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Citado en Wisniewski (2002:63).
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que reserva el poder y el lugar de enunciación para el observador-narrador occidental,
en las obras de Pontecorvo y Fanon el Otro aparece en una posición de poder derivada
de la lucha armada frente al Colonialismo que le permite establecer un diálogo real, en
términos políticos y culturales, con su enemigo; un diálogo violento que sin embargo
altera la unidireccionalidad de la representación.
Introducción3
Creemos contar con los dos elementos necesarios para trazar esa línea. El
primero es que las cuatro obras han influido de manera notable en las representaciones
que hoy nos hacemos del Colonialismo, por un lado, y de las guerras de liberación
nacional y la lucha armada, por otro. El segundo es la temática desarrollada en el curso
que dio origen a este trabajo: el estudio de las imágenes del Otro para analizar
fenómenos como las migraciones, la opresión de la mujer o el Colonialismo. Desde el
momento en que el poder para conceptualizar y para nombrar a los sujetos (mujeres,
migrantes, colonizados…) no hegemónicos revela su dimensión política (y biopolítica)
la atención por los diferentes artefactos culturales (representadores por definición)
revela asimismo notables potencialidades de estudio. Gramsci se dio cuenta hace
muchos años de la importancia de la cultura como dispositivo generador de hegemonías
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Hemos traducido al castellano todas las citas literales que aparecen a lo largo del texto tomadas de
referencias bibliográficas en inglés. En lo que respecta a las citas de los extractos de los filmes que
aparecen enlazados, hemos respetado, para el caso de “Apocalyse Now”, la lengua original. En “La
batalla de Argel”, hemos optado por citar directamente los subtítulos en castellano del filme que hemos
descargado de Internet.
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y consensos y como terreno, por tanto, de lucha política, pero quizá el desarrollo de las
telecomunicaciones haya dado en los últimos 50 o 60 años un poder (en sentido
mayúsculo) inédito a la representación. Que “La batalla de Argel” se convirtiera en
fuente de inspiración para la RAF, el IRA o los Black Panthers revela hasta que
extremos puede llegar el poder de representación.
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La tesis que defendemos en este trabajo es que mientras en la película de
Coppola y en el libro de Conrad se nos presenta al Otro colonizado con un carácter
subalterno que reserva la facultad de representación (e incluso de compasión) para el
observador-narrador occidental, en las obras de Pontecorvo y Fanon el Otro aparece en
una posición de poder derivada de la lucha armada contra el Colonialismo. Solo cuando
el Otro es capaz de infringir un daño real a su enemigo puede situarse en el mismo
plano y establecer un diálogo real.
¿El horror?
…You have to have men who are moral … and at the same time who are able to
utilize their primordial instincts to kill without feeling … without passion … without
judgment … without judgment. Because it's judgment that defeats us…
Do you smell that? Do you smell that? Napalm, son. Nothing else in the world
smells like that. I love the smell of napalm in the morning. You know, one time we had a
hill bombed, for twelve hours. When it was all over I walked up. We didn't find one of
'em, not one stinkin' dink body. The smell, you know that gasoline smell, the whole hill.
Smelled like … victory
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En http://www.youtube.com/watch?v=AGosYIlXdmU
5
En http://www.youtube.com/watch?v=bPXVGQnJm0w
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http://en.wikipedia.org/wiki/Heart_of_Darkness#Readings
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el lenguaje cinematográfico se puede permitir una serie de omisiones textuales
perfectamente compensadas por la construcción de la atmósfera en el filme. Por ello
creemos que en ambas obras se presentan con nitidez los cuatro planos de lectura
señalados.
Para el trabajo que nos ocupa, puesto que nuestro objetivo es analizar la manera
en que es representado el Otro colonizado, creemos que no tendría sentido decantarnos
o dar preeminencia a uno de los planos sobre el resto, puesto que en las cuatro
dimensiones aparecen aspectos cruciales para la representación del Otro. Por ello vamos
a detenernos en elementos de las cuatro dimensiones planteadas que nos van a servir
para organizar el presente epígrafe.
