La obra de George Landow titulada Hipertexto establece la existencia de
una fuerte conexión entre las ideas de los teóricos literarios con los teóricos del hipertexto. Ambos campos del saber, la crítica literaria-cultural y la informática, desde distintos ángulos postulan una serie de ideas que atraviesan la cuestión de la revolución en el pensamiento y las nuevas formas de leer. Este cambio profundo deriva en lo que Diana Fernández Zalazar analizó en su artículo Aproximaciones sobre la lectura en la actualidad: el replanteamiento de los conceptos de lector, escritor, consumidor, productor y distribuidor. Autores como Barthes, Derrida, Nelson, entre otros, plantean desde la teoría cultural el abandono de las tradicionales nociones de centro, margen, jerarquía y linealidad, por el reemplazo de términos que también aparecen en la informática, tales como multilinealidad, nodos, nexos y redes. De esta forma, un texto no tendría su inicio y cierre en el texto mismo con un autor cuya voz es única y definitiva y un lector pasivo, sino que daría la posibilidad de apertura hacia lo que el lector pueda percibir en torno a la obra. De allí que los límites entre el lector y el escritor comiencen a diluirse dando lugar a una cultura participativa donde la inteligencia colectiva dé lugar a la creación de nuevos significados, contenidos y recorridos, tal como lo plantea Fernández Zalazar. Landow, por su parte, considera que este es el momento en el cual se pasa de una única voz tiránica a la diversidad de voces que trae la hipertextualidad. Esto último, visto a la luz de la actualidad, también puede provocar un efecto negativo dado la multiplicidad de información, la sobreestimulación y el ritmo vertiginoso. De allí que Fernández Zalazar retome las ideas de Henry Jenkins con respecto a la necesidad de adquirir new skills o competencias, es decir, una serie de habilidades vinculadas a la mejora en la compresión lectora fundamentales para la sociedad del conocimiento. Para esta autora, el concepto de convergencia cobra vital importancia porque da cuenta del flujo de contenidos a través de diferentes plataformas, que además pueden transmitir narrativas transmedias que desencadenan los formatos y contextos híbridos que son consumidos y producidos por las nuevas generaciones. Georgina Riestra Edición Electrónica y Multimedia 2021
Uno de los antecedentes de este cambio se da con el proyecto de Bush
llamado Memex que consistió en la creación de un dispositivo rápido y flexible que actúe de manera similar a la mente humana. El Memex propuso la idea de nexos, conexiones, trayectos y tramas que configuren la nueva forma de concebir la textualidad. En la actualidad, Fernández Zalazar deja en evidencia que los antecedentes como el Memex se hicieron realidad y que la educación se encuentra ante el desafío de enseñar a navegar por los contenidos cada vez más grandes y veloces, y de establecer conexiones entre ellos, logrando con esto lo que Landow expone a través de Kernan como democratización de la información.