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John Dewey

El arte como
experiencia

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Paidós Estética 45
John Dewey
Paic.lós Estética
15. M. M. Ronc.1yolo

19.
La dudad
V. Kandinsky y F Marc
EL ARTE COMO EXPERIENCIA
Hl_ji11etcazul
21. L \'l.'ittg:enstl'in
()hsertiaciones sofJre los colores
22 l{. Arnheirn
c'm1siderucím1es sohre la edr1cació11 artística
2.l J.P:1wlik
·'{~oría del colur
24. V. Kandinsky
J)e lo espinlual en el wte
2"1. V. Kandinsky
Pu11tn y línea sohre el plano
26. J. Costa
J,a esquemálica
27 N. Poner
Qué es un discllmior
28. E. Panofsky
Sohre el estilo
31. A. C. D.into
La trcm4lguraci<í11 del !11µ,arcomún
32. C. Geenberg
Arte y cultura
P. Bourdieu y A. Darhel
El amor al a,te
S. Dalí
Carta ahü!Ha a Salmdor J)alí
V. Van Gogh
Carlas a 1beo
L Shiner
La invención del arle
A. C. Oanto
FJ ahlNJ de la helleza
(J. Dickic
El círculo del arte
40. S. Marcido (comp.)
Real/virlllal er1 fa estl!tica y las mtes
41. M. Rothkn
Escritos sohre arte f 1934-1969)
42 E. H. Gombrich y otros
Arte, percepción y realidad
43. O. Cabhrese
El /enµ,uaje del arte
A. M·onegal
J'o!ítica y (po)ética de las imágenes de la guerra
J. Dewey
t:! arte como experiencia
PAIDÓS
Barcelona • Buenos Aires• México
Título original: Arlas experíence
Puhlicadn originalmente en inglés, en 1980, por Pcrigee Books, The Rerkley
Puhlishing Group, Nueva York
This cdition puhlishcd by arrangement with Perigee Books, a mcmher of Penguin
Group (USA)

Traducción y prólogo Je Jordi Claramonte

Cubierta de Mario Eskenazi

A Albert C. Barnes,
en agradecimiento

cultura Libre
© 1934 by Jnhn Dcwey
© del prólogo para la edición castellana, Jordi Claramonte
© de la traducción, JorJi Claramonte
© 2008 Je todas las ediciones en castellano,
Ediciones Paidós Ibérica, S. A.
Av. Diagonal, 662-664 - 08034 Barcelona
www.paidos.com

ISBN, 978-84-493-2118-4
Dep(isito legal: B. 10.551-2008

Impreso en Hurope, S. L.
Lima, 3 - 08030 Barcelona

Impreso en España - Printed in Spain


SUMARIO

A modo de prólogo: algunas ideas para leer con Dewcy,


de jordi Claramonte . . . XI
Prefacio 1

l. La criatura viviente 3
2. La criatura viviente y ,las cosas etéreas, 23
3. Cómo se tiene una experiencia 41
4. El acto de expresiún 67
S. El objeto expresivo 93
6. Sustancia y forma . . . 119
7. La historia natural de la forma . 151
8. La organización de las energías . . 183
9. La sustancia común de las artes 211
10. La sustancia variada de las artes 241
11. La contribución humana 277
12. El reto a la filosofía 307
13. Crítica y percepciún 337
14. Arte y civilizaciún 369

Índice analítico y de nombres . . . 397


Lista de ilustraciones . . . . 405

IX
A MODO DE PRÓLOGO:
ALGUNAS IDEAS PARA LEER CON DEWEY

Leer a Dewey a principios del siglo XXI supone romper el cer-


co, salirse del circuito cerrado que en las últimas décadas se ha
impuesto en el campo de la estética y la teoría de las artes. Las te-
orías hegemónicas sobre todo en el contexto nortea1nericano,
1

han funcionado como wrapper theories, 1 •teorías-envoltura• que


pretenden presentar transparentemente, contener y conservar su
ohjeto, sin cuestionarlo ni considerarlo en una dimensión eva-
luativa. Con ello se consigue quizás una buena descripción de la
situación de hecho y se renuncia por completo a indagar las hon-
das implicaciones antropológicas, sociales y políticas de las prác-
ticas artísticas en tanto tales, aun de las más «autónomas". Sólo
mediante ese orden teórico se han podido asumir sin rubor defi-
niciones que limitan el arte a aquello aceptado como tal por las
instituciones del gusto -por muy vaga que pueda ser tal catego-
ría- o sancionado por la historia establecida de determinada
práctica o escuela.
Este libro no engarza pues, y bueno es avisarlo, con ninguna
de esas tradiciones hegemónicas en el dominio de la estética y la
teoría de las artes. Se trata de un libro extraño. No podemos li-
mitamos a clasificarlo como una «estética pragmatista" sin más,
cuando es obvio que el holismo y el organicismo que Dewey ar-

l. Así define algunas teorías de raíz_analítica Richard Shusterman en su muy reco-


mendable Estética pra¡.:amatista, Barcelona, Idea Books, 2002, pág. 50 y ss.

XI
tintla a lo largo de todo el lihro exceden el marco más común- denominó "autonomía relativa" 4 y para ello tuvo que aludir críti-
mente reconocido del pragmatismo. No cahe duda, además, de camente, corno hacernos ahora nosotros, al trabajo de Dewey.
que dichos rasgos pueden haber dificultado la recepción de su
estética en el mundo intelectual norteamericano hasta el punto
de haber quedado -hasta la fecha- prácticamente fuera de las Para dar salida a ese doble interés es imprescindible que em-
principales corrientes de pensamiento estético. prendamos ajustes de envergadura en nuestros sistemas de pen-
Podemos decir sin temor a exagerar que la estética de De- samiento estético. Y resulta que Dewey y su estética .son claves
wey, corno la de Lukács, 2 que no queda tan lejos por otra parte, imprescindihles precisamente para el replanteamiento relacional
ha si<lo consistcnte1nente ignorada durante más de cincuenta de nuestra epistemología y nuestra teoría de la praxis: El medio
años, 3 aunque quizá tanto con la de un autor corno con la del de expresion en el arte--clice Dewey- no es ni objetivo ni subje-
otro nos encontretnos en un buen 1nomento para pensar por qué tivo, es la materia de una nueva experiencia en que ambos han
pueden ahora sernos interesantes. cooperado de tal manera que ninguno tiene existencia por sí mis-
mo. En ese sentido los agentes que son relevantes en el arte no
pueden ser sino los "modos de relación" que se proponen en
Este interés quizá provenga de la doble necesidad que ahora cada obra de arte, modos de relación que afectan a la percepción y
experimentamos con toda claridad, necesidad por un lado de la rearman, que desde su específica codificación estética son ca-
pensar la medida en que toda la práctica artística de la moderni- paces de alcanzar la organización más general de la experiencia
dad, la dimensión toda de lo estético en nuestras vidas, es irre- infiltrándose desde lo más extraordinario a lo más cotidiano,
nunciablemente autónotna, en el sentido <le funcionar según sus transformando el mundo --en tanto repertorio estahlecido de
propias normas internas, constituyendo por ello uno de los pun- gramáticas situacionales- callada y discretamente, sin pretender
tales de la libertad moderna al no someterse a los dictados de la establecer nuevos catecismos que reemplacen a los ya existentes.
tnoral, la religiún o las convenciones de lo políticamente correc- En ese sentido, cuando todo apunta a que la mente podría con-
to. Y al mismo tiempo, ese interés puede proceder de la necesi- siderarse corno un repertorio de procedimientos para tratar las si-
dad complementaria de pensar también cómo dicha autonomía tuaciones en que nos encontramos, el pensamiento hegemónico
no comparece por C<)lnpleto desconectada de nuestras posibili- ha transformado la mente en una cosa y los modos de acción vi-
dades perceptivas y relacionales, puesto que no sanciona 1 o no vos y adaptativos en una sustancia subyacente que ejecuta, con
debería hacerlo, una fragmentación que nos aísla y nos confina. más o menos eficiencia, tal o cual actividad.
Della Volpe agmpó ambas lineas de pensamiento en la que Sin caer en ningún orden de determinismo, puesto que no se
ahandona jamás una concepción fundamentalmente activa y ge-
2. Y <ll'hería ser obvio que los cuatro lomos de su monumental Estética no pueden nerativa de la mente y el organismo, podernos advertir que uno
obviarse haciendo referencia de oídas a la disputa entre Luckúcs y Brecht o a su supuesto
apoyo al «realismo socialista",
de los rasgos centrales del pensamiento estético de Dewey será
.). Bastanti:s más si consideramos que fue publicada por vez primera en el año una suerte de naturalismo somático, que husca fundamentar sus
1954, siendo traducida al castellano en 191Í1. Esa única traducción, que por lo demás ha
servido de basi: J esta edici(m, estaba plagada de errores, imprecisiones y hasta de afirma-
ciones qtll' so.stcnían justo lo contrario que i:1 texto original. Obviamente hemos hecho lo 4. "Autonomía relativa" que mejor podría denominarse «autonomía relacional» o "au-
posible por corregirhl y ofrecer al lector en castellano una versl(m decente de la obra de tononüa modal" en función de su engranaje con los •modos <le relación- que constituyen
Dev.,.·ey. lo estético.

XII XJII
ideas sobre la estética en las necesidades naturales determinadas Pero al mis1no tiempo, aclara Dewey, el arte nunca sirve a
por la constitución y las actividades del organismo humano. este o aquel modo de vida, sino a aquello más vivo que hay en
Este organicistno o naturalismo so1nático sirve para definir el nosotros, a lo generativo: la fuerza activa de que hablaran Moritz
alcance del concepto de ,forma», obviamente central para toda re- y Goethe, la natura naturans de los renacentistas.
flexión estética. La »forma» que en Dewey se delimita a partir de su Por eso, si hay una •política• del arte se tratará de la que con-
funcionalidad vital está conectada con los ritmos fundamentales siste en hacernos más inteligentes, más sensibles y en mantener
de relación del ente vivo en su interacción constante y definitoria nuestras herramientas afiladas y listas para la acción, como pedía
con su entorno. Y ésa es precisamente una de las direcciones en Ezra Pound.
las que la estética de Dewey ha ido ganando en importancia. Se trata, en términos de Castoriadis, de una política de lo ins-
tituyente frente a lo instituido.
Y en esto nos situamos, antropológicamente, justo en el lado
En la medida en que todo arte surge como producto de la opuesto de lo que las «teorías institucionalistas• dan en reconocer
interacción entre el organismo vivo y su medio, en forma de una como arte. Determinada práctica artística no lo es por haber sido
c_onstante reorganización de las energías, las acciones y los mate- reconocida como tal por una institución: lógica1nente dicho reco-
nales, queda asegurada desde el inicio una potente base sobre la noci1niento no puede sino ser una consecuencias -y no una
~ue asentar los postulados de universalidad de la experiencia es- causa, ni siquiera un síntoma- de su consistencia modal espe-
tetica. Con ello se salvan dos obstáculos contrapuestos: de un cífica. Dewey tenderá a ignorar el mencionado reconocin1iento
lado se asegura la rentabilidad antropológica y social del arte y institucional y a pensar que el significado mismo de un nuevo
por el otro se define y constituye la especifidad de la experiencia movimiento importante en todo arte es que expresa algo nuevo
estética. en la experiencia humana, algún modo nuevo, o de nuevo consi-
A este último respecto es obvio que Dewey se preocupa de derado, de interacción de la criatura viviente con su entorno. Y
que no se asimile la experiencia estética a la experiencia tal cual. volvámoslo a decir, lo hace sin ajustarse a precepto.
Una experiencia tiene un funcionamiento estético en la medida En función de esta preeminencia de lo instituyente, si el arte
en que conlleva su propia cualidad individualizante y su autosu- es moral y es educativo, lo es pese a los moralistas y los educado-
ficiencia, basada en poder contar con un patrón y una estructura res, y a menudo en contra de ellos, porque precisamente lo que
específicas que se dan bajo una determinada relación. aporta es siempre la sensibilidad de relaciones, de modos de re-
En lo que respecta a esa rentabilidad de orden antropológico, lación, que aún no han sido momificados por cualesquiera insti-
es patente que el arte »insinúa posibilidades de relaciones huma- tuciones.
nas» posibilidades relacionales que no se ajustan a precepto, del
mismo modo que las ideas estéticas no se ajustan a concepto. Sus
verdades, si así queremos llamarlas, son oblicuas y alimentan un En función de ese interés por lo que de antropológicamente
pensamiento que es generador de antropomorfización de huma- instituyente hay en toda experiencia estética, podemos ver cómo
n_idad de la buena. El arte codifica y hace circular en claves espe- la estética de Dewey retoma elementos centrales de la génesis de
c1f1Cas, fundamentalmente abiertas y polisémicas, posibilidades
perceptivas y situacionales que hemos denominado ,modos de 5. Y como es patente por la historia misma del arte canónico, ni siquiera en tanto
relación». "consecuencia• es del todo fiahle.

XIV XV
la disciplina estética desde la Ilustración. Así, por ejemplo, no po- en cualquier caso. De hecho, en vano buscaremos en Dewey una
demos evitar recordar el papel que en la Crítica del juicio de legitimación de lo que se ha dado en llamar ,,arte relacional,,, 8 1a re-
Kant tienen la noción de «espíritu« y la función vivificadora que lacionalidad que maneja Dewey es mucho más ambiciosa y com-
ejerce sohre nuestras facultades: pleja que los torpes simulacros de socialidad domesticada que,
,,Espíritu, en significación estética, se dice del principio vivifi- hasta ahora, han constituido la mayor parte de dichas prácticas ar-
cante en el alma; pero aquello por medio de lo cual ese principio tísticas. La piedra de toque de tales prácticas la constituye precisa-
vivifica el alma, la materia que aplica a ello, es lo que pone a las mente el 1nismo lineamiento central del arte como experiencia:
facultades del espíritu con Jinalidad en movimiento ... a.firmo que ¿hasta qué punto contrihuyen a una intensificación y ensancha-
ese principio no es otra cosa que la facultad de exposición de ide- miento de la experiencia?, ¿hasta qué punto nos hacen estar más vi-
as estéticas». 6 vos y ser mejores mediante la ampliación y fortalecimiento de los
Traduciendo estos términos a los conceptos y las tesis de De- modos de relación que nos constituyen? Diríase que huena parte
wey, podemos sostener que allá donde el hombre esté más impli- de estas prácticas, como tantas otras, más bien parecen orientadas
cado en intensificar la vida [enhancing lifeF en vez de meramente a intensificar la vida -por llamarle de alguna manera- de la insti-
vivirla, podremos hablar de un comportamiento estético. Es ohvio tución -museo o galería- que las acoge que la vida de las perso-
que nos seguimos alejando de las wrapper theories. los comporta- nas que deberían experimentarla.
mientos estéticos se están definiendo en función de su rentabili-
dad antropológica, una finalidad sin fin que tiene la virtualidad,
como las teorías institucionalistas e historicistas, de adaptarse a las La centralidad para la noción de agencialidad de los modos
circunstancias camhiantes de la producción artística -incluyendo de relación supone replantear la consistencia y la productividad
nuevas e imprevisihles formas de la misma- sin perder por ello la de los principios de recepción estética que, lejos de ser mera
compacidad de una definición operativa. constatación sociológica o formal, devienen elementos de articu-
lación de la experiencia y la identidad.
Y es claramente en la estela de este ,,relacionismo" deweyano
Eso sí, aunque podamos dar por sentado que para Dewey la que ha planteado Rorty su ética estética. En las tesis de Rorty so-
elahoración formal será imprescindible y vendrá dada -<le he- hre la identidad y el sujeto vemos cómo, lejos de considerar a éste
cho- en el proceso 1nis1no de intensificación de la experiencia como una suerte de nucleo estahle y productivo, se tiende a des-
que constituye la productividad artística, no deja de ser evidente crihirlo en tanto colección de "sistemas incompatibles de creen-
que Dewey, como en su día señaló Galvano della Volpe, no cias y deseos»,9 articulación de muy diversos modos de relación
aborda la cuestión específicamente estética, o poética si se quie- que alimentan el deseo ético y estético a la vez de »ensancharse a
re: la correspondiente a la excelencia de las formas necesarias sí mismo" aharcando más posibilidades vitales concibiendo la
para poner en juego esta intensificación de la experiencia. existencia y nuestras facultades sub species aetemitatis --como
La laxitud, seguramente intencionada, de Dewey en la pres- pedía Wittgenstein-, es decir, en su entero espacio lógico, extra-
cripción poética puede dar pie a algunas amhigüedades, limitadas
8. Nicolas Hourriaud, E,;tética relacional, Barcelona, Paidós, 2006.
6. Inmanud Kant, Crilica de/juicio. 9. Tesis desarrolladas fundamentalmente en Richard Rorty Contin¡.:encia, imnía, so-
7. John Dewl'y, F.xperie11ceand Nature. lidaridad, Barcelona, Pai<lós, 1991.

XVI XVII
ñadas de las gramáticas culturales hegemónicas y vueltas a conec- sión, la vivencia, de esos modos de relación y la «incorporación»
tar en diferentes contextos y con diferentes lógicas como si de rea- que de los mi.sinos hacemos en nuestra vida cotidiana.
dy mades situacionales y conductuales se tratara. No tenemos
p~)r qué coincidir con Rorty y su extren1a estetización de la ética:
de hecho Rorty, buscando definir ese »arte de vivir», acaba por En suma, Dewey nos interesa porque, en el sentido más ele-
proyectar las condiciones de exclusividad y escasez que priman vado de la expresión, hace inteligible el arte y la experiencia es-
en el mercado del arte contemporáneo, de forma que se diría que tética sin por ello reducirlos a concepto. Dewey especifica la con-
sólo unos pocos escogidos pueden llevar una vida plenamente sistencia de la autonotnía de lo estético, no como un contrapeso
cumplida en términos estéticos. 10 de la funcionalidad social del arte sino como su piedra de toque.
Nada más lejos del planteamiento radicalmente democrático El arte es tanto más eficaz socialmente cuanto más autóno1no es y
de Dewey. Planteamiento que nada tiene de retórico ni demagó- cuanta más autonomía modal produce. Nos interesa el arte que
gico, puesto que se basa en la constatación de las constantes rít- aumenta nuestra capacidad de obrar y comprender, la agenciali-
micas de interacción con el entorno vivo que nos rodea. dad <le nuestros modos de relación.
Por eso, hoy 1nás que nunca, Dewey requiere ser usado, En una coyuntura histórica en la que el mercado, mucho más
desplegado, así sea para entender el alcance y las posibilidades que en la época en que Dewey esribiera El arte como experien-
de prácticas artísticas tradicionalmente marginales como el hip cia, ha invadido por completo la vida cotidiana y los campos de
hop O el flamenco, o para darle toda su virtualidad y su potencia definición de la identidad misma de sus ciudadanos, no podemos
antropológica a artes sobre las que ya creíamos saber todo. Dirí- sino concluir esta invitación a la lectura enfatizando la medida en
ase que se abre aquí una vía para superar la vieja y torpe distin- que la experiencia estética, en tanto experiencia, es radicalmente
ción entre alta y baja cultura, lo que Dewey nos pide no es un cotnún y radicahnente necesaria, como comunes y necesarias son
análisis sociológico, sino una constatación estética y antropológi- las herramientas conceptuales que Dewey nos propone para que
ca: rítmicamente, en términos 1nodales, tanto nos puede seivir pensemos juntamente la estética y las posibilidades de una vida
Bach como Puhlic Enemy. En la medida en que ambos suponen digna e inteligente.
la indagación y el despliegue de un modo de relación que, en dife-
rentes direcciones sin duda, intensifica y refuerza nuestra capaci-
dad de obrar y comprender. En la medida en que ambos contri-
buyen de un modo específicamente _estético a reforzar nuestra
agencialidad nos encontramos ante prácticas genuinamente artís-
ticas.
Dichas prácticas artísticas, después de Dewey, no pueden
sino ser concebidas como despliegues formalizados de modos de
relación, entendiendo que la experiencia estética es la aprehen-

10. Injustificahlemente, a nuestro juicio, y rroyectando condicionantes histórica-


mente espurios de la producción artística Rorty exige que sólo aquellos sujetos que sean
marcadamente originales y que no se limiten a ejecutar ..variaciones elegantes" de anterio-
re,..,sintaxis modales pueden ser admitidos en el club de los esteras vivientes.

XVIII XIX
PREFACIO

En el invierno y la primavera <le 1931 fui invitado a la Univer-


sidad <le Harvar<l a <lar una serie <le diez conferencias. El tema
elegido fue la Filosofía del Arte; estas conferencias fueron el ori-
gen del presente volumen. Las conferencias se crearon en memo-
ria <le William James, y considero un gran honor que este lihro se
asocie, aunque indirectamente, con este nombre distinguido. Es
también un placer recordar, en conexión con las conferencias, la
invariahle amahili<la<l y hospitalidad <le mis colegas en el Depar-
tamento <le Filosofía <le Harvar<l.
Me encuentro algo desconcertado en/por el esfuerzo de re-
conocer deudas a otros escritores sobre la materia. Algunos as-
pectos <le este reconocimiento pueden inferirse de los autores
mencionados o citados en el texto. Sin emhargo, durante muchos
años he leído sohre el tema, más o menos ampliamente en la lite-
ratura inglesa, algo menos en la francesa y aún menos en la ale-
mana, y he asimilado mucho <le fuentes que no puedo recordar
ahora directamente. Además, mi reconocimiento hacia un cierto
número de escritores es mucho más grande que las alusiones que
pueden reunirse <le ellos en el volumen mismo.
Es más fácil reconocer la deuda que tengo con los que me
han ayudado directamente: el doctor Joseph Ratner me dio cierto
número de valiosas referencias; el doctor Meyer Schapiro tuvo
la honda<l de leer los capítulos xii y xiii, y me hizo sugerencias
que he adoptado lihremente; Irwin Edman leyó gran parte del li-
bro manuscrito y debo mucho a sus sugerencias y críticas; Sidney

1
Hook leyó muchos de los capítulos, y su forma final es de modo l. LA CRIATURA VIVIENTE
amplio el resultado de las conversaciones que mantuvimos (esta
afirmación es especialmente cierta respecto a los capítulos sobre
crítica y el último capítulo). Con todo, mi gran deuda es con el
doctor A. C. Barnes. Ha leído cada uno de los capítulos y las refe-
rencias que hay sobre su obra en este libro tan sólo son una pe-
queña parte de la deuda que tengo con él. _He disfrutado del bene-
ficio de sus conversaciones durante varios años, muchas de las
cuales fueron en presencia de su colección, sin rival, de pinturas.
La influencia de estas conversaciones, junto con la de sus libros,
ha sido el factor principal en la formación de mi propio pensa-
miento sobre la estética. Todo lo que hay de bueno en este volu- Por una de esas irónicas perversidades que a menudo ocu-
men se debe más de lo que yo pudiera decir a la gran obra educa- rren en el curso de los acontecimientos, la existencia de obras de
cional llevada a cabo en la Barnes Foundation. Esta obra, en su arte de las que depende la formación de una teoría estética, se ha
calidad de iniciadora, es comparable a la mejor que se haya hecho convertido en un obstáculo para la teoría 1nisma no en vano, es-
en cualquier catnpo, durante la generación presente, sin excep- tas obras son productos que existen físicamente en lo externo. En
tuar el de la ciencia. Me gustaría pensar que este volumen es una la concepción común, la obra de arte se identifica a menudo con
fase de la extensa influencia que está ejerciendo la Fundación. la existencia del edificio, del libro, de la pintura o de la estatua,
Debo a la Barnes Foundation el permiso para reproducir independientemente de la experiencia humana que subyace en
cierto número de ilustraciones, y a Barbara y William Morgan las ella. Puesto que la obra de arte real es lo que el producto hace
fotografías de las que se hicieron las reproducciones. con la experiencia y en ella, el resultado no favorece la compren-
sión. Además, la perfección misma de esos productos, el presti-
J. D. gio que poseen a causa de una larga historia de indiscutible ad-
miración, crean convenciones que obstruyen una visión fresca.
Cuando un producto de arte alcanza una categoría clásica se aís-
la de algún modo de las condiciones humanas de las cuales obtu-
vo su existencia, y de las consecuencias humanas que engendra
en la experiencia efectiva.
Cuando los objetos artísticos se separan tanto de las condi-
ciones que los originan, como de su operación en la experiencia,
se levanta un muro a su alrededor que vuelve opaca su significa-
ción general, de la cual trata la teoría estética. El arte se remite a
un reino separado, que aparece por completo desvinculado de
los materiales y aspiraciones de todas las otras formas del esfuer-
zo humano, de sus padecimientos y logros. En esta tesitura, se
impone una primera tarea para el que pretende escribir sobre la

2 3
filosofía de las bellas artes. Esta tarea consiste en restaurar la con- conn1emorac1on c1v1ca. Nos dirigimos a ellos como seres huma-
tinuidad entre las formas refinadas e intensas de la experiencia nos con necesidades constituidas por una demanda del edificio en
que son las obras de arte, y los acontecimientos, hechos y sufri- el cual encuentran su satisfacción; no es un examen tal como po-
mientos diarios, que se reconocen universalmente co1no consti- dría emprenderlo un sociólogo en busca de material adecuado a
tutivos de la experiencia. Las cimas de las montañas no flotan sin su propósito. Quien se pone a teorizar sobre la experiencia esté-
apoyo; ni siquiera descansan sobre la tierra, sino que son la tierra tica encarnada en el Partenón, debe darse cuenta, al pensar en
en una de sus operaciones 111anificstas. Es asunto de los que es- ello, de lo que tiene en común la gente en cuya vida está aquél,
tán dedicados a la teoría de la tierra, geógrafos y geólogos, hacer como creadora y como espectadora, con la gente de nuestras
este hecho evidente con sus diferentes implicaciones. El teórico propias casas y nuestras propias calles.
que quiere tratar filosóficamente de las bellas artes tiene que A fin de entender lo estético en sus formas últimas y aproba-
cumplir una tarea semejante. das, se debe empezar con su materia prima; Con los aconteci-
Si alguien está dispuesto a capitular, y a colocarse en esta posi- mientos y escenas que atraen la atención del ojo y del oído del
ción, aunque sólo sea como experitnento temporal, verá que a hombre despertando su interés y proporcionándole goce mien-
continuación se sigue una conclusión a primera vista sorprendente. tras mira y escucha. Los espectáculos que detienen a la muche-
A fin de entender la significación de los productos artísticos, ten- dumbre; el coche de bomberos que pasa veloz; las máquinas que
dremos que olvidarlos por el momento y hacernos a un lado, para cavan enormes agujeros en la tierra; la mosca humana trepando
recurrir a las fuerzas y condiciones ordinarias de la experiencia la torre; el hombre encaramado en la cornisa, arrojando y atra-
que no acostumbramos a considerar con10 estética. Tenemos que pando flechas encendidas. Las fuentes del arte en la experiencia
llegar a la teoría del arte por medio de un rodeo. La teoría se ocu- humana serán conocidas por aquel que ve cómo la tensión gra-
pa de la comprensión, de la intuición, no sin exclamaciones de ciosa del jugador de pelota afecta a la multitud que lo mira; quien
admiración y estímulo para esa explosión emocional que se lla- nota el deleite del ama de casa arreglando sus plantas y el pro-
ma, a menudo, apreciación. Es posible gozar de las flores por sus fundo interés del hombre que planta un manto de césped en el
formas, colores y por su delicada fragancia, sin saber nada sobre jardín de la casa; el gusto del espectador al atizar la leña ardiendo
la biología de las plantas. No obstante, si uno trata de entenderel en el hogar mientras observa crepitar las llamas y el desmoronar-
proceso por el cual las plantas florecen, tiene que investigar algo se de las brasas. Si se pregunta a esta gente por la razón de sus
sobre las interacciones del suelo, el aire, el agua y la luz solar que acciones dará, sin duda, respuestas razonables. El hombre que re-
condicionan el crecimiento de estos seres vivos. mueve los trozos de leña ardiendo dirá que lo hace para que el
Por convención, el Partenón es una gran obra de arte. Sin em- fuego arda mejor; no obstante, no permanece como un espec-
bargo, sólo tiene un rango estético cuando la obra llega a ser la ex- tador frío, sino que observa, fascinado, el drama colorido de los
periencia de un ser humano. Y si vamos más allá del goce perso- cambios representados ante sus ojos, y de los que participa ima-
nal, hasta la formación de una teoría sobre esta amplia república ginativamente. Lo que Coleridge dice del lector de poesía es cier-
del arte de la que forma parte el edificio, debemos aceptar desviar to para todo el que se zambulle feliz en las actividades de lamen-
la reflexión hacia los ciudadanos atenienses, bulliciosos, razona- te o del cuerpo: "El lector es estimulado, no sólo o principal-
dores, agudamente sensitivos, con el sentido cívico identificado mente por la curiosidad, o por un incansable deseo de llegar a
con la religión cívica, de cuya experiencia el templo era una ex- la solución final, sino por la agradable actividad de la excursión
presión y que lo construyeron no como obra de arte, sino· como misma».

4 5
El mecánico inteligente, comprometido con su trabajo, inte- cia se confina a las artes. Para muchas personas un halo -mezcla
resado en hacerlo bien y que encuentra satisfacción en su labor de temor e irrealidad- circunda lo "espiritual» y lo "ideal», en tan-
manual, tratando con afecto genuino sus materiales y herramien- to que la "materia" se ha hecho, por contraste, un objeto de des-
tas, está comprometido artísticamente. La diferencia entre tal tra- precio, algo por lo cual hay que dar explicaciones o excusas. Las
bajador y el chapucero inepto y descuidado, es tan grande en el fuerzas que operan en este sentido son aquellas que han despla-
taller como lo es en el estudio. Con frecuencia el producto no zado de los fines de la vida social común la religión lo mismo
atrae el sentido estético de los que lo usan. La culpa, sin embar- que las bellas artes. Estas fuerzas han producido históricamente
go, no es con frecuencia tanto del trabajador como del mercado tantas dislocaciones y divisiones en pensamiento de la vida mo-
para el cual se destina el producto. Si las condiciones y oportuni- derna, que el arte no podía escapar a su influencia.
<la<lesfueran diferentes, se harían cosas tan significativas para el No tenemos que viajar hasta el fin de la tierra, ni retroceder
ojo como las proc.luci<las por los artesanos primitivos. muchos milenios para encontrar pueblos para quienes todo
Las ideas que colocan el arte en un pedestal remoto, penetran aquello que intensifica el sentido de la vida inmediata es objeto
tan sutilmente y están tan extendidas, que n1uchas personas senti- de intensa admiración. Escarificaciones en el cuerpo, plumas flo-
rán repugnancia más bien que agrado, si se les dice que gozan en tantes, trajes vistosos, ornamentos brillantes de oro y plata, de es-
sus acostumbradas recreaciones, en parte al menos, por su cuali- meralda y jade, formaban el contenido del arte, y es presumible
dad estética. Las artes que hoy tienen mayor vitali<lac.1para el hom- que sin la vulgaridad del exhibicionismo de clase que se encuen-
bre de a pie son cosas que no considera como arte; por ejemplo, tra hoy día en hechos similares. Los utensilios domésticos útiles
el cine, el jazz, frecuentemente la página cómica, los relatos pe- e.le la casa, mantos, esteras, jarros, platos, arcos, lanzas, eran de-
riodísticos de amores, asesinatos y correrías de bandidos. Porque corados con tanto cuidado que ahora vamos en su búsqueda y
cuando lo que él conoce como arte se relega al museo o a la gale- les damos un lugar de honor en nuestros museos. Sin embargo,
ría, el incontenible impulso hacia experiencias que se pueden go- en su propio tiempo y lugar, tales cosas eran medios para exaltar
zar en sí mismas encuentra tantos escapes cuantos el ambiente los procesos de la vida cotidiana. En vez de colocarse en nichos
provee. Muchas personas que protestan contra la concepción <lel separados, pertenecían al despliegue de proezas, a la manifesta-
arte como objeto e.lemuseo, sin embargo, comparten la falacia e.lela ción de solidaridad del grupo o del clan, al culto de los dioses, a
que brota aquella concepción. La noción popular proviene de una fiestas y ayunos, a la lucha, a la caza y a todas las crisis rítmicas
separación del arte de los objetos y escenas de la experiencia or- que puntuaban la corriente del vivir.
dinaria, que muchos teóricos se jactan de sostener y elaborar. En La danza y la pantomima, fuentes del arte, del teatro, flore-
el momento en que los objetos selectos y distinguidos se conectan cieron como parte de ritos y celebraciones religiosas. El arte mu-
estrechamente con el producto de vocaciones usuales, es cuando sical abundaba en las cuerdas tensadas de las que se hacían bro-
la apreciación de aquéllos es más madura y más profunda. Cuan- tar notas con los dedos, en el batir la piel tensada, en las cañas por
do determinados objetos son reconocidos como obras de arte por las que se soplaba. Incluso en las cavernas, las habitaciones en
la gente cultivada, se revelan insustanciales a la masa del pueblo las que vivían los hombres y mujeres se adornaban con pinturas
por su lejanía; es en este momento en el que el hambre estética en color que conservaban vivas para los sentidos, experiencias
está dispuesta a buscar lo barato y lo vulgar. con los animales estrechamente ligados a las vidas de los huma-
Los factores que han glorificado las bellas artes colocándolas nos. Las estructuras que albergaban a los dioses, y los instrumen-
en un pedestal, no han aparecido en el reino del arte, ni su influen- tos que facilitaban el comercio con los altos poderes, eran embe-

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llecidas con un refinamiento especial. No obstante, las a1tes del Deben existir razones históricas que detern1inan la aparición
drama, la música, la pintura, la arquitectura, así ejemplificados, del concepto de las bellas artes como entidades separadas. Nues-
no tenían la conexión que hoy tienen con los teatros, las galerías tros actuales museos y galerías donde se han desplazado y almace-
y los museos, sino que eran parte de la vida significativa de una nado las obras de arte ilustran algunas de las causas que han ope-
comunidad organizada. rado para segregar el arte, en vez de encontrar en él un auxiliar del
La vida colectiva que se manifestaba en la guerra, en el culto, o templo, del foro y de otras formas de la vida social. Podría escribir-
en el foro, no conocía la división entre lo que era característico de se una historia instructiva del arte moderno en términos de la for-
estos lugares y operaciones y las artes que llevaban a ellos el color, mación de las instituciones típicamente modernas como son los
la gracia y la dignidad. La pintura y la escultura eran orgánicamen- museos y las galerías para exposiciones. Podría señalar algunos
te una sola cosa con la arquitectura, así como ésta era una sola cosa hechos sobresalientes. La mayor parte de los museos de Europa
con el propósito social para el que servían los edificios. La música son, entre otras cosas, conmemoraciones del ascenso del naciona-
y el canto eran partes íntimas de los ritos y las ceremonias en las lismo y el imperialismo; por ejemplo, los botines de Napoleón,
cuales se consumaba la significackm de la vida del grupo. Ni si- acu1nula<los en el Louvre. Éstos son testimonio de la conexión en-
quiera en Atenas es posible arrancar tales artes de su situación en tre la segregación del arte y el nacionalismo y el militarismo. Sin
la experiencia directa, conservando, sin embargo, su carácter sig- duda, esta conexión ha servido a veces para propósitos útiles,
nificativo. Los deportes atléticos, así como el drama, celebraban y como en el caso de Japón, que cuando estaba inmerso en el proce-
reforzaban tradiciones de origen y grupo, instruyendo al pueblo, so de occidentalización salvó 1nt1Chos tesoros artísticos, nacionali-
conmemorando glorias y fortaleciendo su orgullo cívico. zando los templos que los contenían.
Bajo tales condiciones, no es sorprendente que cuando los El crecimiento del capitalismo ha sido una poderosa influen-
griegos en Atenas empezaron a reflexionar sobre el arte, se for- cia en el desarrollo del museo como el albergue propio de las
maron la idea de que era un acto de reproducción o imitación. obras de arte, y en el progreso de la idea de que son cosa aparte
Hay muchas objeciones a este concepto, pero la boga de la teoría de la vida común. Los nouveux riches, que son un importante pro-
es testimonio de la estrecha conexión de las bellas artes con la ducto del capitalismo, se han sentido especialmente impelidos a
vida cotidiana; la idea no se le hubiera ocurrido a nadie si el arte rodearse de obras de arte, que siendo raras, son por ello costosas.
fuera una cosa alejada de los intereses de la vida. Porque la doc- Hablando en general, el coleccionista típico es el típico capitalista.
trina no significaba que el arte fuera una copia literal de los obje- Para evidenciar su buena posición en el mundo de la alta cultura,
tos, sino que reflejaba las emociones e ideas asociadas con las amontona pinturas, estatuas, joyas artísticas, así como su caudal y
principales instituciones de la vida social. Platón sintió tan fuerte- sus bonos acreditan su situación en el mundo económico.
mente esta conexión que lo condujo a la idea de la necesidad de No solamente individuos, sino comunidades y naciones, po-
establecer una censura para los poetas, dramaturgos y músicos. nen en evidencia su buen gusto cultural, construyendo teatros de
Quizá exageraba cuando decía que el cambio del modo dórico al ópera, galerías y museos. Esto muestra que una comunidad no
modo lidio en la música sería un precursor seguro de la degene- está enteramente absorta en la riqueza material, ya que está dis-
ración cívica, pero ningún contemporáneo hubiera dudado de puesta a gastar sus ganancias en auspiciar el arte. Erige estos edi-
que la música era una parte integrante del ethos y las institucio- ficios y colecciona sus contenidos, del mismo modo en que cons-
nes de la comunidad. La idea del "arte por el arte, ni siquiera hu- truye una catedral. Estas cosas reflejan y establecen un estado
biera sido entendida. cultural superior, pero su segregación de la vida común refleja el

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hecho <le que no son parte <le una culturd nativa y espontánea, Si se junta la acción de todas esas fuerzas, las condiciones
sino que son una especie <le contrapartida de una actitud presun- que crean el abismo entre el productor y el consumidor en la so-
tuosa exhibida no hacia personas como tales, sino hacia los inte- ciedad moderna operan para crear también una separación entre
reses y ocupaciones que absorben la mayor parte <le! tiempo y de la experiencia ordinaria y la experiencia estética. Finalmente, te-
la energía <le la comunidad. nemos como registro de esta separación, aceptada como s1 fuera
La industria moderna y el comercio aspiran a una actividad in- normal, las filosofías del arte que lo sitúan en una región no habi-
ternacional. Los contenidos de las galerías y los museos Jan testimo- tada por ninguna otra criatura, y que enfatizan fuera de toda ra-
nio del crecimiento del cosmopolitismo económico. La movilidad zón el carácter meramente contemplativo de lo estético. Para
<le!comercio y de los pueblos, debido al sistema económico que im- acentuar la separación interviene una confusión de valores. Cues-
pera, ha debilitado o destruido la conexión entre las obras de arte y tiones adventicias, co1no el placer e.le colectar, de exponer, de
el ¡¿enius loci del cual fueron una vez expresión natural. Como obras poseer y exhibir, simulan valores estéticos. La crítica resulta afec-
de arte han perdido su estado vernáculo y han adquirido uno nuevo, tada por esto. Se aplaude mucho la maravilla de la apreciación y
que es el de ser ejemplares de las bellas artes, y nada más. Además, la gloria de la belleza trascendente del arte, sin tener en cuenta la
las obras de arte se producen ahora, como otros artículos, para ser capacidad para la percepción estética en lo concreto.
vendidas en el mercado. El mecenazgo, dispensado por personas ri- Mi propósito, sin embargo, no es emprender una interpretación
cas y poderosas, en muchas épocas, ha desempeñado un papel muy económica de la historia de las artes, y mucho 1nenos argtunentar
importante, alentando la producción artística. Probablemente mu- que las condiciones econénnicas son invariables y directa1nente au-
chas tribus indígenas tienen sus Mecenas. Con todo, ahord ha perdi- xiliares de la percepción y el goce y aún de la interpretación <le las
do mucho de su íntima conexión social debido a la impersonalidad obras de arte individuales. Hay que indicar que las teorías que aíslan
del mercado mundial. Objetos que en el pasado eran válidos y signi- el arte y su apreciación colocándolos en un reino que les es propio,
ficativos por su lugar en la vida de la comunidad, ahora funcionan desconectados de otros modos de experiencia, no son incuestiona-
aisladamente respecto a las condiciones que se dieron en su crea- bles al tema, sino que aparecen a causa de condiciones específicas
ción. Por esto se colocan ahora aparte de la experiencia común y extrañas. Como estas condiciones están incluidas en instituciones y
sirven como insignia del gusto y acreditan una cultura especial. costumbres de vida, operan de modo efectivo porque su acción es
A causa de los cambios en las condiciones industriales, el ar- inconsciente. Entc>nces,el teórico presu1ne que están incluidas en la
tista se ha puesto al lado de las corrientes principales del interés naturaleza de las cosas. Sin embargo, la influencia de estas condi-
activo. La industria se ha mecanizado y el artista no puede traba- ciones no está confinada a la teoría. Como he indicado ya, afecta
jar mecánicamente para la producción en masa. Está 1nenos inte- profundamente la práctica de la vida, sustrayendo las percepciones
grado que antiguamente en la corriente norn1al de los servicios estéticas, que son ingredientes necesarios de la felicidad, o las redu-
sociales. Resulta de aquí un peculiar «individualismo, estético. cen a excitaciones <lecompensación, agrddables y pasajeras.
Los artistas encuentran pertinente dedicarse a su trabajo como un Incluso para los lectores adversos a lo dicho, las implicacio-
medio aislado de ,autoexpresión,, y a fin de no participar en las nes de las afirmaciones hechas pueden ser útiles para definir la
tendencias de las fuerzas económicas, se sienten a menudo obli- naturaleza del problema: recobrar la continuidad <le la experien-
gados a exagerar su separación hasta la excentricidad; en conse- cia estética con los procesos normales de la vida. La comprensión
cuencia, los productos artísticos toman si cabe, en mayor grado, del arte y de su papel en la civilización, no resulta favorecida con
el aire de algo independiente y esotérico. elogios, ni ocupándose exclusivamente en grandes obras de arte

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reconocidas como tales. La comprensión que intenta la teoría indicar los factores y las fuerzas que favorecen la transformaci(m
será lograda mediante un rodeo: regresando a la experiencia de de las actividades hun1anas comunes en asuntos de valor artístico,
lo común o rondando las cosas para descubrir la cualidad estéti- y señalar aquellas condiciones que detienen esta transformación.
ca que tal experiencia posee. La teoría puede partir de reconoci- Los teóricos de la estética proponen a menudo la cuestión de si la
das obras de arte solamente cuando se supone que la estética es filosofía del arte puede ayudar al cultivo de la apreciación estéti-
un compartimento, o solamente cuando las obras de arte se colo- ca. Esta cuestión es una rama de la teoría general de la crítica que
can en un nicho aparte en vez de ser celebraciones de las cosas en mi opinión falla si no indica qué es lo que se debe ver o encon-
de la experiencia ordinaria, reconocidas como tales. Incluso una trar en los objetos estéticos. No obstante, en todo caso. se puede
experiencia en bruto si lo es auténticamente, es más propia para decir que una filosofía del arte es estéril, a menos que nos haga
dar la clave de la naturaleza intrínseca de la experiencia estética conscientes de la función del arte en relación con otros modos de
que un objeto desconectado de cualquier otro modo de expe- experiencia, e indique por qué esta función se realiza de manera
riencia. Siguiendo esta clave podemos descubrir cómo la obra de tan inadecuada, y sugiera las condiciones bajo las cuales sería eje-
arte desarrolla y acentúa lo que es característicamente valioso en cutada con éxito.
las cosas de las que gozamos todos los días. Podemos considerar La comparación entre las obras de arte que surgen de la expe-
que el producto artístico surge a partir de este orden de cosas, riencia ordinaria y la elaboración de la n1ateria prima para conver-
cuando se expresa la plena significación de la experiencia ordi- tirla en productos valiosos, puede parecer indigna, o un intento de
naria, del mismo modo que determinados tintes se obtienen al reducir las obras de arte al estado de artículos manufacturados para
darle tratamiento especial a la brea común. propósitos comerciales. La cuestión es, .sin embargo, que los elo-
Ya existen muchas teorías sobre el arte, pero si hay justifica- gios extáticos de obras acabadas no pueden por sí tnismos ayu-
ción para proponer otra filosofía de lo estético, ésta debe encon- dar a comprender la generación de tales obras. Se puede disfrutar
trarse en un nuevo modo de abordar el tema. Las combinaciones de las flores sin saber nada sobre las interacciones del suelo, del
y permutas entre las teorías existentes pueden ser fácilmente rea- aire, de la humedad y de las semillas de las cuales aquéllas son
lizadas por aquellos que tienen esta inclinación. No obstante, en el resultado. No obstante, no pueden ser entendidas sin tener en
mi opinión, la dificultad respecto a las teorías existentes es que cuenta estas interacciones, y la teoría es asunto de entendin1iento.
parten de una separación ya hecha, o de una concepción del arte La teoría se ocupa de descubrir la naturaleza de la producción de
que lo ,espiritualiza, desconectándose de los objetos de la expe- obras de arte y de su goce en la percepción. ¿Cómo es que la for-
riencia concreta. La alternativa, sin embargo, a tal espiritualiza- ma cotidiana de las cosas .se transforma en la forma genuinamente
ciém, no es degradar y materializar de un modo filisteo las obras artística? ¿Cómo es que nuestro goce cotidiano de escenas y situa-
de arte, sino descubrir la senda por la cual estas obras idealizan, ciones se transforma en la satisfacción peculiar de la experiencia
las cualidades que se encuentran en la experiencia común. Si las estética? Éstas son las cuestiones que la teoría debe contestar. Las
obras de arte se colocaran directamente en un contexto huma- respuestas no pueden ser encontradas, a menos que este1nos dis-
no de estimación popular, tendrían una atracción 1nucho 1nás puestos a buscar los gérmenes y las raíces en los asuntos de la ex-
amplia de la que obtienen bajo el dominio de las teorías que po- periencia que a menudo no consideramos como estética. Una vez
nen al arte en las alturas. hayamos descubierto estas semillas activas, podremos seguir el
Un concepto de las bellas artes que arranca de su conexión curso de su crecimiento hasta las más altas formas del arte acaba-
con las cualidades descubiertas en la experiencia ordinaria, podrá do y refinado.

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Es un lugar común la noción de que no podemos dirigir, ex- la vida se produce en un a1nhicnte; no solamente en éste, sino a
cepto accidentalmente, el crecimiento y florecimiento de las plan- causa de éste, a través de una interacción con el mismo. Ninguna
tas n1ás clelica<las, sin entender sus condiciones causales. Podría criatura vive meratncnte bajo su piel; sus órganos subcutáneos son
ser un lugar común que la comprensión estética, como distinta del medios de conexión con lo que está más allá de su constitución
puro goce personal, dehe partir del suelo, del aire y de la luz de corpéirea y con lo que debe ajustarse, a fin de vivir, por acomoda-
donde nacen las cosas estéticainente adtnirables. Y estas condicio- ci(m y defensa y también por conquista. En cada momento la cria-
nes son las condiciones y los factores que hacen completa la ex- tura viviente está expuesta a peligros de su entorno y, en cada mo-
periencia ordinaria. Cuanto más reconocernos este hecho, más mento, debe lanzarse sobre algo para satisfacer sus necesidades.
nos encontramos frente a un problema que a una solución final. Si La carrera y el destino de un ser viviente están ligados a sus inter-
la cualidad artística y estética está implícita en cada experiencia cambios con su ambiente, no exterionnente, sino del modo n1ás
normal, ¿cúmo explicaremos có1no y por qué generalmente no lo- íntimo.
gra hacerse explícita? ¿Por qué el arte parece a las multitudes una El gruñido de un perro inclinado sobre su comida, su aullido
importación traída de un lugar extraño a la experiencia, y por qué en mo1nentos de carencia y soledad, el tnovimiento <le su cola
lo estético es sinónimo de artificial? cuando su a1no regresa, son expresiones de la implicaciún de la
vida en un medio natural que incluye al hombre junto al animal
domesticado. Cada necesidad, digamos hambre de aire fresco o
No podremos contestar estas preguntas, así como tampoco de alimento, es una carencia que denota, al menos, una ausencia
podremos trazar el desarrollo del arte partiendo de la experiencia temporal del ajuste adecuado con su entorno. No obstante, es
diaria, a menos que tengamos una idea clara y coherente de también una demanda, una salida hacia el ambiente para suplir la
aquello a que aludimos cuando decimos »experiencia normal». carencia y restaurar el ajuste, construyendo un equilibrio al menos
Afortunadamente, el camino para llegar a tal idea está abierto y tetnporal. La vida misma consiste en fases en las que el organis1no
bien marcado. La naturaleza de la experiencia está detenninada da pasos en falso, al marchar en torno a las cosas, y luego recobra
por las condiciones esenciales de la vida. El hombre es distinto la armonía con ellas, ya sea por un esfuerzo o gracias a una opor-
del pájaro y la bestia, pero comparte con ellos las funciones vita- tunidad feliz. Y en una vida en evolución, la recuperación nunca
les básicas y tiene que hacer los mismos ajustes fundamentales si es un mero retomo a un estado anterior, porque la enriquece el
es que debe continuar el proceso de la vida. Teniendo las mismas estado de disparidad y resistencia a través del cual ha pasado con
necesidades vitales, el hombre obtiene de su fondo animal los éxito. Si la grieta entre el organismo y su ambiente es muy amplia,
medios con los que respira, se mueve, n1ira y oye, e incluso su ce- la criatura n1uere. Si su actividad no se exalta con esta separación
rebro mismo, con el que coordina sus sentidos y sus movimien- tetnporal, subsiste tneramente. La vida crece cuando una caída tem-
tos. Los órganos con los cuales se mantiene vivo no se los dehe a poral es una transición hacia un mayor equilibrio de las energías
sí mismo, sino a las luchas y las realizaciones de una larga línea del organismo con las condiciones en que vive.
de ancestros animales. Estos lugares comunes biológicos son algo más que eso; lle-
Afortunadamente, una teoría del lugar de lo estético en la ex- gan hasta las raíces de lo estético en la experiencia. El mundo
periencia no tiene que perderse en detalles minúsculos cuando está lleno de cosas que son indiferentes y aun hostiles a la vida,
parte de la experiencia en su forma elemental, porque bastan sólo los procesos mismos por los que se 1nantiene la vida tienden a
a1nplios lineamientos. La pritnera gran consideración es la de que arrojarla fuera de su ajuste con su entorno. Sin embargo, si la vida

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continúa y al continuar se ensancha, hay una superación de los de la realización de la armonía. Con la realización, el material de
factores de oposición y conflicto; hay una transformación de di- la reflexión se incorpora a los objetos como su significado. Como
chos factores en aspectos diferenciados de una vida más altamen- el artista se interesa de un modo peculiar por la fase de la expe-
te poderosa y significativa. La maravilla <le lo orgánico, de lo riencia en que la unión se realiza, no evita momentos de resisten-
vital, la adaptación a través de la expansión (en vez de la contrac- cia y tensión, sino que más bien los cultiva, no por ellos mismos,
ción y la acomodación pasiva) se realiza efectivamente. Aquí está sino porque sus potencialidades llevan a la conciencia viviente
en germen el equilibrio y la armonía alcanzada a través del ritmo. una experiencia unificada y total. En contraste con la persona
El equilibrio no se adquiere mecánicamente y de un modo inerte, cuyo propósito es estético, el hombre de ciencia se interesa por
sino a partir de la tensión y a causa de ella. problemas o situaciones en las cuales se destaca la tensión entre
Hay en la naturaleza, aun bajo el nivel de la vida, algo más la ohservación y el pensamiento. Naturalmente se interesa por su
que mero flujo y cambio. Se llega a la forma siempre que se alcan- resolución, pero no se detiene en ella; pasa a otro problema
za un equilibrio estable aunque méJvil. Los cambios se entrelazan usando una solución alcanzada sólo como un escalón en el que
y se sostienen uno al otro. Dondequiera que hay esta coherencia apoyarse para ulteriores investigaciones.
hay permanencia. El orden no es impuesto desde fuera, sino que La diferencia entre lo estético y lo intelectual radica, pues, en
resulta de las relaciones de interacciones armoniosas entre las los distintos puntos que se elige enfatizar o en el constante ritmo
energías. El orden se desarrolla porque es activo (no algo estático, que marca la interacción de la criatura viviente con su entorno.
ajeno a lo que sucede) y llega a incluir, dentro de su movimiento La materia última de ambos énfasis en la experiencia es la misma,
equilibrado, una mayor variedad de cambios. como lo es también su forma general. La noción extravagante de
Es admirable el orden, en un mundo constantemente amenaza- que un artista no piensa y que un investigador científico no hace
do por el desorden, en un mundo donde las criaturas vivientes sólo otra cosa que pensar, resulta de convertir una diferencia de tempo
pueden seguir viviendo si sacan ventajas de cualquier orden que y énfasis en una diferencia de calidad. El pensador tiene su mo-
exista a su alrededor y lo incorporan a su ser. En un mundo como el mento estético, cuando sus ideas dejan de ser meras ideas y se
nuestro, todo ser vivo que logra la sensibilidad responde con un sen- convierten en el significado corpóreo de los objetos. El artista tie-
titnicnto armonioso siempre que encuentre un orden congruente. ne sus problemas y piensa al trabajar, pero su pensamiento está
Solamente cuando un organismo participa en las relaciones más inmediatamente incorporado al objeto. Debido a que su ob-
ordenadas de su ambiente, asegura la estabilidad esencial para la jetivo está más alejado, el científico opera con símbolos, palabras
vida. Y cuando la participación viene después de una fase de y signos 1natemáticos. El artista realiza su pensamiento en los me-
desconexión y conflicto, lleva dentro de sí misma los gérmenes dios cualitativos mismos con que trabaja, y sus fines se encuen-
de una consutnación próxima a lo estético. tran tan cerca del objeto que produce que se funden directamen-
El ritmo de la pérdida de integración con el ambiente y la re- te de él.
cuperación de la unión, no solamente persiste en el hombre, sino El animal viviente no tiene que proyectar sus emociones en
que se hace consciente; en él sus condiciones son el material con los objetos que experimenta. La naturaleza es amable y odiosa,
el que forma propósitos. La emoción es el signo consciente de un suave y taciturna, irritante y confortante, mucho antes de que sea
rompimiento de hecho o inminente. La discordancia es la ocasión matemáticamente calificada, o aun aparezca como un conjunto
que induce a la reflexión. El deseo de restaurar la unión convier- de cualidades »secundarias•, los colores y sus formas. Incluso pa-
te la 1ncra e1noción en interés hacia los ohjetos co1no condiciones labras tales como largo y corto, sólido y hueco, tienen todavía

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una connotación moral y emocional, excepto para aquellos que ner cualidad estética, porque el mundo actual en el que vivimos
se han especializado intelectualmente. El diccionario informará, a es una con1binación <le 1novimiento y culminación, de rotnpi-
cualquiera que lo consulte, de que, primitivamente, algunas pala- mientos y reuniones. El ser viviente pierde y restablece alternati-
bras como dulce y amargo no se usaban para designar cualidades va1nente el equilibrio con su entorno, y el mon1ento de tránsito
sensibles como tales, sino para discriminar las cosas como favo- de la perturbación a la armonía es el de vida más intensa. En un
rables y hostiles. ¿Cómo podría ser de otra manera? La experien- mundo acabado, el sueño y el despertar no podrían distinguirse;
cia directa proviene de la naturaleza y del hombre en su interac- en uno completamente perturbado no se podría ni siquiera lu-
ción. En esta interacción la energía humana se reúne, se libera, se char con sus condiciones; en un mundo como el nuestro, los 1no-
daña, se frustra o es victoriosa. Hay golpes rítmicos de deseo y mentos de plenitud jalonan la experiencia como intervalos rítmi-
satisfacción, pulsaciones de acción y de inacción. camente gozados.
Todas las interacciones que afectan la estabilidad y el orden La armonía interna se alcanza solamente cuando de algún modo
en el flujo del cambio, son ritmos. Hay menguante y creciente, sís- se llega a un acuerdo con el ambiente. Cuando esto sucede sobre
tole y diástole: cambio ordenado. Este último se mueve dentro de una base distinta de la «objetiva»resulta ilusorio, en casos extremos
límites y rebasar estos límites significa la destrucción y la muerte, hasta niveles patológicos. Afortunadamente para la variedad de la
sobre la cual, sin etnbargo, se crean nuevos ritmos. La obstn1cción experiencia, los acuerdos se hacen de muchos 1nodos, que en defi-
proporcional de los cambios establece un orden típico espacial, nitiva son decididos por un interés selectivo. Los placeres pueden
no sólo temporal: como las olas del mar, las estrías de la arena so- venir a través de un contacto ocasional y de un estÍinulo; tales place-
bre las cuales las olas se han deslizado en vaivén, la nube estriada res no pueden ser despreciados en un mundo lleno de penas. Sin
de negro y con flecos. El contraste entre carencia y plenitud, entre embargo, la felicidad y el deleite son cosas distintas, que se logran
lucha y realización, del ajuste después de una irregularidad con- por medio de una satisfacción que alcanza las profundidades de
sumada, forman el drama en el que acción, sentimiento y signifi- nuestro ser, como un ajuste de todo él con las condiciones de
cación son una sola cosa. El resultado es el equilibrio y el contrae- la existencia. Alcanzar un período de equilibrio en el proceso de la
quilibrio, que no es ni estático ni 1necánico. Amhos expresan un vida es, al 1nisn10tien1po, iniciar una nueva relación con el ambien-
poder que es intenso porque que se mide a través de la supera- te, que proporciona la posibilidad de lograr nuevos ajustes, para los
ción de una resistencia. Los objetos del entorno son provechosos que habrá que luchar. El momento de la consumación es al mismo
o dañinos. tiempo el tnomento de un nuevo comienzo. Cualquier intento para
Hay dos clases de mundos posibles en los que la experiencia perpetuar, más allá de su término, el goce obtenido en el momento
estética no puede ocurrir. En un mundo de mero flujo, el cambio de satisfacción y armonía, constituye un retiro del mundo. Por esto
no sería acu1nulativo; no se movería hacia una conclusión. La es- marca el descenso y la pérdida de la vitalidad. No obstante, a través
tabilidad y el descanso no podrían ser. Igualmente es cierto, sin de las diferentes fases de perturbación y conflicto se mantiene la
embargo, que en un mundo acabado no habría rasgos de incerti- profunda me1noria de una annonía subyacente cuyo sentido acom-
dumbre y de <;:risis,y no habría oportunidad para una resolución. pafla a la vida, como la sensación de estar cin1cnL'ldaen una roca.
En donde todo está ya completo no hay realización. Vemos con Muchos mortales se dan cuenta de que a menudo se produce
placer el Nirvana y la beatitud celestial unifonne sólo porque se una grieta entre .su vida presente, su pasado y su futuro. Entonces
proyectan sobre el fondo de nuestro mundo presente de esfuerzo el pasado pesa sobre ellos como una carga; invade el presente
y conflicto. La experiencia de una criatura viviente es capaz de te- con un sentido de arrepentimiento, de oportunidades no aprove-

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chadas, de consecuencias que quisiéramos no haber sufrido. En- tividades de la zorra, el perro y el tordo pueden ser, al menos, el re-
tonces, el pasado oprime al presente, en vez de ser un almacén de cuerdo y el símholo de esa unidad de experiencia que fraccionamos
recursos para marchar confiado hacia adelante. No obstante, la cuando el trabajo es lahor, y el pensamiento nos saca del mundo. El
criatura viviente adopta su pasado; puede reconciliarse incluso animal vivo está plenamente presente en todas sus acciones: en sus
con sus errores y utilizarnos co1no advertencias para mejorar su miradas cautas, en sus agudos resuellos, en sus repentinos movi-
inteligencia del presente. En vez de tratar de vivir sobre lo realiza- mientos de orejas. Todos los sentidos están igualmente alerta en el
do en el tiempo pretérito, usa los éxitos pasados para informar al quién vive(sic). Al ohservarlo se percibe que el movimiento se con-
presente. Cada experiencia viviente debe su riqueza a lo que San- vierte en sensibilidad y la sensihilidad en movimiento, y constituye
tayana llama muy bien "reverberaciones quedas".' ese don de los animales con el cual al hombre le es tan difícil rivali-
Para el ser plenainente vivo, el futuro no es ominoso, sino zar. Lo que la criatura viva retiene del pasado y lo que espera del fu-
prometedor; rodea al presente como un halo. Consiste en posibi- turo, operan con10 direcciones en el presente. El perro nunca es pe-
lidades que se sienten como una posesión de lo que está aquí y dante ni académico; porque estas cosas surgen sola1nente cuando
ahora. En la vida como tal, todo se solapa y se funde. Pero todos en la conciencia se separa el pasado del presente y aquél se erige en
vivimos muy a menudo con aprensiones de lo que el futuro pue- modelo o en almacén del cual seleccionar. El pasado absorto en el
da traer, y estamos divididos dentro de nosotros mismos. Aun presente marcha, empuja hacia adelante.
cuando no estetnos muy ansiosos, no disfrutamos el presente por- Hay mucho de extraflo en la vida del salvaje, pero cuando el
que lo subordinamos a lo que está ausente. A causa de este fre- salvaje está más vivo, es más observador del mundo que lo rodea
cuente abandono del presente por el pasado y el futuro, los perío- y su energía es más vivaz y astuta. Al ohservar lo que es incitante
dos felices de una experiencia, ahora completa, porque absorbe en su entorno, también él resulta incitado. Su observación es al
en sí misma recuerdos del pasado y anticipaciones del futuro, lle- mismo tiempo acción que se prepara y previsión para el futuro.
gan a constituirse en un ideal estético. Solamente cuando el pasa- Está en acción con todo su ser, tanto cuando mira y escucha,
do deja de perturbar y las anticipaciones del futuro no trastornan, como cuando camina orgulloso o se retird furtivamente de su
el ser está enteramente unido con su ambiente y, en consecuen- enemigo. Sus sentidos son centinelas del pensamiento inmediato
cia, plenamente vivo. El arte celebra con peculiar intensidad los y puestos avanzados de la acción, y no como sucede a menudo
momentos en que el pasado refuerza el presente y en los que el con nosotros, meros pasillos por donde entra un material que
futuro es un acelerador de lo que ahora es. será almacenado para una posihilidad diferida y remota.
Para captar las fuentes de la experiencia estética, es necesario Es, pues, mera ignorancia la que conduce a suponer que la co-
recurrir a la vida animal que está debajo de la escala humana. Las ac- nexión del arte y la percepción estética con la experiencia, signifi-
ca un descenso de su significación y dignidad. La experiencia, en
l. -Estas flores familiares, escas bien recordadas notas de los pá¡aros, este cielo con
su claridad paroxística, estos campos herbosos y llenos de surcos, cada uno con una espe-
el grado en que es experiencia, es vitalidad elevada. En vez de sig-
cie de person:ilidad dada por el caprichoso seto, cosas como éstas son la lengua materna nificar encierro dentro de los propios sentimientos y sensaciones
de nuestra imaginación, la lengua cargad.a con todas las asociaciones sutiles, inextricables, privados, significa un intercambio activo y atento frente al mundo;
de las horas fugitivas en nuestra niñez que han quedado tras de ella. Nuestro deleite en el
significa una completa interpenetración del yo y el mundo de los
sol, en la espesa hierba, no podría ser ahor.1 más que una débil percepción de almas can-
sadas si no fuera por el sol y la hierba de aií.os lejanos que aún viven en nosotros Y trans- ohjetos y acontecimientos. En vez de significar rendición al capri-
forman nuestra percepción en amor." George Eliot, en Jbe Mili on the Floss (trad. cast.: El cho y al desorden, proporciona nuestra única posibilidad de una
moli11ofunto al Fioss, Barcelona. Círculo de Lectore~. 1995). estabilidad que no es estancamiento, sino ritmo y desarrollo. Pues-

20 21
to que la experiencia es el logro de un organismo en sus luchas y 2. LA CRIATURA VIVIENTE Y «LASCOSAS ETÉREAS«1
realizaciones dentro de un mundo de cosas, es el arte en gennen.
Aun en sus formas rudimentarias, contiene la promesa de esa per-
cepción deliciosa que es la experiencia estética.

¿Por qué el intento de conectar las cosas más altas e ideales de


la experiencia con sus raíces vitales básicas es, tan a menudo, con-
siderado como una traición a su naturaleza y una denegación de
su valor? ¿Por qué se siente repulsión a conectar las altas realiza-
ciones de las bellas artes con la vida común, la vida que comparti-
mos con todas las criaturas vivientes? ¿Por qué la vida es pensada
como asunto de los sentidos más primitivos y ocultos o, cuando
mucho, como cosa de sensación to.sea y pronta a hundirse hasta el
nivel del deseo y la áspera crneldad? Una respuesta completa a la
cuestión implica escribir una historia de la moral y revela las con-
diciones que han originado el desprecio por el cuerpo, el temor
de los sentidos y la oposición entre la carne y el espíritu.
Un aspecto de esa historia es tan útil para nuestro problema
que se debe, al menos, notificarlo de paso. La vida institucional
de la humanidad está marcada por la desorganización. Este de-
sorden se disfraza, a menudo, por el hecho de que toma la forma
de una división estática en clases, y esta separación estática es
aceptada como la esencia misma del orden, en la medida en que
se fija y se acepta de modo que no pueda engendrar un conflicto
abierto. La vida se segmenta y los segmentos institucionalizados
se clasifican en altos y bajos; sus valores se dividen en profanos y

l. El sol. la luna, la tierra y sus contenidos, son makriaks para formar cosas más
grandes, es decir, cosas etéreas; cosas más grandes que las que ha hecho el Creador. John
Keats.

22 23
espirituales, en materiales e ideales. Los intereses quedan relacio- verdadero de la íntima conexión de los sentidos con el resto ele
nados uno con otro externa y mecánicamente, por medio de un nuestro ser, que el psicólogo y el filósofo profesional, a pesar
sistema de frenos y contrapesos. Así como la religión, la moral, la de que el sentido de estas conexiones toma una dirección que in-
política, los negocios, tienen cada uno su propio compartimento vierte los hechos potenciales de nuestra vida en relación con el
en el cual es conveniente que permanezcan, el arte también debe ambiente. El psicólogo y el filósofo han estado recientemente tan
tener su reino peculiar y privado. La divisiém de las ocupaciones obsesionados con el problema del conocimiento que han tratado
e intereses en compartimentos trae consigo la separación de esa las «sensaciones» como meros elementos del conocitniento. El mo-
actividad comúnmente llamada ,práctica, y la intuición, de la ima- ralista sabe que los sentidos están aliados con la emoción, el im-
ginación y el acto ejecutivo; del propósito significativo y el traba- pulso y el apetito. Por esto denuncia el deseo en los ojos, como
jo, de la emoción respecto al pensamiento y a la acción. Se supo- parte de la rendición del espíritu a la carne. Identifica lo sensible
ne que cada uno de estos elementos tiene también su lugar con lo sensual y lo sensual con lo lascivo. El desdén es su teoría
propio en el que debe permanecer. Los que describen la anato- moral, pero al menos se da cuenta de que el ojo no es un telesco-
1nía de la experiencia suponen entonces que estas divisiones son pio imperfecto destinado a la recepción intelectual del material
inherentes a la constitución misma de la naturaleza humana. para el conocimiento de los objetos distantes.
Es cierto que estas separaciones existen en gran parte de nues- La ,sensibilidad, cubre un amplio grupo de contenidos: lo
tra experiencia tal como es vivida en la actualidad, bajo las condi- sensorial, lo sensacional, lo sensitivo, lo sensato y lo sentimental
ciones de las instituciones económicas y jurídicas. Sólo de manera junto con lo sensual. Incluye casi todo, desde el mero choque físi-
ocasional los sentidos se cargan, en la vida de muchos hombres, co y emocional hasta la sensación misma, esto es, la significación
con el sentimiento que proviene de la honda realización de los sig- de las cosas, presente en la experiencia inmediata. Cada término
nificados intrínsecos. Padecemos las sensaciones como estímulos se refiere a alguna fase y aspecto real de la vida de una criatura or-
mecánicos o irritantes sin tener un sentido de la realidad que hay ganizada, en tanto que la vida se produce a través de los órganos
en ellos y tras de ellos: en la mayor parte de nuestra experiencia los de los sentidos. Sin embargo, la sensación -en el sentido de estar
diferentes sentidos no se unen para decirnos una historia común y tan directamente incorporada a la experiencia que ilumina el sig-
más amplia. Vemos sin sentir; oímos pero solamente información nificado de ésta- es la única que expresa la función de los órga-
de segunda mano, porque no está refürzado por la visión. Toca- nos de los sentidos cuando se conduce a la plena realización. Los
mos, pero el contacto permanece tangencial porque no se funde sentidos son órganos a través de los cuales la criatura viviente par-
con las cualidades sensibles que están bajo la superficie. Usamos ticipa directamente de los sucesos del mundo que lo rodea. En
los sentidos para despertar la pasión, pero no para satisfacer el in- esta participación, la maravilla y esplendor variados de este mun-
terés de la intuición, no porque ese interés no esté potencialmente do se hacen reales para él, en las cualidades que experimenta.
presente en el ejercicio de los sentidos, sino porque cedemos a Este material no puede oponerse a la acción, porque los aparatos
condiciones de vida que obligan a los sentidos a quedar como una motores y la ,voluntad, misma son los medios que conducen y di-
excitación superficial. El prestigio llega a los que usan sus mentes rigen esta participación. No puede contraponerse al ,intelecto,,
sin participación del cuerpo y que actúan, en compensación, por porque la mente es el medio por el cual la participación se hace
medio del control de los cuerpos y la labor de otros. fructífera a través de la sensibilidad; la mente extrae y conserva los
Bajo tales condiciones, los sentidos y la carne adquieren una valores que impulsarán y servirán el trato de la criatura viviente
mala reputación. El moralista, sin embargo, tiene un sentido más con su entorno.

24 25
La experiencia es el resultado, el signo y la recompensa de esta El espacio se hace entonces algo 1ná.sque un vacío en el que
interacción del organismo y el ambiente, que cuando se realiza ple- girar y que contiene aquí y allí cosas peligrosas y cosas que satis-
na1nente es una transformación de la interacción en participación y facen el apetito; se hace un escenario amplio y cerrado dentro
con1unicaciún. Ya que los órganos de los sentidos conectados con del cual se ordena la multiplicidad de los actos y padecimientos
sus aparatos motores son 1nedios de esta participación, cualquier que el hombre acomete y sufre. Entonces el tiempo deja de ser
derogación de ellos, ya sea práctica o teórica, es inmediatamente una corriente uniforme e interminahle o una sucesión de puntos
efecto y causa de una experiencia vital que se estrecha y se oscure- instantáneos, cotno algunos filósofos han asegurado que es, y se
ce. Todas las oposiciones de mente y cuerpo, de materia y alma, de convierte en un medio organizado y organizador de la subida y
espíritu y carne, tienen su origen fundamentaltnente en el ten1or la bajada rítmicas del impulso expectante, un movimiento que
de lo que la vida nos puede deparar. Son signos de contracción y avanza, se satisface y conserva. Es la ordenación del crecimiento
escape. Por consiguiente, el pleno reconocimiento de la continui- y la maduración. Como James dice, aprendemos a patinar en ve-
dad de los órganos, necesidades e impulsos básicos de la criatura rano después de haber comenzado en invierno. El tiempo como
hu1nana con sus capacidades animales, no ünplica una necesaria organización del cambio es crecimiento, y el crecimiento signifi-
reducción del hombre al nivel de las bestias. Al contrario, hace po- ca que una serie variada de cambios entra a intervalos de pausas
sible trazar un plan básico de la experiencia humana, sobre el cual y descansos, de conclusiones que se convierten en los puntos ini-
se erige la superestructura de la experiencia 1naravillosa y distintiva ciales de nuevos procesos de desarrollo. Como el suelo, la mente
del hombre. Lo que es distintivo en el hombre es la posibilidad de estéril se fertiliza hasta que se produce un nuevo florecimiento.
hundirse hasta el nivel de las bestias. Con todo, tiene también lapo- Cuando un relámpago ilumina un paisaje oscuro, hay un mo-
sibilidad de llevar a alturas nuevas y sin precedente esa unidad de la 1nentáneo reconocimiento de los objetos, pero el reconocin1iento
sensibilidad y del impulso, del cerebro, el ojo y el oído, que ejem- no es un mero punto en el tietnpo, sino que es la cuhninación fo~
plifica la vida animal, saturándola con los significados conscientes cal de un largo y lento proceso de maduración; es la manifesta-
que se derivan de la comunicación y la expresión deliberada. ción de la continuidad de una experiencia, temporalmente orde-
El hombre se excede en complejidad y diferenciaci(m minu- nada, en un repentino y limitado instante de clímax. Tendría tan
ciosa. Precisamente este hecho determina la necesidad de relacio- poco sentido en su aislamiento, como el drama de Hamlet si estu-
nes mucho más amplias y precisas entre las partes constitutivas de viera limitado a una sola línea o palabra sin ningún contexto.
su ser. Por importantes que sean las distinciones y relaciones que Pero la frase "todo lo demás es silencio" está infinitamente carga-
así se hacen posibles, la cuestión no termina aquí. Como tiene da de sentido cuando es la conclusión de un drama representado
más oportunidades de resistencia y tensiún, más proyectos de ex- a través del desarrollo en el tiempo. Lo mismo ocurre con la per-
peritnentación e invención, tiene, por consiguiente, más novedad cepción mon1entánea de una escena natural. La forma, como se
en la acción, mayor rango y profundidad de la intuición y un au- hace presente en las bellas artes, es el arte de aclarar lo que está
mento en la agudeza del sentimiento. A medida que un organis- involucrado en la organización del espacio y del tiempo, y que
mo aumenta su complejidad, el ritmo de lucha y consumación en está prefigurado en todo el curso de una experiencia vital en de-
la relación con su medio tiene variaciones y prolongaciones, y lle- sarrollo.
ga a incluir dentro de sí una interminable variedad de subritmos. Los momentos y los lugares, a causa de su limitación física y
Los designios de la vida se amplían y se enriquecen, la satisfac- su estrecha localización, están cargados de energía acu1nulada
ción es más compacta y tiene 1natices más sutiles. durante mucho tiempo. El regreso a una escena de la infancia,

26 27
que fue ahandonada muchos años antes, inunda el lugar con un gana ser agentes para la ejecución de una idea. En estas operacio-
torrente de recuerdos y esperanzas. Encontrar en un país extraño nes un estímulo orgánico llega a ser portador de significados, y las
a alguien que fue casuahnente conocido en casa, despierta una respuestas motoras se transforman en instrumentos de expresión
satisfacción tan aguda que puede proporcionar una emoción. Los y comunicación; ya no son rneros medios de locomoción y reac-
meros reconocimientos sólo ocurren cuando estamos ocupados ción directa. Entre tanto, el substratum orgánico queda como un
por algo distinto al ohjeto o a la persona reconocida, e indican acelerador y un cimiento profundo. La concepción y la invención
una interrupción o un intento de usar lo reconocido como medio no podrían efectuarse, separadas de las relaciones de causa y efec-
para otra cosa. Ver, percihir, es más que reconocer. No se identifi- to en la naturaleza; la experiencia, separada de la relación con pro-
ca algo presente en términos de un pasado desconectado de éste. cesos rítmicos de conflicto y satisfacción en la vida animal, carece-
El pasado es traído al presente de manera que ensancha y ahonda ría de designio y modelo; la idea y el propósito, separados de los
su contenido. Esto muestra la translación de la mera continuidad órganos heredados de los ancestros animales, carecerían de un
del tiempo externo, hacia el orden vital y hacia la organización de mecanismo de realización. El arte primitivo de la naturaleza y de
la experiencia. La identificación da su visto bueno y pasa a otra la vida animal es el material y, a grandes rasgos, el modelo para
cosa. O define un momento aislado y pasajero, señalando un lugar las realizaciones intencionales del homhre, a tal punto que lamen-
muerto en la experiencia. En la medida en que se reduce el proceso te teleológica ha imputado a la estructura de la naturaleza una in-
de la vida, en cada día y hora, a etiquetar situaciones, acontecimien- tención consciente; de manera semejante al homhre que, puesto
tos y objetos como "esto o lo otro,, se señala el cese de la vida, que que comparte muchas actividades con el mono, es llevado a pen-
no puede ser sino experiencia consciente. La esencia de ésta es la sar que éste imita sus propias ejecuciones.
percepción de continuidades en su forma individual y limitada. La existencia del arte es la prueha concreta de lo que acaha-
El arte está, pues, prefigurado en cada proceso de la vida. Un mos de afirmar ahstractamente. Es la prueha de que el hombre
pájaro construye su nido y un castor su casa cuando las presiones
1
usa los materiales y las energías de la naturaleza con la intención
orgánicas internas cooperan con los materiales externos de mane- de ensanchar su propia vida, y que lo hace de acuerdo con la es-
ra que las primeras se cumplan y los últimos se transformen en tn1ctura de su organismo, cerebro, órganos de los sentimientos y
una culminación satisfactoria. Podríamos dudar de aplicar la pala- sistema muscular. El arte es la prueha viviente y concreta de que
bra arte, si dudamos de la presencia de una intención directiva. No el homhre es capaz de restaurar conscientemente, en el plano de
obstante, tocia deliheración, todo intento consciente nace de cosas la significación, la unión de los sentidos, necesidades, impulsos y
ejecutadas orgánicamente a través de un juego mutuo de energías acciones características de la criatura viviente. La intervención de
naturales. Si no fuera así, el arte estaría construido sobre arena la conciencia añade regulación, poder de selección y redisposi-
1novec..lizao, aun 1nás, sobre el aire inestable. La característica con- ción. Así, se producen infinitas variaciones en el arte. Con todo,
trihución del hombre es la conciencia de las relaciones descuhier- su intervención también conduce en su momento a la idea del
tas en la naturaleza. A través de la conciencia, convierte las rela- arte como una idea consciente: la más grande conquista intelec-
ciones de causa y efecto, que se encuentran en la naturaleza, en tual en la historia de la humanidad.
relaciones de tnedio y consecuencia. Más bien la conciencia mis- La variedad y la perfección en las artes en Grecia condujo a
ma es el principio de tal transformación. Lo que era mero choque los pensadores a forjar una concepción general del arte, y a pro-
se convierte en una invitación; la resistencia es usada para cam- yectar el ideal de un arte de organizar las actividades humanas
biar los arreglos existentes en la materia; las facilidades llanas lle- como tales, el arte de la política y la moral tal como la concihieron

28 29
Sócrates y Platón. Las ideas de designio, plan, orden, modelo, lo producido se usa como tazas, capas, adornos, armas, nos resul-
propósito, surgieron en contraste y relación con el material em- ta, hablando intrínsecamente, del todo indiferente. Desgraciada-
pleado en su realización. La concepción del hombre como el ser mente es cierto que hoy por hoy la mayor parte de los artículos y
que usa el arte se convirtió a la vez en la base para distinguirlo del utensilios hechos para ser usados no son genuinamente estéticos.
resto de la naturaleza y del vínculo que lo liga a la naturaleza. Sin embargo, esto es así por razones extrañas a la relación <le lo
Cuando se hizo explícita la concepciém del arte como el rasgo dis- «hermoso» y lo «útil• como tales. Siempre que las condiciones sean
tintivo del hombre, se adquirió la seguridad de que, salvo que ca- tales que impidan al acto de producción ser una experiencia en la
yera la humanidad más abajo del salvajismo, nos quedaría siem- que toda la criatura esté plenamente viva y en la que posea su
pre la posibilidad de invención de nuevas artes, junto con el uso vida por medio del goce, el producto carecerá de algo estético.
de las antiguas, como el ideal directivo de la humanidad. A pesar Aun cuando sea útil para fines especiales y limitados, no lo será
de que el reconocimiento de este hecho todavía fue detenido por en último grado, en el de contribuir directa y liberalmente a la ex-
las tradiciones establecidas antes de que se reconociera adecua- pansión y enriquecimiento de la vida. La historia de la separación
damente el poder de las artes, la ciencia misma no es sino un arte y de la aguda oposición final entre lo útil y lo bello es la historia
central auxiliar para la generación y la utilización de otras artes. 2 del desarrollo industrial por el que mucha producciém se ha con-
Es habitual, y necesario desde algunos puntos de vista, hacer vertido en una especie de vida diferida, y el consumo, en un goce
una distinción entre las bellas artes y las artes útiles o tecnoló- impuesto de los frutos de la labor de otros.
gicas. Sin embargo, el punto de vista desde el cual es necesario
hacerla es extrínseco a la obra de arte misma. La distinción más co-
mún está basada simplemente en la aceptación de ciertas condicio- Generalmente hay una reacción hostil a la concepción del
nes sociales existentes. Supongo que los fetiches del escultor ne- arte que lo conecta con las actividades de la criatura viviente en
gro eran considerados de gran utilidad por el grupo tribal, más su medio. La hostilidad hacia la asociación de las bellas artes
aún que las lanzas y los vestidos. Ahora son bellas artes, que sir- con los procesos nonnales de la vida es una clara señal, un co-
ven, en el siglo xx, para inspirar renovaciones <le las artes que se mentario patético y aun trágico, de cómo ésta es ordinarian1en-
han hecho convencionales. No obstante, son bellas artes única- te vivida. Solamente porque esa vida es generalmente raquítica,
mente porque el artista anónimo vivió y experimentó plenamen- abortada, perezosa, o se lleva pesadamente, se mantiene la idea
te, durante el proceso de producción. Un pescador puede comer de que hay un antagonismo entre los procesos de la vida nor-
su pesca sin por esto perder la significación estética que experi- mal y la creación y el goce ele las obras de arte. Después de
mentó al actuar. Este grado de compleciém al vivir la experiencia todo, aun cuando lo «espiritual, y lo «material, estén separados
de hacer y de percibir es lo que constituye la diferencia entre lo en oposición, deben existir condiciones por las cuales lo ideal
que es bello o estético en el arte y lo que no lo es. El hecho de que sea capaz de encarnarse y realizarse, y eso es todo lo que •ma-
teria, significa fundamentalmente. La vigencia que la oposición
2. He desarrollado este punto en Hxperiencia y Naturaleza. en el capítulo IX, sobre ha adquirido atestigua, por consiguiente, la acción muy difundi-
Experiencia, Naturaleza y Arte. En cuanto al asunto presente, la conclusión está contenida da de fuerzas que convierten en una carga opresiva, lo que po-
en la afirmaci(m de que -l'i arte -l:.1 forma de actividad grávida de significaciones suscepti-
dría ser un medio de ejecutar ideas liberales; y esto hace que
bles de que se las posea y se !;is goce directamente- es la acabada culminación de l:.inatu-
raleza, y que la ciencia es en vigor una sirviente que lleva los acontecimientos naturales a ,su los ideales sean vagas aspiraciones en una atmósfera incierta y
feliz término•. (Trad. de J. Gaos, México, F.C.E., 1948, pág. 292.) carente de base.

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En la medida en que el arte mismo es la mejor prueba de la nicación extática, lo recuerda Hudson de su vida infantil. Está ha-
existencia de una unión realizada y, por consiguiente, realizable, blando del efecto que le hace ver las acacias.
entre lo material y lo ideal, y contamos con argumentos generales
que apoyan nuestra tesis. Dondequiera que es posible la continui- El follaje suelto, en noches de luna, tiene un peculiar aspecto
dad, el peso de la prueba cae sobre aquellos que asientan la oposi- canoso que hace parecer a este árbol más intensamente vivo que
ción y el dualismo. La naturaleza es la madre y el hogar del hom- otros, más consciente de mí y de mi presencia [...l Semejante al sen-
bre, si bien a veces resulta ser una madrastra y un hogar poco timiento que una persona hubiera tenido si fuera visitada por un
amistoso. El hecho de que la civilización persista y la cultura conti- ser sobrenatural, y estuviera perfectamente convencida de que es-
núe -y avance algunas veces-, hace evidente que las esperanzas taba ahí en su presencia, aunque silencioso e invisible, mirándolo
y propósitos humanos encuentran una base y un apoyo en la natu- atentamente y adivinando cada pensamiento de su mente.
raleza. Del mismo modo que el crecimiento de un individuo desde
el estado embrionario hasta la madurez es el resultado de una Emerson es a menudo considerado como un pensador auste-
interacción del organismo con su entorno, la cultura es el produc- ro, pero fue Emerson como adulto el que dijo, casi con el espíritu
to, no de los esfuerzos del hombre colocado en el vacío o sobre él del pasaje citado de Hudson: "Cruzando un prado, enlodado de
mismo, sino una interacción prolongada y acumulativa con el am- nieve, en el crepúsculo, bajo un cielo nublado, sin tener en mi
biente. La profundidad de las respuestas provocadas por las obras pensamiento ninguna idea especial de buena fortuna, he gozado
de arte muestra su continuidad con las operaciones de esta expe- de un perfecto regocijo. Estoy alegre hasta el borde del temor".
riencia en marcha. Las obras y las respuestas que provocan están No veo otra manera de dar cuenta de la multiplicidad de las
en continuidad con los procesos tnismos de la vida, cuando éstos experiencias de esta clase (encontrándose algo de la misma espe-
alcanzan un inesperado cumplimiento feliz. cie en toda respuesta estética espontánea y sin coerción), excepto
En cuanto a la absorción de lo estético en la naturaleza, cito un sobre la base de que son resonancias de las disposiciones adquiri-
caso que se replica de algún modo en miles de personas, pero no- das en las primitivas relaciones del .ser vivo con su entorno, que se
table porque ha sido expresado por un artista de primer orden, W. ponen en actividad, pero no se pueden recobrar en la conciencia
H. Hudson. "Cuando la vida, la hierba que crece, está fuera de mi intelectual. Experiencias como las mencionadas nos llevan a una
vista, cuando no oigo el canto de los pájaros y todos los ruidos del ulterior consideración que atestigua la continuidad natural. No
campo, siento que propiamente no vivo." Sigue diciendo: hay límite en la capacidad de las experiencias sensibles inmedia-
tas para absorber en sí mismas significados y valores que -en lo
[. ..] cuando oigo decir a la gente que no ha encontrado al mundo y abstracto-- serían designados como "ideales" y "espirituales". La
a la vida tan agradahle e interesante como para enamorarse de tensión animista de la experiencia religiosa, encarnada en el re-
ellos, o que miran con ecuanimidad su fin, yo puedo pensar que cuerdo de Hudson sobre su infancia, es un ejemplo en un grado
nunca han estado propiamente vivos, ni han visto, con clara visión, de la experiencia. Lo poético, en cualquier medio, está siempre
el mundo que ellos piensan tan pequeño, ni han visto nada en él, próximo al animismo. Y si nos dirigimos a un arte que está en el
ni siquiera una brizna de hierba. otro polo, la arquitectura, aprendemos cómo las ideas, quizá, em-
bellecidas desde luego por un alto pensamiento técnico como el
El aspecto místico de la entrega a lo estético, que la hace tan de las matemáticas, son capaces de una directa incorporación en
próxima, como experiencia, a lo que los religiosos llaman comu- formas sensibles. La superficie sensible de las cosas no es nunca

32 33
meramente una superficie. Se puede distinguir el papel duro del psicología que genera las obras de arte, que un esfuerzo de ex-
blando solamente por la superficie, porque las resistencias al tac- plicación científica y filosófica. Aqué!la intensifica la sacudida
to y la solidez opuesta a la fuerza de todo el sistema muscular se emocional y jalona el interés que pertenece a todo lo que rompe
han incorporado completamente a la visión. El proceso no se de- la rutina familiar. Si el mantenimiento de lo sobrenatural en el
tiene con la incorporación de otras cualidades sensibles que dan pensamiento humano fuera exclusiva y principalmente un asunto
profundidad de significado a la superficie. Nada de lo que el hom- intelectual, sería insignificante. Las teologías y cosmogonías han
bre ha alcanzado con el más alto vuelo del pensamiento o ha pe- capturado la imaginación porque se acompañan de procesiones
netrado por una intuición, es tal que no pueda llegar a ser el cora- solemnes, de incienso, de telas hordadas, de n1úsica, de radiantes
zón y el núcleo de los sentidos. luces de colores, de cuentos que maravillan e inducen a la admi-
La mis1na palabra «símbolo» se usa para designar expresiones ración hipnótica. Esto es, han llegado al hombre por medio de un
del pensamiento abstracto como en matemáticas, y también cosas llarmmiento directo a la sensibilidad y a la imaginación sensual.
como la bandera, el crucifijo, que encarnan profundos valores so- Muchas religiones han identificado sus sacramentos con las más
ciales y el significado de la fe histórica y el credo teológico. El in- altas cimas del arte, y la mayor parte de las creencias autorizadas
cienso, los vitrales, el sonido de campanas invisibles, las telas bor- se han revestido de una indumentaria y una pompa espectacular
dadas, acompañan la aproximación a lo que se considera como que deleita de inmediato al ojo y al oído y que evoca fuertes
divino. El origen de muchas artes, conectado con rituales primiti- emociones de incertidumbre, maravilla y temor. Los vuelos de los
vos, se hace más evidente en cada excursión del antropólogo al pa- físicos y de los astrónomos de hoy responden a una necesidad
sado. Solamente aquellos que se han alejado mucho de las expe- estética de la imaginación, más bien que a una demanda estricta
riencias primitivas hasta perder su sentido, pueden concluir que los de evidencia sin emoción para la interpretación racional.
ritos y las ceremonias eran meros ardides técnicos para asegurar la Henry Adams puso en claro que la teología de la Edad Media
lluvia, la prole, las cosechas, el triunfo en las batallas. Naturalmen- es una construcción realizada con la misma intención con la que
te que tenían esta intención mágica, pero se ejecutaban persisten- la que se edificaron las catedrales. En general, la Edad Media po-
temente, podemos estar seguros, a pesar de todos los fracasos pularmente considerada como la expresión culminante de la fe
prácticos, porque eran exaltaciones inmediatas de la experiencia cristiana en el mundo occidental, es una demostración del poder
del vivir. Los mitos no eran ensayos intelectuales del hombre primi- de lo sensible para absorber las ideas más altamente espiritualiza-
tivo en la ciencia, sino algo muy diferente. Sin duda que la inquie- das. La música, la pintura, la escultura, la arquitectura, el drama,
tud ante un hecho inusitado desempeñaba su parte, pero el deleite el romance, fueron las madrinas de la religión, tanto como lo fue-
en el cuento, el progreso en la interpretación de una buena narra- ron la ciencia y el saber. Las artes apenas existían fuera de la igle-
ción jugaban su parte dominante, como sucede en el desarrollo de sia, y los ritos y las ceremonias de la Iglesia eran artes representa-
las mitologías populares hoy en día. El elemento directamente sen- das bajo unas condiciones que les daban la máxima posibilidad
sible -y la emoción es un modo de lo sensible- no solamente de atracción emocional e imaginativa. No sé qué podría dar al es-
tiende a absorber todas las ideas, sino que, independientemente de pectador y oyente de las artes una sumisión más profunda, que la
la disciplina especial reforzada con aparatos físicos, somete y digie- convicción de que estaban dotadas con los medios necesarios
re todo lo que es meramente intelectual. para alcanzar la gloria y la beatitud eternas.
La introducción de lo sobrenatural en la creencia, y la rever- Las siguientes palabras de Pater merecen ser citadas a este
sión muy humana de lo sobrenatural, es más bien un asunto de la respecto:

34 35
formar cosas más grandes, es decir, cosas etéreas, más grandes
La cristiandad medieval encontró su camino, en parte por la
belleza estética, cosa que fue profundamente sentida por los escri- de las que ha hecho el Creador mismo«. Al hacer este uso de las
tores de himnos latinos, quienes para un sentimiento mural o e~pi- palabras de Keats tengo también en la mente el hecho de que
ritual tenían cientos de imágenes sensibles. Una pasión cuyos prin- identificó la actitud del artista con la de la criatura viviente; y lo
cipios están ocultos, provoca una tensión nerviosa en la que el hizo no meramente de modo implícito en su poesía, sino que en
mundo sensible viene a uno con reforzada brillantez y alivio, todo la reflexión lo dijo explícitamente en palabras. Escribió en una
lo rojo transformado en sangre, toda el agua en lágrimas. De aquí carta a su hermano:
esa sensualidad salvaje y convulsa en toda la poesía de la Edad Me-
dia, en la que las cosas de la naturaleza empezaron a jugar una par- La mayor parte de los hombres caminan de la misma forma ins-
te extraña y delirante. La mente medieval tenía un hondo sentido tintiva, con la misma seguridad de visión de sus propósitos que el
de las cosas de la naturaleza, pero no era objetivo, no era un esca- halcón. El halcón quiere una pareja, y también el hombre, mirad a
pe real al mundo sin nosotros. ambos, la buscan y se la procuran de la misma manera. Ambos quie-
ren un nido y ambos lo buscan de la misma manera; obtienen su ali-
En su ensayo autobiográfico, El nino en la casa, generaliza lo mento de la misma manera. El noble animal hombre para divertirse
que está implícito en este pasaje. Dice: «En los últimos años en- fuma su pipa; el halcón se balancea en las nubes: es la única dife-
contró filosofías que lo ocuparon mucho, estimando las propor- rencia en sus diversiones. Esto es lo que constituye la diversión de
ciones de los elementos sensihles e ideales en el conocimiento la vida para una mente especulativa. Salgo al campo y doy un vista-
humano, las partes relativas que tienen en él; y en su esquema in- zo a la comadreja o a la rata que corren apresuradas -¿para qué? La
telectual !legó a asignar muy poco al pensamiento abstracto, y criatura tiene un propósito que brilla en sus ojos-. Camino entre
mucho a sus vehículos y ocasiones sensibles". Estos últimos «se los edificios de la ciudad y veo un hombre que se apresura- ¿para
qué? La criatura tiene un propósito que brilla en sus ojos [...]
hicieron el concomitante necesario de toda percepción de las co-
Aunque yo prosigo el mismo curso instintivo como el más ver-
sas, con la realidad suficiente para obtener todo el peso y recono-
dadero de los animales humanos, puedo pensar y, aun cuando soy
cimiento en el dominio del pensamiento [...] Llegó a ser incapaz de joven, escribo de vez en cuando parJ. obtener partículas de luz en
preocuparse o de pensar en el alma, si no es como algo que está medio de la gran oscuridad, sin saber el significado de ninguna
en un cuerpo verdadero o en un mundo, donde hay agua y árbo- aserción, de ninguna opinión. Sin embargo, ¿no puedo por ello li-
les y donde hombres y mujeres miran de tal o cual manera y se brarme <le! pecado? ¿No existirán seres superiores que puedan di-
estrechan las manos«. La elevación de lo ideal por encima y más vertirse con alguna actitud graciosa, aunque instintiva, que venga a
allá de lo sensible inmediato, no solamente lo ha hecho pálido y mi mente, como yo me entretengo con la actitud alerta de la coma-
exangüe, sino que ha conspirado con la mente sensible para em- dreja o la ansiedad del venado? Aunque sea odiosa una disputa ca-
pobrecer y degradar todas las cosas de la experiencia directa. llejera las energías que en ella se despliegan son bellas; el hombre
En el título de este capítulo me permití tomar de Keats la pa- más vulgar tiene gracia en su disputa. Vistos por un ser sobrenatu-
labra «etérea« para designar el significado y el valor que muchos ral nuestros razonamientos pueden adquirir el mismo tono, y aun-
que erróneos, pueden ser bellos. Precisamente en eso consiste la
filósofos y algunos críticos suponen que es inaccesible a los sen-
poesía. Puede haber razonamientos, pero cuando adquieren una
tidos, a causa de su carácter espiritual, eterno y universal, ejem-
fonna instintiva, como las formas y los movimientos del animal,
plificando así el dualismo común de naturaleza y espíritu. Permí-
son poesía, son bellos, tienen gracia.
tanme volver a citar sus palabras. El artista puede ver «el sol, la
luna, las estrellas y la tierra y sus contenidos como material para

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En otra carta hahla <leShakespeare como un hombre <leenorme Beauty is truth, truth beauty-that is ali
«capacidad negativa«, que fue «capaz <letener incertidumhres, miste- Ye know on earth, and all ye peed to know.*
rios, <ludas, sin alcanzar algo según el hecho y la razón«. Compara a
Shake.speare en este sentido con su contetnporáneo Coleri<lge, quien y sobre lo que quiere decir en su afirmación en prosa: «Lo que
hubiese ignorado una intuición poética si ésta estuviera rodeada de la imaginación capta como belleza debe ser la verdad«. Buena
oscuridad, porque no podía justificarla intelectualmente; no podía, parte de la discusión se ha sostenido desde la ignorancia de la tra-
en el lenguaje de Keats, quedar satisfecho con un «conocitniento a dición particular dentro de la que escribió Keats y que da al térmi-
inedias». Pienso que la misn1a idea está contenida en una carta a Bai- no "verdad,, su significado. En esta tradición "verdad« nunca signi-
ley, cuando dice que él "nunca hahía sido capaz de percihir cómo se fica «corrección de las afirmaciones intelectuales sobre las cosas»,
puede conocer algo verdadero con el razonamiento [...] Puede ser o "verdad de acuerdo con el significado adquirido por influencia
que ni el filósofo más grande haya llegado alguna vez a esta meta sin <le la ciencia, sino que denota la sahiduría por la cual el hombre
dejar a un lado numerosas objeciones«: pregunta, en efecto, si el ra- vive«, especialmente "el saber del bien y el mal«. Y en la mente de
zonador no debe también confiar en sus «intuiciones», que llegan a Keats esta palabra estaha particularmente conectada con la cues-
sus experiencias in1nediatas sensibles y emocionales, aun en contra tiém de justificar el bien y confiar en él, a pesar del mal y <le la
de las ohjeciones que la reflexión le presenta. Y sigue diciendo que destrucción que abunda a nuestro alrededor. La filosofía es el in-
«lamente in1aginativa sünple puede tener su recompensa en la insis- tento de contestar a esta cuestión racionalmente. La creencia de
tencia con que su propia obra silenciosa viene sien1pre al espíritu Keats de que incluso los filósofos no pueden tratar de la cuestión
con una bella brusquedad«, una ohservación que contiene más psi- sin depender de las intuiciones iinaginativas, recibe una confir-
cología del pensamiento productivo que muchos tratados. mación independiente y positiva con su identificación de la "be-
A pesar del carácter elíptico de las afirmaciones de Keats, sur- lleza« con la "verdad« -la verdad particular que resuelve al hom-
gen dos puntos. Uno de ellos es su convicción de que el "razona- hre el apremiante problema de la destrucción y la muerte-, que
miento» tiene un origen semejante al de los movimientos de una pesaba constanternente sobre Keats en el reino 1nis1no en que la
criatura salvaje que se dirige a su meta, y puede hacerse espontá- vida lucha para asentar la supremacía. El hombre vive en un
neo, «instintivo», de modo que cuando se hace instintivo es sensual mundo de sospecha, de misterio, de incertidumbre. El «razona-
e in1nediato, poético. La otra parte de su convicción es .st1 creencia miento« puede fallar al homhre -naturalmente ésta es una doc-
de que ningún «razona1niento,, como razonamiento, es decir, con trina enseñada por aquellos que han sostenido la necesidad <le
exclusión de la imaginación y los sentidos, puede alcanzar la ver- una revelación divina-. Keats no aceptó este suplen1ento y sus-
dad. Incluso ,d filósofo más grande,, ejercita una especie de prefe- tituto de la razón. La intuición de la imaginación debe bastar. "Eso
rencia animal para guiar el pensamiento a sus conclusiones. Selec- es todo lo que <lehes saber en la tierra, y todo lo que necesitas sa-
ciona y discrimina, a medida que se mueven sus sentitnientos ber.« Las palabras claves son "en la tierra«, es decir, un contexto en
imaginativos. La «razón» en su cúspide no puede alcanzar una con1- el cual ,la cansina investigación según el hecho y la razón«, confun-
pleta aprehensión y una seguridad contenida en ella misma. Tiene de y defon11a, en vez de arrojar luz. Fue en los 1nomentos ele más
que hajarse en la imaginación, a la vivencia en el propio cuerpo de intensa percepción estética cuando Keat-; encontraba su mayor
las ideas en un sentido cargado emocionalmente.
Se ha discutido mucho sohre lo que Keats quiere decir en sus * Los verso:-. dicen: "La belleza es verdad, la verdad es helkza; eso es todo/ lo que
fa1nosos versos: debes saber en la tierra, y todo lo que necesitas saber". (N del t.l

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placer y sus más hondas convicciones. Éste es el hecho registrado 3. CÓMO SE TIENE UNA EXPERIENCIA
al final de su Oda. En definitiva, no hay sino dos filosofías: una de
ellas acepta la vida y la experiencia con toda su incertidumbre,
misterio, duda y conocimiento a medias, y revierte esa experiencia
sobre sí misma para ahondar e intensificar sus propias cualidades,
la transforma en imaginación y en arte. Ésta es la füosofía de Sha-
kespeare y de Keats.

La experiencia ocurre continuamente porque la interacción


de la criatura viviente y las condiciones que la rodean está impli-
cada en el proceso mismo de la vida. En condiciones de resisten-
cia y conflicto, determinados aspectos y elementos del yo y del
mundo implicados en esta interacción recalifican la experiencia
con emociones e ideas, de tal 1nanera que surge la intención cons-
ciente. A menudo, sin embargo, sobreviene la experiencia. Lasco-
sas son experimentadas, pero no de manera que articulen una ex-
periencia. La distracción y la dispersión forman parte de nuestras
vidas; lo que observamos y lo que pensamos, lo que deseamos y
lo que tomamos, no siempre coinciden. Ponemos nuestras mano~
en el arado y empezamos nuestro trabajo y luego nos detenemos,
no porque la experiencia haya llegado al fin para el que fue ini-
ciada, sino a causa de interrupciones extrañas o a una letargia in-
terna.
En contraste con tal experiencia, tenemos una experiencia
cuando el material experimentado sigue su curso hasta su cum-
plimiento. Entonces y sólo entonces se distingue ésta de otras
experiencias se integra, dentro de la corriente general de la ex-
periencia. Una parte del trabajo se termina de un modo sa-
tisfactorio; un problema recibe su solución; un juego se ejecuta
completamente; una situación, ya sea la de comer, jugar una par-
tida de ajedrez, llevar una conversación, escribir un libro, o tomar
parte en una campaña política, queda de tal modo rematada que
su fin es una consumación, no un cese. Tal experiencia es un todo

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y lleva con ella su propia cualidad individualizadora y de autosu- puesto que cada parte continúa con aquello que venía sucediendo,
ficiencia. Es una experiencia. cada una de ellas gana distinción por sí misma. El todo que está en
Los filósofos, incluso los filósofos empíricos, han hahlado am- n1archa se diversifica en fases sucesivas que hacen resaltar sus va-
pliamente de la experiencia, Sin embargo, el habla idiomática se riados colores.
refiere a experiencias, cada una <le las cuales es singular y tiene A causa de su continua confluencia no hay huecos, junturas
su propio comienzo y fin, pues la marcha y corriente de la vida mecánicas ni puntos muertos, cuando tenemos una experiencia.
no se interrumpe uniforn1c1ncnte. Se trata de historias, cada una Hay pausas, lugares de descanso, que señalan y definen las cuali-
con su propio argumento, su propio principio y su propio 1novi- dades del movimiento, resumen lo que se ha padecido y evitan su
111ientodirigido hacia su terminación, cada una con su propio y disipación y su evaporación vana. Su aceleración es continua y ve-
particular movin1iento rítmico; cada una con sus propias cualida- loz, de manera que evita la separación de las partes. En una obra
des irrepetihlcs que la impregnan, Aunque subir la escalera es un de arte, diferentes actos, episodios, sucesos, se mezclan y funden
acto mecánico, se realiza por pasos individualizados, no por una en una unidad y, sin embargo, no desaparecen ni pierden su pro-
progresión indiferenciada; y un plano inclinado se destaca de pio carácter, justa1nente como en una conversación brillante hay
otras cosas por un límite brusco. un intercambio y fusión continuos y) sin embargo, cada interlocu-
La experiencia en este sentido vital se define por aquellas si- tor no solatnente retiene su propio carácter, sino que lo n1anifies-
tuaciones y episodios que espontáneamente lla1namos «experien- ta más claramente de lo que deseara.
cias reales•; aquellas cosas de las que decimos al recordarlas -ésa Una experiencia tiene una unidad que le da su no1nbre, esa
fue una experiencia•, Puede haber sido algo de gran importancia, comida, esa tempestad, esa ruptura de la amistad. La existencia de
una disputa con alguien que fue alguna vez un íntimo amigo, una esta unidad está constituida por una cualidad detenninada que
catástrofe finalmente advertida por una insignificancia, O puede impregna la experiencia entera a pesar de la variación de sus par-
haher sido algo relativamente ligero, y que quizá a causa de su tes constituyentes. Esta unidad no es ni emocional, ni práctica, ni
misma ligereza ilustra mejor lo que es una experiencia, Una co- intelectual, porque estos ténninos denominan distinciones que la
mida en un restaurante de París de la que uno dice •ésa fue una reflexión puede hacer dentro de ella. Al discurrir acerca de una ex-
experiencia•. Se conserva como un recuerdo perdurable de lo periencia, deben1os hacer uso de estos adjetivos <le interpretación.
que debe ser la comida. O quizá, una tempestad por la que uno Al recordar una experiencia después de que ha sucedido, podemos
ha pasado al cruzar el Atlántico, tempestad que en su furia pare- encontrar que una propiedad más que otra fue dominante, de ma-
cía -tal corno fue experimentada- resun1ir en sí n1isma todo lo nera que caracteriza la experiencia como un todo. Hay investiga-
que una tempestad puede ser, completa, con su relieve, porque ciones ahsorbentes y especulaciones que un hombre de ciencia y
se distingue ele lo que pasé, antes y de lo que vino después. filósofo recordarán con10 «experiencias" en un sentido riguroso. En
En tales experiencias cada parte sucesiva fluye libremente sin la última forma serán intelectuales, pero en el momento en que
junturas ni vacíos hacia las partes que las continúan. Al mismo ocurrieron eran emocionales, deliberadas, voluntarias. Sin embar-
tiempo, no se sacrifica la identidad propia de las partes. Un río se go, la experiencia no erd una suma <le estos diferentes caracteres
distingue de un estanque en que fluye, pero su flujo da una preci- que estahan perdidos en ella como rasgos distintivos. Ningún pen-
sión e interés a sus porciones sucesivas más grande que la que exis- sador puede afanarse en sus ocupaciones, salvo si es atraído y re-
te en las porciones homogéneas de un estanque. En una experien- compensado por experiencias integrales que intrínsecamente val-
cia el flujo va de algo a algo, puesto que una parte conduce a otra y gan la pena. Sin ellas nunca hubiera sahido lo que es realmente

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pensar, y sería completamente incapaz de distinguir el pensamien- arte estrictamente intelectual nunca será popular como lo es la
to real del espurio. El pensamiento marcha en series de ideas, pero n1úsica. Sin ernbargo, la experiencia n1is1na, tiene una cualidad
las ideas forman una serie, solamente porque son mucho más de lo emocional satisfactoria, porque posee una integración interna y
que la psicología analítica llama ideas. Son fases de una cualidad un cun1plimiento, alcanzado por un 111ovüniento ordenado y or-
en desarrollo, que se distinguen emocional y prácticamente. Son ganizado. La estructura artística puede ser in1nediatainente senti-
sus variaciones móviles, no separadas e independientes, como las da y en este sentido es estética. Lo que es aún más importante es
llamadas ideas e impresiones de Locke y Hume, sino matices suti- que esta cualidad, no solamente es un motivo significativo para
les de una tonalidad general en desarrollo. emprender una investigación intelectual y para hacerla honesta-
Decimos de una experiencia de pensamiento que sacamos mente, sino que ninguna actividad intelectual es un aconteci-
una conclusión o llegamos a ella. La formulación teórica del pro- n1iento integral ( una experiencia) a tnenos que esta cualidad
ceso se hace a menudo en tales términos que ocultan la semejan- venga a completarla. Sin ella el pensar no es concluyente. Err
za de la "conclusión" con la fase en que se consuma toda expe- suma. lo estético no se puede separar de modo tajante de la ex-
riencia integral en desarrollo. Estas formulaciones aparentemente periencia intelectual, ya que ésta debe llevar una marca estética
se siguen de las proposiciones separadas que son las premisas y la para ser completa.
proposición que es la conclusión, co1no aparecen en una página La n1is1na proposición tiene tatnhién validez para el curso de
impresa. La impresión se deriva de que hay primero dos entidades una acción predominantemente práctica, es decir, aquella que
independientes y ya hechas que se manipulan para dar nacimien- consiste abiertamente en actividad. Es posible ser eficaz en la ac-
to a una tercera. En efecto, en una experiencia de pensamiento las ción y, sin embargo, no tener una experiencia consciente. La acti-
premisas surgen sólo cuando se hace manifiesta una conclusión. vidad es demasiado automática para proporcionarnos un sentido
La experiencia como la de observar una tempestad, que alcanza de lo que es y adonde se dirige. Llega a un fin. pero no a un tér-
su culminación y gradualmente decae, es un continuo movimien- 1nino o consumación en la conciencia. Los obst{tculos se superan
to de los asuntos principales. Como en el océano tempestuoso con obstinada habilidad, pero no alimentan la experiencia. Hay
hay una serie de olas; son sugestiones que se levantan y luego se también quienes vacilan en la acción incierta e inconclusa, co1no
rompen de golpe, o son empujadas por la cooperación de una las sombras en la literatura clásica. Entre los polos de una eficacia
ola. Si se llega a una conclusión es que hay un movimiento de an- sin n1iras y una mecánica, e;<-isteel curso de una acción en que, a
ticipación y acumulación que finalmente llega a completarse. Una través de hechos sucesivos, corre un sentido de significación cre-
«conclusión» no es una cosa separada e independiente, sino la ciente, que se conserva y acu1nula hasta un término que se siente
consumación de un movimiento. como la culn1inación del proceso. Los políticos y los generales de
Por lo tanto, una experiencia de pensamiento tiene su pro- éxito que se convierten en hon1hres de estado como César y Napo-
pia cualidad estética. Difiere de aquellas experiencias que son re- león tienen algo de actores. Esto en sí n1is1no no es arte, pero es,
conocidas como estéticas, pero sola1nente en su materia. La materia yo creo, un signo de que el interés no se sostiene exclusiva o prin-
de las bellas artes consiste en cualidades; la de la experiencia que cipalmente por el resultado en sí mismo (como lo es el caso de la
lleva a una conclusión intelectual son signos o símbolos que no mera eficacia), sino como la desembocadura de un proceso. Hay
poseen una intrínseca cualidad propia, pero que sustituyen a co- ahí interés por completar una experiencia. La experiencia puede
sas que pueden, en otra experiencia, ser experimentadas cualita- ser dafüna para el mundo y su con.srnnación indeseable. pero tiene
tivamente. Esta diferencia es enorme. Es una razón por la cual el cualidad estética.

