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Ramiro en la Escuela
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de los Piratas
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Ilustraciones de
Nahuel de Vedia
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ISSN 97B-950-i53-5R9-5
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Ramiro en la Escuela
de los Piratas
Juan Pedro Me Loughlin
Ilustraciones de Nahuel de Vedia
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Lectura
Coordinadora de literatura: Karina Echevarría
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Corrector: Mariano Sanz
Coordinadora de Arte: Natalia Otranto L�ctura
Diagramación: Ana G. Sánchez
Ilustraciones de reloj: Pablo Camba
Ilustraciones de tapa e interior: Nahuel de Vedia
sabroso. Admiraba la habilidad que tenía Danilo en poder lograr convertirse en lo que sabía que iba a ser:
la cocina. Además era su amigo. A veces se mostra un pirata. Se acomodó el sombrero de tres puntas y
ba malhumorado, pero detrás de ese gigante quejoso se aseguró de que la pluma azul sobresaliera por en
había un pirata sensible que se esforzaba por tener la cima de su cabeza.
comida lista cuando sus compañeros, cansados por el
duro trabajo diario, llegaban hambrientos a la barra
ca. Los guisos eran su especialidad y todos repetían,
y al pasarle el pan al plato para no perder nada de ese
manjar, los dejaban relucientes, como recién lavados.
Danilo siempre decía que no hay trabajos menores,
simplemente había que querer lo que uno hacía. Y
no es que se quedaba escondido en la cocina cuando
había un combate. Su espada era un enorme cucha
rón y sus grandes manos, tenazas que podían chocar
dos cabezas del mismo modo como hacía chocar dos
huevos para hacer una tortilla.
-No te olvides tu bolsa con los útiles -el grito
venía desde arriba, donde el vigía, Marcelino, saluda
ba a Ramiro con una mano porque con la otra se su
jetaba al palo mayor.
-Acá está -y el chico señaló su bolsa donde lleva
ba un catalejo para mirar bien lejos, la espada de ma
dera para practicar esgrima, la brújula para aprender
a orientarse y otras tantas cosas que necesitaba para
,,...
Capítulo 2
La escuela de piratas "El Loro Pelado"
-
-¿ Qué querés, si no hacés las tareas?
-Ya, Aurora -se enfureció Donato-, que no sos
la maestra. ¿Así que los dos leyeron su historia en la
biblioteca? ¿Y fueron juntos?
16 Juan Pedro Me Loughlin
las hojas estropeadas -protestó Donato mientras re -Para mí será muy sencillo. Pondré un barco que
corrían un sendero que los llevaba a las afueras del vuela. Le pondré El Bergantín Alado, luego unos bru
pueblo-. Y se la pasa molestando con las reglas para jos acechando, un poco de dama prisionera, otro poco
ser un buen pirata. ¡Si los piratas no tienen reglas! de valiente pirata al rescate. Y un final feliz. Ya está.
-En eso te equivocás -Ramiro se detuvo de re -¿Te creés que escribir es tan fácil? Si fuese una
pente-. No se podría convivir en un barco o en cual receta de cocina le pediría ayuda a Danilo.
quier lado sin reglas. -Como quieras, Ramiro. Si no querés venir a la
-Lo bueno es que tenemos por delante un fin de fiesta te la perderás. Bueno, acá termina el pueblo. El
semana largo -Donato cambió de golpe la conver camino es bien largo hasta el puerto.
sación. -Caminaré con paciencia -Ramiro levantó su
-¡Ah, claro! El lunes es el Día Universal de la Pi sombrero de tres puntas rematado con la pluma azul,
ratería. a modo de saludo.
-En Puerto Perdido habrá una gran fiesta. ¿Ven -¿Por qué vivís en un barco?-preguntó Donato.
drás? -Es una larga historia y ahora mi estómago dice
-Si el capitán me da permiso, sí. Aunque quizás que debo llegar a la hora del almuerzo.
me lleve mucho tiempo hacer esa tarea difícil que nos Se despidieron y Ramiro recorrió a paso firmé �1
dio la profesora de Escritura Piratesca. resto del camino. No podía sacarse de la cabeza la ta
-¿ Qué tarea? rea que debía hacer en ese fin de semana.
