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Derecho Civil V

TP N°4

Docente: Dr. Pablo Schonhoff


Estudiantes: Guillot Román, Nazarena; Marquez, Enzo Marcelo; Roqueblave, Lucía.

De la lectura de los párrafos 100 a 122, 141 a 146, 161 a 178 de la sentencia de la
Corte IDH, “Atala Riffo y niñas VS. Chile”, responder:
Presentación del TP: 24-05-2020 a las 18 Hs.

1)¿Qué cuestiones pondera la Corte Interamericana de Derechos Humanos al


desarrollar el concepto de Interés Superior?

La Corte IDH desarrolla el Interés Superior del Niño, entendiéndolo como un


principio regulador de las normativas que refieran a los niños y niñas.
El mismo se fundamenta,en palabras de la Corte, en “la dignidad misma del ser humano, en
las características propias de los niños y las niñas, y en la necesidad de propiciar el
desarrollo de éstos, con pleno aprovechamiento de sus potencialidades”
Asimismo, identifica a la protección del interés superior como un fin legítimo en sí
mismo; sin embargo, para su protección no basta con enunciar en abstracto al instituto, es
necesario un estudio meticuloso sobre las causas que llevarían a la afectación del interés
superior, observando en concreto si existe un daño, no pudiendo reputar que el mismo es tal
si se basa en una apreciación de la realidad sesgada por preconceptos o estereotipos
reprobados por el ordenamiento jurídico. Al respecto, el párrafo 109 reza: “la determinación
del interés superior del niño, en casos de cuidado y custodia de menores de edad se debe
hacer a partir de la evaluación de los comportamientos parentales específicos y su impacto
negativo en el bienestar y desarrollo del niño según el caso, los daños o riesgos reales y
probados, y no especulativos o imaginarios”.
Por último, la Corte IDH determina que el principio rector en desarrollo no puede
hacerse valer en detrimento injustificado de otros derechos igualmente reconocidos; en
particular en este caso, el derecho a ejercer los demás derechos sin discriminación alguna
que tenga como base la orientación sexual de una persona.

2) Identificar las cuestiones planteadas en relación al Derecho a la Vida y el Derecho a


la Vida Familiar.
En los párrafos cuyo análisis propone la consigna, no encontramos consideraciones
acerca del derecho a la vida, sino que la Corte IDH realiza interpretaciones sobre el
contenido de los derechos a la vida privada, por un lado, y, desprendiéndose del primero, el
derecho a la vida familiar por otro.
Al respecto, la sentencia señala que “el artículo 11 de la Convención prohíbe toda
injerencia arbitraria o abusiva en la vida privada de las personas, enunciando diversos
ámbitos de la misma como la vida privada de sus familias. En ese sentido, la Corte ha
sostenido que el ámbito de la privacidad se caracteriza por quedar exento e inmune a las
invasiones o agresiones abusivas o arbitrarias por parte de terceros o de la autoridad
pública”. A la hora de definir el derecho a la vida privada, señala que” es un concepto amplio
que no es susceptible de definiciones exhaustivas y comprende, entre otros ámbitos
protegidos, la vida sexual y el derecho a establecer y desarrollar relaciones con otros seres
humanos. Es decir, la vida privada incluye la forma en que el individuo se ve a sí mismo y
cómo y cuándo decide proyectar a los demás”.

Sin embargo, este derecho no puede ser tenido como absoluto, sino que se debe
amoldar a las restricciones impuestas que sean consideradas como necesarias en una
sociedad democrática. Tales restricciones, según la Corte, “deben estar previstas en ley,
perseguir un fin legítimo y cumplir con los requisitos de idoneidad, necesidad y
proporcionalidad”

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Sobre la segunda cuestión en análisis, nos gustaría iniciar tomando como base las nociones
del concepto de familia que la Corte toma en el fallo, ésta expresa que debe ser en términos
amplios, no existe un modelo único y es por ésto que es dinámico. Respecto a parejas de
diferente sexo, seña que no está circunscrita a relaciones basadas en el matrimonio y puede abarcar
otros vínculos de ‘familia’ de facto donde las partes están viviendo juntas fuera del matrimonio.

