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Manuel Aguilar

09-10009

Análisis del contenido político de la obra “Rebelión en la granja” de Orson Orwell

La literatura es un excelente e imprescindible canal que permite a los autores


comunicarse con quienes los rodean, que les permite transmitir información, ideas, actitudes,
sentimientos. La literatura es una expresión artística, y como todo arte posee un componente
político (ya sea por interpretación del público o porque fue la intención del artista) porque
todos los seres humanos cuentan con una línea de pensamiento y con determinada forma de
sentir.

Separar la literatura de la política es algo difícil porque este medio artístico es un


instrumento que es utilizado por los artistas y el pueblo para expresar su ideal político,
manifestar que tendencia profesan y denunciar injusticias. Las obras literarias en muchos
casos se transforman en herramientas de la política.

La Rebelión en la granja es una obra escrita por George Orwell en 1945 y es la


expresión máxima de la interacción política-literatura. Esta obra representa una crítica a la
Revolución Rusa y a la corrupción del socialismo/totalitarismo soviético en la época de
Joseph Stalin. Esta representación es presentada en la forma de una granja en la que los
animales toman el poder y forman un gobierno propio que acaba como una tiranía brutal.

Después de la segunda guerra mundial nació un respeto hacia el comunismo ruso


como forma de gobierno. Este mito fue creído por muchos ingleses e impulso a Orwell a
mostrar a través de su libro que Rusia no era realmente socialista, sino una tiranía despiadada.

El tema principal de la obra es el abuso de poder, y cómo este corrompe a los que lo
poseen, llevando a la avaricia, la discriminación y la traición. Los cerdos de Rebelión en la
granja usan su poder para manipular y engañar a los otros animales y afianzar su dominio
sobre ellos.

La Rebelión en la Granja comienza con la noticia de que el viejo Mayor ha llamado


a una reunión para compartir el sueño que tuvo. Mientras les cuenta su sueño a los demás
animales, les dice que el hombre es el único ser que consume sin producir y los anima a
trabajar para derrocar a la raza humana. Además explica que el hombre ha tomado ventaja
de los animales por años, y que es hora de que la tiranía del hombre termine.

El discurso del viejo Mayor, es una versión simplificada de los principios del
comunismo, descritos en el Manifiesto Comunista de Karl Marx, cuya idea básica era que el
sistema económico capitalista tenía una falla grave: los trabajadores nunca veían el producto
de su labor porque los capitalistas se quedaban todos los beneficios para ellos mismos. Según
Marx, los trabajadores comunes deberían unirse para derrocar a los capitalistas y reclamar
los medios de producción como propios.
Los animales inician sus preparativos para su rebelión siguiendo la muerte del viejo
Mayor, aunque no saben cuándo ocurrirá. La gota que rebaso en vaso en la granja llego un
día que el Sr. Jones (el granjero) en estado de ebriedad olvidó alimentar a los animales. Las
vacas destruyeron la puerta del granero, se alimentaron, y de repente, todos los animales
estaban comiendo en sus contenedores.

Cuando el Sr. Jones y sus hombres trataron de controlar a los animales, inició una
rebelión a gran escala, y los animales expulsaron al Sr. Jones y a sus hombres de la granja.
Poco después, Napoleón y Snowball comienzan a organizar a los animales alrededor de un
sistema basado en los Siete Mandamientos recopilados en base al discurso del viejo Mayor,
de los cuales el más importante era “Todos los animales son iguales”.

El Sr. Jones es una alusión al último zar ruso, Nicolás II, quien enredó a Rusia en la
Primera Guerra Mundial. Como resultado de la guerra, Rusia fue bloqueada y el hambre
comenzó a azotar a la nación (como los animales de la granja, que no eran alimentados).
Nicolás, mientras tanto, no fue un líder suficientemente fuerte como para inspirar la confianza
de la gente (e incluso muchos militares que simpatizaron con la causa y cambiaron de bando)
y se formaron múltiples revueltas que crecieron en número. Después de la Revolución de
Octubre, Nicolás y su familia fueron ejecutados y enterrados en fosas comunes (una pequeña
diferencia entre la novela y la realidad, ya que Jones escapo con su familia).

