Está en la página 1de 4

PORNOGRAFÍA

La pornografía, coloquialmente conocida como porno, o videos xxx, consiste en la


filmación de actos sexuales de todo tipo, con la finalidad de que estos videos sean
subidos a distintas páginas web, dedicadas a la recopilación y clasificación de estos
vídeos.
El uso de la pornografía debería ser usado exclusivamente por adultos con el fin del
autoplacer. Sin embargo, en la sociedad actual, en la que menores de incluso 8 años
tienen un acceso totalmente libre e incontrolado a internet, la pornografía ha tomado un
papel didáctico para aquellos curiosos que, como es normal a esas edades, quieren saber
qué ocurre en el mundo de los adultos y formar parte de ello.
Un artículo de Anuari de la Joventut indica que 7 de cada 10 jóvenes admite haber
visto pornografía. Sin embargo, el dato alarmante es que un 15% de esta fracción
testifica haberlo hecho para “aprender sobre sexo”. De esta forma, estos usuarios
menores de edad, mayormente varones, reciben una educación afectivo-sexual
incorrecta y muy alejada de la realidad, y que luego reflejan en sus actos sexuales
reales. En la pornografía, se muestra cómo a la mujer (la cual siempre posee grandes
atributos y es muy bella) le gusta ser dominada, siente una necesidad incontrolable por
los penes, y es el varón el que tiene que recibir el placer, y la mujer la que tiene que
darlo. Obviamente, esta es una visión ficticia, obsoleta, y poco acorde con la realidad,
pero es la visión del sexo con la que los niños, desde temprana edad, se crían,
desarrollando así en su adolescencia y madurez un sentimiento de inferioridad hacia la
mujer, durante o incluso fuera del acto sexual.
Por este motivo, en este trabajo mis compañeras y yo nos centraremos en qué
educación afectivo-sexual debemos darle a los adolescentes, concretamente de 11 a 12
años, es decir, durante el curso de 6º de primaria, para que de esa forma, no tengan que
recurrir al porno, y les demos una visión del placer y del sexo limpia, real, sin tabúes,
respetuosa mutuamente, e incluyendo todas las variables posibles, sin excluir a ninguna
persona.
A los 12 años de edad, si pretendemos explicar a los niños qué es la masturbación, o a
las niñas la menstruación, llegamos demasiado tarde. Debemos ofrecerles una educación
afectivo-sexual acorde a su edad de autodescubrimiento. A estas alturas, es posible que
ya muestren un interés por el acto sexual del coito, u otros como el sexo oral, pero la
mayoría no los habrá realizado. Por ello, llegamos a tiempo para hablarles sobre las
mentiras del porno y el porno espontáneo.

