en cuestión de geo de la cultura mexica) me ha con­
segundos, perderse de vista. fesado que los mapas más fidedignos
usados en su estudio no son aquellos
* elaborados por topógrafos, quienes

120
dibujan el contorno de un cuerpo de dero, San Salvador Ateneo y San
agua tan grande como la ciudad que Miguel Tocuila han habitado un
existe hoy, usando como referencia el límite borroso al oriente del actual
estado actual del terreno. Los mejo­ lago de Texcoco, un terreno movido
res mapas, para Gabriel, son aquellos por fuerzas políticas y económicas
que pueden trabajar de acuerdo con que, como las placas tectónicas y las
la irregularidad del suelo, mirando presiones del subsuelo, modifican
cómo en sus diferentes accidentes se la morfología de la tierra. Algunas
inscriben signos de vidas pasadas: si comunidades crecen y decrecen a
hiciéramos un corte transversal en la su ritmo, dan forma a la tierra y se
tierra, los microorganismos y plantas expanden en ella.
devenidos fósil, distribuidos en una
onda vertical de tierras removidas, Sin embargo, la progresiva fuerza
nos ayudarían a imaginar una orilla de urbanización de otras comu­
cambiante y oscilante para el lago, nidades expande la frontera occi­
que no corresponde con la homogé­ dente del lago al ritmo de las lógi­
nea horizontalidad de una superficie cas de propiedad privada que dan
de agua. uso y sentido a la tenencia de la tie­
rra en las ciudades modernas. Con
El lago, aún hoy cuando el agua ha ello, las fronteras fluctúan a partir de
dejado de ser su principal elemento, fraccionamietos de la tierra traza­
sigue teniendo una orilla difícil de tra­ dos en retículas, de acuerdo con
zar. Desde el decreto de constitución movimientos de especulación so­
de los terrenos federales del lago de bre el valor de porciones de suelo
Texcoco, emitido por Luis Echeverría expropiadas una hectárea aquí, y
en 1971, la frontera oriente empezó readjudicadas una hectárea allá. La
a fluctuar de un modo análogo a línea divisoria que se estableció en un
como sucede con la arcilla que está mapa arbitrario en 1971, tal y como
justo bajo la tierra. Las comunida­ sucede con las reconstrucciones geo-
des de Santa Isabel Ixtapan, San morfológicas que imaginan al lago
Luis Huexotla, Santa María Chi- de Texcoco hacia los años 1500, no
malhuacán, San Bernardino, San Fe­ dan cuenta de estas variaciones suti­
lipe, Santa Cruz de Abajo, San Cris­ les y veloces que mueven el contorno
tóbal Nexquipayac, Francisco I. Ma­ del lago año a año, en un ritmo cada

121
vez más acelerado, menos acorde a se sume en su centro con el peso del
las oscilaciones del propio suelo, y concreto y de la piedra, asentán­
que se anticipa más violentamente dose sobre el fondo de un lago dese­
fluctuante en la próxima década. 1 cado: un suelo de lodo, algas, agua,
sal y microorganismos sedimenta­
* dos durante milenios. En 1957, un
sismo reveló cómo este suelo lodoso
de la Ciudad de México amplifica­
Lodo ba las ondas vibratorias generadas por
Un sismo es en cierto modo una las dos placas tectónicas. El ingeniero
danza entre dos placas tectónicas. Nabor Carrillo, artífice del lago en el
La una se mueve hacia la otra y es­ nororiente del estado de México que
ta última se retrae animada por el ahora lleva su nombre, hizo este des­
impulso de la placa opuesta. Se aco­ cubrimiento estudiando las caracte­
modan la una bajo la otra, la una al rísticas volátiles del subsuelo de la
lado de la otra, y mientras éstas se aco­ ciudad en los años cuarenta; el sismo
modan, liberan energía hacia arriba, fue su comprobación empírica más
animando todo aquello que sostie­ radical. Esta capa de tierra blanda
nen, moviendo la tierra en tremores y resbaladiza se desplaza de modo
o vaivenes. Bajo el Valle de México, drástico ante el menor movimiento
las placas de Cocos y Norteamérica de los estratos inferiores, ante el
han estado desde hace miles de más sutil cambio de presión o la más
años en la tensión que antecede a mínima fuga de agua. Al igual que
la danza. De cuando en cuando se una banda elástica, los movimientos
provocan la una a la otra y se mue­ de tierra la estiran; todo aquello que
ven sutilmente, cambiando en ello, se haya construido encima se moverá
lentamente, la configuración del hasta sus cimientos. Ninguna otra
tablero que se levanta sobre la super­ ciudad experimenta los sismos como
ficie de esta tierra: volcanes, valles, la Ciudad de México: en ella se siente
ríos, lagos, montañas y más recien­ como si el baile de las placas ocu­
temente una ciudad que se sostiene rriera sobre una cama de agua.
como una maqueta de cartón bam­
boleándose entre dos mesas desnive­ En el sismo del 57 algunos edifi­
ladas. Esta maqueta a escala humana cios se movieron hasta fracturarse

122
porque sus estructuras no sólo se una danza más lenta y sutil que aque-
pusieron a prueba en el espacio sino lia de las placas de tierra sólida,
también en el tiempo. El movimien­
to amplificado por los suelos lodo- ^
sos de la ciudad produjo un bam­
boleo de los edificios más altos que
fue en aumento, haciendo bailar al
Ángel de la Independencia en lo alto
de su columna hasta que éste cae al
suelo, derrotado por la insistencia de
las ondas sísmicas. Veintisiete años
después, en 1985, la danza entre
Cocos y Norteamérica ocurrió con
más fuerza, durando cuatro minu­
tos. La trama de la ciudad ya era más
densa, alta y pesada, pero no mucho
más flexible. Cientos de edificios que
sumaban alturas de más de nueve
pisos se desplomaron en segundos
como cajas de cartón apuntaladas,
para luego desmoronarse en escom­
bros pequeños de unos cuantos cen­
tímetros. Debajo de los escombros
los lodos seguían moviéndose. La
estabilidad de la ciudad dependía
(y sigue dependiendo) de la quietud
de un suelo de arcilla que no cesa de
moverse, animado por las fuerzas de
los sismos que suben desde lo pro­
fundo, por el peso de los asentamien­
tos humanos que intentan anclarse a
él. Los lodos que soportan a la ciudad
se extienden hacia la antigua cuenca
vacía del lago deTexcoco, ejecutando

123
J
M

Mapa pesadez de la contaminación dismi­


nuye y el aire se seca notablemente
Los terrenos de la reserva ecológica mientras empieza a emitir un fuerte
del lago de Texcoco se encuentran olor a sal.
justo después de la línea que separa
a la Ciudad de México del estado En estas tres fronteras se actualiza
de México, hacia el nororiente. Al una abstracción, una virtualidad. El
cruzar esta línea divisoria se cruzan trazado propuesto por la propia tie­
varias fronteras a la vez. Se transita rra se altera a través de las urbani­
por una división política entre ciu­ zaciones, las calles, los acueductos y
dad y no-ciudad, en la cual todos redes de energía; se altera el suelo de
los rastros de urbanización desapare­ un lado de la línea al ser desprovisto
cen abruptamente. Se atraviesa tam­ de su agua, al ser teñido y cubierto
bién una división geográfica entre con capas de asfalto. En el otro lado,
ciudad y campo: un campo salino el suelo se desertifica, revelando una
de vegetación escasa, un terreno nueva capa de arena y sal. La fron­
plano y abierto, ajeno a la topogra­ tera empieza a concretarse también a
fía intrincada y hundida de Ciudad partir de expulsiones mutuas. Desde
de México. También se traspasa una ambos lados de la división se arro­
división climática, que es tal vez la jan separadores físicos: avenidas,
que más sorprende porque se siente bardas, casetas de cobro que sirven
en el cuerpo: al pasar la línea entre como formas construidas de mutuo
ciudad y estado la temperatura se rechazo. Ocurre también la expul­
eleva dos grados centígrados, la sión de lo que es útil y estorboso para

125
cada lado, siendo arrojado al lado a una geografía distinta. Cada lado
contrario: de un lado la basura y las deviene un lugar diferente del otro,
aguas negras: del otro lado las urba­ establecido en sus propios términos.
nizaciones y los humanos. A lo largo Una línea imaginaria, que se traza
de las décadas, las divisiones políti­ arbitrariamente sobre el mapa,
cas, impuestas como líneas arbitra­ deviene territorio.
rias sobre un trazado de papel, devie­
«*>
nen divisiones geográficas.

Las mutuas expulsiones empiezan


a moldear el terreno: visto desde el
Mercancía
aire, si se mira hacia abajo, se pue­ El supermercado Soriana Hiper
den distinguir dos planos de color, Tacubaya tiene el tamaño de un
claros y contrastantes. La tierra cam­ hangar: si estuviera vacío, en su
bia tanto de un lado de la línea interior se podría estacionar un avión
como del otro, y al cambiar la tie­ de pasajeros como el Airbus A318
rra, cambia el cielo: las corrientes de o el Boeing 737. Imaginemos este
viento, las precipitaciones, la densi­ avión aterrizar en medio del Circuito
dad misma del aire empieza a ser dis­ Bicentenario, tocando tierra en el
tinta en ambos lados de la línea. Un punto en el que termina el bosque de
clima nuevo se produce a cada lado, Chapultepec para luego dar la vuelta
envolviendo de un modo distinto e incrustarse en este edificio mons­
todo lo que está debajo: los ani­ truoso en la colonia San Miguel.
males, las plantas, los minera­ Antes de aterrizar la aeronave, el edi­
les y los humanos deben cambiar ficio estaría totalmente abierto en su
bajo el nuevo clima, deben adap­ cara frontal, su interior estaría des­
tarse y transformarse en él. Se pro­ ocupado excepto por algunos tubos
ducen nuevas poblaciones, gene­ fluorescentes arrojando luces tenues
rando cada una sus propios códigos, e intermitentes en todas direcciones.
sus propios comportamientos y sus Es difícil imaginar la irrupción de un
propias maneras de agruparse. Del avión en medio de un centro de trá­
lado contrario las dinámicas de vida fico vial y humano como aquel que
empiezan a parecer extrañas, leja­ rodea a este supermercado; es más
nas, ajenas, como si pertenecieran difícil aún imaginar un supermercado

126
vacío, cuando su razón de ser es el inclinado este último hacia abajo
exceso, el sobreestímulo: toneladas para mostrarnos la cara oculta de los
de productos que se apilan en to­ vegetales, para multiplicar su abun­
rres de hasta tres metros de altura, que dancia engañando nuestra percep­
se extienden en filas interminables de ción. Verdolagas, espinacas, apio,
variaciones, el mismo producto repe­ cilantro, lechugas en diferentes va­
tido en diferentes tamaños, colores y riaciones se amontonan en cajas de
formas; olores que se filtran por las madera, sus hojas sobresaliendo
tapas de todos los envases, por las de ellas a la manera de arreglos flo­
aberturas de las bolsas plásticas o las rales con múltiples matices de verde.
rendijas de los mostradores de pes­ Las mismas hojas se organizan en
cados, quesos y carnes; sonidos que un anaquel justo al lado, junto a las
descienden de las bocinas suspendi­ fresas, frambuesas y tomates cherry.
das de las vigas estructurales, emiti­ Estas hojas, antes sueltas y de cierto
dos por las pantallas planas y los equi­ modo “silvestres”, se organizan aquí
pos de audio, ascendiendo desde las en porciones lavadas, desinfectadas,
ruedas oxidadas de los carros de mer­ medidas y pesadas; se empacan en
cado intentando desplazarse sobre el pequeñas cajas de plástico translú­
piso. El supermercado es el lugar en cido con algunos huecos a los lados
el que se reúne un conjunto impro­ para que ingrese en ellos el aire; se
bable de cosas, estando todas siem­ exhiben con etiquetas que indican
pre disponibles: los cambios de esta­ el nombre del producto, el cual ya
ción, la escasez, la sequía, las huelgas se muestra a través de la minúscula
o el desabastecimiento no afectan el vitrina del contenedor, en un ejerci­
flujo de mercancías ni dejan huecos cio de condescendencia con el com­
en los anaqueles. prador quien (se asume) no reco­
noce aquello que crece en la tierra si
La sección de frutas y verduras de no hay un signo, una cuantía que lo
este Soriana siempre está vibrante acompañe.
de colores y olores de productos
frescos, puestos ahí por manos invi­ Las verdolagas crecen lejos del super­
sibles. Las hojas de algunas plan­ mercado, cosechándose al comienzo
tas comestibles se duplican en un del año en las tierras fértiles del
espejo que se suspende del anaquel, estado de México. En el municipio

127
mexiquense de Ateneo existen unas En las inmediaciones de la sección
parcelas ejidales sembradas con es­ de frutas y verduras están los licores,
tas plantas comestibles, lo suficien­ arreglos de botellas de vidrio transpa­
temente extensas como para ali­ rente y verde; los quesos empacados,
mentar a un número de familias de bloques homogéneos de tonos blan­
esta región. Las plantas son cuida­ cos y amarillos; las camisas dispues­
das por un grupo de habitantes de tas en ganchos junto a las medias y la
San Salvador Ateneo de modo cons­ ropa interior; las vajillas de plástico,
tante, evitando esparcir pesticidas vidrio y cerámica junto a los cubier­
sobre éstas, esperando a que crez­ tos, vasos y tazas; la comida enlatada
can y se hagan fuertes para permi­ ocupando una fila entera de más de
tir ser removidas de la tierra sin afec­ diez metros, cilindros de metal del
tar al suelo o a las plantas vecinas aún mismo tamaño con contenidos dife­
pequeñas. Las plantas dependen de rentes; los embutidos junto a las car­
cierta manera de los cuidados de la nes empacadas en vinilo, organi­
mano humana, aunque en mayor zadas éstas en paquetes de rojos y
medida de los elementos no huma­ rosa comprimidos por una película
nos que las afectan: el clima debe ser de plástico; los televisores en filas y
estable, el suelo debe estar firme y a columnas, todos encendidos en el
la vez húmedo, el agua debe fluir en mismo canal; las cafeteras, licuado-
cantidades regulares sobre las hojas ras y planchas a un lado, todas con
y hacia las raíces. Sus hojas reflejan su cable enrollado como una cola de
un cierto balance entre tierra, agua y animal; los panes organizados como
aire, siendo el resultado de una rela­ ladrillos de masa de harina formando
ción específica entre estos elementos. un muro que se alza sobre las cabe­
zas de los compradores. Todos estos
Empacadas en su contenedor de objetos provienen de equilibrios o
plástico, las hojas de verdolaga que se desequilibrios específicos, de lugares
encuentran en un anaquel del super­ diferentes, de procesos de produc­
mercado Soriana Hiper Tacubaya ción distintos aunque irrelevantes
han sido transformadas de planta a al momento de comprar. Todas las
mercancía. La transformación “alquí- cosas se encuentran en este hangar
mica” de sus hojas y ramas se ha con­ como lo mismo, como variaciones
sumado en el anaquel, ese espacio de de la misma mercancía que asume
acumulación indiferente de objetos. su forma según la demanda, siempre
128
llenando el supermercado hasta su hormigueo de personas que, como
último resquicio. espuma, emergen de los vagones al
detenerse, siendo expulsadas hacia
* arriba y hacia afuera: más cerca de
la superficie, pasando de una línea a
Metro otra, subiendo de un estrato mineral
a otro. La línea nueve nace ahí y, bajo
La línea siete del metro es la más tierra, atraviesa la ciudad de occi­
profunda de toda la red de trans­ dente a oriente, cortando con la velo­
porte subterráneo de la Ciudad de cidad de un tren en movimiento los
México: para tomar los trenes en lodos lacustres que se han asentado
dirección a Barranca del Muerto o a sobre estratos más duros. Al oriente,
El Rosario, se deben bajar tres nive­ cuando acaba la línea nueve, los vago­
les de escaleras, cada uno sumando nes se detienen cerca al actual aero­
la altura de tres sótanos superpues­ puerto, en Pantitlán. Ahí, los pasa­
tos. La temperatura se eleva a medida jeros emergen del lodo de la anti­
que los cuerpos de todos los pasaje­ gua cuenca de Texcoco para abordar
ros se internan en los túneles, atra­ buses que esperan, con sus motores
vesando estratos geológicos cada vez encendidos, a la salida de esa estación
más profundos. La plataforma — del metro. Muchos pasajeros subte­
donde se detiene el tren y se agolpan rráneos siguen entonces su camino
los transeúntes en sus bordes, inten­ por encima de las capas arcillosas,
tando subir al carro en empujones sobre asfalto, hacia varios munici­
de cuerpo con cuerpo— podría estar pios del estado de México.
construida justo debajo de las capas
arcillosas que guardan un acuífero ' *
somero, en medio de las primeras
capas rocosas de esta porción de cor­
teza terrestre. El tren transita enton­ Michoacán
ces bajo tierra, de norte a sur, bajo
los cimientos de las edificaciones de El Museo Animista del Lago de
la parte occidental de la ciudad. En Texcoco abrió las cajas que contienen
Tacubaya, esta línea se intersecta con su colección en noviembre de 2017,
las líneas uno y nueve, detonando un en la ciudad de Morelia, Michoacán.

129
La colección de este museo está for­ represas, tuberías y plantas de tra­
mada por pedazos de roca, plan­ tamiento, abastece de agua michoa-
tas secas, escombros de edificacio­ cana a la capital mexicana, así como al
nes, objetos y herramientas que fue­ adyacente valle de Toluca: esta red se
ron recogidos del suelo lacustre en la extiende desde el municipio michoa-
cuenca central mexicana, ahora se­ cano de Tuxpan, a pocos kilómetros
ca, fragmentada, poblada de estas del lugar que recibe año a año a las
materialidades diversas. Estos obje­ mariposas monarcas, para succionar
tos se desplazarán de ciudad en ciu­ el agua de sus fuentes y conducirla
dad en años posteriores, de sala en hasta los grifos de edificios, comer­
sala, de público en público, viajando cios e industrias capitalinas.
en cajas que se mueven mientras el
camión que las contiene transita por Las mariposas monarcas habitan los
carreteras llenas de curvas y acciden­ cerros que comparten los estados de
tes. Los objetos en tránsito se alejan Michoacán y México, en migracio­
unos de otros, se aproximan unos a nes masivas que llegan desde Canadá
otros, chocan entre sí. los otoños e inviernos. Estos ani­
males de alas color naranja y negro
Michoacán, territorio que recibe yacen en árboles que atrapan el agua
por primera vez a esta colección, con sus raíces, troncos y hojas; esta
está llena de lagos que se extienden misma agua se filtra y es condu­
como manchas brillantes de diferen­ cida hasta una represa, para irse a la
tes formas y tamaños. A la vez, esta Ciudad de México a través del sis­
región de México sufre de desabaste­ tema Cutzamala. De modo simi­
cimiento, sequías y procesos extrac­ lar, multitudes de patos canadien­
tivos que disipan sus cuerpos de agua ses hibernan sobre la superficie del
en varias direcciones: hacia arriba, a vaso regulador Nabor Carrillo en los
través del vapor de aire caliente que terrenos del lago de Texcoco cada
asciende al secarse un lago a medida año, formando una cama de plumas
que aumentan las temperaturas de verde y marrón que reposa sobre
la tierra; hacia abajo, en tuberías aguas extranjeras.
que raptan el líquido de un río y lo
dirigen hacia la Ciudad de México. Mientras las piezas del Museo Ani-
El sistema Cutzamala, una red de mista del Lago de Texcoco cruzan

130
la frontera occidental del estado de Las piezas del Museo Animista del
México hacia el estado de Michoa- Lago de Texcoco se agitan en la parte
cán, transitando por una vía ubicada trasera de un camión en movimien­
al norte del lugar donde hibernan las to, transitando la vía que bordea al
monarcas, aparece un lago enorme Cuitzeo: una carretera amplia que
que se abre hasta perderse de vista. intersecta a la ruptura lacustre para
El Cuitzeo, el cuerpo de agua más luego unirse con ella en dirección
grande de esta región, está dividido sur, hacia Morelia. Estas piezas reve­
por una autovía recta que se extiende lan el posible pasado, presente y
de sur a norte, cortando al agua en futuro de esta cuenca michoacana,
dos mitades, separándolas por medio aún perteneciendo a una cuenca di­
de una gruesa capa de asfalto. Este ferente: los objetos del museo ani­
lago escindido se ha ido gradual­ mista hicieron parte de una capa de
mente secando de manera dispa­ materia ajena que se extendió sobre
reja. Desde 2003 las dos mitades del la superficie de un lago desaparecido,
lago existen desniveladas la una res­ un lago que hace más de quinientos
pecto a la otra, convirtiéndose en dos años tenía un tamaño similar al de su
cuerpos distintos aunque incomple­ hermano michoacano, encogiéndose
tos, uno más alto que el otro, uno en los siglos subsecuentes hasta rom­
más seco que el otro, necesitándose perse en múltiples pedazos.
más el uno al otro a medida que se
separan. Mientras la parte orien­
tal cede poco a poco, las aguas de
la parte poniente de este lecho han
Mina
descendido con mayor celeridad
hasta reducirse a una capa delgada Algunos pueblos que aún habitan
de escasos centímetros, más delgada la antigua orilla oriental del lago de
aún cuando las temperaturas se ele­ Texcoco, como aquellos que se ubi­
van, descubriendo áreas enormes de can en las faldas del monte Tláloc,
i
tierra polvorienta que se levanta del consideran al agua como un ele­
suelo en tolvaneras cargadas de resi­ mento que brota de las profundi­
duos: de esta cuenca se elevan partí­ dades de la tierra para luego emer­
culas microscópicas de materia orgá­ ger desde lo alto de los cerros. Los
nica que arrastran por el aire la vida geólogos, por su parte, consideran
cadavérica del agua. que todos los relieves de la corteza

131
terrestre están esculpidos por las tra­ de tezontle. Al pasar, las máqui­
yectorias reiteradas del agua, en sus nas cargadas de esta misma pie­
recorridos de los picos a los valles, dra volcánica hacen temblar la tie­
diseñando en ello múltiples con­ rra y levantan nubes de polvo
tornos y accidentes. Las visión que a ambos lados de la carretera.
se forma en los devenires cotidia­ El polvo, al asentarse, se depositasobre
nos de habitantes que caminan la vegetación que crece como maleza
un cerro y viven en él, así como la a la orilla del camino, para luego
visión del científico que lo observa viajar en trayectorias lentas hacia
todo desde la distancia del estu­ los sembrados, introduciéndose de
dio académico, convergen al reco­ modo indetectable en las casas veci­
nocer la existencia de una colabora­ nas cuando el viento sopla fuerte. El
ción íntima entre tierra y agua. Los suelo de estas casas se cubre enton­
cerros, particularmente aquellos que ces de una capa adicional de partí­
están hechos de estructuras esponjo­ culas provenientes del corazón de
sas como el tezonde, son reservorios un monte minado, quedando adhe­
hinchados de agua que emerge desde ridas también a escobas y traperos:
abajo, alzándose en picos redondea­ los minúsculos puntos de piedra son
dos, para luego brotar desde su parte dispersados en el agua al lavarse estos
más alta. Por la pendiente de una utensilios de limpieza doméstica,
montaña el agua corre sin esfuerzo escurriéndose por las coladeras hacia
hacia abajo, llenando zanjas que la el sistema de drenaje. En ello, otra
misma geografía abre como caminos, relación entre tierra y agua se teje
creando líneas serpenteantes de agua poco a poco, arrastrando a la tierra
que alcanzan las partes bajas y se en partículas a través del cauce del
expanden por los valles con la fuerza agua, mientras este líquido se fuga
que provee la caída. para nunca regresar.

Desde lo alto del cerro de Tezoyuca, El cerro de Tezoyuca ha sido explo­


estado de México, es posible seguir tado como mina desde mediados
el recorrido de camiones de tráfico de la década de 1990 para compac­
pesado transitando día y noche por tar, con piedra volcánica o tezonde
carreteras de múltiples curvas que (así la llamaban los pueblos mexi-
se pierden en caminos cubiertos cas), el suelo de la naciente autopista

132
Peñón-Texcoco. La mina siguió a éste, otros cerros vecinos se han
abriéndose en años subsecuen­ convertido en canteras para extraer
tes, aunque a paso lento, dejando material de relleno: tezontle rojo y
expuesto un yacimiento de roca roja, tepetate blanco hacen ver manchas
como una incisión en la superficie monocromas de tonos que antes
del monte. Desde 2014 una porción no se veían en el paisaje. Millones
de terrenos federales pertenecientes a de metros cúbicos de piedra, antes
la antigua cuenca de Texcoco fueron formando una enorme masa rocosa
cedidos al consorcio constructor del oculta bajo la vegetación de las mon­
Nuevo Aeropuerto Internacional de tañas, ahora se extienden sobre el
la Ciudad de México. Estos terrenos suelo de este antiguo lago del cen­
se extienden por más de 5.000 hec­ tro de México: una enorme alfom­
táreas a pocos kilómetros del cerro bra de piedra roja y polvo. A medida
herido de Tezoyuca. El terreno que que los pedazos de tezonde se asien­
alojará al nuevo aeropuerto, cón­ tan sobre el lecho, acumulándose en
cavo y lodoso, se hunde progresi­ capas que intentan simular la homo­
vamente a medida que los acuíferos geneidad de una planicie, una can­
que están debajo, en el subsuelo del tera de cuarenta metros de profundi­
lecho lacustre, se drenan para abas­ dad se cava en Tezoyuca: las raíces de
tecer de agua a los habitantes de la los árboles quedan expuestas al filo
megalopolis mexicana. Agua y tierra de su abismo, mientras un precipi­
se unen en los cerros, separándose al cio se abre a ras de los muros de varias
llegar a estos terrenos: el suelo cede casas construidas en su cima.
de modos caprichosos tras la fuga Convertido en una mina a cielo a-
del agua, perturbando todo lo que se bierto, expuesto hasta revelar el fondo
erija encima. Las pistas para aviones, desde el cual emergería el agua, el ce­
la terminal, los edificios adyacen­ rro de Tezoyuca no permite ya el
tes que se proyectan en planos idea­ ascenso del líquido al manantial, ni
les necesitan un suelo plano y firme su caída al valle, ni la labor escultó­
donde levantarse. rica del agua sobre la piedra.

El cerro ya abierto en Tezoyuca ha *


empezado a ser minado de modo
acelerado desde entonces. Junto

133
Monumento una maceta. Sobre los muros de la
pequeña plaza se inscriben dos leyen­
El lago de Texcoco se le apareció a das en cursivas de bronce que se leen
Cortés como un enorme mar inte­ a medias debido a que algunas letras
rior; desde la orilla que ahora es sólo han sido arrancadas, probablemente
un punto en una calle transitada de para ser fundidas y vender su peso en
la ciudad de Texcoco, el conquista­ metal. Una dice “Puente de los Ber­
dor vio que la “marea” subía y bajaba gantines, donde Cortés botó las na­
entre lluvias y estiajes, y se sorpren­ ves para la (t)o(ma) (de) (la) (capi­
dió al encontrar que, en su inmensa tal) (a)zteca (en) 1521". La otra es
superficie, la orilla contraria se per­ su contraparte, su némesis, su con-
día de vista, mostrando al lago como trarrelato (y por esto, en mi opinión,
un continuo oceánico de agua que se es el verdadero marcador monu­
perdía en el horizonte. En este lugar mental): “En un atardecer texco-
exacto, al parecer, Cortés descargó cano... se hundió para siempre detrás
las naves deconstruidas que había de las montañas el quinto so(l) (de)
llevado cargando, desarmadas, por (lo)s (me)xi(c)as". Debajo de una de
tierra, para ahí ensamblarlas, poner­ las leyendas hay un grafiti en aero­
las a navegar en las aguas salinas del sol azul con una firma. A unos kiló­
lago y luego conquistar Tenochtitlán metros —lago adentro— , junto a la
con su flota de embarcaciones colo­ puerta de la ciudad que recibe a los
sales. El Monumento al Puente de automóviles con la leyenda “Texcoco
los Bergantines, este punto anónimo es Historia”, yace una réplica del
en la ciudad de Texcoco, señala el bergantín cubierta en todo el con­
borde que tenía el lago hacia 1521, torno de su casco oxidado por inter­
al inicio de la conquista del Valle venciones en aerosol de colores bri­
de México. Este monumento al llantes. El bergantín intervenido, la
día de hoy consta de una columna firma y el robo de las letras mues­
en piedra coronada por un capitel y tran la secularización de los monu­
una placa tallada, ubicada en medio mentos por los usos de un espacio
de una plaza de unos diez metros público, desprovisto ya de referentes
cuadrados de superficie, y enmar­ al pasado, así como por la implosión
cada por tres muros pintados de de una ciudad que se estrella con los
rosa, un par de bancas de parque y terrenos del antiguo lago, que tiene

134
que crecer de afuera para adentro. por el cual entraban todos los camio­
El monumento se encuentra ahora nes a los terrenos federales del lago
en el corazón de una zona urbani­ de Texcoco, entonces semidesérticos
zada, al filo de una calle de alto trá­ y en gran parte baldíos. Ya adentro
fico, con carros estacionados a lado y y repartidas en diferentes direccio­
lado de la calzada. Frente a él hay una nes, las cargas se arrojaban al suelo:
fila de tiendas y viviendas, postes de al caer, dejaban adivinar la forma de
luz y una acera larga y estrecha. Al una columna o de una escalera entre
levantar la mirada hacia el punto en toneladas de pedazos indiferencia­
el que Cortés divisó la inmensidad dos. Entre los escombros también
de ese mar interior de Texcoco, se se asomaban algunos objetos que,
adivina el contorno de una multitud treinta años después, aún se encuen­
de techos, antenas y cables eléctricos tran sobre la superficie salina del
que se balancean entre una y otra lecho del lago: girones de tela, ves­
vivienda. Más atrás, la densidad del tidos, tacones de zapato, fragmentos
aire de la Ciudad de México borra la de platos de cerámica y otros objetos
línea del horizonte. que no es posible identificar hoy, al
encontrarse atrapados entre pedazos
* de muros que los aplastan.

M ovim iento La tierra que ha recibido estos es­


combros en el lecho seco del lago de
En octubre de 1985 varios camiones Texcoco, se hunde gradualmente al
cargados de escombros se dirigieron ser drenada el agua de su manto freá­
a la salida nororiental del Distrito tico; en una contradicción geológica
Federal. Los pedazos de construccio­ que sólo puede ser producto de la
nes destruidas por el sismo que había intervención acelerada de los hom­
sacudido a la ciudad semanas antes, bres sobre la tierra, el agua inunda
se bamboleaban en la parte de atrás parcialmente los terrenos, arrastran­
de estos camiones, desplazándose do consigo las cosas que encuentra a
en tránsito lento desde el edificio su paso: las capas superiores se ero­
Nuevo León de Tlatelolco. Lo que sionan y en ello se abren y agrietan;
es hoy la autopista Peñón-Texcoco los vientos levantan tolvaneras que
era todavía un camino sin tránsito remueven las capas superficiales de

135
polvo y sal. Las cosas que se depo­ de Texcoco. Un lago sobre un lag0-
sitan sobre el suelo se van hun­ el “artificial”, un rectángulo perfec­
diendo también, se van reacomo­ tamente definido; el "natural”, una
dando y desplazando unos centíme­ forma siempre cambiante que tendía
tros, sedimentándose entre las grie­ a desaparecer. En medio del Nabor
tas erosionadas y cubriéndose con Carrillo se levantó una isla, y sobre
tierra. Al no tener la profundidad ella, una cabaña. Junto a la isla, sobre
que sí guardan las tumbas alojando a unas rocas que sobresalían al nivel
los muertos siempre justo debajo de del agua, se estableció una pareja de
las lápidas que los designan, o la flamencos, sobrevivientes de la des­
de las reliquias arqueológicas prote­ aparición del antiguo lago. Sobre la
gidas por el peso de metros de tie­ orilla de este nuevo cuerpo de agua se
rra compactada, estas reliquias-de­ construyó un muelle, esperando ama­
secho, estos escombros expulsados, rrar en él embarcaciones que hicie­
estos pedazos que recuerdan la des­ ran rutas cortas a la isla y traer visi­
trucción y no la gloria de una cul­ tantes, deportistas, biólogos, turistas,
tura, son movidos por los espasmos navegantes. Los tablones y columnas
de la tierra; con ellos se mueven tam­ del muelle se pintaron de azul claro:
bién sus relaciones con los demás la recién nacida Comisión Nacional
escombros, su (siempre inexacta) del Agua acababa de llegar a los
ubicación: se mueve la historia de su terrenos del lago de Texcoco, reem­
encuentro (o desencuentro) con el plazando a la Secretaría de Recursos
lecho del lago de Texcoco. Hidráulicos y a la Comisión del La­
go de Texcoco: estas instituciones,
* desde 1971, definieron las fronteras
territoriales del lago y con ello antici­
Muelle paron su futuro. La Conagua dejaba
su marca en todas las construcciones
El lago Nabor Carrillo, un cuerpo pintándolo todo de azul claro, esta­
de agua construido por humanos bleciendo su diferencia a través de un
con forma de rectángulo perfecto, color institucional.
yace en medio de la enorme exten­
sión de tierra que unas décadas antes Al poco tiempo de ser construido
aún contenía agua del lago natural el muelle, y sin uso alguno, fue de-

136
molido. Con este doble movimiento Museo
de corto aliento se inauguró una lista
de proyectos en esta tierra que en los Existe una colección de materiales
años siguientes tendrían el mismo cuidadosamente seleccionados, reu­
fin: ser construidos para luego ser nidos en diferentes sitios del antiguo
arrasados. lago de Texcoco. En medio de las rui­
nas de múltiples proyectos guberna­
El lago Nabor Carrillo puede ser mentales abandonados durante los
otro receptáculo de este destino; últimos cuarenta años en los terrenos
sigue intacto, aunque cada vez más lacustres encontramos todo tipo de
frágil dentro del mapa ecológico de objetos: pilas de escombros, cimien­
la región: el aeropuerto que ahora se tos de edificaciones, ruinas disgrega­
levanta en el lado norte de la carre­ das de casas derrumbadas, restos de
tera puede ser la próxima autoridad paredes quizás pertenecientes a una
que esparza sus colores en esta por­ bodega sin techar, pozos secos lle­
ción de terreno federal, imponiendo nos de basura, cercas desvencijadas
una nueva lista de proyectos de de un corral vacío, herramientas oxi­
rápida transformación y de un igual­ dadas en desuso, pilares viniéndose
mente rápido devenir-ruina. Este abajo, avisos ilegibles, objetos ocul­
lago es, como el muelle, una cons­ tos entre el pasto, documentos con
trucción rectangular y homogénea, esquinas rotas manchadas por el sol.
siendo igualmente susceptible de ser
destruido. El muelle ha dejado sus Estos y otros materiales fueron halla­
pilares azules sembrados en la ribera, dos en medio de una serie de excava­
testimonios de su existencia y cir­ ciones en las cuales se removieron sal y
cunstancias. ¿Cuál puede ser la ruina restos de tierra adheridos a sus super­
del lago Nabor Carrillo cuando éste ficies, hasta que dichas superficies
desaparezca? empezaron a hacerse reconocibles en
sus diferencias: de su aspecto inicial
de masas sólidas de escombros emer­
gió poco a poco un espectro amplio
de consistencias y texturas: algunos
materiales antiguos que han servido
de sustrato al lago desaparecido de

137
Texcoco, junto a ciertos muros levan­ En las' colecciones de los museos
tados en intentos sucesivos de recu­ modernos de Europa se incluyen ob­
peración de su cuenca; materiales efí­ jetos que pueden parecerse formal­
meros indicando el breve paso de la mente a los materiales reunidos en
vida humana —la basura, los despo­ los terrenos del lago de Texcoco: el
jos animales y vegetales— junto a hueso de un antepasado, un pedazo
estructuras debilitadas de construc­ de cerámica, una espada con el
ciones más recientes. Entre lo mile­ mango doblado, una moneda de
nario y lo nuevo, entre lo estable y bordes irregulares. Estos objetos, al
lo inestable, se encontraron algunas ser coleccionados tras excavaciones y
piedras de tezontle negro y rojo uni­ discernimientos como aquellos efec­
das a pedazos de diferentes fachadas tuados hace poco en las tierras lacus­
pintadas con el azul de la Comisión tres arriba mencionadas, reciben la
Nacional del Agua; se encontraron designación de “reliquias”. Dichas
también pedazos de pasto artificial, reliquias se refieren siempre a la his­
botellas de refresco, fragmentos de toria de un territorio conquistado o
azulejos de casas que ocuparon los conquistador: la conquista en cier­
bordes orientales del lago, algunos tos territorios pudo haber llegado
con patrones estampados y otros como una barbarie aniquiladora,
pintados a mano. También se anexa­ tanto como pudo haberse anclado
ron a la colección algunos pedazos gracias a las sutiles intrusiones de
de madera de diferentes tamaños, una lengua, unas costumbres y unas
sirviendo a veces de vigas y a veces formas de conocer. Algunas nacio­
haciendo parte de algún mobiliario, nes, a través de las colecciones de sus
colindando con muestras de mate­ museos, visibilizan la emancipación
riales de construcción de edificios de un proceso colonial, y en otras,
derrumbados en el sismo de 1985: las usurpadoras, éste se hace mani­
estos últimos fueron dejados sobre fiesto. Algunas colecciones intentan
la tierra para rellenar grandes exten­ mostrar la persistencia de una identi­
siones de terreno hundido. Algunas dad cultural a través de objetos anti­
ramas de formas curiosas se recupe­ quísimos; otras colecciones buscan
raron al lado de huesos de anima­ reconstruir un espectro evolutivo, sus
les, todo ello formando parte inte­ objetos reflejando los gradientes de
gral del paisaje ruinoso de los sitios una progresión histórica lineal. Los
excavados. procedimientos museológicos que

138
definen a este modelo han migrado verdaderas; deberá proyectar reflejos
además a las Américas, instituyendo de múltiples pasados sobre dichos
en el “nuevo” continente una manera objetos, aunque estos reflejos se con­
de elegir, curar, disponer e interpre­ tradigan entre sí.
tar sus ruinas. En todos los casos, las
colecciones museológicas intentan Los materiales reunidos en este anti­
introducir una versión del pasado guo lago forman parte de un con­
en la memoria colectiva, y en ello se tinuo que enlaza los desarrollos,
fijan, se desactivan, se momifican. decesos y resurgimientos de su tie­
rra, agua, plantas, animales, huma­
La colección de materiales del lago nos y empresas de conquista: al estar
desecado de Texcoco comprende un atravesados y de cierto modo cons­
conjunto de pedazos que por defecto tituidos por todos estos elementos,
están fijos en su inercia, desactivados dichos materiales portan señales de
por su aislamiento, momificados por múltiples devenires. En esta medida,
la presencia de la sal. Aquello de lo la colección palpita con los flujos
cual hacen parte nunca llegó a ser o vitales de todas las instancias que han
tuvo una existencia frágil y breve, conformado y deformado la cuenca
permaneciendo en ello desprovistos de Texcoco.
de señales que los puedan vincular Ahora, vamos a abstenernos aún de
a alguna narrativa museológica ins­ llamar “reliquias” a los materiales
tituida. En todo el lago resuena ade­ contenidos en este nuevo museo, ya
más el eco de la desecación como un que por la acción de diferentes fuer­
inmenso proyecto fallido, siendo ésta zas, estos serán animados.
el sustrato de iniciativas subsecuen­
tes que han fallado, una tras otra. Llamémoslo Museo Animista del
Lago de Texcoco.
Un museo que contenga en él esta
colección deberá operar de un modo Los procedimientos museológicos
distinto sobre sus objetos: deberá dar­ articulados a esta colección deberán
les un sentido que nunca tuvieron o dar forma a posibles escenarios en
que tuvieron y en seguida perdieron; los cuales aquello que vive y aque­
deberá construir alrededor de estos llo que muere en el lago de Texcoco
historias posibles que sean verosí­ se muestren indistinguibles entre sí.
miles, aunque no necesariamente
*
139
O ficina ejidos se separan del denso tejido
urbanizado de la Ciudad de México
La carretera Pefión-Texcoco condu­ por medio de los terrenos del lago
ce a la entrada de las oficinas que de Texcoco. Separados por las 8.000
administran los terrenos federales del hectáreas de esta franja de tierra de
lago de Texcoco. Un guarda se ubica suelo inhabitado, sin vías de comu­
tras unas rejas azules; tras las rejas nicación excepto por una ancha
hay un edificio de una sola planta, autopista que se extiende hasta la
amplio, expandiéndose horizontal- entrada de la ciudad de Texcoco, los
mente por el terreno a través de enor­ pobladores de la tierra que colinda
mes espacios interiores vacíos. El con el lago no han seguido el mismo
Centro Mexicano de Capacitación patrón de crecimiento y disgregación
en Agua y Saneamiento, que es el que caracteriza a municipios como
nombre que recibe este edificio, es Ecatepec o Ciudad Nezahualcóyod
también en cierto sentido el cora­ —al menos hasta hoy—. Algunos de
zón de los terrenos federales del lago: estos grupos se llaman a sí mismos
su corazón administrativo, su cora­ “pueblos”: muchos mantienen una
zón político y el único lugar legíti­ relación íntima con la tierra, siendo
mamente ocupado por los huma­ en su mayoría comunidades rurales
nos. En su interior se une un grupo unidas por vínculos de sangre, linaje
de personas que difiere radicalmente o pertenencia. De este modo se esta­
de los demás grupos que ocupan blece una diferencia entre una oficina
las zonas colindantes al oriente de y una comunidad. Las personas lle­
este territorio: los habitantes de los gan a las oficinas del lago de Texcoco

141
de diferentes orígenes, y conviven Orilla
durante horas de sol en silencio, sen­
tadas frente a computadores, sepa­ El lago Nabor Carrillo puede verse
radas por cubículos enmarcados por desde un avión: si se entra en el espa­
ventanas que se abren hacia inmen­ cio aéreo del Estado de México desde
sas planicies de tierra vacía. Se lla­ el oriente, el lago aparece como una
man entre ellos “colegas”, o usan extraña mancha negra y rectangular,
palabras que anteceden los nombres como una represa, como un terri­
e indican jerarquía, como “licen­ torio inexplicablemente despejado,
ciado” o “ingeniero”. Entre uno y cubierto de una sustancia oscura y
otro hay metros de espacio vacío y brillante. Visto desde la altura de un
alfombra impoluta, ocasionalmente avión volando sobre el espacio aéreo
una mampara o una puerta. Las con­ de la Ciudad de México, la perfecta
versaciones ocurren en los pasillos geometría del lago contrasta con la
entre uno y otro momento de aisla­ caótica mancha urbana que comienza
miento, uniéndolos a todos en torno a expandirse unos pocos kilómetros
a una misión y un trabajo: este tra­ al occidente. Los habitantes de la ciu­
bajo no es igual al trabajo de la tie­ dad y sus inmediaciones no visitan el
rra que surge de relaciones de nece­ rectángulo de agua más grande del
sidad, sino que es un trabajo sobre la Valle de México: el Nabor Carrillo
tierra, desde la distancia. Es un tra­ está protegido por barreras que res­
bajo sobre una tierra que, aunque tringen el acceso a extraños, de modo
físicamente presente, se convierte en que sólo biólogos, agrónomos y fun­
el simple sustrato de un edificio: dis­ cionarios federales que trabajan en el
tante, indiferente, objetual. La ofi­ área han conocido esta cuenca orto­
cina, ese espacio físico que alberga a gonal de aguas tratadas.
un grupo de personas compartiendo
una porción importante de sus vidas, Al ver el lago desde la orilla descu­
podría ser cualquier edificio en cual­ bro que, a ras de suelo, su forma rec­
quier otro lugar. tangular se desdibuja, percibiéndose
en cambio como una inmensa elipse,
* curva y continua, que se extiende
hacia el horizonte. Como si fuera
un mar, de sus aguas se desprende un
olor intenso a sal y a algas; sobre su arco invertido en homenaje al artí­
superficie se agitan pequeñas ondas fice del lago (el ingeniero Nabor
de viento; además flotan grupos de Carrillo); también se divisan un
patos que se han familiarizado con embarcadero hecho pedazos, aso­
sus aguas, reposando sobre ellas. mándose en el agua y aferrándose a
Alrededor del lago se construyó un la orilla, una caseta de vigilancia de la
camino de tezontle que en épocas de cual se asoma la gorra de un vigilante
sequía cruje y levanta nubes de polvo vestido con uniforme negro, y unos
al ser pisado y en épocas de lluvia se pilares desnudos y alineados, cubier­
compacta y humedece como el barro. tos por la hierba y parcialmente car­
Las orillas del lago permanecen soli­ comidos por la sal. Estas construccio­
tarias, siendo los patos y otras aves nes están pintadas de un mismo tono
migratorias las únicas presencias ani­ azul claro: este color, un poco más
males que se observan en kilómetros. intenso que aquel de una piscina y
En medio del lago, dos flamencos un poco más claro que aquel del mar,
posados sobre sendas piedras sobre­ brilla desde lejos en disantos puntos
salientes permanecen quietos, como de los márgenes del lago, resaltando
dos esculturas rosadas puestas desde sobre los tonos pardos del paisaje. En
hace veinte años. Casi nadie transita el cuadrante oriental de esta inmensa
por este cinturón de tierra que rodea superficie de agua salada, lago aden­
al lago: a veces un hombre que tra­ tro, hay una isla poblada con vege­
baja en una zona cercana sale a correr tación foránea y frondosa; en medio
por el camino que bordea al agua. de la isla se observa una casa. Una
embarcación amarrada a un madero
Sobre el perímetro del Nabor Carri­ enterrado en la orilla se suspende
llo se adivinan varias construcciones sobre el agua.
en cemento, agrietadas o derrum­
badas durante los treinta años de La isla se ve pequeña desde la ori­
vida del lago: un monumento pare­ lla; los dos flamencos, separados de
cido a las esculturas modernas de la la isla por un par de kilómetros, se
Ruta de la Amistad — colección de pierden como puntos indistinguibles
monumentos que se extiende al sur en la inmensidad de este espejo
del Anillo Periférico en Ciudad de de agua. La orilla del lago Nabor
México— levantándose como un Carrillo, en medio de su ausencia

143
de sonidos humanos y su soledad,
y entre los graznidos de una comu­
nidad creciente de aves, se convierte
en un intersticio: aparece cada vez
menos como el borde de una geo­
metría regular y cada vez más como
el umbral a un planeta sin humanos,
hecho de agua salada, de pájaros de
distintas especies, de construcciones
azules arruinadas por la sal, el agua,
el viento y el abandono.

144
p

Paisaje al tocar tierra y la explosión, lan­


zando una esfera de llamas hacia el
Robert Smithson, artista estadou­ cielo, azul y despejado. Pienso en
nidense y pionero del llamado “arte cómo sería morir en medio de uno
de la tierra” {land art) tenía 35 años de estos parajes, sin vida humana en
cuando murió en un accidente de kilómetros a la redonda: cuando un
avión en 1973. La aeronave cayó avión impacta la tierra, todo se con­
en picada mientras el artista obser­ vierte en materia indiferente, en una
vaba desde el aire a su obra Rampa combustión de pedazos de carne y
de Amarillo en el estado de Texas, metal irrumpiendo en la planicie. El
alzándose encima de un círculo roto encuentro entre un humano y una
de más de cien metros de diámetro, tierra como aquella de Texas se da
en medio de uno de los vastos para­ con la agresividad de un accidente.
jes de América del Norte. Lo ima­
gino ahora precipitándose en una Un paisaje siempre se abre ante la
caída infinita, vertical pero ligera­ mirada desde un único punto de
mente serpenteante, hacia una pla­ fuga, extendiéndose a una distancia
nicie de tierras secas y nubes de polvo abarcable, permitiendo trazar sobre
confundiéndose con las nubes del éste la línea del horizonte. Los pai­
cielo en el horizonte. Imagino el sol sajes se forman para ser enmarcados
ardiendo, rojo y redondo, refleján­ por el ojo humano, para ser poten­
dose en rayos de luz sobre millones cialmente dominados por nuestra
de cristales; luego el estruendo sordo mirada. Por el contrario, las grandes
del avión rompiéndose en pedazos montañas, desiertos, valles e incluso

145
las carreteras infinitas de esta región desértica que borra toda coordenada,
del planeta no se pueden pensar o a veces se convierte en un tejido
como paisaje, porque ya hemos coli­ denso de selva, montaña, capas de
sionado con ellas al intentar domes­ verde y otros colores que se contie­
ticarlas. Las tierras americanas tie­ nen unas dentro de otras y que en
nen un carácter tal que al acercarnos ello escapan del control que ejercería
a ellas, pueden aparecer tan vastas y un horizonte. En los desiertos nor­
abiertas que éstas nos devoran. Es así teamericanos la escala hace del pai­
como entran en una categoría onto- saje una empresa imposible, mien­
lógica diferente a la del paisaje. tras en las selvas y bosques del centro
y sur del continente la flora y fauna
Las planicies de Texas no son un pai­ se multiplican hacia abajo, hacia
saje porque son demasiado extensas, estratos que están siempre ocultos
áridas y desoladas; el desierto del sur a la vista. La perturbación humana
de California, con sus réplicas idén­ en suelo americano se expande en
ticas del árbol de Josué espaciadas un rango infinito de variaciones que
hasta hacernos olvidar cuál de ellas incluye a los primeros asentamientos
indica el norte, tampoco es un pai­ de pueblos agricultores, las embar­
saje como tal; ambas regiones fueron caciones que hace siglos atracaron
además parte de México y parte de desde Europa en sus orillas, las inter­
una América más extensa. El Valle venciones del arte sobre su superficie
de México, parte del mismo conti­ y las empresas extractivas modernas.
nuo de tierra que se extiende desde el Atravesada (a veces violentamente)
norte, no es un paisaje: su cuenca ha por los hombres, la tierra americana
sido intervenida por manos huma­ no se puede ver como una tierra vir­
nas. La cordillera de los Andes, que gen o como un espacio puramente
al recorrerla hacia arriba va cam­ “natural” a contemplar, sino como
biando de vegetación, de clima, de una tierra híbrida entre humana y
olor, hasta que termina siendo otra no humana, entre desafiante y ame­
tierra irreconocible, tampoco es un nazada. Por esto se resiste a ser pai­
paisaje. saje, a ser objeto contemplado.

En América, de norte a sur, la tierra a Smithson dibujó la Espiral Jetty


veces se desborda hacia la inmensidad sobre la orilla del Gran Lago Salado
i
en Utah un año antes de morir. cabañas de madera, también solas y
Constituida por piedras, tierra, y sin ocupar. Todas estas construccio­
vacíos por los cuales se filtra la sal nes forman parte de un proyecto que
del lago, la Espiral puede entenderse se hizo urgente y polémico durante
como una manera de ejemplificar la la presidencia de Felipe Calderón. El
resistencia de la tierra a ser paisaje: Parque Ecológico Lago de Texcoco
la orilla del lago se abre hacia aden­ se propuso de modo paralelo a otro
tro como una explanada de sal y rojo proyecto: México, Ciudad Futura.
sangre; sobre ella se alarga la espi­ Ambos proyectos insistían en la nece­
ral como una forma que pudo haber sidad de recuperar una zona lacustre
sido construida hace miles de años del mayoritariamente seco lago de
o haber surgido del mismo lago en Texcoco, mitigando un inminente
una extraña turbulencia. La espi­ impacto ambiental que la ciudad lle­
ral es y no es parte del lago, es y no vaba décadas resistiendo. Pequeñas
es una construcción humana, sobre­ variaciones diferenciaban a un pro­
sale y a la vez se confunde con la tie­ yecto del otro (las más grandes eran
rra. Abrazando a la Tierra en un cír­ probablemente políticas): propo­
culo que se enrosca sobre sí mismo, nían, cada uno a su manera, un sis­
se extiende más allá de la orilla del tema de lagos e islas interconectadas
Gran Lago Salado como una presen­ que habilitarían las funciones ecoló­
cia híbrida. gicas de un terreno protegido, a la
vez dando lugar a urbanizaciones
uniformes (tal vez de clase media),
así como a diferentes tipos de comer­
Parque cios; estos proyectos instalarían en
su centro, como un eje articulador
En una zona de los terrenos del lago del gran todo, un nuevo aeropuerto.
de Texcoco se encuentra, intacta, Es comprensible que la zona fede­
una cancha de fútbol, cubierta de un ral del lago de Texcoco fuese vista
pasto de color verde intenso hecho como una gran fuente de ganancias
en nylon. La cancha permanece para una firma de arquitectos y para
vacía, uniéndose a otras canchas de sus amigos políticos: un terreno
deportes diversos a través de cami­ vasto y vacío de miles de hectáreas de
nos. Al pie de éstas se encuentran extensión, de posibilidades enormes

147
para las fuerzas urbanizadoras de una Al llegar Enrique Peña Nieto al po­
ciudad que ya no permite más cre­ der el proyecto fue abandonado, que­
cimiento horizontal, y cuyo plan de dando como un parque construido a
ordenamiento se revela cada vez más medias, aislado entre terrenos fede­
caótico y menos funcional. Un pro­ rales: una ruina sin presente, pasado
yecto planteado desde la premisa de o futuro, y en ella, encarnadas, una
un rescate ecológico, además, oculta­ serie de promesas no cumplidas. El
ría bien los intereses privados y par­ nuevo aeropuerto por su parte, de
tidistas bajo la capa del bien común. manera directa y sin rodeos, se abrió
lugar.
México, Ciudad Futura fue la pro­
mesa no cumplida del gobierno de *
Cal-derón. El Parque Ecológico Lago
de Texcoco, por su parte, se abrió Pasto
camino pocos meses antes de termi­
nar su gobierno: en julio de 2008, La fecha de la desecación defini­
dentro de una campaña presidida tiva del lago de Texcoco no apa­
por el propio presidente, se anun­ rece escrita en documentos oficia­
ció en la ciudad de Texcoco, vecina les. Algunos habitantes de la ciudad
inmediata de los terrenos federales, de Texcoco con quienes he logrado
que la construcción del parque sería entrevistarme afirman que, en época
una realidad. Faltaba poco para el de lluvias, en 1970 aún era posible
fin del gobierno de Calderón, y aún navegar en canoa sobre las aguas del
así se comenzaron las licitaciones. lago y llegar al centro del Distrito
Se restauraron en seguida los suelos Federal. Hay sin embargo eviden­
para la construcción de la infraes­ cias que muestran cómo su deserti-
tructura principal; se construyeron ficación ya era inminente a media­
las cabañas, las canchas, los cami­ dos de la década del sesenta. La
nos y se anclaron los postes de luz película Viento negro, estrenada en
al suelo; se levantaron también algu­ 1964, narra la historia de la cons­
nas señales, entre ellas, el mapa del trucción del Ferrocarril Sonora-
parque en colores, muy cerca de la Baja California; en el fondo de algu­
entrada principal. nas escenas se revela un desierto
enorme que en realidad era la zona

148
norte del lago deTexcoco, donde hoy ella y amoldándose a sus raíces, el pH
comienza a construirse un aeropuer­ del suelo se ajusta lentamente a aquel
to nuevo para la ciudad. El lago se requerido por las plantas. Con pro­
convirtió, drástica e irónicamente, greso lento, en el lago de Texcoco el
en un desierto similar al desierto de suelo fue cambiando ante la presen­
Sonora: los vientos levantaban inten­ cia del pasto hasta lograr ser poblado
sas tormentas de arena; la tempera­ enteramente por éste: hectáreas ente­
tura se elevaba en el día para luego ras al interior de la zona federal se
descender en la noche. convirtieron en un nuevo ecosis­
tema de color verde amarillento, hí­
Una transformación igualmente ra­ brido de lago, desierto y pastizal.
dical del paraje comenzó a ocurrir
durante la década del 70: la enton­ *
ces Secretaría de Agricultura y Re­
cursos Hidráulicos conformó la co­ Pato
misión del Lago de Texcoco, ini­
ciando la siembra de una única espe­ La zona que rodea al lago Nabor
cie vegetal sobre un suelo de fertili­ Carrillo, hoy delimitada como reserva
dad improbable. El pasto Distichlis ecológica, está poblada de aves nati­
¡picata crece como un rizoma, arro­ vas todo el año y de aves migrato­
jando desde sí nuevos brotes como rias durante el invierno. Según algu­
líneas de fuga en diferentes direc­ nos expertos en avifauna que han
ciones. De estos pastos pueden o no observado y seguido a los pájaros que
desprenderse otros nuevos, o pueden se posan en los árboles, este punto
extenderse como largos brazos hasta del Valle de México es el lugar más
adherirse a un punto de la tierra. Al importante en el área para las ban­
crecer de forma horizontal, su movi­ dadas que recorren rutas migratorias.
miento por el suelo se parece al de un Miles de estos animales —principal­
reptil: el pasto salado es una planta mente patos como el bocón, la cer­
que tiene algo de animal. ceta de alas azules, la cerceta café, el
pato tepalcate, el golondrino, el chal-
Como una capa vegetal no crece sola, cuán y el pato coacoxtle— se sien­
sino que lo hace en la medida en que tan sobre las aguas de este vaso regu­
el suelo se lo permite, adaptándose a lador en grupos de un par de cientos

149
de animales, flotando sobre ellas, un ámbito público y uno privado.
haciéndolas su casa por unos cuan­ La bandada, por el contrario, forma
tos meses. toda ella un sistema que conoce y
reconoce las rutas migratorias como
Las migraciones son procesos de lar­ si fueran extensiones de los cuerpos
gos desplazamientos por aire, que de los pájaros, continuaciones de sus
implican a veces sobrevolar porcio­ plumas.
nes continuas de océano y tierras
inhabitadas, llevando a cabo largas Para estas migraciones, el punto de
jornadas de vuelo con cortos des­ llegada al Valle de México es un lago
cansos. Grupos de aves llegan cada que no tiene más de 50 años de exis­
año al mismo lugar con la certeza de tencia. En principio y técnicamente,
que al año siguiente van a regresar, el Nabor Carrillo no es siquiera un
“sabiendo” de alguna forma que las lago: es un vaso regulador, una con­
generaciones posteriores de su espe­ cavidad forzada sobre la tierra que
cie recorrerán exactamente la misma está disponible a ser llenada cuando
ruta: miles de kilómetros que luego, las lluvias amenazan con inun­
desandarán. El agudo sentido de dar la ciudad. Emulando torpemente
orientación de estas aves les permite la perspectiva de las aves, si se mira
prestar especial atención a los cambios desde un avión aterrizando sobre el
sutiles del clima, la luz y los vientos, aeropuerto de Ciudad de México,
observando desde el aire marcadores el Nabor Carrillo aparece como un
geográficos como cordilleras, costas perfecto rectángulo en medio de
y valles que sirven de guía en su reco­ terrenos contrastantemente irregu­
rrido, los cuales señalan dónde pue­ lares. Además, desde su creación,
den parar y cuál será su destino. Esta sobre este lago han sido deposita­
concepción del tiempo y del espacio das las aguas negras de la zona noro-
dista de la humana, especialmente de riental de Ciudad de México, reuni­
aquella que introduce el capitalismo das en el lago Churubusco (otro vaso
tardío, al compartimentar el tiempo regulador abierto en los terrenos del
en porciones exactas de labor pro­ lago de Texcoco, unos kilómetros al
ductiva y tiempo improductivo, las occidente). Aunque tratadas, estas
relaciones sociales en conjuntos des­ aguas guardan minerales y elementos
unidos de individuos, y el espacio en de origen metropolitano. Los patos

IS O
han recorrido miles de kilómetros de cerramiento de rejas grises se alcanza
parajes indomados; por generacio­ a oír un zumbido de máquinas ope­
nes, han migrado insistentemente a rando; unos campamentos de obra se
este lugar, revelando uno de muchos adivinan por los agujeros de la reja
posibles procesos de adaptación a un principal.
“artificio” de tierra y agua.
La torre blanca que se siembra en esa
<*, porción de terreno, en medio de un
área urbanizada, es la parte sobre­
Pozo saliente de una perforación que se
introduce dos mil metros hacia abajo,
La Ciudad Deportiva Magdalena abriendo un hueco entre varias capas
Mixhuca, en Ciudad de México, de arcillas, limo y rocas. A dos mil
ocupa varias cuadras de la colonia metros bajo tierra hay un acuífero,
Granjas y bordea tres estaciones de escondido y perfectamente conte­
metro de la línea nueve. Un autó­ nido: el antiguo lago de Texcoco,
dromo, un foro, una cancha de fút­ formado miles de años antes de que
bol, posiblemente una alberca y se formara el Valle de México, sepul­
otros campos deportivos se encuen­ tado por capas de piedra volcánica de
tran dentro de su perímetro. Dentro múltiples erupciones, así como por
de ella también se encuentra un área la formación progresiva de estratos
cerrada por Petróleos de México: desplazados hacia arriba. Este lago
una porción de tierra acordonada ha sido resguardado por barreras de
con rejas grises y opacas oculta una piedra que han impedido que éste
gran obra infraestructural anclada se filtre y desaparezca, siendo prote­
en medio de los campos deporti­ gido también por la enorme distan­
vos. Ubicándose en la parte sur de cia que lo separa de la primera capa
la Ciudad Deportiva se ve una torre de suelo. Un cuerpo de agua perfec­
blanca de andamiajes metálicos que tamente formado convivió entonces
se alza un par de decenas de metros con un lago gemelo, ubicado justo
hacia arriba, sobre la cual se puede encima, separados ambos por un par
leer el logotipo de Pemex, en letras de kilómetros, hasta el momento en
verdes y rojas. Pasando junto al que el lago superficial fue secado.