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La identificación griega de la buena conducta con la conducta Una cosa reemplaza a otra, pero no la absorbe ni la lleva consigo.
que tiene proporción, gracia y armonía, el kalon-agathon, es un Hay experiencia, pero tan laxa e inconstante que no es una ex-
ejemplo obvio de la cualidad estética característica en la acciéin periencia. Es innecesario decir que tales experiencias no son es-
moral. Un gran defecto de lo que se totna por n1oralidad es su téticas.
cualidad no estética. Dewcy dice ancstética, que suena delibera- Entonces lo no estético se encuentra entre dos frentes lín1itcs.
damente a anestésica. En vez de ser acción plena ton1a la fonna <le En un lado estCtla sucesión desatada que no co1nienza en ningún
fragmentarias concesiones a las dcn1andas del deber. No obstan- lugar particular y que termina ---en d sentido de cesar- en cual-
te, los ejemplos podrían mús bien oscurecer d hecho de que toda quier sitio. En el otro polo esü la detención, la constricción, que
actividad práctica adquirirá cualidad estética, sicn1pre que sea in- procede de p~lltes que única1nente tienen una conexión mecánica.
tegrada y se tnueva por su propia cuenta hacia su cumplin1iento. Son tantos los casos de estas dos clases de experiencia que incons-
Puede darse un ejemplo general, si imaginamos una piedra cientemente se toman con10 nonnas de toda experiencia. Enton-
que rueda por una colina para tener una experiencia. Su activi- ces, cuando aparece lo estético, contrasta tan bruscamente con el
dad es con seguridad suficientetnente «práctica». La piedra arran- cuadro de la experiencia trazado, que es imposible combinar sus
ca de alguna parte y se mueve, según las condiciones se lo per- cualidades especiales con las formas del cuadro y se da a lo estéti-
mitan, hacia un lugar y estado donde pueda quedar inmé,vil, es co un lugar y un estatus fuera de él. La relación de la experiencia
decir, hacia un fin. Agregucn1os. con la ilnaginaciún, a estos he- predominantemente intelectual y práctica que se ha hecho, intenta
chos externos que la piedra tnira hacia adelante con el deseo de 1nostrar que tener una experiencia no implica tal contraste; al con-
un resultado final; que se interesa por las cosas que encuentra en trario, ninguna experiencia, de cualquier clase que sea, es una uni-
su Gtt11ino, las cuales son condiciones que aceleran o retardan su dad, a menos que tenga cualidad estética.
movitnicnto en relación a su término; que actúa y siente respecto Los ene1nigos de lo estético no son ni los prácticos ni los inte-
a ellas según les atribuya la propiedad de impulsarla o detenerla lectuales. Es lo mediocre; el relajamiento de los fines; la sumisiún
y que, al llegar al final, relaciona éste con todo lo que sucedió an- a la convenci(m en los procedin1ientos prácticos e intelectuales.
tes, como la culn1inaciún de un rnovitniento continuo. Entonces Abstinencia rígida, sumisión obligada, tirantez de un lado y disi-
la piedra tendría una experiencia dotada de cualidad estética. pación, incoherencia e insistencia sin objeto del otro, son, en di-
Si pasan1os de este caso imaginario a nuestra propia expe- recciones opuestas, desviaciones de la unidad de la experiencia.
riencia, encontraremos que está mucho más cerca de lo que le Quizá alguna de estas consideraciones indujo a Aristóteles a invo-
sucede a la piedra verdadera que a lo que satisface las condicio- car el «justo 1ne<lio»con10 la designación propia de lo que es dis-
nes fantásticas señaladas. Porque en gran parte de nuestra expe- tintivo tanto de la virtud como de lo estético. Forn1alrnente estaba
riencia no nos ocupamos de la conexión de un incidente con lo en lo correcto. «Medio» y «justo»no se explican, sin en1bargo, por sí
que ha sucedido antes o con lo que ha de venir después. No hay 1nismos, ni están to1nados en un sentido rnatemático, sino que son
ningún interés que controle la atenta selección o rechazo de lo propiedades que pertenecen a una experiencia cuyo 1novitnicnto
que ha de organizarse en la experiencia en desarrollo. Las cosas se desarrolla hacia su propia consumación.
suceden, pero ni las incluimos definitivamente ni las excluimos He subrayado el hecho de que toda experiencia integral se
con decisión; nosotros nos abandonamos. Cede1110s de acuerdo mueve hacia un término, un fin, ya que cesa sola1nente cuando sus
con la presión externa o nos evadin1os y nos resigna1nos. Hay co- energías activas han hecho su propia labor. Esta clausura de uncir-
mienzos y paradas, pero no hay inicios ni conclusiones genuinas. cuito de energía es lo opuesto a la suspensión, a la stasis. La 1nadu-

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raciém y la fijación son opuestos polares. La lucha y d conflicto pue- sentación en el teatro o en la de leer una novela. Se asiste al desa-
den ser gozados en sí 1nismos, aunque sean dolorosos, cuando son rrollo ele un argrnnento; y el argun1ento requiere un escenario, un
experüncntados con10 1nedios para desarrollar una experiencia; espacio <londe desarrollarse y un tiempo para desplegarse. La ex-
son parte de ésta pc>r4ue la itnpulsan, no sin1ple1nente pc>rque están periencia es emocional, pero no hay en ella cosas separadas lla-
allí. Como se verá más tar<le, hay en ca<la experiencia un elemento madas etnociones.
de pa<lecitniento, de sufrimiento en sentido amplio, de otra manera Las e1nociones están unidas a acontecimientos y objetos en
no habría incorporación de lo precedente. Porque «incorporar» (ta- su movitnicnto. No son, salvo en casos patológicos, privadas. In-
kinP,-in) es una experiencia vital, es algo más que colocar algo en la cluso una en1oción «sin objeto» exige algo a lo que unirse más allá
cin1a de la conciencia, sobre lo previatnente conocido. Incorporar <le sí misma y, por consiguiente, la falta <le algo real pronto crea
in1plica una reconstrucción que puede ser dolorosa. Que la fase de una desilusión. La emoción pertenece a una cc1tcza del yo, pero
padecüniento necesario sea en sí misn1a placentera o dolorosa, es pertenece al yo que .se ocupa en el 1novimiento de los aconteci-
una cuestión que depende <le condiciones particulares. Esto es indi- mientos hacia un resultado <lesea<lo o no deseado. Saltamos ins-
ferente a la cualidad estética total, salvo que hay pocas experiencias tantáneamente cuando nos asustaino.s, o nos ruboriza1nos en el
intensatnente estéticas que sean completan1cnte placenteras. Cier- instante en que nos avergonzan1os. Sin ctnbargo, el tcn1or y la
tamente no se caracterizan corno diversión, pues co1no pesan sobre vergüenza no son, en este caso, estados en1ocionales. Por sí mis-
nosotros, provocan un sufrimiento, que no por eso deja de ser una 1nos no son nada 1nás que reflejos auto1náticos. Para hacerse
parte congruente con la percepción completa que gozarnos. emocionales deben convertirse en partes incluidas en una situa-
He hahla<lo <le la cualidad estética que re<lon<lea una expe- ción duradera que implica ocuparse en los objetos y sus resulta-
riencia hasta completarla y darle uni<la<len términos emocionales. dos. El salto de temor se hace temor en1ocional cuando se en-
Esta referencia pue<lc ocasionar dificultades, pues tendemos a cuentra o se piensa que existe un objeto atnenazante al cual
pensar que las en1ociones .son cosas tan simples y cornpactas dehemos enfrentarnos o escapar de él. El rubor se hace emoción
con10 las palabras con que las nombran1os. Alegría, tristeza, espe- de vergüenza cuando una persona relaciona, en su pensan1iento,
ranza, ten1or, ira, curiosidad, son tratadas corno si cada una, en sí una acción que ha ejecutado con una reacción desfavorable <le
misma, fuera una especie ele entidad que entra ya hecha en la es- otra persona.
cena, que puede durar largo o corto tiempo, pero cuya duración, Los objetos físicos de confines lejanos de la tierra son física-
crecin1iento y desarrollo no afecta a su naturaleza. De hecho, sin mente transportados y físican1ente dispuestos para actuar y retc-
e1nbargo, las e1nociones son cualidades cuando son .significativas cionar juntos en la construcción <le un nuevo objeto. El milagro
de una experiencia co1npleja que se tnueve y can1bia. Digo cuan- <le la mente es que algo semejante suce<le en la experiencia, sin
do .son significativas, porque de otra tnanera no son .sino estalli- traslado y reunión física. La emoción es la fuerza 1núvil y cimen-
dos y erupciones <le un nino perturbado. To<las las emociones tadora; selecciona lo congn1ente y tiñe con su color lo .seleccio-
son calificativos <le un drama y cambian al desarrollarse el <lrama. na<lo, <lan<lo uni<la<l cualitativa a materiales exteriormente dispa-
Se dice algunas veces que las personas se enamoran a primera vis- res y desemejantes. Proporciona, por lo tanto, uni<la<l a las partes
ta, pero lo que les pasa no es algo que ocurre en ese instante. variadas <le una experiencia. Cuan<lo la uni<lad es <le la especie
¿Qué sería del atnor si estuviera reducido a un motnento en el que que se acaba de describir, la experiencia tiene un carácter estéti-
no hay espacio para cultivarlo y cuidarlo? La naturaleza íntima <le co, aun cuando no sea, de tnodo predon1inante, una experiencia
la en1oción se tnanifiesta en la experiencia de asistir a una repre- estética.

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Dos hombres se encuentran; uno es el solicitante de un em- Hay, por consiguiente, 111odelos con1unes en experiencias
pleo, y el otro es el que decidirá si lo consigue o no. La entrevis- variadas, sin que importen las diferencias entre los detalles ele su
ta puede ser mecánica y consistir en preguntas , cuyas respuestas objeto. Son condiciones que deben cumplirse, y sin las cuales
resuelvan el asunto de manera casual. No hay en la experiencia una experiencia no puede llegar a ciarse. El boceto del modelo
ele los dos hombres nada que no sea una repetición, ya sea la común lo define el hecho ele que cada experiencia es el resultado
aceptación o la negativa, de algo que ha sucedido muchas veces. de una interacción entre la criatura viviente y algún aspecto del
La situaciún está dispuesta como si fuese un ejercicio de contabi- inundo en que vive. Un hombre hace algo, levanta, diga1nos, una
lidad; no obstante, puede interponerse algo que quizá desarrolle piedra; en consecuencia, padece, sufre algo: peso, dureza, textu-
una nueva experiencia. ¿Dónde podría1nos huscar una explica- ra de la superficie de la cosa levantada. Las propiedades así pade-
ción ele tal experiencia? No en el libro de contabilidad, ni tampo- cidas determinan un acto ulterior. La piedra o es 111uypesada, o
co en un tratado de economía o sociología o de psicología perso- muy angular o no es suficientemente sólida: o bien las propieda-
nal, sino en el drama o en la novela. Su naturaleza e importancia des padecidas muestran que es adecuada para el uso al que se
sólo puede ser expresada por el arte, porque ahí hay una unidad destina. El proceso continúa hasta que surge una 1nutua adapta-
de experiencia que sólo puede ser expresada como una expe- ción del yo y el objeto, y esta experiencia particular llega a una
riencia. La experiencia es de un 1naterial fraguado con incerti- conclusión. Lo que es cierto en este ejemplo si1nple vale, en
dumbres que se 1nueven hacia su propia consu1nación a través cuanto a la fonna, para toda experiencia. La criatura que opera
<le series conectadas de variados incidentes. Las pritneras en10- puede ser un pensador en su estudio y el a1nbiente con el cual
cioncs, por parte del solicitante, pueden ser, al principio, espe- está en interacción puede consistir en ideas en vez de piedras.
ranza o desesperación, y altivez o desconcierto al final. No obs- Sin embargo, la interacción <le los dos constituye la experiencia
tante, puesto que la entrevista continúa, aparecen emociones total obtenida, y la terminación que la completa es la constituci(,n
secundarias co1no variaciones de la emoción primaria. Es aún po- de una armonía sentida.
sible que cada actitud y gesto, cada frase, casi cada palabra, pro- Una experiencia tiene modelo y estn1ctura, porque no es so-
duzca más ele una fluctuación en la intensidad ele la emoción bá- lan1ente un hacer y un padecer que se alterna, sino que consiste
sica; esto es, un cambio de matiz y de tinte en su cualidad. El que en éstos y sus relaciones. Poner una tnano en d fuego, que la
tiene en su poder la decisión de ciar o no el empleo al solicitante consutne, no es ncccsariatnente tener una experiencia. La acción
ve por medio de sus propias reacciones ctnocionalcs el carácter y su consecuencia deben estar juntas en la percepción. Esta rela-
de éste; lo proyecta imaginativamente en el trabajo que deberá ha- cié,n es la que da significado; captarla es el objetivo de toda inte-
cer, y juzga su aptitud por la manera en que los elementos ele la ligencia. Elobjetivo y el contenido de las relaciones miden el
escena se reúnen, chocan o se acomodan entre sí. O la presencia contenido significativo de la experiencia. La experiencia de un
y conducta del solicitante se annonizan con sus propias actitudes y niño puede ser intensa) pero corno carece del fondo de una ex-
deseos, o entran en conflicto y son discordantes. Tales factores, periencia pasada, las relaciones entre padecer y hacer son débil-
con inherente cualidad estética, son las fuerzas que conducen los mente captadas, y la experiencia no tiene gran profundidad o
varios elementos de la entrevista a un resultado decisivo. Entran aliento. Nadie llega jamás a una madurez tal que perciba tocias las
en la composición de tocia situación en que haya incertidumbre y conexiones itnplicadas. Escribió una vez Mr. Hinton una novela
suspcnsiún, cualquiera que sea su naturaleza dominante. llamada El que no aprende (The Unleamer). Retrataba tocia la in-
terminable duración de la vida después de la muerte como una

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repetición de la vida, de los mismos incidentes que habían ocu- artista controla el proceso de su obra, captando la conexión entre
rrido en una corta existencia en la tierra, descubriendo continua- lo que ya ha hecho y lo que debe hacer después, es absurda la
n1cnte las relaciones in1plicadas entre estos incidentes. idea de que el artista no piensa de modo tan intenso y penetrante
La experiencia está limitada por todas las causas que interfie- como el investigador científico, Un pintor debe padecer conscien-
ren con la percepción de las relaciones entre padecer y hacer, te1nente el efecto de cada toque de pincel, o no será consciente de
Puede haber interferencia a causa del exceso, ya sea del lado del lo que está haciendo y del estado en el que se encuentra su traba-
hacer, ya sea del lado de la receptividad, del padecer, El desequi- jo, Además, debe ver cada conexión particular del hacer y el pa-
librio de algún lado mancha la percepción de las relaciones y deja decer en relación con el todo que desea producir, Aprehender ta-
la experiencia incompleta, deformada con poco o falso significa- les relaciones es pensar, y uno de los modos n1ás exactos de
do, El celo de hacer, el anhelo de acción, deja a muchas personas, pensamiento. La diferencia que hay entre la pintura de diversos
especialn1ente en este a1nbiente humano apresurado e impacie~- pintores se debe mucho más a las diferencias de capacidad para
te en el que vivitnos, con la experiencia superficial de una incret- conducir su pensamiento que a las diferencias de sensibilidad al
hle pequcl1cz. Ninguna experiencia tiene la oportunidad de com- color o a las de destreza en la ejecuci(m. Con respecto a las cuali-
pletarse porque con demasiada rapidez se presenta alguna otra dades básicas de las pinturas, su diferencia depende más de la ap-
cosa que lo in1pide. Lo que se llama experiencia es una cosa tan titud de la inteligencia para fijarse en la percepción de relaciones,
dispersa y mezclada que apenas merece este non1hrc. La resisten- que de ninguna otra cosa, aunque naturalmente la inteligencia no
cia se trata corno una obstrucción que debe evitarse, no corno una puede separarse de la sensibilidad directa y está conectada, aun-
invitación a la reflexión. El individuo trata de buscar, inconscien- que de un modo externo, con la habilidad,
temente tnás que por reflexión deliberada, situaciones en las cua- Cualquier idea que ignore el papel necesario de la inteligen-
les pueda hacer el mayor número de cosas en el menor tiempo, cia en la producción de obras de arte está basada en la identifica-
El exceso de receptividad corta la maduración de la experien- ción del pensamiento con el uso de una clase especial de mate-
cia y lo que se aprecia entonces es el mero padecer de esto o de rial, signos verbales y palabras. Pensar efectivamente en ténninos
aquello, sin importar la percepci(m de algún significado, La acu- de relaciones de cualidades, es una demanda tan rigurosa para el
mulaci(m de la mayor cantidad posible de impresiones se consi- pensamiento, como lo es pensar en térn1inos de sírnbolos verba-
dera que es la "vida", aun cuando ninguna de ellas sea más que un les y matemáticos, De hecho, puesto que las palabras se manipu-
aleteo o un sorbo, El sentimental y el que sueña despierto pueden lan fácilmente de modo mecánico, la producción de una obra de
ver pasar por su conciencia más fantasías e itnpresiones que las arte genuina reclama probablemente más inteligencia que la que
que tiene el hombre animado por el ansia de la acción, No obstan~ se denomina pensamiento entre aquellos que se jactan <le ser «in-
te) su experiencia está igualmente defonnada, porque nada a~r~t- telectuales»,
ga en la mente cuando no hay equilibrio entre el hacer y el rec1b1r,
Se necesita alguna acción decisiva a fin de establecer contacto con
las realidades del mundo y a fin de que las impresiones se relacio- He tratado de mostrar, en estos capítulos, que lo estético no
nen con los hechos de manera que podamos comprobar y organi- es una intrusión ajena a la experiencia, ya sea por 1ncdio de un
zar su valor. lujo vano o una idealidad trascendente, sino que es el desarrollo
Como la percepción de la relación entre lo que se hace Y lo intenso y clarificado de los rasgos que pertenecen a toda expe-
que se padece constituye el trabajo de la inteligencia, y como el riencia completa y normal, Considero que este hecho es la única

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base segura para construir la teoría estética. Quedan por sugerir productor. Es el gusto (/aste), y como el cocinar, la acción hábil
algunas de las implicaciones de este hecho fundamental. está del lado del cocinero que prepara, mientras que el gusto está
No tenemos palabra en la lengua inglesa que, sin ambigüedad, del lacio del consumidor; como en la jardinería, hay una distin-
incluya lo significado por las dos palabras "artístico» y »estético". ción entre el jardinero que planta y cultiva y el amo que goza el
Puesto que «artístico» se refiere priinariamente al acto de produc- producto acabado.
ción, y »estético» al de la percepcié,n y goce, es lamentable la ausen- Estos ejemplos, así como la relación que existe al tener una
cia de un térn1ino que designe a1nbos procesos conjuntamente. Al- experiencia, justo dice lo contrario entre hacer y padecer, indican
gunas veces se separan los dos para considerar al arte como algo que la distinción entre lo estético y lo artístico no puede ser lleva-
superpuesto a la 1nateria estética, o bien, por otro lado, para supo- da tan lejos, hasta convertirse en una separación. La perfección en
ner que, ya que el arte es un proceso de creación, la percepción y el la ejecuciém no puede ser tne<li<lao definida en términos de eje-
goce no tienen nada en cotnún con el acto creador. En todo ca.so, cución; implica a aquellos que perciben y gozan el producto eje-
hay una cierta tosquedad verbal cuando nos vemos obligados a usar cutado. La cocinera prepara el alimento para el consumidor, y la
el ténnino «estético» unas veces para cubrir todo el can1po, y otras, 1ne<lidadel valor de lo preparado se encuentra en su consu1no. La
para limitarlo al aspecto de recepci<in perceptiva de toda la opera- mera perfección en la ejecución, juzgada aisladamente en sus pro-
ción. Me refiero a estos hechos evidentes como preliminar a un in- pios términos, probablemente puede ser alcanzada mejor por una
tento de n1ostrar que concebir la experiencia consciente como una máquina que por el arte hun1ano. Esta perfección por sí misn1a es
relación percibida entre el hacer y el padecer, nos capacita para en- técnica, y hay grandes artistas que no son de prin1er rango co1no
tender la conexión que el arte como producción y percepción, y la técnicos, con10 Cézanne, así co1no hay grandes pianistas que no
apreciación con10 goce, sostienen recíprocainente. son grandes estéticatnente, o pintores que no son grandes pinto-
El arte denota un proceso de hacer o elaborar. Esto es cierto res, como Sargent.
tanto para las bellas artes como para el arte tecnológico. El arte La artesanía, para ser artística) en su sentido final, dehe ser
comprende modelar el barro, esculpir el mármol, colar el bronce, »amorosa»; debe interesarse profundamente por el asunto sobre el
aplicar pign1entos, construir edificios, cantar canciones, tocar ins- cual se ejercita la habilidad. Me viene a la mente un escultor cuyos
trumentos, representar papeles en el escenario, realizar rnovilnien- hustos son maravillosan1ente exactos. Sería difícil decir, en pre-
to.s rít1nicos en la danza. Cada arte hace algo con algún 1natcrial sencia de la fotografía de uno de ellos y una fotografía del origi-
físico, el cuerpo o algo fuera del cuerpo, con o sin el uso de herra- nal, cuál es la persona misma. En virtuosidad son notables, pero
mientas, y con la mira de producir algo visible, audible o tangible. uno duda de si el escultor tuvo una experiencia propia y estaba
Tan marcada es la fase activa del arte que los diccionarios lo defi- interesado en que participaran de ella los que miran sus productos.
nen usualmente en términos ele acción diestra, de habilidad en la Para ser verdaderamente artística, una obra debe ser estética, es
ejecución. El Diccionario Oxford lo ilustra con una cita de John decir, hecha para ser gozada en la percepción receptiva. La obser-
Stuart Mili: ,,e) arte es un esfuerzo hacia la perfección en la ejecu- vación constante es, naturaltnente, necesaria para el artista, mien-
ción», mientras que Matthew Arnold lo llama "destreza pura y sin tras está produciendo, pero si su percepción no es también de na-
defecto••. turaleza estética, se trata de un reconocimiento incoloro y frío de
La palabra "estético,, se refiere, como ya lo hemos notado an- lo que ha hecho, que usa como estímulo para el siguiente paso en
tes, a la experiencia, en cuanto a que es estimativa, perceptora y un proceso esencialmente mecánico.
gozosa. Denota el punto ele vista del consumidor más que el del En suma) el arte en su forma, une la 1nis1na relación entre ha-

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cer y padecer, entre la energía que va y la que viene, que la que tal cmno es percibido y debe ser regulado por ellas. De esta mane-
hace que una experiencia sea una experiencia. La eliminación de ra, por otro lado, ver, oír y gustar se hacen estéticos cuando la rela-
todo lo 4ue no contribuye a la organización mutua de los factores ción a una distinta manera de actividad califica lo percibido.
de la acci(m y la recepción, y la selección de los aspectos y rasgos Hay un elemento de pasión en toda percepciéin estética. Sin
que contribuyen a la interpenetraciún, hacen que el producto sea e1nbargo, cuando estatnos abrumados por la pasión, como en la
una obra de arte. El hombre esculpe, graba, canta, baila, gesticu- cxtretna ira, el temor, los celos, la experiencia definitivan1cnte no
la, modela, dibuja y pinta. El hacer o elaborar es artístico cuando es estética. No se siente la relación con las cualidades <le la activi-
el resultado percibido es de tal naturaleza que sus cualidades tal dad que ha generado la pasión. Por consiguiente, el material de
y corno son como percibidas han controlado la producción. El acto la experiencia carece de los elementos de equilibrio y propor-
de producir dirigido por el intento de producir algo que se goza ción, los cuales sólo pueden estar presentes cuando, al igual que
en la experiencia inmediata de la percepción, posee cualidades en la conducta que tiene gracia o dignidad, el acto es controlado
que no tiene la actividad espontánea y sin control. El artista, por un sentido exquisito <le las relaciones que el acto sostiene: su
mientras trabaja, encarna en sí misn10 la actitud del que percibe. conveniencia a la ocasión y a la situación.
Supongamos, a modo de ejemplo, que un objeto bellamente El proceso del arte en la producción se relaciona orgánica-
hecho, cuya textura y proporciones son muy gratas a la percep- mente con lo estético en la percepción, así como Dios en la crea-
ción, se supone que es el producto de algún pueblo primitivo. Más ción revisó su ohra y la encontró buena. Hasta que el artista no se
tarde se descubren pruebas de que es un producto natural acci- siente satisfecho en la percepción de lo que ha realizado, continúa
dental. Cotno cosa externa, es ahora prccisatnente lo mismo que modelando y remodelanclo. La elaboración llega a su Íln cuan-
era antes. Sin en1bargo, in1nediatan1ente deja de ser una obra de do su resultado se experimenta como bueno, y esa experiencia no
arte y se convierte en una «curiosidad« natural. Ahora pertenece a proviene de un simple juicio intelectual y externo, sino de la per-
un 1nuseo de historia natural y no a un museo de arte. Y lo extraclf- cepción directa. lln artista, en con1paración con sus prójimos, es
dinario es que la difr·rencia no es solamente ohra de la clasificación una persona no solamente dotada de poder para la ejecuciéin. sino
intelectual, sino que se produce en la percepciéin apreciativa y de además de una sensibilidad inusitada para las cualidades de lasco-
un modo directo. Se ve entonces que la experiencia estética -en sas. Esta sensibilidad también dirige sus actividades y trabajos.
su sentido limitado-- está conectada de modo inherente_a la expe- Cuando manipulamos, tocatnos y sentimos; cuando n1ira-
riencia de hacer. 1nos, ven1os; cuando escuchamos, oímos. La 1nano se mueve con
La satisfacci<m sensible del ojo y del oído, cuando es estética, un punzón de grabado o con un pincel; el ojo espera e informa
no lo es por sí misma, sino que está ligada a la actividad de la cual del resultado de lo hecho. A causa de esta íntima conexión, los si-
es su consecuencia. Incluso los placeres del paladar son diferentes guientes actos son acumulativos y no caprichosos ni rutinarios.
en cualidad para un epicúreo y para el que simplemente le »gusta» En una efectiva experiencia artístico-estética, la relación es tan
el ali1nento cuando se lo con1e. La diferencia no es <le mera inten- próxima que controla simultáneamente el acto y la percepción.
sidad. El epicúreo es consciente de mucho más que del gusto del Tal intimidad vital de conexión no puede tenerse, si solamente
ali1nento. Entran en su gusto, como experimentadas directamente, están e<)Jnprrnnetidos la mano y el ojo. Cuando atnhos no actúan
cualidades que dependen de la referencia a su origen, y a su mane- con10 órganos de todo el ser, no hay sino una secuencia mecáni-
ra de producción, en conexión con los criterios <le excelencia. La ca del sentido y del 1novimiento, cotno al caminar automática-
producci(m debe absorber, en sí misma, cualidades del producto, tnente. Cuando la experiencia es estética, la mano y el ojo sólo

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son instru1nentos a través de los cuales opera toda la criatura vi- ción: actúan tanto en la 11nag1nac1on con10 en la observación.
viente, totaln1ente activa y en 1novitniento. En consecuencia la Pueden surgir ele1nentoS 'irreJevantcs que son distracciones tenta-
expresión es e111ocional y está guiada por un propúsito. doras; las digresiones se sugieren ellas mistnas camufladas de en-
A causa de la relación entre lo hecho y lo padecido, hay en la riquecin1ientos. Hay ocasiones en las que la captación de la idea
percepción un sentido inn1ediato de las cosas corno perteneciendo donünante se debilita y entonces el artista se mueve inconscien-
unas a las otras o co1no discordando, corno reforzándose o interfi- temente, hasta que su pensarniento se hace fuerte otra vez. El
rié-ndose. Las consecuencias del acto de hacer, tras1nitidas a la sen- trabajo real de un a11ista consiste en construir una experiencia co-
sibilidad, 1nucstran si lo que se hace prornueve la ejecución de la herente en la percepción, 1nientras se tnuevc carnbiando constan-
idea, o supone una desviaciún y una ruptura. En la 1ncdida en la ten1ente en su desarrollo.
que el desarrollo <le una experiencia se controla por 111cdiode la re- Cuando un autor escribe en el papel ideas ya claran1ente
ferencia a estas relaciones de orden y satisfacción, inn1ediatan1ente concebidas y ordenadas de 1nodo congruente, el trabajo real es-
sentidas, esta experiencia adquiere una naturaleza predorninante- taba hecho previamente. O bien puede depender de una mayor
tnente estética. La pulsión por la acción se convierte en la pulsiún perceptibilidad, inducida por la actividad y su transmisión a los
por la clase de acciém que da por resultado un objeto que satisface sentidos para dirigir la tenninación de su obra. El 1nero acto de
en la percepciém directa. El alfarero modela el barro para hacer un transcripción es estéticamente irrelevante, excepto si entra ínte-
bol que contenga cereal, pero lo hace de una n1anera tan regulada gran1ente en la fonnación de una experiencia que se 1nucve hacia
por la serie de percepciones que aúna los actos seriales <le elabora- su conclusión. Incluso la composición concebida en la cabeza, y
ción, que el bol queda 1narcado con una gracia y un encanto dura- por consiguiente física1nente privada, es pública en su contenido
deros. La situación general es la rnisn1a al pintar un cuadro o n1o<le- significativo, ya que es concebida con referencia a su ejecución
lar un busto. Además, en cada estadio hay una anticipaciém de lo en un producto perceptible y que, por lo tanto, pettenccc al mun-
que va a venir, y esta anticipaciún es un nexo que conecta el acto si- do co1nún. De otra manera sería una aberración o un ensueño
guiente con su resultado para los sentidos. Lo hecho o lo padecido pasajero. La necesidad de expresar por medio de la pintura las
son entonces recíproca, acumulativa y continuan1ente instrun1en- cualidades percibidas de un paisaje se prolonga en la demanda
tos uno del otro. de lápices y pinceles. Sin encarnación externa una experiencia
El acto puede ser enérgico y el padecimiento, agudo e inten- queda incotnplcta; fisiológica y funcionalmente los úrganos de
so. No obstante, a menos que estén relacionados entre sí para los sentidos son <lrganos 1notores que están conectados no sólo
fonnar un todo en la percepción, el resultado no es plenamente anatótnicarnentc, sino por n1edio de una distribución de energías
estético. La acciém, por ejemplo, puede ser un despliegue de vir- en el cuerpo hu1nano, con otros órganos motores. No es un acci-
tuosidad técnica, y el pa<lecin1iento un chorro <le sentimiento o de dente lingüístico que «construcción" y «obra» designen a la vez un
ensueño. Si el artista no perfecciona una nueva visión en el pro- proceso y su producto acabado. Sin la significación del verbo, la
ceso de elaboración, actúa mecánican1ente y repite algún viejo del nombre queda en blanco.
modelo impreso en su n1ente. La obra creadora de arte se carac- El escritor, el cotnpo.sitor de n1úsica, el escultor o pintor, pue-
teriza por un grado increíble de observación y del tipo de inteli- den rehacer durante el proceso de la producción lo que han hecho
gencia, que se ejerce en la percepción de relaciones cualitativas. previatnente. Cuando no es satisfactorio para la fase perceptiva de
Las relaciones deben ser notadas, no sola1nente una respecto a la experiencia, ya pueden empezar de nuevo. Esta repetición no
otra, de dos en dos, sino en conexión con el todo en construc- puede ser realizada en el caso de la arquitectura, lo que quizá es la

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razón de que haya tantos edificios feos. Los arquitectos están obli- para el reconocimiento aplicar al objeto presente este esquema
gados a completar su idea, antes <le que la traduzcan en un objeto como si fuera un patrón. Alguna~ veces, frente a un stJr humano,
acabado de percepción. La incapacidad para construir sirnultánea- nos irnpresionan algunos rasgos, qúizá solamente físicos, que an-
1nente la idea y su encarnación objetiva impone una desventaja. tes no hahíatnos notado. Nos damos cuenta de que antes nunca
Sin embargo, ellos también están obligados a pensar sus ideas, en había1nos conocido a la persona; ni la habíamos visto en sentido ri-
el medio que concreta el objeto de la percepción definitiva, a me- guroso. En este momento es cuando empezatnos a estudiar y a
nos que trabajen mecánicatnente y como prácticos. Probable1nente «asü11ilar».La percepción reetnplaza al reconocimiento. Es un he-
la calidad estética de las catedrales medievales se debe, en cierta cho de actividad reconstructiva, y la conciencia se hace fresca y
medida, al hecho de que sus construcciones no fueron rnuy con- viva. Este acto de ver in1plica la cooperaciún de los elementos mo-
troladas por planes y especificaciones }:-lechasde ante1nano, co1no tores, aun cuando pennanezcan in1plícitos y no se hagan patentes,
ahora sucede, sino que se desarrollaban a medida que el edificio así como la cooperación de todas las ideas unidas que pueden ser-
crecía. No obstante, incluso un producto semejante a Minerva, si es vir para completar el nuevo cuadro que se está fonnando. El reco-
artístico, presupone un período de gestación en el que los actos y nocimiento es de1nasiado fácil como para que despierte una con-
las percepciones proyectadas en la imaginación entran en interac- ciencia vívida. No hay suficiente resistencia entre lo nuevo y lo
ción y se modifican mutuamente. Toda obra de arte sigue el plan y viejo para obtener la conciencia de la experiencia que se tiene.
el modelo de una experiencia completa, haciéndola sentir rnás in- Hasta un perro que ladra y mueve la cola alegremente al ver regre-
tensa y concentradamente. sar a su atno está más plenamente vivo al recibir a su amigo que un
No es tan fácil en el caso del espectador, entender la unión ín- ser hu1nano que se contenta con el mero reconocimiento.
tima entre el hacer y el padecer, corno en el caso cid productor. So- El mero reconocimiento queda satisfecho cuando se adjudica
lemos suponer que el espectador asin1ila tan sólo lo que está con- una etiqueta apropiada al objeto; "apropiada" significa que sirve a
cluido, y no advertirnos que este asimilar implica actividades un propósito ajeno respecto del acto del reconocimiento, co1no
comparables a las del creador. Sin embargo, receptividad no es pa- el vendedor identifica la mercancía con una muestra. No implica
sividad. Es ta1nbién un proceso que consiste en una serie de actos un estímulo del organismo, ni una conmoción interior. Sin em-
de respuesta que se acumulan, hasta llegar a la satisfacción objeti- hargo, un acto de percepción procede por ondas que se extien-
va. De otra tnanera no es percepción, sino reconocimiento, y la di- den como una serie a través de todo el organismo. Por consi-
ferencia entre las dos es inmensa. El reconocimiento es una percep- guiente, no hay en la percepción el hecho aislado <le ver y oír al
ción detenida antes <le que tenga oportunidad para desarrollarse que se pueda ana<lir la emoción. El objeto o escena percibidos
libremente. En el reconocimiento hay el comienzo de un acto de están emocionalmente impregnados. Cuando una e1noción des-
percepción, pero a este cotnienzo no se le pern1ite servir al desarro- pertada no impregna la materia percibida o pensada, o es preli-
llo pleno de la percepción de la cosa reconocida. Se detiene en el tninar o es patológica.
punto en el que va a servir a algún otro propósito, como reconoce- La fase estética o pasiva de la experiencia es receptiva, e im-
mos a un hombre en la calle a fin de saludarlo o evitarlo, no para plica sumisión. Sin embargo, la adecuada condescendencia del
verlo con el fin de ver lo que es. yo es solamente posible por una actividad controlada que bien
En el reconocimiento recaemos, co1no en un estereotipo, so- puede ser intensa. Con frecuencia, en el co1nercio con nuestro
bre un esque1na previan1ente formado. Algún detalle o arreglo de entorno nos evaditnos; a veces por temor a gastar indebidamente
detalles sirve como clave para una simple identificación. Basta nuestro caudal de energía; a veces por estar preocupados en

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otros asuntos, con10 en el caso del reconoci,niento. La percep- mente dispersas en un todo experimentado. Por parte del percep-
ción es un acto que <la salida a la energía a fin de recibir, no una tor hay un trabajo que hacer como lo hay por parte del artista. El
retención de energía. Para empaparnos de un asunto pritnero te- que por pereza, vanidad o convención rígida no haga este trabajo
nemos que stnnergirnos en él. Cuando somos pasivos frente a no verá ni oirá. Su «apreciación» será una mezcla do jirones del sa-
una escena. nos abruma. y por falta de actividad de respuesta no ber, confonne a las nonnas de la adn1iración conyencional, y una
percibimos lo que nos empuja con fuerza. Debetnos reunir ener- confusa, aun cuando pudiera ser genuina, excitación emocional.
gía y lanzarla como una respuesta a fin de asimilar.
Todos sabe1nos que se requiere un aprendizaje para ver por
el n1icroscopio o por el telescopio, o para ver un paisaje con10 lo Las consideraciones presentadas itnplican, tanto la semejan-
ve un geólogo. La idea de que la percepción estética es una cues- za con10 la diferencia entre una experiencia en sentido estricto, y
tión de mon1entos poco frecuentes, es una razón del atraso de las una experiencia estética, a causa de un énfasis específico. La pri-
artes en nuestro mundo. El órgano visual puede permanecer intac- 1nera tiene cierta cualidad estética; de otra 1nanera su material no
to, el objeto puede estar ahí físicamente: la catedral de Notre se cotnpletaría en una experiencia sencilla y coherente. No es po-
Dame, o el retrato de Hendrik Stoeffel de Rcmbrandt. Este último sible dividir en una experiencia vital, lo práctico, lo etnocional e
puede ser «visto« de un modo superficial: puede ser observado, intelectual y enfrentar las propiedades de uno con las característi-
posiblen1ente reconocido, e incluso darle su nombre correcto. GIS ele otros. La fase emocional liga a las partes en un todo; «inte-
Con todo, por falta de una continua interacción entre el organis- lcctua]., simplemente denomina el hecho de que la experiencia
mo total y los objetos, éstos no .se perciben cierta1nente de modo tiene un significado; «práctico» indica que el organisrno e.stá en
estético. Por ejemplo, una ,nultitud de visitantes, llevados a través interacción con los acontecitnientos y objetos que lo rodean. La
de una galería de arte por un guía, con la atención solicitada de investigación filosófica o científica más elaborada, y la empresa
un lado a otro, no perciben, sino que sólo por accidente se inte- industrial o política más ambiciosa tienen cualidad estética cuan-
resan en mirar un cuadro si es sentido con intensidad. do sus diferentes ingredientes constituyen una experiencia inte-
Para percibir. un contemplador debe crear su propia expe- gral. En ésta sus partes variadas se ligan unas con las otras, y no se
riencia. Y esta creación debe incluir relaciones con1parables a las suceden n1eran1ente una a la otra. Las partes a través de su unión
que sintiú el creador. No son las n1isn1as en sentido literal. No experimentada se mueven hacia una consunrnción y no simple~
obstante, en el contemplador. como en el a1tista, debe producir- mente a su cese en el tiempo. Esta consumación, ade1nás, no es-
se un ordenatniento de los ele1nentos del todo que es, en su for- pera en la conciencia a que toda la e1npresa quede terminada,
ma aunque no en los detalles, el mismo proceso de organización sino que se anticipa a cada momento y se saborea de n1odo recu-
del creador de la obra experimentada conscientemente. Sin un rrente, con especial intensidad.
acto de recreación, el objeto no es percibido co1no obra de arte. Sin emhargo, estas experiencias son predotninanternente in-
El artista selecciona, simplifica, aclara, abrevia y condensa de telectuales o prácticas, más que dístíntívarnente estéticas, a causa
acuerdo con su interés; y el contemplador debe pasar por estas del interés y el propósito que las inician y las controlan. En una
operaciones, de acuerdo con su punto de vista y su interés. En experiencia intelectual, la conclusiém tiene valor propio. Puede
ambos tiene lugar un acto de abstracción que es la extracción de ser extraída como formula o como «verdad« y puede ser usada en
lo significativo; en a1nbos hay comprensión en su significado lite- su totalidad independiente, como factor y guía en otras investiga-
ral, es decir. una reunión de los detalles y particularidades física- ciones. En una obra de arte no hay tal sedimento autosuficiente.

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El fin, el término, es significativo no por sí mismo, sino cotno in- vado. Es como el avance de un ejército en el cual todas las ga-
tegración de las partes. No tiene otra existencia. Un drama o una nancias hechas son periódicamente consolidadas, sie1npre en vis-
novela no son la frase final, aun cuando los personajes luego es- ta de lo que se hará después. Si nos movemos muy rápidamente,
tén dispuestos a vivir felizmente. En una experiencia distintamen- nos alejamos de la base de aprovisionamientos -<le los significa-
te estética, determinadas características, que son suhordinadas en dos obtenidos- y la experiencia es atropellada, pobre y confusa;
otras experiencias, son aquí dominantes; las que se subordinan si perdemos tiempo después de extraer un valor neto, la q,pe-
sirven de control, es decir, son las características en virtud de las riencia perecerá de inanición.
cuales la experiencia es una experiencia integrada y completa La forma del todo está, por consiguiente, presente en cada
por cuenta propia. miembro. Satisfacer, consu1nar son funciones continuas, no me-
En toda experiencia integral hay una forma porque hay una ros finales localizados solamente en un lugar. Un grabador, un
organización dinámica. Lla1no dinámica a la organización porque pintor o un escritor, están en trance de concluir en cada estadio
emplea tiempo para completarse, porque es un crecimiento. Hay de su trabajo. Deben retener y sumar lo hecho antes en un todo
un principio, un desarrollo, un cumplimiento. El material es inge- en cada punto y con referencia al todo por venir. De otra manera
rido y digerido por medio de la interacción con esa organización no hay consistencia ni seguridad en .sus actos sucesivos. La serie
vital de los resultados de una experiencia anterior, que constituye de hechos en el ritmo de la experiencia dan variedad y movi-
la mente del que la elabora. La incubación prosigue hasta que lo miento; salvan la obra de la monotonía y la repetición estéril. Las
concebido es creado y se hace perceptible como parte del mun- experiencias son los elementos correspondientes en el ritmo y
do común. Una experiencia estética puede acumularse en un mo- proporcionan unidad; salvan la obra de ser una mera sucesión de
mento, solainente cuando el clímax del largo y duradero proceso excitaciones sin objetivo. Un objeto es peculiar y predominante-
anterior llega con un movimiento tan demarcable que lo absorbe mente estético, y ofrece el goce característico de la percepciém
todo, haciendo olvidar el resto. Lo que distingue a una experien- estética, cuando los factores que determinan lo que puede lla-
cia como estética es la conversión de la resistencia y la tensión, marse una experiencia se elevan muy por encima del umbral de
de las excitaciones que tientan a la distracción, en un movin1ien- la percepción y se hacen manifiestos por sí mismos.
to hacia un final satisfactorio e inclusivo.
Experimentar, como respirar, consiste en un ritmo que alter-
na interiorizaciones y exteriorizaciones. Su sucesión forma un rit-
mo debido a la existencia de intervalos o períodos en los cuales
una fase cesa mientras la otra está latente y se prepara. William
James cotnpara con acierto el curso de una experiencia conscien-
te con los vuelos y aterrizajes alternados de un pájaro. Los vuelos
y aterrizajes están íntitnan1ente conectados uno con otro; no son
descansos sin relación sucedidos por un número de altos igual-
mente sin relación, sino que cada descanso en la experiencia es
un padecüniento que absorbe y asitnila consecuencias de un acto
anterior, y a menos que el acto sea en extremo caprichoso o ruti-
nario, cada uno lleva el significado que se ha extraído y con.ser-

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4. EL ACTO DE EXPRESIÓN

Cada experiencia, de poca o 1nucha importancia, etnpieza con


una impulsión, o n1ás bien como una impulsión. Digo «impulsión»
en vez de «impulso,,. El impulso está especializado y es particular:
aun cuando sea instintivo, es parte sin1plemente de un mecanismo
incluido en una 1nás completa adaptación con el ambiente. Lapa-
labra impulsión designa un movimiento IJacia fuera y hacia delan-
te de todo el organismo, del cual los impulsos especiales son au-
xiliares. Es el anhelo de la criatura viviente por la alimentación,
como distinto de las reacciones de la lengua y los labios que están
incluidas en la deglución: es la conversión del cuerpo como un
todo hacia la luz, así como el heliotropismo de las plantas es distin-
to del acto de seguir una luz particular con los ojos.
Como la in1pulsión es el movimiento del organismo en su to-
talidad, representa el estadio inicial ele toda experiencia completa.
Observando a los niños se descubren 1nuchas reacciones especia-
lizadas, que no son, sin ernhargo, principio de experiencias com-
pletas. Éstas empiezan a darse sólo en cuanto están tejidas en la ac-
tividad que pone en juego a todo el yo. Pasar por alto estas
actividades generalizadas para prestar atención solamente a las di-
ferenciaciones, a las divisiones de la labor que las hacen más efi-
cientes, constituye la fuente y la causa de todos los errores consi-
¡,,>1.lientes
en la interpretación de la experiencia.
Las impulsiones son los principios de la experiencia comple-
ta porgue proceden de la necesidad, del hambre y de la deman-
da, que pertenece al organismo como un todo, y que sólo puede

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ser aprovisionada estahleciendo relaciones precisas (relaciones siempre hostil las irritaría y las destruiría. La impulsión cegada en
activas, interacciones) con el a1nbiente. La epidermis súlo indica su futuro camino seguirá sli curso sin pensamiento y acabará
de la manera más superficial dónde termina un organismo y dón- muerta para la emoción, porque no podría dar cuenta de sí mis-
de empieza el amhiente. Hay cosas dentro del cuerpo que son ma en los términos de las cosas que encuentra y, por lo tanto, és-
extrañas a él, y hay cosas fuera de él que le pertenecen dejure, si tas no podrían convertirse en objetos significativos. La única ma-
no de facto, y de las que dehe tomar posesión si la vida ha de nera en que puede darse cuenta de su naturaleza y de su meta es
continuar. En la más baja escala, el aire y los alimentos son tales mediante los ohstáculos vencidos y los medios empleados; los
cosas; en una escala superior, las herramientas, ya sea la pluma medios que son solamente medios, forman desde el principio
del escritor o el yunque del herrero, los utensilios y los enseres, una sola cosa con la impulsión, en un camino allanado y lubrica-
la propiedad, los amigos e instituciones, todos los soportes y sos- do de antemano, que no permite la conciencia de aquéllos. Si no
tenes sin los cuales no puede haher vida civilizada. La necesidad hubiera resistencia del amhiente tampoco el yo podría tener con-
manifiesta en las impulsiones urgentes que demandan comple- ciencia de sí mismo; no tendría ni sentimiento ni interés, ni te-
ción por 111e<liode lo que puede proporcionar el ambiente -y mor, ni esperanza, ni desconcierto, ni altivez. La oposición que
solamente éste- es un reconocimiento dinámico de esta depen- sitnplemente contradice_, acaba por crear irritación y coraje. Sin
dencia del yo, en su totalidad, respecto a sus circunstancias. embargo, cuando la resistencia que despierta al pensa1niento
El destino de la criatura viviente, sin embargo, es el de no produce curiosidad y cuidado solícito, es superada y utilizada, se
poder dar por seguro lo que le pertenece sin aventurarse en un transforma en altivez.
mundo que no posee como un todo, y en el cual ne, tiene dere- Lo que no hace más que desalentar a un niño y a una persona
chos innatos. Siempre que un impulso orgánico excede el límite que carezca de un fondo maduro de experiencias convenientes se
del cuerpo, se encuentra en un inundo extraño y, en cierta medi- convierte entre aquellos que han tenido previamente experiencias
da, entrega la suerte del yo a la circunstancia externa. No puede de situaciones suficientemente afines para sacar algo de ellas, en
atrapar sólo lo que quiere, y automáticamente no tomar en cuen- una incitación a la inteligencia para planear y convertir la emoción
ta lo indiferente y adverso. En la medida en que el organismo en interés. La impulsión originada en la necesidad provoca una ex-
continúa desarrollándose recihe ayuda, como el viento favorable periencia que no sabe adónde va; la resistencia y la detención con-
ayuda al velocista. Con todo, la impulsión también encuentra vierten la acción directa en reflexión; lo que se transforma es la re-
muchas cosas, en el límite de su curso, que la desvían y se opo- lación de las condiciones impulsivas con el caudal de trabajo que
nen a ella. En el proceso de convertir estos obstáculos y condi- posee el yo, en virtud de experiencias anteriores. Como las ener-
ciones neutrales en favorables, la criatura viviente se da cuenta gías así incluidas refuerzan la impulsión original, ésta opera con
de la intención implícita en su impulsión. Ya sea que el yo tenga más circunspecciém, intuyendo el fin y el método. Tal es el linea-
éxito o que fracase, no vuelve simplemente a su estado primitivo. miento de toda experiencia revestida de significaciém.
La urgencia ciega se ha convertido en un propósito; las tenden- Son hechos familiares que la tensión atrae energía, y que la
cias instintivas se transforman en empresas ohligadas; las actitu- falta total de oposición no favorece el desarrollo normal. De una
des del yo se informan con un significado. manera general, todos reconocemos que el equilibrio entre las
Un amhiente que fuera siempre y en todas partes congenia! condiciones favorahles y adversas es el estado más deseahle,
con la inmediata ejecución <le nuestras impulsiones, pondría lími- siernpre que las adversas tengan una relación intrínseca con lo
tes a su crecimiento, <le manera tan segura como un ambiente que ohstruyen, en vez de ser arbitrarias y extrañas. Sin embargo,

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lo provocado no es únican1ente cuantitativo -no sólo es rná.s ener- La generalización de tales ejemplos nos protegerá del error,
gía-, sino cualitativo, es una tran.sforn1ación de la energía en ac- que desgraciadamente ha invadido la teoría estética, de suponer
ción pensada, a través de la asimilación de los significados adqui- que el simplemente dar curso a una impulsión, nativa o habitual,
ridos del fondo de experiencias pasadas. La unión de lo nuevo y constituye 1aexpresión. Tal acto es expresivo no en sí mismo, sino
lo viejo no es una siinple composición de fuerzas, sino una recrea- solamente en la interpretación reflexiva de parte de algún obser-
ción en la que la in1pulsión presente ton1a fonna y solidez; tnien- vador, como unos padres pueden interpretar el estornudo de su
tras que lo viejo, lo «almacenado», es literalmente revivido, se le da hijo como el signo de un inminente resfrío. En cuanto al acto n1is-
nueva vida y altna al encontrarse con una nueva situación. mo, si es puramente itnpulsivo, sólo es una descarga. Mientras no
hay expresión, el material que se acumula debe clarificarse y or-
denarse incorporando los valores de anteriores experiencias, an-
Este doble cambio es el que convierte una actividad en un acto tes de q_ue pueda ser un acto de expresión. Y estos valores no en-
de expresiém. Las cosas del an1biente, que de otro 1nodo serían cana- tran en juego, salvo a través de objetos del ambiente que ofrecen
les lisos o bien obstáculos ciegos, se hacen 111edios.Al 1nisn10tietnpo resistencia a la descarga directa de la emociún y el itnpulso. La
las cosas conservadas en la experiencia pasada, que se volverían ob- descarga emocional es una condición necesaria de la expresión
soletas por la rutina o la inercia, se tornan coeficientes en nuevas pero no .suficiente.
aventuras y se revisten de un nuevo significado. Aquí están todos los No hay expresión sin excitación, sin perturbación. Sin en1-
detncntos necesarios para definir la expresión. La definición ganará bargo, una agitación interna que se descarga inn1ediatamente en
en fuerza si los rasgos mencionados se hacen explícitos por el con- risa o llanto, pasa. Descargar es desembarazarse, despedir; expre-
traste con situaciones alternativas. No toda actividad que se exterio- sar es quedar, impulsar un desarrollo, trabajar hasta la comple-
riza es de naturaleza expresiva. En un extremo están las tempestades ción. Un chorro de lágrimas puede traer descanso, un espasmo
de pasión que irmmpcn a través de las barreras y barren todo lo que de destrucción puede dar salida a una c6lera interna. No obstan-
se interpone entre una persona y algo que quisiera destruir. Hay ac- te, donde no hay administración de las condiciones objetivas, ni
tividad, pero no es expresión desde el punto de vista del que actúa. un modelado de los materiales, con la intención de dar cuerpo a
Cn espectador diría: "¡qué magnífica expresión de rabia!". No obstan- la excitación, no hay expresión. Lo que algunas veces se llama un
te, el colérico es solamente colérico, algo con1pletamente diferente acto de autoexpresión podría n1ejor denominarse autocxhibiciém;
de expresar cólera. O quizá algún espectador puede decir ,,qué bien revela a otros el carácter, o la falta de carácter. En sí 1nisn10 es so-
está e.ste hombre expresando su carácter don1inante en lo que está lamente una expulsión.
haciendo o diciendo". Sin embargo, lo último en lo que piensa el co- El tránsito de un acto expresivo desde el punto de vista de un
lérico es en expresar su carácter; está sola1nente desahogando un observador externo a un acto intrínseca1nente expresivo, se pue-
paroxismo de pasión. El llanto o la risa de un niño pueden ser expre- de ilustrar, desde luego, con un simple caso. Primero, un bebé llo-
sivos para sus padres y, sin e1nbargo, no ser un acto de expresión del ra, precisamente al n1over su cabeza para seguir la luz; aquí hay
bebé. Para el espectador es una expresión porque dice algo sobre el un apremio interno, pero nada que expresar. Cuando el niño 1na-
estado del niño, pero el niño e.stá solatnente dedicado a hacer algo dura, aprende que sus actos particulares tienen diferentes con-
directamente, que desde su punto de vista es tan expresivo como el secuencias, por ejemplo, que atrae la atención si llora, y que al
respirar y el estornudar, actividades que son tatnbién expresivas sonreír induce una respuesta definida de los que están a su alre-
para el observador de la condición del nii'lo. dedor. Así empieza a darse cuenta del significado de lo que hace.

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Cuando capta el significado de un acto, primeramente ejecutado sión. La falsificación hábil, por más que lo sea, se litnita a 1nostrar
por pura presión interna, más tarde es capaz de actos de verdade- la forma de la expresión, pero no tiene la forma de la amistad, ni
ra expresión. La transformación de los sonidos, balbuceos, parlo- la contiene. La sustancia de la amistad queda intacta.
teos, en lenguaje, es una perfecta ilustración de la manera con10 lln acto de descarga o de simple exhibición carece de medio
adquieren existencia los actos de expresión y también de la dife- expresivo. Llorar o reír instintiva1nente no requiere medio, crnno
rencia entre ellos y los meros actos de descarga. tampoco estornudar y parpadear. Ocurre a través de alguna vía,
En estos casos se sugiere, aunque el ejemplo no sea el mejor, la pero no usa los n1edios de exteriorización como medios inma-
conexión de la expresión con el arte. El niño que es sabedor del nentes para un fin. El acto que expresa bienvenida usa como me-
efecto que sus actos espontáneos ejercen en los que lo rodean, dio la sonrisa, la mano extendida, la faz iluminada, pero no cons-
ejecuta «a propósito» un acto que era ciego. Empieza a 1nanejar y ciente1nente, porque se han hecho n1edios orgánicos para
a ordenar sus actividades con referencia a sus consecuencias. Las co111unicar d deleite Je encontrar un a1nigo esti111ado. Los actos
consecuencias sufridas a causa de los actos se incorporan como pritnitivamente espontáneos se convierten en medios que hacen
significado de suhsecuentes actos, porque se percibe la relación el trato hu,nano n1ás rico y 1nús grato, justatnente co1no un pintor
entre hacer y padecer. El niño puede ahora llorar a propósito convierte los pig1nentos en tnedios para expresar una experien-
porque quiere atención o descanso. Puede empezar a otorgar sus cia imaginativa. La danza y el deporte son actividades en que los
sonrisas como insinuaciones o como favores. Aquí encontratnos actos que antes se ejecutaban espontánemnente separados, se re-
el arte incipiente. Una actividad que era ,,natura],, --espontánea y únen y convierten su tnateria pritna en obras e.le arte expresivo.
sin intención- se transfonna, porque es e1nprendida co1no 1ne- Sólo donde la materia se emplea como medio hay expresión y
dio para obtener consciente1nente una consecuencia. Tal trans- arte. Los tabúes salvajes que parecen al espectador simples prohi-
formación marca todos los hechos del arte. El resultado de la biciones e inhibiciones externa1nentc itnpuestas, pueden ser, para
transformación puede ser artificio.so tnás bien que estético. La los que lo experitnentan, tnedios para expresar estados sociales,
sonrisa aduladora o la sonrisa convencional al saludar, son artifi- dignidad y honor. Todo depende de la manera en que se usa el
cios, pero el acto genuino de bienvenida contiene también el material cuando opera con10 tnedio.
ca1nhio de una actitud que era antes una manifestación ciega, La conexión entre un medio y un acto de expresión es intrín-
,,natural,, de impulsión, en un acto de arte ejecutado en vista de seca. Un acto <le expresión emplea sien1pre 1nateria natural, aun-
su lugar o relación, en el proceso del trato humano íntimo. que puede ser natural en el sentido de lo habitual, o también en
La diferencia entre lo artificial, lo artificioso y lo artístico está en el de primitivo o nativo. Se hace medio cuando se emplea tenien-
la superficie. En lo primero hay una brecha entre lo abiertamente do en cuenta su lugar y papel, sus relaciones con una situación
hecho y la intenci(m. La apariencia es de cordialidad, la intención que lo incluye, co1no los sonidos se hacen música cuando se or-
es la de obtener favor. Donde quiera que exista esta distancia en- denan en una 111elodía. Los 111is1nossonidos pueden ser lanzados
tre lo que se hace y su propósito no hay sinceridad, sino ardid, si- en conexi6n con una actitud de alegría, e.lesorpresa, de melanco-
mulación de un acto que intrínsecamente tiene otro efecto. Cuan- lía, y ser la salida natural de sentimientos particulares. Son expre-
do lo natural y lo cultivado se funden, los actos de trato social sivos de una de estas emociones cuando otros sonidos son el n1c-
son obras de arte. La impulskm animada de amistad y el hecho dio en que una de ellas se produce.
ejecutado coinciden con1pleta1nente, sin intrusión de un propósi- Etin1ológica1ncnte, un acto de expresión es una con1presión
to ulterior. La grosería puede impedir la adecuación de la expre- o una presión. Se obtiene el zu1110cuando se exprin1en las uvas

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en el ton~! de vino; o para usar una con1paraciún n1ás prosaica, la una prolongada interacción de algo que proviene del yo con las
mantequilla y el aceite se obtienen cuando ciertos elementos gra- condiciones objetivas, un proceso en que atnbos adquieren una
sos son sometidos al calor y a la presión. Nada se puede exprimir forma y orden que no poseían antes. Incluso Dios emple(J siete
excepto del material natural originaln1ente en bruto. Con todo, es días para crear el cielo y la tierra, y si la infonnación fuera com-
igualmente cierto que la simple descarga del material bruto no es pleta, sabríamos que fue solamente al fin de este período cuando
expresión. Por 111ediode la interacción con algo externo, la pren- se dio cuenta de lo que Él había hecho, con la materia prima del
sa o el pie del hombre, se obtiene el jugo. La cáscara y las semillas caos que tenía delante. Sólo una metafísica subjetiva emasculada
quedan separadas y retenidas; sólo cuando el aparato es defectuo- ha transfonnado el mito elocuente del Génesis en la concepción
so son también descargadas. Incluso en los modos n1ás n1ecínicos de un Creador que creaba sin ninguna 1nateria informe, sobre la
de expresión hay interacción y transformación consecutiva del cual trabajar.
1naterial primitivo que es el material crudo, en un producto del El comentario final es que cuando la excitación detenninada
arte, en relación al cual es exprimido dicho material. Son precisas por el asunto se profundiza, evoca un cúmulo de actitudes y signi-
tanto la prensa corno las uvas para exprirnir el jugo, y son precisos ficados que se derivan de alguna experiencia anterior. Cuando se
los objetos resistentes del ambiente, lo tnismo que la emoción e los despierta a la actividad, los pensamientos y en1ociones se ha-
in1pulsión interna para constituir una «expresión» de en1ociém. cen conscientes. in1ágenes ,,emocionalizadas». Inspirarse es infla-
Hablando de la producción poética, Samuel Alexander ob- marse con un pensa1niento o escena. Lo que se inflatna debe tam-
servaba que ..1a obra del artista no procede de una experiencia bién arder por sí rnisn10 hasta convertirse en cenizas, o expresarse
imaginativa acabada a la cual corresponde la obra de arte, sino en un n1aterial que transforn1a el 1netal crudo en un producto refi-
de una excitación apasionada acerca del asunto [...] El poema es nado. Muchas personas son infelices y se torturan porque no tie-
extraído del poeta por el asunto que lo excita ... El pasaje es un nen a su disposición un arte de la acción expresiva. Lo que con
texto en el que poden1os detenernos para cornentarJo. Uno <le condiciones 1nás afortunadas pudiera usarse para convertir el 1na-
estos comentarios puede ser, por ahora, el refuerzo de una afir- tcrial objetivo en 1nateria de una intensa y clara experiencia, crea
mación hecha en capítulos anteriores. La obra de arte real es la dentro de ellas un torbellino sin control que finalmente muere,
construcción de una experiencia integral resultante de la interac- después de un penoso rotnpimicnto interior.
ción de energías orgánicas y de condiciones del ambiente. El se- Lo.s n1ateriales que se inflan1an a causa de íntitnos contactos
gtmdo punto está más cerca del tema presente: la cosa expresada y resistencias opuestas, son los que constituyen la inspiración.
es extraída del productor por la presi(,n ejercida por las cosas ob- Del lado del yo, los elementos que resultan de una experiencia
jetivas sobre los in1pulsos y tendencias naturales, es expresión en anterior entran en acción con nuevos deseos, impulsiones e imá-
la medida en que es el resultado directo y puro de estos últimos. genes. Éstas proceden del inconsciente, no son frías ni tienen for-
Y sigue el tercer punto. El acto de expresión, que constituye una mas identificadas con particularidades del pasado, ni son frag-
ohra de arte, es una construcción en el tiernpo, no una c1nisión mentos ni masas infonnes, sino que están fundidas en el fuego
instantánea. Y esta afirmación no sólo signitlca que el pintor ne- de la conrnoción interna. No parecen venir del yo, porque resul-
cesita tiempo para transferir su concepción imaginativa a la tela y tan de un yo no conocido conscientemente. De aquí que un acer-
que el escultor lo necesita también para completar el tallado del tado mito atribuye la inspiración a un dios o a la musa. La inspira-
n1án11ol, sino que significa que la expresión del yo en el 111edioy ción, sin en1bargo, es inicial. En sí n1isn1a al principio está todavía
a través de éste, que constituye la obra de arte, es, en sí n1is1na, latente. El tnatcrial interior infla1nado debe encontrar con1busti-

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ble objetivo para alimentarse. A través de la interacción del com- embargo, de hecho, una en1oción es para, o de, o acerca de algo
bustible con el material ya encendido el producto refinado y for- objetivo, ya sea un hecho o una idea. Una emoción se da compli-
1nado adquiere existencia. El acto de expresión no es algo que cada con una situación cuyo resultado está en suspenso y en la
sobrevenga sobre una inspiración ya completa, sino que es una que se halla interesado vitalmente el yo agitado por la emoción.
inspiración impulsada hasta completarse por medio de un mate- La alegría en la victoria de un grupo con el cual una persona está
rial objetivo de percepción e imaginación .1 identificada, no es algo interiorn1ente co1npleto, así como la pena
Una impulsión no puede conducir a la expresión salvo cuan- por la muerte de un amigo no puede entenderse, excepto como
do está en conn1oción, en agitación. A n1enos que haya compre- una interpenetración <lel yo con las condiciones objetivas.
sión, nada puede ser expresado. La agitación marca el lugar de Este últin10 hecho es especialtncntc importante en conexión
encuentro del in1pulso interno con el atnbiente, que hacen con- con la individualización de las obras de arte. La noción ele que la
tacto de hecho o en idea, creando un fermento. La danza guerre- expresión es una emi.siún directa ele una ctnoción, completa en sí
ra o la danza de la cosecha del indígena no viene de adentro, ex- mistna, in1plica lógicamente que la individualización es aparente
cepto cuando hay una propensión hostil o es el momento de las y externa. De acuerdo con aquella noción el temor es temor, la
cosechas. Para producir la excitación indispensable debe haber altivez es altivez, el amor es a111or,.siendo cada uno genérico y di-
algo al frente, algo importante e incierto, como el resultado de ferenciado interiorn1ente sólo por su intensidad. Si fuera correcta
una batalla o las perspectivas de una cosecha. Una cosa segura esta idea, las obras de arte caerían necesariatnente dentro de cier-
no nos despierta c1noción. Por lo tanto, no es sólo la excitación tos tipos. Este punto de vista ha afectado la crítica, pero no para
lo que se expresa, sino la excitaciún-acerca-de-algo; por lo tanto, ayudar a la crnnprensión de las obras de arte concretas. Excepto
también, incluso la sola excitación, carente de un pánico comple- nominaln1ente, no existen cosas tales como la cn1oción de temor,
to, utilizará los canales de la acción a los que han recurrido ante- de odio, de amor. El carácter único e irrepetible de los aconteci-
riores actividades que tratan con objetos. Se limitará a simular la tnientos y situaciones experin1entadas in1prcgna la emoción
expresión con10 hacen los movünientos <le un actor que interpreta que provocan. Si la función del lenguaje fuera reproducir aquello
su papel automáticamente. Aun una inquietud indefinida busca a lo que se refiere, no podríamos hablar nunca de temor, sino sola-
una salida en el canto o en la pantomima, luchando por hacerse mente de tetnor-a-este-coche-particular-que-viene, con todas sus
articulada. especificaciones de ticn1po y lugar o temor-bajo-circunstancias-e.s-
Casi todos los puntos de vista erróneos .sobre la naturaleza pecíficas-sacando-una-conclu.sión-equiv()Ca<la precisan1cnte de ta-
del acto de expresión tienen su fuente en la noción de que la les-o-cuales-datos. Todo el tiempo de una vida sería demasiado
emoción está completa dentro de .sí n1i.s1na,y sólo cuando es lan- corto para reproducir en palabras una sola e1nociún, porque el
zada sobre un tnaterial externo tiene contacto con el mismo. Sin pritnero construye una situación concreta y permite que provo-
que una respuesta e1nocional. En vez de describir una emoción
u interesante Teoría de la puesía. Mr. Lascel\es Abernombic oscila cntrc dos
l. En ....
en términos intelectuales simbólicos, el artista "realiza el hecho
maneras de ver la im,piración. Una <le clbs ofrecc lo quc me parece la interpreradón co-
rrecta. En el poema, 13 inspir:Jeión •Sl' define por sí misma, de nrnnera completa y exquisi- que engendra» la emoción.
ta•. Otras veces dice que la inspiración es el poema; •algo que se contienc a ,..,ímismo y cs Es un hecho universalmente reconocido que el arte es selec-
autosuficiente, un todo completo y entcro•. Dice que -cada inspiración es algo que no tivo. Lo es a causa del papel que desempeña la emoción en el
cxistí:l ni podía existir originalmente en p:ilahras". Sin duda éste es el c1so: ni aun una fun-
ción trigonoml'trica existe simplemente en palabras. pero si Fl cs autosuficiente y conte-
acto de expresión. Cualquier humor predominante excluye auto-
nido en él mismo, ¿por qué busca y encuentra palabras corno medio de expresión? 1nática1ncntc todo lo que no congenia con él. La emoción es tnás

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efectiva que cualquier centinela que obrara deliberadamente. Lan- do. que se ligan con el asunto. Por razones semejantes, nos senti-
za tentáculos para lo que es afín. para las cosas que la ali1nentan mos repelidos por la intrusión de un designio moral en la literatu-
y la conducen a su cumplimiento. Solamente cuando la emoción ra, ya que aceptamos estéticamente cierto grado de contenido
rnuere o se ro1npe y se dispersa en fragn1entos puede entrar en la n1oral, si es sostenido por una emoción sincera que controle el
conciencia un material ajeno a ella. La operación selectiva de ma· m,1terial. Una llama blanca de piedad o indignación puede en-
terialcs practicada po<lerosa1nente por una emoción al desarro- contrar material que la alimente y puede fundirlo en una totali-
llarse en una serie de actos continuados, extrae n1atcria de multi- dad vital.
tud de objetos, numérica y espacialmente separados, y condensa, Precisainente porque la emoción es esencial en el acto de
lo abstraído, en un objeto que es resumen ele los valores pertene- expresi(m que produce la obra de arte, es fácil con un análisis in-
cientes a todos. Esta función crea la «universalidad» de una obra exacto concebir falsamente su 1nodo de operación y concluir
de arte. que la ohr~t de arte posee la e1noción corno su contenido signifi-
Si uno exatnina por qué razón ciertas obras de arte nos ofen- cativo. Se puede gritar con alegría o llorar cuando se ve a un
den, es probable encontrar que la causa es que no hay una e1no- amigo del que se ha estado separado largo tiempo. El resultado
ción personalmente sentida que guíe. seleccione y reúna los mate- no es un objeto expresivo, excepto para el contemplador. No
riales presentes. Tenemos la itnpresión de que el artista, digan1os obstante, si la e1noción nos conduce a reunir 1naterial relaciona-
el autor de una novela, trata de regular con intención consciente la do con el humor despertado, puede resultar de aquí un poema.
naturaleza de la emoción despertada. Nos irrita sentir que est{i ma- En el estallido directo, el estímulo, la causa de la emoción es una
nipulando materiales para asegurar un efecto decidido de antema- situación objetiva. En el poema el material objetivo se hace el
no. Las facetas de la obra, su variedad tan inclispensahlc, se man- contenido y la materia de la emoción, no limitándose a funcio-
tienen juntas por una fuerza externa. El movimiento de las partes y nar co1no una ocasión evocadora.
la conclusión no revelan una necesidad lógica. El autor, no, el En el desarrollo de un acto expresivo la emoción opera como
asunto principal, es el árbitro. un imán que atrae el 1natcrial apropiado, porque tiene una afini-
Al leer una novela, aun la escrita por un experto, se puede dad emocionalmente experimentada por el estado de ánimo que
tener pronto el sentimiento de que el héroe o la heroína del está en marcha. La selección y organización del material son, des-
cuento están condenados, no por algo inherente a las situaciones de luego, una función y una prueba de hl calidad ele la emoción
y al personaje, sino por la intención del autor, que hace del per- experimentada. Al ver un drama, contemplar un cuadro o leer
sonaje un títere, para sacar adelante su propia idea favorita. El una novela, podemos sentir que las partes no están en n1utua de-
sentitniento penoso se lamenta no porque sea penoso, sino por- pendencia. O el autor no tuvo una experiencia de tono emocio-
que se nos impone por algo que sentimos provenir de fuera del nal o, aun cuando al principio la haya tenido, no fue sostenida y
n1ovimiento del asunto. Una obra puede ser 111uytrágica y, sin la obra fue dictada por una sucesión de e1nociones no relaciona-
embargo, dejarnos con la e1noción de satisfacción en vez de irri- das. En el caso último la atención oscilú y se movió, y resultó un
tación. Nos reconcilian1os con la conclusión porque sentimos conjunto de partes incongruentes. El observador sensible o el
que es inherente al movimiento del asunto representado. El inci- lector se da cuenta de las junturas y las lagunas colmadas arbitra-
dente es trágico, pero el mundo en que suceden esas cosas fata- riamente. Sí, la emoción debe operar, pero actúa para producir la
les no es arbitrario ni impuesto. La emoción del autor y la que se continuidad del movimiento y la singularidad del efecto en me-
despierta en nosotros son ocasionadas por escenas en este n1un- dio de la variedad. Es selectiva del material y directiva de su or·

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<len y arreglo, pero no es Ju que se expresa. Sin en1oción puede mo1nentáneas. Lo espontáneo en el arte es la cotnpleta absorción
haber habilidad pero no arte; puede estar presente y ser intensa, en un tenia fresco cuya frescura sostiene la emoción. Lo añejo del
pero si se manifiesta directamente el resultado tampoco es arte. terna y la obstrucción del cálculo son los dos enemigos de la es-
pontaneidad ele expresión. La reflexión, aun cuando sea prolon-
gada y ardua, puede ocuparse en la generación de la materia.
Hay otras obras de arte que están sobrecargadas de emociém. pero una expresión ofrecerá, sin en1bargo, espontaneidad, si esa
Según la teoría de que la expresión es la n1anifestación de una emo- materia se ha asinlilado vitaln1ente en la experiencia presente. El
ción, no podría haber sobrecargo; cuanto 1nás intensa es la emoción, movin1iento propio e inevitable de un poema o un dran1a es
más efectiva es la «expresión». No obstante, una persona abru1nada compatible con cierto grado ele labor previa siempre que los re-
por una ctnoción está por eso incapacitada para expresarla. En la sultados ele esa labor aparezcan en con1plcta fusión con la emo-
fürmula de Wordswrnth de «la emoción recordada en tranquilidad« ción fresca. Keats habla poéticamente de la n1anera en que se al-
hay al menos ese elemento de verdad. Cuando uno está dominado canza la expresión artística cuando escribe de las «innumerables
por una en1oción, hay exceso de padecimiento (en el lenguaje en composiciones y desc01nposiciones que tienen lugar entre el in-
que se ha descrito có1no se tiene una experiencia) y muy escasa telecto y sus mil materiales antes de que llegue a esa temblorosa
respuesta activa que pennita una relación equilibrada para ser y delicada percepción de la belleza,,_
conmovido. Hay exceso de «naturaleza» para permitir el desarrollo Cada uno de nosotros asirnila en sí mismo algo de los valores
del arte. Muchas ele las pinturas ele Van Gogh, por ejemplo, tienen y significados contenidos en experiencias pasadas, pero lo hace-
una intensidad que despiertan una respuesta concordante, pero mos en diferentes grados y en diferentes niveles de la yoiclacl
con la intensidad hay una «explosividacl,.debida a la ausencia de con- (sel/houd!. Algunas cosas se hunden profundamente, otras per-
trol. En casos extremos, la e1noción provoca el desorden en vez de manecen en la superficie y son fácilmente desplazadas. Los viejos
ordenar el tnaterial. La en1oción insuficiente se muestra en un pro- poetas invocaban tradicionaln1ente a la 1nusa de la Men1oria como
ducto frían1ente «correcto»; la emoción excesiva obstruye la nece- algo enteran1ente fuera de ellos 1nis1nos -fuera de su vo cons-
saria elahoraciéin y definiciém de las partes. ciente actual-. La invocación es un tributo al poder <l~ lo que
La determinación del mol juste -del incidente adecuado en desde el nivel más profundo ele,la conciencia contribuye a la cl<.:-
el lugar adecuado, de la exquisitez ele proporción, del tono preci- tcnninaci(m del yu presente y ele lo que tiene que decir. No es
so, del matiz y la sombra que ayuda a unificar el todo mientras cierto que «olvidetnos» o arroje1nos a la inconsciencia sola1nentc
define la parte-, se realiza por la emoción. No toe.la e1noción, sin cosas extrañas y desagradables. Es más cierto aún que las cosas
embargo, puede hacer este trabajo, sino solamente la que está in- que se han convertido más co1npletamente en parte de nosotros
formada por el material captado y reunido. La emoción está in- n1ismos, que hen1os asitnilado para co1nponer nuestra personali-
formada y es progresiva cuando se ve forzada indirectamente a dad, ya no son retenidas meramente con10 incidentes, por ello
buscar el material y darle su orden, no cuando se gasta directa- dejan de tener una existencia consciente separada. En alguna oca-
1nente. sión excitan la personalidad que así se ha h:>rtnado, y entonces
Las obras de arte nos 1nuestran a 1nenudo un aire de esponta- viene la necesidad de expresión. Lo que se expresa no será ni los
neidad, una cualidad lírica, como si foeran el canto improvisado acontecimientos pasados que han ejercido su influencia forma-
de un pájaro. Sus tnás espontáneas explosiones, cuando son ex- dora, ni la ocasión existente de un 1nodo literal sino que ser{1,en
presivas, no son un rebosar ocasionado por presiones internas el grado de su espontaneidad, una unión íntitna de las formas de

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la existencia presente, con los valores que la experiencia pasada gos períodos de actividad, o de otro modo es tan vacía que no es
ha incorporado en la personalidad. Inmediatez e individualidad, un acto de expresión.
los rasgos que 1narcan la existencia concreta, provienen de la oca- Lo que Williarn James escribió sobre la experiencia religiosa
sión presente; el significado, la sustancia, d contenido, provienen pudo haber sido escrito sobre los antecedentes del acto de ex-
de lo que el yo ha asimilado cid pasado. presión.
No pienso que el baile y el canto de los niños puedan ser ex-
El ingenio y la voluntad consciente de un hombre aspiran a
plicados entera1nente por las ocasiones objetivas existentes, sobre
algo súlo imaginado oscura e inexactamente. Sin embargo, las fuer-
la base de respuestas sin sabiduría ni forn1a. Es evidente que debe
zas de maduración orgánica marchan dentro de L·lhacia un resulta-
haber algo en el presente que provoque felicidad, pero el acto es
do prefigurado, y su esfuerzo consciente libera aliados inconscien-
expresivo sola1nente si 1narca el 1nisrno con1pás con algo <le la ex- tes tr~1sla escena, c..¡uca su modo trahaj~m por un nuLvo ajuste, y d
periencia pasada almacenado, y gener~tlizado a las condiciones nuevo ajuste hacia el cu:d tienden todas estas fuerzas profundas, es
presentes. En el caso de expresiones de niños felices, la unión de seguramente preciso, y definitivamente diHTSO dt> lo 4uc conscien-
valores pasados con incidentes actuale, ocurre fáciln1cnte, hay lt'mente concibe y dctermin~l. En consecuencia. puede ser en ver-
pocos obstáculos que vencer, pocas heridas que restan.ar, pocos dad interferido LJt:iscado. por así decirlo) por sus esfuerzos volun-
conflictos que resolver. El caso es inverso con las personas madu- Urios que tienden hacia la <lirecci{m vercbclera.
ras. Estov de acuerdo en que es raro lograr el unísono completo;
pero cu~;ndo ocurre es en un nivel nüs profundo y con un 1n~lS Después al7ade, «cuando el nuevo centro de energía se ha in-
pleno contenido significativo. Y entonces, aun después de una cubado inconscicnten1ente d tiempo necesario y est{1a punto de
larga incubaciún y después de una angustiosa labor previa, la ex- florecer, "por sí nüsn10 se convierten .. la única nonna para noso-
presié,n final puede resultar con la espontaneidad del lenguaje ca- tros; entonces puede florecer sin ayuda».
dencioso o el n1ovimiento rítmico de una infancia feliz. Sería difícil encontrar o dar una descripción tnejor de la natu-
En una de las cartas a su hermano, Van (~ogh dice que «bs ralcz:1 de la expresiún espontánea. La presión antecede el derra-
etnociones son a veces tan fuertes que uno trabaja sin saber que me del zumo en la prensa del vino. Las nuevas ideas vienen con
trabaja, y bs pinceladas vienen con una secuencia y coherencia con1odidad y prontitud a la conciencia sólo cuando previamente
semejante a las palabras habladas o escritas ...Tal plenitud de emo- se ha hecho un trabajo para abrir las puertas apropiadas para en-
ción y espontaneidad de expresión vienen, sin etnbargo, sola- trar. La maduración inconsciente precede la producción creadora
tnente a los que se han e1npapado en experiencias de situaciones en cada dirección del esfuerzo humano. El esfuerzo directo del
objetivas; a los que durante n1ucho tiempo han cst~1do absortos en «ingenio y la voluntad» por sí mis1no nunca ha dado nacimiento a
la observación de un material relacionado y cuya in1aginaci(m ha algo que no sea mecánico; su función es necesaria, pero debe
estado 1nucho tiempo reconstruyendo lo que ven y oyen. De otra poner en libertad ~diados que existen al 1nargen de su propósito.
1nanera su estado se parecería al del frenesí, en el que el sentido En diferentes tien1pos rneditan1os en cosas diferentes; mantene-
de una producción ordenada es subjetivo y alucinatorio. Incluso rnos propósitos que, en lo que respecta a la conciencia, son inde-
la erupci{)n de un volcán presupone un largo período de co1npre- pendientes, siendo apropiado cada uno para su ocasión; ejecuta-
sión anterior y si la erupción arroja L.1vafundida y no silnpletnen- tnos diferentes actos cada uno con su propio resultado particular.
tc rocas y cenizas dispersas, ello implica una transfonnaciún <le la Con todo, como todos ellos proceden ele una criatura viviente,
111ateriapri1na original. La «espontaneidad» es el resultado de lar- están unidos entre sí por debajo del nivel de la intenciún. Operan

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juntos, y finalmente algo nace, casi a pesar de la personalidad cons- sus actos de expresión del ingenio y la voluntad conscientes. Ecl-
ciente, y desde luego no a causa de su voluntad deliberada. Cuan- gar Allan Poe dejó una relación del proceso de expresión tal
do la paciencia ha hecho su obra perfecta, el hombre es poseído como es emprendida por aquellos que tienen el tipo de mentali-
por la musa apropiada, habla y canta como si le dictara un dios. dad más deliberada. Hablando de lo que sucedió cuando escribió
Las personas consideradas convencionaltnente con10 artistas, Rl Cuemo, dice: «Raras veces se permite al público atisbar detrás
«pensadores», científicos, no operan con el ingenio y la voluntad de la escena las crudezas vacilantes del propósito verdadero cap-
conscientes de la 1nancra extensa que se supone vulgannente, tado en el último 111omento, las ruedas dentadas, la niaquinaria
sino que tienden tarnhién hacia algún fin oscura e in1precisan1cn- para el cambio de escena, las escalerillas y trampas, la pintura
te prefigurado. tanteando su camino, atraídos por la identidad de roja y los parches negros, que en el noventa y nueve por ciento
un aura en la que flotan sus observaciones y reflexiones. Sola- de los casos constituyen los don1inios del bistn·ón literario L..]».
mente la psicología que separa las cosas que en realidad se perte- No es necesario ton1ar la cifra numérica de Poe 1nuy seria-
necen entre sí, sostiene que los científicos y los filósofos piensan, tnente, pero la sustancia de lo que dice es una presentación pin-
1nicntras que los poetas y los pintores siguen sus sentitnientos. En toresca de un hecho escueto. La materia prima de la experiencia
ambos, en la extensión y en el grado en que son de rango co111pa- necesita ser reelaborada a fin de obtener la expresión attística.
rable. existe un pensanüento en1ocionalizado, y hay sentimientos Con frecuencia esta necesidad es rnayor en casos de «inspiración»
cuya sustancia consiste en significaciones o ideas. Como ya he di- que en otros casos, pues en este proceso la emoción provocada
cho, la única distinciún significativa se refiere a 1aclase de materia por la materia original se modifica a medida que se adhiere el
a que se adhiere la imaginación emocionalizacla. Aquellos que se material nuevo. Este hecho nos da la clave de la naturaleza de la
lla1nan artistas tienen co1no n1ateria las cualidades de las cosas de etnociún estética.
la experiencia directa; los investigadores «intelectuales» tratan con Con respecto a los tnatcrialcs físicos que entran en la fonna-
las cualidades que se manejan por medio de símbolos que repre- ción de una obra de arte, todo el mundo sabe que deben sufrir
sentan a las cualidades, pero que no son significativas en su pre- un cambio. El mármol debe ser tallado, los pigmentos deben po-
sencia intnediata. La diferencia definitiva es enorme en lo que res- nerse en la tela, las palabras deben ponerse juntas. J\io se suele
pecta a la técnica del pensamiento y la en1oción. No obstante, no reconocer que una transformación semejante ocurre con materia-
hay diferencia en lo que concierne a la dependencia de ideas les «interiores», itnágenes. observaciones, recuerdos y emociones.
emocionalizadas y a la ,naduración inconsciente. Pensar directa- f:stos son también progresivamente rehechos, y deben también
mente en ténninos de colores, tonos, itnágenes, es técnican1ente ser adnünistrados. Esta rnodificación es la construcción de un
una operación diferente de la de pensar en palabras. Sin embargo, verdadero acto expresivo. La impulsión que hierve co1no una
sólo la superstición sostendrá que. como el significado de las pin- conmoción que reclama expresión debe sufrir un 111ancjotan cui-
turas y las sinfonías no puede ser traducido en palabras, o el de dadoso para obtener una manifestación elocuente, como el 1nár-
poesía en prosa, el pensamiento está 1nonopolizado por éstas últi- mol o el pigmento, como los colores y los sonidos. De hecho no
n1as. Hay valores y significados que sólo pueden expresarse con hay dos operaciones distintas: una ejecutada sobre el material ex-
cualidades inmediatamente visibles y audibles: y preguntar lo que terno y la otra sobre el 1naterial interno y mental.
significan, en el sentido de algo que puede ser puesto en palabras, La obra es artística en la medida en que las dos funciones de
es negar su existencia distintiva. transfonnación se efectúan en una sola operaciún. Mientras que
Las personas difieren en el grado relativo de participación en e1 pintor coloca el pigmento sobre la tela, o imagina que está

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puesto ahí, sus ideas y sentitnientos se ordenan tan1bién; a 1nedi- e1noci(m es estética cuando se adhiere a un objeto fonnado por
da que el escritor compone por 1ncdio de palabras lo que quiere un acto expresivo, en el sentido en que se ha definido el acto de
decir, su idea to111a,para sí mismo, una fonna perceptible. expresión.
El escultor concibe su estatua, no en ténninos n1entales, sino En sus cotnienzos una emoción vuela recta hacia su objeto.
en los <le barro, n1ánnol o bronce. Es rdativaincnte de tnenor im- El an1or tiende a proteger el objeto a1nado, así como el odio tien-
portancia que un músico, pintor o arquitecto trabaje su idea e1no- de a destruir la cosa odiada. Cualquier emoción puede desviarse
tiva original en ténnino.s de imágenes au<litivas o visuales o en el de su fin directo. La ernociún del amor puede buscar y encontrar
1nedio real. Porque las itnágenes son el 1nedio objetivo que sufn: materia distinta de la que es directamente a111ada, sólo porque
un desarrollo. Los n1edios físicos deben ser or<lenados en la itna- congenia con ella por medio de la emoción, que conduce las co-
ginación o en un material concreto. En cualquier caso, d proceso sas a la afinidad. Esta otra n1ateria puede ser cualquier cosa,
físico desarrolla la itnaginaciún, 111ientras que la itnaginación es sietnpre y cuando alimente la etnoción. Si consultáramos a los
concebida en términos de un 1naterial concreto. Súlo por una pro- poetas, descubriríamos que el amor encuentra su expresión en
gresiva organizaciún del 1naterial «interno» y «externo» conectados torrentes que se precipitan, en estanques tranquilos, en la cxpcc-
orgánica1nente entre sí, es posible producir algo que no sea un taci(rn que precede a la ternpestad, en un pájaro que se sostiene
docu1nento docto o la ilustraci(rn de algo fatniliar. en el vuelo, en una estrella retnota o en la luna cambiante. Este
El surginliento repentino corresponde a la aparición del ma- material no es de carácter metafórico, si por «metáfora» se entien-
terial sobre el umbral de la conciencia, no al proceso de su gene- de el resultado de algún acto consciente de cornparación. La tne-
ración. Si pudiése1nos seguir tal manifestación hasta sus raíces y tftfora deliberada en poesía es el recurso de la 111ente, cuando la
remontar su historia, encontraríamos al principio una e1nociún re- etnoción no satura el tnaterial. La expresiún verbal puede tornar la
lativamente grande e indefinida. Encontraríamos que asume una forma de metáfora, pero detrás de las palabras existe un acto de
fonna definida hasta que se elabora en material irnaginado, 1nc- identificación emotiva, no una comparaci(m intelectual.
c1iante una serie de can1bios. Lo que a muchos de nosotros nos En todos estos casos algún objeto emocionalmente próximo
falta para ser artistas no es la en1oción primigenia, ni ta1npoco la al objeto directo de la emoción, toma el lugar de este último. Ac-
mera habilidad técnica para la ejecución. sino la capacidad para túa en lugar de una caricia directa, de una aproxitnación titubean-
elaborar una idea y una emoci<'>nvagas, en ténninos de un medio te, de tratar de soportar la tempestad. Hay un fondo de verdad en
definido. Si la expresión fuera sólo una especie de calcrnnanía, o la afirmación de Hulme que dice que --labelleza es el tiempo mar-
el conjuro que saca al conejo del lugar donde está escondido, la cado, la vibración estacionaria, d éxtasis fingido de un in1pulso
expresión artística sería una cuestión relativan1ente sitnple. Sin em- detenido, incapaz de llegar a su fin natural». 2 Si hay algo equivo-
bargo, entre la concepciún y el naciiniento hay un largo período cado en esta afirmación, es la insinuación velada de que la impul-
de gestación. Durante este período la materia interna de la e1no- sión dehe llegar a su »fin natural». Si la emoción del amor entre los
ciún y de la idea se transforma tanto por la acción y la reacción sexos no se hubiera celebrado, vertiéndose en nrnterial emocio-
con la 111atcriaobjetiva, como por la 111o<lificaciónque esta últüna nalmente próximo, pero prácticamente inadecuado a su objeto y
sufre cuando llega a ser un medio de expresión. fin directos, habría 111uchas razones para suponer que aún per-
Es precisan1entc esta transformaciún la que can1bia el carác- manecería en el plano de la animalidad. El impulso que se demo-
ter de la emoción original, alterando su cualidad, hasta el punto
de hacerla particularn1cntc estética. Para una definición fonnal, la 2. Speculations. pág. 266.

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ra en su 1novinüento directo hacia su fin fisiológican1ente norn1al ca regulada es una buena medicina. Se debe poner a trabajar ase-
no está, en el caso de la poesía. detenido en un sentido ahsoluto, ando su cuarto, enderezando cuadros que estaban inclinados, se-
sino que se encuentra encauzado dentro de canales indirectos parando papeles, arreglando cajones, en general poniendo lasco-
<londe encuentra otro material distinto del que le es ,naturalmen- sas en orden. Usa su en1ociún, conectándola con canales
te» apropiado, y al fundirse con este 1naterial trnna un color nue- indirectos preparados para anteriores ocupaciones o intereses,
vo y obtiene nuevas consecuencias. Esto es lo que sucede cuan- pero puesto que hay algo en la utilización de estos canales que
do cualquier impulso natural es idealizado o espiritualizado. Lo está próxi1no e1nocionaln1ente a los medios por los cuales su irri-
que eleva el ahrazo de los amantes por encima del plano animal, tación podría encontrar una descarga directa, al poner los objetos
es el hecho de que cuando ocurre, ha trnnaclo en sí 1nismo, como en orden su en1oción se ordena.
su propio significado, las consecuencias <le estas excursiones in- Esta transfonnación es la esencia mis1na del cambio que tiene
directas que son la imaginación en actividad. lugar en todas y cada una de las impulsiones emocionales origina-
La expresión es la clarificación de una e1noción turbia; nues- les cuando toman el camino indirecto de la expresión en vez del
tros apetitos se conocen a sí n1ismos cuando se reflejan en el espe- camino directo de la descarga. Se puede dejar a la irritación lanzar-
jo del a1te. y al conocerse quedan transfigurados. Entonces ocu- se como una flecha dirigida a un blanco y producir algún cambio
rre la emoción que es característica1nente estética. No es una en el n1undo exterior. Sin etnbargo, una cosa es obtener un efecto
fonna del sentitniento que exista indepcndienten1ente desde el externo y otra muy distinta hacer un uso ordenado de las condicio-
principio, sino una ctnoción inducida por un 1naterial expresivo nes objetivas a fin ele dar una satisfacción objetiva a la emoción.
y, como se evoca por este 1naterial y está adherida a él, consiste Solamente esto último es expresión, y la emoción que se adhiere o
en emociones naturales que se han transfonnado. Los ohjetos na- es interpenetrada por ésta da como resultado un objeto estético. Si
turales, los paisajes, por ejemplo, la inducen, pero lo hacen sólo la persona en cuestión pone en orden su cuarto corno un asunto de
porque cuando son materia de una experiencia, han sufrido tam- rutina, su conducta no es estética, pero si su e1noción original de im-
bién un cambio similar al que realiza el pintor o el poeta al con- paciente in-itación se ordena y se tranquiliza con lo hecho, el cuarto
vertir la escena inn1ediata en materia de un acto que expresa el ordenado refleja el cambio que ha tenido lugar en él mismo. Siente
valor <le lo visto. que no ha realizado una tarea necesaria, sino que ha hecho algo en10-
Una persona irritada es impelida a hacer algo. No puede re- cionaltnente satisfactorio. Su emoción, así «objetivada», es estética.
pritnir su irritación por ningún acto directo de su voluntad; como
1nucho puede única1nentc dirigirla hacia un canal subterráneo
donde trabajará de forma más insidiosa y destructiva. Debe actuar La emoción estética es entonces algo distintivo y, sin e1nbargo,
para librarse de ella, pero puede actuar por diferentes caminos, no está separado de otras experiencias en1ocionales naturales,
uno directo, d otro indirecto, para n1anifestar su estado. No pue- como algunos teóricos sostienen. El que esté familiarizado con la
de suprimirla, con10 no se puede destruir la acción de la electrici- reciente literatura estética se dará cuenta de que hay una tendencia
dad por un jiat de la voluntad, pero puede aderezar uno u otro que va de un cxtren10 al otro. Por una parte, se supone que existe,
para el cumplimiento de nuevos fines que eliminarán la fuerza al menos en algunas personas dotadas, una emoción que es origi-
destructiva de la agencia natural. La persona irritable no debe des- nalmente estética, y que la producción y la apreciación artísticas
ahogarse en los vecinos o n1ie1nbros de su familia para tener ali- son 1nanifestacioncs de esta e1nociún. Tal concepción es la inevita-
vio, sino que puede recordar que un cierto grado de actividad físi- ble correspondencia lógica de todas las actitudes que hacen del

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arte algo esotérico y que relegan las hellas artes a un reino separa- nativo, aunque sea una cosa diferente de la literatura, del mito clá-
do por un abismo de la experiencia cotidiana. Por el otro lado. una sico y antiguo. En todos los pueblos primitivos las lamentaciones
reacción saludable contra este punto de vista llega al extremo de asumen pronto una forma ceremonial, que queda lejos de suma-
sostener que no existe tal emoción estética en fon na distintiva. La nifestaciún originaria.
emoción de afecto que opera no abiertamente con caricias, sino En otras palabras, el arte no es naturaleza tal cual, sino que
buscando la observación o la imagen de un pájaro que vuela, la es naturaleza transfonnada al entrar en nuevas relaciones que
emoción de energía irritada que no destn1ye o injuria, sino que provocan una nueva respuesta emocional. Muchos actores que-
pone los ohjeto.s en un orden satisfactorio, no es nmnérican1cnte dan fuera de la emoción particular que representan. Este hecho
idéntica con su estado original y natural, pero está en continuidad es conocido como la «paradoja de Diderot«, puesto que él fue el
genética con él. La etnoción que finaltnente fue descrita por primero que desarrolló el tema. En efecto, sola1nente es paradoja
Tennyson en la con1posición lnAfemorianno es idéntica a la pena desde el punto de vista implicado en la cita de Samuel Johnson.
que se manifiesta en lágrimas y pesadumbre: la primera es un acto Investigaciones más recientes han mostrado que hay dos tipos de
de expresión, la segunda de descarga. Sin cn1bargo, la continuidad actores. Hay los que dicen que están mejor cuando se «pierden»
de las dos e1nociones, el hecho de que la e1noción estética es una en1ocionahnente en sus papeles, pero este hecho no es una ex-
e1noción nativa transfonnada por el tnatcrial objetivo al que ha en- cepción al principio antes afirmado. Después de todo, es un pa-
con1endado su desarrollo y consurnación, es evidente. pel, una «parte« con la que los actores se identifican. El papel está
Samuel Johnson, con su preferencia filistea y tosca por la re- concebido y tratado corno parte de un todo; si hay parte en la re-
producción de lo familiar, criticaba el Lycidas de Milton de la si- presentación, el papel está subordinado, hasta el punto de ocu-
guiente rnanera: par la posición de una parte en un todo. Y por esto es calificado
por la forma estética. Incluso los que sienten más profundamente
No debe ser considerado como la efusión Je una pasiém real, las emociones del personaje representado, no pierden la concien-
porque la pasión no va detrás de remotas alusiones y oscuras opi- cia de que están en un escenario donde hay otros actores, de que
niones. La pasión no arrJ.ncafmtos del mirto y de la hiedra, ni invo- están ante un público y que deben, por consiguiente, cooperar
ca a Arethusa ni a Mincius, ni habla de sátiros y faunos, groseros con con otros actores en la creación de un cierto efecto. Estos hechos
la pezufta hendida. Donde hay alegría por la ficción hay poca pena. demandan y significan una transformación definitiva de la emo-
ción prin1itiva. Representar a una persona en estado de embria-
Naturalmente el principio de la crítica de Johnson impediría la guez es un ardid co111únen el escenario cón1ico, pero un hon1bre
aparición de toda obra de arte. En estricta léigica confinaría la «ex- verdaderamente borracho tendría que emplear el arte para ocul-
presión« de la pena al acto de llorar y arrancarse los cabellos. En tar su condición, a fin de no disgustar a su público, o al menos
consecuencia, aunque el tema particular del poema de Milton no provocar una risa que difiera radicalmente de la excitada por la
se emplearía ahora en una elegía, aquél y cualquier otra obra de embriaguez cuando es representada. La diferencia entre los dos
arte están destinados a tratar con lo remoto en uno de sus aspec- tipos de actores no es una diferencia entre la expresión controla-
tos, justamente lo distante de la efusión inmediata de la emoción y da por las relaciones con la situación a que pertenece y la mani-
de la materia que la contiene. La pena que ha madurado más allá festación cn1da de la emoción, sino que es una diferencia en los
de la necesidad de llorar y lamentarse para su alivio, se relaciona métodos para llegar al efecto deseado, una diferencia sin duda
con algo de lo que Jobnson llama ficción, es decir, material imagi- conectada con el temperamento personal.

