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Año 1 - Núm ero 2

Ju lio 2014
|SSN 2 3 4 7 - 0 9 3 3
Autoridades del Gobierna de la Provincia de Buenos Aires
G obernador de la Pro vin cia de Buenos Aires: Gnb. Daniel Dsvaldn Scioli
M inistro de Salud de la Pro vin cia de Buenos Aires: Dr. Alejandro Collia
S u b se creta rio de Atención y Coordinación de la Salud: Dr. Sergio Alejandre
D irecto ra Ejecutiva H.I.G.A Rossi de La Plata: Dra. María González Arzac
2346-8696 / /

Je fa de Servicio de D ocencia e Investigación H.I.G.A "Pro f. Dr. R. Rossi": Dra. Susana Ibañez

Dirección
Lic. Cecilia Fasano
ISSN

Dirección Adjunta
Dra. Inés García Urcola

Consejo Académico
Praf. Germán García
Escritor- Psicoanalista AMP*- EOL-Director Fundación Descartes
Diseño e Impresión: Dpto de Imprenta, Técnica Programación Gráfica y Talleres. Dirección de Contabilidad y Servicios Auxiliares. Ministerio Salud de la Pcia de Bs As. -

Psic. Edith Alba Pérez


Decana Facultad de Psicología - UNLP
Lic. Alejandra Wagner
Decana Facultad de Trabajo Social - UNLP
Lic. Ana Velara
Profesora Facultad de Ciencias Naturales y Museo - UNLP
Lic. Lilián Alvarado
VicEprEsidEnta Colegio Psicólogos Distrito XI La Plata
Dra. Graciela Beatriz Onefrie
Miembro Titular de APSA, APAL y WPA**
Dr. Hugo Spinelli
Directorvdel Instituto de Salud Colectiva UNLa
* Escuela de la Orientación Lacaniana / Asociación Mundial de Psicoanálisis
** Asociación Psiquiatras Argentinos /Asociación Psiquiatría América Latina/ Asociación Mundial de Psiquiatría

Consejo Editorial
Dra. René Rossi
Hospital Zonal General de Agudos Prof. "Dr. Rodolfo Rossi"
Lic. Paola Bocalari
Hospital Zonal Especializado "Reencuentro"
Lic. Marcela Reichert
Hospital Interzonal General de Agudos y Crónicas "Dr. Alejandro Korn"
Dra. Gloria Ponce
Hospital Zonal General de Agudos "San Roque"

Traducciones
Lic. Eliana Ruppel: traducción de inglés.
Lic. Rom ina Merlo y Lic G abriela Rodríguez: traducción de italiano.

Ilustración
Edgardo Antonio Vigo (La Plata, Bs. As. 1927-1997)

Revista incluida en:

Directorio de revistas Científicas Latindex (Sistema


Regional de Información en Líneas para Revistas
Publicación del Servicio de Docencia e Investigación. Hospital "Prof. Dr. R. Rossi" La Plata Científicas de América Latina, el Caribe, España y
E-mail: docencia_rossi@yahoo.com.ar - ce_fasano@yahoo.com.ar Portugal - http://www.latindex.org/)
Dirección: Calle 37 N° 183 e/ 116 y 117 - CP (1900) La Plata - Teléfono: (0221) 424-7596 - El Servicio de difusión de la Creación Intelectuel
http://www.ms.gba.gov.ar/sitios/hrossi
SeDiCI (Repertorio Institucional de la Universidad
Nacional de La Plata http://sedici.inlp.edu.ar/)
Editorial INDICE
□Cecilia Fasano................................ ................................................................................................................t u

Reportajes
□Eric Laurent: Psicoanalista, Asociación Mundial de Psicoanálisis (AMP)............................................. 12
□Eugenio Zaffaroni: Ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.......................................... 14
□Sebastián Basalo: Director THC (contacto@revistathc.com)................................................................... 16
□Edith Benedetti: Interventora General del Centro Nacional de Reeducación Social (CENARESO)... 17

Documento Histórico
□Cecilia Fasano: Toxicomanías en la década del '20. Pequeños sucesos argentinos...........................23

Dossier: Consumos Inquietantes


□Félix Chiarimonti: De la comunidad adicta a la hystoria de cada uno..................................................... 29
□Gustavo González: Paraísos artificiales, modernidad y psicoanálisis...................................................... 32
□Alfredo Carballeda: Algunos aspectos históricos y geopolíticos que hacen a la construcción
discursiva del consumo problemático de drogas........................................................................................ 36
□Fátima Alemán: Adicciones: la compulsión y el placer negativo............................................................... 39
□Alma Peréz Abella: Vergüenza. Adicción al sexo........................................................................................ 41
□Silvia Zamorano: Ley Nacional de Salud Mental: desafío para la clínica de las adicciones.................. 43
□Paola Boccalari: Adicciones o consumidores.............................................................................................. 46

Entramados
□Inés Gracía Urcola: Nuevas categorías: una pragmática........................................................................... .5 1
□Carolina Alcuaz: Consumos problemáticos: una clínica de la tristeza..................................................... 53
□Luis Volta: Incidencias del consumo vital de objetos tecno-científicos: órganos, cuerpo y subjetividad......... 58
□Graciela Onofrio: Psiquiatría y psicoanálisis. Estado actual y perspectivas futuras............................... 62
□Laura Romero: Literatura, toxicomanías y psicoanálisis........................................................................... 66

Perspectivas
□Gabriela Rodríguez: Un sujeto sometido a un objeto. Presentación de la Intervención
de Marco Focchi............................................................................................................................................... .7 1
□Marco Focchi: Una perspectiva psicoanalítica sobre el problema de la adicción a las drogas.................. 72

Literarias
□Laura Klein. Capturas. Presentación del texto de María Moreno............................................................ 79
□María Moreno: La pasarela del alcohol (Fragmentos)................................................................................ 81

Ilustración
□Laura Arroyo: Vanguardias platenses: Eduardo Antonio Vigo (1928-1997)........................................... 83

Novedades
□XXIX Jornadas Científicas HIGA Dr. R. Rossi............................................................................................ 85
Editorial

P ara retomar la conversación con nuestros lecto­ E ntram ados, es la sección en la que el lector en­
res, iniciada en el número anterior, y con los nue­ contrará una selección de textos que otorgan un
vos por venir, celebramos la continuidad de este importante valor argumentativo al eje central de
proyecto editorial y la respuesta entusiasta a nues­ la publicación. En la sección Perspectivas, inclui­
tra convocatoria de autores de diferentes campos y mos una intervención del psicoanalista italiano
disciplinas, tanto argentinos como del exterior. Marco Focchi, realizada el 20 de abril de 2012 en
En el año 1964, Jacques Lacan advierte que nada Milán en la Casa de la Cultura, con motivo de la
puede fundarse en el azar, que no implique una presentación del libro de Jean-Louis Chassaing
estructuración previa y limitada de la situación D roga y lenguaje. Intervención autorizada y revi­
en términos de significantes. A sabiendas de esta sada por su autor para ser publicado en la revista.
advertencia lanzamos este segundo número de La sección Literarias se complace en proponer al
Estrategias, según la oportuna denominación que lector un extraordinario fragmento de María M o­
propusiera Germán García, en un mapa trazado reno, entre el diario de experiencia y/o la cróni­
por diferentes puntos de referencia y términos ca intimista; este texto que gentilmente cedió la
que configuran la interfaz entre psicoanálisis y sa­ autora para esta revista, es presentado por Laura
lud mental, en la que esta revista juega su partida. Klein a cargo de esta sección. Cerramos el núme­
Proponemos un espacio de investigación donde ro con Edgardo Antonio Vigo, el multifacético
se convoca la presencia del psicoanálisis, la psi­ artista plástico representante de la vanguardia
quiatría y la psicología junto a otras disciplinas platense, que con su fulgor inquieto ilustra el re­
-trabajo social, filosofía del derecho, antropolo­ corrido propuesto hasta aquí.
gía, literatura, sociología, historia, etc.-, quienes La revista Estrategias actualmente se encuentra in-
en conjunto delimitan y aportan a este campo lla­ dexada en el Directorio de Revistas científicas L a-
mado de la Salud Mental. tindex (Sistema Regional de Información en Línea
Una serie de textos conforman el D ossier de la pu­ para Revistas Científicas de América Latina, el Ca­
blicación otorgándoles su matiz temático, en esta ribe, España y Portugal), y sus documentos están
ocasión las llamadas adicciones a las que hemos depositados en El SeDiCI (Servicio de Difusión de
decidido referirnos con la designación “consu­ la Creación Intelectual -Repositorio Institucional
mos inquietantes”, porque no sólo se trata de la de la Universidad Nacional de La Plata).
variedad de sustancias sino también de las diver­ Para finalizar expresamos nuestro agradecimien­
sas modalidades del consumo. to a Germán García, Edith Alba Pérez, Alejandra
La sección R eportaje que replica una idea del nú­ Wagner, Ana Valero, Lilián Alvarado, Graciela
mero anterior -la generación de una suerte de Beatriz Onofrio y Hugo Spinelli, por haber acep­
foro que reproduce las diversas lenguas que dan tado de tan buen grado integrar el Consejo Aca­
carnadura a la babel social-, cuenta con la des­ dém ico de esta publicación. Igualmente a René
tacada participación de Eric Laurent (Psicoana­ Rossi, Paola Boccalari, Marcela Reichert y Gloria
lista francés, Asociación Mundial de Psicoanálisis Ponce en representación de los hospitales Prof.
(AMP), Eugenio Zaffaroni (Ministro de la Cor­ Dr. Rodolfo Rossi, Reencuentro, Dr. Alejandro
te Suprema de Justicia de la Nación Argentina), Korn, y San Roque de Gonnet.
Sebastián Basalo (Director de la Revista THC) y A Gabriela Rodríguez y Laura Klein por su ines­
Edith Benedetti (Interventora General del Centro timable participación en las diversas instancias
Nacional de Reeducación Social -CENARESO), a de esta publicación. Igualmente, nuestro agra­
quienes agradecemos especialmente por su buena decimiento para el Servicio de Salud Mental del
disposición para el reportaje. HIGA “Prof. Dr. Rodolfo Rossi” por concedernos
En la sección D ocum ento histórico se podrá leer su Auspicio, y a la Facultad de Trabajo Social, la
el documento recuperado del relato que el Dr. Facultad de Psicología y la Facultad de Ciencias
Leopoldo Bard hace del primer caso grave de Médicas de la Universidad Nacional de La Plata
toxicomanía, publicado en 1923. Un documento por otorgarnos su Aval institucional.
que muestra la estrecha relación existente en el Sin más, los invitamos a la lectura.
campo de las toxicomanías, entre la criminología
y la psicopatología, así como la concepción vigen­
te sobre la cuestión, en la década del '2 0 . Cecilia Fasano, La Plata, mayo 2014

7
Edgardo A. Vigo. II Teorema fundamental - 1966
REPORTAJES
Reportajes (*

La revista Estrategias -Psicoanálisis y Salud mental- ha formulado siete preguntas a cuatro profesionales
de diferentes disciplinas, a fin de obtener una aproximación a la complejidad del tema de las adicciones, o
como preferimos llamarlas "consumos inquietantes" en la medida que no sólo nos referimos a la variedad de
sustancias sino a las diversas modalidades del consumo. Cuando se habla de adicciones, suele restringirse
al consumo de sustancias, sin embargo creemos que la época actual se caracteriza por un empuje al consu­
mo de una amplia diversidad de objetos que se ofrecen en el mercado, determinando estilos de vida.
De modo que pensamos que tanto la disparidad de las opiniones como las dificultades que suele presentar el
tema de las adicciones, ameritan este reportaje.

| 1. | En Argentina fue recientemente promulga­ 4. Karl Marx, creía que el capitalismo implicaba
da (2/12/2010) la Ley Nacional de Salud Mental no sólo una invasión económica sino que afectaba
26.657, en su artículo 4° dice: “las adicciones de­ diferentes aspectos de la vida de los hombres, de al­
ben ser abordadas como parte integrante de las gún modo anticipó cierta fascinación/ compulsión
políticas de salud mental. Las personas con uso por los objetos del mercado. ¿Podría considerarse
problemático de drogas, legales e ilegales, tienen que la droga forma parte de esa serie de objetos?
todos los derechos y garantías que se establecen en
la presente ley en su relación con los servicios de |~5~| ¿Qué opinión tiene usted sobre las diversas y nu­
salud.” ¿Qué opina usted acerca del desplazamien­ merosas ofertas de tratamientos para las adicciones
to del campo de las adicciones del ámbito mayori- que inundan actualmente el mercado de la salud?
tariamente penal hacia el ámbito de la salud?
6. Es sabido que las adicciones son un problema
[~27| Históricamente el consumo de drogas ha sido que atraviesa todos los estratos sociales, sin em­
interpretado como una forma de hedonismo, un bargo las consecuencias de las mismas suelen va­
camino hacia el autodescubrimiento, simple re­ riar en función de la clase social del consumidor.
creación, y en innumerables ocasiones una agonía Como sitúa usted la relación entre las adicciones
incontrolable. ¿Cuál considera usted que podría y las clases sociales?
ser en la actualidad el rasgo de época que define a
las adicciones o el consumo en términos generales? [7 1 Para finalizar, ¿desea agregar algún comenta­
rio desde la óptica particular de su disciplina?
[3 1 Se sabe que la prohibición genera deseo, un cla­
ro ejemplo, afín al tema que nos convoca, fue La
Ley Volstead promulgada en 1919 en los Estados
Unidos de América (conocida como La ley seca)
también llamada Prohibición. El resultado obte­
nido fue opuesto al buscado, es decir, se constato
un incremento no sólo del mercado negro sino
también de la demanda. Siguiendo este argumento
¿qué consecuencias supone usted puede implicar
la despenalización del consumo de drogas?

(*) Reportaje realizado por Lic. Cecilia Fasano (1), Dra. Inés García Urcola (2)

(1) Lic. Cecilia Fasano: Directora d e la revista Estrategias -Psicoanálisis y


Salud mental-. M iem bro del C entro Descartes. Asociada a la Escuela de
la O rientación Lacaniana EOL-Sección La Plata. Adscripta al Servicio de
D ocencia e investigación del Hospital Dr. R. Rossi d e La Plata.

(2) Dra. Inés García Urcola: Directora adjunta d e la revista Estrategias


-Psicoanálisis y Salud mental-. M iem bro d e la Asociación d e Psicoanáli­
sis de La Plata. Je fa d e Sala de Psiquiatría y Psicología M éd ica del Servi­
cio d e Salud M en tal Hospital Dr. R. Rossi d e La Plata.

11
Eric Laurent
Psicoanalista francés, miembro de la Ecole de la Cause freudienne (ECF)
y de la Asociación Mundial de Psicoanálisis (AMP)

|T| En el artículo “El objeto droga” (1) subraya­ 3 - El fracaso de los tratamientos autoritarios de
ba el momento de báscula en el cual estamos, al las toxicomanías nos revela que la droga no es un
borde de un nuevo modo de inclusión del objeto producto soluble, ni en la guerra, ni en la econo­
droga en nuestra civilización. Estamos ahora en mía liberal, ni en los ideales, ni en los protocolos
el momento de aplicación de las primeras decisio­ universales. La droga nos enfrenta a los límites del
nes efectivas de legalización del uso del cannabis paradigma “problema-solución”. Produce otra lógi­
en todo el continente Americano. En los Estados ca, es un producto paradigmático para introducirse
Unidos, los electores de Colorado y del estado de en un pasaje a una verdadera humildad. Tenemos
Washington han decidido en 2012 y 2013 despe­ que renunciar no solamente a las soluciones del
nalizar la venta y la posesión de pequeñas can­ superyó sino a las soluciones del ideal del yo. No
tidades de marihuana y regular la distribución hay una solución universal; antes bien, tendremos
bajo el modelo del alcohol. “Por primera vez en que pasar a lo múltiple, a considerar los efectos de
los EEUU -e incluso en el mundo-, Holanda lim i­ la droga en su especificidad propia, introduciéndo­
tándose a la despenalización, la marihuana es de nos en una verdadera tolerancia con lo imposible,
venta libre y accesible a cada uno que tiene más de sin ceder ni a la resignación ni al cansancio ante
21 años, incluso sin prescripción médica” (2). Lo una carrera que roza así lo imposible. Implica una
que pasa en Argentina acompaña el hecho que en modestia activa de los políticos, de los terapeutas,
Uruguay, la promulgación de la ley legalizando el de los psicoanalistas, psiquiatras y de todos los que
uso de la marihuana tuvo lugar el 22 de diciembre están implicados en esta carrera multidisciplinar de
2013, y el gobierno tiene 120 días para redactar los cómo abordar ese imposible en todas sus facetas.
decretos de aplicación. Habrá como en Colorado
un registro de los usuarios. Esta experiencia de 4- El fetichismo de la mercancía produce una fal­
producción y de venta del cannabis bajo control sa recuperación de algo que viene a eludir la cas­
directo estatal es pionera en el mundo. La Fun­ tración. Para un hombre, un coche es una “falsa
dación Georges Soros sostiene la iniciativa. Em ­ mujer”. Este fetichismo esconde la tentativa des­
piezan ahora los verdaderos problemas. Porque esperada de recuperar la plusvalía perdida, en el
la experiencia del alcohol lo muestra, legalizar es acto mismo de comprar un objeto. Cada vez fraca­
solo un aspecto de las cosas. Queda la adicción sa y así se repite. El shopping produce adictos que
como un problema real que hay que tratar. compran hasta caer “Shop tillyoudrop”. Lacan su­
brayaba el doble aspecto del fetichismo de la mer­
2 - La droga no es un objeto hedónico. Es más bien cancía. En una faceta produce un vacío, un deseo
un objeto que demuestra la imposibilidad de un he­ vacío e insatisfecho. Del otro, produce un lleno en
donismo feliz. Uno empieza por el “principio del pla­ esta adicción. En este sentido la droga es un objeto
cer” y muy rápidamente pasa a “más allá del principio por excelencia, el único objeto que corta la rela­
del placer”. El toxicómano es absolutamente sumiso ción del sujeto con el sexo, instalando una depen­
al puro imperativo surperyoico según Lacan. Se for­ dencia absoluta a un goce que sería el último.
mula “¡Goza!”, más allá del placer. El superyó, en su
faceta más profunda, empuja a la muerte. Tenemos 5 - Hay tratamientos que prometen la curación
la figura obscena del superyó en tanto prohibidor completa y “para todos”. Habitualmente son tra­
(“war on drugs”) o la figura obscena del superyó en tamientos autoritarios, que se fundamentan en
tanto empuje al goce, como sería el caso si hubiera el manejo del significante amo. Hay tratamientos
liberalización sin freno, sin tratamiento y sin consi­ que prometen menos. Piensan que hay adicciones
derar la especificidad de las drogas. Si podemos en que no se pueden curar pero que se juntan con la
estos momentos dirigirnos a los políticos que están a distribución de los derechos a los adictos y distri­
cargo de tomar decisiones más allá de esas figuras del bución de drogas substitutivas menos peligrosas.
superyó, es nuestro deber intentar, orientar, una con­ En el momento actual, se cree menos en los trata­
versación de todos sobre esos temas porque hablar mientos autoritarios. De lo que se trata en todas
del tratamiento de la adicción a las drogas no es sólo las perspectivas es de reducir los efectos devasta­
un tema que concierne a los profesionales que tratan dores de la toxicomanía. Un documento de traba­
de dirigirse a los sujetos drogadictos.

12
jo redactado el año pasado por el diputado brasi­ tratar de organizar salas de “shoot” para los he-
leño Marcos Rolim es muy interesante. No habla roinómanos, para mantener un diálogo con ellos
de curación sino del control de los desgastes de y no abandonarlos a su goce autista. Fue proba­
las drogas. Esta perspectiva tiene resonancia con blemente una de las conferencias más difíciles; si
el psicoanálisis. No se trata tanto de curar sino de bien era un personaje original y muy agradable,
reducir la nocividad de los desgastes. Con el psi­ él se negaba a admitir otra política que enfrentará
coanálisis no hay una promesa de curación para la situación con ánimo y coraje. Para entender las
todos de todas las adicciones. Hay una reducción consecuencias de las desigualdades sociales fren­
de lo mortífero de estos desgastes, el encuentro te a las drogas, lo m ejor es la serie de HBO “The
con una solución más vivible para el sujeto. En Wire” realizada por David Simón. Es una des­
algunos casos hay curación. cripción terrible del impacto de las drogas y de
la guerra “contra ellas” en su ciudad de Baltimo­
6 - Primero, hay que subrayar que las drogas no re. Revela la ruina de la desindustrialización, el
son peligrosas, ni los productores, ni los campe­ abandono de las poblaciones, la transformación
sinos que producen coca, ni el consumidor; sí lo de la supuesta lucha anti-drogas en un sistema de
son los que transportan enormes cantidades y gestión represiva del desastre. Bajo el motivo de
esto tiene que ser controlado singularmente. Más controlar la circulación de las drogas, se transfor­
allá, se mantienen inmensas desigualdades que ma en una guerra contra los pobres. La penali-
restan frente a las drogas. La publicación del libro zación produjo el crecimiento exponencial de la
de memorias de Keith Richards, el Rolling Stone, población carcelera en los EEUU. Es el país que
bajo el formidable título de The life lo demues­ tiene la población carceleramás alta del mundo
tra. El que durante veinte años fue introducido en constituida por un 80% de gente que ha tenido
la lista de las personas que probablemente m ori­ relación con las drogas, consumidores y dealers
rían al año siguiente, fue considerado un muerto de toda clase, pequeños y gordos. (3)
potencial durante veinte años, fue un drogadicto
durante cuarenta años, lo dice en sus memorias: |~7-1 Es nuestro deber intentar orientar una conver­
“nos salvamos, probablemente, porque siempre sación de todos sobre esos temas porque también
usamos la mejor, la crema de la crema.” Y con esto hablar de las guerras a las drogas no es sólo un
digamos, entre Keith Richards por un lado y los tema que concierne a los profesionales que tratan
consumidores de crack de El Salvador por otro, de dirigirse a los sujetos drogadictos. Este tema de
tendremos que, efectivamente, no dejar a ningu­ la lucha contra las drogas no podrá limitarse a un
no de esos tipos de consumidores abandonados, tema de salud pública. Siempre habrá lazos con
solos. Es lo que sucede demasiadas veces en nues­ el trabajo de la policía y se espera que se haga un
tras ciudades. En El Salvador leí los trabajos de buen trabajo desde la policía, para justamente ac­
los que se ocupan de los consumidores de crack, tuar sobre los delincuentes y sobre los que están en
pero puedo decir que en París, yendo del aero­ el nivel de los narcotraficantes. Son ellos los que
puerto a mi domicilio, pasando por la Plaza Saint representan un problema para la democracia en
Michel, podía verse a un grupo de homeless de general. Pasar de lo que fue el imaginario de la pro­
los países del Este que cruzan por París fumando hibición total, el vocabulario y las prácticas de la
crack. Se los podía ver, estaba en un taxi conduci­ guerra a una nueva organización estatal, con cier­
do por un personaje, un black fuerte que me con­ ta liberalización o legalización de las drogas no se
tó que, antes de ser chofer de taxi, era el respon­ hará sin dificultades. Implica dejar de lado las fal­
sable de seguridad de un mallen la periferia de sas esperanzas del Superyó para inventar una po­
París y me decía que conocía bien los problemas lítica original para cada substancia tóxica, una por
de los vendedores de crack y entonces estaba en una. Discutir cuáles son las drogas que podrían le­
contra de toda política de legalización, estaba a galizarse y controlar sus desgastes de la mejor ma­
favor de una política dura. Y así viajé, desde la nera. Apoyarse sobre la educación o programas de
Plaza Saint M ichel hasta mi domicilio, tratando prevención no será suficiente pero será inevitable.
de convencerlo de que era m ejor ocuparse de los Y para el tratamiento tendremos que acercarnos lo
fumadores de crack y legalizar la marihuana, de más posible a una solución individualizada.

(1) Laurent, Eric, art. «El o bjeto droga en la civilización» Pharm akon, N ° du cannabis» in Le m onde, vend redi 3 jan vier 2014
12, Ediciones G ram a, 2012 (3)Cf: w w w .d rug w arfacts.o rg ainsi q u e les statistiques fournies par
(2) Corine Lesnes, repo rtag e «Le C olorado o uvre la vo ie a la légalisation l'United States bureau o f Ju stice statistics et son directeur Charke.

13
D r. Eugenio Raúl Zaffaroni
Ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación Argentina

[T I El campo de “lo penal” es siempre artificial, cuestión patológica, sino más bien de educación
en el sentido de que es creado y definido por ac­ sanitaria, que nunca debe encararse como hacen
tos políticos (leyes), o sea, no es algo dado en la algunos, que parece que pretenden que dedique­
naturaleza y, por tanto, no es reconocible fuera de mos nuestra vida a cuidar nuestro cuerpo y nada
la decisión política de ampliarlo, limitarlo o ex­ más; así nos morimos de viejos, sanos sí, pero sin
tenderlo a tal o cual materia.En los órdenes de la haber hecho otra cosa en la vida. No me parece
realidad, hay problemas que tienen una naturale­ un proyecto existencial aceptable, aunque no me
za bien determinada: económica, biológica, física, meto en las elecciones ajenas.
orgánica, etc. Esto no depende de decisión polí­ Por último, las adicciones se dan en una minoría
tica alguna, sino de la realidad misma. Cuando de consumidores de tóxicos. Me parece que es de­
se extrae un problema de un campo “natural” de masiado claro que muchos tomamos unos vinos
la realidad y se lo lleva al campo “artificial” de lo en las comidas y no por eso somos adictos ni nos
penal, no se hace otra cosa que desconocer lo que levantamos y tomamos tres ginebra en ayunas.
se llama “la naturaleza de las cosas”, y toda viola­ Cuando nos hallamos ante un caso de adicción,
ción de esa naturaleza tiene un resultado invaria­ claramente estamos hablando de un supuesto pa­
ble: el problema no se resuelve. Quizá tampoco se tológico que requiere una disposición previa, sin
resuelva en su campo “natural”, porque no somos la cual no hay tóxico que pueda provocar ningu­
omnipotentes, pero por lo menos tiene más posi­ na adicción. El uso de uno u otro tóxico y su di­
bilidades de solución y, además, la “no solución” fusión es una cuestión cultural: la marihuana se
en ese campo incentiva la búsqueda por un cami­ difundió en USA y fue prohibida (antes del opio)
no que es el correcto, aunque en concreto no se porque venía con los trabajadores mexicanos; el
encuentre la respuesta o antes de encontrarla se alcohol porque los católicos y luteranos intro­
den muchos rodeos. Las adicciones son un pro­ dujeron la costumbre de la taberna en contra de
blema de salud y sólo pueden resolverse en ese los puritanos del Mayflower, que con la ley seca
ámbito, si no todos los casos, por lo menos los reafirmaban su dominio cultural. La primera ley
que conforme a la ciencia hoy tengan solución, antidroga fuerte de la Argentina, de tiempos de
y sólo transitando por ese campo se encontra­ López Rega, no es más que la sanción al “mari-
rán mayores y mejores soluciones. Creo que no huanero”, identificado estereotípicamente con el
se trata de una cuestión muy “opinable”, sino de subversivo, con el que, por cierto, no tenía nada
elemental sentido común. que ver.Yo no me animo a hacer sociología ni an­
tropología cultural en torno de los tóxicos: varían
con las épocas, representan modas o culturas, su
2- El consumo de tóxicos y las adicciones son criminalización responde a conflictos culturales,
dos cosas completamente diferentes y si las m ez­ etc. Quizá quienes me lean sean demasiado jóve­
clamos o confundimos estamos perdidos para nes, pero hace años comprábamos “actemín” (de
siempre. El consumo de tóxicos es algo cultural y venta libre en la farmacia) para estudiar días antes
como consumidor -d e café, tabaco, alcohol, mate, de los exámenes, y eran anfetaminas, aunque no
té de coca, chocolate- me siento muy cómodo. No bailábamos con música electrónica.
consumo marihuana porque tengo tendencia a la
hipotensión, tampoco cocaína porque a m i edad
tengo miedo y no me animo a probarla. De todas 3- Lo que puedo asegurar desde lo que conozco
formas puedo prescindir de cualquiera de los tóxi­ todos los días, es que la prohibición de cualquier
cos que consumo en caso que hubiese una razón tóxico da por resultado muchos más muertos que
valedera y no creo que a mi edad me hiciera adicto los que podría provocar su abuso y las adiccio­
a ninguna de ellos ni a los que tampoco consumo, nes. No creo que México ni por asomo hubiese
como tampoco a la televisión, de la que no abuso tenido en tres o cuatro años sesenta mil muertos
por elementales razones de salud mental. por sobredosis de cocaína, pero los tuvo por con­
El abuso de tóxicos es ya un problema que debe centración de plomo como resultado de la prohi­
alertar, porque puede aparejar problemas or­ bición. Honduras tiene un índice de homicidios
gánicos serios. Pero tampoco creo que sea una de más de 80 por cien mil, cuando nosotros en la

14
zona más “caliente” (Gran Buenos Aires) tenemos 6- En esta cuestión estamos enfrentando un gra­
7,5 por cien mil. Pero una cosa es despenalizar la vísimo problema del que es urgente hacerse car­
producción y el tráfico, y otra muy diferente hacer­ go: el “paco”. No es broma, es un veneno. Afecta
lo con el consumo. La despenalización del tráfico sólo a una clase social y sabemos que es la más
sólo puede hacerse internacionalmente. Sería m e­ desfavorecida. No se puede bromear con eso ni
nester que los estados se pusieran de acuerdo para fabricar estereotipos para asustar a las señoras
acabar con la Convención de Viena, etc., lo que no que ven T V en su casa. Es obvio que hay un pro­
veo viable, dado que es un negocio redondo para blema de clase en el consumo y en las adicciones.
el norte, que se queda con la mayor renta, vende El “paco” es la prueba más evidente.
armas a los del sur para que se maten mejor y, ade­
más, monopoliza con sus bancos el servicio de re­
ciclaje o “lavado” del dinero producto del tráfico. [7 3 Si, contra toda la publicidad mediática que vin­
Tampoco estoy seguro acerca de su viabilidad, por­ cula tóxicos con delito o que imputa la frecuencia
que no sé hasta cuánto podría incidir sobre la rece­ delictiva a los efectos de los tóxicos, verifico con
sión de la economía mundial el retiro de la enorme todos los casos que me pasan por las manos, que si
masa dineraria que cada año reciclan en el norte. hay más violencia debida a los tóxicos es resultado
En cuanto a la despenalización del consumo ten­ de la prohibición pero no de personas que actúan
dría los siguientes efectos: (a) privaría a la policía bajo sus efectos. El único tóxico verdaderamente
de una importante caja de recaudación autónoma criminógeno por delitos cometidos bajo sus efec­
(algunos llaman a esto corrupción); (b) descarga­ tos es el alcohol, que para actuar como desencade­
ría a las policías y a los juzgados de un papeleo nante no necesita que la persona sea adicta, pues
inútil que nunca term ina en condena porque se basta con una intoxicación aguda o incluso con
prescribe todo pero que consume muchas horas una relativa intoxicación de esa naturaleza.
de trabajo que se podrían dedicar a cosas más úti­
les (incluso a la persecución del narcotráfico, si se
quiere hacerlo); (c) evitaría muchísimas molestias
inútiles a la población; (d) sería una decisión res­
petuosa del artículo 19° de la Constitución Na­
cional; (e) evitaría muchas estigmatizaciones de
jóvenes que no tienen ningún sentido, pero que
puede incidir negativamente sobre su conducta
posterior; (f) quizá pusiera al alcance de jóvenes
de barrios precarios tóxicos menos nocivos que el
veneno llamado “paco”.

4- Es posible que ello sea así en ciertos círculos -


no las más pobres- y con respecto de determinados
tóxicos, como las superanfetaminas, por ejemplo.
No lo creo con respecto a todos los tóxicos.

5- No soy un especialista y no me animo a hablar


de esto, pero algunas me parecen un tanto peli­
grosas. Dicho sintética y metafóricamente: no me
gusta la doma de caballos a rebencazos. Tampoco
me gusta mucho cambiar una obsesión por otra,
lo m ejor sería lograr que la persona deje de ser
obsesiva o lo sea en menor medida.

15
S ebastián Basalo
Director de la Revista THC

fl-1 No solo las adicciones, sino todos los problemas de los mercados ilegales, etc. Absolutamente to­
de salud que pueden llegar a padecer los usuarios de dos los países que iniciaron desde hace años polí­
drogas deben abordarse desde el campo de la salud. ticas despenalizadoras del consumo y hasta lega-
Sin embargo, es importante destacar que, aún con lizadoras de la venta (Portugal, España, Holanda)
la sanción de la ley de salud mental, el usuario de disminuyeron notablemente no sólo el índice de
drogas continúa siendo criminalizado por la ley de consumo de drogas, sino también los niveles de
drogas vigente, y en este contexto en el que el Es­ narcotráfico y la violencia callejera vinculada al
tado argentino concibe al usuario como un crimi­ comercio de drogas. Además, al no tratar a los
nal, la aplicación de un paradigma asistencialista y usuarios como criminales, lograron que muchos
preventivo se torna ineficaz. Quién va a acercarse a de ellos se acerquen a solicitar ayuda y así logra­
pedirle ayuda a un Estado que lo mete preso por ese ron, por ejemplo, disminuir notablemente la tasa
consumo? de contagios de enfermedades por uso de drogas
por vía inyectable.

2- Históricamente el uso de drogas estuvo asocia­


do a fines religiosos (el uso de plantas enteógenas 4- Sí, las drogas ilegales constituyen una mercan­
en culturas chamánicas, el uso del vino como sa­ cía en términos de M arx desde el momento en
cramento en la iglesia católica, el uso de marihua­ que adquirieron un valor por sobre el que tiene
na por parte de la religión rastafari), rituales, m e­ su uso. De hecho las drogas pasan de ser un bien
dicinales y recreativos. En la actualidad el uso de de uso a un bien de cambio a partir de las Gue­
drogas continúa vinculado a esos fines, sólo que rras del Opio ocurridas en China en el Siglo XIX,
con algunas características diferentes. Las raves, cuando el Reino Unido le impone al gigante asiá­
por ejemplo, donde se juntan miles de jóvenes tico la importación de opio a cambio de artículos
a bailar en torno a un DJ, tienen un paralelismo elaborados por los chinos, dado el valor que és­
notorio con los rituales de muchos pueblos origi­ tos le asignaban al opio en un contexto donde no
narios. El uso recreativo del alcohol en grupos de alcanzaban a satisfacer su demanda interna con
personas también conserva características simi­ los cultivos realizados en el propio país. A partir
lares a las fiestas bacanales que se celebraban en de este enorme negocio es que, en términos de
Roma. La gran diferencia entre los usos antiguos Marx, el Reino Unido llevó adelante su acumula­
y los actuales pasa por la brutal criminalización ción originaria de capital.
que sufren hoy los usuarios por parte de un esta­
do que los encierra por una elección de consumo
diferente a la moral dominante. Antes de la prohi­
bición, los problemas de salud asociados al uso de 5- Las actuales ofertas de tratamiento sólo están
drogas eran pocos y dispersos; fue precisamente dirigidas a un pequeño grupo de personas y atien­
la prohibición la que creó y expandió problemas den una pequeña parte de los problemas de salud
de salud como las adicciones. que tienen los usuarios de drogas. En primer lu­
gar, porque en su mayoría se trata de instituciones
privadas cuyo acceso está limitado a la clase social
3- Al igual que ocurrió con la Ley Seca, la prohi­ del usuario. En segundo lugar, porque la mayoría
bición de algunas drogas a nivel mundial a par­ de las ofertas de tratamiento se basan en el para­
tir de la Convención Única de Estupefacientes de digma abstencionista que le exige al usuario el cese
1961 produjo e incrementó todos los problemas del consumo como condición para llevar adelante
que se propuso combatir: creció el narcotráfico, el tratamiento, cuando gran parte de los usuarios
aumentó la violencia social asociada a la distri­ problemáticos de sustancias no pueden hacerlo y,
bución ilegal de drogas, se saturaron las cárceles por otra parte, este paradigma demostró ser muy
de usuarios, se expandieron los problemas de sa­ inefectivo a la hora de cesar totalmente un consu­
lud asociados al uso desinformado de sustancias mo. En tercer término, porque la adicción es una
adulteradas por su producción ilegal, se incre­ pequeña porción de los problemas de salud que
mentó al corrupción estatal vinculada al control tienen los usuarios de drogas, entre los cuales está

16
la sobredosis por uso desinformado de sustancias, Estos estratos sociales vulnerados tampoco tie­
la intoxicación por uso de sustancias adulteradas y nen las mismas herramientas y posibilidades de
el contagio de enfermedades por prácticas de con­ contrarrestar las consecuencias nocivas de un
sumo no seguras. Y el único paradigma existente consumo, lo que aumenta el deterioro de su salud.
que aborda este tipo de problemáticas es el de re­
ducción de riesgos y daños.
[~7-1 Sin una despenalización total del consumo y
la tenencia de drogas, así como del cultivo de can-
[~6-1 Las estadísticas en Argentina muestran que el nabis, los usuarios de sustancias seguirán crimina­
uso de drogas se extiende con cierta regularidad lizados por sus conductas y eso, además de incre­
en todas las clases sociales. Lo que diferencia a mentar los problemas de salud pública como viene
cada una de estas clases en relación con el uso de ocurriendo, imposibilitan cualquier acción de pro­
drogas es que los estratos más bajos son los más tección socio sanitaria desde el Estado. Y para que
vulnerables al accionar del aparato represivo del toda acción socio sanitaria termine de ser efectiva
estado sobre sus cuerpos y vidas. Según el Poder es necesario que las sustancias que circulan posean
Judicial de la Nación, 2 de cada 3 detenidos por un altísimo control de calidad en cuanto a quién las
la ley de drogas son de estratos sociales medios a produce, cómo se producen y a quién se las vende,
bajos. El otro aspecto que determina la capacidad para lo cual es indispensable avanzar en políticas
económica de los usuarios es el nivel de calidad legalizadoras que regulen la producción de todas
de la sustancia a la que logran acceder, siendo las las sustancias con un estricto control estatal. Es el
clases más bajas las que sufren las consecuencias camino que ya estamos transitando.
del uso problemático de drogas más adulteradas.