-No puede ser que lo olvides apenas salís de cla- Al llegar, Ventura lo esperaba al pie de la plancha
se. Quiere que escribamos una aventura en el mar. da de embarque.
-¿Y cuál es el problema? -¿A que no sabés qué, muchacho? -le dijo en
-¿Cómo no lo entendés, Donato?Vivo a bordo de tusiasmado.
un barco, pero nunca estuve en el mar. ¿Cómo voy a -¿Hay queso y dulce, de postre? -imaginó el
inventar una aventura de lo que no sé cómo es? niño.
20 Juan Pedro Me Loughlin
que llevó a su barco a ese bebé que había encontrado -En realidad me manda el capitán para que me ha
abandonado en la puerta de la taberna. Y ahí estaba bles sobre el trabajo de vigía. ¿Te tomás vacaciones?
ahora, parado frente a ese jovencito tan entusiasta-. -Sí, me quedaron quince días del año pasado y
Una cosa más, nuestro vigía se tomará vacaciones, así quiero visitar a mi madre que vive en la región de Ba
que... ¿ te animás a ocupar el puesto? rranca de las Piedras, en el extremo opuesto de Puerto
-¿Yo, vigía? Perdido. ¿Así que me vas a reemplazar?
-Vigía suplente. Eso sí, necesito que estés aten- -Solo por el tiempo de tus vacaciones -se apuró
to por cualquier barco o tormenta que aparezca a lo a aclarar Ramiro.
lejos. -Bueno, lo primero es que traigas tus cosas a este
Ramiro empezó a trepar por el palo mayor. camarote.
-No tan rápido, muchacho, saldremos mañana -¿Acá?
al amanecer. Andá a almorzar, que Danilo ha hecho -Claro, en la puerta está el cartel que dice que
una carne asada con papas que está para chuparse este camarote es del vigía.
los dedos. Y mejor hablá con Marcelino antes que se -Pero ... -Ramiro dormía en una gran barraca
marche del barco. Así te cuenta cómo es el trabajo con otros marineros y no le entraba en la cabeza q�e
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de vigía. podía tener un camarote para él solo.
El niño corrió por la cubierta y pasó por delante de -Pero no te entusiasmes mucho -lo cruzó Marce
Abelardo, el pirata jubilado, quien le gritó: lino con una sonrisa-, no empecés a poner posters de
-¡Cuidado, muchacho! A ver si te rompés un hue moda, como el del capitán Mediavita, que ganó el pre
so, que recién acabamos de lavar la cubierta. mio al pirata del año, ni pinturas de la hermosa pirata
Ramiro se detuvo ante un camarote que decía: "Vi Aurora. Quiero las paredes limpias. Ahí tenés el ojo de
gía". Entró porque la puerta estaba abierta. Marcelino buey para disfrutar la vista del mar desde acá abajo.
terminaba de empacar dos bolsos grandes. -Te devolveré el camarote tal cual me lo entregás
-¿ Qué hacés aquí, Ramiro, venís a despedirme? ahora. Contame cómo es tu trabajo.
Ramiro en la Escuela de los Piratas 25
-Tormenta a estribor -gritó el muchacho. Ramiro miraba hacia el horizonte a través del ca
-¡Por las barbas de Neptuno! -se sorprendió talejo prestado, montado en una caseta de madera y
Marcial-. Ventura, ¿no me dijiste que el fin de se sujetándose con el otro brazo al extremo del mástil.
mana iba a estar totalmente despejado? Ni una nave en trescientos sesenta grados. Solo ne
-Yo no tengo la culpa, capitán -se atajó el con gros nubarrones. Miró hacia abajo y vio las manos del
tramaestre-, ayer mandaron la paloma mensajera contramaestre que le indicaban que bajara.
con el pronóstico del Centro de Observación de Puer Inmediatamente se acomodó el parche y comenzó
to Perdido. Aquí tiene el papel que traía la paloma, a deslizarse por la soga, y en segundos golpeó con sus
atada en sus patas. pies la_cubierta del Tormenta.
El capitán leyó el pequeño papelito que tenía es- -Muchacho -le dijo Ventura-, todos los hom
critas dos líneas: bres están almorzando. Está bien que te tomes en
Buen tiempo para todo el fin de semana 11
11
• serio tu trabajo, pero debés alimentarte si no querés
11Nublándose hacia el atardecer del domingo 11
• que te lleve una ráfaga de viento.
