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LECCIÓN # 7
ROMPIENDO LAS
MALDICIONES
Maldición: Es la consecuencia hecha sobre una persona, sobre una familia, sobre una
nación etc. por causa de la desobediencia. Toda maldición pasa hasta la tercera y
cuarta generación. Las generaciones pueden ser de 100 a 120 años.
Pobreza. Toda persona que hace todo lo posible porque le alcance el dinero pero
no sucede asi. Esta maldición puede estar sobre una nación, persona, familia o
empresa.
Problemas femeninos en un grado inusual. Muchas pérdidas de bebés (abortos),
dolores menstruales o una menstruación demasiado anormal, aparición de quistes o
tumores en la matriz o pecho, etc.
Muerte temprana o fuera de tiempo. Suicidios, accidentes inexplicables o una
familia donde generación tras generación el hombre a cierta edad tiene ataque
cardiaco.
Enfermedades hereditarias (espíritus de enfermedad). Cáncer, diabetes, alergias,
asma.
Tendencia a los accidentes. Es cuando hay accidentes continuos y repetitivos.
Desacuerdos familiares inusuales. Pleitos y resentimientos, llegando a un
rompimiento de relación familiar.
Opresión demoniaca obvia. Emocional, espiritual y/o física .
Enfermedad mental: Temores, reacciones de doble ánimo, locura, etc.
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CURSO DE SANIDAD INTERIOR ROMPIENDO LAS MALDICIONES
El apóstol Pablo dice en 1 de Cor. 16:22 "El que no amare al Señor Jesucristo, sea
anatema". En el capítulo catorce de Juan, Jesús dijo que la obediencia comprueba
nuestro amor por Él.
Una maldición se define como la expresión de un deseo maligno contra cualquier
persona, pidiendo algo malo: una herida, un daño, un tormento, un hostigamiento o
grandes calamidades.
La Biblia nos llama árboles (Sal.1, Mt. 7:17-20), Jesús dijo que los buenos
árboles producen buen fruto y los malos árboles producen mal fruto. Jesús maldijo a la
higuera porque no tenía fruto (Mr. 11:13-14 y 20-21). No hay duda de que las
maldiciones son reales hoy día y que acarrean muchos problemas en la vida de los
cristianos. Apocalipsis 22:3 dice que terminarán las maldiciones al final de los tiempos.
Las Escrituras nos enseñan que la muerte y la vida están en poder de la lengua
(Prov. 18:21), y no hay palabra neutral. Cuando decimos palabras que no van de
acuerdo a la Palabra de Dios, hablamos muerte. Las palabras son más que sonidos en
nuestros labios. Las palabras son agentes enviados para el bien y para el mal (Stg. 3:1-
12, Pr.10:11, 21; 11:9; 12 :6,18, 12-14; 15:4; 18:20-21; 21:23).
Lee Deuteronomio capítulos 27 al 30 y pon especial atención en aquellas
bendiciones y maldiciones que se activaron a través de la palabra hablada (Dt. 27:13-
26). Jesucristo muríó en la cruz para darnos salvación y hacerse maldición en nuestro
lugar, mas no somos salvos automáticamente. Para ser salvos debemos hacer un
convenio con el Señor Jesucristo, arrepintiéndonos de nuestros pecados y haciéndolo
Señor y Amo de nuestras vidas. Sí recibimos al Espíritu Santo en el momento de
nuestra conversión, pero no somos automáticamente llenos o bautizados con el
Espíritu Santo, debemos pedirlo. Como creyentes, debemos apropiarnos de Su victoria
en nuestra vida si es que queremos gozar sus beneficios.
Satanás es un abogado que juega sucio, que esta del lado contrario y usa su
poder para despojarte a ti de lo que legalmente es tuyo en Cristo Jesús, Él te dejo más
que una fortuna, pero, ¿cuánto realmente estás disfrutando? Permíteme decírtelo en
otras palabras: Supongamos que alguien te dejó un millón de dólares en la cuenta de
cheques, ¿podrías usar ese dinero si no extendieras un cheque de esta cuenta, aún
cuando el dinero fuera tuyo legalmente?. Por supuesto que no, debemos conocer
nuestros derechos legales y hacer nuestros reclamos.
Muchos cristianos se están perdiendo de la vida abundante que Jesús nos dio al
morir en la cruz debido a que desconocen la palabra de Dios. Dios dice "Mi pueblo fue
destruido porque le faltó conocimiento" (Os.4:6, Pr.11:9).
Alguien podría decir: Puesto que Jesús se hizo maldito por nosotros, los
cristianos no pueden estar bajo maldición. Deuteronomio 28 claramente enseña que la
enfermedad y la confusión son maldiciones y sabemos que los cristianos hoy día
pueden enfermar y vivir sus vidas en confusión. 1 de Co. 11:27-32 dice que si tomamos
la Cena del Señor con pecado en nuestra vida podemos enfermarnos, debilitarnos y
aún morir. Eso no es una bendición, sino el juicio de Dios contra el pecado, lo cual
realmente es toda maldición (Vea He.10:26-31, Hch.13:38-40).
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Por favor marca de la siguientes listas las maldiciones bíblicas que han sido características
de tu vida o de tu árbol genealógico (Dt. 21:22-23, Pr. 26:2).
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