Med Clin (Barc).

2020;154(11):453–458

www.elsevier.es/medicinaclinica

Revisión

Aspectos actuales de la listeriosis

José Antonio Lepe
Unidad Clínica de Enfermedades Infecciosas, Microbiología y Medicina Preventiva, Instituto de Biomedicina de Sevilla (IBiS), Hospital Universitario Virgen del Rocío, Sevilla, España

información del artículo r e s u m e n

Historia del artículo: La importancia de la listeriosis no está suficientemente reconocida. Su incidencia general se muestra
Recibido el 25 de diciembre de 2019 estable en los últimos años, pero con una tendencia al alza en mayores de 65 años, también en mortalidad.
Aceptado el 4 de febrero de 2020 La listeriosis es una enfermedad transmitida por alimentos que ocurre generalmente en forma de
On-line el 5 de marzo de 2020
casos esporádicos; sin embargo, las nuevas técnicas de tipificación molecular han puesto de manifiesto
la existencia de brotes epidémicos no sospechados con anterioridad.
Palabras clave: La enfermedad presenta un periodo de incubación variable y relacionado con la presentación clínica.
Listeriosis
La bacteriemia y la neurolisteriosis son las formas clínicas predominantes, aunque en la actualidad el
Virulencia
Epidemiología
principal interés se focaliza en el manejo de las infecciones focales y las asociadas a dispositivos protésicos.
Fisiopatogénesis La listeriosis es un problema significativo para la industria alimentaria, y muchos países han introducido
Aspectos clínicos legislación para controlar la incidencia de la enfermedad.
Tratamiento © 2020 Elsevier España, S.L.U. Todos los derechos reservados.

Current aspects of listeriosis

a b s t r a c t

Keywords: The importance of listeriosis is not sufficiently recognised. The general incidence of infection has been
Listeriosis stable in recent years, but with an upward trend in people over 65, also in mortality.
Virulence Listeriosis is a foodborne disease that generally occurs in the form of sporadic cases; however, new
Epidemiology
molecular typing techniques have revealed the existence of epidemic outbreaks not previously suspected.
Physiopathogenesis
The disease has a variable incubation period, which is related to the clinical presentation. Bacteraemia
Clinical aspects
Treatment and neurolisteriosis are the predominant clinical forms, although at present, the main interest is focused
on the management of focal infections and those associated with prosthetic devices.
Listeriosis is a significant problem for the food industry, and many countries have introduced legislation
to control the incidence of the disease.
© 2020 Elsevier España, S.L.U. All rights reserved.

Introducción en ORPHANET, el Consorcio Europeo para Enfermedades y Medica-

Listeria monocytogenes (LM) es una bacteria grampositiva ubicua
en el medio ambiente que causa enfermedad humana, la listerio-
sis, una zoonosis que fue reconocida en la década de los 80 del
siglo pasado como una infección transmitida principalmente por
alimentos1 .
La importancia de la listeriosis no está suficientemente recono-
cida, ya que es una enfermedad relativamente poco frecuente, de
hecho, está considerada una enfermedad rara, y como tal incluida
Correo electrónico: jalepe@cica.es
mentos Huérfanos con la referencia ORPHA5332 . Sin embargo, en
2017, los 28 estados miembros de la Unión Europea (UE) informa-
ron de 2.480 casos confirmados de listeriosis invasiva en humanos,
siendo la quinta infección zoonótica más frecuente en Europa, y
basándonos en criterios clínicos la más grave por su mortalidad, ya
que afecta principalmente a sectores vulnerables de la población3 .
Los recientes brotes epidémicos de la enfermedad acaecidos
en Sudáfrica4 y EE. UU.5 en la última década, y el más reciente en
Andalucía en 20196 , que han afectado a cientos de personas, han
renovado el interés por la enfermedad tanto a nivel médico como
mediático.
Por otro lado, a pesar de su consideración de enfermedad poco
frecuente, en muchos aspectos es una infección bien estudiada. Esta

https://doi.org/10.1016/j.medcli.2020.02.001
0025-7753/© 2020 Elsevier España, S.L.U. Todos los derechos reservados.

