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Federalismo Ambiental: los recursos naturales y la

distribución de competencias legislativas en la


Constitución Nacional Argentina
por MARÍA EUGENIA GAGO, TRISTÁN GÓMEZ ZAVAGLIA, FERNANDO RIVAS
Diciembre de 2016
Federalismo Ambiental: los Recursos Naturales y la Distribución de Competencias Legislativas en la
Constitución Nacional Argentina, Revista Jurídica, Universidad Aquino, Bolivia
Id SAIJ: DACF170396

I- Introducción.

En una República que, como la Argentina, ha elegido el federalismo como forma de organización territorial del
poder, la definición de las potestades de que son titulares cada uno de los centros descentralizados de autoridad
se constituye en un factor preponderante para la adecuada toma de decisiones que hacen a la administración
general de la comunidad (2).

Desde la sanción de la Constitución Nacional hasta el presente, nuestro sistema federal ha tenido como común
denominador la supremacía del poder central sobre las autonomías provinciales en detrimento de un verdadero
régimen de descentralización territorial del poder que refleja una constitución real muy distinta a la soñada por el
constituyente.

La ley N° 24.309 (3) que dispuso la necesidad de la reforma parcial de la Constitución Nacional en 1993 incluyó
para su debate por la Convención Nacional Constituyente la sanción de una serie de modificaciones sobre
distintos aspectos del federalismo imperante en nuestro país. Finalmente, la reforma constitucional argentina de
1994 introdujo algunos cambios en la ley suprema con la finalidad de fortalecer el régimen federal.

Sobre el federalismo económico, y en lo que interesa para el presente trabajo, el constituyente reformador
incorporó en el último párrafo del nuevo art. 124 de la Constitución Nacional el reconocimiento a las provincias
del dominio originario de los recursos naturales existentes en su territorio. Las implicancias federales de éste
reconocimiento ha sido, tal como ha expresado el Dr. José María Hernández (4), fruto de difícil consenso dentro
del más importante debate de la Convención Constituyente (5).

En consonancia con esta cláusula, la última reforma constitucional también incluyó en el art. 41 del texto
supremo la expresa protección al medio ambiente, estableciendo una delegación a favor de la Nación en lo que
hace a la determinación de "presupuestos mínimos" para la protección ambiental, los que deberán aplicarse
necesariamente en relación con el uso de los recursos naturales.

A partir de allí, el art. 124 in fine de nuestra carta magna deberá leerse conjuntamente con otras disposiciones
de igual jerarquía, y en cuanto a la materia de regulación del medio ambiente, deberá interpretarse
armónicamente con el tercer párrafo del art. 41 de la Constitución reformada que al establecer la distribución de
competencias legislativas ambientales atribuye jurisdicción sobre los recursos naturales a autoridades distintas
de las provinciales.

De acuerdo con éstas ideas, la problemática ambiental en el marco del desarrollo sustentable necesita de una
buena articulación entre los distintos niveles de gobierno si se pretende legislar y ejecutar una normativa
ambiental eficiente.

La última reforma constitucional se ha ocupado de ordenar el sistema de distribución de competencias


legislativa, administrativa y judicial, abriendo el camino hacia un nuevo "federalismo ambiental"(6). Sin embargo,
el reparto de competencias entre la nación y las provincias es de tal complejidad que las directrices
constitucionales sobre la materia resultan muchas veces insuficientes a la hora de resolver los inconvenientes
que se presentan y que constituyen debates constantes en nuestra organización federal.

Dicho lo anterior, el presente trabajo intentará analizar el ámbito de aplicación de estas nuevas reglas derivadas
de la última reforma constitucional desde una visión integral del tratamiento de los recursos naturales, el que no
sólo debe abarcar la lectura del art. 124 in fine sino también el sistema de distribución de competencias
legislativas ambientales que la Constitución ha impuesto en nuestra federación.

Asumiendo tal objetivo, se abordará la temática propuesta comenzando con el análisis de los aspectos más
relevantes que plantean los arts. 124 in fine y 41 -tercer párrafo- en materia de recursos naturales y de
competencias normativas ambientales.

Seguidamente, se analizará la ley marco en materia de presupuestos mínimos ambientales (Ley N° 25.675) para
luego examinar algunas resoluciones judiciales a través de las cuales nuestro máximo Tribunal de la Nación ha
interpretado algunos aspectos de la temática propuesta.

Finalmente, se traerá a colación un hecho relativamente reciente en nuestro país con la intención de profundizar
el análisis del tema desde un caso concreto que demuestra los inconvenientes que se generan en la práctica
legislativa argentina, y que nos invita a reflexionar sobre la aplicación de aquel principio ambiental "Pensar
Global y Actuar local" con el que se corresponde el sistema normativo previsto en un Federalismo como el
nuestro.

II- Federalismo y Recursos Naturales.

II. a) El dominio originario de los recursos naturales y el artículo 124 in fine de la CN.

El agudo proceso de centralización que sufrió el país tuvo como uno de sus aspectos más negativos el avance
del gobierno nacional sobre el dominio de los recursos naturales de las provincias (7).

Hasta la reforma de 1994 no existía un tratamiento constitucional específico en la materia, por lo que quedaba a
la legislación, a la doctrina y a la jurisprudencia asignarle su calidad específica, lo que ha generado, muchas
veces, un desapoderamiento de los recursos tanto por cierta legislación (8) como por la jurisprudencia del
máximo tribunal de la Nación.

La última reforma constitucional incorporó una novedad en la materia al establecer expresamente en su artículo
124 in fine que "corresponde a las provincias el dominio originario de los recursos naturales existentes en su
territorio".

La disposición constitucional reconoce expresamente el dominio originario de las provincias sobre los recursos
naturales. Esta circunstancia ya estaba implícita en el anterior artículo 104 (actual 121) que reservaba a las
provincias los poderes no delegados en el gobierno federal.

Coincidimos con el Dr. Hernández en cuanto ha sostenido que "esta asignación a las provincias del dominio
originario de los recursos naturales, efectuada por la Convención de Santa Fé y Paraná de 1994, debe
observarse como una contundente expresión de fortalecimiento del federalismo argentino, que fue una de las
grandes ideas fuerza de la reforma" (9).

La expresión "dominio originario" viene del derecho minero, y está relacionada con el régimen de la propiedad
minera, que en nuestro país ha sido siempre de base "regalista", esto es, un sistema que atribuye la propiedad
de los recursos minerales y demás riquezas del subsuelo al Estado (10).

