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“SANTO TORIBIO DE

MOGROVEJO”

Asignatura:
Psicología
Alumna:
Fernández Pomiano María

Asesor:
Armando Perleche R

Ciclo:
III
Chiclayo
- 2008
INDICE

Introducción
I.- Diferencias entre emociones sentimiento y
sentimentalismo
1.1 Emociones
1.2 Sentimientos:
1.3 Inteligencia.
1.4 Las emociones.
1.5 Experiencias emocionales básicas
II.- Inteligencia emocional
2.1 Las emociones según Solovey
2.2 Las emociones según Mayer

2. 3. Las emociones según Goleman.

2.4 Las características la inteligencia


emocional

2.5 Las emociones en la infancia (cómo

2.7 La inteligencia emocional en el


contexto familiar

2.8 La inteligencia emocional en la


escuela (consejos)

III.- La inteligencia emocional en la empresa

3.1 Competencias personales desde el punto de


vista de la inteligencia emocional
3.2 La
vida y la educación de la inteligencia
emocional

Referencias Bibliográficas

Dedicatoria
Este trabajo de investigación se lo
dedico a Dios, al ángel de mi
guarda quien protege a mi familia
cada día ante los peligros también
se dedico a mis dos preciosos hijos,
Enma y Kevin, por ellos se que me
voy a desarrollar profesionalmente.
Agradecimiento

Agradezco a Dios y a mis padres por


darme la vida, a mi esposo por su
constante apoyo incondicional,
asimismo a mi profesora Lidia Yarlaque
Paz, por su constante apoyo que me ha
brindado para realizar este trabajo de
investigación.

Introducción
En más de una ocasión nos habremos preguntado por qué algunas personas,
independientemente de su cultura, o historia personal, reaccionen frente a
problemas de manera inteligente, creativa y conciliadora, por qué algunas
personas tienen más desarrollada que otras la habilidad para relacionarse bien
con los demás, aunque no sean las que más se destacan por su inteligencia,
por qué algunos triunfan aunque no sean los mas inteligentes.

Inicialmente la respuesta fue, que algunos individuos tenían un coeficiente de


inteligencia superior al de los demás. Hoy sabemos que el nuevo concepto que
da respuesta a éste y otros interrogantes es la inteligencia emocional, una
destreza que nos permite conocer y manejar nuestros propios sentimientos,
interpretar o enfrentar los sentimientos de los demás, sentirnos satisfechos y
ser eficaces en la vida, a la vez que crear hábitos mentales que favorezcan
nuestra propia productividad, pero el problema cuando un individuo no sabe
manejar las emociones.

Según la Organización Mundial de la Salud ofrecía recientemente las


estadísticas siguientes el suicidio es la primera causa de muerte de jóvenes,
uno de cada seis, al llegar a los 20 años, presentan síntomas de embriaguez
crónica.

El 5% de las mujeres a nivel mundial presentan problemas de bulimia o


anorexia por hecho de no aceptarse como son.

Por eso hay que aprender a manejar las emociones y los sentimientos, unas
veces, por la confusa impresión de que los sentimientos son algo oscuros y
misteriosos, poco racional, y casi ajeno a nuestro control, por que se confunden
emociones, sentimientos, sentimentalismo y sensiblería, la educación afectiva

I.- Diferencias entre Emociones, Sentimientos,


Sentimentalismo.
Las emociones son agitaciones del ánimo producidas por ideas, recuerdos,
apetitos, deseos, sentimientos o pasiones.

1.1 Las emociones: son estados afectivos de mayor o menor


intensidad y de corta duración.

"Se manifiestan por una conmoción orgánica más o menos visible”

Conmoción afectiva de carácter intenso.

Agitación del ánimo acompañada de fuerte conmoción somática.

1.2 Sentimientos: Tendencias o impulsos, estados anímicos.


(Orgánicos)

Sentimiento: Estado afectivo de baja intensidad y larga duración.


Los sentimientos son impresiones que causan el ánimo las cosas espirituales.
Son también estados de ánimo. Vienen de los sentidos.

Pasión: Estado efectivo muy intenso y de larga duración.

Schock Emocional: Estado afectivo de intenso de muy corta duración.

Difusión: estado en el que hay un rompimiento con la realidad.

1.2 El sentimentalismo es el carácter o cualidad de lo que muestra


demasiada sensibilidad es la capacidad propia de los seres vivos de percibir
sensaciones y de responder a muy pequeñas excitaciones, estímulos o
causas. Sensiblería es la sensibilidad exagerada.

1.3 Inteligencia.
La inteligencia de una persona está formada por un conjunto de variables como
la atención, la capacidad de observación, la memoria, el aprendizaje, las
habilidades sociales, etc., que le permiten enfrentarse al mundo diariamente. El
rendimiento que obtenemos de nuestras actividades diarias depende en gran
medida de la atención que les prestemos, así como de la capacidad de
concentración que manifestemos en cada momento. Pero hay que tener en
cuenta que, para tener un rendimiento adecuado intervienen muchas otras
funciones como, por ejemplo, un estado emocional e, es "la aptitud que nos
permite recoger información de nuestro interior y del mundo que nos rodea, con
el objetivo de emitir la respuesta más adecuada a los demás, el vivir estable,
una buena salud psico-física o un nivel de activación normal.

La inteligencia es la capacidad de asimilar, guardar, elaborar información y


utilizarla para resolver problemas, cosa que también son capaces de hacer los
animales e incluso los ordenadores.

