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82 LA IMAGEN El PAPl:L DEL ESPECl ADOR 83

tanLes, en alto grado Lransh1stóricas e incluso intercuhurales, de a) U11 valor de representación: la imagen representativa es la
la relación del hombre con la imagen en general. Desde este pun­ que representa cosas concretas («de un nivel de abstración infe­
to de vista general vamos a considerar al espectador, poniendo rior al de las imagenes mismas»). La noción de representación
el acemo sobre los modelos psicológicos que se han propuesto es capital y volveremos deLenidamemc sobre ella, contentándo­
para estudiar y comprender esta relación. nos de momento con suponerla conocida, al menos en sus gran­
des lineas.
b) Un valor de slmbolo: la imagen simbólica es la que repre­
l. LA IMAGEN Y SU ESPECTADOR senta cosas absuactas («de un valor de abstracción superior al
de las imágenes mismas»).
En1endámonos: aquí no se trata, ni de sostener que la rela­ Dos rápidas observaciones mientras volvemos a la noción de
ción del espectador con la imagen sea sólo comprellSible (o ente­ símbolo, muy cargada a su vez históricameme: en principio, en
ramente comprensible) por los caminos de la psicología, ni, me­ estas dos primeras definiciones, Arnheim supone que se sabe apre­
nos aún, de proponer un modelo universal de <da» psicología <<del» ciar necesariamente un «nivel de abstracción», lo que no siempre
espectador. Se tratará simplemente de enumerar algunas de las es evidente (¿es un círculo un objeto del mundo o, más bien, una
respuestas más importantes a estas preguntas: ¿qué nos aportan abstracción matemática?); seguidamente y sobre todo, el valor sim­
las imágenes? ¿Por qué que han existido en casi todas las socie­ bólico de una imagen se define, más que cualquier otro, pragmá-
dades humanas? ¿Cómo se observan? 1ic:amente, por la aceptabilidad social de los símbolos represen­
tados.
e:) Un valor de signo: para Arnheim, una imagen sirve de sig­
1.1. ¿Por qué se mira una imagen? no cuando represema un contenido cuyos caracteres no reíleja
visualmente. El ejemplo obligado sigue siendo aquí el de las seña­
La producción de imágenes nunca es absolutamente gratuita les -al menos de cicnas señales- del código de circulación, como
y, en todos los tiempos, se han fabricado las imágenes con vistas la de final de limitación de velocidad (barra negra oblicua sobre
a ciertos empleos, individuales o colectivos. Una de las primeras fondo marfil), cuyo significante visual no man1iene con su signi­
respuestas a nuestra pregunta pasa, pues, por otra pregu111a: ¿para fic:-ado sino una relación toLalmente arbitraria.
qué sirven las imágenes? (¿para qué se las hace servir?) Está claro A decir verdad, las imágenes-signo apenas son imágenes en
que, en todas las sociedades, se han producido la mayor pane el sentido corrienLe de la palabra (que corresponde, grosso modo,
de las imágenes con vistas a cienos fines (de propaganda, de in­ a las dos primeras funciones de Arnheim). La realidad de las imá­
formación, religiosos, ideológicos en general), y más adelante di­ genes es mucho más compleja y hay pocas imágenes que encar­
remos unas palabras sobre esto. Pero, en un primer momenLo, nen perfeclamente una y sólo una de estas tre:, funciones, al par­
y para concentrarnos mejor en la pregunla sobre el especlador, ticipar la inmensa mayoría de las imágenes, en grado variable,
imagen sólo examinaremos una de las razones esenciales de que se pro­ de las tres a la vez. Para tomar un sencillo ejemplo, un cuadro
como duzcan las imágenes: la que deriva de la pertenencia de la imagen de tema religioso siLUado en una iglesia, pongamos La Asunción
mediacion en general al campo de lo simbólico y que, en consecuencia, la de la Virgen de Tiziano (1516-J 518) en la iglesia de Sama Maria
entre sitúa como mediación entre el especLador y la realidad. dei Frari en Venecia, posee un triple valor: significa -de modo
espectador y cienamemc redundante en este caso- el carácter religioso del lu­
realidad gar. por su inserción en la parte alta de un altar (notemos que,
1.1.1. La relación de In imagen con lo real en este ejemplo, Jo que constituye el signo, en rigor, es menos
la imagen misma que su situación); y representa personajes dis­
Seguiremos aqui la re.tlexión de Rudolf ARNllfilM (1969), que puestos en una escena que es, además, como toda escena bíblica,
propone una sugestiva y cómoda tricotomía entre valores de la ampliameme simbólica (simbolismos parciales, por otra parte, 1ales
imagen en su relación con lo real: como el de los colores, actuan aquí también).
EL PAPEL
DEL ESPECTADOR
ES PROYECTIVO

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