Lic. Edith Benedetti


Interventora General del Hospital Nacional en Red
especializado en salud mental y adicciones (ex CENARESO)

i-1 No hay dudas de que el desplazamiento de la algunas miradas asistenciales y clínicas) no dis­
problemática de las adicciones del ámbito penal tinguen entre consumo problemático y consumo
al de la salud era algo necesario desde una pers­ no problemático. Si lo miramos desde el estereoti­
pectiva clínica. En primer lugar, el abordaje m e­ po penal, el esquema es conocido: el consumidor
ramente penal de la problemática no hace centro es un consumidor de drogas ilícitas que viola la
en la dimensión subjetiva. Entonces no es posible ley y por eso es un trasgresor. Para una lectura
pensar en clave de sujeto de derecho y de la salud clínica, el desplazamiento de las adicciones del
como derecho. Por otro lado, cuando leemos esta campo penal al sanitario implica un movimiento
problemática desde una perspectiva penal, el cri­ que podríamos resumir de la siguiente manera:
terio de legalidad (sustancias lícitas y sustancias si el eje no es la sustancia lícita o ilícita (inclusive
ilícitas) gobierna nuestra lectura. Para una pers­ podría no ser una sustancia, como en el caso del
pectiva asistencial y clínica, esto es un problema juego) sino el sujeto, es necesario pensar el víncu­
en varias direcciones. Por ejemplo, las adicciones lo problemático que el sujeto tiene con el objeto.
no se reducen a consumos problemáticos de sus­ No se trata de una empresa sencilla, claro está. Sin
tancias prohibidas. Por ejemplo, el alcohol. De embargo, no hay que perder de vista que somos
esta manera, queda por fuera de la definición m is­ contemporáneos de un gran avance en esta mate­
ma un conjunto de situaciones que no podemos ria. La Ley Nacional de Salud Mental No. 26.657,
despreciar y sobre las que es necesario intervenir. digámoslo una vez más, establece en su artículo
En un nivel de análisis menos descriptivo, y tal vez N° 4 que si un ciudadano tiene un vínculo proble­
más conceptual, la perspectiva penal (e inclusive mático con el consumo -cualquiera fuera ese con-

17
sumo- está padeciendo y es competencia del área 3- La pregunta es muy compleja. Y entre otras
de salud darle tratamiento a esa problemática. Si cuestiones, es muy difícil trazar continuidad en­
la ley lo establece, no quiere decir que el desplaza­ tre 1919 y 2014. Respecto de la Ley Volstead, las
miento sobre el que preguntan esté consolidado, consecuencias mencionadas nos obligan a pen­
pero es un avance importantísimo. Al respecto, ya sar con detenimiento la cuestión. Sin embargo,
no hay vuelta atrás. es imprescindible distinguir dos aspectos que
suelen confundirse o que comúnmente se mez­
2 Esta pregunta invita a un análisis histórico com­
- clan, sobre todo en la opinión pública y tal vez en
parativo amplio. Dicho esto, ensayo una respuesta esta pregunta: (I) la legalización/prohibición de
breve en función de lo que nos interese considerar: las drogas y (II) la despenalización del consumo.
el consumo problemático hoy. Si pensamos desde Cuando hablamos de la Ley seca, está en juego
el sujeto, no hay que perder de vista que muchas el eje legalización/prohibición y por eso entran
de las sustancias vinculadas hoy con las adicciones en juego discusiones vinculadas con: el merca­
circulaban de otro modo en las sociedades anti­ do negro, el negocio del narcotráfico, la creación
guas e inclusive modernas. En la Grecia y la Roma de mafias, el lavado de dinero, etc. Este asunto es
antiguas, también en las sociedades andinas pre­ un asunto muy complejo y delicado que requiere
colombinas, esas sustancias eran parte constitu­ una intervención penal. Pero el consumo de sus­
tiva de los rituales. Es decir, su circulación estaba tancias, por otro lado, es terreno sanitario y exige
encuadrada en varios sentidos: cuándo y dónde, una intervención de esta naturaleza.
por qué, quiénes, para qué, etc. Lo mismo aplica, Así distinguido, cuando hablamos de despenali-
cambiando lo que hay que cambiar, para las expe­ zación hablamos del sujeto que padece. En sínte­
riencias anti-disciplinarias de los años 60 y 70, so­ sis, no estamos ante un delincuente. Ese hombre
bre todo entre los jóvenes. En estos casos, eran un o esa mujer tienen un problema de salud. ¿Qué
instrumento de autoconocimiento respecto de las tenemos que pensar entonces? El tratamiento y el
vías establecidas. En un caso y en el otro, a pesar de modelo de intervención. Como no se trata de un
ser situaciones incomparables, la sustancia forma­ asunto penal, el problema no es la pena.
ba parte de un proceso comunitario y/o individual Por otra parte, si pensamos específicamente los
poblado de sentido (el ritual sagrado, el dispositivo consumos problemáticos en la Argentina, el gran
de autoconocimiento creativo, etc.). problema epidemiológico hoy es el alcohol, los psi-
Ahora bien, la circulación de sustancias en nues­ cofármacos de venta legal y los bingos (no las sus­
tra sociedad inevitablemente es distinta porque la tancias ilegales). Sin embargo, los medios masivos
sociedad es otra. Si bien no es sencillo caracterizar de comunicación hacen eje en las sustancias ilegales
en unas pocas líneas el o los rasgos relevantes de como el problema, y la opinión pública, la represen­
nuestra época, cuando pensamos las adicciones no tación social, es construida bajo esta asociación.
podemos perder de vista las alteraciones a nivel de
la subjetividad que se han producido en las últimas 4- Como señalamos a propósito de la pregunta N°
décadas. A riesgo de simplificar, podríamos decir 2, el capitalismo post-industrial instala como sub­
que la sustitución de la figura del ciudadano por jetividad dominante al consumidor. Y el consumi­
la del consumidor introduce consecuencias que el dor construye un tipo de relación (o no relación)
sociólogo Z. Bauman llamó liquidez. Esta metáfora con todos objetos, inclusive las sustancias. Tenien­
(que antes K. Marx sintetizó como “todo lo sóli­ do en cuenta esta lógica social macro, es necesario
do se desvanece en el aire” para describir el pasaje volver a pensar el consumo problemático actual
de las sociedades antiguas a las modernas y la di­ como parte de esa lógica de consumo capitalista.
solución de los vínculos feudales) destaca la frag­
mentación, la precarización y la fragilización de
los vínculos sólidos pero también revela un tipo de 5- No es posible hacer un balance de los trata­
relación del sujeto con los objetos. Se trata de puro mientos existentes en relación con las adicciones
consumo: alteración del material simbólico sin al­ en unos párrafos. Sin embargo, podríamos con­
teración subjetiva. Es decir, el mercado introduce siderar qué implica pensar un tratamiento a la
objetos de goce de todo tipo, que se ofrecen listos luz de nuestra época. Para empezar, la existencia
para consumir. En este sentido, las sustancias (o el de nuevas subjetividades nos obliga a pensar en
objeto que sea: cirugías, bingo, compras, internet, nuevos tratamientos y sus correspondientes dis­
etc.) se inscriben en esta lógica de mercado como positivos clínicos. Por eso mismo, el diseño y la
cualquier otra mercancía. revisión de las intervenciones clínicas hoy, más

18
que nunca, nos exige una lectura histórica y social condiciones de altísima vulnerabilidad social, en­
de los sujetos. Es necesario pensar la singularidad tendiendo por tales sujetos a los que socialmente
del sujeto pero en clave de época y de situación. se le han vulnerado sus derechos, nos exige con­
Por otro parte, si consideramos los tratamientos siderar -además del desamparo subjetivo- otro
de consumos problemáticos, vuelvo a subrayar tipo de sufrimiento. Hay desamparo subjetivo
lo destacado en la pregunta inicial: desde nuestra pero ese sufrimiento está superpuesto, vinculado,
perspectiva, analizar esta problemática exige inda­ asociado con el desamparo social que, en muchos
gar fundamentalmente el vínculo que el sujeto es­ casos, es intergeneracional. En este sentido, la in­
tablece con la sustancia. Nuestro énfasis está en el tervención clínica sobre esos sujetos requiere in­
sujeto. Y poner el énfasis en la sustancia es una for­ dagar las consecuencias subjetivas del desamparo
ma de volver a borrar al sujeto cuando pensamos social. Si no pensamos las formas en que esa si­
un tratamiento. Si lo que gobierna la construcción tuación social condicionó la posibilidad de cons­
de un tratamiento es la sustancia, hay justificación truir un proyecto de vida y los efectos subjetivos
para los tratamientos “enlatados”. Como nosotros de ese proceso, estamos perdiendo de vista otras
pensamos desde el sujeto, tenemos que volver a dimensiones, clave del proceso.
pensar cada vez atender la singularidad.
Una última cuestión sobre este asunto. El con­
7-1 Me gustaría agregar desde la perspectiva de
sumo de sustancias es un problema que presen­
la salud pública lo siguiente: en los últimos años
ta múltiples aristas. Por eso mismo, requiere ser
se han profundizado diversas políticas públicas
abordado en forma interdisciplinaria desde una
orientadas a la construcción de un país que exalta
mirada integral. La Ley Nacional de Salud Mental
la concepción de justicia social. Y en esta direc­
establece esto como norte y es un camino sobre el
ción, se han legislado distintas leyes que han res­
que tenemos que trabajar muy intensamente.
tituido y ampliado derechos.
Como parte de este proceso político-institucio­
[~6-1 No hay dudas de que las diferencias socio­ nal, la sanción de la nueva Ley de Salud Mental
económicas pueden ser uno de los vectores para (N° 26.657) ha permitido la profundización de un
leer los consumos problemáticos. Respecto de las modelo de acción que aborda las diversas y com ­
sustancias y su calidad, obviamente, esto tiene plejas problemáticas epocales en el campo de la
consecuencias orgánicas. Por otra parte, los con­ salud. Ahora bien, esto implica -además- que los
sumidores de sustancias, por pertenecer a deter­ sujetos de derechos son los protagonistas de es­
minadas clases y barrios, son estigmatizados so­ tas transformaciones y el Estado resulta garante
cialmente. Y se convierten en el “drogadicto”, el de esos derechos con el objetivo de garantizar la
“paquero” o el “delincuente”. equidad y la igualdad de oportunidades.
Si entendemos que la subjetividad se inscribe en El consumo problemático no es la excepción y
los modos históricos de producción de sujetos, debe ser parte de estas políticas públicas. Por eso
se hace necesario pensar la realidad significable mismo, las personas con uso problemático de dro­
o significada capturada por el lenguaje y no sólo gas (legales e ilegales) deben tener todos los dere­
como código organizador o efecto de enunciado. chos y garantías en relación a los servicios de salud.
Tenemos que pensar los discursos significantes En el marco de estas políticas públicas sanitarias
que le dan forma a esa realidad y la trasforman y la normativa existente, nos enfrentamos con el
en instituyente; tenemos que pensar las formas desafío de pensar las nuevas problemáticas e in­
en las que el instituyente produce subjetividad. Y ventar nuevos dispositivos. Para esto, es necesa­
esto implica, entre otras cosas, rastrear la inscrip­ rio construir una perspectiva atenta a las múlti­
ción del otro humano como efecto de coagulacio­ ples variables que entran en juego en el consumo
nes discursivas y no a partir del propio sistema problemático. Para avanzar en esta dirección, es
deseante, como el modo con el cual la cultura de­ clave construir un abordaje integral, interdiscipli­
fine y regula las intersecciones entre deseos, pul­ nario e intersectorial que fije objetivos y acciones
sión y modos de producción de la subjetividad. destinadas a responder a las necesidades de la po­
La realidad no significada y no capturable produ­ blación con un rol activo del Estado. La respuesta
ce un exceso de malestar, cristalizando discursos, que se ofrezca ante estos desafíos, no hay dudas,
a modo de signo. implica una política y una ética.
Entonces es posible pensar que el consumo pro­
blemático de sustancias en sujetos sometidos a

19
Edgardo A. Vigo. Obra ¡953-1962

HISTÓRICO
DOCUMENTO
ío

TDxicDmanías en la década del '2 0 . PaquEñDS sucesds argEntinps


Cecilia Fasano
Psicoanalista. Miembro del Centro Descartes.
Asociada a la EOL-Sección La Plata.
Adscripta al Servicio de Docencia e investigación
del Hospital Dr. R. Rossi de La Plata.
E-mail: ce_fasano@yahoo.com.ar

Resumen: Abstract:
El relato de Leopoldo Bard de un caso grave de toxi­ This commentary is aimed at showing the close rela-
comanía, publicado en 1923, junto con un artículo de tionship between criminology and psycopathology in
Fernández, H. y otros, publicado en 1918, sirven de the field o f substance dependence. It also shows the con-
documento principal para este comentario. El mismo cept o f substance dependence used in 1920s. A case o f
tiene el interés de mostrar la estrecha relación en el severe substance dependence told by Leopoldo Bard and
campo de las toxicomanías, entre la criminología y la (1923) an article by Fernández et ál (1918) are the
psicopatología, así como la concepción vigente en la main texts fo r analysis. As a conclusion, some differen-
década del '20. El trabajo concluye señalando algunas ces in the past and present meaning o f the relationship
diferencias desde la óptica del psicoanálisis. between criminology and psichopathology are establis-
hedfrom a psychoanalytic perspective.
Palabras clave: Toxicomanía - Década del '20 - Argen­
tina- Hystorizar - Psicoanálisis Key words: Substance dependence - 1920s - Argentine.
Hystorizar - Psychoanalysis

IN TROD UCCIÓ N drogas. De este modo Leopoldo Bard se ubica entre


La elección del título “Toxicomanías en la década los precursores de las políticas públicas respecto al
del '20. Pequeños sucesos argentinos” tiene el inte­ uso y abuso de drogas en Argentina.
rés de mostrar, según la perspectiva historiográfica Un paneo por algunos titulares de los
propuesta por el italiano Carlo Ginzburg, algunas diarios del momento nos dan una
pinceladas sobre la concepción vigente respecto idea aproximada sobre el modo
del tema que nos ocupa, en la década del '20. de comunicar y difundir el pensa­
El relato de Leopoldo Bard de un caso grave de miento de la época, así como las
toxicomanía, considerado el primero en la Ar­ medidas legislativas y políticas al
gentina y publicado en 1923 (1), junto con un ar­ respecto. Por mencionar algunos:
tículo de Fernández, H., Jones, A., Brandam, J. y -La Voz del interior, Córdoba,
Klapenbach, E., publicado en 1918 (2), sirven de 19/1/1923. “La cocaína sigue
documento principal para este breve comentario. minando el país -Los trafican­
Particularmente me intereso este caso porque tes aún están en libertad -Más de­
creo que ilustra muy bien la estrecha relación en talles sobre el horrible vicio y su comercio”
el campo de las toxicomanías, entre la crim inolo­ -El Orden, Tucumán, 2/8/1922. “Un peligro -Ne­
gía y la psicopatología. cesidad de reprimir el uso de los alcaloides”
Cabe mencionar que los trabajos que analizan las - La Argentina, 20/12/1922. “El terrible vicio -Los
políticas públicas en materia de drogas son abun­ apasionados a los alcaloides son -elementos peli­
dantes a partir de 1960, mientras que antes de esa grosos para la vitalidad física y moral del pueblo”
fecha y hacia principio del siglo X X resultan muy -La República, 25 /1/1923. “Tribunales de honor
pobres y exiguos. En ese contexto la figura del Dr. contra los cocainómanos”
Leopoldo Bard (3) ocupa un lugar importante dado -Crítica, 3/1/1923. “El mal de los alcaloides en la ciudad”
que no sólo publico más de 800 trabajos, y dicto -Tribuna, Mendoza, 23/2/1923. “La morfinoma-
cursos y conferencias, sino que fue autor e impul­ nía en Mendoza. Una ley necesaria”
sor de dos leyes; en 1924, la Ley 11.309 que regula la La lista continúa: El Diario, Nueva época, El
importación, el comercio y las prácticas profesiona­ diario del Plata, etc., y en todos puede apreciar­
les sobre alcaloides y en 1926, la Ley 11.331 que se se además de un tono de fuerte corte represivo,
convierte en la primera tipificación de la tenencia de numerosas menciones sobre la necesidad de un

23
debate más general en torno al papel del Estado, año ingresa en el Hospital Rivadavia como jefe de
así como una progresiva valoración de la opinión clínica del doctor Escalier, manteniendo el cargo
de los distintos cuerpos profesionales. hasta 1909, año en que conoce a su futura esposa.
Hay que decir que el uso de drogas estimulantes En 1910 contrae matrimonio con la Sra. X y via­
o analgésicas es remoto, de modo que no puede jan a Europa, regresando a Buenos Aires al año
localizarse en ninguna década en particular. Al­ siguiente. En ese año su madre enferma grave­
berto Castoldi lo demuestra bien en su libro El mente a consecuencia de lo cual N.N. sufre una
texto drogado. D os siglos de droga y literatura. El depresión a la que se suma una serie de complica­
mismo constituye un texto de referencia dentro ciones financieras que terminan en una verdadera
de la literatura sobre drogas, porque realiza un ruina en 1914. Comenzó a inyectarse morfina en
estudio exhaustivo y documentado sobre el con­ 1912 a partir del dolor ocasionado por una frac­
sumo de drogas y sus transformaciones en la his­ tura en la rodilla, consecuencia de un accidente
toria. El autor despliega una lista de tóxicos (m or­ automovilístico. Ese uso de la morfina derivó en
fina, opio, éter, hachís, mescalina, cocaína, ácido una intoxicación crónica, aumentando las dosis a
lisérgico, etc.) y sus vinculaciones con diferentes la que agrego cocaína.
personajes de la literatura universal (médicos, ar­ En 1916 se instalan en un pueblo de la provin­
tistas, filósofos, científicos, farmacéuticos, litera­ cia de Santa Fe donde N.N. intentó, sin lograrlo,
tos, intelectuales y políticos) quienes testimonian ejercer su profesión. En 1918 regresan a Bs. As., y
sobre sus experiencias con drogas. a los pocos días la esposa muere.
N.N. ingresa en el Hospicio de las Mercedes, con el
DEL CASO CLÍNICO objetivo de realizar a un tratamiento de desintoxi­
En el año 1918, los peritos psiquiatras, Fernán­ cación morfínica. Estaba deprimido, anoréxico,
dez, H., y otros, a cargo del tratamiento de N.N., confuso, indiferente, insomne, apático y suplicaba
un sujeto toxicómano, publican un minucioso que le administren morfina. El examen psicológico
informe, sobre el estado psíquico y físico del m is­ informa que si bien no presentó alteraciones en el
mo, solicitado por el Juez a fin de saber si el pa­ lenguaje, pudo apreciarse un deterioro de su acti­
ciente presenta anomalías que puedan modificar vidad intelectual. Aunque conservaba la capacidad
o atenuar su responsabilidad. El informe consta de atención, se distraía fácilmente. Mostró proble­
de los antecedentes hereditarios, de una anamne­ mas de memoria para evocar recuerdos recientes,
sis específica de la psicopatía y un resumen del sobre todo los relacionados con la última época. El
estado actual. informe concluye:
N.N. nació en 1875 en Pergamino, provincia de “1°. N.N. sin ser un alienado, -dem ente en el sentido
Buenos Aires, en una familia de una clase social jurídico-, presenta anom alías que atenúan su respon­
acomodada, excelente alumno y de temperamen­ sabilidad.
to nervioso. Entre sus antecedentes familiares, se 2°. Presenta anom alías constitucionales (degenera­
destacan casos de alcoholismo, alienación, neu­ ción hereditaria) y adquiridas (intoxicación crónica
ropatía, y hemorragia cerebral. Datos suficientes m orfínica igual a m orfinom anía) que gravan su p er­
para los peritos para clasificar a la rama materna sonalidad, habiéndole determ inado anorm alidades
de la familia de N.N. como “degenerados”. intensas del funcionam iento psíquico; causas deter­
Una breve digresión, recordemos que hasta 1930 minantes m ás que suficientes, que han podido influir
la degeneración era la principal causa en la etio­ en su ánim o p ara llevarle a ejecutar hechos an orm a­
logía de las enfermedades mentales. La teoría de les y alterar su conducta regular y habitual” (5)
la degeneración formulada por Agustín Morel y Por otro lado y cinco años después de este infor­
retomada en Francia por Valentín Magnan ejer­ me, el Dr. Leopoldo Bard publica su Proyecto de
ció una gran influencia en la psiquiatría de la se­ Ley p a ra la represión del abuso d e los alcaloides, en
gunda mitad del siglo XIX. Así, las enfermedades cuyo texto incluye el relato de un caso grave de
sociales como la sífilis y el alcoholismo podían ser toxicomanía. El caso en cuestión es el mismo que
el inicio de una tara orgánica acumulativa que pa­ venimos describiendo a partir del informe de los
decerían varias generaciones. (4) peritos psiquiatras. Leopoldo Bard se detiene en
Volviendo al informe; los peritos informan ade­ algunos detalles de la vida del matrimonio y ex­
más, que N.N. tuvo una sexualidad normal, y que trae algunas conclusiones que serán importantes
su precoz e intensa relación con las mujeres lo llevó para su Proyecto.
a padecer blenorragia en diferentes oportunidades. Fragmentos del libro del Dr. Leopoldo Bard, Los
Obtiene el título de médico en 1899 y en el mismo peligros de la Toxicom anía. Proyecto d e Ley p a ra la

24
represión del A buso de los alcaloides: que la tenía som etida el procesado;
“P rim er caso grave es el que fu eron autores el doctor (...) no deja lugar a dudas que llegó a ese estado
X y su esposa. Para m ejor ilustración transcríbase p o r el uso y abuso en fo r m a desm edida de tóxicos
el auto de prisión preventiva de aquél, dictado p o r p o r m edio d e inyecciones, com o lo p ru eb a la “in­
el señor ju ez de instrucción doctor Arturo L. D o­ fin id a d de lesiones anatóm icas de la p iel y la gran
mínguez: “Está p ro b a d o en autos que doñ a X antes postración g en eral”, (...)
de contraer enlace con el doctor X, era una p erson a Que es absolutam ente im posible adm itir que la se­
com pletam ente sana, de una educación esm erada, ñora X p o r sí y sin el consentim iento de su m arido,
de un espíritu cultivado, de un carácter bon dado­ se hubiera entregado al uso de tóxicos que la lle­
so, que cautivaba p o r su belleza física y moral, que varan a un estado sem ejante, cuando está p len a ­
revelaba una inocencia p o co com ún y que no sólo m ente p ro b a d o que desde que se casaron éste no se
no sufría de en ferm edad alguna en su organism o separó de su lado un solo día, obligándola a una
físico, sino qu e no tenía vicios ni costumbres que vida d e asilam iento som etida a su sola voluntad,
hicieran sospechar siquiera que tuviera inclinación (. ), que vivía solicitando préstam os p o r sum as
al uso del alcohol, de la m orfina o d e otros tóxicos. insignificantes de dinero, en una fo r m a que es im ­
(...) los esposos X em prendieron un viaje a Eu­ posible un m ayor descenso moral, (...) a los pocos
ropa, durante el cual, tanto en los días transcurri­ días hizo un relato a los m édicos sobre la fo r m a en
dos a bordo com o los que pasaron en las diversas que adqu irió el vicio d e la m orfina.”
ciudades de aqu el continente, hicieron una vida Podemos inferir que, si el Dr. Bard acompaño su
m isteriosa, siem pre encerrados, hacien do uso ex a ­ Proyecto de ley con este caso clínico, fue por­
gerado d e la m orfina, hasta el extrem o d e llam ar que considero que el mismo le permitía ilustrar
la atención d e sus relaciones ese retraimiento, que su interés por demostrar: “las consecuencias del
hacía un verdadero contraste con el carácter alegre funesto mal y ( ...) los peligros de esos “creado­
y expansivo que distinguió a la señora hasta la f e ­ res” fantásticos de “paraísos artificiales” ( ...) ”.
cha de su enlace (...) Bard se refiere al ensayo de Charles Baudelaire
Que a su regreso d e ese viaje, en enero de 1911 la Los paraísos artificiales publicado en 1860, donde
señora X, volvió com pletam ente cam biada, acu ­ el poeta narra su experiencia con el hachís y el
sando su estado físico un debilitam iento opio, considerado por muchos
general, un desfallecim iento de sus una suerte de apología de las
fu erzas, tan notable que sólo a p a ­ adicciones. Sin embargo Bau-
rentaba una débil silueta de a q u e­ delaire afirma: “Sepan, pues,
lla bellísim a niña, sana, alegre de los profanos y los ignorantes
cuerpo y alm a, que pocos meses ávidos de conocer goces ex­
antes aban don ara inocente su h o­ cepcionales, que en el has-
gar, llena d e ensueños, en busca de chich no encontrarán nada
su ideal. (. ) allí no sólo se inició milagroso, absolutamente
el desgaste de la salud de su cuer­ nada más que lo natural en
po, con el uso y abuso d e los tóxicos, grado excesivo ( ...) El hom ­
(...), p a ra trocar su carácter bon d a ­ bre no se librará de la fatalidad de su
doso y am ab le en áspero e irascible, hasta el punto temperamento físico y moral; para las impresio­
de excitarse fácilm en te p o r fútiles motivos, los que nes e ideas familiares en el hombre, el haschich
sólo la presen cia de su esposo conseguía calmar, será un espejo en aumento, pero un puro espejo
(-) nada más” (6) Evidencia del uso político de las
Que la transform ación física y m oral de la señ o­ citas bibliográficas en toda publicación.
ra X, com o consecuencia de esa vida an orm al im ­
puesta p o r su m arido, le es im putable a éste com o DIFERENCIAS
único autor, desde que es evidente y está p ro b a d o En primer lugar, recordemos que en Argentina,
en autos que desde que se realizó el casam iento no a partir de la promulgación de la Ley N acional de
se apartó un m om ento de su lado, siendo la única Salud M ental 26.657 en 2010, las adicciones co­
influencia que se ejercía sobre su espíritu sensible y mienzan a ser parte de la agenda de las políticas
su débil voluntad; (...) es evidente p o r todas cons­ de salud mental. Con lo cual “Las personas con
tancias del autor, que la crisis gravísim a que sufrió uso problemático de drogas, legales e ilegales,
en esa oportunidad la m en cion ada señora fu e una tienen todos los derechos y garantías que se es­
consecuencia de la vida desorden ada y viciosa a tablecen en la presente ley en su relación con los

25
servicios de salud.” (7) En consecuencia, las adic­ cual, precipitan tres términos: hystorizar, deseo y
ciones dejan de ser un problema que le compete transferencia, indiscutiblemente afines al psicoa­
exclusivamente al ámbito penal, para ser parte del nálisis y de algún modo, ajenos al relato del caso
campo de la salud. De modo que la estrechísima clínico cronológico y biográfico tal como ilustra
relación en el campo de las toxicomanías, entre el documento. (9) Hay que señalar a fin de con-
psicopatología y criminología, que el caso pre­ textualizar el caso que, “Hacia principio de siglo
sentado muestra suficientemente, es de suponer veinte la disciplina psiquiátrica sacudirá el signo
que comenzará a quebrarse. Podemos advertir clínico para introducir el bios como parte deter­
entonces, que asoma una primera diferencia en­ minante en el morbus de la personalidad. ( ...) Al
tre aquel 1923 y este 2014. Desde el psicoanálisis, mismo tiempo nacen las patobiografías como un
que como se sabe no abona la teoría del progreso, modo de captar, en la diacronía, la sincronía de
cabe pensar que ese lapso de tiempo muestra el los signos”. (10)
desplazamiento de una metáfora: la transgresión, Para finalizar, en la actualidad, posiblemente para
antes captada por la metáfora criminal, ahora es cualquiera de las variantes psicológicas que ads­
desplazada hacia la idea del “enfermo social”. Hay criben a la corriente de la victimología, la mujer
que decir que el psicoanalista trabaja con el suje­ (protagonista del caso de Bard) sea considerada
to del inconsciente, por lo tanto si el individuo es igual que antaño, una víctima descarnada de la
enfermo o criminal no es un asunto p e r se que le crueldad del marido. Sin embargo, desde una
incumba. Pero eso es harina de otro costal. perspectiva psicoanalítica, sería difícil no res­
En segundo lugar y también desde la perspecti­ ponsabilizar (que de ningún modo es culpar) a la
va del psicoanálisis, el relato del caso nos permite señora X ni a su marido, al
pensar otra diferencia, para decirlo sintéticamen­ menos en parte de su derro­
te y tal como lo plantea Jacques-Alain Miller en tero. Asimismo, el relato de
El ultim ísim o Lacan (8), no es lo mismo histori- un caso que elimina de cua­
zar que historizarse. Vale decir que historizarse jo la implicación subjetiva
(o más precisamente hystorizarse según Lacan) de la adicción que se trate,
inexorablemente incluye la satisfacción del que sin dudas va a contrapelo
cuenta esa vida, atravesada por la singularidad del psicoanálisis.
de un deseo. Al mismo tiempo, el relato psicoa-
nalítico requiere de un despliegue muy particular
del síntoma que implica la transferencia. Con lo

Notas González-Blanco Ediciones Renovación, Bs. As. P. 23


(1) Bard, Leopoldo: Los peligros de la Toxicomanía. Proyecto de Ley para (7) Ley Nacional de Salud Mental 26.657, Promulgada Diciembre 2 de 2010. Art. 4a
la represión del abuso de los alcaloides. Buenos Aires: Talleres Gráficos (8) Miller, Jacques-Alain; El ultimísimo Lacan. Cap.:"Historización" Paidós, 2006
Argentinos d e L. J. Rosso y Cía. 1923. Esta fuente fue obtenida en la Biblio­ (9) Ver: por Fátim a A lem an: "¿S ó lo el analista se hystoriza a sí m ism o ?" En
teca d e la Legislatura d e la provincia d e Buenos Aires, La Plata. http://issuu.com/aplp/docs/loro17d/20 y por G abriela R odríguez "D e la
(2) Fernández, H., Jones, A., Brandam , J., Pacheco, D. y Klapenbach, E. "La b(y)ografía por fin cu estionad a" en M icroscopia N ° 128 Boletín mensual
m orfinom anía an te la ley penal” Revista de Criminología, Psiquiatría y d e la APLP.
M edicina Legal. Año V. 1918. p. 555-568. Esta fuente fue obtenida en la (10) Vaschetto Em ilio: Cap. 4, "Del o bjeto casuístico al caso co m o relato
Biblioteca de la Legislatura de la provincia de Buenos Aires, La Plata. (apuntes d e investigación) en El relato d e casos en la psicología, la psi­
(3) Leo po ld o Bard (1893-1973) argentino, m édico d e profesión, fue e le ­ quiatría y el psicoanálisis, en la A rg entina O tium Ediciones, 2013, p.71
gido d ip utad o nacional d e la Unión Cívica Radical. C om o legislador e n ­
tre 1922 y 1930, presidió el b lo qu e d e d ip utad os nacionales radicales y Bibliografía
fue hom b re d e consulta del presidente H ipólito Yrigoyen. Se destaca en - Sánchez Antelo, Victoria: "Prim eros d eb ates sobre legislación del uso
la defensa d e la em an cipación civil d e la m ujer y d e su derecho al voto, d e drogas en A rgentina a com ienzos del siglo XX: la propuesta del Dr.
p rop o n e instaurar el divorcio, d efien d e la división entre la iglesia y el Es­ Leo po ld o Bard y su contexto sociohistórico" Revista Salud colectiva,
tado, la nacionalización de las fuentes de petróleo, la defensa irrestric­ 2012, vol.8, no.3, p.275-286
ta a la neutralidad argentina en la prim era guerra m undial en nom bre - Castoldi, A lberto: El texto drogado. Dos siglos d e droga y literatura,
d e la soberanía y la au tod eterm in ació n d e los pueblos, adem ás d e una traducción de Francisco M artín, A naya y M ario Mucknik, Madrid, 1997
serie de proyectos vinculad os a la m edicina y a diferentes cuestiones -García, G erm án: "La droga d e las drogas". Toxicom anía y alcoholism o,
sociales. D urante la presidencia d e Ju a n Perón fu e no m b rad o en 1947, Sujeto, go ce y m odernidad. Fund am ento s d e la clínica II, Instituto del
Director General de H ig ien e y Seguridad del Trabajo d ep e n d ie n te del C am p o Freudiano Ed, Atuel-TyA, Bs.As, 1994
M inisterio d e Salud del Dr. Ram ón Carrillo. -García, Germán: Epílogo. "El relato de casos". El relato de casos en la psico­
(4) Huertas García-Alejo, Rafael:"Valentín Magnan y la teoría de la degeneración"en logía, la psiquiatría y el psicoanálisis, en la Argentina Otium Ediciones, 2013
http://docum entacion.aen.es/pdf/revista-aen/1985/revista-14/12-va- - Laurent, Eric: "Tres o b servaciones sobre la toxicom anía" Toxicomanía
lentin-magnan-y-la-teoria-de-la-degeneracion.pdf y alcoholism o, Sujeto, g o ce y m odernidad. Fundam entos d e la clínica II
(5) Fernández, H., Jo n es, A., Brandam , J., Pacheco, D. y Klapenbach, E. "La Instituto del C am p o Freudiano Bs.As. 1994. Ed, Atuel -TyA
m o rfinom an ía an te la ley penal". Revista d e Crim inología, Psiquiatría y - W eissm ann, Patricia: "D egen erad o s y viciosos Prim eras conceptuali-
M ed icina Legal. A ño V. 1918. p. 568 zaciones acerca d e las toxicom anías en la A rg entina" Revista Temas de
(6) Baudelaire, Charles: Los paraísos artificiales, (1860). Traducción Pedro historia de la Psiquiatría A rgentina N ° 12, O to ñ o 2001. Editorial Polem os

26
Collage 18x18 cm. Serie de Aventuras deseadas
por el Sr. Edgardo A. Vigo - año 1957
DDSSIER
De la comunidad adicta, a la hystoria de cada une
From the communitv of addicts to the hvstorv of each one
Félix José Chiaramonte
Lic. en Psicología. Director de la Comunidad Terapéutica Tekove
Roga (Isla Silvia) y de la Casa de Reinserción Social (Secreta­
ría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia). Miembro del
Centro Descartes. Responsable de la Delegación San Fernando
del Instituto Oscar Masotta. Director de Atención Analítica San
Fernando-Tigre. Miembro de Asociación de Psicoanálisis
San Fernando-Tigre
E-mail: felixchiaramonte@yahoo.com.ar

Resumen Abstrac
A partir de las lecturas del trabajo que realizo en una From my own readings o f the work that I do in a thera-
Comunidad Terapéutica (CT) (1) trato de ubicar las peutic community (TC) (1) I intent to point out some o f
confluencias y divergencias de distintos discursos, the confluences and divergences o f different discourses,
teorías y prácticas que se dan sobre las adicciones o, theories and practices that occurs during the treatments
más bien dicho, sobre la “construcción” del adicto, o f addictions or the, so call, “construction” o f the addict,
como así también mostrar algunos intentos analíticos as well as show some analytical attempts on this task.
en dicha tarea. I am interested in the analysis o f the encounter o f the
Lo que me interesa analizar es el encuentro de la prác­ psychoanalytical practice with the TC, classical system
tica analítica con la CT, institución que desde el siglo that since the twentieth century it has been the main
XX ha sido una opción en el tratamiento de los pacien­ option in the treatments o f patients addicted to drugs.
tes adictos a las drogas. En la CT Tekove Roga el dispo­ In the TC Tekove Roga by questioning the ideals impo-
sitivo pone en cuestión los ideales impuestos, contri­ sed by others, we contribute to clarify the unconscious
buye a esclarecer las satisfacciones pulsionales en cada satisfaction in each particular institutional space and
espacio particular e intenta desmarcarse de los lugares we try to make a difference by breaking with the com-
comunes de la ideología conservadora de las CT. mon places o f the classic ideology o f the TC.

