Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
11
1
Pérez-Sales, Pau y Susana Navarro García. (2010). Resistencias contra el olvido. Trabajo psico-
social en procesos de exhumaciones. Barcelona: Gedisa.
12
13
AMÉRICA LATINA.
GUERRA FRÍA Y CONFLICTO ARMADO
A mi padre
17
muy contemporáneas y llega más lejos al airmar que pasará mucho tiempo
antes de que logremos como sociedad erradicar el discurso contrainsurgente
de los años setenta.
El segundo artículo es el de Ricardo Domínguez quien nos da un docu-
mentado recorrido por la política cubana respecto a los grupos revolucionarios
latinoamericanos, o como él la llama su diplomacia alternativa. El contagio
cubano fue reiteradamente utilizado por los Estados Unidos como la justiica-
ción de la externalidad de los movimientos revolucionarios latinoamericanos
y presentado como un proceso sin rupturas ni discontinuidades. Esta falsa idea
la destruye completamente en su artículo. Cuba, airma el autor, no exportó
ni dirigió la revolución latinoamericana ya que, desde su postura, no puede
señalarse un intervencionismo en asuntos internos de los países de la región,
sino que la diplomacia alternativa cubana fue una forma defensiva del Estado
cubano y siempre respetuosa de los propios procesos locales. Pero, además
—y en la idea de cómo concebimos el “contexto internacional”— nos muestra
claramente una coincidencia temporal fundamental. Mientras en México la
Liga Comunista 23 de Septiembre se gestaba y alcanzaba el punto más álgido de
su actividad armada (1968-1974), en Cuba se había producido un cambio en
su diplomacia alternativa: la Isla redujo su apoyo a los movimientos armados
y centró su apoyo a los movimientos de frente amplio y a los gobiernos enca-
bezados por los militares progresistas en el subcontinente. Lo que nos ayuda a
problematizar a la LC23S como una organización a contrapelo de la coyuntura
latinoamericana.
En cierta manera la contribución de Fabián Campos completa lo pre-
sentado anteriormente. Partiendo de señalar que hubo una mitiicación de la
estrategia armada triunfante en Cuba, su artículo nos propone concebir una
estrategia revolucionaria latinoamericana, constituida por un debate intenso
—aunque no tan explicito— entre las distintas organizaciones revolucionarias
y del que formó parte la Liga Comunista 23 de Septiembre. Preguntarse los por
qué de decidirse por la lucha urbana, por la insurrección, y por su concepción
de las alianzas le permite señalar dos temas que cuestionan la historia de la
LC23S: ¿Estaban realmente dadas las condiciones objetivas y subjetivas para la
lucha armada en el país? ¿Era posible tener un movimiento armado fuerte y
con capacidad de tomar el poder sin alianzas internacionales? La respuesta es
negativa para ambas. La capacidad de hegemonía del Estado mexicano hizo de
la LC23S una organización muy sola al interior del país. Por otro lado, el acuerdo
entre el gobierno cubano y el mexicano en contra de apoyar a los revoluciona-
rios mexicanos —a lo que se sumó la radicalidad del planteamiento de la Liga
respecto a la Revolución Cubana— la aislaron internacionalmente. Tanto el
18
19
*OUSPEVDDJØO
* Este artículo fue realizado en el marco del Proyecto papiit ir400512 “México ante el conlicto
centroamericano, 1976-1996. Una perspectiva histórica” de la Dirección General del Personal
Académico, que se desarrolla en el Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe
de la unam.
** Licenciado y Maestro en Estudios Latinoamericanos por la unam. Actualmente cursa el
Doctorado en Estudios Latinoamericanos en la misma institución. Sus líneas de investiga-
ción son: Relaciones internacionales latinoamericanas, guerra sucia y movimientos armados
centroamericanos en el siglo xx. Correo electrónico: fabiancamposh@gmail.com
73
-BSFWPMVDJØODVCBOBZMBWFSTJØOEF&SOFTUP(VFWBSBi&M$IFw
1
Fulgencio Batista fue presidente de Cuba en tres ocasiones. Primero de manera constitucional
entre 1940-1944. En 1952 dio un golpe de Estado previo a las elecciones asumiendo el poder
de facto hasta 1954 cuando fue electo presidente.
2
Entre los intentos que habría que destacar están los realizados por el Directorio Revolucionario
(dr). El dr realizó durante el periodo diversas acciones armadas y en diciembre de 1956 llevó
a cabo una huelga azucarera que golpeaba el sector económico estratégico del régimen y que
obligó a Batista a ceder ante las demandas laborales.
74
Es que, desde el primer día, Fidel impuso una clara estrategia, aún más clari-
vidente porque las fuerzas del 26 de Julio eran mucho más numerosas y mejor
3
Los elementos deinitorios del putsch fueron tomamos del escrito de Mao Tse Tung (1968),
Obras Escogidas. Tomo I. Pekín: Editorial de Lenguas Extranjeras. “Sobre la rectiicación
de las ideas erróneas del Partido”, en el cual señala “durante un breve período después de la
derrota de la revolución en 1927 surgió en el Partido Comunista una tendencia putchista
de “izquierda”. Considerando que la revolución china era, por su carácter, una “revolución
permanente”, la cual que se encontraba en una situación de “ascenso ininterrumpido”, los
putchistas se negaron a organizar una retirada ordenada, adoptando métodos autoritarios y
coniando sólo en un pequeño número de miembros del Partido y un pequeño sector de las
masas, trataron erróneamente de realizar en todo el país una serie de levantamientos locales
que no tenían perspectiva alguna de éxito. Tales acciones putchistas se extendieron a ines
de 1927, pero fueron cesando hacia comienzos de 1928, aunque entre algunos militantes
subsistieron sentimientos en favor del putchismo.” p. 113.
75
Los resultados de Frank en la labor de reorientar a los grupos de acción del movi-
miento así como la lucha en el sector obrero y la estructuración de la resistencia
cívica fueron óptimos. Una de las prioridades de la actividad de Frank durante las
últimas semanas de su vida fue el impulso de la sección obrera del Movimiento, la
cual, dentro de nuestra concepción revolucionaria, cuando el ataque al Moneada
debía ser la estocada inal contra la tiranía después que levantáramos y armáramos
la ciudad de Santiago de Cuba. La guerra en las montañas sería la alternativa si
el llamado a la huelga no tenía éxito.5
4
Debray, Regis. (1967). ¿Revolución en la Revolución?, Cuba: Casa de las Américas. p. 62.
5
Castro, Fidel. (2010). La victoria estratégica. Por todos los caminos de la sierra. Cuba: Consejo
de Estado. p. 2.
76
Rebelde. Éste fue acompañado por una intensa movilización social así como
de acciones armadas en las urbes. Ambos despliegues asixiaron el gobierno a
grado tal hacerlo insostenible para Batista, orillando a que éste huyera de la isla
el 31 de diciembre de 1958.
77
Para completar el análisis que Duchesne hace sobre las elecciones de Ernesto
Guevara habría que decir que estas tienen un referente concreto, las diicultades
del joven gobierno revolucionario. Los libros de el Che fueron escritos mientras
se iban decantando las fuerzas que habían derrocado a Batista, el abandono del
gobierno y del país de organizaciones y personalidades no revolucionarias y re-
formistas —como Hubert Matos en 1959—, el origen de la oposición antiidelista
en Florida, Estados Unidos, el combate a los guerrilleros del Escambray y las
continuas acciones organizadas desde Estados Unidos en contra del gobierno.7 Es
decir, que las elecciones narrativas de el Che tienen un origen histórico concreto
y estratégico para la revolución cubana en vías de su institucionalización. Poner
en el centro de su narración el triunfo de la guerrilla de la montaña, minimizó
el trabajo en las ciudades realizado por el Movimiento 26 de Julio y obscureció
las acciones emprendidas por movimiento antibatistiano, y su ausencia fungió
como factor de legitimidad al gobierno de Fidel y sus allegados, pues estos eran
los únicos dirigentes de la revolución, y por ende, los únicos capaces de llevar
a cabo las transformaciones radicales planteadas.
El tema se complica cuando los factores que legitimaron al gobierno de
Castro en la isla fueron adoptados como una ruta que forzosamente debían
tomar otros países latinoamericanos que comenzaban sus propias moviliza-
ciones armadas.
Al respecto, Ernesto Guevara postuló tres grandes enseñanzas de la Revo-
lución Cubana a los revolucionarios latinoamericanos: 1. Las fuerzas populares
6
Duchesne, Juan. (2010). La guerrilla narrada: acción, acontecimiento, sujeto. Puerto Rico:
Ediciones Callejón. pp. 23-24.
7
Para dar una idea de la cantidad de recursos humanos y materiales que tuvo que invertir
el gobierno cubano para combatir a las guerrillas que se levantaron en contra de él, habría
que considerar los datos que aporta Elizabeth Burgos: durante los primeros cinco años del
gobierno revolucionario se movilizaron a 100 mil hombres para combatir a los 200 grupos
contrarrevolucionarios, ocasionándoles 3000 bajas entre muertos, heridos y fusilados con un
costo de mil millones de dólares. Burgos, Elizabeth. (2005-2006). “Plantados: el cuerpo como
territorio de resistencia y airmación” en Encuentro de Cultura Cubana. Núm. 30. (invierno).
p. 170.
78
podían ganar una guerra contra el ejército; 2. No siempre había que esperar a
que se dieran todas las condiciones para la revolución; el foco insurreccional
podía desarrollar las condiciones subjetivas sobre la base de condiciones ob-
jetivas dadas; 3. En la América subdesarrollada el terreno de la lucha armada
debía ser fundamentalmente el campo.8
Estas lecciones se volvieron piedra de toque para la lucha ideológica dentro
de las ilas revolucionarias y guía práctica para deslindar a los revolucionarios
de los reformistas.