Pero el ser humano va más allá, desarrollando una capacidad de iniciar, dirigir
y controlar nuestras operaciones mentales y todas las actividades que manejan
información. Aprendemos, reconocemos, relacionamos, mantenemos el
equilibrio y muchas cosas más sin saber cómo lo hacemos. Pero tenemos
además la capacidad de integrar estas actividades mentales y de hacerlas
voluntarias, en definitiva de controlarlas, como ocurre con nuestra atención o
con el aprendizaje, que deja de ser automático como en los animales para
focalizarlo hacia determinados objetivos deseados.

1.4 Las emociones.


Las emociones son los estados anímicos que manifiestan una gran actividad
orgánica, que refleja en los comportamientos externos e internos.

Las emociones es una combinación compleja de aspectos fisiológicos,


sociales, y psicológicos dentro de una misma situación polifacética, como
respuesta orgánica a la consecución de un objetivo, de una necesidad o de una
motivación.

1.5 Experiencias emocionales básicas


Las emociones pueden agruparse, en términos generales, de acuerdo con la
forma en que afectan nuestra conducta: si nos motivan a aproximarse o evitar
algo.

Robert Plutchik, quien identificó y clasificó las emociones en el 1980, propuso


que se experimentan 8 categorías básicas de emociones que motivan varias
clases de conducta adoptiva.

Temor, sorpresa, tristeza, disgusto, ira, esperanza, alegría y aceptación; cada


una de estas nos ayudan a adaptarnos a las demandas de nuestro ambiente
aunque de diferentes maneras. Las diferentes emociones se pueden combinar
para producir un rango de experiencias aún más amplio. Estas emociones
varían en intensidad, la ira.

II .- Inteligencia emocional
La inteligencia emocional es una forma de interactuar con el mundo que tiene
muy en cuenta los sentimientos, y engloba habilidades tales como el control de
los impulsos, la autoconciencia, la motivación, el entusiasmo, la perseverancia,
la empatía, la agilidad mental, etc. Ellas configuran rasgos de carácter como la
autodisciplina, la compasión o el altruismo, que resultan indispensables para
una buena y creativa adaptación social.

Las personas con habilidades emocionales bien desarrolladas también tienen


más probabilidades de sentirse satisfechas y ser eficaces en su vida.
2.1 Las emociones según Solovey
Salovey define la inteligencia emocional en cinco esferas:

• Conocer las propias emociones: La conciencia de uno mismo,


es la capacidad de controlar sentimientos de un momento a otro, es
fundamental para la penetración psicológica y la comprensión de uno mismo.
En este punto los autores coinciden manejado este punto por los demás
como auto-conocimiento.

• Manejar las emociones: Es la capacidad de manejar sentimientos


para que sean adecuados, es una capacidad que se basa en la conciencia de
uno mismo. Este punto se maneja como lo veremos como Auto- control, tal
vez medular de esta Inteligencia que como vimos depende también de
cuestiones fisiológicas.

• La propia motivación: capacidad de ordenar las emociones al


servicio de un objetivo esencial. Llamado también Auto-motivación que es
buscar los motivos por los que hago las cosas.

• Reconocer las emociones de los demás: la empatía es


autoconciencia de las emociones de los otros. Punto en el que se busca en
parte social del manejo de las emociones, saber que siente el otro, me da la
pauta para empezar a pensar en los demás.

• Manejar las relaciones: la capacidad de manejar las emociones de


los demás. Es la adecuación a nuestro ser social, parte esencial del
desarrollo con los demás.

2.2 Las emociones según Mayer

Mayer expone diferentes estilos característicos para responder ante las


emociones:

Consiente de sí mismo: Los que su cuidado los ayuda a manejar


sus emociones. Son las personas que buscan cambiar.
o Sumergido: se trata de personas que a menudo se sienten abrumados
y emocionalmente descontrolado. Es una persona que se da cuenta de lo
que sucede pero no sabe por que por lo tanto no puede cambiar.

o Aceptador: personas que suelen ser claras en lo que sienten, pero no


hacen nada para cambiar. Persona que se da cuenta de lo que le sucede,
pero que llega a pensar que así es y que no lo puede cambiar.

En el estilo de respuesta esta el tipo de trabajo que se puede comenzar hacer


con cada persona.

2. 3. Las emociones según Goleman.


Goleman afirma que la inteligencia emocional, este término incluye dos tipos:

· La Inteligencia Personal: está compuesta a su vez por una serie


de competencias que determinan el modo en que nos relacionamos con
nosotros mismos. Esta inteligencia comprende tres componentes cuando se
aplica en el trabajo:

• Conciencia en uno mismo: es la capacidad de reconocer y


entender en uno mismo las propias fortalezas, debilidades, estados de ánimo,
emociones e impulsos, así como el efecto que éstos tienen sobre los demás y
sobre el trabajo. Esta competencia se manifiesta en personas con habilidades
para juzgarse a sí mismas de forma realista, que son conscientes de sus
propias limitaciones y admiten con sinceridad sus errores, que son sensibles
al aprendizaje y que poseen un alto grado de auto-confianza.

• Autorregulación o control de sí mismo: es la habilidad de


controlar nuestras propias emociones e impulsos para adecuarlos a un
objetivo, de responsabilizarse de los propios actos, de pensar antes de actuar
y de evitar los juicios prematuros. Las personas que poseen esta
competencia son sinceras e íntegras, controlan el estrés y la ansiedad ante
situaciones comprometidas y son flexibles ante los cambios o las nuevas
ideas.

