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I VOLU~EN 11
- -- - -=---

MANUAL DE
PSICOPATOLOGIA
Amparo Belloch 1 Bonifacio Sandín 1 Francisco Ramos
TERCERA EDICIÓN
Índice abreviado de la obra completa

Volumen 1
PARTE l. ASPECTOS H!STÓRICOS, CONCEPTUALES Y DIAGNÓSTICOS DE LA PSICOPATOLOGiA
Parte 2. PSICOPATOLOGÍA DE LOS PROCESOS y LAS FUNCIONES PSICOLÓGICAS
Porte 3. TRASTORNOS ASOCIADOS A NECESIDADES BASICAS y ADICCIONES

Volumen 11
Parte l. TRASTORNOS EMOCIONALES
Parte 2. TRASTORNOS PSICÓTICOS, DE PERSONALIDAD y ANTISOCIALES
PARTE 3. TRASTORNOS ASOCIADOS Al NEURODESARROLLO Y CICLO VITAL
MANUAL DE ,
PSICOPATOLOGIA
VOLUMEN 11
TERCERA EDICIÓN

Amparo Belloch
Universidad de Valencia

Bonifacio Sandín
Universidad Nacional de Educación a Distancia

Francisco Ramos
Universidad de Salamanca

MADRID • LONDRES • MÉXICO • NUEVA YORK • MILÁN • TORONJO


LISBOA· NUEVA DELHI ·SAN FRANCISCO· SIDNEY •
SAN JUAN· SINGAPUR· CHICAGO • SEÚL
MANUAL DE PSICOPATOLOGÍA VOLUMEN II

No está permitida la reproducción total o parcial de e>te libro, ni su tratamiento


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Edificio Valrealty, l.' planto
Basouri, 17
28023 Arovaca {Madridl

ISBN: 978-84--ll86-!760-8
Depósito legal: t-.~-26627-2020

Editora: Cristina Sónchez Sainz-Trópaga


Director General Sur de Europa: Álvoro García Tejeda
Equipo de preimpresión: ESTUDIO C.B.
Diseño de cubierta: CIANNETWORK
Impresión: Grafo, S.A.

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IMPRESO EN ESPAÑA PRINTED IN SPAIN ?EFC '..'.::';::«::-;:.·::::_
Contenido general

RELACIÓN DE COLABORADORES !VOLUMEN 111 _

Prefacio

PARTE L Trastornos emocionales


Capítulo l. Psicopotología de la ansiedad y trastornos de ansiedad:
Hacia un enfoq,ue transdiagnóstico
Bonifacio Sandin, Paloma Chorot y Rosa M. Valiente - - - - - - 3
Capítulo 2. Trastornos de ansiedad
Bonífacio Sandín, Rosa M. Valiente y Paloma Chorot 35

Capítulo 3. Trastorno de ansiedad social


Cristina Botella y Javier Fernández-Álvurez 77
Capítulo Lf.. Trastornos asociados a traumas y estresores
Enrique Echeburúa y Pedro J Amor I09

Capítulo 5. Trastorno obsesivo-compulsivo y trastornos relacio11ados


Amparo Befloch, Gemma García-Soriano y Martha Giralda O'Meara 135
Capítulo 6. Trastornos depresivos
Carmelo Vázquez y Jesús Sanz _ 199

Capítulo 7. Trastornos bipolares


Luis Gut1érrez-Rojas, Jesús García-Jiménez, Pablo González Domenech
y Alfonso Jiménez Medina 233
Capítulo 8. Trastornos disodativos
Anabel Gonzalez Vazquez, Milagros Molero-Zafra y Marión Pérez-Marín . . 259

Capítulo 9. Trastornos de síntomas somáticos y trastornos relacionados


José López-Santiago, Sandra Arnóez y Amparo Belloch 281

Capítulo 10. Trastornos de adoptación


María José Galdón, Rosa María Baños y Marta Miragall 325

PARTE 11. Trastornos psicóticos, de personalidad y antisociales

Capítulo 11. El espectro de la esq_uizofrenia y otros trastornos psicóticos


Juan F. Rodríguez-Testa/, Eduardo Fonseco-Pedrero, Glorio Be!Jido-lanin,
Cristina Senín-Calderón y Salvador Perona-Garcelán 345
Capítulo 12. Trastornos destructivos, del control de los impulsos y de la conducto
Iñigo Ochoa de A/do y Aitor Berna/ 375

capítulo 13. Trastornos de la personalidad


Héctor Fernández-Álvarez, Belén Pascual-Vero y Amparo Belloch 399

Capítulo lt.¡.. Trastorno de lo personalidad límite


Azucena García Palacios y M. ª Vicenta Navarro Hora 443

V
Manua' de psicopai:ologí2. V=:tlumen 2

PARTE III. Trostornos asociados al neurodesarrollo y ciclo vital 4-61

Capítulo 15. Trastorno del espectro del autismo


Francisco Ramos Campos, Miguel Pérez Fernández y Ana \lictoria Tor1es Garc(a "63

Capítulo 16. Trastorno por déficit de otención/h1peractivad


Miguel Angel Santed Germán y Almudena del Pino Borque 493
Capítulo 17. Los trastornos neurocognitivos
Israel Contador Castillo, Bernardino Fernández-Colvo, Francisco Ran1os Can1pos
y Félix Bermejo-Pareja 523

Respuestas a la autoevaluación 553

Índice analítico 555

vi
Relación de colaboradores ¡volumen 1lj

Pedro J. Amor Andrés Enrique Echeburúa Odriozofa


Profesor Titular de Universidad. Catedrático de Psicología Clínica.
Departamento de Psicología de la Personalidad, Departamento de Psicología Clínica y de lo Salud
E;oluación y Tratamiento Psicológicos. y Métodos de Investigación.
Facultad de Psicología. Facultad de Psicología.
Universidad Nacional de Educación o Di>tancia Universidad del País Vasco (UPV/EHUJ.
(LJNED), Madrid.
Héctor Fernández-Álvarez
Sandro Arn6ez Sampedro Catedrático de Psicología Clínica.
Técnico superior de investigación. Fundación Aiglé y Universidad de Belgrano,
Facultad de Psicología. Buenos Aires <Argentina).
Universidad de Valencia. Javier Fernández-Áfvarez
Rosa María Baños Rivera Investigador - Marie Sklodowska-Curie Innovative Training
Networks <ITNJ.
Catedrática de Psicopatología.
Universidad Jaume I, Castellón.
Facultad de Psicología.
UniversitO Cattolica del Sacro Cuore, Milán, Italia.
Universidad de Valencia.
Bernardino Fernández-Calvo
Glorio Bellido-Zanin
Personal Investigador Distinguido. Depariamento de Psicología.
Especialista Psicología Clínica.
Facultad de Ciencias de la Educación.
CSMIJ Les Corts, Centre d'higiene mental, Barcelona
Universidad de Córdoba.
Amparo Be/foch Fuster
Eduardo Fonseca-Pedrero
Catedrática de Psicapotalogío.
Profesor Titular.
Facultad de Psicología.
Departamento Ciencias de lo Educación.
Universidad de Valencia. Universidad de la Rioja.
Félix Bermejo-Pareja María José Galdón Garrido
Asesor Senior. Catedrático de Psicopatologío.
Instituto de Investigación 'I+12' Facultad de Psicología
Hospital Univeri;itario «12 de Octubre», !111adrid. Universidad de Valencia.
Aitor Berna/ Jesiís García-Jíménez
Psicólogo general sanitario. Departamento de Psiq_uiatría.
Pausaka Elkortea: Asociación de podres y madres Facultad de Medicina.
con hijos con necesidades especiales. Universidad de Granada.
Cristina Botella Arbona Azucena García-Palacior
Catedrática de Universidad. Catedrática de Universidad.
Universidad Joume 1, Costellón. Facultad de Ciencias de la Salud.
Israel Contador Castillo Universitat Jaume I, Castellón.
Profesor Titular de Psicobiologío. Gemma García-Soriano
Facultad de Psicología. Profesora Titular de Psicopotología.
Universidad de Salamanca. Facultad de Psicología.
Universidad de Valencia.
Paloma Chorot Raso
Catedrática de Psicopatología. Martha Gira/do O'Meara
Facultad de Psicología. Postdoctoral Fellow.
Universidad Nacional de Educación Anxiety and Obsessive-Compulsive Disorders Laboratory.
o Distancia fUNEDl, Madrid. Universidad de Concordia. Montreal (Conadól.

vii
'V1anual de ps1copatología_ Volumen 2

Pablo GonzáJez Domenech Salvador Perona-Garcelán


Departamento de Psiquiatría_ Especialista en P>icología Clínica
Facultad de Medicina_ Hospital Virgen del Rocío, Sevilla.
UnivErsidad de Granado. Almudena del Pino Borque
Anabel Gonzalez Vazquez Psicóloga Sanitaria_
Psiquiatra y Coordinadora del Programa de Trauma y Disociación. Excmo. Ayto. de SigJenza_
Servicio de Psiquiatría_
Francisco Ramos Campos
Hospital Universitario de A Coruña.
Catedrático de Psicopatologío.
Luis Gutiérrez-Rojas Facultad de Psicología.
Departamento de Psiquiatría. Universidad de Salan1anca.
Facultad de Medicina_
Juan F. Rodríguez-Testa/
Universidad de Granada.
Profesor Titular.
Alfonso Jiménez Medina Departamento de Personalidad, Evaluación
Departamento de Psiquiatría. y Tratamiento Psicológicos.
Hospital Clínico San Cecilio de Granada. Universidad de Sevilla.
José López Santiago Bonifacio Sandín Ferrero
Facultativo Especialista en Psicología Clínica. Catedrático de Psicopotología.
Hospital Universitario de Albacete. Facultad de Psicología.
Marta Miragall Montilla Universidad Nacional de Educación a Distancia
Profesora Ayudante Doctora. <UNED>. Madrid.
Facultad de Psicología. Miguel Ángel Santed Germán
Universidad de Valencia. Profesor Titular de Universidad.
Milagros Molero-Zafra Facultad de Psicología_
Profesora Adjunta. Universidad Nacional de Educación o Distancio
Universidad Internacional de Valencia. (LJNEDl, llAadrid.
Directora del centro de investigación y terapia Jesús Sanz Fernández
Sintert Psicólogos (Valencia). Catedrático de Psicología de la Personalidad.
M. -0 Vícenta Navarro Haro Universidad Complutense de Madrid
Profesora Ayudante Doctor_
Cristina Senín-Calderón
Universidad de Zaragoza_
Profesora Ayudante Doctora_
Inrtituto de Investigación Sanitaria de Aragón_
Departamento de Psicología.
Iñigo Ochoa de A/da Universidad de Cádiz_
Profesor Agregado
Ana Victoria Torres García
Facultad de Psicología_
Profesora Asociada.
Universidad del PaísVasco<UPV/EHU)
Facultad de Psicología.
Belén Pascual-Vera Universidad de Salamanca.
Profesora Asociada.
Facultad de Ciencias Sociales y Humanas. Rosa María Valiente García
Universidad de Zaragoza. Profesora Titular de Psicopotología.
Facultad de Psicología.
Miguel Pérez Fernández Universidad Nacional de Educación a Distancia
Profesor Titular de Psicopatología. <UNED), Madrid.
Facultad de Psicología.
Universidad de Salamanca. Cormelo Vázquez Va/verde
Cotedrótico de Psicopatología.
Marión Pérez-Marín Departamento de Personalidad, Evaluación
Profesora Titular_ y Psicología Clínica.
Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamientos Universidad Complutense de Madrid.
Psicológicos.
Facultad de Psicología_
Universidad de Valencia.

vlli
Prefacio

A principios de los años noventa del siglo pasado q,uienes coordinomos este manual. tres psicólogos profesores
de psicopalología, coincidimos en la creciente insatisfacción que sentíamos cuando nuestros estudiantes y nues"
tras colegas interesados en la clínica nos pedían recomendaciones y sugerencias sobre manuales que fueran 110
solo comprehen1ivos, sino también actuales y acordes con los conocimientos disponibles sobre la psicopatología.
materia que impartíamos en nuestras respectivas universidades y sobre la que versaban tonto nuestros intereses
de investigación como nuestra práctica clínica. No ci.u1ere esto decir q,ue no hubiera entonces textos de psicopa~
tologío, algunos de ellos sin duda magníficos, aunque la denominación Manual de Psicopatologia era inusual o
anecdótica. Pensábamos que todos adolecían de un problema que, para nosotros, ero fundamental afrontar: na
recogían, o lo hacían muy de pasada, las muchas aportaciones que la psicología científica estaba proporciana11do
a la compre11sión de las alteraciones psicopatológicas. Eso, y no otro, fue la principal motivación que nos llevó o
plantear un manual de psicopotologío firmemente a11dado en la psicología_ En el prólogo de la primera edición
del manual de 1995, hace ahora 25 años, decíamos: «Se están realizando importantes avances en áreas como las
neurociencias, lo psicopatología experimental. la medicina canductuol, la psicofisiología, etc., que Involucran
tanto a Jos aspectos estrictamente teóricos o conceptuales como a los metodológicos. Así mismo, se está
produciendo un importante y necesario acercamiento, cada vez más visible, entre las ciencias biológicas, Jos
psicológicas y las sociales en todo lo que concierne a la salud y la enfermedad humanas. Lo psicopatología es,
probablemente, uno de las áreas de conocimiento científico donde más se han hecho notar estos cambios y
avances. Nuestros métodos de investigación son más potentes y eficaces, lo que nos permite disponer de más y
mejores datos paro comprender la naturaleza de las diversos alteraciones psicopatológicos; SE' están formulando
nuevas teorías. capaces de proporcionar mejores respuestas a los viejos problemas que tiene planteados nuestra
disciplina, a la vez que se han reformulado y adoptado muchas de las que ya existían»_ Hoy seguimos suscrib'1endo
esas palabras y, en coherencia con ellas, decidimos que había llegado el momento de renovar en profundidad este
manual para incluir las nuevos aportaciones que la psicología ha hecho durante estos años a la comprensión de las
psicopatologíos e integrarlos, siempre que fuero posible, con los más consolidadas.
Así pues, desde el primer momento planteamos una decidida apuesta por la ciencia psicológica como marco de
referencia imprescindible para el desarrollo de la psicopatología que, desde siempre, hemos concebido como una
disciplina básica de la psicología científica, entendiendo por «básica» aquella que trata de encontrar respuestas
a los problemas e interrogantes que planteo la realidad que, en nuestro ca>o, es la relacionada con los trastornos
mentales y del comportamiento humano. Dicho en otros términos, lo que verdaderamente nos motiva e impulsa
es, antes que nada, tratar de entender qué le sucede a uno persona cuando dice que le pasan pensamientos
«raros» por lo cabeza, o que escucha voces, o que no consigue afrontar con eficacia los inevitables y necesarios
cambios en su entorno vital, o que se pregunto por qué, a pesar de que se supone que debiera ser uno persona
«sana y feliz», no consigue encontrar sentido a su existencia, o que tiene miedo de perder lo razón y volverse
«loco»_ Estamos convencidos de q_11e si no somos capaces de entender y encontrar respuestas convincentes a esos
dilemas, difícilmente la psicopatología podría resultar de ayuda. Por eso pensamos también que la ps!copotología
es la cie11cia base que, partiendo de los conocimientos que aporta lo psicología científica. permite establecer Jos
bases paro diseñar nuevos y mejores modos para evaluar y diagnosticar y, como consecuencío, para intervenir
eficazmente y mejorar lo vida de los personas. En este sentido, concebimos lo psicopatolagía como una disciplina,
un conjunto de saberes, cuya finalidad última es la de servir de puente entre la psicología y la clínica psicológica;
y los puentes tienen por definición una doble dirección. En definitiva, esta y no otro ha sido desde el principia lo
finalidad de este manual.
la primera porte del Volumen I está dedicada a analizar los referentes históricos fundamentales de la psico-
patologío y los cambios conceptuales que ha experimentado a lo largo de los siglos, con el fin de llegar a entender
dónde se ubica actualmente y cómo todo ello se refleja en los modos de clas'1f1car primero, y diagnosticar después,
los distintos trastornos y anomalías que pueden calificarse como psicopotológicos. Hemos intentado na caer en el
presentismo o Ja hora de exponer la evolución histórica y conceptual de nuestro disciplina, conscientes de que ana-
li2ar el posado desde contextos del presente no solo no contribuye a entender la realidad, sino que la distorsiona
y perturba de manera, por qué no decirlo, irresponsable y dañina. Esta parte se cierra con un capítulo dedicado a
la entrevisto dmgnóstica, el procedimiento ineludible que cualquier interesado en el funcionamiento humano debe
conocer y ser capaz de utilizar.

ix
Manual de ps:copato!ogía. Voiu111en 2

La segunda parte, psicopotología de los procesos y las funcione:. psicológicas, está dE'dicada a presentar los
,Jno!T,alías y disfunciones que se producen en los procesos mentale~, desde los aparentemente más simples, hasta
los más con1plejos, sin olvidar el hecho cierto de q,ue todos ellos están intima e ineludibleinente interconectados y
q,ue, por lo tanto, las anomalías o disfunciones e11 uno de ellos tiene repercusiones en los de•nás. El estudio de los
procesos y las funciones mentales es, s:n dudo, uno de los fundamentos básicos de la psicología desde sus mismos
orígenes corno disciplina científica. A ellos recurrimos y de ellos partimos para intentar entender cuándo esos
procesos y funciones se «desvían» de su trayectoria esperable y predecible y, sobre todo, cómo lo hacen y q,ué con-
secuencias tiene todo ello en lo salud mental. Pero estaríarr.os eq,uivocondo nuestro propósito si olvidáramos incluir
aq,uí también las anomalías y disfunciones q_ue se producen en otros ámbitos. tradicionalmente entendidos como
«no cognitivos». como son los comportamientos y las emociones q_ue, como no podi'a ser de otro modo, actúan a
modo de bumerán sobre los procesos cognitivos, modificándoios, regulándolos, inediando en sus efectos y conse-
cuencias: produciendo, en suma, un efecto dominó de alta complejidad y de consecuencias a veces imprevisibles.
Todo ella, los relaciones de interdependencia entre funciones mentales, comportamientos, y emociones, se eviden-
cia de un modo palmario en el gran tema del estrés, que además remite a otras connotaciones de orden fisiológico.
Esta parte del manual no trata, por tanto, de u11 mero «regreso al síntoma», objetivo postulado y reivindicado
desde algunos enfoques de la psicopatología, sino de re-situar el objeto de la psicopotología en el lugar que nunca
debió abandonar, esto es, lo investigación de los procesos y funciones mentoles y cornportamentales, i11cluyendo
los emociones, q_ue atraviesan todas los denominados trastornos mentoles y del comportamiento. En consecuencia,
se trata de procesos, funciones y con1portamientos cuya naturaleza primigenia es de índole transdiagnó~ica.
La tercero parte del primer volumen está dedicado a los trastornos asociados a necesidades básicos y adic-
ciones. Con ello se abordo el estudio de un grupo heterogéneo de alteraciones comportamentales y emocio11a!es
relacionadas. en muchos casos, con necesidades y/o impulsos de naturaleza biológica, si bien es evidente q,ue,
aunque necesaria, la perspectiva biológica dista mucho de ser suficiente paro comprender la génesis y el mante-
nimiento de esos trastornos. El componente social de los mismos es imprescindible para abordarlos de un modo
cabal, especialmente en el coso de algunos de esta sección, que tienen en común, además, el carácter adictivo y
de control del propio comportamiento por parte del individuo_
El segundo volumen está dedicado íritegromente a presentar los diferentes trastornos mentoles y del compor,
tamiento siguiendo, en parte, la agrupación que de ellos se realiza actualmente en los sistemas oficiales de clasi-
ficación y diagnóstico psiquiátricos. La primera porte, dedicada a las trastornos emocionales, ogrupo un conjunto
diverso de entidades que, de un modo genérico, aunque con algunas excepciones <p. ej., los trastornos bipolares y
algunas manifestaciones depresivasl. se agrupaban históricamente bajo el rótulo general de «neurosis», término
denostado desde los aiios ochenta por sus referentes psicoanalíticos, pero también por su incoherencia tanto eti-
mológica como conceptual -recuérdese q,ue, en su origen, hacía referencia o «inflamación de los nervios»- Lo
ansiedad es, sin duda, un compo11ente esencial que impregna todos los trastornos que se incluyen en esto parte:
desde los estrictamente denominados como trastornos de ansiedad hasta los disociativos, pasando por los vincula-
dos con los respuestas al estrés. los obsesivo-compulsivos, o los somatoformes. Pero ese componente no es el único
rn, en algunos cosos, el más importante. Entre otras razones, es la acumulación de evidencias que ponen en cuestión
el rol predominante de lo ansiedad lo que ha dado lugar a la disgregación de los trastornos de ansiedad en grupos
diferenciados que, además, se configuran como «espectros» de trastornos. Esos espectros, que se postulan sobre
la bose de elementos comunes (comorbilidod, edad de inicio, referentes neurobiológicos, respuesta al tratamie11to.
entre otros), no siempre están justificados por evidencias sólidas. Seo como fuere, más al ló de los debates sobre
la configuración concreta de cado espectro o conjunto de trastornos (es decir, sobre los trastornos concretos que
se incluyen e11 cada agrupación o espectro), lo cierto es que, como decíamos, la ansiedad no es el único ni el más
importante elemento aglutinador de todos ellos. Tompoco los cambios en el estado de ánimo y la modulación de los
afectos y las emociones son exclusivos de los trastornos depresivos ni responden únicamente (ni en algunos casos,
mayoritariamente) a causas psicológicas. Pero al mismo tiempo configuran el núcleo fundamental de lo q,ue hoy
sobemos sobre los trastornos depresivos y sabre los bipolares, dos conjuntos de trastornos que hoy se consideran
diferentes y por tanto se presentan aquí en capítulos separados.
El segundo bloque del volumeri está dedicado a exponer los trastor11os psicóticos y de la personalidad, dos
conjuntos de problemas que, ya en lo primero edición de este manual, calificábamos como los más complejos a
los que se enfrenta la psicopatología. No debemos olvidar que, de hecho, la historia misma de e~a disciplina está
unida inextricab\emente a la historio de las psicosis, consideradas como sinónimo de locura o, al menos. como su
más genuina expresión: y la locura ero el objeto primigenio del estudio de la psicopatología. Su carácter a menudo
devastador, considerada irreversible, y su indudable impronta biológica, dejaban poco margen tonto a la investi-
gación como o la práctica clínica de los psicólogos. Afortunadamente, tambié11 aquí la psicología ha demostrado,
una vez rnás, q,ue precisamente por su complejidad no pueden ser entendidos ni abordados desde una óptica
exclusivamente biológica. Por lo que se refiere a los trastornos de la personalidad, siguen siendo uno de los retos
más complicados que tiene hoy planteados la psicopatología y todas los disciplinas de ella derivados y/o con ella
asociadas, desde la evaluación y el diagnóstico hasta las diversas orientaciones psicateropéuticas. Una muestra de

X
Prefacio

ese co1T1plejidod e> el enconado dehntp flUe han suscitado y siguen provocando e:itre los expertos, cuyo resultado
más evidente es la falto de acuerdo, tal y como se pone de manifiesto tanto en la actual edición del manual de
diagnóstico y estadística de los trastornos mentales propuesto por la Asociación Americano de Psiquiatría, el DSM,
como en el capítulo dedicado a los trastornos 1nentales de la cla1ificación internacional de enfermedades, la CIE,
propuesto por la OMS_ Es muy probable que este conjunto de trastornos experimente can1bios sustantivos en los
próximos años, aspecto en el que insisten los dos capítulos dedicados a ellos_
La tercera y última parte del Volumen 2 está dedicado a los trastornos del neurodesarroilo y a los neurocog-
nitivos, íntimamente vinculados con ef ciclo vital. De nuevo nos hallamos frente a un conjunto de problemas y
trastornos altamente complejos, que están experimentado una remodelación profunda en la última década debido,
en parte, al descubrimiento de nuevos datos y hechos. pero también al elevado impacto t\.Ue tienen sobre la salud
mental de los personas y al notable incremento 'lue están experimentando en nuestras sociedades actuales_
Más allá de la organización temática seguida en el manual, queremos hacer notar algo que nos parece de la
máxima importancia y t\.Ue hemos intentado poner en valor a lo largo de todo el libro_ Se trata de la noción de
la dimensionalidad y, estrechamente vinculada con ello, la del transdiagnóstico. ambos subrayadas e integradas
desde los prirneros capítulos del primer volumen. la dimensionalidad de las psicopotologías significo entenderlas
y abordarlas no como algo diferente de lo <<normalidad mental», sino como clmamente vinculado con ella, hasta
el punto de t\.Ue no es posible comprender los psicopotologías prescindiendo del hecho ampliamente contrastado
de la continuidad entre lo «normal» y lo psicopatológico. lo psicología científica siempre reivindicó eso idea y el
tiempo, la investigación, y la reo1'1dad, le han dado la razón. Baste como ejemplo la propuesta q_ue hace el OSM-5
de dimensiones y síntomas transversales que «atraviesan», y por tonto trascienden, los diferentes trostornos men-
tales (ansiedad, depresión, ira, ideación suicida, conductas repetitivas, etc.>, o lo apuesto de la CIE-11 por caracte-
rizar los distintos trastornos no como conjuntos más o menos estables y definidos de síntarnas (o no solo así), sino
como problemas crecientes en gravedad partiendo de lo t\.Ue denominan «trastornos subumbra!es». Pero, además,
la noción de dimensionalidad permite, nos parece, abordar de un modo eficaz el peligro del estigma que tan
Injustamente ha recaído desde hace siglos sobre las personas que, en algún momento de sus vidas, experimentan
algún problema mental, estigma que agravo todavía más su sufrimiento. El viejo aforismo hipocrático, no existen
enfermedades sino enfermos. ocupa también un lugar de honor en el ámbito de lo salud mental: no hay depresivos,
o esquizofrénicos, o hipocondríacos, sino personas con depresión, con esq,uizofrenia o con hipocondría. Y esas
personas, y su sufrimiento, no son fon diferentes de quienes no tienen esos problemas, porque comparten con ellas
la mayor parte de los característicos que configuran la vida mentol humana.
Para concluir, es obligado poner de manifiesto nuestro más profundo y sincero reconocimiento y gratitud a
todas los personas que han contribuido tan generosamente a hacer realidad este nuevo proyecto. Sin su concurso y
su trabajo, hubiera sido imposible haber llegado hasta aquí. a esta tercera edición del manual. Tampoco q_ueremos
dejar pasar lo oportunidad de agradecer e! apoyo y el impulso incondicional que, desde el principio, hemos reci-
bido de la editorial McGraw-Hill Interamericano de España, representado de manera notable por nuestra editora
Cristino Sánchez. Por último, no queremos dejar de mostrar nuestro agradecimiento a todas la~ personas que se
disponen a dedicar una parte de su tiempo a la lectura y estudio de los diferentes capítulos que conforman el
manual. A todos, muchas gracias.

En Valencia, Madrid y Salamanca, en junio de 2020_


Ainporo Belloch, Bonifacio Sandín y Francisco Ramos.


PARTEI
Trastornos emocionales
CAPÍTUL01

PSICOPATOLOGÍA DE LA ANSIEDAD Y TRASTORNOS DE


ANSIEDAD: HACIA UN ENFOQUE TRANSDIAGNÓSTICO
Bonifocio Sandín, Paloma Choro! y Rosa M. Valiente

l. Introducción: delimitaciones conceptuales 3 B_ Nivel de rasgos clínicos 15


A. Ansiedad y otros conceptos afines 11 (_ Nivel de afrontamiento (estrategias de regulacióri
B. Ansiedad, emoción y afecto 7 emocional) 19
D. Nivel de síndromes clínicos 20
II. Componentes de lo ansiedad 7
E. Nivel de sintomatología 20
A. El triple sistema de respuesta 7
F. Análisis funcional del modelo 20
B. Disociación entre los sistemas de respuesta 8
VI. Recomendaciones poro la evaluación
111. Clasificación de los trastornos de ansiedad 8 y el tratamiento 22
A. Neuros·1s y ansiedad: la aportación de Freud 8 A. Procedimientos de evaluación relevantes en el marco
B. DSM-III: nueva era de los trastornos de ansiedad 10 del modelo transdiagnóstico de los trastornos
C. Clasificación actual de los trastornos de ansiedad· de ansiedad 23
el DSM-5 !O B. Tratamiento tronsdiognóstico de los trastornos
IV. Características transdiagnósficas de la ansiedad !O
de ansiedad 23
VII. Resumen de aspectos fundamentales y tendencias
A. El problema de la comorbilidad entre los trastornos
futuros 26
de ansiedad /1
B. Modelo tripartito sobre el afecto, la ansiedad TÉRMINOS CLAVE 29
y lo depresión 12
LECTURAS RECOMENDADAS 30
V. Modelo fronsdiognóstico jerárq,uico de los trastornos
emocionales 15 REFERENCIAS 30
A. Nivel de rasgos de temperamento generales /5 AUTOEVALUACIÓN 31/-

l. Introducción: delimitaciones conceptuales


Lo ansiedad es un concepto central en psicopatología y psicolo- La ansiedad es una respuesta anticipatoria ante un peligro o
gía clínica y uno de los conceptos más empleados en la psicología amenaza futuros, corocterizodo por sensaciones emocionales de
en general. Es un componente presente en la mayor parte de los aprensión e inctuietud, acompañados de manifestaciones corpora-
trastornos psicológicos y psicosomáticos. Lo ansiedad es uno de les de tensión muscular y activación del sistema nervioso simpático
los principales razones por las q_ue las personas buscan ayuda en (sudoración, taq_uicardia, palpitaciones, temblor, respiración acele-
salud mental. El presente capítulo se centro en un tipo de trastor" rada, etc.). El peligro o amenazo puede ser interno o externo, real
nos psicológicos en los Que el núcleo de perturbación afecta a la o imaginario. Se trata, por tonto. de un estado emocional negativo
ansiedad propiamente dicha, e implica a trastornos conocidos como Q.Ue incluye sentimientos de inctuietud, tensión, vigilancia. alarma,
las fobias, el trastorno de ansiedad de separación, el trastorno de aprensión hacia el futuro o nerviosismo {Sandín, 1997; Sandín et al.,
pánico (TP) y el trastorno de ansiedad generalizada <TAGl. 2018a).

3
Manual Ce ps·co::iato,og1;i Volumen 2

Una propiedao importante de lo ansiedad f's su noturaleia nnti- 0 q.ue al menos no deberían confund11se en algunos contexlos psi-
ctpatoria fsto quiere decir q,ue la respuesto de ansiedad posee lo copatológilOS. Poi- ello, 1esulta necesario hacer una distinción entre
capacidad de anticipar o señalar un pelig10 o amenaza para el pro- estos conceptos, así como su ubicación en el concepto más amplio
pio individuo. Esto confiere o lo ansiedad un valor funcional impor- de la emoción y el afecto.
tante, ya que posee uno utilidad biológico-adaptativa. Esto utilidad, Como punto d€ partida diremos q.ue lo ansiedad ne debe con
no obstante, se convierte en desadaptativa cuando, como eri lo fundirse con el estrés. El estrés es un concepto más amplio que
ansiedad clínico, se anticipa un peligro irreal o inexistente Dicho en implica un conjunto complejo de mecanismos y procesos ps1cobio-
otros términos, la ansiedad no siempre varía en proporción directo lógicos que se asocian a respuestos biológicas y psicológicas carac-
al peligro real {objetivo) de la situación, sino que puede ocurrir de terísticas, siendo la ansiedad únicamente una de estas respuestos.
formo irracional, esto es, produciéndose ante situaciones de escaso Lo ansiedad es uno de las muchas fo1 mas de respuesta psicológica
peligro objetivo, o bien que carecen de peligro real. q,ue pueden producirse en situociones de estrés, especialmente
Otro característica de lo ansiedad es su capacidad para 1noti- durante las situaciones de estrés agudo <la depresión suele asociar-
var la conducta (rnotivar para la acción), preparar al organismo se más a las situaciones de estrés crónico) (una exposición deta-
para acciones futuros_ En este sentido, lo ansiedad es algo positivo y llada sobre el estrés puede encontrarla el lector en el Capítulo 12
adaptativo; por ejemplo, un cierto nivel de ansiedad puede ayudar- del Volumen D.
nos a preparar mejor un examen. o a rendir más en un partido de Los términos de on5iedad y angustia derivan de lo raíz indo-
competición deportiva Sin embargo, un exceso de ansiedad pertur- germánica angh, que significa estrechez y constricción, y también
ba el rendimiento y puede interferir en la vida de la persona. malestar o apuro. A partir de lo influencia latino (se distinguió entre
Como puede deducirse a partir de lo que hemos expuesto, anxietos y angor), y posteriormente mediante el influjo de la psi-
la ansiedad puede ser entendida como una respuesta normal y quiatría francesa, que diferenció entre anxieté {male>tar e inquie-
necesaria_ Sin embargo, también puede consistir en una respues- tud del espíritu) y angoisse (sentimiento de constricción epigástri-
ta desadaptativa (ansiedad patológica). En principio, lo ansiedad ca, dificultades respiratorias e inquietud), se estableció en nuestro
patológica difiere de lo ansiedad no patológica (ansiedad normal o país <tradición psiquiátrica espoñolal la separación entre ansiedad
adaptativa) por ser más frecuente, más intenso y/o más persistente. !predominio de componentes psíquicos) y angustia (predorninio
Es decir, a nivel general la ansiedad patológica se caracterizaría en de componentes físicos). Por tanto, la angustia suele ente11derse
principio por presentar ciertas diferencias cuantitativas respecto a lo conio una formo de ansiedad (i. e., a11siedad en lo que predomi-
ansiedad normal (esto es. un nivel más elevado de ocurrencia, inten- nan las manifestaciones somóticasl, aunque apenas se utiliza en la
sidad y duraciónl. Si la perturbación es tal que interfiere significa- psicopatología actual, permaneciendo únicamente el concepto de
tivamente en la vida del individuo (p. ej., alterando su vida familiar, ansiedad, con sus variantes somática y cognitiva, algo semejante
social o laboral) o produce un nivel elevado de malestar personal a lo que ocurre en el ámbito anglosajón <véase Sondín y Chorot,
(i. e., de sufrimiento personall, entonces lo manifestación patológica 1991l_ En algunos contextos actuales a veces se ha identificado el
de la ansiedad es considerada como un trastorno de ansiedad (es término de angustia con el concepto de distrés, contribuyendo con
decir, un trastorno mental!. ello o incrementar la confusión de dicho término, ya q,ue el distrés
representa un estado de molestar emocional global producido por el
estrés q,ue implica a las emociones negativas en general (ansiedad,
))Ansiedad. Respuesta anllcipaton·a ante un peligro o ame· tristeza, miedo, disgusto, etc.l y un estado de agobia o abatimiento
naza futuros, caracterizada por sensaciones e111ocionales («sentirse estresado»J.
de aprensión e inquietud, acompañadas de manifestdcio· La distinción entre ansiedad y miedo debe hacerse necesaria-
nes corporales de tensión muscular y activación del sis· mente pues, aunque no pocas veces se confunden en la literatura
científica, son conceptos que poseen aspectos diferentes. Como
tema nervioso simpático. El peligro o amenaza puede ser
indicamos arribo, un aspecto central de to ansiedad es que se trota
interno o externo, real o imaginario.
de una respuesto onticipatoria ante un peligro o amenazo futuros.
»Trastorno de ansiedad. Síndrome clínico en el que la El miedo es un fenómeno eq,uivalente al de ansiedad pero difiere de
ansiedad es la perturbación predorn1nante !central). Puede esto porq.ue la reacción está orientado hacia el presente, es menos
caracterizarse, bien por ansiedad manifiesta, co1110 en el difusa, menos cognitiva y más primigenio (alarma primitivo), y ocu-
rre como respuesta a un estímulo concreto (próximo o inminentel.
trastorno de pánico o en la ansiedad generalizada, bien por
A no ser que se produzco de forma excesiva, el miedo, al igual que
conductas de evitación para reducir la ansiedad, como en
la ansiedad, suele ser una respuesta adaptativa para el individuo. El
las fobias. miedo nos motiva para reaccionar de forma rápida ante un peligro
presente (respuesta de «lucho-huida»), mientras que la ansiedad
nos alerta y activa poro hacer frente a un peligro o amenaza futu-
ra (p ej., ante una próxima entrevista importante con el jefe de
A. Ansiedad y otros conceptos afines lo empresa). Esto separación básica implica diversas característi-
Al ser la ansiedad un concepto muy empleado en psicología, su utili- cas que definen diferenciolrnente la ansiedad y el miedo (véase la
zación generalmente ha estado asociada al uso de diversos términos Tabla Lll.
relacionados, como el estrés, la angustia, el miedo, la fobia, y el Así mismo, aunque lo ansiedad puede ser motivadora de la
pónico. Estos términos unas veces se han empleado con un significa- conducta, esta propiedad de actuar como drive la posee más cla-
do más o menos equivalente, y otras veces no. No obstante, lo que ramente el miedo, yo que este motiva la conducta de evitación (o
resulto claro actualmente es que se trata de conceptos diferentes, escape) ante lo percepción de un estímulo amenazante. mientras
Capitulo t Ps1copai:olog1a de la ansiedcd y ;ra<;torLos de ansiedcid: Hci:::-1a un enforiue rransrl1arJnóstr:o

)) Tabla 1.1. Ciferenciil.S entre il.nsicdil.d y miedo

Manifestación Respuesto outomáiico. Respuesto conteYtuoL


Reacción de lucho·huido. Tensión, aprensión.
Respuesto universal e innato. Respuesta persono!
Activación autónoma. Activación somático,general.
Tensión muscular, vigilancia.

Función Actuar ante una situación de emergencia próxima Anticipar lo posible ocurrencia de eventos negativos.
inminente. Reacción onticipatoria.
Reacción de supervivencia. No presencia de peligro real.
Presencia de peligro real o imaginario. Preparación para sucesos negativas inesperado>.

Prototipo Ataque de pánico (activación de un sistema Preocupación ansiosa (trastorno de ansiedad


de alarmo ancestra!l. generalizada)_
e------
1
--- ----
Corocterísticas generales Emoción orientada ol presente. Emoción orientada ol futuro.
Urgencia comportomental de evitar o escapar_ Incontrolobilidod y/o impredecibilidod sobre eventos
potenciales futuros.

Substrato biológico Cerebro subcorticol primitivo. Neocórtex.


Amígdala. Córtex cerebral izquierda.

Nota: Adaptado de Sandín et al. l2018al.

que la ansiedad constituye un estado de activación que no posee LeDoux (1994) subrayó la Importancia de una vío nerviosa que
una dirección especifica tras la percepción de amenaza_ A este comunica directamente el tálamo con la amígdala en las reocciones
respecto algunos autores Cp. ej., Barlow, 1988) han identificado la emocionales, y que puede representar un papel crucial en los proce-
an>iedad con la «aprensión ansiosa». Borlow sugirió que el miedo sos emocionales automáticos (no conscientes) <véase la Figuro l.ll.
consiste en una alarma primitiva en respuesta o un peligro presen- El hecha de que se ubique en la amígdala la memoria emocional
te, coracterizada por elevada octivoción y olto ofecto negativo. (se almacena lo información primitiva), dice LeDoux. posee un enor-
En cambio. la ansiedad es una combinación difusa de emociones me valor adaptativo para las respuestas de ansiedad_ Los estímulos
(estructura cognitivo-afectiva) orientada hacia el futuro. De este visuales <p. ej .. una serpieritel se procesan inicialmente en el tálamo.
modo, mientras que el miedo se caracterizaría por presentar com- el cual transmite una información rudimentaria (de forma esque-
ponentes más primigenios, biológicos y en cierto modo automá- mática) o lo amígdala. Esto transmisión se produce de formo casi
ticos (reacciones de olarma-defensa), y una orientación hacia el instantánea Cya que el procesamiento exige muy poca elaboración),
presente. la ansiedad (aprensión ansiosa) es fundamentalmente de permitiendo un rápido cambio en la focalización de la atención y/a
naturaleza cognitiva y de morcada orientación hacia el futuro <Sandín la emisión por el organismo de una respuesto automática de evita-
y Charol, 1991}. ción/huida ante el peligro potencial_ Paralelamente, la corteza visual
recibe ¡nformación del tálamo y lleva a cabo una representación
preciso y detallada sobre el estímulo <percepción consciente de la
Jl Miedo. Emoción equivalente a la ansiedad, pero difiere de serpiente y sus característicos como color, movimientos, tamaño,
contexto, etcJ Tal información cognitiva se transmite o la amígdala,
esta por estar orientada hacia el presente, ser menas difu·
induciendo activación autónoma y muscular.
sa, menos cognitiva y más primigenia !alarma primitiva), y
ocurre como respuesta a un estimulo concreto (próximo o leDoux argumento que tonto los animales como el ser huma-
na necesitan disponer de un mecanismo de respuesta rápida ante
inminente].
lo peligroso. La vía tálamo-amígdala permite q_ue los respuestas
emocionales se inicien en la amígdala antes de ser conscientes
del estímulo que nos hoce reaccionar o de que identifiquemos las
Como indicamos en la Tabla 1.1, el miedo y la ansiedad difieren
sensaciones experimentadas_ El autor enfatizo las ventajas de este
sobre la base de difererites factores, incluyendo la forma en que
mecanismo emocional no consciente de la siguiente manero:
se manifiestan (p. ej., uno respuesta automática vs. una respuesta
contextuoll, la función primaria que desempeña la emoción (p. ej .. Lo vía tolámica puede ser muy útil en situaciones que requieran
una reacción de supervivencia vs_ una reacción anticipotorial, el uno respuesta rápida. Fracasar en lo respuesta ante el peligro resul-
prototipo de manifestación clínica con el q_ue se asocian !p. ej., un to bastante peor que desencadenar uno respuesto desproporciona-
ataque de pánico vs_ un trastorno de ansiedad generolizadol, las da ante un estímulo intrascendente. Basto, por ejemplo, un ligera
características o propiedades generales {p ej., una emoción orien- crujido de hojas cuando caminamos por el bosque poro ponernos
tado a! presente vs. una emoción orientada al futuro) y la estructura en alerta sin que hayamos tenido tiempo de identificar el origen
neurobiológica subyacente <p. ej .. la amígdala vs. el neocórtexl. de ese ruido. La que necesita el cerebro es almacenar unos claves

5
.'l/lanual rle ps1copatologia. Volumen 2

TÁLAMO VISUAL

~ PRESION SANGUINEA

~·llll'l ·~
. RESPIRAC:

~
)) Figura.1.1. Diferenciación entre las vías nerviosas correspondientes al procesamiento emocional outomático y controlado
[adaptado de LeOoux, 1994).

primitivas y detectarlas. Después, lo coordinación de esto informa- <dría» hecho declarativo (p. ej., lnformación concurrente a un con-
ción bósica con lo corteza nos permitirá realizar lo verificación (si dicionamiento de miedol. Un aspecto importante q_ue señala este
es q_ue se trota de una serpientel o suspender la respuesto <gritos, outor se refiere a q_ue los recuerdos emocionales y declarativos se
hiperventilación o huido) {p_ 1.11.il_ almacenan y se recuperan (se hacen con>cientesl en paralelo, lo
cual «no significa q_ue tengamos acceso consciente directo a la
Los descubrimientos de LeDoux sobre la memoria emocional memoria emocional, sino q_ue lo tenemos a las consecuencias {modo
primigenia (almacenado en la amígdala) revisten un especial interés de comportarnos o sensación que experimentamos)».
paro los estudios sobre lo psicopatologi'o de lo ansiedad_ Aportan, Tonto la ansiedad como el miedo pueden ser adaptativos y por
por ejemplo, una base neurobiológica específica a lo teoría de lo tanto útiles en determinados momentos. Sin emborgo, pueden ser
preparación de las fobias. También permiten dar una explicación a patológicos cuando se experimentan de forma excesiva o inapropia-
muchos trabajos experimentales q_ue sugieren un papel primordial da. A este respecto, el miedo resulta patológico cuando se convierte
a los componentes automáticos y no conscientes de la ansiedad. en fobia. El miedo puede considerarse una respuesto normal y apro-
En concreto, los datos e ideas aportados por este autor apoyan la piada ante un peligro real; por ejemplo, es normal q_ue cualq_uier
hipótesis de Zajonc íl980l sobre la primacía del afecto <respecto a persona experimente cierto miedo a viajar en avión. Sin embargo, el
la cognición) y sobre la existencia de un procesamiento en paralelo miedo se considera fobia cuando concurren una serie de circunstan-
entre el afecto y la cognición. cias particulares <véase el Capítulo 2l. Las fobias son miedos inten-
Paro LeDoux es de enorme importancia la distinción entre sos osociodos a situaciones u objetos diversos, incluyeíldo ciertos
«memoria declarativa» y «memoria emocional». La memorio animales, entornos naturales {p. ej., las aguas profundas), situacio-
declarativa se refiere a la reproducción consciente de hechos ocu- nes particulares <p_ eJ-, viajar en avión), o las situaciones sociales.
rridos de forma consciente. Este tipo de memoria depende del hipo" El ataque de p6nico consiste en una reacción súbita y aguda,
campo y la corteza cerebral. La memoria emocional puede heredar- de intenso miedo o malestar, q_ue se acompaña de una serie de
se (memoria filogenétical, o bien puede odq_uirirse por aprendizaje síntomas fisiológico> característicos (generalmente síntomas de
(p_ ej., aprendizaje de una fobiaL El aprendizaje emocional, dice hiperactivación autónoma; p. ej., sudoración, taq_uicardia) y cogni-
LeDoux, opero independientemente de nue>tros procesos conscien- tivos (p. ej., miedo a perder el controll. Aparte de consistir en un
tes, si bien la información emocional puede almacenarse como un miedo intenso, a veces de naturaleza inesperada (puede sorprender

6
Capitulo l. Psico~atolr:igía de li1 an<;iPr:li1·i y trastornos de ansiedad: Hacia un enfoque transdiagnóst1co

ol mdividuol, df' brpve duración, etc. (véon1e las características del En los ámbitos de la psicop-atología y la psicología clínico se
ataque de pánico en el Capítulo 2J, una característico peculiar es ha utilizado con frecuencia el concepto de tra.>tornos emociona-
su asociación con síntonios corporaies, similare1 a lo11íntomas de les paro referirse a los trastornos de ansiedad y a los trastornos
hiperventiloción, más que o peligros o amenazas externas. Por tan- depresivos (trastornos unipolaresl, aunque en alguno11..asos también
to, el pánico constituye una forma extrema de miedo asociado o lo han sido sugeridos otros trastornos relacionados co1no los trastornos
percepción de síntomas somáticos. asociados a estresores <p. ej., el tra>torno de estrés postraumático;
TEPT}, los trastornos somatomorlos, el trastorno obsesivo-compulsivo
B. Ansiedad, emoción y afecto !TOCJ y los trastornos disociativos. Bullís et al. {2019) propusieron los
siguientes criterios para la definir los trastornos emocionales: (a) el
Como indicamos atrás, lo ansiedad y el miedo son formas princi- trastorno se caracterizo por la experiencia de emociones negativas
pales en que se don las emociones negativas. Otros tipos de emo- frecuen1'es e intensos; íbl existe una reacción aversiva o lo propio
ciones negativas son la tristeza, el enfado/ira, el osco, lo culpa, experiencia emocional, lo cual es impulsada por una evaluación
el odio, lo rabia, la vergüenza, etc_ Afortunadamente na todos las negativa de lo emoción y uno reducida percepción de control, y
emociones son negativas; también hay emociones positivas, tales ({:)el individuo realizo esfuerzos para reducir, escapar o evitar la
como la alegría, la felicidad, el interés, o el entusiasmo. Una emo- experiencia emocional, bien de forma preventiva o como reacción
ción consiste en cambios fisiológicos, subjetivos y conductuales al inicio del estado emociona! negativo. De acuerdo con estos auto-
que se producen en respuesto o algún suceso desencadenante. La res, también cabría considerar como trastorno emocional otros tipos
emoción incluye, por tanto, al menos tres elementos importantes: de trastornos mentales, corno los trastornos alimentarios (anorexia
(o) la experiencia emocional (estado emocional subjetivo), (bl la nerviosa y bulimia nerviosa) y el trastorno de personal'idad lím"1te.
conducta motora {tendencias a la acción, y expresiones faciales)
y (cl el estado fisiológico {a veces el estado fisiológico puede ser
el misrno ante emociones positivas y negativas: p. ej., los lágrimas 11. Componentes de la ansiedad
aparecen igualmente ante experiencias subjetivas de dolor y de
felicidad). la cualidad específica de cada emoción <p. ej., tristeza A. El triple sistema de respuesta
o miedo) viene determinada por el significado (valoración cogniti-
va) del suceso. Así, por ejemplo, si el significado implica crítica o Es bien conocido que la ansiedad no es un fenómeno unitario (San-
desaprobación en público por otras personas, una emoción proba- dín y Chorot 19861. Desde hace bastante tiempo se conoce que lo
ble es la vergüenza. Si el significado es de una amenaza presente ansiedad, al igual que cualquier otra emoción, implico al menos
o futuro, la emoción más probable es el miedo o la ansiedad, tres componentes, modos o sistemas de respuesta («triple sistema
respectivamente. de respuesto»), subjetivo {o cognitivo}, fisiológico (o somático) y
Comparado con las emociones, el estado de ánimo es algo más motor (o conductuall. De forma resumido, el contenido de la ansie-
general y mós prolongado en el tiempo (p. ej., uno persono pue- dad según estos sistemas es como sigue:
de sentirse con ánimo decaído durante largos períodos de tiem- l. Subjetivo"cognitivo. También denominado verbal-cognitivo,
po). Así mismo, en contraste con Ja emocióri, el estado de ánimo es el componente de la ansiedad relacionado con lo propio expe-
no suele asociarse a desencadenantes específicos. las emociones, riencia interna. Incluye un amplio espectro de variables relacio-
en cambio, se generan en respuesta a sucesos desencadenantes y nadas con lo percepción y evaluación subjetiva de los estímulos y
son de naturaleza más especifica; por ejemplo, el miedo, la ira, los estados asociados con !a ansiedad. Así, por ejemplo, a esta dimen-
celos, etc., se producen como respuesto a estímulos concretos. sión pertenecen !as experiencias de miedo, pánico, alarma, inquie-
El afecto (o afectividad) es un concepto más amplio; incluye las tud, preocupación, aprensión, obsesiones, pensamientos intrusivos,
emociones, los estados de ánimo, y las respuestas de estrés (males- etc. la persono con ansiedad experimenta subjetivamente un esta-
tar emocional o distrésl. las emociones pueden diferenciarse de los do emocional desagradable, cualitativamente diferente de la ira y
estados de ánimo y del d"1strés por ser reacciones más breves y por tristeza y semejante a lo experiencia conocida comúnmente como
poder diferenciarse cualitativamente más allá de la distinción entre miedo. A nuestro juicio, el componente subjetivo es el elemento
afecto positivo y afecto negativo. central, ya que sin él difícilmente lo ansiedad puede tener algún
valor clínico.
2. Fisiológico-somótico. Lo experiencia de ansiedad suele
Afecto negativo. (stado afectivo caracterizado por sen-
.'.!í
acompañarse de un componente biológico. los cambios fisiológicos
saciones de estados emac1onales aversivos como nerviosis- más característicos consisten en un incremento de lo actividad del
mo, miedo, disgusto, culpa e ira. Se trata de una dimensión sistema nervioso autónomo, que puede reflejarse tanto en cambios
general de distrés !malestar emocional) y participación no externos (sudoración, dilatación pupilar, temblor, incremento de lo
placentera. El bajo afecto negativo es un estado de calma tensión muscular, palidez facial, etc.) como internos (aceleración
y serenidad. cardíaca, descenso de la salivación, oceleración respiratoria, etcJ;
algunos pertenecen a funciones corporales q,ue pueden ser controla-
] Afecto positivo. (Stado afectivo caracterizado por sen- dos voluntariamente {agitación, defecación, respiración, etc.} y otros
saciones de entusiasmo y de estar activo/a y alerta. El alto a funciones involuntarios o parcialmente voluntarias (palpitaciones,
afecto positivo es un estado de elevada energía, buena vómitos, temblor, etcJ. la experiencia subjetiva de estos cambios
concentración y participación placentera. (n el bajo afecto orgánicos suele ser percibido de forma molesto y desagradable,
positivo predomina la tristeza y el letargo. pudiendo contribuir de esto manera a conformar el estado subjetivo
de ansiedad.

7
Nliln1,;,I dt> psiropcnolog1a. Volumen 2

;¡_ Motar-conductual. Corresponde a los co1nponentes observa- )) Tabl.:;i1.z. Pos;bles patrones d'? respuesta de la a;1s1edad
bles de cooducta que, aparte de implicar variables como lo expre- a partir ae los tres sisten1as de respuesta (subjetivo.
sión facial y n1ovimien10~ u posturas corporales, funda1nentaln1ente fisiológico y conductual]
hacen referencia a las respuestas instrumentales de escape (huida)
y evitación.

B. Disociación entre los sistemas Patrón 1 + + +


de respuesta Patrón 2 + +
La investigación centrada en el triple sistema de respuesta de lo Patrón 3 + -~----
+
ansiedad ha sugerido que las tres 1nodalidades de respuesto pueden ---~---

estar disociadas, esto es, pueden no covoriar entre sí (fenómeno Patrón 11- +
conocido como fraccionamiento de respuestas) (Sandín y Chorot, Pntrón 5 + +
1996). La asincronía entre los tres modos de respue~a, y en conjun-
to el propio modelo. ha sido criticado y cuestionado por algunos Pntrón 6 +
autores (p. ej .. Hughdol. J98D. No obstante. lo disociación entre los
tres tipos de respuesta parece estar bastante aceptada en el ámbito
Pntrón 7 +
científico. Un área de investigación derivada de este fenómeno se Patrón 8
relaciona con la búsqueda de patrones o perfiles de respuesta dife-
renciales en los pacientes con trastornos de ansiedad. Nota:(+] manifestacion de la modalidad de respuesta;
A este respecto, se han señalado diversos perfiles de respues- 1-1 ausencia de manifestación de la modalidad de respuesta.
ta de la ansiedad combinando los distintas posibilidades (véase la Adaptado de Rachman [1976. p. 128].
Tabla 1.2). De acuerdo con lo indicado en la tabla, puede11 darse
ocho patro11es de respuesta de la ansiedad diferentes basándonos
en los sistemas de respuesta subjetivo (fenomenológico). fisiológico allá de los períodos normales de desarrollo (p. ej .. la ansiedad de
y conductual <Rachman, 1976). No obstante, únicamente los primeros separación o ciertos miedos pueden ser apropiados en las primeras
cuatro patrones poseen relevancia clínica, por poseer elevado el etapas del desarrollo evolutivo (Sondín, 1997).
componente fenomenológico (i. e., percepción subjetiva de ansie-
La clasificación actual de los trastornos de ansiedad más acep-
dad). El primer patrón se da cuando los tres componentes aparecen
tada y utilizada a nivel internacional es la establecida por la quinta
con niveles elevados; i. e., los individuos perciben subjetivamente la
edición del Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders
ansiedad, pero también manifiestan a nivel elevado los componen-
(DSM-5; APA, 2013). No obstante, e>ta clasificación, ni es la misma
tes conductuales (p. ej., evitación) y fisiológicos (p. ej., frecuencia
G.Ue ha existido en épocas onferiofes ni ha surgido de forma espon-
cardíaca elevada). En los tres patrones siguientes se mantiene ele-
tánea, pues es el resultado, acertado o no, de años de investigación
vado el componente subjetivo, pudiendo darse o no los dos restantes
y cambios en la conceptualización de los trastornos de ansiedad. El
componentes.
primer gran paso importante en este sentido fue dado por Sigmund
La importancia de los perfiles de respuesta se ha demostrado a Freud (1856-1939) al establecer et concepto y clasificación de las
diferentes niveles: (1) a nivel de diagnóstico (permite separar grupos neurosis. Esta clasificación influyó de forma significati.va en la cla-
de pacientes); (2) para la implementación de tratamientos (se maxi- sificación G.Ue se plasmó a este respecto en el DSM-Il <APA, 1968).
miza la eficacia del tratamiento optimizando la consonancia per- No ob~ante, la era moderna de la clasificación de los trastornos
fil-terapia; par ejemplo, en un paciente que exhibo un perfil cogniti- de ansiedad no se inicia hasta 1980 con la publicación del DSM-
vo puede maximizarse el beneficio terapéutico incluyendo técnicas III <APA, 1980). El gran cambio no se produce hasta la aparición
de reestructuración cognitiva), y (3l paro lograr un mejor pronósf1co de esta publicación, en posteriores revisiones se refinan las des-
(a mayor concordancia, mejor pronóstico terapéuticol. Para una cripciones clínicas y los criterios de diagnóstico. hasta llegar o la
presentación extensa sobre la relación entre perfiles de respue~a y situación actual reflejada en su quinta edición. La aportación de
tratamiento de lo ansiedad, véase Sandín y Chorot (1986l. las clasificaciones de la Organización Mundial de la Salud, a través
de las sucesivas ediciones de la Clasificoción Internacional de las
Enfermedades (C!E), ha sido más l~mitado, y ha tenido menor reper-
111. Clasificación de los cusión en la comunidad científica.
trastornos de ansiedad
A. Neurosis y ansiedad: la aportación
Una característica de los trastornos de ansiedad es que el miedo
de Freud
y/o la ansiedad se experimentan de forma excesivo, tanto en inten-
sidad como en frecuencia. El miedo y la ansiedad pueden solapar- Hace más de 2.000 años C{Ue los antiguos «médicos» diferenciaron
se en un mismo trastorno, aunque. como indicamos atrás, también muchas de las características clínicas q_ue hoy identificamos como
pueden diferenciarse. Los trastornos de ansiedad difieren entre sí componentes de los trastornos de ansiedad. Lo clasificación de los
en función del tipo de situaciones eticitodoras del miedo/ansiedad trastornos de ansiedad tiene un largo pasado, ounq_ue su historia
y según lo ideación cognitiva asociada {pensamientos o creencias es muy reciente. Observaciones sobre conductos fóbicas, obsesi-
asociados al trastorno). Los trastornos de ansiedad difieren de la vo-compulsivas y otras manifestaciones de la ansiedad exl>ten desde
ansiedad o miedo normales por ser excesivo> y mantenerse más antiguo, pero solo recientemente se han integrado en los sistemas
Capitulo 1. Ps1copctología de Id ansiedad y tra~tornns dP ansiPdC1rl: Haria u11 Pntoque> tranodiagnóst1cc

nosolrígicos. Por ejemplo, t>I término «onsiedorl>> no ornrece ,:.n lo trastornos err.ocionoles de las olterac1ones psicóticas Las neurosis
CIE hasta su séptima re~isión, publicada en 1955 (Barlow, 1988)_ se han entendido generalmente como trnstornos contrapuestos a la
Lo ci.ue hoy entendemos como ansiedad, históricamente hablan- psicosis, ya q_ue en aquellas (IJ permanece intacto el contacto con
do ha sido el componente central incluido en el tradJCional concepto la realidad, (2) 110 existe l'iolación de las normas sociales; (3) los sín-
de neurosis. El término de neurosis fue utilizado por primera vez tomas son recoriocidos por el paciente como inoceptables, y 14¡ el
por W1lliam Cullen íl?J0-1790), el cual estableció una interpreta- principal foco de alteración lo constituyen los sintamos de malestar/
cio11 vitalista de la enfermedad; consideró q_ue la «irritabilidad» sufrimiento emocional <básicamente ansiedad).
del sis1ema nervioso se asociaba al «tono» general del organismo, La consolidación del concepto de neurosis como término des-
estando ambos factores determinados por un fluido que llena el criptivo y predictivo de los problemas de ansiedad también depende
sistema nervioso {Pinillos et al., !966). Cullen consideró que las neu- en gran medida de la influencia de Hans J. Eysenck (1916-1997) a
rosis (irritabilidad, nerviosismo, estado de ánimo deprimido, etc.l partir de sus trabajos sobre el concepto de «neuroticismo», si bien
eran trastornos producidos por una alteración del sistema nervioso este autor planteó la conducta anormal en términos dimensionales
(alteración en los fluidos neuralesl. Esta concepción, que coincidía más que categoriales (Eysenck. 1957, 1967; Eysenck y Eysenck, 1976)_
con la moda «neurocéntrica» de la segunda mitad del sigla xv111, Uno diferencia fundamental entre la descripción de las neurosis que
significó conceptualizar los trastornos emocionales como alteracio- hacen Eysenck y Freud, aparte de las notables diferencias en cuanto
nes del sistema nervioso. o los supuestos etiológicos, se refiere a que mientras que el primero
Es a partir del último tramo del siglo x1x. mediante lo influencia entiende las neurosis y las psicosis según dimensiones independien,
de Freud. cuando comienza a desarrollarse de forma consistente el tes (asociadas a las dimensiones de neuroticismo y psicoticismo,
concepto de neurosis y, en particular, la psicopatología de la ansíe· respectivamente), Freud consideró que las categorías de neurosis y
dad. Freud conceptualizó la ansiedad en términos de una <<teoría de de psicosis se sitúan sobre una única dimensión de «funcionamrento
señal de peligro», destacando que la ansiedad consistía en una reac- del yo». Este último autor separó las neurosis de las psicosis en base
ción emocional que servía para señalar la presencia de una situación a que las psicosis poseen mayor grado de «regresión» del yo que
peligroso, i e, la presencia de una amenaza (concepto muy similar las neurosis, y estas mayor que en las personas normales.
al que se tiene actualmente sobre la ansiedad). En línea con el concepto de neurosis. desde la psiquiatría, Roth
Freud, por otra parte, estableció que lo ansiedad constituía el 0992) desarrolló la idea del «síndrome neurótico general» referido
componente central de las neurosis_ Este autor empleó el concepto de inicialmente por Tyrer U989J como un continuo unitario en cuyos
«neurosis» (o «psiconeuros1s») con fines descriptivos y etiológicos. polos opue..tos se sitúan la ansiedad y la depresión. El planteamien-
Freud no solo utilizó el término neurosis para describir los síntomas de to de Roth es equivalente al punto de vista teórico de Tyrer, que
malestar emocional. sino también para referirse a los procesos que entendió y clasificó las neurosis como pertenecientes a una entidad
se ponen en marcha para defenderse contra la ansiedad; pensó que nosológica unitaria, estando los pacientes neuróticos distribuidos a
cuando un conflicto inconsciente produce ansiedad, estos procesos lo largo de un continuo, ocupando un extremo aquellos individuos
subyacentes o mecanismos de defensa afrontan patológicamente la en los Q.Ue predominan los síritomas de ansiedad, y el otro extremo
ansiedad (tratando de reducirlo) causando Jos síntomas neuróticos. los q_ue exhiben depresión como síntomas predominantes. El sín-
La teoría de Freud sirvió para conceptualizar definitivamente las drome neurótico general consiste únicamente en una estructura
neurosis como trastornos de origen no orgánico (en contra de los subyacente, ya que solo puede ser diagnosticado en presencia de
supuestos originales de Cullen). un perfil premórbido específico de «personalidad inhibida o depen-
diente», y en ausencia de sucesos vitales antecedentes, los cuales,
Una aportación importante de Freud fue su clasificación de
como sabemo>, suelen desempeñar un papel importante como des-
los neurosis. Distinguió entre dos grandes tipos de neurosis, según
encadenantes de los tra..tornos de ansiedad (Sandín y Chorot, 1993;
que la ansiedad fuera experimentada o inferido. En el primer tipo Sandín et al., 2004).
(«ansiedad sentida o experienciada») incluyó las neurosis fóbicas
y las neurosis de ansiedad, y en el segundo («ansiedad inferida») Mó> recientemente a~unos autores <p. ej., Barlow et al., 2014bl
la neurosis obsesivo-compulsiva y la histeria. Desde una óptica retomaron el concepto de neuroticismo corno constructo transdiog~
actual, las neurosís fóbicas incluirían los distintos tipos de fobias nóstico temperamental involucrado en el desarrollo y curso de los
(fobias específicas, fobia social y agorafobia> y el TEPT, mientras trastornos emocionales (especialmente de los trastornos de ansie-
que las neurosis de ansiedad englobarían al TAG y al TP. La neurosis dad y depresivos). El neuroticismo se define como la tendencia a
obsesivo-compulsiva correspondería al actual TOC_ Finalmente, la experimentar con frecuencia emociones negativas intensos en
histeria incluía los tipos de histeria de conversión e histeria disocia- respuesta a las situaciones de estrés. Estas emociones pueden ser
tiva descritos en el DSM-II, y se correspondería con los trastornos diversas (incluyendo, por ejemplo, la irritabilidad y el enfado e ira),
actuales (DSM-5l descritos como trastorno de conversión o trastor- pero generalmente se han referido a la ansiedad, el miedo y el
no de síntomas 11eurológicos funcionales \incluido en el espectro ánimo depresivo.
de los trastornos de síntomas somáticos) y trastornos disodativos,
respectivamente. Cabe destacar que, de acuerdo con Freud, todos
estos trastornos podrían conceptualizarse corno trastornos de ansie- j)Neuroticlsmo. Rasgo de personalidad asociado estrecha·
dad, yo que esta constituye el elemento psicopatológico primario mente a la hiperfunción del sistema nervioso autonomo; se
en todos ellos. identifica con labilidad emocional y se ha sugerido como el
El concepto de neurosis fue ampliamente aceptado en el campo principal factor de predisposición a padecer los trastornos
de la psicopatología durante gron parte del pasado siglo_ Dicho con- emocionales. Posee solapamiento con el afecto negativo.
cepto ha sido de gran utilidad teórica y práctica para separar los
Manual de ::isicopacología. Volurren ?

8, DSM-111: nueva era de los trastornos ion ubicado<; en dos nuevos grupos de trastornos. El TOC se ubica en
el nuevo grupo de «Trastorno obsesivo compulsivo y t1astornos rela-
de ansiedad cionados», mieritrus q_üe el TEPT y trastorno de estrés agudo forman
Como punto de partida es importante indicar que el grupo de parte del nuevo grupo de «Trartornos asociados a traumas y estreso-
«Trastornos de ansiedad», como grupo separado de otros tras· res». la evidencia de lo literatura sugiere que estos trastornos, aunque
tornos mentales, se establece por primero vez con la publicación poseen componerites comunes a los trastornos de ansiedad, poseen
de la tercera edición del DSM (DSM-lll; APA, 1980). Este manual otros características q_ue les diferencian de los trastornos de ansie-
definió el grupo de los trastornos de ansiedad como síndromes en dad propiamente dichos. En lo Tabla 1.3 indicamos lo clasificocióri q_ue
los que lo ansiedad es la perturbación predominante del cuadro, establece el DSM-5 sobre los trastornos de ansiedad, así como también
como en el trastorno de pánico (TPJ o en el trastorno de ansiedad las correspondencias con la clasificación llevado a cabo por el DSM-III
generalizada (TAG), o bien la ansiedad es experimentado cuando lo 33 años antes <primera clasificación de los trastornos de ansiedad)
persono troto de dominar los síntomas, como ocurre cuando afronta \un análisis sobre los cambios introducidos por el DSM-5 respecto al
las situaciones u objetos temidos en el trastorno fóbico o se resiste DSM-IV pueden consultarse en Sandín et al., 2016a1. También se
a las obsesiones o compulsiones en el TOC. Este grupo de trastornos indican en la tabla los categorías propuestas por la CIE-11.
de ansiedad incluía los trastornos fóbicos (agorafobia, fobia social Merece lo peno señalar q_ue el DSM-5 incluye un trastorno de
y fobia simplel, lo> estados de ansiedad !TP, TAG, y TOCl, y el TEPT ansiedad (i_ e, el trastorno de ansiedad o lo enfermedodl en el gru-
(véase la Tabla 1.3). El DSM-IlI también incluyó un subgrupo de po de «Trastorno de síntomas somáticos y trastornos relacionados».
«Trastornos de ansiedad de lo infancia y lo adolescencia», en el El manual asume que puede clasificarse en este grupo o en el grupo
grupo de «Trastornos de inicio en ki infancia, la niñez o la adoles- de los trasfornos de ansiedad habiendo optado por incluirlo en el
cencia», el cual incluía el trastorno de ansiedad de separación, el primero por simple conveniencia_ No obstante, lo CIE-11 clasifica
trastorno de evitación, y el trastorno de hiperonsiedad. la hipocondría (equivalente a este trartorno) en el grupo de <(Tras-
Lo publicación DSM-III significó un cambio radical respecto a torno obsesivo-compulsivo y trastornos relacionados». Finalmente,
sus antecesores (véase Sondín, 2013, y el Vol. 1, Capítulo 3). Supuso puede apreciarse que la clasificación que establece lo CIE-11 es
una notable mejoro respecto a cualq_uier sistema al uso de clasifi- prácticamente idéntica o lo publicada en el DSM-5, lo cual supo-
cación categorial de los problemas de ansiedad y, en particular, ne asumir lo organización establecida por este último y facilitar lo
significó el comienzo de uno nueva ero en la conceptualización y homologación y codificación de los diagnósticos.
diognórtico de los trastornos basados en la ansiedad. Comparado
con las anteriores ediciones del DSM, es más descriptivo y detalla-
do, más específico Oos trastornos de ansiedad son definidos con IV. Características
gran especificidad y operatividad de criterios), más fiable y válido,
elude los supuestos etiológicos psicodinámicos (es ateóricol y se transdiagnósticas de la ansiedad
centra más en conductas observables que en conductas inferidas. El El transdiognóstico es un nuevo enfoq_ue en psicopotología y psico-
DSM-111 describe y operotivizo por primera vez cuadros clínicos de logía clínico q_ue implica una nueva formalización de los trastornos
ansiedad tan relevantes como el TP, el TEPT, el TAG y el trastorno de mentoles y una nueva protocolización de lo terapia cognitivo-con-
ansiedad de separación, proporcionando criterios objetivos para su ductual [un análisis más amplio sobre el tronsdiagnóstico puede
diagnóstico. Su influencio fomentando la investigación psicopatoló- encontrarlo el lector en el Vol. l. Capítulo 3, y en Sandín et al. (2012l
gica y el tratamiento de estos trastornos ha sido enorme. y Belloch (2012ll Desde el punto de visto psicopatológico, el punto
central consiste en q_ue ciertos grupos o espectros de trastornos
C. Clasificación actual de los trastornos mentales pueden orgariizarse en base a un conjunto de procesos
de ansiedad: el DSM-s cognitivos y conductuales causales o de mantenimiento comunes
<i. e., procesos etiopotogénicos q_ue son compartidos por el grupo
los últimas revisiones y edicionE>s del DSM consistieron básicamente de trastornos). Se ha sugerido, o~í mismo, que los trastornos de
E>n refinamientos y mejoras del DSM-111. Aunq_ue el DSM-5 <APA, ansiedad y depresivos comporten muchos de estos procesos, lo cual
2013) pretendió llevar a cabo un cambio de paradigma hacia un justificaría su elevado comorbilidad. El transdiagnóstico posibilito,
sistema de clasificación dimensional, desde el comienzo estuvo con- por tanto, un enfoq_ue más realista de lo psicopatologío al partir de
denado al fracaso ya que su pretensión ero establecer la clasifica- la comunalidad q_ue se do entre los trastornos de ansiedad, así como
ción de Jos trastornos mentoles basándola en dimensiones biológicas también entre estos y otros trastornos emocionales, especialmente
(p. ej., circuitos cerebrales y variables neuroq_uímicas)_ Finalmente las trastornos depresivos. Tras subrayar el problema de lo comorbili-
se conformó con efectuar algunos retoques al DSM-IV (APA, 1994-), dad y lo estructura jerárq_uica de los trastornos emocionales, en erte
recolocando trastornos y retocando algunos de los criterios, inclu- epígrafe examinaremos brevemente algunos constructos tronsdiag-
yendo algunos nuevos trastornos y suprimiendo otros; introdujo nósticos relevantes para los trastornos de ansiedad.
lo idea de la necesidad de un acercamiento más dimensional a lo
clasificación psiq_uiótrica, aunque finalmente no lo aplicó (véase
Sandín, 2013 y Sandín et al., 20160, para un análisis detallado sobre Ji Transdiagnóstico. enfoque de la psicología clínica que
los cambios más significativos introducidos por el DSM-5). formaliza los trastornos mentales sobre la base de un con-
En lo que concierne o los trortornos de ansiedad, el principal junto de procesos o factores etiológ1cos, cognitivos y con·
cambio introducido por el DSM-5 consirtió en eliminar del grupo de ductuales, que son compartidos por grupos de trastornos
trastornos de ansiedad el TOC y los trastornos asociados a estresores (p. ej., los trastornos emocionales].
{el TEPT y el trortorno de estrés agudo). Estos dos tipos de trartornos

10
Capitu!o 1. F'<:1c0paiología de :a ansiedad y Trastornos de ansiedad· Hacia un enfoque transd1a9nóstico

_)) Tabla 1.3. ClasilÍcació.1 de les trasto 1T1os de ansiedad según el DSrv'l-5 y correspondencias co.·1 ias clasiflc;;.c1011es esldbltuddJ
por el DSM-111 [primera claslf1cación de los trastornos de ansiedad] y 1a CIE-11

Trastorno de ansiedad de separación' Trastorno de ansiedad de separación Trastorno de ansiedad de separación


2
Mutismo selectivo Mutismo selectivo Mutismo selectivo
Fobia simple Fobia específica Fobia específica
Fobia social Trastorno de ansiedad social (fobia social) Trastorno de ansiedad social
Trastorno de pánico Trastorno de pánico Trastorno de pánico
Agorafobia Agorafobia Agorafobia
Trastorno de ansiedad generalizado Trastorno de ansiedad generalizado Trastorno de ansiedad generalizado
Trastorno de ansiedad inducido por Trastorno de ansiedad inducido por sustancias
droga/medicacióni
Trasiumo de ansiedad debido a una Síndrome de ansiedad secundario
condición médica1
Otro trastorno de ansiedad especificado" Otro trastorno de ansiedad o miedo especificado
Trastorno de ansiedad atípico Trastorno de ansiedad no especificado Trastorno de ansiedad o miedo no especificado
Trastorno de ansiedad o lo enfermedad'
Trastorno obsesivo·compulsivo
[ Trastorno de estrés postraumótico
Trastorno de evitación en la infancia o adolescencia'

1 Trastorno de hiperonsiedad'

Nota: 'Clas1ftcado en el grupo de «rrastarnas de inicio en la 1nfanc1a, la nlfiez o la adolescencia». subgrupo de 1<Trastornos de ansiedad
en la irifancia o adolescericla».' Clasiftcado en el grupo de «Trastornos de inicio en la infancia, la 111ñez: o la adole;cencia,,, subgrupo de
"Otros trastornos de la infancia, la rilñez o adolescencia". i Trastorno de ansiedad introducido por el DSM-IV. 4 Nueva categoría del DSM-5.
'Aunque este trastorno es ubicado por el OSM·S en el grupo de «Trastorno de síntomas somáticos y trastornos relacionados>, asume
que puede 1ricluirse igualmente en el grupo de los trastornos de ansiedad. Las categorías CIE-11 se basan en el borrador de esta edición
1ecuperado el 18 de rnoyo de 2020 de; httpsJ/Kd.who.int/en

A. El problema de la comorbilidad entre lo fobia específica es el trastorno que, como diagnóstico principal.
menos diagnósticos secundarios asociados posee. El primer fenóme-
los trastornos de ansiedad
no !esto es, la fobio específica como síndrome comórbido) indica
Un problema asociado a los trastornos emocionales (trastornos q_ue la fobia específico se asocia de formo muy común con otro>
de ansiedad y depresivos) es q_ue son muy comórbidos. El término síndromes de ansiedad; dicho en otros términos, es muy probable
«comorbilidad» puede referirse al solapamiento de síntomas q_ue se que un paciente con algún trastorno de ansiedad tenga también
da entre varios trastornos. o a que dos o más trastornos diferentes algún tipo de fobia específica. El segundo fenómeno, por otra porte,
se dan conjuntamente en la misma persona (solapamiento diagnósti- sugiere q_ue pocos pacientes cori fobia específica como diagnóstico
co). Ambas formas de comorbilidad son elevadas entre los trastornos principal reciben o su vez otros diagnósticos de tra'llorno de ansíe"
de ansiedad, así como también entre los trastornos de ansiedad y la dad. Esto es congruente con lo asunción de que los fobias específi-
depresión {véase la Tabla l.Lf.J. En Ja tablo indicamos los porcentajes cas son las q_ue implican menor gr{ldo de gravedad díriica (al menos
promedio obtenidos a partir de vorias publicaciones. Cada valor de si asumimos q_ue los síndromes más graves clínicamente suelen tener
la tabla indica el porcentaje de pacientes de cada trastorno (diag- más diagnósticos comórbidos q_ue los síndromes leves).
nóstico principal) q_ue, a su vez, son diagnosticados con otro tras- La depresión es uri trastorno que parece darse frecuentemente
torno (diagnóstico secundario o comórbida). Si observamos la tabla asoci{ldo a algún trastorno de an~iedad. Los pacientes con diagnós-
se evidencia q_ue la fobia específica es el tra'llorno de ansiedad más tico principal de depresión mayor tienden a exhibir tasas elevadas
concurrente como diagnóstico secundario <en particular concurre y consistentes de diagnósticos comórbidos de ansiedad <véase la
de forma elevada con !o fobia social y la agorafobial. En cambio, Tabla l.IJ.J. Pero /a depresión también se asocio de forma elevada a

11
/v1anual de ps1r:opctología_ Voli;men ?

) ) Tabla 1.4. Tasas de con1orbilidad e11tre los trastornos de an•,,edctd [porcer1laje pron1edio de sujetos clínicos con cornorl;ilidaJ
entre ios trastornos q·1e se especiflca:il

Trastorno de pónico CTPl' 04 33 14 06 21


Agorafobia <AG)1 04 17 17 33 57
Fobia específica <FE) 12 50 66 38 28 57
Fobia social CFS) 06 11 29 3" 06 25
- - ---- ---------- - - -- - - - -
Trastorno de ansíedad
11 06 06 06 08 21
generalizado CTAGl
Trastorno obsesivo-
19 07 07 07 10
compulsivo CTOCl °"
Otro trastorno de
61 47 41 48 68 67 67
ansiedad/depresión
--------- -----

Nota: 'No Incluye agorafobia_' Con o sin pánico. TDM =trastorno depresivo mayor. Elaborado a partir de los datos referidos por Barlow
[1988], de Ruiter et ol. [1989], Sctnderson y Wetz:ler [1991), Oakley-Browne y joyce [ 1992j, y W1ttchen y Essau (1993).

los sindromes de ansiedad como diagnóstico comórbido (secunda- que la presencia de un trartorno de ansiedad incrementa la posibi-
rio). Lo frecuerite coexistencia de síntomas de ansiedad y depresión lidad de que aparezca otro trastorno de ansiedad y algún trastorno
en un mismo individuo ha llevado a designar como entidad clínica depresivo.
el <<trastorno mixto de ansiedad-depresión». De hecho, la ansiedad
y la depresión pocas veces se dan como entidades puras. Esto, no B. Modelo tripartito sobre el afecto,
obstante, no implica que ambos conceptos se confundan_ Ansiedad
y depresión comparten aspectos comunes, pero también poseen la ansiedad y la depresión
fenómenos específicos. La diferenciación entre ambos constructos El modelo tripartito sobre la afectividad, la ansiedad y lo depresión
o dimensiones es necesaria, y aporta información fundamental para fue formulado por Clark y Wotson (1991) paro explicar las comunali-
el conocimiento psicopatológico y poro el tratamiento de los tras- dade> y diferencias entre la ansiedod y lo depresión. Según estable-
tornos de ansiedad y depresivos. cieron estos autores, el modelo está constituido por tres elementos,
los cuales fueron denominados como (ll afecto negativo {o distrés
afectivo general, no específico}; (2) hiperactivación fisiológica, y
_)) Comorbllidad. Cuando concurren síntomas semejantes (3) anhedonia (disminución del afecto positivo). El primer compo-
en diferentes trastornos [comorbilidad de síntornas), o nente es común a la ansiedad y fa depresión; el segundo !hiperac-
tivociónl es específico de la ansiedad; finolmente. el bojo afecto
cuando concurren diferentes diagnóslicos en unct misma
positivo o onhedonia <opotía, pérdida de entusiosmo, pérdida de
persona (comorbllidad de diagnósticos).
interés, etc.J sería específico de la depresión. Clark y Watson sugie"
_))Diagnóstico prlnclpa! (o primario). Diagnóstico efectua- ren que la presencia de niveles elevados de afecto negativo es un
do respecto a un trastorno que, cumpliendo los requisitos indicador común de los trastornos de ansiedad y depresivos.
/criterlos] para ser diagnosticado como síndron1e específico,
produce rnayor perturbación al paciente que otros trastor-
nos cornórbidos [diagnósticos secundarios). :flAnhedonia. Pérdida notoria de la capacidad para experi-
mentar placer con objetos o situaciones físicas ¡anhedonia
física] o a través de la interacción con otras personas (anhe-
El hecho de que uri paciente tengo más de un diagnóstico de donia social).
ansiedad en un momento dado posee notables implicaciones. En pri-
mer lugar tiene implicaciones terapéuticas; la ca-ocurrencia de dos
diagnósticos difere11tes suele implicar estrategias de intervenció11 El modelo se basa en los conceptos de afecto positivo y afecto
diferenciales para cada cuadro y el uso de protocolos de interven- negativo como dos dimensiones generales de lo afectividad inde-
ción diferentes_ Pero tiene también muchos otras implicaciones rela· pendientes. Los autores construyeron un instrume11to psicométrico
cionados con el origen, curso y pronóstico del trastorno. La creencia poro evaluar estas dos dimensiones del afecto, denominado Positive
de que la presencia de un trastorno psicopotológico incrementa el and Negative Affect Schedule (PANAS; Watson et al., 1988l. Nuestro
riesgo de sufrir otro trastorno parece ser aquí aún más válida, ya grupo llevó a cabo lo traducción y validación de lo versión españolo
Capitulo l. PsiccpAtclni;¡írl rJe ;e¡ ansiedad y trastornos ce ans1ejad: raua un enfoque transd1ag11óstico

) ) Tabla 1.5. '/ersión espaftola del cuestirn1c.r10 Posítive a11a' Neyulive A/fecr SchcJu,'€ [PANAS!
A co· 1¡¡ 11 uación se indican diversos sentimientos y emociones que suele experimentar la gente. Lea cada une de ello> y,
refii ié11dolo a usted, conteste indicando cómo suele sentirse habitualmente':
r1o!J1t1,aln1ente (en general} suelo sentinne:

Interesodo/n (que muestro interés por lo gente o las cosas)


Eslresado/a, con sentimiento de malestar o agobio
Emoc1onado/a, animado/a
i Disgu;tado/a, o molesto/a
Enérgico/o, con vitalidad
Culpable
>--··-----

Enojado/a. hostil
Entusiasmado/a
Orgulloso/a (de algo), satisfecho/a
Irritable, malhumorado/a
Alerta (despierto/a), despejado/a
-----------+----+-----+-------f----+------f
Avergonzado/o
Inspirado/o
Ne1vioso/a
Decidido/o, atrevida/a
Atento/o o consciente (pongo atención)
Intranquilo/o o inquieto/a
-~-----------f.-----+-----f.------+-----+-----'
Activo/a
Temeroso/o, con miedo

Noto: 'Modificando esta Instrucción el PANAS puede aplicarse referido a: (1) el momento actual, (2) el d1a de hoy, [3) los días recientes, (41 la
semana pasada, IS) las semanas pasadas y 16] el último año.
© 1988 D. 1N<Jtson, L. A. Clark y A. Tellegen, American Psycholog1cal Association, lnc. © 1993 B. Sandín para la versión española. Adaptado
r!e Sand1n, Valiente y Choro\ l2008d), El estrés psicosociol: Conceptos y consecuencias clinicas. Madrid: Klinik [p. 322). TrJducido y
reproducido can permiso.

de este cuestionario (véase la Tabla 1.5), proporcionando evidencio importancia de distinguir entre los niveles de síntomas y de diag-
sobre su validez y fiabilidad, y sobre la convergencia tronsculturol nóstico. La ansiedad y lo depresión comporten síntomas de males-
de estos dos dimensiones bósicos del afecto <Sondín et al., 1999JI. tar emocional, más que significar un solapamiento de diagnóstico
Uno aportación importante del modelo es que permite expli" (Clork y Wotson, 1991>. Dicho en otros términos. el aspecto común
cor el solapamiento de los síntomas ansioso"depresivos, y reflejo lo o lo ansiedad y la depresión consiste en que ambas están relacio-
nados con la variable temperome11tol de afecto negativo o neuroti-
cismo. Por otra parte, si bien el modelo explico la comunalidod q_ue
Esto publicación sobre la validación de la versión espoftolo del PANAS se do entre lo ansiedad y lo depresión en base al afecto negativo,
es el artículo mós citado entre todos los artículos empíricos (trabajos explica también su distintividod sobre la base del afecto positivo. El
de investigación originalesl publicados por la revisto Psicothema, y modelo explico que lo que caracteriza y diferencio o los pacientes
registrados en las bases de Scopus y Web of Science. Esto demuestra depresivos de los pacientes con ansiedad es el bojo afecto positivo.
el gran interés y relevancia que ha tenido el cuestionario PANAS en Dotas o favor de e'ite modelo han sido presentados par varios auto-
la investigación llevado o coba en los países de habla española_ res (p. ej., Joiner et al., 1996).

13
IV1anual de psiC·Jpat::ilogicL Volumen 2

DEPRESIÓN ANSIEDAD

BAJO AFECTO ALTO AFECTO HIPERACTIVACIÓN


POSITIVO NEGATIVO FISIOLÓGICA
• Tristeza lrritobllidad Miedo
• Anhedonia • Preocupación Pánico
• Pérdida de interés • Baja concentración Nerviosismo
• Apatía • Insomnio Evitación
• Tendencias suícidas • Fatigo Inestabilidad
• Baja activación simpática · Agitación ps1comotora Alto activación simpático
· Pérdída de apetito · Uonto • Tensión muscular
· Inhibición psicomotora · Sentimientos de inferioridad H1pervigila11cia
• Sentimientos de inutilidad • Culpo Percepción de amenazo/
• Percepción de pérdida • Bajo autoestima peligro

DESESPERANZA INDEFENSIÓN INCERTIDUMBRE

)) Figura 1.2. Ansiedad y depresión: aspectos comunes y aspectos especillcos 1explicación en el textoj [elaborado basandonos
en Clark y Watson, 1991, Alloy y cols., 1990, y otras fuentes].

En lo Figuro 1.2 representamos esq_uemáticamente los relaciones (trastornos de ansiedad y depresivos}. En uno de estos estudios basa-
entre lo ansiedad y lo depresión basándonos, por uno porte, en el do en pacientes con diagnóstico de trastornos de ansiedad y depre·
modelo y las aportaciones del grupa de Watson sobre el concepto sión, Brown et al. U998} confirmaron lo estructura jerárquico de lo
de afecto positivo y negativo y, por otra porte, en la hipótesis de ansiedad y la depresión formulado por Clork y Watson, en el sentido
Alloy et al. (1990) sobre lo interrelación entre ansiedad y depresión de q_ue la combinación de alto afecto negativo y elevado activa-
según la teoría de lo indefensión-desesperanzo. Puede observarse ción autónoma se asociaba a los diferentes trastorrios de ansiedad,
la faceto común a lo ansiedad y depresión, representada par el mientras que la combinación de alto afecto negativo y bojo afec-
área más sombreado. Con letras de mayor tamaño representamos to positivo se vinculaba con la depresión. No obstante, los auto·
las variables básicas relacionadas con ambos modelos (arriba el res introdujeron algunos cambios eri el modelo, ya que ni el afecto
modelo tripartito, abajo el modelo de indefensión-desesperanzo)_ negativo se asociaba de forma similar o todos los trastornos, ni el
Los síntomas se circunscriben entre los conceptos generales de afecto positivo ni lo activación autónomo son tan específicos como
ambas teorías (p_ ej., bajo afecto positivo y desesperanza). A medi- se había señalado inicialmente (i_ e., específicos de la depresión y
do que el síntoma se aproxima más al concepto general, significa los trastornos de ansiedad, respectivamente). Estos autores ericori-
que el síntoma está aproximodan1ente más próximo al concepto troron, por ejemplo, que el a\to afecto negativo parece ser más
en cuestión. La indefensión, ounq_ue se trata de un componente específico del TAG q_ue de los restantes trastornos de ansiedad. El
común o la depresión y la ansiedad, en general tiende a ser más bajo afecto positivo parece relacionarse también con lo fobia social
propia de lo depresión. El diagnóstico de un trastorno de ansiedad y lo activación autónomo es más específica del TP y mucho menos
vendría caracterizado por uno predominancia de los factores de del TAG. En realidad, Brown et al. encuentran q_ue lo hiperoctivo·
«hiperactivoción fisiológico» e «incertidumbre». El diagnóstico de cióri autónomo no es uno característico de todos los trastornos de
un trastorno depresivo, en cambio, estaría dominado por el «bojo ansiedad, sino q_ue más bien parece ser específica del TP (aunque
también se ha relacionado con el TEPTl. Uri aspecto importante de
afecto positivo» y lo «desesperanza». Finalmente, el diagnóstico
esta estructura jerárquico viene dado por el carácter etiopatogéni-
del síndrome mixto de ansiedad-depresión se asociaría o \a pre·
co otorgado o \os dos factores generales del temperamento, esto es,
sencia de los síntomas vinculados al «alto afecto negativo» y o la el afecto negativo o neuroticismo y el afecto positivo o extraversión.
«indefensión». Existe evidencio de q_ue estos constructos son heredables en gran
Partiendo de lo base de los tres constructos básicos del modelo medida y estables en el tiempo. Brown et al. resaltaron que estos
tripartito {afecto negativo, afecto positivo e hiperactivación fisioló- dos factores de orden superior han demostrado estor implicados en
gica!, se han llevada a cabo diversos estudios posteriores con objeto lo causa, desarrollo y mantenimiento de los trastornos de ansiedad
de examinar la estructurojerárq_uico de los trastornos emocionales y depresivos.

14
lap1tulo 1. Ps1copotología de la an<;iedcid y tr·astornJ'. de ansiedad: Hacia un enfoque transdiagnóslic_o

V. Modelo transdiagnóstico rasgo. Toles experiencias podrían ser responsables de los expecta-
tivos de 1mpredecibilidad e incontrolob1l1dad, ospecro~ psicológicos
jerárquico de los trastornos nucleares del neurotici>mo {constitutivos de la denominada «vul-
nerabilidad psicológico» del neuro1icismo} (Borlow et ol., 20140).
ernocionales
En lo infancia. este rasgo temperamental está representado por
En este apartado exponemos brevemente un modelo etiopatogéni- lo inhibición conductual. Más específicamente, es lo feridencia a
co jerórq_uico sobre los trastornos emocionales basado en procesos reaccionar con miedo y evitación ante personas o situaciones no
tronsdiagnósticos (véase lo Figura l.3l. El modelo se basa en otras familiares. «Es una predisposición a ser irritable cuando el niño es
propuestos transdiognósticas previos {Borlow et al., 2004, 201lJ.b; bebé, a ser miedoso y triste cuando el niño comienza a andar, y a
Ehrerneich-May et al., 2018; Hofmann et al., 2012), así como también ser callado y retraído cuando durante Ja edad escolar, con marca-
en evidencio reciente sobre lo identificación de constructos trans- da evitación, restricción comportamental (1nhibición) y activación
diagnósticos relevantes en la etiología de los trastornos emociona- fisiológica en situaciones no familiares» (Sondíri. 1997, p. 14)_ Como
les. El modelo lo estructuramos segúri cinco niveles de organización tal, lo inhibición conductual es un factor general de riesgo hacia los
jerárquica. los cuales incluyen (o) un primer 11ivel (nivel superior) trastornos de ansiedad.
constituido por el afecto negativo (o neuroticismo), (b) dos niveles El modelo, también incluye como constructo de nivel superior
intermedios constituidos, respectivamente, por los rasgos clínicos el afecto positivo (o extraversión). Generalmente se asume q_ue el
(segundo nivell y las respuestas de afrontamiento (estrategias de afecto positivo se asocia a repertorios de conducta más amplios
regulación emocional; tercer nivell, y (c) dos niveles inferiores refe- q_ue el afecto negativo, predominando las conductas de aproxima-
ridos a los trastornos emocionales {cuarto nivel) y a los síritomas y ción (en el afecto negativo predomina la evitación). También se ha
signos clínicos (quinto nivell. En fo q_ue sigue se describe la estructu- relacioriado con mayor bienestar subjetivo y felicidad_ Aunque su
ra y funcionamiento del modelo. papel como variable transdiagnóstica de los trastornos emocioriales
es menos relevante que el del neuroticismo, el bajo afecto positivo
A. Nivel de rasgos de temperamento (junto con el alto afecto negativo) se ha asociado de forma relevan-
te can la depresión y algunos trastornos de ansiedad (trastorno de
generales
ansiedad social y agorafobia). El afecto positivo, por tonto, parece
El afecto negativo o neuroticismo es un constructo transdiagnós- actuar como factor protector gerieral de la sintomatología emocio-
tico de nivel superior (primer nivel; véase la Figura l.3l. Como se nal negativo.
indica en la figura, el neuroticismo se relaciona etiológicamente
con todos los trastorrios emocioriales. Al igual que establecieron B. Nivel de rasgos clínicos
Sandín (1999) y Barlow et al. (2004, 2014bl, en el presen-ie modelo
retomamos el papel central del afecto negativo como variable etio- En un nivel más bajo (segundo nivel> que el ocupada por el afecto
lógica general de la psicopatología de los trastornos emocionales. negativo se sitúan los constructos que ocupan un puesto intermedio.
El afecto negativo o neuroticismo {aplicado a la infancia se ho defi- Son constructos transdiagriósticos que se relacionan etiológicamen-
nido habitualmente como «inhibición conductual») es una variable te con algunos de los trastornos emocionales (explican su inicio o
temperamental q_ue predispone al individuo a experimeritar sínto- mantenimiento). Estos canslructos son la sensibilidad o la ansiedad
mas emocionales negativos en situaciones de estrés (p. ej., miedo, la intolerancia a la incertidumbre, la tolerancia al estrés la sensi'.
ansiedad, tristeza, ira, etcJ. Las personas con niveles elevados de bilidad al asco, lo fusión pensamiento-acción, y el perfec~ionismo 1 .
afectividad negativa tienden a experimentar emociones negativos Tales constructos son variables cognitivas de diferencias individua-
con mayor frecuencia e intensidad q_ue los personas con niveles más les <variables de rasgo o disposicionales), consistentes en creencias
bajos. De forma similar, desde hace años se conoce q_ue las personas personales o expectativas sobre los síntomas emocionales negativos
con diagnóstico de trastornos emocionales suelen presentar rnveles experimentados y/o las situaciones asociadas, pueden relacionarse
elevados de neuroficismo, tal y como fue formulado por Eysenck y causalmente con el afecto negativo (al menos parcialmente pueden
Eysenck (1976). depender de esto variable).
Se ha sugerido que el neuroticismo se debe a una perturbación La sensibilidad a la ansiedad es la tendencia a experin1entar
neurofisiológica caracterizada por un exceso de activación de la miedo ante los síntomas de ansiedad, miedo q_ue se supone es debi-
amígdala y un déficit de control inhibitoria desde los estructuras do a la creencia de q_ue la ansiedad y sus sensaciones poseen con-
prefrontales, dando lugar a hiperexcitabilidad de los circuitos corres- secuericias peligrosas o dañinas (Reiss y McNally, 19851. Muchas per-
pondientes ante estímulos de estrés y miedo. Se entiende, por tanto, sonas tieneri un elevado rasgo de ansiedad <i e_, tienen tendencia
que el neuroticismo es un factor transdiagnóstico de vulnerabilidad o experimentar ansiedad ante cualquier situación estresante). pero
general hacia los trastornos emocionales, y depende tanto de fac- sin experimentar miedo o las propios síntomas de ansiedad. Por
tores genéticos como ambientales (Eysenck, 1967). Se ha estimado tanto, lo sensibilidad a la ansiedad no debe confundirse con el rasgo
uno contribución genética entre el 40% y el 60% de la varianza en
la expresión del rasgo de neuroticismo (Borlow et al., 2014al. Los
efectos de la influencio ambiental se producen fundamentalmente a
2 Estos constructos transdiagnósticas de nivel intermedio son algunos
través experiencias adversos durante períodos tempranos del desa- de los que se han sugerido en el contexto de los trastornos emociona-
rrollo. Tanto las experiencias de estrés traumático (p_ ej., maltrato les <véase Sandín et al., 2012). Son las variables que, a nuestro juicio,
inlontil) como los estilos de crianza adversos (p_ ej., estilo de crianza poseen elevado relevancia relacionada con la etiología de los trastor-
aversivo o de rechazo) pueden contribuir al desarrollo del neuro- nos emocionales y están apoyados por un mayor grado de evidencio
ticismo, y a las perturbaciones neurofisiológicas asociadas a este empírico.
Manual de psi~opatologia. Vol1..mE·fl 2

Nivel tronsdiognóstico Constructo/trastorno Genética/ambiente

\ •
Nivel 1
Temperamen to
Afecto
po~itivo
Afecto negativo
Neuroticismo
..._. ( Genética _J
\ !
~
Inhibición conductual
\

~ Experiencias
! ! I_ -----i tempranas
• Tolerancia •
Nivel 2
Rasgos
Seo,ibmdod
oto
J Intolerancia 1
lsoo,ibilidod
~

Fus1on
1 pensorr:i~ento- '
;
r ,,,,ec- ..._.
·Apego
• Crianza
clínicos ansiedad º'º
incertidumbre
li
º'
estrés
ol osco
OCCIOíl
\. _ ____ T _,;
¡ cioni ;mo • Estrés y
• \ \ traumas
1 1 1 1.· 1 • Aprendizaje

J
l
~
! 1 1
(
Nivel 3 Evitación Evitación Resolución de Experiencias
Reevaluación Aceptación
Afrantomiento conductual cognitiva problemas ' de aprendizaje
· Directos
1 1 ! - Vicarios
- Transmisión
de informo-
ción
Nivel 11

J (~
1 1 1
.--1 _l_ Experiencias
r
l 'j
Síndromes
clínicos TAS J Fobias 1
(

', TP ) TAG ( TDM ( TOC )


de estrés

¡, t t T T T. i·
Nivel 5
S1ntomatología e- - - - - Signos y síntomas clínicos _ _ _) ~

"
)) Figura 1.3. Modelo transdiagnóstico jerárquico de los trastornos emocionales [explicación en el texto). TAS= trastorno
de ansiedad de separación; TP =trastorno de pánico; TAG =trastorno de ansiedad generalizada; TDM =trastorno depresivo
mayor; TEPT =trastorno de estrés pos traumático; TOC =trastorno obsesivo-compulsivo.

de ansiedad (tendencia o experimentar ansiedad) (Sondín et al., de ansiedad en general. La sensibilidad a la ansiedad tiene tres
2001>. En el marco de esta teoría, la sensibilidad a la ansiedad ho dimensiones separadas, según que se refiera a síntomas de ansiedad
sido conceptualizada como un «miedo fundamental», en contraste de tipo físico, cognitivo o social CTaylor et al., 2007). En la Tabla 1.6
con otros mieOOs no fundamentales <i. e., miedos derivados}, como, reproducimos la Chíldhood Anxíety Sensitivity lndex (Silverman et
por ejemplo, el miedo o volar en avión o el miedo o los perros. al., 1991; Sondín, 1997>, una escala diseñado para evaluar lo sensibili-
Si nos fijamos en estos dos últimos miedos, vemos q_ue no existe dad a la ansiedad en nifios y adolescentes; a través de sus diferentes
una conexión lógico entre ellos: nadie dice q_ue tiene miedo a volar ítems puede observarse el contenido de este coílstructo aplicado al
porque teme a los perros, o viceversa. Sin embargo, si cabe afirmar ámbito infantojuvenil.
que uno tiene miedo o volar, o o los perros, porque tiene miedo a La intolerancia a la incertídumbre ha sido definido como la
los síntomas de ansiedad (p_ ej., miedo a los sintamos de un posible formo en que un individuo percibe la información en situaciones
ataque de pónico osociado o estos situaciones). Aunque la sensibili- inciertas o ambiguos y responde o esa información con un conjun-
dad a la ansiedad se asocia más específicamente con el TP (Sandín to de reacciones cognitivas, emocionales y conductuales (Ladou-
et al., 1996; Taylor et al., 1992), existe evidencio de que también ceur et al., 1997). También se ha definido como la tendencio de un
se relaciona con otros trastornos emocionales incluida lo depresión individuo a considerar inaceptable lo posibilidad de que ocurro un
(Toylor, l999l, lo cual es consistente con lo propuesto inicial de Reiss suceso negativo, con independencia de la probabilidad que tenga
(1991>; este autor propuso el constructo de sensibilidad o lo ansiedad de ocurrir ((arleton et al., 2007l. Los individuos con intolerancia o
como un factor de vulnerabilidad poro el desarrollo de los trastornos lo incertidumbre están predispuestos a interpretar lo información

16
Capítulo l f-'>1~opatoloqía de L~ ansiedad y trastornos de ansiedrtd· Hriciri 1n f'nfo11_1p transdiagnós1ico

)) Tabla 1.6. Vers on espa1'iola del cuesticnario de sensibilidad e la a1siedad para cirios Ch,/dhood Anxiery Sensiu111ty lnUex [CA51j
~ de Silverman, flcising, Rabian y Peterson (199')

i Instrucciones: A continuación se indican algunas frases que los niños y niños utilizan poro describirse a si mismos_
1 Lee detenidamente codo frase y morco con una «X» la cosilla correspondiente o lo palabro (Nada, Un poco Mucho! que tu consideras
mas descriptivo de t1 mismo
1~_ex1rten rnntestoc1~nes bu:_:~s rn molos Recuerdo que tiene; que senolar la palabra_o"_'_m_eJ"º_'_''_d_"_'_"_b_o______~----
1 1. Cuando me siento asustado/a, quiero que la gente no se de cuento. _Nodo _Un poco Mucho
!---~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~-+-~~~-!
2. Cuando na pueda concentrarme en mis deberes de clase. me preocupo q,ue pueda estor
_Nodo _Un poco Mucho
volviéndome loco/a.

1 Me asusto cuondo siento que tiemblo. _Nada _Un poco _Mucho

4. Me asusto cuando siento como si me fuera o desmayar. _Nada _Un poco Mucho

S. Es ·importante ¡xiro mí controlar mis sentimientos. _Nodo _Un poco _Mucho

6. Me 01usto cuando mi corazón lote rápidamente. _Nado _Un poco _Mucho

7. Me siento violento/o cuando mi estómago hoce ruidos. _Nada _Un poco Mucho

8. Me asusto cuando siento como si fuero a vomitar. _Nado _Un poco Mucho

9. Cuando noto que mi corazón lote rápido, me preocupo que puedo tener oigo molo. _Nada _Un poco _Mucho

f---10. M':. asusto cuando no respiro bien. _Nada _Un poco _Mucho

1 IL Cuando me duele el estómago, me preocupo que puedo estor realmente enfermo/o. _Nodo _Un poco _Mucho

r~~ asusto cuando no puedo concentrarme en los deberes del colegio. _Nodo _Un poco _Mucho

lilCuando siento que tiemblo, los otros chicos( as) pueden también darse cuento. _Nodo _Un poco Mucho

14_ Me asusto cuando noto en mi cuerpo sensaciones nuevos o poco habituales. _Nodo _Un poco _Mucho

15. Cuando tengo miedo, me preocupo que puedo estor loco/o. _Nado _Un poco _Mucho

16. Me asusto cuando me siento nervioso/o. _Nada _Un poco Mucho

17. Me gusto no mostrar mis sentimientos o los demás. _Nodo _Un poco _Mucho

i 18. Me asusto cuando siento en mi cuerpo sensaciones raros o inesperados. _ Nodo _ Un poco _Mucho
'·~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~'-~~~~

© Silverm<iíl, W. K.; ílelsig, W.; Rabian, B.. y Peterson, R. A. (1991]. Adaptado de Sandín (1997], Ansiedad, miedos y fobias en niños
y adolescentes. Madrid: Dykinson. Traducido y reproducido con permiso.

ambigua como amenazante. y a reaccionar negativamente ante las será su frecuencia de preocupación. La intolerancia a la incerti-
situaciones ambiguos. Se troto de intolerancia onfe la posibilidad dumbre se ha relacionado especialmente con lo etiología del TAG,
de que puedan ocurrir sucesos negativos sin que exista uno formo de pero también con otros trastornos emocionales, incluyendo el TOC,
predecirlos. el trastorno de ansiedad social y lo depresión CBoelen et al., 2010;
Lo intolerancia a la incertidumbre se ha relacionado con la Boswell et al., 2013; Dugas et al., 1998; Tolin et al., 2003).
preocupación excesivo, la rumiación y los estados de ansiedad. El También se ha asociado o los miedos, especialmente en con-
individuo puede preocuparse por lo posibilidad de q,ue ocurro algUn textos de ambigüedad y peligro (véase Ja Figura 1.1/-). En Jo figuro
suceso negofivo <p. ej., que se repito algún suceso) (Carleton et al., se indican los resultados obtenidos en un reciente estudio llevado
2007). Las preocupaciones son validadas por el propio individuo a cabo por nuestro grupo de investigación durante el período de
por el hecho de que la probabilidad de q_ue ;e repita el suceso no confinamiento (marzo-abril de 2020) por la pandemia de COVID-19
es de cero <aunque tenga escasa probabilidad de repetirse). Por (Sandín et al_, 2020J_ Como se muestra en la figura, los individuos
ello, cuanto menor tolerante sea uno persona a la incertidumbre con elevada intolerancia a la incertidumbre presentan niveles de
asociada o lo probabilidad de q_ue ocurra el suceso negativo, mayor miedos relacionadas con la COYID-19 significativamente superiores

11
MCtnuLtl de ps1copéltologia. Vol1..m€n 2

Sexo
4-0,00 ---- - M Varón
Mujer

30,00
~
;:
o
u 20,00
•o
~


" 10,00 - -

00,00
Baja intolerancia Alta intolerancia
Intolerancia a la incertidumbre

)) Figura 1.4. Puntuaciones medias en la Escala de Miedos al Coronavirus en función del nivel de intolerancia a la incertldu1nbre
¡puntuación total en la lntolerance of Uncertainty Scale- 12) j grupos de alta y baja intolerancia a la lncertidun1bre]. Adaptado
de Sandín et al., 2020 jreproducido con permiso].

a los que poseen bajos niveles de intolerancia {estos parecen estar al., 2008bl. Se ha sugerida que, al igual que ocurre con el miedo,
protegidos del impacto negativo del coronavirus). Un aspecto lla- el osco podría desempeñar un papel protector de la salud al moti-
mativo fue que la intolerancia a la incertidumbre resultó ser mejor var la conducta de evitación ante estímulos o situaciones poten-
predictor del miedo al coronavirus {miedos asociados a la COVJD-19l cialmente generadoras de enfermedad o contaminación_ Por tanto,
que otras variables conocidas de vulnerabilidad a los miedos en similarmente a lo que ocurre con el miedo, las respuestos de asco
general, como el afecto negativo o pertenecer al género femenino. podrían ser entendidas como respuestas emocionales preparadas
Este resultado podría explicarse por el elevado nivel de incertidum- filogenéticamente. Aun{\.ue el osco ha sido definido como la «emo-
bre y peligro que rodea a los miedos a la pandemia de COV!D-19. ción olvidada», en las últimas décadas se ha producido un renovado
La tolerancia al estrés se refiere a la capacidad de la persona in1erés por la investigación sobre la sensibilidad al osco debido a su
poro experimentar y soportar estados psicológicos negativos (dis" naturaleza transdiagnóstica, al haber sida asociada etiológicamente
trésl. Las personas con boja tolerancia al estrés tienen tendencia a diversos trastornos emocionales, toles como ciertas fobias (fobias a
a experimentar las emociones negativas como inaceptables o ina- la sangre y o los animales relevantes al osco}, el TOC (obsesiones de
propiados y poseen poca capacidad paro tolerarlas y aceptarlas. contaminación, impulsos de limpieza, etcJ, los trastornos alimenta-
Ha sido conceptualizoda como variable de diferencias individuales rios y los síntomas hipocondríacos <Chorot et al., 2013; Sandín et al,
relocionoda con evaluaciones y expectativas sobre los experien- 2008a, 2008b, 2013a, 2013b, 2014).
cias de estados emocionales negativos {Simons y Gaher, 20051. La fusión pensamiento-acción es uno variable cognitiva que ini-
Las personas con baja tolerancia al estrés suelen percibir el distrés cialmente fue asociada al TOC como un poso intermedio entre un
como insoportable e inaceptable y ser excesivamente reactivos a pensamiento intrusivo y la realización de lo compulsión; son creen-
lo experiencia de malestar emocional (distrésl. Se ha relocianado cias subyacentes sobre el significado o efecto de las obsesiones
con múltiples problemas o trastornos psicológicos, entre los que se <Rachman, 1998). Según este autor, tales atribuciones son críticas
incluyen los síntomas de ansiedad y depresión, el TEPT, los trastor- para la transformación de los pensamientos intrusivos en obsesio-
nos alimentarios y el trastorno de personalidad límite (Leyro et al., nes. Lo fusión pensamiento-acción puede ser de dos formas: (a) de
2010; Sandín et o\.. 2017). probabilidad(creencia de que un suceso tiene mayor probabilidad
Lo sens1b1l1dad al asco es la tendencia o predisposición o experi- de ocurrir por el mero hecho de tener un pensamiento sobre dicho
mentar la emoción de osco. Se refiere, por tanto, al grado en que un suceso; P- ej., si pienso que voy a -suspender un examen, esto hace
individuo suele sentir asco en respuesta a diversos estímulos <lo sen- que seo más probable que suspendo), y (bl mora/(creencia de que
sibilidad al osco también ha sido entendida como reacción negativa el hecho de pesar en algún acto equivale a llevarlo a cabo; p. ej .. si
a los síntomas o experiencias de asco; véase Sondín et al., 2008al. pienso en robar algo en un supermercado es moralmente igual de
El asco es uno emoción básico con componentes cognitivos, fisio- reprobable que si lo hubiera hecho realmente). Aun{\.ue esta variable
lógicos y conductuales que actúa para prevenir la contaminación y se relacionó inicialmente con el TOC, actualmente se sabe que no
la enfermedad. Se asocio primigeniamente al rechazo de la ingesta es un fenómeno específico de este trastorno, pudiendo relacionarse
oral de alimentos posiblemente co11taminantes, protegiendo así al etiológicamente con otros trastornos emocionales_ Entre estos tras-
organismo de la incorporación de posibles sustancias peligrosas y tornos se incluyen el TAG, el trastorno de ansiedad social, el TP. y la
promoviendo la evitación de la enfermedad <Dovey, 1992: Sandín et depresión (Thompson-Hollonds et al., 20131; estos autores encontro-

IS
Capitulo 1. Psicopdloiug1a de la ansiedaj y trastornos oe an<;iedci:i· Hcir1ci 11n entoqJP trcin';dicignóstico

ron qtie la fu:;ión pensamiento-acción de probabilidad ero significa- emociones (Gr0ss, 1999) Portierido de e>te segundo entoque cabe
tivamente mayor en el grupo de TAG que en el resto de trastorno;, diferenciar entre estrategias adaptativas y desadoptativos Entre
pero no ericontraron diferencias entre los grupos de trastornos en las las prirneras han sido sugeridas !o reevaluación, la resolución de
puntuaciones de la subescolo moral. problemas y lo aceptación (incluye la conciencia y el conocin1ie11-
El perfeccionismo ha sido considerado recien~emente con10 un to emoc:ionall_ Las estrategias desadoptotivas incluyen la evitación
proceso transdiognóstico (Egan et aL 2012). El perfeccionismo es emocional conductual (interoceptiva y exteroceptiva} y cognitiva
uno variable de personalidad caracterizada por esforzarse en esta- {supresión, rumiación y preocupación)_
blecer estándares de desempeño extremadamente altos junto a En la Figuro 1.3 se indican algunas de las principales estrategias
evaluaciones excesivamente críticas de lo propia conducta (frost et de regulación emocional cuya implicación en los trastornos emo-
al., 1990l. El perfeccionismo de relevancia clínica se ha denomina- cionales ha sido establecida de forma más consistente. La principal
do como (<perfeccionismo clínico>;, y consiste en una dependencia estrategia y forma más común de regulación emocional es la evita-
excesiva de la consecución de estándares autoimpuestos y personal- ción emocional. Mediante esto estrategia el individuo simplemente
mente exigentes, a pesar de sus consecuencias negativas (Stoeber trata de evitar la experiencia emocional negativa, y puede incluir
y Domian, 2014). Existe evidencia significativa en la literatura indi· emociones, pensamientos, memorias, sensaciones, etc., que se aso-
cotiva de q_ue un elevado nivel de perfeccionismo se asocia a diver- cien o su experiencia emocional octuol o pasada (si bien también
sos trastornas de ansiedad, la depresión, los trastornos alimentarios se ha utilizado el término de «evitación experiencial» para referirse
{anorexia y bulimia nerviosas), y los trastornos somotomorfOs (Egan o la evitación emocional, este último término hace referencia o un
et al., 2012). Entre los trastornos relacionados con la ansiedad desta- concepto equivalente aunque menos preciso). Lo evitación emocio-
can el TOC, lo ansiedad social, el TP, el TAG y el TEPT. Los dos f1pos nal es uno estroteg'1a desadaptativa y puede adoptar múltiples for-
de trastornos somatomorfos q_ue se han vinculado etiológicamente mas, tonto de tipo comportamental como de tipo cognitivo (supre-
con el perfeccionismo son el trastorno dismórfico corporal y el sín- sión, rumiación, preocupación, distracciónl.
drome de fatigo crónico. En el primero, el perfeccionismo juega un La evitacíón comportamenta!tiene como finalidad evitar o esca-
rol similar a como lo hace en las trastornos alimentarios (los pacien- par de las emociones intensos. Puede consistir en evitar situaciones
tes con elevado perfeccionismo expresan intensa preocupación por exteroceptivas {«evitación exteroceptiva»l más o menos específicas
lo perfección de su cuerpo). En lo que concierne al síndrome de o generales, como ocurre, por ejemplo, en lo fobia social, en las
fatiga crónica, el perfeccionismo es una de las principales variables fobias específicas, o e11 Ja agorafobia. También puede consistir en
q_ue mantienen el síndrome (véase Sandín, 2005). «evitación interoceptiva», como ocurre cuando se evitan las sen-
saciones corporales de ansiedad o miedo; por ejemplo, no tomar
C. Nivel de afrontamiento [estrategias bebidas estimulantes o no hacer ejercicio físico para evitar las sen-
de regulación emocional) saciones corporales de actiroción autónoma, es característico en e!
TP (véase Sandín, 2005bl. También pueden darse formas más sutiles
Una diferencia entre este nivel y los dos anteriores consiste en q_ue de evitación comportomental, tales como evitar el contacto ocular
en los dos primeros niveles se trata fundamentalmente de variables durante una conversación {en la fobia sociall, conductos compulsivas
de personalidad o diferencias individuales, que se relacionan etioló- (en el TOC), o lle\IOr o cabo <(conductas de seguridad», como tener
gicamente con todos los trastornos emocionales (afecto negativo) o q,ue ir acompañado de otras personas en situaciones que generan
con grupos amplios de trastornos emocionales (rasgos clínicos). En miedo o ansiedad (p. ej., en un ogorafóbico al viajar en autobúsl,
el caso del afecto negativo se trata de u11a roriable temperamental o llevar ansiolíticos en el bolso o una botella de agua, en personas
general. Los rasgos clínicos consisten en variables q_ue se refieren con TP. Un concepto relevante relacionado con lo evitación com-
a expectativos o creencias desadaptotivos. En cambio, este tercer portamentol fue introducido por Barlow et al. {2004) mediante el
nivel se refiere a los estrategias de regulación emociona!, es decir término de «conductas impulsada~ por emociones». Los emociones
acciones que lleva o cabo el individuo (afrontamiento} poro hacer negativos intensas impulsan al individuo o llevar a cabo conductas
frente al malestar o temor q,ue le produce la experienc'10 de los desadaptativas, llevando a que se produzco el círculo vicioso de la
síntomas emocionales negativos {p. ej., experimentar los síntomas evitación; una persona con agorafobia evitará coda vez más el uso
de ansiedad). La regulación emocional suele definirse en términos de del trasporte público; una persona con depresión se aislará cada
estrategias cognitivas y conductuales que utiliza un individuo poro vez más en su casa evitando los contactos y actividades sociales.
modificar lo ocurrencia, experiencia, intensidad y expresión de un Por ello, los nuevos tratamientos de terapia cognitivo-conductuol
conjunto amplio de emociones (véase el Vol L Capítulo ID_ transdiagnóstico recomiendan al paciente hacer lo contrario de «lo
Uno de los enfoq_ues sobre la regulación emocional ha consis- q,ue piden los emociones»; ¡_e_, si la emoción intenso le pide no ir a
tido en examinar déficits generales en el funcionamiento emocio- cierto sitio (p. ej .. en un caso de fobia específico) o no salir de casa
nal (Gratz y Roemer, 2004). Según esta orientación, se evalúa la (p. ej., en un cuadro depresivo), el paciente debe hacer lo contrario
regulación emocional en términos de (1) capacidad de aceptación, para superar el problema.
conocimiento y conciencia emocional, (2) habilidad poro llevar a Aparte de lo evitación comportomental. la evitación emocio-
cabo conductas dir'1gidas a objetivos y poro inhibir conductas 'impul- nal puede incluir diversas formas de evitación cognitiva; las más
sivos ante la experiencia de emociones negativos; {3) uso flexible de estudiadas han sido la supresión, la rumiación y lo preocupación.
estrategias apropiadas a la situación emocional, y (ltl disponibilidad Mediante la supresíón el individuo trata deliberadamente de alejar
a e~perimentor emociones negativos como parte de las activida- o suprimir de su conciencio los pensamientos relacionados con emo-
des del proyecto de vida persono!. No obstante, ha tenido mayor ciones negativas o lo expresión emocional. Esta estrategia produce
relevancia el enfoque centrado en el estudio de lo relevancia de las paradójicamente e! electa contrario; véase, por ejemplo, lo prueba
diferentes estrategias q,ue utiliza la persono poro hacer frente a sus de supresión del pensamiento del «oso blanco» <Jiménez-Ros et al.,
2015l. Se ha constatado que la supresión emocionnl puede darse o supresión. rum1oción, reevaluación, resoiución de problernos y acep·
nivel elevado en diversos trastornos emocionales, entre !os que se taciónl, y varios tros~ornos p1icológicos. Concluyeron q_ue, excepto
incluyen lo depresión, el rAG. el roe. y el rEPl Se ha hipotet1zado para lo resolución de problemas, otras estrategias consideradas
que la supresión en1ocional, al igual que ocurre con otras formas de adaptativas {aceptación y reevaluociónl resultaron ser menos influ-
evitación, es una conducta reforzada negativamente que produce yentes que las consideradas desodaptativos (i_ e_, rum1oción, evita-
reducciones del afecto negativo a corto plazo, aunque a largo plazo ción y supresión)_ Así mismo, dichas estrategias parecían asociarse
incrementa los emociones negativas (Borlow et aL, 2014bJ. de forma más intenso con los trastornos de ansiedad y la depresión
Otro formo de evitación cognitiva es la rumiación. Mediante que con otros trastornos (adicciones y 1Tostornos alimentarios)_ El
lo rumiación el individuo focaliza su atención de forma repetida y tamal10 del electo de la rumiación fue elevado, los efectos de la
pasiva en los síntomas de distrés o ánimo negativo, y en las posi- evitación, la resolución de problemas y la supresión fueron medios, y
bles causas Se ha considerado que se trato de una estrategia de los efectos de la reevaluación y lo aceptación fueron bajos (el efecto
evitación porque, al focalizarse de forma pasiva en aspectos super- de la aceptación no fue significativo estadísticamente)_ Esto sugiere
ficiales, sirve paro proteger al individuo de preocupaciones más que no todas las estrategias de regulación emocional parecen tener
estresantes {Lyubomirsky y Nolen-Hoeksema, 1995). Se ha sugeri- la misma relevancia clínica referida a los trastornos emocionales.
do que la rumiación incrementa el afecto negativo, lo cual lleva a El estudio de meto-análisis de Sloan et al. (2017) constató que el
más rumiación (círculo vicioso)_ La evidencia de lo literatura indico uso de estrotegias de evitación emocional se reducía en consonan-
que la rumiación exacerba lo depresión, incremento el pensamien- cia con lo eficacia del tratamiento, en pacientes con trastornos de
to negativo, perturba la resolución de problemas, interfiere con lo ansiedad y otros trastornos emocionales.
conducto instrumental, y erosiona el apoyo social. La rumiación es
elevada en los trastornos emocionales, e incrementa prospectiva- D. Nivel de síndromes clínicos
mente los síntomas de ansiedad y depresión (Aldao et al., 2010; Este nivel incluye los síndromes clínicos correspondientes a los dife-
Calmes y Roberts, 2007). rentes trastornos emocionales. Habitualmente suelen considerarse
La preocupacíón iworry) es un proceso cognitivo repetitivo como trastornos emocionoles los trastornos de ansiedad, los tras-
emparentado con lo rumiación, e implica la focalización en ame- tornos depresivos (trastorno depresivo mayor y distimia}, el TOC y el
nazas futuras. De acuerdo con Borkovec (2004), la preocupación TEPT. No obstante, más recientemente se ha sugerido ampliar esta
facilita la evitación del malestar asociado a la activación físico y por categoría con otros trastornos por su relación con el neuroticismo
tonto es reforzada negativamente. Cuando un paciente se preocupo o afecto negativo, entre los cuales podrían incluirse los trastornos
en exceso, se imagina diversos resultados riegativos asociados a una somatomorfos y disociativos, los trastornos alimentarios, y el tras-
situación determinada; sin embargo, su preocupación le previene de torno de personalidad limite (Barlow et al., 2018; Bullís et al., 2019).
centrarse completamente en olgúri pensamiento negativo, reducien-
do su respuesto autónoma global o los pensamientos negativos. Por E. Nivel de sintomatología
tanto, la preocupación excesivo funciona como un tipo de estrategia
de evitación_ Aunque lo preocupación se ha asociado fundamental- Finalmente, el quinto nivel corresponde al nivel de signos y síntomas
mente con el TAG, existe evidencia de que podría asociar<;e también clínicos. Aunque diversos individuos puedan coincidir en la sintoma-
a otros trastornos emocionales, incluidos el roe y la depresión. Al tología de un mismo trastorno emocional, pueden diferir significati-
igual que la rumiación, predice prospectivamente los síntomas de vamente entre sí debido a que el DSM-5 utiliza criterios pofitéticos
ansiedad y depresión {Colmes y Roberts, 2007; Hong, 20071. para determinar los diagnósticos; es decir, los diagnósticos pueden
Como hemos visto, !os estrategias basadas en la evitación son voriar de forma notable ya que pueden no coincidir los síntomas
estrategias desadoptotivos. Aunque a corto plazo pueden producir que describen el criterio {el criterio puede exigir que se dé cierto
bienestar, o largo plazo incrementan lo sintomatología emocional y número de ítems entre un amplio repertorio de síntomas, por lo cual
el malestar, llevando al círculo vicioso de la evitación. No obstan- puede ocurrir que exista poca coincidencia de síntomas)_ Por otra
te. algunas estrategias han sido consideradas en la literotL1ra como porte, individuos con diferentes trastornos emocionales pueden
estrategias positivas. porque facilitan el funcionamiento emocional tener síntomas comunes de ansiedad y depresión por el hecho de
y su regulación. Entre estas estrategios se han incluido lo reevalua- compartir procesos transdiognósticos (al igual que también pue-
ción, la resolución de problemas, y la aceptación. La reeva/uación den compartir trastornos).
consiste en reinterpretar el significado de un suceso con objeto de
modificar (reducir) su impacto emocional. Mediante la resolución F. Análisis funcional del modelo
de problemas se pretende cambiar conscientemente una situación En la Figura 1.3 se representa gráficamente el modelo transdiagnós-
o contener sus consecuencias; aunque su objetivo sea modificar !o tico de los trastornos emocionales. El modelo, no obstante. se refiere
situación, es una estrategia similar a la reevaluoción pues indirec- a los trastornos emocionales en general, no exclusivamente a los
tamente modifica el impacto emocional. La aceptación consiste en trastornos de ansiedad. En la columna de la izquierda se especifica
permanecer en contacto con sentimientos, pensamientos y sensacio- el nivel transdiagnóstico de cada tipo de componentes del modelo.
nes físicas, sin intentar cambiarlas y sin establecer juicios evaluati- El Nivel ! es el más general, y afecto a todos los trastornos emocio-
vos {se asocia a claridad y conciencia emocional>_ nales. Los Niveles 2 y 3 son niveles intermedios, y afectan a grupos
En los últimos años se ha consolidado la idea de que los estra- de trastornos emocionales (cada constructo no necesariamente
tegias de regulación emocional pueden entenderse como construc- afecta por igual a todos los trastornos emocionales; P- ej., la sensi-
tos transdiognósticos {Aldao, 2012; Al dado et al, 2010; Sloan et aL, bilidad a la ansiedad se relaciona de forma más estrecha con el TP,
2017l_ Aldao et al. examinaron en un meta-análisis la relación entre mientras que la intolerancia a la incertidumbre lo hace con el rAGl.
seis estrotegias de regulación emocional (evitación conductual, Los componentes de estos tres niveles constituyen constructos de

20
CcipÍlulo 1. Ps·CO¡Jdlologíci dt la J1101edad y trdsto1110) Ue ano1edad: rlac1a un enfoque tr2nsd1oigcéstico

naturaleza transdiagnóstica. yo que consistei1 er. factore~ ú procesos Aunque el modelo incluye varios niveles jerárq_uicos, esto no
que se relacionan etiológicamente (desarrollo y/o mantenimiento) quiere deci1 q_ue los diferentes procesos deban actuar necesaria-
con grupos de traston1os mentales_ Los últimos niveles (Niveles 4 mente de forma secuencial, ya q_ue puede no ser necesario alguno
y Sl se refieren o los diferentes síndromes y síntomas clínicos, y de los niveles intermedios para el desarrollo del trastorno. Así mis
definen las característicos más específicas del modelo (niveles de mo, ounq_ue el papel de los factores ambientales es más determi-
características no transdiagnós1icasl_ nante durante los edades tempranas (el neurotici1mo. como factor
Lo columna de la derecha representa una línea temporal referi- temperamental, se desarrollo tempranamente por el efecto de la
da o lo influencia de los factores etiológicos genéticos (herencia) y herenc'ia y las experiencias tempranos, incluyendo el estrés materno
ambientales_ Aunque se sobe que los factores genéticos tienen un pre y perinatall, su influencio es permanente durante todo el ciclo
peso importante, se desconoce la naturaleza de los posibles genes vital y puede afectar a todos los niveles del modelo.
implicados en la etiología de los trastornos de ansiedad. Los facto- Un análisis funcional del modelo podría describirse de la forma
res genéticos interactúan con los factores ambientales en los dife- que sigue. Una persona can nivel elevado de afecto negativo (o
rentes niveles del modelo, especialmente durante las etapas tempra- neuroticismol, ante situaciones de estrés experimento respuestas de
nas del desarrollo (etapas críticas en lo organización del cerebro y emociones negativos (síntomas emocionales) con mayor intensidad
lo personalidadl. y frecuencia q_ue otras personas con niveles bajos o moderados_ Los
Durante los edades tempranas del desarrollo juegan un papel emociones podrían consistir. por ejemplo, en respuestos de miedo.
importante los factores ambientales, toles como las experiencias de ansiedad, tristeza o ira, que otras personas apenas experimentarían.
apego, los experiencias relacionadas con fas es-tilos de crianza prac- Dicha persono puede tener también niveles elevados en alguno
ticados por Jos padres, y las e~periencias de estrés (especialmente o algunos de los rasgos clínicos (constructos transdiagnósticos del
los traumas durante la infancia). Un apego inseguro se ha relaciona- Nivel 2J, desencadenando una reacción negativo a lo emoción. Por
do con trastornos de ansiedad en la infancia (Méndez et al., 2008). ejemplo, si la persona en cuestión experimentó miedo y ansiedad,
El apego inseguro puede ocurrir cuando los podres o cuidadores y tiene un elevado nivel de sensibilidad a la ansiedad, reaccionará
son ansiosos, depresivos o negligentes. Se ha indicado q_ue un bebé negativamente o estos síntomas de miedo y ansiedad. Reacciones
en un ambiente de apego inseguro está en una situación de riesgo típicas en este sentido son los q_ue se indican en lo Tablo 1.6.
para desarrollar conductos de inhibición conductuol (el niño se tor- Así. puede asustarse si nota que su corazón late de formo muy
na miedoso e inhibido) <Milrod et al., 2014-)_ rápida, puede tener miedo a perder el control o «Volverse loco», o
Las prácticas de crianza también juegan un papel central duran- sentir miedo o ansiedad ante la posibilidad de que otros per1onas
te el proceso de desarrollo del niño. Se han destacado diversos tipos noten sus síntomas. Estas reacciones negativos se deben o que las
de prácticos de crianza de los podres, tales como los tipos afectivo/ personas con elevada sensibilidad a la ansiedad tienen creencias de
comunicativo, aversivo <los padres rechazan y son agresivos con el que los síntomas de miedo o ansiedad pueden tener consecuencias
niñol, controlador, sobreprotector, negligente y permisivo <Chorot et negativos y ser dañinos para la persona. Estas reacciones negativas
al.. 2017l. los estilas aversivo, controlador, negligente y sobrepro- amplifican directa o indirectamente (p. ej., a través de la estimula-
tector han sido sugeridos como factores de riesgo de ansiedad en lo ción de interpretaciones catostrofistasJ las respuestas eniocionoles
infancia (Chorot et al., 2017; Ehrenreich e·t al., 2008; Wood, 2006): iniciales de ansiedad y miedo.
por ejemplo, mediante las prácticas de crianza, los podres pueden La persona puede tratar de afrontar y manejar estas emocio-
modelar las reacciones de ansiedad en los hijos. A este respecto, nes empleando alguna de los estrategias de regulacióri emocio-
se ha sugerido que la influencia de los prácticas de crianza podría nal (consfructos transdiognósticos de Nivel 3L Una estrategia muy
establecerse a través de diversos mecanismos, toles como el conta- común poro manejar los niveles elevados de ansiedad o miedo es lo
gio emocional, el moldeamiento de los padres. y el modelado de los evitación emocional. la evitación puede llevarse a cabo de distin-
padres <Méndez et al.. 2008). tas formas, tonto conductuales como cognitivos_ La persono puede
Más recientemente se ha puesto énfasis en la necesidad de utilizar la evitación interoceptiva, uno forma de evitación compor-
desarrollar modelos etiológicos que integren los efectos de las prác- tomental consistente en ev'1tar acf1v'1dades, sustancias o s'1tuac'iones
ticas de crianzas con los estilos de apego, pues son dos tipos de que estimulan de forma natural las sensaciones corporales de ansie-
factores que parecen actuar conjuntamente. En una investigación de dad {incremento de la frecuencia cardíaca, sensación de mareo,
nuestro grupo sobre este aspecto, constatamos que el riivel de grave- respiración irregular o sensación de falta de aire, temblor, etc.)
dad de los síntomas de ansiedad Oncluidos los síntomas de ansiedad (Sandín, 2005bl. De este modo, la persona puede evitar tomar café,
de separación> ero predicho por los estilos de crianza aversivo. con- hacer deporte, salir a cenar con sus amigos, practicar actividades
trolador y negligente, y sus efectos estaban mediados por el estilo sexuales, utilizar el coche, etc. Tal evitación puede solucionar el
de apego miedoso/preocupado <Chorot et al., 2017). problema a corto plazo, pero o largo plazo se produce el «ciclo
de lo evitación» {coda vez se evita más), y se agravan los sínto-
Durante las edades tempranas el estrés y otros adversidades
mas. Ante una situación de estrés <p. ej., durante una comido de
también pueden influir en el desarrollo de trastornos emocionales_ A
trabajo) la persono puede experimentar un incremento inesperado
este respecto son particularmente relevantes los traumas infantiles,
de la ansiedad y sufrir un ataque de pánico, que podrá repetirse y
en particular el abuso físico y sexual o la negligericia. Las d"1versas
experiencias de aprendizaje incluyen las experiencias directas de asociarse posteriormente a situaciones externas. desarrollando un
condicionamiento, el apreridizaje vicario y la transmisión de infor- TP y agorafobia.
mación (Echeburúo, 2009; Valiente et al., 2003ol. Estos experien- Un resumen esquemático sobre el funcionamiento del modelo
cias, así como también las distintas experiencias de estrés, podrán se indica en lo Figura 1.5. La figura describe gráficamente cómo se
influir negativamente durante el desarrollo, mantenimiento o agra- relaciono el individuo con sus emociones negativas (síntomas emo-
vamiento de los trastornos emocionales. cionales> desde q_ue estas se inician asociadas a algún estímulo o
fV\anual de ps1coparolog;a. Volu111c11 z

l
S1"ntomas
~--.~
Afecto
/

emocionales

i-------------j ,---··------....
:1~~¡~~~ ]~ ·-· - - - · ., TCC-T
.---·- - -- ..--··- ~--"
.. --- -·--
Reacciones
negativas
-··--·--·- _,.,,.,··
\_a las emociones

......-··
Afrontamiento
[Estrotegias de regulación emacionall

) ) Figura 1.5. Representación esquemática sobre el funcionamiento general del rnodelo transdiagnóstico jer árqulco
de los trastornos emocionales. Con líneas discontinuas se indican los objetivos de tratamiento de la terapia
cognlllvo·conductual tra11sdiag11ó;tica (TCC·T].

amenaza (externa o interna) y son amplificadas por un nivel elevado figura se especifico q_ue lo terapia cognitivo-conductuol tronsdiog-
de afecto negativo (neuroticismo) {la personas con elevado afec- nóstica {TCC-Tl se dirige fundamentalmente a modificar estos tres
to negativo tienen tendencia a experimentar en mayor grado los tipos generales de procesos transdiagnósticos (afecto negativo, rasgos
síntomas emocionales negativos)_ Los rasgos clínicos potencian las clínicos y reacciones negativas ante las emociones, y estrategias de
reacciones negativas a las emociones y favorecen que el individuo regulación emocional), en lugar de centrarse en los síntomas especí-
interp1ete los síntomas emocionales como peligrosos, fomentando ficos de coda trastorno emocional <véase también el epígrafe sobre
las evaluaciones negativas al experimentar tales síntomas. Por ejem- recomendaciones para el tratamiento)_
plo, un individuo con elevado perfeccionismo puede interpretar q_ue
sentirse triste es un signo de debilidad; una persona con elevada
intolerancia a la incertidumbre podría reaccionar con excesivo mie- :}) Terapia cognitivo-conductual transdiagnóstica
do y preocupación por lo incierto de la situación asociada los sínto- (TCC-T). Forn1a de TCC que se focaliza en los procesos psi·
mas emocionales, y con uno orientación negativo hacia el problema copatológlcos transdiagnósticos que son con1unes a grupos
(pesimismo, falto de confianza, etc.>; uno persona con elevado sen- de trastornos n1entales [p. ej., a los trastornos emociona·
sibilidad a la ansiedad reaccionaría con mayor ansiedad ante los
les]. en lugar de centrarse en sintomas específicos de cada
síntomas de ansiedad. Estos reacciones incrementan por feedback
trastorno.
positivo los respuestos emocionales negativos iniciales. generando
mayor malestar emocional (distrésl en la persona. El individuo tra-
tará de afrontarlo poniendo en práctico algún tipo de estrategias
de regulación emocional. Aunq_ue hoy estrategias adaptativos (p.
ej., lo reevaluación cognitiva), suele ser frecuente q_ue se utilicen
VI. Recomendaciones para la
estrategias desadoptativas, generalmente basados en la evitación evaluación y el tratamiento
emocional (tonto conductuales como cognitivos) Por ejemplo, un
individuo con elevado intolerancia a la incertidumbre puede hacer En los ú!ti1nos años se han producido importantes avances en el
uso de estrategias de rumiación y preocupación; un individuo con desarrollo de nuevos programas de tratamiento de los trastornos
baja tolerancia al estrés tendrá bajo capacidad para tolerar y acep- emocionales basados en el tronsdiognóstico. Sin embargo, se ha
tar su distrés y podrá hacer uso de formas diversos de evitación puesto menos atención en los procedimientos de evaluación de
cognitiva. Un individuo con elevado sensibilidad a la ansiedad podrá constructos transdiagnósticos. tal vez porq_ue muchos de ellos yo
llevar a cabo acciones de evitación interoceptiva para prevenir los existen desde hace algunos décadas y únicamente ha sido nece-
síntomas físicos de ansiedad_ La utilización de estrategias negativos. sario integrarlos en los nuevos protocolos de intervención. En este
especialmente la evitación, producirá efectos muy negativos a largo apartado se resumen y comentan algunos de los procedimientos de
plazo incrementando lo sintomatologío emocional. Finalmente, en la evaluación y tratamiento más relevantes en este sentido.
Capítulo 1 Psicoµalolo(jía de Id d11~iedad y Lra.slorno: de a11s1t:dad: Hacia un enfoque iranodiac;nóstico

A~ Procedimientos de evaluac!ón relevantes un mismo paciente dificulta significativamente la práctico clínico.


especialmente en los servicios donde el tiempo disponible es más
en el marco del modelo transdiagnóstico limitado {p. ej., en los servicios públicos de salud mentall, pudiendo
de los trastornos de ansiedad ser esto un obstáculo importante. Aunq,ue existen buenos protocolos
específicos, un problema serio viene dado por los diversos barreros
En lo Tabla 1.7 se describe una selección de instrumentos de auto1n"
asociadas a su aplicación en los centros cllnicos, entre las cuales se
forme y entrevistas clínicas relevantes para la evaluación de cons-
incluyen los costes para el paciente (tanto económicos como por
tructos ~ronsdiagnósticos y variables generales de resultado clínico
el tiempo requerido), la carencia de profesionales forn1ados en la
(síntomas y trastornos). Aparte de los constructos fransdiagnósticos
aplicación de los diferentes protocolo;, y las dificultades de utilizar-
(temperamento, rasgos clínicos y estrategias de regulación emocio-
los en la práctica clínica rutinaria. Lo cual redunda en una pobre
nal!, también se incluyen in'itrumentos genéricos relacionados con
diseminación de los protocolos de intervención basados en la evi-
los trastornos emocionales, tales como la ansiedad y lo depresión,
dencia, y en una pobre atención psicológico especializada (Sondín
así como también cuestionarios sobre síntomas relacionados con
et al.. 2019).
más de un trastorno emocional. Estas medidos de resultado son
importantes tonto en investigación como en terapia, ya que los tras- Una de las principales aplicaciones del transdiagnóstico ha
tornos emocionales suelen presentar niveles elevados de comorbili- sido el desarrollo de nuevos protocolos de intervención basados en
dad general de ansiedad y depresión. TCC tronsdiagnóstica CTCC-TJ. Este nuevo enfoque terapéutico ha
sido definido como una forma de terapia dirigida a individuos que
En general se trata de instrumentos conocidos internacional- presentan múltiples diagnósticos {elevada comorbilidod), no a indi-
mente y validados en español. Al final de la tabla se indican dos viduos con un solo trastorno, y ha s'1do caracterizado por: <al foca-
cuestionarios breves desarrollados por nuestro grupo para evaluar l izarse en procesos cognitivos, conductuales y fisiológicos que son
la ansiedad (EAl y la depresión (CD) (se incluyen versiones para compartidos o comunes a través de los diferentes trastornos (i. e.,
niños y adolescentes}. Aunque reconocemos q_ue los dos instrumen- denomiriados factores unificadores, como el temperamento, los ras-
tos más utilizados para evaluar estos dos constructos son el BD! gos clínicos y las estrategias de regulación emocional desadopto-
!Beck Depression lnventoryl y el BAI {Beck Anxiety Inventoryl. El tivasl; (b) adoptar un enfoque científico convergente o integrativo,
primero, no obstante, tiene el inconveniente de ser un instrumento y <cJ no focalizarse en uri trastorno específico (Sandín et al., 2012).
excesivamente largo, y resulta inviable en muchos contextos clínicos Por tanto, la TCC-T se focaliza en las características psicopatoló-
y de investigación que requieren protocolos breves de evaluación; el gicas que son comunes a trastornos (o síntomas) e individuos, no
segundo tiene un problema importante de validez de contenido, ya en los características diferenciales y propias de un trastorno o un
que se centro en los aspectos físicos de la ansiedad, especialmente individuo concreto <tratamiento individuali2ado). Obviamente esto
!os síntomas relacionados con el ataque de pánico. Otros instrumen- no implica que la TCC-T no pueda aplicarse individualmente, pues
tos bien conocidos sobre la evaluación de la ansiedad (p. ej., el STA!; lo esencial paro que sea un tratamiento transdiagnóstico no es su
State-Troit Anx1ety lnventory) evalúan el afecto negativo tanto como formo de aplicación individual o grupal, sino que la intervención
lo ansiedad, resultando ser instrumentos híbridos de evaluación del aborde primariamente procesos etiopatogénicos (factores causa-
afecto y la ansiedad, mós que de la ansiedad propiamente dicha. les de vulnerabilidad y/o mantenimiento) comunes a más de un
trastorno <p. ej., común a los trastornos emocionales>. Por ello, en
8. Tratamiento transdiagnóstico la elaboración y aplicación de un protocolo de TCC-T debe esta-
blecerse la implicación etiológica de tales procesos o mecanismos
de los trastornos de ansiedad transdiagnósticos en el conjunto de los trastornos correspondientes
La terapia cognitivo-conductuol (TCC) de los trastornos de ansiedad, (Sandín et al., 2019>3.
así como también de otros trastornos emocionales, ha experimen- En la Tabla 1.8 se indican algunos de los principales protocolos
tado un grari desarrollo en los últimas décadas, con excelentes pro- de TCC-T que se utilizan actualmente en España sobre los trastor-
tocolos manualizados de terapia basada en la evklencia <Mariana y nos emocioncies. El protocolo pionero a n"1vel internac"1onal es el UP
Martíne2, 2011; Nathan y Gorman, 2015l. Esta aproximación, centra-
da en trastornos específicos, ha progresado enormemente, habién-
dose introducido nuevos desarrollos q_ue maximizan la eficacia de las 3 Aunque este es un aspecto central de la TCC-T, tal vez por lo atractivo de
este nuevo enfoque, desafortunadamente se estó produciendo un abuso
diferentes técnicas de TCC, tales como el uso de potendadores cog-
y uso incorrecto del concepto de transdiagnóstico, y especialmente en lo
riitivos (p. ej., la utilización del antibiótico D-cicloserino para facili-
que concierne o lo con:;ideración de un tratamiento como «frotamiento
tar la extinción) o el desarrollo de nuevos protocolos de terapia de transdiagnóstico» propiamente dic~o. Esto perturbo y enturbio el desa-
exposición basados en el aprendizaje inhibitorio, en lugar de centra- rrollo científico de este nuevo enfoque. al considerar como tal cualquier
se en la extinción <Sandín et al., 2016b; Torrents-Rodos et al., 2015). tipo de tratamiento que pueda tener efectos genéricos, tales como el
La terapia basado en la evidencia dirigida a trastornos especí- mindfulne>s, la p1icoterapia psicadinómica, la terapia de aceptación y
ficos presento importantes limitaciones, especialmente cuando se compromiso. etc. (Sauer-Zavala et al.. ZOl7l. El hecho de que un trata-
miento tenga un electa genérico sobre múltiples trastornos no significo
aplica a los trastornos emocionales. El priricipal problema consiste
que sea un tratamiento tronsdiagnóstico. Este error puede observarse,
en q_ue, al dirigirse a un trastorno específico, no aborda el pro-
por ejemplo, en el estudio de meta-análisis de Newby et al. (2015) sobre
blema de la comorbilidad, por lo que generalmente se requiere la lo eficacia del tratamiento psicológico transdiagnóst1co en los trastornos
aplicación secuencial de varios protocolos a un mismo paciente, emocionales; de los 47 estudios examinado> en este meto-análisis, salo 15
pues lo más común es que este reúna los criterios para el diag- fueron incluidos en el posterior meta-análisis llevado o cabo por García-Es-
nóstico de otros trasfornos emocionales comórbidos. El hecho de calera et al. {2016al sobre el mismo temo. El meto-análisis de Newby et
tener que aplicar diversos protocolos y manuales de tratamiento a al. (2015) es una especie de «fotum revolutunr», pues mezcla e1tudios
IVlanual de ps1copatología. VolL.n1en 2

)) Tabla l.7. lnstrunientos para la 2vali.,ac1ó1 d0 constru::tos transd1agnosticos y '.íntomas ~clac1onados con los trastornos
emocionalc;s

Temperamento

Cuestionario PANAS Wohon et oL, 1988 20 ítems, diseñado paro evaluar el lemperamento (afecto).
[Sandín et aL, 19991 Dimensiones_ afecto positivo y afecto negativo.