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revisión se centrará principalmente en analizar los aspectos más
actuales o poco resueltos de la enfermedad.
Microbiología
Desde el punto de vista clínico se considera que todos los ais-
lamientos de LM son igualmente virulentos, sin embargo, es una
especie genéticamente muy heterogénea respecto a su virulencia.
En la actualidad, desde el punto de vista microbiológico, el mayor
interés se centra en distinguir de manera concluyente los aisla-
mientos hipervirulentos.
La caracterización de los aislamientos mediante secuencias de
enfoque múltiple (multilocus sequence typing [MLST]) ha subdivi-
dido a la especie en complejos clonales (CC)7 . Los CC clasifican
los aislamientos en distintas categorías de virulencia: 1) aisla-
mientos asociados a infecciones, que están fuertemente vinculados
con orígenes clínicos (principalmente CC1, CC2, CC4 y CC6); 2)
aislamientos asociados a alimentos, que se encuentran predo-
minantemente en los entornos de producción alimentaria y se
consideran hipovirulentos (CC9 y CC121 entre otros); y 3) los ais-
lamientos asociados intermedios que se aíslan de entornos clínicos
y alimentarios (generalmente CC5, CC8, CC3, CC37, CC101, CC90,
CC7, CC155 y CC77)8 . Sin embargo, existe una cierta incertidumbre
respecto a esta clasificación, debido a que los CC asociados a la infec-
ción aparecen generalmente en la neurolisteriosis y en infecciones
asociadas a gestantes y neonatos, y raramente en bacteriemia pri-
maria, mientras que los CC asociados a los alimentos rara vez se
aíslan en muestras clínicas, pero cuando se recuperan derivan de
casos de bacteriemia primaria. Además, los CC asociados a los ali-
mentos aparecen con frecuencia en pacientes inmunodeprimidos o
con comorbilidades importantes9 . Para solventar estos problemas
la secuenciación completa de los alelos MLST (whole genome MLST)
ha subdividido los CC en tipos clonales10 y ha puesto de manifiesto
la gran heterogeneidad en virulencia de los aislados clínicos y pro-
cedentes de alimentos, lo que podría explicar el comportamiento
de la enfermedad en muchas situaciones clínicas10,11 .
Fisiopatogénesis
Dado que la fundamental fuente de infección por LM son los
alimentos contaminados, el tubo digestivo es la principal puerta
de entrada de la bacteria al organismo, siendo la patogénesis de la
listeriosis un proceso relativamente bien conocido12 . Tras la inva-
sión directa de los enterocitos que recubren el epitelio absorbente
de las microvellosidades, en las primeras horas postinfección la
bacteria se localiza dentro de los macrófagos y de las células pre-
sentadoras de antígeno en la lámina propia, posteriormente ocurre
una diseminación linfohematógena a los órganos diana primarios:
hígado y bazo, localizándose la mayor parte de la carga bacte-
riana en el parénquima hepático, donde forma piogranulomas. Este
proceso ocurre en las siguientes 24 horas postinfección. Posterior-
mente, ocurre una resolución completa de los piogranulomas en la
semana posterior al comienzo de la infección en personas inmuno-
competentes o una evolución a enfermedad invasiva en pacientes
inmunodeprimidos13 . Este proceso es relativamente rápido y con-
trasta con el largo periodo de incubación de la enfermedad, lo que
invariablemente debe implicar una fase subclínica de la infección.
Esta fase subclínica podría ser crucial en el control de la infección
en los pacientes inmunodeprimidos, donde antibióticos lipofílicos,
como las quinolonas o la rifampicina, podrían penetrar mejor que
la ampicilina en los granulomas y lograr la erradicación completa
de la bacteria14 .
A nivel celular LM se considera un modelo de microorganismo
citosólico15 , y a diferencia de la entrada en las células fagocíticas,
que está mediada activamente por la célula16 , la entrada en las
células no fagocíticas es iniciada por la bacteria que presenta en
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su superficie unas proteínas denominadas internalinas (InlA e InlB)
que interaccionan con receptores celulares, la E-cadherina y Met (el
receptor del factor de crecimiento de hepatocitos), lo que conduce
