Era una mañana tranquila, hasta aburrida de lo cotidiana que era, ZkE ( o mas conocido como

Zeta) abre sus ojos brillantes como faroles, observa sus brazos metálicos y desconecta un cable de
su nuca.

Una voz bastante artificial resuena en su cabeza

-Buen día unidad ZkE No.0025 Serie 3-

Zeta responde

-Te eh dicho que dejes de llamarme así-

La voz en un tono inexpresivo responde

-Lo siento, pero no puedo cambiar ese comando si no es ejecutado por el creador-

Zeta comienza a acomodar unos papeles con movimientos tan fluidos como los de un humano

La voz vuelve

-Recuerda realizar el reemplazo de tus engranes X1 y H5, además del mantenimiento de tu bobina
de Tesla-

Zeta casi furioso dice

-Si si si, ¿puedes mostrarme mi horario para hoy? –

-El día de hoy has planeado lo siguiente:

1. Comprar refacciones en 5DS

2. Visitar a la señora Roxy
3. Recoger tu casa
4. Contemplar el horizonte y realizarte preguntas introspectivas y profundas acerca sobre la
naturaleza de la existencia
5. Hacer pan
6. Terminar tu investigación sobre los Geckos Kamikaze

-Vaya parece un día atareado, mejor me pongo en marcha-

Antes de salir, Zeta contempla una foto de un anciano de gran barba y con unos lentes graciosos
con gran melancolía

-Te extraño papá-

Ese hombre era Christopher L.

Gran genio e inventor el cual creo la base para los Deckers

Seres mecánicos parecidos a seres humanos que cumplían ciertos propósitos

En el caso de Zeta, probar la inteligencia Artificial

El es el único de los Deckers que queda ya que la gente no se acostumbró a usarlos

Pero Zeta, tiene toda la percepción de un ser vivo, y sus capacidades de aprendizaje, lo único que
lo diferencia de los humanos es lo que no hay en su pecho.

Ya era bastante tarde y Zeta acababa de terminar la visita con Roxy, una amable anciana ciega que
lo trataba como alguien normal.

Tal vez no era discriminado, pero es cierto que tenía un trato ´´especial´´.

-Parece que la casa no la voy a arreglar hoy tampoco, aunque aun me sobra tiempo para ir a la
Shining Tower-

El lugar favorito de Zeta para pensar