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Narrador: En el reinado de Salomón Dios le dejó un mandato esencial: No os llegareis a ellas ni

ellas a vosotros porque ciertamente harán inclinar vuestros corazones tras sus dioses, a estas
Salomón se unió con amos

Salomón: Hermosa eres y de tierras de Moab naciste esposa mía.

Amonita: Esposo mío ciertamente triste estoy

Salomón: ¿Y esto a causa de qué?

Amonita: No siento a mi dios Milcom cerca de mí, pues de estas tierras no soy

Narrador: Y cuando Salomón era ya viejo sus mujeres inclinaron su corazón tras dioses ajenos y su
corazón no era perfecto con Jehová su Dios como el corazón de su padre David.

Narrador: Llamando a su siervo le dijo

Salomón: Edifíquenme un lugar alto a Quemos ídolo de mis esposas moabitas y lo quiero en monte
que está frente a Jerusalén

Amonita: Amado mío no estaría mal que la estatua de Milcom cera esté de esta.

Salomón: Ciertamente así haré.

Narrador: Así hizo para sus mujeres extranjeras las cuales quemaban incienso y ofrecían sacrificio
a sus dioses lo que enojó a Jehová por cuanto su corazón se apartó de él, Dios de Israel.

Narrador: Apareciendo Jehová entonces le dijo a Salomón:

Jehová: Por cuanto no ha habido esto en ti y no has guardado mis estatutos que yo te mandé,
romperé de ti el reino y lo entragrè a tu siervo sin embargo no lo hare en tus días por amor a David
tu padre.

Narrador: Mucho tiempo después de estas palabras, Salomón durmió con sus padres y lo
sepultaron en la ciudad de David y reino en su lugar ROBOAM su hijo a quien Dios prometió
dejarle todo por respeto al pacto con David.

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