El concepto de "dominio originario" debe diferenciarse de lo que conocemos como "dominio eminente". La
doctrina ha entendido que el dominio eminente es una suma de "potestas", no de una propiedad; es una facultad
de legislación sobre las personas y los bienes que se ejerce, potencialmente, sobre todos los bienes situados
dentro del estado, ya se trate del dominio privado o público de él o de la propiedad de los particulares (11).

Ahora bien, en el artículo 124, además de comprenderse el dominio eminente, se reconoce la propiedad de los
recursos naturales para las provincias, como derecho real de dominio (12).

Con respecto al alcance de lo que corresponde a las provincias en cuanto al dominio de los recursos naturales
existentes en su territorio, surge con claridad del debate en la Convención Constituyente que "...el territorio
comprende tanto el suelo, como el subsuelo, el espacio aéreo y el litoral marítimo. Por supuesto, también son de
dominio de las provincias los recursos renovables o no"(13).

En efecto, los recursos naturales comprenden una variedad amplia de bienes que integra a los minerales, pero
también a los hidrocarburos en especial, al suelo y a sus riquezas; al agua en sus diferentes habitáculos y
estados; al mar y sus frutos; al espacio aéreo; a la flora y fauna silvestres; a ciertas formas de energía, etc.(14).

II. b) Dominio y Jurisdicción.

Tal como lo ha observado el constitucionalista Daniel Sabsay, con la evolución en la utilización de los recursos
naturales - producto de los progresos tecnológicos, económicos y productivos- ya no sólo interesa a quien le
corresponde la titularidad de los recursos, sino también quien está autorizado o posee competencia para llevar a
cabo el tipo de accionar del que se derivan la explotación de dichos bienes (15).

En éste sentido, es preciso distinguir el dominio de los recursos naturales de la jurisdicción sobre los mismos.

Como dice Frías: "No siempre hay coincidencia entre el titular del dominio y de la jurisdicción (...) El dominio es
el derecho real en virtud del cual una cosa se encuentra sometida a la voluntad y acción de una persona (art.
2506 Código Civil). La jurisdicción es la suma de facultades divisibles en las diversas materias de gobierno. El
dominio se ejerce sobre las cosas; la jurisdicción sobre las relaciones. El dominio lleva necesariamente a la
jurisdicción si nada lo limita o excluye; la jurisdicción no lleva necesariamente al dominio. Pero en última
instancia tiene más cuota de poder la jurisdicción que el dominio y éste puede terminar por ser vaciado"(16).

La jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación se ha referido a esta cuestión y ha sostenido que
"dominio y jurisdicción no son conceptos equivalentes ni correlativos, pues bien pueden existir uno sin la otra y
viceversa. Así la jurisdicción sobre playas y riberas, que no importa el dominio nacional sobre ellas; así la que se
ejerce sobre establecimientos nacionales en inmuebles no adquiridos, así el dominio privado del estado general
en bienes situados en las provincias y sobre los cuales no ha fundado obras o establecimientos de utilidad
nacional; en éstos hay dominio y no jurisdicción" (17).

En el sistema federal argentino, por imperio de la cláusula del art. 124 CN, la titularidad del dominio de los
recursos naturales corresponde a las provincias y, consecuentemente, por vía de principio, la jurisdicción, la
que, sólo por excepción, podrá ser de la Nación (18).
II. c) Dominio originario y Jurisdicción concurrente.

Como hemos mencionado anteriormente, el "dominio originario" sobre los recursos naturales que el último
párrafo del art. 124 de la ley suprema le otorga a las provincias no significa que tengan plena jurisdicción sobre
los mismos.

Tal como sostiene el Dr. Cassagne, el art. 124, por una parte, otorgó jurisdicción a las provincias en la medida
de su "dominio originario" sobre aquellos recursos. Pero debe dilucidarse de qué jurisdicción se trata, cuál es el
alcance de dicha potestad, lo cual depende de la concurrencia con facultades federales y de su encuadramiento
armónico cuando el ejercicio de tal jurisdicción corresponda al Estado Nacional (19).

En efecto, en el texto de la Constitución Nacional Argentina la jurisdicción sobre los recursos naturales se
complementa con otras disposiciones que gozan de la misma jerarquía que el art. 124 in fine CN. Por ejemplo,
corresponden a la jurisdicción federal los recursos naturales en territorios de su ámbito (el mar en su plataforma
continental, áreas limítrofes, etc); también existen facultades concurrentes con las provincias que surgen
expresamente del art. 75 inc. 12, 17, 18 y 19, las que deben ser analizadas en su conjunto cuando de recursos
naturales se trata.

Cabe recordar al respecto que El Consejo para la Consolidación de la Democracia propuso en 1986 la siguiente
modificación en su Dictamen Preliminar (20):

Lo relativo al régimen de los recursos naturales, cuya propiedad se debería asignar explícitamente a las
provincias, sin perjuicio de que su explotación correspondiere a las provincias o a la nación y/o a los
particulares, según los acuerdos celebrados entre la nación y las provincias. Se podría crear la alternativa de
que el Estado nacional de alguna manera supervise o controle la explotación de los recursos naturales,
especialmente cuando esa función es asumida por terceros. Se trata de una alternativa que, de alguna manera,
cercena el poder de las provincias al nacionalizar los minerales energéticos, las caídas de aguas y el mar
territorial. Sin embargo, ante la desigualdad de las provincias en cuanto a sus recursos naturales y fuentes de
riqueza, se considera necesario instituir mecanismos de redistribución, de tal forma que las provincias y el
pueblo de cada una de ellas crezca y se desarrolle armónica-mente. No hay que olvidar que el Estado federal es
una empresa cooperativa entre los distintos estados provinciales y en consecuencia, los distintos Esta- dos
miembros, no sólo deben compartir el trabajo y el esfuerzo comunitario, sino también las riquezas y los
beneficios del sistema (ética de la solidaridad).

Estamos en condiciones de afirmar que las reglas generales sobre los recursos naturales en todo lo referente a
su uso racional, su vinculación con el medio ambiente, las políticas nacionales que armonicen su utilización en
beneficio del conjunto del país, son facultades federales. Potestades que han de ser ejercidas cuidando que la
eventual explotación de tales recursos respete un adecuado reparto de los beneficios económico en toda la
población nacional, actual y futura (21).

Consecuentemente, el art. 124 in fine de nuestra ley suprema debe leerse en consonancia con el nuevo art. 41°
del mismo texto que le exige al Congreso Nacional dictar las normas que contengan los presupuestos mínimos
de protección ambiental, y a las provincias, las necesarias para complementarlas, sin que las primeras alteren
las jurisdicciones locales.

