Está en la página 1de 6

LA SOCIOLOGíA CLÁSICA 73

mismo objeto teórico. Con la suya no estamos solamente ante una teoría
TEXTO 6 sociológica de la religión,l sino fundamentalmente ante una teoría del poder,
y más concretamente, una teoría de los aparatos de coacción psíquica, de la
que la primera sólo es el desarrollo al que más esfuerzo dedicó.
EDUCACIÓN Y CULTURA EN MAX WEBER* Con las páginas que siguen me propongo un objetivo limitado: hacer
un repaso de algunos de los más notables elementos de la sociología webe-
por CARLOS LERENA
riana de la educación. Más allá de un primer examen del planteamiento
básico que hace esa sociología, me ocuparé sucesivamente de tres de las
Afinnu Lenma que la sociología de la religión de M. Weber y su sociología de la cuestiones que plantea: la de la homología estructural iglesia-escuela, la de
educación SOfl dos ámbitos distimos en los que poder estudiar un mismo objeto
teórico: el poder y los aparatos de coacciÓ/l psíquica. El te."Cto desan"olla tres cuestio-
los tipos de educación, y la de las relaciones entre escuela y burocracia.
nes fimdal1lentales: la IWl1lología es/me/ural de iglesia y escuela, los tipos posibles
de educación para Weber y las relaciO/les y comimlidad elltre escuela y bllrocracia.
Al igual que en la iglesia, en la escuela se da un tipo de relación de dominación que La escuela como aparato de dominación ideológica
es la mejor garal1tía de su eficacia técnica. bzcu!carzdo sistemáticamente hábitos de
todo tipo e imponiendo una legitimidad especI1icamente reconocida por la sociedad,
a través de llflOS agentes especializados, se UlTOga ell11ol1opolio y el COf1lrol efectivo Escuela y educación vienen planteadas en la sociología weberiana en la
del bien administrado -la cultura eH este caso-, al igual que hace la iglesia cOlllos esfera de las relaciones de dominación. Para Weber, la escuela, la familia y el
bienes de salvación. Tres son los tipos de educación de los que habla Weber: la caris- aparato eclesiástico, para utilizar su lenguaje, constituyen asociaciones de domi-
mática, propia de guerreros y sacerdo,tes, que buscO/ia despertar el1 el alumno la
gracia oculta del hombre distinguido que goza de recD1lOcil1lieI1lO, respeto y atllori-
nación. Por dominación entiende «un estado de cosas por el cual una voluntad
dad; la educacióll humanística es la propia del caballero, del cortesO/lO, del gentle- manifiesta (mandato) del dominador o de los dominadores, influye sobre los
man, del hombre culto, es decb; la que caracteriza a Wl grupo de esta tus particulm; actos de otros (del dominado o de los dominados), de tal suerte que en un grado
aristocracia de 110 importa qué especie; y, por último, la educacióll especializada, socialmente relevante estos actos tienen lugar como si los dominados hubieran
característica de sociedades en las que la racionalización y la burocratizacióll ha adoptado por sí mismos, y como máxima de su obrar, el contenido del manda-
conformado la estnlctura de d011lhwciónlegal que hoy COllOcemos, y cuyo producto
típico es el e.r:perto o el técrzico, aquel que posee WlOS saberes concretos para desel11- to».' Aunque plantee la escuela, la familia y la iglesia en los mismos términos,
pei'iar una actividad cualificada. El autor acaba realizando una crítica epistemológi- Weber se ocupa, sobre todo, de desarrollar ese planteamiento con relación a esta
ca y metodológica a los conceptos de racionalidad, burocracia, y sus opuestos, que última. Sin embargo, aunque aquéllas, al hilo de su desarrollo, se queden muy
atraviesan tada la visión sociológica de M. Weber. atrás, él hace frecuentes referencia a ellas. Estas referencias a la familia, y más
concretamente a la escuela. no tienen el carácter de meras alusiones genéricas,
sino que, contextualizadas, constituyen ilustraciones de una teoría en las que
Solamente un lector ingenuo podría pensar que, salvo notables incursio- aquellas dos asociaciones están incluidas. Véase, por ejemplo, una de estas
nes, Max Weber no se ha ocupado de la educación como área de problemas referencias, que, como tantas, está cargada de teoria, de esa teoria que nuestro
diferenciada. Sería tanto como suponer que habla de educación sólo las veces autor desarrolla sobre todo cuando estudia la tercera de esas asociaciones, o sea,
que menciona este término. Su sociología de los literatos chinos o su teoría la Iglesia. «El ámbito de la influencia autoritaria de las relaciones sociales y de
acerca de los tipos de educación no son notables incursiones en un área que los fenómenos culturales -escribe- es mucho mayor de lo que a primera vista
quedaría fuera de las que especialmente trata. Son solamente ilustraciones de parece. Valga como ejemplo la suerte de dominación que se ejerce en la escuela,
una brillante y tigurosa teoría sociológica de la educación que, eso sí, él mediante la cual se imponen las formas de lenguaje oral y escrito que valen