-¡Maldición! No se puede ya creer en los pronós- -Es que el chico es muy obediente y le pedí que
ticos -Marcial se mostraba muy contrariado-, lle estuviera atento a esta tormenta que me tiene muY,.
vo telas muy delicadas en las bodegas. Ventura, tomá preocupado -el que intervenía ahora era Marcial
cuatro hombres y asegurate que estén bien envueltas. Fondu-. Vamos a comer, luego volvé a tu puesto.
No quisiera que se mojaran si llueve y hay filtraciones. Ramiro salió disparado y los jefes rieron al ver lo
A lo largo de esa mañana el mal tiempo los acom que podía hacer un buen apetito.
pañó permanentemente. Y todo empeoró al mediodía. -Un vigía suplente de nueve años -sacudió la ca
Las nubes volvían a cerrarse amenazantes, pero ni una beza Ventura-, esta tripulación es realmente extraña.
gota había caído hasta el momento desde el cielo. -Podés confiarle tu vida a ese muchacho. Parece
-¡Ey, bajá de una vez! -los gritos de Ventura no un niño, pero su dura vida lo ha hecho madurar muy
llegaban hasta el puesto del vigía suplente. rápido.
Ramiro en la Escuela de los Piratas 31
Ramiro ya estaba de regreso y dispuesto a subir su marcha normal. Giró hacia el castillo de proa y vio
a su puesto cuando lo sacudió el movimiento del al pequeño Ramiro manipulando el timón.
barco. El capitán corrió hacia el lugar donde el mucha
Marcial Fondu había dejado el timón y traía a ras cho parecía dominar con destreza semejante círculo
tras al timonel que no podía sostenerse en pie. de madera. Cuando llegó a dos metros vio cómo el
-Ventura, vení acá, apurate -bramaba el capitán. niño vigía suplente se las arreglaba para fijar al piso
El contramaestre apenas resbalaba por la cubierta trozos de madera que le ayudaban a asegurar el ti
sosteniéndose de los aparejos. El timón giraba enlo món. El capitán sonrió. Se acercó y tocó un hombro
quecido sin que nadie lo controlara. del muchacho, quien se sobresaltó, tan concentrado
-Este hombre está borracho, ¿no te diste cuenta? estaba en la tarea.
¿ Cómo se hizo del licor si la bodega está con candado -Me tomé el atrevimiento, capitán -dijo muy
y vos tenés las llaves? -al capitán ya no le importa serio Ramiro-: saqué de su oficina el papel con las
ba que su barco girase sobre sí mismo. coordenadas y corregí el rumbo.
-Es ... que ... es que ... ayer sin darme cuenta ... -¿Dónde aprendiste a manejar un timón, mucha
dejé abierta por unos minutos la bodega mientras su cho?
bía los víveres. Solo cinco minutos. -¿ Se acuerda que le pedí permiso para quedarm�
-Tu trabajo es controlar que todo esté bien. Otro dos veces por semana en la escuela después de hora?
debe subir los víveres. Bajá a este hombre al calabozo Bueno, es que el "Holandés 11 dio unos cursos de ma
hasta que se le pase la borrachera. nejo de barcos.
-¿Al calabozo, señor? -¿El viejo "Holandés" está dando clases en la es
-Es el menor castigo que puedo darle. Ahora ten- cuela de Puerto Perdido?
go que evitar que el Tormenta siga girando -y de -Sí, el mismo. Igual no es lo mismo practicar en
pronto Marcial interrumpió su furia. Vio que ya no un timón simulador que en medio de una tormenta.
necesitaba sostenerse y que el barco había retomado Hice lo que pude.