Cuestionario PANAS para ruflos y Sondín. 1997, 2003a 20 ítems; diseñado para evaluar el temperamento (afecto) en
adolescentes (PANASNl niños y adolescentes. Dimensiones: afecto positivo y afecto
negativo.
Basado en el PANAS

Eysenck Personality Questionnaire Rev1sed- Francis et al., 1992 24 ítems; evalúa tres dimensiones básicas de la personalidad:
Abbreviated (EPQR-AJ [Sandín et oL, 2002a, neuroticismo, extroversión y psicoticismo_ Forma abreviada del
2002bl EPQR.

Rasgo clínico

Anxiety Sensitivity Index-3 <ASJ-3) Taylor et aL, 2007 18 ítems; evalúo el nivel de sensibilidad o la ansiedad.
[Sandín et aL, 20071 Dimensiones: física, cognitiva y social.

Childhood Anxiety Sensitivity Index (CASD Silverman et aL, 1991 18 ítems; evalúa el nivel de sensibilidad o lo ansiedad
!Sandín. 1997 Dimensiones: física, cognitivo y social.
Sandín et al., 2002l Versión para niños/adolescentes.

Intolerance to Uncertointy Scale <IUS-12) Carleton et al., 2007 12 ítems; medida abreviada del nivel de intolerancia a la
!Sandín et al., 20!21 incertidumbre_ Dimensiones: ansiedad prospectiva y ansiedad
inhibitoria.

Distress Tolerance Scale (DTS) Simons y Goher, 2005 15 ítems; evalúo el nivel de tolerancia a la experiencia
[Sandín et al_, 20l71 de distrés. Dimensiones: tolerancia, evaluación, absorción,
y regulación.

Escalo Multidimensionol de Sensibilidad al Sandín et al., 20130 30 ítems; medida del nivel de propensión a experimentar osco.
Asco <EMA) Dimensiones: higiene, moral, sexual, trasgresión corporal,
animales y deterioro/enfermedad.

Thought-Action Fusion Questionnaire (TAF-Ql Shafron et al., 1996 19 ítems; evalúa el nivel de fusión entre el pensamiento y
lJáuregui-Lobera et aL lo acción_ Dimensiones: moral, probabilidad uno mismo,
20131 y probabilidad otros.

Frost Multidimensional Perfectionism Scole Frost et al., 1990 35 ítems; evalúa los siguientes dimensiones de perfeccionismo:
(fMPSJ [(arrosco et aL, 20091 exigencias personales, preocupación por los errores. dudas
sobre acciones, expectativas poternas, criticas paternas,
y organización. (Nota: lo estructura de la versión española no se
corresponde con la de la versión originan.

Estrategias de regulación emocional

Emotional Regulotion Ouestionnoire (ERQJ Gross y John, 2003 10 ítems; mide dos estrategias básicas de regulación emocional.
[Pineda et al., 20181 Dimensiones: reevaluacián cognitivo y supresión emocional.

Difficulties in Emotion Regulation Scale Grotz y Roemer, 2004 41 ítems; evalúa los dificultades de regulación emocional
<DERSJ lHervós y Jódar, 2008l clínicamente relevantes. Dimensiones: no aceptación, metas,
impulsos, conciencia, estrategias y claridad. (Noto. la estructuro
de lo versión española no se corresponde con la de lo versión
originoll.

(Continúa)
Capttulol. Ps1copatología de la ans1edcic y n·astornos de ansiedad: l~ac1a un enfoque transdiagnóst1co

) ) Tabla 1.7. (Co11tinuación¡'

Cuestionario de Estrategias de Regulación Sandín et al., 2008c 28 ítems; evalúo el uso de siete estrategias de regulación
fmacional (CfREl emocional atención/conciencia, aceptación/toleron<ia,
reevaluoción cogniti\f(], outomstrucciones, supresión. rumiación
y distracción.

Emotional Avoidance Strotegy Jnventory Kennedy y Ehrenreich-May, 17 ítems; medida multidimensionol de lo evitación emociona!.
for Adolescents (EASI-Al 2016 Evalúa los siguientes dimens1oíles: evitación de lo expresión
[García-Escalera et al., emocional. evitación de pensamientos y sentimientos.
2016bl y distracción.
Versión poro adolescentes.

Síndromes clínicos

Entrevista para el diagnóstico de los Valiente et al., 2003b Entrevi5ta clínica estructurado. Evalúa los tro51ornas de ansiedad
trastornos de ansiedad (ADIS-Ml y otros trastornos emocionales según criterios DSM-JV.

Entrevista para el Diagnóstico de los Silverman et al., 2003a, Entrevista clínica estructurada. Evalúa los trastornos de
Trastornos de Ansiedad en Niños (ADIS-IV: 2003b; Sandín, 2003b ansiedad y otros trastornos emocionales según criterios DSM-IV.
C/Pl Versión para niiios/adolescent-es.

Anxiety ond Related Oisorders lnterview Brown y Barlow, 201~ Entrevista clínica estructurada. Evalúa los trastornos de
Schedule far DSM-5 (ADIS-5) ansiedad y otros trastornos emocionales según criterios DSM-5.

Síntomas de los trostornos emocionales


Escalo de Síntomas de los Trastornos de Sandín et al., 2018b 35 ítems; medida de los síntomas de los trastornos emocionales
Ansiedad y Depresión <ESTAD) según criterios DSM-5. Dimensiones: agorafobia. TP. TAG. fobia
social. trastorno de ansiedad o la enfermedad, TOC, y TDM.

Revised Child Anxiety ond Depression Sondín et al., 2010 30 ítems: medida de los síntomas de las trastornos emocionales
Scole-30 !RCADS-30) según criterios DSM-IV /5 Dimensiones: TP, TAG, fobia social,
trastorno de ansiedad de separación, TOC y TDM.
Versión poro niños/adolescentes.

DSM-5 Self-Rated Level 1 Cross-Clllting APA, 2013 23 ítems; medida general de síntomas psicopotológicos.
Symptom Measure-Adult CSandín et aL 20l3ol Incluye 13 áreas psicopatalógicos (7 corresponden o síntomas
emocionales!.
>-------------->---··-·- ·------>--
DSM-5 Self-Rated Leve! 1 Cross-Cutting APA, 2013 25 ítems; medido general de síntomas psicopatalógicos.
Symptom Measure-Child Aged 11-17 [Sandín et ol., 2013bl Incluye !2 áreas psicopatológicos (8 corresponden a síntomas
emocionales).
Versión poro niños/adolescentes.

Escala de Ansiedad 1EA) Sandín et al., 2016b 10 ítems; medido breve de ansiedad general.

Escala de Ansiedad para Niños Sandín et al., 2016b 10 ítems; medida breve de ansiedad general. Versión para niños
y Adolescentes (EANl y adolescentes.

Cuestionario de Depresión <CD) Sandín y Valiente, 1998; 16 ítems; medida breve de lo depresión clínica basada en los
Sondín et al.. 2008d síntomas del TDM y la distimio <DSM-IV/Sl.

Cue5tionario de Depresión poro Niños (CDNJ Sandín y Valiente, 1998; 16 ítems; medida breve de lo depresión clínica basado en los
Sandín et al., 2008d síntomas del TDM y la distimia (DSM-IV/Sl.
Versión para niños y adolescentes.

Noto: TAG =trastorno de ansiedad generalizada; TDM =trastorno depresiva mayor; TOC =trastorno abses1vo·compuls1vo; TP =trastorno
de pánico.

25
f·J\anual de psicopatologíci VolL·mer 2

(Un1f1ed Protoco/ fnr Tronsdiagnostic Treat1nent of Emot1011a! Disor- ciación entre perfile5 de 1espuesta. adq_uisición y traramiento de
ders [LJPJ! desarrollado por ei grupo de Barlow. Este es el programa los fobias. La eficacia teropéut:ca puede mejorarse si se aplico en
de TCC-T más consolidado y con mayor grado de apoyo empírico consonancia con los perfiles de respuesta predommarites. También
en el ámbito de los trastornos emocionales {García-Escalera et al., se han constatado relaciones entre la concordancia de los sistemas
20160: Sakiris y Berle, 2019!. Partiendo de los principios y estruc- de respuesta y el pronóstico terapéutico. No deberi confu11dirse, no
tura de este protocolo, el grupo de Ehrenreich-May desarrolló el obstante, los sistemas de evaluación con los si>temas de respuesto.
Unified Protocol far Transdiagnostic Treatment of Emotional Disor- Así, por ejemplo. los tres sistemas de respuesta, esto es, cognitivo.
ders in Children and Adofescents (UP-C y UP·A, respecfivornente; somótico y conductuol, pueden evaluarse utilizando un solo sisten1a
Ehrenreich-Moy et al., 2018). Este es el programa más consolidado de evaluación como, por ejemplo, el autoinforme.
entre !os programas de TCC-T aplicados a niños y adolescentes en La conceptuación y ordenamiento de los trastornos de ansiedad
el ámbito de los trastornos de ansiedad y depresivos (Osma, 2019; ha sufrido cambios muy significativos durante las últimas décadas.
García"Escalero et al., 2016a). Nuestro grupo de la UNED desarrolló La primera definición y clasificación de la ansiedad fue llevada a
recientemente una adaptación del UP-A para ser aplicado o través cabo por Freud. Este autor incluyó los síndromes q,ue hoy enten-
de internet (iUP-Al mediante lo piataforma web Aprende a Mane- demos como trastornos de ansiedad en el grupo de los trastornos
jar tus Emocione5 (AMTE; Sandín et al., 2019), el cual se encuentra neuróticos. El concepto de neurosis, si bien también se ha empleado
actualmente en proceso de validación. Otros programas de TCC-T en el campo de la psicopatología experimental (p. ej., en la investi-
q_ue se utilizan actualmente en España incluyen el programa trans- gación de las «neurosis experimentales»), ha estado dominado por
versal (fmotionRegulation) desarrollado por el grupo de Botella de una acepción psicoanalítica según la cual el elemento central es lo
la Universidad Jaime 1 de Castellón <González-Robles et al., 2015) ansiedad. Los síntomas neuróticos, desde esta perspectivo, se han
aplicable o través de internet. el programa en formato grupal desa- entendido como reacciones defensivas contra la ansiedad incons-
rrollado por el grupo de Cano-Vindel de lo Universidad Complutense ciente del yo. Este concepto dominó durante gran porte de este siglo
de Madrid ((ario-Vindel et al.. 2016l basado en TCC-T para ser apli- todo la psiquiatría accidental.
cado en atención primaria, y el programo Super-Skills for life (SSL)
Un concepto de neurosis más vinculado al ámbito psicológico
adoptado a población espaílolo por los grupos de Espada de lo
(defendido por Eysenck> coexistió con el concepto psicoanalítico.
Universidad Miguel Hernández de Elche (Fernández-Martínez et al.,
Entre ambos conceptos existían notables diferencias. aparte de
2019) y Bornas de la Universidad Islas Baleares Cde lo Torre-Luq_ue
las trreconciliables diferencias de tipo etiológico. La principal era
et al., 2020). Uno de los retos futuros de la TCC·T es la implemen-
que mientras el psicoanólisis entendía la neurosis, y por tanto los
tación de programas q_ue maximicen el acceso o la terapia basado
trastornos neuróticos, según un modelo unidimensional, ocupando
en la evidencia, tales como los que se aplican a través de internet
uno posición menos regresivo q_ue las psicosis, el modelo psicológico
CEtzelmueller et al., 2020; Sandín et al., 2019l.
asumía la existencia de varias dimensiones independientes (p. ej.,
neuroticismo y psicoticismoJ El concepto de neuroticismo, por otra
parte, ha servido, y aún sirve, poro diferenciar a los trastornos emo·
VIL Resumen de aspectos cionales de afros trastornos psicopatológicos más graves como las
fundamentales psicosis y los trastornos de personalidad.
Lo aportación de Freud tambi-én ha sido altamente relevante
y tendencias futuras respecto a lo categorización de la ansiedad. De hecho, aún se man-
tiene cierta tendencia a considerar los trastornos de ansiedad de
La ansiedad es algo natural en lo vida; posee características moti-
acuerdo con sus dos grandes agrupaciones, es decir, según que la
vacíonales y a niveles normales puede ayudarnos a afrontar los
ansiedad fuera experimentada o inferida. Incluso dentro del pri-
problemas en el funcionamiento diario. Sin embargo, cuando es
mer grupo <por ansiedad experienciada) sugirió dos subgrupos en
muy intensa y excesivamente frecuente puede ser perturbadora e
función de q_ue la ansiedad fuera inespecífico (pánico y ansiedad
interferir en la vida personal, social, laboral o familiar; en este caso
generolizadol o como reacción a objetos o situaciones específicos
se trata de ansiedad patológica y constituye la base de los trastor-
(fobias).
nos de ansiedad. La ansiedad, tanto la normal como la subclínica
o clínico, no es un concepto unitario. Posee diversos componentes El panorama del diagnóstico de los trastornos de ansiedad cam-
que han sido sistematizados históricamente mediante el denomina- bio drásticamente a partir de 1980 con la publicación por lo APA de
do modelo del «triple sistema de respuesta». Como se sugiere en la tercero edición del DSM. Se organiza definitivamente el grupo de los
este modelo trifactoriol, los ~res tipos de componentes básicos de «trastornos de ansiedad», independientemente de otros trastornos
la ansiedad se organizan en torno o los dimensiones subjetivo-cog- tradicionalmente neuróticos. Pero tal vez lo que mós significó el
nitivo, fisiológico-somático y motor-conductual. Se han demostrado DSM-Ill poro los trastornos de ansiedad fue un cambio conceptual:
importantes implicaciones clínicos relacionadas con el triple siste- descripción específica de los trastornos de ansiedad con criterios
ma de respuesto. Los más significativas se relacionan con la aso- diferenciales claros y operativos, y supresión del concepto psicoa-
nalítico de neurosis como entidad causal relevante. Precisamente el
carácter oteórico (no doctrinoll del DSM-III es uno de los fenóme-
nos que justifican el enorme éxito de este manual de diagnóstico.
con enfoques heterogéneos que no pueden ser considerados como trata-
Podríamos decir que, a pesar de sustentarse sobre una estructura
mientos transdiagnósticos. basados. por ejemplo, en protocolos clásicos
de TCC aplicados a grupos de trastornos. protocolos híbridos, protocolos clasificatoria categorial. gracias al DSM-111 claudicó la Babel de los
individualizados o teropias psicológicas meramente genéricas (mindfu/- trastornos de ansiedad; por fin, los investigadores (y los terapeutas)
ness, psicoterapia psicodinómico. etc.l (Citado en Sandín et al.. 2019. comienzan a hablar un lenguaje común. Los estudios sobre fiabilidad
p.199).

26
Capítulo 1. Psicopatología de la ans1edac y 1rastornos de ansiedad: Hacia un enfoqLe transdiéignosrico

)) Tabla1.8. Protocolo> de TCC·T par.J el tr.Jtan-11ento de los trastor'los emocicnales

Unified Protocol Barlow et al. i2018l - Estableciendo objetivos y manteniendo El programa (2.' ed.l está dingidc a
for Tronsdiagnostic [Osmo y Crespo, lo motivación. adultos t:: 18 ofiosl.
Treotment of 20191 - Comprendiendo las emociones. En la actualidad es el protocolo de
Emotional Disorders - Conciencia emocional plena TCC-T má:, consis~ente y con mayor
CUP) grado de validez empírica.
- Flexibilidad cognitivo.
- Oponiéndose o los conductas Está recomendado poro el
emocionales. tratamiento de los siguientes
trastornos: TP, agorafobia, TAG,
- Comprender y afrontar los sensaciones
trastorno de ansiedad social. TDM,
físicas.
distimio, TOC. TEPT, TPL, TCA.
- Exposiciones emocionales.
Incluye manual del terapeuta
- Posos o seguir a partir de aq_uí: y manual del paciente.
Reconociendo tus logros y mirando
hacia el futuro.

Unified Protocol Ehrenreich-May - Desarrollar y mantener la motivación. Se trata de uno versión del UP
for Tronsdiagnostic et al, 20l8 - Comprender tus emociones y para población infantil (7-13 añosl
Treatment of [Sandín y Gorcía- comportamientos. y adolescente (13-18 años). Está
Emotionol Dlsorders Escalera. 2020; - Experimentos conductuales centrados recomendado paro el tratamiento de
in Children (UP-C) and García-Escalera los siguienies irostornos: Trastorno
en las emociones (activación
Adolescents (UP-A) et al., 20171 de ansiedad de separación, TP,
conductuoll.
agorafobia, TAG, trastorno de
- Tomar conciencia de las sensaciones
ansiedad social, TDM, di'>limia. TOC,
físicos.
TEPT, trastorno de estrés agudo,
- Pensar de formo más flexible. y trastorno de adaptación.
Resolución de problemas.
Incluye manual del terapeuta y
- Tomar conciencia de las experiencias dos manuales del paciente (niños
emocionales. y adolescentes).
- Exposición o situaciones emocionales.
- Sigue actuando: Mantener lo q_ue has
conseguido.

Protocolo Ullificod-0 Sandín et al., 2019 - Fomentando la motivación. Es uno adaptación del UP-A paro
para el Tratamiento - Empieza o comprender tus emociones. ser aplicado o través de internet.
Transdiagnóstico - Disfruto de actividades positivas El programa puede aplicarse
de los Trastornos (activación conductuall. a adolescentes o partir de los
Emocionales en 12/13 afias de edad. Utilizo la
- Conciencia de tus experiencias
Adolescentes o Través plataforma web Aprende a Manejar
emocionales.
de Internet (jUP-A> tus Emociones <AMTEJ.
- Aprende a ser flexible en tu forma de
Está recomendado para el
pensar. Resolución de problemas.
tratamiento de cuadros mixtos
- Afronta tus sensaciones físicos. de ansiedad y depresión y de los
- Afronto situaciones emocionales. siguientes tra<;fornos: Trastorno
- Traio de mantener lo conseguido. de ansiedad de separación. TP.
agorafobia, TAG, trastorno de
ansiedad social, TDM, dislimia.
También pueden beneficiarse del
programa adolescentes con TOC,
TEPT. trastorno de estrés agudo,
o tra'>lorno de adaptación.

(Continúa!

ll
~:·)Tabla 1.8. (Cont1nuacion/

EmotionRegulation Gonzólez-Robles - Trastornos emocionales y regulación Se trata de un programa diseñado


et al., 2015 emocional. paro ser aplicado o población adulta
- Motivación para el cambio. (> 18 años) o través de internet
Se basa en gran medida en el UP,
- Comprendiendo el papel de los
aunque incluye aspectos diferenciales
emociones.
relacionados con lo regulación
- Aceptando los experiencias emocional. E5fó recomendado para
emocionales. el tratamiento de los 5iguientes
- Prac1'icando lo aceptación. trastornos: TDM, distimio, TP,
- Aprendiendo a flexibilizar. agorafobia, trastorno de ansiedad
social, TAG. y TOC_
- Practicando la flexibilidad cognitivo.
- La evitación de las emociones_
- Conductos impulsados por las
emociones (CIEsl.
- Aceptando y afrontando las emociones
físicos.
- Afrontando los emociones en los
contextos donde ocurren
- Prevención de recaídos.

Transdiognostic Cono-Vindel et oL, - Psicoeducación (ansiedad, trastornos Programo de tratomierito diseñado


Cognitive-Behovioral 2016 emocionales, sesgos cognitivos, terapia poro ser aplicado en población adulto
Therapy CTD-CBTJ grupat etcJ_ (2: 18 años), en contextos de atención
- Relajación (respiración. abdominal, primaria y en formato grupal_ Estó
relajación muscular progresiva, recomendado paro el tratomiento
visuolizociónL de los siguientes trastornos: TDM,
trastornos de somotización, trastorno
- Técnicas de reestructuración cognitivo
de ansiedad social y TP_
(detector sesgos cognitivos, outo-
instrucciones positivos, etc_)
- Terapia de conducto (activación
conductuol, exposición, hobilidodes
sociales, etc.>.
- Prevención de recaídos

Super Skills for Life Essou y Ollendick, - Psicoeducación (emociones, Programa diseñado paro prevenir
<SSLl 2013 ot1toestima, pensamientos)_ tempranamente lo ansiedad y la
[fernóndez- - Detector y cambiar pensamientos depresión infantil. Posee una versión
Mortínez et al., desodaptotivos. poro niños (SSL-Cl y otro poro
2019; de la Torre- adolescentes (SSL-AJ.
- Afrontamiento de las situaciones
Luque et aL, 20201 de estrés <relajoción, resolución de
problemasJ_
- Entrenamiento en habilidades sociales
y resolución de problemas.
- Fomentar lo auto-percepción med'onte
video feed-back.

Noto: TAG =trastorno de ansiedad generalizada; TCA =trastorno de la conducta alirnentcina; TDM =trastorno depresivo mayor;
TEPT = trastorno de estré> postraumdtico; TOC =nas torno obsesivo-con1pulsivo; TP =trastorno de pánico.

28
Cap1túlo l Psiropcnologia dé 12 ars edad y tras1ornos de ans1edo.d: Hacia un enfoque :ransd1ag11ó5t1co

y validez de los diagnostico<; de ansiedad comienzan o 1ener relevan- entre ellos. El tronsdiognóstico ha supuesto uno nuevo formalizo·
cia a partir de este momento. ción de los trastornos mentales, y especiolmerite de los trastornvs
El DS~A·IV mejora estos aspectos y, en lo que concierne o los emocionales, incluidos los trastornos de ansiedad. En el capítulo se
tra>tornos de ansiedad, evita el problema de la excesiva generali· propone un modelo tronsdiagnóstico comprensivo sobre los trastor·
zación de ciertos categorías al establecer tipos específicos diferen- nos emocionales, en el Q.Ue se integran los trastornos de arisiedad.
ciales (p. ej., en las fobias específicas). Adicionalmente, describe y Incluye crnco niveles de organización, los ~res primeros están cons·
operativiza nuevos trastornos de ansiedad no considerados en ante· tituidos por constructos tronsdiagnósticos {afecto negativo, rasgos
riores ediciones Uos asociados al uso de sustancias) y reestructura clínicos, y estrategias de regulación emocionall y los tres últimos por
algunas categorías. El DSM·S no introduce cambios significativos aspectos más relacioriados con trastornos específicos. En el modelo
en la descripcióri y diagnóstico de !os trastornos de ansiedad. El se sugiere q_ue los tratamientos de TCC·T deben dirigirse a los tre>
mayor cambio es de tipo organizativo, ya que reduce el número de primeros niveles de orgariizoción del modelo, es decir o los aspectos
trastornos emocionales considerados como trastornos de arisiedad, comunes de los trostorrios.
quedando fuero de este grupo los trastornos asociados o esl'resores Los trastornos de ansiedad son trastornos bastante bien cono·
(TEPT y trastorno de estrés agudo) y el TOC. Incluye definitivomen· cidos desde el punto de vista psicopatológico, pero se asocian a
te en el grupo de trostorrios de ansiedad los siguientes trastornos: retos importantes que deberíari despejarse en la investigación
fobias específicas, trastorno de ansiedad social, TP, agorafobia, TAG, futura. La separación de lo agorafobia del TP es uno de los cam·
mutismo selectivo, y trastornos de an>iedad debidos al consumo de bias introducidos por el DSM·S, pero esto no ho quedado suficien·
sustancias/medicamentos y debidos o uno condición médico temente justificado ni teórico 111 prácticamente {en Ja aplicación
Un fenómeno característico de los trastornos de ansiedad es la de los d'1ognósticos clínicosl. pues existe mucho solapamiento entre
elevado comorbilidad que se da entre ellos, tanto desde el punto de ambos trastornos. Por afro parte, un efecto inmediato puede ser el
vista sintomatológico como diagnóstico. Los diferentes trasforrios incremento artificial del número de trastornos diagnosticados en la
de ansiedad poseeri muchos síntomas comunes. Una misma persona población. Un segundo reto viene dado por Jo necesidad de com-
puede poseer simultáneamente varios trastornos de ansiedad (varios prender y describir mejor lo etiología de algunos trastornos, tales
diagnósticos). La elevada comorbilidod rio ocurre solo entre los como el TAG. Sobre la etiología de este trastorno se han propuesto
trastornos de ansiedad, sino también entre estos y otros trastornos múltiples hipótesis, pero falto aún un modelo integrativo ciue aúne
emocionales, especialmente los trastornos depresivos, el TOC y el comprensiva y funcionalmente las diferentes piezas de los distintos
TEPT. Esto ha planteado importantes problemas teóricos y prácticos. modelos. No obstante, tal vez el reto más importante corresponda o
Las primeros tienen ciue ver con la caracterización y validez de los la conceptualización transdiagnóstica de los trastornos de ansiedad,
diagnósticos. Los segundos se han relacionado cori el tratamiento y del resto de trastornos emocioriales. Actualmente contamos con
de estos trastornos. Lo TCC de los trastornos de ansiedad dirigido evidencia empírica relevante, pero se precisan más estudios q_ue
o trastornos específicos posee actualmente un notable desarrollo y permitan describir con mayor precisión la estructuro lógica y los
grandes niveles de eficacia, siendo sin dudo alguna el tratamiento relaciones funcionales entre los diversos tipos de constructos trans·
de elección de estos trastornos. Sin embargo, la excesiva prolifera- diagnósticos, y su relación con lo etiología, mecanismos etiopato·
ción de programas de TCC específicos para los distintos trastornos génicos, gravedad, curso y pronóstico de los trastornos de ansiedad
de ansiedad puede ser un escollo en muchos contextos clínicos, (y otros trastornos emocionales). Unido o esto estó la necesidad de
especialmente en los centros públicos de salud mental. avanzar en el desarrollo y refi11omiento de los protocolos de TCC·T,
fomentando el desarrollo de programas que posibiliten el acceso a
El transdiagnóstico es un enfociue innovador y prometedor ciue
terapias validados empíricamente a todas las personas q_lle lo nece·
ha surgido recieritemente en psicología clínica. Parte de la hipótesis
siten, potenciando, por ejemplo, los programas aplicables a través
de q_ue algunos trastornos mentales poseen mecanismos etiológicos
de internet.
comunes, los cuales explicarían lo elevado comorbilidod que se da

••Términos clave
Afecto negativo T Comorbllldad 12 Terapia cognitivo·conductual
Afecto paslt!vo T Diagnóstico principal (a primario) 12 transdiagnóstlca ITCC-Tj 22
Anhedon!a 12 Miedo 5 Transd!agnóstica 10
Ansiedad 4 Neurot!c!sma 9 Trastorno de ansiedad 4
tt JV1anuai de psicopatologí<l. Volurnen 2

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ll
tt Manual de psicopatología. Volumen 2

•• Autoevaluación
L lCuál de los siguientes conceptos define niejor lo respues- 6. lA qué constructo transdiagnóstico corresponde preferen-
ta de miedo? temente la siguiente descripción: «Me asusto cuando mi
ol Respuesto anticipatoria orite u11 peligro futuro. corazón late rápidamente»?:
bl Respuesto asociada o lo vía nerviosa «ojo-i·ólamo-rnníg- a} Sensibilidad o lo ansiedad.
dala». bl Intolerancia o lo incertidumbre.
el Reacción de preocupación ansiosa. el Intolerancia al es1rés.
d) Reacción asociada primariame11te o tensión muscular y d) Aceptación/concienc10
vigilancia.
7. Indique cuál de los siguientes trastornos se ha relacionado
2. El DSM-111 se destacó, entre otros cosas, por caracterizar en mayor grado con la sensibilidad al osco:
ciertos trastornos de ansiedad por primero vez en un sis-
tema de clasificación de los trastornos mentoles. Indiq,ue al Trastorno de ansiedad social.
cuál de los siguientes trastornos, q,ue se clasifica actual- bl Trastorno de ansiedad generalizado.
mente como trastorno de ansiedad CDSM-5), se definió por el Fobias a lo sangre-inyección-daño.
primera vez en el DSM-lll: dl Trastorno de pánico.
al Trastorno de estrés postraumático.
b> Trastorno obsesivo-compulsivo. 8. Según el modelo tronsdiagnóstico jerárquico de los tras-
el Trastorno de pánico. tornos emocionales, cuál de los siguientes conceptos ocu-
po uno posición más general o superior en la jerarquía:
d) Neurosis fóbicas.
al Un trastorno mental (síndrome clínico!.
3. Entre los siguientes trastornos hay uno q,ue aparece con b} Lo preocupación.
mucha frecuencia como trastorno comórbido (no como
diagnóstico principal> a otros trastornos emocionales. el El perfeccionismo.
Indiq,ue de q,ué trastorno se trata: d) Lo evitación exteroceptiva.
al Trastorno de ansiedad generalizado. 9. La conduda de inhibición conductuat en el niño se asocia
b> Trastorno obsesivo-compulsivo. fundamentalmente a experiencias tempranos de:
c} Fobia específica. al Apego inseguro.
d) Agorafobia. bl Sobreprotección de los padres.
11. iA q,ué construdo transdiagnórtico corresponde preferen- el Experiencias de permisividad de los padres.
temente la siguiente descripción: «Me siento irritable o dl Experiencias de aprendizaje vicario.
con mal humor»?:
al Arisiedad. 10. En la descripción q,ue hizo S. Freud sobre la psicopotología
b} Sensibilidad a lo arisiedad. de los neurosis, este autor estableció:
c) Intolerancia al estrés. o) Una dimensión de gravedad, situándose lo ansiedad en el
dl Afecto negativo. extremo de menor gravedad y la depresión en lo de mayor
gravedad.
5. De acuerdo con el modelo tripartito de Clark y Watson b} Un continuo de gravedad, situándose los neurosis en el
(1991), ¿qué aspecto diferencia la depresión de la ansie- extremo de menor gravedad y las psicosis en el de mayor
dad, siendo más caraderístico de la primero? gravedad.
al El bajo afecto positivo. c) Dos dimensiones separados, una referida a los neurosis y
bl El nivel elevado de neuroticismo. otra referida o las psicosis.
e) La elevada sensibilidad al asco. dl Dos categorías separados, una referido a las nel1rosis y
d) El nivel elevado de activación fisiológico. afro referido o las psicosis.
CAPÍTUL02

TRASTORNOS DE ANSIEDAD
Bonifacio Sandín, Rosa M. Valiente y Paloma Charol

L Introducción 35 B. Epidemiología y curso evolutivo 63


II. Fobio específica 36 C. Etiología 61/
A. Diagnóstico y caracterísficas clínicas 36 VI. Mutismo selectivo 61/
B_ Epidemiología y curso evolutivo 37 A. Diagnóstico y característicos clínicos 6/J
C. Etiología 39 B. Epidemiología y curso evoluf1vo 65
111. Trastorno de pánico y agomfobia 1./1/ C. Etiología 65
A. Pórnco y agorafobia: dos fenómenos emparentados 41/ VII. Trastornos de ansiedad inducidos por sustancias
B. Diagnóstico y características clínicas del trastorno y trastornos de ansiedad debidos a una condicíón
de pánico y la agorafobia l/6 médica 66
C. Epidemiología y curso evolutivo 1/9 VIII. Recomendaciones para la evaluación y tratamiento 66
D. Etiología 50 A. Evaluación de los trastornos de ansiedad 66
IV. Trastorno de ansiedad generalizada 51./ B. Tratamiento psicológico de los trastornos de
A. la preocupación ansiosa: el trastorno de ansiedad ansiedad 69
generalizada no es un trastorno residual 54 IX. Resumen de aspectos fundamentales 69
B. Diagnóstico y características clínicas 55
TÉRMINOS CLAVE 71
C. Aspectos epidemiológicos 56
D. Etiología 56 LECTURAS RECOMENDADAS 71
Y. Trastorno de ansiedad de separación 61 REFERENCIAS 71
A. Diagnóstico y característicos clínicos 62 AUTOEVALUACIÓN 76

l. Introducción
De acuerdo con lo clasificación que establece actualmente el Diag- La ansiedad y el miedo son conceptos fundamentales en psico-
nostic and statistical manual of mental disorders <DSM-5; APA, potologío, y son los componentes básicos involucrados en los tras-
2013l, el grupo de los trastornos de ansiedad incluye los siguien- tornos de onsiedod. No obstante, en los trastornos de ansiedad el
tes síndromes: fobia específica, trastorno de ansiedad socio/ (fobia miedo y la ansiedad son excesivos en interisidad y frecuencia y, en
socia[), trastorno de pánico (TPJ, trastorno de ansiedad generaliza- el coso de los niños, suelen maritenerse más allá de los períodos de
da {TAGl, agorafobia, trastorno de ansiedad de separación <TAS>, desarrollo evolutivo en los que los miedos y la ons"1edad pueden ser
y mutismo selectivo <MSl. Como trastornos adicionales el manual fenómenos esperables y normativos; por ejemplo, la ansiedad de
incluye también los trastornos de ansiedad inducidos por drogas o separación es una reacción normal del desarrollo humano durante
medicamentos y los trastornos de ansiedad debidos o alguna condi- las primeros etapas del ciclo evolutivo, por lo que puede darse sin
ción médico. El trastorno de estrés postroumático (TEPTl y el tras- que constituyo una reacción patológica. Así mismo, en los trastornos
torno obsesivo-compulsivo <TOCl no son considerados actualmente de ansiedad, las reacciones de miedo y/o ansiedad son significati-
como trastornos de ansiedad <APA, 2013l. vas clínicamente, yo que interfieren en el funcionamiento normal

35
11/lanual de ps1copatología. l/olurnen 2

)) Tabla2.1. Criterios pare. el d'agnósi:ico de Id foiJIO ;;~µc>ulku sc>gú11 el DSlv\-'.i [P.PJ\ 20131
~---- ------
A. Intenso miedo o ons1erioíl o un objeto o situación específico (p. ej.. volar. las alturas, cierlos ani•T1ules, las inyecciones, ·;er sangre)_
Nota: En niños, el m1erio o la ans1edoíl puede expresarse como llanto. rabietas quedarse congelado o ofenor1e.
-------
B. El objeto o <;1tuoción fób1co casi siempre provoco miedo o ansiedad de forma irnnediato.
-------
C. El objeto o situación fóbico se evito octivornente o se soporta con miedo o ansiedad intenso.
D. El miedo o ansiedad es desproporcionado al peligro real que tiene el objeto o situación específico y ol contexto sociocultural
--------j
E. El miedo, ansiedad o evitación es persistente, durando generalmente seis meses o más
F. El miedo, ansiedad o evitación causo molestar clínicamente significativo, o deterioro en el ámbito social, laboral. o en olros áreas
importantes del funcionamiento.
-------------·~------------¡
G. Lo alteración no se explico mejor por los síntomas de otro trastorno mentol. incluyendo el miedo, la ansiedad, y lo e11itación de situaciones
asociada> o síntomas similores al pónico u otros síntomas incopacitantes (como en la agorafobia!, los objetos o situaciones relacionados con
obsesiones (como en el TOCJ, los recuerdos de sucesos traumáticos (como en el TEPTl, la separación del hogar o de los figuras de apego
(como en el trastorno de ansiedad de separación), o los situaciones sociales (como en el trastorno de ansiedad socia/).
Especificar si (codificar el tipo según el estímulo fóbicol:
Ammal<p. ej., araños, insectos, perros, serpientes).
Ambiental (p. ej., alturas, tormentos, aguas profundos).
Sangre-inyecciones-daño<p. ej., agujas, procedimientos médicos invasivos, heridas o lesiones) !Pueden codificarse los siguientes subtipos:
miedo a lo sangre, miedo o inyecciones y transfusiones. miedo o otro atención médico. y miedo al dañol.
SituaC1ona/(p. ej.. valor en avión, ascensores, lugares cerrados.
Otros (p. ej., situaciones que pueden llevar a atragantarse o vomitar; en niños, p. ej., sonidos intensos o personas disfrazadas)_

del individuo (p. ej., en los relaciones personales, sociales, laborales


o familiares) o producen niveles elevados de malestar o sufrimiento /l Fobia I= miedo, pavorl. Reacciones de intenso miedo a
en lo persono. situaciones u objetos no justificadas por la amenaza real
En el Capítulo 1trotamos diversos aspectos generales relacio- de estos, siendo dichas re~pueslas persistentes y desadap-
nados con la psicopatología de lo ansiedad y los trastornos de tat1vas.
ansiedad. En dicho capítulo se clarifican ciertos fenómenos con- J¡ Fobia específica. Trastorno de ansiedad en el que las
ceptuales básicos. se aborda su conceptualización y clasificación. y
reacciones de n11edo o ansiedad se asoci<1n a un objeto o
se describen las características tronsdiognósticas de la ansiedad
situación específico. (xisten cuatro tipos: animal, ambien-
y los trastornos de ansiedad. Se presento, así mismo, un modelo
transdiagnóstico jerárq_uico sobre los trastornos de ansiedad y otros tal. sangre/inyecciones/da1'to y situaclonal.
trastornos emocionales. Por ello, en el capítulo actual nos centra-
remos únicamente en lo descripción por separado de codo uno de
los trastornos de ansiedad. En ella abordaremos el diagnóstico y
los características clínicas. la epidemiología y curso evolutivo <pre-
A. Diagnóstico y características clínicas
valencia, inicio y curso clínico, comorbilidad e interferencia), y lo ac Características diagnóstica~
etiología. Finalmente nos referiremos de forma breve y selectiva a
los procedimientos de evaluación y tratamiento de estos trastornos. Lo característico central de \os trastornos fóbicos es que el miedo
(El trastorno de ansiedad social se abordo en el Capítulo 3l. y lo evitación estén asociados a objetos o situaciones claramente
circunscritos (estímulos fóbicos}. En contraste con otros trastornos
de ansiedad, aquí no se produce uno cognición específico (ideación
cognitiva). Los criterios DSM-5 para el diagnóstico de la fobia espe-
11. Fobia específica cífico se indican en lo Tabla 2.1.
La palabro fobia deriva del término griego phobos (miedo, pavor), Uno lista sobre posibles fobias podría ser interminable, aunque
y se utilizo poro denotar reacciones de miedo intenso acompaña- se han agrupado el"\ cuatro tipos generales: animal, ambiental,
do de evitación inducidas por situaciones (reales o anticipados) songre-inyecciones·daño, y situocionol (véase lo Tablo 2.ll. Esto
q_ue objetivamente no justifican toles respuestas <aun cuando suele agrupación de los fobias es consistente con investigaciones previas
asumirse que es necesario que se produzco evitación para que se llevados o cabo sobre lo estructura de los miedos y las fobias, tanto
considere la existencia de fobia, clínicamente suele asumirse lo no en poblaciÓíl adulta CArrindell et al., 1991) como en población infan-
absoluto necesidad de ctUe se produzca evitación para establecer el tojuvenil (Üllendick, 1983; Sandín y Chorot. 1998). Para un análisis y
diagnóstico de fobia, siempre que lo persona soporte las situaciones descripción de las principales categorías de miedos, véase Sondín
temidos con excesivo ansiedad. !2008l y Valiente et al. {2003l.
Capítulo 2. Trastornos de ansiedad

Como puede apreciarse en la tabla, uno de los tipas de iobia )) Tabla2.2. P·eval21Kia v1ldi de la> ;ºob1as e1pecíí1cci., en
específica es el relativo a las fobias o lo <~sangre-inyecciones-da­ adultos según sexo y áreas geográficas
ño». Al margen del interés clínico qwo puedan tener los restantes
tipos, la diferenc'ioción de este grupo de fobias es particularmente
importante, ya que los pacientes con toles fobias tienden a exhibir
un patrón fisiológico de respuesto único cuando son confrontados Europa (n = 48.324! 4,9% 11,5% 8.2%
con los estímulos fóbicos ip. ej., la sangre). El patrón es bifásico, se
inicia con un incremento inicial de la presión sanguínea y de la tasa EE.UU. y Ca nadó
7,4% 14,3% 10,3%
cardíaca, seguido por un rápido descenso de estos parámetros que, = 83-390)
(¡¡
eventualmente, conduce al desmayo del paciente si este permone"
ce en lo situación (Óst et al., 1984). Este tipo de reacción, esto es, Países de Américo Latino
6,4% 12,4-% 8,2%
reducción de la presión sanguíneo y frecuencia cardíaca, q_ue es de (n = 18.4-06)

naturaleza opuesta a lo q_ue se produce en otros tipos de fobias,


Oriente Medio y Áfrico
implica un tratamiento específico y diferente a los q_ue se emplean 4.0% 10,2% 5,6%
(¡¡= 12.1741
habitualmente con otras fobias comunes (Óst y Sterner, 1987J, ya
que es necesario incrementar lo frecuencia cardíaca y la presión Asia (n = 26.833) 4.7% 9,8% 5,2%
sistólico de los pacientes ante los estímulos fóbicos. Poro un análisis
más detallado sobre la psicopatologío, evaluación y tratamiento de Muestra total*
5,5% 11,7% 7,5%
las fobias específicas, véase Sandín (2008). <N = 189.127)

b. Diagnóstico diferencial
World MHS {24 países)
(N= 124-.902>
7,3% 1 ¡
Los principales problemas de diagnóstico diferencial suelen referirse
a otros trastornos de ansiedad. incluidos la agorafobia, el trastor- Nola: Elaborado a parlir de Eaton et al. [201s) y Kessler
no de ansiedad de separación y el TP. La posible confusión con lo et al. [2012). Los datos proceden de los siguientes proyectos
agorafobia puede darse cuando se trato de fobias de tipo situacio- colaborativos:
nal (lugares cerrados, ascensores, viajar en avión, etcJ. En tal caso, Epidern1ologic Catchment Area jECAI.
debe tenerse en cuento que poro poder establecer el diagnóstico Ep1dem1ologic Catchment Area Replicat1on [ECA-R).
de agorafobia se req_uiere que al menos sean temidas dos categorías
European Study of the Ep1derniology of Mental Oi5orders
de situaciones {entre los cinco establecidas para su diagnósticol.
[ESEMeo1.
Por otra parte, en la agorafobia debe darse ideación cognitivo rela-
Mexican American Prevalence and Services Survey; ¡rvlAPSSI.
cionada con la evitación (i. e., las situaciones se evitan por temor a
Mexican National Comorbidity Survey [MNCS]-
experimentar síntomas similares a los del ataq_ue de pánica u otros
síntomas incapacitantes o humillontesl. Para la diferenciación con National Comorbidity Survey [NCS].
respecto al trastorno de ansiedad de separación puede ser impor- National Comorbidity Survey Replicat1on /NCS·R).
tante examinar la existencia de posibles fobias específicas relacio- Natlonal Epidemiologic Survey of Alcohol and Related Conditions
nadas con el contexto escolar. En cualq_uier coso, el foco central (NESARCI.
de la ansiedad de separación es el temor del niño o alejarse de sus Netherlands Mental Health Survey and lncldenre Study INErvlESIS].
podres o figura principal de apego. Los fobias específicas pueden sao Paulo Megac1ty Mental Health Survey Sample ISPMMHSJ_
asociarse a ataq_ues de pánico, pero estos son pánicos situacionales World Nlental Health Survey (World MHSI-
y, por tanto, no justificarían el diagnóstico de un trastorno de páni- • No incluye World MHS.
co_ En otros tipos de trastornos el miedo situocional puede asociarse
a otros tipos de trastornos, tales como el TOC(miedo a pensorrien-
tos obsesivos; p. ej., miedo a conducir debido a ideos obsesivas de
poder dañar a otras personasl, el TEPT (temor a una situación tras 8. Epidemiología y curso evolutivo
un suceso traumático (solo se diagnosticará fobia específico si no
se cumplen Jos criterios de un TEPTl, un trastorno alimentario Oo o. Prevalencia
evitación se reduce a los alimentos o aspectos relacionados con los Los miedos y las fobias son fenómenos muy comune.s en la población
alimentos). general, tanto en la población adulta <Eaton et al., 2018; Sondín,
2008) co1no en los niños y adolescentes (Echeburúa, 2009; Méndez,
2013; Sandín, 1997; Sandín et al., 2018). Nuestro grupo de investi-
)) Agorafob~a I= miedo a los lugares públicosj. Se trata de gación ha constatado q_ue los niños y los adolescentes españoles
una categoría de fobia, cuya miedo/evitación se asocia a informan entre 15 y 20 miedos que e~olúon como temores excesivos
situaciones donde resulta dificil escapar o es embarazoso. {Sandín y Chorot, 1998; Sandín et al., 1998; Valiente et al., 2002,
o donde resultaría difícil recibir asistencia, caso de que le 2003b), lo cual es consistente con los datos obtenidos en otros paí-
ocurriese un ataque de pánico o apareciesen síntomas de ses <Valiente et al., 2003al. Estos miedos tienen q_ue ver fundamen-
tipo pánico. Estas situaciones se agrupan en cinco catego- talmente con peligros de tipo físico, como no poder respirar, recibir
rías: transporte públlco, espacios abiertos, sitios cerrados, una descarga eléctrico, ser atropellado por un coche, los desastres
las multitudes y estar solo fuera de casa. naturales {terremotos, inundaciones, etc.), la muerte o gente muer-
ta. caerse desde lugares altos, el fuego o quemorsf!, o la muerte

JI
fvlanual de ps1copatologia. Volun1en 2

)J Tabla 2.3. Prf'valencia vi~dl de los r;11edos y fobias eopecíf1uJ' tll ddulto> l~J ~ '.J6.2G7]

''·,<.\' ' "'º~'"!'

Las alturas 19,4% 25,4% 4,9%


··--·- ---
Los oninmles 18,2% 25,3% 4,6%
Los espocios ce1 rados 10,8% 29.7% 3,6%
Viajar en avión 10,4% 33.3% 3,0%
La sangre 10,3% 3!,3% 3,3%
El aguo -¡ 8.7%
----
30,1% 2.7%
Los tormentas 7,8% 31,6% 2,3%

Nota: Elaborado a partir de Eaton et al. (2.018]. Los datos proceden de los siguientes proyectos colaborativos: NCS, N(SARC y ~IEMESIS.
a Prevalencia vital de miedos espec1ficos pn la muestra total.
b Prevalencia de fobia específica a partir de la submuestra de individuos con miedo especifico a cada estimulo correspondierite.
c Prevalencia vital de fobia especifica en la mue>tro \Oldl.

de los padres. Otros tipos de miedos como los relacionados con ser La APA (2013l ha estimado que la tosa de prevalencia de los
violado/o, la seporación de los padres, el SIDA, lo violencia domés- fobias específicos es más elevado en la adolescencia <16 %) q_ue
tico, el maltrato entre iguales (bu/lyingl. los ataq_ues terroristas, los durante la infancia (5%l. También parecen ser más elevadas q_ue en lo
raptos de menores, etc, parecen desempeñar un papel más relevan~ población adulta. No obstante. la más reciente publicación del NCS-R
te actualmente. <Kessler et al., 2012) a este respecto constató tosas de prevalencia
Los datos basados en estudios epidemiológicos indican q_ue los vital de las fobias específicas ligeramente superiores en niños y ado-
principales miedos específicos se dan aproximadamente entre el 8 % lescentes de Estados Unidos <N = 5.223), siendo superior en los chicos
y el 20% de la población (véase lo Tablo 2.3), siendo más comunes (23%) q_ue en los chicos 07,1 %) (poro la muestro total= 20%).
los miedos o las alturas y los miedos a los animales. Otros tipos de
miedos que se don con elevada frecuencia son los miedos a los b. Inicio y curso c!í11ico
espacios cerrados, a viajar en avión, a la songre y al agua íp. ej., las La fobia específica suele iniciarse en edades infantiles {entre los
aguas profundos). siete y los once años de edad), apareciendo generalmente antes de
Los trastornos de ansiedad son los trastornos más prevalentes los diez años, siendo los fobias a los alturas las que suelen originarse
entre todos 101 trastornos mentoles, y las fobias específicas son los más tardíamente (APA. 2013!. De acuerdo con los datos del estudio
trastornos más prevalentes entre todos los trastornos de ansiedad. NCS-R (Kessler et al., 2005), a los siete años ya había aparecido
Por ejemplo, de acuerdo con el NCS-R (Kessler et a!., 2012), la preva- alguna fobia especifica en el 50 % de los cosos. No obstante, o la
lencia vital de los trastornos de ansiedad en Estados Unidos durante hora de establecer el diagnóstico de fobia específica es muy impor-
la adolescencia es el triple q_ue de la depresión mayor (32,4% vs. tante tener en cuenta el proceso evolutivo de los miedos <véase
10,6 %l, y casi el doble durante la edad adulta (33,7% vs. 18,3 %}. Tal Sondín, 1997) con objeto de no confundir un miedo normal, dentro
como indicamos en la Tabla 2.2, lo prevalencia vital de las fobias de! proceso de desarrollo del niño, con un miedo patológico.
específicas varía aproximadamente entre el 5 y el 10 %de lo pobla- En contra de lo q_ue se ha venido creyendo, los principales estu-
ción, siendo menor en los países de Asia, Oriente Medio y Áfrico. dios epidemiológicos indican q_ue las fobias no son trastornos transi-
Las diferencias pueden deberse no solo a las característicos cultu- torios y, por tonto, pueden req_uerir atención psicológica. De acuer-
rales propias de los distintos paises, sino también a determinaciones do con estos estudios, entre el 11-19 %de los casos se mantienen a los
a la hora de establecer los procedimientos de evaluación y diagnós- tres años (NESARCl. entre el 25-38% se mantienen a los diez años
tico. La prevalencia es siempre mayor en lo mujer q_ue en el varón, (NCS), y entre el 6-28% se mantienen a los doce oños (ECAJ (Eoton
con una proporción aproximada de 2:1. et al., 2018). Si bien las fobias específicas son menos frecuentes en
Aunque los miedos son muy prevalentes en lo población en la> edades avanzadas, continúan siendo uno de los trastornos más
general <más del 70% de la gente suele experimentar uno o más comunes en estas edades, pudiendo incrernentarse las fobias a las
miedos irrocionolesl, ·muchos de estos miedos no reúnen los crite- caídas y las fobias del tipo ambiental.
rios para el diagnóstico de una fobia (labia 2.3), pues requieren c. ComorbíJidad
la presencia de evitación y perturbación clínicamente significati-
va. Como se indica en la tabla !columna de porcentajes centrall, Los fobias específicas suelen presentar menos problemas clínicos
entre el 25-33% reúnen los criterios poro el diagnóstico de la fobia q_ue otros trastornos de ansiedad. No obstante, pueden asociarse
específica correspondiente a cada tipo de miedo específico. En la a otros problemas de ansiedad (especialmente la fobia social) y
columna de la derecha se indica lo prevalencia de fobias específicas depresivos {véase el Capítulo D. Debido o su aparición temprano,
correspondiente o lo muestra total. temporalmente hablando suele considerarse un trastorno primario.

38
Capitulo 2. Trastorr,os de ansiedad

Los (obios especificas son uri factor de riesgo poro podecer otros
teoría e~perimentol de las íobios sobre la base del condicionaniieri-
trastornos mentales, especialmente otros trastornos de ansiedad, del
to clásico. sugiriendo que cuafquiersituación o estímulo k<princi-
estado de ánimo (trastornos depresivos y bipolares) y por consumo
de sustancias. pio de equipotenc1ol1dad»), inicialmente neutro, puede adq_uirir la
propiedad de e!icitor respuestos de miedo por su asociación con
d. Interferencia estímulos riocivos traurnáticos (elicitadores naturales de miedo o
dolor; estímulos incondicionados: EIJ. Un estímulo neutro puede con-
Algunos publicaciones sobre lo prevalencia de los fobias en lo pobla- vertirse en un estímulo condicionado (ECl de miedo, por lo que su
ción general han sugerido q_ue muchas aparecen co11 una gravedad presencio evocará en el individuo respuestas condicionadas (RCl de
media o bajo, sin q_ue resulten excesivamente pe1turbodoras para la temor Por esto, la ansiedad es entendida como una respuesto en10-
persona que los padece_ Ciertas fobias, al no implicar contingencias cionol condicionado. Tres de los carocten'sticas principales de este
de aproximación, no son relevantes clínicamente. Por ejemplo, la modelo son: (1) la repefíción de Ja asociación entre los EC y los EI
fobia o las serpientes no suele ser problemático para las personas incrementará lo fuerza de la RC de miedo; {2) las reacciones de miedo
q_ue viven en una zona urbana fóbico se favorecen cuando la intensidad de miedo inducido por los
No obstante, existe evidencia de que las fobias espec1'ficas pue- EI es elevada <EI traumáticos), y {3) otros estímulos neutros silnifares
den generar deterioro en el funcionamiento psicosocial (problemas a los EC pueden elicitar reacciones de miedo <principio de equipoten-
en el trabajo, la familia, etcJ y reducir lo calidad de vida de formo cialidadl, siendo estos mayores a mayor >emejonza con los EC.
similar a otros trastornos de ansiedad_ El miedo o los caídas en per- El trabajo de Wotson y Rayner puede ser considerado con10 el
sonas mayores puede hacer que el individuo reduzca su movilidad y primer modelo del enfoq_ue conductuol sobre Ja génesis de las fobias
sufro pérdidas a nivel físico y social. El distrés y el deterioro produ- especrticas o monosintomáticos. Este modelo constituyó Ja base de
cido por las fobias específicas se incrementan cuando aurnenta el posteriores formulaciones más o menos identificados con lo psicopa-
número de situaciones u objetos temidos. Cuando se da lo fobia a lo tología experimental y la naciente terapia de conducta. E! aspecto
sangre-inyecciones-daño, las personas suelen rechazar acudir o cen- central en lo teoria de Watson y Rayner consistió en asumir que un
tros médicos, pudiendo ello influir en el deterioro de su salud. Otros estímulo neutro se convierte en estímulo condicionado de ansiedad
tipos de fobias, como lo fobia o vomitar o lo fobia a atragantarse, y cuyo propiedad para elicitor ansiedad puede generalizarse o otros
pueden perturbar en la conducta alimentario_ estímulos similores que recuerden al estímulo inicial.
Sin embargo, pronto se vio q_ue esta teoría tenía importantes
C. Etiología limitaciones. Posiblemente una de los más importantes consistió
en q_ue no cualquier estímulo puede ser asociado (condicionado)
Aunq_ue en lo etiología de los trastornos de ansiedad iritervienen en o respuestas de ansiedad; es decir, no parece q_ue el principio de
general tonto factores de vulnerabilidad (p. ej., factores genéticos y equipotencía!ídad defendido por Wotson y Rayner seo compatible
temperamento) como factores ambientales (estilos de apego, prác- con la propiedad selectiva y no arbitrario q_ue parecen presentar
ticas de crianza. experiencias traumáticos, efc.J, lo etiología de los las fobias (Seligman, 1971). Tal vez por esto algunos de los intentos
fobias específicas se relaciona fundamentalmente con experiencias iniciales fracasaron al tratar de replicar los experimentos de Wat-
persorioles. Las principales teorías sobre las fobias se hon basado son y Royner; en dichos intentos se incluían estímulos condiciona-
fundamentalmente en experiencias de aprendizaje. Algunas de estos dos «no preparados» (p. ej., un pato de juguete), en lugar de los
teorías, aunque se centran primariamente en respuestas de miedo, estímulos preparados (ratos) empleados por Watson y Rayner. Uno
se han formulado también poro explicar la ansiedad en general, por segunda crítica giró en torno al carácter traumático de Ja situación
lo q_ue también puederi ser generalizables en gran medida o otros de condicionamiento, puesto que ni es necesaria la presencio de
trostornos de ansiedad_ En lo q_ue sigue nos centraremos fundamen- eventos traumáticos (p. ej., fobias que se originan de formo gra-
talmente en las teorías basadas en el aprendizaje, incluyan o no duolJ, ni todos las experiencias traumáticas llevan a condiciona-
la intervención de factores cognitivos. Poro un onálisis corrprensivo miento de miedo (Rachmon, 1977). En tercer lugar, el modelo de
sobre lo vulnerabilidad cognitiva relacionada con la etiología del condicionamiento clásico no explico la no-extinción de lo respuesto
miedo, véase Armfield (2006). condicionada de miedo en ausencia de reforzamiento. Según indico
lo ley de extinción del condicionamiento pavloviono, las RC suelen
a. Teorías iniciales sobre la adquisición de las fobias extinguirse con facilidad una vez q_ue desaparece lo contingencia
Inicialmente se formularon diversas teorías basados en el condicro- EC-EI (cuando d~on de aparearse dichos estímulos), aun cuando el
El fuese un evento traumático. Sin embargo, las respuestas fóbicas
namiento poro explicar los fobias y la arisiedad. Estas teorías inclu-
no solo no se extinguen cuando no son reforzados, sino que a veces
yen el modelo de Wotson y Rayner (1920), el modelo bifactorial-me- pueden incluso incrementarse.
diocional de Mowrer (1939, 1950), los alternativas operarites no
mediacionoles [teoría de señal de seguridad <Delproto y McGlynn, Entre los distintos modelos de aprendizaje formulados para sub-
1984! y teoría del estímulo discriminativo (D' Amoto, 1970)1, los alter- sanar los inconsistencias del modelo de Watson y Royner cabrio
nativos operantes mediocionales (Solomon y Wyrine, 1954; Rescorlo destacar el modelo bifoctoriol mediocional de Mowrer (J939l. Se
y Solomon, 1967) y el enfoq_ue de los influencias operontes sobre las denomina bifoctoriol porq_ue integra el condicionamiento clásico y
respuestas autónomas (para un análisis sobre estos teorías. véase el operante. Se denomina mediocional porq_ue propone q_ue el miedo
Sandín, 2009; Sondín y Chorat, 1986). (condicionado clásicamente) media y motivo la conducto de evita-
ción (condicionado instrumentalmente). El modelo incluye dos foses:
La teoría de Wotson y Rayner 0920) se basó en los resultados
(o) fose inicial de condicionamiento clásico del miedo {este posee
de estos alltores sobre el condicionamiento del miedo en el «Peq_ue-
propiedades de drivel; (b) fose de condicionamiento de evitación
ño Albert» <un niño de once meses). Estos autores formularon uno
activa (lo presencia posterior del EC genero miedo q_ue motiva la

39
Manual de p<;icnpcitología. Volu:~en ?

conducto de ev1ioc1ón oc1•va} De Astf'.l modo, la conducta de evita- lo teoría de lo preparación incluyendo er concep~o de 4.ue los <<sis-
ción queda reforzada negativamente Según Mowrer, lo importante Je111as conduduoles» correspondientes a distintos tipos de fobios
es que el SUJeto aprende u escapar del EC, má1 ctue a evitar un pueden poseer orígenes evolutivos diferentes. Por ejemplo, las
cast1go (ED. Otros modelo1 que describimos a continuación corres- fobias a los alturas y o los espacios cerrados implican miedos de
ponden o lo~ teorías de la preparación y de la 1ncubac1ón, respec- tipo no comun1cativo, mientras qtle las fobias a los animales y los
tivamente. fobias sociales son ejemplos de 1niedos comunicativos. Los fobias a
los animales difieren de las sociales porque las primeros constituyen
b. Teoría de «preparación» de las fobias miedos interespecíficos, y los segundas miedos intraespecfficos. En
Una teoría que ha tenido uno gran influencia en relación con la su más reciente formulación, óhman y Mineko (2001) introducen el
etiología de las fobias es la teoria de preparación de las fobias concepto de «módulo producto de lo evolución» («evo/ved modu"
(Seligman, 1971; para un análisis detallado, véase Óhman y Mineka, le» o módulo de miedo) para explicar el aprendizaje y provocación
2001; Sandín, 2009). La idea central de esta teoría consiste en que del miedo.
no todos los estímulos se asocian (se condicionan) por igual a las En las seres humanos, el módulo de miedo se activo automáti-
respuestas de miedo; es decir, se parte de que los estímulos no camente por estimulas relevantes al miedo. las cuales no necesitan
son arbitrarios como mantenía el principio de «equipotencial1dad» ser procesados conscientemente antes de que se produzco lo res-
de las fobias, yo que ciertos EC pueden asociarse más fóc1Jmente puesta. El módulo de miedo es un mecanismo: (o) selectivo; res-
a respuestos de miedo. Esta idea, no obstante, no fue original de ponde ante estímulos preparados; (bJ automático; puede provocar
Seligman, sino del grupo de García (véase García et aL 1972l. Estos la respuesta sin q_ue exista conciencia del esfímuloJ; (cJ encapsu-
autores, trabajando sobre condicionamiento interoceptivo en ratas, lado; es relativamente impenetrable a otros módulos con los que
demostraron que lo aversión al sabor (E(; por ejemplo, agua con no tenga conexión directa (una vez octivoda, la respuesta sigue su
sabor a sacarina) era muy fácil de condicionar (el El consistió en curso sin openas ser interferido o interrumpido por otros procesos:
una radiación de rayos X; mediante este tipo de radiación puede por ello son resistentes a las influencias cognitivas conscientes), y
generarse enfermedad y reacciones gastrointestinales aversivosl. Tal (dl incluye un círcuito neural específico. El módulo de miedo refle-
condicionamiento, en cambio, era difíci! de condicionar cuando el ja la octividad del circuito neural que controla lo evocación y el
EC consistía en algún estímulo exteroceptivo (p. ej., una luz o un condicionamiento del miedo, cuya estructura central se localiza
sonido). García et al. sugirieron que las rotas están «preparadas» en la amígdala La amígdala recibe inputsmás o menos procesa-
por la hi5toria evolutiva de su especie <significado biológico-evoluti- dos de varias áreas del cerebro, incluyendo el tálamo y el córtex,
vo) para asociar el sabor con la enfermedad. Un ejemplo frecuente y controla el outputemocionol vío hipotálamo y núcleos del tron-
de este tipo de condicionamiento preparado es lo fácil adquisi- co cerebral (Ledoux, 1996); según este autor, la amígdala posee
ción de náusea en los contextos hospitalarios (p. ej., por estíml!los una mayor densidad de vías hacia el córtex de tipo eferente q_ue de
olfativos) en pacientes oncológicos sometidos a tratamiento qui- tipo oferente, es decir, envía más información al córtex de la que
mioterápico. recibe. El módulo de miedo representa una adaptación evolutivo.
Seligman (1971) generalizó a las fobias esta teoría y la estructuró y sirve para integrar muchos de los resultados que se han obteni-
sobre la base de los cuatro principios siguientes: (a) Selectividad; las do sobre el miedo, tanto basados en el condicionamiento humano
fobias son selectivas, i. e., suelen limitarse a ciertos tipos de estímu- o animal como evidencia clínica sobre los miedos y las fobias,
los (p. ej., un ser humano puede desarrollar fácilmente una fobia o aunando datos procedentes de la psicología y la neurociencia.
los animales, pero difícilmente a los pijamas). Las situaciones «pre- Los fobias son, pues, instancias de aprendizaje preparado que
paradas» <estímulos relevantes al miedo) parecen relacionarse con poseen, por tonto, un significado biológico evolutivo. De esto for-
peligros especiales que fueron importantes durante lo evolución de ma, estímulos como arañas, serpientes, espacios abiertos o cerra-
la especie humano. <b> Las fobias son de fácil adquisición; las fobias dos, situaciones sociales, situaciones ogorafóbicas, etc., se han
pueden adquirirse con un solo ensayo y sin necesidad de estímulos convertida en Objetos potencialmente fóbicos porque, en el curso
traumáticos. (cl Los fobias son resistentes a la extinción (aspecto de la evolución (épocas pretecnológicas). los individuos que por
característico de la «paradoja neurótica»l1; la resistencia a la extin- su constitución genético se condicionaban o sentían miedo fácil-
ción es una de las propiedades del aprendizaje preparado y una de mente ante estos estímulos, sobrevivieron y se adaptaron más efi-
las propiedades más características de las fobias y los trastornos cazmente transmitiendo a sus descendientes esta tendencia (aun-
de ansiedad. (d) lrracionalídacl, desproporción entre el peligro real que actualmente algunos de estos miedos solo tienen un carácter
del estímulo y las respuestas de ansiedad. Los argumentos lógicos vestigiall. Las fobias, al ser instancias de aprendizaje preporado,
aplicados par las individuos fóbicos son ineficaces para reducir lo se forman predominantemente por asociaciones primitivas y no
ansiedad, aunque estos reconozcan la ausencia objetiva de peligro- cognitivas y, al contrario que en el aprendizaje no preparado,
sidad del estímulo temido. no son féicilmente modificables por argumentos lógicos (carác-
óhman et al. <1985; óhman, 1993) sugieren que los fobias difie- ter irracionall. Esta teoría no asume que los fobias sean innatos,
ren de acuerdo o sus aspectos filogenéticas_ Estos autores amplíen sino que el individuo posee uno capacidad innata para aprender
reacciones fóbicas (es decir. para adquirir labios mediante con-
dicionamiento). Aunque lo teoría no ha estado exenta de críticas
<McNal!y, 1987), se ha proporcionado abundante evidencia empí-
La denominada paradoja neurótico o paradoja de lo ansiedad es un rica que apoya sus principoles postulados, tanto con población
concepto sugerido por Mowrer 0950) para indicar que lo conducto clíni~a (p. ej., .De Silva, 1988l como no clínica (p. ej., Chorot y
neurótica se outomontiene, y a veces se incrementa, a pesar de ser Sandin, 1993: Óhman, 1979, 1993; Óhman y Mineka, 2001; Sandín
desfavorable y desadaptativa, y a pesar de no ser reforzada (véase y Charol. 1989l.
Sondín y Charol, 1991J.
Capítulo 2. -ras tornos de aosiedad

c. Teorfn de incubación de In an5iedati tante consiste en q_ue la teoría dt la incubación, al enfatizar la


La teoría de la incubación fue formulada por Eyser1ck (1968, 1985) interacción entre ambos parámetros (intensidad de lo RC y tiempo
con objeto de explicar la «paradojo neurótica>>, i. e., el incrernento de exposición del EC), explica (y facilito su corrección) lo existen·
de miedo en situaciones de no reforzamiento. Según este autor, tan- cia de posibles cosos de incremento poradójico o no reducción de la
to la teoría bifactorial mediacionol como la teoría de la preparación ansiedad, que ocurren a veces cuando se aplico inadecuadamente
explican la resistencia a lo extinción de la ansiedad, pero no el la terapia de las fobias {p. ej., un error frecuente consiste en retirar
incremento paradójico. Mediante esta teoría, y de acuerdo con la el estímulo fóbico onte la aparición de un incremento inesperado de
ley de incubación. Eysenck explica q_ue en ciertas condiciones de no ansiedad}. Explica también que una fobia se incremente si el indivi-
reforzamiento la ansiedad puede aunienlar en lugar de reducirse. duo escapa del estímulo lóbico al experimentar la reacción de mie-
do o ansiedad. Una exposición más amplia sobre la teoría y sobre
En su teoría, Eysenck se baso en q_ue la ansiedad se adq_uiere evidencia empírica de es1e modelo puede encontrarla el lector en
a través de condicionamiento pavlov1ano tipo B <condicionamiento Chorot (1989. 1991l y Sandín et al. (1989J.
aversivo) 1. En esta forn1a de condicionamiento. tanto el El (por su
naturaleza) como el EC (poi asociación con el ED poseen propie-
dades de drive <i. e.. propiedades motivadoras). Por tanto, la mera
presentación del EC (esto es, sin el El reforzador) no necesariamente Jl Ley de incubación. Postula que se producirá incremento
va seguida de no-reforzamiento, ya que la propia RC puede actuar de la ansiedad cuando, ba¡o la aparición de respuestas candi·
como agente reforzador por su similitud con la RI. Otra importante clonadas fuertes, el EC no reforzado es presentado durante
propiedad del condicionamiento tipo B indicada por Eysenck (1985) breves periodos de exposición. Se opone a la ley de ext'inc'1ón.
es el concepto de respuesta nociva. Eysenck sugiere q_ue, desde el
punto de vista del sujeto <no desde la visión del experimentadorl,
existe una respuesto nocivo Gestaltlike en la que el sujeto experi- Davey (1989) llevó a cabo una modificación del concepto de
menta simultáneamente el EI y lo Rl (p. ej., el sujeto experimento un incubación centrándose en lo representación cognitiva del EI i«ree-
shock doloroso). Esta respuesta nociva es asociada al EC por conti- valuoción del EI»l. Según Dovey, los factores q_ue influyen sobre la
güidad, con lo q_ue la RC eventualmente añade otro incremento de evaluación del El pueden reducir o incrementar el valor de este,
dolor/miedo q_ue introspectivamente resulta muy difícil o imposible afectando a la fuerza de la RC independientemente de los cam-
de diferenciar de la respuesta nociva or'1ginol (Sandín et al., 1989). bios que se produzcan en la fuerza asociativa EC-EL Mediante este
La ansiedad se genera, mantiene e incrementa merced a dichas modelo Davey explica el efecto de incubación de la ansiedad por
propiedades del condicionamiento pavlaviano tipo B. La mera pre- la existencio de cambios en la evaluación que hace el individuo del
sentación del EC puede producir incremento de la RC en lugar de El; es decir, se puede producir incubación cuando el valor del EI es
extinción. Pero para que esto ocurra se precisa la interacción de dos sobrevalorodo Unffatedl durante sucesivas presentaciones del EC,
parámetros, esto es, la interacción entre la fuerza de la RC (o inten- de tal forma que la mera presentación del EC evoca uno RC fuer-
sidad del Ell y la duración de Ja exposición del EC no reforzado {se te como resultado de tal «inflación». La tendencia hacia la infla-
entiende que se trata de una exposición no seguida del Ell. Para ción del valor del El, y por tanto hacia la incubación, puede estar
q_ue exista resistencia a la extinción o incremento {incubación) de potenciada por factores como(!) la predisposición para procesar los
la RC, esto debe actuar como agente reforzador {de la conexión aspectos oversivos de los eventos y (2) la tendencia a discriminar y
EC-RCl. Este tipo de reforzamiento solo se produce si la RC es sufi- sobrestimar la intensidad de las propias reacciones de ansiedad. En
cientemen'le fuerte, y si la duración del EC es corta <la fuerzo de lo su forma revisada de Jo teoría, Davey (1992b) introduce en su estruc-
RC declina con el tiempo y con la presentación prolongada del EC>. tura teórica el concepto cognitivo de «expectativo de resultado»·
Por tanto, Eysenck establece como novedad principal el princi- las sujetos evalúan la relación entre la señal (EC) y el resultado (él)
pia o ley de incubación, en virtud del cual la mera presentación del mediante la asimilación de información relevante a partir de una
EC no s'1empre lleva a la extinción de la RC, tal y como establece la variedad de fuentes, y sobre la base de esta información se constitu-
ley de extinción. Además de dar cuenta del fenómeno clínico deno- ye uno expectativa de resultado <El! cuando el sujeto es expuesto a
minado incremento paradójico de la ansiedad, posee importantes uno señal particular. La información relevante, indica Davey, puede
implicaciones teóricas y prácticas respecta a la terapia conductuol incluir la información sltuacional contenido en algún episodio EC-EI,
de la ansiedad. Permite interpretar, por ejemplo, que dos técnicas la información transmitida social y verbalmente acerco de la contin-
aparentemente opuestas como la de~ensibllización sistemática (tra- gencia, o las creencias existentes sobre la relación EC-EI
baja con RC débiles> y la inundación (trabaja con RC fuertes) sean
eficaces para reducir la ansiedad. Una implicación clínica impar- d. Enfoque multífactoriaf sobre las fobias
Actualmente no hay razón para pensar que la adquisición y mante-
nimiento de las fobias pueda explicarse a través de un único proce"
2 En el condicionamiento clásico tipo A (p. ej., el condicionamiento de
so de oprendizaje, pues existe evidencio de que pueden intervenir
salivación), en contraste con el tipo B, la motivación debe ser mani-
múltiples factores que pueden relacionarse de forma diferente con
pulada eX"lernamente, y Jos respuestos condicionado e incondiciona-
da son diferentes tp. ej., RC =salivación, Rl = ingestión de comida). En distintos tipos de fobias. Ciertas fobias pueden adquirirse a través
cambio, en el condicionamiento tipo B lo motivación es generada por de experiencias traumáticos, pero otras pueden hacerlo mediante
el propio paradigma de condicionamiento y posee menor dependen- mecanismos cognitivos (p. ej., a través de transmisión de informa-
cia del estado motivacionol del organismo <p. ej.. condicionamiento ción y/o aprendizaje observacionall. Incluyen, pues, experiencias
oversivol; además, las respuestos condicionada e incondicionada son traumáticos (experiencias directas}, aprendizaje observacional
similares (la RC actúo como sustituto parcial de la Rll. (experiencia vicaria> y transmisión de información (Rachman, 1977;
Manual de ps1copocología. Volurnen ¿

MODOS DE ADQUISICIÓN DE LAS FOBIAS

Animo les
(N = 95 l iiiíiiiiliiiiiii!iiiiiiiii~

Cloustrofobio 1S~~~··••n111n111ilnnn11111111mnn1 Vías de adquisición


<N=35l ··'
M Condicionamiento
D Experiencia vicaria
D Información
Songre-i~~~~~~.,··•••nlllnnll
inyección ~No recuerdo

{N = 210)

Fobia social
<N = 31) liiiiiiií!iiiiii~m-

<N=BO> ~
Agorofobio ~~~~:!::::::::::t::::!
o' 20
'º 60 80
_______ 100

)) Figura 2.1. Adquisición de los diferentes tipos de fobias de acuerdo con los modos de experiencia directa
[condicionamiento) o indirecta [experiencia vicaria y transmisión cognitiva de información). Elaborado a partir
de los datos referidos por óst [1991], Óst y Hugdahl [1981, 1983, 1985), McNally y Steketee (1985) y Merckelbach,
Arntz y De Jong [1991, 1992).

Valiente et al., 2003a). Las primeras consisten en experiencias de procesos de transmisión de sensibilidad hacia la repugnancia/con-
condicio11amiento clásico y son la causa de la mayor porte de las taminación relativa a dichos animales.
fobias (véase la Figura 2.tl. Puesto q_ue bastantes individuos son incapaces de recordar las
Las formas indirectas de aprendizaje (vicario y transmisión de vías de adq_uisición de sus fobias, algunos autores han sugerido que
información) pueden estar determinadas en gran medida por las las fobias pueden tener un origen no asociativo (Menzies y Clark,
prácticos de crianza de los padres (p. ej .. un niño puede observar 1993; Poulton y Menzies, 2002). Aunque en general parece claro
las reacciones negativas de uno de sus padres a ciertas situaciones que los procesos asoc·1ativos <aprendizaje) están involucrados en
fóbicas). En la figura se indican los vías de adquisición de cinco lo adquisición y mantenimiento de las fobias (para un análisis más
tipos de fobias (tres de ellas son fobias específicas). Aunque las for- detallado, véase Valiente et al., 2003al, también se ho sugerido que
mas indirectas parecen ser más relevantes en la adq_uisición de los al menos algunos miedos y/o fobias podrían originarse sin necesidad
miedos subclínicos (Valiente et al., 2003a>. la figura refleja q_ue el de la participación de toles procesos asociativos <es decir, serían
papel más relevante en Ja adq_uisición de las fobias (incluidas la miedos innatos). Esta hipótesis se ha relacionado con ciertos miedos.
fobia social y lo agorafobia) lo desempeña la vía directa de condi- tales como los temores al aguo, a las alturas, a los extraños y a la
cionamiento. Curiosamente. en contra de lo q_ue en un principio se separación; el origen de estos tipos de miedos/fobias con frecuencia
podría sospechar, las fobias a los animales son las que más estre- no se ha podido asociar a ninguna de las tres vías de adq_uisición
chamente se asocian o factores distintos de las experiericios directas de los miedos (condicionamiento, experiencia vicaria, transmisión de
de condicionamiento. Aquí el apreridizaje vicario olcarizo valores información) señaladas originalmente por Rachman (1977).
tan elevados como los 1ridicados para el condicionamiento (27 %
vs. 39%). Por otra parte, en estas fobias el porcentaje de pacientes e. Factores cognitivos: las expectativas
que no recuerdo el origen de sus miedos es significativamente ele- Las fobias pueden adquirirse a través de mecanismos asociativos,
vado (26%l. Entre las fobias a los animales predominaban las relo" pero puede no ser necesaria fo asociación por contigüidad EC-EI
donadas con animales pequeños (arañas, ratos, serpientes, etc.l. para explicar la adq_uisición del miedo. Basándose en principios del
Este fenómeno podría sugerir que algunas de estas fobias, más que neocondicionamiento pavloviano (p. ej .. Rescorla, 1988J, Reiss <1980)
originarse por experiencias aversivas directos, se generan mediante elaboró un modelo sobre la etiología de la ansiedad y las fobias. El
Capitulo 2. Trastornos de d11S1edad

)) Tabla 2.4. Concep,cs de «expectativa,, y "sens:bilidad)) en el modelo de cxp~c::2tivo. de ;J c;nsiedad

Expectativo de peligro Expectativo sobre un peligro/daño del medio físico externo \p. ej .. «Es probable que el avión se e.oigo»)

Sensibilidad al daño Sensibilidad al daño físico personal (p. ej., «No puedo soportar ser lastimado»).

Expectati\l\l sobre lo posibilidad de experimentar ansiedad o estrés (p. ej., «Sé que volar es seguro,
Expectali\IO de ansiedad
pero puedo tener un ataque de pánico durante el vuelo»).

Sensibilidad a lo ansiedad Sensibilidad o experimentar ansiedad <p. ej., «Puedo tener un ataque al -corazón si experimento pánico»).

Expectativa de reaccionar de tal formo que lleve o uno evaluación negativa (p. ej., «No seré capaz de
Expectativo de evaluación social
dominar mi miedo a volar»).

Sensibilidad o lo evaluación social Sensibilidad o lo evaluación negativo (p. ej., «Siento vergüenza cuando fallo en algo» l.

Nota: Elaborado a partir de Re1ss [1gg1j.

modelo se baso en ideos del neocondicionamiento povloviono, tal el Capítulo 1, lo sensibilidad al osco ha sido definida en términos de
como la no necesidad de asociación por contigüidad EC-EI para diferencias individuales como lo sensibilidad para experimentar lo
explicar la adq_uisición de miedo, o el papel de los expectativos («lo emoción de osco (Hoidt et al., 199tt; Sondín, 1997). Recientemente
q_ue se aprende en el condicionamiento pov!oviono san expectativas se ha intensificada el interés por esto emoción debido a su posible
sobre ocurrencia o no ocurrencia de un evento»l. Doda la impor- relación con algunos trastornos de ansiedad y otros trastornos men-
tancia q_ue concede o los expectativas, su teoría suele denominarse toles {véase Sondín et al., 2008b). Nuestro grupo de investigación
modelo de expectativa. Distingue entre expectativos de ansiedad demostró q_ue la sensibilidad al asco predecía de formo significativa
y expectativos de peligro. Aun cuando el modelo es básicamente los síntomas fóbicos relacionados con ciertos animales Í«anirnoles
povloviano-cognitivo, integro aspectos operantes como el reforza- relevantes al asco» y con la sangre e inyecciones <Sondín et al.,
miento negativo {idea semejante a la de Mowrer) y el autorrefor- 2008a. 2013). En uno de nues1ros estudios se demostró por primera
zamiento. vez que tal asociación se niontenío incluso controlando el efecto de
El modelo ha experimentado revisiones con el paso del tiempo. otros variables relevantes de vulnerabilidad poro los fobias, como
En lo primera revisión, Reiss y McNal/y (1985) introducen el concep- el afecto negativo y lo sensibilidad a la ansiedad <Sandín et al.,
to de sensibilidad a la ansiedad, un concepto q_ue ha demostrado 20080).
poseer enorme relevancia en relación con los trastornos de ansiedad Otro aportación importante de nuestro grupo fue determinar
(especialmente con el TP) y otros trastornos mentoles. En la segundo q_ue ciertos tipos de osco se relacionaban de forma diferente con
revisión (Reiss. 1991) se enfatizo lo implicación de lo sensibilidad a los tipos de síntomas fóbicos. Aporte de constatar q_ue el osco o los
Ja ansiedad como variable de vulnerabilidad para el desarrollo y animales repulsivos (animales relflvantes al osco, como las cuca-
mantenimiento de los trastornos de ansiedad, diferenciando entre rachas, las lombrices, las arañas, etc.) se asociaba a los miedos o
los conceptos de expectativa y sensibilidad {véase lo Tabla 2.lll dichos animales, encontramos q_ue el asco a lo transgresión corporal
De hecho, el aspecto nuclear del modelo ha posado a ser el nuevo (p. ej., ver parles internos del cuerpo), no solo predecía los miedos
concepto de sensibilidad o la ansiedad (anteriormente lo ero el con- del tipo sangre-inyecciones-daño, sino también los miedos o estos
cepto de expectativo de ansiedad). Este cambio se justifico por la onirnolesi. Estos resultados son importantes, pues demuestran q_ue
novedad y relevancia q_ue supuso este nuevo constructo y su especial ciertas fobias podrían tener q_ue ver más con el osco que con el
influencio en la etiología del TP. miedo propiamente dicho. Tal evidencio, aparte de fundamentar
la hipótesis de «evitación de lo enfermedad» sugerida por [){lvey
(1992al, implico lo posibilidad de establecer diferencias entre los
Ji Sensibilidad a la ansiedad. Sensibilidad a los síntomas de distintos tipos de fobias, incluyendo la separación entre las propios
ansiedad. Se refiere a la tendencia a experirnentar miedo fobias o los animales (p. ej., las fobias a los animales depredadores
no son relevantes al ascol.
anle los síntomas de ansiedad; se asocia a la creencia de
que tales sintomas poseen consecuencias peligrosas.
3 Los animales relevantes al asco son animales pequeños y se aso-
cian o posible transmisión de enfermedades, toles como los animales
f. Fobias y sensibilidad al asco reptantes, las ratas y ratones. las araños. los gusanos, las cucara-
chas, etc. Difieren de los animales relevantes al drnlo, tales como los
Aparte de lo atención q_ue hoya suscitado el estudio del asco des- perros, los lobos, los gatos y, en general, los animales depredadores.
de su consideración como emoción básico, recientemente se ha Posiblemente los primeros están preparados evolutivamente poro es-
producido un particular interés por el estudio de la sen>ibilidad al tablecer asociaciones condicionadas de asco, mientras que los se-
asca desde el punta de visto psicopatológico. Coma Indicarnos en gundos lo san poro asociaciones de miedo.
Manual de ps1copatología. Volumen;:

soldado, o el sír1dro1T1e de hiperventilo(ión. Estos íérrninos solían


111. Trastorno de pánico tener co1no denominador común la preponderancia de lo síntoma"
y agorafobia tología somático de hiperactivac!ón, particularmente la vinculada
al sistema r:ord1orrespiratorio, y lo ausencia de lesión orgánica. No
En )as últ!mos décadas de invesíigación y terapia, el trastorno de obstante. esta orientación basado en una medicina somática enfa-
pánico <TPl y lo agorafobia han seguido caminos paralelos o el rnis- tizaba en el trastorno la sintomatología fisiológica, en particular las
mo camino Aunque actualmente el DSM-5 los clasifico como tras- manifestaciones cardiorrespiratorias, considerando por tanto que se
tornos sepGrodos, históricamente han formado porte de un mismo trataba de un problema de naturaleza fisiológico_
trastorno_ Por esto razón serón tratados conjuntamente en este epí-
Tuvieron que pasar más de 20 años hasta que Freud, con una
grafe. En adelante, cuando hablemos de TP de formo geriérica, y a
visión más psicológica o psicosomática del problema, lograse «res-
no ser que se especifiq_ue otra cosa. nos referiremos indistintamente
catar la ansiedad de detrás de los síntomas físicos», es decir, redefi-
al trastorno de pánico con o sin diagnóstico de agorafobia.
niendo el síndrome desde el problema central del mismo, que Freud
denominó «ataque de ansiedad» (Sandín, 1997)_ Como casi siempre
que se abordan cuestiones relativas a la arisiedad, necesariamente
5) Trastorno de pánico. rrastorno de ansiedad producido debe1nos remontarnos a las aportaciones de Freud (1856-1939)_ Este
por la ex1stenc1a de ataques de pánico inesperados y recu" autor, en su publicación la neurastenia y las neurosis de ansiedad
rrentes, acompaílados de inquietud o preocupación, o cam- (189~), describió por primera vez la «neurosis de ansiedad» corno
bios comportamentales relacionados con los ataques. trastorno separado de otras neurosis {neurastenia, neurosis obsesivo,
histeria, etc. l. El síntoma fundamental de este tipo de neurosis ero la
«expectativa de ansiedad», la cual solío manifestarse en forma de
ansiedod «libremente flotante» <similar a la que ahora entendemos
A. Pánico y agorafobia: dos fenómenos como ansiedad generalizado), y se acompañobo de irritabilidad y
emparentados otros sintamos generales de ansiedad. Esto expectativa de ansiedad
podía irrumpir de repente provocando así un «ataque de ansie-
a. El pánico como concepto psicopatol6gico dad». El ataque de ansiedad descrito por Freud era muy similar o lo
que hoy entendemos como ataq_ue de páriico:
El término páníco deriva del griego panikon deima, que signifi-
ca el miedo cousado por la acción del dios Pan. Este ero el dios Tal ataque puede consistir ton solo en lo sensación de angustia
griego de la naturaleza (ero el dios de las montañas, los bosques, [ansiedad] no asociado a ninguno 1epresentoción, o unida o la
los riachuelos, los reboños, Jos pastores y los animales salvajes). de la muerte a la locura, a también en dicha misma sensación
Como vivía en el campo. Pan tenía sus guaridas en los montes y acompañada de uno parestesia cualquiera..., o enlazada a la
colinas, especialmente en las zonas correspondientes a su tierra perturbación de uno o más funciones físicas, tales como la res-
natal (Arcadia y Lycaeusl. Una característica peculiar de este dios piración, la circulación, la inervación vasornotora o la actividad
era su estridente voz y su afición a asustar o los viajeros despre- glandular. De es'la combinación hace el paciente resaltar tan
venidos que transitaban por sus aledaños. Al contrario que otros pronto unos factores corno otros, quejándose de palpitaciones,
dioses griegos, el dios Pon ero feo, pequeño y no tenía un aspecto disnea, sudores, bulimia, etc., y en sus lamentos deja con fre-
completamente humano (algLmas partes de su cuerpo recordaban a cuencia sin mencionar lo sensoción de angustia [ansiedad], o
una cabra). El dios Pan era temido por casi todos los humanos, bien alude ligeramente a ello calificándola de malestar <Freud, 1967,
por su aspecto, bien por sus gritos, o por ambas cosas. El pánico se p. 182; original alemán 1894-).
refiere a una forma muy particular de miedo, esto es, a un miedo
intenso que aparece de forma súbita o inesperado (en cierto modo Vemos. por tanto, q_ue Freud se anticipó en casi 90 años en lo
en formo de susto), del mismo modo que podría ocurrir tras un descripción del pánico como n?acción patológica de la ansiedad. De
grito repentino del dios Pan_ hecho, en la mencionada publicación describió con bostante preci-
sión los principales síntomas de lo que hoy conocemos como ataq_ue
Un aspecto central en lo psicopatología actual del pánico es
de pánico (disnea, taq_uicardio, sudoración, temblores, vértigo, mie-
lo que se conoce como ataque de pánico. Este concepto no fue
do a morir o a volverse loco, etcJ. Curiosamente. Freud definió el
definido hosta 1980 tros su descripción en el DSM-III publicado por
ataq,ue de ansiedad como un fenómeno de naturaleza inesperada,
la APA. El concepto de ataq_ue de pánico, tal y como se definió por
pues indicó que «irrumpían repentinamente en la conciencia, sin ser
primera vez en este manual (y posteriormente en sucesivas edicio-
evocados por ninguna asociación de pensamiento».
nes), describe muy bien las características del miedo provocado por
el dios Pan, de acuerdo con el legado de Ja mitología griega. Sin
embargo, con ariterioridad a esta fecha <durante el siglo x1x y prin-
fue observado por él con frecuencia en soldados que combatieron en
cipios del xx) ya se habían sugerido algunos términos poro referirse
la guerra civil de Estados Unidos. Este síndrome fue obsefV(]dO por Da
al ataque de pánico, toles como el síndrome de corozón irritable
Costa en muchos soldados que combatían, y consistía en un conjunto
Co síndrome de Da Costo)q, la taquicardio nerviosa, el síndrome del de síntomas físicos que sugerían un trastorno funcional del corazón,
tales como pulso acelerado, <<ataques de palpitaciones», dolor to-
rácico (dolor intenso en la región cardíaco), síntomas de frecuencia
4 Da Costa 0871) fue tal vez el primer autor que describió el ataque de cardiaco irregular. etc. Hipotetizó que esto alteración cardíaca se
pánico, si bien desde un punto de vista meramente médico. Da Costa debía a un exceso de excilac'lón nerv'1oso y anticipación del peligro,
describió un síndrome que denominó «corazón irritable» (conocido más que a sobrecarga del corazón (p. ej., por el duro ejercicio físico
como «síndrome de Do Costa» o «síndrome del soldado»), el cual propio de la situación bélico).
capítu!o 2. Trastornos de ansiedad

b. Pánilo .r agora(olJia Paralelamente Klein, desde lo psiquiatría. llegó a una conclu-


sión si1nilar o po1tir de la investigación farrnocológica. Freud había
En 1871 Westphal describió por primero vez un nuevo trastorno que
diseccionado las neurosis, separando lo neurosis de ansiedad (lo que
denominó «agorafobia». Aunque el término significo miedo o los
posteriormente se llamarán «estados de ansiedad») de otros tras·
lugares públicos (del griego agoró= plaza pública y phóbos =fobia}, tornos de ansiedad (en su terminología, de otras neurosis), pero no
Westphal defi11ió el trostor110 como «miedo o los espacios abiertos» separó el pánico de la ansiedad generalizada (de hecho, consideró
(p_ ej., andar o pasear por lo calle u otros lugares abiertos), algunos CJ,Ue los ataques de ansiedad y la ansiedad libre flotante constituían
de los cuales pueden ser públicos y otros no. La descripción la basó un misn10 trastorno, i. e., la neurosis de ansiedad). Para ello, era
en cuatro cosos clínicos; cuatro hombres que tenían miedo a los necesario diseccionar la propio neurosis de ansiedad, fenómeno Que
grandes espacios abiertos, como, por ejemplo, una plazo vacía de no se llevará a cabo hasta la aparición de los trabajos de Klein
una ciudad. 0964, 1981) basados en la administración de imipromina o pacientes
Siguiendo la conceptualización de Westphal (187D, la agorafobia con trastornos de ansiedad.
se entendió durante muchos años como una fobia más. relacionada Klein efectuó dos correcciones a la teoría de lo ansiedad de Freud_
con un tipo de situaciones que implicaba los espacios abiertos, los En primer lugar, cambió la denominación de «ataques de ansie-
lugares públicos, los transportes públicos, las multitudes y, a veces, dad» por la de <<ataques de pánico»_ Este autor consideró que lo
ciertos miedos situacionales (túneles, puentes, etcJ, de los cuales denominación de ataque de ansiedad era confusa, puesto que se
podría ser difícil escapar en caso de incapacitación súbita. En con- identificaba en cierto modo con el propio concepto de ansiedad
secuencia, los tratamientos conductuales de la agorafobia {con o sin anticipatoria. Mós aun, Klein invirtió la lógica de Freud al proponer
pánico) se localizaron en reducir la evitación a estas situaciones, de que los ataques de pánico aparecen espontáneamente, con frecuen-
forma similar a como se hacía con otros tipos de fobia. El énfasis se cia de forma súbita en personas calmadas y en situaciones no ame-
ponía, por tanto, en los características de la situación. nazantes, siendo después de vor!os ataques cuando se desarrollo
Por aquella época Freud anticipó también un nuevo enfoq,ue «la ansiedad anticipotoria securidaria entre los ataques de pánico,
de la agorafobia en su escrito sobre la neurastenia y la neurosis de referida con frecuencia como ansiedad libre flotante»_ Vemos, por
ansiedad, publicado originalmente en 1894-. En él decía que: «En los tonto, que Klein invierte Ja relación causal entre ansiedad anticipa-
casos de agorafobia, etc., se encuentra con frecuencia el recuerdo toria y los ataques de ansiedad/pánico. Klein no solo consideró a lo
de un ataque de angustia [ansiedad!, y en realidad lo que el enfer- ansiedad anticipatoria como secundaria a Jos ataques de pánico,
mo teme es la emergencia de tal ataque en aquellas circunstancias sino también que la evitación agorofóbica era secundaria a tales
especiales en las que cree no podrá escapar a él» (p_ 203l. Freud ataques (tal y como habían propuesto Godstein y Chombless con su
diferenció la agorafobia de otras fobias, situando en la primera el concepto de «miedo al miedo»).
foco de atención en las sensaciones físicos, en lugar de las situacio- La segunda corrección a la teoría de Freud es incluso más tras-
nes externos. cendente que la primera y se relaciona con ella (en realidad no se
Tuvierori q,ue pasar muchos oños hasta que Gofdstein y Cham- trata únicamente de uno corrección a lo teoría de Freud, sino o
bless publicaran en 1978 su teoría sobre el «miedo al miedo» basa- toda la comunidad científica. incluida la clasificación del OSM-IID.
da en los principios del condicionamiento interoceptivo (condiciona· Klein constató, en pacientes con pánico, que el tratamiento con
miento clásico de las sensaciones corporales). Según estos autores, imipramina (un antidepresivo tricíclicol era eficaz poro eliminar y/o
el agorafóbico teme la experiencia de miedo/ansiedad en sí misma prevenir el pánico espontáneo, pero no los síntomas de ansiedad
más q,ue el simple miedo o las situaciones, lo cual se produce como anticipatoria. Con ello, Kleiri «diseccionó» farmacológicamente las
resultado del condicionam1ento interoceptivo. Los autores separaron rieurosis de ansiedad o, dicho de otra forma, diseccionó el pánico
dos componentes del miedo al miedo: <a> el miedo a las sensaciones de las neurosis o estados de ansiedad. Klein sugirió, por tanto, uno
corporales asociados o los ataques de pánico y {b) los pensamien- distinción cualitativa entre el pánico y lo ansiedad crónica anticipa-
tos desadaptativos relacionados con los posibles consecuencias del toria (ansiedad generalizada}.
pánico (p_ ej., morir o volverse loco por la exper"1encia de elevada Klein sugirió tres importantes hipótesis que han tenido una enor-
ansiedad o miedo). me influencia sobre la investigación y teoría del TP (Klein, 1964-,
Las teorías iniciales de condicionamiento sobre los trastornos de !981l. En primer lugar, separó el pánico de !a ansiedad, indicando
ansiedad explicaban la agorafobia y los ataques de pánico en tér· que !a diferencia sustantiva del TP, respecto o los restantes trastor-
minos de procesos de condicionamiento a las situaciones externas nos de ansiedad, venía dada por la presencia de «pánico espon-
(p. ej., un supermercado o un restaurante). Sin embargo, Goldstein táneo», el cual ocurre de forma repentina y sin desencadenantes
y Chambless (1978) introdujeron un cambio esencial al desarrollar ambientales Según este autor, esta diferencia cualitativa entre el
el proceso CJ,Ue describieron como «miedo al miedo»_ El foco de pánico espontáneo (característico del TPJ y la ansiedad tiene una
lo teoría de condicionamiento cambió radicalmente desde una base biológico. El error de Klein fue, sin embargo, explicar el pánico
explicación de la agorafobia y los ataques de pánico situacionales como un fenómeno biológico y extrapolarlo al tratamiento (según
basada en el condicionamiento exteroceptivo, hacia una explica- él. este debería ser de tipo farmacológico -por ejemplo, a base de
ción basado en el condicionamiento interoceptivo, donde no solo es imipramina o alprozolaml_
posible explicar la agorafobia, sino también la ocurrencia de ata- La segunda hipótesis fue sugerir que en el transcurso del TP
ques de pánico aparentemente espontáneos (no señalados>. Como se desarrolla ansiedad anticipatoria relacionada con la posible
sugieren Goldstein y Chambless, el miedo al miedo puede conducir ocurrencia de nuevos ataques, debido a la repetición de los ata-
a una rápida generalización de la agorafobia, ya CJ,Ue las señales ques de pánico espontáneos. Esta forma de ansiedad constituye
asociadas a las respuestas de miedo son internas, transportables por un elemento importante y central del TP, ya que viene a repre-
uno mismo, y potencialmente omnipresentes. sentar la preocupación por lo ocurrencia de nuevos otactues (esta
característica se empleo actualmente paro el dmynó111co de este B. Diagnóstico y caracter'1sticas clínlcas
trastorno). Merece lo peno indicar que el propio Kle1n señaló que de! trastorno de pánico y la agorafobia
la irnipramina, 11 bien era eficaz contra 101 ataques de pánico, no
lo era contra 1>>to fonno de ansiedad, lo cual surge a consecuencia a. El otaque de pánico
de los ataques La presencia de ataques de pánico es una característica necesario
En su tercera hipótesis establece que otra consecuencia de los para el diagnóstico del trastorno de pánico El DSM-5 (APA, 2013)
ataques de pánico inespe1odos es la evitación agorafóbico. Klein define el ataque de pánico como un acceso súbito de miedo intenso
conceptualizó lo agorafobia como una respuesta condicionada de o molestar que alcanzo su máximo en minutos y durante este tiempo
los ataques de pánico. Los individuos con agorafobia no temen los se producen cuatro (o más} de los siguientes síntomas.
lugares públicos o los espacios abiertos por sí mismos, ~ino por el
temor a sufrir olli' un ataque de pánico y no poder escapar o recibir l. Palpitaciones, sacudidas del corazón, o ritmo cardíaco acelerado.
ayudo. Como vimos atrás, esta idea basada por este autor en la psi- 2. Sudoración.
coformacología fue desarrollado también y paralelamente por otros 3. Temblor o sacudidas musculares.
autores desde los principios del condicionamiento clásico (Goldstein
y Chambless, 1978). 11. Sensación de dificultad para respirar o de asfix'10.
Como puede apreciarse, los estudios de Klein sobre la «disec- 5. Sensación de atragantarse (ahogo).
ción» farmacológica del pánico y la ansiedad no se limitaron a la 6. Dolor o molestias torácicos.
separación entre estos dos conceptos, sino que derivaron en con- 7. Náuseas o molestar abdominal.
ceptuali2ociones e implicaciones sobre el TP de mayor alcance. Tal 8. Sensaciones de vértigo, inestabilidad, mareo o desmayo.
vez la implicación e influencia más importante fue sobre la nueva
conceptualización de la agorafobia como agravación del TP, q_ue se 9. Escalofríos o sofocaciones.
plasmó en la nueva entidad clínica denominada <<trastorno de páni- 10. Parestesias {sensación de entumecimiento u hormigueo).
co con agorafobia», lo cual ha estado vigente desde 1987 (DSM- ti. Desrea!ización (sensación de irrealidad) o despersonalización
III-RJ hasta Ja publicac'1ón del DSM-5 en 2013. Uno de los hechos {sentirse separado de uno mismo).
que ha fomentado la hipótesis de que la agorafobia es básicamente 12. Miedo o perder el control o <<volverse loco».
uno agravación del TP, es que la mayor parte de los individuos con
agorafobia que acuden o centros clínicos en busco de ayuda tienen 13. Miedo a morir.
también diagnóstico de TP (actual o pasado). Según la APA {2000J, El ataque de pán"ico es un fenómeno muy común en la población
más del 95 % de los pacientes que acuden por motivos de agorafo- clínica, y no es algo exclusivo del TP. El ataque de pánico no se
bia a los centros asistenciales presentan igualmente un diagnóstico considera un trastorno mental (por ello no se codifica como tal en el
{o historial de TP. OSM-5). los ataques de pánico son frecuentes en otros trastornos de
De acuerdo con el OSM-5, el drognóstico de agorafobia es ansiedad, y en otros trastornos mentales, toles como lo depresión, el
independiente del diagnóstico de TP; si un individuo reúne Jos cri- TEPT, los trastornos asociados al consumo de sustancias, y en diver-
terios para el diagnóstico de TP y de agorafobia, se diagnostica- sos enfermedades médicas {cardiopatías coronarias, enfermedades
rán ambos trastornos de forma separado. Se han invocado varias respiratorias, asma, alergia, etc.l. Por ello, aparte de constituir un
razones para justificar lo separación de la agorafobia respecto al fenómeno necesario paro el diagnóstico del TP, en el DSM-5 se utili-
TP, entre las cuales caben citarse las siguientes (Asmundson et al., za como especificador en los diagnósticos de otros trastornos <p. ej.,
2014; Wittchen et al., 2010): (IJ datos epidemiológicos q_ue sugieren «trastorno depresivo mayor con ataques de pánico»).
tasas elevadas de agorafobia sin evidencia de síntomas de pánico, El DSM-5 ha establecido dos tipos básicos de ataque de pánico:
por lo cual la agorafobia puede desarrollarse sin la ocurrencia pre- (a) ataques de pánico esperados,. son los ataques en los que exis-
via de ataques de pánico; (2) evidencia de que la agorafobia sin te uno señal obvia o un desencadenante, como las situaciones en
ataques de pánico puede asociarse a deterioro funcional significa- las que previamente se han producido otaq_ues de pánico (p. ej., al
tivo y un curso crónico; (3J diferencias entre la agorafobia y el TP volar en avión). y <bJ ataques de pánico inesperados,. son aquellos
en incidencia y respuesta al tratamiento, y (4) diferencias (aunque que no pueden asociarse a uno señal obvia <externa o interno) o
limitadas) entre los tres síndromes (trastorno de pánico, trastorno desencadenante en el momento en que se producen. A veces la
de pánico con agorafobia, y agorafobia) en lo estabilidad y progre- determinación de un ataque de pánico como esperado o inesperado
sión temporal del trastorno. Al margen de estas posibles diferencias puede ser difícil de determinar, por no decir imposible (p. ej., puede
basadas en datos epidemiológicos más que en datos clínicos (i. e., haber señales internas apenas perceptibles que señalan lo aparición
basados fundamentalmente en muestras no clínicos), lo cierto es del ataque). Quizás el único ataque auténticamente inesperado es
que los síntomas de pánico, o similores o los síntomas del ataque el que ocurre por primera vez. En cualquier coso, el DSM-5 dejo
de pánico, forman porte de los criterios d"1agnósticos de lo agora- a ju"rdo del clínico lo decisión, el cual deberá valorar si el ataq_ue
fObia <Criterio BJ. Por tonto, aunque el DSM-5 especifica que el TP ocurrió con o sin alguna razón aparente. Algunos autores han suge-
y Ja agorafobia son dos trastornos diferentes, ambos siguen unidos rido que el hecho de que un ataque sea referido por el paciente
conceptualmente puesto que los síntomas de uno de ellos están como esperado o inesperado (p. ej., basándose en señales iriternos)
incluidos en los criterios diagnósticos del otro. Este solapamiento no constituye una característico nosológica esencial, yo que ello
conceptual puede dificultar la validez de la separación diagnóstico depende de lo sensibilidad del paciente para detectar los cambios
entre ambos trastornos, así como la investigación futura de los 1nis- fisiológicos, y no tonto de los cambios en si mismos (Meuret et al,
mos <Sandín et al., 2016al. 20Jll. Lo distinción de los ataques inesperadas es importante. yo
Capitulo 2, Tra'>tcrnos de ansiedad

q_ue el diagnóstico del TP requiere que al rnenos hayan ocurrido dos ~') Tabla 2.5, Dimensiones filctcriules de !os sin;crnas
ataques de este tipo. del ataque de pánico !N = 89)

:}l Ataque de pánico esperado. 1V\odal1dad de ataque de


pánico en el que existe una señal obvia o un desencade- l. Pánico respiratorio Sensación de atragantarse.
nante, como las situacionE"> en las que previ;imente se ha · Dolor o molestias en el petha.
producido un ataque de pánico IP- ej .. estar cerca de un • Parestesias o entumecimiento.
perro grande]. • Sensación de falto de aire o asf1x1a.
Miedo a morir.
] Ataque de pánico inesperado. Modalidad de ataque de
Vértigos. mareos, inertobilidad.
pánico que no puede asociarse a una seílal ob111a (exter-
na o interna] o desenradrnante en el momento en que se 11. Pánico autonómico 5udoración.
produce. Escalofríos o sofocociones.
Palpitaciones o taquicardia.
• Temblores musculares.
Como tipo adicional, el D5M-5 define los ataques de pánico
con síntomas limitados para referirse a los ataques que cumplan 111. Pánico cognitivo Miedo a perder el control o volverse
los criterios de diagnóstico excepto en lo q_ue concierne al número loco/a.
de síntomas (estos ataq_ues cursan con menos de cuatro síntomas)_
Sensaciones de irrealidad
Excepto en el número de síntomas, estos otoq_ues son idénticos o
o despersonolizac1ón.
los ataq_ues «completos». Aunque en general suele asumirse q_ue
Nóuseas o molestar en el estómago.
los ataques limitados son menos graves q_ue los ataques de pánico
completos, los primeros se dan también con bastante frecuencia y
pueden ser comórbidos a los atoq_ues completos. Noto: Adaptado de Sandín et al. (2004}

los ataques de pánico pueden ser muy heterogéneos entre sí,


tanto entre distintos individuos como en un mismo individuo. las
combinaciones de cuatro síntomas pueden \/{]fiar significativamente pecto a los otros dos criterios q_ue describen el diagnóstico del TP.
entre los distintos ataques; por ejemplo, puede predominar cierto el Criterio C indica que la alteración no es atribuible a los efectos
tipo de síntomas físicos o pueden predominar los síntomas cogni- fisiológicos de alguna sustancia {p. ej., una droga o un medicamen-
tivos. En una investigación de nuestro grupo (Sandín et al., 2004) to), ni a una enfermedad médico (p. ej., hipertiroidismo, trastornos
estudiamos la estructura factorial de los 13 síntomas de pánico des- cardiopulmonoresl. Finalmente, el Criterio D establece q_ue la alte-
critos en el DSM-IV-TR. Como se indica en la Tabla 2.5, obtuvimos ración no se explica mejor por otro trastorno mental; por ejemplo,
tres factores bien delimitados. El primer factor estaba representado los ataq_ues de pánico no se producen únicamente en respuesta a
fundamentalmente por síntomas respiratorios y relacioílodos con lo situaciones sociales temidas {trastorno de ansiedad socia/J, obje-
hiperventiloción <p. ej., disnea, sensación de atragantarse, dolor o tos o situaciones fóbicos específicos <fobia específica), obsesiones
molestias en el pecho). El segundo factor estaba conformado por (TOO, recuerdos de sucesos traumáticos ( TEPn, o separación de las
ítems q_ue denotan activación del sistema nervioso autónomo <p. figuras de apego ctrostorno de ansiedad de separación).
ej., sudoración>. El tercer y último factor corresponde o los síntomas
Puede observarse q_ue para poder establecer el diagnóstico de
cognitivos del pánico (p. ej., miedo o perder el control o volver-
un TP, deben darse al menos dos ataques de pánico inesperados. Así
se loco/a)_ Esta estructura del otaq_ue de pánico es eq_uivalente o
mismo, se observa q_ue el Criterio B2 incluye conductas de evitación
lo obtenida por otros grupos, tal como la referida por Whittal et
relacionadas con nuevos ataq_ues, lo cual supone cierto solapamien-
al. (1994l. Investigar hasta qué punto el predominio de un grupo u
to con la agorafobia (muchos trastornos diagnosticados de TP pue-
otro de síntomas se relaciona con mayor gravedad del pánico es un den tener síntomas agorafóbfcosl.
aspecto de relevancia futura.
Un fenómeno común en los pacientes con pánico es la ansiedad
b. Díagnóstico del trastorno de pánico anticipatoria de desarrollar un nuevo ataq,ue de pánico (Criterio BI).
Este tipo de ansiedad anticipatoria es equivalente al concepto de
El D5M-5 establece dos criterios básicos para el diagnóstico del «miedo al miedo» descrito por Goldstein y Chambless {!9781. Algu-
TP {A y Bl. El Criterio A indica que deben darse ataques de pánico nos pacientes con trastorno de pánico desarrollan esta «fobofobia»
inesperados y recurrentes. El Criterio B indica que al menos uno como miedo anticipatorio a nuevos ataq_ues de pánico inesperados.
de los otaq_ues de pánico ha sido seguido durante un mes (o másl de Otros, lo mayoría, asocian lo ansiedad anticipatoria a estímulos
uno o los dos fenómenos siguientes: (IJ inq_uietud o preocupación externos, es decir, a situaciones o lugares donde el escape es difícil
persistente por nuevos ataq_ues o sus consecuencias <p. ej., perder el a embarazoso, o donde resultaría imposible recibir asistencia, caso
control, tener un atoq_ue al corazón, «volverse loco») y (2) un cam- de q_ue ocurriese un ataq_ue de pánico o síntomas del ataque de
bio desadaptativo significativo en lo conducta relacionada con los pánico {p. ej., desmayarse, sensación de ahogo, etc.l. Ertos últimos
ataq_ues <p. ej., conductas dirigidas o evitar nuevos ataq_ues, como pacientes terminan desarrollando conductas de evitación (más o
la evitación del ejercicio físico o de situaciones no familiares). Res- menos graves) a dichas situaciones (evitación agorafóbical.

47
IV!anual de ps1copatologíci. Volumen 2

)) Tabla2.6. Crli_eno> para el diaqn:Ssllcu de lct u_r_¡urufu01u ~t'lJL11 <el OS!v1-5 [1\!"1\ 2013]
.---------------- -------------
Nivel elevado de miedo o ansiedad acerco de do$ (o mó>l de los cinco situadone~ sigu;entes:
IA l. Uso del transporte público (p_ ej., cutomO'liles, autobuses. trenes, barcos. aviones)_
2. Estor en espacios obieno.1 (p ej, zonas de estacionom1ento, mercados, puentes)_
3. Estar en sitios cerrados lp. ej., tiendas. teatros, cines)_

•• Hacer cola o estor en medio de una multitud.


5. Estor fuera de casa solo
----------·
B. El irtdividuo terne o evita estas situaciones debido a la idea de que escapar podría ser diíícil o podría no disponer de ayudo si aparecen
síntomas similores a los sirttomas de pánico u otros síntomas incapacitantes o embarazosos (p_ ej .. miedo a caerse ert personas de edad
avanzado: miedo a la incontinencia!.
---- -- -------- --- --
C. Las situaciones agoralóbicas casi siempre provocan miedo o ansiedad.
-- ---- - - - - - - - - -
D. Las situaciones agorafóbicas se evitan activamente, requieren lo presencia de u11 acompañante, o se resirten con intenso miedo o ansiedad_
-- - --- ---------------- -
E. El miedo o ansiedad es desproporcionado ol peligro real que supone la situació11 agorafóbica y el contexto sociocultural
------ -------- ---- ------ -- - - -- ------- -- ------ ----------
F. El miedo, la ansiedad, o la el'itacion es persistente, y dura típicamente >eis o más meses.
- --- - - - - - - - - - ---
G. El miedo, la ansiedad, o la evitación causa male;tar clínicamente significativo o deterioro en el ámbito social, laboral u otras áreas
importantes del funcionamiento.

H. Si exirte una condición médica <p. ej., enfermedad inflamatoria intestmal, Parkinson), el miedo. la ansiedad, o la evitación es claramente
excesivo.