Siguiendo con este análisis, es importante decir que los anteriores postu-
lados son relexiones propias de el Che Guevara y no necesariamente corres-
pondieron con los sucesos históricos ocurridos en la lucha armada cubana.
En efecto, la lucha armada cubana demostró que las fuerzas populares podían
ganar una guerra contra el ejército gubernamental. Empero, la veracidad de
esta airmación no se extiende a las dos siguientes.
La segunda airmación fue rechazada, en su momento, por los comunistas
de vieja cepa, y fue considerada como un voluntarismo o aventurerismo. Más
allá de esta categorización, habría que recordar que las condiciones subjetivas
en el caso cubano ya estaban dadas. Como ya dijimos, durante el periodo que
va entre 1952 y la primera mitad de 1957 el movimiento urbano era mucho
mayor en su número, más combativo y con altas perspectivas de conseguir el
derrocamiento de Batista. Las condiciones subjetivas ya estaban dadas, no fueron
creadas por el foco guerrillero y el paso del foco guerrillero al Ejército Rebelde
fue posibilitado por los ánimos insurreccionales en las ciudades.
La tercera airmación se desecha con lo anteriormente aludido. Gran parte
del desgaste del régimen de Batista fue generado por las estructuras urbanas.
Aunque militarmente la derrota al ejército batistiano fue en el campo, su derrota
política se llevó a cabo en las ciudades. A esto último habría que añadirle algo
que tuvo un peso fundamental: el desgaste político y el aislamiento militar que
los diplomáticos del movimiento antidictatorial consiguieron al lograr que el
gobierno estadounidense dejara de apoyar al que hasta ese momento era su
testaferro. Todos estos sucesos relativizan las airmaciones de el Che.
Pero el aporte de el Che al pensamiento revolucionario latinoamericano
no se quedó solamente en el plano estratégico sino que también fue llevado al
terreno de la táctica. Es el caso de las llamadas “7 reglas de oro de la guerrilla”:
t /PEBSVODPNCBUFRVFOPTFHBOF
t &MDPOUJOVPNPWJNJFOUP
NVFSEFZIVZF
8
Guevara, Ernesto. (2009). La guerra de guerrillas. Cuba: Editorial de Ciencias Sociales. p. 6.
79
t &MQSJODJQBMBCBTUFDFEPSEFBSNBTFTFMFOFNJHP
t &MNPWJNJFOUPPDVMUP
t -BTPSQSFTBEFMBTBDDJPOFT
t -B GPSNBDJØO EF OVFWBT DPMVNOBT
VOB WF[ BMDBO[BEP VO QPEFSÓP
respetable.
t %FCFUFOFS
FOHFOFSBM
USFTNPNFOUPTEFGFOTJWBFTUSBUÏHJDB
FRVJMJCSJP
entre las posibilidades de acción del enemigo y de la guerrilla y por
último el aniquilamiento total del adversario.9
Hasta aquí se puede argumentar que el planteamiento del foco puede ser
leído como un proyecto personal emanado de un actor principal del proceso
revolucionario, lo cual generó un amplio convencimiento entre sus lectores
y escuchas, pero no podemos sostener que se trate de un planteamiento
institucional que fuera respaldado por la totalidad del gobierno cubano. Sin
embargo, esto mismo no se puede decir después de la Segunda Declaración
de La Habana.
&MMMBNBEPBMBSFWPMVDJØODPOUJOFOUBMZMBSBEJDBMJ[BDJØO
EFMGPDPHVFSSJMMFSP
A la toma del poder el 1 de enero de 1959 siguieron tres años de intensos cam-
bios sociales en Cuba. La instauración de reformas como la agraria y la urbana
se correspondían con un modelo reformista liberal y de un profundo carácter
nacionalista. En el plano internacional el gobierno cubano comenzó a apoyar
a grupos latinoamericanos, en especial a los caribeños en sus intentos por de-
rrocar a sus respectivos gobiernos tiranos. Empero, algunas reformas afectaron
directamente los intereses estadounidenses en el país y el apoyo cubano a otros
revolucionarios les hicieron prever una posible regionalización: el peligro del
contagio. Por lo que el gobierno y la sociedad estadounidenses, que hasta el
triunfo habían mostrado simpatías y apoyo a los revolucionarios cubanos fueron
cambiando su posición y empezaron a agredir al naciente gobierno.
Respondiendo a las agresiones, en especial a la invasión mercenaria de
Playa Girón, el gobierno cubano decidió declarar el 4 de febrero de 1962 que
la revolución cubana era socialista, apostándole su sobrevivencia a una alianza
9
Villegas, Harry Pombo. (2009). “Prologo” en Guevara. Op. Cit. p. 13.
80
con la Unión Soviética. Una vez más un acto que respondía a las condiciones
políticas internas se convirtió en un elemento de gran impacto en América La-
tina. Ahora de manera abierta los planteamientos hechos por Ernesto Guevara
se unieron al discurso gubernamental de cómo se tenía que hacer la revolución
en el subcontinente, trocándose en los ejes de acción y concepción política para
las jóvenes generaciones latinoamericanas.
La primera referencia en el discurso de Fidel Castro hacía América Latina
fue que la lucha debía de ser antiimperialista en su sentido mundial, antiesta-
dounidense por su concreción latinoamericana.
Ya los Estados Unidos no podrán caer jamás sobre América con la fuerza de
Cuba, pero en cambio, dominando a la mayoría de los demás Estados de América
Latina, Estados Unidos pretende caer sobre Cuba con la fuerza de América. ¿Qué
es la historia de Cuba sino la historia de América Latina? ¿Y qué es la historia de
América Latina sino la historia de Asia, África y Oceanía? ¿Y qué es la historia
de todos estos pueblos sino la historia de la explotación más despiadada y cruel
del imperialismo en el mundo entero?10
Cuba duele de manera especial a los imperialistas. ¿Qué es lo que se esconde tras
el odio yanqui a la Revolución Cubana? ¿Qué explica racionalmente la conjura
que reúne en el mismo propósito agresivo a la potencia imperialista más rica y
poderosa del mundo contemporáneo y a las oligarquías de todo un continente,
que juntos suponen representar una población de trescientos cincuenta millones
de seres humanos, contra un pequeño pueblo de sólo siete millones de habitan-
tes, económicamente subdesarrollado, sin recursos inancieros ni militares para
amenazar ni la seguridad ni la economía de ningún país? Los une y los concita el
miedo. Lo explica el miedo. No el miedo a la Revolución Cubana; el miedo a la
10
Castro, Fidel. (1962). Segunda declaración de La Habana, en: http://www.ciudadseva.com/
textos/otros/2declara.htm
11
Este término hace referencia a los indios que participaban en los gobiernos bajo el dominio
inglés en la India.
81
Ante esta situación sólo podía haber, desde la perspectiva cubana, un impera-
tivo categórico: El deber de todo revolucionario es hacer la Revolución. Y así lo
entendieron los jóvenes revolucionarios latinoamericanos: tenían que hacer la
revolución tal como la postulaban los comandantes Castro y Guevara.
12
Ibíd.
13
Ibíd.
82
14
Debray, Regis. (1967). El Castrismo: la larga marcha de América Latina. Montevideo: Editorial
Sandino. pp. 15-19, citado por Duchesne. (2010). Op. Cit. pp. 32-33.
15
Guevara, Ernesto. (1971). “Prologo”, en Vo Nguyen Giap. (1971). Guerra del Pueblo, Ejército
del Pueblo (Dien Bien Fu). México: Era p. 10.
83
16
Castro, Fidel. (1966). “Discurso pronunciado en el Teatro Chaplin durante la clausura de la
Tricontinental” en Rodríguez, Armando. (1984). Guatemala 1966: Troskismo y revolución.
(Teoría y práctica del aventurerismo político). p. 64.
84
17
Debray. (1967). Op. Cit. p. 47.
85
El terrible abandono en que han tenido que vivir numerosos focos durante meses,
a veces años, no se explica tanto por el sabotaje larvado, el desinterés o la traición
de sus aparatos de supericie como por una diferencia irreductible de condiciones
de vida, luego de pensamiento y comportamiento, entre unos y otros. El mejor
de los camaradas, en la capital o en el extranjero, aun destacado en misiones im-
portantes, dedicado a su trabajo, cae bajo el golpe de esa diferencia, que vale por
una “traición objetiva”. Muchos de ellos lo saben. Cuando una guerrilla habla con
sus responsables urbanos o en el extranjero, trata con “su” burguesía. Aun si tiene
necesidad de una burguesía —como de un pulmón artiicial para los momentos
de asixia—, no puede perder de vista esa diferencia de intereses y de medio: los
dos no respiran el mismo aire. Fidel Castro ha tenido la experiencia de ello y no
ha vacilado, aun a riesgo de quedar solo en momentos muy difíciles, en condenar
y repudiar a “su” burguesía, inclinada a hacer alianzas sin principios.19
18
Ibíd. p. 56.
19
Ibíd. p. 58.
86
en ciertos momentos, las nuevas guerrillas, alzadas bajo la dirección del partido
estaban todavía en lugares en los cuales la penetración francesa era muy fuerte
y la población estaba aterrorizada; en esos casos, practicaban constantemente
lo que los vietnamitas llaman la “propaganda armada”. La propaganda armada
es simplemente la presencia de fuerzas de liberación en determinados lugares,
que van mostrando su poderío y su imbatibilidad (sic), sumidas en el gran mar
del pueblo como el pez en el agua. La propaganda armada, al perpetuarse en la
zona, catalizaba las masas con su presencia y revolucionaba inmediatamente la
región, agregando nuevos territorios a los ya obtenidos por el ejército del pueblo.
Es así como proliferaron las bases y las zonas guerrilleras en todo el territorio
vietnamita.20
20
Guevara. “Prologo”. en Giap. Op. Cit. p. 13.