34 Juan Pedro Me Loughlin
Capítulo 6
Un ataque a traición
que me arrepienta. Andá a la barraca y tratá de que la puerta de la taberna. No podía llevarlo a su casa,
el capitán no te vea por un buen tiempo, hasta que vivía solo y casi siempre estaba en el mar. Y tuvo la
se le pase el enojo. loca idea de llevárselo a los marinos de su barco. Eran
-¿No volveré al timón? bribones, pero tenían un corazón de oro. Y criaron al
-Por ahora lo está manejando Ramiro, y muy bien niño con la rudeza de los hombres de mar, pero tam
por cierto. Date un baño y ponete en condiciones. bién con la nobleza de los verdaderos marinos. Quería
El marino no contestó, sacó la mirada del vacío y a ese niño como al hijo que no había tenido. Y esta
la cargó de ira. Se le había pasado de golpe la borra ba orgulloso de él. No quiso molestarlo y bajó a cu
chera y no soportaba haber sido reemplazado por un biert�. Estaba tan metido en sus pensamientos que
niño. Eso le molestaba más que haber sido recluido no vio una figura escondida detrás del bote salvavi
en un calabozo. das que estaba al pie del castillo de proa. El hombre
Subió a las barracas donde dormía, para cambiarse subió sin hacer ruido por una escalerilla. El pequeño
de ropa. No había nadie porque todos estaban traba Ramiro estaba concentrado en evitar que el fuerte
jando en cubierta. Sacó de un grueso abrigo un objeto oleaje cambiara el rumbo de la nave. Por eso no pudo
envuelto en una funda de cuero. La abrió y tomó una advertir nada hasta que tuvo al marino encima. Pud<?.
filosa daga con mango de madera labrada. También esquivar el primer ataque cuando sintió un ruido a
colocó una cachiporra en la faja de su cintura. Fue la sus espaldas y lo vio venir. Pero su pierna derecha se
primera vez en el día en que sonrió. Subió a cubierta. enredó en una soga suelta en el piso. Y ahí fue cuan
Ya no tenía frío. Lo quemaba el fuego de la venganza. do la cachiporra le golpeó la cabeza y lo derribó. El
El pequeño Ramiro ya le había tomado la mano al agresor lo tomó del cuello y sacó la navaja, pero el
timón. muchacho logró atrapar uno de los palos que usaba
Marcial Fondu lo miraba apoyado en la baranda para trabar el timón y lo descargó sobre el rostro del
del puente de mando. Nuevamente recordaba cuan atacante. Este rodó por la escalera y perdió la daga. Al
do había encontrado a un bebé llorando a gritos en hombre le dolía terriblemente la nariz, tenía la camisa
38 Juan Pedro Me Loughlin
El malvado timonel se los vio venir, pero no pudo -Aquí estoy, señor -Marcial notó que Ventura
reaccionar porque Ventura le asestó un puñetazo que estaba muy nervioso y pensó que el contramaestre
lo hizo dar dos vueltas en el timón antes de estrellar estaba de verdad sufriendo por el error cometido. Un
se contra el piso. error que al capitán podría costarle la vida de su...
-Traicionaste mi confianza -le gritó el contra hijo. Nunca lo había llamado así. Deseaba poder te
maestre, pero el hombre no pudo escucharlo porque ner la oportunidad de decirle esas palabras.
se había desmayado. -¿ Qué ves ahí, Ventura?
El capitán se puso al mando del timón y Ventura -Parece ... una noche cerrada y un mar muy pi-
arrastró al traidor de regreso al calabozo. cado.
Así trascurrieron las horas. Nadie podía convencer -¿Y esa isla con luces ... está en las cartas de na
a Marcial Fondu de que dejara por un rato el timón vegación?
y comiera algo. Solo ordenaba que cada hora Danilo -¿Dónde, señor? -Ventura se esforzaba y solo
le llevara el parte médico de Ramiro. Y Danilo no te veía la oscuridad que empezaba a rodear al Tormenta.
nía nada que decir. El muchacho seguía desmayado. -Ahí, mirá por mi catalejo esa isla encendida por
fuegos que saltan sobre la costa: ¿apareció así d_,.e
Marcial sentía el cansancio de haber pasado toda golpe?
la tarde frente al timón. Ya era de noche. De pronto, -Eh ... no puedo decirle nada, capitán -Ventura
a través de su catalejo pudo ver las costas de una isla notaba a Marcial Fondu con el rostro demacrado y
extrañamente iluminada. los ojos cargados de sueño. Pero no distinguía ningu
-¡Tierra, tierra! -gritó reemplazando la tarea que na luz, ningún fuego a través de las poderosas lentes
debía hacer el vigía suplente del suplente, y del cual del catalejo.
se podían escuchar los ronquidos desde cubierta, a -Ventura ... -dijo el capitán lentamente. Hubo
pesar de que estaba en lo más alto del barco-; estoy una larga pausa.
