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LA CIGARRA Y LA

HORMIGA

Esta es la fábula de la
cigarra y la hormiga, las
dos eran amigas vecinas,
pero mientras la
hormiga trabajaba,
¿saben qué?, la cigarra
holgazaneaba,
disfrutando del verano y
hasta en las hojas de los
árboles su piel
bronceada para presumir
ante sus amigos que ella era una cigarra adinerada que por todas las ciudades viajaba.

La hormiga todos los días trabajaba con un horario establecido antes de que el invierno llegara. Al salir de su
cueva, a su amiga la cigarra observaba, quien estaba disfrutando de la vida sin importarle nada.

Pero la hormiga, como toda buena trabajadora, sus obligaciones no dejaba, pasaba largas horas recolectando
hojas, granos y todos los alimentos que requería recolectar antes que se acabara el verano. Así, pues, ven lo
que sucedía a la cigarra y la hormiga, una trabajaba, la otra disfrutaba.

La hormiga diariamente a su amiga la cigarra saludaba con amabilidad y cortesía, mientras ella le decía: -
¿Amiga, no estas cansada?, -recuerda que se cantar, ven acércate y hazme compañía y así disfrutamos de
bellas y hermosas melodías.

-¿Para qué tanto trabajar?,  ven nos bronceamos un rato, y con este coctel algunas melodías podemos
disfrutar, deja el trabajo, por favor vamos a disfrutar y si es posible, hasta podemos bailar. Sin embargo, la
hormiga con voz muy sabia aconsejaba a su vecina:

-Amiga cigarra, no se confíe del tiempo, observe bien a su alrededor, usted si sigue de holgazana en el
invierno le puede ir de mal en peor, lo que significa, que no tendrá alimentos para consumir. ¿No le asusta,
que de hambre pueda morir?.

Cigarra, mi apreciada vecina, en vez de tanto holgazanear, la invitó a trabajar, venga recoja alimentos, que
pronto los podrá necesitar y con ellos, el hambre de usted y los suyos pueda saciar.

-La cigarra, como toda presumida se rió de la vecina, ¡jajaja, déjame tutearte hormiga!, prefiero cantar antes
que trabajar, así que tranquila, no te acompaño porque eso de trabajar, aunque no lo creas: ¡jajaja me hace
daño!.

Pero el tiempo pasó, y el invierno llegó. La cigarra tiritaba de frío, hasta el copo de los árboles estaban
totalmente desvestidos, todo era nieve, desolación y frío. La cigarra, sin cobijo por todo el campo
desesperada vagaba y para colmo de males, con hambre, sed y hasta desabrigada.

Helada hasta las alas, a su fiel y trabajadora amiga llamaba, pero la nieve caía y con el silbar del viento la
hormiga no le oía. Caminó y caminó hasta que arrastrando las alas a la cueva de su amiga llegó.

Era una fortaleza enorme con la cual la cigarra se encontró, estaba desolada, triste con hambre y
avergonzada, pero aun así a la hormiga llamó.

Ella abrió la puerta pero en vez de dejarla entrar, la hormiga a la cigarra una lección le quiso dar
-Cigarra querida amiga, se cuán mal te sientes, pero en este momento de crisis te tengo que cuestionar, si no
trabajas a tiempo ¿Cómo te puedo ayudar?. Recuerda que tengo familia y ellos son en este momento mi
prioridad, toma un trozo de pan y ve a buscar otro espacio donde te puedas refugiar.

La hormiga observó como la cigarra de su fortaleza se marchó, sintió compasión por ella, pero no la llamó,
porque vendrían otros inviernos y si no reflexionaba ahora y aprendía a ser responsable, entonces en el
futuro ¿quién podría ayudarle?. Moraleja

Todo en esta vida se gana con tesón, sacrificio y responsabilidad, lo que siembras hoy, mañana lo
cosecharás. No lo dudes: es hoy el momento de empezar.

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PREGUNTAS DE COMPRENSIÓN LECTORA

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