mismo no se da muchas ocasiones de desarrollar. Ciertos autores, como Hal- como ortodoxas [ ... ]. La autoridad de los padres y de la escuela llevan su influen-
sey o Collins, han insistido en lo que hay de manifiesto en el tratamiento cia mucho más allá de aquellos bienes culturales de carácter (aparentemente)
weberiano de la educación y de la escuela. Más profundamente, Bourdieu ha formal, pues conforman a la juventud, y de esa manera a los hombres. ,,3 Laten-
extraído y desarrollado lo que en ese tratamiento hay de latente, de pensado, tes en ese texto vemos aquí condensados un planteamiento y un conjunto de
pero no terminado de decir: es, sobre todo, en su sociología de la religión en nociones que remiten forzosamente a una más amplia teoría, la cual es, por lo
donde Weber se ha ocupado de educación, y ello sin apenas mencionarla. Para demás, coherente y profunda. Por ejemplo, la concepción de la educación como
el lector ingenuo, que con el empirismo, confunde la división de áreas de
pensamiento con la división de áreas de realidad, habría que tomar religión y 1. M. Weber, El1sayos sobre sociología de la religión, 1, cd. Taurus, Madrid, 1983; ECO/lOI1lía
educación por dos campos distintos. Pero lo son de la realidad, no del pensa- y sociedad, EC.E., México, 2." ed., 1964 (Segunda Parte: V, ,¡Sociología de la comunidad religio-
miento. Más allá de su complejidad, lo que básicamente estudia Weber es un sa», pp. 328-492; IX, ,(La dominación carismática y su transformación!!, pp. 847-888; «Domina-
ción polftica y hierocraciau, pp. 889-937).
2. M. Weber, Economía y... , op. cit., p. 669.
* C. Lerena, Materiales de sociología de la educaciól1 y de la cultHI'a, Madrid, Zero, 1985, 3. Ibidem, p. 172.
pp. 145-158.
74 SOCIOLOGÍA DE LA EDUCACIÓN
LA SOCIOLOGíA CLÁSICA 75
inculcación de hábitos (conformar a la juventud); la noción de cultura legítima
y de ortodoxia cultural; la f'unción de la escuela, no ya de inculcación, sino de se ingresa de un modo deliberado: se nace ya dentro de esas reglas. Nadie
imposición (Weber dice imponer) de la legitimidad de la cultura verdadera y escapa a la escuela y a su disciplina, ni siquiera el recalcitrante. En suma, la
legítima. Véase otro ejemplo de condensación de su teoría: «La asociación do- escuela es a la cultura 10 que la iglesia es a la religión y, asimislTIO, la cultura
méstica constituye la célula reproductora de las relaciones tradicionales de es a la religión lo que la escuela es a la iglesia.
dominio.})4 Dentro del campo religioso, Weber ha estudiado las condiciones en que
Weber distingue un tipo particular de asociación de dominación a la que una asociación hierocrática se desarrolla hasta formar una Iglesia. Para éL y
Hama asociación hierocrática, definiéndola por un conjunto de rasgos. Ahora trasladando los resultados al campo cultural, el sistema de enseñanza aparece
bien, el sistema de enseñanza es claramente una asociación de ese tipo. La cuando se dan tres condiciones. 9 Primera, cuando existe un cuerpo permanen-
define así: una asociación hierocrática es ({una asociación de dominación te de especialistas, cuyos deberes profesionales y conducta específica vienen
cuando y en la medida en que aplica para la garantía de su orden la coacció¡; son1etidos a una reglamentación propia. Segundo, cuando ese cuerpo de espe-
psíquica, concediendo o rehusando bienes de salvación".' Este añadido es cialistas tiene una formación unifolme, consignada en escritos y materializa-
[·undamental: «Para el concepto de asociación hierocrática no es característica da en rutinas técnicas, y un reclutamiento reglado. Y, tercero, cuando la capa-
decisiva la clase de los bienes de salvación ofrecidos (de este mundo o del otro, cidad carismática de sus miembros es separada del carisma oficial, atribui-
externos o internos), sino el hecho de que su administración pueda constituir do al conjunto, esto es, cuando aquéllos no precisan apoyarse en un carisma
el f1.tndamento de su dominación espiritual sobre un conjunto de hombres".6 personaL sino que aparecen como f1.1ncionarios de un carisma que les tras-
Los bienes de salvación que administra la escuela, y que constituyen el funda- ciende y del que es portadora y administradora la propia institución, la propia
mento dc su dominación, son los que más arriba ha Hamado bienes culturales. escuela. En Occidente, esas condiciones comienzan a darse, muy tardíamen-
En cuantü a la coacción psíquica, es un correlato de la idea de cultura legíti- te, con las primeras universidades medievales. De este modo es, pues, como
ma. O sea: la escuela delimita el campo cultural, establece una particular Weber establece las condiciones estructurales de lo que llamamos sistema de
cultura como legítima, imponiéndola como tal y excluyendo y declarando enseñanza.