rodeado de inútiles. -¿Decía, señor? -el contramaestre pensaba que
44 Juan Pedro Me Loughlin
Capítulo 8
La terrible tempestad
-¿ Qué veo? Que el tiempo está empeorando. En el mismo instante en que el capitán gritaba sus
Tendremos un temporal. ¿Qué debería ver, capitán? órdenes, un relámpago iluminó toda la nave. La luz
-Nada, nada -se resignó Marcial-, lo importan duró unos segundos y el trueno apagó las voces de
te es que estás mejor; regresemos a la enfermería. Marcial. Las olas gigantescas empezaron a barrer la
Ventura, encargate del timón. cubierta. Los hombres no daban abasto y el veterano
-Sí, señor -cuando se quedó solo, Ventura vol Abelardo, jubilado1 se sumó a las tareas como en los
vió a mirar hacia la oscuridad y se preguntó en voz viejos tiempos.
alta-: ¿Qué le estará pasando al capitán que ve mis -Achiquen, achiquen sin cesar -la orden de
teriosas islas encendidas? Marcial Fondu hizo que decenas de hombres empe
zaran a devolver el agua con grandes baldes hacia el
Toda la embarcación empezó a sacudirse. El viento mar.
soplaba muy fuerte y los hombres estaban realizan En ese instante la lluvia se desató con fuerza. Una
do las tareas de plegar las velas para que el navío no ola de tamaño excepcional se levantó varios metros
fuera arrastrado por las ráfagas. sobre el Tormenta y se descargó con furia contra el
Al llegar a la enfermería el capitán le dijo a Ramiro: barco. El trinquete más cercano al mascarón de proa,.
-Vos te vas a quedar acá, recostado. Aún estás no resistió y se partió en dos. La pesada madera fue
muy débil. De buena te has salvado. Tengo que dar a dar de lleno en la cabeza de Marcial, quien cayó so
las órdenes precisas para que no nos vayamos al fon bre la barandilla y quedó con medio cuerpo colgan
do del mar. do hacia el mar. Danilo1 quien había abandonado la
De pronto el viento se hizo más intenso y las nu cocina para ayudar en la cubierta, trató de sujetarlo
bes se volvieron más amenazantes. de las piernas, pero el peso del cuerpo y la ropa mo
El barco recibía la furia de la tormenta y se sa jada hicieron que se le resbalara de las manos. Como
cudía subiendo y bajando la proa y la popa ince una bolsa de papas el capitán cayó a las bravas aguas
santemente. del mar.
Ramiro en la Escuela de los Piratas 49
sujetarlo y lo rodeó con la soga. Tiró de ella y fuertes Tocios los que estaban en cubierta se miraron unos
brazos comenzaron a izarlos. Ramiro sintió el ardor a otros. Nadie sabía cómo explicarle a Ventura que
de la soga quemándole los brazos, pero aguantó apre el capitán se encontraba en su camarote y que el que
tando los dientes. estaba al mando era el pequeño Ramiro.
-Hop, hop, hop, hop-acompañaba el viejo Abe
lardo el movimiento de los hombres. Al llegar a la ba
randilla, las manazas del cocinero levantaron los dos
cuerpos empapados, les quitaron la soga y los tendie
ron en cubierta. Ramiro se puso de pie de un salto y
le realizó respiración artificial al capitán.
-¡Nos salió bien el muchacho! -se alegró Abelar
do, totalmente rejuvenecido.
Al instante Marcial Fondu sacudió su cuerpo y arro
jó agua por su boca, pero volvió a perder el sentido.
-Llévenlo al camarote, colóquenle unas compre
sas en la nuca y envuélvanlo en mantas para devol
verle el calor al cuerpo.
Cuatro hombres cargaron con el capitán sin ad
vertir siquiera que cumplían la orden de un niño de
nueve años. El barco se sacudía menos y el contra
maestre, en el timón, y ajeno a lo que sucedía en cu
bierta gritó:
-Ya pasamos lo peor, capitán, la tormenta se está
yendo. ¿Me escucha, capitán?
Capítulo 9
Muy redondo, el sol, y muy rojo
-No, vos no. Vení, quiero preguntarte algo. -¡Ah, sí! Mi memoria no anda bien últimamente.