Las mentiras del porno


Como ya hemos visto antes, la pornografía muestra una versión poco fiel a la realidad.
Es verdad que habrán algunas personas a las que les excitarán reproducir el sexo tal
como lo muestra la pornografía, pero para gustos colores, habrá otro montón de gente a
la que no le gusta el sexo mostrado por la pornografía, y hay que respetar esos gustos.
El problema es que aquellos niños que se hayan criado viendo el sexo pornográfico muy
posiblemente no van a respetar unas preferencias distintas a las suyas por parte de su
compañero.
En el porno, aunque exista para todas las orientaciones sexuales, se estereotipa una
relación heterosexual, o incluso está bien vista y aceptada la homosexualidad, pero solo
en mujeres. La verdad es que el sexo es para todos, seas heterosexual, homosexual,
transexual, bisexual, o cualquier preferencia en orientación o identidad sexual, tienes
derecho a autocomplacerte y a complacer a otra u otras personas, y no sentirse
avergonzado o culpable por ello. El sexo no se limita a una visión heterosexual cerrada
de subordinación por parte de la mujer como así lo muestra el porno en la mayoría de
los casos.
Los vídeos pornográficos suelen seguir un esquema estándar, el cual consiste en:
contextualizar el escenario donde va a tener lugar el acto sexual (este puede variar
completamente, desde casas, baños públicos, coches, o incluso exteriores donde se corre
el riesgo de ser visto); la presentación de una mujer, normalmente joven, guapa, de buen
cuerpo, estereotipada, y con poca ropa, y de un hombre igual de estereotipado, o incluso
a veces no, sometiendo a la mujer a una especie de prostitución en la que tiene que darle
placer al hombre, le guste este a ella o no; la mujer siempre se muestra preexcitada, la
cual desviste al hombre y se desviste; se muestran penes y tetas de gran tamaño,
acomplejando así a los espectadores sobre sus atributos; se comienza con un sexo oral
de la mujer al hombre, y la mayoría de veces, con excepciones, la mujer no recibe sexo
oral; y ya se procede al coito en diferentes y variadas posturas, el cual se prolonga por
mucho más tiempo del que debería, acomplejando así también a los espectadores sobre
el tiempo que creen que deberían durar en el acto sexual antes de alcanzar el orgasmo; y
cuando finalmente se llega al orgasmo, solo es perceptible el orgasmo del hombre, la
mujer no suele alcanzarlo. Además, durante todo el acto, se muestra mayormente al
hombre sin protección, dando a entender que la “marcha atrás” es un método eficaz,
cuando realmente es muy peligroso, no solo por el riesgo de que las secreciones
preorgásmicas fecunden a la mujer, si no también por el contagio de alguna ITS. La
verdad es que el sexo ha de ser siempre responsable, es decir, usando los métodos
anticonceptivos y preventivos de las ITS correspondientes; permitido por ambos o
todos los miembros del acto sexual (lo que da pie al tema de la violencia de género y las
violaciones, aunque ese no es el tema a tratar en este apartado) y satisfactorio para
ambos, de forma que los dos componentes del acto sexual alcancen el orgasmo. Por
supuesto, no hay que seguir ninguna estructura o ningún orden durante el acto sexual, ni
hay que sentirse inferior o indeseado por no poseer grandes tamaños. Cada cuerpo es
único, y lo más importante es aprender a valorarlo, sea cual sea la forma y tamaño de tu
cuerpo, de tus tetas, de tu culo, de tu cintura, de tu pene, o cualquier factor fisiológico.
Cada uno debe amar su propio cuerpo antes que el resto. Y obviamente, de todos los
escenarios que se muestran en el sexo, la casa privada es el único lugar donde se debería
tener sexo. Los lugares públicos no son apropiados para este tipo de actos, ya que algún
transeúnte podría ver el acto sexual, y si no quisiera verlo, sería una falta de respeto
hacia esa persona.

Usuarios o usuarias
Según una investigación realizada en 2007 por Hitwise, una inteligencia de mercado
online, fundada en 1997 en California, confirmó que las usuarias que visualizan
pornografía representan un 27% del total de espectadores. Generalmente, los vídeos
porno están dedicados a un público masculino, y a una mujer no le será fácil encontrar
un video para estimularse, ya que todos están diseñados para excitar a un hombre. Por
supuesto, existen videos porno de todo tipo, con todas las variables posibles, pero en la
página inicial de webs dedicadas a esta industria como es PornHub, todos los vídeos
están dedicados a la excitación de los hombres. Deberás ir adrede al buscador e
introducir tu término de búsqueda con tu preferencia respecto a los vídeos porno.
Esto, sin embargo, aplicado a adolescentes de 12 años, se traduce en un
acomplejamiento en las niñas, las cuales piensan que el porno es solo para los chicos
(hablando siempre en términos generales), pero nada más lejos, el porno es para todos, y
eso es algo que hay que hacerles ver, que si una chica tiene curiosidad por ver y
estimularse viendo porno, no debe sentirse ni avergonzada ni culpable, como si hubiera
hecho algo que no debería. Cualquier persona tiene derecho a disfrutar de la pornografía
de una manera sana y concienciada, que es lo que pretendería enseñar al alumnado si me
tocase dar una charla o incluso una asignatura de educación afectivo-sexual.