En la obra de Orwell, la Guerra Civil Rusa es representada por la Batalla del establo
de las vacas. Los Bolcheviques lucharon contra un ejército compuesto en parte, por los
terratenientes, ciudadanos de clase media, monarcas y viejos generales, unidos por el hecho
de que todos eran anti bolcheviques, y actuaban bajo el nombre de Ejército Blanco, en
contraposición con el Ejército Rojo liderado por Leon Trotsky, que es representado en la obra
literaria por Snowball, quien emerge como un héroe militar.

En la Rebelión en la Granja, la división entre Stalin y Trotsky (Napoleón y Snowball)


está representada con la pelea por el molino de viento. Este molino es, en muchos aspectos,
un símbolo para la decisión de si expandir (pensamiento de Trotsky) o no (pensamiento
Stalinista) el comunismo. Napoleón desprecia la idea y usando la fuerza (usando a sus nueve
perros guardianes que representan la policía secreta de Stalin) consigue expulsar a Snowball
de la granja, de la misma manera que hizo Stalin cuando Trotsky huyo al exilio. De esta
manera Napoleón logro consolidar el poder para sí.

Poco a poco comienza a quitarle la libertad al resto de sus animales hasta hacer de su
vida exactamente lo mismo que hizo Stalin. El primer acto contrario al Animalismo (metáfora
del comunismo) por parte de Napoleón, muestra hasta qué punto era traidora la actitud de del
cerdo. Es el momento en que ordeñan a las vacas y decide guardarla para su consumo
personal y el de sus “camaradas” (importante la alusión de Orwell a este término que es usado
generalmente en los gobiernos socialistas, comunistas y totalitaristas para indicar una falsa
sensación de igualdad) cerdos. Eso denota sus planes futuros de convertir a esta raza de
animales en la superior de la granja, sometiendo al resto. Los cerdos pronto comienzan a
ocupar los puestos dirigentes, escudados en su mayor inteligencia y capacidad para el
ordenamiento de las labores de la granja, convirtiéndose en los supervisores del trabajo de
los demás animales.

En la obra se puede observar los ejes en que se basaba el poder de Napoleon: por un
lado, los animales tenían fresco en el recuerdo los tiempos de Jones, y consideraban que
cualquier sacrificio era poco para asegurarse que éste y sus secuaces no volvieran a pisar la
granja. Napoleón y su portavoz Squealer conocían esto perfectamente, y cada vez que se
encontraban con algo difícilmente justificable a los ojos del resto de animales, lo explicaban
asegurando que en caso de que hicieran lo contrario a lo que se les decía, sin duda Jones
volvería. El miedo a la vuelta al pasado les hacía soportar cualquier penuria, por grande que
ésta fuese (algo similar a la alusión que hace el gobierno venezolano a la cuarta república).
Por otro lado, salvo los cerdos y en menor medida los caballos y el burro, ninguno de los
animales tenían demasiada capacidad para razonar, y aceptaban cualquier orden sin
demasiada resistencia. De esta forma los cerdos podían filtrar toda información procedente
del exterior de la granja y así solamente llegaba al resto de animales aquello que convenía a
los intereses de Napoleón. Por otro lado, de la misma forma en que los gobernantes
totalitaristas utilizan al público para silenciar las voces críticas, Napoleón usaba a los rebaños
de ovejas, que apenas podían aprender las consignas, para que cantaran en momentos
considerados críticos.

Los planes de Snowball de construir un molino de viento para producir electricidad


son utilizados por Napoleón para ganar la admiración del resto de animales, asegura al resto
de animales que en realidad, los planos del molino fueron hechos por él, y comienza a difamar
la figura del adversario político expulsado modificando la historia, convirtiéndole primero
en un cobarde (por no haber luchado de manera suficientemente valiente en la Batalla del
Establo de las Vacas) y más tarde en un traidor, implicándole en un supuesto plan de Jones
para recuperar la granja.