a la internalización de la bacteria dentro de una vacuola unida a
la membrana. Posteriormente, la bacteria escapa de la vacuola de
internalización mediante la secreción de una toxina formadora de
poros, la listeriolisina O (LLO) y 2 fosfolipasas (PlcA y PlcB) que alte-
ran la membrana vacuolar, promoviendo la translocación de LM al
citoplasma de la célula. Este es el paso crucial de la patogénesis a
nivel celular. En esta ubicación intracelular la bacteria activa varias
vías metabólicas que favorecen su proliferación. La bacteria tam-
bién muestra distintas estrategias para escapar de las respuestas
inmunes innatas citoplasmáticas, que incluyen la polimerización
de actina por una proteína de superficie bacteriana (ActA), lo que
permite que LM se propague a las células adyacentes13,16 . Estudios
recientes15,17 , ponen de manifiesto que LM puede presentar una
etapa de persistencia en las vacuolas. Esta infección latente podría
explicar el largo periodo de incubación de la enfermedad y la mala
respuesta a los antibióticos. Además, estas formas vacuolares per-
sistentes dificultarían la detección microbiológica rutinaria de la
bacteria.
Epidemiología
Incidencia
En 2017 los estados miembros de la UE3 informaron de 2.480
casos confirmados de listeriosis en humanos, que correspondían
a 0,48 casos por 100.000 habitantes. Este informe no proporcio-
naba datos de incidencia para España al considerar que se realizaba
una vigilancia centinela y no había información sobre la cober-
tura estimada de población, aunque constataba que España estaba
entre los 12 países europeos que tuvieron una tendencia creciente
de casos confirmados de listeriosis desde 2008. El análisis de los
datos agregados del periodo 2008-20159 , sin embargo, no mostró
una tendencia creciente estadísticamente significativa de las tasas
de incidencia en la UE. Sin embargo, el análisis estratificado por
grupos de edad y género sí constató tendencias al alza. Con-
cretamente, para las mujeres la tasa de incidencia aumentó
significativamente para los grupos de edad 25-44 y ≥ 75 años en
este período; para los hombres la tasa de incidencia aumentó sig-
nificativamente para el grupo de edad ≥ 75 años. En España, y sobre
la base de los datos proporcionados por la Red Nacional de Vigilan-
cia Epidemiológica (RENAVE)18 , las tasas de incidencia en 2017 y
2018 fueron de 0,71 y 1,06 casos por 100.000 habitantes respecti-
vamente, superiores a la media de la UE.
Mortalidad
En los últimos años se constata una disminución de la mortali-
dad global de la infección en la UE. En 2017 la mortalidad global de
los casos fue del 13,8%, disminuyendo en comparación con 2016,
donde fue del 15,0%3 . En España, en el periodo comprendido entre
2015 a 2018 la mortalidad global fue del 9,1%, en 2015 se produjo la
mortalidad más elevada con 11,7% y la más baja en 2017 con 8,0%18 .
Sin embargo, cuando se estratifican los datos se observa que la mor-
talidad en la UE fue del 15,5% y del 24,2% en el grupo de edad de más
de 64 años y más de 84 años, respectivamente, en 2017. Además,
la mortalidad en el grupo de edad de más de 84 años aumentó del
7,5% en 2008 al 24,1% en 20163,9 ; esta circunstancia se ha puesto
de manifiesto en otros estudios recientes19,20 .
Epidemiologia alimentaria y brotes epidémicos
En la actualidad se constata que los alimentos más frecuente-
mente asociados a la listeriosis humana son aquellos preparados
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listos para su consumo y que generalmente están refrigerados. La
persistencia de LM en entornos de procesamiento de alimentos
se considera la principal fuente de contaminación alimentaria, y
parece ser el resultado de condiciones de higiene inadecuadas en
la manipulación y de la alta capacidad de adaptación de esta bacte-
ria, sobre todo su capacidad de formación de biopelículas. El último
informe de la European Food Safety Authority (EFSA)9 sugiere que
más del 90% de los casos de listeriosis invasiva son causados por la
ingestión de alimentos listos para su consumo que contienen más
de 2.000 unidades formadoras de colonias (UFC)/g de LM, y que un
