Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Manifiesto Humanitsa 2000
Manifiesto Humanitsa 2000
I. Preámbulo
El humanismo es una perspectiva ética, científica y filosófica que ha cambiado
el mundo. Su patrimonio comenzó a fraguarse con los filósofos y poetas de las
antiguas Grecia y Roma, en la China de Confucio y con el movimiento Carvaka
de la India clásica. Artistas, escritores, científicos y pensadores humanistas han
dado forma a la edad moderna desde hace medio milenio. En realidad, el
humanismo y el modernismo aparecen como sinónimos con mucha frecuencia,
porque las ideas y valores humanistas expresan precisamente la renovada
confianza en el poder de los seres humanos para resolver sus propios
problemas y conquistar fronteras inexploradas.
El humanismo moderno eclosionó durante el Renacimiento. Contribuyó al
desarrollo de la ciencia moderna. Durante la Ilustración hizo germinar nuevos
ideales de justicia social e inspiró las revoluciones democráticas de nuestro
tiempo. El humanismo ha colaborado en la construcción de una nueva
perspectiva ética, que subraya los valores de la libertad y la felicidad, así como
las virtudes de los derechos humanos universales.
Los firmantes de este manifiesto creemos que el humanismo tiene mucho que
ofrecer a la humanidad de cara a afrontar los problemas del siglo XXI e incluso
los del nuevo milenio. Muchas de las viejas tradiciones e ideas a las que la
humanidad se ha adherido han dejado de ser relevantes ante las realidades
actuales y las oportunidades futuras. Necesitamos renovar el pensamiento, si
queremos hacer frente a la sociedad global que está emergiendo ahora, y
renovar el pensamiento es precisamente el sello distintivo del humanismo. Por
eso presentamos el Tercer Manifiesto Humanista, como un llamamiento a favor
de un nuevo humanismo planetario.
Las siguientes recomendaciones se ofrecen con modestia, pero también con la
convicción de que pueden contribuir a un diálogo entre los diferentes puntos de
vista culturales, políticos, económicos y religiosos del mundo. Aunque quienes
suscribimos este documento partimos de principios y valores comunes,
estamos dispuestos a modificar nuestras visiones a la luz de los nuevos
conocimientos, circunstancias cambiantes y problemas imprevistos que vayan
surgiendo. No es posible redactar un Manifiesto Permanente, pero es útil y
juicioso producir un documento de trabajo abierto a revisión..