(fobía específica tipo situacional.


l. El miedo, la ansiedad, o la evitación no se explica mejor por los síntomas de otro trastorno mental
trastorno de ansiedad socio!. TOC, trastorno de ansiedad de separación. TEPT. trastorno dísmórfíco corporal, etc.>.
Nota: Se diagnostica la agorafobia independientemente de la presencia de trastorno de pánico. Si un individuo cumple los criterios para
el trastorno de pánico y la agorafobia, se asignarán ambos diagnósticos.

c. Diagnóstico de la agorafobía síntomas «incapacitantes o embarazosos». tales como los vómitos


y los síntomas inflamatorios del intestino. o el miedo a caerse en las
En la Tabla 2.6 se indican los criterios DSM-5 para el diagnóstico
personas mayores_
de la agorafobia_ El DSM-5 especifica el diagnóstico de la agorafo-
bia sobre la base de cinco tipos de situaciones <deben darse dos o d. Diagnóstico diferencia/
másJ, relacionadas con el transporte público, los espacios abiertos,
los lugares cerrados, las multitudes, y estar fuera de casa solo. Aco- El TP debe diferenciarse de otros trastornos que también cursan
ta11do de este modo los situaciones, se pretende evitar el solapa- con ataq_ues de pánico. Debe tenerse en cuenta, en primer lugar. el
miento con el diagnóstico de fobia específica de tipo situacional. carácter inesperado de los ataques de pánica y la ideación cogni-
Estas situaciones producen más ansiedad cuando el sujeto no está tiva <el paciente teme nuevos ataq_ues de pánico por el temor a los
acompañado, cuando está lejos de casa. cuando está en situaciones síntomas o sus consecuencias). Debe diferenciarse de los trastornos
poco familiares. y cuando ha anticipado permanecer en la situación de ansiedad debidos a una condicíón médica (aq_uí los ataques de
temida. pánico están causados por alguna enfermedad médica, como el
Por lo demás, el conjunto de criterios poro el diagnóstico de la hipertiroidismo, las alteraciones pulmonares, etc.lo al consumo de
agorafobia se asemeja al de otras fobias (seis meses de duración sustancias (aquí los ataques de pánico son producidos por los efec-
mínima, temores excesivos dado el peligro real de la situación, etcJ. tos fisiológicos de alguna droga). También pueden ser frecuentes
En el caso de q_ue se reúnan los criterios para el diagnóstico de ago- !os ataq_ues de pánico q_ue se dan como síntomas en otros trastor-
rafobia y de TP, estos deben diagnosticarse como trastornos sepa- nos emocionales !trastornos de ansiedad, TEPT, TOC, etcJ y en los
rados, lo cual contrasta con las anteriores ediciones (DSM-JII-R y trastornos psicóticos. En estos trastornos, los ataq_ues de pánico
DSM-IVl q_ue para este caso especificaban un único diagnóstico de suelen ser esperados y no presentan la ideación cognitivo de pre-
TP con agorafobia. Vemos, no obstante, q_ue el foco de atención del ocupación o miedo a los síntomas de pánico. Así, por ejemplo, en
miedo y la evitación es la posible ocurrencia de síntomas similares el trastorno de ansiedad de separación, los ataques ocurren aso-
al ataq_ue de pánico, es decir, síntomas similares a cualq_uiera de ciados a la separación del hogar o de las figuras de mayor apego,
los 13 síntomas q_ue configuran el ataq_ue de pánico, en situacio- en el trastorno de ansiedad social, están asociados a situaciones
nes en q_ue sea difícil escapar o poder obtener ayuda. Esto sugiere sociales, etc.
que puede resultar difícil separar entre los conceptos de pánico <o El diagnóstico de agorafobia exige que al menos se den dos de
trastorno de pánico) y agorafobia. El DSM-5 incluye también otros las cinco situaciones agorafóbicas, lo cual es importonte para dife-
Capítulo 2. TrdSlu1-i-10:, ce c;nsieddd

renciarla de otras fobias, especialmente las íobias de tipo situacionol. b. Inicio y (:ursa clíuico
Si existiera alguno duda, por ejemplo, porque se evitara más de una
situación. la diferenciación puede hacerse sobre lo base de la idea- Según lo APA (20!3J, la edad inedia de inicio de los síntomas Llel TP
ción cognitiva (temor a experimentar síntomas similares a los del en Estados Unidos es de 20-24 años. Un pequeño número de casos
ataque de pánico. u otros síntomas incapacitantes o embarazosos)_ comienza en la infancia, y la aparición del trastorno después de
Por ejemplo, si un paciente teme volar por miedo a que se e5trelle el los 45 años es poco frecuente. Algunos autores han sugerido que
avión, se trataría de una fobia específica, )'{.!que lo ideación cogni- la edad de inicio es anterior en la mujer (entre los 25-34 años)
tiva se refiere a temor al daño y posiblemente a matarse. En cambio, que en el varón (30-44 años) (Wittchen y Essau, 1993)_ Aunque lo
si el paciente evita volar por temor a tener un ataque de pánico APA (2013) sitúa la edad media de inicio de los ataques de pánico
durante el vuelo, la ideación cognitiva se refiere a temor a los sín- en la juventud, existe evidencio de que tanto los ataques de páni-
tomas de ansiedad, por lo que se trataría de agorafobia_ Aplicando co (Sandín et al, 1998b) como el TP y la agorafobia (Macaulay y
estos mismos principios puede diferenciarse de otros síndromes como Kleinknecht, 1989) pueden iniciarse de forma significativa durante
el trastorno de ansiedad de separación (lo evitación se relaciona con las primeros etapas de la adolescencia.
el entorno del hogar), el trasto1110 de ansiedad social (la evitación El curso clínico del TP y de la agorafobia tiende a ser crónico y
se focal iza en el miedo a ser evaluado negativamente), el Tf PT y el debilitante si e..tos trastornos no son tratados adecuadamente (i. e.,
trastorno de estrés agudo <la evitación se limita o las situaciones mediante terapias basados en lo evidencia; por ejemplo, programas
que recuerdan un suceso traumático), el trastorno depresivo mayor de terapia cognitivo-conductuall. Debido o los dificultades de dise-
(la evitación puede ser debida a la apatía, la baja autoestima, la minación de estos programos, estos trastornos pueden cronificar-
pérdida de energía o la anhedonia), y ciertos condiciones médicas se y agravarse con el tiempo con otras formas de tratamiento. Por
{na se diogno'>licará agorafobia si la evitación es consecuencia de la ejemplo, el proyecto longi'ludinal Harvard-Brown constató tasas de
enfermedad médica; por ejemplo, un paciente con enfermedad de recaídas del 37 % para el TP y del 17 % para el TP con agorafobia un
Parkinson puede evitar salir a lo calle por sentir vergüenza debido o año después de recibir tratamientos Vúrios (Schmidt et al., 2011fl. El
los síntomas de la enfermedad). curso clínico del TP puede complicarse por la comorbilidad con otro
serie de trastornos, tanto de tipo mental (p. ej., otros trastornos de
C. Epidemiología y curso evolutivo ansiedad, trastorno bipolar, depresión, adicciones, etc.) como físico
(enfermedades cardiovasculares, respiratorias, etc.)_
La información que se comenta o continuación sobre la epide-
miología y curso del TP se baso fundamentalmente en Jos criterios c. Comorbilidad
del DSM-IV. Por tonto, cuando hagamos referencia al TP de modo
El trastorno de pánico es un trastorno mental muy comórbido. Como
genérico significo ~ue este incluye ambos síndromes (TP con y sin
se indica en el DSM-5, no es frecuente encontrar cosos del trastor-
agorafobial.
no en la práctica clínica sin otras patologías_ Aparte de la carac-
a. Prevalencia terística asociación enlre el pánico y la agorafobia. y aunque las
tasas de comorbilidad reportadas son muy variables, cabría afirmar
El DSM-5 (APA, 2013) sitúa la tasa de prevalencia anua( del TP entre ~ue en los pacientes con trastorno de pánico suelen darse con fre-
el 2-3 % de la población general en adultos y adolescentes (muestras cuencia otros trastornos mentales, especialmente otros trastornos
de Estados Unidos y varios países europeos). lo prevalencia es más de ansiedad, depresión mayor, trastorno bipolar, y trastornos por
baja en estudios con muestras de países asiáticos, africanos y lati- consumo de sustancias. El trastorno de pánico suele tener una edad
noamericanos, que varían entre el 0,1 y el 0,8% <APA, 2013l. de inicio anterior a lo del trastorno comórbido; no obstante, o veces
Los datos obtenidos a partir del proyecto epidemiológico NCS-R se inicia posteriormente, en cuyo caso puede considerarse como
(N = 9.282; Kessler et al., 2006l indican porcentajes elevados de un marcador de gravedad del trastorno camórbido. Por ejemplo, la
personas de la población general CEstados Unidos) que al menos han comorbilidad vital (i. e., tasa referido a prevalencia vital) entre el
experimentado un ataque de pánico (prevalencia vital= 28,3%, TP y el trastorno depresivo mayor varía entre el 10 y el 65%, prece-
prevalencia anual = 11 %). No obstante, lo mayor parte de estas diendo el TP al trastorno depresiva en dos tercios de los casos <APA,
personas no desarrollan TP, siendo lo prevalencia del TP del 4,7-5,1 % 20J3J_ La comorbilidad de otros trastornas de ansiedad en pacientes
{vital) yel 2,1-2,8% (12 mesesl. La prevalencia del TP sin agorafobia diagnosticados de TP con agorafobia es muy elevada, con tasas de
fue del 3,7-4% <vitall y 1,6% (12 mesesl_ La tosa vital de agorafobia comarbilidad vital que varían entre el 56 y e! 95% (consideradas
sin TP Cpero con síntomas de ata~ue de pánico) fue del 0,8%. individualmente, las tosas más altos se han reportado con el TAGl.
Al igual que en las fobias, la mujer tiene aproximadamente el En general las tasas de comorbilidod en pacientes con diagnóstico
doble de probabilidad de desarrollar TP y/o agorafobia que el hom- de TP sin agorafobia son ligeramente más bajos <Schmidt et al.,
bre <Kessler et al., 2006). La diferenciación entre ambos géneros se 2014).
produce en la adolescencia y es observable antes de la edad de 14 Un aspecto de gran relevando psicopatológica y clínico es la
años; la prevalencia del TP en menores de 14 años es baja (menor del elevada comorbilidod que existe entre el TP y las enfermedades
0,4 %l (APA, 2013>. También se han descrito diferencias relacionadas físicas Cpora uno revisión, véase Meuret et al., 2017). El TP es comór-
con la edad. El proyecto epidemiológico NESARC <N= 43.093) ha bido con múltiples síntomas y enfermedades médicas, entre los que
referido tasas de prevalencia vital del TP, en población de Estados se encuentran las arritmias cardíacos. la hipertensión, la cardiopa-
Unidos, del 3,9% <adultos entre 18-29 años de edad), 6% (30-64 tía coronaria, lo angina microvascular coronario, lo cardiomiopatía
años) y 2,8% <65 años o más> (Grant et al., 2006). Se constata, por idiopática, la angina de pecho, el prolapso de válvula mitral, el
tanto, que a partir de los 65 años disminuyen de forma marcada los hipertiroidismo, el síndrome de intestino irritable, problemas pul-
casos de TP. monares (p. ej., lo enfermedad pulmonar obstructiva crónical, y el
Manual de psicopatologí;i. Volt:mPn ?

asma (Sondín. 1999) Lo elE>vada o>oc1ación entre la srntomatolog1a inoles de compañia. ponan o;gún objeto pe1sonol \paraguas, e1cJ,
cordiorrespiratoria y el TP hace que sean frecuenies los casos de TP urio botella de aguo, o uno tojo de ansiolíticos_ Otros se acomodan
!J.Ue acuden o los servicio~ rnédico>, mdu1dos las urgencias, en busca en lugares apartados, no lejos de la salida, o cerca de algún telé-
de atención médica (p. ej., por dolor el pecho y/o palpitaciones). fono, cuando asisten o teatros, cines, iglesias, ele, de formo que
Aunque 1nuchas veces no está ciara lo naturaleza de la asociación podrían escapar fácilmente ante la inminencia de un posible atoq_ue
entre el TP y la enfermedad médica. en general parece que puede de pónito.
darse en ambas direcciones, por ejemplo, la enfermedad arte1ial
coronario puede facilitar el desarrollo del trastorno de pánico, y D. Etiología
viceversa.
Los ataques de pánico (sin diagnóstico de TP) también poseen Desde lo descripción del TP por el DSM-III en 1980 se han venido
elevada comorbilidad con otros problemas psicopatológicos. Los elaborando diversos modelos teóricos sobre su etiología, los cua-
individuos con ataques de pánico son propensos a padecer trastorno les han puesto mayor o menor énfasis en los aspectos biológicos y
depresivo mayor y abuso de sustancias (especialmente de alcohol), psicológicos. Al igual que ocurre con otros trastornos de ansiedad,
psicosis, y TAG. cualquier teoría sobre el TP debe implicar ospectos de vulnerabi·
lidad y aspectos ambientales (sucesos estresantes, experiencias de
d. Interferencia aprendizaje, etc.) <hipótesis de diátesis-estrés) (Sandín et al., 2006;
Taylor, 2000J. Aunq_ue se han suci?dido múltiplE's modelos, tanto bio-
El TP se asocia a niveles elevados de discapacidad relacionada con lógicos como psicológicos. vamos a referirnos únicamente a algunos
el funcionamiento físico, laboral y social, siendo mayor la discapaci- de los modelos psicológicos q_ue en estos momentos resultan ser
dad cuando también está presente la agorafobia_ Las personas con más relevantes. Si bien existen datos sobre el posible papel de la
ataques de pánico, sin TP, también pueden experimentar niveles herencia (genética), así como teorías basadas en el funcionamiento
significativos de discapacidad. El malestar físico característico en neurofisiológico y el papel de lo amígdala como estructura central
los pacientes con TP (sintomotologío cardiovascular, neurofisiológi- del circuito del miedo, la relevancia clínica y psicopatológica de
ca, efe.} les lleva a buscar ayuda médica con frecuencia, siendo el estos modelos es aún de escasa utilidad para la psicopatología y el
trastorno mentol que se asocio a mayor uso de los servicios médicos tratamiento del pánico.
<visitas médicas, asistencia a urgencias, etcJ. Por ejemplo, en los Avanzados los años ochenta. opari?cieron tres grandes enfoques
centros médicos de asistencia general. la prevalencia del TP puede teóricos sobre el TP: un enfoQ.ue cognitivo <Clark, 1986), un enfo-
llegar al 60% entre los casos de patología cardíaco \APA, 2000J. Q.Ue basado en la hiperventilación (Ley, 1987) y un enfoctue basado
A nivel laboral también suelen producirse interferencias impor- en el condicionamiento clósico (Wolpe y Rowon, 1988). Entre estos
tantes debidas al TP. Los personas con TP pueden causar absentis- modelos, sin duda el que ho tenido mayor influencia es el modelo
mo laboral o ocadém'1co (en estudiantes) debido o la frecuente as·1s- cognif1vo. A continuación describimos brevemente estos modelos,
tencia a consultas médicas o servicios de urgencias. lo que puede para centrarnos finalmente en un modelo integrativo elaborado ori-
llevar a perder el trabajo o al abandono escolar <APA, 2013L Se ha ginalmente por Sondín (1997J_
reportado que las personas con TP tienen la mitad de probabilidad
de tener un trabajo a tiempo completo, y más del doble de proba- a. Modelo de hiperventilación
bilidad de experimentar discapacidad laboral por razones de salud Ley (1987) describió un modelo de hiperventilación del TP; lo fun-
<By;tritsky et al., 2010). damentó en la semejanza q_ue hay entre los síntomas del ataque de
El TP se ha relacionado con múltiples problemas tanto de tipo pánico y los cambios psicofisiológicos Q.Ue se producen asociados o
personal como social. Por ejemplo, a nivel personal se ha asociado o la hiperventilación. Lo hiperventilación (nivel excesivo de oxígeno
conductas de suicidio (ideación suicida e intentos de suicidio) (John- para los requerimientos metabólicos del organismo) prodL1ce una
son et al., 1990l. Puede ser causo, así mismo, de perturbaciones serie de síntomas físicos y psíq_uicos que son muy similares o equi-
significativas en el funcionamiento social (salir a comer, actividades valentes a los síntomas del ataque de pánico. Efectos directos de la
al aire libre, fiestas, etc.) y familiar <relaciones de parejo. con los hiperventilación son la hipocapnia (reducción de C01 ) y el aumen-
hijos, etcJ, especialmente en lo> individuos que reúnen los criterios to de pH sanguíneo (asociado este a Jo hipocapnial_ El incremento
para el diagnóstico de ambos síndromes (TP y ogorofobiol. de pH sanguíneo induce inicialmente síntomas físicos como disnea
Aunque el TP sin ogorofobia puede producir cierto perturba- (sensación de falta de aire o ahogol, taq_uicardia y palpitaciones.
ción en el paciente, lo moyor incapacitación se produce con el TP Mediante un proceso de feedback positivo {el individuo trata de
con agorafobia. Este trastorno es el que en generol produce mayor incrementar la respiración), se incrementa la hipocapnia y la disnea,
malestar, desajuste e incapacitación entre todos los trastornos de provocándose de forma rápida el atoq_ue de pónico. La hiperventi-
ansiedad, siendo algunos pacientes incapaces de salir de su domici- lación puede iniciarse por un nivel elevado de ansiedad, o tras vivir
lio. Marks (1987) describió los efectos de la agorafobia sobre lo vida una situación de elevado estrés.
de los pacientes q_ue sufren este trastorno. Los principales efectos Basándose en el fenómeno de la hiperventilación, Klein <1993)
son la incapacitación laboral, los restricciones sociales, otros pro- elaboró la teoría de la alarma de a'ifixia_ En él propuso que los
blemas psicológicos personales {depresión. obsesiones. alcoholismo, individuos con TP poseen detectores de la asfixia hipersensibles que
despersonalización, sentimientos de inutilidad, etc.), el deterioro producen alarmas de falsa asfixia. El detector de asfixio propuesto
marital, y Jos restricciones de viajes. Es notorio, no obstante, q_ue monitorea la presión arterial parcial de los niveles de dióxido de
muchos agorafóbicos <leves o moderados) desarrollan estrategias carbono (pC0 1) y desencadena uno alarma de asfixia cuando el
personales <señales de seguridad) paro afrontar los situaciones ame- aumento de los niveles de pC02 indican que la alama de asfixia es
nazantes. Así, algunos pacientes cuando salen de cosa utilizan ani- inminente. Como apoyo a su teoría, Klein sugirió que <al la disnea

50
CapíluloZ. TrdSlOrllüJ ce anoiedad

(sensación de falta de aire) es un fenón1eno común en los patienles interpretación lnlisinterpretatior1l catastrofista de los sensacione>
con TP, pero raro ert otras persortas con reacciones de miedo, (b) el co1porales. Según este autor, los otaq_ues de pónico se µroducen
malestar respiratorio es habitual en los pacientes con TP durante los porque el individuo interpreta catastróiicamente ciertos sensacio-
atoq_ues, y {c) la inducción experimental de condiciones fisiológicas nes corporales, los cuales suelen corresponder con los habituales
relacionadas con lo asfixio lp. f'j., generando altos riiveles de pC01l respuestas de ansiedad (taquicardia, palpitaciones, mareo. vértiao,
provoco síntomas similores al pánico en los pacientes con TP; la evi- descontrol. etc l. Estos sensaciones, normales y benignas, son perci-
dencio en este último punto, no obstante, no es consistente (Schmidt bidas por el individuo como evidencio de un peligro inminente (sufrir
et al., 2014). un infarto, un desmayo, un ictus cerebral. etcJ. Un aspecto central
de este modelo consiste en que la enóneo interp1etoción de los sín-
b. Modelo de aprendizaje interoceptivo tomas conduce o un rápido incremento de los mismos, el cual llevo
Wolpe y Rowon (1988) elaboraron un modela basado en el candi· o uri círculo vicioso o espiral q_ue culmino en el ataque de pónico.
cionamiento pavloviono de tipo interoceptivo. Estos autores parten Entre lo evidencio aportado para apoyar este rnodelo se encuen"
de que el primer otaq_ue de pánico es uno respuesta incondicionada tra lo relacionada con lo manipulación experimental de los cog-
CRD a uno alteración endógena aversiva, de la cual la hiperventilo- niciones catastrofistos (p. ej., mediante palabras con contenidos
ción es un antecedente (estímulo condicionado, ECl. Lo experiencia catastrofistosl. Lo activación de las interpretaciones cotastrofistas
aversivo producida por el miedo intenso del ataque es asociada, en el laboratorio. por ejemplo, leyendo pares de palabras Cp. ej.,
por contigüidad, o los estímulos internos (sensaciones corporales) y «respirar-asfixiarse») desencadeno el ataque de pánico en perso-
externos, los cuales {ECl odq_uieren lo propiedad de provocar nue- nas con trastorno de pánico. En estudios sobre inducción de pánico
vos atoq_ues de pánico {respuestas condicionadas, RCl. Los EC de (p. ej., mediante infusiones de lactato, o inhalación de dióxido de
posteriores atoq_ues de pánico pueden consistir en pensamientos carbono), también se ha constatado que lo manipulación de Jos
de temor, sensaciones corporales relocionodas con la hiperventila- interpretaciones cotastrofistos se asocia a la probabilidad del ata-
ción y diferentes estímulos ambientales como los múltiples contextos que de pánico (p. ej., reduciendo lo tendencia a interpretar cotos-
ogorafóbicos. Para estos autores las «interpretaciones cotastrofis- tróficomente las sensaciones corporales se reduce también el efecto
tas» de las sensaciones corporales (véase el modelo cognitivo) son del procedimiento experimental de inducción de pánico) (Aust1n y
un epifenómeno del condicionamiento. Richords, 2001; Toylor, 2000).
Esta teoría, al igual q_ue la propuesto por Goldstein y Chambles Posteriormente, Casey et al (2004) propusieron uno modifica-
{1978) sobre el «miedo al miedo» (véase atrósl, se basa en el condi- ción del modelo cognitivo de Clark basándose en la incorporación
cionamiento interoceptiva descrito originalmente por Razran {19611, del concepto de autoeficacia hacia el pánico (i e.. enfatizando el
según el cual las sensaciones somtiticos (incluso débiles) pueden papel de los cogniciones positivas). El modelo, q_ue ha sido denorni-
convertirse en estímulos condicionados y asociarse a respuestas de nado por los autores como un «modelo cognitivo integrativo sobre
elevada ansiedad y activación (p. ej., un ataq_ue de pánico). Poro el trastorno de pánico», trato de ofrecer uno visión sobre el trastor-
uno descripción más reciente y comprensivo sobre la teoría de con- no de pánico incorporando e integrando Jos cogniciones positivas
dicionamiento del pánico, véase Bouton et al. (2001). y las negativos. La base de lo q_ue podríamos denominar «faceta
positivo» (refiriéndome a las cogniciones positivas) de lo teoría de
estos autores derivo de lo teoría de autoeficocia de Bonduro {1988)
ll Interpretaciones catastrofistas. Tendencia que poseen y de lo perspectivo de Beck et al. <1985). Lo teoría de lo outoeficocio
supone asumir que el peligro percibido q_ue caracteriza o los pacien·
los pacientes con trastorno de pánico a efectuar interpre· tes con pánico es un efecto de la bojo autoeficacia, y los cambios en
taciones negativas dSOCiadas a una inminente catástrofe outoeficocia deberían llevar a cambios en la percepción del peligro.
(ataque al cordzón, desmayo, morir, volverse loco, etc.) Casey et al., así mismo, retoman de Beck et al. (1995) el concepto
cuando experimentan sensaciones corporales de tipo hiper· de interacción entre los cogniciones positivos (percepción sobre la
vent1latorlo [taquicardia, sensación de ahogo, palpitaciones, capacidad de afrontamiento} y los cogniciones negativas (gravedad
sudoración, etc.). Facilitan la aparición del ataque de pánico. del peligro). El modelo integrativo permite establecer dos hipótesis
alternativas respecto a lo influencia de los cogniciones positivos y
negativos sobre el trastorno de pánico, esto es, q_ue ambos factores
actúen de forma independiente y/o q_ue actúen de forma interactiva.
c. Modelo cognitivo Este modelo establece que tanto las cogniciones negativos <interpre-
El modelo cognitivo del pánico fue publicado por Clork en 1996, taciones catastrofistos) como los cogniciones positivos (autoeficocia
y ha tenido una gran repercusión en la psicología contemporá- ante el pánicol constituyen los elementos mediadores del trastorno
neo'. Clork (1986l explicó el trastorno de pánico basándose en la de pánico <i. e.. mediación entre !a percepción de amenaza y los
respuestas de pánico), y ambos tipos de factores deben influir en la
etiología, mantenimiento y gravedad del trastorno de pánico. Como
tal, el modelo es básicamente una ampliación del modelo de Clark.
5 La teoría cognitivo del pánico desarrollada por Clark 0986) ha tenido
uno enorme influencia en lo psicología contemporáneo. Su artículo Más recientemente, Sondín et al. <2015) reformularon el modelo
publicado en 1986 en lo revisto Behaviour Research and Therapy fue de Casey et al. (2004) proponiendo un modelo cognitivo trifactorial
el segundo artículo mós citado en psicología durante el período 1986- (tripartito) del TP. Lo principal aportación de este nuevo modelo es
1990 (Garfield, 1992). El impacto real de este articulo es aún mucho lo incorporación de la sensibilidad a la ansiedad al modelo cognitivo
mayor si tenemos en cuenta que en dicho ranking no se incluyeron los del pánico <véase lo Figura 2.2l. Lo propiedad de la sensibilidad
citos correspondientes a los revistos de psiquiatría o la ansiedad poro amplificar los reacciones de ansiedad sugiere

51
l\llanual de ps1copatoloyía. Volun1er1 z

,
~stímulo desencadenante _I

1 (interno o externo! ,

---=~1 _____
Percepción
de amenaza /

l
utoefica~io
r
-Interpretaciones --S~nsibilidad
ante el
pánico
____
.....,..
, r catostrofistas +--- a la ansiedad
Físico/mentol Físico/cognitivo
e~-
Aprensión )

)) Figura 2.2. Modelo cognitivo trifactorial [tripartito] sobre el trastorno de pánico. Explicación en el texto. Adaptado de Sandín
et al., 2015. p. 3él [reproducido con permiso).

que puede desempeñar un papel relevante en la intensificación de et al. sugieren que dos componente> de la sensibilidad a la ansiedad
los sensaciones corporales que llevan al ataque de pánico (para y fas interpretaciones catastrofistas (i. e., los componentes físico y
más información sobre el constructo de sensibilidad o la ansiedad, cognitivo, pero no el componente social) son relevantes en el circulo
véase el Capítulo IJ. Previamente se había supuesto que la relación vicioso del ataque de pánico. Evidencia empírica en apoyo del mode-
entre la sensibilidad a la ansiedad y el ataque de pánico podría lo ha sido presentada por los autores (Sandín et al., 2015).
estar mediada por las interpretaciones catostrofistas (McNally, 1994,
2002; Taylor. 2000). d. Modelo integrativo cognitivo-conductual
Como se indica en la figura, este nuevo modelo integra la sensi- Por lo que hemos expuesto sobre la etiología del TP, parece cla-
bilidad a lo ansiedad junto a los conceptos previos de interpretacio- ro que pueden influir diversos tipos de factores. En general, cada
nes catostrofistas (introducido por Clark) y autoeficacia (introducido modelo tiende a enfatizar alguno de estos factores, y en la próctica
por Casey et alJ El modelo trifactorial (tripartito) del trastorno de clínica es también posible que en unos pacientes predominen unos
pánico integra las relaciones entre los tres factores cognitivos nuclea- factores más que otros. Por ello, aunque actualmente existen mode-
res y el mecanismo circular del pánico De acuerdo con este modelo, los relevantlO's. se precisa de un modelo que integre los principales
la sensibilidad a la ansiedad puede influir sobre el pánico mediante
factores implicados y nos proporcione una visión más comprensiva
efectos directos e indirectos, mediados estos últimos por las interpre-
taciones catastrofistas. Cuando la elevada sensibilidad a la ansiedad sobre la etiopatogenio del TP. El modelo integrativo que describimos
se combina con bajo nivel de autoeficacia hacia el pánico, el indivi- brevemente a continuación fue desarrollado por Sandín U997l con
duo puede reaccionar de forma exagerada a las amenazas internas esta finalidad. El modelo se presenta en la Figura 2.3 {para una
{sensaciones corporales), y esto puede conducir a un aumento de la descripción más detallado del modelo, véase Sandín, 1997)_
experiencia de miedo y al ataque de pánico. con o sin la interven- Como se indico en la figura, el modelo se basa en tres tipos de
ción de las interpretaciones catastrafistas. Por lo tanto. en algunos procesos diferentes. (1) El primero incluye los respuestas de hiper-
casos el circulo vicioso del pánico funcionaría sin la concurrencia de ventilación (a respuestas similares) y el condicionamiento de las
las interpretaciones catostrofistas. Por otra porte, la sensibilidad a sensaciones corporales (condicionamiento pavloviano de tipo inte-
la ansiedad también puede actuar a través de las interpretaciones roceptivol. (2) El segundo proceso hace referencia a la evaluación
catastrofislas para facilitar el ataque de pánico. Así mismo, Sandín cognitiva de las sensaciones corporales, con Ja participación de

52
Capítulo 2. Trastornos de OJ.ns1edad

Síndromes
orgónícos
( Sen~~i-lo_o_d --\p~~~~~~
l,o lo ansiedad )
~trés/onsiedod ) Interpretaciones
catostrofistos

Predisposición
'
Condicionamiento
pavloviano

)) Figura 2.3. Modelo integrativo cognitivo-conductual sobre la etiología del trastorno de pánico. Explicación en el texto.
Modificado de Sandín, 1997, p. 214 [reproducido con permiso).

la sensibilidad a lo ansiedad y/o las interpretaciones catastrofis- de ahogo, etc.l. Por tanto, mediante el proceso de feedback positivo
tos, los cuales amplifican el miedo a los sensaciones corporales. se incrementa lo hipocapnia y la disnea (ante lo sensación de ahogo se
En esta fase también es relevante lo outoeficacia hacia el póriico, activa voluntariamente lo respiración iricrementándose, o su vez, la
irihibidora del temor a los serisociones corporales. (3) Finalmerite, el disnea), lo cual suele precipitar el otaq,ue de pánico. Podría decirse
tercer proceso se refiere a la posibilidad de q_ue se produzca condi- que e! afrontamiento que suele adoptar el individuo ante los sírito-
cionamiento pavloviono a las señales exterrias <condicioriamiento mas de hiperventilación (i. e., tratar de respirar más incrementando
exteroceptivol. la tasa respiratoria) es lo que facilita y provoca el ataq,ue de pánico.
La hiperventilac1ón puede darse (a diversos niveles de inten- El trastorno de pánico se establece cuando esta respuesta se
sidad) a causa de experimentar una situación de elevado estrés o condiciono pavlovianamente. Como indicaron Wolpe y Rowan
ansiedad. Los síntomas de hipervenfilación son similares a los del (1988), el primer ataq_ue es una RI a las sensaciones corporales aver-
ataq_ue de pánico (p. ej., sensación de dificultad para respirar o sivos producidas por la hiperventi!ación. Los siguientes otaq,ues (RCJ
asfixia, mareo, desmayo, palpitaciones, sofocación, parestesias, padrón ser provocados arite nuevas apariciones de las sensaciones
sensación de irrealidad, temblor, etcJ Las personas difieren en la corporales <ECl, las cuales se asociaron por contigüidad a lo expe-
mayor o menor vulnerabilidad para la hiperventilación. Por ejemplo, riencia de intenso miedo del ataque de pán'1co. Esto es una forma
tierien mayor predisposición los personas q_ue suelen respirar por lo de condicionamiento interoceptivo según el cual los sensaciories
boca, las q_ue tienen niveles elevados de lactato en sangre, o las q_ue corporales (incluso si son débiles) pueden convertirse en estímulos
habitualmente tie11en tosas respiratorias altas. Las sensaciones cor- condicionados y asociarse a respuestas de elevado nivel de miedo,
porales pueden sorprender a la persona, especialmente los primeras ansiedad y/o activación <p. ej., un ataq_ue de pónicol. En este tipo
veces, y son amplificadas si el nivel de sensibilidad a la ansiedad y/o de condicionamiento se cumple la hipótesis formulada por Eysenck
las interpretaciones cotastrofistos de la persona san elevados {las (1985) en su teoría de incubación de lo ansiedad, según la cual el EC
interpretaciones catastrofistas son características en las personas actúa como parcial sustituto del EI, y la RC es parcialmente idéntica
con elevada sensibilidad a la ansiedad), incrementándose el temor o o la Rl, así como también su concepto de «respuesta nocivo gestál-
las sensaciones corporales En estas circunstancias, se autoalimenta tica» (el individuo experimenta simultáneamente el El y la RI como
el circuito por feedback positivo; el temor a los síntomas (p. ej., una repuesta nociva en su totalidad).
miedo o no poder respirar y asfixiarse) hace q_ue el individuo incre- Finalmente, puede darse condicionamiento povloviano de
mente la hiperventiladón y, con ello, las sensaciones corporales, segundo orden, mediante el cual el EC (sensaciones corporales) es
llevando a mayor temor y al ataq_ue de pánico. Los efectos directos emparejado con un riuevo EC (señales externas). dando lugar o la
de lo hiperventilación son lo reducción progresiva del C02 parcial evítación exteroceptíva o agorafóbica. Estas señales exterrias sori
<pC0 2 ) respiratorio y sanguíneo (i. e., hipocapnio) y el aumento del las situaciones típicamente agorafóbicas, en las cuales suelen darse
pH sanguíneo. Ambos cambios son responsables del aumento pro- los otaq_ues de pánico inesperados (o parcialmente inesperados),
gresivo de los síntomas de hiperventilación (palpitaciones, sensación tales como los supermercados, los lugares públicos, etc. Cuando esto

53
IV1Jnuéli de ps1Copatolog1a. Volun1en 2

ocu1 re, pu ece desorrollarse la agorafobia como cornplicación del


TP, o simplernente co1no :rostorno secundario íl la sintomotologío :); Trastorno de ansiedad generalizada. Tra,;torno de
~im1lor a la del atoq,ue dt> pánico. ansiedad c.Jr.:icter'zado por manifestar c111 estado crón'co
Aporte de las situaciones típicamente ogorofóbicos, los persa· o difuso de ansiedad \ansied0d no focal1zada), asociado a
nos con trastorno de parnco también suelen llevar a cabo otra fonna preocupación excesi11a e incontrolable.
de evitación que ha sido denomiílada co1no evitación interoceptiva
(véase Sandín, 2005). Esta es una forma de evitación más sutil
mediante la cual se pretenden evitar las sensaciones corporales;
incluye diversos tipos de actividades como tomar café. tomar comi- A. La preocupación ansiosa: el trastorno de
das demasiado fuertes. subir escaleras rápidamente, hacer deporte, ansiedad generalizada no es un trastorno
realizar actividades sexuales, ver películas de suspense. practicar
residual
aeróbic. tomar una sauna. bailar, etc. A través de la evi~ación inte-
roceptiva, en principio, el individuo no evita estímulos condiciona- El TAG, como muchos otros trastornos, fue descrito por primera
dos (como ocurre en la evitación exteroceptivol, sino conductas vez en el DSM-111 (APA, 1980). Sin embargo, fue caracterizado sin
asociadas de forma natural a la ocurrencia de ciertas sensaciones poseer una entidad de trastorno específico con propiedades pro-
corporales_ Esto no implico, no obstante, que en este tipo de evita- pias, tratándose más bien de un trastorno residual de ansiedad bási-
ción no exista también condicionamiento. Pues, en primer lugar, el co (semejante al concepto de «rasga de ansiedad»); un trastorno,
condicionamiento interoceptivo es muy fácil de establecer y es muy en último término, de «ansiedad difusa» subyacente fse ha sugerido
resistente a la extinción (una pequeño dosis de café es suficiente incluso Q.ue el TAG podría conceptualizorse como un trastorrio de
para producir condicionamiento a las sensaciones corporales). Por personalidad dominado por la ansiedad, o «trastorno de personali-
otro parte, es probable que los individuos que llevan a cabo estas dad ansiosa». En el DSM-III se definió en base a cuatro categorías
actividades para evitar las sensaciones corporales, ya hayan sido de síntomas (debían darse al menos tresl: (ll tensión motora (dolores
condicionados aversivamente a las mismas, por ejemplo, a partir musculares, fatigabilidad, etc.l; (2l hiperactivación autónoma (sudo-
de lo ocurrencia de algún ataque de pánica. Pero también puede ración, palpitaciones, etcJ; (3) expectación aprensivo <preocupa-
ocurrir que simplemente teman estas sensaciones, tal vez por un ción, anticipación de desgracias, etc.l, y (4) vigilancia y escrutinio
nivel elevado de sensibilidad a lo ansiedad. (estado de hiperatención, impaciencia, etcJ.
Como puede apreciarse. el modela integra los tres pilares fun- En trabajos llevados o cabo durante lo década de los 1980s se
damentales de la etiología del TP: lo hiperventilación, el condicio- vio que el TAG podía conceptualizarse como uno entidad propia e
namiento pavloviano y los factores cognitivos. A modo de resumen independiente del resto de los síndromes de ansiedad (no yo como
podría decirse que una situación de estrés puede producir una serie una entidad residuoll_ Lo que realmente parecía caracterizar o los
de reacciones corporales, similares a los de la hiperventilación, que pacientes con ansiedad generalizado, es decir, lo que podía consti-
no tienen efectos relevantes sobre el individuo a no ser que dichas tuir lo sintomatología primaria, era la «expectativa de aprensión» o
reacciones sean amplificadas cognitivamente por la sensibilidad a preocupación Pero esta preocupación na coincidía con la ansiedad
la ansiedad y, en su caso, por las interpretaciones cotastrofistas (por anticipatoria q_ue acontece en el trastorno de pónico, en lo fobia
la creencia de que toles reacciones son peligrosas). Como establece social, o en otros trastornos de ansiedad, sino que se trataba de
el modelo trifactorial del TP <véase atrósl, lo sensibilidad a la ansie- una preocupación crónica bastante inespecífico, relacionada con
dad puede actuar de formo dual, directamente y/o potenciando las múltiples circunstancias de la vida. Basándose en esta evidencia, el
interpretaciones catastrofistas. El modelo también incluye el posible DSM-III-R <APA, 1987> modificó el diagnóstico del TAG dejando este
papel de la autoeficacia hacia el pánico, un factor cognitivo de tipo de ser definitivamente un trastorno residual. Eri este nuevo diagnós-
positivo incorporado recientemente al modelo cognitiva, el cual pro- tico, la característica principal fue la presencia de preocupación
tegería al individuo del desarrollo del TP. El modelo tiene sin duda no realista relacionado al menos con dos temas (p. ej., familia y
claras implicaciones clínicos relacioriadas con el tratamiento del TP trabajo) {esto condición constituye por sí misma un criterio necesa-
y lo agorafobia. rio para el diagnóstico del TAGl. Así mismo, los síntomas requeridos
consistieron en 18 síntomas asociados {al menos seis debían estor
presentes) a tres categorías: (1) tensión motora. (2) hiperactivación
IV. Trastorno de ansiedad autónoma y (3J vigilancia y escrutinio.
generalizada El DSM-JV <APA, 1994) se limitó posteriormente a mejorar y
depurar los criterios diagnósticos del trastorno, manteniendo la pre-
En otros trastornos de ansiedad como las fobias específicas, el tras- ocupación como característica principal poro el diagnóstico. Uno
torno de ansiedad social, lo agorafobia, o el TP, la sintomatolo- de los cambios más importantes fue la eliminación de los síntomas
gía se asocia a ciertas situaciones externas (fobiasl, a sensaciones de hiperoctivación autónoma como parte de los criterios diagnós-
corporales (pánico y agorafobiol. o a la separación de los padres ticos. Este cambio se debió a la evidencia acumulada sobre la pre-
(ansiedad de separación). Sin embargo, en el trastorno de ansie- ponderancia de lo tensión motora asociada a la preocupación, en
dad generalizada (TAGJ lo ansiedad no se limita o niriguna situación contraste con una reducción de !a activación autónomo. En diversos
particular, sino que ocurre de forma crónica, sin ci.ue lo persona seo estudios se constató q_ue las pacientes con excesiva preocupación y
capaz de discriminar qué situaciones producen exactamente sus sín- ansiedad, así como las personas con preocupación crónica subclí-
tomas. En el TAG el paciente responde a señales internos cognitivas nica, presentaban reacciones de ach'vación autónoma mucho más
y/o somáticas y a señales externas de amenaza muy sutiles y de un modestas que el resto de pacientes con ansiedad (Borko~ec et al.,
amplio rango de contenidos (Borkovec et al., 1993). l991l. En los pacientes con diagnóstico de TAG parecen predomi-
Capítulo 2. Trastornos de ansiedad

)) Tabla2.7. Cnterics para el díagcóst1co del trastorno de ansiedad gei<eralizada ITAG) según el DSM·5 (APA, 20131
--· - ---- - -
A. Ansiedad y preocupación /expectativa aprensivo) excesivos, que están presentes más días de los que están ausentes durante al menos
seis meses, relacionados con diversos sucesos o act1v1dades ltales como el rendimiento laboral o escolar)_
- -- ---- . -----
B. A la persona le resulta difícil controlar lo preocupación.

C. La ansiedad y lo preocupación se asedan a tres (o más) de los seis síntomas siguientes <algunos síntomas han estado presentes más días que
ausentes durante los pasados seis mesesl:
Nota: Solo se requiere un síntoma si se trata de niños_
L Inquietud o sensación de <<estar al límite».
2. Fatigarse fácilmente_
3. Dificultad ¡xiro concentrarse o tener lo mente en blanco.
1
ll-. Irritabilidad.
5. Tensión muscular.
i 6. Alteraciones del sueño (dificultad poro conciliar o mantener el sueño, o sueño inquieto o no satisfactorio).
-- -- ·-·

D. Lo ansiedad, preocupación, o síntomas físicos causan malestar clínicamente significativo o deterioro en el ámbito social, laboral u otras
áreas ·importantes del funcionamiento.

E. Lo alteración no es atribuible a los efectos fisiológicos de alguna sustancia (p. ej., una droga o un medicamento), ni a otra afección médica
<p. ej., hipertiroidismol.

F. La alteración no se explica mejor por otro trastorno mental (p. ej., ansiedad y preocupación por los otaq_ues de pánico en el trastorno de
pánico, evoluadón negativa en la fobia social, contaminación u otras obsesiones en el TOC separación de las figuras de apego en el TAS,
recuerdos de sucesos traumáticos en el TEPT, ganar peso en lo anorexia nerviosa, quejos físicos en el trastorno de síntomas son1áticos,
percibir defectos del aspecto físico en el trastorno dismórfico corporal, preocupación por tener una enfermedad grave en el trostorrw
de ansiedad o la enfermedad o el contenido de creencias delirantes en la esquizofrenia o el trastorno delirante).
- - - ··-----

nar los síntomas somáticos relacionados con estados mantenidos poción, la facilidad y rapidez poro cambiar de uno a otro temo, y el
de tensión y vigilancia <p. ej., tensión muscular>. Otro cambio fue la grado de preocupación por cosas menares <Montorio et al., 2017).
especificación de que la preocupación debía ser excesivo, afectar a
diversas facetos de la vida, y ser incontrolable. Esto caracterización
del TAG se mantiene idéntica en los criterios del DSM-5 {véase lo
j) Preocupación. Forma de pensamiento repetitivo sobre
Tabla 2.7).
posibles amenazas futuras, sobre catástrofes imaginadas,
Lo preocupación se ha tendido a ver de forma categórico <p. ej.,
sobre incertidumbres y sobre posibles riesgos. Consiste en
normal vs. patológicol, siendo la patológica la que se relaciono con
una actividad lingUística verbal del pensamiento que inhibe
el TAG. Sin embargo, la preocupación parece darse de forma dimen-
sional (Ruscio et al., 2001l, es decir, más que representar dos formas las imágenes mentales vívidas y la uctivación autónoma y
diferentes de preocupación, ex'1stirían personas con mayor o menor emocional asociadas, por lo que trata de un proceso de evi-
grado de preocupación. En este sentido, la preocupación patológico tación cognitiva. La preocupacion se dirige a eventos que
sería aquella q_ue es excesiva y menos controlable, es decir la que poseen n1uy poca probabilidad de ocurrir.
está en el extremo del continuo de mayor gravedad. Los personas,
por tanto, se diferenciarían en preocupación cuantitativamente pero
no cualitativamente.
La preocupación consiste en uno anticipación aprensiva. Algu- B. Diagnóstico y características clínicas
nos autores la han definido como una forma de pensamiento repeti-
a. Características diagnósticas
tiva sobre posibles amenazas futuros, sobre catástrofes imaginadas,
sobre incertidumbres, y sobre posibles riesgos (Watkins, 2008). Tam- Los criterios para el diagnóstico del TAG se especifican en la
bién ha sido definido como una cadena de pensamientos e imáge- Tabla 2.7 (APA, 2013l. Como puede observarse. las cuatro primeros
nes, con ¡redominio de afecto negativo y relativamente incontrola- criter"los se refieren a la ansiedad y la preocupación. Los dos últimos
ble (8orkovec et al., 1983). Al igual que ocurre con lo ansiedad, o se refieren únicamente a aspectos de diagnóstico diferencial res-
ciertos niveles lo preocupación puede ser adaptativa, ya que posi- pecto o otros trastornos que puedan cursor con síntomas similares.
bilito o lo persona anticipar futuras amenazas; es desodoptofiva El primer criterio (Criterio Al hace referencia a ttue la ansiedad y
cuanto esta es excesiva e incontrolable_ Las formas de preocupación preocupación deben ser excesivas y crónicos. El Criterio B especifico
adaptativa y desadoptativa también parecen diferir en otros aspec- que la preocupación debe ser de naturaleza incontrolable (a pesar
tos, siendo superior en esta última la variedad de temas de preocu- de los esfuerzos q_ue puedo hacer el individuo para controlarla>. El

55
Manua: de psicopatologíet. Volurnen 2

Criterio C espc>cífica íos ;íntornas q_ue se asocian a lo ansiedad/ tivamen1e constantes o lo largo de lo vida. Los contenidos de lo
preocupación,· como puede apreciarse, >e refieren o tensión mentol preocupación suelen ser apropiados a la edad: un adolescente suele
y nervioso, no existiendo síntomas de activac1ón autónorna (sudo- preocuparse más por el colegio y el rendimiento deportivo, un adul-
ración, taquicardia, irregularidades respiratorios, etcJ. El Criterio D to de mediana edad lo es más por la salud, el trabajo o el bienestar
matizo que los síntomas deben tener significación clínico. de la familia, mientras que una persona de edad avanzada suele
preocuparse más por motivos de seguridad (caídos, olvidos, etc.J. El
b. Diagnóstico diferencia! inicio temprano del trastorno es un marcador de peor curso (mayor
En primer lugar, debe descari'orse QU2 lo ansiedad y la preocupa· comorbilidod y deteriorol.
ción no dependan de trastorno de ansiedad debido o una condi- De acuerdo cori Durham (2007), existen algunos factores gene-
ción médica {p. ej., hipertiroid1smo) o al consumo de sustancias o rales QUe se han asociado a un peor pronóstico o largo plazo en
medicamentos (p. ej., abuso de cafeína). Respecto al diagnóstico los pacientes con TAG. Entre ellos se incluyen los siguientes circuns-
diferencial con otros trastornos, la ansiedad y preocupación no debe tancias:
relacionarse: (al exclusivamente con una posible evaluación social Comorbilidad co11 otros trastornos de ansiedad y depresivos.
(trastorno de ansiedad socia/l; (b) con los pensa1nientos obsesivos Comorbilidad co11 trastornos de la personalidad.
característicos del TOC; en el TAG las preocupaciones se refieren a Elevado gravedad de los síntomas.
problemas futuros, y lo habitual es q_ue estos sean excesivas, mien-
Elevados niveles de neuroticismo.
tras q_ue en el TOC los obsesiones son ideos inadecuadas (son pen-
samientos, impulsos o imágenes intrusivos y no deseados); (e) con - Ajuste social pobre.
los sintamos asociados o un trauma (no debe diagnosticarse el TAG - Nivel socioeconómico bq'o.
si la ansiedad y preocupación se explican mejor como síntomas del Estar sin trabajo.
TEPD o o un factor estresante {trastorno de adaptación; oq_uí la
ansiedad se produce en respuesta a un agente estresorl, y (d) con c. Comorbilidad
las características clínicas de un trastorno depresivo, bipolar o psi- El TAG raramente se do de formo aislada. Lo comorbilidad de este
cótico (si lo preocupación solo aparece durante el curso de alguno trastorno es muy común con otros trastornos de ansiedad y los
de estos trastornos. no debe diagnosticarse TAG). trastornos depresivos (trastorno depresivo mayor y distimial (véase
el Capítulo IJ. Esta elevado comorbilidod puede deberse a que el
C. Aspectos epidemiológicos TAG se asocia o elevados niveles de neuroticismo o afecto nega-
tivo, ounq_ue esta es una característica común en otros trastornos
a. Prevalencia de ansiedad (véase lo descripción del modelo tronsdiagnóstico en
El TAG es un trastorno relativamente común, y su prevalencia varío el Capítulo D. Algunos individuos con diagnóstico de TAG también
en función de diversos aspectos, incluidos la edad y el sexo. La pre- reúnen los criterios poro el diagnóstico de trastornos de la per-
valencia anual del TAG en Estados Unidos es más baja en población sonalidad, especialmente el trastorno de personalidad límite, el
adolescente (0, 9 %) que en población adulta (2, 9%l; en otros países evitativo y el obsesivo-compulsivo (Stevens et al., 2014-)_ Cuando
las tasas de prevalencia anual han variado entre el 0,4-% y el 3,6%. la comorbilidad es más elevado, los pacientes suelen tener mayo-
La mayor taso de prevalencia suele darse en la edad medio de la res niveles de gravedad clínico y mayor grado de discapacidad a
vida, disminuyendo en edades más avanzadas. Como en varios tras- perturbación.
tornos de ansiedad, la mujer tiene el doble de probabilidad q_ue el
d. Interferencia
hombre de ser diagnosticado de TAG. Así mismo, el trastorno es
más prevalente en los países desarrollados q_ue en los países poco El TAG suele interferir de forma muy significativa en la vida del
desarrollados_ CAPA 2013). paciente. La preocupación patológica consume mucho tiempo y
Basándonos en dolos de los proyectos epidemiológicos NCS energía. Así mismo, los síntomas asociados como el nerviosismo, la
<Wittchen et al., 1994-), NCS-R <Kessler et al., 2005l y NESARC (Grant terisión muscular el cansancio, la dificultad poro concentrarse, y los
et al., 2005>. se ha estimado uno taso de prevale11cia vital medio del problemas de! sueño contribuyen a incrementar el deterioro en
TAG del 5%, variando entre el 4-,2% y el 12,7% (Stevens et al., 2014-l. los diversos áreas de funcionamiento del individuo (personal, social,
En atención primario, lo prevalencia puntual estimada de casos de laboral. etc_}_ El TAG se asocio o discapacidad y distrés significati-
TAG ha variado entre el 3,7% y el 13,4-% (Wittchen et al., 1994-). vos, independientes del posible efecto producido por los trastornos
comórbidos <APA, 2013).
b. Inicio y curso clínico
Muchos personas con diagnóstico de TAG informan haber sentido D. Etiología
ansiedad y nerviosismo durante toda la vida {APA, 2013). Aunq_ue la Al igual q_ue en cualQuier otro trastorno de ansiedad, la etiología
edad media de inicio de los síntomas de TAG es o los 30 años, esta del TAG está determinada por la influencia de factores genéticos
varío a lo largo de un amplio rango de edad y es más tardía q_ue en y ambientales. Un tercio del riesgo de sufrir TAG es genético; los
cuolq_uier otro trastorno de ansiedad Cuando los síntomas de ansie- factores genéticos se solapan con el riesgo de neuroticismo, y son
dad y preocupación aparecen en edades tempranas, suelen mani- compartidos con otros trastornos de ansiedad y especialmente con
festarse en forma de temperC1mento ansioso. Aunq_ue el TAG puede el trastorno depresivo mayor CAPA, 2013). Lo heredabilidod estima-
diagnosticarse en niños, raramente se inicio antes de la adolescencia. da del TAG ha variado entre el 30-4-0%, bastante más bojo q_ue
El curso del TAG suele ser crónico y las tasas de remisión com- para el trastorno depresivo mayor (70 %l (Fisher, 2007). Los facto-
pleta son muy bojas. Los síntomas del TAG suelen mantenerse rela- res ambientales, como en otros trastornos de ansiedad, incluyen las

56
Capitulo 2. Trastornos de ansiedad

experiencias tempranas de estrés y traumas (p e,;, moltrato infantill. memoria), que da como resultado que el individuo intente afrontar
los estilos de apego, y las prácticos de crianza de los padres_ la ansiedad_ !:I individuo trota de resolver los problemas o reducir
Los factores constitucionales son el resultado de la interacción el afecto negativo mediante la ev1tac1ón conductual o la preocupa-
entre ambos tipos de factores (i_ e, genéticos y ambientales), y en ción_ Es iniportante indicar que la evitación conductuol (de estímu-
cortjunto conforman la vulnerabilidad constitucional. una vulnerabi- los de contextos situacionales que disparan lo ansiedad) parece ser
lidad psicobiológica que para los trastornos de ansiedad viene dada bastante común en el TAG, especialmente de los estímulos relacio-
por el afecto negativo o neuroticismo y la inhibición conductual nados con situaciones de tipo social (Fisher, 2007).
(equivalente del neuroticismo en las edades infantiles). Aunque la Este modelo, aunque tuvo el mérito de diferenciar esta fonna de
vulnerabilidad constitucional puede afectar a todos los trastornos ansiedad n. e.. ansiedad generalizada o preocupación ansiosa) de
emocionales !véase atrás nuestro modelo transdiognósticol, Bor- otros trastornos de ansiedad, y caracterizarla parcialmente, no pro-
low et al. (2014-al han sugerido que su efecto es particularmente porcionó mecanismos etiológicos específicos del TAG. No obstante,
influyente en Ja etiología del TAG. Según es'/os autores, el eleva- progresivamente incorporó elementos de los modelos de evitación
do neuroticismo puede ser suficiente para el desarrollo del TAG. El cognitivo basado en la preocupación (Borkovecl y de intolerancia
neuroticismo posee una base de perturbación neurofisiológica y se a la incertidumbre (Dugasl. En sus más recientes versiones (Barlow,
caracterizo psicológicamente por presentar elevadas expectativas 2000, 20021, Barlow sugiere que las personas con TAG aprenden a
de impredec1bilidod e incontrolobilidod respecto a los sucesos nego- estor hipervigilantes hacia posibles amenazas externas o internas
tivos <Borlow, 2002). Los diversos factores ambientales relacionados y tienden o interpretar la información ambigua como amenazante.
con la etiología del TAG influyen también en otros trastornos de También enfatiza que utilizan la preocupación como mecanismo de
ansiedad, e "incluyen las experiencias tempranos, los estilos de ape- evitación del malestar emocional, aunque tal mecanismo solo le
go y los conductas de crianza de los podres. Por ejemplo, un apego llevo a un círculo vicioso (la supresión de las imágenes arnenazantes
inseguro con los padres durante la infancia puede favorecer que el genera más ansiedad y más preocupaciones).
niño se convierta en uno persona más vigilante respecto a posibles
amenazas, tanto hacia sí mismo como hacia sus padres, y favorezca b. Modelo de evitación emocional basado
el desarrollo del TAG_ Las experiencias tempranas traumáticos, tales en la preocupación
como haber sufrido maltrato infantil (p. ej., abuso físico o sexuoll o
Borkovec et al. CBorkovec e lnz, 1990; Borkovec et al., 2004) par-
prácticos negativas de crianza, se han asociado con lo frecuencia de
ten de que lo preocupación es una actividad del pensamiento de
trastornos de ansiedad, y en particular el TAG_
tipo lingüístico-verbal, que inhibe los imágenes mentales vívidas y
El conocimiento sobre la etiología del TAG es menor que respec- la activación autónomo y emocional asociadas. Se trota, por tan-
to a otros trastornos como las fobias específicas o el TP. No obstan- to, de un proceso de evitación cognitiva: mediante el pensamiento
te, en las últimas décadas se han elaborado algunos modelos diri- repetido se evitan las imágenes generadoras de elevada ansiedad,
gidos específicamente a dilucidar los mecanismos etiopatogénicos reduciéndose de este modo la activación emocional. Esto inhibición
de este trastorno, aunque su aportación es aún limitado. El modelo de lo experiencia fisiológica y emocional impide el procesamiento
original fue desarrollado por el grupo de Borkovec, el cual se centra emocional del miedo que es necesario paro su habituación y extin-
en lo preocupación con10 mecanismo de evitación cognitiva. Otros ción. El modelo se bosa en la teoría bifactorial de Mowrer (1939) y
modelos posteriores son sobre todo extensiones o correcciones al en el modelo de Foa y Kozak (1986} sobre el procesamiento emocio-
modelo de evitación cognitiva de Borkovec. Sin ser ton originales, nal del miedo_ Barkavec et al. elaboraron este modelo partiendo,
proporcionan información adicional para el conocimiento de lo etio- por tanto, de la asunción de que- la preocupación es una forma
logía del TAG. de evitación cognitiva que trato de reducir la activación simpático
ante las amenazas y eliminar los imágenes desagradables. Existe
a. Modelo de aprensión ansiosa evidencia de que los pacientes con TAG suelen localizar sus preocu-
Partiendo de su concepto de «aprensión ansiosa», Barlow <1988, paciones sobre todo en las relaciones interpersonales. Se trata, por
2000) propuso un modelo sobre lo etiología del TAG sugiriendo tanto, de uno forma de preocupación patológica, la cual es excesiva
que se trataba del trastorno de ansiedad «básico» La apren- e incontrolable.
sión ansiosa, según este autor, se caracteriza por una estructuro El grupo de Borcovec <Meyer et al., 1990) desarrolló el Penn
cognitivo-afectiva difusa, cuyo componente central es el elevado State Worry Questionnaire <PSWOl. un cue>tionario de outoinfarme
afecto negativo (puede asociarse a muchos tipos de amenazas). La diseñado para evaluar la preocupación patológica, el cual ha tenido
estructura es «difuso» porque no se asocio a ningún tipo de suceso uno gran repercusión internacional por su utilidad en la psicología
particular. E>te tipo de ansiedad es de naturaleza «anticipatoria» clínica y psicopatología del TAG. En lo Tablo 2.8 se describe la ver-
por excelencia. Los principales componentes psicopatológicos de sión española del cuesf1onario.
la aprensión ansiosa son las elevadas expectativas de impredeci- Por tanto, lo preocupación puede ser entendida como un inten-
bilidad e incontrolabilidad, asociadas a un esquema cognitivo de to cognitivo de solucionar el problema y así eliminar Ja amenazo
hipervigilancia. Desde el punto de vista fisiológico se caracteriza percibido, mientras que simultáneamente se evitan las experiencias
por activación de los circuitos del sistema de inhibición conductual. aversivos somáticos y emocionales. De este modo, la experiencia
Los individuos con elevado afecto negativo responden a los de preocupación se refuerzo negativamente, yo que Jos imágenes
estímulos negativos (amenazas) con percepción de elevada incon- mentoles catostrofistas que transcurren durante el proceso de la
trolabilidad y activación fisiológica. Según el modelo, esto llevo a preocupación son reemplazadas por una actividad lingüístico-ver-
la ocf1voción de sesgos cognif1vos e hipervig'1lancia hacia la ame- bal menos estresante y de menor activación somática. Ademá5, la
nazo !sesgos atencionales, orientación hacia la amenazo, sesgos de preocupación es adicionalmente reforzada por creencias positivos,

57
Mcinual de ps1copdtoloq1a. Volun1en 2

)J Tabla 2.8. \/Prs1ón esp-'ul0la del r uPstionar10 de preocupac1ó11 i'enn Sta te \!\lor ry' Que~t1onno!l"e [PSV./Qj de l~cycr, Miller,
~Aetz:ger y Elorkovec (1990.'

A continuación encontrará uno lista de 16 enunciados relacionados con formas de sentir que tiene lo gente. Lea detenidamente cada uno
de ellos y. aplicándolo a usted, conteste rodea11do con un círculo el número que mejor >e ajuste a su formo de sentir habitual. Tengo en
cuenta que existe un rango posible de respuesto que oscilo entre 1y 5, es decir:

No es en absoluto Es muy típico


típico en mí en mi
L__ -··-····--···-····-- -· ] _ _ _ _ _ _ _ _~
1 2 3 4 5

Así, por ejemplo, si estima q,ue lo que dice un enunciado no es nodo típico en usted, debería rodear el número 1; pero si cree que es
poco típico en usted, entonces debe rodear el número 2; si considero que es relativamente típico en usted deberá rodear el número 3;
si es bastante típico. marque el número ll; finalmente, SI es muy típido en usted rodee el número 5 No piense demasiado cada enunciado.
Conteste lo que o primero visto creo q,ue es lo que mejor le define.
------

Cuando no dispongo de tieíl1'.'0 suficiente para hacer todo lo que tengo que hacer, no me preoc1.90 por ello. .. , ' 2 3 4 5
1
2. Me agobian mis preocupaciones ... ........ ,,,. '"''' ........ , .... ,
,,,.,.,., 1 2 3 4 5
3 No suelo preocuparme por los cosas ... 2 3 4 5
4 Son muchas los circunstancias que hocen que me siento preocupado/a. . ""''' 2 3 4 5
1
5 Sé que no debería estor ton preocupado/a poi las cosas, pero no puedo hacer nodo por evitarlo .. '"' ........ ' 1 2 3 4 5
6. Cuando estoy bajo estados de tensión tiendo o preocuparme muchísimo 2 3 4 5
7 Siempre estoy preocupado por oigo ..
8 Me resulto fácil eliminar mis pensamientos de preocupación
-

- - -
-
1
1
2 3
2 3 4 " 5
5
9 Tan pronto como termino una tarea, enseguida empiezo o preocuparme sobre alguna otra cosa q_ue debo hacer . 1 2 3 4 5
10. Nunca suelo estor preocupado/a. .... ,., 1 2 l 4 5
11 Cuando no puedo hacer nada más sobre algún asunto, no vuelvo o preocuparme más de él . ........ , 1 2 3 4 5
12 Toda mi vida he sido una persona muy preocupada 2 3 5
13 Soy consciente de que me he preocupado excesivamente por las cosas .... ' " " " ' ' ............ ' 1 1 3 4 5 "
14. Una vez que comienzan mis preocupaciones no puedo detenerlos . " " " ' ' " " " .. ,.,.,'
1 2 3 4 5
15. Estoy preocupado/a constantemente. . " " ' ' ........... ,., ........ , 1 2 3 4 5
16 Cuando tengo algún proyecto no dejo de preocuparme hasta haberlo efectuado. .... ' ' 1 2 3 4 5

'Los items 1, 3, 8, 10 y 11 puntúan de forma inversa. Pueden eliminarse estos cinco items y utilizar la forma abreviada de once ítems
1véase Sandín et al., 2009).
© 1990 T. J. Meyer, M. L. Miller, R. L. Metzger y T. D. Borkovec, Pennsylvania Statc University, PA !USA). Versión española de B. Sandín
y P. Chorot jl995). Reproducido con permiso.

tales como q_ue la preocupación ayudo o resolver el problema. Las preocupación es un intenta de evitar lo activación fisiológica de
creencias positivas son reforzados cuando !os sucesos negativos futu- ansiedad o la catástrofe anticipado asociadas a los sucesos nega-
ros no ocurren o son manejados de formo eficaz. Se ha documenta- tivos o a quejos emocionoles más profundas. Lo función final de lo
do, por ejemplo, que entre las rozones por las que se mantiene lo preocupación es la de prevenir la exposición o material más estre-
preocupación patológica están lo creencia de que lo preocupación sante emocionalmente, tal como el relacionado con problemos de
prepara para resolver el problema, o lo creencia supersticiosa de la infancia. El modelo, por tanto, sugiere q_ue los pacientes con TAG
que se evita lo ocurrencia de los sucesos negativos (Roemer y Orsi- parecen estar eligiendo preocuparse por aspectos menos salientes
llo, 2002>. Lo preocupación reduce lo probabilidad percibido de q,ue emocionalmente en lugar de pensar en aspectos mós significativos
ocurran sucesos negativos, por lo que también reduce lo sensación (Fisher, 2007).
de incertidumbre Uos individuos con TAG predicen sucesos que tie- En la Figura 2.11 se representan de forma esq_uemótica los aspec-
nen muy poca probabilidad de ocurrir, por lo cual la preocupación tos más nucleares sobre el funcionamiento de este modelo. En resu-
suele reforzarse de forma supersticioso). Borkovec sugiere que lo men. tras la percepción de alguno amenazo se produce incremento

58
Capítulo 2- Trastornos de ansiedad

j'
~

Í, _cP_"_'_'b_'d_c_
Amenaza
1,
Amenaza percibida
(ombigUedadl

( Act1~~~iÓ~fu¡~1Ó~i~~ -¡ J
/_/···Tll Ansiedad ) l Emociones
__"_9_ºc"-'º_'__ .¡-;--,,.¡ Intolerancia a
lo incertidumbre

: Preocupación
Wngüístico-verball
1M ( positivos
e"'"º'" so~r'."
J Preocupación
crónico
Creencias
positivas sobre
\...lo_ preocupac1on_ lo preocupación
'
',,_
',,_
Imágenes negativas
(catastrofistos)
Orientación
Evitación
negativo hacia
cognitivo
) ) Figura 2.4. Esquema sirnp lllicado del modelo de evitación el problema
emocional basado en la preocupación sobre el trastorno
de ansiedad generalizada. Las líneas continuas indican
) ) Figura 2.5. Esquema simplificado del modelo de intolerancia
un efecto positivo, y las discontinuas un efecto negativo
a la Incertidumbre sobre el trastorno de ansiedad
o un efecto reducido. Explicación en el texto. Elaborado
a partir de Borkovec et al. [2004]. generalizada. Explicación en el texto. Elaborado a portir
de Dugas et al. [1998).

de la octivaciiin fisiológica simpática (p. ej., con síntomas de taq_ui- c. Modelo de intolerancia a !a incertidumbre
cardia, malestar en estómago, temblor, etcJ y activación emocional
<ansiedad). Ante el malestar emocional negativo, el individuo reac- El modelo propuesto por Dugas et aL 0995, 1998, 200Ltl gira en
ciona utilizando la preocupación focalizada en la situación ame- torr10 al concepto de intolerancia a lo incertidumbre, el cual desem-
nazonte. Esta preocupación repetida es de tipo lingüístico-verbal peña ur1 papel central en el desarrollo y mantenimiento del TAG; el
y o través de ella se reducen las imágenes negativas generadoras modelo se basa, no obstante. en el modelo de evitación emocional
de elevada ansiedad (generalmente imágenes de tipo cotostrofista) de Borkovec centrado en fa preocupación <el modelo también inte"
que pudieron asociarse a la situación actual o a situaciones pasa- gro algunas ideas de la teoría de Barlow sobre la aprensión ansiosa
das (p. ej., imágenes traumáticos de experiencias vividas durante y los conceptos de impredecibilidad e incontrolabilidod). La intole-
lo infancia)_ Mediante este proceso también se reduce la ansiedad rancia a la incertidumbre es lo predisposición o reaccionar negati-
y la activación fisiológica asociada. La reducción de Jos imágenes vamente ante las situaciones ambiguas
negativas protege al individuo de incrementos de lo ansiedad. Por El modelo cor1sta de cuatro componentes básicos: (a) intoleran-
tanto, la preocupación repetida impide el procesamiento emocional cia a la incertidumbre: (b) creencias positivos sobre preocupación;
del miedo y la ansiedad, mar1teniéndose e'>los de forma crónico_ Así (el orientación negativa hacia el problema. y (dl evitación cognitivo
mismo. la preocupación es adicionalmente reforzada por creencias (véase lo Figuro 2.Sl. Como se indica en la figura, la intolerancia a la
positivas sobre esta (p. ej.. «preocupándome por el problema podré ince11idumbre juega un papel clave por su implicación en lo preocu-
solucionarlo») y por la no ocurrencia de la catástrofe (generalmente pación {lo asociación entre ambos constructos ha sido ampliamente
e'>la tiene poca probabilidad de ocurrir). demostrada). De acuerdo con este modelo, las personas con TAG
El modelo está apoyado por abundante evidencio empírico poseen elevada intolerancia o lo incertidumbre, por lo que perciben
sobre lo naturaleza de la preocupación ansioso. En este sentido se los situaciones de incertidumbre o ambigüedad como estresantes o
han demostrado los siguientes aspectos: {al en la preocupación hay molestas, y experimentan preocupación crónico en respuesta a estas
una preponderancia de diálogo interno de tipo verbal. mayor que situaciones En líneo con el modelo de Borkovec, es-fas personas creen
centrado en !a imaginación; (b) hay un efecto inhibitorio de Ja pre- que la preocupación (creencias positivas sobre la preocupación) les
ocupación sobre el procesamiento emocior1ol de material relocior1a- ayudará a afrontar más eficazmente los sucesos temidos o a prevenir
do can amenazas, y (c) existe uno asociación sigr1ificativa entre el que estos ocurran. Esta preocupación y la experiencia de ansiedad
TAG y los factores interpersonales. Los programas de intervención que suele acompañarle llevan a una orientación negativa hacia el
basados en este modelo suelen centrarse en aspectos relacionados problema, la cual se acompaña de falto de confianza poro resolver
con la reducción de lo preocupación y lo tensión generalizado, toles los problemas, percepción de los problemas como amenazas. fácil
como la monitorización de preocupaciones específicos, el control frustración al enfrentarse a los problemas, y pesimismo acerco del
gradual de estímulos, la relajación, la reestructuración cognitiva, resultado del esfuerzo poro resolver los problemas. Así mismo, lo pre-
la focalización de la atención en el momento presente, etc. (Behar ocupación y ansiedad motivan también la evitación cognitiva{uso
et al., 2009l. de estrategias cognitivas de evitación,' como la supresión del pensa-

59
fv'lanual dP ps1copatolouíc1_ Vo!unopn ;:

) ) Tabla 2.9. Cjernplos de rr;eta·creencias positivas ¡ negativas asociadas a IJ pre'.JC'Jpac1ón según el 1nodelo :netacognit1vo
del TAG

Lo preocupación me ayuda a afrontar el problema. El preocuparme puede hacerme daño.


El preocuparme me ayudo o resolver problemas. - Mis preocupaciones son incontrolables.
Si me preocupo, siempre podré estor preparado. - Las preocupaciones podrían volverme loco.
No haría nada si no me preocupara. • Mis preocupaciones continuarán siempre_
Si me preocupo, puedo evitar que ocurran cosas molos_ • Mis preocupaciones tomarán las riendas y me controlarán.

Nota: Adaptado de Viells l 1999, 2004]-

miento, la distracción, la surtitución del pensamiento, etcJ Tanto lo ejemplo, el uso de lo preocupación como estrategia de seguridad
orientación cognitiva hacia el problema como lo evitación cognitiva puede observarse en un paciente con temor a ser asaltado cuando
perpetúan y agravan la preocupación y lo ansiedad. pasea en solitario por lo calle; la preocupación le proporciono una
La intolerancia a la incertidumbre actúa como elemento causal formo de «estor siempre preparado» poro enfrentarse a dicho pro-
octivodor de la cadena de preocupación, de la orientación negativa blema_ Algunos ejemplos de estas creencias positivas se indican en
hacia el problema y de la evitación cognitiva. Por ello, las terapias la Tablo 2.9.
derivadas de este modelo suelen poner especial énfasis en incre- 2. El uso de la preocupación como estrategia de afrontamiento
mentar la tolerancia y aceptación de la incertidumbre (Robichaud genero sus propios problemas. La preocupación incrementa la sensi-
y Dugas, 2006). bilidad a la información relacionada con la amenaza, por lo que pue-
den activar.;e las creencias negativas (meta-creencias negativas). Los
d. Modelo metacognitivo individuos con TAG no solo tienen creencias positivas sobre lo preo-
Este modelo sobre e! TAG fue propuesto por Wells (1999, 200li-) par- cupación, sino también creencias negativos sobre el proceso y los
tiendo de la distinción entre dos formas de preocupación (i. e., Tipos consecuencias de la preocupación, dando lugar o las preocupaciones
1y 2l. La preocupación Tipo/ se refiere a preocupaciones cotidianas, Tipo 2(meta-preocupocionesl (para ejemplos de creencias negativas,
tales como el dinero, el bienestar de la pareja, situaciones socia- véase la Tabla 2.9l. las creencias meta-cognitivas negativas y la pre-
les, etc., así como también preocupaciones sobre sucesos internos ocupación Tipo 2 resultante es lo que diferencia o los individuos con
no cognitivos como los síntomas físicos. Se propone que las razones TAG de las personas no clínicas con preocupación elevada.
por las que los personas llevan a cabo este tipo de preocupacio- 3. En relación con la emoción, los preocupaciones Tipo 2 inten-
nes radican en creencias «positivos» sobre la necesidad de con- sifican la ansiedad, especialmente si lo preocupación es interpreta-
tinuar preocupándose para afrontar el problema más eficazmente da como inminentemente peligrosa. La relación entre !o preocupa-
(meta-creencias positivas). En contraste, la preocupación Tipo 2 se ción Tipo 2 y la emoción constituye un círculo vicioso: los síntomas
focalizo en la naturaleza y ocurrencia de los propios pensamientos somáticos y cognitivos de ansiedad pueden ser interpretados como
(p. ej .. preocuparse de que la preocupación puede llevar o la locura). evidencia de pérdida de control y/o de la naturaleza peligrosa de
La preocupación Tipo 2 es básicamente preocuparse acerca de lo la preocupación.
preocupación (o «meta-preocupación»); se activa por las creencias
negativas (meta-creencias negativas) sobre lo incontrolabilidad y 11. Para prevenir los consecuencias negativas de la preocupación,
peligrosidad de la preocupación. El modelo parte de la asunción las personas con TAG ponen en marcha diversas conductos, general-
de que diver.;as formas anormales de preocupación. tales como las mente de tipo sutil. Por ejemplo, pueden buscar reoseguración <paro
que se observan en las personas con TAG, corresponde o una ele- finalizar la secuencia de preocupación). Pueden llevar a cabo diver-
vada incidencia de preocupaciones de Tipo 2, mediante las cuales sas conductas de evitación para prevenir la preocupación y los peli-
estas personas evalúan negativamente la actividad de preocuparse. gros asociados a esta, evitando diversos tipos de es-tímulos externos
Estas valuaciones negativas, o preocupaciones de Tipo 2, reflejan (eventos sociales, nuevos situaciones desagradables, peligros exter~
creencias negativas que tienen los pacientes sobre la preocupación. nos, etcJ. Estos estrategias de evitación comportamental previenen
El modelo se articula en torno o los conceptos de meta-creencias la exposición a lo evidencio desconfirmatoria que probaría que la
<positivos y negativas) y preocupación (Tipos 1y 2), los cuales se preocupación no es peligrosa, por lo que las preocupaciones Tipo 2 y
relacionan con respues-tas emocionales {ansiedadl y de afrontamien- las creencias negativas son mantenidas por el propio individuo.
to (conductos y cogniciones desadaptativas). El modelo establece 5. Finalmente, la preocupación Tipo 2 también se asocia a
lo secuencia de acontecimientos que describimos a continuación: estrategias ineficaces de tipo cognitivo, como la supresión del pen-
l. Una vez que se ha desencadenado la preocupación (p. ej., samiento, la dirtracción, y la evitación de situaciones que generan
por algún suceso, problema, amenaza, etc.l, el proceso de preocu- preocupación. Wells integro en su modelo la idea de Borkovec de que
pación se mantiene por la activación de meta-creencias positivas la preocupación (o la rumiaciónl puede tener una función de evita-
sobre la necesidad de preocuparse Estas cree11cias mantienen la ción emocional cognitiva_ El uso de la preocupación poro distraerse
preocupación Tipo /. La persona puede estor impulsada a preocu- de pensamientos más molestos puede llevar a un fracaso del pro-
parse para encontrar alguna solución o prevenir alguna catástrofe; cesamiento emocional. no desconfirmóndose la creencia de que la
o también para mantener cierto grado de seguridad subjetiva_ Por preocupación es peligrosa e incontrolable.
capítuloz. lra_>lorncs de ans1ectad

genera un fenómeno de retroalimentación. generándose tombíén


}I Meta preocupaclón. Preocupar>e por· la preocupación.
0

excesiva hipervigiloncia, y (d) utilizon estrategias desadoptativos de


Se centra f'Jndamen.talmente en creencias negativas regulación y manejo de los e1nociones, las cuales suelen ernpeoror
[rneta-creenciasl sobre la incontrolabilidad y la peligrosidad su estado emocional (aq_uí. lo preocupación jugaría un papel fun-
de la preocupación. damental como estrategia ineficaz en el manejo de los emociones)
Como puede apreciarse, aporte de tener el mérito de integrar el
TAG en el marco actual de la regulación emocional, el modelo no
En suma, la preocupación excesivo. generalizado e '1ncontroloble aporta muchas novedades sobre la etiología específica del TAG y
resulto de la interacción entre los efectos de creencias positivas y podría ser válido para otros trastornos de ansiedad.
negativas sobre !a preocupación. las personas con TAG tienen la Roemer y Orsillo (2002! propusieron extender e integrar lo con-
tendencia a preocuparse como medio de afrontamiento al peligro ceptualizocióri del TAG, integrando el míndfu/ness y otros enfoq_ues
anticipado. Esto puede incrementar lo ansiedad a corto plazo. pero basados en lo aceptación emocional con los modelos cognitivo-con"
se asocia o una reducción de la ansiedad s1 las metas de la preocu- ductuales del TAG (fundamentalmente con los modelos de evitación
pación se consiguen. Esta reducción de la ansiedad potencia el uso emocional y de intolerancia o Ja incertidumbre). lo propuesta de
posterior de la preocupación como estrategia de afrontamiento. Sin estos autoras (modelo basado en la aceptación) enfatiza los siguien-
embargo, cuarido los creencias riegativos de lo preocupación son tes componentes: {a) relaciones problemáticas con los experiencias
activados, y la preocupación es evaluado como peligrosa, la ansie- internas (sentimientos. sensaciones corporales, pensamientos), toles
dad se iritensifica y disminuye lo capacidad para obtener el objetivo como reaccionar de formo negativa o estas experiencias; (b) Jo evi-
q_ue podría dar fin a lo preocupación. En este punto, es probable tación e~perienciol {concepto eq_uiV<llerrfe o lo evitoc'1ón emocional;
q_ue el individuo experimente una mayor sensación de vulnerabilidad p. ej., la preocupación patológico sobre posibles sucesos cotidianos
porq_ue el modo de afrontamiento predominante (la preocupación! o futuros poro evitar pensamientos más traumáticos), y (e) la res-
desarrollo sus propios problemas y la preocupación es evaluada en tricción conductual {eq_ui110lente a la evitación conductual, aunq,ue
sí misma como iricontroloble y peligroso. Se ha proporcionado evi- reducida o situaciones valorados culturalmente; p. ej., pasar tiempo
dencia empírica sabre este modelo, y sobre la terapia centrada en con familiares). El enfottue se centra en lo preocupación y en lo
Ja reducción de las meto-creencias negativas y los meto-preocupa- aceptación y tolerancia de lo incertidumbre {p. ej., aceptación de la
ciones CBehar et al., 2009; Wells, 1999, 2004, 2006l. incapacidad paro predecir lo q_ue pueda ocurrirl. Esto propuesto,
como las propias autoras indican, tiene uno finalidad enfocado al
e. Otras aportaciones teóricas sobre el TAG tratamiento más q_ue al conocimie-nto de lo etiología del TAG.
Aporte de estos modelos principales se han llevado o cabo algunas Otras aportaciones q,ue han sido sugeridas con respecto o lo
propuestos teóricas que proporcionan aportaciones complemerito- etiología del TAG se han referido a alteraciones en el procesamiento
rios sobre lo etiología específica del TAG. Newman et oL (2013) han de lo información <p. ej., sesgos en lo interpretación de informa-
propuesto uno modificación al modelo de evitación emocional del ción ambigua de naturaleza amenazante) <Mocleod y Ruthertord,
grupo de Borkovec, q_ue han denominado como modelo de evita- 2004), o procesos de aprendizaje (Mineko et al., 2002l. a influen-
ción del contraste. Los autores sugieren Q.Ue las personas con TAG cias familiares y ambientales (Newmori et al., 2013l y o mecanismos
llevan a cabo preocupación crónico debido o ct.ue prefieren vivir un neurobiológicos (p. ej., exceso de reactividod de lo amígdala) (Por-
estado prolongado de distrés como forma de estor preparado emo- ta-Costeras et al., 2020).
cionalmente ante lo peor ct.ue pudiera ocurrir. Basan esta hipótesis
en que los individuos con TAG se sienten muy perturbados cuan-
do experimentan un cambio brusco desde una estado eutímico o V. Trastorno de ansiedad
relajado a otro obrumadoramente negativo. Esto es descrito como
uno «experiencia de contraste emocional negativo». Esto hipótesis de separación
se apoya en la teoría cognitivo del «contraste afectivo», según la Lo ansiedad de separación es un componente del sistema comporto-
cual el impacto de una experiencia emocional es moderado por el mentol humano mediante el cual el niño consigue su apego y unión
estado q_ue la precede; de formo q,ue un estado desagradable es o las personas significativos. A medida q_ue se desarrollo el sistema
experimentado como más desagradable si es precedido por un esta- de apego afectivo, los niños comienzan a evitar a los extraños y a
do positivo, y de formo menos desagradable si es precedido por un buscar protección acercándose o los personas significativos afec-
estado negativo (Dermer et al., 1979l_ las personas con TAG prefieren tivamente. lo ansiedad del niño a separarse de los personas Q.Ue
generar un estado emocional negativo prolongado porq,ue ello redu" lo cuidan y con los q_ue está afecHV<lmente unido {generalmente la
ce lo posibilidad de experimentar un incremento brusco en su emo- madre> es uno de los temores más arraigados en lo especie humana,
cionalidod negatiV<l caso de q,ue ocurriera algo molo. Aun siendo de así como también en los primates CMéndez et al., 2008). El meca-
interés el énfasis en el contraste emocional, este fenómeno de algún nismo de lo ansiedad de separación reviste particular importancia
modo yo está contemplado en el modelo de evitación emocional. en lo especie humana debido ar prolongado período de dependen-
Mennin et al. <2004) llevaron a cabo uno conceptualización del cia q_ue t'1ene el n'1ño respecto o sus cuidadores. la ansiedad de
TAG basado en lo regulación emocional <modelo de desregulación separación es un fenómeno uriiversal adaptativo q_ue se observa
emociona/). Estructuraron el modelo en base a q_ue los individuos normalmente después de los 6-8 meses de edad, y q_ue persiste en
con TAG: (al experimentan los emociones muy intensamente (espe- diferentes grados de intensidad hasta los 2-3 años de edad (Sondín,
cialmente los emociones negotivosl; (bJ poseen un pobre conoci- 1997)_ Solo después de estos edades podría ser considerada como
miento de sus emociones; (cJ ambos (a y b) causan excesivo ansie- posible ansiedad patológica si se asocio o malestar o interferencia
dad y molestar cuando se producen las emociones intensos, y se clínicamente significativos.

61
~Jl.::1nudl de po;1copatología. Voiurnen 2

)) Tabla2.10. Criterios para e: d1agr·-ost1co del ~raotor110 de ¿-1,iedci·J dl' '>t'pd1coción [TASI según el JSNl-5 (AP/\, 2013)
----------
A. f'.1iedo o--;;-nsiedod excesivo e inapropiado poro el nivel de desarrollo del indiv•duo, concerniente a su seporoción de los Pf>r>onos
r con q,uienes está v1nculodo, puesto de manifiesto por al menos trE» de los siguientes c1rcunstoncios:
l Molestar excesivo rPrurrconte cuando ocurre o sP anticipa una >eporoción del hogar o de las principales figuras de apego
2. Preocupación excesivo y persistente por lo posible pérdida de las principales figuras de apego, o a que estos sufran un posible daño,
como uno enfermedad, lesiones, desastres, o ia muerte.
3. Preocupacrón excesivo y persistente de q_ue ocurro algún suceso adverso que dé lugar o lo separación de una figuro principal de apego
(p. ej., perderse, ser raptado, 1ener un occidente, enfermar).
ll-. Resisrencio o rechazo persistente o salir. lejos de caso, al colegia. al trabajo, o o otro lugar por miedo a la separación
5. Miedo persistente y excesivo, o resistencia, o estor salo o sin las principales figuras de apego en cosa a en otros sitios.
6. Resistencia o rechazo persistente a dormir fuera de casa o a ir a dormir sin estor cerco uno figuro de apego principal.
7. Pesadillas repetidas sobre el temo de la separación
8. Quejos repetidas de síntomas físicos {p ej., dolar de cabeza, dolor de estómago, náuseas, vómitos) cuando se produce o se anticipo
lo separación de las principales figuras de apego.

B. El miedo, lo ansiedad o lo evitación es persistente, durando al menos cuatro semanas en los niñas y adolescentes y generalmente seis meses
o más en los adultos.

C. Lo alteración causo molestar clínicamente significativo o deterioro en el ámbito social, académico. laboral, o en otros áreas importantes
del funcionamiento.

D. La alteración no se explico mejor por otro trastorno mentol, como el rechazo a salir de coso por lo excesiva resistencia al cambio en un
trastorno del espectro del autismo, los delirios o alucinaciones relacionados con la separación en los trastornos psicóticos, el rechazo o
salir sin una compañía de confianza en lo agorafobia, las preocupaciones por las problemas de salud y otras daños que puedan suceder
a personas significativos en el TAG, o preocupaciones por padecer uno enfermedad en el trastorno de ansiedad a la enfermedad. j

En este sentido, es frecuente q_ue el individuo evite q_uedorse solo en


Jl Trastorno de ansiedad de separación. Trastorno consis- coso, asistir al colegia o al trabajo, ir de camping o irse o dormir
tente en ansiedad o miedo excesivos e inapropiados para el sala o su habitación.
nivel de desarrollo del individua, como respuesta a la sepa· La principal novedad q_ue se observa en las actuales criterios
ración del hogar a de las personas ligadas afectivamente al respecto a ediciones anteriores del DSM es la consideración del TAS
individua. Aunque es más específica de la infancia, también como un trastorno q_ue también puede diagnosticarse en lo pobla-
puede darse en la edad adulta. ción adulto !anteriormente el trastorno no podía diagnosticarse más
allá de los 18 años de edadl_ Esto ha generado inicialmente cierta
controversia en clínicos e investigadores. yo q_ue este trastorno ha
sido tradicionalmente una parte nuclear de la psicapatologío infan-
A. Diagnóstico y características clínicas til. No obstante, lo teoría del apego ha reconocido desde hoce tiem-
po q_ue el impulso poro formar y mantener lazos estrechos es oigo
a. Características diagnósticas fundamental en el ser humano durante todo el curso vital (5ilove et
Los criterios poro el diagnóstico del trastorno de ansiedad de sepa- aL, 2016). Por ella, cabría esperar q_ue la ansiedad de separación
ración (TAS> se especifican en lo Tabla 2.10. La característica esen- sea una respuesta q_ue se dé en las personas de cualq_uier edad.
cial del TAS es lo presencia de excesiva miedo o ansiedad asociada
a lo separación de las personas ligadas afectivamente al individuo; b. Diagnóstico diferencial
nótese q_ue la ansiedad o miedo debe ser superior a la q_ue se El DSM-5 resalta diversos trastornos mentales con los q_ue no debe-
espera paro el nivel de desarrolla del individuo. Esta característico ría confundirse el diagnóstico del TAS. En todos los casos debe
central es descrito en el DSM-5 mediante ocho síntomas formoles. tenerse en cuenta q_ue la característica central para el diagnóstico
Como puede apreciarse en lo tabla, el individuo puede presentar del TAS es q_ue la ansiedad se refiera específicamente a lo sepa-
diversas tipas de síntomas q_ue reflejan el temar a ansiedad ante lo ración del hogar y/o de los personas vinculadas. En otras trastor-
separación de los personas con las q_ue se vincula afectivamente. nos de ansiedad como el TAG, el TP, la agorafobia, el trastorno de
Existen, por una parte, manifestaciones cognitivas como la denotan ansiedad social y el trastorno de ansiedad a Ja enfermedad pueden
las preocupaciones excesivas de pérdida-separación, y el miedo o darse también elevados síntomas de ansiedad y miedo q_ue podrían
malestar ante la separación (real o onticipodol. También existen confundirse con la ansiedad de separación No obstante, en los tras-
síntomas de tipo psicosomático (p. ej., síntomas físicos. pesadillas tornos de ansiedad indicados, la ideación cognitivo se focoliza en
nocturnas). Finalmente. son frecuentes las manifestaciones canduc- múltiples tipos de amenazas <TAG), en el temor a sufrir un ataque
tuofes de resistencia, rechazo o evitación a todas oq_uellas circuns- de pánico o síntomas de un ataque de pánica ( TP y agorafobia),
tancias q_ue suponen separación de las figuras-vínculo a del hogar. en ansiedad a ser juzgado negativamente (trastorna de ansiedad

62
Capítulo 2. Trastornos de ansiedad

social!. y en el temor a padecer alguna enfermedad (trastorno de n1on1ento ante1 dE' los 18 ai'.os, aunque es infrecuente en plena ado-
ansiedad a Ja enfermedad)_ lescencia. De acuerdo con esto los casos de TAS q_ue se observan en
Tampoco debe confundirsE' con otros trastornos emocionales la edad odul1a se originarían generalmente antes de !a adolescen-
corno el TEPT. el duelo y los trastornos del estado de ánimo (tras- cia_ En contraste, de acuerdo con el estudio multinacional de Silove
tornos depresi•1os y bipolar.•s). El miedo a la separación es con-1ún et al. (2015l, lo edad media de comienzo del TAS fue al final de la
después de algún suceso traurnático {p. ej., desastres naturales); no adolescencia (en lo muestra correspondiente a los países pobres
obstante, en el TEPT el foco de atención de los síntomas suele girar fue en torno a los 25 años). La discrepancia con lo indicado por
en torno a las intrusiones y la evitación de recuerdos asociados al la APA podría deberse a que antes del DSM-5 un criterio paro el
trauma, en lugar de a la separación o peligro de las figuras de ape- diagnóstico del TAS era que el trastorno se iniciara antes de los 18
go_ El duelo suele implicar intenso desconsuelo y dolor emocional años de edad. Silove et al. encontraron también que casi la mitad
por la pérdida. osí como preocupación por lo persona fallecida; en de los casos (lJ.3,1 %) se originaban en la edad adulta (después de
el TAS el núcleo central es el temor a separarse de las personas los 18 añosl.
vinculados. Los trastornos del estada de ánilno podrían confundirse Los trastornos que se inician durante la infancia o la adolescen-
con el TAS cuando el paciente evita salir del hogar; no obstante, en cia pueden continuar durante años, alternando períodos de agrava-
estos trastornos la evitación se debe o una bojo motivación paro miento y remisión, aunque en general parecen evolucionar de forma
relacionarse con el mundo exterior. más positiva que otros trastornos de ansiedad tendiendo a remitir
En algunos trastornos exteriorizados como el trastorno de con- con lo edad (Méndez et al., 2008:). Aunque se ha sugerido q_ue la
ducta y el trastorno negativista desafiante pueden presentar en ansiedad de separación es un factor de riesgo para el desarrollo
algún grado sintomotologío similar. Por ejemplo, los individuos con futuro del trastorno de pánico y la agorafobia en lo edod adulto,
trastorno de conducta pueden faltar al colegio con frecuencia, pero también se ha visto que es un factor de riesgo de otros trastornos
no lo hocen por temor a la separación de las figuras de apego de ansiedad (Kossowsky et al., 2013; Sandín. 1997; Silove et al., 2016).
Aunque los niños y adolescentes con TAS pueden mostrar conducto
oposicionista cuando se les fuerza a separarse de los figuras de c. Comorbilidad
apego, podría diagnosticarse un trastorno negativisto desafiante El TAS es un trastorno muy comórbido con E'I resto de trastornos
únicamente si dicha conducta oposicionista no esté motivado por la de ansiedad <especialmente con las fobias específicas y el TAG> y
separación de las personas vinculados. con otros trastornos emocionales (trastornos depresivos y TEPTl. De
En el contexto de la infancia y lo adolescencia. a veces se ha acuerdo con Silove et al. (2016), también presenta elevada comorbi-
confundido la ansiedad de separación can el rechazo escolar (térmi- lidad con el trastorno de déficit de atención e hiperactividad.
no más opropiodo que el de <<fobia escolar»). Sin dudo el principal
problema relocionodo con el TAS es la presencia de rechazo escolar d, Interferencia
(rechazo o asistir al colegial. No obstante, el rechaza escolar pue- El principal problema asociado al TAS infantojuvenil es su asociación
de asociarse o múltiples causas, de las cuales el TAS es solo una con el rechazo escolar, y en consecuencia con un notable deterioro
de ellas; otras causas pueden deberse a problemas de conducta académico y social {Sandín, 1997). Se ha indicado q_ue aproxima-
(«hacer novillos»), fobia social, diversos tipos de fobia específica damente el 75% de Jos niños con ansiedad de separación poseen
asociada al contexto escolar, etc. {Sondín, 1997). alguno formo de rechazo escolar. El rechazo escolar puede llevar a
fracaso académico, problemos de maduración e interacción social,
B. Epidemiología y curso evolutivo y conflictos familiares. El TAS puede resultar extremadamente per-
turbador del desarrolla social y emocional del niño. El trastorno pue-
a. Preva/encía de llevar al niño o adolescente a evitar ciertos lugares, actividades,
En nii'los, la prevalencia 6-12 meses es del 4 %, y es el trastorno de relaciones con los iguales y experiencias q_ue son cruciales para un
ansiedad más prevalente en los n'1ños menores de 12 años <APA, desarrollo solu:lable de su personalidad. La falta de relaciones con
2013). En adultos, y de acuerdo con el informe del proyecto World los iguales constituye un factor de riesgo de futuro deterioro y ais-
Mental Health Survey (Silove et a!., 2015), basado en 38.993 par- lamiento social.
ticipantes adultos(> 18 años de edadl de 18 países del mundo, la Cuando se han comparado las pacientes con diagnóstico de TAS
prevalencia vital medio es del 4,8 %; lo media encontrada fue similor con pacientes q_ue poseen otros trastornos de onsiedod, que san
con independencia del nivel económico del país (se utilizaron crite- tratados rutinariamente en centros de salud tnE'ntal, se ha visto que
rios DSM-5l. No obstante, el estudio encontró notables diferencias los pacientes con TAS pospen mayor grado de discapacidad. tienen
entre los países, variando la prevalencia entre el 9,8 %<Colombiol y síntomas más graves de ansiedad y depresión, y tienen mayor sen-
el 0,2 %<Nigeria) {lo prevalencia en España era del l,2%J. Aunque sibilidad al estrés. Así mismo, se ha encontrado q_ue un porcentaje
la influencia del género na parece ser ton marcado como en otros alto (75%J de pacientes adultos diagnosticados de algún trastor-
trastornos de ansiedad, la prevalencia encontrado fue mayor en la no de ansiedad q,ue buscan tratamiento indican haber tenido TAS
mujer (5.6%) que en el hombre <4.0%l_ En población clínica adulta durante la infancia (Milrod et ol., 2014).
la prevalencia es elevado en centros de atención psiquiátrica (entre En general el TAS puede tener efectos dañinos tanto sobre el
el 12% y el 40%l (Milrod et al., 2014). desarrollo del propio niño como sobre su familia (también puede
producir efectos negativos sobre la familia) (Ehrenreich et al., 2008).
b. Inicio y curso clínico Los niños con TAS suelen ser muy dependientes y demandantes de
Según indica lo APA (2013), el comienzo del TAS puede producir- atención («niños lapo»L Pueden tener dificultades o la horo de ir a
se en la edad preescolar, pero también es posible en cualq_uier dormir y durante el sueño, con pesadillas relacionados con la sepa-

ó3
r\'1anual de psicopatolog1a. Volumen Z

ractÓíl de ios padre>_ Así n1isrr10, puede resultar perturhodoro pa1a Z006J. Este estilo se caracteriza porque lo> padres se involucran
lo foniilio lo conducto oposicionol y negativi~1u de olyunos niños con excesivomen1e en la regulación emocional y la torr1a de decisiones
diagnóstico de TAS_ del niño. Suele implicar uno excesiva asistencia en las actividades
diarios del niño, toles como las rutinas de vestirse o ir a acostarse,
c. Etiología evitando de este modo que el rnño participe en el dominio de activi-
dades propias de su edad Estas prácticas parentales intrusivos, que
En general los diversas hipótesis sobre la etiología del TAS sugieren en principio tienen como finalidad reducir o prevenir el molestar y
que pueden estor implicados diversos factores, tanto de tipo gené- estrés del niño, pueden en su lugar favorecer en este lo dependencia
tico como ambiental. Lo inhibición conductual es un rasgo tempe- de los podres.
ramental asociada a conductos de ansiedad e inhibición durante lo Aporte de lo implicación del mol funcionamiento familiar. tam-
infancia, y es producto de ambos tipos de factores. Es lo tendencia bién se ha demostrado la relevancia de los adversidades del niño en
o reaccionar con miedo y evitación ante personas o situaciones no la familia como factores de riesgo del TAS. En este sentido cabrío
familiares. Aunque es un factor general de riesgo hacia los trastor- destocar condiciones como que los podres padezcan algún tipo
nos de ansiedad, se ha sugerido que desempeña un papel principal de trastorno mental, incluido el abuso de sustancias, o llUe existan
en el desarrollo del TAS Así mismo, se ha indicado llUe los factores situaciones de violencia doméstico, abuso físico o sexual, y negli-
ambientales juegan un papel fundamental en el desarrollo del TAS. gencia. Así mismo, los estresores traumáticos parecen desempeñar
Entre estos factores se han destocado los factores familiares (estilos un papel relevante como factores de riesgo, habiéndose destacado
de apego y conductas de crianza) y las situaciones de estrés durarite como particularmente influyentes lo violencia sexual, sufrir algún
edades tempranas (especialmente s1tuoc1ones traumáticas>. occidente, y la muerte de algún familiar (Méndez et al., 2008; Silove
Podría decirse llUe la ansiedad de separación es una alteración et oL, 20!5l. Méndez et aL (2008) incluso han resaltado el papel de
referido en gran medida al apego, ya llUe es el temor a separarse sucesos vitales más normativos, como la escolarización {p. ej., asis-
de las personas con los q_ue el niño posee la vinculación afectivo_ tir por primero vez o uno escuela infantil>, los viajes de los podres
Las relaciones de apego constituyen el núcleo del desarrollo emo- (p. ej., por cuestiones loborolesl, el divorcio, lo hospitalización. o lo
cional del ser humano. El apego es una propiedad de los relaciones muerte de alguno de los podres.
psicosociales, donde un sujeto más débil y menos capaz confía en la
protección llUe le brindo otro sujeto más fuerte y poderoso. Ambos
sujetos desarrollan vínculos emocionales recíprocos y construyen una VI. Mutismo selectivo
representación interno de la relación vincular_ Poro Bowlby (1982l,
este modelo de funcionamiento interno continuará influyendo en el El mutismo selectivo <MSl es un trastorno mental llUe se da durante
desarrollo futuro del niño y en la conducto llUe asuma en las relacio- lo infancia y se caracteriza por lo ausencia de habla en situacio-
nes a través de su vida. Generalmente suele asumirse llUe el apego nes públicos específicas, situaciones en las que se espero que el
se establece tempranamente durante los relaciones del niño con los niño hable, tales como el colegio, encuentros sociales, etc_ En otras
padres (especialmente con la modrel, permaneciendo relativamente situaciones, como, por ejemplo, el hogar, el niño habla normal o
estable durante lo adolescencia y la vida adulta (Mogaz et al., 2011). aparentemente normal. Generalmente ocurre durante en fases tem-
pranas de la infancia, aunque los síntomas se hacen más visibles
El apego seguro constituye para el niño urio base firme poro
cuando el niño se incorpora al colegio. Es un trastorno en el llUe el
explorar el ambiente de formo confiada. En este contexto, los padres
niño sufre y expresa su ansiedad en silencio. Tal vez porllue el MS
reaseguron y animan lo conducto exploratorio bojo el dominio del
es un trastorno relativamente roro, es muy poco lo que se conoce
propio niño; este desarrollo un sentido seguro de competencia en
sobre él (para un trotado amplio sobre este trastorno. véase Olivares
sus diversos ambientes. especialmente el ambiente social. En con- y Olivares (2018l.
traste, el apego inseguro se produce cuando los padres o cuidadores
son ansiosos, depresivos, ambivalentes o negligentes, y se genera
en el niño inhibición y evitación ansioso. En un ambiente de apego
inseguro, el bebé se transforma en ansioso, inhibido y miedoso, y
'Ji Mutismo selectivo. Trastorno de ansiedad que ocurre
responde con conductas de inhibición conductual cuando es separa- durante la infancia y se caracteriza por ausencia de habla
do de sus padres (lloros, enmudecimiento, «quedarse congelado». en situaciones públiLaS especifica; (p. ej., el coleqio). En
inhibición comportomental, etc.l_ Algunos autores han sugerido q_ue otras situaciones [p. ej., el hogar) el niño habla aparente-
los estilos de apega inseguro y miedosa/preocupada podrían ser mente normal.
un factor de riesgo del TAS, aunllue también de otros trastornos de
ansiedad {Milrod et al., 2014-l.
Otros variables de tipo familiar que han sido asociados o la etio- A. Diagnóstico y características clínicas
logía del TAS son la> prácticas de crianza q_ue llevan a cabo los
padres con sus hijos. Entre los distintos tipos de prácticas parenta- Aunque podría pensarse que se troto de un trastorno del habla,
les se incluyen los estilos afectivo/comunicativo, permisivo, sobre- existe amplio evidencio de llUe se trota de un trastorno de ansie-
protectar, controlador, aversivo (incluye el rechazo) y negligente dad <Muris y Ollendick, 2015l. Y así lo ha identificado el DSM-5 al
((horot et al, 2017). Los estilos sobreprotector y controlador se han incluirlo en el grupo de los trastornos de ansiedad_ Los criterios poro
relacionado con el desarrollo y monterümiento de la ansiedad en lo el diagnóstico del MS se indican en la Tabla 2.IL Los niños con MS
infando <Ehrenreich et al., 2008). La intrusión parental es un com- hablan en casa con sus familiares más cercanos, pero a veces no
ponente que puede estar representado en estos dos e>tilos, y ha hablan ni siquiera con otros familiares o amigos. El trastorno suele
sido propuesto como factor de riesgo específico del TAS (Wood, manifestarse en los situaciones de interacción social <se evidencia
Capítulo z. Trastorno~ de ansiedad

j) Tabla 2.11. Criterios para el diagnóstico de! mutismo cuando accede por primera vez al colegio. La duración del trastorno
<;p/pctivo [l\ilS) >egún e: DSM-5 IAPA, 2013[ es variable, en bastantes casos el individuo supera el n1utismo, pero
--~-~-~-~---------------- ------ en algunos casos puede prolongarse en el tiempo (en los casos en
A. Fracaso constante prna hablar en situaciones sociales que se prolonga, la duración media suele ser de ocho años, disipán-
específicas en las que se espero que se hable (p. ej, en el dose después con el tiempo}
colegio) a pesar de hablar en otros situaciones. El MS es muy comórbido con otros trastornos de ansiedad, espe-
cialmente el trastorno de ansiedad social, seguido del TAS y de las
B. Lo alteración interfiere con los logros educativo> o laborales,
fobias específicas. Aproximadamente la mitad de los casos de MS
o en lo comunicación social.
tienen también algún diagnóstico de otros trastornos de ansiedad.
C. La duración de la alteración es de al menos un mes (no se En general se ha constatado que los niños con MS presentan ele-
l1m1to al primer mes del colegio)_ vados niveles de ansiedad, con niveles de síntomas de ansiedad
i- - comparables a los de la fobia sociol u otros trastornos de arisiedad.
! D. El fracaso para hablar no es atribuible a la falta de Muchas carocterí..ticas del MS se solapan con la fobia social (p. ej.,
conocimiento de, o comodidad con. el ienguoje hablado intenso miedo y evitación asociados o situaciones que puedan pro-
requerido en la situación social. vocar sentimientos de vergüenza). También se ha demostrada que
un porcentaje significativo de niños con MS reúnen los criterios para
E. Lo alteración no se explica mejor por un trastorno de la
el diagnóstico de algún trastorno de la comunicación.
comunicación (p. ej., un trastorno de lo fluidez de inicio en
la infancia [tartamudeo]) y no se produce exclusivamente Aunq_ue el curso del MS no suele ser crónico, se asocia a niveles
durante el curso de un trastorno del espectro del autismo. significativos de interferencia en los ámbitos educativo, laboral y
lo esquizofrenia, u otro trastorno psicótico_ J social <Criterio de diagnóstico BJ_ Algunos e..tudios han demostrado
q_ue los niños q_ue han sufrido previamente el trastorno continúan
con problemas de comunicación en períodos posteriores <durante
la edad adulta), rinden poco en el colegio o en el trabajo, y suelen
de formo característica en la escuela), en los cuales el niño no ini- poseer elevadas tasas de trastornos mentales. El MS puede dar lugar
cia el diálogo o no responde a los demás. Aunq_ue se trato de un a deterioro social debido a la dificultad para participar en situacio-
trastorno de elevado ansiedad en general, predomina sobre todo la nes de interacción social y al aislamiento social q_ue suele implicar_
ansiedad social. de tal forma que a veces ha sido considerado como
un trastorno de ansiedad social. En algunos estudios se ha visto q_ue c. Etiología
casi la totalidad de individuos con MS reunían los criterios de fobia
social (Muris y Ollendick, 2015). El MS puede diagnosticarse junto a Como cabría suponer, en la etioiogía del MS pueden intervenir
cualquier otro trastorno de ansiedad. diversos tipos de factores, incluyendo la influencia genética, el
temperamento (inhibición conductuall y la influencia de variables
Hay algunas característicos clínicas que suelen asociarse al MS ambientales, aspectos estos que pueden ser comunes a otros tras-
y pueden apoyar su diagnóstico_ Entre ellas se encuentran la excesi- tornas de ansiedad. Se ha sugerido, además, q_ue en el desarrollo
vo timidez. el miedo a ser humillado socialmente, y el aislamiento y y mantenimiento del MS pueden desempeñar un papel relevante
retraimiento sociales, así como también signos exteriorizados como los factores de neurodesarrollo y la evitación (Olivares y Olivares,
conductas oposicionistas, conductos negativistas y «pataletas» o 2018; Muris y Ollendick, 2015). Todas estas hipótesis proporcionan
berrinches <APA, 2013). evidencia sobre la participación de múltiples factores en la etiolo-
Los principales problemas de diagnóstico diferencia/ se relacio- gía de este trastorno, muchos de las cuales podrían relacionarse o
nan con los trastornos de lo comunicación, los tros~ornos del neu" interaccionar entre sí. A continuación resu1nimos brevemente cado
rodesarrollo, los trastornos psicóticos, y el trastorno de ansiedad una de estos hipótesis.
social {fobia sociall. Los trastornos de lo comunicación (trastornos Algunos estudios han puesto de relieve q_ue el MS y los sínto-
del lenguaje, etcJ, a diferencia del MS, implican alteraciones del mas o características de este trastorno se producen en familias. Por
habla q_ue no se limitan o las situaciones sociales específicas. Los ejemplo, se ha visto q_ue existe elevada probabilidad de que los
trastornos del neurodesarrollo, la esquizofrenia y otros trastornos padres y hermanos de los niños con MS tengan también historia de
psicóticas pueden cursar con conductas de mutismo, pero en estos MS, niveles elevados de timidez y ansiedad social, y frecuencia alta
cosos se producen porq_ue el niflo no tiene capacidad para hablar de casos de fobia social generalizada y tra..torno de personalidad de
en las situaciones sociales. Los casos de MS suelen presentar con evitación. Esto se ha interpretado como evidencio indirecta o favor
frecuencia sintomatología del trastorno de ansiedad social, caso de de la contribución genética en la etiología del MS.
reunir también los criterios para este último, deben diagnosticarse El temperamento (inhibición conductuall también parece des-
ambos trastornos. empeñar un papel especialmente relevante en lo etiología de este
frasforno, al igual q_ue en el trastorno de ansiedad de separación
8. Epidemiología y curso evolutivo (Muris y Ollendick, 2015; Sandín, 1997). La relación entre lo inhi-
bición conductual y el MS parece evidente, pues uno de los indi-
La prevalencia del MS es baja, oscilando en muestras clínicas cadores de la inhibición conductual durante los años preescolares
y escolares entre el 0,03% y el 1%: suele ser mayor en los niños en el niño es el retraimiento en presencia de adultos y lo falta de
peq_ueños, y no parece haber diferencias en función del género habla espontánea con personas desconocidos_ Así mismo, varios
<APA, 2013). El trastorno suele iniciarse entre los dos y los cinco años estudios han demostrado que los niños con MS muestran caracte-
de edad, aunq_ue la sintomatología se manifiesta más claramente rísticas q_ue sugieren la existencia de un temperamento inhibido.

65
Manual de ps1copato1og12. Volumen 2

Por ejemplo, se ha informado que la t1m1dez. uno va;1ante social de uno modificación o lOmbio e11 el consu1no); además, el trostor-
de lo inhibición conductual. es observudu con freGuencio en rnños no no se explica mejor por un trastorno de ansiedad no inducido
con MS, con porcentajes que varían entre el 68% y el 85% (Muris por sustoncios/medicomentos. En el trastorno de ansiedad debido
y Ollencick, 2015) a ano condición médica. el cuadro predominante es lo consecuen-
El efec:o del ambiente es similor al que se produce en otros cia fisiopatológica directa de una condición médico (p. ej_, hiperti-
trastornos de ansiedad, siendo importante la influencio familiar (mol ro1dismo, arritmias cardíacas, hipoglucemia); aden1ós, el trostorno
funcionamiento familiar) y el estrés psicosociol temprano (espe- no se explica mejor por o'lro trastorno mental. En ambos tipos de
cialmente los traumas). Los aspectos relacionados con la familia trastornos la alteración causa molestar clínicamente significativo o
que han sido asociados al MS de forma más consistente incluyen deterioro en las diferentes áreas de funcionamiento (familiar, social.
el abuso sexual y físico, pertenecer a familias divorciadas, y tener laboral, etcJ, y no se produce exclusivamente durante el curso de un
padres con trastornos mentales. Aparte del abuso y el divorcio, otros deliríum (trastorno neurocognitivo)_
estresores o sucesos traumáticos familiares para el niño ttue se han
asociado al MS ha sido la hospitalización, la mudanza, y la muerte
de algún miembro de la familia, aunque sobre esto la evidencia es VI 1L Recomendaciones para la
menos consistente.
evaluación y tratamiento
Muris y Ollendick (2015l han enfatizado que el MS podría con-
sistir en un trastorno del neurodesarrollo. Para ello se basan en que En lo que sigue en este apartado nos referimos brevemente a algu-
la prevalencia de problemas del hablo y del lenguaje en niños con nos aspectos relacionados con lo evaluación y el tratamiento. Dada
MS es elevada. Muchos niños con diagnóstico de MS también reúnen lo enorme cantidad y extensión de aportaciones y publicaciones
los criterios para el diagnóstico de algún trastorno de la comunica- ttue existen actualmente sobre estos dos aspectos referidos a los
ción. Esto indicaría que el MS podría asociarse en muchos cosos a diferentes trastornos de ansiedad, únicamente haremos referencia a
déficits del lenguaje (p. ej., habilidades en vocabulario receptivo, algunos aspectos puntuales que considerarnos podrían ser de mayor
habilidades de comprensión fonética, gramático, etcJ. También se interés y utilidad.
han encontrado déficits en habilidades sociales y retrasos del desa-
rrollo en los niños con MS. Entre los retrasos en el desarrollo han sido A. Evaluación de los trastornos de ansiedad
subrayados retrasos en la función y coordinación motoras, y cierta
asociación con trastornos de eliminación. retraso mental y trastornos La evaluación de los trastornos de ansiedad puede llevarse a cabo
del espectro del autismo. o través de diversos procedimientos, entre los que se incluyen las
Finalmente, estos autores han enfatizado ttue la «conducta de entrevistas clínicas estructurados, los instrumentos de autoinforme,
no hablar» que caracteriza a los niños con MS podría constituir las escalos de estimación por el clínico, los autorregistros, la obser-
esencialmente una estrategia de regulación emocional (evitación>. vación de lo conducta len contextos naturales o en contextos de
Permaneciendo en silencio, estos niños reducen la ansiedad u otras laboratorio o clínicos) y los procedimientos psicofisiológicos. Aun-
emociones negati~as en situaciones amenazadoras (p. ej., asocia- que la utilización de uno u otro tipo de procedimiento depende de
das ol colegio) Algunos estudios han aportado evidencio preliminar los objetivos que se persigan. la evaluación de lo ansiedad suele
sobre esta hipótesis. requerir siempre el uso de instrumentos de autoinforme_ Las entre·
vistas estructuradas son necesarias paro establecer el diagnóstico
clínico. Los autorregistros, las escalas de estimación clínica y los
procedimientos observacionales suelen ser de utilidad especialmen-
VI l. Trastornos de ansiedad te para valorar los cambios durante un proceso de tratamiento. Los
inducidos por sustancias y procedimientos psicofisiológicos se utilizan mós en contextos de
investigación.
trastornos de ansiedad debidos Los instrumentos de autoinforme son de gran utilidad en Ja
a una condición médica evaluación de los trastornos de ansiedad, ya q_ue generalmente se
requiere tener información sobre la experiencia de ansiedad, los
El DSM-5 incluye como dos categorías adicionales de trastornos de procesos fenomenológicos relacionados con la ansiedad <p. ej.,
ansiedad el trastorno de ansiedad inducido por sustancias/medica" creencias o expectativos asociadas o cada trastorno} y los sínto-
mentas y el trastorno de ansiedad debido a una condición médica_ mas de los trastornos de ansiedad que experimento el individuo
Ambos tipos de trastornos han sido definidos etiológicamente, el <p. ej.. síntomas fóbicos o síntomas de pánicoL Los procedimientos
primero por los efectos del consumo de drogas o medicamentos. de autoinforme pueden ser útiles o necesarios como ayuda para
y el segundo por los efectos de una enfermedad médico. Es decir, establecer el diagnóstico, establecer un screening, cuantificar lo
en ambos trastornos la ansiedad es un efecto secundario al con- gravedad clínica, evaluar los efectos del tratamiento y su eficacia, y
sumo de sustancias o a una enfermedad médica. En el cuadro clí- hacer el seguimiento del curso y evolución del cuadro clínico. En lo
nico de ambos trastornos predominan los ataques de pánico y/o Tabla 2.12 presentamos uno selección de instrumentos de outoinfor-
la ansiedad. En el tra'iforno de ansiedad inducido por su'itancias o me de interés para lo evaluación de los trastornos de ansiedad. Véa-
medicamentos, el cuadro clínico predominante está justificado, a se el Capítulo 1para información sobre otros instrumentos relevantes
partir de pruebas de la historio clínico, lo exploración física o los para la evaluación de constructos relacionados con la ansiedad y los
análisis de laboratorio. por la intoxicación o abstinencia de uno trastornos de ansiedad. El lector puede encontrar una descripción
sustancio (p. ej., cafeína, cannabis, cocaína) o después de la expo- exhaustiva sobre un amplio repertorio de pruebas para la evaluación
sición a un medicamento {p. ej .. al iniciar la medicación o después de la ansiedad basadas en la evidencia en Antony et al. (2001)_

66
Capítulo 2. Traslor11os Je d11siedad

)J Tabla 2.12. ln5trumrnto<> dr auto1ntonne relevantes para la evaluación de los trastornos de ansiedad

Miedos y fobias

Inventario de Sondín, 2008 66 ítems; versión espoñola elaborada a partir de los 76 ítem¡ originales del FSS-III de
Miedos FSS-lll-66 Wolpe y Long (1964). Dimensiones: miedos interpersonales, miedos sangre-inyecciones-
daño, miedos a los animales y miedos agorafóbicos

Cuestionario de Valiente et al.. 80 items; cuestionario de miedos poro niños y odolescente5 elaborado a partir de muestras
miedos poro niños 20030 españolas. Dimensiones: miedos al peligro y a la muerte, miedos o los animales. miedos
FSSC-Español sociales, miedos a lo descoriocido, y miedos médicos.
ffSSC-E) Existe una versión abreviada de 25 items IFSSC-E-25) ($andín et al., 20160).

inventario de Pelechono, 1984 103 ítems; dirigido a niños entre dos y nueve años de edad (el cuestionario es contestado
Miedos (JMl por los podres). Dimensiones: miedos sociales, miedos físicos, miedos o la muerte y a sus
símbolos.

Inventario de Méndez et al., 2008 Incluye tres versiones: !ME para Niños OME-N; 26 ítems), IME poro Preodolescentes {JME-
Miedos Escolares PReA; 26 ítemsl, e !ME paro Adolescentes OME-A; 40 itemsl. Evalúa aspectos relacionados
(JME> con el contexto escolar. Subescalas: miedo al fracaso y al castigo, miedo al malestar físico,
ansiedad anticipatorio y por separación, miedo a la evaluación social y escolar, y miedo
o lo agresión en la escuela.

Trastorno de pánico CTPl

Cuestionario de Sandíri et al., 2004 40 ítems lsubítems poro los escalos de ataque de pónico (17l, interpretaciones
Pónico y Agorafobia catostrofistas (15), evitación interoceptivo (181, y evitación agorofóbica (2Sll Diseñado
(CPA> paro la evaluación y diagnóstico del TP y lo agorafobia (según criterios DSM-IVl. Posibilito
determinar: los características de los ataques de páriico (tipo, gravedad, etc.), el
diagnóstico del TP y lo agorafobia, el olrontamierito ante el pónico, los interpretaciones
catastrofistas, la evitación interoceptiva, la evitación agorofóbica, y los aspectos
psicosocioles asociados.

Cuestionario Sandín, !997 28 ítems [subítems poro los escalos de ataque de pánico (13), e interpretaciones
de Ataques de catastrofistas (7)1 Diseñado poro lo evaluación y diagnóstico del TP (según criterios
Pónico para Niños DSM-!Vl. Posibilita determinar: los característicos de los ataques de pánico (tipo,
y Adolescentes gravedad, etc.>, el diagnóstico del TP, las interpretaciones catastrotistas, y los ospectos
(CAPNl psicosociales asociados. Diseñado poro niños y adolescentes.

Cuestionario Sondín et al., 20!3; 14- ítems !subítems paro los escalos de ataque de póriico (15 subítems) e interpretaciones
Abreviado del Sónchez-Arribos cotastrofistas (12 subítems)l Evalúo tres aspectos centrales del TP mediarite tres escalos
Trostorno de Pánico et al., 2015 breves: gravedad del pánico, interpretaciones cotastrofistas al póriico, y outoeficacia ante
(CATPl el pánico.

Ponic Disorder Houck et al.. 2002 7 ítems; versión española abreviada de lo PDSS-SR. Proporciona una medido global sobre la
Severity Scale-Self· CSondín, 2010; gravedad del trastorno de pánico.
Report (PDSS·SRl Sónchez-Arribos
et al., 2015J

Inventario de Echeburúa et al., 69 ítems; diseñado poro lo evaluación de lo ogorofobia. En la primera parte se evalúa la
Agoratobia OAl 1992 evitación, las sel'\sac1ones corporales (21 ítemsl y los cogniciones (I~ ítemsl relacionadas
con 34 situaciones. En una segunda parte se asocian estos ítems a 2G posibles factores
moderadores de las respuestos de ansiedod Ccompoñío, tomar alcohol, etc.J.

<Continúa)

67
Manu;¡I de ps1cop;itolog""'· Volumen ?

_)) Tabla 2.12. ¡'Coni:nuuc;Onj

Trastorno de ansiedad generalizado <TAGJ


~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~_,

Penn State \Norry Meyer et al., 1990 !6 items, evalúa la preocupación generalizada y patológica (preocupación excesivo
Questionnaire [Sandín y Chorot, e incontrolable!_ Existe una versión de once ítems (PSWQ-1 ll (Sandín et oL, 20091
<PSWQ! 1995; Sandín et al,
2009]

Cuestionorio para Saridíri, 1997 11 ítems; diseñado poro establecer el diagnóstico del TAG (según criterios DSM-JV) en
el diagnóstico un periodo breve de tiempo_ Proporciona informoción sobre los característicos de las
del trostorrio preocupaciones_
de ansiedad
generalizada
(GADQ-Ml

Generalized Arixiety Spitzer et al., 2006 7 ítems; diseñado para detectar casos de TAG en estudios de screening o en contextos
Disorder-7 <GADQ-7) [Gorcío-Campayo de atención primaria.
et al., 20101