Palabras claves: Comunidad Terapéutica - Práctica Key Words: Therapeutic community - Psychoanalytical
psicoanalítica - Adicciones Practice - Addictions

C O N TEXTO S POLÍTICO S públicas, desde lo jurídico, lo sanitario, y lo social


A partir de las lecturas del trabajo que realizo en en sentido amplio.
una Comunidad Terapéutica (CT) trato de ubi­ En resumen, el “control” de los cuerpos, la “pre­
car las confluencias y divergencias de distintos vención” de la violencia, la “reeducación” de los
discursos, teorías y prácticas que se dan sobre las que se hunden en los consumos ilícitos, la “inclu­
adicciones o, más bien dicho, sobre la “construc­ sión” de los marginados por el sistema, son cues­
ción” del adicto, como así también mostrar algu­ tiones que se encuentran en sus objetivos.
nos intentos analíticos en dicha tarea, la cual me Lo que defino como “comunidad adicta” es una
replanteo confrontado a los efectos de la historia manera de nombrar a aquellos emprendimientos
de las comunidades terapéuticas, sus característi­ que generaron ex adictos y algunos religiosos,
cas abstencionistas y su debate con la reducción que comenzaron en nuestro país en los años ‘70
de riesgos y daños, así como las consecuencias de con el Programa Andrés, en los ‘80 con Viaje de
las políticas estatales que van desde la derogada Vuelta, y que luego prosiguieron en las institucio­
Ley Agote y su protección del “menor” al para­ nes que prometieron darle respuestas a algo que
digma del niño sujeto de derechos avalada por la el aparato del Estado no podía o no quería poner
Ley 26061 de Protección a la Niñez. Tomar parte a trabajar. Si bien sus tareas se encolumnaban en
desde la segunda opción de cada una de esas dis­ la ideología de los programas Daytop, Progetto
cusiones no evita la dialéctica que debe sostener­ Uomo, o El Patriarca, el problema es que no sa­
se en estos contextos institucionales. lían ni saldrán de la dialéctica del abstencionismo
Las adicciones en la época actual y en especial y el personaje del “adicto” o “ex adicto”. Se trata de
desde el siglo XX , han sido objeto de las políticas un lenguaje puritano y moralista que simplifica

29
un problema complejo de diversas aristas, y que ferentes sociales, constituyen el primer vínculo
más allá de los que se dedican a esta tarea con un formal de un llamado paradójico de un adoles­
noble objetivo de “rehabilitar” a aquellos que que­ cente, ya que se trata de una acción (la práctica
dan como consumidores ilegales de un mercado adictiva) que se da con el objetivo de aislarse del
que los desaloja, tiene en la figura del “adiccio- mundo y que solamente en su fracaso convoca al
nista” a aquel que en forma impostora “fabrica” Otro social.
un lugar de experto en las adicciones para buscar
ganancias en la caja registradora de su institución UNA CLÍNICA SINGULAR
privada. (1) El tratamiento de los consumos, implica poner en
cuestión cualquier visión generalizadora de “la
ALGUNOS REGISTROS DE UNA VARIANTE droga”, planteando que en cada caso, en qué esa
COM UNITARIA EN O TRA DIRECCIÓN práctica se convierte en adicción, se trata de un
Lo que me interesa analizar es el encuentro de la modo de autoconservación paradójica, que asu­
práctica analítica con la CT. me distintas maneras de “hacerse” un cuerpo, en
La comunidad terapéutica Tekove Roga (Casa las distintas estructuras clínicas.(2)
de Vida) como respuesta institucional frente a la Más allá de esto es bueno recordar que Freud ubi­
problemática de las adicciones en adolescentes, caba a las intoxicaciones en la categoría de neurosis
y teniendo en eso a uno de los nombres de los actuales, es decir de manifestaciones que no se de­
síntomas sociales, es un lugar en el que quienes jan descomponer analíticamente como formacio­
trabajamos desde el psicoanálisis producimos nes del inconsciente, pues lo sexual se encuentra
una ruptura con los adiestramientos conductistas reducido en ellas a un tóxico. (3) Esto interroga
y propiciamos, en un equipo con integrantes que permanentemente otra práctica, la nuestra, la que
cumplen distintas funciones, un trabajo con la uno puede plantearse desde el discurso analítico.
palabra, primera mediación posible, en cada uno Por otra parte, también tenemos que el recurso a
de los espacios de tratamiento. las drogas y alcoholes viene a suprimir la angus­
En esta CT atendemos a jóvenes varones de 14 a tia y las formaciones de síntomas hasta tanto ese
21 años de edad que planteen un interés en cono­ consumo -como una suplencia- cumple sus fun­
cer el dispositivo de internación, que se ofrece a ciones y reaparecen cuando ese recurso fracasa.
partir de una entrevista de admisión, (que con­ En las lecturas del Módulo de Investigación
sidera esta opción como el último recurso luego “Trauma y Adicción” realizadas en el Centro
de agotarse instancias ambulatorias) en donde si Descartes nos planteamos que hay que tener en
existe el consentimiento manifiesto del joven, in­ cuenta “la función que ese consumo tiene en la
gresará al tratamiento en espacios comunitarios estructura del deseo en el caso de una neurosis,
de asambleas, grupos de convivencia, reuniones en la construcción del delirio en una psicosis, o
con familiares, escucha analítica con un psicólogo bien como parte en el montaje de una perversión.
individual, además de la continuidad de los estu­ En la ‘x’ (enigmática) de esa función, toma cuer­
dios primarios o secundarios, la atención médica, po el elemento singular (fatídico) de la adicción
el asesoramiento jurídico, la reinserción social. en cuestión. Sin duda, en cada caso, también está
La fragmentación de los vínculos familiares, la en juego la sustancia -en su variabilidad, no hay
marginalidad habitacional, la deserción escolar, “la droga”, hay drogas muy diversas, histórica­
la violencia cotidiana, los abusos sexuales tem ­ mente diferenciables por los usos y las modas-,
pranos, la influencia de las redes delincuenciales, y la modalidad del consumo -la edad, el ritual, la
etc., confluyen como parte de los factores que ha­ “banda”, el contexto social, los recursos económ i­
cen a este fenómeno generalizado de las adiccio­ cos, etcétera-. De allí el hallazgo del aserto: usos
nes o de los problemas del consumo de drogas y heterogéneos de múltiples productos de Alain
alcoholes en jóvenes adolescentes que acuden a Ehrenberg.”(4)
nuestro servicio de internación. En la experiencia en el trabajo en instituciones,
Al mismo tiempo nos confrontamos con el proble­ de tratamiento ambulatorio o de internación, en
ma de una persona, el asistido, que no se interroga particular con población de los sectores socio­
ni sintomatiza de un modo clásico su sufrimiento económicos más bajos, es notorio el incremento
psíquico, es decir que en su práctica adictiva no de consumidores de pasta base, lo cual comienza
hay un factor egodistónico, en primera instancia. a caracterizar un tipo de consumo de esa sustan­
Los pedidos judiciales, la desesperación de los cia, que tiene un lugar de resto en la fabricación
familiares, la inquietud y la solidaridad de los re­ de la cocaína, incorporando otras sustancias de

30
menor valor en el mercado. Pareciera que allí en tica, y desde allí poner a trabajar los ideales y los
cada consumidor encontramos al que, como dice goces en juego.
Baudelaire, es fumado por su propia pipa. El trabajo en equipo interdisciplinario plantea la
Una hipótesis posible surge de algunos testim o­ coexistencia de distintas prácticas y discursos,
nios de pacientes de la CT y de la lectura analítica así como una institución conecta poderes, jerar­
que plantea la falta estructural de un objeto en el quías, saberes y conocimientos técnicos, disposi­
trayecto pulsional de un sujeto, sería que por un tivos administrativos, financiamientos, seleccio­
lado, la práctica no se centra en la sustancia, sino nes de personal, dinámicas políticas sectoriales,
en el tiempo que existe entre el consumo fugaz de etc. Esos equipos no son abstracciones ni tam po­
una dosis y otra. El acortamiento de los lapsos, la co dulces versiones de debates democráticos en
desesperación de estar en ese vacío, y la insatis­ donde prima el consenso.
facción que no cesa, cristaliza más bien la pérdida Pero al mismo tiempo, en su cotidianeidad, en el
de algo que se esfuma permanentemente. dispositivo ponemos en cuestión los ideales im ­
Intentar hacer algo distinto desde el psicoanálisis puestos, contribuyendo a esclarecer las satisfac­
implica usar la institución como marco y escena­ ciones pulsionales en cada espacio particular e in­
rio de los lazos sociales, para un fin singular, el de tentando desmarcarse de los lugares comunes de
cada uno que se atiende, que no necesariamente la ideología conservadora de las CT, los estigmas
va en el sentido de la adaptación buscada por los de las instituciones de “minoridad”, así como de la
parámetros del amo de turno. Se trata de aceptar m inoría de edad de todos aquellos que lamentan
las dificultades de cada caso como algo que nos en su queja diaria la falta de un Otro institucional
haga avanzar en la manera de acceder a los he­ completo sin fallas que venga a resolver todos los
chos de la clínica. (5) problemas.
Entendemos que hay que oponer el uso desmasi- La orientación de la dirección institucional, en
ficador al uso que refuerza la identificación ima­ el marco de una entrada de cada individuo en la
ginaria (6), una propuesta que posibilite ubicar a asistencia “para todos”, y frente al síntoma social
cada uno cuáles son los sentidos en lo que dice de de las adicciones, es posibilitar un lugar con re­
su sufrimiento, en vez de imponer sentidos que, glas comunitarias para el tratamiento de cada uno
por muy integradores que se digan, no dejarán de en función de su propia historia personal, con el
ser establecidos a la manera violenta del hipnotiza­ horizonte de su deseo.
dor, lugar al que supo denunciar Sigmund Freud y Es por esto último que introduzco la palabra hys-
así diferenciar eso del método analítico. (7) toria con la y, a partir de Lacan, que viene a llamar
Esto no quiere decir que no existan situaciones la atención para entender la importancia de la his­
en donde se dan las identificaciones horizonta­ toria en la hysteria, que permite sintomatizar, y po­
les o verticales con quien ocupe el lugar de líder, sibilitar el análisis, aun para aquellas satisfacciones
lo cual es una contingencia posible de cualquier paradójicas como las adicciones, con las cuales se
espacio comunitario y estructuralmente constitu­ puede ir del hábito compulsivo (“no puedo parar
tivo en la psicología de las masas de toda forma­ de consumir”), a un decir esclarecedor respecto
ción artificial. de la propia verdad en el inconsciente, con nuevas
La diferencia que proponemos desde la coordina­ preguntas e inéditas respuestas del sujeto. (8)
ción es descomponer críticamente esas identifica­
ciones. Un espacio grupal puede tomarse, como
a la institución, para favorecer la situación analí­

Notas (5) García, G erm án: D iversiones psicoanalíticas. Buenos Aires. O tium Edi­
(1) C hiaram onte, Félix: "El m ercado d e las adicciones” (2006) www.des- ciones. Pág. 126. (2014)
cartes.org.ar/m odulo-traum a-elm ercado.htm l (6) Laurent, Eric: "D os aspectos d e la torsión entre síntom a e institución”.
(2) Le Poulichet, Sylvie: Toxicom anías y psicoanálisis. Las narcosis del d e ­ R ecu perad o d e http://ea.eol.org.ar/04/es/template.asp7lecturas_onli-
seo. Editorial Am orrortu. (1991) ne/textos/laurent_dos_aspectos.htm l: (2009)
(3) García, G erm án: "A ctualidad de las neurosis actuales” Estudios d e Psi- (7) Freud, Sigm und: Obras com pletas. Psicología d e las masas y análisis
cosom ática, V.V.A.A. Vol. I, Ed. Atuel. Buenos Aires. (1993) del yo. Pag. 2576. Biblioteca N ueva. (1981)
(4) Testa, Adriana: Program a d e curso breve. "Traum a y Adicción. Estrate­ (8) Miller, Jacques-Alain: Cap. 3: "Historización”. El ultim ísim o Lacan. B u e ­
gias clínicas” w w w .descartes.org.ar (2008) nos Aires. Paidós. (2013)

31
Paraísos artificiales, modernidad y psicoanálisis
Artificial Paradise, Modarnity and Psychoanalysis

Gustavo González
Lic en Psicología, coordinador del equipo técnico en
Centro de Referencia San Isidro, Secretaría de Niñez y
Adolescencia de la Provincia de Bs. As. Miembro del
Centro Descartes de Bs. As.
E-mail: ggonzalez6079@gmail.com

Resumen Abstrac
El concepto de toxicomanía y su correlato de una psi- The concept o f drug addiction, and its correlate as a psy-
copatología, impide establecer el lugar, que no parece chopathology, sidesteps the issue o f the place o f drugs in
ser menor, de las drogas en el clima de nuestras so­ contemporary societies, a matter o f no minor concern.
ciedades actuales. La asistencia del estado y muchas State assistance and many practices o f medical inspi-
prácticas de inspiración médica necesitan de ese re­ ration depend on this portrayal o f the drug addict in
trato del toxicómano para eliminar la responsabilidad order to eliminate responsibility in a deficient subject
en un sujeto deficitario al que, una vez objetivado, who, once objectified, is able to participate. Only by re-
podrán asistir. Es solo reintroduciendo esa responsa­ introducing this responsibility as a fundamental con­
bilidad como clave para su acción que el psicoanálisis cern may psychoanalysis play its role.
puede jugar su partida.
Key words: Drug addiction - Subject - Jouissance - Res­
Palabras clave: Toxicomanía- Sujeto - Goce - Respon­ ponsibility - Drugs
sabilidad - Drogas

Que el vicio ha dem ostrado ser, con frecu en cia,


un em an cip ad or d e la mente, es uno d e los hechos m ás hum illantes,
p ero al m ism o tiempo, m enos cuestionable d e la historia.
W. E. Lecky citado por Leo Strauss (1)

TOXICO M AN ÍA Y USO DE DROGAS La puesta en cuestión de la supuesta homoge­


Muchas de las investigaciones psicoanalíticas en neidad de la toxicomanía por esta apreciación
relación con las drogas están organizadas alrede­ cuantitativa se puede extender a lo cualitativo.
dor de la figura del toxicómano. Esta es una pers­ Hacer una homología de un primer consumo de
pectiva que si bien parece haber dado sus frutos, droga y el goce en juego tal como se lo describe
no deja de presentar dificultades y limitaciones. en la experiencia toxicómana, (2) solo es posible
La experiencia toxicómana, como forma límite, forzando las cosas en nombre de un resabio del
no parece representar al universo de relaciones gesto estructuralista de los años ’70 o realizando
y prácticas en las que la droga se encuentra im ­ una extensión tal del concepto de goce que resulta
plicada en las sociedades actuales. El estereotipo peligrosa para el concepto mismo. Esto último en
del toxicómano en su doble quiebre (del sistema la medida en que, explicándolo todo ya no expli­
normativo del cual ha caído fuera y del propio ca nada y extendiéndose sobre otros conceptos,
sujeto, cuya experiencia es vivida como infierno) pierde su valor dialéctico de oposición.
describe un porcentaje menor dentro del campo Lo más beneficioso para la operatividad del con­
del uso de drogas. Esto exige además cuidado en cepto sería mantener la parcialización e interro­
su extrapolación. gación que el mismo Lacan llevaba a cabo en ese
Los oscuros cuadros de la experiencia de la he­ problemático campo del goce.
roína con sus jeringas hipodérmicas y sujetos La categoría de toxicomanía alberga en su inte­
temblorosos, tan familiares en los films europeos rior discursos morales que se entrecruzan con los
o americanos como extraños en estos parajes, se médicos legales y, que al plantearse como un de­
transmutan en el despojo que representa el dete­ secho que algún día algún supuesto progreso po­
rioro terminal de un adolescente fumando paco. dría eliminar, deja fuera el retorno sobre el cuer-

32
po social de esas experiencias. Por ejemplo como Parece importante aclarar esto teniendo en cuen­
género literario, como experiencias de iniciación, ta los debates actuales sobre la caída del padre,
como una forma de vida entre otras. con el aire de restauración que suele envolverlos,
ya que no se trata en Freud de inyectar en su clí­
SOCIO LOG ÍA Y PSICOANÁLISIS nica una figura del padre que una sociología de
El imperativo de constituir una figura estereoti­ su época le podía proveer sino de extraer de la
pada del toxicómano en la medida en que va a primera lo que la época no terminaba de ver.
representar lo temido y lo repudiado, respon­ Por el lado del nombre del padre y su “catastrófi­
de a requerimientos del funcionamiento social ca” declinación actual, ¿no es acaso por sus fallas
pero no a los del psicoanálisis. Las explicaciones como aparece el padre en los análisis que Lacan
del consumo de drogas por el consumismo de la hace de la clínica freudiana o de la suya propia? Si
sociedad actual, producto de la ciencia y del de­ la solución paterna, siempre fallida, fue una solu­
sarrollo capitalista, es una aproximación masiva ción, habrá otras y es quizás el psicoanálisis el que
que term ina explicando poco y legitimando las pueda recortarlas de las tramas con las que opera.
categorías del sentido común.
Lo mismo se podría decir respecto de una hipo­ SUJETO M ODERNO Y RESPONSABILIDAD
tética autodestrucción o, achatando la compleji­ El problema planteado por el consumo de drogas
dad del concepto freudiano, al uso de la pulsión y su penalización (3), lleva en su seno el proble­
de muerte para referirse más “técnicamente” a la ma del sujeto moderno. Para el derecho el “delito
misma autodestrucción. La experiencia toxicó- toxicómano” perturba las categorías tradicionales
mana cotidiana muestra ser más bien conserva­ de la justicia porque, el agente del daño y aquel
dora y, si por accidente choca con la muerte, no sobre quien se ejerce ese daño, coinciden en la
está propuesta como un fin directo. Si busca m o­ misma persona. Esta paradoja, en cierto modo,
rir es por el camino de ese “goce” del que habría espeja la concepción del sujeto moderno.
que decir qué es en cada caso. Este sujeto que se desprende de la elaboración
Muchos trabajos sobre el tema, incluso psicoanalí- kantiana se funda en las leyes establecidas p or el
ticos, suelen comenzar con una explicación de las sujeto “autónomo” p ara su propia elección libre,
coordenadas del funcionamiento social tomada de que es donde Kant encuentra un fundamento
sociólogos actuales a las que se les suele sumar, a universal para la ley moral. Christopher Norris,
modo de refuerzo, el hoy conocido pronóstico la- en una compilación que Malcom Bull realiza bajo
caniano del cenit del objeto a. Luego se insertan el título “La teoría del apocalipsis y los fines del
allí las descripciones y los casos que cumplen la mundo” (4), señala el valor del análisis que un
función de ilustrar el fragmento de teoría expuesto. Gilles Deleuze, aún académico y antes de tomar
El problema que implica la idea de captar en un el giro post estructuralista que lo llevará al Anti-
análisis global el momento “actual” de la sociedad, Edipo, pudo hacer de todas las antinomias de la
es semejante al del “balance” con que los analizan­ razón pura y la razón práctica. Sobre todo porque
tes parecen insistir cada fin de año y es que, en lo intentando darles un sentido racional, revela sus
que describen, dejan fuera la enunciación actual aporías internas. Lo que considero de sumo inte­
de quien lo realiza. Impasse del que sólo se sale rés en lo que señala Norris es que es el concepto
dando un paso para luego leer retroactivamente de sujeto, el punto en el que convergen todos es­
qué ocurrió allí (3). Es más bien leyendo los ele­ tos conflictos y antinomias (5).
mentos presentes en la clínica freudiana cómo se Dice Deleuze: “Esto es lo que significa sujeto en el
puede decir algo de las coordenadas de su época. caso de la razón práctica, los mismos seres son su­
La construcción que Freud llama Edipo podría jetos y legisladores, de modo que aquí el legislador
servir como ejemplo de una dirección inversa. forma parte de la naturaleza sobre la cual legisla”.
Desde la experiencia clínica, recorta y teoriza un En el momento en que el individuo se afirma en
registro que es el de las relaciones inconscientes su soberanía de ser libre (emancipado de la tra­
que enlazan las generaciones en torno al deseo dición y de la divinidad) debe tomar a su cargo
incestuoso de los padres, la prohibición de ese como contrapartida, la tarea de reinventar su
deseo y los odios y amores generados por ésta. Es destino sin atenuantes para su responsabilidad.
desde ése novedoso dispositivo inconsciente y de El sujeto es responsable de su acto, aún de los in­
la particular figura del padre que recorta, desde conscientes. Recordemos que Freud, inscripto en
donde abre un campo de investigación de las rela­ esa tradición, dice que el soñante es responsable
ciones sociales como la religión y el ejército. de lo que ha soñado.

33
La droga en las sociedades modernas parece ubi­ con una actividad o con una persona (ejercicio
carse en ese lugar, donde convergen las tensiones que en la actualidad no deja de multiplicarse). La
de esta condición. El individuo soberano y libre, adicción se convierte así en un concepto amplio,
igual a todos los otros modifica su estado de con­ una clase de comportamiento.
ciencia usando su libertad.
Es en este sentido que Alain Ehrenberg en la in­ TÓ XIC O S Y CUERPOS
troducción del texto “Individuos bajo influencia” Charles Levinthal en su libro “Mensajeros del
(6) pone a las drogas en el corazón mismo de la Paraíso” (10) rescata de un número de la revista
sensibilidad contemporánea. En la medida en que norteamericana Sears (1897) un ejemplo paradig­
constituyen experiencias que producen y revelan mático del efecto farm a ko n de algunas sustancias
los estilos de relaciones que el individuo mantiene que pueden funcionar como remedio o veneno,
consigo mismo y con los demás. Desde un enfoque efecto de ambigüedad y reversión que contamina
antropológico, plantea también la diversidad de muchos de los razonamientos sobre el tema.
su uso, los sentidos diversos y hasta opuestos que En ésta se anunciaba, en una página la venta de
pueden tener. Enumera luego los siguientes usos: láudano (bebida a base de opio) sin receta m é­
“ya sea que inicien el conocimiento de otro mundo, dica. En la siguiente un tratamiento para dejar la
aumenten las performances de cada uno, aneste­ adicción al alcohol a base de opio, (el caballero se
sien el dolor o la angustia, favorezcan el intercam­ dormía y no iba al bar con los amigos). Si como
bio social desinhibiendo, o la inversa desprendan resultado de la cura del alcohol se volvía adicto al
del mundo encerrando en su infierno privado”. opio, unas páginas más adelante, le ofrecían una
Como puede verse el uso toxicómano y su “des­ cura contra el mismo, cuya receta seguramente
enganche” es un uso más, mientras que otros usos incluía alcohol entre sus ingredientes.
van en el sentido de realizar ese “enganche”. Según se demostró hace no mucho más de 30
La mayoría de los sujetos que tienen alguna re­ años, los opiáceos, entre ellos la morfina, tienen
lación con las drogas no pasan por la instancia una estructura molecular que es reconocida por
judicial. A pesar de esto casi toda la estadística receptores cerebrales y por la existencia de esos
sobre toxicomanía sale de informes de los depar­ receptores se deduce que el cerebro produce por
tamentos de policía, juzgados y hospitales. Pero sí mismo sustancias analgésicas parecidas que se
esta sólo indica casos en que; tanto los controles liberan en las llamadas situaciones de stress. De
que toda sociedad tiene para regular el consumo, allí surge el nombre de endorfinas, morfinas en­
como los autocontroles con los que el sujeto in­ dógenas, con que las bautizaron aún antes de co­
tenta mantener su práctica sosteniendo el vínculo nocerlas (es la forma en que se explica la llamada
social, han fracasado (7) abstinencia química, al recibirlas desde afuera,
Quizás el psicoanálisis, al no plegarse a la operación el cerebro deja de producirlas y al suspender el
de circunscribir con la pinza psicopatológica un re­ consumo no son aportadas por ningún sistema).
trato del toxicómano, pueda decir algo más que el El contenido de las chauchas de amapola era por
experto en toxicomanía y develar las distintas re­ entonces “la leche del paraíso y del infierno”, dice
laciones y el grado de integración del consumo de Levinthal en el texto antes mencionado.
sustancias psicotrópicas en nuestra cultura (8). No hay dudas, las sustancias tienen efectos sobre
La idea de dependencia psicológica, que se opon­ el cuerpo, pero el problema es ése cuerpo. Toda
dría a una física, con el prejuicio que conlleva -que la experiencia del psicoanálisis demuestra que el
hay un cuerpo y una psiquis separados y que se cuerpo en cuestión no puede pensarse por fuera
relacionan en forma directa- aún así tiene la ven­ de la estructura del lenguaje y, prueba de ello, es
taja de introducir un hiato entre la sustancia y la que ninguna droga, más allá de la cuestión quí­
química corporal de los receptores. Alain Ehren- mica, es independiente de los discursos que hay
berg en un texto sobre la depresión “La fatiga de sobre ella, tomando entre sus efectos rasgos cul­
ser uno mismo” (9) propone que la dependencia turales que la preexisten.
psicológica reintroduce al sujeto de manera aná­ En Televisión (11) Lacan pedía que se le respon­
loga a la de Pinel con la locura: El sujeto vacila da si una descarga de adrenalina es el cuerpo.
pero está allí. Es cierto que produce un efecto, desordena las
Esta idea supone además una relación del sujeto funciones, decía en el mismo texto, y si tampoco
con el producto independiente de sus caracterís­ viene del alma es del pensamiento que descarga.
ticas farmacológicas. Es esto lo que permite de­ No hay correlación directa cuerpo y alma, en el
signar una relación patológica con un producto, medio hay pensamiento, aparato simbólico. Los

34
efectos-afectos mismos que la sustancia origina se den a una enfermedad sino que esto es objeto de
producen en ese cuerpo recortado por lo simbólico. leyes. Se abre así una dimensión médico legal con
Pero es sobre todo cuando falla ese montaje, esa todos los cruces e implicaciones del derecho y la
operación del farmakon, tomando los términos medicina. Si bien no toda toxicomanía es ilegal,
de Sylvie Le Poulichet (12), cuando mejor puede no se podría pensar el tema desconociendo este
verse la irrupción del cuerpo orgánico y al sujeto aspecto, junto ese imaginario de enfermedad, de
como un “relojero”, actuando sobre él con cada víctimas de un flagelo externo, tal como aparece
dosis, para remediar esa falla. Este suele ser el no solo en el discurso corriente, sino en los di­
momento de consulta a un analista. chos de los mismos toxicómanos.
Germán García planteó en su curso de 2013 (13)
TOXICO M AN ÍA Y PSICOANÁLISIS que el psicoanálisis sólo puede operar haciendo
Como se ha visto, el psicoanálisis no puede plan­ jugar las paradojas y contradicciones de la moral.
tear ninguna homogeneidad del campo de la La asistencia del estado, al suponer un sujeto no
toxicomanía y por lo tanto ningunas coordena­ responsable al que una socio-medicina tiene que
das específicas para el mismo. “La droga” en su asistir, aún en su aventura con las drogas, queda
heterogeneidad, es un enigma del que en cada encerrada en modificaciones conductuales ó en
caso habrá que ubicar su función manteniéndose el uso de “otras” sustancias químicas propues­
alejado de cualquier ideal de abstinencia. tas como cara benigna del fa rm a k o n . Aún así, le
Veamos la siguiente colección de alusiones a la queda la ganancia de que una vez construido ese
droga tomada de trabajos psicoanalíticos actuales: retrato del toxicómano despojado de la respon­
Trozo de cuerpo en suspensión”, “miembro fantas­ sabilidad, será el objeto sobre el que podrá volcar
ma”, “lugar de una ausencia erigida en ser”, “mule­ su saber. Es reintroduciendo esa responsabilidad
tas del yo en un joven para abordar el Otro sexo”, como clave para su acción que puede operar el
suplemento, prótesis narcisista, complemento. psicoanálisis.
Por último, la toxicomanía y la categoría del toxi-
cómano, como ocurrió con la locura, no sólo alu­

Notas Aires. N ueva Visión, 1990.


(1) Strauss, Leo: La persecución y el arte d e escribir entre líneas. Buenos (8) Fatela, Jo á o : en Ibid. Cap. "D rogas y A m bivalencias d e la subjetivi­
Aires. Am orrortu, 2009. d ad ” hace el siguiente com entario. "Nuestras sociedades siguen m an­
(2) A no ser q u e eso p ueda d em ostrarse a pres-coup por la lógica inter­ ten ie n d o las drogas en una suerte d e exterioridad, con lo cual parecen
na d e un caso. haber renunciado por an ticip ad o a toda adquisición d e un saber capaz
(3) Sería un contrasentido co m o decir "estoy realizando un acto”, tal cual d e dar cu erpo a regulaciones susceptibles d e m an tener un m o do de
lo p lantea el psicoanálisis. consum o socialm ente con trolad o” Es claro q u e sin esto últim o las ideas
(3) Hay q u e señalar acá q u e en nuestro país, al m enos según mi e xp e­ d e liberación del consum o q u e actu alm en te la política hace pasar, q u e ­
riencia, la articulación entre toxicom anía y delito tom a otra m odalidad dan com o m eras utopías. Y la prohibición, con los m ercados ilegales
en lo q u e es la au toim p utació n del adicto, lo cual p erm ite cam biar una generados, las mafias y m uertes cuyo núm ero supera d e m anera exp o ­
pena com o la cárcel por un tratam iento contra las adicciones. En las nencial al d e sobredosis, co m o elección forzada. Pág. 48
granjas d e recuperación son pocos los q u e no tienen causa d e delitos (9) Ehrenberg. Alain: La fatiga d e ser uno mismo. B uen os Aires. N ueva
distintos a la adicción. Visión, 2000.
(4) Bull, M alcom : (com pilador) Cap. IX: "Versiones del Apocalipsis: De- (10) Levinthal, Charles F.: "M ensajeros del paraíso”. Gedisa Editorial,
rrida, Kant, Foucault.” Christopher Norris La teoría del apocalipsis y los 1999.
fines del m u nd o México. Fon do d e Cultura Económ ica, 1998. (11) Lacan, Ja cq u e s: Televisión Otros escritos. B uen os Aires. Paidós,
(5) Ibíd. Pág. 267 2012, Pág. 550.
(6) Ehrenberg, Alain: (com pilador) Individuos bajo influencia. Buenos (12) Le Poulichet, Sylvie: Toxicomanías y Psicoanálisis. M adrid Buenos
Aires. N ueva Visión, 1990. Aires Am orrortu/editores, 1990.
(7) Ehrenberg, Alain: (com pilador) Cap.: "Los controles d e la toxicom a­ (13) García, G erm án: Curso Anual 2013 "Psicoanálisis. Registros de una
nía” Ro bert Castel y A n n e Coppel. ) "In dividu o s bajo influencia” Buenos Experiencia” D ictado en C entro Descartes. Inédito

35
Alguncs aspectcs histdriccs y geapnlrticDS que hacen a la ccnstruccidn
discursiva del ccnsumc prcblem áticc de drcgas
HistDrical and geapDlítícai aspects in the discursive
cDnstructiün d í drug cünsumptmn

Alfredo Juan Manuel Carballeda


Dr. en Servicio Social. Profesor Universitario Facultad de
Trabajo Social Universidad Nacional de La Plata (UNLP)
E-mail: alfredocarballeda@gmail.com

Resumen: Abstract
El artículo ofrece la lectura de diferentes aspectos en This text shows the interpretation o f different aspects
el análisis de la construcción discursiva del uso y con­ when analyzing the discursive construction o f drug use
sumo problemático de drogas. Invita a pensar sobre and consumption. It calls upon the readers to think
la diversidad de ofertas y demandas actuales de aten­ about the diversity in supply and demand o f care ser-
ción, encuadradas en las políticas públicas. Sostiene vices within the framework o f public policies. It poses a
un interrogante que orienta el trabajo: ¿Como llegar question on which this work is based: how can the par­
de lo gubernamental a lo singular de cada uno en el ticular situation o f each patient can be reached from the
ámbito de la salud pública? government sector within the public health system?