indignas al resto, y, además, administra esa cultura, la inculca, y, en fin, Por otra parte, da cuenta de la tradicional división de poderes y de compe-
concede y rehúsa bienes culturales. Ortodoxia y heterodoxia, dignos e indig- tencias que se establece entre la esfera temporal y la esfera espiritual. «El poder
nos: esa bataHa se da dentro del ámbito de la coacción psíquica. Ser definido temporal -escribe- pone a disposición del espiritual los medios externos de
socialmente como cl/lto o inculto, sano o enfenno, buen hijo o mal hijo: éste es coacción para la conservación de su poderío [... ]. Como compensación por tal
el juego, éstas son las categorías de la coacción psíquica, y esta cuestión forma servicio, el poder espiritual suele ofrecer al temporal especialmente la seguri-
parte esencial de lo que se dirime en el sistema de enseñanza. dad del reconocimiento de su legitimidad y la domesticación de los súbditos
Sin embargo, para poder establecer una ortodoxia hace falta que se cum- mediante sus medios religiosos."JO Ahora bien, dentro del planteamiento webe-
pla una condición más, que es la de que la capacidad de ejercicio de la coac- riano el poder religioso es solamente una de las formas que alcanza el poder
ción psíquica sea monopolizada por un sistema determinado de agentes, lo hierocrático: este último comprende también el de la escuela. Por ello, esas
que exige que el tipo de bienes que éste administra se constituya como un funciones de domesticación y de legitimación que, con relación al poder espi-
campo relativamente autónomo. Weber habla del campo religioso, o de los ritual, se acaba de señalar, son extensibles al sistema de enseñanza. Efectiva-
bienes de salvación, pero del mismo modo podria hablar del campo cultural o mente, ampliando la idea anteriÜl; nuestro autor esctibe: «Dos cualidades del
de los que Hama bienes culturales. No define a la escuela, pero sí a la Iglesia. poder hierocrático le recomiendan para que el político se le alíe. En primer
Ésta es para él «un instituto hierocrático de actividad continuada, cuando y en lugar, es el poder que legitima [ ... ]. En segundo lugar, constituye un procedi-
la medida en que su cuadro administrativo mantiene la pretensión al 1110no- miento incomparable para la domesticación de los dominados." 11
polio legítimo de la coacción hierocrática».7 Por consiguiente, la religión la Con lo que antecede, Weber muestra tener una teoría sociológica de la
administra la iglesia, y la cultura la administra la escuela, el sistema de ense- escuela, cuyos cIernen los se refieren tan to a la estructura de la misma como a
ñanza. Como el aparato eclesiástico, que es un aparato coactivo/S la organiza- su sistema de funciones. La organización escolar constituye para él uno de los
ción escolar tiene pretensiones de universalidad, y se presenta como deposita- aparatos coactivos de dominación hierocrática que tiene a su cargo la admi-
ria de unos eternos bienes de salvación (los bienes culturales) que no son ya nistración de los bienes culturales, los cuales son una versión mundana de los
del otro mundo, sino de éste. Asimismo, a la escuela y a sus reglas de juego no
9. lbidelll, p. 895 y ss.
4. Ibidem, p. 710. 10. lbidem, p. 893.
5. lbidem, p. 44. 11. lbidem, p. 906. «La iglesia -escribe asimismo- crea ante todo para los funcionarios
6. lbidel1l, p. 45. eclesiásticos formas propias de conducta y normas educativas específicas correspondientes a
7. lbidem, p. 44. ellas. A este eFecto crea una educación hierocrática mediante la cual se apodera luego de la
S. lbidem, p. 699. educación de los laicos, consiguiendo formar en el espíritu hierocrático a los funcionarios del
Estado y a los mismos súbditos». Op. cit., p. 895.