La interpretación coherente de estas dos disposiciones constitucionales supone reconocer facultades estatales
concurrentes, cada uno desde su ámbito particular, para regular el uso racional de los recursos naturales, con el
fin de preservarlos para su utilización por parte del conjunto social, con sustentabilidad y cuidado del medio
ambiente (22).
III-Distribución de Competencias Legislativas para la protección del medio ambiente.

III. a) El Art. 41 de la Constitución Nacional.

Nuestra Constitución Nacional histórica, en su versión originaria de 1853/60, no contenía una regulación
expresa sobre la materia ambiental. La cuestión había generado posiciones encontradas, considerando algunos
que la competencia ambiental pertenecía a las provincias por tratarse de una facultad no delegada a la Nación;
mientras que otros entendieron que era una facultad concurrente entre ambas jurisdicciones (23).

La regulación ambiental era básicamente de naturaleza local por aplicación del antiguo art. 104 CN (actual
art.121), conforme el cual las provincias conservan todo el poder no delegado a la Nación.

Aquel sistema jurídico demostró su ineficiencia ante la falta de un régimen uniforme y armónico en todo el
territorio de la Nación, el cual no pudo ser salvado pese a la sanción por el gobierno federal de las distintas
leyes de adhesión (24).

El tema finalmente fue abordado por la reforma constitucional de 1994 en su art. 41° tercer párrafo que
establece: "Corresponde a la Nación dictar las normas que contengan los presupuestos mínimos de protección,
y a las provincias, las necesarias para complementarlas, sin que aquellas alteren las jurisdicciones locales".

Es decir, la Constitución le asigna a la Nación la función de dictar las normas que contengan los presupuestos
mínimos de protección, y a las provincias la función de dictar las normas necesarias para complementarlos. El
gobierno federal sólo puede legislar dentro de los límites y restringido a los contenidos de los mencionados
presupuestos mínimos, y las provincias podrán dictar las normas complementarias que deberán establecer una
protección ambiental mayor pero nunca inferior a los presupuestos mínimos federales.

El Dr. Germán Bidart Campos ha advertido acertadamente que el párrafo tercero del art. 41° es una norma que
corresponde a la parte orgánica de la constitución, porque define el reparto de competencias entre el Estado
Federal y las provincias (25). Pero desde el punto de vista material, agrega el Dr. Esain, la cláusula "se posa en
el lugar indicado, pues responde a una nueva lógica directamente vinculada a la tipología de derechos de que
se trata, los que se desenvuelven en un nuevo parámetro (26)".

La más reconocida doctrina constitucionalista coincide en que la incorporación del art. 41° tercer párrafo en
nuestra Constitución Nacional generó un importante cambio en el sistema federal argentino.

Se trata de una categoría especial de competencias concurrentes. Los contenidos mínimos escapan a la
competencia provincial porque son propios del estado federal, y las normas complementarias de competencia
provincial son la añadidura para maximizar lo mínimo. Así, la concurrencia se encuentra repartida entre lo
mínimo y lo máximo (27).

El Dr. Daniel Sabsay ha manifestado al respecto que se ha producido una delegación a favor de la nación en lo
que hace a la determinación de presupuestos mínimos para la protección ambiental los que deberán aplicarse
en relación con el uso de los recursos naturales que son de dominio de las provincias ( art. 124). Dicha
delegación se efectuó bajo la condición de que su ejercicio no importe un vaciamiento del dominio que tienen las
provincias (28).

María Angélica Gelli ha entendido en sentido similar que "el deslinde de competencias clásico del sistema
federal que establece una delimitación de atribuciones otorgadas al gobierno central- a partir del principio de que
lo no delegado queda reservado a las provincias- se ha modificado a favor del principio de complementación, de
armonización de políticas conservacionistas entre las autoridades federales y las locales pero atribuyendo la
legislación de base a la autoridad federal"(29).

Por su parte, el Dr. José Esain ha manifestado que "estamos ante una competencia que se haya desdoblada en
dos funciones parciales calificadas por el instrumento normativo con el que son llamadas a concurrir de manera
complementaria: la nación concurre con presupuestos mínimos, las provincias con complemento. La
exclusividad es sólo esa porción funcional con la que cada uno es llamado a concurrir y mediante el cual se
obtiene el total de la materia: protección ambiental"(30).

En efecto, el sistema normativo ambiental previsto en nuestra federación luego de la última reforma
constitucional se condice con la conocida máxima ambiental "Pensar Global y Actuar Local". La imposibilidad de
concebir al medio ambiente de modo discontinuo o fragmentado impone la aplicación de la primera parte de
aquel principio que reza "Pensar Global". Pero además, tratándose del medio ambiente, es necesario que la
legislación ambiental refleje las características de cada región. Aquí cobra vital importancia el complemento
legislativo provincial, que se condice con la aplicación de la segunda parte del principio que reza: "Actuar
local"(31).

Ahora bien, la prescripción teórica que realiza la Constitución sobre la cuestión competencial legislativa parece
sencilla, pero a poco de indagar se plantea la dificultosa tarea de delimitar las potestades nacionales y las
provinciales en materia de los presupuestos mínimos delegados a la Nación, y en materia de la
complementación legislativa que se han reservado las provincias.

El análisis del art. 41 tercer párrafo nos conduce a concluir que ambos niveles de gobierno ( nación y provincias)
comparten la materia que se desdobla en un contenido objetivo ( ambiente) y otro teleológico (protección) pero
donde cada uno ingresa a la función con diferentes tipos de normas: presupuestos mínimos de protección
ambiental la federación y complementarias las provincias (32).

III. b) La Ley General del Ambiente y las Jurisdicciones Locales.

Hemos explicado en las líneas anteriores que la última reforma constitucional argentina incorporó en el art. 41°
el concepto de "presupuestos mínimos de protección" en nuestra legislación. Una figura novedosa y una
categoría especial de normas que el constituyente ha encomendado para su dictado al gobierno nacional.

La problemática se plantea con relación a las pautas para determinar cuál es la línea que delimita si una ley de
presupuestos mínimos altera o no las jurisdicciones provinciales, situación contemplada en nuestra constitución
nacional cuando prohíbe- en el mismo art. 41- que las normas federales de presupuestos mínimos alteren las
jurisdicciones locales.