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de extraer los elementos esenciales del texto de Conrad, prescindiendo de aspectos
secundarios referidos a su contexto y a su estructura narrativa particular
(necesariamente distinta a la de un guión para el cine, como decíamos).
http://www.youtube.com/watch?v=5MtitPa_dos
Any man brave enough to fight with his guts strapped on him can drink from my
canteen anyday dice el Coronel Kilgore mientras se dispone a ofrecer agua a un
combatiente vietnamita moribundo, para dejarle de prestar atención inmediatamente,
avisado de la presencia de un soldado que sabe surfear.
Creemos que las dos referencias con las que iniciábamos este epígrafe son
suficientemente reveladoras de esta unicidad del emisor que reduce al Otro a sujeto
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pasivo de la reflexión sobre sí mismo del que tiene el poder de enunciar. Por si quedara
alguna duda, las declaraciones de Coppola a propósito de las intenciones del filme son
de una claridad meridiana: mi película no es sobre Vietnam, es Vietnam7, es decir,
tenemos un Vietnam que aparece como terapia, como exorcismo de un sentimiento de
culpa8.
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Citado en Cowie (1990:130)
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Sobre las consecuencias psicológicas de la guerra para los militares y torturadores franceses en Argelia
hay páginas valiosísimas en el quinto capítulo de “Los Condenados de la Tierra”, fruto del trabajo de
Fanon como psiquiatra, que podrían servir para una exploración ulterior de los personajes atormentados y
enloquecidos que el cine estadounidense sobre Vietnam tanto ha popularizado.
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La traducción es nuestra aunque, en este caso, no estamos seguros de que sea del todo correcta. El texto
original es el que sigue: as setting and backdrop which eliminates the African as human factor. Africa as
metaphysical battlefield devoid of all recognizable humanity, into which the wandering European enters
at his peril. Can nobody see the preposterous and perverse arrogance in thus reducing Africa to the role
of props for the break-up of one petty European mind.
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zancadas con sus largas piernas negras a través del resplandor, al tiempo que agitaba
unos largos brazos negros (2005:120). El propio efecto buscado por el autor al insistir
en el color de los brazos y las piernas de una figura (ni siquiera un ser humano con un
género que se llegue a especificar) identifica toda la carga simbólica de la oscuridad con
el cuerpo del colonizado.
http://www.youtube.com/watch?v=5N1o8zQGmTI
http://www.youtube.com/watch?v=7HdHrZSEPf4
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Quizá esta fuera la única interpretación posible en el ambiente ideológico en el que se rodó la película
pero a día de hoy, basta recordar que en febrero de 2005 el partido de Sarkozy votó a favor de una ley que
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escena de sexo entre Willard y la joven francesa (Aurore Clément) no deja de ser una
afirmación de la identidad cultural, un yo/nosotros del colonizador. Podemos ver
algunos fragmentos de la escena en el siguiente tráiler de la versión “redux” de la
película:
http://www.youtube.com/watch?v=FUT5C1znk6o
Este plano simbólico nos sirve no tanto para contestar la pregunta de si “El
corazón de las tinieblas” y “Apocalypse Now” justifican o no el Colonialismo o el
Neoimperialismo, sino a si hay mecanismos valorativos racistas en las dos obras. A
nuestro juicio, estos forman parte del metarelato de ambas.
Hay que recordar que sobre este intento de vincular el desarrollo cultural con la
evolución biológico-racial se construyó, al menos desde los estudios de Herbert
Spenser, lo que se conoce como darwinismo social. De este modo, la Ilustración
europea se dotaba de un concepto chovinista de progreso que establecía una línea
evolutiva desde el “primitivismo” hacia la civilización ilustrada. Esta construcción de
las nociones de evolución en los planos social, cultural y hasta biológico-racial no solo
impregna la novela de Conrad sino que forma parte también de algunos de los pilares
sustentantes de buena parte del pensamiento europeo, incluidas ciertas corrientes del
marxismo ortodoxo o eurocéntrico que Fanon criticó con lucidez.