• Auto-motivación: es la habilidad de estar en un estado de continua


búsqueda y persistencia en la consecución de los objetivos, haciendo frente a
los problemas y encontrando soluciones. Esta competencia se manifiesta en
las personas que muestran un gran entusiasmo por su trabajo y por el logro
de las metas por encima de la simple recompensa económica, con un alto
grado de iniciativa y compromiso, y con gran capacidad optimista en la
consecución de sus objetivos.

· La Inteligencia Interpersonal: al igual que la anterior, esta


inteligencia también está compuesta por otras competencias que determinan el
modo en que nos relacionamos con los demás:

• Empatía: es la habilidad para entender las necesidades, sentimientos y


problemas de los demás, poniéndose en su lugar, y responder correctamente
a sus reacciones emocionales. Las personas empáticas son aquellas
capaces de escuchar a los demás y entender sus problemas y motivaciones,
que normalmente tienen mucha popularidad y reconocimiento social, que se
anticipan a las necesidades de los demás y que aprovechan las
oportunidades que les ofrecen otras personas.

• Habilidades sociales: es el talento en el manejo de las relaciones


con los demás, en saber persuadir e influenciar a los demás. Quienes poseen
habilidades sociales son excelentes negociadores, tienen una gran capacidad
para liderar grupos y para dirigir cambios, y son capaces de trabajar
colaborando en un equipo y creando sinergias grupales.

2.4 Las características de las capacidades de la


inteligencia emocional

1. Independencia. Cada persona aporta una contribución única al


desempeño de su trabajo.

2. Interdependencia: cada individuo depende en cierta medida de los


demás.

3. Jerarquización: las capacidades de la inteligencia emocional se


refuerzan mutuamente.
4. Necesidad pero no-suficiencia: poseer las capacidades no
garantiza que se acaben desarrollando.

5. Genéricas: se puede aplicar por lo general para todos

2.5 Las emociones en la infancia (cómo se


desarrollan)
Grandes filósofos, entre ellos Platón, ya hablaban de la Educación como medio
cuyo fin era proporcionar al cuerpo y al alma toda la perfección y belleza de
que una y otra son susceptibles. Así, desde este punto de vista, podríamos
definir la Educación como la suma total de procesos por medio de los cuales un
grupo social transmite sus capacidades y poderes reorganizando y
reconstruyendo las emociones para adaptar al individuo a las tareas que
desempeñará en el proceso psicológico a lo largo de su vida (desde la infancia
hasta la senectud)

2.6 La Inteligencia Emocional, como toda conducta, es


transmitida de padres a niños, sobre todo a partir de los modelos que el niño se
crea. Tras diversos estudios se ha comprobado que los niños son capaces de
captar los estados de ánimo de los adultos (en uno de estos se descubrió que
los bebés son capaces de experimentar una clase de angustia empática,
incluso antes de ser totalmente conscientes de su existencia. Goleman, 1996).

El conocimiento afectivo está muy relacionado con la madurez general,


autonomía y la competencia social del niño.

2.7 La inteligencia emocional en el contexto familiar


La personalidad se desarrolla a raíz del proceso de socialización, en la que
el niño asimila las actitudes, valores y costumbres de la sociedad. Y serán los
padres los encargados principalmente de contribuir en esta labor, a través de
su amor y cuidados, de la figura de identificación que son para los niños (son
agentes activos de socialización). Es decir, la vida familiar será la primera
escuela de aprendizaje emocional.
Por otro lado, también van a influir en el mayor número de experiencias del
niño, repercutiendo éstas en el desarrollo de su personalidad. De esta forma, al
controlar la mayor parte de las experiencias de los niños, los padres
contribuyen al desarrollo de la cognición social.
Partiendo del hecho de que vosotros, los padres, sois el principal modelo de
imitación de vuestros hijos, lo ideal sería que vosotros, como padres, empecéis
a entrenar y ejercitar vuestra Inteligencia Emocional para que vuestros hijos
puedan adquirir esos hábitos.
La regla imperante en este sentido, tal y como dijeran M. J. Elías, S. B. Tobías
y B. S. Friedlander (2000), es la siguiente: “Trate a sus hijos como le
gustaría que les tratasen los demás”. Si analizamos esta regla podemos
obtener 5 principios:
- Sea consciente de sus propios sentimientos y de los de los
demás.
- Muestre empatía y comprenda los puntos de vista de los demás
- Haga frente de forma positiva a los impulsos emocionales y de
conducta y regúlelos.
- Plantéese objetivos positivos y trace planes para alcanzarlos
- Utilice las dotes sociales positivas a la hora de manejar sus
relaciones
Observando estos principios, nos damos cuenta que nos encontramos delante
de lo que son los cinco componentes básicos de la Inteligencia, Emocional.
- Autoconocimiento emocional.
- Reconocimiento de emociones ajenas
- Autocontrol emocional.
- Automotivación
- Relaciones interpersonales.
Para poder resolver cualquier situación problemática de ámbito familiar, sería
aconsejable contestar una serie de preguntas antes de actuar:
1- Qué siente usted en esa determinada situación? ¿Qué sienten sus
hijos?
2- ¿Cómo interpreta usted lo que está pasando? ¿Cómo cree que lo
interpretan sus hijos? ¿Cómo se sentiría usted si estuviera en su
lugar?
3- ¿Cuál es la mejor manera de hacer frente a esto? ¿Cómo lo ha
hecho en otras ocasiones? ¿Ha funcionado realmente?
4- ¿Cómo vamos a llevar esto a cabo? ¿Qué es preciso que
hagamos? ¿Cómo debemos abordar a los demás? ¿Estamos
preparados para hacer esto?
5- ¿Contamos con las aptitudes necesarias? ¿Qué otras formas
pueden existir de resolver el problema?
6- Si nuestro plan se topa con imprevistos, ¿qué haremos? ¿Qué
obstáculos podemos prever?
7- ¿Cuándo podemos reunirnos para hablar del asunto, compartir
ideas y sentimientos y ponernos en marcha para obtener el éxito
como familia?
Por otra parte, un estudió demostró los tres estilos de comportamiento más
inadecuados por parte de sus padres son:
- Ignorar completamente los sentimientos de su hijo, pensando que los
problemas de sus hijos son triviales y absurdos
- El estilo laissez-faire. En este caso, los padres sí se dan cuenta de los
sentimientos de sus hijos, pero no le dan soluciones emocionales alternativas,
y piensan que cualquier forma de manejar esas emociones “inadecuadas”, es
correcta (por ejemplo, pegándoles)
- Menospreciar o no respetar los sentimientos del niño (por ejemplo,
prohibiéndole al niño que se enoje, ser severos si se irritan...)