Meta-Worry Wells. 2005 7 ítems; evalúa meta-cogniciones (meta-preocupaciones) negativas sobre el hecho
Quertiorinoire de preocuparse (enfermar por la preocupación, volverse loco, etcJ'.
<MWQ)
---- ---- _____________________________ __,
Trastorno de ansiedad de separación (TASI
~~~~~~~~~-
---------------
Cuestionario de Méndez et al., 2008 24 ítems; diseñado para evaluar la ansiedad de separación en niños entre 3-5 años. Incluye
Ansiedad por 3 subescalas sobre ansiedad de separación relacionada con la pérdida o daño de un ser
Separación de lrnc10 querido, con el dormir y con acontecimientos cotidianos_ Es aplicado por los padres.
Temprano (CASITJ

Cuestionario de Méndez et al., 2008 26 ítems; evalúa la ansiedad de separación en niños (6-11 añosl o través de 3 subescalas:
Ansiedad por malestar por la separación, preocupación por la separación, y tranquilidad ante la
Separación en lo separación_ Posee dos versiones paralelas <para niños y para podres, respectivamente)
Iritancio (CASD

Separation Anxiety Silove et al., 1993 15 ítems; evalúa la ansiedad de separación de forma retrospectiva en las personas adultas.
Symptom lnventory [Sandín, 19971 Aunque se aplica en adultos, cuantifica la historia de ansiedad de separación ocurrida en
(SASD edades tempranas.

Mutismo selectivo (MS>


Selective Mut1sm Bergman et aL, 2013 23 ítems; evalúa la conducto de habla del niño en relación con tres contextos (subescalasl:
Questionnaire <SMQ) [Olivares y Olivores- lo escuelo, en casa/en familia, y en situaciones sociales. Incluye una subescalo de
Olivores, 20181 interferencia/malestar. El cuestionario es contestado por los padres.

El MWQ incluye los siguientes siete ítems ¡adaptado de Wells, 2005, P- 119):
1. Me estoy volviendo loco de preocupación_
2. M1 preocupación aumentara y dejare de funcionar.
3. Estoy enfern1ando por la preocupación.
4. Soy anormal debido a la preocupación.
s. Mi n1ente no puede soportar las preocupaciones.
ó. Estoy perdiendo la vida debido a la preocupac1on.
7. M1 cuerpo no puede soportar las preocup,;ciones.
Cada item se evalua segun dos escalas de respuesta: Frecuencia !entre 1·4; «nunca». «a veces», «frecuentemente» y •casi siempre»)
y Creencio [en cada pe11sa1n1ento; entre 0-100; «no creo en este pensamiento en absoluto» [O], «estoy completarnente co11vencldo de
que este pensamiento es cierto~ [100].

68
Capítulo 2. Trastor·1os de a11siedoid

Bº Tratamiento psicológico de los trastornos nentes reloc1onados con lo modificación de los p1eocupociones y
lo intoleronc10 a la incertidumbre, integrando estrategias de entre-
de ansiedad namiento en relajación, reestructuración cognitiva sobre el conte
Aunque se dispone actualmente de protocolos psicológicos valida nido de las preocupaciones, resolución de problemas, exposición
dos empíricamente para el tratamiento de la mayor porte de los por imaginación o los miedos relacionados con la preocupación y
trastornos mentales, los trastornos de ansiedad se encuentran entre resolución de problemas. Para una presentación más detallada sobre
los que poseen mayor respaldo en este sentido {un análisis sobre el el tratamiento psicológico del TAG, véase Bodas (2015l
papel de nuevos tratamientos de tipo tronsdiognóstico se presenta En lo que concierne al tratamiento de las fobia> e>pecíficas,
en el Capítulo D. La aplicación de lo terapia cognitivo-conductuol la aplicación de la TCC tiene un largo recorrido y ha demostrado
(TCCJ en trastornos específicos de ansiedad posee una larga tra- elevados niveles de eficacia (Mariano y Martinez, 2011), habiéndose
yectoria, habiendo sido validada empíricamente para la mayoría desarrollado tratamientos específicos para el abordaje de diversos
de los trastornos de ansiedad, incluidas las fobias, el trastorno de tipos de fobias. Recientemente se ha puesto cierto atención en la
pánico y la agorafobia, el trastorno de ansiedad generalizada y, en aplicación de tratamientos intensivos basados en uno solo sesión,
menor grado, el trastorno de ansiedad de separación; tal grado de tonto en población adulto como en niños y adolescentes (Davis III
evidencia no existe para ningún otro tipo de intervención psicoló- et al., 2012)_ Aunque la TCC de las fobias puede incluir varios com-
gico dirigida a estos trastornos (Mariana y Martínez, 2011; Moraina ponentes, sin duda el más efectivo es la exposición. Para un análisis
et al., 2017), siendo por tonto lo TCC el tratamiento de elección de sobre el tratamiento de las fobias específicas, véase Sandín (2008).
los trastornos de ansiedad. Paro obtener información más detallado Sobre el trastorno de ansiedad de separación existe evidencia
relacionado con el tratamiento de los trastornos de ansiedad véase empírica que apoya la eficacia de la TCC, así como también de
Emmelkamp y Ehring (2014); véase García-Vero y Sanz (2016) para otros enfoques como el manejo de lo ansiedad familiar, el mode-
el ámbito de la infancia y lo adolescencia. lomiento, la exposición en vivo, el entrenamiento en relajación y
En términos generales, los protocolos dirigidos o los diferentes lo práctica de reforzamiento. No obstante, el nivel de evidencio es
trastornos de ansiedad se han basado en algún tipo de morco o menor que para los trastornos comentados anteriormente (Moriona
modelo teórico relacionado con codo trastorno_ Así, entre los pro~ y Mortínez, 2011J. Un tratamiento preceptivo de TCC de la ansiedad
tocolos de TCC dirigidos al tratamiento del trastorno de pánico y de separación suele incluir módulos sobre relajación. autocontrol
lo agorafobia cabe destacar los programas de tratamiento cogni- y cognición (manejo de distorsiones cognitivas, como sobreestima-
tivo desarrollados por Solkovskis y Cork {1991l y por Croske y Bar- ción del peligro, etc.J, psicoeducación, manejo de contingencias, y
low (2007). El primero se basa sobre todo en técnicos cognitivas exposición; y suele implicar tanto al niño como a los podres (véase
(restructuración cognitivo, método socrático, etc.l y experimentos Méndez et al., 2008).
conductuales para modificar la interpretaciones catostrofistos. Cros- Finalmente, el mutismo selectivo ha recibido menor atención
ke y Borlow, en contraste, hocen también uso de la exposición y el que otros trastornos de ansiedad, limitándose en su mayor parte
entrenamiento en respiración. al dar mayor relevancia al proceso de o estudios de caso. Aun así, los resultados de la TCC aplicada al
la hiperventiloción. En España, Botella y Bollester (1997) desarrolla- tratamiento del MS muestran su potencial de eficacia respecto a los
ron un programa de TCC del TP que integra componentes de ambos criterios de lo Task Force (comisión de la American Psychologicol
enfoques, y Cano-Vindel y Dongil (2017) presentaron un enfoq_ue de Association) poro los estudios de caso único. Para una preseniación
tratamiento basado en el modelo de la ansiedad de M. W. Eysenck. detallada sobre este trastorno, véase Olivares y Olivares (2018). Entre
En relación con el tratamiento del trastorno de ansiedad gene- los componentes más frecuentes en los tratamientos basados en TCC
ralizada también se han venido proponiendo protocolos de interven- del mutismo selectivo se encuentran el manejo de contingencias, el
ción sustentados en los modelos teóricos. Así, Borkovec et al. (1991, moldeamiento, el establecimiento de metas y el desvanecimiento
2004; Behar y Borkovec, 2005l sugieren un tratamiento compren- estimular <transición gradual del habla desde un contexto cómodo
sivo centrado en la preocupación, con diversos ingredientes como a uno situación temida en la q_ue no sedal.
la prevención de respuestas de evitación, el control de estímulos,
la reestructuración cognitiva y la relajación. El enfoque cogniti-
vo-conductuol basado en !o intolerancia o lo incertidumbre (Dugos IX. Resumen de aspectos
y Robichaud, 2007) se centro fundamentalmente en la modificación
de este constructo, junto al uso de diversas técnicos dirigidos al
fundamentales
manejo de la preocupación, los creencias negativos sobre el problema En primer lugar, es preciso tener en cuento que, si bien lo ansie-
y lo evitación cognitiva Cpsicoeducación sobre las preocupaciones y la dad está presente en muchos trastornos psicológicos y orgánicos, el
incertidumbre, entrenamiento en solución de problemas, exposición «trastorno de ansiedad» se define por la presencio predominante
en lo imaginación a los miedos, etcl Wells (2009) ha planteado el de síntomas de ansiedad, siendo estos irracionales y excesivamente
tratamiento del TAG dirigido no tanto o reducir lo preocupación en intensos, persistentes y perturbadores para el paciente. Solo en los
sí mismo como o modificar Ja preocupación Tipo 2 y los creencias trastornos de ansiedad el cuadro clínico está dominado por reaccio-
negativos sobre la preocupación {meto-creencias). Incluye compo- nes de ansiedad, las cuales constituyen las características primarias
nentes sobre lo incontrolobilidod de la preocupación, la socializa- del trastorno {no son, por ejemplo, reacciones secundarios a otro
ción, y sobre lo modificación de la peligrosidad de lo preocupación trastorno mental presente en el individuo). Los reacciones de ansie-
y los creencias positivos sobre la preocupación. Finalmente, otro de dad pueden presentar diferentes formas de manifestación, dando
los programas consolidados de TCC diseñadas para el tratamiento lugar, así mismo, a distintos cuadros clínicos o categorías de tras-
del TAG es el desarrollado por el grupo de Borlow (Zinborg et al., tornos de ansiedad. En este capítulo se han analizado las siguien-
2006). Este es un programo ecléctico en el que se aúnan campo- tes categorías: (1) fobia específico; C2) trastorno de pánico <TPl;

69
N'.a:-iuJI de r:;s1copatología. Volun1e11 2

i3) agorafobia; (LJ-) trastorno de ansiedad gene1a!izada (TAGJ, (~) del núrnero de diagnósticos, con los corisecuentes efectos sobre
trastorno de ansiedad de separación {TAS); (6) mutismo selectivo el increm(!nto artificial del número de trastornos mentales en la
(MSJ; (7) trastornos de ansiedad inducidos por drogas o medicamen- población. Lo agorafobia también puede ocurrir independiente-
tos y trastornos de ansiedad y (8) trastornos de ansiedad debidos a mente del pánico (sin historia de ataques de pánico y/o trastorno
una condición médico de pónicol. aunque estos cosos son muy poco frecuentes en los
Las fobias específicas se definen por la existencia de reaccio- contextos clínicos_
nes intensos de miedo o ansiedad asociadas a objetos o situaciones La teoría más influyente sobre el TP está representada por el
específicos como, poi ejemplo, las aguas profundos, las tormen1ns, enfoque cognitivo desarrollado por Clark, en el cual desempeñan un
la oscuridad, los lugares cerrados, los animales, los procedimien- papel central las interpretaciones cotostrofistas. Esto teoría, no obs-
tos quirúrgicos, volar en avión, etc. Debe tenerse en cuenta que, tante, ha sufrido recienten1ente dos reformulaciones. En lo p1 imera
aunque las fobias suelen implicar siempre la conducta de evitación se introduce el concepto de autoeficocia hacia el pánico {Casey). En
(activa o pasiva), en términos clínicos se asume que basta con que lo segunda se integra el concepto de sensibilidad a la ansiedad en
el paciente tolere con dificultades la presencio del estímulo fóbico un modelo tripartito que incluye también las interpretaciones cotos-
(p ej., presencio de excesivo miedo, necesidad de un acompañan- trofistas y la outoeficocia hacia el pánico (SandínL Otros modelos
te, etcJ Las fobias se categorizan en base al tipo de estímulos que se han focalizodo en lo hiperventilación (Leyl o en el aprendizaje
desencadenan los reacciones de ansiedad. Así, se diferencian cuatro interoceptivo (Wolpe y Rowanl. Finalmente, se presenta un modelo
cotegoríos de fobia específica: animal, ombieritai, sangre-inyeccio- integrativo sobre lo etiopatogenia del TP (Sandín}.
nes-daño y s1tuac1onaL El trastorno de ansiedad generalizada contrasta con otras tras-
Los teorías iniciales sobre las fobias se basaron en el condi- tornos de ansiedad porque en él no ex'1sten estímulos, más o menos
cionamiento y forman porte de los primeros acercamientos experi- específicos, a los que el paciente asocie sus síntomas. Se trota de
mentales al estudio de lo etiología del miedo y la ansiedad. Entre una forma difuso y crónica de ansiedad, uno de cuyos síntomas más
estas teorías destocan las descritas por Watson y Rayner (modelo característicos es lo preocupación excesiva e incontrolable por el
de condicionamiento del miedol, Mowrer <teoría bifactorioll, Selig- sujeto. Se ha producido un importante avance sobre el conocimiento
mon (teoría de la preparación de las fobias), y Eysenck (teoría de de este trastorno merced. sobre todo. o los trabajos del grupo de
la incuboc'1ón de la ansiedad). Posteriormente se enfatizó el papel Borkovec sobre la preocupación ansiosa. Las aportaciones que >e
de los factores cognitivos {Reiss y McNally) y la integración de las han producido en relación con este trastorno han posibilitado que
tres formas básicos de aprendizaje del miedo, i. e., experiencias de definitivamente se haya desterrado el concepto de que el trastorno
condicionamiento, aprendizaje vicario y transmisión de información de ansiedad generalizado es únicamente un trastorno residual de
(Rachmanl. Más recientemente se ha subrayado el papel de lo sen- ansiedad («ansiedad flotante»)_ Actualmente se entiende como una
sibilidad al asco como factor etiológico de algunos tipos de fobias. entidad nosológico con características propias. A veces se ha aso-
El trastorno de pánico pasee como característica central la pre- ciado al rasgo de ansiedad y se ha especulado que podría trotarse
sencia recurrente de ataques de pánico. El ataque de pánico es un de una forma de trastorno de personalidad.
estado de ansiedad que presento ciertas peculiaridades, como lo El modelo etiológico sabre el TAG más influyente es el modelo
aparición súbita de intenso miedo acompañado de una serie de de evitación emocional basada en la preocupación (Borkovecl. Los
síntomas físicos que generalmente se denominan como «síntomas posteriores modelos se han basado en este y han aportado nuevos
del ataque de pánico» (el DSM-5 refiere trece síntomas asociados hipótesis basadas en nuevos constructos como la intolerancia a lo
al ataque de pánico). Aunque todos estas síntomas suelen ocurrir en incertidumbre <Dugosl y los mela·cogniciones <Wells). También se
lo mayaría de los ataques de pánico, se ha vista que unos ocurren han presentado modelos integrotivos; por ejemplo, Barlow ha inte-
con mós frecuencia que otros. Un ataque de pánico implico que el grado su hipótesis sobre la aprensión ansiosa (incontrolabilidad e
individuo experimente cuatro o más de estos síntomas {en el coso impredecibilidadl con los conceptos de preocupación e intolerancia
de ser menos, se denomino «ataque de pánico de síntomas limito- a la incertidumbre. Otras orientaciones han trotado de integrar la
dos»L El DSM-5 diferencia entre dos tipos de ataques de pánico: desregulación emocional fMenn'1nl y la aceptación CRoemer y Orsi-
ataques de pánico esperados (se dan, por ejemplo, en los fobias) llol en el marco teórico que proporciona el modelo de evitación
y ataques de pánico inesperados (deben estar presentes para el emocional basado en lo preocupación.
diagnóstico del TPl_ No parece que existan suficientes razones para apoyar la hipó-
Un factor de particular relevancia en el trastorno de pánico y la tesis tradicional de que el trastorno de ansiedad de separación
agorafobia es la existencia de ansiedad anficipafona relacionada sea un trastorno propio de la infancia y Ja adolescencia. El DSM-5
con posibles ataques de pánico futuros. El concepto de ansiedad entiende que este trastorno también cursa durante lo edad adulto,
anticipatoria equivale al tradicional concepto de «miedo al mie- con porcentajes tan elevados como durante la etapa infontojuveniL
do», esto es, miedo o experimentar síntomas de pánico o similares No obstante, al diagnosticarse este trastorno es importante valorar
o las del ataque de pánico. La ansiedad anticipatoria es un fenóme- la posibilidad de que lo ansiedad seo uno reacción normal vinculado
no común en el trastorno de pánico y en la agorafobia. Se trota, por al período de desarrollo evolutivo del individuo. Lo etiología de este
tanto, de una ansiedad onticipatorio inducido por estímulos intero- trastorno es menos conocida que en otros trastornos de ansiedad,
ceptivos (sensaciones corporales). si bien se ha documentado que tonto la inhibición conductual como
Aunque el DSM-5 diferencia entre TP y la agorafobia, tal dife- ciertos variables ambientales juegan un papel relevante. destocán-
renciación no queda del todo clara debido al ele110do solapamiento dose entre estas últimos el apega inseguro y las prácticos de crianza
que se da entre los criterios de diagnóstico de ambos trastornos. protectoras y controladoras (intrusión); así mismo, se ha subrayado
Por otro parte, el diagnóstico separado de ambos síndromes cuan- lo influencio de estresores traumáticos {p. ej., abuso sexuaD y nor-
do estos se dan comárb'tdamente supone una infloc'1ón innecesaria m:ttivos (p. ej., divorcio de los podresl_


Capítulo 2. Tra~tornos de cir1siedod

El m:.itisrr10 ~eledivo es un 1rus1orno de on>iedad poco frecuente dad, intervienen factores temperamentales (inhibición conductuoll y
y poco conocido. Gran parte de la evidencia procede de estudios ambientales (p. ej., traun1as tempranos). Tmnbién se ha sugerido q_ue
de caso Es un trastorno muy comórbido con otros trastornos de podría tratarse de un trastorno del neurodesarrollo por su elevada
ansiedad, especialmente con la fobia social y el TAS. Su etiología es comorbilidad con problemas del habla y el lenguaje.
escasamente conocida aunque, como en otros trastornos de ansie-

••Términos clave
Agorafobia(= miedo a los lugares Interpretaciones Sensibilidad a la ansiedad 43
püblicosl 37 catastrofistas 51 Trastorno de ansiedad
Ataque de pánico esperado 47 Ley de incubaclón 41 general!zada 54
Ataque de pánico inesperado 47 Meta-preocupación 61 Trastorno de ansledad de
Fobia (=miedo, pavor) 36 Mutismo selectivo 64 separación 62
Fobia específica 36 Preocupación 55 Trastorno de pánico 44

••Lecturas recomendadas
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•• Autoevaluación
L Westphal definió en 1871 la agorafobia como: ó. El diagnóstico del trastorno de ansiedad generalizada
al Miedo a los lugares públicos. req_uiere que, junto a la ansiedad y la preocupación, el
bl Miedo a los espacios abiertos. individuo haya experimentado al menos tres síntomas de
un conjunta de seis. lndiq_ue cuál de los siguientes sínto-
cl Miedo a los síntomas similares a los del ataque de pánico. mas NO se incluye para dicho diagnóstico <DSM-5l:
dl Miedo a los lugares cerrados al Dificultad para concentrarse.
2. lndiq_ue cuál de los siguientes síntomas NO corresponde al bJ Temblor muscular.
conjunto de 13 síntomas a partir de los cuales se define el el Tener lo mente «en blanco».
ataque de pánico CDSM-SJ: d) Dificultades para dormir.
a) Miedo a morir. 7. lCuál de los siguientes modelos sobre la etiología del tras-
bJ Sensodón de atragantarse. torno de ansiedad generalizado diferencia entre dos tipos
cl Sensación de osfixia_ de preocupaciones <preocupaciones Tipo 1y preocupacio-
d) Irritabilidad o tensión muscular. nes Tipo 2>:
3. Partiendo de Jos datos q_ue nos proporcionan los estudios al Modelo de aprensión ansiosa.
epidemiológicos, señale cuól de las siguientes fobia$ espe- b) Modelo de intolerancia o la incertidumbre.
cíficas posee lo mayor tasa de prevalencia: el Modelo de evitación emocional basado en lo preocupación.
al Fobia a las alturas. dl Modelo metacognitivo.
b) Fobia a los espacios cerrados. 8. Aunq_ue los trastornos de ansiedad son los trastornos más
c) Fobia o viajor en avión.
prevalentes entre todos los trastornos mentales. no todos
tienen similares tasas de prevalencia. Entre los trastornos
dl Fobia o los tormentas. q_ue se indican a continuación lcuál tiene la tasa más bajo
IJ.. Klein (19611-, 1981> llevó a cabo varias aportaciones que de prevalencia?
mejoraron el conocimiento psicopatológico del trastorno a) Mutismo selectivo.
de pónico. Indiqué cuál de las siguientes aportaciones NO b) Trastorno de pánico.
corresponde a Klein:
el Trastorno de ansiedad de separación.
al Establecer q_ue la agorafobia es una consecuencia de los dl Trastorno de ansiedad generalizada.
ataques de pánico.
9. En la etiología del trastorno de ansiedad de separación
bl Diferenciar entre ataque de pánico y ataque de ansiedad.
intervienen diversos factores familiares q_ue también sue-
cl Considerar el ataque de pánico como una neurosis de an- len asociarse a otros trastornos de ansiedad. No obstante,
siedad. se ha sugerido CWood, 2006) como factor específico de
dl Establecer que, tras la experiencia de ataques de pánico, este trastorno:
se desarrolla ansiedad anticipatoria hacia nuevos ataques_ al El abuso sexual durante la infancia.
5. Entre los diferentes modelos q_ue se han formulado espe- bl El estilo de apego inseguro y miedoso/preocupado.
cíficamente sobre la etiología del trastorno de pánico, c) La práctica de crianza permisivo.
lcuál de los siguientes integra como conceptos centrales dJ La práctica de crianza intrusivo.
las interpretaciones catastrofistas y la sensibilidad a la
10. El mutismo selectivo suele presentar elevada comorbilidod
ansiedad?
con otros trastornas de ansiedad, pero especialmente con:
al El modelo cognitivo tripartito. al El trastorno de ansiedad social.
bl El modelo cognitivo de Clork. bl La fobia específica.
cl El modelo cognitivo integrativo. c) la agorafobia.
dl El modelo cognitivo basado en la hiperventilación. d) El trastorno de ansiedad generalizada.

76
CAPÍTULOJ

TRASTORNO DE ANSIEDAD SOCIAL


Cristina Botella y Javier Fernández-Álvarez

l. Introducción 77 V. Recomendaciones para la evaluación 98


JI. Clasificación 78 A. Instrumentos para el diagnósfico de TAS 98
B. Utilización de tecnologías 99
A. Evolución del diagnóstico clínico 79
B. Comorbilidad, heterogeneidad y estructura 81 VI. Recomendaciones para el tratamiento 99
C. Epidemiología y curso evolutivo 82
VIL Resumen de aspectos fundamentales 102
D. Diagnóstico diferencia/ 82
111. Características tronsdiagnósticas 83 TÉRMINOS CLAVE 102
LECTIJRAS RECOMENDADAS 103
IV. Comprendiendo la ansiedad social y el trastorno
de ansiedad social 86 REFERENOAS 103
A. Factores etiológicos· aportaciones iniciales 86 AUTOEVALUACIÓN 108
B. La importancia de la cognición y Ja imaginación
(modelos cognitivo"verbales y cognitivo-
imaginativos) 89

Tendremos que desarrollar nuevas formas de 'interacción y cola-


El mundo social es un lugar peligroso. Con pocos leones a la vis-
boración en el modo hedónico. si ct.Ueremos seguir siendo seres,
to y demasiada comida dulce y calórica alrededor, son las personas,
eminentemente, sociales».
más que los depredadores o el hombre, los que constituyen los prin-
cipales peligros de la vida moderna. Las persanas que acabamos
de conocer pueden ser hasfiles y sardónicas. Las potenciales pare-
jas románticas podrían ignorar o rechazar tajantemente nuestros
l. 1ntroducción
avances. los amigos pueden pensar que carecemos de destrezas Los seres humanos, como organismos vivos, somos ejemplos pa1a-
sociales. El público puede burlarse de nosotros cuando presentamos digmáticos de sistemas abiertos capaces de interactuar con nues-
nuestra charla o nuestra discurso. Nuestras jefes pueden poner en tro universo participativo y con lo fundamental de dicho universo,
peligro nuestros esfuerzos para ascender en la escala corporativa esfo es, con el resto de los seres humanos. Una característica cla-
de la empresa. Por lo tanto, no es sorprendente ct.Ue en los socie- ve q_ue nos define es. precisamente, nuestra naturaleza gregaria.
dades modernas el temor o hablar en público seo más f1"evalente Hemos podido progresar como especie gracias o las relaciones q_ue
ct.Ue el temor o los serpientes o los araños» {Gilboa-Schechtmon, hemos sido capaces de establecer con el resto de los seres huma-
Shachar y Helpman, 20lll, p. 599). nos. Durante milenios, esas interacciones con los demás nos han
proporcionado una gran cantidad de información, conocimientos,
Con Jo aparición de nuevos amenazas de la naturaleza, como así como un intercambio de habilidades y destrezas que nos han
el COVID-19, se pondrán en marcha estrategias adicionales de permitido sobrevivir y habitar con éxito todo nuestro planeta e
defensa y protección frente a los congéneres en el modo agónico. incluso empezar a ir más allá. Vistos desde el presente, los frutos de

71
rv12nual de psicopatología. 'Jo!ume• 2

esa colaboración entre seres humanos re'iultan increíbles, desde lo Ante esto. no es posible dejGr de plantear una serie de pregun-
fabricocióri de las primeras herramientas y las estrategias de trabajo tas: (o) lcómo es posible que la mayoría de las personas puedo
eri grupo necesarias para la supervivencia, posando por el lenguaje, colaborar con otros y dar forma a proyectos magníficos en beneficio
los distintos alfabetos, el arte. la filosofía. la imprenta, o las actuales de todos?, lcómo es posible que lo mayoría de personas disfrute
tecnologíos de la información y la comunicación, por no citar más estando en grupo y busque lo compañía de los demás, precisa,
q_ue algunos ejemplos paradigmáticos. mente, poro aumentar ese disfrute?, (b) lpor c¡,ué algunas personas
Paro algunas personas este proceso, aparentemente simple, de tienen tantas dificultades para actuar, interactuar, colaborar o dis-
interactuar o mantener algún tipo de relación con otros, provoca un frutar con otros7, lcómo podemos explicar lo aparición y el mante-
terror insuperable y, a menudo, se evita. Su efecto respecto ol tra- nimiento de esa ansiedad social patológica que puede tener efectos
bajo y la calidad de vida puede ser totalmerite devastador <Barlow, tan devastadores para quien lo sufre?, les posible hacer algo para
1988) En este sentido, cabe señalar q_ue un cierto grado de ansie- ayudar o los peisonos que presentan ansiedad social patológico? El
dad social. en relación con las interacciones que podamos mantener objetivo de este capítulo es intentar dar algunas respuestas o estas
con los personas que nos rodean, es una emoción completamente preguntas.
normal, una emoción necesario y adaptativo, una herramienta muy Sin duda, el interés en este tema está totalmente justificado,
útil paro nosotros. Nos ayuda a prever, ariticipar y a hacer pio- tanto desde un punto de vista clínico coma social. Como a conti-
nes acerca de nuestro futuro, nos motivo para prepararnos para nuación veremos, se trata de un problema q_ue afecta a un gran
actuar de forma eficaz arite determiriodas situaciones. sobre todo. sector de lo población, además suele estar asociado a otro tipo de
en situaciones interpersonales nuevas o importantes para la persona. problemas, como la dependencia del alcohol. el bajo rendimiento
La ansiedad social es incluso necesaria para guiarnos a la hora de académico y laboral. o uno notable perturbación de las relaciones
seguir normas y convenciones sociales, o para prepararnos mejor sociales, etc. Si tenen1os en cuenta también el importante sufrimien-
para afrontar determinadas situaciones y, como resultado, realizar to personal q_ue conlleva y la interferencia que ocasiona en numero-
mejor una amplia variedad de tareas q_ue suponen interacción social. sas áreas vitales, cabe concluir que la ansiedad social y la ansiedad
Además, anticipar o vrvir con nerviosismo una determinada interac- social patológica constituyen un importante problema de salud q_ue
ción social (p_ ej, uno entrevista de trabajo, una primera cito con merece toda nuestra atención.
uno persona q_ue nos interesal, o una actuación en público (p. ej.,
dar una chorla, responder a un examen orall es algo muy común y
totalmente normal. Lo mayoría de nosotros experimentamos cierto
grado de ansiedad cuando afrontamos alguna situación de interac-
Ji Ansiedad social IASI. La ansiedad
social es una experien-
cia humana común caracterizada por un intenso temor a
ción social que consideramos importante y, por tanto, deseamos dar
una bueno impresión o los demás. Pero, algunas personas van mós la evaluación (ya sea negativa o positiva) por parte de los
allá. En esos momentos, pueden experime111ar síntomas fisiológicos dernds, en situaciones sociales.
de ansiedad (p. ej., sudoración, palpitaciones, rubor, temblores, difi- ji Trastorno de ansiedad social ITASI. Cuando la AS lle·
cultades para tragar), o tener pensamientos catastróficos o dudas
ga a un punto máximo de gravedad y de interferencia, de
acerca de cómo seró (o cómo ha sido) su actuación y cómo la verán
forma tal que el funcionamiento de la persona en su vida
y juzgarán los demás {o cómo lo han visto y lo han juzgado), e
incluso puede que deseen abandonar la situación cuanto antes. En cotidiana se ve afectado, se denomina TAS. Se define como
sumo, un cierto grado de ansiedad social resulta de gran ayuda un marcado miedo o ansiedad intensos que aparecen prác·
para numerosas tareas relacionadas con las interacciones que rea- ticamente siempre en relación con una o 1nás situaciones
lizamos con los demás, aunq_ue si se exacerbo, puede tener efectos sociales en las que la persona se expone al escrutinio por
perjudiciales. Por tanto, la ansiedad social, como la ansiedad en parte de otros y teme actuar de modo embarazoso, ridículo
general, tiene un enorme valor paro lo supervivencia. Se ha llegado o humillante, o a mostrar signos de ansiedad que puedan
a afirmar que la ansiedad es lo sombro de la inteligencia y que,
ser percibidos y valorados negativamente por los observa-
si desapareciese de la faz de la tierra, esto tendría un efecto más
dores. Estas preocupaciones pueden ser tan pronunciadas
devastador que la explosión de miles de bombas atómicos en una
guerra nuclear (Liddell, 1949. Citado en Borlow, 19881. De la misma que la persona evita la mayoría de los encuentros interper·
formo, sin ansiedad social, sería enormemente difícil q_ue progresá- sanales, o soporta tales situaciones con una intensa inco-
ramos como seres humanos. modidad.
Ahora bien, los demás nos pueden ayudar. pero los demás tan1-
bién pueden ser una gran amenaza. De hecho, las respuestas defen-
sivas emergen, o lo largo de lo evolución, como adaptaciones ante
peligros de lo naturaleza y contra las ameriazas de los enemigos; y 11. Clasificación
los amigos y los enemigos se pueden dar tonto dentro como fuera
de la especie. Como señala Marks (1987), la evolución sería enton- La ansiedad social (AS) es uno experiencia humana común caracte·
ces uno carrera armamentística entre las adaptaciones defensivos rizada por un intenso temor a la evaluación, por parte de los demás,
de los víctimas y los intentos de los predadores para superarlas. La en situaciones sociales. Cuando la AS llega o un punto máximo de
adaptación no es nunca perfecto; amenazar, escapar, o colaborar gravedad y de interferencia, de forma tal c¡,ue el funcionamiento
tiene diferentes ventajas y/o inconvenientes, dependiendo de los de lo persona en su vida cotidiano se ve afectado, se denomina
enemigos, de los posibles amigos. de las armas. recursos o habilida- trastorno de ansiedad social (TASJ <Morrison y Heimberg. 2013)_
des disponibles, así como del contexto o lo situación. Se define como un miedo o ansiedad intensos c¡,ue aparecen, prác-

7ll
Capitulo 3. Trastor110 de ansiedad oociLll

tico'llente siempre, en relación con uno o más situaciones sociales ePe11során que soy to11to», «No valgo nodo», «Nadie querrá estar
en las que la persono se expone al escrut1rno por parte de otros y conmigo», <<Me van a rechazar», «Si me dicen que lo hago bien
teme acluar de modo en1borazoso, ridículo o humillante, o a mos- ahora, codo vez me exigirán más y no podre hacerlo», etc. Estos
trar signos de ansiedad que puedan ser percibidos y valorados nega- pensamientos, o bien anticipan con aprehensión ansiosa el fraca-
tivamente por los observadores. Estas preocupaciones pueden se1 so que se va o producir en la situación o se producen mientras
tan pronunciadas que lo persono evito la mayoría de los encuentros la situación está teniendo lugar, o bien remen1oran obsesivamen·
interpersonales, o soporta toles situaciones solo con una intenso te el supuesto fracaso que yo se ha producido. La persono puede
incomodidad_ continuar anticipando o rumiando minuciosamente acerco de sus
Se troto de situaciones en las que lo persono considero que va o posibles fallos, errores y/o debilidades. Puede criticarse a sí misma
ser observado y evaluado por los demás, con independencia de que repetidamente, preguntándose por qué es ton estúpida_ Además,
esta observación y evaluación se produzca o no. Lo persona pienso estos pensamientos y críticos destructivas pueden estructurarse y
que es probable que dicha evaluación pueda tener electos perju- cristalizarse en auto-imágenes negativas acerca de cómo cree la
diciales para ella. Además, este temor o ansiedad ante >ituociones persono que lo veían los demás durante la situación, auto-imágenes
sociales no ha disminuido o desaparecido a lo largo del tiempo, con que acuden a su mente codo vez que anticipo otras situaciones
independencia de los veces q_ue la persono que padece este proble- sociole> y hocen que todavía se perciba lo próximo situación social
ma hoyo tenido que afrontarlos. Bien al contrario, dichos situaciones con más aprehensión ansiosa (Heimberg et al., 2010; Heimberg, Bro-
se suelen anticipar ansiosamente (o veces días, semanas o meses zovich, et al, 2014).
antes de q,ue se produzcan), así como vivir y recordar cuando la Como yo se ha señalado, la AS es muy común_ Por tonto, es
situac'lón yu ha pasado (también durante días, semanas o meses) importante diferenciar entre niveles normales y niveles clínicos de
de forma negativa_ Esto suele crear círculos viciosos en los que la AS que lleguen a alcanzar el estatus de TAS. Hoce yo años se pro-
AS!TAS provoca pensamientos y síntomas de ansiedad, que pueden pusieron algunos criterios generales (Leitenberg, 1990) para dife-
dar lugar a que se produzca, precisamente, aquello q,ue tanto se renciar entre esos niveles como: lo intensidad del miedo, ef grado
teme: actuaciones deficitarios o insatisfactorias que, o su vez, gene- de malestar emocional experimen'fodo las situaciones temidas, la
ran más ansiedad y confirman lo creencia que mantiene la persono evitación, la incapacitación q_ue produce, así como el grado en q_ue
acerco de la peligrosidad o lo amenaza q,ue los situaciones sociales interfiere en el funcionamiento cotidiano. Las personas que pade-
tienen para ella. cen este problema experimentan un nivel de ansiedad que excede,
Los situaciones sociales temidas pueden ser muy variados: con mucho, lo realidod de lo situación y, ounq_ue tanto el miedo
hablar en público, realizar alguno acción delante de otras personas como Ja evitación pueden manifestarse de formas muy variadas,
<p. ej., comer, hablar, escribir, leer, etc.l, iniciar y mantener conver- suelen limitar los posibilidades de desarrollo personal y afectar de
saciones (yci sea con desconocidos, o con per>onas fuera del círculo formo muy importante la calidad de vida. Por ejemplo, la persona
familiar íntimo, etc.l, asistir a reuniones, fiestas y actos sociales. puede no implicarse en relaciones de amistad, o en relaciones de
situaciones en las q,ue la persona pueda ser observado (p. ej., entrar pareja, rechazar oportunidades educativas o de trabajo, o aislarse
en una cafetería, un teatro o, simplemente, en cosos extremos ir por de cualquier encuentro social, etc. <Baños, Quero, Botella y Perpiñá,
lo calle), hablar con figuras de autoridad (profesores, jefes, etc.), 2003J. Además, aunque es un problema q_ue t'1ene tratamiento, o
reunirse o interactuar con una persona por la que se siente atrac- menudo no se recibe yo q_ue torda mucho en obtenerse un diagnós-
ción, hablar por teléfono, utilizar un lavabo público, etc. Lo forma tico adecuado. Algunas personas acuden o buscar tratamiento solo
que tiene de manifestarse lo AS/TAS es similor o lo de otras emo- después de años de sufrimiento y, desgraciadamente, después de
ciones, esto es, a nivel fisiológico, comportamental y cognitivo. Por haber sufrido complicaciones asociadas a la AS/TAS, como depre-
lo que respecto o correlatos fisiológicos, pueden aparecer distin- sión grave o abuso de alcohol <Wittchen y Fehm, 200!l.
tos síntomas corporales, como taquicardia, molestias estomacales,
mareos, etc., los síntomas más típicos de este trastorno son el rubor, A. Evolución del diagnóstico clínico
los temblores y la sudoración (Stein y Stein, 2008). En cuanto o
las respuestas comportamentales, pueden ser también muy diver- Los primeras descripciones de ansiedad en situaciones sociales o
sas. Generalmente, la persono intenta evitar las situaciones sociales constructos relacionados, como el miedo a hablar en público. se
temidos o, si está obligada a ir o a estar en ellas, lo hoce protegién- remontan o Hipócrates y, en lo literatura, se recuerda que incluso
dose de algún modo. Es lo que se denoniino conductas de seguridad. Cicerón «LJ temblaba al principio de su discurso» (Burton, 1621_
por ejemplo, rehuir el contacto ocular con los demás para evitar q_ue Citado en Hyetf y McEvoy, 2018. p. 261l. Esto no es de extrañar yo
alguien se le ocerq,ue o le pregunte, utilizar alguna treta {como con- q_ue, como hemos señalado, esos cautelas, miedos o ansiedades res-
sultor el móvil o fingir q_ue está muy interesado leyendo olgol, apo- pecto o situaciones sociales son oigo inherente al funcionamiento y
yar los manos en algún lugar por si tiemblan, ponerse ropa gruesa las relaciones que se establecen entre los seres humanos
para que se perciba menos el sudor. etc. En cuanto a pensamientos, Los problemas relacionados con la interacción social han sido
estos suelen centrarse en desprecios hacia uno mismo, o posibles denominados con muy diversos términos, codo uno presento mati-
fracasos en la situación temido (p. ej., lo voy o hacer moll, q_ue van ces distintos en cuanto o su significado: vergüenza, timidez, retrai-
a ocasionar determinados juicios por porte de los demás -yo sean miento, turbación, azoramiento, inhibición social, miedo o hablar
estos negativos o positivos- (Gilbert, 2001; Heimberg, Brozovich, y en público, ansiedad social. ansiedad interpersonal. ansiedad de
Rapee, 2010; 2014J, que tendrán consecuencias catastróficos o q_ue evaluación, miedo escénico, etc. Como recuerdan Hyett y McEvay
la persono percibe como posibles amenazas preserites o futuras. (2018), tonto Dugas (1898) como Hortenberg 0901) escribieron acer-
Ejemplos de pensamientos típicos, seríori: <(Lo voy o hacer fatal» co de estos tipos de ansiedad y, este último, en su libro Les timides
o «Lo he hecho fatal», «Soy un desastre», «No les gusto nada», et la timidíté, llegó a caracterizar lo timidez como «uno combina-
Nlanual de psicopatologia. VolJme< 2

ción de miedo, vergüenza y bochorno q,ue se experimenta en situa problema se cmplió en lo versión revisado de 1987 Específicamen-
cienes sociales y que afecta la competencia psicosocial a través de te, se incorporó el subtipo de fobia social generalizado, aplicado o
ataques ("acces"J de miedo>• (Berrios, 2013, p 273) Janet (1903i personas con miedo o situaciones genéricos de interacción ~o<ial
introdujo el concepto de psicastenia e incorporó en el mismo las (DSM-Ill-R: APA, 1987)_ Asimismoc esta versión revisada eliminó lo
características de la ansiedad social \phobie des situatíons sociales! exclusión del diagnó1tico en personas QUe cumplieran criterios de
para describir o los pacientes con miedo o ser observados mientras trastorno de personalidad por evitación, permitiendo lo comorbili-
hablaban, escribían o tocaban el piano; quizás por ello se atribuye dad entre ambos condiciones clínicas.
a Jonet la acuñación del término fobia social<Berrios, 2013). En la cuarto edición del OSM-IV, publicado en 1991.l, no se lleva-
Sin embargo, o pesa1 de esta largo historia, no se llevó a cabo ron a cabo modificaciones sustanciales. aunque cabe destacar que
uno consideración minuciosa de lo que hoy entendemos por AS/TAS por primera vez aparece lo denominación de trastorno de ansiedad
hasta lo publicación en 1970 por parte de Isaac Marks de un trabajo social (Ballenger et al., 1998), aunque en ese momento no se aceptó
titulado The classification of phobic disorders_ En dicho trabajo se y consolidó este término. Además, en esto edición se defendió lo
clasificaron como labias sociales el miedo a comer, beber, temblar, idea de que los ataques de pánico pueden estor presentes en todos
ponerse rojo, hablar, escribir o vomitar si podían ser observados los trastornos de ansiedad, lo cual permitió reconocer los atoQues
por otras personas. Además, Marks defendió que los personas q_,ue de pánico limitados al miedo provocado por situaciones de interac-
padecían este problema formaban un grupo de pacientes situados ción social.
entre la fobia específica y la agorafobia, ya que presentaban más Lo última versión del DSM-5 <2013) introdujo algunos variaciones
miedos q_,ue las personas con fobias a los animales, pero menos q_,ue importantes en el diagnóstico de este problema Lo más evidente
los agorafób1cos_ Con sus propios palabras; «Los psiquiatras ven
es el cambio de nombre de fobia social o trastorno de ansiedad
una gran variedad de fobias sociales en forma de miedos a comer, social, como un intento de capturar la experiencia más global y
beber, temblar, sonrojarse, hablar, escribir o vomitar en presencio
discapocitonte respecto a lo fobia específico que tiene realmente,
de otros personas. Estos difieren de los temores a los multitudes en muchos casos, un estímulo bien concreto y delimitado (Liebowitz
que se encuentran en los agorafóbicos, en que estos últimos son et al., 2000). Sin embargo, también se produjeron cambios respecto
más aprensivos acerco de una masa de personas juntos q,ue a los
a los criterios generales, así como la inclusión de un tipo especifico
individuos que forman lo multitud» <Morks. 1970, p 383L En ese que antes no existía_
momento, Marks ya señaló algunas características clínicas: las
fobias sociales constituíon aproximadamente el 8% de los trastor- En cuanto o los criterios. se generó un criterio específico paro el
nos fóbicos otendidos en el Hospital Maudsley de Londres, ocurrían miedo a lo e\IOluoción negativa (criterio BJ. Esto responde al intento
tanto en hombres como en mujeres, solían comenzar después de lo de subrayar lo ideo de que en lo AS son fuentes importantes de mie-
pubertad, con un pico en los últimos años de lo adolescencia y la do, no solo lo posibilidad de ser humillado, avergonzado o e\/Oluodo
edad de inicio era similor a lo de la agorafobia. negativamente, sino también el miedo al rechazo y a ofender a los
A partir de esta aportación fundamental de Isaac Marks, otros (Heimberg et al., 2011!}. Asimismo, se modificó el anterior cri-
el diagnóstico formal de fobia social se incluyó, por primera vez, terio C, que respondía al reconocimiento del miedo como excesivo
en la tercera ed1c1ón del Manual Diognó>tico y Estadístico de los e irrazonable, por el actual criterio E, que plantea que el miedo
Trastornos Mentales !DSM-111; American Psychiatric Association, o lo ansiedad son desproporcionadas respecto a la amenazo que
[APA11980J. supone lo situación social y el contexto sociocultural Por último, se
iricorpora el criterio F que requiere que lo AS/TAS tiene que haber
a. La ansiedad social en el DSM estado presente durante, al menos, seis meses.
En los dos primeros ediciones del DSM, en las décadas de los años Por otro lado, se ha incluido el especificador de actuación (per-
formance) si el miedo o la ansiedad se limita o uno situación espe-
cincuenta y sesenta. se refleja el predorninio de la psiquiatría psi-
coanalítica de la época, y la ansiedad social patológica no tenia cífica como hablar o actuar en público, y se ha eliminado el anterior
lugar como entidad específica, sino que existía un diagnóstico especificador de fobia social generalizado. Además de lograr una
genérico denominado reacciones o neurosís fóbicos. Con la publica- mejor confiabilidad diagnóstico, la evidencio existente, aunque no
ción del DSM-Ill en 1980, se reconoce formalmente este problema, es concluyente, sugiere que hay criterios empíricos que apoyan esta
aunque con uno visión acotado en relación con lo que se entiende categoría específico (Heimberg et al., 2011.l}.
hoy en día por AS/TAS. De hecho. en ese momento se consideraba
una fobia simple que se diagnosticaba únicamente ante situaciones b. la ansiedad social en la CIE
como el miedo a hablar en público, el miedo o comer en público o a La Clasificación Internacional de las Enlermedades, incluye a la
escribir en presencia de otras personas. Además, si estaba presente ansiedad social como categoría diagnóstico independiente en
la depresión mayor o el trastorno de personalidad por evitación, la décimo edición (CIE-10) <Organización Mundial de la Salud
el diagnóstico de fobia social quedaba descartado. En rigor, esto [QMSJ, 1992). En líneo con el DSM de esa época (el DSM 111-TR y
excluía del diagnóstico de fobia social a personas con miedos inter- el DSM·IVl, la CIE conceptuolizo lo ansiedad social dentro de lo
personales generalizados y con altas niveles de disfuncionolidad, lo categoría de «Trastornos de ansiedad fóbica>>, junto con las fobias
cual quedo recogido en el DSM III en tanto el texto explicito que, específicas, la agorafobia y otros trastornos de ansiedad fóbico. A
por lo general, las personas presentan un solo un estímulo fóbico, su vez. los trastornos de ansiedad están recogidos dentro de la sec-
q,ue es un trastorno poco habitual y poco incopacitante (Heimberg, ción «Trastornos neuróticos, secundarios o situaciones estresantes
et al. 2011.l.J. y somatomorfos», incluyendo los «Trastornos de ansiedad fóbica»,
Sin embargo, dado q_,ue muchas personas presentaban un miedo «Otros trastornos de ansiedad», «Trastorno obsesivo.compulsivo» y
intenso a numerosos situaciones sociales, esta visión restringido del «Reacciones o estrés grave y trastornos de adaptación».

BO
Capítulo J, Trastorno d:> ansiedad social

La í1lii1na edición, publicada en 7019, y en período de transición depresión presentan altos niveles de afectividad negativo y bajos
o su incorporación como herramienta diagnóstica, lógicamente pre- niveles de afectividad positi·va. Esto estructuro afectiva común per-
senta algunos carribios en lo concepruolización y diagnóstico de lo mite explicar la comorbilidad existente lCohen et al., 2017).
ansiedad social. En primer lugar, en líneo con los desarrollos descri- Asimismo, el uso y abuso de sustancias constituye un cuadro clí-
tos en el DSM, incorporo la noción de ansiedad social paro n1odifi- nico frecuente en personas que padecen AS/TAS. En muchos casos,
car lo clásico de fobia social. Asimismo, se enfatizo la aprehensión el consumo constituye una estrategia conductual y emocional pare
como un aspecto clave que describe la dimensión experiencia! y intentar superar los dificultades que supone la AS/TAS. Si bien el
conductual de retracción debido a lo evaluación negativa <y positi- alcohol constituye la principal sustancio a la cual recurren los perso-
Vlll por por1'e de los demás. Por último. hay un intento por atender nas con AS/TAS <Dliveiro et al., 2018), no es infrecuente el consumo
a las diferencias contextuales, lo cual llevo a contemplar síndromes de psicofármacos, como onsiolítrcos, y otras sustancias psicoactivas.
específicos como el takikin kyofusho como variante japonesa de lo En rigor, el alcohol funciona como una estrategia de afrontamiento
ansiedad social en lo que el foco está puesto en no ofender o los desadoptotiva que permite a lo persono focalizor la atención en
otros más que en lo concepción de humillación y vergüenza occi- estímulos externos y. por lo tonto, reducir momentánearr.ente los
dental (Kogon et al., 2016) . niveles de ansiedad. En otros palabras, se trata de una conducta
de seguridad_
B. Comorbilidad, heterogeneidad
b. El proble1na de la heterogeneidad· la ansiedad social
y estructura y sus múltiples formas
Recientemente, se ha publicado un excelente análisis con ·impor- Muchas condiciones clínicos, y lo AS no es la excepción o la reglo,
tantes repercusiones clínicas de las principales problemas de q_ue suelen adoptar una diversidad de formas muchas veces heterogé-
adolece lo psicopotología categorial: lo comorbilidod, lo heteroge- neas entre sí. Es decir, se llamo por el mismo nombre a entidades
neidad, y lo estructura {Hopwood et al., 2019). muy diversos. En el coso del TAS, esto ha dado lugar a los subtipos,
cuya organizoc'tón ha variado o lo largo del tiempo
a. El prob/e1na de la comorbífidad: la ansiedad social
y condicíones asociadas Además de las formas más específicos o generalizados, en los
años noventa apareció con fuerzo la ideo de organizar lo AS en
En psicopatologío, en particular en los trastornos emocionales, lo función de los tipos de situaciones temidas (p. ej., Turner et al,
comorbilidod es más lo norma q_ue lo excepción, lo cual es una cloro 1992). En eso taxonomía se plantearon, fundamentalmente, situacio-
manifestación de la existencia de procesos y mecanismos subyacen- nes relacionadas con lo ejecución, como hablar en público y otras
tes de orden superior, q_ue están alterados y pueden causar manifes- situaciones de interacción social, como conocer gente nuevo_ E>la
taciones diversas en un mismo individuo (p. ej. el afecto negativol. distinción se ha reflejado incluso en algunos cuestionarios que, hoy
La AS/TAS raramente ocurre de manero aislado. Por el contra- en día, son todavía muy utilizados, tonto en lo investigación como
rio, suele presentarse de manero comórb'1da con un amplio conjunto en la práctico clínica (liebowitz, 1987: Mattick y Clorke, 1998)_
de signos y síntomas clínicos, q_ue plantean el desafío de deseri- Un interrogante relevante en este punto sería cuáles son los
troñor q_ué rol cumple lo AS en lo organización de la disfunción diferencias y similitudes, si es que los hay, entre los distintos subti-
complejo q_ue presento un individuo. Lo evidencio indico q_ue un pos propuestas en su momento, especialmente, entre lo fobia rocía/
elevado porcentaje de los perso11os co11 AS/TAS presento una con- generalizada y la no generalizada. En los últimos años, se han lleva·
dición clínico adicional (Szofronski et al., 2014l, en particular, otros do o cabo numerosos estudios cuya objetivo ha sido precisamente
trastornos de ansiedad, lo depresión y el abuso de sustancias serían ese y, en general, las resultados apoyan la volidez de esto distinción
los más prevalentes. (Heimberg et al., 2011J-J.
Dentro de los trastornos de ansiedad, los que suelen aparecer los datos parecen indicar q_ue lo fobia social genera/izado, a
con más frecuencia asociados al AS/TAS son las fob'1os específicos, diferencio de la específico (o discreto), suele tener una edad de
el trastorno de pánico, la agorafobia y el trastorno de ansiedad comienzo más temprana y presentarse en personas con un nivel
generalizada_ Esto asociación, o su vez, está íntimamente relaciona- de estudios más bajo; además estos personas parecen presentar
da con el subfactor miedo q_ue identifican los estudios q_ue exploran mayores niveles de ansiedad y depresión, así como un curso evoluti-
modelos dimensionales jerárquicos <Kotov et al., 2017). vo más deteriorante. Además, quienes presentan lo formo específico
Por lo q_ue respecta a lo depresión, los estudios epidemioló- han mostrado tener un mayor nivel de reoctividad psicofisiológico
gicos indican que la comorbilidad es elevado_ Por ejemplo, Oho- al confrontarse con estímulos temidos. Finalmente, la formo genera-
yon y Schotzberg C2010J han reportado que hasta el 19,5% de las lizado pareciera estor mós vinculado con una vulnerabilidad estruc-
personas padecen ambos trastornos. Los puntos de contacto entre tural, tanto a nivel biológico (uno base genético) como en patrones
ambos condiciones no son pocas. la perseveroc'1ón cognitivo, la básicos de personalidad alterados Cpor ejemplo ·1nhibic'ión compor-
baja autoestima y outoeficacia así como los altos niveles de perfec- tomentol; Heimberg et aL, 20lll-l.
cionismo son solo algunas de los tantas características que pueden
c. Los prob/e1nas de estructura: las limitaciones de los
presentar tonto personas con depresión como con TAS <Hofmann y
Otto, 2008J. modelos categoría/es y la aparición de propuestas
dimensionales
En los casos q_ue lo AS/TAS se presenta junto a la depresión,
lo evidencia muestra q_ue aumenta significativamente la gravedad Los modelos que subyacen al DSM y la CIE definen los trastornos
clínica y lo disfunción general de los personas que padecen ambos a partir de conjuntos de síntomas q_ue se organizan en trastornos
problemas. En cuanto al perfil afectivo, tanto la AS/TAS como lo y. o su vez, en grupos de trastornos. Si bien esto taxonomía permite
Manual de ps copatoiogíü. \lolurnen 2

guío; 1anto lo evaluación como el tratamiento, ne está sustentada por ejemplo, en el miedo a la e11aluac1ón positiva y los problemas
en resultados empíricos, sino en una combinación de juicio clínico de de relaciones interpersonales y de interacción que presentan ias
autoridad y tradición histórica. Esto da lugar a que conjuntos de sínto- personas que sufren AS/TAS
mas muy heterogéneos sean etiq,uetados del mismo modo {Hopwood El RDoC le otorgo o la dimensión biológica un rol preponde-
et al, 2019). rante De este modo, odemós de las descripciones de outo-info1-
En el caso de lo AS/TAS, si bien el criterio A debe estar inva- me, el RDoC contemplo las potenciales conh1buciones celulares,
riablemente presente, el miedo o ansiedad intenso en una o más moleculares y neuronales, así co1no la psicofisiología y lo conduc-
situaciones sociales puede variar de manera significativa según el ta observable como la neuropsicotogía. En el caso de lo AS/TAS,
contexto Lo mismo con el criterio B. cuyo contenido fundamental dada la enorme cantidad de avances que se han realizado en
es la evaluación negativa {esto es, la posibilidad de ser humillado o relación con los circuitos neuronales y la activación ps1cofisiológi-
avergonzado) pero que puede esiar vinculada con situaciones muy ca, esta estructuro integrada puede ser de utilidad. Sin embargo,
diversas. no son pocas las voces Q.Ue expresan su preocupación respecto al
reduccionismo biologicista que supone un sistema de estas carac-
Lo mismo ocurre al contrario. Es decir, las mismas disfunciones
se han identificado en un conjunto diverso de trastornos. En este terísticas.
sentido, se ha incrementado sustancialmente, en los últimos años, el
estudio de modelos de variables latentes q_ue han permitido arrojar C. Epidemiología y curso evolutivo
luz en relación con las estructuras jerárq_uicos organizativas (Kotov
Como se ha señalado, la AS/TAS es uno de los trastornos mentales
et al., 2017). Si bien hay distintas propuestas de modelos jerárq,ui-
más prevalentes. El estudio epidemiológico mós exhaustivo hasta el
cos, una constante es su agrupación en das grandes bloq_ues de
momento se ha llevado a cabo por investigadores de los cinco con-
trastornos del espectro internalizante y externalizante. Lo AS/TAS
tinentes; con una muestra de 142.405 personas, tiene una notable
comparte un subfactor del espectro internalizante, junto a la fobia
representatividad, y en el mismo se toman en consideración una
específica, lo agorafobia y el tra'lforno por pánico, organizados en
amplia gama de variables. La prevalencia de la AS/TAS o lo larga de
torno al miedo como elemento constitutivo.
toda lo vida y tomando en consideración todos los países es del 4 %.
La noción de espectro internalizonte ha sido adaptada por la Sin embargo, existen diferencias significativas, atendiendo al nivel
última, y quizá más a1nbiciosa, de las propuestas dimensionales, de ingresos de los países (mayor nivel de ingresos, más prevalencia}
que es la Taxonomía Jerárquica de Psicopatología (HiTOP por sus y en ciertas regiones (en regiones de África y el este del Mediterrá-
siglas en inglésl. El HiTOP posiciona la AS/TAS como una de las neo son más bajos, y en América y el Pacifico oeste son más altas)
formas posibles en las q,ue se organiza la disfunción <Kotov et al., (Stein et al., 2017).
2017). En lo misma dirección, existe notable evidencia q,ue muestra El problema suele iniciarse en la adolescencia y tiende a pre-
que la afectividad negativa alta y afectividad positiva alta, no solo sentar un curso crónico {Wong y Rapee, 2016). El estudio epidemio-
están presentes en la AS/TAS, sino también en lo depresión y el lógico anteriormente citado ha identificado q_ue la edad de inicio
trastorno de ansiedad generalizado (Wotson, C\ark y Tellegen, 1988; es baja en todo el mundo, pero la cronicidad es mayor en países de
Naragan-Goiney y Watson, 2019). Lo mismo es posible afirmar res- ingresos medios-altos, as( como en Áfrico y el este del Mediterráneo
pecto a determinados procesos disfuncionales como lo utilización de (Stein et al., 2017l. Asimismo, existen diferencias de género y, en
la regulación emocio11ol, que se ha identificado en !a AS/TAS, pero línea con el resto de los trastDrnos internalizadores, la prevalencia
también en una muy diversa y heterogénea cantidad de tra'lfornas es mayor en mujeres que en hombres. El curso del trastorno tiende
mentales (Aldao et al., 2010l, sesgos en lo memoria autobiográfi- a ser semejante, aunque hoy evidencia que muestro mayores niveles
ca !Moscovitch et al, 2011) o en las sesgos atencionales \Schultz y de disfuncionalidad en mujeres <Asher et al., 2017).
Heimberg, 2008l.
Habitualmente, la AS/TAS con1ienza de manera más tempra-
En esto misma dirección, otro propuesto dimensional que ha na que muchos de los trastornos que suelen presentarse de forma
cobrado fuerza en los últimos años es el desarrollo del Research comórbida, con algunas excepciones como las fobias específicos,
Domain Criterio <RDoCl, liderado por el Instituto de Salud Mental el trastorno de déficit por atención o el trastorno de ansiedad a
de los Estados Unidos. El RDoC persigue una clasificación dimen- la separación. Asimismo, el inicio temprano de la AS/TAS predice la
sional con uno fuerte impronta en los hallazgos neurocientíficos, aparición posterior de cuadros depresivos y abuso de sustancias,
basado en una matriz bidimensional que comprende dominios y lo cual, además, predice altos niveles de disfuncionalidad e interfe-
constructos, por un lado, y unidades de análisis por el otro íCuth- rencia en la vida de las personas.
bert, 2014).
En el caso específico de la AS/TAS, muchos de los desarro- D. Diagnóstico diferencial
llos conceptuales y resultados empíricos se pueden ordenar en
el dominio de sistemas de valencia negativa, que, entre otras Uno de los mayores desafíos clínicos de la AS es realizar un diagnós-
facetas, comprende la amenaza aguda (el miedo) y la amenaza tico diferencial adecuado. Si bien e'lfo ocurre en todos los cuadros
potencial {la ansiedadl. De este modo, los aspectos distintivos clínicos, la AS/TAS puede presentarse de maneras muy diversas,
de la AS/TAS, como el miedo a la evaluación de los demás, o el desde una AS pronunciada, pero no patológica, hasta manife'lfacio-
uso de conductas de seguridad y la evitación en general, pueden nes de AS patológica como resultado secundario de otro condición
ser operacionalizadas como parte de los sistemas de amenaza {p. ej., una enfermedad físical. Asimismo, la AS puede tener desde
aguda y potencial del RDoC. Asimismo, los dominios de sistemas uno manifestación puntual, como el miedo específico a hablar en
de va/encía positiva y procesos sociales resultan de gran valor público, o manifestaciones muy generalizadas, con un compromiso
para la AS/TAS, en función de los desarrollos que se han hecho, de base en los patrones básicos de la personalidad. Ante ese pano-
Capitulo 3. Traslor'lO de ansiedad social

romo, resulto de sumo valor identificar los principales cuadros aso-


ciados a los q_ue hay q_ue atender cuando se realiza un diagnóstico ]í Miedo a la evaluación !negativa y positiva!. l_a AS/TAS
diferencial_ se deí1ne básicamente por el temor que pro-.incan los otros,
ASJTAS, el trastorno de pánico y la agorafobia. Las manifes- es decir, el pos1blP juicio que los demás tengan sobre la
taciones de pánico y de temores agorafóbicos se pre>enton como persona. Esto implica natuial1,1ente la posible evalu.Jción
uno de los principales desafíos clínicos en el diagnóstico diferencial negativa /p. ej., que los d<?más piensen que la persona
de muchos individuos con AS/TAS. En muchas ocasiones, en la AS se no es capaz o no tiene valor); pE'ro, también lil evaluación
pueden observar síntomas de pánico cuando las situaciones soc10les
positiva, en tanto eso puede elE'.vilr las exigencias futuras a
activan fuertemente el miedo de sufrir una crisis de pánico. En esos
niveles que la persona no cree poder alcanzar y, por ta11to,
casos, el cuadro clínico se agrava, en tonto el miedo yo rro está
circunscrito a la evaluación negativa, sino además se centra en el tambien percibe la evaluación positiva con10 una an1enaza.
posible deserrcodenamiento de uno crisis de pánico_ Asimismo, lo
agorafobia está marcada por la ansiedad provocada por situaciones
y Jugares en los que la persona no puede escapar. En ese sentido, un ASJTAS y los trastornos de personalidad. Las manifestaciones
individuo con este problema evitará, por ejemplo, un centro comer- clinicas y los procesos subyacente-sala AS/TAS están íntimamente
cial por la multitud, mientras ll.Ue alguien con AS/TAS lo evitará por relacionados con uno disfunción de la personalidad. En línea con los
la posibilidad de interacción social y el miedo o la evaluación que modelos dimensionales descritos anteriormente, la separación entre
ello conllevo (Szofranski et al., 2014)_ trastornos de personalidad y otras condiciones clínicas ha con1enza-
da a desaparecer. En el DSM 5 se planteo una modificación clave,
AS/TAS y depresión. Lo alto comorbilidod entre la depresión y
esto es. lo desaparición de los ejes, y en la literatura abundo lo
la AS/TAS do lugar a q_ue, en muchas ocasiones, sea difícil diferen-
investigación conceptual y empírico que apoya modelos dimensio-
ciar cuál es el cuadro principal y, por lo tanto, realizar un diagnós-
nales en los que la personalidad actúa como eje vertebrador de la
tico clínico adecuado_ Es imprescindible considerar si lo evitación
psicopotología. Por lo tanto, un diagnóstico diferencial de c11alquier
a las situaciones sociales se debe, principalmente, al miedo a lo
trastorno de ansiedad implica lo necesidad de llevar a cabo una
evaluación por parte de los demás junto con una conducta de evi-
adecuada evaluación de los niveles de funcionamiento de la perso-
tación respecto a relaciones interpersonales o como producto de
nalidad (Skodol et al., 20Jlll.
elevados niveles de onhedonia, pérdida de interés y de energía. Es
decir. es habitual encontrar temor a la evaluación en ambas condi- Precisamente por ello resulta muy importante realizar una dis-
ciones, y, por tanto, res11lto esencial realizar uno exploración minu- tinción preciso, en particular con el trastorno de personalidad por
cioso. Asimismo, cabe destocar q_ue la depresión atípico constituye evitación (TPEJ. Tanto la AS/TAS como el TPE tienen puntos comu-
una forma particularmente grave cuando se asocia con la ansiedad nes desde un punto de visto fenomenológico, en la medido en que
social, tanto respecto a la edad de inicio como a Jos niveles de dis- ambos expresan la necesidad de evitar situaciones que suponen
funcionolidod e incluso o la asociación significativa con el desarrollo lo interacción social. Sin embargo, mientras que lo AS/TAS suele
de trastorno bipolar <Koyuncu et aL 2015). afectar a algunas áreas específicas de la conducta y lo experiencia,
el TPE expreso una disfunción vinculado con aspectos temperamen-
AS/TAS, BI trastorno dismórfico corporal y los trastornos
tales de Ja persona, y, por tanto, un comportamiento generalizado
alimentarios. Estas tres condiciones pueden compartir manifes-
de evitación. Mientras que en la AS/TAS la evitación actúa como
taciones fenomenológicos vinculados con la evitación/alejamien-
conducta de seguridad con el propósito de neutralizar lo ansiedad,
to y posible inhibición como producto de un aspecto nuclear q_ue
en el TPE consrituye precisamente un modo de organización de lo
es la presencia de una autoimagen negativa. profundamente dis-
experiencia, q_ue se define por el desinterés en la interacción social
torsionada. En ese sentido, es fundamental lograr distinguir cuál
y componentes de marcada desconfianza hacia los otros. Por esta
es el rol del cuerpo en cada una de estas condiciones clínicas,
razón, además de una evaluación precisa de personalidad, es esen·
lo cual puede arrojar luz paro realizar un adecuado diagnóstico
cial incorporar herramientas de evaluación sobre el funcionamiento
diferencial.
interpersonal (Belloch et al., 2019).
Por ejemplo, la diferenciación diagnóstica de la AS/TAS y el
Cabe destacar, sin embargo, q_ue lo asociación que se puede
trastorno dismórfico corporal puede resultar una tarea complejo.
establecer con la personalidad es más amplio, y los signos de AS
Los similitudes no son pocos. desde los características de su cur-
pueden presentarse en relación con otros rasgos y facetos de la
so evolutiva como la edad de inicio y el curso crónico. el modo
personalidad.
de funcionamiento de ciertos procesos como lo atención autofa-
calizada, o los sesgos de interpretación, así como los patrones de
relaciones interpersonales evitativos {Fang y Hofmann, 2010>. Sin
embargo, mientras ctue en el trastorno dismórfico corporal el miedo 111. Características
a la evaluación negativa, la evitación y la autoimogen se origino
principalmente en una cuestión física y de apariencia, en la AS/
transdiagnósticas
TAS el problema se extiende o una dimensión más profunda de la En función de los avances que se hon realizado en los últimos
identidad personal y el self Asimismo, en relación con los trastornos 15 años, comienza a haber cada vez más consenso acerca del valor
alimentarios. el punto fundamental giro en torno a la imagen corpo- de las características transdiagnósticas como un modo de organizar
ral y a cómo su distorsión puede lle\l{lr a conductas y experiencias la disfuncionolidad. En el caso de la AS, como trastorno de ansiedad
muy s'1milares a los de la AS/TAS_ Esto es, altos niveles de perfec- y, por la tanto, como trastorno emocional, no caben dudas acerca
cionismo, miedo o lo e\l{lluación y preocupación por lo apariencia de la importancia de considerar uno serie de variables transdiog-
(Levinson et al., 2016). nósticos.

83
Manudl de t-'s1co::iato·o·;i1a. '/oiumen 2

En particular, 1esultan relevantes aq_uellos procesos que actúan da (p.ej. un estudiante que tiene q_ue hacer una presentación en
de 1nanero tronsdiagnóstica en el desarrollo y mantenimiento de las público) se disparo lo ansiedad y los pensomien1os empiezan o estar
disfunciones mentales. Lo posible identificación de dichos procesos dominado\ por recuerdos oversivos en clave de imágenes (p. ej.,
constituye uno de los avances más notables de la psicopatologío Ng et al., 2014) y por predicciones negativas acerca del devenir de
actual, y el campo de la AS patológico no es una excepción. los oconl'ecirnientos Este mecanismo onlicipatorio da lugar a que
Regulación cognitiva y emocional. A lo largo de los últimos lo persona evite la situación, o bien se enfrente a ella con elevada
años. la regulación emocional se ha convertido en uno de los cons- ansiedad y niveles elevados de auto-facolización. Asimismo. después
tructos más estudiados en psicología clínica. Una rápida bÚSQLieda de haberse enfrentado a la situación, lo persona se implica en un
en las bases de datos digitales bastará al lector poro dimensionar procesamiento sesgado, minucioso y can niveles elevados de rumio-
el crecimiento exponencial de uria literatura que resulta sumamente ción obsesiva, acerco de los fallos que haya podido provocar en la
relevante por las implicancias clínicas q_ue tiene_ De hecho, todas las interacción social, así como las posibles implicaciones negativas que
tradiciones psicoterapéuticos contemplan los aspectos emocionales pueda tener. La outojustificoción q_ue suele encontrar lo persono
como uno dimensión fundamental. para llevar a cabo este procesamiento rumiativo se relaciono con
lo idea de que así podrá planificar mejor los interacciones futuras
Entre los estrategias transdiognósticas que se ven afectadas por
y, por lo tanto, reducir la incertidumbre acerco de lo impresión 11ue
alteraciones en la regulación emocional, cabe mencionar lo supre-
ha causado en los demás. El procesamiento post-evento/situación
sión expresiva, que se define como el intento de esconder o eliminar
social generalmente se basa en una apreciación negativa del se/f y,
la expresión emocional. Es decir, el intento por no transmitir hacia
por lo tanto, aumenta los probabilidades de que la persona conside-
afuera la emoción que el individuo siente de manera interna. El
re que la ejecución ha sido peor de lo q_ue realmente fue, o peor de
ejemplo más ilustrativo es lo frase «poner caro de póq_uer», que
lo que las personas presentes en la situación valoraron_
alude indudablemente a QUe se expreso gestual, postural y ver-
balmente algo disímil de aquello que se experimenta de manera
interna.
La evidencia disponible muestra que la supresión expresiva ]J Procesamiento pre-evento social. (n línea con la apre·
aumenta los emociones negativas y disminuye las positivas, por lo hensión ansias¿ descritd por Barlow [1988], se trata de la
que constituye una estrategia generalmente desodaptotivo, a pesar antlc1pac1ón que realizan las per>or1as con ansiedad, que
de q_ue, en cosos específicos, puedo ser útil utilizarla (Dryman y ayuda a activar el modo agónico, dado que las situaciones
Heimberg, 20!8)_ A largo plazo, esta estrategia se asocia con meno- sociales futuras se perciben de manera amenazante.
res niveles de bienestar, satisfacción vital y autoestima.
]J Procesamiento post-evento social. Proceso en el que
Si bien es una estrategia que se ha identificado en un conjun- el individuo revisa sus propias acciones y las reacciones de
to diverso de condiciones clínicas, el componente intrínsecamente
los demás después de una Situación de interacción social,
interpersonal de la supresión expresiva lo convierte en un foco par-
ticularmente relevante para lo AS/TAS_ La utilización de la supre- asi como en previsión de un evento próximo Similar. Este
sión expresiva da lugar a compartir en -fnenor medida tanto las proceso de pensamiento perseverante, rumiativo y autofo-
emociones positivas como las negativos, e inclusive con \os vínculos calizado es habitual en las personas Que padecen AS/TAS,
primarios. En consecuencia, las personas que utilizan esta estrate- provoca más autovaloraciones negativas y recuperación de
gia también suelen recibir menos apoyo por parte las personas más memorias sesgadas y negativas y por lo tanto, constituye
cercanas, y, obviamente, tienen un menor grado de rapport con per- un factor de mantenimiento central en la AS/TAS.
sonas poco conocidas o desconocidas. A su vez, este ciclo se retroa-
limenta de manera negoti\IO en lo medida en que da lugar a menos
motivación paro lo interacción social, sesgos en el procesamiento de Sesgos atencionoles. la atención, como proceso básico, es
la información durante las situaciones sociales, menor desarrollo relevarite en distintos trastornos psicológicos. El sistema otencional
de habilidades y un incremento de las conductas de evitación. está implicado directamente en la detección de estímulos, propor-
Otra de las estrategias de regulación emociona\ que se han cionando \os mecanismos necesarios paro detectar y supervisor tan-
estudiado a lo largo de los últimos años y que tiene un peso especi'- to los estímulos ambientales como los interoceptivos linternosl, que
fico en la AS/TAS es la reevoluación cognitiva <Dryman y Heimberg, son relevantes para el estado motivacional del organismo. A pesar
2018). Asimismo, la rumioción, muchas veces entendida como uno del valor evolutivo de detectar potenciales amenazas, es posible que
estrategia de regulación emocional, también tiene uri valor trans- las personas con AS hayan desarrollado excesivamente este aspecto
diagnóstico importante. En particular, en la AS/TAS se materializa y el sesgo atencional se vincule con la sobredetección de estímu-
en el procesamiento onticipatorio y post-evento QUe ha sido incre- los amenazantes. Si bien este aspecto está contenido en todos los
mentalmente estudiado en la literatura <Morrison y Heimberg. 2013)_ modelos cognitiva-compartamentales de la AS/TAS, existen diferen-
Estos dos procesos cognitivos también desempeñan un impar· cias sustanciales respecto o este punto entre ellos.
tente papel en el mantenimiento del trastorno yo que sesgan el pen- Por ejemplo, se ha deiendida (Clark y Wells, 1995) que el miedo
samiento e influyen en la ansiedad y el afecto_ Antes de enfrentarse a la evaluación negativa, un elemento nuclear de la AS/TAS, se
o una situación, las personas <tUe sufren de AS/TAS suelen analizar conjuga con lo outoimagen negativa q_ue las personas con este pro-
detenidamente y de formo expectante los eventos que potencial- blema suelen tener de sí mismas y, por lo tanto, tienden o focalizor
mente pueden suceder (que, lógicamente, son infinitos), así como la atención en indicios internos, con lo intención de verificar si los
las posibles maneros de hacer frente o los problemas q_ue se puedan temores anticipados respecto desµ ejecución se confirman (p_ ej., e\
presentar. De esta formo, días (o meses) antes de lo situación temi- tartamudeo, el rubor, lo falta de claridad expositiva, la inseguridad
Capitulo 3. Trri~torno oe ans1edc.d social

cil hoblm, en la posturu corporal. etcétera) Esto da lugar a que se rior, es lo existenria o la urilrzación de patrones cognitivos basa-
reduzcan los recursos atencionoles disponibles para tomar e11 consi- do> en 1rr1ógenes mentales que presentan individuos con diver<;as
deración los estírnulos externos (p. ej., la respuesto de los personas condiciones clínitas, y larnbién las personas con AS/TAS (Holrr1es
de lo audiencia en el coso de una exposición o o la conducta del y Mathews, 2010, Ji et al., 2019)_ Existe amplia evidencia eir1pí-
interlocutor en el coso de una interacción social) y a que la persono r1ca que muestra que las imógenes negativas sobre el self que
tengo en mayor medida la sensación de haber siOo el centro de presentan las personas con AS desempeñan un importante papel
atención. aun cuando realmente no lo haya sido. en el desarrollo y mantenimiento del problema (Dobinson et al.,
Hay posturas que enfatizan que la atención se dirige particu- 2019; Hirsch et al., 2003; Stopo, 2009)_ Las imágenes mentoles se
larmente a los amenazas, tonto internas como externos, y hay otras refieren a «repre1entacianes y la experiencia que acompaño a lo
que consideran que el sesgo otencionol es producto de conductas información sensorial sin un estímulo directo externo» (Peorson e1
de evitación mós que de uno atención excesiva a los estímulos ame· al., 2013, p. 590), un proceso que, o menudo, se ha descrito como
nazantes (Wermes et al., 2018J. Segurrnnente la auto-localización ver con el ojo de la mente (Blackwell, 2018)_ La utilización de imá-
juegue un rol preponderante, así como la atención focalizodo, en genes mentales ha mostrado ser un medio con mayor capacidad
estímulos externos distintos de aquellos que la persona juzga como motivacional, desde el punto de vista emocional, que otras formas
amenazantes (Schultz y Hetmberg, 2008). De hecho, resulta plausi" simbólicas de cognición. como el pensamiento basado en palabras
ble que, a un primer momento de hipervig1loncio hacia estímulos o el conocimiento se1nántico (Hirsch et aL 2003. Holmes et al.,
negativos, le siga una evitación pronunciado de dichos estímulos 2006) y, por lo tonto, la utilización de imágenes positivas puede
((laudirro et al., 2019). En este serttido, resulta interesante recordar ser un potente activodor de afectividad positivo (Blockwell, 2018),
la diferenciación entre AS y las fobias específicos (antaño cons'1- y la utilización de imágenes negativas, un indicador presente en
deradas parte de uno condición clínico similor). Por ejemplo, una trastornos en los q_ue se observo urt bojo afecto positivo, la depre·
persorta con fobia o los cucarachas no reduce su ansiedad en las sión o lo AS/TAS (Ji et al., 2019)
situaciones temidos por evitar el contacto visual con el estímulo Asimismo, el ojo de la mente con el que los personas con AS/
temido_ Al contrario. las niveles de ansiedad pueden aumentar debi· TAS estructuran imágenes mentales negativas está íntimamente
do a la incontrolabilidad del estímulo_ En cambio, en la AS!TAS sí relacionado con eventos conflictivos que se produjeron en la vida
que se observo este comportamiento entendido como una conducta de las personas (Hackmann et aL, 2000), o situaciones socialmen·
de seguridad habitual y que, como todo conducto de seguridad, te traumáticas ocurridas en la infancia o adolescencia <Takanashi
permite la reducción momerrtánea de ansiedad. et al., 2019). En ese sentido, lo memoria autobiográfica juega
un papel esencial en el mantenimiento de esto representación
negativa del seff por medio de imágenes y, por lo tonto, esto da
JI Focahzación de la atención a estimulas internos y lugar a conceptual izar la AS/TAS. del mismo modo que otros tras·
tornos del espectro afectivo y traumático, como un déficit en el
externos. La aulOÍOCdlización :.e defirte corno la gene-
guión o la narrativa personal de la persona afectado. La memoria
ración interna de iníormacion autorreferida. El contenido
autobiográfica es entendida como un tipo de memoria episódico
puede ser tanto corporal y físico, como cognitivo y emo- que involucra determinadas memorias explícitas, y la evidencia
cional. incluyendo creencias, actitudes y recuerdos (Spurr y disponible muestro que las personas con AS/TAS muestran mayor
Stopa, 2002]. Los modelos cognitivo·conductuales sugieren nivel de detalle respecto o memorias oversivos, los valoran de un
que una mayor atención centrada en uno mismo juega un modo más angustiante e intrusivo que los participantes sanos,
papel importante en el mantenimiento de la AS!TAS. además de juzgarlas como mós relevantes a la hora de conformar
lo autopercepción <Moscovitch et al., 2018; Romano et al., 2019).
Variabilidad del ritmo cardíaco. En los últimos años, se ha
Sesgos de memoria. En lo AS/TAS también es importante enfatizado el rol q_ue juegan variables psicofisiológicas en lo apari,
tomar en consideradón los sesgos de memor·1a que permiten, por ción y mantenimiento de distintos trastornos psicológicos. En parti·
ejemplo, que la información oversivo y confirmatoria de los es<1.ue" culor, se ha estudiado el vínculo existente entre la variabilidad del
mas disfuncionales sea más propensa a ser codificada respecto a ritmo cardíaco y los trastornos emocionales, pues constituye parte
otro tipo de estímulos y/o información. En particular, lo memoria sustancial de lo arquitectura sobre lo cual se cimentan procesos
implícita parece mostrar la presencia de un sesgo en lo medido mentales de regulación emocional (Thoyer y Lane, 2009). Lo arrit-
en que las personas con AS suelen mostrar un priming mayor en mia sinusol respiratoria, q_ue responde a la sincronía entre lo fre-
situaciones de interacción negativa respecto o sujetos sanos (Amir cuencia alta de la ll{lriobilidad del ritmo cardíaco y la respiración, se
y Brower, 2003l. En cuanto a lo memoria explícita, si bien hay eslu· ha propuesto como un factor transdiagnóstico general de psicopa-
dios <t.Ue sugieren <t.Ue los personas con AS suelen reconocer mejor y tologio (Beauchaine y Crowell, 2020J. Este proceso psicofisiológico
recordar más las expresiones faciales negativas respecto o los neu- ha mostrado estor particularmente afectado en todos los trastornos
trales y o los positivas (Foa, Gilboa·Schechtman, Amir y Freshman, de ansiedad (Chalmers et al., 20111), y la AS/TAS no es lo excepción
2000), la evidencio es mixta. En líneas generales, tal como marcan a lo reglo (Alll{lres et al., 2013). En líneos generales, estos índices son
Kuckertz y Amir (2014), queda de manifiesto <1.ue a diferencia de las una muestra de la menor flexibilidad del sistema parasimpático a lo
sesgos atencionoles y de interpretación, los estudios sobre sesgos de hora de pasar de momentos de activación a momentos de reposo. Es
memoria en AS/TAS no sort suficientemente conclusivos para esta· decir, lo dificultad para inhibir los respuestas excitatorias.
blecer determinaciones contundentes. Finalmente, también cabe subrayar que el estudio de variables
Imágenes mentales y memoria autobiográfica negativa. tronsdiagnósticas en el caso de la A.SITAS puede verse beneficia-
Un factor tronsdiagnóslico, íntimamente relacionado con Jo ante- do por la incorporación de las tecnologías de lo información y la
Manual de psicopdtoloqía. vo.urnen 2

1omun1cor1ón. por ejemplo, los teléfonos móviles inteligentes y los Ílrociona/es. miedos despropordonados, yo que, objetivamente no
sen>ures. El registro contmuo, en el contexto de vida cotidiano. de hay razone~ quejustifiq.uen la reacción de miedo (Marks, 1987).
experiencias y conductas de manefO repetida en el tiempo permite La ansiedad es una emoción más compleja q_ue el miedo (Bor-
estudiar cómo se relacionan determinados eventos en un contexto low, 1988); en la ansiedad suelen estar presentes muy distintos sen-
específico, con distintos procesos transdiagnósticos. timientos (p. ej., incertidumbre, excitación, alarma, cólera, tensión,
En cuanto a los sensores, no solamente permiten la evaluación enfado, frustración, nerviosismo, preocupación, tristeza, etc.l, junto
de medidas psicofisiológicas de relevancia, como el electrocardio· con un componente fundamental de miedo. Por tanto, lo ansiedad
grama, para identificar la variabilidad del ritmo cardíaco, sino tam- es dist1nto del miedo, aunque tiene con este importantes similitu-
bién determinados procesos atencionales por medio de tecnologías des Las monifestac1ones que se producen en ambos casos {pensa-
como el eye tracker o evaluación pasiva. a través de sensores corno mientos, conductas y respuestas fisiológicas) son similares <Long,
lo geolocolizoción, que permite evaluar niveles de activación con- 1968), aho10 bien. el miedo se produce ante algo concreto e identi-
ductual (Mohr et al, 2017)_ ficable, mientras que la ansiedad es mós difusa, el peligro es menos
En conjunto, las variables transdiagnósticas responden a proce- claro, se reacciona ante una vago sensación de amenazo. Además,
sos de regulación en su sentido más amplio. Es decir, procesos de el miedo está centrado en el presente, en lo que está sucedierido
regulación emocional, cognitivo, social, comportamental y fisiológi- o puede suceder ahora; la ansiedad está más orientada hacia el
co que, o su vez, pueden funcionar como variables moderadoras y futuro, hacia algo que podría ocurrir si no estamos atentos para
mediadoras entre los situaciones estructurales de vulnerabilidad anticiparnos y hacer algo al respecta. Barlow (1988) lo denominó
y los signos y síntomas vinculados con las distintas condiciones clí- aprensión ansioso, esto es, la posibilidad de controlar y predecir los
nicos, en este caso. la AS/TAS. acontecimientos. Al igual que el miedo, cierto grado de ansiedad
tiene un gran valor y facilita lo acción, haciendo que prestemos
atención a lo que sea necesario hacer (p_ ej., estudiar ante un exa-
men}; pero, si se sobrepasa cierto nivel. la ansiedad puede resultar
IV. Comprendiendo la ansiedad muy perjudicial y alterarnos tanto que yo no seamos capaces de
social y el trastorno de atender a los aspectos fundamentales de la tarea (p. ej., buscar y
encoritror la salida en un incendio).
ansiedad social En el caso de los animales. !as amenazas provienen de dife-
En este epígrafe se presentan los principales modelos que intentan rentes fuentes: situaciones naturales (p. ej., el fuego), depredación
explicar el surgimiento y el mantenimiento de lo AS/TAS por parte de animales de otras especies y de miembros de la mis-
ma especie (congéneres) que compiten por los recursos existentes.
Según Marks (1987), la ansiedad social puede considerarse como
A. Factores etiológicos: aportaciones un aspecto de un sistema de res-puesta defensivo que evolucionó
iniciales para hacer frente a las amenazas. Dicho de otra forma, la ansiedad
social sería una parte de la dotación genética de nuestra especie
Como se ha señalado anteriormente, Isaac Morks (1970J tiene el que desempeñó un papel fundamental en lo evolución de la ~ida
mérito de haber llamado la atención sobre la ansiedad social y se individual a la vida social (Chance, 1988; Gilbert, 1989). Ahora bien,
debe o él su inclusión en los sistemas diagnósticos, en el marco de en el caso de los seres humanos cabría hacerse algunos pre-
lo q,ue se denominó trastornos fóbicos. No obstante. en ese momen- guntas en relación con la AS o el TAS. En primer lugar, ldónde
to, Marks ya diferenció entre lo que llamó fobias monosintomáti- está la amenaza en las interacciones sociales. en las relaciones que
cas (miedo o animales, o miedos a otras situaciones específicos) y podamos mantener con otros seres humanos? La respuesta es que,
fobias difusas <agorafobia y algunas fobias sociales). por desgracia, sí existen amenazas reales. Ejemplos cloros son los
Años después, este autor, analizó con mucha más profundidad actos terroristas, las guerras, los conflictos entre costas, naciona-
el tema, desde una perspectiva evolucionista (Marks, 1987). En su lismos, estados totalitarios, clases sociales, clubs o países cerrados
análisis sobre miedo, evolución y defensa, subraya el enorme valor que, de hecho, limitan y excluyen a buena parte de la humanidad
adaptativo del miedo, como un primitivo sistema de alarma que se del acceso a recursos fundamentales para la supervivencia. De la
dispara ante lo presencia de un peligro, protegiendo así a lo perso- misma forma, determinados tipos de valores culturales, como la
na Con sus propias palabras, «El miedo es un legado evolutivo vital consideración de las mujeres como seres inferiores, o la noción de
que conduce a un organismo a evitar lo amenaza y tiene un valor ganadores o de perdedores, etiquetas basadas, simplemente, en el
obvio para lo supervivencia» (Marks, 1987, p. 93). Sin miedo, sería logro de dinero, éxito y prestigio social. En segundo lugar, lcómo se
muy difícil sobrevivir a las amenazas de lo naturaleza. El miedo nos producen estos amenazas? Esta pregunta es algo mós difícil; para
señala la presencia de un peligro, activa los sistemas de alarma del encontrar posibles respuestas recurriremos a algunas las aporta-
organismo, así como la energía o la fuerza para hacerle frente y, ciones de Morks (1987) y otras perspectivas evolucionistas (Gilbert.
dependiendo del tipo de peligro, hace que actuemos con pruden- 2001, Gilbert y Trower, 1990, Gilboa-Schechtman, Shachar y Help-
cia. Se habla de miedo cuando existe un objeto o situación iden- mon, 2014; Trower y Gilbert, 1989; Trower, Gilbert y Sherling, 1990;
tificable (p. ej., una serpiente, un león, un coche que viene hacia Trower y Turland, !984).
nosotros sin control>, ante el que reaccionamos con rapidez para El análisis de Marks {1987) sobre evolución y conducta defensiva
intentar escapar o para defendernos. Cierto cantidad de miedo es resulta muy ilustrativo. Al hablar de AS o TAS, básicamente, se está
normal y muy adaptativa: evitar ir por el borde de un precipicio, apelando a amenazas que pueden provenir del exterior del grupo
mirar a ambos lados antes de cruzar una calle, etc. Sin embargo, el social, esto es, el míedo al extroiío; o de nuestro propio grupo social
criterio fundamental para identificar las fobias es q,ue son miedos de referencia. esto es. el miedo a las congéneres. Paro Marks, las
Capttu(o 3. Trastorno oe ans1ed<1d soci<1I

respuestos defensivas emergen como adaptaciones frente o los peii- de In q_ue se deriva la moderna ansiedad respecto o lo interacción
gros existentes en la naturaleza y frente a los amenazas de posibles y las relaciones sociales_ Estos autores se plantean varias preguntas
enemigos; ademéis, lo> enemigos se pueden dar tanto dentro como iespec1o a eslo rnoderna ansiedad. iExiste un fenónieno como la
fuera de la especie_ Por tonto, como ya hemos señalado, poro este ansiedad social, que se puede distinguir de airas formas de ansie-
autor lo evolución no sería más q_ue una carrera armamentística dad? Y si es así, lqué es? iPor q_ué y cómo es diferente de otras
entre los adaptaciones defensivas que llevan o cabo los víctimas formas de ansiedad? lPor qué los seres humanos tienen orisiedad
para sobrevivir y los intentos de los predadores paro superarlas social/ lA qué propósito s1r·;e, dada su aparente omnipresencia, en
Desde esto perspectivo (Morks, 1987), la adaptación sería un la organización de lo vida social humana? lPor qué hay personas
proceso sin fin, siempre podró haber adaptaciones cada vez más que están asustadas ante la posibilidad de desaprobación por porte
exitosas e intentos más sofisticados paro vencerlas_ En cada momen- de los demás, en lugar de asustarse solo por lo posibilidad de ser
to y en cado situación, amenazar o escapar pueden tener ventajas o heridos físicamente por los demás?
desventajas, dependiendo del enemigo, del arma1nenfo disponible Con ello abordamos otra fuente de miedo, ya no se trato de
y del contexto en el que se produzco la amenaza. Por otra porte, amenazas ante congéneres enemigos, sino de amenazas prove-
las reacciones de miedo son similores ante amenazas procedentes nientes de miembros del propio grupo. Aunque resulte paradójico,
de predadores de otros especies o ante congéneres de lo propio muchos de nuestros temores y preocupaciones derivan de la nece-
especie. Es uno lucha que supone dominar o ceder. Los animales sidad y lo presión para adoptarnos o grupos sociales jerárquicos
con más miedo ceden ante los amenazas de los agresores y sobrevi- y complejos. Grupos que han desarrollado multitud de normas y
ven; pero, sie1npre o co>ta de oigo. Se trato de lograr un equilibrio directrices que, o veces. resultan difíciles de comprender y seguir
difícil~ el miedo y la conducto defensiva (p. ej., la sumisión) permi- poro algunos de sus m·1embros. La cautela, lo prudenc·1a, lo sumi-
ten lo supervivencia ante un agresor, pero reducen lo probabilidad sión, el coraje, lo iniciativo, lo sinceridad, la autoafirmoción, etc.
de éxito en e) grupo. Los animales de rango social superior tienen pueden ser más o menos adaptativas dependiendo de la situación.
más acceso o comida, territorio y parejos, pueden proporcionar mós Algunos momentos requieren notable prudencia, en otros hocen
cuidados a sus crías y tienen más crías. Los animales temerosos falto grandes dosis de valor y resulto difícil identificar cuándo y
(tímidos) quedan relegados a la periferia del grupo o incluso son cómo hacerlo para sobrevivir y/o tener éxito en un determinado
obligados o dejarlo. El miedo al extraño, que es posible observar grupo social.
en niños entre los 8 y los 24 meses. no tendría explicación desde El planteamiento teórico evolucionista puede resultar lltil para
lo perspectiva de nuestra sociedad actual, pero puede resultar muy ayudar a comprender estos difíciles eq_uilibrios q_ue es necesario
adaptativo desde uno perspectivo evolucionista: habría aparecido tener en cuento en las relaciones sociales. Ya se ha seiiolado q_ue
como uno protección eficaz ante amenazas de los congéneres. De la AS desempeñó un papel clave en la transición de la forma de
hecho, muchos animales matan a miembros de su mismo especie: vida individual a lo social, pues {irónicamente) hizo posible q_ue los
«arenques, gaviotas, el pájaro negro europeo, las águilas, los cone- individuos vivieran juntos en grupo, una importante ventaja poro
jos, las ratas, las hienas, los perros salvajes, los osos, los lobos. los lo supervivencia Seglln Trower et al. (1990), la AS en la sociedad
hipopótamos, los leones y, al menos, 16 grupos de primates incluido moderna probablemente se ajusto a la misma formo y función, y,
el hombre» (Morks, 1987. p. 33). Normalmente se mata a extraños, para explicarlo, recurren a las aportaciones iniciales de Gilbert
esto es, congéneres no relacionados, especialmente a los crías más (f989J y Chance 0988) sobre los sistemas de defenso y de seguridad.
jóvenes ya que, la desaparición de los críos de otros en el grupo A continuación, se expone lo fundamental de estas aportaciones.
aumenta la probabilidad de supervivencia de los propios y ese mis- Gilbert y Trower (1990), en la líneo de Seligmon 0971l, defien-
mo patrón también se obserl/<l en lo especie humana_ Marks (1987) den la naturaleza biológicamente preparada de la AS y, al igual
apelo incluso o uno serie de episodios trágicos, como lo orden de que Marks (1987), afirman que lo AS surge de lo activación de pri-
Herodes de motor a todos los niños, o lo del Faraón de motar a los mitivos sistemas de valoración/respuesta evolucionados para hacer
hijos de los hebreos, o la decisión de motor a un niño concebido por frente o amenazas intra-especie y defienden que el desencadena-
otro varón en distintas culturas. En sumo, e! hombre es el mayor pre- miento de dichos mecanismos de valoración/respuesto de formo
dador del hombre y, aunque se ha observado que es más probable inadecuado subyace a los procesos patológicos característicos de
la amenazo por porte de los extraños, también existe riesgo con los personas q_ue experimentan ansiedad en las interacciones socia-
miembros del propio grupo o en la propio familia. Por ejemplo, entre les. Poro estos autores, los seres humanos somos el eslabón final
Jos esquimales o en China fue frecuente el infanticidio (especialmen- de uno largo historio de evolución y esa herencia filogenética ha
te de niñosl, desgraciadamente, sigue siendo demosiodG habitual quedado reflejada en la actual morfología de nuestro cerebro q_ue
el abuso y el maltrato en lo infancia <incluso en Jo actual sociedad incluye distintas áreas con distintas funciones: (a) el cerebro reptil,
occidental> (Botella, Baños y Perpiñá, 2003). con un papel central en la conducto competitiva (la adquisición y
Ahora bien, como señalo Marks <1987), los especies rio son ni defensa del territorio, mostrar amenaza; (b} el cerebro paleorna-
buenos ni molas. Es uno mero lucho por la supervivencia, los con- mífero <sistema límbico) que supone la transición de los animales
géneres cooperan y cuidan unos de otros, cortejan y copulan, pero de sangre frío o !os animales de sangre caliente y también hacia
también luchan y se matan entre ellos. El contacto entre compañe- el advenimiento del cuidado de los niños (sistemas de crianza) y
ros y !o vida en grupo proporciona muchas ventajas y ello ha dado los vínculos de apego; (el el cerebro neomomífero (neocortex) con
lugar a lo evolución de los conductos sociales y también a la AS estructuras corticales que permiten la representación simbólico de
<Morks, 1987>_ Como señolon Trower, Gilbert y Sherling (1990), lo las contingencias externos. Estas estructuras permiten a nuestro
AS existe en todo la roza humana y también en otros primates y en especie realizar cometidos bastante complejos como prever posibles
algunas otros especies de mamíferos como nosotros. La AS no es un consecuencias, esperar determinados acontecimientos, hacer planes
desarrollo reciente, sino que tiene uno largo historia filogenética o incluso fantasear. Paro explicar la AS, estos autores <Gilbert y
Manua: dP ¡:is1copatología. Volurr:en 2

Trower, 1990, Trower y Gilbert, 1989) postulon do> grandes sistemas: tos agónicos. En los animales. los miembros del grupo actúan
el siste1no de defensa y el sistema de seguridcd juntos y realizan acciones beneficiosas poro lo super'tivencia
de todos (p. ej, la caza o la defensa frente a los depredado-
L f/ sistema de defensa incluye. por uno porte, el poder que
resi. No se utilizan señales de amenaza, smo seriales de r:al-
surge a purti1 del territorio ganado y mantenido en e>pecies
ma, seguridad y tranquilidad (saludos, besos, abrazos. y otras
territoriales (p. ej., los 1ep<iles) y. por otra, !as jerarquías de
formas de comporta1niento sociall. En los humanos, el rnodo
dominancia que surgen en otros animales no territoriales (p.
hedónica se ejemplifica en las 11umerosas conductos y rutinas
ej., los mamíferos). Los mamíferos viven en grupo, pero han
de cortesía <saludos, despedidas, peticiones indirectas, guar-
desarrollado Jerarquías muy importantes para to estructuro y
dar turnos, pedir disculpas, etcJ profundamente arraigados
lo cohesión del grupo_ En coda grupo lo jerarquía de poder se
en el comportamiento social. Estas señales de seguridad dis-
estructuro alrededor de la atención dirigido a los miembros
minuyen las conductas defensivas y facilitan la cooperación
dominantes. Chance <1980) denomina esta forrna de interacción
mutua, lo interacción y la apa1-'1ción de conductas creativas e
modo agónico (agonic mode), que permite a los subordinados innovadoras.
reconocer y anticipar ameno2a1 (p. ej., expresiones de ira o
rechazo por parte del miembro dominante), para poder reac- Por tanto, en el modo hedónico cambia todo: los miembros del
cionar de inmediato dando muestras de sumisión y apac1gua- grupo pueden ser una importante fuente de seguridad. Se trata
mienta q,ue harán que el dominante abandone las amenazas y de detector y reconocer esas seriales de seguridad. Cabe recordar
lo posibilidad de infligir daño. Un buen ejemplo es el contacto aquí que la ansiedad es el resultado de la presencia de un peligro
ocular, en muchos especies animales y en los primates, el con- o la ausencia de seguridod<Rachman, 1984). En efecto. es posible
tacto ocular directo significo amenazo, y desv·1ar lo mirada suele observar que los niños, ante una posible amenaza se acercan a las
indicar sumisión y obediencia. En la especie humana, aunq,ue personas con los que se sienten seguros. El sistema de apego es el
estas respuestas están moduladas por factores culturales y de encargado de suministrar normas y directrices esenciales para la
aprendizaje. también se reconoce que el patrón de mirado fijo y supervivencia o los miembros jóvenes del grupo a través del cuida-
directo supone confrontación, y q,ue desviar la mirado suele ser dor primario. Una de ellas es la seguridad bojo amenazo, el niño
un signo de sumisión o de malestar. Estamos evolutiva y biológi- regresa a la madre para protegerse, para calmarse y esto le per -
camente preparados para temer rostros que expresan enfado, mite volver a alejarse y exploror (Bowlby, 1969). Merece subrayarse
crítica o rechazo (Óhmon, 1986). En resumen, la evolución ha que es precisamente en el momento en el q_ue el niño empiezo a
dado lugar a sistemas de evaluación-respuesta/cooperación q,ue desplazarse cuando surge el miedo al extraño, una forma precurso·
hocen posible la vida en grupo. En gran medida, la organización ro de AS_ Además, tal y como subrayan Trower et al. (1990), el modo
del comportamiento social está controlada por relaciones de en el que se manejen estos temores en un determinado sistema de
poder, en las que la AS es un componente muy importante. por crianza tiene claras implicaciones paro el surgimiento de la AS_ Por
no decir vital. El modo agónico, típico del sistema de defensa en tanto, el tipo de apego (seguro o patológico) se convierte en un
el que surge la AS, es un logro evolutivo que permite vivir juntos elemento a tomar en consideración para explicar la AS y quizás
al miembro dominante del grupo y al subordinado; pero tiene también el TAS.
un coste ya que inhibe otros tipos de iniciativos como la explo- El modo hedónico ha supuesto un avance sustancial. hace que
ración, la creatividad o la innovación. Como subrayan Trower y el ambiente social seo seguro y, de este modo, facilita la depen-
Gilbert (1989l, en el modo agónico lo importante es seguir al dencia mutua y la cooperación_ Los seres humanos que trabajan y
líder (p. 21l. resuelven problemas juntos pueden lograr y superar muchos más
retos que los que trabajan solos o en un entorno amenazador. Era
necesario el surgimiento de una organización social cooperativa
y horizontal, que permitiera la cooperación entre sus miembros.
!J Modo agónico. El modo agónico es una forma de fun·
para que fuera posible el desarrollo de la inteligencia humana y la
cionamiento que permite a los m1en1bros subordinados del culturo (Chance, 1984).
grupo reconocer y anticipar amenazas Ir. ej., expresiones
En resumen, la evolución ha dado lugar a sistemas complejos
de ira o rechazo por parte del miembro dominante) para que permiten la vida en grupo, y la AS es el producto de un fraca-
poder reaccionar de Inmediato dando muestras de sumí· so para activar un sistema filogenéticamente más tardío, el modo
sión y apaciguamiento que harán que el dominante aban· hedónico. Ahora bien, el sistema de defensa y el de seguridad no
done las amenazas y la posibilidad de Infligir daño. Es un tienen por q_ué ser excluyentes. Una persona puede reaccionar de
logro evolutivo que permite v1v1r juntos al miembro domi- una forma u otra dependiendo de lo -situación. Muchos personas
nante del grupo y al subordinado; pero tiene un coste ya experimentan habitualmente ambos sistemas, pero suelen funcio-
nar en el modo hedónico lo mayor parte del tiempo {Trower y Gil-
que inhibe otros tipos de iniclativc.s como la exploración, la
bert, 19891. Sin embargo, las personas con AS están predispuestas
creatividad o la innovación.
a utilizar la mentalidad agónica y tienen dificultades poro construir
formas hedónicas de interacción social. Esto hoce que, en las inte-
racciones sociales de estas personas se active un sistema más anti-
2. El sistema de seguridad, según Gilbert (1989), se estructura guo, el modo agónico y los procesos de pensamiento atencionales
en relación con uno forma de organización social que Chance y simbólicos se filtren o través de esa perspectiva agónica, esto
(1980) denomino modo hedónico. El modo hedónico ho hecho es, desde un punto de visto defensivo-. se presta atenc'1ón al daño
posible que los miembros de lo misma especie cooperen en potencial, la persona se percibe a sí misma como inferior en jerar-
estrecha proximidad unos de otros sin activar comportamien- quías hostiles y se ponen en marcha conductas de sumisión poro
capitulo 3. -;-rastDrno ae a11s.edrtd social

impedir el rechazo o lo pérdida de estatus. En el modo agónico, lo y uno mayor repercusión por lo que se refiere a lo evaluación y t>I
persona opera con un predominio de una mentalidad competitivo/ tratamiento de la AS/TAS.
defensiva: la atención se centro en el se!fy se compara frente al
otro, sus interacciones sociales son, como para muchos animales, a. Modelo de Cfark y Wells (1995J
situaciones amenazadoras y peligrosos. En el modo hedónico, la
Este modelo parte de planteamientos que subrayan la impo1ion-
atención ya no se centra en el sel!, ni el individuo se compara frente
cio de factores cognitivos en la ansiedad social que defienden que
al otro; la percepción de señales de seguridad a1nigables hace q_ue
las personas se preocupan por sus pensamientos acerca del arousal
esto ya no sea necesario_ Ahora bien. según estos autores (Gilbert y
fisiológico que e~perimentan en situaciones sociales, su ejecución
Trower, !990; Trower y Gilbert, 1989), esto no se produce por igual
y las percepciones que puedan tener los demás acerca de ellas
en todos los miembros del grupo, por tanto, la AS puede ser el fra·
y también ponen mucho énfasis en la auto .. evoluación (Hartman,
caso de algunos individuos paro identificar las señales de seguridad.
Lo persona con AS operaría bajo el predominio de una mentalidad
1983L Con sus propias palabras ((lark y Wells, 1995), «los persona>
con estos problemas utilizan la información interoceptiva para cons·
competitiva/defensiva y la ansiedad surgiría del temor a ser consi·
fruir uno impresión de sí mismas, que asumen refleja lo q_ue otras
derada sin valor o carente de atributos positivos por otros miembros
personas observan, y que esta información es relativamente más
del grupo. Estos autores apelan también a una serie de factores que
i1nportante que la observación del comportamiento real por parte
explicarían por qué algunas personas pueden no sentirse seguras en
de los demás» (p. 82).
las interacciones sociales con los demás: fundamentalmente, el tipo
de apego, factores relacionados con el desarrollo como el sistema Según estos autores, para la persono con AS el problema
de crianza de los padres y los relaciones con otros allegado~ signi· comienza con la detección de una audiencia que la puede observar
ficativos, las expectativos, la capacidad de coping, el contexto, los yjuzgar. Además, esta persona mantiene una serie de creencias y
valores y lo cultura. supuestos disfuncionales respecto a las interacciones sociales, por
ejemplo, los demás tienen altos estándares acerco del desempeílo
social, creencias disfuncionoles con respecto a la importancia de la
evaluación social y supuesto\ incondicionales sobre el seff. De estos
_JIModohedónico. Un logro evolutivo que ha hecho posible
supuestos surgen una serie de cogniciones negativos, que le hacen
que los miembro> de la misma especie cooperen en estre·
pensar q_ue siempre está en riesgo de comportarse de una manero
cha proximidad unos de otros sin activar comportamientos que será considerada (por los demás) defectuosa e inaceptable y
agónicos. En los animales, los miembros del grupo actúan que esto dará lugar a su rechazo y/a la pérdida de estima y valor.
juntos y realizan acciones beneficiosas para la superviven· Por lo tanto, la mera presencia de otros activo lo posibilidad de ser
cia de todos (p. ej., la caza o la defensa frente a los depre· juzgada por un comportamiento inaceptable y que los resultados
dadores). No se utilizan serlales de an1enaza, sino serlales temidos se produzcan. C!ark y Wells enfatizan que la activación
de calina, seguridad y tranquilidad (saludos, besos, abrazos, del programa de ansiedad social gira alrededor de un proceso que
resulto crítico: lo atención foca/izada en uno mismo y la creación de
y otras formas de comportamiento social]. En los humanos,
la impresión del self como un objeto socio/.
el modo hedonico se ejemplifica en las numerosas conduc·
En el modelo se asumen uno serie de premisas:
tas y rutinas de cortesia [>aludos, despedidas, peticiones
indirectas, guardar turnos, pedir disculpas, etc.) profunda· Lo persona está motivada y desea presentar una impresión favo-
mente arraigados en el comportamiento social. Estas sel'ta· rable de sí misma Cselfl. Pero duda acerca de su capacidad para
les de seguridad disminuyen las conductas defensivas y lograrlo en situaciones sociales concretas.
facilitan la cooperación mutua, la interacción y la aparición Esto inseguridad es una manifestación de un procesamiento
de conductas creativas e innovadoras. autofocalizado negativo. Está también asociada a una serie
de conductos de seguridad que la persona utiliza para prote·
gerse, salvaguardar su autoestima y evitar juicios negativos de
otros.
B. La importancia de la cognición y la Se asume que, al contrario de lo que la persona espera, algo·
nas de estas conductas de seguridad que pone en marcha para
imaginación !modelos cognitivo-verbales
protegerse dan lugar o síntomas problemáticos, aumentan la
y cognitivo-Imaginativos) probabilidad de una ejecución deficitaria y de que se produzcan
las consecuencias temidos.
En los últimos años, han aparecido algunos modelos q_ue intentan
comprender lo AS/TAS desde planteamientos más cognitivos_ Estos A lo largo del proceso, la persona experimenta una serie de
modelos, aunque prestan cierta atención a posibles factores etioló· síntomas de ansiedad y, estos síntomas, junto con las canse·
gicos, de modo fundamental se centran en factores que permitan cuendas negativos de las conductas de seguridad, alimentan la
explicar su manienimiento <Barlow y Hofmann, 2002; Botella et al., auto-evaluación negativa y refuer2an los impresiones distorsio·
2001!; Clark y Wells, 1995; Heimberg Brozovich y Rapee, 2010; Hof· nodos del se/f_
monn, 2007; McEvoy et al., 2018; Moscovitch et al., 2009; Rapee y Se produce un procesamiento distorsionado de la información
Heimberg. 1997; Schlenker y Leory, 1982; Stopa, 2009; Wells, 1997). respecto a las situaciones sociales en tres fases: Cal El procesa·
Dada la importancia q_ue han tenido dichos modelos en el diseño y miento que se lleva a cabo anticipando la situación; (b) El pro·
desarrollo de los actuales programas de tratamiento. a continua- cesamiento acerca de la ejecucjón en misma situación; (c) El
ción, presentaremos aq_uellos que han tenido una mayor difusión procesamiento que se realizo una vez ha finalizado lo situación
1V1anual de r:;sicopatología. Volumen 2

t Procesamiento del self como un objeto socia/, Esios autores


'j) Conductas de segundad. cond_ictas que pone en n1ar- defienden q_ue un proceso crucial en la AS/TAS es un procesa-
cha a perso11a :or AS/TAS para protegetse y evitar que se miento negativo de uno mismo. Cuando la persono se enfren-
produzcan las catástrofes temidas, cuando se encue'1tra en ta a una situación social, se produce un cambio fundomenial
una s1tuac1ón social. Por ejemplo, eludir el (Ontacto ocu- en el foco de su atención. La atención se focaliza en el self y
lar con los de'llá> para evitar que alguien se le acerque o la persona percibe irnágenes vívidas del self con10 un objeto
social, esto es, como cree que lo ven los demás. Este cambio
le pregunte, utilizar alguna treta (como consultar el rnóvil
otencional, q_ue sigue a lo l'Oloroción de lo persono acerca del
o fingir que está muy interesada leyendo algo), apoyar las
peligro que supone la situación, se experimenta como un incre-
manos en algún lugar por si tie1nblan, ponerse ropa gruesa mento en lo autoconciencia y la persona manifiesta q_ue el seff
para que se perciba menos el sudor, etc. Estos comporta- se hace perceptivamente más saiiente (p_ ej, «Soy el centro
m'1entos pueden reducir la ansiedad en el momento, pero de lo atención»)_ Además, se centra en analizar cómo pien-
en última instancia, evitan que la persona con1pruebe que sa ello que aparece ante los otros: «Tiemblo torito que todos
sus miedos sociales son infundados y, por tanto, conLr·ibu· lo están viendo, piensan que soy incompetente». La persona
yen al rnantenin1iento del problen1a. realiza este análisis, desde !a perspectiva de un espectador
externo (es decir. se imagina o sí misma a través de los ojos
de un miembro de la audiencia) durante su ejecución y puede
verse a sí misma temblando de forma violenta mientras intento
hablar. Según Clark y Wells, esta imagen vívida resulta convin-
social o procesamiento post-mortem. En esta fase, la persona
cente para la persono porque le parece coherente con lo que un
revisa una y otra vez lo que ha sucedido en la situación, así
observador podría ver o pensar. En consecuencia, la impresión/
como lo que debería haber ocurrido y las consecuencias que
imagen negativo exacerba la AS/TAS en la situación al hacer
podría tener.
que lo persona perciba el peligro como más probable e inmi-
Se defiende la existencia de una serie de supuestos y creencias nente. Este análisis se baso en información interna (información
disfuncionales q_ue aumentan la vulnerabilidad de la persona a interoceptiva de los síntomas o pensamientos) y suele contener
padecer AS o TAS: representaciones distorsionados acerca de lo visibles que son
Creencias básicas acerca del self. Estas creencias se cen- para los demás los manifestaciones de la ansiedad (p. ej., sudo-
tran sobre el self con10 un objeto social. No están siempre ración, palpitaciones). Además, la persona, utilizando un razo-
activadas, se activan en situaciones sociales: «Soy incom- namiento emocional, concluye que, dado que ello siente que
petente», «Soy roro», «Soy aburrido». Son similares a los lo está haciendo mol, también lo deben percibir así los demás.
esquemas disfuncionales que se observan en otros patolo- Todo este proceso de autofocalización, reduce los recursos aten-
gías, como la depresión, aunque en la AS se asocian de cionales disponibles para procesar la información externo (p. ej.,
forma fundamental a situaciones sociales. Estas creencias si se produce algún feedback positivo de los demás) y desvía lo
acerca de la propia incapacidad hacen que la persona sea atención de otras fuentes de i-nformación necesarias para reali"
proclive a valorar las situac·1ones sociales como potencial- zar adecuadamente la toreo. Esto necesariamente perjudica el
mente peligrosas. rendimiento y hoce que sean más probables las consecuencias
temidas.
Supuestos disfuncionales. Se refieren a representaciones 2. Conductas de evitación y de seguridad. La forma más senci-
explícitas que lleva a cabo lo persona acerca de las posi-
lla de impedir las posibles catástrofes q_ue la persono con AS/
bles consecuencias que puede tener comportarse de cierta TAS teme es evitar las situaciones sociales. Al evitarlas. la per-
forma. Por ejemplo. «Si no digo nada, pensarán que soy sona elimina la posibilidad de fracasar, pera por ello paga un
aburrido», «Si perciben mis síntomas de ansiedad. pensa-
alto precio, yo que la evitación hoce que disminuyan las oportu-
rán que soy incompetente». Son patrones de pensamiento
nidades de desconfirmor las creencias acerca de la peligrosidad
rígidos que favorecen un procesamiento dhfuncionol auto-
de las situaciones, por lo tanto, los temores se mantienen. Si
focalizado, elemento central en la AS!TAS.
esa evitación total no es posible, la persona empieza a poner
Reglas rígidas respecto a la ejecución en situaciones en marcha estrategias para protegerse y evitar q_ue se produz-
sociales. Conjunto de reglas rígidas que rigen fas interac- can las catástrofes temidas, esto es, las llamadas conductas de
ciones sociales. Por ejemplo, «Es importante ser siempre seguridad Clork y Wells (1995). plantean cuatro mecanismos o
muy ingenioso en las situaciones sociales», «Jamás se través de los cuales las conductas de seguridad mantienen las
deben dar signos de ansiedad ya que indican debilidad». creencias negativas acerca de las situaciones sociales:
Estos reglas conducen a lo persona al fracaso, ya que antes Exacerbación de los síntomas, yo que, si la persona se con-
o después se encontrará en una situación en la no se cum- centra en encontrar una frase ocurrente, o en evitar a toda
plen estos estándares imposibles que mantiene. Después de costa tartamudear, puede acabar perdiéndose en su discur-
un incídente crítico en el q_ue la persona haya fracasado, so y fracasando en la exposición.
empieza a percibir las situaciones sociales como peligrosas
Impiden la desconfirmación de las creencias negativos, pues
ya que pueden dor lugar cada vez a más fracasos y, por
la persono llega a pensar que no se producen las catástrofes
tanto, contribuyen a un autoprocesamiento negativo del self.
temidas (p. ej., que se burlen de ellal porque se ha protegido
Clark y Wells (1995) apelan a tres procesos adicionales para al poner en marcha las conductas de seguridad, y no porque
explicar el mantenimiento de la AS/TAS: la catástrofe temida es poco probable.
Capítulo 3. Tra:,torr1c Je dllsiedad suc 1dl

Mantienen la auto-atención, ya que a! centra1 la alenció11 En cualquier caso, según Clark y Wells (1995) el aspecto central
en el self lo persono consume recursos atencionales que del tro'itorno e> la atención focolizoda en uno mismo \esto es, el p10-
deberían dirigirse a analizar lo que realmente sucede (p ej .. cesamiento disfuncional de! self como un objeto socioll que genera
que no es rechazada). ansiedad, pequdica el rendimiento e impide qye la persono perci-
~ Contaminan la situación social, pues la persona, sin ser bo mformacióri inconsistente con el temor respecto a lo interacción
consciente de ello, puede hacer que se produzco la catás- social A partir de este modelo se han desarrollado estrategias de
trofe temido; por ejemplo, para protegerse puede desviar intervención (Wells, 1997) que han tenido notable influencio respec-
la mirado y no ser capaz de mantener el contacto ocular. to al tratam·1ento de la AS/TAS. No obston~e, según Schultz y Heim-
o concentrarse en un móvil o en un libro, etc., y los demás berg (2008), algo que Clark y Wells (1995) no incluyeri en su rnodelo
pueden pen>ar que es raro o que tiene poco interés en la es lo posibilidad de diferenciar entre un sesgo otencional hacia Jos
interacción social. señales de amenaza externa. frente o otras señales. Dicho de otro
formo, la importancia de la vigilancia que puedo mantener la per-
3. Síntomas cognitivos o somáticos. En el modelo se insiste en sono con AS/TAS respecto a estímulos de amenaza social e~istentes
que estos síntomas captan recursos atencionales y, por tanto, en el ambiente, a saber, indicios de una posible evaluación negativa
perturban la ejecución real en la situación social. Ahora bien, por parte de miembros de la audiencia. Esto es, tomar en considera-
el grado en que resulten problemáticos depende de la interpre- ción la mayor o menor probabilidad, así como los posibles electos,
tación que la persona realice. Generalmente, los percibe como de que una persona socialmente ansiosa percibo que un miembro
un signo de fracaso inminente, piensa que no va a alcanzar los de la audiencia bonece o que otro esté sonriendo y asintiendo con
estándares establecidos (por los demás} y ello tendrá unas con· lo cabeza_ Este sesgo atencional hacia lo amenaza externa ha sido
secuencias catastróficas respecto a pérdida de estatus, valía considerado por otros teóricos como particularmente importante,
personal, rechazo y/o humillación. No es de extrañar, por tanto, tanto en la ansiedad general como en lo AS/TAS. En eso entramos
que la persona esté hipervigilante hacia la posible aparición a continuación.
de los síntomas, y ello no hace más que perturbar más todo el
proceso. A medida que se incremento la intensidad de los sínto- b. Modelo de Rapee y Heimberg (f997J
mas, debido al electo paradójico de las conductas de seguridad,
Según estos autores, su modelo se basa en las aportaciones 1111c1ales
aumento la percepción de peligro y lo hipervigilancia; esto afec-
de Carver y Scheier (1988) y Schlenker y leary <1982) y debe mucho
ta negativamente el contenido de la imagen pública del sel{, lo
también a los planteamientos de Clark y Wells (1995). Al igual que
cual produce más síntomas.
Schlenker y leary (1982), plantean que la AS/TAS surge cuando
Clark y Wetls (1995l plantean distintos ciclos de feedback invo- la persono está motivada para dar uno determinada impresión o
lucrados en el mantenimiento de este procesamiento auto-foca/iza- los demás y, sin embargo, no está segura de lograrlo. Por tanto,
do disfuncional mientras la persona está en la situación social: (al depende de dos factores, la motivación que tenga lo persono para
El procesamiento del self como un objeto social puede servir para producir una determinado impresión en los demás y lo probabilidad
aumentar o disminuir las valoraciones de peligro, dependiendo de la subjetiva que tenga de conseguirlo. De manera similar a Clork y
naturaleza de los auto-valoraciones realizadas. {b) los conductas de Wells (1995>, definen las situaciones sociales de manera amplia. la
seguridad mantienen los pensamientos y las interpretaciones nega- mero presencio de uno audiencia puede constituir una importan-
tivas, al impedir obtener feedback corrector e impedir la descon- te amenaza. Cuando se encuentra en uno situación de interacción
firmación de las creencias acerca de la peligrosidad de lo situación social. las personas con AS/TAS experimentan temar porque asumen
social y las consecuencias catastróficas temidos. (el los síntomas de que los demás son naturalmente críticos y, por tanto, es probable que
ansiedad alimentan la construcción de autovaloraciones distorsiona- realicen una evaluación negativa de su ejecución. A lo vez, dan una
das. (d) las conductas de seguridad pueden contaminar la situación importancia fundamental o conseguir la aprobación por parte de los
social, sesgar negativamente las valoraciones de otras personas y demás y, sin embargo, no están seguros de poder lograrlo. En pre-
hacer que se produzcan las catástrofes temidas. senc'ia de uno amenaza (es decir, después de lo detecc'ión de uno
Además, estos autores insisten en la importancia de dos pro- audiencia), las personas con AS/TAS se localizan en vanos fuentes
cesos cognitivos que también desempeñan un importante papel en paro obtener información acerca de lo posibilidad de ctue se produz-
el mantenimiento del trastorno: el procesamiento anticipatorío y el can los resultados temidos: estímulos ambientales, una representa-
procesamiento post-mortem. El primero hace referencia a que antes ción mentol de cómo creen que los ven los demás, y percepción de
de enfrentarse a una situación, lo persona anticipa detalladamente síntomas cognitivos, conductuales y afectivos que experimentan en
lo que piensa que podría ocurrir e intenta prever qué podría hacer ese momen~o (Rapee y Heimberg, 1997). Partiendo de estos premisos
poro evitar la situación temida, aumentando de este modo su ansie- generales, Rapee y Heimberg <1997) plantean una serie de conceptos
dad y sus predicciones negativas acerca de lo que ocurrirá. El proce- y procesos que alimentan y mantienen lo AS. Estos procesos son
samiento post-mortem hace referencia a la revisión detallado de la bastante similares a los de Clark y Wells (1995). Ahora bien, existen
situación social, centrándose de forma fundamental en los síntomas algunas diferencias fundamentales entre ambos modelos (Heimberg,
de ansiedad y Ja sensación de fracaso al no lograr los estándares Brozovich y Rapee, 2010; Schultz y Heimberg, 2008)
deseados que ha experimentado. Este procesamiento está domina- la audiencia. Con este término se refieren tonto a un grupo de
do por la percepción negativa del se/fy es probable que la persono personas que tiene lo intención de observar oigo (p. ej .. personas
perciba su ejecución de forma más negativa de lo que realmente que presencian un discurso, una obro de teatro) como a cualquier
fue. Ahora bien, todos procesos no se producirían de la misma forma persona a grupo que potencialmente pueda observar, o percibir,
en todos las personas. Por tanto, en la formulación de cado coso lo presencia, la apariencia y/o la conducta de lo persona con AS
iridividuol se recomierida insistir más en unos o en otros. fp_ ej., personas que van andando -por una callel. Una situación

91
/Vlc;nual cie ps1copctlología. Volumen 2

socio! evaluativa serío, pue>, cualquier situación en la que tal cibir en el entorno social. Esto es, ~a persona desdoblo sus recursos
audienc'10 estó prese;1te. Así, para que se produzco ansiedad no atenc'lonales- ~al sobre los aspectos más de>tacados de lo imagen
es necesario q_ue existo una ir1teracción entre los miembros de la interna (lo~ característicos que son relevantes paro la situación y
audiencia y lo persona, el simple hecho de ir en el autobús o estor potencialmente valorados por la persona de forma negativa); pero
en un restaurante puede ser suficiente Uno serie de característi- (bl también vigilo posibles omenazas externos para ir Djustando
cos de la audiencia (p. ej., importancia, atractivo! a los OJOS de lo su imagen a partir de ellas. Subrayan, además, que las personas
persono con AS. así como características de lo situación {p. eJ., con AS/TAS suelen focalizarse en señales negativas procederttes del
el grado en que es conocido la persona con AS, si se trato de un entorrto social, a pesar de que se puedan producir señales o estí-
examen importante, etc.) también ejercerán influencia en el nivel mulo~ positivos por parte de la audiencia (p. ej., darse cuenta de
de ansiedad que se experimente_ que alguien de la audiencia bostezo, mientras Que varias personas
La represe11tación mental del self como cree la persona con sonríen). La hipervigilancia hacia los señales externas de arnenazu
AS que es percibido por la audiencia. Rapee y Heimberg 0997), sería similar a lo que se produce respecto u las señales internas de
al igual que Clark y Wells (1995J, defienden que cuando la persona amenaza, en ambas casos la persona está atenta o información
con AS se encuentra ante una situación social, se forma (o accede acerca de la probabilidad de CJ.lle se produ2can los resultados nega-
al una representación mental acerca de cómo cree es percibida tivos temidos. Finalmente, esto división de los recursos atencionales
por la audiencia. Esto representación mental puede ser una imagen puede perturbar lo ejecución (sobre todo, si la tarea es compleja y
o una vaga sensación acerco de cómo cree que aparece ante los requiere bastante atención) y aumentar la probabilidad de que se
demás, que se percibe desde la perspectiva de un observador exter- produzcan dichos resultados.
no, esto es, como si la viera o través de los ojos de las personas de La comparación de la representación mental del sell vista
la audiencia (que recordemos son la fuente de una posible evalua- por la audiencia, frente a Jos estándares que Ja persona con
ción negativa), por tanto, para lo persona con AS/TAS es importan- AS espera utilice la audiencia. Lo persona formula también una
te modelar o influir en cómo piensan_ Esta representación mental predicción acerca de lo ejecución adecuado o criterios que espera
deriva de varios inputs: va a utilizar la audiencia para juzgar su ejecución. Generalmente,
Información previa procedente de la memoria o largo plazo que cree que van a utilizar unos criterios extremadamente altos y, en la
tiene la persono con AS/TAS acerco de cómo se ve o sí misma medida en que considere que su comportamiento no está a lo altura
y cómo cree que aparece ante los demás <apariencia general de las expectativas de lo audiencia, es más probable que anticipe
derivado de espejos, fotografías!. una evaluación negativo, así como las consecuencias temidas (p. ej.,
Situaciones sociales pasadas en las que se hayan producida rechazo, desprecio). Estas valoraciones pueden fluctuar en función
experiencias difíciles consis·~entes con las creencias centrales de las percepciones cambiantes de lo audiencia, las exigencias de
acerca del self «Soy un inútil», «No valgo nada». Esta infor- la situación social y su propio comportamiento.
mación se combina paro dar lugar o una imagen del se/fque se
puede modificar <e incluso empeororl a partir de las experien-
cias sociales que tenga la persona con AS/TAS. J) Representación del self. Tal y corno es visto por la
Los síntomas de ansiedad que lo persono cree que resultan visi- audiencia, imágenes mentales que son emocionalrnenle
bles paro la audiencia (p. ej., rubor, temblor. sudor), así como el activantes y que 1uegan un rol central e11 la aparición y
sign"1frcado que d"1cho aud'1encia les puede dar lp. ej., incompe- n1anteni1niento de la AS/TAS. En las personas que padecen
tencia).
este problema, se activan imágenes sobre el selfy los otros
Además. la persona con AS/TAS también puede presentar défi- (la audiencia] que son negativas y están vinculadas a even·
cits reales en lo ejecución, {p. ej., tartamudear) o experimen-
tos de la memoria autobiográfica que tienen una caracteri-
tar la sensación de que su ejecución resulta inadecuada (p_ ej ..
zación similar a los eventos traumáticos.
«estoy siendo aburrido»).
Posibles señales externos de rechazo que percibo en los miem-
bros de la audiencia.
E/juicio acerca de lo probabilidad y las consecuencias de Ja
Todo ello conforma y retroalimenta eso representación mentol evaluación negativa por parte de la audiencia. la persono con
del selfy hace que cado vez reajuste su imagen en una dirección AS/TAS juzgará la probabilidad de recibir una evaluación negativa
negativa y la convierta todavía mós en el foco de su atención. En por parte de la audiencia (alfa) y las consecuencias que se pueden
resumen, la focalizoción en las señales de amenaza externo, así derivar de dicha valoración <muy negativos). Además, las recuerdos
como en lo representación mentol del self, que se va modificando que tenga acerca de fracasos sociales del pasado también hacen
o partir de las percepciones q_ue tiene la persono de los síntomas más probable que lo persona considere que lo interacción social
de ansiedad internos (fisiológicos, conductuales y cognitivos), y las salgo mal y les lleva o sobreestimar los consecuencias negativas que
señales externas (p. ej., bostezos en miembros de la audiencia) sir- se derivan de la situación social.
ven poro mantener el problema la respuesta de ansiedad en las personas con AS/TAS.
El foco de la amenaza y la distribución de los recursos La interacción de la información procedente de señales internas y
atencionales. A diferencia de Clork y Wells <1995l, Rapee y Heim- externas suele proporcionar a la persona pruebas de que su actua-
berg 0997) defienden que cuando la persona está en una situación ción ha sido deficiente. Teniendo en cuenta dicha información, así
social. centro sus recursos atencionales en ambos focos de posibles como lo que cree espera lo audiencia, valoro la probabilidad de
amenazas: por una parte, lo representación interna que mantiene que los catástrofes temidas se hagan realidad. Estas expectativas
acerco del self; por otra, sobre cualqu'1er amenaza que puedo per- negativos confribuyen a una serie de síntomas conductuales. cogni-
capítulo 3. Trasto"nO de ansiedad soc1C1.I

tivos y fi.;ioléig1cos de la ansiedad, los cuales, a su vez, infiuyen en lo do la situación social. pero ie cton una 1mportanrio mayor en les
representación mental negativa que mantiene la persona acerca de uctualizac1ones del modelo (p. ej., He1mberg, Brozovich y Rapee,
cómo cree que la ve la audiencia. Cerrándose, así, un círculo vicioso 2014). Plantean que, después de la situación social, la persona se
que se renueva en cada situación social. centro en revisar minucioso y reiteradamente todo lo sucedido, sus
acciones y su comportamiento, así como las reacciones y comporta-
c. Actualizaciones del modelo mientos de los miembros de lo audiencia_ Se trata de un patrón de
El modelo ha tenido algunas actualizaciones (Heimberg et al., 2010; pensamiento reiterativa, focolizodo en los detalles de la situación o
Heimberg, Brozovich, et al., 2014-; Hyett y McEvoy, 2018; McEvoy et la rumia posterior al acontecimiento. Estos autores, sugieren que,
al, 2018; Schultz y Heimberg, 2008, Spence y Rapee, 2016; Wong y quizás lo persona se involucre en este análisis para entender rr1eJor
Rapee, 2016). Dadas las limitaciones de espacio, no resulto posible su comportamiento, trata de examinarlo minuciosamente en busca
presen~ar en detalle dichas actualizaciones, por ello, nos limitare-
de momentos potencialmente embarazosos, que puedan requerir
1nos a comentar brevemente los aspectos fundamentales. algún grado de control de daiios. o paro prepararse mejor para
afrontar lo próximo s1tuoc1ón social en un intento de evitar los temi-
Las imágenes en fa AS/TAS. Se ha comprobado que las imáge-
dos resultados negativos.
nes afechvas activan una red que evoca respuestas fisiológicos, can-
ductuales y cognitivas de miedo, la misma red que se activa cuando Los dalos indican que el PES puede se1 un importante factor
la persono se enfrenta a un estímulo amenazador (Long, 1979). Esto de mantenimiento en la AS/TAS. Facilita la activación de sesgos
respuesta a la> imágenes afectivas se produce en todas las personas; de memoria respecto a eventos pasados y también las prediccio-
sin embargo, se intensifica entre las personas ansiosas. Además, tom- nes sobre el éxito en situaciones futuras. Este proceso hace q_ue la
b'1én se ha comprobado que las imágenes activan respuestas emo- persono genere una visión cado vez más d1stors1onada de la situa-
cionales más potentes que el procesamiento verbal (p. ej., Holmes y ción, del resultado de su ejecución, así como lo responsabilidad que
Mathews, 2010). Por lo tanto, es probable que, cuando la persona tiene en ello. Al igual que sucede en los patrones de pensamiento
con AS/TAS se facaliza en la imagen de su representación mental, obsesivos, en la medida en que la persona se involucre en un mayor
está potenciando la experiencia emocional que vive en ese momento número de iteraciones de PES, tendrá más dificultades para tener un
y esto puede tener efectos perturbadores en su desempeño social. recuerdo preciso y real de lo sucedido; sin embargo, esta memoria
Teniendo esto en cuenta, estos autores (p. ej., Heimberg, Brozovich reconstruida/distorsionado estará más fácilmente accesible. Así, la
y Rapee, 2014l plantean lo conveniencia de analizar tres cuestiones memoria q_ue tiene la persona con AS/TAS acerco de las situaciones
que parecen ser importantes para el estudio de lo AS/TAS. sociales es cada vez rr1ás negativa y aumenta lo ansiedad ontici·
!. (Los personas socialmente ansiosos se involucran de forma patoria respecto a situaciones sociales futuras_ Por lo tanto, este
espontánea en imágenes que pueden tener un efecto negativo proceso de PES sirve para conector uno situación social con otra y
en lo representación mental? Las datos de los primeros estudios perpetúo lo ansiedad social a través del tiempo y las situaciones.
indican que la respuesta es sí. También es importonte señalar que este proceso puede perturbar
la bueno marcha del tratamiento, ya que los experiencias de éxito
2. ¿Recuerdan preferentemente situaciones sociales desde lo pers-
que puede tener la persona cuando afronto los situaciones temidos
pectiva de la audiencia {esto es, desde lo perspectivo del obser-
pueden convertirse en verdaderos fracasos. Por lo tanta, es funda·
vador) y esta perspectivo está asociado a resultados negativos?
mental tener esto en cuenta e incluir en el tratamiento estrategias
Los datos iniciales, también indican que la respuesta es afirma-
específicas para abordor el PES.
tivo, esto es, adoptor la perspectivo del observador aumenta
la autocrítica y las emociones negativas y, fundamentalmen- El miedo a la evaluación positiva. Tradicionalmente, el mie-
te, cuando se recuerdan situaciones evocadoras de ansiedad. do a la evaluación negativa se ha considerado una característica
Además, adoptar la perspectivo del observador aumenta con el central de la AS/TAS; sin embargo, la investigación realizada por
paso del tiempo, y está asociado a tener pensamientos nega- el grupo de Heimberg {p. ej., Weeks et al.. 2008) indica que lo que
tivos con más frecuencia, uno autoevoluoción del rendimiento temen las personas con AS/TAS es cualquier tipo de evaluación,
más negativo, más sensaciones fisicas y un uso más frecuente ya sea negativa o positiva. El mie-do a la evaluación positiva <MEPl
de conductas de seguridad. se puede producir de distintas formas. Por ejemplo, si una persona
3. lEI hecho de tener una imagen negativo del seff mientras se con AS/TAS tiene éxito en uno situación, esto puede activar lo idea
realizan diversas tareas en situaciones sociales afecta negati- de que los demás esperarán un éxito igual o incluso mayor en el
vamente al rendimiento? De nuevo la respuesto es afirmativo. futuro, y experimentar profundas dudas acerca de su capacidad
La focolización en uno imagen negativo puede afectar en gran para lograrlo y, por tanto, se genero mós temor acerca de cumplir
medido a la forma en que una persona experimenta ansiedad y con estas expectativas mayores. Estos autores, señalan que su con·
en cómo la perciben los demás en una situación social. También ceptualizoción del MEP se deriva de la perspectiva evolucionista de
afecta negativamente a lo ejecución de la persono con AS/TAS Gilbert <2001l, ya comentoda en un aportado anterior. Como vimos,
y aumenta la utilización de los conductas de seguridod. la AS sería un mecanismo evolutivo que facilito las interacciones
no violentas entre los congéneres; pero una determinado persona
A este respecto, cabe señalar que los formulaciones posterio- puede temer las evaluaciones posif1vas que puedan dar lugar o un
res del modelo original (p_ ej., Heimberg. Brozovich y Rapee, 2014l aumento de su estatus, incrementando, por tanto, la posibilidad de
incluyen como un aspecto central del modelo la imagen que tiene la tener conflictos con otros individuos más poderosos_ Un ejemplo lo
persono de esto representación mental del se/ftol y como considera tenemos también en nuestra sociedad en personas que no desean
la persona q_ue es visto par la audiencia. en absoluto uno mejor posición en su trabajo debido a las responsa-
Procesamiento pos-evento social <PES>. Estos autores también bilidades y riesgos que conlleva. Gilbert denominó o este concepto
contemplan el procesamiento ci.ue se produce uno vez ha finaliza- el niiedo a hacerlo bien (p. 742). Lo escala que el grupa de Heimberg

93
f,flanual de ps1copatologia_ Volun1en 2

ha desarrollado prna medir el MtP (feor of Pos1tive Evaluation Sco- Plantea1nientos evo/ucíonistas. En lo anterior propuesto (Bote··
le, Weeks et al. 2012) (.Qr1elaciono con el miedo o lo evoluoc¡ón lla, Bonos y Perpiñá, 2004-1 subrayamos lo necesidad de considerar
negativa. aunque los datos indican que se troto de dos factores los planternnientos evolucionistas, anteriormente mencionados, paro
independientes Dicho escalo ho mostrado tener buenos caracte- explicar el surgimiento de la AS y el TAS (p_ ej., Chance, 1988; Gilbert
rísticos psicometricas, y se ho comprobado q_ue los personas con y Trower, 1990, Mark<;, 1987, Óhmon, 1986; Trower y Gilbert, 1989
TAS obtienen una puntuación más alta en el MEP que personas que 2001l_ Defendimos la naturaleza biológicamente preparada de la
padecen otros trastornos de ansiedad. AS, que surge de la activación de primitivos sisl·ernas de voloraciónl
Oesregufación emocional en el trastorno de ansiedad social. respuesta evolucionados para hacer frente a amenazas entre miem-
Hoy poco investigación sobre el tema de lo regulación emocional bros de la misma especie. Al igual que estos autores, pensábamos
respecto a la AS y el TAS, sin embargo, los estudios existentes indi- que lo AS ha tenido y tiene gran utilidad poro nuestro funcionamien-
can que los persona> con AS inhiben lo expresión de un conjunto to como especie. ya que. aunq_ue en momentos pueda resultar muy
de emociones en un intento de contralor las consecuencias socia- perturbadora e incapacitonte para lo persona q_ue la padece, ha
les potencialmente negativas (p. ej., rechazo, evaluación negativa) posibilitado importantes avances poro la vida humana. como lo vida
y estos intentos de supresión de ias emociones pueden interferir en grupo. En un epígrafe anterior, hemos llamado lo atención sobre
con su funcionamiento en situaciones sociales. Podrían considerarse lo que Chance (1980) denomina modo ogónico, esto es, una forma
formas específicas de conducta de seguridad que tendrían así una de interacción social que permite a los subordinados reconocer
función reguladora de las emociones. y anticipar amenazas y, si consideran ci.ue no es posible controlar y
Estos nuevos planteamientos se han incorporado a protocolos dor respuesta a las mismas, dar muestras de sumisión para lograr
de tratamiento que dan uno importancia clave al tema de cómo que el miembro dominante abandone la amenaza Chance (1980l
abordar la imagen del self que mantiene la persona con AS/TAS también plantea, en estrecha relación con el modo agónico, lo que
y que ya han comenzado o mostrar utilidad (McEvoy et al., 2018). denomina modo hedónico, una estructura fundamental para facili-
tar lo interacción social que, o lo largo de lo evolución, no solo ha
c. Modelo de Botella, Baños y Perpiiiá (2001/-) permitido la cooperación entre miembros del grupo, sino también
ha posibilitado la aparición y el desarrollo de otras dimensiones
Hoce yo años planteamos uno propuesta q_ue pretendía arrojar luz
específicamente humanas, como la creatividad, la innovación y la
sobre el surgimiento y el montenimiento de lo AS/TAS, así como
culturo, que resultan bastante difíciles de comprender sin apelar o
plantear estrategias de evaluación y de tratamiento derivadas de la
ese modo de interacción hedónico.
misma. Esto propuesto se basaba en la experiencia obtenida en la
evaluación y el tratamiento de numerosas personas con problemas Aportaciones más recientes (Gilboa-Schechtman et al., 201LI),
de AS/TAS, tomaba también en consideración las dos aportaciones siguen insistiendo en la importancia de considerar estos plantea-
más importantes realizados hasta ese momento respecto a posibles mientos evolucionistas para explicar el surgimiento y el manteni-
derivaciones de utilidad para el diseño y desarrollo de interven- miento de la AS/TAS. La vida en grupo tiene cloros ventajas, pero
ciones en clínica (Clark y Wells, 1995; Rapee y He1mberg, 1997). para mantener la estabilidad y el funcionamiento del grupo es
así como otros trabajos fundamentales <Marks, 1987; Borlow, 1988; necesario recurrir a sistemas jerárquicos que implican complejas
Schlenker y Leary, 1982; Trower y Gilbert, 1989; Kanfer y Hagerman, manifestaciones, ya sea dominio, ya sea sumisión, y los personas con
1981. Rapee, 19971_ AS/TAS parecen tener dificultades para lograr un saludable eci.ui-
librio entre ellas_ Por tanto, examinar el funcionamiento de estos
Entonces ya defendimos q_ue el problema denominado enton-
ces fobia social era diferente del miedo irracional q,ue define a las dos sistemas bio-comportamentales nos puede ayudar a compren-
fobias. Esto es, muchos temores sociales serían mós razonables y. der <<los mecanismos básicos de la ansiedad social: el rango social
funcionalmente, adaptativos de lo que cabrío pensar. Una persona (incluyendo dominancia, competencia o capacidad, agencia, poder,
con fobia o los espacios cerrados, las alturas, los cucarachas o las instrumentalidad y autoridad) y la afiliación (incluyendo comunión,
tormentos experimenta un miedo terrorífico, a veces insuperable, seguridad, calidez, moralidad y expresividad)» (Gilboa-Schechtman
ante la posibilidad de entrar en un ascensor, subir a un décimo piso, et al., 20111, p. 600). Entonces y ahora coincidimos en ctue estos cbs
andar por lugares en los que puede haber cucarachas o estar al aire grandes factores (modo agónico y modo hedónico) resultan funda-
libre si el tiempo amenaza tormenta. Sin embargo, el peligro objeti- mentales para comprender la AS/TAS y, asimismo, para su trata-
vo que corre en todos estos casos es más bien escoso, por no decir miento_ Por otra porte, merece también subrayarse que, además de
prácticamente nulo. Por el contrario, el temor o la ansiedad que las posibles implicaciones paro lo evaluación y el tratamiento de la
experimenta uno persona acerco de la posibilidad de ser evaluada AS/TAS, estos planteamientos evolucionistas tienen puntos de con-
en una situación social doda (p_ f'j, ir por primera Vf'Z a lo casa di? tacto con perspectivas recientes acerca de los factores etiológicos
su pareja) o de experimentar dificultades al hablar o interactuar con y mantenedores de lo AS/TAS. Por ejemplo, Wong y Rapee (2016)
otras personas <p. ej., mantener un punto de vista diferente ante el defienden la importancia crucial del valor de amenazo ci.ue se otor-
jefe, o entablar una conversación con una persona del sexo opuesto) go o los estímulos sociales, al guiar a un individuo en su entorno. Lo
pueden estar justificados hasta cierto punto. Dicho de otro forma, plantean como un principio al que denominan valor de atnenozo de
las personas q,ue nos rodean son la parte fundamental de nuestras los estímulos socio-evaluativos o, simplemente, valor de la amenaza
vidas. desde q_ue nacemos hasta q,ue morimos. Temer a los demás social («threat value of social-evaluative stimu/1 ... or .. socia/-eva-
puede tener implicaciones cruciales, y paro comprender ese temor, luative threat principie», P- B?l.
no solo hay que analizar uno parte de la ecuación <uno mismo), sino Factores genéticos, evolutivos y familiares. Al igual que otros
también la otro (las personas que nos rodean). Además, en aquel autores, defendimos Ja importancia de una vulnerabilidad, tanto bio-
momento prestamos atención a otras aportaciones. A continuación, lógica como psicológico y social, a padecer trastornos emocionales
resumimos los aspectos fundamentales. (p. ej., Borlow, 1988; Hudson y Rapee, 2000). Existen factores genéti-
Capítulo 3. lrastorno de ansiedad '>Oc1al

cosque pueden explicar una vulnerabilidad general, que se mani- o menor exposición que haya tenido una persono a 101 situaciones
festaría en una tendencia a centrar la atención en posibles peligros, sociales y la posibilidad de proc1 icar y familiarizarse con determi·
en magnificarlas y/o reaccionar excesivamente ante determinados nadas normos. Si una persona está poco familiarizado con la inte-
estímulos considerados amenazadores. Asimismo, se ha propuesto racción social, es poco probable que se siento eiicaz en estos situa-
una vulnerabilidad más específico para la AS/TAS (p_ ej., Hudson ciones, al contrario, ci.uizás las perciba como algo misterioso y, sin
y Rapee, 2000). QUe dependería de factores familiares y estilos de pautas de referencia, no tendrá muy cloro cómo comportarse en
crianza determinados (p. ej., lo sobreprotección o el control exce- ellas <Heimberg, et al., 2010!.
sivo), u otros factores como el modelado, el sistema de apego y el otro aspecto o considerar es el papel de determinados esci.ue-
mayor o menor apoyo que recibe el nifio por parte de sus cuidado- mas que guían lo conducta de una persono con problemas de AS,
res. Determinados mensajes ayudan a cri<;talizar el problema·. minus- por ejemplo, creencias básicas sobre el self. reglas rígidas respecto
valorac1ón («Tú no puedes manejarte solo», «No eres capaz»), avi- al funcionamiento social que actuarían cama filtros de la informa·
sos acerca de posibles peligros («Cuidado con hacer el ridículo»), ción (Clark y Wells, 1995)_
o la necesidad de lograr desempeños excelentes o ser siempre el Por otro lado. como se ha señalado anteriormente, se ~.a com-
primero («Tienes QUe ser el mejor»}. Algunos de estos mensajes probado QUe algunos procesas cogni·~ivos corno la atención, la
pueden transm'1f1rse a través de determinadas pautas que presenten memoria y los juicios e interpretaciones juegan un papel importante
los padres (p. ej., evitar las relaciones sociales o dar muestras de en la vulnerabilidad y el mantenimiento de la AS/TAS (p. ej., Baños,
alivio cuando terminanl. Quera y Botella, 2005l. Como se ha mencionado, Clark y Wells
Por otra parte, determmados acontecimientos durante la primera {1995) defienden q_ue en la AS/TAS el sesgo otencional se localiza
infancia y la adolescencia p.Jeden contribuir al desarrollo de la AS/ en la prop·1a persona (atención auto-foconzadal y no en posibles
TAS, por ejemplo, haber padecido alguno enfermedad con repercu- amenazas externas. Sin enibargo, Rapee y Heimberg (1997) defien-
siones en la apariencia física (p. ej., acné, cojera, etc l. o haber sido den ci.ue lo atención se centra tanto en la propia persono como en
víctima de rechazo o acoso por parte de los compañeros, etc. Recien- Jos señales externos de amenaza_ Por nuestra porte, coincidimos con
temente, se ha prestado una gran atención al hecho de haber sufrido esta último postura.
eventos traumáticos, experiencias negativas en s'1tuaciones sociales El interés también se ha centrado en lo posible existencia de
o acoso por parte de los compañeros <Norton y Abbott, 2017). Los sesgos memoria y sesgos de juicio y de interpretación en la etiología
datos indican ci.ue están asociadas al surgimiento y la sintomatologío y mantenimiento de la AS/TAS. Por lo ci.ue respecta a la memoria,
de la/TAS. Además, dichas experiencias e'itán relacionadas con el se ha observado que las personas con AS/TAS reconocen mejor y
desarrollo de uno autoimagen negativa distorsionada y la valoración recuerdan más las expresiones faciales negativos que las neutrales
de dichos experiencias media la relación de la sinlomotología del o positivas, en comparación con las personas sin A5/TAS (Faa et al.,
TAS con las creencias y las imágenes negoti110s acerca del self Por 2000). En cuanto o los sesgos de juicio, mue'itran este tipo de distor-
tonto, se recomienda prestar atención en el tratamiento al proce- siones en el caso de sucesos negativos relacionados con sus miedos
samiento de dichas memorias traumáticas utilizando, por ejemplo, específicos (p. ej., creen que la probabilidad de acontecimientos
las técnicos de reescritura de imágenes {imagery rescriptingl (p. ej., sociales negativos es mayor y q_ue van a tener un elevado corte [Foo
Wild y Clark. 2010. En resumen, las experiencias traumáticas en la et al., 19961). Finalmente, respecto a los sesgos de interpretación,
infancia y la adolescencia se podrían considerar una causa proximal muestran una tendencia a percibir de forma inadecuada su propia
clave en el desarrollo de la AS/TAS, ci.ue conduce al desarrollo de conducto y tienden a interpretar los sucesos sociales ambiguos de
creencias e imágenes negativas acerca del se/f q_ue, posteriormente, modo negativo <p. ej., Stopa y Clark, 2000).
mantiene el trastorno <Norton y Abbott, 2017).
En suma, las personas ansiosas socialniente presentan una serie
Todo esto, junto con otros factores, como la capacidad de tener de sesgos cognitivos que les lleva a sobrestimar la probabilidad de
en cuento la perspectiva del otro, los primeros pasos hacia lo inde- peligro en situaciones sociales, a subestimar su ejecución social
pendencia y lo autoafirmación, o el desarrollo de lo auto-conscien- cuando se enfrentan a situaciones sociales reales y a interpretar de
cia, san factores importantes para que pueda emerger la AS/TAS. un modo negativo estímulos o sucesos sociales ambiguos_
Sin embargo, aunci.ue lo mayoría de las personas hemos experimen-
Factores sociales y culturales. La teoría de la auto-presenta-
tado en algún grado AS en fa infancia o la adolescencia, no todos
ción postulo que la AS aparecerá cuonda la persona esté motivado
desarrollamos el TAS. Para ello es necesaria lo confluencia de otros
para dar una determinada impresión y, sin embargo, no esté seguro
factores. de lograrlo <Schlerll.er y Leary, 1982). Desde esto perspectiva, la peor
Factores psicológicos. Se ha estudiado la relación entre dis- situación en la QUe se puede ver una persono es estar enormemen-
tintos factores psicológicos y la AS/TAS. Tradicionalmente, se ha te motivada para dar una determinado impresión en algún sentido
considerado que el temperamento tiene un papel esencial en la (p_ ej., inteligencia, simpatía, capacidad de trabajo, honradez, etc.J
psicopatología en general; en el caso de lo AS, la investigación se y, sin embargo, sentirse incapaz de lograrlo. Esto no implica que
ha centrado en la inhibición comportamental <Kagon et al., 1988). ci.ueramos siempre dar una imagen positiva, lo que plantea lo teoría
También se ha observado uno relación positiva entre la AS, la es que actuamos para dar uno impresión que ejerza influencia en
introversión y el neuraticismo <Leary y Kowolski. 1993l. En la misma los demás para que reaccionen o actúen de la forma que queremos
línea, se ha comprobado una relación positiva entre AS y autocon- <p_ ej., mostrarnos muy serios ante la demanda inadecuado de un
ciencia (Pilkonis, 1977) y cabe recordar también lo dicho anterior- niño). De lo misma forma, muchas consecuencias sociales negativas
mente acerco de la teoría de la auto-presentación {Schlenker y ci.ue nos pueden suceder (abandono, rechazo, abuso, humillación
Leary, 1982). pública, castigo físico o psicológico, etcJ dependen del juicio y lo
También se ha subrayado el papel que pueden desempeñar conducta de otros personas (Leory y Kowalski, 1995). Por tanto, lo
algunos factores de aprendizaje y, por tanto, considerar lo mayor mayor parte de la vida social implica la posibilidad de influir en

95
Manual de ps1copatologici Volurnen ?

ot1as pe1sonos o de ser influido por ellas: buscar reconotim1ento e en có1n0 pt'rc1be las s1tuac1ones socioles uno persona con AS/TAS
recompensas, evitai cas1 igos, plegarse a nuestros demandas, etc_ como en lvs planteamientos q,ue se pueden estab1ecer en terapia
También habría que tomar en consideración la siguiente cues- poro ayudarlo.
tión. lqué significa para la persono socialmente ansiosa rlar uno Uno vez comentados algunos de los factores que consideramos
determinada impresión y de qué depende es1o' O, dicho de otra relevantes a lo hora de explicar lo apvnción y el mantenimiento de
formo, qué estándar de furicionamiento desea alcanzar. Si alguien lo ansiedad social, trataremos de analizor las relaciones hipotéticos
dice, «Quiero hablar bien en público>>, cabe preguntarse qué que se establecen entre ellos.
entiende esa persono par bien. Pretende simplemente transmitir lo
1nlormoción que ha preparado; o, por el contrario, lo que desea es d. c:ómo surge y cómo se mantiene la AS/TAS
dar una chorlo brillante que el auditorio recuerde todo su vida_ En lo
Nuestra pvsturo sigue de cerca los planteamientos defendidos por
medida en que el objetivo q_ue se desee alcanzar sea muy elevado,
Clark y Wells (Clark y Wells, 1995; Wells, 1997J y Rapee y Heimberg
la persona se sitúo a sí misma en una trampa sin salido y estará
insatisfecha al no poder nunca alcanzar el nivel absurdamente ele- (1997), presentados anterivrmente, por lo tanto, solo contempla-
vodo q.ue utiliza para juzgarse. Se trataría del problema típico de los remos con mayor detenimiento aquellos aspectos que no resulten
modelos de autocontrol respecto al criterio de ejecución frente al coincidentes (véase la Figura 3.ll.
cual la persona compara su conducto (p ej., Bonduro. 1976; Konfer Como ya expusimvs en nuestra anterior propuesta <Botella,
y Karoly, 1972). Bojo nuestro punto de vista, este aspecto resulto de Baños y Perpiñá, 2003l, por uno parte, habría que considerar lo vul-
gran importancia en el mantenimiento de lo AS/TAS. nerabilidad bivlógica, psicológica y social. Nacemos con un deter-
Cabe subrayar elementos de contacto entre la teoría de la minodv eq_uipamiento genético y b'1ológica, con un temperamento.
auto-presentación, con la visto anteriormente sobre las bases filo- Ademós, pertenecemvs o una cultura con un determinadD sistema
genéticas de la AS respecto a la importancia de la necesidad de de volvres. Hemos nacidv y hemos sido educados en un marco fami-
pertenecer a un grupo y la jerarquía y las relaciones de dominancia liar y svcial. en el q_ue se nos ha sometido a un sistemo de crianza y
dentro del grupo y su valor para la supervivencia (Leary y Kowalski, de disciplino cvncretvs. A lo larga de nuestro desarrollo personal. se
1995). Ahora bien, estos autores discrepan respecto a que la AS evo- nvs han transmitido y hemos internolizado unas normos y criterios
lucionó en el marco del modo agónico. En su opinión. lo interacción estándares de funcivnomiento social, más o menos adecuados y/o
con un miembro del grupo dominante puede dar lugar o AS, pero la adaptativvs. También hemvs vivido uno serie de experiencias socia-
AS también se puede producir en otras situaciones que no requieran les más o menos positi~as <y en algunos casos, incluso troumáticas).
sumisión y/o apaciguamiento, por ejemplo, cuando la persono no es Todo ello ha dado lugar en coda unv de nosotros a: (a) una estruc·
capaz de percibir los señales de aceptación. Por lo tonto, defienden tura de personalidad; (b) determinados esquemas cognitivos en los
que lo AS evolucionó filogenéticamente como un mecanismo muy q,ue rigen unvs supuestos básicos ocerco de lo que significan, y los
valioso paro lograr que un individuo sea aceptado en grupos socioles implicaciones q_ue pueden tener los situaciones sociales, en cómo
copaces de proporcionar apoyo y potenciar la colaQ9roción mutuo_ nos percibimvs nosotros mismos en ellos y en cómo procesamos lo
Otro aspecto importante hace referencia a valores existentes información relacionada con la interacción sociol; (c) lo odq,uisición
en determinadas culturas, que pueden guiar de alguno forma lo (o la no-adquisición) de una serie de repertorios comportamento-
conducta de sus miembros. Como ejemplo, cabe recordar lo> creen- les y capacidad de afrontamiento. Todo ello delimito la forma en
cias que se mantienen en determinadas sociedades respecto o los q_ue anticipamos las situaciones sociales, cómo las ofrontomos y
coriceptos de ganador y perdedor, asociados a éxito, dinero y pres- los recordamos; esto es, los circunstancias hacen q_ue percibamos
tigio social, o a fracaso y ostracismv. No se incluyen aspectos de dichas situaciones de fvrma más o menos amenazadora y también
superación personal, entrega a los demás, o logrv de la cvnfianzo y implican q_ue dispongomos de un determinado equipamiento, habi-
respeto por porte de los demás_ Ejemplos adicionoles de la impor- lidades y/o recursos para manejornos en ellos.
tancia de los volvres respecto a lo AS/TAS serían, por una parte, En segundo lugor, la persono cvn prablemos de AS/TAS tiene
estructuras de fundonomiento social basadas en el grupo frente o 'importantes dificultades para act"1var el modo fledónico de funciona-
posturas individualistas; modos de funcionamiento típicos en gran- miento iChance, 1980l y, habitualmente, funciono desde el sistema
des ciudades en las que muchas personas viven solos y mantienen de defensa (Trower y Gilbert, 19891, esto es, en el modo agónico. Por
contactos sociales de modv puntual frente o vtras sociedades q_ue lo tonto, percibe los situociones sociales como peligrvsos, teme ser
dan gran valor ol apoyo y lo colobvración del grupo (p. ej., familia, rechazado. perder estotus, D nD alcanzar la valoración que deseo <o
vecinos. clan, etc.J. Pvr otro parte están las creencias respecto a cree q_ue necesita) olcanzar. Además, desea pertenecer al grupo,
la sumisión a lo autoridad (sea sumisión o los jefes, o los varones, quiere ser aceptado y bien valorado; sin embarga, duda de poder
o o los progenitores, etcJ A este respecto, cabe preguntarse si se lograrlv. Se percibe como subordinada e inferior a los otros y teme
podrían catalogar como AS/TAS los comportamientos y creencias la valoración de los demás. Teme, no solo la valoración negativa,
de una mujer educada y criada en Arabia Saudita o perteneciente a sino también una \IOIDración positiva, esto es, el MEP (Weeks et al.,
una cultura gitana o, incluso, de algunas mujeres de nuestra propia 2008), debido al peligro que tal valoración pudiera tener respecto
culturo_ a posibles exigencias futuras que no se cvnsidera capaz de lograr.
Por tantv, a lo hora de comprender y de tratar los problemas Cuando esta persono anticipa D se enfrenta a una situación
de AS/TAS, habría que tomar en consideroción tanto ol sistema de social, se activan en ello muchas señales de alarma, ya que paro
volares en uno determinada culturo como a posibles ideas sobreva- ella lo audiencia constituye una gran amenazo q_ue inmediatamente
loradas respecto o cualq_uiera de estos aspectos. Estas valores pue- desencadena ansiedad. Se activo en ella uno representación mental
den estor también relacionados con el funcivnamiento en el mvdo def seff, tal y comv considera es vista por la audiencia_ Además, sus
agónico versus el modo hed611ico y pueden ejercer influencia tonto recursos atencionoles se focolizon en las amenazas. Por una parte,

96
Capitulo 3. rrasrorno de cinsiedao sc,c1al

VULNERABILIDAD
Biológica I social J psicológico_

Estructuras cognitivos (1nemoria, outo-esq,uemo. etc.) J dimensiones de personalidad/


repertorios comportamenlales/ memorias situaciones sociales trou111áticos.

( Modo hedónico: cooperación ) . .--------·~ Modo ogóriico: ameriozo. )+----------


Recursos atencionales
hacia la omenaza.

- Situación social.
- Audiencia percibida.
( Fuentes internas. Fuen1es externas.
- Representación mentol Procesos de
de los otros. regulación
- Impresión que quiero - Supresión
lQué criterio
lQué criterio causar. expresiva_
creo que tiene
quiero alcanzar? - Miedo a la evaluación
la oudienciaJ - Reevaluación
?robabilidad negativa y positiva.
Probabilidad cognitivo inelicoz.
de alcanzarlo
de alcanzarlo - Sesgos
Consecuencias de
Consecuencias de atencionales.
no alcanzarlo.
no alcarizarlo. - Sesgos
cognitivos y de
Representación mentol
interpretación_
del self como creo que
es percibido por la - Sesgos de
No estoy alcanzando el criterio_ memoria.
audiencia.
No es probable q_ue lo alcance. - Inflexibilidad
parasimpática.
Percepción de ejecución deficitaria_
Ejecución defic1torio.

Evitación. Conductas Síntomas físicos: Síntomas cognitivos:


de seguridad. ansiedad_ Í ansiedad.

) ) Figura 3.1. Una aproximación biológica, psicológica y social para explicar la AS/TAS.

rastrea posibles amenazas provenientes de fuentes internas al pro- Dependiendo de la situación social y de las personas que forman
ducirse un incremento de la aterición autofocalizada. La persona la audiencia. la persona compara lo representación mental que tie-
forma esa representación mental utilizando información interocep· ne de sí misma y la que cree que tienen de ella las otras personas_
tiva e información proveniente de posibles memorias traumáticas Además, anticipa y se preocupa por: (al el criterio que cree va a
(o negativas>. En la situación soc'ic~. exper'1menta que esa represen- util'1zar la audiencia para juzgarla, así como sus pos'1b'i1'1dades para
tación mental del self se hace más visible y se percibe a sí mismo igualar o superarlo; (b) el criterio que ella quiere (o considera nece-
como lo haría un espectador externo para juzgar la impresióri q_ue sita) alcanzar y sus posibilidades para igualarlo o superarlo. A partir
está causando en los demás. Pero, por otra parte, como señalan de todo ello, establece la probabilidad de recibir una determinada
Rapee y Heimberg (1997), también rastrea otras posibles amenazas evaluación por porte de los demás y las repercusiones que tal valo-
q_ue puedan llegar desde el exterior <p. ej., gestos de aburrimiento o ración puedan implicar.
de rechazo en la audiencia).
rv.an~1al de ¡JSICüpci\Ologia. Volun1en !

Poru uno persono cu11 ASITAS, la prububilidad de que ia eva- l!kes) (G1lboa-Schechtrnan et al., 2014)_ Habrá que dedlf;ar esfuerzos
luación (yo sea negatr•a o positiva1 puedo tener consecuencias a comp1ender el impacta QUE tienen estos desarrollos tecnológicos
catastróficas será alta, por io tanto, experimentará ansiedad que en la AS/TAS. De momento, cabe señalar algunos patrones de fun-
1e manifestará desde un punto de vistofisi~óg'1co, cognitivo y com- c'ionamiento soc'ial patológicos, como la obsurda colección 'intermi-
portamental_ Además, no es extraño q,ue lo persono perciba su eje- nable de selfies que hace que, al menos, algunos miembros de lo
cución corno deficitaria: o, incluso, dado que en la situación experi- llamado Generación X, sean reconocidos en el idioma inglés como
menta una notable ansiedad y que, 'llUchas veces, no ha practicado los me, me, me, me
previamente una determinado conducta o habilidad, la ejecución
puede ser deficitaria_ Todo ello influirá, a su vez, en la representa- V, Recomendaciones para
ción mental que tenga de sí mismo.
Ante estos peligros, la persono intentará protegerse, si es posi- la evaluación
ble, evitando la situación social y, si no es posible, empezará a A. Instrumentos para el diagnóstico de TAS
poner en marcha una serie de conductas de segurídad. Cuando la
situación finalice, la persona empezará a rumiar acerca de todo lo A lo largo de los años, se ha desarrollado un conjunto de instru-
sucedido, revisando de tormo reiterativa sus acciones y las respues- mentos QUe ofrecen alternativas para llevar a cabo una evaluación
tas de los demás. Estará atrapada en una trampa de difícil salida, adecuada de este problema_ En el trabajo de Wong et al.. (2016) se
cada vez tiene más evidencia confirmatorio de sus supuestos previos recogen los principales instrumentos, tanto para ser aplicados por
acerca de la peligrosidad de las situaciones sociales, cada vez se el clínico como cuestionarios de autoinforme. Asimismo, dicho tra-
confirman más sus creencias acerca de su incapaddad, cada vez bajo incorpora las principales herramientas diseñadas para explo-
mantiene una autorrepresentación más negativa y, además, no se rar los aspectos centrales del TAS, pero también procesos específi-
do a sí misma lo oportunidad de comprobar si estos temores eran cos como el miedo a la evaluación <negativa y positivo) o distintos
infundados, o que lo autoimagen que mantiene acerca del self pue- sesgos cognitivos que se ha demostrado resultan importantes en
de modificarse. Se establece un círculo vicioso que va perturbando este trastorno.
cada vez más a la persono. Además, la persona ante lo próxima Las entrevistas clínicos más IJtilizadas son lo SCID-5 y la ADIS-
situación social empieza a anticipar todas las catástrofes que teme. 5, que se fundamentan en el DSM 5, y la CIDI 10 ciue se baso en
Esta anticipación aumenta la sensación de amenaza, lo cual incre, lo CJE. Entre los instrumentos de evaluación rnós utilizados cabe
mento, a su vez, el deseo de evitar las situaciones sociales y el destacar la Escala de Ansiedad Social de Liebowitz (LSAS, Lie-
temor hacia ellos. Cuando finaliza la situación, la persona empieza bowitz, 1987), la Escala de Fobia Social y la Escala de Ansiedad
a revisar de formo obsesivo todo lo sucedido y se recrimina los fallos a la Interacción Social (SPS y SIAS; Mattick y Clarke, 1998), QUE
QUe considera ha tenido, potenciando ese círculo vicioso negativo. suelen aplicarse junto con el Cuestionario de Ansiedad Social (SAO;
En este epígrafe, hemos intentado presentar una perspectivo Caballo et al. 2012l, el Inventario de Fobia Social y Ansiedad <SPAI;
que ayude a aclarar el surgimiento y el mantenimiento de la AS/ Turner et al., 1989) o el Inventaria de Fobia Social <SPIN; Connar et
TAS. No obstante, consideramos ciue ahondar en los distintos patro- al., 2000), entre muchos otros. Estos instrumentos han demostrado
nes QUE pueden darse en la interacción social humana, puede resul- tener buenos propiedades psicométricas y >uelen incluir puntos de
tar de utilidad, no solo poro comprender y estar mejor preparados corte que sirven, por un lodo, para complementar el diagnóstico
paro abordar el tratamiento de los temores sociales, marcados por y, por otro, para realizar evaluaciones periódicos a lo largo del
el miedo, lo inseguridad y la hipersensibilidad a ser sometidos a la tratamiento.
evaluación y el juicio por parte de los demás; sino también en otros Por otro parte, también existen otras herramientas de evalua-
problemas denominados trastornos de personalidad en los que cla- ción Que pueden utilizarse, dependiendo del propósito específico
ramente se observan patrones alterados de interacción socia!; por que se desee explorar y monitorear_ Entre las más utilizadas, cabe
ejemplo, la frialdad y la escasa necesidad de contacto social del destacar la Escala Breve de Miedo a la Evaluación Negativa (BFNE;
patrón esctuizo'1de, la desconfianza y la suspicacia del paranoide, Leary et al., 1983J, la Escala de Miedo o la Evaluación Positiva (FPES;
la inestabilidad en las relaciones interpersonales del límite, la con- Weeks, 2012), la Escala Conductas de Seguridad <SAFE; Cumrning
ducta sumisa del dependiente, la grandiosidad y la necesidad de et al., 2009J la Escala de Pensamientos y Creencias Sociales (STABS;
admiración del narcisista, lo búsqueda de atención del histriónico, Turner et al., 2003), Ja Escalo de Dificultades para la Regulación
la despreocupación por los derechos de los otros y su violación, o el Emocional (DERS; Gratz y Roerner, 2004-l, entre otras.
avasallamiento del antisocial (Botella, Baños y Perpiñó, 2003)_ En resumen, en estos momentos disponernos de un amplio aba-
A esto habría QUe incluir las importantes modificaciones que se nico de instrumentos de evaluación paro explorar la presencia y
están produciendo en los relaciones e interacciones sociales con lo las manifestaciones clínicas de la AS/TAS_ Ahora bien, resulta tam-
llegada de las tecnologías de la información y la comunicación. Las bién fundamental poder realizar una evaluación más minuciosa en
redes sociales como Facebook, Youtube, Instagram o Snapchat son relación con la historia, los características clínicos y psicológicas
una revolución, sobre todo, social. A medida que la tecnología evo" más generales q_ue presente cada individuo. En el modelo descrito,
luciona, los interacciones sociales se están ampliando, pero también se plantea QUe el desarrollo de la AS/TAS se produce a partir de
se están modificando y, de forma fundamental, entre los jóvenes, los una vulnerabilidad biológica, psicológica y social, y que existen una
así llamados nativos digitales. En esta comunicación social, media- serie de factores. que pueden ejercer también influencia en el sur-
da por los ordenadores se utilizan otros códigos y otras señales (p. gimiento y el mantenimiento del trastorno. Por tonto, dependiendo
ej., emoticonos), pero la neces"iclad de afiliación, las jerarQuías del del nivel de alteración funcional y la s'1tuación clínica ciue presen-
grupo social y la estructuro de dominancia y/o de afiliación se man- te un deterniinado paciente, el abordaje clínico ciue se tenga que
tienen <p. ej., las fotos en Instagrarn y la búsqueda desesperada de realizar puede ser diferente. Resulta muy aconsejable incluir en la
capítulo 3. Tra~ton10 de ansiedad scc;a1

evaluación instrunientos QUe puedan ru~treur la personalidad (p_ ej., tyP tracking
el PID-5-SF q,ue se desprende del DSM 5 -Krueger et al., 2012-),
los relaciones interpersonales (p_ ej., el Inventario de Problemas Eye tracking o el seguimiento de ojos permite evaluar el proceso
Interpersonales; IIP -Horowitz et aL, 1988-) y el funcionamiento atencional en función de lo~ rnovirnientos oculares q,ue realizo un
general, como la escalo desarrollada por la Organización Mundial individuo, y ha 1nostrado ser una herran1ienta útil en la explora·
de lo Salud <WHODAS; Ustiln et al, 2010!. ción del procesamiento emocional. En particular, en la A5/TAS se
han obserV{]do mayores niveles de fijación de la mirada respecto a
sujetos sanos {coincidente con la hipervigilancia a estímUos negati-
B. Utilización de tecnolog'1as vos), así como mayor evitación en la mirada después de ese primer
En los últimos años, también se ha demostrado la utilidad de la momento de hipervigiloncia (coincidente con la evitación de la AS/
tecnología para la evaluación de la ansiedad, en la medida en TAS, Gomes e Claudino et al., 2019L Sin embargo, es uria técnico
q,ue permite explorar procesos q,ue. de otro modo, no son accesi- q,ue todavía necesita un mayor desarrollo antes de poder ser utiliza-
bles al clínico ni pueden ser captados por los autoinformes de los da de manera rutinaria en los ámbitos clínicos.
pacientes.

Evaluación psicoflsioJógica VI. Recomendaciones para


Una importante ventaja q,ue permite el uso de tecnología es poder el tratamiento
evaluar procesos psicofisiológicos. La ansiedad social está corac-
terizoda por alteraciones, tanto en el sistema nervioso periférico En este punto, presentamos brevemente una serie de recomenda-
como en el central En relación con el sistema nervioso periférico, ciones generales para el tratamiento de Ja AS/TAS. Previamente,
la actividad simpática (a través de la actividad dermol y e! ritmo ya analizamos un plan de tratamiento detallado <Botella et oL,
cardíaco), y la actividad parasimpática (o través de la variabi- 2004), aquí ampliamos dicho plan, teniendo en cuenta los avarices
lidad del ritmo cardíaco}, disponer de biosensores para electro- q,ue se han producido desde entonces. Si el lector deseo profundi-
cardiograma y para la conductoncio de la piel permite obtener zar en el tema, puede recurrir también a otras fuentes (ej., Heim-
información útil. berg et al., 2014; McEvoy et al., 2018). En la Tabla 3.t aparecen
Asimismo, el sistema nervioso central puede proporcionar infor· los puntos fundamentales a los q,ue habría que prestar atención y
moción relevante sobre el funcionamiento de áreas tanto corticales recomendaciones acerco de cómo hacerlo. Lo utilización de todos
como subcorticales. En este sentido, se puede mencionar el aumento o solo algurios componentes del protocolo de tratamiento q,ueda
de la actividad insular, de la amígdala. hiperreactividod del córtex a juicio del clínico, atendiendo a los características clínicas de
del cíngulo anterior y de la corteza prefrontol. En todos los casos, el cado paciente.
aumento es en comparación con personas sin ansiedad social ante Un primer punto fundamental, q,ue se desprende de la evalua-
lo presencia de estímulos relevantes para la ansiedad social (como ción, es delimitar los niveles generales de disfuncionalidad, incluyen-
caras de desaprobación) (Syal y Stein, 2014). Ahora bien, para obte- do cronicidad, grado de interferencia y grado de funcionalidad de la
ner medidas rigurosas en este sentido, se requiere tecnología de personalidad. En ese sentido, los respuestos pueden ser muy hetero-
difícil uso y costoso, como escáneres de imágenes por resonancia géneas, desde manifestaciones circunscritos a estímulos concretos
magnética funcional. (p_ ej., miedo a hablar en público) a formas generalizadas en las q,ue
los niveles de desorganización di? la conducta y lo experiencia, lo
Evaluación ecológica momentánea cronicidad y la inti?rferencia general son muy elevados_ En un coso
La evaluación ecológico momentánea ofrece numerosas oportunida- y en otro se deberá optar por cursos y estrategias acordes con la
des, tanto por poder medir dinámicas temporales, como para evitar situación clínica de los pacientes.
los sesgos que produce la evaluación retrospectiva. Si bien es útil En todos los casos, resulto imprescindible estructurar el trata-
para todo la psicopatología, en el coso de la AS/TAS resulta de par- miento a partir de princip'1os de cambio genéricos en los q,ue se
ticular relevancia por la posibilidad de indagar la Interrelación entre contemplen variables como las expectativos al cambio (lcree
contextos, actividades y procesos experienciales y conductuales. De el paciente q,ue el tratamiento podrá ser útiPl, la motivación al
hecho, se han identificado 30 estudios q,ue han utilizado evaluación cambio (lestó realmente preparado el paciente paro cambiar?), la
ecológica momentáneo poro el estudio de Ja ansiedad social CFer- alianza terapéutica <iestán estructurando terapeuta y paciente de
nández-Alvarez y Botella. en preparacióril. manero consensuada objetivos, tareas y estableciendo uno relación
de confianza?), el estilo del terapeuta <les adecuado el modo de
Realidad virtual hacer terapia del profesional pura el tipo de paciente y sus necesi-
Lo realidad virtual se ha utilizado en mayor medida paro el trata- dades?l, entre otras consideraciones ((asfonguay et al., 2019l.
miento de los trastornos de ansiedad y no tanto para la evaluación Para los manifestaciones específicos de la AS/TAS se ha demos-
Sin embargo, en los últimos aííos se han llevado a cabo trabajos trado q,ue los tratamientos que integran componentes psicoedu-
q,ue demuestran la utilidad de los ambientes virtuales para llevar a caf1vos, técnicas cogn'1tivas y ensayos de conducta para lo exposi-
cabo toreas conductuales de manera muy ecológica (Felnhofer et ción a los estímulos temidos resultan eficaces y, en muchos cosos,
aL 2019). Incluso, se ha sugerido que lo realidad virtual se podría suficientes paro lograr resultados beneficiosos para el paciente. En
utilizar paro el diagnóstico del TAS y cabe hipotetizor q,ue en !os estos casos, desgraciadamente, uno de los mayores problemas es
próximos aííos sea factible utilizar esto tecnología como procedi- lo infrautilización de técnicos de exposición en vivo (McAleavey et
miento de screening y/o complemento del juicio clínico CDelchont al.. 2014; Pittig et oL 2019; Schumacher et al., 2018l. Por to11to, lo
et al., 2017). utilización de realidad virtual puede significar una ayudo práctica

99
Manual de ps:copdtolog1a. Volun1en Z

de gran valor Pnro los formas más complejas de la AS/TAS existen búsq_uedo de mediadores y 1noderodores de crn11b10 que permifan
menos certezas Los dotas disponibles indican buenos to>os de 1ecu- estructurar uno psicoterapia basada en procesos (Hofmann y Hoyes,
peración entre el inicio y finalización de los tratamientos (Moyo \IV1l- 2019). Este esfuerzo de encontrar procesos de cambio q_ue estruc-
son et oL, 2014)_ Sin embargo, las tasas de recaídas son elevadas, turen la actividad clinica coincide con la propuesto de principios
incluyendo renovación del miedo a la misma situación u otras formas transd1agnósticos mecanísticos ($auer-Zavala et aL, 20171 Tarea
de recaído ((raske et aL, 2014) Para estos cosos, la integración de fundamental que, a su vez, implica la necesidad de personalizar los
los últimos avances técnicos y conceptuales vistos en los modelos tratamientos y encontrar, en función de determinadas crnacterísti-
q,ue se han presentado puede ser de utilidad. cas clínicas y sociodemográficas, q_ué tipo de técnicas (y/o compo-
Merecen subrayarse las innovaciones q_ue se han realizado res- nentes), qué tipo de terapeuta y q_ué tipo de modalidad de trata-
pecto a la exposición (Craske et al., 2014J y en reescritura de imá- miento, puede necesitar uno persono en una determinada situación,
genes Umage1y rescripting) (McEvoy et al., 2018). En relación con en un determinado marco cultural, así como de qué forma, cuándo
el avance conceptual, cada vez es más necesario integrar las dife- y cómo si? debe aplicar dicho tratamiento.
rentes técnicos existentes a partir de un modelo psicopatológico en En suma, los desarrollos q_ue se han producido en el campo de
el que los variables estructurales, anteriormente descritas, sean las la AS/TAS son 1mportantes, pero se esperan cambios todavía más
Q.Ue se tomen en consideración para delimitar la funcionalidad de profundos en línea con las transformaciones que se están dando en
los individuos, en lugar de recurrir simplemente a la sintomatología el campo de lo psicopatalogío y la clínica en general. En la Tabla 3.1
al estilo clásico. En este sentido, las distintas tradiciones psicotera- se presentan los posibles aspectos que convendría tomar en consi-
péuticas están empezando a traspasar los límites, anteriormente deración en el tratamiento de la AS/TAS, así como recomendacio-
demarcados de un modo tajante, para centrar los esfuerzos en la nes acerca de cómo hacerlo.

)) Tabla 3.1. Técnicas para el abordaje del AS/TAS

Desconocimiento de la AS y el TAS Psicoeducación acerca de la AS/TAS.

Auto-imagen negativa acerca - Detección y onólisis de lo auto-imagen negativa.


del seH - la perspectivo del observador: El «ojo de lo mente».
- Reescritura de la auto-imagen negativo.
- Puesto en marcha de la nuevo versión de la auto-imagen.

El temor a Ja aud1encia Análisis de la audiencia y el temor percibidos.

Evitación de situaciones sociales. - Exposición in vivo(p_ ej.. ensoyos planificados en sesión}.


Tembr a la evaluación negativa - Auto-exposición en el ambiente natural entre sesiones.
y a ta evaluación positiva. - Auto-exposición utilizando un espejo, utilizando vídeos de audiencias grabados.
- Exposición por medio de realidad virtual.
Realizar ensayos de conducto frente o audiencias que proporcionen evaluaciones negativos
y evaluaciones positivas.
En todos los casos, ayudar a generar y fortalecer nuevas asociaciones 1nhibidoras. respecto a las
antiguas asociaciones de temor por medio de dos mecanismos: (a) violación de los expectativos
negativas; y (b) generalización de las asociaciones inhibitorias.

Conductas de seguridad Detección de las conductas de seguridad, anólisis del papel que desempeñan y retirado de los mismos,
de acuerdo con el paciente, al llevar o cabo lo exposición.

El criterio q,ue se considera Análisis del criterio esperado de la audiencia y modificación ajustada a expectativas más realistas
utilizaró la audiencia
El criterio que deseo alcanzar Disminución realista del criterio, atendiendo al grado de habilidad y dominio que tiene una persono
la persona cuando empieza o realizar conductas nuevos.

La probabilidad y las Análisis de la probabilidad y consecuencias de no alcanzar el criterio.


conS-ecuencias de no alcanzar
el criterio
---~----- -----------
Procesamiento antes de la sesión Análisis de los expectativos y análisis de las rumiociones post-sesión. Estrategias para modificar
y procesamiento post-sesión el procesamiento aceptación_

!Continúa)

100
Capitulo 3. Trastorno de ansiedad social

) ) Tabla 3.1. (C·Jntinuac1ón}

Percepción errónea de lo ejecución Grabación de ensayos de conducto planificados y utilización del video feedback paro corregir tornbien
en Jos ensayos de exposición lo auto-imagen.

Ejecución deficitario Normalizar lo ejecución deficitario. teniendo en cuenta el grado de práctica o de dommio que tiene
la persona respecto a dicha conduelo. Anticipación de «posible ejecución» delicitcuia y estrategias
de aceptación si se produjera.

Sesgos otencionales y la atención En'frenomiento en focolizoción de lo atención en estímulos no amenazantes (internos o eXiernos). yo
auto-focal izada. sean estímulos facilitodores o neutros.
Sesgos de interpretación Entrenorniento en asociaciones implícitas positivos.

Déficits en regulación emocional: Entrenamiento en reconocimiento, aceptación y expresión de emociones.


evitación emocional, supresión
y dificultades paro expresar
emociones

Bajo'Clfecto positivo. Entrenamiento en generación de afecto positivo.


Dífiéultodes para mánejar la Entrenamiento en reconocimiento, aceptación y expresión de emociones positivos.
-e'sfimulación positiva Entrenamiento pn manejo de situaciones sociales en los q_ue hayo estímulos positivos.
f--~~~-·-·~~~~~~+-~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~-j

Las creencias y/-0 pensamientos Reestructuración cognitiva I: reestructuración clásico.


erróneos Registro de pensamientos
• Discusión y reta de pensamientos automáticos negativos

El lenguaje Reestructuración cognitivo 11: el papel del lenguaje.


Los cadenas semánticas.
Lo confusión de los órdenes de cbstracción.
- Lo que soy.
- Lo que hago.
- Lo que pienso q_ue soy.
- Lo que los demás dicen de mí.
- lo q_ue los demás pienson de mí.
- Lo que yo creo que los demás piensan de mí.

Modo agónico vs. modo hedónico Lo cooperación humano.


Sistema de defensa vs. sistema de seguridad y cooperación.
Alorma/ defensa/protección.
Confianza/cooperación/ oyL1da.
El contacto ocular: la comprobación de la amenaza.
El cambio de perspectiva: modo agónico vs. modo hedónico.
Lo práctico y el ensayo: modo agónico vs. modo hedónico.
f----------t-------- ···---·· ---
las habilidades sociales Los relaciones sociales mterpersonoles.
interpersonales, la sabiduría - La osertividod vs. el anciano de la tribu.
social - Ganador-perdedor vs. la persona en q_ue se confía.
Sabiduría acumulado, los refranes, los clásicos.
- El baturro: Cá uno es cá uno y denguno es más que naide.
- La imperfección: Lo mejor es enemigo de lo bueno.
Las metas: las intereses sociales, la cooperación humana.

Desarrollo y evolución humanas Autodistanciomiento y auto-transcendencia.


Aprendiendo de nuestros errores.
Lo autooceptoción.
Lo tolerancia.

IOI
r\lkn1ual de ps,copatotog1a. Vcl11nP11?

la reescritura de unágenes U1nagery rescriptinql. Otro aspecto que


Vi 1 Resurc1en de aspectos merece ser considerado en profundidad es el temo del afecto posi-
f undarnentales tivo, y unido a ello, el análisis del papel que desempeña el temor a
la evaluación positivo y no solo a lo evaluación negativo, como tra-
En este capítulo. se lleva o cabo un son1ero análisis del concep- dicionalmente se venía aceptando Sin olvidar el posible papel q_ue
to de ansiedad social y el trastorno de ansiedad social (AS/TASl. desempeña el minuciosa y reiterativo procesamiento post-evento de
Se contempla cómo ha evolucionado, desde su inclusión en los la situación social que lleva a cabo la pe1sono.
si>temas de clasif1cac"1ón '1rrternac·1onales ha>ta la actualidad: el Además, sería muy deseable seguir investigando la utilidad de
diagnóstico y el diagnóstico diferencial y su comorbilidad, así los tecnologías de lo información y lo comunicación en la evaluación
como su epidemiología, curso evolutivo. prevalencia y factores y el tratamiento de la AS/TAS. Yo existen numerosos desarrollos.
asociados. También se analizan una serie de características trans- especialmente diseñados poro esta condición clínico, que se han
diagnósticas, que pueden funcionar como variables moderadoras sometido a pruebo y han demostrado tener utilidad. Respecto a lo
y mediadoras entre los patrones estructurales de vulnerabilidad y evaluación, los teléfonos inteligentes permiten una evaluación activo
los signos y síntomas presentes en las distintas manifestaciones clí- (p_ ej., evaluación ecológica momentánea) y pasivo (sensores y bio-
nicas de la AS/TAS. Asimismo, se presentan distintos modelos q_ue sensores) que, sumados a los nuevas desarrollos tecnológicos, permi-
han intentado explicar el surgimiento y el mantenimiento de este tirán c01nprender de manero mós preciso aspectos hasta ahora des-
trastorno, fundamentalmente, desde perspectivas evolucionistas y conocidos de lo AS/TAS. En cuanta al tratamiento, las intervenciones
cognitivo-comportomentales. Finalmente, se hace un esfuerzo para basados en Internet {desde videoconferencias hasta programas opli-
presentar brevemente una serie de directrices y estrategias que cados o través de móviles y ordenadores) han demostrado eficacia y
pueden resultar de utilidad para lo evaluación y el tratamiento de están facilitando el acceso al tratamiento y la reducción del estigma
este trastorno_ asociado con la solicitud de ayuda_ Asimismo, las tecnologías q_ue
En cuanto a recomendaciones para la investigación futuro, se contemplan el continuo de lo virtualidad (realidad virtual, realidad
subrayo la necesidad de profundizar en aspectos claves del tras- aumentado, realidades mixtas) también han demostrado utilidad y
torno Por una parte, el papel q_ue desempeña la representación se auguro q_ue su implementación clínica permitirá dotar a los tera-
negativa del self, que mantiene lo persona acerca de cómo cree q_ue peutas de herramientas innovadoras paro llevar o cabo de forma
la ven los demás. Asociado a esto, convierie estudiar el impacto de más ecológica la exposición y otras intervenciones basadas en la
utilizar en el tratamiento técnicos basadas en la visualización, como evidencia.

••Términos clave
Ansiedad soctal IASI 18 Modo agónico 88 Representación del self 92
Conductas de seguridad 90 Modo hedón!co 89 Trastorno de ansiedad
Focalización de la atención a Procesamiento pre-evento social !TASI 18
estímulos internos y externos 85 social 84
Miedo a la evaluación !negativa Procesamiento post-evento
y positiva! 83 soc!al 84
Capitulo 3. Trastorno de ansiedad social 441

••Lecturas recomendadas
Botella, C.. Baños. R_ M_ y Perpiñá, C. (2003!. Fobia socia/, Avances en Revisión detallada de los variables principoles a ton1or en consi-
fa ps1copatologia, lo evaluación y el tratamiento ps1cológico dei deración en la conceptuolizacióri y la intervención en la AS/TAS.
t1astorno de ansiedad social (325 pp ). Barcelona: Po idos ISBN: Destacan las aportaciones más recierites del mod11lo de Heimberg.
Sl.f-ll'/3-l lf04-6. tomado en consideración el papel de la regulación emocional y el
Libro en el que se presenta la primera versión del modelo de Bote- procesamiento post-everito de la situación social.
lla. Bonos y Perpiflá en el cual integran las oporiociones fundamen- Norton, A. R. y Abbott, M. J (2017l. Bridgirig the Gap between i'let1ologi-
tales de los modelos cognitivo-comportomenfoles más utilizados y col ond Moiritoining Foctors iri Social Anxiety Disorder: The Impoct
se incluyen recomendadones respecto a la evoluac1ón y el trata" of Socially Traumotic Experiences on Beliefs, lmogery ond Sympto-
miento. Destaco el hecho de tener, además, una descripción de matology. Clinicol Psycho/ogy and Psychotherapy 24, 747-765_
dichos modelos y de lo AS/TAS en general e11 idioma españoL Artículo eri el q_ue se ariolizo el papel centrol de los situoc1ones
Gilboa-Schechtmon, E., Shochar, L y Helpmon, L. (201lf)_ Evolutionory sociales troumóticas como factor explicativo clave en el desarrollo
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Capítulo en el que se presento actualizado la perspectiva evolucio- B/ockwell handbook of socio/ anxiety disorder (pp. 1-23). Chichester.
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Hyett, M. P. y McEvoy, P_ M_ (2018). Social onx1ety disorder- looking bock Capítulo de uno de los manuales disponibles sobre TAS, en el que se
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doi.org/10.1017 /50033291717003816 teorías que los sustentan y se lleva o cabo uri ariólis1s comparativo
Artículo en el que se presentan de formo exhaustivo algunos de de los mismos.
los desafíos actuales en lo canceptualzoción del TAS, destaca la Worig, Q_ J J, y Ropee, (2016)_ The aetiology arid maintenonce of social
discusión sobre Jos modelos dimensionales y jerárquicos. arixiety disorder: A synthesis of complementory theoretical modeis
McEvoy. P. M_ Saulsman, L. M. y Ropee, R. M_ {2018) Imagery-Enhonced arid formulotion of a new integrated modeL Journaf of Affecfive
CBT far Social Anxiety Disorder. New York: The Guilford Press. ISBN Disorders. 203, 84-100_
97814-62533053. Revisión exhaustiva en lo q_ue se presentan los principales modelos
El modelo más actual en el campo cognitivo-comportamentol, en el de lo AS/TAS, tanto desde el purito de visto etiológico como de
que se subrayo el papel ceritral de las imógenes mentoles para lo mantenimierito del trastorno. Asimismo, los autores presentan el
coriceptuolización y tratomierito de la AS/TAS. principio de amenaza socia-evaluativo, en linea con lo perspectiva
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106
Capitulo 3. Trastorno de ansiedéld social tltl

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107
tt Manual de psicopatología. Voiurnen z

•• Autoevaluación
l. El trastorno de ansiedad social CTAS} se caracteriza por: 6. lQué comparte el TAS con lu depresión y la ansiedad
a) Miedo a la evaluación negativa. generalizado, pero no con el resto de trastornos de
ansiedad?
bl Miedo o comer delante de otros.
al El alto nivel de afecto negativo.
e) Un marcado pesimismo sobre el futuro.
bl El tipo de estrategia disfuncionol poro regular los emocio-
dl Miedo a la evaluación en general.
nes positivas.
2. La principal diferencia entre el TAS y el trastorno de per- c) El bajo nivel de afecto positivo.
sonalidad por evitación CTPE) es: d) El pensamiento perseverante ante la activación del circuito
a) En el TPE lo conducto de evitación es más general y cons- del miedo.
tituye una formo global de orgortización de la experiencia,
pero los síntomas de ansiedad son menos graves. 7. Las conductas de seguridad permiten:
bl El TPE es uno forma grave de TAS, pero la interferencia al Reducir la ansiedad a largo plazo, pero la inte11sifican a
es menor. corto plazo.
c) En el TPE la coriducta de evitación es más general, la evi- bl Afrontar de manera satisfactoria las situaciones temidas_
tación constituye una forma global de organización de la el Reducir la a11siedad a corto plazo, pero la i11tensificon a
experiencia y los sintamos de ansiedad son más graves_ largo plazo.
d} No existen diferencias entre el TAS y el TPE dl Reducir la ansiedad, tanto a corto como a largo plazo.

3. Desde la perspectiva evolucionista, la ansiedad social se 8. lCuál de los siguientes enunciados caracteriza mejor a las
entiende como: perso11as con TAS?
a) Una respuesta adaptativa para responder a las amenazas al Las personas con TAS siempre regulan las emociones y los
a las que estamos expuestos como especie. pensamientos de manera desadaptativa.
b} Una respuesta exacerbada q_ue se produce como conse- bl Las personas co11 TAS suelen tener miedo a la evaluación
cuencia del miedo a la evaluación riegativa_ negativa, pero se sie11ten cómodos con la evaluación po-
cl Una anticipación patológico a situaciones de interacción sitiva.
social. el Las perso11as con TAS suelert tener imágenes mentales so-
dl Una respuesta desodaptotivo para respo11der a las amena- bre eventos negativos del pasado, lo cual activa y mantie-
zas a las q_ue estamos expuestos como especie. ne la representación negativa del self
dl Las perso11as co11 TAS poseen niveles de interferencia muy
IJ.. El modo agónico es: elevados y el miedo, la ansiedad o la evitación se dan de
al Un mecanismo que las personas con TAS activan siempre. forma generalizada e11 muchos ámbitos.
bl Urt mecanismo que las personas con TAS suele11 activar al
9. lQué modelo estipula que la atención se focoliza princi-
detectar una amenaza social.
palmente en la amenaza externa?
e) Un mecanismo emocional q_ue activa la persona co11 TAS
a} Rapee y Heimberg, 1997.
para hacer frente a los situaciones temidas.
b} Trower y Gilbert, 1989.
dl Urt meca11ismo emocional, cognitivo y conductua1 que las
personas co11 TAS activan después de las i11teracciones so- e) Clark y Wells, 1995.
ciales. dl Barlow y Hofmann, 2002.

5. lCuál de los siguientes enunciados no constituye u11a dife- 10. lSobre qué ospecto(s) se considera necesario prestar
rencia incluida en el DSM 5 para el diagnóstico del TAS? atención en el tratamiento de la AS/TAS?
al Ya rto estipula la presencia de miedo i11tenso en el criterio al La evitació11 a las situaciones sociales.
principal. b> El criterio que la persona cree que utilizará !a audiencia
bl Ya no estipula la presencia de miedo persistente en el cri- para juzgar su ejecución, así como el criterio que ella de-
terio principal. sea alcanzar.
c> Incluye un nuevo especificador para situaciones de actua- el La auto-imagen negativa acerca del self
ció11. dl Todas las alternativas son correctas.
d} Ya no existe un especificador generaL

I08
CAPÍTUL04

TRASTORNOS ASOCIADOS A TRAUMAS Y ESTRESORES


Enrique Echeburúa y Pedro J Amor

l. Introducción 109 B. Trastorno de relación social desinhibida 123


II. Sucesos traumáticos y daño psicológico 110 C. Trastornos adaptativos 124

III. Trastorno de estrés agudo 110 VI. Recomendaciones para la evaluación


y el tratamiento del TEPT 125
IV. Trastorno de estrés postraumático 112
A. Coracterísticas clínicas 112 A. Evaluación 125
B. Evolución temporal de los síntomas 115 B. Tratamiento 125
C. Epidemiología 116 VIL Resumen de los aspectos fundamentales
D. Tipos 116 y tendencias futuros 12T
E. Comorbilidad y diagnóstico diferencial 118
F. Etiología 119 TÉRMINOS CLAVE 129
G. Vulnerabilidad y resistencia al trauma 120
LECTURAS RECOMENDADAS 129
H. Factores predictores de recuperación 12/
REFERENCIAS 130
v. Otros trastornos 122
A. Trastorno de apego reactivo 122 AUTOEVALUACIÓN 133

l. Introducción
Según el DSM-5 (American P>ychiatric Associotion IAPAl, 2013), el móticos y porque, al contar con una mayor tasa de prevalencia y
trauma y los cuadros clínicos relacionados con factores de estrés ofrecer un mayor nivel de gravedad, presentan uno mayor relevancia
son trastornos en los <¡ue la exposición o un suceso traumático o clínica y son más frecuentemente objeto de consulta_ También se
estresante aparece de manera explícita como un criterio diagnósti" tratan brevemente los dos cuadros clíriicos específicos de la infaricia
co_ Estos cuadros clínicos son el trastorno de apego reactivo !TARl, viriculados o situaciones estresantes, como son el TAR y el TRSD.
el trastorno de relación social desinhibida <TRSDl, el trastorno de Por el contrario, los trastornos adaptativos van a recibir uno
estrés agudo <TEA>. el trastorno de estrés postraL1mático <TEPTJ, y mera mención por~ue son objeto de estudio detallado en otro capí-
los trastornos adaptativos. Los dos primeros aparecen en el ámbito tulo de este mismo texto.
de la primero infancia, en los ~ue !o negligencia -es decir, lo ausen~ En este capítulo se va o comenzar por estoblf!cer lo relación
cia de un cuidado adecuado por porte de los podres o cuidadores existente entre los sucesos traumáticos y el daiio psicológico {lesio-
durante las primeras etapas del niño- es un re~uisito necesario poro nes psíquicos y secuelas emocionales) porque constituye el marco
f!I diagnóstico de estos trastornos. necesario poro comprender lo significación clínico y el grado de
En este capítulo se van a abordar especialmente el TEA y el interferencia en la vida cotidiana de los cuadros clínicos estudiados
TEPT porque son aquellos que están más vinculados a sucesos trou- con mayor detalle: el TEA y el TEPl

109
r.J1anual de psicopatología. Volumen 7

En sínte~1s, el alcance del daño p;icológico está mediado poi


ll, Sucesos traumáticos la gravedad del suceso, el drnio físico o grado de riesgo sufrido, la
y da1'\o psícológico mayor o menor vulnerabilidad de lo víctima, lo posible concurren-
cia de otros problemas actuales <p. ej., a nivel familiar y escolar/
Los sucesos traumáticos generan terror e indefensión, ponen en peli- laboral) y pasados {historia de victimizoc1ónl, el apoyo social exis-
gro lo integridad físico o psicológica de una persona y dejan con tente y los recursos psicológicos de afrontamiento disponibles. Todo
frecuencia a lo víctima en tal situación emocional que es incapaz ello configura la moyo1 o menor resistencia de la victi1na al estrés
de afrontarlo por sí mismo. (Tabla 11.1).
Cualquier aconteciniiento trou1nótico (una agresión sexual, un Los reacciones psicológicas o un acontecimiento traumático
atentado terrorista, la violencia contra la pareja, el asesinato de un varían también en función de la mayor o menor proximidad tem-
padre o de uno madre, etc.) supone una q_uiebra en el sentimiento poral al suce10. Por ello, se han categorizado, por un lado. el TEA,
de seguridad de una persona y le produce un profundo desvalimien- cuando lo sintomatología clínica emerge en las cua·tro primeras
to_ El daño psicológico sufrido se refiere, por un lodo, o los lesiones semanas tras el acontecimiento; y, por otro, el TEPT, q_ue se diag-
psíquicos agudas producidas inmediatamente tras un suceso vio- nostica solo cuando han transcurrido más de cuatro semanas del
lento; y, por otro, a las secuelas ernocionafes que pueden persistir suceso
en algunas personas de forma crónica como consecuencia de lo
ocurrido y que afectan negativamente a su desarrollo futuro (Amor
et al., 2010; Wittchen et al., 2009)
111. Trastorno de estrés agudo
Lo q_ue genera habitualmente daño psicológico suele ser la
amenaza a la propia vida (en el caso, p. ej., de una acción terro- El TEA se puede diagnosticar solo cuando el suceso traumático ho
rista) o a la integridad psicológica (en el caso, p. ej., de un abuso tenido lugar entre el tercer día y la cuarta semana después del
sexuaD, una lesión física grave, la percepción del daño como inten- suceso traumático_ Este período es crítico poro la fijación del pro-
cionado y la pérdida violenta de un ser q_uerido_ El daño generado ceso patológico. Es el punto de transformación entre una respuesta
suele ser mayor si las consecuencias del hecho violento son múl- orientada a la recuperación, reajuste y reevaluación de lo ocurrido
tiples, como ocurre, por ejemplo, en el caso de un adulto que ha y lo q_ue constituye propiamente una entidad clínica.
sufrido un atentado y le han quedado secuelas físicas o en el de un Se trata de uno reacción postraumótica intensa que desborda
menor que ha sido objeto de un abuso sexual y a cuyo testimonio la capacidad de afrontamiento de la persona y que se caracteriza
no se le confiere credibilidad {Baca y (abanas, 2003; Echeburúa fundamentalmente por la presencia de síntomas disociativos, como
et al., 2005L el embotamiento emocional, el aturdimiento, !a extrañeza respecto
Sin embargo, las diferencias de reacción ante un mismo hecho a la realidad, la despersonalización y la amnesia disociativo. que
traumático san muy variables de unas personas a otras_ Desde llevo consigo lo incapacidad para recordar aspectos significativos
una perspectiva psicológica, uno fragilidad emocional previa, un del suceso traumótico_ Asimismo. los personas afectadas sufren
historial de victimización. un estrés acumulativo, una red de apo- síntomas de reexperimentación del suceso, conductas de evitación
yo familiar y social débil y una mala adaptación a los cambios y síntomas intensos de ansiedad {Tabla ll.2l. Todo ello genera un ¡
debilitan la resistencia a las frustraciones y contribuyen a generar malestar clínico significativo e interfiere negativamente en su vida {
una sensación de indefensión y de desesperanza (Echeburúa et al., cotidiana {Echeburúa et al., 201llal.
2013; Finkelhor, 1999). Este trastorno aparece con más frecuencia en víctimas vulnera-
En este sentido, un suceso traumático genera un cuadro clínico bles, pero también puede darse en personas sin ningún factor pre-
solo cuando el acontecimiento supera en uno persono el umbral disponente, sobre todo cuando el suceso resulta muy traumático. La
para el trauma e interfiere negativamente de formo grave en su detección de las reacciones posfraumáticas en esta fose temprana
vida cotidiana. Es decir, el trauma viene definido por la respuesta posibilita la identificación de las personas en riesgo de padecer un
traumática, no por el suceso traumático en sí mismo. TEPT ulterior y el establecimiento de unas estrategias de interven-

) ) Tabla 4.1. Variables facilitador as del tr aurna IEcheburúa et al., 2011)

- Psicopatología previo personal o familiar_


- E~posición previa o traumas_
- Personalidad vulnerable_
- Estrés acumulativo.

- Tipo de suceso traumático (intencionalidodl.


%
- Gravedad del suceso traumático <modelo dosis/efecto o modelo dosis/dependiente). ¡'
-
-
Anclaje en el pasado.
Hacerse preguntas sin respuesta o buscar explicaciones imposibles de obtener_
f
- Necesidad de buscar culpables.
- Negación cognitiva o emocional del suceso.

110
Capítulo 4. -:ra>tornos a5ociados a tr2un1as y E'.stresores

)) Tabla 4.2. Criterios diagnóst cos del trastorno de estréo agudo en el DSIV\·5 j11PA, 2013;
_.-- --- -

A. Exposición o lo muerle, lesión grave o violencia sexual, ya seo real o una amenaza, en uno <o más! de las formas siguientes:
-
L Experiencia directo delOos) suceso(s) troumático(s).
2. Presencio directo del(losl suceso(s) ocurrido(s) o otros.
3. Conocimiento de que el(losl suceso(s) traumátk:o(sl ha(n) ocurrido o un familiar próximo o a un amigo íntimo.
Noto: En los cosos de amenazo o realidad de muerte de un familiar o amigo, el(losl suceso(>) ho(nl de haber sido violento(s) o
accidentol(esl.
Exposición repetido o extremo o detalles repulsivos del(losl suceso(s) troumático(sJ (p. ej., socorristas q_ue recogen restos humanos;
"- policías repetidamente expuestos a detalles del maltrato infontill.
Noto: Esto no se aplico o lo exposición o través de medios electrónicos, televisión, películas o fotografías, a menos que esta exposición
esté relacionada con el trabajo.

B. Presencio de nueve (o másl de los síntomas siguientes de alguno de las cinco categorías de intrusión, estado de ánimo negativo,
disociación, evitación y olerla, que comienza o empeoro después del(losl suceso(s) trournótico(sl:
Síntomas de intrusión
L Recuerdos angustiosos recurrentes, involuntarios e intrusivos delOos} suceso(s) troumático(s).
Noto: En los niños, se pueden producir juegos repetitivos en los que se expresen ternos o aspectos del(los) sucesa(sl troumótica(s).
2. Sueños angustiosos recurrentes en los que el contenido y/o los emociones generados están relacionados con el(losl suceso(sl.
Noto. En los niños, pueden existir sueños aterradores sin contenido reconocible.
3. Reacciones disociativos (p. ej., escenas retrospectivas) en las que el individuo siente o actúa como si se repitiera elOosl suceso(s)
troumático(s). <Estas reacciones se pueden producir de formo continuo, y lo expresión más extremo es uno pérdida completo de
conciencia del entorno presente.)
Noto: En los niños, la representación especifico del trauma puede tener lugar en el juego.
Molestar psicológico intenso o prolongado o reacciones fisiológicos importantes en repuesto o factores internos o externos que
"- simbolizan o se parecen o un aspecto del<lasl sucesa(sJ traurnótico(s).
Estado de ánimo negativo
5. Incapacidad persistente de experimentar emociones positivas (p. ej., felicidad, satisfacción o sentimientos amorosos!.
Síntomas disociofivos
'- Sentido de lo realidad alterado del entorno o de uno mismo (p. ej.. verse uno mismo desde lo perspectivo de otra, estor pasmado,
lentitud del tiempo).
7. Incapacidad de recordar un aspecto importante del<losl suceso(s) troumótico(s) (debido típicamente a amnesia disociotivo y no o otros
factores como uno lesión cerebral, alcohol o drogosl.
Síntomas de evitación
'- Esfuerzos paro evitar recuerdos, pensamientos o sentimientos angustiosos acerco o estrechamente asociados al< las) suceso(s) trournático{s).
9. Esfuerzos poro evitar recordatorios externos (personas, lugares, conversaciones. actividades. objetos. situaciones) que despiertan
recuerdas, pensamientos o sentimientos angustiosos acerca o estrechamente asociadas oltlos) sucesots) troumótico(sl.
Síntomas de alerta
10. Alteración del sueño (p. ej., dificultad poro conciliar o continuar el sueño, o sueño inquieto).
11. Comportamiento irritable y arrebatos de furia (con poco o ninguno provocación) q_ue se expreso típicamente como agresión verbal
o físico contro personas u objetos.
12. Hipervigiloncia.
13. Problemas con lo concentración.
Respuesto de sobresalto exagerado.
'"-
C. Lo duración del trastorno (síntomas del Criterio Bl es de tres días o un mes después de lo exposición al trauma.
Noto: Los síntomas comienzan en general inmediatamente después del trauma, pero es necesario que persiston al menos durante tres días
y hasta un mes poro cumplir los criterios del trastorno.

D. Lo alteración causo molestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otros óreos importantes del funcionamiento. ;
'
1
E. Lo alteración no se puede atribuir o los efectos fisiológicos de uno sustancio (p. ej., medicamento o alcohol) u otra afección médica
<p. ej., traumatismo cerebral leve) y no se explico mejor por un trastorno psicótico breve.

111
IV1cil1Ucil de psicOpcitolc.:gid. \lolurnen 2

ción piofilúct1co encaminadas a evitar lo cronificoc1ór1 del trastorno En este contexto es importante diferenciar entre sí algunos de
<NICE, 2018, Zohar et al., 2009). los síntomas del TEPT, como, por ejemplo, establecer la distinción
Lo diferencio principal del TEA con el TEPT es la duración de los existente entre peílsamientos it'lvasivos y f/ashbacks. Los peílsa-
síntomas y el énfasis del TEA en las reacciones disociolivos (disocia- mientos invasivos constituyen recuerdos (eso sí. muy vívidos) recu-
ción peritraumática) (Checa y Regueiro, 2014)_ rrentes de lo q_ue sucedió antes y duraílte el suceso traumático_ Un
ffashback, sil'\ embargo, supone además revivi1 el ocontecimierito
con peílsamientos e imágenes <personas, luces, soílidos, olores, etcJ,
como si estuviese ocurriendo ahora mísmo. Esto es lo que experi-
IV. Trastorno de estrés menta una persono con un TEPT. La intensidad de la vivencia y su
postraumático carácter impredecible general'\ el'\ la víctima a menudo una sensa-
cióíl de terror {Echeburúo et at, 2005).
Según el DSM-5, el TEPT puede aparecer cuando la persona ha sufri-
do una grave agresión física, violencia/abuso sexual o una amenaza
para su vida, bien de forma directa ria sufre en primera personal, 'J)Flashback. Reexperirner1laciór1 intensa y 1epetida de
bien de forma indirecto (en algún familiar). También puede desa- hechos amenazantes sucedidos con anterioridad que
rrollarse el TEPT cuando la persona ha sido testigo directo de agre-
acuden a la mente bajo ta forma de secuencias de pen·
siones físicas o sexuales o de violencia doméstica (esto último tiene
una especial significación en el caso de los menores). samientos o imágenes de las experiencias vividas más
traumáticas.
Habitualmente, los s:ucesos desencadenantes suelen ser las
agresiones intencionados (violaciones, actos terroristas. tortura,
robos con violencia, secuestros o maltrato familiar) o, en menor
medida, ciertos sucesos occidentales (catástrofes o accidentes de A los sucesos traumáticos suele estar también asociada la
coche/moto graves>. Las agresiones intencionadas son las q_ue cau- amnesia di sociativo, que consiste en la imposibilidad o d1f1cultad de
san el trastorílo COI'\ mucha mayor probabilidad y las q_ue preseíltaíl recordar la iílformacián relacionada col'\ el acontecimiento negativo
uno mayor gravedad porq_ue denotan crueldad y suponen para la y que no puede ser atribuida a las leyes naturales del olvido. La
víctima una q_uiebro de la confianza en los demás seres humal'\os_ exisleílcia de este tipo de amnesia puede explicarse por los sen-
timientos de vergüenza, de rabia o de culpa experimeíltados, así
como por la tendencia a olvidar hechos desagradables (Echeburúa y
A. Características clínicas Amor, 2019). La aml'\esia disociativa tiene, sil'\ embargo, unos efectos
Aunq_ue los criterios poro el diagnóstico de) TEPT sol'\ similares en negativos: impide la expresión emocioílal del suceso, evita el apoyo
adultos, adolescentes y niños según el DSM-5, existeíl alguílas dife- social adicional q_ue se da en estos casos, bloQ.ueo la reevaluoción
reílcias defiílitorias y sintomatológicos eíltre personas mayores y cognitivo de lo ocurrido y, el'\ último térmiílo, facilito las conductas
meílores de seis años, tal como se puede observar el'\ la Tabla lj..3. de evitación.
Específicamente, para las persol'\as mayores de seis años son En estos personas puede haber reacciones paradójicas: o uno
cuatro <en lugar de los tres q_ue aparecían en el DSM-IV-TR, porq_ue hipermnesia {persistencia de los recuerdos dolorosos, pesadillas,
se ha subdivido el núcleo de evitacióíl/embatamiento afectivo) los viveílcias invasivas); o en otras, por el contrario, hay uno amnesia
aspectos nucleares presentes el'\ este cuadro clíílico: la reexperimen- total o parcial (recuerdos inconexos, iílcompletos, fragmet'ltodos y
toción de la agresión sufrida o de lo experiencia vivida, en forma de erráticos, lagunas de memoria, olvido total de la experieílcia trau-
pesadillas y de imágenes y de recuerdos repetitivos e involuíltarios mática!. En la memoria se graban más fácilmeílte los recuerdos
<flashbacks); la evitación conductual y cognitiva de los lugares o repetidos o !os q_ue tieílen uno cargo emocional <Mediílo, 2015).
recuerdos asociados al hecho traumático; los olteracioíles cognitivas En resumen, sol'\ dos los polos que constituyen el núcleo de la
y los cambios el'\ el estado de ánimo; y las respuestas de hiperacti- sin1omo1ología postraumáticn· lo reexperimentación Ua omnipresen-
vocióíl, el'\ forma de dificultades de concentración. de irritabilidad, cia de lo vividol y lo evitacióíl Clos intentos de soslayur todo aQ.uello
de problemas para conciliar el sueño y, como nuevo aportación del Q.Ue remite directa o indirectamente al trauma).
DSM-5, de conducto autodestructiva o temerario. Fiílalmente, en este cuadro clínico es coílveílieílte distit'lguir los
Sin embargo, en los niños menores de seis afias hay un peQ.ue- síntomas positivos (reexperimentacióíl, alteraciones cogílitivas, evi-
flo cambio: en lugar de los cuatro núcleos sintomáticos necesarios tación y activaciÓíll de los síntomas negativos (apatía, embotamien-
Creexperimeíltación, evitacióíl, hiperactivaciári y alteraciones cogni- to afectivo, sensación de indefensión), q_ue resultan más difíciles de
tivas/cambios el'\ el estado de ánimo), se req_uiere la presencia de la tratar <Echeburúa y Amor, 20111).
reexperimentación de lo viveílcia traumática, de la hiperoctivación Para poder diagnosticar el TEPT se reQ.uiere q_ue el suceso
y de, al menos, algún SÍíltoma relacionado con las conductos de traumático produzca Uíla iílterferencia significativa en e! funcioíla-
evitacióri o con olteraciot'les emocionales y sociales. miento social y escolar/laboral, una pérdida de iílterés por lo q_ue
Por otra parte, la evolución espoíltáneo del TEPT es muy varia- Oílteriormente resultaba atractivo desde el punto de vista lúdico e
ble. Así, la caíltidad y el tipo de sííltomas del TEPT puedeíl oscilar iílterpersonal y -lo q_ue supone una limitación muy importaílte- Uíl
con el tral'\scurso del tiempo. Incluso la duración de los sírttomas cierto embotamiento afectivo (anestesia emacionall para expe-
varía de ul'\as personas o otras· eri unos casos (hasta el 50%), los rimentar sentimieíltos de intimidad y ternura. Solo se puede llevar
síntomas desaparecen en los tres primeros meses; en otros, por el a coba el diagnóstico del TEPT cual'\do los síntomas descritos se
contrario, pueden prolongarse o reaparecer meses o años después mantienen más alió de un mes de haber sufrido la persona el suceso
del suceso traumático. traumático.

I~
Capítulo 4. Trastornos asociados a trau1T1as y estresores

) ) Tabla 4.3. Crit·21ios diagnostico<: del trastorno de estrés postraumát1co en el DS~l1-5 [.".Pf1, 2013]

=-
-,,,- 'ji(')'.\]->,f /.;,_ &'<"'"- ~-' ) ?:'O,~-.,,, ___

A. Exposición o lo muerte, lesión grave o violencia sexual, ya seo A. Exposición a la rnue1te, lesión grave o violencia sexual, ya sea
real o se trate de una amenaza, en uno (o más) de los formos real o se trate de uno amenaza, en una (o más) de las formas
siguientes: siguientes:
l. Experiencia directo delOosl suceso(s) traumático(s) l. Experiencia directa del!losl suceso(sl traumát1co(s)
l. Presencia directo de](los) suceso(s) ocurrido a otros. 2. Presencia directa deldosJ suceso(s) ocurrido(s) o otros,
especialmente o los cuidadores primarios.
3. Conocimiento de que el<los) suceso(s) traumático(s) ho<n)
ocurrido a un familiar próximo o o un amigo intimo. En los Noto: no incluye sucesos que solamente se han visto en
casos de amenazo o realidad de muerte de un familiar o medios electrónico5, televisión, películas o fotografías.
amigo, el(los) suceso(s) ha(nl de haber sido violento(sl o 3. Conocimiento de que el!los) suceso(s) traumático(s) ho(n)
accidentol(esJ_ ocurrido a uno de los podres o cuidadores.
ll-. Exposición repetida o extrema a detalles repulsivos del(los)
suceso(s) traumátíc()(s) <p. ej., socorristas que recogen
restos humanos, policías repetidamente expuestos a
detalles del maltrato infantil).
Noto: el criterio Ali- no se aplico o lo exposición o través
de medios electrónicos, televisión, películas, o fotogroííos,
o menos que esta exposición esté relacionado con el
trabajo.

B. Presencio de uno (o más) de los síntomas de intrusión B. Presencia de uno (o más) de los síntomas de intrusión
siguientes asociados al suceso(sl traumático(sl, que comienzo siguientes asociados al suceso(s) traumático(s), que comienzan
después del{los) suceso(sJ traumático(s): después del suceso(s) troumático(sl:
l. Recuerdos angustiosos recurrentes, involuntarios e l. Recuerdos angustiosos recurrenies. involuntarios
intrusivos delOosl suceso(s) troumótico(sl. e intrusivos del<losl sucesoís) traumótico(sJ_
Noto: en los niños mayores de seis oííos, se pueden Nota: los recuerdos espontáneos e intrusivos pueden no
producir juegos repetitivos en los que se expresen temas ser necesariamente angustiosos y se pueden expresar
o aspectos del(los) suceso(s} troumát1co(sl. como recreación en el juego.
l. Sueños angustiosos recurrentes en los que el contenido y/o 2. Sueños angustiosos recurrentes en los que el contenido y/o
los emociones generados están relacionados con el( los) las emociones generados están relacionados con el(losl
suceso(s) traumático( sl. suceso(s) traumático(sl.
Nota: en los niños. pueden existir sueiíos aterradores sin Noto: puede resultar imposible determinar que el
contenido reconocible. contenido aterrador está relacionado con el suceso
traumático.
3. Reacciones disociotivos (p. ej., escenas retrospectivasl
en los que el sujeto siente o actúo como si se repitiera 3. Reacciones disociativos (p. ej., escenas retrospectivos)
elOos) suceso(s) traumático(sl. <Estos reacciones se pueden en los que el niño siente o actúa como si se repitiera
producir de formo continuo, y lo expresión más extremo es elOos) suces()(s) troumático(sl. (Estas reacciones se pueden
una pérdida completo de conciencia del entorno presente.> producir de forma continuo, y lo expresión mós extrema es
Nota: en los niños, lo representación específico del trauma una pérdida completo de conciencio del entorno presente.!
puede tener lugar en el juego la representación específico del trauma puede tener lugar
en el juego.
L¡:. Molestar psicológico intenso o prolongado al exponerse o
factores internos o externos que simbolizan o se parecen 11-. Malestar psicológico intenso o prolongado al exponerse
a un aspecto del(losl suceso(s) troumótico(sl. a factores internos o externos que simbolizorr o se
parecen a un aspecto del(los) suceso(s) troumático(s).
5. Reacciones fisiológicos intensos a factores internos
o externos que simbolizan o se parecen o un aspecto 5. Reacciones fisiológicas importantes o los recordatorios
del(los! suceso(sl troumótico(s). delOos) suceso(s) traumátíco(sl.

/Continua/

113
fl/lanual de psicopatología. Volurnen 2

=.,1) Tabla 4.3. ¡conunuación}

C. Evitación persistente de estímulos asociados al{losl suceso(sl C. Ha de estor presentes uno (O más> de los síntomas siguientes,
troumático(s), que comienzo tras eWos) suceso(s) troumótico(sl, que representan evitación persistente de los estímulos asociados
como se pone de manifie>to por uno o las dos característicos al<losl suceso(sl troumático(sJ o alteración cognitivo y del estado
siguientes: de ánimo asociada ol<losl suceso(sJ troumático(s), que comienza o
l. Evitación o esfuerzos paro evitar recuerdos. pensamientos empeoro después del(los) suceso(sJ:
o sentimientos angustiosos acerco o estrechamente asododos
al(los) suceso(s) trauniótico(s). Evitación persistente de los estímulos
2. Evitación o esfuerzos paro evitar recordatorios externos l. Evitación o esfuprzos paro evitar actividades, Jugares
(per.;onos, lugares, conversaciones, actividades, objetos, o recordatorios físicos que despiertan el recuerdo del<losJ
situaciones) que despiertan recuerdos, pensamiento> suceso(s) traumótico(s).
o sentimientos angustiosos acerco o estrechamente asociados 2. Evitación o esfuerzos paro evitar persona>, conversaciones o
al(los) suceso(s) traumótico(sJ. situaciones interpersonales que despiertan el recuerdo del(los)
~ ~~~~~~~~~~~--j
suceso(s) troumático(s).
D. Alteraciones negativos cognítil/(lS y del estado de ánimo asociados
al(losl suceso(;) traumótico(s), que comienzan o empeoran Alteración cognitivo
después delUosJ suceso(s) traumático(s), como se pone de
3. Aumento importante de lo frecuencia de estados emocionales
manifiesto por dos (o más) de los características siguientes:
negativos {p_ ej, miedo, culpa, tristeza, vergüenza,
l. Incapacidad de recordar un aspecto importante deJUosJ confusión)_
suceso(s) troumótico(s) {debido típicamente o amnesia
lj.. Disminución importante del interés o la participación
disociotil/(l y no a otros factores como una lesión cerebral.
en actividades significativos, que incluye disminución
alcohol o drogas).
del juego.
2. Creencias o expectotivos negatil/(¡S persistentes y exagerados
5. Comportamiento socialmente retraído.
sobre uno mismo, los demás o el mundo <p. ej., «Estoy mal»,
«No puedo confiar en nadie», «El mundo es muy peligroso», 6. Reducción persistente de lo expresión de emociones positil/(ls_
«Tengo los nervios destrozados»).
3. Percepción distorsionado persistente de la causa o los
consecuencias del<los) suceso(s) traumótico(sl que hace que
el individuo se acuse o sí mismo o a los demás.
ll-. Estado emocional negof1vo persistente (p. ej., miedo, terror.
enfado, culpo o vergüenza).
5. Disminución importante del interés o lo participación
en actividades significativas.
6. Sentimiento de desapego o extrañamiento de los demás.
7. Incopacidod persistente de experimentar emociones positivos
<p. ej., felicidad, satisfacción o sentimientos amorosos).
E. Alteración importante de lo alerta y reoctividod asociada alUosJ O. Alteración importante de lo alerta y reactividad asociada
suceso(<;) traurnático<s.l, que com·1enza o empeora después delOosl ol({os) suceso(s) troumático(s), que comienza o empeoro después
suceso(sl traumático<sl. como se pone de manifiesto por dos del<los) suceso(s) traumático(s), como se pone de manifiesto por
(o más) de las características siguientes: dos (o más) de las característicos siguientes:
l. Comportamiento irritable y arrebatos de furia (con poco o l. Comportamiento irritable y arrebatos de furia (con poca
ninguna provocación) que se expresan típicamente como o ninguno provocación) que se expreso típicamente como
agresión verbal o físico contra personas u objetos. agresión verbal o físico contra personas u objetos (incluidas
2. Comportamiento imprudente o outodestructivo_ pataletas extremas!.
3. Hipervigilancio. 2. Hipervigiloncia_
lj._ Respuesto de sobresalto exagerada 3. Respuesto de sobresalto exagerada_
5. Problemas de concentración. 11. Problemas de concentración.
6. Alteración del sueño (p_ ej., dificultad paro conciliar o 5. Alteración del sueílo (p. ej., dificultad paro conciliar
continuar el sueiio, o sueiio iriquietoJ_ o continuar el sueño, o sueílo inquieto).
1

F. la duración de la alteración (Criterios B, C, Dy El es superior a E. La duración de lo alteración es superior o un mes_


un mes.

{Continúa)
Capítulo 4. T1a<,to1nos asuc_1ados a lraun1as y l:'Stresureo

):> Tabla 4.3. ¡'COntinuoción/

G. La alteración causo malestar clínicamente significativo F. Lo alteración causa malestar clínicamente significarivo o
Q deterioro en lo social, laborol u otros úreas importantes problemas en la relación con los podres, he1 monos, compoileros u
del funcionamiento. otros cuidadores, o en el comportamiento en lo escuelo.

H. G.
Lo alteración no se puede atribuir o los efectos fisiológicos de una sustancio (p. ej., medicamento, olcoholl o a otro afección médico.

Especificar si.
Con síntomas disociativos. los síntomas cumplen los criterios poro el trastorno de estrés postroumático y. odernós, en respuesto al factrn
de estrés, el individuo experimenta síntomas persistentes o recurrentes de uno de los característicos siguientes:
l. Despersonalización: experiencia persistente o recurrente de un sentimiento de desapego y como s1 uno mismo fuera un obser111Jdor externo
del propio proceso mental o corporal (p. ej., como si se soñara; sentido de irrealidad de uno mismo o del propio cuerpo, o de que el ~iempo
pasa despacio).
2. Desrealización: experiencia persistente o recurrente de irrealidad del entorno (p. ej., el mundo alrededor del individuo se experimenta
como irreal, como en un sueño, distante o distorsionado).
Nota: para utilizar este subtipo. los síntomas disociativos no se han de poder atribuir a los electos fisiológicos de uno sustancio
(p. ej., desvanecimiento. comportamiento duronte la intoxicación alcohólico) u otro afección médico (p. ej., epilepsia parcial compleja).
Especificar si.
Con eKpresión retardada: si la totalidad de los criterios diagnósticos no se cumplen hasta al menos seis meses después del acontecimiento
(aunque el inicio y lo expresión de algunos síntomas puedan ser inmediatos>.
1
"--~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

de sobrevivir cuando ho habido una desgracio colectiva, como en el


Jl Anestesia emocional. Embotamiento afectivo para caso de un atentado terrorista masivo o una catástrofe natural <la
experimentar sentimientos de intimidad I' ternura hacia los culpa del superviviente). Esta autoinculpación puede dañar seria-
seres queridos que puede surgir en una persona a raíz de mente la autoestima de los pacientes y dificultar !o readaptación
haber sufrido un suceso traumático, sobre todo cuando ha emocional posterior. Todo ello puede llevar a una reducción de
sido causado intencionadamente por otra persona. la actividad social y lúdica de los sujetos y, en último término. a
una disnlinución de lo capacidad para disfrutar de la vida <Foa y
Riggs, 1995).
En relación con el perfil psicopatológico específico del TEPT Mós a medio y largo plazo pueden aparecer, si bien no en
según el tipo de suceso. la reexperimentación es muy alta en las todos los casos, ciertos trastorno~ de conducto, como irritabilidad,
víctimas de agresiones sexuales, de terrorismo y de maltrato; la dependencia emocíonol excesiva, actitudes victin1istas, pasividad,
evitación es muy marcada en todas los categorías de pacientes etcétera, e incluso una mayor tendencia a la introversión y al embo-
{excepto en el coso de los accidentados, que presentan, sin embar- tamiento afectivo, que pueden enturbiar las relaciones familiares.
go, muchos síntomas de sobresalto); y. por último, la hiperoctivación Asimismo, puede haber una cierta tendencia a la desconexión
y los cambios en el estado de ánimo afectan a todas las víctimas entre el relato del suceso traumático y la vivencia emocional. A su
<Echeburúa et al., 2005J. vez, !a irritabilidad es resultado de una baja tolerancia a la frustra-
ción ante los contratiempos cotidianos (los problemas escolares, la
convivencia fan1iliar, las dificultades en las relaciones interpersona-
B. Evolución temporal de los síntomas les, efc.l y puede traducirse en reacciones agresivas, normalmente
Más allá de las reacciones inmediatas -molestar emocional genera- dirigidos a los familiares (a quienes tienen más próximos y cuentan
lizado, aislamiento, pérdida de apetito, insomnio, etc.-, que tienden con una mayor capacidad de aguante) o hacia sí mismos (en forma
a remitir a las pocas semanas, las víctimas pueden experimentar de ideas de suicidio, de abuso de alcohol o incluso de adopción
síntomas de ansiedad y de depresión, con una pérdida de autoesti- de conductas de riesgol. A larga plazo, el TEPT puede producir
ma y una cierta desconfianza en los recursos propios para encauzar una transformación persistente de la personalidad de la víctima {/o
la vida futura. Los sentimientos de culpa existentes pueden derivar persona ya no es fa que era), que es muy resistente al tratamiento
de la atribución sesgada de lo ocurrido a los errores cometidas por (Echeburúo, 200ltJ.
la víctima, de la omisión de las conduelas adecuadas Cp. ej., no Por último, el trauma, sobre todo cuando han posado meses o
haber hecho lo sufíciente para evitar el suceso) e incluso del hecho años del suceso traumático, puede manifestarse de forma enmas-

15
Manual de ps1copatolog<a._ Volumen 2
z
;
carodo. En lugDr de IDs cual1D patos básicas del trourno (imógene; le. En olru:i cosos, sin ernbargo, esta presentación diíerido puede
invasivas. conductas de evitación, alieraciones cognitivas y estado tratarse de un sínd1orne subclínico q,ue se idenlifica de fonno tardía
de alerta), el cuadro clínico puede mostrarse en formo de depre- (Echeburúa y Corral, 2008).
sión, de alteraciones del sueño. de consumo excesivo de alcohol Por otro parte, según el DSM-5, se debe especificar si el TEPT
o de distanciamiento emocional respecto a los personas queridos
viene acompañado de forma persistente de síntomas disociativos,
~Trujillo, 2002)_
es decir, de uno sensación de distancia y de extrañeza respecto a
uno mis1no (como si uno permaneciera en un sueño o estuviera fuera
C. Epidemiología de su propio cuerpo) o de una sensación de irrealidad (como si uno
Lo tasa de prevalencia de este cuadro clínico puede oscilar entre estuviera en otro mundo).
el 0,5 % y el 3,5 % de la población adulta, seglin el DSM-5 (APA, Otro modalidad de presentación <no descrita, sin embargo, en
2013). En concreto. el TEPT puede estar presente en el 15-30% de el DSM-5l es el TEPT complejo, q,ue está asociado o una sintomato-
quienes sufren un suceso traumático, con uno incidencia más baja logío más grave y variada y o la comorbilidod con otros trastornos
en los supervivientes de una catástrofe o accidente y más alta (depresión, alcoholismo o trastornos de personalidad). Esto variante
en el caso de las víctimas de hechos violentos. Así, las tasas más del TEPT es más frecuente en situaciones de aislamiento social o en
elevados de este trastorno se han descrito entre las víctimas de personas q_ue han sufrido una exposición precoz en la infancia a la
violencia a de agresiones sexuo!es, que pueden alcanzar hasta el violencia o una revictimizoción prolongada, como ocurre en el caso
50-70% de las personas afectadas (Wittchen et al., 2009)_ de las víctimas de abuso sexual infantil, de violencia de poreja o de
Desde una perspectivo de género, el trastorno es más frecuente secuestros prolongados (Taylor et al., 2006)_
y más grave en mujeres, sobre todo cuando sufren uno agresión En concreto, la presencia del trauma o una edad temprana
sexual a la muerte violento de un hijo. En los varones se do con interrumpe el normal desarrollo del sentido de uno mismo y de
menos frecuencia y los estímulos implicados están relacionados, fun- los otros. Debido a que e! daño emocional, sexual y/o físico o
damentalmente, con el abuso sexual infantil, con la violencia y, en lo negligencia fue infligida por figuras de apego como padres,
menor medida, con los accidentes de tráfico. hermanos y/o parientes cercanos, estos personas pueden sentir
A su vez. la tasa de prevalencia del TEPT entre la población que hoy oigo 1ntrínsecomente malo en ellos y que no se puede
adolescente podría situarse entre el 1,6% y el 9,2% (Cohen et al., confiar en nadie_
2010), siendo mucho más frecuente en chicas que en chicos. Por
La situación es aún más compleja si el suceso traumático es
otra parte, lo tasa de prevalencia del TEPT en la población infantil
estaría comprendida entre el 1%y el 10%, dependiendo del tipo de grave o prolongado en el tiempo, si sucede a uno edad temprana,
suceso traumático. del momento de la evaluación y del método si es causado por un padre/madre u otro cuidador, si la víctima
de diagnóstico empleado (De Young et aL, 2011l. En general, los está aislada o se mantiene todavía en contacto con el abusador,
sucesos traumáticos que están relacionados con una mayor preva- lo que contribuye a omenazar lo segundad de lo víctima <Timms,
lencia del TEPT en niños son el haber presenciado el asesinato de 2010)_ En la Tabla 14-.'·I- se indican algu11os de los síntomas propues-
uno de los padres, el secuestro, los abusos o agresiones sexuales, el tos para esta posible modalidad del TEPT Según la CIE-11 <WHO,
maltrato físico y el abandono infantil. 2018l, el diagnóstico del TEPT complejo requiere cumplir, por uno
parte, con los criterios poro el TEPT, (al reexperimentación del
trauma; (b) evitación de pensamientos y recuerdos del evento o
D. Tipos
evitación de actividades, situaciones o personas que recuerden el
El TEPT es un cuadro clínico que se puede manifestar de formas suceso traumático, y (c) percepción persistente de una amenaza
diversas, según el momento de aparición, la sintomatología com- actual acentuada) y, por otra, con problemas en la regulación
plementario presente o lo complejidad y resistencia al tratamiento del afecto, creencias negativas con respecto o uno mismo {p. ej.,
del trastorno. sentirse siri valía, derrotado, tener sentimientos de culpo o fracaso
relacionados con el suceso traumático, etc.) y, finalmente, difi-
a. Modalidades del TEPT cultades para mantener relaciones y sentirse cerca de los demás
Uno variante adicional es la presentación diferida de este trastor- (figura 14-.ll. '
¡;_
no (denominada en el DSM-5 «expresión retardada»), que, aun
habiéndose iniciado con algunos síntomas desde el mismo momento
del suceso traumático, solo llega a reunir todos Jos criterios diagnós- :f1 Trastorno de estrés postraumático complejo. E:s resul-
ticos tiempo después -o! menos seis meses- de haber ocurrido el tante de la exposición a estresores que son muy intensos,
acontecimiento referido. La explicación del TEPT con un comienzo repetitivos o prolongados en el tiempo [como sucede en las
diferido resulta incierta. Si bien los síntomas de este cuadro clínico
-especialmente lo evitación- parecen estar presentes desde el prin- víctimas de abuso infantil, de violencia contra ta pareja o
cipio, aunque de una forma atenuada, algunas situaciones nuevas - de secuestros prolongados]. Hay unos sinton1as específicos,
como el establecimiento por vez primera de uno relación de pareja co1no la alteración en la identidad personal. las dificultades
en los víctimas de abuso sexual en la infancia-, algunos estresores en la regulación emoc1onal, el descontrol de los impulsos,
de la vida adulto -el divorcio o la pérdida de empleo- o los vicisi- la desconfianza generalizada en los demás y el aislamiento
tudes del envejecimiento -el abandono del hogar por parte de los social, y hay una frecuentE' comorbilidad con otros trastor-
hijos, la jubilación anticipada o las enfermedades crónicas- pueden nos, como el alcoholismo o la depresión.
actuar como sucesos desencadenantes que reactivan el TEPT laten-

116
Capítulo 4. Trastornos asociados a traumas y estreso1es

) ) Tabla 4.4. Sintorncis del trastorno de estrés ,------------,


postraumático complejo [Tin1rns, 2010; rnodiñcadoj
' '
'1'rEPr}!
: '---
'
-:-------- -------------
; -~------- ~-,
1 COMPLEJO • ,' ,---- -.. . ._ ~,
' 1 ,'/ '" ',
'--------;-----',,' 1 Reexper1mentac1on ""'\ ',,
Alterac<ones en la regulación del afecto y los impulsos_
Alteraciones en la atención y la conciencia. \\, ,-' ( 2. Evitocián ) '-,'.
Alteraciones en la percepción de uno mismo. ;:, ~Amenaza percibida// \
Alteraciones en
Sornatización.
las relaciones con otros.
: ',
''
--------------- ;
'
Alteraciones en el sistema de 110lares_ ' 4. Problemas en la regulación ;'
'' del afecta :
'' 5_ Creencias negativas sobre '
' '' ''
Sentir verguenza y culpa. '
.
uno mismo ;'
Tener una sensación de embotamiento, de falta de sentimientos. ',, ó_ Dificultades interpersonole:,,-'
No poder disfrutar de nodo_ '•,, ,,'
Controlar las emociones mediante el uso de drogas, alcohol.
o hac'1éndose daño a sí m'1smo.
Aislarse de lo q_ue está sucediendo a su alrededor (disociaciónl.
Tener síntomas físicos causados por la angustia. )) Flgura4.1. Criterios diagnósticos del TEPT y del TEPT
No poder expresar las emociones con palabras. complejo segun la Clf·11.
• A veces, tener deseos de querer acabar con la vida.
· Asumir riesgos y hacer cosos «sin pensarlo».

Lo reacción emocional en los menores de uno y otro sexo puede


ser más intenso, lo q_ue implico un nivel más amplio de desorgani-
zación de la conducto, pero menos duradero que en los adultos
b. El TEPT en la infancia y adolescencia Los menores tienden, rnás a menudo q_ue los adultos, a culparse
Muchos niños ante un suceso traumático presentan dificultades para a sí m'1smos, directa o indirectamente, del suceso traumático. Sin
relatar sus pensamientos o etiquetar sus ernociones. En su lugar, embargo, el grado de recuperación suele ser mayor que en el caso
tienden a expresarse a través de sus comportamientos (Echeburúa de los adultos <Echebunío, 2004l.
y Amor, 2014J. A largo plazo, algunos menores albergan sentimientos de ira
Los niños más peq_ueños tienden a mostrar su dolor de una for- y presentan una predisposición o comportamientos violentos y de
mo más global q_ue los adultos, con conductos de retraimiento y con venganza; otros, a su vez, van a implicarse en conductos de riesgo
pérdida de los aprendizajes y hábitos adquiridos. También se puede q_ue pueden poner en peligro su integridad físico. Ello l/O o depen-
manifestar una ansiedad de separación respecto a los seres queri· der. en bueno medido, de lo reacción de los seres queridos. La
dos, lo q_ue provoco una dependencia exagerada_ Lo capacidad de traumatizoción de los padres y lo ausencia de una atmósfera de
expresión verbal va aumentando con el desarrollo. y salo a partir apoyo y comunicación tienden o agravar el desarrollo psicológico
de los ocho-nueve años el niño es capaz de apartar una cronología del menor.
fidedigno de los acontecimientos. Cuando el niño se hace adolescente, puede haber una tendencia
En la infancia los síntomas experimentados pueden ser muy a adoptar cambios radicales de comportamiento y de e>tilo de vida.
variables <alteraciones del sueño, cambios en los hábitos de ali· Se trota, o veces, de actitudes escopistos, como alejarse del hogar,
mentoción, irritabilidad, miedos generalizados, culpa y vergüenza, consumir alcohol y drogas, ponerse en situaciones de riesgo o mos-
sobresaltos, disminución de la autoestima, etc.l y reflejan, en último trar un interés extremo por buscar experiencias nuevos_
término, un grado intenso de malestar emocional y de dificultad En cuanto o lo evolución de algunos de los síntomas del TEPT,
de adaptación o lo vida cotidiana. El trauma se puede expresar lo expresión clínica de la reexperimentoción varío en las fases del
también en formo de manifestación de síntomas físicos (náuseas, desarrollo evolutivo y puede mostrarse de formo distinta q_ue en la
molestias en el estómago, dolores de cabeza, etc.l o de comporta- vida adulto. Las niños más peq_ueños pueden expresar los síntomas
mientos regresivos en cuanto ol lenguaje, la autonomía personal o de reexperimentoción del suceso traumático directo o simbólicamen-
el control de esfínteres. te mediante juegos o escenificaciones relacionados con el trauma
El trauma puede manifestarse de formo distinto en función del de naturaleza ansiosa, repetitil/O y rígido o mostrar sueños de terror
sexo_ En general, los niños tienen más dificultades para expresar recurrentes sin un contenido reconocible. También pueden actuar
sus emociones que las niñas. En las niños tienden a predominar los con reacciones emocionales o físicas intensos cuando se exponen a
síntomas ansiosos y depresivos; en los niños, por el contrario, son recuerdos internos o externos relacionados con el trauma.
má> frecuentes los trastornos de conducta, las conductas temerarios A su vez, los conductas evitativas pueden manifestarse, en el
y la irritabilidad. En uno y otro sexo pueden surgir la inadaptación caso de niños preescolares, en una implicación escasa en los acti-
escolar y los dificultades de socialización. vidades escolares; en e/ de niños más mayores, en uno reducida

111
M,J11ual de psicopcitoloq:.:i. Volurnen 2

participación en conductas explorarorias o de juego; y en el de E. Comorbilidad y diagnóstico diferencial


adolescentes, en una restricción de nuevas oportunidades (estable-
cer relaciones de parejo, viajar, etc.). Aoirnismo, los adolescentes La comorbil1dad del TEPT es muy alto (hasta un 80%, según el
pueden ver resentida su outaestirrio, considerarse poco atractivos DSM-5J, pero puede ser fruto de la imprecisión de los límites con
paro las demás persorios y limitar sus aspiraciones de futuro (De otras entidades nosológicas. así como de lo definición mismo del
Young et oL, 2011l. trastorno_ Respecto a las relaciones fronterizos con otros cuadros
Por otra parte, los síntomas de hiperactivación suelen presen- clínicos, el TEPT puede estar asociado o categorías psicopatológicas
tarse fundamentalmente como alteraciones del sueño, elevado irri- muy diversas. Así, por ejemplo, la depresión, el abuso de alcohol y
tabilidad, rabietas, un constante estado de alerta ante el peligro, drogas, las conductas antisociales y el trastorno del control de los
dificultades de concentración e incremento exagerado en los nive" impulsos son los cuadros clínicos comórbidos que aparecen con más
les de actividad (cfr: De Young et al, 2011l_ frecuencia en pacientes aquejados de este cuadro clínico De hecho,
el TEPT puede manifestarse inicialmente en forma insidiosa, con sín-
c. El TEPT en fa vida adulta como consecuencia tomas de ansiedad; después, con depresión; más tarde, con conduc-
de sucesos traumáticos en lo infancia tas antisociales y de abuso de alcohol (Echeburúa y Corral, 2008).
En la vida adulta, hoy una alta comorbilidod de este cuadro
En cuanto a las repercusiones psicopatológicas en la vida adulta
clínico con la depresión, el trastorno de ansiedad generalizado, lo
de un trauma en la infancia, son difíciles de predecir_ En primer
lugar, no se dan en todos los víctimas, sino, aproximadamente, en fobia social y el trastorno obsesivo-compulsivo (TOCl_ En hombres
un 20% del total de las personas afectadas. Y en segundo lugar, en es más frecuente que en mujeres la comorbilidad del TEPT con las
el caso de que ocurran, las alteraciones psicopatológicos concretas adicciones y con los trastornos de conducto.
varían de unas personas a otras y no se pueden establecer tampoco En la infancia y adolescencia, es más habitual la comorbilidad
en función del tipo específico de suceso traumático experimenta- del TEPT con lo ansiedad de separación y con el trastorno oposi-
do (abuso sexual, maltrato infantil, pérdida del padre por uri acto cionista desafiante. En concreto, en niños menores de seis años se
terrorista, etcJ Los dist1ntos tipos de victimización infantil generan ha observado una alta comarbilidad con el TOC, con la ansiedad
en la vida adulta, en el coso de hacerlo, unas alteraciones emocio- de separación, con el trastorno de déficit de atención con hiperac-
nales poco predecibles_ tividad (lDAHl y con la depresión <Scheeringa y Zeanah, 2008)_ A
Es decir, no se puede cartografiar lo psicopatología de un su vez en niflos mayores de seis años se ha encontrada una mayor
adulto según el tipo de acontecimientos negativos sufridos en la comorbilidad con los trastornos de ansiedad, el TDAH, el trastorno
infancia_ Vincular, por ejemplo, la bulimia o el trastorno múltiple de psicótico breve y la ideación suicida (Fomularo et al., 1996)_
la personalidad a haber sufrido abuso sexual en la infancia no se El diagnóstico diferencial del TEPT de otras cuadros clínicos se
corresponde con la realidad de los hechos, más allá de la observa- establece en función de dos criterios del DSM-5: (a) la presencia
ción de ciertos casos clínicos aislados. Todo acontecimiento trau- imprescindible de un factor traumático desencadenante que supone
mático genera en el niño uno cicatriz psicológica, ci..ue puede o no lo exposición real o amenaza de mllerte, lesión grave o violencia
reabrirse en la vida adulto -y, además, de diversos maneras- según sexual {lo que permite diferenciar a este cuadro clínico de los dife-
las circunstancias presentes en esa persona cuando yo es rnoyor rentes trastornos adaptativos o de otros trastornos ansioso-depresi-
(Echeburúo y Guerricaechevarría, 2000). vos, en los q_ue no figura necesariamente este criterio [A]); y (b) lo
Lo mayor vulnerabilidad de un adulto víctima de un suceso presencia de síntomas específicos de este cuadro clínico, como
traumático en la infancia a trastornos mentoles va o depender de la la reexperimentación del suceso traumático en forma de pesadi-
frecuencia, magnitud o diversidad de los sucesos sufridos (polivicti- llas, flashbacks o recuerdos involuntarios invasivos e intensos [crite·
mización), así como de la inestabilidad emocional previa. Desde el río B31, ci..ue na están presentes en los trastornos ansioso-depresivos,
punto de vista del trauma en sí mismo, lo ci..ue predice una peor evo- adictivos o del control de impulsos.
lución a largo plazo es la duración prolongada de la exposición a Las diferencias del TEPT con los trastornos relacionados can el
los estímulos traumáticos (es decir, la revictimización continuado), trauma y con el estrés o con otro tipo de trastornos más o menos
una alta intensidad de los síntomas experimentados por el niño y la afines son las siguientes <Cohen et al., 2010; Echeburúa y Amor,
presencia de una disociación peritroumát1ca, es decir, de síntomas 2014):
di sociativos (amnesia psicógena, especialmente) en los horas y días
posteriores al suceso (Griffin et al., 1997). a. TEA. Se trota de un cuadro clínico que surge también como
No se puede negar que lo victimización infantil constituye un resultado de la exposición a un suceso traumático, pero se dife-
factor de riesgo importante de desarrollo psicopatológico en la vida rencia del TEPT en que el cuadro clínico se puede diagnosticar
adulta. Pero. a pesar de ello, el impacto psicológico o largo plazo solo en un intervalo temporal entre tres y treinta días después
del suceso traumático puede ser pequeño si la víctima no cuento del suceso y en ci..ue el abanico de síntomas es más heterogéneo
con otros adversidades, como el abandono emocional, el maltrato y se agrupa en cinco categorías: intrusión, estado de ánimo
físico, el divorcio traumático de los padres, una patología familiar negativo. disociación, evitación e hiperactivoción.
grave, etcétera. Es más, los problemas de una víctima en la vida b. Trastornos adaptativos Constituyen un conjunto heterogéneo de
adulta (depresión, ansiedad, abuso de alcohol. etcJ surgen en un síndromes de respuesta al estrés que se presentan tras la expo-
contexto de vulnerabilidad generado por el suceso traumático en la sición a un suceso estresante (sea traumático o no traumáticol.
infancia, pero provocados directamente por circunstancias próximas Existen diversos subtipos en función de los s1'ntomas predomi-
en el tiempo (conflictos de pareja, aislamiento social. problemas en nantes: de tipo ansioso, de tipo depresivo o con trastornos del
el trabajo, etc.) (Finkelhar, 1999). comportamiento. La diferencia con el TEPT es que el estresor no

I~
Capitulo 4. Trastornos ascc1ados a traumas y <=s1r2sores

tiene por qué ser traumático y Q,Ue lo sintomatología presente en desaparición del temor refuerza, de este modo, las conducto> de
estos subtipos no responde o los núcleos sintomáticos del TEPl evitación. Pero lo reducción de los actividades sociales y de ocio pro-
c. Trastornos de ons1edod. A diferencia del TEPT, la síntomatologío voco una disminución de lo cantidad de reforzon-.1ento posiiivo, que
presente en el trastorno de pánico o en el trastorno de ansie- facilita, o su vez, la aparición de la depresión. Asimismo, la depresron
dad generalizada no está asociada a un suceso traumático, sino está ~ambién en función de lo disrninución de la autoestima, q_ue
que surge de forn1a inesperada o estó permanentemente pre- depende de lo atribución de respoosobilidod en la agresión sufrido o
sente. En el ámbito de lo infancia y adolescencia, los síntomas en los conductas inapropiadas manifestados durante lo n1ismo.
del trastorno de ansiedad de separación se relacionan con la
separación del hogar o de lo familia más que con un suceso b, reorfa de la indefen.>ión aprendido y de la evaJuación
traumático. cognítiva
d. TOC. En el TOC el contenido de los pensamientos intrusivos no se Los modelos de condic"1onamiento explican la ansiedad y los miedos
relaciona con un suceso traumático y hay, además, un acompa- de los víctimas de un suceso traumático, pero no don cuento de
ñamiento de rituales compulsivos, que no aparecen en el TEPT. otros síntomas presentes en el TEPT. La teoría de lo indefensión
e. TDAH. En el TDAH las conductos impulsivos y los déficits aten- aprendida explica por qué algunas víctimas se muestran paraliza-
cionales generan conductas desadaptativas, pero no están rela- dos, pasivas y culpables tras un suceso traumático. Los síntomas
cionados con un suceso traumático concreto. No aparecen los depresivos se desarrollan cuando los sujetos están expuestos a situa-
síntomas específicos del TEPT. ciones aversivas Q,Ue perciben como incontrolables y en las q_ue su
f. Trastorno oposicionista desafiante (TODJ. En el TOD los patrones conducto no tiene consecuencias efectivos (Foa et al., 1992: Kusher
de comportamiento negativistas y hostiles provocan un deterioro et al., 1992).
clínicamente significativo en la actividad académica, familiar A su vez, la mayor o menor intensidad de la indefensión expe-
y social, pero no están relacionados con un suceso traumático rimentada por las víctimas está modulado por las atribuciones
concreto. No aparecen los síntomas específicos del TEPT. efectuados. De este modo, las personas que se atribuyen lo res-
ponsabilidad de lo ocurrido pueden experimentar un agravamien-
F. Etiología to del cuadro clínico. En concreto, las víctimas que llevan o cabo
atribuciones internos, estables y gíobafes -p. ej., «yo soy el tipo de
La etiología del TEPT se explica parcialmente por los modelos de persono Q.Ue siempre tiene problemas por su torpeza y nunca va a
condicionamiento, la teoría de la indefensión aprendida y lo teoría conseguir salir adelante»- se sienten peo1 que los que desarrollan
del procesamiento de la información (fcheburúa y Corral, 2008). atribuciones externas, inestables y específicas -p. ej., <:<tuve mala
suerfe», «me pasó a mí como le podía haber pasado a otra perso-
a. Modelos de condicionamiento na»- <Abromson et al., 1978).
Los sentimientos de terror y de indefensión q,ue experirnenton las La evaluación cognitiva de lo ocurrido desempeño, asirr1ismo.
víctimas durante el suceso traumático permiten predecir, según un papel importante al interpretar y otorgar el sujeto un significado
las diversos teorías del aprendizaje -condic'1onamiento clásico, o los sucesos. Los esquemas cognitivos pueden llevar a una víctima
generalización de estímulos, condicionamiento de orden superior y a percibirse a sí mismo, al entorno y al futuro como negativos y a
aprendizaje de evitación-, el desarrollo futuro de problemas rela- desarrollar pensamientos irracionales relacionados con lo ocurrido,
cionados con el trauma. con atribuciones de culpabilidad. Por el contrario, también se expli-
El acontecimiento amenazante actúo como una situación de ca desde erta misma perspectiva por qué se pueden producir cam-
condicionamiento clásico en Ja que las vivencias negativas expe- bios positivos en uno víctima después de la experiencia traumático,
rimentadas por la víctima furicionan como estímulos incondiciona- como, por ejemplo, mostrar un gran aprecio por la vida, percibirse
dos que producen uno respuesta incondicionado de ansiedad y de a sí misma como valiente o valorar el hecho de haber sobrevivido o
terror. Através de un proceso de condicionamiento por contigüidad de saberse q_uerida por las personas que la rodean.
temporal o física, los estímulos condícionodos en esa situación -la
oscuridad, los ruidos bruscos, los personas desconocidas, la acti- c. Teoría deJ procesamiento de fa información
vidad sexual, los imágenes violentos, etc.- llegan a generar res- Los modelos expuestos anteriormente no son capaces de explicar
puestas de ansiedad. Asimismo, ciertos estímulos cognitivos -como satisfactoriamente la reexperimentación persistente del aconteci-
relatar lo ocurrida o declarar en un juicio- actúan como estímulos miento traumático, q_ue es el núcleo de síntomas más específico del
condicionados Q,Ue generan respuestos de arisiedad por asociocián TEPT. La teoría del procesamiento de la información trata de dar
con la experiencia del trauma. De erte modo, cuanto mayor es el cuenta de las estructuras cognitivas del miedo y, desde esta pers-
número de estímulos condicionados presentes en el traumo, mayor pectiva, de explicar la reexperimentación <Foa et al., 1991; Resick y
es la magnitud del miedo (Corral et al., 1989). Schnicke, 1992).
El proceso de generalización de estímulos y de condicionamien- El TEPT surge a partir de sucesos aversivos impredecibles/incon-
to de orden superior explica la generalización de las respuestas de trolables q_ue no han sido procesados emocionalmente de fonno
ansiedad y de alarma a otros estímulos nuevos -ir de viaje, oír adecuada y que interfieren en Ja integración cognitivo y emocional
un ruido brusco, salir por lo noche o quedarse solo en caso- y la de otras experiencias y conductas. En concreto, las estructuras cog-
ampliación, JXlr tonto, del número de estímulos generadores de miedo. nitivos del miedo patológico se distinguen de las del m'1edo normal
La ansiedad anticipatoria propicia la presencia de conductas en q_ue contienen elementos erróneos. De este modo, reflejan lo
de evitación ante situaciones lúdicos y de relación interpersonal. La existencia de una amenazo percibido, q_ue no tiene que coincidir

119
Manual de ps1copatolog1a. Volumen 2

- Historio de victimización en la infancia !abuso sexual, molos tratos, etc.J


- Antecedentes de otros sucesos trauméíticos en el pasodo.

- Elevado grado de neuroticismo


- Baja resistencia al estré>.

- Escasos recursos de afro11tamiento


- Molo odaptació11 a los cambios.
- Inestabilidad emocional previa.

- Trastornos psiquiéítricos anteriores (trastornos adictivos, del estado de ánimo, de ansiedad, de personalidad, etcJ.

- Falto de apoyo fornilior.


- Falta de apoyo social.

necesariamente con la existencia de una amenaza real, y funcionan d. Otros 1nodelos


como un programa de escape y de evitación conductuaL
Por otra parte, existen, entre otros diversos modelos, algunos desa-
Solo cuando un estímulo adquiere un significado de amenazo, rrollos teóricos de gran interés (Brewin y Holmes, 2003)· por una
la estructuro mnésico se transforma en una estructura de 1niedo. parte. la teoría de la representación dual de Brewín, q_ue plantea
Así, por ejemplo, las víctimas de agresiones sexuales tienen mayor que la información vinculada al sufrimiento de un suceso traumático
probabilidad de desarrollar un TEPT cuando los estímulos y las res- se almacena de formo dual a través de dos tipos de representa-
puestas seguros antes de la agresión dejan de serlo. En concreto, ciones (memoria verbalmente accesible y memoria situacionolmen-
una chica violada en casa por un conocido puede desarrollar un te accesiblel y que los respuestas patológicas surgen cuando los
cuadro clínico con mayor probabilidad que si el suceso aversivo ha recuerdos traumáticos se disocian del sistema de memoria ordinario;
ocurrido a manos de un desconocido y en un lugar alejado. La modi- y, por otro, el modelo cognitivo de Ehlers y Clark, q_ue señala que las
ficación de los reglas de seguridad permite la integración de una respuestas patológicas al trauma surgen cuando el individuo proce-
gran variedad de etlímulos en lo etlructura de miedo q_ue, junto con sa lo información traumática de forma q_ue produce una sensación
la perversidad del estímulo -una persona conocida-, la intensidad de amenaza actual, ya sea una amenaza externa para lo seguridad
de las respuestas fisiológicas y conducfuales y el bajo umbral de o una amenazo interna poro la persona y el futuro. En este últi-
activación. contribuyen o perturbar seriamente el funcionamiento mo niodelo resulta fundomental la n1emorio del evento traumático
cotidiano de la víctima. (pobre elaboración y falta de integración), así como la evaluación
negativa o inadecuada q_ue hace la persona de múltiples aspectos
Cuando determinados estímulos activan una estructura de
(p. ej., las señales de peligro q_ue tienden a generalizarse, la eva-
miedo yo generalizado, se puede producir una fuerte explosión de
luación de sus comportamientos, de la relación con los demás y la
activación -p. ej., en forma de alarma- y una reexperimentación
perspectiva de vida q_ue tieneL
del acontecimiento traumático, q_ue traen como consecuencia unas
estrategias de afrontamiento basadas en intentos de evitación o
escape del miedo: por ejemplo, paralización, despersonalización. G. Vulnerabilldad y resistencia al trauma
evitación conductual o cog111tiva. etcétera. A su vez, el miedo inten- La reacción psicológica ante uno situación amenazante no solo
so y el maletlar refuerzan el TEPT al impedir a la víctima el enfren- depende de la intensidad y de los circunstancias del suceso, sino
tamiento prolongado con las situaciones q_ue evocan el trauma. Al también de lo edad, del historial de agresiones previas, de la esta-
contrario q_ue los exposiciones largas, la tendencia a escapar de los bilidad emocional anterior, de los recursos psicológicos propios, de
estímulos sensibiliza a los sujetos. De hecho, las exposiciones cortos la autoestima, del apoyo social y familiar y de la calidad de las
impiden la modificación de la estructura de miedo, q_ue permanece relaciones afectivas actuales. Todos estos elementos interactúan de
inaccesible y, por tanto, no puede desactivarse. De este modo, la forma variable en coda caso y configuran las diferencias individuales
evitación sistemático impide la habituación a los estímulos y está que se constatan entre las víctimas de un mismo hecho traumático
asociada a la cronificación de los síntomas (Echeburúa et al., 2008l_ (Medina, 2015).
En definitiva. la evolución del sujeto está en función del mayor
o menor peso de los factores de vulnerabilidad y de los factores de
.))Habituación. Expos1cion prolongada sin escape a lugares, protección, que pueden contribuir, según los cosos, a agravar o a
pensamientos o imágenes traumáticos, que llegan a perder metabolizar el suceso sufrido <Echeburúa y Corral, 2009l <Tablo l!..5l.
progresivamente, de este modo, la capacidad de suscitar La mayor o menor repercusión psicológica de un suceso traumá-
respuestas de ansiedad o de evitación. tico en una persona depende de su vulnerabilidad psicológica, que
se refiere a la precariedad del equilibrio emocional, y de su vulnera-

110
Capítulo 'L Trastorno'> asociadcs a traumas y estreso1es

dades de desarrollo y crecimiento De hecho, puede haber incluso


!J Factores peritraumáticos. Son las circunstanc1c>S es pe· un crecimiento postraumático, 1eferido a he> áreas (Tedeschi y
cif1cas del suceso t1·aumát1co que pueden facilitar la apari· Calhoun, 20041: (a) cambias en uno mismo (aumento en las propias
c1ón posterior del T€PT. Ahí se incluyen la gravedad (dosis) capacidades de afrontamiento); (b) modificaciones en los relaciones
del acontecimiento, el peligro vital percibido, l0s lesiones interpersonales (fortalecimiento de los relaciones con los verdaderos
experimentadas, la v1olenc1a interpersonal o l<t amnesia psi· amigos), y lc) cambios en la espiritualidad y en la filosofía de vida
(modificación en la escala de voloresl.
cógena respecto a lo ocurrido.
Los personalidades resistentes al estrés se caracterizan por el
control emocional, lo autoestima adecuada, uno confianza en los
propios recursos, unas aficiones gratificantes, uno vida social esti·
bilidad biológica, que surge de forma innata y que está relacionada rnulonte, un mundo interior rico y una actitud positiva ante la vida.
con un menor umbral de activación psicofisiológica. Ambos tipos de Todo ello posibilita echar mono de los recursos disponibles pora
vulnerabilidad pueden amplificar, a modo de coja de resonancia, el hacer frente de formo adecuada a los sucesos negativos vividos,
daño psicológico del suceso traumático en lo víctima. superar las adversidades y aprender de las experiencias dolorosas,
Desde una perspectiva psicológica, un desequilibrio emocional sin renunciar por ello a sus metas vitales. Este tipo de personalidad
previo, uno autoestima bajo y una mala adaptación a los cambios, funciona como un amortiguador o como una vacuno protectora que
así como una actitud de fatalismo y una percepción de lo sucedido tiende a debilitar la respuesta de estrés <Brooks y Goldstein, 2004).
como algo extremadamente grave e irreversible. debilitan la resis- En suma, la resihencio se relaciono con aspectos previos al suce-
tencia a las frustraciones y contr'1buyen o generar una sensación so traumático (características de lo personal'ldad, t'1po de apego
de indefensión y de desesperanza. Estas personas cuentan con muy existente en la infancia, ausencia de victimizaciónJ, pero también de
poca confianza en los recursos psicológicos propios para hacerse aspectos posteriores al suceso, como el tipo de recursos psicológicos
con el control de la situación. la fragilidad emocional se acentúa utilizados o el apoyo familiar, social o judicial recibido (Echeburúa
cuando hoy una salud precario o una historio de victimización, un y Amor, 2019l.
estrés acumulativo, antecedentes psiquiátricos familiares y una falto
de apoyo familiar y social (Amor y Echeburlla, 2015; Finkelhor. 19991. H. Factores predictores de recuperación
A nivel biológico, hay personas que son más vulnerables que
otras. La vulnerabilidad heredada tiene relación con una cierta Como yo se ha señalado, las reacciones ante un suceso traumático
hipersensibilidad <sensibilidad ansiosa o neuroticismo}, q_ue hoce son muy variables de unas personas o otras. Pero también es muy
diverso la capacidad de recuperación o medio y largo plazo q_ue tie-
que lo persona perciba como una amenazo lo que es un simple
nen las víctimas que han sufrido un suceso amenazante para su vida
problema (tendencia a dramatizar) y entonces reaccione en forma
o para su integridad psicológica (Echeburúo, 2004; Medina, 2015)
exagerada <desadaptado, estresadol. También existe una predispo-
sición genético al estrés. Por ejemplo, los portadores de alelo corto
a, Indicadores positivos de recuperación
del gen que regula el transportador de serotonina <SERTJ cuentan
con más posibilidades de tener niveles anormales de ansiedad, Un indicador positivo del proceso de mejoría de la víctima e> cuan-
adquirir respuestas condicionadas al temor y padecer trastornos do se recupero lo expresión verbal de los sentimientos y se pone
afectivas (Merikongas et al., 1999). orden en el caos de las imágenes y recuerdos del suceso traumático.
La reaparición de expresiones de afecta gestuales. como lo sonrisa,
Por lo q_ue se refiere a los víctimas de agresiones sexuales, la
o físicas, como los abrazos o los besos, es una señal de recupe-
intensidad del trauma va o depender de diversas circunstancias.
ración, como lo es también la implicoción en actividades lúdicas
Algunas de ellos están vinculadas a la gravedad del hecho trau-
cotidianos y el establecimiento de nuevas metas.
mático en sí. como la duración de los abusos o la existencia de
penetración, y otras. a los circunstancias ambientales, como la cre-
dibilidad del testimonio, la reorganización familiar a raíz del abuso
o el impacto de lo intervención judicial. El tipo de apoyo familiar y JlResiliencia.. Capacidad del ser hurnar10 para superar el
social recibido, así como la actuación de lo justicio, van a contribuir dolor ante una grave contrariedad o para adaptarse posi·
o atenuar el impacto del suceso traumático o, por el contrario, o tivamente a sucesos de vida desafiantes o traumáticos.
agravarlo (Rojos Marcos, 2010l. La resi11encia supone la presencia de dos componentes:
Sin embargo, como se puede observar en lo vida cotidiana, hoy (a) resistir a la adversidad; y (b) transformar las situaciones
personas que se muestran resistentes a la aparición de síntomas adversas en oportunidades de desarrollo y crecimiento.
clínicos tras la experimentación de un suceso traumótico. Ello no
q_uiere decir que no sufran un dolor subclínico ni que no tengan JlCrecimlento postra.umático. Conjunto de cambios posi·
recuerdos desagradables, sino que, o pesar de ello, son capaces de tivos experlrnentados por algunas per~onas tras haber sufrí·
hacer frente a lo vida cotidiano y pueden disfrutar de otros expe- do una adversidad o un suceso traumático, bien en uno
riencias positivas <Avía y Vázquez. 1998; Seligman, 1999). mismo [aumento en la capacidad de afrontamiento), bien
La resiliencia es lo capacidad del ser humano para responder en las relaciones interpersonales !fortalecimiento de las
positivamente ante una grave contrariedad. es decir, el proceso de relaciones con los verdaderos amigos) o bien en la espiri·
adaptación positivo a sucesos de vida desafiantes o traumáticos. La tualidad y en la filosofía de vida [modificación en la escala
resiliencia supone la presencia de dos componentes: <al resistir a la de valores).
adversidad; y (b) transformar las situaciones adversas en oportuni-

12
McJnual de ::is1copaloloi;ía. Volu;1,er1 2

Se conoigue a veces transformar el odio o el dolor en energía A. Trastorno de apego reactiva


positiva cuando se cuento con uno red de apoyo social, se forrna
parte de un grupo solidario o se recurre a la espiritualidad en busco los menores necesitan cuidadores sensibles y receptivos para deso"
de consuelo. En e<>te sentido los grupos de autoayuda pueden desem- rrollar víriculos seguros. El TAR se carocierizo porque un menor de
peñar un papel muy significativo, pero solo para algunas personas_ al menos nueve 1neses de edad no establece vínculos saludables (Oíl
De hecho, hay víctimas que se recuperan mejor del trauma cuando los podres o los personas responsables de su cuidado. El trastorno
cuentan con la ayuda de una red de apoyo social natural. sin nece- debe hacerse vi~ible anles de que el menor cumpla cinco años Este
sidad de estar integrados en ese tipo de g1upos_ En estos casos 101 cuadro clínico puede manifestarse si los adultos no oalisfacen las
grupos de autoayuda, en la medida en q_ue está presente de fonna necesidades básicas del menor en cuanto a afecto, nutrición y cui-
permanente ef dolor de lo sucedido o otras personas, pueden consti- dado en general (Sandín et al., 20!7) (Tabla IJ..ó).
tuir u11a rémora en su proceso de recuperación (Zohar et al., 2009)_ Según el DSM-5. el trastorno se califico de persistente si tia
b. Indicadores negativos de recuperación estado presente durante más de doce meses y de grave cuando el
menor presento todos los síntomas del trastorno en un grado alto
En general, los factores más problemáticos paro la recuperación de intensidad. Algunos de los signos y síntomas de este cuadro
de la víctima son la inestabilidad emocional anterior al suceso y la clínico son:
duración prolongado de la exposición a los estímulos traumáticos.
como sucede, por ejemplo, en las situaciones de abuso sexual intra- • Aislamie11to, miedo, tristeza o irritabilidad sm causa aparente.
familior en la infancia. - Aspecto triste y desganado.
Cuando ocurre un suceso traumático, el riesgo más alto de sufrir - No buscar consuelo o no reaccionar cuando se recibe consuelo.
una cronificación de los síntomas es cuando los personas muestran • Incapacidad de sonreír.
respuestas de embotamiento afectivo (anestesia emociona/). Aun-
que las conductos de sobresalto y de hiperactivación pueden ser las Observar a los demás de cerca, pero no interactuar socialmente.
más espectaculares en los primeros momentos, lo peor q_ue le puede Incapacidad de pedir apoyo o ayuda.
suceder a una persona afectada por un suceso de este tipo es que Incapacidad de tender la mano cuando alguien ofrece ayuda.
pierda su capacidad de atender y responder emocionalmerite a su Desinterés por Jos juegos interactivos.
eritorno habitual
Son asimismo indicadores negativos de recuperacióri el haber Es decir, se trota de un estilo de comportamiento de los menores
sido hospitalizado por heridas relacionadas con el suceso traumático en el q_ue se manifiesta una elevada inhibición emocional y afectiva
y el haber padecido un trastorrio ansioso-depresivo grave, así como hacia sus cuidadores. Ello les lleva a no buscar e incluso evitar con-
haber sido victimizado ariteriormente y haber mostrado una mala tacto y consuelo en ellos, incluso cuando se produce algún estímulo
capacidad de adaptación a diferentes situaciones en la vida anterior. o situación que les asusto o les causa dolor o inq,uietud. Este patrón
Pero, en general, la evolución de la recuperación depende de de conductas inhibidas puede extenderse también al entorno social,
las estrategias de afrontamiento utilizadas poro superar el trauma. por lo que estos menores suelen mostrar pocos sentimientos o emo-
En concreto, el pronóstico es más sombrío cuando la víctima, en ciones positivas en la interacción social.
lugar de encarar el problema adecuadamente, adopta estrategias Tal situación puede ser consecuencia de graves experiencias de
de afrontamiento negativos {como beber alcohol en exceso, auto- negligencia, abuso y separación brusca de los cuidadores, especial-
medicorse con tranquilizantes, evadirse mentalmente o volcarse en mente a partir de los nueve meses, o de la falta de respuesta por
el trabajo de una forma compulsivo), se refugio en el pasado o alien- parte del cuidador a los esfuerzos comunicativos del menor !San-
ta sentimientos de venganza (Echeburúa et al., 2013). Finalmente, dín et aL, 2017)_ A su vez, el riesgo de presentar este trastorno es
la presencia de culpa y rabia son predictores de un peor pronósti- mayor cuando los niños viven en un hogar o institución de menores,
co, así como el uso de determinadas estrategias de afrontamiento cambian de residencia o de persona responsable del cuidado con
cognitivo, tales como la rumiación y la evitación intencionada de frecuencia, tienen padres que padecen problemas de salud mental
pensamientos intrusivos (Brewin y Holmes, 2003). graves q,ue afectan a la crianza o experimentan períodos prolonga-
dos de separación de sus podres o de otras personas responsables
V. Otros trastornos del cuidado debido a uno hospitalización.
En el DSM-5 figuran codificados diversos cuadros clínicos, además
del TEPT y del TEA. dentro del nuevo apartado de «trastornos rela-
cionados con traumas y estresores». Así, se incluyen dos cuadros J¡Apego reactivo. C:~tilo de conductd 1nranlojuvenil que se
clínicos relacionados con la infancia Hrastorno de apego reactivo y caracteriza porque el menor presenta habitualmente con·
tra5forno de relación social desinhibida, descritos en el DSM-5 como ductas 1nhib1das y retraimiento emocional hacia los cuida·
de tipo inhibido y desinhibido, respectivamentel, y otro con la vida dores adultos.
adulta (trastornos adaptativos).
Estos trastornos infantiles <el TAR y el TRSD), si bien comportan
una etiología común (la negligencia de los cuidadores), el primero
se expresa como un trastorno de la internalización de los síntomas No obstante, se trota de un trastorno poco frecuente, incluso
depresivos y por comportamientos de retraimiento y el segundo, en los menores q_ue han experimentado las circunstancias citadas.
como un estilo de conducta desinhibido y con comportamientos Conviene hacer un diagnóstico diferencial de este cuadro clíni-
externalizantes <APA, 2013). co de los trastornos del espectro del autismo o de la discapacidad

122
Capttulo 4. Trastornos asociados a trau1~1as y escresores

)) Tabla4.6. C 1teriOO diagnósticos del t-astorno dt ape:io 'eactiliO en ~I JSr·.'15 [f\P1\, 2013)
.
! A. Patrón constante de comportamiento inhibido, emocionolmente retraído hacia lo'i cuidadores adulto'i,
que se manifiesta por los dos características siguientes:
l. El niiio raiarnente o muy pocas veces busca consuelo cuando siente rnoles1or.
2. El nirío raramente o muy pocas veces se deja consolar cuando siente malestar

B. Alteración social y emocional persistente que se coroc1erizo por dos o rr,ós de las síntorr,as siguierites:
l. Rearc1ón social y emocional mírnma a los demás
2. Afecto positivo limitado.
3. Episodios de irritabilidad, tristeza o miedo inexplicado que son evidentes incluso durante las interacciones no amenazadoras cori
cuidadores adultos.
·-----· . ···---------··

C. El niño ha experimentado un patrón extremo de cuidado insuficiente como se pone de manifiesto por una o más
de las características s1gu1entes·
l. Negligencia o carencia social que se manifiesto por lo falto persistente de tener cubiertas los necesidades emocionales básicas paro
disponer de bienestar, estímulo y afecto por porte de los cuidadores adultos.
2. Cambios repetidos de los cuidadores primarios que reducen lo oportunidad de elaborar un apego estable (p. ej., cambios frecuentes de
la custodio).
3. Educación en contextos no habituales que reduce en gran manero lo oportunidad de establecer un apego selectivo (p. ej., instituciones
con un número elevado de niños por cuidador l.
- ------ -
D. Se supone que el factor relativo al cuidado del criterio C es el responsable de lo alteración del comportamiento del criterio A
(p. ej .. las alteraciones del criterio A comienzan cuando falto el cuidado adecuado del criterio Cl.

No se cumplen los criterios poro el trastorno del espectro del autismo.


L':_
F. El trastorno es evidente antes de los cinco años.

G. El niño tiene una edad de desarrollo de al menos nueve meses.

Especificar si:
Persistente: el trastorno ha estado presente durante más de doce meses.
Especificar lo gravedad actual:
El trastorno de apego reactivo se especifica como grave cuando un niño tiene todos los síntomas del trastorno, y todos ellos se manifiestan en
un grado relativamente elevado.

intelectual, que pueden afectar a los comportamientos relacionados meramente impulsivo, como ocurre en el TDAH. Este trastorno se
can el apego. pero que presentan una sintomatologío mucho más diagnostica cuando el niño tiene, al menos, uno edad de desarrollo
amplio. Asimismo, los criterios diagnósticos para el TAR son diferen- de nueve meses <Tabla l.J.7J.
tes o los utilizados en la valoración o categorización de los patrones Estos niños presentan una conducto totalmente desinhibido, en
de apego, como el inseguro o el desorganizado. lo cual se sienten cómodos hablando, iniciado contacto físico o
Si bien hay una falta de claridad sobre la presentación en eda- incluso marchándose con una persona que es ajena o extraña para
des más tardías del menor. este cuadro clínico puede conducir o ellos.
problemas posteriores de comportamiento, toles como el TDAH o las Como en el caso del TAR, este cuadro clínico se considera como
alteraciones de corducta en las relaciones interpersonales. persistente si ha estodo presente durante más de doce meses y de
grave cuando el menor presenta todos los síntomas del trastorno en
B. Trastorno de relación social desinhibida un grado alto de intensidad.
Se trata de cuadro clínico infantojuvenil que se manifiesta en for- Este cuadro clínico puede coexistir con retrasos del desarrollo,
mo de un estilo de conducta de aproximación e interacción activo sobre todo con retrasos cognitivos y del lenguaje y estereotipias,
con adultos desconocidos y que no se limito a un comportamiento así como con otras señales de negli'gencia grave por parte de los

!23
Manual de ps1copatologia. Volun1e1: 2

) ) Tabla 4.7. \rit2rio', ('liilJnósticos <lel trastorno de rPlii(ión social de~inh1h1da en el DSNi--':J (APA, 2013)

A. Patrón de comportomiento en el que un niño se oproximo e interacciono activamente ccn adultos extraños y presento dos o más de los
características siguientes:
l. Reducción o ausencia de reticencia para oproximrnse e interaccionar con adultos extraños.
2. Comportamiento verbal o físico aemasiado familiar <que no concuerda cori lo aceptado culturalmente y con los límites sociales
apropiados o lo edad).
3. Recurre poco o nodo al cuidador adulto después de una salida arriesgado, incluso en coritextos extroiios.

"· Disposición a irse con un adulto extraño con poca o ninguna vociloción.

B. Los comportamientos del criterio A no se limitan o lo impulsividad (como en el trastorno por déficit de atención con hiperactividad)
pero incluyen un comportamiento socialmente desinhibido.
----
c. El rnFlo ha experimentado un patrón extremo de cuidado insuficiente como se pone de manifiesto por una o más de los característicos
sigu1emes:
l. Negligencia o carencia social que se manifiesta por la falto persistente de tener cubiertas las necesidades emocionales básicas paro
disponer de bienestar, estimulo y afecto por parte de los cuidadores adultos.
2. Cambios repetidos de los cuidadores primarios que reducen la oportunidad de elaborar un apego estable (p. ej., cambios frecuentes
de lo custodio)_
3. Educación en contextos no habituales que reduce en gran medida lo oportunidad de establecer un apego selectivo (p. ej., instituciones
con un elevado número de niños por cuidador).

•• Se supone ci.ue el factor de cuidado del criterio C es el responsable de la alteración del comporiomiento del criterio A
(p. ej., los alteraciones del criterio A comienzan tras el cuidado patógeno del criterio C).

E. El niílo tiene uno edad de desarrollo de al menos nueve meses.

Especificar si·
Persistente: el trastorno ho estado presente durante más de doce meses.
Especificar lo gravedad actual:
El trastorno de relación social desinhibido se específico como grave cuando un niño tiene todos los síntomas del trastorno, y todos ellos se
manifiestan en un grado relativamente elevado.

padres, como desnutrición o cuidados deficientes. Asimismo, puede C. Trastornos adaptativos


haber una comorbilidad con el TDAH.
Tal como se ha expuesto con anterioridad, los trastornos adaptativos
Este tra5torno está asimismo vinculado a un entorno de negli-
constituyen un conjunto heterogéneo de síndromes de respuesta al
gencia social, especialmente en los dos primeros años de vida del
estrés ci.ue se presentan dentro de un período de tres meses tras la
menor. Si bien el trastorno es poco frecuente, puede aparecer en
exposición o un suceso estresante (sea traumático o no traumático)_
un 20% de los niños que han sido abandonados y posteriormente
Es decir, el trastorno surge cuando las adversidades de la vida coti-
acogidos en instituciones especiales.
diana <sucesos vitales concretos o estresores crónicosl desbordan los
El comportamiento social desinhibido y la falta de reserva poro respuestas de afrontamiento del estrés en una persona e interfieren
acercarse a los adultos extraños se acompañan de conductas de negativamente en la calidad de vida de la persono.
búsqueda/demando de atención en la etapa preescolar. Cuando el
Existen diversos subtipos en función de los síntomas predomi-
trastorno persiste en la infancia medio, los síntomas se manifiestan
nantes: de tipo ansioso, de tipo depresivo o con trastornos del com"
como una excesiva familiaridad verbal y físico y una expresión no
portamiento, así como diversos tipos mixtos. La diferencia con el
genuina de las emociones.
TEPT es que el estresor no tiene por ci.ué ser traumático y que la
sintomatología presente en estos subtipos no responde a los núcleos
fl Relación social desinhibida.Estilo de conducta infanto- sintomáticos del TEPT.
juvenil caracterizado por una aproxirnación e intera(Ción En cualquier caso, estos trastornos no se describen con detalle
activa anómalas con adultos desconocidos. aq_uí porq_ue se abordan específicamente y de forma amplio en otro
capítulo de este manual.

llll
Capítulo 4. Trastorr·os asociados a líaurno~ y e~tresores

VI. Recomendaciones para la B. Tratamiento


evaluación y el tratamiento Lo terapia paro el TEPT es, fundamentalmente, psicológico. En con
creta las terapias centradas en el trauma (exposición y reestruclu·
del TE PT ración cognitiva) han mostrado ser útiles paro el tratamiento de
este cuadro clínico. Sin embargo, hay ocasiones en que los psico-
En es1e apartado se establecen unas breve~ recomendaciones para fármacos constituyen una ayudo co1nplementaria poro hacer frente
la evaluación y el tratamiento del TEPT. En otros textos se puede a la vida cotid'1ona y poro potenciar la terapia ps'1cológica (80'1le y
encontrar un desarrollo más amplio de la evaluación en adultos o Robito, 2020; Foa et al., 2010; Fundación Española de Psiquiatría y
en niños ((arrasco, 2013) o del tratamiento (Baile y Rabilo, 2020; Salud Mental, 2007!
foa et al., 2010)_
Trotar de eludir y enterrar en el olvido uno realidad intolerable
(el suceso traumático) para mantener el equilibrio emocional y la
A. Evaluación cohesión social es uno reacción protectora natural. Por ello, el silen-
El TEPT req_uiere una evaluación cuidadoso. La naturaleza misma cio y lo distracción, junto con el paso del tiempo y lo reanudación
de los síntomas -especialmente la evitación por parte del pacien- de la vida cotidiano, constituyen, a veces, una estrategia útil Lo
te de cualq_uier estímulo o referencia asociados al trauma expe- víctima prefiere no pensar en la experiencia vivida y no hablar con
rimpntodo-, así como la existencia de fenómenos disociativos, otras personas de lo ocurrido paro no revivir el sufrimiento ni cargar
pueden inducir al clínico a no ver lo conexión entre los síntomas o los demás con su drama.
presentes -ansiedad, depresiór1, irritabilidad, consumo abus·1vo de S"1n embargo, no siempre ocurre así ni se obf1ene ese resultado
alcohol, etcétera~ y la experiencia del trauma, y, en último término, con el recurso al olvido. Por ello, si las víctimas presentan síntomas
a no ofrecer el tratamiento adecuado. Desde esta perspectiva, la de reexperimentoción (pesadillas reiteradas o pensamientos o imá-
evaluación multimodal del TEPT por media de entrevistas estructu- genes recurrentes de los experiencias vividos) o conductos de ira,
radas y de autoinformes puede ser de gran interés para la detección la evitación cognitivo constituye una estrategia contraindicada. En
del cuadro clínico. la planificación del tratamiento y una completa estos casos, el tiempo no lo cura todo por sí solo y el intento por
evaluación de los resultados terapéuticos <Echeburúa et al.. 2005). olvidar los molos recuerdos resulto infructuoso_ S1 hoy reexperimen-
tación o irritabilidad manifiesto, se troto, en cierto modo, de un
asunto no cerrado (Echeburúa y Corro!, 2005l.
}l Fenómenos disociativos. Amnesias pslcógenas referidas En estos casos exponerse o las imágenes del suceso traumá-
a un acontecimiento traumático y/o negativa a atribuir al tico bajo el control del terapeuta (es decir. pensar y hablar sobre
suceso avers·1vo sufrido los síntomas experimentados en la el suceso) ayudo a digerir emocionalmente el empacho emocional
ctue uno persona ha sufrido. Así, recordar y verbolizor lo ocurrido
actualidad. A veces se pueden manifestar también como
de forma prolongada y sistemática en un ambiente de apoyo faci-
una sensación de extrañeza respecto a uno mismo o de lita la transformación de las imágenes caóticos y fragmentados del
una sensación de irrealidad. trauma, mantenidos en lo memoria emocional, en sucesos ordena-
dos espacial y temporalmente bajo el control de lo memoria verbal.
En cierto modo, se trata de poner nornbre o lo ctue la víctima ha
A su vez, la evaluación, más allá de lo estrictamente clínico, vivido, de modificar los pensamientos distorsionados y de guardar
debe tratar de conocer la probabilidad de revictimización, las habi- los recuerdos en el archivador correspondiente para que la persona
lidades de afrontamiento y los estrategias de regulación emocional pueda ejercer un cierto control sobre ellos. Es en este proceso de
cognitiva q_ue utiliza la persona ante situaciones positivas y negativas transformación de los vivencias en recuerdos y en lo reintegración
y explorar su estilo de atribuciones, así como analizar lo calidad y de estos, ya digeridos, en lo biografío de la persono cuando lo víc-
disponibilidad de los redes de apoyo familiar, sedal e institucional. tima puede exper'1mentar un alivio de los síntomas y uno recupera-
En definitiva, se trato de delimitar los factores de vulnerabilidad y ción de la capacidad de control (Echeburúa, 2004-, 2007).
de resistencia ante el desarrollo de sintomatologío psicopatológica Uno variante de la exposición es la desensibilización por medio
poro poder orientar mejor el tratamiento desde una perspectivo idio-
del movimiento ocular y el reprocesamiento (Shapiro, 1995l. que
gráfico.
consta de dos componentes: exposición en imaginación y movimien-
El desarrollo en los últimos años de diversos instrumentos de tos socádicos (rápidos y rítmicos) de los ojos. Se trata de hacerle
medida en el ámbito del TEPT permite seleccionar las pruebas ade- rememorar al sujeto Jos pensamientos traumáticos al tiempo que,
cuadas en función del objetivo deseado fscreening, diagnóstico clí- con lo cabeza inmóvil. sigue con la vista los movimientos laterales
nico o evaluación de los resultados terapéuticos) o de la edad del en vaivén, repetidos en diferentes secuencias de 10 a 25 veces, del
paciente (niños/adolescentes o adultos). Algunas de estas pruebas dedo índice del terapeuta, que está situado a 30 cm de su coro y
son de utilidod en un contexto clínico <EGS-R; Echeburúa et al., 2016) que recorre todo el arco visual del sujeto. Acontinuación, el pacien-
o forense (EGS-F; Echeburúa et al, 2017). te debe dejar lo mente en blanco y tomar aire profundamente. El
Muchos de estos instrumentos cuentan, además, con una versión tratamiento consta de 3/5 sesiones de 90 minutos de duración.
española o se han elaborado directamente con muestras españo- Según Shapiro (1995), los movimientos oculares laterales facilitan
las. En la Tabla 11-.8 se presentan algunos de los instrumentos de lo iniciación del procesamiento cognitivo del trauma por parte del
evaluación relacionados con el TEPT. La selección se ho realizado paciente. Las bases teóricas de esta técnica son, sin embargo, con-
atendiendo a sus propiedades psicométricas, a su accesibilidad y fusas y poco consistentes. No hay una evidencia claro de la eficacia
utilización, así como a su aportación relevante en el ámbito clínico. de esta técnica más allá del componente de exposición y de repro-

!25
Manual de pSl(O¡Jatología. v01un1H1 2-

) ) Tabla 4.8_ lnstri.,mentos de evaiuación del crJstorno de c:trés postraum2tico con una versión esparlola

Niños y adolescentes
~~~~~~~~~~~~---1