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Finaltnente, lo dicho sitúa, aun cuando no resuelva, el veja- 5. EL OBJETO EXPRESIVO
do problema ele la relación de lo estético o arte helio respecto a
otros modos de producción también llamados arte. La diferencia
que existe de hecho no puede ser allanada, como ya hemos visto,
definiendo amhos en términos ele técnica y habilidad, pero tal dife-
rencia tampoco puede ser erigida al modo de una barrera infran-
queable, refiriendo la creación ele las bellas artes a un impulso úni-
co, separado de las impulsiones que operan en modos de
expresión que comúmnente no .se colocan en las bellas artes. La
conducta puede ser sublime y las 1naneras graciosas. Si la itnpul-
sión hacia la organización de la n1ateria para presentar a ésta ele
forma que directamente se cun1pla en la experiencia no tiene exis- ,,Expresión», lo n1isn10 que construcuon. significa al tnismo
tencia fuera de las artes de la pintura, la poesía, la música y la escul- tiempo una acción y su resultado. En el últitno capítulo se consi-
tura, éstas no existirían en ninguna parte; no habría bellas artes. deró como un acto. Nos ocuparemos ahora del producto, del ob-
El problema de conferir cualidad estética a todos los modos de jeto expresivo, que nos dice algo. Si se separan los dos significa-
producción es un problema serio. Pero es un prohletna humano que dos, se considera al ohjeto aislado de la operación que lo produjo
dehe solucionarse hun1anainente; no es un problctna sin solución y, en consecuencia, apartado de la individualidad de visión, ya
por estar colocado en algún abismo infranqueable ele la naturaleza que el acto procede de una criatura viviente individual. Las teorías
humana o de la naturaleza de las cosas. En una sociedad imperfecta que se fijan en la «expresión», cuino si denotara sitnplementc el
-y ninguna sociedad será jamás perfecta- las hellas artes serán has- objeto, insisten sie111pre, en extretno, que el objeto de arte es pu-
ta cierto punto un escape, o una decoración adventicia, de las princi- ra,nente representativo de otros objetos ya existentes. Ignoran la
pales actividades de la vida, pero en una sociedad mejor ordenada contribución individual, que hace del objeto algo nuevo. Insisten
que en la que vivimos, una felicidad infinitamente mayor que la de sobre su carácter «universal» y su significado, un término ambiguo
ahora podrá acrnnpañar todos los 1nodos de producción. Vivin1os en como vcrctnos. Por otro lado, aislar el acto de expresión de la ex-
un mundo en el que hay una inmensa organización, pero .se trata de presividad poseída por el ohjeto conduce a la noción ele que la
una organización externa, no la que podría afectar al ordenamiento expresión es n1eramente un proceso que descarga la e1noción
de una experiencia en marcha, hacia una conclusión satisfactoria y personal, concepción criticada en el último capítulo.
que implica además a la totalidad de la criatura viviente. Las ohras ele El zumo exprimido por la prensa ele vino es lo que es a cau-
arte que no están alejadas de la vicia común, que son ampliamente sa de un acto anterior, y es algo nuevo y característico. No repre-
disfmtadas por la comunidad, son signos de una vida colectiva unifi- senta simple1nente otras cosas. Sin embargo, tiene algo en común
cada, pero son también una ayuda maravillosa para la creación de con otros objetos y está hecho para atraer a otras personas distin-
esa vida. La reelaboración del material de la experiencia en el acto de tas de las que lo produjeron. Un poema y una pintura ofrecen
expresión no es un acontecitniento aislado confinado al artista y a una materia que ha pasado por el alambique de la experiencia
una persona que de vez en cuando goza la ohra. En la medida en que personal, y no tienen precedentes en la existencia o en el ser uni-
el arte ejercita su oficio, e.s tatnhién una reelaboración de la experien- versal; pero, sin embargo, su materia provino del mundo público
cia ele la comunidad en la dirección de un mayor orden y unidad. y tiene así cualidades en común con la n1ateria de otras experien-

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cias, tnientras el producto despierta en otras personas nuevas significado es tan inherente a la experiencia inmediata como lo es
percepciones de los significados del inundo con1ún. Las oposi- al ele un jardín florido. Negar el significado de una obra de arte tie-
ciones <le individual y universal, de subjetivo y objetivo, de liber- ne, pues, dos significaciones radicalmente diferentes: puede sig-
tad y orden, que han 111areado a los filósofos, no tienen sitio en la nificar que una obra de arte no tiene la clase <le significado que
ohra <le arte. La expresión con10 un acto personal y co1no un re- pertenece a los signos y símbolos en matemáticas, afirmación que
sultado ohjetivo, están orgánica1nente conectadas entre sí. es justa; o puede significar que la obra de arte carece de significa-
Por consiguiente, no es necesario entrar en estas cuestiones n1e- do, con10 sucede con lo que no tiene sentido. La obra de arte cier-
tafísicas. Pode1nos aproximarnos al asunto directa1nente. ¿Qué sig- ta1nente no tiene el sentido de las banderas cuando se usan para
nifica decir que una ohra de arte es representativa, ya que debe hacer señales a otro barco, pero tiene el que poseen las banderas
ser representativa en algún sentido, si es expresiva? Decir en ge- cuando se usan para decorar la cubierta del barco para un baile.
neral que una obra Je arte es o no es representativa, carece de Cotno es <le presu1nir que nadie intente afirmar que las obras
sentido, porque la palabra tiene muchos significados. Una afirma- ele a1te no tienen sentido, podría parecer que simplemente tratan
ción de cualidad representativa, puede ser falsa en un sentido y de excluir el significado externo, significado que reside fuera de
verdadera en otro. Si por «representativo» se entiende la reproduc- la obra de arte. Sin en1bargo, desgraciadatnente d caso no es tan
ción literal, entonces la obra de arte no es de esta naturaleza, por- siJnple. La negación del significado al arte generalmente descan-
que tal punto de vista ignora la singulari<la<l de la obra debida al sa sobre la presunción de que la clase de valor (y significado)
medio personal por el que han pasado las escenas y los aconteci- que una ohra de arte posee es tan único que no tiene nada ele co-
mientos. Matisse dijo que la cá1nara era un gran regalo para los n1ún ni guarda conexiún alguna con el contenido de otros 1nodos
pintores, ya que los releva ele cualquiera necesidad aparente ele de experiencia diversos de lo estético. Es en resumen otra mane-
copiar los objetos. Con todo, representación puede también signifi- ra de sostener lo que he llamado la idea esotérica de las bellas ar-
car que la obra de arte dice algo a los que gozan de ella sobre la tes. La concepcié,n implicada en el tratamiento dado a la expe-
naturaleza <le su propia experiencia del mundo: que presenta al riencia estética en los capítulos anteriores, es que la obra de arte
mundo en una nueva experiencia que ellos padecen. tiene una cualidad única, pero que ésta consiste en la clarifica-
Una ambigüedad se1nejante se encuentra en la cuestiún del ción y concentración de significados contenidos en fonna disper-
significado de una obra de arte. Las palabras son símbolos que re- sa y débil en la materia de otras experiencias.
presentan objetos y acciones, en el sentido de que están en vez de El problema inmediato puede ser abordado trazando una dis-
ellos; en esta medida tienen significado. Una sen.al tiene significa- tinción entre expresión y enunciación. La ciencia enuncia signifi-
do cuando dice, tantos y tantos kilómetros a tal o cual lugar, con cados; el arte los expresa. Es posible que esta observación pueda
una flecha apuntando la dirección. Sin embargo, el significado en ilustrar la diferencia que tengo en la mente, mejor que algunos co-
estos dos casos tiene una referencia pura1nentc externa; está en vez n1entarios explicativos. Sin e1nbargo, quiero aventurar algunas ain-
de algo, apuntando a ese algo. El significado no pertenece a lapa- pliaciones. El ejemplo de la sen.al puede ayudarnos: dirige nuestro
labra y a la sen.al por su propio derecho intrínseco, sino que tiene curso a un sitio, digamos una ciudad; no obstante, de ninguna ma-
significado en el sentido en que lo poseen una fórmula algebraica nera proporciona una experiencia de la ciuclacl, ni siquiera ele for-
o un c<,digo cifrado. No obstante, hay otro significado que se pre- ma compensatoria, sino que lo que hace es proporcionar las con-
senta directa1nente co1no posesión Je objetos experimentados. diciones que deben ser llenadas a fin de procurar esa experiencia.
Aquí no es necesaria una clave o convención de interpretación; el Lo que vale en este ejemplo puede generalizarse. La enunciación

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pone las condiciones bajo las cuales puede obtenerse la experien- otros recursos que harían perceptible su historia y su espíritu.
cia de un objeto o de una situación. Es una huena enunciación, es Hay entonces, si el visitante tiene la experiencia que le permita
decir, efectiva, en la medida en que estas condiciones son enun- participar, un objeto expresivo diferente de la descripción de un
ciadas de tal manera que puedan ser utilizadas co1no direcciones cronista, por con1pleta y correcta que sea, como el poema de
que hacen posible llegar a la experiencia. Es una mala enuncia- Wordsworth es diferente de la relación de la Abadía de Tintero
ci(m. confusa y falsa, si pone estas condiciones de tal forma que dada por un anticuario. El poema o la pintura no operan en la di-
cuando se utilizan con10 direcciones nos desvían o nos llevan al n1ensión de una relación descriptiva correcta, sino en la de la ex-
objeto de una forma inadecuada. periencia misma. La poesía y la prosa, la fotografía literal y la pin-
«Ciencia» significa justa1nente el 111odo de enunciaciún n1ás tura operan con diferentes medios para distintos fines. La prosa
útil co1no dirección. To1nando el viejo ejemplo típico ----que la está enunciada en proposiciones. La lógica <le la poesía es super-
ciencia parece ahora inclinada a modificar-, la afirmaci(m de proposicional aun cuando use lo que son gra1naticalrnente ha-
que el agua es H 20 es pri111ariatnente una enunciación de las blando proposiciones. f~.stastienen una intención) el arte es una
condiciones bajo las cuales el agua llega a existir. Con todo, es inmediata realización de la intención.
también, para aquellos que la entienden, una dirección para pro- Las cartas de Van Gogh a su hermano están llenas de narra-
ducir agua pura y para verificar cualquier cosa que pueda ser to- ciones de cosas que ha oh.servado y muchas de las cuales ha pin-
tnada por agua. Es una enunciación «mejor» que las populares y tado. Cito uno de los muchos ejemplos.
precientíficas, justamente porque al afirmar de modo comprensi-
vo y exacto las condiciones para la existencia del agua, las pone Tengo una vista del R6dano, el puente de hierro de Trinque-
de manera que dan una dirección concerniente a la generación taille, en la que el cielo y el río tienen el color del ajenjo, los mue-
del agua. Tal es, sin embargo, la novedad de la enunciaci(m cien- lles una sombra de lilas, las figuras que se apoyan en el parapeto
tífica y su prestigio presente ( debido en definitiva a su eficacia di- son negruzcas, el puente de hierro de un azul intenso con una nota
rectiva) que a n1cnudo se piensa que la enunciación científica de anaranjado vivo en el fondo, y una nota de malaquita intensa.
posee más que una función de señal y que revela o es «expresiva»
de la naturaleza interna de las cosas. Si lo fuera, entraría en com- La descripción está calculada de manera que conduce a su
petencia con el arte y tendríamos que tomar partido para decidir hcnnano a una «vista» setnejante, pero, ¿quién podría inferir sola-
cuál de los dos promulga la revelación más genuina. mente de las palabras ,-estoy tratando de captar algo en extremo
Lo poético co1no distinto de lo prosaico, lo artístico cotno descorazonador», la transición que el misn10 Van Gogh hace a la
distinto de lo científico, la expresión como distinta de la enuncia- expresividad particular que deseaba realizar en su pintura? Estas
ción, hace algo que no es conducir a una experiencia, sino que palabras por sí n1is1nas no son la expresión; solamente apuntan a
constituye una experiencia. Un viajero que sigue la enunciación ella. La expresividad, el significado estético, es la pintura misma.
o dirección de una señal se encuentra en la ciudad que ha sido No obstante, la diferencia entre la descripci(m de la escena y aque-
apuntada. Entonces puede obteneren su propia experiencia algo llo que pretendía alcanzar, nos recuerda la diferencia entre enun-
del significado que la ciudad posee; puede obtenerlo en tal mag- ciación y expresión.
nitud que la ciudad se exprese a él, como la Abadía de Tintero se Puede haber existido algo accidental en la escena física, que
expresaba a Wordsworth a través de su poema. La ciudad podría dejó a Van Gogh con la impresión de extrema desolación, pero el
tratar de expresarse 1nediante una celebración con gran potnpa y significado está aquí. co1110algo que va 1nú.sallá de la experiencia

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privada del pintor, algo que él considera que esü ahí potencial- El pasaje 111eparece una excelente relaci(m de lo que sucede
mente al alcance de los otros. Si algo toma cuerpo es la pintura. en la percepción y construcción artísticas. Pone en claro dos co-
Las palabras no pueden duplicar la expresividad del objeto, pero sas: la representación no es -si la visión ha sido attística y cons-
las palabras puedl'n indicar que la pintura no es «representativa" tructiva (creadora)- de «los objetos como tales», es decir, existen-
<le un puente particular sobre el Rúdano ni de un corazón desola- tes en la escena natural, tal con10 ocurren litcraltncnte o co1no son
do, ni aun de la propia e1noción de desolación <le Van Gogh, que recordados. 1Voes la clase de representación que ofrecería una cú-
tal vez fue prin1ero excitada y luego absorbida por la escena (y mara si, por ejemplo, un detective fijara la escena para sus propios
dentro de ella). Con la presentación pictórica de un material pre- prop(>sitos. Ade1nús. la razón de este hecho aparece clara. Ciertas
tende que todo el que estuviera en el lugar pudiera ,observar .. lo relaciones de líneas y colores se hacen importantes, «plenas de
que miles han uh.servado, pn:scntar un objeto nuevo cxpcTin1cn- significado", y todo lo den1ús se subordina a la evocación de lo in1-
tado como teniendo su propio significado único. El torbellino plicado en estas relaciones, se omite, se reforma, se añade, se
e1nocional y un episodio externo se funden en un objeto que no transforma para transmitir las relaciones. Debe1nos añadir una
es «expresivo» de ninguno de ellos, ni separados ni unidos mecá- cosa a lo dicho. El pintor no se aproxin1a a la escena con una tnen-
nicamente, sino sólo de lo que significa «lo en extre1no descora20- te vacía, sino con un fondo de experiencias desde largo tiempo
nador». El pintor no desahogó la e1noci(>n de la desolaci(m, esto fundidas en capacidades y gustos, o con una con1nociún debida a
era in1posible, sino que seleccionó y organizó un asunto externo experiencias m:ts recientes. Llega con un espíritu expectante, pa-
en vista de algo tnuy diferente, de una expresi(m. Y en el grado en ciente, con el deseo de ser ünpresionado, pero no sin cierto sesgo
que lo logró la pintura es, por necesidad, expresiva. y tendencia en la visión. Por lo tanto, las líneas y los colores crista-
Al crnnentar Roger Pry los rasgos característicos de la pintura lizan en annonía 1nás bien que en otra. Este 1nodo especial de ar-
n1oc..lerna. generaliza como sigue: tnonización no es d resultado de las líneas y colores, sino que es
una función de lo 4ue hay en la obra en su interacción con lo que
Casi cada vuelta del caleidoscopio de la naturaleza puede pre- el espt..\.:tador lleva consigo. Una afinidad sutil con la corriente de
sentara! artista una visión estética diferenciada, y al contemplar dicho su propia experiencia crnno criatura viviente, favorece que las lí-
campo particular Lk·visiún, la contcmplaciún caótica y accidental ( es- neas y colores se organicen en un modelo y ritmo más bien que
téticamente) de las formas y colores, empieza a cristalizar armónica- en otro. La pasión que caracteriza la observación aco1npaña el de-
mente; cuando esta armonía se hace clara para el artista, su visión sarrollo de la nueva forma, es la emoción estética característica de
efectiva se distorsiona por el énfasis del ritmo que se produce en él. la que se ha hablado, pero no es independiente de una emoción
Ciertas relaciones de líneas se hacen para él plenas de significado; las
que ha anitnado antes la experiencia artística; esta últitna .se re-
aprehende ya no sólo con curiosidad, sino apasionadamente, y estas
nueva y se recrea, fundiéndose con una emoción que pertenece a
líneas se hacen tan fuertes y destacan tan clar~rn1entedel resto, que las
ve más distintamente que a primera vista. De modo semejante los co-
la visión de la materia calificada estéticamente.
lores, que en la naturaleza tienen casi siempre una cierta vaguedad y Si estas consideraciones surgen en la tncntc. se aclaran cier-
fugacidad, se le hacen tan definidos y daros en virtud de su necesaria tas ambigüedades unidas al pasaje citado. Fty sostiene que las lí-
relación con otros colores, que si decide pintar su visión la puede fijar neas y sus relaciones están llenas de significado, pero nada ele lo
definitivamente. F.n tal visión creadora los objetos como tales tienden enunciado explícitan1ente indica que el significado al que se re-
a desaparecer, perdiendo su unidad separada y tomando su lugar fiere pueda ser exclusivamente de las líneas en sus relaciones
como otros tantos trozos en el mosaico total <levisiún. mutuas. Si así fuera, los significac..los de las líneas y los colores

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ree1nplazarían (:Otnpletamente todo significado unido a ésta o a nes no explican la tendencia a la que se refiere Mr. Fry, antes de
cualquier otra experiencia de la escena natural. De igual modo, el que obtengatnos la inferencia particular que él saca, debernos
significado del objeto estético sería único, en el sentido de que volver a una consideración de peso ya anotada.
no tendría nada que ver con los significados ele cualquier otra Mr. Fry prctendc estableccr una diferencia radical entre los
cosa experimentada. Esta obra de arte sería expresiva solamente valores estéticos intrínsecos a las cosas de la experiencia ordinaria
en el sentido de expresar algo que pertenece exclusivamente al y los valores estéticos de los que se ocupan los artistas. Da por he-
arte, De otra afirmación de Mr, Fry, que se cita a menudo, puede cho que los pri1neros están directan1ente conectados con el asun-
inferirse que se pretende algo de esto al explicar que "el asunto" to y los últimos con la forma separada de cualquier asunto, excep-
en una obra ele arte es sietnprc irnpropio, si es que no resulta ver- to del que es estéticamente un accidente. Si fuese posible a un
daderamente perjudicial. artista aproximarse a una escena sin intereses ni actitudes, ni con
Así pues, los pasajes citados plantean el prohlema de la natu- un fondo de valores sacados <le sus anteriores experiencias, po-
raleza de la "representación" en el arte, El énfasis que pone el pri- dría teórican1ente ver las líneas y los colores exclusivamente en
mer pasaje sohre la aparición de nuevas líneas y colores en relacio- términos de sus relaciones como líneas y colores. Sin en1hargo,
nes nuevas es necesario para evitar los argun1entos de los que ésta es una condición iinposible de conseguir. Adetnás, en tal
abordan el problema bajo el supuesto, usual en la práctica si no en caso no tendría nada de que apasionarse. Antes de que un artista
la teoría, cspecia!tnentc en conexión con la pintura, de que la re- pueda iniciar la reconstrucción de la escena que tiene delante, en
presentación significa o in1itación o reminiscencia agradable. No términos de relaciones de colores y líneas características de su
obstante, la afinnación de que el asunto es in1propio, remite a los pintura, observa la escena con significados y valores llevados a
que la aceptan, a una teoría del arte cotnpletamente esotérica. Mr. su percepción por sus experiencias anteriores. Éstas en verdad se
Fry sigue diciendo: "En la medida en que el artista mira a los obje- rehacen, se transfonnan a 1nedicla que su nueva visión estética
tos súlo con10 partes de un campo total de visión, que es su propia toma forn1~1.No pueden desvanecerse y, sin embargo, el artista si-
teoría potencial, no puede dar cuenta de su valor estético". Y aña- gue viendo un objeto. Cualquiera que sea el ardor con el que el
de:,<[,__] el artista es de todos los homhres el más constante observa- artista lo desee, no pu<¡'de despojarse, en su nueva percepción, de
dor de su entorno, y el menos afectado por su intrínseco valor esté- los significados reunidos en su comercio pasado con su entorno,
tico». De otra manera, ¿cón10 explicar la tendencia del pintor de ni se puede librar de la influencia que ejercen sobre la sustancia y
apartarse de las escenas y objetos que poseen un valor estético evi- la manera de su presente visión. Si lo pudiera hacer y lo hiciera no
dente hacia cosas que lo itnpresionan a causa de alguna rareza y quedaría nada que ver en el objeto.
forma? ¿Por qué es más probable que pinte el Soho que san Pablo' Los aspectos y estados de su experiencia anterior sobre asun-
La tendencia a la que se refiere Mr. Fry es cierta, corno lo es tos variados se han incorporado a su ser, son los órganos con que
la tendencia de los críticos a condenar una pintura sobre la base percibe. La visión creadora modifica estos n1ateriales y toman su
de que su asunto es «sórdido» o excéntrico, pero es iguahncnte lugar en el objeto sin precedentes de una nueva experiencia. Re-
cierto que todo artista auténtico evitará el material ya explotado cuerdos, no necesaria1nente conscientes, pero incorporados or-
estéticamente y buscará material en el que pueda tener libre jue- gánicamente en la estructura mis1na de su yo, alirnentan la obser-
go su capacidad de visiún individual y de interpretación. El artis- vación en tnarcha. Son el alimento que da cuerpo a lo que se ve.
ta deja que hombres menores digan con ligeras variantes lo que Y cuando se reintegran a la 1nateria de una nueva experiencia,
ya se ha dicho. Antes de que decidamos que tales considerado~ dan expresividad al objeto nuevamente creado.

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Supongatnos que d artista quiere retratar con sus tnedios d na individual: exhibe la clase ele «expresión« facial que, en gene~
estado etnocional o el carácter permanente de alguna persona. ral, tnanifiestan las personas cuando sufren una pena. El retrato
Por la fuerza impulsora de sus medios 111odificará, si es un artista estético de la pena manifiesta la pena de un individuo particular
-es decir, un pintor que respeta sus 1nedios y se disciplina a en relación con un acontecimiento particular. Lo que se pinta es
ellos-, el objeto que se presenta a (·l. Volverá a tnirar el objeto en este estado de tristeza y no una depresión abstracta. Tiene una
términos de líneas, colores, luz, espacio. relaciones que forman el ubicación local.
todo pictúrico, es decir, que crean un objeto gozado in1ncdiata- El estado de beatitud es un tetna común en la pintura religio-
mentc en la percepción. Al negar que el artista intente represen- sa. Los santos se presentan gozando una condición de beata feli-
tar, en el sentido literal de reproducción, los colores, las líneas, cidad, aunque en 1nuchas de las pinturas religiosas primitivas
etc., con10 existen en el objeto, 11\!Ir.Fry tiene completa razún. No este estado cst{1indicado tnás bien que expresado. Las líneas que
obstante, no se sigue de aquí que no haya representación de sig- lo identifican parecen signos de proposiciones. Son casi de una
nificados de un asunto cualquiera. ni presentación de un asunto naturaleza general, como el halo que rodea la cabeza ele los san-
con significado propio que aclare y concentre el significado difu- tos. La inforn1ación de un carácter edificante es referida a sítnbo-
so y oscuro de otras experiencias. Si se generaliza la afirn1ación de los tan convencionales corno los que se ponen para distinguir las
Mr. Fry respecto a la pintura, extendiéndola al dranrn o a la poesía, varias santa Catalina o para sen.alar las diferentes María, al pie de
(:stos dejan de ser tales. la cruz. No hay una relación necesaria, sino súlo una asociación
La diferencia entre las dos clases de rcpresentaciún puede ser que se cultiva en los círculos eclesiásticos, entre d estado genéri-
indicada con referencia al dibujo. Una persona con maña puede co de beatitud y la figura particular en cuesti(,n. Pueden desper-
fáciltnente dibujar líneas que sugieran te1nor, coraje, divl'rsi(m y tar una einoción se1nejante en las personas que todavía conser-
así sucesivamente. Indica altivez con líneas curvas en una c_lirec- van las 111ismas asociaciones. En vez de ser estético es de la
ciún, tristeza con curvas l'n la dirección opuesta. Con todo. el re- especie descrita por William James:
sultado no es un objeto de p<!rcepcióJZ. De lo que se ve se pasa in-
n1ediatamente a la cosa sugerida. El dibujo es semejante en su Recuerdo haber visto una pan:ja inglesa sentada durantl:' más
especie, aunque no en su constitución, a una sen.al. El objeto indi- de una hora, en un día de febrero, en la Academia de Venecia ante
ca un significado 1nás bien que contenerlo. Su valor es semejante b cdehrada Asunci(m de Tiziano: y después ck 4ue el frío me ex-
puls{> de sala en sala, decidí salir al sol lo más pronto posible y de-
al de la sell.al para el motorista por la dirección que da a su activi-
jar las pinturas, pero no sin antes acercarme reverentemente a la
dad posterior. El arreglo de las líneas y espacios no se goza en la
pareja para saber de qué formas superiores de susct>ptihilida<l esta-
percepción por su propia cualidad experimentada, sino por lo ba dotada. Todo lo que oí fut' la voz <le la mujer murmurando:
que nos recuerda.
,,¡QuL~expresión tan suplicante tiene su cara!" ¡Qué auto-ahnef!,a-
I lay otra gran diferencia entre expresiún y enunciación; esta ci(m! ¡Qué indiP,na se siente del honor que recibe!
última generaliza. Una enunciación intelectual es valiosa en el sen-
tido de que conduce la n1ente a muchas cosas, todas de la misma La religiosidad sentimental de las pinturas de Murillo pro-
clase. Es efectiva en el sentido de que, como un pavin1cnto liso, porciona un buen ejemplo de lo que sucede cuando un pintor de
nos transporta fáciltnente a muchos lugares: el significado de un indudable talento subordina su sentido artístico a «significados»
objeto expresivo, al contrario, está individualizado. El dibujo dia- asociados, artístican1cnte impropios. Ante sus pinturas, el tipo de
granlático que sugiere pena no 1nanifiesta la pena de una perso- observación que estaba enteratncnte fuera del lugar en el caso

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de Tiziano, sería pertinente, pero llevaría consigo una falta de sa- un Botticelli, un Greco o un Cézanne y decir "que lástima que el
tisfacción estética. pintor no ha aprendido a dibujar". Sin embargo, el dibujo puede
Giotto pintaba santos, pero sus caras son menos convencio- no ser el fue1te del artista. El doctor Barnes ha señalado la fun-
nales; son 1nás individuales y, por lo tanto, están retratadas con ción real del dibujo en la pintura. No es un medio para obtener la
111ásnaturalidad. Al nlis1no tien1po están más estétican1cnte pre- expresión en general, sino un valor especial de la expresión: no
sentadas. Ahora el artista usa la luz, el espacio, el color y la línea, es un medio para ayudar al reconocitniento por el trazado exacto
los medios, para presentar un objeto que pertenece al goce de y la sombra definida: el dibujo es dibujo separado; es la extrac-
una experiencia de percepci(m. El significado religioso caracterís- ción de lo que el asunto tiene que decir en particular al pintor en
ticamente hu1nano y el valor característican1ente estético se inter- su experiencia integral. Como la pintura es una unidad ele partes
pcnctran y se funden; el objeto es verdaderamente expresivo. Esta correlativas, cada asignación de una figura particular tiene, ade-
parte de la pintura es un Giotto tan inconfuncliblemente como los más, que ser dibujada dentro de una relación de refuerzo mutuo
santos de Masaccio son Masaccios. La beatitud no es un patrón con todos los otros 1ncdios plásticos: color, luz, planos espaciales
transferible de la obra de un pintor a la de otro, sino que lleva el y colocación de las otras partes. Esta integración puede incluir, y
sello de su creador individual, porque expresa su experiencia así lo hace de hecho, una distorsión física desde el punto de vista de
crnno la que se presutne pertenece a un santo en general. El signi- la forma real de las cosas.'
ficado se expresa más plenamente aún en su naturaleza esencial, Los bocetos lineales que se usan para reproducir con exacti-
en una fonna individualizada más que en una representación es- tud una forma patticular son por necesidad litnitados en expre-
quemática o en una copia literal. Esta última contiene mucho de sión. O expresan una sola cosa «realística1nente» como se dice a
irrelevante; la primera es demasiado indefinida. Una relación ar- veces, o expresan una clase general de cosas por las cuales reco-
tística entre el color, la luz y el espacio en un retrato no solatnente nocemos la especie: ser un hombre, un árbol, un santo o cualquier
es 1nás agradable que en un boceto, sino que dice rnás. Ante un otra cosa. Las líneas «dibujadas» estéticatnentc cu1nplen 1nuchas
retrato Ue Tiziano, Tintoretto, Re1nbrandt o Goya nos parece que funciones con el correspondiente aun1ento de expresión. Con-
estarnos en presencia del carácter esencial, pero el resultado se lo- cretan el significado del volumen, del espacio y la posición, de la
gra con medios estrictatnente plásticos, en tanto que la manera solidez y el movimiento; entran dentro del juego de todas las
111ismaen que están tratados los fondos nos da algo m{1sque la otras partes de la pintura, y sirven para relacionar todas las par-
personalidad. La distorsión de las líneas y el apartamiento del co- tes, de manera que el valor del tocio esté expresado enérgica-
lor verdadero pueden añadirse no solatncntc al efecto estético, mente. La mera habilidad en el dibujo no puede hacer líneas que
sino aumentar la expresividad, porque el n1aterial no está suhordi- cumplan todas estas funciones. Al contrario, la habilidad aislada a
nado a un significaclo pa1ticular y preexistente que conocernos en este respecto es seguro que práctica1nente tern1ina en una cons-
la persona en cuesti(m (y una reproducción literal puede dar sola- trucción donde el trazado lineal queda fuera y se separa de la ex-
1nente un n1omento particular), sino que está reconstruido y reor- presión de la obra como un todo. En el desarrollo histórico de la
ganizado de n1anera que expresa Ja visión imaginativa del artista pintura, la determinación de las formas por el dibujo ha progresa-
acerca de todo el ser de la persona. do firmemente, desde ser una indicación agradable ele un objeto
No hay un equívoco más común en la pintura que el que se
refiere a la naturaleza del dibujo. El observador que ha aprendido J. Barnes. 7he ar/ /11 Fai11ting, p:ígs. 86, 126, y The Ar/ <fJiatisse, l'l capítulo sobrl'
a reconocer, pero no a percibir estéticatncntc, puede estar ante Dibujo. l'Spl'cialmente págs. 81-82.

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particular, hasta convertirse en una relación de planos y en una neas, planos y colores cuyo goce es inherente a la percepción. Este
aparición armoniosa de colores. reordcnamiento no podría ocurrir sin un cierto grado de «ahstrac-
El arte »abstracto» puede parecer una excepción a lo dicho so- ciún» de la existencia física. Ciertamente, el intento 1nis1110de pre-
bre la expresividad y el significado. Algunas personas no conside- sentar objetos triditncnsionales en un plano de dos din1ensiones
ran que sus obras de arte abstracto sean ohras de arte y otras per- requiere una abstracción de las condiciones usuales en las que
sonas, en cambio, las consideran co1110la cotno la cima 1nisn1a del existen. No hay regla a priori para decidir hasta dónde puede ser
arte; estos últin1os las estin1an así por su alejanliento de la repre- llevada la abstracción. En una obra de arte la prueba del pastel cst,1
sentación en su sentido literal, y los primeros niegan que tenga decididamente en comerlo. Hay naturalezas muertas de Cézanne
expresividad. La solución del asunto pienso que se encuentra en en las que uno de los objetos está verdadera1nentc en levitación.
b. siguiente afirmación del doctor Barnes: Sin embargo, la expresividad del todo para un observador de vi-
sión estética resulta exaltada, no disminuida. Hace resaltar un ras-
La referencia al mundo real no desaparece del arte cuando la go que todos dan por concedido al ver la pintura; es decir, que nin-
forma deja de ser la ele las cosas verdaderamente existentes, así gún objeto de la pintura está físicamente sostenido por otro. El
como la objetividad no desaparece de la ciencia cuando deja ele sostén que se dan uno al otro está en sus contribuciones respecti-
hablar de la tierra, el fuego, el aire y el agua y la sustituye por esas vas a la experiencia de la percepción. La expresión de la aptitud de
cosas menos reconocibles, el hidrógeno, el oxígeno, el nitrógeno y
los objetos para n1overse, aunque te1nporalmcnte se mantengan
el carbono l... ] Cuando no encontramos en una pintura la represen-
en equilibrio, se intensifica por la abstracción de las condiciones
tación de algún objeto patticular, lo que representa pueden ser las
cualidades que compa1ten todos l(>S(>hjetos particulares tales como
que son física y externamente posibles. «Abstracción» es un térmi-
color, extensión, solidez, movimiento, ritmo, etc. Todas las cosas no usualtnente asociado con actividades característicamente inte-
particulares tienen estas cualidades; en consecuencia, lo que sirve, lectuales, pero en verdad se encuentra en toda obra de arte. La di-
por decirlo así, como paradigma de la esencia visible de todas las ferencia radica en el interés y en el propósito de la abstracción en
cosas puede seguir despertando las emociones que provocan lasco- la ciencia y en el arte, respectivamente. En la ciencia se produce en
sas individuales de un modo más especial.2 favor <le la enunciación efectiva, tal como se ha definido; en el arte,
en favor de la expresividad del objeto, y el propio ser y la experien-
El arte, en suma, no deja de ser expresivo porque ponga de cia del artista detern1inan qué dehe ser expresado y, en conse-
fonna visible las relaciones de las cosas sin ninguna otra indicación cuencia, la naturaleza y extensión de la abstracción.
de las particularidades de c,sas relaciones, más que las necesarias Es un hecho aceptado por todos que el arte implica la selec-
para componer un todo. Cada obra de arte "abstrae» en cierto grado ciún. La falta de selección o una atención no dirigida producen una
los rasgos patticulares de los objetos expresados. De otra manera miscelánea desorganizada. La fuente directiva de la selección es el
solamente crearía por 1ncdio de la itnitación exacta una ilusión de interés; una inclinación inconsciente pero orgánica hacia ciertos
la presencia de las cosas mismas. El asunto definitivo de la «natura- aspectos y valores del universo cotnplejo y variado en que vivimos.
leza muerta« en pintura es altamente «realista»: mantelería, ollas, En ningún caso puede rivalizar una obra de arte con la infinita con-
manzanas, tazas. Sin embargo, una «naturaleza muerta» de Chardin creción de la naturaleza. Un artista es cruel cuando selecciona, si-
o Cézanne presenta este tnaterial en términos <le relaciones de lí- guiendo la lé,gica de su interés, y añade a su inclinación selectiva
una Horescencia o «incremento» en el sentido o dirección en que es
2. TheArt i11l'aintin.v,. p:íg. 52. FI origl'l1 de la idea e~ referido al Doctor Bucnn,1yer. arrastrado. El único lí111itcque no debe rebasarse es el que conserva

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la referencia a las cualidades y estructura de las cosas en el ambien- una de las más viejas discusiones del arte literario. 3 Cito una teo-
te. De otra manera el artista trabaja dentro de un esquema pura- ría que es apropiada para la presente discusión. Samuel Johnson
mente privado de referencia y el resultado no tiene sentido aun dijo: "El deleite de la tragedia procede de nuestra conciencia de la
cuando estén presentes colores vívidos y sonidos fuertes. La distan- ficción; si pensáran1os que los asesinatos y las traiciones son rea-
cia entre las fonnas científicas y los objetos concretos muestra la ex- les, no nos gustarían". Esta explicación parece estar construida
tensión a las que las diferentes artes pueden llevar sus transforma- sobre el modelo de la afirmación de los niños, de que los alfileres
ciones selectivas sin penJer la referencia al esquen1a objetivo. han salvado la vida de muchas personas «teniendo en cuenta que
Los desnudos de Renoir producen placer sin ninguna sugestión no se los han tragado,-. La ausencia de realidad en el aconteci-
pornográfica. Las cualidades voluptuosas de la carne se n1antienen miento dramático es, en verdad, una condición negativa del efec-
e incluso se acentúan, pero las condiciones de la existencia física de to de la tragedia, pero no por esto matar ficticiamente es agrada-
los cuerpos desnudos se han abstraído. A través de la abstracción y ble. El hecho positivo es que al quitar un asunto de su contexto
por 1ncdio del color, las asociaciones ordinarias que se refieren a los práctico ha entrado en un todo nuevo como parte integrante de
cuerpos se transfieren a un nuevo reino, porque estas asociaciones él. En su nueva relación, adquiere una expresión nueva, se hace
son estímulos prácticos que desaparecen en la obra de arte. Lo esté- una parte cualitativa de un designio cualitativamente nuevo. Mr.
tico expele a lo físico, y la elevación de las cualidades comunes a la Colvin, después de citar el pasaje de Johnson, antes apuntado,
carne y a las llores desecha lo erótico. La concepciém de que los ob- añade: «Así nuestra peculiar conciencia del placer al 111irarel due-
jetos tienen valores fijos e inalterables es precisamente el prejuicio lo de esgrima en Como gustéis depende de nuestra conciencia de
de que el arte nos emancipa. Las cualidades intrínsecas de las cosas ficción". Aquí tamhién una condición negativa es tratada crnno
resaltan con sorprendente vigor y frescura, precisa1nente porque las fuerza positiva. «La conciencia de hallarnos ante una ficción,, es
as<Kiaciones convencionales son desplazadas. una manera atnbigua de expresar algo que en sí mismo es inten-
El discutido problema del lugar de lo feo en las obras de arte samente positivo: la conciencia de un todo integral en el que un
me parece que obtiene solución cuando sus ténninos son vistos incidente adquiere un nuevo valor cualitativo.
en este contexto. La palabra ,feo, se aplica al objeto en sus asocia-
ciones habituales, aquellas que han llegado a aparecer inherentes
a algún objeto determinado. No obstante, no se aplica a lo que Al discutir el acto de expresión, vimos que la conversión de
está presente en la pintura o en el dratna, sino que aquí se produ- un acto de descarga inmediata en un acto ele expresión depende
ce una transformación del objeto al n1ostrar propia expresividad, de la existencia de condiciones que impiden su manifestación di-
a causa de una nueva situación: exactamente como en el caso de recta, y lo reconducen a través de en un canal en donde se coordi-
los desnudos de Renoir. Algo feo en otras condiciones, que son na con otras itnpulsiones. La inhihición de la emoción original no
las usuales, se extrae de las condiciones en las que era repulsivo y
se transfigura en cualidad al hacerse parte de un todo expresivo. J. No puedo menos que pensar que la cantidad <le pensamiento consagrado a en-
contrar explicaciones ingeniosas a la idea aristotL·lica de la catarsis, se dehe nüs hien a la
En su nueva situación el contraste rnismo con la primera fealdad
fascinación del tópico que a alguna sutileza de Aristóteles. Los sesenrn o más significidos
añade sabor, animación, y en asuntos serios, aurnenta la profundi- que se han dado de ella parecen innecesarios, en vi:-.ta,k :-.11propia enunciación literal <le
dad del significado de manera increíble. que las person:1.s son dadas a una excesiva emoción, y que como la música religiosa cura
El poder peculiar de la tragedia ele dejarnos al fin con un sen- a la gen(e con frenesí religioso, •como personas curadas por una droga", así los excesiva-
mente tímidos y compasivos, y todos los que sufren de emociones en extremo intens:is, M.'
tido de reconciliación más bien que de horror, fonna el te1na <le purgan con melodías, y el alivio es agradable.

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es una supresión de la 1nisma; la restricción no es en arte idéntica respuesta, preparados de ante1nano, en el caso de quien realmen-
con la constricción. La irnpulsión se 1nodifica por tendencias cola- te ve la pintura u oye la tnúsica. Esta preparación 1notora es gran
terales; la modificaciún le añade un significado; el significado del parte de la educación estética en cualquiera de sus direcciones
todo en el cual funciona, desde ahora, cotno una parte constitu- particulares. Saber a qué rnirar, cómo y para qué, es una cuestión
yente. En la percepciún estética hay dos modos de respuesta cola- de preparación del equipo motor. Un cirujano hábil es quien
teral y cooperativa, implicados en el paso de la descarga directa a aprecia el arte de la ejecuciún de otro cirujano; lo sigue cmpática-
un acto de expresión. Estas dos n1aneras de subordinación y re- tnente, aunque no abiertamente, en su propio cuerpo. Quien sabe
fuerzo explican la expresividad del objeto percibido. Por su me- algo sobre la relación de los movimientos del pianista en la ejecu-
dio, un incidente particular deja de ser un estímulo de la acciún ción de una pieza <le música, oirá algo que el rnero profano no
directa y se convierte en un valor del objeto percibido. percibe, así co1no el pianista experto «teclea» la música 1nicntras
El pritnero de estos factores colaterales es la existencia de dis- lee una partitura. No tiene uno que saber mucho sobre la mezcla
posiciones motoras previamente forn1adas. Un cin1jano, un juga- de colores en la paleta o sobre las pinceladas que trasladan los
dor de golf. de pdota, así co1no un bailarín, un pintor o un violi- pign1entos a la tela para ver la pintura. Sin embargo, es necesario
nista, tienen a 1nano y bajo su n1ando ciertos sistemas motores del que haya canales precisos listos para la respuesta motora, debi-
cuerpo. Sin ellos no se puede ejecutar con habilidad ningún acto dos, en parte, a la constitución nativa y, en parte, a la educación
con1plejo. Un cazador inexperto siente fiebre cuando repentina- n1ediante la experiencia. La en1oción puede despertarse pero ser
1ncnte encuentra la caza que ha estado persiguiendo, pues no tie- tan irrelevante para el acto de percepciéln con10 lo es para un ca-
ne líneas efectivas de respuesta n1otora prontas y en expectativa. zador poseído de la fiebre del gamo. No es mucho decir que la
Sus tendencias a la acción, por consiguiente, entran en conflicto y emoción qt1e carece de líneas motoras de operación apropiadas,
chocan entre sí dando con10 resultado la confusión. Sin etnhargo, puede ser tan indirecta que confunda y deforme la percepción.
la 1nano veterana, ante la caza puede excitarse emocionaltnente, Con todo, se necesita algo para cooperar con las líneas preci-
pero elabora su cn1oción dirigiendo su respuesta por los canales sas de respuesta motora. Una persona sin 11entrenan1iento 11 para el
preparados de antemano: firmeza de la vista y de la mano, punte- teatro puede estar dispuesta a ton1ar parte activa en lo que suce-
ría del rifle, etc. Si lo sustituünos por un pintor o por un poeta al de, ayudar al héroe en burlar al villano, como lo haría en la vida
encontrar repentina1nente un ciervo gracioso en una verde flores- real, de modo que no verá la obra. Sin embargo, un crítico hastia-
ta, nianchada de sol, se produce también una respuesta inn1ediata do puede dejarse llevar por sus modos especializados de percep-
desviada por canales colaterales. No está listo para disparar, pero ción teatral, modos de respuesta siempre motora, hasta el extremo
tampoco pernüte que su respuesta se difunda a través de te>do su de centrarse en percibir cómo están hechas las cosas, sin que le
cuerpo. Las coordinaciones 1notoras que están listas a causa de importe gran cosa lo que se expresa. El otro factor que se requiere
una experiencia anterior hacen, desde luego, 1nás aguda e intensa a fin de que una obra pueda ser expresiva para un perceptor, son
su percepción de la situación, y la incorporan a significados que le los significados y valores extraídos de experiencias anteriores,
dan profundidad, al mismo tiempo que lo visto cae dentro de rit- fundidos entre sí y con las cualidades presentes directamente en
mos apropiados. la obra de arte. Si no equilibra las respuestas técnicas con ese ma-
He estado hablando desde el punto de vista de quien actúa, terial secundario, aquéllas son tan puran1ente técnicas que litnitan
pero precisan1ente son válidas consideraciones similares para el estrechamente la expresividad del objeto. No obstante, si el mate-
espectador. Deben de existir canales indirectos y colaterales de rial de experiencias anteriores no se combina directan1ente con

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las cualidades del poema o la pintura, dichas experiencias queda- rato sensible directa1nente incluido. Se sostiene que la dureza seca
rán con10 una sugestión extraña y no como parte de la expresivi- de una línea recta se debe al hecho de que el ojo al ver tiende a
dad del objeto mismo. cambiar su dirección, 1noviéndose en la tangente, de tnanera que
He evitado el uso de la palabra "asociación" porque la psicolo- cuando es in1pelido a moverse en línea recta, ohrd bajo coerción,
gía tradicional supone que el material asociado y el color o sonido y, en consecuencia, el resultado experimentado es desagradable.
inmediato que lo provoca permanecen separados entre sí. No ad- Las líneas curvas, por otro lado, son agradables porque se confor-
mite la posibilidad de una fusión tan completa que incorpore am- man a las tendencias naturales de los propios movimientos del ojo.
hos mietnbros en un solo todo. Esta psicología sostiene que la cua- Se admite que este factor probablemente tiene algo que ver
lidad directamente sensible es una cosa, y la idea o imagen que con la mera agradabilidad o desagradabilidad de la experiencia,
lla1na o sugiere es otro ele1nento 1nental distinto. La teoría estética pero no se toca el problema de la expresividad. Aunque el aparato
basada en esta psicología no puede admitir que quien sugiere Y lo óptico pueda aislarse en la disección anatún1ica) nunca funciona
sugerido puedan interpenetrarse y fonnar una unidad en la que la aisladan1entc, sino que opera en conexión con la 1nano para alcan-
cualidad sensible presente confiere vida a la realización, tnientras zar las cosas o para explorar su superficie, guía la n1anipulación de
que el material evocado proporciona contenido y profundidad. las cosas) dirige la locomoción. Este hecho tiene como consecuen-
El resultado impuesto tiene una mayor importanda para la cia el que las cualidades sensibles que llegan a nosotros mediante
estética de lo que parece a primera vista. La cuestión <le la rela- el aparato óptico están ligadas si1nultánean1cnte con las que nos
ción que existe entre la materia directa1nente sensible y lo que se llegan de los objetos mediante actividades colaterales. La redon-
incorpora a ella a causa de experiencias anteriores) va al corazón dez que vemos es la de las pelotas; los ángulos percibidos no son
de la expresividad de un objeto. La incapacidad para ver que lo el resultado de variaciones en los 111ovinlicntos del ojo, sino pro-
que sucede no es una «asociación» externa, sino una integración piedades de libros y cajas manipuladas; las curvas son el arco del
interna e intrínseca, ha conducido a dos concepciones opuestas e cielo, la cúpula de un edificio; las líneas horizontales se ven como
igualmente falsas sobre la naturaleza de la expresión. De acuerdo el plano de la tierra las aristas <le las cosas que nos rodean. Este
1

con una teoría, la expresividad estética pertenece a las cualidades factor está tan continua e infaliblemente induido en cada uno de
directamente sensibles. y lo añadido por sugestión súlo hace al los ojos que las cualidades de las líneas visualmente experimenta-
objeto n1ás interesante pero sin formar parte de su ser estético. La das no pueden posiblemente referirse a la sola acción de los ojos.
otra teoría toma la posición opuesta e imputa la expresividad en- La naturaleza, en otras palabras, no nos presenta líneas aisla-
teramente al tnaterial asociado. das. Como experiencias, son las líneas de los objetos, los límites
La expresividad de las líneas corno 1neras líneas se ofrece de las cosas. Definen los contornos por los cuales reconocernos
como prneba de que el valor estético pertenece a las cualidades ordinariamente los objetos que nos rodean. Por lo tanto, las lí-
sensibles en y por sí mismas; su estatuto puede servir cotno piedra neas, aun cuando tratemos de ignorar otra cosa y las contemple-
de toque para esta teoría. Diferentes clases de líneas, rectas y cur- mos aisladas, llevan la significación de los objetos de que son
vas, y entre las rectas la horizontal y la vertical, y entre las curvas las partes constituyentes. Son expresivas de las escenas naturales
cerradas y las que declinan y suben, tienen diferentes cualidades que ellas nos definen. A la vez que las líneas separan y definen
estéticas inmediatas. Sobre este hecho no hay duda. Sin embargo, objetos, también los reúnen y los conectan. Quien ha corrido en
la teoría que está en consideración sostiene que su expresividad una arista saliente apreciará la adecuación del térnlino «agudo».
peculiar puede explicarse sin ninguna referencia, más allá del apa- Los objetos con líneas que se extienden amplian1cnte tienen a

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menudo esta cualidad tan estúpida que llamamos «obtusa». Es de- arte se hacen estéticos «como respuesta a un deseo totalrnente dife-
cir, que las líneas expresan las maneras como las cosas actúan rente que tiene sus propias razones. tipos e itnperativos». Este de-
entre sí y sohre nosotros; las maneras con las que se refuerzan e seo »totalmente difr.,rente» es el deseo de formas (shapes), y este
interfieren, cuando los ohjctos actúan entre sí. Por esta razón las deseo se despie1ta por la necesidad ele establecer relaciones con-
líneas son ondulantes, verticales, oblicuas, torcidas, majestuosas; gruentes entre nuestros rnodos de fantaseo motor. Por lo tanto, las
por esta razón incluso parecen tener expresividad moral en la cualidades sensibles directas como el color y el sonido son inade-
percepción directa. Están ligadas a la tierra y parecen deseosas; cuadas. Esta den1anda de forn1as se satisface cuando nuestra itna-
íntimas y fríamente lejanas; acariciadoras y repelentes. Llevan con ginación motora repite las relacione~";encarnadas en un objeto,
ellas las propiedades ele los objetos. con10 por ejernplo, «el arreglo en abanico de líneas convergentes y
No se puede prescindir ele las propiedades habituales de las los perfiles exquisitarncnte fraseados de las colinas, que se levan-
líneas ni en el experimento que trate de aislar la experiencia de las tan a intervalos en crestas agudas y que c..1.enpara elevarse des-
líneas ele toda otra cosa. Las propiedades ele los objetos que defi- pués en curvas amplian1ente cóncavas».
nen las líneas y los movin1ientos que ellas relacionan están hon- Se dice que las cualidades sensibles no son estéticas, porque
da1nentc trabados. Estas propiedades son resonancias de una a diferencia de las relaciones que reproduci1nos activan1ente, nos
1nultitud de experiencias en las que, por nuestro interés en los ob- son itnpuestas y tienden a dominarnos. Lo 4ue cuenta es lo que
jetos, ni siquiera nos darnos cuenta de las líneas con10 tales. Líneas hacernos, no lo que recibi1nos. Lo esencial estétican1ente es nues-
diferentes y diferentes relaciones de líneas se han cargado incons- tra propia actividad mental de partir, viajar, regresar al punto de
cienten1ente con los valores resultantes de lo que ellas misn1as pro- partida, retener el pasado, llevarlo en nuestra n1archa; el 1novi-
ducen en nuestra experiencia, en nuestro contacto con el inundo n1iento de atención hacia atrás y hacia adelante, a 1nedida que es-
que nos rodea. La expresividad de las líneas y las relaciones espa- tos actos son ejecutados por el 1necanisn10 dd fantaseo n1otor.
ciales en la pintura no puede entenderse sobre otras bases. Las relaciones resultantes definen la fonna que es enteramente
La otra teoría niega que las cualidades sensibles inmediatas una cuestión de relaciones. Aquéllas «transfonnan lo que serían
tengan expresividad; sostiene que lo sensible sirve sitnple1nente de otra manera yuxtaposiciones sin sentido o secuencia de sensa-
con10 un vehículo externo que nos trae otros significados. Ver- ciones, en entidades significativas que pueden ser recor(bclas y
non Lec es un artista de indudable sensibilidad que ha desarrolla- reconocidas aun cuando sus sensaciones constituyentes estén
do esta teoría coherentemente y de manera tal que, aunque tenga completamente alteradas, precisamente en formas». El resultado
algo en común con la teoría alemana del Einfitehlung o empatía, de esto es la ernpatía en su verdadera significación:
evita la idea de que nuestra percepción estética es una proyec-
ción en los objetos de una imitación interna de sus propiedades, [que no trata] directamente con estados de ánimo y emociones,
que dramática1nente ejecutamos cuando mirarnos a ellas, una sino con las condiciones dinámicas que entran en los estados de
teoría que, al contrario, es apenas una versiún animista de la teo- ánimo y las emociones, tomando sus nombres [...J Los dramas va-
ría clásica de la representación. riados y variadamente combinados, representados por líneas cur-
De acuerdo con Vernon Lee y algunos otros teóricos en el vas y ángulos, tienen lugar no en el mármol o en el pigmento en
campo de la estética, »a1te«significa un grupo de actividades que que se concretan las formas contempladas, sino solanwnte en nusu-
son, respectiva1nente, registradoras, constructivas, lógicas y comu- tros L..] Y puesto que nosotros somos los Llnicosactores reales, es-
nicativas. No hay nada estético en el arte mismo. Los productos del tos dramas empáticos de líneas están destinados a afectarnos, ya

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exactamente. Sin embargo, las experiencias que el arte intensifica y
sea para corroborar o para contradL"cir nuestras necesidades vitales
y nuestros hábitos. (La cursiva no está en el texto original.]
amplía no existen solamente dentro de nosotros, ni consisten en re-
laciones separadas de la materia. Los momentos en que la criatura
es más viva, más compleja y concentrada, son los de pleno inter-
La teoría es significativa porque separa enteramente sensacio- cambio con el ambiente, en los que el material sensible y las relacio-
nes y relaciones, materia y forma, lo activo y lo receptivo, las fases nes están más completamente compenetrados. El arte no ampliaría
de la experiencia, y porque enuncia lo que sucede lógicamente la experiencia si hiciera que el yo se encerrase dentro de sí 1nis1110,
cuando se separan. El reconocimiento del papel de las relaciones ni sería expresiva la experiencia que resultara de tal encierro.
y de la actividad por nuestra parte (esta última fisiológicamente
mediatizada, con toda probabilidad, por nuestros mecanismos mo-
tores) nos parece interesante en comparación con las teorías que Ambas teorías consideran a la criatura viva por separado del
sólo reconocen cualidades sensibles cuando son recibidas Y pade- mundo en el que vive; sabiendo que toda vida se desarrolla por
cidas pasiva1nente. No ohstante, una teoría que considera el color interacción n1ediante una serie de actos y experiencias relaciona-
en la pintura con10 estéticamente ünpropio, y que sostiene que dos, que cuando los esquematiza la psicología, son motores y
los sonidos en la música son algo sobre lo que se superponen las sensibles. La primera teoría encuentra en la actividad orgánica ais-
relaciones estéticas, apenas necesita refutación. lada de los acontecimientos y escenas del mundo una causa sufi-
Las dos teorías que se han criticado se complementan entre ciente de la naturaleza expresiva de ciertas sensaciones. La otra
sí. pero la verdad no puede ser alcanzada teóricamente en estéti- teoría localiza el elemento estético «únican1cntc en nosotros", tnc-
ca con la adición mecánica de una teoría a la otra. La expres1v1dad diante la proyección de las relaciones motoras en «forn1as».No obs-
del objeto artístico se debe al hecho de que presenta una interpe- tante, el proceso de la vicia es continuo; posee continuidad porque
netración completa de los materiales de la percepción y de la ac- es el proceso permanente y renovado de la acción sobre el atn-
ción incluyendo en ésta la reorganización de la materia que pro- biente y de éste sobre el ser, junto con la constituci(,n de relacio-
vien~ de nuestra experiencia pasada. Pues en la interpenetración nes entre lo que se hace y lo que se padece. De aquí que la expe-
dicha nrnteria no es un 1naterial añadido por asociación externa riencia sea necesariamente acumulativa y su asunto principal
ni por superposición a las cualidades sensibles. La expresividad gane expresividad en virtud de la continuidad acumulativa. El
del objeto es el informe y la realización de la fusión completa de mundo que experimentamos se hace parte integral del yo que ac-
lo que experimentamos, de lo que nuestra actividad de percepción túa y es actuado en la experiencia posterior. En los sucesos físicos
atenta lleva a lo que recibimos mediante los sentidos. las cosas y los acontecimientos experimentados pasan y se van,
Merece la pena observar a qué se refieren nuestras necesidades pero algo de su significado y valor se retiene como parte integran-
vitales y hábitos. para su satisfacción. ¿Son puramente formales es- te del yo. Mediante los hábitos formados en el intercambio con el
tas necesidades vitales y estos hábitos? ¿Pueden quedar satisfechos mundo, nosotros también habitamos el mundo. Éste se hace un
sólo por 1nedio de relaciones, o necesitan alimentarse con la mate- hogar y este hogar es parte de cada una de nuestras experiencias.
ria del color y el sonido' Esto parece admitirse implícitamente cuan- Entonces ¿cómo pueden los objetos de la experiencia no con-
do Vemon Lee sigue diciendo que ,-elarte, lejos de libramos del sen- vertirse en expresivos? La apatía y la torpeza ocultan esta expresi-
tido de la vida real, intensifica y amplía aquellos estados de vidad formando una costra alrededor de los objetos. La familiari-
serenidad muy raros, pequeños y mezclados, de los cuales el curso dad induce a la indiferencia, el prejuicio nos ciega; la presunciém
de nuestra vida práctica nonnal nos da apenas una muestra». Así es
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mira por el lado equivocado del telescopio y disminuye la signifi- 6. SUSTANCIA Y FORMA
cación poseída por los objetos en favor de una pretendida impor-
tancia del yo. El arte rompe el caparazón que oculta la expresividad
de las cosas experimentadas; nos sacude la pereza de la rutina y
nos pern1ite olvidarnos, de nosotros misn10s para reencontrarnos
en el deleite del mundo experimentado en sus variadas cualida-
des y formas. Intercepta toda sombra de expresividad que se en-
cuentra en los objetos y los ordena en una nueva experiencia <le
la vida.
Cotno los objetos de arte son expresivos, se hacen comunica-
tivos. Yo no digo que la co111unicaciún a otros sea la intención
del artista, pero es una consecuencia de su obra ----que en efecto Puesto que los objetos de arte son expresivos, constituyen un
vive sola1nente en co1nunicación cuando opera en la experiencia lenguaje. En realidad son muchos los lenguajes, pues cae.la arte
de otros-. Si el artista desea comunicar un mensaje especial, ten- tiene su propio tncdio y este medio es e.specialtnente adecua-
derá por ello a limitar la expresividad de su obra para otros, ya do para una clase de comunicación. Cada tnedio dice algo que
sea que quiera comunicar una lección rnoral o el sentido de su no puede ser dicho bien y con1pletamente en otra lengua. Las ne-
propio ingenio. La indiferencia a la respuesta del público inme- cesidades de la vida diaria han ciado una superior importancia
diato es el rasgo necesario de todos los artistas que tienen algo práctica al modo de comunicación que es el habla. Desgraciada-
nuevo que decir. Con todo, están anin1ados por la profunda con- mente, este hecho ha provocado el nacimiento de la impresión
vicciún de que, puesto que sólo pueden decir lo que tienen que generalizada de que los significados expresados en arquitectura,
decir, el prohle,na no está en su obra, sino en los que a pesar de escultura, pintura y música pueden ser traducidos en palabras con
tener ojos no ven y a pesar de tener oídos no oyen. La comunica- poca o ninguna pérdida. De hecho, cada al1e habla un idioma que
bilidad no tiene nada que ver con la popularidad. trasmite lo que no puede decirse en otra lengua sin tener que va-
No puedo menos que juzgar falso lo que dice Tolstoi sobre el riar sustancialtnente.
contagio inmediato como test de la cualidad artística, y que lo que El lenguaje existe sólo cuando es oído y hablado; el oyente es
dice sobre la única clase de material que puede ser comunicado un participante indispensable; la obra de arte sólo es completa si
resulta estrecho de miras. Sin embargo, si el lapso se extendiera, opera en la experiencia de otros distintos de su autor. Por consi-
es cierto que ningún hombre podría ser considerado elocuente, si guiente, el lenguaje implica lo que los lógicos llaman una relaci(m
en algún n1on1cnto alguien no se cornnoviera al escucharlo. Los triádica: el que habla, la cosa dicha y al que se habla. El objeto ex-
que se conrnueven sienten, como dice Tolstoi, que lo que la obra terno, el producto del arte, es el lazo que conecta al artista con su
expresa es, por decirlo así, algo que uno ha estado deseando ex- público. Aun cuando el artista trabaje en la soledad están presen-
presar. Al mismo tiempo, el artista trabaja para crear un público tes los tres términos. Cuando la obra está en progreso, el artista
con el cual comunicarse. Al cabo, las obras de arte son el único tiene que convertir.se por cotnpensaciún en el público receptor.
medio de comunicación cotnpleta y sin estorbos, entre hombre y Solamente puede hablar, si su obra apela a él como si fuera al-
hombre, que hay en un mundo lleno de abismos y muros que li- guien a quien se habla mediante lo que percibe; observa y entien-
mitan la comunidad de la experiencia. de, como pudiera hacerlo una tercera persona que anota e inter-

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preta. Según Matisse: «Cuando est(1terminada una pintura, es con10 cura y la originalidad que se encuentra solamente en las cosas
un niflo recién nacido. El artista 1nis1no necesita tiempo para en- que son individuales por cuenta propia, Aquí hay un punto por
tenderla». Tiene que ser vivida, con10 se vive a un niño si quere- el cual puede ser abordada la relación de forma y sustancia,
1nos captar el significado de su ser. El material del que se compone una obra de arte pertenece
Todo lenguaje, cualquiera que sea su medio, implica lo que se al mundo común más bien que al yo, sin embargo, hay autoex-
dice y como se dice, o sea. la sustancia.y la fonna. La gran cuestión presión en el arte porque el yo asimila ese material, de un modo
concerniente a la sustancia y a la fonna es: ¿la 1nateria llega pritne- característico, para devolverlo al mundo público en una forma
ro ya hecha y viene después la investigación para descubrir la for- que constituye un objeto nuevo, Este nuevo objeto puede produ-
ma en que incorporarla? O ¿todo el esfuerzo creador del artista es cir como consecuencia, en los que lo perciben, reconstn1cciones
una aspiración para dar fonna a la materia, para actualizar la au- similares, recreaciones del material antiguo y común, y, en con-
téntica sustancia de la obra de arte? La cuestión es muy vasta y secuencia, llegar con el tiempo a establecerse como parte del
profunda, La respuesta que se dé determina la resolución de mu- mundo reconocido, como ,,universal». El material expresado no
chos otros puntos controvertidos en la crítica estética. ¿Hay un va- puede ser privado; si así fuera sería cosa de locos. No obstante, la
lor estético que pertenece a la tnateria sensible y otro a la forma manera de decirlo es individual, y si el producto es una obra de
que la hace expresiva? ¿Todos los asuntos son apropiados para un arte, irrepetible, La identidad en el modo de producción define el
tratamiento estético, o sólo algunos podemos seleccionar con este trabajo de una 1náquina. cuya contraparte en términos estéticos
fin por su carácter intrínseco superior? ¿La «belleza» es otro nom- es lo académico, La cualidad de una obra de arte es sui generi.,
bre para la fonna que proviene de otra parte, como una esencia porque el modo de procesar la materia general la transforma en
trascendente sobre la 1nateria, o es un nombre para la cualidad es- una sustancia fresca y vital.
tética que aparece siempre que la materia se forma de manera Lo que es cierto para el productor lo es también para el que
que la hace adccuac.lan1ente expresiva? ¿La fonna es, en su sentido percibe, Éste puede percibir académicamente buscando identida-
estético, algo que únicamente señala como estético desde el prin- des con la que ya está familiarizado; o buscar de tnodo docto, pe-
cipio un cierto reino de objetos, o es el nombre abstracto de lo dantesco, un material adecuado para una historia o artículo que
que surge sictnpre que una experiencia alcanza un desarrollo quiere escribir, o sentimentalmente tratar de ilustrar algún tema
completo? que le es grato emocionalmente. Sin embargo, si percibe estética-
Todas estas relaciones están implícitas en las discusiones de mente, creará una experiencia cuyo su~ject matter, la sustancia,
los tres capítulos previos, e in1plícitamente han sido contestadas. será nuevo, Un crítico inglés, Mr, A, C, Bradley, ha dicho que "como
Si se totna un producto artístico cotno autoexpresión del yo y este la poesía consiste en poemas, tenemos que pensar en un poema
"Yº" considerado como algo con1pleto y contenido en sí mismo, como en verdad existe; y un verdadero poema es una sucesión de
entonces, naturalmente, la sustancia y la forma quedan separa- experiencias -sonidos, imágenes, pensamientos- a través de las
das, Aquello de lo que se reviste una revelación del yo es, implí- que pasamos cuando Icemos el poema[,,,] Un poema existe en in-
cita1nente, un añadido ajeno a las cosas expresadas. La exteriori- numerables grados", Y también es cierto que existe, En innumera-
dad persiste sin importar cuál de las dos sea considerada como bles cualidades o modos, puesto que no hay dos lectores que ten-
forma y c01no sustancia. Es también claro que si no hubiera auto- gan exactamente la misma experiencia, en función de las ,,formas",
expresión, y libre juego de la individualidad, el producto sería o maneras de respuesta que aportan. Un poema nuevo es creado
por necesidad sólo ejemplar de una especie; carecería de la fres- por cada uno de los que leen poética1nente, no porque su materia

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prima .sea original -ya que después de todo vivimos en el n1is1no de tal tnanera que puede entrar en las experiencias de otros y ca-
viejo inundo-, sino porque cada individuo trae consigo, cuando pacitarlos para tener a su vez experiencias propias 1nás intensas y
ejercita su individualidad, una manera de ver y de sentir que en su más plenas.
interacción con el antiguo n1aterial crea algo nuevo, algo que no Esto es lo que se llama tener fonna. Es una 1nanera de consi-
existía previamente en la experiencia. derar, de sentir y de presentar una materia experimentada de
Una obra de arte, sin importar lo antigua y clásica que sea modo que rápida y efectivamente se convierta en material para la
verdaderamente, no sólo potencialmente, una obra de arte sólo construcción de una experiencia adecuada por parte de sujetos
cuando vive en alguna experiencia individualizada. Como trozo menos dotados que el creador original. En consecuencia, no se
de pergamino, de mármol, de tela, permanece (sujeto a los estra- puede trazar una distinción, excepto en la reflexión, entre forma
gos del tiempo) idéntica a sí misma a lo largo del tiempo. Sin em- y sustancia. La obra 1nisma es materia transformada en sustancia
bargo, como ohra de atte es vuelta a crear cada vez que es expe- estética. Sin embargo, el crítico, el teórico, como estudio reflexi-
rimentada estéticamente. Nadie duda de este hecho en lo que vo del producto artístico, no solamente puede, sino que debe tra-
respecta a una partitura musical; nadie supone que las líneas y las zar una distinción entre aquéllas. Algún observador hábil de un
notas del papel son algo más que los medios gráficos de evocar pugilista o de un jugador de golf hará distinciones, supongo, en-
la obra de arte, pero lo que es cierto de aquélla es igualmente cier- tre lo qué se hace y cómo se hace, entre el knock-out y la manera
to del Partenón como un edificio. Es absurdo preguntar lo que un de lanzar el golpe; entre la bola dirigida muchos metros hacia tal
artista «realmente» quiere significar con su producto; el artista rnis- o cual línea, y la manera como se hizo la jugada. El artista, com-
1110 encontraría en éste diferentes significados en días y horas di- prometido en el hacer, efectuará una distinción sitnilar cuando le
ferentes y en diferentes estados de su propio desarrollo. Si pudie- interese corregir un error habitual o aprender la mejor 1nanera de
ra hablar, diría: «quiero significar sólo esto, y esto significa cualquier asegurar un efecto dado. Con todo, el acto n1ismo es exactamen-
cosa que usted o cualquier otra persona pueda obtener de la obra te lo que es, a causa de como fue hecho. En el acto no hay distin-
honradamente, es decir, en virtud de su propia experiencia vital». ción, sino integración perfecta de la n1anera y el contenido, la
Cualquier otra idea hace de la pretendida »universalidad, de una forma y la sustancia.
obra de arte un sin(mimo de identidad monótona. El Partenón --o El autor ya citado. Mr. Bradley, en un ensayo, La Poesía por
cualquier otra" cosa- es universal porque puede inspirar continua- la Poesía, traza una distinción entre tema y sustancia que puede
1nente nuevas realizaciones personales en la experiencia. ser 1nuy bien el principio de nuestra siguiente discusiún. Pienso
Es simplemente imposible que alguien hoy en día experi- que la distinción puede ser parafraseada co1no la distinción entre
mente el Partenón corno un devoto ciudadano ateniense lo expe- la materia para, y la materia en la producción artística. El tema o
ritnentaha en los tiempos en que fue construido, así co1no la esta- ,,materia para,, es ca paz de ser señalado y descrito de distinta ma-
tuaria religiosa del siglo xu no puede significar estétican1ente, aun nera al del producto artístico 1nisn10. La «1nateria en», la sustancia
para el buen católico de ahora, lo que significaba para los fieles verdadera, es el objeto de arte mismo y, por lo tanto, no puede
de aquel entonces. La «obra» que no puede hacerse nueva no es ser expresado de ninguna otra manera. El tema de El paraZ:mper-
universal, sino meramente una obra que está «datada». El produc- dido de Milton es, como dice Hradley, la caída del hombre, en co-
to artístico que perdura puede haber sido determinado, y proba- nexión con la rebelión de los ángeles, un ten1a corriente en los
blemente lo fue, por alguna ocasión particular, algo que tiene su círculos cristianos, y prontamente idcntificahle por cualquiera
propia fecha y lugar, pero lo evocado es una sustancia fonnada que esté fan1iliarizado con la tradición cristiana. La sustancia del

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poc1na, la materia estética, es el poema 1nis1no, lo que ocurrió al o puede ser el asunto que co1no 1nateria pritna entró en la nueva
tema cuando sufrió el tratamiento imaginativo de Milton. De ma- experiencia del artista y fue transformado. Los poemas de Keats y
nera semejante se puede señalar en palahras el tema de El Viejo Shelley sobre la alondra y el ruiseñor probablemente no tuvieron
Marinero. No obstante, para transmitir la sustancia tendría que el canto de estos pájaros como estítnulo ocasional. Es bueno en-
exponerse el poema para que aquélla se hiciera presente. tonces, en favor de la claridad, distinguir no solamente la sustan-
La distinción que traza Bradley respecto a los poemas es cia del tema o tópico, sino ambos del asunto antecedente. El
igualmente aplicahle a todo arte, incluso a la arquitectura. El «tema« de El Viejo Marinero es la muerte de un albatros por un
«tema« del Partenón es Palas Atenea, la Diosa Virgen, la divinidad marinero y lo sucedido a consecuencia de esto. Su materia es el
que preside la ciudad de Atenas. Si tomáramos una multitud de poema mismo. Su asunto son todas las experiencias de crueldad
productos artísticos de todas clases y especies, y la retuviéran1os y piedad que un lector trae consigo en conexión con una criatu-
en la mente el tiempo necesario para señalar el tema de cada una ra viviente. El artista 1nismo apenas puede en1pezar con un solo
de ellas, veríamos que la sustancia de las ohras de arte que tratan tema. Si lo hiciera, su obra seguramente adolecería de artificiali-
del 1nis1no «tema» es infinitatnente variado. ¿Cuántos poemas hay dad. Primero viene el asunto, luego la sustancia o materia de la
en todas las lenguas que tienen por «tema, las flores y aun la rosa! obra y finalmente, la determinación del tópico o tema.
En consecuencia, los can1hios en los productos de arte no son ar- El asunto antecedente no se transforma al instante, enlamen-
bitrarios; no proceden, aun cuando sean revolucionarios (como te del artista, en la materia y en la obra de arte, sino que es un
pretende una escuela de crítica) del deseo incontrolado de hom- proceso en desarrollo. Cotno ya he1nos visto, el artista averigua
bres indisciplinados, de producir algo nuevo e impresionante. adónde se dirige en virtud de lo hecho previamente; esto es, la ex-
Los cambios son inevitables, puesto que las cosas comunes del citación e irritación original por algún contacto con el mundo su-
mundo son experimentadas en diferentes culturas y por dileren- fre una transformación sucesiva. El estado de la materia al que lle-
tes personalidades. Un tema que significaba mucho para el cuida- ga demanda ser cumplido y constituye un esquema que limita
do ateniense del siglo IV a. C. es apenas algo más que un inciden- más operaciones. A medida que prosigue la experiencia al trans-
te histórico hoy día. Un protestante inglés del siglo xvn que estaha fonnar el asunto en la sustancia misma de la obra de arte, los inci-
en contacto permanente con el tema de la época de Milton, pue- dentes y las escenas que figuraban al principio pueden quedar
de haber sentido poca simpatía por el tópico y la situación de la fuera y otras tomar su lugar, atraídas por la succión del material
Divina Comedia de Dante hasta el punto de no poder apreciar su cualitativo que despertó la excitación original.
cualidad artística. Hoy en día un «incrédulo« puede ser más esté- Por otra parte, el tema puede no tener ninguna significación,
ticamente sensible a tales poemas, precisamente a causa de su in- excepto para el propósito de identificación práctica. Vi una vez a
diferencia por su asunto. Por otro lado, 1nuchos espectadores un conferencista de pintura lograr una risa fácil de su auditorio
de pintura son incapaces de hacer plena justicia a la pintura de mostrando una pintura cubista y preguntando al público lo que
Poussin y a sus cualidades plásticas intrínsecas porque sus temas era. Entonces les dijo su título, como si fuera su asunto o su sus-
clásicos les quedan ya muy lejos. tancia. El artista había rotulado su pintura por alguna razón hien
El tema, como dice Bradley, está fuera del poema; la sustan- conocida para él, ya sea pour épater les bourgeois, o sea ocasional-
cia está dentro de él, más bien es el poema. El «tema« mismo va- mente, o por alguna sutil afinidad cualitativa, con el nombre de un
ría, sin embargo, en una amplia escala. Puede ser apenas algo personaje histórico. La implicación del conferencista y de la risa
1nás que una etiqueta; puede ser la ocasión que provocó la ohra; del auditorio era que la disparidad obvia entre el título y la pintu-

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ra visible, constituía de algún modo una reflexión sobre las cuali- y quien después de quedar satisfecho porque una pintura es sobre
dades estéticas de ésta. Nadie admitiría que su percepción dd Par- Elías, sigue adelante disfrutando con el juego de descubrir el tema,
tenón se influenciara con el hecho <le no conocer la significación pero nada más que el te1na del cuadro siguiente. A 1nenos que se
de la palabra con que se denomin<i el edificio. Aún existe la fala- aprecie la radical diferencia entre el tenia y la sustancia, no súlo se
cia, especialmente en conexión con la pintura, de varias 1naneras equivoca el visitante accidentaL sino los críticos y teóricos que juz-
más sutiles que la ilustrada por el incidente de la conferencia. gan los objetos de atte en térn1inos de sus preconcepciones sohre
Los títulos son, por así decirlo, asuntos sociales. Identifican lo que debe ser el asunto del art<:. No hace tanto tiempo que, al ha-
objetos para una fácil referencia de manera que uno sabe lo que blar sobre los dramas de Jbsen, lo propio era decir que eran »séirdi-
se quiere decir cuando una sinfonía de Beethoven es llamada La dos»; y que la pintura que modifica el asunto principal de acuerdo
Quinta o cuando se tncnciona el Hntierro de Tiziano. Un poema con los requerimientos de la forma estética que implica distorsión
de Wordsworth puede especificarse por su nombre, pero puede de la forma física, era condenada como arbitraria y caprichosa. La
identificarse como el poema que se encuentra en cierta página réplica justa del pintor a esa falta de comprensión se encuentra en
de una edición dada, o bien llamándolo Lucy Gray. La pintura de una observación de Matisse. Cuando alguien se quejaba de que
Rembrandt puede ser llamada La boda judía o d cuadro que cuel- nunca había visto una mujer corno la de su pintura, replicó: »Mada-
ga en cierta pared de una particular sala de la galería de Amster- me, esto no es una n1ujer; ésta es una pintura». El crítico que rastrea
dam. Los n1úsicos generalmente designan sus obras por números, asuntos exóticos -históricos, morales, sentimentales o conforme
quizá con una indicación de la llave. Los pintores prefieren títulos a los cánones est.:thlecidos que prescriben tenias apropiados-
vagos. Así los artistas, quizá inconscientemente, tratan de escapar puede ser muy superior en el conocitniento que tienen los guías de
de la tendencia general de ligar un objeto de a11e con alguna esce- las galerías que no dicen nada sobre las pinturas, pero sí 1nucho so-
na o algún curso de los acontecimientos que los oyentes y espec- bre el 1no1ncnto en que las produjeron y las asociaciones senti-
tadores reconocen en su experiencia anterior. Una pintura puede mentales que despiertan, la Majestad del Monte Blanco o la trage-
ser catalogada 1neraniente co1no Río en el crepúsculo. Aun enton- dia de Ana Bolena, pero estéticamente están al mismo nivel.
ces, tntJChas personas supondrán que dehen llevar en su expe- El hombre de la ciudad que vivió en el campo durante su in-
riencia de esa pintura el recuerdo e.lealgún río visto alguna vez en fancia tiene tendencia a comprar cuadros de prados verdes con
esa hora particular. Sin embargo, así tratada, la pintura deja de ser ganado que pasta, o arroyos murmurantes, especialmente si hay
pintura y se hace un inventario o docun1ento, como si fuera una también un estanque para nadar. Obtiene de tales cuadros una
fotografía en color, tomada para propósitos históricos o geok,gi- reviviscencia de ciertos valores de su infancia presentados en ex-
cos o para servir al negocio de un detective. periencias pasadas, más un valor emocional añadido a causa del
Las distinciones que hemos planteado son elementales, pero contraste con su buena situación presente. En todos estos casos
son básicas en la teoría estética. Cuando termine la confusión entre no se ve el cuadro, sino que se usa cotno un trampolín para lle-
tema y sustancia, terminará también, por ejemplo, la ambigüedad gar a unos sentitnientos agradables, a causa de su asunto exótico.
referente a la representación tal como se ha discutido. Mr. Bradlcy El asunto de las experiencias de la infancia y la juventud es, sin
llama la atención sobre la tendencia común de tratar una obra de embargo, un fondo inconsciente para un arte mucho más grande.
arte co,no un si1nple recuerdo de algo, ilustrándolo con10 el mirón Sin embargo, para ser la sustancia del arte debe transformarse en
de una galería de pintura que observa al caminar-«esta pintura se un nuevo objeto en virtud del medio empleado, no sugerido so-
parece tanto a mi primo», o esta pintura «es el retrato de mi tierra»--, lan1ente a 111odode ren1iniscencia.

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ciente y económica de las partes a la función del todo. En algu-
nos casos, la adecuación es verdaderamente tan exquisita, que
El hecho de que la forma y la materia están conectadas en constituye una gracia visible independientemente del pensa-
una ohra de arte no significa que sean idénticas, sino que quiere miento de cualquier utilidad, pero este caso especial indica la
decir que en la obra de arte no se ofrecen como dos cosas distin- manera en que configuración y fonna difieren genéricamente.
tas: la obra es materia formada. No obstante, se distinguen legíti- Porque lo que hay en la gracia es sólo falta de tosquedad, en el
mamente cuando se aplica la reflexión, como sucede en la crítica sentido en que ,,tosco,, significa ineficacia en la adaptación para
y en la teoría. Estamos entonces ohligados a investigar lo que es un fin. En el modelo como tal la adaptación está intrínsecamente
la estructura formal de la obra. y a fin de proseguir esta investiga- limitada a un fin particular, como el de la cuchara para llevar lí-
ción inteligentemente, debemos tener un concepto de lo que es quidos a la boca. La cuchara, que además tiene una forma estéti-
genéricamente la forma. Podemos obtener una clave de esta idea ca llamada gracia, no tiene esa limitación.
partiendo del hecho de que un uso idiomático de esta palabra la Se ha hecho un gran esfuerzo intelectual tratando de identifi-
hace equivalente con el modelo (shape) o figura. Especialmente car la eficacia para un fin particular con la ,,belleza,, o cualidad es-
en conexión con la pintura, la forma se identifica frecuentemente tética. Sin embargo, estos intentos están destinados al fracaso,
con las figuras definidas por los contornos lineales de las figuras. aun cuando por fortuna en algunos casos coinciden las dos y es
Ahora bien, la figura es solamente un elemento en la forma esté- humanamente deseable que siempre lo hagan. Porque la adapta-
tica, pero no la constituye. En la percepción ordinaria reconoce- ción a un fin particular es a menudo (siempre en el caso de asun-
mos e identificamos las cosas por sus figuras: aun las palabras y tos complicados) algo percibido por el pensamiento, mientras
las proposiciones tienen 1nodelos cuando se oyen y cuando se que el efecto estético se encuentra directamente en la percepción
ven. Consideremos cómo perturba el reconocimiento una tilde sensible. Una silla puede servir al propósito de proporcionar un
mal puesta, más de lo que hace cualquier clase de pronunciación asiento confortable e higiénicamente eficaz, sin servir al mismo
defectuosa. tiempo a las necesidades del ojo. Si al contrario, en vez de pro-
La figura en relación con el reconocimiento no se limita a es- mover el papel de la visión en una experiencia, lo impide, será
tablecer las propiedades geométricas o espaciales, sino que éstas fea aun cuando esté bien adaptada para su uso como asiento. No
forman parte solamente dicha figura en cuanto se subordinan a la hay una armonía preestablecida que garantice que lo que satisfa-
adaptación para un.fin. Los modelos que no están asociados en ce a un grupo de órganos llenará la de todas las otras estructuras
nuestra mente con alguna función son difíciles de captar y rete- y necesidades que toman parte en la experiencia, hasta el punto
ner. Los modelos de cucharas, cuchillos, tenedores, artículos de de llevarla a su compleción como un complejo de todos los ele-
casa, muebles, son medios de identificación en virtud de su aso- mentos. Todo lo que podemos decir es que en ausencia de con-
ciación con un propósito. A partir de cierto punto, entonces, la fi- textos perturbadores, tales como la producción de objetos para
gura está aliada con la forma en su sentido artístico. En ambos un máximo de provecho privado, el equilibrio tiende a afectarse
hay organización de sus partes constituyentes. En algún sentido de manera que los objetos sean satisfactorios -,útiles,, en sentido
la figura típica de un utensilio o herramienta indica que el signifi- estricto-- al yo como un todo, aunque en el proceso se sacrifique
cado del todo ha penetrado en las partes para calificarlas. Es el alguna eficacia específica. En este sentido hay una tendencia a
hecho que ha conducido a algunos teúricos, como Herbert Spen- fundir la configuración dinámica (como distinto de la mera figura
cer, a identificar la fuente de la ,,belleza,, con una adaptación cfi- geométrica) con la forma artística.

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En la historia del pensamiento filosófico, el valor del modelo tica, ya sean telas, urnas o canastas, cuando el 1naterial está de tal
que hace posihle la definición y la clasificación de los ohjetos fue manera arreglado y adaptado que sirve inmediatamente para enri-
pronto notado y captado corno base para una teoría metafísica de quecer la experiencia inmediata del que dirige a ellos su percep-
la naturaleza de las formas. El hecho empírico de la relación reali- ción atenta. Ningún material puede adaptarse a un fin, ya sea
zada por el arreglo de las partes con un fin y un uso definido usarse como cuchara o carpeta, hasta que la n1ateria prima ha su-
-corno el de la cuchara, la mesa o la taza- fue enteramente des- frido un cambio que configura las partes y que las arregla mutua-
preciado e incluso repudiado. La fonna fue tratada como algo mente en vista del propósito del todo. Así el ohjeto tiene una for-
intrínseco, como la esencia 1nis1na <le una cosa en virtud de la es- ma en un sentido definitivo y cuando esta forma se libera de la
tructura 1netafísica del universo. Es fácil seguir el curso del razona- limitación a un fin especializado y sirve también a los propósitos
n1iento que condujo a este resultado, sietnpre que se ignore la rela- de una experiencia inmediata y vital, la forma es estética y no sim-
ción del modelo con el uso. Es por la forma -en el sentido de plemente útil.
modelo adaptado- por la que identificamos y distinguimos las Es significativo que la palahra «designio« (design) tenga un
cosas en la percepción: las sillas de las 1nesas, un arce de un roble. doble significado. Significa propósito y significa diseño, modo de
Una vez que las observatnos --o las «conocemos»-- de esta rnane- composición. El «designio» <le una casa es el plano sobre d cual se
ra, y puesto que cree1nos que el conocimiento es una revelación construye para servir los propósitos de quienes viven en ella. El
ele la verdadera naturaleza de las cosas, se concluye que las cosas designio de una pintura o novela es al arreglo de sus ele1nentos en
son lo que son en virtud de tener, intrínsecamente, ciertas fonnas. virtud de los cuales se hace una unidad expresiva en la percep-
Además, con10 las cosas se hacen reconocibles por estas for- ción directa. En a1nbos casos hay una relación ordenada de n1u-
mas, se concluía que la forma es el elemento racional inteligible chos ele1nentos constituyentes. Lo característico del designio ar-
en los objetos y acontecin1ientos del inundo. Entonces se oponía tístico es la intitnidad de las relaciones que tnantienen juntas a las
a la «materia», que es lo irracional, lo inherenten1cnte caútico y partes. En una casa tenemos cuartos y su mutuo arreglo. En la
fluctuante, sohre lo cual se imprime la forma. Aquélla era eterna, obra de arte, no puede decirse que las relaciones se den al n1argen
1nientras que esta última era ca1nbiante. Esta distinción 1netafísica de lo que relacionan, excepto en una reflexión posterior. Una
de materia y forma se incorporó a la filosofía que dominó al pen- ohra de arte es pohre en la medida en que se percibe como dos
samiento europeo durante siglos. Y afecta todavía a la estética de cosas separadas, con10 en una novela en la que se nota que el ar-
la forma en relación con la materia. Es fuente misma de esta di- gumento está superpuesto a los incidentes y personajes en vez de
rección de pensan1iento la que favorece su separación, especial- ser las relaciones din{rn1icas que hay entre ellos. Para entender
mente cuando supone que la forma tiene una dignidad y estabili- el designio de una tnaquinaria ccnnplicada tenemos que conocer el
dad de las que carece la materia. Verdaderamente, si no fuera por propósito al que va a servir la tnáquina, y có1no convienen sus
este fondo de la tradición, podría dudarse de si puede ocurrírsele varias partes para el cumplimiento de ese propósito. El designio
a alguien que hay un problema en su relación, siendo tan claro está. por decirlo así, superpuesto a los materiales que no partici-
que la única distinción iinportante en arte es la que existe entre la pan verdaderamente en él, del mismo modo en que los particula-
materia inadecuadamente formada y el material formado comple- res intervienen en una batalla, pero sólo tienen una participación
ta y cohcrcnten1ente. pasiva en el «designio« general de la hatalla.
Los objetos de las artes industriales tienen una forma que se Sólo cuando las partes constituyentes del todo tienen el Cmico
adapta a sus usos especiales. Estos objetos toman una forma estl~- fin de contribuir a consurnar una experiencia consciente, el desig-

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nio y el modelo pierden su carácter superpuesto y se convierten didos por ,,asociación", sino que son el alma respecto de la cual
en forma. No pueden hacer esto mientras sirven a un propósito ]os colores son el cuerpo o el cuerpo del cual los colores son el
especializado; pueden servir al propósito de tener una experien- alma, según la manera de ocuparnos de la pintura.
cia, sólo cuando no quedan fuera, sino que se funden con todas El Doctor Barnes ha observado que no solamente los signifi-
las propiedades de la obra de arte. Al tratar de la significación de la cados intelectuales que añaden expresividad provienen de expe-
forma en la pintura, el Doctor Barnes ha destacado la necesidad riencias pasadas, sino también las cualidades que añaden excita-
de la interpenetración de la «figura« y modelo con el color, el espa- ción en1ocional, ya sea ésta serena o punzante.
cio y la luz para realizar aquella combinación completa. La forma,
es, cotno él dice, «la síntesis o fusión de todos los n1edios plásticos Hay en nuestras mentes un vasto número de actitudes emocio-
[...] su aparición armoniosa»; del otro lado, el modelo en su senti- nales, de sentimientos dispuestos a ser nuevamente excitados cuan-
do limitado, o el plan y designio, ,es meramente el esqueleto en el do llega el estímulo apropiado, y más que otra cosa son estas for-
que las unidades plásticas l...] están sostenidas«. 1 mas, este residuo de la experiencia las que constituyen el caudal
Esta interfusión de todas las propiedades del medio es nece- del artista, más plenas y más ricas que en la mente del hombre or-
saria si el objeto en cuestión ha de .servir a toda la criatura en su dinario. Lo que se llama la magia del artista reside Ln su habilidad
para trJnsferir estos valores de un campo <le la experiencia a otra,
vitalidad unificada. Por consiguiente, define la naturaleza de la
para adherirlos a los objetos de la vida común y con su intuición
forma en todas las a1tes. Con respecto a la utilidad especializada,
imaginativa hacer estos oh jetos profundos e importantes. 2
podemos caracterizar el ,designio,, en relación a este o a aquel fin.
Una silla tiene el designio conveniente para proporcionar como- La materia o la forma no son los colores ni las cualidades sen-
didad; otro para la higiene; un tercero para dar esplendor. Sólo sibles co1no tales, sino que se pueden identificar con estas cuali-
cuando todos los medios se funden unos en los otros, el todo dades sólo en la medida en que se hallan completamente imbui-
reúne las partes para constituir una experiencia, unificada en vk- das, in1pregnadas con los valores transferidos. Y entonces son
tud de la inclusión en vez de la exclusión. Este hecho confirma la materia o son forma de acuerdo con la dirección de nuestro in-
posición del capítulo anterior con respecto a la unión de cualida-
terés.
des de una directa vivacidad sensible con otras cualidades expre- Mientras que algunos teóricos establecen una distinción en-
sivas. Mientras que «significado» sea una cuestión de asociación y tre los valores sensibles, y los prestados a causa del dualismo me-
sugestión, queda separado de las cualidades del medio sensible y tafísico que se acaba de n1encionar, otros la hacen por temor a
perturba la forma. Las cualidades sensibles son portadoras de sig- que la obra de arte se intelectualice indebidamente. Se interesan
nificados no como vehículos que cargan mercancías, sino como por subrayar algo que, en efecto, es una necesidad estética: la in-
una madre que lleva a su bebé cuando éste es parte de su propio mediatez de la experiencia estética. Se puede afirmar enérgica-
organismo. Las obras de arte, como las palabras, están literalmen- mente que lo que no es inmediato no es estético. El error está en
te preñadas de significado. Los significados que tienen su fuente suponer que solamente ciertas cosas e~peciales-las que están
en la experiencia pasada, son los medios que efectúan la organi-
zación particular que caracteriza una pintura dada. No están aña- 2. Véase el capítulo sobre ,Valores Transferidos•, en el volumen 1'heAtt í?{Henri Ma-
lisse; la cita es de la pág. 31. En el capítulo, el Doctor Barnes muestra en qué medida el
efecto inmediato emocional de las pinturaé> Ül'. Malisse es una tr~msferencia incon.-.cicnte de
l. 1be Art in Pai11tí11g,págs. 8\ 87. Dehe consultarse el capítulo T dd libro II. Lt l<lé>
valores ernocion.-iles primeros conectados nin la tapicería, urteles, rosetas ( incluyendo
forma. en e! .-.enri<lodefinido es, ..:orno se muestra ahí, -el criterio del valor». modelos de flores). tejas, barras y bandas. como de banderas y mucho..., otros objetos.

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relacionadas con los ojos, los oídos, etc.- pueden ser cualitativa ta por el buen camino, son estas cualidades las que le anitnan a
e inmecliatatnente experin1entadas. Si fuera cierto que súlo las seguir adelante. Son signos de un «alto y adelante, intelectual. Si
cualidades que nos llegan a través de los éJrganos de los sentidos un pensador tuviera que obtener el significado de cada idea dis-
ai..,;/ados S<m directatncnte cxperitncntadas, entonces, natural- cursivamente, se perdería en un laberinto que no tiene ni centro
mente, todo 1naterial relacional se consideraría sobreañadido por ni fin. Cuando una idea pierde su inmediata cualidad sensible,
una asociación extraña, o de acuerdo con algunos teóricos, por cesa de ser una idea y se convierte en una suerte de símbolo al-
una acciún «sintl·tica" del pensamiento. Desde este punto de vista gebraico, un simple estín1ulo para ejecutar una operación sin ne-
el valor estético estricto, digan1os de una pintura, consiste silnple- cesidad de pensar. Por esta razón ciertas series de ideas que con-
n1ente en ciertas relaciones y órdenes de relaciones que los colo- ducen a su consumación apropiada (o conclusión), son bellas y
res mantiennl entre sí independientemente de las relaciones con elegantes, tienen carácter estético en la reflexión. Es a menudo
los objetos. La expresividad que ganan estando presentes como necesario hacer una distinción entre la materia de los sentidos y la
colores del agua, de las rocas, de las nubes, etc., se debería al materia del pensamiento, pero la distinciún no existe en todos los
arte. Sobre esta base habría siernpre una brecha entre lo estético modos e.le experiencia. Cuando hay arte genuino en la investiga-
y lo artístico. Serían de dos clases radicalmente diferentes. ción científica y en la especulación filosófica, un pensador no
La psicología que sostiene esta bifurcación fu~ condenada de procede por reglas, ni ciegamente, sino por medio de significa-
antemano por William James cuando observó que hay scnti111ien- dos que existen inn1e<liata1nente corno sentitnientos que tienen
tos directos e.le relaciones tales como «si», «entonces», "Y",«pero», color cualitativo)
«de», «con». Mostrú que no hay relación tan co1nprensiva que no Las cualidades sensibles, las del tacto y gusto, así como también
pueda hacer.se 1nateria de la experiencia irnnediata. De hecho toda las de la vista y el oído, tienen cualidad estética. No obstante, la
obra de arte existente llava tiempo contradiciendo la teoría en tienen no aisladamente, sino en sus conexiones, en su interacciém
cuestión. Es enteran1ente cierto que ciertas cosas, precisa1nente las y no crnno entidades simples y separadas. Tatnpoco las conexio-
ideas, ejercen una función mediadora, pero solamente una lógica nes se limitan a su propia clase, colores con colores, sonidos con
torticera y abortada puede sostener que porque algo es mediato no sonidos. Incluso el control científico más extren10 logra nunca ob-
puede, en consecuencia, ser experin1entado intnediata1ncnte. El tener un color puro o un espectro de colores puro. Un rayo de luz
caso es a la inversa. No poden1os captar ninguna idea, ningún ór- producido bajo control científico no termina brusca y unifonne-
gano de tnediaciún, no pocle1no.s poseerlo en su plena fuerza, has- mente, sino que tiene aristas vagas y crnnplejidad interna. Ade-
ta que lo hemos sentido corno si fuera un olor o un color. más, se proyecta en un fondo y sólo así puede entrar en la percep-
Los que son especialmente adictos al pensa1niento co1no una ción. Y el fondo no es meramente la proyección de otros matices
ocupación, se dan cuenta cuando observan el proceso del pensa- y sombras, sino que tiene sus propias cualidades. Ninguna srnn-
n1iento, en vez de determinar dialécticamente lo que debe ser, bra, ni siquiera producida por la línea más delgada, es homogé-
que el sentimiento inn1ediato no se da limitado en sus alcances. nea. Es imposible aislar un color de la luz de manera que no se
Ideas diferentes tienen sus «sentimientos» diferentes, sus aspectos produzca refracción. Aun bajo las condiciones de laboratorio n1ás
cualitativos inmediatos, corno cualquier otra cosa. El que está uniformes, un color "simple" será complejo hasta el punto de tener
pensando a un problema complicado, encuentra la dirección por
medio de la propiedad de sus ideas. Cuando toma un camino 3. En conexitin con e.-.\c a.c,unto, que toc,1 no ,-;obrnente este tópico particular_ sino
todas las c1testiorll'S corn.:ctadas con b intL·ligvncia caracterí-"lict del artista, rL·rnito al ensa-
equivocado lo detienen las cualidades de su idea, y cuando acier- yo sohre -Pensamiento cu(llitativo•. nmtenido en el volumen Phi/oso¡,h_¡' m1d Ci1'ilizatfrm.

134
un contorno azulado. Y los colores usados en la pintura no son Es absurda en las bellas artes, puesto que la fuerza de un produc-
colores espectrales puros, sino pigmentos que no son proyecta- to artístico depende de la completa interpenetración de las dos.
dos en el vacío sino aplicados a una tela. La acción de cualquier sentido incluye actitudes y disposicio-
Estas observaciones elernentales se hacen con referencia a los nes que se deben a todo d organismo. Las energías que pertene-
intentos de llevar a la estética hallazgos científicos sobre el mate- cen a los órganos de los sentidos, entran causaln1ente en la cosa
rial sensible. Dichos experin1entos rnuestran que ni siquiera sobre percibida. Cuando algunos pintores introdujeron el «puntillismo»
la llamada base, científica hay experic:ncias de cualidades ,puras, o técnico basándose en la capacidad del aparato visual para fundir
,simples,, ni de cualidades limitadas al campo de un solo sentido. puntos de color físicamente separados en la tela, ejemplificaban,
En todo caso hay un abismo infranqueable entre la ciencia del la- pero no originaban una actividad orgánica que transforma la
boratorio y la obra de arte. En una pintura, los colores se presentan existencia física en un objeto percibido. Pero este tipo de modifi-
como los del cielo, la nube, el río, la roca, el césped, la joya, la cación es de lo tnás elen1ental. Cuando abandonamos la n1tina,
seda, etc. Ni siquiera el ojo entrenado artificialtnente para ver el no es sólo el aparato visual, sino todo el organismo, el que está
color con10 color, separado de las cosas que califica, puede cliini- en interacción con el ambiente en toda acción. El ojo, el oído o lo
nar las resonancias y transferencias de valor debidas a estos obje- que sea, es solamente el canal a través del cual tiene lugar la ex-
tos. Es especialmente cierto en las cualidades de color que son en periencia total. Un color visto es sie111pre calificado por reaccio-
la percepción lo que son en las relaciones de contraste y armonía nes implícitas de 1nuchos órganos, los del sistema si111pático, así
con otras cualidades. Quienes miden el valor de una pintura por la como los del tacto. Es un embudo para la energía total que se
habilidad en su dibujo lineal, han atacado a los coloristas sobre pone en juego, y no su fuente. Los colores son suntuosos y ricos
esta hase, observando que en contraste con la constancia estable precisamente porque está profundamente implicada en ellos una
de la línea, el color nunca es igual dos veces, sino que varía en resonancia orgánica total.
cada cambio de la luz y de otras condiciones. Es aún más importante el hecho de que el organismo que res-
En contraste con el intento de llevar a la teoría estética ino- ponde con la producción del objeto experimentado, es aquél cu-
portunas abstracciones de anato1nía y psicología, poden1os tener yas tendencias de observación, deseo y etnoción, están tnoldea-
en cuenta a los pintores. Por ejetnplo, Cézanne dice: das por experiencias ariteriores. Lleva consigo las experiencias
pasadas no en la 1nemoria consciente, sino como carga directa.
El dibujo y el color no son distintos. En la medida en que el Este hecho da cuenta de la existencia de cierto grado de expresivi-
color está realmente pintado, el dibujo existe. Cuantos más colores dad en el objeto de cada experiencia consciente. Tal hecho ya ha
se armonit.an entre sí, más definido es el dibujo. Cuando el color es sido mostrado. Lo que es pertinente para la cuestión de la sustan-
más rico, la forma es nús completa. El secreto del dibujo, de todo cia estética gira en torno de la manera en que el material de la ex-
lo indicado por el modelo, es el contraste y la relaci(m de los tonos. periencia pasada, que carga a la actitud presente, opera en cone-
xión con la materia proporcionada por los sentidos. En el
Cita con aprobación lo dicho por otro pintor, Delacroix: «Dad- recuerdo puro, por ejemplo, es esencial conservar las dos aparte;
me el lodo de las calles, y si se me da poder para hacerlo a mi gus- de otro modo el recuerdo se deforma. En la acción automática pu-
to, haré de él una carne de mujer de tinte delicioso». La oposición ramente adquirida el material del pasado se subordina hasta el
entre la cualidad inmediata y sensual y la relación como puramen- punto de no aparecer en la conciencia. En otros casos, el material
te mediata e intelectual, es falsa en teoría psicológica y filosófica. del pasado llega a la conciencia, pero se emplea conscientemente

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como instrumento para tratar algún problema y dificultad presen- los que se presentan 1nediante las palahras. Los colores vistos en
te. Se n1anticne bajo la conciencia de manera que sirve a algún fin una pintur ..t, los refcri1nos a ohjetos, no a los ojos. Sólo por esta ra-
especial. Si la experiencia es predominantemente de investiga- zón adquieren calidad emocional, a veces hasta tener fuerza hip-
ción, aquel 111aterialestú en situación de dar evidencia o de suge- nótica, y son significativos o expresivos. El {)rgano que la investi-
rir hipótesis; si e.s «práctica», de proporcionar claves para la acción gación, auxiliada por un saber anatómico y fisiológico, n1uestra
presente. que es la causa prin1aria que condiciona la experiencia, puede no
En la experiencia estética, al contrario, el tnaterial del pasado ser advertido en la experiencia n1is111a,como sucede con las vías
ni llena la atención, con10 en el recuerdo, ni está subordinado a del cerebro que intervienen tanto con10 el ojo, pero que sólo un
un propósito especial. Hay en verdad una restricciún itnpuesta al neurólogo experto reconoce y de las que él misn10 no es cons-
material admitido, cuya 111edida viene dada por la contribución a ciente cuando está absorto en la visión de algo. Cuando percibi-
la 1natcria inmediata de una experiencia que se tiene ahora. El mos por tnedio de los ojos, co1no causas, la fluidez del agua, la
1naterial no se e1nplea corno un puente para alguna experiencia frialdad del hielo, la solidez de las rocas, la desnudez de los árbo-
posterior, sino con10 un incremento e individualización de la ex- les en invierno, es cierto que otras cualidades distintas a las visua-
periencia presente. El fin de una obra de arte se mide por el nú- les se hacen aparentes y controlan la percepción. Y nada es tan
mero y variedad de elementos que vienen de las experiencias pa- cierto corno que las cualidades ópticas no se sostienen por sí 1nis-
sadas orgánica,nente absorbidos en la percepción aquí y ahora. mas, mientras que las cualidades t{ictiles y etnotivas se lilnitan a
Le dan su cuerpo y su capacidad de sugestión. Vienen a menudo agarrarse a sus talones.
de fuentes n1uy oscuras para ser identificadas de algún modo El punto que se acaba <le señalar no es una teoría técnica dis-
consciente en la 1nen1oria y, en consecuencia, crean el aura y la tante del asunto, sino que atañe directarnente a nuestro principal
penu1nbra en que se mueve la obra de arte. problema <le la relación de sustancia y forma, en tnuchos aspectos.
Yetnos una pintura por rnedio de los ojos, y oímos la rnúsica Uno de ellos es la tendencia, inherente a la sensibilidad a extender-
por medio de los oídos. En la reflexión somos dados a suponer se para entrar en relación ínti1na con otras cosas y, por consiguien-
que en la experiencia misma, las cualidades visuales o auditivas te, a darles forn1a en virtud de su propio movimiento, en vez de es-
cotno tales, son centrales si no exclusivas. Llevarlas a la experien- perar pasivamente a que le impongan la forma. Cualquier cualidad
cia primaria cotno parte de su naturaleza inmediata, independien- sensible tiende, en vi1tud <le sus conexiones orgánicas, a extender-
temente de lo que el análisis encuentre en ella, es una falacia, que se y a fundirse. Cuando una cualidad sensible permanece en un
James llamaba la falacia psicológica. Al ver una pintura, no es cier- plano relativamente aislado de aquel del cual surge, lo hace a cau-
to que las cualidades visuales sean como tales centrales conscien- sa de alguna reacción especial, porque es cultivada por razones es-
temente y que otras cualidades colocadas alrededor de ellas estén peciales. Entonces deja de ser sensible y se hace sensual. Este ais-
de una manera accesoria o asociada. Nada puede estar más lejos lamiento de la sensibilidad no es característico de los objetos
de la verdad. Así como no es cierto de la pintura, tampoco lo es de estéticos, sino de cosas tales corno los narcóticos, los orgasn1os se-
la lectura de un poema o un tratado de filosofía, en la que no nos xuales y los juegos, prolongados para excitar inmediatamente la
dan1os cuenta de una n1anera distinta de las formas visuales de las sensación. En la experiencia nonnal una cualidad sensorial se rela-
letras y las palabras. Ústas son estímulos a los que respondemos ciona con otras cualidades de 1nanera que definen un objeto. El
con valores emocionales, itnaginativos e intelectuales que saca- órgano de recepción focaliza y añade energía y frescura a unos sig-
mos de nosotros mis1nos y que se ordenan por la interacción con nificados que de otra 111anera serían sünplemente ren1iniscentes,

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añejos o abstractos. Ningún poeta es más directatnente sensual me regocijaba en los colores, en los aromas, en el gusto y en el tac-
to: el azul del cielo, el verde de la tierra, los destellos de la luz en el
que Keats, pero ninguno ha escrito poesía en la que las cualidades
agua, el sabor Je la leche, de la fn1ta, <le la miel, el olor del suelo
sensuales estén más íntimamente penetradas por acontecimientos
seco o mojado, del viento y de la lluvia, de las hierbas y <le las flo-
y escenas objetivas. De manera se1nejante, Milton se inspiró en lo
res; el simple sentir un tallo <lehierba me hacía feliz; y había ciertos
que para muchas personas hoy en día es teología seca y repelente. sonidos y perfurn.es, y sobre todo ciertos colores en las flores Y en
No obstante, estaba muy dentro de la tradición shakesperiana, de el plumaje y los huevos de los pájaros, tales como el cascarón de
modo que su sustancia es la del drama directo, compuesto en esca- púrpura brillante del huevo <le tinamou, que me embriagaban con
la majestuosa. Si oímos una voz grave, la senti1nos intnediatamcn- delicia. Cuando paseaba por la planicie, descubrí una mata de ver-
te como la voz de una cierta clase de personalidad, y si descubri- benas escarlatas en pleno florecimiento, plantas rastreras que cu-
mos después que la persona de hecho es de naturaleza débil, nos bren un área de varios metros con un césped húmedo salpicado en
sentitnos defraudados. Así siempre nos desconcertamos estética- abundancia de flores brillantes. Me hubiera arrojado del caballo
mente cuando las cualidades sensuales y las propiedades intelec- gritando de alegría para tenderme en el césped entre ellas y alegrar
tuales de un objeto de arte no se combinan. mi vida con sus brillantes colores.
El discutido problema de la relación de lo decorativo y lo ex-
presivo se resuelve cuando se lo considera en el contexto de la Nadie se puede quejar para no reconocer el efecto sensible
integración de materia y fonna. Lo expresivo se inclina hacia el inmediato en tal experiencia. Es muy notable la actitud de "supe-
lado de la significación, lo decorativo hacia el lado de lo sensible. rioridad" hacia las cualidades del olfato, del gusto Y del tacto
Hay un hambre visual de luz y color, una satisfacción característi- adoptado por algunos escritores desde Kant. No obstante, se no-
ca cuando esta hambre se sacia. Papel. tapiz, paños, tapicerías, el tará que «colores, aromas, gusto y tacto» no están aislados. El goce
juego maravilloso de los tintes cambiantes en el cielo y en las flo- se refiere al color, sensaci(m y aroma de los objetos: hojas de hierba,
res, llenan aquella necesidad. Los arabescos, los colores alegres cielo, luz del sol y agua, pájaros. La vista, olfato y tacto inmediata-
tienen un oficio semejante en las pinturas. Algo del encanto de mente atraídos son los 1nedios por los cuales se revela ha el ser en-
las estructuras arquitectónicas ~porque tienen encanto, así tero del niño percibiendo agudamente las cualidades del mundo
como también dignidad- se deriva del hecho de que, en sus ex- en el que vivía, cualidades de las cosas experin1entadas, no de la
quisitas adaptaciones de líneas y espacios, responden a una ne- sensación. La intervención activa de un particular órgano del sen-
cesidad orgánica similar al sistema sensorial motor. tido se incluye en Lt producción de la cualidad, pero el órgano no
Sin embargo, en todo esto no hay una operación aislada de es por esta razón el foco de la experiencia consciente. La _con~-
sentidos particulares. La conclusiún que sigue es que la cualidad xión de cualidades con objetos es intrínseca en tocia expenenna
característicamente decorntiva se debe a la energía inusitada de significativa. Si se elimina esta conexión no queda nada, sino t.ina
una dirección sensorial que presta vida y atracción a otras activi- sucesión sin sentido, inidentificable de estrcmecin1ientos transito-
dades con las que está asociada. Hudson fue una persona de ex- rios. Cuando tenen1os experiencias sensuales puras nos vienen en
traordinaria sensibilidad para la superficie sensual del mundo. momentos de atención brusca y forzada; son choques, e incluso
Hablando de su infancia dice: éstos sirven nonnalmentc para incitar la curiosidad de inquirir so-
bre la naturaleza de la situación que ha interrumpido repentina-
ícuan<lo eral sólo un animalito salvaje que corría con sus patitas tra- mente nuestra ocupación previa. Si la condición persiste sin cam-
seras interesado con pasmo por el mundo en el que se encontraba,

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bio y sin ser capaz de introducir lo sentido en una propiedad del gre pierrot en un funeral chocaría a los demás. Cuando se introdu-
objeto, el resultado es la exasperación pura, una cosa muy lejana ce la figura de un bufón en el cuadro de las exequias de su amo,
al goce estético. Hacer de la patología ele la sensación la base del su rostro debe al menos convenir con los requerimientos del con-
goce estético, no es una empresa pro1netedora. texto. Un exceso de cualidad decorativa en una escena particular
Podemos traducir el goce de la verbena que se arrastra sobre tiene una expresividad propia: como Goya que lleva algunos re-
el pasto, la luz que se refleja en el agua, el esmalte brillante del tratos ele gente ele la corte de su época a la exageración, hasta el
huevo del pájaro, en experiencias de la criatura viviente y lo que punto de que su pomposidad se hace ridícula. Pedir que todo el
encontramos es lo opuesto a un solo sentido que funciona aisla- arte sea decorativo es una limitación de la materia artística, al ex-
damente, o a un cierto nún1ero de sentidos que suman sus cuali- cluir la expresión de lo sombrío, como lo es la demanda puritana
dades separadas. Los sentidos están coordinados dentro de una de que el arte sea serio.
totalidad vital por sus relaciones comunes con los objetos. Son La relación especial de la expresividad ele la decoración con el
éstos los que viven una vida apasionada. El arte, como el ele Hud- problema de la sustancia y la forma, radica en que prueba el equívo-
son al recrear la experiencia de la infancia, pr01nueve, 1ne<liante co de las teorías que aíslan las cualidades sensibles. Porque en la
una selección y concentración, la referencia a un objeto, a una medida en que el efecto decorativo se logra por aislamiento, se con-
organización y orden más allá de los sentidos, implícita en la ex- vierte en un embellecimiento vacío, en ornan1entación ficticia
periencia del niño. La experiencia nativa, con su carácter conti- -----con10las figuras de azúcar en un pastel-, en un adorno externo.
nuo y acumulativo (propiedades que existen porque las sensa- No necesito salir ele mi ruta para condenar la falta de sinceridad del
ciones son de objetos ordenados en un mundo común y no rnerds uso del adorno para ocultar la debilidad y cubrir los defectos estruc-
excitaciones pasajeras), proporciona un esquema de referencia turales. No obstante, es necesario notar que con el apoyo de las teo-
para la obra de arte. Si fuera correcta la teoría de que la experien- rías estéticas que separan la sensación y el significado, no hay razón
cia estética primaria es de cualidades sensibles aisladas, sería im- artística para esta condenación. La falta de sinceridad en el arte tiene
posible para el arte superponerles conexión y orden. una fuente estética, no solan1ente moral; se encuentra siempre que
La situación antes descrita da la clave para entender la rela- la sustancia y la fonna están separadas. Esta afirmación no significa
ción entre lo decorativo y lo expresivo en una obra de arte. Si el que todos los ele1nentos estructuralmente necesarios deban ser evi-
goce fuera simplemente ele las cualidades por sí mismas, lo deco- dentes a la percepción, como algunos ..funcionalistas, extremos en
rativo y lo expresivo, no tendrían conexión ya que uno viene de arquitectura insisten. Esta proposición confunde una concepción
las experiencias sensibles inmediatas y el otro de las relaciones y pobre de la moral con el arte. 4 Porque en la arquitectura, como en la
significados introducidos por el arte. Puesto que lo sensible se pintura y la poesía, la materia prima, a través de la interacción con el
mezcla con las relaciones, la diferencia entre lo decorativo y lo ex- yo, se elabora para hacer placentera la experiencia.
presivo radica en un énfasis. La joie de vivre -el abandono qut> Las flores puestas en un cuarto aumentan la expresividad ele
no piensa en el maflana, la suntuosidad de los tejidos, la alegría de éste cuando armonizan con los 1nuebles y se usan sin añadir una
las flores, la riqueza madura de los frutos- se expresa a través de la nota ele falta de sinceridad, aun cuando cubran algo estructural-
cualidad decorativa que brota directamente del pleno juego de las mente necesario.
cualidades sensibles. Si el ámbito de la expresión en las artes es
amplio, hay objetos con valores que deben manifestarse decorati- 4. Geoffrey Scott, t:n su Arcbitecture '!( Huma11fsm. ha expuesto y explicado bien
vamente y otros que deben manifestarse sin decoración. Un ale- esta falacia. (Trad. cast.: la arquitectura del h11ma11ismo,Barcelona. Barral, 1970.)