87
testimonio sirvió de base para las denuncias hechas por Venezuela contra la
intervención cubana en el subcontinente. Este fue el modelo de revolución que
se aprobó en la reunión de la Organización Latinoamericana de Solidaridad de
los Pueblos, olas, sección latinoamericana de la Tricontinental realizado en La
Habana en julio de 1967. Estas fueron las ideas con las que el Che se dirigió a
Bolivia en lo que se concibió como el inicio de una ofensiva continental contra
el imperialismo.
En parte por el enorme costo político que el incidente de Machurucutu
representó, y en parte por la muerte misma de Ernesto Guevara de la Serna,
fue que el gobierno cubano decidió dar marcha atrás en su apoyo a la revolu-
ción latinoamericana. Por lo menos entre 1968 y 1972 Cuba no brindó apoyo
a ninguna experiencia guerrillera en América Latina y durante ese periodo
el gobierno cubano retiró todas las publicaciones de el Che de las bibliotecas
cubanas, al mismo tiempo canceló las cátedras en la Universidad de La Habana
sobre su pensamiento.
%PTFMFNFOUPTFTUSVDUVSBMFTQBSBFTUVEJBSMBHVFSSJMMB
FO.ÏYJDPFOUSFZ
88
El ideario de la revolución mexicana, vuelto casi religión laica por parte del
binomio gobierno-partido de Estado, es sin duda, uno de los primeros pun-
tos a señalar. Desde los años cincuenta, ya la izquierda había cuestionado la
vigencia misma de la revolución mexicana, señalando las traiciones hechas
desde el poder a las corrientes más radicales del periodo armado y advirtien-
do el cambio el cambio estructural que representó el llamado “Desarrollo
estabilizador”: La corrupción creciente en los aparatos estatales y lo venial se
sus funcionarios.
¿Acaso la Revolución Mexicana había muerto y era hora de hacer otra
revolución? En 1947 Daniel Cosío Villegas concluía que la crisis de México era
mortal, debido al agotamiento de las metas de la Revolución, airmando que
el término mismo carecía ya de sentido.21 Silva Hérzog conirmaba lo anterior.
Hace algo más de seis años escribí que la revolución, uno de los tres acontecimien-
tos de mayor profundidad en la historia del México independiente, sufría una
crisis moral e ideológica de suma gravedad. Creía entonces que podría salvarse
y continuar su marcha hacia adelante en provecho del pueblo mexicano. Ahora,
después del tiempo transcurrido, pienso con cierta tristeza y siento con claridad
que la Revolución Mexicana ya no existe; dejó de ser, murió calladamente, sin que
nadie lo advirtiera; sin que nadie, o casi nadie lo advirtiera todavía.22
Era cierto que las metas de la revolución mexicana en su vertiente más radical
fueron abandonadas, que bajo el amparo del discurso se estaba implementando
en muchos sentidos una contrarrevolución. Sin embargo, el discurso no estaba
aún hueco, aglutinaba y daba sentido a una buena parte de la población sobre la
base de la capacidad estructural del Estado para ampliar el Estado de bienestar.
21
Cosio Villegas, Daniel. 1978). “La crisis de México”, Cuadernos Americanos, xxxii, marzo-abril
1947, en R. Ross Stanley (Compilador). ¿Ha muerto la revolución mexicana? México: Premia
Editora. p. 95.
22
Silva Hérzog, Jesús (1978). “La Revolución mexicana es ya un hecho histórico”, Cuadernos
Americanos, xlvii, septiembre-octubre 1949 en Ross. Op. Cit. p. 113.
89
Muchos de los que se rebelaron contra del Estado fueron en buena medida
estudiantes, muchos de ellos pertenecientes a la primera generación de familias
emergentes del milagro mexicano, por ende, con posibilidades económicas que
facilitaron la asistencia de sus hijos a la universidad. Esos jóvenes eran benei-
ciarios directos y a la vez producto del sistema que estaban cuestionando. En
último de los casos, aceptando que el modelo económico priísta del desarrollo
estabilizador estaba llegando a sus límites estructurales muy rápidamente, un
diagnóstico acertado de aquellos que se incorporaron a la lucha armada, no fue
sino a partir de 1982, con el cambio de modelo y el posterior desmantelamiento
del sistema de bienestar, que esto fue perceptible para la mayoría de la población.
Aquellos que se lanzaron a las armas buscando radicalizar las contradic-
ciones, no sólo dejaron de lado el análisis de las capacidades reales del Estado
para hegemonizar la idea social de transformación y lograr consensos en la
sociedad,23 sino que incluso desconocieron la premisa de Ernesto Che Guevara:
claro está que, en los países en que todas las condiciones estén dadas, sería hasta
criminal no actuar para la toma del poder. En aquellos otros en que esto no ocurre
es lícito que aparezcan distintas alternativas y que de la discusión teórica surja
la decisión aplicable a cada país. Lo único que la historia no admite es que los
analistas y ejecutores de la política del proletariado se equivoquen.24
Los pueblos deciden entrar a la lucha armada cuando las condiciones internas
de sus países no dejan otra opción para lograr transformaciones de sus estruc-
turas. En este sentido, las revoluciones no se exportan ni pueden surgir, crecer
y consolidarse únicamente por la idea y los intereses de otros países. Pero ¿Era
posible hacer crecer y consolidar un proyecto armado sin alianzas internacio-
nales? Las capacidades técnicas y tecnológicas del ejército mexicano, el apoyo
constante y el giro contrainsurgente que le imprimió el gobierno estadounidense
mediante sus planes de modernización, tanto al ejército como a las policías hacen
que la respuesta sea un no rotundo. Los proyectos revolucionarios latinoame-
23
Como bien lo señaló Gramsci en Cuadernos de la cárcel, el dominio del Estado sobre la socie-
dad es producto de la coacción, pero, también de la generación de consensos. La ausencia de
la capacidad de generar consensos por parte de la Sociedad Política es uno de los elementos
centrales para posibilitar una situación revolucionaria.
24
Guevara. Op. Cit. p. 156.
90
ricanos que alcanzaron en el siglo pasado los más altos niveles de capacidad
técnica y tecnológica, mismos que se tradujeron en una mayor capacidad de
enfrentamiento con los ejércitos nacionales y como en el caso nicaragüense,
la posibilidad real de tomar el poder, contaron con el apoyo material de otras
organizaciones. En este sentido, resulta particularmente importante establecer
el papel que desempeñó el gobierno revolucionario y socialista de Cuba en la
historia de la Liga Comunista 23 de Septiembre.
Desde el año de 1959 el gobierno revolucionario apoyó a una considerable
cantidad de movimientos armados latinoamericanos, brindó entrenamiento a
jóvenes de distintos países en instalaciones militares cubanas, los capacitó en
técnicas de inteligencia, contrainteligencia y en fuerzas especiales, también for-
mó combatientes y oiciales. Apoyó con armamento, dinero y oiciales cubanos
diversos intentos de lucha armada en el continente. Brindó su territorio como
retaguardia, en donde dirigentes podía encontrar refugio y apoyo para desarro-
llar sus proyectos revolucionarios e incluso replantearlos. Su territorio fue lugar
de encuentro entre los distintos movimientos revolucionarios latinoamericanos
y de éstos con otros movimientos y gobiernos revolucionarios en el mundo. En
Cuba estaba la meca de la revolución continental. Pero estos apoyos no se los
brindó a los revolucionarios mexicanos, mucho menos a la Liga Comunista 23
de Septiembre. ¿Por qué?
Es de sobra conocida la historia de los exiliados del cuartel Moncada
en México. Fue en territorio mexicano donde Fidel Castro pudo aglutinar,
entrenar y pertrechar a la fuerza expedicionaria del Granma. Fue en México
donde Fidel Castro volvió a caer preso junto con los otros integrantes del grupo
expedicionario. Fue en esa ocasión que el Comandante entabló amistad con
Fernando Gutiérrez Barrios, el hombre fuerte de los servicios mexicanos de
inteligencia y, por ende, uno de los responsables de la lucha contrainsurgente.
Paradójicamente, Gutiérrez Barrios fue la puerta a los revolucionarios cubanos
con el gobierno mexicano y les garantizó poder continuar los preparativos que
llevaron al desembarco del Granma.
Es conocida también la postura del gobierno mexicano de defensa de la
revolución cubana ante los embates de los Estados Unidos. Es recordada con
respeto la negativa reiterada de los gobiernos mexicanos a romper relaciones
con la isla, lo que les permitió tener un respiro casi único en el subcontinente
durante las más de cinco décadas que ha durado el embargo estadounidense a
la economía cubana. Uno de los acuerdos de la real-politik fue que el gobierno
revolucionario cubano se comprometió a no apoyar movimientos armados en
México.
91
25
Carta de Juan José Meza al presidente Manuel Ávila Camacho, en Archivo General de la Na-
ción. Galería 3, dgipys, caja 784, expediente 5. Juan José Meza fue el tesorero de la Unión
Democrática Centroamericana en los años cuarenta en México. Bajo las siglas de la udc se
agrupaban todos los centroamericanos que buscaban derrocar a sus respectivos regímenes y
eran la sección en México de la Legión del Caribe.
92
con la aprehensión de que aquí casi siempre toleran, o por lo menos no persiguen
intensamente las publicaciones revolucionarias de otros países, siempre que no
se metan en nada de este país.26
Todavía más, cuando llegaron a existir contactos entre las guerrillas latinoameri-
canas y las mexicanas, los primeros fueron presionados por el gobierno cubano
para desistir en la relación. El 8 de enero de 1975 Manuel Piñeiro, Comandante
Barbarroja, encargado cubano de la relación con los movimientos revolucio-
narios latinoamericanos vino a México a entrevistarse con el responsable de
la sección en México del egp, “en esa ocasión (J) me advirtió que si me estaba
relacionando con los residentes, acabarían partiéndome el trasero”.27
Es difícil establecer la existencia de contactos entre la Liga Comunista 23 de
Septiembre y revolucionarios latinoamericanos radicados en México, pero en todo
caso estos no se tradujeron en un robustecimiento de las estrategias políticas o
militares de la Liga o de otros grupos armados locales. El acuerdo pactado entre
el gobierno cubano y el gobierno mexicano en relación al apoyo de las moviliza-
ciones armadas arrojó importantes resultados, obviamente a favor del gobierno
mexicano. Posteriormente, ya en el periodo de la descomposición de la Liga el
apoyo por parte del gobierno cubano fue prácticamente imposible. Cuba no
rompería el acuerdo con el gobierno mexicano, no apoyaría ninguna guerrilla,
que a sus ojos, no tuviera ninguna posibilidad de éxito.