TESI-C (Traumatic Events Screen1ng Inventor¡'; lppen Ribbe (1996) Screeníng para lo identificación de sucesos
et al, 2002) traumáticos. Existe una versión para padres (O-ó afias)
y auioiníormada {ó-13 años).

PEDS (Pediotric Emotionol Dislress Scole; Echeburúa et al (2005) Screeningdel TEPT (2-10 afias!.
Saylor et al, 1999)

SCARED-R (Screen lar Child Anxiety Related Canals et al. (2012) Screening del TEPT (7-19 años).
Emotional Disorders; Muris et al., 1999)

CPSS ((hild PTSD Symptom Scole; Foo et al., 2001) Bustos et al. (2009) Evaluación del impacta psicológico del suceso
Serrano-lbáñez et al. (2018J traumático (8-18 años)_

Adultos

TO (Trauma Questionno1re; Escalona et aL, 1997l Bobes et al. (20001 Screening del TEPT y gravedad de los síntomas.

EGS-R (Escalo de Gravedad de Síntomas del TEPT- Echeburúa et al. (2016) Diagnóstico y cuantificación de la gravedad de
Revisada (Echeburúa et al., 20l6l síntomas del TEPT.

EGS,f (Escala de Gravedad de Síntomas del TEPT- Echeburúa et al. (2017) Cuantificación de la gravedad de síntomas del TEPT
forense; Echeburúa et al., 20171 y valoración del riesgo de simulación de síntomas.
EGEP (Escalo Global de Estrés Postraumático; Crespo Crespo et al. (2017) Diagnóstico y cuantificación de la gravedad de síntomas
et al., 2017l del TEPT.

CAPS (Clinician-Administered PTSD scale; Rendan (2Ql6) Entrevista diagnóstica estructurada para diagnosticar
Blake et al. 1990; Blake et al, 1995!; CAPS-5 y evaluar la gravedad del TEPT (evalúa iritensidad y
<Weathers et aL 2013). frecuericia de síntomas por separado).

IES-R (Weiss y Mormor, 1997) Báguena et aL (2001) Evaluación del impacto psicológico del suceso traumático
en los síntomas de intrusión/hiperacfi'l(]ción y evitación

DTS (Davidson Trauma Scale; Davidsori et al., 1997) Bobes et al. (2000) Frecuencia y gravedad de los síntomas del TEPT.