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Lo que es «forn1a,,en una conexión es 1nateria en otra, y vice- en virtud de la yuxtaposición de colores, ostentosos en sí mis1nos,
versa. El color que es materia con respecto a la expresividad de al- y porque a pritnera vista los huecos a la composición parecen
gunas cualidades y valores, es fonna cuando se usa para trans1nitir poco estéticos. No obstante, cuando uno ha aprendido a ver, en-
la delicadeza, la brillantez, la alegría, y esta afirmación no significa cuentra una 1naravillo.sa tnanera de ofrecer una cualidad caracte-
que algunos colores tengan una función y otros colores otra. Pode- rísticamente francesa: la claridad, clarté. Si el intento de expresar-
mos tomar como ejemplo la pintura de Velázquez de la infanta Ma- la no tiene éxito -y naturalmente no siempre lo tiene-, la
ría Teresa. que tiene un vaso de flores a su derecha. Su gracia y de- cualidad decorativa queda aparte y es opresiva, co1no si estuviera
licadeza es insuperable, la delicadeza penetra por todas partes y detnasiado azucarada .
aspectos: trajes, joyas, cara, pelo, tnanos, flores. Sin embargo, exac- En consecuencia, una facultad importante para aprender a
tamente los 1nis1nos colores expresan no solan1ente la factura, sino, percibir una obra de arte -facultad que no poseen muchos críti-
como sie1npre sucede con Velázquez cuando logra éxito, la digni- cos- es poder captar las fases de los objetos que interesan espe-
dad inherente a un ser humano, una dignidad intrínseca incluso al cialtnente a un artista particular. La naturaleza n1uerta sería tan
personaje real, no sólo debida a la indumentaria de la realeza. vacía como la mayor parte de la pintura de género si la mano del
Naturalmente no se deriva de esto que todas las obras de arte, maestro no la hiciera expresiva mediante la cualidad decorativa
incluso las de más alta calidad, deban poseer una completa inter- de los factores significativos estructurales, así como Chardin pre-
penetración de lo decorativo y lo expresivo, cotno se tnuestra a senta el volumen y las posiciones espaciales de modo que acari-
1ncnudo en Tiziano, Velázquez y Renoir. Los artistas pueden ser cian el ojo: Cézannc logra dar una cualidad monumental con las
grandes en una u otra dirección y seguir siendo graneles. La pintu- frutas; mientras que en el lado opuesto, Guardi difunde lo monu-
ra francesa casi desde su principio se ha caracterizado por un sen- mental en edificios, dándoles un brillo decorativo.
tido viviente de lo decorativo. Lancret, Fragonard, Watteau, pue- Cuando los objetos se transportan de un medio cultural a
den ser delicados, a veces hasta la fragilidad, pero casi nunca otro, la cualidad decorativa toma un valor nuevo. Los tapetes y
exhiben la separación entre la expresividad y la ornamentación los objetos decorativos orientales tienen modelos cuyo valor ori-
extraiía, que casi siempre seiíala a Boucher. Aquéllos prefieren ginal era generaltnente religioso o político -con10 en1blemas de
asuntos que requieren delicadeza y una íntima sutilidad para ha- la tribu- expresados en figuras decorativas semigeométricas. El
cerse plena1nente expresivos. Las pinturas de Renoir son las que observador occidental no capta el prin1er valor, así co1no tampo-
contienen n1ás sustancia de la vida con1ún, pero usa todos los n1e- co capta la expresividad religiosa en las pinturas chinas con co-
dios plásticos ---color, luz, líneas y planos, en sí mismos y en sus nexiones originales budistas y taoístas. Los elementos plásticos
interrelaciones- para trasmitir un sentido abundante de alegría permanecen y dan a veces un sentido falso de la separación de lo
en el trato con las cosas comunes. Los a1nigos que conocieron a decorativo y lo expresivo. Los elen1entos locales eran una espe-
los 1nodelos que usaba, se quejaban a veces, según cuentan, de cie de medio con el cual se pagaba la cuota de entrada. El valor
que los hacía mucho más bellos de lo que realmente eran. Con intrínseco queda después de que se han hecho a un lado los ele-
todo, nadie que mire sus pinturas tiene la impresión de que han mentos locales.
sido «arreglados» o e1nbellecidos, sino que lo que se expresa es la La belleza, que convencionalmente se considera el tema es-
experiencia que Renoir mismo tenía de la alegría al percibir el pecial de la estética, ha sido apenas mencionada a lo largo de los
mundo. Matisse no tiene rival entre los coloristas decorativos del capítulos que hen1os dejado atrás. Es propia1nente un término
presente. En un primer momento, puede chocar al contemplador, emocional, aunque denote una e1noción característica. En pre-

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sencia de un paisaje, un poetna o una pintura que se apoderan gía son llamadas hermosas; aun una enfermedad puede ser tan tí-
de nosotros con un sentin1iento punzante inmediato, nos ve1nos pica en su manifestación y sus relaciones características que pue-
ilnpulsados a murmurar o a exclatnar «qué bello". La exclamación de llamarse hermosa. Ambos significados, el de encanto sensual
es un trihuto justo a la capacidad del ohjeto para despertar en no- y el de manifestación de una annoniosa proporción de las partes,
sotros una admiración próxima al culto. La hcllcza está muy lejos caracterizan la forma hu1nana en sus mejores ejetnplares. Los es-
de ser un término analítico y, en consecuencia, una concepción fuerzos hechos por los teóricos para reducir un significado al
que pueda figurar en teoría como medio de explicación o clasifi- otro, ilustran la futilidad de abordar el asunto por medio de con-
cación. Desgraciadan1ente, ha cristalizado en un objeto peculiar; ceptos acuñados. Los hechos arrojan luz sobre la inmediata fu-
el rapto emocional se ha sometido a lo que en filosofía se llama sión de forma y materia y sobre la relatividad de lo que se toma
hipóstasis, y de aquí ha resultado el concepto de la helleza como corr10 fonna o crnno sustancia en un caso particular, con el pro-
una esencia de la intuición. Para un propósito teórico resulta en- pósito de excitar el análisis reflexivo.
tonces un térn1ino ohstn1ctivo. En caso de que el térn1ino se use El resutnen de la discusión es que las teorías que separan la
en teoría para designar la cualidad estética total en una experien- materia y la forma, las teorías que tratan de encontrar, para cada
cia, segura1nente es tnejor dirigirnos a la experiencia n1isma y una, un lugar especial en la experiencia, a pesar de st1s oposicio-
mostrar d(mde y cómo surge la cualidad. En este caso, la belleza nes n1utuas, son casos de una mistna falacia fundatnental. Se apo-
es la respuesta a lo que, para la reflexión, es el tnovitniento con- yan en la separación de la criatura viviente del n1c<lio en el que
sumado de la materia integrada tnediante sus relaciones internas, vive. Una escuela, que se convie11e en la escuela «idealista,, en filo-
en una sola totalidad cualitativa. sofía, cuando se fornn1lan sus in1plicaciones, realiza la separación,
Hay otro uso más limitado del término en el que la belleza se en interés de los significados y relaciones. La otra escuela, la etn-
coloca frente a otros modos de cualidad estética: lo suhlime, lo pírica-sensualista, realiza la separación en favor de la primacía de
cón1ico, lo grotesco. A juzgar por los resultados, la distinción no las cualidades sensibles. No se ha confiado en la experiencia esté-
es feliz, pues tiende a envolver a los que entran en ella en una tica para que genere sus propios conceptos interpretativos del
manipulación dialéctica de conceptos y a poner la belleza en un arte. Éstos se han itnpuesto trayéndolos ya hechos de sisten1as de
compartimento separado que obstruye más bien que ayuda a la pensa1niento fraguados sin referencia al arte.
percepción directa. En vez de favorecer la sumisión al objeto, las En ninguna parte es más desastroso el resultado que con res-
divisiones hechas de antemano nos conducen al objeto estético pecto al problema de la materia y la forma. Hubiera sido fácil lle-
con la intenciém de comparar y, por lo tanto, de reducir la expe- nar las p~-iginas de este capítulo con citas de escritores de estética
riencia a una captación parcial del todo unificado. Un examen de que afirman un dualisn10 original de nrnteria y forn1a. Yo citaré
los casos en los que la palabra se usa cotnúnmente, aparte del solamente un ejemplo: ••llamamos bella la fachada de un templo
sentido emocional inmediato que se ha n1encionado, revela que griego con especial referencia a su admirable fonna, en tanto que
una significación del término es la presencia impresionante de la al atribuir belleza a un castillo nonnando nos referilnos tnás bien
cualidad decorativa, del encanto inmediato de los sentidos. El a lo que el castillo significa, a efecto de imaginar su orgullosa
otro significado señala la presencia de relaciones de adecuación fuerza pasada y su lenta decadencia por los golpes implacables
y adaptación recíprocas entre los miembros del todo, ya sea un del tiempo".
objeto, una situación o un hecho. Este escritor particular refiere la «forma»directarnente a los sen-
Las dctnostracioncs en tnatenláticas, las operaciones en ciru- tidos, y la n1ateria o «sustancia» a la significación asociada. Podría ser

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muy fácil invertir el proceso. Las ruinas son pintorescas; es decir, recta posterior. En otra ocasión estos tnismos rasgos, tomados en
su figura y color inmediatos, con hiedra abundante, atraen deco- conexión con el desarrollo ele Worclsworth, su experiencia y teo-
rativa1nente los sentidos; mientras que podría argüirse que el efec- rías, pueden ser tratados con10 1nateria más que co1no forma. En-
to ele la fachada griega se debe a la percepción de relaciones ele tonces el episodio, la «historia de un niño fiel hasta la muerte« sir-
pn>porción, etc., que implican consideraciones racionales más que ve como una forma en que Wordsworth concretó el 1naterial de
sensibles. En efecto, a primera vista parece rnás natural adscribir su experiencia personal.
la materia a los sentidos y la forma al pensamiento mediato, que al Puesto que la causa última de la unión ele forma y materia en
contrario. El hecho es que las distinciones en atnhas direcciones la experiencia es la relación íntima del padecer y el hacer, en la
son igualtnente arhitrarias. Lo que es forma en un contexto es ma- interacción de una criatura viva con el mundo de la naturaleza y
teria en otro, y viceversa. Adetnás cambian de lugar en la 1nisma del hombre, las teorías que separan la materia y la forma, tienen
obra de arte, con el movitniento de nuestro interés y atención. su fuente últiina en la on1isión de esta relación. Entonces las cua-
Veamos las siguientes estrofas de Lucy GraJ~ lidades se tratan como impresiones hechas por las cosas, y las re-
laciones que proporcionan significado, co1no asociaciones entre
Yet some maintain that to this da.v las impresiones, o con10 algo introducido por el pcnsatnicnto.
Sh~ 1i a liuinP, child; Existen enemigos de la uniún de forma y materia, pero no son in-
Tbat you ma.v see sweet Lucy Gra.v trínsecas, provienen de nuestras propias limitaciones. Surgen de
UJJonthe lonesome wild. la apatía, la presunción, la autoconmiseración, tihieza, temor,
O 'er rough and smooth she trips a long
convención, rutina ... de los factores en una que ohstruyen, des-
A1zd neuer !ooks behind;
vían y evitan la interacción vital de la criatura viviente con el atn-
A nd sings a solita1y song
biente en el que existe. Sólo el ser ordinariamente apático en-
Tbat 2Dhisllesin the wind.*
cuentra una excitación 1neran1ente transitoria en la obra de arte;
sólo quien está deprimido y es incapaz de enfrentarse a las situa-
¿Alguien que sienta el poema estéticatnente, puede distinguir
conscientctncnte -al mis1no tie1npo-- la sensación del pcnsa- ciones que lo rodean va hacia la obra simplemente en busca de
un solaz medicinal aportado por valores que no puede encontrar
1niento, la materia de la fonna? Si es así, no ha leído ni oído esté-
ticarnentc, porque el valor estético de las estrofas radica en la in- en este mundo. Con todo, el a,te es más que una sacudida de
energía en el mal humor de los desalentados o una calma en la
tegración de ambas. Sin e1nhargo, después de un goce absorto en
el poe1na, uno puede reflexionar y analizar. Se puede considerar tempestad de los perturbados.
A través del arte, el significado de los objetos que de otra ma-
có1no la elección de las palabras, el n1etro y la rin1a, el movin1ien-
nera está mudo, latente, repriinido, se clasifica y se concentra, no
to de las frases, contribuyen al efecto estético. No solamente esto,
con el pensamiento elaborado trabajosamente sobre ellos, ni es-
sino que un análisis hecho con el fin de lograr una aprehensión
1nás definida de la forn1a puede enriquecer una experiencia di- capando a un 1nLmdo de 1neras sensaciones, sino por la creación
de una nueva experiencia. Algunas veces la expansión y la inten-
sificaciún se efectúan por 1nedio de
• ,Sin embargo, :dguien sostiene que ahora / ella es una niña vivienre: , qttl' pul'-
des ver a la dulce Lucy Crny sobre la soledad salvaje. / Donde clb se desliza 5spera y
su:ivenlt:'nte I y nunca mira atds: y canta una canción solitaria I que silba en el viento,.
(i'i. del t)

148 149
7. LA HISTORIA NATURAL DE LA FORMA
l...J sorne phiiosophic sung
Of Truth that cherishes 011 r dai(y lije;'

otras veces las produce un paseo a lugares lejanos, una aven-


tura a

casements oJJeninP,011 the.foam


q{perilous seas ínfaery /andsj(Jr/orn.**

No obstante, cualquiera que sea la senda que siga la obra de


arte, precisatnente porque es una experiencia plena e intensa,
En el capítulo anterior hemos considerado la forma como
conserva vivo el poder de experünentar el inundo común en su
algo que organiza el material y lo transforma en materia del arte.
plenitud. Y lo hace reduciendo la materia prima de la experiencia
La definición que de ella se ha dado, dice lo que es la forma cuan-
a una tnateria ordenada por 1ne<lio de la fonna.
do está lograda. No dice cómo llega a ser, cuáles son las condicio-
nes de su generación. La fonna ha si<lo definida en térn1ino.s de re-
laciones, y la forma estética en términos de la compleción de las
relaciones dentro de un medio elegido. Sin ctnbargo, «relación» es
una palabra ambigua. Se usa en el discurso filosófico para desig-
nar una conexión instituida en el pensa1nicnto, por lo que signifi-
ca entonces algo indirecto, algo puramente intelectual, incluso ló-
gico. Sin embargo, «relación» en .su uso i<lion1ático denota algo
directo y activo, algo dinámico y energético, fija la atenci(m en la
manera en que las cosas se comportan unas con otras, en sus cho-
ques y reuniones, en la manera en que se cumplen y .se fn1stran,
se promueven y se retardan, se excitan y se inhiben una a otra.
Las relaciones intelectuales se enuncian en proposiciones;
afirman la 111utuaconexión de los términos. En el arte, co1no en la
naturaleza y en la vida, las relaciones son modos de interacción,
son un empujar y un tirar, contracciones y expansiones, deter-
minan la ligereza y el peso, el ascenso y la caída, la armonía y la
discordia. Las relaciones de amistad, de pareja, las fraternales, las
filiales, las del ciudadano con su nación, así como las de cuerpo a
* ·L.1 algún ranto filosófico/ de la Vc.:rdad que halaga nuestra vi<_bdiaria.• (N. del/.) cuerpo en la gravitación y en la acción química, pueden simboli-
... •Vemanas qttl.'. st: abren sobre la espuma/ de mares peligrosos perdidos en tierras zarse en térn1inos o concepciones y luego ser enunciadas en pro-
encimadas.• (N. del t.) posiciones. No obstante, existen como acciones y reacciones en

150 151
las que las cosas se modifican. El arte expresa, no afirma; se inte- Puede seguir pensando en la falta de plan, de diseño, como evi-
resa por existencias en su cualidad percibida, no en concepcio- dencia del caos de una sociedad organizada sobre la base del con-
nes simbolizadas por ténninos. Una relación social es un asunto flicto más que de la cooperaci(m. Finalmente, la escena formada
de afectos y obligaciones, de trato, de generación, influencia y por los edificios puede ser vista como volúmenes pintados e ilu-
modificación 1nutuas. En este sentido se debe entender «relación» minados, en relación mutua además, con el cielo y con el río.
cuando se usa para definir la forma en el arte. Ahora ve estéticamente como puede ver un pintor.
La adaptación 1nutua de distintas partes distintas para consti- La característica de 1a visión última en contraste con las otras
tuir un todo es la relación que, formalmente hablando, caracteriza es que se ocupa de un todo perceptivo, constituido por partes re-
una obra de arte. Toda máquina, todo utensilio, tiene dentro de lacionadas. Ni una sola figura, aspecto o cualidad, es captada
ciertos lí1nites una semejante adaptación recíproca. En cada caso como tnedio para algún resultado externo posterior, ni como
se cumple un fin. Lo que es meramente una utilidad, satisface, sin signo de una inferencia que puede obtenerse. El Fmpire State
embargo, un fin particular y limitado. La obra de arte satisface mu- puede ser reconocido por sí mismo, pero cuando se ve pictórica-
chos fines, ninguno de los cuales se establece de antetnano. Sirve mente, es visto como parte ligada un todo organizado perceptiva-
a la vida más que a la prescripción de un modo definido y limita- mente. Sus valores, sus cualidades, tal cotno se ven, son modifi-
do de vivir. Este servicio sería imposible si las partes no estuvieran cadas por las otras partes de la escena, y a su vez modifican el
ligadas en el objeto estético de una n1anera distintiva. ¿Cómo es valor, como es percibido, de todas las otras partes del todo. Aquí
que cada parte es dinámica, es decir, juega una parte activa al hay ahora forma en el sentido artístico.
constituir esta especie de total' Tal es la cuestión a la que ahora Matisse ha descrito el verdadero proceso de la pintura de la
nos enfrentamos. siguiente 1nanera:
En su Goce de la poesía Max Eastman usa, para explicar la na-
turaleza de la experiencia estética, el acertado ejemplo de un Si en una tela limpia pongo a intervalos manchas <le azul, verde
hombre que cruza el río; digamos que llega a Nueva York en un y rojo, con cada toque pierden su importancia las que he puesto pre-
viamente. Por ejemplo, tengo que pintar un interior; veo frente a mí
ferry. Algunos hombres consideran esto como un simple viaje
un amurio. Me da una vívida sensación de rojo; pongo en la tela el
para ir a donde quieren -medio que hay que soportar-, quizá
rojo particular que me satisface. Se establece ahora una relación entre
leyendo un periódico. Algún ocioso lanza una mirada a este u otro
este rojo y la palidez de la tela. Cuando pongo además un verde, y
edificio identificándolo como la Torre Metropolitana, el edificio también un amarillo para representar el suelo, entre este verde, el
Chrysler, el Empire State, y así sucesivamente. Algún otro, impa- amarillo y el color de la tela, debe haber aún otras relaciones. Sin em-
ciente por llegar, se asoma al muelle para juzgar .si se acerca a su bargo, estos tcmos diferentes se atenúan uno al otro. Es necesario que
destino; otro, que hJ.ce el viaje por primera vez, 1nira con vehe- los diferentes tonos que uso se equilibren de tal manera que no se
mencia, pero se desconcierta con la multiplicidad de objetos dis- destruyan entre ellos. Para lograr esto, tengo que poner mis ideas en
persos que hay que ver. No ve ni el todo ni las partes; es como un orden; las relaciones entre los tonos deben instituirse de manera que
profano que va a una fábrica donde trabajan muchas máquinas. A sean constructivas en vez de destructivas. Una nueva comhinaciónde
otra persona interesada en asuntos prácticos, al mirar el perfil de colores sucederá a la primera y dará la totalidad de mi concepción. 1
los edificios, se le hace patente su altura, o puede considerar el
valor de los solares. O puede dejar que sus pensamientos se re- l. DL' ,Votes d'u11 Pcintre. publicado en 1908. A otro rL'specto, SL' ¡,odría insistir en
presenten la congestión de un gran centro industrial o C{)fllercial. las implicacionl's de la frase conccrnientl' a la necesid:1d dL' "ronn las ideas en ordL'n•

Vi2 l'i3
No hay nada aquí diferente en principio de lo que se hace El problema de descubrir la naturaleza de la forma es, pues,
para amueblar una habitación cuando el dueño ve que las mesas, idéntico al de descubrir los medios por los cuales se prosigue una
las sillas, los tapetes, las lámparas, el color de las paredes y el di- experiencia hasta su cumplimiento. Cuando conocemos estos 1ne-
seño de los cuadros se selecciona y acomoda de tal manera que dios, conocemos lo que es la forma, incluso cuando es cierto que
no chocan, sino que forman un conjunto. De otra manera hay cada materia tiene su propia forma, íntimamente individual. Sin
confusión; es decir, confusión en la percepción. La visión no pue- embargo, hay condiciones generales requeridas para el desarrollo
de entonces completarse, queda rota en una sucesión de actos ordenado de algún asunto hasta su perfección, puesto que sólo
desconectados, que ven ahora esto, luego aquello y no una su- cuando estas condiciones .se reúnen tiene lugar una percepción
cesión en una serie. Cuando las masas están equilibradas, los co- unificada.
lores armonizados y las líneas y los planos se encuentran y se Algunas de las condiciones de la forma se han mencionado de
cortan adecuadamente, la percepción será serial para captar el pasada. No puede haber movimiento hacia una consumación final
todo, y cada acto en secuencia construirá y reforzará lo anterior. a menos que haya una adición progresiva de valores, un efecto
Incluso a primera vista se descubre un sentido de unidad cualita- acun1tilativo. Este resultado no puede existir sin la conservación
tiva. Hay forma. de las adquisiciones anteriores. Además, para asegurar la continui-
En pocas palabras, la forma no se encuentra exclusivamente dad deseada, la experiencia acumulada debe ser tal que cree incer-
en los objetos rotulados como obras de arte. Cuando la percep- tidumbre y anticipación de la resolución. La acumulación es al mis-
ciém no se ha embotado y pervertido, hay una tendencia inevita- mo tiempo preparaciém, como en cada fase del crecimiento de un
ble a arreglar los acontecimientos y objetos en relación a la de- embrión vivo. Solamente se conserva lo que se mueve hacia ade-
manda de una percepción completa y unificada. La forma es el lante; de otra manera hay una detención y un rompimiento. Por
carácter de toda experiencia que es una experiencia. El arte, en esta razón la consu1nación es relativa; en vez de ocurrir de una vez
su sentido específico, cumple las condiciones que realizan esta por todas en un punto dado, es recurrente. El término final se anti-
unidad más deliberada y plenamente. Por fu tanto, la Jonna pue- cipa por pausas rítmicas de manera que este fin es definitivo sola-
de ser definida como la operación de fuerzas que llevan fa expe- mente de una manera externa. Cuando nos apartamos de la lectura
riencia de un acontecimiento, objeto, escena y situación hacia su de un poema o una novela o de la contemplaciém de un cuadro, el
propio cumplimiento integral. La conexión de la forma con la efecto de éste nos acompaña en adelante, hacia posteriores expe-
sustancia es, por lo tanto, inherente, no impuesta desde afuera. riencias, aun cuando sólo sea inconscientemente.
Pone el sello a la materia de una experiencia que es llevada has- Características tales como continuidad, acumulación, conser-
ta su consumación. Si la materia es de tipo alegre, la forma ade- vación, tensión y anticipación son, pues, condiciones formales de
cuada para una materia patética es imposible. Si se expresa en un la forma estética. En este punto merece una mención especial el
poema, entonces el metro, el grado de movimiento, las palabras factor de resistencia. Sin tensión interna habría un ímpetu fluido
elegidas, toda la estructura será diferente, así como en una pintu- hacia un límite inmediato; no habría nada que pudiera llamarse
ra lo será todo el plan y las relaciones de volumen y color. En desarrollo y cumplimiento. La existencia de la resistencia define el
una comedia, un hombre que trabaja poniendo ladrillos, vestido lugar de la inteligencia en la producción de un objeto de arte. Las
en traje de etiqueta es apropiado; la forma conviene a la materia. dificultades a vencer en la realización de la apropiada adaptación
El mismo asunto llevaría el movimiento de otra experiencia al de- recíproca de las partes constituyen lo que en la labor intelectual
sastre. son problemas. Al igual que en la actividad que trata con asuntos

154 155
predorninantetnente intelectuales, el tnaterial que constituye un neidad de lo impremeditado a la obra, que de otro modo sería el
probletna se ha de convertir en un medio para su solución, y no fruto del cálculo. El pintor y el poeta, como el investigador cientí-
puede ser esquivado. Pero en arte la resistencia entra en la obra fico, conoce las delicias del descubrimiento. Aquellos que condu-
de una 1nanera 1nás inmediata que en ciencia. El que percibe, así cen su obra con10 la demostración de una tesis preconcebida pue-
como el attista, tiene que percibir, enfrentarse a los problemas y den tener la alegría del éxito egoísta, pero no la del cumplimiento
vencerlos; de otra manera la apreciación es pasajera y está sobre- de una experiencia por la experiencia 111isma.En este último caso,
cargada de sentitniento. Porque con el fin de percibir estéticamen- aprenden por su obra, a medida que ésta marcha, a ver y a sentir
te, el individuo debe rehacer sus experiencias pasadas de manera lo que no formaba parte de sus planes y propósitos originales.
que puedan entrar íntegramente en un nuevo modelo. No puede La fase definitiva es recurrente en toda obra de arte, y en la
deshacerse de sus experiencias pasadas, ni puede seguir anclado experiencia de una gran obra de arte, los puntos en los que inci-
a ellas como fueron en el pasado. de se presentan en sucesivas observaciones. Este hecho establece
Una predeterminación rígida del producto final, ya sea por el una barrera infranqueable entre la producción y el uso mecáni-
artista o el espectador conduce a un producto mecánico o aca- cos, y la creación y la percepción estéticas. En la primera no hay
démico. Los procesos mediante los cuales se alcanza el objeto y fines hasta que es alcanzado el fin definitivo. Entonces la obra
la percepción final, no son, en tales casos, n1edios que protnue- tiende a ser labor; y la producción, trabajo vil. Sin embargo, no
van la construcción de una experiencia consumada. "Estosserán hay término final en la apreciación de una obra de arte. Dicha
más bien semejantes a una plantilla aun cuando la copia de la apreciación prosigue y es; en consecuencia, tanto instrurnental
cual se hace dicha plantilla, existe en la mente y no cómo una como final. Los que niegan este hecho confinan la significación
cosa física. La afinnación de que a un artista no le importa como de lo ..instrumental ..a los procesos que contribuyen a algún oficio
opera su obra no sería literaln1ente verdadera, pero es cierto que o eficiencia estrechos, si no bajos. Aun cuando no se dé un nom-
le importa el resultado final, es como el perfeccionamiento de lo bre a este hecho se le reconoce. Santayana habla de ser ..Jlevado
anterior, no por su conformidad o falta de conformidad con un por la contemplación de la naturaleza a una fe vívida en lo ideal,.
esquema antecedente ya hecho. El artista está dispuesto a dejar la Esta afirmación se aplica al arte y a la naturaleza, señala una fun-
conclusión de su obra a la adecuación de los medios de que pro- ción instrumental ejercida por la obra de arte, nos lleva a tomar
viene y a los cuales resume. Al igual que el investigador científi- una actitud fresca ante las circunstancias y exigencias de la expe-
co, deja que el asunto principal de su percepción en conexión riencia ordinaria. El trabajo, en el sentido productivo, de un obje-
con los problemas que presenta, determine el resultado, en vez to de arte, no cesa cuando el acto directo de percepción se detie-
de insistir en su concordancia con una conclusión decidida de ne, sino que continúa operando por canales indirectos. En efecto,
antetnanc). personas que se niegan a admitir lo «instrun1ental»en conexión
La fase definitiva de la experiencia ----que es mediadora tanto con el arte, lo glorifican a menudo precisamente por la serenidad
como final- sien1pre presenta algo nuevo. La adn1iración siem- duradera, la renovación o la reeducación de la vista inducidas
pre incluye un elemento de maravilla. Como dice un escritor del por aquél. La dificultad es realmente verbal. Tales personas están
Renacimiento: ,No hay belleza excelente que no tenga algo extra- acostumbradas a asociar la palabra con instrumentos para fines
ño en la proporci(,n ... El giro inesperado, algo que el artista mis- muy específicos, como un paraguas, que es un in.stn1mento para
mo no prevé claramente, es la condición de la cualidad más feliz proteger de la lluvia, u una rnáquina de segar para cortar la 111ies.
en la obra de arte que la salva de ser mecánica. Le da la esponta- Algunas formas que a primera vista parecen extrañas, perte-

156 157
necen de hecho a la expresividad, porque favorecen el desarrollo obra que sugieren la habilidad de su productor están entonces en
de una experiencia hasta el punto de darnos la peculiar satisfac- la obra, pero no son de ella, y la razón de esto es precisamente el
ción de un cumplimiento pleno, Esto es cierto, por ejemplo, cuan- lado negativo del punto que subrayo, No contribuyen a instituir
do se evidencia presencia de alguna habilidad rara y de la econo- una experiencia unificada y en desarrollo; no obran como fuerzas
tnía en el uso de los medios, cuando estos rasgos se integran con inherentes al objeto del que son parte, conduciéndose a su con-
la obra real, La habilidad se admira entonces no como parte de las sun1ación, sino que tales rasgos son semejantes a cualquier otro
herramientas externas del a1tista, sino como una expresión exalta- elemento superfluo o excrecente, La técnica no es ni idéntica a la
da que pertenece al objeto, porque facilita la conducción de un forma, ni completamente independiente de ella, Es propiamente
proceso continuo, a su propia conclusión precisa y definida. Per- la habilidad con la que se manejan los elementos constituyentes
tenece al producto y no meramente al productor, porque es una de la forma, De otra manera es una exhibición de virtuosidad se-
forma constituyente; justamente como la gracia de un galgo se parada de la expresión,
1narca en los 1novimientos que ejecuta en vez de ser un rasgo po- Los avances significativos de la técnica suceden, pues, en co-
seído por el animal como algo añadido a sus movimientos. nexión con esfuerzos para resolver problemas que no son técni-
Lo costoso es también, corno Santayana ha señalado, un ele- cos, sino que surgen de la necesidad de nuevos modos de expe-
mento en la expresión, costes que no tienen nada en co1nún con riencia. Esta afirmación es tan cierta en las bellas artes con10 en
la ostentaciém vulgar del poder de compra, La rareza es un factor las artes tecnológicas. Hay mejoras en la técnica que tienen que
para intensificar la expresión, ya sea cuando es la rareza de la ver simplemente con el perfeccionamiento de un vehículo de vie-
lahor paciente que ocurre pocas veces o cuando es la seducción jo estilo, Sin embargo, son insignificantes en comparación con el
<le un clima que nos sugiere en tnodos de vivir apenas conocidos. cambio de técnica del tren al coche) cuando las necesidades so-
Tales ejemplos de opulencia son parte de la forma, porque ope- ciales reclamaban un transporte rápido que se pudiese controlar
ran como todos los factores de lo nuevo e inesperado, promo- personalmente, Si consideramos los desarrollos en las técnicas
viendo la construcción de una experiencia única. Lo farniliar pue- mayores de la pintura, durante el Renacimiento y después de
de tener también este efecto, Además de Charles Lamb, hay otros éste, encontramos que se conectan con los esfuerzos por resol-
que son peculiarmente sensibles al encanto de lo doméstico, pero ver problemas que surgen de la experiencia expresada en la pin-
glorifican lo familiar en vez de reproducir sus formas en muñecos tura, y no del olkio de la pintura misma,
de cera. Lo viejo ton1a un nuevo aspecto en que se rescata el sen- En primer lugar se produjo el problema de la transición de
tido de lo familiar del olvido que generalmente produce la cos- la descripción de contornos en mosaicos planos a la representa-
tumbre, La elegancia es también parte de la forma, porque marca ción "tridimensional", Hasta que la experiencia no se extendió
la obra siempre que el asunto se 1nueve hacia su conclusión, con para pedir que se expresara algo más que las presentaciones de-
una lógica inevitable, corativas de temas religiosos determinados por orden eclesiásti-
Algunos de los rasgos mencionados se refieren frecuente- ca, no había nada que motivara este cambio, En su contexto, la
mente más a la técnica que a la forma. La atribución es correcta convención de la pintura "plana" es tan buena como cualquier
siempre que las cualidades en cuestión se refieran más bien al ar- otra convención, como la presentación china de la perspectiva es
tista que a su obra, Hay una técnica que obstruye, como las flori- tan perfecta en un sentido, como lo es la pintura occidental en
turas de un maestro de la escritura, Si la habilidad y la economía otro, La fuerza que provocó el cambio de la técnica fue el creci-
sugieren al autor, nos apartan de la obra misma, Los rasgos de la miento del naturalismo en la experiencia, fuera del arte, Algo se-

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mejante sucede con el siguiente gran cambio, el dominio de los He afirmado antes que la habilidad sola no es arte. Lo que
medios para obtener la perspectiva aérea y la luz. El tercer gran ahora se añade es la idea, a menudo ignorada, de la completa re-
cambio técnico fue el uso del color por los venecianos, para lo- latividad de la técnica respecto a la fom1a en el arte. No es falta
grar lo que otras escuelas, especialmente la florentina, habían de destreza lo que da a la primitiva escultura gótica su forma es-
realizado mediante la línea esculté>rica, cambio que indica la vas- pecial, ni lo que da a las pinturas chinas su clase especial de pers-
ta secularización de los valores, con su demanda de glorificación pectiva. Los artistas dicen mejor lo que tienen que decir, con las
de lo suntuoso y lo delicado en la experiencia. técnicas que usaban, que con otras. Lo que para nosotros es una
Sin embargo, no estoy tratando de la historia del arte, sino de encantadora ingenuidad, era para ellos el método simple y direc-
indicar c61no funciona_ la técnica en cuanto a la forma expresiva. to de expresar un asunto sentido. Por esta razón, del mismo
La dependencia de la técnica significativa, respecto a la necesidad modo que no hay continuidad de repetición en ningún arte, tam-
de expresar ciertos modos característicos de la experiencia, la poco hay por necesidad avance. La escultura griega no será mm-
atestiguan los tres estadios que generalmente acompañan la apari- ca igualada en sus propios términos: Thorwaldsen no es Fidias, y
ción de una nueva técnica. Primero hay una experimentación por lo que los pintores venecianos lograron permanecerá sin rival. La
parte de los artistas, con una exageración considerable del factor reproducción moderna de la arquitectura de una catedral gótica
al que se adapta la nueva técnica; esto era cierto del uso de la lí- carece siempre de la calidad del original. Lo que sucede en el
nea para definir el reconocimiento del valor de la curva con10 en movimiento del arte es la aparición de nuevos tnateriales de ex-
Mantegna; es cierto tarnhién de los impresionistas típicos respecto periencia que demandan expresión y que, por consiguiente, in1-
a los efectos de luz. Por su parte el público condena de modo ge- plican en su expresión nuevas formas y técnicas. Manet retroce-
neral la intenciún y el asunto de estas aventuras en arte. En el si- dió en el tiempo para lograr su trabajo de pincel, pero este
guiente estadio los frutos del nuevo procedimiento se absorben, retroceso no implica solamente la copia de una vieja técnica.
se naturalizan y producen ciertas modificaciones en la vieja tradi- La relatividad de la técnica respecto a la forma no está en
ción; este período establece las nuevas miras y la validez «clásica» ninguna parte mejor ejemplificada que en Shakespeare. Después
de la nueva técnica, y se acompaña con el prestigio que se sostie- de que se estableció su reputación como literato universal, los
ne en los períodos siguientes. En tercer lugar, hay un período en críticos pensaron que era necesario considerar adherida esa gran-
que las formas especiales de los maestros del período de equili- deza a toda su obra. Construyeron teorías de la forma literaria so-
hrio se adoptan por itnitación y se hacen fines en sí mismas; así en bre la base de técnicas especiales. Se sorprendieron cuando un
las postrime_rías del siglo XVIII, la manera de tratar el movimiento estudio más exacto mostró que muchas de las cosas alabadas se
dramático, característico ele Ti:ziano y aun más de Tintoretto, prin- tomaron de las convenciones del teatro isabelino. Para los que
cipalmente mediante la luz y la sombra, se exagera hasta la teatra- habían identificado la técnica con la forma, el efecto era desinflar
lidad. En Guercino, Caravaggio, Feti, Carracci, Ribera, el intento la grandeza de Shakespeare. Sin embargo, su forma sustancial
de pintar dramáticamente el movimiento produce cuadros en pos- permanece como ha sido siempre, y no resulta afectada por estas
turas y se derrota a sí mismo. En este tercer estadio (que ahoga el adaptaciones locales. La autorización para algunos aspectos de
trabajo creador, después de que ha obtenido reconocimiento ge- su técnica debería atraer la atención sobre lo que es significativo
neral), la técnica se en1plea sin relaciún con la experiencia urgen- en su arte.
te que la hizo aparecer al principio. De aquí resultan lo académico Apenas es posible exagerar la relatividad de la técnica. Varía
y lo ecléctico. por toda clase de circunstancias, que tienen poca relación con la

160 161
obra de arte, quizá por un nuevo descubri1niento en quünica que vestigador científico. Cuando lo «clásico« se produjo llevaba las
afecta los pigmentos. Los cambios significativos son los que afec- señales de la aventura. Este hecho lo ignoran los clasicistas en su
tan a la forma misma. en su sentido estético. La relatividad de la protesta contra los románticos que emprenden el desarrollo de
técnica respecto a los instrutnentos es a menudo pasada por alto. nuevos valores, con frecuencia sin poseer los 111edios para su
Se hace importante cuando el nuevo instru1nento es un signo <le creación. Lo que es clásico ahora lo es a causa de la perfección
un cambio en la cultura, es decir, en el material por expresar. La de la aventura y no por su ausencia. El que percibe y goza estéti-
alfarería primitiva está ampliamente determinada por el tomo del camente tiene siempre el sentido de la aventura al leer algún clá-
alfarero y los tapetes y cobijas deben mucho de su dibujo geomé- sico, como lo tenía Keats al leer el Homero de Chapman.
trico a la naturaleza del instrumento para tejer. Tales cosas por sí
1nisn1as son corno la constitución física de un artista: Cézanne de-
seaba tener los músculos <le Manet. Tales cosas adquieren 1nás La forn1a en concreto puede ser discutida solamente respecto
que un interés arqueológico sólo cuando se relacionan con un a las obras de arte reales, que no pueden ser presentadas en un li-
cambio en la cultura y la experiencia. Las técnicas de los que pin- bro de teoría estética. Sin en1bargo, la absorción en una obra de
taron hace largo tiempo las paredes de las cuevas y de los que arte, tan completa que excluya el análisis, no puede ser largo tiem-
grabaron en hueso, sirven al propósito que ofrecían e itnponían po sostenida. Hay un rittno de entrega y reflexión. Interrun1pin1os
sus condiciones. Los artistas han usado y usarán sien1pre to<la nuestra entrega al objeto para preguntar adónde y cón10 nos con-
clase <le técnicas. duce. Entonces llegamos a ocuparnos, en cierto grado, de las con~
Por otra parte, hay una tendencia entre los críticos profanos a diciones formales de la forma concreta. Ciertamente ya hemos
confinar la experimentación a los científicos de laboratorio. Sin mencionado estas condiciones de la forma al hablar de acumula-
embargo, uno de los rasgos esenciales del artista es que es un ex- ción, tensión, conservación, anticipación y cumplimiento, con10
peritnentador nato. Sin este rasgo no pasará de ser un buen o un características fonnales <le una experiencia estética. Quien se aleja
mal académico. El artista tiene que ser un experimentador, por- de la obra de arte para escapar al efecto hipn(itico de su expresión
que tiene que expresar una experiencia intensamente individual total cualitativa, no usará estas palabras, ni será explícita1nente
a través de medios y materiales que pertenecen al mundo común consciente de las cosas que representan, pero los rasgos que dis-
y público. Este problema no puede ser resuelto de una vez por tingue, como los que dan a la obra su poder sobre él, son reducti-
todas. Es un problema que se vuelve a presentar con cada nueva bles a las condiciones de la forma que hemos mencionado.
obra. De otra manera el artista se repite a sí n1ismo y muere esté- Nos llega primero la impresión abrumadora, quizá raptados
ticamente. Sólo porque el artista opera experimentalmente abre por la repentina gloria del paisaje, o por el efecto que produce en
nuevos campos de experiencia y revela nuevos aspectos y cuali- nosotros entrar en una catedral, cuando la luz débil, el incienso,
dades en escenas y objetos familiares. los vitrales y las majestuosas proporciones se funden en un todo
Si en vez de decir «experimental« dijéramos «aventurero« pro- indiscernible. Decimos con verdad que una pintura nos impresio-
bablemente obtendríamos la aceptación general, tan grande es el na. Hay un impacto que precede al reconocimiento definido de lo
poder de las palabras. Porque el artista es un amante de la expe- que bay en ella. Como dice el pintor Delacroix sobre esta primera
riencia sin escoria, evita los objetos ya saturados y está, por con- fase preanalítica. "antes de saber lo que representa la pintura sois
siguiente, siempre a la última. Por naturaleza, es un insatisfecho capturados por su acorde mágico». Este efecto es particularmente
de lo establecido como lo es un explorador geográfico o un in- notable en la música para muchas personas. La impresión hecha

162 163
directamente por un conjunto armonioso, en cualquier arte, se desarrollaremos más adelante,2 pero un aspecto concreto de este
describe a menudo como la cualidad musical de ese arte. tema general debe al menos ser comentado aquí. Muchos proble-
Sin embargo. no sólo es imposible prolongar indefinidamen- mas e1nbrollados, varias ambigüedades y controversias históricas,
te este estadio de la experiencia estética, sino que no es deseable se dan cita en la cuestión de lo subjetivo y lo objetivo en el arte.
hacerlo. Solamente hay una garantía de que este sobrecogimien- Pero si es correcta la posición adoptada respecto a la forma y la
to inmediato tiene un alto nivel: el grado de cultura del que la ex- sustancia, hay al menos un sentido importante en el que la forma
perin1enta. En sí tnismo puede ser, y es a menudo, el resultado de debe ser tan objetiva como el material que califica. Si la forma
1nedios baratos empleados en una mercancía espúria. La única emerge cuando organiza la tnateria pritna selectivamente, a fin de
manera de levantar ese nivel hasta donde haya seguridad intrín- unificar el movimiento de una experiencia hacia su cumplimiento
seca de mérito, es haciendo intervenir períodos de discritnina- intrínseco, entonces segura1nente las condiciones objetivas son
ción. La distinciún en el producto está íntüna1nente conectada fuerzas que controlan la producción de la obra de arte. Una obra
con el proceso de distinguir. de arte, una estatua, un edificio, un drama, un poema, una novela,
Si el interés inmediato original y la discrüninaciún crítica si- una vez acabada, es parte del mundo objetivo, como lo es una lo-
guiente plantean iguales demandas, cada una hasta su propio y comotora o un dína1no. Y al igual que sucede con éstas, su exis-
completo desarrollo, no debe olvidarse que la impresión directa tencia está condicionada cau.sal1nente por la coordinación de los
no razonada llega primero. Hay respecto a tales ocasiones algo materiales y energías <lel n1undo externo. No quiero decir que con
de la cualidad del viento que sopla donde quiere. Algunas veces esto se agote toda la obra de arte; incluso el producto de las artes
viene y algunas veces no, incluso en presencia del mismo objeto. irtdustriales se hizo para servir un propósito, y es una locomotora
No puede ser forzada, y cuando no llega de primeras, no suele realmente en vez de serlo potencialmente, en la medida que ope-
ser sabio intentar recobrarlo por la acción directa. El con1ienzo de ra en condiciones tales que produce consecuencias n1ás allá de su
la comprensión estética es la retenciún de estas experiencias per- mero ser físico; por ejemplo, transporta seres humanos y 1nercan-
sonales y su cultivo, porque al fin, su cuidado y desarrollo nos das. Pero sí, quiero decir que no puede ha her experiencia estética
permitirá ejercer a la discriminación. El resultado ele la discrimi- independientemente de un objeto, y que para que un objeto sea el
nación será a n1enudo convencernos de que la cosa particular en contenido de la apreciación estética debe satisfacer aquellas con-
cuestión no era digna de provocar el rapto estético, y que ele he- diciones ohjetiuas sin las cuales la acutnulación, la conservación,
cho este últitno fue rnotivado por factores extral1.os al objeto 1nis- el refuerzo y la transformación en algo más completo, son imposi-
mo. No obstante, este resultado es en sí una contribución defini- bles. Las condiciones generales de la forma estética, de las que he
tiva a la educación estética, y eleva la siguiente impresión directa hablado en párrafos anteriores, son objetivas en el sentido de per-
a un nivel más alto. En interés de la discriminación, y del entu- tenecer al mundo de materiales y energías físicas: si éstas no son
siasmo estético directamente producido por el objeto, debemos suficientes para una experiencia estética, en cambio son las con-
evitar simularlo cuando no llega de la mano ele ese estado que diciones sine qua non de su existencia. Y la pn1eba artística inme-
parecía a los antiguos, siernprc que era intenso, una especie de diata ele la verdad de esta afirmación es el interés que obsesiona a
divina locura. todo artista por observar el mundo que lo rodea, y su devota preo-
La fase ele reflexión en el ritmo de la apreciación estética con- cupación por los medios físicos con que trabaja.
tiene el germen de la crítica, y la crítica más elaborada y conscien-
te no es sino su expansión razonada. Este tema en particular lo 2. Véase cap. xm.

164 165
¿Cuáles son, entonces, las condiciones fonnales de la fonna de los oficios. Con el trabajo de la madera, el metal, las fibras, el
artística, hondamente enraizadas en el mundo 111is1110? Las ünpli- barro, el cambio de la materia prima en un resultado consumado
caciones de la pregunta no incluyen materia alguna que no haya mediante 1ne<lios técnicamente controlados, se manifiesta ohjeti-
sido ya considerada. La interacción del ambiente con el organis- vamente. En la elaboración de la materia hay golpes recurrentes
mo es la fuente directa o indirecta de toda experiencia, y del am- en el martilleo, el repiqueteo, modelado, cortado, pesado, que
biente provienen las restricciones, resistencias, ayudas, equili- imprimen medidas al trabajo. Con todo, fueron más significativas
brios, que cuando se encuentran con las energías del organismo las épocas de preparación de la guerra y la siembra, las épocas
de n1anera apropiada constituyen la fonna. La pritnera caracterís- de celebrar la victoria y la cosecha, cuando los movimientos y la
tica del mundo circundante que hace posible la existencia de la palabra tomaron forma cadenciosa.
forn1a artística, es d rit1no. Hay rit1no en la naturaleza antes de que Así, tarde o temprano, la participación del hombre en los rit-
exista la poesía, la pintura, la arquitectura y la música. Si no tücra mos de la naturaleza, participación mucho más íntima que cual-
así, el rit1110con10 propiedad esencial de la forma, se superpon- quier observación dirigida al conocimiento, lo indujo a itnponer
dría meramente al 1naterial y no sería una operación mediante la rit1no en los cambios en que no aparecía. La caña proporcionada,
cual el tnaterial realiza su propia culminación en la experiencia. la cuerda tensada, la piel estirada, hacían conscientes las medidas
Los 1nás grandes ritmos de la naturaleza están tan ligados con de la acción por medio del canto y la danza. Las experiencias de la
las condiciones más elen1entales de subsistencia hu1nana que no guerra, de la caza, de la siembra y la siega de la muerte, y la resu-
pueden haber escapado a la observaciún del hombre. tan pronto rrección de la vegetación, las estrellas que se movían sobre atentos
cotno éste adquirió conciencia de sus ocupaciones y de las con- pastores, el regreso constante de la luna inconstante, se percibían
diciones que las hacían efectivas. La salida y la puesta del sol, el para reproducirse en la pantomima. y generaban el sentido dramá-
día y la noche, la lluvia y el sol, son en sus alternativas, factores tico de la vida. Los n1ovimientos n1isteriosos de la serpiente, el
que importan directatnente a los seres humanos. alce, el jabalí, caían en ritmos que llevaban la esencia misma de las
El curso cíclico <le las estaciones afecta casi todos los intereses vidas de estos anitnales a su realización, tal crnno se representaha
hun1anos. Cuando el hombre se hizo agricultor, la n1archa rítrnica en la danza, en la piedra cincelada, en los vaciados en plata o
de las estaciones se identificó por necesidad con el destino de la como se pintahan en las paredes de las cuevas. Las artes formativas
comunidad. El ciclo de regularidades irregulares en la figura y que modelaban las cosas vivaces estaban ligadas con los ritmos de
co1nporta1niento de la luna parecía estar dotado de un 1nisterioso la voz y los tnovitnientos contenidos en el cuerpo, y por esta unión
valor para el bienestar del hombre, las bestias y las cosechas, e in- las artes técnicas ganaron la cualidad de bellas artes. Entonces los
extricable1nente ligado con el misterio de la generación. Con estos ritmos de la naturaleza captados se emplearon para introducir un
ritmos más amplios estaban ligados aquellos ciclos recurrentes del orden evidente en alguna fase de las observaciones e in1ágenes
crecimiento de la semilla hasta la madurez que reproduce la semi- confusas de la humanidad. El hombre ya no conformaba sus activi-
lla; la reproducción de los animales, la relación de macho y hem- dades necesariarnente a los cambios ríttnicos de ciclos naturales,
bra, la ronda incesante de los nacimientos y muertes. sino que usaba los que le itnponía la necesidad, para celebrar sus
La propia vida del hombre está condicionada por el ritmo del relaciones con la naturaleza, como si ésta le hubiera conferido la li-
despertar y el sueño, el hambre y la saciedad, el trabajo y el des- bertad de su reino.
canso. El ritmo largo de las empresas agrarias se ron1pió en ciclos La reproducción del orden de los cambios naturales y la per-
más pequeños y más directamente perceptibles, con el desarrollo cepci(m de este orden estaban al principio juntos, tan juntos que

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no existía distinción entre arte y ciencia, sino que atnbos eran lla- mero la atcneton del hombre arcaico. El desarrollo llegó a un
mados techné. La filosofía se escrihía en verso, y bajo la influen- punto en que se bifurcaron los caminos de lo científico y lo artís-
cia del esfuerzo imaginativo el mundo se hizo un cosmos. La pri- tico. Los ritmos que hoy en día celehra la ciencia física son evi-
mitiva filosofía griega relató la historia de la naturaleza y, puesto dentes solamente para el pensamiento, no para la percepción en
que una historia tiene comienzo, n1ovitniento y clímax, la sustan- la experiencia inmediata. Se presentan en símbolos que no signi-
cia de la historia reclamaba una forma estética. Dentro de la his- fican nada para la percepción sensible. Hacen manifiestos los rit-
toria, los ritmos menores se hicieron parte del gran ritn10 <le ge- mos naturales solamente para aquellos que han pasado por una
neración y destrucción, de llegar a ser y dejar de ser; de remisión disciplina larga y severa, pero hay un interés común en el ritmo
y concentración; de agregación y dispersión; de consolidación y que es aún la conexión entre la ciencia y el arte. A causa de este
disolución. La idea de ley surgió con la idea de armonía y surgie- parentesco es posible que llegue un día en que la materia, ahora
ron concepciones que son ahora prosaicos lugares cotnuncs, sólo existente para una reflexión laboriosa y que atrae sólo a los
como partes del arte de la naturaleza, tal como los construía el fon11ados para interpretar lo que para los sentidos son única1nen-
arte del lenguaje. te jeroglíficos, se haga la sustancia de la poesía y, por consiguien-
La existencia de una multitud de ilustraciones del ritmo en la te, la materia de una percepción placentera.
naturaleza es un hecho familiar. Se cita a menudo el subir y el ba- Co1no el ritmo es un csquen1a universal de existencia que
jar de la marea, el ciclo de los cambios lunares, la pulsaciém en la está hajo toda realizaciém del orden en el cambio, impregna to-
circulación de la sangre, el anabolismo y cataholismo de todos das las artes, literarias, 1nusicales, plásticas y arquitectónicas, así
los procesos de la vida. Lo que no se percibe tan generalmente es como a la <lanza. Puesto que el hombre sólo tiene éxito cuando
que toda uniformidad y regularidad de cambio en la naturaleza adapta su conducta al orden de la naturaleza, sus logros y victo-
es un ritmo. Los térn1inos «ley natural,, y «ritmo natural» son sinóni- rias, tal crnno se suceden bajo la resistencia y la lucha se hacen la
n10s. En la medida en que la naturaleza es para nosotros rnás que matriz de todo asunto estético; de algún modo constituyen el mo-
un flujo carente de orden, en la medida en que es más que un delo común del arte, las condiciones últimas de la forma. Su or-
torbellino de confusiones, está marcada por el ritmo. Las fórmu- den acumulativo de sucesión, se convierte sin intención expresa
las de estos rittnos constituyen los cánones de la ciencia. La astro- en el medio con el cual el hombre conmemora y celebra los mo-
no1nía, la geología, la dinámica y la cinemática registran varios mentos 1nás intensos y plenos de su experiencia. Bajo el ritn10 <le
ritmos que son órdenes de diferentes clases de catnbio. Las con- todo arte y de toda obra de arte existe, como un suhstrutu1n, en
cepciones n1ismas de 1nolécula, átomo y electrón, surgen de la las profundidades del suhconsciente el molde básico de las rela-
necesidad de formular ritmos descuhiertos más pequeños y más ciones de la criatura viva con su atnbiente.
sutiles. Las 1nate1náticas son los enunciados generales más conce- Por consiguiente, no es sólo en vittud de la sístole y la diásto-
bihles que corresponden a los ritmos más universales obtenidos. le en la circulación de la sangre, o la alternativa de inspiración y
El uno, dos, tres, cuatro, la construcción de líneas y ángulos en expiración en la respiración, ni a causa de ninguna co1nbinación
1nolde.s geométricos, los vuelos tnás altos del análisis vectorial, de ejemplificaciones específicas del ritmo natural, por lo que el
son medios de registrar o <le itnponcr rittno. hombre se deleita en las reproducciones y presentaciones rítn1i-
La historia del progreso de la ciencia natural es el registro de cas. La importancia de tales consideraciones es grande, pero en
las operaciones que refinan y hacen tnás cornprensible nuestra definitiva, el deleite brota del hecho de que tales cosas son ejem-
aprehensión de los ritmos grandes y limitados que atrajeron pri- plos de las relaciones que determinan el curso de la vida natural

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y lograda. La suposición de que el interés en el ritmo, que domi- cular y a la fase ele la naturaleza en las que se despliegan los rit-
na las bellas artes, puede ser simplemente explicado sobre la mos que marcan tocias las relaciones ele la vida y su marco.
base de los procesos ríttnicos del cuerpo vivo, sólo ilustra otro Las condiciones naturales y ohjetivas deben usarse, en todo
caso de la creencia en una separación entre el organismo y su caso, para llevar hasta su compleción la expresión de los valores
ambiente. El hombre atendía al ambiente mucho tiempo antes de que pertenecen a una experiencia integrada en su cualidad inme-
que observara o pensara en sus propios procesos orgánicos, y diata. No obstante, el naturalismo en arte significa algo más que
cierta1nente 1nucho antes <le que se desarrollara un interés atento la necesidad con1ún a todas las artes, de emplear medios natura-
a sus propios estados mentales. les y sensuales; significa que todo lo que puede expresarse es al-
Naturalismo es una palabra de múltiples significados tanto en gún aspecto ele la relaciém del hombre y su ambiente, y que este
filosofía como en arte. Como muchos «ismos» ---{_'lasicismo y ro~ tema alcanza su 1nás perfecto maridaje con la forma, cuando de-
manticis1no, idealis1no y realistno en el arte- se ha convertido pendemos de lo~ ritn1os básicos que caracterizan la interacción
en un término emocional, un grito de guerra de los partidos. Res- ele ambos y nos abandonarnos con confianza. Se alega a menudo
pecto al arte, mucho más que respecto a la filosofía, las definicio- que «naturalismo» significa desdén por todos los valores que no
nes formales nos dejan fríos. Al llegar a ellas, los elementos que pueden relucirse a lo físico y anin1al, pero concebir así la natura-
caldeaban la sangre y animaban la admiración por lo concreto se leza es aislar las condiciones ambientes como si fueran toda la
desvanecen. En poesía, «naturaleza» se asocia a menudo con un naturaleza, y excluir al hombre del esquema de las cosas. La exis-
interés distinto, si no opuesto, a la materia derivada de la vida del tencia n1isma del arte con10 fenó1neno objetivo que usa materia-
hombre en sociedad. Corno para Wordsworth, la naturaleza es les y medios naturales pmeba que la naturaleza no significa me-
entonces a lo que uno se vuelve en comunión para obtener el nos que el complejo total ele los resultados de la interacción del
consuelo y la paz. hombre -sus recuerdos y esperanzas, su inteligencia y su
deseo-- con este mundo al que una filosofía unilateral reduce la
\...] when thefret/úl stir
,,naturaleza". La verdadera antítesis de la naturaleza no es el arte,
Unpro/itahle, and thefever <!lthe world
sino el orgullo arbitrario, la fantasía y la convención estereoti-
Haoe hung upun the heatin¡¿s ufthe heart .*
pada.
En pintura, «naturalisn10» sugiere volver hacia lo más inciden- Sin embargo, existen convenciones que son vitales y natura-
tal y, por decirlo ele alguna manera, informal, a los aspectos más les. Las artes en ciertos tiempos y lugares están controladas por las
inmediatamente evidentes de la tierra, el cielo y el agua, a diferen- convenciones del rito y la ceremonia. Con todo, por ello no se ha-
cia de aquellos cuadros que atiendan a relaciones estructurales. cen necesariamente estériles y no estéticas, porque en las n1ismas
Sin embargo, el naturalismo, es su más amplia y profunda cone- convenciones viven en la vida de la comunidad. Aun cuando asu-
xiém con la naturaleza, es una necesidad de todo gran arte, inclu- men formas prescritas, hieráticas y litúrgicas, pueden expresar lo
so del más religiosamente convencional, de la pintura abstracta y activo en la experiencia del grupo. Cuando Hegel afirmaba que el
del drama que trata de la acción humana en un marco urbano. La primer estadio en el arte es siempre ,,simbólico" apuntaba, en tér-
discriminación sólo puede hacerse con referencia al aspecto partí- minos de su filosofía, al hecho de que ciertas artes fueron una vez
libres de expresar solamente el aspecto de la experiencia que te-
* "[ ... ] cuando b agitación colérica/ no provcchos,1, y la fiebre del mundo/ se ha nía una sanción sacerdotal y real. Y aún así lo que se expresaba
prendido en los latidos del corazón." ( N. del t) era también un aspecto de la experiencia. Por lo demás, corno ge-

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neralización, esta caracterización es falsa, porque en todos los se desde un punto de vista fijo. Las relaciones que forman un ritmo
tiempos y lugares han existido artes populares como el canto, la sutil exigen ser atacadas desde puntos de vista cambiantes. ¡Cuán-
danza, la narración, la pintura, fuera de las artes oficialmente san- tas variedades individuales de experiencia personal utilizan un rit-
cionadas y dirigidas. Las artes seculares eran, sin embargo, más di- mo que formalmente es el mismo, aun cuando al cabo resulta dife-
rectamente naturalistas, y siempre que el secularismo invadía la renciado por el material al que da forma en la sustancia de la obra
experiencia, sus cualidades rehacían las artes oficiales en una di- de arte'
rección naturalista. En la medida en que esto no ocurría, degene- En oposición a la llamada dicción poética que floreció en In-
raban las artes que antes eran vitales. Por ejemplo, podemos pen- glaterra después de la muerte de Milton, la poesía de Wordsworth
sar en el barroco degenerado que se encuentra en las plazas fue una revolución naturalista. El supuesto (debido a la incom-
públicas de la Europa sudoccidental. Es trivial hasta la frivolidad, prensión de algo que Wordsworth escribió) de que su esencia era
con sus cupidos disfrazados de querubines. el uso de palabras de la lengua común, hace de su obra real algo
El naturalismo genuino es tan diferente de la imitación de las sin sentido. Porque se supone que continuaba la separación de
cosas y sus rasgos, como lo es de la itnitación de los procedimien- fonna y sustancia característica ele la poesía anterior litnitándose a
tos de los artistas, a quienes el tiempo ha conferido una autoridad ponerla boca arriba. En efecto, su significación se ilustra con una
aparente; aparente porque no surge de la experiencia de las cosas copla primitiva del poeta poniéndola en relación con un comenta-
que cxpcritncntaban y expresaban. Es un término de contraste y rio del mismo.
significa una más profunda y más amplia sensibilidad para ciertos
aspectos de los rittnos de la existencia. Es un término de contraste, And, fronting the hright west, you oak entwines
porque significa que en alguien una percepción personal ha sido lls darkening houp,hs and leaves in stronger fines.*
sustituido por una convención. Pern1ítase1ne recurrir a lo que se ha
dicho antes sobre la expresi(m de la beatitud en la pintura. El su- Esto es verso más que poesía, es una escueta descripción, no
puesto de que ciertas líneas definidas representan una en1oción tocada por la emoción. Como el mismo Wordsworth dijo de aque-
<lada, es una convención que no surge de la observación y se inter- llos versos: «esto está expresado débil e imperfectamente«. Pero
pone en el camino de una sensibilidad aguda de respuesta. El na- añade, «yo recuerdo distintamente el sitio mis1no donde esto tne
turalismo genuino sobrevino cuando se percibió la inestabilidad impresionó primero. Fue en el camino entre Hawkshead y Amble-
de la fisonomía humana bajo la influencia de las emociones; cuan- side y me dio un extremo placer. El momento fue importante en
do se reaccionó a su propia variación de ritmo. No quiero decir mi historia poética; porque de entonces data mi conciencia de la
que las convenciones lin1itativas se reducen a la influencia ecle- infinita variedad de las apariencias naturales que no han sido
siástica. Surgen convenciones tnás molestas cuando los artistas advertidas por los poetas de ninguna edad o país, hasta donde es-
1nismos se hacen académicos, como la postrera pintura ecléctica toy enterado; y formé la resolución de llenar en algún grado esta
de Italia y la mayor parte de la poesía inglesa en el siglo xvm. Lo deficiencia. Por aquel tiempo no podía tener más de cuarenta
que por conveniencia llamo arte «realista« (la palabra es arbitraria, años de edad«.
pero la cosa existe), para distinguirlo del naturalista, reproduce de- Éste es un ejemplo definitivo de la transición desde lo con-
talles, pero deja escapar su ritmo móvil y organizador. Es como
una fotografía que se desgasta, excepto para el propósito docu- * ,y contra el luminoso occidente, allá el roh!e trenza / sus ram,1s y hojas que se os-
mental de la prosa, y se desgasta porque el objeto sólo puede ver- curecen en fuertes líneas .. LV. del t.)

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vencional, de algo generalizado abstractamcnte que surge de la variación en un solo aspecto, sino una modulación de todo el pe-
percepción incompleta y conduce a ella, a lo naturalista, a una netrante sustratum cualitativo y unificador,
experiencia que corresponde 1nás sutil y sensitiva1nente al ritn10 Un gas que satura de modo homogéneo un recipiente, una in-
del cambio natural, Porque lo que quería expresar no era la mera undación torrencial que barre toda resistencia, un estanque, un
variedad, el mero flujo, sino el flujo ordenado, la relación de acen- 1nanto de arena sin quebraduras, un rugido monótono, son totali-
to de las hojas y las ramas con las variaciones del sol, Los detalles dades, carentes de ritmo, Un estanque que se mueve en ondas,
de tiempo y lugar, del roble patticular, desaparecen; la relación una luz que cintila, las ramas mecidas por el viento, el batir de las
permanece, pero no en lo abstracto, sino definitivan1ente, en este alas de un pájaro, la corona ( whorl) de los sépalos y pétalos, las
caso particular concretado más bien prosaicamente. sombras cambiantes de las nubes en un prado, son ritmos natura-
La discusión no nos aleja del ten1a del ritmo con10 una condi- les sin1plcs} En e!-,tos casos debe haber energías que se oponen
ción de la forma, Otras personas preferirán alguna otra palabra una a la otra, Cada una gana intensidad en un cierto período, pero
que no sea «naturalista,, para expresar la deriva de la convención entonces comprin1e alguna energía opuesta hasta que esta última
hacia la percepción. Con todo, cualquiera que sea la palabra usa- puede superar a la otra que se relaja al extenderse, Entonces la
da debe, para ser cierta, en relación con la renovación <le la forma operación se invierte, no necesariamente en iguales períodos de
estética, enfatizar la sensibilidad hacia el ritmo natural, Y este he- tien1po, sino <le algún modo racional que se siente co1no ordena-
cho me conduce a una breve definición del ritmo: ritmo es la va- do. La resistencia acumula energía; instituye la conservación hasta
riación ordenada de los can1bios. Cuando hay una corriente uni- que la liberación y la expansiém se siguen, Hay en el momento de
forme, sin variaciones de intensidad o de velocidad no hay ritmo la inversión un intervalo, una pausa, un descanso que define la
' '
sino estancamiento, aun cuando se trate del estancatniento propio interacción de las energías opuestas y las hace perceptibles, La
de un movitniento invariable. lgualn1ente no hay rit1no cuando las pausa es un equilibrio o simetría de fuerzas antagonistas. Tal es el
variaciones no están situadas: hay un tesoro de sugestiones en la esquema genérico del cambio rítn1ico, pero el enunciado no to111a
frase «tener lugar,,. El cambio no solatnente sucede, sino que per- en cuenta los sitnultáneos cambios n1enores de expansión y con-
tenece; tiene su lugar definido en un todo tnás a1nplio. Los ejem- tracción, que se suceden en cada fase y cada aspecto de un todo
plos más obvios del ritmo conciernen a las variaciones de intensi- organizado, ni el hecho de que las ondas y pulsaciones sucesivas
dad, así como en los versos citados de Worclsworth, ciertas formas son acumulativas respecto a la consu1nación final.
se robustecen frente a las formas más débiles de otras r~unas y ho- Con respecto a la emoción hun1ana, llna descarga in1nediata
jas. No hay ritmo de ninguna especie, por muy delicado y extensi- sometida a los dictados de la expresión suele ser en detrimento
vo que sea, donde las variaciones de pulsación y desean.so no del ritmo. No hay suficiente resistencia para crear una tensión y,
ocurran. No obstante, estas variaciones ele intensidad no agotan, por consiguiente, una acun1ulaciún y una liberación periódicas.
en ningún ritmo complejo, la totalidad de la cuestión, Sirven para Consideretnos un sollozo o un chillido, un gesto, un ceno frunci-
definir variaciones de nún1ero, de extensión, de velocidad y de di- do, una contorsión, un puño golpeando salvajemente, El libro de
ferencias intrínsecas cualitativas, cotno matiz, tono, etc. Es decir, Darwin titulado F,xpresión de tas emociones-más acertadamente
las variaciones de intensidad .son relativas al asunto directan1cnte su descarga- está lleno de ejemplos de lo que sucede cuando
experimentado, Cada golpe al diferenciar una parte dentro del
todo, se suma a la fuerza del anterior, al 1nisn10 tien1po que crea .~. FI hecho de qut' lo dt'.-.ignt:mos como un 1l'hor/ indica que no:, damos cul·nta in-
una expectación que demanda algo que habrá de venir, No es una conscientemente Je la tensión de energías que implica.

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una e1noción es simplemente un estado orgánico que se pone en Santayana ha observado con verdad:
libertad por la acción directa. Cuando la liberación completa se
pospone y se llega a ella finalmente, a través de una sucesión de L..] las percepciones no permanecen en la mente como lo sugiere
períodos ordenados de acumulación y conservación, separados el símil trillado del sello y de la cera, pasivos y sin cambio, hasta
por intervalos, por pausas recurrentes de equilibrio, la 1nanifesta- que el tiempo desgasta sus aristas y se desvanecen. No, las percep-
ción de la e1noción se convierte en verdadera expresión) adqui- ciones caen en el cerebro más bien como semillas en un campo
riendo solamente entonces cualidad estética. arado o incluso como chispas en un barril de pólvora. Cada imagen
La energía e1nocional continúa obrando, pero ahora hace un tra- aumenta cien veces más, algunas veces lenta y subterráneamente,
otras veces (como cuando arranca un ímpetu apasionado) con un
bajo efectivo; realiza algo. Evoca, reúne, acepta y rechaza recuerdos,
repentino estallido de fantasía.
itnágcnes, observaciones y las elabora en una totalidad entonada
por todas partes con el mismo sentimiento e1nocional inmediato. En
consecuencia, se presenta un objeto unificado y distinto en su totali- Incluso en los procesos abstractos del pensamiento, la cone-
dad. La resistencia que se opone a la expresión inmediata de la emo- xión con el aparato motor pritnario no queda enteramente corta-
ción es precisamente lo que la obliga a asumir una forma rítmica. da, y el mecanismo motor se conecta con depósitos de energía
Ésta es, en efecto, la explicación de Coleridge del metro en el verso. en el siste1na simpático y endocrino. Una observación, una idea
que se ilumina en la mente, inicia algo. El resultado puede ser
[Su origen] se puede referir al equilihrio efectuado en la mente por el una descarga demasiado directa para ser rítmica. Puede haber un
esfuerzo espontáneo que lucha por tener a raya los efectos de lapa- despliegue de fuerza ruda e indisciplinada. Puede darse una de-
sión l. ..] Este antagonismo saludable es ayudado por el estado mismc> bilidad que deja disipar la energía en un vano ensueño. Ciertos
contra el cual reacciona, y este equilibrio de antagonistas se organiza canales pueden estar demasado abiertos debido a que los hábitos
en el metro, por un acto de voluntad o de juicio que sobreviene
se han convertido en rutinas ciegas, cuando la actividad toma la
conscientemente y con el propósito premeditado de obtener placer.
forma de algo que se identifica exclusivamente con la acción
«práctica". Los temores inconscientes a un mundo hostil a nuestros
Hay "una interpenetración de pasión y voluntad, del impulso
deseos inspiran la inhibición de la acción o la confinan dentro de
espontáneo y del propósito voluntario». El 1netro entonces,
canales fan1iliares. Hay 1nultitud de caminos, que varían entre los
extremos de la tibia apatía y la impaciencia ruda, en los que la
[...] tiende a aumentar la vivacidad y la susceptibilidad tanto de los
sentimientos generales como de la atencié>n. Produce este efecto
energía una vez despertada acierta a moverse en una relación or-
por la excitacié>n continua de la sorpresa y las rápidas alternativas denada de acumulación, oposición, suspensión y pausa, hacia la
de la curiosidad satisfecha y de nuevo excitada, que son en efecto consu1nación final de una experiencia. Esta últitna es entonces
tan leves que no son en ningún momento objetos de una concien- latente, mecánica o libre y difusa. Tales casos definen por con-
cia distinta, pero que se hacen, sin embargo, considerables por su traste la naturaleza del ritmo y la expresión.
influencia agregada. Físicamente, si abrimos un grifo solamente un poco, la resis-
tencia al chorro obliga a una conservación de la energía, hasta
La 1núsica C<)lnplica e intensifica el proceso del antagonismo, que la resistencia es superada, cuando el agua llega en gotas indi-
el suspense y el refuerzo recíprocos, cuando las «voces» variadas viduales y a intervalos regulares. Si una corriente de agua cae de
se oponen inme<liatainente y se responden una a la otra. suficiente altura, como en una catarata, la tensión superficial hace

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que la corriente llegue ahajo en simples glóhulos. La polaridad u ganismos, las personas interesadas resultan hasta cierto punto re-
oposición de energías es necesaria en todas partes para definir y hechas. El compositor, el escritor, el pintor, el escultor, trabajan
delimitar la resolución y expansión en formas individuales de lo con un medio más extenso y a mayor distancia del público que el
que de otra manera sería una n1asa uniforme. Al 1nismo tic1npo la actor, el bailarín y el intérprete musical. A diferencia de éstos, re-
distribución equilibrada de energías opuestas provee la medida configuran un n1aterial externo que ofrece resistencias y provoca
del orden, que impide a la variación convertirse en una heteroge- tensiones internas, pero lo hacen lejos de la presión ejercida por
neidad desordenada. La pintura, así corno la música, el drama y la un público inmediato. Esta diferencia es profunda. Se refiere a la
novela, se caracterizan por la tensión. En sus forn1as ohvias se ve diferencia de temperamento y talento y a las diferentes modali-
en el uso de los colores complementarios, el contraste del primer dades del público. La pintura y la arquitectura no pueden recihir
plano y el fondo, de los ohjetos centrales y periféricos. En la pin- las aclan1aciones simultáneas directamente excitadas, pr<)V(Kadas
tura moderna el contraste y la relación necesarios de luz y sombra por el teatro, la danza y la ejecución musical. El contacto perso-
no se ohtienen por el uso del claroscuro, el sotnhreado, sino por nal directo establecido por la elocuencia, la música y el drama re-
colores puros, cada uno de los cuales en sí mismo es brillante. Las presentado es sui generis.
curvas, sen1ejantes una a la otra, se usan para definir contornos, El efecto inmediato de las artes plásticas y arquitectónicas no
pero en direcckm opuesta, hacia arriha y hacia ahajo, hacia ade- es orgánico, sino que va al mundo circundante y estable. Es, a la
lante y hacia atrás. Las sitnples líneas tamhién manifiestan tensión. vez, más indirecto y n1ás permanente. El canto y el drama itnpre-
Corno Leo Stein ha observado, "la tensiún en la línea puede ser so, la música escrita, tienen su lugar entre las artes formativas. El
observada si uno sigue el perfil de un vaso y nota la fuerza que efecto de las modificaciones objetivas producido por las artes for-
toma para co1nhar la línea de un contorno. Esto dependerá de la mativas es doble. Por un lado, hay un descenso directo de la ten-
elasticidad aparente de la línea, la direcciém o energía impartida sión entre el homhre y el mundo, por lo que el hombre se en-
por la porción previa, y así sucesivamente". La universalidad del cuentra n1ás en su casa, puesto que está en un inundo en cuya
uso de intervalos en las obras de arte es significativa. No son dis- creación ha participado: se habitúa y se siente relativan1ente có-
continuidades, puesto que producen tanto la delimitación indivi- n1odo. En algunos casos, y dentro de ciertos lín1ites, la rnejor aco-
dualizada corno la distrihuciém proporcionada. Especifican y rela- modaciém del hornhre con el ambiente es desfavorable a la crea-
cionan al mismo tietnpo. ción estética ulterior. Las cosas son ahora demasiado suaves: no
El medio a través del cual opera la energía determina la obra hay suficientes irregularidades que demanden una nueva oportu-
resultante. La resistencia que debe ser vencida en el canto, la dan- nidad para un nuevo ritmo. El arte se estereotipa y queda satisfc·-
za y la representaciém dramática, está en parte dentro del orga- cho con tocar variaciones menores sobre viejos ternas, estilos y
nismo, desconcierto, ten1or, tosquedad, autoconciencia, falta ele maneras, agradables porque son canales de recuerdos gratos. El
vitalidad, y en parte en el púhlico al que van dirigidos. La expre- arnhiente queda exhausto, agotado, estéticamente hahlando. La
sión lírica y la danza, los sonidos emitidos por instrumentos mu- recurrencia de lo acadétnico y de lo ecléctico en las artes es un
sicales sacuden la atmósfera o la tierra. No tienen que encontrar fenómeno que no puede ser ignorado. Y si generalmente asocia-
la oposición que aparece al dar forma a un material externo. La mos lo académico con la pintura y la escultura mi., que con la
resistencia es personal y las consecuencias son directamente per- poesía o la novela, no es n1enos cierto que la rclaci(m de estas úl-
sonales, tanto por parte del productor corno del consumidor. Sin titnas con el arsenal de escenas -variaciones de las situaciones
e1nhargo, la expresión elocuente no se escribe en el agua. Los or- fa1niliares e indumentaria de tipos de carácter facilmcnte recono-

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cidos~ tienen todos los rasgos que nos hacen llamar académica singularidad de la percepción. La relación oportuna produce la
a una pintura. experiencia en virtud de la cual se crea una obra de arte. El hacer
Con todo, a veces esta fa1niliaridad misma estahlece una resis- inquieta, mientras que las con.secuencias anotradas suponen una
tencia en algunas mentes. Las cosas fatniliares se ahsorben y se fase de tranquilidad. Un padecer completo y relacionado produ-
convierten en un depósito en el que las semillas o chispas de las ce una acumulación de energía que es la fuente de una posterior
nuevas condiciones provocan una agitación. Cuando lo viejo no descarga de actividad. La percepción resultante es ordenada y
se incorpora, el resultado es una mera excentricidad. Los grandes clara y al mismo tie1npo de tono emocional.
artistas originales asimilan la tradición, no la evitan, sino que la in- Es posible exagerar la cualidad de serenidad en el arte. No
corporan en su trabajo. Entonces el conflicto mismo entre la tradi- hay arte sin la compostura que corresponde al dibujo y composi-
ción y lo nuevo de ellos mismos y de su ambiente crea la tensión ciém del objeto. Con todo, no hay objeto sin resistencia, tensión y
que demanda un nuevo modo de expresión. Shakespeare puede excitación; de otra manera la calma inducida no es la correspon-
haber aprendido ,poco latín y menos griego,, pero era un devora- diente a un cumplimiento. En tanto tratadas como concepto, se
dor tan insaciable de material accesible que hubiera sido un pla- distinguen cosas que pueden quedar indiferenciadas en las di-
giario si el material no hubiera sido antagónico y cooperado in- mensiones de la percepción y a la e1noción. Las distinciones
mediatamente con su visión personal, dotada de una curiosidad -que son antítesis en la reflexión filosófica- de sensual e ideal,
igualmente insaciable por la vida que lo rodeaba. Los grandes in- superficie y contenido o significado, de excitación y calma, no
novadores en la pintura moderna eran estudiosos más asiduos de existen en las obras de arte, porque la obra de arte existe en un ni-
la pintura del pasado que los imitadores que han establecido la vel de experiencia en el que no han surgido estas dLstinciones del
moda contemporánea. Sin embargo, los materiales de su visión pensamiento reflexivo. De la variedad puede surgir la excitación,
personal operaban oponiéndose a las viejas tradiciones y a través pero en la mera variedad no ha y resistencia que vencer y conducir
del conflicto y el refuerzo recíproco sobreviniesen nuevos ritmos. a una pausa. No hay nada más diverso que los muebles, objetos
En los hechos indicados están los fundamentos de una teoría amontonados en un pasillo esperando el cainión de las 1nu-
estética basada en el arte y no en preconceptos extraños. La teo- danzas, pero el orden y la serenidad no surgen cuando todos los
ría puede basarse solamente en la comprensión del papel central muebles se amontonan en el remolque. Deben distribuirse en una
de la energía de su interacción, que constituye la oposición junto relación mutua, como cuando se a1nuehla una habitación, para
con la acrnnulaciém, la conservación, la .suspensión, el intervalo, componer un todo. La cooperación de la distribución y unificación
y el movimiento cooperativo hacia el cumplitniento en una expe- produce el movimiento de cambio que excita y el cumplimiento.
riencia ordenada o rítmica. Entonces la energía interna encuentra Hay una vieja fórmula de la belleza en la naturaleza y en el arte;
su liberación en la expresión, y la corporeización externa de la la unidad en la variedad. Todo depende de cómo se entienda la
energía en la materia produce la forma. Aquí tenemos un caso preposición ,en". Puede haber muchos objetos en una caja, muchas
más pleno y más explícito de la relación entre el hacer y padecer, figuras en una sola pintura, muchas monedas en una bolsa y mu-
del organismo y el ambiente, cuyo producto es una experiencia. chos documentos en una caja fuerte. La unidad es extraña y la mul-
El ritmo peculiar a diferentes relaciones entre hacer y padecer es titud de los elementos están sin relacionar. El punto significativo es
la fuente de la distribución proporcional de elementos que con- que la unidad y la multiplicidad son siempre de esta clase o se apro-
duce a la percepción directa y unificada. La falta de una relación ximan a ella cuando la unidad del objeto o escena es morfológico y
y una distribución propias origina una confusión que obstruye la estático. La fónnula tiene significado .sólo cuando sus términos se

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entienden respecto a una relación de energías. No hay plenitud, ni 8. LA ORGANIZACIÓN DE LAS ENERGÍAS
multipliciclacl <le partes sin diferencias distintivas. No obstante, tie-
nen cualidad estética cotno en la riqueza de una frase n1usical, s(Jlo
cuando las distinciones dependen de resistencias recíprocas. Hay
unidad sólo cuando las resistencias crean una suspensión que se re-
suelve 111ediantela intervención cooperativa <le energías opuestas.
El aspecto unitario de la fónnula consiste en la actualización de las
distintas energías contenidas en las partes que interactúan. El as-
pecto multitudinario radica en manifestación <le in<livi<lualizacio-
nes definidas, debidas a fuerzas opuestas que finaltnente sostienen
un equilibrio. Por consiguiente, el prúxin10 tema es la organización
<le las energías en una obra <le arte, porque la unidad en la varie<la<l Se ha insinuado repetidas veces que hay una diferencia entre
que caracteriza una obra de arte es dinán1ica. el producto artístico (estatua, pintura o lo que sea) y la obra ele
arte. El primero es físico y potencial; la última es activa y está en
la experiencia, es lo que hace el producto, su acción. Porque
nada entra en la experiencia sin cotnpañía, ya sea un aconteci-
miento al parecer sin fonna, un ten1a intelectualmente sistemati-
zado, o un objeto elaborado con todo el cui<la<lo mismo del pen-
samiento y la emoción unidos. Su entrada es el co1nienzo de una
interacción compleja; de la naturaleza de esta interacción
depende el carácter de la cosa tal y como experimentada final-
mente. Cuando la estructura del objeto es tal que su fuerza in-
teracciona felizmente (pero no fácilmente) con las energías que
resultan <le la experiencia misma; cuando sus afinidades y anta-
gonismos 1nutuos actúan de forma conjunta para producir una
sustancia que se desarrolla acumulativamente y <le manera segu-
ra (aunque no sin obstáculos) hacia el cumplimiento de impulsio-
nes y tensiones, entonces en verdad se trata de una obra de arte.
En el capítulo anterior he subrayado la dependencia de esta
obra final respecto a la existencia de ritmos en la naturaleza;
como he sen.alado, hay en la experiencia condiciones ele forma y,
por lo tanto, de expresión. No obstante, una experiencia estética,
la obra <le arte en su concreción, es percepción. Incluso cuando
se incorporan a un objeto exterior que sería una obra de arte, es-
tos ritmos sólo serán estéticos en la medida en que se convierten
en ritmos de la experiencia. Este ritmo en lo experimentado es

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algo muy diferente del reconocimiento intelectual de que hay un después de un momento de reflexión, que ante la posibilidad de
ritmo en una cosa externa, tan diferente como es el goce en la experimentar una serie uniforme de tictacs, el efecto sería dormir-
percepción de colores brillantes y armoniosos, de las ecuaciones nos o exasperarnos; sin embargo, la concepción de tal regularidad
1nate1náticas en que se definen para un investigador científico. considera estar proporcionando los fundamentos, y apenas se
Empiezo por aplicar esta consideración para deshacernos de complica por la superposición de cierto número de otros ritmos,
una falsa nociém del ritmo que ha afectado seriamente la teoría cada uno igualmente regular en sí mismo. Naturalmente, es posi-
estética. El error surge de no trnnar en cuenta el hecho de que el ble analizar matemáticamente un ritn10 realmente experimentado,
ritmo estético es una cuestión de la percepción y, por consi- como la combinación de una regularidad básica cargada con cier-
guiente, incluye todo aquello con que el yo contribuye al proce- to número de repeticiones menores uniformes. Con todo, el resul-
so activo de dicha percepción. Y por extraño que parezca, el tado es sólo una aproximación mecánica a cualquier rit1no vital o
error en cuestión existe paralelamente a la afirmación de que la expresivo. Es semejante al resultado de los intentos ele constmir lí-
experiencia estética es asunto de la percepciém inmediata. La no- neas curvas estéticamente satisfactorias ( como las de un vaso grie-
ción a la que me refiero identifica el ritmo con la regularidad de go) partiendo de la combinación de cierto número de curvas,
la recurrencia en los elementos cambiantes. cada una de las cuales se constmye de acuerdo con un rígido
Antes de tratar directamente de esta concepción quiero señalar cálculo matemático.
su efecto en la comprensión del arte. El orden de los elementos de Un investigador analizó, con la ayuda de una grabadora, la
los objetos espaciales en tanto espaciales y físicos, es decir, inde- voz de los cantantes. Se encontró que las voces de artistas consu-
pendientemente de su entrada en la interdcción que motiva una ex- mados, los que se calificaban como superiores, se registrahan en
periencia, es fijo, al menos relativamente. Aparte de la lenta acción líneas colocadas ligeramente arriba o ligeramente abajo de las lí-
del tiempo, las líneas y los planos de una estatua permanecen sin neas que marcaban la emisión exacta, mientras que los cantantes
alterar, así como también la configuración y los intervalos de un con poca formación, producían más a menudo sonidos que coin-
edificio. De este hecho se deriva la conclusión de que hay dos cla- cidían exactamente con los registros de intervalos exactos. El inves-
ses de bellas artes, las espaciales y las temporales, y que solamente tigador observaba que los artistas siempre se •toman libertades•
las últimas están dotadas del ritmo: la otra cara de este error fue con- con la música. En efecto, estas •libertades• señalan la diferencia
siderar que solamente los edificios y las estatuas poseen simetría. entre la construcción mecánica o purdmente objetiva y la produc-
El error sería serio si sólo afectara a la teoría. Pero la negación del ción artística, porque el ritmo implica variación constante. En la
ritmo a las pinturas y los edificios obstmye la percepción de cuali- definición propuesta del ritmo como variación ordenada de una
dades que son absolutamente indispensables en su efecto estético. manifestación de energía, la variación no es sólo tan itnportante
La identificación del ritmo con la recurrencia literal, con el re- como el orden, sino que es un coeficiente indispensable del or-
torno regular de elementos idénticos, concibe la recurrencia ele den estético. Cuanto mayor es la variación, más interesante es el
modo estático, es decir, anatómicamente en vez de funcionalmen- efecto, siempre que se mantenga el orden, un hecho que pmeba
te; de este últitno modo se interpreta la recurrencia como un im- que el orden en cuestión no debe ser enunciado en términos ele
pulso que, mediante la energía de los elementos, lleva a una ex- regularidades objetivas, sino que requiere otro principio para su
periencia completa y consumada. Puesto que el ejemplo favorito interpretación. Este principio, una vez más, es el ele la progresión
ele los que sostienen esta teoría anatúmica del ritmo es el tictac del acumulativa hacia el cumplimiento de una experiencia en térmi-
reloj, podemos llamar la teoría tictac. Aun cuando sería evidente, nos de la integridad de la experiencia misma, que no debe medir-

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se en ténninos externos, aunque no se alcance sin el uso de tna- el paso relativarnente lento n1ientras dominan los objetos, que Gttn-
teriales externos, observados o ünaginados. bian a un paso acelerado con los acontecimientos, con «el ruido
Puedo dar un ejemplo de esto con un fragmento de versos del bosque y el agua .., culminando en el empuje de la niebla que
seleccionado arbitrariamente, tomando a propósito lo que, aun- avanza implacablemente. Esta variación que afecta cada detalle es
que interesante, no es del orden más elevado. Algunas líneas del la que constituye la diferencia entre tales versos y un couplet. No
Preludio de W ordsworth servirán para nuestro objetivo: obstante) el «orden» se mantiene, no como repetición de sustancia
o Je forn1a, sino activamente, puesto que cada ele1nento promue-
[...] the wind and sleety rain, ve la construcción de una situación íntegrainente experitnentada)
And ali the business ofthe elements, creada sin desperdicio y sin incongruencias que choquen y destru-
?be single sheep, and the once hlasted tree, yan. El orden para propósitos estéticos se define y se mide por rasgos
And the hleak musicfrom that uld stune wall, funcionales y operativos.
1be noise (}/ wood and water, and the mist Cotnparemos estos versos con un hirnno evangélico de cuyo
1bat on the line cif each lf./lhese two ruads ritmo y equilibrio han obtenido miles de personas una rudimenta-
Aduancr!cl in such inclL\putahle shapes.* ria satisfacción estética. El carácter relativarnente externo y físico
de esta últin1a se tnanifiesta por la tendencia a responder con un
Hay sietnpre algo de estúpido en conve11ir la poesía en una ahorro físico de tiempo; la pobreza del sentimiento es debida a la
prosa que se supone que explica el sentido de la poesía. No obs- uniformidad que corresponde a la materia y a su tratamiento. In-
tante, mi propósito aquí al dar un análisis prosaico no es explicar cluso en una balada, las letras no tienen en la experiencia la unifor-
los versos, sino reforzar un punto de la teoría. Así advertitnos que, midad que poseen aisladamente, porque como entran en contex-
en primer lugar, no hay una palabra que repita el significado fijo tos can1biantes tienen un efecto variable que conduce a una
que señala el diccionario. El significado de viento, lluvia, oveja, ár- conservación acumulativa. Es posible que un artista emplee algo
bol, muro de piedra, niebla, es una función de toda la situaci(m ex- que externan1cnte es simple repetición, para despertar un senti-
presada y, por lo tanto, es una variable de esa situación y no una miento de destino inexorable, pero el efecto depende de una
constante externa. Lo 1nismo es válido para los adjetivos: agua nie- suina, que es rnás que una adición cuantitativa. Así en rnúsica una
ve, simple oveja, seco, helado, indisputable. Su sentido está deter- frase repetida, quizá la que se nos lanza al principio ele una sinfo-
minado por la experiencia in<livi<lual de desolación que se cons- nía, gana fuerza porque los nuevos contextos en que se encuentra
truye; cada término contribuye para ayudar a su realización, la colorean y le dan un nuevo valor, aunque sea solamente el de la
mientras que a su vez es calificado por la experiencia, dentro de la enunciación más insistente) precisa y acu1nulativa del tema.
construcción en la que entra como un factor de energía. Luego te- Por supuesto no hay rittno sin recurrencia, pero el análisis re-
nernos la variación de los objetos, algunos relativamente inn1óviles flexivo de la ciencia física sustituye a la experiencia del arte cuan-
frente a los que están en movimiento; cosas vistas y cosas oídas, do la recurrencia se interpreta como repetición literal, ya sea del
lluvia y viento; muro y música; árbol y ruido. Después construünos n1aterial o de intervalos exactos. La recurrencia n1ecánica es la de
las unidades materiales. La recurrencia estética es la de las relacio-
* •l...l el viento y el agua nieve, / y to<lo el negocio de los elementos, / la simple nes que se suman y conducen hacia adelante. Las unidades mate-
oveja, y el J.rbol seco. / y la músici hL·lada de ;-1q11elviejo muro de piedra, / el mido del riales recurrentes co1no tales atraen la atención a sí n1ismas como
bosque y el agua, y la niebla/ que en el confín de cada uno de estos dos caminos/ av;m-
zaha en tales figuras indisputables.,, (/ 1./. del t.)
· d e 1 t<idc,. En cons·ecuencia,
partes ais 1a d as y, por Io t an t o, a 1e1an

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aminoran el efecto estético. Las relaciones recurrentes sirven para que atrae la energía para proceder más activamente y con mayor
definir y delimitar las partes, dándoles una individualidad propia, éxito. Sólo a las personas que han sido mimadas en su infancia les
pero también conectan; las entidades individuales a quienes seña- gustan las cosas siempre suaves; las personas vigorosas que pre-
la el ritmo demandan, a causa de las relaciones, asociación e inter- fieren vivir y no se contentan con subsistir, encuentran repulsivo
acción con otras entidades, Así las partes sirven vitalmente en la lo demasiado fácil. La dificultad es incuestionable sólo cuando en
construcción de un todo expandido, vez de desafiar a la energía la abruma y la obstruye. Algunos pro-
El toque de tambor del indígena ha sido también puesto como ductos estéticos tienen una imnediata hoga; son las ~n1ejoresven-
modelo de ritmo, de manera que la teoría tictac se convierte en la tas" de su día. Son ,,fáciles, y por eso atraen rápidamente; su popu-
teoría «tam rain».Aquí también .se sostiene que una repetición sim- laridad atrae imitadores que establecen la moda en piezas de
ple de golpes más bien monótonos, es el estándar, que varía por la teatro, novelas o canciones pasajeras. Con todo, su misma pronta
adición de otros ritn1os, cada uno de los cuales es uniforme en sí asimilaciém en la experiencia las agota rápidamente; de ellas no se
1nis1no, y lo excitante se introduce por el uso del cambio arríttnico. derivan nuevos estín1ulos. Tienen su día, y solamente uno.
Desgraciadamente para la supuesta hase objetiva de dicha teoría, Comparemos un cuadro de Whistlcr con uno de Renoir. En
los golpes del tam tam no se producen solos, sino como factores el primero -en muchos casos- se encontrarán considerables
de un todo mucho más complejo de cantos y danzas variados, Y en porciones de color casi uniformes hasta donde es posible. Los rit-
vez de la repetición hay un desarrollo, una acción hacia mayores mos, con sus necesarios factores de contraste, están constituidos
emisiones de excitación, quizá de frenesí, que ha empezado con solamente por la oposición de grandes porciones. Sin embargo,
1novimientos relativamente lentos y tranquilos. Lo que es aún más en un par de centímetros cuadrados de una pintura de Renoir no
importante es que la historia de la música muestra que, en efecto, se encontrarán dos líneas contiguas exactamente de la misma cua-
los ritmos pritnitivos, como los del negro africano, son más sutil- lidad. No podemos ser conscientes de este hecho al mirar la pintu-
mente variados, menos uniformes que los de la música de la gente ra, pero somos conscientes de su efecto, que contribuye a la in-
civilizada, así como los de los negros del norte de Estados Unidos mediata riqueza del todo y proporciona las condiciones para
son generalmente más convencionales que los del sur, Las exigen- estimular nuevas respuestas en cada aproxitnaciún siguiente. Este
cias de la musical escrita y las potencialidades de la armonía han elemento de variación continua -siempre que se den las relacio-
acabado por reducir a una mayor uniformidad esta fase del ritmo nes dinámicas de refuerzo y conservación- es lo que hace viable
que consiste en variaciones directas de intensidad, mientras que la a una pintura o cualquiera ohra de arte.
teoría en cuestiém respondía un movimiento a la inversa. Lo que es cierto en lo grande es cierto en lo pequeño. La repe-
La criatura viviente demanda orden en su vida, aunque tam- tición de las unidades uniformes a intervalos uniformes, no sola-
bién, novedad, La confusión es desagradable, pero también lo es mente no es rítmica, sino que se opone a la experiencia misma del
el aburrimiento, El ,toque de desorden, que presta encanto a una ritmo. El efecto de un tablero de ajedrez es más agradable que un
escena normal es desorden solamente desde el punto de vista ex- gran espacio en blanco o que uno ocupado por líneas que se ex-
terno, Desde el punto de vista de la experiencia real, añade énfa- tienden sin un orden aparente y que, en vez de definir figuras, in-
sis, distinción, en la 1nedida en que no itnpide una deriva acumu- terfieren el progreso de la visión. Porque la experiencia de un arre-
lativa de una parte a otra, Si fuera experimentado como desorden glo en tablero de ajedrez no es tan regular como el objeto tomado
produciría un choque sin resolución y sería desagradable. Un física y geométricamente. A medida que se mueve el ojo capta su-
choque temporal, por otro lado, puede ser el factor de resistencia perficies nuevas y reforzadas, y una observación cuidadosa mos-

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trará que se construyen nuevas figuras casi auto1náticamentc. Los La demanda de variedad es la manifestación del hecho de que
cuadrados se siguen ahora verticalmente, ahora horizontahnente, estando vivos trata1nos de vivir. hasta que somos intimidados por
ahora en una diagonal, ahora en la otra; y los cuadrados más pe- el temor o entontecidos por la rutina. La necesidad misma de la
quef1os no solamenle construyen cuadrados 1nás grandes, sino vida nos empuja hacia lo desconocido. Ésta es la verdad perdura-
también rectángulos y figuras que tienen perfiles de escalera. La ble de lo romántico. Puede degenerar en una indulgencia informe
demanda orgánica de variedad es tal que se impone para ello a la que alitnenta el movimiento y la excitación por sí tnismas que se
experiencia, aun sin tener 1nuchas ocasiones externas. Incluso un exprese en un falso romanticis1no. A .su vez, el dasicisn10 verbal,
tictac del reloj varía al ser oído, porque lo que se ove es una interac- que predica en vez de actuar como hace el que genuinamente se
ción del acontecitniento físico con las pulsaciones ca1nbiantes de la hace clásico, se basa siempre en el temor a la vida y en retraerse
respuesta orgánica. La comparación frecuente de la 1núsica y de la de sus exigencias y desafíos. Cuando lo romántico se ordena con
arquitectura descansa sobre el hecho de que estas artes, más direc- un ritmo apropiado se vuelve clásico, siempre que la aventura
tamente que otras, ejetnplifican las recurrencias orgánicas produ- emprendida tenga d alcance suficiente para evocar tanto co1no
cidas por relaciones acu1nulativas más bien que por repetición de para probar las energías del hombre: la Ilíada y la Odisea son tes-
unidades. La vulgaridad estética de muchos de nuestros edificios, timonios perennes de esto. El ritmo es racionalidad entre las cuali-
especialmente de los que forman las calles de la ciudad estadouni- dades. El dominio mantenido por el orden del ritmo más bajo so-
dense, es debida a la monotonía causada por la repetición regular bre los hrnnbres no cultivados, muestra que se desea algún orden
de las formas, espaciadas uniformemente, ya que el arquitecto está en b agitación <le la existencia. E incluso las ecuaciones de los
sujeto a la ornamentación adventicia para dar variedad. Un ejem- matemáticos evidencian que la variación se desea en medio <lel
plo aun 1nás notable se encuentra en nuestros terribles monumen- máximo de repetici(m, pues expresan equivalenci:_~,no identida-
tos de la guerra civil, y en gran parte de nuestra estatuaria municipal. des exactas.
He dicho que el organismo pide variedad, tanto como orden. La En suma, la recurrencia estética es vital, fisiológica, funcional.
afirmación, sin etnhargo, es muy c..léhil,porque establece una propie- Más que los elementos, recurren las relaciones, y recurren en dife-
dad secundaria más bien que un hecho primario. El proceso de la rentes contextos y con diferentes consecuencias de manera que
vida orgánica esvariaciém. En palabras que citaba a menudo William cada recurrencia es tan nueva como un recuerdo. Al satisfacer una
James, se trata de una instancia de ,siempre, no enteramente». La de- expectación despertada, instituye también un nuevo anhelo, inci-
manda como tal surge sólo cuando esta tendencia natural es obstrui- ta una curiosidad fresca, establece una propensión cambiante. La
da por circunstancias adversas, por la monotonía del exceso de mi- perfección de la integración de estos dos vectores, opuestos en
seria o del exceso de lujo. Cada movimiento de la experiencia al la concepción abstracta, en un 1nismo medio, en vez de usar un
completarse vuelve a su comienzo, puesto que supone una satisfac- ardid para despertar la energía y otro para hacerla descansar, de la
ción de la apremiante necesidad inicial. No obstante, este regreso medida de la maestría de la producción y la percepción. Una in-
aporta algo nuevo; viene cargado con todas las diferencias que ha in- vestigación científica bien conducida descubre al probar y prueba
corporado en toda su trayectoria. Tómense como ejemplos el regre- al explorar; lo hace en virtud de un método que combina ambas
so al hogar de la infancia, después de muchos años; la proposición funciones. Y la conversación, el drama, la novela y la construc-
comprobada por el razonamiento y la proposición como se enunció ción arquitectónica, si hay una experiencia ordenada, alcanzan un
al principio; el encuentro con un viejo amigo después de la separa- nivel que inmediatamente registra y suma el valor de lo preceden-
ción; la recurrencia de una frase musical; o el estribillo en la poesía. te, provoca y profetiza lo porvenir. Toda conclusión es un desper-

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tar y todo despertar establece algo. Este estado de la cuestión de- rrencia de un rasgo determinado. Las ideas familiares, los consejos
fine la organizaciém de la energía. morales estandarizados, los temas del romance convencional como
La insistencia en la variación del ritmo puede parecer una el amor de un Darby por alguna Juana, el encanto establecido de
complicación de lo evidente. Mi excusa no es solamente que las objetos tales como una rosa y un lirio, se hacen más agradables
teorías influyentes han soslayado esta propiedad, sino que hay cuando se revisten de ritmo jalonado con un balanceo métrico. Sin
una tendencia a limitar el ritmo a alguna fase del producto del arte: embargo, en tales casos sólo se nos recuerda al final, de manera
por ejemplo, al tempo en la música, a las líneas en la pintura, al agradable, ocasionando una pasajera cintilación de placer, lo que
1netro en la poesía, a las curvas aplastadas o suaves en la escultu- ya hemos experimentado. Cuando todos los materiales están im-
ra. Tal limitación tiende siempre a la dirección de lo que Bosan- pregnados de ritmo, el tema o «asunto" se transforma en un nuevo
quet llamaba «belleza fácil«, y cuando se prosigue lógicamente, ya asunto. Hay esa magia repentina que nos da el sentido de una reve-
sea en la teoría o en la práctica, da por resultado una materia sin lación interna sobre algo que suponíamos conocer completamente.
forma y una forma impuesta arbitrariamente sobre la materia En suma, la intcrpenetración recíproca de las partes y el todo, que
En la Primavera y el Nacimiento de Venus de Botticclli, el en- hemos visto convertir un objeto en una obra de arte, se realiza cuan-
canto de los arabescos y la línea de los moldes rítmicos se siente fá- do todos los constituyentes de la obra, ya sea pintura, drama, poe-
cilmente. Su encanto puede inducir con facilidad a un espectador a ma o edificio, están en conexión rít1nicacon todos los otros miem-
convertir esta fase del ritmo, más inconscientemente que explícita- bros de la misma clase -línea con línea, color con color, espacio
mente, en una nonna de juicio para la experiencia de otras pintu- con espacio, iluminación con luz y sombra en la pintura-y todos
ras. De aquí resultará entonces una sobreestimaciém de Botticelli estos factores distintivos se refuerzan uno a otro como variaciones
en comparación con otros pintores. Ésta es en sí misma una cues- que construyen una experiencia compleja integral. Sería muy pe-
tión menor, puesto que vale más ser sensible a un aspecto de la dante, así como poco generoso, negar toda cualidad estética a un
forma, que juzgar las pinturas simplemente como ilustraciones. Lo objeto marcado en algún respecto con ritmos que consolidan y or-
más importante es que tiende a crear una insensibilidad por mane- ganizan las energías precisas para obtener una experiencia. No obs-
ras de ritmos, desde luego más sólidas y más sutiles: tales como las tante, la medida objetiva de la grandeza es precisamente la variedad
relaciones de planos, de masas, de colores no delineados con pre- y el ámbito de factores que, siendo rítmicos uno para otro, se con-
cisión. Una vez más la adecuación <le la escultura griega, como servan acumulativamente y se impulsan entre sí al construir la expe-
medio de expresar la figura humana, con el uso de planos redon- riencia real.
deados o achatados, merece la admiración atraída por las estatuas Se ha intentado sostener la distinción entre sustancia y forma
de Fidias. No obstante, nos equivocamos, cuando este modo rítmi- en las obras de arte, contrastando •belleza« con «grandeza«. El arte
co particular se erige en el único modelo. Entonces se oscurece la es bello, se dice, cuando la forma es perfecta; pero es grande a
percepción para lo característico de la mejor escultura egipcia, ob- causa del fin intrínseco y la importancia del asunto del que trata,
tenida por la relación con masas más grandes; para la escultura ne- aun cuando la manera de concreta tratarlo sea menos bella. Las
gra con su angulosidad cortante; para obras como las de Epstein, novelas de Jane Austen y de Sir Walter Scott se han empleado
que dependen en gran parte de ritmos de luz obtenidos con super- para ilustrar esta distinciém. No encuentro que sea un buen ejem-
ficies que se rompen continuamente. plo. Si las novelas de Scott son más grandes y amplias de miras,
Los mismos ejemplos ilustran la separación de la sustancia y la aunque menos bellas, que las de la señora Austen, es porque si
forma que resulta cuando el ritmo se limita a la variación y a la recu- bien es cierto que ninguno de los medios empleados por Scott es

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desarrollado tan perfectamente como el medio en que descuella compleción, esta falta <le presencia <le un perfeccionamiento con-
Jane Austen, sus novelas alcanzan cierto grado de logros forma- tinuado, reacciona, por supuesto, para reducir los medios e1n-
les en un ámbito te1nútico 1n(ls arnplio. No es cuestión de contra- pleados al estado de meros medios, Se resuelven en condiciones
poner forma contra asunto principal, sino de la cantidad de órdenes antecedentes indispensables, pero no en constituyentes intrínse-
de cooperación entre las relaciones formales, Un estanque claro, cos del fin, En tales casos, en otras palabras, la organización de las
una gema, una miniatura, un manuscrito iluminado, un cuento, energías es fraginentaria, reemplazando una a la otra, mientras
tienen su propia perfección cada uno de acuerdo con su especie. que en el proceso artístico es acu111ulativay conservadora. Y así
La única cualidad que domina en cada uno puede realizarse más volvemos otra vez al ritmo, porque hay ritmo siempre que cada
adecuadan1cntc que en cualquier sistema único de relaciones paso adelante es al mismo tiempo la suma y el cumplimiento de lo
que quiere englobar objetos de mayor complejidad, Sin embargo, anterior y siernpre que cada consumación proyecte las expectati-
la multiplicación de los efectos en estos últimos, cuando condu- vas en .su tensión hacia delante.
cen a una experiencia unificada, los hace «más grandes». En la vida ordinaria, la mayor parte de tensiones hacia adelan-
Cuando se trata de tecnología, economía doméstica o políti- te es provocada por necesidades externas, en vez de ser un movi-
ca social, no se nos tiene que decir que la racionalidad, la inteligi- miento interno con10 el de las olas del n1ar. De manera semejante,
bilidad, se mide por una coadaptación ordenada de los medios gran parte de nuestro descanso es la recuperaciém de un estado de
que se mueven hacia un fin común. Lo absurdo sería una «anula- agotamiento, tainhién causado por algo externo. En el orden rítmi-
ción" mutua llevada a su compleción, que se hace estética o "gra- co, cada conclusión y cada pausa, con10 el silencio en la música,
ciosa» cuando se ejecuta con éxito. Nos damos cuenta, a su vez, conecta a la vez que delimita e individualiza, Una pausa en música
de que la habilidad práctica de un hombre se determina por su no es un vacío, sino un silencio rítmico que puntualiza lo hecho, y
capacidad de movilizar cierta variedad de medios y medidas para que al mismo tiempo contiene el impulso de ir hacia adelante, en
lograr un gran resultado con el máximo de economía; esta eco- vez de detenerse en el punto que define, Cuando miramos una pin-
nomía se hace estéticamente desagradable cuando se impone a la tura o lee1nos un poe1na o un drama, consideran1os una misma for-
atención como un factor separado y la orientación de los medios ma, a veces por su cualidad definitiva y concluyente, a veces por su
es magnífica -no una exhibición tonta-, cuando en consecuen- funcionalidad transitiva, Normalmente, la manera de considerarla
cia se obtiene un amplio resultado. Así también, nos damos cuen- depende de la dirección de nuestro interés en ese punto particular
ta de que pensar consiste en el ordenamiento de cierta variedad de nuestra experiencia. Con todo, en algunos productos artísticos,
de significados, de 1nanera que se muevan hacia una conclusión hay un elen1ento que insiste en ser considerado sólo de una mane-
que todos ellos corroboran y en la que todos se resumen y se ra, Entonces tenemos el tipo de restricción característico de la pin-
conservan. De lo que quizá son10s menos conscientes es que esta tura que se encuentra en la exageración de la línea de la escuela
organización de energías que se mueve acumulativamente hacia florentina; de la luz en Leonardo y en Rafael, bajo la influencia de
un todo cumplido, en el que están incorporados los valores de Leonardo; de la atmósfera en los impresionistas absolutos, Conse-
todos los medios, es la esencia del arte bello, guir un equilibrio exacto de los factores que impulsan y las pausas
En la práctica y el razonamiento de la vida ordinaria, la orga- que acentúan y definen, es extremadamente difícil, Aunque pode-
nización es menos directa y el sentido de la conclusión o consu- mos obtener una genuina satisfacción estética de objetos en los
mación llega, al menos relativamente, sólo al final, en vez de pre- cuales dicho equilibrio no se cumple, tendremos que conformar-
sentarse en cada estadio, Esta postergación del sentido de la nos en esos casos con una organización parcial de la energía.

194 195
Lo activo como elemento diferenciador del carácter morfoló- quina inferior opuesta, a una masa definida que, en vez de aco-
gico del ritmo de las acciones y padecimientos, de las pausas que modarse a las figuras verticales, transfiere la atención al peso de
definen las impulsiones, se hace claro en arte por el hecho de las masas horizontalmente dispuestas. Si la pintura estuviera mal
que el artista emplea lo generalmente considerado como feo para compuesta, la variación operaría co1no una interrupción pertur-
obtener un efecto estético; los colores que chocan, los sonidos badora, como un rompimiento en la experiencia, en vez de ser
discordantes, las cacofonías en poesía, los lugares aparentemente una nueva dirección del interés atencional que ensancha la signi-
so1nbríos y oscuros o aun los blancos puros -con10 en Matisse- ficación del objeto. Siendo como es, la conclusión de una fase del
en la pintura. Lo que cuenta es la manera en la que el objeto está orden da una nueva dirección a la expectación y ésta se satisface
relacionado. El ejemplo de Shakespeare al emplear lo cómico a la a medida que la visión se desliza hacia atrás, en una serie de
mitad de la tragedia viene a punto. No sólo alivia la tensión del áreas coloreadas de un carácter horizontal predominante. Enton-
espectador, sino que desempeña una función más intrínseca que ces, cuando se completa esta fase de la percepción, la atención
consiste en subrayar la cualidad trágica. Todo producto cuya cua- se dirige a la variación ordenada de color, característica de estas
lidad no es de la clase más ,,fácil", exhibe dislocaciones y disocia- masas. Luego, cuando la atención vuelve a dirigirse a las figuras
ciones de lo que generalmente comparece conectado. La distor- verticales -al punto de donde partimos- se nos pierde el dibu-
sión que se encuentra en la pintura sirve a la necesidad de algún jo constituido por la variación del color y encontramos la aten-
ritmo particular. Sin embargo, hace más: define en la percepción ción dirigida hacia los intervalos espaciales determinados por
valores que están ocultos para la experiencia ordinaria a causa una serie de planos que retroceden y se entrecruzan. La impre-
del hábito. Las preconcepciones ordinarias deben romperse para sión de profundidad, implícita por su puesto ya en la primera per-
excitar el grado de energía que requiere una experiencia estética. cepción, se hace explícita con este orden rítmico particular.
Desgraciadamente al escribir sobre teoría estética, se ve uno En la construcción de esta percepción pictórica, cuatro clases
obligado a hablar en términos generales porque es imposible de energía orgánica, fundidas en la impresión total original, han
presentar la obra en la que existe el material en su forma indivi- sido llamadas a una acción de particular intensidad y, sin embar-
dualizada. Con todo, me ocuparé de un ejemplo esquemático to- go, no ha habido rompimiento en la experiencia. Tampoco acaba
mado de una pintura real. 1 Al mirar este objeto particular que la historia en este punto. Cuando uno se da cuenta de los factores
tengo en mente, la atención es primero atraída por los objetos en que constituyen la profundidad del espacio, se presenta una esce-
que las masas apuntan hacia arriba: la primera impresión es la de na a distancia. Esta escena, tomando en consideración la distancia
movimiento de abajo arriba. Esta declaración no significa que el que indica, se caracteriza por una marcada luminosidad. Entonces
espectador sea explícitamente consciente de ritmos directamente la visión percibe más definidamente los ritmos de luminosidad
verticales, sino que, si lo analiza, encuentra que la primera impre- que dan un valor relevante a la pintura como un todo. Aquí hay
sión dominante la determinan figuras constituidas por ritmos. Al unos cinco sistemas de ritmo. Cada uno de éstos, si se examina
mismo tie1npo, los ojos se mueven también a través de la pintura, después, puede mostrar en su interior ritmos menores. Cada rit-
aunque el interés permanece en las figuras que suben. Luego hay mo, mayor o menor, está en interacción con todos los demás para
un alto, una detención, una pausa, cuando la visión llega a la es- comprometer diferentes sistemas de energía orgánica, pero tienen
también que estar en interacción mutua para organizar consisten-
1. Barne:-, '/he ar! in l'ainting, French Primiti! 1es and Theír Forms. y Ar! q( He11ri temente y canalizar la energía. Algunas veces en un objeto de
Matisse, clan muchos análisis detallados de pinturas. nueva especie nos encontramos con una sorpresa desconcertante.