Palabras Clave: Consumo - Geopolítica - Libre comer­ Key words: Consumption - Geopolitics - Free market -
cio - Discurso prohibicionista - Políticas públicas Prohibitionist discourse - Public policies

Intentar llevar adelante una genealogía del C on­ era una colonia británica). Estos contrabandistas,
sumo Problemático de Drogas implica analizar la bien podrían ser llamados “narcotraficantes” en
construcción de conceptos, estereotipos y cons­ el lenguaje de hoy, fundamentaban sus prácticas
trucciones de relato a través de este tema. Pero en la doctrina del libre comercio, tratando de en­
también esta mirada involucra la construcción frentar de esta manera las restricciones que Chi­
de estrategias de Intervención Social, tanto de na imponía a ese contrabando. Muchos de ellos
las Políticas Públicas como desde los diferen­ lograron enormes fortunas, uno de ellos; William
tes dispositivos de Prevención y Asistencia. De Jardine, logro comprar su título de nobleza y for­
este modo es posible entender que las diferentes mar parte de la Cámara de los Comunes en Ingla­
propuestas terapéuticas y asistenciales se fueron terra, otro, James Matheson, compró una isla en
construyendo en distintos contextos atravesados la costa occidental de Escocia.
por una serie de variables, de orden económico, Cuando China amplió las limitaciones, comenzaron
social, cultural y geopolítico. los problemas diplomáticos para ese país y a par­
Por ejemplo la prohibición del uso de opio en los tir de que prohibió expresamente el ingreso de esta
EEUU a fines de la década de los cuarenta en el mercancía se desató la llamada “Guerra del Opio”
siglo X IX se vincula con el confinamiento y con­ donde Inglaterra, Francia y EEUU invaden China
trol de la población china que había arribado a las para lograr que se apruebe el libre comercio del opio.
costas de California luego de la II Guerra M un­ China es derrotada, el opio se vende libremente e
dial curiosamente, esa prohibición era más con­ Inglaterra se queda con Hong Kong (1) a cambio de
descendiente con la heroína que con el opio, lo los gastos que esa contienda había generado.
que muestra cierta situación paradojal si se ob­ Tal vez la cuestión de fondo de la Guerra del Opio
serva este tema solamente desde las sustancias. no pasaba por la sustancia, sino por la balanza
Esta cuestión, se relaciona con otro episodio his­ comercial China que antes de la guerra tenía un
tórico que se traslada un siglo atrás. Durante la saldo favorable para ese país, dada la exportación
mitad del siglo XIX, contrabandistas ingleses, de sedas y otros productos y luego de ésta y al
franceses y estadounidenses lograban introducir extenderse el consumo de opio, la balanza comer­
opio en China desde plantaciones que se explo­ cial se inclina del lado de Inglaterra. Quizás uno
taban en la India (que en ese período histórico de los hechos más curiosos de esta guerra pase

36
por lo que ocurre después. China, al poseer un te­ te, la prohibición del alcohol generó un enorme
rritorio muy grande y con condiciones de plantar poder económico para quienes se dedicaron a
opio, lo hace y logra un consumo de esta sustan­ contrabandearlo y allí sobresalieron italianos e ir­
cia sin que se importe o se consiga por contraban­ landeses. El ingerir alcohol, comenzaba asociarse
do. Esto ocurre a fines del siglo XIX, pocos años con el peligro, la enfermedad, la desviación so­
más tarde el contrabando y venta de opio dejó de cial, y llegó a transformarse, también, en una es­
ser un negocio rentable para EEUU, Inglaterra y pecie de ostentación económica, debido a las di­
Francia ya que China logra autoabastecerse. ficultades para adquirirlo por las restricciones de
La primera conferencia de Drogas celebrada en la Ley Seca.“Entre los imitadores, el sentido de la
Viena a principios del Siglo XX, declara al opio protesta fue entendido como una m oda...En los
como una sustancia altamente peligrosa que debe bares clandestinos, uno podía verse complicado
ser controlada tanto en su producción como en la en una redada con la policía, el precio del alcohol
comercialización, siendo esta solamente utilizada de contrabando, determinaba una especie de ren­
con fines medicinales. De esta manera China es ta basada de número de invitados a las fiestas” (3)
considerado un país potencialmente peligroso El impacto de la aplicación de la ley seca y del
por su potencialidad de producción de esta sus­ discurso abstemio, generaron un nuevo fenóme­
tancia. Estas cuestiones pueden dar algunos indi­ no en la literatura; “la narrativa alcohólica” Dos
cios del sentido político que se hace de las sustan­ Passos; Fitzgerald, Hemingway, escriben sobre el
cias, sus efectos y formas de abordajes. alcohol en sus novelas. Se multiplican las campa­
Algo similar ocurre con el Alcohol y el alcoho­ ñas de prevención, y se filman películas. También
lismo, la preocupación por este tema es posible el discurso puritano sobre el alcohol ratifica su
ubicarla a fines del siglo X IX en los EEUU, exis­ trasnacionalización.
tiendo en ese país algunos antecedentes en el siglo Por otro lado, el alcoholismo había comenzado a
XV III. Especialmente a partir de los trabajos de crecer de igual forma que las campañas de pre­
Benjam ín Rush, (2) a éste se le atribuye una frase vención y los sistemas de tratamiento. Podría afir­
que puede ser interesante para el análisis discursi­ marse que los valores puritanos, lograron cierta
vo de las prácticas en Salud Mental y el Consumo cohesión justo antes del ingreso de los EEUU a
Problemático de Drogas; “El terror actúa pode­ la II Guerra Mundial. Tiempo después abolida ya
rosamente sobre el cuerpo a través de la mente, la prohibición, la “narrativa alcohólica”, sigue en
y ha de emplearse en la cura de la locura”. El in­ aumento hasta fines de la década del treinta.
cremento del prohibicionismo y el crecimiento Al terminar la II Guerra Mundial, el alcohol ocu­
de las ligas anti alcohólicas comienza a darse a paba un lugar diferente en la sociedad estadouni­
principios del siglo X X en prácticamente todo el dense. El alcohol se había incorporado a la vida
mundo, en Argentina existieron ligas antialcohó­ cotidiana; es la época del “trago luego del trabajo”
licas en Buenos Aires y Rosario. El discurso que o la “borrachera de fin de semana”.
se generaba desde éstas y su efectividad, llego a Cuando la prohibición termina, se habían incre­
que en los EEUU se realice una enmienda consti­ mentado los casos de alcoholismo, las muertes
tucional que prohibió el consumo de alcohol. Este asociadas a la destilación clandestina y la mafia
episodio es conocido como la “Ley Seca”. Cuando era una asociación inmanejable en complicidad
algunos investigadores trabajaron sobre la géne­ con parte de los políticos y la policía. Por otra
sis de ese fenómeno, lo primero que les llamó la parte, en ese contexto surge el primer sistema de
atención era que no existían graves problemas tratamiento a través de un sistema que recuerda el
de alcoholismo en ese país. Lo que si estaba ocu­ espíritu puritano: Alcohólicos Anónimos.
rriendo era que la sociedad estadounidense esta­ El alcohol, deja de estar en el lugar de lo prohibi­
ba cambiando a partir del crecimiento de grupos do, este comienza a ser ocupado por las drogas. En
de poder político y económico que no tenían mu­ 1937, se sancionó en EEUU la primera ley de pe-
cho que ver con el espíritu puritano fundacional nalización de consumo de marihuana, y en algu­
de ese país. Irlandeses e Italianos tenían cada vez nos casos, los mismos funcionarios que intervinie­
más prestigio social, poder político y económico. ron en la campaña a favor de la ley seca, cambiaron
En poco tiempo esos grupos fueron relacionados de sustancia. Harry Ansingler, quien trabajó en las
con el consumo de alcohol a través de diferentes campañas del prohibicionismo, relata en sus m e­
modalidades; cuentos, relatos, noticias, donde lo morias como desarrolló una campaña para la pro­
que se subrayaba era el peligro de lo que se deno­ hibición de la marihuana: “Hacia 1937, el Federal
minaba “la cultura de la taberna”. Paradojalmen- Narcotic Bureau, bajo mi dirección, tomó dos im­

37
portantes iniciativas: en primer lugar un plan le­ En adicciones se creará durante la década de los se­
gislativo para obtener del Congreso una nueva ley senta el modelo que conocemos como “Comuni­
que colocase a la marihuana y su distribución di­ dades Terapéuticas”, un sistema de premios y cas­
rectamente bajo control federal, en segundo lugar, tigos copiado del Programa Synanon que recuerda
conté por medio de la radio y de otros medios, “el al de Alcohólicos Anónimos. La prevención se irá
New York Herald Tribune”, por ejemplo, la historia construyendo desde el discurso prohibicionista
de esta maléfica yerba de los campos, de los lechos que evoca al discurso abstemio de las primeras
de los ríos y de las cunetas de los caminos. Escribí ligas anti alcohólicas de principios de siglo XX.
artículos para las revistas, nuestros agentes, dieron Además, la década de los cincuenta, con la Co­
centenares de charlas a padres, educadores, jefes misión de Investigación de Actividades Antinor­
sociales y civiles. En las transmisiones de radio teamericanas, presidida por el Senador Mc Carty,
referí el número creciente de delitos, incluidos los es un ejemplo cabal de esto. Geroge Bush (padre)
asesinatos y las violaciones. Continué martillean­ era en ese momento asesor de Mc Carty y a fines
do, sobre estos hechos” (3) de la década de los setenta comenzará la “Campa­
A partir de esa época comienza a hablarse de dro­ ña Norteamericana contra las Drogas”, esta será
gas, casi de la misma forma en que antes se habla­ profundizada por Ronald Reagan, pero con un
ba sobre el alcohol. La sociedad norteamericana, cambio relevante, se empieza a hablar de enemigo
continuó suavizando sus contradicciones en la externo, es decir que la drogadicción se relaciona
búsqueda de enemigos ocultos ahora asociados a con la entrada de drogas a ese país a través del trá­
la población de origen hispano y africano, quie­ fico de drogas, en principio, desde Colombia. De
nes son rápidamente asociados con la marihuana. ahí se podría explicar la creación de la DEA como
Pero, esas mismas contradicciones, tuvieron un una agencia estatal especializada que generará di­
valor relevante en los movimientos contestatarios ferentes formas de intromisión en las políticas pú­
de la década de los sesenta. Donde comienza a blicas vinculadas con este tema en América Latina.
construirse la relación entre drogas, rebelión ju ­
venil, hipismo y rock and roll. De todas maneras, CONCLUSIONES
las formas de conceptualización, prevención, del La construcción discursiva de la drogadicción
alcoholismo y la drogadicción continuaron ex­ o el consumo problemático de drogas como un
portándose. Desde Benjamín Rush a Jellineck, el problema social tiene una serie de aristas que dia­
discurso biológico, solo creará una nueva catego­ logan con la vida cotidiana, la construcción de
ría gnosológica, pero seguirá hablando de “dege­ problemas sociales, agendas públicas. Pero, fun­
neración celular”, mientras el alcoholismo conti­ damentalmente de dispositivos de prevención y
núa perdiéndose en los laberintos de la clínica. A asistencia que también se fundan en una intensa e
partir de la década de los 80 el antropólogo argen­ intrincada relación con estos factores, de ahí que
tino Eduardo Menéndez introduce el concepto de tal vez sea necesaria una discusión conceptual,
proceso de alcoholización integrando componen­ ideológica para pensar desde donde y con qué
tes sociales, económicos y políticos en la lectura objetivo se trabaja en este tema.
de ese problema.

Notas Bibliografía
(1) En 1837, un grupo d e com erciantes ingleses solicitó al Parlam ento -Carballeda, Alfredo.Alcoholism o, Puritanism o y el discurso d e la Droga-
d e ese país la anexión d e una isla cervana a China para p od er facilitar dicción en w w w .m arg en .o rg N ° 45. 2007.
sus activid ades com erciales ( co n traband o y venta de opio) -Carballeda, Alfredo. La farm aco dep end encia en Am érica Latina. Su
(2) Benjam ín Rusch era m édico personal d e G e o rg e W ash in g to n , a d e ­ ab o rdaje d esde la A PS. B uen os Aires/ W ash in g to n 1990.
más d e ser uno d e los firm antes del acta de In d ep e n d e n cia d e los EEUU. -Del Olm o, Rosa. La cara oculta d e la droga. Editorial Temmis. C olom bia
Era m édico y ejercía la psiquiatría. D e significativos valores puritanos 1988.
se o puso al con sum o d e alcohol y fu nd ó las prim eras ligas an tia lco h ó ­
licas. Afirm aba por ejem p lo q u e los esclavos de origen africano p a d e ­
cían una enferm ed ad similar a la Lepra, pero atenu ad a q u e les perm itía
hacer trabajos físicos pero no intelectuales. La fuga d e un esclavo de
una p lantación, por ejem plo, era interpretada por este m édico com o
un acto de locura q u e debía ser corregido m ed ian te prácticas q u e hoy
llam aríam os torm entos.
(3) Pivan o Fernanda, Beat, Hippie, Yippie. Ediciones Jucar. M adrid 1975.
(4) Ibid.

38
A dicciones: la compulsión y el placer negativo
Addictmns: CDmpuIsmn and nDn-plEasura
Fátima Alemán
Lic. en psicología. Psicoanalista, miembro de la
Asociación de la Psicoanálisis de La Plata (APLP),
miembro de la Escuela de la Orientación Lacaniana (EOL)
y de la Asociación Mundial de Psicoanálisis (AMP),
docente de la Facultad de Psicología de la
Universidad Nacional de La Plata (UNLP)
E-mail: fataleman@gmail.com

Resumen: Abstract
El siguiente texto trata sobre la relación que conviene This text deals with the relationship between patterns o f
establecer entre la presentación actual de las adicciones addictions and the era o f consumption and fallen ideals.
y su relación con una época dominada por el impera­ Moreover, the meaning o f the term compulsion defined
tivo al consumo y la caída de los ideales. También se by Freud throughout his work and its non-pleasure na-
analiza el valor del término “compulsión” definido por ture interpreted from a philosophical perspective are
Freud a lo largo de su obra, y el carácter de “placer ne­ analyzed.
gativo” que adquiere el mismo a la luz de la Filosofía.
Key words: Addictions - Compulsion - Non-pleasure
Palabras clave: Adicciones - Compulsión -
Placer negativo

A partir de un diagnóstico de la época actual “Pronto todo el mundo lo será (lacaniano), mi au­
podemos decir que las nuevas presentaciones clí­ diencia es su pródromo, por consiguiente los psi­
nicas se encuentran marcadas o bien por la pre­ coanalistas también. Bastaría el ascenso al cenit
sencia de una angustia desbordada y sin sentido, social del objeto llamado por mí a minúscula, por
o bien por conductas sintomáticas que involucran el efecto de angustia que provoca el vaciamien­
al par inhibición/compulsión y que no conllevan to a partir del cual nuestro discurso lo produce,
una pregunta dirigida al Otro. al fallar su producción.”(2) Allí Lacan anticipa lo
Sobre el análisis de la época, Enrique Acuña lo que hoy podemos llamar “la época adictiva”, en
decía muy bien en su curso anual del año 2013, el sentido de la adicción al objeto técnico en el
retomando la pregunta lacaniana “¿cómo vive la lugar de los ideales identificatorios. Eric Laurent
época la pulsión?”(1). Justamente es Jacques La- también lo presenta en una entrevista del 2008 en
can quien afirma en Televisión: “el sujeto es feliz”. los siguientes términos: “Nuestra época es la de
¿Cómo? Lacan piensa que el sujeto es feliz a nivel la producción generalizada, en la que debemos
de la pulsión. De modo contrario al deseo, la pul­ ser jefes de nosotros mismos y maximizar todo.
sión no está articulada a una defensa. Según J.-A. Es lo que en nuestro mundo puede conducir a la
Miller esto es todo un axioma: la pulsión siempre adicción generalizada, ya sea adicción al trabajo,
se satisface, “de forma directa, indirectamente, de al deporte o bien a sustancias.”(3)
manera económica, dolorosa o agradable”. Esta Por eso, en relación a los consumos de época, vie­
tesis corresponde a la salida de la época discipli­ ne bien revisar el concepto freudiano de “compul­
naria, organizada a partir del interdicto y de la sión”, primero asociado a la neurosis obsesiva (tal
transgresión, la época descripta por Freud en “El como aparece en el historial del Hombre de las
malestar en la cultura” donde la cultura se pre­ ratas) y luego reubicado en relación a la repeti­
senta como agente de la renuncia a la satisfacción ción. El térm ino “compulsión de repetición” apa­
pulsional. En la época actual sólo hay arreglos, rece mencionado por primera vez en los escritos
modos de goce; no hay más un exterior que oficie relacionados con la técnica analítica, es decir, aso­
como límite para la pulsión. ciado a la transferencia. Dice Freud: “Si nos ate­
Por eso M iller retoma en su conferencia en Co- nemos al signo distintivo de esta técnica respecto
mandatuba titulada “Una fantasía” (publicada del tipo anterior, podemos decir que el analizado
en Punto cenit. Política, religión y el psicoan áli­ no recuerda en general nada de lo olvidado y re­
sis, 2012) la sentencia lacaniana de R adiofonía: primido, sino que lo actúa; lo repite sin saber, des-

39
de luego, que lo hace. ( ...) Durante el lapso que cree verdadero) al placer negativo como trata­
permanezca en tratamiento no se liberará de esta miento del dolor. En el caso del Confesiones de
compulsión de repetición; uno comprende, al fin, un inglés com edor de opio (1821) escrito por de
que esta es su manera de recordar.”(4) Es decir, la Quincey, se ve claramente el pasaje de los “pla­
transferencia es para Freud una pieza de repeti­ ceres del opio”, donde el control del consumo se
ción y a su vez la repetición es la transferencia del incluye en un bienestar saludable, a “los dolores
pasado olvidado. Sin embargo, el sentido exacto del opio”, donde el consumo se vuelve un hábito
que tendrá la compulsión de repetición será otor­ incontrolable y aparecen los signos de un pade­
gado por Freud cuando la ligue a la pulsión de cimiento físico y mental (alucinaciones, delirio,
muerte, tal como lo hace en el texto “Lo ominoso” etc.). Sin embargo, la vuelta interesante que rea­
refiriéndose a “la naturaleza íntima de las pulsio­ liza la autora es comparar dichas experiencias
nes”, pues “tiene suficiente poder para doblegar volcadas a la literatura con los desarrollos de la
el principio del placer”(5) y convertirse en un Filosofía antigua: Platón y su recurso a la aplestia
principio demoníaco. Será luego en “Más allá del como modelo de placer insaciable, o Epicuro y su
principio del placer”, adoptando el punto de vista dogma de la a-taraxía, el “no sufrir demasiado”
económico, donde Freud dará de baja el princi­ como forma de encontrar el bien.
pio del placer/displacer como regulador de los El elogio de la referencia tiene su límite y este se
procesos anímicos ya que los sueños de las neu­ encuentra en la conexión nada ingenua del des­
rosis traumáticas le demuestran que el “esfuerzo cubrimiento freudiano de los efectos de la cocaí­
de procesar psíquicamente algo impresionante” na con los avances de la neurofarmacología en los
obedece a que “la repetición se conecta a una ga­ años 90. En las conclusiones del libro, encontra­
nancia de placer de otra índole pero directa”(6) mos el contexto de la reedición en los EEUU de
El placer ya no es para Freud una reducción de la los escritos freudianos sobre la cocaína realizado
cantidad de excitación sino un tratamiento para­ por psiquiatra Robert Byck, quien ubica a Freud
dójico del sufrimiento. como el pionero de los hallazgos científicos m o­
En tal sentido, viene bien recurrir a una referen­ dernos, esto es, la salida al mercado del Prozac.
cia del campo de la Filosofía como Giulia Sissa, Como dice María Moreno “toda la intención de
quien en su libro El p lacer y el mal. Filosofía de Byck es política: defender las virtudes de la psi­
la droga (7) trabaja el concepto del placer en el quiatría biológica moderna apropiándose al m is­
cruce complejo entre la filosofía, el psicoanálisis mo tiempo del padre de sus adversarios: los psi-
y la neurofarmacología. Su punto de partida con­ coanalistas.”(8) Las conclusiones de Sissa van en
siste en tomar como paradigma del uso del placer el mismo sentido: “El célebre Prozac podría ser la
en las toxicomanías, las cuales ponen en primer cocaína ideal, la que Freud creía haber descubier­
plano la definición del placer como “placer nega­ to, antes de verificar su potencia adictiva”. Ideal
tivo”, es decir, el placer entendido como ausencia es para la autora definir al Prozac como la dro­
de malestar o sufrimiento. Dice la autora: “Defino ga que no genera dependencia (sic) y permite el
la toxicomanía como una práctica que pone en encuentro con el placer positivo; por lo tanto, es
funcionamiento la potencia del deseo que se ha bienvenido el pasaje de la terapia por la palabra a
vuelto insaciable y cada vez más devorador, has­ la terapia química.
ta tal punto que la satisfacción nunca definitiva Sabemos que nada más lejos del deseo de Freud:
-índice de un placer plural, móvil y renovable- se el placer negativo es lo que nos guía en el trata­
transforma aquí en tolerancia y en dependencia: miento por la palabra que permite hacer de la
fijación en productos de los que ya no se puede com-pulsión un síntoma analítico, es decir un
prescindir para no sufrir demasiado”. Tomando síntoma que dirigido al analista tiene la chance
ejemplos de la literatura confesional como W i- de encontrar un sentido a la causa vacía del deseo
lliam Burroughs o Thomas de Quincey, la autora inconsciente.
demuestra el pasaje del placer positivo (el que se

Notas (4) Freud, Sigm und: Obras Com pletas, Tom o XII, Am orrortu, 2001.
(1) A cuña, Enrique: "Las bodas con la pulsión”, M icroscopía n ° 120, (5) Freud, S.: O bras C om pletas, Tom o XVII, Am orrortu, 1988.
Marzo 2013. (6) Freud, S.: O bras C om pletas, Tom o XVIII, Am orrortu, 1995.
(2) Lacan, Jacq ues: Psicoanálisis. R adiofonía & Televisión, (7) Sissa, Giulia.: El placer y el mal. Filosofía d e la droga, M anantial, 1998.
Anagram a, 1977. (8) M oreno, M aría: Revista Radar, Página 12, "M ald ita cocaína”, 2/4/2000.
(3) Laurent, Eric: El g o ce sin rostro, Tres Haches, 2010.

40
V ergüenza -Adicción al sexo-
Shame -Addiction to sex-

Alma Pérez Abella


Psicoanalista. Miembro de la Escuela de la Orientación
Lacaniana (EOL) y de la Asociación Mundial de Psicoa­
nálisis (AMP), docente de la Facultad de Psicología de la
Universidad Nacional de La Plata (UNLP)
E-mail: almaperezabella@yahoo.com

Resumen Abstract
En el presente trabajo nos servimos de la película Sha- In this text the film Shame is used to illustrate the topic
me para abordar el tema de las adicciones y su corre­ o f addictions and the resultant difficulty in establishing
lativa dificultad a nivel del lazo social. Si bien se trata social relationships. Although the story is about a man
del caso de un adicto al sexo, la trama permite ubicar, who is addicted to sex, it is possible to contextualize
de modo más general, el lugar del síntoma y cómo, the symptom and to show how the repetition pattern o f
en ocasiones, a partir de un imprevisto, el programa pleasure is not longer the same on certain occasions due
de goce ya no se repite igual. En esta vía, se destaca la to the unpredictable. This is how the upsurge o f prudish-
emergencia del pudor en el momento en que queda ness is noticeable as the rejection to stop auto-eroticism
al descubierto el rechazo a renunciar al goce autoeró- is revealed together with shame as a symptom o f divi-
tico; la vergüenza, como síntoma de la división, y la sion and anguish which makes the character wonder on
angustia que permite hacerle lugar a la pregunta por el his wish. n e subject seems to wake up fo r a while.
deseo. El sujeto, por un rato, parece despertar.
Key words: Addictions - Pleasure - Prudishness - Shame
Palabras clave: Adicciones - Goce - Pudor - Vergüenza

V ergüenza fue el título con el cual se proyectó en ce a su punto final, una mirada sin límite, sin fre­
Argentina la película originalmente titulada Sha- no y sin palabras.
me (1). Este film, dirigido por Steve McQueen y Para este hombre, solitario y sin demasiadas pre­
protagonizado por Michael Fassbender, no es guntas, todo marcha. Hasta que aparece una m u­
apto para menores, ni es un film atractivo para jer, su hermana Sissy, quién lleva en su nombre la
románticos, o para aquellos que buscan encontrar imposibilidad de decir-se no. Es esta mujer, que
escenas pornográficas al estilo de las películas tri­ se dirige a él para pedirle que la ayude a resolver
ple x. Sus escenas sexuales muestran a sus pro­ un problema de amor, la que introduce algo nue­
tagonistas fríos y distantes, donde lo erótico y el vo: una mirada que lo provoca, una presencia que
amor brillan por su ausencia. lo inquieta. Envuelta en la tristeza y la desolación,
Pero detengámonos en el título para desde ahí con la mirada un tanto perdida y una voz en vías
leer algunas cuestiones en relación a la subjetivi­ de apagarse, ella canta, mientras él, llora. Y la fa­
dad de la época. A esta película su título le va muy mosa canción de Sinatra que canta Sissy trasmite
ajustado. Paso a explicar por qué. muy bien el espíritu de la época en la cual se en­
El protagonista, Brandon, un hombre de unos marca la película:
30 años que vive en New York, es un adicto al
sexo que se la pasa deambulando entre películas
pornográficas, prostitutas, mujeres que se cruza N ew York, N ew York.
en los bares o en el metro. Pero además, no re­ Q uiero despertarm e en una ciudad
trocede en la puerta de un lugar de encuentros Que nunca duerm e,
homosexuales. Nada lo perturba en sus prácticas Y encontrar que soy un núm ero uno,
cotidianas de sexo express, comenzando sus m a­ El prim ero de la lista,
ñanas con una ducha durante las cuales se mas- El rey d e la colina,
turba. Lejos está de la figura clásica del Don Juan, Un núm ero Uno.
seductor que enamora mujer por mujer con sus
artes discursivas. Aquí, todo comienza y se redu-

41
La presencia de Sissy en el interior de su departa­ Brandon y su adicción al sexo se suma a la serie
mento, mirando su mundo íntimo, lo sorprende de actividades o sustancias que pueden convertir­
en su goce autoerótico, compulsivo y solitario. se en una droga a la cual ser adicto -la cocaína, los
Es en el momento en que lo encuentra mastur- fármacos, el juego, internet, los deportes, el tra­
bándose en el baño, cuando se hace presente, en bajo, ir de shopping, etc.- que una y otra vez con­
ambos, el pudor y su respuesta sintomática, la firman la tesis freudiana sobre la compulsión a la
vergüenza. Pudor ante el signo evidente que pone repetición de lo mortífero, lo que en Lacan será
al descubierto el rechazo a renunciar a la satisfac­ el empuje al goce en la vertiente del sin límite. En
ción del goce autoerótico. Aparece la vergüenza el extremo de estas presentaciones, la compulsión
como testigo de la división. La angustia lo lleva al aparece descarnada y el consumo trastoca toda
acting lanzándose casi desnudo sobre su hermana posibilidad de generar lazos que incluyan como
para preguntarle “¿Qué quieres de m íi?” una de sus coordenadas el amor.
En ese mismo instante, emerge el destello de un de­ El empuje actual hacia lo nuevo, lo vertiginoso, a
seo. Deseo que vehiculiza el intento de cambiar su atrapar aquello que se ofrece como “m ejor”, obtu­
vida. Arrebatado, tira a la basura las películas y re­ ra de modo sistemático cualquier posibilidad de
vistas pornográficas, a la vez que intenta iniciar una que aparezca la falta -condición para el amor- a la
relación de pareja con una compañera de trabajo. vez que impide hacer con el resto. El sujeto term i­
Hasta ese momento no aparecía ninguna deman­ na deambulando, errando, sumergido en el goce
da dirigida hacia otros, para este sujeto, los otros del Uno-solo, allí donde no aparece el ser del de­
simplemente son cuerpos-objetos a consumir. No seo, tal como lo describe Miller (2).
hay pasión, y así, con cierto aire desafectado, ha­ Llegado al punto cenit de la adicción, el sujeto
bita las noches oscuras, aspecto que se trasmite de ya no cree en nada, no cree en ningún Otro, por
modo logrado a lo largo de las distintas escenas. tanto, toda posibilidad de “amar el inconsciente”
Es un sujeto que se encuentra fijado a un régimen resulta absurda.
de goce, jugando el papel de esclavo ante el impe­ Pero volvamos a la única escena de la película en
rativo superyoico propio de esta época en don­ la cual su protagonista intenta introducir una leve
de, la imagen del cuerpo al desnudo, y el sexo sin diferencia en su programa de goce. Invita a cenar
velo, fascinan. a su compañera de trabajo. Allí, en el restaurant,
El sin límite de una mujer, su hermana Sissy, lo ella le dice que para comprometerse uno tiene que
confronta con su propio exceso, con la metonimia arriesgarse. Pero la condición de esto, como afirma
de su goce masturbatorio, con el vacío en el cual Miller (3) “es empezar por renunciar a gozar solo,
queda atrapado. Correlativamente, esto le perm i­ a gozar solo del propio cuerpo. Por eso la impor­
te cada vez ubicar algún trozo de eso que lo atra­ tancia del amor, si es lo que permite al goce -que
viesa, lo empuja y lo atormenta. podría satisfacerse solo- condescender al deseo”.

Notas
(1) Sh am e - Película británica estrenada en 2011. D irigida por Steve
M cQ u ee n y protagonizada por M ichael Fassbender y C arey Mulligan.
(2) Miller, J-A. El ser y el Uno. Sem inario Inédito. (2011)
(3) Miller, J-A. Los d ivinos detalles. Ediciones Paidós. (2010)

42
L a Ley de Salud Mental: desafío para la clínica de las adicciones
Mental Health Law: a challenge fnr Addictinn treatments
Silvia Zamorano
Lic. en Psicología. Especialista en psicología clínica en
adultos. Docente en la asignatura “Psicopatología I”
de la carrera de Psicología (UNLP) Jefa de Servicio del
Hospital Zonal Especializado en drogadependencia
y alcoholismo “Reencuentro”.
E-mail: silzamo@hotmail.com

Resumen Abstrac
El siguiente trabajo se propone reflexionar acerca de Tfiis article's intention is to reflecton implications it en-
las implicancias que conlleva la implementación de la tails the Mental Health Law in hospital institution area
Ley Nacional de Salud Mental en el ámbito de la insti­ in general and in addiction treatments particularly. It has
tución hospitalaria y en la clínica de las adicciones en been three years since its approval (November 2010) and
particular. A tres años de su sanción, en noviembre de it still generates controversy and debates about its validity
2010, no ha dejado de generar cuestionamientos y de­ and implementation. Tfiis law emerges as a new scenery
bates acerca de su validez e implementación y resulta in front o f which we must take position, necessarily.
innegable que constituye un nuevo escenario frente al n erefore, this paper idea is to define some issues rai-
cual debemos tomar posición. La idea de este artículo sed by this new legal reforms, specially relate to clinic o f
es delimitar algunas cuestiones que surgen a partir patients with substance abuse problems.In front o f this
de este nuevo encuadre jurídico, en especial ligado new legal fiction, Psychoanalysis -as theory tax as it is
a la clínica con pacientes que consumen sustancias. to modern science- must take position, remembering its
Se plantea una nueva ficción legal frente a la cual el ethic: desire logic.
psicoanálisis, tributario de la ciencia moderna deberá Startingfrom difficulties and obstacles that forpsychoa­
tomar posición, sin olvidar la ética que lo comanda, nalysis addictions clinic implies, the actual situation es-
aquella respetuosa del deseo. tablished by this Law could be a fact that promotes new
Partiendo de las dificultades y obstáculos para el psi­ strategies to assist “new symptoms” treatments, conside-
coanálisis que implica la clínica de las adicciones, la co­ ring they require a change in analysis tactics.
yuntura actual establecida a partir de la Ley podría ser
un factor que propicie la construcción de nuevas estra­ Key words: Mental health Law- Substance abuse- Ac­
tegias que favorezcan su abordaje, teniendo en cuenta tual epoch- Knowledge reject- Psychoanalysis ethic
que frente a los llamados “nuevos síntomas” resulta im­
prescindible un cambio en la táctica del análisis.

Palabras claves: Ley de Salud Mental - Consumo de sustan­


cias - Epoca actual- Rechazo de saber - Etica del psicoanálisis

A tres años de su sanción, en noviembre de 2010, el hospital. Es inevitable encontrarse con lo que
la Ley Nacional de Salud Mental N°26657 no ha implica este atravesamiento: desde una variedad
dejado de generar cuestionamientos y debates de demandas dirigidas hacia diferentes saberes
acerca de su validez e implementación y resul­ hasta diversos modos de pensar las intervencio­
ta innegable que constituye un nuevo escenario nes. El hospital es una institución que lleva la
frente al cual debemos tomar posición. La idea de insignia médica por excelencia, representada a
este artículo es delimitar algunas cuestiones que partir de numerosos elementos que la ponen de
surgen a partir de este nuevo encuadre jurídico, manifiesto, tales como los significantes “enfer­
en especial ligado a la clínica con pacientes que medad”, “cura”, “salud”, el uso del guardapolvo,
consumen sustancias (1). la utilización de códigos diagnósticos comunes
Nadie que ha transitado por la práctica hospita­ (DSM ), entre otros.
laria, se ha dejado de interrogar acerca del entre­ Este ámbito que ha sido clásicamente lugar de
cruzamiento de discursos que se pone en juego en transmisión del saber médico, podría resultar en

43
apariencia poco propicio para la práctica analí­ da en que conllevaba una falla a nivel del control
tica, sin embargo se ha convertido en fuente de social. Las leyes que en el mundo occidental pro­
experiencias clínicas fructíferas que diariamente híben el uso de sustancias, responden en general
desafían nuestros modelos teóricos. En este sen­ a razones de control social. La ley que hasta hace
tido, resulta valioso que el hospital sea defendido poco regulaba la tenencia y tráfico de estupefa­
como un ámbito de formación clínica privilegia­ cientes en Argentina, ley 23737 se enmarca clara­
do, sin dejar de considerar las coyunturas de la mente en una política de “lucha contra el flagelo
época que lo enmarcan. de la droga” que penaliza al consumidor, transfor­
La época actual nos sitúa frente a un Otro discur­ mando al adicto en delincuente.
sivo distinto de aquel que vio nacer el dispositivo El hecho de que la Ley de Salud Mental en su ar­
de palabra creado por Freud. Sabemos que desde tículo 4° ratifique que “las adicciones deben ser
su origen el psicoanálisis se erigió a contrapelo abordadas como parte integrante de las políticas
del discurso hegemónico. La invención de Freud de salud mental”, da cuenta de que el vínculo entre
para hacer lugar a la palabra desoída de la histé­ adicción y salud no es algo obvio. Hasta nuestros
rica, tuvo al discurso médico como principal in­ días, en el imaginario social el “adicto” se encuen­
terlocutor ya que se podría decir que surgió de tra pivoteando entre el “enfermo” y el “delincuente”,
tomar a su cargo el resto de la operatoria médi­ en ambos casos con la connotación de peligroso.
ca sobre la histeria, patología que no entraba de Los llamados “nuevos síntomas” donde se incluye
buen modo en sus categorías. la toxicomanía o la anorexia-bulimia entre otros,
Podríamos decir que ha sido el discurso médico en no responden a la estructura del síntoma freudia-
sus diferentes variantes (desde la psiquiatría clásica no clásico. Se trata de síntomas “nuevos” en tanto
del siglo X IX hasta las neurociencias de la actuali­ responden a la lógica que impone el discurso ca­
dad) el principal envés del discurso psicoanalítico. pitalista, aquella regida por el imperativo al goce y
Podemos preguntarnos entonces ¿cuál es el dis­ el rechazo al pensar. En ese contexto, son nuevos
curso del Otro que comanda la época actual? modos de manifestación del malestar correlativo
Desde distintas disciplinas se ha recortado nues­ al discurso imperante en esta época y en nuestra
tra época como “posmoderna”, caracterizada por cultura que instauran una nueva relación al saber,
una exacerbación del discurso capitalista y del en este caso, con la impronta del rechazo al saber
consumismo. y los obstáculos que entrañan en cuanto a la ins­
La cultura actual sostiene el imperativo de supri­ talación de la transferencia.
mir el malestar a partir de la oferta renovada de El consumo de sustancias en la mayoría de los casos
objetos de consumo, que brindan una satisfacción no implica en sí mismo un padecimiento subjeti­
inmediata en detrimento de la elaboración de saber. vo, por lo cual el concepto de síntoma en “sentido
El sujeto posmoderno no quiere saber nada de la práctico” (3), se encuentra cuestionado de entrada.
falta, se trata de un rechazo manifiesto a la cas­ La posición del sujeto en la toxicomanía, corre­
tración. En este entramado discursivo, muchos lativo a ese rechazo de la castración dificulta la
autores del psicoanálisis consideran al toxicóma- puesta en práctica del dispositivo analítico, tal
no como el personaje paradigmático de la subje­ como fue creado por Freud para las neurosis de
tividad actual (2). Es quien m ejor representa esta transferencia, su terreno inaugural.
manera de paliar el malestar, de forma inmediata, Sin embargo hoy en día nos encontramos con una
con un rechazo de la falta, a través de un objeto de extensión del psicoanálisis más allá de sus már­
consumo: la sustancia. genes originales. La inclusión de analistas en los
Si bien el consumo de sustancias psicoactivas no hospitales es una muestra de esta “extensión” que
es un hecho nuevo, por el contrario es tan antiguo ya ha implicado modificaciones en el dispositi­
como la humanidad misma, que se haya cons­ vo clásico. La apuesta analítica a la clínica de las
tituido en un problema de salud y aún más, de adicciones es otra muestra de su extensión.
“salud mental” es un hecho contemporáneo. De este modo, si queremos intervenir desde el psi­
En el discurso médico es tardía la entrada del uso coanálisis con un paciente que consume sustancias
de narcóticos a la categoría de patología en sí m is­ y en el cual éste funciona como “solución feliz” (4),
ma. Recién en el siglo X X y a partir de cuestiones debemos implementar alguna modificación en
sociales y jurídicas, el uso de drogas comienza a la técnica analítica, tomando en cuenta, tal como
incluirse en las categorías del CIE y del DSM. dice Lacan que el analista es libre en su táctica.
Es llamativo que el empleo de drogas comienza a Como agentes de salud en un hospital “especia­
tornarse un problema de salud mental en la medi­ lizado” (5) en adicciones nos encontramos por

44
un lado con las dificultades inherentes a la clíni­ universalidad o de cualquier universal, ya sea hu­
ca con pacientes que consumen, por otro con el manista o antihumanista, se olvide la particulari­
nuevo escenario jurídico enmarcado en la Ley de dad de cada uno”.
Salud Mental. En este sentido, podemos hacer un “uso” de la ley
Por un lado, en tanto leyes una herramienta del a favor del cambio en la técnica necesario para el
orden jurídico que obedece a la necesidad social abordaje de estos pacientes. El trabajo en equipo,
de un control y del establecimiento de una regu­ la intervención en red, los dispositivos de medio
lación de la conducta individual bajo la égida de camino, los talleres, podrían ser nuevos ámbitos
un “para todos” en función de un Bien común, que habiliten una lectura de lo singular de cada
un Ideal, en este caso a partir de la idea de “Salud paciente, es decir incluir nuestra escucha orienta­
Mental” para todos. da por la política del psicoanálisis en los espacios
Por otra parte, consideramos que esta Ley inau­ de extensión más allá del hospital mismo. Tra­
gura un cambio de paradigma en tanto implica bajar en una institución hospitalaria siempre ha
otro discurso que ya no es el médico hegemónico, sido trabajar en el malentendido que entraña la
sino el de los derechos humanos y el de la inter­ tensión entre el universal de la salud como bien
disciplina. Realiza un fuerte cuestionamiento del común y lo particular del sufrimiento de cada
modelo médico tradicional que tiende a la obje- quien. Este nuevo paradigma, nos desafía a pen­
talización del paciente, socavando sus bases más sar en otra realidad, que extiende nuestra prác­
arraigadas, tales como la sustitución del término tica más allá de los muros del hospital. Quizás
“enfermedad mental” por el de “padecimiento tal como lo imaginara Freud en cuanto a un psi­
mental”, la crítica al uso indiscriminado de psi- coanálisis “para las masas”: “se nos planteará la
cofármacos y la propuesta de desmanicomializa- tarea de adecuar nuestra técnica a las nuevas con­
ción, entre otros elementos. diciones ( ...) También es probable que ( ...) nos
Nos encontramos frente a una coyuntura en la cual veamos precisados a alear el oro puro del análi­
el psicoanálisis deberá tomar posición sin olvidar la sis con el cobre de la sugestión directa ( ...) Pero
ética que lo comanda, aquella respetuosa del deseo. cualquiera sea la forma futura de esta psicotera­
Si la ley instituye un nuevo amo que tiene que pia para el pueblo, y no importa qué elementos la
ver con la salud mental como derecho, siempre constituyen finalmente, no cabe ninguna dudad
existirá quien pueda sostener un goce más allá de de que sus ingredientes más eficaces e importan­
la ley, incluso cuando esta ley intenta elevarse en tes seguirán siendo los que ella tome del psicoa­
nombre de los derechos de todos. La función del nálisis riguroso, ajeno a todo partidismo”.
analista, tal como sostiene E. Laurent, consistiría
en: “( ...) ayudar a impedir que en nombre de la

Notas Bibliográficas
(1) En este artículo se utilizan los térm inos "ad icció n” y "toxicom anía” -Bauman, Zyg m u nt: Vida d e consum o. B uen os Aires. Fondo d e Cultura
sin entrar en la discusión d e cuál d e ellos sería más ad ecu ado para un Económ ica. 2007.
uso psicoanalítico. Si tom am o s la etim ología del térm ino "ad icto ” com o -Escohotado, A ntonio: Historia elem en tal d e las drogas. Barcelona. Ed
aquellos esclavos q u e deb ían pagar con su cuerpo la d eu d a contraída, Anagram a. 1996
resultaría ad e cu ad o en más d e un sentido. Por otra parte "toxicom anía” -Freud, Sigm und: (1916-1917) "2 3 ° conferencia. Los cam inos d e la for­
entraña el térm ino "m an ía” q u e Lacan vinculó a una posición subjetiva m ación de síntom a”. Obras Com pletas. Tom o XVI. B uen os Aires Ed A m o ­
d e rechazo del inconsciente, cuestión ab so lu tam ente ad ecu ada para rrortu. 1998
pensar la posición de m uchos d e estos pacientes. Por últim o referirnos -Freud, Sigm und: (1910) "So b re Psicoterapia”. Obras co m p letas TomoVII.
a "consum o de sustancias”, si bien p u e d e resultar una generalización, B uen os Aires. Ed. Am orrortu. 1993
tam b ién posibilita rom per con la cristalización del sujeto bajo un signi­ -Freud, Sigm und: "N u evo s cam inos d e la terapia analítica”. Obras C o m ­
ficante, sea "ad icto ” o "toxicóm ano”. pletas Tom o XVII. B uen os Aires 1997. Ed Am orrortu. 1919
(2) Freda, Hugo: en El O tro q u e no existe y sus com ités d e ética”. Ed -Lacan, Ja cq u e s: El Sem inario. Libro 17. B uen os Aires. Ed Paidós. 1992
Paidós. 2006 -Lacan, Ja cq u e s: El sem inario Libro 19 Ou pire. Inédito. Clase del 6 de
(3) Freud, Sigm und: "2 3 ° conferencia. Los cam inos d e la form ación de enero d e 1972
síntom a”. Obras Com pletas. Tom o XVI. Ed Am orrortu. Buen os Aires -Lacan, Ja cq ues: "La dirección d e la cura y los principios d e su p o d e r”
1998. Pág.326 (1958) Lectura estructuralista de Freud. México. Ed Siglo Veintiuno. 1971
(4) "So lució n feliz” es un térm ino em p le ad o por H u go Freda, retom and o -Laurent, Eric: Psicoanálisis y Salud m ental. B uenos Aires. Tres Haches
el ejem p lo freudiano d e la relación del b eb edo r con la bebida com o E d . 2000
"m atrim o nio feliz”, para dar cuenta d e la solución no sintom ática que -Miller, Jacques-Alain y otros. El O tro q u e no existe y sus com ités de é ti­
im plica la toxicom anía. ca. B uen os Aires. Ed Paidós. 2006
(5) Dejarem os por fuera la cuestión d e la validez o no d e dicha "especia-
lización”, pero sabem os q u e con lleva sus p aradojas en tanto identifica al
sujeto con una patología determ inada q u e p u e d e llegar a sustancializar
aún más el ser y el lugar d e la causa.