2.8 La inteligencia emocional en la escuela


(consejos)
Si nos detenemos en el tipo de educación implantada hace unos años,
podremos observar cómo los profesores preferían a los niños conformistas, que
conseguían buenas notas y exigían poco ( de esta forma se estaba valorando
más a los aprendices receptivos y los discípulos más que a los aprendices
activos).
Por tanto, en la escuela se debe plantear enseñar a los alumnos a ser
emocionalmente más inteligentes, dotándoles de estrategias y habilidades
emocionales básicas que les protejan de los factores de riesgo o, al menos,
que palien sus efectos negativos.
Goleman, 1995, ha llamado a esta educación de las emociones. De este
modo, no era raro encontrarse con la profecía autocumplida en casos en los
que el profesor espera que el alumno saque buenas notas y éste las consigue,
quizá no tanto por el mérito del alumno en sí sino como por el trato que el
profesor le da.
También se encontraban casos de desesperanza aprendida, producida por el
modo en que los profesores respondían a los fracasos de sus alumnos.
Pero hemos evolucionado, y para seguir haciéndolo tendremos que asumir que
la escuela es uno de los medios más importantes a través del cual el niño
“aprenderá” y se verá influenciado (influenciando en todos los factores que
conforman su personalidad). Goleman, 1995, ha llamado a esta educación de
las emociones

Alfabetización emocional (también, escolarización emocional), y


según él, lo que se pretende con ésta es enseñar a los alumnos a modular su
emocionalidad desarrollando su Inteligencia Emocional.
Los objetivos que se persiguen con la implantación de la Inteligencia
Emocional en la escuela, serían los siguientes:
• Detectar casos de pobre desempeño en el área
emocional.
• Conocer cuáles son las emociones y reconocerlas en los
demás
• . Clasificarlas: sentimientos, estados de ánimo

• Modular y gestionar la emocionalidad.

• . Desarrollar la tolerancia a las frustraciones diarias.


• Prevenir el consumo de drogas y otras conductas de
riesgo.
• Desarrollar la resiliencia

• Adoptar una actitud positiva ante la vida.

• Prevenir conflictos interpersonales


• Mejorar la calidad de vida escolar.
La escolarización de las emociones se llevara a cabo analizando las
situaciones conflictivas y problemas cotidianos que acontecen en el contexto
escolar que generan tensión (como marco de referencia para el profesor, y en
base a las cuales poder trabajar las distintas competencias de la inteligencia
emocional.
Por último, el niño debe contar con 7 factores importantes:
- Confianza en sí mismo y en sus capacidades
- Curiosidad por descubrir
- Intencionalidad, ligado a la sensación de sentirse capaz y eficaz.
- Autocontrol
- Relación con el grupo de iguales
- Capacidad de comunicar
- Cooperar con los demás
Y para que el niño se valga de estas capacidades una vez se escolarice, no
hay que poner en duda que dependerá mucho del cuidado que haya recibido
por sus padres.
De este modo, debemos resaltar que para una educación emocionalmente
inteligente, lo primero será que los padres de los futuros alumnos proporcionen
ese ejemplo de Inteligencia Emocional a sus niños, tengan un amplio repertorio
de esas capacidades emocionalmente inteligentes.