Por otro lado, las guerrillas centroamericanas, que durante la segunda
mitad de los setenta tuvieron su momento de auge y mayores posibilidades de
triunfo, estaban más interesadas en aprovechar la puerta abierta por José López
Portillo para que vieran en sus gobierno un aliado internacional, que apoyaba
fuertemente sus posibilidades de triunfo, reeditando el papel asumido con la
revolución cubana, teniendo en mente reeditar el acuerdo. Desde 1977, con
matices y altibajos, las guerrillas centroamericanas también ayudaron a guardar
a México del contagio guerrillero.
Si hasta 1979 el interés de los guerrilleros centroamericanos estuvo
centrado en obtener un modus vivendi que les permitiera tener una base de
retaguardia y logística y el apoyo político de parte del gobierno mexicano,
después del triunfo sandinista en Nicaragua, cuando se generalizó el imagina-
rio de un triunfo rápido y que se sintetizó en Si Nicaragua venció, El Salvador
26
Sebastián. “Opiniones ante la Comisión Ejecutiva sobre el Boletín de Bethania”. 25 de mayo
de 1975. Archivo personal del autor.
27
Sebastián. “Carta de Sebastián a Casimiro y Compañeros de la Comisión Ejecutiva”. 20 de
enero de 1975. Archivo personal del autor.
93
-B-JHB$PNVOJTUBEF4FQUJFNCSFBOUFFMEFCBUF
ZMBQSÈDUJDBSFWPMVDJPOBSJBMBUJOPBNFSJDBOB
El modelo militar cubano establecido entre 1959 y 1967 fue una heterodoxia
respecto al pensamiento militar marxista y a las deiniciones de la lucha por
el socialismo establecidas por la urss. El traslado de la ciudad al campo del
lugar de la lucha armada, el señalar al campesino y, posteriormente a la alianza
obrero-campesina como el sujeto de la revolución y el rechazo a la insurrección,
primordialmente urbana, representaban heterodoxias a la ortodoxia militar
marxista. Además, preconizar la lucha armada inmediata, el paso mediato
de sociedades semicoloniales, subdesarrolladas y dependientes a sociedades
socialistas eran heterodoxias a las etapas históricas deinidas por el marxismo
clásico y se contraponían a la política global de la Unión Soviética de la co-
existencia pacíica.
Por lo tanto, analizar la construcción del modelo militar cubano para Amé-
rica Latina tiene que partir de considerarlo una heterodoxia del pensamiento
94
95
28
Salas Obregón, Ignacio. (2003). Cuestiones fundamentales del movimiento revolucionario.
México: Huasipungo. México. p. 67.
96
La huelga política
Pero también respondía a una visión más clásica del marxismo y de la estrategia
militar de los partidos comunistas en el mundo. En la 10 Sesión Plenaria del
Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista, celebrada en París en julio
de 1929 se deinió como el objetivo central a las grandes huelgas políticas, cuya
organización, según decisiones adoptadas,
29
Ibíd. p. 63.
30
Nueberg. (1973). La insurrección armada. México: Ediciones de Cultura Popular. p. 7.
97
El sujeto revolucionario
Sentadas estas premisas nada más natural que de ellas se dedujeran concepciones
como la que caracterizaba al movimiento estudiantil del 68 como una lucha cuya
fuerza principal, su carácter y contenido eran proletarios, una lucha revolucionaria
del proletariado que solo el oportunismo, la miopía y la cobardía de los demócratas
había impedido que se proyectara a sí misma de acuerdo a su verdadera naturaleza
y, por tanto, que se convirtiera en una insurrección armada por la destrucción
del poder burgués.31
31
Hirales Morán, Gustavo. (1977). La Liga Comunista 23 de Septiembre. Orígenes y Naufragio.
Citado por Esteve Díaz, Hugo (2013). Amargo lugar sin nombre. Crónica del movimiento armado
socialista en México (1960-1990). Guadalajara: Taller Editorial la Casa del Mago. p. 463.
98
Las alianzas
en cuanto a la política de alianzas, hay alianzas duraderas para toda una etapa
estratégica de la revolución y alianzas temporarias para un período determinado
de una etapa revolucionaria. Hay también alianzas para la acción y alianzas para
la neutralización.
99
32
Troug, Ching. (1972). El marxismo vietnamita. México: Grijalbo. pp.89-90.
100
A pesar del análisis realizado, la Liga no pudo ver en las pugnas intermo-
nopólicas una posibilidad de diezmar a la gran burguesía ni al Estado mexicano.
Antes bien, en concordancia con la radicalización del modelo cubano, plantearon
la necesidad de separar en dos bloques a la sociedad mexicana, burguesía-Estado
contra la alianza obrero-campesina.34 Y más aún, antes que una alianza con
sectores democráticos de la pequeña y mediana burguesías, los constituyeron
en su principal e inmediato enemigo. Al referirse a las tareas fundamentales de
la lucha armada Salas Obregón escribió: “En segundo lugar, va dirigida a dar
muerte a los ‘agentes’, ‘orejas’, ‘charros’, y funcionarios que permiten el desarrollo
de la labor de la policía política. Y junto a ello, a liquidar directamente a los
cuerpos militares de la burguesía.”35
De tal manera que, para la Liga 23 de Septiembre la política de alianzas
fue muy restringida. Buscando el purismo de la victoria propuso un sujeto
revolucionario que en la práctica sólo existía en la mitad del país, permitió que
la burguesía y el Estado se unieran en contra de un enemigo plenamente identi-
icado —superando parcialmente sus pugnas—, que ellos mismos consolidaran
su dominio sobre la pequeña y media burguesía y obtuvo la imposibilidad de
llevar a cabo su propia deinición estratégica de lucha armada: la huelga política
y la insurrección que llevaran a la generalización de la guerra en México.
33
Salas. (2003). Op. Cit. p. 23.
34
Para Ignacio Salas Obregón “El desarrollo del aparato burocrático y militar, el crecimiento
cada vez más complejo de las tareas de dirección técnica y despótica del capital en el proceso
productivo, la necesidad política de consolidar su dominio sobre el proletariado, asegurando
la alianza de un puñado de obreros aristocratizados que devienen en pequeña burguesía
en sentido estricto; la posibilidad que el desarrollo monopólico le da a la burguesía para
obtener ganancias extraordinarias, una parte de las cuales puede destinar a la corrupción
de una amplía capa de burócratas, obreros aristocratizados, funcionarios, administradores y
gerentes, todo esto hace crecer incesantemente a una capa pequeñoburguesa, que se somete
incondicionalmente a la política de la burguesía inanciera. Claro está que al mismo tiempo,
por su ubicación en las relaciones de producción se encuentra en peligro de ser desplazada;
aunque lo anterior, más que impulsarla a la lucha contra la burguesía, la condiciona a una
sumisión cada vez más servil. Se trata de las más serviles y reaccionarias capas de la pequeña
burguesía, de ahí salen los charritos y los capataces”. Ibíd. p. 24.
35
Ibíd. p. 76.
101
"NBOFSBEFDJFSSF
102
3FGFSFODJBT
103
104
l siguiente testimonio forma parte de una entrevista realizada por los coor-
E dinadores del presente libro1 a Gustavo Adolfo Hirales Morán, fundador
de la Liga Comunista 23 de Septiembre.
Coor.
¿Cómo la Liga Comunista concebía el poder y cómo lo ejercería si obtendría el
triunfo militar y político?
GH.
¡Qué bueno que no obtuvo el triunfo!
Coor.
Este dato lo consideramos relevante, porque en ningún documento como el
Cuestiones Fundamentales, la Tesis de la Universidad Fábrica o en los
Madera ese tema queda explícito.
GH.
Es muy sencillo. La Liga no tenía una concepción distinta del poder que la plan-
teada por Lenin en la Revolución Proletaria y el renegado Kautsky, era el
poder para arrasar con todo. La Liga veía el poder como los clásicos del
marxismo, no como Marx y Engels lo miraban, más bien como Lenin, así
lo miraban. ¿Qué es el Estado? el Estado es una maquinaria que sostiene la
dominación de una clase sobre otra, ahorita hay que destruir este Estado
porque es el Estado creado para la opresión del proletariado, etcétera. Una
vez que tomemos el poder vamos a utilizar esa misma máquina de poder
del Estado para aplastar a los reaccionarios, a los contra-revolucionarios,
contra los enemigos etc. Eso nunca lo pusimos por escrito, nunca se puso
porque nadie entre la capa dirigente de la Liga tenía una concepción
distinta. No era necesario, todo era… cómo se dice… puntos de vista
1
La entrevista fue realizada el 15 de mayo de 2014 en la Ciudad de México
317
318
Coor.
En ese tenor Gustavo, la Tesis de la Universidad Fábrica y los Madera, los viejos
Madera fueron elaborados bajo una inluencia o perspectivas de realida-
des locales o fueron redactados pensando en el movimiento nacional. Por
ejemplo la Tesis, en el contexto de los conlictos estudiantiles en Sinaloa.
GH.