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Esto sucede en ohjetos tan excéntricos que .son de poca conside- cansa en la ignorancia de la naturaleza inherente a toda percep-
ración; y .sucede también, desde su pritncra aparición, con obras ción. Por supuesto que hay reconocimientos que son virtualmen-
de alto valor estético. Se necesita tiempo para discernir si el cho- te instantáneos. Sin cmhargo, esto sólo sucede cuando, mediante
que es causado por ro111pirnientos inherentes a la organización una secuencia de experiencias pasadas, el yo se ha hecho exper-
del objeto, o por falta de preparación en el que percibe. to en ciertas direcciones, ya sea simplemente para ver de una mi-
Lo dicho puede parecer que exagera el aspecto temporal de rada que un cierto objeto es una mesa, o que esa pintura es de un
la percepción. Sin duda que he destacado elementos que gene- artista particular, digamos Manet. Que la percepción presente uti-
raltncnte se ven desde una distancia, pero en ningún caso puede lice una organización ele energías elaborada de manera serial en
haber percepción de un objeto, si no es en un proceso que se de- el pasado, no es una razón para eliminar la cualidad temporal de
sarrolle en el tiempo. Meras excitaciones, sí; pero no un ohjeto la percepción. Y en todo caso, si la percepción es estética, la
cotno percibido, perteneciente y no solan1entc reconocido co1no identificación espontánea es sólo su comienzo. No hay un valor
de una especie familiar. Si nuestra visión del mundo consistiera estético inherente a la identificación de una pintura, como tal o
en una sucesión de vislun1bres n1ornentáneas, no sería una visión cual. La identificación puede despertar la atención fijándonos en
del mundo ni de nada. Si el rugido y la corriente impetuosa del la pintura de tal manera que sus partes y relaciones llegan a com-
Niágara se litnitaran a un ruido y a una mirada momentánea, no poner un todo.
se percibiría el sonido o la vista de ningún objeto, mucho n1enos Apenas tenemos conciencia de algo metafórico cuando deci-
del objeto particular llamado Cataratas del Niágara. No se capta- mos de una pintura o de un relato que están muertos, y de otros
ría ni siquiera corno un ruido, ni la simple continuidad aislada de que tienen vida. Explicar exactamente lo que significarnos cuan-
un ruido externo golpeando al oído produciría nada, excepto do decimos esto, no es fácil. Sin embargo dicha conciencia de
una creciente confusión. Nada se percibe excepto cuando dife- que una cosa es débil, de que otra tiene la inercia pesada de las
rentes sentidos trabajan relacionados, excepto cuando la energía cosas inanitnadas, o que otra parece rnoverse, surge espontánea-
de un «centro" se comunica a otros, y entonces se incitan nuevos mente. Debe haber algo en el objeto que lo instiga dicha con-
tnodos de respuesta motora, que a su vez excitan nuevas activi- ciencia. Ahora lo que distingue lo viviente de lo muerto no es el
dades sensoriales. A menos que se coordinen estas variadas ener- bullicio y el ruido, ni que una pintura se mueva literalmente. El
gías sensorio-n1otoras, no hay escena ni objeto percihido, pero ser viviente se caracteriza por tener un pasado y un presente, te~
tampoco la hay cuando -por una condición imposible de llenar niéndolos como posesión en el presente, y no sólo exteriormen-
de hecho- opera únicamente un solo sentido. Si el ojo es el ór- te. Sugiero que justo cuando obtenemos de un producto artístico
gano primariatnente activo, entonces la cualklad de color es afec- el sentin1iento de habérnosla con una carrera, con una historia,
tada por cualidades aportadas por otros sentidos activos en expe- percibida en un punto particular de su desarrollo, es cuando te-
riencias anteriores. De esta manera el objeto perdido es afectado nernos la impresión de la vida. Lo que está muerto no se extiende
por una historia; es un objeto con un pasado. Y la impulsión de al pasado ni despierta ningún interés hacia lo que vendrá luego.
los eletnentos motores implicados provoca una expansión hacia El elemento común de todas las artes, tecnológicas y útiles, es
el futuro, puesto que están listas para lo que viene y de algún la organización de energías como medio para producir un resulta-
modo predicen lo que sucederá. do. En productos que nos impresionan corno sitnplcmente útiles,
La negación del ritmo en las pinturas, edificios y estatuas, o la nuestro único interés es por algo que está más allá de la cosa, y si
aserción de que se encuentra en ellas sólo metafóricamente, des- no estamos interesados en ese producto ulterior, entonces somos

198 199
indiferentes al objeto mismo. Podemos pasar sobre él sin verlo ce de un género de conducta, específico y limitado. La percep-
realmente o inspeccionarlo perezosamente cuando n1iramos por ción estética, por otra parte, es el nombre de la percepción plena
casualidad a alguna curiosidad que se nos dice que es notable.' En y su correlato, un ohjeto o un acontecimiento. Tal percepción se
el objeto estético el objeto opera --<.:orno puede hacerlo el que ten- acompaña, o 1ná.sbien consiste en una liberación de energía en
ga un uso externo-- impulsando conjunta1nente energías que se su más pura forma; que como hemos visto es una energía organi-
ocupan por separado de diferentes cosas, en ocasiones diferentes, zada y, por lo tanto, rítmica.
y dándoles esa particular organización rítmica que hemos llamado No necesitamos pensar, por consiguiente, que hablamos me-
(cuando se piensa en el efecto y no en el modo de su efectuación), tafóricamente, ni excusamos del animismo, cuando hablamos de
clarificación, intensificación, concentración. Se trata de energías una pintura y de sus figuras como vivas, de las formas arquitectó-
que pennanecen en estado potencial una respecto a otra, aun- nicas y de las escultóricas, con10 manifestación de movimiento. El
que sean actuales por sí tnismas, que se provocan y se refuerzan Entierro de Tiziano hace más que sugerir la pesadumbre de una
una a la otra directamente, en favor de la experiencia resultante. depresión, la transmite o la expresa. Las bailarinas de Degas están
Lo que es cierto de la producción original lo es de la percep- reahnente en puntillas; los niños en las pinturas de Renoir es-
ción apreciativa. Hablamos de la percepción y de su objeto, pero tán atentos a su lectura o costura. En Constable. lo verde está hú-
la percepción y su objeto se construyen y se complementan en medo; y en Courbet un valle gotea y las rocas brillan con una
una sola y misma operación continua. A lo que se llama el objeto, humedad fría. Cuando los peces no nadan o se mecen perezosa-
la nube, el río, la indumentaria, se atribuye una existencia inde- mente, cuando las nubes no flotan o son arrastradas por el viento,
pendiente de la experiencia actual; esto es más cierto de la molé- cuando los árboles no reflejan luz, no se con.sigue evocar la ener-
cula de carbéin, e/ion de hidrógeno, y en general de las entidades gí¡¡ apropiada para la realización de la plena energía del objeto. Si
de la ciencia. No obstante, el objeto de --o mejor en- la percep- entonces la percepción se prolonga con re1niniscencias o asocia-
ción no es de una clase en general, un ejemplar de la nube o el ciones sentimentales derivadas de la literatura --<.:orno es en ge-
río, sino es esta cosa individual que existe aquí y ahora con todas neral el caso en las pinturas consideradas popularmente como po-
las particularidades irrepetibles que acompañan y marcan tales éticas- se produce una experiencia estética simulada.
existencias. En su peculiaridad como objeto de percepción exis- Las pinturas que parecen muertas en su conjunto o en parte
te exactamente en la 1nis1na interacción con una criatura viviente, son aquellas en las que los intervalos nos detienen, en vez de im-
que la que constituye la actividad de percibir. Ahora bien, bajo la pulsamos. Son «agujeros« blancos. Lo que llamamos lugares muer-
presión de circunstancias externas o a causa <le una laxitud inter- tos son, por parte del que percibe, las cosas que obligan a una or-
na, la mayor parte de los objetos de nuestra percepción ordina- ganización parcial o frustrada de la energía que se desgasta. Hay
ria carecen de complexión. Quedan incompletos cuando hay re- obras de arte que simplemente excitan, y que despiertan la activi-
conocimiento; es decir, cuando el objeto es identificado como de dad sin la compostura de la satisfacción, sin cumplirla en términos
un cierto género o de una especie dentro del género. Porque tal del medio. La energía se queda sin organización. Los dramas son
reconocimiento basta para capacitamos en el empleo del objeto entonces melodramáticos, la pintura de desnudo es pornográfica,
para los propósitos acostumbrados. Es suficiente saber que esos la novela que leemos nos deja descontentos con el mundo en que
objetos son nubes de lluvia para inducimos a llevar un paraguas. estamos, ¡ay!, obligados a vivir sin la oportunidad de aventuras ro-
La plena advertencia perceptiva de las nubes individuales puede mánticas y de gran heroísmo, sugeridas por la trama del libro. En
incluso interferir en la percepciún útil por aplicación como índi- estas novelas, en las que los personajes son títeres en manos de

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sus autores, nuestra rebelión proviene del hecho de que la vida arbitraria, aislada del movimiento, que puede llegar a hacerse muy
no está representada, sino simulada. La simulación de la vida con tediosa.
una exhibición de animación y vivacidad nos deja la 1nisn1airrita- La conexión entre la intensidad y la extensión y de ambas con
ción que sigue a una prolongada charla vana. la tensión, no es una cuestión verbal. No hay rittno excepto donde
Probablemente parecerá que he exagerado la importancia del hay una alternativa de compresiones y liberaciones. La resistencia
ritmo a expensas de la simetría. He hecho esto en la medida en evita la descarga inmediata y acumula la tensión que hace intensa
que son explícitas las palabras, pero solamente respecto a las pa- la energía. Su liberación <le este estado de tensión totna necesaria-
labras. Porque la idea de una energía organizada significa que el mente la forma de un derrame en secuencia. En una pintura los
ritmo y el equilibrio no pueden separarse, aunque puedan distin- colores fríos y calientes, los colores complementarios, la luz y la
guirse por el pensa1nicnto. I lahlando hreve y csque1nátican1ente, sombra, arriba y abajo, atrás y adelante, derecha e izquierda, son
cuando la atención se fija especialtnente en los rasgos y aspectos esquemáticamente hablando, los medios por los cuales se consi-
en que se exhibe la organización co1npleta, nos damos cuenta es- gue el tipo de antagonismo necesario para obtener un equilibrio.
pecialmente de la simetría, de la 1nedida de una cosa en relación En las pinturas pritnitivas esta sitnetría se realiza principalmente
con otra. La sin1etría y el ritmo son la nüsn1a cosa sentida con én- por medio de oposiciones a la derecha y a la izquierda, o por un
fasis diferente, debido al interés atencional. Cuando los intervalos evidente arreglo diagonal. Ahora hay energía de posición; por lo
que definen el descanso y la relativa satisfacción son los rasgos tanto, aun en estas pinturas la simetría no es simplemente espa-
que especialmente caracterizan la percepción, nos darnos cuenta cial, pero es débil, como en los cuadros de siluetas de los siglos xm
de la simetría. Cuando nos interesamos en el n1ovimiento, en el ir y x1v,cuando la figura importante se coloca exactamente en el cen-
y venir n1ás que en el llegar, aparece el rit1no. En cualquier caso, tro, y unas figuras casi idénticas entre sí se colocan práctican1ente
puesto que la simetría es el equilibrio de las energías que están en en exacta correspondencia lateral. Posteriormente, la composi-
interacción, incluye el ritrno, n1ientras que el ritmo se produce so- ción depende de formas piramidales. Tales arreglos deben mucha
lamente cuando el movimiento está espaciado por lugares de des- de su fuerza a factor'}S externos a la pintura. La estabilidad de los
canso, y, en consecuencia, incluye la medida. objetos se realiza recordándonos modos familiares de asegurar el
Por supuesto, a veces ainbos quedan separados en un pro- equilibrio. Así el efecto de la simetría en la pintura es asociado
ducto artístico. Sin embargo, este hecho significa que no es esté- más que intrínseco. La tendencia en la pintura ha sido hacia el de-
ticamente completo, que por una parte están los agujeros, luga- sarrollo de relaciones tales que el equilibrio no pueda ser indica-
res 1nuertos y, en el otro, las excitaciones sin 1notivo y sin do topográficamente, por la selección de figuras particulares, sino
resolución. En la experiencia reflexiva con10 tal, en la investiga- que es una función de toda la pintura. El "centro• de la pintura no
ción atraída por situaciones prob]e1náticas, hay un ritmo de bus- es espacial, sino que es el foco de fuerzas en interacción.
car y encontrar, tendiendo a una conclusión sostenible y que lle- La definición de la simetría en términos estáticos correspon-
ga a lo que es, al n1enos, un ensayo. No obstante, generaln1ente, de exacta1nente al error que concibe el ritmo como la recurrencia
estas fases son demasiado incidentales para dar al proceso una de los elementos. El equilibrio es un balance, una cuestiém de
notoria cualidad estética. Cuando adquieren énfasis y se unifican distribución de los pesos respecto a la manera como actúan uno
con el asunto producen la misma conciencia que cualquier cons- en relación al otro. Los dos platos de la balanza quedan equili-
trucción artística. En el arte simulado y académico, por otra parte, brados cuando su estirar y empujar entre sí se ajusta. Y las balan-
el equilibrio no coincide con el asunto, sino que es una postura zas existen realmente (en vez de potencialmente) sólo cuando

202 203
sus platos operan de modo antagónico para lograr un equilibrio.
Puesto que los objetos estéticos dependen de una experiencia
progresivamente ejecutada, la medida final del equilibrio o sime-
tría es la capacidad del todo para mantener dentro de sí la mayor
variedad de elementos opuestos.
La conexión del equilibrio con la tensión de los pesos es in-
herente. El trabajo en cualquier esfera se ejecuta solamente por
fuerzas opuestas que operan entre sí, co1no por los sistemas anta -
gónicos del aparato muscular. Por lo tanto, en una obra de arte
todo depende de la escala que se intenta, razón por la cual sólo
hay un paso de lo sublime a lo ridículo. No existe una cosa tal
como una fuerza vigorosa o débil, grande o pequei\a en sí mis-
ma. Las miniaturas y quatrains tienen su propia perfección y la
si111ple grandiosidad es ofensiva en su pretensión vacía. Decir
que una parte de una pintura, drama o novela, es muy débil sig-
nifica que alguna otra parte es muy fuerte, y viceversa. Absoluta-
mente hablando nada es fuerte o débil, sino la manera como ac-
túa y como sufre la acción. Algunas veces es sorprendente n1irar
en un conjunto arquitectónico cómo los edificios hajos correcta-
mente colocados apoyan a los edificios altos que los rodean, en
vez de ser aniquilados por ellos.
La falta más común en las obras que reclaman ser llamadas
obras de arte, es el esfuerzo para adquirir vigor exagerando algún
elemento. Al principio sucede como con los «éxitos de ventas,, pa-
sajeras de cualquier especie, que hay una respuesta inmediata. No
obstante, tales obras no perduran, sino que cuando pasa el tiem-
po, se hace cada día más evidente que lo que se ha tomado por
fuerza significa debilidad en los factores que se contrarrestan.
Ningún encanto sensual por grande que sea, es suficiente si es
1

contrarrestado por otros factores. La melosidad aislada es una ele


las cualidades que más rápidamente se agotan. El estilo ,macho,
en la literatura pronto se acaba, porque es evidente (aunque sólo
inconscientemente) que, a despecho del movimiento violento, no
se manifiesta una fuerza real, ya que las energías que la contra-
rrestan sólo son figuras de cartón o de yeso. La fuerza aparente de
un elemento comparece a expensas de la debilidad ele otros. In-
La Vicloria a/ad{{ (Louvrc).
204
Cerám ica ele los indios pue blo, Nuevo México (Barnes Founclation). Arriba : Pint ura s ru pestres bo squima nas , África.
Ahajo: Joya ele oro escita (Erm itage, San Pete rsbur go) .
Las ba,'iistas, por August e Renoir ( Barnes Foundacion).
Getsemaní.por El Greco (l\'acio naJ Galle!")', Londr es).
Naturaleza muerta con duraznos , por Paul Cézanne (Barnes Foundation).

facu ltura negra (Barnes Foundat ion) .


cluso el sensacionalismo de una novela o de una obra de teatro
depende sólo de una falta de relaciones que afecta la cualidad del
todo, y no ningún incidente en sí mismo. Un crítico ha observado
de O'Neill que sus obras padecen de una falta de retardos; todo se
mueve tan rápidamente y, en consecuencia, tan fácilmente, que el
resultado es un amontonamiento. Los pintores cuando están desa-
rrollando su obra se ven obligados a trabajar aquí y allí, no en toda
la pintura a la vez. Y son conscientes de la necesidad de dejar pro-
visionalmente determinada parte que está aún en proceso en un
momento dado para volver a retomarla más tarde. Todo escritor
tiene que resolver el mismo problema. A menos que esté resuelto,
no puede dar por cerradas las partes. En muchos casos, el análisis
revela que la objeción estética a ciertas dosis de moral y economía
o de propaganda política en las obras de arte depende de la so-
brecarga de ciertos valores a expensas de otros, hasta producir
agotamiento más bien que renovación, excepto en los que se en-
cuentran en un estado sin1ilar de entusiasmo.
Joie de ri1•1z,, por! lcnri ~fatis.--;e( 11arncs Found:ilion l. La manifestación de una sola forma de energía aislada deter-
mina movitnientos que no están coordinados, ya que el organis-
mo humano es de hecho complejo, y requiere, por lo tanto, el
ajuste de muchos factores variados. Hay una gran diferencia en-
tre la violencia y la intensidad de acción. Observemos a los niños
que intentan actuar en una ohra y podremos notar una sucesión
de movimientos no relacionados. Gesticulan, dan vueltas y rue-
dan; cada uno actúa más por cuenta propia que con referencia a
lo que los otros están haciendo. Incluso los actos de un mismo niño
tienen poca secuencia. Este caso ejemplifica, por contraste, la re-
lación artística entre intensidad y extensión. Como la energía no
es restringida por otros elementos inmediatamente antagónicos y
cooperadores, la acción procede por sacudidas y espasmos. Exis-
te la discontinuidad. Donde la energía se hace tensa por oposi-
ciones recíprocas, se desenvuelve en extensión ordenada. El con-
traste extremo, en el caso de una obra teatral bien construida y
bien ejecutada, frente a un revoltijo infantil, se encuentra en me-
nor grado en todos los casos de valores estéticos en contraste.
Pinturas, edificios, poemas, novelas, tienen todas diferentes gra-

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dos de volumen, que no debe confundirse con el bulto. Son esté- a111plio,que consiste en un número mayor de particularidades de-
ticamente gruesos y delgados, sólidos y huecos, bien cortados y finidas: lo que he llamado extensión y volumen correspondiente a
mal unidos. Esta propiedad de extensión, de variedad relaciona- la tensión de la energía ocasionada por múltiples resistencias.
da, es la fase cinética que marca la liberación de energías, repri- Se desprende de aquí que la separación del ritmo y la sime-
midas en intervalos ordenados de descanso. No obstante, una tría, y la división de las artes en temporales y espaciales, es más
vez más, el orden de estos intervalos (que constituye la simetría que una ingenuidad mal aplicada. Se basa en un principio que
de la obra) no está regulado de acuerdo con las unidades de resulta destructivo, en la medida en que es advertido, para el en-
tiempo o espacio. Cuando se determina así, el efecto es 1necáni- tendimiento estético. Un peso que, además, ha perdido ahora el
co, como el sube y baja de un ritmo tintineante. En un producto apoyo científico que alguna vez creyó tener. Porque los físicos se
artístico los intervalos son regulares, siempre que estén determi- han visto forzados a considerar, en virtud del carácter de su pro-
nados por el mutuo retuerzo de las partes, en vista del efecto de pio tema, que sus unidades no son las de espacio y tiempo, sino
unidad y totalidad. Esto es lo que se quiere decir cuando se llama de espacio-tiempo. El artista ha puesto en acción, si no en pensa-
a la simetría dinámica y funcional. miento consciente desde su comienzo, este tardío descuhrimien-
Al ver una pintura o un edificio, hay la misma compresión por to científico. Porque siempre ha tratado por fuerza con material
la acumulación en el tiempo que la que hay al oír música, leer un perceptivo, en vez de conceptual, y en lo percibido, lo espacial
poema o novela o ver representar un drama. Ninguna obra de arte y lo temporal van siempre juntos. Es interesante notar que el des-
puede ser percibida instantáneamente porque entonces no hay cuhrüniento se hizo en la ciencia cuando se hizo claro que el pro-
oportunidad de conservar y aumentar la tensión y, por consi- ceso de la abstracción conceptual no podía llevarse hasta el ex-
guiente, tan1poco la hay para esa liberación y <lesenvolvin1iento tremo del acto de observación, sin destruir la posibilidad de
que da volumen a una obra de arte. En la mayor parte del trabajo verificación.
intelectual, exceptuando sus momentos más distintivamente esté- Por consiguiente, cuando el investigador científico se vio obli-
ticos, tenemos que retroceder; tenernos que reconstruir conscien- gado a tornar en cuenta las consecuencias del acto de percepción
temente los pasos previos y recordar con distancia los hechos y en conexión con su tema, pasó del espacio y tiempo a una unidad
las ideas particulares. Ir adelante en el pensamiento depende de que sólo podía describir como espacio-tiempo. Llegó entonces a
estas excursiones conscientes de la metnoria al pasado. Con todo, un hecho ejemplificado en toda percepción ordinaria. Porque la
sólo cuando la percepción estética se interrumpe (por un lapso de extensión y volumen de un objeto, sus propiedades espaciales, no
parte del artista o del espectador) tenemos que retroceder. por pueden ser directamente experimentadas -o percibidas- en un
ejemplo, al ver una obra en la escena, para preguntarnos qué ha- instante matemático, ni pueden ser experünentadas las propie-
bía antes en el orden, para recuperar el hilo del movimiento. Lo dades temporales de los acontecimientos, si la energía no se des-
que se retiene del pasado está incluido en lo percibido ahora, de pliega de modo extensivo. Así el artista sólo hace respecto a las
tal manera que su comprensión fuerza a la mente a proseguir ha- cualidades temporales y espaciales del material de percepción, lo
cia lo que viene. Cuanto más comprimida está por la serie conti- mismo que respecto a todo el contenido de la percepción ordina-
nua de percepciones anteriores, más rica es la percepción presen- ria. Selecciona, intensifica, y concentra por medio de la forma, ya
te y más intensa la impulsión hacia adelante. A causa de la que el ritmo y la simetría son, por necesidad, la forma que toma el
profündidad de concentración, la liberación de los materiales al material cuando sufre las operaciones clarificadoras y ordenadoras
desenvolverse da a las experiencias siguientes un alcance más del arte.

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Aparte de la falta de una supuesta sanción científica, la sepa- el arte bello parezca fuera del lugar, pero hay ciertos lugares co-
ración de lo temporal y lo espacial en las bellas artes siempre fue munes que es propio enunciar en conexión con el arte, que no
una necedad. Como Croce dijo, somos específicamente(o separa- pueden ser inteligibles a menos que se haga central la cuestión
damente) conscientes de la secuencia temporal en música y poe- de la energía: su poder para conmover e inquietar, para calmar y
sía, y de la coexistencia espacial en la arquitectura y la pintura, tranquilizar. Y seguramente o el ritmo y el equilibrio son caracte-
sólo cuando pasamos de la percepción a la reflexión analítica. La res extraños al arte o bien el arte, por su papel básico, sólo es de-
suposición de que directa1nente oímos tonos musicales en el finible como organización de energías. Respecto a lo que la obra
tiempo y directamente vemos colores como estando en el espa- de arte hace en y por nosotros, sólo veo dos alternativas: o bien
cio, proyecta en la experiencia in1nediata una interpretación pos- opera porque alguna esencia trascendente (generalmente llama-
terior debida a la reflexión. Vemos intervalos y direcciones en da ,,belleza,,) desciende a la experiencia desde fuera, o bien el
pintura y oíinos distancias y volúmenes en música. Si fuera perci- efecto estético se debe a la trascripción única que hace el arte, de
bido únicamente el rnovimiento en música, y sólo los intervalos la energía de las cosas del mundo. Entre estas dos alternativas, yo
en pintura, la 1núsica carecería completamente de estructura y la no sé cómo un simple argurnento puede determinar la elección,
pintura no tendría otra cosa sino huesos descarnados. pero ya es algo saber lo que implica hacer la elección.
Sin embargo, aun cuando la distinción entre las artes espa- Entonces, desde mi posición respecto a la conexión del efec-
ciales y temporales es equivocada, puesto que todos los objetos to estético con las cualidades de toda experiencia, en la medida
de arte son materia de percepción y la percepción no es instantá- en que es unitaria, preguntaría có1no puede ser expresivo el arte
nea, la música con su evidente énfasis tetnporal quizá ilustra me- y, sin e1nhargo, no ser itnitativo o servilmente representativo, si
jor que cualquier otra arte el sentido en que la forma es la inte- no es seleccionando y ordenando las energías en virtud de las
gración móvil de una experiencia. En la música, la forma, para la cuales las cosas actúan en nosotros y nos interesan. Si el arte es
cual lo musical tiene que encontrar un lenguaje espacial que ve a en algún sentido reproductor y, sin embargo, no reproduce ni
menudo como una estructura, se desarrolla al oír la música. Cual- detalles ni figuras genéricas, se sigue necesariainente que el arte
quier punto en el desarrollo musical, es decir, cualquier tono, es opera seleccionando aquellas potencias en las cosas, por las cua-
lo que es, en ese objeto musical ---o en su percepción- en vir- les una experiencia -cualquier experiencia- tiene significado y
tud del tono anterior y del inminente o previsto. Una melodía se valor. Con la eliminación se deshace de las fuerzas que confun-
establece con la nota tónica cuyo regreso esperado produce una den, distraen y matan. El orden, el ritmo y el equilibrio significan
tensiém de la atención. La ,,forma,, de la música se hace forma en simpletncnte que las energías significativas para la experiencia
el transcurso de la audición. Además, cualquier sección de la mú- actúan lo mejor que pueden.
sica y cualquiera de sus secciones transversales tiene precisamen- El término "ideal,, se ha abaratado por el uso sentimental po-
te equilibrio y simetría, en acordes y armonías, como la puede te- pular y por el uso en el discurso filoséifico, con propósitos apolo-
ner una pintura, estatua o edificio. Una melodía es un acorde géticos para disfrazar discordias y crueldades en la existencia. Con
desplegado en el tiempo. todo, hay un sentido definido en que el arte es ideal, precisamen-
te el sentido que se ha indicado. A través de la selección y orga-
nización, las características que hacen a cualquier experiencia
El término «energía,, se ha usado muchas veces en esta discu- digna de ser considerada como tal, son elaboradas por el arte
sión. Quizá la insistencia en la idea de energía en conexión con para una percepción mesurada. Debe haber, a pesar de toda la

208 209
indiferencia y hostilidad de la naturaleza para los intereses huma- 9, LA SUSTANCIA COMÚN DE LAS ARTES
nos, alguna congruencia de la naturaleza con el hombre o, de
otro modo, la vida no podría existir, En arte las fuerzas afines,
que no tienen esta o aquella mira especial, sino el proceso de la
experiencia gozosa, se liberan y esta liberación les <la una cuali-
dad ideal, Porque ¿qué ideal puede el hombre sostener honrada-
tnente, excepto la idea de un an1biente en el que todas las cosas
conspiran para el perfeccionan1iento y sostenimiento de los valo-
res, ocasional y parcialmente experimentados?
Un escritor inglés, pienso que Galsworthy, ha definido el arte
en algún lugar «como la expresión in1aginativa de la energía que
mediante la concreción técnica del sentimiento y la percepción ¿Qué asunto es apropiado para el arte' ¿Hay materiales que
tiende a reconciliar lo individual con lo universal excitando en el son de modo inherente apropiados o inapropiados' ¿Hay algún
individuo una emoción itnpersonal». Las energías que constitu- tipo de material que por su ordinariedad resulte inabordable? La
yen los objetos y acontecimientos del mundo y, por lo tanto, de- respuesta de las artes mis1nas ha ido firme y progresivamente en
terminan nuestra experiencia, son lo «universal». La «reconcilia- la dirección <le una respuesta negativa a la últin1a pregunta. Sin
ción» es el logro, de forma inmediata y sin argumentos, de embargo, hay una tradición permanente que insiste en que el
períodos de cooperación armoniosa del hombre y el mundo en arte debe hacer distinciones, Una breve revisión del asunto pue-
experiencias completas. La emoción resultante es «impersonal», de servir como una introducción al tópico especial de este capí-
porque no está adherida a la fortuna personal, sino al objeto para tulo, es decir, a los aspectos de la materia del a1te común a todas
la construcción del cual el yo se ha rendido con devoción, La las artes,
apreciación es iguahnente in1personal en su cualidad c1nocional, He tenido ocasión, a otro respecto, de referirme a la diferencia
porque también implica la construcciún y la organización de las entre las artes populares de un período y las artes oficiales, Aun
energías objetivas. cuando las artes favoritas de cada contexto surgen bajo el patroci-
nio y el control de los sacerdotes y gobernantes, la distinción de los
géneros ha subsistido aun cuando el nombre de ,,oficial,, no es ya
una designación adecuada. La teoría filosófica se ha interesado so-
lamente por aquellas artes que tienen la marca y el sello del recono-
cimiento de la clase que tiene una posiciún social y de autoridad.
Pueden haber florecido las artes populares, pero no han obtenido
atención literaria. No eran dignas de mención en la discusión teóri-
ca y probablemente ni siquiera eran pensadas como artes.
Sin embargo, en vez de dar por sentada con la tradicional for-
mulación de una distinción entre las artes, seleccionaré un ejctn-
plo moderno, e indicaré entonces brevemente algunos aspectos
de la revolución que ha derribado las barreras que alguna vez se

210 21J
levantaron. Sir Joshua Reynolds se nos presenta con la afirmación racteres e incidentes tales como se encuentran en toda aldea y
de que, puesto que los únicos asuntos adecuados para tratar en la sus cercanías, cuando hay una mente meditativa y sensible que
pintura son los «generalmente interesantes») éstos deherían ser los busca o que los advierte cuando se presentan". Apenas nece-
«ejemplos eminentes de acción o sufrüniento heroicos», tales co- sito sei\alar que mucho antes de los días de Reynolds, una revo-
mo «los grandes acontecimientos de los mitos y la historia de Gre- luciún semejante estaba en marcha en la pintura. Dio un gran
cia y de Roma, así como tan1bién los acontecimientos capitales de paso cuando los venecianos, además de celebrar la suntuosidad
la Escritura". Todas las grandes pinturas del pasado, según él, per- de la vida que los rodeaba, dieron a los temas nominalmente reli-
tenecen a esta "escuela histórica», y sigue diciendo que «sobre este giosos un característico tratamiento secular. Los pintores flamen-
principio las escuelas romana, florentina, boloi\esa, han formado cos, además de los pintores holandeses de género, Brueghel el
su práctica y por ella han obtenido merecidamente la más alta viejo, por ejemplo, y los pintores franceses como Chardin, volvie-
apreciación»; la otnisión de las escuelas veneciana y flamenca jun- ron francamente hacia te1nas ordinarios. La pintura de retrato se
to con la condenación de la escuela ecléctica, es un crnnentario extendió de la nobleza a los mercaderes ricos, con el crecimiento
suficiente desde el ángulo estrictamente artístico. ¿Qué hubiera di- del con1ercio, y luego a hombres menos conspicuos. Hacia el fin
cho si se hubiera podido imaginar las bailarinas de Degas, los ca- del siglo XIX todos los límites fueron barridos, en lo que respecta
rros del ferrocarril de Daumier -en verdad de tercera clase- o a las artes plásticas.
las manzanas, las servilletas y los platos de Cézannc' La novela ha sido un gran instru1nento para realizar cambios
En literatura, la tradición dominante en teoría ha sido similar. en la literatura en prosa. Desplazú el centro de la atención de
Se ha afirmado constantemente que Aristóteles, de una vez por la corte a la burguesía, luego al ,,pobre,, y al labrador, y luego a la
todas, ha delimitado la orientación de la tragedia, el modo litera- persona común sin tener en cuenta su posición. Rousseau debe
rio más alto, declarando que las desgracias del noble y de los que mucho de su enorme influencia permanente, en el campo de la
están en altos puestos son su 1naterial propio, rnientras que las literatura, a su exaltación imaginativa sobre le peuple, ciertamente
del pueblo común eran intrínsecamente adecuadas para el 1nodo más que a causa de sus teorías formales. La parte desempei\ada
inferior <le la co1nedia. Diderot anunció virtualmente una revo- por la música popular, especialmente en Polonia, Bohemia y Ale-
lución conceptual histórica cuando dijo que se necesitaban tra- mania, en la expansión y renovación de la música es muy bien
gedias burguesas y que, en vez de poner en la escena solamente conocida para requerir más de una llamada de atención. Incluso
reyes y príncipes, las personas privadas podían estar sujetas a ad- la arquitectura, la más conservadora de todas las artes, ha sentido
versidades terribles que inspiran piedad y terror. Y también ase- la influencia de una transformaciém semejante a la que otras artes
gura que las tragedias domésticas, aunque tienen otro tono y ac- han sufrido. Las estaciones de tren, los bancos y correos, e inclu-
ción que el drama clásico, pueden tener su propia sublimidad: so las iglesias, ya no se construyen exclusivamente como itnita-
una predicción seguramente cumplida por Ibsen. ciones de los templos griegos y de las catedrales medievales. El
A principios del siglo x1x,siguiendo el período que Housman arte de los ,,éJrdenes,, establecidos ha sido influenciado tanto por
llama de la poesía fingida o falsificada, el verso disfrazado de la revolución contra las clases sociales fijas, como por los desa-
poesía, Las Baladas Líricas de Wordsworth y de Coleridge, intro- rrollos técnicos en el cernento y acero.
dujeron una revolución. Uno de los principios que anin1aha a sus Este breve boceto tiene sola1nentc un propósito: indicar que,
autores fue establecido por Coleridge como sigue: ,,uno de los dos a pesar de la teoría y de los cánones formales ele la crítica, ha te-
puntos cardinales en poesía consiste en la adhesión fiel a los ca- nido lugar una de c.sa.srevoluciones que no vuelven atrás. El im-

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pulso más allá de todos los límites establecidos exteriormente dad suficiente para servir como ilustración de una importante ca-
toca a la naturaleza misma ele la obra del artista. Pertenece al ca- racterística del arte: tocio lo que estrecha las fronteras del material
rácter mismo de la mente creadora alcanzar y captar cualquier adecuado para su empleo en el arte reprime también la sinceridad
1naterial que la excita, de 111anera que el valor de ese material artística del artista individual. No permite el juego limpio y la expre-
puede extraerse y evidenciarse y llegar a ser el material ele una sión del interés vital; fuerza sus percepciones dentro de canales
nueva experiencia. La incapacidad de reconocer los límites 1nar- previamente trazados y ata las alas de la imaginación. Pienso que la
cados por las convenciones es la fuente de frecuentes denuncias idea ele que hay una obligación moral del artista para tratar ele ma-
de objetos de arte como inmorales. No obstante, una de las fun- terial »proletario», o cualquier material sobre la base de su influen-
ciones del arte es precisamente minar la timidez moral que hace cia en la fortuna y destino de los proletarios, es un esfuerzo para re-
a la mente avergonzarse de algunos materiales y renunciar a ad- gresar a una posición que el arte ya ha superado. No obstante, en la
mitirlos a la luz clara y purificante ele la conciencia perceptiva. medida en que el interés en lo proletario señala una nueva direc-
El interés de un artista es la única limitación al uso del material, ción la atención e implica la observación <le 1nateriales que antes se
y esta li1nitación no es restrictiva. Únicamente afirma un rasgo in- habían 01nitido, cierta1nente provocará la actividad de personas a
herente a la obra del artista, la necesidad de la sinceridad, la nece- quienes los viejos materiales no incitaban a la expresión, y descu-
sidad de que no finja ni se resigne. La universalidad del arte está brirán y ayudarán, por lo tanto, a romper barreras de las que no se
muy lejos ele negar el principio ele selección mediante el interés vi- daban cuenta antcrionnente. Soy un poco escéptico acerca del su-
tal, puesto que depende ele ese interés. Otros artistas tienen otros puesto sesgo aristocrático personal de Shakespeare. Me imagino
intereses y con su obra colectiva, no e1nbarazados por reglas fijas que su limitación fue convencional, familiar y, por consiguiente,
anteriores, cubren tocios los aspectos y fases ele la experiencia. El pertinente para halagar al patio lo mismo que a las plateas, pero
interés se hace unilateral y mórbido sólo cuando deja ele ser franco cualquiera que sea su fuente, limitaba su »universalidad».
y se hace insidioso y furtivo, como sucede, sin eluda, en la mayor La evidencia ele que el movimiento histórico del arte ha aboli-
parte de la explotación contemporánea del sexo. La identificación do las restricciones relativas a su asunto, justificadas alguna vez
que hace Tolstoi de la sinceridad como esencia de la originalidad sobre pretendidas bases racionales, no prueba que haya algo co-
compensa mucho de lo excéntrico que hay en su tratado sobre el mún en la materia ele todas las artes, pero sugiere que con la vasta
arte. En su ataque a lo meran1cnte convencional en poesía, declara extensión ele sus perspectivas para apropiarse (potencialmente)
que mucho de su material es prestado, ya que los artistas se ali- de cualquier cosa y de todo, el arte habría perdido su unidad, dis-
mentan como los caníbales unos ele los otros. Dice que el material perso entre artes afines, de forma que los árboles ya no nos deja-
básico consiste en «toda clase ele leyendas, sagas y tradiciones anti- rán ver el bosque ni las ramas nos dejarán ver un árbol si no hu-
guas; doncellas, guerreros, pastores, ennitaños, ángeles, demo- biera un núcleo de sustancia común. La réplica obvia a esta
nios ele todas clases; luz de la luna, truenos, montañas, el mar, pre- inferencia es que la unidad del arte reside en su forma común. La
cipicios, flores, cabelleras largas; leones, corderos, palomas, aceptación de esta réplica nos conduce, sin embargo, a la idea de
ruiseñores, porque han sido usados por artistas anteriores». que la materia y la forma están separadas, y nos devuelve, por
En su deseo de restringir el material del arte a temas sacados de consiguiente, a la aserción de que un producto artístico es sustan-
la vida del hombre común, obreros de fábricas, especialmente cia formada, y que lo que aparece a la reflexión como forma.
campesinos, Tolstoi pinta un cuadro de las restricciones conven- Independientemente ele determinado interés especial, toda
cionales, que está fuera de perspectiva. Sin embargo, hay en él ver- obra de arte es materia y materia solamente, de manera que el con-

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traste no es entre materia y forma, sino entre 1nateria relativamente unidad cualitativa; la atención es gobernada por dicha cualidad,
no formada y materia adecuadamente formada. El hecho de que la porque opera dentro de ella. Decir que los versos son el poema,
reflexión encuentre formas distintivas en la pintura no puede ha- y son su sustancia, es tan obvio, que es como decir nada. No obs-
cernos obviar el hecho de que una pintura consiste simplemente en tante, el hecho que registra esta afirmación evidente no podría
pigmentos colocados en una tela, puesto que cualquier arreglo y di- existir a menos que la materia, poéticamente sentida, no viniera
bujo que tengan es, después de todo, propiedad de la sustancia y primero, y de una manera tan unificada y compacta que determi-
de ninguna otra cosa. De n1odo se1nejante, la literatura, tal como nara su propio desarrollo, que es su especificaciém en partes dis-
existe, es sólo un cierto número de palabras, habladas y escritas. La tintas. Si el que percibe se da cuenta de las costuras y junturas
"materia" es todo y la forma un nombre para ciertos aspectos de la mecánicas en una obra de arte, es porque la sustancia no está go-
1nateria cuando la atención se dirige primaria1nente sólo a estos as- bernada por una cualidad que la impregna.
pectos. El hecho de que una obra de arte sea una organización de Esta cualidad no solamente debe estar en todas "partes", sino
energías y que la naturaleza de la organizaciém sea tan importante, que sólo puede ser sentida, es decir, experimentada inmediata-
no puede hacernos negar el hecho de que las energías son las orga- mente. No trato ele describirla, porque no puede ser descrita, ni si-
nizadas y que la organización no tiene existencia al margen de ellas. quiera señalada específicamente, ya que todo lo especificado en
una obra ele arte es una de sus diferenciaciones. Sólo trato de lla-
mar la atención hacia algo que todos pueden advertir, y que está
La comunidad de formas reconocida en las diferentes artes, presente en toda experiencia de una obra ele arte, tan completa y
implica una comunidad correspondiente de sustancia. Es esta im- profundamente presente que se considera como evidente. La "in-
plicación la que ahora me propongo explorar y desarrollar. He tuición" ha sido empleada por los filósofos para designar muchas
advertido previamente que el artista y el espectador empiezan cosas, algunas ele carácter sospechoso, pero la cualidad penetran-
con lo que puede ser llamado una captura total, un todo cualitati- te que corre por tocias partes en la obra ele arte y las liga en un todo
vo, no articulado todavía, cuyas partes no se distinguen. Hablan- individualizado, sólo puede ser "intuida" emocionalmente. Los di-
do del origen de sus poemas Schiller dice: "En mí la percepción ferentes elementos y las cualidades específicas de una obra de arte
se da primero, sin objeto claro y definido. Éste toma fonna des- se mezclan y funden de una manera que no puede ser imitada por
pués. Lo que precede es un peculiar modo musical de la mente. las cosas físicas. Esta fusión es la presencia sentida de la misma uni-
Después viene la idea poética". Interpreto que esta declaración dad cualitativa en todas ellas. Las ..partes" son discriminadas, pero
significa algo semejante a lo que acabo de afirmar. Además, el no intuidas. No obstante, sin la cualidad envolvente intuida, las par-
«modo» no solamente viene primero, sino que persiste como sus- tes son ajenas entre sí y se relacionan mecánicamente. Sin embar-
trato después de que surgen las diferenciaciones; en efecto, éstas go, el organismo que es la obra de arte no es diferente de sus par-
surgen como sus diferencias. tes o miembros, sino que consiste en sus partes en tanto miembros,
Incluso al principio, la cualidad total y maciza es única; aun un hecho que nos lleva de nuevo a la cualidad penetrante que per-
cuando sea vaga e indefinida, es sólo lo que es, y no otra cosa. Si manece igual al diferenciarse. El sentido de totalidad resultante es
prosigue la percepción, la discriminación aparece inevitablemen- rememorativo, expectante, insinuante, premonitorio. 1
te. La atención debe moverse, y al moverse, las partes, los miem-
hros, emergen del fondo. Y si la atención se mueve en una direc- 1. Aprovecho esta oportunidad para mencionar de nuevo el ensayo "Pensamiento
ción unificada en vez de vagar, es gobernada por la penetrante cualitativo" al que me he referido anteriormente, pág. 16',.

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No hay nombre que darle. Como vivifica y anima, es el espíri- pie; fijamos la vista sobre la roca, y luego sobre el musgo de la roca,
tu de la obra de arte. Es su realidad, cuando sentimos que la obra quizá luego tomamos un microscopio para ver algún delgado li-
de arte es real por sí 1nisma y no como una exhibición realista; es el quen. Pero ya sea que el fin de la visión sea vasto o pequeño, la
idioma en el que la obra particular está compuesta y expresada, y parte que focaliza nuestra experiencia la experitnentamos como
que le imprime individualidad; es el fondo que es más que espa- parte de un todo más amplio y comprensivo. Podemos extender el
cial, porque penetra y califica todo lo que enfoca la obra, todo lo campo de lo más estrecho a lo más amplio, pero por más ancho
que se distingue como parte y 1nie1nbro. Esta1nos acostu1nbrados a que sea el campo, siempre se siente como si no fuera el todo; los
pensar que los objetos físicos tienen aristas limitadas; cosas como márgenes se esfuman en esa extensión indefinida que la imagina-
rocas, sillas, libros, casas, crnnercios y la ciencia con su esfuerzo de ción llama el universo. Este sentido del todo comprensivo, implí-
medir con precisión ha confinnadu aquella creencia. Luego in- cito en las experiencias ordinarias, se intensifica dentro del marco
conscientemente transportamos esta creencia al carácter limitado de una pintura o de un poema. Esto es lo que, más que cualquier
de todos los objetos de experiencia (una creencia fundada en defi- purificación especial, nos reconcilia con los acontecimientos de la
nitiva en las exigencias prácticas de nuestro trato con las cosas) a tragedia. Los simbolistas han explotado esta fase indefinida del
nuestra concepción de la experiencia misma. Suponernos que la arte; Poe habla de «una sugestiva indefinición de efecto vago y, en
experiencia tiene los mismos límites definidos que las cosas por las consecuencia, espiritual", mientras que Coleridge dice que debe
que estamos interesados. Sin embargo, toda experiencia, incluso haber alrededor de la obra de arte algo no comprendido, para ob-
la más ordinaria, tiene un marco total indefinido. Las cosas, los ob- tener su pleno efecto.
jetos, son solamente puntos focales de un aquí y ahora en el todo En todo objeto explícito y focal hay una regresión hacia lo im-
que los circunda indefinidamente. Este tema es el «fondo« cualitati- plícito que no es no captado intelectualmente. En la reflexión lo
vo que se define y se hace consciente de un modo preciso en obje- llaman10.s oscuro y vago, pero en la experiencia original no se iden-
tos particulares y en propiedades y cualidades especílkas. Se aso- tifica como vago. Es una función de la situación total y no un ele-
cia la palabra intuición a algo místico y toda experiencia se hace mento en ella, como tendría que ser a fin de ser aprehendido como
mística en la medida en que el sentido, el sentimiento de su envol- vago. En el crepúsculo, la oscuridad es una cualidad deliciosa de
tura ilimitada, se intensifica, como puede suceder en la experien- todo el n1un<lo) es su manifestación más apropiada. Se convierte en
cia de un objeto de arte. Como dice Tennyson: un rasgo especializado y censurable cuando obstruye la percep-
ción distinta de alguna cosa particular que deseamos disce1nir.
Experience is an arch wherethro' La cualidad indefinida y penetrante de una experiencia es la
Gleams that untravel/ 'd world, whose margin Jlldes que liga todos los elementos definidos, los objetos de los que nos
Forever and furever when J move.* damos cuenta focalmente, haciéndolos un todo. La mejor eviden-
cia de que tal es el caso, es nuestro sentido constante de las cosas
Porque aun cuando hay un horizonte que limite, éste se des- como pertinentes o no pertinentes, de su relevancia, sentido que
plaza cuando nos movemos; porque nunca estamos totaln1ente li- es intne<liato. No puede ser un producto de reflexión, aun cuando
bres del sentido de que hay algo que está más allá. Dentro del se requiere reflexión para averiguar si alguna consideración parti-
mundo limitado visto directamente hay un árbol con una roca a su cular es pertinente a lo que hacemos o pensamos. Porque si el
sentido no fuera in1nediato no tendríamos guía para nuestra refle-
• "La experiencia c.s un arco a través del cual / brilla ese mundo inexplorado, cuyo
margen se desvanece/ para siempre y para siempre cuando me muevo,• (N. del t.) xión. El sentido de un todo extensivo y subyacente es el contexto

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de toda experiencia y es la esencia de la cordura. Para nosotros, lo del pasado y de sus recursos varios, sólo opera a través de un rne-
insano, lo que carece de cordura, es aquello que ha sido desposeí- dio particular, el del ojo, aun cuando está en interacción con el
do del contexto común y que se muestra solo y aislado, como si ojo, el oído y el tacto. Las bellas artes dependen de este hecho y lo
no perteneciera a nuestro inundo. Sin un n1arco indctenninado el desarrollan hasta su máximo de significación. En cualquier per-
material de toda experiencia es incoherente. cepción visual ordinaria, vemos por medio de la luz, distinguimos
La obra de arte muestra y acentúa esta cualidad de ser un todo por medio de los colores reflejados y refractados, esto es evidente.
y de pertenecer a un todo más amplio y comprensivo, que es el No obstante, en las percepciones ordinarias, este medio que es el
universo en el que vivimos. Pienso que este hecho es la explica- color está mezclado, adulterado. Mientras vemos, también oímos;
ción de ese sentimiento de exquisita inteligibilidad y claridad que sentimos presiones y calor o frío. En una pintura, el color presen-
tenemos en presencia de un objeto experimentado con intensidad ta la escena sin estas mezclas e impurezas. Son parte de la escoria
estética. Explica también el sentimiento religioso que acompaña que se elimina y abandona en un acto de expresión intensificada.
la percepción estética intensa. Nos introduce, por decirlo así, a un El medio se hace solamente color, exaltando su expresividad y
mundo que está más allá de este mundo, y que es, sin embargo, la energía, puesto que sólo el color debe conducir ahora las cualida-
realidad más profunda del mundo en el que vivimos en nuestras des del movimiento, tacto, sonido, etc., que están físicamente pre-
experiencias ordinarias. Nos lleva más allá de nosotros misinos sentes por cuenta propia en la visión ordinaria.
para encontrarnos a nosotros 111is1nos.No puedo ver ninguna Se dice que las fotografías tienen para un pueblo primitivo una
base psicológica para tales propiedades de una experiencia, ex- cualidad mágica temible. No es cuerdo que las cosas sólidas y vi-
cepto que, de algún modo, la obra de arte opere para ahondar y vientes se presenten así. Hay pruebas de que cuando tocia especie
elevar a una gran claridad ese sentido de un todo envolvente e in- de representación gráfica hizo su primera aparición, se les otorga-
definido que acompaña toda experiencia normal. Este todo es en- ba un poder mágico. Su poder de representación sólo podía venir
tonces sentido como una expansión de nosotros 1nismos. Porque de alguna fuente sobrenatural. Para quien no se ha curtido con el
sólo a quien se frustra el deseo particular por un objeto por el que contacto común de representaciones pictóricas, hay todavía algo
estaba obsesionado, como Macbeth, encuentra que la vida es un de milagroso en el poder de una cosa contraída, plana, uniforme
cuento relatado por un idiota, lleno de ruido y de furia y que no para describir el universo amplio y diversificado de las cosas ani-
significa nada. Cuando el egotismo no es la medida de la realidad madas e inanimadas; por esta razón es posible que ..afie,, popular-
y del valor, somos ciudadanos de este vasto mundo más allá de mente tienda a denotar la pintura, y ..artista" al que pinta. El hombre
nosotros mismos, y toda intensa percepción de su presencia con primitivo tan1hién otorga a los sonidos, cuando se usan co1no pala-
nosotros y en nosotros, trae un sentido peculiarmente satisfacto- bras, el poder de gobernar de modo sobrenatural los actos y secre-
rio de la unidad que tiene en sí mismo y con nosotros. tos de los hombres y conjurar las fuerzas de la naturaleza siempre
que halle las palabras adecuadas. El poder de los simples sonidos
para expresar en literatura todos los acontecimientos y objetos, es
Toda obra de a1te posee un medio particular que conduce, igualmente maravilloso.
entre otras cosas, al todo cualitativo y difuso. En toda experiencia Tales hechos me parece que sugieren el papel y la significa-
tocamos el mundo, mediante algún tentáculo particular; prosegui- ción de los medios en el arte. A primera vista no parece un hecho
mos nuestro trato con él, l1ega de lleno hasta nosotros, mediante digno de notarse que todo arte tiene un medio propio. ¿Por qué es-
un órgano especializado. El organismo entero con toda su carga cribir que la pintura no puede existir sin el color, la música sin el

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sonido, la arquitectura sin la piedra y la 1nadera, la escultura sin consideración extraña, como el coste econó1nico. No obstante,
mármol y hronce, la literatura sin palahras, la danza sin el cuerpo en el n101nento en que decimos «medios" nos referitnos a medio.s
viviente' Creo que la respuesta ha siclo indicada. En tocia experien- incorporados en el resultado. Incluso los ladrillos y la mezcla se
cia hay un todo cualitativo, penetrante y suhyacente que manifies- hacen parte de la casa en cuya construcción se e1nplea; no son
ta tocia la organización ele las actividades que constituyen la miste- meros 1nedios para su erección. Lo.scolores son la pintura; los to-
riosa contextura humana. No ohstante, en toda experiencia este nos son la 1núsica. Un cuadro pintado a la acuarela tiene una cua-
mecanisn10 co1nplejo, diferenciado y n1emorizador, opera a través lidad diferente del pintado al óleo. Los efectos estéticos pertene-
ele estructuras especiales que no se dirigen ele modo difuso y dis- cen intrínsecainentc a su medio; cuando se sustituye el medio
perso a todos los órganos al mismo tiempo) excepto en el pánico, obtenemos un bosquejo más que un objeto ele arte. Aun cuando
cuando, corno decünos con verdad, se ha perdido la cabeza. La la sustitución se practique con extrema viI1uosidad o por alguna
noción del ,,Medio,, en el arte helio denota el hecho de que esta es- razón cxtr.iña al fin deseado, el producto es tnecánico o es una
pecialización individual ele un órgano particular de la experiencia, impostura chabacana, como los entablados que se pintan para si-
alcanza el punto en el que todas sus posihilidades se explotan. El mular la piedra en la construcción de una catedral, porque la pie-
ojo o el oído cuando son activos centraltnente, no pierden su ca- dra es parte integrante no sólo de la construcción física sino tam-
rácter específico y su especial adecuación como portadores <le una hién del efecto estético.
experiencia, que son los únicos capaces de hacer posible. En el La diferencia entre las operaciones externas e intrínsecas se
arte, la vista o la audición que se dan dispersas y mezcladas en las encuentra en todo.s los asuntos de la vida. Un estudiante estudia
percepciones ordinarias, se concentran hasta que el oficio peculiar para pasar un exa1nen, para obtener la promoción. Para otro, los
del medio especial opera con plena energía, sin distracción. medios, la actividad de aprender, es con1pleta1nente una con sus
,,Meclium,,significa ante todo un intermediario. La significación resultados. La consecuencia, la instrucción, la ilustración es una
ele la palahra ,,medio,, es la misma. Son las cosas mediadoras, inter- con el proceso. Algunas veces viajamos a algún lugar porque te-
mediarias, a través ele las cuales se da paso a algo remoto. Sin em- nemos negocios en éste, y si fuera posible) suprimiríatnos el viaje.
bargo, no tocios los medios son mediadores. Hay dos clases de Otras veces viajamos por el deleite de movernos y de ver lo visi-
medios. Los de una especie son externos respecto a lo que reali- ble. El medio y el fin entran en coalescencia. Si recorremos en la
zan; los de la otra, se incorporan a las consecuencias producidas mente un cierto número de casos como éstos, vemos luego que
y permanecen inmanentes a ellas. Hay finales que son cesaciones siempre que medios y fines son externos recíprocamente, son no
bien recibidas y hay finales que son el cumplimiento de algo an- estéticos. Esta exterioridad puede aún ser considerada como una
terior. La herramienta de un obrero es muy a menudo sólo un an- definickm de lo no estético.
tecedente del salario que recibe, como el consumo ele gasolina es Ser ,bueno,, con el fin de evitar el castigo, ya sea ir a la cárcel
meramente un medio para el transporte. El medio cesa de actuar o al infierno, hace la conducta fea. Es tan poco estético como ir a
cuando el ,,fina[,,es alcanzado; nos alegraríamos, por regla gene- la silla del dentista para evitar un daño permanente. Cuando los
ral, de obtener el resultado sin tener que emplear el medio. Éste griegos identificaban lo hueno y lo bello en la acción, revelaban,
sería solamente un andamio. en su sentimiento de gracia y proporción en la conducta recta,
Tales medios, o medios externos como propiamente los de- una percepción ele la fusión ele medios y fines. Las aventuras de
nominan1os, son generaln1ente tales que otros pueden sustituir- un pirata tienen al menos una atracción romántica que falta a las
los; los medios particulares empleados se determinan por alguna penosas adquisiciones del que está dentro de la ley, simplemente

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porque piensa que al final le saldrá más a cuenta hacerlo así. Una tura. Un disco de música es el vehículo de un efecto y nada más.
gran parte de la repulsión popular contra el utilitarismo en la teo- La música que sale de él es también un vehículo, pero es algo
ría moral se debe a su exageración del puro cálculo. «Decoro» y más; es un vehículo que se funde con lo que lleva a bordo; que
»propiedad» que tenían antes un significado favorable, porque era entra en coalescencia con lo que transporta. Físicamente un pin-
estético, toman una significación vil porque se entiende que de- cel y el movimiento de la mano al aplicar el color en la tela, son
notan afectación o atildamiento adoptado por el deseo de un fin externos a la pintura. No así artísticamente, puesto que las pince-
externo. En todos los rangos de la experiencia, la exterioridad de ladas son parte integrante del efecto estético de una pintura
medios define lo mecánico. Gran parte de lo que se denomina cuando es percibida. Algunos filósofos han enunciado la idea de
espiritual es también no estético. No obstante, esta carencia esté- que el efecto estético de la belleza es una especie de esencia eté-
tica se debe a que las cosas denotadas por la palabra, ejemplifi- rea que para acomodarse con la carne se ve impelida a usar ma-
can también la separación de medio y fin; el »ideal» está tan sepa- terial sensible como vehículo. La doctrina implica que si el alma
rado de la realidad, por la cual es posible aspirar a él, que acaba no estuviera aprisionada en el cuerpo, la pintura existiría sin co-
por resultar insípido. Lo »espiritual» toma el cuerpo y la solidez de lores, la música sin sonidos y la literatura sin palabras. Sin embar-
forma requerida por la cualidad estética sólo cuando está encar- go, aparte de los críticos que nos dicen cómo sienten sin decirlo
nado en el sentido de las cosas efectivas. Incluso los ángeles de- o saberlo en función de los medios usados, y aparte de las perso-
ben ir dotados por la imaginación con cuerpos y alas. nas que identifican el sentimiento con la apreciación, los medios
Me he referido más de una vez a la cualidad estética que y el efecto estético están completamente fundidos.
puede ser inherente al trabajo científico. Para el profano, el mate- La sensibilidad a un medio como tal medio es el corazón mis-
rial del hombre de ciencia es generalmente prohibitivo; para el mo de toda creación artística y percepción estética. Tal sensibili-
investigador existe una cualidad satisfactoria y que se consuma, y dad no se entrega a un material extraño. Cuando, por ejemplo, las
las conclusiones resumen y perfeccionan las condiciones que pinturas se miran como ilustraciones de escenas históricas, de lite-
han conducido a aquélla. Además, tienen a veces una forma ele- ratura, de escenas fatniliares, no se percihen en función de sus
gante y aun austera. Se dice que Clerk-Maxwell introdujo una vez medios. O cuando se miran simplemente con referencia a la técni-
un símbolo a fin de hacer simétrica una ecuación física y que sólo ca empleada, no se perciben estéticamente, puesto que también
más tarde los resultados experimentales dieron al símholo su sig- se separan de sus fines. El análisis de todas esas posiciones susti-
nificado. Supongo que es también cierto que si los hombres de tuye al goce estético. Es cierto que los artistas a menudo parecen
negocios fueran solamente sacacuartos, como suponen a menu- considerar la obra de arte desde un punto de vista exclusivamente
do los extraños que no les tienen simpatía, los negocios serían técnico, y el resultado es al menos agradable después de tomar
mucho menos atractivos de lo que son. En la práctica, pueden una dosis de lo que se considera co1no «apreciación». No obstante,
participar de las propiedades de un juego que aun cuando sea en realidad, estas personas muchas veces sienten la totalidad de
socialmente perjudicial, debe tener una cualidad estética para tal manera que no es necesario para ellas insistir en el fin, que es
aquellos a quienes cautiva. la totalidad en palabras y así se libran de considerar cómo se pro-
Los medios son entonces medios cuando no son únicamente duce esta última.
preparatorios o preliminares. Como medio, el color es un puente El medio es un mediador. Es un intermediario entre el artista
entre los valores débiles y dispersos en las experiencias ordina- y el espectador. Tolstoi, en medio de sus preconcepciones mora-
rias y la nueva percepción concentrada ocasionada por una pin- les, habla a menudo como artista. Cumple esta funci(m de artista

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cuando hace la observación, ya citada, sobre el arte como lo que ficado de lo que experimentamos, El uso artístico de un medio
une, Lo importante para la teoría del arte es que esta unión se signilka que se excluyen factores irrelevantes y que se emplea un
efectúa mediante el uso de un material especial como medio, Por único sentido concentrada e intensamente, para hacer el trabajo
te1nperamento, quizá por inclinación y aspiración, todos somos que ordinaria1nente se hace de modo disperso con la contribu-
artistas hasta cierto punto, Lo que nos falta es lo que caracteriza ción de más sentidos, No obstante, llamar ilusión al resultado es
al artista en ejercicio, Porque el artista tiene el poder de captar mezclar materias que deben distinguirse, Si la medida del mérito
una clase especial de materia y convertirla en un auténtico medio artístico fuera pintar una 111oscaen una pera de manera que nos
de expresión. Los den1ás necesitamos muchas vías materiales impulsara a ahuyentarla, o uvas en una tela de manera que los pá-
para dar expresión a lo que quisiéramos decir, Entonces, la mul- jaros vinieran a picarla, un espantapájaros sería una obra de arte
titud de agentes empleados se interfieren, y hacen la expresión consumada, cuando logra alejar los pájaros.
turbia, mientras que la masa de material empleado la hace confu- La confusión de la que acabo de hablar puede aclararse, Hay
sa y tosca. El artista persiste en su órgano escogido y su corres- algo físico en la sensación ordinaria de la existencia real, El me-
pondiente material, y así la idea sentida simple y concentrada- dio está constituido por el color y por el sonido. Y tenemos una
mente, en funci(m del medio, llega pura y clara, Ejecuta su juego experiencia que da una sensación de realidad, probablemente
intensamente porque lo juega estrictamente, exaltada, Esta sensación sería ilusoria si fuera semejante a la de la
Algo que Delacroix dijo de los pintores de su tiempo se apli- existencia real del medio, pero es muy diferente, En la escena los
ca generalmente a los artistas inferiores. Dijo que usaban colora- medios, los actores, sus voces y sus gestos, están realtnente ahí,
ción más bien que color. La afirmación significa que aplicaban el existen, y el espectador cultivado obtiene como consecuencia un
color a sus objetos representados en vez de realizarlos por el co- sentido exaltado (su poniendo que la obra sea genuinamente ar-
lor, Este procedimiento significa que los colores como medios y tística) de la realidad de las cosas de la experiencia ordinaria,
los objetos y escenas pintados se 1nantenían separados. No usa- Sólo el espectador no cultivado tiene una ilusión tal de la reali-
ban el color co1no medio con devoción completa. Sus n1entes y dad representada, que identifica la acción con la realidad mani-
experiencia estaban divididas, Medio y fin no entraban en coales- festada en la presencia física de los actores, de manera que trata
cencia, La más grande revolución estética en la historia de la pin- de agregarse a su acción, Una pintura de árboles o rocas puede
tura tuvo lugar cuando el color se usó estructuralmente; entonces hacer más viva que antes la realidad característica del árbol o la
las pinturas dejaron de ser dibujos coloreados, El verdadero artis- roca, Con todo, esto no implica que el espectador considere que
ta ve y siente en función de su medio y quien ha aprendido a una parte de la pintura sea una roca verdadera, de suerte que pue-
percibir estéticamente imita esta operación. Otros llevan su visión da trabajarla o sentarse en ella, Lo que convierte a una materia en
de la pintura y su audición de la música preconceptos sacados de un medio es que se use para expresar un significado distinto al
fuentes que obstruyen y confunden la percepción, que tiene en virtud de su pura existencia física; no el significado
El arte bello es definido algunas veces como poder para crear de lo que es físicamente, sino de lo que expresa,
ilusiones, Hasta donde puedo comprender, esta afirmación es de- La discusión del fondo cualitativo de la experiencia y del me-
cididamente una manera poco inteligente y equívoca de afirmar dio especial a través del cual se proyectan en ella distintos signifi-
una verdad, es decir, que los artistas crean efectos por el dominio cados y valores, nos pone en presencia de algo común a la sustancia
de un solo medio, En la percepción ordinaria, dependemos de la de las artes, Los medios son diferentes en las diferentes artes, pero
contribución de una multitud de fuentes para entender el signi- la posesión de un medio pertenece a todas ellas, De otra mane-

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ra no serían expresivas, ni podrían poseer forma sin esta sustan- por el otro. Encontraríamos que los cambios que hacemos a fin de
cia común. Me refería antes a la definición del doctor Barnes de la obtener una crnnposición n1ejor, sirven también para dar a las
fonna corno integración a través de relaciones de color, luz, línea partes una individualización, una precisión en la percepción que
y espacio. El color es evidenternentc el medio, pero las otras artes no tenían antes.
no solan1ente tienen algo correspondiente al color con10 1nedio, La misma idea vale cuando se trata del acento y los intervalos.
sino que tienen como propiedad de su sustancia algo que ejerce la Éstos se determinan por la necesidad de mantener las relaciones
mistna función que la línea y el espacio ejecutan en una pintura. que ligan las partes en un todo, pero también, sin estos ele1nen-
En la pintura la línea demarca, delimita. y el resultado es la pre- tos, las partes serían un revoltijo, en el que correrían sin rumbo
sentación de distintos objetos, siendo la figura el medio por el unas contra otras; les faltaría la demarcación que individualiza. En
cual una masa de otra manera indiscritninada se define en objetos la música o en el verso serían lapsos sin sentido. Si un cuadro es
identificahles, personas, montañas, césped. Todc>arte tiene 111iem- una pinturJ., debe ser no solamente ritmo, sino que la masa ----el
bros individualizados, definidos; y todo arte usa su medio sustan- sustrato común del color- debe estar definida en figuras; de otra
cial de manera que da multitud de partes a la unidad de sus crea- manera sería una mancha, un borrón.
ciones. Hay pinturas en las que los colores son tenues y, sin embargo,
La función que probablemente asignamos a la línea, a prime- la pintura nos da un sentido de brillo y esplendor, mientras que en
ra vista, es la de la forma. Una línea liga, conecta, es un medio in- otras pinturas los colores brillan hasta lo estridente y, a pesar de
tegral de ritmo detenninante. La reflexión muestra, sin e1nbargo, ello, el efecto total es insípido. El color brillante, vívido, si no está
que lo que proporciona la relación justa, en una dirección, cons- en ,nanos del attista, sugiere con razón un crotno, pero un artista
tituye la individualidad de partes en otra dirección. Supongamos puede exaltar la energía con un color pomposo en sí mis1no o in-
que estainos mirando a un paisaje ordinario, «natural»,que con- cluso turbio. La explicaciún de tales hechos es que el artista usa el
siste en árboles, arbustos, un claro en el ca,npo cubierto de hier- color para definir un objeto, y realiza esta individualizaci<m tan
ba, y algunas lon1as en el fondo. La escena consiste en estas par- completamente que el color y el objeto se funden. El color es del
tes, pero no están en buena composición en lo que respecta a la objeto y el objeto está expresado en todas sus cualidades, a través
escena completa. Las lomas y algunos de los árboles no están del color. Porque son los objetos los que brillan -las gemas Y la
bien colocados; queremos arreglarlos de nuevo. Algunas de las luz del sol-; y son los objetos los que son espléndidos --coronas,
ratnas no armonizan, y mientras que algunos de los arbustos es- telas, luz del sol-. Excepto cuando expresan objetos, puesto que
tán bien arreglados, otras partes están colocadas confusamente. las cualidades de color son significativas de los materiales de la ex-
Física,nente las cosas mencionadas son partes de la escena, periencia ordinaria, los colores puros producen solamente excita-
pero no son partes de ella si la ton1arnos con10 un todo estético. ciones pasajeras, co1no el rojo excita 1nientras que otros colores
Ahora nuestra primera tendencia, 1nirando al asunto de manera calman. Tomemos el arte que queramos y podremos ver que el
estética, sería probablemente atribuir los defectos a la forma, bajo medio es expresivo porque se usa paw individualizar y definir, no
el aspecto de una relaciún inadecuada y perturbadora del contor- en el sentido del contorno físico, sino en el sentido de expresar
no, la n1asa y la situación. No nos equivocaríam9s al sentir que la aquella cualidad que es una con el carácter de un objeto; el medio
discordancia y la interferencia nacen de esta fuente; pero si lle- hace distintivo el carácter mediante el énfasis.
vamos el análisis adelante, vemos que el defecto de las relaciones, ¿Qué sería una novela o un e.Iraniasin diferentes persona;.:;,si-
por un lado, es defecto de la estructura individual y ele su claridad tuaciones, acciones, ideas, movilnicntos, acontcciinientos? Estos

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están divididos técnicamente en actos y escenas en el drama en de esta proposición respecto al universo, pero como una medida de
varias entradas y salidas con todos los artificios de la escena. ~on la realización artística, es cierto que cada parte de una obra de arte
justamente medios de dar a los elementos el relieve que comple~ está constituida así, puesto que es susceptible de una diferenciación
te los ohJetos y episodios, como los silencios en la música no son perceptiva infinita. Vemos edificios en los que hay poco o nada en
v~1cíos.,sino que al continuar un ritmo puntúan e instituyen la indi- las partes que detenga la atención, a no ser la pura fealdad. 2 Nues-
vidualidad. ¿Qué sería una estructura arquitectónica sin diferencia- tros ojos literalmente van de un lado a otro. En la música trivial, las
ciún de __masas, diferenciación que no es sólo física y espacial, sino partes son simples medios de paso; no nos detienen co1no partes,
qu~ define las partes, ventanas, puertas, cornisas, soportes, techos, ni cuando la sucesión prosigue, nos detiene el mornento anterior
etc.! Con todo, insistiendo indebidamente en un hecho, siempre como una parte; en la novela estéticamente barata, podemos reci-
pres~nte en cualquier crnnplejo significativo, puede parecer que bir una impresión de la excitación del movüniento, pero no hay
convierto en un misterio una cosa fan1iliar en nuestra experiencia nada en que detenerse a 1nenos que sea un objeto o acontecimien-
---es decir, que ningún todo es significativo para nosotros si no to individualizado. Por otro lado, la prosa puede tener un efecto
e~tú constituido ele partes significativas por sí 1nismas, indepen- sinfónico cuando su articulaciún se extiende hasta cada particula-
dientemente del todo al que pertenecen~ o, en otras palabras, ridad. Cuando más contribuye al todo, la definición de las partes
que ninguna con1unidad significativa puede existir si no está com- más ilnportante es en sí mismo.
puesta de individuos significativos. Mirar una obra de arte con el fin de ver si ciertas reglas han
El acuarelista americano John Marin ha dicho de una obra sido bien observadas, y se conforma a los cánones, e1npobrece la
de arte: percepción. Sin en1bargo, si tratan1os de advertir cómo se satisfa-
cen ciertas condiciones, tales como los inedias orgánicos que ex-
La Identidad asoma como la gran áncora. Y como la naturaleza presan y realizan partes definidas, o si el problema de la indivi-
al modelar al hombre se ha adherido estrictamente a la Identidad dualización adecuada está resuelto, aguzaremos la percepción
Cabeza, Cuerpo, Miembros y sus contenidos separados, identidade~ estética y enriqueceremos su contenido. Porque todo artista cu1n-
en sí mismas, elaborando lo mejor posible cada parte dentro de sí ple la operación a su 1nodo y nunca se repite cxactan1ente en dos
misma Y con las otras partes, sus vecinas, Se aproxima a un bello de sus obras. Se entrega a todo medio técnico que pueda darle re-
e4tlilibrio, de manera que este producto artístico está hecho con
sultado. y si captamos este método característico de trabajo nos
identidades vecinas. Y si una identidad en esta elaboración no toma
iniciaren1os en la comprensión estética. Un pintor da 1nás indivi-
su lugar y parte, es una mala vecina. Y si las cuerdas 4ue conectan
los vecinos no toman sus lugares y partes, producen un mal servi- dualidad al detalle con líneas fluidas, esfumadas, que otro artista
cio, un mal contacto. Así este producto de arte es en sí mismo una con el perfil más agudo. Uno hace con la técnica del claroscuro lo
aldea. que otro con la luz fuerte. No es raro encontrar en Rembrandt di-
bujos, líneas, dentro de una figura, que son más vigorosas que las
Estas identidades son partes que en sí 1nis1nas son totalidades que lo limitan exteriormente; y, sin embargo, es una ganancia,
individuales en la sustancia de la obra de arte más que un sacrificio de la individualidad. De modo general, hay
En el gran arte no hay límite a la individualización de partes dos métodos opuestos; el del contraste, el del estaccato, el brusco
den~r~. d.e las partes. Leibniz enseñó que d universo es un organis- 2. La explic:ici{m dl'l hecho de que las cosas feas por ....
í mismas puedan contribuir
mo mhn1to porque cada cosa orgánica está constituida ad infinitum al etecto estético de un todo, se debe, sin duda, al hecho de que ...e usan de m:rnera que
por otros organistnos. Se puede ser escéptico en cuanto a la verdad contribuyen a la individualización d<-,las p;.11te:-dentro de un todo.

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y el del fluido, esfumado, la gradación sutil, De aquí podemos El pasaje merece citarse por su enfático reconocimiento de la
avanzar al descuhrimicnto de refinamientos siempre crecientes. necesidad de definición e individualización de las partes de una
Como ejemplos de los dos métodos en su amplitud, podemos to- obra de arte, pero también indica la limitación que puede acompa-
mar eje1nplos citados por Leo Stein: «Compárese, <lice, el verso de ñar a un modo particular de visión, cuando es intensa.
Shakespeare "en la cuna de lo que surge rudo e imperioso" con el Hay otra materia que es común a la sustancia de todas las
verso "cuando los carámbanos penden de la pared".,, En el prime- obras de arte, El espacio y el tiempo -o más bien el espacio-
ro, hay contrastes como cuna-lo-q_ue-surge, imperioso-rudo, con- tiempo--- se encuentran en la materia de todo producto artísti-
trastes de vocablos y también de ritmo, En el otro dice: ,cada ver- co. En las artes no son ni los continentes vacíos, ni las relaciones
so es con10 un eslabón en una cadena ligeramente colgante, o aun formales que las escuelas de filosofía a veces han pensado que
con10 una cornisa que se toca fácilmente con sus sen1ejantes". El representan, Son sustanciales; son propiedades de toda clase de
hecho de que el método brusco conduce más directamente a la material empleado en la expresión artística y en la realización es-
definici(m y el de la continuidad al establecimiento de relaciones, tética, Imagínese que al leer Macbeth se intenta separar las brujas
es quizá una razón por la cual los artistas han querido invertir el de los matorrales o que en el asunto de Keats ( Oda a una urna
proceso y aumentar así la cantidad de energía producida, griega) se separan las figuras corpóreas del sacerdote, las donce-
Es posible que tanto el espectador como el artista lleven a tal llas y terneras, de algo llamado alma o espíritu, En la pintura, el
punto su predilección por un método particular de lograr la indi- espacio ciertamente une, ayuda a constituir la forma, pero es
vidualización, que confundan el método con el fin y nieguen que también directamente sentido, percibido como cualidad, Si no
éste exista cuando les repelen los medios empicados para reali- fuera así, una pintura estaría llena de lagunas que desorganiza-
zarlo, Del lado del público, este hecho se ilustra en amplia escala rían la experiencia perceptora, Los psicólogos, hasta William Ja-
por la acogida que da a la pintura cuando los artistas dejan de em- mes, les enmendó la plana, acostumbraban encontrar cualidad
plear el sombreado necesario para delimitar figuras, usando en temporal sólo en los sonidos, y algunos de ellos consideraban in-
vez de esto una relación de colores. Esto es evidente de 1nodo pe- cluso esto una cuestión de relaciones intelectuales en vez de una
culiar dentro del arte, en alguien que es significativo en la pintura cualidad distintiva, como cualquier otro rasgo del sonido, James
(pero especialmente en el dibujo) y grande de modo preeminente mostró que los sonidos eran también volunünosos espacialmen-
en la poesía, con10 Blake. Éste negaba 111éritoestético a Ruhens, a te, un hecho que todo músico ha empleado y exhibido en la
Rembrandt y a las escudas veneciana y flamenca, de modo gene- práctica, ya lo haya formulado teóricamente o no, Como sucede
ral, porque trahajahan con "líneas rotas, masas rotas y colores ro- con las otras propiedades de la sustancia de las que hemos habla-
tos», justamente los factores que caracterizan la gran renovación do, las bellas artes buscan y realizan esta cualidad de todas las
de la pintura hacia el fin del siglo XIX, Anadía: cosas que experimentamos, y la expresan en el arte rnás enérgica
y claramente que en las cosas de donde la extraen, Mientras que
La gran regla de oro del arte, así como de la vida es ésta: mien- la ciencia toma el espacio y el tiempo cualitativos y los reducen a
tras la línea limítrofe es más distinta, cortante y flexible, es más per- relaciones que entran en ecuaciones, el arte les hace abundar en
fecta la obra de arte, y mientras menos flexible y cortante, mayor es su propio sentido, como valores significativos de la sustancia
la evidencia de imaginación débil, plagio y chapucería [...] La falta misma de todas las cosas,
de esta forma determinada y limitante evidencia la falta de ideas Ln
El movimiento en la experiencia directa es una alteración en
la mente del artista y la pretensión de plagio en todas sus ramas.
las cualidades de los objetos, y el espacio experimentado es un

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aspecto <le este cambio cualitativo. Arriba y abajo, atrás y adelan- ción y del retardo, del apretar y del aflojar, <le la súbita introduc-
te, ir y venir, este y ese lado ---o derecha e izquierda-, se sienten ción y de la insinuaciém gradual de las cosas. La expresión es abs-
de rnodo diferente. La razón es que no son puntos estáticos, en tracta porque está libre <le la atadura a esto o a aquello, mientras
algo en sí mismo estático, sino objetos en movimiento, camhios que al misn10 tiempo es intensamente directa y concreta. Pienso
cualitativos <le valor. Porque «atrás« es la abreviatura <le hacia que sería posihle sostener la aserción de que, sin las artes, la ex-
atrás, y «adelante«, <le hacia adelante. Suce<le lo mismo con la ve- periencia de los volúmenes, masas, figuras, distancias y direccio-
loci<la<l. Matemáticamente no hay cosas tales como rápi<lo y len- nes del cambio cualitativo, hubiera permanecido rudimentaria,
to, sino que señalan simplemente un más o un 111cnosen una es- como algo débilmente aprehendido y dificilmente capaz de co-
cala numerada. En tanto experiencias son cualitativamente tan municación articulada.
diferentes como lo son el ruido y el silencio, lo caliente y lo frío. Mientras que el énfasis de las artes plásticas se pone en los as-
Verse obligado a esperar largo tiempo un acontecitniento in1por- pectos espaciales <lel cambio, y el <le la música y la literatura en lo
tante supone una duración muy diferente a la que mi<le el movi- temporal, la diferencia es solamente de énfasis dentro <le una sus-
miento de las manecillas <lel reloj. Es algo cualitativo. tancia con1ún. Cada una posee lo que la otra explota activamente y
Hay otra involución significativa de tie1npo y movitniento en su posesión es un fondo sin el cual las propiedades que el énfasis
el espacio. Está constituida no solamente por tendencias directi- pone al frente estallarían en el vacío, evaporándose en una homo-
vas -arriba y abajo, por cjen1plo-, sino por 111utuas aproxitna- genei<la<l imperceptible. Se pue<le instituir una correspondencia
ciones y retiradas. Cerca y lejos, préiximo y distante, son cualida- casi punto por punto entre, digamos, los compases iniciales <le la
des de importancia apremiante, a menu<lo trágica, es <lecir, tal Quinta Si1,fonía de Beethoven y el orden serial <le pesos, de volú-
como son experimentadas, no solamente enunciadas mate1nática- menes pesados, en los Jugadores de Cartas de Cézanne. A conse-
111enteen la ciencia. Significan aflojar y apretar, expandir y contraer, cuencia de la cualidad <le!volumen que pertenece a ambas, la sin-
separar y comprimir, remontar y descender, levantar y caer; lo que fonía y la pintura tienen poder, fuerza y solidez, como un macizo y
se dispersa y se <lisipa, lo que ronda y se asienta, la ligereza in- bien construido puente de piedra. Ambas expresan la dureza <le lo
sustancial y el golpe macizo. Tales acciones y reacciones son la que es estructuralmente resistente. Dos artistas con 1nedios dife-
materia misma de la que están hechos los objetos y los aconteci- rentes ponen la cualidad esencial de una roca en cosas tan diferen-
1nientos que experimentamos. Pueden ser descritos en la ciencia tes como una pintura y una serie de sonidos complejos. Uno hace
porque son reducidos a relaciones que difieren sólo tnatemática- su obra con color más espacio, el otro con sonido más tie1npo, que
mcnte, puesto que la ciencia se interesa en lo remoto e idéntico en este caso tiene el volumen tnacizo del espacio.
o en las cosas que se repiten co1no condiciones de la experien- El espacio y el tiempo experimentados no son solamente
cia ordinaria y no con la condición <le la experiencia es por sí cualitativos, sino que están infinitan1ente diversificados en cua-
n1isma. Con todo, en la experiencia están infinitainente diversifi- lidades. Podemos reducir la diferenciación a tres temas genera-
cados y no pueden ser descritos, mientras que en las obras de les: Sitio, Extensión, Posición -espaciosidad, espacialidad, es-
arte están expresados. Porque el arte es una selección de lo signi- pacianüento- o en términos de tiempo -transición, duración y
ficativo que conlleva el rechazo, por el mismo impulso, de lo que datación-. En la experiencia, estos rasgos se califican uno al
es irrelevante. Por eso lo significativo se comprime e intensifica. otro en un solo efecto. Generalmente uno predomina sobre los
La música, por ejemplo, nos da la esencia 1nisma de la caída otros, y, sin embargo, aunque no tienen una existencia separada,
y de la elevaciém exaltada, <lcl surgir y del retirarse, de la acelera- pueden ser distinguidos por el pensamiento.

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El espacio es sitio, Ruum, y sitio es espaciosidad, una oportu- te indeterminadas- estaría, sin embargo, en blanco y vacío. El es-
nidad para ser, vivir y moverse. El término 1nismo «espacio en el pacio y el tiempo en la experiencia consisten ta1nbién en estar ocu-
que respirar", sugiere el bloqueo, la opresión que resulta cuando pados, llenándose, y no como algo que se rellena desde fuera. La
las cosas están constreñidas. La angustia aparece como una reac- espacialidad es masa y volumen, como la temporalidad es perma-
ción de protesta, contra la limitación Hja de movimiento. La falta nencia, no sólo duración abstracta. Los sonidos, al igual que los co-
de espacio es negaciém de la vida, y el espacio abie1to la afirma- lores, se encogen y se extienden, y los colores como los sonidos se
ción de su potenciali<la<l. El amontonamiento, aun cuando no im- elevan y caen. Como he apuntado antes, William James hizo evi-
pide la vida, es irritante. Lo que es cierto del espacio lo es del dente la cualidad voluminosa de los sonidos, y no es metáfora
tiempo: necesitamos un «espacio de ticn1po» en el que cu1nplir cuando se dice que los tonos son altos y bajos, largos y cortos, te-
cualquier cosa que sea significativa. El indebido apresuran1icnto, nues y macizos. En la música, los sonidos regresan y prosiguen;
forzado por la presión de las circunstancias, es odioso. Nuestra forman intervalos al igual que progresiones. La razón es semejante
exclamación constante cuando se nos apremia es: ¡Dadnos tiem- a la que se acaba de apuntar referente al esplendor u oscuridad de
po! El dominio, es cierto, se demuestra cuando se nos somete a los colores en la pintura. Sonidos y colores pertenecen a los obje-
limitaciones, y un espacio literalmente infinito dentro del cual ac- tos; no flotan ni están aislados, y los objetos a los que pertenecen
tuar significaría una dispersión completa, pero las limitaciones existen en un n1undo que posee extensión y volumen.
deben tener una relación definida con el poder; implican una Munnurar es propiedad de los arroyos, cuchichear y rechinar
clecciún cooperativa y no pueden ser impuestas. de las hojas, borbotear de las olas, rugir de la resaca y el trueno,
Las obras de arte expresan el espacio como oportunidad gemir y silbar del viento ... y así indefinidamente. Con esta enun-
para el movimiento y la acción. Es una cuestión de proporciones ciación no quiero decir que asociemos la delgadez de la nota de
sentidas cualitativamente. Una oda lírica puede tenerlo, y a una la flauta y el sonido macizo del órgano directamente con objetos
supuesta epopeya puede faltarle. Las pequenas pinturas lo mani- naturales particulares, sino que estos tonos expresan cualidades
fiestan, en tanto que metros cuadrados de pintura nos dejan con de extensión porque sólo la abstracción intelectual puede sepa-
la impresión de estar ubicado y confinado. El énfasis sobre la es- rar un aconteciiniento en el tiempo de un objeto extenso que ini-
paciosidad es una característica de las pinturas chinas, pues en vez cia y sufre ca111hios. El tiempo co1no vacío o como una entidad
de estar centradas como si requiriesen marcos, se mueven hacia no existe. Lo que existe son cosas que actúan y can1bian, y una
afuera, en tanto que pinturas panorámicas presentan un mundo cualidad constante de su conducta es temporal.
en que las fronteras ordinarias se transforman en invitaciones El volumen como la espaciosidad es una cualidad indepen-
para proseguir. Sin embargo, con diferentes medios, algunas pin- diente del simple tamano y bulto. Hay pequenos paisajes que
turas occidentales, escrupulosamente centradas, producen la ün- transmiten toda la abundancia de la naturaleza. Una naturaleza
pre.sión de un todo extensivo que encierra una escena cuidadosa- muerta de Cézanne, con una composición de peras y manzanas,
mente definida. Aún un interior como el Amolfini y su mujer, de transmite la esencia 1nisn1a del volumen, en un equilibrio dinámi-
Van Eyck, puede transmitir, dentro de un compás definido, el co consigo n1ismos, y ta1nbién con el espacio circundante. Lo frá-
sentido explícito de los exteriores allende las paredes. Tiziano gil no tiene por qué ser ejemplo de debilidad estética, sino que
pinta el fondo del retrato de un individuo de manera que el espa- puede también encarnar el volumen. Las novelas, los poemas, los
cio infinito, no sólo la tela, está detrás de la figura. dramas, las estatuas, los edificios, los personajes, los movirrlien-
El simple espacio -la oportunidad y la posibilidad plenamen- tos sociales, los argumentos, lo mismo que las pinturas y las so-

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natas, están marcadas por la solidez, la masividad y por todo lo inequívoco para lo prin1ero. especialn1ente en sus retratos y en las
contrario. pinturas llamadas italianas, si se comparan con sus populares pai-
Sin la tercera propiedad, el esparcimiento, la ocupaci(m sería sajes, pero relativamente débiles. Pensamos en la transposición,
una confusión. El lugar, la posici(m, determinados por la distribu- particulannente respecto a la música) pero en relación a los 111e-
ción de intervalos 1nediante el esparcimiento, es un gran factor dios, caracteriza igualmente a la pintura y la arquitectura. La recu-
para realizar la individualización de las partes de la que ya se ha rrencia de relaciones -no de elementos- en contextos diferen-
hablado. No obstante, una posición tomada tiene un valor cuali- tes, que constituye la transposición, es cualitativa y, por lo tanto,
tativo inmediato y, como tal, es parte inherente de la sustancia. El directamente experimentada en la percepción.
sentin1iento de energía y no sólo de la energía en general, sino de El progreso --que no es necesariamente un avance, y prácti-
este o aquel poder en lo concreto, está estrecha1nente conectado can1cnte jainás un avance en todos los aspectos-- de las artes
con la pertinencia en la colocación, porque hay una energía de la 1nuestra la transición de los medios más ohvios para expresar la
posición lo mismo que la hay del movimiento. Y mientras que la posición, a los más sutiles. En la literatura primitiva la posición
prin1cra se llan1a a veces en física energía potencial, para distin- estaba de acuerdo (como ya lo he1nos anotado en otro momento)
guirla de la energía cinética, en tanto que se siente directamente con la convención social y económica y la clase política. Era la
ambas son igualmente reales. De hecho en las artes plásticas esta posición, en el sentido de estado social lo que fijaba la fuerza del
energía potencial es el medio por el cual se expresa el movimien- lugar en la tragedia antigua. La distancia estaba ya determinada
to. Algunos intervalos (determinados en todas direcciones, no fuera del drama. En el drama moderno, con Ibsen como su ejem-
sólo lateralmente) son favorables para la manifestación de la plo más notable, las relaciones entre marido y mujer, político y
energía; otros frustran su operación: el boxeo y la lucha son ciudadano, vejez y juventud intrusa (ya sea por competencia o
ejemplos obvios. atracción seductora), los contrastes entre la convención externa y
Las cosas pueden estar detnasiado separadas entre sí) detna- el impulso personal, forzosamente expresan energía de posición.
siado cerca o dispuestas itnpropiamente en su relación mutua, El apresuramiento y el bullicio de la vida moderna hace difícil
para permitir la energía de acción. El resultado es cierta tosque- a los artistas realizar con exactitud la colocación. El tiempo es de-
dad de la composición, ya sea en el ser humano o en la arquitec- masiado rápido y los incidentes demasiado abundantes para per-
tura, la prosa o la pintura. El metro en la poesía debe sus efectos mitir la decisión: un defecto que se encuentra igualmente en la ar-
n1ás sutiles a que asegura una justa posición de los variados ele- quitectura, el drama y la novela. La profusión misma de materiales
1nentos: un eje1nplo obvio es su frecuente inversión del orden de y la fuerza mecánica de las actividades se interponen en el camino
la prosa. Hay ideas que se destruirían si se espaciaran 1ne<liante de una efectiva distribución. Hay más vehemencia que intensidad,
espondeos en vez de troqueos. Den1asiada distancia o un interva- la cual se constituye por el énfasis. Cuando la atención carece de
lo demasiado indefinido en la novela y el drama dispersa la aten- la re1nisión indispensahle a sus operaciones se insensibiliza y deja
ción o la adormece, 1nientras que los incidentes y los personajes de protegerse contra su sobreexitación recurrente. Sólo ocasional-
que se pisan los talones resultan en detrimento de la fuerza de to- mente encontramos resuelto el problema en la novela: en La Mon-
dos. Ciertos efectos que distinguen a algunos pintores dependen taña Má1;ica de Mann, y en la arquitectura, en el edificio Bush de
de su fino sentido para distribuir el espacio, una cuestiém muy dis- Nueva York.
tinta del uso de planos para expresar volúmenes y fondos. Así He dicho que las tres cualidades de espacio y tiempo se afec-
con10 Cézanne es un maestro en esto último, Corot tiene un tacto tan y se califican recíproca1ncntc en la experiencia. El espacio es

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inane si no está ocupado por volúmenes activos; las pausas son 10. LA SUSTANCIA VARIADA DE LAS ARTES
lagunas cuando no acentúan las masas y definen las figuras como
individuales; la extensión brega y finalmente pierde agudeza, si
no entra en interacción con el lugar, hasta el punto de asu1nir una
distribución inteligible, La masa no es fija, Se contrae y se extien-
de, se afirma y cede <le acuerdo con sus relaciones a otras cosas
espaciales y duraderas, En tanto que podemos ver estos rasgos
desde el punto de vista de la forma, del ritmo, del equilibrio y de
la organización, las relaciones que el pensa1niento capta cotno
ideas están presentes como cualidades en la percepción y son in-
herentes a la sustancia misma del arte,
Son por tanto propiedades comunes a la materia de las artes, El arte es una cualidad del hacer y de lo que ya se ha hecho.
porque son condiciones generales sin las cuales no es posible Sólo exteriormente puede ser designado con un .sustantivo. En
una experiencia. Con10 ya hemos visto, la condición básica son realidad es de naturaleza adjetiva, puesto que se adhiere a la ma-
las relaciones sentidas entre el hacer y el padecer, cuando están nera y contenido del hacer. Cuando decimos que el tenis, el can-
en interacción el organismo y el atnbiente. La posición expresa la to, la representación y una multitud de otras actividades, son ar-
disposición proporcionada de la criatura viviente para enfrentar- tes, queremos decir de un modo elíptico que hay un arte en el
se al impacto de las fuerzas circundantes, para afrontarlas y así desarrollo de estas actividades, y que éste califica lo hecho de tal
soportarlas, y persistir, para extenderse y difundirse 111ediante el manera que provoca ciertas actividades en quienes lo perciben,
arrostramiento de las fuerzas mismas que, independientemente en las que hay también arte. El producto del arte ~templo, pintu-
de su respuesta, son indiferentes y hostiles, Al proyectarse en el ra, estatua, poema- no e.s la obra de arte, sino que ésta se realiza
ambiente, la posición se desenvuelve en volutnen; 1nediante la cuando el ser humano coopera con el producto de modo que su
presión del ambiente, la n1asa se retrae en energía de posición, y resultado sea una experiencia gozada a causa de sus propiedades
el espacio sigue siendo, cuando la materia se ha contraído, una liberadoras y ordenadas. Al menos estéticamente,
oportunidad para la acción posterior, La distinción de los ele-
mentos y la consistencia de los miembros en un todo, son las fun- f...1we receive hut what we giue,
ciones que definen la inteligencia; la inteligibilidad de una obra And in our fife alune does natura liue;
de arte depende de la presencia de un significado que la indivi- Ours ís her wedding garment; ours her shroud.*
dualidad de las partes y sus relaciones con el todo hace directa-
mente presente para el ojo y el oído ejercitados en la percepción. Si «arte» denotara objetos, si fuera genuinan1ente un nombre,
los objetos de arte podrían dividirse en diferentes clases. El arte
podría dividirse en géneros y éstos subdividirse en especies. Esta
división se aplicó a los anin1ales 1nientras se creía que eran cosas

* ,[...] recibirnos sólo lo que damos,/ y sólo en nuestra vida vive la naturaleza;/ la
nuestra es su atavío nupcial: la nuestra su mortaja.• LV. del t.)

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fijas en sí tnismas. Sin e1nbargo, el sistema de clasificación tuvo El lenguaje resulta infinitamente estrecho para reproducir la
que c1111biarcuando se descubri(J que era una diferenciación en variada superficie de la naturaleza, pero las palabras como artifi-
una corriente de actividad vital. Las clasificaciones se hicieron ge- cios prácticos son agentes que reducen a órdenes, rangos y cla-
néricas, designando lo más exactamente posihle el lugar especial ses manejahles, la inefahlc diversidad de la existencia natural, tal
<le las formas particulares en la continuidad de la vida en la tierra. como opera en la experiencia humana. No solamente es imposi-
Si el arte es la cualidad intrínseca de una actividad, no se lo pue- hle que el lenguaje pueda duplicar la infinita variedad de las cua-
de dividir y subdividir, sino que sé>lo podemos seguir la diferen- lidades individuales que existen, sino que es enteramente indesea-
ciación de la actividad en distintos modos, según cotno influye hle e innecesario que lo haga. La cualidad única de una cualidad
en diferentes materiales y emplea medios diferentes. se encuentra en la experiencia tnisma; está ahí de un modo sufi-
Las cualidades como cualidades no admiten divisióncs. Sería ciente para no necesitar la reduplicación en el lenguaje. Este últi-
imposible denominar las especies subordinadas de dulce y amar- mo sirve su propósito científico o intelectual si da indicaciones
go. Al final, tal intento se vería ohligado a enumerar cada cosa en sohre córno llegar en la experiencia a estas cualidades. Cuanto
el mundo que fuera dulce y amarga, de manera que la pretendida más generales y n1ás simples son sus indicaciones, n1cjor. Cuan-
clasificación sería un simple catálogo que vanarnente reduplicaría to más se pierde en detalles inútiles, 1nás confunde en vez de di-
en forma de ,cualidades .. lo que previamente era conocido en la rigir. No obstante, las palahras sirven a su propósito poético en el
forma <le cosas. Porque la cualidad es concreta y existencial y, grado en el que concentran y provocan la operación activa de las
por lo tanto, varía con los individuos, puesto que está itnpregna- respuestas vitales que están presentes sien1pre que expcrin1enta-
da con su singularidad. Ciertamente podemos hablar de rojo, y mos cualidades.
luego del rojo de la rosa o de la puesta del sol. No obstante, estos Un poeta ha dicho recientemente que la poesía parece <>11üs
términos son de naturaleza práctica. dando una cierta dirección física que intelectual», y sigue diciendo que reconoce la poesía
hacia donde volverse. En la existencia no hay <los puestas de sol por sínton1as físicos con10 el que se produce cuando la piel se
que tengan exactamente el mismo rojo. No pueden tenerlo a 1ne- eriza, sentitnos un cosquilleo en la espalda, una contracción en la
nos que una puesta de sol reproduzca la otra ahsolutamente en garganta y una sensación en el estómago co1no «la lanza que 1ne
todos sus detalles. Porque el rojo es siempre el rojo del material atraviesa,, de Keats. Supongo que Housman no quiere decir que
de esa experiencia. estos sentin1ientos sean el efecto poético. Ser una cosa y ser signo
Los lógicos. para ciertos propósitos, consideran universales de su presencia son diferentes n1odos de ser. Con todo, justa1nen-
las cualidades crnno rojo, dulce, hern1oso, etc. Como lógicos for- te tales sentin1ientos lo que otros escritores han llan1ado «clics»or-
1

males, no tratan con materias existenciales que son precisan1ente gánicos, son un indicio general de la completa participación org:i-
con las que tratan los artistas. Por consiguiente, un pintor sabe que nica, siendo así que la plenitud e inmediatez de esta participaci6n
no hay dos rojos exactan1ente iguales en una pintura, ya que cada es lo que constituye la cualidad estética de una experiencia que
uno está afectado por los infinitos detalles de su contexto en el trasciende lo intelectual. Por esta razón pondría en <luda la verdad
todo individual en que aparece. ,Rojo, cuando se usa para signifi- literal de que la poesía es más física que intelectual. No obstante.
car «rojedad» es en general una maniohra, un modo de aproximar- me parece indudahle que va más allá de lo intelectual en la medi-
se, una delimitacié>n de la accié>n dentro de una región <lada, tal da en que absorbe lo intelectual en cualidades inmediatas, experi-
co1no comprar pintura roja para un granero, al que cualquier tono mentadas mediante sentidos pertenecientes al cuerpo vitaL de
de rojo, o como muestra para adquirir n1ercancías. forma que se justifica la exageración contenida en lo dicho, y que

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va contra la i<lea de que las cualidades son universales intuidos a
través del intelecto. tura, canto, instrumentación musical, etc., etc., no puede preten-
La falacia de la definición es el reverso de la falacia de la cla- der arrojar ninguna luz sobre la naturaleza intrínseca de las cosas
sificación rígida y de la abstracción, cuando se hace un fin en sí enumeradas. Deja que esta luz venga del único lugar de que pue-
~is1na, en vez de usarse como instrumento en favor de la expe- de venir: las obras individuales de arte.
riencia. Una definición es buena cuando es sagaz, y lo es cuando Las clasificaciones rígidas son inapropiadas (si se toman en
apunta a la dirección en que podemos movernos fáciltnente para serio) porque distraen la atención de lo estéticamente básico:
obtener una experiencia. La fisica y la química han aprendido, el carácter cualitativamente único e integral de la experiencia de
por necesidad interna de sus tareas, que una definición es lo que un producto artístico. Sin embargo, para un estudiante de teoría
nos indica cómo están hechas las cosas y nos capacita para pre- estética también son engañosas. Hay dos puntos importantes de
decir su aparición, para verificar su presencia y, a veces, para comprensión intelectual en que son confusas. Inevitablemente
producirlas nosotros mismos. Los teóricos y los críticos literarios desatienden los vínculos de transición y de conexión y, en conse-
se ha_~.quedado muy atrás. Son todavía esclavos de la antigua cuencia, ponen obstáculos insuperables para un seguimiento in-
1netafts1ca de la esencia, según la cual una definición, si es ,,co- teligente del desarrollo histórico de todo arte.
rrecta,, nos descubre alguna realidad íntima por la cual la cosa es Una clasificación que ha tenido alguna boga es la que se ha
lo que es, como miembro de una especie fijada eternamente. En- hecho de acuerdo con los órganos de los sentidos. Veremos des-
tonces se declara que la especie es más real que el individuo 0 pués qué elemento de verdad puede haber en este modo de divi-
más bien que ella es el verdadero individuo. ' sión. Sin embargo, tomada literal y rígidamente, no es posible que
. Para propósitos prácticos pensarnos en términos de clases, dé un resultado coherente. Algunos escritores actuales han tratado
mientras que concreta111ente experimentatnos en términos de in- adecuadamente el esfuerzo de Kant para limitar el material de las
dividuos. Así un profano podría suponer probablemente que defi- artes a los "más altos, sentidos intelectuales, el ojo y el oído, y no re-
nir una vocal es una cuestión simple, aunque un especialista en petiré sus argumentos convincentes. No obstante, cuando el rango
fonética se ve obligado, por su íntimo contacto con el asunto real de los sentidos se extiende <le la manera más universal, sigue sien-
a reconocer que una definición estricta, en el sentido que separ~ do cierto que un sentido particular funciona simplemente como la
una clase de cosas de otras, es una ilusión. Solamente hay un cier- avanzadilla de una actividad orgánica total, en que participan to-
to número de definiciones tnás o 1nenos útiles; útiles porque diri- dos los órganos, incluyendo el funcionamiento del sistema autó-
gen la atención a las tendencias significativas, en el proceso conti- nomo. Ojo, oído, tacto, lideran una particular iniciativa orgánica
nuo de la vocalización, tendencias que llevadas a un cierto límite pero no son exclusivos, ni son los agentes 1nás itnportantes, corno
<le discreción, producirían esta o aquella definición «exacta». no lo es un centinela en todo un ejército.
Williamjames observaba el tedio de las complicadas clasifica- Un ejemplo particular de confusi6n producida por la división
ciones de las cosas, que surgen y varían co1no las emociones hu- en artes del ojo y del oído, se encuentra en el caso de la poesía.
1nanas. Los intentos de clasificación precisa y sistemática de las Los poemas eran antes la obra de los bardos. La poesía, hasta
bellas artes acaban por contagiarse de ese tedio. Una clasificación donde sabemos, no tenía existencia fuera de la voz hablada que
enumerativa es conveniente e indispensable para el propósito de atraía al oído. A veces era cantada. Apenas es necesario decir
una fácil referencia. Sin embargo, una catalogación como pintura, que, desde la invención de la escritura y la imprenta, la gran
estatuaria, poesía, drama, danza, jardinería de paisajes, arquitec- masa de la poesía se ha alejado del canto. Hay aún intentos en el
presente para usar el artificio de figuras hechas con formas im-
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presas, para intensificar el sentido del poema con la 11npresion tinguir una clase de percepción de otra. La ocupación dd espacio
del ojo, como la cola de ratón en Alicia en el País de las Maraui- es una condición general para la existencia de algo, incluso de un
llas, Apa1te de toda exageraci6n, aunque la "música" que se oye fantasma, si es que existe. Es una condición causal para tener una
al leer una poesía en silencio es aún un factor (que ilustra el pun- o todas las «sensaciones». De 1nodo semejante, las vibraciones en-
to señalado en el último párrafo), la poesía, como modo literario, viadas por un objeto son condiciones causales de toda clase de
es ahora específica y sensiblemente visual, ¿Podemos decir que percepción; por lo tanto, no discriminan una clase de percepción
ha e1nigrado, entonces, de una «clase» a otra, en los últin1os dos de las otras,
n1il anos? A.sí, con10 n1ucho, lo que «nos llega sitnultáneamente» son las
Existe también la clasificación en artes del espacio y del tiem- condiciones físicas de una percepción, no lo constitutivo del ob-
po que ya se ha tncncionado. Ahora bien, aun cuando esta división jeto percibido, La inferencia de dicho objeto se sostiene sólo por
fuera correcta, está hecha de acuerdo con los acontecimientos y la confusión de lo «simultáneo" con lo «único». Naturalmente, to-
desde fuera, y no arroja ninguna luz sobre el contenido estético de cias las impresiones que nos llegan de algún objeto o aconteci-
ninguna obra de arte, No ayuda a la percepci6n; no dice qué hay miento deben integrarse en una percepción. La única alternativa
que ver, ni cénno n1irar, oír y gozar. Tiene, aden1ás, un serio defec- respecto a la unicidad de la percepción, en tanto que el objeto
to positivo. Como antes se ha dicho, niega d ritrno a las estructuras sea uno en el espacio o el tiempo, es una sucesión inconexa de
arquitectónicas, estatuas y pinturas, y sitnetría al canto, poesía y instantáneas, que ni siquiera fonnan secciones transversales de
elocuencia. Y la consecuencia de estas negaciones es no admitir la nada, La diferencia entre esta cosa fugaz y fragmentaria que los
cosa más fundamental de la experiencia estética: su caractcr per- psic6logos llaman sensación, y la percepción es la sencillez, la
ceptivo. La división está hecha sohre la base el<.:; que los rasgos de unidad integrada de esta última, La simultaneidad de la existencia
los productos artísticos son existencias externas y físicas. física, y la recepción fisiológica no tienen nada que ver con esta
Un escritor de arte, en una edición de la Enciclopedia Británi- unidad, Como ya se ha indicado, sólo pueden ser consideradas
ca, ilustra esta falacia tan hella1nente que es pertinente citar un pa- idénticas cuando las condiciones causales de una percepción se
saje, Al justificar la división de las artes en espaciales y temporales, confunden con el contenido real de dicha percepción,
dice, hablando de una estatua y de un edificio: "Lo que el ojo ve Con tocio, el error fundamental es la confusión del producto
desde cualquier punto de vista lo ve de repente; en otras palabras, físico con el objeto estético, que es lo que se percibe, Fbicamen-
las partes de cualquier cosa que veamos no llenan u ocupan tiem- te una estatua es un bloque de mármol, nada más, Es estable, y
po, sino espacio, y nos llegan de varios puntos en el espacio, hasta donde lo permiten los desgastes del tiempo, permanente,
crnno una percepción simple e instantánea». Y añade: «sus pro- Sin embargo, identificar la masa física con la estatua que es la
ductos (es decir, de las artes de la escultura y arquitectura) son en obra de arte e identificar los pigmentos en una tela con la pintu-
sí mismos sólidos, estables y permanentes». ra, es absurdo, ¿Qué decir sobre el juego de luz en un edificio,
Un buen número de ambigüedades y errores están acumula- con el constante cambio de sombras, intensidades, colores y re-
dos en estas pocas proposiciones, Primero en lo que respecta a "la flejos movedizos' Si el edificio o la estatua fueran tan "estables" en
instantaneidad". Cualquier objeto en el espacio (y todos los objetos la percepción cotno en la existencia física, estarían tan 1nuertos
son espaciales) envía vibraciones en el instante, y las partes físicas que el ojo no se fijaría en ellos, sino que los vería de paso, Porque
del objeto ocupan espacio en ese 1nismo instante. No obstante, es- un objeto es percibido por una serie acumulativa de interaccio-
tos rasgos del objeto no tienen nada que apuntar a la hora de <lis- nes, El ojo como órgano director de todo el ser produce una pcr-

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cepc1on, un efecto reflejo; esto provoca otro acto de visión con Cuando se subestima el proceso continuado de interacciones
-acumulativasy su resultado, el objeto se ve solamente en una parte
nuevos suplementos aliados, y un incremento de significado y
de su totalidad y el resto de la teoría se hace un ensueño subjetivo,
valor, y así sucesiva1nente, en una continua edificación del ohjeto en vez de un crecimiento. Se detiene después de la primera per-
estético. Lo que se llama la inexhaustividad de una obra de arte cepción de los detalles parciales; el resto del proceso es exclusiva-
es una funcié,n de la continuidad del acto total de percepción. ,,La mente cerebral, asunto unilateral que sólo adquiere imprntancia
visión sitnultánea» es una excelente definición de una percepción desde adentro. No incluye el estímulo del ambiente que sustituiría
tan poco estética, que no es ni siquiera percepción. el ensueño por la interacción con el yo. 1
Supongo que las estructuras arquitectónicas proporcionan la
perfecta reductio ad absurdum ele la separación del espacio y del En todo caso, la división de las artes en espaciales y tempora-
tiempo en las obras de arte. Si algo existe en el modo de ,,ocupa- les tiene que ser completada con otra clasificaciém: la de represen-
ción-del-espacio,, es un edificio. No obstante, ni siquiera una pe- tativas y no representativas, división dentro de la cual la arquitec-
queña cahaña puede ser 1nateria de percepción estética, si no en- tura y la música se adscriben al último género. Aristé,teles, que dio
tran en ella cualidades temporales. Una catedral de cualquier fonna clásica a la concepción de que el arte es representativo, al
tamaño hace una impresión instantánea. Una impresión total cua- menos evitó el dualis1no de esta división. Totnó el concepto de
litativa e1nána de aquélla tan pronto co1no interacciona con el or- in1itación 1nás an1pliamente y con más inteligencia. Así declara
ganismo 1nediante el aparato visual. No obstante, éste es sola- que la 1núsica es la más representativa de todas las artes, siendo la
mente el suhstratum y el marco dentro del cual se introduce un tnúsica prccisa1nente el arte que algunos teóricos modernos refie-
proceso continuo de interacciones que enriquecen y definen ele- ren a la clase de lo completamente no representativo. No quería
mentos. El apresurado turista ya no tiene una visión estética de decir Aristóteles algo tan estúpido como que la música representa
Santa Sofía o de la catedral de Rclllen, al igual que el automovilis- el gorjeo de los pájaros, el mugir de las vacas y el murmullo de los
ta, a cien kilómetros por hora, no ve el paisaje huidizo. Se debe arroyos, sino que reproduce por medio de los sonidos las afec-
caminar alrededor, dentro y fuera, y, en visitas repetidas, dejar ciones, las itnpresiones emocionales producidas por objetos y es-
que la estructura se presente gradualmente bajo una iluminación cenas 1narciales tristes, triunfantes, sexualmente orgástnicas. La
1

variada y en conexión con estados de ánimo cambiantes. representación en el sentido de la expresión cubre las cualidades
Puede parecer que me he demorado innecesariamente en y los valores de toda posible experiencia estética.
una afirmación no muy importante. No obstante, la implicación La arquitectura no es representativa, si por este término en-
del pasaje citado afecta todo el problema del arte como experien- tendemos la reproducciém de formas naturales por su reproduc-
cia. Una experiencia instantánea es una imposibilidad biológica y ción, con10 algunos suponen que las catedrales «representan» ár-
psicológica1nente. Una experiencia es un producto o, como se boles altos en un bosque. Sin embargo, la arquitectura hace algo
debería decir, un subproducto de una interacción continua y acu- más que utilizar simple1nente fonnas naturales -arcos, pilares, ci-
mulativa de un yo orgánico con el mundo. La estética y la crítica lindros, rectángulos, porciones de esferas-, la arquitectura ex-
no pueden contar más que con estos cimientos. Cuando un indi- presa su efecto característico en el observador. Lo que sería un
viduo no permite que este proceso opere plenamente, empieza a edificio que no usara y representara las energías naturales de la
suplantar la experiencia de una ohra de arte, con nociones priva-
das sin relación con elb. Lo que daña a la estética y a la crítica se
describe acertada1nente en lo que sigue: t. Fxtraído de una carta del doctor Barnes al autor.