2.9 Cómo podemos ayudar a nuestros hijos a vencer


las dificultades y los problemas. Capacidades para
la resolución de problemas.
Lo más importante es que el niño/a pueda diferenciarse del problema, es decir
que no sienta que él/ella es el problema, que está fuera de ellos, lo que les
ayuda a situarlos en un nuevo marco de referencia.
Una estrategia que podemos utilizar es que los niños consideren el problema
como su enemigo, que les pongan nombre. El nombre debe ser un sustantivo
que les enoje, que les enfurezca para que se revelen contra él y luchen para
vencerle. Se dan cuenta de que ellos no son los malos, lo malo es el problema
que controla su conducta.
El paso siguiente es poner por escrito el problema, de esta manera la distancia
entre el niño/a y el problema es mayor, la visión del mismo no es tan
angustiosa y facilitará encontrar solución y también que es lo que lo generó.
La creación de imágenes mentales es una herramienta para reducir la aflicción
psicológica y física. Se distrae la parte pensante del cerebro, las imágenes
pueden debilitar los impulsos nerviosos evocados por la aflicción. La intensa
concentración que se realiza para generar esas imágenes puede convertirse en
un factor clave para poner en marcha un sistema interno de supresión del dolor.
Según P. McGrath este tipo de distracción no es simplemente una táctica de
diversión por medio de la cual los niños dejen de prestar atención al dolor, sino
que realmente se reduce el dolor, creando un analgésico natural.
Podemos utilizar esta técnica para ayudarles a enfrentarse a distintas
situaciones: el dentista, un examen, la lectura de una poesía ante toda la clase.
Hay que tener en cuenta que la imagen que les propongamos debe ser acorde
a su edad. Antes de proponerle la imagen asegurarnos de que el niño/a esta
cómodamente sentado y relajado. A continuación describiremos la imagen con
todo detalle, habla lentamente pero con emoción, no tengas prisa. Las
imágenes tienen más sentido para los niños si se crean utilizando elementos
con los que disfruten.
Por ejemplo un niño que tenga pesadillas, a quién le encanta pasear por el
campo con sus padres y su perro. Le describiremos el paisaje, la temperatura
del ambiente, como corre su perro, la pelota con la que juegan,...
Poco a poco él/ella aprenderá la técnica y podrá utilizarla durante toda su vida
siempre que se enfrente a una situación que le estrese, al dolor,...
Utilizar el juego para enseñar a nuestros hijos a resolver los problemas es
quizá la mejor estrategia. El juego del intercambio de ideas es un ejemplo,
propone que los niños generen el mayor número posible de soluciones a un
problema y que después escojan la alternativa más adecuada. De esta forma
les ayudamos a que se enfrenten con el problema con más flexibilidad y
creatividad. Necesitamos un tiempo de práctica antes de que perciban
automáticamente los problemas en términos de soluciones posibles.
Primero utilizaremos los problemas interpersonales apropiados a la edad
(miedo a la oscuridad, burlas de los compañeros,...) Después introduciremos
problemas relacionados con experiencias cotidianas.
También hacerles incidir en las excepciones del problema. Por ejemplo no
todos los niños de la clase se burlan de ti, en realidad sólo son dos niños de
treinta, solo hay dos niños a quién no le caes bien al resto sí.
Como ya se ha dicho la práctica ayudará a los niños a solucionar los problemas
y hará que se sientan capaces de hacerlo, a tener confianza en sí mismos.
Para los niños de mayor edad y los adolescentes, partiremos de planificar la
secuencia lógica de acciones que dan como resultado alcanzar la meta
deseada, comprender los pasos que se dan y utilizar diferentes estrategias
para vencer las dificultades.

III.- La inteligencia emocional en la empresa.


Las normas que gobiernan el mundo laboral están cambiando. En la actualidad
no sólo se nos juzga por lo más o menos inteligentes que podamos ser ni por
nuestra formación o experiencia, sino también por el modo en que nos
relacionamos con nosotros mismos o con los demás" Daniel Goleman.

Dentro de la empresa se observa la necesidad de dos habilidades para tener


éxito en las empresas: la formación de equipos y la capacidad de adaptarse a
los cambios.

Las competencias emocionales más relevantes para el éxito caen dentro de los
tres grupos siguientes.

a. Iniciativa, motivación de logro y adaptabilidad.


b. Influencia, capacidad para liderar equipos y conciencia política.
c. Empatía, confianza en uno mismo y capacidad de alentar el desarrollo de
los demás.

3.1 Competencias personales desde el punto


de vista de la inteligencia emocional.

Conciencia de uno mismo: conciencia de nuestros propios estados


internos, recursos e intuiciones.
Conciencia emocional: reconocer las propias emociones y efectos

Valoración adecuada de uno mismo: conocer las propias


fortalezas y debilidades.

Confianza en uno mismo: seguridad en la valoración que hacemos


sobre nosotros mismos y sobre nuestras capacidades

Autorregulación: control de nuestros estados, impulsos y recursos


internos

Autocontrol: capacidad de manejar adecuadamente las emociones y los


impulsos conflictivos

Confiabilidad: fidelidad al criterio de sinceridad e integridad

Integridad: asumir la responsabilidad de nuestra actuación personal

Adaptabilidad: flexibilidad para afrontar los cambios

Innovación: sentirse cómodo y abierto ante las nuevas ideas, enfoques e


información.

Motivación: las tendencias emocionales que guían o facilitan el logro de


nuestros objetivos.

Motivación de logro: esforzarse por mejorar o satisfacer un


determinado criterio de excelencia.

Compromiso: secundar los objetivos de un grupo u organización.

Iniciativa: prontitud para actuar cuando se presenta la ocasión.


Optimismo y persistencia en la consecución de los objetivos a pesar de los
obstáculos y los contratiempos.

Competencia social. Determinan el modo en que nos relacionamos


con los demás

3.2 La vida y la educación de la inteligencia


emocional.
La autoestima y autoconcepto positivo.

Existen dos conceptos basicos, la autoestima es la abstracción que la persona


hace desarrollar acerca de sus atributos, capacidades, objetos y actividades
que posee o persigue; esta abstracción es presentada por el símbolo mí, que
consiste en la idea que la persona posee de sí misma. El autoconcepto según
Tamayo la concibe como un proceso psicológico cuyos contenidos y
dinamismos son determinados socialmente y que le permiten comprender el
conjunto de percepciones, sentimientos, autoatribuciones y juicios de valor
referentes a uno mismo.

Buscar estos en las personas esto es fundamentales para llegar a tener una
verdadera inteligencia emocional esto se busca con la asesoría Otras maneras
para el control de las emociones son las siguientes:

• Lograr expresar con palabras lo que sentimos. verbalizar.


