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Sutra de Los Tres Cumulos Superiores
Sutra de Los Tres Cumulos Superiores
Todos los seres sintientes, incluso los gusanos e insectos, pueden cometer acciones
perjudiciales, pero sólo los seres humanos tienen la capacidad de purificarlas. Hemos
acumulado malas acciones y experimentado sus resultados de sufrimiento desde tiempo sin
principio, pero ahora tenemos la oportunidad de purificarlas por completo. Debemos utilizar
esta preciosa oportunidad para purificar nuestro karma negativo, ¡no para acumular más!.
Puesto que la purificación es la raíz de la felicidad futura y las realizaciones espirituales,
hemos de esforzarnos por limpiar nuestra mente de engaños y karma negativo. Uno de los
mejores métodos para purificar nuestras faltas y caídas morales es el Sutra de la confesión
mahayana, también conocido como Sutra de los tres cúmulos superiores, Confesión del
Bodhisatva y Confesión de las caídas morales del Bodhisatva.
VISUALIZACIÓN:
Visualiza a los treinta y cinco budas. Buda Shakyamuni, como figura central, se visualiza en el
espacio frente a ti y un poco más arriba de tu cabeza. Se sienta en un trono confeccionado con
perlas y sostenido por un elefante. La perla, por su color blanco, simboliza la purificación
completa de las negatividades y el elefante, al ser un animal poderoso, simboliza una purificación
poderosa. Buda se sienta en la postura del vajra con sus hábitos de monje; su mano derecha
adopta el gesto de tocar la tierra, mientras que la izquierda sostiene, sobre su regazo, un bol lleno
de néctar. De su corazón emanan treinta y cuatro rayos de luz, diez hacia arriba, diez hacia abajo y
siete hacia cada lado. En la punta de cada rayo hay un trono de perlas sostenido por un elefante.
Los treinta y cuatro budas restantes están sentados sobre sus tronos en la postura vajra, todos ellos
con el aspecto de monjes.
Conforme recitas la oración, emanan rayos de luz desde los budas que purifican todas las
negatividades de tu cuerpo, palabra y mente. Inmediatamente desaparecen por completo tus
impresiones negativas, igual que se desvanece la oscuridad en una habitación cuando se enciende
la luz. Siente que tu cuerpo y tu mente se vuelven de naturaleza vacía y pura.
Sutra de la confesión mahayana
¡Oh!, vosotros y todos los demás, cuantos Tathagatas, Destructores del Enemigo, Budas
Totalmente Perfectos, Seres Bienaventurados haya, habitando y morando en los reinos
mundanos de las diez direcciones, todos vosotros, los Budas, Los Seres Bienaventurados,
por favor, escuchadme.
En esta vida y en todas mis vidas desde el sin principio, en todos los lugares en
donde he renacido al vagar errante en el samsara, he cometido acciones perjudiciales, he
ordenado cometerlas y me he alegrado de que se hubieran cometido. He robado los bienes
y bases de las ofrendas, los bienes de la Sangha y los bienes de las Sanghas de las diez
direcciones, he ordenado robarlos y me he alegrado de que se hubieran robado. He
cometido las cinco acciones atroces sin límite, he ordenado cometerlas y me he alegrado
de que se hubieran cometido. He seguido de lleno los caminos de las diez acciones
perjudiciales, he ordenado seguirlos y me he alegrado de que se hubieran seguido.
Ofuscado por tales obstrucciones kármicas me convertiré en un ser infernal o
renaceré como un animal o acabaré en la tierra de los espíritus ávidos; o renaceré como un
bárbaro en un país sin religión o como un dios de larga vida; o con los sentidos
incompletos, con creencias erróneas o sin la oportunidad de complacer a Buda.
Declaro todas estas obstrucciones kármicas en presencia de los Budas, los seres
Bienaventurados, que se han convertido en la sabiduría excelsa, en los “ojos”, en los
testigos que son válidos, que ven con su sabiduría. Me confieso sin esconder u ocultar
nada y, de ahora en adelante, evitaré tales acciones y me abstendré de cometerlas.
Todos los Budas, los Seres Bienaventurados, por favor, escuchadme. En esta vida y
en todas mis vidas previas desde tiempo sin principio, en todos los lugares donde he
renacido al vagar errante en el samsara, cualquier raíz de virtud que pueda haber en mi
generosidad hacia los demás, incluso al haber dado unas migajas a alguien que haya
renacido como un animal; cualquier raíz de virtud que pueda tener por haber mantenido la
disciplina moral; cualquier raíz de virtud que pueda haber en mis acciones conducentes a
la gran liberación; cualquier raíz de virtud que pueda haber en mis acciones dedicadas a
que los seres sintientes se realicen en plenitud; cualquier raíz de virtud que pueda tener por
generar la mente suprema de la iluminación; y cualquier raíz de virtud que pueda haber en
mi insuperable sabiduría excelsa; todas ellas acumuladas, recogidas y unidas al dedicarlas
por completo al [logro] insuperable, al más elevado, al que es más elevado que el más
elevado, al que supera al insuperable, las destino para la perfecta e insuperable
iluminación completa.
Así como los Budas, los Seres Bienaventurados del pasado, las han dedicado por
completo; así como los Budas, los Seres Bienaventurados que están por venir, las
dedicarán por completo; y así como los Budas, los Seres Bienaventurados que ahora
viven, las dedican por completo, yo también las dedico por completo.
Confieso una por una todas mis acciones perjudiciales. Me regocijo de todos los
méritos. Ruego y suplico a todos los Budas. ¡Que pueda alcanzar la sagrada, suprema e
insuperable sabiduría excelsa!.
Quienes sean los Vencedores, los seres supremos que ahora viven, los del pasado y
asimismo los que están por venir, con un océano de alabanzas sin límite por vuestras
excelentes cualidades, y con las palmas de las manos juntas me acerco a vosotros en busca
de refugio.
Así concluye el Sutra mahayana titulado el Sutra de los tres cúmulos superiores.