-Sí señor. Pero era un secreto -aclaró Abelardo.
-Vos tuviste muchas historias en el mar. Decime, -Bueno, ahora lo sabe toda mi clase-sonrió Ra
¿qué sabés de la Isla de los Fuegos Saltarines? rmro.
-¿Qué dice, capitán? -la cara de Abelardo se -Y decime, Abelardo -el capitán no estaba aún
transformó. satisfecho-, ¿por qué ni Ventura ni mi hijo pudie
-Algo sabés, contame -insistió Marcial. Ramiro ron ver esa isla?
los observaba detenidamente. -Porque... -el viejo pirata hizo una pausa- ...
-Capitán -el pirata jubilado empezó a hablar porqu� dicen, y esto ya es leyenda, que solamente
lentamente-, casi nadie sabe cuál fue la razón por pueden ver esa isla los capitanes de los barcos. Y lo
la que el pirata Morgan, el Capitán de la Noche, nun más raro de todo es que siempre aparece en distin
ca volvió a aparecer por Puerto Perdido. tos lugares.
-Dicen que se mudó a otros mares porque quería -Algún día -comenzó a decir Marcial Fondu-,
luchar con el pirata Sandokán, el Tigre de la Malasia. algún día iré a averiguar qué sucede realmente en ese
-Rumores para engañar a los tontos. Lo que su lugar.
cedió con el Capitán de la Noche es... -¡Ni se le ocurra, capitán! -exclamó Abelardo-:
-...que se acercó a las costas de la Isla de los Fue mire lo que le pasó al Capitán de la Noche.
gos Saltarines, y esos fuegos quemaron su nave. No -No importa, algún día alguien debe develar el
quiso soportar esa humillación y desde entonces es misterio.
un simple pirata de un barco que nadie conoce-Ra Ramiro miró a ambos hombres y pensó que ese
miro intervino con seguridad en la conversación. alguien iba a ser precisamente él, algún día, cuando
-¿¿Cómo sabés eso??-a dos voces, Marcial Fon fuera el capitán de su propio barco.
du y Abelardo abrieron grande los ojos.
-¿No te acordás, Abelardo, que me lo contaste?
Capítulo 10
La aventura de escribir una historia
El capitán Marcial Fondu estaba contento. Había conderse en ese camarote para atacar al muchacho
entregado toda la mercancía y había logrado un buen cuando volviera del pueblo.
precio por ella. Ninguna tela se había estropeado du Decidido, empuñó firmemente el remo y de un pun
rante la tormenta. Todos sus hombres habían ido a tapié abrió la puerta dispuesto a derribar al intruso.
disfrutar la tarde libre en el centro del pueblo y te -¿¿¿Eh, qué hacés acá??? -.Marcial Fondu se de
nían orden de volver cuando empezara a caer el sol. tuvo con el remo en lo alto al ver a Ramiro arrodilla
Quería iniciar el regreso antes que oscureciera. do en el piso con un catalejo en la mano.
El capitán prefirió quedarse en el barco. Tenía un -¡Qué susto, capitán! Estoy tratando de ver si no
prisionero y no quería dejarlo solo en el calabozo. Él se rompió alguna lente del catalejo de Marcelino. Re
mismo iba a llevarle la comida. cién se cayó de la mesa. No me perdonaría nunca
Colocó el dinero en la caja fuerte de la cabina de haberlo dañado -y por fin el muchacho miró a tra
mando y empezó a bajar las escaleras hacia la cocina vés del ocular y comprobó con alivio que todo esta
para buscar qué llevarle al prisionero. ba bien.
Cuando atravesó los pasillos donde estaban los ca -¿No fuiste al pueblo? -el capitán fue bajando
marotes de la tripulación escuchó un ruido. Marcial lentamente el remo hasta apoyarlo en el suelo-. ¿Por
'·
Fondu se detuvo. ¿Acaso el antiguo timonel había qué te quedaste a bordo?
escapado de su celda? Lamentó no llevar su espada -Para escribir -contestó Ramiro señalando un
encima. Sabía muy bien de dónde provenía el ruido: tonel que hacía de mesa donde había varios pergami
el tercer camarote. Tornó un remo que alguien había nos, una pluma y tinta.
dejado descuidado en el piso. Lo utilizaría como arma -¿Escribir qué? -al capitán todavía le latía con
en caso de ser necesario. fuerza el corazón.