Sin embargo no estamos, por mucho que algunos, desde una discutible lectura de
Said, se empeñen (Mignolo, 2008) ante un problema de orden epistémico derivado de
cosmovisiones civilizatorias diferentes, sino ante las bases ideológico-políticas, en ese
plano de conocimiento constituido por ideas no políticas; esto es, ideas eruditas,
exigía que los maestros franceses y los libros de texto reconocieran el papel positivo de la presencia
francesa en el exterior. Los colonos de la película de Conrad mandan hoy en Paris.
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académicas, imparciales y suprapartidistas (Said, 2008: 31) que justifican un conjunto
de dispositivos de dominación y explotación colonial.
Como continúa diciendo Said, nadie ha inventado un método que sirva para
aislar al erudito de las circunstancias de su vida, de sus compromisos (conscientes o
inconscientes) con una clase, con un conjunto de creencias, con una posición social o
con su mera condición de miembro de una sociedad (ibídem). Efectivamente Conrad
era un hombre de su tiempo que no leyó a Franz Boas, quien demostró que no hay
relación necesaria entre raza lengua y cultura y seguramente la principal aspiración
artístico-política de Coppola era explorar el subconsciente estadounidense. Sin
embargo, como decíamos en otro lugar, para entender la subalternidad en términos
socio-raciales, lo que hoy nos queda esencialmente es una polarización entre blancos y
no blancos y no porque la raza caucásica (en especial los varones) y sus dispositivos
culturales de raíz judeo-cristiana estén en lo más alto de una suerte de pirámide
biológica, sino porque el desarrollo del Capitalismo histórico hizo de Europa su centro
de comando (Iglesias Turrión, 2007: 265).
Decíamos también que la interpretación nos parece más viable desde el plano
psicoanalítico que desde el psicológico, dada la lucha que se presenta entre un ello que
se identifica con una estado pre-moral y pre-civilizado que encarna el Kurtz devorado
por la selva (su propio ello y, aparentemente, el de todos nosotros) y un super-yo que se
identifica con Marlow/Willard en su lucha por no caer en las tinieblas de sí mismo (el
peligro constante de la selva amenazante). Como escribe Freud el ello es totalmente
amoral; el yo se esfuerza en ser moral y el super-yo puede ser “hipermoral” y hacerse
entonces tan cruel como el ello (1983[1923]: 43)11. En la novela pero sobretodo en la
película, Marlow/Willard representa el super-yo adentrándose en el interior del ello
(Kurtz) para acabar con él.
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En la teoría psicoanalítica el ello representa básicamente nuestra parte inconsciente contenedora de las
pasiones, el yo nuestra exterioridad racional y el super-yo o “ideal del yo” el reino de la conciencia moral,
que Freud identifica con la idea del padre que se construye en la infancia. Véase Freud (1983 [1923]).
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Como ha hecho notar Slavoz Zizek, desde una lectura lacaniana de la película,
la figura de Kurtz no es [solamente] un recordatorio de un cierto pasado bárbaro, sino
el resultado necesario del moderno poder occidental en sí mismo. Kurtz fue un perfecto
soldado que a través de si auto-identificación con el sistema de poder militar llega a los
excesos que el propio sistema debe eliminar. El elemento de comprensión esencial de
Apocalypse Now es que el poder genera sus propios excesos… (2006)12. Como se
vuelve a confirmar, el Otro vuelve a ser una simple excusa en la exploración terapéutica
del yo/nosotros.
Por último, desde una perspectiva estrictamente política, a partir de los años
sesenta, con el auge de las luchas de liberación nacional en todo el mundo, la novela
empezó a interpretarse en clave anti-imperialista (las alusiones de Marlow al imperio
romano facilitaba esta interpretación). Sin duda la versión de Coppola parece ir en esta
dirección pero, como vamos a señalar en el próximo epígrafe, incluso en esta
perspectiva que vendría a justificar al colonizado éste sigue ausente apareciendo, en el
mejor de los casos, como mero sujeto pasivo de la compasión o de la auto-degradación
del colonizador.
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La traducción es nuestra.