• no entiendes bien qué te pasa? pues empieza a explicarlo.
• Cuando logramos expresar en palabras lo que sentimos damos un gran paso
hacia el gobierno de nuestros sentimientos.
• Pensar, leer y hablar sobre los sentimientos.
• Es muy útil plantearse si no tendré yo los defectos que identifico en los
demás

Reconoce que una persona posee una inteligencia emocional determinada por
cualidades como: autocontrol, empatía, entusiasmo, persistencia, motivación,
destreza, autoconciencia y confianza.

Es decir que para alcanzar cierta inteligencia emocional no solo es preciso


conocer que se necesita para ello, se extiende mas allá de esto, es necesario
ponerlas en práctica en aras de lograr determinadas competencias emocionales.
Las personas que muestran una buena competencia emocional, disfrutan de una
situación ventajosa en los diversos dominios y dimensiones de la vida, por ello
se siente más satisfechos consigo mismo y resultan más eficaces en las tareas
que emprenden. Por consiguiente las emociones determinan, el nivel de
rendimiento de que somos capaces, en estado de equilibrio o desequilibrio
emocional, así como determinan qué tipo de relación mantendremos con
nuestros subordinados (liderazgo), con nuestros superiores (adaptabilidad) o con
nuestros pares (trabajo en equipo). Las emociones determinan cómo
respondemos, nos comunicamos, nos comportamos y funcionamos en el trabajo
y/o la empresa.

En su libro, "Trabajando con inteligencia emocional", Goleman identifica las


competencias que dependen de los estados de ánimo y que determinan un
desempeño exitoso en el trabajo. Se trata de 25 habilidades que se derivan de
cinco áreas -autoconciencia, autorregulación, motivación, empatía y
habilidades sociales- de la teoría formulada por Salovey y Mayer (1990).

Estas capacidades son:

Autoconciencia (implica reconocer los propios estados de ánimo, los


recursos y las intuiciones): Conciencia emocional: identificar las propias
emociones y sus posibles efectos.

Correcta autovaloración: conocer las fortalezas y limitaciones propias.

Autoconfianza: un fuerte sentido del valor y capacidad propia.

Autorregulación (manejo de los propios estados de ánimo, impulsos y


recursos):

• Autocontrol: mantener vigiladas las emociones y los impulsos.


• Confiabilidad: mantener estándares adecuados de honestidad e integridad.
• Conciencia (compromiso consigo mismo): asumir las responsabilidades del
propio desempeño laboral. Adaptabilidad: flexibilidad en el manejo de las
situaciones de cambio.
• Innovación: sentirse cómodo con la nueva información, las nuevas ideas y las
nuevas situaciones.

Motivación (intensidad y dirección de las emociones que guían o facilitan


el cumplimiento de las metas establecidas):

• Impulso hacia el logro: esfuerzo por mejorar o alcanzar un estándar de


excelencia laboral.
• Compromiso: alinearse con las metas del grupo u organización.
• Iniciativa: disponibilidad para reaccionar ante las oportunidades.
• Optimismo: persistencia en la consecución de los objetivos, a pesar de los
obstáculos y retrocesos que puedan presentarse.

Empatía (conciencia de los sentimientos, necesidades y preocupaciones


de los otros):

- Comprensión de los otros: percibir los sentimientos y perspectivas de los


compañeros de trabajo.
- Desarrollo de los otros: estar atentos a las necesidades de desarrollo de los
otros y reforzar sus habilidades.
- Servicio de orientación: anticipar, reconocer y satisfacer las necesidades
reales del cliente.
- Diversificación: cultivar las oportunidades laborales en los distintos tipos de
personas.

- Conciencia política: ser capaz de captar y comprender las corrientes


emocionales del grupo, así como el poder de las relaciones entre sus
miembros.

Habilidades sociales (inducir respuestas deseadas en los otros):


• Influencia: idear y realizar adecuadamente tácticas efectivas de persuasión.
• Comunicación: saber escuchar abiertamente al resto y elaborar mensajes
convincentes.
• Manejo de conflictos: saber negociar y resolver los desacuerdos que se
presenten dentro del equipo de trabajo.
• Liderazgo: capacidad de inspirar y guiar a los individuos y al grupo en su
conjunto.
• Catalizar el cambio: iniciador o administrador de las situaciones nuevas.
• Construir lazos: alimentar y reforzar las relaciones interpersonales dentro del
grupo.
• Colaborar y cooperar: trabajar con otros para alcanzar metas compartidas.
• Trabajar en equipo: ser capaz de crear sinergia para la consecución de metas
colectivas.

Estas competencias emocionales se concretan en cinco habilidades esenciales


a desarrollar, ellas son:
1. Autoconciencia.
2. Autocontrol.
3. Motivación.
4. Empatía.
5. habilidades sociales.

La capacidad de conocimiento de uno mismo nos capacita para establecer


contacto con los propios sentimientos, diferenciarlos entre ellos con objeto de
orientar nuestra conducta. Esta capacidad de reconocer nuestros sentimientos
es la piedra angular de la IE. Su verificación se obtiene mediante la
introspección subjetiva que nos permite seguir con atención nuestros
sentimientos. Las personas que poseen una mayor comprensión y una más
clara certeza de sus emociones saben dirigir mejor sus propias vidas.

La conciencia de uno mismo es una habilidad que nos permite controlar


nuestros sentimientos y adecuarlos a las circunstancias del momento. Hay que
tener la habilidad para saber tranquilizarse y desembarazarse de la ansiedad,
de la tristeza o la irritabilidad. Las personas que carecen de estas habilidad, se
enfrentan constantemente con tensiones desagradables que desestabilizan y
atormentan su estado interior. Quienes tienen esta habilidad se recuperan más
rápido de los reveses de la vida.

