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La capa de ozono Alrededor del 90% de todas las moléculas del ozono residen en la
estratósfera en una región definida conocida como ozonósfera, a una altitud entre 20 y
30 km. Esta región también se conoce como capa de ozono. La capa de ozono evita que
los peligrosos rayos ultravioleta lleguen a la superficie de la Tierra. El ozono absorbe
longitudes de onda menores a 345 nanómetros (nm), también absorbe débilmente
longitudes de onda entre 450 y 750 nm. En 1974 Molina y Rowland demostraron que
los compuestos antropogénicos clorados pueden destruir la capa de ozono. Desde finales
de los 70 la reducción de la capa de ozono se relaciona directamente con el incremento
en la concentración de cloro y bromo en la atmósfera.
La capa de ozono está compuesta de ozono, un gas formado por una molécula que tiene
3 átomos de oxígeno (en lugar de 2, como en la molécula de oxígeno). Este
tercer átomo vuelve al oxígeno venenoso, ya que al ser inhalado el ozono es mortal.
Noventa por ciento o más del ozono se produce en la parte alta de la estratosfera, a 50
km de la superficie terrestre y corresponde al ozono benéfico, protector de la radiación
ultravioleta. Diez por ciento del ozono se produce en las grandes ciudades, a nivel de la
superficie terrestre o troposfera y es un componente del smog. Este ozono troposférico
es muy irritativo de las vías aéreas, conjuntivas y pulmones 12. La acción benéfica del
ozono de la estratosfera se debe, en primer lugar, a que tiene la propiedad de absorber
selectivamente longitudes de onda en el rango de la radiación ultravioleta. La radiación
ultravioleta se ha dividido arbitrariamente en: UVC (longitudes de onda menores a 280
nm), UVB (280 nm - 315 nm) y UVA (315 nm 400 nm). El ozono de la estratosfera
absorbe 100% de UVC, bloquea el paso de alrededor de 90% de UVB y no afecta para
nada la transmisión de UVA13. En segundo lugar, el rol beneficioso del ozono se debe a
que 90% o más del ozono estratosférico se concentra entre los 15 y 30 km de altitud,
formando lo que llamamos capa de ozono. Como se mencionó, el ozono se produce a 50
km de la superficie de la tierra, pero las corrientes de la estratosfera lo desplazan y
concentran a menor altura, lo que permite optimizar la capacidad de filtrar las
radiaciones a su paso por la atmosfera.
El ozono se crea en la estratosfera cuando la radiación UV procedente del sol rompe las
moléculas de oxígeno (O2) en dos átomos de oxígeno. Si un átomo de oxígeno choca
contra una molécula de O2, se junta a esta para formar ozono. Este proceso recibe el
nombre de fotólisis. El ozono también se rompe naturalmente por acción de la radiación
solar en la atmósfera y también por reacción química con varios compuestos que
contienen nitrógeno, hidrógeno o cloro.
Esta capa es indispensable para preservar la vida tal como se la conoce, ya que filtra una
gran proporción de los rayos solares que son dañinos para los seres vivos, y deja pasar
los rayos necesarios para la vida. Los rayos ultravioletas que no son filtrados por el
ozono generan quemaduras y problemas visuales en el ser humano, y hasta la muerte de
algunos organismos unicelulares.
El ozono se crea principalmente por radiación ultravioleta. Cuando los rayos ultravioleta
de alta energía golpean las moléculas de oxígeno ordinarias (O2), dividen la molécula
en dos átomos de oxígeno individuales. Los átomos de oxígeno libres son altamente
reactivos, por lo que es muy raro encontrarlos en la naturaleza, y, debido a que hay
pocos átomos de oxígeno individuales libres, lo más probable es que se encuentren con
una molécula de oxígeno, es decir, dos átomos de oxígeno unidos. Cuando se
encuentran, reaccionan formando la molécula de ozono, con tres átomos de oxígeno.