No, no, cállense la boca. La Tesis de la Universidad Fábrica pretendía modiicar la
visión del marxismo no sólo a nivel nacional, sino internacional. No sé si
se acuerdan, pero yo en La Memoria de la Guerra de los Justos planteo que
en una discusión que hubo en Guadalajara allá por mayo del 73, yo planteé
que la Tesis de la Universidad Fábrica no era tan importante, que esa tesis
nos alejaba de la izquierda y nos impedía discutir las cosas en un terreno
más político, yo pensando, precisamente en la Universidad de Sinaloa y
las broncas que teníamos con la izquierda, yo decía que la Tesis de la Uni-
versidad Fábrica te llevaba, además de otras cosas, en cuestiones prácticas
a arrasar con todos los bienes de la universidad porque supuestamente los
ibas a dedicar a la lucha revolucionaria. Entonces cuando yo planteo eso,
“Nacho” se encabronó y me contestó que yo estaba mal, porque la Tesis de
la Universidad Fábrica era lo que distinguía a la Liga de todos los demás
grupos no sólo a nivel nacional, sino a nivel internacional. Entonces me
aplastó, sin convencerme, porque yo seguí pensando que no era así, por
mi propia experiencia con los Enfermos de Sinaloa. Ahora ¿de dónde sacó
Nacho la Tesis de la Universidad Fábrica? Pues la sacó de un escrito suelto
de Marx, donde decía que un profesor produce, no recuerdo ni cuál, ni
dónde está esa frase, pero está en el Capital, es realmente una analogía de
lo que hace un profesor en la escuela y lo que hace un salchichonero que
hace salchichas en la fábrica, y ahí dice Marx, sin darle mucha atención,
que es comparable el trabajo de moldear las mentes de los alumnos con
el trabajo del salchichonero que hace salchichas, lo cual era totalmente
jalado, pero de ahí se agarró para darle forma a la Tesis de la Universidad
Fábrica, también se inspiró en las partes de El Capital que hablan de las
subsunción de formas precapitalistas de producción por el capital; porque
“Nacho” tenía una gran perspectiva y una formación teórica muy sólida.
Entonces ¿cuál era el punto, o de qué se trataba? ¿A Dónde quería llegar
con esa tesis? Que los estudiantes eran proletarios, que la gran distribución
del capital del trabajo, los estudiantes y los maestros producían plusvalía,
la parte que teóricamente creaba la plusvalía eran los estudiantes. Por lo
tanto, la universidad era una institución burguesa más que contribuía no
sólo a la producción de una ideología que mantuviera un sistema, sino
319
también con cosas que eran, que servían para producir plusvalía, por lo
tanto, la universidad era un terreno de la lucha del proletariado donde
la administración y eventualmente los maestros eran enemigos de los
estudiantes, eran parte del destacamento del proletariado. Me acuerdo
de algunos documentos, como uno que yo hice en Sinaloa, que era algo
así como Maniiesto al destacamento estudiantil del Proletariado, ese era
el fundamento, el fundamento era la Tesis de la Universidad Fábrica, en-
tonces no sólo no era un asunto local, desde el punto de vista de la Liga
era lo más universal que aportábamos.
Coor.
¿Pero hacía adentro tuvo sus limitantes la Tesis?
GH.
Fue muy poco comprendida, pero seguida a píe juntillas donde quiera que
estuviéramos, en la órbita universitaria, lo cual nos llevo a enfrentarnos
durísimo con otras organizaciones de la izquierda, para no decir de la
derecha que actuaban en el seno de las universidades. Eran enfrenta-
mientos brutales que llegaron a la agresión física y a las víctimas fatales,
por ejemplo la muerte de Guevara Reinaga en Sinaloa, que por cierto la
leyenda es que los Enfermos acorralaron a Guevara Reinaga y lo mataron,
lo que no se dice por que no es políticamente correcto es que Guevara
Reinaga también andaba armado y mató a un Enfermo antes de que lo
mataran a él. Eran broncas permanentes porque los Enfermos querían
apoderarse de los bienes de la universidad, pero los Enfermos por ejemplo,
tenían mucha fuerza en las casas del estudiante y entonces iban, presio-
naban y secuestraban entre comillas a los rectores, a las autoridades para
obligarlas a que soltaran la lana a las casas, que ellos no querían soltarlas
y eso determinaba enfrentamientos muy violentos entre autoridades y
la gente que apoyaba a las autoridades contra los Enfermos. Eso fue, y
además, Guevara Reinaga como se sabe, era muy aventado, muy duro, él
se enfrentaba a los Enfermos y producto de ese antagonismo fue producto
de este intercambio de disparos, que por cierto, Guevara Niebla todavía
no me perdona eso, como si yo hubiera estado ahí.
Coor.
Muchos de los documentos fundacionales son atribuidos a un autor particular,
pero si uno los lee no están irmados por alguien, por ello nos gustaría
saber ¿Cómo eran los procesos de escritura de estos textos, había debates,
por ejemplo nos viene a la mente el “Comunicado al Partido de los Po-
bres” que los irman como parte de las Fuerzas Armadas Revolucionarias
(far), incluso en el cuerpo del texto viene así.
320
GH.
Eso no tiene ningún misterio, los textos, todos los escribía Ignacio Salas Obre-
gón excepto algunos que escribí yo por ejemplo ese del Maniiesto al
Estudiantado Revolucionario que eran irmados por la Coordinadora
Clandestina de la feus, casi ahí la mayoría los escribí yo, pero si quitan
esos y algunos otros menores, la inmensa mayoría, el 95% los escribió
Ignacio, las respuestas a Lucio, todo eso lo escribió Ignacio, porque había
otros que también escribían pero cuando se trataba de ijar posición, el
único que la podía ijar era “Nacho”.
Coor.
Regresando a Sinaloa, particularmente a los Enfermos, cuándo se da el debi-
litamiento de esta organización, cuando a los teóricos los comienzan a
mandar a otros estados. Cómo inicia el proceso de debate y la vinculación
Enfermos-Liga.
GH.
La descomposición comienza con el aferramiento de Oseas, de Nacho, por
mantener una línea de golpear y golpear, más bien, de querer golpear
cuando cada golpe se te revertía y agarraban a gente, te mataban gente
y yo lo dije en otras ocasiones, a ver, según nosotros estábamos en un
periodo de acumulación de fuerzas, pues cuál acumulación de fuerzas,
pues si cada que dábamos un manotazo nos reviraban y nos desbarataban
las posiciones que teníamos, como ocurrió con lo de Garza Sada, lo de
Aranguren, como ocurrió con muchas otras cosas. Entonces la descom-
posición empieza con la incapacidad de Oseas y la plena incapacidad de
todos los demás que estábamos atrás de Oseas y a un lado para corregir.
Ese fue el inicio de la descomposición. Porque cuando en la imaginación
del núcleo dirigente se pensaba que íbamos a trascender, pues cuál tras-
cender, íbamos a la lona, lo de Garza Sada fue el epítome de todo esto
y después nos seguimos aferrando a la misma estrategia, secuestrando,
matando, etc., cuando eso no sólo nos aislaba espantosamente, sino que
nos ponía en la mira directa de las fuerzas de seguridad, los cuales tenían
además licencia de hacer con nosotros lo que quisieran y nadie se los iba
a reclamar, tal como ocurrió.
Coor.
Quisiéramos preguntarte sobre el logo que se usa en los Madera, el logotipo
con el que se identiica a la Liga, el sujeto con la metralleta, etc., cómo
se decidió elegir esta imagen, de dónde salió, si tenía importancia en ese
momento o era algo marginal?
321
GH.
No, miren, yo no sé de dónde salió esa imagen, pero si les digo una cosa, es una
imagen que no tiene nada que ver con la realidad mexicana, es una imagen
que viene de los tiempo de la Internacional Comunista. Es una imagen
que tiene una impronta de cuando se creía que la revolución estaba a la
orden del día. Esa imagen no es mexicana, es rusa o alemana, de por allá
y de los años veintes, no es moderna pues, lo que porta el militante ése no
es una metralleta y si la tiene es una composición, lo que originalmente
tenía era un rile con bayoneta, de los que se usaron en la primera guerra
mundial y así se quedó. Pero además, eso no fue del primer Madera, fue
ya después, incluso después de la caída de “Oseas”.
Coor.
Ahora que lo mencionas Gustavo ¿Cuál fue la inluencia de los religiosos en
la Liga, es decir, esas concepciones del profeta, del mesías, existió un
paralelismo de esto con “Oseas”, en el sentido teórico de “Oseas” y su
cercanía con la formación religiosa a concebir una estructura clerical,
muy vertical o cómo podría leerse esta inluencia?
GH
Yo creo que inluyó de manera negativa, pero no en un sentido de ego, sino en
un sentido, cómo les diré… Lo planteo incluso en el libro de la Memo-
ria, digo que “Oseas” de repente parecía cuando hablaba, como poseído,
como poseído de una misión. Que en ese tiempo no se veía tan raro,
pues todos de alguna manera nos sentíamos misioneros, pero ya visto
en retrospectiva, yo creo que sí inluía su original bagaje cristiano de la
Teología de la Liberación y todo eso. Yo, conviví mucho con “Oseas” en
el tiempo antes de la formación de la Liga cuando éramos él y yo en el
DF contra el mundo, ya después comenzaron a llegar otros, el “Gordo”,
este y otros, y no le descubría, yo no le descubría así un rollo ideológico
cristiano fuerte, ciertos modos, ciertos matices. Pero ya después cuando
era jefe de la Liga sí se le veía como poseído de su papel, de su misión,
pero no lo expresaba en términos cristianos. De repente decía cosas
como…(Silencio) cuando yo planteaba eso de que había que conducir
el movimiento de Sinaloa hacía un aspecto menos confrontativo con la
izquierda y con la administración él decía “no padre, no es por ahí, esta
chingadera no se va a resolver sin muchos madrazos y sin mucha sangre”,
entonces yo decía, ¡ay cabrón!… y en ese tiempo eran expresiones, yo
digo ahora, aunque en ese momento no se le notaba tanto, se asomaba
esa visión un tanto apocalíptica, de sacriicio, y no tanto de uno, sino
322
también de los otros ¿no?, eso por un lado, y por el otro, entre algunos
cuates que venían de la corriente de “Oseas”, cristianos de Monterrey y
otros lados de manera muy franca decía, no, nosotros seguimos siendo
cristianos y creyentes y yo que era ultra marxista les decía cómo van a
poder seguir creyendo en dios ¿qué no han leído materialismo y empi-
riocriticismo? y ahí se daban unas discusiones medias bizantinas. Pero
así que ustedes digan, qué tanto pesó el rollo ideológico cristiano, pues
no, ni en la cuestión organizativa, pues éramos comités clandestinos, en
todos lados donde se pudiera, y armados etcétera.