Un niño nacido en tal relación es ipso jure parte de tal unidad familiar desde ese momento y por el
mero hecho de su nacimiento. Por tanto, existe entre el niño y sus padres un vínculo que implica vida
familiar. Además, el Tribunal recuerda que el goce mutuo de la compañía del otro entre los padres y
el niño constituye un elemento fundamental de la vida familiar, aunque la relación de los padres
esté rota, y[, en consecuencia,] medidas nacionales que limiten tal goce, conllevan una interferencia
con el derecho protegido por el artículo 8 del Convenio193

172. Respecto al concepto de familia, diversos órganos de derechos humanos creados por tratados,
han indicado que no existe un modelo único de familia, por cuanto éste puede variar192 . De igual
forma, el Tribunal Europeo ha interpretado el concepto de “familia” en términos amplios. Respecto a
parejas de diferente sexo, ha señalado reiteradamente que: La noción de familia bajo esta norma no
está circunscrita a relaciones basadas en el matrimonio y puede abarcar otros vínculos de ‘familia’ de
facto donde las partes están viviendo juntas fuera del matrimonio.
Un niño nacido en tal relación es ipso jure parte de tal unidad familiar desde ese momento y por el
mero hecho de su nacimiento. Por tanto, existe entre el niño y sus padres un vínculo que implica vida
familiar. Además, el Tribunal recuerda que el goce mutuo de la compañía del otro entre los padres y
el niño constituye un elemento fundamental de la vida familiar, aunque la relación de los padres
esté rota, y[, en consecuencia,] medidas nacionales que limiten tal goce, conllevan una interferencia
con el derecho protegido por el artículo 8 del Convenio193
169. Al respecto, la Corte reitera que el artículo 11.2 de la Convención Americana está
estrechamente relacionado con el derecho a que se proteja la familia y a vivir en ella,
reconocido en el artículo 17 de la Convención, según el cual el Estado está obligado no sólo
a disponer y ejecutar directamente medidas de protección de los niños, sino también a
favorecer, de la manera más amplia, el desarrollo y la fortaleza del núcleo familiar182 . El
Tribibunal ha establecido que la separación de niños de su familia constituye, bajo ciertas
condiciones, una violación del citado derecho183, pues inclusive las separaciones legales
del niño de su familia solo pueden proceder si están debidamente justificadas184 .

170. En lo concerniente a los artículos 11.2 y 17.1. de la Convención Americana, el derecho


de toda persona a recibir protección contra injerencias arbitrarias o ilegales en su familia,
forma parte, implícitamente, del derecho a la protección de la familia, y además está
expresamente reconocido por los artículos 12.1 de la Declaración Universal de los Derechos
Humanos185, V de la Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre186, 17
del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos187, y 8 del Convenio Europeo188.
Estas disposiciones poseen especial relevancia cuando se analiza la separación del niño de
su familia189 .
171. Según la jurisprudencia del Tribunal Europeo, el disfrute mutuo de la convivencia entre padres e
hijos constituye un elemento fundamental de la vida de familia190 , y el artículo 8 del Convenio
Europeo tiene como objetivo preservar al individuo contra las injerencias arbitrarias de las
autoridades públicas y establecer obligaciones positivas a cargo del Estado a favor del respeto
efectivo de la vida familiar191

Dentro de la prohibición de discriminación por orientación sexual se deben incluir, como


derechos protegidos, las conductas en el ejercicio de la homosexualidad. Además, la
orientación sexual es un componente esencial de identidad de la persona, no era razonable
exigir a la señora Atala que pospusiera su proyecto de vida y de familia” y que “…exigirle a
la madre que condicionara sus opciones de vida implica utilizar una concepción `tradicional´
sobre el rol social de las mujeres como madres, según la cual se espera socialmente que
las mujeres lleven la responsabilidad principal en la crianza de sus hijos e hijas y que en pos
de esto hubiera debido privilegiar la crianza de los niños y niñas renunciando a un aspecto
esencial de su identidad”
En lo concerniente a los artículos 11.2 y 17.1. de la Convención Americana, el derecho de
toda persona a recibir protección contra injerencias arbitrarias o ilegales en su familia,
forma parte, implícitamente, del derecho a la protección de la familia, y además está
expresamente reconocido por (…) la Declaración Universal de los Derechos Humanos, (…)
la Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre, (…) el Pacto Internacional
de Derechos Civiles y Políticos, y el Convenio Europeo. Estas disposiciones poseen
especial relevancia cuando se analiza la separación del niño de su familia.

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