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El documento discute que la belleza es subjetiva y depende de la persona. Aunque las opiniones sobre lo que es bello o feo varían, las personas pueden vivir juntas en sociedad sin necesidad de ponerse de acuerdo, siempre que se toleren y respeten las diferentes percepciones estéticas de los demás. La diversidad de gustos estéticos puede enriquecer la experiencia humana y la vida en comunidad si se acepta que no hay un único estándar de belleza.
El documento discute que la belleza es subjetiva y depende de la persona. Aunque las opiniones sobre lo que es bello o feo varían, las personas pueden vivir juntas en sociedad sin necesidad de ponerse de acuerdo, siempre que se toleren y respeten las diferentes percepciones estéticas de los demás. La diversidad de gustos estéticos puede enriquecer la experiencia humana y la vida en comunidad si se acepta que no hay un único estándar de belleza.
El documento discute que la belleza es subjetiva y depende de la persona. Aunque las opiniones sobre lo que es bello o feo varían, las personas pueden vivir juntas en sociedad sin necesidad de ponerse de acuerdo, siempre que se toleren y respeten las diferentes percepciones estéticas de los demás. La diversidad de gustos estéticos puede enriquecer la experiencia humana y la vida en comunidad si se acepta que no hay un único estándar de belleza.
“Sin embargo, en el campo de la estética, para la vida en sociedad no hace falta
ponerse de acuerdo sobre lo que es bello y lo que es feo; la gente puede vestir como a otras personas les parezca feo y viceversa, sin que ello suponga un problema para convivir en la misma ciudad.” (pàg 71, 2n paràgraf)
Este es un punto interesante para reflexionar sobre la naturaleza subjetiva de la
belleza y la importancia de la diversidad en la percepción estética. La belleza es una cuestión altamente subjetiva y puede variar significativamente de persona a persona, de cultura a cultura e incluso de momento a momento. Lo que es hermoso para una persona puede ser considerado feo por otra. Sin embargo, a pesar de estas diferencias en la percepción estética, las personas pueden vivir juntas en una sociedad sin que sea necesario ponerse de acuerdo sobre lo que es bello y lo que es feo. Esto es posible gracias a la tolerancia y el respeto por la diversidad de opiniones y gustos estéticos. En lugar de imponer un estándar único de belleza, es importante reconocer que cada persona tiene sus propias preferencias y gustos, y que todos ellos son igualmente válidos. Esto nos permite celebrar la diversidad y la singularidad de cada individuo, lo que puede enriquecer nuestra experiencia estética y nuestra vida en sociedad. En resumen, la belleza es subjetiva y puede variar significativamente de persona a persona. Sin embargo, podemos vivir juntos en una sociedad sin ponernos de acuerdo sobre lo que es bello y lo que es feo, siempre y cuando respetemos y celebremos la diversidad de opiniones y gustos estéticos.