Nota. TEPT (PTSO)"' Trastorno de estres postraumát1co !Post-Traumat1c Stress OióOrderl.

cesamiento de la información (y quizá del componente hipnótico y Un indicador de la conveniencia de un tratamiento psicofar-
de sugestión) que implica (foa et al., 2010L macológico es la afectación grave del funcionamiento diario y la
Algunos emociones son predictoros de lo eficacia del tratamien- presencia de alteraciones clínicas específicas relacionadas con el
to de exposición en imaginación a los recuerdos traumáticos_ En trauma. como la depresión severa, o de síntomas psicopatalógicos
concreto, el miedo -incluso el horror- responde bien al tratamiento; intensos, como la impulsividad, la labilidod afectiva, la irritabilidad,
por el contrario, lo ira y la venganza o lo culpa responden peor al la ideación suicida o el insomnio grave. Los psicofármacos pueden
tratamiento. La reestructuración cognitivo puede ser útil en estos constituir un tra!Dmiento complementario paro la terapia psicoló-
cosos como ayuda complemeíl'~aria (Cloitre, 2009). Las terapias psi- gica en el coso del TEPT. Los antidepresivos actúan probablemente
cológicas con mayor apoyo empírico figuran en la Tablo 'l.9. más sobre los síntomas asociados al trauma (depresión, impulsivi-
dad, pensamientos obsesivos, irritabilidad, etc.l que sobre el trauma
propiamente dicho, pero lo cierto es que en algunos casos, sobre
Ji Sensibilización. Exposiciones cortas a lugares, pensa- todo en los semanas posteriores al suceso traumático, contribuyen
mientos o imágl'.'nes traumáticos, que suscitan una respues- a reducir los síntomas que interfieren negativamente en la reanu-
ta intensa de ansiedad y que llevcin al sujeto a respuestcis dación de la vida cotidiana y, en definitiva, a mejorar el funciona-
de escape conductual o cognitivo. miento y la calidad de vida de la víctima (Fundación Española de
Psiquiatría y Salud Mental. 2007; Stein et al.. 2009)_

126
Capítulo 4. Tra:otornoo as0c1ados a traunias y estresores

)J Tabla4.9. -,-erap1as psicológicas con rrayor apoyo ('mpírico peca el TEPT er: adultos l/\P/\, 2020; NICE, 2o:s: n1od11lcadoj

1 Terapios cognitívo-conductuoles centrodas en el trauma


~~~a-de exposición prolongado
Terapia de exposición narrativo

Terapia de procesamiento cogrnt1vo


-------
Terapia cognitiva para el TEPT

Terapia de desensibilizoción y reprocesamiento de los movimientos oculares (EMOR)


Terapias para aplicar en otras circunstancias Condiciones de aplicación
i Terapia cognitivo-conductuol centrado en el trauma asistida - Cuando el paciente rechazo lo terapia «toro o coro» o el EMDR.
por ordenador - Ante lo presencio de síntomas del TEPT de menor gravedad (p. ej.,
ausencia de síntomas d1sociotivos, outolíticos o de dañar o otros personas).

Terapia cognitivo-conductuol - Poro trotar síntomas específicos (p. ej., irisomnio, ira).

Tratamiento farmacológico - Cuando el paciente prefiere este tipo de tratamiento.


-Ante la presencia de síntomas del TEPT incapacitontes y conductas muy
problemáticos (p. ej_, hiperactivación gra~e, síntomas psicóticos, etcJ
o que no han respondido o otros tratamientos.
. ~-------------------~------------------------"

Por lo que al ámbito infantojuvenil se refiere, en los últimos años mo viene definido por lo respuesto traumático, no por el suceso
se han desarrollado y puesto o pruebo múltiples intervenciones diri- traumático en sí mismo. A su vez, el alcance del daño psicológico
gidas a los niños y adolescentes Q.Ue han sufrido uno o más sucesos está mediado por la gravedad del suceso, la mayor a menor vul"
traumáticos. Como se puede observar en la página web del Nationol nerobilidod de lo víctima, lo posible concurrencia de otros proble-
Child Traumatic Stress Network <NCTSN; http://www.nctsnet.org/J, mas presentes (p. ej., a nivel familiar y escolar/laboral) y posados
existen más de 40 intervenciones que se han analizado desde lo (historio de victimizaciónl, el apoyo social existente y los recursos
perspectiva de los tratamientos empíricamente validados. De todos psicológicos de afrontamiento disponibles. Todo ello configuro la
ellas, las psicoterapias centrados en el trauma son los q_ue cuentan mayor o menor resistencia de la víctima al estrés (Echeburúa, 2010).
con un mayor apoyo empírico poro el tratamiento del TEPT infan- El cuadro clínico más frecuentemente asociado a un suceso de
tojuvenil, sobre todo lo terapia cognitivo-conductual centrada en el este tipo es el TEPT. Los criterios diagnósticos del TEPT en el DSM-5
trauma (TCC-CT!, que debería ser la primero opción de tratamiento (APA, 2013) difieren considerablemente de los expuestos en el DSM-JV
en estos casos <Cohen et al., 2010). En la Tabla 4.10 se indican las (APA, 1994). En concreto, en el DSM-5, respecto a su versión anterior,
principales componentes de esta terapia. los estresores se exponen de formo más explícito, sin tener en cuento
lo reacción subjetiva genérico de la víctima (criterio AJ, y se señalan
VI l. Resumen de los aspectos cuatro núcleos de síntomas <o diferencio de los tres de la versión ante-
rior): reexperimentoción; evitación conductuol/cognitivo; alteraciones
fundamentales y cognitivos/estado de ánimo negativo, que no figuraban explícitamente
en el DSM-IV, y aumento de la activación y reactividod psicofisioló-
tendencias futuras gica, que se amplía poro incluir también las conductas de nesgo o
Los sucesos traumáticos generan terror e indefensión, ponen en peli- autodestructivas. Asimismo, se debe especificar ahora si se presentan
gro la integridad física o psicológica de una persona y dejan con adicionalmente síntomas disociativos; además, se indican los síntomas
frecuencia a la víctima en tal situación emocional que es incapaz de específicos en niños menores de seis años y se elimina lo distinción
afrontarla por sí misma. Cualquier acontecimiento de este tipo (p. ej., entre el TEPT agudo y crónico. También es preciso especificar si el
una agresión sexual o la violencia machista) supone una quiebro pro- TEPT aparece con un inicio diferido {expresión retardada), cuando los
fundo en el sentimiento de seguridad de uno persona (Echeburúa et síntomas comienzan o manifestarse después de los seis meses de ocu"
al., 2014a). Sin embargo, muchas personas se muestran resistentes a rrido el suceso (Bovin et al.. 2015; Echeburúo et al., 2014b; Keane et
lo aparición de miedos intensos, de gravedad clínica, tras la vivencia al., 2014J.
de un suceso traumático y son capaces de retomar la vida cotidiana La taso de prevalencia de este cuadro clínico puede oscilar
y de disfrutar de otras experiencias positivos {Rojos Marcos, 2010)_ entre el 0,5% y el 3,5% de lo población adulto, según el DSM-5_
Un suceso traumático genero un cuadro clínico solo cuando el En concreto, el TEPT puede estar presente en el 15-30% de quienes
acontecimiento supero en uno persono el umbral para el trauma sufren un suceso traumático, con uno incidencia más boja en los
e interfiere negativamente en su vida cotidiana. Es decir, el trou- supervivientes de uno catástrofe o occidente y más alto en el caso

127
lv1a11uctl de psicopalolug1ct. \'olun1en z

) ) Tabla 4.10. Con1pon1ontcs y cstrciteg1as de ir.tcrvención de 10 terapia cognitivo- cond~clual centrada en el traum2 !TCC ·CT)
ICche:i et Cll., 2010; Echeburúct y ,l\.mor, 2014)

Psi coeducación - Informar a la víctima y a sus padres sobre:


• El suceso traumático y las reacciones normales que produce, a cuántos niños les ocurre, etc
• En qué consiste el tratamiento

Habilidades parentales - Enseilorles habilidades de manejo conductuol-


. Atención positiva y selectiva.
• Control de contingencias.
• Tiempo-fuero.
r-~~~~~~~~-t-~

Habilidades de relajación - Enseñar técnicas para manejar el estrés y los reacciones fisiológicos:
• Relajación muscular progresivo.
• Otras actividades de relajación y respiración.
Habilidades de modulación afectiva - Identificar sentimientos, reconocer y regular los estados afectivos negativos.
- Utilizar un lenguaje interno positivo, parada de pensamiento e imógenes positivas.
- Entrenar en solución de problemas y habilidades sociales.

Habilidades de procesamiento - Aprender a observar los relaciones entre pensamientos, sentimientos y conductas.
y afrontamiento cognitivo ~Cambiar los pensamientos imprecisos o inútiles poro la regulación afectiva.

Narrntiva traumático - Crear el relato de los experiencias traumáticas sufridos, corrigiendo distorsiones cognitivas.
- Situar esos experiencias en el contexto de todo lo vida del niño.

Exposición en vivo o los recuerdos - Exponerse gradualmente a los estímulos temidos.


traumáticos

Sesiones conjuntas pura podres e hijos ~Compartir con sus padres y otros familiares el relato del trauma y otros cuestiones abordados.

Mejoro de lo seguridad y desarrollo - Prevenir nuevos traumas abordando cuestiones relacionados con la seguridad.
futuro - Fomentar lo vuelto a lo trayectoria normal del desarrollo.

de los víctimas de hechos violentos. Así, las tasas más elevados se se pueden aplicar en pacientes poco colaboradores, con dificultades
han descrito entre las víctimas de violencia o de agresiones sexua- de concentración o con problemas para entender el lenguaje escri-
les. q,ue pueden alcanzar hasta al 50-70 % de los personas afectadas to. Asimismo, han contribuido a aumentar el acuerdo entre evalua·
(Miller et al., 2013; Wittchen et al., 2009J. dores, sobre todo cuando son empleados por clínicos experimen·
El TEPT requiere una evaluación cuidadosa. Lo naturaleza misma todos <García-Portillo et al., 2015). En España se han desarrollado
de los síntomas -especialmente la evitación por parte del paciente diferentes instrumentos, como, por ejemplo, la Escala de Gravedad
de cualq,uier estímulo o referencia asociados al trauma experimen- de Síntomas del Trastorno de Estrés Postroumótico (EGS-RJ (Eche·
tado-, así como lo exi5tencio de fenómenos d1sociativos, pueden burúo et aL, 2016), ci.ue es una entrevisto estructurada q_ue sirve
inducir al terapeuta o no ver la conexión entre los síntomas q,ue paro diagnosticar el TEPT en víctimas diversas, así como para evo·
presenta el paciente -ansiedad, depresión, irritabilidad, consumo luar lo gravedad e intensidad de los síntomas de este cuadro clínico,
abusivo de alcohol, etcétera- y lo experiencia del trauma y, en según los criterios diagnósticos del DSM-5. La EGS-R -a diferencia
último término, a no ofrecer el tratamiento adecuado (Echeburúo et de la CAPS- evalúa la frecuencia e intensidad de los síntomas del
al., 2002; McDonald y Calhoun, 2010; Stewort et al., 20!6J. TEPT de forma conjunto Los propiedades psicométricas de lo EGS-R
Los instrumentos empleados con más frecuencia poro evaluar son satisfactorias (Echeburúa et al.. 2016).
el TEPT han sido, por uno parte, las entrevistas diagnósticos y, por La terapia poro el TEPT es, fundamentalmente, psicológica_ En
otra, los autoinformes y los listados de síntomas <García-Portilla et concreto las terapias centradas en el trauma (exposición, reestruc-
al., 20!5). Entre las entrevistos más difundidas figuro lo Escalo del turación cognitiva y EMDRl (Baile y Rabilo, 2020) o la terapia de
Trastorno de Estrés Postroumático (CAPS) (C!inicion-Administered exposición narrativa paro el TEPT complejo (Cáceres y Crespo, 2019)
PTSD Scole, Bloke et al., 1995; validación española de Bobes et al., han mostrado ser útiles paro el tratamiento de este cuadro clínico.
2000) o la versión adaptada al DSM-5 <CAPS-S; Weathers et al., Sin embargo, hay ocasiones en que los psicofármocos (los antidepre·
2013; validación española de Rendón, 2016). sivos IRSSl constituyen una ayuda complementaria para hacer frente
Las entrevistas estructuradas son de gran ayuda paro el diag· a la vida cotidiana y poro potenciar la terapia psicológica, sobre todo
nóstico del TEPT y tienen una ventaja sobre los autoinformes porque cuando hay una impulsividad alta y una depresión comórbida.

128
Capítulo 4. Trastorros asoc1ac.os a traurna> y estre-;orPs

Algunas emociones son predictoras de ia eficacia del tratamien- Por último, el TEPT es un cuadro clínico <orr.plejO que presenta
to de exposición en imaginación a los 1ecuerdos traumáticos. En dive1sos re1os poro el ful uro de la invesíigación psicopatológica_
concieto, el miedo -incluso el horror- responde bien al tratamiento; Algunos de ellos se relacionan con sus diferentes forrno> de pre-
por ei contrario, la ira y lo venganza o la culpa responden peor al sentación (subtipos) y con la comorbilidad asociado. Otros tienen
tratamiento. Lo reestructuración cognitiva puede ser útil en estos que ver con el TEPT complejo, que presente una clínica particular y
casos como ayuda complementaria ((loitre, 2009)_ que se muestra especialmente resistente al tratamiento Y otros se
Desde una perspectiva predictiva, la evolución de los síntomas vinculan. desde un enfoque de la psicopatología del desarrollo, a la
a lo remisión o a la fase crónica puede depender de lo existencia diversa sintomatología que aparece en este cuadro clínico cuando
de un trastorno psicopatológico previo, de la intensidad y gravedad se tienen en cuentan los diversos ciclos evolutivos de las víctimas
de los estresores y del apoyo psicológico y social recibido durante y afectadas. Todo ello puede dar luz para desarrollar tratamientos
después del suceso traumático. No se sabe aún con detalle la impor- mejor diseñados o la medida específica de las necesidades de los
tancia relativa de estos factores ni si hoy algunos otros significativos. víctimas

••Términos clave
Anestesia emocional 115 Fenómenos disociatlvos 125 Resillencla 727
Apego reactivo 122 Flashback 112 Sensibilización 126
Crecimiento postraumático 121 Habituación 120 Trastorno de estrés postraumático
Factores peritraumátlcos 121 Relación social desinhibida 124 complejo 116

••Lecturas recomendadas
Amor, p_ J. y Echeburúa, E. (20l5J. Violencia intrafamiliar y resiliencia en Society far Trouniotic Stress Studies (2_º ed.J. New York: Guilford
niílos y adolescentes. En M.F. Rodríguez, J M. Morell y J Fresneda Press.
(fdsJ, Manual de promoción de lo resiliencia infantil y adolescente Este texto. publicado por lo Comisión de Guías de Tratamiento de
1pp. 205-230). Madrid: Pirámide. la Sociedad Internacional del TEPT, supone un análisis detallado
En este capítulo se analizan las consecuencias psicopatológicos de los tratamientos empíricamente validados para hacer frente o
de la exposición a la violencia de parejo en niiios y adolescentes. este cuadro clínico, seo cual sea el origen del trauma y el tipo de
Se indican los factores de riesgo y de protección relacionados que población afectado (menores o adultos).
explican los diferencias individuales y se seílolon los vías para pro- Fundación Espaílola de Psiquiatría y Salud Mentol (2007). Consenso.
mover la resiliencia. evaluación y tratamiento del trastorno por estrés postraumático.
Echeburúo, E. {2004-l. 5uperor un trauma. El tratamiento de las victimas Madrid_ Ars Médico_
de sucesos violentos. Madrid: Pirámide. En este texto se analizan 101 factores de la per1onalidad, la existen-
En este texto se analizan las características del trauma, cualquiera cia de traumas previos y los antecedentes psiquiátricos que contri·
que sea su origen, así como sus posibles manifestaciones clínicos, buyen al desarrollo del TEPT, así como las ventajas de la interven-
los diferencias individuales y, muy especialmente. los vías para su ción inmediato y las pautas de diagnóstico y tratamiento de este
superación. cuadro clínico.
Echeburúa, E. y Amor, p_ J {2014-J_ Trastorno de estrés postraumático_ En Medina. J L (2015) Trauma psíquica_ Madrid· Paraninfo_
L. Ezpeleta y J. Toro (Eds.l. Psicopatología del desarrollo (pp. 4-21- Es un manual que ofrece una visión amplia y detallada del trauma
439). Madrid: Pirámide. psíquico, tanto en lo que se refiere o los distintos tipos de estreso-
En este capítulo se analizo el trastorno de estrés postraumótico res traumáticos como a los aspectos psicopatológicos y de manejo
desde lo perspectivo de la psicopatolagío del desarrollo. Así, se clínico de este trastorno.
describe con defalle el TEPT en la infancia y en la adolescencia, Rojos Morcas, L. <2010). Superar la adversidad. El poder de la resi/iencia.
así como el pronóstico y lo continuidad de este cuadro clínico en lo Madrid: Esposa.
vida adulta. Se hoce hincapié en los factores vinculados a la vulne- En este texto se describen los mecartismos psicológicos paro afron-
rabilidad y a la resiliencia_ tar las adversidades y los sucesos traumáticos. La autoestima, el
Foa, E B., Keone, T. M., Friedman, M. J. y Cohen, J. A. (2010). Effecti- autocontrol, el optimismo y el pensamiento positivo. como pilares
ve Treatments for PTSD. Practice Guidelines from the Jnternational de la resiliencia, son objeto de análisis
IConfrn1Jo}

129
tt Manual d€ ps1copatología. Volumen 2

VV AA (2017) Guia clínica paPJ el tratamiento de los trastorno> pnr comprensión personal de sus síntomas posiroumó11cos. creencias,
estrés agudo y estrés postraumático. Barcelona: Ars Médico. conductos, sentimientos, relaciones y funcionamiento biológico
Se troto de uno guío clínico aprobada por lo American Psychiotric interno, así como una vía paro poder gestionarlos adecuadamente
Associotion (APAl y reúne las estrategias terapéuticas elaborados Yehudo, N. (2019). Comunicar el lrourna. Criterios clínicos e intervencio-
por lo APA para ayudar o los profesionales en la tomo de decisiones nes con niños traumatizados. Bilbao: Desclée de Brouwer.
clínicas, con el propósito de mejorar la calidad de la atención o sus En este libro se analizo cómo diferentes aspectos del lenguaje y de
pacientes. lo comunicación interpersonal se ven afectados por el trauma y el
VVilliams. M. B. y Poijula. S. (2015). Manual de tratamiento del TEPT. desbordamiento emocional de los menores. Se presento información
Bilbao. Desclée de Brouwer. y consejos prácticos para mejorar lo conexión y el comportom1en-
Se troto de un texto práctico que ofrece la posibilidad de llevar a to y paliar lo falta de comunicación, así como paro conseguir que
cabo riumerosos ejercidos que puedr-n proporcionar al lector una los menores más problemáticos sean escuchados

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130
Capítulo 4. Trastornos asociados a traumas y estresores flifli

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Capitulo 4. Trastornos asociados d tr¿u111dS y estresores ••

•• Autoevaluación
l. Cuando los síntomas de estré~ tras un acontecimiento 6. Según e\ DSM-5. se debe especificar si el TEPT vienfl
traumático se diagnostican entre el tercer día y las pri- acompañado de formo persistente de:
meros cuatro semanas después del suceso, se habla espe-
ol Síntomas ansiosos.
cíficamente de un:
b) Síntomas disociativos.
al Trastorno de e>trés agudo.
Síntomas depresivos.
bJ Trastorno de estrés posfraumático agudo.
el Trastorno adaptativo ansioso.
"
di Síntomas obsesivos.
di Trastorno explosivo intermitente. 7. las exposiciones cortas a las imágenes traumáticas, que
suscitan una respuesta intensa de ansiedad y q_ue llevan
2. lCuáles son los núcleos sintomáticos centrales del trastor- al sujeto o respuestas de escape conductuol o cognitivo,
no de estrés postroumático en los personas adultas según encojan con el concepto de:
el DSM-5?
al Reexperimentación, evitación e hiperoctivación.
o> Sensibilización.
bl Hiperoctivación, embotamiento afectivo, disociación y ri-
tuales cognitivos.
,,
b) Habituación.
Flashback.
e) Reexperimentoció11, evitación, hiperactivación y alteracio- d) Disociación.
nes cognitivos/cambios en el estado de ánimo.
8. iCuól es el modelo teórico q_ue mejor explica la reexperi-
dl Reexperimentación, evitación condL1ctual, evitación cogni-
mentación persistente del suceso traumático en el trastor-
tiva e hiperactivación.
no de estrés postroumático?
3. En el trastorno de estrés postraumótico los flashbacks al El condicionamiento clásico.
están asociados a las conductas de: bl El condicionamiento instrumental.
al Reexperimentación. cl El condicionamiento de orden superior.
b) Evitación conductual. dl La teoría del procesamiento de la información.
el Evitación cognitiva.
dl Hiperactivoción. 9. iA partir de q_ué edad se puede hacer el diagnóstico de
trastorno de apego reactivo según el DSM-5?
IJ.. Señala, entre los propuestos, un síntoma negativo del tras- al Tres m»ses.
torno de estrés postraumático:
bl S»is meses.
al Reexperimentación del suceso.
el Nueve meses.
bl Evitación conductual y cognitiva de !os estímulos asocia-
dJ Doce meses.
dos al suceso.
c) Aumento de lo activación psicofisiológica. 10. Según el DSM-5, el trastorno de relación social desinhibida
dl Embotamiento afectivo. se considera persistente cuando este cuadro clínico ha
estado presente más de:
5. En el trastorno de estrés postraumático de inicio diferido
o) Seis meses.
(o con expresión retardada) el período transcurrido entre
el suceso traumático y el comienzo de los síntomas es, al bl Doce meses.
menos, de: e) Dieciocho meses.
a} Un mes. d) Veinticuatro meses.
b) Tres meses.
e) Seis meses.
d) Doce meses.

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133
J
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CAPÍTULOS

TRASTORNO OBSESIVO-COMPULSIVO
Y TRASTORNOS RELACIONADOS
Amparo Belloch, Gemma García-Soriano y Martha Gira/do O'Meara

L Introducción 135 IV. Recomendaciones paro la evaluación


II. El espectro obsesivo-compulsivo en los sistemas y el tratamiento 181
oficiales de diagnóstico psiq_uiáfrico 136 A. Trastorno obsesivo-compulsivo 181
A_ Rozones poro un espectro de trastornos obsesivo- B. Trastorno dismórfico corporal 183
compulsivos 136 C. Trastorno de acumulación 183
B_ Diferencias y semejanzas entre los dos sistemas D. Tricotilomanía y excoriación 183
de closificoción psiq_uiótrico (DSM-5 y CIE-lD 139
V. Resumen de aspectos fundamentales 181./
111. Caracterización clínico y etiológico de los trastornos
del espectro obsesivo-compulsivo JIJI/ TÍRMINOS CLAVE 187
A. Trastorno obsesivo-compulsivo 11/1/ LECTURAS RECOMENDADAS 187
B. Trastorno dismórfico-corporal <TDC> 1611
REFERENCIAS 187
C. Acumulación 171
D. Tricotilomonía 176 AUTOEVALUACIÓN 198
E. Excoriación 178

l. 1ntroducción
Este capitulo está dedicado a un grupo heterogéneo y complejo de de diagnóstico psiquiátrico de la OMS, la CJE-11 (QMS, 2019), incluye
cinco trastornos q_ue, hasta hoce poco, se incluían en distintos grupos otros dos: la hipocondría y el síndrome de referencia olfativo.
diagnósticos: el trastorno obsesivo-compulsiva (TQC) ci.ue formaba La mero enumeración que acabarnos de realizar do una idea
parte de los trastornos de ansiedad; el trostorno dismórfíco corporol de la complejidad ci.ue reviste el capítulo que presentarnos: todos
<TDCJ ci.ue se agrupaba junto con los trastornos somatomorios (y como los trastornos mericionados se agrupan ahora bojo un único rótulo,
uria modalidad o variarite de hipocondría en la clasificación de lo el del espectro de trastorno> obsesivo-compulsivos, uno categoría
OMSl; el trastorno de ocumulación q_ue se encontraba mol definido y ampliamente demandada por muchos expertos. como comentare-
disperso en diferentes categorías o grupos (p. ej., entre los trastornos mos después, cuya marca de contraste es la de situar los obsesio-
de la personalidad, o como una variante del TOCl; la tricotilomanía nes y las compulsiones características del TOC como los sínto~as
que se ubicaba en el grupo de los trastornos relacionados con el con- nucleares y aglutinadores de un conjunto diverso de psicopatolog1as.
trol de los impulsos, y la excoriación, q_ue ocupaba un lugar marginal Ahora bien: ni todos los expertos están de acuerdo con establecer
en ese mismo grupo en el manual DSM-IV, pero en la CIE-10 se rese- una nueva categoría de trastornos que tenga el TOC como elemen-
ñaba en una categoría diferente a la de los trastornos mentales y del to aglutinodor, ni los que están de acuerdo con ello coinciden en
comportamiento, concretamente en el de las enfermedades de la piel los trastornos ci.ue deberían incluirse en esa categoría. La muestro
y del tejido subcutáneo (con la denominación de excoriación neuró- palmaria de esto último es la enorme discrepancia entre el DSM-5
tico). Además de estos dr1co trastornos, la última versiór1 del manual (APA, 2013> y la CIE-11 (QMS, 20191.

135
Ma;1ual de psicopatología. Volumen 2

Eri este capitulo seguirernos lo ogrupacióri de trastornos q_ue sistemas de diagnóstico. En este apartado resrnnirnos, en prirne1
presenta el DSM·5 pue5 eso es la norma que se ha decidido seguir lugar, las trayectorias dispa1es que han seguido los trastornos que
en este n1onual, pero sin olvidar las aportaciones que la CIE-11 está actualmente se incluyen en este grupo, para comentar después los
haciendo a los trastornos del grupo. Por último, dado que se trata criterios diagnósticos específicos de coda uno de ellos en los dos
de reunir en un único capítulo las características clínicas y etiológi- sistemas de diagnóstico psiquiátrico.
cas de trastorno5 muy diversos, la exposicion será necesariamente
bre•1e intentando, en todo caso, resaltar los aspectos más importan-
A. Razones para un espectro de trastornos
tes y característicos tanto de la categoría general como de los cinco
trastornos q,ue se incluyen en ella. obsesivo-compulsivos
Las razones paro establecer uno nueva categoría en la que el TOC
11. El espectro obsesivo-compulsivo sea el trastorno organizador vienen debatiéndose desde hace lus-
tros, especialmente desde que tanto la OMS (sistema ClEl como lo
en los sistemas oficiales de American Psychialric Association iOSMl decidieran incluirlo en el
diagnóstico psiquiátrico grupo o categoría general de trastornos neuróticos y de ansiedad
desde 1977 (CIE-9) y desde 1980 (DSM"IID. Las razones para ello
La inclusión de una nueva categoría de trastornos del espectro eran varias, si bien la mayoría guardaban relacióri con la preeminen-
obsesivo-compulsivo tanto en el DSM-5 <APA, 2013) como en lo cia de lo ansiedad en la génesis y mantenimiento de los nbses1ones,
CIE-11 (2019), supone un importante cambio en lo consideración así como cnnsiderar las compulsiones como el mecanismo regulador
diagnóstica de los trastornos que se incluyen en esta categoría En de lo ansiedad {causada por las obsesiones) y el papel de la evita-
la Tabla 5.1. se ofrece una relación de estos trastornos en ambos ción, común a todos los trastornos de ansiedad.

)) Tabla 5.1. Trastornos del espectro obsesivo-compulsivo en los sistemas actuales de diagnóstico ps1qu1átrico

L Tra'>iorno obsesivo-compulsivo.* l. Trastorno obsesivo-compulsivo_*


- Especificar si relacionado con tics.

2. Trastorno d1smórfico corporal.* 2. Trastorno dismórfico corporal.*


- Especificar si con dismorfia muscular.

3. Trastorno de acumulación! 3. Trastorno de acumulación.*


- Especificar si con adquisición excesivo.
~~~~~~~~~~~~~+-~~~~~~~~~~~~~~~~~~~-<

11-. Tricotilomonía. a¡._ Trastornos por conductas repetiti'IOs localizados en el propio cuerpo.
4a. Tricotilomanía.
4b. Excoriación.

5. Excoriación. 5. Hipocondría (Trastorno de ansiedad por la saludl.*

6. Trastorno obsesivo-compulsi\IO y trastornos relacionados inducidos 6. Síndrome de referendo olfativo.*


por sustancias/medicamentos.
- Especificar inicio: durante intoxicación; durante abstinencia;
después del consumo.

7. Trastorno obsesivo-compulsivo y trastornos relacionados debidos 7. Otro trastnrno obsesivn-compulsivo o relacionado.


a otra afección médico.
- Especifica1 si: con síntomos de TOC, con preocupación por aspecto;
con síntomas de acumulación; con tricotilomonío; con excoriación.

8. Otros trastornos obsesivo-compulsivos y trastornos relacionados


especificados.

9. Tra'>iomo obsesivo-corrµulsivo y tra'>iornos relacionados no €5f.>ecificados

• Especificar grado de introspección, comprensión o conciencia de * Especificar grado de introspección comprensión o conciencia de
enfermedad Unsighfl: enfermedad (insighfl:
- Bueno o aceptable. - Bastante bueno o bueno
- Poco. - Pobre o ausente.
-Ausente/con creencias delirantes.

136
Capítulo s. lrastorrc obses1vo-compuls1110 y trastornos relacionados

Lo decisión de separar ei TOC de los trastornos de ansiedad ha 2, Los obsesiones de contaminación se encuentran en1re las pre-
dado lugar a un amplio debate: véanse. por ejemplo, las recomen- sentaciones más hobituale~ y característicos del TOC. En rnuchos
daciones del grupo de trabajo del DSM-5 <APA 2012l, o las nume- casos, el miedo patológico (y, por tonto, la ansiedad) es la varia-
rosas publicaciones esgrimiendo argumentos tanto a favor como en ble que actúa como disparadora Pero en otros muchos, es el
contra (p. ej., Abramowitz y Jacoby, 20111, 2015; Holla11der y Be11- asco, una emoción básica, diferente de la ansiedad, la variable
zaquen, 1997; 2011; Phillips et al., 2010; Stein et al., 2010; Storch, et motivadora de las obsesiones de contaminación y de las diver-
al, 2008; Van Amenngen et al., 2014). Clork (20201 resume así los sas estrategias de neutralización que los paoentes llevan o cabo
argumentos a favor: (habitualmente. limpiezas repetidas excesivas o injustificadasl.
l. Hay muchos datos en los que se pone de manifiesto la importan- 3. Las personas con TOC tienen dificultades para inhibir o detener
te y significativa semejanza sintomatológica entre el TOC, el tras- un comportamiento una vez iniciado, y en otras ocasiones los
torno dismórfico corporal \TDCl y el tra>torno de acumulac1ó11, y tienen para no iniciarlo. Estas dificultades de inhibición, que
algunos semejanzas con la tricotilomanía y la excoriación. tienen un correlato neurológico evidente, no son explicables
apelando exclusiva ni prioritariamente a la ansiedad.
2. Los trastornos del espectro comparten un síntoma nuclear: la
compulsividad o comportamientos repetitivos, que varían a lo En sumo, más allá de las dudas acerca de las evidencias por los
largo de un continuo en cuyo extremo opuesto se sitúa la impul- que, especialmente desde perspectivas médico-psiquiátricas, se ha
sividad <Hollander et al., 2005). justificado la separación del TOC de los trastornos de ansiedad,
3. Los trastornos del espectro comporten características clínicas lo que resulta poco discutible es que lo ansiedad no es la único
importantes, como edad de inicio, curso, e historia familiar, ade- fuente que explica la etiopatogenia def trastorno, como veremos
más de una elevado comorbilidad entre los distintos trastor11os después. Otra cuestión, muy diferente, es si hay suficientes razones
que forman la categoría. que avalen, en sus aspectos sustanciales, lo selección de trastornos
11. Los trastornos incluidos e11 el espectro 0-C comporten un mismo que, finalmente, se han incluido en esta agrupación.
circuito neuronal, caracterizado por una hiper-activación de lo
región fronto-estriado, que contrasta con el circuito caracte-
rístico de los trastornos de ansiedad en los que es nuclear la !J Compulsión. Comportamiento repetitivo que se lleva a
activación de la amígdala. cabo de manera más o menos rltual1zada, corno respuesta
5. El TOC y el resto de los trastornos del grupo tienen una res- a una obsesión y con la finalidad de atenuar el malestar
puesto similar al tratamiento farmacológico, en especial a los e1nocional provocado por aquella. Las compulsiones forman
inhibidores selectivos de la recaptacióri de la serotonina (JSRS>. parte de un conjunto mds amplio de cornportdrnientos,
Estos argumentos hari sido objeto de numerosos críticas, en genéricamente denominados <<estrategias de neutraliza·
especial por parte de autores de la orientación cognitivo-conductual c1ón», que pueden ser observables o encubiertos.
(p. ej., Abramowitz y Jacoby, 2015; Stein et al.. 2010; Storch et al, Ji Obsesión. Síntoma fundamental del TOC que consiste
2008!. Entre ellas destacaremos las siguientes: en la intrusión en el flujo normal de consciencia de pen-
L La tosa de comorbilidad intro-trastornos del espectro no es mayor samientos, dudas, sensaciones, imágenes o impulsos con
que lo que existe entre el TOC y los trastornos de ansiedad. contenidos desagradables, inoportunos y no deseados. Sus
2. El tratamiento psicológico por excelencia paro el TOC, la expo· características fundamentales son la intrusividad, la recu-
sición con prevención de respuesta, no es el indicado paro la rrenc1a, la inaceptab1lidad o inoportunidad, la irracionalidad
excoriación ni para la tricatilomanía.
y la 1ncontrolabilidad.
3. Lo nueva agrupación de trastornos asume que compulsividod e
impulsividad son los extremos de un único continuo, aun cuando !J Trastorno obsesivo-compulsivo. Trastorno que se carac-
no hoy evidencias que ovalen ese supuesto. teriza por la experimentación repetida y persistente de
obsesiones, de con1pulsiones, o de a1nbos síntomas.
Eri realidad, todos estos argumentos hocen más bien referencia
a la idoneidad de una nueva clase diagnóstica, diferente a la de
los trastornos de ansiedad, en la que incluir el TOC junto con otros El segundo trastorno de la categoría es el dismórfico corporal
trastornos (i. e., el espectro obsesivo-compulsivol, pero no hocen <TDC), cuya trayectoria por los sistemas oficiales de diagnóstico ha
referencia a las razones por las cuales estaría justificado la sepa- sido extraordinariamente errática. Fue descrito por primero vez por
ración del TOC del grupo de trastornos de ansiedad. Desde esta Morselli <1891), quien lo denominó dismorfofobia, para referirse a
perspectivo, otras razones más específicamente vinculadas con la uria sensación subjetiva de fealdad o a un defecto físico. o pesar
fenomenología misma del TOC que avalan esa separación son, en de q_ue la apariencia se encuentre dentro de unos límites normales.
nuestra opinión, las tres siguientes: El término deriva de la palabra griega dismorfia, que significo mal
l. La persistencia en los rituales de muchos pacientes con TOC no cuerpo o poco atractivo y era el nombre por el que se conocía, en la
se explico únicamente apelando a la necesidad de disminuir antigüedad griego, o la calificada como «mujer más fea de Espar-
los elevados niveles de ansiedad que provoco la irrupción de to», mito que ha llegado hasta nosotros a través de las historias de
los obsesiones. Muchos pacientes relatan que esa persistencia Herodoto. El trastorno también recibió otras denominaciones, como
se debe a la necesidad de que el comportamiento que están hipocondría dermatológico cuando la preocupación por el defecto
realizando «esté completo o acabado». En consecuencia, esta físico estaba centrada en lo piel y el pelo, o hipocondría de la belle-
nece>idod de «terminar o completar» es, en esos caso>, el ele- za, hasta que en 1963 Finkelstein lo denominó TDC. Estos vaivenes
mento motivador de los compul>iones, y no la ansiedad. terminológicos tienen que ver, sobre todo, con los dificultades para

137
rv1anual de psicopatología_ \/olurnf'r 2

ubicar este trastorno en una categoría específico_ A pesar de que estudios realizados con pacientes con TOC y, en el 1nomento de
Janet, Kraepelin o Jaspers consideraron q_ue se situaba en el ámbito publicación del DSM-5 (APA, 2013), se contaba con suficientes evi-
de los neurosis obsesivo-compulsivos, predominó lo ideo de su vin- dencias paro considerar la acumulación no solo como un síntorna,
culación con el propio cuerpo y, o partir de ahí, con los trastornos sino como un trastorno independiente y diferente del TOC. En la
somatoformes en general y con la hipocondría en particular, ya que versión actual del DSM-5 el criterio de acumulación sigue estando
ambos trastornos, hipocondría y TDC, comporten características entre los síntomas para realizar el diagnóstico de TPOC. aun<1,ue no
como las creencias disfuncionales relacionadas con el cuerpo y la se incl11ye en el modelo alternativo de ese mismo trastorno n1 en la
necesidad de reasegurorse constantemente_ Su incorporación como versión oficial vigente actualmente de la CIE <CIE-IOJ_
trastorno con entidad propia ha sido tardía: en lo clasificación psi- La hípocondria o ansiedad por fa salud únicamente se inclu-
q_uiátrica americana (i. e., DSM), lo disinorfofobia aparecía en lo ye en el espectro 0-C en el sistema de la CIE-11. Dado q,ue este
tercera edición <APA, 1980) como un ejemplo de trastorno somato- manual adopta como criterio general organizador el DSM-5, la
forme atípico, pero sin criterios diagnósticos específicos. Hasta la hipocondría se ha abordado en el capítulo correspondiente a los
1evisión de esa edición (DSM-Ill-R; APA, 1987) no se incluyó como trastornos somatoformes. Señalaremos, na obstante, q_ue tanto por
trastorno diferenciado, manteniéndose, eso si, en la categoría de lo q_ue se refiere a su ubicación nosológica (trastorno del espectro
tro>tornos samatoformes, pero con lo posibilidad de una doble codi- 0-C en !a CIE· 11 vs. trastorno somotoforme en el DSM-5) como a su
ficación como trastorno delirante en el coso de que las preocupa- caracterización clínica {ansiedad por la salud vs_ ansiedad por la
ciones dismórficos fueron mantenidos con poco o nulo insight. La enfermedad, en la CIE-11 y el DSM-5 respectivamente), constituye
publicación del DSM-5 (APA, 2013) supuso un cambio radical en hoy por hoy el punta de mayor discrepancia entre los dos sistemas
lo ubicación del trastorno al incluirlo en la categoría diagnóstica de diagnóstico psiq_uiótricos (véase el capítulo dedicado a los tras-
obsesivo-compulsiva, recuperando con ello los planteamientos de tornos somatoformesl.
Jane!, Kraepelin o Jaspers. Aunque la tricotilomanía (o trastorno de arroricarse el pelo) se
En la dosificación de la OMS el TDC no se incluyó como tras- ha descrito en lo fr~eraturo desde hace tiempo {Hipócrates reco-
torno hasta la décima versión de lo CIE en 1999 y, además, como mendaba incluir la evaluación de cualquier conducta de tirarse del
variante o modalidad de hipocondría, no como trastorno indepen- pelo en pacientes como parte de la conducta de evaluación general.
diente. Asu vez, la hipocondría se incluyó en lo categoría más gene- según Stein et al., 19991, hasta el DSM-III-R (APA, 1987) no se incluyó
ral de trastornos somatomorfos. De hecho, los criterios diagnósticos como trastorno. En versiones anteriores del DSM y en lo CIE-10 esta-
hacían escasa referencia a la entidad nuclear del TDC y se orien- ba dosificado como un trastorno del control de los impulsos, espe-
taban más hacia la hipocondría. Lo mismo situación se mantuvo cialmente debido a que algunas personas pueden experimentar una
prácticamente en la siguiente edición de 2010 <CIE-10), en la q_ue tensión previa o la conducto de arrancarse el pelo y gratificación o
se incluyeron dos posibles denominaciones poro el mismo problema: alivio tras realizarlo. Sin embargo, no todas los personas que pre-
dismorfofobia y TDC. Se especificaba, además, <1,ue lo dismorfofobio sentan esto alteración manifiestan uno tensión interior ni gratifica-
no debía tener carácter delirante pues, en ese caso, debía incluirse ción posterior al comportamiento de arrancarse el pelo <Stein et al.
en el grupo denominado «:trastornos delirantes persistentes» <espe- 2010bl, razón por la q_ue se ha optado por eliminarla del grupo de
cíficamente. como «otros trastornos delirantes»). En otro aportado los trastornos del control de los impulsos_ La exconación <o trastorno
diferente se mencionaban asimismo los síntomas dismórficos dentro de roscarse lo piell también estaba ubicada en ese mismo grupo
del trastorno esquizotípico, uno de cuyos posibles criterios diag- en el DSM-IV, si bien únicamente se mencionaba como un ejemplo
nósticos era la presencia de «rumiaciones sin resistencia interna, de «trastorno del control de impulsos no clasificado en otros apar-
o menudo con contenidos dismorlofóbicos, sexuales o agresivos». tados», y no contaba con criterios diagnósticos específicos. En la
Con la nuevo edición en marcha !CIE-lll, la OMS sigue la misma CIE-10, se denomino «excoriación neurótica» y está ubicada en el
orieritación que el DSM-5. incluyendo este trastorno en el espectro aportado de «Otros proce>os del CIE-10 frecuentemente asociados
obsesivo-compulsivo. con alteraciones mentales y del comportamiento» en el capítulo
E! tercer trastorno de la categoría es el de acumulación, cuyo dedicado a «Enfermedades de lo piel y del tejido subcutáneo».
diagnóstico como entidad específica ha aparecido por primero Tanto el DSM-5 como la futura edición de lo CIE-11 han optado
vez tanto en el DSM-5 como en lo propuesto de lo CIE-11. Ambos por ubicar ambos trastornos en el grupo de tra'itorno obsesivo-com-
manuales coinciden, además, en incluirlo en lo mismo categoría pulsivo y relacionados. Son varios los motivos q_ue se esgrimen para
de trastorno obsesivo-compulsivo y relacionados, si bien los moti- ello, como la elevada comorbilidad con el TOC, el hecho de que
vos para esa inclusión parecen estar más asociados con razones se observe en las mismas familias y algunos similitudes sintomá-
históricas q_ue con similitudes funcionales. De hecho, aunque hay ticas puramente fenotípicas {p. ej., ambos trastornos implican la
algunas semejanzas con el TOC, no son mayores que los q_ue se realización de comportamientos repetitivos). De hecho, la CIE-11
pueden constatar con otros trastornos emocionales, del control de agrupa ambas entidades bajo ese rótulo (véase la Tabla 5.U Pero
Jos impulsos o con los del neurodesorrollo <p. ej., el trastorno de esto decisión no estó exenta de controversia, ya q_ue presentan tam-
déficit de atención con hiperactividad). En el DSM-IV <APA. 1994-l, bién numerosas diferencias siritomatológicas Cp. ej .. lo ausencia de
lo acumulación se consideraba uno de los criterios para un diagnós- obsesiones, o el hecho de que a veces arrancarse el pelo o rascar-
tico de trastorno de la personalidad obsesivo-compulsivo tTPOCL Sin se produzco plocerl y clínicas Cp. ej., distribución por sexos, curso,
embargo, aunque no aparecía de forma explícita como un síntoma o patrones de comorbilidadl. Algunos autores han propuesto q_ue
del TOC, en el diagnóstico diferencial con el TPOC se sugería q_ue ambas alteraciones estarían mejor ubicadas en una categoría pro-
en caso de q_ue el comportamiento de acumulación fuera grave, pia, bajo lo denominación de «comportamientos repetitivos centra-
se considerara hacer un diagnóstico de TOC_ De hecho, gran parte dos en el cuerpo», q_ue agrupara también otros comportamientos
de lo investigación sobre el trastorno de acumulación proviene de q_ue comporten el hecho de ser repetitivos, estar centrados en el

138
Capitulo 5. Ti-a:, tor r,o obsr~:,ivo-cor11µuls1vo y lr as lo1 nos \ elacionados

propio cuerpo, y tener secuelas derrnotológicus, con10 morderse las B. Diferencias y semejanzas entre los dos
uñas, morderse los labios, o chuparse el pulgar (Stein et al., 2010bl. sistemas de clasificación psiquiátrica
Pero en el DSM-5 esos trastornos repetitivos centrados en el cuerpo
(morderse las uñas, morderse los labios, morderse la mucosa de los IDSM-5 y CI E-11J
mejillas) son uno de los ejemplos o posibilidades que se especifican La comparación entre los dos modelos de diagnóstico psiquiátrico
en el grupo 8 de la Tabla 5.1, ademós de contemplarse tjunto con para los trastornos del espectro obsesivo-compulsivo sugiere cuatro
el TOC, el TDC, la acumulación, la tricotilomanía y la excoriación) consideraciones: la primero y más evidente es que ambos sistemas
como consecuencia de una enfermedad médica (i. e., grupo 7 de la coinciden en incluir una categoría nueva de trastornos q_ue se deno-
Tabla 5.D Por su parte la CIE-11 ha agrupado a la tricotilomanía minan del mismo modo: «Trastorno obsesivo-compulsivo y trastornos
y la excoriación en la categoría «Trastornos de comportamientos relacionados»; lo segunda es q_ue la justificación que ambos siste-
repetitivos centrados en el cuerpo» que incluye, a su vez. entre los mas proporcionan para esta categoría es prácticamente idéntica,
trastornos obsesivo-compulsivos y otros trastornos relacionados. Como como veremos enseguida; lo tercera hace referencia, a la vez, a un
apoyo a esta propuesta, las evidencias empíricas sugieren una ele\IOda aspecto coincidente y o otro discrepante, como se evidencia en la
comorbilidad entre la tricotilomanía y la excoriación, así como con Tablo 5.1: en ambos se incluyen los mismos trastornos iridependien-
otras conductos repetiti\IOs centradas en el cuerpo; así mismo, diver- tes o principales, es decir, no secundarios o debidos o otros proble-
sos estudios muestran una elevudo frecuencia de morderse las uñas mas (i_ e., TOC, TDC, acumulación, excoriación y tricotilomaníal,
en familiares de pacientes con tricotilomanía y excoriación, además pero el sistema de la OMS incluye dos trastornos más: la hipocondría
de observarse una asociación genético entre estas alteraciones_ y el síndrome de referencia olfativo; por último, mientras que en el
Por último, algunos estudios sugieren que tonto lo tricotilomonía. DSM-5 se ofrecen criterios diagnósticos específicos y concretos para
como Jo excoriación y el morderse las uñas tienen Ja función de cada trastorno en términos normativos («debe cumplirse» etc.,), la
regular la activación {arousall o las emociones, como veremos CIE-11 opta por dibujar una especie de cuadro general de cada
más adelante <Snorrason et al., 20120). trastorno, bajo la denominación de <~características esenciales»,
cuya finalidad es servir de guía al usuario del sistema para valorar
Ji Comportamientos repetitivos centrados en el cuerpo. la adecuación de la sintomatología q_ue presenta un paciente parti-
Categoría que incluye un conjunto de comportamientos cular a uno u otro trastorno.
problemáticos que la persona realiza de forma repetida Por lo que se refiere a los criterios diagnósticos específicos
sobre su propio cuerpo como arrancarse el pelo, rascarse la para los distintos trastornos, a pesar de las controversias en torno
a la re-ubicación del roe q_ue comentamos al inicio, lo cierto es
piel, morderse las uñas, morderse los labios o el interior de que los criterios propuestos poro su diagnóstico son muy pareci-
la boca. La persona intenta dejar de realizar este comporta· dos a los de las versiones anteriores, especialmente en el caso del
miento de forma repetida, aunque no lo consigue. DSM-5 (véase la Tabla 5.2). Los cambios más significativos son los
siguientes:
Por último, mencionaremos el síndrome de referencía olfativo, l. En la versión original en inglés, el '/érmino impulse <impulso) se
trastorno que se incluye en la propuesta de lo CIE-11 pero no en sustituye por el de urge (apremio, urgencia). Ambos términos
el DSM-5 como trastorno diferenciado. En este manual se mencio- tienen significados muy similares, pero hay un matiz que los
no dentro del grupo de «Otros trastornos obsesivo-compulsivos y diferencia: impulse hoce referencia a un deseo repentino, breve,
trastornos relacionados especificados» como una presentación par- de hacer o decir algo, mientras que urge conlleva una mayor
ticular con raíces culturales, denominado Jikoshu-kyofu_ Las carac- dificultad para resistirse, es más duradero y se acompaña de
terísticas esenciales que definen este trastorno en la CIE-11 son las uno sensación interna, casi visceral. desagradable. Sin embar-
mismas q,ue se plantean para el TDC, pero modificando e! objeto de go, en lo traducción al castellano, urge simplemente se traduce
lo preocupación dismórfico, en el sentido siguiente: «preocupación por impulso, como en la anterior edición del DSM. Nos intereso
persistente por un olor corporal o del propio aliento (halitosis) perci- hacer mención a este aspecto porq_ue son varios los expertos
bido como asqueroso u ofensivo, que no es observuble o es muy sutil ci.ue resaltan el hecho, en términos positivos, de que en el DSM-5
paro otras personas, de modo que las preocupaciones del individuo desaparezca la noción de «impulso» y se sustituya por la de
son claramente desproporcionadas en relación con el olor, en caso «urgencia» (p. ej., Clark. 2020; Van Ameringen et al.. 2014-l.
de que exista». El resto de los corocterísticas esenciales que definen aspecto este ct.Ue ha sido ignorado por los traductores al caste-
el trastorno, incluyendo el grado de insight, son exactamente las llario del DSM-5.
mismas que las que se plantean para el TDC. Por tanto, en realidad, 2. En la definición de las obsesiones, «inadecuada» se sustituye
se trata más bien de una variante o modalidad del trastorno dis- por «no deseada».
mórfico que de un trastorno que, en nuestra opinión, merezca una 3. Desaparece el criterio de que los obsesiones y/o las compulsio-
consideración separada y diferenciada. nes deban ser reconocidas por el paciente. en algún momento.
como excesivas o sin sentido. En buena medida, esto desapari-
flPreocupaclón. Preoccupat1on en inglés, es un proceso ción obedece a la ampliación del criterio de «insighf», como
cognitivo caracterizado por un estado de ensimismamien- explicamos a continuación.
to que fluctúa desde un estado transitorio de distracción !J.. El antiguo especificador de «insight pobre» se amplía, para
hasta un síntoma de un trastorno mental. En el DSM-5 se establecer tres grados (bueno, escaso, y ausente/delirante). Esta
es una mejora importante porci.ue permite evitar falsos diag-
considera la característica definitoria del TDC.
nósticos de esquizofrenia (o trastorno de lo esfera psicótica>

139
Manual de psitopalología. VohJrT1en 2

):; Tabla 5.2. Criterios diagnósticos para el trastorno obsesivo-compulsivo 1:roc¡

A. Presencio de obsesiones, compulsiones o ambas: l. Presencio de obsesiones y/o compulsiones persistentes.


Los obsesiones se definen por (1) y (2): (o) Las obsesiones consisten en pensamientos repetitivos y
(1) Pensamientos, urgencias (impulsos), o imógenes recurrentes y persistentes (p. ej. de contaminociónl, imágenes <p. ej., de escenas
persistentes q_ue se experimentan. en algún momento durante el violentas), o impulsos/incitación (p. ej .. acuchillar o olguienl, que
trastorno, como intrusos y no deseados, y q_ue en lo mayoría de los se experimentan como intrusos y no deseadas y que habitualmente
sujetos cousan onsiedod o molestar importante. se ocompoi'ian de ansiedad. El individuo intenta ignorar o suprimir
(2) El sujeto intento ignorar o suprimir estos pensamientos, los obsesiones o neutralizarlas mediante compulsiones.
urgencias (impulsos) o imágenes, o neutralizarlos con algún otro Cb) Las compulsiones (o rituales) consisten en comportamientos
pensamiento o acto (es decir, reolizondo una compulsión). repetitivos. incluyendo actos mentoles repetitivos, q_ue el individuo
Las compulsiones se definen por (1) y (2): se siente impelido o realizar como respuesta o una obsesión,
(1) Comportamientos <p. ej., lovof5e los monos, ordenar. comprobar siguiendo ciertos reglas, o poro conseguir uno sensación de
los cosas) o actos mentales (p. ej .. rezar, contar, repetir palabras «OCObodo».
en silencio) repetitivos, q_ue el sujeto se siente impulsado o realizar Ejemplos de comportamientos manifiestos: lavar, comprobar y
como respuesta o una obsesión o de acuerdo con reglas q_ue debe ordenar repetitivamente objetos. Ejemplos de actos mentales
aplicar de manero rígido. -- análogos. repetir frases concretos paro impedir sucesos negativos,
(2) El objetivo de los comportamientos o actos mentoles es impedir revisar los recuerdos poro asegurarse de q_ue no se ha causado
(prevenir) o disminuir lo ansiedad o el molestar, o impedir (evitar) ningún daño, y contar mentalmente objetos.
que ocurra algún suceso o situación temido; sin embargo, estos Los compulsiones no están conectados de manero realista con el
comportamientos o actos mentoles no estén conectados de uno evento q_ue se teme <p. eJ-, arreglar objetos de formo simétrico
manero realista con los destinados a neutralizar o prevenir, o bien poro impedir hacer daño o un ser querido), o son claramente
resultan claramente excesivos. excesivas (p. ej., ducharse diariamente durante varios horas paro
impedir une enferrnedodl.
Nota: los mños pequeños pueden no ser capaces de articular los
objetivos de estos comportamientos o actos mentales.
B. Las obsesiones o compl!lsiones req_uieren mucho tiempo 2. Los obsesiones y los compulsiones consumen tiempo (p. ej., más de
(p. ej., ocupan más de uno hora dioriol o causan malestar uno hora al día), o don lugar a malestar o deterioro significativos
clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral en los ámbitos familiar, social, educativo, laboral o en otras áreas
u otras áreas importantes del funcionamiento. importantes. En coso de q_ue el funcionamiento se mantenga, es a
costo de un esfuerzo adicional importante.
C. Los síntomas obsesivo-compulsivos no se pueden atribuir 3. Los síntomas o los comportamientos no son lo manifestación de otra
a los efectos fisiológicos de llna sustancia (p. ej., uno droga, condición médica {p. ej.. accidente cerebrovoscular isq_uémico de los
un medicamento) o a otra afección médico. ganglios basales) y no se deben o lo-s efectos de uno sustancio o un
medicamento sobre el sistema nervioso central (p. ej., anfetaminas),
incluyendo efectos relacionados con lo abstinencia.
O. La alteración no se explico mejor por los síntomas de otro la referencia al diagnóstico diferencia( se proporciona en una sección
trastorno mental (p. ej., preocupaciones excesivas, como en el adicional posterior a la de los criterios diagnósticos. Específicamente,
trastorno de ansiedad generalizado; preocupación por el aspecto, se menciona la necesidad de establecer diferencias entre el roe
como en el trastorno dismórfico corporal; dificultad de deshacerse y la normalidadCTOC subclínico o sub-urnbroll y la de realizar un
o renunciar a los posesiones, como en el trastorno de acumulación; diagnóstico diferencial con los trastornos siguientes:
arrancarse el pelo, como en lo tricotilomonío; roscarse lo piel, - Hipocondría o trastorno de ansiedad por la salud.
como en el trastorno de excoriación; estereotipias, como en - Otros trastornos del grupo obsesivo-compulsivo.
el trastorno de movimientos estereotipados; comportamiento - Trastornos de! espectro autista.
olimentorio rituolizodo, como en los trastornos de la conducto - Trastorno de movimientos estereotipados.
alimentario; problemas con sustancias o con el juego. como en - Trastorno delirante y otros trastornos psicóticos primarios.
los trastornos relacionados con sustancias y trastornos adictivos; - Trastornos depresivos.
preocupación por padecer uno enfermedad, corno en el trastorno - Trastornos de ansiedad.
de ansiedad por enfermedad; impulsos o fantasías sexuales, como - Trastorno de estrés postrol!mótico.
en los trastornos porofílicos; impulsos, como en los trastornos - Trastornos de lo conducto alimentaria.
disruptivos, del control de los impulsos y de lo conducto; - Trastornos de tics primarios Cinduyendo el síndrome de Tourette).
rumiaciones de culpo, corno en el trastorno de depresión mayor; - Trastornos de personalidad con característicos anoncásticos
inserción de pensamientos o delirios, como en lo esq_uizofrenio predominantes.
y otros trastornos psicóticos; o patrones de comportamiento
repetitivo, como en los trastornos del espectro autista).

!Continúo)
Capítulo 5. Trastorno obses1vo-compuls1vo y trastorros relacionados

)) Tabla 5.2. /Continuociónj

Especificar si Especif1caciones:
- Con introspección bueno o aceptable: El sujeto reconoce - Con insíghf entre aceptable y bueno. La mayor parte del tiempo
que las creencias del trastorno obsesivo-compulsivo son cloro el individuo puede considerar la posibilidad de que las creencias
o probablemente no ciertos. o que pueden ser ciertos o no. específicos del trastorno pueden no ser ciertas y está dispuesto
- Con poco introspección: El sujeto pienso que los creencias del a aceptar uno explicación alternativa de sus experiencias.
trastorno obsesivo-compulsivo son probablemente ciertos. Este espec1íicodor es aplicable incluso cuando. en circunstancias
especificas el individuo no muestro insight (p ej., cuando está
- Con ausencia de introspección/con creencias delirantes: El
muy ansioso)
sujeio está completamente convencido de que los creencias del
trastorno obsesivo-compulsivo son ciertas. - Con insight escoso o ausente_ Durante lo mayor porte del
tiempo el individuo está convencido de q_ue las creencias
específicos del trastorno son ciertas y no es capaz de aceptar
una explicación alterno~ivo de su experiencia. La folla de
insight no cambio significativamente en función del nivel
de ansiedad.

Especificar si:
El sujeto tiene uno historia reciente o antiguo de un trastorno
de tics.

Nota: Las palabras subrayadas son modificaciones o añadidos de las autoras del capitulo sobre la traducción del DSM-5
al castellano. Entre paréntesis se indican los términos que aparecen en la versión en castellano del 1nencionado rnanual.

en pacientes con TOC grave en los q_ue las creencias sobre sus
obsesiones pueden odct,uirir carácter delirante, alertando ade- 'j)lnsight. Literalmente «mirar hacia dentro,,, hace referen-
más de uno peor respuesta al tratamiento en esos casos <Abra- cia a la capacidad de darse cuenta de una realidad o de
mowifz y Jacoby, 2014)_ una condición. Aunque en el DSM-5 se refiere al grado de
S. Se ha añadido un nuevo especificador «relacionado con tics» convicción en las creencias relacionadas con el trastorno
con el fin de valorar si el paciente ha tenido, o tiene, un tras- mental, en términos generales se aplica al grado de con1·
torno relacionado con tics. porct,ue los pacientes con TOC e prensión, la capacidad de i11trospecclón o la consciencia
historio Coctuol a posadol de tics presentan un perfil clínico de una persona acercd de que tiene un problema o una
diferente en términos de sintomatologío, comorbilidad, curso
enfermedad.
e historio familiar (APA, 2013). En el manllal se indica q_ue la
comorbilidad entre el TOC y la historia {vital> de tics es del 30%
y es espec·1almente común en hombres con TOC de inicio en lo
En lo Tabla 5.3 se resumen los criterios diagnósticos paro el
infancia.
TDC El primero es lo definición del trastorno n. e.. la preocupación
Los criterios q_ue establece la OMS en lo CIE-11 son, por su por- por defectos percibidos en la apariencia física), en lo ct,ue coinciden
te, muy parecidos a los del DSM-5 en los aspectos más centrales del plenamente el DSM-5 y lo CIE-11- Sin embargo, la secuencia de
trastorno, tal y como puede apreciarse en la Tabla 5.2. Con todo, presentación del resto de criterios es bastante más exhaustiva en
merece la peno destacar tres diferencias: el casa de lo CIE-11, q_ue incorporo la idea de un exceso de outo-
consciencia del propio cuerpo como base para lo aparición de
o. En el coso de las compulsiones, se incluyen las sensaciones
ideos de autoreferencia, aspecto muy importante de este trastorno
de «inacabado» o «incompleto» como motivadoras de los
al ci.ue nos referiremos más adelante, pero q_ue no se menciona en
síntomas_
el DSM-5. Asimismo, la CIE-11 es más explícito a lo hora de descri-
b. El grado de ínsight se reduce a dos niveles y se ofrece, además, bir los posibles concomitantes asociados al síntoma fundamental.
uno mejor explicación sobre sus significados respectivos de la entre las q_ue se destocan tres modalidades de comportamiento:
qlle ofrece el DSM-5_ de comprobación y comparación (repetitivos, además>, de camu-
c. Lo información sobre el diagnóstico diferencial no se incluye flaje u ocultación, y de evitación. En ambos sistemas se incluye la
como criterio diagnóstico {q_ue es en realidad lo ct,ue indica el necesidad de especificar el grado de comprensión o consciencia
punto D del DSM-5l, s·1no ct,ue se expl'ica en un apartado diferen- del problema, manteniéndose para ello los mismos criterios q_ue los
te («Límites con otros trastornos y con la normalidad»), como planteados poro el TOC. Finalmente, solo en el DSM-5 se incluyen
hemos señaloda en lo Tabla 5.2. dos pasibles especificadores ct,ue, en realidad, hacen referencia a
~J1anual de ps1cooato1091a_ Voluinen 2

)) Tabla 5.3. Criterios d1etgnosticos para el tra.storno d1srrórf1co corpor di [Ti)Cj

A Preocupación por uno o más defectos o imperfecciones -


Preocupación pcr uno o más defectos o imperterciones percibidos
percibidos en el aspecto físico que no son observables o son muy en el aspecto físico que no son observables o son muy sutiles para
sutiles poro oiros per;onos_ otros personas.
-- --

• En olgl1n momento duronte el curso del trastorno, el individuo ha


realizado comportamientos <p. ej., mirarse en el espejo, arreglarse
'- Excesivo autoconsciencia acerco del delecto/s o imperfección/es
percibidos, incluyendo o menudo ideos autoreferentes (i.e., lo
en exceso, roscorse lo piel, búsqueda de reaseguración! o actos con·1iccién de que la gente se do cuenta, juzgo. o habla sobre ellosl
mentoles (p. ej., comparar su aspecto con el de otros> como !
respuesto o la preocupación por el aspecio físico.
-
C. La preocupación genero male'>lar clínicamente significativo ! 3_ Lo preocupación se acompaiia por alguno de los siguientes
o deterioro en el órea social, laboral. u otras óreas importantes aspectos:
del funcionamiento al Comportamientos repetitivos y excesivos, como examinar la
apariencia o la gravedad del/os defecto/so imperfección/es
(p_ ej., coinprobándolo en superficies reflectontes), o comparándose
con otros.
bl Intentos excesivos de camuflar o alterar el defecto percibido
(p. ej., mediante formas específicos y muy elaborados de vestirse,
o someterse o intervenciones cosméticos o quirúrgicos dañinas).
c) Evitación importante de situaciones sociales o de otro tipo, o
de estímulos, que puedan aumentar el malestar por el defecto
percibido (p_ ej_, superficies rellectontes, vestuarios, piscinas!.
---- -

º- La preocupación por lo apariencia no se explico mejor por


preocupaciones por el peso o lo groso corporal en uno persona
•• Los síntomas no son una manifestación de otra condición médico y '
no se deben o los efectos de uno sustancio o un medicamento sobre
cuyos síntomas cumplen los criterios diagnósticos de un trastorno el sistema nervioso central, induyendo los debidos o lo ab'>linencio_ 1

de la alimentación.

Especificar si: Especificaciones:


Indicar el grado de comprensión o insight con respecto a las - Con in:.ight entre aceptable y bueno. Lo mayor parte del tiempo
creencias relacionados con el trastorno dismórtico corporal (p. ej., el individuo puede considerar lo posibilidad de que las creencias
«Me veo feo/o» o «Me veo deforme»)_ específicos del tra'>lorno pueden no ser ciertos y e'>lá dispuesto
Con introspección bueno o aceptable: El suje1o reconoce que o aceptar una explicación alternativa de sus experiencias. Este
las creencias del tro'>lorno dismórfico corporal son claramente especificador es aplicable incluso cuando, eri circun'>loncias específicos
o probablemente no ciertos, o que puederi ser ciertas o no. el individuo no mue'>lro insight (p_ ej., cuando está muy ansioso).
Con poca introspección: ti sujeto pieriso q,ue los creencias - Con insight escoso o ausente. Durante la mayor porte del tiempo
del trostorrio dismórfico corporal son probablemente ciertas el individuo es1ó convencido de q,ue los creencias específicas del
Con ausencia de introspección/con creencias delirantes: El trastorno son ciertas y no es capaz de aceptar una explicación
sujeto está completamente convencido de q,ue los creericias del alternativo de su experiencia. La falto de insightno cambio
trostorrio dismérfico corporal sen ciertas_ significativamente en furición del ni~el de ansiedad.
----- --
Especificar si·
Con dismorfia muscular: Al individllO le preocupo la idea de q,ue
su estructura corporal es demasiado pequeño o poco musculosa.
Este especificador se utilizo incluso si el sujeto está preocupado
por otras áreas corporales, lo que sucede con frecuencia.
---

modalidades o subtipos de preseritoción del trastorno: el referido a Los criterios para el trastorno de acumulación son similares en
la musculatura (dismorfia muscularl y el denominado por «poder» \os dos sistemas de diagnóstico psiquiátrico (Tablo 5.lj.)_ Lo única
o por «proximidad», en el q,ue el md1v1duo está preocupado por diferencia es que lo CIE-11 incluye en su descripción que la ocu·
defectos percibidos en otra persona q,ue posee un aspecto riormal. mulación de bienes se puede producir de forma pasiva, es decir,
No obstante, ambas modalidades se recogen también eri la CIE-11 porque lo persona no se deshace de los objetos que llegan al hogar,
en el aportado adicional al de los criterios diagnósticos al que antes o de formo activa, adquiriendo nuevos bienes al comprar de forma
hicimos referencia {«Características adicionales»). excesivo, recoger elementos gratuitos, o robar. Pese a que el DSM-5