151
El drenaje del lago que ocupaba la suministros de agua, hacia los grifos,
superficie ha sido acompañado de haciéndose más presente, más cer­
otros procesos de ocultamiento y des­ cano. La ciudad por su parte, al no
plazamiento de corrientes y depósi­ poder expandirse más hacia los lados,
tos de agua. Los ríos que corrían por se ancla más al suelo y empieza a des­
el Valle de México fueron revestidos cender, extendiéndose a través de este
por capas de concreto y sobre ellos, pozo hacia abajo, hacia el centro de la
paralelos a ellos, ahora corren aveni­ Tierra.
das. El lago de Texcoco fue secado y *
expulsado por tajos, canales y túne­
les. Ahora, en unos pocos metros
de terreno y en medio de un lugar
Proyecto
urbanizado, se extrae otro cuerpo de En la biblioteca que guarda la
agua; la perforación en Magdalena memoria institucional del lago de
Mixhuca es una de varias que han Texcoco, dentro de las oficinas que
llegado al resguardo del lago, apenas tiene la Conagua en San Juan de
tocando sus aguas. Aragón, están archivados facsímiles
de todo tipo de proyectos redacta­
El acuífero, el lago profundo de dos desde 1971. Allí se encuentran
Texcoco, saldrá a la superficie en los informes de los pocos planes que
forma de flujos de agua que pronto aún funcionan, incluyendo iniciati­
serán canalizados y almacenados vas con visión ecológica: dichas ini­
en esta pequeña porción de la Ciu­ ciativas prometían transformaciones
dad Deportiva, en Iztapalapa, o en para el futuro de este terreno, hoy en
alguna de las demás infraestructu­ día pareciendo asuntos de un pasado
ras circundantes. Los pozos pro­ lejano; también se guardan copias
fundos, a diferencia de las presas, impresas de aquellos proyectos rea­
son indetectables a la vista porque lizados y clausurados, facsímiles de
están bajo tierra: sobre ellos se levan­ aquellos que nunca se realizaron, y
tan bardas de metal, producto de la ejemplares de los que eran imposi­
implementación de políticas públi­ bles de realizar. Entre estos, un álbum
cas y procesos de privatización. El argollado con cubierta de cuero rojo
lago, sin embargo, pronto escapará guarda los planos de un proyecto
por la fuerza de las bombas hada los habitacional a construirse en el lago

152
de Texcoco. Ninguna de sus pági­ que ahora se abren lugar bajo la
nas está fechada, pero al encontrar forma del Nuevo Aeropuerto y su
el sello de la Secretaría de Recursos proyecto desarrollista, sobre los terre­
Hidráulicos en su portada, se puede nos del lago de Texcoco y sobre toda
inferir que el álbum fue compilado la región, no son un asunto de una o
entre finales de la década del setenta dos décadas de antigüedad. En este
y comienzos de la década del ochenta álbum de cubierta roja se visualiza
del siglo pasado. En cada una de las —a través de la mano de un dibu­
páginas y al pie de los planos dibu­ jante y los colores de sus tintas—
jados a mano está escrita, en letras cómo un complejo habitacional se
mayúsculas de tipografía gruesa y sin desborda hacia un espacio rural e
serifas, la palabra “Coplasa”. inhabitado como una mancha cua­
driculada, mucho antes de conce­
La empresa constructora Coplasa birse los diseños de México, Ciudad
aún existe y está a cargo de numero­ Futura o del Parque Ecológico Lago
sas obras públicas a lo largo y ancho de Texcoco, otros dos proyectos con
del territorio mexicano. Desarrolla ideas similares y que anteceden al
obras de infraestructura vial y presas aeropuerto. Coplasa planteó una
para proyectos mineros en Zacatecas posibilidad de privatización de la tie­
y Durango. También construye in­ rra hace más de 40 años; lo hizo el
fraestructura minera para concesio­ grupo ica hace casi diez años y hoy
nes privadas y adecuaciones indus­ lo hace el Grupo Aeroportuario de
triales para complejos agrícolas de la Ciudad de México, esta vez con
gran escala. En las imágenes de sus éxito. Para éste último consorcio y
obras más importantes se ven enor­ para todos los anteriores, el aero­
mes extensiones de terrenos deserti­ puerto no representa tanto una nece­
ficados con torres de acero y alumi­ sidad concreta de la ciudad, situada
nio, grandes hangares que se extien­ ahí, en medio de un antiguo lecho
den sobre suelos desnudos y edi­ de lago, sino una idea abstracta de
ficios asentados sobre planchas de desarrollo que pudo haber tomado
concreto. cualquier forma: edificios, fábricas,
centros comerciales, autopistas, ter­
La existencia de este documento minales aéreas. No interesa la fun­
muestra que los impulsos e impactos ción tanto como el hecho mismo

153
de construir, intervenir, sacarle pro­ en alguno de los pueblos. Tal vez
vecho a una tierra desaprovechada. estamos en Ateneo, Nexquipayac o
Los planos de Coplasa, reinterpreta­ Tocuila, pegados estos por calles que
dos por los modos actuales de dise­ comparten nombre, o que tienen dos
ñar, bien pudieron haberse incorpo­ nombres, uno a cada lado de la calle.
rado a un plan de construcción cual­ La gente camina por aceras delga­
quiera, multiplicando sus módu­ das de cemento y piedra. Los comer­
los de vivienda de tipo medio por cios están abiertos, exhibiendo avisos
los cientos, añadiendo en medio un pintados a mano o impresos en lonas
pequeño cuerpo de agua que impri­ de colores. Un olor a comida se filtra
miera en él un sello de consideración por las ventanas del carro en movi­
ambiental. miento. En el centro de cada pue­
* blo está la plaza, la iglesia, los pues­
tos de fruta que aparecen bajo carpas
rojas algunos días de la semana. Hay
Pueblo gente sentada en bancas de madera y
Los pueblos del nororiente del es­ metal oxidado, mirando otra gente
tado de México están todos uni­ que camina. Algunos niños corren
dos: es difícil saber dónde termina atravesando la plaza, pareciendo huir
uno y empieza el otro. Las calles son de la escuela. Un panteón, enrejado,
angostas. A ambos lados se aglome­ deja ver sus lápidas a pocos centíme­
ran casas de una sola planta. Sobre tros del suelo: las piedras, agrietadas,
algunas paredes exteriores se ven pin­ están rodeadas de pasto crecido de
turas murales maltratadas por el paso manera dispareja. Los carros se esta­
de los años: retratos de Emiliano cionan a los lados de la plaza, junto a
Zapata, consignas políticas, frases la acera, en fila. Atravesando la plaza,
que se repiten en varios colores y las calles desembocan en caminos
tipografías. Algunas casas tienen destapados. Aparecen los ejidos: las
fachadas de ladrillo; otras, rejas de casas se erigen espaciadas; se asoman
metal y pintura electrostática. A los cerros y los ríos bordeando los
paso lento y siguiendo el tráfico de caminos; se divisan amplias exten­
camiones de carga, las calles se con­ siones de pasto, sembrados de maíz,
vierten en laberintos estrechos que nopales adheridos a cercas de alam­
terminan en callejones cerrados, a bre y madera.
medida que el automóvil se interna
*
154
R

Rehabilitación de México: un distrito financiero


de altos edificios construidos so­
Los desechos orgánicos que expulsa bre rellenos sanitarios. Ciudad Jar­
la Ciudad de México son acumula­ dín Bicentenario está cerca del actual
dos bajo superficies de membrana aeropuerto, siendo otro caso cono­
plástica, para luego ser comprimi­ cido de un basurero rehabilitado:
dos como si fueran una capa más un complejo comercial y depor­
de tierra en proceso de sedimenta­ tivo que se levantó sobre el antiguo
ción: a esto se le llama “relleno sani­ bordo de Xochiaca, al oriente de la
tario”. A pesar de estar compactados ciudad. Si se hiciera un corte trans­
y confinados a lugares demarcados, versal del suelo de Ciudad Jardín, las
los rellenos siguen siendo superfi­ capas superiores revelarían una mor­
cies de tierra metropolitana con un fología confusa y además inestable,
uso de suelos indeseable y problemá­ teniendo en cuenta el hecho de que
tico. Los desarrolladores inmobilia­ el barrio donde se asienta este com­
rios han modificado este uso de suelo plejo fue construido sobre el lecho
al construir, encima de los rellenos, de un gran lago desecado. Su sue­
edificaciones que obligan a alzar la lo de basura se desborda aún en
mirada hacia lo alto de un edificio forma líquida sobre las capas inferio­
cubierto de cristales, y en ello olvi­ res, que son a su vez arcillas hechas de
dar que un proyecto nuevo está apo­ formas de vida que habitaron el lago
yado sobre una capa gruesa de dese­ hace siglos: plancton, algas, crustá­
chos comprimidos. Este es el caso de ceos, peces. El suelo se mueve por­
Santa Fe, al occidente de la Ciudad que está todavía experimentando

155
cambios químicos y liberando gases. dibujaron caminos y campos de
Las capas viejas son blandas, las nue­ juego. Si se pisa hoy día, el suelo de
vas más blandas aún, y ambas, al ser este nuevo parque se siente caliente
maleables, están mezcladas. y movedizo, mientras se perciben
gases escapar de él. Aunque invisible,
Unos kilómetros al nororiente de la descomposición de la basura de
Ciudad Jardín se encuentra el Bordo millones de habitantes de la Ciudad
Poniente, otro basurero mucho más de México será por largo tiempo la
grande que el que intentan cubrir manifestación más contundente de
hectáreas de pasto y centros comer­ este suelo híbrido intentando ser
ciales en otras zonas de la ciudad. La pradera.
mayor parte de este bordo, el cual
se encuentra en los terrenos actua­ *
les del lago deTexcoco, está expuesta
al aire. En él se perciben con todos Ruina
los sentidos los cambios de la basura
que en el antiguo Bordo de Xochiaca No soy una cosa, sino un estado de
y en los rellenos sanitarios de Santa todas las cosas construidas. Soy el
Fe aún ocurren, pero sepultados bajo destino inevitable de todo lo que
tierra: las aguas burbujean, la basura alteran las manos humanas, la caída
sólida se reacomoda, el suelo emite de todo lo que se levanta. La emo­
calor y cambia todo el tiempo de ción de los humanos por el futuro,
color y de forma. ese impulso optimista de crear cosas
que permanezcan, que cambien el
En una porción de este relleno del planeta, que fijen la huella de una
lago de Texcoco, a comienzos del sola especie animal sobre la tierra,
presente siglo, un grupo de inge­ me produce tristeza y algo de lás­
nieros decidió compactar la basura, tima. Aunque aparezco siempre ante
sentando las bases para un nuevo sus ojos de las maneras más sutiles
proyecto de rehabilitación: cubrie­ hasta las más catastróficas, los huma­
ron el relleno de abono y luego nos parecen no verme, o si me ven,
de pasto; sembraron árboles que me olvidan rápido. Tantas ciudades
crecieron frondosos y fuertes; han caído y dejado pedazos míos
construyeron sobre ella un parque; sobre el suelo, tantas veces aparezco

156
en forma de edificios destruidos, de me recuerdan, que es mi aniversario,
naufragios que quedan sepultados el aniversario de la ruina de la ciu­
en el fondo del mar... Desde hace dad. Me invocan, me llaman, me llo­
siglos estoy presente en todas las his­ ran. No se dan cuenta de que nunca
torias humanas, las de Oriente, las de los he abandonado, que por el con­
Occidente, las del Norte y las del Sur. trario he crecido y conquistado otros
Recientemente me he multiplicado horizontes dentro de aquello que
con la llegada explosiva del plástico ellos llaman “progreso”, “desarrollo”
a todas las culturas: las cosas son o “novedad”. No me ven porque se
ahora más efímeras, de formas cam­ detienen en las superficies brillantes
biantes, estructuras débiles y frágiles de los edificios recién levantados, en
materiales. En este presente humano el olor a asfalto nuevo y sedoso de las
me asomo más rápido por las grietas avenidas recién reconstruidas. Creen
de las paredes de yeso, por los cris­ que soy lo que no soy, que tengo una
tales del plástico mareado al expo­ cierta forma y belleza, que soy ese
nerse al sol, por las latas oxidadas de pedazo de columna blanca medio
los carros y por la basura, esa multi­ rota parecida a las de Grecia, o esa
tud irreductible de basura que crece pared desnuda que aún queda en pie
sin control, que se expulsa a los már­ a pesar del paso de los siglos. Ellos
genes para abrir espacio a más cosas creen que soy esa pirámide a la que
que me tienen dentro, en potencia. le faltan algunas piedras, que ha per­
dido sus pigmentos.
La Ciudad de México me conoce
bien; a veces me recuerda cada No soy eso. Soy el estado latente de
Septiembre: en 1985 un terremoto fractura de todos los vidrios brillan­
hizo caer los edificios más altos, los tes, el límite de todos los proyectos lo
más fuertes; sacudió las estructu­ que se avecina, lo inminente.
ras de muchos que quedaron desde
entonces asediados por mi fantasma.
Me sembré en ese entonces como
una capa fría, como la niebla que se
levanta en los cementerios al ama­
necer. Hoy, treinta años después, los
habitantes de esta ciudad dicen que

157
s
Sal Soy muy vieja, más que el agua del
valle. Conozco este lugar mejor que
Soy la sal del lago de Texcoco: nadie: he visto cómo ha cambiado,
cuando el suelo se seca, aparezco cómo sigue cambiando hoy. He visto
como una capa blanca de nieve que cómo el agua ha ido y vuelto, hasta
se hace muy presente a ras de suelo. marcharse del todo hace unas déca­
Cuando me fundo en el agua de los das. Al estar unida a la tierra, he sen­
lagos artificiales que ahora pueblan tido cómo el suelo se ha hundido,
este gran terreno, me vuelvo invisi­ tanto por el peso de la ciudad que está
ble, indetectable. Soy una combina­ justo al lado, como por la fuga del
ción de sodio y cloro, aunque nunca agua hacia el valle de Tula. He perci­
estoy pura: me mezclo siempre con bido la pérdida, el abandono, el rena­
la tierra y sus minerales, con los resi­ cimiento de esta tierra. He notado
duos que llegan volando de la ciudad cómo en ella se asientan los huma­
y con el aire cuando soy volátil. Me nos; he observado cómo reparten sus
llaman tequesquite, a veces, cuando. parcelas trazando límites imaginarios
formo costras grises sobre la tierra, que dividen la tierra. He apreciado
que se agrietan y levantan como esca­ cómo la han partido en dos al cons­
mas. Me llamaron así los nahuas al truir una autopista, justo en medio,
pisar este suelo porque doy a la tierra ancha y recta; he advertido cómo
el aspecto de una piedra brotante, de desde entonces los camiones la atra­
un polvo que sale de abajo, mágica­ viesan, y cómo me hace temblar la
mente, en forma de cristales. vibración de sus motores.

159
Aquí los ciclos de tiempo los marco Los he visto construir sus casas sobre
yo, al aparecer en el suelo más tem­ mí. He conocido esas casas por den­
prano que el sol y quedarme hasta tro y por fuera: me adhiero a todo,
entrada la noche brillando y refle­ me incrusto en todos los metales
jando la luz de la luna. Estos ciclos y piedras, y me pego a los vidrios
de tiempo corren de modo distinto como una capa de esmeril. Las cosas
al tiempo ordinario: todo crece más que entran en contacto conmigo se
lento y todo muere más rápido. Sobre envejecen, se enrarecen, se oxidan,
mí se posan las aves, se refugian los se secan. Por esta razón las construc­
insectos, los peces que nadan en las ciones que aquí se instalan se hacen
aguas salinas que aún permanecen frágiles y eventualmente se rom­
me introducen constantemente en pen y colapsan. Los humanos, ade­
sus branquias. En el suelo que se más, no están hechos para vivir a mi
mezcla conmigo intentaron sem­ lado, y por eso van y vienen, dejando
brar muchas especies de plantas que sus cascajos en el suelo como ruinas:
fueron muriendo, una a una, mien­ sus voluntades, sus deseos, sus pro­
tras yo seguía aflorando como polvo yectos se hacen débiles en una tierra
blanco, levantándome en el aire sobre de mucha sal y poca agua; los castella­
los retoños muertos que quedaban nos, los defeños, los texcocanos, los
tendidos en el suelo como cadáveres. empresarios de aquí y de allí, todos
Aquí soy el enemigo de la vida vege­ van y vienen, nunca permanecen.
tal, y soy también la gran prueba que
hace que lo que aquí florezca se haga Recuerdo que hace siglos la ciudad y
más fuerte, más resiliente. Mi poder el lago eran una sola; yo podía reco­
aquí es inmenso: convierto el agua rrer sus caminos a través del agua y
en veneno para algunos, en fluido de rodear la isla que ahora forman su
vida para otros. Hago de la tierra una zócalo y su centro. Mezclada con el
superficie desértica, plana e inmóvil agua, conocí a Ciudad de México
como en otros planetas; la vida que como un pequeño manojo de islas
aquí prospera se vuelve extraña por que tendían puentes entre ellas; pude
mi presencia. ver también a otras ciudades levanta­
das al margen de sus orillas, mirán­
He visto cómo los humanos han dolas a través del lente de las aguas
intentado conquistar mis tierras. que llenaban al lago de Texcoco. Yo

ífio
era en esos tiempos una presencia Soy ese elemento que nunca pudo
invisible unida al agua, subsumida a ser expulsado del valle porque me
ella: el agua, extendiéndose como un encuentro adherida a la tierra y siem­
inmenso cuerpo en todo el valle, era pre estoy brotando de ella. Me he
temida y amada. Yo vivía de ese amor convertido en dueña de esta planicie
y ese temor que se extendían hacia desde que el agua se fue del lago de
mí, porque estaba siempre en ella, Texcoco. Habito el suelo en forma de
siempre con ella. Entonces, me lla­ polvo blanco casi todo el año; capri­
maban tequesquite, y la ciudad tenía chosamente, me levanto en el aire
otro nombre, un nombre que ahora y con el polvo formo tornados que
no se sabe pronunciar. arrastran las ruinas aquí asentadas,
desplazando a las más livianas de un
Cuando el lago crecía, unida a lugar a otro. Los humanos han cons­
él me desbordaba sobre la ciudad truido nuevos lagos sobre mí, enmar­
hasta inundarla; por eso conozco cados en bordes de cemento y pie­
sus ediñcios antiguos y modernos, dra de tezonde, para traer de vuelta
sus calles pavimentadas y las múl­ el agua e intentar borrar mi huella
tiples capas de historia que esta del suelo. Estos lagos están todos lle­
ciudad ha acumulado. La conozco nos de mí, aunque no sean más que
tanto por su antiguo nombre como espejismos del lago que hace poco
por su nombre nuevo, y sé que la fue expulsado.
nueva ciudad se alzó sobre las ruinas
de la otra. Desde aquí la veo todos Alrededor de estos lagos nuevos me
los días a través de una capa de polvo acumulo y me hago más presente,
y humo, seca y plana, densa y enre­ me cristalizo, me extiendo, me fijo
dada como un hormiguero: temerosa sobre todas las cosas. Mi poder, fuera
de mi nueva forma, la ciudad perma­ del agua, es un poder distinto, un
nece a mis pies. Para sus habitantes poder despiadado, repelente, impla­
me he convertido en el fantasma que cable: soy lo que carcome las super­
ha dejado el agua después de desapa­ ficies suaves, soy polvo, soy parte del
recer, porque añoro y cubro el fondo aire, soy la tierra misma.
del lago con el olor del agua salada,
extendiéndome sobre él como un *
espectro.

161
Símbolo específica como la pose acrobática
de dos animales y una planta sucu­
El mito de fundación deTenochtitlán lenta. El águila sobrevuela el Valle
es conocido fuera de México a tra­ de México abarcando con su mirada
vés de la imagen central del escudo cenital la totalidad del territorio, un
nacional: un águila de enormes pro­ gran lienzo que se despliega bajo sus
porciones se posa sobre un nopal patas. La serpiente repta por el suelo
florecido, doblándolo con su peso; salitroso de la cuenca de Texcoco, y a
el ave sostiene con su pico y una de medida que se desplaza a ras de piso
sus patas a una serpiente que lucha va captando los detalles y sutiles dife­
por escapar; la serpiente se pliega y rencias de la tierra, ocultándose en
despliega desafiando al ave con su sus huecos y rincones, evadiéndose
mirada. Esta imagen, inscrita en la en silencio de la mirada del águila. El
forma circular de una leyenda que nopal se ancla en el suelo y extrae de
la rodea con las palabras “estados él reservas de agua que guarda en sus
unidos mexicanos”, se convierte hojas hinchadas, cubiertas de espi­
en símbolo del poder de una nación nas afiladas que ahuyentan a las aves
al ser reproducida por miles de ban­ más pequeñas y a todos los insectos
deras que ondean cada septiembre voladores. Este cactus está hecho de
a lo largo y ancho del territorio; al agua atrapada en tejidos turgentes
ser convertida en el encabezado de sosteniéndose en un delicado equi­
todos sus documentos oficiales; al librio: con el aire seco que sopla en
ser la pieza central del decorado en la región, la humedad de las hojas
todos los eventos diplomáticos. En escapa en rápidas evaporaciones,
ello el águila, la serpiente y el nopal dejando caparazones secos colap-
se convierten en imagen plana, en sados sobre sí mismos donde antes
esquema, en logotipo. hubo plantas tan altas y firmes como
árboles adultos.
Estas tres criaturas se pueden pensar
también como imagen de una rela­ En este nuevo símbolo, hecho tam­
ción perpetuada hasta el día de hoy bién de águila, serpiente y nopal,
entre tres elementos de la geografía están en disputa el aire como espa­
central mexicana: aire, tierra y agua, cio abstracto donde se construye la
articulados entre sí de una manera visión homogénea de un territorio,

162
donde es posible abarcar lo que está posibilidades eran siempre pensa­
abajo como un todo y desde donde das como extensiones, prótesis o
es posible descender en picada para proyecciones utópicas de la ciudad;
conquistar cualquier punto; la tie­ incluso la idea de construir ahí un
rra, ese espacio de infinitas diferen­ parque, una extensión de praderas
cias que sólo se perciben a ras, reco­ verdes, árboles y caminos, ya cons­
rriendo kilómetros a pie parcela a tituía un ejercido de domesticación,
parcela, barrio a barrio, pueblo a de diseño, de delimitación de un área
pueblo, ejido a ejido; el agua, ese que en otros tiempos se expandía y
elemento que mezclado con el lodo contraía a voluntad, en ningún caso
lacustre sostiene tanto a la visión de para obedecer los deseos de los hom­
águila como a todas las posibles tie­ bres. En ese entonces el ingeniero
rras, en una tensión superficial que Nabor Carrillo propuso realizar unos
cede para luego sumirse, que emerge estudios de hundimiento de sue­
del fondo de la tierra vertiéndose los en una porción pequeña de estos
sobre ella, dando lugar a las formas terrenos aún sin delimitar, al sur de
de vida más extrañas y excesivas para lo que entonces era el camino veci­
luego dejarlas cadavéricas al fugarse nal Peñón-Texcoco. Carrillo, antes
como vapor, flujo de drenaje o cho­ que cualquiera, se dio cuenta de que
rro de grifo. la ciudad se estaba hundiendo, y de
que su hundimiento estaba directa­
* mente relacionado con la manera en
la cual la ciudad se abastece (aún)
Subsidencia de agua. Desde 1936 se empezaron
a perforar pozos someros en dife­
En julio de 1965 el lago de Texcoco rentes puntos de la ciudad a medida
se parecía más a un desierto que a un que ésta crecía, que el lago decrecía y
lago. En su suelo de miles de hec­ que la demanda de agua aumentaba.
táreas de extensión, que tomaba la Debajo del lecho del cuerpo de agua
forma de un inmenso terreno baldío más grande del Valle de México, una
en los márgenes de una ciudad en capa arcillosa y esponjosa guardaba
expansión acelerada, su lecho empe­ un acuífero, que desde el pleistoceno
zaba a imaginarse como una rábula recibía filtraciones de agua lacustre,
rasa de posibilidades infinitas. Estas hinchándose hasta formar una capa

163
homogénea, en perfecta tensión con Texcoco. La tierra, ya hundida como
las capas rocosas y con la superficie una palangana en este rectángulo que
de la tierra. Los pozos dragadores se fue usado como laboratorio al aire
introducían (aún lo hacen) en esta libre, se convirtió en un nuevo lago,
capa; mediante succión, empujaban o más que en lago, en un nuevo sím­
el agua hacia arriba mientras el acuí- bolo: el hueco fue inundado con las
fero se iba compactando, cediendo aguas negras de la Ciudad de México
también ante el peso de la capa supe­ mientras se asentaba sobre un suelo
rior de construcciones arquitectóni­ que ya había sufrido las consecuen­
cas. Los estudios preliminares de Ca­ cias del crecimiento urbano.
rrillo muestran cómo, a finales de la
década del sesenta y en los puntos *
más críticos, la ciudad ya se estaba
hundiendo a razón de algo cercano a
un milímetro diario.

Al llegar al lago de Texcoco el inge­


niero delimitó un área rectangular de
doce kilómetros cuadrados, para en
ella poner a prueba la resistencia del
acuífero. Pozos someros, pozos pro­
fundos, dragado de arcilla y prue­
bas con diferentes explosivos fueron
abriendo agujeros en el suelo, hun­
diéndolo de manera acelerada, for­
zando la subsidencia de la capa lodosa
que, de manera imperceptible y pro­
gresiva, llevaba años modificando el
suelo en la vecina Ciudad de México.
Las pruebas arrojaron datos, dando
lugar a la formulación de modelos
y posibles proyectos alternativos de
abastecimiento que se urdían alrede­
dor de los terrenos vacíos del lago de

164
T

Teléfono plástico que imita el color y la veta


del pino, rematados por perfiles de
Una bocina de teléfono emerge entre aluminio anodizado. Los muros de
las ruinas del terremoto de 1985. dis­ cemento macizo, los bloques de pie­
persas y semiocultas en varios luga­ dra, los azulejos de talavera pintados
res del antiguo lago de Texcoco. Los a mano, los granitos y los mármoles
escombros forman montículos de que se ven hechos pedazos en dife­
materiales de construcción de colores rentes lugares del lecho del lago, son
claros, dichos materiales usados por todos parte de un pasado arquitec­
familias residentes en casas de clase tónico de materiales longevos, den­
media, en pie hasta la fecha del terre­ sos, pesados, detallados y cubiertos
moto. Los materiales de construcción de delicados ornamentos.
de estas casas, hechos escombros por
la fuerza del sismo, son cada vez más Las ruinas de las construcciones for­
difíciles de encontrar en las cons­ man entonces pequeñas colinas blan­
trucciones homogéneas y reducidas cas, grises y amarillas. Entre estos
de los departamentos contemporá­ materiales claros y elocuentes (por­
neos, erigidos como reemplazo para que al ser fragmentos nos muestran
estas viviendas derrumbadas. En los un corte transversal que revela infor­
nuevos departamentos, los “muros” mación sobre su más íntima estruc­
se construyen como vacíos cubier­ tura) los objetos oscuros resaltan
tos por delgadas láminas de tabla- como puntos negros aislados y tam­
rroca, hechos de yeso y aglomerado bién como “cajas negras”: recipien­
de madera, protegidos por vinilo de tes de información de la caída de una

165
casa con sus testimonios encapsula­ terminar de marcar toda la secuen­
tes y encriptados, contenidos den­ cia de un número telefónico, suena
tro de la oscuridad de sus superficies. un tono en la bocina, y luego de éste,
se oye una voz.
La bocina de teléfono que emerge
de las ruinas o escombros, siendo un Los teléfonos utilizados a mediados
pedazo de aparato plástico de color de los años 80 en Colombia eran
negro brillante con un cable que muy similares a éste. Los aprendí a
conduce los sonidos, cortado desde usar siendo niña, por la misma época
la raíz, se puede pensar como cierto del sismo, cuando tenía cinco años.
tipo de “caja negra”. El cuerpo del Es probable que recibiera mis prime­
teléfono está probablemente ente­ ras llamadas hacia 1985, sorprendida
rrado en el lecho del lago, o yace bajo por la magia del dispositivo que me
los cimientos de un edificio reciente­ permitía oír las voces de unos cuer­
mente construido en el centro de la pos que no veía y que estaban pro­
ciudad. Las últimas voces que atra­ bablemente lejos. A muchos kiló­
vesaron la bocina no se escuchan. Su metros de distancia de Colombia y
superficie negra no deja ver las hue­ en simultánea, la tierra estaba tem­
llas de su uso. blando en México.

La bocina, pesada y voluminosa,


contiene dos pastillas piezoeléctricas
y un entramado de cables de colores
que, cuando salen de ella, se enro­
llan en una espiral que se conecta Cerca del límite entre los terrenos
con el cuerpo del teléfono, justo federales del lago de Texcoco y el
debajo. Sobre el cuerpo del teléfono ejido de San Bernardino se levanta
se incrusta un disco plástico, aguje­ una caseta de vigilancia sobre un
reado, y bajo cada agujero, ordena­ montículo de tierra. La caseta está
dos como las horas en un reloj de pintada con los colores instituciona­
manecillas, están los números. Para les de la Comisión Nacional del Agua
operarlo se introduce el dedo en el de México: blanco y azul claro para
agujero y se gira cerca de 180 gra­ los muros, y el techo de dos aguas
dos: así se marca cada número. Al pintado de rojo. Junto a la caseta

166
se extiende un terreno cubierto de Hace algunos años, cuando las fron­
hierba, atravesado por surcos que teras de este territorio estaban aún
parecen ser trazos de un arado que formándose, cuando no existían cer­
hace poco estuvo ahí. A unos metros cas y los ejidos se extendían un poco
de la caseta se levanta una cerca de más al occidente, una familia de cam­
alambre y estacas de concreto: al otro pesinos cultivó este terreno: las pie­
lado de la cerca, en el ejido, se ven zas de cerámica prehispánica yacían
unas gallinas corriendo en medio del hasta entonces como en una tumba
pasto crecido, así como algunas cons­ a ras de suelo. Las herramientas que
trucciones aisladas entre sí. El montí­ se usaron para arar la tierra, al abrirse
culo de tierra que le sirve de soporte a paso, fueron desenterrando estos
la caseta de vigilancia sobresale como tepalcates preservados hasta enton­
una protuberancia de un metro o ces por la capa gruesa y compacta
menos de altura, alzándose visible­ de esta misma tierra. Como raíces
mente sobre una planicie de kilóme­ de maleza que son separadas y des­
tros de extensión. Entre la tierra se pedazadas al crearse un nuevo cul­
asoman pedazos de color marrón que tivo, las figuras, vasijas y platos fue­
crujen al ser pisados: fragmentos de ron rotos en pedazos, convertidos en
vajillas rotas, de vasijas, de cántaros, pequeños sedimentos, en una parte
de figuras indefinidas, todos enterra­ más del sustrato suelto y amorfo que
dos en medio del campo. Los frag­ se liberaba. En los surcos del campo
mentos de cerámica que aparecen cultivado crecía probablemente una
salpicados del color negro de la tie­ futura cosecha de maíz o tomate: las
rra formaban otrora piezas de vaji­ plantas se alzaban cubriendo todo el
lla: en México esta cerámica prehis­ campo y ocultando lo que estaba (y
pánica aún es llamada con la pala­ aún está) debajo de ellas, entre sus
bra náhuatl tepalcate. Hace siglos, un raíces.
grupo texcocano habría caminado
por las orillas del lago, dejando tras *
de sí algunos de estos objetos: cánta­
ros y platos llenos de comida que se
ofrecían para convocar a sus ances­
tros, o a la lluvia, al lago mismo.

167
Tezontle una roca volcánica hecha de magma
enfriado por procesos milenarios,
Recorriendo las naves laterales del porosa como una esponj a y roja como
Museo de Antropología de Ciudad las figuras rituales que animaban a
de México encontré una pequeña los muertos. En su estructura, estas
vitrina con una figura antropo- piedras contienen moléculas ferro­
mórfica sobre un pequeño pedes­ sas que se oxidan velozmente, tiñén-
tal de madera, ubicada junto a un dolas, al igual que lo hacía el polvo
par de vasijas de cerámica. A dife­ de hierro siglos atrás, del tono de
rencia de las piezas que había visto la sangre humana. El tezonde, par­
en otras salas, en donde la arqueo­ tido en pequeños pedazos, ha sido
logía mexicana sorprende por su usado en construcciones mexicanas
escala y lo incólume de sus superfi­ desde hace siglos: aparece en algunas
cies de piedra tallada, estos objetos viviendas coloniales que muestran el
pequeños y modestos estaban sal­ rojo en sus fachadas; se ha mezclado
picados de manchas rojas, del color con el concreto para producir blo­
de la sangre humana. Las culturas ques más livianos, fundidos en edi­
que ocuparon la zona que hoy es el ficaciones modernas; ha rellenado
estado de México extraían hierro en caminos para convertirlos en tapetes
Huahuaxtla y Huitzuco, en el vecino de rojo pedregoso cuando los presu­
estado de Guerrero, transportándolo puestos no alcanzan para extender
hasta sus ciudades en pesados bote­ una capa de pavimento sobre ellos.
llones. Macerando los pedazos mine­ El lago de Texococo está hoy atrave­
rales en morteros de piedra, lo con­ sado por líneas rojas de tezontle, tra­
vertían en un polvo fino que espar­ zando caminos que conectan al lago
cían sobre objetos rituales y funera­ Nabor Carrillo con la carretera y al
rios, con el fin de augurar otra vida Bordo Poniente con su límite orien­
—distinta de la vida terrenal— para tal. El Nabor Carrillo está enmar­
sus difuntos. El estado de México, cado también por una delicada
lugar donde se extrajeron las pie­ barda de tezontles apilados que evi­
zas arqueológicas que hoy resaltan tan el desborde del agua en tempora­
como puntos sanguíneos en la sala das lluviosas. A medida que avanza la
del museo, es también el lugar de construcción del nuevo aeropuerto,
extracción de la piedra de tezonde: el suelo entero de la zona norte del

168
antiguo lago ha empezado a cubrirse amplias explanadas de concreto que
de estas rocas volcánicas, compacta­ cubrieran todo el terreno salvo uno
das múltiples veces en un intento por o dos árboles y alguna irónica escul­
aplanar la cuenca. Filas de camiones tura moderna. Lo llamaron “Parque
cargados de piedras rojas transitan El Renacimiento”, aunque contrario
ahora por la autopista que conecta a su nombre, bajo este nuevo par­
a las minas de tezontle con los terre­ que siempre yacerán los cimientos
nos del lago, replicando los viajes de un antiguo cementerio, el cual se
del hierro en culturas antiguas; los formó como sitio transicional entre
cargamentos de roca son esparcidos los entierros informales y la parcela­
sobre el suelo muerto de la cuenca, ción ordenada de las tumbas; así, este
esperando que este mineral rojo le le sitio guarda otros muertos más viejos
infunda una nueva vida. bajo los cimientos de los mausoleos
demolidos.
*
Al construir este “parque” no se tiene
Tierra en cuenta el hecho de que la tierra
tiene en sí una capa de “vida humana”
Entre 2012 y 2013 pasé largas jor­ que se asienta en ella, poseyendo una
nadas trabajando en un proyecto cierta “naturaleza” que le es propia.
dentro del Cementerio Central de Tampoco se tienen en cuenta las
Bogotá. Este cementerio se cons­ dimensiones simbólicas de los entie­
truyó a finales del siglo xix como rros ni las relaciones que establecen
un sistema compuesto de tres pre­ vivos y muertos a través de la tie­
dios contiguos en el barrio Santa rra (aquello que en algunas culturas
Fe, justo en el corazón de la ciu­ se llama “lo sagrado”). Además, los
dad. Durante la primera alcaldía cadáveres no son sólo un resto orgá­
de Enrique Peñalosa, que coinci­ nico descompuesto que se diluye en
dió con el último cambio de siglo, la uniformidad de la tierra, sino un
una de las tres parcelas fue readjudi­ estrato híbrido muy particular: un
cada para ser convertida en un par­ eslabón entre la ciudad construida,
que, como parte de un plan de acti­ los humanos que la habitan y la tie­
vación del espacio público. La estra­ rra que la soporta. Este estrato ya se
tegia de este plan consistía en generar ha establecido en ella, exudando su

169
materialidad a través de la porosidad lodosa. Bajo la forma de un acuífero,
del suelo, hacia arriba: no hay plan­ dicha capa guardaba una reserva
cha de cemento que pueda neutrali­ subterránea que preservaba algo de
zar esta exudación. la existencia biológica del lago que
antes soportaba.
Esta transformación del Cementerio
Central de Bogotá revela unas prác­ Ciudad de México es como esa plan­
ticas de disposición y uso de la tierra cha de cemento que se extiende sobre
en las que ésta es mirada como un una porción del camposanto bogo­
objeto neutro y plano, como propie­ tano: por mucho que esta capa (esta
dad. De modo distinto, pero conser­ vez mucho más gruesa y densa al
vando esta mirada unidimensional, estar hecha de edificaciones) intente
otros ejemplos de redistribución de transformar la tierra en suelo, apare­
la tierra revelan una misma voluntad cerán siempre fuerzas de resistencia
de neutralización que devuelve un que escapen desde abajo y que mue­
simple y llano “suelo”, susceptible de van la superficie urbanita, recordán­
ser particionado a voluntad. dole (recordándonos) la permanen­
cia de otros estratos que la soportan y
El lago de Texcoco, por su parte, que nunca podrán ser particionados:
perdió su agua y su carácter de esla­ estratos de relaciones tejidas entre
bón entre ciudad, habitantes y tierra humanos y geografía, formados por
en una operación mucho más com­ inscripciones de habitabilidad que se
pleja y grande que aquella ocurrida graban físicamente en las capas roco­
en Bogotá. Su devenir-suelo se llevó sas. Estos estratos entre vivos y muer­
a cabo gradualmente durante más de tos, entre materiales e inmateriales,
tres siglos; más de la mitad del terri­ son aquello que algunas culturas lla­
torio que antiguamente ocupaba su man “tierra”.
lecho está ahora cubierto por una
capa de urbanizaciones convertida
en ciudad, en una megalopolis que se
ha ido sumiendo hacia abajo con el
peso de sus edificios, a la vez extra­
yendo de su subsuelo los últimos
restos de agua de esa capa híbrida y

170
Tolvanera de éstas, indistinguibles, partícu­
las de polen, cemento, cenizas, ho­
A finales de la década del sesenta, en llín, silicatos, aluminaros y metales
el lago de Texcoco ya no había agua pesados que se iban adhiriendo en
la mayor parte del año. En épocas el camino. Entre medio día y media
de lluvia su vaso se llenaba y volcaba tarde soplaban los vientos más fuer­
sobre la ciudad, inundando sus calles tes desde el sureste y suroeste: el
principales, aunque esto sólo ocurría polvo caía sobre San Juan de Aragón,
durante un par d e meses. El resto Ecatepec y Ciudad Nezahualcóyotl,
del año la tierra sin agua se secaba cayendo también sobre las pistas del
y sus granos de polvo y sal queda­ viejo aeropuerto así como sobre los
ban expuestos al sol y al viento. Este parabrisas de los aviones. La gente en
viento levantaba los granos más la calle abría los ojos y en las pupilas
gruesos y los arrastraba, los hacía se incrustaba el polvo abrasivo, que
rodar a ras de tierra dejando des­ se introducía luego por la nariz hacia
nuda la capa inferior. Con su fuerza los pulmones. Multitudes de perso­
en todas direcciones, el viento alzaba nas tosiendo partículas de polvo, al
este polvo hacia arriba y luego lo unísono, empezaban a escucharse
arrojaba al suelo de golpe, fracturán­ junto con el sonido del viento gol­
dolo en explosiones localizadas de peando los muros, puertas, árboles y
erosión eólica. Cuando las partículas ventanas.
gruesas caían al suelo, las más finas
*
se levantaban en enormes cortinas
de polvo que al acumularse forma­
ban muros. Las partículas volátiles Traducción
de estos muros se alzaban más arriba
en forma de nubes, manipuladas por Soy un espacio intermedio entre
las corrientes más sutiles y conduci­ aquello que recuerdas, conoces, ob­
das a altas velocidades de avance de servas e imaginas; me muevo en sal­
regreso hacia la Ciudad de México. tos entrevarías temporalidades, pasa­
Las tolvaneras, 33 de ellas al año das, presentes y futuras, a veces con­
en promedio, eran tan fuertes que jugando en una sola frase dos épo­
se comparaban a las tormentas del cas remotas. Me formo en los inters­
desierto del Sahara. Volaban dentro ticios que se abren entre elementos

171
|
separados por silencios, midiendo biografías porque creen que se des- ;
sus distancias con diferentes herra­ criben a sí mismos, cuando en rea- ¡
mientas: conceptos, datos, argu­ lidad se inventan, se construyen, se
mentos, símiles, elipsis, metáforas. producen como réplicas de otras bio- j
También dibujo líneas conectoras grafías; su “yo” escrito es producto de ,
entre realidades dispares, acercándo­ una superposición de biografías infi­
las, revelando semejanzas, resonan­ nitas y ajenas, no encontrándose el
cias o vínculos secretos. A veces me escritor en ninguna. Escribo así por
llaman narradora, texto, voz, ficción. todos y para todos; en ello distingo
Cuando soy ficción logro ser mi pro­ con claridad cada voz que escribe,
pio mundo, un híbrido compuesto incluso aquellas que intentan no estar
por la materia sutil del pensamiento, presentes en un acto de escritura:
la materia densa de varios elemen­ quienes evitan la primera persona,
tos reclamando ser nombrados, y un quienes citan la palabra de otros para
conjunto de afectos —que son como evitar exponerse, quienes defienden
electricidad que se induce al acercar una división entre sujetos y objetos,
estas dos materias opuestas—. quienes se ubican a un lado de esta
división para hablar en nombre de
Uso los espacios entre palabras y los otros.
párrafos para insertar en ellos fuer­
zas que conducen el poder del nom­ En este mundo humano me organizo
bre. Tomo además prestada la voz de entre las lenguas que se hablan. Soy
diferentes sustantivos, pronombres y el pasaje de lo hablado a lo escrito
otras funciones enunciadoras, usán­ y la transición de una lengua a otra.
dolos como vehículo de mis opera­ Así como al interior de una lengua
ciones. Engaño a prosistas, poetas, produzco relatos que toman algo y
dramaturgos, cronistas, ensayistas lo transforman, para hacer el tránsito
y teóricos cuando escriben, hacién­ de una lengua a otra necesito crear
doles creer que aquello que hacen es artilugios, componer, armar, selec­
un recuento verídico o una proyec­ cionar y organizar de nuevo mis sig­
ción inalterada de su mente, con­ nos en combinaciones nuevas: trans­
descendiendo a mi lenguaje como formo balbuceos en palabras carga­
un mero vehículo de esta proyec­ das de sentido. Además, las lenguas
ción. Los confundo cuando escriben que atravieso no son esferas unitarias

172
sino conjuntos de heterogéneas varia­ fuerzas, nos movemos, desplazamos
ciones, que van cambiando de forma las cosas de lugar y vamos dando
a medida que cambia la vegetación, forma dinámica a todo tipo de figu­
la geografía, el clima, variando sutil­ ras que se creen estables y absolutas.
mente de región a región, cam­ Las miradas que se pueden unir a mí
biando dramáticamente de nación son muchas: se encuentran limitadas
a nación, mezcládose con otras len­ por el rango de visión que alcanza
guas que comparten el mismo terri­ un punto de vista y necesitan com­
torio. Cada lengua se adapta y trans­ pletarse acercándose a mí. Yo tam­
forma en otra, ya que las cosas que bién me completo a través de ellas,
se nombran nunca son las mismas en me transformo de múltiples mane­
un paraje frío, húmedo, a penas habi­ ras con ellas, ya que puedo adoptar
tado por humanos, que en un valle tantas formas como sea posible com­
seco, cálido y poblado por millones binar mis signos. Quienes no entien­
de personas. den esta colaboración entre texto y
mirada, malinterpretando mi inter­
Los nombres, esas palabras podero­ vención inventiva en todo lo escrito,
sas que surgen dentro del carácter me atribuyen un lugar en el reino de
específico de toda lengua, también lo falso, creyendo que existe tal cosa
son una de mis formas: estos permi­ como una distinción entre menti­
ten que cada cosa se revele, conserve ras y verdades: las verdades, según
y cuide como única. A la vez, un esta distinción, serían aquellas cosas
nombre puede ser un instrumento que se trasladan intactas al texto sin
de conquista cuando le impone una mutaciones, sin distorsiones, sin
designación ajena a algo ya nom­ pérdidas.
brado, ignorando relaciones íntimas
y antiguas, previamente tejidas entre Cuando una verdad no se entiende
palabras y cosas. comofabricación, ésta empieza a pro­
ducir interferencias generadas por un
Siguiendo las curvas y accidentes de texto en algún cuerpo, algún pue­
una lengua, opero en conjunción con blo o alguna geografía vulnerable.
alguna mirada que la recorre, pro­ Estas interferencias se van manifes­
duciendo con dicha mirada hechos, tando lentamente como líneas divi-
evidencias, acontecimientos: unimos soras, cuadrículas, fronteras, bardas,

173
muros, prisiones, fracturas o heri­ del panteón se apilan aún algunas
das: mis signos, en principio escri­ tumbas como si fueran a salirse de
tos en papel o en la materia casi ina- sus confines, y junto a ellas se amon­
prehensible del código, a veces ter­ tonan los escombros de sepulturas
minan inscribiéndose en los cuerpos, exhumadas, demasiado viejas como
en la arquitectura o en la corteza de para permanecer ancladas a la tierra.
la tierra. Entre dichos escombros se encuen­
tran fragmentos de tumbas de perso­
*
nas caídas en el sismo, replicando la
fragilidad de las construcciones que
Tumba las aplastaron: estas tumbas, ahora
hechas pedazos, marcaron el lugar de
El 19 de septiembre de 2015 se inhumación de los restos de alguien
cumplieron 30 años del sismo que a quien su casa le pudo caer encima
derribó a la Ciudad de México. En en el momento del temblor.
una conversación con el empleado
más antiguo del panteón de Dolores, Algunas fotografías de archivo mues­
supe que la noche después del terre­ tran edificios enteros derrumbados,
moto los cuerpos encontrados bajo pareciendo formar cerros alzados en
los escombros habían sido llevados medio de la ciudad. En unas fotogra­
en masa a los lotes aún vacíos del fías, toneladas de escombros se acu­
panteón, formando pilas inmensas mulan como capas quebradizas de
de cuerpos no identificados, sobre­ los más diversos materiales, mien­
poblando el cementerio, ponién­ tras en otras fotos las construccio­
dolo en crisis. Si ocurriera hoy una nes rotas parecen emerger de la tie­
tragedia similar, este cementerio no rra. En todas las fotos que he encon­
tendría espacio para recibir una trado aparecen las personas como
cantidad de restos como la de 1985. puntos minúsculos perdidos en la
escala de estas ruinas modernas. Una
Las tumbas se organizan unas junto parte de los escombros de las casas,
a otras en un denso tejido de lápi­ de los edificios, de la ciudad caída en
das, cruces y estatuas que se extiende el 85, fue depositada en otra fron­
a lo largo y ancho de una porción del tera, lejos del panteón que albergó a
bosque de Chapultepec. En las orillas tantos de sus cuerpos: entre el borde

174
nororiental de la Ciudad de México
y el estado de México se extiende una
franja de naturaleza que también se
formó en el curso de la década del
ochenta, y que recibió en ese enton­
ces sobre su suelo los restos materia­
les (no humanos) del sismo — antes
de que las plantas crecieran sobre
ellos y los ocultaran.

La Reserva Ecológica Lago deTexcoco


comenzó a extenderse hacia el oriente
hace treinta años, desde los bordes de
Ecatepec y Ciudad Nezahualcóyotl:
hoy se ha reducido su terreno, que
en 1985 ocupaba más de 8.000 hec­
táreas. Los escombros del terremoto,
que no encontraron lugar en la ciu­
dad, fueron dejados ahí en ese vasto
espacio inhabitado. Ai recorrer la
reserva se ven fragmentos de bloques
de concreto, tejas, ladrillos y azulejos
asomándose entre la vegetación que
ha crecido sobre ellos en el curso de
tres décadas. Entre los arbustos cre­
cidos y el pasto tupido podrían estar
guardados los restos de unos cuan­
tos edificios, de los cuales sólo se ven
las puntas. Las ruinas del sismo se
ocultan progresivamente con el cre­
cimiento de las plantas circundan­
tes; a la vez, permanecen antinatura­
les, fuera del tiempo de la vida vege­
tal, emergiendo aún como lápidas de
un camposanto remoto y disgregado.
175
V

Venado animales desde Nueva Zelanda,


dando lugar a una segunda migra­
La primera pareja de venados llega a ción, distante de aquella iniciada hace
Nueva Zelanda a mediados del siglo más de un siglo desde derras inglesas.
xix, cuando un lord de Essex los En algunos documentos estos ani­
envía como regalo a la isla del sur. males aparecen como miembros de
La hembra de la pareja muere sin una manada que en 2005 ya com­
poder reproducirse tras el disparo partía pastizales con vacas y caballos
de un cazador, quedando el macho nativos, en algún punto de la zona
solo hasta que el mismo noble inglés federal. Los venados, totalmente aje­
envía una nueva pareja de hembras. nos al entorno de las planicies recien­
Al llegar las nuevas hembras, los temente repobladas de pasto y árbo­
venados se empiezan rápidamente a les foráneos, fueron traídos sin un
reproducir, poblando los bosques de propósito claro, sin ser parte de al­
este país del sur y multiplicándose. guno de los proyectos de reingenie­
Hacia 1930 los venados son tantos ría ambiental que estaban surtiendo
que se ofrecen recompensas por sus efecto en las diferentes zonas del
cabezas, dando lugar a la matanza de actual lago de Texcoco (entre estos
más de un millón de especímenes en proyectos se encuentran aún fun­
las décadas siguientes. cionando elaboradas y gigantescas
plantas de tratamiento de aguas resi­
Cuentan los ingenieros de la Co- duales, depósitos de basura transfor­
nagua que en 2012 llegaron al lago mada en abono para la tierra, deli­
de Texcoco una manada de estos cados sistemas de riego por goteo

177
y programas de siembra y fertiliza­ nuevos ocupantes de esas tierras: de
ción). Lejos de los tupidos bosques estos corrales aún permanecían a
inscritos en el imaginario de los cuen­ finales de 2015 algunas láminas de
tos infantiles europeos, los venados asbesto sobre el suelo, las rejas dobla­
extranjeros no se articulaban a un das por su propio peso y un bebedero
terreno en el cual humanos, peces, en el centro, intacto y sin agua.
aves, liebres e insectos ya circulaban
entre —y convivían con— mangue­ *
ras, semillas y piscinas de aguas trata­
das. En este nuevo entorno estos ani­ Vínculo
males estaban confinados, desprovis­
tos de la posibilidad de correr libre­ El lago Nabor Carrillo está enmar­
mente entre las praderas, tenderse en cado por una fila de piedras de
las planicies desérticas parcialmente tezontle rojo que dibujan su ori­
colonizadas por viviendas de inva­ lla y contienen su agua. Estas rocas,
sión o habitar las instalaciones aban­ producto de emanaciones volcáni­
donadas del parque ecológico. Estas cas, fueron alguna vez expulsadas
criaturas, en su extrafleza, parecían del centro de la tierra hasta enfriarse
reinscribir una división ya borrada en su superficie y fragmentarse en
en esta cuenca tras siglos de transfor­ pequeños pedazos. Hoy resguardan
maciones: la división entre lo nativo un cuerpo de aguas también expul­
y lo foráneo. sadas: el Nabor Carrillo recibe aguas
con brillos azules y un olor lim­
La manada fue ubicada en un corral pio y salino, como de mar, que han
de unos cuantos metros cuadra­ recorrido, al igual que las piedras,
dos de extensión, en una especie de un largo camino. Negras y densas,
zoológico sin público. Hacia 2014, las aguas de las cloacas de la franja
cerca de la fecha en la cual el gobierno nororiental de Ciudad de México
federal dio luz verde al proyecto del son vertidas en el lago Churubusco,
nuevo aeropuerto, los venados fue­ sobre el borde occidental del lago de
ron expulsados del lago sin dejar Texcoco, para ser tratadas por finos
marcas ni descendencia. Con su par­ métodos y conducidas de modo
tida, los corrales quedaron vacíos e imperceptible al Nabor Carrillo. El
intactos hasta ser tumbados por los calor las evapora en el aire que se

178
respira desde una orilla, mientras inscrito en las reliquias urbanísticas
se están depositando, simultánea­ del centro histórico de la Ciudad de
mente, millones de galones de agua México: las grietas, las piedras caídas,
tratada que llegan a la orilla contra­ los colores deslavados de las facha­
ria. Sobre ellas se posan bandadas de das, los derrumbes, los edificios
patos que migran todos los invier­ antiguos cubiertos de avisos lumi­
nos, haciendo escala de un largo viaje nosos, desapareciendo tras bombi­
desde Canadá. Las aves, expulsadas llas y placas de acrílico. Imaginemos
de su tierra por el duro clima, habi­ caminar entre multitudes de per­
tan el Nabor Carrillo cada año desde sonas hablando una lengua que no
diciembre hasta marzo: nadan en su reconocemos. Imaginemos los soni­
agua y se calientan en las rocas de dos de nuevos vehículos y los silen­
sus márgenes. En el espacio de estos cios de aquellos que están ausentes.
meses fríos, tres cuerpos expulsados Imaginemos un paisaje aural hecho
de procedencias enteramente distin­ de la suma de sonidos antiguos y
tas (las rocas volcánicas, el agua resi­ nuevos. Imaginemos los olores del
dual y la bandada) se unen; luego, en futuro: las nuevas basuras, los nuevos
abril, se separan. gases emergiendo por desagües, los
olores corporales de la gente apretada
& en los vagones de nuevos medios de
transporte. Imaginemos el calor, el
V isión aire deteniéndose en la ausencia de
brisas o corrientes.
Imaginemos que habitamos el Valle
de México en otro tiempo. Imagi­ Imaginemos al lago de Texcoco. So­
nemos que recorremos las calles de la bre su lecho se extiende una capa de
ciudad más grande de este valle con roca volcánica roja que, como una
nuestro cuerpo de ahora, sintién­ alfombra, cubre cinco mil hectáreas
dolas más densas de gente y tráfico, de terreno. En el centro de esta vasta
observando cómo las cubren mate­ explanada se ha dispuesto una plan­
riales suaves y lisos como espejos. cha de concreto que tiene la forma
Imaginemos los cambios que cientos de dos herraduras enfrentadas. Varias
de años de vidas y tránsitos, tanto torres se alzan sobre esta superficie
humanos como no humanos, han como objetos extraños sin función

179
y apenas con forma. Las torres pare­ tierra adentro, mientras, a manera
cen conos invertidos, vacíos, cons­ de reflejo, al interior de este mismo
truidos como tejidos holgados de reservorio se extiende una porción
tubos y varillas. A través estas tra­ equivalente de arena que completa
mas de metal pesado las estructuras una forma circular. Las torres situa­
dejan ver el cerro de Chiconauda y el das en medio de este lago mexicano
cielo azul con nubes escasas. No sos­ son similares al Campo de relámpa­
tienen nada, sólo se tejen y alzan ver­ gos de Walter de Maria: abierto en
ticales por más de treinta metros. Se 1977 sobre una planicie de desierto
levantan, sin propósito, en medio de en Nuevo México, Estados Unidos,
una gran extensión de terreno inha­ este campo se extiende por más de
bitado, como si fueran parte de una un kilómetro cuadrado al interior del
pieza de land art (“arte de la tierra”) cual se disponen postes equidistantes
como aquellas erigidas en el curso de de acero inoxidable, conformando
la década de 1970 en diferentes luga­ una gran retícula. Se asemejan tam­
res del planeta: la alfombra de piedra bién a los Perímetros / pabellones /
roja, las enormes herraduras de con­ señuelos de Mary Miss, construidos
creto y las torres son arte de la tierra en 1978 en el condado de Roslyn,
sin artistas de la tierra, sin un trabajo Nueva York, Estados Unidos: a mitad
de la tierra y con la tierra. de camino entre arquitectura, escul­
tura y accidente geográfico. Miss ha
Se asemejan por ejemplo a los Túne­ erigido tres torres, dos montículos
les del sol de Nancy Holt: un con­ y un patio subterráneo en diferen­
junto de cilindros de concreto dis­ tes puntos de un espacio abierto; al
puestos en 1976 a lo largo del desier­ patio subterráneo se puede aún des­
to de Utah, en Estados Unidos, a tra­ cender por una escalera que se asoma
vés de los cuales se filtra la luz solar de por el costado de un enorme hueco
un modo específico durante las tar­ con forma de cuadrado.
des de solsticio. Se parecen a la Espiral
rota de Robert Smithson, construida El cerro de Chiconáutla se levanta
en Holanda en 1971: un semicír­ negro en la distancia. Una barda
culo cavado sobre la orilla de un de metal y concreto enmarca este
banco de arena, el cual permite diri­ ensamblaje geotécnico, disponién­
gir el cauce de un reservorio de agua dose sobre sus orillas, ahora rígidas,

180
separándolo al occidente de las tra­ diferentes de sal en la tierray múltiples
mas densas de casas y callejones marcas de ocupación que se han
pertenecientes a las colonias urba­ acumulado en la superficie del suelo
nas aledañas de Ecatepec o ciudad como delgados estratos de escom­
Nezahualcóyotl, aislándolo al oriente bros, basura, aguas foráneas, plan­
de las parcelas ejidales y las colonias chas de cemento y otros materiales
campesinas de Ateneo, Tocuila o sintéticos. Poco a poco estos mate­
Nexquipáyac. Este ensamblaje cubre riales se han ido naturalizando,
al lago de Texcoco con capas suce­ confundiéndose con los elementos
sivas de geomembrana plástica y nativos que los precedieron, colo­
roca de los cerros de Tepetlaoxtoc o reando la tierra con nuevos tonos.
Tezoyuca, estos últimos ahora hue­ Las piedras volcánicas, extraídas de
cos como abismos de cuarenta o más la capa de tierra localizada bajo los
metros de profundo. El rojo intenso lodos lacustres —siendo estos lodos
predomina en el tapete de piedra la última capa material que queda
como si fuera una tintura. No es un del antiguo lago—, así como de los
aeropuerto, ni un centro recreativo, cerros circundantes, han sido usa­
ni un balneario, ni un zoológico. No das para crear caminos que se dibu­
envejece, no adquiere del todo una jan a lo largo y ancho de las plani­
forma, no se incorpora del todo al cies del lago de Texcoco. Estas pie­
sustrato que lo soporta. Es una cosa dras, porosas, livianas y fuertes, a
siempre inacabada: ni proyecto, ni veces son negras como las entrañas
resultado, ni ruina. del volcán Popocatépetl, y a veces
rojas como el óxido de los metales
* ferrosos. En las orillas del lago Nabor
Carrillo, las rocas volcánicas se han
Viuda amontonado en una barrera de lajas
en frágil equilibrio, que enmarcan
El terreno del lago de Texcoco no las grandes extensiones de aguas tra­
es una planicie uniforme: conte­ tadas. Debajo de estas piedras habi­
niendo múltiples morfologías super­ tan las viudas negras: en el intersti­
puestas, es una colcha de retazos cio en el cual dos piedras parecen
de distintos suelos, formas diver­ tocarse, la araña más venenosa del
sas de vegetación, concentraciones Valle de México hace su casa, pone

181
sus huevos y muere. La viuda, de de los habitantes previemente esta­
cabeza pequeña, ocho patas largas y blecidos en este paraje singular del
delgadas, y un abdomen redondo y Valle de México.
abultado en el que se adivinan unas
marcas rojas, se mueve veloz entre *
las piedras, eludiendo la presencia
humana. La hembra es además cono­ Vuelo
cida por ser caníbal: el macho, des­
pués de aparearse, queda atrapado en Desde la silla del pasajero no se per­
la tela de la hembra y es devorado por ciben los vientos que mecen a una
ella. Indiferente ante las apariencias aeronave. Se sobrevuelan campos,
de la vida silvestre, la araña no es una océanos, ciudades desde lo alto hasta
de esas criaturas, como las maripo­ perder la tierra de vista, ocultándola
sas o algunas aves, que se posan a la bajo gruesas capas de nubes que en
vista exhibiendo sus formas y colores ocasiones hacen olvidar la perspec­
para ser advertidas. La viuda negra se tiva de un abajo y un arriba. Desde las
evade, entendiendo que el humano alturas, la gran Ciudad de México se
es un adversario que debe ser ata­ empieza a volver pequeña, perdién­
cado cuando se acerca demasiado: dose como una mancha blanca hecha
este último es una de varias criatu­ de millones de puntos superpuestos
ras mortales que deben ser repelidas en cuanto aparece el territorio más
de inmediato. La araña guarda su amplio de un país que la devora.
veneno y muerde la mano que la toca, Aparece el continente y luego la tie­
liberando sus toxinas en el torrente rra ya está lejos, muy abajo, velada
sanguíneo de la víctima, poniéndolas por láminas cada vez más densas de
a circular rápidamente por arterias y vapor condensado. El avión está solo
venas, confundiendo el veneno con en lo alto, hundido entre nubes, car­
la sangre, llegando a los órganos, a la gado de humanos, maletas, bande­
cabeza, a los músculos, causando en jas con comida y vasos plásticos que
minutos espasmos, dolores y pará­ se mantienen quietos en su sitio. Las
lisis: el efecto venenoso se extiende referencias de lo terreno se borran. La
por horas, expulsando al visitante nave, como un ave, se mantiene hori­
extraño que ha levantado incauta­ zontal, meciéndose un poco de vez
mente las rocas para perturbar a uno en cuando, sin virar su cara superior

182
hacia abajo. Cuando ésta encuentra a más de cuatrocientos mil aviones,
su velocidad estable de crucero, sur­ partiendo todos de este aeropuerto
cando las corrientes a unos ochocien­ situado a las orillas del antiguo lago
tos kilómetros por hora, durante lar­ de Texcoco.
gos periodos de tiempo, las tempe­
raturas descienden afuera y se man­ Simultáneamente, bajo tierra se mue­
tienen intactas adentro. Al interior ven caudales de aguas negras con­
del avión, como en la tierra, todo se ducidas desde el sur de la ciu­
mantiene relativamente quieto. dad por el trayecto entubado del
río Churubusco. Las descargas de
Cada año, más de quinientas tonela­ incontables inodoros se dirigen ve­
das de mercancías y pasajeros vuelan loces a este río, sumadas a millones
sobre la atmósfera de la Ciudad de de litros de agua que contienen la
México en aviones que, o bien des­ lavadura de traperos sucios, diver­
pegan del Aeropuerto Internacional sos líquidos que escurren por la pen­
Benito Juárez, o bien aterrizan en diente de las calles hacia las colade­
él. Pesados aviones de carga se des­ ras, unidas también a la mugre del
plazan por el aire metropolitano en suelo que arrastra consigo la lluvia.
todas direcciones, pasando a veces Estas aguas recorren la ciudad por
cerca de las azoteas de algunos edi­ abajo para emerger en la boca del
ficios, peinando las cumbres de los lago Churubusco: un vaso regulador
cerros aledaños a la zona aeropor- construido a cielo abierto en el cos­
tuaria. Aeronaves comerciales trans­ tado occidental de la antigua zona
portan a trescientos humanos por el lacustre de Texcoco, al interior del
cielo citadino en cada viaje, guardán­ relleno sanitario Bordo Poniente y
dolos del frío, la velocidad y el viento a un par de kilómetros de las pistas
en cabinas apretadas, muy cerca los aeronáuticas del aeropuerto interna­
unos de los otros. Cada minuto ate­ cional. Hacia este pequeño vaso regu­
rriza un avión mientras otro levanta lador se dirigen las aguas negras, con­
vuelo, ininterrumpidamente, noche centrándolas momentáneamente ahí
y día. La esfera aérea de la metró­ antes de ser reencauzadas al estado
polis, aquella que guarda las exha­ de Hidalgo, donde irrigarán hectá­
laciones de sus habitantes e infraes­ reas enteras de cultivos de verduras:
tructuras, sostiene y eleva cada año esta agua se filtrará en la tierra hasta

183
alcanzar las raíces de plantas frutales, Un avión en vuelo se incorpora
legumbres y tubérculos que viajarán al mismo aire que respiramos, al
en huacales a los mercados citadinos. mismo aire que mece los árboles y
desata tormentas sobre las zonas cos­
Al desembocar, el fluido que viajó teras, al mismo aire que nos tumba
subterráneo se descarga con vio­ a la tierra cuando sopla el viento
lencia sobre la superficie de tierra, con fuerza. Este aire levanta a una
derramándose en el lago, levantando máquina alada que pesa toneladas, la
espumas que viajan ligeras por el aire sostiene, la hace liviana y blanda, la
para después posarse suavemente en mantiene enfilada en su ruta, la eleva
diferentes puntos del terreno. El hasta hacerla desaparecer.
sonido de los aviones despegando
y llegando se desplaza también por *
aire, haciendo retumbar la tierra del
lago de Texcoco. Los olores de las
aguas negras emergiendo se trans­
portan por este mismo éter, llevados
velozmente por corrientes de viento
hasta las pistas aéreas. Estos olores,
antes contenidos en las tuberías del
subsuelo, estallan de repente al tocar
la superficie, dispersándose por las
brisas que viajan del oriente hasta
alcanzar el interior de las termina­
les aeroportuarias, llegando también
a las cabinas de aviones que aterri­
zan en cuanto estos abren sus esco­
tillas. Las corrientes olfativas del río
Churubusco quedan atrapadas en
los aviones cuando estos emprenden
vuelo, llevándose millones de partí­
culas impregnadas del subsuelo de la
Ciudad de México y de la tierra sali­
trosa del lago de Texcoco.