Coor.
En qué momento “Oseas” adopta ese sobrenombre de “Oseas” que es un profeta
del antiguo testamento, pues hay algunas versiones que sostienen que
fue en el 1972?
GH.
Nosotros, cada cierto tiempo cambiábamos de seudónimo o de alias, nombres
de pila, no recuerdo exactamente cuándo, pero supongo que ha de haber
sido cuando se fundó la Liga, porque antes no recuerdo ni cuál era su
nombre de guerra, “Camilo”, creo, creo que era “Camilo”, pero la verdad
no recuerdo. Pero sí estoy seguro, que después de la fundación de la Liga
ya todos le decían “Oseas” y sí, es un profeta bíblico, menor, por cierto.
Coor.
¿Desde la posición teórica de la Liga, cuál fue la discusión para conformar al suje-
to revolucionario”, cómo se asimiló, quién sería ese sujeto revolucionario?
GH.
No hubo ninguna discusión, “Oseas” planteó su rollo asumiendo que todos
éramos así ¿saben quién le discutía un poco en ese sentido? El “Gordo”,
José Ángel, pero, era muy resbaloso, nunca planteó posiciones claras,
discutía en el sí pero no, y terminaba yéndose por la tangente, eso impe-
día a uno saber que tanto estaba el “Gordo” oponiéndose o luciéndose
para que todos viéramos su conocimiento del marxismo. Recuerdo que
cuando llegamos a la reunión de la formación de la Liga, el Gordo llegó
un poco con la cabeza agachada porque no había sido muy participativo
en el periodo previo, el periodo de la organización partidaria, pero en
la reunión se lució con el conocimiento que él tenía del marxismo y de
economía, y entonces yo por ejemplo, era el segundo de “Oseas” al llegar a
la fundación de nuestro grupo y los otros jefes pues eran Julio, el “viejito”,
era este… X y Z, y yo quedé totalmente opacado en la organización de la
fundación de la Liga, yo era el secretario de actas, el que estaba anotando
323
324
325
326
sobre todo porque él ya traía el rollo del frap con otros remanentes, entre
otros con el “Chelis”, el “Chelis” (José Luis Alonso Vargas) desde el bote
allá en Chihuahua estaba en contacto con todos estos pelados. David
López fue a ver al “Chelis” allá a Chihuahua, y “Chelis” le dijo: mándalos
a la chíngada, o sea a nosotros, y entonces, pos yo dejé al Richard, este
¿cómo se llama? Fernando Salinas Mora como encargado de seguir la
negociación con este grupo. Y un día que llego a Guadalajara, él me
dice, no esos cabrones no más nos están dando atole con el dedo, ya me
dijeron que no quieren nada con nosotros y que ni nos pongamos muy
alzados, porque nos andan atorando, dije, pos mándalos a la chingada, y
así rompimos contacto con ellos. Ya después, en mayo del 73 que tenía-
mos una reunión plenaria de la Dirección de la Liga donde había como
25 pelados, estaba el “Chano” y los del fer y todo el mundo, estaban Los
Macías que se acababan de anexar a la Liga, y los del frap hacen su jale
de León Hardy y nos ponen en jaque, en peligro pues porque nosotros
también estábamos ahí, porque lo hacen en Guadalajara, y nosotros
estábamos ahí en reunión. Recuerdo que ese día estábamos el Julio y
yo tomándonos un café en una de las principales avenidas y de repente
todo el restaurant se llena de gente del Estado Mayor y nosotros todos
espantados no sabíamos que estaba pasando y es que Echeverría había
llegado a Guadalajara e iba con todo su convoy en la avenida, y no sé si
eso ocurrió un día después o un día antes del secuestro, eso complicó la
salida de Guadalajara.
Después de este proceso, muchas de las vinculaciones se fueron perdien-
do, incluso ahí en Guadalajara un grupo de cuates del Partido Comunista
me busca a través de sus múltiples contactos y yo no quería ni verlos,
porque dije, pos si son del Partido Comunista no tenemos nada que
hablar, para qué vernos, es que como eran cuates míos desde tiempo
atrás, incluso con alguno de ellos estuve un tiempo allá en la Alemania
Oriental, dije, a ver, vamos a ver qué pasa, y nos vimos y los batos muy
amables conmigo, y me dicen que también quieren participar en la lucha
armada, yo le dije ¿Cómo quieren participar en la lucha armada si siguen
siendo del Partido Comunista? Total, no llegamos a ningún acuerdo.
Los vi como amigos, sobre todo por Gilberto Enríquez, un amigo muy
querido, que, era por cierto, hijo de un policía de Guadalajara que era
un perro contra los comunistas. Recuerdo que Gilberto Enríquez me
platicaba que su papá le decía: Pendejo, cómo te quieres poner en contra
del supremo gobierno… Nosotros decíamos, si no estamos en la época
de Plutarco Elías Calles.
327
Coor.
Eso mismo impide la vinculación con Lucio.
GH.
Claro, pues nosotros teníamos una línea muy clara de que todo mundo debía
someterse al proletariado y nosotros éramos los representantes del
proletariado y Lucio, evidentemente, era el representante de la pequeña
burguesía rural, claro, revolucionaria, pero con todos sus perjuicios, su
caudillismo. Nosotros le hicimos labor de zapa a Lucio dentro de la Bri-
gada, pero ¿apoco Lucio era pendejo? Lucio estaba muy jodido de salud, y
cada rato bajaba a curarse, y nosotros aprovechábamos cuando no estaba
para hacer grilla, nos aventábamos nuestro rollito ahí, y nada más llegaba
y “pum” daba un manotazo y desbarataba todo, toda la conspiración.
Hasta que un día se hartó y dijo ¿Saben qué? ¡Estos cabrones se me bajan,
si no quieren que los fusile! No, pues nos bajamos cabrón, antes de que
nos fusilen. Y ahí andan, por ejemplo el “Rami”, ustedes lo conocen, él
estuvo allá con Lucio. Escamilla Lira era otro, de hecho alguien me dijo
un día: ¡oye que cabrón eres! tú mandaste a Escamilla Lira y a su mujer a
la sierra, y yo me quedé pensando y dije: ¡hijo de su pinche madre, si es
cierto! ¿Por qué mandé a Escamilla Lira y a su mujer a la sierra? Porque
eran muy conlictivos y muy desordenados y muy paranoicos. Una vez
nos salimos de una casa porque la mujer de Escamilla dijo que un carro
tenía no sé cuantas horas ahí vigilándonos, y dejamos todo y nos fuimos,
mi compañera de entonces, yo, Escamilla Lira y su mujer ahí andábamos
trotando por los hoteles de paso del centro, entonces me pregunta Oseas
¿qué hacemos con Escamilla Lira? Pos hay que mandarlo la sierra, dije,
y que lo mandamos a la sierra. Además el Escamilla Lira estaba sordo,
no escuchaba, entonces, como no escuchaba, gritaba, porque pensaba
que no lo escuchaban, imagínate, entonces, van en la noche, en la sierra,
una columna y grita, pues es para… los cuates de la brigada, los viejos,
estaban encabronadísimos. Y luego la mujer, la mujer era una chava en
aquel tiempo un tanto gorda con los tobillos muy frágiles y cada rato se
caía en las caminatas de la sierra, entonces era un desastre por todos lados.
A ellos los corrieron antes, pero se bajaron junto con todos. Entonces
reconozco que yo cometí el error de mandarlos, pero los mandé porque
no hallaba dónde ponerlos, y así pasaba con varios compañeros. Pues eso
de Lucio fue un desastre, de ahí salieron otros grupos como el de Carmelo
Cortés que nunca inalmente se alió con nosotros, una brigadita nuestra
que teníamos ahí en Acapulco, toda inestable y que se fue a Oaxaca,
donde estuvo “Rami” también, y ellos son los que relato ahí en mi libro
328
que hicieron toda una ceremonia cuando enterraron las armas, como si
estuvieran enterrando a sus parientes. Y ahí se integraron a la vida civil, ya
en plena rectiicación. Ahora, este… la rectiicación comenzó lentamente
mucho después, y después de que dijeron que yo era un pinche traidor,
por haber iniciado la rectiicación, pero poco tiempo después muchos
comenzaron a decir, ¡pues éste no está tan errado!, y comenzaron a… por
ejemplo los de la Corriente Socialista se declararon partido legal o grupo
legal, o corriente legal, y al mismo tiempo seguían haciendo acciones,
entonces que no digan que ellos se me adelantaron a la rectiicación, pos
cuándo. Ellos creían que todavía se podía mantener dos caretas durante
un largo periodo, hasta cuando las cosas se pusieron más peligrosas.
Todo esto un poco antes de la amnistía, porque mi hermano, y otros, el
“Rami” y otros cuates estuvieron ahí en la corriente, con Camilo, con
Zambrano, con muchos más.
Coor.
Es ese tenor ya que lo mencionaste, son bien conocidas las desavenencias que
hubo entre la Liga y el Partido de los Pobres, pero nos gustaría conocer
más sobre por qué tampoco se integran o se adhieren a la Liga por ejemplo
las Fuerzas de Liberación Nacional o por Ejemplo la up.
GH.