El tema se encuentra estrechamente vinculado con el sistema de distribución de competencias normativas


ambientales entre la nación y las provincias, que luego de ocho años de ser abordado por la última reforma
constitucional se profundizó con la sanción de la Ley General del Ambiente N° 25.675 en el año 2002 (33).

La Ley General del Ambiente es una ley marco en materia de presupuestos mínimos de protección ambiental
que el congreso ha sancionado en virtud del mandato del tercer párrafo del art. 41 y que reúne en su texto
aspectos básicos de la política ambiental nacional, en consonancia con diversas contribuciones de la comunidad
jurídica y de la sociedad en general (34).

La norma abreva en nuestra organización federal, considerando el concepto de presupuesto mínimo y su


determinación en virtud de la distribución de competencias Nación- Provincias, proveyendo por ende el
andamiaje institucional básico sobre el cual deben sancionarse e interpretarse las leyes sectoriales de
presupuestos mínimos (35).

El art. 6° de la ley bajo estudio precisa el concepto de presupuesto mínimo estableciendo lo siguiente: "se
entiende por presupuesto mínimo, establecido en el art. 41 de la Constitución Nacional, a toda norma que
conceda una tutela ambiental uniforme o común para todo el territorio nacional, y tiene por objeto imponer
condiciones necesarias para asegurar la protección ambiental. En su contenido, debe prever las condiciones
necesarias para garantizar la dinámica de los sistemas ecológicos, mantener su capacidad de carga, y en
general, asegurar la preservación ambiental y el desarrollo sustentable".

El Poder Legislativo ha adoptado una interpretación amplia de la noción de presupuesto mínimo, surgiendo la
necesidad de interpretar este concepto junto con los otros elementos de la ley y de nuestra Constitución
Nacional (36).

La norma será fundamental en el esquema competencial normativo ambiental porque tiene la intención de
abarcar toda la reglamentación del derecho establecido en el art. 41 de la Constitución Nacional, nucleando de
manera centralizada y en una sola norma todas las herramientas tuitivas del bien jurídico ambiente (37).

En efecto, el art. 3° de la mencionada ley establece que la misma "regirá en todo el territorio de la Nación, sus
disposiciones son de orden público, y se utilizarán para la interpretación y aplicación de la legislación específica
sobre la materia, la cual mantendrá su vigencia en cuanto no se oponga a los principios y disposiciones
contenidas en ésta".

Significa que las leyes específicas (leyes federales de presupuestos mínimos y provinciales complementarias)
mantendrán su vigencia en tanto y en cuanto no contradigan los principios y disposiciones contenidos en la ley
25.675 que conforme lo aclara en su artículo 1° "establece los presupuestos mínimos para el logro de una
gestión sustentable y adecuada del ambiente, la preservación y protección de la diversidad biológica y la
implementación del desarrollo sustentable".

Luego, en el art 4° se establecen diez principios (38) orientadores para la interpretación y aplicación del resto de
la ley, obligando a toda norma, sea nacional, provincial o municipal, a su estricta observancia. Por ejemplo, el
principio de Congruencia al que se refiere el punto a) de dicho artículo establece que "la legislación provincial y
municipal referida a lo ambiental deberá ser adecuada a los principios y normas fijadas en la presente ley; en
caso de que así no fuere, ésta prevalecerá sobre toda otra norma que se le oponga".

La vinculación entre el orden nacional encargado de dictar las normas de presupuestos mínimos y el orden
provincial encargado de complementarlos se articulará a través de éste importante principio y a través de las
distintas directrices que surgen de toda la ley N° 25.675.

III. c) Federalismo de Concertación. El COFEMA.

El marco del federalismo ambiental argentino en el escenario previo a la reforma constitucional de 1994 tuvo dos
hitos importantes en los años 1990 y 1993, en los que se constituyó el Consejo Federal del Medio Ambiente
(COFEMA) y se firmó el Pacto Federal Ambiental, respectivamente (39).

El Acta Constitutiva del COFEMA (del 31 de agosto de 1990) definió a la institución como un organismo
permanente para la concertación y elaboración de una política ambiental coordinada entre el Gobierno Federal y
las Provincias que adhieran, fijando una cantidad de objetivos (40) que lo constituyen en un ámbito básico de
coordinación de políticas ambientales interjurisdiccionales.

Tres años después, el 5 de julio de 1993, se suscribió- entre el Estado Nacional y todos los Gobernadores de las
Provincias- el Pacto Federal Ambiental, que reconoció al COFEMA como un instrumento válido para la
coordinación de la política ambiental en la Argentina.

Cuando se sancionó la Ley General del Ambiente en el año 2002, se instituyó el Sistema Federal Ambiental con
el objetivo de establecer un sistema de coordinación a escala regional y nacional en aras del logro del desarrollo
sustentable, considerando como ámbito sine qua non al COFEMA e instruyendo al Poder Ejecutivo Nacional a
que proponga a la Asamblea del Consejo el dictado de recomendaciones o resoluciones para la adecuada
vigencia y aplicación efectiva de las leyes de presupuestos mínimos, las complementarias provinciales, y sus
reglamentaciones en distintas jurisdicciones. (Art. 24 LGA) (41).

Es decir, el Consejo Federal del Medio Ambiente (COFEMA) se establece como el lugar apropiado para resolver
los conflictos interjurisdiccionales y asume- en el marco de la Ley General del Ambiente- determinadas
facultades con relación a algunos de los instrumentos básicos que menciona la ley (42)para la coordinación de
la política ambiental entre los distintos niveles de gobierno.

Cierta doctrina ha advertido sobre la presencia de determinadas fallas de coordinación de la política ambiental
en el ámbito del COFEMA, así como la existencia de conflictos entre las distintas jurisdicciones frente al
tratamiento que la Ley General del Ambiente N° 25.675 le otorga al tema de los presupuestos mínimos a cargo
de la Nación.

Sin perjuicio de lo expuesto, coincidimos con el Dr. Hernández en cuanto ha afirmado que para la exploración,
explotación y aprovechamiento de los recursos naturales, con un concepto de desarrollo sustentable, se abre un
campo amplísimo para el federalismo de concertación, mediante la utilización de las relaciones y entes
interjurisdiccionales, siendo ésta modernización institucional el requisito indispensable para afrontar el gran
desafío que supone transformarnos en un país desarrollado, integrado y equilibrado (43).

III. d) La Interpretación Judicial.

Nuestro máximo Tribunal- la Corte Suprema de Justicia de la Nación- tuvo la posibilidad de expedirse, a través
de algunas resoluciones judiciales que han llegado ante sus estrados, sobre el sistema de distribución de
competencias ambientales incorporado en la Constitución Federal reformada en 1994.