142
Capítulo 5. Trast-Jrno cbsesivo-compulsivo y tr<Jstorno> relacionados

)) Tabla 5.4. Criterios diagnósticos µara el tca~lorno Ue acurnulación

A. Dificultad persistente de deshacerse o renunciar o los posesiones, l. Acumulación de posesiones que dan lugar a que los espacios de
independientemente de su valor real. lo viviendo estén abarrotados hasta el punto de que su uso o su
seguridad sean problemáticos.
Nota: En el caso de que no hay<i áreas de la viviendo abarrotadas,
únicamente se debe a la intervención de terceros <familiares,
limpiadores, autoridades, etc.J
B. Esta dificultad es debida o una necesidad percibida de guardar las 12. lo acumulación se debe a una o ambas de estas circunstancias:
cosas y al malestar que se siente cuando uno se deshace de ellos. a) Necesidad urgente o comportamientos repetitivos de amasar
objetos, que puede ser pasivo (p. ej., folletos, correos) o
activa (i_ e., odq_uisición excesivo de objetos y<:1 sean gratis,
comprados. o robados).
b) Dificultades poro deshacerse de las posesiones por una
necesidad percibido (sentido) de salvarlos y malestar asociado
con deshacerse de ellas.
C. Lo dificultad de deshacerse de las posesiones da lugar a lo acumulación
de cosas que congestionan y abarrotan los zonas habitables y alteran en
gran medida su uso previsto. Si las zonas habitables están despejadas,
solo es debido a lo intervención de terceros (p_ ej, miembros de la
familia, personal de limpieza. autoridades).
D. Lo acumUación causo malestar clín'1camente significativo o deter"1oro 3. Los síntomas causan molestar emocional o deterioro significativos
en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento en Jos ámbitos personal, familiar. social, educativo, laboral, o en
{incluido el mantenimiento de un entorno seguro para uno mismo y otras áreas importantes
poro los demás).
1E La acumulación no se puede atribuir o otra afección médica La referencia al diagnóstico diferencia/ se proporciona en una sección
(p_ ej., lesión cerebral, enfermedad cerebrovascular, síndrome de adiciona/, posteríor a fa de los criterios diagnósticos Específicamente,
Proder-Willil. se menciona la necesidad de establecer diferencias entre el trastorno y
~,-.-,-,-,-,-"-m_"_lo-o-ió-,-,-,-,-,-,-,-,-li-oo_rn_e_jo-,-,-,-,-,,-,-,-,,-,,-m-m_de_o_lt_o____, la normalidad(Acumulación subdínico o sub-umbroll y la de realizar un
trastorno mentol <p. ej., obsesiones en el trastorno obsesivo- diagnóstico diferencial con los frostornos siguientes:
compulsivo, disminución de Jo energía en el trastorno de depresión -TOC.
mayor. delirios en lo esquizofrenia u otros trastornos psicóticos, - Trastornos del espectro del autismo.
déficit cognif1vo en el trastorno neurocognitivo mayor. cf1sminución - Trastornos primarios del espectro psicótico.
- Trastornos del estado de ánimo.
del interés en los tro>tornos del espectro auti>fol. T d d ¡· ·
- ras1ornas e 1o con uc1o a 1men1ano.
- Demencia.
- Síndrome de Proder-Willi.
Especificar si:
Con adquisición excesiva: 51 la cf1flcultad de deshacerse de las
posesiones se acompaíla de la adquisición excesi't'O de cosas que no se
necesitan o para las qu_e no se dispone de espacio_
~~~~~~~~~~-+~~~~~~~~~~~~~~~~~~~-...-,

Especificar si: Especificadores:


- Con introspección buena o aceptable; El sujeto reconoce que - Con insight entre aceptable y bueno. La mayor porte del
las creencias y comportamientos relacionados con lo acumulación tiempo el individuo reconoce q_ue sus creencias y comportam·1entos
(relacionados con lo dificultad de deshacerse de las cosas, el relacionados con la acumulación (yo sean sobre el exceso en
abarrotamiento o la adquisición excesiva) son problemáticos. adquirir, lo dificultad en deshacerse, o el abarrotar espacios) son
- Con poco introspección: El sujeto está convencido en su mayor problemáticos. Este especificador es aplicable incluso cuando en
parte de que los creencias y comportamientos relacionados con circunstancias específicas, el individuo no muestra insight<p. ej.,
lo acumulación (relacionados con lo dificultad de deshacerse de cuando se le fuerzo a deshacerse de objetos)_
las cosas, el abarrotamiento o la adquisición exces"1val no son - Con insight escaso o ausente. La mayor parte del tiempo el
problemáticos a pesar de la evidencia de lo contrario. individuo está convencido de que sus creencias y comportamientos
- Con ausencia de introspección/con creencias delirantes: El sujeto relacionados con la acumulación <ya sean sobre el exceso en
está totalmente convencido de que los creencias y comportamientos adq_uirir, la dificultad en deshacerse, o el abarrotar espacios) no
relacionados con la acumulación (relacionados con la dificultad de son problemáticos, a pesar de las evidencias en contra. Lo falto
deshacerse de las cosas, el abarrotamiento o la adquisición excesivo) de insight no cambia significativamente en función del nivel de
no son problemáticos o pesar de lo evidencia de l_o cont.,"='-'º=·---~-='="=''=''="='=·-------------------~

143
Manual de psicopatolog:a. Vo!umen 2

)) Tabla s.s. Criterioo dictq11ó~ticos parct Id 111col1lornanía (trastorno de arrancarse el pelol

A. Arrancarse el pelo de forma recurrente. lo ctue da lugar o su L Arrancarse el pelo de forma recurrente.
pérdida.

B. lntenios repetidos de disminuir o dejar de arrancar el pelo 2. Intentos infructuosos de parar o de disminuir el arrancarse el pelo.
---+---------------------~
3. Pérdida significativa de pelo como consecuencia del
comportamiento_

C. Arrancarse el pelo causa molestar clínicamente significativo !l.. Los síntomas causan molestar emocional o deterioro significativos
o deterioro en lo social, laboral u otros óreoi importantes del en los ámbitos personal. familiar. social, educativo, laboral, o en
funcionamiento. otros áreas importantes.

D. El hecho de arrancarse el pelo o lo pérdida del mismo no se La referencia al diagnóstico diferencial se proporciona en una sección
puede atribuir o otro afección médico (p. ej., uno afección adiciono/_ Específicamente, se menciona la n@ces1dad de establecer
dermatológico)_ diferencias entre el trastorno y la normalidad (Tricotilomonía
---
subclínica o sub-umbral) y la de realizar un diagnóstico diferencial con
E. El hecho de arrancarse el pelo no se explico meJOr por las los trastornos siguientes:
síntomas de otro trastorno mentol (p. ej., intentos de mejorar
- Otros trastornos del espectro obses1vo-con1pulsivo.
un defecto o imperfección percibida en el aspecto, como en el
trastorno dismórlico corporal). - Trastornos de movimientos estereotipados.
- Esquizofrenia y otros trastornos psicóticos primarios.
\...__ __ _
- Enfermedades médicas y trastornos por abuso de sustancias.

no describe esta característica como un criterio diagnóstico especí- de ctue los pacientes o menudo tratan de dejar de arrancarse el pelo
fico, sí ctue lo recoge al solicitar ci.ue se especifictue si lo dificultad o de disminuir lo frecuencia de dicho comportamiento (Criterio Bl
para deshacerse de las posesiones se acompaño también de adci.ui- <véase lo Tabla 5.5). Como hoce con el resto de los trastornos, lo
sición excesivo. A diferencio del DSM-5, lo CIE-11 no incluye entre CIE-11 no incluye como criterios diagnósticos los relativos al diag-
los criterios diagnósticos ninguno referido al diagnóstico diferencial nóstico diferencial, aspecto al q_ue dedica un espacio separado.
(i e., Criterios E y F del DSM-5), sino q_ue dedico un aportado espe- Por último, los criterios diagnósticos paro la excoriación no esta-
cífico o ello ban descritos en los ediciones anteriores de los dos manuales de
diagnóstico. Los criterios q_ue se proponen actualmente se muestran
en la Tablo 5.6 y, como puede observarse, son similores en los dos
Ji Acumulación [trastorno del. Trastorno mental que se
sistemas de diagnóstico y prácticamente idénticos a los de la trico-
caracteriza por la dificultad para deshacerse de pertenen-
tilomonío: lo única diferencio notable es la modalidad de comporta-
cias que provoca un abarrotamiento del hogar, y que con miento repetitivo q_ue caracterizo o ambos trastornos.
frecuencia se asocia a una adquisición excesiva.

Respecto o lo tricotilomanía, tonto el DSM-5 como lo ClE-11


111. Caracterización clínica y
amplían su denominación al referirse a lo alteración como <<trico- etiológica de los trastornos del
tilomonío o trastorno de arrancarse el pelo» (Tablo 5.5). Ambos
versiones coinciden también en sus criterios diagnósticos, q_ue modi- espectro obsesivo-compulsivo
fican sustancialmente los incluidos en las versiones previas, dado
Q.Ue en ambos manuales se elimino la referencia o los sentimientos A. El trastorno obsesivo~compulsivo
de placer, gratificación, o alivio asociados al comportamiento de
arrancarse el cabello. Concretamente, en el DSM-5 se eliminan los Me dirijo o Usted desesperado tras once años de sufrimiento __ _
Criterios B («sensación de tensión creciente inmediatamente antes Hoce once años di a luz o mi único hijo y unas seis horas después
del arrancamiento de pelo o cuando se intento resistir la práctico mi cabezo se volvió en un ¿y SI. ..?: lY si me do por suicidarme?,
de ese comportamiento») y C («bienestar, gratificación o liberación ¿y si me da por apretarle lo fontanela?, ¿y si me do por ponerle
cuando se produce el arrancamiento del pelo») del DSM-IV (APA, lejía en el biberón en lugar de leche?, etc. Lo peor de todo es ctue
1994). Además, se elimino lo mención a Q.Ue lo pérdida de cabellos en mi mente yo lo veía, lo cual me producía gran taquicardia y
fuero perceptible, dado Q.Ue esta pérdida no siempre es visible, por ansiedad ..., mi familia solía decir que tenía coro de haber visto un
ejemplo, en pacientes Q.Ue se arrancan el pelo por todo el cuero fantasma y lo cierto es que lo hubiera preferido yo ctue no entendía
cabelludo y en los Q.Ue lo pérdida Q.Ueda disimulado o igualmente como una persono pacífica como yo podía pensar en hacer estos
distribuida, o aquellos que lo hacen en óreos corporales no visibles barbaridades (._J En la octualid_od sumo matrículas o cuolctuier
Finalmente, el DSM-5 incluye un nuevo criterio q_ue recoge el hecho número que se me pongo por delante y escribo o móctuino casi
capitulo 5. Trastorno cbsesivc.,co1T1pLlsivo y trastornos relcicionados

)) Tabla 5.6. Criterios diagnósticos para :a excor:ación 1rasca· se la piel]

A. Dafirnse lo piel de lormo recurrente ho>la producir>e lesiones L Pe11'1zcarse (hurgorsi>I lo piel cie forma recurrente.
cutáneos_
B. Intentos repetidos de disminuir o dejar de rascarse lo piel. 2. Intentos infructuosos de parar o de disminuir el pellizcarse la piel.
f--~~~~~~~~~~~~~~~~~~~--f--~~--~~~~

3. Lesiones cutáneos significativas consecuentes o los pellizcos


o rostodos.
C. Rascarse lo piel causo molestar clínicamente significativo o i+. Los síntomas causan malestar emocional o deterioro significativos
deterioro en lo social. laboral u otros áreas importantes del en los ámbitos personal, familiar, social, educativo, laboral. o en
funcionamiento. otros áreas importantes.
D. El daño de lo piel no se puede atribuir o los electos fisiológicos la referencia al diagnóstico diferencia/ se proporciono en una sección
de una su>toncio (p_ ej .. cocaína) u otro afección médico adicional. Específicamente, se menciona la necesidad de estab/ece1
(p. ej., sarna)_ j diferencias entre el trastorno y la normalidad(excorioción subclínical
y la de realizar un diognó>11co diferencial con los trastornos siguientes:
E. El hecho de rascarse lo piel no se explica mejor por los síntomas _Otros trastornos del espectro obsesivo-compulsivo.
de otro trastorno mental Cp. ej., delirios o alucinaciones táctiles
en un trastorno psicótico, intentos de mejorar un defecto 0 - Trastornos de movimientos estereotipados.
imperfección percibido en el aspecto, como en el trastorno - Esquizofrenia Yotros trastornos psicóticos primarios.
dismórfico corporal, estereotipias como en el trastorno de - Síndrome de Prader-Willi.
movimientos estereotipados, o el intento de dañarse uno mismo - Enfermedades médicas y trastornos por abuso de su>lancios.
~-n '.:1_ auto~~sión ~o su~-"-º-'--------------~--C_om~p_o1_to_m_i•_o_to_>_o_o_to_l_it_k_o_>cy_d_'_'_"_to_m_o_t_il_e<_i_óo_.______~

todo lo que leo __ y ahora lo de escribir a máquina lo he trasladado tuar los cosas, nunca (o casi nunca) consigo empezar, yo que se
o la respiración, si yo leo PACO como lo P está en la línea más alto me antojo como uno toreo titánico y antes de empezar, ya estoy
del teclado mi inspiración es más profundo, luego como lo letra cansado solo de pensar lo de cosas que tendré que hacer paro dar
A está en el teclado de en medio expulso aire, lo C como está algo por válido y finalizado» <Antonio, 42 años).
en lo fila 'inferior exp'1ro todo el aire y así suces·rvamente C.J. Un
nuevo síntoma que ha aparecido en mi desde hace unos 15 dios es Codo vez que toco algunos cosos en particular que creo que
lo agresión verbal (para mí misma, cloro está, no lo digo en voz me pueden contaminar de alguno formo, luego siento lo necesi-
alta)» (Ana, 35 años)_ dad de lavarme lo/s mono/s con lo/s que lo he tocado {._J, evito
colocar juntas ciertos cosas, porque pienso que si entran en con-
Soy diplomado en Magisterio y actualmente estudio Biología. tacto se podrían contaminar entre ellas. También tengo un par
Desde hoce tres años tengo un problema muy grave ___ consiste en de guantes de plóstico poro cada uso en particular, así como un
mirar al pecho o los mujeres .... es generalizado y no distingue entre recipiente y un estropajo poro cado uno de estos usos_ Cuando voy
uno mujer conocido, desconocida o perteneciente a mi familia, y a la peluquería, troto de vestir prendas cloros. para que así luego,
se do en cualquier tipo de contexto soc'iol. Cuando más patente cuando llegue a cosa, me sea más fácil detectar los pelos que se
se hoce es cuando intento mantener una conversación cara a cara han quedado en los prendas, y así poder retirarlos con precisión.
con uno mujer, ya seo una compañero de clase, una profesora, en Cuando me ducho, me aseguro de que no quedo ni el más mínimo
uno reunión familiar, etc. Puede imaginarse lo que esta situación re>lo de jabón en mi piel o pelo, yo que pienso que, si me quedara
limito mi vida cotidiano, además del molestar personal que con- oigo de jabón, eso me haría sentir sucio o contaminado o al menos
llevo L.l no encuentro otra solución que aislarme ... yo no salgo de no perfectamente limpia LJ, la mayoría de mis miedos. temores
coso, no estudio, no hago nado ... todo el día encerrado y solo...» y dudas están relacionados no con hechos que hayan sucedido.
(Mario, 31 años). sino con hechos que yo pienso que pueden suceder en el futuro.
La posibilidad de que yo puedo provocar un mal hipotético en el
Por decirlo de alguno manero, tengo lo profunda creencia de futuro, condiciono mis acciones del presente en lo mayoría de los
que si hago oigo en mi vida imperfecto, o por debajo de mis posi- cosos, anulando o inhibiendo cualquier acción por mi parle. lo cual
bilidades (ordenar y clasificar las prendas de ropa de mi armario, es aún mós frustrante poro mi» (Luisa, 25 años).
decidir qué zapatos me compro, etc.>, esto «acción imperfecto»
luego va o tener un «efecto negativo» en todos los actos que yo Mi TOC es cognitivo y consiste, en muchos ideas y explicado·
pueda llevar a cabo en el fllluro LJ_ Este es uno de los motivos nes, ... reposármelas compulsivamente ... sobre todo dirigido o mi
principales por los que no hago muchas de los cosas que me gus- entorno familiar, como poro que me valoren aunque en el fondo yo
taría hacer en mi vida, yo que como yo, de entrado, me pongo el sé que ya lo hocen, __ como con miedo o que no me entiendan, que
listón lo más alto posible en relación al modo en que debo efec- no me entiendan porque no tienen los suficientes conocimientos

145
rJlanual dP [lSlr:O[lCl!OIDgía_ Volun1Pn ?

tt>cnic0s en esa materia, que no me acuerde. que no lo explique dad o 1noportunidod, irracionalidad e incont1olabilídodJ hacen q_ue
yo bien, que no dé todos los detalles, ··-si es1oy rnuy ansioso lo estos productos mentoles sean experinientodos con un alto grado
puedv hacer también verbalmen~e y si no, solo mentol ... , aunque de egodistonía y, por lo tonto, provoq_uen mucho malestar y motiven
el mentol también llevo mucho ansiedad. A veces son cosos sim- intentos activos por modificarlos, controlarlos o suprimirlos.
ples cotidianas, a veces mas complejas ... Las cosas simples como Los temas sobre los que pueden versar los obsesiones son muy
q_ue necesito que me quede muy claro que lo otra persono lo ha variados y no siempre resultan especialmente extraños, absurdos o
entendido poro calmarme la ansiedad y por eso se lo repito varios imposibles, hasta el punto de que lo mayoría de la gente los experi-
veces. En ocasiones es sobre situaciones pasodos ... cómo hubiera menta en algún momento de la vicio, como demostraron Rochmon y
hecho o explicado oigo mejor, reposárrnelo por si volviera o ocurrir de Silva U978l y ha sido ratificado después en diferentes co11textos
lo situación, o sobre situaciones hipotéticas futuros ..., todo esto me sociales y culturales (p. ej., Belloch et aL, 2004; Pascual-Vera et aL,
crea mucha ansiedad, intranquilidad, angustia físico, etc.» (Pedro. 2019; Radomsky el al.. 2014-l. Los 1nás habituales se presentan en lo
3lf años). Tabla 5.7.
Lo mayoría de estos contenidos se experimentan como pensa-
a. Caracterización clínico mientos o como impulsos. Otras modalidades de obsesio11es se expe-
Los cinco relatos q_ue acabamos de expo11er, extraídos de narracio- rimentan más bien como sensaciones, en especial los relacionados
nes de personas con TOC que acudieron a nuestro consulta, ejem- con la necesidad de estor seguros de que todo está <~como debería
plifican bien lo complejidad de este trastorno, el enorme grado de estar» o que está «Completo y terminado» (sensaciones de inaca-
sufrimiento que lleva aparejado y lo invasiva que resulta para quienes bado), y las relacionados con el asco.
lo padecen y, a menudo, también poro quienes conviven con lo per- Los contenidos de las obsesiones y las compulsiones no siempre
sona afectada_ Ejemplifican además algo que, en muchas ocasiones, se refieren a uno mismo, sino que pueden dirigirse a. o localizarse
se olvido: lo diversidad y heterogeneidad del trastorno, como yo se en, otras personas con las G,Ue se mantiene una relación afecti-
expuso en el capítulo dedicado a los trastornos del pensamiento al vo estrecha, especialmente la pareja o los hijos. Esta modalidad se
describir las obsesiones. Como hemos comentado en el aportado denomina TOC relacional y ho sido objeto de investigación especial
anterior, el TOC se caracteriza por dos síntomas nucleares: obsesio- por el grupo de Doran <p. ej., Doran et al., 2012, 2014-l. Los co11te-
nes y compulsiones_ Los primeros son productos cognitivos, mientras nidos de estas obsesiones relacionales adquieren normalmente la
q_ue las segundos se refieren o comportamientos {observables o encu" forma de dudo («lQuiero realmente a mi pareja?», <<lEs correcta
biertos) cuya finalidad ry supuesta utilidad) es atenuar el molestar y mi relación con X?»l, pero pueden experimentarse de otros modos
lo egodistonía q_ue provocan los obsesiones: por esta razón, se suele (p_ ej. «Cuando estoy con mi parejo, me asaltan pensamientos des-
afirmar q_ue existe una relación funcional entre los obsesiones y los agradables sobre sus defectos, su inteligencia, su aspecto. etc_»
compulsiones. La idea de esa relación funcional fue defendida ini- «Cuando miro o mi hijo jugando en el porque, sin querer, me asal-
cialmente por Hodgson y Rochmon U972J y más tarde por el grupo tan pensamientos de q_ue no es guapo, o de que los demás hacen las
de Foa (p. ej., Foa, et al., 1985l_ Actualmente este planteamiento está cosas mejor q_ue él, ... »l. En cuanto a las compulsiones asociadas, las
presente en la caracterización clínica del TOC y, como tal, se recoge más habituales son los de comprobación_ Se han propuesto diferen·
tonto en el DSM-5 como en lo CIE-11 ívéose la Tabla 5.2). tes explicaciones del TOC en función de la modalidad predominante

Obsesiones
Como se explicó en el capítulo dedicado a los trastornos relacio11a-
dos con el pensamiento, las obsesiones son una modalidad de pen- ) ) Tabla 5.7. Principales contenidos de obsesiones
samientos repetitivos q_ue constituyen el síntoma nuclear del TOC. Se
experimentan como pensamientos, pero también como imágenes, Agresión o doña hacia uno mismo o hacia otros.
como sensaciones, o como urgencias/apremios de hacer o decir Ccmportomientos o actos sexuales no congrueíltes con lo deseado
oigo_ Sus contenidos son casi siempre desagradables. o inoportunos
o valorado como normativo por la persona.
en otros casos, y la persono los experimenta como intrusos y no
deseados, aunque reconoce perfectamente su origen, es decir, que ldeos en centro de los propios valores morales, éticos o religiosos.
no los vive como impuestos por algún agente o fuerzo exterior, sino
como productos de su propia mente, lo q_ue distingue con claridad Dudas de diversos tipos: existenciales, sobre los relaciones
estos productos mentoles de otros como los delirios de control y de personales. sobre sí-mismo, religiosas, etc.
inserción de los pensamientos. Los esfuerzos por eliminar las obse- Temores de contaminación y enfermedad (por contacto físico
siones del flujo normal de pensamientos resultan infructuosos, lo o contaminación mental).
que conlleva su reaparición en la consciencia de la persono que
acaba por considerarlos como incontrolables. Dependiendo de su Miedos sobre errores (y necesidad de comprobar).
contenido, del momento de aparición, y del grado de recurrencio, lo
persono los considera, además, irracionales o absurdos: por ejem- Búsqueda de orden o simetría.
plo, puede valorar que la limpieza o el orden son mejores q_ue lo Pe11sam1entos mágicos o supersticiosos.
suciedad y el desorden, pero la repetitividad de pensamie11tos sobre
suciedad o desorden, a pesar de los esfuerzos por mantener la lim- Temor o desprenderse de objetos.
pieza y el orden en su entorno, se valora como absurda, excesiva
Sensaciones de inacabado. incompleto, o de que «oigo no está
o irrocio11al, ol menos en algún momento del trastorno. En suma,
todas estas característicos (intrusividad, recurrencia, inoceptabili- bien»_

11!6
Capitulo 5_ Trastor110 cbsesiVO·compuls1vo y trastornos relacionados

de conlenidos obsesivos, especialmer¡te en el caso de la contammn- sideren bien realizada5. Esas sensaciones parecen estar relacionados
ción, que es uno de los más prevalentes. de forma causal con los síntomas y, por lo tanto, no son un mero
Lo mayoría de las personas con TOC experimento varias de epiienómeno de ellos_ El «regreso» de las sensaciones de inacaba-
estas modalidades o coritenidos. ya sea en un momerito determi- do janetianas o la escena psicológico se produjo inicialmerite de
nado, ya o lo largo de lo evolución del trastorno_ por ejemplo, las la mano de Rasmussen y Eisen 0992) que propusieron un modelo
prirr,eras obsesiones pueden ser de contaminación motivadas por explicativo de la psicapatologia obsesiva basado en tres elementos:
el asco, para con el paso del tiempo incluir otros contenidos co1no lo evaluación excesiva o anormal del riesgo, la duda patológica, y la
lo necesidad de orden y simetría. En este sentido, los intentos por sensación de inacabado o incompleto_ Desde esta perspectiva, plan-
establecer subtipos de TOC sobre la base de los contenidos obsesi- tearon QUe las compulsiones llevados a cabo por los pacientes con
vos predominantes en un momento dado han sido en general infruc- TOC tendrían lo finalidad de conseguir un estado de perfección y
tuosos, pues han dado lugar o escoso concordancia y acuerdo entre «completud»_ Según Summerfeldt (2004), mientras que la evitación
las diferentes investigaciones. Pero, sobre todo, la realidad clínica del daño se produce en otros trastornos en los que la ansiedad tiene
indica, como acabamos de decir, que lo mayoría de las personas un papel predominante, la sensación de inacabado es única de los
con TOC experimenta, a ha experimentado, obsesiones de diferen- fenómenos obsesivo-compulsivos_ las obsesiones relacionadas con
tes contenidos. Esto realidad clínica se evidencia también en Jos orden/simetría, magia y superstición, y las compulsiones de orden
investigaciones: par ejemplo, el e'>ludio epidemiológico de Ruscio <y algunas de comprobación) estarían motivados por las sensaciones
et al (20101 iridica que el 81 % de las per;onas con TOC tienen obse- de inacabado.
siones de varios tipos, y Matsunaga et al. (2010) observaron q_ue Una aproximación intermedia entre el enfoque de subtipos y
alrededor del 26% de los pacientes no se pueden encuadrar en un el dimensional es la que plantearon Lee y su grupo {lee y Kwon,
único subtipo o contenido obsesivo, yo sea porque presentan obse- 2003; Lee y Telch, 2005; Lee et al., 2005) para diferenciar entre
siones de varias modalidades, ya parque sus obsesiones versan sobre dos grandes grupos de obsesiones, autógenas y reactivas, teniendo
contenidos muy idiosincrásicos. en cuenta un amplio conjunto de parámetros y no salo los conte-
Un enfoque distinto a la clasificación de las obsesiones en sub- nidos (de las obsesiones y/o de las compulsiones) presentes en un
tipos es el que busca identificar cuáles son los dimensiones de sín- momerito dado Esto distinción, a diferencia con lo que sucede con
1

tomas que mejor capturan la diversidad de contenidos obsesivos y las basadas en subtipos, no excluye la posibilidad de que un mismo
en qué grada se manifiestan en un individuo particular. Según este pacierite presente ambos conjuntos de contenidos obsesivos y. dadas
planteamierito, un paciente puede ser caracterizado, por ejemplo. las repercusiones QUe uno y otro tienen de cara al tratamiento (i. e.,
como alguien cuyos obsesiones son predomirioritemente agresivas. mejor respuesta en el caso de las autógenas que en el de las reac-
pero también experimenta otras sobre contaminación, aunque en tivas), es importante tenerla en consideración. Además, la distin·
menor medida (i. e, con menor frecuericio, recurrencia, interferencia, ción entre ambos contenidos obsesivos se ha constatado también de
etcJ y aun otras sabre orden y simetría con una frecuencia y malestar manero corisi'>lente en los estudios cori población general y personas
asociado menores. Los instrumentos actuales paro lo evaluación de con TOC QUe evalúan la frecuencia de pensanlientos intrusos desa-
las obsesiories siguen en general esta orientación y enfoque, corno gradables con contenidos obsesivos (p. ej., García-Soriano y Belloch,
se comentará en el aportado dedicado a ello. Además, la carac- 2013, 20111; García-Soriano et al., 2011).
terización que hoce la CIE-11 del TOC apuesta cloramerite por la Por último, es necesario hacer referencia a un problema adi-
consideración dimensional de los síntomas y recalca lo idea de que cional que puede surgir a la hora de caracterizar lo presentación
los pacientes pueden presentar obsesiones de diversos contenidos. clínica de una persona con TOC: el de las denominados «obsesiones
Lo caracterización dimensional de los coriteriidos obsesivos ha puras», es decir, sin compulsiones ni otras estrategias de neutra-
dado lugar a la búsqueda de dimensiones etiológicas en las que lización asociadas a, o derivadas de, los contenidos obsesivos. lo
agruparlos. Entre las diferentes propuestas destaca la que establece idea de este subtipo de TOC proviene de autores clósicos, como
dos causas motivadoras de síntomas: las relacionadas con evitar el Ingram (1961) o Lewis (1936), que describieron casos de persorios con
daño y las motivadas por la necesidad de conseguir o alcanzar un TOC sin compulsiones manifiestas y cuyas obsesiones versaban sobre
estado de «estor completo o acabado» <completeness, en inglésl temáticas de tipo religioso, inmoral, agresivo o sexual (es decir,
<Summerfeldt et al., 2014). En el primer grupo se incluirían sobre obsesiones de tipo autógeno, según la diferenciación en subtipos
todo los obsesiones vinculadas con la necesidad o el impulso de a la que aludimos ontesl_ Sin embargo, como afirma Clork (2020),
evitar el riesgo o el daño que sugiere lo obsesión, por pequeño o el término «puros» es inadecuado porque en lo inmensa mayoría
improbable que este pueda ser. Las obsesiones relacionadas con de estos cosos las estrategias de neutralización son encubiertos: de
agresión, conductas sexuales inadecuados, actos inmorales, conta- hecho, en torno al 25 %de los pacientes con TOC utilizan sobre todo
minación, y las compulsiones de lavado/limpieza y comprobación este tipo de estrategias (Clark y Guyitt, 2008), lo que tiene conse-
serían ejemplos prototípicos de este grupo. Por su parte, la dimen- cuencias desde e! punto de vista clínico, como veremos en el apar-
sión de terminación o acabada, tiene sus raíces eri la rioción des- tado siguiente. En definitiva, si bien la ausencia de compulsiones
crita por Janet en su libro Les obsessions et la psychasténie (1903) moriifiestos u observables tiene gran importancia clínica, la etiqueta
sobre las sensaciones de inacabado o inconipfeto que muchos de «obsesiones puros» no se considera actualmerite adecuada pues
pacientes con TOC describen en relación, sobre todo, o sus com- puede llevar a errores de diagnóstico y tratamiento.
pulsiones. E..tos sensaciones, internas y subjetivas, hacen referencia
a la vivencia de imperfección que tortura a muchos pacientes que La diferenciación entre estas dos modalidades de obses1ories y sus
se sieriten incapaces de realizar «bien» sus acciones <i. e., compul- implicaciones poro la clínica del TOC las comentamos ya en el ca-
siones), o sieriten que esas acciories no les producen la satisfacción pítulo sobre psicopatología del pensamiento de este manual, al que
que esperaban obtener con ellas, a pesar de que las demás las con- remitimos al lector interesado.
f\/1anual de psicopatología. Volumen 2

Compulsiones y otras estrategias de neutralización y control Aunque lo habituol es que los estrategias de ne-utrolizoció11
esté11 ritualizadas. es decir, que se realicen siempre del mismo o
Las compulsiones, entendidas como comportamientos repetitivos
parecido modo, en ocasio11es no lo están (Alira111owitz y Jacoby.
que se llevan a cabo de manera más o menos ritualizada. forman
201lll_ Además, el misn10 paciente no se da cuenta de que muchas
parte de un conjunto más amplio de cornportamientos, genérica-
de las cosas que hace o dice diariamente, tienen la finalidad de
mente denominados «estrategias de neutralización», que pueden
controlar la irrupción de Jos obsesiones y de sus temidos consecuen-
ser observables o encubiertos {i. e., no observables directamente).
cias en su vida. Esta es una de los razones por los que el TOC es tan
Las personas con TOC llevan o cabo una amplia gama de estrate-
invasivo y devastador. hosta el punto de convertirse en una especie
gias de neutralización, incluyendo las compulsiones, para mane-
de estilo de vido que Rachman y Hodgson (1980) calificaron como
jar, afrontar o atenuar el malestar emocional y la incertidumbre
«TOC ajornada completo»_
que provocan las obsesiones: por ejemplo, evitar, preguntar, rea-
segurarse, no pensar (in·tenlarlo), etc. (Bocci y Gordon, 2007J. En La relación funcional entre obsesiones y compulsiones (o estro-
muchas ocasiones están directamente relacionadas con el conteni- tegias de neutralización en generall se produce también, como vere-
do obsesivo <p. ej., lavarse o lavar como respuesta a obsesiones de mos después. en otros trostornos del espectro obsesivo-compulsivo,
contaminación), como ejemplifico el caso de Luisa antes descrito_ muy especio!mente en el trostorno dismórfico corporal y, en parte,
Pero en otros casos no lo están o, al menos, la relación no es ton en lo hipocondría o onsiedad por lo salud (q_ue, como ya hemos
evidente, como le sucedía o Ana. la primero de las pacientes q,ue dicho, el DSM-5 no incluye en el grupo de trastornos objeto de este
hemos descrito (p_ ej., recitor, preguntar a olguien cualq,uier coso, capítulo). No obstante, debido al, a menudo, largo recorrido del TOC
buscar ciertos números, fijar la atención en una luz e imaginar en el transcurso vital de los ofectados, es pasible QUe con el tiempo
cómo aumenta o disminuye en intensidad, etc.>. Los estrategios y se diluya esa relación funcionol, hasta el punto de QUe la persona
compulsiones manifiestas más comunes son los de lavado o limpie- ofectoda «simplemente» lleve a cabo, de monero más o meno>
za, comprobación, orden y simetrío. repetición, acumuloción y bús- ritualizada, uno serie de estrategias y comportamientos (i. e.. las
q,ueda de reaseguro. Sin emborgo, entre los encubiertos lo variedad compulliones y otros estrategias de neutralización y controll, cuyo
es mucho mayor (se han descrito hasta 200 voriantes) y, por tanto, finalidad es monejar la onsiedod y/o evitar que irrumpan de nuevo
son muy idiosincrásicas_ las obsesiones. Tener en cuenta este aspecto es importante, pues
La utilización de estrategias observobles o encubiertos tiene un puede dor lugar a pensar q_ue lo persono no tiene un TOC, sino, qui-
impacto desigual en las diferentes variables implicodos en el TOC. zá, otro trastorno lp_ ej, de la esfera psicótica) o q_ue, simplemente,
los pacientes que utilizan más las estrategios encubiertas, compa- tiene «manías».
rados con quienes las utilizan menos, experimentan más síntomas La aparente falto de relación funcional entre obsesiones y com-
emocionales negativos {culpa, tristeza, vergüenza) y con mayor pulsiones en algunos pacientes ha llevado o plantear la existencia
intensidad cuando experimentan obsesiones, lo q_ue se asocia o un de un subtipo de TOC: el de los «compulsivos puros». En reali-
mayor grado de egodistonía por los síntomos. Además, estos pocien- dad, se trata de un supuesto que tiene muy poco apoyo empírico.
tes interpreten peor, o más disfuncionalmente, sus obsesiories, lo Por ejemplo, en el estudio de campo que se realizó sobre e! TOC
que oumenta todovía más lo egodistanía y, como consecuencio de paro el DSM-IV <Foa et al., 1995), menos del 1% de los pocientes
todo ello, el trostorno produce una mayor interferencia en lo vicio tenía sobre todo compulsiones, según las puntuaciones obtenidas
cotidiano. Por el contrario, los pacientes que sobre todo utilizon en el cuestionario-entrevista clínica más utilizado en la clínica,
estrotegias observables, en comparación can quienes los utilizan la Yale-Brown Obsessive-Compulsive Scale <Y-BOCSJ_ Un estudio
menos, experimenten mayores niveles de ansiedad cuando tienen retrospectivo más reciente <Leonard y Riemann, 2012) con más de
las obsesiones pero no les atribuyen un contenido ilógico, absurdo o 1.000 persanos con TOC reveló que el 91J.,4- % tenía tanto obsesiones
irracional («este pensamiento me avisa del peligro. me dice lo que como compulsiones. Como iridica Clark (2020) seguir manteniendo
debo hacer» l. Por tanto, paro estos pacientes, el contenido obsesivo la existencia de un subtipo de pacientes «compulsivos puros» es,
no resulta especialmente egodistánico, y lo más probable es que la como mínimo, poco representotivo de la realidad clínica. Además,
egodistonío por los síntomas esté más vinculado con la recurrencia es posible que, en el coso de que realmente exista este subgrupo
de las obsesiones que con su contenido, porq_ue la reaparición de lo de pacientes, se trate de persones que se encuentran en estadios
obsesión es interpretado como una señol de que «sigue hobiendo previos del desorrollo del trastorno (como sucede, por ejemplo, en
peligro» por no «hacer bien» lo que dicta el pensamiento. Desde los niñosl, o por el contrario, Q.Ue se encuentren en fases muy ovan·
esta perspectivo, los compulsiones observables vinculadas con esos zados del mismo (y, por tanto, realicen, coma hemos comentado
contenidos obsesivos responden o lo necesidod de osegurorse de antes, sus compulsiones como un modo de prevenir y/o impedir lo
que «hago bien lo que me dice el pensamiento» hasta que dis- aparición de los obsesiones), o que su comprensión del problema
minuyen la ansiedad y el molestor <Amir et al., 1997; Belloch et al., Unsightl y de los síntomas sea muy precario, incluyendo su capa-
2015; Purdon et al., 2011). Otro aspecto diferencio! entre los compul- cidad metacognitiva (como sucede. de nuevo, en los niños, que
siones manifiestos y los encubiertos es su impacto en el trotomiento: tienen muchas dificultodes poro explicar las razones por las Que
q_uienes utilizan muchas estrategias encubiertas responden peor a llevan o cabo sus rituales!. Hay que decir, odemás, q,ue entre
los tratamientos y tienen más recaídos <Belloch et al., 2015). Este las carocterísticos odicionoles que la CIE-11 plonteo ol describir
resultado puede deberse a los dificultades QUe tienen los pacientes este trostorno, se incluye precisamente lo idea de que, en algunos
para darse cuenta y, por tanto, poro comunicar el uso que hacen de casos, especialmente en las primeras foses del desarrollo del TOC,
esas estrategias encubiertas. En consecuencia, en el proceso de evo- los compulsiones pueden evidenciarse antes que las obsesiones,
luoción es imprescindible detectarlas co11 el fin de ctue el paciente lo que desde luego no significa que existan <<compulsivos puros»
adQuiera consciencio de ellos y puedan ser por tanto incluidas en (como tampoco existen, como ya comentamos antes, «obsesivos
el tratamiento_ puros» J.

!41!
Capítulo '.J. rrastorno obse~1vo·rompulsi·Jo y trastornos rela~1011ados

Poi úllirno, es in1portante señoiar que las compuisiones no son de gravedad, en un rnngo que oscila entre menos de una hora al
los únicos estrategias de neutralización que llevan a cabo las per" día Uevel y más de ocho horas coda día (extrt>moJ. Pero, además
sonas con TOC. Entre las más importantes destacaremos, en primer del tiempo, es necesario tener en consideración otros indicadores: el
lugar, la evitación, ya sea de formo activa o pasiva, de lugares, obje- grado de interferenc"ia que producen los sínto1nos en la vida diario,
tos o personas q_ue la persona afectada piensa que pueden activar el grado de malestar (consecuencias emocionales) que provocan los
sus obsesiones y sus compulsiones. Evitar es. pues, uno de los com- síntomas, el grado de control que la persona es capaz de ejercer
porl'amienlos habituales q_ue se debe evaluar en todos los cosos. ya sobre las obsesiones y las compulsiones {mayor gravedad cuanto
q_ue representa uno de los principales motivos de aislamiento social menor es la capacidad de controll y el grado en el que lo persona
y restricción de actividades pera las personas con TOC, además de es capaz de resistirse a los síntomas (mayor gravedad cuanto menor
interferir significativamente con la recuperación. En segundo lugar, resistencia, es decir, cuando lo persona cede por completo a ios
!os intentos activos, repetidos e infructuosos para suprimir las obse- «exigencias» de los síntomas). Precisamente por el tiempo que con-
siones (i_ e., intentar «no pensar» en ellas). Lo investigación sobre sume el TOC en Ja vida cotidiana de los pacientes, en muchas oca-
los intentos activos por parte de personas con TOC de suprimir sus siones es necesario planificar actividades alternativas y funcionales
obsesiones, de dejar de pensar en ellas, surge del trabajo de Weg- que ocupen, de un modo adaptativo, el espacio vital que durante
ner et al. (1987). Desde entonces, aunque los resultados no siempre mucho tiempo ha ocupado el TOC en lo vida de estas personas.
han sido coincidentes, la mayoría de los expertos considero Q.Ue esos Otro aspecto fundamental es el nivel de ins1ghf que la persona
intentos de supresión son contraproducentes porque interfieren con tiene sobre sus síntomas. Tanto el DSM-5 como la CIE-11 incluyen lo
la habituación normal a los pensamientos, sean o no desagradables evaluación de este aspecto entre los especificadores del trastorno
(Abramowitz et al., 2001; Belloch et al., 2004; Purdon y Clark, 200D. (véase la Tablo 5.2). Como sucede en todos los trastornos mento-
De hecho, esta es una de las razones por las q_ue desde hace tiempo les, valorar la copacidad de introspección del paciente sobre sus
se considera q_ue el uso de estrategias de supresión como procedi- síntomas, hasta qué punto se do cuenta de lo excesivo de sus com-
miento terapéutico en personas con TOC (i. e., técnicas como la de portamientos y/o de sus miedos, resulto fundamental de cara a la
«stop thinking») no solo son ineficaces, sino que, además, resultan planificación de los tratamientos y el pronóstico. Lo mayoría de las
contraproducentes y hasta nocivas. personas con TOC reconocen que sus obsesiones y miedos asociados
Un aspecto relacionado con la supresión es el de las estrategias son excesivos. pero a! mismo tiempo temen que si no hacen oigo
que se utilizan para conseguirla. Entre ellas destacan las siguien- poro controlarlos puede suceder algo grave. Por otro lado, el grado
tes: (a) distracción <p. ej., involucrarse activamente en actividades de insightfluctúa a lo largo de la evolución del trastorno y según
que requieran uno cierta concentración o que resulten agradables); los contenidos obsesivos: por ejemplo, es menor en las obsesiones
(bJ control social Cp. ej., hablar con otras personas sobre las obse- religiosas, agresivas y sexuales, probablemente porque estos conte-
siones, reasegurarse con otros, preguntar q_ué opinan, etcJ; (c) pre- nidos son más amenazantes paro la propia identidad de la persona
ocupación (p. ej., centrarse en otros pensamientos más «normales» y más contrarios a sus creencias y valores En todo caso, se sabe que
que puedan ser objeto de preocupación para la persona: farniliares, un insight bajo se asocia con uno mayor gravedad del trastorno,
de salud, laborales, etc.l; (d) autocastigarse Cp. ej., decirse yabas- mayor comorbllidad con otros problemas, mayor duración del TOC
to, enfadarse con uno mismo por tener los pensamientos, etc.l, y n. e., cronicidad) y un inicio temprano de los síntomas (Alonso et al.,
(e) revaloración (p. ej., retor o poner en cuestión la validez, lo reali- 2008; Catopano et al., 2010). En aquellos casos en donde el grado
dad objetivo. o la utilidad de las obsesiones). de insight es muy escaso hasta ei punto de que la persona puede
Aunque la mayoría de estas estrategias no son específicas o transmitir la idea de que realmente cree en la veracidad de sus
exclusivas del TOC (p. ej., también las utilizan personas con trastorno obsesiones. los límites con uno creencia de tipo delirante pueden
de estrés postraumát1co, con insomnio grave, con hipocondría, con ser muy sutiles.
depresión o con trastornos de ansiedad), son en su mayor parte Por último, hoy que mencionar un aspecto especialmente impor-
disfuncionoles y, por lo tanto, mantienen e incrementan la gravedad tante si se q_uiere comprender la naturaleza del TOC y su persis-
del problema. Las más problemáticas para el TOC son las de auto- tencia en el tiempo: las consecuencias que el paciente teme q_ue
castigo y preocupación (p. ej., Abramowitz et al., 2003). Además, sucedan si no realiza sus compulsiones e ignoro, por tonto, lo q_ue le
el autocastigarse por tener obsesiones es la estrategia más carac- «dictan» las obsesiones. Habitualmente se dice, no sin razón, q_ue
terística de las personas con TOC y, por tonto, una firme candidata los pacientes realizan sus compulsiones poro disminuir el malestar
a ser considerada como específica de este trastorno (8elloch et al., emocional (ansiedad, pero también asco, ira, tristeza, vergüenza,
2009bl. Por último, ambas pueden producirse aun en ausencia de sensaciones de inacabado, o de q_ue algo no está bien, etc.> que le
intentos activos de supresión, es decir. que pueden considerarse provocan las obsesiones. Muchos pacientes han experimentado crisis
como estrategias adicionales y, en parte, distintas a la supresión. de angustia extremadamente incapacitontes cuando han intenta-
do resistirse a las compulsiones, otros se han sentido invadidos por
Gravedad, insight, y consecuencias de las obsesiones ideas de muerte o suicidio, y otros han podido experimentar sínto-
y las compulsiones mas físicos desagradables (p. ej., vómitos, dolores musculares). Tener
Uno de los criterios importantes para valorar lo gravedad del TOC en cuento estas posibilidades es importante si se quiere entender
es la cantidad de tiempo que, diariamente, consumen o dedican las el problema y ayudar a la persona en el proceso de recuperación.
personas al trastorno. Tanto en la CIE-11 como en el DSM-5, se esta-
b. Epidemiología
blece que el trastorno debe consumir un mínimo de una hora al día,
y en el instrumento más utilizado para evaluar la gravedad del tras- Los datos sobre prevalencia vital estimada del TOC varían según
torno q_ue mencionamos antes íY-BOCS) el tiempo consumido con los estudios, debido sobre todo o diferencias metodológicas y o
las obsesiones y con Jos compulsiones es un marcador fundamental Jos criterios diagnósticos utilizados. Pese a todo, la mayor parte de
~/1anu3I de psicopatologia_ Volu1nen ?

las publicaciones coinciden bastante en los cifras de prevalenna muchos pacientes experimentan una instauración gradual e .nsidiosa
vital. aunque lo coincide'lcÍO es menor er la prevalencia anual: por de 101 síntomas, en otros se produce un inicio agudo, especialmente
ejemplo, fin el estudio ECA (fpidemiologic Cotchment Area; criterios cuando se manifiestao después de un acontecimiento o suceso de
DSM-l!D, se ofrecía una tasa de prevalencio vital del 2,5% (Karno naturaleza estresante, yo seo negativo o positivo (Lensi et al, 1996;
et al., 1988), cifra prácticamente igual o lo del 2. 3% informada más Rachman y Hodgson, 1980). De hecho, algunos expertos consideran
de 20 años después en el Notional Comorbidity Study Replication muy probable que los sucesos vitales estresantes jueguen un papel
(NCS-R, Ruscio et al., 2010). Er: cuanto a lo prevalencia anual, las importante en el inicio y/o exacerbación del cuadro, afectando con-
cifras oscilan entre el 1,2% (Ruscio el al, 2010) y el 0,7% (Adam et siderablemente a su curso. En este sentido, se ha informado q_ue
al., 2012). Tomados en conjunto, estos datos indican Qlle el TOC es entre la mitad y un tercio de los pacientes informa de un suceso vital
un trastorno mucho más prevalente de lo QUe se estimaba hasta la significativo previo a la aparición de los síntomas. Entre esos sucesos
década de los setenta del siglo pasado. De hecho, según los autores se relatan la pérdida de un ser Querido o problemas económicos
del estudio ECA, el TOC ocupo el cuarto lugar en cuanto a prevalen" graves (Lensi et al., 1996)_ Los síntomas suelen comenzar coincidien-
cio de los trastornos n1entales. precedido por la depresión, la ansie- do con un período en la vida en el q_ue aumenta la responsabilidad
dad social. y los trastornos debidos a abuso de sustancias y alcohol. personal: por ejemplo, comienzo de la vida laboral, matrimonio, y
algunos estudios han destacado la importancia de los experiencias
Si, además, se examinan los dotas desde la perspectiva de los
traumáticas fortuitas (de Silva y Marks, 1999; Rhéaume, et al., 1998)
síntomas subclínicos o de la presencia de obsesiones y/o compul~
siones sin un diagnóstica formol, las cifras aumentan considerable- o de los sucesos vitales normativos, como el embarazo y el parto
(Abromowitz, et al., 2003bl. No obstante, aunque parece claro QUe
mente. En el estudio NCS-R antes citado, el 28,8 % de las personas
ciertas circunstancias de la vida pueden aumentar lo vulnerabilidad
informaba haber experimentado obsesiones o compulsiones alguna
a presentar un trastorno mental (sea un TOC o cualq_uier otro), es
vez en su vida, y en el de Adam et al. (2012) realizado en Alemania,
importante tener en cuenta que la mayoría de los pacientes tiene
el lJ-,5% de la población había experimentado síntomas subclínicos
dificultades para identificar un desencadenante cloro del problema,
de TOC en el año precedente y el 8,3% sintomatología TOC clara.
q_uizá porq,ue el inicio es gradual e insidioso, !o que puede haber
Aunctue es evidente que el TOC subclínico es menos grave y su curso
influido en las dificultades para encontrar evidencias convincen-
es menos deterioronte QUe el del trastorno clínico, la elevada pre-
tes acerca de la relación entre inicio del TOC y factores de riesgo
sencio de sintomatología sugestiva de TOC entre la población gene-
ambientales (Brander et oL. 201ól.
ral sugiere que un número significativo de personas es vulnerable
a padecer el trastorno o, como indican algunos autores, presenta En lo mayoría de los casos, el TOC sigue un curso crónico, con
un elevado riesgo de padecer otros trastornos mentoles y consumir distintos remisiones y exacerbaciones, como demuestra el estudio
recursos sanitarios (Adam et al., 2012; Ruscio et al., 2010). de seguimiento a largo plazo (medio de seguimiento de t¡.7 añosl de
Skoog y Skoog (1999). Según los sistemas oficiales de diagnóstico psi-
Por lo que se refiere a lo incidencia del trastorno en función
q_uiátrico solamente un 5%de pacientes presenta un curso episódico,
del sexo, varios estudios informan de una incidencia ligeramente
con síntomas mínimos o inexi51entes entre episodios.
superior entre las mujeres (Kringlen et al., 200l Rasmussen y Eisen,
1992)_ No obstante, en otros estudios se ofrecen datos sobre una Un aspecto importante q_ue interfiere mucho con la evolución
mayor o menor incidencia en función del con~enido o modalidad del trastorno es el tiempo q_ue transcurre entre el inicio de los sínto-
obsesiva-compulsivo predominante: por ejemplo, hay más mujeres mas y el tratamiento, q_ue normalmente depende de que el paciente
con obsesiones de contaminación y compulsiones asociadas de lim- pido ayuda profesional. Los datos indican q_ue únicamente entre el
pieza que hombres, y más hombres con obsesiones de tipo sexual y 34% y el 40% de las personas q_ue cumplen criterios diagnósticos
mágico CLensi et al., 1996; Rachman y Hodgson, 1980; Steketee, et paro un TOC han recibido alguno vez en su vida tratamiento para
al., 1985), lo q_ue sugiere que la temático obsesiva no está libre de e51e problema. Además, en comparación con el resto de los tras-
influencias socio-culturales Los hombres suelen presentar un inicio tornos mentales, se encuentra en un punto medio en cuanto a la
más temprano que las mujeres y. en consecuencia, lo mismo ocurre probabilidad de q_ue los afectados busQuen activamente tratamiento
con la solicitud de iniciar tratamiento <p. ej., Lensi, et al., 1996). poro el problema: por ejemplo, las personas que sufren depresión o
tra51ornos por angu51ia suelen buscar ayuda con mayor rapidez y en
Asimismo, el TOC de inicio en la infancia es mós frecuente en los
mayor proporción q_ue los personas con TOC {Del Valle et a\., 2017).
niños q_ue en las niñas.
En nuestro contexto <Belloch et al., 2009; Del Valle et aL, 2017), el
c. Curso evolutivo y complicaciones asociadas tiempo q_ue los pacientes esperan para buscar ayuda profesional
desde el inicio de los síntomas oscila entre dos y cinco años. Entre
El inicio del trastorno suele situarse en la adolescencia o principios las razones que aducen paro explicar el retraso en solicitar ayuda
de la edad adulta. La mayor probabilidad para desarrollar un TOC profesional. destocan dos: ocultar los síntomas e intentar disimu-
aparece en la franja de edad entre los 18 y los 25 años {Karna et larlos por sentirse culpables <o causa de los síntomas) y creer que
al., 1988)_ En el 65% de las ocasiones, el TOC se manifie51a antes de podrán llegar a mantenerlos bojo control o eliminarlos si se esfuer-
los 25 años y menos del 5% de los pacientes informo de un inicio zan «lo suficiente».
posterior o los 40 años {Rasmussen y Eisen, 1992). Diversos estudios El TOC es un trastorno que interfiere intensa y significativamente
muestran, además, q_ue un número sustancial de adultos informo de en el funcionamiento general del individuo y en los diversas áreas
síntomas significativos en la infancia o en la adolescencia temprana, de su vida (social, laboral, familior ...l. No obstante, también en este
y q_ue los niños y adolescentes con un TOC grave tienden a experi- aspecto exi51en amplias diferencias individuales. Como comentamos
mentar síntomas durante bastantes años después <Thomsen, 1995). antes, Rachman y Hodgson (1980l hablan de estilo de vida TOC a
Por lo que se refiere a cómo aparece el trastorno en la vida «jornada completa» (con gran deterioro asociado) y a <<jornada
de los pacientes. no parece haber un patrón típico. Mientras que parcial» (con vidas relativamente Productivos y satisfactorias). Pero,

150
Capítulo 5. Trastorno obses1vo-con1pulo1vo y lrOJ.st<"Jrnos relacionados

en todo caso, e incluso en niveles de gravedad leve o n1oderada. habitual es q_ue lo depresión sea secundario al TOC, debido a
todos los expertos coinciden en afirmar q_ue el TOC conlleva un q_ue este rrastorno es «depresógeno» (p. ej., Rasmussen y Eisen,
importante grado de deterioro personal. Una revisión reciente sobre 1992, Rickelt et al., 2016). Sea o no así, lo cierto es que ert la clí-
la calidad de vida de personas afectados por TOC revelo un deterio- nico es muy frecuente observar una progresió11 de los sínton1a1
ro significativo en todos Jos áreas, en comparación con personas sin obsesivo-compulsivos a la depresión más que el patrón contra-
el trastorno <Coluccia et al., 2016!. rio. Por otra parte, en algunos cuadros depresivos mayores, se
El trastorno tiene también un impacto notable en la vida de los detectart síntomas típicamente obsesivos, aunque cori mucho
familiares y allegados del paciente De hecho, uno de los problemas menor frecuencia que a la inversa. Segtin Anthony et al. (1998),
asociados al curso deterioronte de este trastorno es lo acomoda- cuando los síntomas obsesivo--compulsivos se inician con el cam-
ción familiar que se observa en muchos cosos de las persortas que bio de estado de ánimo, es bastante probable q_ue se puedo
conviven con el paciente: acaban cediendo a sus peticiones (p. ej., descartar el TOC, especialmente si esos sírttomas aparecen en
lavarse a menudo y de un determinado modo, no utilizar ciertas una época tardío de la vida y/o cuando desaparecen al recupe-
zonas, muebles u objetos, no traer amigos a casa, «obedecer» a rarse el paciente del episodio depresivo. Cabe señalar también
sus rituales, etc.len aras de disminuir la conflictividad familiar, o que, en ocasiones, como indicaba Tallis (1995l, la depresión
bien para que el paciente no entre en crisis, o bien bajo la creencia «enmascaro» a un TOC subyacente: a veces el paciente acude
(infundada) de que, actuando conforme a las normas y exigencias o consulta relatando los síntomas depresivos, por considerar más
del paciente, este se dará cuento de lo innecesario de sus compor- «adecuado» consultar por ello que por el TOC o, simplemente,
tamientos y su estado mejorará. Una revisión metaanalítica de los porque los síntomas depresi~os son más reconocibles. En todo
estudios piblico:los sobre el problema de la acomodación familiar caso, cuando se produce la comorbilidad TOC-Depresión, la
en el TOC concluye que esta se asocio con una mayor gravedad del gravedad del trastorno es mayor, empeora la calidad de vida y
trastorno, independientemente de la edad, el sexo, o la comorbili- el deterioro funcional es significativamente más acusado q_ue
dad !Wu el al., 2016l. si no se produce eso asociación (Huppert et al, 2009; Rickelt
et al., 2016). Además, algunos estudios indican que lo depre-
Por último, recientemente se ha reconocido q_ue el riesgo de
sión tiene un mayor impacto sobre los obsesiones q_ue sobre las
suicidio en afectados por TOC es un problema significativo. Así al
compulsiones !McNolly et al., 2017l.
menos lo indican los resultados de los estudios (Angelakis et al.,
2015; Brakoulias et al., 2017; Torres et al., 2011J, según los cuales 2. TOC y trastornos de ansiedad. Los datos publicados indican
entre el 36% y 63% de pacientes informo de ideación suicida o lo tasas muy altos de comorbilidad entre el TOC y la mayoría de
largo de su vida y entre el 11 % y el 26 % ha llevado o cabo algún los trastornos de ansiedad. Considerando conjuntamente diver-
intento outolítico. los contenidos obsesivos sexuales y religiosos sos estudios, podemos concluir q_ue muchas personas con diag-
incrementan el riesgo suicida, así como lo gravedad del propio tras- nóstico principal de TOC experimentan trastornos de ansiedad.
torno y lo comorbilidod con depresión. La fobia social es el más frecuente, seguida de lo ansiedad
generalizada y las fobias específicas (p. ej., Brokoul1os et al.,
d. Comorbilidad y diagnóstico diferencial 2017; Torres et al., 2006>. con tasas en torno al 30-34%. Los
resultados son menos concluyentes respecto al trastorno de
El TOC tiene unos tosas de comorbilidad extraordinariamente altas: pánico, aunque algunos estudios (p. ej., Adam et al., 2012l indi-
en algunos estudios se informo que entre el 50% y el 75 % de los con que las crisis de pánico están presentes en cerca del 34 %
pacientes tienert al menos un trastorno adicional en el momento del de los pac1erites.
diagnóstico, o lo han padecido en algún momento de su vida <Rus-
3. TOC y otros trastornos del espectro 0-C. Uno de las razones
cio et al., 2010l. Además, se trato de una comorbilidad asimétrica,
que se ha argumentado poro la riueva categoría de TOC y tras-
e1 decir, que la mayor parte de los personas con TOC tienen otro
tornos relacionados es lo elevado taso de comorbilidod con los
trastorno (especialmente, de la esfera ansiosa o la depresiva), pero
diferentes trastornos que se irtcluyen en la misma. Sin embargo,
la mayoría de los pacientes con un trastorno de ansiedad o una
los datos disponibles no avalan ese argumento, sobre todo si se
depresión no tienen, además, un TOC. la ordenación temporal de lo
tienen en cuenta los datos de prevalencia de los trastornos de
comorbilidad difiere según el trastorno de que se trate: por ejemplo,
ansiedad y lo depresión entre personas con TOC En estudios con
los trastornos de ansiedad preceden o la aparición clara del TOC,
muestras de pacientes con TOC las cifras de comorbilidod vital
mientras que la depresión aparece después de q_ue se instaure el
con el TDC oscilan entre el 8, 7 y el 15 %, entre el 5,3 y el 11 %
TOC (Rickelt et al., 2016; Ruscio et al., 2010).
con tricotilomanío, entre el 17 y el 31 % con excoriación, y entre
En cuanto al diagnóstico diferencial nos referiremos a continua- el 7 y 11% con acumulación CBienvenu et al., 2012: Brakoulios et
ción o las erttidades de las q_ue resulto especialmente importorite al., 2017; Chokraborty et al., 2012; Lochner et al., 2014; Torres
distinguir el TOC. Son las siguientes: et al., 2016). No obstante, en individuos con un TDC de Inicio
l. TOC y depresión. la ca-ocurrencia de un episodio depresivo temprano, la tasa de TOC es considerablemente alta: entre el
mayor o de distimia en pacientes con TOC es froncomenfe alto, 31-35% <Bjornsson et al., 20J3). En consecuencia, con la excep-
en un rartgo q_ue oscilo entre el 30 y el 50% <Brakoullas et al., ción de la ca-ocurrencia entre TOC y TDC, los datos disponibles
2017; lensi et al, 1996). SI se considera lo prevalencia vital de no avalan lo idea de q_ue los trastornos incluidos en el espectro
la depresión en el TOC los tosas aumentan hasta un rango q_ue 0-C sean especialmente comórbidos, sobre todo si se comparan
oscila entre el 65 y el 80 % <Crino y Andrews, 1996; Rasmussen y como hemos dicho, con las cifras obtenidas en relación con los
Eisen. 1992). En los muchos cosos en q_ue coe~isten en el tiempo trastornos de ansiedad y los depres"1vos.
ambos trastornos, el problema principal consiste en dirimir cuál 4. TOC y trastornos del espectro de la psicosis. Hay evidencias
es el primario. La mayoría de los expertos señalan q_ue lo más de q_ue un pequeño porcentaje de pacientes obsesivos, en torno

151
l\~anual de psicopatolcg1ci_ 'Jolumen 2

ol ll-.3% en el estudio multicéntriro de Brokoulms et ol (2017) d1ferenc1a:. Además, la presencia de tics y compulsiones puede
presentan síntomas psicóticos, especialmente relacionados con darse de manera conjunta en vno misma persona: de hecho; la
insight pobre. o escoso resistencia a las obsesiones y los com· historio de tics es un especificador del TOC en el DSM-5 (véase
pulsiones, una posibilidad que contempla la CIE-11. Por tanto, la Tabla 5.2l. En el caso de que concurran ambas condiciones,
en estos cosos, lo más probable es que se trote de personas lo adecuado es aplicar ambos diagnósticos
que no comprenden bien la naturaleza de sus síntomas y de 8. TOC y trastornos de la personalidad. La mayoría de las
la relación que existe entre sus obsesiones y sus compulsiones, publicaciones indican q_ue gran parte de los pacientes con TOC
o que no sean capaces de expresarla_ Además. existen pocas presenta algún trasíorno de p-ersonalidad asociado, siendo los
evidencias que sugieran una especial relación entre ambos tras- más frecuentes el dependiente, el evitotivo y el histriónico (Baer
tornos (lallis, 1995), destacando que es extremadamente raro y Jenike, 19921. SeglÍn el estudio de revisión de Summerfeldt
que se p1oduzca uno transición del TOC hacia la esquizofrenia. et al. (!998). los trastornos de personalidad más frecuentes en
Por otra parte, es mucho más común la presencia de síntomas individuos con TOC fueron el evitativo (30%l y el dependiente
obsesivo-compulsivos en individuos diagnosticados de esquizo- 00-20%), seguidos por el histriónico (5"25%) y e\ esquizotípico
frenia, q_ue lo contrario_ En cualquier caso, hoy que recordar que <15%), siendo el trastorno obsesivo-compulsivo de lo personali-
el diagnástico de un trastorno de la esfera psicótica requiere la dad (lPOCl menos prevalente de lo que quizás cabría esperar
presencio de más sintamos (positivos y/o negativos). En el caso {en torno al 6%L No obstante, estudios más recientes revelon
de que esos síntomas estén claramente presentes, o lo hayan que este trastorno es mucho más frecuente de lo que sugerían
estado en períodos anteriores recientes, la CIE-11 sugiere valo- los primeros trabajos: el metaanólisis de Friborg et al. (2013)
rar el diagnóstico de esquizofrenia en lugar de TOC. Por último. sobre la prevalencia de los trastornos de la personalidad en las
como ya comentamos en el aportado dedicado al insight, en personas con trastornos de ansiedad <incluido el TOCl indica
algunos pacientes con un bajo nivel de insight sobre sus obse- que el TPOC es el más frecuente entre personas con TOC. Estos
siones y. como consecuencia, con un grado elevado de creencia datos han sido reproducidos en otros trabajos (p ej., Bulli et al.,
en la veracidad o realidad de las mismas, puede resultar difícil 2016l y en un estudio más reciente con más de 3.000 personas
delimitar si se trata de una ideación obsesiva o si, por el contra- con TOC, la tasa de qu\enes tenían además un TPOC fue del
rio, se ajusta más a una ideación de tipo delirante_ En general, ll-4,5% CBrakoulias et al., 2017), cifra práctica1nente idéntica a
las personas con delirios no llevan a cabo compulsiones ni otras la que encontraron Gordon et al. {2013l.
estrategias de neutralización como consecuencia de los mismos,
mientras que, como ya vimos, la inmensa mayoría de las perso- Estas elevadísimas cifras de comorbilidad entre el TOC y el TPOC
nas con obsesiones despliegan un a menudo amplia abanico de pueden deberse no tanto a la co-ocurrencio de síntomas, sino
comportamientos, manifies1os o encubiertos, para neutralizarlas a características o dimensiones de personalidad compartidas
o mantenerlas bajo control. entre personas con TOC y personas con TPOC. Samuels et al.
<2000) plantearon que el patrón carocterí>tico del TPOC rela-
5. TOC y frosfornos del espectro del autismo. En ocasiones cionado con el orden, el perfeccionismo y el control mental e
los pensamientos y comportamientos repetitivos, ritualizados y interpersonal a expensas de la flexibilidad, !a apertura y la efi-
estereotipados de las personas con TOC pueden ser indistingui- ciencia se asocia con frecuencia al TOC. Tallis et al (1996) obser-
bles de los q_ue realizan algunas personas con autismo y trastor-
varon que, controlando el estodo de ánimo y la ansiedad. se
nos relacionados. Sin embargo, en estas personas no se suelen
producía una asociación significativo del TOC con rasgos obse-
observar obsesiones ni sus comportamientos se producen como
sivo-compulsivos y pasivo-agresivos de lo personalidad. Así pues,
consecuencia de ellas. Además. el rango de intereses y activida-
es posible que, por un lado, ciertos aspectos de la personalidad
des. incluyendo las relaciones interpersonales, es muy limitado,
obsesiva pueden ser más relevantes para el TOC q_ue otros: el
lo que no sucede en las personas con TOC.
perfeccionismo, rasgo característico del TPOC suele ser habitual
6. TOC y trastorno de estrés postroumático CTEPTl. Muchos en personas con TOC en comparación con sujetos control sin
personas con TEPT ex.perimenton pensamientos, imágenes, tra>tornos <Frost y Steketee, 1997). Pero también es posible que
y sensaciones repetitivas, intrusas y desagradables, es decir, los rasgos de personalidad que caracterizan el TPOC estén más
acontecimientos mentales q_ue reúnen todas las características estrechamente vinculados con algunas clases de manifestación
de las obsesiones. Además, evitan lugares, actividades, obje- clínica del TOC q_ue otras. Por esta razón Coles et al. (2008)
tos, y personas, con la finalidad de impedir que aparezcan esos concluyen q_ue las personas en \as que ca-ocurren TOC y TPOC
pensamientos q_ue les provocan un enorme malestar emocional. representan un grupo específico de TOC caracterizado por un
Sin embargo, los contenidos de esos productos mentoles están inicio temprano de los >Íntomas, elevadas tasas de comorbilidod
claramente vinculados con el acontecimiento traumático que ha con trastornos de ansiedad, mayor frecuencia de algunos sínto-
dado lugar al TEPT, lo que diferencia este trastorno del TOC. No mas obsesivo-compulsivos y mayor deterioro funcional. En todo
obstante, en algunos caos, las personas con TEPT crónico pue- caso, como sucede siempre que están presentes los trastornos
den desarrollar además un TOC que, como es natural, complica de lo personalidad, su concurrencia con un TOC es un marcador
el curso del trastorno inicial y su tratamiento_ de peor evolución y mayor resistencia al tratamiento <Keeley et
7. TOC y trastornos de tics <incluyendo el síndrome de Toure- al., 2008; Thiel et al., 2013>. Desde e! punto de vista del diagnós-
tte). A diferencia de los compulsiones, los tics no tienen una tico diferencial entre un TOC y un TPOC, la CIE-11 indica que las
finalidad concreta y se circunscriben a grupos musculares personas con características de personalidad anancásticas <que
específicos_ No obstante, algunos tics están precedidos. como es como denomina la OMS la personalidad 0-Cl no informan
algunas compulsiones, por una sensación física de urgencia o de obsesiones ni se involucran en comportamientos compulsivos
necesidad de hacer algo, que puede complicar el diagnóstico relacionados con ellas, pero que en el caso de que se cumplan

152
Capitulo 5. 1rastorr,c obsesi'10-con1pulsivo ~1 trastornos relacion2dos

crite1 íos diagnó~ticos para ambos trastornos, hay que aplicar los reducir la ansiedad (1_ e., condicionamiento instrumentaD. En el TOC
dos diagnósticos_ las respuestos de escape o evitación adquieren la formn de compul-
9, TOC y abuso de sustancias. Algunos expertos han plantea- siones o rituales que se mantienen por su capacidad para reducir lo
do que el TOC puede ser considerado como una modalidad de ans'1edod (Foa et al., 1985). Por tonto, en las pri1neras forn1ulociones
«adicción comportarnentol», en el que la cornpulsividad juega que el conductismo ofreció sobre el TOC, el núcleo del rozonaJY,ien-
un papel fundamental al igual que sucede en las adicciones, to se centraba en las compulsiones, cuya persistencia se explicaba
incluido el c-0nsurno de alcohol U. e., Koob y Le Moal, 2005J. apelando a su capacidad paro disminuir lo ansiedad que provocan
la compulsividad, tanto en el lOC como en las adicciones, las obsesiones. Por su porte, las obsesiones se conceptúan como
comporten un circuito neurológico ci.ue se caracteriza por un estímulos condicionados nocivos q_ue han adquirido propiedades
deterioro en el procesamiento de lo recompenso y del castigo ansiógenos poi su asociación con un evento muy desagradable. En
ubicado en el cuerpo estriado ventral, una disminución de la definitiva, lo explicación conducti5to sobre el TOC era una extensión
capacidad de autoregulación debida al func1onarniento ate- de la ofrecida para explicar las fobias.
nuado de la región prefontral ventrornedial, y a desequilibrios Por estas rozones, el planteamiento conductista inicial se basaba
entre las áreas estriadas dorsal y frontal (Figee et al., 2015). en la denominada hipótesiJ de la reducción de fa ansiedad, dirigida
Por su parte, la compulsividod, tal y como la define el DSM-5 fundamentalmente a explicar los compulsiones pero no las obse-
(i. e., sensación de urgencia, disminución del control voluntario, siones. Comoquiera que cualquier comportamiento ci.ue disminuya
repetitiva, etc., cuya finalidad es reducir el malestar), recuerda la ansiedad o el malestar emocional tiene efectos reforzantes, su
bastante o lo que sucede en uno persona adicta a sustancias. En repetición en otros momentos en los ci.ue la persona sienta (o espere
consecuencia, el TOC y los adicciones tienen una fenomenología sentir) ansiedad está asegurada. Además, la compulsión protege a
muy parecida (Clark, 2020) y, por lo tonto, cabrío esperar que la persona de lo capacidad ci.ue tiene la obsesión de activar o pro-
las personas con TOC tuvieran un riesgo importante asociado vocar miedo, lo q_ue lleva al individuo a entrar en un círculo vicioso
con el consumo de sustancias. en el ci.ue las obsesiones y las compulsiones se hacen codo vez más
los datos sobre la asociación TOC-consumo de sustancias frecuentes (Eysenck y Rachman, 1965; Rochman y Hodgson, 1980)_
son, no obstante, muy variables. En el estudio de Ruscio et al. Además, los rituales compulsivos (limpiar. comprobar, reasegurar-
(2010). un 24-% de pacientes con TOC presentaban camorbili- se, etc.l persisten por el aprendizaje de evitación. que se produce
dad vital con alcoholismo y el 14-% con dependencia de drogas_ cuando un comportamiento aprendido impide o previene q_ue !a per-
Sin embargo, otros trabajos ofrecen tasas mucho menares, que sona se enfrente -o se exponga- a un estímulo (situación, objeto,
oscilan entre el 13,6 % paro uno prevalencia vital de consumo de persona o pensamiento) nocivo y/o productor de miedo_
cualquier sustancia (Hafrneijer-Sevink et al., 2013), hasta solo el En suma, pues, esta hipótesis general explica el TDC como el
5,1 % de consumo excesivo de alcohol y entre un 2,1 y 3,4-% de producto final de una combinación de diferentes procesos de apren-
dependencia de alcohol (Brakoulias, et al, 2017; Subrarnanian dizaje, según una secuencia similor a esto:
et al.. 2012). Entre las conclusiones que se pueden extraer de a. los obsesiones son estímulos condicionados nocivos q_ue provo-
los estudios publicados, resaltaremos las siguientes: (a) el TOC can molestar emocional, que se traduce en un aumento de la
estó más asociado con el consumo {o la dependencia) de alco- activac'1ón o arousal. la cualidad de nocividad se ha adquirido
hol que con otras sustancias; (b) las tasas de prevalencia de por aprendizaje asociativo (i_ e., asociación entre un pensamien-
consumo de sustancias son mayores en hombres que en mujeres; to y un acontecimiento o suceso traumático o desagradable).
(c) al contrario de lo que sucede cuando ca-ocurren el TOC y
Pera, además, lo nocividad se explica apelando a los efectos
otro trastorno (p. ej., con la depresión), cuanto más grave es el
emocionales negativos que induce.
TOC menor es la probabilidad de ci.ue hoya una historio vital de
consumo de alcohol ((uzen et al., 2014). b. El aumento de activación (asociado al malestar emocionoll es,
a su vez, desagradable y motiva el desarrollo de conductas diri-
e. Etiología: las causas del TOC gidas a disminuirlo: las compulsiones. Las comp.Jlsiones se con-
vierten, por tanta, en un procedimiento por el q_ue la persona
En este apartado revisaremos las aportaciones de los dos modelos o consigue evitar (activa o pasiro1nenteJ el molestar.
enfoques psicológicos explicativos generales más influyentes sobre
c. A corto plazo, las compulsiones reducen o alivian el malestar
el TOC en la actualidad: el conductual y el cognitivo. Esto selección,
y, por tanto, se refuerzan negativamente, vía condicionamiento
que forzosamente hemos de realizar en un texto como este, dejo
instrumental.
de lado otros aportaciones valiosas que han proporcionado otros
modelos psicológicos Cp_ ej., los de autores relevantes del enfoci.ue d. A medio plazo, las compulsione> impiden que la persono se
psicodinámico, como Janet), así corno otras explicaciones sobre habitúe al malestar provocado por los obsesiones y. por tanto,
formas o modalidades específicas de presentación clínica del tras- ci.ue con el poso del tiempo se vaya atenuando el malestar has-
torno, o las importantes aportaciones procedentes de los estudios ta que desaparezca por completo.
neuropsicológicos y genéticos. En un intento por e~plicar también lo persistencia de los obse-
siones y no solo la de las compulsiones (que es, como hemos dicho,
(/J la explicación conducfual el a>pecto en el que se centra sobre todo el modela), Rachman
La explicación conductual del lOC se basa, fundamentalmente, <1971J introdujo una hipótesis adicional especialmente importante
en lo teoría bifactoria! de Mowrer <p. ej., !960) sobre el miedo y q_ue será recogido después por los enfoques más centrados en la
la evitación. Según el modelo, las conductas de escape o ev'rto- cogn'1ción y en el procesamiento emocional que en el aprendizaje.
ción ante estímulos productores o inductores de miedo <como las la idea fundamental es que las obsesiones persisten por dos aspec-
obsesiones) son reforzados negativamente por su capacidad para tos relacionados:

53
Manua de ps1copacología. Volurnen 2

a. Porque lo persono fracasa en (o no con-;igu@l hahituarse a s11 cual las olteroc1ones emocionales van omart1guándose y disrr1inu"
irrupción en el flujo normal de pensamientos. yendo en lo medido en ctue otras experiencias y comportamientos
b. Porque se ha producido un ou1nento de lo sensibilización o los puedan desanollarse sin interrupción>> (Rachman, 1980, p. 51). Desde
productos cognitivos conscientes {i. e., 101 pen1om1entosl_ esta perspectiva, lo ansiedad, en tanto ctue alteración emocional,
se mantendrá mientras no se hayo producido un procesamiento
Este aumento de sensibilidad es, o su vez. originada por un completo de lo emoción, y disminuirá cuando se hoyo conseguido
amplio conjunto de variables, entre las que Rochn1an destaca el elaborar (procesarl de tormo satisfactoria_
estado de disforia en el que se producen los obsesiones, las carac- Entre los indicadores ctue alerton sobre un deficiente procesa-
terísticas previas de personalidad <p. ej., introversión, rigidez, minu- miento emocional, Rachman señaló aspectos y variables ton diversos
ciosidad, etc.J, acontecimientos estresantes, activación (arousa/) como la persistencia de las obsesiones (su recurrencial, las pesadi"
elevada, y percepción de falta de control sobre uno mismo y el llos, la expresión inadecuada de las propias emociones, o el regre-
entorno. Además, la concurrencia de comportamientos de evitación so del niiedo. Pero más allá de los variables concretas, su plantea-
tanto activos <p_ ej, rituales compulsivos) como pasivos (p. ej., evitar miento incidío sobre todo en ctue la persona no había conseguido
objetos o situaciones ctue puedan activar la obsesión), contribuyen procesar de manera adecuado su estado emocional (incluyendo la
decisivamente a ctue la persona fracase en habituarse a ta presencia ansiedad, obviamente) y esta era la clave para el mantenimiento del
de obsesiones, pero también a ctue aumerite su sensibilidad a ellas. problema, y no solo (o no principalmente) el hecho de que los com-
En definitivo, lo que Rachman propuso es ctue no es necesario que pulsiones hubieran fracasado a la hora de disminuir o eliminar ese
se hayo producido un acontecimiento traumático ctue convierte los estado emocional n. e., la ansiedad provocado por las obsesiones).
pensamientos que la persona tenga en ese momento en estímu- Este planteamiento fue objeto de una mayor elaboración posterior
los condicionadas nocivos, sino que la concurrencia de un conjunto por Foa y Kozak (1986l y es lo base sobre la ctlle se asienta desde
diverso de variables explica que ciertos pensamientos sean experi- entonces el tratamiento del TOC ctue cuento con mayor evidencia
mentados como desagradables y motiven intentos activos de neu- científica: la exposición can prevención de la respuesta (EPRl_ De
tralización, impidiendo así otras posibilidades como lo habituación un modo ciertamente paradójico, ha sido precisamente el éxito
o esos pensamientos. de la EPR en el tratamiento del trastorno lo ctue ha impulsado dos
Las primeras investigaciones proporcionaron un apoya sustan- de los actuales desarrollos del modelo conductista sabre la explica-
cial o la hipótesis de la reducción de la ansiedad (poro uno revi- ción del TOC: la teoría del procesamiento emocional y la del apren-
sión, p. ej., Rachman y Hodgson, 1980; Rochman y Shafran, 1998). dizaje inhibitorio.
Sin embargo, o medida ctue progresó el conocimiento sobre el TOC Muy resumidamente, la teoría del procesamiento emocional
y se sucedían las investigaciones sobre las propuestos conductistas, plantea lo siguiente: el miedo, que es la emoción básica sobre la
surgieron dudas y críticos sobre su utilidad para explicar adecuada- q_ue asienta la ansiedad, está almacenado en una red de memoria
mente el trastorno. Siguiendo a Clark (2020), las principales críticas ctue incluye información sobre los estímulos ctue lo provocan, los res-
son las siguientes: en primer lugar, hay pocos datos ctue apoyen !o puestas (verbales, fisiológicas y conductuolesl q_ue suscita, además
idea de ctue las obsesiones se hayan adquirido vía asociación con de la información sobre su significado. q_ue es Jo ctue conecta los
una experiencia traumática_ Además, algunos contenidos obsesivos estímulos con los respuestas a ctue estos dan lugar. Paro conseguir
(p. ej., los relacionados con el orden) no se asocian con ansiedad, reducir el miedo, cualctuier intervención terapéutica debe ser capaz
sino con otras variables como el perfeccionismo o las sensaciones de de activar eso red de memoria de manera ctue pueda confrontarse
inacabado. Segundo, muchas compulsiones persisten a pesar de ctue con {y acceder al información incompatible con la almacenada.
aumentan la ansiedad y causan unos niveles considerables de males- Solo entonces la nueva información, una vez integrada en la red,
tar emocional. En tercer lugar, el contenido de las obsesiones no es será capaz de provocar un cambio emocional. Y solo entonces lo
siempre el mismo. muchos pacientes presentan diferentes conteni- persona conseguirá habituarse al miedo ly a la ansiedad) que le
dos obsesivos a lo largo del tiempo y en un momento determinado. provactuen sus obsesiones, de modo ctue dejará de ser el foco prin-
Además, las compulsiones no siempre se realizan para disminuir la cipal de su atención y, por tanto, dejará de realizar los compor-
ansiedad provocada par una obsesión: en ocasiones se llevan a cabo tamientos {i. e., las compulsiones) ctue hasta entonces hacía para
para prevenir o impedir q_ue suceda un acontecimiento negativo que disminuir lo ansiedad. En consecuencia, es la habituación al miedo
lo persona ha imaginado o pensado ctue podría ocurrir. Por último. !y a la ansiedad), y no tanto su extinción, lo ctue persigue el tra-
reducir la ansiedad no es siempre el criterio en el ctue se basa la tamiento de EPR. Desde el punto de vista de la explicación de las
persona para dar por finalizados sus rituales: lograr lo sensación de causas del TOC. este planteamiento sugiere que este trastorno se
acabado, o de ctue «las cosas ya están como deben», es uno de los produce porque ante un pensamiento (a impulso, sensación, o ima-
motivadores más importantes para terminar los rituales. gen> inesperado y desagradable, se activan las redes de memoria
A estas críticos, hay ctue añadir otra más, planteado entre otros en los q_ue se almacena el miedo que, a su vez, está conectado con
por Rachman (1980), a propósito de las dificultades ctue plantea ciertos comportamientos.
la hipótesis conductista para explicar cómo es pasible que, tras Jacoby y Abrarnowitz <2016) criticaron este planteamiento por-
una exposición repetido al estímulo nocivo (la obsesión) sin ctue ctue sitúa el énfasis en la hobituación a la ansiedad y, si esto fuera
se produzcan las consecuencias temidas (p. ej., contaminarse, o así, sería este proceso de habituoción lo q_ue verdaderamente expli-
que se hayo producido la agresión, etcJ, la ansiedad vuelvo o estar caría y podría predecir el éxito de la EPR. Sin embargo, los datos
presente cuando retorna la obsesión. Para explicar esta paradoja, no avalan este supuesto de manera ineq_uívoca_ Además. tampoco
Rachman introdujo el concepto de procesamiento emocional como explica por qué, en muchos casos, se produce un retorno del miedo
explicación alternativo y/o complementaria a la hipótesis inicial de (y de la ansiedad) incluso después de un entrenamiento satisfacto-
reducción de la ansiedad. Lo definió como «un proceso según el rio en EPR. Para solucionar este problema, proponen incorporar a

15ll
Capílulo 5. Trastorne obses1vo·-:0111puls1vo y trastornos rPlacionac:os

lo explicación los principios de lo teoría del oprendizaje inhibifo· distinto. es el enfoci.ue centrado en lo búsquedn de errore1 o détidts
río (TAJ), que es uno extensión del enfoque del condicionornienio de razonamiento como elemento característico del TQC_ En tercer
pavloviono_ la TA! plantea q_ue la asociación inicial entre el esti- lugar, cabe hoblo1 tonibién de un enfoque más basado en déficits
mulo condicionado (ECJ y el incondicionado iEI) original, aprendi- de procesamiento, vinculados a los procesos y funciones rnentole;
da durante el condicionamiento del miedo, no desaparece durante (atención, percepción, memorio, etc.)_ Este apartado resume las
el proceso de extinción. sino que permanece intacto mientras se aportaciones de estas tres perspectivas. Por otro lado, hoy otro tipo
desarrollo un nuevo -y secundario- aprendizaje inhibitorio sobre el de aportaciones específicamente relacionadas con algunos modali-
EC-EL específicamente, que el EC ya no predice el El (Torrens-Ro- dades o dimensiones de síntomas de TOC propuestas por diferentes
dos et al., 2015). Aplicado al TOC, la persona con este tra<>torno ha autores (muy especialmente, Rachmon), ci.ue tienen implicaciones
aprendido a asociar un pensamiento desagradable con miedo y esa interesantes de caro a la evoluoc1ón y, sobre todo, al tratamiento A
asociación permanece intacto en la red de memoria (por decirlo pesar de su indudable interés no !as trataremos aquí en oras a ofre-
grólicamente. «no se borra» de lo memorial, aunque el tratamiento cer una pe1spectivo general sobre las aportaciones del paradigma
con EPR tenga éxito. lo q_ue sucede en realidad con la EPR es que la cognitivo a lo comprensión del roe.
persono ha aprendido o asociar ese pensamiento, que sigue siendo
desagradable, con otras cosos diferentes al miedo: por ejemplo, que Modelos basados en las valoraciones disfuncionales
no sucede nodo malo por pensar en ello, que nadie enfermo porque sobre los pensamientos intrusos
tengo un pensamiento de contaminación, o que no ha agredido a
nadie, aunque hayo sentido el impulso de hacerlo. Es decir, se creo La irrupción del modelo cognitivo en psicopatología a finales de lo
(se aprende) una nuevo asociación no amenazante, en lo que el década de los sesenta del siglo pasado, siguiendo la estela de A. l
miedo no está presente, y que además es ilicompatible con la ante- Beck, no tuvo prácticamente ningún impacto en la explicación del
rior. Desde esta perspectivo se plantea que la eficacia de lo EPR se TOC. Hubo q_ue esperar a la década de los ochenta paro encontrar
debe al hecho de que las nuevas asociaciones aprendidas inhiben dos publicaciones que introdujeran el enfoque cognitivo para abor-
o dificultan la accesibilidad a, y la recuperación de, la asociación dar este trastorno: el artículo de Rochman y Hogdson (19801 titulado
basada en el miedo que se había aprendido antes. Por ejemplo, en Obsesiones y compulsiones, y pocos años después el de Salkovskis
el caso de los obsesiones de contaminación y las compulsiones de (1985) en el que propone un análisis cognitivo-conductL.1al del TOC.
lavado/limpieza, lo antigua red de memoria sobre contaminación Como después veremos, ambos aL.1tores coiriciden en algunos de
permanece intacta, pero se ha debilitado porque lo ideo obsesiva los planteamientos nucleares del abordaje cognitivo. No obstante,
condicionada <contaminación) se asocia ahora con un nuevo El (p. otros expertos habían hecho ya aportaciones significativos o lo con-
ej., «no sucede nodo malo»). En suma, la EPR es eficaz porque la ceptuación cognitiva del TOC. Arite las limitaciones de la hipótesis
persona aprende a tolerar el miedo, y no tanto porque se habitúe conductisto sobre lo reducción de la ansiedad, Carr (1971.1-l planteó
a tenerlo. que, en el TOC, cualquier situación que represente un daño o orne·
Para mejorar la eficacia del tratamiento, se proponen algunos naza potencial se traduce en un estado anormalmente elevado de
cambios en el modo habitual de dispensar el tratamiento (véase ansiedad porque la persona adscribe a esa situación una exagerada
Craske et al., 2011.1; Torrens-Rodas et al., 2015), cuyo objetivo es probabilidad de ocurrencia. Las compulsiones se desarrollan paro
maximizar lo discrepancia entre las asociaciones basadas en el mie- intentar disminuir lo probabilidad de que suceda la amenaza. Por
do durante lo fase de adquisición del TOC y las nuevas asociaciones tonto, los sín·tomas obsesivo-compulsivos dependen de la valoración
no basadas en el miedo, ci.ue la persona ha aprendido durante el subjetivo que hago la persono sobre el riesgo o amenaza que repre-
tratamiento de exposición. Cuanto mayor sea Jo discrepancia entre sentan los pensamientos obsesivos y, solo secundariamente, de lo
la nueva y la antigua información aprendida y almacenado, más ansiedad q_ue provocan. Este enfoque no explico, sin embargo, por
probable será ci.ue las nuevas asociaciones inhibitorias adquiridas qué las personas evalúan corno muy probable la amenazo o daño
durante el tratamiento de exposición inhiban y/o anulen !a red de potencial de las obsesiones.
memoria del miedo McFall y Wollesrheim (1979) complementaron el planteam·1en-
Los datos que avalan estas reformulaciones del modelo con- to de Carr, apoyándose en los planteamientos de Lazarus {19ó6l_
ductisto del TOC, que como hemos dicho, se basan en el intento Añadieron un segundo proceso de valoración de lo amenaza cen-
por explicar por qué la EPR es eficaz, no son todo lo positivos ci.ue trado, en este coso, en la evaluación que hace el propio individuo
cabrío esperar, según las revisiones de expertos ((raske et al. (2011.1; de sí mismo como incapaz de afrontar la amenaza y, por tanto,
Jacoby y Abromowitz, 2016). No obstante, como ha señalado Clark muy vulnerable al daño. Según este planteamiento, las personas con
<2020), algunos de los aspectos centrales de las teorías del procesa- TOC realizan un doble proceso de valoración disfunc1onal- el prime-
miento emocional y del aprendizaje inhibitorio son compatibles con ro focalizado en la amenaza en sí misma, es decir, en lo obsesión
los plontearnieritos cognitivos sobre el trastorno. A ellos se dedica el (valoración primaria) y, el segundo, centrado en la autovaloración
apartado siguiente. de incapacidad para afrontar lo amenazo (valoración securidariol.
Añadían, además, que ambos procesos de valoración se producían
(2) La explicación cognitiva
merced o la activación de ciertos creencias disfuncionales precons-
Dentro del enfoque cognitivo de la psicopatología hay varios pers- cientes, como las de perfeccionismo {«es necesario hacer las cosas
pectivas diferentes que se han revelado como particularmente perfectamente»), intolerancia o la incertidumbre, o cotastrofisrno.
importantes a la hora de explicar el roe. La más conocida e inves- Además, como los pacientes valoran que no son capaces de afrontar
tigado es la que se conoce como el modelo de las valoraciones el malestar de un modo realista, desarrollan rituales compulsivos
disfuncionales, que es lo que abordaremos en primer lugar. Com- para disminuirlo. Basándose en este enfoque, los autores propusie-
plementario a esto orientación, pero adoptando un planteamiento ron utilizar estrategias de reestructuración cognitiva, basadas en la
ll/lanu2l de ps1copatología. Volu111en 2

terapia racional-emotiva de Ellis. paro modificar esas creencias y paciente, acerco de CiJÓndo o cón10 un deter1ni11udo co1npo1tamien·
valoraciones disfuncionoles. to o es1rategia de neut1alización e5tá <<ierminado correctamente»
En el iinportonte trabaJO de Salkovski> (1985) al que ahJdimos La otra publicación a la que nos referimos al principio de
al principio, el autor criticaba abiertamente el planteamiento de este aportado {Rachman y Hogdson, 1980l represento, según Clork
McFall y Wollesrheim por su faíta de elaboración y concreción, ade- (2020), la piedra fundacional de !a «revolución cognitiva» en la
más de por intentar establecer un puente entre los planteamientos explicación del TOC. Entre otros aportaciones fundamentales, des-
conductistos y los psicoanalíticos: entre otras cosos, criticaba el tacaremos las cuatro siguientes: (a) las personas sin ningún trastorno
énfasis de esos autores en conceptos como las cogniciones pre-cons- experimentan pensamientos intrusos no deseados cuyos contenidos
cientes y las no conscientes sin ofrecer una operacionolización espe- son similores a los de las obsesiones que tienen los personas con
cífica de tales conceptos o su <<traducción» en términos de compor- TOC; (b) el problema del TOC radico en que cuando las personas
tamientos o de cogniciones, además de la ausencia de concreción con el trastorno tienen ese tipo de pensamientos, les atribuyen un
y de especificidad poro el TOC de los valoraciones primarias y las significado amenazante y revelador de su «auténtico yo»; (c) los
secundarias. Aunque e5tas críticas estaban bien fundamentados lo esfuerzos por neutralizar esos pensamientos y los comportamien-
cierto es que, con el paso del tiempo, algunos de los conceptos tos de evitación asociados son fundamentales para que persistan
centrales de McFall y Wollersheim sobre el papel de los creencias tas obsesiones; <dl los personas con obsesiones se caracterizan por
disfuncionoles en lo génesis y el mantenimiento del tra5torno iban a poseer un escoso control sobre sus productos mentales (i. e.. los
odq_uirir una importancia nuclear en el enfoque cognitivo del tras- pensamientos).
torno, incluido el del propio Salkovskis. Uno premisa inicial de su A partir de estos planteamientos surge, como hemos dicho. el
planteamiento ero la de que el pensamiento obsesivo tiene su origen modelo cognitivo actual del TOC y. como es natural, los investi-
en los pensamientos intrusos normales que experimentan muchas gaciones dirigidas a verificar sus postulados. Como veremos, este
personas. La escolado desde un pensamiento intruso normal has- enfoque sobre el trastorno tiene muchas similitudes con los modelos
ta una obsesión clínica se produce cuando el individuo evalúa ese explicativos del trastorno de pánico desarrollado por Clark (1986) y,
pensamiento como significativo, en el sentido de que se siente res- en esencia, se basa en los teorías de la valoración según los cuales
ponsable bien de las consecuencias nocivas que puede tener Cpora el elemento característico de cualquier alteración emocional es la
sí mismo o para terceros), bien de impedir que suceda o se haga evaluación subjetiva. o la valoracíón, que realiza una persona sobre
realidad. Las consecuencias de ese pensamiento pueden tener lugar el significado que para ella tiene un determinado evento, estímulo,
en el mundo real u objetivo o en el contexto de lo moralidad o la o situación (Scherer, 1999). En psicopatologío, estos teorías se cen-
ético (Solkovskis, 1999)_ tran en los sesgos de procesamiento que se producen tonto en los
En un trabajo posterior (Salkovskis y Wahl, 20031, situará los contenidos como en la forma que adquieren los productos cognitivos
valoraciones de responsabilidad excesivo en la mero ocurrencia (i_ e_, pensamientos, imágenes, conductas. etcJ en sí mismos para
del pensamiento o en su contenido. Por ejemplo, la persono puede explicar la etiología y la persistencia de los síntomas_ Aunque esto
interpretar erróneamente que su fracaso en disminuir la irrupción teoría general ha sido objeto de diversas críticas {p. ej., MacLeod,
constante de obsesiones en su flujo de pensamientos es un indica- 1993), también ha sido defendida por su validez y por los muchos
dor de que no es capaz de controlarse y de que, por tonto, seró el datos disponibles acerco de ello, entre ellos su significativo contri-
responsable de algún acto terrible. En este caso, la valoración de bución a la mejora de las tratamientos de distintos trastornos, entre
responsabilidad es independiente del contenido obsesivo, porque se los que sin duda se encuentra el TOC (McNally, 2001l.
centro en la incapacidad personal para controlar lo frecuencia de Desde estos modelos se postula que las personas con TOC se
!as propios pensamientos desagradables. Pero en el coso de que caracterizan, ante todo, por una reacción de miedo desproporciona-
el contenido de lo obsesión sugiera un comportamiento concreto da ante algunos de sus pensamientos intrusos con temática obsesiva
Cp_ ej., agredir, contaminarl, entonces la persona es responsable de <PIOl, que se consideran los análogos normales de las obsesiones
impedir que sucedo, independientemente de lo frecuente que sea la clínicas y que se conceptúan como los auténticos precursores de
obsesión. En suma, desde su primera hrmulación, Salkovskis posfuló estas 1. La pregunto a responder es, entonces, por qué ante un pen-
que los valoraciones inadecuadas y erróneas de responsabilidad en samiento q_ue es normal (aunque sea desagradable, no deseado,
relación con el daño asociado al pensamiento (su frecuencia y no na esperado, etc.) y experimentado por la inmensa mayoría de la
poder controlarla, o su contenido) eran específicas del TOC. Los gente, en una pequeño proporción de personas esos pensamientos
cambios en el estado de ánimo {malestar, culpa, ansiedad, tristeza) se «convierten» en un problema clínico grave como es el TOC. La
que se observan asociadas o las obsesiones surgen, por tonto, de respuesto q_ue ofrece el enfoque cognitivo es, en síntesis, la siguien-
las interpretaciones erróneos de responsabilidad ($alkovskis, 19991. te: las reacciones extremos de ansiedad que experimentan algunos
Las estrategias cognitivas y comportomentoles de neutraliza- personas ante un pensamiento se producen porque realiza uno valo-
ción son, a su vez, inadecuadas, ineficaces y contraproducentes ración o interpretación inadecuada de sus PIO (valoración disfun-
por varios rozones, entre ellas: Cal porque fortalecen las creencias cionol primario). Uno vez producida esta valoración, que siempre es
previas sobre responsabilidad haciendo que la persono se preocupe negativa o inadecuada, el individuo se embarco en intentos activos
todavía más por la reaparición de la obsesión {o por su conteni- de control y/o supresión de esos Pió. En consecuencia, los intentos
do), y Cbl porque el individuo vulnerable a TOC maneja criterios na por controlar, afrontar, o manejar los obsesiones, son secundarios
realistas acerca de cuándo un comportamiento ha sido eficaz para
detener la ob>esión o impedir q_ue reaparezca. En un trabajo pos-
terior CWahl et al., 2008) amplía este segundo aspecto al incluir en
2 Remitimos al lector al capítulo sobre trastornos del pensamiento del
su explicación la noción de ~<inacabado» que, como ya explicamos,
primer volumen, en el que se explico _con mas detalle en q_ué consis-
remite a criterios subjetivos, internos, difíciles de explicar por el ten los PIO y los datos sobre su universalidad.

56
Capítulo 5. Trastorno übses1vo-tompubivo y tr·astornos íelac1onados

o, y dependen de, lo vaioroción negativa que el paciente hoce de tes, o intentará «pensar» en otras cosas diferentes q,ue le alejen
su aparición, de su contenido, o de ambas cosas. Por supuesto, de la ideo temido, entre otras posibles acciones
t>slos modelos asumen también que una vez se ponen en marcha 6. Estas «estrategias de afrontamiento» ante la intrusión resultan
los mecanismos de neutralización, estos contribuyen a mantener el eficaces a corto pla20. puesto que, en efecto, la persona con-
problema por refuer20 negativo, tal como establecieron ya los pos- sigue «alejar» de su mente las intrusiones desagradables que
tulados conductuales_ iniciaron el proceso, lo que no solo atenúo su malestar, sino
Para explicar esta escalada desde los pensamientos intrusos a que además incrementa su sensación subjetiva de que es capaz
los cuadros obsesivos, según esto perspectiva, es necesario cono- de controlar sus pensamientos y su conducta. Este efecto positi-
cer las creencias disfuncionales que las personas tienen sobre sus vo se debe, entre otras cosas, a la imposibilidad que la mayoría
pensamientos en general, puesto que son estas creencias los que de las personas tenemos de «hacer dos cosas a la vez». es
favorecen q_ue se hagan interpretaciones y valoraciones inadecua- decir, de mantener un buen nivel de atención consciente en dos
dos de los pensamientos intrusos, dado que estos se experimentan, actividades simultáneas que, además. se valoran corno incom-
además, en contra de los propios deseos o voluntad. De este modo, patibles.
se entiende que las obsesiones tienen su origen en pensamientos 7. Sin en1bargo, a medio plaza estos esfuerzos de control resultan
intrusos normales, que si fueran valorados adecuadamente (p. ej.: infructuosos por dos razones básicas: la primera, por la impo-
«Qué raro q_ue se me haya ocurrido esto, pero no tiene importan- sibilidad de mantener un elevado nivel de atención consciente
cia»), na adquirirían relevancia posterior. En el caso de evaluarse durante un período prolongado de tiempo en una sola actividad;
de forma sesgada, se generará una reacción emocional más intensa la segunda, porque es prácticamente imposible detener el flujo
y por tanto una mayor !mpl'lcac"1ón en comportamientos de neutra- de nuestros pensam·1entos.
lización, de modo que se establece un círculo vicioso que lleva a 8. En consecuencia, es muy probable que la intrusión reaparezca
que el problema vaya progresivamente aumentando hasta llegar y se reinicie el ciclo de nueva: esto es lo que se conoce como
a convertirse en un TOC. En la Figuro 5.1. se ejemplifica este modelo «efecto rebote» de los pensamientos que se intentan controlar
en su formulación más sencilla, siguiendo esta secuencia y/o suprimir.
l. Bojo determinadas circunstancias personales (estados de áni- 9. Pero en esta «segunda» ocasión (representado en la Figura 5.1
mo negativos, tales como tristeza, preocupación, estrés, ansie- por lineas de puntosl es muy probable que la persona se sienta
dad, etc.) y/o situaciones o experiencias vitales amena2antes más alarmada c¡_ue la primera vez. porque aquella intrusión que
o problemáticas (enfermedades familiares, discusiones. aconte- creía haber controlado y que, sin embargo, reaparece de nuevo
cimientos vitales desagradables a problemáticos. etcJ, es muy en su flujo de pensamientos, captura más capacidad o volumen
habitual de atención consciente: es decir, aumenta su saliencia, o resulta
2. Experimentar intrusiones mentales desagradables. en forma de más llamativa porque, por ejemplo, a la valoración negativa ini-
pensamientos, imágenes, o impulsos a actuar, con contenidos cial se suma ahora la interpretación de que se ha fracasado en
análogos a los de las obsesiones clínicas (de agresión, de com- el proceso de control anterior.
portamientos moral o éticamente rechazables, dudas sobre la 10. El efecto sumotivo a lo largo del tiempo de estos micro-proce-
propio capacidad o rendimiento, miedos a padecer enfermeda- sos <malestar - valarac1án negativo - esfuerzos de control y/o
des o a sufrir desgracias, etcJ. estrategias de afrontamiento - fracasos de controll acaban por
3. Estas intrusiones o PIO pueden inducir un estado voloralivo aumentar la frecuencia de apariciones y re-apariciones de Ja
sobre su aparición y/o su contenido («lPor qué estoy pensan- intrusión inicial, que acaba finalmente convirtiéndose así en una
do en esto7», «lOué significa esto?»). Este proceso valorativo obsesión clínicamente significativa. En definitiva, cuantas más
está bajo la influencia de creencias nuclearse relacionadas con veces se repita el ciclo (líneas punteadas de la Figura 5.ll, más
los pensamientos y Jo necesidad de controlarlos. Si el proceso aumentan las probabilidades de que aquello que inicialmente
evaluativo es aceptado en sí misma como válido y por lo tanto ero una simple idea molesta. inoportuno, o desagradable, aca-
prosigue, aumentan las posibilidades de que su resultado final be por convertirse en uno ob~esión y el paciente se encuentre
seo negativo {«Si lo pienso es que puede suceder», «Este pen- atrapado en un círculo vicioso del que no consigue salir.
samiento me está avisando de algo», «lY si lo q_ue pienso es Según este planteamiento, Jos valoraciones o interpretaciones
verdad?»). inadecuadas de los pensamientos intrusos desagradables se ubi-
1.J.. Como consecuencia del proceso de valoración, el malestar emo- can en el primer momento de la instauración del ciclo obsesivo,
cional inicial provocado por la irrupción de la intrusión aumenta. mientras que las estrotegias de afrontamiento (neutralización, com-
5. Si ese malestar resulta intolerable, motivará el inicio de com- pulsiones, etc.l se conciben como una consecuencia prácticamente
portamientos activos (manifiestos o encubiertos) dirigidos a inevitable de aquellas. Los diversos enfoques enmarcados en este
atenuarlo. Por tanto, estos comportamientos actúan de formo modelo cognitivo general coinciden en otorgar un papel nuclear a
similar a como !o hacen las estrategias de afrontamiento disfun- ciertas creencias y valoraciones disfuncionoles sobre los pensamien-
cionales ante el estrés, que en este caso estaría generado por lo tos intrusos no deseados, creencias que están en la base de las valo-
intrusión. Así, por ejemplo, lo persona puede preguntar o otros raciones primarias disfuncianoles que la persona realiza sobre esos
sobre si «eso» que piensa lo ha hecho o puede hacerlo, o se pensamientos. La principal diferencia entre unos y otros enfoques
esfor2ará por evitar la posibilidad de agredir o hacer daño a radica en el tipo de creencias que se postulan como importantes y/o
otros o a sí mismo, o comprobará todo lo que esté a su alcance necesarios para que se inicie el ciclo.
para asegurarse de que en realidad no sucederá lo que piensa y Coma ya hemos dicho, Solkovskis y su grupo, afirman que los
teme, o se involucrará en reali2ar tareas que resulten absorben- pensamientos intrusos aumentan en frecuencia e intensidad cuan-

157
~!lanuol de p~1lopaLología. V,Jlur11e11 2

r Estímulos, situaciones, o aco~·t·~c1miento~J-------'------~li." Es lodos de ánimo alterado'i


\. vitales negativos dese~~~~~a11tes . . __'_'°_'_''_d_od_._,_ris_t_"_'_·l_rn_.._.1_~

y
2. Intrusión mental

l
Creencias
no deseada, desagradable disfuncionales sobre
los pensamientos j
1

i 8 Efecto «rebote»

I
~-----~ ___________ J'. __ í ------------------·-
\- .
9. AUMENTAN LA SALIENCIA ! -------------t
V LA MOLESTIA T
7. Fracaso/imposibilidad ---------------•--; --,.- -·--····---··---···'
en mantener lo conducto de 3. Valoraciones negativos o
neutrolizoc1ón/supresión ) disfuncionales (catastrofistasl
- -- -
'·--------~
6. Disminuye el malestar
emocional y aumenta
lo sensación de outocontrol
• ¡.
...
OBSESIÓN
i
t •
4. Aumento del malestar
emocional inicial
i
¡.:_:__-_-_--_•-_-::_·:·_-'_·~¡~-------
! ' 5. Estrategias de afrontamiento
¡_______ ................. .
del molestar (neutralización,
compulsiones, evitociónl

)) Figura 5.1. Modelo cognitivo qeneral del TOC basado en las valoraciones y creencias disfuncionales.

do ante su presencio se activan creencias disfuncionales sobre lo caso, esa limpieza se llevará o cabo hasta q_ue se consigo eliminar
responsabilidad de causar daño: por ejemplo, «Si pienso q_ue pue- (controlar, neutralizar) el pensamiento. Clork {2004) añade un ele-
do contaminar la nevero con los gérmenes que pueda haber en mento interesante al modelo general: las valoraciones secundarias
los alimentos q_ue acabo de comprar, y no hago nado por evitar o de las intrusiones. Se trata de un constructo similor al q_ue, con el
impedir lo contaminación, seré responsable de cualq_uier enferme- mismo nombre, introdujeron Lazarus y Folkmon (1984) para distin-
dad q_ue puedo contraer mi familia». Por tanto, los comportamien- guir entre la valoración q_ue inicialmente se realiza ante un estímulo
tos de neutralización y control q_ue se pongan en marcha una vez estresante <en nuestro coso, el P!Ol y la q_ue se realiza tras lo puesta
experimentado el pensamiento serón consecuencia directa de q_ue en marcho de estrategias de afrontamiento acerco de su eficacia.
la persona asume que es responsable de cualquier acontecimiento Según Clork, las valoraciones secundarias lo son acerca del control
relacionado con el contenido del pensamiento o con su recurrencio. de las obsesiones. y hacen referencia a la importancia y consecuen-
En el ejemplo q_ue se acabo de poner, una consecuencia habitual es cias percibidas del fracaso en dicho control, q_ue puede ser valorado
q_ue la persona inicie diversos comportamientos de lavado y limpieza de manera adaptativa o desadaptoda. Esto último daría lugar o
{los bolsas de la compro, sus manos, sus ropas, los lugares por los esfuerzos adicionales (e infructuosos) de control, q_ue incrementa-
q_ue ha transitado en su caso con los bolsas, etcJ. rían el problema, ya q_ue lo persona con TOC está preocupada no
solo por las obsesiones y su contra~. sino por las consecuencias de
Por su parte, Clork y Purdon (1993) abogan por prestar una espe- no poder controlarlos completamente. Los valoraciones secundarias
cial atención o la importancia q_ue poseen las creencias disfuncio- desadaptadas o disfuncionales tendrían contenidos semejantes a las
nales sobre la importancia de los pensamientos en sí mismos y la primarias, pero harían referencia directo al fracaso en lo supresión.
necesidad de conseguir controlarlos: por ejemplo, «Si pienso q_ue Por ejemplo. el paciente TOC podría: <ll interpretar dicho fraca-
lo nevero puede contaminarse con los gérmenes q_ue pueda haber so como indicador de un significado personal, <2> valorarlo como
en los alimentos q_ue acabo de comprar, es importante q_ue preste amenazante; (3) incrementar las valoraciones de responsabilidad
atención al pensamiento y q_ue consigo controlarlo». Lo formo típi- como consecuencia de dicho fracaso, y (4) realizar interpretaciones
ca de controlar un pensamiento de contaminación o suciedad como inadecuados sobre la incontrolabilidad de los pensamientos, seme-
el del ejemplo es prácticamente idéntico a si la creencia fuera de jantes o la fusión pensamiento-acción. Existen algunos evidencias,
responsabilidad. Por tonto, es muy pasible q_ue la persona se embor- provenientes sobre todo de los propios autores (p. ej., Purdon et al.,
q_ue en una secuencia más o menos compleja de limpieza y lavado. 2005), de que las personas con TOC son más propensos a realizar
Lo diferencio con lo explicación de Salkovskis radica en q_ue, en este estas interpretaciones sobre el fracasó de control q_ue aq_uellos sin

15F
Capitulo 5. lrasi:orno obses1vo-con1puls1vo y ~rastorrios relanon;ido>

trastorno~. lo que. junto o las claras implicaciones terapéuticas del un individuo mantiene creencias disfunc1onales o inadecuadas sobre
modelo, hace que esta aporlatión 1esul1'e prometedora_ lo naturaleza de sus productos mentales, aumenta su predisposi-
En cuo11to a Rachman (1997, 1998), pone el énfasis en el signifi- ción a valora1 de uno forn1a asimismo inadecuada el mero hecho
cado personal que se concede a estos pensamientos: «Si pienso que de tener determinados pensamientos, y a partir de aq_uí. o poner
puedo contaminar la nevera con los gérmenes que puedo haber en en marcha uno serie de estrategias (de nuevo inadecuadas) poro
los alimentos q_ue acabo de comprar, significo que es muy posible controlarlos.
q_ue eso ocurra de verdad» o « ..., significo q_ue debo hacer caso En 1996 se constituyó un grupo de trabajo internacional formado
o mis pensamientos» o« ... , significo q_ue no soy lo bastante cui- por investigadores y clínicos expertos en el TOC y en psicopotología
dadoso con las cosas»- De nuevo en este ejemplo es muy posible cognitiva bajo lo denominación Obsessive Compulsive Cognitions
que lo consecuencia de esta valoración disfuncional >ea la misma Working Group (QCCWGl. liderado por Goil Steketee y Randy Q_
que en los ejernplos anteriores (limpiar. lavar, etc.), pero el matiz Frost. El objetivo del grupo fue examinar las aportaciones dispersas
diferente radica en la autoieferencia de los pensamientos: o bien que muchos de los componentes del grupo estaban realizando a la
se interpretan como uno especie de aviso o señal de algún aspecto comprensión y manejo del TOC (5. Rachman, P. Salkovskis y D. Clark,
negativo de lo propio personalidad, o bien se les otorga una credi- entre ellos), con el fin de hallar Jos claves comunes y los puntos de
bilidad exagerada simplemente por el hecho de que aparecen en encuentro que permitieran avanzar realmente en el tratamiento psi-
la propia mente_ Junto a ello, Rochman 0998, 2003) introduce un cológico de las personas con este trastorno. Su primera aportación
aspecto importante: las personas con TOC interpretan las sensacio- fue consensuar las áreas de creencias q_ue, según su propia e~pe­
nes físicos de lo ansiedad (p. ej., sudoración, rubor. temblores. etcJ riencia clínica y sus investigaciones. podrían ertar implicadas en la
que pueden experimentar ante un pensamiento desagradable como génes'1s del TOC, y considerar q_ue todas ellas, y no solo algunas de
indicadoras de pérdida de control personal, es decir, las interpre- forma aislado, podían tener implicaciones en el origen y manteni-
tan de un modo diduncional. Esta interpretación refuerza la idea miento del trastorno. Además, se asumió desde el inicio que, como
de q_ue el pensamiento y sus posibles consecuencias negativas eran cuolq_uier otra creencia, debían ser tratadas en términos dimensio-
importantes. nales: es decir, según un continuo de intensidad de adscripción, q_ue
Estos tres enfoques forman porte, como se ha dicho, del modelo puede variar de unas personas a otras y, probablemente también de
cognitivo centrado en las \IOloraciones diduncionales. Pero no debe unos pensamientos a otros, incluso en un mismo individuo. Una vez
olvidarse q_ue, aunq_ue >e enfaticen los componentes cognitivos en la consensuadas cuáles podían ser estas creencias, se comenzó a dise-
génesis y mantenimiento del problema, ninguno de ellos obvia la idea ñar investigaciones específicas con el fin de analizar los evidencias
de que el segundo factor fundamental para que se produzca final- q_ue realmente podían apoyar cada uno de ellos.
mente el problema consiste en lo puesta en marcha de un conjunto Por lo demás, todos los miembros del grupo estaban de acuerdo
muy variado de estrategias de afrontamiento ineficaces y contrapro- en asumir fy, por tanto, en someter a investigación empírica) los
ducentes, que la persono utiliza paro manejar el malestar generado postulados básicos del modelo cognitivo del TOC tal y como se ha
por la intrusión primero, y por la valoración negativa de lo misma descrito antes: las valoraciones disfuncionoles sobre la ocurrencia
después. En consecuencia, tales estrategias (compulsiones, neutrali- de pensamientos con determinados contenidos análogos a las obse-
zación, evitación ... ) suponen un importante factor de mantenimiento siones clínicos son las q_ue explican la transición de la normalidad
y/o agravamiento del problema. Así pues, se trato en realidad de (pensamientos intrusos desagradables, inoportunos o molestas> a la
modelos cognitivo-conductuales. La diferencia con los modelos con- psicopatología (obsesiones}, sin olvidar el papel que juega el fac-
ductuales pioneros estribo, fundamentalmente, en que es el com- tor «comportamiento» en la consolidación de esa transición. Las
ponente valorativo-cognitivo el factor (necesario) que media entre dimensiones de creencias finalmente consensuados se presentan a
!a experimentación de una intrusión y el inicio de estrategias poro continuación. Hoy q_ue tener en cuenta que una misma persona pue-
controlarla Por lo tonto, si ante el pensamiento intruso lo persona de mantener varias creencias disfuncionales dirtintas (y o menudo.
reaccionara de un modo diferente (por ejempla, «no haciéndole encadenados) acerca de una misma obsesión_
caso», o dic"1éndose a sí misma «vaya tontería»), la consecuencia l. Sobrevalorar la importancia del pensamiento. Esta creen-
sería que ese pensamiento simplemente se extinguiría y no tendría cia incluye tres componentes q_ue deben ser claramente diferencia-
q_ue hacer nado especial para afrontarlo o controlarlo. Lo propuesta dos: (al sobrevalorar la importancia de los pensamientos, que en
de tratamiento psicológico que se deriva de este modo de enfocar sentido estricto o restringido implica atribuir un significado personal
el TOC es congruente con esta línea argumental: eliminar o sustituir y negativo al pensamiento (Rachmon, 1997, 1998); (b) la fusión pen-
las valoraciones inadecuadas sobre los propios pensamientos por samiento-acción (FPAl de tipo moral, y fe) la FPA de tipo probabili-
otras más realistas y acordes con la verdadera naturaleza del pensa- dad. Lo primera conlleva otorgar un significado personal relevante y
miento humano, el cual, por sí solo, no es capaz de realizar cambios negativo a la ocurrencia de los pensamientos, o de sus contenidos,
en el entorno en ningún sentido (ni positivo, ni negativo). como reveladores de la propia y auténtica naturaleza. En cierto sen-
Finalmente, todos los autores de estos modelos señalan, de for- tido esta modalidad de creencia es similar al concepto de «idea
mo mós o menos explícita, que las valoraciones primarios que se sobrevalorada». Como sucede en las ideas sobrevaloradas, estas
realizan ante los pensamientos 'intrusos desagradables pueden ser creencias inducen a otorgar una gran importancia a Jos contenidos
lo expresión de ciertas creencias disfuncionales sobre el origen, la de las obsesiones, de tal manera que estas acaban por convertirse
naturaleza, o el contenido de los propios procesos mentales (imáge- en el centro del flujo de pensamiento consciente de la persona_ Sin
nes, impulsos, recuerdos, pensamientos, etcJ. En consecuencia, una embargo, a diferencio de las ideas sobrevaloradas que son acep-
adhesión elevada a esas creencias formaría parte del conjunto de tadas y «queridas» por el individuo, Jos contenidos obsesivos son
factores que configuran la vulnerabilidad o padecer un TOC y, posi- repudiados o, cuanto menos, temidos y, desde luego, no deseados
blemente, actuarían como «disparador» del trastorno_ Así pues, si <lo que, obviamente, influye también en la necesidad de man-tener-

159
Manual dE psicopatolcgia. Volumen 2

los bajo control). Y precisamente porque les da una importancia repercusiones de estos. como los electo1 paradójicos hallados por
excesiva. la persona con obsesiones se sien1e for zoda a controlarlas Wegner et oL (1987l en relación -con la supresión: el efecto de rebo-
de algún modo (mediante compulsiones, evitación, o cualquier otra te o reaparición de un pensamiento cuando se intento suprimir de
estrategia de controll: esto es justamente lo contrario de lo QUe formo consciente. En esta creencia se distinguen varios componen-
sucede con los ideas sobrevaloradas, ya QUe en este caso lo persoria tes: (a) la necesidad de supervisar los propios pensornientos o de
desea comportarse siguiendo los «dictados» de su pen-;omiento En mantener la atención focalizadci en ellos; (b) el mantenimiento de
definitiva, lo persona con ideas sobrevaloradas concede una impor- unas expectativas de control elevadas, o claramente irreales. sobre
tancia enorme a esos pensa1nientos, al igual que sucede con los la capacidad para controlar el flujo mental: el paciente obsesivo
pacientes obsesivos que conceden una importancia muy grande a frecuentemente aspira a tener bojo cornpleto control voluntario sus
sus pensamientos. Pero el contenido de les ideas sobrevaloradas es pensamientos, entre los cuales no «deben» tener cabida ciertos
congruente con lo que la persona desea y anhelo para sí misma (de contenidos considerados inaceptables; (c) la creencia de que la falto
ahí que se califiquen como ego-sintónicas). mientras que el de las de control puede tener consecuencias muy negativas, tanto mora-
obse>iones no es agradable paro el individuo ni para la imagen o les como comportamentales, y (d) el significado que se da a los
idea que tiene de sí mismo (son ego-distónicas) y por ello intenta fracasos en el control Cp_ ej., «SI no consigo controlarlo. es porque
evitarlas, suprimirlas o neutralizarlas de algún modo. realmente puedo llegar a hacerlo»).
En suma, ante la ocurrencia de un pensamiento intruso. habitual- 3. Sobrevaforar ef pefigro o los amenazas. Esto modalidad
mente en estos casos de con·tenido altamente egodistónico (agresi- de creencia hace referencia al mantenimiento de unas expectativos
vo, sexual y/o moralmente rechazable, etc.l, la persona reacciona generalizados sobre la peligrosidad de las situaciones u objetos, o
otorgando una excesiva importancia a lo mera presencia del pensa- dicho de otro modo, la tendencia a prever daños o consecuencias
miento, o sea. le da un gran valor al simple hecho de pensar en ello. dañinas en situaciones de la vida cotidiana. Esta creencia fue des-
Esto valoración se sustenta en un razonamiento circular: «Pienso en tacada como especialmente importante por los primeras formula-
algo porque es importante, y es importante porque pienso en ello». ciones cognitivos del trastorno (Corr, 19711; McFall y Wollersheim,
Además, el individuo puede llegar a valorar que el simple hecho de 1979). Con posterioridad, el grupo de Foa CFoo y Kozak, 1986l desa-
que se le pase por la mente esa idea es algo significativo sobre el rrolló lo investigación sobre este constructo. Sus trabajos porten del
tipo de persono que es o en la que puede llegar a convertirse {«Si supuesto de que las personas con roe tienen problemas de razona-
pienso esto, es porque estoy loca, o me puedo volver loca». miento epistemológico, que se caracterizan por un excesivo temor
El segundo componente de estas creencias es la FPA de tipo a posibles daños y por la creencia de que muchos situaciones son
moral. Este tipo de interpretaciones hacen referencia al carácter peligrosas «mientras no se demuestre lo contrario», al contrario de
inmoral o inaceptable de determinados pensamientos. Shafran et al. lo que le ocurre a la mayoría de lo gente. la idea básico es, por
(1996) consideran que hay varios factores implicados en el desarrollo tanto, que muchos octividodes cotidianos implican riesgos, que la
de esta creencia, como los determinados culturalmente_ Así. señalan mayoría de las personas asumen sin excesivos problemas, pero pue-
el papel de las máximas católicas relacionadas con el «pecado de de que los obsesivos sobrevaloren de formo excesiva estos riesgos
pensamiento», cuyo gravedad se iguala a los «pecados» por obra y por ello no estén dispuesto a asumirlos <p. ej., ante la posibilidad
o por omisión, que resumen bastante bien lo más importante de de haber dejado el grifo abierto, valorar que es muy probable que
esta dimensión_ haya una inundación que cause daños graves en todo el edificio).
El tercer elemento es la FPA de tipo probabilidad. Esta creencia Un problema relacionado con ello, observado habitualmente en la
está relacionada con el pensamiento mágico y con la superstición, clínico del TOC, es una confusión entre la posibilidad y la probabi-
de modo ctue la persona llega o creer que sus pensamientos pue- lidad de que «ocurran cosas malas». El paciente obsesivo se pone
den influir «mágicamente» sobre los hechos del mundo real. Estas habitualmente en lo peor de las situaciones posibles: si es posible
creencias suelen encontrarse asociados o la baja conciencia de lo que ocurra una desgracia, entonces es muy probable que suceda.
irracionalidad del trastorno, lo que influye en que la persona se Es decir, lo persona sobrevalora las posibilidades («Es posible que
sienta aterrorizada ante el hecho de que exista la probabilidad, por con el dinero ci.ue me gasto en la ropa esté financiando el tráfico
mínimo que sea, de que sus pensamientos se conviertan en realidad. de armas y las guerras ci.ue matan niños»l, cuya comprobación es
Este tipo de valoraciones suelen tener como consecuencia la reali- prácticamente imposible, por encimo de las probabilidades reales
zación de conductos de neutralización carentes, en muchos cosos, paro cuya estimación normalmente nos basamos en la experiencia
de cualquier conexión lógico con lo que se intenta evitar: por ejem- pasada o en los dotas a los que verdaderamente tenemos acceso_
plo, tocar repetidas veces una imagen de la Virgen «paro evitar lJ.. Responsabilidad eKcesiva. El autor que inicialmente se cen-
tener mala suerte en un examen»; ducharse y vestirse de un modo tró en esto creencia y o partir de cuyos trabajos se han producido
ritualizado y durante un tiempo determinado «paro evitar tener gran número de investigaciones fue Salkovskis <1985, 1989), como ya
cáncer»; no sentarse en la silla donde le asaltó por primera vez la dijimos antes. En su modelo, esta es la creencia clave para el roe.
idea de que su hija podía tener un accidente «para que no suce- ya que está implicada en la génesis mismo del trastorno, a diferen-
da»_ Es decir, en este tipo de cogniciones d1sfuncionales los propios cia de lo que sucede en otros trastornos de ansiedad o en los tras-
pensamientos se asocian tanto a la posibilidad de provocar sucesos tornos depresivos, en donde los pacientes pueden mantener también
negativos como a la necesidad de prevenir o impedir su aparición. creencias de responsabilidad, pero en estos casos su influencio en
2. Importancia de controlar Jos pensamientos. Nos referimos el trastorno estéi, a lo sumo, relacionada con su mantenimiento. Las
aquí esencialmente a las valoraciones y creencias relacionados con valoraciones disfuncionales de responsabilidad implican QUe, ante
el control, pero teniendo en cuento también las implicaciones ctue la ocurrencia de un pensamiento sobre un posible daño, la persono
tienen en los procesos meto-cognitivos relacionados con el control interpreto que es responsable de impedir ci.ue ese daño se produzco.
de los pensamientos obsesivos <p. ej., esfuerzos de supresión>, y las Cabe señalar algunos componentes característicos de los creencias

160
Capitulo 5, Traslor110 uboeoivo-co111p1Jsivo y lrdoton1u·) relacionados

de responsabilidad que fundamentan este tipo de valoraciones un va por la evaluación (perfeccionismo negativo)_ El perfeccionismo
primer componente es considerar q_ue si uno puede tener alguna negativo hace referencia a q_ue lo función de la conducto es eYi-
influencio personal (aunq_ue sea fortuita, o muy escasa) sobre la tor los errores y el fracaso. En nuestra opinión, también habría que
ocu1rencia de un suceso negativo, es responsable de q_ue este no se prestar atención en el estudio del TOC al perfeccionismo positivo,
produzca Se trota de lo que el propio Salkovskis denomina «sentirse mós vinculado a la consecución de estándares positivos extremos
agente» (Salkovskis y Forrester, 2002)_ Es frecuente observar uno En lo próctica cllnica se puede observar q_ue. por ejemplo, algunos
extrerno preocupación por los consecuencias remotas que pueden pacientes parecen utilizar los rituales de limpieza no tanto paro
tener acciones cotidianas y la responsabiJidad por los daños que remediar o evitar la contaminación, sirio para conseguir un estado
puedan acarrear. El sentimiento exagerado de responsabilidad pue- de limpieza perfecta. En estos casos, la persono no es capaz de
de llevar a consecuencias conductuales extremas, como incitar a dejar de limpiar, o de ordenar, porque siente q_ue «las cosas no
una persona a «coníesar» crímenes o accidentes de los cuales no están tan bien, o tan exactamente, como deberían». En corisecuen-
tiene ni siquiera apenas conocimiento (Salkovskis et al, 2000)_ cia, no da por concluidas sus actividades (de orden, de limpieza,
Otro componente, q_ue Wroe y Salkovskis (2000) considerari de comprobación, etcJ hasta q_ue consigue alcanzar la sensación
derivado del anterior. es Ja creericia en q_ue los errores de omi- de que las cosas «ya estón como deben estar». Esta modalidad de
sión son tan condenables o imperdonables como los de comisión experiencia obsesivo hace referencia a la sensación de inacabado
(«Es tan malo no impedir un daño como causarlo»). Una hipótesis o incompleto q_ue mencionamos en un apartado anterior. Lo dimen-
deri110da de ello es que las personas con TOC carecen de un sesgo sión de perfeccionismo, al igual que la de intolerancia a la incerti-
atribucionol q_ue caracteriza a las personas sin patología, q_ue hace dumbre, parecen afectar de forma generalizada al funcionamiento
q_ue se sientan más culpables por errores de comisión que por los de del individuo que las presenta, en múltiples situaciones. Por otro
omisión. Es decir, que los pacientes obsesivos tienden a sentir que lado. al igual que para la dimensión anterior, se considero que se
son muy responsables y culpables no solo de lo q_ue hacen mal «a trata de creencias relevantes en el TOC, pero no específicas de este
propósito» {p. ej., herir a alguien con uri cuchillol, sino también de trastorno {QCCWG, 2001, 2003, 2005J_
lo q_ue «dejan de hacer bien» por un descuido, aunque sea poco El enfoque cognitivo sobre las valoraciones disfuncionales ha
relevante para la mayoría de las personas (p_ ej., olvidar guardar impulsado una gran cantidad de investigaciones en los últimos
en un cajón un cuchillo y que alguien se dañe fortuitamente con 30 años. Resumimos a continuación sus principales supuestos y los
éll. Como es natural, esto amplía extraordinariamente el rango de evidencias que los avalan. Los personas con TOC, eri comparación
acciones y situaciones ante las cuales la persona puede sentirse con quienes no padecen este trastorno: (o) experirnentan con mayor
responsable_ frecuencia intrusiones mentales desagradables, aunq_ue los conteni-
S. Intolerancia a la incertidumbre. Un aspecto especialmente dos de esas intrusiones son en muchos casos similares a las que tie-
asociado a lo intolerancia a lo incertidumbre (o o la necesidad de ne la mayoría de la gente sin el trastorno (García-Soriano y Belloch,
certeza) es el fenómeno cognitivo de la duda, q_ue se manifiesta 2013; García-Soriano et aL. 2011; Morillo et al., 2007; Rachmon y de
de forma extraordinaria en las personas con TOC y que, desde el Silva, 1978); {b) esas intrusiones mentoles dan lugar a interpreta-
punto de vista clásico, constituye el elemento nuclear de! trastorno. ciones disfuncionales debido, sobre todo. a los creencias nucleares
De hecho, las primeras fonnulaciones teóricas consideraron el fenó- que mantienen sobre la importancia de mantener un control mental
meno de la dudo como un aspecto esencial del TOC, hasta el punto adecuado ((ougle y Lee, 2014-; Fergus y Wu, 20!0; Hezel y McNolly,
de etiq_uetar el trastorno como «la enfermedad de la duda». Efec- 2016; OCCWG, 2005); {c) se esfuerzan mucho en controlar sumen-
tivamente, es frecuente observar en la clínica una extremo preocu- te (sus pensamientos), y tienden a interpretar muy negativamente
pación por conseguir estar seguros, o por disipar cualquier sombra sus fracasos de control (Corcaran y Woody, 2009; Purdon, 2004-);
de dudo en la realización de una tarea. A veces da la impresión de (d) recurren a comportamientos exagerados o extremos de control
que los pacientes no se fían de sus propios sentidos o de su expe- (compulsiones, búsq_ueda de reaseguro, etc.l (Belloch et al., 2009b;
riencia. La necesidad de certeza conllevo, de forma muchas veces Morillo et al., 2007), y las compulsiones observables o manifiestas se
irremediable, la puesto en marcha de conductas de neutralización osocian con una mayor gravedad del trastorno (Belloch et al., 2015);
en formo de comprobaciones repetidas. Otro componente q_ue suele (e) se basan en criterios subjetivos, internos, inadecuados poro deci-
incluirse en esta dimensión es el de la indecisión, o dificultad para dir cuándo se puede dar por terminada una compulsiól) o cua!q_uier
tomar decisiones_ El 0-CCWG plantea que, en el TOC, la indecisión otra conducta o estrategia de neutralización (Bucarelli y Purdon,
proviene de. o es una consecuencia de, las creencias sobre lo iritole- 2015; Solkovskis et al., 2017; Wahl et aL, 2008); (f) los constructos
roble que resulta la incertidumbre. Los resultados de la investigación generales del modelo (i. e.. valoraciones inadecuados, creencias dis-
sobre el vínculo entre esta dimensión de creencias y el TOC apun- torsionadas esfuerzos excesivos de control mental, estrategias de
tan a q_ue se trata de un aspecto cognitivo estrechamente asociado neutralización) tienen una relación causal con lo experiencia de las
al trastorno, pero no especifico del mismo <Steketee, et al., 1998; obsesiones <o de los pensamientos intrusos desagradables), aunque
OCCWG, 2001l. La relación mós intensa ci.ue se ha encontrado de lo dirección de lo causalidad no está del todo clara (Clork, 2020).
esto dimensión con manifestaciones concretos del TOC se produce
con las comprobaciones. Modelo basado en estilos de razonamiento disfuncional
6. Perfeccionismo. Muchos de los desarrollos teóricos sobre Mientras ci.ue los modelos basados en las valoraciones se centran
el TOC han tenido en cuenta el perfeccionismo como una de las en explicar cómo las intrusiones se convierten en muy frecuentes y
dimensiones cognitivos y de funcionamiento personal relevantes en persistentes di"bido a la valoración disfuncional que se hace de las
el TOC. Intentos de clarificación del constructo (Frost y Shows, 1993) mismas y, a partir de ahí, escalan hasta convertirse en obsesiones
constatan lo existencia de dos componentes: la orientación a logros clínicas, el modelo basado en el razonamiento patológico postulo
positivos <perfeccionismo positivo), y lo preocupación no adaptati- q_ue en la base de la aparición de las obsesiones se encuentran

I~
Manual dto ~sicoµatolcqía. Volun1e11 2

e1tdos de razonamiento er1óneos (O'Connor, 2002, O'Connoi y Robi- aunque los pensamientos intrusos y los obsesiones puedan tener
llard, 1995; O'Connor et aL 2005) relacionados, esencialmente, con contenidos similares, difieren en al menos dos elementos fundamen-
lo que para estos autores constituye lo fenomenología fundamental tales: el contexto en el que se producen y el significado que tienen
de las obsesiones: la duda. para el sí-mismo Por lo q,ue se refiere al contexto. plantean que
El interés por la duda corno fenómeno cognitivo y su relación con mientras los pensamientos intrusos se producen en contextos ade-
el TOC está presente desde el siglo xv11. En el siglo xv111 Jeon-Pierre cuados o coherentes con ~u contenido {p. ej., en un baño público
Falret (1794-1870) acuñó la expresión «enfermedad de la duda» con suciedad observable, puede asaltarnos el pensamiento: «Puedo
para referirse al TOC. idea que sería posteriormente rpforzoda por contagiarme de oigo si toco la taza del retrete con las monos»), !as
las contribuciones de Maudsley, Freud y Jonet y abordada por prác- obsesiones se producen en contexto> inapropiados, es decir. sin evi-
ticamente todos los expertos en el TOC, hasta el punto de que; dencias contextuales G,Ue apoyen la realidad de su contPnido (p_ ej ..
según Reed (1976), «prácticaniente cualquier autoridad psiquiátrica el mismo pensamiento de contagio sin evidencias de suciedad).
que haya escrito sobre el tema ha enfatizado la indecisión y la duda Además, los contenidos de las obsesiones <pero no los de los
como características centrales del trastorno obsesivo-compulsivo» pensamientos intrusos) representan una amenaza poro alguno o más
(p. 443). Actualmente, Kieron O'Connor y su grupo han retomado el de los ámbitos que son relevantes poro el sí-mismo(«self-themeS>>l,
estudio de la duda como fenómeno central del TOC desde un enfo- de modo que algunos de esos contenidos constituyen un factor de
que cognitivo y la han definido como «uno inferencia acerco de un vulnerabilidad para el desarrollo del TOC porque cuando la persona
posible estado de las cosas como si se estuvieran produciendo en experimenta obsesiones con esos contenidos, entra en el proceso
lo realidad» (Q'Connor y Aardema, 2012, p. 29), es decir, un estado de corifusión inferencia! mediante el cual otorga más credibilidad al
en el que las posibilidades de que algo suceda se llegan a confun- «posible yo» que se deriva de ese pensamiento que al «yo real»:
dir con su ocurrencia real. Así pues, e'>le enfoque se diferencia con por ejemplo, ante obsesiones agresivas, la persono otorga mayor
claridad de la caracterización del TOC que plantean los enfoques peso de realidad al sí-mismo agresivo que indica la obsesión («Soy
conductuales y cognitivos centrados, básicamente, en lo ansiedad y una persona peligroso») que a su sí-mismo real (i. e., nunca ha agre-
la relación funcional entre obsesiones y compulsiones. dido a nodiel. El miedo al sí-mismo o «yo temido», q_ue es definido
como el miedo a convertirse en la persona que indica el contenido
Los elementos básicos del modelo se pueden resumir como sigue·
de las obsesiones de agresión, sexuales, o inmorales, es el ámbito
l. Todas las obsesiones conllevan un componente esencial de más investigado por los proponentes del modelo mediante un cues-
duda, cuyo contenido es significativo para lo persona y tiene tionario específicamente desarrollado para ello, el Cuestionario de
carga emocional. A este componente lo denominan «inferencia miedo al sí-mismo{Julien et al., 2016; Lloreris-Aguilar et al., 2019).
primaria» y constituye el inicio del TOC_ Por tanto, el ciclo que Los escasos estudios realizados sobre este aspecto avalan su rele-
rnicia el trastorno no es uno intrusión cognitiva que lo persono vancia en Jos obsesiones sobre temas agresivos, sexuales o religiosos
valora de manera disfuncional, sino una duda que adquiere la (Llorens-Aguilar, 2020; Melli et al., 2016).
forma de inferencia con significado personal y emocional.
Los autores del modelo han desarrollado también un outoin-
2. la duda obsesivo <inferencia o premii;a primaria} deriva de un forme paro evaluar la confusión inferencia! (lnferential Confusion
estilo de razonamiento inductivo típico de las personas con TOC Questionnaire, ICO>. cuyas puntuaciones se relacionan con síntomas
que los autores denominan <~confusión inferencia!» cuya carac- 0-C (Aardema et al., 2005, 2006; llorens-Aguilar et al., 2020l y
terística esencial es que se confunde lo q,ue es real «aq,uí y explican una parte importante de las relaciones entre síntomas 0-C
ahora» con lo posible (aunque la posibilidad sea muy remota}_ y las creencias disfuncionales postuladas por el modelo de valora-
la confusión inferencia) tiene su origen en dos factores: (a) la ción <Aardema, et al., 2006).
desconfianza de los propios sentidos, que lleva a la persona a
Aunque inicialmente el modelo se presentó como alternativa o
no diferenciar claramente entre lo que es real y lo q_ue imagina
los basados en los \/Oloraciones disfuncionales, actualmente se con-
q,ue puede ser real, y <b> el otorgar mayor credibilidad a una
sidera como complementario. De hecho, Clark y O'Connor (2005)
posibilidad remoto y ficticia Ci. e., algo <1.ue no es relevante para
han propuesto un modelo integrador según el cual se asume el rol
el «aquí y ahora»l <t.Ue a la realidad <o lo que se tiene acceso
del contexto como incitador de pensamientos intrusos con conteni-
o través de los sentidos)_
dos obsesivos. Estos pensamientos se equiparan con los inferencias
3. la duda obsesiva (inferencia primario: «lMe habré dejado el primarios que dan lugar al proceso de confusión inferencia!. Una
coche abierto?») induce o la persona a anticipar los conse- vez establecido el proceso, entrarían o formar parte del proble-
cuencias negativas (inferencias secundarias: «Si me lo dejé ma las valoraciones primarias disluncionales que, o su vez, darían
abierto, alguien puede robarlo»} que podrían producirse en el lugar a las valoraciones secundarias (creencias disfuncionalesJ y a
caso de que lo que se duda se materializara en su aspecto más los esfuerzos por controlar o suprimir las obsesiones.
negativo y dañino (« ...y atrope!lar o alguien por mi culpa») y,
La principal aportación del modelo es, en nuestra opinión, lo
como consecuencia, o experimentar un alto grado de moles-
relectura de la duda patológica en términos cognitivos y, a partir de
tar emocional <ansiedad) y a lo necesidad de poner en marcho
ahí, el ofrecer un morco poro comprender mejor las obsesiones en
comportamientos paro atenuar el malestar y/o las amenazas
las que lo duda patológica constituye el elemento diferenciador más
anticipados <«Debo asegurarme y comprobar que dejé el coche
importonte y las compulsiones asociadas de comprobación y repeti-
bien cerrado>».
ción_ De hecho. hoy varios estudios q_ue muestran cómo la confusión
Los autores reconocen <t.Ue el hecho mismo de dudar es común inferenciol aumenta lo duda patológica. Por ejemplo, en toreas de
a la naturaleza humana y que las personas con TOC no «cometen» razonamiento inductivo, la estrategia que utilizan las personas con
estos errores de razonamiento de manera habitual, sino únicamente TOC se asocia con uno mayor indecisión o duda que la que mues-
cuando razonan sobre sus obsesiones. En este sentido, sugieren q,ue, tran las personas sin el trastorno <Pelissier et al., 2009). Además, lo

162
Capítulo 5. Traston10 obses:vo-co111puls1vo y traston1os relacionados

creencia e11 la probabilidad real de que sucedo el contenido de lu Un büen número de trabajos se ha centrado en lo bú1quedo de
dudo se 1elaciono con uno menor capacidcd para resistirse a las alteraciones atencionales que seon específicas del TOC, ya q_ue las
compulsiones (Grenier et aL. 2010) anomalías en el funcionamiento de la atención san muy caracte-
rísticas de los tra5tornos de ansiedad {p_ ej., Kyrios y Lop, 1998) La
Modelos basados en défícits de procesamiento conclusión más habitual es que. efectivamente, los pacientes TOC
En este marco se sitúan los invectigaciones sobre anomalías en algu- tienen sesgos otencionales específicos que consisten en atender de
nos de los procesos mentales involucrados en el procesamiento de la manera selectiva <y preferente) a los estírnulos relacionados con el
información (especialmente, atención y memorial. así como algunos contenido de sus obsesiones. Estos sesgos provocoiían que, entre la
modelos neuropsicológicos del TOC. según los cuales las personas información ambiental o la que están atendiendo (y, por tonto, q_ue
con es1e trastorno tienen anomalías estructurales o neuroquímicos, están codificando), hubiera una hiper-representación de estímulos
q_ue oíecton al procesamiento de ia información. Desde esto pers- o indicios amenazadores (i. e., relacionados con el contenido de sus
pectiva se han desarrollado numerosos investigaciones encaminados obsesiones)_ Y, en la medida en que eso información es amenazante,
o detectar lo existencia de déficits en procesos mentales básicos resulta más difícil de ignorar o de suprimir de la consciencia o. si se
específicos del trastorno. prefiere, del flujo de pensamientos (Muller y Roberts. 2005).
Una de las líneas más fructíferas de investigación se ha centra- Este tipo de investigaciones es sin duda interesante_ Sin embar"
do en la búsqueda de problemas de memoria en las personas con go, todavía no sobemos cuáles son sus repercusiones reales poro la
TOC, o en todo caso. en las peculiaridades de su funcionamiento. comprensión del TOC, ni su «traducción» en términos terapéuticos.
Se ha analizado, por ejemplo, si los pacientes obsesivos tienen defi- Lo conclusión más adecuado por el momento es q_ue aún no se sabe
ciencias generalizadas de memoria, no atribuibles a la comorbilidad cuál es el papel que juegan estos déficits y sesgos de memoria y
entre el TOC y lo depresión (p. ej., la duda obsesiva sobre acciones atención en la génesis e inicio del TOC, en su mantenimiento, en la
cotidianas), o si, por el contrario, su problema fundamental radica respuesta a los tratamientos, y en las recaídos. Es posible q_ue ten-
en la falto de confianza en el funcionamiento de su memoria (Ash- gan un papel causal. pero también lo es que sean la consecuencia
baugh y Radomsky, 2007; Hermans, et al, 2003; Tolin et oL, 2001) de la instauración de un trastorno que, como ya sabemos, tiende a
Este segundo aspecto dispone de mós evidencias q_ue el primero. y cronificarse o al menos a presentar una evolución prolongada en el
se ha examinado sobre todo en las personas con rituales de com- tiempo.
probación, siguiendo lo propuesto de Rochman (2002) sobre esta Por último, otros autores han buscado evidencias sobre la posibi-
modalidad de TOC_ Uno de los hallazgos más interesantes (Talín lidad de que el déficit seo más generalizado, esto es, no circunscrito
et aL, 2001) fue q_ue cuantas más veces se exponía o pacientes a un proceso o función mental específico corno lo atención o lo
con1probadores o situaciones o ectímulos relacionados con sus obse- memoria, sino relacionado con el control cognitivo en general (Talín
siones (p. ej .. la llave del gas), más disminuía su confianza en poder et ol., 2002). La existencia de deficiencias en este último aspecto
recordar después estos estímulos o situaciones. permitiría explicar. por ejemplo, las dificultades que presentan las
otros investigadores han analizado cuáles son los mecanismos personas con TOC para controlar lo intrusión repetida de sus pen-
o procesos de la memoria que podrían estar alterados en el TOC, samientos en el flujo habitual de su consciencia mediante procedi-
por ejemplo, si las personas con obsesiones olvidan con lo mismo mientos como la supresión activa de los mismos, o el uso de estrate-
facilidad información (estímulos) relacionado con sus obsesiones gias de neutralización como la distracción, cuya correcta u·tilización
q_ue información neutra o positiva: se ha constatado q_ue la facili- exige poseer un buen control sobre los propios procesos mentales.
dad para olvidar información positivo o neutra es absolutamente Uno de los paradigmas experimentales más utilizado para inves-
normal. mientras q_ue les cuesta mucho mós q_ue a personas sin TOC tigar la existencia de deficiencias en los mecanismos inhibitorios
olvidar información relacionada con sus miedos y obsesiones_ Esta es el denominado «priming negativo» q_ue consicte básicamente
conclusión se refuerzo con la procedente de estudios q_ue muestran en pedir a la persona q_ue ignore, o q_ue no atienda a ciertos estí-
cómo los pacientes con TOC de comprobación y de lavado presen- mulos (normalmente verbales). Un experimento típico es presentar
tan sesgos de memoria a favor de estímulos amenazantes, es decir, en varias ocasiones seguidas dos palabras superpuestas, cada una
que recuerdan mejor los estímulos relacionados con sus obsesiones escrita en un color distinto. y pedir o la persona que lea la de un
q_ue los no relacionados o los neutros_ color (por ejemplo, la que está en rojo) y que ignore la otra <en ver-
Otro de los aspectos que se ha investigado guarda relación con de). La correcto realización de lo torea exige, en consecuencia, q_ue
lo búsq_ueda de deficiencias de memoria en función de si el material la persona mantenga intacta su capacidad de inhibir información
o recordar (o o olvidar) es verbal o visual. Muller y Roberts (2005l irrelevante o distractora. Después de varios ensayos, se presenta uno
han realizado una exhaustiva revisión de estos y otros aspectos y inverso, es decir, se pide que lea lo del color que hasta entonces
concluyen que, en personas con TOC, hoy más datos a favor de un tenía que ignorar ria verde>. Si el proceso de inhibición activa previo
funcionamiento deficiente de la memoria episódica no verbal que de ha funcionado bien, en esta ocasión es de esperar que la persona
la verbal. Explican este hecho aludiendo a que el funcionamiento de tarde más en leer la palabra escrita en verde de lo que antes tar-
la memoria no-verbal depende más que la verbal de las funciones daba en leer las escritos en rojo. los primeros estudios realizados
ejecutivas superiores y, por tanto, es más vulnerable a un deterioro por el grupo de Enright <p. ej., Enright et al., 1995) mostraron q_ue
en esas funciones (p. ej., a deficiencias en las estrategias que per- las personas con TOC, a diferencio de otros grupos con trastornos
miten codificar adecuadamente la informociónl. No obstante. como de ansiedad diferentes al TOC, presentaban deficiencias claras en
estos mismos autores señalan, los investigaciones en este ámbito no su capacidad para realizar la torea, es decir, para no hacer casa o
son concluyentes, entre otras cosas por el escaso número de personas no atender a la información que se les pedía ignorar {las palabras
con TOC con las que se han realizado los estudios y la ausencia de en verde en el ejemplo anterior). Estos datos fueron los primeros en
controles adecuados (i_ e., pacientes con otros trastornos). indicar que, en el TOC, o diferencia de lo que sucedía en otros tras-

163
f\ila11u:il de psicoµalolo1,11a. Volun1en 2

turno> de ansiedad, había un déficit en la cupacidod inhibitoria que a. Caracferi:tacióo clínica


podría ser el reflejo, o el resultado, de uno deficiencia de inhibición
Lo característica principal del TDC es una preocupación excesiva
más general.
sobre un defecto físico o imperfección percibidos, pero inexistente
Las implicaciones teóricos de los hallazgos sobre la existencia o apenas perceptible poro otras personas (APA. 2013). Esta preocu-
de un déficit central de inhibición en el TOC pueden ser cruciales pación por el defecto físico genero mucho malestar y sufrirniento ya
para la comprensión del trastorno. El fracaso en inhibir de manera q,ue la persona está convencido de que alguno parte de su aspec-
preconsciente estímulos irrelevantes o no deseados tendría como to, o todo él, es horrible o, incluso, deforrne. Junto a este elemen-
resultado una especie de bombardeo en la experiencia consciente to central de naturaleza cognitiva, las preocupaciones, el TDC se
de pensamientos e imágenes no deseados. Al mismo tiempo, estas caracterizo por una serie de comportamie11tos consecuentes con el
dificultades para controlar los propios pe11somientos e imágenes conienido de la preocupación fundamental. Veamos a continuación
provocaría y mantendría un nivel elevado y grave de ansiedad, las características fundamentale> de ambos elementos.
especialmente en el caso de que surjan en el contexto de meta-
cogniciones relacionadas con interpretaciones catastrofistas sobre las preocupaciones
el significado de estas intrusiones, que es precisamente el objeto de
la preocupación dismórfica se caracteriza por ser insidiosa. repe-
investigación de los modelos sobre las valoraciones disfuncionales
titiva y muy difícil de resistir y de controlar. Produce un marcado
q_ue hemos comentado.
malestar emocional y. a menudo, consume una buena cantidad de
Los problemas de inhibición podrían explicar también por qué tiempo coda día, lo que provoca interferencia significativa en el
las personas con TOC tienen tantas dificultades en suprimir sus funcionamiento habitual de la persona que la padece. La preocu-
obsesiones. Sabemos q_ue los intentos conscientes (los esfuerzos) pación puede ser sobre cualquier parte del cuerpo, aunque las más
que hacen las personas con TOC para conseguir suprimir sus pen- comunes están relacionadas con la cara, especialmente la nariz. el
samientos no deseados producen el efecto paradójico de aumentar pelo, la piel y los ojos <Neziroglu y Yaryura-Tobias, 1993; Veale et
su frecuencia (Purdon. 1999). Pero seguimos sin saber en qué medi- al., 1996). En muchos cosos los genitales. el abdomen, los senos, los
da esos fracasos inhibitorios son iguales o no dependiendo de las extremidades o las manos también son objeto de preocupación de
diferentes presentaciones clínicas del trastorno, o hasta q_ué punto las personas con TDC.
pueden estar en la base de los déficits de memoria y los sesgos
la preocupación se puede centrar, además, en cualquier carac-
atencionales antes comentados. Por otro lado, las dificultades en
terístico del cuerpo como el ta1naiio, la forma, la coloración o la
tareas de «priming» negativo se han encontrado también en otros
simetría, o por otro tipo de imperfecciones como acné, cicatrices,
grupos de pacientes (por ejemplo, en esquizofrenia o en depresión
arrugas o marcos vasculares (Veale y Matsunaga, 2014-l. Algunas
mayor), lo que abre más interrogantes todavía acerca del TOC, en
personas informan sentirse preocupadas por una sensación de
especial en lo que se refiere a su relación con trastornos mentales
fealdad en general, de desproporción, de ser demasiado femenino
muy diferentes o los de ansiedad.
o masculino, o de que «algo en mi cuerpo no está del todo bien»
En suma, existen muchas hipótesis y aportaciones interesantes o «no está como debería», en lugar de centrarse en una caracte-
en e>te campo, y es muy posible que en los próximos años sean rística específica {Summers et al., 2016; Veale y Neziroglu, 2010). En
especialmente relevantes para comprender mejor la psicopatologío general. la persona suele tener más de una preocupación al mismo
del TOC y proporcionen nuevas vías paro mejorar !os tratamientos tiempo, y el defecto o defectos físicos percibidos tienden a variar
disponibles. con el tiempo.
Un aspecto importante relacionado con las preocupaciones es la
B. Trastorno dismórfico-corporal (TOCJ convicción que mantiene la persona sobre el defecto físico o la apa-
riencia, pues es muy variable hasta el punto de que puede alcanzar
Manuel llevaba padeciendo preocupaciones por su aspecto físico
en ocasiones niveles delirantes <Phillips et al., 2014). El bajo nivel de
desde los 13 años. Su principal preocupación se centraba en la
delgadez y desproporc"1ón que percibía de su cuerpo. Acudía dnco
insight, asociado a un alto grado de convicción, se puede observar
en la presencia de ideas de referencia, centradas en el defecto,
veces por semana al gimnasio durante varias horas cada vez con el
muy comunes en este trastorno («Las personas >e dan cuenta de mi
objetivo de ganar masa corporal y parecer más fuerte. Comparaba
defecto», «Me miran por la calle porque soy horrendo»). De hecho,
constantemente su apariencia con lo de otras personas que consi-
un bajo nivel de insight se asocia a un peor furicionamiento social y
deraba más fuertes que él, incluidos desconocidos. amigos, y fami-
a una mayor gravedad de los síntomas (Phillips et al.. 2006l.
liares. También comparaba su cuerpo y su cara en diferentes fo1os
con uno en lo que consideraba que su apariencia ero la adecuada. los comportamientos
Esto lo hacía de formo tan repetitivo que experimentaba episodios
disociotivos cuando observaba las fotos. Estos episodios, junto a la El segundo síntoma fundamental del TDC son los comportamien"
insistencia de su padre. fue lo que le convenció para buscar ayuda. tos que llevan a cabo las personas con este trastorno en respuesta
Manuel pasaba varias horas frente al espejo intentando lucir de la o sus preocupaciones. Al igual que sucede con estos, los compor-
forma que deseaba. Los veranos eran particularmente difíciles, ya tamientos son excesivos, repetitivos, muy difíciles de controlar, y
que le preocupaba mostrar su cuerpo en la piscina y ser juzgado suelen realizarse en forma de ritual (Wilhelm et al., 2013). Con el
por su apariencia, pero también por evitar la constante compara- objetivo de modificar el defecto, de evitar o desviar la atención del
ción que hacía con las otras personas, que le generaba ansiedad, mismo, y/o de comprobar el estado del aspecto físico, las personas
vergüenza y tristeza. Durante el curso del problema, la gravedad con TDC suelen realizar un gran número de comportamientos tan-
de los síntomas fue variando, llegando al confinamiento total en to manifiestos como encubiertos, que consumen mucho tiempo y
casa cuando tenía 17 años (Manuel, 21 años). esfuerzo. Entre los más frecuentes se encuentran los siguientes.

161!
Capítulo s. Tcas:-orno obses1vo-comp11ls1vo y tras:;:ornos relacionados

L Corr.pararse con ofras personas. E1 un comportamiento muy para redunr el inolestar y la ansiedad generados cuando se
frecuent€. Por ejemplo, Phillips y Diaz (1997) encontraron Que sienten observados (Nez1roglu el al. 2008l. Lo evitoción puede
el 90 % de los personas con TDC comporan el área, parte o llevar al confinaniiento del paciente en su propio caso dtJrante
atributo considerado como defectuoso con el de otras personas, largos períodos de t1ernpo.
tendiendo a fijarse en la misma característica del defecto en
Actualmente no está muy claro cuól es el criterio pa10 conside-
una persona del mismo sexo y edad similar
rar como finalizados estos comportamientos. Se ha propuesto que,
2. Hacer ejercicio físico excesivo y/o localizado. Este compor- como en el caso de las compulsiones, especialmente en el lavado de
tamiento suele estar más presente en el subtipo de dismorfia manos (Wohl et al., 2008), las personas con TDC buscan alcanzar un
muscular, como medio para alcanzar un cuerpo más esbelto, estado subjetivo emocional interno de tranquilidad. Muchos poden"
fibroso y/o musculoso (Pope et al., 2005). tes indican que realizan estas conductas hasta «Sentirse bien» o
3. Examinar la apariencia en espejos y superficies reflectontes. «cómodos», es decir, hasta alcanzar un estado interno de bienestar.
Examinarse fijamente en superficies reíltictontes, como las lunas No obstante, Veale y Riley (2001) proponen que las personas dejari
de los escaparates, las superficies brillantes o acristalados y, de realizarlos por razones externos, tales como malestar. rabio,
específicamente, en espejos, es uno de los comportamientos frustración o falto de tiempo debido a un compromiso ya q_ue son
más frecuentes y típicos (Veale et al., 1996) y un factor clave en incapaces de alcanzar ese estado interno de tranquilidad.
el mantenimiento del trastorno. Se estima q_ue entre el 80 y el
90% de los pacientes lo hoce, ya sea por largos períodos, o por Variantes del TDC
múltiples pero breves períodos de tiempo. Tras períodos largos En la última versión del DSM se han incluido dos subtipos del TDC,
de outoobservación pueden presentarse episodios disociotivos de acuerdo con el objeto especifico de preocupación El primero es
(Veale, 2001). Además de utilizar el espejo como un medio poro la dismorfia muscular QUe consiste en que la persona está excesiva-
ocultar o modificar el defecto (p. ej., moq_uillarse, peinarse, mente preocupado porque su cuerpo no sea suficientemente esbelto
comprobar la vestimenta, etc.}, Veale y Riley (2001) encontraron y musculado. Pope et al. 0993) fueron los primeros en mencionar
q_ue las personas con TDC también se miran porq_ue tienen «la este subtipo y lo describieron como una forma de «onorex"1a inver,
esperanzo» de q_ue su apariencia sea diferente o la temida, por so» por la similitud en los patrones alimentarios de este subtipo
uno necesidad de saber cuál es su aspecto, y/o por Ja creencia con los trastornos de lo alimentación como la excesiva atención a
de q_ue se sentirán peor si no lo hocen. Cabe mencionar q_ue la lo dieta. Este subtipo suele coexistir con preocupaciones por otros
evitación de espejos y superficies reflectontes suele estar pre- defectos físicos. El segundo subtipo es el denominado por «poder»
sente en la sintomotología del trastorno. o por «proximidad», en el cual lo persona está preocupada por
ll-. Someterse o (o buscarl intervenciones estéticas y dermotoló" defectos percibidos en otra persona de su entorno (pareja, familiar,
gicos. La realización de operaciones estéticas, tratamientos amigo/a íntimo) q_ue, sin embargo, posee un aspecto normal (APA,
cosméticos o dermatológicos son comportamientos típicos del 2013; Greenberg et al., 2016).
TDC. De hecho, el profesional médico más buscado por personas Como yo seiialamos en el segundo apartado del capítulo, la
con el trastorno son los dermatólogos (Phillips et al., 2000l. Eri OMS incluye en su versión actual de la CIE el síndrome de referencia
varios estudios se ha encontrado q_ue entre el ll-8 y el 72 % de olfativo, cuyas características clínicas son las mismos que las del
personas con TDC se habían sometido a c1rugía estético o a TDC con la único diferencia en cuanto al contenido de la preocupa-
un frotamiento dermatológico (p_ ej., Phillips et al., 2001J. En ción, que en ese caso, se centran en el olor corporal. En realidad,
algunos casos también se ha observado que estos pacientes se se troto de una formo de presentación particular del TDC con raíces
realizari procedimientos «coseros» con el objetivo de alterar culturales, denominada en japonésjikoshu-kyofu, que se experimen-
su apariencia, yo sea porque son rechazados por profesionales to en Japón y otros países del entorno. Otros dos variantes cultura-
médicos, o porque no pueden permitirse pagar la intervención y les del TDC q_ue, como el anterior, son mencionados en el DSM-5
suponen que. tras el daño outoinfligido, no se les podrá rechazar como síndromes dependientes de la culturo son el llamado koro en
y serón necesariamente objeto de intervención urgente (Veale, malayo-indonesio y suoyang en chino, y el taijin kyofusho. El primero
2000l. Lo realización de estos procedimientos, tonto los realiza- hace referencia ol miedo o creencia de que el pene (o los labios
dos por profesionales como los autoinfligidos, no suele aliviar los vaginales, pezones o senos, en la mujer) se encogerá o se retraerá
síntomas, sino que, por el contrario, aumentan la insatisfacción,
y desaparecerá en el propio cuerpo. El otro síndrome literalmente
el malestar, y la preocupación y, en última instancia, son un
significa «miedo o las relaciones interpersonales» en japonés, y se
mecanismo más poro el mantenimiento del trastorno (Veole, et
caracteriza por lo presencia de ansiedad y evitación de situaciones
al., 2003). interpersonales debido a la creencia de que el propio aspecto físico
S. Ocultar el defecto. Comportamientos como camuflar, u ocultar o comportamiento puede ofender o ser inadecuado ante los demás,
el defecto mediante ropa, maquillaje, posturas, o cuolq_uier otro razón por la cual algunos expertos lo considtiran más una formo de
medio. son muy característicos del trastorno. presentación cultural de la ansiedad social.
6. Rascarse o pellizcarse la piel. Este comportamiento, que es lo
característica fundamental del trastorno de excoriación, suelen El grado de insight: un elemento esencial
realizarlo hasta un tercio de los personas con TDC (Phillips y El insight es especialmente relevante para comprender lo natura-
Taub, 1995). leza del TDC. Algunos pacientes pueden llegar o comprender que
7. Evitar. Los personas con TDC suelen evitar situaciones sociales su preocupación es excesiva porque, en realidad, su aspecto físico
o públicos, desde acudir o la escuelo o al trabajo, hasta las es normal e incluso atractivo. Pero, en rtiolidad, son los menos. Y,
relaciones personales. afectivas, e íntimos, como uno estrategia aun así, esa comprensión no les libra de sentirse continuamente

165
olenuzado> por el rnolestar que ¡es p1a~oco la intrusión constante no están localizados en el problema mental primario, es decir, tratG-
de imágenes y pensornientos sobre su defecto, qLJe ies 111ant1ene en mientos no psicoterapéuticos, están condenados al fracaso pues sus
un estado casi constante de preocupación y ru1niac1ón. La niayoría tasas de éxito son mu'/ escasas (y, en algunos cosos, francamente
mantiene ideas sobrevalorada<; sobre lo que significa uno apariencia discutibles). Pero, además, deberían alertar a los profesionales que
físico adecuada y, a partir de aquí. cualquier detecto o imperfec· realizan estos tratamientos en pacientes con TDC, o con sospecha
ción físico son consideradas insoporiables. En otros casos, pueden razonable Je >Íntomas del trastorno, para replantearse la utilidad,
e.t:perimentar ideas de reíerencia de naturaleza delirante, como que además de lo ético, de aplicar dichos «frotamientos».
lo gente los mira u observa porque «se da cuenta» de sus defectos.
de su «deformidad», y llegan a creer que los demás hablan de h. Epidemiología
ello y se burlan. El aislamiento socia! es en estos casos lo habitual,
El roe es mfr; frecuente de io que cabría esperar, a pesar de los
pero también en ocasiones la ira, el enfado, y los comportamientos
dificultades paro su detección y diagnóstico. Los estudios sobre
agresivos hacia sí mismos o hacia aquellos que «los observan y criti·
población general no diagnosticoda ni tratado indican tasas que
con»_ En el extremo más patológico del continuo, algunos pacientes
oscilan entre el 1,7 y el 2,4% (Koron, et al., 2008), que aumen·
pueden experimentar auténtico ideación delirante, convencidos de
tan hasto un 13 % en estudiantes universitarios {Giraldo·O'Meara y
que sus defectos son auténticos, enormes y horrorosos, lo que los
Belloch, 20l9J. Estas cifras revelan una incidencia muy superior a lo
lleva a describirse a sí mismos como «monstruos». En un estudio
de otros trastornos también frecuentes en la adolescencia o princi-
con 129 pacientes. el 8ll % fueron clasificado> como delirantes o
pio de la vida adulto, como la esq_uizofrenia o lo anorexia nervioso.
con insight pobre o nulo con respecto a su creencia más importan·
te sobre su defecto físico, sin que hubiera diferencias entre estos Por lo que se refiere a la prevalencia en contextos clírncos, los
pacientes y los que presentaban un insight adecuado en variables estudios indican tasos entre el 9 y el 12% en personas que acuden
sociodemográficas (Phillips, 2004-). a especiolistos en dermatología, y entre el 3 y el 53% en personas
que acuden a cirugía estética (Aouizerate et al., 2003). Entre los
Una de las consecuencias de la creencia en la «realidad ino· pacientes psiquiátricos ingresados por otros trastornos mentales, las
pelable» de que los defectos físicos son auténticos, y no producto cifras oscilan entre el 13 y el 16 % CConroy et al., 2008). No obstante,
de su imaginación o su excesiva preocupación (y por lo tanto de las cifras pueden ser mucho mayores de lo que indican los estudios,
naturaleza más psicológica que física) es el hecho de que entre el ya que los pacientes tienden a ocultar sus síntomas, como antes
27 y el 76% de los pacientes buscan soluciones médicas para sus señalamos. En e'>le sentido resultan reveladores los datos de diversos
preocupaciones, ya sean dermatológicos, quirúrgicas, cosméticas, o estudios hechos con pacientes psiquiátricos adultos en cuyas histo-
dentales, entre otros (Phillips et al. 2001>. Aouizerate et al. {2003), rias clínicas no constaba diagnóstico alguno de TDC, ni de sospecha
en el primer estudio europeo sobre lo prevalencia del TDC entre de síntomas del trastorno: el po1centaje de pacientes que cumplía
personas que acuden o cirugía plástico-cosmética, constataron que criterios diagnósticos poro TDC fue superior ol 13% <p. ej., Grant et
el 9% cumplía criterios diagnósticos del trastorno. La edad media al., 2005).
era de 35 años, y las preocupaciones mós comunes se centraban en
la piel (lll,7%), lo nariz {33,4-%l, los pechos (25%), y los piernas o En cuanto a las diferencias de prevalencia en función del géne-
las rodillas (25 %). Además, presentaban comorbilidad con depresión ro, aunque los datos no son concluyentes, el estudio mós reciente
mayor {33,ll %), agorafobia (33,ll %l, ansiedad social {25 %) y ansie- publicado hasta la fecha <Veole et al., 2016) revela diferencias de
dad generalizado (25%L la prevalencia de personas con TDC entre género en las distintas muestras estudiados: comunidad, estudian·
quienes acuden a consultas dermatológicas es. asimismo, muy ele· tes, pacientes ambulatorios, pacientes hospitalizados y entornos
vado. Por ejemplo, en un estudio realizado entre personas que acu- cosméticos_ En todos ellas se encontró una mayor prevalencia de
dían a tratamientos dermatológicos por problemas de acné, ecze- mujeres, con la excepción de los entornos cosméticos en los que
mos, caída del cabello, o problemas con las uñas, el 6,7% cumplío hubo una mayor tasa de hombres.
criterios diagnósticos claros para TDC. Esta tasa aumentabo hasta el
14% entre los personas que solicitaban procedimientos cosméticos c. Curso evolutivo y complicaciones asociadas
mínimamente invasivos (pee!ing, micro·dermo·abrasión, inyecciones Se han descrito cosos de inicio tan temprano como los cinco años
botulínicas, tratamientos con láser, etcJ. y tan tardíos como los 80 lBjornsson et al., 2013). No ob>tante, lo
El problema es que, por lo general, estos «soluciones» solo en edad de inicio habitual se sitúa en torno a los 16 años <Coles et al_,
contados ocasiones mejoran los síntomas. Los estudios que analizan 2006). aunque pueden detectarse síntomas claros o los 12 o 13 años
en qué medida se produce una mejoría sintomática después de que <Bjornsson et aL 2013). Además, por las propios características del
el paciente haya recibido tratamientos estéticos de algún tipo caín· trastorno, tiende a la cronicidad: actualmente, la probabilidad de
ciden en ofrecer cifras muy bajas de mejoría, que oscilan entre el remisión total es muy baja (en torno al 20% de los cosos tratados) y
3,6 y el 7% (Crerand et al., 2005; Phillips et al., 2001l. Si los datos las tosas de recaída son muy elevadas {en torno al 42% de los casos
se examinan desde el punto de vista de la satisfacción del paciente tratados con éxito) <Phillips et al., 2013)
con el tratamiento estético o q_uirúrgico recibido, la perspectivo es El trastorno puede permanecer muchos años sin ser diagnosti-
muy similor: en torno al 80% de los pacientes informan no estor cado: Veale et al. (1996) situaron en 15 el número de años que pasan
satisfechos con el tratamiento recibido <Veale et aL, 1996). Desde la desde los primeros síntomas clínicamente significativos hasta que
perspectiva de los profesionales de cirugía estética, los datos son el TDC es diagnosticado y, sin un tratamiento adecuado, el TDC
también reveladores. Por ejemplo, en el estudio de Sarwer C2002l, el tiende a cronificarse lPhillips et al., 2006J. Uno de los aspectos más
40% de los cirujanos señalaron que habían recibido amenazas lega- influyentes en la cronicidad del TDC es lo ocultación de los síntomas
les y/o físicas por parte de pacientes con TDC insatisfechos. Todos por parte de los afectados <Veale y Riley, 2001l. Los personas suelen
estos datos indican que la probabilidad de que los tratamientos que ocultar sus síntomas a familiares y amigos, e incluso al profesional

166
Capítulo s.

sanitario al que acuden buscando ayudo poro otro tipo de síntomas 2. TDC y trastornos por consumo de sustancias. Lo t11>0 de comor-
comórbidos que también están presentes, como ansiedad y/o bojo bilidod entre ornbos 1rastornos se encuentra entre el 30 y el 48%
estado de ánimo, pero no paro !os síntomas dismórficos. Uno de los (Philfips et al., 2005J, siendo el alcohol la sustancia n1ás uti!izada,
causas de d"1cho ocultación es la vergüenza exper"1mentoda debido probablemente como e5trategia poro reduc"ir el malestar genera-
a los preocupaciones q,ue muchos pacientes reconocen como super- do por la insatisfacción con el aspecto físico (Kelly et al., 2016).
ficiales o vanos (Veole y Neziroglu, 2010), y por los comportamien- 3. TDC y trastornos alimentarios (TA) y de la ingestión de olirneri-
tos que 1ealizan en respuesto a estas preocupaciones. La vergüenza tos. La prevalencia de los TA entre afectados de TDC es relativa-
facilita el retrai1niento y aislamiento sociales y está asociado a un mente afta. Entre el 10 y el 32,5% de las persoros con TDC pr€-
bojo estado de ánimo, confinamiento, y riesgo suicido <We1ngorden sentan también un TA <Ruffolo et al., 20061. Ambos trastornos,
y Renshaw, 2015l. especialmente lo anorexia nervioso, comporten varias caracte-
El TDC también está asociado a un pobre funcionamiento social. rísticas que plantean problemas para el diagnóstico diferencioli,
uno mala calidad de vida, y aproximadamente el 50% de las per- pues ambos trastornos se caracterizan por insatisfacción con lo
sonas con TDC están desempleadas por aspectos relacionados con imagen corporal y distorsiones asociados a la misma, además
el trastorno {Didie et al., 2006, 2008, 2012). Con todo, uno de las de que la apariencia física tiene un papel central en la eva-
complicaciones más graves asociadas al trastorno es el elevadísimo luación de la outovolío (Hartmann et al., 2015). Existen no obs-
riesgo de suicidio <Show ef al., 2016; Snorrason et ol., 2019l, q_ue tante diferencias entre ambos trastornos, especialmente cuando
es alrededor de lJ.5 veces mayor al q_ue se encuentro en población lo preocupación del TDC no está relacionada con el peso o la
general. Un estudio prospectivo o cuatro años constató q,ue hasta figura (Oidie et al., 2010; Veole y Neziroglu, 2010): entre otro>,
el 57,8º/o de los poc·1entes informaron de ideación suicida, entre el el objeto de preocupación (Hrobosky et al., 2009), la proporc"1ón
25 y el 30% había llevado a cabo un intento suicido, y un número de hombres y mujeres (más mujeres en los TAl y lo respuesta o!
afortunadamente menor {0,3%) había logrado consumar el suicidio tratamiento (Hartmann et al., 2013l. Por ejemplo, en el subti-
(Phillips et al., 2005). En consecuencia, una de las complicaciones po de dismorfio muscular, las alteraciones alimentarios (i. e.,
más graves asociadas al TDC es, sin dada, el alto riesgo de suicidio. exceso de consumo de proteínas) o el exceso de ejercicio están
Esta situación es más grave aún si se tiene en cuenta que, aunq_ue motivados por el deseo de adq,uirir masa muscular y no por el
es relativamente común y se ha descrito desde hace siglos, sigue de disminuir el peso.
siendo un trastorno infra-diagnorticado y silencioso <Fang y Wil- IJ. TDC y trastornos depresivos. Lo mayoría de los estudios revelan
helm, 2015). que la depresión mayor es el trastorno comórbido más frecuen-
te, con uno prevalencia vital entre el 36 y el 69%. la aparición
d. Comorbi/idad y diagnóstico diferencial de la depresión suele ser posterior a la instauración del TDC y
suele también ser el motivo de consulto de las personas con
Las preocupaciones por la apariencia y el aspecto físico son muy TDC, junto a síntomas de ansiedad. Por otro lado, en ocasiones
habituales en todas las culturas y, especialmente, en la adolescen- las personas con depresión mayor pueden expenmentor preo-
cia. En este sentido, el grado de preocupación y la frecuencia con cupaciones por defectos de su apariencia, congruentes con su
la q_ue se llevan a cabo comportamientos como los antes descritos, baja autoestima, pero norma,mente no se asocian a comporta-
destinados a atenuar el malestar generado por la preocupación, mientos dirigidos o atenuar el defecto percibido (o lo hacen en
así como el nivel de interferencia en las actividades cotidianas y el un grado variable, inconsistente) y desaparecen o regresan al
desarrollo personal que provocan -tonto los comportamientos como nivel normal cuando remite la depresión.
el estado de preocupación-, son los elementos clave o tener en
cuento para diferenciar entre uno preocupación normal por lo apa- 5. TDC y trastorno de ansiedad social. Aunque los tasas de preva-
lencia varían mucho, la ansiedad social es uno de los trastornos
riencia y lo presencia de un TDC. Otro aspecto crucial es, sin duda,
comórbidos más frecuentes del TDC (Veole y Neziroglu, 2010). En
el grado de convicción q_ue la persona mantiene sobre la impor-
los diferentes estudios realizados sabre el tema. se encontró q,ue
tancia y gravedad del o los defectos físicos en los q_ue centra su
entre el 12 y el 68% de las personas que tenían un TDC presen-
preocupación. Pero, más allá de q_ue las preocupaciones dismórficas
taban además un diagnóstico de ansiedad social (p. ej., Coles et
leves sean muy comunes, lo cierto es que el TDC suele coexistir con
al., 2006; Fang y Hafmann, 2010). Ambos trastornos comparten
otros trastornos mentales, lo que complico los síntomas dismórficos
varias características, entre ellas el miedo a la evaluación nega-
y su tratamiento. Entre los trastornos comórbidos más comunes se tiva (Pinto y Phíllips, 2005), la evitación de interacciones sociales
encuentran los siguientes: (Kelly et al., 2010), la interpretación de información social ambi-
l. TDC y trastornos de la personalidad. Varios estudios muestran gua como hostil o amenazante (p. ej., Buhlmann et al., 2006J, y
q,ue aproximadamente el 50% de los personas con TDC tienen la presencio de altos niveles de vergüenza <Buhlmann y Wilhelm,
también un trastorno de la personalidad (Didie et al., 2012), 2004). Sin embargo, los diferencias en el objeto de preocupa-
siendo los más frecuentes los del grupo ansioso (i. e., evi· ción e..tablecen una diferencia claro entre ambos trastornos. El
tativo, dependiente y obsesivo compulsivo). Dada la elevada foco de preocupación en la ansiedad social se centro en el com-
ca-ocurrencia de los trastornos de la personalidad con el resto portomiento ante los demás y/o en los manifestaciones visibles
de los trastornos mentales, es esperable que una persona con de su ansiedad <p. ej.. ruboracián, sudoración, temblores), por el
TDC presente algún trastorno de lo personalidad comórbido y/o miedo o que los demás lo evalúen negativamente como persono,
rasgos y carocterírticos disfuncionales de personalidad: por ton- mientras que en el TDC se centra en defectos de su aspecto y
to, es siempre necesaria una evaluación ompl'la de las caracte-
rísticos disfuncionales de la personalidad ante la presencia de
un TDC. 3 Poro una revisión, consúltese el trabajo de Phillipou et al. (2019).

167
!\~anual de ps1cop:itologí<'L '/01u111en z

en el hecho de que los demós se dan cuento de ello_ En todo los aspecto> ernodonoles del prollleina. La investigación sobre los
caso, el doble diagnóstico en estos ca~os es frecuente, porque rnecanismos cognitivos está directamente •1mculada con el modelo
ambos condiciones llevan asociados comportamientos similares cogniti·;o-conductual del TDC según el cua! ciertos sesgos de per-
(e;pecialmente, evitación sociall cepción, interpretación, y memoria de estímulos relacionados con la
6. TDC y trastornos del espectro O·C_ La tasa de coino1bilidad apariencia físico están en la base del trastorno, ya seo en su génesis
entre el lOC y el TDC se encuentro en un rango muy amplio que o en su mantenimiento. En todo caso. como sucede con el resto
oscila entre el 6 y el 38 % (p_ ej., Frare et al., 2004). El hecho de trastornos mentales, existe el convencimiento del origen multi-
de que el TDC hoya pasado o formar porte del espectro de factorial del trastorno, en el que se combinan factores biológicos,
trastornos obsesivo-compulsivos responde o la evidencio acumu- psicológicos y socioculturales. A continuación, se resumen los 11ue
lada sobre las similitudes entre ambos trastornos_ No obstante, cuentan con alguna evidencio empírica.
además de las diferencias en el contenido de las intrusiones y (f) Factores neurobiológicos
preocupaciories y en el tipo de comportamientos repetitivos. las
personas con TDC suelen presentar peor insight, mayores tasas Los teorías biológicas del desarrollo del TDC se basan. por un lado,
de suicidio y mayor comorbilidad con depresión que las perso- en lo desregulación de la serotonina y, por otro, en los alteraciones
nas con TOC (p_ ej., Phillips et al., 2007L neurológicas_ Desde lo biología, el desarrolla del TDC se ha centra-
do en la desreguloción del sisten1a y los receptores serotoninérgi-
7. TDC y trastorrios del espectro de las psicosis. Como ya se ha
cos <Grant y Phillips, 2005)_ Sin embargo, el debate está abierto ya
comentado, el nivel de insight eri personas con un TDC puede ser
Q.Ue los síntomas exacerbados tras lo reducción del triptófono <un
escaso o, en cosos extremos, prácticamente inexistente: algu-
aminoácido precursor de lo serotonina} no es especifica del TDC, y
nos personas creen realmente q_ue tienen uno o varios defectos
la desregulación del sistema serotoninérgico podría ser uno conse-
físicos realmente importantes y buena parte de su existencia
cuencia, y no la causa, de la respuesto inhibitorio del cerebro en los
gira en torno a esa creencia, hasta el punto de c¡ue el grado de
circuitos froritoestriados, cuyo función es reducir la ansiedad <Veale
convicción con 11ue la mantienen es similor al que presenta una
y Neziroglu, 2010).
persona con delirios_ La ausencia de otros síntomas sugerentes
de un trastorno psicótico primario {alucinaciones, delirios no (2J Alteraciones en los procesos cognitivos y emocionales
relacionados con defectos, trastornos formales del pensamiento, (procesamiento de la información)
síntomas negativos, etc.l, ya sea en el episodio actual o en la
historia reciente de lo persona, junto la presencia del resto de Los estudios sobre los mecanismos cognitivos subyacentes al TDC
características clínicas del TDC, indican c¡ue lo persona presenta han mostrado diferentes sesgos en la percepción, interpretación y
este trastorno y no otro de riaturaleza psicótico. memoria de estímulos relacioriodos con lo apariencia en personas
con el trastorno (para una revisión detallada, véase Johnson et al.,
8. TDC y ansiedad generalizada. El estado constante de preocupa- 20181_ En distintos estudios, se ha encontrado Q.Ue las personas con
ción por la posibilidad de que ocurran diversos acontecimientos un TDC presentan una mayor tendencia a centrarse en los deta-
de la vida cotidiano es una característica esencial de la ansie- lles <Deckersbach et al., 2000l, dificultades en el procesamiento de
dad generalizada_ Se trata de una preocupacióri orientada al caras (Feusner et al., 2011; Yaryura-Tobios et al., 2002) y una aten-
futura y centrada en eventos que pueden suceder, mientras que ción selectiva visual a los defectos o imperfecciones, tanto en ellos
las preocupaciones dismórficas se circunscriben o defectos en mismos como en los zonas correspondientes en caros desconocidas
el propio aspecto físico (actual, pasado, y futuro) y, en todo lGreenberg et al, 2019). También se han encontrado déficits en el
caso, o cómo esos defectos pueden interferir en la vida coti- procesamiento emocional (8uhlmann et al., 2006), relacionados con
diana (amistades, trabajo, etc_). Además, los comportamientos una predisposición a malinterpretar las expresiones faciales neutras
asociados a las preocupaciones dismórficas no se producen en de forma negativo_
la ansiedad generalizada_
9. TDC y disforia o discordancia de género. Tanto cuando se pre- (3) Factores de riesgo
senta en la infancia como si lo hace en lo adolescencia o en la Entre ellos destacan, en primer lugar, las experiencias tempranas
vida adulta, la disforia de género se caracteriza por la insatis- negativos. Un buen número de pe~sonos con TDC informan de expe-
facción <y malestar asociado! que siente lo persona debido a lo riencias negativas en la infancia. En un estudio sobre la aparición de
incongruencia entre su sexo biológico y el gériero con el que imágenes espontáneas en el TDC, Osman. et al <2004) encoritraron
la persono se identifica. La consecuencia entre la incongruen- que lo mayoría de las personas con TDC experimentaban frecuente-
cia con la identidad sexual ctue marca la biología y lo q_ue la mente imágenes relacionadas con un evento anterior estresante de
persona siente ciue es y significa su propia identidad sexual, es burla o acoso por algún aspecto de la apariencia, o por los cambios
el deseo de modificar sus características sexuales primarias y de apariencia típicos de la adolescencia. Buhlmann et al. (2007)
secundarias para ajustarlas a su identidad de género. Esta incon- también encontraron ciue, en comparación con población general,
gruencia no es delirante y se centro exclusivamente en lo expe- los personas con TOC informaron haber experimentado más episo-
riencia subjetiva de esa morcada incongruencia entre el género dios de burlas tanto por la apariencia como por alguno habilidad
sentido y el sexo biológico. en general. las cuales se asociarori con la gravedad de los síntomas
dismórficos.
e. Etiología
En segundo término, los factores socioculturales que, aun siendo
La mayor parte de los estudios publicados sobre los mecanismos importantes en cualquier trastorno mental. en el TDC lo son espe-
y procesos que subyacen a lo psicopatologío del TDC se han cen- cialmente dado el objeto de preocupación (la apariencia física) y
trado en lo cognición, y solo unos pocos han abordado ademós la presión social en relación con la imagen corporal. La continuada

168
capítulo 5. lr2s,or110 .'}bsesivo-compuls1vo y traso:ornos re1ac1onados

exposición a estándares irreales cie belleza en los medio> podría Pspejo. camufiar el defecto o evitar situaciones sociales, las perso
t<:ner un irnpacto en el desanollo del TDC, favoreciendo y/o forta- nas con lDC están intentando reducir o evitar emociones negativas
leciendo las creencias sobrevaloradas sobre el atractivo físico y la como ansiedad, asco o depresión.
sobreestimac1ón del significodo y la importancia de ser físicamente Por su parte. lo propuesto de David Veale (2001, 200lll se cen-
atractivo presente en ecte troctorno. tra en el rol de los i1nágenes, los sesgos atencionales y en proce-
sos cognitivos como la rumiación. El concepto del «yo» como un
(/1) Modelos y teorías cognítívo-conductuales generales
objeto estético es también un elemento clave del modelo y hace
Desde la perspectivo cognitivo-conductual se han propuesto varias referencia a la experimentación de uno extrema autoconsciencio y
teorías y modelos para explicar el desarrollo y mantenimiento del a una autofocalización en la imagen distorsionada. El ciclo comien-
TDC_ Todas ellos comporten la premiso de que las emociones y los za con lo activación de la representación externa de lo imagen
comportamientos están determinados por la forma en que unas corporal de la persona. Es entonces cuando se pone en marcha el
y otros so11 i11terpretados y. por tanto, q_ue la modificación de los proceso de atención selectiva y la persona se centro en aspectos
patrones desadaptativos o disfuncionales de pensamiento, creen- de la representación externa <p_ eJ., el reflejo en el espejo). lo cual
cias y comportamientos, conducen a una mejoría en los síntomas conlleva a un aumento de la outoconsciencia y a la exageración
dismórficos. También incorporan dentro de la génesis del trastorno, relativa de ciertas características (el «yo» como objeto estético)_
los factores de riesgo de tipo biológico, psicológico y social mencio- Como resultado de este proceso, la persona con TDC construye una
nados antes_ Sin embargo, coda modelo enfatiza más unos aspectos imagen mental, una representación, distorsionada de su imagen cor-
q_ue otros. Algunos incluyen el concepto de sensibilidad estética, poral. La imagen es utilizado poro construir el modo en que la per-
el concepto de «yo» como un objeto estético (p. ej., Baldock y sona se ve en el espejo y, además, le brinda información sobre cómo
Veale, 2017), el aprendizaje social y el condicionamiento operante le ven los demás. Esta imagen también suele ser vista coma si fuese
<Neziroglu et al., 2004, 2008), mientras que otros se centran más en de otro observador, desde uno perspectiva externa, como ocurre en
aspectos neurobiológicos <p. ej., Feusner et al., 2008; Yaryura-Tobias la ansiedad social y en las experiencias de despersonalización. La
et al., 2002). En este apartado resumimos los tres modelos teóricos activación de la imagen ectá asociada a su vez, con un aumento en
q_ue han tenido mayor influencia en el estudio actual del TDC y que, la outofocalización_
en cierto modo, resumen los aspectos relacionados con este trastor- El siguiente paso es lo activación de \l{]lores y supuestos acerca
no. Aunque estos modelos fueron diseñados específicamente para el de la importancia de la apariencia (p. ej.: «Si no soy atractivo, no
TDC, incorporan varios elementos del modelo cognitivo-conductual vale la peno vivir», «Si soy defectuoso, estaré solo toda mi vida» l.
de lo ansiedad social, del TOC, y del modelo cognitivo de aprendi- En el TDC, lo apariencia define en gran medida la identidad de la
zaje social de la distorsión de lo imagen de Cosh (2002). persona, junto a otros valores como la aceptación social. el perfec-
En primer lugar, la propuesta de aprendizaje social de Fu gen cionismo, la simetría, o lo juventud, lo cual a su vez refuerza el «'JO»
Neziroglu et al. (2004, 2008J hace hincapié en el condicionamiento como objeto estético. Este modelo también tiene en cuento procesos
clásico y operante, así como en el papel que tienen los marcos rela- cognitivos relacionados con la preocupación, como las metocog·
cionales en el desarrollo de las creencias relacionadas con el TDC. niciones. Las personas con TDC se preocupan de forma anticipa-
Según esta propuesta, las experiencias tempranas, tonto positivas da por eventos futuros, y realizan constantemente comparaciones
como negativas, pueden hacer q_ue una persona se focalice en la entre los distintos tipos de imágenes Cla representación externo, lo
apariencia, lo que contribuye a la formación de creencias nucleares imagen corporal ideal y la distorsionada). Las comparaciones repe-
acerca del valor del atractivo físico. Otro aspecto importante es el tidos entre las tres imágenes generan dudas e incertidumbre sobre
aprendizaje social o vicario. El ejemplo más cloro se encuentra en la opariencia real, lo que refuerza el comportamiento de mirarse en
los medios de comunicación, que envían constantemente mensajes el espejo. El deseo del paciente por saber exactamente cómo luce,
relacionados con la importancia del aspecto físico y del éxito de solo se ve satisfecho al mirarse en el espejo. Sin embargo. cuanto
las personas atractivas_ Posteriormente, el desarrollo de los sínto- más tiempo paso mirándose en el espejo, peor se siente, y más se
mas dismórficos comenzaría a través de experiencias aprendidos refuerza la creenc·1a en el defecto y en lo fealdad. Generalmente
mediante condicionamiento clásico. Neziroglu et al. (2008> ilustran existe una gran discrepancia entre la imagen corporal deseado y la
este proceso con un ejemplo en el q,ue un evento aversivo relacio- real, lo q_ue induce un estado de ánimo depresivo.
nado con el aspecto físico, como ser acosado por tener una cabeza
grande (estímulo incondicionado, ED, genera vergüenza (respuesta
incondicionada, Rll, lo q_ue posteriormente conduce a la experien- Imagen corporal. Constructo multidimensional referido
_Ji
cia de vergüenza o desagrado con cualquier aspecto asociado a la a cómo se experimenta el propio cuerpo, especialmente
cabeza, como por ejemplo la línea del pelo (estímulo neutro, ENl. con respecto, pero no exclusivamente, al aspecto físico. La
Como el acoso es percibido como aversivo, la líneo del pelo también imagen corporal tiene dos componentes complejos y 1nulti-
es percibido de la misma forma, generando ambos estímulos la mis-
facéticos: el perceptivo, y el actitudinal.
ma respuesta de vergüenza.
Un segurdo aspecto importante de esta propuesto es su relación
con la teoría de los marcos relacionales{Hoyes et al., 2001) q_ue, a Otro componente importante del modelo son las emociones,
través del condicionamiento clásico y operante, busca explicar !a entre las que destacan los siguientes: {a) vergüenza interna o asco
naturaleza generativo del lenguaje y las cogniciones Con respecto hacia sí mismo; (bJ lo vergüenza externa por el temor a cómo se
al mantenimiento del problema, Neziroglu et al_ {2008) proponen va a ser evaluado por los demás; {c) tristeza y desesperanza tan-
q_ue el TDC se mantiene a través de condicionamiento operante. to por el fracaso en conseguir los estándares estéticos, como por
específicamente mediante el refuerzo negativo. Al mirarse en el los dificultades en el área social; (d) rabia y frustración hacia sí

169
11/lanua: de ps1copa:ología. Volumen ?

mismo y hacia los deniás, y, (el culpa por drnlor su oporienria yn pensotorios», conio lo comprobación. la ocultación y/o el camuflaje
sea por s1 mismo o mediante intervenciones estéticos más o menos del/os delecto/s, o la evitación de situaciones sociales y/o de per·
agresivas. Por últirno. los comportamientos que lo'> per'>onas reali- sanas que pJedan activar un estado emocional negativo. Se postulo
zan en 1espuesto a los preocupaciones son uno de los factores de que estos comportamientos claramente disfuncionales mantienen
rnontenimiento más importantes del trastorno de acuerdo con este las creencias e interpretaciones disfunc1onales vía refuerzo negativo,
autor. Aunque inicialmente disminuyen el malestar o lo incertidum- puesto que permiten reducir el estado emocional negativo o corto
bre, son contraproducentes, pues incrementan la outoconsciencio, plazo fl modelo reconoce lo influencio q_ue pueden tener otros fac-
lo preocupación y las valoraciones negativas Además. requieren de tores en la génesis y/o el mantenimiento del trastorno, tales co1no
un esfuerzo mental y atención enormes, conducen a un rnayor con- lo sensibilidad al rechazo, el miedo a la evaluación social negativo,
trol de la apariencia, objetivamente pueden empeorar el aspecto experiencias tempranas, valores familiares y culturales, o factores
físico y, con ello, aumentar la atención de los demás sobre lo propia neurobiológicos y genéticos todavía en estudio_
apariencia. Una buena parte del modelo se susterita en datos procedentes
Lo tercera propuesta importorrte es la que planteo Sobine de diversas investigaciones sobre lo presencia de sesgos atenciona-
Wilhelm (2006). Esta autora ha elaborado un modelo explicativo les, perceptivos e interpretativos. Sin embargo, no hay prácticamen-
general sobre el TOC que guarda muchas semejanzas con el actual te datos que avalen el supuesto inicial (i_ e.. que las preocupaciones
modelo cognitivo del TOC y que se resume en la Figuro 5.2. El sobre defectos en la apariencia físico son comunes y seguramen-
modelo parte de asumir que. si bien todas las personas experimen- te universales). ni sus consecuencias funcionales (i. e., emociones
tan pensamientos negativos sobre la apariencia, los personas con negativas y comportamientos compensatorios) en personas con TOC
TDC reaccionan de manero disfuncional a tales imágenes y pensa- y en diferentes contextos sociales y/o culturales. Esta cuestión es
mientos. La disfuncionolidod se traduce en sesgos como la atención importante, en nuestra opinión, por dos motivos: primero, porque
selectivo a los defectos físicos, separándolos de la totalidad de la si se quiere establecer un paralelismo entre el TDC y el TOC, es
apariencia, lo que provoca que se perciban como más importantes necesario obtener datos que lo avalen; segundo, porque todas las
y «grandes» de lo que en realidad serían si se tuviera en cuenta el variables que contiene el modelo, desde las preocupaciones hasta
contexto general. A partir de aquí. entran en juego otros sesgos de las emociones, las creencias y los comportamientos, asumen la idea
tipo interpretativo. tales como la sobrevaloración de lo importancia de dimensionalidod o continuo desde la normalidad hasta la psico-
del aspecto físico, presencia de estándares muy elevados y exigentes patología. Y aunque la literatura científica aporta datos parciales
sobre la belleza y la perfección de la propia apariencia, además de sobre ello, hay pocos datos que analicen, de manero conjunta, lo
sesgos de interpretación autoreferenciales en situaciones sociales. dimensionalidad de toles variables y su relación funcional con los
El siguiente paso del modelo propone que estos sesgos activan preocupaciones sobre defectos en la apariencia.
un estado emocional negativo (ansiedad, vergüenza, asco, disforia}, Entre los pocos datos disponibles sobre este importante modelo
que la persono intenta regular mediante comportamientos «com- se encuentran los obtenidos por las autoras de este capítulo. Los

DISPARADORES VULNERABILIDAD
Estrés. disforia. problemas (
Experiencias vitales,
relacionales, comentarios Intrusiones sobre defectos en lo apariencia (
·-· - valores sociales-
negativos, cambios culturales y familiares,
físicos (odolescencio,
embarazo), etc.
l personalidad (sensibilidad
al rechazo. miedo a
fo evaluación socioll,
creencias nucleares
Atención selectiva y \ ' Interpretación
(perfeccionismo, rigidez),
localización excesivo ,J -- disfuncional
neurobiología y genético
'' --..,
..
,- -- ~

(historia fomilior de

(
l
Emociones negativas (ansiedad. culpo, osco J (
depresión, trastornos 0-C,
ansiedad social, tics. etc)

Estrategias de neutrolización/control
~
• Evitar (situaciones sociales, luces brillantes .. .)
·Rituales (tocarse, mirarse en el espejo, maquillarse, ocultar ...

) ) Figura 5.2.. Modelo cognitivo-conductual del trastorno dismórfrco corporal (adaptado de Fang y Wilhelm, 201s¡.

uo
Cctpítulo 5. Trastorno obses1vo·cornpc1ls1vo v l"2s1ornos re:acionr.dos

resultados avolar1, en cortjur1lo, lo5 supuestos enunciados_ En un estu- y las lllO'lf'dos que utilizaba paro pagar a los vehír.ulos que se
d;o con más de 900 personas de la poblanón ge11eral, encontramos encon11oba de coro al conducir o los que le adelantaban en la
que la práctico totalidad había experimentado intrusiones mentales correiera, todos los documentos que po:A1bun poi sus manos en el
(imágenes, pensamientos, impulsos) desagradables sobre defectos trabajo, los personas con los que se cruzaba por lo calle, etc. El
de la apariencia, siendo los más habituales las relacionadas con paso siguiente fue guardar todos los billetes y monedas en cajas y
lo necesidad de hacE'f algo para ocultar o disimular E'I defecto. La Cmicomente utilizaba tarjetas de crédito. Adernós, 1in que su mari-
frecuencia de estas intrusiones ero mayor eri las mujE'res y s11 interi- do lo supiera, alquiló uno nuevo viviendo junto a lo suyo en la que
sidad disminuía con la edad. Por otro lado, el 13 % de las personas seguía guardando cajas, papeles de todo tipo, ropas y zapatos ya
cumplía criterios diagnósticos para el TDC, si bien a partir de un inservible> y, en ocasiones, bolsas de basura doméstica que solo se
instrumento de cribado pero no de una entrevista diagnóstica indi- decid fa a tirar cuando notaba Uíl fuerte olor o pod1 ido. Por supues-
vidualizada (lo que puede influir en un exceso de fal>os positivos) to, guardaba en un ormario especial todas los tarjetas de memoria
las intrusiones y preocupaciones sobre defectos más molestas y de 101 teléfonos móviles que utilizaba poro sus «reportajes», que
frecuentes se asociaron funcionalmente can estados emocionales era como denominaba a sus fotos y videos Lo razón que aducía
negativos (ansiedad, tristeza), creencias disfuncionales sobre la poro este comportamiento ero e>ta: «En cualquier momento puedo
importancia del aspecto físico, y con estrategias de neutralización querer recordar algo, por ejemplo, si le puse el plátano a mi hijo en
y controi (sobre ~odo, control social). En otro estudio, estos mismos lo papilla, o si el coche con el q_ue me crucé era el de un conocido,
resultados se pudieron observar también en un grupo de personas o si hice bien el adelantamiento, o si el billete con el que pagué
con TDC diagnosticado que acudían a tratamiento psicológico por en el súper tenía uno numeración especial, y entonces puedo ir o
su trastorno (Giraldo-O'Meoro y Belloch, 2017, 2018, 2019). En con- comprobarlo ___ Son cosos que forman porte de mi vida y no quiero
junto, nuestros datos avalan la universalidad de las preocupaciones olvidarlas ... Tirarlas serlo perder una parte de mi ... de mi memoria
dismórficas, su carácter dimensional desde la normalidad hasta lo como persona, me siento bien si sé que los tengo ahí, poro mirarlas
patología, la validez de los modelos cogrntivo-conductuales, como el o revisarlos cuando quiera». Cuando guardaba objetos o los foto-
de Wilhelm, para explicar el TDC, y las similitudes fenomenológicas grafiaba sentía alivio y bienestar, mientras que cuando su mondo
entre este trastorno y el TOC. tiraba cualquier coso se enfadaba muchísimo e intentaba recupe-
rarlo. Lo vivienda alquilado estaba absolutamente abarrotada de
Los tres propuestas que acabamos de resumir integran los
objetos y su hogar empezaba también a presentar abarrotamiento
aspectos más investigados sobre el TDC y, sobre todo, se ajustan a
de objetos en algunos zonas (su despacho, especialmente, pero
la fenomenología del trastorno tal y como se presenta en q_uienes
también porte de la cocina y los cuartos de boíío)_ Cuando acudió
lo padecen. No obstante, aunque algunos supuestos y procesos de
a nuestro consulta. presentaba uno depresión mayor y su motiva-
estos modelos tienen apoyo empírico, otros aún carecen de la sufi-
ción poro seguir un tratamiento era muy escosa. Lo única razón
ciente evidencia.
que esgrimió fue esto: «Quiero que me ayuden a contr0lor un poco
el problema en cosa, porque mi marido me ha amenazado con
C. Acumulación separarse de mi y quedarse con lo custodio del niño_ .. yo solo quie-
ro sobrellevar esto un poco y aguantar ho>ta que mi hlJO puedo
Amparo. de 4-2 años, tiene un hijo de 5. y trabaja en una empresa
valerse por sí mismo. poro entonces poder irme a vivir solo y hacer
multinacional en toreas de gran responsabilidad. El embarazo estu- todo lo que me venga en gana con mis cosos ...». Su conciencio del
vo rodeado de problemas médicos graves q_ue lo obligaron aguar- problema ero, obviamente, escosa. entendía que a su marido le
dar reposo durante prácticamente los nueve meses de gestación y. molestara su comportamiento, pero se excusaba diciendo que por
después del porto, precisó ingreso en cuidados intensivos durante eso rozón había decidido alquilar Jo otra caso.
un mes. Cuando regresó o su hogar, yo recuperado, comenzó a
incrementar su comportamiento acumulador que. hasta entonces,
se restringía a guardar la mayoría de facturas y tickets de lo que a, Caracterización clíníca y criterios para el diagnóstico
adquiría diariamente. Comenzó por guardar los cajas y los papeles la característico principal del trastorno por acumulación es la difi-
de regalo en los que habían estado los ropas y cualquier otro obje- cultad persistente de deshacerse de posesiones independientemente
to relacionado con su bebé y fue aumentando paulatinamente los de su valor real, que interfiere de forma clínicamente significativo,
cosos que guardaba relacionados con el niño (p. ej., los cajas ya como ejemplifica el caso anterior. Las personas con esta alteración
vacíos de cereales, de leche, de huevos, botellas de agua, etc.)_ Al tienen dificultad para deshacerse de los objetos de cualquier modo,
poco tiempo, guardaba también los pieles o cualquier desperdicio es decir, tonto si se trato de tirarlos como de reciclarlos, regalarlos,
de comido que habían consumido en la familia, lo que ocasionaba donarlos o venderlos. por lo que acaban «conservando» o «acumu-
grandes disputas con su parejo que terminaba por tirar la basu- lando» muchas más posesiones que la mayor parte de las personas.
ra acumulado_ A partir de entonces, todas lo> noches, cuando la los objetos pueden ser de cualquier tipo y valor: desde las que lo
familia estaba en lo cama, se vestía de nuevo y solía o la calle a mayoría de personas definirían como inútiles o de poco valor (p_ ej.,
«comprobar si hay algo en los contendores de basura del barrio publicidad, periódicos viejos, cajas vacías de medicamentos o de
que mi marido ho)tl tirado sin yo enterarme». No recogí o nado ropa, etc.), hasta objetos de valor como ropa sin estrenar, apara-
(por temor o los disputas familioresl, pero hacía fotos de todo lo tos eléctricos que pueden conservar en su cojo original sin desem-
que contenían esos contenedores «por si se me escapa u olvida balar, o joyos. Aunque prócticomente cualquier objeto puede ser
oigo importante, poder comprobarlo y recordarlo después». En susceptible de ser guardado y acumulado, los más habituales son
muy poco tiempo, «descubrió» en su teléfono móvil un gran alia- ropas. cosas de papel como revistas, periódicos, correa, documentos
do y comenzó o fotografiar cualquier coso que se «cruzara» en o libros. lápices/bolígrafos, música, videos y cajas (Pertusa et aL.
su camino, tonto en su cosa, como en el trabajo: desde los billetes 2008). Aunque en muchas ocasiones se conservan/guardan objetos

i7I
Manual d2 psicoratoloJia. Voiumen 2

por el simple hecho dr q,11e han «entrado en casa», se estimo q_ue trastorno, pero con frecuen~io cubre niá> del 70% del hogar íPer-
entre un 80 y un 100% de las personas con trastorno de oc.urnuloción tusa et al, 2008), abarcando también en algunos casos el jardín, el
también adquiere de fo1rna excesiva, bien seo comprando, recogien- vehículo, o el hogar de familiares. En el caso de nuestro paciente, el
do cosos gratuitas de lo calle u Objetos que otros han desechado, abarrotamiento se daba sobre todo en la vivienda que había adq_ui-
por ejemplo, en contenedores y, con menor frecuencia_ robando rido ad hoc para su comportomiPnto acumulador, además de en su
(Steketee y Frost, 2011.t}_ Esta característico, la adquisición exce- espoc10 personal (su despacho).
siva, es un especificador en el DSM-5 Algunas personas acumulan En casos extremos puede asociarse a situaciones de abaridono
también animales domésticos (gatos y perros, especialmente) o los o negligencia en el propio cwdado y a miseria doméstico o condi-
q_ue no pueden asegurar una correcta riuhición, higiene o salud. ciones insalubre> en lo viviendo. Aunque en la actualidad hay poco
Aunque hay pocos estudios ol respecto, los que existen sugieren investigación sobre la relación entre el trastorno de acumulación y
que esta último modalidad podría considerarse como un subtipo las condiciones insalubres en la vivienda, que a menudo se han reco-
del trastorno y, de hecho, se sugirió como un posible especificador gido bajo el término de síndrome de Diógenes", es importonte dori·
para ei DSM-5 q_ue finalmente no se ho incorporado_ En todo coso, ficar q_ue ni todas las persorias que viven en situaciories de miseria
si ben el comportamiento de acumular animales comparte síntomas doméstico presentan comportamientos de acumulación, 11i todas las
con el patrón general observado en q_uienes acumulan otro tipo de personas que tienen trastorno de acumulación viven e11 situaciones
elementos, implica un mayor peligro y riesgo tanto para la persona insalubres. como ejemplifico el coso de nuestro paciente_ De hecho,
como paro los animales. en la 1nayor parte de los personas con trastorno de acumulación no
El comportamiento de acumulación se produce porque la per- se observan las características centrales del síndrome de Diógenes
sona siente lo necesidad de guardar los objetos para así evitar el <i. e., negligencia y miseria doméstica) (Pertusa y Fonseca, 2014-J,
malestar que le provoca deshacerse de los mismos. Se han estable· ounq_ue algu11os estudios sugieren una elevada prevalencia de mise-
cido tres grandes categorías de motivos: por su valor emocional, por ria doméstico entre los pacientes can trastorno de acumulación del
su valor instrumental o por su volor intrínseco (estético en la mayor 35 al 72% tKim et al., 2001; Luu et al.. 2018> En los casos en que
parle de los casos) (Frost et al., 2012)_ Con frecuencia se acumulan se observe que la que persono con trastorno de acumulación vive
objetos por su valor sentimental dado q_ue los objetos se asocian a en una situación insalubre, habrá que valorar si se trota de uno
personas o sucesos relevantes de lo vida. Por otro lado, muchas per· consecuencia de la imposibilidad de limpiar debido a la congestión
sonas acumulan objetos inútiles de los q_ue les cuesto desprenderse, del hogar, si se asocio o uno alteración de las funciones ejecutivas,
lo que indica q_ue el comportamiento en sí de acumular objetos o si la acumulación de basura es consecuencia de q_ue lo persona
es dimensional. La diferencia entre la acumulación patológica y la atribuye algún valor instrumental o sentimental a eleme11tos inso"
normal es que, en el primer caso, son muchos los objetos a las q_ue lubres como comida podrida o productos corporales {p. ej .. heces>
se les atribuye valor sentimental y, por tanto, un grado disfuncional <Norberg y Snowdonse, 2011.t; Snowdon et al., 20!2). Esta es una línea
de apego: Amparo, la paciente q,ue hemos descrito, lo expresaba de investigación abierta, y sobre la que quedo mucho por explorar.
con claridad «Forman porte de mi vida y no quiero olvidarlas»). Es importante enfatizar q_ue la acumulación es una consecuen·
Además, los objetos proporcionan bienestar emocional («Me siento cío a1nbie11tal de las dificultades descritas anteriormente para
bien si sé que los tengo ahí, para mirarlos o revisarlos cuando quie- deshacerse de objetos, osí como de las adquisiciones excesivas.
ra») e, incluso, forman porte de su identidad («Tirarlas sería perder
uno parte de mi ... »)
En otros casos, los objetos se acumulan porque se considera que
4- Se hon empleado diferentes términos como síndrome de Diógenes,
tienen un valor instrumental, q_ue pueden tener una utilidad futura.
miseria doméstico grave. miseria senil, negligencia con el autocuidado
En este sentido, algunas personas con el trastorno sienten una gran
(en inglés: severe domestic squofor; senile breakdown self·neglecf!
responsobilidad respecto al destino de sus posesiones y hacen todo para referirse a aquellas personas cuyo hogar está tan sucio, de-
lo posible por evitar derrochar y deshacerse de oigo q_ue pudiera sastrado e insalubre, q_ue personas de su mismo contexto y cultura
tener aún una vida útil. También se puede acumular por miedo a consideran que es esencial una limpieza en profundidad y despejar el
perder información relevante, a menudo asociado a la baja con· hogar. Aunque en la actualidad no hoy u11a definición consensuada
fianza en la propia memoria y a lo necesidad de control sobre los sobre este cuadro y se conoce poco sobre su etiología, hay acuerdo
bienes. Nuestra paciente lo expresaba así: «por si se me escapa u en incluir en su descripción lo presencia de negligencia doméstica y
olvido algo importante, poder comprobarlo y recordarlo después ... falta de higiene personal. Además, o menudo se han descrito com·
en cualquier momento puedo q_uerer recordar oigo»_ portamientos de acumulación: posesiones apiladas en el hogar q,ue
Las dificultades para desprenderse de los objetos dan lugar a dan como resultado dependencias abarrotadas q_ue no pueden ser
una acumulación tal, q_ue los espacios habitables se abarrotan y utilizados poro lo q,ue fueron diseñados. Lo acumulación en este con·
texto o menudo se refiere a objetos sucios, alimentos en mol estado,
congestionan de forma que su uso se ve comprometido y no pueden
o basura humana o animal q,ue se acumula de forma indiscriminado,
ser empleados paro aquello paro lo q_ue fueron diseñados. El DSM-5
sin un propósito o finalidad. Los hogares o menudo desprenden un
especifica q_ue se trata de espacios habitables, poro descartar que
olor nauseabundo debido a lo mezclo de comido en estado de putre·
la congestión se dé en otros espacios como trasteros o garajes don· facción, excrementos e infestación. Se estimo q_ue entre las personas
de es frecuente, en población general, q_ue se observe congestión y mayores de 65 años que viven en condiciones insalubres. un tercia
abarrotamiento. Además, tanto el DSM-5 como la CIE-11 establecen vive en hogares abarrotados/congestionadas por objetos. De estos,
q_ue en caso de que no seo visible la congestión del hogar, será dos tercios prese11ton algún tipo de trastorno diognosticoble q_ue pue-
debido a q_ue terceras persorias lo despejan. El nivel de conges- de explicar los situaciones ambientales, siendo en la mayor porte de
tión, desorden y abarrotamiento del hogar varía entre pacientes los casos demencias, daños cerebrales relacionados con el alcohol.
de moderado o elevado y es una forma de valorar la gravedad del esquizofrenia o trastorno delirante (S,nowdon y Hallidoy, 2006).

172
Capítulo 5. Trdstorno o!Jses1vo-cornpub1vo y trastornos relac1onados

A estas dificultades se une lo dificul1ad para te11e1 los posesiones que hoyo más probabilidad de fallecer en caso de incendio, ame-
ordenadas, que se ha asociado con déficits de procesamiento de lo nazas que son 1nás evidentes en personas 1nayores (Kirr1 et al., 2001;
información relacionada con la categorización, atención y tomo de Steketee y Frosl, 2014). En los casos más graves puede ser tanibién
decisiones (Steketee y Frost, 2014). De hecho, las dificultades en la una amenaza paro la seguridad y salubridad de las personas que
tomo de decisiones están involucrados en todos los característicos viven cerca de la afectado y, obviamente, sobre todo para quienes
cenfrole> de la acumulacion: la adquisición, las dificultad en desha- conviven con ella.
cerse de algo, y el abarrotamiento y congestión de los hogares_ Lo
veremos más adelante. Lo persono que acumula, con frecuencia e, Co1norbilidad y diagnóstico diferencia!
tiene mezcladas cosas de valor con otros que no lo tienen (p. ej, Antes comentamos que el comportamiento acumulador debe ser
periódicos y trípticos viejos con documentos importantes como la entendido, en sí mismo, desde una perspectivo dimensional: todos
escritura de su caso, o tornillos y tuercas desgastadas can joyas). guardamos objetos inservibles o inútiles, o nos cuesta desprender-
El comportamiento de acumulación i1npide llevar una vida nor- nos de ellos, aunque sepamos que no nos sirven, o adquirimos más
1nal y adaptada o las normas sociales, y provoca importantes inter- cosas de las que realmente necesitamos e, incluso, podemos llegar
ferencias debido, por ejemplo, a la ocupación de estancias de la a utilizar. En determinados épocas de la vida. además, (p. ej., en la
vivienda que impiden dormir cómodamente en lo cama o cocinar, adolescencia), lo acumulación tiene más q_ue ver con prestar poca
la vergüenza asociada a la acumulación de objetos que hace que la atención o ciertos cosas (p. ej., procastinor la tarea de ordenar lo
persona evite tener visitantes. o la inversión a nivel económico que propio habitación) porq_ue el interés está puesto en otras (p. ej.,
supone la adquisición excesiva. Clínicos y familiares frecuentemente chatear con amigos. estudiar, jugar, etcJ: es el típico caso de la
expresan que los pacientes tienen un bajo n·1vel de insight sobre la habitación abarrotada de cosas del adolescente que desespera a
presencia o la gravedad de sus síntomas. Se estima que la mitad de sus progenitores. Otro caso, no menos habitual, de acumulación nor-
los pacientes tienen un bajo insight, que además es menor que el mal es la que llevan o cabo personas a las que les gusta coleccio-
observado en pacientes con otros trastornos del espectro. Este bajo nar y guardar objetos. En estos casos la adquisición es claramente
nivel de insight se ha asociado o la naturaleza egosintónica de la selectiva, planificada, y dirigida a una finalidad concreta. Además,
sintomatología. No obstante, no está claro hasta qué punto el bajo las «posesiones» se suelen mantener organizadas de algún modo,
insight se debe a la incapacidad paro valorar que tienen un proble- cuidadas, y no simplemente amontonadas.
ma y las complicaciones que este provoca en su día a día {p. ej., Por tanto, en ningurio de esos casos estaríamos ante un trastor-
incapacidad para reconocer que la congestión del hogar interfiere no de acumulación. Además, las personas con este trastorno sue-
en su día a día) (i. e., anosognosial, o si se debe a la presencia de len presentar comorbilidad con otras condiciones. Se estima que la
ideas sobrevaloradas sobre Ja importancia de las posesiones y de mitad de ellas presento también un trastorno depresivo mayor. Tam-
guardar objetos que pueden ser utilizados en el futuro, o si se trata bién son frecuentes los trastornos de ansiedad, espec'ialmente los de
más bien de un comportamiento defensivo consciente o inconsciente ansiedad social y ansiedad generalizada. Otros trastornos, como los
(Worden et al. 2014J. del control de los impulsos, especialmente en condiciones asociadas
b. Epidemiología, curso evolutivo y complícaciones a la adquisición, como la cleptomanía o la compra compulsiva, así
como el trastorno de déficit de atención con hiperactividad (TDAHl,
asociadas son asimismo relativamente comunes. No obstante, en los estudios
La edad media de inicio de las síntomas de acumulación se ha esta- que examinan lo acumulación en el TDAH este trastorno se suele
blecido en los 13,4 años. La mayor parte de los personas con tras- evaluar con autoinformes, por lo que sería más apropiado hablar de
torno par acumulación (80%) describen un inicio de los síntomas la presencia de síntomas de TDAH en personas con trastorno de acu-
anterior a los 18 años y el 60 % lo describen anterior a los 12 ai'ios mulación, especialmente en relación con el componente atencional
{Grisham et al., 2006). La acumulación se considera un trastorno (Wheaton y Van Meter, 2014J.
crónico que se va agravando con la edad (Ayers et al., 20J3l. También es frecuente lo comorbilidad con trastornos de la per-
Aunque los datos de prevalencia del trastorno son dispares, en sonalidad, especialmente con el obsesivo-compulsivo: de hecho, uno
parte debido a que hasta las versiones actuales del DSM (APA, 2013) de los síntomas de este último es la incapacidad para deshacer-
y la CIE-11 (QMS, 2019) no se han definido con claridad los criterios se de objetos deteriorados o inútiles, aunque no tengan un valor
para el diagnóstico, un reciente est1Jdio de metaanálisis estima que sentimental. Pese o que en algunos casos la comorbilldad pudiera
lo prevalencia es del 2,5%, y que se distribuye de modo similar entre deberse al solapamiento de criterios diagnósticos, las personas con
mujeres y hombres (Postlethwoite et al., 2019)_ También se ha obser- trastorno por acumulación presentan también otros característicos
vado que las personas con este trastorno viven solas y nunca se han del mencionado trastorno de personalidad, como el perfeccionismo
casado o vivido en pareja con mayor frecuencia que pacientes con o la preocupación por los detalles, por lo que incluso excluyendo
otros trastornos mentales, como los de ansiedad o el TOC (Steketee el criterio que implica la dificultad para deshacerse de objetos, se
y Frost, 2014l_ observa una elevada comorbilidad <Landau et al., 2011l. Se presenta
Como se ha señalado, el trastorno de acumulación se asocia a también comorbilidad con otros trastornos de la personalidod como
graves dificultades a nivel personal, familiar, social, económico y el evitativo, el límite. el paranoide y el esquizotípico. Además, se
de salubridad_ Lo situación de acumulación en el hogar se asocia puede presentar comarbilidad con el TOC, aunque no es ton elevada
a riesgos importantes para la seguridad de las personas debido a como con la depresión mayor o con los trastornos de ansiedad.
que facilita Jos caídas, las avalanchas de objetos, la intoxicación En cuanto al diagnóstico diferencial, se debe descartar que el
o través de la comido, infestación de insectos o ratas, incendios y comportamiento acumulador se deba a una enfermedad médica,
lo imposibilidad de escapar en caso de ser necesario, lo que hace como la acumulación de comida en el síndrome de Prader-Willi, que

Ul
Maoiual de psicopatnlO']Íil. \lolur1en 2

se asocia con otros síntoma: muy <l1lerente1 o los de ncumuloción psicótico hoy otros síntomas asociados además de lo acun1ulo-
1p ej, boja estatura, hipogonodismo, hipotonío muscular, dificulta- ción. Cuando el trastorno psicótico es el primario, no es adecua-
des de alimentación en el período neonatal, entre ot1 os), o que se do un diognóstico adicional de trastorno por acumulación.
expliq_ue mejor por los sintotT•as de otro trastorno mental. Entre ellos 5, Trastorno de ocU1nulacióri y trastornos del neurodesa1rollo. El
destacan los siguientes: comportamiento de acwnulación puede observarse ta1nbién eri
l. Trastorno de acumulación y o1ros t1astornos del espectro 0-C_ el contexto de un trastorno del neurodesorrollo, por ejemplo,
Se pueden observar comportamientos de acumulación como asociado a intereses particulares y al molestar por los cambios eri
parte de la sintomotología del TOC: por ejemplo, el paciente el eritorno característico de los trastornos del espectro autista.
que acumula gel de manos poro poder realizar sus rituales de Ademós, los personas con autismo presenton otros síntomas que
lavado, o el que acumula piezas de ropa o cualquier otro objeto no aparecen en el trastorno de acumulación, como las dificul-
para evitar los compulsiones de comprobación y lavado a q_ue tades en lo comunicación social y los problemas en el lenguaje.
«debe» someterlas antes de guardarlos o utilizarlas. En estos 6. Trastorno de acumulación y trastornos neurocognitivos. En los
ocasiones, la acumulación constituiría un síntoma del TOC y no trastornos neurocognitivos el comportamiento de ocurr1ulación
se realizaría un diagnóstico adicional de trastorno por acumu- se incrementa de formo progresivo a medido q_ue la enfermedad
lación. Cuando la acumulación es un síntoma del TOC, no es degenerativo evoluciono (p. ej., Alzheimer), y se suele caracteri-
deseada ni reforzante. Cabe destacar además que cuando la zar por guardar (o esconder) objetos inapropiados como comi-
acumulación se da como síntoma de un TOC, con mayor fre- da en bolsillos, cojones o balsos. Además, este comportamiento
cuencia se acumulan objetos extraños coma heces, orino, uñas,
puede acompañarse de abandono del cuidado y miseria domés-
cabello, comida estropeada o pañales usados íPertusa et al., tica. Con relación a este último aspecto, y en contraste con lo
2008). En todo caso, si la acumulación es grave, y se considera
q,ue ocurre en el trastorno de acumulación. las personas q_ue
independiente de las obsesiones y compulsiones, se puede hacer
viven en situaciones de miseria doméstico o menudo acumulan
un diagnóstico comórbido de trastorno de acumulación_ Según
basura y suciedad de forma indiscriminado sin un propósito o
la CIE-11 lo comorbilidad entre TOC y trastorno de acumula-
finalidad. 5in embargo, como hemos co1nentado antes, algu-
ción es más frecuente en hombres.
nos personas con trastorno de acumulación viven en situaciones
2. Trastorno de acumulación y trastornos de personalidad_ Como insalubres, y en la actualidad no se dispone de suficientes estu-
yo hemos señalado, la acumulación es uno de los síntomas poro dios paro precisar la relación entre esta alteración y el trastorno
el diagnóstico de trastorno de la personalidad obsesivo-com- de acumulación (Norberg y Snowdonse. 20111.l.
pulsivo. Sin embargo, el comportamiento de acumulación des-
7. Trastorno de acumulación y trastornos alimentarios. la CIE-11
crito en ese trastorno no se ajusta al típico del trastorno de
acumulación dado q_ue se refiere a la acumulación de objetos establece también la necesidad de realizar un diagnóstico dife-
gastados o inútiles, incluso sin valor sentimental. En el trastorno rencio! con los trastornos de la conducta alimentaria. Algunas
de acumulación el patrón es más amplio, y se acumulan tonto personas con bulimia pueden acumular grandes cantidades de
objetos de valor como sin él y por diversas razones, entre ellas. comida con la finalidad de ingerirla posteriormente, y otros con
las emocionales. anorexia nervioso pueden guardar alimentos con la finalidad
concreta de que sus cuidadores crean que los han ingerido. Nin-
3. Trastorno de acumulación y trastornos depresivos y bipolares_ guno de estas características está presente en los personas con
los comportamientos de acumulación pueden estar presentes trastorno de acumulación, y tampoco aparecen preocupaciones
en los trastornos del estado de ánimo, tonto si se trata de una sobre la dieta ni distorsiones de lo imagen corporal. Por tanto,
depresión como de un estado maníaco. En el caso de la depre- en esos casos, no es adecuado un diagnóstico adicional de tras-
sión, la acumulación es el resultado de la apatía, la anhedonia,
torno de acumulación.
y la falta de energía, pero no está vinculada con una intención
especifica de guardar objetos, de manera q_ue la acumulación d. Etiología
es más el resultado de la inacción q_ue de un comportamiento
activo y dirigido. De hecho. cuando las personas del entorno Las propuestas cognitivo-conductuales actuales para el trastorno de
eliminan los objetos acumulados, lo persona con depresión no acumulación parten del modelo propuesto por Frost (Frost y Hartl.
siente malestar especial por ello e, incluso, puede mostrarse 1996; Steketee et al., 2003), q_ue se ha 1do refinando, desarrollando
indifererite. En el coso de los episodios de manía, pueden pro- y contrastando a nivel empírico a lo largo de las últimos décadas.
ducirse acumulaciones como consecuencia de un exceso de Se describen una serie de variables de vulnerabilidad distales (i. e.,
adquisición de objetos innecesarios. Pero o diferencia de las ambiental y familiar), aunque el énfasis se sitúa en las variables de
personas con trastorno de acumulación, no tienen dificultades o vulnerabilidad pró~imas (i. e., alteraciones en los procesos cogniti-
no sienten un malestar apreciable cuando deben deshacerse de vos, creencias y patrones conductuales/emocionales} q_ue contribu-
esos objetos. Además, es muy poco probable que se produzca yen de forma más directo al desarrollo y mantenimiento de la sinto-
abarrotamiento de objetos en el entorno de la vivienda. matología del trastorno de acumulación y que son susceptibles de
IJ.. Trastorno de acumulación y trastornos del espectro psicótico. la cambio. Las hemos recogido en lo Figura 5.3_ A modo de resumen
acumulación tarnbién puede producirse como consecuencia de las describimos a continuación junto a los evidencies q_ue las apoyan
determinados delirios o alucinaciones, o de la incapacidad para (Kyrios et al., 2018; Steketee, 2014-; Tolin et al., 2017; Wheaton, 2016;
deshacerse de objetos asociado a la sintomatología negativa de Woody et al., 20111.).
lo esquizofrenia. En todos estos casos, en especial cuando hay L Variables distales. las propuestas describen variables de
delirios, es el contenido del delirio el que motiva el comporta- vulnerabilidad ambiental y familiar. Respecto o las primeros, se
miento de acumulación. Además, en los trastornos de la esfera ha observado que los pacientes con trastorno de acumulación han

IJll
Capítulo s. Trastorno obsesivo-co111puls1vo y trastornos relacionados

Variables distales de vulnerabilidad: Alteraciofles procesamiento de la información:


b1ológ1cas, Jom1liares, experiencias tempranos, Arendón
sucesos traumáticos, historia familiar, creencias Mi:>morio
nucleares a nivel fan1iliar Ejecutivo
'--- -----

Creencias disfuncionoles sobre los bienes


Responsabilidad por los bienes
Necesidad control sobre los bienes
Preocupaciones sobre la memoria
Apego emocional o los bienes

~
__
Emociones
~-Ne_g_o_1;_"_'__ ,_º_';_tiv_o_'~ ~ ______ _

Y Refuerzo \

1
( / Refuerzo
1
~ negativo ~positivo_/
~ .. ~
Dificultad deshacerse de los bienes
Adquisición excesiva
~
Abarrotamiento/ congestión del hogar

)) Figura 5.3. Propuesta del n1odelo cognllivo-conductudl aplicado al trastorno de acu1nulación [basado en Steketee et al., 2014;
Wheaton et al., 2016].

experimentado con mayor frecuencia sucesos estresuntes y trau- punto de vista empírico, se ha encontrado apoyo para la influencia
máticos a lo lurgo de su vida que pacientes con otros trastornos, de algunos, pero no de todas estas variables <Woody et ul., 2014).
como el TOC, o que la población no clínica. Además, los sucesos Los pacientes informan de mayor-es dificultudes pura mantener la
estresantes parecen guardar relución con el inicio de la sintomato- atención en una tarea que ID población general y que muestras
logía de ocumulución dado que aproximadumente la mitad de Jos clínicas con otras alterucianes. De hecho, se ha observado comor-
pacientes describen huber experimentado algún suceso estresante bilidad con la sintomatología de inatención del TDAH, como antes
ul inicio de los síntomus. Estos datos upoyan la hipótesis de que la comentamos. Además, en tareas de capacidad otencional muestran
ucumulación podríu ser unu estrutegiu empleada para incrementar menor rendimiento en la atención a estímulos no verbales, mayor
ID sensación de seguridad tras haber experimentado sucesos trau- vuriabilidud en los tiempos de r-eacción, mayor impulsividad, y
máticos o haberse criado en ambientes desestructurados. Respecto menor hubilidad para detectar el estímulo objetivo_ En cuanto a los
a la vulnerabilidad familiar, se ha observado que la muyor porte de alteraciones de la memoria. aunq_ue los pacientes o menudo descri-
los pacientes tienen algún familiar de primer grado con tendencia ben q_ue tienen pocu memoriu y que conservan algunos bienes para
a acumular. Esta influencia familiar, probablemente sea tanto gené- na olvidar información importante, las evidencias empíricas no son
tica como ambiental a través del modelado. De hecho, u menudo tan firmes como en el caso de las alteraciones atencionules, por lo
los pacientes describen que aprendieron en sus familias creencias que purece tratarse mós bien de una boja confianza en la memo-
y comportamientos relucionados con ID importancia de acumular. riu q_ue de déficits reules. A nivel ejecutivo se hu hipotetizada que
También recuerdan menos experiencius cólidus en su fumilia, en los problemas para deshucerse de las posesiones se deben, en par-
comporución con otros grupos clínicos. te, a dificultades en Ja toma de decisiones y en lo capacidad para
2. Variables próximas. El modelo sugiere que ID dificultad cutegorizur. Las personas con trastorno de acumulución describen
para deshocer>e de objetos, la adquisición excesivu y el abarrota- mayores dificultades en la toma de decisiones y mayor indecisión:
miento son el resultado de alteraciones en los procesos cognitivos, ambas pueden estar en la base de sus dificultades para deshacerse
las creencius disfuncionoles y el apego haciu las posesiones, además de objetos ul tener problemas o la hora de decidir de qué desha-
de un putrón comportamentol y emocional específico. Por lo que se cerse. Estas dificultades podrían a su vez explicarse por la influen-
refiere a las alteraciones en los procesos cognitivos (procesamiento ciu de procesos cognitivos más básicos, como los atencionales y de
de lo informuciónl, se ha propuesto la influencia de problemas o memoria que acabamos de describir. Asímismo se han observado.
nivel utencional, de memoria y funcionamiento ejecutivo. Desde el tanto a nivel clínico como de laboratorio, dificultades para agrupar

115
Mari1ial de psicopat~>loq-ía. VGlumen 2

los bienes en grandes categorías, una habilidad ctue podría ayudar vedad A menudo los pacientes disfrlJ!an con cada adquisición, siendo
a mantener el orden. En este sentido, cuando se pide a los pacientes uno de las actividades con las que rnás disfrutan y que es capaz de
que organicen sus posesiones, trndon 1nás y crean más categorías generar emocione; lplocer. emoción) y pensamientos positivos (p_ ej.,
que otros grupos clínicos o no clínicos. sentirse importante por poseer un objeto determinado). Por último,
El segundo grupo de variables próximas son lo:i creer1cias y también se planteo q,ue adci.uirir bienes puede ser una forrr1a de regu-
patrones de apego disluncionales. Se ha propuesto que las creencias lar las emociones negativas, por lo que en este caso el comporta-
disfuncionales sobre los posesiones juegan un papel muy relevan- miento de adquirir se vería reforzado de forma negativo: por ejemplo,
te en la acumulación. Las pacientes encuentran más razones para el paciente que siente que si no compra determinado objeto, habrá
guardar objetos que la población no clínica. Asímismo describen perdido uno gran oportunidad; o el que reconoce que adquirir objetos
que sienten una gran responsabilidad hacia sus posesiones, creencia le sirve paro regular sus emociones negativas lira, tristeza, etcJ
que incluiría entre otras la necesidad de estar preparado de coro
al futuro (teniendo los objetos necesarios), y de evitar desperdiciar O. Tricotilomanía
o malgastar los objetos de modo que el mero hecho de pensar que Mortha, de 21 años, comenzó o arrancarse el pelo de las cejos
un objeto podría tener algún tipo de uso en el futuro, por impro- cuando tenía ll En los últimos meses pi comportamiento se ha
bable que sea, implico que la persona no pueda deshacerse de agravado, coincidiendo con la enfermedad de su madre. que ha
éL Muestran también una necesidad excesiva de control sobre sus sido diagnosticada de cáncer de mama, y el período de exámenes
posesiones, de modo que el hecho de compartirlas o de que alguien en la universidad. En la actualidad se arranco pelos o diario duran-
las toque o cambie de lugar les provoca mucho malestar. Como te una o dos horas. Después juguetea con el pelo, lo pasea por su
hemos comentado, se ha observado también que los pacientes pre- boca sin tragarlo, y hace bolos con el mismo q,ue acaba tirando a
sentan poca confianza en su memoria, lo que los lleva a utilizar la basura. Frecuentemente se arranca el pelo mientras está estu-
sus posesiones como «claves» visuales para facilitar el recuerdo; diando o delante del ordenador_ Lleva siempre cintos muy anchos
así mismo consideran que las consecuencias de olvidar información en el pelo o pañuelos poro trotar de disimular la calvo que se le ha
son más graves de lo que opinan personas con otros trastornos y
formado en la zona de lo coronilla. le avergüenza admitirlo, pero
lo población general. Los pacientes también muestran un apego
le gusta la sensación que noto en el momento en que se arranco
excesivo a los objetos, tanto a nivel intrínseco (p. ej .. por el valor el cabello, siente un impulso que le lleva o hacerlo, y sigue hacién-
artístico del objeta) como sobre todo a nivel sentimental y afectivo.
dolo hasta que siente q,ue «ya está bien». Tras realizar lo conduc-
En algunos casos los pacientes dicen estar más apegados a objetos
ta se siente culpable y avergonzada. Nunca ha tenido uno cita, y
que a otras personas y en algunos casas «dotan» o los objetos de
únicamente se relaciona con dos amigos del colegio_ Hace tiempo
cualidades humanas. Los objetos pueden representar a una persona
q,ue evita ir o clase, algo que le está ocos1onondo problemas con
querida, un recuerdo, o constituir una parte de su identidad_ Dada
la entrega de actividades y seguimiento de las clases, y q,ue se ha
la importancia ci.ue pueden adquirir los objetos, la persona se ve
visto reflejado en su rendimiento acodémico. Tampoco va nunca
en la responsabilidad de cuidar de los bienes, de asegurarse que
a la playa ni a piscinas para que no se descubra su folta de pelo.
encuentra un lugar y un «hogar» adecuado poro los mismos. Por
último, también se ha relacionado el perfeccionismo excesivo con la
incapacidad para deshacerse de objetos por el miedo a equivocarse
a. Caracterización clínica y criterios para el diagnóstico
deshaciéndose del objeto equivocado. La característica esencial de la tricotilomanío o trastorno de arran-
En cuanto a las variables relacionados con los patrones de res- carse el cabello, tal y como se observa en el relato anterior, es el
puestos emocionales y conductuales disfuncionales, se plantea que comportamiento de arrancarse de forma repetida el propio pelo
las creencias disfuncionoles podrían tener un papel causal en la dando lugar a una pérdida del misma y malestar e interferencia en
sintomatología de la acumulación dado que llevorían a la persona áreas del funcionamiento de la persona. Las personas con tricatila-
o evitar deshacerse de objetos, a ser incapaz de ordenarlos, y/o a monía trotan de forma repetido de dejar de arrancarse el pelo, pero
adci.uirirlos de formo excesiva. Así, cuando la persono se ve ante lo sienten que no pueden evitar o detener el comportamiento_ Pese a
necesidad de deshacerse de algo o de organizar sus bienes, siente que estos sintamos parecen sencillos y, de hecho, los criterios diag-
un gran malestar y angustio, que le lleva a evitar estas conductas y. nósticos recogidos en lo Tabla 5.5 son prototípicos (en el sentido
por tanto, a la decisión de no tirar (p. ej., «Soy responsable de no que se tienen que dar todosl, en la actualidad, lo tricotilomanía
desperdiciar nada») o de no ordenar (i. e., «Si quito este jarrón de se considera un trastorno complejo y heterogéneo <Mansueto, 2013;
la vista no recordaré a mi madre que siempre lo llenaba de morgo- Woods y Houghton, 2014).
ritos»l. Deshacerse de los objetos se interpretará como perder o un Respecto a lo heterogeneidad, aunque como yo comentamos
ser querido, un recuerdo importante de la vida, o parte de lo propia en un apartado anterior se observo que las zonas de donde más
identidad, dependiendo del tipo de apego que lo persono tenga frecuentemente se arranca el pelo son el cuero cabelludo (73 %l, los
hacia los objetos. Estos comportamientos de evitación disminuyen, a cejas (56 %) y las pestañas (53 %>, los personas con tricotilomanía a
corto plazo, la intensidad y la presencio de las emociones negativos menudo se arrancan el pela de otros zonos como la región de! pubis
que genero la mero ideo de deshacerse de los objetos, reforzándo- (46%), las piernas (15%), los brazos 02,4%) o las axilas <12,4%l. De
se de forma negativo y contribuyendo a mantener el problema a hecho, la mayor parte de los adultos se arrancan pelo de varios
largo plazo. Estas mismas creencias disfuncianales sobre los bienes zonas <Woods et al., 2006). Normalmente los cabellos se arrancan
pueden llevar o la persona o experimentar emociones positivas al de uno en uno, pero también se pueden arrancar en manojos. En
adquirir objetos, reforzándose esta conducta de formo positiva. algunos casos se observo ci.ue la persona. además de arrancar sus
Como yo hemos comentado. lo mayor parte de los pacientes propias pelos, arranca los de otras personas, mascotas o muñecos
adquiere de forma excesiva, siendo esto variable un criterio de gro- <Tay et al., 2004; Woods et aL, 2006).

176
Capitulo 5. Trastorno cbsesivc-compLlo1vo y tras1orno5 r·elacionad·J;

algunos auto1es hablan de uno proporción de 10_1 •:APA, 2013) No


Ji 'Tricotilomanía [o trastorno de arrancarse el peloj. obstante, no hay acuerdo entre estudios sobre esta proporción, ni
Tra~torno 1nent~I que se raracteri7il por e: lon1portam1en- sobre si es real, o SI es el resultado de que las mttieres busquen ayu-
to excesivo de arrancarse el propio cabello que da lugar a da con más frecuencia por el problema, debido, entre otros motivos,
la pérdida del mismo, que se prese'l\a junto con intentos a que en los hombres la pérdida de cobello está más aceptado o o
repetidos de dejar de hacerlo, e 1nterfercnc1a significativa. que pueden emplear recursos como afeitarse la cabezo <Duke et al.,
2010). De hecho, en estudios en que se ha analizado la conducta de
arrancarse el cabello en población general, no se han observado
El comportamiento de arrancarse el pelo se puede realizar de estas diferencias en función del sexo. y en los estudios realizados en
formo automática o, por el contrario, consciente (p. ej., Flessner menores, o no se observan diferencias, o no son tan pronunciados
et al., 20081_ En el primer caso, la persona se arranca el pelo sin corno en adultos_
ser consciente de q,ue lo está haciendo· únicamente se do cuenta
cuando ya lo ha hecho. En el segundo caso, se concentra en el com- c. Comorbitidad, diagnóstico diferencial,
portomiento de arrancarse el cabello, que a menudo es la respuesta y complicaciones asociadas
a una emoción negativa o impulso. En todo caso, lo más habitual es Se estima que aproximadamente entre un 60 y un 82 %de los adul-
que ca-ocurran arnbas modalidades_ Antes de llevar a cabo el com- tos con tricotilomanía presenta comorbilidad con al menos otro
portamiento, las personas suelen describir que se sentían aburri- trastorno mental (Christenson et aL, 1991l, siendo los más frecuentes
das. tensas, ansiosas. o q,ue sentían una especie de necesidad física la depresión mayor, la excoriación (rascarse la piel!, los trastornos
de realizar la conducta. También puede pensar q,ue determinados de ansiedad, el TO(, consumo de sustancias y el trastorno de estrés
cabellos (p_ ej .. canosos o rizados) no son deseables, o que el largo post-traumático. Respecto al TOC, se estimo que entre un 13 y un
de todos los pelos debería ser simétrico, o que no es una persona 27 % de las personas con TOC presentan también tricotilomonío
atractiva_ En un estudio con más de 800 personas extraídas de la (Lovato et aL, 2012; Swedo et al., 1992). Además, es frecuente que
población general, en aquellos cosos que presentaban tricotiloma- las personas con e>te trastorno presenten también otros comporta-
nía, los pensamientos más frecuentemente asociados o arrancarse mientos repetitivos centrados en su cuerpo diferentes a arrancarse el
el pelo fueron «parece grueso» {53,3 %), «siento que no está bien» cabello o roscarse la piel, como morderse las uñas (onícofagia), que
(30%), «es rizado» (26.7%l, y «no tiene buen aspecto» (23,3%) en el DSM-5 se describe dentro d.e la categoría de otros trastornos
<Duke et al., 2009l. Antes de arrancarse el cabello, la persono pue- obsesivo-compulsivos y trastornos relacionodos especificados {i. e.,
de realizar comportamientos como buscar determinados cabellos trastorno de comportamientos repetitivos centrados en el cuerpo).
(p. ej., más gruesos o rizados), o tocarse el pelo. Tras arrancar el
pelo, puede tirarlo. o menudo de forma estereotipada, pero también En cuanto al diagnóstico diferencial, es importante verificar que
puede examinarlo, fijarse en la raíz, olerlo, jugar con el pelo arran- los síntomas de arrancarse el cabello no se pueden atribuir a otra
cado (p. ej .. formando bolas o enrollándole en sus dedosl. meter- afección médica como por ejemplo una alteración dermatológica,
lo en la boca, masticarlo o tragarlo. Esto última conducta, ingerir ni se explican mejor por otro trastorno mental En este sentido, los
pelo, puede causar problemas gastrointestinales graves. La perso- principales trastornos con los q,ue debe realizarse un diagnóstico
na puede mostrarse preocupada por las consecuencias de haberse diferencial son los siguientes.
arrancado el pelo, y a menudo se siente avergonzada, culpable, l. Tricotilomanío y espectro 0-C. Si la persona se arranca
y se outorreprocha el comportamiento_ Como consecuencia de la el pelo como parte de su estrategia para mejorar su apariencia
vergüenza asociada a su sintomatología. lo persona suele ocultar el en el contexto de un TDC, ese comportamiento no sería considerado
problema y hace grandes esfuerzos por ocultar sus síntomas espe- tricotilomanía_
cialmente mediante comportamientos de evitación activa o pasiva: La tricotilomonía presenta algunas similitudes con el TOC: en
por ejemplo, evitan relacionarse con otras personas, especialmente ambos trastornos se dan comportamientos repetitivos (i. e., arran-
en situaciones q,ue implican intimidad, evitan participar en activi- carse el pelo y compulsiones) y, en algunas ocasiones, arrancarse
dades sociales. o evitan actividades de tipo deportivo como nadar. el cabello tiene la función de disminuir la ansiedad al igual ctue
Además, la mayor parte de los pacientes realizan comportamientos sucede con las compulsiones. Sin embargo, arrancarse el pelo no
de acicalamiento para ocultar o disimular las calvas resultantes, por es lo respuesta a una obsesión, ni resulta siempre egodistónico: de
ejemplo, llevando gorros o sombreros (51 %l, pelucas (29%), pañue- hecho, la persona experimenta aj¡vio de lo tensión e incluso placer
los (36%) o pestañas postizos. 1nientras está arrancándose el pelo, algo que no ocurre en el caso
de las compulsiones u otras estrategias de búsqueda de seguridad
b. Epidemiología y curso evolutivo que se dan en el contexto del TOC. Además. el comportamiento de
Aunq,ue la tricotilomanía puede debutar en cualquier edad, la edad arrancarse el pelo se da asociado a estados de ánimo negativos
media de inicio son los 13 años <Mansueto et al. 1997). El inicio suele como el aburrimiento o la tri>teza. pero no en respuesta a una obse-
ser durante la infancia o adolescencia y el inicio tardío (post-pu- sión como ocurre en el TOC_ Por otro lodo, en ocasiones arrancarse
bertad) se asocia a un curso más grave y resistente al tratamiento el cabello puede formar parte de los rituales de simetría en el TOC
(Qdlaug et al 2012J_ En general, el curso de la tricotilomanía es cró- y/o en el TDC, en cuyo caso no es adecuado aplicar un diagnóstico
nico y fluctuante. Se estima q,ue su prevalencia en población general adicional de tricotilomanía.
está en torno al 1-3% {(hristenson et al., 1991; Duke et al., 2009), y 2. Tricotilomanía y otros trastornos mentales. Tampoco se
entre un 1,3 y i+, 4 % en muestras clínicas con trastorno mental <p. ej .. diagnostico tricotilomanía si el con1portomiento de arrancarse el
Müller et al., 201D. En adultos con tricotilomanía se observa una pelo se realiza en el contexto de un delirio o si forma parte de una
mayor frecuencia en mujeres que en hombres (Franklin et al., 2007l, estereotipia o de un trastorno de tics.

177
lv1dnual d2 ps1copctoloqía. VOl'--<men 2

Por últinio, es impü1tante 1nenciona1 q,ue e! arrancado ocasio- La persona intenta de forma repetida de dejar de roscarse la piel,
nal de cabello puede ser un comportamiento muy extendido en la sin éxito o durante un breve período de tiempo. Esíos característi-
población normal y que muchas personas juguetean con su cabello cas, al igual ctue el resto de sintomatología y los criterios diagnós-
y otros pueden mordisquearlo o romperlo, en lugar de arrancarlo ticos recogidos en lo Tabla 5.6, presentan grandes similitudes con
Ninguno de estos comportamientos es suficiente para un diagnóstico las descritas antes sobre la tricotilomonía. De hecho, con10 hen1os
de tricotilomanía. recuérdese que este trastorno se asocia a un corn~ comentada, muchos expertos consideran que se trata de trastornos
por1amiento recuirente que produce casi siernpre calvas visibles, lo sin1ilares ci.ue forman parte de un grupo general de comportamien-
que no se produce en el arrancado de pelo ocasional normal. tos repetitivos centrados en el propio cuerpo y, por esta razón, hay
En cuanto a los complicaciones físicas asociadas a la tricoti- bastantes autores críticos con la inclusión de estos trastornos en el
lon1anía, están relacionadas con la irri1·a<.ión o sangrado del cue- espectro obsesivo-compulsivo_
ro cabelludo, el síndrome del túnel carpiano, o lo erosión dental
en caso de manipulación del cabello con la boca. Además, como
hemos comentado, uno parte de las personas con tricotilomanía 'Ji Excoriación o trastorno de rascarse la piel. Trastorno
ingieren su propio pelo ( tricofogial. lo que puede tener consecuen- mental que se caracteriza por el comportamiento excesivo
cias graves dado ci.ue los bolos de pelo ( tricobezoarJ pueden produ- de ra<;carse la piel que da lugar a lesiones cutáneas. que se
cir obstrucción intestinal e incluso perforación {Gorter et al., 2010). presenta junto con intentos repetidos de dejar de hacerlo,
Además, debido al acuitamiento del comportamiento de arrancarse e interferencia significativa.
el cabello, así como de sus consecuencias, y al tiempo que diaria-
mente se dedica a ello, el trastorno produce uno importante inter-
ferencia en la mayor parte de los ámbitos de la vida. especialmente Por otro lodo, como también hemos comentado respecto o la
en las áreas social y académica/laboral (p. ej .. aislamiento social, tricotilomonía, lo manifestación de los sintamos de excoriación
menor productividad en el trabajo). es heterogéneo· el comportamiento puede dirigirse hacia zonas
de !a piel normales, o hacia otras con alteraciones como granos,
d. Etiología costras, pequeñas imperfecciones o picaduras de insectos, como
Los modelos explicativos de la tricotilomanía suelen ser ampliacio- indica la CIE-11. Las zonas dond.e más frecuentemente se produce
nes y extensiones de las explicaciones que se ofrecen para describir el rascado incluyen la cara (71J.,3 %), el cuero cabelludo {IJ.9, 9%), los
lo q_ue ocurre en otros comportamientos repetitivos centrados en el brazos <48,8 %), las piernas (44,6 %l, el pecho/abdomen/estómago
cuerpo, como la excoriación o la onicofagia. Por esta razón, este (IJ.0,5%l, y el interior de la boca. aunque cualquier porte del cuerpo
apartado se desarrollará conjuntamente con las explicaciones poro es susceptible de ser objeto del roscado. siendo frecuerife ci.ue se
la excoriación. produzca en diversas áreas según el estudio de Tucker et al. (2011l.
En este mismo estudio, realizado con 760 personas con excoriación,
se observó que, como media, el roscado se producía en 4,73 áreas
distintas del cuerpo. También se constató ctue, aunci.ue lo más fre-
:J,l Onlcofagia. ComportCtniento repetitivo y excesivo de cuente es que la persona emplee sus uñas <94,6%) y dedos !76,8%l,
morderse las uñas. también se emplean pinzas (74c7%) y otros elementos como los
dientes o alfileres. Además, aunq,ue los comportamientos de rascado
(83,9%l, apretar (80,7%) y hurgar (73,6%) eran los más frecuentes,
al menos un 25% de las personas empleaban también otros métodos
E. Excoriación como frotarse, arañarse, pellizcarse, morderse, o masticar su piel.
Gemma, de 33 años, describe que empezó a rascarse lo piel de Los episodios pueden darse de forma disperso durante el día, o en
formo esporádico hoce tres años, pero en el último año lo hace períodos menos frecuentes, pero más sostenidos, pudiendo dedicar
a diario, especialmente en los manos, dedos, y antebrazos. Este varias horas al día al comportomie11to de rascado, y conductos aso-
rascado excesivo le ha producido numerosas lesiones en la piel, ciadas de disimulo q,ue describiremos después.
hasta el punto de que el dedo pulgar lo tiene deformado_ Describe Al igual ci.ue en el caso de la tricotilomanía, se han descrito dos
ci.ue la conducta la realizo especialmente en situaciones en las q,ue tipos de comportamiento de rascado: uno que se realiza de forma
se encuentra estresada o aburrido: comienza o hurgarse lo piel de automática de modo ci.ue la persona no es consciente de ci.ue se está
formo insistente produciéndose numerosos lesiones. Cuando acabo dañando o rascando continuamente la piel, y otro que se realiza de
siente uno sensación de alivio. Se siente culpable por realizar lo con- forma consciente (p. ej., en los casos en que el rascado se produce
ducto, pero, pese a las consecuericias ton antiestéticas de la misma, como respuesta a uria sensación de tensión interiorl. No obstante,
describe cierto disfrute cori ella_ A veces evita lugares públicos y. a menudo se combinan ambas modolidades, especialmente porque
cuando acude. suele hacerlo con guantes para ocultar los lesiones el inicia del comportamierito puede realizarse de forma automático,
en los dedos y con manga larga para ocultar las lesiones de los pero se vuelve consciente a medida que evoluciona el trastorrio.
brazos. El inicio del comportamiento de roscado suele asociarse a la
presencio de granos, picaduras de insectos, heridas. costras, Irregu-
a. Caracterización clínica y criterios para el diagnóstico laridades cutáneas, o para aliviar uno serisoción corporal iricómoda.
La característico central de la excoriación (o trastorno de rascarse A nivel emocional, antes de iniciar el comportamiento de rascado,
la piell es el comportamiento de rascarse, pellizcarse o arañarse la la persona suele experimentar emociones negativas como ansie-
piel de forma recurrente, ci.ue do lugar o lesiones cutáneas y males- dad, aburrimiento o tensión, que incrementan su intensidad inme-
tar e interferencia en varias áreas del funcionamiento de la persona. diatamente antes del roscado, y disminuyen tras el mismo. Además,

17ll
Capitulo 5. Trastorno obses1vo·co1T1puls;vo y lraslornos 1elac1crklllüs

algunos pacientes informan que eri lo mayoría de los episodios, el causo derrnatológica se n1a111f1eston con sínton1as parecidos a los de
comportamiento de rascado está precedido de sensación de tensión, lo excoriación (p. ej., lo sarna se osocio a picor y roscado excesivo),
y tiene como consecuencia placer, gratificación o alivio (Tucker et es importante realizar uno exploración dermatológ1ca completa sí
oL, 2010. Tras la conducta, la persono puede exalflinar la costra se sospecho que las alteraciones en le piel pudieran tener uno causo
jugar con ello, metérselo en lo boca o tragarla médica. Cabe tener en cuenta que el trastorno de excoriación pue-
Tanto el comportamiento como las lesiones que se producen de verse precipitado por una afección dermatológica como el acné,
como consecuencia del mi1mo se asocian a vergüenza y culpa y, por en estos casos habré q_ue valorar si el rascado es independiente de
ello, la persona trata de ocultar tanto la conducta como las lesio- la afección 1nédico y hacer en estos cosos un diagnóstico adicional.
nes mediante estrategias como la evitación de situaciones en q_ue Asimismo, debe descartarse el trastorno de excoriación s1 el rascado
pudieran verse expuestos, o recurrir al maquillaje u otras formas de se explica por otro trastorno mental.
acicalamiento y vestimenta que disimulen las lesiones. l. Excoriación y espectro 0-C. Si lo persona se daña la piel
Aunque se troto de un trastorno mentol, los pacientes suelen de forma esporádica, como parte de un intento poi mejorar su apa-
solicitar ayuda en contextos 1nédico-dermatológicos en primera ins- riencia o algún defecto percibido en el contexto de un TDC. no se
tancia, probablemente porq,ue desconocen (o no desean afrontar) el realizará un diagnóstico adicional de excoriación, que se reservará
componente psicológico de la alteración, además de q,ue hay trata- paro aquellos casos en que el dono de la piel seo una respuesta a
mientos psicológicos efectivos. Esta falta de información sobre dón- un estado emocional negativo, y el comportamiento en sí provoq_ue
de acudir, demora el tratamiento adecuado y agrava la situación. placer o agrado. Aunque algunos pacientes con trastorno de exco-
No obstante, también la presencia de afectaciones dermatológicas riación puedan tratar de «eliminar» el acné con su comportamien-
graves expl'1ca que los pacientes recurran a soluciones médicos, en to, no lo hocen ún'1camente con el motivo de 'intentar corregir un
un intento por mejorar su aspecto y atenuar la intensidad y grave- defecto de su apariencia. En algunos pacientes con TOC se producen
dad de las lesiones. también lesiones cutáneas ocasionadas, en estos casos, por lavados
excesivos, utilizando incluso elementos abrasivos.
b. Epidemiología y curso evolutivo 2. Excoriación y espectro de la esquizofrenia. Tampoco se
Es frecuente el inicio en lo adolescencia asociado a lo aparición de hará un diagnóstico de excoriación si el roscado se hace en respues-
acné, aunque puede darse también en la edad aduHa. Se ha descri- ta a otro tipo de sintomatología como por ejemplo un delirio en que
to un curso crónico y fluctuante para el trastorno, de n1odo q,ue pue- la persono crea q_ue su piel está infectada por bichos o parásitos
de desaparecer y aparecer durante semanas, meses o incluso años. íi. e. delirio de tipo zoopático. porositosis, infestación o síndrome
La prevalencia se estimo entre un 1,4 y un 5,4 % dependiendo de los de Ekboml, o en respuesta o uno alucinación tóctil o somática
estudios. q_ue observan una mayor prevalencia en mujeres (Hoyes et que haga que el paciente «sienta» dichos seres (p. ej., sentir a los
al.. 2009; Keuthen et al., 2010; Machado et al., 2018), aunq,ue esta bichos o parásitos reptando bojo lo piel: formicaciónl.
tendencia podría ser reflejo de una mayor tendencia a buscar ayudo 3. Excoriación y otros trastornos. No es correcto diagnosti-
por parte de las mujeres o a diferencias culturales respecto a la car excoriación cuando el rascado forma parte de un trastorno de
apariencia, tal y como ya describimos en la tricotilomonía. movimientos estereotipados o cuando es resultado de un intento
de autolesión.
c. Comorbilidad, diagnóstico diferencial
En cuanto a las complicaciones asociadas, el rascado recurren-
y complicaciones asociadas te de la piel provoca diversos alteraciones cutáneas q_ue pueden
Lo excoriación se presento frecuentemente comórbido con otros provocar infecciones, ulceraciones o cicatrices que pueden llegar a
trastornos mentales, en especial con el trastorno bipolar. la depre- producir desfiguraciones importantes e, incluso, provocar infeccio-
sión mayor, el TOC, el TDC, el trastorno de ansiedad generalizada, y nes graves incluyendo septicemia (Qdlaug y Grant, 2008; Neziroglu
otros trastornos que implican comportamientos repetidos centrados et al., 2008b}. Además, suele producir una importante interferencia
en el cuerpo como la tricotilomania o morderse las uñas (CIE-11; a nivel psicosoc'iol y laboral/ escolar, deb'1do tanto a lo cantidad de
Mutasim y Adams. 2009; Neziroglu et aL, 2008b). Por otro lado, tiempo que la persona dedica al comportamiento de rascado, a
como ya comentamos en la tricotllomanía, en ciertos momentos pensar en el mismo, o a tratar de evitarlo, como a los comporta-
vitales pueden producirse comportamientos similares a lo exco- mientos para ocultar las lesiones q,ue provoca el rascado_ Así mismo,
riación: por ejemplo, en adolescentes con acné son frecuentes puede tener un importante coste sanitario y económico pues la per-
los intentos de eliminar los granos y las imperfecciones cutáneas sona puede req,uerir tratamientos dermatológicos específicos y, en
pellizcándose o arañándose, empleando incluso pinzas u otros ins- ocasiones, quirúrgicos.
trumentos similares. En estos casos no es adecuado establecer un
diagnóstico de excoriación. d, Etíofogía
Respecto al diagnóstico diferencial, es importante valorar si el Los modelos explicativos de la tricotilomanía y la excoriación son,
daño de la piel se debe o los efectos de determinadas sustancias en general, ampliaciones o especificaciones de los q,ue se plantean
~p. ej, cocaína). Si así fuera, no debe aplicarse un diagnóstico de para describir lo q,ue ocurre en otros comportamientos repetitivos
trastorno de excoriación, sino que se debe valorar la posibilidad centrados en el cuerpo. Aunque las causas específicas de este tipo
de q,ue se trate de un trastorno inducido por sustancias (i. e., tras- de comportamientos siguen siendo en gran medida especulativas,
torno obsesivo-compulsivo inducido por sustancias/medicamentos y probablemente son el resultado de lo interacción entre diversas
trastornos relacionados según el DSM-5l. Es importante descartar variables de vulnerabilidad. Entre ellas se han descrito las siguientes
también que el roscado se deba a alguna afección médica subya- en lo literatura más reciente <Duke et al., 2010; Roberts et al., 2013,
cente. En este sentido, dado que diversas alteraciones de lo piel con 2016; Snorroson et al., 2012bl:
Ma11ual de psicopato!og1a_ \lolume11 2

l. Vulnerabilidad genética y variables neurob!ológicas. Aun- en1pleor una estrategia alternativa paro afrontarlo. Penzei (2002)
que en la actualidad se dispone de ;:iocos estudios genéticos y de plantea que los personas con trostorno1 de este tipo presentan una
neuroimagen para poder extraer conclusiones en este sentido, si alteración en los mecanismos q,ue facilitan la homeostasis del siste-
se ha observado que tanto la tricotilomania como la excoriación ma nervioso_ Los comportamientos de arrancarse el pelo o rascarse
son más frecuentes en familiare> de primer grado de pacientes con lo piel tendrían la función de regular de forma externa tanto los
tricotilomania que en la población general. dato que sugiere un niveles elevados de activación (p. ej., la ansiedad) corno los bajos
componente hereditario. (p. ej .. el aburri1niental. Además, sugiere que este tipo de compor-
2. Déficits neuropsicológicos. Algunos estudios sugieren que tamientos se inician, entre otros motil'OS, porque implican áreas del
los pacientes con tricotilomanío y excoriación muestran mayores cuerpo (pelo, piel, uñas) abundantes y siempre accesibles, además
déficits en la capacidad paro inhibir conductas nioi"oras que la de q_ue pueden ser uno fuente de e~timulac1ón al tener múltiples
población general y que otros grupos clínicos, como pacientes can terminaciones nerviosas_
TOC (Bohne et al. 2008; Chamberlain et al_ 2006). Estas alteraciones A nivel empírico, se ha observado que tanto las personas con
se valoran a través del análisis de la ejecución en tareas como la tricotilornanía como con excoriación presentan mayores dificulta-
de parada de señal <Stop-Signo/ Taskl y Go-No-Go que se emplean des de regulación emocional, o mayores niveles de emocionalidad,
para valorar impulsividad. cuando se evalúan a ~ravés de autoinformes. Además, diíerentes
3. Variables conductuales. Desde los modelos conductuales estudios en los que se solicita a adultos y menores con tricotilo-
se ha propuesto que la tricotilomanío se produce a través de un manío q.ue valoren de forma retrospectivo cómo se sentían antes,
proceso de aprendizaje, similar al de la formación de los hábitos durante e inmediatamente después de arrancarse el pelo muestran
(Azrin y Nunn, 1973J. El grupo de Mansueto <Mansueto et al., 1997, una elevado frecuencia de estados negativos como el aburrimiento
Stemberger et al., 2003) describe diversas variables implicadas en o la ansiedad ante> de arrancarse el pelo, que disminuye dlJrante
el comportamiento de arrancarse el pelo, ya sea como desenca- y tras habérselo arrancado. Estos estudios también muestran que
denantes o como mantenedoras: (o) variables internos, toles como con posterioridad o lo conducto aumenta la vergüenza. Por tanto,
sensaciones físicos Cp_ ej., notar que un cabello es más grueso), la investigación en esta línea sugiere q_ue, al menos en algunas per"
comportamentales (p_ eJ., ver la televisión o leerl, cognitivas (p. ej., sanas, los comportamientos de arrancarse el pelo o rasgarse lo piel
lPor q_ué mis cejas son tan espesas7J, o afectivos (p. ej., tristeza, cumplen la función de modular el afecto negativo_ En este mismo
oburri1niento, ansiedad); (b) externas, como estar en un lugar en sentido se ha observado que las emociones con los q.ue los pacientes
concreto, o ver un objeto determinado <p. ej., cepillo del pelo, pinzas tienen uno mayor dificultad paro regular son las mismas que descri-
de depilar, tijeras, etcJ; (c) facilitadoras o, por el contrario, inhibí· ben antes de arrancarse el pelo (Shusterman et al., 2009).
doras del comportamiento (objetos, lugares, personas, pensamientos 5. Estresores ambientales. Diferentes trabajos de investigación
o emociones): por ejemplo, estor ante un espejo o pensar «Nadie describen una historio de trauma en personas con tricotilomanío.
me está viendo ahora» puede facilitar el comportamiento de arran- Sin embargo, se trata en su mayoría de estudios de caso, y no se ha
carse el pela o rascarse la piel, mientras que estar can otro persona comparado si la historia de trauma es mayor que en otros muestras
o sentir vergüenza por realizar el comportamiento pueden inhibirlo; psiquiátricos. Se ha sugerido ct.ue esta pudiera ser también relevante
{dl reforzadoras del comportamiento: el placer q_ue puede producir en la excoriación. También se ha_ propuesto q.ue la restricción de acti-
el comportamiento a nivel sensorial, o la satisfacción de haber con- vidades o la baja estimulación podrían ser factores de vulnerabilidad
seguido eliminar la imperfección del cabello o de la piel, reforzarían para el desarrollo tanto de la tricotilomanío como de la excoriación.
de formo positiva lo conducto. mientras que el alivio de lo tensión o
de los emociones negativas previas a realizar el comportamiento, lo
reforzarían de forma negativa.
Precipitante: suceso negativo
LJ.. Dificultades para regular las emociones o el nivel de
activación (arousan. De forma complementario o las propuestas
conductuales, se ha planteada q,ue los comportamientos repetitivos
centrados en el cuerpo tienen la función de regular los emociones
negativos de la persona, asumiendo por tanto también que estas
,------ J
Déficits en la
regulaci~n de las
conductas se ven precipitadas por emociones negativos (Diefenbach emociones
et al., 2008; Snorrasson et al.. 2010). Los modelos de regulación
emocional parten del supuesto de que las personas que presentan
este tipo de comportamientos muestran un déficit en la regulación
de sus emociones que facilita que empleen estrategias de afronta- Compo1tamiento repetitivo
miento no adaptativos, en este caso comportamientos repetitivos centrado en el cuerpo
centrados en el cuerpo poro hacer frente a sus afectos negativos
(Roberts et al., 2013; Roberts et oL, 2016; Snorrason et al., 2010). A
pesar de las consecuencias negativos del comportamiento, este se
,----- - -+
Alivio de las emociones j-
mantendría porq_ue permite a la persona distraerse o escaparse de negativas: refuerzo negativo
una emoción o situación no deseada, viéndose reforzado de forma "-del comport~~ien~~~~e~i~-~o
1

negativa. En la Figura 5.IJ. se recoge esta propuesta.


Desde esta perspectiva, los comportamientos repetitivos centra- )) Figura 5.4. Propuesta del modelo de regulación emocional
dos en el propio cuerpo serían el resultada de un intento por dejar aplicado a los comportamientos repetitivos centrados en
de experimentar un estado negativo, junto con la imposibilidad de el cuerpo [basado en Roberls et al., 2016)

ll!O
Capítulo 5. Trastorno cbses1vo-compuls1vo y trcistorno> retcirionn~Jos

IV, Recornendacíones para la et al (2010) realizaron una revi5ión que redujo el cuestionorio o
30 1tems agrupados en cinco subescrnos: contarn1nación. compro-
evaluación y el tratamiento bación, acumulación. simetría/orden y obsesiones. Por último, eí
Dimensional Obsessive-Compulsive Sea/e (00CS; Ai.Jrurnowitz et
Dada la diversidad de trastornos q_ue estamos analizando, presenta- al., 2010. Versión en castellano: lópez-5oló et al., 2014) presento
mos a continuación un resumen sobre los instrumentos de evaluación primero uno descripción de posibles contenidos obsesivos poro, o
específicos para cada uno de ellos, así como unas breves nociones continuoc1ón, preguntar sobre su frecuencia, evitación asociada.
sobre los tratamientos psicológicos disponibles desde el enfoque impacto emocional, interferencia y dificultad para controlar/supri·
cognitivo-conductual. mir el pensanliento obsesivo. Lo persona debe responder haciendo
referencia al último nies.
A. Trastorno obsesivo-compulsivo E11tre los instrumentos utilizados para evaluar creencias dis-
Actualmente existen diversas medidos para la el'aluación y el funcionoles cabe mencionar el Obsessive Beliefs QLJestionnaire
(080) q_ue, t1os sucesivas revisiones, se redujo a 44 items (080-
diagnóstico del trastorno y poro algunos de las variables asocia-
das a su génesis y desarrollo. los más conocidos y utilizados se 44; OCCWG, 2005. Versión en castellano. Ruiz et al., 2008), riue
presentan en lo Tabla 5.8, junto con la descripción de sus caracte- es la versión más utilizada. Nuestro grupo diseñó un autoinforme
rísticas más importantes. Entre los instrumentos de evaluación clí- similar, el Inventario de Creencias Obsesivas que, tras diversos
nica, destaca la Ya/e-Brown Obsessive-Compulsive Sea/e (Y-BOCS; estudios con población general y clínico, se redujo o 50 items
Goodman et al., 1989a,b. Versión en castellano: Nicolini et al., OCO-R: Belloch et al., 2010bl. Entre los ocho dominios de creencias
1996), una entrevista semi-estructurada que tiene dos partes: lo que se evalúan, cabe destacar las de fusión pensamiento-acción
primera consiste en un listado de hasta 58 síntomas <obsesiones de tipo probabilidad y de tipo moral que no están incluidas como
y compulsiones) poro los que se pide que el paciente respondo tales en el OBQ-4-4.
sabre su presencia o ausencia en la semana previo. Esta parte se Por último. me11cionaremos instrumentos que están diseñados
puede utilizar también como autoinforme. En la segundo parte poro poner a pruebo los principales supuestos del modelo cog11itivo
el clínico evalúa la gravedad de las obsesiones y de las compul- de las valoraciones sobre el TOC: la experimentación de pensa-
siones (cinco preguntas para cada síntomal, yo sea preguntando mientos intrusos con contenidos obsesivos (PIOJ, los valoraciones
directamente al paciente, a sus allegados, o a partir de los datos disfu11cionoles asociadas, y los estrategias de neutralización y con-
e información previamente recabados. Ambas partes se pueden trol, incluyendo compuls1ones, funcionalmente asociadas con los
administrar por separado. De hecho. la segundo porte <que deno· PIO. El primer instrumenta de autoinforme desarrollado paro valo-
minaremos Y-BOCS-gravedad) se considera lo medido por excelen- rar estos aspectos fue el Revised Obsessiona! Jntrusions Inventory
cia para evaluar la gravedad del TOC en todos los ertudios sobre (ROII; Purdon y Clark, 1993). Posteriormente, debido a los proble-
eficacia de los tratamientos. lo puntuación total oscila entre O y mas de estructura detectados can el ROII, se desarrolló el Inven-
40 (0-20 paro obsesiones y 0-20 para compulsiones). En general, tario de Pensamientos Intrusos Obsesivos iINPIOS; GorcÍa·Soria110
se considera q_ue puntuaciones totales inferiores a 7 indican TOC et al_. 2011) ctue, o diferencia del anterior, establece un período de
subclínico; entre 8 y 15, TOC de gravedad leve; entre 16 y 23 TOC tiempo concreto para lo evaluación de los PIO, amplía el rango de
de gravedad moderada; entre 24 y 31, TOC grave, y entre 32 y 40, contenidos a evaluar. ademós de otras mejoras poro la evaluación
TOC extremo, muy grave. de las consecuencias funcio11ales asociadas al PIO más molesto O.
Por lo que se refiere o cuestionarios de autoinforme, hoy una e., el más cercano a una obsesión>. Sobre lo base del INPIOS, se
amplia variedad. Destacaremos oq,uí únicamente los más utiliza- desarrolló posteriormente uno entrevisto estructurada, la Interna-
dos que cuentan con versión o adaptación al castellano (véase la tional Intrusive Thoughts Jnterview Schedule UITIS; RCIF, 2007)
Tabla 5.8). Entre ellos destaca por su amplia utilización el Obses- q_ue fue objeto de investigación en uno amplio muestro con perso-
sive-Compulsive Inventory-Revised (QCI-R; Foa et al., 2002). Ha nas procedentes de trece países {Radomsky et al., 2014). Por último,
sido traducido y validado a un gran número de idiomas, entre ellos s'1guiendo la misma filosofía de análisis, presentamos el Inventario
el castellano <Belloch et al., 2013). En nuestro contexto, puntua- de Pensamientos Desagradables/Questionnaire of Jntrusive Thou-
ciones totales > 21 se consideran sugestivas de un TOC y diferen- ghts <INPIDES!QUIT; Pascual-Vera y Belloch, 2018; Pascual-Vera et
cian a personas con el trastorno de personas con trostor11os de al., 2017, 2019), que evalúa la experiencia de pensamientos intru-
ansiedad. El Clark-Beck Obsessive-Compulsive Inventory (CBOCI; sos desagradables sobre diferentes contenidos: obsesivos, hipocon-
Clark et al., 2005) sigue el formato de otros autoinformes de la dríacos, alimentarios, dismórficos y obsesivo-relacionales (véase la
escuela de Beck. Está validado paro su uso en población clínica Tabla 5.8).
de habla castellano (Belloch et a!., 2009) y puntuacio11es totales Finalmente, por lo q_ue se refiere al tratamiento psicológico del
> 30 diferencian entre prese11cia/ousencia de TOC. El Vancouver TOC, el que sin duda cuenta con mayor número de evidencias sobre
Obsessional Compulsive Inventory <VOCI; Thordorson et al., 2004. su eficacia en todas los niveles de gravedad del trastorno {véase,
Validación en castellano: Nogueiro et al., 2009) es la formulación par ejemplo, la guía del National Institute for Clinical Excel!ence
actualizada del Moudsley Obsessive-Compufsive Invenfory(MOCD. británico, NICEl es el cognitivo-conductual. Según las guías de uso
Entre sus ventajas, destaca la inclusión de una subescalo para eva- clínico, lo exposición con prevenció11 de la respuesta (EPRl es el
luar las sensaciones de inacabado o de que «oigo no está bien» componente indispensable. No obstante, el tratamiento cognitivo
(not just right) Sin embargo, no incluye ítems para síntomas de que sigue el modelo de las valoraciones es, en la actua!idad, igual-
orden ni para las de dudas y estrategias de neutralización encu- mente aceptado como eficaz por los expertos y, en muchos cosos,
biertas, y en su formato inicial presentaba problemas de validez su asociación con lo EPR mejora lo eficacia de esto y disminuye de
discriminante y de estabilidad en la estructura factorial. G611ner manero significativa el riesgo de recaídas.

111
)) Tabla 5.S. lnscru1nento> para la evalu'l.ción y el d1agnóst1co del trastor:'lo obsesivo-compuls1vo [TOC]

Gravedad del TOC Y-BOCS-grovedad 5 ítems sobre gravedad de obsesio11es y 5 sobre gravedad de compulsiones en la
semana prevm- tiempo diario, intertere11cio, malestar, resistencia y grado de control.
Puntuación de cada ítem: O a 4.
Síntomas Y-BOCS 58 ítems sabre presencia/ausencia de síntomas (formato de respuesta sí/no)_
(síntomas 0-Cl

OCI-R 18 ítems en 6 subescalos (3 items cado uno): limpieza, obsesiones, acumulación,


orden, comprobación, y neutralizoció11. Escala de respuesta de intensidad del
malestar: O(nada) a 4 (muchísimo).

C-BOCI 25 grupos de afirmaciones graduados de O a 3. Evalúo la frecuencia y gravedad de


los síntomas. 14 ítems para obsesiones y 11 para compulsiones.

VOCI 55 ítems que evalúan la gravedad de síntomas de contaminación, comprobación,


obsesiones, acumulación, sensaciones de inacabado {«not just right») e indecisión_
Escala de respuesta de 0-ll_
~~~~~~~~~~~~~~~~~~-j