…Miren, con las Fuerzas de Liberación Nacional nunca hubo relación orgánica,
relación de conocimiento porque, tanto los principales dirigentes de los
Procesos, luego de la Liga como de las Fuerzas de Liberación Nacional
surgieron del mismo núcleo de jóvenes socialistas de Monterrey, nada
que más que los de las fln se orientaron claramente hacía el rollo cuba-
no, cubanóilo y los otros dirigidos por Raúl Ramos, por Rhi Sausi, por
Rosalbina Garavito, por el propio “Nacho”, por José Luís Sierra Villareal,
se orientaron a una posición crítica hacía el cubanismo, la castroilia.
Por eso nunca pudieron embonar, nunca hubo más allá de contactos…
cómo les diré… de alianzas convenencieras, de objetivos comunes, pero
no había empatía. Con la Unión del Pueblo fue peor, por qué éstos de la
Unión del Pueblo para empezar eran muy misteriosos y, segundo, estaban
enajenados con lo de poner bombas, y nosotros teníamos un profundo
malestar y despreció por aquellos que creían que la revolución se iba a
hacer poniendo bombitas aquí y allá. En aquel tiempo, nosotros a ellos los
llamábamos “los bomberos”. Y nos los encontrábamos en cada esquina,
por ejemplo yo platico en mi libro, en el de la Memoria, que una vez, allá
en Guadalajara, en una casa de seguridad del fer me encuentro al “Ti-
burón”, yo conocí al “Tiburón” Jorge Meléndrez, porque era hermano de
329
330
331
nosotros eran malos, bien sea porque eran malos ideológicamente, bien
sea porque eran agentes del gobierno o militaristas, pequeño burgueses
o lo que ustedes quieran.
Coor.
¿Ya a 40 años de distancia de la formación de la Liga Gustavo, qué podrías abonar
sobre porqué la organización fracasó en lo militar y fracasó en lo político?
GH.
Miren más bien, yo no diferenciaría lo militar de lo político, yo creo que fracasó
porque la concepción política, incluyendo la militar estaba equivocada,
o sea nosotros partimos ¿de qué? De que en México ya estaban dadas
las condiciones para la lucha directa por la revolución, y que el error de
nuestros izquierdistas era no admitirlo… Nosotros partíamos de una
concepción equivocada en cuanto a qué ya estaban dadas las condiciones
para el asalto directo al Palacio de Invierno; ahora ¿por qué estaban dadas
las condiciones? Pues porque había una represión espantosa en el 68, en
el 71, impunidad, indignación, porque la gente vivía en la pobreza, la
mayoría, porque había opresión y represión política, porque el gobierno
no respetaba la constitución, porque se pasaba la constitución por el arco
del triunfo, cuando de reprimir o de hacer prevalecer muchos intereses
se trataba, y cuál era la bronca con la izquierda según nosotros, pues de
que la izquierda no se daba cuenta de esto, de que ya estaban dadas las
condiciones y posponía el momento de la deinición diciendo que en
las actuales condiciones la lucha era por una revolución democrática y
socialista, cuando para nosotros era claro que la única lucha posible era
por la revolución socialista directamente y luego nos pitorreábamos de
las consignas de la izquierda, particularmente las del Partido Comunista
que luchaba por la reforma democrática de la enseñanza, por la reforma
electoral democrática, por la reforma educativa, por la reforma campesina,
por la reforma laboral, etc. Nosotros decíamos: pendejos, este ya no es el
momento, ya pasó el tiempo de la lucha política por las reformas, hay que
pasar a luchar directamente por la revolución y lo que hay que hacer aho-
rita, en vez de estarnos desgastando en reformas es luchar por construir los
núcleos revolucionarios en todas las instancias y todos los lugares, en todas
las instituciones que permitan desarrollar la lucha revolucionaria, en las
universidades, en los campos agrícolas, en las fábricas, en esto, aquello, en
el más allá, sin mediaciones. Mediaciones que tenía el Partido Comunista
y la izquierda, tenían un conjunto de mediaciones para luchar por las re-
formas y nosotros decíamos que la lucha era sin mediaciones, estábamos
bien pendejos, ni en China, ni en Rusia, ni en ningún otro lugar ha habido
332
333
334
decíamos en ese tiempo, sin querer decir que la lucha legal era la única,
porque nunca lo dijimos, pero muchos lo dedujeron, así lo entendieron,
que nosotros no queríamos saber nada de la lucha armada, y en parte era
cierto, nosotros no queríamos saber nada de la lucha armada, para nada.
Otros coqueteaban con ambas ideas, decía: si pero no, es que depende,
nosotros decíamos que no, deinitivamente no a la vía armada. Nosotros
decíamos que el camino de la lucha armada se había chingado. Era y
hablaba nuestra experiencia, me acuerdo que en aquel tiempo decían;
estos lo que quieren —decían— en vez de hacer la carta a Campa lo que
debieron hacer era una manta que dijera ¡déjenos salir! y pos sí, pero no
nos dejaron salir, yo después de la carta a Campa estuve cuatro años
encerrado, así que no fue el pasaporte esa carta a Campa.
Coor.
¿A 40 años cuáles fueron los aportes de la Liga a la reforma política, a la ley
de amnistía, a la democracia, a los derechos humanos, a la alternancia
política?
GH.
Ningún aporte directo, puros aportes indirectos, o sea, la Liga y en general
las organizaciones que hicieron la lucha armada contribuyeron a la de-
mocratización no por lo que planteaban, sino por lo que hacían y por
lo que mostraban ¿Qué mostraban? Mostraron que después de 1970,
de las represiones y de los abusos del poder, que un sector importante
vio cerrados todos los caminos y en su desesperación apeló a la última
instancia, la lucha armada, sin darse cuenta que no estaba a la orden del
día la última instancia, porque la última instancia, como su nombre lo
indica es cuando no hay otra opción y evidentemente en este país había
muchas opciones, como la lucha democrática, la lucha sindical, la lucha
campesina y obrera, etc. Estas luchas se siguieron desenvolviendo al
margen y hasta en contra de nosotros. Ahora bien, mi punto ¿para qué
sirvió la lucha armada? No conquistó nada directamente, pero sirvió
para mostrar la desesperación, exasperación y asixia de amplios secto-
res de la juventud sobre todo, contra un régimen muy cerrado, que no
abría espacios y no tenía válvulas de escape, por así decirlo, y sectores, o
grupos más perspicaces y visionarios de los gobernantes que dijeron ¡ah
cabrón! esto está de la chingada o empezamos a abrir o se va a reproducir
el fenómeno. En ese sentido yo digo, y no sólo yo, la lucha armada y la
guerrilla contribuyeron a romper el cascarón, como se ha visto, ha sido,
un proceso interminable, romper una parte del cascarón, luego otra capa,
y otra capa, hasta llegar al punto donde estamos, donde hubo alternancia
335
336
GH.
Miren, yo creo que el ezln fue un movimiento que tardó mucho tiempo en
incubarse, mucho más de lo que ellos tenían pensado y que dio lugar a
un fenómeno que ellos no tenían pensado tampoco. Ellos tenían pensado
en implantar su columna guerrillera en el lugar estratégico adecuado que
era Chiapas y dentro de Chiapas, X o Z sierras, pero al estar ahí, fueron
creando otra cosa que al momento de explotar era otra cosa distinta al
viejo esquema guerrillero, nada que ver, era un ejército con un peril y
una seña de identidad muy particulares que fueron la causa de su gran
pacto y su gran impacto y su gran éxito cuando apareció. Pero esto
mismo, que le dio tanto impulso, tanto efecto, inalmente se ha venido
convirtiendo en las causas de su opacamiento, es decir, el carácter in-
dígena, el carácter aislado, o sea, el ezln tenía una estrategia que tenía
que ver con sus éxitos militares y su conversión en parte beligerante,
sujeto de las leyes de Ginebra, pero como eso no se logró, o sea, nunca
pensó en tomar el poder directamente, claro que no, nadie está tan loco,
pero sí trataron de convertirse en un actor beligerante según las leyes
de Ginebra, pero eso no se logró y a partir de que no se logró entraron
en situaciones que tenían que ver con las conversaciones de paz, con la
demanda de la autonomía indígena, etcétera. Y después de eso, de que
se rompe la continuidad de su horizonte programático, pues lo que ha
venido ocurriendo, hasta dónde puedo ver, es una especie de ensimis-
mamiento donde se conforman, quizá porque no pueden más, con las
cositas ¿qué son las cositas? Que la escuela indígena, que la vida de los
Caracoles, que invitan a los del extranjero para que hagan una crónica,
¿y eso que tiene que ver con los sueños de transformar el entorno y que
los que manden estén al servicio de los mandados, y que esto y lo otro?,
No quedó nada, más que el ejemplo, o sea, ustedes van a Chiapas, salen
del Caracol y van al ejido dominado por el prd, el pri o quien sea y nada
cambió, digo mejoraron, las preocupaciones del país se voltearon a Chia-
pas, pero nada cambió en cuanto a transformaciones cualitativas en el
modo de gobernar, de producir, nada. O sea, las comunidades zapatistas
son particularmente comunidades de autoconsumo, se sostienen en base
a lo que producen, intercambian y de lo que reciben de afuera. Compara
eso con lo que ocurrió el primero de enero de 1994 y hay una tremenda
desproporción, máxime, si las noticias, de buenas fuentes, dicen que están
jodidos, al igual que los demás en México. Eso explica porqué un cuate
que siempre salía y decía que declaraba la guerra, dure años sin decir
nada. Yo sí creo que está tocado. Jaime Martínez Veloz es mi cuate, y él
337
tenía buena relación con Marcos, en algún momento, por algunas riñas
se perdió la buena relación, siempre tuve contacto con él, que a su vez
tenía contacto con Marcos, hace tres o cuatro años que Marcos estaba
jodido, que no sabía exactamente de qué, pero mucho se temía que fuera
un rollo feo, el páncreas, o algo así, incluso organizaron apoyos, buscaron
organizar apoyos para asistirlo, pero aparentemente hubo negativa de él,
de dejarse atender.