La primera sentencia importante en la materia fue la emitida en el año 1995 en el caso "Roca Magdalena c/
Provincia de Buenos Aires"(44). La causa llega al Tribunal Supremo a raíz de una acción declarativa de certeza
interpuesta contra la ley de la Provincia de Buenos Aires N° 11.366 de homologación de un Convenio para la
construcción de un murallón ribereño con el Río de la Pata.

La Corte Suprema sostuvo en aquella oportunidad que "...son las autoridades administrativas y judiciales del
estado de la Provincia de Buenos Aires las encargadas de valorar si la obra proyectada afecta aspectos tan
propios del derecho provincial, como lo es todo lo concerniente a la protección del ambiente...". Tal conclusión,
dice la Corte, "cabe extraerla de la propia Constitución, la que, si bien establece que le cabe a la Nación dictar
las normas que contengan los presupuestos mínimos de protección, reconoce expresamente las jurisdicciones
locales en la materia, las que no pueden ser alteradas". Consideró además que la "solución propuesta tiene
respaldo en el respeto de las autonomías provinciales".

En el año 2007, confirmando el criterio anterior, la Corte Federal se vuelve a pronunciar en la causa "Villivar,
Silvana N. v. Provincia de Chubut y otros"(45). En este caso, el Máximo Tribunal de Justicia decide adoptar una
posición respecto de la cuestión de las competencias legislativas ambientales tanto horizontales (entre el Código
de Minería y la Ley General del Ambiente) como verticales (entre leyes nacionales y provinciales)(46). Frente a
un amparo solicitado por una vecina del lugar para que se suspenda la actividad de una empresa minera, el
tribunal condenó a la provincia de Chubut y a la empresa minera a paralizar los trabajos de exploración y
explotación de la mina hasta tanto la autoridad provincial de aplicación convocara a la audiencia pública prevista
en el art.6 de la ley provincial N° 4032 y se pronunciara expresamente sobre el estudio de impacto ambiental
presentado por la empresa minera, de conformidad con lo previsto en el art. 7 de dicha ley local. La Corte
entendió- luego de cotejar las normas provinciales y nacionales- que la exigencia de la aprobación expresa del
estudio del impacto ambiental que exigía la norma provincial N° 4032 no era contradictoria con la ley nacional N°
24.585, ni con la Ley General del Ambiente N° 25.675 dictadas con arreglo al art 41 de la Constitución Nacionall.

En el caso LITSA c/ Provincia de Corrientes"(47) el máximo tribunal de la Nación declaró la inconstitucionalidad


parcial de ciertas leyes de la Provincia de Corrientes considerando, como regla, que el poder de policía en
materia ambiental resulta en nuestro sistema de facultades compartidas entre la nación y las provincias, y que
ésta últimas no deben interferir, ni directa ni indirectamente, con la satisfacción de servicios de interés público
nacional. En este caso puntual, el máximo tribunal entendió que la política ambiental no debe escapar a las
condiciones exigibles a toda facultad concurrente, esto es, no ser incompatible con el fin nacional perseguido,
que debe prevalecer.

IV- La Ley 26.639 de Presupuestos Mínimos para la Protección de los Glaciares: ¿Federalismo vs protección
ambiental? Consideramos oportuno para el presente trabajo traer a colación un hecho relativamente reciente en
la legislación ambiental argentina que generó un intenso debate en el Congreso de la Nación sobre el respeto
por las autonomías provinciales y el posible conflicto entre dichas autonomías y la imperiosa necesidad de
proteger el medio ambiente.

Nos referimos a la Ley 26.639 de Presupuestos Mínimos para la Protección de Glaciares y del Ambiente
Periglaciar (48), sancionada por el Congreso Nacional el 30/9/2010 luego de que un veto presidencial, en el año
2008, impidiera la entrada en vigencia de un primer intento legislativo en la materia.

Se trata de la primera ley nacional que establece una normativa específica en el tema con el objetivo de
establecer los presupuestos mínimos para la protección de los glaciares y del ambiente periglaciar, a los fines
de preservarlos como reservas estratégicas de recursos hídricos para el consumo humano. (art.1°).

El problema se genera a raíz del artículo 6° de la norma bajo estudio que prohíbe la exploración y explotación
minera e hidrocarburífera incluyendo en dicha restricción a aquellas actividades que se desarrollen en el
ambiente periglaciar (49). Asimismo, y con la finalidad de evitar acciones que pongan en riesgo éstas grandes
reservas de agua dulce, la ley exige la revisión de las actividades actuales mediante auditorías ambientales a
los fines de identificar y cuantificar los impactos ambientales potenciales y generados (art 15).

Como sucede casi siempre con la normativa ambiental, la misma debe abordar el conflicto con una actividad
económica de enorme importancia para el país y las provincias: la exploración y explotación minera (50). Al
poco tiempo de la sanción de la ley los intereses económicos de los empresarios mineros (y de la provincia de
San Juan) llegaron de la mano de una acción meramente declarativa interpuesta con la finalidad de que se
declare la inconstitucionalidad de varios artículos de la norma.

En efecto, en noviembre de 2010 las empresas Barrick Exploraciones Argentinas S.A y Exploraciones Mineras
Argentinas S.A.- titulares de la concesión del proyecto binacional "Veladero" y Pascua Lama" de extracción de
oro y plata- promovieron ésta acción contra el Estado Nacional ante el Juzgado Federal N° 1° de San Juan
solicitando la concesión de una medida cautelar de no innovar a los fines de suspender la aplicación de la ley de
mención.
El argumento central de la demanda fue la inconstitucionalidad de la ley por ser violatoria de los arts. 81, 17 y 14
de la norma fundamental. Asimismo, los accionantes consideraron que por su naturaleza la ley alteraba la
jurisdicción local, afectaba y violaba la autonomía provincial y el sistema federal, y conculcaba las facultades no
delegadas de la provincia y su competencia en materia de protección del medio ambiente y la disposición de sus
recursos naturales.

El juez federal de primera instancia hizo lugar a la medida cautelar y dispuso la suspensión de la aplicación de
los artículos cuestionados considerando que la prohibición contenida en el art. 6° de la Ley 26.639 resultaba
excesiva, no pudiendo constituir válidamente parte de un presupuesto mínimo ambiental (considerando. N° 9).
Dicha decisión fue posteriormente revocada por la Corte Suprema de Justicia de la Nación el 3 de julio del año
2012 (51).

