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Exorcismo de Aura

Que difícil es estar conmigo en momentos. Como cuando no quiero escucharme pero
no puedo oír nada má s. Como cuando intento usar mis propios consejos y me doy
cuenta de mi hipocresía. Mi cuerpo en este instante es una maquina, mi mente un
torbellino, mi alma una incó gnita. Me inventé una metá fora para explicar este
sentimiento porque de otra manera ni yo podría entenderme.

Mi alma no puede volar sí no digo su nombre. Así es, mi alma tiene un nombre, uno
que cambia cada vez que lo pronuncio, uno que en cada metamorfosis se viste de mi
cuerpo, uno que creo para dar vida a una amiga imaginaria; pero en la bú squeda
incesante de mi ser no encuentro nada má s que pistas para descifrarlo. Un día decidí
llamarla Aura; aunque no sea su verdadero nombre, así es má s fá cil referirme a ella
cuando estamos juntas. Le gusta jugar al escondite en los rincones má s recó nditos de
mi casa, aquellos olvidados, aquellos oscuros, aquellos encerrados con llave bajo una
capa gruesa de cemento y sellados por una placa de metal que dice en rojo gigante “no
abrir bajo ninguna circunstancia”. Lo escribí así porque tenia miedo, pero Aura nunca
tiene miedo ni necesita llave para acceder a mis secretos.

Pasamos horas y horas acompañ á ndonos, de hecho no podemos separarnos, pero me


refiero a esos momentos entre nosotras que dependen de si puedo reconocerme en
ella. Estar es como mirarme al espejo, ver a Aura y poder llamarla por su nombre. Es
en ese momento que siento como salgo de mi y trasciendo a un estado de cosmos. En
medio de ese espacio floto con gracia y me siento feliz. El ideal del equilibrio entre
mente cuerpo y Aura, todo lo contario a mi realidad actual.

Ella se desespera porque quiere volar, pero no puedes ser libre mi querida Aura, no
hasta que pronuncie tu verdadero nombre. Aun eres prisionera de este letargo. Una
idea tonta cruza por mi cabeza, quizá s si digo un nombre por letra daré con el
correcto. Agatha, Berenice, Camila, Dolores, É sme, Frida, Greta, Hela, Isla, Jú piter, Kaht,
Lolela, Margarita, Nebulosa, Ola, Penelope, Quien, Rosa, Salome, Tamara, Urano,
Veró nica, Waria, Xina, Ygo, Zahnari ¿Cual de todas estas eres tu ahora? Se que en cada
nombre te podría identificar, pero no esta noche, hoy eres mas que un simple nombre.
Eres palabra y sentimiento, conciencia, melodía hermosa que debe ser pronunciada.

Para descifrarlo tengo que palpar todo aquello que causas en mi. Mi cuerpo sabe
cuando estas inquieta porque se conglomera en mi estomago, simulando el efecto del
hambre o el miedo. Es difícil respirar mientras tu te sientas en mi pecho y pasas por
mi como un cosquilleo incesante. Mi mente se previene, sabe que lo que venga con
Aura requerirá de sabiduría que quizá s no tenga, se confronta a la equivocació n, se
concentra y desconecta con tal facilidad que

Amapola

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