Coor.
¿Y sobre el epr cuál sería tu lectura?
GH.
No esos son… yo el epr lo veo así: lo veo, como… bueno, siempre hay razones
para inconformarse, para demandar, pelear, por injusticias, etc. Pero a
estos vatos del epr yo los ubico como aquellos soldados japoneses que
se quedaron perdidos en islas del pacíico y que nunca nadie les dijo que
ya había terminado la guerra y que cuando llegaron, X o Z navegantes,
barcos, los encontraron armados y les preguntaron ¿qué pasó? ¿Qué es-
tán haciendo? No, pos estamos en guerra ¿Cuál guerra cabrón? si terminó
hace 20 años, No sí seguimos en guerra, el emperador no ha dicho que ya
terminó. Así estos pelados, yo los miro como náufragos del tiempo. Ellos
creen que están en la guerra, pero ellos saben que más vale no sacar la
cabeza porque se las cortan, yo tengo vínculos con ellos indirectos, amigos
míos tienen parientes que están todavía en la clandestinidad y cuando
salió el caso de los desaparecidos, cuando les desparecieron a dos de sus
dirigentes a mí me llamaron de Gobernación, pues para que aconsejara
qué hacer, pidiendo consejo, yo les dije: pos no hay otra cosa más que
presentarlos, cabrones, de otra manera nunca se van a conformar ¿no? pero
nunca pudieron presentarlos ¿porqué? Pues porque el ejército los tenía…
o el ejército se había hecho cargo de ellos. Entonces Mouriño, no pudo
hacer nada, topó con pared, ya no me volvieron a llamar, me llamaron a
mí y al traductor de Fox, él es mi cuate, ahí nos hicimos cuates, cuando
nos llamaron juntos. Y después le pregunté a mi cuate, cómo ves ¡Se los
chingaron o todo parece indicar que se los chingaron!... Porque nosotros
creíamos que si no había sido el ejercito habría chanza de una negocia-
ción, pero ni madres, nada.
Coor.
Qué ha pasado con la Liga a 40 años con su memoria, pues cada vez más jóve-
nes se interesan por investigar ese pasado. Por qué crees que se ha dado
este fenómeno.
338
GH.
Primero, porque fue el grupo más característico de la etapa de la lucha ar-
mada, el más amplio, el más cabrón en cierto sentido, junto con Lucio,
eran los dos grupos que polarizaban, que tuvieron además contacto y
luego rompieron, esto por un lado. Por el otro, porque era muy radical
en sus posiciones, no daba lugar a matices ni puntos intermedios y
porque sigue siendo un misterio ¿Qué pasó? ¿Cómo pasó? ¿Porqué
hicieron esto, aquello? ¿Por qué se enfrentaron a la izquierda? Además,
porque no hay muchos objetos de investigación ¿no? o agarras al pri,
agarras al pan o al ezln que es otro de los sujetos de investigación o la
Liga, y la Liga tiene la ventaja de que está más remontada en el tiempo,
agarras ahora al ezln y si quieres ser crítico pues te puedes bronquear
con mucha gente.
Coor.
¿Cómo evaluar la situación actual de la Liga en el plano público, porqué no
han logrado constituirse como un pasaje de la historia reciente, tomando
en cuenta las dimensiones que tuvo la organización, su impacto, y cuál
crees que debe ser su lugar, cómo debe de ubicarse en la historia del país,
particularmente en el siglo xx mexicano?
GH.
Miren, lo he dicho y lo repito, creo que fue una expresión de lucha de la juventud
consciente, que se consideraba revolucionaria pero que fue ganada por el
voluntarismo y no por la… era un sector de la juventud que no tenía ex-
periencia más allá de las luchas estudiantiles y otras y que creíamos saber
todo lo necesario de la lucha revolucionaria, y evidentemente no sabíamos
nada. A partir de eso aprendimos, sobre todo los que sobrevivimos, que no
era por ahí. Ahora ¿Por qué esta ubicación un tanto turbia de la Liga en el
referente histórico? Por la misma razón que Sendero Luminoso tiene una
ubicación no sólo un tanto turbia, sino turbísima en el referente peruano,
porque eran unos hijos de la chingada, la Liga no tanto, pero por ahí, es
muy difícil asumirla, defenderla, proclamarla. Incluso hasta para los que
se quedaron. He platicado con cuates, con cuates que se quedaron y ¡hay
cabrón! son duros, incluso con cuates que a mí me detestaban por haber
sido de los que dije desde el inicio ¡la Liga ya no existe! y ellos dijeron:
¿cómo qué no cabrón, entonces nosotros luego qué somos? Pues sí, pero ya
murió, se acabó. Esa fue mi valoración, ahora qué hacer para que tenga
otra, para que genere otra imagen, lo único que se puede hacer es lo que
ustedes están haciendo, veriicar, indagar, reconstruir y dar a conocer, y
no sé si los resultados sean mejores o peores, pero de algo servirá.
339
Coor.
Para ti, como ex militante es necesario, importante, sano que exista una memoria
de la Liga, una memoria echa por ex militantes.
GH.
Si.
Coor.
Y entonces ¿por qué ha sido tan difícil para los ex militantes hacer ejercicios
de memoria, consensar el pasado, hacer un uso de él, elegir qué se debe
y qué no se debe recordar?
GH.
No sé, supongo que porque no están muy orgullosos de lo que pasó. Y hay
razones para no estar orgullosos de lo que pasó. O sea, yo me acuerdo
que… que… cuando empecé la rectiicación, cuando empezamos la
rectiicación, pues recibimos muchas replicas, gente que decía que estaba
bien rectiicar, pero no tanto, otros decían que estábamos apoyando al
Partido Comunista, otros decían que rectiicar es traicionar. Imagino que
ahora todavía en algunos pesa eso de que rectiicar es traicionar y se van
a morir con esa bandera como muchos militantes comunistas se van a
morir agarrando la bandera roja comunista sin ver que el comunismo ya
no existe, no, ni como ideología que esté en algún lugar de la realidad,
ni como símbolo ni como nada. No me digan que Cuba es lo que queda
del comunismo, que China es lo que queda del comunismo, es un capi-
talismo salvaje el chino, cuáles derechos obreros. Ahorita están subiendo
los salarios gracias a que en muchos lugares se están levantando, pero,
si por los dirigentes chinos fuera, seguirían con la bota sobre la cabeza
de los obreros.
Coor.
¿Sigue entonces pesando el asunto de las posiciones, el asunto del militarismo,
sectarismo, caudillismo para construir una memoria desde los ex mili-
tantes?
GH.
No. Lo que yo creo es que muchos militantes tienen vergüenza de muchas cosas
que se hicieron, ahora a la luz de todo lo que ha pasado y todo lo que ha
cambiado el país y no quieran hablar de ello para no ensuciar una me-
moria que ellos consideran intocable, la parte de la memoria que habla
de lo que para ellos signiicó la entrega, la valentía, el riesgo, el sacriicio,
todo eso. Entonces creen que si dicen la verdad, tal como la conocen y
la vivieron, ensucian el legado.
340
Coor.
¿Entonces no se ha logrado porque no hay interés de algunos ex militantes por
rescatar las memorias privadas, las memorias individuales, sino la me-
moria colectiva. Es mejor entonces un silencio estratégico sobre muchos
acontecimientos del pasado?
GH.
No. No creo que ni siquiera se hayan puesto de acuerdo, que haya habido un
consenso, es algo que les nace. Algunos que hemos hablado, que hemos
dicho, nos pusimos fuera de la herencia, a mi la verdad no me preocupa
estar fuera de la herencia, y es más, lo digo abiertamente y honestamente,
no me gustaría estar en las reuniones donde se discute esto. Porque en
primero, me apabullarían entre todos y, segundo, porque no creo que
tengamos un terreno común de discusión. Ahora alguno de ellos son mis
cuates y nos vemos, etc. A mí me da risa que hoy el principal defensor
de la Liga sea un cabrón, mi cuate el “Chelis”, que nunca fue de la Liga.
No sólo no fue de la Liga, hizo campaña en contra de la Liga, cuando la
Liga se estaba formando, él hizo campaña contra de la Liga, les dijo a los
del frap: nunca se junten con esos cabrones ¿Así cómo?...
Coor.
Por último Gustavo, sabemos que has estado al tanto de la mayoría de cosas que
se producen sobre la Liga, a tu parecer ¿Qué es lo que falta por historizar,
qué vacíos analíticos encuentras sobre este fenómeno?
GH.
Yo creo que lo que falta historizar es no tanto la Liga, sino las condiciones en las
que surge, es decir, a ver ¿qué era lo que se producía teóricamente en el
campo del marxismo, en el campo de la sociología, en el capo de la teoría?
Ese es un aspecto. Otro; ¿quiénes eran los líderes morales e intelectuales de
la juventud en ese tiempo? ¿Cuál es mi posición al respecto?, que no había
líderes, y que justamente, ante la ausencia de liderazgo intelectual y moral
es que nosotros nos fuimos de hocico, y nadie nos dijo que estábamos
mal, además, nos divorciamos de todos, justamente por eso, porque no
reconocíamos ningún liderazgo intelectual y moral. Teníamos enfrente
a Valentín Campa, a Arnoldo y les mentamos la madre, suponíamos que
ellos no sabían ni madres. Nosotros éramos unos chamacos bravucones
hace cuarenta años. Imagínense, hace 44 años pedorreando a Valentín
Campa en el Tercer Congreso de la Juventud Comunista y si alguien que-
ría levantarse a defenderlo todos nos le dejábamos ir, y Valentín Campa
acababa de salir de la cárcel, a nosotros nos valía madre, asumíamos que
nadie tenía autoridad sobre nosotros. Sin esos contextos, no se explica la
341
342