45
A dicciones o consumidores
Addictions or consumers

Paola Boccalari
Lic. en Psicología Hospital Zonal Especializado
Reencuentro. Ex residente de pos básica e Instructora de
residentes pos básica en adicciones HZE Reencuentro.
Participante de la Asociación de
Psicoanálisis de La Plata.
Email: paolaboccalari@yahoo.com.ar

Resumen Abstract
Se ahondará acerca de tres designaciones utiliza­ This article will delve into three notions related to addic­
das frecuentemente en la temática de las adicciones. tions. They are regularly used as synonymous but it
En muchas ocasiones, se los ubica como sinónimos, would be necessary to ask ourselves if they can be taken
cuando habría que preguntarse si realmente lo son. as such. The notions are: drug-addictions, drug consu-
Se trata de las toxicomanías, los consumidores y las mer and drug dependence.
adicciones.
Key words: Drug-addictions - Ddrug consumer - Drug
Palabras claves: Toxicomanías - Consumidores - Adicciones dependence

Al abordar las diferentes designaciones acerca Alain Ehrenberg (1) en su artículo: “Un mundo
del fenómeno de las adicciones, abriré el interro­ de funámbulos” escribe: “si bien “la” droga, es un
gante en función de las modificaciones que dicha flagelo social, “las” drogas, los productos psico-
práctica sufre según cómo se la designe, teniendo trópicos (drogas ilícitas, alcohol, medicamentos
en cuenta el contexto de designación así como la psicotrópicos) participan en ciertas relaciones
relación que la designación mantiene con lo de­ con el mundo y en ciertos climas existenciales
signado. En esta línea me interesa ahondar acerca propios de nuestras sociedades de individuos...”
de tres designaciones utilizadas frecuentemente se trata de “explorar las dimensiones y las tensio­
en la temática de las adicciones. A mi entender, nes que trabajan los usos heterogéneos de pro­
en muchas ocasiones, se los ubica como sinóni­ ductos m ú ltip le s .”
mos, cuando habría que preguntarse si realmente La hipótesis que sostendré durante este escrito tiene
lo son. Se trata de las toxicomanías, los consumi­ que ver con un forzamiento de los alcances de esta
dores y las adicciones. afirmación e interpretarla al modo de suponer que
Dicha pregunta tiene su origen a partir de la ex­ en las toxicomanías el énfasis esta puesto en el obje­
posición realizada por Fátima Alemán en ocasión to “la” droga como tal, elidiendo quién realiza una
de las jornadas hospitalarias en el Hospital Zonal práctica con ese objeto. En cuanto a las designacio­
Especializado Reencuentro y de los aportes de las nes consumidores y adicciones, ambas implican una
investigaciones del módulo “soberanía de los con­ relación entre el sujeto y el objeto de satisfacción,
sumos y anomia de las adicciones”, efectuado hace pero según cómo se interpreta tal relación se genera
algunos años en la Asociación de Psicoanálisis de un discurso u otro. Al decir de Enrique Acuña en
La Plata. En las jornadas mencionadas, Fátima Ale­ el curso que se encuentra dictando en la actualidad
mán precisó que decide utilizar la palabra adiccio­ “Psicoanálisis y herejía científica -entre ciencia y
nes, no así toxicomanías, para nombrar a las pro­ religión” (2) hablando de la ciencia, la religión y el
blemáticas adictivas, en tanto aquella habilita una psicoanálisis ubica que el lugar común entre ellos es
vía para considerar la relación compulsiva entre el que los tres son discursos que implican lo interpre­
sujeto y el objeto de satisfacción; dando lugar así a tativo, lo que los diferencia son las formas de inter­
la intervención y a lo que puede decir el psicoaná­ pretación, que a su vez, provocan diferentes efectos;
lisis sobre eso. Designación, que por otra parte, la es decir entre la causa y el efecto se encuentran los
revista Estrategias decide utilizar en esta oportuni­ modos interpretativos con sus efectos. Haciendo
dad para abordar la temática de éste número. propia estas aseveraciones, las podría aplicar a lo

46
que vengo desarrollando en cuanto a los diferentes ller y E Laurent El Otro que no existe y sus com ités
modos interpretativos de la relación sujeto-objeto. de ética (4) me interesa abordar las designaciones
adicciones y la de consumidores.
I- TOXICO M AN IA H. Freda hace un estudio y racconto de las citas y
En un trabajo realizado en conjunto con la resi­ los aportes de Jacques Lacan referidos a la tem á­
dencia pos básica en adicciones del HZE Reen­ tica de las adicciones. Lo divide en dos periodos,
cuentro (3), destacábamos: “que el problema dro­ uno referido a las referencias que diera J. Lacan
ga como problema social en Argentina comienza en el texto “Los complejos familiares” de 1938,
a constituirse a finales de la década del 60 ( ...) en el texto “Acerca de la causalidad psíquica” de
En 1961 se realiza la Convención Única sobre Es­ 1946, y en “Subversión del sujeto” de 1960. Como
tupefacientes con consecuencias mundiales en el consecuencia del estudio de estas referencias ex­
modo de pensar y atender el problema. Com ien­ trae como conclusión que “definen un tipo de
za a imponerse el modelo médico-sanitario, el respuesta del sujeto ante el reconocimiento de la
cual señala al usuario como enfermo, y a la droga existencia del inconsciente, y la intención del pri­
como virus, epidemia, o plaga, asimilando el uso mero es borrar la existencia del segundo ( ...) la
de drogas a una enfermedad infectocontagiosa. intoxicación en todas sus formas es una respues­
La sustancia es el agente activo que se introduce ta no sintomática que intenta anular la división,
en la persona, infectándola y enfermándola si el la marca de una posición subjetiva caracterizada
contexto lo torna vulnerable (. ). En la década por un no querer saber nada del inconsciente. Se
del '70 tanto nacional como internacionalmen­ trata en estos estados de una elección entre la afá-
te la droga comienza a perfilarse como amenaza nisis y el significante. El sujeto opta por la prim e­
del orden. El problema droga, relacionado y uti­ r a . ” El otro grupo de referencias que menciona
lizado por los gobiernos de facto, es un peligro son la conferencia “Psicoanálisis y medicina” que
para la seguridad nacional. Comienza a perfilar­ J. Lacan diera en el año 1966 realizada en el cole­
se el modelo (. ) geopolítico que ve a la droga gio de medicina, en La Salpetriere, el Sem inario
como enemigo y al traficante como invasor ( ...) Los desengañados se engañan, en el año 1973 y el
En nuestro país comienzan a crearse las institu­ discurso de clausura de las jornadas de carteles
ciones especializadas: el servicio de toxicomanía de la EEP en 1975. A partir de estas referencias
y alcoholismo en el Hospital Borda, y el centro H. Freda plantea que “la droga es el punto de re­
de prevención de la toxicomanía en la cátedra ferencia que nombra una práctica a partir de la
de toxicología de la Universidad de Medicina de cual se crea un personaje ( ...) por su hacer con la
Buenos Aires. Se comienza a delinear una polí­ droga crea un yo soy ( ...) que le permite escapar
tica en materia de drogas ( ...) En 1973 se crea el de las obligaciones que impone la función fálica
CENARESO (Centro Nacional de Reeducación ( ...) a partir de la formula yo soy ( ...) el hecho de
Social) como ente especializado en el problema ser hombre o mujer no tiene importancia.
de las to x ico m a n ía s.” La designación consumidores, propia de ésta
Actualizo estas ideas en pos de pensar acerca de la época, se podría ligar a direccionar un reforza­
designación toxicomanías. Se podría pensar que miento en la consustancialidad del sujeto con el
el término queda reducido a un problema social; objeto de satisfacción, en este caso drogas, sellan­
considero que tiene raigambre en ese periodo a do un modo de goce con un objeto ofrecido por
partir del cual: “la” droga como flagelo social se el mercado, e identificándose a un ideal de época
perfila en tanto tal, y es abordado por los discur­ tal como “s o y .” dando lugar por otra parte a las
sos médico y judicial, enfatizando la manía por diferentes clasificaciones de variados trastornos
el tóxico. Cabe destacar que las tres instituciones según la relación que se tenga con cada objeto.
especializadas que se crearon en esa época nom ­ Al decir de E. Acuña en el curso mencionado ante­
bradas recientemente, conllevan en su nombre riormente “el psicoanálisis viene a captar que la cien­
tal designación. Toxicomanía ubica el énfasis en cia produce objetos técnicos que afectan los cuerpos
el objeto, en este caso la droga, y no en el sujeto de cada quién, y viene a vislumbrar que hace cada
que las usa, elidiendo, tal como ya mencioné, la uno con esos objetos sagrados de su h isto ria .”
relación entre ellos. En este sentido podríamos pensar las adicciones
a partir de una apuesta que el psicoanálisis pue­
II- ADICCION ES - CON SU M IDORES da hacer relacionada con el cuestionamiento del
A partir de los aportes de Hugo Freda en la expo­ oropel identificatorio sostenido en un yo soy, y así
sición publicada en el seminario que diera JA M i­ dejando al descubierto la compulsión enlazada a

47
un objeto de goce, su uso, su función, la construc­
ción de otra escena; a partir que algo de esa con-
sustancialidad mencionada se vea conmovida, se
podría apostar a que aparezca un movimiento
discursivo y no la fijeza en cuanto a la práctica de
goce ligada a un objeto y al ideal.
El consumidor, como representante de la moder­
nidad, quiere dar cuenta que el inconsciente no
existe, eso habilita al psicoanálisis a intervenir
sobre, al decir de H. Freda, los nuevos síntomas
actuales, en este caso las adicciones.

Notas
(1) Ehrenberg, Alain: Individuos bajo influencia. B uen os Aires. Editorial
N ueva Visión. (2004)
(2) A cuña, Enrique: Curso Anual "Psicoanálisis y herejía científica -entre
ciencia y religión-”. La Plata Inédito (2014)
(3) Sierra, Daniela; García, Eugenia; Drut, Felipe; Boccalari, Paola: "R e vi­
sión d e nuestras prácticas a la luz d e la nueva ley d e salud m ental”. La
Plata (2013)
(4) Millar, J-A., Laurent, E: El O tro q u e no existe y sus com ités de ética.
B uen os Aires. Editorial Paidós. (2005)

A gradecim iento: Daniela Sierra, por la traducción del resum en

48
Edgardo A. Vigo. Obra 1953-1962
ENTRAMADOS
Nuevas categDrías: una pragmática (*)
New categDries: differents pragmatics
Inés García Urcola
Miembro de la Asociación de Psicoanálisis de La Plata.
Biblioteca Freudiana. Responsable del Escritorio Clínico
“Psicoanálisis y Salud Mental” de la APLP. Jefa de Sala
de Psiquiatría y Psicología médica del Servicio de Salud
Mental del Hospital R. Rossi de La Plata.
E-mail: inesgurcola@gmail.com

Resumen: Abstract:
La mesa en la que participo en esta Jornada de Aper­ This meeting at the Opening Congress proposed us an ap-
tura, la cual se propone abordar, a partir de la psicosis, proach to “The duck billedplatypus and the unconscious”
“Lo ornitorrinco y el inconsciente” me permitió reali­ through psychosis. Taken from this point o f view some in-
zar algunas lecturas acerca de lo que llamamos la vida terpretations were reached, regarding contemporaneous
contemporánea y aquello que se nos presenta como life and what is presented as new or outside classic clinic
nuevo o como no pudiendo entrar en las categorías categories. Duck billed platypus is an odd animal, per-
clásicas de la clínica. Al ornitorrinco, ese animal ex­ haps a “taxidermist joke” in Umberto Eco's words. It can
traño que parece más bien “la broma de un taxider­ be taken as a metaphor concerning that which is impossi-
mista” como señala Umberto Eco (1), lo podemos to­ ble to be named according to our categories.
mar como una metáfora de lo imposible de nombrar
dentro de nuestras categorías. Key words: New categories - Pragmatic - Mental health
- Contemporaneous life
Palabras clave: Nuevas categorías - Pragmática - Salud
mental - Vida contemporánea

E l presente trabajo intenta cernir algunos interro­ compensada, psicosis suplementada, psicosis no
gantes que se presentan como el punto de partida desencadenada, psicosis medicada, la psicosis en
para el trabajo de investigación que llevaremos a terapia, la psicosis en análisis, la psicosis que evo­
cabo a lo largo de este año tanto en el Seminario de luciona, la psicosis sinthomatizada” (2). Podemos
Investigación Analítica “El inconsciente freudiano y situar aquí nuevas categorías para pensar la psi­
el porvenir” como en la actividad que se desarrolla­ cosis creadas desde el psicoanálisis, subrayando
rá en hospitales Pragma Clínica “Locura y Psicosis”. que lo que dura es el término psicosis, la estruc­
La mesa en la que participo en esta Jornada de tura, y la variable es el predicado que se le agrega.
Apertura, la cual se propone abordar, a partir de Por otro lado, en el campo de la psiquiatría también
la psicosis, “Lo ornitorrinco y el inconsciente” me encontramos nuevas categorías o síntomas que pue­
permitió realizar algunas lecturas acerca de lo que den nombrar el malestar en la época, TOC, ataque
llamamos la vida contemporánea y aquello que se de pánico, adicciones, etc, y que sabemos, a veces
nos presenta como nuevo o como no pudiendo son una solución en términos de que nombran la
entrar en las categorías clásicas de la clínica. Al experiencia inefable que atraviesa un psicótico.
ornitorrinco, ese animal extraño que parece más En la propuesta para las jornadas realizadas en
bien “la broma de un taxidermista” como señala diciembre de 2012 “La locura normal -Angustia,
Umberto Eco (1), lo podemos tomar como una locura, leyes, clases-” se señalaba que más que
metáfora de lo imposible de nombrar dentro de dudar del valor de las clases se trata de interro­
nuestras categorías. gar qué pragmática conllevan las clasificaciones,
En lo que hace a la psicosis se puede tomar la mostrar los efectos políticos y subjetivos de estas
cuestión de las nuevas presentaciones, a partir del prácticas de discurso.
programa de investigación trazado por Jacques- Y si hablamos de pragmática me pareció oportu­
Alain Miller que comenzó hablando de los in­ no tomar lo que dice el D iccionario de Filosofía de
clasificables de la clínica analítica para continuar Ferrater Mora acerca de el hombre pragmático:
situando las psicosis ordinarias, en oposición a las “es el que sabe cómo enfocar los asuntos y cómo
psicosis extraordinarias, y los diferentes modos hay que resolverlos (...) en la época moderna el
en que fueron abordadas y nombradas: “psicosis térm ino pragmático fue usado por varios filóso­

51
fos como característica de una filosofía o de un más allá y es efecto ¿de qué? De un saber que ha
modo de pensar en los cuales se empleaba un progresado menos por su propio filtrado, por su
método apto para entender la realidad.(...) Kant crítica como se dice, que por un osado ímpetu
llamó pragmático al conocimiento que no era que parte de un artificio, sin duda el de Descartes
meramente para la escuela sino que era útil para -otros elegirán otros- el artificio de remitir a Dios
la vida”. Entonces una pragmática la podemos la garantía de una verdad. Si existe una verdad,
entender como un método apto para entender la que él se haga cargo”. (3)
realidad y saber cómo enfocarla. La ciencia entonces deja el problema de la verdad, y
En este sentido creo que se puede entender algo su característica no es la de introducir un mejor co­
que señala Eric Laurent en una entrevista publi­ nocimiento del mundo, sino que produce una trans­
cada en Virtualia N° 16 que fue titulada “Formas formación del mismo al hacer surgir cosas, objetos o,
contemporáneas de la psicosis. La psicosis ordi­ como los llama Lacan, letosas, que no existían antes.
naria”. Allí Laurent se refiere a la introducción de En este nivel podemos pensar el mundo contempo­
Lacan de los cuatro discursos en el seminario 17 ráneo transformado por la ciencia, y en particular
como un giro pragmático en la obra de Lacan. las transformaciones en la presentación de la psico­
“Este giro pragmático es crucial para el programa sis. Sin duda, como dice E.Laurent en la entrevista
de investigación de la psicosis ordinaria. Se trata de anteriormente citada “la clínica se mueve por razo­
ver cómo los sujetos proceden para intentar hacer nes que son las del saber, las de la técnica. Es eviden­
mantener juntos el parásito lenguajero que atravie­ te que el impacto de los medicamentos, de los psi-
sa su cuerpo y los acontecimientos extraordinarios cotrópicos creó un nuevo paradigma que desplazó a
que tienen que conocer llegado el caso. ¿Cómo ha­ los antiguos paradigmas”.
cer para mantener esto junto sin el sostén del dis­ Mucho se puede decir y se ha dicho acerca del obje­
curso establecido? En la psicosis ordinaria, la prag­ to medicamento, de los efectos que pueden causar
mática está entonces en un primer plano.” las sustancias a nivel de los tres registros real, sim­
¿Cómo entender que en la psicosis ordinaria la bólico e imaginario, de los usos de los mismos en
pragmática está en primer plano? Si, como de­ las psicosis, del uso que hace hablar y del que hace
cíamos antes, entendemos la pragmática como callar, el que funciona como compensación imagi­
un método apto para entender la realidad y saber naria (ej en las adicciones) brindando modos de es­
cómo enfocarla, veremos que en el seminario 17, tabilización y arreglo, el que por el contrario puede
tal como lo está desarrollando Enrique Acuña en provocar un desencadenamiento psicótico, etc.
su curso anual “Psicoanálisis y herejía científica- Lo que me interesa remarcar aquí es su carácter
entre ciencia y religión-”, se ocupa particular­ de significante amo de nuestra civilización en
mente de diferentes métodos o caminos que son tanto ha producido un reordenamiento de las ca­
formas de interpretación de una causa que provo­ tegorías y los tratamientos psiquiátricos. En este
ca determinado efecto: la ciencia, la religión y el punto creo que nos será útil retomar, tanto en el
psicoanálisis. El método interpretativo que utilice SIA como en Pragma clínica, el giro pragmáti­
cada uno de estos implicará entonces diferentes co de Lacan, que permite captar el inconsciente
pragmáticas en juego. “más allá de los límites que la estructura de este
. Con respecto a la ciencia Lacan dirá: “no debe­ inconsciente y su disposición reciben en las neu­
mos olvidar que la característica de nuestra cien­ rosis, un inconsciente cuyo cielo no está cubierto
cia no es que haya introducido un conocimiento por lo que Freud llamaba el complejo de Edipo”
del mundo m ejor y más extenso, sino que ha he­ (4). Se trata de una pragmática que se dirige a lo
cho surgir en el mundo cosas que no existían en ornitorrinco de cada uno y ya no a la creación
modo alguno en el nivel de nuestra percepción”; y de nuevas categorías, que apunta con su método
más adelante agrega: “Será preciso tener en cuen­ interpretativo, como decía Enrique Acuña en su
ta también en nuestra época algo que va mucho curso, a producir un desplazamiento de discurso.

Notas
(1) U m b e rto Eco, Kant y el ornitorrinco, Editorial Lum en, 1999.
(2) Jacques-Alain M iller y otros, La psicosis ordinaria, Editorial Paidós, (*) Extracto del trabajo presentado en la Jo rn a d a d e A pertura Pragm a
pag 201. Clínica "Locura y psicosis. Lo ornitorrinco y el inconsciente.", el día 4 de
(3) Ja q u e s Lacan, El Sem inario, Libro 17 El reverso del psicoanálisis, Edi­ abril de 2014 en la Asociación d e Psicoanálisis d e La Plata.
ciones Paidós, pág 170 y 171
(4) Virtualia 16, entrevista a Eric Laurent, en
http://virtualia.eol.org.ar/016/default.asp7formas/laurent.html

52
Consumos problem áticos: una clínica de la tristeza
Problematic consumption: clinical sadnass
Carolina Alcuaz
Lic. En Psicología. Maestranda en Maestría de
Psicoanálisis-UBA. Coordinadora Dispositivo ambulatorio
de niñas, niños y adolescentes en el Hospital Nacional en
Red especializado en Salud Mental y adicciones
(Ex CENARESO).C.A.B.A Docente UBA-Facultad de
Medicina y Facultad de Psicología. Supervisora clínica de
residencias de psicología de Htal. Álvarez y Htal. Piñero.
E-mail:carolina.alcuaz@gmail.com

Resumen Abstract
La clínica psicopatológica actual, con sus nuevos sín­ Current psychopathological clinics with its new symp-
tomas, nos muestra el eclipse del sujeto del incons­ toms shows the eclipse o f the subject o f the unconscious.
ciente. Se trata de la época de los cuerpos sin incons­ Tfiis is the time o f unconscious bodies consumed by a
ciente, consumidos por un goce perverso, que puede perverse enjoyment that can annihilate life itself. Con-
aniquilar la vida misma. Las soluciones conformistas form ist solutions related to the image or to the mecha-
de la imagen o las prácticas mecánicas de consumo nical practice o f consuming inhuman sexless objects
de objetos inhumanos y asexuados, polarizan las pre­ polarize clinical presentations. Both account fo r symp­
sentaciones clínicas. Ambas dan cuenta del rechazo al tom rejection interrogating the psychoanalytic discour-
síntoma, que interroga al discurso psicoanalítico. El se. n e social background that frames the era has been
trasfondo social que enmarca la época ha sido teoriza­ theorized by Lacan as capitalist discourse. In the era o f
do por Lacan como discurso capitalista. En la época widespread drug abuse, the figure o f a drug addict -if
de la toxicomanía generalizada, la figura del toxicó- it exists as such -, is the paradigm o f the influence the
mano, si es que existe como tal, es el paradigma del capitalist discourse has on individuals. Its effect o f emp-
modo de incidencia del discurso capitalista en los tiness and meaninglessness on human existence make
individuos. Sus efectos de vacío y sin sentido, en la sadness affectation appear as one o f the main clinical
existencia, hacen del afecto de tristeza una de sus ma­ manifestations. We are interested in the unprecedented
nifestaciones clínicas esenciales. Nos interesa rescatar relation between sadness and unconscious knowledge
la relación inédita que realiza Lacan en su escrito Tele­ established by Lacan in Television, to understand such
visión, de la tristeza en relación al saber inconsciente, presentations.
para entender dichas presentaciones.
Keywords: Addiction - Grief - Rejection o f the unconscious
Palabras claves: Toxicomanías-Tristeza-Rechazo del
inconsciente.

“Es, pues p ro b a b le que quien se hunde en la aflicción se hunda


tam bién en el temor, en el desán im o y el abatim iento del espíritu.
Quien sucum be a estos sentim ientos, a ca b a p o r convertirse en esclavo, p o r declararse vencido.
Quien lo acepta, acepta tam bién inevitablem ente la m edrosidad y la desidia.
El hom bre valeroso no sucum be a estas cosas y, p o r tanto, tam poco a la aflicción.
A hora bien, n adie es sabio si no es fu erte: en consecuencia, el sabio no está sujeto a la aflicción”
Cicerón. Conversaciones en Túsculo

LAS PASIONES ESTOICAS sus raíces en Aristóteles y Platón, cuestionando


A la hora de hablar de las pasiones humanas Pi- mediante estas influencias algunos planteos del
nel recomendaba, en su Tratado m édico-filosófico estoicismo. La filosofía estoica, con su teoría de
de la enajenación del alm a o m anía, leer al filósofo las pasiones, ha influenciado la teoría y práctica
estoico Cicerón. El pensamiento de Cicerón toma de la terapéutica alienista, en la cual el médico

53
al ocuparse del alma se acercaba al filósofo. Sa­ el cuerpo, se la denomina enfermedad y, entre sus
bemos que las pasiones han sido situadas como ejemplos menciona la afición a la bebida. Esta es
causas, como síntomas y como remedios de la lo­ considerada como un vicio. Mientras la virtud es
cura, en el tratado Sobre las pasiones de Esquirol. definida como la recta razón, los vicios que des­
El tratamiento moral, de los primeros alienistas, encadenan pasiones, implican los movimientos
guardaba así una relación estrecha con aquello que desordenados y excitados del espíritu, opuestos
era la causa de la locura y apuntaba a intervenirla, a la razón y adversos a la vida moderada. Cice­
moderando las pasiones -pathos, afectus, morbus-. rón sitúa aquí la alegría en términos de exceso, de
En las Conversaciones en Túsculo, en el libro ter­ desenfreno, que conduce al hombre a no saber ya
cero sobre el “Alivio de la aflicción”, Cicerón, ha­ ni dónde está.
bla de las enfermedades del alma, estableciendo Se desprende de esta teoría que el bien está ínti­
dos series: por un lado, sabiduría-salud del alma y mamente relacionado con la razón, con la salud
por el otro, ignorancia-insania (locura o demen­ del alma, que logra dominar las pasiones y, por
cia en el sentido de la pérdida del dominio de la ende, alcanzar la felicidad. Sin embargo, aquellos
razón sobre las pasiones). La aflicción es para el viciosos se caracterizan por la imposibilidad de
autor una perturbación del alma, que no puede limitar sus pasiones, que actúan independientes
hacer buen uso de la razón. El sabio, en cambio, de la razón y, conducen al individuo a no tener un
con sus virtudes (sobriedad, templanza, valor, punto al que asirse.
justicia) hace un buen uso de la razón y, no ha­
lla perturbada su alma. Vemos entonces como en LAS PASIONES DEL ALMA Y EL CUERPO
esta teoría el saber y la aflicción se excluyen. Por En su texto Televisión, Lacan sitúa que el incons­
otro lado, las virtudes del sabio hayan su opuesto ciente implica el eso habla. Y contradiciendo a
en la cobardía (falta de valor), la avaricia y la ne­ Aristóteles dirá que el hombre no piensa con su
cedad, del ignorante. alma. Ejemplo de esto es el cuerpo de la histeria,
Toda pasión, como movimiento del espíritu que que alejado de toda anatomía, da cuenta de cómo
carece de razón o que la desobedece, procede de la la estructura del lenguaje lo recorta. Si el hombre
opinión del bien o del mal. De la opinión del mal piensa, dirá Lacan, es porque esta misma estruc­
proceden el miedo y la aflicción. El miedo nace de tura recorta su cuerpo. Es así cómo el sujeto del
la opinión de que amenaza un gran mal y, la aflic­ inconsciente solo toca el alma por el cuerpo. Y
ción de la opinión de que hay presente un gran mal elogiando a los estoicos, acentúa cómo estos lo­
(muerte, enfermedad, crimen, etc.) La aflicción deja graron distinguir el significado del significante,
al hombre en un estado de miseria, que lo abruma y cuestión fundamental para entender el mensaje
lo desespera. La pregunta que insiste en las conver­ cifrado en el síntoma y en las formaciones del in­
saciones es ¿cómo curarse de la aflicción? Si consi­ consciente. El inconsciente es saber que no piensa
deramos que el sabio, no está en realidad excluido y sin embargo trabaja.
de acontecimientos de la vida que suelen causar Lacan recurre a la filosofía estoica para responder
aflicción, es justamente por su condición de sabio, a la crítica hecha sobre lo que se sentenció como
que puede reflexionar suficientemente sobre la con­ descuido del afecto en su enseñanza. Propone así
dición humana, y cómo soportarla. Es así cómo no sopesar si su idea de que el inconsciente está es­
contempla los sufrimientos o las miserias humanas, tructurado como un lenguaje permite verificar
sino que sabe cómo soportarlas a través de sus vir­ más seriamente el afecto.
tudes (valor, justicia y prudencia). La sabiduría se Reconsiderar el afecto lo remite a lo “seguro” que
constituye así, en el pensamiento estoico, en el ca­ sobre él se ha dicho. La pregunta fundamental es si
mino posible para tratar la aflicción. Es la idea de el afecto proviene del alma, si es o no pensamiento,
tener la obligación de sentirse triste lo que sumerge si tiene o no que ver con el cuerpo. Y es así cómo
a alguien en la tristeza, es decir que la aflicción tiene Lacan alude a la teoría de las pasiones del alma, de
su fuente en el juicio voluntario y en la opinión erró­ Paltón y, de Santo Tomás. Entender las pasiones
nea. La capacidad de mitigar la aflicción y el dolor implica considerar el cuerpo afectado por la es­
frente a las desgracias de la vida, no radica tanto en tructura del lenguaje. La referencia a ambos pen­
el paso del tiempo como en la reflexión y en el saber. sadores, no es en relación a la tristeza (acedia) sino
Cicerón desarrolla, en su cuarto libro “Curar las a la idea del cuerpo como sede de las pasiones. Nos
pasiones”, la teoría estoica de las pasiones, Algu­ parece importante, sin embargo, rescatar la teoría
nas personas presentan propensión a determina­ de la acedia en la Edad Media, ya que aparece arti­
das pasiones. A esta propensión, por analogía con culada con el saber, como un rechazo al saber.

54
LA ACEDIA, FORMA PARTICULAR DE LA diferencia la práctica psicoanalítica de la religión
TRISTEZA y la filosofía: si para Santo Tomás y Spinoza ese
En el discurso religioso de la Edad Media la triste­ Otro es Dios, para Lacan ese Otro es el nombre
za, una de las formas de la acedia, era el pecado por del inconsciente.
el cual el hombre estaba en posición de falta res­ En Televisión, esta cobardía, este rechazo del in­
pecto a la fe y al amor divino. Santo Tomas, toma consciente puede ir hasta la psicosis. En el polo
la figura de la acedia como falta contra la caridad opuesto a esta cobardía moral tenemos la gaya
de Dios. La acedia consistía en “no ocuparse de”. ciencia, la cual constituye una virtud. Esta virtud
Por indiferencia o por sentimientos depresivos, el se define por su operación en relación al campo
individuo, se desligaba de su cuidado respecto de del sentido. Es la virtud de “rozar lo más cerca po­
los bienes divinos. Los monjes aburridos en los sible” el sentido, por oposición a comprenderlo.
conventos, no encontraban atractivo a la vida y Es así como se puede gozar del desciframiento. La
sobrevenía el desgano, el sentimiento de vacío. El falta que la tristeza introduce, es en relación a una
estado de tristeza suprimía la voz y el movimien­ ética, la del discurso analítico, la de deber de bien
to. El individuo no podía hablar y abandonaba su decir. Hay una diferencia entre no hallarse en el
trabajo espiritual: la oración, la reflexión. El hom ­ amor divino y no hallarse en el amor al inconsciente
bre no quería pensar, ni saber, llegando al estado Para Lacan el afecto de tristeza en el cuerpo tradu­
de odio al pensamiento. La acedia constituía así ce la posición del sujeto frente al saber inconscien­
el detestar un bien espiritual en razón de todo el te. Y sobre este tema revela una intervención que
esfuerzo que el mismo demandaba. trasluce una posición ética del analista con el pa­
ciente: “El psicoanálisis le permitiría esperar segu­
TRISTEZ A Y GAYA CIENCIA: LACAN CON ramente que el inconsciente del cual usted es suje­
SPINOZA to pueda ser traído a luz. Pero todo el mundo sabe
Para Spinoza los afectos provienen de las ideas que no aliento a nadie a ello, a nadie cuyo deseo
confusas y, éstas de la imaginación o la experien­ no esté decidido” (1). Añade también que hay que
cia que conforman la opinión .No provienen de la negarle el discurso psicoanalítico a los canallas.
razón donde las ideas se adecuan a las cosas. Por
ende, los afectos se sitúan a nivel del pensamiento CUANDO LA TRISTEZA MARGINA
y condicionan el cuerpo. La tristeza y el gozo o AL SU JETO (2)
alegría son dos afectos, de los que derivan todos Una demanda judicial fuerza a M a realizar trata­
los demás. La tristeza es un acto que implica una miento. Se confrontó con el “terror” y la angustia
perfección menor ya que disminuye la potencia frente a la posibilidad de su muerte. De sus actos
del obrar del hombre. Es un acto nocivo para la en estado de consumo, dirá que no siente angus­
conservación de nuestro ser. La alegría, en cam­ tia, ni culpa, sino un gran sentimiento de tristeza.
bio, es virtud, que proviene del uso de la razón Sus actos lo definen como un “mamarracho”, un
y, potencia nuestra capacidad de obrar. Es lo que “adicto”, alguien que sufre de esta “enfermedad”.
permite alcanzar la beatitud, el saber que Dios es A sus 13 años se va a vivir, con su familia, a otro
la última causa. En cambio, la tristeza implica un país donde su padre trabajaba. Él no quería irse,
desconocimiento de aquello que la causa. recuerda la angustia de encontrarse “solo y a la
La tristeza, calificada de depresión, y ubicada en deriva”, frente a la indiferencia del Otro. En ese
el alma como soporte, no es para Lacan un estado entonces, M comienza a consumir alcohol, igual
de ánimo sino una falta moral. Con esta consi­ que su padre. Al mismo tiempo interrumpe sus
deración cita a Spinoza y a Dante, alejándose así estudios y posteriormente sus padres se separan.
de los estoicos. Para Spinoza, la falta que traduce Es así que a los 16 años comienza el consumo de
la tristeza es en relación al pensamiento, al “bien cocaína cuyo corolario es una serie de internacio­
pensar”. En cambio, su opuesto la alegría resuelve nes y detenciones policiales en estado de intoxi­
la tristeza. Al ser una falta en relación a Dios, se cación. Consume junto a su padre de quien dice
constituye como falta moral, como pecado. La- “era un amigo, no un padre”. Esperaba que él le
can enfatizará su costado de cobardía moral, que diera “afecto” pero, lejos de eso, este hombre lo
hace de la tristeza, situada a nivel del pensamien­ visitaba poco.
to, una falta respecto al deber de bien decir. Esta Conoce a una mujer con quien vivirá unos años y
cobardía es para Lacan sinónimo del rechazo del tendrá un hijo. Durante la relación con ella con­
inconsciente. La tristeza constituye así una falla sume PBC. Se separan y deja de ver a su hijo. Du­
contra el Otro. Precisar la naturaleza de ese Otro rante cinco años continuarán sus internaciones.