tercio de los casos se deben al crecimiento de la bacteria en la fase
de consumo por una mala conservación o manipulación de estos
alimentos.
De conformidad con la Directiva Europea 2013/99/CE sobre zoo-
nosis, en el periodo 2013-2017 un total de 55 brotes transmitidos
por alimentos (24 brotes de evidencia fuerte y 31 brotes de evi-
dencia débil) causados por LM fueron comunicados a la EFSA por
16 países, incluido España. En concreto, en 2017 se comunicaron 10
brotes en la Unión Europea que afectaron a 30 personas en 6 países3 .
En el caso concreto de España la revisión de los brotes de listerio-
sis en el periodo 2015-2018 identificó 8 brotes, pero el número
de casos registrados fue muy bajo y correspondía a agrupamientos
por transmisión vertical o pequeños brotes familiares18 . Posterior-
mente, en 2019, un importante brote de toxiinfección alimentaria
por LM se ha comunicado en Andalucía, asociado al consumo de
carne mechada industrial con más de 200 casos registrados6 .
El hecho de que la mayoría de los casos de listeriosis parezcan ser
esporádicos, y los brotes informados comúnmente escasos, puede
ser algo artificial. Con la aplicación de las técnicas de secuencia-
ción masiva para la caracterización de los aislamientos de LM21 , la
detección de los brotes ha mejorado de forma importante y podría
replantear el carácter esporádico de la enfermedad. Como ejem-
plo, un brote asociado al consumo de trucha y salmón ahumado
en frío, producido en Estonia, que ha afectado a 22 personas en
5 países europeos desde 2014 y que se pudo confirmar mediante la
secuenciación del genoma de la bacteria y las investigaciones de
trazabilidad. El primer caso tuvo un inicio de síntomas en julio
de 2014 en Estonia, y el caso más reciente ocurrió en Dinamarca
en febrero de 201922 .
Aspectos clínicos
Atendiendo a la revisión de las series publicadas en España y
otros países europeos en la última década se constata que ciertos
aspectos clínicos de la listeriosis pueden estar cambiando.
Periodo de incubación
Clásicamente se ha considerado que el periodo de incubación de
la listeriosis es largo y muy variable (3 a 70 días)23 . Sin embargo,
en la actualidad, se considera que este período varía significati-
vamente según la forma clínica de la enfermedad, constatándose
que el período de incubación más largo aparece en los casos rela-
cionados con la gestación (intervalo: 17-67 días), seguida de la
neurolisteriosis (intervalo: 1-14 días) y de los casos de bacteriemia
(intervalo: 1-12 días). Para los casos de gastroenteritis la mediana
del período de incubación se sitúa en 24 horas, con un intervalo de
6 a 240 horas24 .
Población de riesgo y condiciones predisponentes
En 2016, según el informe del European Centre for Disease Pre-
vention and Control25 , el 65,4% de los casos de listeriosis aparecían
en mayores de 64 años. El informe de la EFSA para 20173 constata
que la proporción de casos en este grupo de edad ha aumentado
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constantemente, pasando de 54,8% en 2008 a 67,2% en 2017, y espe-
cialmente en el grupo de edad de más de 84 años, con un aumento
de 7,3% a 14,8%. Estos datos coinciden con el último estudio de la
RENAVE en España, donde se constata que las mayores tasas de
incidencia ocurrían en este grupo de edad18 .
En adultos con edades intermedias la mayoría de los casos de
listeriosis invasiva se observan en pacientes con comorbilidades
inmunosupresoras asociadas26,27 . En la actualidad, las más preva-
lentes son el cáncer de órgano sólido y la diabetes mellitus, y en
menor porcentaje la enfermedad hepática crónica (alcoholismo y
cirrosis) y el tratamiento inmunosupresor no esteroideo19,26,28,29 .
Estudios recientes constatan que los pacientes diabéticos tienen
5 veces más riesgo de contraer listeriosis30 . Otras situaciones, como
la infección por VIH, la gestación y el trasplante de precursores
hematopoyéticos, condiciones subyacentes bien reconocidas en la
listeriosis, ya no representan un porcentaje importante de los casos,
aspecto que podría relacionarse con el uso generalizado del cotri-
