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LA VERDADERA ESPIRITUALIDAD

(Gálatas 5:16-25)
PROPOSICIÓN: Una conversión profunda, la
obediencia a la Palabra, el Espíritu de Dios y
la manifestación del carácter de Cristo son
elementos indispensables de toda verdadera
espiritualidad.
INTRODUCCIÓN
Vivimos en un mundo materialista y
secularizado, donde cada vez parece más
difícil mantener valores espirituales. Todo a
nuestro alrededor parece abogar por los
logros materiales, como única razón de ser
del hombre. Y en medio de esta vorágine
consumista y hedonista, resulta casi
desfasado y anecdótico hablar de
espiritualidad. Sin embargo, el ser humano
tiene una dimensión espiritual que forma
parte de su constitución. Para muchas
personas esa es un área absolutamente
atrofiada, debido a la falta de uso; de ahí que
sus vidas estén incompletas y vacías. No
obstante, al referimos a la espiritualidad,
tenemos que ser precisos y evitar
confundirla con otras cosas que pueden
aparentar ser lo mismo, pero que no tienen
nada que ver con ella. Lo mejor que
podemos hacer, es buscar en la Palabra de
Dios para centrar bien el tema.
LA BASE DE LA ESPIRITUALIDAD
NO HAY ESPIRITUALIDAD SIN ESPÍRITU (en
mayúsculas). La auténtica espiritualidad sólo
puede darse cuando se experimenta un
cambio radical en la vida. Eso es lo que la
Biblia llama «nuevo nacimiento».
(Juan 3:5, 6). «De cierto, de cierto te digo,
que el que no naciere de agua y del Espíritu,
no puede entrar en el reino de Dios. Lo que
es nacido de la carne, carne es; y lo que es
nacido del Espíritu, Espíritu es»
(Juan 1:12, 13).«Más a todos los que le
recibieron", a los que creen en su nombre,
les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;
los cuales no son engendrados de sangre, ni
de voluntad de carne, ni de voluntad de
varón, sino de Dios»
LO ESPIRITUAL SÓLO PUEDE NACER DE
DIOS.
Sin recibir a Cristo como Señor y Salvador, no
puede existir verdadera espiritualidad.
Jesucristo fue claro cuando dijo:
(Juan 14:6.). 6 Jesús le dijo: Yo soy el camino,
y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre,
sino por mí.
Fuera de Cristo puede haber inquietudes,
anhelos, búsqueda, pero no espiritualidad.
Nuestro espíritu humano no puede
desarrollarse separado de su creador.
Solamente el Espíritu de Dios puede soplar
vida a nuestro espíritu.
¿QUÉ ES LA ESPIRITUALIDAD?
Por quedarnos con alguna definición,
podríamos citar la que hace Francis Schaeffer
en su libro La verdadera espiritualidad, y con
Dios mismo, «y dejar que la verdad de Cristo
fluya a través nuestro por la acción del
Espíritu Santo».
Vale la pena notar ciertas características
acerca de la verdadera espiritualidad:
a) ES ALGO MÁS QUE EL NUEVO
NACIMIENTO
Nacer de nuevo nos proporciona una nueva
naturaleza espiritual, pero la espiritualidad
no es simplemente nacer del Espíritu.
Empieza ahí, pero va mucho más allá.
Podernos decir que al rendirnos al Señor, el
Espíritu viene a morar en nosotros y
recibimos, potencialmente, todo lo que
necesitarnos para vivir espiritualmente.
Luego resta cristalizar esa espiritualidad. Esta
es la razón por la que muchos creyentes, que
han recibido el Espíritu de Dios en el
momento de su conversión y se han
plantado ahí, viven carnalmente y no
evidencian una gran espiritualidad.
B) ES ALGO PROFUNDO
Es mucho más que creer ciertas enseñanzas
y cumplir determinados mandamientos. La
espiritualidad va más allá de la ley, y se topa
con la ley de Cristo, que es el AMOR.
Dice (Romanos 13:10). 10 El amor no hace
mal al prójimo; así que el cumplimiento de la
ley es el amor.
que «... el cumplimiento de la ley es el
amor». La espiritualidad tiene que ver con
las motivaciones profundas del ser humano.
C) ES ALGO INTERIOR
La espiritualidad empieza y acaba en lo más
hondo de la persona, en la zona que otros no
pueden ver. Es una actitud que luego, al
manifestarse, produce una conducta.
En (Marcos 7:20-23) podemos leer:
(Marcos 7:20-23) 20 Pero decía, que lo que
del hombre sale, eso contamina al hombre.
21 Porque de dentro, del corazón de los
hombres, salen los malos pensamientos, los
adulterios, las fornicaciones, los homicidios,
22 los hurtos, las avaricias, las maldades, el
engaño, la lascivia, la envidia, la
maledicencia, la soberbia, la insensatez. 23
Todas estas maldades de dentro salen, y
contaminan al hombre.
Es en nuestro interior donde se pierde o se
gana la espiritualidad. Nuestras acciones son
el resultado de lo que somos interiormente.
D) ES ALGO POSITIVO
La auténtica espiritualidad no es aquello que
se deja de hacer, sino aquello que se hace.
Por lo tanto, es algo esencialmente positivo.
Es verdad que existe en el creyente un
proceso de mortificación, pero seguido
necesariamente por el proceso de
santificación. No basta con destruir, sino que
hay que edificar. Ahí es donde juega su papel
la espiritualidad.
FALSOS CONCEPTOS DE ESPIRITUALIDAD
Por todo lo que venimos diciendo, no nos
debería resultar demasiado difícil identificar
como falsas algunas ideas que
históricamente se han ido presentando
como formas de llegar a la espiritualidad.
Incluso en la actualidad muchas personas
siguen confiando en estos medios.
UNA LISTA EXHAUSTIVA SERÍA
INTERMINABLE, PERO PODEMOS
SUBRAYAR ALGUNOS:
MISTICISMO.
Es un supuesto estado de perfección
religiosa, que consiste esencialmente en
cierta unión inefable del alma con Dios a
través del amor, y que va acompañada
accidental-mente de éxtasis y revelaciones.
ASCETISMO
(y su pariente, el Monasticismo). Es la
dedicación específica a la práctica y al
ejercicio de la perfección religiosa, a base de
separarse del mundo y llevar una vida de
rigurosa disciplina para combatir la
naturaleza pecaminosa.
SACRAMENTALISMO
(y su socio, el Ritualismo). Es la creencia en
que, a través de diversos signos externos, la
gracia de Dios obra en el alma de las
personas.
QUIETISMO.
Actitud pasiva de no hacer lo bueno, sino
dejar que Dios lo haga todo en la persona.
PERFECCIONISMO.
Creencia en que se puede llegar a la
perfección total en esta vida, llegando a
eliminar por completo la naturaleza caída.
Estas y otras enseñanzas ofrecen una
espiritualidad ficticia, alcanzada a base del
esfuerzo humano
LAS MARCAS DEL CRISTIANO ESPIRITUAL
Sólo la Biblia nos revela cuáles son las
características de la auténtica espiritualidad.
Según Gálatas 5:16-25, estas marcas son:
a) Andar en el Espíritu
(Romanos 8:1)«Ahora, pues, ninguna
condenación hay para los que están en Cristo
Jesús, los que no andan conforme a la carne,
sino conforme al Espíritu».
(Romanos 8:4). para que la justicia de la ley
se cumpliese en nosotros, que no andamos
conforme a la carne, sino conforme al
Espíritu»
Se trata de un andar cotidiano, sin prisa pero
sin pausa, en el que se vive en obediencia al
Señor, buscando su voluntad por encima de
cualquier cosa.