76 SOCIOLOGíA DE LA EDUCACIÓN LA SOCIOLOGÍA CLÁSICA 77

bienes de salvación religiosa. Ese aparato tiene una particular estluctura, cualidades que el alumno tiene ya. No se trata de una tarea de formación, sino
definida en los términos que acabamos de ver. Por último, el sistema escolar de conversión: el alumno tiene que negarse en su estado actual y tratar de
tiene para él un sistema de funciones, dentro del que destacan las funciones alcanzar o recuperar su auténtica personalidad. En estas condiciones, la edu-
de imposición de la legitimidad de una cultura, de inculcación sistemática de cación es un proceso de búsqueda y de prueba de la propia identidad. Por lo
la misma, de legitimación del orden social, y en fin, de reproducción del demás, el proceso educativo constituye, ante todo, un proceso de selección,
sistcll1a de relaciones de dominación. una carrera de obstáculos, la cual finaliza con el renacimiento del individuo,
renacimiento que puede llegar en algunas sociedades al cambio de nombre.
Este renacimiento es lo que se consagra, por ejemplo, con la imposición de
Tipología weberiana de los sistemas de educación manos, con el diploma. Weber ha destacado el papel carismático que desem-
peñan instituciones escolares, tales como el examen y el diploma. Sociedades
La sociología de la educación de Weber constituye una prolongación de su tan alejadas de la nuestra, como es la sociedad china en tiempos de la dinastía
sociología del poder, o, si se quiere, de su sociología de la dominación. Dentro de los Tang (siglo VII), conocían fenómenos que en esta parte del mundo se
del ámbito de la educación, nunca se muestra más explícito en el desarrollo de generalizaron más tardíamente. ((Para las masas chinas -escribe-, un candi-
su teoría del poder que cuando se refiere a la cuestión de los tipos de educa- dato que había pasado sus exámenes no era en modo alguno un mero futuro
ción. esto es, a la educación carismática, humanística y especializada. Estos funcionario calificado por sus conocimientos. Era el probado depositario de
tipos de educación son construcciones lípico-ideales que con'esponden a los cualidades mágicas, las cuales se atribuyen al sacerdote examinado y ordena-
tres tipos de dominación que establece la teoría weheriana: respectivamente, do de una institución de gracia eclesiástica.» 14
don1inación carismática, dominación tradicional y dOlninación legal. «Históri- Frente a la educación carismática, la educación humanística trata sobre
camente -escribe-los polos opuestos en el campo de los objetivos educacio- todo de cultivar un detenninado modo de vida que comporta unas particula-
nales san: estimular el carisma, esto es, cualidades heroicas o dotes mágicas, y res actitudes y comportamientos. Ese modo de vida puede ser muy diverso,
proporcionar una instrucción experta especializada [ ... ]. Entre ambos se en- pero constituye siempre un conjunto articulado de actitudes plasmadas en un
cuentran todos aquellos tipos que tiene por objeto cultivar al alumno para una ethos, que es, en cada caso, característico: caballeresco o ascético, literario
conducta de vida, ya sea de carácter mundano o religioso. En uno y otro Caso se (como en China) o gimnástico-musical (como en la democracia helénica). El
trata de la conducta de un grupo de estatus.n l2 Estos tres tipos de educación gentleman, el cortesano, el hombre culto constituyen otros tantos modelos
que establece Weber constituyen tres modelos distintos de sistema de educa- producidos por este tipo de educación. "La pedagogía cultivada -dice- in-
ción, lo que supone, por de pronto, tres diferentes tipos de personalidad a tenta educar un tipo de hombre cultivado, cuyo carácter depende del ideal de
fonnar, cada uno de los cuales se caracteriza por tener una distinta relación cultura correspondiente al estrato decisivo. y ello significa educar a una per-
con la eultu;a, así como por corresp?nderle Una diferente posición y papel sona para determinada actitud, interna y externa en la vida.» 15 Aunque puede
SOCIal. Las tecDlcas característIcas de Inculcación, las técnicas didácticas son ir acompañado por un carisma y por un sabel; se trata fundamentalmente de
también diferen tes en cada uno de los tres tipos o modelos. Veamos, ' una actitud hacia la vida, de una conducta de vida: esto es lo que este tipo
La educación carismática -típica sobre todo del guerrero y del sacerdo- de educación se propone lograr. Si la educación carismática era la educa-
te- se propone despertar cualidades humanas consideradas como estricta- ción de los elegidos del destino, este segundo tipo de educación es el propio de
mente personales, es decir, no transferibles y pertenecientes a la esfera de lo un estamento o casta particular. Estamos, pues, ante un nuevo tipo de educa-
extra-cotidiano. Se supone que esas cualidades y esas gracias yesos dones ción aristocrática, Weber relaciona la aparición de la educación del hombre
preeXIsten en el individuo. La educación se limita a estimular, a desarrollar y culto con ciertas condiciones de las sociedades feudales, concretamente con la
a poner a prueba esas cualidades en aquellos sujetos que, en germen, ya las existencia de un orden estamental. «Allí donde el sistema feudal -escribe-
poseen. Se u-a ta, escribe WebeI; de "despertar y poner a prue ba una capacidad, alcanza la fase de una capa social que vive conscientemente de un modo
conSiderada como un don de gracia puramente personal. En efecto, el carisma caballeresco se origina un sistema educativo con vistas a una manera de vivir
no se puede enseñar, ni adquirir por instrucción. O bien existe in nuce o se con todas sus consecuencias.¡¡16 Este segundo tipo de sistema educativo cons-
infiltra a través de un milagro de renacimiento mágico de 10 contra~io es tituye la instancia reproductora de una categoría estamental, esto es, de una
imposible conseguirlo»." Este tipo de educación consti¡uye la versión más categoría social que define su posición en ténninos de conducta de vida, lo
pura del pensamiento esencialista clásico en este campo. El maestro, en un que se traduce en consideración social, en prestigio. El conjunto de los miem-
segundo plano y en funciones de partero, no produce, sino que extrae las bros de la organización escolar constituyen un grupo de estatus, cuya cohe-