moxazol en la profilaxis de los pacientes inmunodeprimidos y las
estrategias para prevenir infecciones transmitidas por alimentos en
poblaciones susceptibles, que aconsejan evitar alimentos crudos o
poco cocinados20 .
Presentación clínica
Las series de casos más recientes publicadas en España constatan
que las formas clínicas predominantes en los pacientes con liste-
riosis son la bacteriemia primaria y la neurolisteriosis28,29 , aspecto
que coincide con lo comunicado en otros lugares de Europa, donde
estas formas clínicas representan más del 80% de los casos19 .
Por otro lado, se constata que las infecciones del sistema ner-
vioso central (SNC) tienden a declinar en los últimos años respecto
a un incremento relativo de los casos de bacteriemia, aspecto comu-
nicado en estudios recientes9,19,26 y que podría estar relacionado
con la asociación entre la presentación clínica y la edad. La bac-
teriemia es más frecuente en mayores de 75 años, mientras que
la neurolisteriosis aparece en la franja de mediana edad (45-65
años)9 . En España, en el periodo comprendido entre 1997 a 2015,
también se constata que la neurolisteriosis fue más frecuente en
el grupo de edad de 45 a 64 años, mientras que los mayores de
65 años tenían más probabilidad de desarrollar una septicemia28 .
Otro aspecto importante, en el caso concreto de la neurolis-
teriosis, es que la mayoría de los pacientes (más del 80% en
muchas series) presentan síntomas asociados con meningoen-
cefalitis, siendo mucho menos frecuente la afectación meníngea
sin encefalitis. La afectación clínica del tronco encefálico, en la
actualidad, aparece en un porcentaje muy bajo de los casos de
neurolisteriosis19 .
En un porcentaje bajo, alrededor del 3%, la listeriosis también
puede presentarse como infección focal19 en una amplia varie-
dad de sistemas de órganos, con o sin bacteriemia acompañante.
Estas infecciones involucran generalmente el SNC (abscesos)31 , el
peritoneo (peritonitis bacteriana espontanea)32 , el sistema car-
diovascular (endocarditis, infección endovascular)31,33 , el sistema
respiratorio (derrame pleural, neumonía)34 , el sistema musculoes-
quelético (artritis, osteomielitis)35 y la vía biliar (colecistitis y
colangitis)36 . En la actualidad el mayor interés en este grupo de
infecciones se centra en la infección asociada a dispositivos pro-
tésicos en pacientes inmunodeprimidos, tanto prótesis articulares
como intravasculares33,37 , infecciones que aparecen tardíamente
tras episodios de bacteriemia, con escasos signos de inflamación
sistémica y que son difíciles de sospechar.
Un caso particular lo constituyen las mujeres gestantes y los neo-
natos, que comprenden entre el 10-15% de los casos de listeriosis19 .
Las mujeres embarazadas tienen entre 10-15 veces más proba-
bilidades de desarrollar la enfermedad después del consumo de
alimentos contaminados con LM en comparación con la pobla-
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ción general38 ; esto se debe a que durante el embarazo el sistema
inmunitario está modulado, favoreciendo la diseminación y coloni-
zación hematógena de la placenta y posterior afectación del feto39 .
La listeriosis en mujeres gestantes es difícil de sospechar, ya que
puede cursar de forma asintomática o presentar síntomas clínicos
leves como fiebre, escalofríos y lumbalgia40 , y aunque tienen una
evolución clínica favorable, aun sin tratamiento antibiótico, en su
mayoría no tienen un parto o evolución posparto normal, ya que
la infección puede conducir a corioamnionitis asociada a muerte
fetal o a parto prematuro, infección invasiva neonatal y/o
muerte neonatal41 . Un reciente estudio en Francia constata que el
24% de las gestantes sufrió un aborto, el 45% parto prematuro y el
21% tuvo un parto con cualquier combinación de fiebre, flujo meco-
nial o frecuencia cardíaca fetal anormal indicativa de sufrimiento
fetal agudo, además en casi el 50% se practicó cesárea19 .
Finalmente, LM también puede causar una gastroenteritis febril
autolimitada en personas inmunocompetentes, sobre todo en
el contexto de brotes epidémicos donde el alimento implicado
