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La persona evita discutir por tres razones principales. De niño, le temía a las fuertes tormentas que golpeaban su casa. Ahora cree que después de la tormenta viene la calma y prefiere evitar el conflicto para poder disfrutar de la vida. Amar la vida es otra gran razón para no discutir.
La persona evita discutir por tres razones principales. De niño, le temía a las fuertes tormentas que golpeaban su casa. Ahora cree que después de la tormenta viene la calma y prefiere evitar el conflicto para poder disfrutar de la vida. Amar la vida es otra gran razón para no discutir.
La persona evita discutir por tres razones principales. De niño, le temía a las fuertes tormentas que golpeaban su casa. Ahora cree que después de la tormenta viene la calma y prefiere evitar el conflicto para poder disfrutar de la vida. Amar la vida es otra gran razón para no discutir.
De niño, me generaba temor la fuerte lluvia que golpeaba
nuestra pequeña casa. El cielo abigarrado y lleno de flashes chocaban con ímpetu en la estructura, sin piedad. Al final de la jornada, solo quedaba el temor que se disipaba con el olor a humedad y naturaleza fresca.
Mi muy estimado lector, sabiendo que después de la tormenta
aparece la calma, soy de los que apunta a una dirección contraria y evita el conflicto. Hay otras maneras de percibir el dulce olor del rocío de la mañana, eso es en mi opinión, amar la vida, y es otra aplastante razón para evitar discutir.