Todavía queda un capítulo sin resolver que es el planteo de inconstitucionalidad de la ley de Glaciares. La
cuestión de fondo, sobre la que deberá decidir la Corte, tiene dos aspectos centrales: a) los agravios
presentados por las empresas al derecho de propiedad y al derecho de ejercer industria lícita ( art. 14 y 17 CN),
y b) las cuestiones de competencias provinciales y nacionales reguladas por los arts. 41 y 124 in fine CN.

El problema que se presenta en éste caso concreto-en el que se ha pretendido sostener la afectación al sistema
federal y al dominio originario de las provincias sobre los recursos naturales- consiste básicamente en dilucidar
si la Nación puede prohibir- a través de una ley de presupuestos mínimos- una actividad desarrollada en una
provincia y en qué medida puede hacerlo teniendo en cuenta que estamos en presencia de competencias
complementarias pero exclusivas.

Una interpretación elemental indica que la Ley de Glaciares protege las condiciones ambientales básicas del
ecosistema cordillerano, por eso habla de recursos hídricos estratégicos, en la inteligencia de que los glaciares y
su área periglaciar, en tanto actúen como regulador del recurso hídrico, conforman la condición esencial para su
sustento.

Hemos mencionado que el artículo 41° CN posee un "contenido objetivo" que es la protección y un contenido
teleológico que es el ambiente. Bajo estos parámetros, la Constitución asigna a la nación la competencia de
dictar las normas que contengan los presupuestos mínimos en cuánto a dicha protección ambiental.

La ley de presupuestos mínimos para la protección de los glaciares obliga a las provincias por ser el "piso
mínimo" dictado por el Congreso Federal en aras de conceder una tutela ambiental uniforme o común para todo
el territorio nacional asegurando la preservación ambiental y el desarrollo sustentable (art. 6° Ley General del
Ambiente).

Toda vez que los glaciares y el ambiente periglaciar brindan servicios ambientales a toda la sociedad,
excediendo los límites jurisdiccionales, su conservación debe estar garantizada por una norma que atienda a los
intereses de toda la nación. Y las provincias- que tienen el dominio originario de los recursos naturales conforme
el art. 124 CN- tendrán la función competencial exclusiva de legislar por encima de los presupuestos mínimos
federales, complementando con normas que pueden ser más exigentes pero nunca inferiores a la tutela que
otorga la ley nacional.

El principio de congruencia, desarrollado en líneas precedentes, indica que cualquier normativa provincial o
municipal (52) deberá amoldarse a los presupuestos mínimos de la ley nacional.

Por los motivos anteriormente expuestos, entendemos que la Ley Nacional para la protección de los Glaciares
N° 26.639 no implica un atropello a las autonomías provinciales, sino que establece una política ambiental
uniforme para la protección de los glaciares y cuencas de agua que las provincias no podrán desconocer
cuando los emprendimientos mineros que sostienen afecten a éstos recursos hídricos.

V- Conclusión Final.

La reforma constitucional argentina de 1994 incorporó nuevas reglas sobre federalismo y recursos naturales al
establecer expresamente en su artículo 124 in fine que corresponde a las provincias el dominio originario de los
recursos naturales existentes en su territorio.

En consonancia con ésta norma constitucional el art. 41° consagró el derecho de toda persona a un ambiente
sano y equilibrado e impuso a las autoridades estatales la obligación de proveer a éste derecho estableciendo
los criterios para el reparto de competencias legislativas ambientales en nuestra organización federal.

La interpretación coherente de las dos disposiciones constitucionales supone reconocer facultades estatales
concurrentes para regular el uso racional de los recursos naturales. Desde la Nación, a través de las normas de
presupuestos mínimos de protección. Desde las provincias, a través de sus facultades legislativas de
complementación.

La Ley General del Ambiente abreva en la materia y define el concepto de presupuesto mínimo proveyendo las
bases sobre las cuales deben sancionarse este tipo de normas y las complementarias que dicten las provincias
para asegurar en nuestro país la preservación del ambiente y el desarrollo sustentable.

Acertadamente se ha sostenido que la normativa ambiental se caracteriza no sólo por el escaso nivel de
penetración en los sectores en dónde es más importante su conocimiento (el industrial y empresarial), sino
además, por los frecuentes problemas de coordinación que genera entre las distintas administraciones públicas
a cargo de su implementación y articulación (53). La ley de Presupuestos Mínimos para la protección de los
Glaciares constituye sólo un ejemplo de ello.

Lo cierto es que la legislación ambiental podrá ser eficaz y lograr el fin constitucional propuesto si se la concibe
y aplica en forma consensuada entre todos los niveles de gobierno, considerando para ello los beneficios que
traen los distintos mecanismos interjurisdiccionales de coordinación en la política ambiental.

No desconocemos que éste proceso requiere de una modificación en nuestra cultura política individualista. Sí
advertimos la imperiosa necesidad de resolver las tensiones permanentes en el marco de un "federalismo de
concertación" que permita el acercamiento de los sectores en pugna a fin de garantizar nuestro derecho humano
fundamental a un medio ambiente sano tanto para las generaciones presentes como para las futuras.

Notas al pie:

1) Los tres autores son constitucionalistas.

2) Sabsay, Daniel A., "Aspectos constitucionales en materia minero ambiental" en "Consideraciones de un


régimen jurídico ambiental para la Minería en la Argentina", Estudio Analítico N° 5, Fundación Ambiente y
Recursos Naturales (FARN), Bs As, 1995.

3) Sancionada y promulgada el 29 de diciembre de 1993.

4) Vicepresidente de la Comisión de Redacción en la Convención Nacional Constituyente de 1994.

5) Hernández, Antonio María., "Federalismo, Autonomía municipal y Ciudad de Buenos Aires en la Reforma
Constitucional de 1994", Editorial Depalma, Bs As, 1997.

6) Humberto Quiroga Lavié denomina de ésta manera a las nuevas relaciones que provoca el reparto de
competencias en materia ambiental luego de la reforma constitucional de 1994. Cfr "La protección del ambiente
en la reforma de la Constitución Nacional", La Ley, Buenos Aires, 1996.

7) Hernández, Antonio María., "La Descentralización del Poder en el Estado Argentino", en La descentralización
del poder en el estado contemporáneo, Buenos Aires, Asociación Argentina de Derecho Constitucional, 2005.

8) Por ejemplo, las Leyes de Minería e hidrocarburos le otorgan la titularidad de los recursos naturales a la
Nación.

