La denominada prevención situacional

Se analizan conjunto heterogéneo de teorías q examinan al crimen como una

opción proficiente, instrumental, altamente selectiva (el delito busca el espacio

adecuado, momento oportuno, la víctima propicia). Manteniendo, en efecto una

intervención dirigida a contrarrestar situaciones de riesgo (oportunidades) que ofrecen

mayor atractivo al infractor.

Evolución de las teorías prevencionistas de orientación situacional (especiales,

ambientalistas) se desarrollan, fundamental en las ultimas dos décadas, entre sus

principales representantes: CLARKE, K, FELSO, M, COHEN, I, CORNISH, B,

TREMBLAY, P, HARRIS, PM,

Las teorías preventivas, de base situacional, se presenta así mismas como

alternativa como modelo clásico y etiológico de prevención de las denominadas teorías

de la criminalidad, imaginan el crimen como una opción racional e instrumental, y

mantiene, ante todo, una intervención preventiva en las variables más relevantes del

suceso criminal al que reconocen una dinámica propia. La teoría de la criminalidad

versus la teoría del crimen, los teóricos de la prevención situacional increpan a la

criminología tradicional su análisis etiológico, indican el componente racional de la

conducta humana y de la dinámica del propio acto criminal, altamente selectivo, que

merece un análisis autónomo capaz de identificar y valorar sus variables principales

(inoportunidades)

En las muy diversas teorías de la prevención situacional el concepto de las

oportunidades pasa a primer plano porque es el que permite explicar porque el delito se

concentra en determinados espacios y momentos, pero su contenido es poco semejante.

Unas veces el incremento de oportunidades (se trata siempre de un criterio diferencial)

tiene su origen en cambios sociales y tecnológicos, otras en estilos de vida que

conllevan una mayor exposición a lugares, situaciones y personas peligrosas, otras

incluso se conectan con la variable sexo, edad o clase social.

Las teorías de la prevención situacional, de otro lado, recalcan las dimensiones

temporal y espacial del delito, que están asociados a la distribución de los objetivos y de

la tendencia cotidiana de los infractores. (Huanca Torres, 2022)