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degradación y fragmentación.
La fragmentación de hábitats provoca un incremento del riesgo de extinción local en especies
animales y vegetales a través de tres mecanismos: las reducciones directas en los tamaños de las
poblaciones, provocadas por la pérdida neta del hábitat, las reducciones indirectas en dichos
tamaños, debidas a la dificultad de dispersión entre subpoblaciones impuesta por el incremento
del aislamiento entre fragmentos, y la disminución en la eficacia biológica de las especies de los
fragmentos, al verse cada vez más sometidas, a las condiciones ambientales nocivas que impone
la matriz circundante (efecto borde).
Además, dañan el estado de los suelos destinados al cultivo y las fuentes de agua. En este sentido,
la OMS muestra el peligro del uso de sustancias químicas como los plaguicidas, gracias a su
capacidad de quedar en el agua y el suelo a lo largo de años.
2.La deforestación
Los árboles ayudan a purificar el viento. Frente a este panorama, los efectos de los gases que se
hallan en el viento son más notorios y tienen la posibilidad de provocar graves patologías para las
especies de tierra. Y no mencionemos, como en ocasiones mencionan nuestros propios hijos e
hijas, “yo no he sido”, ya que la Organización no gubernamental Mighty Earth indicaba
recientemente existente una estrecha interacción entre la deforestación y la ingesta de alimentos,
debido a que, ejemplificando, se permanecen ampliando los monocultivos de soja (más de un 70%
de la producción mundial de soja se destina a pienso para la ganadería).
Los motivos para la introducción de especies no nativas son muy diversos. Por ejemplo, la
acuicultura y pesquería, el acuarismo, la pesca deportiva, ganadería, comercio de plantas de
ornato, agricultura, transporte marítimo, transporte terrestre, comercio de mascotas, mercados
formales e informales y finalmente, por desconocimiento e ignorancia.
Se ha demostrado en todo el mundo que las especies exóticas invasoras causan graves daños a la
biodiversidad, perjudican los servicios ambientales y, por consiguiente, el bienestar humano. En
México no se ha logrado cuantificar los impactos que han causado, pero los datos disponibles
indican que muchos ecosistemas han sido afectados.
Las especies invasoras pueden llegar a causar la extinción de poblaciones y especies nativas, la
degradación de los ambientes acuáticos y terrestres. Las especies acuáticas son particularmente
sensibles.
la acción humana produce un grave trastorno al incorporar una y otra vez especies animales y
vegetales exóticas en todos los ecosistemas. Entre el sinnúmero de especies introducidas
constantemente hay muchas que, al no poder ajustarse, no sobrevivirán, empero otras, sin
embargo, tienen más grande capacidad adaptativa y desplazan a las autóctonas, lo que puede
cambiar extremadamente las interacciones entre las otras especies e inclusive, en casos extremos,
desnaturalizarlas. La velocidad del proceso impide que el mismo se equilibre autorregulándose,
perdiendo en ese sentido su identidad y viéndose transformado, en los casos extremos, en una
mera coctelera de especies ecológicamente desconectadas.
El tráfico de animales es una de las mayores amenazas para las especies protegidas. Cada año, los
furtivos matan una media de 100 tigres, 30.000 elefantes, más de 1.000 rinocerontes y más de
100.000 pangolines.
La falta de escrúpulos de los cazadores furtivos los ha llevado incluso a utilizar cianuro para la
pesca o talar árboles en lugares protegidos para facilitar la caza.
Este delito es la mayor amenaza directa a la supervivencia de especies que, como el tigre o el
rinoceronte, se encuentran en peligro de extinción.
A pesar de que está sancionado por convenios internacionales como CITES, está menos perseguido
que otros tipos de comercio ilegal.
Las mafias que trafican con drogas y armas a menudo están involucradas también en el tráfico de
animales y plantas, y en muchos casos -especialmente en África- este sangriento negocio se ha
convertido en un lucrativo medio de financiación para guerrillas y grupos terroristas.
La variación de las condiciones de vida en los entornos naturales provoca muertes, enfermedades
y migraciones masivas de especies.
EXTINCIÓN DE ESPECIES
MIGRACIONES MASIVAS
La figura del refugiado climático, todavía no reconocida por Naciones Unidas, es una realidad que
es estima pueda haber alcanzado los mil millones de personas en el año 2050.
La contaminación del suelo provoca una reacción en cadena. Altera la biodiversidad del suelo,
reduciendo la materia orgánica que contiene y su capacidad para actuar como filtro. También se
contamina el agua almacenada en el suelo y el agua subterránea, provocando un desequilibrio de
sus nutrientes. Entre los contaminantes del suelo más comunes se encuentran los metales
pesados, los contaminantes orgánicos persistentes y los contaminantes emergentes, como los
productos farmacéuticos y los destinados al cuidado personal.
Por ejemplo, el suelo contaminado puede liberar contaminantes en las aguas subterráneas que
después se acumulan en los tejidos de las plantas y pasan a los animales que pastan, a las aves y al
final a los humanos que se alimentan de las plantas y los animales. Los contaminantes en el suelo,
aguas subterráneas y en la cadena alimentaria pueden provocar distintas patologías y una
desmesurada mortalidad en la población, a partir de efectos agudos a corto plazo –como
intoxicaciones o diarrea–, hasta otros crónicos a extenso plazo, como el cáncer.
El agua es un elemento esencial para la vida en la tierra, y por ello es fundamental cuidar este
elemento. Las consecuencias de la contaminación del agua son algo muy serio, ya que todos los
ecosistemas de nuestro planeta dependen de ella para funcionar del modo correcto. En caso de
contaminación del agua, su impacto sobre los seres vivos destaca No afecta solo al agua potable
que se emplea en el entorno doméstico, sino también a sectores fundamentales como la
alimentación, el comercio o incluso el transporte.
Esta escasez obliga a muchos a consumir agua no potable, causando la muerte de miles de
personas al año. Alrededor del 20 % de los habitantes de la tierra no disponen de una red de
saneamiento, a pesar de los proyectos que están poniendo en marcha muchas organizaciones con
el propósito de llevar agua potable a zonas vulnerables.