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gravedad, peso, empuje y así sucesivamente, es algo que deberían pósito de la ornamentación de paredes. La música se asociaba
explicar aquellos que consideran la arquitectura como no repre- con el canto, y sus modos diferenciados se adaptaban a las nece-
sentativa. Con todo, la arquitectura no combina la representación sidades <lelas grandes crir..;b
y a acontecimientos ünportantes: 111uer-
con estas cualidades de la materia y la energía. Expresa también te, n1atrimonio, guerra, culto, fiestas. Con el tiempo, la pintura y la
valores permanentes de la vida humana colectiva. "Representa" las música han dejado de ser siervas de fines especiales. Todas las ar-
memorias, esperanzas, te1nores, propósitos y los valores sagrados tes han tendido a explotar sus propios medios hasta lograr su in-
de aquellos que construyen para albergar una familia, para pro- dependencia, y este hecho puede usarse mejor para probar que
porcionar un altar a los dioses, establecer un lugar en que hacer ninguna de las artes es literalmente limitativa, que para trazar lí-
las leyes o levantar una muralla contra los ataques. Sería un miste- neas sólidas y firmes entre ellas.
rio el saber por qué 101-:, edificios son llamados palacios, castillos, A<le1nás, apenas se trazan las líneas, los teóricos que las institu-
casas, ayuntamientos, foros, si la arquitectura no fuera en grado yen encuentran necesario hacer excepciones e introducir formas
supremo expresiva de los intereses y valores hu1nanos. Fuera de de transiciém y aun decir que algunas artes son mixtas -la danza,
ensueños cerebrales, es evidente que toda estructura in1portante por ejemplo--, al ser tanto espacial como temporal. Puesto que la
es un tesoro <le recuerdos históricos y un registro 1nonu1nental de naturaleza de todo objeto artístico es ser él mismo, singular y unifi-
gratas esperanzas en el futuro. cado, esta noción de un arte «tnixto,,puede ser tranquilatnente con-
Además, la separación de la arquitectura Oa música también) siderado como una reductio ad absurdum de la clasificaciém rígi-
de artes tales corno la pintura y la escultura, es uno de los tópicos da. ¿Qué pueden hacer tales clasificaciones con la escultura en
de los desarrollos histúricos de las artes. La escultura (que se re- relieve, alto y bajo, con las figuras de mármol en las tumbas, con las
conoce como representativa) fue por mucho tiernpo una parte puertas de madera tallada o de bronce? ¿Qué pueden hacer con los
orgánica de la arquitectura: está como testimonio el friso del Par- grabados en capiteles, frisos, cornisas, doseletes, puntales' ¿Cómo
tenón, los relieves de las catedrales de Lincoln y Chartres. Tam- pueden caber las artes menores, trabajos en marfil, alabastro, yeso,
poco se puede decir que su creciente independencia de la arqui- terracota, plata y oro, hierro ornamental, en puntales, tablillas,
tectura --estatuas dispersas en los parques y plazas públicas, y charnelas, pantallas, parrillas' ¿La misma música no es representati-
bustos colocados en pedestales en salones ya repletos- ha coin- va cuando se toca en la sala de conciertos y representativa cuando
cidido con algún avance en el arte de la escultura. La pintura es- es parte de un servicio sacramental en una iglesia?
tuvo adherida primero a las paredes de las cavernas. Durante lar-
go tiempo siguió siendo un efecto decorativo, en muros internos
y externos. Con los frescos se trataba de inspirar la fe, revivir la El intento de una clasificación y definición rígidas no está
piedad e instruir al creyente en lo concerniente a los santos, hé- confinado a las artes. Un método semejante se ha aplicado a los
roes y mártires de su religión. Cuando los edificios góticos deja- efectos estéticos. Se ha hecho un esfuerzo de ingenio, enumeran-
ron poco espacio en las paredes para 1nurales, ton1aron su lugar do las diferentes especies ele belleza después de que se ha esta-
los vitrales y después las pinturas en entrepaños --como parte blecido la "esencia., de la belleza misma: lo sublime, lo grotesco, lo
del todo arquitectural al igual que los relieves en el altar-. Cuan- trágico, lo cómico, lo poético, y así sucesivamente. Hay induda-
do los nobles y príncipes mercaderes empezaron a coleccionar blemente realidades a las que se aplican tales términos, como los
pinturas en tela, se usaron para decorar muros, tanto es así que no1nbre.s propios se usan en conexión con diferentes miembros
frecuentemente se recortaban para hacerlos más propios al pro- de una familia. A una persona calificada le es posible decir algu-

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nas cosas sobre lo suhli1ne, lo elocuente, lo poético, lo humorísti- grados menores se manifiestan en sitios inesperados. La doctora
co, que exaltan y clarifican la percepción de determinados objetos Helen Parkhurst cita el siguiente párrafo extraído de un informe
en concreto. A la hora de ver la pintura de Giorgione, puede ve- metereológico: »Prevalecen las bajas presiones al oeste de las Mon-
nirnos bien poseer de antemano un sentido definido de lo lírico; tañas Rocosas, en Jdaho y al sur del río Columbia hasta Nevada.
del mismo modo que para oír el tema principal de la Quinta Sinfo- Continuamos con posibilidades de que haya huracanes a lo largo
nía de Beethoven puede convenirnos disponer de una clara con- del valle del Misisipi y dentro del golfo de México. Se informa de la
cepci(m de lo que es y no es la fuerza en las artes. Con todo, des- presencia de huracanes en Dakota del Norte y Wyoming, nieve y
graciadamente la teoría estética no se ha contentado con aclarar granizo en Oregón y temperatura de cero grados centígrados en
cualidades como una sucesión de énfasis en totalidades individua- Missouri. Fuertes vientos soplan en el sureste de las Antillas y se ha
les, sino que convierte los adjetivos en sustantivos y hace juegos prohibido la navegación a las embarcaciones de la costa de Brasil».
dialécticos con los conceptos fijos que forma. Puesto que la con- Nadie diría que este pasaje es poesía. No obstante, sólo una
ceptuación rígida se hace sobre la base de principios e ideas fra- definición pedantesca negaría que hay algo poético en él, debido
guadas fuera de la directa experiencia estética, todas estas prácti- en parte a la eufonía de los términos geográficos, y además a los
cas proporcionan buenos ejen1plos de ,,ensueño cerebral». »valores transferidos»; a la acumulación de alusiones que crean el
Sin e1nbargo, si ténninos tales como pintoresco, sublime, poéti- sentido de la amplia espaciosidad de la tierra, lo romántico de
co, feo, trágico, se consideran como tendencias orientativas, en- países distantes y extraños y, sobre todo, el misterio del variado
tonces como son adjetivos semejantes a los térn1inos de bonito, torbellino de las fuerzas de la naturaleza, en huracanes, vientos,
dulce, convincente; volvemos al hecho de que el arte es la cuali- granizo, nieve, frío y tetnpestad. La intención es enunciar prosai-
dad de una actividad, y como modo de actividad se caracteriza camente las condiciones del tiempo, pero las palabras llevan una
por el movimiento en esta o aquella dirección. Estos movimien- carga que les da impulsión hacia lo poético. Supongo que inclu-
tos pueden definirse de manera tal que nuestra relación con la so las ecuaciones cornpuestas de símbolos químicos pueden, en
actividad en cuestión se haga más inteligente. Una tendencia, un ciertas circunstancias, contener una visión de la naturaleza que
movimiento se produce dentro de ciertos límites que definen su para algunas personas posea valor poético, aunque en tales casos
dirección, pero las tendencias de la experiencia no tienen unos lí- el efecto es limitado e idiosincrático. No obstante, de antemano
1nitcs fijos exactamente, ni son líneas mate1náticas sin volu1nen ni se puede garantizar que hay experiencias con diferentes materia-
cuerpo. La experiencia es demasiado rica y compleja para permi- les y diferentes movimientos hacia diferentes clases de conclusio-
tir una li1nitación tan precisa. Las delimitaciones de las tendencias nes que producirían resultados que pueden llegar a ser tan dife-
están formadas por bandas, no por líneas, y las cualidades que rentes como lo tnás puramente prosaico y lo más exaltadamente
las caracterizan fonnan un espectro en vez de distribuirse en poético. En algunos casos la tendencia está en la dirección del
compartimentos separados. cumplitniento de una experiencia corno experiencia, mientras
Así cualquiera puede seleccionar pasajes de literatura y decir que en otros casos el resultado es una especie de reserva que se
sin vacilación, esto es poético, esto es prosaico. Sin etnbargo, esta usará en otra experiencia.
atribución de cualidades no implica que haya una entidad llama- Pienso que el examen de la literatura respecto a lo cómico y
da poesía y otra llamada prosa, sino que ünplica, una vez más, una humorístico demostrará los mismos dos hechos. Por un lado, que
cualidad sentida, de tnovirniento hacia un límite. En consecuen- las observaciones incidentales y laterales hacen más clara alguna
cia, la cualidad existe en muchos grados y formas. Algunos de sus tendencia particular y hacen al lector más viviente y discrimina-

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dor en situaciones reales. Estas instancias funcionarán iguahnen- principio básico. En vez de observar el asunto, observa reglas. Así,
te en los casos en los que una cualidad adjetiva, una tendencia, la clasificación pone límites a la percepción. Si la teoría que está
está bajo observación. Con todo, hay esfuerzos complicados y bajo ella es influyente, restringe la obra creadora. Porque las nue-
penosos para establecer una definición rígida, que se ilustra con vas obras, en el grado en que son nuevas, no encajan dentro de
una colección de casos. ¿Cómo podría una clasificación de géne- casillas ya preparadas. Son en las artes lo que las herejías son en
ros y especies reducir a una unidad conceptual una variedad <le teología. En todo caso son obstrucciones en el camino de la ex-
tendencias tales con10 las indicadas por algunos ténninos en uso: presión genuina. Las reglas que aco1npañan la clasificación tienen
risible, ridículo, obsceno, divertido, chistoso, jovial, burlesco, en- una desventaja más. La filosofía de las clasificaciones fijas, hasta
tretenido, ingenioso, hilarante, bromista, bobo, burlarse de, jugar donde está en boga entre los críticos (que lo sepan o no, están su-
con, 1nofarsc? Naturahnente, con n1ucha ingenuidad se puede jetos a una u otra de las posiciones que los filósofos han formula-
partir de una definición incongruente o de un sentido de la lógi- do con mayor precisión), alienta a todos los artistas, excepto a
ca y proporción que trabaja al revés, y entonces encontrar una di- aquéllos de vigor y valentía inusitados, a hacer, <le ,la seguridad es
ferencia específica para cada variedad. No obstante, sería eviden- lo prin1ero», su principio director.
te que estaríamos haciendo un juego dialéctico.
Si nos limitamos a un solo aspecto, lo ridículo, le ríre, lo cómi-
co es de lo que nos reímos; pero también nos reímos con, nos reí- El carácter de lo que sigue no es tan negativo como pudiera
mos de soberbia, <le simple buen humor, de alegría, <le lo festivo, parecer a primera vista, porque llama la atención, de modo indi-
con desprecio, por desconcierto. ¿Por qué confinar todas estas recto, sobre la importancia de los medios y su variedad inagotable.
variantes de tendencia a un solo concepto duro y rígido? No es Podríamos empezar cualquier discusión sobre la materia variada
que los conceptos no sea el corazón del pensa1niento, sino que su de las artes destacando la importancia decisiva <le los medios:
oficio real es servir de instru1nento para acercarse al juego cam- puesto que diferentes medios tienen diferentes potencias y se
biante del material concreto, no atar este material dentro de una adaptan a fines diferentes. No hacemos puentes con barro ni usa-
inmovilidad rígida. Puesto que el material incidental, más que las mos las cosas 1nás opacas que encontramos como ventanas para
definiciones formales, es el que actúa para reforzar la percepción transmitir la luz del sol. Sólo este hecho negativo obliga a una dife-
en la experiencia particular, las observaciones laterales ejercen el renciación en las obras de arte. Del lado positivo sugiere que el co-
oficio real de la conceptuación. lor produce algo característico en la experiencia y el sonido tam-
Finalmente, clases fijas y reglas fijas van siempre juntas inevi- bién; los sonidos de los instrumentos, algo diferente del sonido <le
tablemente. Si, por ejemplo, hay muchos géneros separados en li- la voz humana, y así sucesivamente. Al 1nismo tiempo nos recuer-
teratura, entonces hay algún principio inmutable que divide cada da que los límites exactos de la eficacia <le cualquier medio no
clase y define una esencia inherente que hace a cada especie lo pueden ser determinados por ninguna regla a priori, y que todo
que es. Hay que conformarse, entonces, a este principio, pues <le gran iniciador en arte rompe alguna barrera que antes se había su-
otra manera se violaría la ,,naturaleza,, que pertenece al arte y el re- puesto que le era inherente. Además, si establecemos la discusión
sultado sería arte ,,malo,. El artista, en vez de ser libre de hacer lo sobre la base de los medios, reconocemos que forman un conti-
que pueda con el material que tiene a mano y con los medios que nuo, un espectro, y que mientras podamos distinguir las artes
controla, está obligado, so pena de ser reprendido por el crítico como distinguimos los siete colores lla1nados primarios, no es po-
que sabe las reglas, a seguir los preceptos que emanan de este, sible decir exactamente dónde empieza uno y dónde termina el

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otro; y también que si consideramos un color fuera de su contexto, po individual entran en toda obra que elabora el material. Cuando
digamos una banda particular del ojo, ya no es el mismo color. estos movimientos, al tratar con materias físicamente externas, tie-
Cuando consideramos las artes desde el punto de vista de los nen el empuje orgánico de un arte automático, se hacen «bellos«.
medios de expresión, la distinción amplia que afrontamos se plan- Algo del ritmo ele la expresión vital natural, algo como si fuera
tea entre las artes, cuyo medio es el organismo humano, el cuerpo danza y pantomima, debe entrar en el relieve, la pintura, la esta-
animado del artista, y las que dependen, en mayor extensión, de tuaria, la planificaciún ele los edificios y la escritura de cuentos. Es
materiales exteriores al cuerpo: artes auto1náticas y artes llamadas una razón más para subordinar la técnica a la forma.
figurativas. 2 La danza, el canto son ejemplos de artes «automáticas«, Incluso en el caso ele esta amplia distinción de las artes, esta-
y también lo son las escarificaciones corporales, los tatuajes, etc., y mos en presencia de un espectro, más que de clases separadas. El
el cultivo del cuerpo por los griegos, en los juegos y en la gimnasia. habla cadenciosa no se hubiera desarrollado en la dirección de la
Otro ejemplo es el cultivo de la voz, de la actitud y del gesto que música sin la ayuda de la caña, la cuerda y el tambor, y esta ayuda
añade gracia al trato social. no es externa, puesto que modifica la materia del canto mismo. La
Puesto que las artes figurativas deben primero haberse identi- historia de las formas musicales es en parte la historia de la inven-
ficado con las artes tecnológicas, se asociaban con el trabajo y en ción de instmmentos y de la práctica de la instmmentación. Es
cierto grado, aun ligero, con la presión externa, en contraste con evidente que los instrumentos no son sitnples vehículos, como un
las artes automáticas espontáneas, como libres acompañantes del disco de música, sino medios) teniendo en cuenta que el piano,
ocio. Por con.siguiente, los pensadores griegos las pusieron a la por ejemplo, fijó la escala ahora en uso. De un modo similar la im-
misma altura que las que subordinaban el uso del cuerpo al trato prenta ha actuado -o reaccionado- modificando profundamen-
de materiales externos por intermedio de instnm1entos. Aristóteles te la sustancia de la literatura, por medio de una simple ilustración
considera al escultor y al arquitecto -incluso el del Partenón- que moclitka las palabras mismas que son el medio de la literatu-
como artesanos más que como artistas en el sentido liberal. El ra. El cambio se manifiesta en su aspecto desfavorable por la ten-
gusto moderno tiende a reconocer como más elevadas las bellas dencia creciente a usar «literario» como término de deshonra. La
artes que rehacen el material, donde el producto es permanente lengua hablada nunca fue «literaria,, hasta que la imprenta y la lec-
más que fugaz, y puede atraer un amplio círculo, incluyendo los tura se hicieron de uso general. No obstante, por otro lado, aun-
nonatos, en contraste con la limitación del canto, la danza y la re- que se admitiera que ni una sola obra ele literatura supera digamos
citación oral dirigidos a un público inmediato. la Jlíada (aunque ésta es, sin duela, el producto de una organiza-
No obstante, toda jerarquizaci(m de lo más alto y lo más bajo ción de materiales antes esparcidos y que requerían ser escritos y
está, en definitiva, fuera de lugar y es estúpida. Cada medio tiene publicados), la imprenta ha extendido lo escrito enormemente no
su propia eficacia y valor. Lo que podemos decir de los productos sólo en volumen, sino en variedad cualitativa y sutileza, además
de las artes tecnológicas es que se hacen bellos en el grado en que de imponer una organización que antes no existía.
llevan en sí mismos algo de la espontaneidad de las artes automá- Sin embargo, no deseo extenderme en esta materia más que
ticas. Excepto en el caso de una obra hecha con máquinas, mecá- para indicar que también en esta amplia diferenciación de las ar-
nicamente atendidas por un operador, los tnovimientos <lel cuer- tes en automáticas y figurativas, estamos en presencia de formas in-
termedias, transiciones e influencias mutuas, más que en los com-
2. Santayana, en MI Reasm1 fil ,11t fue el primero, neo, que aclaró la importanci:1 de partimentos de un casillero. Lo importante es que una obra ele arte
esta di:,tinción. explote su medio hasta el límite de sus posibilidades, teniendo pre-

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sente que d material no es el 1nedio, salvo cuando se usa como ór- mientras que, sin embargo, un medio particular se adapta mejor
gano <le expresión. Los materiales <le la naturaleza y de la sociedad para darle énfasis. Cuando el efecto apropiado a un medio desta-
humana son múltiples hasta lo infinito. Cuando algún material en- ca demasiado en otro medio, hay un defecto estético. Cuando,
cuentra un 1nedio que expresa su valor en la experiencia -----esde- por consiguiente, uso los non1bres ele las artes, se debe entender
cir, su valor in1aginativo y emocional-, se hace sustancia de una que tengo en mente un rango de objetos que expresan cierta cua-
obra <le arte. La lucha permanente <lel arte consiste en convertir lidad de modo enfático, pero no exclusivamente.
materiales tartamudos o mudos en la experiencia Clrdinaria,en 1ne- El rasgo que caracteriza la arquitectura en un sentido enfático,
<lios elocuentes. Recordando que el arte denota una cualidad de la es que sus medios son materiales (relativamente) brutos de la na-
acción y de las cosas hechas. toda auténtica obra nueva de arte es, turaleza y de los modos fundamentales de la energía natural. Sus
en cierto grado, por sí n1isma, el nacitniento ele un arte nuevo. efectos dependen de acciones que pertenecen, en grado domi-
Diría entonces que hay dos falacias <le interpretación en co- nante, sólo a estos materiales. Todas las a1tes ,,figurativas,, adaptan
nexión con el asunto que se discute. Una es conservar las artes en- materiales naturales y formas de energía para servir algún deseo
teramente separadas, la otra es reducirlas todas a una. Esta última humano. No hay nada especial en la arc.¡uitectura respecto a este
falacia se encuentra a menudo en la interpretación dada por los hecho general, pero es singularmente notable con respecto al fin
críticos que se contentan con citar a Pater diciendo que «todas las y a la dirección en que usa las fuerzas naturales. Podemos compa-
artes aspiran constanten1ente a la condición de la música». Digo rar los edificios con otros productos artísticos, y, desde luego, iln-
que son interpretaciones más que la idea mis1na de Pater, porque presionará la clase infinita de materiales que adopta para sus fi-
el pasaje completo muestra que éste no quería decir que todo arte nes: madera, piedra, acero, cen1ento, barro cocido, vidrio, fibra,
se desarrolla hasta dar el mis1no efecto que la tnúsica, sino que en co1nparación con el número relativamente restringido de mate-
pensaba que la música ..realiza más perfectamente el ideal artístico riales disponibles en la pintura, la escultura, o la poesía. Con todo,
de la completa uniún de forma y materia". Esta unión es la "condi- igual de importante es el hecho de que toma estos materiales, por
ción» a la que otras artes aspiran. Esté o no en lo justo al sostener decirlo así, en bruto. Emplea materiales no solatnente a gran es-
que la música realiza con mayor perfecciún esta interfusiún de la cala, sino de primera mano. No porque la naturaleza proporcione
sustancia y la forma, no se le debe imputar la otra idea, porque, directamente el acero y los ladrillos, sino porque están más cerca
entre otras cosas, es plenamente falsa, ya que escribió que la pin- de la naturaleza que los pigmentos y los instrumentos musicales.
tura y la música se han movido en la dirección de lo arquitectúni- Si hay alguna duda sobre este hecho, no hay ninguna sobre el uso
co y se han alejado de lo "musical" en su sentido limitado, pero es que hace de las energías de la naturaleza. Ningún otro producto
que así también lo han hecho, en una extensión considerable, la muestra pesos y fuerzas, empujes y contraempujes, gravedad, li-
poesía al igual que la pintura. Y es digno de notar que Pater habla gereza, cohesión, en una escala comparable a lo arquitectónico, y
de que todo arte pasa a la con<liciém de otro, teniendo la música ton1a estas fuerzas de manera más directa y menos en compensa-
figuras, ~curvas, formas geométricas, ondulación». ción que cualquier otro arte. Expresa la constituciún estructural de
En suma, lo que yo quisiera mostrar es que palabras tales la naturaleza n1isma. Su conexión con la ingeniería es inevitable.
como poético, arquitectónico, dramático, escultórico, pictórico, li- Por esta razón los edificios, entre todos los objetos de arte, lle-
terario -en el sentido de designar la cuali<la<l mejor realizada por gan a expresar muy de cerca la estabilidad y perduración de la
la literatura- senalan tendencias que pertenecen, en cierto gra- existencia. Son a las montañas lo que la n1úsica es al mar. Por su
do, a todo arte, porc.¡ue califican cualquier experiencia completa. poder inherente <le perdurar, la arquitectura registra y celebra más

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humanos. El sentido de estructura no puede disociarse de lo ar-
que ningún otro arte las acciones genéricas de nuestra común vida
quitectónico, y lo arquitectónico existe en toda obra de arte, ya
humana. Hay quienes, bajo la influencia de preconcepciones teó-
sea música, literatura, pintura o arquitectura, en su significado es-
ric~s, consideran los valores humanos que expresa la arquitectura
pecífico, que se manifiesta fuertemente en sus propiedades es-
estet1camente 11npropios, como una sitnple concesión inevitable a
tructurales. Con todo, la estructura tiene que ser algo más que físi-
la utilidad. No está tan claro que los edificios sean estéticamente lo
ca y matemática para tener valor estético. Tiene que usarse con el
peo~, tan s<ilo porque expresan la pompa del poder, la majestad del
apoyo, el refuerzo y la extensión de los valores humanos a través
gohterno, los dulces afectos de las relaciones domésticas, el tráfico
del tiempo. La hiedra colgante muy apropiada en algunos edifi-
de los _negocios en las ciudades, la adoración de los creyentes. Que
cios, ilustra esa unidad intrínseca del efecto arquitectónico con la
estos hnes entran orgánica1nente en la estn1ctura de los edificios
naturaleza, y se manifiesta en mayor escala, en la necesidad de
parece demasiado evidente para someterlo a discusi<in. Que e~
que los edificios armonicen naturalmente con sus alrededores
bien de algún uso especial, pueda darle una degradación de lo ar-
para lograr un efecto estético pleno. No obstante, esta inconscien-
tístico, es igualmente claro. Pero la razón de esto es la bajeza del fin
te unión vital debe ser paralela a una absorción igual de los valo-
o el hecho de que los materiales no se emplean para expresar con
res humanos, en el efecto completo del edificio experimentado.
equilibrio la adaptación a las condiciones naturales y humanas.
La fealdad, por ejemplo, de muchas fábricas y lo horrendo de los
La completa eliminación del uso humano (como en Schopen-
bancos ordinarios, aunque depende de defectos estructurales en
hauer) ilustra la limitación del ..uso,, a fines estrechos, y depende
el aspecto técnicamente físico, refleja también una distorsión de
de la ignorancia de que el arte helio es siempre el producto en la
los valores humanos, incorporada en la experiencia de los edifi-
experiencia, de una interacción de seres humanos con su ambien-
cios. La mera habilidad técnica no los puede hacer bellos, como
te. La arquitectura es un ejemplo notable de la reciprocidad de
eran los templos. Prin1ero debe producirse una transfom1ación
los resultados <le esta interacción. Los materiales se transforman
humana, de 1nanera que esas estructuras expresen espontánea-
de tnanera que se convierten en medios para los propósitos hu-
mente una armonía de deseos y necesidades, que ahora no existe.
manos de defensa, habitación y culto. No obstante, iavida huma-
La escultura, como ya hemos notado, está estrechamente aliada
na misma se hace diferente, mucho más allá de la intención o de
con la arquitectura. Pienso que es dudoso que lo escultórico diso-
la capacidad de previsión de los que construyeron los edificios. La
ciado de lo arquitectónico puede llegar alguna vez a una gran ele-
reforma que producen las obras arquitectónicas en la experiencia
vación estética. No es difícil sentir algo incongruente en la estatua
posterior es más directa y más extensa que en el caso de cualquier
simple y aislada en la plaza pública o en el parque. Seguramente
otro arte, excepto quizá en la literatura. No solamente influyen en
las estatuas logran éxito cuando son grandes, 1nonumentales y tie-
el futuro, sino que registran y transmiten el pasado. Templos, co-
nen algo que se aproxima al contexto arquitectónico, aunque sea
legios, palacios, casas, al igual que las ruinas, dicen lo que el hom-
un extenso banco para sentarnos. La escultura puede comprender
bre ha esperado y luchado, lo que ha realizado y sufrido. El deseo
un gran número de figuras diferentes, como en los mármoles de
del hombre de vivir por sus hechos, característico de la erección
Elgin. Sin embargo, si imaginamos que estas figuras tratan de re-
d,e pirámides, se encuentra en menor grado en toda obra arquitec-
presentar colectivamente una sola acción, pero están .separadas
torn:'ª: Esta cualidad no se confina a los edificios, pues algo arqui-
una de otra, surge una itnagen que provoca una sonrisa. No obs-
tecton1co .se encuentra en toda ohra de arte cuando se manifiesta
tante, hay diferencias que distinguen el efecto escultórico del ar-
en amplia escala la mutua adaptación armoniosa de las fuerzas
quitectónico.
permanentes de la naturaleza con las necesidades y propósitos
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La escultura pone de relieve el aspecto con1nc1norativo y mo- está estrechamente ligado con los asuntos humanos en los que el
numental de la arquitectura. Se especializa, por decirlo así, en la edificio participa. El templo griego está demasiado lejos de noso-
contnernoración. Los edificios participan y ayudan directamente a tros para que experimentemos mucho más que los efectos del equi-
fonnar y a guiar la vida; las estatuas y los monumentos nos recuer- librio exquisito de las fuerzas naturales. Sin embargo, es imposible,
dan el heroísmo, la devoción y el logro del pasado. La columna de al entrar en una catedral medieval, no sentir los usos para los que
granito, la pirámide, el obelisco, son esculturales, son testin1onio fue históricamente asignada como parte de ella; incluso un occi-
del pasado, no en cuanto a que está sujeto a las vicisitudes del dental siente algo parecido al entrar en un tempo budista. No usaría
tiempo, sino bajo d aspecto del poder que tiene para durar y le- la palabra ,,prestado" para calificar los efectos semejantes que co-
vantarse por encima del tiempo -manifestaciones nobles o patéti- rresponden a la experiencia de las casas y los edificios públicos,
cas de la inn1ortalidad, tal como pertenece a los 1nurtales-. La otra porque aquí los valores están demasiado incorporados para que
característica señala una diferencia 1nás decisiva. Tanto la escultu- sea aplicable esta palabra. No obstante, los valores estéticos en la
ra como la arquitectura deben poseer y expresar unidad, pero la arquitectura dependen peculiarmente de la absorción de significa-
unidad de un todo arquitectónico es la convergencia de una vasta dos obtenidos de la vida humana colectiva.
multitud de elementos. La unidad de la escultura es más sencilla y Las emociones despertadas por la escultura son necesariamen-
definida: se ve obligada a tenerla solamente en virtud del espacio. te las que corresponden a lo definido y duradero, excepto cuando
Únicamente la escultura de los negros ha intentado, sacrificando la escultura se usa para propósitos ilustrativos, un uso que la con-
todos los valores directamente asociados, ofrecer dentro de un vierte en un medio. Pues n1ientras que la música y la poesía lírica
compás estrecho, el carácter del dibujo, inherente a un edificio son intrínsecan1cnte idóneas para expresar palpitaciones especia-
verdadero, realizándolo mediante el ritmo de líneas, masas y for- les y crisis (con10 las ocasiones que las provocan), la escultura care-
mas. No obstante, incluso la escultura negra se ha visto obligada a ce por completo de ese carácter "ocasional" del mismo modo que
observar el principio de la sencillez; el dibujo surge de las partes sucede con la arquitectura. Los sentimientos de lo vago, lo pasajero
conectadas del cuerpo humano: cabeza, brazos, piernas y tronco. y lo incierto no se ajustan bien con su 1ncdio. Próximo a lo arquitec-
La sencillez del material y del propósito (pues aun una estruc- tural en cuanto a esto, difiere de ello con10, una vez 1nás, lo singu-
tura especializada, como el templo, sirve a un complejo de miras) lar difiere de lo colectivo. Lo que se ha dicho sobre el arte como
hace necesario que la escultura se limite a la expresión de 1nateria- unión de lo universal y lo individual, es especialmente cierto de la
les que tienen una unidad propia significativa y dispuesta para la escultura; tanto así que la idea de que esta unión proporciona una
percepción. Sólo los seres vivos tienen esta condición: los animales fórmula para todas las obras de arte, probablemente tuvo su fuente
y el hombre, o cuando se adhieren directamente a los edificios, las en la estatuaria griega. El Moisés de Miguel Ángel es sumamente in-
flores, los frutos, las vides y otras formas vegetales. La arquitectura dividual, pero no 1nás genérico que episódico, porque lo «tmivcr-
expresa la vida colectiva del hombre --el ermitano, el alma solitaria sal" es algo muy diferente de lo general. La actitud de la figura es-
no construye, sino que busca una fosa-. La escultura expresa la culpida, con su impulsión enérgica pero contenida, expresa al guía
vida en sus formas individualizadas. Los efectos emocionales res- que ve de lejos la tierra prometida, a la que sabe que no entrará. No
pectivos de las dos artes corresponden a este principio. Se dice que obstante, transmite con un valor y un sentimiento altan1ente indivi-
la arquitectura es «música congelada», pero e1nocionaln1entc esto dualizados, la eterna disparidad de la aspiración y el logro.
vale solamente para su estructura diná1nica no para el efecto de su
1 La escultura comunica el sentido del n1ovimiento con una
sustancia. Respecto a la totalidad, su efecto emocional depende o energía extremadamente delicada -son testimonio de esto las fi-

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guras danzantes griegas y la Victoria alada--. Sin embargo, se tra- enseña a los poetas algo nuevo, pero este modo de forzar el medio
ta de un movimiento detenido en una postura singular y duradera sólo se pudo soportar como un énfasis, no como un valor do1ninan-
--como se celebra en los versos de Keats-, no de las vicisitudes te. La verdad inversa es el hecho de que, cuando la pintura rebasa la
del movimiento para las cuales la música es un medio incompara- escena y el espectáculo para contar una historia se hace «literaria».
ble. Un sentido del tiempo es parte inalienable de la naturaleza Como la pintura se ocupa directamente del mundo como una
del efecto escultórico en su derecho formal o propio, pero es un «vista»,con10 un mundo directa1nente mirado, es incluso menos po-
sentido del tiempo suspendido, no en sucesión e interrupción. En sible discutir sus productos que los de otras artes en ausencia de ob-
breve, las emociones más adecuadas al medio son la gravedad, el jetos. Las pinturas pueden expresar todo objeto y situación capaz
reposo, el equilibrio, la paz. La escultura griega debe mucho de su de presentarse como una escena. Pueden expresar el significado de
efecto al hecho de expresar la forma hu1nana idealizada, tanto es los acontecimientos cuando éstos forman una escena en la que se
así que su influencia sobre la escultura posterior no ha sido com- resume el pasado y se indica un futuro, siempre que la escena sea
pletamente afortunada, puesto que recarga las estatuas y bustos suficientemente simple y coherente. De otra manera -como por
europeos hasta 1nuy recientetnente, con la tendencia a expresar ejemplo en las pinturas de Abbey en la Biblioteca Pública de Bos-
idealizaciones, las cuales, excepto en manos de 1naestros y en ton- se convierte en un docu1nento. Decir que la pintura puede
condiciones bien precisas (como las de Grecia), tiende a lo boni- presentar aspectos y situaciones es, sin embargo, decir poco de su
to, a lo trivial y a ilustrar la satisfacción ele deseos. La representa- poder, y nos conduce al equívoco si no incluimos su habilidad sin
ción <le la forma hu1nana en la apariencia de dioses o héroes semi- rival para transmitir mediante el ojo las cualidades que distinguen a
divinos no es una empresa que pueda ser emprendida a la ligera. los objetos y los aspectos de su naturaleza y constitución que la per-
Incluso los niños advierten a temprana edad que es 111ediante la cepción establece: la fluidez del agua, la solidez de las rocas, la
luz como el mundo se hace visible. Lo aprenden tan pronto como combinada fragilidad y resistencia de los árboles, la textura de las
conectan el acto de cerrar los ojos con la desaparición de las esce- nubes, y esto tnediante todos los aspectos variados con que goza-
nas ante ellos. Sin embargo, esta noción evidente, cuando se capta mos la naturaleza como un espectáculo y una expresión. En virtud
su fuerza, dice más sobre el efecto peculiar del color como medio del alcance de la pintura, el intento de establecer el orden de mate-
específico de la pintura que lo que podrían contar grnesos volúme- riales que utiliza significaría verse envuelto en una catalogación in-
nes de exposición verbal. Porque la pintura expresa la escena hu- terminable. Es bastante con que los aspectns del espectáculo de la
mana y natural como un espectáculo y los espectáculos existen por naturaleza sean inagotables, y que cada nuevo movimiento signifi-
la interacción del ser viviente, centrado en los ojos, con la luz, pura, cativo en la pintura sea el descubrimiento y explotación de alguna
reflejada y refractada en colores. Lo pictórico ( en este sentido) exis- posibilidad de visión no desarrollada antes. Así es como los pinto-
te en las obras de muchas artes. El juego de luz y sombra es un fac- res holandeses captaron la cualidad íntima de los interiores, for-
tor vital en la arquitectura, en la escultura que no se ha esclavizado mando un dibujo en los muebles y perspectivas; como el aduanero
mucho a los modelos griegos. Quizá la coloración que los griegos Rousseau expresó el ritmo espacial de escenas domésticas al igual
daban a sus estatuas era una compensación. La prosa y el drama a que exóticas; como Cézanne volvió a ver el volun1en de las fuerzas
menudo logran lo pintoresco, y la poesía lo genuinamente pictóri- naturales en sus relaciones dinámicas, la estabilidad de totalidades
co, es decir, la comunicación de la escena visible de las cosas. No compuestas por adaptaciones mutuas de pa1tes inestables.
obstante, en estas artes lo pictórico está sojuzgado y es secundario. El ojo y el oído se complementan entre sí. El ojo da la escena
El esfuerzo por hacerlo primario, como en el ,,imaginismo", sin duda en que las cosas marchan y en que se proyectan los cambios, in-

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movilizando una escena aun entre el tumulto y la barahúnda. El yen gran parte del cerebro, mayor que las <le cualquier otro senti-
oído dando por sentado el fondo que proporciona el acto con- do. Si se recurre a la vida animal y del indígena, la importancia ele
junto de la visión y el tacto nos fa1niliariza con los cambios con10 este hecho no es difícil de encontrar. Es obvio que la escena visi-
cambios. Porque los sonidos son sien1prc efectos; efectos del en- ble es evidentei la idea <le ser claro, llano, es lo 1nis1no que estar a
cuentro, del impacto y la resistencia de las füerzas <le la naturale- la vista -a ojos vistas con10 se dice-. Las cosas a ojos vistas no
za. Expresan estas fuerzas en términos de lo que se hacen una a la son dificultosas por sí mismas; lo llano es lo que se "ex-plana", tér-
otra cuan<lo se encuentran; la tnanera como cambian una y otra, y 1nino que connota seguridad, confianza, y que proporciona la
el G1n1hio <le las cosas que son teatro de sus conflictos intermina- condición favorable a la formación y ejecución <le planes. El ojo
bles. El chapoteo del agua. el murmullo de los arroyos, el empu- es el sentido de la distancia, no sólo porque la luz viene de lejos,
je y silbido del viento, el rechinar <le las puertas, el ruido de las sino porque 1nediantc la visión nos conectainos con lo distante, y
hojas, el crujido de las ramas, el estrépito de objetos que caen, los así nos prevenimos de lo que está por llegar. La visión presenta la
sollozos de la depresión y los gritos de victoria, ¿qué son junto escena desplegada, aquélla en la que y sohre la cual, como he di-
con todos los ruidos y sonidos, si no la inmediata 1nanifestaciún cho, tiene lugar el ca1nbio. El animal es vigilante, cauto en la per-
<le cambios producidos por la lucha de fuerzas? Toda agitación de cepción visual, pero está listo, preparado. Sólo en el pánico se ve
la naturaleza se efectúa por medio de vibraciones, pero aun una profundamente alterado.
vibración ininterrumpida no produce sonido; debe haber interrup- El material con el que el oído se relaciona a través del sonido es
ción, ilnpacto y resistencia. opuesto en todo punto. Los sonidos vienen del exterior a nuestro
La 1núsica, cuyo medio es el sonido, necesariamente expresa cuerpo, pero el sonido mi.sino es próximo, ínti1no, es una excita-
de una manera concentrada los choques e inestahilidades, los con- ción del organismo. Sentimos el choque de las vibraciones por
flictos y sus resoluciones, que son los cambios dran1áticos efectua- todo nuestro cuerpo. El sonido estimula directan1ente el camhio
dos sobre el fondo más persistente de la naturaleza y la vida huma- inmediato porque nos informa de un cambio. Un traspié, el rom-
na. La tensión y la lucha, su recolección de energía, sus descargas, pimiento ele una varilla, el ruido de la hierba, pueden significar
sus ataques y defensas, sus poderosas guerras y sus encuentros pa- el ataque -potencialmente letal-, de un animal o un hombre
cíficos, sus resistencias y resoluciones, son las cosas con que la hostil. Su imprntancia se miele por el cuidado que pone el animal
música teje su red. Se encuentra por tanto en el polo opuesto de lo o el indígena en no hacer ruido cuando se mueven. El sonido es
escultórico. Así como una expresa lo permanente, lo estable y uni- un aviso de lo que amenaza o de lo que sucede, como indicación
versal, lo otro expresa la excitación, la agitación, el 1novimiento, de lo que probablemente va a ocurrir. Está mucho más cargado
las particularidades y contingencias de lo existente, que, sin em- que la visión con el sentido de los aconteci1nientos; sohre lo inmi-
bargo, están tan engranadas en la naturaleza y son tan típicos en la nente hay siempre un aura de indetenninación e incertidutnhre,
experiencia con10 lo son sus permanencias estructurales. Con sólo que son condiciones favorables para una intensa excitación emo-
un fondo habría monotonía y muerte; con sólo cambio y movi- cional. La visión despierta la emoción bajo la forma del interés, la
miento habría caos, que no se reconocería siquiera como pertur- curiosidad solicita un exan1en posterior, pero atrae o instituye un
bado o perturbador. La estructura ele las cosas cede y se altera, se- equilibrio entre la acción de escapar o de ir adelante. Son los semi-
gún despaciosos ritmos seculares, mientras que las cosas que dos justamente los que nos hacen saltar.
capta el oído son los cambios repentinos, bruscos y rápidos. Hablando en general, lo que se ve excita la emoción inclirec-
Las conexiones de los tejidos cerebrales con el oído constitu- tamcnte, mediante una interpretación y detern1inadas ideas aso-

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ciadas. El sonido agita directatnente como una con1noción del or- sexual. Por otro lado, hay tipos de música, los 1nás apreciados por
ganismo mismo. Oír y ver se clasifican a rnenudo como los dos los conocedores, que requieren una preparación especial para ser
sentidos «intelectuales«. En realidad, el rango intelectual de la au- percibidos y gozados, y sus devotos forman un culto, de manera
dición, aun cuando sea enor111e, es adquirido, en sí mismo el que su arte es la más esotérica de todas las artes.
oído es un sentido emocional. Su fin y su profundidad intelectual A causa de las conexiones de la audición con todas las partes
vienen de su conexión con el habla; es una realizaciún secunda- del organisn10, el sonido tiene más reverberaciones y resonancias
ria y, por decirlo así, artificial debido a la institución de la k,ngua que ningún otro sentido. Es muy probable que las causas orgáni-
y de los medios convencionales de con1unicación. La visión ob- cas que hacen a algunas personas insensibles a la música, se deban
tiene la extensión directa de significado, por su conexión con a ron1pi1nientos en estas condiciones más bien que a defectos in-
otros sentidos, especialrnente con el tacto. La diferencia opera en herentes al aparato auditivo mismo. Lo que se ha dicho en general
ambos sentidos. Lo que es cierto de la audición en el aspecto in- sobre el poder de un arte para tomar un material natural en bruto y
telectual, es cierto de la vista en el emocional. La arquitectura, la convertirlo, mediante selección y organización, en un 1nedio in-
escultura y la pintura pueden excitar la cmociún profundamente. tenso y concentrado para construir una experiencia, se aplica con
Cuando vemos la casa de campo «adecuada« en cierto estado de una fuerza particular a la música. Mediante el uso de instrumentos,
ánin10, se nos puede anudar la garganta y empañar los ojos con10 el sonido se libra de los rasgos adquiridos por su asociación con el
ante un pasaje poético. No obstante, el efecto se debe a un espí- habla. Así recobra su cualidad pasional primitiva. Alcanza la gene-
ritu y a una atmósfera que se asocia con la vida humana. Inde- ralidad, distanciándose de objetos y acontecimientos particulares.
pendientemente del efecto emocional de las relaciones formales. Al mismo tiempo, la organización del sonido efectuada mediante
las artes plásticas despiertan emoción con lo que expresan. Los la multitud de medios puestos a disposición de los artistas -quizá
sonidos tienen el poder de la expresión directa1nente c111ocional. técnicamente más amplia que en cualquier otro arte, excepto la ar-
El sonido es por sí mis1no y sus propias cualidades amenazante, quitectura- despoja al sonido de su inmediata tendencia a esti-
acariciante, depresivo, fiero, tierno, soporífero ... mular una acción particular. Las respuestas se hacen internas e im-
A causa de la inmediatez de su efecto emocional. la 111úsicase plícitas, enriqueciendo así el contenido de la percepción en vez de
ha clasificado como la más baja y la más alta de las artes. Para al- dispersarse en una descarga franca. «Nosotros somos los tortura-
gunos su dependencia y sus resonancias directa1nente orgánicas dos por las cuerdas«, como dice Schopenhauer.
parecen una evidencia de su proximidad a la vida de los animales: La peculiaridad de la música, y también su gloria, es que
pueden citar el hecho de que música de un considerable grado de puede tomar la cualidad del sentido más inmediata e intensamen-
complejidad la han ejecutado con éxito personas de una inteli- te práctico de todos los órganos corporales (puesto que incita
gencia subnormal. La atracción de la música -<le ciertos tipos- más fuertemente a la acción impulsiva), y con el uso de relaciones
está mucho más extendida, es mucho más independiente de una formales transforma la materia en el arte más remoto de las preo-
formación especial, que la de cualquier otro arte. Y sólo hay que cupaciones prácticas. Retiene el poder primitivo del sonido para
observar algunos entusiastas de la música de cierta clase en un denotar el encuentro de fuerzas que atacan y resisten y todas las
concierto, para ver que gozan de una orgía emocional, de una li- fases que acompañan el movimiento emocional. No obstante,
beración de las inhibiciones ordinarias y de un reino donde se da con el uso de la armonía y la melodía, introduce una increíble
rienda suelta a las excitaciones. Havelock Elhs observa que algu- variedad de cotnplejas interrogaciones, incertidumbres y suspen-
nos recurren a las ejecuciones musicales para obtener un orgasmo siones en que cada tono .se ordena con referencia a los otros, de

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1nanera que cada uno es la suma de lo anterior y una anticipación palabras llevan una carga casi infinita de supertonos y resonan-
de lo que está por llegar. cias. «Los valores transferidos» de las emociones experimentadas
En contraste con las artes mencionadas, la literatura exhibe un en una infancia que no puede ser conscientemente recuperada,
rasgo único. Los sonidos que son su medio, ya sean directamente pertenecen a ellas. La lengua es verdaderamente la lengua mater-
percibidos o simbolizados en signos impresos, no es el sonido tal na. Está informada por el temperamento y las maneras de ver e
cual, co1no en la música, sino los sonidos sometidos a un arte que los interpretar la vida característica de la cultura y de un grupo social
transforma, antes de que la literatura los utilice. Porque las palabras aún activo. Puesto que la ciencia pretende hablar una lengua que
existen antes que el arte de las letras y las palabras se han formado a elimina estos rasgos, sólo la literatura científica es completamen-
partir de los sonidos brutos por el arte de la comunicación. Sería inú- te traducible. Todos nosotros participamos en cierto grado del
til resumir los fines a los que la lengua sirve antes de que la literatura privilegio de los poetas, quienes
co1no tal exista: mando, dirección, exhortación. instrucción, adver-
tencia. Sólo las excla1naciones y las interjecciones retienen su aspec- [...l speak the tangue
to original como sonidos. El arte de la literatura trabaja así con un 7hat Shakespeare spake; thefaith and mora!s huid
dado lastrado; su material está cargado con significaciones absorbi- Which Miltun held.'
das durante un tiempo inmemorial. Así su material tiene una fuerza
intelectual superior a la de cualquier otro arte, e iguala la capacidad Porque esta continuidad no está confinada a las letras en su
de la arquitectura para expresar los valores de la vida colectiva. forma escrita e impresa. La abuela contando cuentos de ,hubo
Entre el material en bruto y el material como medio en las le- una vez» a los nitl.os sentados en sus rodillas, repasa y colorea el
tras, no existe la distancia que hay en otras artes. El personaje de pasado; prepara material para la literatura y puede ser ella misma
Moliere no sabía que hablaba en prosa toda su vida. Así los hom- un artista. La capacidad de los sonidos para preservar y transmitir
bres en general no se dan cuenta de que ejercitan un arte durante los valores de todas las variadas experiencias del pasado, y para
el tiempo en que hablan con los otros. Una razón que explica la seguir con exactitud cada n1atiz ca1nbiante del sentitniento y las
dificultad de trazar un límite entre prosa y poesía es, sin duda, el ideas, confiere a sus co1nbinacioncs y pennutas el poder de crear
hecho de que la materia de ambas ha sufrido ya la influencia una nueva experiencia, a n1enudo una experiencia sentida de
transformadora del arte. El uso del término ,literario., en sentido modo 1nás intenso que la que proviene de las cosas 111is1nas.Los
despectivo significa que el arte más formal ha ido muy lejos dd contactos con éstas quedarían en el mero plano físico, si no fuera
idioma del arte anterior del que se sustenta. Todas las bellas artes, porque las cosas han absorbido en sí 1nismas significados que se
a fin de no hacerse refinadas, tienen que renovarse de vez en desarrollan en el arte de la comunicación. La realización intensa y
cuando, por un contacto con los n1ateriales extraños a la tradición vívida de los significados de acontecimientos y situaciones del
estética. Sin embargo, la literatura en particular es la que más ne- universo, pueden realizarse solan1ente con un n1edio que ya con-
cesita de una renovación constante de su fuente, puesto que tiene tiene .significado. Lo arquitectónico, pictórico y escultural, están
a su disposición un material ya elocuente, pleno de significado sietnpre rodeados inconsciente1nente de valores que proceden
pintoresco, y de un atractivo general y, sin embargo, muy expues- del habla. Es imposible excluir este efecto en virtud de la natura-
to a convertirse en una convención y a estereotiparse. leza de nuestra constitución orgánica.
La continuidad de significado y valor es la esencia del len-
* -l...l hablan la lcngu;.1 / que Shakcsrcare h:ihló; sostienen la fe y la moral/ que
guaje, porque sostiene una cultura en marcha. Por esta razón las Milton sostuvo." U\'. del t.)

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Aunque no hay ninguna diferencia que pueda definirse exac- Si lo ideal está realtnente presente en nosotros, su pre.senda
tamente entre prosa y poesía, hay una gran distancia entre lo pro- debe realizarse a través del medio sensible. En la poesía, el medio
saico y lo poético como límites extremos <le tendencias en la ex- y el significado parecen fundirse como por una annonía preesta-
periencia. Uno de ellos realiza el poder de las palabras para blecida, que es la ,música, y la eufonía de las palabras. No puede
expresar lo que está en los cielos, en la tierra y bajo los mares haber música en sentido estricto, puesto que falta el ímpetu. No
tnediante la extensión; el otro por la intensión. Lo prosaico es obstante, hay música en ella, puesto que las palabras mismas son
una cuestión de descripción y narración de detalles acumulados ásperas y solemnes, ligeras y lánguidas, solemnes y románticas,
y relaciones elaboradas. Se desarrolla como un documento legal duraderas y fugaces, según su significado. El capítulo sobre el so-
o un catálogo. Lo poético invierte el proceso. Condensa y abre- nido de las palabras en La teoría de la poesía de Lascelles Aber-
via, dando así a las palabras una energía de expansión casi ex- crornbie, hace superfluos los detalles, aunque pediría especial
plosiva. Un poema presenta su material convirtiéndolo en un uni- atención a su de1nostración de que la cacofonía es un factor tan
verso por sí tnismo, y aun cuando sea un todo en tniniatura, no genuino como la eufonía, porque considero justo interpretar su
es un embrión, ni tampoco está elaborado con argu1nentaciones. fuerza como evidencia de que la fluidez debe equilibrarse con
Hay en un poema algo encerrado dentro de sí 1nismo y que se factores e.structuralcs, que por sí mismos son ásperos, de otro
autoli1nita, y esta autosuficiencia, así como la arn1onía y el rittno modo el resultado podría ser empalagoso.
de los sonidos, es la razón de que la poesía, después de la músi- Hay críticos que sostienen que la 1núsica rivaliza con la poesía
ca, sea la más hipnótica de las artes. por su poder de transmitir un sentido ele la vida y las fases de ésta,
Cada palabra en la poesía es imaginativa, como lo era en la tal y como desearíamos que fueran. Sin en1bargo, no puedo me-
prosa, hasta que las palabras se gastaron por el uso para conver- nos que pensar que por la naturaleza mis1na de su 1nedio, la músi-
tirse en meros signos. Porque cuando una palahra no es pura- ca es brutalmente orgánica. No, desde luego, en el sentido en el
tncntc en1ocional, se refiere a algo ausente cuya presencia susti- que ,brutal, signifique ,bestial,, sino como hablamos de hechos
tuye. Cuando las cosas están presentes. basta ignorarlas, usarlas o brutos, de lo que es innegable e inevitable porque contiene lo ine-
señalarlas. Probablemente ni las palabras puramente emociona- vitable. En ningún sentido este punto de vista es despectivo para
les son una excepción a e.ste principio; la emoción que expresan la música. Su valor consiste precisamente en que puede tomar un
puede referirse a objetos ausentes tan agrupados que han perdi- material orgánicamente afirmativo y aparentemente intratable, y
do su individualidad. La fuerza imaginativa de la literatura es una hacer con él melodía y armonía. Sucede con las pinturas cuando
intensificación del oficio idealizador desempeñado por las pala- están dominadas por cualidades ideales, que se hacen débiles por
bras en el habla ordinaria. La presentación más realista de una es- exccso de cualidad poética; cruzan el límite y cuando se exami-
cena en palabras coloca frente a nosotros, después de todo, co- nan críticamente manifiestan una falta de sentido del medio pictó-
sas que no son sino posihilidades de un contacto directo. Toda rico. No obstante, en la épica, la lírica, el drama -la comedia así
idea es, por naturaleza, indicativa de una posibilidad, no de una como también la tragedia-, la idealidad contrastando con la ac-
actualidad. El significado que transmite puede ser actual en algún tualidad desempeña una parte intrínseca y esencial. Lo que puede
tiempo y lugar, pero mientras es una idea, su significado para la ser o podría haber sido está siempre en contraste con lo que es y
experiencia es una posibilidad; es ideal en el sentido estricto de ha sido, de manera que sólo las palabras son capaces de transmi-
la palabra, sentido estricto porque ,ideal, se usa también para de- tirlo. Si los anitnales son realistas estrictos, es porque carecen <le
notar lo fantástico y utópico, la posibilidad que es imposible. los signos que el lenguaje confiere a los humanos.

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Las palabras co1no 111ediono se agotan en su poder de trans- me parece que se ha dicho desde dentro, con lo cual quiero decir
mitir la posibilidad. Nombres, verbos, adjetivos, expresan condi- que se ha tomado al medio como un hecho dado, sin preguntarse
ciones generales, es decir, el carácter. Incluso el nombre propio por qué y cótno es lo que es.
no puede n1enos que denotar carácter por su limitación a un Así la literatura proporciona una evidencia tnás convincente
ejemplo individual. Las palabras tratan de transmitir la naturale- quizá que la de otras artes, de que el arte es bello cuando extrae
za de las cosas y acontecimientos. En verdad, es mediante el len- el 1naterial de otras experiencias y lo expresa en un medio que
guaje crnno éstos tienen una naturaleza por encin1a del flujo de la intensifica y clarifica su energía a través del orden que apare-
existencia. Que las palabras pueden transmitir el carácter, la natu- ce. Las artes realizan este resultado no por intención consciente,
raleza, no en su fornrn abstracta y conceptual, sino como se ma- sino en la operación 1nisma de crear, por medio <le nuevos obje-
nifiesta y opera en individuos, se hace evidente en la novela y en tos, nuevos modos de experiencia. Todo arte comunica porque
el drama, cuya función es explotar esta función particular del len- expresa. Nos permite participar vívida y hondamente en signifi-
guaje, porque los personajes se presentan en situaciones que cidos a los que éran1os sordos o a los que sólo oíainos dejándo-
evocan sus naturalezas, dando la particularidad de la existencia a les seguir su tránsito. Porque la co1nunicación no consiste en
la generalidad de la potencialidad. Al mismo tiempo las situacio- anunciar cosas, aun cuando se digan con el énfasis de una gran
nes se definen y se hacen concretas, porque todo lo que sabemos sonoridad, sino que es un proceso creador de participación que
de cualquier situación es lo que hace ele nosotros y a nosotros: hace común lo que era aislado y singular; y parte del milagro que
ésa es su naturaleza. Nuestra concepción de los tipos de carácter realiza, es que, al co1nunicarsc, la transmisión de significado da
y la multitud de variaciones de estos tipos es debida principal- cuerpo y definición a b experiencia, tanto del que expresa co1no
mente a la literatura, incluyendo naturalmente la biografía y la de todos aquellos que escuchan.
historia en la novela y el drama. Los tratados de ética en el pasa- El hrnnbre se asocia de muchas tnaneras. No obstante, la (mi-
do eran relativa1nente i111potentes para retratar caracteres de ca forn1a de asociación verdaderan1cnte humana, que no es una
1nodo que éstos permanecieran en la conciencia de la hun1ani- reunión gregaria para calentarse y protegerse, o un mero instru-
dad. La correspondencia del personaje y la situación se ilustra mento de la eficacia en la acción externa, es la participación en
con el hecho de que, siempre que las situaciones son vagas e in- significados y bienes que se realizan por la comunicación. Las ex-
dehnidas también lo son los caracteres, algo que hay que imagi- presiones que constituyen el a1te son comunicación en su fonna
nar, no encarnados; es decir, sin caracterizar. pura e inmaculada. El arte rompe barreras que dividen a los seres
hun1anos, in1permeables a la asociación ordinaria. Esta fuerza del
arte) cornún a todas las artes, se 1nanifiesta de n1anera m:.ís plena
En lo dicho he tocado temas a los que se han consagrado vo- en la literatura, pues su medio ya está formado por la comunica-
lúmenes porque me he ocupado de las artes diversas solamente ción, algo que difícilmente puede ser afirmado de cualquier otro
en un sentido. He querido indicar que así como construünos arte. Puede haber argumentos ingeniosamente elaborados y
puentes de piedra, de acero o cemento, así también cada medio plausiblemente compuestos sobre la función moral y humana de
tiene su propio poder, activo y pasivo, agresivo y receptivo y que otras artes. '.'lo puede haber ninguno sobre el arte ele las letras.
la base para distinguir los diferentes rasgos de las artes es la ex-
plotación de la energía característica del material usado como me-
dio. Mucho de lo que se ha escrito sobre la diferencia de las artes

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11. LA CONTRII3UCIÓN HUMANA

Con la frase »contribución humana», me refiero a aquellos as-


pectos y elementos de la experiencia estética que generalmente se
llaman psicológicos. Es teóricamente concebible que la discusión
de los factores psicológicos no sea un ingrediente necesario de la
filosofía del arte; pero prácticamente es indispensable. Las teorías
históricas están llenas de términos psicológicos que no se usan con
un sentido neutro, sino que están cargados de interpretaciones
que han puesto en ellos las teorías psicológicas vigentes. Borre-
mos los significados especiales dados a términos tales como sensa-
ción, intuición, contemplación, voluntad, asociación, emoción y
una gran parte de la filosofía del arte desaparecerá. Además, cada
uno de estos términos tiene diferentes significados dados por dife-
rentes escuelas de psicología. La »sensación», por ejemplo, ha sido
tratada de maneras muy diferentes, tan distantes entre sí como la
noción de que es el único constitutivo original de la experiencia
humana o la idea que sostiene que la sensación es una herencia <le
la forma más baja de vida animal y que, por tanto, debe ser minimi-
zada al considerar específicamente la experiencia humana. Las
teorías estéticas están llenas de fósiles procedentes de tendencias
psicológicas pasadas y cargadas de desechos de controversias que
se han dado a lo largo de la historia de la psicología. La discusión
del aspecto psicológico de la estética es inevitable.
Naturalmente, la discusión debe confinarse a los hechos más
genéricos de la contribución humana. A causa del interés y actitud
individual del artista, y del carácter individual de cada obra de arte

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concreta, la contribución personal y específica debe buscarse en Este concepto de la producción de la estructura de una expe-
las mismas obras de arte. A pesar de la inmensa disparidad de es- riencia es entonces d criterio que se usará para interpretar y juzgar
tos productos únicos, hay una constitución común a todos los in- las concepciones psicológicas que han desempeñado un papel en
dividuos normales. Tienen las mis1nas manos, órganos, dimensio- las teorías estéticas. Digo «juzgar», o criticar, porque 1nuchas de es-
nes, senti<los, afecciones, pasiones; se nutren con los n1isn1os tas concepciones tienen su fuente en la separación del organismo
alimentos, son heridos por las mismas armas, están sujetos a las y el ambiente; separación que se alega que es nativa y original. Se
mismas enfermecla<les, se curan con los mismos re1nedios, sienten supone que la experiencia es algo que ocurre exclusivamente den-
calor y frío por las mismas variaciones del tiempo. tro del yo, la mente o la conciencia, algo autocontenido, y que sos-
Para entender los factores psicológicos básicos y protegernos tiene solamente relaciones externas con la escena objetiva en que
contra los errores de psicologías falsas que arruinan la filosofía del está colocada. Entonces, todos los estados y procesos psicológicos
arte, recurrire1nos a nuestros principios básicos: la experiencia es no son pensados corno funciones de una criatura viviente que vive
cuestión de la interacción del organisn10 con su ambiente, un an1- en su ambiente natural. Cuando el vínculo del yo con su mundo se
biente humano así co1no tan1bién físico, que incluye los materiales rompe, entonces también las diversas 1naneras como el yo interac-
de la tradición y las instituciones, así corno las circunstancias loca- ciona con el inundo dejan de tener una conexión unitaria entre sí.
les. El organismo trae consigo en virtu<l de su estructura propia, Caen en fragn1entos separados que se llan1an sensaciún, senti-
nativa y adquirida, fuerzas que toman parte en la interacción. El yo miento, deseo, propósito, conocimiento, volición. La conexión in-
actúa y ta1nbién sufre y sus vivencias no son itnpresiones que se trínseca del yo con el mundo mediante la reciprocidad de padeci-
gravan en una cera inerte, sino que dependen de la 1nanera como miento y acción; y el hecho de que todas las distinciones que
el organismo reacciona y responde. No hay experiencia en que la puede dar el análisis en el factor psicolúgico no son sino diferentes
contrihuciún humana no .sea un factor detern1inante de lo que .su- aspectos y fases de una interacción continua, aunque variada, del
cede realmente. El organi.s1no es una fuerza, no una transparencia. yo y el ambiente, son las dos principales consideraciones que se-
Como toda experiencia se constituye por la interacción entre rán llevadas a la siguiente discusión.
el «sujeto» y el «objeto«, entre un yo y su mundo, no es ni mera- Antes de entraren una discusión detallada, me referiré a lama-
mente física ni 111eramente n1ental, cualquiera que sea el factor nera como se han originado histórica1nente las distinciones psico-
que predon1ine. Las experiencias llatnadas «inentales», en virtud lógicas más tajantes. Fueron al principio formulaciones de diferen-
del predominio de la contribución interna, se refieren directa o cias que se encontraban entre porciones y clases de la sociedad.
lejana1nentc a experiencias de un carácter más objetivo; son pro- Platón proporciona un ejemplo casi perfecto de este hecho. Deri-
ductos de la discriminación y, por tanto, pueden entenderse si to- vó claramente su división tripartita del alma de lo que observaba
mamos en cuenta la experiencia normal en su totalidad, en la en la vida comunal de su tiempo. Hizo conscientemente lo que
cual tanto los factores internos como los externos están incorpo- muchos psicólogos han hecho en sus clasificaciones, sin darse
rados en tal grado que ambos han perdido su carácter especial. cuenta de su fuente, surgida de diferencias sociales observables,
En una experiencia, las cosas y acontecimientos que pertenecen pensando que les viene de la pura introspección. En la mente, tal
al mundo, físico y social, se transforman a través del contexto hu- como se manifiesta con caracteres 1nayúsculos en la comunidad,
mano en que penetran, en tanto que la criatura viviente catnbia y Platón distinguía la facultad sensible, apetitiva y adquLsitiva, mani-
se desarrolla 1nediante su interacción con las cosas que le son ex- fiesta en la clase de los mercaderes; la facultad «espiritual", la del
ternas con anterioridad. impulso y voluntad generosos, la derivaba de los ciudadanos-sol-

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dados leales a la ley y a la creencia recta, aun a expensas de su exis- gestiones e hipótesis, y la influencia de un deseo personal de cier-
tencia personal; la facultad racional la encontraba en los aptos para tos resultados y las propiedades del objeto investigado. Los pro-
hacer las leyes. Encontraba estas mismas diferencias, dominantes gresos de la técnica cientítka están concebidos con el propósito
en diferentes grupos raciales, el oriental, los bárbaros del norte y expreso de facilitar esta distinción. Los prejuicios, las preconcep-
los griegos atenienses. ciones y los deseos influyen en las tendencias de juicio espontáneas
No hay divisiones psicológicas intrínsecas entre el aspecto en tal medida, que se deben tomar prescripciones especiales para
intelectual y el sensorial; el emocional e ,,ideatorio"; entre las fa- darse cuenta de ellas de manera que puedan ser eliminadas.
ses imaginativas y prácticas de la naturaleza humana. No obstan- Una obligación semejante se impone a los que están compro-
te, hay individuos e incluso clases de individuos que son predo- metidos en la manipulación de materiales y en la ejecución de
minantemente ejecutivos o reflexivos; soñadores o «idealistas» y proyectos. Necesitan mantener la actitud de decir ..esto me perte-
activos; sensualistas y humanamente racionalesi egoístas y desin- nece mientras que aquello es inherente a los objetos con los que
teresados; los que se dedican a una actividad corporal rutinaria y trato". De otra manera no podrán sostener su mirada ..en el objeti-
los que se especializan en la investigación intelectual. En una so- vo ... El sentimental jactancioso es el que permite que sus propios
ciedad mal ordenada, las divisiones como éstas se exageran. El sentimientos y deseos tiñan lo que él considera como objeto. Una
hombre y la mujer bien definidos son la excepción. Sin embargo, actitud indispensable para el éxito en el pensamiento y la planifi-
puesto que la función del arte considera unificar -rotnpcr dh,tin- cación práctica se convierte en hábito profundamente arraigado.
ciones convencionales que están bajo los elementos comunes del Una persona apenas podrá cruzar una calle de tráfico rápido e in-
mundo experimentado, desarrollando la individualidad como la tenso si no conserva en la mente las diferencias que los filósofos
manera de ver y expresar estos elementos, esa función del arte formulan en términos de ,,sujeto .. y •<Objeto... El pensador profesio-
en la persona individual consiste a su vez en organizar las dife- nal (y naturalmente es el que escribe tratados de estética) es al
rencias -eliminar el aislamiento y los conflictos entre los ele- que asalta más constantemente la diferencia entre el yo y el mun-
1nentos de nuestro ser, utilizando las oposiciones entre ellos para do. Dicho pensador aborda la discusión sobre el arte con una idea
construir una personalidad más rica~. De aquí la extraordinaria preconcebida, que desgraciadamente es la más fatal para el enten-
ineptitud de una psicología compartimentada para servir de ins- dimiento estético. Porque la única característica distintiva de la ex-
trumento a la teoría del arte. periencia estética es el hecho de que no existe en sí tal distinción
Los ejemplos extremos de los resultados de la separación del del yo y el objeto, puesto que es estético en el grado en que el or-
organismo y del mundo son frecuentes en la estética. Tal separa- ganisn10 y el ambiente cooperan para instituir una experiencia en
ción radica en la idea de que la cualidad estética no pertenece a los que los dos se integran tan plenamente que desaparecen.
ohjetos como objetos, sino que es proyectada en ellos por lamen- Una vez que la experiencia se reconoce causaltnentc depen-
te. Es la fuente de la definición de la belleza como ..placer objetiva- diente de la manera en que el yo y los objetos interaccionan,
do", en vez de que sea un placer en el objeto hasta el punto de que no hay misterio en lo que se llama ..proyección". Cuando un paisa-
el objeto y el placer estén unificados e indivisos en la experiencia. je se ve an1arillo con gafas con cristales amarillos o con ojos de ic-
En otros campos ele la experiencia una distinción preli1ninar entre tericia, el yo no lanza lo amarillo como un proyectil sobre el paisa-
el yo y el ohjeto no es sólo legítiina) sino necesaria. Un investiga- je. El factor orgánico en la interacción causal con el ambiente,
dor debe distinguir constantemente, lo más posible, aquellas par- produce lo amarillo del paisaje, de la misma manera que el hidró-
tes de una experiencia que vienen de sí mismo a la n1anera de su- geno y el oxígeno en interacción producen agua. Un escritor de

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psiquiatría cuenta la historia de un hombre que se quejaba del so- ambientales para producir una experiencia. El mismo fracaso se
nido discordante de las campanas de la iglesia, cuando de hecbo encuentra cuando el yo es considerado como el portador de una
el sonido era musical. El examen mostró que su prometida lo ha- experiencia, en vez <le ser un factor tnás de lo producido, como
bía dejado para casarse con un clérigo. Aquí había la "proyección" en el caso de los gases que producen agua. Cuando se requiere el
de una venganza. No porque algo psíquico se extrajera milagrosa- control de la formaciém y desarrollo de una experiencia, tenemos
mente del yo y se disparara en el objeto físico, sino porque la ex- que tratar al yo como su portador; tenemos que reconocer la efi-
periencia del sonido de las campanas dependía de un organismo cacia causal del yo a fin de asegurar su responsabilidad. Con todo,
dañado hasta el punto de actuar anormalmente como factor en este énfasis sobre el yo se hace con un propósito especial, y desa-
cierta situación. En efecto, la proyección es un caso de valores parece cuando la necesidad de control en una dirección específi-
transferidos, siendo realizada la «transferencia» mediante la partici- camente predetern1inada ya no existe, y seguramente no existe en
pación orgánica de un ser que es como es y que actúa a través de una experiencia estética, pese a que, en el caso de un arte nuevo,
modificaciones orgánicas debidas a experiencias anteriores. puede ser un preliminar para ohtener una experiencia estética.
Es un hecho familiar que los colores de un paisaje se hacen Un crítico tan inteligente como l. A. Richar<ls cae en este error.
más vívidos cuando se ven con la cabeza hacia abajo. El cambio Escribe:
de posición física no introduce un nuevo elernento físico) pero
significa que está en acción un organismo diferente de algún Estamos acostumbrados a decir que la pintura es bella, en vez
modo, y que la diferencia en la causa determina una diferencia de decir que determina una experiencia, valiosa en cierto sentido
en el efecto. Los profesores de dibujo luchan para lograr la recu- [...] Cuando lo que tenemos que decir es que [ciertos objetos] causan
peración de la inocencia originaria del ojo. Se trata de efectuar efectos en nosotros, de una especie o de otra, la falacia <le proyectar
una disociación de elementos vinculados en anteriores experien- el efecto y de hacerlo una parte <le la causa tiende a repetirse.
cias que producían una experiencia contraria a la representación
en una superficie de dos dimensiones. El organismo que experi- Lo que pasa inadvertido es que no es la pintura como pintu-
menta en función del tacto tiene que reacondicionarse para ex- ra (es decir, el objeto en la experiencia estética) lo que causa cier-
perimentar las condiciones espaciales, hasta donde es posible, en tos efectos «en nosotros,,. La pintura co1no pintura es ella 1nisma
función de la vista. La especie de proyección gener.1lmente implí- un efecto total determinado por la interdcción de causas externas
cita en la visión estética, implica un relajamiento análogo de la y orgánicas. El factor causal externo son vibraciones de luz, de
tensión provocada por la búsqueda de fines especiales, de mane- pigmentos puestos en tela, reflejados y refractados variadamente.
ra que toda la personalidad pueda entrar libremente en interac- Es en definitiva lo que descubre la ciencia física: átomos, electro-
ción, sin desvío ni restricción, para alcanzar un resultado particu- nes, protones. La pintura es el resultado integral de su interac-
lar y preconcebido. Las primeras reacciones hostiles a un nuevo ción, la contribución de la mente a través del organismo. Su "be-
modo en el arte son generalmente debidas a la falta de voluntad lleza,, que, estoy de acuerdo con Mr. Richards, es simplemente un
para ejecutar alguna disociación necesaria. término breve para ciertas cualidades valiosas que son parte in-
El equívoco sobre lo que sucede en la llamada proyección, en trínseca del efecto total, pertenece a la pintura al igual que el res-
suma, depende totalmente del fracaso en ver que el yo, el organis- to de sus propiedades.
mo, el sujeto, la mente ~cualquiera que sea el término usado-- La referencia «en nosotros» es una abstracción de la experien-
denota un factor que interacciona causaltnente con los agentes cia total, tanto como lo sería, por otro lado, resolver la pintura en

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meras agregaciones de moléculas y átomos. Incluso la cólera y el mismo que de la griega; de las pinturas persas, lo mismo que de
odio son en parte causados por nosotros más que en nosotros. No las de los pintores italianos del siglo XVI.
es que seamos la única causa, sino que nuestra propia resolución Cuando el vínculo que ata la criatura viviente con su circunstan-
es un factor causal contribuyente. Es cierto que casi todo el arte, cia se rompe, no hay nada que mantenga unidos los factores y fases
hasta el Renacimiento, nos parece impersonal, porque se ocupa variados del yo. Pensamiento, emoción, sensibilidad, propósito,
de fases «universales« del mundo experimentado, en comparación pulsión, quedan separados y se asignan a diferentes compartimen-
con el papel de la experiencia individual en el arte moderno. La tos de nuestro ser. Porque su unidad se encuentra en los roles de co-
conciencia del lugar justo del factor estrictamente personal no de- operación que dese1npeñan en las relaciones activas y receptivas
sempeñó ningún papel importante en las artes plásticas y literarias con el ambiente. Cuando se separan los elementos unidos en la ex-
quizá hasta el siglo xrx. La novela basada en la «corriente de la periencia, la teoría estética resultante está destinada a ser unilateral.
conciencia» marca un hito definido en el curso de la experiencia Lo podría ilustrar con la boga que el concepto de contemplación,
cambiante, al igual que el impresionismo en la pintura. El curso entendido de manera estrecha, ha gozado en la estética. A primera
más largo de todo arte está marcado por desplazamientos del én- vista la «conte1nplación» parece un término inadecuado, elegido
fasis. Ya estamos en presencia de una reacción hacia lo imperso- para denotar la absorción exaltada y apasionada que acompaña fre-
nal y lo abstracto. Estos desplazamientos en el arte están conecta- cuentemente la experiencia de un dratna, un poema o una pintura.
dos con ritmos arr1plios en la historia hu1nana. No obstante, La observación atenta es ciertamente un factor esencial en toda per-
incluso el arte que per111ite menos juego a las variaciones indivi- cepción genuina, incluyendo la estética. No obstante, ¿cómo es que
duales --como, digamos, la pintura y la escultura religiosa del si- este factor queda reducido al puro acto de contemplación?
glo xn~ no es mecánico y, por lo tanto, lleva el sello de la perso- La respuesta en lo que concierne a la teoría psicológica, se
nalidad; y las pinturas clásicas del siglo xvn reflejan, como las de encuentra en la Crítica del juicio de Kant. El filósofo era un
Nicolas Poussin, una predilección personal por la sustancia y la 1naestro en el arte de trazar primero distinciones y luego erigirlas
forma, mientras que las pinturas más ,<individualizadas» nunca se en divisiones compartimentadas. El efecto en la teoría posterior
desvían de algún aspecto o fase de la escena objetiva. fue dar a la separación de lo estético respecto a otros modos de
Las variaciones en lo que podríamos llamar la ratio de los la experiencia, una pretendida base científica arraigada en la
factores personales e impersonales, subjetivos y objetivos, con- constitución misma de la naturaleza humana. Kant ha referido el
cretos y abstractos, son quizá los factores que precisamente tergi- conocimiento a una división específica de nuestra naturaleza, la
versan el aspecto psicológico de la teoría y la crítica estéticas. Los facultad del entendimiento operando en conjunción con los ma-
escritores en cada período tienden a tomar lo sobresaliente en las teriales sensibles. Ha referido la conducta ordinaria, siempre que
tendencias del arte de su propia época, como la base psicológica sea prudente, al deseo que siente placer por su objeto, y la con-
normal de todo arte. La consecuencia es que esas eras y aspectos ducta moral a la Razón Pura operando como una demanda sobre
del pasado y de países extraños, más similares y disimilares a las la Voluntad Pura 1 Habiendo dispuesto de la Verdad y el Bien,
tendencias existentes, atraviesan fases de apreciación y deprecia- quedaba por buscar un nicho para la Belleza, el término restante
ción. Una filosofía universal basada en el entendimiento de la re- del trío clásico. Quedaba el Sentimiento Puro, que era considera-
lación constante del yo y el mundo en medio de las variaciones
de su contenido actual, podría hacer el goce más amplio y más 1. Fl efecto sobre el pensamiento gernünico de capitalizaci(m apena:, ha obtenido
empático. Entonces podríamos gozar de la escultura negra, lo una atención adecuada.

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do «puro»en el sentido que está aislado y encerrado en sí 1nis1no; ceso de la percepción misma. Definir el elemento emocional de la
sentimiento libre de cualquier tinte de deseo; sentimiento que, percepción estética) meramente co1no el placer en el acto de con-
estrictamente hablando, no es empírico. Así pensó en una facul- templación, independientemente de lo excitado por la materia
tad del juicio que no es reflexiva, sino intuitiva, y, sin en1hargo, contemplada, desemboca empero en una concepci(m del arte
no se aplica a los objetos de la razón pura. Esta facultad se ejerci- completamente anémica. Llevada a su conclusión lógica excluiría
ta en contemplación, y el elemento estético distintivo es el placer de la percepción estética la mayor parte de los asuntos gozados
que aco1npa:t1aa tal contemplación. Así se abría el can1ino psico- en el caso de las estructuras arquitectónicas, el dran1a y la novela
lógico que conduce a la torre de marfil de la ,Belleza» distante de con todas sus reverberaciones concomitantes.
todo deseo, acción e inquietud emocional. No es la ausencia de deseo y pensa1niento, sino su completa
Aun cuando Kant no pone en evidencia en sus escritos ningu- incorporación en la experiencia perceptiva, lo que caracteriza a la
na especial sensihilidacl estética, es posible que su énfasis teórico experiencia estética como distintiva de experiencias que son espe~
refleje las tendencias artísticas del siglo xv111. Porque este siglo fue, cialmente "intelectuales, y ,prácticas,. La singularidad del objeto
generalizando, hasta en sus finales, un siglo de «razón»más que de percibido es un obstáculo más que una ayuda para el investigador.
,pasión» y en el cual, por lo tanto, el orden y la regularidad objeti- Se interesa en él en la medida en que conduce su pensamiento y
vos, el elemento invariante, fue casi exclusivamente la fuente de observación más allá del objeto mismo; para él dicho objeto es un
la satisfacción estética, una situación que conduce a la idea de que dato o una evidencia. Tampoco el hombre cuya percepción está
el juicio conte1nplativo y el sentitniento conectado con él son las dominada por el deseo o el apetito lo goza por sí mismo, sino que
diferencias peculiares de la experiencia estética. No obstante, si su interés en él consiste en que su percepción pueda conducirlo a
generalizamos la idea y la extendemos a todos los períodos del es- un acto particular que es su consecuencia, es un estímulo más que
fuerzo artístico, su absurdo es evidente. No sólo pasa por alto, un objeto en el que la percepción pueda descansar con satisfac-
como si fuera inútil, la acción y la elaboración implicadas en la ción. El que percibe la estética de las cosas está libre del deseo en
producción de la obra de arte (y los elementos activos correspon- presencia de una puesta de sol, una catedral o un ramo de flores,
dientes de la respuesta apreciativa), sino que implica una idea ex- en el sentido de que sus deseos se satisfacen en la percepción mis-
tremadamente unilateral de la naturaleza de la percepción. Toma ma. No quiere el objeto como medio para alcanzar otra cosa.
como base para la comprensión de la percepción lo que sólo perte- Al leer, digamos, La víspera de Santa Inés, de Keats, el pensa-
nece al acto de reconocitniento, ampliando meramente este últitno miento es activo, pero al mismo tiempo sus demandas son plena-
para incluir el placer que lo acompaña, cuando el reconocimiento mente cumplidas. El ritmo de expectación y satisfacción es interior-
es prolongado y extenso. Es entonces una teoría peculiarmente mente tan completo que el lector no considera el pensamiento
apropiada para un tiempo que subraya de manera especial la natu- como un elen1ento separado, ni como una suerte de trabajo 1nucho
raleza "representativa, del arte y cuando se considera que el asunto menor. La experiencia se caracteriza por una mayor inclusión de to-
representado es de naturaleza ,racional» --elementos y fases de la dos los factores psicológicos que la que ocurre en experiencias or-
existencia regulares y recurrentes. dinarias, no por reducirlos a una sola respuesta, pues tal reducción
Tomada lo mejor posible, es decir, interpretada liberalmente, sería un e1npobrecimiento. ¿Cómo puede una experiencia rica y
la contemplación designa ese aspecto de la percepción en que unificada alcanzarse por un proceso de exclusión? Un hombre en el
los elementos de la investigación y del pensamiento están subor- ca1npo que se encuentra con un toro bravo no tiene sino un deseo y
dinados (aun cuando no ausentes) al perfeccionamiento del pro- pensamiento: llegar a un lugar seguro. Una vez seguro, puede go-

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zar el espectáculo del poder indomable. Su satisfacción entonces, berna no puede vivir indefinidamente de su propia sustancia.
en contraste con el esfuerzo de escapar, puede ser considerada Nuestros deseos son proyectos trazados sobre el ambiente, pri-
como propia de la contemplación, pero esta satisfacción a su vez mero a ciegas, luego con interés y atención consciente. Para satis-
conlleva el cutnplimiento de tnuchas tendencias oscuras activas, y facerse deben interceptar la energía de las cosas ambientes y ab-
el placer obtenido no se debe por entero a la contemplación, sino al sorber lo que contienen. La llamada superabundancia de energía
cumplimiento de esas tendencias en el asunto percibido. Quedan del organismo sólo aumenta la inquietud, excepto cuando puede
incluidas más imágenes e "ideas" que las que acompañan el acto de alimentarse de algo objetivo. Mientras que la necesidad instintiva
escapar, mientras que si emoción significa algo consciente, y no la es impaciente y se apresura a descargarse (como una araña estor-
mera energía excitada de escapar, hay mucha 1nás emoción. bada en su tejido, quiere tejer hasta morir), el impulso que se ha
Una dificultad de la psicología kantiana es que supone que hecho consciente de sí 1nisn10 se detiene a amontonar, incorpo-
todo "placer", excepto el de la contemplación", consiste entera- rar y digerir el material objetivo afín. 2
mente en una satisfacción personal y privada. Toda experiencia, Por consiguiente, la percepción está, en su nivel tnás bajo y
incluyendo la más generosa e idealista, contiene un elemento de más oscuro cuando solatnente opera la necesidad instintiva. El
búsqueda, de impulso hacia adelante. Sólo cuando estamos an- instinto tiene mucha prisa para que pueda ser solícito en sus rela-
quilosados por la rutina y hundidos en la apatía nos abandona ciones con el ambiente. Sin embargo, las demandas y respuestas
esta ansia. La atención se establece por una organización de estos instintivas sirven a un doble propósito después de que se han
factores, y una conten1plación que no es una forma de atención transformado en demanda consciente de materia afín. Muchos im-
hacia el material presente en la percepción, despierta e intensifi- pulsos de los que no nos damos cuenta distintamente dan cuerpo
cada mediante los sentidos, es una 1nirada inocua y banal. y aliento al foco consciente. Es aún más importante el hecho de
Las «sensaciones» están necesariamente incluidas en el acto que la necesidad primitiva es la fuente de adhesión a los objetos.
de percepción y no son meros incidentes externos de éste. La La percepción nace cuando la solicitud de objetos y sus cualida-
psicología tradicional que coloca primero la sensación y después des lleva la demanda orgánica de adhesión a la conciencia. Si juz-
la impulsión, invierte el verdadero estado del caso. Experimenta- gamos sobre la base de la producción de obras de arte, y no de la
mos conscientemente los colores porque se ejecuta el impulso de de una psicología preconcebida, es evidente el absurdo de supo·
mirar, oímos los sonidos porque nos satisface escuchar. La es- ner que la necesidad, el deseo, la afección, se excluyen por la ac-
tructura tnotora y sensible fonna un solo aparato y realiza una ción de la experiencia estética, a menos que el artista sea la única
sola función. Puesto que la vida es actividad, hay siempre deseo persona que no tenga experiencia estética. La percepción que
cuando la actividad es obstruida. llna pintura satisface porque ocurre por ella misma es la plena realizaci(¡n de todos los elemen-
coln1a la expectativa de escenas con color y luz, más plenamente tos de nuestro ser psicológico.
que muchas de las cosas que ordinariamente nos rodean. En el Naturalmente aquí está la explicacié,n del equilibrio, de la
reino del arte lo misn10 que en el de la justicia, los que entran son cotnpostura, característica de gran parte de la apreciación estéti-
los que tienen hambre y sed. Precisamente el predominio de cua- ca. Mientras la luz estimula solamente el ojo, la experiencia de
lidades sensibles intensas en los objetos estéticos, es la prueba, ella es magra y pobre. Cuando la tendencia a girar los ojos y la
hablando psicológicamente, de que allí está el apetito.
La búsqueda, el deseo, la necesidad, séJlo pueden ser satisfe- 2. El kctor notará que estoy diciendo aquí. en términos dikrcntes, lo que se en-
chos tnec.liante materiales exteriores al organis1no. El oso que hi- cuentra implirndo en d -Acto cxpn:siV(k

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cabeza se absorbe en multitud de otros impulsos y aquélla y és- tar la emoción estética al placer que aco1npaña al acto de contem-
tos se convierten en partes de un solo acto, todos los impulsos se placiún es excluir todo lo más característico de aquélla.
mantienen en un estado de equilibrio. Entonces se produce la Vale la pena citar un pasaje de Keats ya trascrito en parte:
percepción en vez de una reacción especializada, y lo percibido
está cargado de valor. Respecto al carácter poético mismo[ ...] no es él mismo, no tie-
Este estado puede ser descrito como de contemplaci(m. No es ne mismidad. Es todo y nada, goza la luz y la sombra; vive en el gus-
práctico, si por «práctico" se quiere decir una acción en1prendida to, sea limpio o sucio, alto o bajo, rico o pobre, pequeño o ekvado.
Siente tanto deleite en concebir un Yago como un Imogen. Lo que
para un fin particular y especializado, fuera de la percepción, o en
choca al filósofo virtuoso deleita al poeta camaleón. No daña con su
pos de alguna consecuencia externa) En el último caso, la per-
gusto por el aspecto brillante, porque ambos acaban en la especula-
cepción no existe para sí misma, sino que se limita al reconoci- ción (percepción imaginativa). Un poeta es lo más apoético que
tniento ejercitado en favor de ulteriores consideraciones. Sin em- existe, porque no tiene identidad, está continuamente dentro y fue-
bargo, esta concepción de lo «práctico" es una litnitación de su ra ocupando algún otro cuerpo [...] Cuando estoy en un cuarto con
significado. No solamente es el arte mismo una operación de ha- gente, si acaso tengo libertad para especular sobre las creaciones de
cer y elaborar -una poiesis expresada en la misma palabra mi propia mente, entonces no soy yo mismo quien se familiariza
poesía-, sino que la percepción estética demanda, como hemos consigo mismo, sino que la identidad de los que están en el cuarto
visto) un cuerpo organizado de actividades, incluyendo los ele- empieza a oprimirme de manera que en poco rato quedo aniquila-
1nentos motores necesarios para la percepción plena. do, no sólo entre hombres; sería lo mismo en una sala con niíl.os.
La principal objeción a las asociaciones generalmente conecta-
das con el término «conten1plación» es su aparente aleja1niento de Las ideas de desinterés, desprendimiento y "distancia psíquica"
la emoción apasionada. He hablado de cierto equilibrio interno de las que se ha hablado mucho en las teorías estéticas recientes,
de los impulsos que se encuentra en el acto de percepción, pero deben entenderse de la misma manera que la contemplación. ,,Desin-
incluso la palabra ,,equilibrio,, puede ciar lugar a una falsa concep- terés» no puede significar falta de interés. Puede usarse como un
ción. Puede sugerir un equilibrio tranquilo y sedante que excluye rodeo para denotar que no gobierna ningún interés especializado.
el rapto determinado por un objeto absorbente. En efecto, signifi- "Desprendimiento" es un nombre negativo para algo extremada-
ca sólo que diferentes impulsos se excitan y refuerzan mutuamen- mente positivo. No hay separación del yo, ni un 1nanteni1niento a
te de manera que excluyen la acción franca que se aparta de la distancia, sino plenitud de participación. Incluso "adhesión" no lo-
percepción 1narcada por la e1noción. Psicológicamente las necesi- gra transmitir plenamente la idea justa, porque sugiere que el yo Y
dades hondamente arraigadas no pueden ser estimuladas para en- el objeto estético siguen existiendo separadamente, aun cuando en
contrar satisfacción en la percepción, sino una en1oción y afec- estrecha conexión. La participación es tan completa que la obra de
ciún que al fin constituye la unidad de la experiencia. Y como he arte está separada del deseo especializado que opera cuando tene-
notado en otro aspecto, la emoción que se despierta acompaña al mos el impulso de consun1ir o apropiarnos física1nente una cosa.
asunto percibido, que difiere así de la emoción en bruto, porque La frase ,,distancia psíquica", se ha empleado para indicar el
se adhiere al movin1iento del asunto hacia su consumación. Litni- mismo hecho. El ejemplo del hombre que goza el espectáculo de
un toro hravo viene al caso. No está francamente comprotneti<lo
.",. Compárese lo que ,.,e ha dicho sobre la diferencia entre nwdios externos y un
en la escena. No tiene el impulso de ejecutar un acto particular y
médium, págs. 2"i2-25."i. especial allende la percepción misma. La distancia es el nombre

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la que esa misma distinción sea rehasada de modo que lo que
de una participación tan íntima y equilibrada, que no opera nin-
eran concepciones se conviertan en significados inherentes al
gún impulso particular para hacer huir a la persona de una surni-
material mediatizado por los sentidos. Incluso las concepciones
si(,n completa a la percepción. La persona que disfruta <le una
científicas tienen que concretarse en la percepción sensible para
tempestad en el 1nar, une sus impulsos con el drama del mar im-
ser aceptadas como algo n1ás que ideas.
petuoso, el huracán rugiente y el barco que se hunde. La ,-parado-
Todos los objetos observados que se identifican sin reflexión
ja <le Diderot» ejemplifica una situación semejante. lln actor en la
(aun cuando su reconocimiento sea motivo de una reflexión pos-
escena no es frío e inconmovible en su papel, pero los impulsos
terior) muestran una unión integral de la cualidad sensible y el
que serían dominantes si estuviera rcaln1cntc en la escena que re-
significado, en una sola textura firn1e. Reconocemos con los ojos
presenta se transforn1an en coordinación con los intereses que
el verde del mar como perteneciente al mar y no al ojo, y como
pe1tcnccen a él co1no artista. Desinterés, desprenditniento, distan-
una cualidad diferente <le! verde <le una hoja; y el gris <le una
cia psíquica, expresan ideas que se aplican al deseo y al impulso
roca como diferente en cualidad <le! gris del liquen que crece so-
primitivo, pero que son inapropiadas a la materia <le la experien-
bre ella. En todos los objetos percibidos como lo que son, sin ne-
cia artístican1ente organizada.
cesidad de investigación reflexiva, la cualidad es lo que ésta sig-
Las concepciones psicológicas implicadas en las filosofías del
nifica, es decir, el objeto al que pertenece. El arte tiene la facultad
arte «racionalistas» están todas asociadas con separaciones fijas de
<le exaltar y concentrar esta unión de cualidad y significado <le un
los sentidos y la razón. La obra de arte es tan obviatnente sensible y,
modo que vivifica a an1bos. En vez de suprimir una separación
sin embargo, contiene tal riqueza de significado que se define como
entre sensación y significado (que se afinna como psicológica-
una supresión de la separación y como una encarnación de la es-
mente normal), ejemplifica <le una manera acentuada y perfecta
tructura lógica del universo 1nediante los sentidos. De acuerdo con
la unión característica de otras muchas experiencias, encontran-
la teoría, ordinariamente y fuera de las bellas artes, lo sensible ocul-
do el medio cualitativo exacto que se funde más completamente
ta y deforma una sustancia racional que es la realidad tras de las apa-
con lo que debe expresarse. La ohservación anterior que concier-
riencias, a las cuales se limita la percepción sensihle. La imaginación
ne a las diferentes ratios <le los dos factores es aplicable en esta
por medio del arte bace una concesión a lo sensible empleando sus
conexión. Hay períodos completos <le! arte, así como obras indi-
materiales, pero sin embargo, usa lo sensible para sugerir la verdad
viduales, en los que predomina un demento relativamente sobre
ideal que está debajo. El arte es así una manera de obtener el pastel
el otro. No obstante, cuando el resultado es arte, la integración se
sustancial <le la razón, al mismo tiempo que goza el placer sensual
realiza siempre. En la pintura impresionista domina una cualidad
<le comerlo.
inmediata. En Cézanne dominan las relaciones, los significados,
En efecto, la distinción de la cualidad como sensual, y del
con su inevitable tendencia a la abstracción. Sin embargo, cuan-
significado como ideación, no es primaria, sino secundaria y tne-
do Cézanne logra éxito estéticamente, la obra se realiza comple-
todológica. Cuando una situación se constn1ye como si fuera o
tamente en funciün del medio cualitativo y sensible.
contuviera un prohlema, colocamos los hechos dados en la per-
cepción de un lacio y los significados posibles ele estos hechos en
el otro. Tal distinción es un instn1mento necesario para la refle-
La experiencia ordinaria está a menudo infectada por la apa-
xión. La distinción entre algunos ele1nentos del asunto como ra-
tía, la lasitud y el estereotipo.No recibimos ni el impacto de la
cionales y otros con10 sensibles es siempre intermediaria y transi-
cualidad a través <le los sentidos, ni el significado de las cosas a
tiva. Su función es conducir hacia una experiencia perceptiva en

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través del pensamiento. El «inundo» es en gran n1cdida para noso- Sin embargo, se ha pretendido que hay una oposición psicoló-
tros una carga o una distracción. No vivitnos suficientetncnte gica entre, los objetos empleados para propósitos prácticos y los que
para sentir el golpe de los sentidos, ni siquiera para que nos mue- contribuyen a la intensidad y unidad directa de la experiencia. Se ha
va el pensamiento. Nos oprimen nuestras circunstancias o so1nos .sostenido que hay una antítesis en la estructura misma de nuestro
insensibles a ellas. Aceptar cotno norn1al esta clase de experien- ser, entre la acción fluyente de la práctica y la conciencia vívida de la
cia, es la causa principal de aceptar la idea de que d arte suprime experiencia estética. Se dice que la producción y el uso de bienes
las separaciones inherentes a la estructura de la experiencia ordi- envuelven al operario y al usuario en una acción fluyente, 1necánica
naria. Si no fuera por las opresiones y monotonías de la experien- y automática hasta donde es posible, mientras que la conciencia in-
cia diaria, el reino del sueño y del ensueño no sería atractivo. No tensa y robusta de una obra de arte exige la presencia de resisten-
es posible una supresión completa y pern1anente de la emoción. cias que inhiben tal acción. 4 Sobre esta última cuestión no hay duda.
Repelidos por la tristeza e indiferencia de las cosas que, un entor- Se afinna que «los utensilios sólo mediante un esfuerzo cere-
no mal ajustado nos itnpone, la etnoción huye y se alimenta de monial, o cuando son traídos <le un tietnpo o de un país lejanos,
las cosas de la fantasía. Estas cosas se construyen con una energía se hacen la fuente de una elevada conciencia porque nos desliza-
itnpulsiva que no puede encontrar salida en las ocupaciones 1nos suaven1ente del utensilio a la acción a que está destinada".
usuales de la existencia. Hien puede ser que en tales circunstan- Por lo que respecta al productor de utensilios, el hecho de que
cias las multitudes recurran a la música, el teatro y la novela, para muchos a11esanos en todos los tiempos y lugares hayan tenido un
encontrar una entrada fácil al reino de las emociones que flotan mon1ento para hacer sus productos estéticamente agradables me
libremente. Con todo, este hecho no es base para afirmar filosófi- parece una respuesta suficiente. No comprendo cómo podría ha-
camente que hay una separación psicológica inherente de los ber mejor prueba de que las condiciones sociales c,xistentes, hajo
sentidos y la razón, del deseo y la percepción. las cuales marcha la industria, son los factores que determinan la
Sin ctnbargo, cuando la teoría concibe la experiencia de si- cualidad artística o no artística de los utensilios, más que algo inhe-
tuaciones que conducen a muchas personas a encontrar descan- rente a la naturaleza de las cosas. En lo que respecta a quien usa el
so y excitación en lo puran1ente fantástico, es inevitable que la utensilio, no comprendo por qué al beber té de una taza se nos
idea de lo ,,práctico,, permanezca en oposición a las propiedades deniegue la posibilidad a gozar de su forma y de la delicadeza de
pertenecientes a la obra de arte. Gran parte de la oposición co- su material. No todos engullen su alimento y bebida en el menor
rriente entre los objetos helios y de uso -para emplear la antíte- tiempo posible para obedecer a una ley psicológica necesaria.
sis n1ás frecuente- se dehe a dislocaciones que tienen su origen Así como hay muchos n1ecánicos, en las presentes condicio-
en el siste1na económico. Los templos tienen su uso; las pinturas nes industriales, que se detienen a admirar el fruto de su labor,
que hay en dios tienen su uso; los hermosos ayuntatnientos que contemplando su forma y textura, no simplemente para examinar
se encuentran en muchas ciudades europeas se usan para mane- su eficacia práctica; así como hay n1uchas modistas y sastres 1nuy
jar los asuntos públicos, y no es necesario repetir la multitud de embebidos en su trabajo, porque aprecian sus cualidades estéti-
cosas producidas por puc,blos que llamamos salvajes y campesi- cas, así también quienes no están abrumados por la presión eco-
nos, que encantan la vista y el tacto, al igual que sirven a la utili-
•'Í. La división entre :.u1c bello y útil tiene muchos partidarios. El argumento psicoló-
dad de compartir el alimento y la protección. El plato y la taza
gico al que se rd!ere el texto es de Max East1rnn en su Lilem,y A1/J1d.págs. 20<;, 206. l{cs-
rnás con1unes y baratos, hechos por un alfarero mexicano para el pecto a la natur:ilcza de b experiencia estética, me complace encontrarme en acuerdo
uso do1néstico, tienen su propio encanto no estereotipado. muy cercano con lo que él dice.

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nó1nica o quienes no ceden completamente a los hábitos forn1a- principio psicológico señalado, sino que sus experiencias asutnen
dos trabajando en una industria veloz, tienen una vívida concien- a menudo una naturaleza estética, La belleza de una hábil opera-
cia en el proceso n1ismo de usar los utensilios. Supongo que to- ción quirúrgica la siente el cirujano igual que el espectador,
dos hemos oído a alguien que se jacta de la belleza de sus coches
o de las cualidades estéticas de su ejecución, aun cuando son
menor en número de los que se jactan de la cantidad de millas La psicología popular, así como buena parte de la llamada
que pueden correr en un tie1npo dado. psicología científica, han estado muy infectadas por la idea de la
La psicología «de compartimentos» que sostiene la separación separación de la mente y el cuerpo, Esta noción de su separación
intrínseca de la experiencia perceptiva completa conlleva una re- da por resultado inevitable crear un dualismo entre ,,mente,, y
flexión sobre las instituciones sociales drnninantes que han afecta- ,,práctica", puesto que esta última debe operar a través del cuer-
do honda1nente tanto la producción como el consrnno o el uso. po, La idea de la separación nace quizá, al menos en parte, del
Donde el trabajador produce en condiciones industriales dife- hecho de que una gran porción de la mente, en un tiempo dado,
rentes de las que prevalecen, incluso sus propios itnpulsos tien- está lejos de la acción. La separación, cuando está hecha, confir-
den a crear artículos de uso que satisfagan su anhelo de una ge- ma ciertamente la teoría de que la mente, alma y espíritu, pueden
nuina experiencia en el trabajo, Me parece absurdo suponer que existir y llevar a cabo sus operaciones sin ninguna interacción del
la preferencia por la ejecución mecánican1ente efectiva, mediante organismo con su ambiente. La noción tradicional de ocio está
automatismos mentales que trabajan fácilmente y a expensas de determinada por el contraste con el carácter de la labor onerosa,
una conciencia rápida e.lelo que se persigue, esté engranada en la Me parece, en consecuencia, que el uso común de la palabra
estructura psicológica. Y si nuestro atnhiente, constituido por ob- ,,mente,, da una idea mucho más verdaderamente científica y filo-
jetos de uso, consistiera en cosas que contribuyen a una elevada sófica de los hechos efectivos que su expresión técnica. Porque
conciencia de la vista y el tacto, no pienso que nadie supondría en su uso no técnico, «1nente»denota toda especie y variedad de
que el acto de uso fuera no estético. intereses y preocupaciones por las cosas: prácticas, intelectuales
Una refutación suficiente de la idea en cuestión la ofrece la ac- y emocionales, Nunca denota nada autosuficiente, aislado del
ción del artista mismo. Si el pintor y el escultor tienen una expe- mundo de personas y cosas, sino que sien1pre se usa respecto a
riencia en que la acción no es automática, sino teñida e1nocional e situaciones, acontecimientos, objetos, personas y gtupos. Conside-
in1aginativamente, este hecho prueba que no vale la noción de ren10.ssu contenido. Significa memoria. Recordamos (reminded, in-
que la acción es tan fluida que excluye los elementos de resistencia ventamos en castellano) esto o aquello, Mente significa también
e inhibición necesarios para una conciencia elevada. Debe haber atención. No solamente con.servamos las cosas en la tnente, sino
existido un tiempo en que el investigador científico se sentaba que llevamos la mente a nuestros problemas y perplejidades,
quietamente en su silla para escoger su ciencia. Ahora su acción Mente significa tatnbién propósito; tenetnos en mente hacer esto
ocurre en un lugar llamado, significativan1ente, laboratorio. Si la o aquello, Tampoco es la mente en estas operaciones algo pura-
acción de un profesor es tan fluida que 7xcluye la percepción mente intelectual, La madre se preocupa de su bebé, lo cuida con
emocional e imaginativa de lo que hace, puede con tranquilidad afección, La mente es cuidado ( mind en inglés), en el sentido de
quedarse sentado como un pedagogo insensible y negligente, Esto solicitud, ansiedad, así como búsqueda activa de las cosas que
1nisn10 es cierto de cualquier profesional, de un abogado o ele un necesitan ser cuidadas; cuidamos nuestros pasos, el curso de
médico, No solamente tales acciones demuestran la falsedad del nuestra acción, tanto etnocionalmente como con el pensan1iento.