12. M. Weber, ,(Los literatos chinosl>, en Ensayos de sociología cOIllempordnea, M. Roca, 14. lbidem, p. 528.
ed., Barcelona, 1972, pp. 507 542, pp. 519 Y ss.
w 15. lbidem, p. 520.
13. M. Weber, Los literatos ... , op. ciJ., p. 520. 16. M. Weber, Ecol1o/ll(ay... , op. cit., p. 829.
78 SOCIOLOGÍA DE LA EDUCACIÓN
LA SOCIOLOGÍA CLÁSICA 79
sión descansa en el hecho de que comparten un mismo sistema de hábitos y
una posición social común. Ese grupo social es la encamación de una cultura tuación, de trasvase osmótico. Corno estudia Weber, en la educación de los
o modo de vida considerado socialmente como superior. literatos chinos «se trataba esencialmente de inculcar un ceremoniah. 19 Ser
" Para WebeI; mientras que en el orden económico o mundo de la produc- culto en ésta o la otra sociedad no es algo que esté en relación con el saber, con
ClOn eXIsten las clases como categorías sociales de distinta posición económi- el conocimiento: significa estar familiarizado con la cultura. estar empapado
ca, en el orden social existen grupos cen'ados caracterizados por diferentes de cultura, saber representar la cultura como papel. La institución escolar por
modos de vida, los cuales están jerarquizados en términos de consideración excelencia es en estas condiciones el internado. No en vano, en la patria del
social, honores o prestigio. Dentro de ese orden socia11a organización escolar gentleman los internados tienen una tradición y un arraigo muy superiores al
y el criterio de la educación constituyen la clave que 10 vertebra. «Las diferen- que dichas instituciones tienen en otros países.
cias de educación -escribe- son actualmente importantes factores en el Weber analiza el tipo de educación humanista, sobre todo a través de los
establecimiento de barreras de casta, en contraste con los elementos formati- rasgos que ofrece la educación de los literatos chinos o mandarines, en quienes
vos de clases que están implícitos en la diferenciación basada en la propiedad ve una encarnación histórica concreta de aquel modelo. Los literatos no poseían
y la función económica [ ... ]. Por más lamentable que ello pueda ser, las dife- ninguna habilidad especial que pudiese ser objeto de evaluación. Por eso sus
rencias de educación son todavía las barreras sociales más fuertes.»17 Por exámenes no ponían realmente a pnwba conocimientos concretos. «Los exáme-
consiguiente, este tipo de sistema de educación aparece como una instancia nes -escribe- comprobaban si la mente del candidato estaba bien empapada
reproductora de grupos cerrados y de capas privilegiadas, las cuales funcio- de literatura y si éste poseía W1 modo de pensar adecuado para un hombre culto
nan a la manera de castas. y derivado del cultivo de la literatura.,,20 Ello exigía un proceso de familiariza-
Sobre este punto, que, desde luego, constituye uno de los centros de más ción, y, ante todo, tiempo. El estudio como derroche de tiempo 10 ha estudiado
vivo debate, Weber está muy cerca de la posición de T. Veb1en, así como de la Veb1en, quien en Teoría de la clase ociosa muestra una mayor riqueza de ideas
de E. Gob10t. Para Veb1en la organización escolar es retardataria en relación que Weber sobre este tipo de educación." Veb1en ha analizado, por ejemplo,
al tipo de sociedad y de cultura que tiende a crear la organización eeonómica cómo el hombre culto tiene que ocultarse a sí mismo y a los demás su proceso
de las sociedades contemporáneas. Las universidades constituyen el último de aprendizaje, esto es, cómo no puede ser consciente de ese proceso. Hay un
refugio del ethos aristocrático, y una traba para la racionalización de la vida consustancial etnocentrismo en la posición del literato o del gentleman: todos
económica. Aquéllas reproducen una cultura que es la retraducción del modo perciben que habla diferente o que se mueve de fonna particular, menos él.
de vida de la nobleza tradicional. Tanto Veb1en como Weber ven en la simbo- Asimismo, él será el último en saber cómo 10 ha aprendido, incluso en recono-
l~~ía que rodea a la vida esco~ar, y ante todo a los exámenes y a la jerarquiza- cer que 10 ha aprendido. Su lema será: se nace, no se hace.