55
Conoce a su segunda mujer, con quien tendrá dos discurso, no tiene de qué hablar en las entrevistas,
hijos, reproduciendo el estilo de su padre en cuan­ repitiendo esa sonrisa payasa que lo caracteriza. Su
to a las relaciones de pareja: consumo e infideli­ padecimiento se localiza en la frase “no tengo un
dad. Refiere que quiere y no quiere estar con ella. lugar en el sistema, soy marginal al sistema”.
En el transcurso de las entrevistas relata un sueño: Actualmente lo embarga una profunda tristeza
se encuentra con unos amigos, van a un cabaret y como índice del afecto que engendra su margina-
ve que un hombre se desviste delante de una ma­ lidad. Muchas veces esperó que lo mataran, expo­
dre que sostiene un bebé. Él miraba la escena con niéndose a situaciones riesgosas y es por ello que
una prostituta al lado, a continuación se va con ella no verá más que tres finales: la cárcel, la muerte o
a otro cuarto y luego se produce el despertar. Pien­ un hospital.
sa que el sentido del sueño es el engaño a su mujer La tristeza como rechazo del inconsciente da
y la caída del deseo sexual cuando ella hace que la cuenta de una falta ética, falta en relación a un
hija duerma con ellos. Nace a partir de aquí su im­ deber de bien decir. Es el discurso del analista el
posibilidad de intervenir en la relación de esta ma­ que inaugura una posición ética inédita, la ética
dre con la niña. Por otro lado, dirá no saber cómo del bien decir. Si el analista forma, para Lacan,
relacionarse con su hija, “me cuesta conectarme parte del concepto de inconsciente es porque éste
con ella, no sé si puedo darle un futuro digno”. no tiene un estatuto ontológico sino ético. Esta
Describe su historia como alguien ajeno a la m is­ ética implica la neutralidad analítica, es decir,
ma, sin carga afectiva, sin cambios en su posición ese deseo inédito que es el deseo del analista. Lo
discursiva. Con las intervenciones se molesta o se opuesto a esto, implicaría dirigir la cura desde los
sonríe diciendo: “ya sé tengo que pensar, lo tra­ ideales, como los de la abstinencia absoluta, que
bajaré para la próxima”. Buscó en los diferentes sostienen los tratamientos en muchas comunida­
recorridos terapéuticos reorganizar su vida, en des terapéuticas. ¿No formaría el analista, en este
lo laboral y en lo habitacional. En el transcurso último caso, parte del rechazo del inconscien­
de este tratamiento avisa que ya se siente fuerte: te? ¿La abstinencia a la droga garantiza la expe­
“debo reforzar mi fe, mi espiritualidad”. Sin em­ riencia del inconsciente en el paciente? Además
bargo, se trata de alguien a quien le cuesta hablar, pensando en nuestro paciente ¿es el consumo de
“No sé si tengo la capacidad de analizarme, para sustancias lo que indica el goce del paciente o la
qué voy a hablar”. El silencio y el laconismo con posición marginal que encarna con su sonrisa
que se alternan las entrevistas, se intercalan con complaciente? La neutralidad analítica, lejos de
frases al estilo de: “ya sé que tengo que trabajar sostener ideales de cura, sostiene un espacio de
mi relación con mi mujer”, “quiero rehabilitarme, escucha para aquel que quiera hacer la apuesta de
frenar el consumo”. .. En este sentido M conside­ saber sobre su goce.
raba que había que encontrar el tratamiento ade­
cuado a su problemática, si bien ahora piensa que
el obstáculo es él: “no hablo, no soy alguien que
me angustie. No me conecto con las emociones”.
Sitúa su sufrimiento en su imposibilidad de ha­
cerse cargo de sí mismo y de insertarse en el “sis­
tema”: “decir que es porque me drogo sería una
explicación fácil, a veces pienso que la única for­
ma de vivir es consumiendo, en un momento mi
mujer y mi hija fueron una razón”. Eso que lo hace
sufrir también le genera una gran tristeza y ganas
de no vivir. La tristeza de estar “solo y a la deriva”.
La primera vez que se sintió así fue a sus 12 años
cuando se mudó a otro país. Descubre que a partir
de ahí no logró sostener ningún proyecto: “Subo
a la cima y me suicido, caigo al vacío. Es una pul­
sión de muerte muy fuerte que late en mí. Siem­
pre termino al borde de la miseria”. Cabe aclarar
que realizó distintos estudios que nunca finalizó.
Al respecto enunciará: “me quedé ahí, en la época
de los 15 años”. Luego de decir esto se detiene su

56
Notas -Lacan, J.: (1973) Televisión. Otros escritos. B uen os Aires. Paidós.
(1) Lacan, J. (1973) Televisión, O tros escritos, Bs. As. Paidós, 2012 -Miller, J.-A.: El O tro q u e no existe y sus com ités d e ética. Buenos Aires.
(2) El siguiente recorte clínico está exento d e referencias biográficas y p o­ Paidós. (2005)
see elem entos desfigurados a los efectos d e no identificar al paciente. -Sissa, G.: El placer y el mal. Filosofía d e la droga. B uen os Aires.Manan-
tial. (1998)
Bibliografía -Recalcati, M.: L'uom o senza inconscio. Milano. Editorial Raffaello Cortina.
-AA.VV.: D ispositivos d e intervención clínica. Buenos Aires. Ediciones (2010)
Licenciada Laura Bonap arte. (2014) -Regnault, F. "Pasiones D antescas” Revista Virtualia N°13, junio-julio
-Dante: La divina com edia. Buenos Aires, C entro editor d e A m érica La­ 2005 virtualia.eol.org.ar/013/default.asp?indice.htm lB
tina. (1970) -Rodriguez, G.: Acerca de la Laetitia y de la Tristitzia,en la ética d e Spinoza.
-Derrida, J.: La farm acia d e Platón. M adrid. Fund am ento s (1975) Extensión 8-9- Cátedra de Psicopatología I. UNLP. La Plata. AVATAR S.R.L.
-Ehrenber, A.: La fatiga d e ser uno mismo. D epresión y sociedad. Buenos -Vaschetto, E: "El toxicóm ano errante (identificaciones com unitarizantes
Aires, N ueva Visión. (1998) y anclas exportables)”. Los descarriados. Clínica del extravío m ental: En ­
-Ehrenberg, A.: Ind ivid uos bajo influencia. Drogas, alcoholes, m edica­ tre la errancia y el yerro B uen os Aires. G ram a. (2010)
m entos psicotrópicos. Buen os Aires, N ueva Visión (1994) -Vaschetto, E.: (comp.) Depresiones y Psicoanálisis. Buenos Aires. Grama (2006)
-Cicerón: C onversaciones en Túsculo, Madrid, Asociación Española de -Vaschetto, E.: "Lo ab ye cto ” Revista A perió dico Inconscientes N°
Neuropsiquiatría. (2005) 24.Cuerpos 2. Bs. As. (2013)
-Lacan, J.: (1969-1970). El Reverso del Psicoanálisis. El sem inario 17. B u e ­ -Wenley, R. M.: El estoicism o y su influencia, B uen os Aires, Editorial
nos Aires. Editorial Paidós Nova. (1948)

57
I ncidencias del ccnsumc vital de objetos tecno-científicos:
órganos, cuerpo y subjetividad
Effects üf technD-science Dbject cDnsumptmn: ürgans, büdy and subjectivity
Luis H. Volta
Lic. En Psicología. Especialista en Psicología Clínica de
Adultos. Magíster en Psicopatología y Campos Clínicos
(Université Rennes 2 - Haute Bretagne). Docente -
Investigador de grado y posgrado de la Facultad de
Psicología UNLP - Ex residente y actual instructor de resi­
dentes de Psicología HIGA Prof. Dr. R. Rossi.
Correo electrónico: lhvolta@hotmail.com

Resumen Abstract:
En este trabajo nos ocupamos de interrogar el pro­ This work is aimed at dealing with the issue o f sophis-
blema del consumo sofisticado de objetos y prácticas ticated consumption o f objects and practices produced
producidos por el discurso de la ciencia y que inter­ by the scientific discourse and involved in the diagnosis,
vienen en el diagnóstico, tratamiento y evolución de treatment and outcome o f the well-known cysticfibrosis
la enfermedad conocida como Fibrosis Quística. En disease. At the interface between medicine and psychoa­
la interfase entre la medicina y el psicoanálisis, inda­ nalysis, we investigated the disturbing effects on the sub­
gamos los efectos inquietantes a nivel del sujeto de la ject after using such techno-science-made objects. The
utilización de dichos objetos producidos por la tecno- risk involved in the transformation o f subject’s attribu-
ciencia. Advertimos sobre el riesgo que esto implica tive relation with his body was registered. Finally, and
respecto de la transformación de la relación atributiva thanks to anxiety, we enlightened the applied psychoa­
del sujeto con su cuerpo. Finalmente, y de la mano de nalysis task in the healthcare team fo r maintaining the
la angustia, despejamos la aplicación que el psicoaná­ subject’s function and fo r clarifying its practices.
lisis puede aportar en el equipo de salud para preser­
var la función del sujeto y esclarecer sus prácticas. Key Words: Body - Organs - Science - Subject - Anxiety

Palabras Clave: Cuerpo-Organos-Ciencia-Sujeto-Angustia

IN TROD UCCIÓ N tan pasajeras como aquellas; en el fondo ambos


C uando Sigmund Freud, en su M alestar en la cul­ son materializaciones de la facultad de recordar,
tura (1930), reconocía como culturales a aquellas de su memoria, que le ha sido dada. Con ayuda
actividades y valores que buscan poner a la tierra del teléfono escucha desde distancias que aun los
al servicio del hombre y a protegerlo de la violen­ cuentos de hadas respetarían por inalcanzables.”
cia de las fuerzas naturales, insistió en la impor­ (1) En suma, el programa de la civilización es pre­
tancia del uso de instrumentos: “Con la ayuda de sentado allí como una suerte de órgano corporal
todas sus herramientas, el hombre perfecciona sus extra, una amplificación que va en el sentido de
órganos -los motrices así como los sensoriales- o extender el dominio del cuerpo sobre el mundo.
remueve los límites de su operación. Los m oto­ Poco podía imaginar Freud en el momento en
res ponen a su disposición fuerzas enormes que que escribía esas líneas, hasta dónde los progresos
pueden enviar en la dirección que quiera como en materia de investigación en biología y de su
a sus músculos; el barco y el avión hacen que ni aplicación en las prácticas médicas durante el res­
el agua ni el aire constituyan obstáculos para su to del siglo X X y el comienzo del siglo X X I iban
marcha. Con las gafas corrige los defectos de las a conducir. Menos aún, predecir la forma que to ­
lentes de sus ojos; con el largavista atisba lejanos maría el malestar en la civilización hipermoder-
horizontes, con el microscopio vence los límites na, de modo correlativo a los avances en la ciencia
de lo visible, que le imponía la estructura de su re­ y en la técnica.
tina. Mediante la cámara fotográfica ha creado un En el presente trabajo, nos ocuparemos de inte­
instrumento que retiene las impresiones visuales rrogar un campo particular en el que se pone en
fugitivas, lo mismo que el disco del gramófono juego el problema del consumo de objetos y de
le permite hacer con las impresiones auditivas, prácticas sumamente sofisticados producidos por

58
el discurso de la ciencia y que intervienen en el producción. Si bien la corrección de la anomalía
diagnóstico, tratamiento y evolución de la enfer­ genética de base está en estudio, y muchas expec­
medad conocida como Fibrosis Quística (FQ) o tativas están depositadas en la terapia génica, por
Mucoviscidosis. Ya es consenso en medicina el el momento su tratamiento es fundamentalmente
que la FQ no sea más considerada una enferme­ sintomático. El mismo está centrado en la reduc­
dad pediátrica. Es que el número de pacientes ción de la afectación pulmonar crónica, y de la
diagnosticados tempranamente como tales que mala absorción de los alimentos.
transcurre la edad adulta no cesa de aumentar en Sin pretensión de exhaustividad ni de sistematici-
todo el mundo. Esto constituye un claro ejemplo dad mencionemos algunas de los objetos y prác­
de cómo, gracias a la utilización de innovaciones ticas que regularmente intervienen en su diag­
científico-tecnológicas, la frontera entre la vida y nóstico y tratamiento habitual: estudio genético
la muerte ha logrado ser desplazada en este te­ molecular, test del sudor, pruebas respiratorias
rreno. Con esto, la creación de centros específicos (espirometría, pletismografía, oxímetro saturó-
para la atención de esta patología en pacientes metro, gases en sangre), análisis bacteriológico
adultos se ha vuelto una necesidad perentoria. del cultivo de esputo (bacterias, virus, hongos),
(2) Ahora bien, de modo paralelo a estos avances tratamientos antibióticos inhalados, orales y en­
indiscutibles, las publicaciones médicas sobre la dovenosos (implantación de catéteres) para el
materia no dejan de señalar dos temas que nos control de infecciones respiratorias recurrentes
resultan de mayor interés. Por un lado, las par­ y/o crónicas, radiografía de tórax, tomografía
ticularidades recurrentemente encontradas en la computada de pulmón, nebulizaciones, podha-
denominada “calidad de vida” de estos pacientes ler y kinesioterapia diarias (diversas técnicas de
cuya sobrevida está originada y sostenida en los rehabilitación respiratoria: ciclo activo, drenaje
progresos de la ciencia y práctica médica. Por autogénico, Flutter, máscara PEP), test de cami­
otro lado, las dificultades encontradas en la “ad­ nata, mochila y/o tubo de oxígeno, ventilación
herencia” al tratamiento de una enfermedad con­ no invasiva, estrategias nutricionales especial­
siderada ya por algunos como “crónica”. La “de­ mente diseñadas con un índice de masa corporal
presión” y la “ansiedad” son señaladas allí como diferencial, ingesta hipercalórica, utilización de
obstáculos frecuentes. enzimas en caso de afectación pancreática, vita­
Nos proponemos entonces, en la interfase entre la minas, calcio, insulina (diabetes FQ), control del
medicina y el psicoanálisis, indagar los efectos a peso, medición de pliegues, soporte nutricional
nivel del sujeto del consumo vital de objetos pro­ enteral y parenteral, gastrostomía, ecografía y eco
ducidos por la tecnociencia para el control y trata­ doppler hepático, examen de elastasa, control de
miento de los órganos del cuerpo afectados en la hipertensión portal y de várices esofágicas, audio-
mencionada enfermedad. Sin perder de vista que metría, densitometría, examen cardiológico, etc.
la vida es una condición necesaria pero no sufi­ Cuando la afectación de alguno de los órganos
ciente del goce (Miller, 1999) nos serviremos de la así lo requiere, algunos pacientes son sometidos
angustia como brújula en nuestra interrogación. a trasplante (bipulmonar, hepático o de riñón).
Al tratamiento previo se le agregan entonces, los
EL “PROGRAMA DE LA CIVILIZACIÓN” PARA controles específicos ligados a los efectos de la
LA FIBROSIS QUÍSTICA inmunosupresión para evitar el rechazo del nue­
Desde 1989 se sabe que la FQ es una enferme­ vo órgano. En todo el proceso el equipo tratan­
dad genética y hereditaria (autosómica recesiva), te adopta medidas de bioseguridad (camisolín,
producida como consecuencia de la mutación de guantes, barbijos, gel bactericida) para evitar las
un gen (con más de 1000 mutaciones posibles ya infecciones cruzadas.
descriptas) que determina la alteración de una Esta breve reseña pretende simplemente ilustrar
proteína C FTR que regula el intercambio de cloro el modo en que el cuerpo de estos pacientes, para
y sodio en las superficies apicales de las células mantenerse vivo, debe estar extensamente atrave­
de las glándulas exócrinas. En consecuencia, estas sado por el consumo de objetos y prácticas surgi­
últimas pueden estar afectadas con la producción dos del discurso de la ciencia.
de m oco anormal, viscoso y adherente, que obs­
truye sus conductos e interferir entonces con fun­ CONSECUENCIAS IN QUIETANTES PARA EL
ciones vitales como la respiración y la absorción SUJETO
de nutrientes. Además, pueden estar afectadas Tal como lo señala Brousse (2012), la “bolsa de
las glándulas del sistema hepatobiliar, y las de re­ piel” en tanto barrera discursiva que contiene los

59
órganos está dejando de ser simplemente poro­ cientes adultos, exacerbaciones e internaciones
sa, para convertirse en un órgano más. Puede ser cada vez más recurrentes por la cronicidad de las
atravesada con la ayuda de técnicas específicas infecciones respiratorias, pérdida tórpida de peso
en provecho de la mirada médica y en desmedro que quiebra la imagen del espejo, fracasos en los
de la pérdida de la dimensión íntima y cerrada intentos de procreación, disminución irreversible
del cuerpo. Este borramiento de la frontera en­ del volumen y capacidad respiratoria en las prue­
tre el adentro y el afuera, que antes estaba funda­ bas de control, limitación de la movilidad, oxige-
mentalmente reservado a los orificios del cuerpo noterapia, indicación de la evaluación pre- tras­
erógeno, produce una extensión del imperio del plante, la proximidad de la m uerte...
órgano, en relación al dominio del cuerpo como La angustia emerge en el instante preciso en el
buena forma. Asistimos entonces a una conviven­ que a pesar de todos los recursos del determinis-
cia incómoda entre un cuerpo sacralizado, cuya mo científico, algo se pierde de modo radical en
pregnancia imaginaria se adora, y un cuerpo el dominio tecnológico del cuerpo. Pero en tanto
abierto, fragmentado en órganos que son incluso “señal de lo real” le otorga al sujeto una certeza
trasplantables o que comienzan a ser sintetizados única, la de existir y la de que el mundo existe
artificialmente. (Laurent, 2007). Situar nuestra intervención a
El riesgo de estas transformaciones, es el de pro­ partir de ella, puede brindar la oportunidad úni­
ducir una modificación progresiva en la relación ca a un sujeto, de medir sus las relaciones con un
atributiva del sujeto con su cuerpo, es decir, que real insensato. La “depresión”, es una salida por
el sujeto esté cada vez menos convencido de que cierto posible, pero no la única. El sujeto, convo­
a su cuerpo “lo tiene”, y más seguro de que ese ór­ cado en su singularidad más íntima, puede tam ­
gano “lo es”. Por este camino estaríamos transitan­ bién -si quien lo escucha soporta preservar su
do por una inquietante senda que conduce final­ lugar- , apoyarse en la angustia para instituir en
mente desde el órgano afectado, hasta la mutación acto su diferencia radical.
genética de base que se expresa en él. El genoma La angustia, puede también permitirle al equipo
constituiría así en nuestra época, la figura más tratante encontrar otra lógica, para concebir los
elaborada del “destino”, - más sofisticada que los “fenómenos de no adherencia” al tratamiento. No
oráculos, los astros, o incluso que los significantes siempre será necesario invocar la vertiente m or­
amos aislados en un psicoanálisis. El patrimonio tífera de un goce que a contrapelo de los ideales
genético, aquello que “ya está escrito” amenaza médicos, no busca su propio bien. También po­
con proponérsenos, por intermedio de los órga­ dría considerarse que en aquellos se atrinchera el
nos atravesado por la tecno-ciencia, como la ver­ deseo de un sujeto, que resiste a que “su inefable
dad última y garantía de un sujeto que podría en­ y estúpida existencia” equivalga a lo que ya está
tonces finalmente decir “yo soy fibroquístico”. escrito en las células de su cuerpo. Por estas ra­
Por el contrario, sabemos que el psicoanálisis in­ zones, recibimos con agrado cuando un artículo
siste en la necesidad ética de mantener el distingo publicado recientemente en una revista médica
y la separación entre el sujeto y su cuerpo. Es el de renombre internacional (Marchand & cols,
cuerpo el que está enfermo. El sujeto, como tal no 2014) - incluye a la angustia de los médicos y del
es susceptible de ser calificado así y sólo se define, resto del equipo tratante como un factor esen­
por su función intervalar en la cadena significan­ cial a considerar ante la propuesta de un acto sin
te. Es esto lo que le otorga un carácter inextin­ garantías como lo es el trasplante de un órgano.
guible a su deseo en oposición a los poderes del Cuando la barra cae sobre el Otro, el sujeto puede
Uno identificante sostenido en el real biológico recuperar sus chances.
de cualquier órgano afectado. Es que la perspectiva actual en Salud Mental, ver­
sión refinada del discurso del Amo, está más inte­
LA BRÚJULA DE LA ANGUSTIA resada en un abordaje interdisciplinario “integral”
Es aquí que la función de la angustia puede venir del paciente concebido como “unidad” bio-psico-
en nuestro auxilio. Y no es casual si la etimolo­ social, que en contemplar el punto de apoyo esen­
gía de este térm ino tiene raíces comunes con el cial que puede brindarnos la angustia en la clínica.
angor pectoris. Ella suele aparecer, y no sólo en Nuestra tarea en el seno del equipo de salud no
los pacientes, justamente en los puntos en los que es entonces, la de cuestionar el hecho de que cada
la evolución de la enfermedad vuelve refractarios disciplina interviniente explote al máximo el po­
los intentos de mantener callada a esta última: tencial que la ciencia pone a su alcance. En la era
comunicación imprevista del diagnóstico en pa­ en que el ADN puede servir incluso para “nom-

60
brar” a un padre, el psicoanálisis debe estar listo
para recibir sin demasiadas resistencias, ese resto
y producto de la operación de la ciencia. Se tra­
tará entonces de intentar preservar la hiancia de
la indeterminación en el los bordes mismos de
estas prácticas de altísima complejidad tal como
las hemos mencionado. Por esta vía podremos
resguardar el lugar del sujeto, orientándonos más
por una lógica de las respuestas, que de los deter­
minantes predictivos. Así nos lo sugería ya Freud
en 1924 “También el individuo entero está des­
tinado, desde su nacimiento mismo, a morir, y
también lleva ya indicada, quizá en la disposición
de sus órganos, la causa de su muerte. Pero siem­
pre será interesante perseguir cómo se desarrolla
el programa predeterminado y en qué forma es
aprovechada la disposición por acciones nocivas
casuales.” (3)

Notas - Forbes, J.: "M ak to u b L'influence d e la psychanalyse sur l'expression des


(1) Freud, S.: "El m alestar en la cultura”, Obras Com pletas, A m orrortu Edi­ genes”, La Cause freu dienn e N ° 69 : A q uoi sert un corps ? París, Navarin
tores, Buen os Aires, pp. 89-90 (el d estacad o es nuestro) (1930) Éditeur, pp. 26-30. (2008)
(2) El Centro Provincial d e atención d e Pacientes A dultos con Fibrosis - La Sagna, P. : Form es d e vie. N ote a propos d e la b io log ie du corps et
Quística con sede en el H IG A Prof. Dr. R. Rossi d e La Plata está actu al­ d e la psychanalyse. La Cause du désir N ° 84 : La science est vo tre vérité.
m e n te con form ado por un eq u ip o m ultidisciplinario q u e consta de: 3 Paris, Navarin Éditeur, pp. 39-44. (2013)
N eum onólogos, 1 G astroenteróloga, 1 N utricionista, 1 Kinesióloga y - Lacan, J.: "Psicoanálisis y M ed icina”. Intervencio n es y Textos 1, M a n an ­
Terapista O cupacional, 1 Trabajadora Social, 1 Enferm era y 1 Psicólogo. tial, B uen os Aires, pp. 86-99. (1966)
(3) Freud, S.: "El sep ultam ien to del com p lejo d e Edipo”, Obras C o m p le ­ - Laurent, E. : Les organes du corps dans la perspective p sychanalytique,
tas, A m orrortu Editores, Buen os Aires, pp. 182. (1924) Q u arto N ° 91, École d e la Cause freu dienn e - ACF en Belgique, Bruselas,
pp. 32-40. (2007)
Bibliografía Consultada - M archand, C.: M otivation s et freins a la greffe chez patients, aidants et
- A nserm et, F.: Le vertige du savoir. Psychanalyse et m édicin e prédictive m édecins dans la m ucoviscidose. R evue des M aladies Respiratoires, 31,
; M ental - R evue Internationale d e Psychanalyse N ° 22 : Les m édecines pp. 237-247(2014)
prédictives et le choix du désir. Pp. 144-151. (2009) - Miller, J-A.: Biología Lacaniana y A co n tecim ien to del cuerpo, Buenos
- Brousse, M-H.: Corps sacralisé, corps ouverts: d e l'existence, m ise en Aires, C olección Diva. (1999)
question, d e la peau. Q uarto N ° 101-102 : L'art est une chose rare, École - Silvestre, D.: M aladie o rg aniq ue et dépression, La Cause Freudienne,
d e la Cause freu dienn e - ACF en Belgique, Bruselas pp. 132-138. (2012) N ° 24 "L'Autre sexe” CD-ROM pp.81-86. (1993)
- Chiriaco, S.: L'ultim e m enace. Le désir foudroyé, sortir du traum atism e - Silvestre, D.: Entre m édecine et psychanalyse, le désir en question. Q uar­
par la psychanalyse. Navarin / Le C h am p freudien. pp. 155-169. (2012) to N ° 59: La m édecine mis a nu par la psychanalyse, m ém e, École de la
- D oucet, C. (2011) Le psycho log u e en service de m édecine, les m ots du Cause freudienne-ACF en Belgique, Bruselas, 1996, pp. 20 -22. (1996)
corps. Paris, Elsevier M asson SAS.

61
P siquiatría y psicoanálisis. Estado actual y perspectivas futuras
Psychiatry and psychoanalysis. Prasant state and futura perspectivas
Graciela Onofrio
Médica Psiquiatra y Psicoanalista. Miembro Titular de APSA, APAL y WPA. Miem­
bro Fundador de la Asociación Franco Argentina de Psiquiatría y Salud Mental.
Miembro del Comité Ejecutivo de la WPA-Psychiatry in Psychoanalysis Section.
Miembro del Comité Ejecutivo de la WPA-Eating Disorders Section.
Docente del Instituto Universitario,
Facultad de Medicina, Hospital Italiano, CABA, Argentina
E-mail: gbonofrio@yahoo.com.ar

Resumen Abstract
La autora muestra, a partir de Foucault, aspectos de In this paper, following Foucault, the author shows as­
la historia de la Psiquiatría como ciencia, parte de la pects o f the Psychiatry’s history as a real modern con-
Medicina contemporánea. Las investigaciones clínicas temporary medicine science. The research in Psychiatry
siguieron tradicionalmente standarizaciones impreg­ traditionally followed the basic and biological science.
nadas del positivismo lógico. El comienzo de Esta­ The beginning o f strong states and modern democra-
dos fuertes, soberanos y democráticos, como marco cies was the “great enterprise” o f the 20th Century in
social, fue, también, la “gran empresa” del Siglo XX, remarkable coincidence with the beginning o f the m o­
coincidente con la época del nacimiento de la ciencia dern science. The cultural meanings were given by the
moderna. La autora se refiere al proyecto social como democraticstates' ideals. Psychoanalysis discovered the
donador de sentidos para la vida ciudadana. El Psi­ personal meanings o f neurotic symptoms, in a special
coanálisis freudiano aportó al campo de la Neurop- relationship: the transference. The author takes un-
siquiatría el develamiento de los sentidos personales der consideration concepts o f Zukerfeld and Bateson’s
de un síntoma neurótico dentro de una relación es­ theories as “third topic” and prejudgments to the entire
pecial: la transferencia. La autora recorre, asimismo, research between Psychiatry and Psychoanalysis. Fina-
autores como Zukerfeld y Bateson para ilustrar con­ lly, the author refers to the clinical experience as a mul-
ceptos como el de “tercera tópica” y el de los juicios tidisciplinary field o f experiences, necessary work in the
“a priori” que dificultan las investigaciones conjuntas contemporary Psychiatry and Psychoanalysis.
del Psicoanálisis y la Psiquiatría. Finalmente, la autora
hace referencia a la trasmisión de la experiencia clíni­ Key words: Psychiatry - Psychoanalysis - Subjectivity -
ca y a la multidisciplina en el quehacer conjunto de la Interdisciplinary field - Crisis - Fractals - Research
Psiquiatría y el Psicoanálisis contemporáneos.

Palabras clave: Psiquiatría - Psicoanálisis - Subjetividad


- Interdisciplina - Crisis - Fractales - Investigación

N EUROCIENCIAS Y PSICOANÁLISIS Panel “Aportes del Psicoanálisis a la Psiquiatría


H oy en día, los avances, tanto de las neurocien- del Siglo X X I”, X IX Congreso de Psiquiatría de
cias como de las disciplinas de la subjetividad, APSA, 2003):
plantean nuevos desafíos que implican actualizar a) la noción de heterogeneidad del inconsciente:
y reformular los aportes del psicoanálisis y, es así existen varios funcionamientos u operatorias con
que, en distintos ámbitos, se han producido im ­ características diferentes de modo que no es posi­
portantes revisiones de la metapsicología que se ble hablar de un inconsciente homogéneo.
constituye en heterogeneidad y coexistencia de b) la noción de coexistencia: los distintos funcio­
funcionamientos psíquicos inconscientes de es­ namientos se dan simultáneamente y las produc­
tructura representacional y no representacional. ciones finales incluyen siempre aspectos variables
Se actualiza como la construcción del psiquismo de los mismos. No existen estrictamente funcio­
entre soma y otro. Aludo, acá, al concepto de ter­ namientos “sanos” o “enfermos” sino funciona­
cera tópica, desarrollado, en nuestro medio, por mientos universales con distintos predominios y
el Dr. Ruben Zukerfeld. la patología es siempre una cristalización.
Se sustenta en cuatro conceptos fundamentales c) la noción de correspondencia: los funciona­
(siguiendo la disertación del Dr. Zukerfeld en el mientos que se describen intentan estar acordes

62
con las investigaciones sobre las memorias y las psíquico casi exclusivamente de la actividad in­
emociones y con los desarrollos de las disciplinas de terpretativa.” (Zukerfeld)
la subjetividad; se exige una correspondencia mínima 2. Prejuicios de hermetismo :
d) la noción de recursividad: los funcionamientos “Se trata de ciertas ideas rutinarias que existen
se describen de acuerdo al paradigma de la comple­ en la mente de los analistas acerca de que lo que
jidad donde se cuestionan las secuencias lineales. sucede dentro del tratamiento que se denomina
Este modelo se ofrece para su puesta a prueba no psicoanalítico es inobservable e inevaluable por
solo en la actividad clínica sino también en el cam­ un observador externo” (Zukerfeld)
po de la investigación. Se ha dado lugar al desarro­ Diferencio aquí dos conceptos conocidos, segura­
llo de la noción de vulnerabilidad y a una formula­ mente, por todos aquellos familiarizados con la in­
ción psicoanalítica de la noción de resiliencia. vestigación: la posibilidad de ser objetivo no existe,
Desde el campo de las ciencias más duras, la neo- la posibilidad de objetivar nuestros resultados es un
génesis gana su reconocimiento basado en evi­ requisito que hace más a la refutación, falsación, que
dencias científicas. Se ha demostrado, por ejem ­ a la confirmación de una aseveración como univer­
plo, que el estrés crónico retarda o impide tanto la sal. La historia de las ciencias, las duras y de las otras,
migración celular como la neogénesis en el siste­ hace al concepto mismo de transmisión.
ma nervioso central. Para la Psiquiatría y su marco de investigación más
clásico, el cuantitativo, los casos son números no
PREJU ICIO S A LA IN VESTIGACIÓN C O N ­ deformables, con referato, pero sí manipulables.
JUNTA PSICOANÁLISIS - PSIQUIATRÍA Puedo hacer “hablar” a los números e interpretar
(Categorías desarrolladas, en nuestro medio, por una simple conexión como articulación. La “arti­
Zukerfeld, APSA, Congreso 2003) culación” contempla una regla de correspondencia.
La noción de prejuicio es definida como, “Jui­ Para el Psicoanálisis más tradicional la investiga­
cio que se tiene formado sobre una cosa antes de ción es cualitativa, cuenta una historia de vida,
conocerla. Idea rutinaria sobre la conveniencia muestra el “caso por caso”. La historia personal
o inconveniencia de las acciones desde el punto debe ser deformada para conservar un mínimo
de vista social, que cohibe el obrar con libertad.” de anonimato. El pensamiento sobre el caso se
(Maria Moliner, D iccionario d e Uso del español, impone como conjetural.
Gredos, 2nda Edición, Madrid, 1998). “Por lo general la idea -justificada- de que cada
caso es único, cuando se convierte en una idea ru­
1.Prejuicios deterministas: tinaria obliga a pensar que lo que se produce en el
Corresponden tanto a la pregunta acerca de la marco terapéutico es un hecho artístico que no se
biologicidad del ser humano como a la determi­ podría formalizar en una serie.” (Zukerfeld)
nación de la constitución del psiquismo siendo 3. Prejuicios solipsistas:
este concepto a su vez, enfrentado y cotejado con Se explica la transferencia sólo como la relación de un
el lugar que ocupa el sistema socio ambiental y paciente a su analista. Las intervenciones múltiples
m icro social familiar. Las series complementarias tienen una enorme dificultad para ser comprendidas
de Freud responden a este entrecruzamiento pero dentro de un modelo muy rígido de transferencia.
no aún, por supuesto, al exacto peso de su inter­ 4. Prejuicios de uniformidad:
vención. A su vez, el azar, pensado como aconte­ Mandatos “científicos” que nos empujan a la uni­
cimiento y, siguiendo a Alain Badiou, un acon­ formidad técnica y que nos habitan. Se vuelve di­
tecimiento como “radicalmente nuevo”, nos pone ficultoso para el clínico definir la noción de “cam ­
dilemáticamente en juego nuestras ideas acerca bio psíquico”. El médico maneja el concepto de
de si puede o no aparecer algo de la nada. curación desde la vieja escuela como noción de
A su vez, el aparato psíquico no es la subjetividad “restituto ad integrum”. La dirección de la cura es
instituida. Y la subjetivación será aquella opera­ el concepto que introduce el pensamiento de una
ción crítica sobre la subjetividad instituida. estrategia posible. Nociones como la de “estabili­
El enfermar, que tiene por oposición la figura de zación” aclaran un panorama lleno de dificultades
la salud, ¿corresponde a un sujeto instituido, a un para aquellas situaciones clínicas que podríamos
aparato psíquico o al entre sujetos? llamar “crónicas”, donde pensar el modelo como
“En realidad el capital descubrimiento freudiano “restituto ad integrum” carece de valor semántico.
de la sexualidad infantil y los desarrollos sobre las 5. Prejuicio cientificista:
experiencias tempranas, y en especial la noción ¿Cómo obtenemos nuestros datos? ¿Cómo se
teórica de repetición configuran en la mente del construye el pensamiento del investigador?
analista una actitud que hace depender el cambio Berrios G en “La epistemología y la historia de la

63
Psiquiatría” publicado en Vértex en el año 2004, La ilusión idealista es reemplazar la clasificación
dice que la obtención de los datos de un paciente por una idea.
se produce de tres modos: Otro grupo de errores en la idea de dominio del
1. Una suerte de negociación entre el médico y su campo lo constituyen los aprioris existentes en la
consultante. mente del clasificador. De la manía clasificatoria
2. Mediante el uso de herramientas pretendida­ a las manías num éricas... la “cuatromanía” como
mente protocolizadas y estandarizadas (tests, un caso particular, en el cual los conceptos son
escalas, autocuestionarios, heterocuestionarios, encolumnados como pares de opuestos (contra­
etc.), algunas m ejor que otras o más difundidas rios) y por oposición (contradictorios). Sistema
que otras o, agregaría, m ejor traducidas. binario por excelencia.
3. Mediante la interpretación de la relación entre
ambos, mediante la lectura, entonces, del proceso UN CASO ESPECIAL: LOS FRACTALES.
de transferencia o de transferencias... El superyó El concepto de fractalidad tiene, a modo de esque­
psicoanalítico o científico implica, también, la mática comprensión, dos vertientes: la geométri­
transferencia del propio psicoterapeuta a su pro­ ca, fundamentalmente decorativa, la artística,
pio cuerpo teórico. Desde allí “es hablado”. Los fundamentalmente semántica.
grupos de supervisión o autogestivos llevarán La geometría fractal está próxima a la naturaleza.
adelante, como objetivo de trabajo, despejar este Se trata de una estética investigadora que concede
aspecto escindido de nuestras prácticas. mucho valor al proceso de elaboración más que al
6. Prejuicio pragmático: producto final. Es un modo local, en el cual pre­
Consiste en suponer que el proceso psicoanalítico domina el tiempo por sobre el espacio. Este “lo­
es algo difuso e indefinido en el tiempo y absolu­ calismo” contrasta con cualquier estética del “bo­
tamente desligado de los síntomas y el sufrimiento ceto”, entendido este último como la concepción
y que la “curación” desde la Psiquiatría será aquel anticipatoria del objeto total.
camino decidido a evitar, rápidamente, todo dolor. Por ejemplo, podemos pensar en algunas pro­
La introducción de la posibilidad de fijar objetivos ducciones del arte medieval en el que algunos
en fases, posibilidad que fue absolutamente despe­ cuadros describen a una misma persona en dife­
jada cuando los tratamientos debieron dar respues­ rentes estadios de su vida. O comparar, también,
ta a patologías psicosomáticas o a patologías del con la sucesiva construcción de la “Sagrada Fa­
acto o a cuadros en los bordes de nuestras acostum­ milia”, conjunto arquitectónico impactante si los
bradas definiciones, ayudó a pensar en la utilidad hay, donde predomina un mundo de formas de
de los objetivos, utilidad pragmática y semántica ya dimensiones intermedias en una obra aún in­
que los equipos de trabajo se apoyaron en ellos para conclusa. Es interesante además, cómo concebía
sostener la terceridad necesaria para poder operar Gaudi la perspectiva invertida de espejos...
con neutralidad técnica y preservar los riesgos y, El proceso adquiere un nuevo calibre fundamen­
aún, la vida misma. (Ph. Jeammet, numerosos es­ tal a partir de la comprensión del proceso de la
critos que dan cuenta de su trabajo en el campo de naturaleza, el campo visual se carga, entonces, de
los trastornos de la conducta alimentaria, Instituto significado. La naturaleza no se compone de for­
Mutualista “Mont Suri”, París, Francia) mas ideales. Los procesos incluyen la transforma­
7. Limitación del poder de la psiquiatría: ción y la inter-actividad.
Citando a Ellenberger: “La mayoría de las noso­ El objeto (artístico o de conocimiento) es un ob­
logías psiquiátricas contemporáneas se basan, de jeto poroso y rugoso que mantiene una profunda
manera más o menos tácita, en la idea de que las relación con el mundo real que nos rodea. La geo­
enfermedades mentales constituyen entidades es­ metría fractal describe idealmente la aberración
pecíficas que pueden ser agrupadas en una clasi­ real de lo ideal y esto, a su vez, como una perspec­
ficación natural, similar a las que se utilizan en tiva. Oponemos, y está mal decirlo así, estructura
botánica y en zoología.” local frente a construcción global: elementos m í­
Acerca de estas posiciones hubo en la historia de nimos situados contiguamente. La organización
la enfermedad mental caminos recorridos, a ve­ va adquiriendo forma por secuencias, es decir, de
ces, caminos encontrados: clasificación natural, manera progresiva. El comportamiento local de
clasificación artificial, ninguna clasificación. una forma es aquel que, partiendo desde el inte­
La ilusión pragmatista es aquella que pretende re­ rior, va creciendo hasta completarse; algo cerca­
ducir la clasificación a una operación de dominio no a la autoorganización. Según la concepción de
de las patologías, con utilidad práctica inmediata; Mandelbrot: algo irregular, quebrado, interrum­
el resto parecería, entonces, superfluo. pido. El objeto está en su propio espacio interior.