El autocontrol emocional nos da la capacidad de demorar la gratificación


momentánea y sofocar la agresiva impulsividad. Este dominio y gobierno propio
nos hace más productivos y eficaces en las empresas que acometemos.

La motivación y emoción tienen la misma raíz latina, MOTERE, que


significa MOVERSE’. La motivación es una fuerza que nos impulsa, nos da
energía para emprender las metas que nos propongamos.
En todos los órdenes de la vida la motivación es la clave de cualquier logro y
progreso.
Pero en la vida laboral, hoy es la esencia del éxito. "nada hay mas importante
en la gestión empresarial como el saber motivar a la gente, una motivación vale
por diez amenazas, dos presiones y seis memorandos".

Para mejorar la automotivación, es necesario pensar que se es capaz para


encontrar distintas salidas a un problema, sentir que se posee la capacidad y
energía necesaria para realizar una determinada tarea. Hay que estar seguros
de las propias posibilidades y pensar que lo que se está haciendo supone un
desarrollo personal y un afán de superación.

Otra habilidad importante señalada por la IE es la Empatía, una de las


destrezas de don de gente, como lo son también la bondad, la habilidad para
entender una situación social, por ejemplo. La empatía puede definirse como la
posesión de sensibilidad psíquica para detectar las señales externas que nos
indican lo que necesitan o quieren los demás. Esta habilidad emocional es
esencial para las relaciones sociales y el mundo laboral. Es idónea para el
liderazgo y la eficacia en los contactos interpersonales.

La empatía puede desarrollarse si se pone especial interés en


comprender e interpretar los canales de comunicación no verbal que
acompañan a toda comunicación. Fijarse en el tono de voz, en los gestos, en
las expresiones corporales y faciales de los demás ayuda a intuir cómo se
sienten realmente.

Hay quien es diestro para controlar sus propios sentimientos, pero en cambio
es inepto para adivinar los trastornos emocionales ajenos. Las lagunas de
nuestra habilidad emocional pueden superarse mediante el esfuerzo y el
positivo interés por nuestros colaboradores.

Las habilidades sociales junto con la empatía, hace referencia a la


capacidad de las personas para manejar las relaciones con los demás y
conducirlos hacia la dirección que se desee ya sea buscando un acuerdo o un
entusiasmo frente a un producto o servicio.

Todas las personas necesitan sentirse parte de un grupo, pero para muchas, el
hecho de entrar en contacto con otros es un verdadero problema. Para tener
éxito en el intento, lo primero es observar al grupo. Conocer sus aficiones, lo
que les une, cómo se comportan cuando están juntos y procurar imitarlo, para
no quedar fuera de lugar. Hablando con los demás y disfrutando con las
mismas actividades se van creando lazos.

Al dirigir un grupo, deben combinarse de la mejor manera los cinco elementos


de la Inteligencia Emocional. Sólo así el que comanda al grupo será un líder
sobresaliente.
Por ejemplo, un concepto erróneo muy extendido es considerar a los conflictos
siempre de manera negativa. Por el contrario, éstos pueden ser una
experiencia positiva, generadora de nuevas ideas o soluciones y catalizadora
de cambios. Porque el conflicto no es en sí mismo un problema, la cuestión es
cómo se lo maneja. El buen manejo del conflicto es ahorro de tiempo; aumento
de la oportunidad de hacer trabajo real. Muchos directivos pierden más tiempo
evitando o suavizando las diferencias que si hablaran abiertamente de ellas.

No es casualidad que este sea el último componente de la Inteligencia


Emocional, ya que los demás elementos combinados dan como resultado unas
mayores Habilidades Sociales, ya sea, por ejemplo, que alguien posea una
buena empatía o una excelente motivación, lo que genera que su "brillo" se
transmita y se refleje en las personas con las que está tratando y relacionando.

En general, la inteligencia emocional es aquella que permite interactuar con los


demás, trabajar en grupo, tolerar situaciones difíciles y de conflicto, fortalecer
vínculos afectivos, establecer una empatía social, controlar los impulsos y
mantener niveles adecuados de humor. La carencia de las aptitudes anteriores
se denomina actualmente analfabetismo emocional.

Según Goleman, la inteligencia emocional en el trabajo se manifiesta en


disposiciones que deben desarrollarse, tanto por los gerentes como por el
personal especializado, entre ellas se encuentran: el compromiso
organizacional, las iniciativas que estimulan el mejoramiento y la calidad en la
ejecución de las distintas tareas, los incentivos para el desarrollo de la
comunicación y la confianza entre los empleados, los distintos jefes y directivos
de la empresa, la construcción de relaciones dentro y fuera de la compañía que
ofrecen una ventaja competitiva, el incentivo de una constante colaboración,
apoyo e intercambio de fuentes y recursos, la innovación, riesgo y
enfrentamiento de cualquier situación como un equipo y la pasión por el
aprendizaje y el mejoramiento continuo.

El estudio de las emociones pudiera parecer algo etéreo, sin embargo


numerosas investigaciones sustentan el enorme significado que tienen las
emociones para la vida de las personas.

Pero, ¿cómo podemos apropiarnos de las habilidades emocionales para bien


personal y de la empresa?. En la teoría esto es fácil de entender, pero llevarlo a
la práctica requiere del esfuerzo y compromiso de cada uno de los sujetos
implicados.

