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Patria violenta

Jorge Gaitán Durán

Violenta patria mía:


en mí creció tu amor tardío
como una bocanada de perfume salvaje.

Todo estaba impregnado de ti,


el mar, los cien países
que conocí, con tu dolor siguiéndome
como si fuera ya mi propia sombra.

Me bastaba nombrarte y ya tenía


el gusto de tu piel: un sabor a panal
colgado en los fragmentos de los árboles.

Mientras más me alejaba de tu suelo


más me reconocía en tu destino,
mi amor era más grande y tu belleza
rural crecía con el sufrimiento.

¿Ahora quién podrá negarme


tu combate nocturno?
¿Quién podrá quitarme de las manos
el puñado de tierra empapada en sangre
de mis hermanos y esa rama verde
que antes de partir arranqué de tu seno?
El juez bribón

"Señor Alcalde Primero


torcida Justicia hacéis,
no es de buenos juzgadores
ser la parte y ser el Juez.

Para administrar justicia


de verdad y buena fe,
mejor que letraduría
buen linaje hay que tener.

Si el saber es de letrados,
es de Jueces la honradez,
no juzga mejor un sabio
que juzga un hombre de bien.

El letrado finja ciencia,


más sepa el Juez su deber,
que el talento se simula
pero nunca la honradez.

Si la personal codicia
es vuestra suprema Ley
quebrantáis la magistratura,
sois torcedor de la fe.
Juzgar es ciencia de rectos,
no arte de enriquecer,
que juzgar derechamente,
fin de la justicia es.

Vuestro rigor es venganza,


vuestra clemencia interés...
Vaya el Juez a los estrados
y al mercado el mercader!
Quien tal justicia ejecuta
juzgado debiera ser,
porque en manos de bribones
es peligrosa la ley..."

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