64
“La geometría euclidiana se diferencia de la geo­ jor punto de vista para emprender el trazado de es­
metría fractal en que la primera se compone de trategias y no oscurecer el foco. A su vez, la pobla­
construcciones continuas, mientras que la segun­ ción consultante puede señalar su foco de atención
da está constituida por elementos estructurales de acuerdo a lo que haya oído sobre ese profesional
partidos. El principio de localidad, que proviene o ese servicio, o modular su sintomatología por la
de la física y que se ha infiltrado en la estética, publicidad y los medios masivos de comunicación
demuestra que las configuraciones naturales no o, más modernamente, las redes sociales.
surgen a partir de un planeamiento global de la Por ejemplo, actualmente, los pacientes no bus­
forma externa. Las formas naturales cobran exis­ can tratamiento por una fobia simple.
tencia sólo a causa de una acción, interna a la La estrategia de diagnosticar un máximo de co-
misma forma, que procede de un punto vecino. morbilidad no redunda en optimizar las condicio­
Cada lugar fractal se diferencia del resto en mu­ nes de una mejor práctica clínica. La subjetividad
chos detalles nuevos, que consiguen una mayor del investigador estará ineludiblemente presente.
precisión y nitidez en pasos. He ahí nuestra pers­ Una pretendida clasificación ateórica no es posible.
pectiva fractal.” (Holger Van den Boom y Felici­ Complejizando la mirada, profundizando las par­
dad Romero, Arte fractal. Estética del localismo) ticularidades de cada caso, Sylvie Le Poulichet ha­
bla -a propósito de las toxicomanías, trastornos
D IAGN ÓSTICOS M ULTIAXIALES EN LA PSI­ de la conducta alimentaria y ciertos episodios so­
QUIATRÍA CONTEM PORÁN EA Y APORTES máticos- de “figuras del cuerpo” en las cuales se
DESDE ALGUNOS AUTORES QUE REFOR­ objetiva un tratamiento “del tiempo que no pasa”.
MULAN EL PSICOANÁLISIS Estas formaciones narcisísticas que aluden a en­
En Psiquiatría, desde una perspectiva multiaxial, claves o abismos temporales no se constituyen
inaugurada con los sistemas clasificatorios del en organizaciones. Se injertan en organizaciones
DSM III, cuando distintos síntomas co-ocurren, si neuróticas o psicóticas instalando allí una forma
ellos indican la presencia de dos distintas entidades radical del tratamiento del tiempo.
clínicas o si ambos son los componentes de un des­ Esto hace fracasar la posibilidad de constitución
orden simple y único es más un tema de especula­ de un síntoma en el sentido psicoanalítico; por lo
ción, ya que conocemos poco acerca de la relación tanto, no se pronuncia simbólicamente la verdad
entre la etiología y la patofisiología de la enferme­ enmascarada de un deseo, más bien se produce
dad mental. (Pincus H, Tew J jr., First M. 2003) una vuelta sobre el yo o se pone al tesoro de signi­
Algunas de las razones residen en la estructura ficantes entre paréntesis.
misma de algunos sistemas de clasificación. Los “Lo que no cesa, inviste directamente una figura
sistemas categoriales escinden comportamientos del cuerpo... Se consuma en acto un devenir cir­
y síntomas en numerosos distintos diagnósticos y cular” (Le Poulichet S. Op. cit: 53)
emplean pocos diagnósticos excluyentes. Y estas Es, según esta perspectiva, “un cuerpo por reha­
perspectivas, a su vez, deberían aportarnos el me- cer todos los días”.
E
A grad ecem os al C o m ité Editorial d e la revista S in o p s is y a su autora por -ILAS: Trauma psicosocial y adolescentes latinoamericanos. Formas d e ac­
haber autorizado la publicación del artículo en la revista Estrategias ción grupal, "Tauma, duelo e identidad” pp. 66.104, Ed. CESOC, Chile, 1999.
-Onofrio G. B: Co autora del libro: Del Fragm ento a la Situación. Notas
(*) El lector encontrara el artículo co m p leto en la revista Sin o p sis. R e ­ sobre la subjetividad con tem p o rán ea. Ed. G rup o Doce, B uen os Aires,
vista d e la A sociación d e Psiquiatras A rgentinos (A PSA), año 24, N°48, A rgentina, n o viem b re d e 2001, 1a edición.
p7-14, Buenos Aires, 2011. -— "Anorexia nerviosa y voracidad social. Las cacerolas en el espacio p ú ­
blico”, en Revista d e la Asociación A rgentina d e Psicología y Psicotera­
Bibliografía pia d e G rupo, Tom o XXV, N ° 2: 62-90, B uen os Aires, 2002.
-Becker, Beltrán, Bo d e Besozzi y col: Intervencio n es en situaciones crí­ -— "Pro blem es diagnostiques chez les ad olescents”, Rev. Nervure, Le
ticas. Prácticas interdisciplinarias. Vol. I, "Aproxim ación psicoanalítica al Jo u rnal, Tom o XV, N ° 9: pp. 1,14-15, G. M assé Ed, París, Francia, 12/2002-
desorden p ostraum ático”, pp. 207:238, Vol. II, "Im p lican cia subjetiva en 01/2003.
las investigaciones del trum a social”, pp. 73:91, "Práctica y ética psicoa­ -- Co autora del libro: Interdisciplina. La escucha psicoanalítica en Psi­
nalítica d en tro d e un contexto político”, pp. 93:104, Ed. del autor, A rg e n ­ quiatría. T om o IV. Intervencio n es en una sociedad en crisis, Letra Viva
tina, 2003. Editorial, B uen os Aires, ju n io d e 2003.
-Berrios G: "La ep istem olog ía y la historia de la Psiquiatría” en Vertex, -Rubio J.L: "Salu d M ental y diversidad (es): trabajar en red”, Rev. Vertex,
Revista A rgentina de Psiquiatría, Vol. XV, N ° 55, Ed. Polem os, Argentina, Vol XVI, N ° 60, A rgentina, Mar-abril 2005
Mar-Abr-May 2004. -Stagnaro J. C. "Crisis d e la Psiquiatría” en Revista Topía, año XIV, N ° 40,
-Ellenberger H: "La ilusión d e una clasificación psiquiátrica”, L'E vo lu tio n A rgentina, Abril d e 2004.
psychiatrique, vol. 28, N ° 2, 1963, pp. 221-242. Publicad o por Rev. Ver­ -— "D e la neurosis traum ática al trastorno por stress p ostraum ático” en
tex, Vol. 15, N ° 55, marzo - abril, añ o 2004. Desarrollos de la Psiquiatría A rgentina, A ño 3, N ° 5, O rg an o del Instituto
-Fenoglio H: "Cuerpo y palabra. Breves reflexiones sobre la relación e n ­ Superior d e Form ación d e Postgrado d e la Asociación d e Psiquiatras Ar­
tre la Psiquiatría y el Psicoanálisis” en A ctualidad Psicológica, año XXIX, gentinos, A rgentina, Mar-Abr 1998.
N ° 316, M iguel Kohan Ed, A rgentina, En-Febr 2004. -Zelzer M: La R epresentacion. Del p aciente y del terap euta en la sesión
-Foucault M: El poder psiquiátrico, Curso en el College de France (1973-1974), psicoanalítica. Ed. Polem os, B uen os Aires, 1a Edición, 2002.
1° ED, Fondo de Cultura Económica SA, Buenos Aires, Argentina, 2005

65
L iteratura, toxicomanías y psicoanálisis
-Una lectura da Confesiones de un opiófago inglés-
Laura Elisa Romero
Lic. en Psicología. Residente de Psicología del
Hospital Interzonal General de Agudos
“Prof. Dr. R. Rossi” La Plata. Ex pasante del Centro
Provincial de Atención a las Adicciones de La Plata.
E-mail: lauraromero_1@hotmail.com

Resumen Abstract
El presente escrito propone una lectura de uno de los This text shows a possible interpretation o f Confesiones
textos de Thomas De Quincey, titulado: Confesiones de un opiófago inglés: Extracto de la vida de un acadé­
de un opiófago inglés: Extracto de la vida de un aca­ mico (1) written by Thomas De Quincey in 1836 with
démico (1); libro escrito por el académico en el año the intention o f creating a “useful and instructive”story.
1836, con un interés declarado en que resulte un relato After establishing a possible relationship between psy-
“útil e instructivo” (2) para sus lectores. choanalisis and literature, those Quincy’s ideas that
Luego de situar una relación posible del psicoanálisis may help reflecting on a potential treatment fo r subs­
con la literatura, mi comentario recorta algunos de los tance abuse are analyzed along with some issues related
puntos en los cuales De Quincey nos abre camino a to our time and their influence on our practice.
la hora de pensar en una clínica posible de las toxi­
comanías (3), así como algunas cuestiones relativas a Key words: Psychoanalisis - Literature - Substance abu­
nuestra época, con su incidencia en nuestra práctica. se - Time

Palabras Clave: Psicoanálisis - Literatura - Toxicoma­


nías - Epoca

L a única ventaja que un psicoan alista tiene derecho de sacar de


su posición (...) es la de recordar con Freud que en su m ateria, el
artista siem pre lo precede, y (...) le abre el cam ino.
Jacques Lacan, H om en aje a M arguerite Duras

E n lo que concierne a la relación entre psicoa­ consagrado (8). “Si comer opio es un placer sen­
nálisis y literatura Jacques Lacan señala, en su sual y estoy obligado a confesar que me lo he con­
Homenaje a Marguerite Duras, una orientación: sentido con un exceso (...), no es menos verdad
ubica allí que el artista antecede al analista, alla­ que he luchado contra este fascinante hechizo con
nándole el camino (4). Vía que continúa en el año celo religioso y, a la larga, he logrado ( ...) desatar,
1974 al proponer que “al arte debemos tomarlo casi hasta sus últimos eslabones, la maldita cade­
como modelo, como modelo para otra cosa” (5). na que me tenía engrillado” (9).
De este modo, no se tratará de hacer un caso del En su diálogo con el lector pueden ir ubicándose
escrito de De Quincey, mediante la aplicación de diferentes interrogantes y posiciones respecto del
conceptos psicoanalíticos; no se pretende realizar consumo de una sustancia, la posición respecto
una “psicocrítica o psicobiografía”(6). de la abstinencia, los usos posibles del consumo y
Tomando la invitación realizada al practicante en la singularidad de cada caso. Quedando bosque­
la vía indagada por José Ioskyn (7) quien propone jados, asimismo, debates relativos a la felicidad,
hacer dialogar a la literatura con el psicoanálisis, al más allá del principio del placer, al malestar en
se procurará entonces animar un diálogo que res­ la cultura y a las singulares respuestas y recursos
pete la especificidad de dos discursos diferentes; con los que cada sujeto hace para tratarlo. Deba­
presto a dejarse a enseñar por sus articulaciones, tes que presentan, tan antiguos como actuales,
encuentros y desencuentros posibles. cierto anacronismo.
En Confesiones de un opiófago inglés..., De Quin- Intentaré ordenar mi comentario a partir de los
cey relata un período de su vida al cual ha estado diferentes discursos puestos en marcha por la cul­

66
tura para regular el goce; en miras a pensar sus En este punto, el texto presenta resonancias con
consecuencias clínicas y una orientación desde la lo planteado por Laurent, cuando puntúa que “en
cual responder desde el psicoanálisis. nuestros días cualquier cosa puede llegar a resul­
Tales tentativas aparecen localizadas en el texto tar adictiva”(18). Época del “ascenso al cénit so­
de De Quincey en las figuras de boticarios y tra­ cial del objeto a”(19), en la cual, al decir de Lacan,
tadistas médicos de la época, preocupados por sin razón alguna “para limitarse en su multipli-
controlar los usos del opio. A la hora de vender la cación”(20), proliferan “los pequeños objetos a
sustancia los boticarios, advertidos de sus distin­ minúscula que se encontrarán al salir, ahí sobre el
tos usos posibles, discuten acerca de la dificultad asfalto en cada rincón de la calle, tras los cristales
para distinguir entre lo que llaman un “opiófago de cada escaparate, esa profusión de objetos he­
aficionado” (10), de personas sumidas en ese m o­ chos para causar su deseo”(21); profusión cuyas
mento en una ideación suicida. Instauran así la incidencias encontramos en la clínica analítica.
hipótesis de que existen diversos usos de una m is­ Planteado el debate relativo a la felicidad, el rela­
ma sustancia, en cada caso; al tiempo que se inte­ to vira luego a señalar los efectos mortíferos que
rrogan por las consecuencias de su intervención. puede tener en algunos sujetos cierta modalidad
Conocedores de los “poderes fascinantes del opio” del consumo. El texto introduce así y pone en
y “mayores enemigos”(11) de la sustancia, los tra­ juego el debate entre quienes explican el consu­
tadistas médicos aparecen posicionados como mo de drogas en términos de una “tendencia ro-
quienes intentan realizar una actividad de pre­ mántica”(22); los que suponen al toxicómano una
vención a partir de la información de los males posición hedonista; y quienes, considerando “el
que la droga puede provocar en un organismo. Se horizonte autístico y mortífero del goce”(23), lo
despeja el debate entre el supuesto según el cual el abordan a partir de sus resonancias con el cinis­
sujeto quiere su propio bien y aquellos que entre­ mo, ilustrado en la figura de Diógenes.
vén un más allá del principio del placer. La pres­ A partir de una relación posible entre literatura
cripción de la abstinencia por parte del discurso y psicoanálisis, el escrito de De Quincey nos an­
médico aparece en el texto como una segunda tecede y abre camino para sostener la pregunta
medida en el intento de domesticar el goce. En acerca de lo que puede ofertar el psicoanálisis -en
este punto, Eric Laurent señala: “cuanto más se cuanto discurso inédito, reverso del discurso del
intenta regular la cuestión desde el discurso amo, amo-, en una clínica de las toxicomanías y en un
mayor es la pendiente a la destrucción que puede mundo hipermoderno en el cual proliferan tanto
presentar el sujeto”(12). Instancia en la que sur­ los objetos ofrecidos para taponar el deseo, como
ge, por otra parte, la pregunta acerca de por qué los discursos para domesticar el goce. Queda al
alguien renunciaría a una satisfacción pulsional. analista y en cada caso formular una respuesta a
Junto a los discursos puestos en marcha para con­ la altura de las subjetividades de su época (24).
trolar el consumo, se configura un resto que no
se deja absorber y que insiste en presentarse. La
tentativa vana de regular el plus de goce de la que
habla Laurent, revela una cuestión de estructura y
convoca al analista a “operar con lo real tal como
se nos presenta. Cómo el psicoanalista puede ac­
tuar, en lugar de pretendiendo domesticar el goce,
permitiendo una mutación en el mismo, para que
deje de resultar mortífero, como lo ha planteado
Jacques-Alain Miller, disminuyendo el displacer
que ocasiona, y aumentando las posibilidades de
placer”(13).
El texto plantea además, como se ha dicho pre­
viamente, el debate respecto de la felicidad y sus
secretos(14); “acerca del cual los filósofos habían
disputado a lo largo de tantas épocas”(15); instala
la pregunta acerca de si la felicidad puede com ­
prarse para, bajo sus diferentes ropajes, “llevarse
en el bolsillo del chaleco”(16); felicidad que se le
demanda, también, al analista (17).

67
E

Notas En: https://www.facebook.com /photo.php?fbid=643259835710665


(1) D e Quincey, T.: Confesiones de un o piófago inglés: Extracto d e la (13) Laurent. E.: Op. Cit.
vida d e un académ ico. Editorial Losada, Buen os Aires, 2008. (14) De Q uincey, T.: Op. Cit. Pág. 76.
(2) De Q uincey, T. Op. Cit. Pág. 9. (15) De Q uincey, T.: Op. Cit. Pág. 76.
(3) En este punto, el libro podría ser incluido d en tro d e las obras que (16) De Q uincey, T.: Op. Cit. Pág. 77.
enseñan al analista respecto d e una clínica d e las toxicom anías y el al­ (17) Lacan, J.: Sem inario 7. La ética del psicoanálisis. Editorial Paidós,
coholism o; entre ellos: B uenos Aires, 2013. Pág. 358.
- Cocteau, J.: Opio. Diario d e una desintoxicación. Editorial G alerna. B u e ­ (18) Laurent, E. Op. Cit.
nos Aires, 1975. (19) Miller, J.-A.: Una fantasía. Conferencia d e Jacques-Alain M iller en
- Duras, M.: La vida m aterial. Plaza & Janes. Barcelona, 1988. C o m an datu ba. IV C ongreso d e la AMP. 2004. C o m an datu ba. Bahía. Bra­
- Burroughs, W.: El alm uerzo desnudo. A nagram a, Barcelona, 1992. sil. En: http://www.congresoam p.com /es/tem plate.php?file=Textos/
- Benjam ín, W.: Haschisch. Editora N acional. Madrid, 2003. Conferencia-de-Jacques-Alain-Miller-en-Comandatuba.html
(4) Lacan, J.: H o m enaje a M arg uerite Duras, por el arro b am iento d e Lol (20) Lacan, J.: Sem inario 17. El reverso del psicoanálisis. Editorial Paidós,
V. Stein. En: Otros escritos. Editorial Paidós, Buen os Aires, 2012. Pág. 211. B uenos Aires, 2004. Pág. 174.
(5) Lacan, J.: Sem inario 21. Les non dupes-errent. Les nom s du pere. C la­ (21) Lacan, J.: Sem inario 17. Op. Cit. Pág. 174.
se del 09/04/1974. Inédito. (22) Santiago, J. La d rog u e d e W illiam Burroughs: un court-circuit dans
(6) Ioskyn, J.: Literatura y psicoanálisis. Psicoanálisis, escritura, escritores. la fonction sexuelle. En: Q uarto. R evue d e psychanalyse. Publication de
Editorial Letra Viva, Buenos Aires, 2013. Pág. 27. l' École d e la Cause Freudienne. ACF en Belgique. 79. Ju in 2003. Paradis
(7) Ioskyn, J.: Op. Cit. Pág. 11. toxiques. Pág. 46.
(8) De Q uincey, T.: Op. Cit. Pág. 9. (23) Salam one, L.: "El horizonte autista y m ortífero del g o ce ”. Virtualia.
(9) De Q uincey, T.: Op. Cit. Pág. 11. Revista digital de la Escuela d e la O rientación Lacaniana. A ño VII. N ú m e ­
(10) D e Q uincey, T.: Op. Cit. Pág. 13. ro 17. Enero/Febrero d e 2008. En: http://virtualia.eol.org.ar/017/default.
(11) D e Q uincey, T.: Op. Cit. Págs. 13 y 14. asp?dossier/salamone.html
(12) Laurent, E.: A rgum ento. Sem inario del D e p a rtam e n to d e Toxicom a­ (24) Lacan, J.: "Función y cam po d e la palabra y del lenguaje en psicoaná­
nía y A lcoholism o. Escuela d e la O rientación Lacaniana. EOL. 2014. Clí­ lisis”. En: Escritos 1. Siglo Veintiuno Editores, Buenos Aires, 2012. Pág. 308.
nica de los desarreglos del goce. Clase inaugural: 20 d e Marzo d e 2014.

68
Edgardo A. Vigo. Poema matemático igualdad desarrolada
PERSPECTIVAS
Un sujeta sometido a un objeto
Presentación a la Intervención de Marco Focchi
Gabriela Rodríguez
Miembro de la Asociación de Psicoanálisis de La Plata
(APLP), docente del Seminario de Investigación Analítica
de la APLP. Asociada a la Escuela de la Orientación
Lacaniana EOL-Sección La Plata.
E-mail: magabrielar@speedy.com.ar.

En las Confesiones de un com edor de opio, Tho- mano, del adictum o del toxicodependiente con
mas de Quincey afirma que si durante diez años sus variaciones y matices etimológicos, la oca­
comió opio, con motivo del exquisito placer que sión de la distinción entre dos clínicas: una que
le proporcionaba, al mismo tiempo se protegía acentúa la toxicidad de la sustancia, compatible
eficazmente contra todas las enfermedades, en con el trazado médico, y otra que se define por
particular, mitigar un crudelísimo dolor atribui­ el establecimiento de una relación particular del
do a una afección estomacal. Con o sin la idea de sujeto con un objeto, objeto que no siendo tóxi­
buscar placer, aquella práctica comenzó para el co necesariamente, deviene tóxico, por así decir,
escritor enlazada al tratamiento del dolor, y solo debido al tipo de relación que se establece con él.
más tarde encontró un lugar entre las letras. Tal precisión que acerca el desarrollo de Marco
No siendo los días de aquel romanticismo, en este Focchi a la dimensión paradojal del “placer ne­
nuestro mundo desencadenado por la incidencia gativo”, descripta acabadamente por Giulia Sissa,
creciente de la tecno-ciencia y sus elixires ahora demuestra que la relación de “dependencia“ en la
diseñados, algo de aquella clave perdura. Distin­ que el sujeto se encuentra respecto de éste, cual­
guiendo el circuito del placer, de un desarreglo quier objeto, se vuelve una aspiración insaciable
proveniente de algún lugar del cuerpo, llamado que no se orienta por la búsqueda del placer. Y
por caso dolor, el que hace entrar un objeto en la representa una curiosa lógica en la que atiborrar­
economía de goce de un sujeto con exigencia de se con el objeto es solo un medio para volverse a
exclusividad. Una clave que resiste a la variación vaciar, volverse a encontrar en el estado de volver
de la época, permanece como deseo insaciable y a procurarse aquel objeto, eludiendo precisamen­
se mantiene cual hambre química. Tal, el sesgo te el circuito del deseo del Otro, el que está desti­
freudiano que provee de una matriz sexual al fe­ nado a rechazar.
nómeno de los consumos, y que tendremos opor­ El par droga/lenguaje, ocasión del libro Jean-
tunidad de leer en el desarrollo de la Intervención Louis Chassaing, reclama para Marco Focchi
del psicoanalista milanés Marco Focchi, en éste, una consideración ligada a la condición llamada
el segundo número de la Revista Estrategias. posmoderna en la que el lenguaje reducido a un
Se trata de una Intervención que tuvo lugar en M i­ mero instrumento de trasmisión de información,
lán en abril de 2012, reunidos en torno del libro lógica del interruptor mediante, solo puede anu­
D rogue et langage del psiquiatra y psicoanalista lar, rechazar, o simplemente desconocer el feliz
belga Jean-Louis Chassaing Marco Focchi, M ari­ calembour del inconsciente. Un artificio que per­
sa Fiumano y el propio Jean-Louis Chassaing de­ mitiría al sujeto extraer algo de verdad de aquel
batirán bajo el título: D roga y lenguaje, qué puesto goce solitario refractario a la palabra, al despegar­
ocupan las toxicomanías en la posmodernidad. lo de ese “objeto del mundo”, intercambiable, del
Las toxicomanías apresadas hoy en una suerte de que depende, para encontrarse con otro objeto
tenaza, prosperan entre la empresa clasificatoria no intercambiable, un vacio irrepresentable que
y el fharmakon médico. Marco Focchi se sirve de lo hace ser un deseante.
una diferencia terminológica como instrumento
útil para deshacer esta tenaza y dirimir algunas
implicancias clínicas, no sin haber tomado nota
del nominalismo dinámico de Ian Hacking, quién
enseña a Focchi sobre los procedimientos de la
“invención de gente”. Son las figuras del toxicó-

71
Una perspectiva psicDanalítica sobre el problema de las tóxicodependencias n
Una prospettiva psicoanalitica sul problema delle tossicodipendenze
Marco Focchi
Psicoanalista italiano. Fue presidente de la Scuola
lacaniana di Psicoanálisi y es miembro de la Asociación
Mundial de psicoanálisis. Director de la sede milanesa
del Istituto freudiano per la clínica, la terapia e la scienza.
Entre sus publicaciones figuran: L a lingua in discre­
ta (1989), Evento e rip etizion e (1995), L a m a n ca n z a e
l'eccesso (2006), etc., ediciones en español: El bu en uso
del In con scien te (2012) El truco p a r a cu rar (2012)
S íntom as sin in con scien te d e u n a ép o ca sin d eseo (2012)

L a relación entre droga y lenguaje, es el nudo cen­ gar a través de las definiciones diagnósticas, cada
tral desde el cual partir para abordar la compleji­ una de estas, establece criterios patológicos que
dad relativa a las conductas límites de los fenóme­ sirven a la industria farmacéuticas a la vez que
nos de tóxico-dependencia. Aclarar y entrar en la son por ella solicitadas, aunque no encuentren
esencia de aquello qué es la experiencia límite bus­ en esta solicitación su razón exclusiva, ni priori­
cada en esta relación, es la condición preliminar taria. El imperativo a la clasificación tiene su ori­
para un tratamiento de los fenómenos patológicos gen sobre todo en la necesidad de estabilizar, en
ligados a la toxico-dependencia, sea sobre el plano negativo, una normalidad que con la evaporación
terapéutico, sea sobre el plano social. Hay dos ver­ del nombre del padre ha perdido las propias ama­
tientes a través de las cuales la articulación entre rras tradicionales. Por otro lado la respuesta anti­
droga y lenguaje puede ser explorada, y es posible institucional a esta empresa ciclópea sigue por la
considerar dos puntos de observación diferentes. misma lógica, levantando las barreras auto-segre­
La primera vertiente es relativa al Otro social que gativas que derivan de la reivindicación identita-
busca identificar el problema, que clasifica, que ria. Ian Hacking ha mostrado cómo no todos los
impone nombres. El hecho de imponer nombres entes clasificatorios reaccionan del mismo modo,
nunca es indiferente. De la crítica a la noción de to­ de hecho distinguió dos grandes categorías: las
temismo, hecha por Levy-Strauss, a los desarrollos clases indiferentes y las clases interactivas. Las
de Ian Hacking sobre el modo en que las catego­ primeras comportan entes inertes, que evidente­
rías modelan a las personas, sabemos que las cla­ mente no reaccionan a la clasificación en la cual
sificaciones son un trámite necesario para instituir están incluidas. Las segundas, comportan a las
y garantizar el orden social. Denominar, significa personas, las cuales en cambio responden a las
asignar un lugar, esta operación es tanto más po­ clasificaciones, se identifican o rechazan los nom ­
tenciada en el mundo contemporáneo, en cuanto bres que le son impuestos. Las clasificaciones de
ya nada parece estar en su propio lugar. este modo crean conductas. Esto hace del DSM
Al inicio del Sem inario Aún, Lacan en la primera -que es el mayor dispositivo de clasificación de
lección se dirige a sus oyentes diciendo que escu­ las personas actualmente en función- un extraor­
cha en ellos una voz que dice: “no quiero saber”. dinario instrumento de intervención sobre las
¿De qué cosa no quiero saber?, evidentemente del personas, definidas por medio del nombre de una
inconsciente, y podemos decir que en la sociedad enfermedad, y la gestión de su poder. El etiqueta-
contemporánea, no querer saber del inconscien­ miento de una conducta como patología mental,
te, ha devenido una toma de posición ideológica. hace una desviación de una norma no definida, y
El mundo en que vivimos se desarrolla cada vez transforma un modo de goce en algo que requiere
más en el sentido de una sociedad de control, y en una corrección. El retardo actual en la publica­
cuanto el control es el exacto opuesto del incons­ ción de la V a versión del DSM, muestra como este
ciente, este mundo tanto menos quiere saber de instrumento ha devenido un instrumento obsole­
él. El rechazo del inconsciente tiene como contra­ to, desacreditado por todos los evidentes condi­
golpe un empuje creciente hacia el movimiento cionamientos políticos que ha debido incorporar.
clasificatorio. Por un lado la empresa clasificato- Observamos los efectos colaterales de los debates
ria expresa su propio aspecto institucional con el que han nacido a su alrededor, como una turbu­
DSM y con una incontenible necesidad de segre­ lencia que supera el servicio de normalización

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que debería restituir. Por otra parte las sociedades ta a Fliess, donde Freud sostiene que la masturba­
de control no se regulan tanto con la norma, que ción es la forma primaria de dependencia y que las
es estable, sino más bien sobre el seguimiento de otras dependencias: alcohol, morfina, tabaco, sim­
las variaciones continuas, y podríamos pregun­ plemente derivan de esta primera matriz origina­
tarnos cuán dúctil es todavía a este objetivo, un ria. El término addiction comprende entonces el
instrumento nacido viejo como el DSM. sentido del estado de esclavitud, del sometimiento
La toxicomanía es una categoría clínica nacida de en que el sujeto se encuentra respecto de aquello
la psiquiatría en la segunda mitad del siglo XIX. de lo que depende, y si a esto se agrega la idea de
En el momento en el cual el problema de la droga la sustancia, se obtiene una noción generalizada
comienza a ser percibido como un flagelo social, de las formas de dependencia.
la psiquiatría se ocupa y produce una categoría Podemos entonces preguntarnos: qué consecuen­
apta para encuadrarla. Con esto la psiquiatría rea­ cias hay sobre el plano práctico, entre una clíni­
liza el rol que ha tenido desde siempre queriendo ca definida en base a la idea de la toxicidad de la
o no queriendo, el de policía mediado por el dis­ sustancia, cuando partimos de la toxicomanía, y
curso médico. La pertinencia de la categoría en otro clínica definida como dependencia, en base
el campo psicoanalítico fue objeto de un debate, al sometimiento a un objeto de satisfacción que
que ya superado, es interesante considerar. En la no es per se tóxico -puede ser la comida, el sexo,
clínica psicoanalítica el acento no está puesto so­ el juego, la computadora, y la lista se amplía pro­
bre la sustancia: no es el hecho de consumir una gresivamente-, pero que la relación con aquel se
sustancia en cuanto tal lo que hace al toxicómano. puede volver patológica cuando es el sujeto el que
Se busca más bien una determinada estructura de cae bajo el dominio del objeto, incluso cuando
personalidad que predisponga al uso y abuso de este sirve como medio de satisfacción. La primera
la sustancia. Algunos clínicos como Jean Berge- definición, la de toxicomanía, nace del discurso
ret o Markos Zafiropoulos, sostiene que no hay medico, que funda su propia intervención sobre
ninguna estructura de la personalidad corres­ el pharmakon, es decir, sobre una sustancia que
pondiente a un comportamiento toxicomaníaco. puede ser un veneno o una medicina, pero que,
Otros como, Hugo Freda, ven el comportamiento en principio, es una sustancia activa y curativa, y
toxicómano, como la fase moderna de la perver­ el paradigma se juega en este caso sobre la anti­
sión. Otros incluso, como Claude Olievenstein, nomia entre sustancia útil y sustancia tóxica. La
dan el carácter de un momento de génesis al en­ segunda definición referida, la clínica de la de­
cuentro entre la sustancia y un sujeto, a tener en pendencia, tiene su raíz en el pensamiento freu-
cuenta estructuralmente en el plano clínico. diano, y tiene una matriz sexual. Si consideramos
Hay otro término con el que viene comúnmente el origen del térm ino addiction, dependencia,
descripto el fenómeno de la relación con la droga, una primera sugerencia viene del hecho de que el
que tiene su origen en el mundo anglosajón: y es térm ino antinómico de dependencia es libertad, y
adicción, término que en Italia generalmente se esto pone un interrogante sobre aquello que pue­
corresponde con el de dependencia. Addicction, de ser la perspectiva terapéutica: ¿de qué ha de
etimológicamente deriva del término latín adic- ser liberado el sujeto?. La idea de la dependencia
tus, término jurídico que definía al esclavo por ha tenido en efecto una suerte y una expansión
deudas. Addictus era el deudor insolvente caído particular, de la dependencia del juego de azar, a
en el dominio de la voluntad del propio acreedor. la dependencia sexual, a la comida, la verdadera
El addictus conservaba libertad y ciudadanía, pero cuestión es: ¿debemos efectivamente liberarnos
sufría limitaciones consecuentes con el estado de de las dependencias, si con esto entendemos los
dependencia del acreedor. El término addiction placeres de los cuales dependemos, o debemos
ha sido introducido en la clínica psicoanalítica a simplemente volverlos menos tóxicos y limitar el
inicio de los años 6 0 '. En el léxico francés fue in­ contragolpe tóxico? Obviamente, puesto en éstos
troducido a través de una psicoanalista anglófona, términos, se trata de una pregunta retórica, pero
que trabajaba en Francia, Joyce McDougall, quien que indica las diversas direcciones terapéuticas
ha comenzado inicialmente a referirse en senti­ que se pueden tomar según consideremos la clí­
do amplio a la noción de una economía adictiva, nica de la toxicomanía, donde el objetivo es erra­
donde aquello que llama la “solución adictiva”, dicar la relación que el sujeto mantiene con una
deviene una solución somato-psíquica al stress sustancia tóxica, o una clínica de la dependencia,
mental. Esta idea prometedora se basa en una idea donde se trata de limitar, pero evidentemente
freudiana expresada ya en el año 1897 en una car­ no de erradicar, la relación con un placer que en

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ocasiones linda con lo destructivo. Hay de hecho cinismo es en el fondo una variante extrema de
en el goce un lado destructivo no fácilmente cir­ aquello que Lacan llama el non-dupe (no enga­
cunscribidle. En el fondo, todas las formas de de­ ñado), aquel que rechaza dejarse engañar por el
pendencia -incluida la dependencia del síntoma y semblante del Otro. Puede ser interesante tomar
su vertiente de goce- no son otras que formas de la cuestión por antítesis: lo opuesto del non-dupe
suplencia a aquella ausencia fundamental que es es il dupe, aquello que corrientemente llamare­
la ausencia de la relación sexual. Para el toxicode- mos “incauto” -término que con Lacan asume
pendiente esto se expresa en un modo particular, una dignidad teórica-. Incauto no es un término
a través del rechazo a pasar por el deseo del Otro. que, en general, usaremos como cumplido, pero
En una comunidad para toxicodependientes, en Lacan, en el Seminario Les non-dupes errent, no
la que hacia supervisiones hace algunos años, invita a dejarnos engañar por el inconsciente, ¿qué
una vez, los educadores me mostraron los dibu­ significa?, significa consentir a entrar en el juego
jos que habían hecho los pacientes el día en que de engaño del lenguaje. Quien rechaza los labe­
propusieron el juego de la casa ideal. Cada uno rintos del lenguaje está destinado a andar a la de­
debía dibujar la casa en la cual imaginaba habría riva según lo que dice el título del Seminario que
podido vivir sintiéndose cómodo, indicando su -desmontando el calembour de la expresión que
localización en la ciudad, los objetos que podían en francés suena como “los nombres del padre”-
estar adentro, las personas, y otros detalles del puede ser traducido como: los no incautos vagan
género. Los dibujos, no debemos sorprendernos, errantes. ¿Pero qué quiere decir aceptar hacerse el
todos tenían un esquema recurrente: las casas es­ incauto, entrar en el juego del engaño?, no signi­
taban colocadas en zonas de la ciudad sobre todo fica necesariamente creer en lo que dice el Otro,
aisladas, las calles las rodeaban sin que ninguna tomar por buenos los semblantes del Nombre del
llevara realmente a la casa. Adentro, había gene­ Padre, no significa entrar en el juego del Otro que
ralmente objetos electrónicos, como computa­ engaña tomándolo como Otro de la verdad, to­
doras, televisores último modelo, todo aquello mando por oro fundido lo que dice. Por ejemplo,
que permite disfrutar de la música, imágenes, y todos leemos los diarios para saber qué sucede
entretenimientos sin salir de casa. En algunas ca­ en el mundo, incluso si ninguno, pienso, cree en
sas había una compañera -los pacientes eran solo aquello que escriben los periodistas. Quien no
hombres- pero relegada en alguna habitación, quiere entrar en el juego del Otro para evitar el
como en una suerte de reclusión, objeto prisio­ engaño, pretendiendo dirigirse solo al Otro de la
nero de fantasías perversas que estaban explícitas verdad, es alguien que en el fondo ha elegido creer
en los relatos. Es claro en la toxicodependencia en las fábulas. Entrar en el juego significa entrar,
el empuje a alcanzar el goce sin pasar a través del con conocimiento de la situación en la cual nos
Otro, cortocircuitando ya sea la pregunta, ya sea estamos metiendo. Podemos encontrar algunos
el deseo. En estos dibujos, y en los relatos que los ejemplos significativos en este sentido en la his­
comentaban, se expresaba la absoluta necesidad toria del cine, las imágenes más expresivas están
de protegerse de todo aquello amenazante y des­ en las películas de Orson Welles, particularmen­
tructivo, representado para éstos sujetos por el te: La dama de Shangai y Mr. Arkadin. En am­
deseo del Otro. Hay, no obstante, diversos modos bas películas el protagonista se deja usar por un
de eludir al Otro y diversos modos de buscar un otro engañador, entra a sabiendas en un juego de
acceso directo al goce. Habíamos mencionado el engaño que al final conduce a la destrucción del
autoerotismo que es sin otro, y que constituye un Otro del cual se pensaba, manejaba los hilos. En
modelo, un paradigma para Freud, sin todavía La dama de Shangai la autodestrucción del Otro
evidentemente, superponerse a la modalidad de que engaña, adviene en la escena memorable del
satisfacción toxicómana. Otra posición interesan­ laberinto de espejos en el barrio chino de San
te a considerar desde la perspectiva del rechazo Francisco, donde el abogado Bannister y la mu­
del deseo del Otro, es la posición cínica, que ex­ jer Elsa se matan recíprocamente persiguiéndose
presa el rechazo de los ideales de la ciudad, posi­ en las reproducciones innumerables de imágenes.
ción desde la que se elimina todo aquello que no Mientras que en Mr. Arkadin, Arkadin, que con­
es estrictamente necesario, que no esté al alcance trata al protagonista con el pretexto de encontrar
de la mano, que no puede ser satisfecho de mane­ las huellas olvidadas del propio pasado para bo­
ra directa. Diógenes llega a romper el tazón del rrarlas matando a los testigos, no sobrevive a la
que bebía después de haber visto a un muchacho vergüenza de ver revelado este pasado a su familia
beber agua directamente del hueco de la mano. El y se deja caer con su avión privado.