184
z
Zanja a norte, dirigiendo las aguas lacus­
tres hacia el río Tula, al interior del
Los pobladores de la Ciudad de valle del Mezquital, en el estado de
México han abierto varias zanjas Hidalgo.
alrededor y al interior del área que
ocupó hace siglos el lago de Texcoco. A medida que la ciudad crecía, una
En 1607 abrieron un tajo al norte de serie de acuíferos sepultados bajo tie­
los lagos de la cuenca central mexi­ rra iban disminuyendo de tamaño
cana para intentar drenar toda su mientras su agua era extraída por
agua y de este modo despejar nuevas medio de pozos someros: un pozo es
extensiones de tierra seca que pudie­ una suerte de zanja vertical que abre la
ran ser urbanizadas. En 1629, una tierra hasta anclarse en la boca de los
gran inundación provocó el colapso reservorios. Mientras el suelo se hun­
de la zanja, derribando su frágil día por la acción de las zanjas vertica­
estructura mientras crecía el nivel les que sacaban agua del subsuelo, el
de las aguas en los lagos y ríos que gran canal subterráneo fue cediendo,
hasta entonces ocupaban grandes inclinándose en contrapendiente,
extensiones de terreno en el Valle de provocando el retorno del agua al
México. Tras el fracaso de la primera lecho de los lagos. En ello los citadi-
zanja, a comienzos del siglo veinte se nos trajeron cárcamos, extensiones,
abrió una nueva canalización para bombas y otros artefactos ingeniados
desaguar la zona metropolitana: un para conducir el agua hacia arriba,
Gran Canal subterráneo atravesando hacia afuera, por una zanja cuya
la zona lacustre bajo tierra, de sur inclinación crecía en la dirección

185
contraria. En el curso del siglo veinte mañanas, guardándose de nuevo
se construyeron otras zanjas con el cuando cae la tarde. La bandera, divi­
propósito de reforzar este proyecto dida en tres franjas verticales, una
de desagüe, mientras algunos ríos verde, una blanca y una roja, mide
eran convertidos en zanjas enmar­ cincuenta metros de largo por treinta
cadas en concreto: el Túnel Emisor metros de ancho al estirarla por com­
Central, el Túnel emisor Poniente, el pleto. Cuando sopla el viento esta
río de los Remedios, el río de la com­ bandera ondea lentamente, cam­
pañía o el río Churubusco. En 2008, biando siempre de forma, enco­
mientras el agua regresaba periódica­ gida y henchida según la muevan las
mente inundando calzadas, plazas, corrientes, a veces generando som­
parques y barrios, al filtrarse hacia bras en el piso que cobijan breve­
arriba por los drenajes de las casas, mente a los transeúntes. El zócalo
edificios y calles, algunos habitantes se abre como una gran explanada
de esta ciudad comenzaron a cavar enmarcada por la catedral metropo­
una zanja más profunda y ancha que litana al norte, por el palacio presi­
el tajo y el canal, midiendo siete kiló­ dencial al oriente y por el gobierno
metros de diámetro por una longi­ municipal al sur, siguiendo una dis­
tud estimada de sesenta y dos kiló­ posición espacial que se replica en
metros. Mientras hoy abren este otras ciudades y pueblos coloniales
hueco deseosos de secar los lagos por de América Latina. Sobre esta plaza
completo, cavando y apuntalando camina gente de barrios del norte y
su enorme envergadura a ciento sur de la ciudad, de estados vecinos
cincuenta metros de profundidad, y países extranjeros, dirigiéndose a
afuera llueve. sus alrededores para hacer compras
en estrechas calles abigarradas de
* mercancías chinas, sonidos de múl­
tiples timbres y comidas callejeras.
Zócalo A lo largo de estas calles cercanas
los edificios están hechos de piedras
En medio del zócalo de la Ciudad macizas que en muchos casos fueron
de México se levanta un asta de removidas de construcciones prehis­
más de 100 metros de alto sobre pánicas, para erigirse nuevamente
la cual se iza una bandera todas las en forma de arquitecturas de estilo
europeo.
186
Frente a la esquina noroccidental al interior de un predio que colinda
del zócalo, una estatua de Enrico con la catedral, extendiéndose bajo
Martínez se levanta oscura, bri­ sus cimientos hasta desbordarse,
llante y pesada sobre un pedestal de subterráneo, bajo la iglesia y la plaza.
cemento y mármol que indica a uno Siglos atrás esta plaza era el centro
de sus costados el nivel de ascenso de poder de otras culturas con otras
máximo de las aguas del lago de maneras de habitar el espacio, y desde
Texcoco durante épocas de cre­ entonces ha cambiado de forma hasta
ciente. En 1629, esta misma plaza convertirse en esta explanada des­
donde hoy se alza una monumental nuda del día de hoy: miles de metros
bandera mexicana estuvo totalmente cuadrados de lozas que cubren otra
sumergida dos metros bajo el agua, a ciudad que yace debajo, abriendo
causa de una inundación que azotó lugar a nuevas ocupaciones por venir.
con violencia a la ciudad entera,
derrumbando también con la fuerza El 19 de septiembre de 2017, un
de su caudal al primer proyecto de sismo de 7.1 grados empezó a mecer
canalización de las aguas lacustres la tierra que soporta a las ruinas
de Texcoco, propuesto por el hom­ del templo mexica, moviendo tam­
bre de la estatua. Este proyecto lla­ bién en simultánea a todas las demás
mado “tajo de Nochistongo” fue capas ocultas bajo la plaza central
construido pocos años antes, en de la Ciudad de México. En segun­
1607, durante dos años consecuti­ dos, la intensidad del sismo aumen­
vos, buscando ser un canal para el tó, sacudiendo los edificios que en­
desagüe definitivo de los lagos en la marcan al zócalo de un lado a otro
cuenca central mexicana. El canal, como si la piedra de la que están
apenas sosteniéndose, fue cediendo constituidos se ablandara y estirara.
ante filtraciones en sus paredes que­ La cruz que remata a la torre orien­
bradizas hasta colapsar por la fuerza tal de la catedral cedió hasta fractu­
de este gran aluvión. rarse y luego derrumbarse. La gente,
saliendo desbordada de las puer­
Frente al costado nororiental del tas entreabiertas de edificios cer­
zócalo se ubica el templo mayor canos, agolpada en las calles estre­
de los mexicas, el cual fue parcial­ chas que desembocan en el cuadri­
mente excavado en los años setenta, látero abierto del zócalo, empezó

187
a ocupar la plaza a medida que los fragmentos de muebles, escom­
movimientos telúricos iban en au­ bros y objetos. En ocasiones atravie­
mento, agitándolo todo cada vez san una vegetación densa y tupida
con más fuerza, derrumbando edifi­ que puebla las rendijas de las cons­
cios con violencia en diferentes pun­ trucciones, ya vacías de habitantes.
tos de la ciudad y sus alrededores. El Los restos materiales de la ocupa­
sol estaba en el cénit, borrando las ción humana no permiten ser sima­
sombras de la gran bandera que se dos en el tiempo: aparecen cubiertos
alza en el centro de la plaza. El asta se de moho, óxido, tierra, o sumergi­
doblaba como una varilla de caucho. dos en el fondo de estanques de agua
El sonido de la alarma sísmica rebo­ y cubiertos por capas de algas. La
taba en las lozas calientes del zócalo inmersión en esta “zona” nunca ocu­
capitalino. rre de la misma manera porque ella
está, de cierto modo, viva: sus capas
* de vegetación y ruina se entretejen en
una serie de laberintos que cambian
Zona siempre de forma, que trazan y vuel­
ven a trazar su estructura, que nunca
En la película Stalker del director permiten ser recorridos en líneas rec­
ruso Andrei Tarkovsky, tres hombres tas, y que mueven fuerzas invisibles
entran en una zona prohibida res­ e incomprensibles para los huma­
guardada por militares y cercas metá­ nos. Mientras la “zona” cambia sus
licas difíciles de franquear. Al inte­ reglas, los caminos que se adivinan y
rior de esta zona los hombres empie­ señalan no se pueden desandar por­
zan a descubrir un espacio diferente que el lugar los devora, los clausura;
de aquel del exterior: un territorio el lugar reacciona ante la presencia
cambiante que se devela a medida humana y abre otros pasajes en nue­
que ellos se internan en él. AI aden­ vas direcciones.
trarse en este espacio, los viajantes
van encontrando carcazas oxidadas Esta “zona” me recuerda a la selva
de tanques de guerra, búnkeres que amazónica de La Vorágine, novela del
han sido inundados por torrentes de escritor colombiano José Eustasio
agua, y lugares con los muros des­ Rivera: un lugar que se resiste a ser
nudos donde permanecen algunos conquistado, que origina muchas

188
vidas y es a la vez letal, abierto y a ruinas; sus mausoleos se transforman
la vez inaccesible. También pienso en zonas liminales, abiertas y agrieta­
en un lote abandonado en Bogotá das por el paso del tiempo. A través
que recorrí hace años, antes de que de sus grietas, la muerte escapa con
fuera absorbido por el trazado de sus olores, su descomposición y su
una nueva avenida. Se trataba de un íntima cercanía con lo vivo, mien­
espacio de un par de hectáreas, guar­ tras el pasto se asoma, crece y florece.
dado por rejas blancas en medio del
barrio José Joaquín Vargas, un barrio Pienso finalmente en los terrenos
en parte ocupado por un nuevo con­ federales del lago de Texcoco: en
junto de edificios homogéneos, y en ellos se mezcla la vegetación con el
pane un terreno baldío. Este lote desierto, la sequía con la amenaza
albergaba los restos de una construc­ de inundaciones, los monumentos
ción abandonada, dejada a mitad de con los escombros, los restos de falli­
camino con sus máquinas, casetones das ocupaciones humanas con los
y vigas apiladas siendo devorados materiales de nuevas construcciones.
por la maleza y la humedad, mien­ Todo esto converge en una especie
tras en él se abría camino un asenta­ de “zona”, de cierto modo prohi­
miento imperceptible de insectos y bida, que se resiste a ser habitada o
aves. Los restos de esta construcción, transitada.
cubiertos de musgo y herrumbre,
parecían desenterrados por alguien, Tarkovsky captura una condición de
procedentes de tiempos inubicables; ciertos espacios (de “espacios otros”
dichos restos parecían a la vez com­ como los llama Foucault) que, como
ponentes de un espacio familiar, cer­ el lago de Texcoco, recogen secuelas
cano aunque desprovisto de forma de la conquista fallida de la tierra,
y función, retorcido por el agua, las y dan lugar a otra vida que emerge
plantas, el sol y el viento. La “zona” de dicha conquista. Esta vida no
de Tarkovsky también se parece es enteramente humana, oscilando
a ciertos panteones de México y entre lo impuesto y aquello que, por
Colombia que he conocido de cerca: sí mismo, llega a establecerse.
las tumbas en estos cementerios no
sólo guardan restos humanos, sino
que sus monumentos devienen

189
Zoológico papagayos, colibríes, palomas y teje­
dores; estanques, islotes y pantanos
En los años anteriores al lanzamiento para los flamencos y pelícanos; jau­
del proyecto Parque Ecológico Lago las para buitres, cóndores y águilas;
de Texcoco, muchos proyectos de serpentario para reptiles, con calefac­
tesis llegaron desde diferentes uni­ ción y aire acondicionado; casa para
versidades de México a las oficinas insectos; exotarium, tropicarium, zoo­
de la Comisión Nacional del Agua lógico de crías, clínica.
(Conagua), en forma de ejemplares
de papel encuadernado, numerados, Mientras esta tesis se entregaba en la
escritos a máquina. Estos proyec­ biblioteca de la institución guberna­
tos buscaban rehabilitar las miles de mental del agua, en la antigua cuenca
hectáreas de zona lacustre desecada ya habitaban algunas de estas espe­
bajo la forma de desarrollos inmo­ cies animales, adaptándose a las con­
biliarios, complejos comerciales o diciones semidesérticas del suelo, ali­
infraestructuras turísticas. Uno de mentándose de pastos Distichlis spi-
ellos tiene en su cubierta el dibujo cata, comiéndose las unas a las otras
de un elefante rodeado de tres silue­ de acuerdo con las leyes que dicta
tas de pájaros en vuelo; debajo de la cadena alimenticia, viviendo a la
éste, en letras gruesas y sin serifrs, intemperie, ocultándose en huecos
se lee la palabra “zoopolis ”. En las cavados en la tierra lodosa, reposando
páginas que siguen se expone el plan detrás de las piedras, agrupándose o
de creación de un zoológico en los repeliéndose de acuerdo con impul­
terrenos del lago de Texcoco, seguido sos de colaboración o competencia.
de una lista de edificios a construir
y sus correspondientes adecuacio­ Si las demás especies faltantes lle­
nes, dependiendo del tipo de animal garan todas juntas en un arca, des­
que cada una debía albergar: prade­ cendiendo sobre el suelo salino y
ras para que los ungulados medios corriendo libres en medio de los
corrieran y tuvieran espacio de sepa­ otros animales, morirían al poco
ración entre unas y otras especies; tiempo por frita de agua, perecerían
laderas rocosas erigidas para cabras aplastadas por las especies nativas o
y ovejas; llanuras para avestruces y por sus semejantes, o serían erradi­
casuarios; aviarios interiores para cadas por los predadores que rondan

190
la zona por aire o tierra. En ciertos Zumbido
casos algunos animales sobrevivirían
y se ocultarían de la vista de todos los Cuarido se vive en la Ciudad de
demás, o desarrollarían cierta siner­ México, los momentos de silen­
gia con otras especies, dando lugar cio que se abren cuando mengua el
a nuevos e inesperados ecosistemas. ruido que agita a la metrópolis, están
Si un humano descendiera de esta poblados siempre de un zumbido.
arca de animales como un animal Puede ser el zumbido de los refrige­
más, enseguida moriría de calor, sed, radores sonando todos al unísono,
hambre y miedo. filtrándose por las rendijas de las
puertas de todas las casas. Las cajas
“zoopolis ”, un proyecto nunca rea­ de estos electrodomésticos hacen
lizado, propone la partición de los resonar los objetos que se guardan
terrenos del lago de acuerdo a una dentro como grandes tambores.
jerarquía de las especies, organizada Sumados, agitan levemente la tie­
alrededor de un espectador humano: rra al emitir sonidos profundos que
este espectador no desea contemplar primero hacen retumbar al cuerpo
el curso lento y a veces brutal de sus y luego llegan a los oídos. Puede ser
interacciones; no desea ver cómo el el sonido de las motobombas insta­
aire seco y el sol transforman sus ladas en algunos edificios, las cua­
hábitos; no desea él mismo identi­ les envían el agua desde el subsuelo
ficarse con las especies animales. El hasta los tanques, arriba en las azo­
zoológico se construye por el con­ teas. Pueden ser las voces de personas
trario como un panóptico desde el conversando, llegando desde dife­
cual el humano comprueba que él es rentes direcciones a nuestros campos
diferente, que tiene el control sobre audibles. Puede ser también el zum­
los animales, que puede observarlos bido de los cables eléctricos extendi­
y entenderlos desde la distancia del dos a lo largo de las calles, suspen­
vidrio o de la jaula. didos en el aire y encontrándose en
los postes inclinados que se anclan a
veces en las aceras. Los cables emi­
ten chirridos como si estuvieran a
punto de estallar en corto circuito.
Al viajar, la electricidad también

191
emite zumbidos que salen al aire a Los aviones que despegan o aterri­
través de las tomas domésticas de zan en el aeropuerto Internacional
luz, cuando fluctúan los voltajes pa­ Benito Juárez cada cierto tiempo
ra estabilizarse momentáneamente. perturban el relativo silencio de esta
Puede oírse también el zumbido de suma de zumbidos, al imponer su
los carros y camiones que rugen al sonido sobre todos los demás durante
pasar por las autopistas, golpeando algunos segundos, dejando tras de sí
el suelo desnivelado de las calzadas un zumbido adicional que ya no está
con sus llantas. Los motores de los afuera, en la ciudad, su subsuelo o su
carros emiten también un zumbido, cielo, sino adentro, en la cabeza.
una especie de ronroneo constante
que se suma al sonido de los tubos *
de escape soltando gases al viento. En
medio de los carros, las motocicle­
tas emiten zumbidos fuertes al ace­
lerar sus motores y moverse en zig­
zag a través del tráfico. Sobre estos
sonidos se oye el zumbido de múlti­
ples radios encendidos, sintonizados
todos en diferentes emisoras, a dife­
rentes intensidades, haciendo sonar
diferentes músicas. Se escuchan a la
vez millones de televisores encendi­
dos, algunos nuevos y más silencio­
sos, algunos más viejos con sus cir­
cuitos sonando al interior de las cajas
“ como si fueran a estallar. También
zumban las vías de metro cuando
los vagones se aproximan, condu­
ciendo su sonido hasta las calles y las
casas. Si se pone atención, se puede
oír también el zumbido del agua cir­
culando por las tuberías.

192
Bibliografía

Referencias, documentos, relaciones, conversaciones

Aguilar, Gloria. “México, ciudad ANTAC Agencia de Noticias. “No


futura, proyecto sustentable, ¿para somos invasores, afirman habitantes
cuántos?”. Quadratin. Noviembre de Hidalgo y Carrizo”. https://bit.
29, 2013. https://bit.ly/2GjXLnq ly/2uZJKVH (citado en Abril 18,
(citado en Abril 2, 2016). 2016).

Alatorre, Adriana y Víctor Appadurai, Arjun. “Introduction:


Fuentes. “Gobierno federal Commodities and the Politics of
planea paraíso ecológico en lago Value”. En The Social Life o f Things:
de Texcoco”. terra. Septiembre Commodities in Cultural Perspective,
12, 2012. https://bit.ly/2GfQp3s editado por Arjun Appadurai, 3-59.
(citado en Abril 2, 2016). Cambridge: Cambridge University
Press, 1986.
Almazán Hernández, Gregorio.
“Obras hidráulicas”, todotexcoco. Arena Pública. “Texcoco y la
row. Junio 23, 2015. https://b¡t. compra silenciosa de predios”.
ly/2DceVRY (citado en Marzo 27, Dinero en imagen. Febrero 4, 2014.
2016). https://bit.ly/lkL5VCu (citado en
Junio 13, 2015).
Almomento Noticias. “Realizan
limpieza general en el Lago del Auge, Marc. Los no lugares: una
Bosque de Tláhuac”. Almomento antropología de la sobremodemidad.
Noticias. Mayo 10, 2014. https:// Traducido por Margarita Mizraji.
bit.ly/2UWmLJC (citado en Julio Barcelona: Gedisa, 2000.
10, 2015).

193
Barrera Aguirre, Juan Manuel. Benjamin, Walter. “Obra de los
“Desalojan a 400 por invadir predios pasajes”. Vol. 1, en Obras, Libro V,
en Texcoco”. El Universal. Noviembre traducido por Juan Barba. Madrid:
24, 2012. https://bit.ly/2IvkXAP Abada, 2013.
(citado en Abril 18, 2016).
Benjamin, Walter. Tesis defilosofía
Barrera Aguirre, Juan Manuel. de la historia y otrosfragmentos.
“San Salvador Ateneo, en defensa de Traducido por Bolívar Echeverría.
la tierra”. El Universal. Septiembre 2, UACM, Ciudad de México: Iraca,
2014. https://bit.ly/2UgOClc (citado 2008.
en Junio 13, 2015).
Benjamin, Walter. “The
Barthes, Roland. Fragmentos de Translators Task”. Traducido por
un discurso amoroso. Traducido por Stephen Rendall. T T R : traduction,
Eduardo Molina. Ciudad de México: terminologie, rédaction 10, no. 2
Siglo XXI, 1993. (1997): 151-165.

BBC Mundo. “¿Cómo se secó el Bennett, Tony. “Introduction”


Poopó, el segundo lago más grande En The Birth o f the Museum, 1-13.
de Bolivia?”. BBC Mundo. Diciembre Nueva York: Routledge, 1995.
23,2015. https://bbc.in/109QK6p
(citado en Enero 31, 2017). BorgdoriF, Henk. El debate
sobre la investigación en las artes.
Becerril, Andrea y Patricia Muñoz. Amsterdam: Amsterdam School of
“Sensacional, que el GDF presente the Arts.
controversia, dice Pedro Censóla”.
La Jomada, Octubre 25, 2001. Bose, Shumi. “Entrevista a
Alberto Kalach: ‘Nuestros
Becerril, Jorge. “Manifestantes proyectos intentan crear un diálogo
bloquean Bucareli”. milenio, inteligente con la naturaleza’”. The
com. Mayo 6, 2014. https://bit. Guardian. Noviembre 13, 2015.
ly/2GiY2qO (citado en Abril 18, https://bit.ly/2Iv7Gbm (citado en
2016). Junio 27, 2016).
Campos, Gerardo. “Se deslindan Centro Nacional de Memoria
antorchistas de desalojo de mil Histórica. Textos corporales de
familias”. El Occidental. Abril 28, la crueldad. Memoria histórica y
2012. https://bit.ly/2IqVN6k antropología forense. 19-28. Bogotá:
(citado en Abril 18, 2016). CNMH, 2014.

Cano, Juan Carlos. “El lago de Chakrabarty, Dipesh y Bemd


Texcoco”. Letras libres. Septiembre M. Scherer. “Interview. The
1,2011. https://bit.ly/2G7bXlY Anthropocene Project. An
(citado en Mayo 25, 2016). Opening”. Youtube.com. Enero
29, 2013. https://bit.ly/2X4tKh6
Carrillo, Nabor. El hundimiento (citado en Abril 10, 2016).
de la Ciudad de México, proyecto
Texcoco. Ciudad de México: Chávez González, Silvia y René
Secretaría de Hacienda y Crédito Ramón. “Huye subprocurador de
Público, 1969. Justicia de Texcoco de reunión con
vednos de San Salvador Ateneo”.
Casell, Dana K, Robert C La Jornada, Enero 6, 2002.
Salinas y Peter A.S. W inn. The
Encyclopaedia o f Death and Dying. Comisión del Lago de Texcoco.
Nueva York: Facts on File, 2005. Plan Lago de Texcoco. Ciudad de
México: Secretaría de Recursos
Centro de Instrum entación y Hidráulicos, 1975.
Registro Sísmico. “El sismo del
19 de Septiembre de 1985”. cires. Comisión del Lago de Texcoco.
http://www.cires.org.mx/1985_ Proyecto Texcoco. Ciudad de México:
es.php (citado en Abril 18, 2016). Secretaría de Agricultura y Recursos
Hídricos, 1983.
Centro Nacional de Memoria
Histórica. Ausencias que interpelan. Comisión del Lago de Texcoco.
https://bit.ly/2VExBkM (citado en Regeneración del Valle de México.
Marzo 24, 2016). Ciudad de México: Secretaría de
Recursos Hídricos, 1976.

195
Comisión Nacional del Agua. Contreras, Cintya. “El Bordo
Proyecto Lago de Texcoco. Rescate Poniente causa miocarditis,
Hidroecológico. Ciudad de México: vómitos, cáncer”. Excelsior. Abril
Conagua, 2005. 19, 2016. https://bit.ly/2DdSMCU
(citado en Mayo 10, 2016).
Comisión Nacional del Agua. Se
perforarán dos pozos exploratorios Coolidge, Matthew. The Center
más, en la búsqueda de otro for Land Use Interpretation. 1994.
acuifero para el Valle de México. http://clui.org/ (citado en Febrero
Comunicado de prensa, Conagua, 2, 2015).
Ciudad de México: Conagua, 2013.
Cortés, Hernán. “Segunda carta
Comisión Nacional del Agua. de relación de Hernán Cortés al
Semblanza Histórica delAgua Emperador Carlos V”. Cartas de
en México. Ciudad de México: Relación. https://bit.ly/lRDvQdt
Secretaría de Medio Ambiente y (citado en Septiembre 10, 2015).
Recursos Naturales, 2009.
De Micheli, Mario, ed. Las van­
Congreso de los Estados Unidos guardias artísticas del siglo XX.
Mexicanos. Leyfederal sobre Traducido por Ángel Sánchez-Gijón
monumentos y zonas arqueológicos, and Pepa Linares. Madrid: Alianza,
artísticos e históricos. Ciudad de 2000 .
México: Estados Unidos Mexicanos.
Presidencia de la República, 1972. Deleuze, Gilíes y Félix Guattari.
M il Mesetas. Traducido por José
Contrapapel.mx. “Otorgará la Vásquez Pérez. Valencia: Pre-Textos,
Conagua predio para reubicar 2008.
a desalojados de Hidalgo y
Carrizo”. Abril 6, 2015. https://bit. Delgado, Diana. “Desplazados. El
ly/2D5I4hV (citado en Abril 18, terremoto de 1985 los ‘desterró’”.
2016). El Universal. Septiembre 17, 2015.
https://bit.ly/lQIt3RS (citado en
Abril 18,2016).

196
Didi-Huberman, Georges. Encyclopaedias and Dictionaries.
“Atlas. Entrevista con Georges Vol. 18, en Encyclopaedia
Didi-Huberman”. Youtube.com. Britannica. 2003.
Diciembre 21, 2010. hrtps://bit.
ly/2KBgcZ8 (citado en Marzo 9, Escalante Pliego, Patricia. “Aves
2016). y aviones, incompatibles”. Animal
político. Octubre 7, 2014. https://
Diederichsen, Diedrich. bit.ly/lCY2DVx (citado en Abril
“Animation, De-reification, and 18, 2016).
the New Charm of the Inanimate”.
e-fluxjournal, no. 36 (Julio 2012). Escobar, Arturo. Sentipensar con
la tierra. Nuevas lecturas sobre
Silly Symphonies. Flowers and Trees. desarrollo, territorio y diferencia.
Dirigida p o r'Whit Disney. 1932. Medellin: UNAULA, 2014.

Echeverría, Iñaqui. Parque Espinoza Pineda, Gabriel. El


Ecológico Lago de Texcoco. http:// embrujo del lago: el sistema lacustre
www.parquetexcoco.com/ (citado de la Cuenca de Méxio en la
en Abril 2, 2016). cosmovisión mexicana. Ciudad de
México: Instituto de Investigaciones
Edgeworth, M att. “Follow the Cut, Históricas UNAM, 1996.
Follow the Rhythm, Follow the
Material”. Norwegian Archaeological Excelsior. “Se incendió fábrica
Review45, no. 1 (2012): 76-92. de harina en la Delegación
Cuauhtémoc”. Excelsior. Diciembre
Edgeworth, M att. “On the Agency 5, 2014. https://bit.Iy/2VHT9wH
of Rivers”. Archaeological Dialogues (citado en Junio 27, 2015).
21, no. 2 (2014): 157-159.
Fernández Polanco, Aurora.
Elpaís.com.co. “En imágenes: así “Escribir desde el montaje: otra
fue el terremoto que azotó a México forma de exponer". En Investigación
en 1985”. elpaís.com.co. Septiembre artística y universidad: materiales
17, 2015. (citado en Abril 18, para un debate, editado por Selina
2016). Blasco, 105-116. Madrid: Ediciones
Asimétricas, 2013.
197
Fernández, Emilio. “Exigen Foucault, Michel. La arqueología del
compensación por daños en saber. Traducido por Aurelio Garzón
vialidades de Texcoco”. El del Camino. Buenos Aires: Siglo
Universal. Abril 5, 2016. https:// XXI, 2002.
bit.ly/lqtqUlx (citado en Abril 6,
2016). Foucault, Michel. “La prosa del
mundo”. En Las palabras y las
Fernández, Emilio. “Nunca cosas: una arqueología de las ciencias
olvidaremos cómo nos sacaron, humanas, traducido por Elsa Cecilia
casi a patadas”. El Universal. Mayo Frost. Buenos Aires: Siglo XXI,
11, 2012. https://bit.ly/2VEyrxW 1968.
(citado en Abril 18, 2016).
Franke, Anselm. “Animism: Notes
Fiske, Tina y Giorgia Bottinelli. on an Exhibition”, e-flux journal, no.
“Mark Dion. Tate Thames Dig 36 (Julio 2012).
1999”. Tate. Febrero 2002. https://
bit.ly/2VEyZnu (citado en Marzo Freud, Sigmund. “Animism, Magic
11,2016). and the Omnipotence of Thought”.
En Totem and Taboo, 124. Nueva
Foucault, Michel. “Des espaces York: Moffat, Yard, and Company,
autres”. Architecture, Mouvement, 1918.
Continuité, no. 5 (Octubre 1984).
Gándara Vásquez, Manuel,
Foucault, Michel. El orden del entrevistado por Adriana Salazar.
discurso. Traducido por Alberto (Marzo 11, 2016).
González Troyano. Buenos Aires:
Tusquets Editores, 1992. García, Dora. “Más mística que
racionalista, alcanza verdades que
Foucault, Michel. Elpensamiento la lógica no puede alcanzar”. En
del ajuera. Traducido por Manuel En tomo a la investigación artística.
Arranz. Valencia: Pre-Textos, 2014. Pensary enseñar arte: entre la
práctica y la especulación teórica, por
Brown et al., traducido por Miguel
Martínez-Lage, 59-65. Barcelona: Gibbs, Anna. “Fictocriticism,
Museo de Arte Contemporáneo de Affect, Mimesis: Engendering
Barcelona, 2010. Differences”. Editado por Nigel
Krauth and Tess Brady. Text (The
García Hernández, Juan Luis. University of Western Sydney) 9,
“Cinco ejidatarios de Ateneo ponen no. 1 (Abril 2005).
en vilo al NAICM: la SCT usurpó
200 hectáreas, acusan”, sinembargo, Gioni, Massimiliano. “II Palazzo
mx. Marzo 8, 2016. https://bit. Enciclopédico (The Encyclopedic
ly/lSx9jnx (citado en Marzo 10, Palace)”. Universes in Universe.
2016). https://bit.ly/2UQWSel (citado en
Marzo 22, 2016).
García Hernández, Juan Luis.
“La crisis deja sin alas al Nuevo Gioni, Massimiliano.
Aeropuerto de la CdMx: no se “Massimiliano Gioni On The
puede pagar, dicen diputados”. Encyclopedic Palace”. Youtube,
sinembargo.mx. Marzo 7, 2016. com. Junio 1, 2013. https://bit.
https://bit.ly/lnr6qYn (citado en ly/2Z5cB8N (citado en Marzo 20,
Marzo 10, 2016). 2016).

Garuba, Harry. “On Animism, gob.mx. “La Conagua entrega


Modernity/Colonialism, and the en concesión el Parque Ecológico
African Order of Knowledge: Lago de Texcoco para resguardo
Provisional Reflections”, eflux municipal”, gob.mx. Abril 5, 2016.
journal. Julio 2012. (Citado en https://bit.ly/2GjARN8 (citado en
Mayo 1, 2016). Abril 6, 2016).

GeoComunes. geocomunes. http:// Gómez Gerardo, Víctor. “Historia


geocomunes.org/ (citado en Febrero de la Tecnología y molinos de
6, 2017). trigo”. Universidad Pedagógica
Nacional. Abril 25, 2011. https://
bit.ly/2KG9dyi (citado en Junio 29,
2015).

199
1

Viento negro. Dirigida por Graves-Brown, Paul y John


Servando González. 1995. Schofield. “The filth and the fury:
6 Denmark Street (London) and
González de León, Teodoro, the Sex Pistols”. Antiquity 85, no.
Alejandro Rosas Robles, Alberto 330 (2011): 1385-1401.
Kalach y Gabriel Quadri de la
Torre. La ciudady sus lagos. Ciudad Groys, Boris. “On Art Activism”.
de México: Clío, 1998. e-flux. Junio 2014. http://www.e-
flux.com/journal/on-art-activism/
González-Ruibal, Alfredo. (citado en Junio 22, 2015).
“Archaeology of the contemporary
past”. En Encyclopedia o f Global Guzmán Roque, Sharenni y
Archaeology, editado por Claire Víctor Espinosa. “El lago que se
Smith, 1683-1694. New York: filtró por 7 grietas”. El Universal.
Springer, 2014. Junio 1, 2012. https://bit.
ly/2v4vL0E (citado en Julio 10,
Gopnik, Adam. “In the Memory 2015).
Ward: The Warburg is Britain’s
most eccentric and original library. Haraway, Donna J. “Situated
Can it survive?” The New Yorker. Knowledges: The Science Question
Marzo 16, 2015. https://bit. in Feminism and the Privilege of
ly/lBoc7co (citado en Marzo 18, Partial Perspective”. Feminist Studies
2015). 14, no. 3 (Otoño 1988): 575-599.

Grande, Helena. “Exposición Haraway, Donna J. Staying with


de la investigación artística: una the Trouble. Making Kin in the
aproximación al Journal for Chthulucene. Durham: Duke
Artistic Research y el Research University Press, 2016.
Catalogue”. En Investigación
artística y universidad: materiales Harrison, Rodney y John
para un debate, editado por Selina Schofield. “Archaeo-ethnography,
Blasco, 87-104. Madrid: Ediciones auto-archaeology: Introducing
Asimétricas, 2013. archaeologies of the contemporary
past”. Archaeologies 2, no. 5 (2009):
185-209.
200
Haus der Kulturen del Welt. The KopytoiF, Igor. “The Cultural
Anthropocene Project. 2013-2014. Biography of Things”. En The
https://bit.ly/2jRLN85 (citado en Social Life o f Things: Commodities
Junio 20, 2015). in Cultural Perspective, editado
por Arjun Appadurai, 64-91.
Hernández, Eduardo. “Controlan Cambridge: Cambridge University
bomberos incendio en fábrica de Press, 1986.
Lerdo y Vallejo”. E l Universal.
Diciembre 5, 2014. https://bit. Lagunes Gasea, Ricardo A
ly/lyZN2Ed (citado en Junio 27, “Nuevo aeropuerto: despojo y
2015).' ecocidio”. La jomada. Octubre
1, 2016. https://bit.ly/2dOBEZz
Hodler, Timothy y Nick Sousanis. (citado en Octubre 26, 2016).
“Thinking Through Images: An Lakepedia. Lakepedia. http://www.
Interview with Nick Sousanis”. lakepedia.com/ (citado en Enero
The Paris Review. Julio 20, 2015. 31,2017).
https://bit.ly/lLDnhzN (citado en
Julio 29, 2015). Latour, Bruno. “Anthropology
at the Time of the Anthropocene
Iregui, Jaime. “Monumentos - a personal view of what is to be
Privados”, jaim e iregui \ archivo. studied”. Distinguished Lecture.
Mayo 16, 2007. https://bit. Washington: American Association
ly/2GlRxUq (citado en Febrero 10, of Anthropologists, 2014.
2017).
Latour, Bruno. “Crisis”. En Nunca
Kalach, Alberto. Ciudad Futura. fuimos modernos, traducido por
https://bit.Iy/2UB20sH (citado en Víctor Goldstein. Buenos Ares:
Abril 2, 2016). Siglo XXI, 2007.

Kaufmann, Therese. “Arte y Latour, Bruno. “On Technical


conocimiento: rudimentos para Mediation: Philosophy, Sociology,
una perspectiva descolonial”, eipep: Genealogy”. Common Knowledge 3,
european institute for progressive no. 2 (Otoño 1994): 29.
culturalpolicies. Marzo 2011.
https://bit.ly/2G8QSVl (citado en
Abril 5, 2015).
Luegue Tamargo, José Luis. Martínez Galván, Jorge, Manuel
“Desaparición de la ZFLT”. El Moreno y David Robichaux.
Universal. Agosto 28, 2016. “Los cerros ausentes”. Cátedra
https://bit.ly/2bu31s5 (citado en Angel Palerm. Ciudad de México:
Agosto 29,2016). Univeridad Iberoamericana, 2017.

Luegue Tamargo, José Luis Medina, Cuauhtémoc y


“NAICM: el gran engaño”. El Christopher Michael Fraga.
Universal. Marzo 7, 2016. Manifesta 9. The Deep o f the
https://bit.ly/2Za90Lu Modem. A Subcyclopaedia. Genk,
(citado en Marzo 10, 2016). 2012 .

Macías, Luis Francisco. “El Melitopoulos, Angela y Maurizio


arquitecto se mató al caer su Lazzarato. “Machinic Animism”.
aeronave”. La prensa. Noviembre 4, https://bit.ly/2P7cXr9 (citado en
2016. https://bit.ly/2Za90Lu (citado Junio 1, 2014).
en Febrero 9, 2017).
Méndez, Ernesto. “Bordo
Maerker, Denise. “Bitácora de vuelo, Poniente: el hedor domina el
reportaje especial sobre el NAICM”. oriente del DF”. Excelsior. Marzo
Youtube.com. Mayo 30, 2016. 5, 2013. https://bit.ly/QOgytZ
https://bit.ly/2VFxAx5 (citado en (citado en Mayo 10, 2016).
Junio 17, 2016).
Mischke, Dennis. “Othering
Martínez, Chus y Matt Edgeworth. Otherness. Stephen Muecke’s
“A Report. A Matter Theater: Fictocriticism and the
Archaeology and Aesthetics “. Cosmopolitan Vision”. Academia,
Youtube.com. Octubre 31, 2014. edu. https://bit.ly/2IBcKLF (citado
https://bit.ly/2X7AaMl (citado en en Abril 2, 2016).
Junio 19, 2016).
Monitor Económico de Baja
Martínez Elorriaga, Ernesto. “Seco, California. “Piden considerar
20 por ciento del lago de Cuitzeo”. impacto social y económico durante
La Jomada, Marzo 2017: 28. construción del NAICM”. Monitor

202
Económico de Baja California. Abril Nuevo Aeropuerto MX. “Avances
8, 2016. https://bit.ly/2X7AdIl de Barda y Caminos Perimetrales
(citado en Abril 9, 2016). Junio”. Youtube.com. Junio 10,
2016. https://bit.ly/2Kul0wH
Monitoreo de Medios. “Contará (citado en Enero 28, 2017).
DF con dos nuevos pozos
profundos de agua”. Agencia de Nuevo Aeropuerto MX. “Liebre
gestión urbana de la Ciudad de Cola Negra”. Youtube.com. Junio
México. Marzo 16, 2015. https:// 20, 2016. https://bit.ly/2GjujxU
bit.ly/1GJtF6s (citado en Julio 11, (citado en Junio 21, 2016).
2015).
Olivera Lozano, Guillermo.
Muecke, Stephen. “The Fall: “La reforma al artículo TI
Fictocritical Writing”. Parallax 8, constitucional y la incorporación de
no. 4 (2002): 108-112. las tierras ejidales al mercado legal
de suelo urbano en México”. Scripta
Nájar, Alberto. “El lago mexicano Nova 9, no. 194 (Agosto 2005).
que se tragó la tierra”. BBC
Mundo. Junio 8, 2012. https://bbc. Padget, Humberto. “Antorcha:
in/2IzQHEK (citado en Julio 10, la máquina de extorsión del PRI”.
2015) . sinembargo.mx. Abril 21, 2014.
https://bit.ly/lrh77ij (citado en
Noticieros Televisa. “Incendio Enero 29, 2017).
consume fábrica de harina en el
DF”. Noticieros Televisa. Diciembre Padró, Carla. “Retos de la
5,2014. https://bit.ly/2IzQWzE museología crítica desde
(citado en Junio 27, 2015). la pedagogía crítica y otras
intersecciones”. Dossier
Notimex. “Pérdida de lagos (Universidad de Barcelona), no. 4
ocasiona aumento de temperatura (2011): 102-114.
en la CDMX”. Noticias MVS.
Marzo 8, 2016. https://bit. Pamuk, Orhan. Me llamo rojo.
ly/2Db6QNA (citado en Marzo 27, Traducido por Rafael Carpintero.
2016) . Buenos Aires: Alfaguara, 2006.
Pamuk, Orhan. “Orhan Pamuk’s Pérez U., Matilde. “Anuncian
Objectomania”. Bidoun.org. http:// expropiación de 5 millones de
bidoun.org/collections/objects hectáreas”. La Jomada, Octubre 23,
(citado en Marzo 22, 2016). 2001 .

Páramo, Arturo. “Sismo 85: el Periódico Supremo. “Exigen


temblor que despertó a la ciudad”. familias desalojadas de predio
Excelsior. Septiembre 16, 2015. ‘Hidalgo y Carrizo’ ser reubicadas
https://bit.ly/2UfRZXY (citado en a tres años de su desalojo”. Marzo
Abril 18, 2016). 9, 2015. https://bit.ly/2Paba4E
(citado en Abril 18, 2016).
Parsons, Jeffrey R. y Luis Morett
A. Reconocimiento arqueológico del Povinelli, A. Elizabeth. “Do
lago de Texcoco, México: Informe Rocks Listen? The Cultural Politics
preliminar de la temporada de 2003. of Apprehending Australian
Museo Nacional de Agricultura, Aboriginal Labor”. American
Texcoco: Universidad Autónoma de Anthropologist, New Series 97, no. 3
Chapingo, 2004. (Septiembre 1995): 505-518.

Pastrana, Daniela. “Aeropuerto Povinelli, A- Elizabeth. “The


en Texcoco: contra todo y contra Anthropocene Project. A Report.
todos”. La Jomada, Junio 24, 2001. A Matter Theater: The Fog of
Meaning in a Voiceless Demos”.
Perec, Georges. Espéces d ’espaces. Youtube.com. Octubre 24, 2014.
Paris: Galilée, 2000. https://bit.ly/2D7810j (citado en
Abril 6, 2016).
Perec, Georges. Tentativa de
agotamiento de un lugarparisino. Povinelli, A. Elizabeth. “The
Traducido por Maurici Pía. Anthropocene Project. An
Barcelona: Gustavo Gili, 2014. Opening”. Youtube.com. Enero
20, 2013. https://bit.ly/HWWoXt
Pérez Barrera, Ignacio. Balneario (citado en Marzo 4, 2016).
Termal en el Lago de Texcoco. Tesis,
Ciudad de México: UNAM, 1985.

204
Purvis, Katherine, and Catalin Ramírez H., Víctor Hugo.
Trif. “The lakes of the world are “Chimalhuacán apoyará desalojados
disappearing —in pictures”. The de Hidalgo y Carrizo”. Alianzatex.
Guardian. Diciembre 9, 2016. Mayo 11, 2012. https://bit-
https://bit.ly/2hcoQug (citado en ly/2UeaGuQ (citado en Abril 18.
Enero 31, 2017). 2016).

Qobilov, Rustam. “Cómo la Ramón, René. “Ejidatarios de


industria soviética del algodón se Ateneo pedirán a Fox debate
bebió un mar entero”. BBC Mundo. público”. La Jomada, Febrero 3,
Febrero 25, 2015. https://bbc. 2002.
in/2P97m3f (citado en Enero 31,
2017). Ramonetti, Ariadna, entrevistada
por Adriana Salazar. (Marzo 24,
Quintanar Reyna, Erik. Zoópolis. 2016).
Parque Zoológico Ecológico Texcoco.
Tesis, Morelia: Universidad Restrepo, Iván. “El fin de un
Michoacana de San Nicolás de proyecto ejemplar”. La Jomada.
Hidalgo, 1996. Septiembre 12, 2016. https://bit.
ly/2cHuXVk (citado en Septiembre
Radiografía Informativa. “Más 14, 2016).
de 1,000 familias desplazadas por
la CONAGUA marcharán desde Rivera, José Eustasio. La Vorágine.
Texcoco hasta el DF para exigir Ciudad de México: Tono, 2009.
justicia”. Marzo 8, Abril. https://bit.
ly/2KuGRql (citado en Abril 18, Rojas, Paola. “Desalojo en Texcoco
2016). por riesgo a inundación: Conagua”.
radioformula.com.mx. Abril 27,
Ramírez, Bertha Teresa. “Torre 2012. https://bit.ly/2UUm83s
de perforación para extraer agua (citado en Abril 18, 2016).
en DF, dañina al medio ambiente:
experta”. La Jomada. Febrero Román, José Antonio. “Sistemática
1, 2015. https://bit.ly/2IuF6XI política de despojo territorial en
(citado en Julio 11, 2015). Edomex, denuncia ONG”.

205
La Jomada. Diciembre 9, 2015. Salinas Cesáreo, Javier y René
https://bit.ly/ljOKZlz (citado en Ramón Alvares. “Cavarán en
Julio 1,2016). San Salvador Ateneo zanja de un
kilómetro”. La Jornada, Enero 3,
Romero Sánchez, Gabriela. 2002 .
“Grave, el problema del agua en el
DF, afirma Federico Mooser”. La Salinas Cesáreo, Javier y Rene
Jomada. Febrero 9, 2015. https:// Ramón Alvares. “Desalojo de
bit.ly/2P6wVlD (citado en Julio 11, reserva federal en Texcoco deja 10
2015). heridos”. La Jomada. Noviembre
25, 2012. https://bit.ly/2UeNCME
Romero Sánchez, Gabriela. (citado en Abril 18, 2016).
“Pemex excavará pozos profundos
en busca de agua para la ciudad”. Salinas Cesáreo, Javier.
La Jomada. Febrero 1, 2015. “Pobladores de Ateneo presentan
https://bit.ly/2GkNk3b (citado en queja ante CNDH por NAICM”.
Julio 11,2015). La Jomada. Junio 19, 2016. https://
bit.ly/ltDmj23 (citado en Junio 19,
Royer, Hugo, “ciudad futura, lago 2016).
de texcoco “. Youtube.com. Abril 27,
2012. (citado en Abril 2, 2016). Sánchez, Mayela. “El NAICM:
un sueño inmobiliario largamente
Sadr Haghighian, Natascha. preparado”, sinembargo.mx. Mayo
“Deshacer lo investigado”. En En 20, 2015. https://bit.ly/lEjkiVu
tomo a la investigación artística. (citado en Abril 18, 2016).
Pensary enseñar arte: entre ¡a
práctica y la especulación teórica, Sánchez, Sonia Hiedra.
por Varios autores, traducido “Legisladores dan resultado del
por Miguel Martínez-Lage, 29 Proyecto Rescate del Lago de
- 43. Barcelona: Museo de Arte Texoco”. asisucede.com. Marzo 21,
Contemporáneo de Barcelona, 2016. https://bit.ly/2P6JIVj (citado
2010. en Marzo 26, 2016).

206
Sanciprián, Alex. “El rostro Silva, Natasha R. y Ángel
de la pobreza endereza la voz y Plascencia. “Dos megaciudades,
pide justicia, en el campamento una crisis”. El País. Marzo 22,
Hidalgo y Carrizo”. Reporteros 2016. https://bit.ly/2v3hu4E
en movimiento. Marzo 9, 2015. (citado en Marzo 27, 2016).
https://bit.ly/2DchRxY (citado en
Abril 18, 2016). Smithson, Robert. Robert
Smithson: The Collected Writings.
Sander, Hans-Jórg. “Nuevos Editado por Jack Flam. Los
estímulos de planeación en la zona Angeles: University of California
metropolitana del DF”. En México y Press, 1996.
susperspectivas para el siglo XXI, por
Barbara Klauke, 267-276. Münster: Sousanis, Nick, Steve Dahlberg
Lit, 2000. y Mary Alice Long. Artist Nick
Sousanis on the Power o f Visuals (&
Sanford, Melissa. “The Salt O f Comics)”on Learning & Creativity.
the Earth Sculpture; Debating Junio 16, 2015. https://bit.
Intervention As Nature Does Its ly/2UYwqQc (citado en Agosto 19,
Work”. The New York Times, Enero 2015).
2004.
Solis Castro, Raúl, entrevistado
Santoyo Villa, Enrique, Efrain por Adriana Salazar. (Agosto 20,
Ovando Shelley, Federico Mooser 2015).
y Elvira León Plata. Síntesis
Geotécnica de la cuenca del Valle de Soto, Pedro, entrevistado por
México. Ciudad de México: TGC Adriana Salazar. (Julio 16, 2015).
Geotecnia, 2005.
Steinhauer, Jillian. “Curating the
Sicilia, Fabián y Jean Robert. Traces Left by Undocumented
“Contra el mega-aeropuerto”. Migrants”. Hyperallergic. Marzo
Proceso. Enero 19, 2015. https:// 4, 2013. https://bit.ly/2Ky6HKp
bit.ly/2P3TTFi (citado en Abril 18, (citado en Febrero 6, 2017).
2016).

207
Steyerl, Hito. “¿Una estética de la https://bit.ly/2Xl4lpM (citado en
resistencia? La investigación artística Marzo 30, 2016).
como disciplina y conflicto”, eipcp:
european institutefir progressive Temblores en México.
culturalpolicies. Editado por Marta “Sismo del 85”. http://www.
Malo de Molina. Enero 2010. tembloresenmexico.com/index.php/
https://bit.ly/2Ivl2So (citado en sismo-del-85 (citado en Abril 19,
Diciembre 3, 2014). 2016).

Stalker. Dirigida por Andrei Teorema Ambiental. “Proyecto


Tarvkovsky. 1979. Ambiental Nuevo Texcoco México”.
Teorema ambiental. Febrero 2002.
Taussig, Michael. “Dying is an https://bit.ly/2IuLJcp (citado en
Art Like Everything Else”. Critical Junio 13, 2015).
Inquiry, no. 28 (2001): 305-316.
Thibault, Harold. “Chinas largest
Taussig, Michael. My Cocaine freshwater lake dries up”. The
Museum. Chicago-. The University of Guardian. Enero 31, 2012. https://
Chicago Press, 2004. bit.ly/2P6DlBg (citado en Enero
31,2017).
Taussig, Michael. “Fetishism and
Dialectical Deconstruction”. En The Thome, Sam y Patricia Thomson.
Devil and the Commodity. Fetihism “Ethnography in the art museum”.
in South America, 2-11. The Tate.org. Noviembre 12, 2015.
University of North Carolina Press, https://bit.ly/2IzS46m (citado en
2010. Marzo 20, 2016).

Taussig, Michael. “The Stories todotexcoco.com. “Anuncian


Things Tell And Why They Tell entrega de predios a integrantes de
Them”, e-fluxjournal, no. 36 (Julio Hidalgo y Carrizo”. Abril 20, 2015.
2012). https://bit.ly/2Kv3tXS (citado en
Abril 18, 2016).
Taussig, Michael y Bemd M.
Scherer. “The Anthropocene
Project. An Opening”. Youtube.com.
Enero 29, 2013.
todotexcoco.com. “Desplazados Weizman, Eyal. Forensic
de Hidalgo y Carrizo conmemoran Architecture. 2011. http://www.
el tercer aniversario del desalojo forensic-architecture.org/ (citado en
que sufrieron en 2012 “. Abril 28, Marzo 31, 2016).
2015. https://bit.ly/2GISWdE
(citado en Abril 18, 2016). Western Hemisphere Shorebird
Reserve Network. Lago Texcoco.
Torrente, Virginia y Pablo Martín http://www.whsrn.org/site-profile/
Pascual. Estación experimental: lago-texcoco (citado en Abril 18,
investigacionesy fenómenos artísticos. 2016).
Madrid: Centro de Arte Dos de
Mayo, 2012.
si
UNEP. “Lake Chad: almost
gone”, unep.org. 2008. https://bit.
ly/2Z9xm3p 1 (citado en Enero 31,
2017).

Villamil, Jenaro. “El gran negocio


del Grupo Atlacomulco”. Proceso,
no. 1975 (Septiembre 2014): 6-11.

Warman, Arturo. “La reforma


agraria mexicana, una visión de
largo plazo”. Food and Agriculture
Organization o f the United Nations.
2003. https://bit.ly/lVbe7Bu
(citado en Abril 30, 2016).

Weizman , Eyal y Bernd


M. Scherer. “Forensis. The
Architecture of Public Truth”.
Youtube.com. Marzo 25, 2014.
https://bit.ly/2Ue3vTB (citado en
Junio 20, 2016).
209
Sobre la autora

Adriana Salazar (1980 - ) magasinet (Suecia), el Instituto Pratt


ig . @ a d r i a n a s a l a z a r v e l e z ( e e u u ) y el muca-Roma (Ciudad de
w w w .a d r i a n a s a l a z a r . n e t México). Ha pardcipado en laTrienal
de Nuevos Medios (Beijing, 2014) y
Artista visual, escritora e investiga­ la Trienal de California y el Pacífico
dora colombiana. Actualmente vive (California, 2013), entre otros even­
en la Ciudad de México. Su trabajo tos. Ha realizado residencias artísti­
circula entre diversas disciplinas y cas en lugares como Grand Central
saberes, poniendo a prueba los lími­ Art Center en e e u u , Akiyoshidai
tes de ciertas oposiciones: lo vivo y lo International Art Village en Japón,
inanimado, lo artificial y lo natural, Nordik Artists’ Center en Noruega
la teoría y la práctica. Desmontando y la Royal Hibernian Academy en
estas divisiones ha surgido en ella Irlanda. Sus obras forman parte de
un interés por la escritura como una la colección de m a r c o (México),
manera de capturar realidades que ucr ArtsBlock (California) y el
son a la vez conceptuales y materia­ Banco de la República (Colombia).
les. Es doctora en Arte y Diseño por Adriana Salazar ha sido docente en
la Universidad Nacional Autónoma el programa de Artes Visuales en la
de México ( u n a m ) , maestra en Filo­ Universidad Javeriana y la Universi­
sofía de la Universidad Javeriana de dad Jorge Tadeo Lozano de Bogotá,
Bogotá y licenciada en Artes Plás­ y ha contribuido en publicaciones
ticas de la Universidad Jorge Tadeo académicas y artísticas como Islario
Lozano de la misma ciudad. (México), Errata# (Colombia) y o a r
(Universidad de Oxford).
Ha exhibido sus proyectos artísticos
en espacios como el Centro de Arte
Contemporáneo Passerelle (Francia),
el Kunstmuseum Heidenheim (Ale­
mania), el C A 2M (España), Havre-

211
Enciclopedia de cosas vivas y muertas: el lago de Texcoco
se terminó de imprimir en el mes de Septiembre de 2019
en los talleres de Offeet Rebosan S.A. de C.V.
Acueducto 115. San Lorenzo Huipulco, Tlalpan.

La corrección estuvo a cargo del equipo Pitzilein Books.


La composición del texto se hizo en tipos Adobe Garamond Pro
(Claude Garamond), de los títulos en Caslon Antique (Berne Nadall) y
se utilizaron ornamentos Bodoni Ornaments (Giambattista Bodoni).

La autora, la editora, la diseñadora y demás miembros del


equipo de esta enciclopedia agradecemos
a la Fundación Jumex Arte Contemporáneo
y al Ministerio de Cultura de Colombia
por facilitar la llegada de esta edición a las manos del lector.

allthingslivingallthingsdead.com

F U N D A C IÓ N J U M E X La cultura
ARTE C O N T E M P O R A N E O w es de todos
LAGO DETEXCOCO
(LAKE TEXCOCO)
P o r f a v o r in s e r ta r

El 28 de octubre de 2018 se cerraron las urnas de una consulta


pública convocada por el presidente electo de México, Andrés
Manuel López Obrador. En todo el país, cientos de cajas impro­
visadas en esquinas, garajes y estaciones de metro recibieron los
votos que, al sumarse, determinaron la suspensión del proyecto
aeroportuario ya cimentado en los terrenos del lago de Texcoco:
el Nuevo Aeropuerto Internacional de México ( n a im ) . La efec­
tividad de la consulta fue garantizada por decreto presidencial.
Entretanto, las líneas del presente texto se tachaban, doblaban
y estiraban en el ejercicio acrobático de la corrección de estilo.
El 6 de junio de 2019, mientras las páginas de esta edición de
la Enciclopedia de cosas vivas y muertas: el lago de Texcoco se
preparaban para ser impresas sobre hojas de papel, un juzgado
del estado de México revocó el decreto de cancelación arriba
mencionado: 146 reclamos de ciudadanos inconformes se api­
laron sobre el escritorio del juez encargado, quizás desbordando
la superficie de su escritorio. Sobre el terreno lacustre, las obras
del aeropuerto que en meses anteriores carcomían rápidamente
las cumbres de los cerros circundantes y succionaban el agua del
vecino lago Nabor Carrillo, permanecen ahora como objetos de
litigio. Ahí siguen, sin avance, mientras esta enciclopedia devie­
ne libro.

A.S.
LAKE TEXCOCO:
ENCYCLOPEDIA
OF THINGS
LIVING AND DEAD

i
rvAn

Copyright © 2019 by Adriana Salazar Velez

All rights reserved. Published in Mexico by Pitzilein Books.