Sin hacer ruido se acercó a la puerta del camaro -El trabajo que tengo que entregarle el martes a
te. Decía: "Vigía". Entonces el capitán pensó que el la profesora de Escritura Piratesca. El viernes salí de
bandido seguramente se había fugado e intentaba es- la escuela preocupado por no saber qué escribir. Y he
64 Juan Pedro Me Loughlin Ramiro en lo Escuelo de los Piratas 65
vivido tantas cosas en estos días y tengo ahora tanto justo cuando estoy solo en el puente de mando de mi
para escribir que aún no me decido -y Ramiro se barco? ¿Y si mejor escribo sobre la terrible tormenta
ñaló los pergaminos vacíos y la pluma metida en el que arrojó al capitán al agua? ¿O cuando fui atacado
tintero. por el antiguo timonel? ¡Cuántas cosas para escribir!
-Bueno, supongo que pronto se te ocurrirá algo. ¿Cuál elijo? -y de pronto a Ramiro se le iluminó el
Voy a llevarle comida a nuestro prisionero -y Mar rostro, sacó la pluma del tintero y con sumo cuidado
cial Fondu se dirigió hacia la puerta con la intención empezó a escribir con buena letra sobre el pergamino.
de marcharse.
-¿Qué hará con él? -la pregunta de Ramiro de
tuvo al capitán.
-Lo que debo hacer. Entregarlo a las autoridades
de Puerto Perdido. Intentó matarte. El odio y la ven
ganza nunca fueron buenas compañías para un ma
rino -y el capitán antes de cerrar la puerta dejó caer
sus últimas palabras-: Escribí una buena historia,
hijo.
El muchacho sonrió. No se acostumbraba a tener
un padre, aunque Marcial Fondu siempre había ac
tuado como tal.
Se sentó frente al tonel. Desplegó el pergamino y
colocó cuatro piedras en las puntas para que no se en
rollara de nuevo. Antes de tomar la pluma pensó: ¿So
bre qué escribiré? ¿Una historia en donde se aparece
en medio de la noche la Isla de los Fuegos Saltarines
Capítulo 11
Solo falta el título
-Pluma... prrrrr ... Pluma... prrrrr -terminó Pi izquierda los pergaminos que traía sujetos con un
colargo. cordel.
Ramiro miró a sus amigos y decidió contestar las -¡Por todos los lobos marinos! Olvidé hacer la ta
preguntas por orden: rea -se lamentó Donato.
-No vine a la fiesta porque me llevaron por pri -¿Escribiste esa cantidad de pergaminos? -se ad
mera vez a un viaje en alta mar haciendo de vigía miró Aurora.
suplente, tengo este vendaje porque me atacó un mal -Pergaminos... Prrrrrr ... Pergaminos ... prrrr -se
vado mientras manejaba el timón, y perdí mi sombre apuró Picolargo.
ro de tres picos con la pluma azul cuando me arrojé -Oíme -se disgustó Américo-, sos mi loro. Te
al agua en medio de una tormenta para rescatar al ca nés que repetir mis últimas palabras -Picolargo en
pitán Marcial Fondu. cogió el pico avergonzado.
Se produjo un silencio largo antes de que los tres -Aunque tengo un problema. Me pasé todo el
reaccionaran: tiempo que estuvimos anclados en la Isla de los Pája
-Sí, claro. ¿Fuiste vigía y timonel en tu primer ros Cantores escribiendo pero ...
viaje? -se burló Donato. -¿Pero qué? -los tres, a coro, esperaban que Ra-._
-¿Te atacaron, estás bien?-se angustió Aurora. miro terminara la frase.
-¿Salvaste de morir ahogado a tu capitán? -se -...me falta el título.
asombró Américo. La campana sonó; todos se callaron y giraron ha
-Capitán ... prrrrrr ... Capitán ... prrrrrr -culmi cia el mástil donde empezaban a izar la bandera de
nó Picolargo. Puerto Perdido.