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La lucha armada como voz del Otro colonizado
Del mismo modo que la biografía de un aventurero como Conrad es clave para
entender “El corazón de las tinieblas” y determinar, de alguna forma, el contexto y las
circunstancias desde las que escribe (el lugar de enunciación), la vida de Frantz Fanon
resulta también determinante para saber contra quien y desde donde “dispara” sus
argumentos.
Fanon es negro, nace en isla caribeña La Martinica (colonia francesa todavía hoy
dependiente del Estado francés) en 1925, en el seno de una familia de clase media, lo
que le permite cursar estudios secundarios y ser alumno de Aimé Césaire. El autor de
“Discours sur le colonialisme” y “Toussaint Louverture; la Révolution française et le
problème colonial” (un trabajo fundamental sobre la revolución haitiana) se convertirá
con los años en la principal influencia en el pensamiento político de Fanon.
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Fanon regresó posteriormente a Francia, donde estudió psiquiatría bajo la
dirección del exiliado republicano catalán Francesc Tosquelles, uno de los creadores de
la psicoterapia institucional que será la segunda gran influencia en el pensamiento de
Fanon. Después se trasladó a Argelia para trabajar como psiquiatra. Allí terminó
convirtiéndose en un cuadro político y una referencia intelectual determinante para el
Frente de Liberación Nacional, de cuyo gobierno provisional llegó a ser embajador en
Ghana.
“La batalla de Argel” de Gillo Pontecorvo, por su parte, es una de las obras
maestras del cine político. La película narra algunos episodios de la Guerra de
independencia argelina que trascurren en la capital Argel, en un contexto de
enfrentamiento asimétrico entre la organización clandestina del FLN y las unidades
militares de elite del ejército francés.
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de su mensaje, para aleccionar a sus oficiales es quizá la mejor prueba de su inmenso
valor político.
Tanto los atentados contra civiles franceses (los pied noirs) como la tortura
empleada de manera sistemática y organizada por los paracaidistas franceses en los
interrogatorios a los sospechosos de pertenecer al FLN, se presentan sin ninguna
pretensión de estetización o dramatización, sino tal y como son, como dispositivos si no
inevitables, al menos sí totalmente “razonables” en un contexto de guerra asimétrica,
como veremos al referirnos los comentarios del Coronel Mathieu (que representa al
General Massu y al Coronel Bigeard, jefes de los paracaidistas que intervinieron en
Argelia) y del jefe del FLN arrestado y “suicidado” por los paracaidistas, Mohammed
Larbi Ben M'hidi (interpretado por el propio Saadi Yacef, que fue el jefe militar del
FLN en Argel).
http://www.youtube.com/watch?v=YJjq43LsnXE
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Escribía Immanuel Wallerstein en 1979, más de 15 años después de la muerte de
Fanon y de la publicación de “Los condenados de la Tierra” que releer a Fanon a la luz
de la historia de los movimientos revolucionarios durante el siglo XX nos debería llevar
a un análisis más detallado de las realidades de la estructura de clases (2004 [1979]:
47). Precisamente es ese tipo de lectura la que nos permite situar el Colonialismo y la
representación del Otro en sus justos términos.
Uno de los representantes con más éxito editorial del primer grupo, Walter
Mignolo, al que hemos tenido la oportunidad de tratar y con el que, junto a otros
colegas, tuvimos la suerte de mantener una encendida y fructífera polémica recogida en
el volumen “Las vertientes americanas del pensamiento y el proyecto des-colonial”,
reclamaba esa centralidad de los sujetos alterizados y llamaba la atención sobre las
eventuales consecuencias de tal emergencia en el pensamiento crítico. Para Mignolo, la
presencia del Otro subalterno implica en sí misma una ruptura epistemológica (2008:
181 y ss.) respecto al conjunto del pensamiento de matriz cultural colonial,
ontológicamente incapaz, para Mignolo, de “pensar” al Otro en sus justos términos.
Consideramos que esta no solo es una mala lectura de Said sino, como ya
dijimos en otra ocasión, un secuestro inaceptable del pensamiento de Fanon
(Iglesias/Espasandín/Errejón, 2008).
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Coppola es la interpretación y el valor que se da al Otro, pero el punto de enunciación
(mitificante en todos los casos) es más o menos el mismo13.