This project was supported by Fundación Jumex Arte Contemporáneo
and the Colombian Ministry of Culture.
fimdacionjumex.org

Lake Texcoco: Encyclopedia of Things Living and Dead

Book design by Nobara Hayakawa


Copy editing by Carlos Benavides
Translation from Spanish by Carlos Benavides and José Luis Rico Carillo
Editor: Idalia Sautto

© Pitzilein Books
Allende 21 - 405 Col. Centro
Del. Cuauhtémoc. C.P. 06010
Ciudad de México

First edition, September 2019


ISBN: 978-607-96389-9-3

all th in g s liv in g a llth in g s d e a d .c o m


LAKE TEXCOCO:
ENCYCLOPEDIA
OF THINGS
LIVING AND DEAD

Adriana Salazar Velez


'
C o n ten ts

Acknowledgements 7
Introduction 9
Index 27

Lake Texcoco: Encyclopedia o f Things Living and Dead 37


Bibliography 185
About the author 203
i

i
I
I
A cknowledgem ents

This project is partly a collaborative building bridges between this world


endeavor, and the result o f different and the academic realm, and for
voices and worldviews. I’m espe­ defending modes of knowledge that
cially grateful to Ernesto Carrillo operate in the margins of certain
for his companionship and deep disciplines. I’m also grateful to
knowledge of Lake Texcoco’s land. Adriana Ramonetti for showing me
I’m also grateful to Raúl Solis for what happens on the other side of
opening the ancient lake’s doors to the wall; to the People’s Front for
me and my team; to Edgar Morales the Defense of the Land in Ateneo
for lending me his maps and for for allowing me to accompany their
sharing his experiences in the basin; long defense of the lake in its last
to Carlos Benavides for the notes, stage. Thanks to David Gutiérrez
commentaries, and corrections that and Cecilia Delgado-Masse for
clarified the ideas here presented; to opening a discussion space for this
Esther Rivas and Adriana Kozub for encyclopedic project, by latching it
being my accomplices and tireless onto the Animist Museum of Lake
colleagues in the exploration of Texcoco. I’m also grateful to the
the lake lands, and for believing readers who nourished this encyclo­
in the project when its shape still pedia in different ways before it be­
wasn’t clear. A warm thank you came a book; Patrick Murphy, Ruth
to Iván Mejia, Elia Espinosa, Carroll, Fabián Gutiérrez, Srdjan
Alberto López Cuenca, and Juan Tunic, and the students at the cu-
Manuel Marentes for reading the ratorship workshop I had the joy of
encyclopedia’s manuscript, for teaching, at the National School for

7
Higher Studies in Morelia, Mexico.
A special acknowledgement to
Nobara Hayakawa, José Luis Rico,
and Idalia Sautto for giving material
shape to this project for the first
time.

Finally, I want to express my


gratefulness to Fundación Jumex
Arte Contemporáneo and the
Colombian Ministry of Culture.
Their support allowed this project
to see the light of day.

8
Introduction

East of Mexico City there is a lake Lake Texcoco was the biggest body
that lost its water more than 40 of water in Central Mexico when
years ago, but is still called a lake. Its Hernán Cortés sighted its shores
name is stated unequivocally when from the distance, mistaking it for
it appears in national newspapers, or an “inland sea” (Cortés, n.d.). To
when- written on the traffic signs by exert domination over these lacus­
the road that halves its basin today. It trine lands, the Spanish colonizers
is not called “land”: it’s always called settled on the ruins of Mexica tem­
a “lake” in spite of being dry and ples and houses. They built a new
populated by an alternate materiali­ city exacdy on top of Tenochtitlan,
ty. Just like any deceased relative, this which was in turn erected on an
basin made of salt and soil has requi­ island in the middle of the great
red a mourning that stretches along lake. Mexico City emerged from
in time: in the middle of its “home,” this overlapping and displacing
now cold and covered with dust, its operation in the course of the 16th
name is still uttered. The sound of century, and in following centuries
these letters ring unanswered in the expanded beyond the island, into
hollowed-out lake, as if said where a the lake, using the same conquest
newly-deceased body lies, under the rationale. Lake Texcoco was equally
watch of the living: to call it a “lake” subsumed, confined, and reduced as
makes its absence more evident, like the capital grew. Towards 1971 the
the summoning o f a ghost. basin was already completely dry,
as a result of a gradual process of
induced desiccation.

9
If we made the experiment of jux­ their vision was entirely different
taposing a map of the current area from the European one. Lake Tex­
of Mexico City on a hydrographic coco stopped being a mere geogra­
map of the same region towards phical point in Central Mexico ever
1500, the water would cover almost since, to become a space packed with
all metropolitan constructions, from multiple territorialities and changing
Lindavista in the far north down to borders. In it, different social, politi­
Coyoacán in the south; from the edge cal, economic, biological, and geo­
of the Chapultepec Forest in the west logical feuds converge: at the outset,
to beyond the Benito Juárez Airport the Mexicas founded the city on an
in the east, flooding everything up to island. The insular land was broade­
the entrance of the city of Texcoco. ned by diverse engineering strate­
Its salty water would cover it all, swe­ gies, establishing accords between
lling, stretching its shores every year the new dwellers, the lake, and its
during the strong rains that still pour creatures. This city was later buried
on the city between June and August. by another city, bringing along mul­
However, if today we looked at the tiple modes o f violence, exerted on
same (previously lacustrine) area the previous residents and imposing
from the sky, we would see a series a new set o f relations between water,
of lands with topographic features soil, and humans. The ensemble co­
radically different from one another: existed with the water in a frail ba­
some arid plateaus with jagged bor­ lance, surrounded by a lacustrine
ders stand out, sometimes revealing body that constandy grew and
areas that engulf others with their waned. Once this juxtaposition o f
dense heaps of buildings, or patches cities was completed. Lake Texcoco’s
cut out in orthogonal quadrants by native modes o f existence came into
wide highways. conflict with the new ones, unleas­
hing irregular processes o f urban
Historically, the fight between hu­ expansion and disarrayed projects
mans and land in the basin was to channel the saline water. Rapid
caused by the Spanish enterprise, changes were induced in relations
but initially driven by the arrival of long-established by the first inha­
the Mexica people to the Valley of bitants between humans, water,
land, construction, plants, animals.
Mexico (Espinoza, 1996)— although

10
and other life forms. In this sense, overlapping, these struggles fracture
the loss o f lake water could be con­ the lake into multiple pieces.
sidered the most persistent feud
between the entities resulting from How may we understand the state
the human occupation o f this com­ o f a place transformed radically
plex geography. (from lake to desert), and then torn
to fragments?
The struggles triggered by the lake’s
desiccation take up a miniscule seg­ The first centuries of the feud be­
ment of time (1971 to date), compa­ tween the lake and its conquerors
red with the period stretching from has been amply reviewed by histo­
the arrival of the first humans to this rians, archaeologists, and anthro­
valley up to the disappearance of the pologists. Such research was incor­
lake’s water. However, these struggles porated to the narratives of Mexican
have been intense and enormously history: the arrival of the Spanish
consequential for the city and the brigs, the destruction of the Neza-
surrounding areas. These struggles hualcóyod dam, and the construc­
are framed by the aridity of a flat, tion of the Nochistongo Ditch
salty plateau constandy thriving for and the Great Canal, among other
its regeneration. This strife implies events. It was the latter that dis­
many agents and forces: new vegetal placed the last gallons of salty water
and animal lives attempting to find a out of the lake basin. However, the
path in the aridness; persistent shifts events taking place in the course of
of a land in subsidence; sand storms the last forty years have complica­
that rise over the lake bed, spilling ted the formation of a unified narra­
beyond it; urbanizing forces that tive around this “territory.” There are
fraction the lake’s confines into mul­ several events in this category: the
tiple patches; encroaching indus­ walling-off of the place (after the in­
trial developments; political dis­ tentional desiccation) as a federal
putes pressuring the ancient shore to area under the protection of the
the point o f bursting; demographic Mexican government; the ensuing
explosions of a city that demands an fractioning of the lake’s soil, resul­
outlet for its waste, throwing it into ting from the multiple abovemen-
the empty basin. By happening and tioned disputes; and, more recently,
the construction project for the New hand, the lake’s ground has changed
Mexico City International Airport, swiftly, politicized, and transformed
meant to stand in theses premises. in ever more radical ways, erasi ng from
These three situations alone already its surface everything that sets foot
seem to belong to different realms: there. As a result, the information
any inquiry about the current condi­ about Lake Texcoco’s recent past
tions of this land will derive in a set has been presented in the form of
of dissimilar bodies of research, each disparate data, reports, and studies.
addressing one aspect. For example, Some of them contribute to the
in the national newspapers there can comprehension of the basin’s muta­
be found articles presenting partial tions, but they’re most often separate
accounts of the protests by commu­ instances with voids in between.
nities located on the lake’s eastern
border, as well as contradictory or The information produced about
incomplete reports of the progress this land doesn’t allow us to grasp it
and challenges of the airports infras­ as a whole. However, when paying
tructure. Similarly, in the archive of attention to the multiple gradients of
the National Water Commission the ground, to the creatures living in
(Conagua) there are isolated re­ it or passing by, to its shifting bor­
ports and documents, presented as ders, or to the flux o f materials cons-
versions of a reality that changes tandy incorporating to the land or
substantially from government to spilling out from it, you can see the
govern-ment. Additionally, some lake itselfoperates a resistance against
research has come out recendy about most definition attempts—either
specific aspects of this basin, produ­ lagoon, lot, territory, reserve, or any
ced from different academic areas other preexisting category. Am ong
including, among others: urbanism other aspects, such resistance affects
studies of the grounds topology; the coinage o f a unified concept for
anthropological research about the “life,” as it unfolds in this land. The
communities residing in the eastern desiccation wiped out every lacus­
area of the ancient lake; geographical trine ecosystem from its surface. It
inquiries yielding prospective maps also fostered different “lives,” which
about the development of the airport appeared as the lake changed: some
complex on the terrain. On the other o f these lives existed before the water.

12
hiding under the ground in the sha­ negotiation scenarios between hu­
pe of mineral strata; others arrived mans, plants, and animals; and also
as foreign species that slowly adapted for situations where something inert
and repopulated entire spans of salt- animates in some way or some living
petery ground; some arrived in this thing decays to the point of vani­
realm, finding a temporal refuge in shing. Therefore, the current state
it, only to migrate and leave a few of this basin doesn’t only evince the
traces behind; others existed brie­ difficulty of apprehending its frag­
fly like human settlements, hasti­ mentary character or the scarcity
ly demolished and reconquered by of information leading to the arti­
non-humans; a few life manifesta­ culation of the different fractions.
tions appeared after the infrastruc­ It also obstructs the use of univocal
ture works, hosting new ecosystems categories like “life” or “nature” in
within them (regulating vessels, ani­ grasping it.
mal stables, crops, fish farms, land­
fills); others only existed potentially, Attempting to subsume the pieces of
in the form of non-executed projects this territory, desert, lot, ejido, wet­
(housing units, a water park, a zoo). land, park, reserve, landfill, airport,
along with its multiple (undergoing)
Just like the lake’s transformation ini­ transformations inside one single
tiatives seem to come from different abstraction, one single hierarchy,
realms, each one of the vital pheno­ or even a lineal text, may result in
mena could belong to different and a thwarted effort. In the first place,
unrelated geographical enclaves. no single knowledge institution
Sometimes these life forms appear is claiming these matters as be­
undistinguishable from the artificial longing to its purview. Although
human interventions that have taken academia is observing certain aspects
place in the basin. In the lake land, of the current Texcoco basin, linking
many relational systems between apparently unrelated elements
creatures, constructions, and patches within an analysis (Ramonetti,
of land have coexisted, collided, and 2016; Geocomunes, 2017), aca­
emerged (sometimes briefly, some­ demic institutions in Mexico haven’t
times intermittently). The same opened curricularorresearchspacesto
is true for diverse exchange and foster the simultaneous observation
of disparate components and shifting the layout of the relics, the museum
standpoints. This would perhaps be posits an “origin narrative,” a uni­
a valid approach method to account vocal line articulating history, and,
for this geography’s complexities. therefore, offering an interpretation
of the territorial transformations of
In second place, some academic this nation. In this setting, the sca­
fields— such as archaeology—are ttered, incomplete remainders and
spawning studies that examine the narratives referring to the last deca­
elements comprising specific sites— des of Lake Texcoco would be insu­
apparently dead and scattered bits fficient to coalesce into an academic
and objects (Gándara, 2016). These object of study: they’re too recent
bits are scrutinized as evidences of to be part of History. At the same
complex systems previously built time, they’re located outside the gui­
by diverse human and non-human delines endorsed by the institutions
forces. However, both the notion digging, collecting, managing, and
of patrimony and the archaeologi­ displaying the patrimony (Congreso
cal practice in Mexico evince some de los Estados Unidos Mexicanos,
limitations by situating objects 1972). From these barriers Lake
in remote chronologies (from be­ Texcoco builds against univocal
fore the arrival of modernity to the narratives, the opportunity emerges
Mexican territory). This is at least tell a story about its fragments,
true of the divulgation component d to build a new frame which
of these endeavors. The notion of mid contain them, allowing them
patrimony is actualized by the ins­ exist as such. That’s why instead of
titutions managing the visibility of empting to situate such remain-
archaeological findings (museums), rs, fragments, and narrations on
often by granting more presence to e lines of research in the humam-
some findings over others. This prac­ s (art history, archaeology, anthro-
tice privileges some versions of the ilogy, among others), these could
past over others: Mexico’s National pushed to the open field o ( artistic
Anthropology Museum, for exam­
ple, displays the Aztec culture’s pie­
ces in its central nave. From this I call the present text artistic research,
because it answers to particular
architectural position, in addition to

14
epistemological needs (fragmentari­ the professionalization of art as a
ness, present time, and the dynamic “specialization.” In this perspecti­
character of the lake), which could be ve, art objects would have a speci­
addressed in a long-winded research. ficity, since they’re not of practical
I call it that because it answers to the value like design products, nor are
characteristics of the art field (one of they purely intellectual constructs
the field this text writes, produces, like those in the humanities. Under
and projects itself into). this dichotomy, theory often works
as a supplement for art education,
As research, this work is framed offering leverage and reinforcement
by a doctoral thesis: therefore, it to practice— it enables “practice” to
found itself involved in negotia­ adhere to the formal requirements of
tions between a series of institutio­ knowledge as regulated by universi­
nal norms, a need of fragmentariness ty institutions (Grande, 2013). The
demanded by the lake, and an expe­ jEncyclopedia o f Things Living and .
rimental character aiming to latch Dead dwells on the rifts between this
the present text to certain artistic kind of practice and this particular
operations. Besides, this initiative use of theory.
aspires to render readable and valid
a personal approach to knowledge, I also resort to the term artistic re­
by placing it in relation to scientific search since this encyclopedia par­
or humanistic fields, without subor­ ticipates in the debates about the
dinating to them. Framed (thou­ articulation of art and research,
gh not exclusively) by the academic and a critical examination of cer­
space of an art school, this encyclo­ tain artistic endeavors: such pro­
pedia will also point out to a sepa­ ductions are at odds with the con­
ration between theory and practice temporary economy of knowledge
within certain art education pro­ (Sadr Haghighian 2010, 32-33).
grams: the text filters through and Some of these discussions center
hovers around this divide. In such around production modes emerging
programs, practice— understood as a inside art academia: as mentioned
set of knowledge applied to the pro­ above, these institutions can spawn
duction of art— frequently leads to a disputes between the homogeniza­
series of “tangible” results validating tion injunction of a certain regime

15
of knowledge production and the Assuming the duties o f the artistic
demand for singularity, “disobedien­ researcher, I have walked across this
ce,” and openness proper of artistic dead lake, this living desert, literal­
practice (Garcia, 2010). Other dis­ ly and figuratively moving along the
cussions examine the role of writing interstices between bit and bit. I have
in art production: montage, essay, become involved in these processes,
cut-up, among other experimen­ an interlocutor to the humans that
tal modes of writing, may activate frequent and intervene it. I’ve made
“fact-fabricating” methods, thereby an inventory o f the life forms sprou­
erasing the border between reali­ ted there. I’ve scratched the ground’s
ty and fiction, or theory and prac­ surface, gathered rubble that has
tice (Fernández, 2013). Certain lied in it for years, cleaning up pie­
discussions seek to review the rela­ ce by piece. When the bits seemed
tion between power and know­ too scattered. I’ve acted as a bin­
ledge, or between art, knowledge, and ding agent. I’ve also functioned as
conflicted settings (Steyerl, 2010). an investigator, spending hours in
Within these discussions, potential the dusty archives o f the National
intersections between art, science, Water Commission, reading one
and political action are formulated. by one projects which aren’t usually
These intersections hark back to the read (and were never realized). I’ve
early 20th century, and were at work put together truthfid or sometimes
in the rollout of different social and contradictory news article collec­
political struggles around the globe. tions, maps showing inconsistent
These discussions also point to some terrain demarcations. I’ve usurped
artistic research methods that have the processes of other disciplines
resulted in scientific findings (like when these helped making sense out
factography or the Soviet kino-eye), of a piece, when they endowed me
as well as appropriated and reinter­ with rigorous parameters to defend
preted scientific methods ushering the importance of my task (the most
in potential horizons of interdiscipli­ useful were perhaps archaeological
excavation, ethnography, and lite­
nary collaboration. These and other
discussions have pivoted around this rary writing). I’ve used experience
and affect as research methods and
polemical couple of terms, art and
research, which make up a porous, information sources.
open, still malleable territory.
16
In this quest, I’ve discovered that theory texts coexist as sources with
academic writing turning up in arti­ equal standing vis-a-vis interviews,
cles or monographs isn’t necessarily newspaper material, archive docu­
the only approach to a problem, to ments, some initiatives located in the
a context, or a research. Besides, I’ve art-science intersection, and some
found those fields I was borrowing texts polluted by images: each refe­
methods from possess a tradition of rence has informed me about a dif­
open research, of fragmentary wri­ ferent mode of knowledge produc­
ting, of practices that stretch across tion. Additionally, the conversations
fields: my research was nurtured with Mexican government engi­
by all of them. In this path across neers or residents of the towns in the
Lake Texcoco, some of the texts, Texcoco region, during the explora­
research, and “toolboxes” accom­ tion of the lake lands, have built up
panying me are fragment-research, throughout the various visits, adding
fragment-texts, or fragment-pro­ rumor and anecdote to the texture.
jects in their own right: the Arcades These conversations are insights to
Project (Benjamin, 2013), A Lover’s the dynamic, intimate relations with
Discourse: Fragments (Barthes, 1993), the land that mere texts can’t pro­
Staying with the Trouble (Haraway, vide. Materials collected during the
2016), My Cocaine Museum (Taussig, visits to the basin, those “pieces of
2004), Species o f Spaces and Other pieces” of the lake, are also carriers of
Pieces (Perec, 2000), An Attempt at trustworthy information: a tezontle
Exhausting a Place in Paris (Perec, stone, a shard of glass with salt crys­
2014), or The Center for Land Use tals, and even a chunk of wall, make
Interpretation (Coolidge, 1994) are up the stuff of the several waves of
some examples of fragment-research the lake’s colonization. They’re also
operating transversally between dis­ the evidence of its collapse. The sen­
ciplines, latching together diffe­ sations experienced on site also pro­
rent contexts, allowing the coexis­ duce a type of irreplaceable know­
tence and conversation between ledge: temperature, odors, and
diverse elements in one single realm sounds point to the differences
of thought. In this initiative I’ve called between one place and the other,
artistic research, the philosophical, becoming identification traits.
ethnographic, literary, and critical

17
All of these exploration modes, from ture, but accurately and carefully
the most scholarly to the most ver­ when addressing its contents. The
nacular, converge as equal in this infinite container represented by
project. Situated in current-time modern encyclopedias under the
Lake Texcoco, both the information promise of “total knowledge,” com­
sources and the research methodo­ partmentalized under the arbitrary
logies are encompassed by the frag­ order of the alphabet, might seem
ment-rationale: each bit of this place today an anachronistic approach
requires a specific approach; each bit to the problem of knowing: in the
demands particular methods for its current planetary order, recent
identification and understanding. events have revealed the limits of
In addition, they all have a space in certain hegemonies, and the old
this field now called “art”: a field that centers of power crumble while
brakes ranks with academia to avert new centers emerge rapidly. In this
the binds humanities impose on it setting, the idea o f totality seems
sometimes, while also seeking re­ increasingly questionable. The ack­
fuge in academia to escape the cons­ nowledgment o f this conjunction
traints created by the market. Closer fostered the idea of a particular
to Klein’s bottle (a shape whose reconquering of the encyclopedic
exterior is also its interior) than to format.
a demarcated surface, this field re­
quires each of its research pieces to mentioned above, after the lakes
produce its own parameters, outlets, er disappeared, the Texcoco
and external shapes. in blew to pieces. Each one of
pieces was endowed with dif-
To this end, I put forth the En­ n t features: the desert, che
cyclopedia o f Things Living and Dead 'o, the city, the landscape, the
as a carrier of Lake Texcocos data, ce, the pier, the campground, the
lexicon, and character: an exer­ dfill, the highway, and the air-
cise of appropriation of a knowled­ t are some o f these pieces, which
stitutedistinctsites. I’ve also men-
ge methodology; a set of particulari­
íed that the spirit o f this research
ties framed by a container of totali­
sn’t privilege one methodology
ties. This text has been written with
r the others, nor some sources
a certain poetic license in its struc­

18
over others. The elements compo­ in a place (Lake Texcoco) and in a
sing each bit are in turn extremely time (a present where the past turns
particular, demanding therefore a up intermittently), speaks of its con­
description of their specificities: tingencies, evinces its specificity. It
waste, rubble, mud, grass, soil, does so from the bias of a gaze that
ground, or human (among others) speaks in many voices: ethnogra­
acquire a punctual meaning in this phic writings, literature, experimen­
context, which they lack outside of tal chronicles, and writing as a prac­
it. Therefore, they can’t be indebted tice belonging to the visual arts. The
to the places, the methods, or the latter is a Klein-bottle-field of sorts,
sources. All these conjoined elements heir to a tradition of manifestos, of
produce this fragmentary know­ word and image overlaps, of dis­
ledge the place requires: none can be course appropriations, of the word’s
prioritized or become another’s sub­ use as a symbol or an image.
set. Thus, the ambition of this ency­
clopedic “whole” and its alphabe­ When sharing the challenges impo­
tic organization of knowledge, in a sed by Lake Texcoco’s fragmen­
succession of entries describing that tary condition with colleagues and
which should be known, was exacdy researches from other fields, I’ve
what allowed me to find a horizon­ found interlocutors form the most
tal framework for my inquiry. It was diverse backgrounds. They all speak
this that opened the space for all the the dialects resulting from a wealth
elements belonging to this research of cognitive capital, crystallized in
on Lake Texcoco, without imposing innumerable linguistics specificities:
them on one another. this encyclopedia has had to honor
the language of the geographer, the
Traditionally, an encyclopedia is engineer, the poet, the journalist,
made of articles written in a language the anthropologist, the artist, the
deprived of a subjective voice. It tells archaeologist, the philosopher, and
us what the things of the “world” are the museum curator, so as to appeal
like, what matters are knowable or to all of them. Additionally, the wri­
important. A re-conquest of the ency­ ting style here proposed is linked
clopedia as proposed here, situated to other (hybrid, unclassifiable, or
both geographically and politically “untamed”) languages, for it emerged

19
in an intermediate space between the
fragmentary, as explained above.
art circuits and academia.
There isn t any objectivity here either,
since the act o f translation itself
The diverse writing styles mentioned (from one language use to ano­
above reveal the need for multiple ther, from one field to the other,
translation exercises, operating more from one temporality to the other)
tactically (dynamic, accommoda­ always implies a modification, a dis­
ting, circumstantial) than strategica­ placement, a partial approach, a
lly (endowed with an a priori vision taking of sides: translating is under­
of the potential findings). Situations stood here as the exercise of pro­
must be approached sometimes with ducing an autonomous form,
the closeness of the first person. On intimately bound to an original
occasion, distance should be esta­ event, but radically different from it
blished by a technical description. In (Benjamin, 1997, 155). The author
other cases, a territory full with acci­ of these lines makes use of a parti­
dents can only be covered by a phe­ cular—socioeconomically shaped,
nomenological detour. Each “wri­ politically oriented, geographically
ting tactic” answers to the character located, historically situated—lan­
of the object it attempts to translate, guage. It is an embodied language:
displaying the elements that cons­ I write here from a specific body
titute the open, broken universe of moving through the lake ground
Texcoco’s basin in a spectrum span­ within the limits of its strength,
ning from the concepts immateria­ measuring distances accordingly, de­
lity to the sturdiness of a building. vising tactics and recombining words
Sometimes, when placed in relation in frequencies synched with con­
to certain elements, concepts can crete circadian cycles and heart rates.
seem solid, and rocks, vapory. The In turn, these sysrems are affected
translation I’m referring to couldn’t by altitude, weather, and air quality
reproduce Lake Texcoco’s traits “as (among multiple factors).
such”: in this regime o f writing tac­
tics there is no place for the produc­ le o f the abovementioned writing
tion o f objective images, since this tics appears in the form o f a
realm (and the multiple space-ti­ r-person narrator: there is an
mes sheltered by it) is changing and operating as the interlocutor o f

20
a conversation, the field trip explo­ encyclopedia, some entries are writ­
rer, the observer of phenomena, or ten in a “first person” different from
the producer of a particular contri­ the one I just called narrative Junc­
vance about the future of an endan­ tion. They give voice to an apparendy
gered site. Under the apparendy sim­ inanimate element: water, concrete,
ple change of pronoun, a text can go ruins, or salt. These entries address
from the third to the first person and elements in some way present in all
thus reveal its translation exercise, the land’s partitions, as agents of
its artifice: there is someone writing, constant transformations, constant­
generating the voices and their dif­ ly spilling out of the lake’s borders.
ferences, producing the facts regis­ In this particular set of entries, trans­
tered in the “encyclopedic” entries. As lation appears as a voice that speaks
exposed above, Lake Texcoco posits for itself, self-describing as a force
a blurred divide between nature and capable of affecting the apparendy
artifice. This trait permeates the wri­ “objective” material realities of the
ting on the subject, and thus casts basin. This voice highlights the text
the narrator as yet another phenome­ as another constitutive element of
non stuck to the salty lake ground, the lake.
to the failed projects, to the rocks.
In some texts, the narrator appears Each encyclopedic entry written
as a point of departure giving way here presents an element proper to
to other phenomena, a trigger for the lake’s materiality, a political or
stories that tell themselves once the
juridical concept at work in the pla­
voice disappears. In any case, this ce, a notion resonating in it, a refe­
narrator isn’t confessional, biogra­
rence informing its universe, or a
phic, or self-referential: this “I” is
word that points to the decisions
more exactly a narrativefunction per­
made during the inquiry’s proces­
taining to the tactics the encyclope­
ses. They are all organized under the
dia deploys to account for the basin’s
arbitrary injunction of the alphabet,
complexity. adapted also from modern taxono­
mies: dictionaries and encyclopedias
In accordance with those blurry di­ driven by an all-encompassing spirit
vides between writing styles, narra­ make use of indexes, tables, and other
tions, and translation in this taxonomies to establish a hierarchy

21
while homogenizing the classified The alphabetic order also implies
objects. Here, more than imposing that in this encyclopedias criteria (no
an order, the alphabet’s indifference presence o f chapters, sub-indexes, or
opens different reading modes, cas­ conclusions) all elements are equally
ting the Encyclopedia o f Things Living important: in accordance with this
and Dead as a consultation tool: the horizontal principle, all footnotes or
reader may travel through the entries quotations have been deleted. The
starting from any point, skipping references have been concentrated
unexpectedly, reading a single entry in a section called References, docu­
at random, or following it from Z o ments, relations, and conversations
A, or looking into the index in search This section encompasses newspa­
of the meaning a specific word takes per material informing about the
on in this vanished lake. most recent events in the lake; texts
driving meta-cognitive reflections
Thus, this structure—seemingly a that intersperse the entries; writings
rigid container—is really a rhizo­ orienting the methodological deci­
me (Deleuze and Guattari, 2008, sions spawning this container; fin­
9-45): in it, it is possible to jump dings thac shape the tone o f the wri­
between non-consecutive en­ ting; (audiovisual, visual, texcual)
tries, producing a different “whole” materials that share a “familial spi­
in every reading. To this purpose, rit” with these entries.
the Encyclopedia o f Things Living and
Dead requires an attentive, produc­ Each entry is polluted, mediated,
tive, creative reader: for lack of a or molded by many o f these referen­
unifying thread, an argumentative ces. If the latter were annotated
as commentaries or bibliographi­
direction, a unitary object, or even
cal inscriptions on the foot or at the
a single writing style, the reader is
margins o f each entry, they would
appointed to piece the lakes bits
spill over. They would grow like a
together. In the same manner, the rea­
creeper under the lines, forming a
der is asked for openness and a com­
metatext demanding yet another sys­
plicity spirit in order to understand
tem of notations and classification:
a fragmentary multiplicity, since the
a container inside another contai­
“whole” will never appear as a result
ner, where the first one is already a
of the attempted recomposing of the
pieces, regardless of the method.
22
structure presenting enough metho­ task with his conceptualization of
dological risks and challenges. technical mediations as assembla­
ges of human and non-human, as
However, some companions in this entanglements instead of mere de­
journey deserve to be mentioned. vices. Donna Haraway (1998) has
Earlier, I mentioned some fragment- also been a fundamental companion
research cases that have been fun­ in the conception of this encyclo­
damental to frame the Encyclopedia pedia as a container of certain stra­
o f Things Living and Dead as a part ins of knowledge, due to her asser­
of a set of initiatives that work with tion that all knowledge is always
and from the discontinuous, the situated and partial. Some travel
fractured. Ernesto Carrillo (2015) companions have cast light over ways
and Ariadna Ramonetti (2016) to re-posit the relations between the
gave me a vantage point into Lake living and the inert, by reanimating
Texcoco from their respective inte­ the apparently obsolete, colonial,
rests and projects, allowing me to and essentialist concept of animism:
access settings it would have been Harry Gamba (2012), for example,
otherwise impossible for me to dis­ proposes a view of animism as resis­
cover. Hand in hand with Elizabeth tance to the dualisms that still pre­
Povinelli (1995), Donna Haraway vail in many contexts. He defends a
(2016), and Arturo Escobar (2012), planetary vision in which the living
among others, I’ve learned to erase and the inanimate are united. Arjun
the line between artifice and nature Appadurai (1986) has compiled a
in a more assertive manner, unders­ series of texts calling for a mapping
tanding how humans and non-hu- of the objects’ social life, as well as
mans (soil, plants, animals, tangible the construction of their biographies
and intangible artifacts) can articu­ (Kopytoff, 1986). Adefender of mul­
late into different systems. This stra­ tiple animist perspectives, Michael
tegy leads to proposing alternatives to Taussig (2001, 2010, 2012) con­
binary categories. The term non-hu- ceives writing as a tool capable of
man, used frequently here, has been conjuring “inanimate” objects so that
borrowed from Bruno Latour (1994, these come to life, transformed by
2007, 2014). He has also accom­ the power of language. The discovery
panied me in this encyclopedic of archaeological practices tackling

23
recent pasts and ephemeral or in­
make an artwork out of it, regard­
tangible “patrimonies” (Harrison less of the intangible and volatile
and Schofield, 2009; González- character of the material undergoing
Ruibal, 2014), has been important these operations. This is true, even
to think the materials, ruins, and if its “artwork quality” is circum­
rubble found in today’s LakeTexcoco stantial and ephemeral. If we called
as legitimate witnesses to its history. it “artwork,” it could be thought that
In the company of Stephen Muecke the Encyclopedia o f Things Living and
(2002) and Michael Taussig (2004), Dead involves the reader with re­
among others, I learned how to write quirements similar to those a sculp­
in intermediate spaces between crea­ ture demands from spectators today:
tive writing and academic writing, an exploration of the space where it
by erasing or warping the borders is located, taking notice of the fea­
between them. tures of the architectural space hos­
ting it, or inviting them to look down
As an artistic practice, this compen­ when the piece comes off the pe­
dium has built its own methods, destal. This encyclopedia, qua
has shaped its own container, mol­ artwork, would situate us in Lake
ded its language. Operating in the Texcoco and instate some strategies
spirit of manifold translation, the to navigate it; it would point to the
Encyclopedia o f Things Living and spatiality proper to the lake; it would
Dead aspires to create an alternative rail upon us to observe the details of
to the definitions separating a sub­ the lake bed, the ground’s morpho­
ject from an object, an attempt at logy, that which rests on it— rubble,
using language as plastic, pictorial, people, trash. Composed of alterna­
visual matter. Thus, with the pur­ te” materialities, this artwork could
pose of treating each entry as an ima­ be regarded (read) from multiple
ge instead of a definition, this collec­ points o f view. It could answer to
tion doesn’t include illustrations to the space where it is exhibited, the
complement the entries. way an installation does; it could
manifest through the object-quali­
Since this encyclopedia also pertains ty o f a book; it could populate the
to the realm of art, the act of buil­ walls o f an exhibition room from
floor to ceiling, all the entries visible
ding, shaping, and molding can also

24
simultaneously; it could be perfor­ This encyclopedia originated by
med, read and instantiated in spa­ assuming that its “cognitive uni­
ce, taking over it with the presen­ verse” is not what it promises to be:
ce of voices only. It is also a know­ this fragment compendium refers to
ledge architecture, where the ency­ a lake which is no longer a lake, but
clopedic form itself is structure and rather (an)other place(s). By owning
living space. Therefore, this encyclo­ this, the encyclopedia announces an
pedia could also pose as a space whe­ ample conjecture about what the
re the entries are curated and exhibi­ names don’t reveal, don’t capture, fail
ted as if art pieces. to define. An encyclopedia like this
one (or like the traditional collec­
The experimentally encyclopedic tions of general knowledge it satiri­
structure hosting this set of entries cally and cannibalistically mimics)
doesn’t close, the way the argumen­ doesn’t allow for conclusions, only
tative structure of an academic text for revisions, updates, multiple ver­
does. It doesn’t end the way a lineal sions, and editions.
narrative does, from point A to point
B in a single direction. To this extent, The door to the first edition of the
I offer an open structure, which may Encyclopedia o f Things Living and
grow and change as much as the Dead stands open.
place changes and throws in more ele­
ments to be reckoned with. Modern
encyclopedias are edited and com­
plemented constantly: even today,
the last editions of Encyclopaedia
Britannica receive new events, scien­
tific discoveries, and political lea­
ders. As the planet changes, things
disappear, and new ones take their
place; some things live and survive,
while others perish. Some deceased
things return briefly to life under the
influence of a temporality that often
coils into itself.

25
I
1
Index

Accident Animism
In 1995 a plane crashed into Coined during the emergence
Lake Texcoco of anthropology, the word
39 animism is redefined
and actualized
Airport 44
The international airport:
throughout the globe, an Archive
identical space The Lake Texcoco Archive,
40 in San Juan de Aragón,
Mexico City, shelters a
Agency collection of forgotten,
Volcanic rock shifts may help dust-covered documents.
us understand the idea of agency 46
41
Archaeology
Anima In the 1980’s and 1990’s,
A Walt Disney short film shows two archaeologists found
how seemingly inert things take pre-Hispanic relics jumbled
on “life,” human form, and a among the city’s modern rubble in
moral character Lake Texcoco
43 48

27
Artifice Campground
Lake Tláhuac, in Mexico The Hidalgo y Carrizo
City, disappeared overnight: campground for displaced
in this city, “artificial” water people stands next to Lake
bodies are also built overnight Texcoco’s land
49 57

Birdstrike Capital
Birds and airplanes come into The arrival o f the sugar cane
conflict in coastal airports: industry to the Colombian
yet another challenge in the Southwest and the struggle
construction of the New Mexico between the lake and the airport
City International Airport in the Texcoco basin spawn new
51 forms o f animism
59
Bond
Migratory birds, waste water, Cartography
and volcanic stone are dissimilar The complex political
bodies bound together in the geography o f Lake Texcocos
setting of an “artificial” lake influence area demands the
52 creation o f a different
cartographical representation
Boundary 60
Lake Texcoco’s shore has
always shape-shifted, even today Cemetery
53 In 1983, an area in Lake
Texcoco's land was designated
Building for the building o f a cemetery
At the National Water 62
Commission building, decisions
are made about the distribution
o f water and land in Mexico
54

28
Central Square Concrete
Mexico City’s Central Square Concrete shows us what
changes its shape and function makes it different from soil,
as a series of events transforms and shows off in the construction
it throughout the centuries of the New Mexico City
63 International Airport
72
Ceremony
The ceremony of the suns Construction
passage through the zenith in Impressions on a derelict
the municipality of Ateneo construction and the elements
attempts to protect the land surrounding it
from imminent urbanization 74
64
Coordinate
City Northern Lake Texcoco
Today, Mexico City is a huge transforms radically with the
metropolis different from the arrival of the new airport
first urban project founded 74
along with the Mexican Republic:
the Federal District Deer
66 A pack of New Zealand deer
arrives to Lake Texcoco. The
Commodity presence of these animals
All things become commodities reinstates a distinction between
when stacked in the shelves the native and the foreign
of a supermarket 77
68
Dem olition
Conagua Evicted houses in the Hidalgo
The National Water Commission: y Carrizo lot become rubble
a public institution yielding before 78
private economic power
70

29
Dereliction Duck
Lake Texcoco Ecological Park: Ducks temporarily migrating to
a place built, then abandoned the Nabor Carrillo Reservoir every
80 winter dwell on this recently built
regulatory vessel
Desert 89
The movie Black Wind was
filmed in Lake Texcoco, where Dust Cloud
it appears as a desert landscape In the late 1960s, dust clouds
82 wafted up from Lake Texcoco’s
grounds, to then scourge
Desiccation eastern Mexico City
A desiccated lake works as 90
a gauge of the damage caused
by human intervention in a Ejido
given region Communal rural property in
84 Mexico becomes privatized as
of 1992
Dispossession 93
The description of different
attempts at building the New Erosion
Mexico City International Some remarks on a patch of
Airport and its relation to the eroded land
town of Ateneo evinces the 94
scope of dispossession
86 Fence
A wall made of cement and
Ditch metal demarcates the land of
Several ditches dug in Central the New Mexico City
Mexico’s lacustrine region have International Airport
attempted to drive water out 97
88

30
Flight Hare
Aircrafts fly above Mexico A hare is rescued by biologists
City’s atmosphere, carrying in the premises of the New
along the particles of the urban Mexico City International
land’s underground Airport. Then, it is freed by
98 the shore of the Nabor Carrillo
Reservoir
Fractioning 107
The lot of El Salado
inaugurates a land speculation Highway
mode that will predominate The Peñón-Texcoco Highway
in the early 21st century in the parts Lake Texcoco’s land into
entire Lake Texcoco region two hemispheres
100 108

Grass H istory
Distichlis spicata radically Archaeological sites in Lake
transforms the soil of ancient Texcoco were scattered, and
Lake Texcoco found deprived of history,
103 just like the rubble in the
Hidalgo y Carrizo lot
Grave 110
During the 1985 earthquake,
unidentified bodies were taken House
to the Dolores Cemetery. A heap of rubble in the
The rubble of their houses, Hidalgo y Carrizo lot reveals
like graves, rests in the bed traces of a human settlement
of Lake Texcoco 111
104

31
Human Landfill
A National Water Commi­ The West Landfill, a dumpsite
ssion engineer becomes part within Lake Texcoco’s Federal
of Lake Texcoco’s ecosystem, Enclosure
where he works 120
112
Landscape
Hum Robert Smithson dies in an
Moments of silence in airplane crash in the Texas
Mexico City are always desert. This accident triggers
saturated with a faint hum some reflections on the idea
coming from all directions of landscape in the Americas
114 121

Industry Levelling
The fire at the National Lake Texcocos land was
Flour Factory in Tlatelolco flattened for use: a portion
reveals it to be the paradigm of this levelling was made
of the rise and fell of with rubble from the 1985
nationalist industrial earthquake
development in Mexico 123
117
Map
Invasive Species The divide between Lake
Invasive species of plants Texcoco’s Federal Enclosure
are the antithesis of human and Mexico City shows how
migrations the abstract operation of a
118 map alters the geography
125
Land
The difference between floor
and land is revealed in Bogota’s
Central Cemetery and in the
desiccated basin of LakeTexcoco
119

32
Michoacán Mud
As the collection of the Earthquakes in Mexico
Animist Museum o f Lake City are amplified and
Texcoco travels to the state spread due to the muddiness
of Michoacán, complex of its soil
relations between the state 132
and its bodies of water
come to light Museum
126 A collection of diverse
materials constitutes
Mine the Animist Museum o f
The construction of the Lake Texcoco
New Mexico City 133
International Airport is
linked to a tezontle hill Office
turned into an open-air mine A group of government
128 officials differs substantially
from a community
M onument 137
On the ancient eastern
boundary of Lake Texcoco Park
lies a monument vandalized Lake Texcoco Ecological Park:
and surrounded by housing a half-built project of great
estates proportions
130 139

Movement Pier
The 1985 earthquakes Everything ever built on
rubble, dumped in Lake Lake Texcoco’s land turns
Texcocos bed, is always into ruin
shifting with the unrest 140
of the lake’s substratum
131
Project Shore
Housing units projected The shore o f the Nabor
inside Lake Texcoco show Carrillo Reservoir blurs when
how there have been seen from up close
development initiatives for 151
this land for more than 40 years
141 State o f Mexico
The state of Mexico surrounds
Repurposing Mexico City like a ring
In the repurposing projects 153
for landfills, trash becomes
more evident when trying Subsidence
to gloss over it A series o f studies on the
143 sinking o f Mexico City gives
way to the creation of a lake
Rubble in the land of Lake Texcoco
The rubble of abandoned 154
houses in the Hidalgo y
Carrizo lot reveal a particular Subway
kind of information Mexico City’s subway crosses
144 the geological substrata o f the
metropolis
Ruin 155
Ruin tells us its defining
traits. It reminisces on its Symbol
relationship with Mexico City, The eagle, the snake, and the
which grew stronger since 1985 cactus can be read differently
146 from the symbolic narrative of
the Mexican national shield
Salt 156
Salt speaks about its ancient
relation with Lake Texcoco
149

34
Telephone Translation
Among the 1985 Translation speaks about
earthquake’s rubble dumped its deviceful character and
on Lake Texcoco a telephone the way facts are fabricated
speaker sticks out: an opaque 164
object, a black box, the
testimony of a by-gone era Vision
159 The structures of an
airport project in Lake
Tepalcate Texcoco appear as if
A set of pre-Hispanic suspended in time
ceramic shards are found 167
in the furrows of a crop
in Lake Texcoco Waste
160 The materiality of solid waste
becomes more present in the
Tezontle landfill, a place that confines
A blood-red volcanic rock plays and stores it
an important role in projects 171
implemented in the lake’s area
161 Water
Water speaks about its old
Thing and conflictive relation to
Driven out of their original Mexico City
place in Lake Texcoco, 172
buildings and rocks, plants
and animals turn into things Water Carrier
162 The picture of two water
carriers in 19th century
Town Guanajuato shows a type
A traveling depiction of the of relation to water that
towns located northeast of no longer exists
Lake Texcoco 174
163

35
Water Resort Zoo
The facsimile of a project A zoo project, which never
never realized in Lake Texcoco materialized, sought to
is still found in the archive reanimate Lake Texcoco’s basin
of the National Water 182
Commission
176

Weather
Some impressions about
diverse components of a site,
on a sunny day
177

Well
The wells that pump out
water from Mexico City’s
underground reveal the
presence of a lake buried
2,000 meters below
177

Widow
The black widow: a spider
species that lives under the
tezontle rocks in Lake Texcoco
179

Zone
Russian director Andrei
Tarkovski’s Stalker presents a
zone similar to Lake Texcoco’s land
181

36
LAKE TEXCOCO:
ENCYCLOPEDIA
OF THINGS
LIVING AND DEAD

#
M OTH*
A

water probably traveled through air


Accident
according to the wind’s direction,
O n November 5th, 1955, the rain­ arriving to the city of Texcoco if the
water had built up in the ancient, sal­ currents blew east, or to the north­
ty basin of Lake Texcoco, delivering eastern neighborhoods of Mexico
it for a while from its apparently irre­ City if the air blew west, just like it
versible desiccation. The lake appears happens today with the gases relea­
in the photos of the time as a mirror sed by the West Landfill.
of silvery water fading in the distance,
making us momentarily forget that That fateful day, well into the mor­
in the dry season, this body of water ning, a series of oil and gasoline
disappeared completely from the stains appeared on the lake waters,
map, leaving a several-hectare-wide whose thin wake could be traced to
wasteland in its place. During the the fuselage of a double-engine plane
months previous to the arrival ofwin- broken into two, floating in the
ter, this concave and hollow terrain rainwater which filled the Texcoco
temporarily received the water from basin. The other remainders of the
the gushing mid-year storms, tainted airplane were scattered in a range of
by the residues the stream carried 150 meters, like pieces of a porcelain
from the metropolis’s center. The jar smashed in the ground: the left
silvery mirror the pictures depict is wing jutted out of the water, poin­
more precisely a gray surface of dirty ting up, while the plane’s framework
water, stored to prevent its spillage in floated in pieces like the two halves of
the city streets. The odor of the waste an egg shell. The engine had broken

39
off the aircraft. The propeller was on
Airport
the opposite side, barely sticking out
of the water. The landing gear also Upon stepping out o f the airplane,
broke off the plane, ending up in the travelers who’ve flown thou­
another spot around the crash. sands of miles enter an intermediate
realm, symbolically located halfway
The plane had taken off in Mexico between the land they left behind
City little before. Right after, the and the one that will take them
left engine failed. The plane began in. Glimpsed from a huge, recently
its diving descent into the water. landed aircraft, the international air­
Simultaneously, a barge sailed the port—this “non-place”— opens like
basin with three men on board an empty box at the end of a tunnel:
who hunted for ducks by the shores it connects the plane with the ground
of Lake Texcoco. From the barge, in a labyrinthine succession of corri­
which was sailing since the break of dors and carpeted white gates, assor­
dawn, the men witnessed the coarse ted with slighdy-quilted black vinyl
noise of the engine striving to keep seats. The hallways are endowed with
the airplane aloft; then there was a conveyors that work as treadmills,
deafening hit on the water, followed moving passengers who drag their
by the plane exploding into pieces. luggage up to the immigration queu­
es. Such queues, made of a series of
One by one, the wounded passen­ tired bodies and overloaded backs,
gers began to surface between the slither and condense up to the booths
aircrafts rubble: eleven people sur­ where the officers grant or deny
vived the fall. A few hours later, in the access to the new territory. Then the
afternoon, the rescue team arrived at other conveyors appear, like black
rubber ellipses, which display bags
the basins center, rowing on boats
to reach the crash fragments. The of all sizes and shapes. The awaiting
passengers congregate around them:
rescue team found five dead bodies
several ellipses in a row let out a buzz
camouflaged among the chunks of
that fills the entire space. Before
metal, fabric, rubber, and wood, all
getting out to breathe the air in the
tainted gray by the color of the water.
destination country, the customs
officers guard the last frontier.

40
The terminals sheltering the passen­ variations. Being nowhere, the inter­
gers about to travel are framed by national airport is always one and the
thick-glass windows from the floor same.
to the ceiling, allowing the view of *
the tarmac and the aircrafts moving
in it. The stores located inside these
terminals set up perfume bottles in Agency
window displays made o f glass and
aluminum, always identical, organi­ On the shoreline of the Nabor
zed in rows and columns, illuminated Carrillo Reservoir there is a barrier
by white light that bounces off the made of red tezontle rocks, fitting
surfaces of the cellophane-wrapped into one another and forming a
boxes. A coffee franchise branch sets levee that rises one meter above the
up its wooden tables a few meters lake’s water level. This parapet is
away from the counter the whistle held together merely by the corres­
of boiling water comes out from. pondence of the rocks’ concavities
Outside, the runways stretch out, and convexities. A group of farmers
next to the control tower. Next to from the Texcoco region built this
the airport building, on the opposite levee to create a barrier preventing
side, there’s a paved lot, painted in water overflow during rainy seasons.
a grid, which shelters whole rows of From a bird’s eye, airplane or sate­
parked cars, a few inches apart from llite view, the stone parapet can be
one another. Beyond the limits of seen forming a perfect rectangle,
the airport, hotels and malls stand a red line framing a mirror of dark
like concrete or brick pavilions, waters. The rocks composing this
with small windows, interrupting line, broken by chisel into pieces of
the skyline. The highways encircle similar size, fit together by human
everything, spreading the tentacles hands, were tom from the earth to
of the airspace into the ground. enter the domain of human agency.
The rocks’ transportation from the
These intermediate spaces always quarry to the levee forces them out
look alike, replicating themselves in of a realm into another; they become
thousands of cities around the pla­ an element fractionated by chisels,
net like identical copies with subtle weighed, measured, and placed.

41
They’re then bought by someone to into pieces by human agency, but
become a mere item on an inven­ they themselves are the earth’s own
tory of agricultural devices, part of agency: they have never remained
the Mexican Federal Governments still. They have never been passive
accounting documents. The rocks entities waiting on the hilltops to
have been dispatched and hauled on be commodified. They’re always at
a truck, always in contact with the the mercy of geological forces that
metal parts of the wagons contai­ would crush, compact, and fracture
ner, as well as with the motor and them.
its gasoline, moving a few meters
above the asphalt until reaching their The human that breaks the rocks
destination. They were taken from into pieces, or the one who places
theTexcoco mountains, or from one them on a lakeshore is also a body
of the hills rising east of this lake. in itself, moved by a remote hand:
Broken up by mining, the moun­ he is also a piece within an abstract
tains, in turn, have become quarries. agency, an agency of power. From the
top of a building, many kilometers
A hill takes thousands of years to away from Lake Texcoco’s land, an
rise, fluctuating between major and engineer designs the Nabor Carrillo
minor elevations, softened by the levee, drawing it, measuring it with
constant rains that fall and displace a ruler: in this gesture of pencil on
its upper layers into the valley, lifted paper he commands the time and
by the changes in pressure which, strength of dozens of farmers’ hands.
from the center of the earth, move The bulldozers that extract this rock
tectonic plates one under the other, from the quarries on the hills are,
lifting and depressing the surface, in turn, commanded by the mining
folding and unfolding it. Tezontle company; such company forms pan
rock also comes from volcanoes, for­ of a system of supply and demand
that spawns it, setting it in motion,
ming down below, in hotter and dee­
while the government buying the
per layers. The rock gradually grows
rocks legitimizes the movement of all
colder as it rises, until solidifying and
parts involved, from the rough work
accumulating, to then sink in the
down to the most subde transac­
heart of the mountain. Rocks have
tions. The government also moves,
been moved, pulled out and broken

42
changes, and yields to the emergence smile with their gleaming heads.
of new powers that exert pressure All things sing in unison and dance,
upon it from outside, bringing it encircled by birds depicted as little
down, sinking it like the changes chirping children. In the middle of
in pressure of the earths layers sink this crowd celebrating the daybreak,
the tezontle until it fuses with the the trees socialize, they take up roles
mountain. and postures, facing the dilemmas
of amorous courtship, rivalry, and
«*, reconciliation. In the feud for the
love of a slender and think-leafed
kapok, a story unfolds were good
Anim a and evil wage war, as if such story
W alt Disney created a series of short took place in a realm more human
animated films in the 1930s called than vegetal.
Silly Symphonies: in them, different
things from the “inert” world move, Perhaps, Disney suggests in this feat
interact, behave, and gesticulate. of humanization that the things of
They experience situations and the forest are not sufficiendy active
even face moral dramas. Things as or alive in themselves. They need to
diverse as watches, bones, houses, be signaled, “animated,” not with the
chandeliers, mushrooms, and toys, forces that course through microor­
are endowed with a pair of eyes, ganisms, plants, and animals, but
opposable thumbs, and human rather with the “anima” of the human
laces. They smile, cry, or sing; they type. O ff the screen, in the actual
feel emotions such as jealousy, envy, realm of flowers, mushrooms, and
or pity. One of these clips. Flowers plants, where interactions happen
and Trees, takes place in a corner of among them and out of human sight,
the woods, at dawn. The trees wake the dilemmas about the statute of
up and greet the sun stretching their things is not necessary. There, crea­
branches like arms, yawning with a tures simply exist, in correlation to
face located right under the green one another, unraveling sometimes
leafy hair o f the foliage. Stunningly at a humanly imperceptible pace,
standing on legs, the flowers do gym­ where elements like water, soil, and
nastic feats while the mushrooms mountains intervene. Off-camera,

43
things have their own sociality and
ifferent from other cultures, the
law, an extra-moral law wherein the
civilized. Under scrutiny by anthro­
fight for survival, symbiosis, and pre­ pologists, the former were measured
dation aren’t neither good nor bad. according to the historical progres­
Humans also participate in these sion of human development whose
forms of sociality, in so lar as they culmination was embodied by the
share a space with (and are affected way o f life o f Western Europe’s
by) all things around them. Human peoples towards the end of the 19th
bodies can even serve as a platform century. Following this progression,
where many beings set up tent: virus, the primitive peoples lagged behind
fungi, and a multitude of microorga­ in respect to the Europeans, living in
nisms might invade and tap them as their present time the past of the
a mine full with resources. latter: while in Europe, great cities
and steam engines were built, the
The distinctions between thing and primitive were in their cognitive and
person, inanimate and alive, natural productive infancy. In this sense,
and artificial, are construed by the the primitive weren’t as human as
same gaze that “animates” cartoons. the observers: they were subaltern,
Under such gaze, “life” is only pos­ incomplete, marginal humans,
sible if it take on eyes, a mouth, deprived from the tools o f modern
and hands made in the image of technology. These “lesser” humans
the drawer, further activated by the were typically defined with charac­
design of human morals. teristics antithetical to those o f their
observer: unmodern, unschohrly,
* deprived of civilizational gadgets,
non-metropolitan residents. They
typically weren’t aware o f the onto­
Animism logical distinctions between the
The word animism was coined at the natural and the artificial, the living
outset of anthropology, to describe and the inanimate, and therefore
certain practices o f human groups had no devices to account for the
called “primitive cultures.” Primitive “world.” They couldn’t tell feeling
cultures were often observed from from thinking either.
a critical distance. Thus, they were

44
If the anthropologist was the obser­ and affecting the visible—were
ver, they were the observed object, something unthinkable under the
the “other.” In addition, this “other” binary regime of European huma­
was usually named and read by the nists: a regime that halves the planet
social scientist as someone incapable to organize it, halt it, and point out
of naming and understanding him­ its differences. For them, the “world”
self: being primitive, his responses is always one and the same.
would never earn credit as legitimate
to the ears of the observing subject. In this rationale, knowing meant
His language would appear as a mere subsuming with the gaze: fixing the
set of signs whose sense would be named phenomenon as something
revealed in the order given by the different from he who confers a
interpreters voice. The replies of the name. On the contrary, believing
“other” would be like those of a child meant a movement through an inde­
needing a grown-up’s guidance. terminate, unknown space, being
under its sway.
The knowledge-building methods
of the so-called primitive cultures More than a century after the first
were understood as beliefs, grounded use of the word animism-, in a con­
in different means of ordering the tinent separated from Europe by the
planer. While the anthropologist Adantic Ocean and in the middle
clearly distinguished the existence of the continental mass of North
of the two realms (the living and America, Mexico City now stands.
the inanimate), inside which all The planetary region hosting this
constitutive elements were distri­ city was a huge battlefield for the
buted regardless of their attributes, civilized and the primitive far before
the primitive human saw himself as the conformation of social sciences
part of a continuum formed by all and their respective scholarly fields:
the elements of a world. In addition, far before these wars were considered
his world was one of many possible. animist in nature. Today, the con­
The assertion of the life of lakes, the crete buildings of this city reach
discovery of the spirit of mountains, higher than the closest hills and
learning the language of rocks—the the asphalt stretches throughout
existence of invisible realities acting gigantic, kilometric grids. Its main

45
avenues are furnished with monu­ cannot be drawn to divide things
ments competing in magnitude and people, nature and artifice.
with those of European setdements.
Cars drive swiftly down both ways In spite o f its colonial and reduc­
in the boulevards; a musical, limpid tive origin, the word animism may
Spanish is spoken in the universities; be used in such circumstances as a
goods and services are exchanged weapon, honed by the Eurocentric
by arbitrary amounts of money; discourses which spawned it, acti­
humans walk down the sidewalks in vated when an apparendy inanimate
a diligent, orderly fashion. world wakes up. To dare to call
primitive” those who understand
At the same time, in the midst of this the correladon between humans and
landscape apparendy dominated by non-humans, presupposes a reality
the modern spirit, forces overflowing without earthquakes, disasters, or
any rampart loom large. The ground spillages.
moves constandy under the city,
sometimes subdy, sometimes with *
the strength of an earthquake. When
there’s an earthquake, the tallest buil­
dings inch towards their collapse and Archive
all the systems organizing the city’s By the Forest of San Juan de Aragón,
flux break down. The city’s great on the northeast edge of Mexico
design falls apart, while the language City, stands an architectural complex
that names the objects in their state of one-story buildings, framed by a
of stillness evinces its insufficiency to white fence, always closed and guar­
account for the new realities created ded by a watchman in a black uni­
by the disruption: a shaking buil­ form. This complex and the neigh­
ding, the sound the asphalt lets out boring forest are only a few blocks
when sliding, the ground’s fury. In away from the Benito Juárez Airport.
this circumstance, humans are at the The airplanes that take off and land
mercy of the ground’s movements, every few minutes feel very near,
and can only answer to its calling flying at such low altitudes. Inside
within the limits of their might. one of these buildings there’s an
Nothing is stable. Therefore, lines archive containing the documented

46
history of the now desiccated Lake of a lacustrine city, the tragic floo­
Texcoco: a small, low-ceiling hall, ding of Mexico City in 1629, and,
with a few wooden shelves holding finally, the brutal and titanic desic­
binders lined in burgundy leather, cation of the lake. This operation is
along with a few thin-paged, softco- depicted as an uphill struggle against
ver books. The wooden furniture is the unstoppable force of water, until
covered by a thin layer of dust, and nothing was left in an area of a little
a smell o f old paper and humidity. more than 8,000 hectares, other than
The National Water Commission the city and the desert. The journals
(Conagua), the government entity sometimes mention the allocation of
in charge of every matter regarding a small space in the heart of said area
the (former) lake, occasionally for the construction of an extension
publishes an illustrated journal that of the airport, that very same airport
describes the developments of cer­ that today unleashes its planes over
tain infrastructural projects which the Forest of San Juan de Aragón,
have been completed in some areas even over the airspace above the
of the desertified lacustrine land: the library. There is never a mention of
planting of fruit trees; the details of the plans currendy displayed in bold
a new water well; the innovations letters on the front cover of Proceso
of the landfill site and how it trans­ (a political analysis magazine), along
forms garbage into fertilizer for a fer­ with the image of a colossal structure
tile land in the future. The projects covering two-thirds of the lake: “New
vary with each successive issue. The Airport for Mexico City Will Be
first journals, dating back to the 80s, Located in Lake Texcoco.” The bin­
describe projects that, through the ders, booklets, and other documents
years, have become buried by layers do not provide any clues about this
of salt and earth, or which have sim­ imminent fate that, like an explo­
ply vanished, leaving empty, ruined sion, will transform and define the
buildings abandoned amidst . an destiny of all things planted, built, or
enormous uninhabited plateau. The merely placed upon the basins radius
projects, statistics, and conclusions o f influence. The archives kept in
of each journal are always preceded this hall prevent us from tracing nei­
by the narration of the founding of ther the recent past nor the present
Tenochtitlan, the nostalgic vision status of the lake, casting a shadow

47
over its future. The stories told by valuable materials from the more
these pages printed with data, maps, recent. They found millenary pieces
diagrams and images, are perceived mixed with todays objects; in this
as fictions or mere events that have mix, the mundane collided with the
taken place in lieu of the real pro­ archaeologically valuable.
ject that will finally transform Lake
Texcoco: a project competing both Among the stuff found along the
in magnitude and vagueness with the roads plotted to cross the Federal
contranatura desiccation that took Enclosure of Lake Texcoco (probably
place in the same basin. the same roads used by the archaeo­
logists), I have discovered that newer
*
layers of materials have been added
to those Parsons and Morett origi­
Archaeology nally analyzed, namely rubble from
evicted properties and discarded
O n the report written by Parsons material coming from construction
and Morett about their archaeolo­ sites. I have also discovered that the
gical expeditions in Lake Texcoco heaps of rubble which were some­
during the 1980s and 90s, there is a times problematic to them were
mention of a landfill site made from indeed valuable, for they belonged
debris from the Federal Distria. to buildings downed by the 1985
Such debris lay beside the road Mexico City earthquake, brought to
recendy opened by the National Texcoco with the purpose of making
Water Commission (Conagua). them disappear. This rubble was
Among the rubble, there were in some cases mixed up with cons­
archaeological tepalcates (ancient truction materials hauled in from
Mexican ceramic objects), carved diverse locations around the state of
stones, and other objects belonging Mexico during the years prior to the
to the ancient indigenous commu­ construction o f the Peñón-Texcoco
nities, mixed up with modern urban Highway. This was a time when the
materials. Archaeologists tell how borders of the Federal Enclosure
part of their fieldwork took place were not fenced. Neighbors were
within such rubble accumulations, able to move around the land and
learning to distinguish the more discard anything useless in it.