9) Hernández, Antonio María., op cit, pag 241.

10) Prieto, Hugo N., "El Dominio de los Recursos Naturales. La Titularidad de las Provincias y sus
consecuencias en materia de Hidrocarburos", en "Aspectos Fiscales y Económicos del Federalismo Argentino".,
Instituto de Federalismo de la Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba, 2008.

11) Marienhoff, Miguel S., Tratado de Derecho Administrativo., Ed. Abeledo Perrot, Bs As, Tomo V, 1998.

12) Hernández, Antonio María., Federalismo..,op. cit., pag 114.

13) Diario de Sesiones de la Convención Nacional Constituyente, cit., nota 7, p 3864.

14) Catalano, Edmundo F., " Teoría General de los Recursos Naturales", Editorial Zavalía, Buenos Aires, 1977.

15) Sabsay, Daniel A., op, cit, pag 2.

16) Frías, Pedro J., Derecho Público Provincial, Ed Depalma, Buenos Aires 1985, pag. 172.

17) Cfr. Dalla Vía, Alberto, R., " Actualidad del Federalismo Argentino" en Federalismo y Regionalismo. Memoria
del VII Congreso Iberoamericano de Derecho Constitucional, México 2002.

18) Prieto, Hugo N. op, cit, pag 141.

19) Cassagne, Juan Carlos., "Acerca de la noción del dominio público y las nuevas ideas sobre los usos
especiales", Editorial Lexis Nexis, Buenos Aires, 2010.

20) Consejo para la Consolidación de la Democracia, Dictamen Preliminar..., cit., nota 2, p. 70.

21) "Los Recursos Naturales en la Reforma del 94: aportes para una interpretación constitucional (El caso de los
hidrocarburos). Rebasa, Marcos Carbajales, Juan José., LA LEY, Buenos Aires, 2011.

22) Rebasa, Marcos Carbajales, Juan José. en idem op cit, pag 5, LA LEY, 2011.

23) Roberto G. Loutayf Ranea y Ernesto Solá., "Competencia en Materia Ambiental: Recientes
pronunciamientos de la Corte Suprema de Justicia de la Nación y de otros Tribunales". La Ley, Suplemento
Doctrina Judicial Procesal, 5/2012.

24) Ejemplos de algunas leyes nacionales de adhesión: la ley 13273 sobre riqueza forestal, la Ley 20284 sobre
la prevención de situaciones críticas de contaminación atmosférica, La ley 22428 sobre protección,
conservación y recuperación de la capacidad productiva de los suelos, entre otras.

25) Bidart Campos, Germán J., "Manual de la Constitución Reformada", Tomo II, Ed Ediar, Buenos Aires, 2005.

26) Esain, José Alberto., "Competencias ambientales y Federalismo. La complementariedad maximizante ha


llegado a la justicia", publicado en la Revista de Derecho Ambiental, Ed Lexis Nexis N° 6, 2006.

27) Bidart Campos, Germán J, en idem, pag 89 y 90, Ed Ediar, Buenos Aires, 2005.

28) Sabsay, Daniel A.," Manual de Derecho Constitucional", Ed La Ley, Buenos Aires, 2011 29) María Angélica
Gelli, nota a fallo Schroeder c/ Estado Nacional, "La competencia de las provincias en materia ambiental", La
Ley 1997-E-808 (Cfr cita de Esain, "El Federalismo Ambiental. El Reparto de Competencias en Materia
Ambiental en la Constitución Nacional Argentina. El Principio Pensar Global y Actuar Local") 30) Esain, José
Alberto., "El Federalismo Ambiental. Reparto de Competencias Legislativas en materia Ambiental en la
Constitución Nacional y la Ley General del Ambiente 25.675", publicado en la Revista Lexis Nexis, Buenos
Aires, 2004 31) Esain, José Alberto, en ídem, Bs As, 2004.

32) Cfr Esain, José Alberto,... Competencias ambientales y Federalismo., op, cit., p 9.

33) Ley N° 25.675 (B.O. 28/11/2002).

34) Sabsay, Daniel. A y María Eugenia di Paola., "El Federalismo y la Nueva Ley General del Ambiente",
publicado en Anuales de Legislación Argentina. Editorial LA LEY, Buenos Aires, 2002.

35) Sabsay, Daniel. A., "Manual de Derecho Constitucional", op, cit, pag 354.

36) Sabsay, Daniel A, "El Federalismo y la Nueva Ley General del Ambiente", op, cit, pag 2.

37) Cfr Esaín, José Alberto, op, cit., p 18.

38) El artículo 4° enumera los siguientes principios a través de los cuales deberá interpretarse y aplicarse la ley
25.675 así como toda otra norma que ejecute la política ambiental: 1) Principio de congruencia, 2) Principio de
prevención, 3) Principio de precautorio, 4) Principio de equidad intergeneracional, 5) Principio de progresividad,
6) Principio de responsabilidad, 7) Principio de subsidiariedad, 8) Principio de sustentabilidad, 9) Principio de
solidaridad, 10) Principio de cooperación.

39) Rezk, Ernesto," Fallas de coordinación: desafíos de política para el federalismo fiscal- ambiental argentino".
División de Desarrollo Sostenible y Asentamiento Humanos. CEPAL, Santiago de Chile, 2005.

40) Formular una política ambiental integral, coordinar estrategias y programas de gestión regionales y
nacionales en el medio ambiente, formular políticas de utilización conservante de los recursos naturales,
promover el crecimiento y desarrollo económico en armonía con el medio ambiente, etc.

41) Sabsay, Daniel A., op, cit pag 4.

42) Art. 8° LGA: El ordenamiento ambiental del territorio, la evaluación del impacto ambiental, el sistema de
control sobre el desarrollo de las actividades antrópicas, la educación ambiental, el sistema de diagnóstico e
información ambiental, y el régimen de promoción del desarrollo sustentable.

43) Hernández, Antonio María., "Presidencialismo y Federalismo en Argentina", en Como hacer que funcione el
Sistema Presidencial., Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, México, 2009 44) CSJN, "Roca
Magdalena c. PBA s/ inconstitucionalidad", R 13.XXVIII.1995.

45) CSJN, Fallos: 330:1791.17/4/2007.

46) Esain, José Alberto, "La Justicia para el desarrollo sostenible. Jurisprudencia ambiental en doscientos años
de Argentina", publicado en Informe Ambiental Anual 2010, Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN),
Bs As, 2010.