La manipulación de la historia y de la información es una constante en el gobierno de


Napoleón, y una de las formas más seguras de controlar a los animales. No solamente se
contenta con cambiar el presente, sino que además controla el pasado y se construye uno a
medida, en el que él es elevado a la posición de Líder, al más puro estilo de gobierno
absolutista (algo similar a lo que ocurre en la actualidad de Venezuela)

Poco tiempo después de llegar al poder, Napoleón abole las Asambleas semanales,
donde todos los animales democráticamente discutían los asuntos de la granja, y se decanta
por un sistema de gobierno absoluto, donde él propone y decide. También se manipula la
verdad. Uno de los más claros ejemplos es el momento semanal en el que Squealer, el
portavoz gubernamental, lee al resto de animales cifras de producción manifiestamente
exageradas. Esta es una forma evidente de manipulación de la información; los animales son
informados en base a cifras abultadas de producción, de forma que se sienten orgullosos de
los supuestos logros del sistema de explotación de su granja, mientras no ven otros problemas
quizá en principio más evidentes, como la falta de libertades y el hambre cada vez más
apremiante. El único documento escrito que existe es el muro donde están impresos los siete
mandamientos que en un principio se pintan ahí para señalar los principios del Animalismo,
y es constantemente modificado por Napoleón para justificar actos cometidos contrarios al
espíritu del Animalismo (transformando el pasado para adecuarlo al presente).

A Orwell además de interesarle el problema de las desigualdades y la limitación de


la libertad del individuo, le interesa la manipulación del lenguaje por parte de los políticos
para conseguir sus propósitos. Este tipo de discurso atenta contra la confianza de la sociedad
y su voluntad. Si en todo momento se habla de una manera en la que se confunde y manipula
la historia, difícilmente podrá el pueblo cuidarse de repetir la historia.

Una de las escenas más tétricas de la obra de Orwell, y en la cual se observa la tiranía
de Napoleón en su máxima expresión ocurre cuando el líder de la granja convoca una
asamblea general, en la cual los perros arrastran a varios cerdos atemorizados y chillando de
dolor. Los cerdos son forzados a confesar que estuvieron trabajando con Snowball, e
inmediatamente después los perros les desgarraron las gargantas. Lo mismo ocurre con las
gallinas que sobrevivieron a la rebelión, un ganso y varias ovejas. Al final “una pila de
cadáveres yacía a los pies de Napoleón y el aire estaba impregnado con el olor de la sangre,
olor que había sido desconocido desde la expulsión de Jones”

Esta metáfora representa las purgas de la unión soviética, en las cuales, en un intento
de eliminar cualquier rastro de oposición, Stalin ejecutó o encarceló en campos de
concentración a aquellos que confesaron haberse asociado con Leon Trotsky (o que fueron
obligados a confesar), así como también a ex líderes militares y cualquiera que fuera visto
como “anti soviético”.

En Rebelión en la Granja hay una versión de la Segunda Guerra Mundial,


representada por La batalla del molino, que inicia con el bombardeo del molino por parte de
los hombres de Frederick (representación de Adolf Hitler). Muchos animales son asesinados
y aunque los animales terminan ganando, se dan cuenta de que estaban maltrechos y
sangrantes. Casi inmediatamente, Squealer comienza a proclamar la victoria de Napoleón.
Boxer el caballo, como muchos que han sobrevivido a la guerra, ya no entiende el significado
de la palabra victoria. Cuando Squealer señala que han recuperado la granja, todo lo que el
caballo puede decir es “¿hemos recuperado nuevamente lo que teníamos antes?”.