ClOD de dIplomas, una supervIvencia y reencarnación del espíritu estamental. Aunque no 10 explicite Weber, no es dificil observar que este tipo de educa-
«Lo que fue en el pasado la prueba del linaje -escribe el último- como base ción en las sociedades europeas ha venido acompañado de la idea de la necesi-
de paridad y de legitimidad, y allí donde la nobleza ha seguido siendo podero- dad de no separar el estudio o la escuela de la vida. Esta idea ha sido e11ema
sa como base inclusive de la capacidad de ocupar un cargo oficial, 10 es en la principal de una vasta corriente pedagógica, la cual arranca de Rousseau, y se
actualidad el diploma o título acreditativo."" caracteriza por su tendencia elitista, esteticista y aristocratizante. Es una ma-
nera de ser y de autopresentarse la que se juega en este tipo de educación.
Cuando Rousseau propone que la educación debe tener como objetivo e110gro
Edueación eultivada y edueaeión especializada: del hombre natural, 10 que en realidad, y sin saberlo, está proponiendo es
un planteamiento erítico la justificación como natural de la arbitraria y artificial distinción que da la
escuela a un grupo social privilegiado. Desde la perspectiva weberiana, se trata
Como ocurre con los otros tipos de educación, la edueación humanista o de un problema de legitimación de una posición de dominación. «La leyenda de
del hombre cultivado exige o favoreee la adopción de particulares técnicas de todo grupo privilegiado -escribe- es su superioridad natural, y, si cabe, su
inculcación. El hombre cuIto, en cualesquiera de sus variantes históricas, es superioridad sanguínea. En tanto que por la fuerza de las circunstancias no se
producto de un largo proceso de familiarización con un determinado sistema han hecho de ello problema, las capas en situación negativa de privilegio acep-
de sín1bolos culturales. Si la educación carismática exige un esfuerzo ascéti- tan asimismo ta11eyenda.,," Pero para que los miembros de ese grupo privile-
co de conversión por parte del novicio, así como el empleo de técnicas de giado puedan representar con éxito su papel es necesario que desconozcan su
sugestión, la educación humanista requiere un proceso de contagio, de habi- particular sistema de hábitos como producto de un aprendizaje.

17. Citado por S. M. Lipset y R. Bendix, Movilidad social eula sociedad industrial Eudeba 19. M. Weber, Los literatos ... , op. cit., p. 523.
Buenos Aires, 1964, p. 204. ' , 20. Ibidem, pp. 521 ~522.