48
Considering Lake Texcoco’s site as it and exchanges hosted by the lake for
is today, the terms for an archaeo­ centuries, as well as the diverse popu­
logical exploration would have lations which continue to transform
to be reconsidered: the lacustrine it today.
lands that were transformed into
desertified ground will soon become
the New Mexico City International
Airport, an urban development
project even larger and more radical
Artifice
than the construction of Santa Fe In 2012 an earthquake reaching a
(an entire neighborhood of modern magnitude of nearly 8 points on the
buildings built on a landfill site west Richter scale took place in Mexico
of Mexico City). The airport will City. Due to the earth’s movement,
erase all evidence of the lake’s past, small cracks opened in a number of
whether archaeological, biological, buildings, objects fell from tables,
or quotidian. It will efface the layer and the offices located in skyscrapers
of bare ground remaining as final along Paseo de la Reforma sent their
evidence of the ancient lake; it will employees home.
expel the rubble revealing different
attempts at occupation of this land; Over in the south, in the Tláhuac
the ruins of the earthquake that Forest, a recently built lake ceased to
shook the city and which is intimate­ exist on that day. It was a place whe­
ly linked to the underground strata re boats sailed, and around which
still supporting it. The construction families and lovers would gather on
will displace surrounding residents, weekends. The earthquake shook the
as well as the flora and fauna that base of this lake, cracking it open like
have been able to grow in this basin. an old shell, opening holes in the
An archaeological exploration, if earth which caused the water to be
carried out today, should give an absorbed immediately, making the
account o f the entire heap of rubble lake disappear in a matter of hours.
as an inseparable collection of pieces From one day to the next, the lake
(both valuable and neglectable). had vanished: on the dry ground a
Such pieces, juxtaposed as they are, few anchored vessels remained, as if
would surely unveil the temporalities dragged onto and abandoned in a
vacant lot.

49
Although ancient lakes in this area The disappearance and imposition of
tended to dry out in the course water in Mexico City reveal them­
of recent centuries, in places like selves as two faces of the same will
Tláhuac, lakes were, on the contrary, to dominate, a product o f the same
instated, even imposed, on the terra­ desire for limitless growth. Water
in. Until its sudden demise, Lake appears as something which cannot
Tláhuac became a counterexample be dominated: the water inside an
of the gradual disappearance of “artificial” lake, zealously guarded
water; a contradiction which boas­ in man-made basins, can elope, sud­
ted the abundance of such liquid in denly, through the subsoil, to never
a city where it is, in fact, ever scarcer. come back, like it did in Tláhuac.
Lake Tláhuac, the Nabor Carrillo
Reservoir, the Canal Nacional, and <*>
Lake Chapultepec, are all products
of engineering and design: they
are mirrors made of water devised
on waterless surfaces, flat surfaces
forced to become concave. These
“artificial lakes” result from a process
of urbanization in which buildings,
two-story bridges, the greater road­
ways, and the new airport are also
included.

Newly constructed avenues and


highways channel traffic, while
causing neighboring places to sink.
Similarly, the redistribution of water
has involved the construction and
use of pipelines, sewers, pumping
systems, as well as a great number of
engineering strategies: forcing water
against its flow, channeling it uphill,
optimizing the supply here, and cau­
sing a shortage over there.

50
B

Birdstrike such crash, a bird as large as a seagull,


pelican, or duck happens to acciden­
Many airports around the world tally become stuck inside a turbine,
are located by the sea, where sea­ the plane can break down and fall,
gulls and other sea birds are regular crashing into land or sea.
inhabitants. In these habitats, birds
are forced to retreat when airplanes In order to keep birds at bay and to
approach, rendering untenable the prevent them from “striking,” air
coexistence between animal and controllers sometimes release falcons
machine. Both avian and aeronau­ in areas near the runways, allowing
tic creatures may travel within an them to fly in circles. The seabirds
open, clear, and apparently limidess detect the predator from a distance
space, unconstrained by the same and thus flee the airport zone. This
severe limitations land movement is routine is repeated, and in time, the
bound to. Nevertheless, there needs warning becomes a habitual event,
to be a (unilateral) demarcation of keeping both realms separated by
the skies. The technical name given an invisible threat. In some airports,
to the possible chaos generated by fences about three meters high are
an encounter between an airplane erected, crowned with barbed wire
and, for instance, a flock of migra­ or sharp stakes, which keep low-
ting ducks, is “birdstrike.” In said flying birds (and trespassing humans)
“strikes,” a group of birds flying at away. At times, effigies are installed
100 km/h may crash against a plane like gargoyles, which in Gothic
flying at 900 km/h. If, as a result of cathedrals operate as symbols of

51
monstrous fates. Air controllers may Bond
also fire cannons so that the explosive
sound repels the birds. In New York The Nabor Carrillo Reservoir is
City’s j f k Airport, for instance, birds outlined and contained by a levee
flying at close range have been shot made of red tezontle rocks. Product
directly, in what they call “popula­ of volcanic emanations, these rocks
tion control.” were once cast out of the earth’s
center to cool down on the surface
A few kilometers away from the and break into small chunks. Today,
upcoming New Mexico City In­ they guard a body of water that was
ternational Airport and its surroun­ also cast out. The Nabor Carrillo
dings, there is a man-made reservoir receives a shiny-blue, clean-smelling,
called Nabor Carrillo, which receives salty water, as if from the sea. It has
the biggest migration of Canadian made a long trip, just like the stones.
ducks in the entire region. This Black and dense, the sewage water of
site, in turn, is located in a zone northeastern Mexico City is dumped
where there was a lake of enormous in Lake Churubusco, on the western
proportions, which was progressi­ edge of Lake Texcoco. There, it is
vely desiccated. This very spot is a treated by refined methods and
regular stop along the migratory invisibly pumped into the Nabor
route of North American birds. The Carrillo. The heat evaporates the
distance between this reservoir and water into the air breathable from
the construction site of the airport’s the shore, while millions of gallons of
runways isn’t big enough for them processed water arrive to the opposi­
to remain as two separate, distinct te shore. Flocks of ducks, migrating
spaces. Airplanes and birds will not every winter in a long journey from
be able to coexist. Canada, make a stop on this water.
Driven out of their land by the harsh
*
weather, the birds inhabit the Nabor
Carrillo every year from December
to March: they swim in the water and
seek warmth on the shore’s stones.
In the span of these cold months,
three bodies in exile, from entirely

52
different origins—volcanic rocks, used for his study are not those made
waste water, and the flock—bond. by topographers. The latter draw the
Then, in April, they part ways. outline of a body of water the size of
todays city, using the terrains cur­
<*> rent state as reference. Instead, the
best maps, points Espinosa, are tho­
se that follow the irregularity of the
Boundary terrain, heeding to signs of past lives
One of the most superficial geolo­ that may be inscribed in the geologi­
gical layers of Lake Texcoco’s basin cal features: if we did a cross-section
is made o f a soggy, slippery, volatile of the earth, the fossils of microor­
mud: with small changes in pressure ganisms and plants distributed along
on the deeper layers, or a small shift a vertical axis in shifting soils could
in the tectonic plates sustaining it, help us imagine a changing, swaying
the muddy water sinks on one side of shoreline for the lake, which may
the basin, lifting up a mound of equal not correspond with the horizontal
height elsewhere. For thousands of homogeneity of a water surface.
years before the arrival of Hernán
Cortés to the Bridge of the Brigs, the Even now that water is no longer its
lake underwent constant changes in main element, the lake continues to
its shape, due to the malleable condi­ have a shoreline hard to trace. Ever
tion of its clay floor. Another factor since the constitutional instatement
was the regions climate, which made of Lake Texcoco’ Federal Enclosure
the water level sink during drought by Luis Echeverría in 1971, the
and heat seasons, only to later flood eastern border began to fluctuate
and connect with its four adjacent in a similar manner to that of the
lakes in a single and immense out­ clay right under its soil. The com­
line. As long as there was water in munities of Santa Isabel Ixtapan,
the basin, the shore never remained San Luis Huexoda, Santa Maria
in the same place. Gabriel Espinosa, Chimalhuacán, San Bernardino,
who has studied the social and biolo­ San Felipe, Santa Cruz de Abajo, San
gical systems o f LakeTexcoco during Cristóbal Nexquipayac, Francisco I.
the heyday of the Mexica culture, has Madero, San Salvador Ateneo, and
confided that the most credible maps San Miguel Tocuila, have setded be-

53
side a very vague border east of
today’s Lake Texcoco. It’s an oudine
fashioned by political and eco­
nomic forces which, just like tectonic
B uilding
plates and the pressure exerted by the O n Insurgentes Avenue, in sou­
subsoil, modify the earth’s topology. thern Mexico City, a twenty-story
A number of communities grow and tower made of concrete and metal
decrease of their own accord, shaping sheets stands and halves the hori­
the land and expanding within it. zon. This building is guarded like a
fortress: to get in it is necessary to
However, the increasing urbanizing go through several security chec­
force coming from other communi­ kpoints, followed by a pair of heavy
ties pushes the lake’s western border, elevators.
expanding it to the rhythm of private
property’s rationale. Such reasoning Upon stepping out of the elevator,
makes use of and gives sense to land each floor, identical to the previous
ownership in modern cities. Thus, one, spreads like a labyrinth of cubi­
the borders fluctuate according to cles and non-descript desks, framed
a certain fractioning of the land by a corridor that crosses the space
into grids, according to speculation on one side. There’s a row of offices
on the value of patches of land, with closed doors, all identical. Each
expropriating a few hectares here, floor in this building resembles a
adjudicating a few hectares there. mirror device where a single piece of
Neither the dividing line established furniture is reflected and multiplied
on some arbitrary map in 1971, nor infinitely. The employees occupying
the geomorphological reconstruc­ each cubicle are mesmerized in their
tions that imagine Lake Texcoco computer screens, and only look up
around 1500 provide an account to see me walking by, to lower their
of these subde and rapid variations gaze towards the screens again. Their
that modify the lake’s oudine year by fleeting gestures signal a disturbance
year. The rhythm of this change is in the order of a place dominated by
accelerating, and depends less on the silence, the phones’ ringtone, and
oscillations of the ground itself. It is the sound o f dozens o f keyboards
predicted to fluctuate more violently typed on in unison. On their desks,
in the coming decade.

54
they all seem fearful of a certain and a tie, is holding under his arm
invisible authority. These are the a piece of paper that will define the
headquarters of Conagua, the insti­ parameters for water distribution
tution handling the blurry relation in an area inhabited by a million
between water and land, scattered all people. Others carry the weight of
across Mexican territory. This same a decision made, in the form of a
institution holds the custody of Lake twitch in the back. In her purse, a
Texcoco’s land, since it was conferred secretary is carrying a pen her boss
in 1971. O n the top floors of the will use to stamp signatures in all the
tower, decisions are made about dril­ documents approved in the course of
ling wells throughout Mexico City. one work day. Often, crowds settle in
Between desk and desk, memos and front of the building to wave sings in
purchase orders hover outlining the protest of an eviction, a case of dis­
agreed-upon prices o f a patch of land possession, or the difficulty of access
on the border of LakeTexcoco. A cost to water. The building remains still,
study about the channeling of a river impervious, and everything that
lies on a table, stained by the spillage comes out of it becomes an extension
of a coffee cup. In the file cabinet of its rigid structure.
of one of the lower floors there are
documents for the appeal on the *
grounds of unconstitutionality, filed
by deceived farmers, claiming the
ownership of a property soon to be
strewn with a sewage pipe. On the
screen of a computer, on another
floor, an engineer just clicked “send”
on an e-mail requesting the approval
of a water treatment project with
state-of-the-art technologies in a
remote region o f the country where
the residents have shortage issues. In
the elevators, engineers, directors,
and secretaries slide up and down.
One of the directors, wearing a suit

55
1

fd
c
division between two territories, as a
Campground
warning or a signal to the ejidatarios
Along the line that divides the land (owners of ejido lands) on the San
of Lake Texcoco from the ejido of Bernardino side: “these lands do not
San Bernardino, west of the ancient belong to you anymore; they belong
basin, there is a fence made of con­ to no-one except the lake itself, zea­
crete posts fixed in the ground, with lously guarded by the vigilant eye
three rows of tense barbed wire strung of the Government.” A few meters
between each post. A tin billboard away from the fence, the National
stands next to the fence, showing a Water Commission (Conagua) has
barely legible layer of paint, corroded in effect erected a surveillance booth,
by rain, wind, and the soil’s salinity. looking eastward; a woman in a black
The sign announces: “Federal Zone: uniform leans out, greeting us and
construction site for the LakeTexcoco returning to her post, to fix her gaze
Ecological Park.” Around the sign, upon a horizon of possible threats
grass rises half a meter above the which lie all on the other side of the
ground; brushwood has scrambled fence.
into the scene, intertwined with the
green, dense turf. Although being On the opposite side stands a row
partially made of concrete, the fence of small huts, each measuring about
looks feeble, and its height can be two by two meters. They shelter
surpassed if one uses the wires as steps people and are made of wooden
to climb to the other side. It seems stakes, covered by tin sheets, woo­
to have been erected as a symbolic den boards, and patches of recycled

57
canvas billboards. The billboards for more than four years. Hundreds
are printed with names of musical of families live here, a population
bands, sonideros (neighborhood VJs), difficult to count, since they live on
and political campaign slogans. The a bordering zone where, in theory,
row of huts extends along the fence they do not exist as they are not
and shrinks out of sight: there are truly bound to the land: too close
hundreds of them, all up against to the terrain that expels them, too
the fence, identical in size, althou­ far from the terrain that hosts them.
gh each one covered by different On occasions the music from a radio
combinations of tarp, wood, and station can be heard coming out
metal. Their sum constitutes a wall, from a hut, mixed with the voices
a margin, a barrier; the pastures and of children. A diversity of objects
bushes growing on the protected can be seen on its limits: belongings
side slip through to the other side, from somebody dwelling on a thin
sticking out between them. The ejido strip of land. The huts and their
sprawls in front of the huts like an residents comprise what has become
open space, crossed by a road, in the Hidalgo y Carrizo Homeless
which a few solid houses, trees, and Camp. They stand a few meters
meadows can be spotted. The string inside the fence, in a property that
of precarious constructions seems now extends behind the surveillance
grounded halfway between each side booth, bearing different shapes, sizes
of the fence: too close to the parti­ and materials. More than four years
tion made of wire and concrete that ago, there were actual houses instead
tries to expel them, and at the same of these. The fence probably did not
time too far from the ejido. They just exist, and the San Bernardino ejido
stand there timidly on this narrow was one uninterrupted patch of land
row, as if they were resting on it only that merged with the land of Lake
for a while, about to vanish in the Texcoco.
next morning’s sunlighr.
April 26th, 2012. The camp resi­
The huts, fragile in appearance, dents—along with many others
make the thin fence look strong and which have been sent off to differen^
robust. Their foundations, however, locations in Lake Texcoco’s area °
lie deep, and have remained steadfast influence—used to occupy a portion

58
of land built near the shores of that serve as their setting). We buy,
the Nabor Carrillo Reservoir, on the sell, and labor in workdays which
western side of this recendy marked are homogeneously sorted into work
border. The government that now and leisure. We do so as if those were
patrols the eastern limits of Lake ideal ways of occupying time and
Texcoco came along that day to claim space, as if such ways had always
its property. The constructions were been diere, only waiting to emerge
demolished. Soon after, the fence at the right time in history. In this
and the sign were built, in an exercise •scheme, and in the light of this new
of political demarcation which can “nature,” a few creations of this very
be inferred from the material fea­ same capital acquire substance and
tures of the houses, of the wire, and reality, while other entities become
of the wild grass growing between inert objects: commodities begin
them: “Federal Zone: nothing can to palpitate with the vital flux of
be built here.” exchange and valuation, while peo­
ple start to look as mere producing
* bodies, identical and interchangea­
ble. Under the sway of this system, in
communities where labor is bound
Capital
to the preservation of the land and to
Michael Taussig spent years on the the dignity of the worker, the abs­
Colombian Pacific coast studying a tract machinery of capital turns
new form of animism popularized into the object of an animist gaze:
among workers of the sugar indus­ foreign sugar companies, violently
try, after the arrival of capitalist arriving to the fields of the Cauca
forms of labor. In Colombia as well Valley, acquire the tenor of a demon,
as in Mexico and other American a being that comes into life to suck in
countries, especially in urban centers the souls of the laborers, to dry the
such as Bogota and Mexico City, earth out.
accumulation, alienation, and wage
work are aspects o f capitalist socie­ In the Valley of Mexico a set of
ties that have become naturalized: conditions is in place, that makes
we are individuals inserted in these one think about an animist interpre­
societies (and in the difficult cities tation of the relationship between

59
humans and land: such relationship Colombia and set up tent among
is also conditioned by capital. This the day workers like a demon, in
animism does not entail the media­ 2014 the capital targeting the New
tion of beliefs that separate the Mexico City Airport arrived in Lake
possibly gullible rural populations Texcoco like a foreign and lethal life
from the pragmatic modern socie­ form. Between the lake and capital,
ties. In it, every person is inevitably humans are pushed, displaced, and
dragged to become an instrument or sometimes crushed. We, the humans
a thing, regardless. Although slowly who hover around the lakebed, are
shrinking by human initiative and inert things incapable of action or
enterprise, Lake Texcoco has some­ decision about the changes taking
how not ceased to exert an influence place there. The struggle between the
over social, economic, and political lake and capital, recendy animated
movements of the land that it once by this new aircraft-and-runway
occupied as a body of water. The project, lives a life of its own.
substrate of mud and salt from the
remaining basin acts in the manner *
of a living being, thus containing
the potential strength to move the Cartography
city, to cause it to sink, to fracture it,
to scourge it with sandstorms. The In Google Maps’ flat view of the
lake land is always moving, setding, Valley of Mexico, Lake Texcoco
proactively resisting the successive looks like a wasteland, clearly divided
attempts at human occupation. from the urban area—which sprawls
westward like a thick set of small
Private capital becomes animated squares—by a sharp straight line that
when setding in this land: it acts as crosses it from north to south. To
plagues spreading around the lake the east, on the contrary, the mono­
meadows, endangering the plants chromatic surface, what’s left of the
and animals that have managed ancient basin, quickly breaks into
to grow there, drying the lands green and brown sections, interrup­
of neighboring towns and hoar­ ted by small lines indicating trails,
ding their work force. Just like the borders or geological barriers: its a
sugar industry arrived in Southern region and it constandy re-draws its

60
limits. The towns and ejidos to the ment, previously dictated by the lake
east spread irregularly, sometimes shore itself). This ancient edge is
overlapping, sometimes sprinkling clearly perceptible in the terrain, for
the lake meadow with encroaching it’s defined by the ground’s morpho­
dots or small rectangles. Often, far­ logy: it sheds the muddy ground from
ming villages that have feuded about the firm, fertile stratum. Underneath
their border with Lake Texcoco for it all, spreading away under the paved
decades, don’t stand out in this ver­ floor of current-time Mexico City,
sion of the map. On the contrary, the former oudine of Lake Texcoco
the map pinpoints some inexistent remains like a buried watermark.
places and shows geographical spots
that have disappeared. Some towns The land has been under dispute,
or places that matter in the regions tom, bought, and sold in the rural
political configuration are written area of the Texcoco region since the
in lower-case letters easily confused last agrarian reform. This conflict
with the name of a street or a nei­ becomes present in the lacustrine
ghborhood in the city of Texcoco. planes as a set of irregular and erra­
Other settlements have no place in tic traces, adding difficulty to this
this flat, general representation of cartographic representation. A map
the territory. Other towns— that in that doesn’t update at the pace of the
real life work as landmarks used by most recent events, following the
area residents— disappear in a heap newspaper headlines and the weekly,
of names without any hierarchy. monthly, yearly border fluctuations,
Santa Isabel Ixtapan, San Cristóbal is a map that doesn’t reflect the topo­
Nexquipayac, San Salvador Ateneo, graphical reality of Lake Texcoco.
Francisco I. Madero, San Miguel This dried-out place, turned into
Tocuila, Santa Cruz de Abajo, San land, demands telling the story
Felipe, Santa María Chimalhuacán, of the peoples that have gradually
San Luis Huexotla, and San Ber­ demarcated it in the last forty years.
nardino are not visible nor present The lake demands a narrative for the
(even if they are known to be the sharp line separating it from the city.
political hubs of the region, and have Accordingly, this new territory requi­
re-litigated the distribution of the res the production of new maps that
lake edge and their human settle­ allow for erasures and innumerable

61
corrections, visibilizing the invisible, exert pressure on the edges of the
representing the unrepresentable. lot. The map shows the lake land
was scheduled to be partitioned
towards the presidency of Miguel
de la Madrid in 1988. In the ’83
Cemetery map, it had a perimeter of 8,200
hectares, whose eastern border sli­
In 1983 the Lake Texcoco Com­ thered. A straight, unchanging line
mission wrote up a report on the demarcated the western border with
projects proposed for the area the populated town of Ecatepec. In
demarcated under the name of the the margins, like blurred-out ghosts,
former lake. Litde more than ten lie the ejidos of Santa Isabel Ixtapan,
years had gone by since the decree San Luis Huexoda, Santa Marfa
instituting the area. The images, Chimalhuacán, San Bernardino,
printed in four inks (out of phase), San Felipe, Santa Cruz de Abajo,
showed grassy areas with cows and San Cristóbal Nexquipayac, and
pigs, sites under construction, and Francisco I. Madero. Today they re
forests sprawling into the distance. being re-incorporated to Lake Tex-
They differ starkly from what exists coco: one year before the publication
in the land nowadays. The technical of this report, the land was reduced
language used by the engineers to from 14,000 to 8,200 hectares, a'
write the report, with their promises mong which 2,500 were yielded
for the future, optimism and antici­ to the ejidos. Towards 1983, Lake
pation, also departed from reality as Texcoco shrunk on its eastern side.
observed today, thirty years later, in Before the century was over, its terri'
the land of Lake Texcoco. tory would again stretch out east.

In the report there’s also a printed On the western border and north
map in several out-of-phase inks, of the current Peñón-Texcoco
which make the borders seem blurry. Highway, a white area with srnai
These have changed over the course black crosses—laid out like in wall'
of the following decades, rearranging paper—stands out in the map. ^
themselves according to the politi­ the map code it reads: “Cemetery-
cal circumstances which constandy The repon that accompanies the

62
map illustration shows descriptions floor, offering a shade for passers-by.
of the efforts to create a new ecology The Central Square spreads like an
for Lake Texcoco. The goal was for esplanade framed by the metropoli­
the ground to be linked to animal tan cathedral in the north, the presi­
and vegetal life forms, articulating a dential palace in the east, and the city
social ecology of water, which should hall in the south. It follows a layout
flow in from the city, cleaning, sto­ replicated in other colonial cities and
ring, and distributing it. This ecolo­ towns throughout Latin America.
gical project included a place for the On the square, people from the
dead, conceived at first as a cemetery, northern and southern city neigh­
but changing with time into a mere borhoods, and from other states and
rubble landfill: no deceased person countries stroll around. They head
has been buried there legitimately, in all directions to shop in narrow
although the whole patch of land, in streets rich with Chinese merchan­
a certain sense, became a graveyard, a dise, diversely-pitched sounds, and
space where that which has no place street food. Along the nearby streets,
in the city would rest. the buildings are made of solid rock
in many cases taken from pre-Hispa-
& nic constructions, to rise again in the
form of European-style architecture.
Central Square
In front of the Central Square’s north­
In the middle of Mexico City’s western corner, a dark, shiny, heavy
Central Square, a pole stands more statue of Enrico Martinez stands on
than 100 meters high, where a flag is a marble and cement pedestal. On
raised every morning. It is put away one of its sides, the pedestal indicates
every evening. The flag, divided in the maximum height reached by the
three vertical strips— green, white, water level in the rainy season. In
and red— is thirty meters wide when 1629, this same square, where the
laid out. When the wind blows, the monumental flag stands, was sunk
flag waves slowly, always shifting two meters underwater, because
in shape, rumpled or stretched out of a flood that scourged the whole
depending on the air currents. It city. The strength of its current also
sometimes casts a shadow on the demolished the first project to drain

63
Texcoco’s lacustrine water, which was intensity rose, swaying the buildings
put forward by the statue character. framing the square back and forth,
This project, called Nochistongo as if the stone they’re made o f went
Ditch, was built a few years before, soft and stretched. The cross crow­
in 1607, in two consecutive years. It ning the cathedral’s eastern tower
tried to be a canal for the definitive fractured and fell. The people ran
drainage of the lakes in the central out of the gaping doors of nearby
Mexican basin. Barely holding to­ buildings, cramping in the narrow
gether, the canal gradually yielded streets ending in the square’s open
to water filtration, until it collap­ esplanade. They took up the square
sed under the strength of this great as the telluric shifts hardened, sha­
downpour. king everything more violendy. In
different points in the city and its
In front of the Central Squares surroundings, buildings crumbled.
northeastern side, the main Aztec The sun touched the zenith, erasing
Temple is located. It was partially the shadow of the great flag in the
unburied in the 60s in the middle square’s center. The flagpole flicked
of a lot neighboring the cathedral. like a rubber shaft. The earthquake
Its foundations spread under the alarms shriek bounced off the hot
cathedral and the square. Centuries planks of the capital’s Central Square.
ago this square was the power center
of other cultures with other uses of
space. Since then, it has changed
so as to become the bare, current- Ceremony
day esplanade: thousands of square
meters of tiles covering an underl­ O n May 16th, 2016,1 attended the
ying city, open to new, future uses. ceremony in honor of the passing of
the sun through the zenith, in a hill
On September 19,2017, a 7.1 degree of Nexquipayac. From the hilltop
earthquake shook the land suppor­ you could see the meadows of ancient
ting the Aztec temples ruins, simul­ Lake Texcoco— already modified by
taneously moving all the other layers the construction company in charge
hidden under Mexico City’s Central of the New Mexico City International
Square. In seconds, the earthquakes Airport project—sprawling a couple

64
of kilometers to the west. From the­ Speaking in an unequivocal urban
re, the invisible border between the accent, a group of men and women
city and the countryside—which in Oaxacan and Guatemalan tradi­
had been drawn in the last cen­ tional attires improvised the temaz­
tury—became visible. The towns of eal out of sticks and tarp. While the
the Ateneo municipality were bound ceremony began, they encouraged
together, perhaps only divided by a people to step into the vapor bath
street, stretching along the shore of with their clothes on. They were con-
the former lake like one single strip. cheros (conch players, self-proclai­
To the east, the crops at the outskirts med descendants of the Aztecs) from
of San Salvador Ateneo were mostly Mexico City, and had been called
intervened by sowing furrows, signa­ upon to preside the ceremony: they
ling the beginning of a new harvest moved quickly among the pilgrims,
cycle. Next to the road that connects who amazedly and silently awaited
the town with the hill there is a the suns arrival to the zenith. When
river, channeled decades ago by the addressing any of the attendees,
National Water Commission. By the they called us “hermanito” (younger
day of the ceremony, the river had sibling), in a somewhat shrill voice.
been reduced to a small cement duct On the hilltop the ceremony officers
where liquid residues flowed after built an altar with corn, flowers,
the towns flushed their toilets. fruits, and vegetables, laid out on a
white piece of fabric. A plastic water
Summoned by the Peoples Front botde doubled as an offering—the
for the Defense of the Land ( f p d t ) , orange logo read “Bonafont,” by
the crowd arrives to the base of Grupo Danone—pouring the con­
Tepetzingo hill at 10 in the morning, tent in a glass container: recycled
from different enclaves in the muni­ water, coming out of a branded
cipality. They are greeted with tables plastic bottle, became sacred all of a
covered with pork tacos, a bonfire, sudden.
and a temazeal sauna next to a tree.
The ceremony starts almost at noon, The ceremony was presided by a
right when the sun stands above group of people foreign to that
the heads and the shadow vanishes land, who brought a series of hybrid
under the feet. rituals observingly followed by the

65
attendees. The f p d t leaders were in a few years, as the sun’s passage
absent except for one, Felipe Alvarez, through the zenith is celebrated from
who stood out of the crowd with his the top ofTepetzingo hill, its peri­
clear gaze and big hat. meter will be surrounded by urban
developments and highways, the
Using an electric generator, Alvarez shadow of a plane may darken the
turned on a microphone and from noon shine and its noise will prevail
the base of the hill concisely ex­ over the ritual’s silence.
plained the importance of the sun’s
passage through the zenith: it was *
the earth summoning them, the
celebration of that raw soil which
would shine at maximum brightness
City
once the sun rose to its higher point. Mexico City was called Federal Dis­
They celebrated the cultivated and trict until 2015. Since then it be­
the wild soil. With the arrival of came the state number thirty-two
the airplanes, this land will soon be of the Mexican Republic, in spite
forced to become a hotel, or a mall. of being a city. Its evolution from
The aircrafts will land very near, over district to state can be understood
there in the idle spot westward, in as an administrative decision, as
one of the airports eight runways. well as the consequence of a more
profound transformation in its ur­
The sun approached its highest ban structure, from a circle to a
point. With the sun at the top, the “stain.” In 1824, when it was called
ceremony made more sense: its end “district” for the first time, the city
was more political than religious. still had Lake Texcoco by its side,
For the law, a place of ancient ritual a salty water mirror on its eastern
practice, even if new and made up, is edge. The surrounding municipa­
a place that cannot be expropriated. lities kept their distance, giving it
It doesn’t matter who presides the enough space to be a city and at the
ceremony, nor its verisimilitude. The same time the territory that reflec­
persistence of this ritual will protect ted, concentrated, and represented
the hill and its surroundings under all the national powers. Around
current law. It is imminent that, its center—a square built right on

66
top of Tenochtitlan— the govern­ such “city” wasn’t an accumulation
ment buildings were organized in a of constructions, but rather a lands­
harmonious spiral, creating a unit cape of millennia-old rocks marking
which stretched out homogeneously the form, texture, and color of an
outwards, in emulation of the cities entire region.
in old Spain.
In addition, this city seems larger:
When approaching the Valley of at its outer borders, it merges with
Mexico today, the airplanes steer in another urbanized territory that
search for clear landing space, al­ encircles it. In a complicated geopo­
most guessing its location in the litical partition, the state of Mexico,
middle of a dense cloud of pollution a federal jurisdiction different from
hovering right above the Benito that of the metropolis, surrounds the
Juárez Airport. The density of buil­ city along its entire perimeter like
dings, avenues, and constructions a belt. In the course of the last de­
entangled in the northeastern area cades of the 20th century, the capi­
of Mexico City make it difficult and tal grew unstoppably, spilling over
slow down the aircraft’s descent onto the state of Mexico like milk at the
solid ground. During the twenty boiling point. The state, a belt, turns
minutes preceding the encounter wider to the north, hosting the urban
between the small rubber tires and density which sky-rocketed 15 years
the harsh pavement, the plane steers ago, as new government housing
and flies over the metropolitan area: projects were built in its premises.
the passengers sitting by the small, For example, housing complexes
murky, round windows, may see the now rub shoulders in every square
width of the megalopolis sprawling meter available north of the Ecatepec
underneath. If landing by night, the municipality, like identical pilings
valley resembles an immense prairie of shoe boxes placed between two
laden with yellow lights stretching mirrors, multiplying their image
into the horizon, making it impos­ infinitely. To the south, on the con­
sible to glimpse the borders. Upon trary, the state holds its tips apart,
entering to the field of vision, from allowing the city to disperse little
any spot in the aircraft, you can’t see by little until its last particles bang
anything other than the city, as if headfirst with the Ajusco Peak and
the state of Morelos.

67
Therefore, the capital of Mexico fighting for space in the enormous
is not an identifiable unit in the sprawl of Mexico City, cars cramp
middle of a rural territory, but a certain pathways at certain hours in
stain that merges onto another one. the day, to the point of camouflaging
At ground level, driving out of the with the architecture, like rows of tin
airport and westward along Miguel huts planted in asphalt.
Alemán Viaduct, it’s evident that the
city’s shape changes from one street *
to the other. Wealth and scarcity are
organized within it. Sometimes the Com m odity
grid shelters entire neighborhoods
with historical architecture, deserted The Tacubaya branch of Soriana
by the wealthy to be taken up by Hiper supermarket has the size
the middle classes, foreigners, or a of a hangar: if it were empty, an
myriad shops with colorful facades Airbus A318 or a Boeing 737 could
and huge signs on the walls. Often, be parked inside it. Let’s imagine
wealth sprawls on the mountain-co­ this plane landing on Circuito
vering properties, hiding in them Bicentenario (a segment of the
behind rows of thick bushes, while beltway), touching ground on the
on the other side, at the exit of spot where the Chapultepec Forest
the bus station, the poorest neigh­ ends, to later make a turn and taxi
borhoods stretch out in an uneven into this monstrous building of the
ensemble of houses and buildings. San Miguel neighborhood. Before
Smaller, disparate cities, made of the aircraft’s landing, the building’s
architectural order or urban chaos, facade would be totally open, the
conform the greater city. Sometimes inside would be idle except for
they’re parted by the sharp line of fluorescent cylinders shedding fain,
a wall, a bridge, or a wide avenue. blinking light all around. It’s difficult
These avenues double into two-deck to imagine the irruption of a plane
highways, rising among buildings, in the midst of a hub o f vehicle and
weaving into traffic hubs, to latter pedestrian traffic like that of the
descend and cross other avenues at supermarket’s surroundings. It’s even
ground level, vanishing into one sin­ harder to imagine an empty super­
gle flow. Like the dissimilar buildings market, when its purpose is excess,

68
overstimulation: tons of products organized on a nearby shelf, along
pile up three meters high, spreading with strawberries, raspberries, and
in endless rows of variations. The cherry tomatoes. These leaves, pre­
same product is repeated in different viously loose and somewhat “wild,”
sizes,' colors, shapes. Odors seep out are organized here in washed, dis­
of all packages, out of plastic bags infected, measured, and weighed
or the racks of the fish, cheese, and portions. They’re packaged in small
meat displays. Sounds come out of translucent plastic boxes with some
the speakers suspended from the punctures on the sides to let air in.
structural pillars, out of flat screens They’re displayed with tags indica­
and audio equipment. The rusty ting the name of the product, which
wheels of the carts screech along. The is also shown through the dwarfed
supermarket is the place that gathers window of the container, in an exer­
an unlikely set of things, all of which cise of condescendence to the buyer
are constantly available: changes in who (it is assumed) doesn’t recognize
season, scarcity, drought, strikes, what grows from the soil unless the­
or shortage don’t affect the flow of re’s a sign, a number that goes with it.
commodities nor allow for holes in
the shelves. Purslane grows far from the super­
market, harvested at the beginning
This Soriana’s fruits and vegetables of the year in the fertile land of the
section is vibrant with the colors and state of Mexico. In the municipality
odors of fresh produce, placed there of Ateneo, there are some ejidos sown
by invisible hands. The leaves of some with these edible plants. They’re
edible plants double on a mirror wide enough to feed a number of
suspended from a shelf, steeping families of this region. The plants are
downward to show us the hidden tended to by a group of San Salvador
face of vegetables, to multiply their Ateneo residents who avoid the use
abundance by deceiving our senses. of pesticides, and wait for the plants
Purslane, spinach, celery, cilantro, to grow and get strong to allow for
lettuce in different variations pile in their uprooting without affecting
wooden boxes. The leaves stick out the soil or the adjacent, still young
like flower arrangements with many plants. The plants depend in a certain
hues of green. The same leaves are way on human care, although even

69
more on the non-human elements stand in rows and columns, all set
which affect them: the weather must to the same channel. The coffee
be stable, the soil must be firm and machines sit along with blenders and
damp, and the water must stream in irons at the side, with their rolled-up
regular amounts on the leaves and extension like an animals tale. The
down to the roots. Hie leaves reflect bread is organized like wheat dough
a certain balance between soil, water, bricks, on a wall that rises over the
and air. They’re the result of a specific heads of the buyers. All these objects
relation between these elements. stem from specific balances and
unbalances, form different places and
Packed in its plastic container, the production processes, though this is
purslane on the shelf of the Tacubaya irrelevant at the moment o f buying.
branch of Soriana Hiper has been All things sit in this hangar like the
transformed from plant to merchan­ same thing, like variations of the same
dise. The “alchemical” transforma­ commodity taking shape according
tion of its leaves and branches has to the demand, always stuffing every
culminated in the shelf, that space last corner of the supermarket.
indifferendy hoarding objects. Near
the fruit and vegetable section stand
the alcohol spirits, arrangements of
translucent green glass bordes. The
Conagua
cheeses are packed, like homoge­
neous white or yellow blocks. The Starting in 1917, water became a
shirts are set in hangers next to subject in the agenda of government
the stockings and the underwear. The institutions in Mexico: the Ministry
plasticware, glassware, and ceramics of Water, Land, and Settlements was
lie by the silverware, the glasses, and created in the 1917 Constitution.
the mugs. Canned food takes up a In 1926 it was renamed National
row longer than ten meters: metal Irrigation Commission. In 1946,
cylinders, the same size, but with the Ministry of Hydraulic Resources
different contents. The cold cuts would take on the functions of the
sit next to the vinyl-wrapped beef preceding commission. Afterwards,
organized in red and pink packages, the Ministry of Agriculture and
pressed by a plastic film. The TVs Hydraulic Resources would derive

70
from it in 1976. Finally, the National It has negotiated, evicted, built, and
Water Commission (Conagua), was dismantled things.
instituted in 1989, and operates to
this day. All of the latter were insta­ From the mid-nineties, however, the
ted with budget and administrative public institution of water has yiel­
autonomy, with the power to modify ded, changed, has gradually bowed
the hydrological layout of the coun­ to a new power. Even though it was
try, divert and channel rivers, dry up created as a sovereign entity in the
and re-flood lakes, drain aquifers, same spirit that gave way to the re­
supply and stop the supply in any volutionary program of communal
settlements. Changing names and lands administrated by the State
sometimes capacity, the federal ins­ {ejidos), in the course of the last
titution in charge of handling water decades Conagua has opened the
dealt with the same matter that gave path for private companies. In Lake
rise to it in the first place: managing Texcoco— a microcosm of the public
water in relation to the land, thereby policies on water and land—more
allowing setdement endeavors under than half of the Federal Enclosure
the aegis of the common good. Today, protected since the seventies, fores­
the National Water Commission is in ted and lined with grass, negotiated
charge of a small patch of land slight­ and demarcated, has been conferred
ly more than 8,000 hectares wide, to a great consortium claiming to
which belong to the old bed of Lake bring progress, development, urba­
Texcoco: in such territory, the wor­ nization and re-valuing of land
kings and transformations of water and water. With these four facul­
are condensed, just like the political ties, the consortium ranks higher
transformations of the land. In Lake than the State.
Texcoco, Conagua has administered
the waste water of the city for more On the southern side of former
than three decades and regulated the Lake Texcoco, within the land still
water volume the surrounding towns protected by the National Water
get. It has decided how the terrain Commission, an artificial lake in
must be transformed and has been the shape of a rectangle, demarca­
capable of doing so. It has demarca­ ted and walled-off, represents the
ted its borders and supply control. last remainder of its function as an

71
institution, almost a century after block. For more than one hundred
its birth: the lake, turned into a bed years I’ve spread on the surface of
of clay and quicksand, holds murky the planet like the symbol of a new
water in constant evaporation. In world that doesn’t need mud or
this lake, still guarded by the institu­ stone to grow. Now I fasten myself on
tion, land and water are volatile and them and sink them with the weight
entropic elements. Through the air of buildings, bridges, streets, houses,
laden with lacustrine vapor particles, and airports. They’re all extensions of
they’re bound to that which broods me, pure synthesis of my elements,
in the expropriated area of the old made with the gray flesh of my
lake. Perhaps every institution see­ molecules. My soul is steel, a new
king to address water and land issues and improved compound of millen­
is doomed to yield sooner or later nial metals. I’m a miracle, a ghost,
before a mightier power, be it eco­ for I emerge out of almost nothing
nomic or the implacable power of with the most flawless hardness and
volatility and entropy in all extant multiply and expand at the mere
things. Water is a liquid that runs call of human will. I simply appear
among and under the cities, capable there, where requested, and rise into
of evading or wiping them out. Soil a tower higher than a mountain, or
is a solid that spreads horizontally sprawl for miles as a bridge between
like a layer of salt, clay, and rock, two shores, uniting that which the
always changing, infinitely parted Earth had insisted in keeping apart.
and passed around. My surfaces are flat and smooth.
Nothing in the vegetal, animal or
mineral world is as flat and smooth.
Certainly nothing is as orthogonal as
my shapes, nothing as sharp as my
Concrete edges: even those still water mirrors
I ’m the new rock, the new solid, horizontally created by the Earth—
the new stratum of the earth. I’m a the lakes—have small wrinkles and
hybrid of dust and liquid, a chemi­ ripples made by the wind. Only the
cal reaction swiftly turning the heat snowflakes compete with my perfect
and the softness of a sandy mass structure. This old, rocky mass called
to a hard, heavy, geometrical, cold Earth, with its valleys and bluntly

n
sloping mountains, is too slow in which in thousands of years has not
its change processes. In the face of accomplished what I do in only a few
this new speed that I represent, this minutes of preparation. Besides, this
new reality that I build, this new life rock is tucked into a layer too deep
I stand for, Earth stores its strongest to be reached by picks and shovels,
and most solid stone way down, in a alienating itself ever more from the
layer too deep to be reached, invisible endeavors of the planetary surface.
to the human eyes, extractable only There are probably chunks of it
by virtue of the excavators which merged in my body, indistingui­
halve mountains like sand castles. shable from the parts that conform
me. I am what it would like to be,
From the top of an empty bridge its improved version, its more re­
connecting the north shore with fined projection. The Earth doesn’t
the south shore of the Lake Texcoco understand I can further bury the
basin, my perfect slats glimpse how tezontle and fracture its strata with
men look for that volcanic rock, my weight. Soon, I will be the new
which is my enemy. This artisanal earth: in a matter of decades, not
product of the Earth doesn’t com­ centuries or millennia.
pare to my synthetic, modern effi­
ciency. The bridge rises like a waving Times have changed, fellow Earth.
ribbon, ornament for the valley’s Look at my airport in the Valley
rustic plateau. From its elegant hei­ of Mexico, for example: see how
ght I can see how men puncture the fast men spread me and send me
ground. Attempting to determine up in walls and runways. In twenty
whether there is a true solidness years you will be completely buried,
under the shallow, unstable layer you who have resisted humans
of the basin, engineers have opened for centuries in this small patch of
holes in search for tezontle, this poor land, brandishing your salt, your
leftover spat out by the dirtiest and aridness, your erosion, your floods,
smokiest mouths o f the geosphere. your earthquakes, your subsidence.
Extracting tezontle takes humans too Soon the entire planet will be one
long, too much energy and money. great concrete block like the Valley
It’s imperfect, porous, reddish, an of Mexico is becoming now: a per­
unfinished product of the Earth fect, flat, smooth, cold, gray sphere,

73
interrupted only by perfecdy vertical the cracks formed by the walls and
buildings touching the top of the the floor. The roof is covered by gray
atmosphere. For me there is nothing asbestos tiles, strewn with wooden
too big, too far removed, too hard to beams. Rays of light slant between
attain. Nothing is impossible for me the tiles, hitting the dusty floor. The
because I’m the maximum expres­ half-opened door moves with the
sion of unfettered desire: insatiable gusts of wind. Outside, the grass
appetite, whim, ambition. I’m the grows by the walls, spreading all the
cold, the fixed shape, the ultimate way to the edge of a cobble-stoned
hardness. road. Dogs bark nearby: paws thud
on the ground between pointy wicks
* of grass. From there, you see the
West Landfill: the wind has brought
the smell of gasses emerging from the
Construction
compacted layers of rotting garbage.
A warehouse in ruins. Inside it, a Behind the Landfill, an airplane flies
heap of tools and gadgets on woo­ into sight.
den, metal tables. Some spider webs
<*>
in the corners, from wall to wall.
Painted in blue and white, the walls
are sprinkled with gray stains. On Coordinate
one of the walls, the inner framework
is showing, after some layers of paint O n September 2nd, 2014, Enrique
have cracked and come off. The Peña Nieto announced the cons­
chassis of a truck lies on the floor, truction of the New Mexico City
bathing in dust. On the opposite International Airport. Starting
side of this derelict space is a closet September 2015, the license holders
with its doors agape. In the closet, have arrived in the land of northern
folders, binders, and documents Lake Texcoco to clean and prepare
in yellow paper pile up. They were it. They also have rekindled a de­
made in typing machines which cade-long conflict with the Ateneo
are now obsolete. Spider webs also community, and established a new
bridge the binders. Some plants have demarcation vis-a-vis the National
found their way into it, growing in Water Commission (Conagua). In

74
the weeks following the new occu­ has disappeared, as a result of anony­
pation, the fertile and diverse vegetal mous, poindess vandalism against an
layer of more than 8,000 hectares institution already cast out. In a ruled
covering the land was razed to prepa­ notebook lying on the floor, there are
re the lot for the new constructions: different coordinates and data with
the appearance of the soil quickly some references to the places written
went back to what it was 40 years in red ink. Everything found in these
ago, when the lake was a huge salt pages, every number, every name,
desert. The Conagua suvs trying to every coordinate, was fundamental
gain access to the northern area are information for the understanding
now inspected (their access is restric­ of the northern area of the lake
ted and sometimes denied), showing (before the building license). Upon
how the private sphere prevails ever changing hands, and changing the
more strongly over the public. whole topology of the area, the data
entered in this notebook became
In the middle o f this vast, newly empty numbers about places that no
desertified area, various surveillance longer exist.
booths, once standing and painted
in white and blue, were also quickly *
demolished. In their long workdays,
the guards had turned them into
dwellings equipped with stoves, beds,
utensils, and an altar to the Virgin of
Guadalupe in the front of the facade.
In one of the booths’ ruins, there are
documents, presumably inventories,
checklists, pending tasks, or regis­
tration sheets. The walls, still stan­
ding, are covered on the inside with
fluorescent green graffiti: I make out
the word “puto” (faggot) and next to
it I see the drawing of a penis, also
green. The altar for the Virgin still
stands although the religious image

75
D

D eer English soil more than a century ago.


In some documents, these animals
The first couple of deer arrived in appear as belonging to a pack that
New Zealand halfway through the in 2005 shared grasslands with cows
19th century, when a lord of Essex and native horses, in some spot of the
sent them as a gift for the Southern Federal Enclosure. Totally foreign to
island. The female died without off­ the plateau recently re-populated by
spring, shot by a hunter, leaving only grass and foreign trees, the deer were
the male deer. The same English brought without a clear purpose,
noble sent a couple of females. Af­ without belonging to any of the
ter their arrival, the deer began to environmental re-engineering pro­
reproduce quickly, populating the jects in effect on the different areas of
forests of this southern country, Lake Texcoco (among these projects
multiplying. Towards 1930, the deer there are still elaborate waste water
were so many, rewards were set on treatment facilities at work, as well
their heads, causing the killing of as trash deposits meant to become
more than a million specimens in fertilizer, delicate water-drop-based
the following decades. irrigation systems, and other sowing
and fertilization programs). Far from
Conagua engineers report in 2012 the thick forests inscribed in the ima­
a pack of these animals arrived in ginary of European childrens sto­
Lake Texcoco from New Zealand, ries, the foreign deer couldn’t latch
in a new migration far removed onto a land where humans, fish,
from that initial one departing from birds, hares, and insects roamed

77
around—and interacted with—
hoses, seeds, and processed water
D em olition
pools. In this new environment, April 26, 2012. Houses were scat­
these animals were confined, unable tered far and wide throughout the
to run freely in the plateau, forced to Hidalgo y Carrizo lot, along the bor­
lay down in desert stretches partially dering zones of Lake Texcoco, to
colonized by clandestine housing, the east of its basin, and west of the
and to dwell in the derelict facili­ city that still bears the name of this
ties of the ecological park. In their ancient body of water. Every house
foreignness, these creatures seemed occupied its space freely, without a
to reinstate a long-erased division in grid, without structure. The houses
this basin after centuries of transfor­held together in fragile balance, for
mations: the division between the they were a grounded assortment
native and the alien. of materials and construction tech­
niques: tin, cement, wood, brick,
The pack was placed in a stable a few glass, and tarp. Every possible com­
square meters wide, in some kind of bination was set up in the middle of
zoo without a public. Towards 2014, a vast plateau, lined with patchy, dry
around the time the federal govern­ grass, dry like the seasonal air. Some
ment gave a green light to the new had been recently demolished, for
airport project, the deer were cast clouds of dust hovered over them.
out of the lake without offspring nor Now uninhabited and neglected,
the slightest trace. With their depar­ these torn huts left mountains of
ture, the stables were left empty and rubble behind them: shattered woo­
intact until the new residents of the den beams, bricks devoured by the
land demolished them. O f these sta­ salt in the air, fragmented plaster
bles, there were still some asbestos planks, shreds of cloth, rusty metallic
sheets left in late 2015, along with fragments, various kinds of foam, all
bent fences, and a waterless, pristine dispersed yet together enough to be
drinking fountain. identified as remainders of one single
ensemble.
*
At five in the morning the slow­
paced machines roared along the

78
highway. The federal police accom­ to yield from the edges inward. In
panied the bulldozer troupe. In­ a second movement of the arm,
creasingly present, the noise from further up, the metal sheets which
the engines did not scare the inha­ still stood in an inexplicable ba­
bitants on this side of the road: for lance, fell as if someone had blown
hours now, they had been waiting to air on them: lighter than concrete
see the machines arrive and lash out and cement, they flew up in the air
against one house, then another, and and came down slowly like feathers.
then another, just as it had happened The machine s third and fourth blows
days before with the other neighbo­ caused an entire section of the house
ring constructions. The workmen to collapse and smash into hundreds
would complete their task to the of pieces. Each hit sounded like
end, rendering the terrain flat again, a landslide, like a Lego house as it
a reprieve from human traces. is knocked down, crumbling on a
wooden table.
Upon arrival, a gigantic, yellow
bulldozer approached the most The bulldozer continued flinging
prominent house of the entire its arm against another house. With
plateau: unlike others, this house each hit it looked less and less like
rose up three stories. It was clearly one, and more and more like a
unfinished since the inner walls giant paper, cardboard, and foam
and gray floors, the naked columns, scale model. The following hits only
and the ceiling— barely covered by shook the structure gendy. It gave in
metal sheets—were showing. On the and tumbled down effortlessly. Less
ground floor you could see the walls, than half the house stood standing,
punctured by the blow of another somehow balancing sideways, teete­
machine which took the first shot at ring, on the brink of toppling with
its base, so as to cause it to collapse the faintest wind, the smallest dis­
over its feeble foundations. This time turbance. After a gende push, what
the bulldozer came, and in one swing was left of it collapsed, leaving but a
of its long arm, swept the house from fragment of a concrete slat balanced
top to bottom, its top layers crumb­ on a pillar. The slat broke down little
ling like toasts or cookies. The third by little, and fell on the other rubble.
story floor fell on the lower levels, The pillar finally yielded too.
and these, due to the weight, began

79
Four years after, you can still see the located further in, lies in the middle
rubble from afar. Grass and weeds of an ecological reserve, like a hidden
have grown on top: everything ghost amongst the trees. The park is
resembles archaeological remains a specter that weeds and brush have
from ancient cultures, forming devoured with the passing of time.
strange mounds which barely stand Snails have invaded it and stagnant
out, aged by rain, salt, and air, puddles of rainwater turn it bleak.
merged into the desert ground. A The sunlight, the air, and the salt
few meters away from these ruins a coughed up from the ground all
fence has been erected, tracing a new have taken their toll. Along the park’s
line between this barren land and a roads, the light posts watch over the
strip where new constructions sprout perimeter like guardians of a land
each day, almost glued to the oudine no one has treaded in years. Each
of the barrier. These new houses are post is crowned by a solar cell, but,
as fragile as those demolished before at night, the park needs no artificial
them. They stand as rubble from the light. A bluish-gray wooden cabin,
future, which will fall once the course standing on high stilts, completes
of the fence is redirected, when Lake now more than four years of soli­
Texcoco reclaims the broadening of tary life. Similarly, other cabins are
its plateau, a few meters further out. scattered around the park. No one
lives in them although they’re ready,
* orderly, and open. A cabin’s front
porch looks out onto yellowish
green pasture, and further out, the
Dereliction road can be seen. Behind the cabin
At the entrance of Lake Texcoco and surrounded by bushes, a yellow
Ecological Park, there’s a map ex­ and red plastic structure sticks out.
plaining the premises: a gym, play­ It’s a playground: a swing, a seesaw, a
grounds, cabins, historic monu­ small spiral-shaped slide, a concave,
ments, soccer, baseball, and volley­ blue slide, and a few red metal struc­
ball courts, lakes, bike routes. You tures children use to cling and perch
can also see on the map a red dot to. The sun glitters against the var­
stating “you are here,” and in a cor­ nish and other polymers of this small
ner, the Conagua logo. The park, citadel. The synthetic colors shine

80
even more intensely, and the sense of Next to this court is a second one,
dereliction is intensified by the con­ painted blue and green; at its center,
trast with the green and yellow of a worn-down net hangs from two
the plants. In this remote location white posts. A soft wind sways it
within the park, you hear the whiz of from side to side. The court floor
cars and trucks driving on the other feels like hard rubber, firm yet
side of the fences. yielding under footsteps. Next to it,
there’s a vacant lot, lined with red
A bit further beyond these faint tezontle gravel. In the middle of this
sounds, on the other side of the lot there is a number of metallic and
highway, the ground is being pre­ wooden machines, painted in yellow
pared for Mexico City’ new airport. and green synthetic enamel, the same
colors of the children’s park. This is
Further along in this direction, the gym of Lake Texcoco Ecological
there is a green rectangle; it is of a Park: a climbing slope, a few weights
distinct shade o f green, different stuck to metallic shafts, pulleys, see­
from the plants’: darker, deeper. saws, and other intricate structures
This rectangle is framed by straight, for grown-ups to play. This gym, the
white lines, a couple of light posts, sports courts and the pathways still
two score boards, and two basketball await athletes to happen by. Further
hoops. On this court, not altogether inside the lot, closer to the lakes, there
level, a number of puddles delineate is a field of synthetic grass. The plastic
the terrain’s concavities: a bouncing pasture stretches out like a clearing
ball would go back and forward, or amongst the dense shrubbery. It is
even outside the court. There are impeccable, and shines in a way the
no balls to play with. You can tell Distichlis spicata does not. A row of
it has rained, since snails swim in concrete pedestals flank a side of the
the water, and the posts feel moist pathway: they’re monuments to the
to the touch. Here, trucks and cars history of the Great Lake. Names
aren’t heard. Next to the court edges, of Mexican heroes from before and
grasshoppers leap around, startled by after the Conquest, before and after
human steps on the grass. the Republic are written on their pla­
ques: presidents, battles, dates, one
bollard after another. Almost every

81
person mentioned is now dead. On stay standing between the open sky
the very last pedestal the names of and the soft, dry, volatile sand.
the most recent presidents read like
tombstones: Felipe Calderón 2006- The barren land that propels the
2012, Enrique Peña Nieto 2012- movies plot was partly recorded
2018. Next to the pedestal row, a in the Sonora desert. Some of the
white, horizontal cement replica of scenes were produced in a region
the Aztec Sun Stone looks up to the similar in attributes to that of nor­
sky, twice the size of the one in the thern Mexico, just next to the Federal
museum. At the end of the road, District. During the shooting, the
lies the immense Nabor Carrillo ecological reserve and bulwark of the
Reservoir. This man-made lake, se­ last lots belonging to Lake Texcoco
veral kilometers in length and width, was a wide plateau of salty soil where
was also abandoned there, without there was no water, flora, nor urban
visitors, amidst an enormous field of developments for miles around.
grass, bushes, and animals.
The Ferrocarril Sonora-Baja Cali­
* fornia company, as seen in black-
and-white, tried to impose the
industry onto the desert by building
Desert a railway, and by introducing train
The movie Black Wind shows the cars and locomotives: it tried to
building process for the railways break the homogeneity o f this huge
connecting the Mexican states, of sand expanse. At the beginning of
Sonora and Baja California in the Black Wind, Manuel “el Mayor," the
middle of the desert, towards 1947. protagonist, announces it: “Damn
Between sandstorms, under a sizzling you! One day I will come back to
sun hitting the heads of workers, split you in half.”
engineers, and supervisors, each cha­
racter develops an untamable will to Shortly after completing the shoo­
sow industry in this arid land. The ting of Black Wind, the inner desert
absence of water and flora is total. of Lake Texcoco was also split in half.
The rails are fastened to the ground, A human desire to transform the
segment by segment, while the men arid land drove the sowing of green

82
layers, the arrival of birds and water in and populate hectares previously
mirrors to a land that rejected them. lacking plant life.
The conquest of this “inner desert”
began in 1971: a presidential decree The arrival of water to this valley
claimed thousands of hectares of dry of unlikely fertility was also a work
land, capturing the territory of the of engineering. As part of an expe­
extinct Lake Texcoco, halting future riment to measure the impact of
urbanization processes in the nor­ the progressive subsidence of the
theastern area of the state o f Mexico. Federal Districts ground, a perfect
Texcoco, Chimalhuacán, and Eca- six-by-four-kilometer grid was
tepec had spread fast as the wind into drawn in the land of Lake Texcoco.
the lake until then. Simulating the wells built on city
ground to extract drinking water, the
The instatement of a new ecosystem engineers patiently obtained water
in the Lake Texcoco desert first from the rectangles underground,
tackled the rehabilitation of the slot by slot. As it has happened in
unfertile soil. W hen desiccating the Mexico City, the shallow layers
basin, the lake water left behind it a of muddy soil in this rectangle
soil with no irrigation and high salt collapsed on themselves when
counts, where no vegetal life pros­ water was sucked from underneath,
pered. Several attempts at sowing producing a perfecdy symmetrical,
native and foreign species proved six-by-four-kilometer hole. This
fruitless, while the ground preserved huge pool took in the waste water
its salinity. Species from other desert cast out of the city and the neigh­
environments were rejected by the boring municipalities of the state of
soil itself. The plants that grow by Mexico. This assemblage of (putrid)
the ocean, where salt seeps into the water spawned the Nabor Carrillo
ground, didn’t blossom either. Some Reservoir, a lake designed in the
kind of yellowish grass was sown as middle of a site modified by humans.
if a carpet, which covered the salty
ground until it rooted and formed The construction of this ecosystem
a vegetal layer. W ith the interven­ made headway. Next to Nabor Ca­
tion and ceaseless work o f forestry rrillo, other bodies of water were
engineers, the grass was able to settle habilitated to cleanse the collected

83
waste water. Using sophisticated The last scene in Black Wind frames
methods, it was turned into clean lake the iron line of the railway, which
water, ready to host other life forms. shows the consequences of the
Tilapias, carps, and other water crea­ desert’s conquest, one by one: dea
tures were imported. Along with the th, loss, hopelessness. In a different
fish came birds, horses, deer, hares, register, the perimeter line that today
wild dogs, snakes, snails, and grass­ fences off Lake Texcoco invokes the
hoppers. The migrations began: each entire enterprise of land and water
winter, flocks of birds from Canada domination in the Valley of Mexico,
still make a stop by the shore of the whose story is very long.
Nabor Carrillo Reservoir, the same
*
way they briefly dwell so many other
places on their way south.
Desiccation
As the Northern birds arrive at this
new land created by humans, they’re Around the planet, from China to
not dissuaded by the iron fences the Bolivian region that borders with
encircling the perimeter of the current Chile, lakes have turned into a gauge
Lake Texcoco Ecological Reserve, of human incidence on the geogra­
which brand it as property, as an phy: as they dry up and shrink, the
object. Considering it was a desert at water and the basins’ surroundings
its outset, the task undertaken in this change in shape and color until they
estranged land bordering the city can transform into altogether different
be thought of as a new form of sub­ places. These sites acquire dif­
sumption: a new conquest mediated ferent colorings, some spots rise,
by the adoption of birds, fish, insects some sink, erode or flood in un­
and plants which shouldn’t be there. foreseeable configurations. The re­
The clean air and the fertility they gions they ascribe to also change.
brought along erased the traces of an Sometimes the previously warm
arid geography marked by human color tones of a patch of land with a
activity; a more ancient geography, lake at the center become dotted with
possibly more “natural.” cold hues when the lake disappears-
Sometimes an area where the blue
reflection ofwater covered everything

84
in green and violet, turns yellowish boring mountains, making them
and red as the center of the lake dries look sturdy. Now the Poopó is a
up. The desiccation o f a lake acts like semidesertic expanse with cracked
a domino spreading its reach the way soil that infects the mountains with
the pieces topple one another, until dryness. Lake Poyang, the biggest
the most remote one fells: provin­ patch of fresh water in China, shrank
ces, regions, districts, counties, and to the point of splitting in 2012, into
entire states are affected by the de­ a set of minuscule lakes divided by
crease in the water level of a lagoon. strips of dry land: the bright-blue
and the green which previously
Shared by Kazakhstan and Uzbe­ pervaded the region are now a heap
kistan, the Aral Sea began its water of violet stains with brown, red, and
level drop in 1960, when the rivers gray halos, which change in size
feeding it were diverted to irrigate the and shape when the lake dries up.
crops of the ancient Soviet Union.
Before, it was a great cobalt stain In Africa, Lake Chad started
that swallowed light to the point shrinking in 1966. As the water is
of becoming black in its deepest extracted to keep fertile the soil of
point. Now, the Aral is divided in the enormous crops, the pollution
four small lakes of translucent water, arrives to its bed from remote
which show the bottom o f their beds European regions: its colors are
lined with green algae. Each one of not the same they were when the
these small remainders o f the Aral is lake was made mainly of water.
surrounded by a white halo of salty Located between Jordan, Israel, and
desert: as water retreats, these halos Palestine, the Dead Sea has broken
spread to become one, causing a salt down and shrunk since 1960, emu­
stain that holds on to the ground. lating the shifts of the territories that
frame it. Lake Hulun, located in the
Lake Poopó in Bolivia was affected Mongolian territories of Northern
by extraction projects causing its China, has changed shape, size, and
desiccation in the course of a few color since 1996, when the course
years, until it disappeared complete­ of the feeding rivers was diverted: as
ly in 2015. Before, it was a green the water flees and the land emerges
mirror reflecting onto the neigh­ in different proportions, the basin
region is transformed.