296 297
Prestar observancia a los actos y objetos: la mente llega también a to con su entorno; pero «fondo» es una palabra <le1nasiado pasiva, a
significar obediencia, con10 se dice a los niños que obedezcan a menos que recorde1nos que es un fondo activo y que en la proyec-
sus padres. En resumen, la palabra en inglés ..to mind .. denota una ción de lo nuevo sobre él, hay asimilación y reconstn1cción tanto
actividad intelectual, notar algo; afectivo con1t) cuidar y querer, y del fondo 1nisn10, con10 de lo que se incorpora y se digiere.
volitivo, práctico, que obra de un modo intencional. Este fondo activo y vehemente espera y compromete todo lo
La mente es, en primer lugar, un verbo. Indica todas las vías que encuentra en su can1ino para absorberlo en su propio ser. La
para tratar consciente y expresan1ente las situaciones en que nos mente, cotno fondo, se ha formado con las n1odificaciones del yo
encontramos. Por desgracia, una manera influyente de pensar ha que ocurren en el proceso <le las interacciones anteriores con el
transfonnado los tnodos de acciún en una sustancia subyacente ambiente. Su ánitno se dirige hacia posteriores interacciones.
que ejecuta las actividades en cuestión. Trata a la rnente como una Puesto que se crea a partir del co1nercio con el mundo y se dirige a
entidad independiente que acompaña propúsitos, cuidados, noti- ese mundo, está muy lejos de la verdad la idea que lo trata como
cias Y recuerdos. La transformación de las n1aneras de responder algo que se contiene a sí mistno y está encerrado en sí mismo.
al atnbiente en una entidad de la que proceden las acciones es Cuando su actividad se vuelve hacia sí misn1a, como en la medita-
desafortunada, porque separa a la n1ente de la conexión necesaria ción y la especulación reflexiva, su apartamiento es sólo de la esce-
con los objetos y acontecimientos, pasados, presentes y futuros del na inmediata del mundo, durante el tiempo en que se dirige y revi-
an1biente al que conectan de modo inherente las actividades de sa el material tomado de ese mundo.
respuesta. La rnente que sólo tiene una relación accidental con el Diferentes clases de mente se designan según los diferentes in-
ambiente se encuentra en una relación sitnilar con el cuerpo. tereses que actúan en la captación y organización del material del
Cuando la mente se hace puramente inmaterial (aislada del 6rga- mundo circundante: la científica, la ejecutiva, la artística, la comer-
no del hacer y padecer), el cuerpo deja de ser viviente y se con- cial. En cada una hay una manera preferente de selección, reten-
vierte en masa muerta. Este concepto de la mente como ser aisla- ción y organización. La constitución nativa del artista se se:tl.alapor
do estCt detrás de la concepcié,n de que la experiencia estética es la sensibilidad peculiar a algún aspecto del universo multiforme de
algo que está "en la mente", y refuerza la concepción que aísla lo la naturaleza y el hombre, y por la urgencia de rehacerlo a través de
estético de aquellos modos de experiencia, en los que el cuerpo la expresión en un medio preferente. Estos impulsos inherentes se
está activamente comprometido con las cosas de la naturaleza y convierten en la mente cuando se funden con un fondo particular
de la vida. Saca al arte de los dominios de las criaturas vivientes. de la experiencia. Las tradiciones fonnan una gran parte de este
En el sentido idiomático de la palabra ..sustancia] .., distinto del fondo. No es hastante tener contactos directos de observación, por
sentido metafísico de sustancia, se puede decir que hay algo sustan- indispensables que sean. Incluso la obra de un temperamento ori-
cial en la mente. Cuando algo es padecido a consecuencia de una ginal puede ser relativamente magra y propensa a lo extravagante
acci<m, el yo se modifica. La modificación va más allá del hecho de cuando no está informada con una experiencia amplia y variada de
adquirir mayor facilidad y habilidad. Hay actitudes e intereses que las tradiciones del arte en que opera el artista. La organización del
incorporan algún depósito del significado de las cosas hechas y pa- fondo con el que se aproxima a las escenas inn1cdiatas, no puede
decidas. Estos significados fundidos y retenidos se convierten en ser, de otra manera, sólido y válido. Porque cada gran tradición es
parte del yo. Constituyen el capital con el que el yo advierte, se un hábito organizado de visión y de métodos para ordenar y trans-
preocupa, atiende y hace propósitos. En este sentido sustancial la rnitir el rnaterial. Al penetrar este hábito en el temperatncnto y cons~
mente forma el fondo sobre el cual se proyecta todo nuevo contac- titución nativos, se convierte en un ingrediente esencial de la n1en-

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te de un artista. La peculiar sensibilidad a ciertos aspectos de la na- clara y luminosa. Cuando lo viejo y lo nuevo saltan conjuntamente
turaleza se transforn1a por eso en un poder. co1no chispas, cuando los polos se ajustan, hay intuición. Así esta
Las «escuelas» de arte están 1nás marcadas en escultura, arqui- última no es ni un acto del puro intelecto que aprehende la Verdad
tectura y pintura que en las artes literarias. Sin cn1bargo, no ha racional, ni una captación crociana del espíritu de sus propias itná-
habido un gran literato que no se haya alimentado con las obras genes y estados.
de los maestros del drama, la poesía y la elocuencia. En esta de- Co1no el interés es la fuerza dinámica en la selección y el ensam-
pendencia respecto de la tradición no hay nada peculiar en el blaje de materiales, los productos de la mente están marcados por la
arte. El investigador científico, el filósofo, el tecnólogo, también individualidad, así con10 los productos mecánicos están marcados
derivan su sustancia de la corriente de la cultura. Esta dependen- por la uniformidad. Ningún grado de habilidad técnica puede susti-
cia es un factor esencial para la visión original y la expresión tuir al interés vital; la «inspiración» sin éste es fugaz y fútil. Una mente
creadora. Lo malo del imitador académico no es que dependa de trivial y mal ordenada realiza las cosas a semejanza de sí misma, tan-
la tradición, sino que ésta no ha penetrado en su tnente, en la es- to en el arte como en cualquier otro campo, porque carece del em-
tructura de sus propias maneras de ver y de obrar. Permanece en puje y la energía centralizadora del interés. Las obras de arte se miden
la superficie como un ardid de la técnica o como una sugestión y por el despliegue de virtuosidad, cuando los criterios se obtienen del
una convención extraOas a la cosa que dehe hacer propiatnente. campo de la invenciém técnica. El juicio acerca de ellas sobre la base
La mente es 1nás que la conciencia, porque es lo que pcrn1a- de la pura inspiraciém pasa por alto la labor prolongada y firme, he-
nece aun cuando sea un fondo catnbiante del cual la conciencia cha por un interés que trabaja siempre bajo la superficie. El que per-
es el plano delantero. La mente cambia lentamente mediante la tu- cihe, tanto con10 el creador, necesita un fondo rico y desarrollado
tela conjunta del interés y la circunstancia. La conciencia está que, ya sea en la pintura, la poesía, o la música, no puede realizarse
siempre en cambio rápido, porque marca el lugar en donde se to- salvo por la educación finne del interés.
can e interaccionan la disposición formada y la situación inmedia- En lo anterior no he dicho nada sobre la imaginación. La «imagi-
ta. Es el reajuste continuo del yo y del mundo en la experiencia. nación ....comparte con la «belleza ....el honor dudoso de ser el tema
La «conciencia» es el grado más agudo e intenso de los reajustes principal en los escritos estéticos de ignorancia entusiasta. Quizá
requeridos, aproximándose a la nada cuando el contacto es sin más que ninguna otra fase de la contribución humana se ha tratado
fricción y la interacción fluida, es turbia cuando los significados como una facultad especial que se basta a sí 1nis1na, que difiere de
sufren una reconstrucción en una dirección indetenninada, y se otras y está en posesión de potencias n1isteriosas. No obstante, si
hace clara cuando enx:rgc un significado decisivo. juzgamos su naturaleza por la creación <le obras de arte, ele.signa
La ..intuición" es el encuentro de lo viejo y lo nuevo en que el una cualidad que anima y permea todos los procesos del hacer Ydel
reajuste que implica cada forma de la conciencia se efectúa repen- observar. Es una tnanera de ver y sentir las cosas cuando crnnponen
tinamente, n1ediantc una armonía rápida e inesperada que, en su un todo integral, es la mezcla amplia y generosa de intereses en el
brusquedad brillante, es como un relámpago de revelación; aun punto en que la mente establece contacto con el mundo. Cuando
cuando de hecho se prepara mediante una incubación prolongada las cosas viejas y familiares se tornan nuevas en la experiencia, hay
y lenta. A menudo la uniém de lo viejo y lo nuevo, del plano delan- ünaginación. Cuando lo nuevo se crea, lo que es lejano y extraño se
tero y del fondo, se cumple únicamente por el esfuerzo, quizá pro- convierte en la cosa más natural e inevitable en el mundo. Hay siem-
longado hasta el dolor. En todo caso, sólo el fondo de significados pre cierto grado de aventura en el encuentro de la 1nente y el univer-
organizados puede transfonnar la nueva situación de oscura en so y esta aventura es, en su gran medida, itnaginación.

300 301
Coleri<lge usaba el término «esemplastic« para caracterizar la Hay un conflicto que padecen los artistas mismos que es
aportación <le la imaginación en el arte. Si entiendo el uso <le este instructivo respecto a la naturaleza de la experiencia imaginati-
término, quería con él llamar la atención al maridaje <le todos los va. El conflicto ha sido planteado <le muchas maneras. Una for-
elctncntos, por diversos que fueran en la experiencia ordinaria, 1na de enunciarlo concierne a la oposición entre la visión interna
para formar una experiencia nueva y completamente unificada. y externa. Hay un estadio en que la visión interna parece más
«El poeta -dice- difunde un tono y espíritu de unidad que (por rica y más bella que cualquier manifestación externa. Tiene un
decirlo así) funde una con otra las facultades dd alma que se sub- aura amplia y excitante ele implicaciones que faltan al objeto <le
ordinan de acuerdo con su relativa dignidad y valor, a causa de la visi{m externa, parece captar mucho más <le lo que este últi-
ese poder sintético y 1nágico al que daría exclusivan1ente el no1n- mo transmite. Entonces sobreviene una reacción; la materia de
bre apropiado de imaginación«. Colcri<lgc usaba el vocabulario de la visión interior parece un fantasma comparada con la solidez
su generación filosófica. Habla de facultades que se funden y de y energía <le la escena presentada. Se siente que el objeto dice
la irnaginación como si fuera otro poder que actúa para unirlas. algo sucinta y fuertemente, algo que sólo con vaguedad sí lo
Con todo, se puede pasar por alto este modo verbal, y encon- transmite la visión interior, mediante un sentimiento difuso más
trar en lo que dice una insinuaciún, no de que la in1aginaci6n es el que orgánico. El artista es conducido a someterse humildemente
poder que hace ciertas cosas, sino que hay una experiencia imagi- a la disciplina de la visión objetiva. Sin embargo, la visión inter-
nativa cuando los materiales diversos de la cualidad sensible, e1no- na no es eliminada, sino que pennanece como el órgano que
ción y significado, se reúnen en una unidad que indica un nuevo controla la visión externa y adquiere estructura a 1ncdida que
nacin1iento en el n1undo. No creo tener una co1nprensión exacta esta última se absorbe dentro de aquélla. La interacción <le los
de lo que Coleridgc quiere decir con su distinción entre imagina- dos 111odos de visión es la iinaginación; cuando la itnaginación
ción y fantasía, pero no hay duda acerca de la diferencia entre la torna fonna, nace la obra de arte. Sucede lo mismo que con el
clase de experiencia indicada, y la de una persona que deliberada- pensador filosófico. Hay momentos en los que siente que sus
mente da una fonna extrall.a a la experiencia fan1iliar, otorgándole ideales son mejores que cualquier cosa en la existencia, pero se
un revestimiento inusitado, como si fuera una aparición sobrena- ve obligado a volver a los objetos, si es que sus especulaciones
tural. En tales casos la mente y el material no se ajustan ni se inter- han de tener cuerpo, peso y perspectiva. Sin embargo, al rendir-
penetran. La mente permanece alejada en gran parte, y juega con se al n1aterial objetivo no renuncia a su visión; su preocupación
el material antes que captarlo concretamente. El material es poca no es el objeto sólo como tal objeto. Éste queda colocado en el
cosa para atraer la energía plena de las disposiciones en que estún contexto de las ideas y, cuando es así, estas últin1as adquieren
incorporados los valores y significados; no ofrece resistencia sufi- solidez y participan de la naturaleza del objeto.
ciente y entonces la mente juega con él caprichosamente. En el Las series de lo que por cortesía llamaren1os ideas, se hacen
mejor caso, lo fantástico estaría confinado a la literatura, donde lo mecánicas. Son fáciles de seguir, demasiado fáciles. Tanto la ob-
imaginativo fácilmente se convierte en lo imaginario. Sólo hay que servación como la acción franca están sujetas a la inercia y se
pensar en la pintura -por no decir nada de la arquitectura- para n1ueven en la línea de 1nenor resistencia. Se fonna un público
ver qué lejos está del arte esencial. Hay posibilidades incorporadas acostumbrado a ciertas maneras de ver y de pensar, al que le gus-
en las obras de arte que no se realizan en ninguna otra parte; esta ta que se le recuerde lo familiar. Entonces los giros inesperados
incorporación es la mejor prueba que puede encontrarse de la ver- despiertan irritaci{m, en vez de dar intensidad a la experiencia.
dadera naturaleza de la imaginación. Las palabras están particularmente sujetas a esta tendencia hacia

302 303
d auto1natismo. Si su secuencia casi n1ecánica no es muy prosai- Aquí se deja ver el contrastc cntrc: la incrcia Jel hábito y lo
ca, un escritor obtiene la reputación de ser claro, sitnplemente que pesa a ser imaginativo; es decir, la 1nente que busca y recibe
porque los significados que expresa son tan fa1niliares que no ha- bien lo nuevo para la percepción es una constante en relaciún a
cen pensar al lector. El resultado de esto es lo académico y lo las posibilidades de la naturaleza. La ..revelación .. en el arte es la
ecléctico en todo arte. La cualidad peculiar de lo imaginativo se expansión acelerada de la experiencia. Se dice que la filosofía
entiende mejor cuando se opone a la estrechez de miras propi- e1npieza con la admiración y tennina en la cotnprensión. El arte
ciada por el hábito. El tien1po discrin1ina lo itnaginativo <le lo arranca de lo que ha entendido y termina en la admiración. En
itnaginario. Este último pasa porque es arbitrario. Lo itnaginativo estos términos, la contribución hun1ana al arte es ta1nhién el in-
pennanece, porque aunque al principio nos extraila, detnuestra flujo empatizado de la naturaleza en el hombre.
tener una familiaridad de gran alcance respecto a la naturaleza de Toda psicología que aísla al ser hun1ano del an1biente, lo se-
las cosas. para tarnbiL'n, con excepciún de los puntuales contactos externos,
La historia de la ciencia y la filosofía, al igual que la de las be- de sus se1nejantes. Pero todo deseo individual torna forma bajo la
llas artes, registra el hecho ele que el producto imaginativo es pri- influencia del ambiente humano. Los materiales de su pensamien-
mero condenado por el público, en proporción a su rango y pro- to y su creencia le vienen de los otros, con quienes vive. Sería la
fundidad. No s(,lo es en la religión donde el profeta es primero más pobre de las bestias del campo si no fuera por las tradiciones
apedreado (metafóricamente al menos), 111ientras que las genera- que se hacen parte de su mente y por las instituciones que se infil-
ciones posteriores ccmstruyen su n1c>nu1nento cornnernc)rativo. tran de la n1ano de sus acciones externas en sus propósitos y satis-
Respecto a la pintura Constable enunciaba con una n1oderación facciones. La expresi{m de la experiencia es pública y connmicati-
casi indebida, este hecho universal, cuando decía: va> porque las experiencias expresadas son lo que son a causa de
las experiencias de los vivos y los muertos que las han fonnado.
Hay dos modos en el arte con los 4ue los hombres aspiran a la No es necesario que la cornunkación sea una pa11e deliberada de
distinción. En uno de ellos, con una cuidadosa aplicación de lo que la intención del artista, aun cuando nunca pueda escapar al pen-
otros han realizado, el anista imita sus obras o selecciona y combi- sa1niento de un público potencial. Su fu nciún y su consecuencia
na sus bdlezas variadas; en la otra busca la excelencia en su fuente son producir la comunicaciún, no por un accidente externo, sino
natural, primitiva. En el primero, forma un estilo, estudiando las por la naturaleza que comparte con otros.
pinturas, y produce, ya sea un arte imitativo o ccll-ctico; en el se-
La expresión rompe las barreras que separan a los .seres hu-
gundo, por una observación <le la naturaleza, descubre cualidades
tnano.s entre .sí. Cotno quiera que el arte es la forn1a 1nás universal
que existen en ella y que nunca han sido retratadas, y así forma un
estilo original. El resultado del modo que repite lo ya familiar para del lenguaje, con10 quiera que está constituido, incluso indepen-
el ojo, es que se reconoce y estima pronto, mientras que el avance dientemente de la literatura, por las cualidades comunes del mun-
del artista por un nuevo sendero debe ser necesariamente lento, do público, es la forma más universal y libre de comunicación.
porque pocos son capaces de juzgar lo que se desvía del curso ha- Toda experiencia intensa de a1nistad y afección .se completa artís-
bitual, o están calificados para juzgar estudios originales.-; tican1entc. El sentido de la con1unión generado por una obra de
arte puede adquirir una cualidad clara1nente religiosa. La unión
"i. Puede ser que Corn,lahk· w,e aquí b ralahra "naturakza, en un sentido algo limi•
de los hombres entre sí es la fuente de los ritos que desde la épo-
tado, correspondiendo ,1 su intL·r('s como pais:1jist:i. 1\"o obstante, d contra:,tl' entre la l'X-
peril'nda de primera mano y de segunda mano e imitativa se mantiene cuando el t(•rrnino ca del hombre arcaico hasta la presente han conn1c1noraUo las cri-
..naturaleza,. se amplía para incluir todas las fa.'>l'S,aspectos y l'slnJCtura.'>de la existencia sis del nacimiento, la tnuerte y el ,natrimonio. El a11e es la exten-

304 305
sión del poder de los ritos y ceremonias que unen a los hombres, 12. EL RETO A LA FILOSOFÍA
en una celebración compartida, a todos los incidentes y escenas
de la vida. Esta función es la recompensa y el sello del arte. Que el
arte une al hombre y a la naturaleza, es un hecho familiar. El arte
hace también a los hombres conscientes de su comunidad de ori-
gen y destino.

La experiencia estética es imaginativa. Este hecho, en co-


nexiém con una falsa idea de la naturaleza de la imaginación, ha
oscurecido una cuestión más arnplia, a saher, que toda experien-
cia consci!mte tiene por necesidad cierto grado de la cualidad
iniaginativa. Porque si las raíces de toda experiencia se encuen-
tran en la interacción de la criatura viviente con su circunstancia,
esa experiencia sólo se hace consciente, materia de percepción.
cuando entran en ella significados derivados de experiencias an-
teriores. La imaginación es la única puerta por donde esos signifi-
cados pueden encontrar su camino hacia la interacción en curso;
o más bien, como acabamos de ver, la i1naginación es el ajuste
consciente de lo nuevo y lo viejo. La interacción de un ser vivien-
te con su circunstancia se encuentra en la vida vegetativa y ani-
tnal. No obstante, la experiencia sólo es hu1nana y consciente
cuando lo dado aquí y ahora se amplia con significados y valores
extraídos de lo ausente cuya presencia es súlo imaginativa. 1
Hay siempre una brecha entre el aquí y el ahora de la interac-
ción directa y las interacciones pasadas cuyo resultado conjunto
constituye los significados con que captamos y entendemos lo
que ahora ocurre. Debido a esta brecha, toda perccpciún cons-
ciente envuelve un tiesgo; es una aventura en lo desconocido,

l. «Mente cknota todo un sistema de signitka<los mientr;i::, csr{m incorporados en


las acciones de la vida orgánica [...1 Mente es un:i constante luminosidad: b concien('i,1
es intermitente, una serie de relámpagos de diferente intensidad." HX/Jerie11cem1d ¡\:'ot11re
p{1g. 305. Cl"rnd. cast.: !,a experiencia y la 11atura!eza. México, F.C.E .. 1948. l

306 307
porque al asimilar el presente en el pasado efectúa tarnbién cierta
reconstrucción del pasado. Cuando hay una exacta correspon- que pertenecen a cualquier otro objeto físico. El vapor hizo el tra-
dencia entre d pasado y el presente, cuando sólo hay recurrencia, bajo físico y produjo las consecuencias que acompanan a todo gas.
uniforn1idad co1npleta, la experiencia resultante es rutinaria y me- expansivo bajo condiciones físicas definidas. La única diferencia
Ginica; no llega a la percepción consciente. La inercia del hábito es que las condiciones en que opera han sido arregladas por el
impide la adaptaci(,n dd significado del aquí y el ahora con el de designio humano.
las experiencias, sin la cual no hay conciencia, que es la fase ima- Sin embargo, la obra de arte, a diferencia de la máquina, no
ginativa de la experiencia. sólo es el resultado de la itnaginación, sino que opera in1aginati-
La mente, que es el cuerpo de los significados organizados me- vamente, en vez de hacerlo en el reino de las existencias físicas.
chante los cuales los acontecimientos presentes tienen significa- Lo que hace es concentrar y ampliar la experiencia inmediata. La
ción para nosotros, no siempre interviene en las actividades y vi- 1natcria formada de la experiencia estética expresa directamente,
vencias que suceden aquí y ahora. Algunas veces se obstruye y se en otras palabras, los significados que se evocan imaginativamen-
detiene. Entonces la corriente de significados cuya actividad se te; no limitándose a proporcionar, como el material que entabla
despierta con el contacto en curso, permanece lejana. Entra en- nuevas relaciones en una 1náquina, medios que pueden ejecutar
tonces a formar parte de la materia del ensueflo; las ideas flotan prop6sitos que van más allá de la existencia del objeto. Y, sin em-
sin andar en existencia alguna que les sea propia y que posea bargo, los significados atraídos, reunidos c integrados in1aginati-
sus significados. Emociones igualtnentc libres y flotantes se afe- vamente, se incorporan en la existencia material que aquí y ahora
rran a estas ideas. El placer que proporcionan es la razón que las interacciona con el yo. La obra de arte nos propone el reto de eje-
sostiene y que les permite ocupar la escena; se adhieren a la exis- cutar un acto de evocación y organización n1ediante la in1agina-
tencia siempre que se conserve la cordura solamente con10 fan- dón dd que la experitnenta. No se litnita por tanto a ser 1nera-
tásticas e irreales. 1nentc un estímulo y un n1edio para un curso franco ele la acción.
Sin etnbargo, en toda obra de arte estos significados se incor- Este hecho constituye la singularidad de la experiencia estéti-
poran de hecho a un material que entonces llega a ser el medio de ca y esta singularidad es a su vez un desafío al pensan1iento. Es
su expresión. Este hecho constituye la peculiaridad de toda expe- particularmente un reto a ese pensamiento sisten1ático llan1ado
riencia definitivamente estética. Predornina su cualidad itnaginati- filosofía. Porque la experiencia estética es experiencia en su inte-
va, porque los significados y valores, más amplios y más p~ofun- gridad. Si la literatura filosófica no hubiera abusado tanto del tér-
dos en d aquí y ahora particular en que están anclados, se mino «puro» para sugerir que hay algo 1nczclaclo e impuro en la
manifiestan por tnedio de expresiones, aun cuando no por medio naturaleza misma de la experiencia, y para denotar algo más allá
de un objeto física1nentc eficaz con relación a otros objetos. Ni si- de ésta, podríamos decir que la experiencia estética es experien-
quiera se produce un objeto útil que no sea por la intervenci(,n de cia pura. Porque es la experiencia libre de las fuerzas que impi-
la imaginación. Ciertos materiales existentes se percibieron a la den y confunden su desarrollo como experiencia; es decir, libre
luz de relaciones y posibilidades no advertidas hasta entonces de factores que subordinan la experiencia tal como se tiene, a
cuando se inventó la máquina de vapor. Con todo, cuando las po- algo que está más allá de ella misma. Entonces el filósofo debe ir
sibilidades imaginadas se incorporaron a un nuevo conjunto ele a la experiencia estética para entender lo que es la experiencia.
n1ateriales naturales, la rnáquina de vapor ton1ú su lugar en la na- Por esta razón, la teoría estética establecida por un filósofo es
turaleza con10 objeto dotado de los misrnos efectos físicos que los incidentalmente una prueba de la capacidad de su autor para te-
ner la experiencia que es asunto de su análisis, pero ta1nbién es
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mucho más que eso. Es una prueba de la capacidad del sistema por y depende del contraste entre la obra de arte como experien-
. que establece para captar la naturaleza de la experiencia misma. cia y la experiencia de lo "real". Entonces no hay duda de que
No hay prueba que revele con más seguridad la unilateralidad de dado el dominio de la cualidad imaginativa en la experiencia es-
la filosofía corno su tratamiento del arte y de la experiencia estéti- tética, ésta existe en un medio lu1ninoso que nunca estuvo en la
ca. La visión in1aginativa es el poder que unifica todos los consti- tierra o en el nrnr. Incluso la ohra más «realista», si es artística, no
tuyentes de la materia de una obra de arte, haciendo con ellos un es la reproducción itnitativa de algunas de esas cosas familiares,
todo en su plena variedad. Aun más, todos los elementos de nues- tan regulares y tan inoportunas que llamamos reales. Lejos de las
tro ser que se manifiestan con énfasis especial y en realizaciones teorías del arte que lo definen como "imitativo,, y que conciben el
parciales en otras experiencias están sutnergidos en la experien- placer que lo acompaña co1no puro reconocimiento, la teoría de
cia estética. Y están tan completamente incluidos en la totalidad la ilusión ha mantenido una genuina tendencia de la estética.
inmediata de esa experiencia, que cada uno de ellos está sumergi- Además no creo que pueda negarse que intervenga un ele-
do en ella y no se presenta a la conciencia como demento distinto. mento e.leensueño, de aproxitnación al estado de sueño, en la crea-
Sin embargo, las filosofías del arte parten a menudo de un ción de una obra de arte, ni que cuando la experiencia de la obra
factor que desctnpeña una parte en la constitución ele la experien- es intensa, nos proyecte con frecuencia a un estado similar. En
cia, e intentan interpretar o «explicar,, la experiencia estética en efecto, podemos decir con seguridad que las concepciones "crea-
funciún de este elemento; en términos de la sensibilidad, la emo- doras» en la filosofía y en la ciencia sólo llegan a personas que se
ción, la razón, la actividad; la in1aginación misn1a se ha considera- hallan en cierto estado de laxitud, casi srnnidos en un ensueño.
do no como lo que mantiene a todos los elementos disueltos, sino El fondo inconsciente de significados que se altnacenan en nues-
como una facultad especial. Las filosofías del arte son muchas y tras actitudes no tiene oportunidad de liberarse cuando estan1os
diversas, pero la crítica tiene una clave que si se sigue proporcio- en tensión práctica o intelectual. La mayor parte de este caudal
na una guía segura a través del laberinto. Podemos preguntar qué está entonces detenido, porque las exigencias de un problema y
detnento ha trnna<lo cada sistema como central y característico en un propósito particulares inhiben todo, excepto los ele1nentos di-
la formación de la experiencia. Si partimos de este punto encon- rectamente útiles. Las imágenes y las ideas no nos vienen a pro-
tramos que las teorías caen por sí mismas dentro de ciertos tipos, pósito, sino en relá1npagos intensos y lutninosos, que sólo nos
y que la visión particular de la experiencia revela, cuando se pone inflan1an cuando estamos lihres de preocupaciones especiales.
en contraste con la experiencia estética misma, la debilidad de la El error de la teoría ilusionista del arte no procede entonces de
teoría. Porque muestra que el sistema en cuestión ha superpuesto que la experiencia estética carezca de los elementos que constitu-
a la experiencia una idea preconcebida, en vez de incitar o pern1i- yen dicha teoría. Su falsedad proviene de que, aislando determina-
tir que la experiencia estética nos cuente su propia historia. do elemento constitutivo, niega explícita o implícitamente otros
elementos igualmente esenciales. Cualquiera que sea el grado ima-
ginativo del material para una obra de arte, pasa del estado de en-
Puesto que la experiencia se hace consciente 1nediante la fu- sueño y llega a ser materia de una obra de arte sólo cuando seor-
sión de viejos significados y situaciones nuevas que transfigura a dena y organiza, y este efecto se produce únicamente cuando el
ambos (transformación que define a la imaginación), la teoría del propósito gobierna la selección y el desarrollo del material.
arte crnno fonna de ilusión se nos presenta, de modo natural, Lo característico del sueño y el ensueño es la ausencia de
como un buen punto por donde empezar. La teoría se desarrolla control mediante un propósito. Las imágenes y las ideas se suce-

310 311
den de acuerdo con su propia lógica y la dulzura de esa sucesión Al mismo tiempo, el propósito implica de la manera más orgá-
para el sentimiento es el único control que se ejercita. En tém1inos nica un yo individual. En los propósitos que mantiene y pone en
filosóficos, el material es subjetivo, Sólo resulta un producto esté- práctica es donde el individuo exhibe y se da cuenta más comple-
tico cuando las ideas dejan de flotar y se incorporan a un objeto, tamente de su yo íntimo. El control de material por un yo es control
El que experimenta la obra de arte se abandona a un ensueño inú- por algo más que una "mente"; es el control por la personalidad
til, a 111enosque sus ünúgenes y e1nociones se liguen al objeto, en que tiene una mente incorporada a ella. Todo interés es una iden-
el sentido de fundirse con la materia del objeto. No basta con que tificación del yo con algún aspecto material del mundo objetivo,
puedan ser ocasionadas por el objeto: para ser una experiencia de la naturaleza que incluye al hombre. El propósito es esta identi-
del objeto deben saturarse con sus cualidades. La saturación signi- ficación en acción. Su operación en las condiciones objetivas, a
lka una inmersión tan completa que las cualidades del objeto y través ele ellas, es una prueba de su autenticidad; la capacidad del
las emociones que despierta no tienen una existencia separada. propósito para superar y utilizar la resistencia, para administrar
Las obras de arte a tnenudo provocan una experiencia placentera materiales, es una revelación ele la estructura y cualidad del propó-
en sí n1isma, que es a veces digna de tenerse, no sólo conlC) recreo sito. Porque como ya he dicho, el objeto creado finaltnente es
en una sentimentalidad inútil. Sin etnbargo, tal experiencia no es el propósito objetivamente consciente y como actualidad cumpli-
una percepción placentera del objeto, sólo porque éste la pro- da. La completa integración de lo que la filosofía distingue como
voque. «sujeto y «objeto" (en un lenguaje 1nás directo, organismo y am-
La significación del propósito como factor de control en la biente) es lo característico ele toda obra de arte. La perfección de la
producción y apreciación se entiende a menudo equivocadan1en- integración es la medida del estado estético. Porque el defecto de
tc, porque se identifica dicho propósito con el deseo devoto. y lo una obra siempre se puede referir, en definitiva, a un exceso en un
que a veces se llama un n1otivo. Un propósito existe sólo en fun- sentido u otro, que daña la integración de la materia y la forma. La
ción del asunto. La experiencia que dio nacimiento a una obra crítica n1inuciosa de la teoría de la ilusión es innecesaria porque se
corno la Joie de Vivre de Matisse es altamente imaginativa, nunca basa en la violación de la integridad de la obra de arte, expre-
ha ocurrido tal escena. Es el ejemplo más favorable a la teoría del sa1nente niega, o virtualmente ignora, esta identificación con el
arte corno en.sueno. No obstante, el n1atcrial imaginativo no pudo material objetivo y la operación constructiva que constituye la
pern1ancccr co1no sueno, cualquiera que sea su origen, sino que esencia misma del arte.
para convertirse en n1ateria de una obra, tuvo que ser concebido La teoría de que el arte es un juego no queda lejos de la teo-
en ténninos de color corno 1nedio de expresión; la imagen fugitiva ría del arte como ilusión, pero da un paso que la aproxima a la
y el sentiiniento de la danza tuvieron que traducirse a ritt11osde es- actualidad ele la experiencia estética, reconociendo la necesidad
pacio, línea y distribución de la luz y los colores. El objeto, el mate- ele la acción, de hacer algo. Se dice a menudo que los niños sue-
rial expresado, no es meramente el propósito cumplido, sino que ñan cuando juegan, pero los niños que juegan están al menos
es, como objeto, el propósito desde su comienzo. Aunque supusié- comprometidos en acciones que dan a su itnaginación una mani-
ran1os que la imagen que se presentó pritnero fuera un sueño ver- festación externa; en su juego, la idea y el acto están completa-
dadero, seguiría siendo cierto que su n1atcrial tuvo que organizar- mente fundidos. Los elementos de fuerza y debilidad de esta teo-
se en ténninos de materiales y operaciones objetivas, tnovilizadas ría pueden verse cuando se establece un orden de progresión
coherenten1ente y sin discontinuidad hasta su consutnación en la que distingue las formas del juego. Un gatito juega con un hueso
pintura co1no un objeto público en un inundo común. o una pelota. El juego no es enteramente caprichoso porque está

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controlado por la organización estructural del animal, y no es de teoría del arte con10 juego, es su énfasis sobre el carácter no cons-
prcsu1nir que por un propósito consciente, ya que el gatito ensa- treñido de la experiencia estética, y no en su insinuación de una
ya las acciones que emplea para atrapar su presa. No obstante, el cualidad no regulada objetivamente puesta en acción. Su falsedad
juego del gatito, aun cuando tenga cierto orden como actividad, radica en su fracaso para reconocer que la experiencia estética im-
en consonancia con las necesidades estructurales del organismo, plica una reconstrucción definida de materiales objetivos; una re-
no modifica el objeto del juego, excepto en su posición espacial, construcción que distingue las artes de la danza y el canto así
que es una cuestión n1ás o menos accidental. El hueso el objeto como las artes figurativas. La danza por ejemplo, implica el uso
es el estírnulo y la ocasión, la excusa por decirlo así, d~ un ejcrci~ del cuerpo y sus movimientos, de 1nanera que transfonna su esta-
cio libre y agradable de actividades, pero no su materia, excepto do "natural". El artista se ocupa en el ejercicio de actividades que
de modo externo. tienen una referencia objetiva definida; actúa sobre el material
Las primeras manifestaciones del juego de un niiío no difieren con el objeto de convertirlo en un medio de expresión. El juego es
mucho de las de un gatito. Con todo, rnando la experiencia madu- el referente de una actitud de libertad respecto a la subordinación
ra, las actividades son n:gula<las cada vez 1nás por un fin que alcan- a un fin itnpuesto por la necesidad externa, es decir, como opues-
zar; el propósito llega a ser un hilo que corre a través de la sucesión to a una labor onerosa; pero se transforma en trabajo, puesto que
de los actos y los convierte en una verdadera serie, un curso de acti- esa actividad se subordina a la producción de un resultado objeti-
vidad que tiene un principio definido y un movin1icnto finne hacia vo. Nadie ha observado la disposición de un niiío en su juego sin
una tneta. Cuando se reconoce la necesidad del orden, se convie1te darse cuenta de la completa fusión del juego con la seriedad.
en un juego que tiene «reglas,,.Hay también una transiciún gradual Las implicaciones filosóficas de la teoría del juego se encuen-
en el juego que implica no sólo un orc.lena1niento e.le actividades tran en la contraposición que plantea entre la libertad y la necesi-
hacia un fin, sino también un ordenamiento de material. Jugando dad, la espontaneidad y el orden. Esta oposición vuelve al mismo
con bloques el niflo construye una casa o una torre. Se hace cons- dualismo entre sujeto y objeto que afecta la teoría de la ilusión. Su
ciente del significado de sus impulsos y actúa mediante la diferen- aportación subyacente es la idea de que la experiencia estética es
ciación hecha por éstos en los materiales objetivos. Las experien- una liberación y un escape de la presión de la "realidad". Se afirma
cias pasadas cada vez dan más significado a lo que hace. La torre 0 que la libertad sólo puede encontrarse cuando la actividad perso-
fuerte que se debe construir no sólo regula la selección y arreglo de nal se libera del control de los factores objetivos. La existencia mis-
los actos ejecutados, sino que es expresivo de los valores de la ex- ma de la obra de arte es la prueba de que no hay tal oposición entre
periencia. El juego como acontecimiento e.s todavía inmediato la espontaneidad del yo, el orden y la ley objetiva. En arte, la acti-
pero su contenido consiste en una mediación de los materiales pre~ tud dejueP,ose convierte en interés por la transformación del mate-
sentes mediante ideas obtenidas de la experiencia pasada. rial para servir al propósito de una experiencia en desarrollo. El de-
Esta transición produce una transformación del juego en tra- seo y la necesidad sólo pueden satisfacerse mediante materiales
bajo, siempre que el trabajo no se identifique con una labor one- objetivos y, por lo tanto, el juego es también interés en un objeto.
rosa. Porque toda actividad se hace trabajo cuando se dirige al Una forma de la teoría del arte como juego atribuye el juego a
cumplimiento de un resultado material definido, y es labor sola- la existencia de un excedente de energía en el organis1no, que
mente cuando la actividad es onerosa, padecida como un simple pide salida, pero la idea pasa por alto una cuestión que es preciso
medio para asegurar un resultado. El producto de la actividad ar- contestar. ¿Cón10 se 1nide el exceso <le energía? ¿Respecto a qué
tística se llama significativamente la obra de arte. La verdad en la cantidad hay un excedente' La teoría del juego sostiene que la

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energía está en exceso respecto a actividades que son necesarias sólo mediante un material objetivo que tiene que ser manejado Y
en virtud de las demandas del ambiente que en la práctica se de- ordenado de acuerdo con sus propias posibilidades, parece con-
ben afrontar. Pero los niños no son conscientes de una oposición cluyente respecto al último sentido. Como Goethe dijo:
entre el juego y el trabajo necesario. La idea de una oposición se-
mejante es el producto de una vida adulta en que algunas activi- El arte es formativo mucho antes de que sea bello. Porque el
hombre tiene dentro una naturaleza formativa que se despliega en
dades son recreativas y divertidas, en virtud de su contraste con el
acción tan pronto como la existenci;.1 está segura f ...] Cuando la
trabajo más oneroso. La espontaneidad del arte no está en oposi-
actividad formativa opera en el entorno, con un sentimiLnto singu-
ción con n~ida, sino que señala la cotnpleta absorción en un desa-
lar, individual, independi<:nte, despreocupado e ignorante <ll' lo
rrollo ordenado. Esta absorción es Gtrdcterística de la experiencia que es extraño a él, entonces ya se origine del salvajismo nido o de
estética; pero es un ideal de toda experiencia, y el ideal se realiza la sensibilidad cultivada, es pleno y viviente.
en la actividad del investigador científico y del hombre profesio-
nal cuando los deseos y las urgencias del yo están completamente La actividad que es libre, desde el punto de vista del yo, es
co1npro1netidos en lo que se hace objetiva1nente. ordenada y disciplinada desde el punto de vista del material obje-
El contraste entre la actividad libre y la exteriormente forzada, tivo que sufre una transforn1ación.
es un hecho empírico, producido por las condiciones sociales y que Por lo que respecta al deleite que se encuentra en el contras-
debe ser eliminado hasta donde sea posible, no algo que deba eri- te, es tan cierto que va1nos de la satisfacción de las ohras de arte
girse en una diferencia con la cual definir el arte. Hay un lugar para a la de las cosas naturales, con10 que volvemos de estas últimas al
la farsa y la diversión en la experiencia; ,.un poco de absurdo de vez arte. A veces volvemos con gusto del arte bello a la industria, la
en cuando es agradable al mejor de los hombres». Las obras de arte, ciencia, la política y la vida drnnéstica. Corno dijo Browning:
fuera de la comedia, son a tnenudo divertidas, pero este hecho no
es una razón para df!.finircl arte en términos de diversión. Esta con- And that 'syour Venus-whence we turn
cepción tiene sus raíces en la noción ele que hay un antagonismo To yonder girl that fords the hurn .*
inherente y arraigado entre el individuo y el mundo (mediante el
cual el individuo vive y se desarrolla) de manera que la libertad sólo Los soldados se cansan de pelear, los filúsofos de filosofar Y
puede ser alcanzada mediante una huida de ese mundo. el poeta va con gusto a la comida que comparte con sus setnejan-
Hay bastante conflicto entre las necesidades y deseos del yo tes. La experiencia imaginativa ejemplifica más plenamente que
y las condiciones del inundo, como para hacer ninguna conce- cualquier otra clase de experiencia qué es la experiencia 1nis1na
sión a la teoría del escape. Spenser dice de la poesía que "es la en su 1novitniento y estructura. No obstante, tarnhién queremos
posada del mundo más dulce para aliviar la pena y la agitación el sabor del conflicto franco y el impacto de las condiciones ás-
aburrida». No se trata de discutir este rasgo) cierto en todas las ar- peras; y este hecho es más importante para la teoría estética que
tes, sino de discernir la manera en que el arte ejecuta la libera- ningún contraste que se supone existe entre juego y trabajo, ~s-
ción. La cuesti(m es si la liberación se realiza por 111edio de lo pontaneidad y necesidad, libertad y ley. Porque el arte es la fu-
anodino, por la transferencia a un reino de cosas radicalmente di- sión en una experiencia, de 1a presión de las condiciones necesa-
ferente, o tnanifcstando en qué se convierte la experiencia real
cuando sus posibilidades están plenamente expresadas. El hecho ~ .y ésta l'-'> tu Venus. Je aquí volve!llOS / a aquella muchacha que vadea el arroyo."
de que el arte sea una producción, y que la producción ocurre (N_ del!.}

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rias sobre el yo y la espontaneidad, y novedad de la individua- ro1nántico, fantástico y excéntrico. Sin embargo, lo genuina1nente
lidad.2 ro1nántico se convierte a veces en un constituyente que se reco-
La individualidad misma es originalmente una potencialidad, noce en la experiencia, de 1nanera que hay razón en decir que,
y sólo se realiza en la interacción con las condiciones an1bicnta- después de todo, lo clásico sólo significa que una obra de arte ha
les. En este proceso de intercambio, las capacidades nativas que alcanzado un recon<>citnicnto consagrad<>.
contienen un elemento de singularidad se transforman y se con- El deseo por lo extraño y desusado, lo remoto en el espacio y
vierten en un yo. Ade1nás, a través de las resistencias encontra- en el tiempo, caracteriza al arte romántico. Sin embargo, escapar
das, se descubre la naturaleza dd yo. El yo se forma y llega a la del ambiente familiar para ir a otro extraño es a menudo un medio
conciencia mediante la interacción con el ambiente. La individua- de ampliar la experiencia posterior, porque las excursiones del
lidad del artista no es una excepción. Si sus actividades fueran un arte crean una nueva sensibilidad que, a veces, absorbe lo que es
simple juego y solamente espontáneas, si las actividades libres no ajeno y lo naturaliza en la experiencia directa. Delacroix, como
se enfrentaran contra la resistencia ofrecida por las condiciones pintor indebidamente ron1ántico, fue al 1nenos un precursor de
reales, ninguna obra de arte se habría producido jamás. Desde la los artistas de dos generaciones posteriores, que hicieron de las
primera manifestación del impulso de un niño a dibujar, hasta las escenas árabes parte del material común de la pintura y que como
creaciones de Rembrandt, el yo se crea en una creación de obje- su forma se adaptó al asunto, más justamente de lo que logró De-
tos que requiere adaptación activa a los materiales externos y una lacroix, no despiertan el sentido de algo tan retnoto que parezca
modificación del yo para utilizar y superar las necesidades exter- fuera del fin natural de la experiencia. Sir Walter Scott se clasifica
nas incorporándolas a una visión y expresión individuales. corno romántico en literatura. Sin embargo, aun en su propio
Desde el punto de vista filosófico, no veo manera de resolver tiempo, William Hazlitt, quien denunció brutalmente las opinio-
la lucha continua en las teorías del arte y de la crítica, entre lo clá- nes políticas reaccionarias de Scott, dijo de sus novelas que «retro-
sico y lo romántico, excepto considerando que representan ten- cediendo un siglo y poniendo la escena en un lugar remoto e in-
dencias que caracterizan a toda auténtica obra de arte. Lo que se cultivado, todo llega a ser nuevo y sorprendente en el período
llama »clásico» es el orden y las relaciones objetivas incorporadas presente avanzado,. Las palabras en cursiva combinadas con otra
en una obra; lo que se llama »romántico» es la frescura y la espon- frase, »todo está fresco como si saliera de la mano de la naturale-
taneidad que provienen de la individualidad. En diferentes perío- za,,, indican la posibilidad de incorporación de lo románticamente
dos y por diferentes artistas, una tendencia o la otra es llevada al extraño en el significado del ambiente actual. En efecto, puesto
extremo. Si hay un desequilibrio evidente de un lado o de otro, la que toda experiencia estética es imaginativa, el ímpetu de intensi-
obra fracasa; lo clásico se hace muerto, monótono y artificial; lo dad a que puede elevarse lo imaginativo sin hacerse outre y fan-
tástico, está determinado solamente por la acción, no por las re-
2. La afirmación más explícitamente filosófica, rd'erente a la teoría del juego, es l,1
de Schiller en ,..,w, Cartas suhre la educación estética del homhre. Kant ha limitado la liber-
glas a priori del seudoclasicismo. Charles Lamb tenía, como dice
tad a la acción moral gobernada por la concepción racional (supra-empírica) del deher. Hazlitt, «disgusto por las caras nuevas, los nuevos libros, los nue-
Schiller adelanta la idea de que juego y arte ocupan un lugar de transición entre d reino vos edificios, los nuevos trajes» y era «tenaz por lo oscuro y lo re-
de !os fen(irneno..., necesario_..,y la libertad tr:iscendenle, educando al hornbrl' para que re-
moto". El mismo Lamb dijo: »no pueden hacerse reales para mí es-
conozca y asuma las responsabilid,1des de ,1quélla, Sus puntos de vista representan el in-
lenlo valiente dt· un artista para escapar dd rígido dualismo de la filosofía kantiana, aun- tos tiempos presentes». Sin embargo, al citar estas palabras Pacer
que permaneciendo dentro de su marco. (Trad. casi.: Cartas suhre la educacfrí11 estético decía que Lamb sintió ciertamente la poesía de las cosas viejas,
del hombre, Madrid, Aguilar. 196j.) pero »que sobrevivían como parte actual de la vida del presente y

318 319
como algo enteramente diferente de la poesía de las cosas que se así usualmente, con10 regla, por lo general. Ambas clases son uni-
han alejado completamente de nosotros y que son antiguas». versales, puesto que son lo que son en virtud de una esencia meta-
física inherente. Así Aristóteles completa el pasaje citado diciendo
«lo universal es la clase de cosa que una persona de cierto «carácter»
Las dos teorías criticadas (así como la de la autoexpresión que haría o diría necesaria o probablemente. Y esto es a lo que aspira la
hemos analizado en el capítulo sobre El acto de expresión) son dis- poesía aun cuando da nombres propios a las personas. Lo particu-
cutidas. porque tipifican filosofías que aíslan lo individual, el «suje- lar, por ejemplo, es lo que Alcibíades hizo o padeció".
to"; una de ellas escogiendo un 111aterialprivado, con10 el sueño, las Ahora bien, el término "carácter« aquí traducido, probable-
otras, escogiendo actividades exclusivamente individuales. Estas mente da al lector moderno una impresión totalmente equivocada.
teorías son relativamente 1nodernas, corresponden al énfasis exce- Dicho lector estaría de acuerdo en que los hechos y dichos atribui-
sivo de lo individual y lo subjetivo en la filosofía moderna. Se ha ido dos a un carácter en la novela, el drama o la poesía, serían tales que
al extremo opuesto la teoría del arte que ha tenido, desde hace fluirían, necesariamente o con gran probabilidad, de ese personaje
tiempo, la más larga boga hist(>rica y que todavía está tan finne que individual, pero pensaría que el carácter es íntimatnente indivi-
1nuchos críticos consideran el individualisrno en el arte, corno una dual, mientras que ,,carácter,, en el pasaje citado significa una natu-
innovación herética. Aquella teoría consideraba lo individual como raleza o esencia universal. Para Aristóteles la significación estética
un n1ero conducto, mientras más transparente mejor, a través del del personaje de Macbeth, Pendennis o Felix Holt, consistiría en la
cual se transn1ite el n1aterial objetivo. Esta vieja teoría concebfa al fidelidad a la naturaleza que se encuentra en una clase o especie;
arte como representación, corno irnitación. Los adeptos de esta teo- para el lector moderno significa fidelidad al individuo cuya historia
ría apelan a Aristóteles como su gran autoridad. Sin en1bargo, cotno se n1uestra; las cosas hechas, padecidas y dichas pertenecen a él,
sabe todo el que estudia a este filósofo, Aristóteles se refería a algo en su individualidad única. La diferencia es radical.
radicalmente diferente de la imitación de incidentes y escenas par- La influencia de Aristóteles sobre las ideas posteriores sobre
ticulares, de la representación «realista» en su sentido presente. el arte, puede encontrarse en una breve cita de las conferencias
Porque para Aristóteles lo universal era más real, 111etafísica- de sir Joshua Reynolds. Dijo de la pintura que su función es la
mente, que lo particular. El punto esencial de esta teoría lo sugie- ,,exhibici(m de las formas generales de las cosas«, porque "en cada
re la razón que da para considerar a la poesía más filosófica que clase de objetos hay una idea común y una forma central que es
la historia. «No es asunto del poeta decir lo que ha sucedido, sino lo abstracto de varias formas individuales que pertenecen a la
lo que puede suceder, lo que es posible, ya sea necesario o pro- clase». Esta fonna general, que existe antes en la naturaleza que
bable[ ... ]" Porque la poesía nos habla más bien de lo universal, la es verdaderamente naturaleza, cuando la naturaleza es verdadera
historia ele lo particular. para sí misma, es reproducida o «imitada en el arte«. ,,La idea de
Puesto que nadie puede negar que el arte trata de lo posible, la belleza en cada especie de cosas es invariable."
interpretación de Aristóteles que se refiere a lo necesario o a lo La debilidad, en un sentido relativo, de las pinturas de sir Jos-
probable, necesita enunciarse en términos de su siste1na, pues de hua Reynolds debe atribuirse, sin duda. a los defectos de su pro-
acuerdo con él las cosas son necesarias o probables en clases o es- pia capacidad artística más que a la aceptación de la teoría que
pecies, no sitnplernentc como particulares. Por su propia naturale- expone. Muchas personas en las artes plásticas y literarias sostie-
za algunas clases son necesarias y eternas, mientras que otras son nen la misma teoría y produjeron una obra superior. Y hasta cier-
solamente probables. Las primeras son siempre así, las últimas son to punto, la teoría es una reflexión justa del estado real de ciertas

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obras de a11e en un largo período, por su búsqueda de lo típico y mún,, es lo que se encuentra en la experiencia de cierto número de
porque evitan todo lo que pueda ser considerado accidental y personas; algo en que participan cierto nún1ero de personas es por
contingente. Su prevalencia en el siglo xvm no súlo refleja los cá- este mismo hecho crnnún. Cuanto más está arrdigado está en el ha-
nones seguidos por el arte de este siglo (fuera de la pintura en cer y padecer que forman la experiencia, más general y más común
Francia durante la parte inicial del siglo), sino también la conde- resulta. Vivimos en el mismo mundo; ese aspecto de la naturaleza
nación general del barroco y del gótico.' es común a todos. Hay impulsos y necesidades que son comunes a
No obstante, la cuestiún que surge es general. No puede ser la humanidad. Lo ,universa],, no es algo metafísicamente anterior a
planteada señalando simplemente que el arte moderno, en todos toda experiencia, sino la tnanera como las cosas funcionan en la ex-
sus modos, ha tendido a buscar y a expresar los rasgos individua- periencia, con10 un lazo de unión entre acontecimientos y escenas
les característicos de objetos y escenas, ni puede ser resuelta por particulares. Potencialmente cualquier ele1nento en la naturaleza o
un ipse dixit que estas exhibiciones del espíritu moderno son en las asociaciones hu1nanas puede ser «común»·,que sea o no real-
desviaciones caprichosas del arte verdadero, que deben explicar- mente común depende de diversas condiciones, especialmente de
se por el deseo de 1nera novedad y notoriedad. Porque con10 ya las que afectan el proceso de con1unicación.
hemos visto, cuanto más incorpora una obra <le arte lo que perte- Porque es mediante actividades compartidas y mediante el len-
nece a las experiencias co1nunes de muchos individuos, n1ás ex- guaje y otros medios de intercambio que las cualidades y los valo-
presiva es. Cicrtamcntc, no tener en cuenta el control ejercido res se hacen comunes a la experiencia de un grupo de la hu1nani-
por el asunto objetivo, es la base justa de la crítica dirigida contra dad. Ahora bien, el arte es el modo más efectivo de comunicación
las teorías subjetivistas, últimamente discutidas. Entonces, el pro- que existe. Por esta razón la presencia de factores crnnunes o gene-
ble1na de la reflexión filosófica no concierne a la presencia o au- rales en la experiencia consciente es un efecto del arte. Cualquier
sencia de tal n1aterial objetivo, sino a su naturaleza y a la 111anera elemento del mundo, cualquiera que sea el grado de individualidad
con10 opera en el desarrollo de una experiencia estética. en su propia existencia, es potencialmente común, como he dicho,
La cuestión e.lela naturaleza del 111aterialobjetivo que intervie- porque es algo que puede entrar en interacción con cualquier ser
ne en una obra de arte y la tnanera como opera, no pueden ser se- viviente, justamente porque es parte del ambiente. Sin embargo, se
paradas. En un sentido verdadero, el modo en que el material de hace una posesión común consciente, o es compartida, por 1nedio
otras experiencias interviene en la experiencia estética es su natu- de las obras de arte más que por ningún otro medio. La idea de que
raleza para el arte. No obstante, debe advertirse que los términos lo general está constituido por la existencia de clases fijas de cosas,
general y común son equívocos. El significado que poseen para ha sido destruida por el avance de las ciencias físicas y biológicas.
Aristóteles y para sir Joshua no es, por ejemplo, el significado que La idea era un producto de condiciones culturales respecto al esta-
viene naturalmente a la mente de un lector contemporáneo. Para do del conocimiento y a la organización social, que subordinaba a
el primero se refiere a la especie o clase de objetos y, además, a los individuos tanto en política, como en arte y filosofía.
una clase ya existente por la constitución misma de la naturaleza. La cuestión de la manera como el 1naterial común potencial
Para un lector inocente de la metafísica que hay detrás, tiene un entra en el arte ha sido tratada en conexión con otras cuestiones,
significado más simple, más directo y más experimental. Lo ,,co- especialmente la de la naturaleza del objeto expresivo y el medio.
El medio, como distinto de la materia prima es siempre un modo
3. ?\lo carece de interés notar que el buen arzohhpo Berkeley, cuando quiere con-
del lenguaje y. por lo tanto, de expresión y comunicación. Los pig-
denar algo en !a opinión y la acción, como tamhién en el arte, como extravagante y fan-
tástico, habl:1 de ello como -gótie<J•. tnentos, el mármol y e1 bronce, los sonidos, no son medios por sí

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322
rnisn1os, sino que entran en la forrnación de un medio sólo cuando omitir esta novedad cualitativa que caracteriza toda obra <le arte
interaccionan con la mente y la habilidad de un individuo. Algunas genuina.
veces en una pintura somos conscientes de los pign1entos que en Esta negligencia es una consecuencia lógica de la negación
tanto medios físicos ohstruycn la experiencia estética, porque no virtual del papel inherente de la individualidad en la materia de
se han disuelto en los elementos con que el artista contribuye, has- una obra de a11e. La teoría de la realidad que define lo real en tér-
ta hacernos transparente la textura del objeto. ropaje, carne huma- 1ninos de clases fijas) tiene que considerar todos los elementos
na, d cielo o lo que sea. Incluso los grandes pintores no sie1nprc nuevos corno accidentes estéticamente inútiles, aun cuando sean
realizan una uniún completa, de lo cual es Cézanne un ejemplo no- prácticamente inevitables. Además, las filosofías que se caracteri-
table. Por otro lado, hay artistas menores en cuya obra no nos da- zan por una tendencia favorable a las naturalezas universales y los
rnos cuenta de los n1edios materiales usados. No obstante, puesto «caracteres", han considerado sietnprc lo eterno e inmutable como
que los significados humanos en interacción son poco significati- lo único verdaderamente real. Sin embargo, ninguna obra genuina
vos, la obra es débil en expresividad. ha sido jamás la repetición de algo previamente existente. Hay en
Hechos con10 éstos proporcionan una evidencia convincente efecto obras que tienden a ser simples recombinaciones de ele-
de que el medio de expresión en arte no es ni objetivo ni subjeti- n1entos escogidos de obras anteriores. No obstante, son académi-
vo: E~ la n1ateria de una nueva experiencia en que lo subjetivo y cas --es decir, mecánicas- más que estéticas. No sola1ncnte los
obJetlvo han cooperado de tal manera que ninguno tiene existen- críticos, sino los historiadores del arte, se han extraviado con d
cia por sí mismo. El defecto fatal de la teoría representativa es prestigio aparente del concepto de lo fijo e inmutable. Han tendi-
que identifica, exclusivamente, la materia de la obra de arte con do a explicar las obras de arte de cada período, como meras re-
lo objetivo. Pasa por alto el hecho de que el material objetivo lle- combinaciones de sus predecesores reconociendo la novedad
ga a ser tnateria del arte sólo cuando se transforma al entrar en la sólo cuando aparece un nuevo «estilo»,y aun entonces reconocién-
relación del hacer y el padecer, de una persona individual, con dolo sólo a reganaclientes. La interprctaciún de lo viejo y lo nuevo,
todas sus características de tempera1nento, manera especial de vi- su completa fusión en una obra de arte, es otro desafío del arte al
sión y experiencia única. Aun cuando existieran (como no suce- pensamiento filosófico. Da una pista sobre la naturaleza de lasco-
de) clases especiales fijas de seres a las que todas las particulari- sas que los siste1nas filosóficos raras veces han seguido.
dades se subordinaran, aún sería cierto que no serían la materia
del arte. Como mucho serían material para, y llegarían a ser ma-
teria de una obra de arte súlo después de haberse transfigurado La idea de aumentar la comprensi(,n, de profundizar la inteli-
fundiéndose con el tnaterial incorporado a una criatura viviente gibilidad de los objetos de la naturaleza y del hombre, resultante
individual. Puesto que el material físico que se usa en la produc- de la experiencia estética, ha conducido a los filósofos a tratar el
ción de una obra de arte no es en sí tnismo un rnedio, no pueden arte con10 un modo de conocitnicnto, y ha inducido a los artistas,
darse reglas a priori, para su uso apropiado. El límite de sus po- especialmente a los poetas, a considerar el arte como un 1nodo
tencialidades estéticas sólo puede determinarse experimental- de revelación de la naturaleza interna de las cosas, que no puede
mente y por la práctica de los artistas; y ésta es otra prneba de obtenerse de ninguna otra manera. Ha conducido a tratar el arte
que d medio de expresión no es ni subjetivo ni objetivo, sino una como un n1odo de conocitniento no solarnente superior al de la
experiencia que ha integrado ambas vertientes en un nuevo objeto. vida ordinaria, sino al de la ciencia 1nis1na. La noción de que el
La base filosófica de la teoría representativa se ve obligada a arte es una forma de conocimiento (aunque no superior al cientí-

324 325
fico), está implícita en la afirmación de Aristóteles de que la poe- Con todo, estos hombres eran poetas y hablaban imaginativa-
sía es más filoséifica que la historia. La aserci(m ha sido hecha ex- mente. El «aliento y espíritu más fino« del conocimiento está lejos
presamente por muchos filósofos. Una lectura de estos filósofos de ser el conocimiento, en su sentido literal, y Wordsworth sigue
en conexión 1nutua sugiere, sin e1nhargo, o que no han tenido diciendo que la poesía «lleva la sensación a los objetos de la cien-
una experiencia estética, o que han permitido que su interpreta- cia«. Y Shelley también dice, «la poesía despierta y ensancha la
ción se detcrn1ine por preconcepciones. Porque el pretendido mente convirtiéndola en receptáculo de miles de inaprehensibles
conocimiento difícihnente puede ser al n1i.sino tien1po el <le las combinaciones del pcnsan1iento». No encuentro en observacicmes
especies fijas, como en Aristóteles; el de las Ideas platónicas tales como éstas ninguna intención de afinnar que la experiencia
con10 en Schoopenhauer; el de la estructura racional del universo estética debe d'!finirsecomo un modo de conocimiento. Lo que se
como en Hegel; el de los estados del espíritu, como en Croce, o insinúa en tni opinión es que en la producción y en la percepción
el de las sensaciones con imágenes asociadas, con10 en la escue- placentera de las obras de arte el conocimiento se transforma; se
la sensualista; para tnencionar algunos <le los eje1nplos filosóficos hace algo 1nás que conocin1iento, porque se 1nezcla con ele1nen-
más sobresalientes. Las variedades propuestas <le concepciones tos no intelectuales para formar una experiencia que vale la pena
incompatibles prueban que los filósofos en cuestiéin estaban im- como experiencia en sí misma. He propuesto a veces una concep-
pacientes por desarrollar dialécticamente concepciones fragua- ción del conocimiento como «instrrnnental,,. La crítica ha atribuido
das sin tener en cuenta al arte en la experiencia estética, en vez significados extraños a esta concepción. Su enunciado verdadero
de permitir que esta experiencia hablara por sí mistna. es simple: el conocimiento es instrumental para enriquecer la ex-
Sin embargo, el sentido de la revelación y de la exaltada inte- periencia inmediata mediante el control de la acción que ejercita.
ligibilidad del mundo debe ser explicada. Que este conocimiento No quisiera imitar a los filósofos que he criticado y forzar esta in-
penetra honda e íntimamente en la producción de una obra, lo terpretación en las ideas propuestas por Wordsworth y Shelley,
prueban las obras nlistnas, En teoría dicho den1ento cognitivo se pero una idea semejante a la que acabo de enunciar me parece
deduce necesariamente del papel que desempeña la mente, así que es la traducción más natural de su intención.
co1no de los significados que se fundan en anteriores experien- Las escenas embrolladas de la vida se hacen más inteligibles
cias, y que han sido activarnente incorporados en la producción y en la experiencia estética: no empero del modo en que la reflexión
percepción estéticas. Hay artistas influenciados definitivan1entc y la ciencia hacen las cosas más inteligibles, reduciéndolas a una
en su obra por la ciencia de su tictnpo, como Lucrecio, Dante, Mil- fonna conceptual, sino presentando sus significados co1no materia
ton, Shelley, y aun cuando no en provecho de su pintura, Leonar- de una experiencia clarificada, coherente e intensa o «apasionada».
do y Durero en sus 1nás grandes composiciones. Sin e1nbargo, hay La dificultad que encuentro en las teorías representativas y cognos-
una gran diferencia entre la transformación del conocimiento citivas de la estética es que, como las teorías del juego y la ilusión,
efectuada por la visión imaginativa y emocional y su expresión aíslan una capa en la experiencia total, que además es lo que es, en
mediante la unión del material sensible y el conocimiento. Words- virtud del modelo al que contribuye y en el que se absorbe. A esta
worth declaró que «la poesía es el aliento y el espíritu más fino de parte la consideran co1no si fuera el todo. Tales teorías, o determi-
todo conocimiento; es la expresión apasionada que está en la faz nan una interrupción de la experiencia estética c01npensada me-
de toda la ciencia«. Shelley dijo: «la poesía [...] es desde luego el diante vanas ensoñaciones, o son prueba de que se está olvidando
centro y la circunferencia de todo conocimiento; es lo que contie- la naturaleza de la experiencia real, apoyándose en alguna con-
ne toda la ciencia y a lo cual toda ciencia debe referirse«. cepción filosófica anterior, a la cual se han entregado sus autores.

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simples imágenes de la hdleza, sino la realidad misma. Y al originar
y crear una excelencia verdadera, somos capaces de convertirnos en
Hay un tercer tipo general de teorías que combinan la fase del amigos de Dios, tan divinos como cuak-1uier mortal puede llegar a ser.
escape del prin1er tipo de teorías considerado, con la concepción su-
perintelectualizada del arte característica del segundo tipo. El origen Siguiendo a Platón en una época, bien caracterizada por Gil-
histúrico de ese tercer tipo, en el pcnsa1niento occidental, se ren1on- bert Murray como «un fracaso del vigor", Plotino llevó adelante las
ta hasta Platón. Parte del concepto de la itnitación, pero consideran- ünplicaciones lógicas de la última cláusula. La proporción, la si-
do que hay un elemento de engaflo y decepción en toda imitación. y 1nctría y la a<laptaciún annoniosa <le las partes, ya no constituyen
que la verdadera función de la belleza en todo objeto, natural o artís- la belleza de los objetos naturales y artísticos, como tampoco la
tico, es llevarnos de los sentidos y de los fenón1enos a algo n1ás allá constituye su encanto posible. La belleza de estas cosas les es con-
de éstos. Platón dice en una de sus referencias más geniales: ferida por la esencia eterna o carácter, que brilla a través de ellas.
El Creador de todas las cosas es el artista supremo que "confiere a
Los dementos rítmicos y armoniosos dd arte, como una brisa
que sopla en un hermoso lugar, pueden conducirnos apaciblemente
las criaturas,, lo que las hace ser bellas. Plotino pensó que era in-
desde la más temprana infancia, hasta la ;:_irmonfacon la belleza ele lo digno del ser absoluto concebirlo como personal. La cristiandad
racional; el que así se ha criado, más ljue otros dará la bienvenida a ]a no con1partió este escrúpulo y en su versión del neoplatonismo, la
razón cuando llc-guc su tiempo, y L.1conocerá como propia. belleza de la naturaleza y el arte se conciben como manifestacio-
nes dentro de los límites del mundo perceptible del Espíritu, que
Según este punto de vista, el objeto del arte es educamos para ir est,1 por encima de la naturaleza y más allá de la percepción.
del arte a la percepción de esencias puramente racionales. Hay una Un eco de esta filosofía se encuentra en Carlyle, cuando dice
escala de sucesivos peldaños que conduce <le los sentidos hacia arri- que en el arte ,,10infinito se liga con lo finito, para hacerse visible
ba. El escalón mús bajo consiste en la belleza de los objetos sensi- como si fuera alcanzable allí. De esta clase son todas las verda-
bles; un escalón rnoraltnente peligroso porque nos vetnos tentados deras obras de arte; en éstas (si distinguitnos la verdadera obra,
a permanecer ahí. De este escalón somos invitados a elevarnos a la de la manchada con el artificio), discernimos la eternidad que
belleza de la mente, luego a la belleza de las leyes e instituciones, aparece a través del tiempo, lo semejante a Dios hecho visible".
de donde podemos ascender a la belleza de las ciencias y entonces Esto es casi definitivaincnte afinnado por Hosanquct, un idealista
n1ovemos hacia el conocimiento intuitivo de la belleza absoluta. La de la tradici(m germana, cuando sostiene que el espíritu del arte:
escala de Platón, a<len1ás, sólo tiene una direcciún; no hay regreso es la fe en la «vida y la divinidad por la que el mundo externo es
posible de la belleza más alta a la experiencia perceptiva. instinto e inspiración, de manera que las ''idealizaciones" caracte-
La belleza de las cosas que es cambiante --como lo son todas rísticas del arte no son tanto el producto de una i1naginación que
las cosas de la experiencia- debe considerarse entonces sólo parte de la realidad, como revelaciones de la vida y la divinidad
como_tm momento en la deriva potencial del alma hacia la apre- que, en definitiva, es lo único real".
hens1on de los modelos eternos de belleza. Y ni siquiera su intui- Los metafísicos conten1poráncos que han abandonado la tra-
ción es definitiva. dición teológica, han visto que las esencias lógicas pueden soste-
nerse solas y no necesitan el soporte que, según se suponía, les
Recordad 4ue en esta comunión, a través <le la contemplación daba su residencia en alguna 1nente o espíritu. Un filósofo con-
de la belleza con los ojos de la mente, somos capaces de alcanzar, no te1nporáneo, Santayana, escribe:

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La naturaleza de la esencia no aparece en nada mejor que en bilic.lad, se refuerza con el te111or a los sentidos, que tiene un origen
lo bello, cuando es una positiva presencia del espíritu, y no un tí- 1110 ralizante. Lo sensihle parece .ser, crnno para Plat(rn, una seduc-
tulo vago otorgado convencionalmente. En una forma que se cree ción que aparta al hombre de lo espiritual, Se tolera solamente
bella, una complejidad obvia compone una obvia unidad; se ve como un vehículo mediante el cual el hombre puede llegar a una
que una marcada intensidad e individualidad pertenecen a una rea- intuición de la esencia inmaterial y no sensible, En vista del hecho
lidad en extremo inmaterial e incapaz de existir de otra manera que
de que la obra de arte es la impregnación de material sensible con
aparentemente. Esta belleza divina es evidente, fugitiva, impalpa-
valores imaginativos, no conozco mejor manera de criticar la teo-
ble, y sin hogar en un mundo de hechos materiales. Sin ernhargo,
ría, salvo diciendo que es una metafísica fantas1nagórica inadecua-
es inconfuncliblemente individual y suficiente en sí misma, y aun-
que tal vez pronto se eclipsa, nunca se extingue realmente, porque da a la experiencia estética efectiva,
visita el tiempo, pero pertenece a la eternidad. El término «esencia» es 111uyequívoco. En el habla común deno-
ta el meollo de una cosa; desgranamos una serie de conversaciones
Y otra vez: «Lacosa rnás material tan pronto corno se cree be- 0 de transacciones complicadas y el resultado es lo esencial, Elimi-
lla se inmaterializa al instante, se eleva sohre las relaciones exter- nainos lo inútil y retenemos lo indispensable. Toda expresión ge-
nas personales, concentrada y profundizada en su propio ser, en nuina se n1ueve) en este sentido, hacia la «esencia». La esencia deno-
una palabra, sublimada en una esencia». Las in1plicaciones de ta aquí una organización de significados dispersos y n1ás o menos
esta manerd <le ver se contienen en la esencia que dice: «El valor oscurecidos por incidentes que acompañan a experiencias varia-
radica en el significado, no en la sustancia; en lo ideal a que se das. Lo esencial o indispensable es tainhién una referencia a un
aproximan las cosas, no en la energía que ellas corporizan", (La propósito. ¿Por qué ciertas consideraciones son indispensables más
cursiva no está en el original.) que otras' El meollo de cierta variedad de transacciones no es el
Pienso que hay un hecho empírico implícito en esta concep- mismo para el abogado, el investigador científico y el poeta, Una
ción de la experiencia estética. He tenido ocasión de hahlar 111ásde obra de arte puede ciertamente transmitir la esencia de multitud de
una vez de la cualidad de una intensa experiencia estética tan in- experiencias y a veces de una manera condensada y sorprendente.
mediata que es inefable y mística, Una enunciación intelectualiza- La selección y la simplificación se producen en favor ele la expre-
da de esta cualidad inmediata de la experiencia la traduce en tér- sión de lo esencial, Courbet a menudo transmite la esencia de la hu-
minos de una metafísica del ensueño, En todo caso, cuando esta medad que satura el paisaje-, Claudio de Lorena, el genius loci ele
concepción de la esencia últin1a se compara con la experiencia es- una escena arcádica; Constahle, la esencia de las sencillas escenas
tética concreta, se ve que padece de dos defectos fatales, Toda ex- rurales de Inglaterra; Utrillo, la de los edificios de una calle de París,
periencia directa es cualitativa, y las cualidades son lo que hacen Los dramaturgos y novelistas construyen personajes que separan lo
directamente valiosa a la experiencia de la vida misma, Sin embar- esencial de lo accidental,
go, la reflexión va tras de las cualidades inmediatas porque se inte- Puesto que toda obra de arte se nutre de experiencias exalta-
resa en las relaciones y desdeña el aparato cualitativo, La reflexión das e intensificadas, el propósito que determina lo estéticamente
filosófica ha conducido esta indiferencia por las cualidades hasta esencial es precisamente la forn1ación de una experiencia como
el grado de la aversión, Las ha tratado como un oscurecimiento de experiencia. En vez de fugarse de una experiencia hacia un reino
la verdad, como velos arrojados por los sentidos sobre la realidad, metafísico, el material de las experiencias se produce de tal ma-
El deseo de derogar las cualidades sensibles inmediatas, y todas las nera que llega a ser la materia fértil de una nueva experiencia, Es
cualidades están mediatizadas a través de alguna forma de la sensi- más, el sentido que tcnen1os ahora ele las características esencia-

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les de personas y objetos es muy ampliamente el resu//ado del sofos, pero su versión de la intuición estética es digna de ser se-
arte, mientras que la teoría a discusión sostiene que el arte de- ñalada como otro ejemplo del completo fracaso de la filosofía
pende y se refiere a esencias que ya estaban en el ser, invirtiendo para afrontar el reto que el arte hace al pensamiento reflexivo.
así el verdadero proceso. Si ahora nos da1nos cuenta de significa- Schopenhauer escribió su obra cuando Kant había planteado el
dos esenciales es precisamente porque los artistas en todas las di- problema de la filosofía, instituyendo una aguda separación entre
versas artes las han extraído y expresado en núcleos vívidos y lo sensible y el fenómeno, la razón y el noúmeno: y plantear un
prominentes de percepción. Las formas o Ideas que para Platón problema es la manera más efectiva de influir en el pensamiento
eran modelos de las cosas existentes, tienen su fuente en el arte posterior. La teoría del arte de Schopenhauer, no obstante mu-
griego, de forn1a que su rnancra de tratar a los artistas es un ejem- chas observaciones agudas, no es sino el desarrollo dialéctico de
plo supremo de ingratitud intelectual. su solución al problema kantiano de la relación del conocimiento
El térn1ino «intuición» es uno de los tnás atnhiguos en todo el or- con la realidad, y de los fenómenos con la realidad última.
den del pensamiento. En las teorías consideradas se supone que su Kant había considerado que la voluntad moral controlada por
objeto propio es la esencia. Croce ha crnnbinado la idea de la intui- la conciencia del deber que trasciende lo sensible y la experien-
ci(m con la de la expresiún. La identificación de a1nbas con d arte cia, es la única puerta de entrada a la realidad última. Para Scho-
ha dado a sus lectores grandes dificultades. La identificación se pue- penhauer, un principio activo que denominó "Voluntad» es la
de entender, sin embargo, sobre la base de su trasfondo filosófico y fuente creadora de todos los fenómenos de la naturaleza y de la
proporciona un ejemplo excelente de lo que sucede cuando el te(,- vida moral, mientras que la voluntad es una forma de la aspiración
rico sobrepone sus prcconcepciones filosóficas a la experiencia es- sin descanso e insaciable, destinada a una eterna frustración. El
tética. Porque Croce es un filósofo que cree que la única existencia único camino para la paz y la satisfacción duradera es escapar de
real está en la mente, que «elobjeto no existe a n1enos que sea co- la voluntad y sus obras. Kant ya había identificado la experiencia
nocido, y no es separable del espíritu cognoscente». En la percep- estética con la contemplación. Schopenhauer declaró que la con-
ción ordinaria los objetos se toman como si fueran externos a la templación es el único modo de escapar y que en las obras de arte
mente. Pc)rccmsiguiente, el darse cuenta de los objetos del arte y de contemplamos las objetivaciones de la Voluntad y nos libramos
la belleza natural, no es el caso de una percepci<,n, sino de una in- del dominio que la voluntad tiene en todos nuestros otros modos
tuición que conoce a los objetos como si fueran estados de la men- de la experiencia. Las objetivaciones de la voluntad son universa-
te. »Loque admiramos en una obra de arte es la perfecta forma ima- les, son como las formas y modelos eternos de Platón. En la con-
ginativa de que se ha revestido un estado mental. .. «Lasintuiciones templaci(,n pura de éstas, nos perdemos por consiguiente en lo
son verdaderamente tales porque representan .sentimientos.,, De universal y obtenemos la "dicha de la percepción sin voluntad».
aquí que el estado mental que constituye la obra de arte es expre- La crítica más efectiva de la teoría de Schopenhauer se en-
sión como manifestación del estado mental, y es intuición corno co- cuentra en el propio desarrollo de su teoría. Expulsa el encanto
nocimiento del estado mental. No me refiero a la teoría con el pro- del arte, porque encanto significa atracción, y la atracción es un
pósito de refutarla, sino como indicación del extremo a que llega la modo de respuesta de la voluntad, que es, en efecto, el aspecto
filosofía cuando superpone una teoría preconcebida a la experien- positivo de la relación del deseo con el objeto, cuyo aspecto nega-
cia estética, dando como resultado una distorsiún arbitraria. tivo se expresa en el disgusto. Lo más importante es el arreglo je-
Schopenhauer, como Croce, muestra en muchas referencias rárquico fijo que instituye. No solamente las bellezas de la natura-
incidentales más sensibilidad a las obras de arte que muchos fil(,- leza son más bajas que las del arte, puesto que la voluntad logra

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un grado más alto de objetivación en el hombre que en la natura- personal es la mejor prueba de lo que sucede cuando las reflexio-
leza_.sino que hay un orden de lo inferior a lo superior que se ex- nes de un pensador filosófico no son proyecciones en el pensa-
tiende a través de la naturaleza y el arte. La emancipación que oh- 1niento del asunto efectivo del arte como experiencia, sino que se
tenen1os contemplando la verdura, árboles, flores, es más débil desarrollan sin respeto por el arte y tratan entonces de sustituirlo.
que la que obtenemos contemplando las formas de la vida animal, !vli intención en todo este capítulo no ha sido criticar las diversas
mientras que la belleza de los seres humanos es la más alta, pues- filosofías del arte con10 tales, sino exponer la significación que tie-
to que la Voluntad se libera de la esclavitud en los últitnos modos ne d arte para la filosofía en su din1ensiún n1ás an1plia. Porque la
de sus manifestaciones. filosofía, al igual que el arte. se mueve en el medio de la mente
En las obras de arte, la arquitectura se ordena con10 la rnás imaginativa y, puesto que el arte es la más directa y cotnpleta 111a-
baja. La razón de ello es una deducción lógica de su sistema. Las nifestación de la experiencia con10 experiencia. ofrece un control
fuerzas de la Voluntad de las que depende son del orden más bajo, único para las aventuras imaginativas de la filosofía.
a saber: cohesión y gravedad tal con10 se 1nanifiestan en la rigidez En d a1te como experiencia, la actualidad y la posibilidad o
sólida Y el peso. Por lo tanto, ningún edificio hecho de madera idealidad, lo nuevo y lo viejo, el material objetivo y la respuesta
puede ser verdaderamente hern1oso, y todos los accesorios hL1111a- personal, lo individual y lo universal, lo superficial y lo profundo,
nos deben carecer de efecto estético porque están destinados al lo sensible y la significaciúni se integran en una experiencia que
deseo. La escultura es más alta que la arquitectura, porque aun transfigura la significación que tienen cuando la reflexiún las aísla.
cuando está destinada a las formas bajas de la fuerza de la Volun- «Lanaturaleza, dice Goethe, no tiene núcleo ni cáscara.» Sólo en la
tad, las trata tal como se manifiestan en la figura humana. La pintu- experiencia estética es completan1ente cierta esta afinnación. Del
ra trata con fonnas y figuras y así se acerca a las forn1as metafísicas. arte con10 experiencia es tan1hién cierto que la naturaleza no tie-
En la literatura, especialmente la poesía, nos elevamos a la Idea ne ni ser subjetivo ni objetivo, no es ni individual ni universal, ni
esencial del hombre mismo, y así llegamos a la cima de los resulta- sensible ni racional. La significación del arte como experiencia es,
dos de la Voluntad. por consiguiente, incon1parable en la aventura del pensamiento
La música es la rnás alta de las artes, porque no nos da 1nera- filcls{>fico.
1nente las objetivaciones externas de la Voluntad, sino que tan1-
hién pone ante nuestra contemplación los procesos 1nisn1os de la
Voluntad. Además, los «intervalos definidos de la escala son para-
lelos a los grados definidos de la objetivación de la Voluntad, co-
rrespondiente a las especies definidas en la naturaleza». Las notas
bajas representan la acción de las fuerzas 1nás bajas, 1nientras que
las notas más altas representan para el conocimiento las fuerzas
ele la vida animal, y la melodía presenta la vida intelectual del
hon1hre, la cosa más alta en la existencia objetiva.
Incluso para el solo propósito de informar mi resumen es par-
co, Y como ya he dicho, 1nuchas observaciones incidentales de
Schopenhaucr son justas y lucidas. Sin ernbargo, el hecho 1nismo
de que proporciona 1nuchos ejemplos de apreciación genuina y

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13. CRÍTICA Y PERCEPC!Ól\

La crítica es juicio, tanto idcaltnente crnno etimológicamente. La


comprensión del juicio es, por consigt1iente, la pritnera condición
para una teoría acerca de la naturaleza de la crítica. Las percepcio-
nes proporcionan al juicio su material, ya sea que los juicios perte-
nezcan a la naturaleza física, a L, política o a la biográfica. El asun-
to ele la percepción es la única diferencia entre los juicios
resultantes. El control del asunto de la percepción dirigido a obte-
ner datos apropiados para el juicio, es la clave ele la enorme clistin-
ciún entre los juidos que hace el indígena de los acontecünientos
naturales y los de un Newton o un Einstein. Puesto que la tnateria
ele la crítica estética es la percepción de los objetos estéticos, la
crítica natural y artística están siempre determinadas por la cuali-
dad ele la percepción de primera mano. La percepción obtusa
nunca puede compensarse con la idea adquirida, cualquiera que
sea su extensión y su nivel, ni con d dominio sobre la teoría abs-
tracta, cualquiera que sea su corrección. Tampoco es posible im-
pec.li~que el juicio intervenga en la percepción estética, o al me-
nos que llegue después de la expresión cualitativa sin analizar.
Teóricamente, sería entonces posible pasar inmediatatncnte
de la experiencia estética directa a lo que se implica en el juicio,
contando con las claves, por un lado ele la materia fonnacla de las
obras de arte como existe en la percepciém, y por otro lado, con lo
que implica el juicio por la naturaleza de su propia estructura. No
obstante, es necesario primero despejar el terreno. Porque las di-
ferencias inconciliables respecto a la naturaleza del juicio se reíle-

337
jan en las teorías de la crítica, del tnismo modo que las diversas tendencia muy extendida en la práctica, una disposición para eri-
tendencias entre las artes han dado nacimiento a teorías opuestas, gir la crítica en algo »judicial». No se pueden leer muchas de las
desarrolladas y afirmadas a fln de justificar un movimiento y con- 1nanifestaciones de esta escuela de crítica sin advertir que gran
denar a otro. En efecto hay razón para sostener que las cuestiones parte de ella es del tipo compensatorio, hecho que ha dado naci-
más vitales en la teoría estética se encuentran generaltnente en las miento a la burla de que los críticos son los que han fracasado
controversias respecto a movimientos especiales en algún arte, como creadores. Gran parte de la crítica de tipo legalista procede
co1110el «funcionalis1no» en arquitectura, la poesía «pura» o el ver- de la desconfianza inconsciente en sí misn1a, y de una consecuen-
so libre en literatura, el «expresionisrno» en el drama, la «corriente te apelación a la autoridad para ser protegida. La percepción se
de la conciencia» en la novela, el »arte proletario» y la relación del obstruye y se interrumpe por el recuerdo de una regla influyente,
artista con las condiciones económicas y las actividades sociales y por la sustituci(m, experiencia directa, por el precedente y el
revolucionarias. Tales controversias pueden ser acaloradas y prestigio. El deseo de una posición autoritaria conduce al crítico a
acompañarse de prejuicios, pero es más probable que se desarro- hablar como si fuera el abogado de principios establecidos que
llen con la vista dirigida a las obras concretas de arte, que a las tknen una soberanía incuestionable.
elucubraciones sobre teoría estética en abstracto. Sin embargo, ta- Desgraciadamente, tales actividades han infectado la concep-
les controversias cornplican la teoría de la crítica con ideas y aspi- ción nüsma de la crítica. Un juicio definitivo, que arregla un asunto,
raciones derivadas de los n1ovü11ientos externos partidistas. es 1nás afín con la naturaleza hun1ana incorregible, que el juicio
En principio, no puede afirn1arse con seguridad que el juicio es como desarrollo en el pensamiento de una percepción hondamente
un acto de la inteligencia ejecutado sobre la materia de la percep- sentida. La experiencia adecuada original no es fácil de alcanzar; su
ción directa en interés de una percepción más adecuada. Porque realización es una prueba de sensibilidad nativa y de una experien-
el juicio tiene también un significado e itnportancia legales, como cia madurada rnediante an1plios contactos. Un juicio co1no acto de
en la frase de Shakespeare, «un crítico, más aún, un centinela noc- investigación controlada, exige un trasfondo rico y una visión disci-
turno». Siguiendo la significación proporcionada por la práctica de plinada. Es más fücil »decir»a la gente lo que debe creer, que discri-
la ley, un juez, un crítico, es quien pronuncia una sentencia auto- minar y unificar. Y a un público habituado a que se le diga tal cosa
ritaria. Oímos hablar constantemente del veredicto de la crítica, y más bien que a ser educado en la investigación del pensamiento, le
del veredicto de la historia pronunciado sobre las obras de arte. La gusta efectivamente que se le diga con claridad a qué atenerse.
crítica se piensa no como si su asunto fuera la explicación del con- La decisiém judicial sólo puede hacerse sobre la hase de las
tenido de un objeto, tal como la sustancia y la forn1a, sino co1no reglas generales que se supone pueden aplicarse a todos los ca-
un proceso Je absolución o condena sobre la base de los n1éritos sos. El daño hecho con ejemplos particulares de sentencias judi-
y los deméritos. ciales, como particulares, es 1nucho 1nenos serio que el resultado
El juez --en el sentido judicial- ocupa una posición de auto- obtenido al desarrollar la noción de las normas autoritarias; ante-
ridad social. Su sentencia determina la suerte de un individuo, cedentes y precedentes de que se dispone para juzgar. El llamado
quizá de una causa, y en ocasiones arregla la legitin1idad del cur- clasicismo del siglo XVIII alegaba que los antiguos proporcionaron
so futuro de la acción. El deseo de autoridad ( y el deseo de ser modelos de los cuales podían derivarse reglas. La influencia de
juzgado por ella) anima el pecho humano. Gran parte de nuestra esta creencia se extendió de la literatura a otras r~unas del a1te.
existencia depende de la nota de alabanza y censura, de disculpa Reynolds recomendaba a los estudiantes de arte la observancia de
y desaprobación. De aquí ha surgido en la teoría, reflejando una las formas artísticas de los pintores rotnanos y un1bríos, y los pre-

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venía contra otros, decía de Tintorctto que sus invenciones eran tros,,. Así de hecho alientan la imitación. Los maestros misn1os ge-
«salvajes, caprichosas, extravagantes y fantásticas«, neraln1ente se sujetan a un aprendizaje, pero cuando 1naduran in-
Una visión moderada de la importancia de los modelos pro- corporan lo aprendido a su propia experiencia individual, visi(m y
porcionados por el pasado es ofrecida por Matthew Arnold, Dice estilo. Son maestros precisamente porque no siguen ni modelos ni
que la mejor manera de descubrir «qué poesía pertenece a la clase reglas, sino que subordinan ambas cosas para servir a la amplia-
verdaderamente excelente, y puede, por consiguiente, hacemos el ción de su experiencia personal. Tolstoi hahló como un artista
mayor híen, es tener sie1nprc en nuestra mente los versos y expre- cuando dijo que «nada contribuye tanto a la perversión del arte
siones de los grandes 1naestros, y aplicarlos como una piedra de como esas autoridades establecidas por la crítica». Una vez que un
toque a otra poesía". Niega que quiera decir que otra poesía deba artista es declarado grande 4odas sus obras se consideran admira-
reducirse a la imitación, pero dice que tales Vl'.rsos son una «infali- bles y dignas de imitación [...] Toda obra falsa, alabada, es una
ble piedra de toque para descubrir la presencia o la ausencia de la puerta por la que se deslizan los hipócritas del arte".
cualidad altamente poética". Al lado del elemento moral implica- Si la crítica judicial no aprende lecciones de modestia del pasa-
do en las palabras que me he tomado la libertad de poner en cur- do al que profesa estimación, no es por falta de material. Su historia
siva, la idea de una prueba "infalible,, está destinada, si se actúa de es en general el registro de grandes desatinos. La exposición con-
acuerdo con ella, a limitar la respuesta directa en la percepción, a memorativa de la pintura de Renoir, en París, en el verano de 1933,
introducir la autoconciencia y la dependencia de factores extra- fue la ocasión de exhumar algunas de las producciones de la crítica
ños. Todas estas consecuencias son daflinas para la apreciación oficial de cincuenta años antes. Las afirmaciones varían dese.le que
vital. Además está implicada la cuestión de si las obras maestras las pinturas causan náuseas crnno las producidas por el mareo de
del pasado se aceptan como tales por ser respuestas personales, los barcos, o que son producto de 1nentes enfennas -una afirma-
no por la autoridad de la tradición y la convención. Matthew Ar- ción favorita- que 1nezclan a capricho los colores más violentos,
nold supone realmente una dependencia última, colocada sobre hasta la aserción de que »son negaciones de todo lo permisible (pa-
el poder personal de cada cual para una percepción justa. labra característica) en la pintura, de todo lo llamado luz, transpa-
Los representantes de la escuela de la crítica judicial, no pare- rencia y sombra, claridad y dibujo». En 1897, un grupo de académi-
cen estar seguros de si los tnaestros son grandes porque oh.servan cos ( siempre los favoritos de la t:rítica judicial) protestaron contra el
ciertas reglas, o si las reglas que deben observarse ahora se deri- Museo de Luxemburgo por haber aceptado una colección de pintu-
van de la práctica de los grandes hombres. En general, se puede ras de Renoir, Cézanne y Monet, y uno de ellos afirmó que el Insti-
afirn1ar que la dependencia respecto a las reglas es la versión de- tuto no podía callar en presencia de tal escándalo, como era recibir
bilitada, mitigada, de una admiración anterior más directa, final- una colección e.lelocuras, puesto que dicha institución es el guar-
mente servil, de la obra de personalidades sobresalientes, pero ya dián de la tradición, otra idea característica de la crítica judicial . 1
sea que se establezcan por propia cuenta o se deriven de las obras Hay, sin embargo, una cierta suavidad de tacto generalmente
1naestras, las normas, prescripciones y reglas son generales en tan- asociada a la crítica francesa. Para una declaración pronunciada
to que los objetos de arte son individuales. Las prin1eras no ocu- con 1najestad real, c.lebetnos dirigirnos a las expresiones de un crí-
pan lugar en el tiempo, hecho ingenuamente enunciado al llamar- tico americano con ocasión de la exposición Armory en Nueva
las eternas. No pertenecen ni a aquí ni a allí. Aplicándose a todo, no
se aplican a nada en particular. A fin de ohtener concreción, tie- l. La mayor p.irtc de !a cok·cci(m csü ahora en el Lotl\Tl', crnrn:ntJrio suficiente de
nen que referirse para su ejemplificación a la obra de los «maes- la comrwtcncia de hl crítica oficial

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York en 1913. Bajo el pretexto de la ineficacia de Cézannc. se dijo no es simplemente errar la cuestión; es despedirla con ambas ma-
de él que era •un impresionista de segunda fila, que de vez en nos. En arte, los elementos de «significado" y «vida» no existen, has-
cuando tiene la buena suerte de pintar un cuadro moderadamente ta que el artista ha dominado los procesos técnicos con los cuales
bueno». Las «crudezas» de Van Gogh son juzgadas como sigue: ~un puede o no puede tener genio para darles (sic) el ser.
impresionista de moderada competencia, de mano pesada (1), que
tenía poca idea de la belleza y eché, a perder un montón de telas La falta de limpieza al dar por hecho que el autor del comenta-
con cuadros crudos y sin in1portancia». Matisse es juzgado con10 rio trataba de excluir asuntos de técnica, es característica de la pre-
quien ha ,,abandonado todo respeto a la técnica, todo scntin1iento tendida crítica judicial, y es significativa porque indica que el críti-
por su medio; que se contenta con manchar telas con vulgaridades co sólo puede pensar en la técnica cuando se identifica con un
lineales y tonales. Su negación de todo lo que implica el verdadero n1o<lelo de procedimiento. Y este hecho es profundatnente signifi-
arte significa una nimia complacencia [...] No son obras de arte, cativo, pues indica la fuente del fracaso aun de la mejor crítica judi-
sino débiles impertinencias•. La referencia al «arte verdadero• es ca- cial: su inhabilidad para enfrentarse con la aparición de nuevos
racterística de la crítica judicial, nunca n1ás injusta que en este caso, modos de vida, de experiencias que demandan nuevos modos de
con su inversión de todo lo significativo en los artistas menciona- expresión. Todos los pintores postimpresionistas (con la excep-
dos: Van Gogh es explosivo más que de mano pesada: Matisse es ción parcial de Cézanne) han mostrado en sus pritneras obras que
un técnico casi hasta el vicio, decorativo por inherencia más bien tenían drnninio de la técnica de los tnaestros que los precedieron
que vulgar; mientras que la expresión «de segunda fila. aplicable a inmediatamente. La influencia de Courbet, Delacroix, aun de In-
Cézanne habla por sí misma. Sin embargo, este crítico había acep- gres, los penetra, pero las técnicas de estos 1naestros eran apropia-
tado en su tiernpo la pintura ünpresionista de Manet y Monet; fue das para exponer viejos tenias. Cuando estos pintores 1na<luraron
en 1913 en vez de veinte años antes, y su índole espiritual sin duda tenían nuevas visiones; vieron el mundo en n1odos a los que fue-
erigirá a Cézanne y Matisse como modelos para condenar algún fu- ron insensibles los viejos pintores. Su nuevo asunto recla1naba una
turo movimiento en el arte de la pintura. nueva forma. Y en virtud de la relatividad de la técnica respecto a
La "crítica", que se acaba de citar, iba precedida por otras ob- la forma, se vieron obligados a experimentar, desarrollando nue-
servaciones que indicaban la naturaleza de la falacia siempre im- vos procedilnientos técnicos. 2 Un ainbiente que ha ca1nbiado físi-
plícita en la crítica legalista: la confusión de una técnica particular ca y espiritualmente reclama nuevas forn1as de expresión.
con la forma estética. El crítico en cuestión citaba un comentario Repito que aquí hemos expuesto el defecto inherente de la
publicado de un visitante que no era un crítico profesional. Éste mejor crítica judicial. El significado mismo de un nuevo mo-
decía: •nunca he oído a una multitud hablar tanto sobre significa- vitniento importante en todo arte es que expresa algo nuevo en
do y sobre vida y tan poco sobre técnica, valores, tonos, dibujo, la experiencia humana, algún modo nuevo de interacción de la
perspectiva, estudios en azul y blanco, etc.•. Entonces el crítico ju- criatura viviente con su entorno, y la.liberación de poderes ante-
dicial añade: riormente agarrotados o inertes. Las rnanifestaciones de este mo-
vitniento no pueden ser juzgadas, correctamente, cuando la for-
Agradecemos este frJ.gmento concreto que hace evidente la fa- ma se identifica con una técnica ya conocida. A menos que el
lacia que más que otra, amenaza extraviar y ofuscar completamen- crítico sea sensible, primero que nada al «significado y a la vida"
te a los observadores demasiado confiados. Ir a esta exposición so-
licitando «significado .. y «vida• a expensas de los asuntos de técnica 2. Véase ante, pág. 190.

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como materia que requiere su propia forma, está desatnparado filósofo. Pero definir una impresión es analizarla, y el análisis
ante la aparición de una experiencia con un nuevo carácter dis- sólo puede continuar cuando va más allá de la impresión, refi-
tintivo. Todo profesional está sujeto a la influencia de la costum- riéndola a las bases en que descansa y a las consecuencias que
bre y la inercia, y debe protegerse de esta influencia, abriéndose implica. Y este procedimiento es un juicio. Aun si el que comuni-
deliberadamente a la vida misma. El crítico judicial erige las co- ca su impresión confina su exposición, su demarcación y delimi-
sas mis1nas que ponen en peligro su idea, en un principio y una tación, a las bases en que descansa su propio temperamento e
norma. historia personal, tomando al lector francamente como confiden-
te, va, más allá de la mera impresión, a algo que le es objetivo.
Así da al lector la base para lograr una "impresión" propia más ob-
La ineptitud desatinada de la mayor parte de la autodenomi- jetivamente fundada que una impresión apoyada en un mero «me
nada crítica judicial ha provocado una reacción hacia el extremo parece«. Se da entonces al lector experimentado los medios de
opuesto. La protesta toma la forma ele crítica "impresionista". Ésta discriminar impresiones diferentes de diferentes personas, sohre
sostiene, de hecho, que la crítica como juicio no es posible, y la base de la dirección y experiencia de la persona que las tiene.
asume que el juicio debe reemplazarse por el enunciado de las La referencia a bases objetivas que comienzan con la afirma-
respuestas del sentimiento y la imaginación que provoca el obje- ción de la historia personal, no puede detenerse aquí. La biografía
to de arte. En teoría, aunque no sien1pre en la práctica, tal crítica del que define su expresión no está situada dentro de su propio
reacciona contra la ,d)jetividad" estandarizada de las reglas y ele cuerpo y mente. Es lo que es, en virtud de sus interacciones con el
los precedentes establecidos, para llegar al caos ele una subjetivi- mundo externo, un mundo que en algunos de sus aspectos y fases
dad que carece de control ohjetivo, y que produciría, si fuera se- es común a otros. Si el crítico es sahio, juzga la impresión que
guida lógicamente, una mezcla de impropiedades, cosa que a ve- ocurre en cierto momento de su propia historia considerando las
ces sucede. Jules Lemaitre ha dado una formulación casi causas objetivas que intervinieron en ella. Si no lo hace, al menos
canónica del punto de vista iinpresionista. Dice: «La crítica, cual- implícitamente, el lector que discrimina tiene que hacer se1ncjan-
quiera que sean sus pretensiones, nunca puede ir más allá ele de- te tarea en vez de él, a menos que se entregue ciegamente a la «au-
finir la impresión, que en un momento dado nos produce una toridad« de la impresión misma. En este último caso no hay dife-
obra ele arte, en la que el artista mismo ha registrado la impresión rencia entre las impresiones; la visión del hombre cultivado y la
que recibió del mundo en un instante concreto". expansión de un entusiasta inmaduro están al mismo nivel.
El enunciado comprende una implicación que, al hacerse ex- La proposición citada de Lemaitre tiene otra implicación sig-
plícita, va más allá de la intención ele la teoría impresionista. De- nilkativa. Establece una proporción objetiva, lo que el asunto es
finir una impresi(m significa mucho más que expresarla simple- al artista, es la obra de arte al crítico. Si el artista es torpe y no im-
1nente. Las impresiones, efectos cualitativos totales no analíticos, pregna su impresión inmediata con significados derivados de una
que nos producen las cosas y acontecitnicntos, son los antece- experiencia rica anterior, su producto es magro y su forma 1necá-
dentes de todos los juicios.3 El con1ienzo de una nueva idea, que nica. El caso no es distinto para el crítico. La referencia a la impre-
termina quizá en un juicio elaborado, después c.te una investiga- sión del artista como sucediendo en un "cierto instante« y la del
ción extensa, es una impresión, aun en el caso del científico o el crítico como teniendo lugar «en un 1nomento dado", contiene una
sugestión ilícita. Sugiere que existiendo la impresión en un mo-
3. Véanse unte, ¡xígs. 2-'i')-24(1 mento particular, su importancia se limita a ese breve espacio de

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tiempo. Esta implicación es la falacia fundamental de la crítica im- Bretaña fue definida, por ejemplo, en un acto del Parlamento en
presionista. Toda experiencia, aun la que contiene una conclu- 1825. Es un continente de diez libras de peso de agua destilada,
sión debida a un largo proceso de investigación y reflexiún, existe pesada en el aire, cuando el barómetro está a treinta pulgadas y el
en un «momento dado«. Inferir de este hecho que su impo1tancia y termómetro Fahrenheit a sesenta y dos grados.
validez son asuntos del n101nento pasajero, es reducir toda expe- Éstas son las características de un estándar. Es una cosa física
riencia a un caleidoscopio movedizo de incidentes sin sentido. particular que existe bajo ciertas condiciones físicas específicas;
Además, la comparación de la actitud de un crítico frente a la no es un valor. La yarda es un palo y el metro es una barra deposi-
ohra de arte con la del artista frente a su asunto, resulta fatal para tada en París. En segundo lugar, los estándares son medidas de
la teoría ünpresionista. Porque la in1presión del a11istano consiste en cosas definidas, de longitudes, pesos, capacidades. Las cosas n1c-
in1presiones; consiste en un material objetivo elaborado por medio didas no son valores, aun cuando es de gran valor social que sea-
de la visión imaginativa. El asunto está cargado de los significados mos capaces de medirlas, puesto que las propiedades de las cosas
que resultan del intercambio con el mundo común. El artista en la respecto a la talla, volutnen, peso, son itnportantes para el cambio
más libre expresión de sus propia.s respuestas, está bajo fuertes cotn- comercial. Finalmente, cotno norn1as de medida, los estándares
pulsiones objetivas. La dificultad de gran parte de la crítica, sin la eti- definen a las cosas respecto a la cantidad. Ser capaz de medir can-
queta impresionista, es que el crítico no ton1a una actitud frente a la tidades es una gran ayuda para pronunciar juicios, pero no es en
obra criticada semejante a la que el artista ton1a frente a las «itnprc- sí rnisma un 1nodo de juicio, siendo el est~índar una cosa externa y
siones que ha recibido del mundo•. El crítico puede caer en impro- pública, que se aplica físicamente. El metro se pone físicamente
piedades y dichos arbitrarios mucho más pronto que el artista. Todo sobre las cosas que se rni<lcn para determinar su longitud.
desajuste entre el artista y su asunto es rápidamente percibido por el Por consiguiente, cuando la palabra «estándar»se usa respecto
ojo y el oído, mientras que un desajuste similar en el terreno de la crí- al juicio <le obras de arte, sólo produce confusión, a n1enos que
tica puede, más fácilmente, pasar desapercibido. La tendencia del advirtamos la diferencia radical en el significado que aquí se da al
crítico a permanecer en un mundo aparte es muy grande en todos estándar respecto a los estándares de medida. El crítico realmente
los casos, sin que la sancione ninguna teoría especial. juzga, no mide un hecho t\sico. Se ocupa de algo individual, no
Si no fuera por los desatinos de la crítica judicial, desatinos comparativo, con10 toda medida. Su asunto es cualitativo, no cuan-
que proceden de la teoría que sostiene, difícilmente se hubiera titativo. No existe ninguna cosa externa y pública, definida por la
producido la reacción de la teoría impresionista. Como la primera ley, que sea la misma para todas las transacciones, y que pueda ser
establece nociones falsas de los valores y normas objetivos (están- aplicada físicamente. Cuando un niño puede usar un metro, puede
dares) fue fácil al crítico impresionista alegar que no hay en abso- medir como la persona 1nás experünentada y n1adura, puesto que
luto valores objetivos. Como la primera adopta virtualmente una 1ne<lirno es un juicio, sino una operación física ejecutada para de-
concepción de las normas (estándares) externas, que se deriva del terminar un valor de cambio o para ayudar a alguna operación físi-
uso práctico de las normas legalmente definidas, la última afirma ca posterior, con10 el carpintero que n1ide las tablas con que cons-
que no hay criterios de ninguna especie. En su significación preci- truye. No se puede decir lo mismo del juicio del valor de una idea,
sa, una norn1a externa (estándar) no es ambigua, sino una medida o del valor de una obra de arte.
cuantitativa. El metro, como unidad de longitud, el litro, como En vittud de que los críticos no se dan cuenta de la diferencia
medida de una capacidad líquida, son precisas en lo posible me- entre lo que significa un estándar aplicado a la medición y uno
diante definiciones legales. La norma de medida líquida para Gran usado en el juicio o la crítica, Mr. Grudin puede decir de un críti-

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co que cree en un estándar fijo para las obras de arte: «su proce- finitivamente sobre el «valor" total del objeto. Si así lo hace, su pro-
dimiento es ir de excursión en busca de palabras y nociones para nunciación será más inteligente que de otro modo, en virtud de
apoyar sus demandas, donde quiera que las pueda encontrar; y que su estimación perceptiva ha sido convenientemente instruida.
tiene que atenerse a los significados que encuentra en las rarezas Sin embargo, cuando resume su juicio del objeto, si es prudente,
y los fines pertenecientes a varios campos y que reúne en una debe hacerlo de manera que sea un sumario del resultado de su
pésima doctrina crítica«. Y esto, añade con severidad, aunque no examen objetivo. Se dará cuenta de que su aserción de «bueno« o
demasiada, es el procedimiento usual seguido por los críticos li- ,,malo« en este o aquel grado es algo cuya bondad o maldad debe
terarios. ser verificada por otras personas en su comercio perceptivo direc-
No obstante, de la ausencia de un objeto exterior determina- to con el objeto. Su crítica aparece como un documento social y
do, uniforme y público, no se sigue que la crítica objetiva de arte puede ser comprobada por otras personas que disponen del mis-
sea imposible, sino que la crítica es juicio y que, como todo jui- 1no material objetivo. Por lo tanto, si el crítico es sabio, incluso
cio, implica una aventura, un elemento hipotético que se aplica a para pronunciarse acerca de lo bueno y lo malo, de lo grande y lo
las cualidades de un objeto, y se ocupa de un objeto individual pequeño en valor, pondrá más énfasis en los rasgos objetivos que
que no se presta a comparaciones con cosas diferentes, mediante sostienen su juicio que en los valores, en el sentido de excelencia
una regla externa preestablecida. El crítico se revela a sí mismo o pohreza. Entonces su revisión puede ser un auxilio para otros
en su crítica por los elementos de aventura que despliega. Vaga en la experiencia directa, co1no el inforn1c sohre un país ayuda al
en otro campo y confunde los valores, cuando se aparta del obje- que viaja a través de él, mientras que los dictados sobre el valor li-
to que está juzgando. En ninguna parte son tan odiosas las com- mitan la experiencia personal.
paraciones como en las bellas artes. Si no hay estándares para las obras de arte y, por lo tanto,
Se dice que la estimación se hace respecto a los valores, y se para la crítica (en el sentido en que hay estándares para la medi-
supone corrienten1cnte que la crítica es un proceso de valoración. ciún), hay, sin embargo, criterios de juicio, de manera que la crí-
Por supuesto, hay verdad en esta concepción. No obstante, en la tica no cae en el terreno del n1ero itnpresionisn10. La discusión de
interpretaci(m corriente dicha verdad va acompañada por un cú- la forma en relación con la materia, del significado del medio en
mulo de equívocos. Después de todo, nos ocupamos de los valo- el arte, de la naturaleza del objeto expresivo, ha sido un intento
res de un poe1na, una pieza de teatro, una pintura. Nos <la1nos del autor para descubrir alguno de estos criterios. No obstante,
cuenta de ellos como cualidades-en-relaciones-cualitativas. No las tales criterios no son reglas o prescripciones, sino el resultado de
categorizamos como valores. Podemos declarar que una pieza de una aspiración a descubrir lo que es una obra de arte en la expe-
teatro es bella o «un asco«. Sin embargo, si llamamos valorar a tal riencia: el tipo de experiencia que la constituye. Las conclusiones
caracterización directa, entonces la crítica no es valorar, sino una hasta donde son válidas se usan como instrumentos de la expe-
cosa muy diferente de una jaculatoria directa. La crítica es una in- riencia personal, no como dictados sobre lo que debe ser la acti-
vestigación de las propiedades del objeto, que puedan justificar la tud de todos. Si exponemos lo que una obra de arte es como ex-
reacción directa. Y, sin en1bargo, si la búsqueda es sincera y posee periencia, las experiencias particulares de obras particulares de
información, no se ocupa de valores, sino de las propiedades ob- arte pueden ser más pertinentes al objeto experimentado, más
jetivas del objeto considerado; si es una pintura, se ocupa de sus conscientes de su propio contenido e intención. Esto es todo lo
colores, luces, colocaciones, volú1nenes en sus mutuas relaciones. que puede hacer cualquier criterio; y si estas conclusiones resul-
Es una inspección. El crítico, al final, puede o no pronunciarse de- taran insuficientes, deberíamos entonces establecer mejores crite-

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rios cxa1ninando mejor la naturaleza de las obras de arte en gene- ele arte. El crítico permanecerá fuera de ella. Sin embargo, a me-
ral como modos de la experiencia humana. nos que el afecto esté informado por la intuición que produce
una experiencia rica y plena, el juicio será unilateral y no se ele-
vará sobre el nivel de un sentimentalismo rebosante. El saber
La crítica es juicio. El 111aterial dd que surge d juicio, es la debe ser el combustible del interés ardiente, porque en el campo
obra, el objeto, pero se trata de este objeto en la medida en que del arte este interés informado significa para el crítico familiari-
interviene en la experiencia del crítico por interacción con su dad con la tradición de su arte particular; una familiaridad que es
propia sensibilidad. su conocimiento y su caudal de experiencias 1nás que conocimiento sobre él, puesto que se deriva de la inti-
pasadas. Por consiguiente, en lo que respecta a su contenido, los midad personal con los objetos que han formado la tradición. En
juicios variarán con el n1aterial concreto, que los debe sostener si este sentido la familiaridad con las obras maestras, y con las que
la crítica es pertinente y válida. Sin e,nbargo, los juicios tienen lo son menos, es una ,,piedra de toque" de la sensibilidad, a un
una for111acrnnún, porque todos desempeñan ciertas funciones. cuando no una dictadora de las estimaciones. Porque las obras
Estas funciones son la discritninación y la unificación. El juicio maestras sólo pueden ser estitna<las crítica1nente cuando se colo-
tiene que producir una conciencia más clara de las partes consti- can en la tradición a la que pertenecen.
tuyentes y descubrir hasta dónde son coherentes al relacionarse No hay arte en el que haya solamente una única tradicié,n. El
para fonnar un todo. La teoría da los notnhres de análisis y sínte- crítico 4ue no se Ja cuenta íntima111ente de las tradiciones es litni-
sis a la ejecución de estas funciones. Éstas no pueden separarse, tado y sus críticas serán unilaterales hasta la deformación. Las crí-
porque el análisis es el descubrimiento de la parte como parte de ticas de la pintura postimpresionista que se han citado, vienen de
un todo; de los detalles y particularid;1des como pertenecientes a personas que pensaban ser expertas en virtud de una iniciación
la situación total, al universo del discurso. Esta operación es lo exclusiva en una sola tradición. En las artes plásticas hay la tradi-
opuesto a la fragmentación o disecciún, aun cuando se requiere ción del a11e negro, del persa, del egipcio, del chino y del japonés,
algo de esto, para hacer posible el juicio. No pueden darse reglas así con10 las tradiciones del arte florentino y veneciano, para men-
para ejecutar un acto tan delicado como la determinación de las cionar algunas sobresalientes. Es por la falta del sentido de la va-
partes significativas, y de sus lugares y pesos respectivos en el riedad de tradiciones por lo que la actitud de diferentes períodos
todo. Ésta es quizá la rnzón de que las disertaciones escolares so- frente a las obras de arte parece venir por esas inestables variacio-
bre literatura sean a 1nenudo sitnples enu1neraciones escolásticas nes de las modas: la sobreestimación de Rafael y de la escuela ro-
de minucias, y las llamadas críticas de pintura sean semejantes a mana, por ejemplo, a expensas de Tintoretto y del Greco antes en
los análisis de los manuscritos por los expertos. boga. La mayor parte de las controversias interminables y estériles
El juicio analítico es una prueba para la mente del crítico, de los críticos que se adhieren exclusiva1nente al «clasicismo,, o al
puesto que la mente, co1no organización en percepciones de sig- ,,romanticismo", tienen la misma fuente. En el campo del arte hay
nificados que se derivan de interca1nbios previos con los objetos, muchas mansiones que los artistas han construido.
es el órgano de la discriminación. Por lo tanto, la salvaguardia del A través del conocin1iento de cierta variedad de condiciones,
crítico es un ardiente interés hien informado. Digo «ardiente» por- el crítico se da cuenta de la gran variedad de materiales que se pue-
que sin sensibilidad natural en relaciún con un intenso gusto por den usar (puesto que se han usado) en el arte. Se salva del juicio rét-
ciertos asuntos, aun cuando el crítico tenga un an1plio saber, será pido de que esta o aquella obra es deficiente est(·ticanrente porque
tan frío que su corazón no tendrá ocasión de penetrar en la obra es de una materia no acostutnbrada y cuando revisa una obra cuya