-A las tres preguntas, sí -sonrió Ramiro-. Fue El director comenzó a dirigir la canción de la isla
una increíble aventura que me dio muchas ideas moviendo rítmicamente el gancho que tenía en la
para la tarea que debemos entregar hoy a la profe mano derecha. Y todos cantaron:
sora de Escritura Piratesca -y levantó con su mano
70 Juan Pedro Me Loughlin
-¿Y qué vas a hacer? -preguntó la niña. que la profesora le pusiera otra mala nota a Donato
-¿Con qué? por no hacer la tarea, le llegó el turno de entregar su
-Con el título. trabajo a Ramiro. Y sus amigos vieron que antes de
-Ah ... Bueno, no sé. levantarse y llevarlo al escritorio el muchacho sacó
-¿Es una historia inventada o real? -insistió ella. la pluma y escribió unas palabras al principio del pri
-Un poco y un poco -la desorientó Ramiro. mer pergamino.
-¿Entonces vas a entregarla sin título? Aurora y Américo no podían aguantar llegar al se
-Quizás sí o quizás no. gundo recreo para saber qué había escrito. Cuando
-Bueno, basta -gritó Donato, que venía atrás-. salieron al patio, ansiosos, le preguntaron:
¿Alguien puede ayudarme con mi historia? Después -¿Le pusiste el título?
del recreo tenemos la clase de Escritura Piratesca y no -Sí -dijo el muchacho.
quiero que me pongan una mala nota. -¿Y cuál es? -gritaron al mismo tiempo Aurora
-¡Entonces mejor que hagas las tareas en tu casa! y Américo, mientras este le cerraba el pico a Picolar
Miren, a mí se me ocurrieron dos reglas más para "Las go con las dos manos.
diez reglas de los piratas". Bueno, ahora serían doce Ramiro hizo una pausa, los miró y dijo:
-y Américo sacó de su bolsa muchísimos pergami -"Las aventuras del capitán Ramiro en su barco
nos donde estaban escritas sus investigaciones. Capitán Marcial Fondu".
Cuando Ramiro y Aurora iban a felicitarlo el pro -Es muy largo -criticó Donato, todavía fastidia
fesor Montagne comenzó la clase: do por la mala nota.
-Bueno -dijo-, sigamos con la historia de Mar -¡Es muy lindo! ¡Queremos leerlo! -gritaron al
gan, el Capitán de la Noche. mismo tiempo los otros dos compañeros.
-Cuando me lo devuelva la profesora, se los doy.
Terminó la hora y también pasó el recreo. Cuando Y Ramiro, el nuevo escritor de historias de piratas
estaban en clase de Escritura Piratesca y después de y futuro capitán, los abrazó.
74 Juan Pedro Me Loughlin
A R u T N E V L e
D A N 1 L o A M A
o 1 R A s 1 L E B
N T R A e M E R E
A u A R M E R 1 L
T E A N e 1 A L A
o M A u R o R A R
R A M E R 1 e o D
p 1 e o L A R G o
PMa6a Mv JuunÓ()¡!t �
3. En su primera aventura en el Tormenta, Rami
ro parte desde Puerto Perdido, se interna en el mar y rú.,u,u,6/¡f r¡ue. ..
llega a la Isla de los Pájaros Cantores.
a. Inventen un mapa en el que aparezcan estos lu
gares y dibújenlo.
S. El nombre de la isla a la que llega el Tormen
b. Inventen otros lugares cercanos. Por ejemplo:
ta, Isla de los Pájaros Cantores, es muy sugerente.
una Isla del Tesoro, o el Mar de los Corales, o cual
¿Cómo es ese lugar? ¿Qué se oye? ¿Qué se ve?
quier otro lugar que se les ocurra.
a. Descríbanla con un texto que incluya imágenes
c. Marquen en sus mapas imaginarios la zona don
sensoriales, comparaciones y metáforas.
de ustedes creen que el Tormenta sufrió la tempestad
b. Imaginen que trabajan en una agencia de turis
que hizo caer al capitán del barco.
mo que vende viajes a la Isla de los Pájaros Canto
res y diseñen un folleto. Incluyan fragmentos de la
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-_
Apunten ...
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Ap�nten ...
80 ¡juego! ¡Juego!
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descripción que hicieron en el punto anterior e imá resultar útiles, pero ustedes solo tienen permitido ele
genes atractivas del lugar (dibujos o fotos que recor gir cuatro. ¿Cuáles elegirían? Expliquen por qué.
ten de revistas).