85
& controversial episodes o f repression
in recent decades was committed
Dispossession by the Mexican Government. That
day, the f p d t was supporting the
During a round-table discussion, market merchants to prevent their
César del Valle, one of the leaders eviction at the hands of the Federal
of the Peoples Front for the Defense Police. As the crowd gathered in the
of the Land ( f p d t ) , asked the au­ public space of the city, hundreds of
dience: “What is dispossession?” arrests, persecutions, and violations
Some thirty people congregated in a took place. Many o f them are still
small auditorium to talk about the unsolved, and have risen to inter­
possible consequences of the cons­ national courts as concrete cases of
truction of the New Mexico City human rights infractions. This date is
International Airport in the Texcoco commemorated every year in mani­
basin. On the pine-wood surface of festations down Paseo de la Reforma
a table lay an open map, crisscrossed in Mexico City. In these marches,
by folding lines. The map showed hundreds of people gather in the
the northeastern region of the state wide promenades connecting the
of Mexico, strewn with partitions west and the center of the metropo­
oudining different lands, one of top lis, brandishing machetes that shine
of the other. On the upper right side under the sunlight.
of the huge sheet, an area highli­
ghted in red stood out, drawn over After the incident, the Del Valles
other lots marked by dotted lines. were imprisoned and in exile for seve­
According to the measurements at ral years. Some years before, towards
the margins of the map, a triangle of 2002, a group of Ateneo residents—
some ninety hectares appeared under including the Del Valles— started to
the legend: “Lots of the Ateneo ejido organize as a resistance front, when
under dispute with the n a i c m .” the new President of Mexico, Vicen­
te Fox, kicked off the first plan to
César, son of Ignacio del Valle and build the n a i c m . The project envi­
Trinidad Ramirez, was present at the sioned an airport in the Federal
flower market of Texcoco City on Enclosure of Lake Texcoco, sprea­
May 3rd, 2006, when one of the most ding up to the entrance o f the town

86
of Ateneo. Back then, hundreds of rimeter, a concrete and chain link
people of the front carried machetes fence was built, stretching for miles.
and wore red scarfs around the neck, This barrier materializes one of
as they stood their ground in the the dotted lines drawn in the worn
edges of their ejidos and prevented the -down map mentioned above, be­
entry of the construction machines. coming a thick gray strip on the
Yielding to the pressure of this group ground. Seen from the Ateneo and
of ejido tenants, the airport project Nexquipayac ejidos, this fence seems
was eventually suspended. close, as if it cut the land in two. The
military-style structures are located a
The members of the f p d t who few miles away from Tepetzingo and
remain active to date state the 2006 Coatepec, two of the region’s sacred
incident was a retaliation measure hills. Juxtaposing it onto the red area
by the former governor of the state marked under dispute, the Ateneo
of Mexico and current president, ejido is crossed by a fence segment,
Enrique Peña Nieto, for the obstruc­ which severs off a patch of land.
tion of a highly profitable, large-scale
project. As a consequence, the deca­ The Del Valles, as well as other
de after the Texcoco episode, some residents of Ateneo and other neigh­
f p d t members scattered, overtaken boring towns like Nexquipayac and
by the violence of the “flower eve­ Tocuila, have a particular relation to
ning,” while others sold their land to the ejido, which might seem difficult
the State. Others, on the contrary, to understand for a city dweller.
stayed together around the ejido: They use the term milpa to explain
these last owners still raise their a peculiar sowing method which is
machetes to the sun, as a sign of proper of this region of the world,
protest or commemoration. from the time before the armies of
Cortés arrived here. The word mil­
Towards 2017, the airport project pa, from the Náhuatl language, may
had finally found its way in the translate literally as “that which is
Federal Enclosure of Lake Texcoco, sown on top,” although in practice
making swift progress after a second it doesn’t only encompass the result
presidential decree issued in 2014. of a harvest but also the land in itself,
Around the construction site’s pe­ the plants sown during each cycle and

87
the ways of life connected to them. stretches of land for urbanization. In
At the round table, César talks about 1629, a great flood caused its collap­
the milpa like something placed in se. Its frail structure was erased as the
an intermediate space between the water level rose in the rivers and lakes
land and the person nourishing it, that took up great spreads of land in
and which transforms both parts. the Valley of Mexico. After the fai­
The farmers occasionally raising lure of the first ditch, a new canal
their machetes in the northeastern was dug to drain the metropolitan
area of the state of Mexico are not, area in the early 20th century. This
therefore, commodity consumers nor subterranean Great Canal crossed
land hoarders, since the land is not the lake land south to north, direc­
a separate element, different from ting the lacustrine water towards
its dwellers. The ejido is only one of the Tula River, into the Mezquital
the pieces interwoven in this com­ Valley, in the state of Hidalgo.
plex relation between land, plants,
humans, and creatures. As the city grew, a series of under­
ground aquifers shrank in size. Their
While the public listens to César water was extracted through shallow
and observes the dotted lines in the wells: a well is a sort of vertical ditch
map, the perimeter fence of the New that opens the land until it reaches
Mexico City International Airport down into one of the reservoirs. As
encroaches on the milpa. the ground sank as a result of the
vertical channels pumping water
* out, the Great Canal yielded, slo­
ping the wrong way, causing the
Ditch waters return to the lakes. The city
residents brought sump pumps,
Mexico City residents have dug extensions, and other mechanisms
several ditches around and inside devised to move the water up, out,
the area Lake Texcoco occupied through a ditch whose slope grew
for several centuries. In 1607, they the wrong way. In the course of the
dug a ditch north of the lakes of the 20th century, other ditches were
Central Mexican basin to try to dra­ built with the purpose of reinforcing
in all of their water and dry up new this drainage project, while some
rivers were turned into concrete- area forbirds in migration. Thousands
lined waterways: the Central Outlet of these animals—mainly ducks like
Tunnel, the West Outlet Tunnel, the the greater scaup, the blue-winged
Remedios River, Compañía River, teal, the brown teal, the ruddy duck,
or Churubusco River. Up to 2008, the pintail, the American wigeon,
water periodically returned, flooding and the canvasback—rest on the
avenues, squares, parks, and neigh­ water of this reservoir in groups of a
borhoods. It seeped down into pipes couple hundreds, floating, making it
in houses, buildings, and streets. their home for a few months.
Some city residents began digging
a wider, deeper channel than the Migrations are processes of long
original ditch and the Canal. The aerial journeys, implying sometimes
new one was seven kilometers in flying over uninterrupted stretches of
diameter, with an estimated length ocean and deserted land. The flight
of seventy-two kilometers. Today, periods are long, and with short rest
as they continue to dig this hole in stops. Flocks of birds arrive each year
an attempt to completely dry the to the same spot, certain that they
lakes, to drill and underpin its mas­ will return the next, knowing some­
sive structure one hundred and fifty how that the following generations
meters below ground, it rains. will traverse exactly the same path:
thousands of miles covered only to
*
fly back. These birds’ sharp sense of
space and temporal orientation allow
D uck them to pay special attention to the
subtle changes in the weather, light,
Currently demarcated as an ecologi­ and winds. From the air they take
cal reserve, the area surrounding the note of landmarks such as mountain
Nabor Carrillo Reservoir is inhabi­ ranges, coasts, and valleys. These for­
ted by native birds year round and mations tell them where to stop and
migratory birds during the winter. where to head. This conception of
According to some avifauna experts time and space is substantially diffe­
who have studied the birds resting in rent from the human one, specially
the trees, this spot in the Valley of the one introduced by late capita­
Mexico is the most important in the lism. The latter compartmentalizes

89
time in exact portions of productive to this place, revealing one of many
labor and idleness. Social relations possible adaptation mechanisms f0r
become sets of isolated individuals. a land and water “artifice.”
Space breaks down into the public
and the private. The flock, on the
contrary, forms a system that knows
and recognizes the migratory routes
D ust Cloud
as if these were extensions of the
ducks’ bodies, an off-shoot of their In the late 1960s, Lake Texcoco
feathers. remained drymostoftheyear. During
the rainy season, its basin would fill
For these migrations, the arrival point up and spill onto the city, flooding
in the Valley of Mexico is a lake no its main streets, although only for
more than fifty years old. In principle a couple of months. The remaining
and technically, the Nabor Carrillo is part of the year the ground would dry
not even a lake: it’s a regulatory ves­ out. Its grains of dust and salt were
sel, a man-made cavity in the ground exposed to sunlight and wind. This
available when the rain threatens to wind would lift the thicker grains
flood the city. If seen—emulating and drag them along at ground level,
the birds’ perspective— from a plane baring the underlying layer. Blowing
landing in the Mexico City airport, in all directions, the wind would
the Nabor Carrillo reservoir resem­ lift the dust to then thrust it to the
bles a perfect rectangle in the middle ground. Localized explosions of aeo-
of starkly irregular lots. Besides, lic erosion fractured the soil. When
since its creation, it collects wastewa­ coarser particles hit the ground, finer
ter from northeastern Mexico City ones would then rise in huge veils of
after it lands in Lake Churubusco dust which thickened into veritable
(another regulatory vessel opened walls. The volatile particles of these
in Lake Texcoco land, some miles “walls” rose further, in the shape of
west). Even if processed, the water clouds. They were manipulated by
holds minerals and urban elements. the softer wind currents and driven
The ducks have covered thousands back towards Mexico City at very
of miles over wild lands. For gene­ high speeds. These tolvaneras (“dust
rations, they’ve insistendy migrated clouds”) happened around 33 times

90
a year and were as strong as the sand­
storms in the Sahara Desert. Particles
of pollen, cement, ash, soot, silicates,
aluminares, and heavy metals would
rise along the way and travel in
the clouds. Between noon and the
late afternoon, the strongest winds
would blow from the Southeast and
Southwest: the dust fell on San Juan
de Aragón, Ecatepec, and Ciudad
Nezahualcóyod. It would also fall on
the tracks of the old airport, and on
the windshields of airplanes. People
on the street would open their eyes
and the abrasive dust would stick to
the pupils, and flow through the nose
into the lungs. Multitudes coughed
dust particles. The coughing merged
with the sound of the wind banging
walls, doors, trees, and windows.

<*,

91
t
1I
(
¡

I
E

Ejido grow horizontally). The people east


of Lake Texcoco established their
The ejido has been the indivisible setdements under this model of land
unit of land ownership in Mexico ownership, thus consolidating them­
ever since the approval of the 1917 selves as communities dedicated to
Constitution. More than one-hun­ farming and raising livestock. They
dred million hectares of fertile thus remain protected from being
ground were granted to groups of absorbed by Mexico City’s strong
people under a very clear set of rules: forces of urbanization, despite the
the land would belong to the state, proximity to its eastern outskirts.
and by eliminating private owner­ Ejidos, however, are not exempt
ship over it, conflict, division, and from corruption within their local
indiscriminate usufruct would be assemblies, nor from pressure from
avoided. The specific use of the land large-scale agricultural companies.
would be decided upon by the bene­
ficiary farmers of the ejido, provided In principle, the model differs great­
that it remained agricultural; the ly in nature from land distribution
land could not be sold nor divided. schemes in other Latin American
Ejidos are not “latifimdiums” (large countries, such as Colombia: in my
parcels of generally unused land) country, lands are abandoned and
nor “minifundios” (smaller versions immediatelyusurped, thus oscillating
of latifundiums). It may not be gi­ between a total negation of property
ven industrial use nor annexed to and a violently zealous safeguarding
neighboring cities (which tend to of it. This contradictory relationship

93
between Colombians and their own the members of such assembly. The
land has sprouted a war and, for 50 ejido land, from then onward and in
years now, the land changes hands an explicit manner, became a lot, a
ever more hastily. surface, and an object of trade. Since
1992, the borders of Lake Texcoco,
Article 27 of the Mexican Consti­ now delineated not by the salty wa­
tution, dedicated to the agrarian ter but by some state commission to­
policies focused on this particu­ pographers, began to expand and
lar model of land partition, was absorb the lands formerly protected
modified in 1992. This propitiated by that long-standing ejido law. The
an accelerated the transformation state, which had been a guardian of
of Lake Texcoco’s soil: before that the lands, became its buyer.
year, the limits between the lake
and the ejido terrains of Ateneo and &
Chimalhuacán had remained intact,
like a symbiotic membrane. The new
Erosion
ecological reserve that had been
created on the ancient lake became A t the beginning of October you can
a place where the ejido had an echo, still feel the intense summer heat.
a resonance, even a conversation of This heat evaporates water fairly fast:
sorts with the inhabitants of this rural clouds of vapor rise from the ground
land. This modification, consisting of to the atmosphere, while the ground
a small addendum to the law, namely tears into flakes divided by erosion
a couple of paragraphs and a text all cracks. The flake can be picked up
too general and abstract, generated with the hand as if it were part of a
a physical effect on the land itselfi smashed ceramic plate: the edges of
now the ejido did not belong to the every flake reveal the cracking patter­
State but to an assembly of ejidata- ns of neighboring flakes, and at the
rios (communal assembly members). same time show the fractured conti­
It is now they who decide upon the nuity of one single terrestrial surface.
land’s use, value, and possible usu­ The course of moving water is seen
fruct. The ejido land, accordingly, in the porosity on one side of the
could be now sold, ffactioned, dis­ flake, drawing notches in the cracks
tributed, or even expropriated from between them. On this floor made
of sandy flakes, upon close observa­
tion, small circular holes mark the
spot where some rain drops fell. The
eroded ground o f an immense plain
stretches out up to Chiconautla Hill.
In some spots of this great span of
cracked ground, there are minus­
cule, murky ponds, where some
birds dip their beaks to drink water.
The birds might be storks, with gray
feathers and long beak, standing on
thin, supple legs. Mosquitoes swarm
around these small ponds, landing
on the water and on the birds’
bodies. The latter ruffle their fea­
thers to fend off the flying insects.
The water looks still, except for the
steps of the mosquitoes altering its
surface tension. The wind doesn’t
blow. Only hot air comes off the
ground and some sporadic gusts of
breeze wafting dust. The dust clouds
setde down quickly on and between
the scales. Human footprints leave
traces on this broken soil. The crisp
sound of trampled dry land returns
like a multitude of echoes delayed in
time. Ecatepec stands blurry in the
west, like a mirage.

95
m
F

Fence perimeter fence now separating this


new territory from the “outside”
The Peñón-Texcoco Highway stret­ resembled a succession of gray and
ches out like a straight line that turns white slats to the right of the auto­
the cars into rockets, propelling mobile. As the car moved ahead,
them down the pavement in a swift the abstract image became a solid
path from the metropolis into the object: the slats went on for miles.
ejidos of the state of Mexico, and When looking up north from the
from there back to the city on the passengers seat, you could see the
opposite lane. In a car going at 100 gray and white barrier encircling the
km/h, things happening at either entire perimeter of the airport area,
side of the road whizz past the eyes rising on its edge like a new border­
like a wake of abstract shapes, while line. I was able to mentally measure
the sound o f traffic comes shooting a concrete slat, a meter and a half
the opposite way and wanes along, wide and a meter high, crowned by
like a weep that resonates in the back a chain link fence, three meters and
of the head. a half high, topped with sharp stakes.
This barrier resembled those built
On January 2017, I drove past the around jails, military facilities, or
lands of the colossal new airport— certain segments of the U.S.-Mexico
stretching north of the road— in the border. Physical partitions like
swift traffic returning from the state these prevent the “undesirable” from
of Mexico into the capital. From brimming out, the “uncontrollable”
the beginning of the highway, the from irrupting and wreaking havoc,

97
and the private from escaping, from to the soil’s salinity and the air’s
going public. The concrete and the dryness. Then, to the left, beyond
fence in this new physical partition the asphalt road I drove on, the
between the airport and the valley Lake Texcoco Ecological Reserve
rise vertically towards the sky, while lay hidden behind its own metal
stretching horizontally for miles in a fence (a more fragile divide, made
straight line along the Peñón-Texcoco of rusty chain links, toppled in some
Highway, likeabladehalvingtheland, spots). In the distance, behind the
dividing the progress from the old Reserve, the curve line of the Outer
ways of life, the rich from the poor, Mexiquense Ring appeared faindy,
the private from the public. To one bordering with the current edge of
side of the wall, the aeronautic works the Chimalhuacán Municipality:
made imperceptible headway: some this municipality stretched into the
three hundred men, armed with horizon like a dense lattice of houses
machines, fought against a concave and buildings fading into the yellow
terrain that insisted in sinking. They clouds of Mexico City’s polluted air.
tried to level it into runways for
the future landing and takeoff of &
aircrafts. The men and their cons­
truction equipment (war machines
made for digging instead of shooting,
Flight
capable of wounding by extracting) From the passenger’s seat you can’t
resembled dots in the distance, flee­ feel the wind wobbling the aircraft.
ing the vision field in microseconds. Fields, oceans, cities are flown over,
As the car pushed ahead, just behind rising until the ground vanishes,
the fence, some sprouts of Distichlis hidden under thick clouds. At mo­
spicata held on to the soil in a wake ments, the notion of “up” and “down
of green and yellow before being is forgotten. From the heights, the
torn out or buried by multiple layers great Mexico City becomes small,
of inorganic matter. lost in a white stain made of millions
of overlapping dots, as soon as the
Along the wall, further south, there wider territory of the country engulfs
was an idle land sown with withe­ it. Then, the continent appears and
ring palm trees in a row, yielding the earth is far away, far down, veiled

98
by ever denser sheets o f condensed airspace stores the exhalations of
vapor. The plane is alone in the hei­ its inhabitants and infrastructures,
ghts, cruising among clouds, loaded also supports and sends up more
with humans, bags, food trays and than four thousand planes each year.
plastic cups holding still in their They all depart this airport located
place. References to earthly matters by the shore of the ancient Lake
vanish. Like a bird, the aircraft stays Texcoco.
horizontal, swaying a bit every now
and then, keeping its top upright. At the same time, streams of waste-
It reaches its stable cruising speed, water flow underground, channeled
crossing the air currents at 800 kilo­ from the south of the city through
meters per hour. For long periods of a piped segment of the Churubusco
time, the temperatures drop outside River. The flush from countless toilets
and stay stable inside. Within the air­head rapidly to this river, added to
plane, like on the ground, everything millions of liters of water containing
stays relatively still. the wash from dirty mops, diverse
liquids dripping down the streets into
Each year, more than five hundred the gutters, mixed with the ground
tons of merchandises and passengers dirt swept by rain. This water crosses
fly over Mexico City’s atmosphere under the city to surface in the inlet
in planes that take off or land at the of Lake Churubusco: an open-air
Benito Juárez International Airport. regulatory vessel, built in the west
Heavy freighters cross the metropoli­ side of the ancient Lake Texcoco area,
tan air in every direction, sometimes inside the West Landfill and a couple
nearing the rooftops, ruffling the of kilometers from the international
tips of nearby hills. Commercial airport’s runways. Wastewater is di­
airships transport three hundred rected into this vessel, concentrating
humans in the urban sky on each there before being re-channeled to
trip, protecting them from the cold, the state of Hidalgo, where it will
the speed, and the wind in tight be used for irrigation of crops: this
cabins, shoulder to shoulder. Every water will filter into the soil to touch
minute a plane lands while ano­ the roots of fruit plants, vegetables,
ther one takes off, uninterruptedly, and tubers traveling back to the city
day and night. The metropolis’s markets in wooden boxes.

99
As it discharges, the fluid that <*>
traveled underground violendy
splashes onto the surface, spilling
into the lake, producing an airbor­
Fractioning
ne foam that travels lightly to then Encompassing a couple of square
softly land throughout the area. kilometers, the lot of El Salado is
The sound of planes taking off and located east of Lake Texcoco terri­
landing moves in the air, shaking tory. Towards 2002, this lot looked
Lake Texcocos ground. The stench like those ejidos of Southern Lake
of wastewater travels along on that Texcoco: an arid land storing the
same ether, pushed hastily by the remainders of hastily built, and
wind currents over to the airports abruptly demolished houses. Here,
tarmac. Previously contained in it is impossible to find signs of
underground pipes, these smells infrastructure allowing the houses
burst upon surfacing, spreading on to function, communicate, or have
the breeze traveling east to the inside demarcation. Not unlike the Hidalgo
of the airport terminals, into the y Carrizo lot in the southwestern
plane cabins as soon as the doors are area of Lake Texcoco, El Salado is
opened. Lake Churubusco’s smelly a precariously urbanized land, see­
wind currents are trapped in the ming ambiguously available and res­
aircrafts as they take off, carrying tricted, derelict and plundered. This
away millions of particles from lot borders El Caracol in the west, a
Mexico City’s underground and perfect circle in the soil, used by a
Lake Texcocos saltpetery soil. now-defiinct company as a water still
for extracting salt and caustic soda.
A flying plane rides the same air we Borderingwith Ecatepecto the north,
breathe, the one that sways the trees El Caracol still looks like a round
and unleashes storms on the coast- blue spot in the middle of a map foil
lands, the same air that tackles us with irregular, interrupted lines. To
to the ground when the wind blows the south, the immense plateau of
hard. This air lifts up a winged ancient Lake Texcoco spreads. It was
machine weighing tons, holds it up, until recently a grassy prairie, some
makes it light and soft, keeps it en parts of which became desert m
route, and raises it beyond sight. the dry season, and flooded <iu'

too
ring the rain season. The lot, a neighbor to El Salado, Ecatepec
triangle in the middle of these three reached in 2015 a population of
territories, sometimes merges with more than one million she hundred
their shifting borders. residents. Like water approaching
the boiling point, the turn of century
Between 1997 and 2002, this lot anticipated an ulterior population
became the precedent of a land frac­ explosion and spillage. Silently, the
tioning method which would expand Federal Enclosure of Lake Texcoco
in the following decades to many also spread, absorbing ejidos since the
communal lands in the area. With 90s, in the context of a great rescue
great difficulty, hundreds of families project for the basin. The airport, the
had managed to build four walls and city, and the state of Mexico, three
a roof for themselves in El Salado. agents comprising in turn interchan­
Meanwhile, the still uninhabited geable individuals, pressured the dif­
plateau located south of its border ferent edges of the small lot. El
came to be envisioned as a potential Salado was divided in patches sold
airplane landing field, with malls and and resold, appraised, reappraised,
urban settlements. Towards 2001, changing hands in a series of transac­
sitting President Vicente Fox added tions dispelling the certainty about
to his agenda an airport which its ownership, where the executors
would crystallize more than ten years of the fractioning functioned as abs­
afterwards. At the time, the uprising tract lines of a grid: the president,
of social movements generated con­ the license holders, the state gover­
troversies and media impact, which nor, the real estate speculators, the
shed light on the airport project’s Atlacomulco Group, the army, and
problems. To this day, the unavoida- the police. The lot itself disappeared
bility of the project and the attrition in infinitely reduced sections, while
of such social movements have large­ houses—feebly holding together
ly dissipated the visibility of the their walls and roofs—were in cons­
issues. Migrations from central and tant risk of disappearing from the
southern Mexico, and the growth of map because of this grid’s new, sharp,
the city itself resulted in the popula­ dense array of lines. The owners of
tion overflowing outwards, towards the houses became fractioned, just
the state of Mexico. Next-door like the soil they were treading.

*
101
G

Grass An equally radical transformation


of the site started in the 70s.
The date of the definitive desiccation
of Lake Texcoco is not filed in offi­ The Ministry of Agriculture and
cial documents. Some residents of Hydraulic Resources instated the
Texcoco City I’ve interviewed state Lake Texcoco Commission, and
that in 1970, in the rainy season, it started sowing one single vegetal
was still possible to row on a raft on species on the unlikely fertile soil.
the lake’s water and get to the center The Distichlis spicata grass grows like
of the Federal District. However, a rhizome, shooting out new stalks
there are evidences that show how like radiuses in different directions.
the desertification was imminent New grass may or may not stem
by the mid-60s. The movie Black from this one. Or it might stretch
Wind, premiered in 1964, tells the like a long arm until it fastens to a
story of the Sonora-Baja California spot in the land. Growing horizon­
Rail-road. On the background of tally, its movement along the ground
some scenes, a huge desert looms, resembles that of a reptile: the salty
which really was the northern area of grass is a plant with animal traits.
Lake Texcoco, where the new airport
isbeingbuilt. Drastically and ironical­ A vegetal layer doesn’t grow by itself.
ly, the lake became a desert similar to It manages to sprout in so far as the
the Sonora Desert. The wind wafts soil allows for the plant to adapt to it
up intense sand storms; temperatu­ and yields to its roots. The soil’s pH
re rises by day and drops by night. should also slowly adjust to the one

103
required by the plants. With slow Forest. At the edge of the cemetery,
progress, the soil in Lake Texcoco some graves cramp as if about to spill
changed in the presence of the grass, out. The rubble of exhumed graves
until it was completely populated piles nearby—too old to seem fas­
by it. Entire hectares in the Federal tened to the ground. In the rubble,
Enclosure turned into a new, yellow­ we find fragments of tombstones
ish-green ecosystem: a lake, desert, belonging to people who passed away
and grass meadow hybrid. during the earthquake, mirroring
the frailty of the constructions that
crushed them. These shattered graves
mark the inhumation of someones
Grave remains, whose house might have
collapsed during the quake, killing
September 19th, 2015, was the them.
30th anniversary of the earthquake
that shattered Mexico City. In a Some archive pictures show entirely
conversation with the most senior crumbled buildings, like hills 1°°'
employee of the Dolores Cemetery, ming in the middle of the city. In
I found out that the night after the some photographs, tons of rubble sit
quake the bodies found under the like break-prone layers of the most
rubble had been taken by the bulk diverse materials, while other pic'
to the graveyard lots which were still tures show torn constructions that
empty. Unidentified bodies formed seemed to stick out of the ground.
massive heaps which overcrowded In all the images I’ve found, peopie
the cemetery and caused a crisis. If appear like minuscule dots lost in the
a similar tragedy occurred today, the scale of the modern ruins. A part of
graveyard wouldn’t have room to the rubble of the city fallen in 85 waS
receive the same volume of corpses dumped in other border, away fron1
as in 1985. the cemetery that sheltered so many
o f the bodies. In the northeastern
The graves are laid out one next to border of Mexico City and the state
the other in a dense lattice of tomb­ o f Mexico there is a strip o f land,
stones, crosses, and statues stretching which was also created in the course
out in one section of the Chapultepec of the 80s. Its ground received the

104
(non-human) material remainders
of the earthquake— before the plants
grew on top and hid them.

The Lake Texcoco Ecological Re­


serve began to spread east thirty
years ago, from the edge of Ecatepec
and Nezahualcóyotl City: today, its
territory has been reduced, which in
1985 was more than 8,000 hectares
wide. The earthquake’s rubble didn’t
get a place in the city, but was rather
dumped in that vast, humanly unin­
habited place. When exploring the
reserve, fragments of concrete bloc­
ks, tiles, and bricks stick out in the
overgrown, 30-year-old vegetation.
The remainders of a few buildings
could be tucked between the tall
bushes and the thick grass. Only the
tips show. The earthquake’s ruins hid
progressively with the growth of the
surrounding plants. At the same time,
they remain alien, out of the vegetal
life’s time, surfacing like tomb­
stones of a remote, scattered grave­
yard.

<*>

105
H

Hare of soil change brought along by the


construction, the creatures will
Wearing reflective vests and jeans, virtually be fossils by the airport’s
the biologist consultants of the opening date. The scientific name
Mexico City Airport Group caught a of the animal is Lepus califomicus,
hare between the bushes of what will known in Spanish as “liebre cola
become the third runway of the New negra” (black-tailed jackrabbit).
Mexico City International Airport,
in a remote location north of former It was a big and robust hare al­
Lake Texcoco. These consultants though it could fit inside one bio­
have been hired by the new airports logist’s hands like a ball of gray and
builders to minimize the number of brown fur. It had drooping ears, and
animals and plants killed by road its legs were folded back. Had it been
rollers, layers of compacted tezontle running or jumping freely, it could
rock, or the asphalt serving as sub­ stretch out, surely measuring half a
strate for numerous airplane lan­ meter from the tip of its hind legs to
dings. This search is more symbolic the tip of the ears. The hare was taken
than effective, given the size of the beyond the Peñón-Texcoco Highway
land and the time remaining be­ to the shores of the Nabor Carrillo
fore the schedule brushes aside the Reservoir, the last community of
environmental impact agenda: plants, animals, microorganisms, and
many small animals will be acci­ bodies of water still remaining in
dentally buried as anonymous the area. The woman held the hare
casualties. W ith the accelerated pace tightly, one hand over its thorax, the

107
other holding the hind legs. The hare H ighway
shook: its ears drooped, its gaze was
alert. Resdess and dilated, open like In the 16th century, Lake Texcoco
black spheres, the eyes searched for was an uninterrupted body of water
a familiar spot to lay on, a soothing that stretched all the way to the
sign to slow down its heartbeat reac­ edge of the Chapultepec Forest in
ting to the pressure of the hand on the west and over to the limit of the
the ribs, the unsettling presence of Texcoco Kingdom in the east. In the
humans and their voices, cars, and maps from that era, it is depicted as
cameras. Trapped between soft, firm a wide-reaching circle that contains
hands, the hare wouldn’t move. This a large blue surface dotted only by
was not its home. This place was not the small island of Tenochtidan. As
its dwelling, regardless of the thick the desiccation initiated, the lake
vegetation similar to the one it knew, was displaced to the Texcoco region,
or the fact that the mirror of salty in an attempt to drive it out of the
water resembled a lake. It wasn’t the city. In spite of this, it largely remai­
hare’s home, regardless of the ducks ned one body, one single patch,
which fly by in migration season, although parted by straight and
and other hares hiding between diagonal lines that progressively
the yellow and green layers of salty adapted to the political divisions
grass. A camera, fixed on the animal’s of the neighboring grounds. At the
eyes, recorded its racing breath and beginning of the 20th century, the
the confusion in its eyes. In a swift borders of the lake where reduced
movement, the biologist unclenched to edges and lines drawn with the
her hands, and the hare leapt into the neatness and sovereignty of the
air like a projectile, only to fall on fast-growing urban territories. These
the grass. In a matter of seconds, it territories were spilling onto each
sprinted out of sight. other and set up barriers to contain
each other’s encroachment. Rather
* than an edge that follows the cur­
ves of the water touching the land,
the lake became a combination of
polygons, isosceles triangles, and
perfect circles, measurable by the

108
devices of Euclidean geometry. tures in the valley’s ground. Seen
Towards the 70s, once it was deple­ from afar, the trails were undistin-
ted, the lake became a great desert of guishable from erosion lines, or the
white, uninterrupted soil, framed by cracks in the salt crusts that form
the growing neighborhoods of the when the sun shines and there’s no
outskirts, tucked between the city rain. These roads are human acci­
and the ring formed by the state of dents on non-human geography.
Mexico around it: the fusion of a On the contrary, the highway is a
polygon, a circle and a rectangle. line that splits the land into hemis­
pheres: Ecatepec and Ateneo in the
In the first decade of the 21 st century, north; the Lake Texcoco Ecological
this yet-undivided land underwent Reserve, Nezahualcóyod City, and
its first partition. Mexico City’s belt- Chimalhuacán in the south.
way, one of the main high-speed
roads of the capital, surrounds the Cars, buses, and trucks drive along
city like an actual fastening belt. The at an increasing speed: the highway’s
Peñón-Texcoco Highway, a six-lane straight line sends the vehicles shoo­
straight line, was drawn out as a ting down the asphalt like rockets.
tangent that shoots off from the belt­ At the edge of the highway the roar of
way’s northeastern border. Before the buses rises when they draw near
this construction, the untamed area and persists when they move away;
of Lake Texcoco was crossed by win­ this noise overlaps with the sound of
ding roads lined with red tezontle, cars driving by and others going the
which sometimes went out of sight, opposite way. The ground trembles
only to later reappear as scattered seg­ with the weight of the truckloads
ments. These roads had been created that go in and out of the city.
by the footsteps of the inhabitants of
Ateneo, San Luis Huexotla, and San Both the north and the south side of
Bernardino, and went along with a Lake Texcoco built barriers along the
pattern similar to that of the region’s asphalt to separate themselves from
rivers, heeding to the land’s relief. the brutal world of the highway.
They were not divisions but rather Fences were set up on the sides,
connections, extensions, fibers in­ weeds grow next to the chain links
serted in the substratum, small frac­ and climb up. The fence’s metal,

109
swiftly corroded by the salt, shakes salty underground emanation), and
with every passing load truck. The partially lined with grass and some
other side of the lake seems far conifer species. They walked for
removed: it’s already somewhere else. miles, compiling information for a
Lake Texcoco, parted by arbitrary study about traditional means of salt
formations a few years ago, has been production, which was apparendy
divided and will never again become abundant along the lake’s perimeter.
one single land. They also collected samples of insects
that could inform on the life that
* reigned in the basin during the cen­
turies prior to the Spanish Con­
quest. They found a number of
History pre-Hispanic tepalcates (pieces of
Archaeologists Jeffrey Parsons and pottery), along with construction de­
Luis Morett specialized in the period bris made of rock, as well as other
of the Aztec culture before the arrival objects scattered on the ground.
of Spaniards to the Valley of Mexico. Some objects were even found in
They extended their studies beyond what may have been the bottom of
the perimeter of Tenochtidan the lake. The objects found weren’t
onto northwestern Lake Texcoco. numerous or close enough to each
Spe-cifically, their research covers the other so as to point to permanent set-
currendy protected federal lands dements. Walking the land, Parsons
that border with Chimalhuacán an4 and Morett could personally expe­
Texcoco, all the way to the northern rience the journeys the owners of
zone that has now been licensed for those found objects made, thus
the construction of the recendy devi­ deducing that there were no settle­
sed New Mexico City International ments or interconnected homes at
Airport, bordering to the east with the time. Domestic objects seemed
Ateneo. Between 1982 and 1992, to belong to temporary campsites.
Parsons and Morett explored on Work tools, however, were found
foot more than 8,000 hectares of in places far away from such camp­
semi-desert terrains belonging to grounds. This prevented the archaeo­
the former lake. These lands were logists from identifying clear signs
covered with tequesquite (a type of of co-belonging between both sites.

no
The dispersion and absence of rela­ House
tion to an identifiable community
deprived these Lake Texcoco relics Several miles away from downtown
from the chance to claim historical Mexico City, there are still evidences
representation. of more than 800 homes that appa-
rendy existed until 2012 beside Lake
Since 2012, scattered heaps of Texcoco, in the salty plateau of the
rubble from demolished houses lay Hidalgo y Carrizo lot. These houses
along the southeastern area of Lake stood on this seemingly uninhabita­
Texcoco, on a fifty-hectare lot known ble terrain, with no infrastructure,
as Hidalgo y Carrizo. It was left there no close connection to the urban
since the eviction of the families that life style. There are no documents,
inhabited these homes. Like those images, or maps referencing them:
found by the archaeologists a decade their existence has not been signaled.
before in that same salty land, these It is possible that dogs and wild hares
new ruins do not show evidence of lived by the houses. It’s also possible
enough infrastructure to be consi­ that spiders, scorpions, snakes, ants,
dered a setdement (roads, aqueducts, and other minuscule dwellers haun­
or foundations for a house, in the ted these human setdements, but
narrow sense). The families that built not enough to make them retreat.
their homes on this dusty terrain—
against a shifting background— did From afar, the houses’ remainders
not leave behind any sign of rooted­ appear like gleaming dots on the
ness. For this reason, the rubble they sandy, salty ground: a layer of glass
left behind, just like the tepalcates and fragments reflects the sunlight like
pre-Hispanic objects abandoned on a mirror, lining the land like an
the same soil by their predecessors, unruly, translucent mosaic. Lying
is scant and too scattered to recons­ on the ground, the shards work as
truct the history of a community. time capsules. When picked up, it’s
evident the transparent surface stuck
* with sand has preserved the state of
the soil from years ago, from the
moment the splinters fell in their
place. Some large pieces are covered

in
with layers of salt and crystalized here faced the electricity towers, by
soil. Other smaller ones are darkened a grass field. They had no roots, no
and murky from sunlight. Some of foundations. *
them shine like gems. Among the
glass there are half-buried objects, A few meters around this site demar­
barely sticking out: some of them cated by the shards of glass, there are
shelter anthills, others serve as spi­ other rubble compositions. In some,
der nests. Enough time has gone a fragment of a colorful material
by for some life forms to set up shoots out. You can also make out the
shop in another life forms ruins. tip of a log resting on a small mound
Childrens toys, rubble from colorful of undefined objects. Other rubble
walls, shiny varnished tiles, objects camouflages in the salty ground.
resembling appliance components, Each heap of fragments is a possible
wooden ribbons, decorative figu­ house, part of a neighborhood, with
rines, roof tile fragments, bricks, food apartment blocks and children loo­
packaging, clothing rags, shoe soles, king out the doors.
carpet patches, chunks of containers
in different shapes and sizes: they all *
show a complex way of living, a zeal
of construction, of furnishing, an act Human
of space appropriation.
Ernesto Carrillo has been my guide
On the other side of the road there throughout the exploration of Lake
is a row of electricity towers. The Texcoco’s land. He always wears
current flowing down the cables con­ denim, a leather belt, and dapper»
necting one tower with the other lets ironed, white-and-blue stripPeC*
out a buzz. These towers rise thirty shirts. The sun shines strongly on the
meters up and go a couple of meters day of our first visit. In skin types like
deep. Next to them there is grass that mine, the sun may leave red marks
holds on to the ground, as well as for days. A wide-brimmed straw hat
some trees whose roots also shoot protects his head. Sheltered by rke
under. Among the rubble there is no shade, the skin of this elderly, slender
trace of fixed structures, footings, or man, looks tanned by years of sunli
supports. The houses that were built ght and dryness. It’s the thick, brown

112
skin of a race stronger than mine arrival of the fish and the presence of
on the account of his proximity to deer on the grass he sowed with his
the countryside and the mountain. bare hands. During the first Ateneo
Ernesto has walked this land since it riots, when Vicente Fox was in office,
became a waterless, grassless desert, Ernesto was a silent witness.
more than twenty years ago. He’s
an agricultural engineer from the On a white off-road-tire pickup
neighboring Chapingo University, truck stamped on both doors with
a fact he brings up during our first the government’s official logo, we
handshake, along with a gesture of drive around the lake’s plateau lined
pride and a broad smile. When I with grass and salt, strewn by wakes
met him, he spoke also about the ofvolcanic rock. The lake is a fenced-
history of this plateau since the time off land, open only in two spots
of his ancestors. As if droning a tale assorted with gates that give onto the
learned by heart several years ago, highway. It is protected by the same
he spoke about Nezahualcóyotl, government whose brand is on both
lord of the lake land. His discourse sides of the vehicle. Upon entering,
sounded as if it had undergone many the guards say hi to Ernesto, addres­
retouches, from the habit of associa­ sing him as “Mister Carrillo,” and
ting changing lands to changeless open the gate: he’s a familiar presence,
words, trying to freeze in words what a colleague, a partner, accompanied
resisted control and constraints in by a city type in the passenger’s seat.
practice. Ernesto has worked with
the National Water Commission for We drove for a while into the old
more than twenty years: Lake basin, arriving at the Nabor Carrillo
Texcoco has been an extension of Reservoir’s shore. There, in those
his limbs ever since. It’s his project, strangely regular and even shores, we
his home from early in the morning spoke about Colombia and Mexico,
until sunset. He saw the growth of about his family and mine. One of his
the first sprouts o f salty grass. In children bears his name, in guise of
the comings and goings of several a legacy for a future lineage: Ernesto
governments, Ernesto has seen the Carrillo, son of Ernesto Carrillo.
enthusiasm raised by new projects
and their demise. He’s witnessed the

113
An engineer just like his father, over two decades. He’s one of the
Ernesto Jr. is now working for Me­ many resilient life forms which have
xico City Airport Group, a consor­ adapted to the harsh conditions of
tium occupying two thirds of the the basin. They all resist in it until the
land guarded by his father. Its aim moment they’re torn off, or until
is to build the Mexican capital’s some other entirely foreign soil falls
biggest airport. We cruise along the on top.
northern area of LakeTexcoco in the
white truck, while the sun hits the *
zenith and the heat intensifies. This
square of land is the future location Hum
of the airport project: thousands of
hectares carefully sown will be swept W hen you live in Mexico City,
by his son’s employers, Ernesto tells moments of silence occur when the
me. They will later be lined with leve­ metropolis’s noise wanes, but they
ling layers of tezonde and asphalt. are always strewn with a hum. It
After saying this, and stressing that may be the humming of refrigerators
everything we see now will disappear throbbing in unison, filtering out of
in the following weeks, the engineer the cracks of house doors. The hou­
takes awick of salty grass from the soil sing of these appliances cause the
and explains the sowing process for objects inside them to reverberate
every stalk, the sprouting tíme, and like sizeable drums. In large num­
the losses during the driest moment bers, they slightly shake the land, by
of the season. During this time, the letting out deep vibrations that first
grass grows strong but slowly, resis­ thud on your body and then on the
ting the hostile ground, the wind ears. It can be the sound of electric
storms and the lack of water. The pumps installed in buildings to shoot
grass only dies if torn from the earth water up from the underground to
or buried by the weight of new soil. the cisterns on the rooftops. It can
be the voices of people chit-chatting,
Ernesto belongs to the land of Lake coming from different directions to
Texcoco, just like the remaining your hearing field. It can also be the
vegetation, the hiding animals and humming of electric cables strewn
the ruins dumped in the course of along streets, suspended in the air

114
and meeting around the sidewalks’ Airplanes taking off and landing
steeping posts. The cables let out at the Benito Juárez International
screeches, as if about to burst into Airport every other moment dis­
a short circuit. When traveling, turb the relative silence of this sum
electricity also emits a humming of hums, by imposing their noise
through the light sockets, when the above all others for a few seconds.
voltage fluctuates momentarily. You They leave behind an additional
might also hear the whizzing cars and hum which is no longer outside, in
trucks that roar along the highways, the city, below ground, or in the sky,
thudding on the bumpy floor of the but inside, in your head.
streets with their tires. The car engines
also let out a hum, a constant throb­ *
bing added to the whistling exhaust
pipes releasing gases into the wind.
Between the cars, motorcycles let out
a loud buzz when they rev up their
engines and zigzag through traffic.
Along with these sounds, you can
hear the humming of multiple radio
devices, tuned to different stations,
at different volumes, with different
music. You can hear millions of TV
sets, some of them newer and steal-
thier, while the circuits of the older
ones buzz inside their housings as if
about to blow up. The subway rails
also hum when the trains approach
the station, sending their sound up
to the streets and the houses. If you
pay attention, you can also hear the
sound of water running through the
pipes.

115
I

Industry the fire was put out, they found the


building hadn’t been used or visited
In December 2014, the Compañía in days, or even weeks. The plant, the
Harinera Nacional (National Flour mill and the lab seemed unscathed,
Company) still carried out its ope­ except for some incinerated tables
rations in an old factory located in and some posters hanging on the
the neighborhood o f San Simón walls, showing wheat varieties, maps
Tolnáhuac, a couple of blocks away of Mexico, and images of the city
from the Tlatelolco subway station, from the time when the rivers still
in Mexico City. At 11 p.m. on crossed the neighborhoods. There
December 4th, the neighbors of the was no equipment, no machines, no
flour factory felt the temperature infrastructure to be saved, as if the
rising, as smoke and flashes of light factory had been purposefully aban­
seemed to come out of the industrial doned later to be burned.
building. Within minutes, a neigh­
bor captured with his phone camera The feeble housing of the flour fac­
the shocking view of a burning tory remains there, months after the
factory: almost an entire block wide, fire, as evidence of that odd event,
the Harinera Nacional’s silhouette that accident. A guard still makes
was framed by high yellow flames a round down the corridors and
and the noise of crumbling struc­ empty hangars. He spends his time
tures, shattered buildings, and walls measuring the thickness of the walls,
yielding to the heat’s pressure. The guessing the factory’s age from that
firefighters arrived at midnight. Once fact. He tells me the flour factory

117
may have been standing for a cen­ Lonicera japónica. Eucalyptus, Vinca
tury: it might have turned exactly difformis, and Lantana cantara have
one hundred years old just before rapidly naturalized. These plants can
catching fire. be thought of as the vegetal counter­
part of a series of human migrations
A factory such as this, burning a that have been introduced to the
century after its construction, tur­ European continent in the last quar­
ns into a symbol of the history of ter century, many o f them from the
the Mexican industry. The wheat Americas. Migrations of plants and
brought by the Spaniards in the 16th animals, less notorious and longer in
century for three hundred years was span, are o f a very different nature
bound to the countryside, to a life than those of humans: the latter ar­
close to the earth, to the animals, and rive hastily to set foot upon a strange,
to water. By the end of the 19th cen­ possibly more fertile land, adapting
tury, wheat became the raw material silently to the conditions of their
of the first modern mills implemen­ new environment. They settle into
ted in factories such as this. In the the clefts, find fissures where they
course of just a century, the factory introduce themselves with difficulty,
was the stage for fast infrastructural, and are sometimes subject to the
technological, and operational trans­ way of life natives impose. In this
formations, changing always from sense, human migrants are survivors.
the inside out, progressively expan­ Migrations of plants and animals,
ding until the walls and ceilings were on the contrary, appropriate the fo­
too small to contain it. reign environment, rapidly modif­
ying their growth patterns according
* to the soil conditions, profiting from
the weaknesses of native species.
Invasive Species They become colonizers and owners
of the land, then predators of adjoi­
In the Community of Madrid area, ning species. In this process, these
in Spain, there can be found a num­ vegetal invaders are able to alter the
ber of invasive plants that have beco­ host ecosystems balance, making it
me household presences in the local sometimes arid and even hostile for
flora. Species such a&Acacia dealbata, its former inhabitants.

118
L

Land between the informal burials of old


and the orderly parceling of modern
Between 2012 and 2013> I spent tombs. Thus, this site sheltered older
long hours working on a project corpses under the foundations of the
in the Bogotá Central Cemetery. demolished mausoleums.
This cemetery was built at the end
of the 19th century, conceived as When building this park, an impor­
a set of three adjacent lots located tant factor was disregarded: the
in the Santa Fe neighborhood, ground contained a layer of “human
right in the heart of the city. Du­ matter,” endowing it with a certain
ring Enrique Peñalosa’s first term specific “nature.” The symbolic di­
as mayor, which coincided with mension of the burials was neglected,
the turn of this century, one of the as well as the relations established
lots was repurposed as a park, in between living and dead through the
the context of a public space rege­ ground (in some cultures called “the
neration plan. The strategy was to sacred”). Corpses are not only de­
produce ample concrete squares that composed organic remains dissol­
would cover the entire lot, except for ving into the soil. They represent
a tree or two and an iconic modern a very particular hybrid stratum, a
sculpture. It was named Renaissance link between the constructed city,
Park, even though the foundations the humans that inhabit it, and the
of a former cemetery lie underneath. land serving as its foundation. This
It had been, moreover, the kind of stratum has already setded in. Its
cemetery which served as a transition materiality pervades the grounds

119
porosity: there is no concrete plank Mexico City is like that cement
able to neutralize this emanation. square stretching over a portion of
the cemetery in Bogota. No matter
The Bogotá Central Cemetery’s how hard this layer (so much thicker
transformation reveals land use prac­ and denser, for it is made of buil­
tices that regard the land as a neutral, dings) tries to transform the ground
flat object, mere property. In a diffe­ into mere floor, there will always be
rent way, but still maintaining this resistant forces escaping from be­
one-dimensional view, other exam­ neath. They ratde the urban surface,
ples of land redistribution reveal reminding us of the permanence of
the same attempt at neutralization, other underlying strata, which can
rendering it a flat and simple “floor,” never be partitioned: relationships
susceptible of partition at will. woven between humans and geogra­
phy, traces of habitation which are
Similarly, Lake Texcoco lost its water physically inscribed onto the rocky
and its function as a bond between layers. These strata, both living and
city, residents, and land, in a larger dead, both material and immaterial,
and more complex operation than are what some cultures call “land.”
in Bogota. Its transformation into a
“floor” took place gradually for more *
than three centuries. More than half
of the territory which formerly cons­ Landfill
tituted its bed has now been covered
with buildings, turning it into a city. The West Landfill is a garbage dump
This megalopolis has been gradual­ covering an extension of several
ly sinking under the weight of its square kilometers, bordering with
constructions, while simultaneously Nezahualcóyod City and the Mexico
extracting the last remnants of water City Benito Juárez Airport. The
from a hybrid, muddy underground ground it now occupies was once
mande. In the form of an aquifer, part of ancient Lake Texcoco, and
such mande retained a subsoil re­ belongs to the land protected by the
serve, which was in turn a trace of Mexican federal government under
the biological existence of the lake in the same name. The trash in this
the surface. landfill is compacted in platforms

120
one meter high, which also function lungs that constantly breathe the
as a levee for a reservoir called Lake dirty Mexico City air. I imagine this
Churubusco. The lake takes in waste- smell, the toxic gases wafting from
water coming from the sewage in the the landfill as the organic waste
surroundings. The water is black and ferments and decomposes, literally
oily; gas bubbles up to the surface. impregnating the air, travelling for
I spot some small, thin, limp birds kilometers, south and westbound, to
sitting on the ripples, rummaging in settle down at the height of millions
the rubbish. The mouth of the main of noses.
sewage pipe produces a white, den­
se, abundant foam that flows over *
to the lake’s shores, landing at our
feet. Neighborhoods of this state of Landscape
Mexico municipality are separated
from the landfill by a wall and several u.s. artist and land art pioneer
strings of barbed wire. A prison also Robert Smithson was 35 years old
borders the wall: surveillance towers when he died in a plane crash in 1973.
loom at the opposite side of the land­ The airplane dipped while the artist
fill, anticipating the escape of inma­ observed his work Amarillo Ramp in
tes towards the waste fields. Next to the state of Texas, rising on top of a
the wall, on this side of the fence, broken circle more than a hundred
a plateau stretches out, covered with meters in diameter, in the middle of
patchy grass, where irregular soccer one of the vastest settings of North
courts have been drawn, and the goal America. I imagine him tumbling in
posts are firmly fixed in the ground. his infinite, vertical, slightly winding
These courts are connected by trails downfall, to a plateau of dry land
to the adjacent neighborhoods, and dust clouds merging with the
whose residents occasionally play clouds in the sky. I picture the bur­
friendly matches. Standing in one of ning sunlight bouncing off millions
the courts, the stench is so absolutely of crystals. Then, the muffled roar of
strong that it seeps into your body, the plane breaking to pieces upon
i taking days to wear off, and causing touching the land and the explosion
nausea if you take a deep breath. throwing a ball of flames towards
This smell feels appalling even for the limpid blue sky. I imagine what

121
it would be like to die in the middle where the north is, the Southern
of those confines, with no human California desert is not a landscape
life for miles around: when a plane either. Both regions were part of
hits the ground, everything becomes Mexico and part of a vaster America.
faceless matter, a combustion of flesh A part o f the same land continuum
and metal thundering into the pla­ spreading from up north, the Valley
teau. The encounter of a human with of Mexico is not a landscape: its
a land such as that of Texas happens basin has been intervened by human
with the harshness of an accident. hands. The Andes Mountains arent
a landscape either, as they change
A landscape always opens for the vegetation, weather, odor, as you
eye from a single vanishing point, journey along them: these mountains
spreading to an encompassable dis­ transform to the point o f becoming
tance, allowing a horizon line to be unrecognizable.
drawn on it. Landscapes are made to
be framed by the human eye, to be In America, from che norch to the
potentially mastered by our gaze. On south, the land sometimes spills
the contrary, the great mountains, onto an immense desert erasing
deserts, valleys and even the infinite all coordinates. O r it turns into a
highways of this region of the planet dense tangle of mountain and j ungle>
can’t be thought as landscapes, since layers of greens and other colors
we collide with them in our attempt nested inside one another, escaping
to tame them. In the Americas the the control a horizon would exert-
land has such a character that, when In the North American deserts
approaching it, it may seem vast the scale renders the landscape an
and open enough to devour us. It is impossible enterprise, while in the
thus that this land fits into an onto­ jungles and forests of the center an
logical category different from the southern continent, the flora and
landscape. fauna seethe downwards, towards
strata which are always hidden to
The Texas plateau is not a landsca­ the gaze. The human disturbance
pe because it is too wide, arid, and of the American soil fans out in an
desolate. With its Joshua Trees scat­ infinite range of variations. It iSi
tered so that we no longer know eludes the first setdements 0

122
farming groups, the art interventions
Levelling
on its surface, and modern mining
companies. Occupied (sometimes A t the outset of construction on an
violently) by humans, the American uneven terrain—with basins, eleva­
land cannot be regarded as a virgin tions, or mere slopes—it is necessary
realm or a “natural” space to indulge to carry out a process of ground
in, but as a hybrid, human-and- levelling. This often implies bringing
non-human territory, both defiant in outside materials, shredded into
and threatened. That’s why it resists pieces small enough to successfully
turning into a landscape, a contem­ cover the gaps. After a decree was
plated object. issued in 1971 for the institution of
Lake Texcoco’s Federal Enclosure,
Smithson drew the Spiral Jetty on hundreds of hectares covering the
the shore of the Great Salt Lake in muddy bottom of the ancient lake
Utah a year before dying. Made were cleared and left idle, promp­
of scone, dirt, and holes filtering ting all kinds of infrastructural, real
the lake’s salt, the Spiral may be estate, and touristic projects: the
understood as a way of exemplifying dusty Conagua (National Water
the land’s resistance to becoming a Commission) archives shelter the
landscape. The lake’s shore opens copies of typewritten development
like a plateau of salt and bloody red. projects for Lake Texcoco, proposed
On it, the spiral unwinds like a form soon after the new territory was
probably built thousands of years instituted. Once the lake was desic­
ago or emerged from the lake in a cated, the patch of land represented
strange turbulence. The spiral is and on sheets of paper was rumpled, and
isn’t part of the lake. It is and isn’t flattened again. Correspondingly,
a human construction. It stands out the land needed levelling, even if not
and at the same time camouflages assigned to any concrete project. The
in the ground. Hugging the Earth sheer openness of idle land incites its
like a curve coiling into itself, the occupants to tame and homogenize
spiral stretches beyond the shore of it, rendering it available: pure possi­
the Great Salt Lake like a hybrid bility, pure future.
presence.
*

123
The decade following the institution layer of sand until the adscription
of the Federal Enclosure saw the early change in 2014.
ground-preparation works: wastewa­
ter treatment plants would be built The trucks arrived at the site with a
in a number of areas in the former certain urgency. They brought along
lake; in others, a type of grass would fragments o f demolished buildings,
be planted, which only grows in the columns, structures, metal rods, and
hostile milieu of salt-covered soil. objects forcefully made into filling.
For decades and to this day, other These trucks were bringing the re­
portions of land would be simply mains of constructions destroyed by
levelled: immense surfaces sprawling the earthquake. The levelling pro­
into the horizon, home to the occa­ cess was different from those pre­
sional bushes and shrubs, where viously executed in Lake Texcoco: as
few animals sought shelter. One of the land was prepared for a possible
these expanses of land is located on development, the evidence of the
the northern area, near the border city’s downfall was buried.
between Nezahualcóyotl City and
the Peñón-Texcoco Highway. Most *
of the year, two landscapes overlap
there: the salty, white ground, and
the hot, burdensome air of the
desert. Always available, always
levelled, until the end of 2014 this
plateau belonged to the Federal
Enclosure, later to become part of
the New Mexico City International
Airports premises. The levelling and
filling materials arrived in 1985,
transported in trucks loaded with
rubbish and rubble from the city.
They were scattered far and wide,
forming a thick coating, then com­
pacted, and levelled with soil. This
stuff covered the white, thick, flat

124
Map In these three borders, an abstraction
is actualized. The earth’s morphology
The land of the Lake Texcoco is altered by way of the urbaniza­
Ecological Reserve is located right tions, streets, aqueducts, and power
after the line that separates Mexico grids. The ground on one side of the
City from the State of Mexico, to line transforms as it becomes devoid
the northeast. Upon crossing this of its water, dried and covered with
dividing line, many borders are layers of asphalt. On the other side,
simultaneously crossed. You go over the ground is desertified, revealing a
a political division between city and new layer of sand and salt. The border
non-city, in which all traces of urba­ is embodied in mutual exclusions.
nization disappear abrupdy. There is From both sides of the division,
also the crossing of a geographical physical elements of separation are
division between city and country­ thrown into place: avenues, fences,
side, the urban and the rural: a saline toll booths that serve as concerted
country of scarce vegetation, a flat, forms of mutual rejection. The expul­
open plateau, alien to the intricate, sion of what is useful or obtrusive to
sunken topography of Mexico City. each side also takes place. The useless
A climate border is also crossed, per­ is thrown over to the opposite side:
haps the most surprising, as it is felt trash and sewage on one side, urba­
by one’s body: as one goes from the nizations and humans on the other.
city to the state, temperature rises a For decades, such political divisions,
couple of degrees, pollution decrea­ imposed like arbitrary lines over a
ses, and the air dries up noticeably paper drawing, have become actual
and starts smelling of salt. geographical divisions.