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materia no tiene un precedente conocido, tendrá la prudencia de ra de sus obras. La posesión de esta con1prensión ensancha y re-
no condenarla precipitadamente. Puesto que la forma está siempre fina la base sin la cual el juicio es ciego y arbitrario. Las palabras
integrada a la materia, apreciará también, si .su propia experiencia de Cézanne sobre la relaciún de los ejemplares ele la tradiciún
es genuinamente estética, la multitud de formas especiales que con el artista son aplicables al crítico.
existen y evitará identificar la forma por excelencia con alguna téc-
nica que él haya dado en preferir. En suma, no solamente ampliará El estudio de los venecianos, especialmente de Tintoretto, nos
coloca en una constante búsquecJa de los medios de expresión,
su base y su bagaje general, sino que se familiarizará, hasta la satu-
que seguramente nos conducirá a experimentar en la naturaleza
ración, con una cuestión más fun<la1nental, las condiciones bajo las
nuestros propios medios expresivos[. .. ] El Louvre es un buen libro
cuales el tema de diversos modos de experiencia marcha a su cum- de consulta, pero sólo un intermediario. La diversidad de las esce-
plimiento. Y este movimiento constituye el contenido accesihle, nas de la naturaleza es realmente un estudio prodigioso que em-
objetivo y público de todas las obras de arte. prender [...] El Louvre es un libro donde aprendemos a leer. Sin
El conocimiento de muchas tradiciones no es ene1nigo de la embargo, no nos contentaríamos conservando la fónnula de nues-
discriminación. Así como he hablado mucho de condenas pro- tros ilustres predecesores. Dejémoslos para estudiar a la hermosa
nunciadas por la crítica judicial, sería fácil citar un igual número naturaleza y tratar de expresarla de acuerdo con nuestro tempera-
de desatinos egregios en elogios fuera de lugar. La ausencia ele mento personal. El tiempo y la reflexión modifican gradualmente la
familiaridad simpática con ciertas tradiciones, predispone al críti- visión, y al fin llega la comprensión.
co a apreciar las obras de arte académicas siempre que estén he-
chas con una facilidad técnica excelente. La pintura italiana del Si cambiáramos los ténninos necesarios, quedaría manifiesto
siglo XVII fue recibida con una aclamación que estaba lejos de el procedimiento del crítico.
merecer, simplemente porque llevaba al extremo, con habilidad El crítico y el artista tienen igualmente sus predilecciones. Hay
técnica, factores que el primitivo arte italiano había manteni- unos aspectos ele la naturaleza y de la vida que son duros y otros
do dentro <le sus lírnites. El conocimiento de una amplia serie de blandos; unos austeros e incluso descoloridos, y otros que tienen
tradiciones es una condición para la discriminación exacta y seve- un encanto atractivo; unos son excitantes y otros apaciguan. y así
ra. Porque s6lo por medio de tal conocimiento puede el crítico sucesivamente casi hasta el infinito. Muchas escuelas de arte exhi-
descubrir la intención de un artista y la adecuación de su ejecu- ben una tendencia en una dirección u otra, entonces algún modo
ción. La historia de la crítica está llena de cargos lanzados por des- original de visión capta la tendencia y la lleva hasta su límite. Se
cuido y capricho, que no se habrían hecho si hubiera habido un co- puede ver, por ejemplo, el contraste entre lo ,,abstracto,, y lo ,,con-
nocimiento adecuado de las tradiciones, y está lleno ele elogios creto», es decir, el rnás familiar. Algunos artistas trabajan por una
para obras que no tienen más mérito que el uso hábil de materiales. extrema simplificación, sintiendo que la complejidad interna con-
En 1nuchos ca.sos, la discriminación de un crítico tiene que duce a una superfluidad que distrae la atención; para otros, el pro-
acompañarse del conocimiento del desarrollo de un artista, como blema es la multiplicación de las especificaciones internas hasta un
se manifiesta en la sucesión de sus obras. Sólo raras veces puede grado extremo coherente con la organización.· 1 Ta111hiénse puede
ser criticado un artista por un solo espécimen de su actividad. Tal ver la diferencia entre la aproximación franca y abierta y la indirec-
incapacidad no se debe solamente a que incluso Homero a veces
flaquea, sino a que la comprensión de la l6gica del desarrollo de 4. Mienrras que los dos ejemrlos de arte anim:11 son da<los prim:iri:1mcntc rara Sl'-

un artista es necesaria para discritninar su intención en cualquie- füilar l,1natmalcza de· la •l'Sl'nci:i, l'O darte, también ejemplifican es!os do,; métodos

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ta y alusiva a una materia vaga, que lleva el nombre <le simbolismo, producir un todo integral. A veces los mejores críticos sustituyen
Hay artistas que tienden hacia lo que Thomas Mann llama lo oscu- con una obra <le arte propia la que están tratando, El resultado
ro y lo muerto y otros que se deleitan con la luz y el aire, puede ser arte, pero no es crítica. La unidad que traza el crítico
No es necesario decir que toda <lirecciún tiene dificultades y dehc estar en la obra de arte como su característica. Esta afinna-
peligros que aumentan al aproxin1arse a su lítnite. Lo simbólico ción no significa que haya sólo una idea o fonna unificadora en
puede perderse en la ininteligibilidad y el método directo en lo una obra <le arte, Hay muchas, en proporción a la riqueza del oh-
banal. El n1étodo «concreto» tennina en una n1era ilustración y el jeto en cu~stión. Lo que se quiere decir es que el crítico debe cap-
«abstracto» en un ejercicio científico, y así sucesiva1nente. Sin e1n- tar alguna tensión o 1nodo que está ahí reahnente y extraerlo con
bargo, cada uno se justifica cuando la materia y la forma alcanzan tal claridad que el lector tenga una nueva clave y guía en su pro-
el equilibrio, El peligro es que el crítico, guiado por su personal pia experiencia.
predilección o más a menudo por un convencionalismo de parti- Una pintura puede unificarse mediante relaciones de luz, <le
do, tome algún proceditniento corno criterio <le juicio y condene planos, de color estructuralmente empleado, y un poema median-
toda desviación de él con10 apartan1iento del arte rni.stno. Enton- te una cualidad predominante lírica o c.lra1nática.Una y la n1isma
ces falla el punto central <le todo arte, la unidad <le forma y mate- obra de a1te presenta diferentes aspectos y diferentes facetas a di-
ria, y falla porque carece <le la adecuada simpatía -por su unila- ferentes ohserva<lores, como un escultor puede ver diferentes fi-
teralidad natural y adquirida-, hacia la inmensa variedad de guras implícitas en un bloque de piedra. Un 111odode unificación
interacciones entre la criatura viviente y su 111undo. de parte del crítico es tan legítimo como otro, siempre que llenen
Hay una fase unificadora del juicio, así como tan1hién una dis- <los condiciones, Una de ellas es que el tema y aspecto que elige
criminadora, conocidas técnicamente con10 síntesis distinta del aná- el interés esté realmente presente en la obra y la otra es la exhihi-
lisis. Esta fase unificadora aún más que la analítica, es una función ción concreta de esta condición suprerna: la tesis directiva debe
de la respuesta creadora del individuo que juzga. Es la intuición, No mantenerse coherentemente a través <le todas las partes de la obra,
hay reglas que dar para su práctica. En este punto es donde la crítica Goethe, por ejemplo, ofreció una manifestación notable <le
se convierte en un arte, o 1nejor, en un mecanismo operado por pre- crítica ,,sintética,, en su descripción del carácter de Hamlet, Su
ceptos <le acuerdo con un patrón previo, El análisis y la discrimina- concepción del carácter esencial de Hamlet ha permitido a mu-
ción deben <lesetnbocar en la unificación, porque para ser una ma- chos lectores ver en la obra cosas que de otro 1nodo hubieran es-
nifestación del juicio debe distinguir el peso y la función de las capado a su atención, ha servido como un hilo, o 1nás hien como
particularidades y partes en la fonnacié,n <le una experiencia inte- una fuerza centralizadora. Sin embargo, su concepción no es la
gral, Sin un punto de vista unificador hasa<lo en la forma objetiva de única manera de enfocar los elementos <le la ohra, Los que vio
una ohra <le arte, la crítica termina en la enumeración de detalles, El E<lwin Booth en su boceto del carácter, pueden bien alejar la
crítico actúa a la 1nanera de Rohinson Crusoe cuando se sienta y idea <le que la clave de Hamlet, como ser humano, se encuentra
hace una lista del debe y el haber <le sus aventuras y dificultades, El en las líneas dichas a Guildenstem después de que éste no ha po-
crítico apunta las censuras y los méritos y luego hace el balance, dido tocar una flauta,
Puesto que el objeto es un todo integral si es una obra <le arte, tal
método es tan aburrido como irrelevante. ¡Miraqué cosa tan indigna has hecho de mí! Podrías tocar algo
Que el crítico deba descubrir algún aspecto o modelo unifica- sobre mí, podría parecer que conoces mis fines, podrías arrancar el
dor, que está en todos los detalles, no significa que deba él mismo corazón de mi misterio, podrías hacerme sonar desde mi nota más

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baja hasta la cima de mi compás; y hay mucha música, una voz ex- Factores que pueden --o no-- haber desempeñado parte en la ge-
celente en este pequen.o órgano, pero no puedes hacerlo hablar. neración causal de una ohra de arte, son tratados como si «explica-
¡Ah!,¿tú piensas que es más fácil tocarme a mí que a una flauta? rcm»el contenido estético de la obra de arte misma. Sin embargo,
ésta es lo que es, ya sea que una fijación paterna o 111aterna, o una
Es costumbre tratar el juicio y las falacias en íntima conexión. referencia especial a las susceptibilidades de una esposa, entren
Las dos grandes falacias de la crítica estética son la reducción, y la en su producción. Si los factores mencionados .son reales y no es-
confusión <le categorías. La falacia reductiva proviene de la exce- peculativos, son relevantes quizás para la biografía, pero comple-
siva simplificación. Se produce cuando algún elemento constitu- tamente impertinentes respecto al carácter ele la obra misma. Si
yente de la obra de arte se aísla y, entonces, el tocio se reduce a los ésta tiene defectos, son faltas que deben descubrirse en la cons-
términos de este simple elemento aislado. Algunos ejemplos ge- trucci(m del objeto mismo. Si un complejo de Edipo es parte de la
nerales de esta falacia se han considerado en capítulos anteriores: obra de arte, puede ser descubierto por sí mismo. No obstante, la
por ejemplo, en el aislamiento de la cualidad sensible, como el co- crítica psicoanalítica no e.s la única especie que cae dentro de esta
lor y el tono, de sus relaciones; el aislamiento del elemento pura- falacia, que comparece siempre que algún evento ocasional en la
mente formal; o bien cuando una obra de arte se reduce a los va- vida del artista, algún incidente biográfico, se ton1a como si fuera
lores exclusivamente representativos. El rnis1no principio se una especie de sustituto para apreciar el poctna resultante."
aplica cuando se ton1a a la técnica separadamente de su conexiún La otra forma principal en que prevalece este tipo de falacia
con la forn1a. Un ejemplo n1ás específico se encuentra en la crítica reductiva es la llamada crítica sociológica. 1he House cf Seven
hecha desde el punto ele vista histórico, político o económico. No Gahles de Ha wthome, Walden de Thoreau, los Ensayos ele Emer-
cabe duda de que el medio cultural está dentro y fuera de las son, Huckleherry Finn de Mark Twain, tienen una relación indu-
ohras de arte. Interviene como constituyente genuino, y su reco- dable con los entornos respectivos en que se produjeron. La in-
nocimiento es parte de una discriminación justa. La suntuosidad formación histórica y cultural puede arrojar luz sobre las causas
de la aristocracia veneciana y la riqueza comercial son constitu- de su producción, pero cuando todo esto está dicho y hecho,
yentes genuinos de la pintura de Tiziano. Con todo, la falacia ele cada obra es sólo lo que es artístican1ente, y sus méritos y derné-
reducir sus pinturas a documentos económicos, co1110lo oí una ritos estéticos están dentro de ella. El conocimiento de las condi-
vez de un guía ,,proletario» en el Ermitage de Leningrado, es dema- ciones sociales de producción, cuando es conocimiento reahnen-
siado evidente para requerir una menci(ln, si no fuera porque es te, tiene un valor genuino. Sin e1nbargo, no es un sustituto para la
un caso que a 111enudo sucede, en modos tan sutiles que no .son comprensi(m del objeto en sus propias cualidades y relaciones.
fücilmente perceptibles. Por otro lado, la simplicidad y austeridad El dolor de cabeza, el cansancio de los ojos, la indigestión, pue-
religiosas de las estatuas y pinturas francesas del siglo xn, que pro- den haber desempeñado parte en la producción de algunas obras
vienen de su medio cultural, son consideradas, independiente- de literatura; pueden aún dar cuenta, desde el punto de vista cau-
mente de las cualidades estrictamente plásticas de los objetos en sal, de algunas de las cualidades de la literatura producida, pero
cuestión, co1no sus cualidades estéticas esenciales. el conocimiento de ellas debe considerarse parte del conocimien-
Una forma más extrema de la falacia reductiva existe cuando to médico ele las causas y efectos, no del juicio de lo producido,
las obras de arte son "explicadas" o "interpretadas" basándose en
'1. Martín Schuetze. en sus Academic Jl/usio11s, tfa ejcrnplm, detallados pertinentes a
los factores que están incidentalmente dentro de ellas. La mayor esta clase de falacia y lo:-.-muestra corno el caudal cirt11lante de rod;1,<;las escuebs de inter-
parte de la llamada "<Títica»psicoanalítica es de esta naturaleza. prel:ll'i{in estética

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aun cuando su conocin1iento induzca una especie de piedad 1no- los críticos corno los teóricos son dados a intentar traducir lo ca-
ral hacia el autor, que de otro 1nodo no hubiéramos cornpattido. racterísticamente estético en términos de algún otro tipo de expe-
Así llegarnos a la otra gran falacia del juicio estético que, en riencia. La forn1a más co111únde esta falacia es sostener que el ar-
verdad, se mezcla con la falacia reductiva: la confusión de catego- tista co1nienza a trabajar con un material que ya tiene un estado
rías. El historiador, el fisiólogo, el biógrafo y d psicólogo tienen reconocido, moral, filosófico, histórico o lo que sea, y que luego
sus propios problen1as y sus propias concepciones directivas que lo hace más paladeable sazonándolo emocionalmente y adornán-
controlan las investigaciones que e111prenden. Las obras de arte dolo con la in1aginación. Se trata a la obra de arte co1no si fuera
los proveen de datos apropiados para la prosecución de sus in- una reedición de valores ya corrientes en otros campos de la ex-
vestigaciones especiales. El historiador de la vida griega no puede periencia.
construir su relación de la vida griega si no es tornando en cuenta No puede haber duda, por ejemplo, de que los valores reli-
los tnonurnentos del arte griego; son tnn adecuados y tan precio- giosos han ejercido una influencia sobre el arte, casi incompa-
sos para su propósito, co1no las instituciones políticas de Atenas y rable. Por un largo período en la historia europea, las leyendas
Esparta. Las interpretaciones filosóficas de las artes proporciona- hebreas y cristianas fonnan el tnaterial de todas las artes. Sin e111-
das por Plat(m y Aristóteles son documentos indispensables para hargo, este hecho por sí mismo no nos dice nada sobre los valores
el historiador de la vida intelectual de Atenas. No obstante, el jui- característicamente estéticos. La pintura bizantina, rusa, gótica e
cio histórico no es juicio estético. Hay categorías -es decir, con- italiana pritnitiva, es toda igualn1cnte «religiosa». No obstante, cada
cepciones que controlan la investigación- apropiadas a la histo- una tiene sus propias cualidades estéticas. Sin duda que las dife-
ria y sólo producen confusi{m cuando se usan para controlar la rentes formas están conectadas con las diferencias <le pensa1nicn-
investigación en el arte, que también tiene sus propias ideas. to y práctica religiosos, pero estética1nente la influencia de la for-
Lo que es cierto acerca de las referencias históricas, lo es tam- 1na en mosaico es una consideración 1nás pc1tinente. La cuestión
bién acerca de otros 1nodos de tratar el arte. Existen aspectos rnate- que se implica es relativa a la diferencia entre d material y la ma-
tnáticos de la escultura y la pintura, así como de la arquitectura. Jay teria a que nos hemos referido frecuentemente en discusiones an-
Hambidge ha escrito un tratado sobre las 111atemáticas de los vasos teriores. El 1nedio y el efecto son las cuestiones in1portantes. Por
griegos. Se ha escrito una obra ingeniosa sobre los ele1nentos n1ate- esta razón obras de arte recientes que no tienen contenido religio-
rnáticamente formales de la poesía. El biógrafo de Goethe o Mdville so producen un profundo efecto religioso. Me imagino que el arte
iría a la deriva si no usara sus productos literarios, cuando construye majestuoso del Paraíso Perdido será más admitido y el poema
un retrato de sus vidas. Los procesos personales que acotnpail.aron será leído 1nás a1npliamente, cuando esas cuestiones específicas
la construcción de las obras de arte son datos preciosos para el estu- de teología protestante hayan caído en la indiferencia y el olvido.
dio de ciertos procesos mentales, con10 tan1bién d registro de los Y esta opinión no implica que la forma sea independiente de la
proceditnientos usados por los investigadores científicos) es signifi- materia, sino que la sustancia artfa'tica no es idéntica con el tema,
cativo para el estudio de las operaciones intelectuales. así co1no la fonna del Antiguo Marinero no es idéntica con la his-
La frase «confusión de categorías» suena de modo intelectua- toria que es su tema. La mise-en-scenede la representación de Mil-
lista. Su contrapartida práctica es la confusión de valores.<i Tanto ton sobre la acción dramática de las grandes fuerzas no es por ne-
cesidad estéticamente difícil, corno no lo es la de la 1/íada, para el
h. Hay un capítulo ....
ignifkativo con este título en La E.rperienciu E~téticu dr.: Hllcr-
lector moderno. Hay una diferencia profunda entre el vehículo de
mcyer. una obra de arte, el porteador intelectual mediante el cual un ar-

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tista recibe su asunto y lo transmite a su público inmediato, y la sente. Y funda1nentahnente, sus críticas son recetas morales.
materia y la forma de su obra. Puesto que los grandes poetas han tenido diferentes filosofías, la
La influencia directa de lo científico sobre los valores artísticos aceptación de su punto de vista implica que si aprobamos la filo-
es mucho menor que la de la religión. Sería muy valiente el crítico sofía de Dante debemos condenar la poesía de Milton, y si acepta-
que afirmara que las cualidades artísticas de las obras de Dante o mos la de Lucrecio, debemos encontrar la poesía de los otros dos
de Milton resultan afectadas por su aceptaci(m de una cosmogonía terriblemente defectuosa. ¿Y sobre la base de alguna de estas filo-
que ya no tiene legitimidad científica. Pienso que Wordsworth ha- sofías, dónde colocamos a Goethe? Y, sin emhargo, éstos son
bló con verdad respecto al futuro cuando dijo que nuestros grandes poetas «filosóficos".
Definitivamente, toda confusión de valores procede de la mis-
l. ..] si la labor de los hombres de ciencia crea alguna vez alguna n:- ma fuente: desatender la significación intrínseca del medio. El uso
volución material directa o indirecta, en nuestra condición o en las de un medio particular, una lengua especial que tiene sus propias
impresiones que recibimos habitualmente, el Poeta no podrá que- características, es la fuente de todo arte, filosófico, científico, tec-
darse al margen como Ln d presente [.__] estará a su lado, llevando nológico y estético. Las artes de la ciencia y de la política, de la his-
la sensación a los objdos de la ciencia misma. Los descubrimientos toria, de la pintura y la poesía, tienen todos finalmente el mismo
más remotos del químico, del botánico o del geólogo serán objetos material; aquel que se constituye por la interacción de la criatura
tan propios para el arte del Poeta como cualquiera de los que em- viviente con su circunstancia. Difieren en los medios con los cua-
plea, si alguna vez llega la ("'poca en que estas cosas nos sean fami-
les transmiten y expresan su n1aterial) no en el material mismo.
liares, y las relaciones bajo las que las contemplan los seguidores
Cada uno transforma alguna fase de la materia prima de la expe-
de las ciencias respectivas, lleguen a ser manifiesta y palpablemen-
te tan materiales para nosotros corno los seres que gozan y sufren.
riencia en nuevos objetos, de acuerdo con su propósito, y cada
propósito demanda un medio particular para su ejecución. La cien-
Con todo, la poesía no será a este respecto una popularización cia usa el medio adaptado al propósito del control y la predicción,
de la ciencia, ni serán sus valores característicos los de la ciencia. del aumento del poder; es un arte. 7 Bajo condiciones particulares
Hay críticos que confunden los valores estéticos con los valo- su materia puede también ser estética. Siendo el propósito del arte
res filosóficos, especialmente con los establecidos por los filóso- estético la exaltación de la experiencia directa misma, usa el medio
fos moralistas. T. S. Eliot, por ejemplo, dice que "la más verdadera adecuado para el cumplimiento de ese fin. El equipo necesario del
filosofía es el mejor material para el más grande de los poetas", e crítico es, pri1nero, tener la experiencia y luego manifestar sus ele-
implica que el poeta hace más accesible el contenido filosófico. mentos constitutivos en términos del medio usado. El fracaso en
añadiéndole cualidades sensibles y emocionales. Lo que sea la .,fi_ cualquiera de estos aspectos produce inevitablemente una confu-
losofía tnás verdadera» es una cuestión en disputa, pero los críti- sión de valores. Tratar a la poesía como si una filosofía, aun una
cos de esta escuela no carecen, sobre este punto, de convicciones "verdadera" filosofía, fuera su material específico, sería como supo-
definidas, por no decir dogmáticas. Sin ninguna competencia par- ner que la literatura tiene como material a la gramática.
ticular y especial en el pensamiento filosófico, están dispuestos a Un artista puede, naturalmente, teneruna filosofía y esta filo-
pronunciar juicios ex cathedra, porque son los representantes de sofía puede influir en su trabajo artístico. Como su medio son las
alguna concepción de la relación del hombre con el universo, que
floreciú en alguna época pasada. Consideran su restauración 7. Éstl:' es d punto (Jlll' yo he subrayado en Questfr;r Cl'rlai11zr, capítulo l\'. (Tr:id.
como esencial a la rcdenci(m de la sociedad de su mal estado pre- cast.: La busca de la certeza, M('xico, F.C.E., 1952.)

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palabras, que son ya el producto del arte social y están ya carga- sólo la razón puede concebir más allá de la experiencia. Hay una
das con significados morales, el literato recibe más a menudo la filosofía que sostiene que la naturaleza y la vida ofrecen en su
influencia <le una filosofía, que los attistas que trabajan con un plenitud muchos significados, y son capaces de muchas traduc-
medio plástico. Santayana es un poeta que es ta1nhién filósofo y ciones mediante la in1aginaciún. A pesar de los logros y la digni-
crítico. Además, ha enunciado el criterio que emplea en la crítica, dad de los grandes sistemas históricos de la filosofía, un artista
y el criterio es precisamente lo que 1nuchos críticos no enuncian puede sentirse repelido instintivatnente por la constricción que
y aparentemente no advierten. De Shakespeare dice: «[...] el cos- se le impone al aceptar algún sistema, ¿por qué no aceptar, con
tnos le elude, no parece sentir la necesidad de construir esa idea. Shakespeare, el sistema libre y variado <le la naturaleza misma tal
Pinta la vida humana en toda su riqueza y variedad, pero deja esa co1no trabaja y se n1ueve en la experiencia, en 1nuchas y diversas
vida sin un marco, en consecuencia, sin un significado". Puesto organizaciones de valor? Con1parac.la con el 1novüniento y ca1n-
que las diversas escenas y caracteres presentadas por Shakespea- bio <le la naturaleza, la forma que la "razón" prescribe según se
re tienen cada una su propio marco, el pasaje evidenten1ente itn- dice, puede ser la de una tradición particular, síntesis prematura
plica la falta de un tnarco particular. a saber, el marco cúsmico to- y unilateral en función e.le un solo y estrecho aspecto de la expe-
tal. Lo que supone esta ausencia no es una cuestión abierta a la riencia. El arte que tiene fe en las múltiples potencialidades <le la
conjetura; al contrario, está claramente enunciada. «No hay una organización, que centraliza la tnultitud de intereses y propósitos
concepciónjijade ninguna fuerza, natural o moral, que domine y que ofrece la naturaleza -y así fue el arte de Shakespeare-
trw,;cienda nuestras energías n1ortales.» La queja de Santayana es puede tener no solan1ente una plenitud, sino una totalidad) y una
por falta de ,,totali<la<l»;y plenitud no es totalidad. ,,J.o que se re- sensatez ausente cJe la filosofía del enclaustramiento, la trascen-
quiere para la totalidad teórica no es este o aquel sistema deter- dencia y la fijeza. La cuestión para el crítico es la adecuación de
tninado, sino algún sistema.» la fonna a la 1nateria, y no la presencia o ausencia de alguna for-
En contraste con Shakespeare, I101nero y Dante, tenían una ma pat1icular. El valor de la experiencia no está sólo en los idea-
fe que "ha envuelto al mundo de la experiencia en un mundo <le les que n,vela, sino en su poder para descubrir muchos ideales,
imaginación en que los ideales de la razón, <le la fantasía y <lel un poder rnás original y 1nás significativo que ningún ideal reve-
corazún, tienen una expresión natural». (La cursiva es mía.) Su lado, puesto que los incluye en su marcha, los destroza y los
punto de vista filosófico está quizá 111ejorrcsun1ido en una frase vuelve a hacer. Se puede invertir la afirmación y decir que el va-
que escrihe en una crítica sobre Bnn:vning: «el valor de la expe- lor de los ideales radica en las experiencias a que conduce.
riencia no está en la experiencia, sino en los ideales que revela. Y
se dice de Bro\\.rning que su método es penetrar por silnpatía 1nás
bien que representar mediante la inteligencia», una frase que, po- llay un problema que el artista, el filósofo y el crítico deben
dríamos suponer, es una admirable descripción de un poeta dra- afrontar: la relación entre la permanencia y el cambio. La propen-
n1ático) n1ás que la crítica adversa que trata de ser. sión de la filosofía en su fase más ortodoxa en todas las épocas
Hay filosofías y filosofías, corno hay también críticas y críti- ha sido hacia lo que no cambia, y esta propensión ha afectado a
cas. Hay puntos <le vista desde los cuales Shakespeare tiene una los nlás serios críticos -quizá es esta propensión la que genera
filosofía más pertinente para la obra de cualquier artista, que la la crítica judicial-. Se pasa por alto que en el arte -y en la natu-
que sostiene que el ideal Lle la filosofía, se enclaustrar la experien- raleza hasta donde podemos juzgarla por medio del arte- la per-
cia y dominar su plenitud variada con un ideal trascendente que n1anencia es una función) una consecuencia de los cambios en

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las relaciones que mantienen entre sí, no un principio anteceden- el proceso inevitable, su misma autosuficiencia requiera al fin ma-
te. En el ensayo de Browning sobre Shelley se encuentra algo nifestar su afinidad con algo más alto- cuando los hechos positi-
que me parece se acerca, hasta donde la crítica puede acercarse, vos y en conflicto vuelvan a precipitarse bajo una ley que los anno-
a una justa enunciación de las relaciones entre lo unificado y lo nice [...] Se encontrará que toda la mala poesía en el mundo (la
«total••:entre lo variado y lo móvil. lo ,individual, y lo ,universal,, poesía reconocida, por sus afinidades) resulta de alguno de los in-
así que lo citaré extensamente. finitos grados de discrepancia entre los atributos del alma del poe-
ta, que ocasiona una falta de correspondencia entre su obra y las
variaciones de la naturaleza, y que genera una poesía falsa de cual-
Si lo subjetivo puede parecer el requerimiento último de toda quier manera, ya que muestra una cosa no como es para la huma-
época, lo objetivo en su sentido estricto, debe retener aún su valor nidad en general, ni como para el que la describe en particular,
original. Porque es con este mundo, como punto de partida y tam- sino como se supone que es para algún estado irreal y neutral, a
bién como hase, con el que habremos de ocuparnos siempre; el medio camino entre ambos y sin valor para ninguno, y que vive su
mundo no es para aprenderlo y hacerlo a un lado, sino para trastro- breve instante, simplemente por la indolencia del que lo acepta por
carlo y reaprenderlo. La comprensión espiritual puede sutilizarse su incapacidad para denunciar un fraude.
infinitamente, pero su materia prima debe pennanecer [...] Hubo
una época en la que la visión general absorbía, por <lecirlo así, la La naturaleza y la vida no manifiestan flujo, sino continuidad
totalidad de los fenómenos, ya fueran espirituales o materiak~s y
y la continuidad implica fuerzas y estructuras que permanecen a
deseaba saber más bien la significación exacta de lo que poseía an-
través del cambio; al menos cuando cambian lo hacen más lenta-
tes que obtener algún incremento de sus posesiones. Entonces te-
nía una oportunidad el poeta para dar una más alta visión que ele-
mente que los incidentes de la superficie, y son así relativamente
vara a sus prójimos con sus aprehensiones a medias hasta su constantes. No obstante, el cambio es inevitable aun cuando no
esfera, intensificando la importancia de los detalles y redondeando sea para lo mejor. Esto hay que reconocerlo. Además, los cam-
el significado universal. La influencia de tal logro no morirá pronto. bios no son graduales; culminan en mutaciones repentinas, en
Una tribu de sucesores (los Homéridas), trabajando más o menos transformaciones que a veces parecen revolucionarias, aun cuan-
con d mismo espíritu, conservan sus descubrimientos y refuerzan do en una perspectiva posterior toman su lugar en un desarrollo
su doctrina hasta que, de repente, se descubre que el mundo es lógico. Todas estas cosas valen para el arte. El crítico que no es
una totalidad que subsiste a la sombra de una realidad, en senti- tan sensitivo a los signos del cambio como a lo recurrente y dura-
mientos diluidos por las pasiones, en la tradición de un hecho, la dero, usa el criterio de la tradición sin entender su naturaleza y
convenci(m de una moral, la paja de la última cosecha. Entonces apela al pasado para obtener patrones y modelos, sin darse cuen-
viene el imperativo 4uL reclama la aparición de otro tipo de poeta,
ta de que todo pasado fue una vez el futuro inminente de su pa-
4uc im11LdiatamLntc remplace esta rumia intelectual de alimentos
sado y es ahora el pasado, no absolutamente, sino del cambio
deglutidos hace tiempo por una provisión de productos frescos y
vivientes; que obtenga una nueva sustancia rompiendo las totalida-
que constituye el presente.
des supuestas en fragmentos de valor independiente e inclasifica- Todo crítico como todo artista tiene una propensión, una
clo, sin importarle las leyes desconocidas para recombinados (será predilección que se liga con la existencia misma de la individua-
asunto de otro poeta sugerir esto después), pródigo de objetos lidad. Su tarea es convertirla en un órgano de percepción sensi-
para la visión externa del hombre, modelando para su uso una ble y de visión inteligente, sin por ello abdicar de su preferencia
creación nueva y diferente de esta última, a la que desplaza con el instintiva, de donde proviene la dirección y la sinceridad. Sin em-
derecho de lo vivo sobre lo muerto -para perdurar hasta que, en bargo, cuando permite que su modo especial y selectivo de res-

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puesta cristalice en un n1okle fijo, se torna incapaz de juzgar in- ción que causan aprobaciones, condenas, apreciaciones y clasifi-
cluso las cosas a las que le predispone su propensión. Porque to- caciones, es un signo de su incapacidad para aprehender y para
das las cosas deben verse en la perspectiva de un mundo multi- convertirse en un factor en el desarrollo de la experiencia perso-
forme y pleno que contiene una variedad infinita clC otras nal sincera. Sólo captamos la plena importancia de una obra de
cualidades atractivas y de otras maneras de respuesta. Aun los as- arte cuando reproduci1nos en nuestros propios procesos vitales
pectos sorprendentes del mundo en que vivimos son materiales los procesos del artista al producir la obra. Es el privilegio del crí-
para el arte cuando se encuentra la forma en que están expresa- tico participar en la promoción de estos procesos activos. Su con-
dos realmente. Una filosofía de la experiencia. profundamente dena es que muy a menudo los obstaculiza.
sensitiva a las innumerables interacciones que son 1nateria de la
experiencia, es la filosofía de la que el crítico puede obtener con
mayor seguridad su inspiración. ¿_Cómopodría un crítico tener de
otra manera esa sensibilidad para los 111ovitnientosvariados, que se
dirigen a la perfecci{m de diferentes experiencias totales, y que le
permiten orientar la percepción de otros hacia una apreciación
más plena y más ordenada de los contenidos objetivos de las
obras de arte?
Porque el juicio crítico no solamente proviene de la expe-
riencia del crítico sobre la materia objetiva, y su validez no de-
pende solamente de esto, sino que su función es precisamente
ahondar la vivencia de esa 1nis1na experiencia en otras personas.
Los juicios científicos no sólo producen un aun1ento del control,
sino que para los que los entienden, añaden significados 1nás an1-
plios a las cosas percibidas y consideradas en su diario contacto
con el mundo. La función de la crítica es la reeducación de la
percepción de las obras de arte, es un auxiliar en el proceso difí-
cil de aprender a ver y a oír. El concepto de que su función es
apreciar, juzgar, en un sentido legal y moral, obstruye la percep-
ción de los que están influidos por esta crítica. La función moral
de la crítica se realiza indirectamente. El individuo que obtiene
una experiencia amplia y acelerada es el que debe apreciar por sí
mismo. La manera de ayudarlo es mediante la expansión de su
propia experiencia con la obrd de arte de la cual es subsidiaria la
crítka. La función moral del arte es eliminar los prejuicios, apar~
tar las escalas que impiden ver, romper los velos de la rutina y la
costumbre, perfeccionar el poder de percibir. El oficio del crítico
es proseguir esta obra ejecutada por el objeto de arte. La obstruc-

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14. ARTE Y CIVILIZACIÓN

El arte es una cualidad que impregna una experiencia; no es,


salvo por una figura del lenguaje, la experiencia misma. La expe-
riencia estética es siempre más que estética. En ella un cuerpo de
materias y significados no estéticos por sí misn1os, se bucen estéti-
cos cuando tornan un 1novin1iento ordenado y rítmico hacia su
consun1ación. El material 1nismo es ampliamente hu1nano. Así
volvemos al tema del primer capítulo. El material de la experien-
cia estética en el ser humano -hutnano en conexión con la natu-
raleza de la que es una parte- es social. La experiencia estética es
una manifestación, un registro y una celebración de la vida de una
civilización, un medio de promover su desarrollo, y también el jui-
cio último sobre la cualidad de una civilización. Porque mientras
los individuos la producen y la gozan, esos individuos son lo que
son en el contenido de su experiencia, a causa de las culturas en
que participan.
La Carta Magna es considerada como el gran estabilizador po-
lítico de la civilización anglosajona. Aun así, ha operado por la
significación que le ha dado la imaginación, más bien que por su
contenido literal. En una civilización hay elementos transitorios y
elementos duraderos. Las fuerzas duraderas no están separadas;
son funciones de una multitud de incidentes que suceden cuando
aquéllas se organizan en los significados que fonnan los espíritus.
El arte es la gran fuerza que efectúa esta consolidación. Los indivi-
duos que poseen un espíritu pasan uno tras ele otro. Las obras que
han dado expresión objetiva a los significados, perduran. Se ha-
cen parte del ambiente, y la interacciém con esta fase del ambien- característicos de annas, tapetes, cobijas, canastas y jarros eran sig-
te es el eje de la continuidad en la vida ele la civilización. Las orde- nos ele la unión tribal. Ahora el antropólogo se detiene en el moti-
nanzas de la religiém y el poder de la ley son eficaces cuando se vo grabado en un bastón o pintado en una taza para determinar su
revisten ele pompa, de cligniclacl y majestad, que son la obra ele la origen. El rito y la ccretnonia, así co1no la leyenda, ligaban lo vivo
ünaginación. Si las costumbres sociales son más que modos exter- y lo n1uerto en una camaradería común. Eran estéticos) pero más
nos unifonnes de la acción, es porque están saturadas por la histo- que estéticos. Los ritos de lamentación expresaban más que la
ria y el significado trans1nitido. Todo arte es de alguna 1nanera un pena; las danzas guerreras y de la cosecha eran más que una acu-
1nedio de esta transn1isión, en tanto que sus productos no son par- mulaci(m de la energía para tareas que debían ejecutarse; la magia
te poco considerable de la materia saturada. era más que una 1nanera de dominar las fuerzas de la naturaleza,
,La gloria de Grecia y la grandeza de Roma, para muchos ele para hacer la ofrenda del hombre; las fiestas eran más que una sa-
nosotros, probablemente para tocios, excepto para el estudiante tisfaccié,n cid hambre. Cada uno de estos modos comunales de ac-
de historia, resume aquellas civilizaciones; gloria y grandeza son tividad unía lo práctico, lo social y lo educativo en un todo integral
estéticas. Para todos, excepto para el anticuario, el antiguo Egipto con forma estética. Introducían los valores sociales en la experien-
es sus monumentos, templos y literatura. La continuidad de la cul- cia, de la manera 1nás impresionante. Conectaban las cosas franca-
tura en el paso de una civilización a otra, así cotno dentro de la cul- mente importantes y francamente hechas con la vida sustancial ele
tura, está condicionada por el arte tnás que por cualquiera otra la comunidad. El arte estaba en ellas, porque estas actividades se
cosa. Troya vive para nosotros solamente en la poesía y en los ob- conformaban a las necesidades y condiciones de la n1ás intensa ex-
jetos de arte que se han recuperado ele sus ruinas. La civilización periencia, más prontamente e<nnprendida y recordada 1nás largo
minoana es ahora sus productos de arte. Los dioses y los ritos paga- tiempo. Pero eran más que arte, aun cuando su propiedad estética
nos pasaron y se han ido y, sin embargo, perduran en el incienso, era ubicua.
las luces. el vestuario y los días de fiesta del presente. Si el alfabeto En Atenas, que consideramos crnno el hogar por excelencia
posiblemente urdido para facilitar las transacciones comerciales no de la poesía épica y lírica, de las aites del drama, de la arquitectu-
se hubiera desarrollado como literatura sería aún una dotación téc- ra y la escultura, la idea del arte por el arte no se habría compren-
nica, Y nosotros podríamos vivir en una cultura apenas 1nás eleva- dido como ya he observado. La aspereza de Platém hacia Home-
da que la ele nuestros antepasados salvajes. Sin los ritos y ceremo- ro y Hesíodo, parece dura, pero eran los maestros morales del
mas de la pantomima y la danza, y del drama que se desarrolló a pueblo. Sus ataques a los poetas eran como los de algunos críti-
partir de ésta, de la danza, el canto y los instrumentos musicales cos del presente contra partes de las escrituras cristianas, por la
acompañantes. ele los utensilios y artículos de la vida diaria hechos mala influencia moral que se atribuye a ellas. La exigencia ele Pla-
de acuerdo con modelos, y estampados con las insignias de la vida tón de censurar la poesía y la 1núsica es un tributo a la influencia
cotnunal se1nejantes a los que se manifiestan en otras artes, los inci- social y aun política ejercida por aquellas artes. El drama se re-
dentes del pasado lejano estarían ahora hundidos en el olvido. presentaba en días santos y la asistencia tenía el carácter ele un
No pretendo aquí más que sugerir a graneles rasgos la función acto <le culto cívico. La arquitectura en todas sus fonnas significa-
de las artes en las más viejas civilizaciones. No obstante, las artes tivas era pública, no doméstica, 111ucho111enosconsagrada a la in-
con las cuales los pueblos primitivos conmemoraban y transn 1itían dustria, a la banca o al co1nercio.
~us costwnbres e instituciones, artes que eran comunales, .son las La decadencia del arte en el período alejandrino, su degene-
fuentes de las que se han desarrollado las bellas artes. Los modelos ración en pobres ilnitaciones de los 111odelos arcaicos, es un signo

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de la pérdida general de la conciencia cívica que acompañaba el artes. Así en 787 d. C., el segundo Concilio de Nicea oficialmente
eclipse de las ciudades-estado y la ascensión de un imperialismo ordenó lo siguiente: »La sustancia de las escenas religiosas no
cosmopolita. Las teorías sobre el arte y el cultivo de la gramática y queda a iniciativa de los artistas; se deriva de los principios esta-
la retórica sustituyeron a la creación. Y las teorías sobre el arte da- blecidos por la Iglesia católica y la tradición religiosa [...] Sólo el
ban prueba del gran cambio social que había tenido lugar. En vez arte pertenece al pintor; su organización y arreglo pertenece al
de conectar las artes con la expresión de la vida de la comunidad clero»l La censura deseada por Platón tomó pleno dominio.
la belleza de la naturaleza y del arte fue considerada como un ec~ Hay una declaración de Maquiavelo que me ha parecido
y reminiscencia de alguna realidad sobrenatural cuyo ser estaba siempre simbólica del espíritu del Renacimiento. Decía que cuan-
fuera de la vida social, y ciertamente fuera del cosmos mismo la do terminaba con los asuntos del día, se retiraba a su estudio y se
fuente última de todas las teorías posteriores que tratan al arte absorbía en la literatura clásica de la antigüedad. Esta declaración
como algo importado a la experiencia desde fuera. es doblemente simbólica. Por una parte, la cultura antigua no po-
A medida que se desarrollaba la Iglesia, las artes fueron nue- día ser vivida. Sólo podía ser estudiada. Como ha dicho muy bien
vamente relacionadas con la vida humana y se hicieron un víncu- Santa yana, la civilización griega es un ideal para ser admirado, no
lo de unión entre los hombres. A través de sus servicios y sacra- para ser realizado. Por otra parte, el conocimiento del arte griego,
mentos, la Iglesia revivió y adaptó de forma impresionante lo especialmente de la arquitectura y escultura, revolucionó la prác-
tnás conmovedor de todos los anteriores ritos y ceremonias. tica de las artes, incluyendo la pintura. Se recobró el sentido de
La Iglesia, más aún que el Imperio Romano, sirvió como foco las figuras y objetos naturalistas y de su situación en el paisaje na-
de unidad en medio de la desintegración que siguió a la caída de tural; en la escuela romana la pintura fue casi una tentativa para
Roma. El historiador de la vida intelectual subrayará los dogmas producir los sentimientos ocasionados por la escultura, mientras
de la Iglesia; el historiador de las instituciones políticas, el desa- que la escuela floretina desarrollaba los valores peculiares inhe-
rrollo de la Ley y la autoridad por medio de la institución eclesiás- rentes a la línea. El cambio afectó tanto la forma como la sustan-
tica. Con todo, la influencia que contaba en la vida diaria de la cia estética. La ausencia de perspectiva, el plano y el perfil del
masa popular y que le daba un sentido de unidad estaba constitui- arte de la Iglesia, su uso del dorado y multitud de otros rasgos, no
da, de seguro, por los sacramentos, por el canto y la pintura, por se debían a la mera falta de habilidad técnica. Estaban orgánica-
los ritos y ceremonias, que tenían todos una calidad estética, 1nás mente conectados con las interacciones particulares de la expe-
que por cualquier otra cosa. La escultura, la pintura, la música, riencia hu1nana, que se deseaban como consecuencia del arte.
las letra~ se encontraban donde se practicaba el culto. Estos obje- Las experiencias seculares que surgían en la época del Renaci-
tos y actos eran mucho más que obras de arte para los creyentes miento y que se alimentaban de la cultura antigua, implicaban
que se reunían en el templo. Eran con toda probabilidad mucho por necesidad la producción de efectos que requerían una nueva
menos obras de arte para ellos de lo que son ahora para los cre-
yentes e incrédulos. No obstante, a causa de su calidad estética
l. Citado de lin ¡mfacio a la mural. de Lippmann, pág. 98. El texto del capítulo de
la ensefianza religiosa era más prontatnente transmitida y su efec~
donde se cita el pasaje da ejemplos <le rcgla.s específicas que regulaban la ohra del pintor.
to era más duradero. Por el arte que había en ellas las doctrinas La discusión entre -arte• y «sustancia, es semejante a la de algunos adeptos a la dictadura
se transformaban en experiencias vivientes. proletaria del arte, entre técnica y artesanía que pertenece al artista, y el asunto dictado
La Iglesia era plenamente consciente de este efecto extraesté- por las necesidades de la "línea del partido• para impulsar la causa. Se establece un dohle
estándar. Hav literatura que es buena o mala como simple literatura, y literatura que es
tico, como es evidente por el cuidado que tomó para regular las buena o m:il.~de acuerdo con su refen:ncia a la revolución económica y política.

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forma en el arte. La utilización de la sustancia de los asuntos bí- ferentes personas aun hoy en día. Cambia con la misma persona
blicos y de las vidas de los santos para representar las escenas de en diferentes tiempos cuando aporta algo diferente a una obra.
la mitología griega y luego los espectáculos de la vida contempo- Pero no hay razón para que estas experiencias sean idénticas a fin
ránea, que eran sociahnente impresionantes, fue un hecho que se de ser estéticas. En cada uno de los casos hay un movimiento de
siguió inevitahletncnte. 2 organizaciém de la experiencia hacia una satisfacción, hay una
cualidad estética dominante. En el.fondo, la cualidad estética es la
mistna para un griego, un chino o un atnericano.
Estas ohservaciones pretenden simpletnente ser una ilustra- Esta respuesta, sin embargo, no abarca todo el alcance del
ciém escueta del hecho de que toda cultura tiene su propia indivi- problema. Porque no se aplica al efecto total humano del arte de
dualidad colectiva. Como la individualidad de la persona, de la una cultura. La cuestión, aunque construida equivocadamente
que proviene la obra de arte, esta individualidad colectiva deja su respecto a lo característicamente estético, sugiere lo que el arte de
impresión indeleble en darte que produce. Frases tales como el otro pueblo puede significar para nuestra experiencia total. Lo
arte de las islas de los Mares del Sur, de los indios norteamerica- sostenido por Taine y su escuela de que debemos entender el arte
nos, de los negros, chinos, cretenses, egipcios, griegos, o térmi- en términos de «la raza, el medio y el 1nomento histórico» toca este
nos co1no helenístico, hizantino, musuhnán, gótie<>, renacentista, problema, pero apenas lo toca. Porque tal comprensión puede ser
tienen en el arte una significación verídica. El hecho innegable de puramente intelectual, en el plano de la informaciém geográfica,
un origen y un valor cultural colectivo de las obras ilustra el he- antropológica e histórica que la acompai\a. Deja abierta la cues-
cho, previamente mencionado, de que el arte es un estilo en la tión del significado del arte extrai\o para la experiencia caracterís-
experiencia, tnás que una entidad en sí 1nis1no. Sin cn1bargo, una tica de la presente civilización.
reciente escuela de pensamiento ha planteado un problema so- La naturaleza del problema es sugerida por la teoría de Mr.
bre este asunto. Puesto que no podemos reproducir de hecho la Hulme sobre la diferencia básica entre el arte bizantino y musul-
experiencia de un pueblo remoto en el tiempo y extrai\o en cul- mán, por un lado, y el arte griego y del Renacimiento, por el otro.
tura, se discute que podamos tener una apreciación genuina del Este últitno, dice, es vital y naturalista. El pritnero es geométrico.
arte que produce. Aún se afirma del arte griego que la actitud he- Esta diferencia, prosigue explicando, no está conectada con dife-
lénica hacia la vida y el mundo era tan diferente de la nuestra, rencias de capacidad técnica. El abismo resulta de una diferencia
que d producto artístico de la cultura griega debe ser estética- fundamental de actitud, de deseo y de propósito. Estamos ahora
tncnte un libro sellado para nosotros. tan habituados a un modo determinado de satisfacción, y conside-
En parte ya se ha dado una respuesta a este debate. Sin eluda ramos que nuestra propia actitud de deseo y propéisito tan inhe-
es cierto que la experiencia total de los griegos en presencia, diga- rente a toda naturaleza humana que da la medida de toda obra de
mos, de la arquitectura, la estatuaria y la pintura está lejos de ser arte, y que define las exigencias que afrontan y que deben satisfa-
idéntica a la nuestra. Las forn1as de su cultura fueron transitorias; cer todas las obras de arte. Nosotros tenemos deseos arraigados en
no existen ahora, y esas fonnas tomaron cuerpo en su experiencia el anhelo de aumentar la vitalidad experimentada, mediante el in-
de las obras de arte. Pero la experiencia es la interacción del produc- tercambio agradable con las formas y movimientos de la «natura-
to artístico con el yo. Por consiguiente, no es dos veces igual para di- leza». El arte bizantino y algunas otras formas del arte oriental,
brotan de una experiencia que no se complace en la naturaleza y
2. V(•asc a11te, pág. 89. no aspira a la vitalidad. "Expresan un sentimiento de separación

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frente a la naturaleza exterior.• Esta actitud caracteriza objetos tan za de una palabra imaginativa y emocional como «universo». En la
dLstintos como la pirámide egipcia y el mosaico bizantino. La dife- experiencia, las relaciones humanas, las instituciones y las tradi-
rencia entre ese arte y el característico del mundo occidental no ciones son parte de la naturaleza, en la que y por la que vivimos
se debe explicar por el interés en abstracciones. Manifiesta la ;dea en el mundo físico. La naturaleza en este sentido no está «afuera»,
de separación, de falta de armonía del hombre y la naturaleza.3 sino que está en nosotros y nosotros estamos en ella, somos de
Mr. Hulme resume su idea diciendo que •el arte no puede ser ella. No obstante, hay multitud de maneras de participar en ella y
entendido por sí mismo, sino que debe tomarse crnno elemento de estas maneras son características no sólo de varias experiencias
un proceso general de ajuste entre el hombre y el mundo externo». del mismo individuo, sino de actitudes de aspiración, deseo y lo-
Independientemente de la verdad de la explicación de Mr. Hulme gro, que pertenecen a las civilizaciones en su aspecto colectivo.
sobre la diferencia característica entre gran parte del arte oriental y Las obras de arte son medios por los cuales penetramos, median-
ocCidental (en todo caso apenas se aplica al arte chino), su manera te la imaginación y las emociones que evocan, en otras formas de
de enunciar la cuestión plantea el problema general en su propio relación y participación distintas de las nuestras.
contexto y sugiere la solución. Justamente porque el arte, desde el El arte de las postrimerías del siglo x1x se caracterizó por el
punto de vista de la influencia de la cultura colectiva sobre la crea- «naturalismo» en sentido restringido. Las producciones más carac-
ción y goce de las obras de arte, expresa un modo de ajuste pro- terísticas de los principios del siglo xx se señalaron por la influen-
fundamente arraigado, de una idea y un ideal subyacentes, de la cia del arte egipcio, bizantino, persa, chino, japonés y negro. Esta
actitud genérica humana, el arte característico de una civilización influencia es marcada en la pintura, la escultura, la música y la li-
es el medio para penetrar con empatía en los elementos más pro- teratura. El efecto del arte «primitivo», el arte de principios de la
fundos de la experiencia de civilizaciones remotas y extrañas. Por Edad Media es parte del mismo movimiento general. El siglo XVIII
este hecho se explica también el valor humano que sus artes tienen idealizó al noble salvaje y a la civilización de los pueblos remo-
para nosotros. Estas producen una ampliación y profundización tos. Sin embargo, fuera ele las chinerías y algunas fases de la lite-
d_enuestra propia experiencia, haciéndola menos local y provin- ratura romántica, el sentido que está tras de las artes de pueblos
ctana cuando comprendemos, por su 1nedio, las actitudes básicas extraños no afectó al arte actual. Visto en perspectiva, el llamado
en otras formas de experiencia. A menos que lleguemos a las acti- arte prerrafaelista de Inglaterra es la pintura más típicamente vic-
tudes expresadas en el arte de otra civilización, sus productos 0 toriana de todo el período. No obstante, en décadas recientes,
son de interés sólo para el «esteta», o hien no nos impresionan esté- desde finales del s. x1x, la influencia de las artes de culturas dis-
ticamen_te. Entonces el arte chino parece «ridículo• por sus esque- tantes ha penetrado intrínsecamente en la creación artística.
mas msohtos de perspectiva; el arte bizantino rígido y tosco; el arte Para muchas personas, el efecto es, sin duda, superficial, y
negro, grotesco. proporciona simplemente un tipo de objetos agradables, en parte
Al referirme al arte bizantino, he puesto el término naturaleza a causa de su novedad individual, y en parte a causa de una cua-
entre comillas. Lo he hecho porque la palabra «naturaleza,, tiene lidad decorativa adicional. Con todo, la idea que da cuenta de la
un significado especial en estética, indicado especialmente por el producción de obras contemporáneas por el simple deseo de lo
uso del adjetivo «naturalista»; pero «naturaleza,, tiene también un insólito, lo excéntrico o incluso lo encantador, es más superficial
significado que incluye toda la estructura de las cosas, con la fuer- que esta clase de goce. La fuerza motora es la participación ge-
nuina, en cierto grado y fase, en el tipo de experiencia cuya ex-
3. T. E. Hulme, Speculations. págs. 83-87, passim presión son los objetos de arte primitivos, orientales o de co-

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mienzos de la Edad Media. Cuando las obras son simplemente difíciles de observar. La co1nunicación tne<liante el lenguaje oral y
ünitativas o extra:t1as, son solamente transitorias y triviales. No escrito es una forma familiar y constante de la vida social. En con-
obstante, a lo 111ejortraen consigo una fusión orgánica <le las acti- secuencia, ten<le1nos a considerarla súlo corno un fenó1neno n1ás,
tudes características <le la experiencia <le nuestra propia época entre otros, que damos por sentado sin discusión. Tendetnos a ig-
con la de pueblos remotos. Porque las facturas nuevas no son norar el hecho de que este proceso de comunicación es el funda-
meras adiciones decorativas, sino que penetran en la estrnctura mento y la fuente de todas las actividades y relaciones distintivas
de las obras de arte y así ocasionan una experiencia n1ás an1plia y de la unión interna de los seres humanos entre sí. Un gran núme-
mejor. Su efecto duradero sobre los que perciben y gozan será ro <le nuestros contactos mutuos son externos y mecánicos. Hay
una expansión de su etnpatía, itnaginación y sensibilidad. un «campo« en que tienen lugar, un campo definido y perpetuado
Este nuevo movimiento en el arte ilustra el efecto de toda fa- por instituciones legales y políticas. No ohstante, la conciencia de
miliaridad genuina con el arte creado por otros pueblos. Lo en- este Gtn1po no penetra en nuestra acción conjunta co1no su fuerza
tendemos en la medida en que lo hacemos parte de nuestras pro- integrante y dominadora. La relación de las naciones entre sí, la
pias actitudes, no sólo por la información colectiva concerniente relación de inversionistas y obreros, <le productores y consu1nido-
a las condiciones bajo las cuales se produjo. Alcanzamos este re- res, son interacciones que sólo en una pequeña medida son for-
sultado cuando, para usar un ténnino de Bergson, nos instala1nos n1as del intercatnhio co1nunicativo. Hay interacciones entre las
en modos de aprehender la naturaleza que en principio nos son partes concurrentes, pero tan externas y parciales, que sufrimos
extraños. Nos hacen1os artistas hasta cierto punto cuando en1- sus consecuencias sin integrarlas en una experiencia.
prendemos esta integración y, rebasándola, nuestra propia expe- Oí1nos hablar, pero es casi co1110 si estuviéramos oyendo en
riencia to1na otra orientación. Cuando entramos en el espíritu del una torre Babel. El significado y el valor no llegan hasta nosotros.
arte negro o polinesio las barreras se disuelven, los prejuicios li- No hay con1unicación en tales casos ni comunidad de experien-
mitativos se derriten. Esta disolución insensible es n1ucho más cia. que sólo se produce cuando el lenguaje en su pleno significa-
eficaz que el cambio efectuado por el razonamiento, porque pe- do rompe el aislamiento físico y el contacto externo. El arte es un
netra directamente en otras actitudes. modo más universal de lenguaje que el habla, la cual existe en
La posibilidad de que ocurra una comunicación genuina es un una multitud de formas mutuamente ininteligibles. El lenguaje del
problema genérico del que sólo hemos tratado una variante. De arte tiene que adquirirse, pero el lenguaje del arte resulta afectado
hecho sucede, pero la naturaleza de la comunicación de la expe- por los accidentes de la historia que dejan su impresión en dife-
riencia es uno de los proble1nas rnás serios de la filosofía, tan serio rentes modos del habla humana. El poder de la música en particu-
que algunos pensadores niegan su posibilidad misma. La existen- lar, para fundir diferentes individualidades en un mismo abando-
cia de la comunicación es tan incongruente con nuestra separa- no, fundir lealtad e inspiración, que puede ser utilizado tanto en la
ción física y con la vida mental interior de los individuos, que no es religión cotno en la guerra, es testitnonio de la relativa universali-
sorprendente que se haya adscrito al lenguaje una fuerza sobrena- dad del lenguaje del arte. Las diferencias entre el inglés, el francés
tural y que se haya atribuido a la comunión un valor sacramental. y el alemán, crean barreras que se hunden cuando el arte habla.
Además, los acontecimientos familiares y acostu1nbrados son Filosúficamente hablando, el problema con el que nos en-
con toda probabilidad aquellos en los que menos reflexionamos, frentamos es la relación de lo discreto y lo continuo. Ambos son
pues los tomamos co1no evidentes. También son, a causa de su hechos obstinados y, sin embargo, tienen que encontrarse y mez-
proximidad a nosotros, mediante el gesto y la pantomima, los más clarse en toda asociación humana que se eleva por encima del

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mero intercambio. A fin de justificar la continuidad, los historia- verbo »civilizar»se define como »instruir en las artes de la vida y así
dores han apelado con frecuencia a un método falsamente llama- elevarse en la escala de la civilización». La instrucción en las artes
do »genético», cuando no hay auténtica génesis, puesto que todo de la vida es algo distinto a transmitir información sobre ellas. Es
se resuelve en función de lo que le precede. Con todo, la civiliza- una cuestión de comunicación y participación en los valores de la
ción y el arte egipcios no eran sólo una preparación para los grie- vida por medio de la imaginación, y las ohras de arte son los me-
gos, ni el pensamiento y el arte griegos eran simples versiones re- dios más íntimos y enérgicos de ayudar a los individuos a partici-
petidas de las civilizaciones de las que libremente tomaron par en las artes de vivir. La civilización es incivil porque los seres
elementos. Cada cultura tiene su propia individualidad y un mo- humanos están divididos en sectas, razas, naciones, clases y cla-
do específico de relación que liga sus partes entre sí. ques incomunicadas.
Sin embargo, cuando el arte de otra cultura penetra en las ac-
titudes que determinan nuestra experiencia, se produce una con-
tinuidad genuina. No por esto pierde su individualidad nuestra El boceto breve de algunas fases históricas de la conex1on
propia experiencia, sino que incorpora y conecta elementos que del arte con la vida en común, trazado al comienzo de este capí-
extienden su significación. Se crea una comunidad y continuidad tulo, sugiere el contraste con las condiciones presentes. Segura-
que no existe físicamente. El intento de establecer la continui- mente no basta con decir que la ausencia de una obvia conexión
dad por métodos que resuelven una serie de acontecimientos y orgánica de las artes con otras formas de cultura se explica por la
de instituciones en las precedentes en el tiempo, está destinado complejidad de la vida moderna, por sus muchas especializacio-
al fracaso. Sólo una expansión de la experiencia que absorbe en nes, y por la existencia simultánea de muchos y diversos centros
sí misma los valores experimentados en virtud de actitudes vita- de cultura en diferentes naciones que cambian sus productos,
les, distintas de las de nuestro propio ambiente humano, disuelve pero que no forman parte de un todo social. Estas cosas son muy
el efecto de la discontinuidad. reales y su efecto sohre el estado del arte en relación con la civi-
El problema en cuestión no es distinto del que padecemos dia- lización puede ser pronto descubierto. No obstante, el hecho sig-
riamente en el esfuerzo de entender a otra persona con la que nos nificativo es una muy extendida dispersión.
relacionamos habitualmente. Toda amistad es una solución del Heredamos mucho de las culturas del pasado. La influencia
problema. La amistad y el afecto íntimo no son el resultado de la in- de la ciencia y de la filosotfa griega, de la ley romana, de la reli-
formación sohre la otra persona, aun cuando el conocimiento pue- gión de fuente judía, sobre nuestras presentes instituciones, creen-
da impulsar su formación. Sólo sucede esto cuando el conocimien- cias y maneras de pensar y de sentir, es demasiado familiar para
to se convierte en una parte integrante de la empatía a través de la que requiera más de una mención. En la operación de estos fac-
imaginación, sólo cuando los deseos y aspiraciones, los intereses y tores se han inyectado dos fuerzas claramente tardías en su ori-
modos de respuesta del otro se hacen una expansión de nuestro gen y que constituyen lo »moderno» en la época presente. Estas
propio ser, podemos entenderlo. Aprendemos a ver con sus ojos, a dos fuerzas son la ciencia natural y su aplicación a la industria y
oír con sus oídos, y sus resultados proporcionan verdadera ense- el comercio mediante las máquinas y el uso de formas de energía
ñanza, porque se construyen dentro de nuestra propia estructura. no humanas. En consecuencia, la cuestión del lugar y papel del
Encuentro que incluso el diccionario evita definir el término »civili- arte en la civilización contemporánea requiere tomar nota de sus
zación». Define la civilización como el estado de ser civilizado, y relaciones con la ciencia, y con las consecuencias sociales de la
«civilizado» como «seren un estado de civilización». Sin embargo, el industria mecánica. El aislamiento del arte existente no dehe ver-

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se co1no un fenórneno único. Es una manifestación de la incohe- so ahora es posible exagerar el efecto pernicioso ejercido por la
rencia de nuestra civilización producida por nuevas fuerzas, tan ciencia en la in1aginación. Es cierto que la ciencia física despoja a
nuevas que las actitudes que les pertenecen y las consecuencias sus objetos y a las escenas de la experiencia ordinaria de las cua-
que resultan de ellas no se han incorporado y digerido como ele- lidades que dan a los objetos su fuerza y su belleza, dejando al
mentos integrales de la experiencia. inundo, hasta donde lo exige el proceso científico, sin los rasgos
La ciencia ha traído una concepción radicalmente nueva de que siempre han constituido su valor inmediato. No obstante, el
la naturaleza física y <le nuestra relación con ella. Esta nueva con- rnun<lo d<: la experiencia inn1ediata en el que opera el arte queda
cepción queda al margen de la concepción del mundo y del como era. Tampoco el hecho de que la ciencia física nos presen-
hombre que heredamos del pasado, especialmente ele la tradi- te objetos enteramente indiferentes a los deseos y aspiraciones
ción cristiana a través <le la cual se ha fonnado la in1aginación so- humanas, puede emplearse para indicar que es inminente la
cial típicamente europea. Las cosas del mundo físico y del reino muerte de la poesía. Los hombres siempre se han dado cuenta de
moral han quedado separadas, mientras que la tradición griega y que hay muchas cosas en el entorno en que viven, que son hosti-
la de la Edad Media las mantenían en íntima unión, aun cuando les a los propósitos humanos. En ningún 1non1ento se sorprende-
fuera una unión realizada por diferentes medios en ambos perío- rían las masas de desheredados ante la declaración de que el
dos. La oposición que ahora existe entre los ele1nentos espiritua- mundo es indiferente a sus esperanzas.
les e ideales de nuestra herencia histórica y la estructura de la na- El hecho de que la ciencia tiende a mostrar que el hombre es
turaleza física descubierta por la ciencia, es la última fuente ele los una parte de la naturaleza, tiene un efecto favorable más que des-
dualismos formulados por la filosofía desde Descartes y Locke. favorable para el arte, cuando su significado intrínseco se com-
Estas formulaciones a su vez reflejan un conflicto activo por do- prende y cuando su significado ya no se interpreta en contraste
quier en la moderna civilización. Desde cierto punto de vista, el con las creencias que nos vienen del pasado. Porque cuanto más
problema de recobrar un lugar orgánico para el arte en la civiliza- cerca se lleva al hombre del mundo físico, se hace más claro que
ción, es como el problema de reorganizar nuestra herencia del sus impulsos e ideas son ejecutados por la naturaleza que está den-
pasado y las visiones del conocitnicnto presente en una uniún tro de él. La humanidad en sus operaciones vitales ha obrado siem-
in1aginativa coherente e integrada. pre sobre este principio. La ciencia da a esta acción un apoyo inte-
El problema es tan agudo y tan ampliamente influyente que lectual. El sentido de la relación entre la naturaleza y el hombre ha
cualquier solución propuesta es una anticipación, que en el me- sido siempre de algún modo el espíritu que actúa en el arte.
jor de los casos sólo puede realizarse en el curso de los aconteci- Por lo demás, la resistencia y el conflicto han sido siempre
mientos. El método científico corno se practica ahora es <len1asia- factores en la generación del arte; y son, co1no hemos visto, una
<lo nuevo para que se naturalice en la experiencia. Pasará largo parte necesaria de la forn1a artística. Ni un mundo entera1nente
tiempo antes de que se hunda en el subsuelo de la mente hasta duro e intratable para al hombre, ni uno tan afín a sus deseos que
convertirse en una parte integra de una creencia y actitud amplia- los satisfaga todos, es un mundo en el que el arte pueda nacer.
mente compartida. Hasta que eso suceda, tanto el método con10 Los cuentos de hadas que relatan situaciones de esta clase deja-
las conclusiones permanecerán co1no exclusivo de expertos es- rían de agradar si dejaran de ser cuentos de hadas. La fricción es
pecializados y ejercerán su influencia general sólo por medio del tan necesaria para generar energía estética como lo es para pro-
impacto externo y 111áso menos desintegrante sobre las creencias porcionar la energía que itnpulsa las tnáquinas. Cuando las más
y por su aplicación práctica igualmente externa. Con todo, inclu- viejas creencias han perdido su influencia en la imaginación -y

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la influencia de las creencias siempre ha sido más efectiva en la temporánea, son después de todo, algo más que objetos mera-
imaginación, que en la razón-, el descubrimiento científico de mente difusos e inconexos. Son los frutos de una nueva visión. 4
la resistencia que el ambiente ofrece al hombre, proporcionará Supongo que a lo largo del tiempo gran porción del •arte• ha
nuevos materiales para el arte bello. Incluso ahora debemos a la sido trivial y anecdótico. La mano del tiempo ha barrido mucho
ciencia una liberación del espíritu humano. Ha despertado una de este arte, mientras que en una exposición hoy día nos encon-
curiosidad más ávida y ha acelerado, cuando menos en pequeña tramos con él en masa. Sin embargo, la ampliación de la pintura
escala, la observación de cosas cuya existencia ni siquiera había- y otras artes con el objeto de incluir una materia considerada an-
mos advertido antes. El método científico tiende a producir un tes como demasiado común o fuera de sitio para merecer recono-
respeto por la experiencia, y aun cuando esta nueva reverencia cimiento artístico, es una ganancia a conservar. Esta ampliación
está todavía confinada a pocos, contiene la promesa de una nue- no es directamente el efecto de la elevación de la ciencia, pero es
va especie de experiencia que requerirá expresión. un producto de las mismas condiciones que condujeron a la re-
¿Quién puede prever lo que sucederá cuando la visión expe- volución en los procedimientos científicos.
rin1ental se haya aclitnatado completa1nente en la cultura común? La confusión e incoherencia tal como existe en el arte de
Lograr una perspectiva sobre el futuro es una tarea muy difícil. hoy día es la manifestación de la mptura del consenso de las
Solemos considerar las formas más prominentes y más difíciles creencias. Una integración mayor de la materia y la forma de las
en un tiempo dado, como si fueran las claves del futuro. Así pen- artes depende, consecuentemente, de un cambio general de la
samos en el efecto futuro de la ciencia en términos derivados de cultura en las actitudes consideradas incuestionables como base
la situación presente en la que ocupa una posición de conflicto y de la civilización, y que forman el subsuelo de las creencias y es-
disrrupción, respecto a las grandes tradiciones del mundo occi- fuerzos conscientes. Una cosa es segura: la unidad no puede ser
dental, como si esos términos fueran a definir su lugar necesaria- lograda predicando la necesidad de volver al pasado. La ciencia
mente y para siempre. No obstante, para juzgar con justicia debe- está aquí y una nueva integración debe tenerla en cuenta e in-
mos ver la ciencia a la luz de lo que serán las cosas cuando la cluirla.
actitud experimental esté completamente naturalizada. Y el arte, La presencia más directa y extendida de la ciencia en la civili-
en particular, será disperso, blando y superrefinado cuando las zación presente se encuentra en sus aplicaciones en el campo de la
cosas del mundo real no formen su material. industria. Aquí encontramos un problema más serio que en el caso
Hasta ahora el efecto de la ciencia en lo que respecta a la pin- de la ciencia misma, concerniente a la relación del arte con la civi-
tura, la poesía y la novela, ha consistido en diversificar sus mate- lización presente y su visión. El divorcio de lo útil y el arte bello sig-
riales y formas más que en crear una síntesis orgánica. Dudo que nifica mucho más que el apartamiento de la ciencia de las tradicio-
haya habido alguna vez un gran número de personas que •vean la nes del pasado. La diferencia entre ellas no fue instituida en los
vida firmemente y en su totalidad•. Y, en el peor de los casos,
4. Mr. Lippmann ha escrito: •Uno VJ al museo y sale con el sentimiento de que ha
algo es haberse librado de las síntesis de la imaginación contrarias
contemplado un extraño snrtido de cuerpos desnudos, calderas de cobre, naranjas, toma-
a la médula de las cosas. La posesión de una sensibilidad dispues- tes y zini.1s, 1m1chachas, esquimis de calles y balnearios, banqueros y señoras a la moda.
ta a la valoración en la experiencia estética de una multitud de co- No lHgo que esta o aquelb persona no pueda encontrar una pintura que le parezca in-
sas antes excluidas, es una compensación entre la multitud mensamente significativa, pero la impresión general de todos, pienso, es de un caos de
anécdotas, percepciones, fantasías y pequeños comentarios que pueden estar todos muy
de obras de arte del presente. Las playas, las calles, las flores y hien a su modo, pero que no pueden sostenerse y r,odríamos pas:ir ,-.in ellos.• lln pre_facio
fmtos, los niños y los banqueros que aparecen en la pintura con- a la mural, págs. 10:I, 104.

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tiempos modernos. Se remonta hasta los griegos, cuando las artes para un buen funciona1niento de las máquinas, es intrínseca1nen-
útiles eran desempeñadas por esclavos y »bajos artesanos» que te agradable la percepción. Si uno compara los productos comer-
con1partían la baja estimación que se tenía por aquéllos. Los arqui- ciales del presente con los de hace veinte años, se sorprende de la
tectos, constructores, escultores, pintores y músicos ejecutantes gran ventaja en forma y color. El cambio de los vil:jos carros Pull-
eran artesanos. Sólo los que trabajaban por medio de palabras se tnan con sus ornamentaciones tontas y engorrosas, a los carros de
estimaban artistas, puesto que sus actividades no implicaban el acero del presente, es típico de lo que quiero decir. La arquitectu-
uso de las n1anos, herramientas y n1ateriale.s físicos. No obstante, la ra externa <le los apartamentos de la ciudad sigue pareciéndose a
producción en rnasa por 111edios 1necánicos ha dado un nuevo giro los cajones, pero interiormente hay casi una revolución estética
a la vieja separación entre lo útil y lo helio. La grieta se ha ahonda- en su mejor adaptación a las necesidades.
do con la mayor importancia que ahora se atribuye a la industria y Una consideración 1nás ünportante es que el a1nbiente indus-
al comercio en toda la organización de la sociedad. trial opera creando esa experiencia n1ás an1plia, en la que los pro-
Lo 1necánico se encuentra en el polo opuesto a lo estético y la ductos particulares se adaptan de tal manera que obtienen una
producción de bienes es ahora mecánica. La libertad de elecciún cualidad estética. Naturalmente, esta observación no se refiere a la
concedida al artesano que trabajaba a 111ano, casi se ha desvaneci- destrucción de las bellezas naturales del paisaje por feas fábricas y
do con el uso general de la máquina. La producción de objetos sus alrededores ennegrecidos, ni a las callejuelas de la ciudad que
que se gozan en la experiencia directa por parte de quienes po- han surgido al despertar la producci(m mecánica. Quiero decir que
seen, hasta cierto punto, la capacidad de producir mercancías úti- los hábitos de la vista como medio de percepción se han alterado
les que expresan valores individuales, se ha convertido en un lentamente, al acostumbrarse a las formas típicas de los productos
asunto especializado, independiente de la marcha general de la industriales y a los objetos urbanos distintos de los de la vida rural.
producción. Este hecho es probablemente el factor más importan- Los colores y los planos a que responde habitualmente el organis-
te en el estado del arte, en la civilización presente. 1110,desarrollan un nuevo 1naterial de interés. El arroyo que corre,
Hay, sin embargo, ciertas consideraciones que nos podrían el prado verde, las fonnas asociadas con un atnbiente rural, están
disuadir de afirmar que las condiciones industriales hacen imposi- perdiendo su lugar como material primario de la experiencia. Al
ble la integración del arte en la civilización. No puedo estar de ,nenas una parte <ld carnbio de actitud de los últimos años, hacia
acuerdo con los que piensan que las adaptaciones efectivas y eco- las figuras »modernistas•• en la pintura, es el resultado de dicho
nómicas de las partes de un objeto entre sí en relación con el uso, cambio. Incluso los objetos del paisaje natural llegan a ser »aperci-
producen automáticamente «belleza,, o efecto estético. Todo obje- bidos» en términos de las relaciones espaciales características de
to, o máquina, bien construido tiene forma, pero sólo hay forma los objetos cuyo dibujo se debe a los modos mecánicos de produc-
estética cuando el objeto que tiene esta forma externa se adapta a ción; edificios, n1obiliario, ropa. Dentro de una experiencia satu-
una experiencia más amplia. La interacción del material de esta rada con estos valores, los objetos con sus propias adaptaciones
experiencia con el utensilio o máquina no puede ser ignorada. No funcionales internas se adaptarán de tal manera que produzcan re-
obstante, la relación objetiva adecuada de las partes respecto al sultadc>s estéticos.
uso más eficaz, proporciona al menos una condición favorable al No obstante, puesto que el organismo apetece naturalmente
goce estético. Barre lo adventicio y superfluo. Hay algo puro en el material de la experiencia para su satisfacción, y puesto que el
un sentido estético en una 1náquina que tiene una estructura lógi- ambiente que el hombre ha creado bajo la influencia de la indus-
ca adecuada a su trabajo, y el pulido del acero y el cobre, esencial tria tnoderna, proporciona n1enos satisfacción y 1nás repulsión

386 387
que el de cualquier época anterior, hay evidentemente un proble- más que cualquier ley psicológica o económica establecida, son
ma que está aún sin resolver. La apetencia del organismo para ob- fuerzas que suprimen y limitan la cualidad estética en la expe-
tener satisfacción a través de los ojos es apenas menor que su im- riencia que acompaña al proceso de producción.
pulso urgente de alimentación. En efecto, muchos campesinos Mientras el arte sea el heauty parlar de la civilización, ni el
ponen mayor cuidado en cultivar una planta con flores que en arte ni la civilización están seguros. ¿Por qué la arquitectura de
producir verduras para su alimentación. Debe haber fuerzas acti- nuestras grandes ciudades es tan indigna de una fina civilización?
vas que afectan a los medios mecánicos de producción, y que son, No es por la falta de materiales ni por la falta de capacidad técni-
no obstante, extrañas a la operación de la máquina misma. Natu- ca. Y, sin embargo, no son las chozas, sino los apartamentos de la
raltnente, estas fuerzas se encuentran en el sisten1a económico de gente acomodada, los que son estéticamente repelentes, por estar
producción para la ganancia privada. desprovistos de imaginación. Su carácter se determina por un sis-
El problema del trabajo y del empleo del que tenemos una te1na económico en que la tierra se usa -o se pone fuerd de
conciencia tan viva no puede ser resuelto por simples cambios uso-- en favor de la ganancia, en virtud del provecho que se deri-
de salario, horas e.le trabajo y condiciones sanitarias. Ninguna so- va del alquiler y la venta. Hasta que la tierra quede libre de esta
lución permanente es posible excepto mediante una radical alte- carga económica, se pueden erigir ocasionalmente bellos edifi-
ración social, que afecte el grado y la clase de participación del cios, pero hay poca esperanza de que se eleve la construcción ge-
trabajador en su producciém y la disposición social de las mer- neral arquitectónica hasta hacerse digna de una noble civiliza-
cancías que produce. Sólo un cambio tal modilkará seriamente el ción. La restricción impuesta a los edificios afecta indirectamente
contenido de la experiencia en que entra la creación de objetos a un gran número de artes asociadas, en tanto que las fuerzas so-
de uso. Y esta modificación de la naturaleza de la experiencia es ciales que afectan los edificios en los que vivimos y hacemos
el elemento finalmente determinante en la cualidad estética de la nuestra labor, operan sobre todas las artes.
experiencia de las cosas producidas. La idea de que el problema Auguste Comte dijo que el gran problema de nuestro tiempo
básico puede resolverse simplemente aumentando las horas de era la organización del proletariado dentro del sistema social. La
ocio es absurda. Tal idea conserva la vieja división dualista entre observación es aún más cierta hoy que cuando se hizo. Semejante
trabajo y ocio. tarea es imposible si no es mediante una revolución que modifi-
La cuestión importante es un cambio que reduzca la fuerza que la imaginación y las emociones del homhre. Los valores que
de la presión externa y aumente el sentido de la libertad e interés conducen a la producción y al goce inteligente del arte deben in-
personal en las operaciones de producción. El control oligárqui- corporarse al sistema de las relaciones sociales. Me parece que
co desde fuera de los procesos y los productos del trabajo, es la gran parte de la discusión sobre el arte proletario es desacertada
fuerza principal que impide al trabajador tener ese interés íntimo porque confunde la intención personal y deliberada del artista
por lo que hace, que es un prerrequisito esencial para la satisfac- con el lugar y operación del arte en la sociedad. Lo que es cierto
ción estética. No hay nada en la naturaleza de la producción me- es que el arte mismo no está seguro hajo las condiciones moder-
cánica per se que sea un obstáculo insuperable para que el traba- nas hasta que la masa de hombres y mujeres que hacen el trabajo
jador tenga la conciencia del significado de lo que hace y el goce útil del mundo tengan la oportunidad de conducir libremente el
de las satisfacciones de la camaradería y el trabajo útil bien he- proceso de la producción y estén ricamente dotadas de capacidad
cho. Las condiciones psicológicas que resultan del control priva- para gozar los frutos del trabajo colectivo. Que el material para el
do del trabajo de otros hombres en favor de la ganancia privada, arte se tome de todas las fuentes, cualesquiera que sean, y que los

388 389
productos artísticos sean accesibles a todos, es una de1nanda al nan una hase intelectual. Una detención racional «interna» es un
lado de la cual la intención política personal del artista es insigni- signo de huida de la realidad, a menos que refleje las fuerzas am-
ficante. bientes sustanciales. Las artes políticas y económicas que pueden
proporcionar seguridad y competencia no son garantía de una
vida humana rica y abundante, si no se acompañan del floreci-
La función moral y humana del arte sólo pueden discutirse miento de las artes que determinan la cultura.
inteligentemente en el contexto de la cultura. Una obra de arte Las palabras proporcionan un registro de lo que ha sucedido
particular puede tener un efecto definido sobre una persona par- y ofrecen orientaciones para las acciones futuras particulares. La
ticular o sobre un cierto número de personas. El efecto social de literatura transmite el sentido del pasado, significativo en la expe-
las novelas de Dickens o de Sinclair Lewis está muy lejos de ser riencia presente, y profetiza el n1ovin1iento más amplio del futuro.
despreciable, pero un ajuste consciente y más compacto y cons- Sólo la visión imaginativa explicita las posibilidades contenidas
tante de la experiencia procede del ambiente total creado por d en la trama de lo actual. Las primeras agitaciones de insatisfac-
arte colectivo de cada tiempo. Así como la vida física no puede ción y las primeras insinuaciones de un futuro mejor se encuen-
existir sin el apoyo del ambiente físico, la vida moral no puede tran siempre en las obras de arte. La impregnación ele las artes ca-
continuar sin el apoyo del ambiente moral. Incluso las artes tec- racterísticamente nuevas de un período, con un sentido de
nológicas en su totalidad proporcionan algo 1nás que un cierto valores diferentes a los que prevalecían, es la razón por la cual
número de conveniencias e instalaciones separadas. Modelan las los conservadores encuentran que tal arte es inmoral y sórdido, y
ocupaciones colectivas y determinan la dirección del interés y la es la razé,n por la que recurren a los productos del pasado para
atención, y en consecuencia afectan al deseo y al propósito. obtener satisfacción estética. La ciencia puede confeccionar esta-
El hombre más noble que vive en un desierto absorbe algo dísticas y hacer planos, pero sus predicciones, como se ha dicho
de su aspereza y esterilidad, mientras que la nostalgia del lmm- muy bien, no son sino la historia invertida del pasado. El cambio
bre de la montaña cuando se separa de su ambiente, prueba cuCm en el clima de la imaginación es precursor de los cambios que
hondamente el ambiente se ha hecho una parte de su ser. Ni el afectan a algo más que a los detalles de la vida.
salvaje, ni el hon1hre civilizado son lo que son por constitución
nativa, sino por la cultura en la que participan. La medida defini-
tiva de la calidad de esa cultura son las artes que en ella florecen. Las teorías que atribuyen un efecto e intención moral direc-
En C()lllparación con su influencia, las cosas enseñadas directa- tos al arte fallan porque no toman en cuenta la civilización colec-
mente mediante la palabra y el precepto son pálidas e ineficaces. tiva, que es el contexto en el que las obras de arte se producen y
Shelley no exageraba cuando elijo que la ciencia moral sólo "or- se gozan. No diría que tienden a tratar las obras de arte como una
ganiza los elementos que ha creado la poesía", si extendernos el especie de fábulas de Esopo sublimadas, pero tocias tienden a ex-
término "poesía" hasta incluir tocios los productos de la experien- traer de su inedia a las obras particulares, consideradas como es-
cia imaginativa. La suma total del efecto de todos los tratados re- pecialmente edificantes, y a pensar la función moral del arte en
flexivos sobre la moral es insignificante en comparación con la términos de una relación estrictamente personal entre determina-
influencia ele la arquitectura, la novela, el drama sobre la vicia, das obras selectas y los individuos particulares. Toda su concep-
que se hacen importantes cuando determinados productos "inte- cié,n de la moral es tan individualista que pierden el sentido de la
lectuales" formulan las tendencias de estas artes y les proporcio- manera con que el arte ejerce su función humana.

390 391
El dicho de Matthew Arnold de que «la poesía es crítica de la de la instrucción, que nos repele cualquier sugestión de enseñanza
vida» es algo que viene al caso. Sugiere al lector una intención mo- y aprendizaje en relación con el arte. No obstante, nuestra revuelta
ral de parte del poeta y un juicio moral de parte del lector. No lo- supone, en efecto, una reflexión sobre la educaciém, que procede
gra ver o, en todo caso, definir cómo la poesía es una crítica de la con métodos tan literales que excluyen la imaginación y no tocan
vida; a saber, no directamente, sino descubriendo mediante la vi- los deseos y emociones del hombre. Shelley decía, «la imaginación
sión imaginativa dirigida a la experiencia imaginativa (no para es- es el gran instmmento del bien moral, y la poesía administra el
tablecer un juicio), las posibilidades que contrastan con las condi- efecto actuando sobre las causas». En consecuencia, sigue dicien-
ciones actuales. Un sentido de las posibilidades no realizadas do, «un poeta haría mal si elevara sus propias concepciones de lo
pero que pueden realizarse, cuando se ponen en contraste con las justo y lo injusto, que son generalmente las de su propio tiempo y
condiciones actuales, son la «crítica» más penetrante que puede lugar, en sus creaciones poéticas[ ...] Por el supuesto de que su ofi-
hacerse de estas últimas. Es por el sentido de las posibilidades que cio es inferior, rehusaría participar en la causa» de la imaginación.
se abren ante nosotros como nos hacemos conscientes de las Son los poetas menores quienes «han afectado frecuentemente
constricciones que nos reprimen y de las cargas que nos oprimen. una aspiración moral, y el efecto de su poesía disminuye en la
Mr. Garrod, que sigue a Matthew Arnold en más de un senti- exacta proporción en que nos compelen a admitir su propósito»,
do, ha dicho inteligentemente que lo malo de la poesía didáctica pero el poder de la proyección imaginativa es tan grande que lla-
no es lo que enseña, sino lo que no enseña: su incompetencia. ma a los poetas «los fundadores de la sociedad civil».
Añade algunas palabras para declarar que la poesía enseña como El problema de la relación del arte y la moral se trata muy a
los amigos y como la vida, por el ser, no por una intención expre- menudo como si el problema existiera solamente del lado del
sa. Dice en otro lugar, «Los valores poéticos son después de todo arte. Se supone virtualmente que la moral es satisfactoria en idea,
valores en la vida humana. No se pueden separar de otros valores, si no de hecho, y que la única cuestión es saber de qué manera el
como si la naturaleza del hombre estuviera constmida en compar- arte podría conformarse a un sistema moral ya desarrollado. Con
timentos». No pienso que pueda superarse lo que Keats dijo en todo, la afirmación de Shelley va al corazón del asunto. La imagi-
una de sus cartas, respecto a la manera como actúa la poesía. Pre- nación es el principal instrnmento del bien. Más o menos es un
gunta lo que resultaría si todo hombre tejiera con su experiencia lugar común decir que las ideas y el trato que una persona tiene
imaginativa «una ciudadela en el aire» como la tela que teje la ara- con sus semejantes depende de su poder para colocarse imagina-
ña, «que llena el aire de hermosos círculos«. Porque, dice, ,,el hom- tivamente en lugar de ellos. No obstante, la primacía de su imagi-
bre no disputaría o afirmaría, sino que susurraría los resultados a nación lleva muy lejos la finalidad de las relaciones directas perso-
su vecino, y así, gracias a cada germen de espíritu que se nutriera nales. Excepto donde el término "ideal» se usa como deferencia
de la savia etérea, todo ser humano podría hacerse grande, y la convencional o como el nombre de un ensueño sentimental) los
humanidad en vez de ser un extenso matorral de hiedras y cardos factores ideales en toda visión moral y lealtad humana son imagi-
con un pino o un roble de trecho en trecho, se transformaría en nativos. La alianza histórica de la religión y el arte tiene sus raíces
una gran democracia de árboles de bosque». en esta cualidad común. Por lo tanto, el arte es más moral que las
El arte se hace el órgano incomparable de instmcción median- moralidades. Porque estas últimas son, o tienden a ser, consagra-
te la comunicación, pero sus procedimientos están muy lejos de ciones del status quo, reflexiones de la costumbre, refuerzos del
los que se asocian generalmente con la idea de educación, se eleva orden establecido. Los profetas morales de la humanidad han sido
al arte tan por encima de lo que estamos acostumbrados a pensar siempre poetas, aun cuando hablen en verso libre o en parábolas.

392 393
Generalmente, sin embargo, su visión de las posibilidades se ha ft,rencia a la alabanza y a la censura en su preocupación por la ex-
convenido pronto en una proclamación de los hechos que ya exis- periencia i1naginativa) constituye el núcleo de la potencia moral
ten, 1nomificados en instituciones semipolíticas. Su presentación del arte. De ésta procede su poder de liberación y unificación.
imaginativa de los ideales que deberían gobernar el pensa1niento Shelley dijo: «El gran secreto de la moral es el amor, o el salir
y el deseo, se tratan como reglas de política. El al1e ha sido el me- de nuestra naturaleza para identificarnos con lo bello que existe
dio de conservar vivo el sentido de los prop(>sitos que rebasan la en el pensa111iento, la acción o la persona, que no es la nuestra.
evidencia y los significados que trascienden el hábito endurecido. Para que un ho1nbrc sea bueno con grandeza dche imaginar in-
A la 111oralse le asigna un C<Hnpartitnento especial en la teo- tensa y comprensivamente». Lo que es cierto de los individuos es
ría y en la práctica, porque refleja las divisiones encarnadas en las cierto de todo el sistema de la moral en el pensamiento y en la
instituciones cconón1ica.s y políticas. Donde quiera que existan acción. Mientras que la percepción de la unión de lo posible con
divisiones y barreras sociales, las prácticas y las ideas que corres- lo actualizado en una obra de al1e es un gran bien, el bien no ter-
ponden a ellas fijan medidas y límites, de manera que la acción li- tnina con la ocasión inmediat<.l y particular en que se tiene. La
beral se coloca bajo rcstricciún. La inteligencia creadora se 1nira unión presente en la percepción persiste en la reelaboración <le
con desconfianza; se tetnen las innovaciones, que son la esencia la impulsi(m y del pen.sa1niento. Las primeras insinuaciones de
de la individualidad, y se atan los impulsos generosos para que amplios y grandes cambios de dirección en el deseo y el propósi-
no pelturben la paz. Si fuera el a11e un poder reconocido en la to son por necesidad imaginativas. El atte es un modo de predic-
sociedad humana y no fuera tratado como el placer de un mo- ción que no se encuentra en planos y estadísticas y que insinúa
mento vano, o como un medio de despliegue ostentoso, y si se posibilidades <le relaciones humanas que no se encuentran en re-
entendiera la moral como idéntica a todos los aspectos de valor glas y preceptos, ad1noniciones y adnünistraciones.
que se compa11en en la experiencia, el «problema« de la relación
del al1e y la moral no existiría. But art, wherein man speaks in no 1-tJisc to man,
On(v to manki11d-art may tell a tnllh
La idea y la práctica de la moralidad están saturadas por con-
Oh!fr¡uelv, do the deed shall hreed the thought.'
cepciones de alabanza y condena, recompensa y castigo. La hu-
manidad se divide en los viciosos y los viltuosos, los defensores
de la ley y los criminales, los buenos y los malos. Le es imposible
al hombre estar más allá del bien y del mal, y mientras que lo bue-
no significa sólo lo que es alabado y recompensado y lo malo lo
que es corrientemente condenado o puesto fuera de la ley, los
factores ideales de la moralidad están siempre y en todas partes
más allá del bien y del mal. Como el al1e es enteramente inocente
de las ideas derivadas de la alabanza y la censura, los guardianes de
la costumbre lo ven con mirada suspicaz, o solarnente adn1iten a
regañadientes el arte muy antiguo y ,,clásico,, que obtiene una ala-
banza convencional, siempre que, como en el caso de Shakes- • -En el artL', el hombre no habla con sabiduría a otro hombre/ sino sólo :l la huma-
peare, se puedan extraer ingeniosamente de sus obras signos de nidad, el arte puede decir una verdad/ oblicuamente. ,-.uscitor una práctica que alimenw-
consideración para la moral convencional. Sin embargo, esta indi- 1-:ial pt•ns,uniento.• (/\-'. del t.)

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394
ÍNDICE ANALÍTICO Y DE NOMBRES

Abercrombie, L., 76n, 273 medio a través del cual toca el


,abstracto,, arte, 106, 353 mundo, 220
académico, lo, en el arte, 155-156, y civilización, 369-395
160,304,325 arte proletario, 338, 373n
actitudes e intereses, 298 artes, 3, 8, 85
Adams, Henry, 35 bellas,9,92
Alexander, Samuel, 74 sustancia común de las, 211-240
ambiente, 14-21, 26, 64, 67 y sigs. sustancia variada de las, 241 -
véase interacción 275, 305-306, 334
apreciación estética, 62, 200, 207, artes bellas y útiles, 30-31, 130-131,
210,225,289,348 199-200, 260-261, 294-297
Architecture '!f humanism, 143n asociación, psicología de, 112-115
Aristóteles, 47, 109n, 212, 249, asunto, 100-101, 106-107, 124-125,
256, 320-321, 326,358 128,254
armonía, 15, 19, 99, 180-181 Austen, Jane, 193-194
Arnokl, Matthew, 54, 340, 392
arquitectura, 8, 249, 250, 261, 389 Barnes, A. C., 2, 105n, 106, 132,
los medios de la, 259 133, 196n, 227-228, 249n
arte,3,4,6, 7,9, 20,27, 29,30, 31, Beethoven, 126,235,252
35, 52, 54, 72, 77, 78, 94,119, bellas artes, 92
125, 133, 136, 138, 145, 152, filosofía de las, 3-4, 316-335,
156, 160, 161, 170, 180, 183, 361-364
233, 241, 248, 249, 299, 305, y religión, 7
369,373,374 belleza, 145-146, 181, 208-209, 251,
,artístico, y ,estético,, 53-54, 72- 280,283,328
73, 134 Blake, 232
como una forma de conocimien- Booth, Edwin, 355
to, 325,326 Bosanquet, B., 329

397
llotticelli, 105, 192 comunitaria del arte, concepción, Darwin, 175 escuela flamenca, 232
13oucher, 144 92 Daurnier, 212 escuela florentina, 160, 195, 373
Bradley, A. C., 121, 123, 126 concepciones «creadoras» en la fi- «decoro» y "propieda<l», 224 e¡.;cuela romana, 212, 373
Browning, 317,364 losofía y en la ciencia, ?,11 Degas, 201,212 «romanticismo», 318-319
Bnieghd, el viejo, 215 conciencia, 26-27, 28-29, 60-61, Dl'iacroix, ]5(1, 163, 226, 319 y «clasicismo", 351
13uermeyer, L. 106n, 358n 295 .. 300 Descartes y Locke, ,382 escuelas de atte, 159, 195, 212,
conflicto y lucha, 48 designio, 151, 136 300,373
cambio, permanencia y, 363-367 véase resistencia <lesnudo, el, y lo pornográfico, escultura, 160-161, 192, 251, 261
«capacidad negativa». Shakespea- conocimiento, el arte como un 108, 201 esencia, y ane, 244, 251, 254,
re, un hombre de, 38 modo de, 325, 526, 328 destreza tl-cnica, ~4, 256 328-332
capitalismo y arte, 9-10 Constable, 201, 30/4, 331 véase t1.:~cnka espacio, 207, 233. 236-240
C:arlyk, T., :129 n>ntemplación, 285-290 Dewey, John, 135n, 307n, 361n véase temporal y espacial
censura, idea de Platón. 8 contribución humana, la, 277-306 Didcrot, 91, 212, 292 espontaneidad en el arte, 80 y
Cézanne, 55, 105, 136, 145, 162, control oligárquico, 388 discriminackm, 170 sigs., 315
212, 237, 238, 265, 293, 524, convenciones, 171-173 disociaciún, en el arte, 282 estética, 3. 4, 11, 12, 15, 17, 20,
342,343 Corot, 238 <lisposicioncs motoras, 110, 115 31, 35, 45-49, 53, 61, 87, 89,
Chardin, 145, 213 Courbet, 201, 331 Durero, J2ó 90, 99-112, 129, 133, 141,
china, pinturas, 159, 160, 161, 236 criatura viviente, la, 3-40 145, 163, 164, 167-168, 183-
ciencia, 95, 135- 136, 382 cristiana, tradición, _)82-383 Eastman, Max, 152, 295n 184, 187-188, 191, 196, 220,
científico, lo, y lo estético, 17, 30, crítica, teoría ele la, 13,164, 337-367 egipcia, escultura, 192 243, 246, 251, 277, 282, 285,
39, 53-54, 86, 95, 107, 168- judicial, 542-343, 344 egipcio. arte, 192, ;370 289, 301, 307, 330
169, 207, 325-327, 359-360, Crítica de/juicio (Kant), 285 l!infuehl11n/!,, 114 «etéreas, las cosas", 23-40
381-386 crítico, el, 124, 127, 145, 164, 244, elegancia y forma, 1~8 experiencia, 4, 11, 17-18. 21, 23,
cif'ntíficos y filósofos, 84, lú2 254,354,355,356, 365-367 Eliot, Georgl>, 20n 24-28, 31, 33, 41
civilización, arte y, 369-395 C:rnce, 207-208, 326 Emerson, R. W., 33, 357 estética y no estética, 46, 56, 63,
Clark-Maxwell, 224 cualidad decorativa en el arte, emociones, 49-50, 73-80, 87, 89, 67, 95, 110, 117-118, 148,
clásico, 3, 160, 162-165, 191,318 143-147 90, 152, 137, 175, 266-269 155, 163. 164, 233-234,
"clasicismo» y «romanticismo», 3S l cualidades sensibles, 24, 116, 134 empatía, 114-115 239-240, 244, 251-252, 259,
clasificación de las artes y sigs., 139, 219, 242, 288, encanto, :B.3 278,305,307,369
véanse sustancia variada de las 292, :130 uéase cualidad decorativa en el experiencia de consumación, 19,
artes; temporal y espacial cualitativo, pensamiento, ] .-35n, arte 21, 41-42, 44, 47, 64-65, 77,
en el arte Hí3, 216, 218n, 220-221, 227- energía, 5\ 175, 183-210 155, 157, 194-195, 369
Claudio de Lorena, 331 228 ensueflo y arte, 311-312 cxpenencia estética directa, 252
Coleridge, 5, 38, 176, 212, 219. cuerpo arte cLrcbral, 249 experiencias, «ideales» y "espiri-
302 cultivo del. 256 cnunciaciún contra expresión, 96 tuales", 33
color, 160, 229, 264 y mente, 24 y sigs. experimento en d arte, 162, 384
Colvin, sir Sydney, 109 cultura griega, 374 Epstein, 192 expresión, 27, 67-92, 96-116,
comprensión y expresión, 76, 206 significado de la, 32 equilibrio, 15, 290 305
comunicación, 118, 267-268, 275, corno resultado de la tensión, 15 Expresión de las emociones ( Dar-
305, 323, 378-381 Dante, 124, 326, 360, 361 véase simetría win), 175

398 399
falacias de la crítica, 356-358 Guardi, 145 inteligencia e inteligibilidad, 25, Locke, Descartes y, 382
felicidad, 19 Guercino, 160 52, 151, 155-156, 194-195, Hume y, 44
feo, lo, 108, 129, 196, 231n 240, 325-327 Lorena, Claude de, 331
fijación, 47, 213 hacer y padecer, 51-58, 59-65 interacción del organismo y el Louvre, 9, 341n, 353
füosofia, 3, 12, 112, 135, 167-168, véase interacción ambiente, caps. I y II, pas- Lucrecio, 326
307-330, 381 Hambidge, Jay, 358 sim, 14-21, 25, 41, 57 y sigs., Lucy Gray (Wordsworth), 148
filósofos y científicos, 84 Hamlet, 355 165-166, 278-279, 307 Luxemburgo, museo de, 341
forma, 27, 86, 128, 130-131, 139, Hazlitt, William, 319 interés, 107, 214, 298
143-144, 148, 151-182, 227- Hegel, 171,326 intuición, 300, 332 Macbeth, 220, 233
228 Hesíodo, 371 Manet, 161, 199
de la escultura gótica, 160-161 historia natural de la forma, 151-182 James, William, 64, 83, 103, 134, Mann, Thomas, 239, 354
filosofía y estética griegas, 167- holandesa, escuela, 265 190,233,237,244 Mantegna, 160
168 hombre y naturaleza, 305-306 Johnson, Samuel, 90, 109 Maquiavelo, 373
historia natural de la, 151-182 Housman, 212, 243 Joiedevivre(Matisse), 142,312 Mario, John, 230
musical, 257 Hudson, W. H., 32, 140 judicial, crítica, 342-343, 344 masa y volumen, 237, 239-240
forma perceptible, 86 Hulme, T. E., 87, 375-376 juego, teoría del arte como, 312- Masaccio, 104
formación y artes automáticas, 317 materia y forma, 144, 149
256 Ibsen, 212 material, 32, 86
Fragonard, 144 ideales y material, 20, 32, 272- Kant, 141, 245, 333 materiales objetivos, 312
frescos, 250 273, 328 kantiana, psicología, 288 Matisse, 94, 120, 127, 133, 144,
Fry, Roger, 98, 100, 101 iglesia católica, 372, 373 Keats, 36-37, 38, 81, 124, 139, 153,312,342
funcionalismo en el arte, 129, ilusión en el arte, 226-227, 310- 163, 233, 243, 264, 287, 291, «medio proporcional", el, y Aris-
142-143, 386-387 313 392 tóteles, 47
ilusión, teoría de la, 310-313 medio y medios, 222-225
Giorgione, 252 imaginación, 300-304, 307-310 Lamb, Charles, 158, 319 diferencia con «medium», 72-75,
Giotto, 104 imitación, 8, 320 Lancret, 144 132, 220-228, 196, 200-201,
Goce de la poesía (Max Eastman), véase representación Lee, Vernon, 114, 116 206,210,312,324,361
152 impulso, 67, 289 Leibniz, 230 Melville, 358
goce de las obras de arte, 31 individualización, 77 y sigs., 93, Lemaitre, Jules, 344, 345 memoria y arte, 20, 81-84, 101-
Goethe, 317, 335, 355, 358 228-233, 313,320,325 lenguaje, objetos de arte como, 102, 137
góticos, edificios, 250 industrialismo en el arte, 10, 11, 119, 323-324, 379 mente, 24, 26, 49, 297-300, 307n,
escultura en los, forma de la, 160 30,256,381, 385-389 véase medio 308
Goya, 104, 142 inercia del hábito e imaginación, Leonardo, 195, 326 Miguel Ángel, Moisés de, 263
Grecia, 29, 370 304-305 línea y forma, 228 Milton, 90, 124, 139, 173, 326,
Greco, 105 logres, 343 líneas portadoras de las propie- 359-360
griega, cultura, 374, inspiración, 75-76, 301 dades de los objetos, 113- Mili, John Stuart, 54
ciencia y filosofía, 167-168, 224, instinto, 289 114 modelos comunes a varias expe-
381 instrumental, 157 Lippmann, Un pr,;facio a la mo- riencias, 18
escultura, 161, 192 intelectual y estético, 17, 52, 63, ral, 373n, 385n sustancia común de las artes,
juegos y gimnasia, 256 84, 107 literatura, el medio de la, 257 211-240

400 401
Moliére, 270 Parkhurst, Helen, 252 y ternía dd arte, 277-306 «revelación» en darte, 305
Monct, 342 Partenón, 4, 122, 125, 256 psicológicos, aspectos y elemen- Reynolds, sirJoshua, 212,321,359
moral, 23, 25, 29-30, 45-46 participaci{m y comunicación, 26 tos de la experiencia estéti- Rihera, 160
función del arte, 389-394 Pater, 35-36, 258, 319 ca, 277 Richards, l. A .. 283
movimiento en la experiencia di- pensamiento en el arte, 44, 83-84, «punti\lismo», P,6-137 ritmo, 16, 18, 155, 165-166, 183-
recta, 233 134 192, 198-199
Murillo, 103 percepción, 11, 51-52, 57, 110, R.ifael. 195 Rousscau, el aduanero, 213, 265
Murray, Gilhert, 329 146, 154, 183-184, 200-201, radm, )8, 28(), Rubens, 232
musco de arte, 7-10 220, 254-255, 289 véase inteligencia e inteligibili-
música, 8, 84, 178-179, 251, 266- y crítica, 337-367 dad Santayana, G., 20, 158, 176, 256n,
269, 331 pennanencia y cambio, 363-367 Razón Pura, operando como una 329-330, 362, 373
musicales. formas, 257 pintores, 84, 161, 226, 265, 339 demanda sc>hre la Voluntad Sargent, 55
pintura, 8, 84, 103, 144, 159, 177- Pura, 285 Schiller, 216
naturaleza, 16, :32, 91, 113, 157- 179, 236,251,264,359 Reason in Ar! (Santayana), 256n Schopenhauer. 260, 269, 326
158, 170-171, 374-377 pintura francesa, decoración en receptividad, 61, 174-175 Scott, Geoffrcy, Architecture and
Newton, 337 la, 144 «n.~conciliackm», significado de la, Humanism, 143n
no estético, 46-47, 56-57, 116 Platón, 8, 30. 279, 528, 358, 371- 210 Scott, sir Walter, 193-194, 319
Notre Dame, 62 373 reconocimiento, 27, 60, 128, 293 sensaciones, 24, 277, 288
novela. 178 Plotino, 329 n:currencia estética, 191 y sigs. véase cualidades sensibles
política reflexiém, 16, 80, 128, 228, 330 sensibilidad, 25, 115-116, 129.
objetivo y subjetivo, 96-97 subdivisión en compartimentos, reglas y asunto, 2'14 142,148
objeto, el artista lo define con el 24 relaciones, 28, 115, 131, 152, 187- véase cualidades sensibles
color, 229 y moral, 30 188 sensible, percepción, 61 y sigs.,
expresivo, 93-118 Poe, Edgar Allan, 85, 219 religión, y bellas artes, 7, 35 116, 129
objetos, 113, 119, 130 poesía, 37, 123-124, 243, 270-272 tienen su propio comporta- sentido en el arte, 68-69, 81, 95 y
obra de arte, 3, 12, 31, 94, 183, poetas y pintores, 84 miento, 23 sigs., 112, 314
241,247 dramaturgos y músicos, 8 religiosas. pinturas, 559 uéase representación en el arte
Oda a una urna griega (Keats), Poussin, Nicolas, 284 religioso, sl'ntimiento, 220 sentimiento, 234
233 popularidad y comunicabilidad, 11éusereligi<>sas, pinturas véase emociont.-'S
O'Neill, Eugene, 205 118 Rembranclt, 104, 126, 232 serenidad en el arte, 181
orden, afín a lo estético, 16 práctico, lo; y lo estético, 46-47, Renacimiento. 159, 284, 373 Shakespcare, 38, 139, 161, 180,
organismo y ambiente, 14-21, 26, 63 y sigs., 293-297 Renoir, !OH, 144, 189, 201, 341 215,232
67 y sigs. prefacio a la moral, Un (Lipp- reprcsentackm en d arte, 94, 100 shupe, y forma, 115. 128 y sigs.
véase interacción mann), 373n, 385n y sigs., 125-128, 225. 249- Shellcy, l 24, 326, 393-395
organización de las energías, Preludio (Wordsworth), 186 252, 286, 319-325 símbolos, 34, 95, 169
183-210 producto artístico y obra de arte, resistencia, 2(,, 69, 155, 163, 166, simetría
183,241,246 174-175, 181, 187-188, 203, dinámica y funcional, 206
padecer, 51-52, 148-149, 174-175 prosa y poesía, 270-272 206, 266, 295-296, 302, 316, y ritmo, 202, 207
,paradoja de Diderot", la, 91, 292 proyección, 281 383 sobrenatural, 34
paraíso perdido, El (Milton), 123 psicología kantiana, 288 reto a la filosofía, .)07-335 sociales, condiciones, y arte, 33 y

402 403
sigs., 91-95, 118, 295-296, Tintern, Abadía, 96 LISTA DE ILUSTRACIONES
369-374, 381-394 Tintoretto, 104, 160, 351-353
Sócrates, .~O Tiziano, 104, 126, 144, 160, 201,
sonido, 237, 266 236, 356
Speculations (Hulme), 87n, 376n Tolstoi, 118, 214, 225
Spencer, H., 128 tradición, 180, 300, 350-353, 382
Spenser, E., 316 tragedia, 108-109
Stein, Leo, 178, 232
subjetivo y objetivo, 96-97, 311- umbríos y romanos, pintores,
312 339-340
sustancia variada de las artes, unidad, 42, 180-181, 207
241-275 Utrillo, 331
sustancia, y forma, 193-194 La Victoria alada (Louvre).
sustancia y forma, 119-150 valores, 348-349 Cerámica <le los indios pueblo, Nuevo México (Bames Foun<la-
estéticos, inmediatez de los, tion).
técnica 133-134, 330-331 Pinturas rupestres bosquimanas, África.
•puntillista•, 136-137 transferidos, 133, 253 Joya <le oro escita (Ermitage, San Petersburgo).
relatividad de la, 158-163, 257, Van Eyck, 236 Getsemaní, por El Greco (National Gallery, Londres).
344-345, 373 VanGogh,80, 82, 97,342
Las hanistas, por Auguste Renoir (Bames Foundation).
tecnológicas y figurativas, artes, variación, 189-192, 365
variedad, 26
Naturaleza muerta con duraznos, por Paul Cézanne (Bames
256
temporal y espacial en el arte, 27, Velázquez, 144 Foun<lation).
184, 198, 207-208, 233-240, veneciana, escuela, 160, 212, 232 Escultura negra (Bames Foun<lation).
245-249 Verdad, y el Bien, 285 Joie de vivre, por Henri Matisse (Bames Foun<lation).
Tennyson, 90, 218 Victoria alada, 264
tensión, equilibrio resultante de vida, experiencia y proceso, 41
la, 16, 155 visión estética, 282
véase resistencia víspera de Santa Inés, La (Keats),
teoría, 3, 11-14, 19, 114-115, 143, 287
180, 273, 285, 314-315, 375-
376 Walden (Thoreau), 357
Thoreau, Walden de, 357 Watteau, 144
Thorwaldsen, 161 Whistler, 189
tiempo, 27, 237 Wordsworth, 96-97, 126, 148,
véase ritmo 170, 173, 186, 212, 326

405
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