Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Q ue r i da ami g a,
En Lucas 6:39 (NVI), Jesús pregunta, “«¿Acaso puede un ciego guiar a otro
ciego? ¿No caerán ambos en el hoyo?” En los eventos principales de la vida y
en los detalles aparentemente pequeños e insignificantes, tu esposo y tú
necesitan que Jesús los guíe a un compromiso continuo que honre a Él y a
cada uno de ustedes.
B E N DICI ONE S ,
Proverbs 31 Ministries
CUANDO ESTÉS ENOJADA …
Padre celestial, ahora mismo me siento .
Pero no tengo que dejarme llevar por esos sentimientos. Por favor ayúdame a estar lista para
escuchar y lenta para hablar… porque sé que el quedarme enojada no me ayudará a ser más como
Tú (Santiago 1:19-20).
Por favor dame la paciencia y el dominio propio para este momento preciso, que solo pueden venir
de Ti (Proverbios 16:32).
En este momento, reconozco Tu presencia está aquí, conmigo. Te agradezco por no tener que
esconder de Ti mi decepción y que puedo acudir a Ti tal como estoy. Al acercarme a Ti,
muéstrame Tu misericordia y gracia para ayudarme a procesar lo que estoy sintiendo (Hebreos
4:15-16).
Tú conoces todo sobre mí. Sabes cuando me siento y cuando me levanto y dondequiera que vaya.
Tú sabes lo que voy a decir antes de que lo diga. Tú me formaste y me creaste. Tú me conoces más
íntimamente que nadie. Nada sobre mí es extraño para ti… aún mis sentimientos en este momento
preciso. Y aun en este momento, cuando me siento mal entendida en mis circunstancias actuales,
puedo confiar en que Tú sí me entiendes y conoces mi corazón (Salmo 139).
En este momento, no parece justo perdonar. Mientras proceso lo que significa para mí en este
momento el ofrecer perdón, ayúdame a verlo desde la perspectiva del perdón que Tú mismo me
extiendes diariamente (Colosenses 3:13).
Límpiame de toda amargura, ira, contienda y calumnia, y cualquier pensamiento negativo que tenga
en contra de mi esposo para que pueda verlo como Tú lo ves. Ayúdame a ser amable, compasiva y a
perdonar como Tú me perdonaste (Efesios 4:31-32).
Tus planes para mí son de bienestar y no de calamidad, planes para darme un futuro y una
esperanza (Jeremías 29:11).