125
Expulsions from one side to the M ichoacán
other thus begin to give shape the te­
rrain: seen from high above, two The boxes containing the collec­
different areas can be made out, clear tion of the Animist Museum o f Lake
and contrasting. The land changes Texcoco were opened in November
on each side of the line. So does the 2017, in the city o f Morelia, Mi­
sky: the wind currents, the showers, choacán. The museums collection
the very density of the air begins to comprises chunks of rock, dry
feel different on both sides of the plants, building rubble, objects, and
line. A new climate is produced on tools salvaged from the lacustrine
each side, differently surrounding ground of the central Mexican basin,
everything that lies beneath: animals, which is now dry, fragmented, popu­
plants, minerals, and humans must lated by diverse materialities. These
change under the new atmosphere, objects will travel from city to city in
must adapt and transform within the following years, from showroom
it. New populations are thus born, to showroom, from audience to au­
generating their own codes, beha­ dience. They will travel in boxes that
viors, and grouping practices. On shift while the truck hauling them
the opposite side, the life dynamics drives down highways full of curves
begin to seem strange, distant, alien, and accidents. The objects in transit
as if they belonged to a different geo­ move away from one another, draw
graphy. Each side becomes a place near, and collide.
completely different from the other,
established on its own terms. A state receiving the collection for the
first time, Michoacán is full of lakes
An imaginary line, drawn arbitrarily sprawling like shiny stains in different
on a map, becomes a territory. shapes and sizes. At the same time,
this Mexican region suffers shortages,
droughts, and mining processes
that scatter the bodies of water in
several directions. They go upward,
in hot vapor, when a lake dries up
because of the rising ground tempe­
ratures. Downwards, in pipes that

126
sequester the rivers liquid and send The pieces of the Animist Museum
it to Mexico City. The Cutzamala o f Lake Texcoco cross the west bor­
system, a network of dams, pipes, der of the state of Mexico towards
and treatment facilities, supplies Michoacán, down a road north of
Michoacán water to the Mexican where the monarch butterflies dwell.
capital, as well as the neighboring An enormous lake pops into view,
Toluca valley. This network stretches spreading out of sight. Lake Cuitzeo,
from the Michoacán municipality the region’s largest body of water, is
ofTuxpan, which neighbors the site divided by a straight highway going
that hosts monarch butterflies year south to north, slicing the water
after year. The monarch’s sources of in two halves, parting them with a
water are vacuumed to supply the thick layer of asphalt. This divided
faucets in buildings, stores, and fac­lake was gradually dried up, uneven­
tories in the capital. ly. Since 2003, the two halves of the
lake aren’t level. Thus, they’ve be­
The monarch butterflies dwell come two different, albeit incom­
on the hills between the states of plete, bodies. One is taller than the
Michoacán and Mexico, in massive other, one is drier than the other.
migrations from Canada, during the As they break apart, they need each
autumn and the winter. These ani­ other more. While the east side yields
mals with orange-and-black wings litde by little, the west waters have
perch on trees that catch water sunk faster, becoming reduced to a
with their roots, trunks, and leaves. layer of only a few centimeters, and
This same water is filtered and sent even thinner when temperatures rise.
to a dam, to head later to Mexico Huge areas of dusty ground become
City, via the Cutzamala system. In apparent. The dust wafts from the
a similar way, numerous Canadian floor in clouds laden with debris:
ducks hibernate on the surface of microscopic particles of organic
the Nabor Carrillo reservoir each matter rise and drag the corpse-like
year, resembling a bed of green-and- life of the water along in the air.
brown feathers resting on foreign
waters. The pieces of the Animist Museum
o f Lake Texcoco shift in the trunk
of the moving truck, down the

127
road flanking Lake Cuitzeo: a wide the quotidian experience of hillside
highway intersecting the lacustrine dwellers—who walk on a hill and live
bridge to merge with it southward, in it— agrees with the vision of the
towards Morelia. These pieces reveal scientist—who observes all from
the possible past, present, and futu­ the distance of scholarly study—in
re of the Michoacan basin, even if that they both acknowledge the
they belong to a different territory. existence of an intimate collabo­
The objects of the Animist Museum ration between land and water.
were part of a layer of foreign matter The hills, especially those made of
which spread over the surface of a spongy structures like tezonde, are
vanished lake. Five hundred years water-bloated reservoirs that surge
ago, that lake was similar in size to from underneath. These hills have
his Michoacano brother, only to rounded tips, and water streams
shrink in the following centuries and from the highest point down. Water
break into several pieces. runs effortlessly down the slope of a
mountain, filling furrows that geo­
&
graphy itself opens as trails, creating
slithering water streams that reach
Mine the lower lands and spread along the
valleys with the force supplied by
Some communities still dwelling gravity.
on the ancient eastern shore of Lake
Texcoco, like those located in the From the top of Tezoyuca Hill, in
base of Tláloc Hill, consider the wa­ the state of Mexico, it is possible to
ter to be an element that emerges follow the journey of heavy-duty
from the depths of the earth to then trucks driving day and night down
stream down of the tip of moun­ curvy highways, until they move out
tains. Geologists consider all the of sight along tezontle-Ymed roads.
elevations in the terrestrial crust are When driving by, the machines
sculpted by the repetitive trajectory loaded with this same volcanic rock
of water, on its course from the shake the earth and lift clouds of dust
tops to the valleys, thereby drawing on both sides of the highway. Upon
multiple contours and geological settling down, dust catches on the
attributes. The vision developed in vegetation growing like weeds by the

128
road. Later, it travels in slow strides 5,000 hectares, ending a few kilo­
down to the crops, sneaking into the meters away from Tezoyuca Hill.
neighboring houses when the wind The land which will shelter the new
blows strongly. The floor of these airport is concave and muddy. It
houses is covered with a supplemen­ sinks progressively as the underlying
tary layer of particles stemming from aquifers are drained to supply water
the heart of a mined hill. The parti­ to the inhabitants of the Mexican
cles stick to brooms and mops. The megalopolis. Water and soil merge in
minuscule rock debris are dispersed the hills, splitting when they arrive
in the water, when these household at this land: the ground yields capri­
cleaning tools are washed. The par­ ciously after the waters desertion,
ticles seep through the gutters into disturbing everything that is erected
the sewage system. Another relation on top. The runways, the terminal,
between land and water is slowly the adjoining buildings projected
woven as the soil drags the particles in ideal blueprints, need a flat, firm
through the water course, while this ground to rise from.
liquid flees to never return.
Accelerated exploitation of the
Tezoyuca Hill has been exploited as gashed hill in Tezoyuca has been in
a mine since the mid-90s, in order place ever since. Along with this one,
to compact the floor of the recent other hills have become quarries to
Pefión-Texcoco Highway with vol­ extract the filling: red tezontle and
canic rock or tezontle (such was the white tepetate stain the landscape
name given to it by Mexica commu­ with monochromatic spots previous­
nities). The mine stayed open in the ly unseen in the region. Millions of
following years— though operating cubic meters of rock, which used
in a slower pace— leaving a red rock to form an enormous, hidden rock
deposit, and a crater on the surface mass under the mountains’ vegeta­
of the hill. Since 2014, a portion of tion, now spread on the floor of the
federal land belonging to the ancient ancient lake in central Mexico: a
basin of Texcoco was licensed to the huge carpet of red stone and dust.
consortium responsible for the New As the tezontle chunks sit on the
Mexico City International Airport. lakebed, building up in layers resem­
These lands spread for more than bling the homogeneity of a plateau,

129
a forty-meter-deep quarry is dug in conquer Tenochtidan with his fleet
Tezoyuca: tree roots become exposed of colossal vessels. The Bridge of the
to the edge of the abyss, which opens Brigs Memorial, that anonymous
immediately by the walls of many landmark in the city of Texcoco,
houses built in the hilltop. signals the lake’s shore towards 1521,
in the early days of the Valley of
Turned into an open-air mine, revea­ Mexico conquest. This monument
ling the depth water would emerge today comprises a column made of
from, Tezoyuca Hill doesn’t allow the stone, crowned by a spire and an
ascent of the liquid to the headwa­ etched plaque. It’s located in the
ters, its streaming down to the valley, middle of a esplanade of about ten
nor the sculpting work of water on square meters, framed by three pink
stone. walls, a couple of park benches, and a
plant vase. On the walls of the small
& plaza there are two cursive inscrip­
tions in bronze, not entirely readable,
Monument since a few letters have been removed,
probably to cast them and sell their
Lake Texcoco presented itself to weight as metal. One reads “'Puente
Hernán Cortés as an enormous inner de los Bergantines, donde Cortés botó
sea: from the shoreline that today is las naves para la (t)o(ma) (de) (la)
but a dot on a busy street of the city (capital) (a)zteca (en) 1521” which
of Texcoco, the conqueror observed translates as “Bridge of the Brigs,
that the lake’s “tide” rose and sank where Cortés set his ships for the sie­
between rainy and dry seasons. He ge of the Aztec capital in 1521”. The
was surprised to find that, in its other inscription is its counterpart, its
immense surface, the opposite shore nemesis, its counter-discourse (and
was out of sight, showing the lake as for this reason, in my opinion, cons­
an uninterrupted ocean losing itself titutes the monument’s true mar­
in the horizon. In this exact place, ker): “En un atardecer texcocano...
it seems, Cortés unloaded the dis­ se hundió para siempre detrás de las
mantled ships he had been carrying montañas el quinto so(l) (de) (lo)s (me)
along, to then re-assemble them. xi(c)as” which translates as “During
He would sail the salty waters and one sunset in Texcoco... the fifth

130
sun of the Mexicas sank forever(,)
behind the mountains.” Under one
of the inscriptions there is a blue
aerosol graffiti with a signature. A
Movement
few miles away—further into the In October 1985, several rub­
lake—, next to the city portal that ble-loaded trucks headed to the nor­
greets the automobiles with the theastern highway out of the Federal
inscription “Texcoco is History,” District. The waste of constructions
stands a replica of the brig, with the destroyed by the earthquake from
contour of its rusted hull completely a few weeks before now wobbled
covered in brightly colored spray on the back of the trucks. They
paint interventions. This intervened drove slowly, all the way from the
brig, the graffiti signature, and the Nuevo León apartment building in
stolen lettering, all show the seculari­ Tlatelolco. What nowadays is the
zation of monuments by the defacto Peñón-Texcoco Highway, was then
uses of public space, now devoid of only a deserted road the vehicles
references to the past, as well as by used to gain the Federal Enclosure
the implosion of a city that clashes of Lake Texcoco. The site was mostly
with the terrains of the ancient lake, idle, a demi-desert. Once inside, and
now forced to grow from the outside split in many directions, the loads
in. The monument is now located in were dumped to the ground: when
the heart of an urbanized zone, on falling, the shape of a column or a
the edge of a heavy-traffic street, staircase was glimpsed among tons
with cars parked on both sides. In of nondescript chunks. Among the
front of the monument there is an rubble, some objects could be seen
array of shops and homes, light that, thirty years after, are still found
posts, and a long, narrow sidewalk. in the salty surface of the lakebed:
When looking up towards the point shreds of fabric, dresses, shoe heels,
where Cortés sighted the immensity ceramic shards, and other unidenti­
of that inner sea ofTexcoco, there is a fiable objects squashed between wall
multitude of rooftops, antennas, and slats.
electrical cables swaying between
houses. Further back, the density of The land that has taken in this rub­
Mexico City’s air erases the skyline. ble in the dry bed of Lake Texcoco

131
gradually sinks, with the draining M ud
of the water from its aquifer. In a
geological contradiction which can An earthquake is in a way a dance
only be a result of the accelerated between two tectonic plates. One
intervention of humans on the earth, moves towards the other and the lat­
the water partially floods the land, ter retracts, animated by the impulse
bringing along things on its way: the of the opposing plate. One tucks
upper layers erode, bursting and crac­ itself under or beside the other, and
king. The winds waft up dust clouds while they setde, they send energy
that shake up the superficial layers of upward, animating everything they
sand and salt. The things dumped on sustain, shaking the land in tremors,
the ground sink too, rearranging and in sways. For thousands of years, the
shifting a few centimeters, setding Cocos and North American Plates
into the eroded cracks and bathing in have coexisted under the Valley of
dirt. Unlike the graves that faithfully Mexico, in the tension preceding the
shelter the dead under the tomb­ dance. Every so often, they stoke each
stones naming them, or the archaeo­ other, moving subtly, thus slowly
logical relics protected by the weight changing the setup of the board sit­
of compacted soil, these waste-relics, ting on the Earth’s surface: volcanoes,
this rubble-in-exile, these fragments valleys, rivers, lakes, mountains, and,
reminiscent of destruction and not more recently, a city that stands like
the glory of a culture, are moved by a cardboard scale model, wobbling
the earth’s shivers. Their relations between two uneven tables. This
to the rest of the rubble move too. human-scale model sinks at its very
Their location is always inaccurate. center with the weight of concrete
The history of their encounter (or and rock, as it sits on the bottom
misplacement) in LakeTexcoco’s bed of a desiccated lake: a floor made of
keeps shifting. mud, algae, water, salt, and microor­
ganisms sedimented for millennia.
In 1957, an earthquake revealed how
Mexico City’s muddy soil amplified
the vibratory waves generated by the
two tectonic plates. Engineer Nabor
Carrillo, creator of the lake in the

132
northeastern area of the state of not much more flexible. Hundreds
Mexico now bearing his name, made of buildings more than nine stories
this important discovery by stud­ high collapsed in seconds like card­
ying the volatile characteristics of board boxes, to then break apart into
the city’s subsoil during the 1940’s: small fragments a few centimeters in
the quake constituted his most radi­ size. Under the rubble, the muds
cal empiric verification. This mande continued to move. The stability of
of soggy, slippery soil shifts drastica­ the city depended (and still does)
lly to the faintest movement of its on the stillness of a clay ground that
deeper layers, the subtlest change in never ceases to move, animated by
pressure or the slightest leakage of the forces of the quakes crawling
water. In the manner of an elastic up from beneath, and the weight of
strip, the earth’s movements stretch human setdements that try to fasten
it. All things built on top will shake onto it. The mud supporting the city
to their foundations. No other city spreads all the way to the ancient
experiences earthquakes like Mexico empty basin of Lake Texcoco, per­
City: here it feels as if the dance of forming a slower, subder dance than
the plates took place on a waterbed. that of hard-soil plates.

In the quake of 1957, a number of *


buildings trembled until fracturing;
their structures were not only tested Museum
spatially but also by time. The move­
ment amplified by the muddy soils There is a collection of carefully
of the city caused the taller buildings selected materials, gathered in diffe­
to wobble. Perched on its column, rent spots of ancient Lake Texcoco.
the Angel of Independence danced Among ruins of multiple govern­
to its fall, defeated by the insistence ment projects, abandoned during
of the seismic waves. Twenty-seven the last forty years in the lake lands,
years later, in 1985, the dance there are all kinds of objects: heaps
between the Cocos and North of rubble, building foundations,
America Plates was stronger, lasting scattered ruins of crumbled houses,
a full four minutes. The city’s layout dry wells full with trash, broken fen­
was denser, taller, and heavier, yet ces of an empty stable, rusty tools,

133
fallen pillars, unreadable signs, chunks of wood in different sizes:
objects hidden in the grass, docu­ beams or furniture fragments. All
ments with the corners torn and these materials were sharing space
stained by the sun. with samples of construction mate­
rial of buildings fallen in the 1985
These and other materials were loca­ earthquake. These were dumped on
ted in a series of excavations during the ground to fill large stretches of
which salt and dirt were removed sunken land. Some oddly-shaped
from their surfaces. Gradually, the branches were recovered along with
surfaces became recognizable in animal bones. All materials were
their differences. From their initial a fundamental part of the ruinous
aspect of solid rubble chunks, a landscape of the excavated sites.
wide spectrum of consistencies and
textures emerged. Some ancient ma­ In the collections of European mo­
terials that belonged to the bed of dern museums there are objects
the disappeared lake were found, which might formally resemble the
together with certain wall-like struc­ materials gathered in Lake Texcoco’s
tures built in successive attempts at land. The bone of an ancestor, a pie­
recovering the basin. These epheme­ ce of ceramic, a sword with a bent
ral materials signaled the brief span handle, an irregularly-shaped coin.
of human life—trash, animal and These objects, collected after excava­
vegetable waste—next to weakened tion and sorting processes not unlike
structures of more recent construc­ those that took place in the above-
tions. Between the millennium-old mentioned lake lands, are named
and the new, the solid and the uns­ “relics.” The latter always refers to the
table, many black-and-red tezonde history of a conquering or conquered
stones were found adhered to diffe­ land: the conquest in certain places
rent facades painted with Conagua’s might have arrived in the guise of a
distinctive shade of blue. Patches of murderous barbarianism, or due to
artificial grass, soda bottles, shards the subtle encroachments of a lan­
of tiles from houses that once stood guage, customs, and knowledge-buil­
on the eastern shores of the lake, some ding. In their museum’s collections,
patterned, and some hand-painted. some nations visibilize the emanci­
The collection incorporated different pation from a colonial process. In

134
others—;the usurpers— colonialism A museum containing this collection
becomes manifest. Some collections must operate differently on its pieces:
attempt to show the persistence of a it must endow them with a sense they
cultural identity through extremely never had or quickly lost. It must tell
ancient objects. Others reconstruct possible—and plausible—stories,
an evolution process, wherein the although these stories might not be
objects reflect the phases of a historic fixed truths. It must project hues of
linear progression. The museologic multiple pasts on such objects, even
operations defining this model have if these hues contradict each other.
also migrated to the Americas, insti­
tuting in the “new” continent a way The materials gathered in this ancient
of choosing, curating, displaying, lake belong to a continuum binding
and interpreting ruins. In all cases, developments, demises, resurgences
the museum collections try to induce of the soil, water, plants, animals,
a vision of the past in the collective humans, and conquest enterprises.
memory, and by doing so, they be­ Strewn and in a certain way consti­
come fixed, ineffectual, mummified. tuted by all of these elements, such
materials bear the traces of many
The collection of materials from the worlds. In this sense, the collection
desiccated Lake Texcoco encompass throbs with the life drives of all the
a set of pieces which are, by default, instances which have shaped and
fixed in their inertia, deactivated disfigured the Texcoco basin.
by their isolation, mummified by
the presence of salt. The world Now, we will refrain from calling
they belong to never came into these materials “relics” in their new
being, or had a frail, fleeting exis­ museum context, since they will
tence. Therefore, they lack signs become animated by the action of
which might bind them to an instated different forces.
museological narrative. Throughout
the lake, the echo of its desiccation Let us call it Animist Museum o f Lake
reverberates like an immense failed Texcoco.
project, the breeding ground for
subsequent unsuccessful initiatives.

135
This museological procedure must
also shape the potential settings
where the living and the dead things
of LakeTexcoco reveal themselves to
be untellable from one another.
o
Office land, without transportation infras­
tructure except for a wide freeway
The Peñón-Texcoco Highway leads stretching all the way to the entrance
to the entrance of the management of the city of Texcoco, the settlers of
offices of Lake Texcoco’s Federal the land adjoining the lake have not
Enclosure. A guard stands behind a followed the same patterns of growth
blue fence. Behind it, a single-story and disaggregation that characterize
building stands: ample, horizontally municipalities such as Ecatepec or
spreading through its enormous, Nezahualcóyod City (to this day
empty inner spaces. The Mexican at least). Some of these groups call
Center for Water and Sanitation themselves “pueblos": many main­
Training is, in a certain sense, the tain an intimate relationship with
heart of the lakes Federal Enclosure: their land, most of them being rural
its administrative heart, its political communities bond by blood, lineage,
heart, and the only place legitimately or a sense of belonging. In this way,
occupied by humans. Inside, a group the difference between a community
of people gathers, radically different and an office is established. People
from other groups that occupy neigh­ of very different origins arrive at the
boring zones east of this territory: offices in Lake Texcoco, all coexis­
the Lake Texcoco terrains separate ting throughout the workday in
the inhabitants of ejido rural pro­ silence, seated in cubicles, in front of
perties from the dense, urban tissue computers, framed by windows that
of Mexico City. Parted by the 8,000 look out into immense plateaus of
hectares of a yet uninhabited strip of empty land. They are one another’s

137
“colleagues,” and add terms of defe­
rence before their first names, indi­
cating the existence of a hierarchy:
“licenciado” (“college graduate” or
“lawyer”) or “ingeniero” (“engineer”).
Many meters of empty space and
impeccable carpet lie between them.
There are some dividing screens and
doors. Conversations take place in
hallways between moments of isola­
tion, uniting colleagues around one
mission, one job: this job is not like
necessity-bound farming. Instead, it
is a work exerted on the land, from
a distance. A work on a land which,
although physically present, beco­
mes merely the foundation of the
building: distant, indifferent, and
objectified. The office, that space
hosting a group of people that
share an important part of their lives,
in the end could be any building
anywhere else.

138
p

Park in its own way, a system of lakes


and interconnected islands habili­
In an area of Lake Texcoco’s Federal tating the ecological functions of a
Enclosure there is a football court, protected land. At the same time,
lined with stark green nylon grass. both projects foresaw some uniform
The field is empty, connected to urbanizations (perhaps for the midd­
other sports courts by trails. Next le class), as well as different kinds of
to them, there are wooden cabins, businesses. These projects aimed at
also deserted and idle. All of these setting up a new airport as the axis of
constructions are part of a pro­ the ensemble, in its center. It’s under­
ject which became urgent and standable that the Federal Enclosure
polemic during the Presidency of of Lake Texcoco was regarded as a
Felipe Calderón. The Lake Texcoco great source of profit for an architec­
Ecological Park was put forward ture firm and its politician friends.
alongside another project: Mexico, It was a vast and empty land, a
Future City. Both insisted in the need thousand hectares in span, with huge
to recover a lacustrine area of the possibilities for the urbanizing for­
mostly dry Lake Texcoco, with the ces of a city that couldn’t allow any
purpose of mitigating an imminent additional horizontal growth. The
environmental impact the city had city’s ordering mechanisms reveal
resisted for decades. Small variations themselves to be more chaotic and
differentiated one project from the less functional every day. A project
other (the largest were probably predicated on the premise of an
political): they proposed, each one ecological rescue, in addition, would

139
effectively hide the private and parti­ Pier
san interests under the veil of public
benefit. The Nabor Carrillo Reservoir, a
human-built lagoon shaped like
Mexico, Future City was the unful­ a flawless rectangle, lies in the middle
filled promise of Calderons govern­ of an enormous span of land which,
ment. The Lake Texcoco Ecological a few decades before, contained
Park opened a few months before his water from the original lake of
government ended. In July 2008, in Texcoco. A lake nested on a lake. The
a campaign ran by the president him­ “artificial” one is a perfectly defined
self, it was announced in the city of geometrical shape. The “natural”
Texcoco that the park’s construction one is an ever-changing oudine bent
would become a reality. Calderon’s on disappearing. In the middle of
term was nearing its end, and the Nabor Carrillo an island was erected,
bids were carried out anyway. The and on its surface, a cabin. Next to
ground was restored immediately for the island, on top of a few surfacing
the construction of the main infras­ rocks, a couple of flamingos—
tructure. The cabins, sports fields, emblematic survivors of the ancient
and roads were built. Electricity lake’s disappearance— built its nest.
posts were installed. Some signs were On the shore of this new lake, a pier
set in place; among others, the park’s was built, to provide mooring for
map in colors, very close to the main potential boats. This should enable
entrance. short trips to the island, bringing in
visitors, athletes, biologists, tourists,
When Enrique Peña Nieto took o- and boat enthusiasts. The boards
ffice, the project was abandoned, and columns of the pier were all
ending up as a half-built park, iso­ painted light blue: the recently crea­
lated inside the Federal Enclosure: a ted National Water Commission
ruin with no present, past, or future. (Conagua) had just arrived at the
It embodies a series of unkept pro­ terrains of Lake Texcoco, replacing
mises. The new airport, on the other both the Ministry of Hydraulic
hand, found its way without delay. Resources and the Lake Texcoco
Commission: these institutions
* defined the lake’s territorial borders

140
in 1971, anticipating the future of Project
this site. Conagua left its mark on all
constructions, painting everything In the library that stores the insti­
light blue, touting its specificity by tutional memory of Lake Texcoco,
means of an institutional color. inside the Conagua offices in San
Juan de Aragón, there are facsimile
Shortly after the piers construction files of all kinds of projects written
was completed, and while remaining since 1971. There, one may find the
utterly unused, it was demolished. reports of the few projects still in
This double movement inaugurated place, including initiatives with an
a list of projects for this land which, ecological approach. Such initiatives
in subsequent years, would succumb promised future transformations for
to the same fate: being constructed, this land, which today seem mat­
then torn down. ters of a distant past. There are also
printed copies of projects started and
The Nabor Carrillo Reservoir could cancelled, facsimiles of the ones that
become another target of such fate: never materialized, and examples
it remains intact, although ever more of the ones that were impossible to
fragile within the ecological map of carry out. Among the latter, there
the region. The airport under cons­ is a metal-ring-bound album with
truction on the northern side of the a red leather cover, the blueprint
road could very well be the next for a housing project to be built in
authority spreading colors on this Lake Texcoco. None of the pages
portion of the Federal Enclosure, is dated, but from the seal of the
imposing a new list of fast-rollout Ministry of Hydraulic Resources on
projects, with an equally accelerated the cover, it is inferred the album was
transformation into ruins. This reser­ compiled between the late seventies
voir is, like the pier, a rectangular and and early eighties. On each one of
homogeneous construction, equally the pages and in the footnotes of the
susceptible to destruction. The pier hand-drawn blueprints, the word
has left its blue pillars anchored in “Coplasa” is written in bold letters,
the shore: a testimony of its existence all-caps, without serifs.
and circumstances. What will the
ruins of Nabor Carrillo look like, if
it were to disappear?

& 141
The construction firm Coplasa still Mexico City Airport Group does the
exists and is in charge of several same, this time successfully. For this
public projects throughout the Me­ last consortium and for the previous
xican territory. It develops road in­ ones, the airport is not so much a
frastructure and dams for mining specific need of the city, located in
projects in Zacatecas and Durango. the middle of the ancient lakebed. It’s
It also builds mining infrastructure an abstract development idea which
for private extraction licenses and could have taken up any shape: buil­
industrial furnishings for large- dings, factories, malls, highways, or
scale agricultural complexes. In the airport terminals. The function is
images of its most important works not as interesting as the sheer fact
are vast extensions of desertified of building, intervening, profiting
land with steel-and-tin towers, big from the idle land. Reinterpreted
hangars stretching on bare ground, by contemporary design methods,
and buildings resting on concrete the Coplasa blueprints could have
foundations. easily been incorporated to any
construction plan, multiplying the
The existence of this document shows housing modules by the hundreds,
that the impulses and impacts taking adding a small body of water in the
place in the form of the New Airport middle, to stamp it with a gesture of
and its developmentalist project on environmental care.
Lake Texcoco are not a matter one
or two decades old. In this red-co­
ver album we see—mediated by
the drawers hand and his choice of
color—a housing complex spilling
over into a rural, deserted area like
a square-ruled stain, long before the
designs of Mexico, Future City or
the Lake Texcoco Ecological Park
were envisioned. Coplasa pitched
a privatizing initiative for the land
more than 40 years ago. Grupo i c a
did it almost 10 years ago. Today, the

142
R

Repurposing complex with a mall, erected on the


ancient Xochiaca landfill, east of
The organic waste cast out by Mexi­ the city. If a cross-section of Ciudad
co City is piled under plastic mem­ Jardin’s ground was made, the upper
brane surfaces, to be later compressed layers would reveal a confusing, even
as a new layer of land in a sedimenta­ unstable morphology, considering
tion process called “relleno sanitario” the fact that the neighborhood where
(literally, “sanitation filling,” i.e. land­ this complex stands was built on the
fills). In spite of being compacted bed of an enormous desiccated lake.
and confined to demarcated areas, Its waste ground still spills liquid
the landfills are still metropolitan into the lower layers, which are in
surfaces with an undesirable and pro­ turn mosdy clay made of life forms
blematic use of the soil. Developers that inhabited the lake centuries
have modified this land use by buil­ ago: plankton, algae, crabs, and fish.
ding on top of these sites, forcing the The ground moves because it is still
gaze up to high rises lined with glass. experiencing chemical changes and
Thus, we forget the new project rests letting out gas. The old layers are
on a thick layer of compacted waste. soft, the newer are even softer, and
This is the case of Santa Fe, in western both, being malleable, merge.
Mexico City: a financial district with
tall buildings standing on landfills. A few kilometers northeast of
Ciudad Jardín Bicentenario, close to Ciudad Jardín is the West Landfill,
the current airport, is another case another dumpster, far wider than the
of such repurposed land: a sports ones developers are trying to cover

143
with hectares of grass and malls in Rubble
other areas of the city. The most part
of this landfill, located in the current The border between Lake Texcoco’s
land of Lake Texcoco, is out in the Federal Enclosure and the towns
open. There, all your senses may pick of San Luis Huexotia and San
up the waste’s changes. These same Bernardino extends today like a
changes still occur in the Xochiaca wasteland comprising a number of
Landfill and in the sanitation fillings hectares, covered only by the salt
of Santa Fe, although buried under­ emanating from the earth, patchy
ground: water bubbles, solid trash grass, and piles of rubble scattered
shifts around, the ground releases far and wide. Many hectares remain
heat and constandy changes color free from occupation, expectant,
and shape. unresolved, as if not belonging to
any of the territories reclaiming
In a segment of this Lake Texcoco them. In border zones such as this,
landfill, at the beginning of the or as in the U.S.-Mexico border,
current century, a group of engineers there always exists a strip of vacant
decided to compress the trash, ope­ land which, of its own accord, effaces
ning the stage for a new repurposing the evidence of human activity. The
project: they covered the landfill with rubble—these isolated, worthless
fertilizer and then with grass. They chunks—are witnesses to erased
sowed trees which grew leafy and human life, remaining the only thing
strong, built a park, drew trails and that resists annihilation along this
sports fields. If stepped on today, the border-world.
ground of this new park feels warm
and shaky. You can sense gas coming For the first two decades of the 21st
out of the floor. Though invisible, the century, the southeastern strip of
rotting trash of millions of Mexico Lake Texcoco has shifted between
City residents will for a long time be appropriation and expropriation,
the strongest feature of a hybrid soil constructions and evictions, demar­
attempting to become a meadow. cation and openness. During this
period, homes were built and com­
munities were organized. No records
* can be found of such organizations,

144
let alone traces of foundations, a- might have belonged to one of the
queducts, or any sign of planning: homes built in the Hidalgo y Carrizo
the border erases all such evi­ lot. In the apartment I now rent
dence. Like stories of a faraway in Mexico City, there is a toilet of
land, some chronicles can be found the same brand. I have also seen it
in newspapers about the demise of in many other homes in this city.
these constructions, which turned Rubble such as this, somehow com­
into rubble, despite being geogra­ pletely different to how it manifests
phically close to the reality of the in the videos, connects the border
city. The Hidalgo y Carrizo lot, an zone with its history of occupation,
area stuck between these towns and as well as with our own stories. These
Lake Texcoco grounds, went from videos show us the very event of
commune to wasteland on April the eviction, from the inhabitant’s
25, 2012, after being sold to the point of view, and in this sense they
federal government by ejido owners contain great documentary power
from Chimalhuacán. One thousand and eloquence. The rubble itself
ninety-eight families which lived on contains yet another kind of such
this terrain were evicted. The police power and eloquence: it shows us
removed people from their homes the point of view of the very objects
and then bulldozers moved towards and fallen houses. I say “point of
each house; after hitting the fronts view” because, as such, objects are
and facades, each home came tum­ not depositaries of our experiences:
bling down. The families witnessed rather, it is objects themselves which
the demolition with their belongings determine and shape us. Rubble
piled up in a single heap. They recor­ outlives eviction and reveals us its
ded the eviction scene, cellphones in past, present and future. It is marked
hand. By means of these videos I by the sign of the evicted setders, as
have been able to establish a connec­ much as it is marked by the urgency
tion, if faint, between humans and of the destruction, abandonment,
the land; a land effaced by its own and desolation of the border zone. Its
barren border. cracks reveal the exact point of rup­
ture, the violence of the downfall,
An American Standard toilet frag­ the collapsed structure of the house,
ment is part of the rubble which and with it, a way of life. Rubble also

U5
informs us about the circumstances multiplied due to the explosive arri­
that make someone carry something val of plastic to all societies: things
and leave something else behind. It and objects are now more epheme­
also reveals something about our­ ral, with ever-changing forms, feeble
selves, the would-be rubble con­ structures, and weak materials. In
tained in our objects, the potential this human present, I appear fester,
fragility of our lives. in the cracks of plaster walls, through
the plastic windows molten by sun­
* light, on rusty metal car parts, and in
the garbage. The myriad trash grows
uncontrollably, expelled to the mar­
Ruin gins to leave space for more things
I am not a thing, but a state of all that contain me anyway.
things built. I am the inevitable fate
of everything which is altered by Mexico City knows me well. It
human hands, the fell of everything remembers me each September: in
that rises. Human excitement about 1985, an earthquake brought down
the future—that optimistic impulse the tallest, strongest buildings,
to create lasting things, to change the shook the structures of many which
world, so that the footprint of a sin­ I’ve haunted since. Back then, I set
gle species lasts on Earth—makes me up shop like a cold mist, like the
sad and pitiful. Although I appear fog that rises in cemeteries at dawn.
before their eyes in the subdest to Today, some thirty years later, this
the most catastrophic ways, humans city’s residents claim to remember
prefer not to see me. Or, if they do, me, mentioning my anniversary: the
they forget me hastily. So many cities anniversary of the city’s ruin. They
have fellen, leaving pieces of me on invoke me, summon me, weep over
the ground. I appear so often in the me. They do not realize I have never
form of destroyed buildings, of shi­ really forsaken them: on the contrary,
pwrecks buried in the bottom of the I have grown and conquered other
sea... For centuries I have been pre­ frontiers within what they call “pro­
sent in everything and in all human gress,” “development” or “novelty.”
stories. Tales from the East, West, They do not see me for they dwell on
North, and South. Recently, I have the shiny surfaces of recently erected

146
buildings, on the smell of brand
new asphalt in rebuilt avenues. They
think I am something I am not.
They think I have a certain shape
and beauty, a piece of white, half-
broken Greek column, a bare wall
that has been standing for centuries.
They think I am a pyramid missing
a few stones, whose pigments have
faded.

I am none of those things. I am the


latent state of fracture in all lustrous
windows, the natural limit of all
projects. I am what looms large, the
imminent.
*

147
Á
s
Salt I am very old. Older than the water
of the valley. I know this place
I am the salt of Lake Texcoco. When better than anyone: I have seen how
the soil dries out, I appear like a white it has changed, how it continues' to
layer of snow, conspicuous at ground change today. I have seen how water
level. When I blend with the water has come and gone, until vanishing
of the artificial lakes that now popu­ for good a few decades ago. Bound to
late this vast land, I become invisible, the earth, I have seen the ground sink
unnoticeable. I am a combination of under the weight of the nearby city,
sodium and chloride, yet I am never and because of the escape of water
pure: I mix with the ground and its into the Tula Valley. I have seen the
minerals, with the residues flying over loss, the dereliction, the rebirth of
from the city. When I am volatile, I this land. I have seen how humans
even blend into the air. Sometimes have setded in it; how they distri­
they call me tequesquite, when I coa­ bute their parcels, casting imaginary
lesce into gray crusts on the ground limits on the land. I have seen how
that become cracked and lift up like they halved the land with a wide and
flakes. The Nahua peoples gave me straight highway. I have seen trucks
that name as they set foot on this driving down the highway, felt how
ground, for I give the earth the aspect their throbbing engines make me
of a surfacing stone, of dust magi­ tremble.
cally rising in the shape of crystals.

149
Here, it is I who sets the cycles of pieces of glass, like a layer of emery.
time. I appear on the ground ear­ Anything coming into contact with
lier than the sun and remain until me becomes old, odd, rusty, and dry.
deep into the night, shining with For this reason, the constructions
the moonlight. These time cycles of erected here become fragile, eventua­
mine run a different course to those lly collapsing. Humans, moreover,
of ordinary tíme: everything grows are not meant to live in my proximi­
more slowly, yet everything dies fas­ ty. Thus they come and go, leaving
ter. Birds stand on me, insects take their rubble on the ground like
refuge, and fish swimming in the left­ ruins: their wishes and wills, their
over salty waters take me in through desires, their projects turn frail in a
the gills. Humans tried sowing many land with much salt and scarce water.
plant species in the soil that I’m jum­ Spaniards, Mexico City residents,
bled with. All eventually died, one Texcoco natives, entrepreneurs from
by one. I kept surfacing as white dust here and there, they all come and go,
and flying into the air over the dead never last.
sprouts lying like carcasses. Here I
am the enemy of life. I am also the I remember how, centuries ago, the
great endurance test that renders city and the lake were one and the
everything that blossoms here stron­ same. I could travel its paths along
ger, and more resilient. My power the water, surrounding the island
here is immense: I turn water into now replaced by the main square
poison for some, into a life elixir for and the city center. Blended with
others. I transform the earth into a the water, I came to know Mexico
barren, flat, still surface, like that of City as a handful of islands woven by
other planets. The life that prospers bridges. I could also see other cities
here turns strange. erected far from its edges, watching
them through the liquid lens of Lake
I have seen how humans have tried Texcoco. I was at the time an invi­
to conquer my realm. I have seen sible presence, united to the water,
them build their houses on me. I subsumed in it: water, extending
have come to know these houses like an immense body throughout
inside and out: I stick to everything, the entire valley, was both feared
seep into all metals and rocks, into and loved. I lived off that love and

150
fear that extended onto me, as I was stirring whirlwinds that seep into
always with the water, always in it. the ruins, displacing the lighter ones
I was then called tequesquite, when from one place to another. Humans
the city had another name as well—a have built new lakes over me, fra­
name no one is able to pronounce med by levees made of cement and
anymore. tezontle rock. They want to bring the
water back, and erase my trace from
When the lake grew, I spilled over the the soil. These lakes are all full of me,
city, flooding it. That’s why I know although they are but reflections of
its ancient and modern buildings, its the lake desiccated not long ago.
paved streets, and the multiple layers
of its history. I know its age-old name Around these lakes, I build up and
and its new name. I’m aware the new become more conspicuous. I crystal­
city rose over the ruins of the older lize, spread, and setde on all things.
one. Every day I can see it through a Outside of the water, my power is
veil of dust and smoke: dry and flat, different: it’s a ruthless, repellent,
dense and entangled like an anthill. implacable power. I am that which
Afraid of my new form, the city corrodes soft surfaces. I’m dust, I’m
remains at my feet. For its residents, one with the air, I’m the earth itself.
I’m the ghost left behind by water
*
after vanishing. I emerge and cover
the bottom of the lake with the smell
of salty water. Sprawling over like a Shore
wraith.
The Nabor Carrillo Reservoir can be
I am the element nothing can drive seen from an airplane: when entering
out of the valley, for I’m stuck in the state of Mexico City’s airspace
the soil, and always surface from from the east, the reservoir appears
it. I have become the ■owner of like a strange, black, rectangular
this plateau ever since water aban­ stain, like a dam, an unexplainably
doned Lake Texcoco. I dwell on the clear territory, covered with a dark,
ground in the form of white dust, shiny substance. Seen from an air­
almost throughout the entire year. plane flying over Mexico’s airspace,
Mischievously, I rise up into the air the perfect geometry of the reservoir

151
stands out in the messy urban stain sometimes a man working in a nearby
spreading a few miles west. Residents area jogs around the trail by the water.
of the city and its surroundings do
not visit the biggest water rectan­ On the Nabor Carrillo’s perimeter
gle in the Valley of Mexico: Nabor there are several cement construc­
Carrillo is protected by barriers tions, which have cracked or crum­
restricting the access to strangers, bled during the reservoir’s thir­
so that only biologists, agronomists, ty years of age: a monument resem­
and federal employees assigned to bling the modern sculptures of the
the area know its orthogonal basin Ruta de la Amistad—a collection
for processed water. of monuments stretching south of
Mexico City’s beltway—stands like
Standing on the shore of the reser­ an upside-down arch in homage of
voir, the rectangular shape blurs at the lake’s creator (Engineer Nabor
ground level, looking instead like a Carrillo). A shattered pier sticks out
huge ellipse, curved and uninterrup­ of the water, holding on to the shore.
ted, stretching into the horizon. As There also stands a surveillance boo­
if it were a sea, its water lets out an th where the cap of a guard dressed
intense smell of salt and algae. The in black uniform catches the eye, and
wind ripples the surface. Flocks of a few bare, lined-up pillars, covered
ducks rest on the water. Around the by weed and partially corroded by
water, a tezontle road was built. In salt. These constructions are painted
drought times, the road crackles and in the same light blue hue: this color,
every footstep lifts dust clouds. In the slighdy more intense than that of a
rainy season, this road thickens and pool and a bit lighter that the sea’s,
gets damp like mud. The reservoirs shines from afar in different spots
shore remains deserted. Ducks and of the reservoir’s shore. It stands
migratory birds are the only animal out among the brown tones of the
presences for miles around. In the landscape. In the eastern sector of
middle of the lake, two flamingos this immense salty water surface,
stand still on surfacing rocks, like close to its center, there is an island
pink sculptures furnished twenty populated by thick, foreign vege­
years ago. Almost no one walks tation. In the middle of the island
this dirt belt surrounding the lake: there’s a house. Moored to a beam

152
fixed to the shore, a raft floats on the another one like a stain of sorts.
water. Bearing the name of the country, the
state of Mexico shelters another state
The island looks small from the inside it: Mexico Qty, the city-state,
shore. A couple of kilometers away the megalopolis, the capital. Seen
from it, the two flamingos blur out from the metropolis, the state of
like undistinguishable dots in the Mexico is a surrounding ring, a belt, a
immensity of the water mirror. The margin of sorts. With an exponential
shore of the Nabor Carrillo Reservoir growth over the last decades, the
becomes an interstice among the capital has overflown this belt,
absence of human sounds, the loneli­ making it dense, overpopulated, and
ness, and the squawks of a growing forcefully urbanized by the demands
bird population. It looks less and less of an unstoppably growing popula­
like the edge of a regular geometry tion. The border areas between city
and increasingly more like the thres­ and state have become indistingui­
hold of a humanless planet, made of shable and confusing, especially in
salty water, birds of different species, the explosion of the urban center
and blue constructions ruined by towards the geographical north.
salt, water, wind and dereliction. In some points, near Ecatepec or
Tlanepantla de Baz, for example, a
&
narrow street divides—in theory—
the city from the state, although in
the practice both are part of the same
State o f M exico neighborhood, of the same system.
Mexico is made of an ensemble The residents on both sides cross the
of states with relative autonomy, street constandy and lead their lives
granted by a federal government. in both directions. The city stretches
Each state has its own constitution the metro lines into the land of the
and jurisdiction. The political map state, while the states inhabitants tra­
of the country represents the states vel all the time in its train cars, cros­
as clearly demarcated areas. At the sing the city, making it their own.
nations center there is, however, an
exception to this organized political In the northeastern border of the­
geography: a state embedded in se two concentric areas lies Lake

153
Texcoco. West of its border are the past Lake Texcoco territory, the land
most densely populated areas of the clears, giving way to another type of
state of Mexico: the municipalities soil which differs from the sprawling
of Ecatepec and Nezahualcóyod city. Upon arriving to the entrance of
City. When Lake Texcoco was the Texcoco Municipality, crossing
still a body of water, the latter was the ancient basin of the lake, the
the deepest part of the basin. At state of Mexico’s other face appears:
the time the water vanished and the small cities, countryside life, cleaner,
lake’s bottom surfaced, the area was drier air. Mountains and plateaus
swiftly invaded by irregular urbani­ intersperse with ejidos, those old
zation, piling houses side by side, assemblies of crops.
on top of one another, to the point
of forming an entire neighborhood
that now presses the edges of the
unpopulated lands of current Lake Subsidence
Texcoco. These two municipalities
have been critically affected by the In July, 1965, Lake Texcoco looked
uncontrolled growth of the city, to more like a desert than a lake.
the point of achieving the highest Thousands of hectares were taking
demographic concentrations of the the shape of an immense wasteland
region: two municipalities counting in the margins of a rapidly-sprawling
almost three million city residents city. The lakebed was being imagined
outside of city limits, adjacent to as a clean slate of infinite possibili­
more than 8,000 zealously guarded, ties. These possibilities were always
uninhabited hectares of land. thought as extensions, prosthetic
limbs, or utopic projections of the
East of Lake Texcoco, the state of city: even the idea of building a park,
Mexico spreads some miles beyond a stretch of green meadows, trees,
the city’s chokehold, where the and trails, constituted an exercise
metropolitan traces dwindle. An in taming, designing, demarcating a
outer edge jumps into sight, tou­ place which would otherwise spread
ching the land of other states: Hi­ and contract at will, disregarding
dalgo, Tlaxcala, and Puebla. Leaving the needs of humans. Back then,
the city towards this outer edge, and engineer Nabor Carrillo was able to

154
carry out studies on ground sinking area of twelve square kilometers, to
on a small portion of these still-un- test the aquifer’s resistance. Shallow
segmented lands, south of what back wells, deep wells, drainage of clay,
then was the Peñón-Texcoco local and tests with different explosives
road. Carrillo was the first to realize opened holes in the ground, sinking
the city was sinking, and that this it swiftly, forcing the subsidence
fact was directly bound to the way of the muddy layer. The latter had
it (still) gets its water. Since 1936, been modifying the ground of neigh­
as the city grew, some shallow wells boring Mexico City in an imper­
were drilled in different locations. ceptible, progressive manner. The
Simultaneously, the lake shrank and tests yielded data for the creation
the water demand rose. Under the of models and potential alternative
bed of the biggest body of water in water supply projects, all of which
the Valley of Mexico, a spongy layer hovered around the deserted lands
of clay sheltered an aquifer, which of Lake Texcoco. Sunk like a bowl
had received lake water filtrations in this rectangle used as an open air
since the Pleistocene. It had swollen lab, the land became a new lake, or
to the point of forming a homo­ more precisely, a new symbol. The
geneous layer, in perfect tension hole was flooded with Mexico City’s
between the rocky stratum and the wastewater while resting on a ground
ground surface. The drain wells that had already suffered the conse­
penetrated this layer (they still do). quences of urban growth.
By suction, they pull the water up
while the aquifer shrinks, yielding *
under the weight of the upper layer,
lined with architectural formations. Subway
Carrillo’s preliminary studies show
how, in the late 60s and in the most Line 7 of the subway is the deepest
critically affected spots, the city was one of the entire underground trans­
sinking at a pace of one millimeter portation network of Mexico City:
per day. to take a train headed to Barranca del
Muerto or El Rosario, three flights
When he arrived to LakeTexcoco, the of stairs must be used. Each of
engineer demarcated a rectangular them is as high as three overlapping

155
basements. The temperature rises clay, on the asphalt, towards many
as the bodies of all the passengers municipalities in the state of Mexico.
enter the tunnels, stepping into ever
*
deeper geological strata. The trains
stop at the platform and the passen­
gers crowd the edge, trying to shove Symbol
their way into the train car. The
platform may sit just under the clay The myth of the foundation of
layers sheltering a shallow aquifer, in Tenochtitlan is known outside
the middle of the first rocky layers Mexico because of the national
of this portion of the Earths crust. emblem’s central image: an enor­
The train drives underground, north mous eagle perched on a blossoming
to south, under the foundations of cactus which bends under the bird’s
buildings in the western side of the weight. With its beak and one of
city. In Tacubaya, this line intersects its legs, the bird holds a snake that
with lines 1 and 9, causing a swarm tries to break free. The snake coils
of people. Like foam, they push in and uncoils, challenging the eagle
and out of the open train cars: closer with its eyes. This image is inscribed
to the surface, changing from one in a circle made of letters that form
line to the other, climbing from one the words “ESTADOS UNIDOS
stratum to the other. Line 9 begins M EXICANOS’ (“United States of
at this spot and crosses the city from Mexico”). It is the symbol of a nation’s
west to east underground, cutting power, multiplied in thousands
with the speed of a moving train the of flags waving every September
lacustrine mud that has setded on throughout the territory; turned
the harder strata. To the east, where into the letterhead of all official
line 9 ends, the train cars stop close documents; set as the center of the
to the airport, in Pantitlán. The pas­ decoration in all diplomatic events.
sengers emerge from the mud of the Thus, the eagle, the snake, and the
ancient Texcoco basin to board buses cactus become a flat image, a dia­
which wait with the engines on, at gram, a logo.
the exit of the metro station. Many
underground passengers continue These three creatures can also be
their journey above the layers of thought of as the image o f a relation

156
perpetuated to this day between where it’s possible to encompass as
three elements of Central Mexico’s a whole everything that lies under,
geography: air, land, and water, and from which it is possible to dip
harnessed together in the acrobatic down to conquer any enclave. The
posture of two animals on a succu­ land, this realm of infinite differen­
lent plant. The eagle flies over the ces only perceived at ground level by
Valley of Mexico, encompassing in walking miles from one crop to the
its zenithal gaze the entire territory, other, from one neighborhood to
a great canvas unfurling under its the other, all the towns, the ejidos.
legs. The snake slithers through Water, that element which, mixed
the salt of the Texcoco basin. As it with che lake mud, underpins both
slides along the ground, it captures the eagle’s vision and all possible
the details and subtle differences lands, this element that rises from
of the land, hiding in its holes and the depths of the earth to then pour
corners, silently avoiding the eagles on it, spawning the strangest, most
gaze. The cactus is rooted in the soil excessive life forms, to later turn
and extracts water reserves from it. It them into corpses by escaping in the
keeps the liquid in its swollen leaves shape of vapor, sewage, or the stream
armed with sharp thorns that scare of a faucet.
away the smallest birds and all flying
insects. This cactus is made of water *
trapped in turgid tissue, standing in
frail balance: with the dry air that
blows in the region, the humidity
of the leaves evaporates, leaving dry
carcasses folded over themselves, in
the place where there were plants as
tall and firm as mature trees.

In this new symbol, also featuring an


eagle, a snake, and a cactus, the three
elements are under dispute. The air,
as an abstract space where the homo­
geneous vision of a land is developed,

157
i
'i
\

;i
T

Telephone pine wood. The reinforcements are


made of anodized tin. On the other
A telephone speaker emerges from hand, the walls of sturdy cement,
the 19S5 earthquakes ruins, scat­ stone blocks, hand-painted ceramic
tered and half-hidden as they are tiles, the shattered granite and mar­
in several spots o f ancient Lake ble scattered in different sites in the
Texcoco. The rubble forms heaps of lakebed, are all part of the past. Gone
light-colored construction materials, is the architecture of long-lasting,
which were formerly used by families dense, heavy, detailed materials, co­
dwelling in middle class houses until vered with delicate ornaments.
the day of the earthquake. The cons­
truction materials of those houses, The constructions’ ruins form small
turned into rubble by the strength white, gray, and yellow heaps. These
of the quake, are increasing!}’ harder light-colored materials are eloquent
to find in the homogeneous and their being fragments shows us a
tiny constructions of contemporary’ cross-section revealing informarion
apartments, erected as a replacement about their most intimate structure.
of those crumbled homes. In the Among them, the darker objects
new apartments, the “walls” are built stand out like black, isolated decs and
as voids lined with thin sheetrock also as “black boxes:” containers of
planks, made of plaster and com­ information about a house's colarse
pressed sawdust, protected fa}' vinyl with its encarrulaied. encrvrred
resembling the color and the grain of testimony.


The telephone speaker surfacing When I was five years old, around
from the ruins is a certain kind of the time of the earthquake, I learned
“black box.” Its a chunk of shiny- how to use it. It is possible that I
black plastic with a cable for chan­ received my first calls towards 1985,
neling sounds, cut at the source. surprised by the magic of the device
The telephones housing is probably that allowed me to hear the voices of
buried in the lake bed, or lying bodies I didn’t see, and which were
under the foundations of a building probably far. Many miles away from
recently erected in the center of the Colombia, at the same time, the ear­
city. The last voices to come out th was trembling in Mexico.
of the speaker are out of reach. Its
black surface doesn’t show any
traces of use.

The heavy, burdensome speaker


contains two piezoelectric disks Close to the limit between the
and a tangle of colored cables that, Federal Enclosure of Lake Texcoco
outside the housing, form a spiral and the San Bernardino ejido there
connecting with the telephones is a surveillance booth on a heap
body. On the telephone’s body there of dirt. The booth is painted with
is a plastic, punctured disk—the the institutional colors of Mexico’s
dial—and under every hole, each National Water Commission: white
number is displayed, forming a circle and light blue for the walls, and red
like the face of a watch. To operate for the gable roof. Next to the booth
it, you stick your finger into the hole there is a weed-covered lot, crossed
and spin the disk about 180 degrees: by furrows perhaps drawn by a plow.
each number is dialed in the same A few meters away from the booth
manner. When the entire sequence there is a fence made of wire and
of a phone number is entered, the concrete stakes. On the other side
speaker emits a ring tone, and then, of the fence, in the ejido, some hen
a voice. run around in the tall grass. There are
some scattered constructions. The
Phones used in Colombia in the heap of dirt supporting the booth
mid-80s were very similar to this one. stands out like a protuberance a

160
meter high or less. It rises visibly over substratum that was plowed free. In
a plateau miles wide. In the soil, some the furrows of the sown field, there
brown chunks crack when treaded was probably a future harvest of corn
upon: they’re shards of broken vases, or tomato growing: the plants rose,
clayware, jugs, shapeless figurines, all covering the entire field and hiding
buried in the middle of the field. 1116 what was (and still is) underneath,
ceramic fragments sprinkled with the amid the roots.
soil’s black hue were once dinnerwa-
*
re: in Mexico, this pre-Hispanic
ceramic is still referred to with the
Náhuad word tepalcate. Centuries Tezontle
ago, a Texcocan community had
walked around the shores of the lake, Exploring the lateral wings of
leaving these objects behind: jugs Mexico City’s National Museum
and plates full with food offered to of Anthropology, I found a small
summon their ancestors, or the rain, display with an anthropomorphic
or the lake itself. figure on a small wooden pedestal,
next to a couple of ceramic vases.
Some years ago, when the borders of It looked different from the pieces
this territory were still taking shape, I had seen in other halls, where
when there were no fences and the Mexican archaeology surprises by
ejidos stretched a bit further west, both the scale and the pristine quali­
a peasant family sowed this lot: the ty of the stone surfaces. On the con­
pieces of pre-Hispanic pottery lay trary, these small and modest objects
until then like an open air grave. were splattered with red stains the
The tools employed to plow the land color of human blood. The cultures
unburied the tepalcates: these were occupying the zone that now is the
preserved until then by the thick, state of Mexico mined for iron in
compact layer of soil. Like weed roots Huahuaxtla and Huitzuco (in the
that are pulled and torn to make neighboring state of Guerrero). They
way for a new crop, the figurines, transported it back to their cities in
vases and plates were broken into heavy, large flagons. By macerating
pieces, turned into small sediments, mineral fragments with stone mor­
incorporated to the loose, shapeless tars, the iron was reduced to a thin

161
dust to be scattered over ritual and tezonde levee that prevents the over­
funerary objects, with the purpose flow of water during rainy seasons.
of infusing their deceased ones with As the construction of the New
life beyond their earthly existence. Mexico City International Airport
The archaeological site where the progresses, the entire northern zone
blood-stained pieces were retrieved of the ancient lake has been covered
is in the state of Mexico, which is with these volcanic rocks (repeatedly
also the site for the extraction of compacted) in an attempt to flatten
tezonde: a volcanic rock made from the basin. Convoys of trucks loaded
magma, cooled down by millenary with red rocks now drive along the
processes, porous like a sponge, red highway connecting the tezontle
like the ritual figurines animating mines with the lake land, thus repli­
the dead. Structurally, these rocks cating the “iron hunting” voyages
contain ferrous molecules that oxi­ of ancient cultures. The rock loads
dize rapidly, dying them the color are scattered over the basins dead
of human blood, to the same effect ground, hoping this red mineral will
iron dust had. This form of tezontle, imbue it with new life.
shattered into small fragments, has
*
been used in Mexican constructions
for centuries, in a number of colonial
homes showing red coloring on their Thing
facades. In modern edifications, it
has been mixed with concrete in A month before Conagua yielded
order to produce lighter blocks. It part of its lands over for the cons­
has been used to line pathways whe­ truction of the New Mexico City
never budget is insufficient to pave International Airport, we went to
them, transforming them into stony, pay a last visit to the animals, trees,
red carpets. Lake Texcoco’s grounds and plants still found in that lot.
are now crossed by red tezontle We grew familiar with some of the
lines, roads that connect the Nabor species which had slowly adapted
Carrillo Reservoir with the highway, to the place. We observed the salty,
and the eastern border with the grassy plateaus which were popu­
West Landfill. The Nabor Carrillo lated by conifers, rosemary, hares,
Reservoir is also framed by a delicate and packs o f wild dogs that fled the

162
humans. By the tip of this triangle vegetal waste, construction mate­
adjacent to Ecatepec, we saw some rials were mixed with pebbles, and
ponds formed by the August rain, animals merged with objects—in
covered with different bird species: anticipation of the arrival of concre­
at the edges, under the stones, black te and steel, even stranger materials
widows and snails peeped out. Flies that would continue to transform
swarmed inches away from the the land. The dry, salt-whitened
water. In the old water still, built branches resembled ceramic. The
next to the ponds, the water currents bones, glass. The bricks, volcanic
from neighborhood markets deposi­ rock. The plastic objects looked
ted seeds on the ground, spawning like corpses. Tom to pieces, they all
tomatoes, chards, chili, melon, and turned indiscriminately into things.
innumerable herb species. We turned
around and found the rubble of the *
booths built by the National Water
Commission to guard the proper
behavior of this self-balancing, auto­
Town
nomous ecosystem. Other construc­ The state of Mexico’s northeastern
tions erected by the State stood every towns are all tied together: its diffi­
few kilometers, already crumbling cult to know where one ends and
and confused with the dust wafted the other begins. The streets are
by the ground. Behind the rubble of narrow, and flanked by single-story
these old (though recent) construc­ houses. On some outer walls there
tions, the road rollers and bulldozers are paintings of rural motifs, worn
returned the soil to its arid state, by time: Emiliano Zapata portraits,
sweeping and stomping the land. political mottos, phrases repeated
Among the rubble there was glass, in several colors and fonts. Some
chunks of cement, paper, rubber, houses have brick facades. Others,
metal shafts. W ith the passing of the metal gates painted with electrostatic
machines, branches, rock, and fresh enamel. As the car slowly drives into
animal corpses were mingled with one of the towns, following the pace
these foreign and human materials. of load trucks, the streets become
In the heaps of rubble, the remain­ narrow labyrinths with dead ends.
ders of constructions blended with We may be in Ateneo, Nexquipayac,

163
or Tocuila, municipalities bound by Translation
streets that have a different names on
each side of the imaginary border, or I ’m an intermediate realm between
even keep the same name through it. what you remember, know, obser­
People walk down the narrow stone ve, and imagine. I move in strides
and cement sidewalks. The stores are between several temporalities: the
open, displaying announcements past, the present, the future. Some­
handwritten or printed in colorful times I join two remote eras in a
tarps. A smell of food wafts into the single phrase. I form in the clefts
moving car. In the center of each between elements parted by silences,
town there is a square, a church, measuring these distances with dif­
and fruit stands that show up under ferent tools: concepts, data, argu­
red tents some days of the week. ments, similes, ellipsis, and meta­
There are people sitting in wooden phors. I also draw connecting lines
or rusty iron benches, watching between disparate realities, bringing
the passers-by. Some children run them closer, revealing resemblan­
through the square, as if fleeing ces, resonances, or secret links.
school. A fenced cemetery displays Sometimes I’m called narrator, text,
its tombstones a few inches from voice, or fiction. When I’m fiction
the ground: the cracked stones are I become a world of my own, a
surrounded by uneven grass. Cars hybrid of thought’s subde matter,
park at the sides of the square, by the the dense matter of elements clai­
sidewalk, on a row. Beyond the squa­ ming their right to be named. I thus
re, the streets head towards unpaved invoke a set of affects when these
roads. The ejidos appear: houses opposing matters are brought closer,
stand scattered, hills and rivers flank like electricity is induced.
the roads, spans of grass, corn, and
cacti are strewn behind wire-and- There are forces that channel the
wood fences. power of language. I take them and
place them in spaces between words
* and paragraphs. I also borrow the
voice of different nouns, pronouns,
and other speech functions, using
them as a vehicle for my operations. I

164
deceive novelists, poets, playwrights, assemble, select, and organize my
chroniclers, essayists, and theo­ signs in new combinations: I turn
reticians into believing that what gibberish into words laden with
they do is a truthful account or an meaning. Moreover, the languages
unaltered mental projection. They I cruise are not unitary spheres,
condescend to my language as a mere but sets of heterogeneous variations
vehicle of this projection. I confuse shifting shape as the vegetation, the
them when they write biographies, geography, and the weather change.
believing they describe themselves: They vary subtly from region to
what they really do is echo, remake, region, changing drastically from
recast other biographies. Their nation to nation, mixing with other
written self is a product of an over­ tongues in the same territory. Each
lapping of infinite, foreign biogra­ language adapts and transforms into
phies, none of which contains the another one, since the things named
“essence” of the writer. I thus write are never the same in a cold, damp,
in the place of every author. I clearly barely-inhabited enclave, or in a
single out each writing voice, even dry, warm valley with millions of
those that try not to be present in residents.
the act of writing. Those who avoid
the first person, who quote others The names, these powerful words
to avoid exposure, who defend a di­ emerging from the specific character
vision between subjects and objects, of each language, are also one of my
who stand on one side of the divide forms: they allow each thing to be
to speak in representation of others. uniquely revealed, preserved, and
cared for. At the same time, a name
In this human world, I stand among can be a conquest device when it
the living languages. I am the passage imposes a foreign designation on
from the spoken to the written, the something already named. This
transition from a language to the ignores intimate, ancient relations
other. Inside a language, I produce previously woven between words
stories that take up something and and things.
transform it. To perform the passage
from one language to another, I need Following the curves and the acci­
to devise contraptions, compose, dents of a language, I operate along

165
with a given gaze that scrutinizes it. in the almost ungraspable substance
This gaze produces facts, evidences, of codes. Nevertheless, these sings
and events: we join forces, move, sometimes end up inscribing them­
displace things, and give dynamic selves on bodies, architecture, or the
shape to all kinds of seemingly stable surface of the earth.
and absolute symbols. The gazes that
might join me are manifold: they’re «*>
limited by the vision-range attained
by each particular vantage point, and
they become complete by coming
closer to me. I also complete myself
through them, transform in multiple
ways, and adopt as many shapes as
there are combinations for my signs.
Those who do not understand this
collaboration between text and gaze
misinterpret my crearive interven­
tion in all things written. They grant
me a place in the realm of the false,
believing there is such a thing as a
difference between truths and lies:
according to this distinction, the
truths would travel onto the text
intact, without mutations, distor­
tions, or losses.