A través de la obra de Orwell, los cerdos traicionan los principios de la rebelión una
y otra vez. Pero la mayor traición se observa cuando el pulmón de Boxer colapsa. Squealer
dice a los animales que el caballo seria operado en el hospital veterinario, sin embargo,
Benjamin, el burro, llama idiotas a los animales ya que en el furgón donde llevan a Boxer se
lee: matadero de caballos y fabricante de cola.

Boxer es un ejemplo del perfecto proletario que jamás se queja, es extremadamente


leal y se mata trabajando. Aun así, su recompensa es ser vendido, sacrificado y convertido
en cola. Mientras tanto, los cerdos tienen una vida dispendiosa en la casa de la granja donde
se emborrachan con whisky, esto es una clara representación del estilo de vida de los actores
del poder en un régimen socialista totalitarista, algo similar a lo visto en la película la
Terrazza de Ettore Scola, en la cual los protagonistas, socialistas empedernidos, poseen lujos
que van en contraposición con la tendencia política que profesan.
El final de la novela proporciona un resumen de los últimos planes de Napoleón:
gracias a la corta vida y memoria de los animales de granja, ninguno de ellos conservará
memoria alguna de los primeros hechos de los tiempos de Jones, ni de la revuelta ni de los
primeros ideales de igualdad y fraternidad, y las generaciones se sucederán una tras otra, y
cada una de ellas tomará por lógica la situación de poder de la granja, y asumirá de forma
natural que los cerdos sean los amos naturales del resto de animales, así como los humanos
lo son en las granjas vecinas, de manera que jamás soñarán siquiera con amotinarse.

George Orwell plantea en su obra que al obtener un gran poder, el dictador llega a los
extremos de una gran crueldad. Lo que le ocurrió al cerdo Napoleón ocurrió a todos los que
han sido grandes dictadores; acumulan tanto poder que se convierten en monstruos; este
poder crece aún más porque hay una resignación de los gobernados a la resistencia, a frenar
los excesos del dictador, mas aun cualquier señal de resistencia en los gobiernos totalitaristas
tiende a ser cruelmente condenado, como fue el caso de Heberto Padilla y su total
transformación en un Paria del mundo de la literatura por expresar ideas consideradas como
antirrevolucionarias por el gobierno cubano, o el exilio de Wassily Kandinsky y Marc
Chagall de Rusia debido a las crecientes medidas represivas y de control (expresadas
detalladamente a lo largo de este ensayo).
En la rebelión en la granja el autor nos muestra con su metáfora la degeneración de
los procesos revolucionarios en dictaduras, exhibe el proceso de cómo “salvadores y héroes”
se convierten al poco tiempo en tiranos. Esta obra muestra en el personaje de Napoleón la
personalidad de los tiranos de la historia: sus delirios de grandeza, su crueldad al llevar a
cabo genocidios, sus instrumentos de dominación, y hasta qué punto pueden llevar a cabo
injusticias, dolor y humillación.

Los proyectos socialistas-comunistas nacidos para desarrollar la democracia, la


igualdad y ejercer los derechos para los desvalidos de la sociedad se han convertido en
dictaduras totalitarias que niegan los derechos de la población y en los que se establece una
dominación en los ámbitos de la vida social. La característica más importante sobre esta obra
de George Orwell es que posee un carácter abierto y universal, trasciende el marco histórico
de la Revolución Rusa y resulta una crítica efectiva a la corrupción que supone el abuso de
poder en todos estos sistemas políticos.

A partir de la fábula de Orwell se pueden deducir una multitud de moralejas, sin


embargo, el mensaje principal de esta obra literaria es la referente al uso de la fuerza y
dictadura. Esta obra muestra que los gobiernos totalitarios no se centran sólo en la violencia
que se ejerce contra la población o la mentira, se centra sobre todo, la corrupción
generalizada, en la cual es imposible mantener una dignidad, porque la población se ve
obligada a entrar en los mecanismos impuestos. Y como se puede entender en base al final
de la lectura, el legado de los dictadores se preserva para las futuras generaciones. Como
expreso Mario Vargas Llosa: “Los dictadores mueren, pero la herencia sigue”.

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