18. M. Weber, Ecollomía ... , op. cit., p. 750. 21. T. Veblcn, Teor{a de la clase ociosa, F.C.E., México, 1965.
22. M. Weber, Ecollomía y... , op. cit., p. 705.
80 SOCIOLOGÍA DE LA EDUCACIÓN LA SOCIOLOGÍA CLÁSICA 81

El tercer tipo de educación, o sea, lo que llama educación especializada, educación humanística, pero el mandarinato era una burocracia, sus funcio-
con-esponde a la estructura de dominación legal, y una y otra vienen asocia- narios ejercían una dominación carismática, y la racionalización arquetípica
das al proceso de racionalización y burocratización de la sociedad contempo- de los exámenes chinos cumplía sobre todo una función política. Todo esto
ránea. El producto social de este tipo de educación es el experto, el burócrata. -insisto- lo dice Weber. «Al aprobar el examen -escribe-, el graduado
Así como el hombre culto se caracteriza por un particular sistema de hábitos, demostraba ser portador de shel1 en grado eminente. Los grandes mandarines
lo que implica ausencia de instrucción explícita, el especialista o experto eran considerados mágicamente calificados [ ... ]. Todos aquellos cuyos nom-
constituye un producto de la il1Strucciól1, no de la educación, y se define bres eran expuestos públicamente después de aprobados sus exámenes goza-
socialmente por unos saberes concretos. {(La educación especializada y exper- ban de "" 110mbre el1 el pueblo [ ... ]. En virtud de su carisma mágico y de sus
ta -escribe- intenta instruir al alumno para que adquiera una utilidad prác- relaciones de protección, los fl.mcionarios y los aspirantes diplomados, sobre
tica con fines adn1inistrativos [ ... ]. En principio, quiere impartirse esta ins- todo cuando procedían de círculos pequeño burgueses, pasaban a ser directo-
trucción a todo el mundo, aunque en grado variable.JJ z3 Naturaln1ente. está res espirituales y consejeros de sus familias para todos los asuntos importan-
señalando la estrecha relación que tiene este tipo de educación con el creci- tes.,,24 No es que la realidad sea contradictoria, sino que los tipos-ideales, por
miento de la burocracia y con el proceso de extensión de la enseñanza. definición, esto es, por las mismas reglas de juego de las que son producto, no
Para la sociología weberiana, el combate que fundamentalmente se libra son lábiles como aquélla. Cuando Weber examina no los literatos chinos, sino
en el campo educativo y de la cultura tiene como protagonistas al hombre la situación que ofrecen las realidades educativas de las sociedades europeas
cultivado y al experto: modo de vida diferencial, fTente a saber especializado. de su tiempo le ocurre lo mismo: que debe combinar en el análisis unos rasgos
Ese combate tiene como fondo el proceso creciente de burocratización. Los con otros. Se trata, evidentemente, de una exigencia de su método. «La crea-
términos en que Max Weber concibe intelectualmente y percibe afectivamente ción de diplomas -escribe- concedidos por las universidades y los institutos
este combate están en la base de toda su sociología. Para decirlo con otras técnicos y comerciales, el clamor por la creación de títulos en todos los secto-
palabras, tanto su plataforma epistemológica como sus posiciones teóricas res en general se hallan al servicio de la formación de una capa de privilegia-
fundamentales, y desde luego su biografia, están comprometidas y casi podría dos en negociados oficiales y en los despachos oficiales. Su posesión apoya el
decirse que condensadas en la representación que se hace del experto, de la derecho [ ... ] a ser admitido en el círculo de los que tienen un código de hOl1or,
racionalidad, de la burocracia, del hombre cultivado, del carisma en fin, del una renluneración seg(ln el honor estamental (honorarios), en vez de salarios
resto de las categorías que pone en juego. Estableciendo esos tipos ideales -los de acuerdo con el trabajo realizado [... ], y, ante todo, el monopolio de los
cuales son producto de la acentuación y esquematización de ciertos rasgos de puestos social y económicamente ventajosos por parte de estos aspirantes al
la realidad- y utilizándolos como lenguaje para comprender a esta última es diploma.,,25 Como se ve, aunque en el orden del pensamiento el burócrata y el
como Weber hace su sociología. Veamos algunos de los riesgos que comporta hombre cultivado son dos tipos opuestos, la realidad no se deja definir fácil-
el planteamiento weberiano en materia de sociología de la educación. mente a través de estas categorías.
Ante todo, una idea muy simple: el análisis weberiano favorece una inter- Pero esa dificultad no es fundamental, ni tampoco es exclusiva de su
pretación, a mi juicio, falsa, tanto de la figura del experto, y con ello del fenó- sociología, porque, naturalmente, Weber no monopoliza una fon-na de pensa-
meno burocrático, corno de las relaciones entre educación humanista y edu- miento que, de algún modo, es imprescindible y de uso universal. La particu-
cación especializada. La nletodología weberiana favorece la confusión entre laridad de su método y el mayor peligro de su sociología consiste en su con-
sus tipos ideales, como instrumentos de análisis de la realidad, y la realidad cepto de racionalidad y en la asimilación o identificación que hace entre lo
misma. El campo de la educación, o mejor dicho, la realidad educativa en un carismático y lo irracional, lo culto y lo tradicional, lo burocrático y lo racio-
contexto histórico concreto constituye una particular combinación de rasgos nal. Esta plataforma intelectual-afectiva compromete, a mi juicio, la sociolo-
carismáticos, hunlanistas y burocráticos. Weber opone unos tipos a otros pero gía de la educación de Weber. Pero como decía antes, esa plataforma es inse-
en la realidad no pueden sino complementarse y compenetrarse. parable de su pensamiento y de su propia biografia. Para él la racionalidad del
La metodología weberiana comporta, pues, el riesgo de separar y resolver burócrata es una racionalidad no de fines sino de medios: una racionalidad
en el plano del pensamiento, a base de utilizar nítidas oposiciones, lo que en técnica, la cual se mide por su grado de capacidad de manipular y ordenar la
la realidad está unido y funciona como bloque. Para decirlo más claro: no realidad. No puede pensar que el burócrata es un ideólogo -un demiurgo, un
parece que el experto haya sustituido al hombre cultivado, ni que el carisma chamán, un hechicero- y que no hay instrucción separada de educación, y
de los productos escolares haya desaparecido; en cuanto a los exámenes, todo que el conocimiento puro y la ciencia pura no existen, sino corno fantasmas
indica que conservan su [unción política. Pero esto lo sabe Webel; y lo dice. con los que el irracionalismo trata de confin-narse a sí mismo. No lo puede
Cuando estudia realidades educativas combina para definirlas los rasgos ca- pensar porque no es exactamente 10 que se dice un racionalista, sino que tiene