47) CSJN, 1999/11/18, "LITSA- Líneas de Transmisión del Litoral S.A. c. Provincia de Corrientes s/ acción
declarativa", ED, 2000/06/28.

48) Ley N° 26.639. Régimen de Presupuestos Mínimos para la Preservación de los Glaciares y del Ambiente
Periglaciar". Promulgada de hecho un mes después de su sanción (B.O.N. 28-10-2010) y reglamentada el
28/2/2011.

49) El artículo 6° punto c) prohíbe la liberación o dispersión de sustancias contaminantes, la construcción de


obras de infraestructura con excepción de las necesarias para la investigación científica, la exploración y
explotación de la minería, y la instalación de industrias o actividades industriales.

50) Salas, Rodríguez Aldo, "Ley de Glaciares, la encrucijada climática", publicado en la Revista LA LEY,
Suplemento de derecho Ambiental, Buenos Aires, 2011.

51) El máximo tribunal revocó las medidas cautelares concedidas en primera instancia porque entendió que "el
art. 2° de la ley define el concepto de glaciar y ambiente periglaciar, estableciendo luego la forma de
individualizarlos a través de la realización de un inventario", a lo que agrega que "una vez que se haya llevado a
cabo el inventario de glaciares, se conocerán con exactitud las áreas que se encuentran protegidas por la ley"
(consid. N° 5).

52) En éste caso la ley de la Provincia de San Juan N° 8144 de Protección de Glaciares.

53) Cfr, cita Eduardo Jiménez en "Estudio Introductorio. El Derecho a vivir en un ambiente sano en el marco del
Desarrollo Sostenible", pag 16, en el libro "Competencias Ambientales", José Esain, Editorial Abeledo - Perrot,
Bs As, 2008.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1-Bidart Campos, Germán J., "Manual de la Constitución Reformada", Tomo II, Editorial Ediar, Buenos
Aires, 2005.

2-Catalano, Edmundo F., " Teoría General de los Recursos Naturales", Editorial Zavalía, Buenos Aires,
1977..

3-Cassagne, Juan Carlos., "Acerca de la noción del dominio público y las nuevas ideas sobre los usos
especiales", Editorial Lexis Nexis, Buenos Aires, 2010.

4-Dalla Vía, Alberto, R., "Actualidad del Federalismo Argentino" en Federalismo y Regionalismo. Memoria
del VII Congreso Iberoamericano de Derecho Constitucional, UNAM, México 2002.

5-Di Paola, María Eugenia., "La protección de los Glaciares y el ambiente periglaciar: un hito legislativo",
Fundación Ambiental y Recursos Naturales (FARN). Artículo publicado en "La Ley", Buenos Aires,
03/11/2010.
6-Esain, José Alberto., "Competencias ambientales y Federalismo. La complementariedad maximizante ha
llegado a la justicia", publicado en la Revista de Derecho Ambiental, Editorial Lexis Nexis N° 6, 2006.

7-Esain, José Alberto., "El Federalismo Ambiental. Reparto de Competencias Legislativas en materia
Ambiental en la Constitución Nacional y la Ley General del Ambiente 25.675", publicado en la Revista
Lexis Nexis, Buenos Aires, 2004.

8-Esain, José Alberto, "La Justicia para el desarrollo sostenible: Jurisprudencia ambiental en doscientos años
de Argentina", publicado en Informe Ambiental Anual 2010, Fundación Ambiente y Recursos Naturales
(FARN), Bs As, 2010.

9-Frías, Pedro J., Derecho Público Provincial, Ed Depalma, Buenos Aires 1985.

10-Hernández, Antonio María., "Federalismo, Autonomía municipal y Ciudad de Buenos Aires en la


Reforma Constitucional de 1994", Editorial Depalma, Bs As, 1997.

11-Hernández, Antonio María., "La Descentralización del Poder en el Estado Argentino", en La


descentralización del poder en el estado contemporáneo, Buenos Aires, Asociación Argentina de Derecho
Constitucional, 2005.

12-Hernández, Antonio María., " Presidencialismo y Federalismo en Argentina", en Como hacer que
funcione el Sistema Presidencial., Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, México, 2009.

13-Hernández, Antonio María.,"20 propuestas para fortalecer el federalismo argentino". "Seminario de


Federalismo Fiscal". Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC),
12/5/2014.

14-Jiménez, Eduardo en "Estudio Introductorio. El Derecho a vivir en un ambiente sano en el marco del
Desarrollo Sostenible" en Competencias Ambientales., José Esain, Editorial Abeledo - Perrot, Bs As, 2008.

15-Marienhoff, Miguel S., Tratado de Derecho Administrativo., Ed. Abeledo Perrot, Bs As, Tomo V, 1998.

16-Prieto, Hugo N., "El Dominio de los Recursos Naturales. La Titularidad de las Provincias y sus
consecuencias en materia de Hidrocarburos", en Aspectos Fiscales y Económicos del Federalismo
Argentino., Instituto de Federalismo de la Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba.,
Córdoba, 2008.

17-Sabsay, Daniel A.," Manual de Derecho Constitucional", Editorial La Ley, Buenos Aires, 2011.

18-Sabsay, Daniel Alberto y María Eugenia Di Paola., "El Federalismo y la Nueva Ley General del
Ambiente" publicado en Anuales de Legislación Argentina. Editorial La Ley, Buenos Aires, 2002.

19-Sabsay, Daniel A, "Aspectos constitucionales en materia minero ambiental" en "Consideraciones de un


régimen jurídico ambiental para la Minería en la Argentina", Estudio Analítico N°5, Fundación Ambiente y
Recursos Naturales (FARN), Bs As, 1995.

20-Salas, Rodríguez Aldo, "Ley de Glaciares, la encrucijada climática", publicado en la Revista La Ley,
Suplemento de derecho Ambiental, Buenos Aires, 2011.

21-Rebasa, Marcos Carbajales, Juan José., "Los Recursos Naturales en la Reforma del 94: aportes para una
interpretación constitucional ( El caso de los hidrocarburos)", LA LEY, junio, 2011.

22-Rezk, Ernesto, "Fallas de coordinación: desafíos de política para el federalismo fiscal- ambiental
argentino". División de Desarrollo Sostenible y Asentamiento Humanos. CEPAL, Santiago de Chile, 2005.
23-Roberto G. Loutayf Ranea y Ernesto Solá. "Competencia en Materia Ambiental: Recientes
pronunciamientos de la Corte Suprema de Justicia de la Nación y de otros Tribunales". La Ley, Suplemento
Doctrina Judicial Procesal, 5/2012.

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