Hay tanto oxígeno en nuestra atmósfera, que estos rayos ultravioleta de alta energía se
absorben completamente en la estratosfera. Cuando una molécula de ozono absorbe
radiación ultravioleta de baja energía, como mencionamos previamente, ésta se divide
en una molécula de oxígeno ordinaria y un átomo de oxígeno libre. Por lo general, este
átomo de oxígeno libre se vuelve a unir rápidamente con una molécula de oxígeno
para formar otra molécula de ozono. Debido a este “ciclo de ozono-oxígeno“, la
radiación ultravioleta dañina se convierte en calor y no llega hasta la troposfera donde
podrían afectar a nuestra salud.
Por tanto se llegó a la conclusión que había que suprimir el uso de compuestos
químicos como los clorofluorocarbonos (CFC), (refrigerantes industriales, propelentes),
y fungicidas de suelo (como el bromuro de metilo) que destruyen la capa de ozono a un
ritmo 50 veces superior a los CFC.
La baja densidad de ozono presente en la capa (que puede darse por causas naturales o
acción del hombre) trae como consecuencia la creación de agujeros (que suelen
encontrarse en los polos). Estos agujeros son sectores de la capa de ozono con poca
presencia de ozono gas por los que se filtran con mayor facilidad los rayos UV.
Las reacciones en las superficies de estas PSC provocan un aumento notable en el gas
de cloro más reactivo, el monóxido de cloro (ClO). Las temperaturas estratosféricas
son más bajas en ambas regiones polares en invierno. En el invierno antártico, las
temperaturas diarias mínimas son generalmente mucho más bajas, alrededor de los -
90ºC, y menos variables que en el invierno ártico, que se encuentran sobre los -80ºC.
Además, las temperaturas antárticas también permanecen por debajo de la temperatura
de formación de PSC durante períodos mucho más largos durante el invierno (unos 5
meses) y en el Ártico solo durante períodos limitados (10–60 días) en la mayoría de los
inviernos.
Aparte, el aire estratosférico en las regiones polares está relativamente aislado de otras
regiones estratosféricas durante largos períodos en los meses de invierno. El aislamiento
se produce debido a los fuertes vientos que rodean los polos, formando un vórtice polar,
que impide el movimiento sustancial de aire dentro o fuera de la estratosfera polar. Esta
circulación se fortalece en invierno a medida que disminuyen las temperaturas
estratosféricas y, por lo que comentamos previamente sobre la temperatura, esto resulta
más efectivo en la Antártida que en el Ártico. Una vez que se producen cambios
químicos en las regiones polares de las reacciones en las PSC, el aislamiento conserva
esos cambios durante muchas semanas o meses.
Las PSC líquidas y sólidas pueden aumentar sustancialmente la abundancia de los gases
de cloro más reactivos. Estas reacciones convierten las formas de reservorio de gases de
cloro reactivos, como el nitrato de cloro (ClONO2) y cloruro de hidrógeno (HCl), en su
forma más reactiva, el monóxido de cloro (ClO).
El tipo más común de PSC se forma a partir del ácido nítrico (HNO3) y el agua que se
condensa en partículas preexistentes que contienen ácido sulfúrico líquido. Las
partículas de PSC crecen lo suficientemente grandes y son lo suficientemente
numerosas como para que se puedan observar características similares a las nubes desde
el suelo en ciertas condiciones, particularmente cuando el Sol está cerca del horizonte.
Cuando las temperaturas promedio comienzan a aumentar a fines del invierno, las PSC
se forman con menos frecuencia y sus reacciones de conversión de superficie producen
menos monóxido de cloro. Sin una producción continua del monóxido de cloro, sus
proporciones disminuyen y acaba volviendo a su forma de reservorios reactivos que
comentamos antes.
Debido a que las PSC a menudo contienen una fracción significativa del HNO3
disponible, su descenso elimina el HNO3 de las regiones de la capa de ozono. Este
proceso se llama desnitrificación de la estratosfera. Con menos HNO3, el gas de cloro
altamente reactivo ClO permanece químicamente activo durante un período más largo,
lo que aumenta la destrucción química del ozono.