risnláticos, humanistas y burocráticos. Los literatos chinos representan la
24. Ibídem, p. 535.
23. M. Wcbel~ Los literatos ... , Dp. cit., p. 520. 25. M. Weber, EcoHomía ... , OIJ. cit., p. 750.
82 SOCIOLOGÍA DE LA EDUCACIÓN

de la razón una concepción muy limitada: la racionalidad de los medios, ésa


del burócrata. Más aIlá de ese orden técnico piensa que reina la arbitrariedad,
la irracionalidad del carisma. Weber, como la filosofía alemana de su tiempo,
cree en ese tipo de razones que la cabeza no entiende. Ahora bien, esto y como
examinaremos con atención más adelante cuando abordenl0s directamente
problemas epistemológicos, puede comportar el riesgo de poner a la sociolo-
gía, concretamente a la sociología de la educación, en el camino de la tenta-
ción irracionalista, y ésta no necesariamente en su versión dura, sino en esa
concepción, por otra parle, tan usual de la sociología como un saber de carác-
ter simplemente humanístico situado más acá del efectivo conocimiento.
Weber escribe que "la burocracia es el mayor invento social del hombre».
Percibe la historia como un "proceso de desencantamiento del mundo». Esta
expresión que repetía, y que había tomado de SchilIer, corresponde a una SEGUNDA PARTE
nostálgica visión del mundo. Es evidente que se está refiriendo al paraíso
perdido. (Lukács dice que lo que ocurre es que la burguesía está en un culo de
saco que tiene que abrir una puerta al milagro, a lo irracional, al carisma ECONOMÍA y EDUCACIÓN
de Hitler.) Weber, defensor de causas perdidas, pesimista activo, se solidariza
con el adversario en un desfaIlecimiento masoquista y regala al burócrata el
calificativo de racional. Esto es, al menos, lo que quiso creer -que esa ciencia
de los medios era racional-, sin conseguirlo nunca.

Bibliografía

Aron, R., La sociología alemana contemporánea, Paidos, Buenos Aires, 1965.


Besozzi, E., uConcetti Weberiani ncUa sociologia del1'cducazionc», Stlldi di Sociología,
Milán, 21, n." 1, 1983, pp. 3-13.
Collins, R., «Functional and conllict theorics or educational stratification)), Amel:
Social. Rev., vol. 36, diciembre 1971.
Gerth, H. 1-1. Y Milis C. W., "El hombre y su obra», en M. Webel; El1sayos de sociología
contemporánea, MarLÍnez Roca, Barcelona, 1972.
Gouldner, A., ((El antiminotauro: el mito de una sociología libre de valores)), en
J. Horowitz el al., La Hueva sociología, vol. JI, AmotTorlu, Buenos Aires, 1969.
Freund, J., Soci%gie de M. Webe/; P.U.F., Parfs, 1966. (Existe versión castellana.)
Halsey, A. H., ¡¡Sociología de la educaciónll, en N. S. Smelser, ed., Sociología, Euramé-
rica, Madrid, 1971.
King, R., uWeberian perpeclives and the study of Educalion)), Brit. J. of Sociol. Ed., n. u 1.
marzo 1980.
Lerena, C., Reprimir y liberal: Crítica sociológica de la educación y de la cultum contem-
poráneas, Akal, Madrid, 1983.
Marsa}, J. E, C0110cer M. Webery su obm, Dopesa, Barcelona, 1978.
Mitzman, A., La jaula de hien'o: tilla Íl1telpretacióll histórica de M. 'VVebel; Alianza,
Madrid, 1976.
Parsons, T. et al., Presencia de Max Webel; Nueva Visión, Buenos Aires, 1971.
Weber, M., Economía y sociedad, 2 vols., Mé..;;ico, 2." ed., 1964.
-, El político y el cie/ltífíco, ed. Alianza, Madrid, 1971.
- , uSelections on Education and politicsll, en B. R. Casin, Edllcatiol1: Strllcture al1d
society, Penguin Books, 1972.
-, Ensayos sobre sociología de la religió11, vol. I, Taurus, Madrid, 1984.

También podría gustarte