En los Seminarios, según el origen etimológico de la palabra, las personas


adquieren información básica –con algún ejercicio práctico- respecto al origen y
al alcance de la Inteligencia Emocional, además de aprender las 5 Habilidades
Prácticas. Mientras que, en los Talleres, se aprenden en profundidad cada una
de las 5 Habilidades Prácticas, participando de las dinámicas de grupo y de los
ejercicios que acompañan el desarrollo de cada una de las Habilidades.

En nuestro país, no se conoce ninguna experiencia sobre la ejecución de un


taller de Inteligencia Emocional. Aunque el tema ha logrado buenos adeptos,
entre los que me incluyo, no ha pasado del nivel teórico. Considero necesario y
en función de esta tarea me dirijo, pasar al orden práctico de manera que
logremos nuevos resultados en el infinito mundo de la inteligencia Emocional.

Conclusiones
La inteligencia emocional es importante en la vida de las personas, ser
equilibrado en una reacción emocional, saber controlar las emociones y los
sentimientos, conocerse y auto-motivarse.

Eso da a la persona la capacidad de ser mejor persona, con mejores relaciones,


lo que hará en su vida personal y profesional.
El fin el lograr una personalidad madura, que es el conjunto existencial y
dinámico de rasgos físicos, temperamentales, afectivos y volitivos propios, que
nos hacen ser únicos y originales.

En la Inteligencia emocional ya no depende del corazón depende de las


capacidades intelectuales superiores del hombre, ya que un cerebro primitivo
como es el sistema límbico debe supeditarse a un cerebro más avanzado, entre
más control tengamos de nuestro cerebro, entre más rápido sean nuestras
conexiones entre el cerebro primitivo y la corteza cerebral mucho mas
inteligencia emotiva tendremos.

Las personas emocionalmente inteligentes son realistas respecto a las metas que
se trazan y logran un equilibrio interno, apoyándose fundamentalmente en las
fortalezas para minimizar las debilidades y amenazas. Son personas
constructivas, es decir, son capaces de aprovechar lo que se les ofrece,
superando todos los obstáculos que se le presentan. Es oportuno destacar que
no se trata reprimir el sentimiento o la emoción que no nos gusta, esto puede
conducir a desajustes de la personalidad, sino de adecuar la expresión
emocional al contexto. El objetivo es dotar de inteligencia a la vida emocional.

Las emociones le otorgan al trabajo un valor agregado determinando en gran


medida su éxito o fracaso. No se trata de una moda pasajera, pues se ha
demostrado el reto que representa para el ejercicio del liderazgo y como muchas
de las teorías gerenciales clásicas se centran en el modo en que cada uno se
conduce y se relaciona con quienes lo rodean. Es importante luchar por el logro
de una organización emocionalmente inteligente, de modo que en cada uno de
sus empleados resulte en beneficios que mejoren su calidad de vida.

Es preciso utilizar todos los métodos necesarios que contacten directamente con
el interior de las personas, pues de lo contrario, difícilmente se podrá influir en
estas. Por eso, cualquier programa que pretenda incidir sobre las actitudes y
conseguir energía para el cambio y la mejora, debe contar con talleres de
inteligencia emocional.

En una empresa con estas características, los empleados tienen como


responsabilidad aumentar su inteligencia emocional mediante el desarrollo de
la autoconciencia, el control de las emociones y la automotivación; también
responden por el uso que hacen de la inteligencia emocional en las relaciones
con los demás, el desarrollo de técnicas de comunicación eficaces, el buen
conocimiento interpersonal y la ayuda a los demás y ayudarse a sí mismo;
además, todos se sirven de esta inteligencia para aplicar mejoras a la
organización.

La inteligencia emocional en la organización empieza por nosotros mismos. Al


usar nuestras emociones para reforzar el rendimiento y las relaciones laborales,
estamos no sólo ante el reto de fomentar, sino de inspirar el desarrollo de la
inteligencia emocional entre los empleados de la empresa; el mensaje es claro,
las posibilidades de éxito para el individuo y la empresa son considerables y,
además, el éxito está al alcance de nuestras manos.

Algunos aspectos a considerar en el entrenamiento de las emociones, derivados


de la teoría sobre alfabetización emocional son la identificación de sentimientos
propios y la de los demás, el control de impulsos, el reconocimiento de
situaciones problemáticas y su verbalización, la empatía, la búsqueda de
soluciones adecuadas a diferentes situaciones problemáticas, el mejoramiento
de la actitud pro social y armoniosa en el trabajo en grupo y el mejoramiento de
la cooperación, la ayuda y la actitud de compartir.

El proceso educativo orientado hacia el desarrollo o fortalecimiento de la


inteligencia emocional del personal ratifica el énfasis actual en la concepción del
proceso laboral también como el de aprendizaje constante, mediante el trabajo
en equipo, la identificación y solución de problemas, así como el uso de los
grupos de conocimiento en la organización, es decir, la gestión del aprendizaje
(GA) en las organizaciones y comunidades.

Referencias bibliográficas:

• Goleman D: Inteligencia Emocional. (1995) New York: Bantam Books


• Orozco E. Preguntas y respuestas sobre la inteligencia empresarial.
Disponible en:
http://www.nuevaempresa.cu/documentos/1preguntas.pdf.
• Goleman, Daniel. La inteligencia emocional, José Vergara Editor.
• García Garrido, Ferran. Educando desde el ajedrez, Editorial Paidotribo.

• Valera Guerrero, Gilda Isabel, las emociones, www.Monografias.com

• Psicoactiva, www.psicoactiva.com

• Principal Investigators, Pzweb.harvard.edu

• Shapiro, Lawrence E. La inteligencia emocional de los niños. Javier


Vergara Editor.

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