When a truth is not understood


as fabrication, it begins to produce
textual interferences on bodies, com­
munities, or vulnerable geographies.
These interferences manifest slowly
as divides, grids, borders, walls, pri­
sons, fractures, or wounds. My sings
are in principle written on paper or

166
V

V ision landscape made of the sum of ancient


and new sounds. Imagine the smells
Lets imagine we live in the Valley of the future: the new trash, the new
of Mexico in another time. Imagine gases rising from the gutters, the
we walk the streets of the biggest city body odor of people cramped in the
of this valley with our present body, cars of new transportation systems.
feeling they’re busier with pedes­ Imagine the heat, the motionless
trians and traffic. We may observe air in the absence of breeze or wind
soft and smooth surfaces covering currents.
the streets like mirrors. Imagine the
changes hundreds of years of human Imagine Lake Texcoco. On its bed,
and non-human lives and journeys a layer of volcanic rock spreads like
have inscribed in the urban relics a carpet covering five thousand hec­
of Mexico City’s historical center: tares. In the center of this vast
the cracks, the fallen stones, the plateau there is a concrete platform
washed-off colors of the facades, in the shape of two opposed horse­
the crumbling, ancient buildings shoes. Several towers stand on this
beset by neon signs, disappearing surface like strange objects deprived
behind light bulbs and acrylic pla­ of function and barely endowed
tes. Imagine we walk among crowds with shape. The towers resemble
who speak a language we don’t upside-down, empty cones, built
understand. Imagine the sounds of from a wide-knit lattice of pipes and
new vehicles and the silences of tho­ shafts. This see-through heavy metal
se who’re absent. Imagine an aural tissue doesn’t hide Chiconautla Hill

167
or the scarcely cloudy blue sky. These ble Mary Miss’s Perimeters/Pavilions!
towers don’t support anything. They Decoys, built in 1978 in Roslyn
only stand, more than thirty meters County, New York: halfway between
high, purposeless, in the middle of architecture, sculpture, and geolo­
a great deserted land, as if a land art gical formation, Miss erected three
piece like those erected in the 1970s towers, two mounds, and an under­
in different enclaves throughout the ground patio, in three sites within an
planet: the red stone carpet, the huge open space. The underground patio
concrete horseshoes and the towers can still be accessed by a staircase on
are land art without land artists, the side of a huge square hole.
without land work, with land only.
Chiconautla Hill stands darkly in
They resemble Nancy Holt’s Sun the distance. A concrete -and-metal
Tunnels', a set of concrete cylinders fence encircles this geotechnical
installed in 1976 throughout the assemblage, hardening its edges. The
Utah desert, which filter the sunlight fence divides it in the West from
in a specific way during the solstice the dense plot of houses and alleys
evenings. They resemble Robert belonging to the urban setdements
Smithson’s Broken Spiral, built in of Ecatepec or Nezahualcóyod City,
Holland in 1971: a half-circle dug and isolates it in the East from the
on the shore of a sand bank, which ejido crops and the peasant nei­
allows to steer inland the bed of a ghborhoods of Ateneo, Tocuila,
water reservoir, while, as if a reflec­ or Nexquipayac. This assemblage
tion, an equivalent portion of sand covers Lake Texcoco with several
spreads inside the reservoir, com­ layers of plastic geomembrane and
pleting a circular shape. The towers rock from the mines of Tepetlaoxtoc
located in the middle of this Mexican or Tezoyuca hills. The latter are now
lake are similar to Walter de Maria’s hollow like ravines more than forty
Lightning Field', open in 1977 on meters deep. An intense shade of
a desert plateau in New Mexico, red dominates the stone carpet, as if
this field spreads stainless-steel dyed. It is not an airport, a recreatio­
poles at regular intervals, in a vast nal center, a water park, nor a zoo.
grid that stretches for more than a It doesn’t grow old, doesn’t take
square kilometer. They also resem­ shape, doesn’t merge with the sub-

168
stratum supporting it. It’s an ever-
unfinished object: neither a project,
a result, nor a ruin.

169
s
1
w
Waste to the landfills, those “non-places”
at the outskirts of the cities, where
A metropolis like Mexico City, with the metropolis confines everything it
its almost 30 million dwellers, gene­ can’t live with. The modern cemete­
rates uncountable amounts of waste. ries of Latin America were bom in
On occasion, this waste even breaks the same spirit of the landfills, like a
down and flies into the air. The week solution to a public health issue that
of May 10th, 2016, air pollution compelled the hiding of the corpses
became so dense that it triggered the and their confinement in places away
creation of “emergency atmosphe­ from the living.
ric policies,” which administrated
automotive circulation and its toxic In Mexico City the landfills are not
emissions. It was also necessary to really outside: the state of Mexico
divide the city in breathable and forms a ring around the city and is
non-breathable areas. The city and its as densely populated as the metropo­
inhabitants were sorted according to litan area it borders. The landfills end
those airborne debris that had built up inevitably tucked in the narrow
up on the lower strata of the atmos­ margin between the municipalities
phere like a yellow, dense hue. This and the city, in the middle of an
yellow shade has become gradually urbanized area. The waste overflows
visible. If seen from a hilltop or from onto the next-door neighbors: the
the highest buildings, it is possible neighborhoods, the streets, and the
to see the blanket of pollution in bustling avenues. The biggest landfill
the distance. The solid waste goes in the region is on the southwestern

171
side of the Federal Enclosure of Lake I will tell you a bit about my mul­
Texcoco, next to Nezahualcóyod tiple forms, so that you may truly
City: this municipality is inhabited understand just how much you fear
by more than a million people, of me, yet also need me. Four years ago,
which a fraction lives right beside for instance, I decided to unleash all
the southwestern edge of the West my strength upon the planet. I did it
Landfill. Until 2013, this dumpster in The East, on a small archipelago
took in thousands of tons of material that stood in my way: I became a
undergoing chemical changes, let­ tsunami. I rose, heading towards the
ting out gases, seeping its liquid into northern coast of .the country you
the soil, expanding and contracting call Japan, taking the shape of waves
like a massive animal. thirty meters tall or higher, falling
flat over a number of small villages
* by the sea. As I fell, the small houses
rolled inside of me like empty car­
Water dboard boxes, breaking into pieces
when I shook them, stirring them
Greetings: I am Water. I am always in my currents. I lifted parked cars
changing, mutating. For that reason, next to the houses, crushing them
my voice sometimes mixes up with as if they were empty beer cans, and
that of solids, of soil, even with the the boats, the docks and the traffic
voices from the sky: there is a bit of signs on the road were shattered to
me contained in most things, stuck pieces as I took them over with all
to the molecules of other elements. my might. When I put everything
I am inside you as well, going back on the ground, my currents left
through you, cleansing you, carrying indistinct pieces of cars and vessels
nutrients, then exiting you as waste. on the top of parapets, roofs, doors,
I am that which connects you to all and windows, mixed with fragments
and everything else, which makes of everything.
you belong to a totality; I am that
fluid which erases your frontiers, When I pushed my enormous waves
your boundaries. I am the most away from the shoreline, I saw
volatile of elements, yet at the same humans as small and limp puppets,
time, the most present; your savior placed randomly over the land. I
and your destroyer.
172
also left an entire boat resting on the every nook and cranny, from head
roof of a partially standing house, to toe, through your lungs, where
in an exercise of fragile equilibrium, I blend with the air, arriving into
standing out amidst all the horizon­ your brain. Without me, this organ
tal destruction: I did it to leave a would be but a hollow, empty comb,
reminder of how I and the brotherly an abandoned house, covered by the
forces of this geosphere (the earth’s dust permanendy, ever so subtly
heartbeats, the exhalations of the entering your nose. Would I decide
wind) can spin things on their head, not to run through you, the entire
in a previously unexpected order. body would indeed acquire the
aspect of a bag made of parchment,
I also want to tell you about my wan­ and your brain would be but another
derings down other paths. Amongst such bag. After swelling your body
the places I have journeyed into, I and flowing around it in liquid form,
can describe your body with great I exit through the pores of your skin,
clarity: when I slither in, I do so heading back into the air, changing
through the mouth, washing down my state to then surround and re-en­
your throat all the way into your ter you, amalgamated with the air
stomach. Your soft tissues absorb you breathe.
me, inflating with my presence, as if
they were dry sponges. Your body’s Today, feeling an insurmountable
innards resemble a knot made of distance between your body and
blind worms that squirm over each mine, I speak to you from Lake
other, red and fleshy, faceless: your Churubusco, an artificial pond
intestines, pancreas, liver, and heart. of wastewater and intense smells.
It’s surprising how the flesh inside This lake was built inside the West
your body—so animal in nature—, Landfill, on the western border of
differs from your human exterior, ancient Lake Texcoco, in front of a
from everything you preside upon prison lined with metallic towers,
and give shape to in the world. elevated walls, and barbed wires.
Beside me, Nezahualcóyotl City
As these thoughts go by, you pump sprawls, and, in the distance, I
me further inside, I mix up with your glimpse the top of Mexico City’s
blood and go through you, crossing skyline. I am re-entering this land

173
after my exile, decades before. You of you, took me in and, in a contra­
wouldn’t recognize me if you saw dictory movement, simply sent me
me, for I change into the color of off, until dumping me in this de­
your waste, an intense black tone, solate, putrid lake: I bring with me
similar to petroleum. My consisten­ all of that which you no longer want
cy is also different, dense, and sticky to possess, all you do not wish to see,
like honey. I have slithered along the everything in you that stinks. Here, I
streets of Mexico City, coursed into merge with all of your waste, which
the houses of the rich and the poor, is broken down and turned into soil
and crossed the bodies of millions over time.
of people right before arriving here.
I have moved about quickly inside I am flux, I shall seep once more
pipelines, and slid into the drains. into the earth, evaporate, travel un­
I have soaked the fabric of your derground around the planet until
clothing and foamed with soap: as surfacing on the opposite side.
you hung your shirts under the sun, Merging with rocks, I shall move
I have evaporated, joining the hea­ the layers of the earth to sculpt new
vy, yellow air. In the form of vapor, mountains, and sink the surface into
ethereal and invisible, I have moved a new basin to rest in, away from
over the rooftops during the summer you, colored green or blue, in the
months, striding over the highest shape of a lagoon.
mountains, so as to see, below me,
the entire city. Condensed into rain
by the cold winds of the autumn, I
have fallen again, filtering into the Water Carrier
pavement, feeling the rolling of cars
and the thud of human steps over O n a stereoscopic photograph taken
me. I have moved swiftly about the in 1892, owned by the Princeton
underground, feeling the weight of University Library, a man and a
the whole city. Near the end of my woman dressed in cotton walk the
journey I have come to understand streets of Guanajuato in broad
that you are the city. That you grow daylight, with water jugs on their
and expand beyond your body, into backs. A stereoscopic photogra­
the city itself. The city, this extension ph shows us a double reality that

174
consolidates in the observers brain. observes the scene, witness to a way
These kinds of pictures manifest the of dealing with water which would
fabricated character of the stories we soon disappear.
tell through them, for in principle
they are not an image, but a pair of Each jug in the picture is full of the
images: two images which happen to water that, in 1892, the city’s dwel­
be apparendy identical. Each image, lers sought so as to not die of thirst:
however, is slightly displaced with two jugs, doubled by the image.
respect to the other; each contains From the springs and fountains, all
a relative distortion. Both constitute the way to the houses, kilometers
a version of the other, and are at were traveled on foot. Water was
the same time an incomplete half. distributed slowly, one water carrier
They only turn into a sole image by at a time, twenty to thirty liters
the mediation of a unifying device, each time. Before the apparition of
obtaining visual depth by means of modern, rapid, invisible and uninter­
an optical illusion. rupted aqueducts, water would flow
according to the physical strength
The man on the photograph wears of a human body, at a walking pace:
a hat and huaraches (Mexican san­ the city therefore moved to the beat
dals). The cylindrical jug tied with of the water carriers, and the need
strings hangs from his shoulders for water, certainly, was adjusted to
like a backpack. The woman wears a availability.
shawl over her head, a long skirt, and
sandals half-hidden by the shadow Towards the end of the nineteenth
that covers her feet in both images. century, water—a heavy body on the
Behind them, five donkeys stand back of another body—manifested
under the shade of a tree, trying to itself as a tangible, visible form of
escape the sun and the heat, turning matter, with a clearly perceptible
their backs to the couple of water density and weight. The water carriers
carriers as if, in an act of shame, these would give it a place in the public
donkeys may have realized that the space, making it circulate on its sur­
two humans were carrying a load face, on the same streets pedestrians
which was meant for them. Over strolled down. In this photograph we
the banister of a white house, a man see something which no longer exists

175
in todays cities: water is not percei­ liking and use.” Cruikshanck, heir
ved as a body anymore, it does not of engineer Nabor Carrillos ideas,
mediate social relations nor inhabits fostered the project of ecological
places. Sources of water are now not recovery of Lake Texcoco’s basin in
connected in a direct manner to their the 70s. This project included sowing
beneficiaries. Water simply emerges a vegetal layer on the lakebed, which
from faucets without density, intan­ took decades to grow and settle in.
gible, omnipresent, always scarce The architect writing the dedication
and simultaneously available. imagines the construction of a water
resort in the middle of Lake Texcoco:
*
a place with pools, gardens, cafete­
rias, party halls, parking lots, and
Water Resort an ongoing flux of visitors arriving
from the city each weekend to spend
Hidden among hundreds of files in the night in cabins by the Nabor
the Lake Texcoco Library, located in Carrillo Reservoir. He pictured a
the Conagua branch by the Forest of group of humans swimming in pools
San Juan de Aragón, there is a docu­ built in the middle of still barren
ment dated in 1985, typewritten on lands, drying up in colorful towels
once-white paper. This document and taking the sun on plastic chairs,
belongs to a heap of binders, bound swimmers sharing their leisure time
notebooks, and books enthusiasti­ with plants and animals still adap­
cally published during the first de­ ting to the environment.
cade of the instatement of the Lake
Texcoco Federal Enclosure. It was The water resort’s blueprint is laid out
then still an area open for potentially with detailed technical descriptions
infinite developments. The acid of and drawings: sketches of shower
the fiber has reacted to thirty years rooms, drafts of dressing rooms,
of sunlight and heat, turning the diagrams of green areas with geome­
pages yellow and blurring the ink. trical forms lined with ornamental
On the cover, there is a dedication plants, side sections of modern buil­
written in blue ink: “With sincere dings—cylindrical like art museums.
esteem. For Mr. Gerardo Cruik- The vistas of sloping roofs in the
shanck, hoping this book is of his shape of a cone resemble the outline

176
of volcanoes, visible in the back­ of the stampede of human boots
ground like “natural paintings” on a that has crossed the meadow. The
clear day. This water resort, extracted grass covers patches of ground while
from a pile of documents, becomes others are bare. In the open, where
less readable every day: the surface there’s no weed, layers of white salt
of its pages grows darker, while the cover the earth.
ink thins out, becomes fainter, on
the brink of vanishing. The birds float in groups, drifting in
the waters movements. Sometimes
& they look up and prune their feathers,
or smoothen them. Some squawk
Weather and fly off when they realize they’re
being watched, only to land some
A few birds land on the water. Far meters away inside the reservoir. It’s
away, a yellow mist blurs the volca­ hot, with a dry heat that slows downs
noes. Tláloc Hill stands out like a the gusts of wind. There is a shiny
dark mass. Up closer, the “Chimalli light in the air, although some clouds
Warrior,” an immense red metal veil the sunrays. It’s noon.
statue, stands upright among small
houses and buildings. The water *
ripples in slight furrows that rise
and sink. The water reservoir looks Well
big from this standpoint. It smells
of sea, although the closest ocean is The Magdalena Mixhuca Sports
hundreds of miles away. It also smells Complex, in Mexico City, takes up
like rotten algae, piled on the shore several blocks of the Granjas neigh­
like layers of green moss. The water borhood, and adjoins three different
is a bit murky, like a silver mirror subway stations of line 9. A racetrack,
covered with vapor and fingerprints. a forum, a football field, and possibly
The wind blows, dishevels and whi­ a pool and other sports courts are
zzes through some pines planted in located within its perimeter. Inside,
rows on the other side of the road. there is also a p e m e x restricted area: a
At ground level, insects noisily jump patch of land closed-off by gray, dark
from place to place, restless because fences, hiding a great infrastructural

177
work in the middle of the sports The draining of the lake occupying
fields. In the southern edge of the the surface has been combined with
Sports Complex there is a white other processes for hiding or displa­
tower with metal scaffolding some cing water currents and deposits. The
twenty meters high. The p e m e x lo­ rivers that ran through the Valley of
go is stamped on it in green and Mexico were piped in concrete and
red letters. When walking by the flanked or covered by avenues. Lake
gray fence, you can hear the hum of Texcoco was dried out and driven
working machines. Work sites can out by ditches, canals, and tunnels.
be glimpsed through the holes of the Now, another body of water is being
main gate. extracted in the middle of an urban
setdement: the drilling in Magdalena
The white tower stands in this patch Mixhuca is one of many which have
of land, in the middle of an urbani­ reached down to the underground
zed area. It’s the visible structure of a lake, barely touching its waters.
drilling site that goes two thousand
meters deep, opening a hole through The aquifer, the deep lake of Tex­
several layers of clay, mud, and rock. coco, will surface in the form of a
Two kilometers underground there water flow soon to be channeled
is an aquifer, hidden and perfectly and stored in this same portion of
contained. It’s the ancient Lake the Sports Complex, in Iztapalapa,
Texcoco, buried by layers of volca­ or in some of the other surrounding
nic rock from multiple eruptions, as infrastructures. Unlike the dams, the
well as the progressive formation of deep wells are undetectable because
upwards-shifting strata. This lake has they’re underground: metal fences
been guarded by stone barriers pre­ are built around them, a result
venting it from filtering and disap­ of the implementation of public
pearing, and is also protected by the policies and privatization processes.
huge distance separating it from the The lake, however, will soon escape
first layer of the ground. A body of with the strength of the pumps into
water perfectly formed coexisted the water supply systems, into the
with a twin lake, located a couple of faucets, drawing closer, becoming
kilometers above, until the moment more present. The city, in turn, is
the surface lake dried out. incapable of further sprawling, and

178
stretches deeper into the ground, and sometimes red like the rust of
reaching past the well downwards, ferrous metals. On the shores of
towards the center of the Earth. the Nabor Carrillo Reservoir, the
volcanic rocks have piled in a pre­
& cariously-balanced levee framing
the great span of processed water.
W idow The black widows live under these
rocks: in the gap between two stones
Lake Texcoco’s land is not an even about to touch, the most poisonous
plateau: comprised of multiple over­ spider in the Valley of Mexico builds
lapping formations, it is a spread its nest, lays eggs, and dies. With its
made from shreds of different small head, eight long thin legs, and
grounds, diverse vegetation forms, a round bulky abdomen with red
different salt concentrations in the lines, the widow moves fast between
soil, and traces of several dwelling the rocks, avoiding human presen­
sites on the ground surface. Among ce. The female is also known to be
them are thin layers of rubble, trash, a cannibal: after mating, the male
displaced water, cement planks, and is stuck in the female’s web and is
other synthetic matter. Litde by devoured by it. Careless about wild
litde, these materials have natu­ life’s appearances, the spider isn’t one
ralized, mixing in with the native of those creatures like butterflies or
elements preceding them. They some birds that stand in plain sight,
colored the land with new hues. The showing off their colors and patter­
volcanic stone, extracted from ns to be noticed. The black widow
the ground layer, is located under the hides, for it understands humans are
lacustrine mud. The latter is the last a foe that must be attacked when it
material layer remaining from the draws too near: they are one of seve­
ancient lake. The volcanic stone is ral mortal creatures which must be
also extracted from neighboring fended off immediately. The spider
hills, and has been used to build stores poison and bites the hand that
trails throughout Lake Texcoco’s touches it, releasing toxins in the
plateau. These porous, light, hard victim’s blood flow, where it quickly
stones are sometimes black like the runs into veins and arteries. The poi­
entrails of the Popocatéped volcano, son gets mixed with the blood, filling

179
the organs, the head, the muscles,
causing spasms, pain, and paralysis
within minutes: the poisons effect
lasts for hours, repelling the strange
visitor carelessly picking up the rocks
to disturb one of the long-established
residents of this peculiar enclave in
the Valley of Mexico.

180
z
Zone in a certain sense, alive: the layers of
vegetation and ruin interweave in a
In Russian director Andrei Tarkov­ series of shape-shifting labyrinths.
ski’s Stalker, three men sneak into a These mazes constandy re-draw
restricted zone guarded by the mili­ their structure, and can’t be crossed
tary and sturdy metal fences. Inside in a straight line. They’re moved by
this area, the men discover a realm invisible forces incomprehensible
different from the outside: a chan­ to humans. As the “zone” changes
ging territory that unveils as they its rules, the roads glimpsed and
wander in. As they enter, the trave­ pointed out can’t be walked back
lers find rusty carcasses of war tanks, on because the place swallows and
bunkers flooded by water torrents, forecloses them. The place reacts
and bare-wall places where there are to human presence and opens new
fragments of furniture, rubble, and passages in new directions.
objects. A few times, they cross a
thick vegetation filling the ventila­ This “zone” reminds me of the
tion ducts of the otherwise deserted Amazon jungle in The Vortex, by
structures. The material remains of Colombian writer José Eustasio
human occupation can’t be located Rivera: a place that resists all taming
in time: they’re covered in moss, attempts, spawning many lives and at
rust, dirt, or appear at the bottom of the same time deadly, open and inac­
water ponds, lined with algae. The cessible. I also think about a derelict
immersion in this “zone” reveals it to lot in Bogota, which I wandered in a
be different each time because it is, few years ago, before it was swallowed

181
by the layout of a new avenue. It was I finally think about Lake Texcoco’s
a couple of hectares wide, secluded Federal Enclosure: in this place, the
by a white fence, in the middle of the desert merges with lush vegetation,
José Joaquín Vargas neighborhood. drought merges with the threat of
This setdement is pardy occupied floods, monuments with rubble,
by a new ensemble of identical the remainders of failed human set-
buildings, and partly a wasteland. dements with the materials of new
This lot contained the remainder constructions. All of this converges
of an abandoned construction, left in a “zone” of sorts, restricted in a
unfinished along with its machines, certain way, resisting setdements and
sheds, and piled beams, all of it wanderers.
corroded by the brush and the humi­
dity, while insects and birds started Tarkovski captures a condition of
flocking to it. The remainders of this certain spaces (Foucault calls them
construction, lined with moss and “other spaces”) which, like Lake
rust, seemed unburied by someone, Texcoco, store the aftermath of failed
coming from an undetermined time. attempts at conquering a land, and
They also resembled the compo­ give rise to another life emerging
nents of a familiar space, known but from such conquest. This life isn’t
deprived from form and function, entirely human, as it oscillates
crooked by the water, the plants, the between what was forced upon
sunshine, and the wind. Tarkovskis the land, and what spontaneously
“zone” also resembles certain gra­ sprouts on it.
veyards in Mexico and Colombia
I’ve seen up close: the graves in *
these cemeteries don’t only enclose
human remainders. The monu­
ments also turn into ruins. The
Zoo
mausoleums become liminal, open In the years prior to the rollout of
zones cracked by the ravages of time. the Lake Texcoco Ecological Park
Through the cracks, death seeps out project, many thesis projects arrived
with its smells, its decomposition, from different Mexican universities
its intimate closeness to the living, to the National Water Commission,
while the grass sticks out, grows, and in the shape of bound, numbered,
blossoms.
182
typewritten manuscripts. These pro­ by some of these animal species,
jects sought to rehabilitate thou­ which adapted to the semi-desert
sands of hectares of dried-out lake ground conditions, feeding on Dis-
lands, in the form of real estate deve­ tichlis spicata grass. They ate each
lopments, commercial complexes, or other according to the laws of the
touristic infrastructure. On the cover food chain, living outdoors, hiding
of one of them, there’s the drawing in holes dug in the muddy soil. They
of an elephant surrounded by the rested behind rocks, grouping or
silhouettes of three flying birds. driving each other away according
Under it, in thick letters without to the impulses of collaboration or
serifs, reads the word “ z o o p o l i s . ” competition.
The following pages explain the plan
for the creation of a zoo in Lake If the missing species arrived toge­
Texcoco’s land. It was followed by ther in an arch, stepping down to the
a list of structures to be built and salty soil and running free among the
the corresponding arrangements, other animals, they would perish,
depending on the kind of animal it crushed by the native species or by
should shelter: meadows for hoofed their colleagues, or they would be
animals to run, with gaps between wiped out by the predators stalking
species; rocky hillsides for goats and the air and the ground. In certain
sheep; plateaus for ostriches and cas­ cases, some animals would survive
sowaries; indoors aviaries for parrots, and hide from the rest, or develop a
hummingbirds, doves, and weavers; synergy with other species, spawning
ponds, boulders, and swamps for fla­ new and unexpected ecosystems. If a
mingos and pelicans; cages for vul­ human stepped down from that arch
tures, condors, and eagles; a herpe- like just another animal, he would
tarium for reptiles, with heating and die of thirst, hunger, fear, and heat.
air conditioning; a house for insects;
exotarium, tropicarium, a facility for “z o o p o l is ,” a p ro je c t th a t nev er

young animals, and a nursety. m a te ria liz e d , p ro p o se d th e p a rti­

tio n o f th e la k e la n d a c c o rd in g to a

While this thesis was delivered to s p e c ie s h ie ra rc h y , o rg a n iz e d a ro u n d

the water institution’s library, the a h u m a n s p e c ta to r: th is s p e c ta to r

ancient basin was already inhabited d o es n o t w a n t to c o n te m p la te th e

183
slow and sometimes brutal course
of animal interactions. He doesn’t
want to see how the dry air and the
sunlight transform their habits, nor
to identify with the animal species.
On the contrary, the zoo is designed
as a panopticon where the human
confirms he’s different, has control
over the animals, and can observe
them and understand them from the
distance of a glass or a cage.

184
Bibliography

References, documents, accounts, conversations

Aguilar, Gloria. “México, ciudad ANTAC New Agency. “No somos


futura, proyecto sustentable, ¿para invasores, afirman habitantes de
cuántos?.” Quadratin. November Hidalgo y Carrizo.” https://bit.
29, 2013. https://bit.ly/2GjXLnq ly/2uZJKVH (accessed on April 18,
(accessed on April 2, 2016). 2016 ) .

Alatorre, Adriana and Victor Appadurai, Arjun. “Introduction:


Fuentes. “Gobierno federal Commodities and the Politics of
planea paraíso ecológico en lago Value.” In The Social Life o f Things:
deTexcoco.” terra. September Commodities in Cultural Perspective,
12, 2012. https://bit.ly/2GfQp3s ed. Arjun Appadurai, 3-59.
(accessed on April 2, 2016). Cambridge: Cambridge University
Press, 1986.
Almazán Hernández, Gregorio.
“Obras hidráulicas.” todotexcoco. Arena Pública. “Texcoco y la com­
com. June 23, 2015. https://bit. pra silenciosa de predios.” Dinero en
ly/2DceVRY (accessed on March imagen. February 4, 2014. https://
27,2016). bit.ly/lkL5VCu (accessed on June
13, 2015).
Almomento Noticias. “Realizan
limpieza general en el Lago del Auge, Marc. Los no lugares: una
Bosque de Tláhuac.” Almomento antropología de la sobremodemidad.
Noticias. May 10, 2014. https://bit. Trans. Margarita Mizraji. Barcelona:
ly/2UWmLJC (accessed on July 10, Gedisa, 2000.
2015).

185
Barrera Aguirre, Juan Manuel. 6, 2014. https://bit.ly/2GiY2qO
“Desalojan a 400 por invadir (accessed on April 18, 2016).
predios en Texcoco.” El Universal
November 24, 2012. https://bit. Benjamin, Walter. Obra de los
ly/2IvkXAP (accessed on April 18, pasajes. Vol. 1, in Obras, Libro V,
2016). Trans. Juan Barba. Madrid: Abada,
2013.
Barrera Aguirre, Juan Manuel.
“San Salvador Arenco, en defensa Benjamin, Walter. Tesis defilosojia
de la tierra.” El Universal. de la historia y otrosfragmentos.
September 2, 2014. https://bit. Trans. Bolívar Echeverría. UACM,
ly/2UgOClc (accessed on June 13, Mexico City: ítaca, 2008.
2015).
Benjamin, Walter. “The
Barthes, Roland. Fragmentos de un Translator’s Task.” Trans. Stephen
discurso amoroso. Trans. Eduardo Rendall. T T R : traduction, termi-
Molina. Mexico City: Siglo XXI, nologie, rédaction 10, no. 2 (1997):
1993. 151-165.

BBC Mundo. “¿Cómo se secó Bennett, Tony. “Introduction” in


el Poopó, el segundo lago más The Birth o f the Museum, 1-13. New
grande de Bolivia?.” BBC Mundo. York: Roudedge, 1995.
December 23, 2015. https://bbc.
in/109QK6p (accessed on January Borgdorff, Henk. El debate
31,2017). sobre la investigación en las artes.
Amsterdam: Amsterdam School of
Becerril, Andrea and Patricia the Arts.
Muñoz. “Sensacional, que el GDF
presente controversia, dice Pedro Bose, Shumi. “Entrevista a Alberto
Cerisola.” La Jomada, October 25, Kalach: ‘Nuestros proyectos inten­
2001 . tan crear un diálogo inteligente
con la naturaleza’.” The Guardian.
Becerril, Jorge. “Manifestantes blo­ November 13, 2015. https://bit.
quean Bucareli.” milenio.com. May ly/2Iv7Gbm (accessed on June 27,
2016).

186
Campos, Gerardo. “Se deslindan Centro Nacional de Memoria
antorchistas de desalojo de mil Histórica. Textos corporales de
familias.” El Occidental. April 28, la crueldad. Memoria histórica y
2012. https://bit.ly/2IqVN6k antropologíaforense. 19-28. Bogota:
(accessed on April 18, 2016). CNMH, 2014.

Cano, Juan Carlos. “El lago de Chakrabarty, Dipesh and


Texcoco.” Letras libres. September Bemd M. Scherer. “Interview.
1, 2011. https://bit.ly/2G7bXlY The Anthropocene Project. An
(accessed on May 25, 2016). Opening.” Youtube. January 29,
2013. https://bit.ly/2X4tKb6
Carrillo, Nabor. El hundimiento (accessed on April 10, 2016).
de la Ciudad de México, proyecto
Texcoco. Mexico City: Secretaría de Chávez González, Silvia and René
Hacienda y Crédito Público, 1969. Ramón. “Huye subprocurador de
Justicia de Texcoco de reunión con
Casell, Dana K, Robert C vecinos de San Salvador Ateneo.”
Salinas and Peter A.S. W inn. The La Jornada. January 6, 2002.
Encyclopaedia o f Death and Dying.
New York: Facts on File, 2005. Comisión del Lago de Texcoco.
Plan Lago de Texcoco. Mexico City:
Centro de Instrumentación y Secretaría de Recursos Hidráulicos,
Registro Sísmico. “El sismo del 1975.
19 de Septiembre de 1985.” cires.
https://bit.ly/liXTAz8 (accessed on Comisión del Lago de Texcoco.
April 18, 2016). Proyecto Texcoco. Mexico City:
Secretaría de Agricultura y Recursos
Centro Nacional de Memoria Hídricos, 1983.
Histórica. Ausencias que interpelan.
https://bit.ly/2VExBkM (accessed Comisión del Lago de Texcoco.
on March 24, 2016). Regeneración del Valle de México.
Mexico City: Secretaría de Recursos
Hídricos, 1976.

187
Comisión Nacional del Agua. Contreras, Cintya. “El Bordo
Proyecto Lago de Texcoco. Rescate Poniente causa miocarditis, vómi­
Hidroecológico. Mexico City: tos, cáncer.” Excelsior. April 19,
Conagua, 2005. 2016. https://bit.ly/2DdSMCU
(accessed on May 10, 2016).
Comisión Nacional del Agua. Se
perforarán dospoicos exploratorios Coolidge, Matthew. The Center
más, en la búsqueda de otro acuífero for Land Use Interpretation. 1994.
para el Valle de México. Press http://clui.org/ (accessed on
bulletin, Conagua, Mexico City: February 2, 2015).
Conagua, 2013.
Cortes, Hernán. “Segunda carta
Comisión Nacional del Agua. de relación de Hernán Cortés al
Semblanza Histórica del Agua en Emperador Carlos V.” Cartas de
México. Mexico City: Secretaría Relación. https://bit.ly/lRDvQdt
de Medio Ambiente y Recursos (accessed on September 10, 2015).
Naturales, 2009.
De Micheli, Mario, ed. Las van­
Congreso de los Estados Unidos guardias artísticas del siglo XX. Trans.
Mexicanos. Leyfederal sobre monu­ Angel Sánchez-Gijón and Pepa
mentosy zonas arqueológicos, artísti­ Linares. Madrid: Alianza, 2000.
cos e históricos. Mexico City: Estados
Unidos Mexicanos. Presidencia de Deleuze, Gilíes y Félix Guattari.
la República, 1972. M il Mesetas. Trans. José Vásquez
Pérez. Valencia: Pre-Textos, 2008.
Contrapapel.mx. “Otorgará la
Conagua predio para reubicar Delgado, Diana. “Desplazados. El
a desalojados de Hidalgo y terremoto de 1985 los ‘desterró’.”
Carrizo.” April 6, 2015. https://bit. El Universal. September 17, 2015.
ly/2D5I4hV (accessed on April 18, https://bit.ly/lQIt3RS (accessed on
2016). April 18, 2016).

188
Didi-Huberman, Georges. Encyclopaedias and Dictionaries. Vol.
“Atlas. Entrevista con Georges 18, in Encyclopaedia Britannica.
Didi-Huberman.” youtube, com. 2003.
December 21, 2010. https://bit.
ly/2KBgcZ8 (accessed on March 9, Escalante Pliego, Patricia. “Aves
2016). y aviones, incompatibles.” Animal
politico. October 7, 2014. https://
Diederichsen, Diedrich. bit.ly/lCY2DVx (accessed on April
“Animation, De-reification, and 18, 2016).
the New Charm of the Inanimate.”
e-fluxjournal, no. 36 (July 2012). Escobar, Arturo. Sentipensar con la
tierra. Nuevas lecturas sobre desarro­
Silly Symphonies. Flowers and Trees. llo, territorio y diferencia. Medellin:
Directed by Walt Disney. 1932. UNAULA, 2014.

Echeverría, Iñaqui. Parque Espinoza Pineda, Gabriel.


Ecológico Lago de Texcoco. http:// El embrujo del lago: el sistema
www.parquetexcoco.com/ (accessed lacustre de la Cuenca de Méxio en
on April 2, 2016). la cosmovisión mexicana. Mexico
City: Instituto de Investigaciones
Edgeworth, M att. “Follow the Cut, Históricas UNAM, 1996.
Follow the Rhythm, Follow the
Material.” Norwegian Archaeological Excelsior. “Se incendió fabrica
Review 45, no. 1 (2012): 76-92. de harina en la Delegación
Cuauhtémoc.” Excelsior. December
Edgeworth, M att. “On the Agency 5, 2014. https://bit.ly/2VHT9wH
of Rivers.” Archaeological Dialogues (accessed on June 27, 2015).
21, no. 2 (2014): 157-159.
Fernández Polanco, Aurora.
Elpaís.com.co. “En imágenes: “Escribir desde el montaje: otra
así fue el terremoto que azotó a forma de exponer.” In Investigación
México en 1985.” Elpaís.com.co. artística y universidad: materiales
September 17, 2015. (accessed on para un debate, ed. Selina Blasco,
April 18, 2016). 105-116. Madrid: Ediciones
Asimétricas, 2013.

189
Fernández, Emilio. “Exigen Foucault, Michel. “La prosa del
compensación por daños en vialida­ mundo.” In Las palabras y las cosas:
des de Texcoco.” El Universal. April una arqueología de las ciencias
5, 2016. https://bit.ly/lqtqUlx humanas, Trans. Elsa Cecilia Frost.
(accessed on April 6, 2016). Buenos Aires: Siglo XXI, 1968.

Fernández, Emilio. “Nunca Franke, Anselm. “Animism: Notes


olvidaremos cómo nos sacaron, on an Exhibition.” e-fluxjournal,
casi a patadas.” El Universal. May no. 36 (July 2012).
11, 2012. https://bit.ly/2VEyrxW
(accessed on April 18, 2016). Freud, Sigmund. “Animism, Magic
and the Omnipotence of Thought.”
Fiske, Tina y Giorgia Bottinelli. In Totem and Taboo, 124. New
“Mark Dion. Tate Thames Dig York: Moffat, Yard, and Company,
1999.” Tate. February 2002. 1918.
https://bit.ly/2VEyZnu (accessed
on March 11, 2016). Gándara Vásquez, Manuel,
interviewed by Adriana Salazar.
Foucault, Michel. “Des espaces (March 11,2016).
autres.” Architecture, Mouvement,
Continuité, no. 5 (October 1984). García, Dora. “Más mística que
racionalista, alcanza verdades que
Foucault, Michel. El orden del la lógica no puede alcanzar.” En
discurso. Trans. Alberto González En tomo a la investigación artística.
Troyano. Buenos Aires: Tusquets Pensary enseñar arte: entre la
Editores, 1992. práctica y la especulación teórica,
by Brown et al., Trans. Miguel
Foucault, Michel. Elpensamiento Martínez-Lage, 59-65. Barcelona:
del afuera. Trans. Manuel Arranz. Museo de Arte Contemporáneo de
Valencia: Pre-Textos, 2014. Barcelona, 2010.

Foucault, Michel. La arqueología García Hernández, Juan Luis.


del saber. Trans. Aurelio Garzón del “Cinco ejidatarios de Ateneo ponen
Camino. Buenos Aires: Siglo XXI, en vilo al NAICM: la SCT usurpó
2002 . 200 hectáreas, acusan.” sinembargo.

190
mx. March 8, 2016. https://bit. Gioni, Massimiliano.
ly/lSx9jnx (accessed on March 10, “Massimiliano Gioni On The
2016). Encyclopedic Palace.” Youtube.
com. June 1, 2013. https://bit.
García Hernández, Juan Luis. ly/2Z5cB8N (accessed on March
“La crisis deja sin alas al Nuevo 20, 2016).
Aeropuerto de la CdMx: no se
puede pagar, dicen diputados.” gob.mx. “La Conagua entrega en
sinembargo.mx. March 7, 2016. concesión el Parque Ecológico Lago
https://bit.ly/lnr6qYn (accessed on de Texcoco para resguardo munici­
March 10, 2016). pal.” gob.mx. April 5, 2016. https://
bit.ly/2GjARN8 (accessed on April
Garuba, Harry. “On Animism, 6, 2016).
Modernity/Colonialism, and the
African Order of Knowledge: Gómez Gerardo, Víctor. “Historia
Provisional Reflections.” efiux de la Tecnología y molinos de
journal. July 2012. (Accessed on trigo.” Universidad Pedagógica
May 1, 2016). Nacional. April 25, 2011. https://
bit.ly/2KG9dyi (accessed on June
GeoComunes. geocomunes. http:// 29, 2015).
geocomunes.org/ (accessed on
February 6, 2017). Viento negro (Black Wind).
Directed by Servando González.
Gibbs, Anna. “Fictocriticism, 1995.
Affect, Mimesis: Engendering
Differences.” Ed. Nigel Krauth and González de León, Teodoro,
Tess Brady. Text (The University Alejandro Rosas Robles, Alberto
of Western Sydney) 9, no. 1 (April Kalach and Gabriel Quadri de la
2005). Torre. La ciudady sus lagos. Mexico
City: Clío, 1998.
Gioni, Massimiliano. “II Palazzo
Enciclopédico (The Encyclopedic
Palace).” Universes in Universe.
https://bit.ly/2UQWSel (accessed
on March 22, 2016).

191
González-Ruibal, Alfredo. Guzmán Roque, Sharenni and
“Archaeology of the contemporary Victor Espinosa. “El lago que se
past.” In Encyclopedia o f Global filtró por 7 grietas.” El Universal.
Archaeology, ed. Claire Smith, June 1, 2012. https://bit.ly/2v-
1683-1694. New York: Springer, 4vL0E (accessed on July 10, 2015).
2014.
Haraway, Donna J. “Situated
Gopnik, Adam. “In the Memory Knowledges: The Science Question
Ward: The Warburg is Britain’s in Feminism and the Privilege of
most eccentric and original library. Partial Perspective.” Feminist Studies
Can it survive?” The New Yorker. 14, no. 3 (Autum 1988): 575-599.
March 16, 2015. https://bit.
ly/lBoc7co (accessed on March 18, Haraway, Donna J. Staying with
2015). the Trouble. Making Kin in the
Chthulucene. Durham: Duke
Grande, Helena. “Exposición University Press, 2016.
de la investigación artística: una
aproximación al Journal for Artistic Harrison, Rodney and John
Research y el Research Catalogue.” Schofield. “Archaeo-ethnography,
In Investigación artística y univer­ auto-archaeology: Introducing
sidad: materialespara un debate, archaeologies of the contemporary
ed. Selina Blasco, 87-104. Madrid: past.” Archaeologies 2, no. 5 (2009):
Ediciones Asimétricas, 2013. 185-209.

Graves-Brown, Paul and John Haus der Kulturen del Welt. The
Schofield. “The filth and the fury: Anthropocene Project. 2013-2014.
6 Denmark Street (London) and https://bit.ly/2jRLN85 (accessed on
the Sex Pistols.” Antiquity 85, no. June 20, 2015).
330(2011): 1385-1401.
Hernández, Eduardo. “Controlan
Groys, Boris. “On Art Activism.” bomberos incendio en fábrica de
e-flux. June 2014. https://bit. Lerdo y Vallejo.” El Universal.
ly/llLHXcK (accessed on June 22, December 5, 2014. https://bit.
2015). ly/lyZN2Ed (accessed on June 27,
2015).

192
Hodler, Tim othy and Nick Lagunes Gasea, Ricardo A.
Sousanis. “Thinking Through “Nuevo aeropuerto: despojo y
Images: An Interview with Nick ecocidio.” La Jomada. October
Sousanis.” The Paris Review. July 1, 2016. https://bit.ly/2dOBEZz
20, 2015. https://bit.ly/lLDnhzN (accessed on October 26, 2016).
(accessed on July 29, 2015).
Lakepedia. Lakepedia. http://
Iregui, Jaime. “Monumentos www.lakepedia.com/ (accessed on
Privados.” jaim e iregui \ archivo. January 31, 2017).
May 16, 2007. https://bit.ly/2Gl-
RxUq (accessed on February 10, Latour, Bruno. “Anthropology
2017). at the Time of the Anthropocene
- a personal view of what is to be
Kalach, Alberto. Ciudad Futura. studied.” Distinguished Lecture.
https://bit.ly/2UB20sH (accessed Washington: American Association
on April 2, 2016). of Anthropologists, 2014.

Kaufimann, Therese. “Arte y Latour, Bruno. “Crisis.” In Nunca


conocimiento: rudimentos para fuimos modernos, Trans. Víctor
una perspectiva descolonial.” eipcp: Goldstein. Buenos Aires: Siglo XXI,
european institute for progressive 2007.
culturalpolicies. March 2011.
https://bit.ly/2G8QSVl (accessed Latour, Bruno. “On Technical
on April 5, 2015). Mediation: Philosophy, Sociology,
Genealogy.” Common Knowledge 3,
Kopytoff, Igor. “The Cultural no. 2 (Autum 1994): 29.
Biography of Things.” In The
Social Life o f Things: Commodities Luegue Tamargo, José Luis.
in Cultural Perspective, ed. Arjun “Desaparición de la ZFLT.” El
Appadurai, 64-91. Cambridge: Universal. August 28, 2016. https://
Cambridge University Press, 1986. bit.ly/2bu31s5 (accessed on August
29, 2016).

193
Luegue Tamargo, José Luis. Medina, Cuauhtémoc and
“NAICM: el gran engaño.” El Christopher Michael Fraga.
Universal. March 7, 2016. https:// Manifesta 9. The Deep o f the
bit.ly/2Za90Lu (accessed on Modem. A Subcyclopaedia. Genk,
March 10, 2016). 2012 .

Macias, Luis Francisco. “El arqui­ Melitopoulos, Angela and


tecto se mató al caer su aeronave.” Maurizio Lazzarato. “Machinic
La prensa. November 4, 2016. Animism.” https://bit.ly/2P7cXr9
https://bit.ly/2ZaiccG (accessed on (accessed on June 1, 2014).
February 9, 2017).
Méndez, Ernesto. “Bordo
Maerker, Denise. “Bitácora de Poniente: el hedor domina el
vuelo, reportaje especial sobre el oriente del DF.” Excelsior. March
NAICM.” youtube.com. May 30, 5, 2013. https://bit.ly/QOgytZ
2016. https://bit.ly/lUbdZQD (accessed on May 10, 2016).
(accessed on June 17, 2016).
Mischke, Dennis. “Othering
Martínez, Chus and Matt Otherness. Stephen Muecke’s
Edgeworth. “A Report. A Fictocriticism and the
Matter Theater: Archaeology and Cosmopolitan Vision.” academia,
Aesthetics.”youtube.com. October edu. https://bit.ly/2IBcKLF (acces­
31, 2014. https://bit.ly/2X7AaMl sed on April 2, 2016).
(accessed on June 19, 2016).
Monitor Económico de Baja
Martinez Elorriaga, Ernesto. California. “Piden considerar
“Seco, 20 por ciento del lago de impacto social y económico durante
Cuitzeo.” La Jomada, March 2017: construción del NAICM.” Monitor
28. Económico de Baja California. April
8, 2016. https://bit.ly/2X7AdIl
Martínez Galván, Jorge, Manuel (accessed on April 9, 2016).
Moreno and David Robichaux.
“Los cerros ausentes.” Cátedra Angel
Palerm. Mexico City: Univeridad
Iberoamericana, 2017.

194
Monitoreo de Medios. “Contará Nuevo Aeropuerto MX. “Liebre
DF con dos nuevos pozos profun­ Cola Negra.” youtube, com. June
dos de agua.” Agencia de gestión 20, 2016. https://bit.ly/2GjujxU
urbana de la Ciudad de México. (accessed on June 21, 2016).
March 16, 2015. https://bit.
ly/lGJtF6s (accessed on July 11, Olivera Lozano, Guillermo. “La
2015). reforma al artículo 27 constitucio­
nal y la incorporación de las tierras
Muecke, Stephen. “The Fall: ejidales al mercado legal de suelo
Fictocritical Writing.” Parallax 8, urbano en México.” Scripta Nova 9,
no. 4 (2002): 108-112. no. 194 (August 2005).

Nájar, Alberto. “El lago mexicano Padget, Humberto. “Antorcha:


que se tragó la tierra.” BBC Mundo. la máquina de extorsión del PRI.”
June 8, 2012. https://bbc.in/2Iz- sinembargo.mx. April 21, 2014.
QHEK (accessed on July 10, 2015). https://bit.ly/lrh77ij (accessed on
January 29, 2017).
Noticieros Televisa. “Incendio
consume fábrica de harina en el Padró, Carla. “Retos de la museo-
DF.” Noticieros Televisa. December logia crítica desde la pedagogía
5, 2014. https://bit.ly/2IzQWzE crítica y otras intersecciones.”
(accessed on June 27, 2015). Dossier (Universidad de Barcelona),
no. 4(2011): 102-114.
Notimex. “Pérdida de lagos oca­
siona aumento de temperatura en Pamuk, Orhan. “Orhan Pamuk’s
la CDMX.” Noticias MVS. March Objectomania.” Bidoun.org. https://
8, 2016. https://bit.ly/2Db6QNA bit.ly/2Z7LYD8 (accessed on
(accessed on March 27, 2016). March 22, 2016).

Nuevo Aeropuerto MX. “Avances Pamuk, Orhan. Me llamo rojo.


de Barda y Caminos Perimetrales Trans. Rafael Carpintero. Buenos
June.” youtube, com. June 10, 2016. Aires: Alfaguara, 2006.
https://bit.ly/2Kul0wH (accessed
on January 28, 2017).
Páramo, Arturo. “Sismo 85: el Periódico Supremo. “Exigen fami­
temblor que despertó a la ciudad.” lias desalojadas de predio ‘Hidalgo
Excelsior. September 16, 2015. y Carrizo’ ser reubicadas a tres años
https://bit.ly/2UfRZXY (accessed de su desalojo.” March 9, 2015.
on April 18, 2016). https://bit.ly/2Paba4E (accessed on
April 18, 2016).
Parsons, Jeffrey R. and Luis
Morett A. Reconocimiento arqueo­ Povinelli, A. Elizabeth. “Do
lógico del lago de Texcoco, México: Rocks Listen? The Cultural Politics
Informe preliminar de la temporada of Apprehending Australian
de 2003. Museo Nacional de Aboriginal Labor.” American
Agricultura, Texcoco: Universidad Anthropologist, New Series 97, no. 3
Autónoma de Chapingo, 2004. (September 1995): 505-518.

Pastrana, Daniela. “Aeropuerto Povinelli, A. Elizabeth. “The


en Texcoco: contra todo y contra Anthropocene Project. A Report.
todos.” La Jornada, June 24, 2001. A Matter Theater: The Fog of
Meaning in a Voiceless Demos.”
Perec, Georges. Espéces d'espaces. youtube.com. October 24, 2014.
Paris: Galilée, 2000. https://bit.ly/2D7810j (accessed on
April 6, 2016).
Perec, Georges. Tentativa de agota­
miento de un lugarparisino. Trans. Povinelli, A. Elizabeth. “The
Maurici Pía. Barcelona: Gustavo Anthropocene Project. An
Gili, 2014. Opening.”youtube.com. January
20, 2013. https://bit.ly/HWWoXt
Pérez Barrera, Ignacio. Balneario (accessed on March 4, 2016).
Termal en el Lago de Texcoco. Thesis,
Mexico City: UNAM, 1985.
Purvis, Katherine, and Catalin
Pérez U., Matilde. “Anuncian Trif. “The lakes of the world are
expropiación de 5 millones de disappearing —in pictures.” The
hectáreas.” La Jomada, October 23, Guardian. December 9, 2016.
2001 . https://bit.ly/2hcoQug (accessed on
January 31, 2017).

196
Qobilov, Rustam. “Cómo la Ramón, René. “Ej ¡datados de
industria soviética del algodón se Ateneo pedirán a Fox debate
bebió un mar entero.” BBC Mundo. público.” La Jomada, February 3,
February 25, 2015. https://bbc. 2002 .
in/2P97m3f (accessed on January
31,2017). Ramonetti, Ariadna, entrevistada
Quintanar Reyna, Erik. Zoópolis. por Adriana Salazar. (March 24,
Parque Zoológico Ecológico Texcoco. 2016).
Tesis, Morelia: Universidad
Michoacana de San Nicolás de Restrepo, Iván. “El fin de un
Hidalgo, 1996. proyecto ejemplar.” La Jomada.
September 12, 2016. https://bit.ly/
Radiografía Informativa. “Más 2cHuXVk (accessed on September
de 1,000 familias desplazadas por 14, 2016).
la CONAGUA marcharán desde
Texcoco hasta el DF para exigir Rivera, José Eustasio. La Vorágine.
justicia.” March 8, April, https:// Mexico City: Tono, 2009.
bit.ly/2KuGRql (accessed on April
18, 2016). Rojas, Paola. “Desalojo en Texcoco
por riesgo a inundación: Conagua.”
Ramírez, Bertha Teresa. “Torre radioformula.com.mx. April TI,
de perforación para extraer agua 2012. https://bit.ly/2UUm83s
en DF, dañina al medio ambiente: (accessed on April 18, 2016).
experta.” La Jomada. February
1, 2015. https://bit.ly/2IuF6XI Román, José Antonio. “Sistemática
(accessed on July 11, 2015). política de despojo territorial
en Edomex, denuncia ONG.”
Ramírez H., Victor Hugo. La Jomada. December 9, 2015.
“Chimalhuacán apoyará desalojados https://bit.ly/ljOKZlz (accessed on
de Hidalgo y Carrizo.” Alianzatex. July 1, 2016).
May 11, 2012. https://bit.ly/2Uea-
GuQ (accessed on April 18, 2016).

197
Romero Sánchez, Gabriela. Salinas Cesáreo, Javier and Rene
“Grave, el problema del agua en el Ramón Alvares. “Desalojo de
DF, afirma Federico Mooser.” La reserva federal en Texcoco deja 10
Jomada. February 9, 2015. https:// heridos.” La Jomada. November
bit.ly/2P6wVlD (accessed on July 25, 2012. https://bit.ly/2UeNCME
11,2015). (accessed on April 18, 2016).

Romero Sánchez, Gabriela. Salinas Cesáreo, Javier.


“Pemex excavará pozos profundos “Pobladores de Ateneo presentan
en busca de agua para la ciudad.” queja ante CNDH por NAICM.”
La Jomada. February 1, 2015. La Jomada. June 19, 2016. https://
https://bit.ly/2GkNk3b (accessed bit.ly/ltDmj23 (accessed on June
on July 11, 2015). 19, 2016).

Royer, Hugo, “ciudad futura, lago Sánchez, Mayela. “El NAICM:


de texcoco .”youtube.com. April 27, un sueño inmobiliario largamente
2012. (accessed on April 2, 2016). preparado.” sinembargo.mx. May
20, 2015. https://bit.ly/lEjkiVu
Sadr Haghighian, Natascha. (accessed on April 18, 2016).
“Deshacer lo investigado.” In En
tomo a ¡a investigación artística. Sánchez, Sonia Hiedra.
Pensary enseñar arte: entre la “Legisladores dan resultado del
práctica y la especulación teórica, Proyecto Rescate del Lago de
by Brown et al., Trans. Miguel Texoco.” astsucede.com. March
Martínez-Lage, 29-43. Barcelona: 21, 2016. https://bit.ly/2P6JIVj
Museo de Arte Contemporáneo de (accessed on March 26, 2016).
Barcelona, 2010.
Sanciprián, Alex. “El rostro de
Salinas Cesáreo, Javier and Rene la pobreza endereza la voz y pide
Ramón Alvares. “Cavarán en justicia, en el campamento Hidalgo
San Salvador Ateneo zanja de un y Carrizo.” Reporteros en movi­
kilómetro.” La Jomada, January 3, miento. March 9, 2015. https://bit.
2002. ly/2DchRxY (accessed on April 18,
2016).

198
Sander, Hans-Jórg. “Nuevos Smithson, Robert. Robert
estímulos de planeación en la zona Smithson: The Collected Writings.
metropolitana del DE” In México y Ed. Jack Flam. Los Angeles:
susperspectivas para el siglo XXI, by University of California Press,
Barbara Klauke, 267-276. Münster: 1996.
Lit, 2000.
Sousanis, Nick, Steve Dahlberg
Sanford, Melissa. “The Salt O f and Mary Alice Long. Artist Nick
the Earth Sculpture; Debating Sousanis on the Power o f Visuals (dr
Intervention As Nature Does Comics) on Learning & Creativity.
Its Work.” The New York Times, June 16, 2015. https://bit.ly/2U-
January 2004. YwqQc (accessed on August 19,
2015).
Santoyo Villa, Enrique, Efrain
Ovando Shelley, Federico Mooser Solis Castro, Raúl, interviewed by
and Elvira León Plata. Síntesis Adriana Salazar. (August 20, 2015).
Geotécnica de la cuenca del Valle
de México. Mexico City: TGC Soto, Pedro, interviewed by
Geotecnia, 2005. Adriana Salazar. (July 16, 2015).

Sicilia, Fabián and Jean Robert. Steinhauer, Jillian. “Curating the


“Contra el mega-aeropuerto.” Traces Left by Undocumented
Proceso. January 19, 2015. https:// Migrants.” Hyperallergic. March
bit.ly/2P3TlFi (accessed on April 4, 2013. https://bit.ly/2Ky6HKp
18, 2016). (accessed on February 6,2017).

Silva, Natasha R. and Angel Steyerl, Hito. “¿Una estética de la


Plascencia. “Dos megaciudades, resistencia? La investigación artística
una crisis.” E l Pais. March 22, como disciplina y conflicto.” eipcp:
2016. https://bit.ly/2v3hu4E european institutefor progressive
(accessed on March 27, 2016). culturalpolicies. Ed. Marta Malo de
Molina. January 2010. https://bit.
ly/2Ivl2So (accessed on December
3, 2014).

199
Stalker. Directed by Andrei Teorema Ambiental. “Proyecto
Tarvkovsky. 1979. Ambiental Nuevo Texcoco México.”
Teorema ambiental. February 2002.
Taussig, Michael. “Dying is an https://bit.ly/2IuLJcp (accessed on
Art Like Everything Else.” Critical June 13, 2015).
Inquiry, no. 28 (2001): 305-316.
Thibault, Harold. “Chinas
Taussig, Michael. My Cocaine largest freshwater lake dries up”.
Museum. Chicago: The University The Guardian. January 31, 2012.
of Chicago Press, 2004. https://bit.ly/2P6DlBg (accessed on
January 31, 2017).
Taussig, Michael. “Fetishism
and Dialectical Deconstruction.” Thome, Sam and Patricia
In The Devil and the Commodity. Thomson. “Ethnography in the
Fetishism in South America, 2-11. art museum.” Tate.org. November
The University of North Carolina 12, 2015. https://bit.ly/2IzS46m
Press, 2010. (accessed on March 20, 2016).

Taussig, Michael. “The Stories todotexcoco.com. “Anuncian


Things Tell And Why They Tell entrega de predios a integrantes
Them.” e-fluxjournal, no. 36 (July de Hidalgo y Carrizo”.” April
2012) . 20, 2015. https://bit.ly/2Kv3tXS
(accessed on April 18, 2016).
Taussig, Michael and Bemd
M. Scherer. “The Anthropocene todotexcoco.com. “Desplazados
Project. An Opening.” youtube, de Hidalgo y Carrizo conmemoran
com. January 29, 2013. https://bit. el tercer aniversario del desalojo
ly/2Xl4lpM (accessed on March que sufrieron en 2012”.” April
30, 2016). 28, 2015. https://bit.ly/2GlSWdE
(accessed on April 18, 2016).
Temblores en Mexico. “Sismo
del 85.” https://bit.ly/2cPaTCK Torrente, Virginia and Pablo
(accessed on April 19, 2016). Martin Pascual. Estación experi­
mental: investigaciones y fenómenos

zoo
artísticos. Madrid: Centro de Arte
Dos de Mayo, 2012.

UNEP. “Lake Chad: almost gone.”


unep.org. 2008. https://bit.ly/lss-
RWmu (accessed on January 31,
2017).

Villamil, Jenaro. “El gran negocio


del Grupo Adacomulco.” Proceso,
no. 1975 (September 2014): 6-11.

Warman, Arturo. “La reforma


agraria mexicana, una visión de
largo plazo.” Food and Agriculture
Organization o f the United Nations.
2003. https://bit.ly/lVbe7Bu
(accessed on April 30, 2016).

Weizman , Eyal and Bernd


M. Scherer. “Forensis. The
Architecture of Public Truth.”
youtube.com. March 25, 2014.
https://bit.ly/2Ue3vTB (accessed
on June 20, 2016).

Weizman, Eyal. Forensic


Architecture. 2011. https://bit.
ly/llQhRTq (accessed on March
31,2016).

Western Hemisphere Shorebird


Reserve Network. Lago Texcoco.
https://bit.ly/31LPvV8 (accessed on
April 18, 2016).

201
r
t
t
A bout the author

Adriana Salazar (1980 - )


Heidenheim (Germany), CA2M
IG. @ a d r i a n a s a l a z a r v e l e z
(Spain), Havremagasinet (Sweden),
w w w .a d r i a n a s a l a z a r . n e t
the Pratt Institute (U.S.), and
muca-Roma (Mexico City). She
Colombian visual artist, writer, and has participated in the New Media
researcher Adriana Salazar currently Triennial (Beijing, 2014) and the
lives in Mexico City. Her work stri­ California-Pacific Triennial (U.S.,
des across diverse fields and strains 2013), among other events. She has
of knowledge, testing the limits of been granted artistic residences in
certain binaries: the living and the places such as Grand Central Art
inanimate, the artificial and the Center in the U.S., Akiyoshidai
natural, theory and practice. While International Art Village in Japan,
debunking these divisions, Salazar Nordik Artists’ Center in Norway,
has developed an interest for wri­ and the Royal Hibernian Academy
ting as a strategy to capture realities in Ireland. Her work is featured in
which are simultaneously conceptual collections such as m a r c o (Mexico),
and material. She holds a Ph.D. in u c r ArtsBlock (California), and the
Art and Design from the National Central Bank (Colombia). Adriana
Autonomous University of Mexico Salazar has been a professor in the
( u n a m ) , and a Masters Degree Visual Arts programs of both the
in Philosophy from the Pontifical Pontifical Xavierian University and
Xavierian University in Bogota. She Jorge Tadeo Lozano University in
majored in Fine Arts at Jorge Tadeo Bogota. She has also collaborated
Lozano University in Bogota. in academic and artistic publications
such as Islario (Mexico), Errata#
Salazar has showcased her artis­ (Colombia) and o a r (Oxford
tic projects in settings such as University).
the Passerelle Contemporary Art
Center (France), the Kunstmuseum

203
rv/V)

Lake Texcoco:
Encyclopedia o f Things Living and Dead
by Adriana Salazar Velez

Printed in Mexico in September, 2019


at Offset Rebosan S.A. of C.V.
Acueducto 115. San Lorenzo Huipulco, Tlapan.

Text is set in Adobe Garamond Pro (Claude Garamond),


tiding in Caslon Antique (Berne Nadall), and ornaments
in Bodoni Ornaments (Giambattista Bodoni).

Copy Editor: Pitzilein Books team.


This project was supported by
Fundación Jumex Arte Contemporáneo and
the Ministry o f Culture of the Republic of Colombia.

allthingslivingallthingsdead.com

FU N D A C IÓ N JU M E X La cultura MIncultura
A RTE C O N T E M P O R Á N E O es de todos
P h a s e in se rt

On October 28, 2018, the public consultation mandated by


Mexico’s president elect Andrés Manuel López Obrador ended
and the ballot boxes closed. Throughout the country, hundreds
of makeshift ballot boxes had been set up in street corners, ga­
rages, and metro stations. When added up, the votes determi­
ned the suspension of the airport project already underway in
Lake Texcoco land: the New Mexico City International Airport
( n a im ) . The effectiveness of the consultation was guaranteed by
presidential decree. Meanwhile, the lines in the present text were
scratched, spun, and stretched in the acrobatics of proofreading.
On June 6,2019, while the pages of this edition of Lake Texcoco:
Encyclopedia of Things Living and Dead were about to be ready
for print, a state of Mexico court revoked the abovementioned
cancelation decree: 146 claims by disagreeing citizens piled on
the desk of the judge in charge, perhaps overflowing the desk­
top’s surface. In the lake land, the airport works, which in pre­
vious months had chipped off swiftly the tops of surrounding
hills and sucked water out of the neighboring Nabor Carrillo
Reservoir, remained the object of dispute. They are sitting there,
idle, while this encyclopedia becomes a book.

A.S.

También podría gustarte