tiene una alta carga bacteriana42 . El cuadro clínico se caracteriza
por una diarrea febril de inicio rápido y duración limitada, y la
recuperación es generalmente completa. Aunque es poco frecuente,
la bacteriemia puede aparecer como complicación en pacientes
inmunodeprimidos43 .
Diagnóstico microbiológico
El diagnóstico de infección por LM, aunque puede sospecharse
clínicamente, solo puede establecerse mediante estudios micro-
biológicos. El aislamiento de LM en una muestra procedente de
una localización anatómica normalmente estéril (sangre, líquido
cefalorraquídeo o, con menos frecuencia: líquido pleural, perito-
neal, pericárdico, articular, etc.) refleja una infección invasiva. Sin
embargo, el aislamiento en muestras como heces no se considera
un criterio de enfermedad invasiva y no está indicado, excepto para
fines epidemiológicos44 .
Básicamente, el diagnóstico microbiológico se basa en técni-
cas convencionales de tinción y cultivo. Sin embargo, hay aspectos
del diagnóstico no bien resueltos. En la neurolisteriosis la sensi-
bilidad de la tinción de Gram en el líquido cefalorraquídeo (LCR)
es baja; en un trabajo reciente el cultivo de LCR fue positivo en
el 83% y el hemocultivo en el 64% de los casos con sospecha de
neurolisteriosis45 . En la actualidad LM forma parte de las plata-
formas moleculares de diagnóstico sindrómico de la meningitis, lo
que permite obviar estos problemas, al aumentar la sensibilidad
y disminuir el tiempo de detección de la bacteria46 . Otro aspecto
importante es el diagnóstico de la infección en gestantes y neona-
tos, donde los cultivos pueden ser estériles debido al tratamiento
antibiótico periparto. El estudio de otras muestras como placenta,
líquido amniótico o aspirado traqueal del neonato podrían estar
indicados dentro de las primeras 48 horas del parto47 , aunque las
guías clínicas para la evaluación de sepsis neonatal de inicio tem-
prano prestan poca atención o no recomiendan el empleo de estas
muestras en situaciones clínicas similares48 .
Tratamiento antibiótico
El tratamiento de la listeriosis está bien establecido en el caso
de bacteriemia primaria, y sobre todo de la meningoencefalitis49 ,
pero no bien resuelto para otras localizaciones14 . En general, se
considera que la ampicilina (o penicilina) en monoterapia, o en
combinación con la gentamicina, constituyen el tratamiento de
elección50 , aunque el tratamiento combinado con gentamicina está
en discusión, por su mala actividad intracelular14 y su impacto poco
claro sobre la mortalidad19,51 . En situaciones de alergia a betalac-
támicos cotrimoxazol se considera el antibiótico de elección, al ser
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bactericida y alcanzar concentraciones adecuadas a nivel intrace-
lular y en el SNC50 .
La duración del tratamiento no está bien establecida, y debe
ser individualizada atendiendo a la gravedad, características de los
pacientes y la respuesta inicial al tratamiento. De modo general,
la bacteriemia debe tratarse durante 2 semanas si el paciente es
inmunocompetente y se pueden requerir cursos más largos en el
paciente inmunocomprometido52 . La meningoencefalitis debe tra-
tarse al menos durante 3-4 semanas53 . La eficacia de esta pauta es
relativamente aceptable, y los fallos de tratamiento no están rela-
cionados con la aparición de resistencias y sí con el retraso en la
instauración del tratamiento y el grado de inmunodepresión de los
pacientes.
En este contexto el interés actual se centra en el manejo de
la listeriosis en situaciones clínicas especiales, sobre todo en la
infección focal y el tratamiento postexposición de inmunodepri-
midos y gestantes en el contexto de brotes epidémicos. En el caso
concreto de la infección focal, el interés se centra en el trata-
miento de un grupo de infecciones: los abscesos (sobre todo en el
SNC), la infección vascular (aneurismas micóticos y endocarditis)31
y de la infección que asienta sobre dispositivos protésicos (endo-
vasculares o articulares)33,35 para las cuales existen problemas no
resueltos con respecto al manejo quirúrgico, selección del régimen