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Con éste propósito puede ser interesante resaltar Pero, es imposible no ver que cuando la lógica del
otros aspectos: la diferencia entre el uso ritual de interruptor se aplica a sectores de la vida donde
la droga, descripto por los antropólogos en las lla­ las cosas no llegan con un clic, se vuelve de nue­
madas sociedades frías, y el uso de la droga en vo pura y simplemente creencia en la magia. En
nuestra sociedad. Las descripciones más notables el campo de la problemática mental tenemos in­
del uso ritual de la droga son, sin lugar a dudas, negablemente un uso mágico del fármaco, para
las de Castaneda, pero también en Levi-Strauss atemperar la ansiedad, para remediar la timidez,
hay referencias que ponen el acento menos sobre para evitar el duelo; como si las emociones obe­
la sustancia que sobre el dispositivo simbólico, decieran al clic. La otra cara del fármaco, que es
sobre el contexto discursivo en el que tiene lugar la droga, va en el mismo sentido: la droga es ima­
el consumo de la sustancia. Tomado desde éste ginada como fuente de felicidad, como canilla
ángulo, la sustancia, la datura en las descripciones de goce. En un contexto cultural pobre, que no
de Castaneda, se transforma simplemente en un es aquel de los músicos de los años 60 o de los
modo para acceder a una dimensión distinta de escritores del siglo pasado, donde era usada para
aquella inmediatamente tangible, concreta. Levi- suscitar la creatividad, la droga no es una vía de
Strauss resalta cómo no hay fenómenos naturales búsqueda, sino una vía de acceso para forzar la
en estado puro, cómo una sustancia puede tener disponibilidad inmediata de la felicidad o de ali­
un efecto en un cierto contexto cultural y uno vio de la angustia. Pero no debemos pensar que
opuesto en otro, y esto depende del sistema ritual las dimensiones simbólicas de las que habla Levi-
simbólico en el cual este inserta, el consumo de Strauss se puedan anular fácilmente. Hay todo
la sustancia. En nuestras sociedades occidentales, un aspecto ritual de grupo en el consumo o en el
donde el valor de las ciencias ha asumido cotiza­ comercio de la droga, que renace en forma des­
ciones estelares en detrimento de otras formas de nuda pero empobrecida. Entonces es así que las
pensamiento, y ha tomado el lugar de las figuras categorías mismas de diagnóstico asumen en los
tradicionales, no puede haber un maestro Don grupos valencia identificatoria, el que comienza
Juan como en las tribus amerindias descriptas a identificarse con el toxicómano, y dice “yo soy
por Castaneda. No hay en efecto un dispositivo toxicómano”, el que va al SERT (1) y se comporta
simbólico que pueda sostener la credibilidad. La como un toxicodependiente, haciendo justam en­
credibilidad, en nuestras sociedades, no pasa más te las cosas que se considera tiene que hacer un
por las figuras de autoridad tradicionales, sino toxicodependiente. La cuestión es entonces, creo,
por la ratificación del protocolo científico. Es desidentificar, de-construir la jaula simbólica que
creíble solo aquello que es sostenible por prueba es la jaula de una vida en la que el sujeto ha entra­
científica, solo aquello que se basa en la evidencia. do identificándose con el toxicodependiente.
Nuestros dispositivos simbólicos-rituales tradi­ La articulación entre droga y lenguaje pasa por
cionales han sido absorbidos completamente por esta forma ritual e identificatoria que, en tanto
la tecnología. Aquello que en las sociedades tra­ residuo, son activas también en nuestras socieda­
dicionales era buscado a través de prácticas m á­ des, y no hay prevención posible de la droga si
gicas, en nuestra época es buscado a través de los no se pasa por aquello que constituye la cultura
dispositivos tecnológicos realizados por el discur­ de la droga, las redes del discurso que llevan a un
so científico, y esto, en un cierto sentido, nos co­ sujeto a la deriva, a la pendiente que lo pone en
rrompe. No tenemos más necesidad de ir al pozo situación desesperada con el deseo del Otro in­
a buscar el agua, abrimos una canilla. La lógica tratable; empujándolo a encontrar consuelo en
del interruptor -que implica que con un solo clic un fármaco que no abre, en este caso, las puertas
tengo la luz o también tengo al enlace la conexión de la creatividad, sino aquellas de un abismo, que
con el otro lado del mundo- ha penetrado pro­ sustituye la voracidad sin límite del Otro con un
fundamente en nosotros, se ha vuelto invasiva, y hambre química, tanto insaciable como genera­
aquello que obtenemos, ha perdido el aura que dora de angustia.
la magia le daba en las sociedades tradicionales.
Traducción: Romina Merlo y Gabriela Rodríguez

(1)SERT: Servizio per le Tossicodipendenze (Servicio para las Toxicode- 2012 en M ilán en la Casa d e la Cultura, en ocasión d e la presentación
pendencias). del libro d e Jean-Louis Chassaing D ro g a y len g u a je.
(*) Intervenció n en una mesa redonda, q u e tu vo lugar el 20 d e abril de Texto revisado y ced ido por su autor para ser p ublicado en Estrategias

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Edgardo A. Vigo. Obra 1953-1962 LITERARIAS
Presentación y selección de textos
C apturas
Por Laura Klein
Licenciada en Filosofía (UBA). Poeta, ensayista, Autora de
los libros de ensayo F orn icar y m a ta r (Planeta, 2005) y E n ­
tre el crim en y el d erecho. El p ro b lem a del a b o rto (Planeta
2013); su último libro de poesía es L a co m ed ia d e los p an es
(Hilos, 2011). Dicta seminarios de filosofía y dirige talleres
de pensamiento y escritura.

“Este am ontonam iento d e m uchas person as en un solo am biente, ah ora se


está haciendo general. Y com o los pobres diablos deben tener, sin embargo,
algún goce, y la sociedad los ha excluido de todo otro, van a buscarlo y beben
aguardiente. El aguardiente es la única cosa que les hace am able la vida de
fatigas y así se regodean en el aguardiente hasta la borrachera m ás brutal.
Todo esto fav o rece su pasión p o r la bebida; la tentación es d em asiad o fu erte,
no pueden resistirla, y cuando ganan dinero, deben echarlo en su garganta.
¿ C ó m o p od ría ser de otro m odo? ¿Cóm o quiere la sociedad, que los reduce
a tal estado, en que casi necesariam ente deben hacerse borrachos, que los
olvida del todo y los deja em brutecerse, cóm o quiere después acusarlos, si
realm ente se convierten en borrachos?”

E ste cuadro de situación, que tan bien describe de información, de comunicación, de trabajo, de
una problemática del mundo actual, lo escribió paco, de sexo, de operaciones, de dulces y twitter,
Federico Engels en 1845, en La situación de la pornografía de emociones, imágenes, crímenes,
clase obrera en Inglaterra. Se refería a las condi­ juguetes, chismes, rohipnoles, ribotriles, antide­
ciones feroces de vida a que habían sido arrojados presivos, consumo de tabacos, de tragedias, de
los inmigrantes irlandeses al “integrarse” al capi­ terapias. Consumos a los que somos empujados
talismo industrial. Ciento setenta años más tarde, diariamente y que constituyen el signo y el em­
no hay más campesinos arrancados de sus hábi­ blema de nuestra adaptación social. Imposible ser
tat para trabajar en las nuevas máquinas (ahora considerado “normal” hoy sin estos consumos.
el avance tecnológico los expulsa del mundo del Drogas duras, drogas blandas, drogas sin locura,
trabajo), el hacinamiento de familias enteras en locuras sin dioses, drogas ineludibles en la vida de
una sola pieza sigue siendo una brutal condición cualquiera, impuestas a la vida de cualquiera que
de vida en las clases bajas (sean o no inmigran­ vive hoy en la ciudad, la grande y la pequeña, atrás
tes), y el alcohol continúa siendo la vía más habi­ o más lejos. El sistema se sostiene gracias al em­
litada en todas las clases para acceder a un goce brutecimiento de la gente, y para sobrevivir en el
inmediato para paliar las fatigas de la vida (aun­ sistema, para tolerarlo, es preciso vivir embotado.
que el aguardiente ha cedido su lugar protagónico Cuando el consumismo pasa el límite de la adap­
a la cerveza y el tetra-brick). Pero ahora también tación, cambia de signo: quien se pasa de la raya
como iniciación a la misma: en la última década, deja de ser un adaptado-consumista y pasa a ser
sea para paliar las fatigas del futuro o conjurar las un inadaptado, un adicto. Y ahí pasa a ser segre­
amenazas del sinsentido, el consumo de alcohol gado, terapeutizado, internado y parasitado por
se hizo masivo entre los adolescentes. el sistema que lo parió como tal. Entonces, “adic­
El devenir del capitalismo nos ha deparado mu­ ciones”. Voluntades pegadas al acto. Una raya es la
chos otros goces que hoy rivalizan con el alcohol misma que la anterior, una copa siempre es la pe­
en anestesiar-calmar-consolar las angustias, los núltima, un alfajor nunca da en el hambre ni en la
miedos, el cansancio o la intensidad misma de la gula, un somnífero repite la noche ausentada de
vida. Consumos de estupefacientes, de televisión, insomnio. Repetir la misma acción hasta lograr
que una vez sea verdadera.

79
“Consumos inquietantes”. Consumos imparables,
cautividad del consumo, consumos fatídicos: este
número de Estrategias abre el campo a lo que suce­
de con aquellos consumos que anuncian la inquie­
tud o la desgracia que traen consigo. No dice: “sus­
tancias”, sino “consumos”. Está claro que no se trata
de lo que los discursos policíaco-morales sobre hi­
giene y salud agitan como “el fantasma de la droga”,
y que la constancia en los excesos de alcohol o paco
son mortificantes, con frecuencia mortíferos. Pero
también que muchas veces son idénticos el modo
de consumir alcohol o paco que noticieros, antide­
presivos, video-juegos o Internet.
No es fácil encontrar la cornisa que distingue lo
destructivo de un acto de su condena. ¿Cómo
abstenerse del juicio moral sin caer en la indife­
rencia moral? Se requiere la valentía de pensar
sin garantía, sin seguro de encontrar la acción
adecuada para resolver el problema o disolver el
dolor. Algunos escritores, que han buscado trans­
mitir sus propias experiencias, lo han logrado. Es
lo que hace María Moreno en este excelente texto,
necesario e insustituible, “La pasarela del alcohol”,
del que publicamos aquí un anticipo.

María Moreno: periodista, narradora y crítica


cultural. Fundó revistas, creó programas y su­
plementos (como el suplemento “La Mujer” en
el diario Tiempo Argentino; la revista feminis­
ta Alfonsina; el programa Portarretratos para el
canal Ciudad Abierta; El Teje, primer periódico
travesti) y recibió distintos premios por sus inves­
tigaciones y su labor antidiscriminatoria a través
de sus artículos. Actualmente, entre otras cosas,
dicta un taller de Crónicas en la Biblioteca Nacio­
nal y escribe en el suplemento “Radar” de Página
12. Algunos de sus libros son: El petiso orejudo
(Planeta, 1994); A tontas y a locas (Sudamericana,
2011); Vida de vivos: Conversaciones incidentales
y retratos sin retocar (Sudamericana, 2005); Banco
a la som bra (Sudamericana 2007).

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La pasarela del alcohol (Fragmentos)
Por María Moreno

C uando pasé de la ginebra al whisky, sin que miento- el interior del cuerpo y, al mismo tiempo,
nadie se diera cuenta, me había graduado de pe­ anestesia los efectos del trabajo diario. Al beber
riodista. Cuando pasé del whisky a más whisky se escapa a la red de lo útil dando un sentido jo-
y la policía me sacó del bar luego de una pelea dedor al hecho de alimentar la fuerza de trabajo.
espectacular -nunca agradeceré lo suficiente que Me iba haciendo filósofa del alcohol, sino su apo­
el poeta y animador cultural Tom Lupo me haya logista. Mientras tanto, seguía bebiendo.
alcanzado, a través de la ventanilla del patrullero, *
la cartera- me había graduado de alcohólica (to­ Alex Bar estaba abierto toda la vida. ¿Por qué se
davía me faltaba el posgrado). me aceptaba entre aquellos que me llamaban “la
* profesora” y de los que siempre recibí un respe­
Desde fines del siglo pasado el alcohol se convir­ to protector. ¿Porque era rubia (relativamente),
tió en signo de degeneración de la clase obrera, pertenecía a otra clase social, porque “estudiaba”?
fractura de la familia, y fuente de enfermedad y ¿O porque en el bosque de la noche no se hacen
miseria. La imagen del dandy con la galera ladea­ preguntas? Pero las damas no suelen beber tanto
da paseando con una copa en la mano, o la de los alcohol de 40 grados, al menos en público. Es allí
honestos curas de aldea que se prenden al badajo donde el feminismo tiene su límite. Nunca el pres­
de la campana con la nariz roja y los vasos reven­ tigio de la brillantez ebria de una mujer superará
tados bajo la piel, fue remplazada por la de una al de un caballero. Un borracho que pertenece a
turba grisácea que, entre la fábrica y la vivienda una tribu de abolengo etílico puede ser gracioso,
económica, intentaba degradarse sin las alturas una dama repulsiva. “El borracho también”, dirán
poéticas de un Poe o un Baudelaire. La alentado­ los que han soportado de un amor, de un pariente
ra metáfora “sangre de Cristo” y el hecho de que o un amigo esa repetición que se convierte en le­
nuestro Señor inició su vida pública en las bodas targo, balbuceos, manotazos obscenos. Lo cierto
de Caná precisamente reponiendo el vino que es que, a pesar de haberme visto llorar, ayudado a
faltaba, parecía materia de una sociología atea cruzar la calle, alcanzado pacientemente los libros
y apocalíptica. Sin embargo, cuando se cerraba luego de que le echara un chorro de soda en la es­
una taberna el motivo no era el embotamiento palda a un policía, creo que en Alex Bar siempre
de los sentidos que amenazaba la productividad fui considerada una dama. Por algo don Pelegri-
de las fábricas, sino la posibilidad de que, en ese no me había bautizado Jackie o solía presentar­
espacio, los obreros complotaran intercambiando me como la Carolina de Mónaco del Once. ¿Una
información, ideando estrategias de lucha o -m e­ dama? Todo alcohólico ignora en qué momento
diante una cierta estabilidad alcohólica- soltaran exacto pasó de ser el Dr. Jekyll para convertirse
la lengua sin utilidad alguna para sus patrones, a en Mr. Hyde.
fin de liberar sentimientos y sueños. A veces fin­ De aquellos tiempos guardo un diario con el que
gían la intención de beber para no despertar sos­ intentaba preservar lo que podía de mi m em o­
pechas y expresaban en voz alta la intención de ria: “No soporto el aliento de la noche anterior.
boire un litre. En la fábrica, en el uso de la fuerza Hace más de un año que duermo vestida. Apenas
y en el movimiento de los músculos, la conciencia me baño, salvo ante la expectativa de un encuen­
percibe constantemente el gasto y, paulatinamen­ tro erótico que se diluye cuando el vaso gana de
te, la merma de las funciones. En el hogar todo mano. Hoy tuve dificultad para servirme agua. El
evoca -alimento, sueño- la reparación para el día brazo me temblaba como si tuviera voluntad pro­
siguiente; la presencia de los hijos indica la cade­ pia. Volqué la mitad. El mozo me miró raro. A
na viviente de la que, a la larga, uno saldrá expul­ esto la vieja Duras lo llama flapping, seguramente
sado. En el bar, en cambio, es posible el olvido de una invención norteamericana. M i analista dice
la finitud. Es un placer cuando el alcohol, al bajar que no estoy tan mal puesto que escribo. Que
por los distintos órganos de la ingestión, limpia nadie escribe a punto de desmoronarse, que las
y calienta -como si se tratara de un nuevo naci­ cartas de los suicidas no son elocuentes, etcétera.

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¿Y si escribir no fuera lo que me sostiene, sino el no me correspondía sino estar lo suficientemente
verdugo líquido que difiere el momento de tocar lúcida como para intentar repararlo. Es horrible
el punto mortal, prolongando la agonía que es vi­ haber tenido que escribir cartas disculpándome
sualizada como “salud” puesto que aún escribo? por algo que ni siquiera recordaba y sobre lo que
Dicen que para parar hay que haber tocado fondo. los otros podrían estar mintiéndome. Un bebedor
El problema es cuando se cae de una altura m e­ sin límites jamás sabe si cometió incesto -digan lo
dia. El gato, desde un primer o segundo piso, no que digan- o si ha pecado de omisión hasta el pun­
tiene tiempo de usar la cola como pararrayos, del to de ser cómplice de una muerte. Si el olvidar es
quinto sobrevive. Es decir: no tengo cirrosis he­ siempre una selección y edición de los recuerdos
pática ni convulsiones. Si he llegado al coma, mis que oscilan entre los felices y los soportables, para
discretos amigos han tenido la piedad o la irres­ el alcohólico gran parte de ellos pertenecen a la se­
ponsabilidad de considerarlo un sueño profundo. lección y memoria de los demás.
Cómo me gustaría, en lugar de esta angustia, te­ El desenfreno es una negociación. Suele ocupar el
ner un síntoma físico que me sacara del mundo al lugar de algo más insoportable, como el suicidio o
hospital, entonces no sufriría así. Cuando duele la la locura. Por eso es común que la cura, al dejar al
muela nadie está enamorado. Y el dolor de mue­ desnudo al enemigo principal, mate. Truman Ca­
las desaparece si a uno le cortan una pierna. Sabi­ pote tenía un amigo que había muerto muy poco
duría de los chistes populares”. después de entrar en sobriedad, quizás a merced
El alcohol es una patria. Por eso no se la pierde. de una tragedia que el alcohol atenuaba entre sus
Sólo que se puede estar exilado de ella. Qué más vahos. Raymond Carver murió diez años después
argentino que un exilado unitario conspirando en del día en que dejó de beber. Marguerite Duras
Montevideo en los tiempos en que el restaurador paró cuando ya tenía edad para morir, sin em­
cortaba los cuellos en forma de violín -o violón-, bargo, atinó a levantar una pancarta: “Lo malo de
o que los montoneros escuchando tango en Colo­ morir es dejar de beber”. Graham Greene llegó a
nia Roma, en el Distrito Federal, mientras planea­ los ochenta sustituyendo el té, en su taza de las
ban la contraofensiva durante la dictadura m ili­ cinco de la tarde, por un scotch doble; pero era
tar. El alcohol es un Dios, por eso se puede creer británico -a veces pienso en que el mundo se di­
en Él sin que esté presente, y por eso también se vide en abstemios, bebedores, alcohólicos y bri­
puede ¡dejar de beber! tánicos. Se puede parar y salvar la vida, lo cual
* nos dará más oportunidades de llegar a viejos y
Dejé de beber sin saber cómo, del mismo modo -según un artículo que leí en Newsweek- morir
que no sabía cómo había llegado a despertar sin del mal de Alzheimer. En rigor: se para a cambio
ningún recuerdo de la noche pasada. Lo hice por de nada. Y a ese desafío ningún borracho podría
alguien, pero eso es un secreto. No lo hice sola, y resistirse. Pero esto es otra vez la jactancia. Dejé
ese es otro secreto que es fundamental para m an­ de beber porque no soporto que el placer se trans­
tenerme sobria. forme en “no sufrimiento”. Porque las identifica­
Durante un tiempo sostuve, a la manera del or­ ciones tienen una fecha de vencimiento: hoy me
gullo gay, una suerte de orgullo alcohólico, igno­ pareció menos gracioso parecerme a Bette Midler
rando que la culpa, la autodenigración y el deseo borracha bajando del avión en la película La rosa,
de darse muerte -síndrome del día siguiente- son o a Nancy rompiendo una cabina de teléfono en
esenciales a la experiencia de beber desenfrenada­ Sid y Nancy. Porque me estaba matando y por­
mente. Nada alegre (nada gay). Pero puedo aclarar que - y este es el mayor secreto confesado en esta
que lo que decía en broma estando en carrera era n o ta- después de todo tal vez sí quiera ser una
rigurosamente trágico: “El otro es todo lo que está dama, y las damas no se matan copa a copa, sino
del otro lado de mi copa”. Y mi copa era de vidrio disparándose un tiro con una pequeña pistola
grueso, tallado, sin transparencia. Ahora que no con mango de nácar. Cuando dejé de beber -y
veo doble puedo ver a muchos, ahora que no estoy no puedo prometer que para siempre, ni siquiera
en poder del gran totalitario puedo aceptar la su­ hasta mañana- me encomendé a otros con los que
perioridad de algunos y desear a otros. Porque uno comparto mi alejamiento del Dios del color de la
de los efectos de dejar una adicción es la reapari­ cebada. Ellos son mi mangosta y, paradójicamen­
ción del deseo en su diversidad y confrontación. te entregándome a esa voluntad superior a la mía,
Quedaría muy bien decir que paré por vergüenza. me siento más dueña de mí misma. Ya sé que la
Que sintiendo que había hecho tanto mal -eso, con mangosta que el hombre del cuento llevaba en la
el tiempo se va, sino atenuando, volviendo relativo- jaula no era real, pero ésta es mía.

82
Ilustración
Agradecemos a Ana María Gualtieri en nombre del Centro E xperim ental Vigo,
quienes mantienen la custodia legal de la obra artística
de Edgardo Antonio Vigo, por habernos autorizado y facilitado las obras del
artista para ilustrar las páginas de Estrategias -Psicoanálisis y salud m ental-
https://es-es.facebook.com/centrovigo

Vanguardias Platansas: Edgardo Antonio Vigo (1928-1997)

Laura Arroyo
Lic. en Psicología. Psicoanalista, miembro de la Asociación
de la Psicoanálisis de La Plata (APLP), responsable del
módulo de investigación: “Tratamientos de la Infancia” en
APLP. Psicóloga del Centro de Salud N° 19 de La Plata.
E-mail: larroyo@argentina.com

“Mi ‘p resen cia fís ic a ' anula la ausencia que es mi verdadera p resen cia”
Edgardo Antonio Vigo

¿QUIÉN ES VIGO? dor”, tratando de hacer de este modo de la creación


Edgardo Antonio Vigo nació en La Plata, en artística un acto multitudinario y no individual.
1928, estudió en la Escuela de Bellas Artes de la
UNLP en 1953, es becado a Francia donde entra PROPUESTAS
en contacto con la vanguardia mundial. En 1954, Vigo en sus manifiestos sobre el arte propone la
de vuelta en Argentina, expone objetos móviles idea de un arte contradictorio. En una declaración
de madera donde ya se vislumbraba la tendencia de 1968/69 propone que el arte a realizar tiene que
hacia un arte que contara con la participación de ser un arte “tocable” que pueda ser encerrado en
los espectadores. Fue responsable de las publica­ cualquier hábitat y no en galerías o museos. Un
ciones, “Diagonal Cero” (1961) y “Hexágono 70”, arte con errores que produzca alejamiento de todo
difusoras de la “Novísima Poesía” (poesía visual) aquello que pueda ser considerado como exquisi­
junto a la posterior “Nuestro Libro Internacional to “Un aprovechamiento al máximo de la estética
de Estampillas y Matasellos” con sellos y matase­ del “asombro”, vía “ocurrencia” - acto primigenio
llos originales de artistas de todo el mundo (artis- de la creación -para convertirse- ya en forma m a­
tamps y rubberstamps) se las consideran paradig­ siva, en -movimientos envolventes- o por la in­
mas de lo que, hoy día, se conoce como “Libros dividualidad -congruencia de intencionalidad-,
de artistas”. Entre sus producciones se encuentran en actitud. Un arte de expansión, de atrape por la
una serie de objetos denominados “objetos inúti­ vía lúdica, que facilite la participación -activa- del
les” y “máquinas extrañas” como “Palanganóme- espectador, vía absurdo. Un arte de señalamiento
tro Mecedor para Críticos de Arte” y la “Bi-Tri- para que lo cotidiano escape a la única posibili­
Cicleta Ingenua”. Realizó un tapón para el Rio de dad de lo funcional. No más contemplación sino
La Plata. También fue uno de los principales pro­ actividad. No más exposición sino presentación.
motores del arte correo en nuestro país. Donde la materia inerte, estable y fija, tome el
La obra de Vigo está muy influenciada por Marcel movimiento y el cambio necesario para que cons­
Duchamp, (un ejemplo de esto es el film “Blanco tantemente se modifique la imagen.
sobre Blanco”, film que se exhibía a espaldas de Vigo hace un arte de la nada, muestra nada, eso es
los espectadores así como también los constantes el arte en tanto contradictorio. Darle al espectador
“ready-made” que solía enviar a sus amigos) y muy la posibilidad de construir un sentido, es decirle
influenciada por Macedonio Fernández, de quien que ahí no hay nada, no hay nada donde se espe­
toma el humor que le servirá como estrategia para raba algo, causa del asombro. La propuesta es jugar
hacer entrar al espectador en su juego. De ambos con eso vía el absurdo. Vigo invita al espectador a
rescata la actitud lúdica de divertir y así lograr la que pase a la categoría de creador, encontrando así
participación de los espectadores. Él prefería ha­ la posibilidad de ser co-autor de la misma.
blar de “constructor-creativo” en lugar de “especta­
83
POESÍA EXPERIM ENTAL te. Fueron precisamente los impulsores del movi­
“La renovación del lenguaje ha sido siempre la gu­ miento neo-dadaísta “Fluxus” (George Maciunas,
bia estética de Vigo” dice, Luis Pazos. “La poesía Dick Higgins, Ben Vautier, Joseph Beuys, Ken
experimental se basa en la renovación del lengua­ Friedman; Ray Johnson, Vostell, etc). Lo reactuali­
je”. Proponiendo dentro de este concepto, lo que zan a comienzos de la década de los 60 y desde esa
da en llamar poesía matemática: “Vigo presenta fecha no ha dejado de crecer y expandirse suman­
la ruptura de la “normalidad” a través de dos vías: do miles de cultores en todos los partes del mundo.
el rechazo de la lógica aristotélica y del principio “M i práctica de esta tendencia, dice Vigo, com en­
de causalidad”. Esto estaría más relacionado con zó en forma autodidáctica y los conocimientos de
la fantaciencia que con la literatura propiamente sus orígenes -la escuela de arte postal norteame­
dicha y con un objetivo paradójico obtener m emo­ ricana o el telegrama-obra de Marcel Duchamp,
ria del futuro. “Si las producciones de la primera por ej.- lo fueron años después. La información
vanguardia derrochan imaginación, la poesía ma­ arribó vía postal como es habitual. A través de la
temática de Vigo da un paso más: nos brinda la po­ distancia formalicé el anhelo de descubrir seres,
sibilidad de imaginar. Un universo en que, 2+2=5.” objetos, pensamientos echados a volar, y fuera del
contexto habitual del libro o de toda otra forma
EL ARTE CORREO conocida. Recibir el testimonio de un instante
Este artista de Vanguardia y platense ha sido uno no comparado, no poderla certificar con certe­
de los promotores más grandes en nuestro país de za, boyar entre la realidad y la ficción, compartir
lo que se dio en llamar el “arte correo” o “mail art”. utopías, obras en proyecto, son recortes que uni­
El arte correo no es una corriente artística especial dos nos revelan una presencia corporal definida
sino que es considerado como un conjunto de es­ en base al entendimiento personal sin pretender
téticas que eligen utilizar el mismo canal de expre­ ‘armar’ el sujeto real que lo produce. Por fortuna,
sión: el sistema postal como medio de comunica­ todos los días la comunicación-a-distancia en sus
ción. Los destinatarios puede ser tanto conocidos mensajes rescata la vitalidad de una realidad ba­
como desconocidos, valiéndose para ello de sellos sada en los utópicos y mágicos.”
de goma, estampillas, postales, sobres intervenidos,
cadenas de cartas y varios modelos de propuesta ALGUNAS CONCLUSIONES
del tipo “intervenga pase y devuelva al remitente”. Podemos decir que, el arte de Vigo, inscribe una
En 1975 organiza en La Plata lo que dió en llamar falta en el corazón de su obra. Muestra un vacío,
“Última exposición de arte correo”. Es durante las una ausencia. Que no intenta tapar, sino que lo
décadas del 70 y el 80 que se convertirá en el artista exhibe. Esto al parecer es lo que anima el arte lla­
de mayor relevancia del “artecorreo”. mado moderno. Es un arte que apunta a lo real,
A comienzos de los años 70 se integra a los circui­ al agujero llámeselo horrores de la represión en
tos del arte correo siendo uno de los más constantes Argentina, ilusiones perdidas etc. El arte de van­
creadores hasta el día de su muerte. La dictadura guardia esta en relación con la ausencia, será con­
militar le golpea duramente al hacer desaparecer a siderado así si lo que hace es mostrarla.
uno de sus hijos y fue a partir de este lamentable he­ Para finalizar, vale mencionar que a Lacan no le
cho que su obra cobra un carácter fuertemente polí­ interesaba analizar una obra a título de forma­
tico a la par que aumenta sus contactos con el exte­ ción del inconsciente, no le interesaba saber qué
rior, difundiendo la brutal represión y delitos de lesa es lo que el artista reprimía en su obra, sino que
humanidad de la dictadura. Una gran cantidad de tanto la creación artística como el artista mismo
sus obras están vinculadas a la validación de los de­ interpretados, permitían percibir lo que la teoría
rechos humanos. Este movimiento surge en nuestro desconocía. Leemos en esto una indicación, la de
país y América Latina como resistencia contra la re­ tomar el arte como modelo, como modelo para
presión política y cultural. Por medio de la difusión otra cosa, como señala Germán García.
y expansión de esta forma artística se denunciaban
E ------
situaciones de violencia que aquí se vivían a través
Bibliografía
de sobres, estampillas cadenas de intercambio etc. -Jacques Lacan "H o m e n aje a M arg uerite Duras” Intervencio n es y textos
Los antecedentes históricos de esta forma de co­ 2 ed: M anantial
-Germán García "Para otra cosa. Psicoanálisis entre vanguardias'! Liber editores
municación artística, al igual que muchas mani­
-Fernando Davis "Luis Pazos: El fabricante d e m odos d e vida. Acciones,
festaciones del arte moderno, pueden encontrarse cuerpo, poesía” (2013) p ublicado por D o cu m en t Art
en las experiencias de los dadaístas, siendo la obra -Gérard W ajcm an "el o bjeto del siglo” A m orrortu Editores
-Clem ente Padín "Ed g ard o A nto nio Vigo: vo cación libertaria”
de Marcel Duchamp el precedente más importan­ http://ww w.m erzm ail.net/edgardo.htm

84
Novedades
XXIX JORNADAS CIENTIFICAS H.I.G.A. "DR. R. ROSSI"

Organizadas por el Servicio de Docencia e In­ tan implementar medidas de impacto institucio­
vestigación, durante el mes de noviembre del nal, que apunten a mejorar la calidad asistencial
corriente año, se realizarán las “X X IX Jornadas 2. Fomentar la participación interdisciplinaria en
Científicas del H.I.G.A. Rossi”. la realización de los trabajos
El propósito general de las Jornadas Científicas 3. Estimular el hábito de la investigación en ser­
Anuales del Hospital Rossi, desde su inicio en el vicio como actividad formativa (capacitarse en la
año 1984, ha sido generar un espacio para que to ­ elaboración e interpretación de estudios de investi­
dos los Servicios (profesionales y no profesiona­ gación), y como herramienta de evaluación conti­
les), y las Residencias de nuestro hospital puedan nua acerca de la realidad de cada servicio o sector.
participar a través de la presentación de trabajos El permanente aporte realizado por los distintos
de investigación, elaborados en su propio ámbito Servicios de nuestro Hospital, a través de la presen­
de trabajo, con los siguientes objetivos: tación de más de 830 trabajos a lo largo de 27 años,
1.Realizar diagnósticos de situación que perm i­ ha permitido alcanzar los objetivos propuestos.

PREMIADOS 2013
XXVIII Jornadas Científicas del H.I.G.A. Rossi

MEJOR TRABAJO MENCION ESPECIAL

POSTER N° 1 POSTER N° 25
PROTOCOLO PARA EL TRATAMIENTO ESTUDIO DEL IMPACTO DEL PROYECTO
DEL DOLOR DE ALTO IMPACTO DE CAUSA RIESGO QUIRÚRGICO. Resi Silvana, Mayo
QUIRURGICA. Laura Otero, Federico Franco, Fernando, Heredia Mariana, Gulayin Miguel,
Eugenia Etchepare, Armando Murno, Santiago Weimann Diego, Querejeta Verónica, Delez Lau­
La Torre, Santiago Cilli, Agustina Castellano, ra, Ranchilio Gabriela, Defeo Magdalena
Guillermo Oppido, Alejandra Grobly, Andrea
Natale
POSTER N° 40
MANIFESTACIONES CUTÁNEAS EN PA­
POSTER N° 19 CIENTES VIH EN LOS ÚLTIMOS 10 AÑOS.
PERFIL EPIDEM IOLOGICO DE LA UVEITIS: Chiramberro Silvina, Castiglioni María Gimena,
ORIENTACION PARA LA PREVENCION. Arrozpide Lélica, Melamed Mónica, Latorre
Huarte Leticia, Marai Gladys, Venancio Pablo, Karina, Chiarlo Adriana.
Alonzo Claudia; Buzzi Alejandro, Gancedo Ana,
Bakofski Débora, Mascazzini Virginia, Leonardis
Lucio, Pin Gustavo, Carot Gonzalo POSTER N° 37
EVALUACIÓN RETROSPECTIVA DE PARATI-
ROIDECTOMÍAS EN PACIENTES EN DIÁLISIS.
Menvielle Sebastián; Gómez Carlota;
Mamberti,Jorge; Colombo María Cecilia, Nieves
Arán; Córdova Milagros; Jesser Carolina; Fuentes
Andrea.

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El material publicado en la revista Estrategias -Psicoanálisis y Salud Mental-
representa la opinión de sus autores y no refleja necesariamente la opinión
de la Dirección o de la Editorial de esta revista

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