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caso argelino como objetos de análisis, Fanon describe los caracteres de las
subjetividades hiperexplotadas de las regiones periféricas colonizadas del planeta (los
parias, los Otros por excelencia) y estudia su potencial revolucionario. Analizando la
estructura de clases en el mundo colonial y partiendo de su experiencia política en
Argelia, Fanon señala algunas de las claves estratégicas para la emancipación en el
contexto de las luchas de liberación nacional. En el pensamiento de Fanon,
emancipación, visibilización y lucha armada forman parte de una misma gramática
-Señor Ben M´hidi, ¿no encuentra un poco vil utilizar las cestas y las bolsas de
sus mujeres para transportar los explosivos que matan a tantos inocentes?
-¿Y a usted. no le parece más vil lanzar sobre los pueblos indefensos bombas de
napalm que hacen diez veces más víctimas inocentes? Claro, si tuviéramos unos
aeroplanos para nosotros sería más cómodo. Deme sus bombarderos y nosotros le
dejaremos nuestros cestos.
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Véase http://www.hagshama.org/es/recursos/print.asp?id=1807
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Sin embargo, es cuando Mathieu es interpelado por los periodistas cuando
vemos la verdadera dimensión del poder del Otro. Los franceses no torturan por odio
sino por necesidades políticas. El reconocimiento de esto pone al descubierto no solo el
poder de la resistencia argelina sino la verdad del Colonialismo ¿Hay una forma más
radical de alterar el poder geográfico de la enunciación?
-Las preguntas ya han sido hechas. Sólo querría unas respuestas más exactas,
nada más.
-¿Y quien hace explotar las bombas en lugares públicos respeta la legalidad?
Cuando le hicieron esta pregunta a Ben M´hidi, recuerden lo que contestó: No, señores,
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créanme, es un círculo vicioso. Y podríamos discutir durante horas sin llegar a
conclusiones. Porque el problema no es éste. El problema es: el FLN nos quiere echar
de Argelia y nosotros queremos quedarnos. Ahora bien, a mí me parece que con
matices distintos estamos todos de acuerdo en que debemos quedarnos. Y cuando
comenzó la rebelión no había siquiera matices distintos. Todos los periódicos, incluso
los de izquierda pidieron que fuera sofocada. Nosotros hemos sido mandados aquí para
eso. Y nosotros, señores, no somos ni locos ni sádicos. Los que hoy nos dicen fascistas
olvidan el apoyo que muchos de nosotros ha dado a la Resistencia. Los que nos dicen
nazis no saben que entre nosotros hay supervivientes de campos de concentración
alemanes. Somos soldados y tenemos el deber de vencer. Por lo tanto, para ser exactos
ahora les hago yo una pregunta: ¿Francia debe quedarse en Argelia? Si siguen
contestando que sí tienen que aceptar todas las consecuencias necesarias.
La película recibió algunas críticas por presentar al jefe de los torturadores como
un hombre con un pasado político-militar impecable, de maneras educadas que
demuestra además su nobleza al manifestar su admiración por Ben M´Hidi, como
podemos ver en la escena.
Por el contrario, las palabras y las formas sosegadas tanto de Ben M´Hidi como
de Mathieu son el frío lenguaje de la continuación de la política por otros medios. Son
la verdad política.
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describir perfectamente, a nuestro entender, el machismo inherente a “La madre” de
Máximo Gorki sin que ello reste valor literario e histórico a la novela y sin poner en
cuestión las intenciones revolucionarias y de avance social de su autor.
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REFERENCIAS CITADAS
-KAUFMAN, M.T. (2003): “What Does the Pentagon See in Battle of Algiers?”. The
New York Times, 3 de Diciembre. Disponible en:
http://www.rialtopictures.com/eyes_xtras/battle_times.html (Consulta: 13/3/09).
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-SAID, E. (2008): Orientalismo. Barcelona: Mondadori [Primera edición en inglés de
1978].
-SOLINAS, P.N. (2004): “An Interview with Franco Solinas”, en The Battle of Algiers
(Criterion Collection DVD).
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