El porno espontáneo
El porno espontáneo, o acceso involuntario a la pornografía, ocurre cuando saltan
anuncios con contenido pornográfico al adolescente mientras navega por internet. La
mayoría de nosotros, los adultos, ignoramos y cerramos este tipo de anuncios, ya que
sabemos que son mentira, y que las mujeres (hecho remarcable, siempre son mujeres las
que promocionan este tipo de anuncios) que aparecen en los anuncios no existen. Pero,
¿qué va a pensar un niño de 12 años cuando vaya a entrar a una página web de dibujos
animados para ver su programa favorito y al lateral de la pantalla aparezca una tal María
que le quiere conocer y que está a un kilómetro de él? Cuando el niño clique en el
anuncio, ingenuamente ofrecerá datos personales que le permitirán a estas páginas
engañosas y a sus creadores estafar al niño y a sus padres sin que estos, posiblemente lo
sepan, pequeñas cantidades de dinero continuamente cada vez que se les envíe un
mensaje gracias a los datos proporcionados por el niño, y es un problema del que es
muy difícil escapar. Es necesario exponer a los adolescentes que este tipo de anuncios
son publicidad engañosa, y concienciarles del riesgo que supone creer estos anuncios.
Primero, el niño es engañado, segundo, los padres son estafados, y tercero, aunque por
alguna razón inconcebible fuera verdad, sería muy inapropiado.
Otro tipo de publicidad engañosa pornográfica no es la que ofrece sexo con mujeres
inexistentes, si no la que ofrece productos para agrandar el tamaño y longitud del pene.
Son anuncios aliados con la industria del porno y conscientes del acomplejamiento que
crea la pornografía con respecto al tamaño que debe tener el pene.

Conclusiones. ¿Cómo utilizar la pornografía?


Tras la facilitación de todos estos datos, queda sintetizar esta información y
preguntarse: entonces, ¿cómo debo usar el porno? La respuesta a esta pregunta es
aplicable a todos los aspectos de la vida: con cabeza. Y con cabeza implica con
conciencia de lo que es el porno, utilizarlo sabiendo qué es, para qué está destinado y
sin dejarse engañar, ya no solo por la publicidad engañosa, si no por la versión mostrada
del sexo. Está bien excitarse con el porno, pero no es un ejemplo a seguir. Es ridículo
negarles la existencia o el uso de la pornografía, ya que por x motivo van a hacer uso de
ella igualmente, así que la solución más eficaz para mantener sana su visión sobre el
sexo es enseñarles a utilizar la pornografía correctamente, decirles que
independientemente de su orientación o identidad sexual, tienen el mismo derecho a
hacer uso del porno. A estas edades, los adolescentes ya comienzan a experimentar sus
primeras relaciones sexuales, y es importante librarles de cualquier prejuicio sobre el
sexo, y ya que lo van a practicar igual, enseñarles cómo hacerlo, respetando al prójimo,
no solo durante el acto, si no antes, después, y fuera del sexo y mostrarles que no hay
nada de malo ni de tabú en darse placer o en darlo a otro.
La pornografía ni es ilegal, ni está mal utilizarla, pero si hablamos de adolescentes de
12 años, hay que ser más cautelosos, sonar más creíbles y más fiables que el porno a la
hora de hablar del tema.

Oliver, D. 26 diciembre 2017. El País. De mamas y papás. El País.


https://elpais.com/elpais/2017/12/21/mamas_papas/1513853135_766825.html

Rodríguez, R. 20 julio 2019. Canarias7. Sociedad. Canarias7 Toda la información de


Canarias. https://www.canarias7.es/sociedad/la-pornografia-esta-supliendo-la-falta-de-
educacion-afectivo-sexual-EX7660622
Barnés, H.G. 27 marzo 2014. El Confidencial. ACV. El Confidencial.
https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2014-03-27/les-gusta-a-las-mujeres-
el-porno-si-y-estas-son-sus-preferencias_107071/
Ferragut, M. 9 noviembre 2018. Diario de Mallorca. Mallorca. Diario de Mallorca.
https://www.diariodemallorca.es/mallorca/2018/11/09/15-jovenes-ven-porno-aprender/
1363864.html

También podría gustarte