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Cárdenas, Génesis miércoles, 7 de noviembre

X° I

La Cigarra y la Hormiga

Había una vez, una alegre y despreocupada cigarra, a la que le encantaba pasar el verano cantando,
sin pensar en nada más. En el lado contrario, se encontraba su vecina, una trabajadora hormiga,
que tan solo vivía para trabajar y recolectar comida.
Cansada de ver a la hormiga trabajar, la cigarra le dijo:
-Querida hormiguita ¿Por qué trabajas sin descansar un momento? Siéntate conmigo un rato y
disfruta del verano.
-Cigarra imprudente, más te valdría dejar tu pereza a un lado y empezar a acumular comida para el
largo invierno que se avecina.
Una advertencia, que la cigarra se tomó a broma y a la que no hizo el menor caso.
Cuando el invierno, hizo acto de presencia, la cigarra se encontró con que nada había previsto para
calentarse, ni alimentarse durante esta gélida estación. Muerta de hambre y de frío, recordó a
aquella pequeña hormiguita, que siempre pasaba por su casa, cargada de comida, a la que decidió
pedir ayuda, para aliviar su penosa situación.
-Pequeña hormiguita, tú que tanta comida tienes guardada desde el verano ¿podrías darme algo
para que mi estómago deje de rugir?
-Me gustaría ayudarte cigarra, pero ¿no te reías de mí, mientras trabajaba en el verano? ¿Qué te
impedía imitarme?
-Cantar y disfrutar del verano.
-Pues en lugar de hacer tanto el vago, mejor te hubiera valido dedicar un poco de tu tiempo a
guardar para el invierno.

Moraleja

La moraleja de esta fábula es, Para disfrutar, primero tienes que trabajar, que no tenemos que
dejar las cosas para mañana cuando la podemos hacer hoy, y todo esfuerzo tiene su
recompensa, porque todo puede cambiar de un día para otro.

https://www.guiainfantil.com/1385/fabulas-para-ninos-la-cigarra-y-la-hormiga.html
Cárdenas, Génesis miércoles, 7 de diciembre

X° I

El mosquito y el toro

Érase una vez Un mosquito que voló por el prado y se posó en la punta del cuerno de un
enorme toro. Después de descansar por un buen rato, se preparó para volar. Pero antes de
irse se acercó al oído del toro para disculparse:
— Lamento haber usado tu cuerno como lugar de descanso. Debes estar muy contento de que
me vaya ahora —dijo el mosquito.
El toro levantó la vista y respondió con indiferencia:
—Pequeño mosquito, gracias por compartirme tan grandiosa disculpa. Pero piensas
demasiado bien de ti mismo. ¡Ni siquiera me di cuenta de que estabas allí!

Moraleja

La moraleja de esta fábula es, Para muchos, la vanidad es reflejo de la ignorancia.

https://arbolabc.com/fabulas-para-ni%C3%B1os/el-mosquito-y-el-toro

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