B) SER GUIADO POR EL ESPÍRITU


(Juan 16:13). «Pero cuando venga el Espíritu
de verdad, él os guiará a toda la verdad...»
(Romanos 8:14). «Porque todos los que son
guiados por el Espíritu de Dios, éstos son
hijos de Dios»
La verdadera espiritualidad no se logra con
nuestras propias fuerzas. Es preciso dejar el
control de nuestra vida en las manos del
Espíritu Santo y él, con su sabiduría y su
poder, nos llevará a la victoria. Él es quien
fija nuestro rumbo y nos conduce por el
camino más corto y seguro.
C) MANIFESTAR EL FRUTO DEL ESPÍRITU
(Juan 15:8). «En esto es glorificado mi Padre,
en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis
discípulos»
El Espíritu Santo cumple dos funciones
básicas en la vida del creyente: nos moldea
según el carácter de Cristo y nos da poder
para servir. A veces enfatizamos tanto lo
segundo, que nos olvidamos de lo primero.
El fruto del Espíritu es la manifestación del
carácter del Señor Jesucristo.
D) VIVIR Y CONDUCIRSE SEGÚN LAS
NORMAS DEL ESPÍRITU
(Romanos 8:8,9). «Y los que viven según la
carne no pueden agradar a Dios. Mas
vosotros no vivís según la carne, sino según
el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora
en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu
de Cristo, no es de él»
El Espíritu Santo debe dirigir el modelo de
comportamiento del creyente.
Hay dos modelos bien diferenciados: el de
la carne y el del Espíritu. Ya que la vida
espiritual la disfrutamos gracias al Espíritu,
debemos desarrollarla según los principios
del Espíritu, esto es, en plena sujeción y
sumisión a él.
CONCLUSIÓN
Necesitamos urgentemente recuperar la
perspectiva bíblica de la espiritualidad.
La auténtica espiritualidad está basada en
una profunda experiencia de conversión (no
sólo de asentimiento mental a las verdades
bíblicas), y se desarrolla y crece a través de
la obediencia diaria a la Palabra y al Espíritu
de Dios.
Esto es algo que afecta las fibras más
sensibles de nuestro ser, y que se manifiesta
siendo cada día más semejantes a Cristo. E;
la prueba final de toda espiritualidad y
nuestra única referencia válida.
BASES BIBLICAS

(Gálatas 5:16-25)

16 Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no


satisfagáis los deseos de la carne. 17 Porque
el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el
del Espíritu es contra la carne; y estos se
oponen entre sí, para que no hagáis lo que
quisiereis. 18 Pero si sois guiados por el
Espíritu, no estáis bajo la ley. 19 Y
manifiestas son las obras de la carne, que
son: adulterio, fornicación, inmundicia,
lascivia, 20 idolatría, hechicerías,
enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas,
disensiones, herejías, 21 envidias,
homicidios, borracheras, orgías, y cosas
semejantes a estas; acerca de las cuales os
amonesto, como ya os lo he dicho antes, que
los que practican tales cosas no heredarán el
reino de Dios. 22 Mas el fruto del Espíritu es
amor, gozo, paz, paciencia, benignidad,
bondad, fe, 23 mansedumbre, templanza;
contra tales cosas no hay ley. 24 Pero los que
son de Cristo han crucificado la carne con sus
pasiones y deseos.25 Si vivimos por el
Espíritu, andemos también por el Espíritu.

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