Debido a que los átomos de ozono y oxígeno libre son altamente inestables, reaccionan
muy fácilmente con otros compuestos que se encuentran naturalmente en la atmósfera
de la Tierra. Por ejemplo, naturalmente las erupciones volcánicas pueden inyectar
materiales en la estratosfera que pueden conducir a una mayor destrucción del ozono,
pero esto es algo que ocurre con una frecuencia muy baja.
A lo largo de la vida de la Tierra, los procesos naturales han regulado el equilibrio del
ozono en la estratosfera. Sin embargo, uno de los primeros compuestos que demostraron
romper la capa de ozono y que provenía de la actividad humana fueron unos productos
químicos que liberaban cloro, como los clorofluorocarbonos (CFC). Estos compuestos
se encontraban en productos como los aerosoles, Debido a que son moléculas
extremadamente estables, los CFC no reaccionan fácilmente con otros químicos en la
troposfera, ya que están protegidos de la radiación ultravioleta por la propia capa de
ozono. Una de las pocas fuerzas que pueden romper las moléculas de CFC es la
radiación ultravioleta, y, como nada las detiene debido a ser tan estables, estas
moléculas podían subir inalteradas hasta la estratosfera.
Esta animación muestra la destrucción de una molécula de ozono por un átomo de cloro.
Créditos a UCAR / COMET.
Pero claro, ¿cómo es que estos compuestos podrían siquiera acabar con toda la capa de
ozono? Es cierto que si cada átomo de cloro liberado por una molécula de CFC
destruyera solo una molécula de ozono, supondrían una amenaza muy pequeña. A pesar
de esto, el problema reside en el momento en que la molécula de monóxido de cloro
baja se encuentra con un átomo de oxígeno libre. Dado que la molécula de oxígeno es
más estable que la de monóxido de cloro, la reacción va a estar desplazada hacia ese
lado, es decir, lo más probable es que el átomo de oxígeno le “robe” el oxígeno al
monóxido de cloro para formar una molécula de oxígeno, dejando al cloro libre de
nuevo para seguir rompiendo moléculas de ozono.
Si tuviéramos que simplificarlo de algún modo, podríamos decir que el cloro se
convierte en un catalizador de la reacción ozono a oxígeno, desplazando la reacción a la
formación de oxígenos moleculares.
Por suerte, estos átomos de cloro no permanecen en la estratosfera para siempre, aunque
hay algunos, como el CFC-115 (C2F5Cl) o cloropentafluoroetano, pueden permanecer
más de 1000 años. Cuando un átomo de cloro libre altamente inestable se encuentra con
el metano (CH4), le roba un hidrógeno y forma una molécula de cloruro de hidrógeno
(HCl), que puede ser transportada hacia abajo desde la estratosfera a la troposfera,
uniéndose al agua y cayendo con la lluvia. Pero antes de que esto ocurra, este átomo de
cloro habrá roto 100.000 moléculas de ozono.
En las últimas décadas, la destrucción de la capa de ozono se aceleró a causa del uso
humano de halocarbonos. Estas sustancias (presentes en pesticidas o aerosoles) emiten
gases a la atmósfera que provocan el adelgazamiento de la capa de ozono.
Dado que los CFC tienen vidas de entre 50 y 100 años (por lo general), se espera que la
recuperación del agujero de ozono ocurra entre el año 2060 y el 2080, pero con todo y
eso podría aún permanecer un pequeño agujero debido a los compuestos de duración
superior.
Referencias bibliográficas:
1. https://www.esrl.noaa.gov/csd/assessments/ozone/2010/twentyquestions/
Q10.pdf
2. https://www.epa.gov/ozone-layer-protection/ozone-depleting-substances
3. https://agupubs.onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1002/2017GL074830