antibiótico y duración óptima del tratamiento. La escasa eviden-
cia en estas situaciones deriva de las series de casos publicados,
y aunque no existen pautas terapéuticas específicas, es probable
que la mejor opción combine la terapia antimicrobiana y el manejo
quirúrgico de las prótesis33,35 . En general, y aunque la ampicilina
asociada o no a la gentamicina es la opción más empleada, existe un
gran interés en utilizar antibióticos bactericidas como el cotrimo-
xazol en monoterapia o en combinación con la ampicilina54 . Otros
antibióticos, como el linezolid55 , han demostrado efectividad clí-
nica, pero la experiencia es limitada. Otro aspecto importante, dado
el prolongado tiempo de tratamiento, es la transición a la terapia
oral, un tema controvertido debido a la posibilidad de recurrencia
y a la alta mortalidad de estas infecciones56 .
La infección invasiva como complicación de la listerio-
sis gastrointestinal es en general poco frecuente en personas
inmunocompetentes, pero el riesgo es mayor en personas inmu-
nodeprimidas, gestantes y mayores de 65 años; esta circunstancia
apoya considerar el tratamiento en estas situaciones, generalmente
amoxicilina oral durante 7 días. El reciente brote en 2019 asociado
a carne mechada en Andalucía utilizó este enfoque hasta conocer
el resultado del hemocultivo57 . Sin embargo, no hay estudios siste-
máticos que demuestren la efectividad de este enfoque, y tal vez el
empleo de antibióticos lipofílicos (quinolonas o rifampicina) podría
ser más efectivo en el control de la infección en esta fase subclínica
de la enfermedad.
Listeria e industria alimentaria
LM es un problema significativo y continuo para la industria ali-
mentaria. Como la bacteria está presente de manera ubicua en el
medio ambiente, la contaminación inicial de los alimentos puede
ocurrir en cualquier etapa antes del consumo, incluida la produc-
ción agrícola primaria, el procesamiento de alimentos, el nivel
minorista y los hogares de los consumidores. Además, y a diferen-
cia de la mayoría de las bacterias patógenas, LM es psicrotrófica,
siendo capaz de multiplicarse a bajas temperaturas. En una época
en que la producción y el almacenamiento de alimentos dependen
en gran medida de la refrigeración, esta capacidad de crecer (aun-
que sea lentamente) en un ambiente frío ha abierto un nuevo nicho
ecológico para la bacteria.
Muchos países han introducido legislación para tratar de contro-
lar la incidencia de la listeriosis. Por ejemplo, en la UE el Reglamento
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de criterios microbiológicos58 requiere controles periódicos de LM
en los alimentos listos para su consumo, e impone límites de hasta
100 UFC/g durante la vida útil de estos alimentos (es decir, no garan-
tiza su seguridad después de la fecha de caducidad) y de ausencia
en 25 g en el punto de producción en aquellos destinados a lactan-
tes o para fines médicos especiales. También se requiere muestreo
y pruebas ambientales en áreas de procesamiento. En EE. UU. se
ha adoptado un enfoque de zero tolerance59 para LM en alimentos
listos para el consumo, recomendando realizar pruebas periódicas
para demostrar el cumplimiento.
Esto significa que, con el sistema actual, todos los aislamientos
de LM detectados en la cadena de producción alimentaria son tra-
tados como una amenaza para la salud pública igualmente grave,
a pesar de que existen muchas cepas distintas de la bacteria que
pueden diferir con respecto a su virulencia y potencial infeccioso.
En el futuro será crucial determinar los factores de virulencia
que pueden actuar como marcadores moleculares para discrimi-
nar las cepas que tienen más probabilidad de causar enfermedad,
y que están asociadas con una alta mortalidad, de aquellas cepas
menos virulentas o avirulentas. Teniendo en cuenta el impacto eco-
nómico de la política actual (asociada con la retirada de alimentos),
sería deseable identificar claramente los aislamientos de LM más
virulentos y eliminarlos específicamente de la cadena alimentaria.
Conflicto de intereses
Ninguno que declarar.
Bibliografía
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