DOCS 20 ítems distribuidos en 4 subescalas: contaminación, daño/agresión, pensamientos


inaceptables, simetría/orden/just righf_ Cado ítem se puntúa entre Oy 4_
Creencias disfuncionales sobre OBQ-44 44 ítems distribuidos en 6 dimensiones de creencias: responsabilidad, sobrestimación
los pensamientos de lo amenaza, importancia de los pensamientos, importancia de controlar los
pensamiento~ perfeccionismo, e intolerancia a lo incertidumbre. Evaluación en
escalas de 7 puntos «<muy en desacuerdo» o «muy de acuerdo»).

ICO-R 50 ítems distribuidos en 8 dimensiones de creencias: responsabilidad excesiva


(7 ítems), importancia de los pensamientos (5 ítems) fusión pensamiento-acción
(FPA) de tipo probabilidad {5 ítemsJ, FPA de tipo moral (7 ítemsl, importancia de
controlar los pensamientos (5 ítemsl, sobrestimar el peligro (8 ítems). intolerancia a
la incertidumbre (6 ítems> y perfeccionismo (7 ítems).
Evaluación en escalas de 7 puntos (1 = totalmente en desacuerdo, 7 = totalmente
de acuerdo).
Pensomienfos intrusos ROil Parte t 52 ítems sobre PIO (frecuencia 0-6)_
obsesivoS desagrádables Parte 2: se escoge el P!O mós molesto y se evalúa en impacto emocional,
<PIOJ., valoraciones disfuncionales, interferencia, intentos de control. evitación y estrategias
Impacto emocional. de neutralización y compulsiones (frecuencio 0-5).
Valoraciones disfunclonales. lNPIOS Parte/: 48 PIO en 6 subescalos: agresivos <10 ítemsl, sexuales/inmorales/repugnantes
Estrategias' de confról. (14 ítems), de simetría y orden (4 ítems), dudas y necesidad de comprobar (10 ítemsl,
limpieza y contaminación (6 ítems) y superstición {4 ítems). Frecuencia entre O
<nunca) y ó (siempre, continuo).
Parte 2: el PIO más molesto (últimos 3 meses, frecuencia ;:::: 1) se erolúa en
impacto emocional (5 ítemsJ, interferencia y dificultad de control (3 ítemsl, 8 tipos
de valoraciones disfuncionales (importancia del pensamiento, FPA-moral, FPA-
probabilidad, significado personal, importancia de controlar, responsabilidad,
sobrestimar el peligro o amenazo, incertid.lmbreJ, y IS estrategias de control o
neutralización, incluyendo compulsiones (frecuencia 0-4>.

l!TIS Entrevisto estructurado (IQI ítems) q_ue evalúa la experiencio (3 meses previos) de PIO
sobre 7 contenidos: contaminación, agresión, dudas, religiosos/inmorales, sexuales.
v1ctimización. y otras. Se pregunta por la presencia, frecuencia, molestar, y dificultad
en suprimir de cada uno de los PIO q_ue se haya tenido. Como en ROi e INPJOS,
la segunda parte evalúa las voloraciones disfuncionales y estrotegios de control/
neutralización utilizadas con el PIO que la persona selecciona como más molesto.

(Continúa)

182
Capitulo 5. Trastorno obs2s1vo-conpulsivo y lrastornos relacionado~

)) Tabla 5.8. /Continuación/

Pensamientos intrusos INPIDES/ QUJT Se presentan 5 grupos diferenciados de PID: obsesi\fos (12 ítemsl, dismórficos
desagrodables (PID) sobre 00 items), alimentorios-dieta-ejercicio (9 ítemsl, hipocondríacos (11 íternsl,
5 contenidos diferentes: y relacionales (11 ítems>. Codo ítem se responde según lo frecuencia <0-6l y el
obsesivos.. dism6rficos, malestar asociado (0-41.
alimentarios, hipocondriacos, Después de responder a coda grupo de PID. se escoge el más reciente (últimos 3
y relacionales (pareja e hijos, meses), molesto y con frecuencio 2: 1, poro evaluarlo en 14 ítems sobre 1mpacto
en su caso) emocional, egodistonío, interferencia. valoraciones disfuncionoles. y estrategias de
neutralización y compulsiones (frecuencia 0-4).

'Véase el texto para una descripción cornpleta de las siglas, así corno para las referencias de autoría correspondientes a cada
instrumento

B. Trastorno dismórfico corporal C. Trastorno de acumulación


Existen diversas medidas, tanto de autoinforme como de entrevista La evaluación de la acumulación se realiza principalmente por
clínica, diseñadas para lo detección, el diagnóstico y la valoración medio de lo entrevista clínica. Se han desarrollado varios entre-
de síntomas dismórficos y aspectos relacionados. En la Tabla 5.9 se vistas clínicas centradas en Jo acumulación, como The Structured
presentan los más utilizados, junto con información sobre su valida- Interview for Hoarding Disorder (SIHD; v. 2_0; Nordsletfen et al.,
ción en castellano. El trotomiento psicológico de elección para el 2013l. Es necesario valorar el grado de acumulación, las creencias
TDC es la terapia cagn'1fivo~conductual <TCCl. Distintos estudios hon asociadas, la dificultad asociada al deshacerse de pertenencias,
demostrado reduccióri de síntomas fNeziroglu et ol., 1996; Wilhelm lo adquisición excesivo, la interferencia q_ue ocasiona, así como la
et al., 20131 con intervención individual y grupal, tanto si están cen- posible comorbilidod. Dado el bajo nivel de insight puede ser útil
trados en el componente conductuaL como en el cognitivo CGeremia emplear uno escala visual paro valorar el grado de acumulación
y Neziroglu, 2001>. en el hogar. Frost et al. (2008) han desarrollado una escala en lo
Se han realizado algunos ensayos controlados aleatorizados que se muestran fotografías de habitaciones con diferentes niveles
<ECA}, con el objetivo de probar la eficacia de la TCC en pacientes de abarrotamiento y en la que se solicita a la persona que valore
con TDC (Phillipou et al., 2016l. La TCC demostró ser superior a la que más se aproxima o cada una de las estancias de su hogar
los listas de espero, y a una intervención del manejo de lo ansie- ( The Clutfer Image Rafing; Frost et al., 2008). En la Tabla 5.10. se
dad (Veale et ol., 2014al. Sin embargo, Jos estudios son escasos, ofrecen diferentes outoinformes que pueden ayudar o completar
con muestras pequeñas, y no todos los pacientes presentan mejoría la información.
<Greenberg et al., 2Dl9J_ Otros modalidades terapéuticas, como lo El tratamiento cognitivo-conductual para la acumulación se
terapia metacognitiva (Robiei ef al., 2012l, el tratamiento transdiag- baso en el modelo expuesto con anterioridad, y aborda los siguien-
nóstico poro trastornos emocionales fMohajerin et al., 20191 o la tes componentes (p. ej., Steketee. 2014; Tolin et aL, 2017): psicoedu-
teropia del «reprocesomiento de imágenes» (Riffer y Stangier, 2016; coción, incremento de lo motivación hacia el cambio, entrenamiento
Wilson et al., 20161 han proporcionado algunos resultados pos"1tivos en aquellos habilidades en las que se hon observado déficits <p. ej.,
prometedores, aunque todavía preliminores. Junto con lo TCC, el solución de problemas o toma de decisiones, o relación con las
farmacológico es el tratamiento de primera línea para este tras- posesionesl: reestructuración de las creencios disfuncionoles; expo-
torna (Phillips y Hallander, 2008l, específicamente con los !SRS. En sición gradual a la no adquisición; entrenamiento para clasificar y
un metaanálisis (Williams et al., 2006> y una revisión Cipser et al., descartar o deshacerse de objetos; así como en ordenar y organizar
2009) sobre la eficacia del tratamiento psicológico yfarmacológico las posesiones.
del TDC, se encontró que ambos intervenciones son efectivas. No
obstante, de acuerdo con la guío NICE, el tratamiento formoco-
lágico debe acompañarse de TCC en todos los niveles o fases del D. Tricotilomanía y excoriación
tralamienfo. La evaluación de la tricotilomanía y lo excoriación conllevo eva-
luar, a través de la entrevista diagnóstica, la historia de la conducta
problemática <i. e., arrancarse el pelo o rascarse la piel), así como
J) Trastorno dismórfico corporal. Trastorno que se carac- el patrón de comportamiento que se do en la actualidad. Es impor-
ter Iza por una preocupación excesiva y desproporciona- tante analizar lo secuencio del comportamiento, sus antecedentes
da por un defecto percibido en la apariencia que genera inmediatos (qué ocurre antes del comportamiento en sí, qué pien-
malestar clínicamente s·1gn'if1catívo o deter'1oro social. labo- so, qué hace y qué Siente), los característicos del comportamiento
ral o personal. fp_ ej., en qué situaciones se da, con qué frecuencia, los áreas de
las que arranca el pelo), así como los consecuencias (qué- hoce,

183
Manual de ps1copatología. \/olumeri 2

:') Tabla5.9. lnstru111entv; para la evalcac16n del lrastorno dismórfico corporal

Ansiedad por la áporlencia AA!: Appeorance Anxiety Inventory Veole et al. {201ll-bl

Dismorfia muscular MDDI: Muscle Dysmorphic Disorder lnventory H1ldebrondt et al. Galiana-Llinores et al. (2017)

Gravedad de síntomas BDD-YBOCS: Body Dysmorphic Disorder Phillips et oL (1997)


dismórficos Modificotion of the Yole·Brown Obsessive
Compulsive $cole

BODE: Body Dysmorphic Disorder Exominotion Versión entrevista: Rosen


y Reiter (1996)

Versión outoinforme: Senín-Colderón et al. (2017)


Rosen y Reiter (1994l

. Im.{1gen Corporal . MBSRQ-AS: Multidimensionol Body-Self Relotions Brown et al. (1990) Roncero et al. (2015)
Questionnaire Appearonce Subscoles

BIDQ: Body Imoge Di'lturbance Questionnaire Cosh et al. (2004)

BICJ: Body lmage Concern Inventory Littleton et al. (2005) líttleton y Radecki Breitkopf
{2008)

IMghf BABS: The Brown Assessment of Beliefs Scale Eisen et al. (1998)

Preocu¡)aciones DCQ: Dysmorphic Concern Ouestionnoíre Oosthuizen et al. (1998l Senín-Colderón et al. (2017)
_.dismórficas
INPIAF: Inventario de Pensamientos Intrusos Giroldo-O'Mearo y Giroldo-O'Mearo y Belloch
sobre el Aspecto Físico Belloch (2019) (2019)

BDD-SS: Body Dysrnorphic Disorder Syrnptorn Scole Wilhelrn et al. (2016)

BDDQ_ Body Dysrnorphic Disorder Questionnaire Phillips et al. 0995)

COPS: Cosmetic Procedure Screening Veale et al. <2012)


Questionnoire
~"'·-----~----------~------~-----~

siente, piensa tras el comportamiento problemáticol. Asimismo, se


pueden emplear escalas clínicas como la Psychiatric Jnstitute Tri-
V. Resumen de aspectos
choti//omania Scofe (PlTSl o las escalos del National Institute of fundamentales
Mental Health- Trichotilfomonia que valoran el deterioro (NIMH-TISJ
y gravedad (NIMH-TSSJ de la tricotilomanía <Stanley et al., 19991 Este capítulo está dedicado al grupo o espectro de trastornos obse-
o lo Yale-Brown Obsessive Compulsive Sea/e Modified far Neurotic sivo-compulsivas, un conjunto heterogéneo y complejo de trastornos
Excoriation <NE-YBOCS; Arnold et al., 1999l. Así mismo, se dispone q,ue, hasta hace poco, se incluían en categorías diagnósticas dis-
de una serie de autoinformes que pueden completar lo evaluación y tintas: el obsesivo-compulsivo {TOCl, el dismórfico corporal, el de
que listamos en la Tabla 5.10. acumulación, la tricotilomanía y \a excoriación. Además de estos
El tratamiento más empleado para estos trastornos es la téc- cinco trastornos, la última versión del manual de diagnóstico psi·
nica de conducto de inversión de hábito (Azrin y Nunn, 1973) q_ue quiátrico de lo OMS, lo CIE-11, incluye también la hipocondría y
consiste en: (IJ favorecer q_ue lo persono sea consciente de aquellas el síndrome de referencia olfativo. Analizamos. en primer lugar, las
circunstancias en las q_ue es más probable que se dé la conducta razones ci..ue se esgrimen para esta nuel/O agrupación de trastornos
problema; (2l genere una conducta que compita o sustituya a la que, en síntesis, hacen referencia a similitudes sintomatológicos,
problemático (p. ej., cerrar el puño) de modo que cuando vaya a comportamientos repetitivos, edad de inicio, curso, historia fami-
realizar lo conducta problema pongo en práctica esto nueva con- liar, elevada comorbílidod mismo circuito neuronal, caracterizado
ducta, y (3) cuente con apoyo social, de modo que se implica a por una hiper-activación de la región fronto-estriada, y respuesta
familiares y amigos para motivar o\ paciente (fles>ner et al., 2010; similar al tratamiento farmacológico con ISRS. No obstante, algunos
McGuire et al., 2014.J. expertos consideran que estos rozones son muy discutibles, especial-
Capítulo 5. Trasto1-no obsesivo·cornpulsivo y lrdstornos reldcionados

)) Tabla 5.10. ln>trumentos para la evaluación dP los trilstor'lOS de acumu!ació'l, tri:otilomanía )'excoriación

Acumulación Sl-R: The Saving lnventory- Revised Fro~ et al., 200!.l- Tortella-Feliu et al., 2006

SCI: Sav·ing Cogn'1tions Inventory Stekefee et al., 2003

HD-D: Hoarding Disorder Dimensional Scole APA, 2013

CAS: Compulsive Acquisition Scale Frost et aL. 2002

Tricotilomanía MGH-HPS: Mossachusetts General Hospital Kelllhen et al.. 1995


Hairpulling Scole

M-DOTS: Milwaukee lnventory of Styles of Flessner et al. 2007


Trichotillomania

MIST-A: Milwaukee Inventory for subiypes of Flessner et al., 2008


tr'ichotillomania-Adult version

Eliofiaci6n. · SPI-5: Skin Picking Impact Scale, y la versión Keuthen et al .. 2001; Torales y Sarrios {2016al
breve Snorrason et al., 2013

SPS-R: Skin Picking Scale-Revised Snorrason et al., 2012b Torales y Barrios (2016b)

SPD-D: Excoriation {skin-picking disorderl LeBeau et aL. 2013


dimensional scale
------·
MJDAS: The Milwaukee Inventory far the Wolther et al, 2009
Dimensions of Adult Skin Picking

mente en cuanto o la respuesta al tratamiento y la comorbilidad. A explicaciones psicológicas del TOC desde !as perspectivas conduc-
continuación, se exponen los características clínicas y diagnósticas tual y cognitiva_ Mientras que los modelos conductuales situaban
de los cinco trastornos que según el DSM-5 y la CIE-11 forman parte el énfasis en los conductos !i. e., las compulsiones) y consideraban
de este conjunto. los obsesiones como estímulos condicionados ofreciendo de ellas
El TOC, que es el trastorno central de la nuevo categoría, se explicaciones similares a los de las fobias, los enfoques cognitivos
define por dos síntomas que están funcionalmente interconectados: sitúan el énfasis en los obsesiones, en tanto que productos cogni-
las obsesiones y los compulsiones. Las obsesiones se consideran el tivos conscientes cuyos contenidos son similares a los de los pen-
síntoma fundamental del trastorno y se definen por su intrusivi- samientos intrusos desagradables que experimenta la mayoría de
dod, recurrencia, inaceptobilidad o inoportunidad, irracionalidad e lo gente. Para explicar la transformación de estos pensamientos
incoíltrolobilidad. Por su parte, los compulsiones consisten en com- en obsesiones clínicamente significatiV<ls, los modelos cogrntivos
portamientos repetitivos que se llevan a cabo de manero más o más investigados y conocidos se centran en los valoraciones disfun-
menas ritualizado, y que forman porte de un conjunto más amplio cionales que hacen las personas cuando experimentan esos pen-
de comportomientos, genéricamente denominados «e:;trategias de samientos. Sin embargo. otros enfoques cognitivos mós recientes
neutralización», que pueden ser obserV<lbles o encubiertos. Aunque consideran que, en los personas con TOC, las obsesiones son una
hasta hace relativamente poco se consideraba un trastorno poco modalidad patológico de duda que adq_uiere lo formo dfl inferen-
frecuente, actualmente se sobe que su prevalencia vital está en cia o premiso primario. cuyo significada es personal. Estas dudas
torno al 2,5%. lo que lo sitúa en el cuarto Jugar de los trastornos activan procesos anómalos o disfuncionoles de razonamiento que
mentoles más frecuentes. El inicia del trastorno suele ser relativa- llevan a confusión inferflncial, cuya característica esencial es q_ue
mente temprano y su curso es crónico y, a menudo, deteriorante se confunde lo que es real «aquí y ahora» con lo posible n. e.. lo
a no ser que se instaure un tratamiento eficaz. Además, es comór- obserV<lble o tangiblfl con lo imaginado o pensado). Por último. se
bido en muchos casos con depresión (más del 60% de los caso>l. revisan los datos procedentes de investigaciones centradas en la
con trastornos de ansiedad fmós del 30% de los casos), con otros búsqueda de déficits de procesamiento característicos del TOC,
trastornos del mismo espectro 0-C y con diferentes trastornos de la especialmente )as relacionados con la memoria y lo atención.
personalidad_ Asimismo, su presencia es frecuente en personas con El segundo trastorno que se analizo es el TDC. Aunque la inves-
trastornos del espectro de las psicosis, con los del espectro autis- tigación sobre el trastorno ha aumentado de manera considerable
ta, con el trastorno de estrés postraumótica y con los trastornos en la última década, siguen siendo poco conocidos muchos aspectos
por abuso de sustancias (alcohol, especialmente>. Se analizan las relacionados con su fenomenología clínica y con los procesos invo-

185
fv'lo111ual de psi~opalologia. VolL:rner1 2

lucrados en su inicio. desa1rollo, y manteni1nie11to. El lros1orno se IT•ica que supone la adquisición excesivo)_ Uno d€ los problemas
caracterizo por una preocupación excesivo por un defecto percibido más importantes del trastorno es el bajo nivel de 1nsight que pre-
en la apariencia q_ue es inexistente o apenas perceptible poro otros sentan muchas de las personas q_ue lo padecen, lo q_ue se ha aso-
personas. E>ta preocupación está acompoiiada de un amplio reper · ciado o la naturaleza egosintónico de lo sintomatología_ No obs-
torio de comportamientos. entre los q_ue el más habitual consiste en tante, no está cloro si el bajo insight es atribuible o la incapacidad
examinar lo apariencia en espejos y superticies reflectontes de cuol- poro valorar que tienen un problema y los complicaciones que este
q_uier tipo. Aunque este comportamiento es un medio poro realizar provoca en su día a día, o a la presencia de ideas sobrevaloradas
otros asociados o lo preocupación (p. ej., ocultar el defecto percibi- sobre la importancia de las posesiones y de guardar obje1os q_ue
do}, tiene uno finalidad en sí mismo: comprobar la apariencia con la pueden ser utilizados en el futuro, o si se trata de un comporta-
esperanza de verse a sí mismos de formo diferente. Muchas personas miento defensivo consciente o inconsciente. La edad media de ini-
con TDC se someten a tratamientos médicos {dermatológicos y/o cio de los síntomas de acumulación es temprana, pues se ha esta-
q_uirúrgicos) siendo Jos profesionales que realizan estas intervencio- blecido en los 13,4- años. Lo prevalencia vital es elevada, en torno al
nes los más buscados por los pacientes, por encimo de psicólogos 2,5%, y se distribuye de modo similar entre mujeres y hombres. El
clínicos y psiquiatras. En buena medida, ello estó relacionado, por trastorno se asocia a graves dificultades a nivel personal, familiar,
un lado, con el bajo ínsight que por lo general tienen estos pacien- social. económico y, o menudo, también de salubridad. La comor-
tes, y, por otro, con lo vergüenza que experimentan por sus preocu- bilidad con otros trastornos es más lo norma q_ue lo excepción-
paciones, que dificulta la búsqueda de ayuda de profesionales de !a mitad de las personas presenta también un trastorno depresivo
salud mental. El TDC es un trastorno común tanto en mujeres como mayor. También son frecuentes los trastornos de ansiedad, espe-
en hombres, y los tasas de prevalencia varían considerablemente cialmente los de ansiedad social y ansiedad generalizada. Otros
dependiendo del contexto estudiado, lo cual refleja en cierta medi- trastornos, como los del control de los impulsos, especialmente en
da la ocultación de los síntomas por parte de estos pacientes. Por condiciones asociadas o la adquisición, como la cleptomanía o la
lo común, este trastorno tiene su inicio en la adolescencia, asociado compra compulsiva, así como el trastorno de déficit de atención
a episodios de burlas generalmente relacionadas con lo apariencia, con hiperactividad {TDAHJ, son asimismo relativamente comunes.
y suele permanecer muchos años sin ser diagnosticado, lo que se También es frecuente la comorbilidad con tros·~ornos de la perso-
asocia con uno mayor ideación e intentos suicidas. Existen algunos nalidad, especialmente con el obsesivo-compulsivo, pero además
teorías poro explicar el desarrollo y mantenimiento del TDC desde con el evitativo, el límite, el paranoide y el esq,uizotípico. las pro-
un enfoque cognitivo conductual y, aunque algunos de los factores y puestos cognitivo-conductuales actuales paro el trastorno de acu-
procesos propuestos cuentan con evidencia empírica, se requiere de mulación parten del modelo propuesto por Rondy Frost, q_ue se ha
mucha más investigación para comprender mejor este trastorno. Por ido refinando, desarrollando y contrastando a nivel empírico a lo
último, aunq_ue el TDC ha pasado a ser porte del capítulo del TOC largo de las últimas décadas. Se describe una serie de variables de
y trastornos relacionados debido a diversos aspectos compartidos vulnerabilidad distales O. e., ambiental y familiar), ounq_ue el énfasis
entre ambos trastornos, el TDC comparte también características se sitúa en las variables de vulnerabilidad próximos (i. e., alteracio-
esenciales con otros trastornos mentales, en especial con los tras- nes en los procesos cognitivos, creencias y patrones conductuales/
tornos alimentarios y con la ansiedad social. Por ejemplo, lo irwesti- emocionales) q_ue contribuyen de formo mós directa al desarrollo y
goción sobre las alteraciones de la imagen corporal y otros aspectos mantenimiento de lo sintomatologío del trastorno de acumulación
relacionados en los trastornos alimentarios, y la autofocolizoción y y q_ue son susceptibles de cambio.
la «perspectivo de observador» adoptada en el procesamiento de Por último, se describen la tricotilomanía y la excoriación, dos
situaciones sociales en el trastorno de ansiedad social pueden servir trastornos q_ue se caracterizan por comportamientos repetitivos cen-
de base para nuevos estudios q_ue permitan entender mejor estos trados en el propio cuerpo, bien sea arrancarse el cabello o rascarse
aspectos en el TDC. la piel, que a menudo provocan consecuencias nocivos o nivel der-
A continuación, hemos descrito el trastorno de acu1nulación, matológico. Desde el punto de vista de los características clínicas
q_ue aparece por primera vez en el DSM-5 y en lo CIE-11 como y etiológicas, estos dos trastornos son los q_ue más dudas suscitan
un trastorno independiente caracterizado por la dificultad para entre los expertos en cuanto a su inclusión en el espectro 0-C. No
deshacerse de pertenencias dando lugar a una congestión y aba- obstante, su edad de inicio se suele situar en la adolescencia tem-
rrotamiento del hogar, y en el q_ue además a menudo se dan com- prana, al igual q_ue sucede con los otros trastornos del grupo. Su
portamientos de adquisición excesiva. El comportamiento de acu- prevalencia es relativamente elevado (entre el 1.5 y casi el 5 %l y con
mulación impide llevar una vida normal y adoptada o los normas frecuencia se presentan asociados. Desde el punto de vista etioló-
sociales y provoca importantes interferencias {p. ej., ocupación de gico, parecen estar asociados sobre todo a problemas para regular
estancias de la vivienda q_ue impiden dormir cómodamente en la estados emocionales negativos. Por último, a diferencia de lo otros
como o cocinar; vergüenza asociada a lo acumulación de objetos trastornos del grupo, el tratamiento de elección es similar al q_ue se
q_ue hará que la persona evite tener visitantes; la inversión econó- utiliza para los trastornos de tics_
Capítulo 5. Traston10 obsesivo-compulsivo y trastornos relacionados 4141

••Términos clave
Acumulación ¡trastorno del 144 Imagen corporal 169 Trastorno dismórfico corporal 183
Comportamientos repetitivos lnsight 141 Trastorno obsesivo-compulsivo 131
centrados en el cuerpo 139 Obsesión 137 Tricotilomania (o trastorno
Compulsión 737 Onicofagia 178 de arrancarse el pelo) 177
Excor\ac·1ón o trastorno Preocupación 139
de rascarse la piel 178

••Lecturas recomendadas
Belloch, A., Cobedo, E. y Corrió. C. (2010). TOC. Obsesiones y compulsio- Manual que profundiza en los conductos repetitivos asociados al
nes. Manual de tratamiento cognitivo_ Madrid, Alianza. cuerpo como arrancarse el cabello o rascarse la piel abordando
Manual breve centrado en lo descripción y explicación del TOC y su también lo evaluación y tratamiento tonto para niños como adultos.
tratamiento desde el enfoQ.ue cognitivo_ Roberts, S., O'Connor, K. y Bélanger, C. (2013). Emotion regulatíon and
Clark, D. A. (2020L Cognitive-behavioral therapy for OCO and its sub- other psychological models fer body-focused repetitive behaviors_
types (2_' edJ Nuevo York: Guilford Press. Clinical Psychology Review, 33(6), 745-762.
Manual actualizado respecto o ediciones anteriores del mismo autor Artículo que revisa las evidencias de los modelos explicativos para
sobre el TOC y sus múltiples variantes. Explico con detalle los pro- lo tricotilomanía y la excoriación.
cedimientos terapéuticos cognitivo-conductuoles más eficaces poro Veale, D, Wilson, R. y Clork, A (2004J_ Overcoming body image pro·
abordar este trastorno y sus diferentes presentaciones. blems (including body dysmorphic disorder): a se/f-help guide using
Frost, R. O. y Steketee. G. (201llL The Oxford Handbook of Hoording and Cognitive Behavioral Techniques. Londres: Constable & Robinson.
Acquiring_ Nuew York: Oxford University Press Libro de autoayuda con un enloctue cognitivo conductuol para
Texto centrado en la descripción, evaluación y tratamiento del tras- abordar los problemas relacionados con la imagen corporal.
torno de acumulación. Wilhelm, S. (2006). Fee/ing good aboul the woy you /ook: o program for
Giroldo-O'Mearo. M. y Belloch, A. <2017). El trastorno d"1smórfico corpo- overcoming body image problems. Nuevo York: Guilford
ral: Un problema infra-diognosticodo. Revista de Psicopatolagía y Libro de outoayuda con base científico, donde la autora. desde
Psicología Clínica, 22 69-Bll_ un enfoque cognitivo-conductuol, ofrece un programa poro superar
Artículo Q.Ue presenta una actualización sobre el estatus del TDC, problemas relacionados con la imagen corporal. incluyendo el TDC.
así como investigaciones recientes sobre aspectos cognitivos involu- Wilhelm, S., Phillips, K_ y Steketee, G. (2013). Cognitive-Behoviorol The·
crados en el desarrollo y mantenimiento del problema. rapy far Body Dysmorphic Oisorder, A Trealment Manual. Nuevo
Grant. J. E., Stein, D. J., Woods. D. W. y Keuthen, N. J. (2012) Body-focu- York: Guillord
sed repetitive behaviors. Arlington. American Psychiotric Publishing, Uno de los pocos manuales disponibles poro el trotomiento del TDC
lnc. desde un enfaq_ue cognitivo-conductuol.

••Referencias
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196
Capitulo 5. Trastorno obsesivo-compuls1vo ·y trastornos relacionados 4141

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197
tt Manual de ps1copatología. Volumen 2

•• Autoevaluación
l. lCuál de los siguientes características es necesaria para el El papel de los imágenes mentales_
realizar un diagnóstico de TOC? dl Ninguno de las anteriores.
al Experimentar preocupaciones constantes sobre posibles
problemas futuros. 7. En la tricotilomanía, el comportamiento de arrancarse el
cabello:
bl Que la persona trate de ignorar, suprimir o neutralizar sus
obsesiones. con algún pensaniiento o acción. al Siempre da lugar a una pérdida perceptible del niismo.
el Que exista conciencia de enfermedad. b) Siempre da IL19ar a una pérdida del mismo. aunque esta
puede no ser perceptible_
d) Que exista alguna relación entre el contenido de las obse-
siones y el tipo o modalidad de compulsión_ e) Algunas veces da lugar o la pérdida del cabello y otros no.
dl Se asocia a bajos niveles de interferencia.
2. Cuál de los trastornos q_ue se enumera presenta las mayo-
res tasas de comorbilidad con el TOC: 8. Los modelos explicativos actuales sobre los compor-
al Trastornos de lo conducta alimentario. tamientos repetidos centrados en el cuerpo Cp. ej., la
bl Depresión mayor. excoriaclónl plantean q_ue estos podrían tener la fun-
ción de:
c) Gilles de la Tourette.
al Evitar enfrentarse al molestar que generan los creencias
d) Esctuizofrenio_
disfuncionoles sobre el propio cuerpo.
3. «Si tengo estos pensamientos es que me estoy volviendo bl Regular las emociones negativas, tanto aquellas que impli-
loco» lCon cuál de las creencias disfuncionoles sobre los can niveles elevado1 (p. ej., la ansiedad) corno bajos (p. ej.,
pensamientos se corresponde mejor esta afirmación, rea- el aburrimiento) de activ-oción.
lizada por una persono con TOC?
el Disminuir la ansiedad ctue genera mirarse ante el espejo
o) Sobrestimar lo importancia de los pensamientos. y ver una imagen que no se ajusta a la deseada (p. ej.,
bl Fusión pensamiento-acción, tipo moro!. acnél.
el Perfeccionismo. dl No cumplen ninguna función, son el resultado de un com-
dl Necesidad de controlar el pen1omiento. ponente básicamente hereditario.
Lt. Uno de los comportamientos más frecuentes y claves en el 9. lCuál de estas alteraciones se caracteriza por una menor
mantenimiento del TDC es: conciencia de enfermedad?
o> Realizar ejercicio físico. al El trastorno obsesivo-compulsivo.
bl Examinarse en el espejo. bl Lo tricotilomanía.
e) Hacer dieta. el La excoriación.
dl Consumir alcohol. dl El trastorno de acumulación.
S. Cuá1 de los siguientes modelos ha sido propuesto para la 10. En el trastorno de acumulación, la adq,uisición excesiva:
explicación del desarrollo y mantenimiento del TOC?
al Siempre se observo. y hace referencia o la compra de ob-
al El modela de F. Neziroglu. jetos por su valor artístico.
b) El modelo de P. Salkovskis. bl Se observo con frecuencia, pudiendo ser objetos compra-
¡,
el El modelo de S. Wilhelm_ dos, gratuitos, o robados.
d> Los opciones a y e_ e} Es poco frecuente, y suele caracterizarse por acumular
objetos robados_
6. Uno de los aspectos en los que se centra el modelo de
David Veale para explicar el desarrollo y mantenimiento dl Siempre 1e observo. y suele caracterizarse por acumular
del TDC es: objetos comprados.
al El papel del condicionamiento clásico.
bl El papel de las reacciones disfllncionales.

, ,,, + ,,,'

198
CAPÍTUL06

TRASTORNOS DEPRESIVOS*
Carmelo Vázquez y Jesús Sanz

l. Introducción 199 B_ Trastorno disfórico premenstrual 213


II. Clasificación 200 e Trastorno depresivo debido o una afección médico 211/
A. ¿Depresión o depresiones? Un dilema conceptual 200 D. Trastorno depresivo inducido por una sustancia/
B. Dicotomías descriptivas 201 medicamento 215
C. El problema de la heterogeneidad de síntomas E_ otro trastorno depresivo especificado 215
y su diagnóstico 202 F. Otro trastorno depresivo no especificado 215
D. El problema de la comorbilidod 203 VI. Etiología de los trastornos depresivos 215
E. lT1enen todos los síntomas el mismo valor? Teoría A. Factores y modelos biológicos 215
de redes 203 B. Factores y modelos psicológicos 216
F. La estructura del DSM-5: cambios y novedades C. Modelos integradores 218
en la depresión 201.J
Vil Características transdiagnósticas 221
G. El espectro de síntomas depresivos 201/
H. Clasificación y cuadros clínicos 206 VIII. Recomendaciones para la evaluación
y el tratamiento 222
111. Trastorno depresivo mayor 206
A. EllO!uación 222
A. Diagnóstico y características clínicos 206
B. Tratamiento 221/
B. Epidemiología y curso evolutivo 208
C. Diagnóstico diferencial y comorbi!idad 211 IX. Resumen de aspectos fundamentales y tendencias
futuras 227
IV. Trastorno depresivo persistente (trastorno
distímico> 212 TÉRMINOS CLAVE 228
A. Diagnóstico y características clínicas 212
LECTURAS RECOMENDADAS 228
B. Epidemiología y curso evolutivo 212
V. otros trastornos depresiVQs 213 REFERENCIAS 228
A. Trastorno de desregulación disrupti\IO del estado AUTOEVALUACIÓN 231
de ánimo (TODJ 213

l. Introducción
Teniendo en cuenta su duración, su elevado frecuencia, sus efectos enorme cantidad de investigación sobre su etiología, psicopatologío
en el funcionamiento psicosocial y su mortalidad, la depresión es y tratamientos, y de la existencia de revistas especializadas y de
el problema mental mós incapoc1tante y con mayores costes eco- numerosos profesionales dedicados a su atención, su naturaleza es
nómicos y de sufrimiento personal asociados. Pero, a pesar de la aún relati'/Omente incierto. En oros de lo brevedad, en este capítu-

* Agradecimientos
La elaboración de este capítulo ha sido posible en parte gracias a las ayudas a los proyectos de investigación del Ministerio de Ciencia,
Innovación y Univer;idades PID2019-108711GB-IOO y PGC2018-098387-B-IOO concedidos al primer y segundo autor, respectivamente.

'"'
Manuctl dt> ps1copdto1og.¿ Volumen 2

lo nos centraremos en lo depresion en adultos_ Aunq_ue la 111JT1ensa Esto distincion es importante, pues la depresión entendida como
mayoría de ios coracteris1icus, factores de riesgo y modelos teór"1cos síntorna (es decir, sentirse patológicomente tr'1stel está presente en
de lo depresión en adultos son similares a los de la depresión infantil la mayor parte de los cuadros psicopatológicos (p. ej., esQ.uizofrenio,
y adolescente, el lector interesado específicamente en esta último obsesiones, etc.) y en muchas condiciones médicas <p. ej., cáncer).
puede consultor García-Vera y Sanz (20!6) paro uno exposición más Ademó~ de la tristeza patológica, pueden aparecer otros síntomas
de1ollada. concomitantes <p. ej.. insomrno, pérdida de peso, etc.J, lo que aún
Los sentimientos de abatimiento o de depresión sori muy habi- no es un trastorno en sí misma, sino un sindrome depresivo (lo q_ue
tuales y, en sus formas menos graves, probablemente tienen unas habitualmente se mide en escalos o cuestionarios de síntomas). En
funciones filogenéticas adaptativos como, por ejemplo, recabar la el caso de los sistemas DSM, esta idea de síndrome (o conjunto
atención y el cuidado de los demás, constituir un modo de comu- de síntomas covariantesl es lo ci.ue define los llamados «episodios
nicación de situaciones de pérdida o separación, o ser un modo de depresÍ\IOS» (q_ue no son categorías diagnósticas, sino un mero con-
conservar «energía» poro poder hacer frente o ulteriores procesos junto de síntomas) los cuales son la base sintomática para diagnos-
de adaptación (Badcock et aL, 2017). Pero estar triste no siempre ticar un trastorno de depresión mayar (TDML
es uno emoción adaptativa_ En ocasiones, bien por su duración, por No resulta conceptualmente fácil diferenciar la depresión clíni-
su frecuencia, por su intensidad o por su aparente «autonomía» <es ca de los estados de ánimo «depresivos>~ más o menos transitorios
decir, su aparición sin q_ue, aparentemente, hoya desencadenadores y cotidianos. La idea más tradicional de que lo depresión normal
claros, como pueden ser los estresores vitales), estos sentimientos difiere cuali·tativamente de la depresión patológica es difícilmente
pueden interferir extraordinariamente con la capacidad adaptativa sostenible porque hay evidencias muy robustas de q_ue los estados
de la persona que los sufre y así convertirse en motivo de atención depresivos simplemente varían en un confmuo de gravedad en los
clínica. q_ue no hay una clara división entre lo normalidad y la patología,
Los intentos más remotos de comprender «científicamente» lo que tiene profundas implicaciones paro la investigación, la pre-
la tristeza se deben a los escritos de la escuela de Hipócrates vención y el tratamiento <Ruscio, 2019)_ Que una persona busq_ue
(siglo tV a. C.J. En ellos se emplea el término genérico de «melan- ayuda profe5ional o no, por ejemplo, depende má5 de variables
colía», la cual se debería a problemas en la secreción o combus- como el sexo, el nivel socioeconómico o la información sobre tra-
tión de la bilis negra (me/aína c/10/el. Esta concepción humoral de tam'1entos eficaces disporiibles que del tipo o cualidad de 5Íntomos
Jos trastornos mentales se conservorá prácticamente intacta en la existentes.
medicina occidental hasta el siglo xrx y en cierto modo persiste
metafóricamente en las hipótesis explicativas basadas en neuro-
transmisores_ El término «depresión» se comienza a utilizar con 11. Clasificación
frecuencia durante el siglo xrx, y ya se populariza desde principios
del siglo XX hasta ahora. A. ¿Depresión o depresiones? Un dilema
conceptual
:»Melancolía. Término hipocrático que designaba cualquier Lo depresión clínica conecta obviamente con la emoción básica
estado de inhibición generalizada [incluyendo la depresión). universal de lo tristeza y, sin duda, esta es el foco fundamental del
problema y en lo que deberíamos centrar más nuestra investiga-
En su sent'1do más n1oderr10 se refiere a una depresión con
ción psicológica y neurobiológica más que en ningún otro síntoma
síntomas más vegetativos y mds anhedonia. No debe usar- de ese cuadro clínico <Arias et al., 2020)_ Como veremos en este
se para aludir a supuestas causas probables [biológicas) del capítulo, aún hay dudas sobre si, bojo las aparentes variedades
trastorno. de manifestación de los cuadros de depresión clínica, subyace en
realidad uno única dimensión general reconocible (es decir, un gra-
diente de gravedad de la tristeza o emociones semejantes), siendo
El cambio conceptual fundamental lo proporciona el psiquiatra esa dimensión la única con propiedades psicométricas suficiente-
alemán Kraepelin a finales del siglo pasado. En la sexta edición de mente robustas. De hecho, no hoy diferencias cualitativas entre los
su influyente manual de psiquiatría (1896), diferenció la demencia síntomas depresivos en muestras clínicas y en la población general
precoz (llamada «esquizofrenia» poco después por Bleuler> de la CWatson, 2009). La otra alternativa, más clá5ica, es defender que
enfermedad maníaco-depresiva, separando esos dos grandes cua- hay variaciones o subtipos distintivos (como exponen sistemas de
dros, hasta entonces errtremezdados. y que se han venido diferen- clas'1f1cación como los DSM o los CIE>. lo ci.ue se asume más bien
ciando hasta la actualidad_ El término «maníaco-depresivo» de por inercias históricos.
Kraepelin incluía cuadros heterogéneos que hoy englobarían cual- Quizás el punto más debatible del concepto de «trastorno
q_uier tipo de trastorno depresivo o bipolar. En palabras del propio depresivo», como de cualquier otra etiQ.ueta diagnóstica, es asumir
autor, se incluían «todos los cosos de excesos en fa afectividad». erróneamente que, como ocurre en las enfermedades que se estu-
Veremos que las clasificaciones actuales acotan mucho más el con- dian en medicina. se trata de entidades latentes de las cuales emer-
cepta de depresión y este no se restringe a formas fon graves como gen síntomas. Es común que digamos que alguien llora, tiene anhe-
las incluidas en el marco kraepeliniano. donia o no tiene apetito «porque tiene uno depresión» cuando, en
La depresión es el diagnóstico clínico que se emplea con más realidad, llamamos depresión justamente a una combinación varia-
frecuencia y el q_ue potencialmente tiene más peligro de mortalidad ble de síntomas. En eso idea de problemas latentes, los síntomas no
debido a las conductas suicidas. Sin embargo, sentirse triste o depri- aparecerían por azor, sino por una serie de mecanismos impulsados
mido no es un síntoma suficiente poro diagnosticar una depresión. o derivados por ese trastorno sub_l(lcente. Esta concepción médica

200
Capílulo 6. Trdotornüo depresiV·JS

de los problemas (se les llame trastornos o enfermedades) es lo q_ue «neurótica». etc), de validez no dernos1rodo_ Lo ini~rr10 sucede
está detrás de q_ue en sistemas clasificatorios como el DSM o el CIE con propliestos dicotómicos pop-ulores q_ue, o bien aluden o cau-
se empleen esquemas diagnósticos politét1cos_ Es decir. apenas hay sas hipotéticos no demostrados (como la distinción endógena-re-
síntomas estrictamente necesarios y se pueden hacer combinacio- activo o biológico-psicológico) o son una categorización confusa
nes de varios porq_ue se presupone q_ue el problema real subyace en lo que se mezclon tipos de síntomas o conceptos vagos (corno
(seo nioloria, gripe, cáncer. depresión o infección por COVID-19) a la de psicótico-neurótica). Además, normalmente estos dicotomías
pesar de las variaciones en sus manifestaciones. Esto idea de partido se basan en reolidod en el nivel de gravedod del paciente más q_ue
es seguramente erróneo y ha impedido el avance conceptual de la en carocterísticas particulares {véase Yázq_uez y Sonz, 2008, paro
psicopatología y el descubrimiento consistente de causas psicoló- más detollesl.
gicos y biológicos (Fried y Nesse, 2015), pues nos ha creado una Lo único dicotomío implícita q,ue ha sobrevivido en los sistemas
fidelidad excesivo a los etiq_uetas y sistemas diagnósticos imperantes de dosificación oficiales es la de los cuadros unipolares-bipolares_
de uno dudosa validez. Esto división clasificotoria, efectuado o finales de la décoda de los
Por lo tanto. conviene aproximarse a las etiquetas clasifica- cincuenta por el psiquiatro Karl Leonhard, planteo uno clasificación
torias con cierto escepticismo sobre su valide2 (Vá2q_uez et al., puromente descriptiva y sintomatológJCa, y no asume ninguna hipó-
2014)_ No obstante, con el fin de hacer manejable cognitivamen- tesis o supuestas implícitos sobre l{!S causas de ambos trastornas_ Un
te el mapa de las dificultades psicológicos, en particular de la aspecto de interés es q,ue, aunq_ue puede haber diferencias en la
depresión, seguiremos en este capítulo la ordenación closifico- frecuencia de síntomas entre los depresiones q_ue podríamos llamar
toria del DSM-5. unipolores {situodas en el capítulo de Jos trastornos depresivos) y
las depresiones de tipo bipolor (es decir, depresiones en el marco
8. Dicotomías descriptivas de un trastorno bipolar), osí como en algunos característicos epide-
miológicas y clínicos asociodas (véase lo Tobta 6.ll, los depresiones
lCuántos depresiones hoy? Las respuestas o esta pregunta han «unipolares» no tienen cualidades diferentes de las que se observan
generado una polémico sin fin en la psicopotología y psiq_uiotría en los trastornos bipolares (Moreno et al., 2012>. Esto íntima cone-
en los últimos cien años, describiéndose decenas de supuestos xión entre estos problemas clínicos sugiere q_ue lo seporoción de los
tipos (p. ej., «enmoscarada», «existencial», <<juvenil», «alcohó- trostornos depresivos de los bipolares, ahora en capítulos seporodos
lica», «endorreactivo», «poséxito», «endógena», «reactiva>\ del DSM-5, es cuestionable.

) ) Tabla 6.1. Características diferenciadoras de los trastornos depresivos y los trastornos bipolares \adaptado de Vázquez
y Sanz, 2008; Moreno et al., 2012]

Caracteñsticas personales y familiares

--~
- -·--·
Historia de manía o hipomanío No Si
··------
Historio fomilior Uní polar Unipolar y bipolar
-- - ''
Riesgo de trastornos anímicos en fomil1ares Más bojo Más alta '
----- -
Antecedentes de varias generaciones con trastornos anímicos Infrecuente Frecuente
------ -
Epide!]'iología
- ---·---
Porcentoje sobre el total de trastornos afectivos 90 10
¡______ -·- ----
Edod media de comienzo 35 años 20 años
·---
Mujeres/hombres 211 111
Prevalencia vitol total <España) 14% 2-4%(?)
L___ --

Mujeres 18%

Hombres 9%
Prevalencia 12 meses (Español 4%
Mujeres 6%

Hombres 3%

!Continúa)

201
~/\anual de ps1copalologia. Volu111e11 2

) ) Tabla 6.1. (Continuación/

't·\. \· :i' 'f, Vi··:' ." '


h"«"~- ·~J .f$. ,,,

Historia natural
Número medio de episodios vitoles 4-5 8-9

Duración medio del episodio depresivo (meses) 8 4


Existencia de síntomas atípicos (p. ej., hipersomnio, psicóticos, Menos frecuentes Más frecuentes
retardo psicomotorl
- ---
Quejas somáticas, insomnio, pérdida de apetito o ansiedad Más frecuentes Menos frect1entes
Porcentaje de recaídos o lo largo de la vida 75% 90%
Cronicidad media 10-15% 25%
Fracaso en relaciones de pareja Menos frecuente Más frecuente
Episodios depresivos en periparto Menos común Más común
Riesgo de suicidio durante la depresión Menor Mayor
Respuesto terapéllfica
Terapias psicológicas Bueno Bueno
Antidepresivos tricíclicos Bueno Menos bueno, puede cambiar
a hipomonío
Litio Sin efecto agudo Efecto intenso ontimoníoco
y moderado antidepresivo
- - - ---- --- -----

C. El problema de la heterogeneidad centenares de ellos se han encontrado en series amplios de pacien-


de síntomas y su diagnóstico tes. Yel panorama no es mejor en otros cuadros como el pánico o el
TEPT (en el ci.ue las combinaciones -diagnósticas posibles >on ni más
A pesar de incluir la palabra de «estadístico» en el título. el DSM ni menos q_ue 636.120l !Galatzer-Levy y Bryant, 2013).
nunca ha tenido en cuenta en su confección la estadística ni pro- La heterogeneidad de la depresión ocurre ademós no solo en
cesos de selección e inclusión de sinl'omas apoyados en pruebas cuanto a !os síntomas, sino también dentro de la mismo persona y
empíricos. Los nueve criterios sintomáticos diagnósticos para el respecto al tiempo. Una variable muy relevante es ver q_ué estados
TDM no hon combiado desde su primera publicación en el DSM-III anímicos en un momento o un dio dado pueden predecir otros esta-
de 1980 (véase lo Tabla 6.3) a pesar de q_ue nunca hoya habido una dos. Pero estas aproximaciones para capturar variaciones de sínto·
bueno justificación empírico o estadístico de por q_ué considerar mas x tiempo x personas <de Jonge et al., 2015l, más interesantes
esos nueve síntomas definitorios de episodio depresivo y no otros. Si para la psicología. req_uieren uno metodologías menos estáticas q_ue
se revisan los cientos de instrumentos de depresión existentes, estos el diagnóstico categorial DSM.
reflejan decenas de síntomas diferentes y, sin embargo, no hay gran-
des diferencias de comportamiento psicométrico entre esos nueve En definitiva, la filosofía del DSM encajo mol con un concepto
q_ue fueron elegidos un tanto arbitrariamente y los otras docenas más dinámico de los síntomas y sus interrelaciones: (al solo plantea
de síntomas (Fried, 2016). Esto hace pensar q_ue nuestra visión de la una covariación estática entre un grupo de síntomas, q_ue es lo q_ue
«depresión» es artificialmente restrictiva pues ignora otros posibles permite el diagnóstico; (b) no capta la interrelación posible entre los
síntomas q_ue pudieran ser relevantes. síntomas; (cl los síntomas se limitan a un grupo seleccionado y arti-
El uso de combinaciones abiertos de unos cuantos síntomas ficialmente peq_ueño, y (d) no analiza ninguno dinámica de cambio
genero un escenario comprometido. Lo combinación de solo esos temporal o incluso causal entre los propios síntomas.
nueve síntomas conduce a 227 grandes tipos posibles de TDM. Si El diagnóstico categorial siempre es una foto fija de un fenó-
además se tienen en cuento los variaciones dentro de un síntoma meno más rico y dinámico. En el ámbito clínico, las relaciones entre
Cp. ej., hipersomnio vs_ insomnio), esto conduce o 10.377 perfiles síntomas pueden ser a veces capturadas por análisis funcionales
posibles. Y, si se contabilizan especificadores (q_ue indicaremos idiosincrásicos (no restringidos a síntomas DSM, sino q_ue pueden
brevemenl'e más adelante), la combinatoria alcanza 341.737 tipos incluir otros factores como, por ejemplo, elementos causales hipoté-
posibles de síntomas q_ue, aunq_ue en muchos casos sean improba- ticos) y, en el ámbito de la investigación, esta interrelación comple-
bles en lo clínica, son estadísticamente posibles y, de hecho, varios ja y dinámica de síntomas puede ser capturada, por ejemplo, por

W2
CdpiLulo ó. TrdSt.orr1u:, depreoivo:,

métodos de análisis de redes, que ve1en101 rnós odelanle_ Re>pecto latente (Borsboom, 2017l. Más bien, los síntomas y sus retroalimen-
o los cambios temporales (a veces o n-sicroescolol de los sínton-1as, taciones dinárr1icas son en sí rnisrr1os el problema y no una supuesta
pueden ser capturados por métodos de muestreo de experiencia. entidad latente. En TR, se utilizan herramientas matemáticas y aná-
Todo ello de difícil conjugación con sistemas categorioles estáticos. lisis de grafos para analizar y representar dichas conexiones y, i:n
caso de disponer de datos longitudinales, sus conexiones causales.
D. El problema de la comorbilidad Esto abre nuevas vías para abordar de un modo novedoso problemas
clásicos de los sistemas categoriales tales como lo comorbilidad, el
Un problema adicional es que los sistemas DSM o CIE se basan en mismo peso diagnóstico que recibe cada sín1orna en el DSM y el
clasificar a las personas en base a los síntomas y en definitiva agru- análisis de \/Oriables diferentes a los síntomas (p. ej_, eventos estre·
pan personas bajo uno etiqueto diagná>tica porque aparentemente santesl. El análisis de redes permite representar los signos y síntomas
son similares a otras clasificadas con la misma categoría. Esta apro- <y otros elementos relevantes de la redl e identificar la magnitud de
ximación de basarse en los similitudes superficiales de los síntomas lo relación entre los mismos (representada según el grosor del trazo
(en vez de procesos cognitivos, mecanismos neurobiológicos u otros de las conexiones), y su posible causalidad. La TR rompe con la idea
factores más sólidos) permite una coniorbi!idad excesiva. No es nada de los sistemas politéticos como los DSM y CIE porque permite iden-
infrecuente que determinadas categorías diagnósticas como los tras- tificar, con los llamados índícescentralidad, síntomas más centrales
tornos depresivos, el trastorno obsesivo, los trastornos de personali- en la red (p. ej, síntomas más interconectados con otros). Identifi-
dad, etc., coexistan (a veces con tasas de comorbilidad superiores car síntomas más centrales o importantes q_ue otros podría permi-
al 50 %) con otros trastornos. Y es igualmente frecuente que den- tir identificar objetivos de intervención prioritarios pues su mejora
tro de una misma clase de trastornos haya también solapamientos; probablemente conllevaría una mejora simultánea o en cascada de
por ejemplo, en el estudio epidemiológico norteamericano National otros síntomas interconectados. Este tipo de oproximación de TR
Comorbidity Study, en el 58% de las personas con TDM se diagnos- puede permitir analizar cómo diferentes tratamientos modifican
ticaba también un trastorno de ansiedad (Krueger y lv1arkon, 2006). las relaciones de síntomas de una red ayudando así a comprender
Estas cifras parecen demostrar q_ue quizó más que la coexistencia de mejor los mecanismos de funcionamiento de los tratamientos.
problemas distintos, Ja construcción de criterios del DSM permite un
solapamiento excesivo de categorías_ Más adelante veremos cómo
hay perspectivos diferentes, desde la teoría de redes, por ejemplo, }l Redes de síntomas. Conceptualización de los trastornos
para comprender la comorbilidad desde otra perspectiva. mentales como una red interconectada, y con relaciones
causales, de síntomas y signos. Se apoya en teoría de grafos
E. ¿Tienen todos los síntomas el mismo y describe gráficamente las conexiones estadísticas [basa-
valor? Teoría de redes das en relaciones llnealesj entre los elementos de la red.

Una alternativa conceptual a los sistemas diagnósticos actuales es la


teoría de redes (TRl. que coricibe los problemas psicológicos simple- En el caso de la Figura 6.1, se represe11tan los datos hipotéticos
mente como caderias de síntomas causalmente relacionados entre sí de una persona con problemas genéricos de ansiedad y depresión,
y no como elementos emergentes de un trastorno o una enfermedad tras series de medios de repetidas, que permiten analizar la cone-

( RED DE SÍNTOMAS A ) ( RED DE SÍNTOMAS B 1


SÍNTOMAS
~~-Io_>0_m_o_;,-- PUENTE
Temor a salir

l_
~-----.

Preocupación _

Culpa Fatiga Disnea

Tristeza Anhedonia

)) Figura 6.1. Representación esque1nátíca de un problema clínico de ansiedad y depresión (adaptado de Borsboorn, 2017].

2()3
f·/1anual de p~icopatologío_ Voiun1en 2

)) Tabla 6.2. Orgarnzacion de las pr~ncipales categorías diagnósticas ds los trastornos depresivos en el DSM-IV·TR y el DSl\;i-5
[en cursiva los cuadros nuevos descritos en el DSJl/1-5)

Trastorno depresivo mayor (episodio único/episodio recurrente) Trastorno de depresión mayor <episodio único/t>pisodio recurrente)
Trastorno distímico (distimia) Trastorno depresivo persistente (di5timia)
Trastorno depresivo inducido por uria sustanc1a/med1camento Trastorno depresivo inducido por una susta11cio/medicamento
~~~~~~~~-¡~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~-'

Trastorno depresivo debido a cond<ción médica Trastorno depresivo debido o condición médica
Trastorno de desreguloción disruptiva del estado de ánimo
Trastorno disfórico premenstruol
Otros trastornos Otros trastornos

xión entre los síntornas y sus influencia> dinámicas mutuas. Es inte- ambos figuraban bajo un único capítulo de Trastornos de estado
resante resaltar que esta perspectiva se aproxima conceptualmente de ónimo. Probablemente esta separación forma parte de un
a los análisis funcionales individuales q_ue se hacen en psicología deseo del mundo psiquiátrico de primar la naturaleza propia
clinica, aunque los conexiones mostradas en la red se derivan de de los tra5tornos bipolares, pero puede crear algunos problemas
análisis matemáticos_ En el caso de la Figura 6.1, parece q_ue hay clínicos_ El hecho de que manía y depresión estén muy entrelaza-
dos problemas diferentes (muerte de su parejo y un asalto en la das. y que incluso hayo transiciones de ciclo bien descritas en !a
calle) que han iniciado una serie de síntomas cada uno de los cua- literatura, favorecía integrar estas problemas con una perspecti-
les ha ido llevando a otros en uno cascada de conexiones causales. va más unitario q_ue ohora se pierde con esta escisión.
Aunq_ue q_uizás se podría diagnosticar como un TDM y un trastorno 2. Inclusión del «trastorno de desregulación disruptiva del estado
de pánico con agorafobia, la TR planteo que solo existen conexiones de ánima» y del «trastorno disfórico premen5trual» como dos
entre síntomas q_ue se alimentan entre sí. La comorbilidad no sería categorías nuevas de depresión.
más que la existencia de una serie de sin tomas puente (en este caso
1 E! término de «trastorno depresivo persistente {distimial» para
anhedonia y preocupación) que conectan dos tipos de redes diferen-
denominar simultáneamente lo que se conocía como trastorno
ciadas de síntomas; a diferencia de la ideo común de comorbilidad,
distímica y TDM crónico.
no se plantea que haya coexi5tencia de dos «entidades esenciales»,
sino que hay síntomas que son comunes y engarzan ambas redes. q._ La controvertida eliminación del criterio de exclusión de duelo
Aunque no exento de problemas conceptuales y analíticos, incluido en la definición de episodio depresiva mayor.
el de la replicabilidad de los resultados ((ontreras et aL. 2019l. la 5. Inclusión de especificodores nuevos (depresión con «ansie-
TR en psicopatología se presento como una alternativa prometedora dad» y «mixto») o ampliados <depresión «con inicio en el
o los concepciones categoriales clásicas y tiene el reto de demos- peri parto»).
trar que es una herramienta definitivamente útil para la clínica y
la inve5tigación como alternativa rodical conceptual a los sistemas
diagnó5ticos (Blanco et al., 2019l. _ ] Depresión doble. Término empleado en protocolos de
investigación -no en sistemas diagnósticos oficiales- para
F. La estructura del DSM-5: cambios denotar condiciones en las que coexiste un trastorno de
y novedades en la depresión depresión mayor y un trastorno distímico.
Los cambios en el DSM-S han sido descritos en detalle en otros luga-
res (MOller et al., 2014-; Park y Kim, 2018) No se trata de hacer aq_uí
una comporocián entre sistemas, sino de realzar el sentido hi5tórico G. El espectro de síntomas depresivos
y las implicaciones posibles clínicas y diagnósticas de algunos de El cuadro que presenta una persona deprimida puede ser muy varia-
los cambios introducidos. En la Tabla ó.2 presentamos la clasifica- do en cuanto a sus síntomas y también en cuanta a su evolución
ción actual de los trastornos depresivos del DSM"5 y lo anterior del temporal y gravedad_ Pero, en general, cualquier persona deprimi-
DSM-IV-TR. do es probable que presente un conjunto de signos y síntomas (o
De un modo esquemático, en el ámbito de la depresión estas son síndrome depresivo) que se puede reducir a cinco grandes núcleos
las modificaciones conceptualmente más relevantes en el DSM-5: (Vázquez y Sanz, 2008).
l. Quizás, el mayor cambio es la separación de los trastornos
depresivos de los trastornos bipolares en dos capítulos diferen-
a. Síntomas anímicos
tes Rompiendo la tradición unitaria kraepeliniona del espectro La tristeza es el síntoma anímico por excelencia de la depresión.
maníaco-depresivo, se ha decidido realzar los problemas bipola- Pero, y esto es muy común, se acompaña de irritabilidad, sensa-
res otorgándoles una categoría propia cuando, desde e\ DSM-111, ción de vacío o nerviosismo. Incluso, paradójicamente, en casos de
Capitulo 6. Trastornos depreSiV'J~

depresiones graves el paciente puede llegar o negar tener senti- sino ton1bién los proble1nos de rendimien1o cognitivo que pueden
mientos de tristeza, mostrando una especie de anestesia o falta de afectar a las personas con un bajo estado de ánimo_ Junto a los ses·
reactividad emocionales. De hecho, la «incapacidad paro llorar» gos en el procesamiento de la información emocional («cognición
puede ser un síntoma que indica una mayor gravedad de lo depre- caliente>>), que típicameíl'te plantean las teorías cogrntivas de la
sión. Aunque se sabe muy poco sobre las consecuencias clínicos depresión, la memoria, la atención y la capoc1dad de concentración
y terapéuticas de que varias emociones coexistan el concepto de en tareas cotidianas normales o en neuropsicológicas {«cognición
sobreproducción emociona! recoge la idea de la coexistencia de frío») pueden llegar o resentirse drásticamente_ Varios metaanólisis
tristeza con otros emociones negativos <p. ej., ira, ansiedad, miedo, recientes han mostrado que las personas con un primer episodio
vergüenza, etcJ que no se mencionan en los criterios diagnósticos de depresión clínico rinden peor en muchas de estas tareas que
de depresión pero son muy comunes como acompafíantes de la tris- los personas sanas sin depresión, aunque la mayor parte de estas
teza_ En concreto, diversos estudios han hallado que esta sobrepro- dificultades, excepto la velocidad de procesamiento, remiten tras la
ducción es un predictor de mayor rumiación y, por lo tanto, de más mejoría (Semkovska et al., 2019)_ Estas dificultades son normalmente
dificultades en el manejo emocional por parte de quien sufre este de tamaño pequeño o rnedio y ligadas al riúrnero de episodios. No
estado de emociones simultáneas (Hervás y Vázquez. 2011)_ obstante, hay evidencias claras de que parte del mal funcionamien-
Otro aspecto igualmente importante, y relativamente olvidado to en tareas neuropsicológicas de las personas con depresión se
debe, en parte, a lo poco motivantes que son y al mal estado aními-
en psicología clínico, es lo reducción de emociones positivos en
co y emocional del participante (Villalobos et al., 2020).
la depresión CVázquez, 2017)_ De hecho, las emociones negativas
anteriormente citadas no son específicas de la depresión. Pero uní, En general, las tareas que req_uieren esfuerzo y control ejecutivo
das a uno disminución paralela de las emociones positivas o de la son en los que las personas deprimidas muestran un mayor dificul·
capacidad de disfrute con las cosas normales de lo vida <la llama- tad, aunque también las tareas automáticas pueden verse afectadas
da anhedonia) constituyen una característica más distintiva de la bajo ciertas condiciones pero en menor magnitud (Vázquez y Her-
depresión frenfe a otros cuadros (Watson y Naragon-Gainey, 2010). nongómez, 2008>. En particular, lo que se denomina control cogni~i­
Hoy evidencia de que en lo depresión se da una atenuación de los vo, que se ha descrito como la capacidad de atender selectivamen-
sistemas de recompensa más que una sensibilización de los sistemas te los estímulos y objetivos relevantes e inhibir procesar o responder
de castigo (Hervás y Vázquez, 2013). lo que es congruente con la a estímulos no relevantes y que se ha considerado un componente
ideo de la importancia de la atenuación de las emociones positi110s clave de las funciones ejecutivas (Friedman y Miyake, 2017). parece
y del sistema de recompensas como elemento distintivo de la depre- especialmente alterado en lo depresión y puede explicar las dificul-
sión. En líneo con esto, un estudio con centenares de pacientes ho tades asociadas a la depresión para redirigir lo atención e inhibir
mostrado que lo que ellos mismos consideran el objetivo terapéutico pensamientos negativos que están asociados a un estado de ánimo
más importante no es tanto eliminar sus síntomas como recobrar lo negativo (véase la Figura 6.2).
esperanza, el optimismo y la ilusión (Demyttenoere et al., 2015). En Es posible q_ue los rumiaciones depresivas o la dificultad para
este sentido, las <<terapias psicológicas positivas» estructuradas han luchar contra muchos sesgos cognitivos (p. ej., no poder desengan-
comenzado a mostrar una eficacia igual o superior a las terapias charse de pensamiento negativos o interpretar todo de un modo
cognitivo-conductuales tradicionales intentando justamente tratar la negativo) puedan, en parte, deberse a dificultades de control cog-
depresión clínica centrándose en la recuperación de estos síntomas nitivo. Es posible que en el futuro se desarrollen estrategias terapéu-
anhedónicos y en el desarrollo de fortalezas psicológicas y resilien- ticos que combinen un entrenamiento para fortalecer habilidades
cio <Chaves et al., 2019J. de control ejecutivo con intervenciones clínicas más tradicionales_

d. Síntomas físicos
d>Anhedonia. Pérdida en la capacidad para anticipar [anhe- Un síntoma típico, que afecta a un 70-80% de los pacientes depresi-
donia anticipatoria) o disfrutar [anhedonia consumatoria] vos, san los problemas de sueño. Normalmente se trato de insomnio
experiencias positivas o recompensas. (problemas para quedarse dormido, despertares frecuentes a lo lar-
go de la noche o despertar precoz), si bien en un pequeño porcen-
taje de pacientes puede darse hipersomnio (normalmente bajo la
b. Síntomas mofivacionales y conductua/es forma de somnolencia diurna). Otros síntomas físicos comunes son
la fatiga. la pérdida de apetito y una disminución de la actividad y
La apatía y la falta de motivación son síntomas muy dolorosos e el deseo se~uales que, en los hombres, puede incluso acampanarse
incapacitantes y suelen estor conectados además a pensamien- con dificultades en la erección. Curiasamen~e, mientras que la pér-
tos negativos de desesperanzo, falto de control o de no poder dar dida de energía aparece como un síntoma «central» en los nove·
sentido a la vida_ En su forma más gra~e este tipo de inhibición dosos estudios de redes sobre la depresión (Contreras et al., 2019),
conductuol se conoce como retardo psicomotor, un enlentecimiento la CIE~ 11 ha dejado de considerar el síntoma de pérdida de energía
generalizado de las respuestas motoras, el habla, el gesto y una inhi- o fatigo un síntoma tan importante como la tristeza y la anhedonia,
bición motivacional casi absoluta, cabiendo incluso la posibilidad de para así unirse al criterio DSM de dar mayor Importancia al binomio
especificar un tipo de depresión catatónica. tristeza-anhedonia.
También, lo tristeza se asocia con frecuencia a molestias cor-
c. Síntomas cognitivos
porales difusas (dolores de cabeza. de espalda, náuseas. vómitos,
Un modo nueva de avanzar en lo comprensión del funcionamiento estreñimiento, micción dolorosa. visión borrosa, etcJ De hecho. es
cognitivo global en la depresión es no solo considerar el papel de el médico internista o de medicina general, y no el profesional de
los sesgos cognitivos en el origen y mantenimiento de la depresión, lo salud mental, el q,ue troto en primera instancia a los pacientes
Nlanuai de psicopacoiogía. Volun1en 2

Ate nción
Inte rpretación
Memoría
!
Modos de procesamiento
(p. eJ .. rumiac1ón. evitación
funcional ..J ----- Altern ancia
Actuoliz ación
Inhib ición

Estrategias de regulación
i emocional
\

f Estado de ónimo negativo ~

l Estado de ánimo positivo

) ) Figura 6.2. Relación entre dificultades de control cognitivo, sesgos cognitivos, estilos rumiativos, y estado de ánimo ¡Vrllalobos
et al., 2020].

deprimidos en la mayoría de los cosos y lo vía de entrada de estos H. Clasificación y cuadros clínicos
pacientes suele ser el declarar síntomas físicos. Aunque cerca de un
5 % de la población sufre al menos un episodio de depresión grave En el diagnóstico categorial de la depresión resulto fundamen-
durante su vida, relativamente pocas personas (aproximadamente tal el análisis de la tristeza y la anhedonia. Esto, junto con la
solo una de cada cinco) buscan ayuda para solucionarlo. Parece existencia de otros síntomas añadidos, su persistencia durante
que es más probable buscar ayuda profesional si existe una mayor más de dos años, o no, y la exclusión de síntoma de manía e
sintomatología vegetativo y somática <pérdida de sueño, apetito, hipomonía, es la clave de la lógica diagnóstico del DSM-5 {véase
cansancio, etc.l. Así pues, los síntomas físicos o veces se consideran la Figura 6.3).
como una importante línea divisoria entre la depresión normal y
la depresión clínica a entre aquellos que buscan ayuda médica o
psicológica y aquellos que no lo hacen. 111. Trastorno depresivo mayor
e. Síntomas interpersonales A. Diagnóstico y características clínlcas
El deterioro en las relaciones con los demás es habitual en la depre-
Desde el DSM-lll (APA, 1980), el término de TDM es el q,ue se
sión. De hecho, un 70% dice haber disminuido su interés por la
emplea para describir a una persona ci.ue presenta un epfrodio
gente <Beck, 1976) y normalmente sufren el rechazo de las perso-
nas que les rodean, lo que a su vez reobra aislándolas aún más.
depresivo mayor (el conjunto de síntomas descritos en los criterios
Incluso algunos terapias, como las interpersonales, se centran en del TDMl y, además, cumple una serie de condiciones adicionales
estos aspectos. En el coso del DSM-5, hay uno alusión de pasada (interferencia cotidiano, no haber tenido nunca episodios de manía
a estos problemas para caracterizar las «depresiones atípicas», o de hipomanía y no tratarse de un ca>o del espectro de los esquizo-
pero, en realidad, hay evidencia de que las dificultades interper- frenias ni ci.ue se deba a medicamentos, sustancias o enfermedades>
sonales son uno dificultad muy habitual en la depresión La teoría (véose la Tablo 6.3l.
de lo «generación de estrés» ha mostrado que la depresión no es
solo una consecuencia de experimentar estresores, sino que es en
sí misma una fuente generadora de estrés sobre todo en el ámbito Jl Episodio depresivo mayor. Presencia durante al menos
interpersonal (p. ej., dificultades interpersonales, discusiones e inclu· dos semanas de intensa tristeza y/o anhedonia, acompa-
so mayor probabilidad de conductos violentas, especialmente en los ñada de al menos cinco sinto1nas depresivos más. Debe
jóvenes), incrementando así la propia depresión (Liu y Alloy, 2010!. interferir con la vida cotidiana de la persona y no se debe a
una enfermedad médica ni a la ingesta de sustancias. Es un
Ji Episodio depresivo atípico. Cualquier episodio depresivo conjunto de síntomas [es decir, síndrome) que puede estar
mayor en el que se observen síntomas que no son los más presente en trastornos depresivos pero en otros trastornos
habituales en el típico paciente depresivo. Serían •atípicos» rnentdles tdmbién.
síntomas de exceso 1nás que de déficit [p. ej., hipersomnio
o du111ento de peso/apetito), relacio11es interpersonales difi- Solo se pueden diagnosticar dos tipos de trastorno depreslvo:
(iles de larga duración y reactividad del estado de ánimo TDM de episodio único (para aquellos casos en los que el episodio
(es decir, mejora del estado de ánimo en respuesta a suce· actual sea el primero que han tenido en su vida) y TDM de episodio
sos positivos reales o potenciales¡. recurrente {paro oq,uellos otros cosos en los q,ue ha habido por lo
menos algún otro episodio depresivo mayor en su vidal.
Capitulo -6. Tras lo1T1os depresivos

i Estado de
Sí .r lC1nco de ~i (Episodio maníaco lDos años o
No TRASTORNO
ánimo triste : nueve síntomas o hipomaníaco A más de síntomas DEPRESIVO
o depresivo? ', oc1ualmente? previo? persistentes? MAYOR
~--~-- Si
Si
No

(
lCinco de nueve Sf lEpisodio maníaco Sf TRASTORNO
TRASTORNO
síntomas en el o hipomaníaco DEPRESIVO
BIPOLAR
posado? previo? PERSISTENTE

' r No
No
TRASTORNO
DEPRESIVO MAYOR
\

CON SÍNTOMAS
lDos años o Sf DISTIMIA
(TRASTORNO RESIDUALES
más de síntomas
persistentes? No DEPRESIVO
PERSISTENTE)

OTRO TRASTORNO
DEPRESIVO

)) Figura 6.3. Esquema sintetico del esquema diagnóstico de los trastornos de depresión !adaptado de Lam, 2018].

) ) Tabla 6.3. Características básicas del trastorno de


depresión mayor, según el DSM·S IAPA, 2013) a. Especificadores
Los especificadores san una serie de adjetivos que se añaden a la
Durante al menos dos semanas, presencio casi diaria de al menos etiqueta diagnóstico principal paro indicar subtipos particulares de
cinco de los siguientes síntomas, que representan un cambio del los cuadros o para añadir alguna información adicional sobre, por
funcionamiento previo, incluyendo el (1) o el (2) necesariamente: ejemplo, curso o gravedad. La Tabla 6.1+ muestro un resumen de
l. Estado de ánimo deprimido tp. ej., triste, vacío, sin esperanzo). especificadores de gravedad y curso poro el TDM <Park y Kim, 2018l.
2. Disminución del placer o interés en cualquier actividad
a.I. Especificadores de gravedad y curso
3. Aumento a disminución de peso/apetito.
4. Insomnio o hipersomnio. El DSM"5 requiere para dar un diognóS"tico forniol de depresión
5. Agitación o enlentecimiento psicomotor. aportar información sobre el tipo de episodio (único o recurrente,
6. Fatigo o pérdida de energía. véase la Tabla 6.3), así como sobre lo gravedad y curso (véase la
7. Sentimientos excesivos o inapropiados de inutilidad o culpa Tabla 6.11-J. Esto conduce o uno etiqueto categorial diagnó')fica que,
(sean delirantes o no). por lo tonto. conllevo un código numérico <p. ej., 296.23. Trastorno
8. Problemas de concentración o toma de decisiones. de depresión mayor, de episodio único, gravel.
9. Ideos recurrentes de muerte o de suicidio que van más olió de En los criterios de gravedad del DSM se mezclan conceptos
un mero miedo o morir. como la intensidad de los síntomas, su manejabilidad o su inter-
ferencia. No obstante, valorar la gravedad <bien mediante estos
Estos síntomas causan molestar clínicamente significativo o deterioro
en lo social, laboral u otros áreas importantes del funcionamiento. criterios clínicos o mediante cuestionarios o medidas de otro tipol
es importante porque puede influir en los opciones de tratamiento.
Los síntomas no se pueden atribuir o los efectos fisiológicos de uno
sustancia (p. ej., uno drogo, un medicamento) o o otro afección a.2. Especificadores de subtipos
médica (p, ej., hipotiroidismol. Estos especificadores son un adjetivo adicional al diagnóstico. Lo
El cuadro no se explico mejor por un trastorno del espectro de lo Tablo 6.5 muestro un resumen de especificadores de subtipos para
el TDM, pero que, salvo lo excepción de los síntomas psicóticos, no
esquizofrenia o de otros trastornos psicóticos.
- implican categorías diagnósticas distintas en el DSM-5.
Lo historio clínica reflejo que nunca ho habido un episodio de Respecto a su uso próctico en el DSM-5, el sistema sugiere que,
hipomanía o de manía. poro dar un diagnóstico, por ejemplo, de TDM, se ordenen los tér-
minos de este modo: trastorno de depresión mayor, episodio único
Nota: El episodio puede ser el primero que aparece en lo vida de
o recurrente, añadiendo los especificadores de gravedad y curso y,
la persona <episodio único> o la repetición de un episodio (episodio
recurrente) habiendo habido al menos un intervalo de dos meses sin a continuación, todos los especificadores que se cumplan (algunos
conllevan código numérico y otros no) que sean oplicobles al epi-
cumplir criterios de episodio de depresión mayor.
sodio actual.

W?
Manual Ue psicopatolog·a. Volumen 2

) ) Tabla 6.4. Especificadores de gravedad y curse en el diagnostico del TDM en el DSM-5. t citrerorr_il·amos les Cill1flcativos r¡ue
consideramos n1ás imprecisos.

Leve l. Se cumple el número mínimo de los síntomas diagnósticos o «pocos» más_


2. Los síntomas causan molestar «manejable».
3. Poco deterioro en el funcionamiento social u ocupocionoL
·~~~~~~~~~~~~~~---j

Moderada El número de síntomas, su intensidad y/o el deterioro funcional son intermedias entre las otras dos categorías.

Grave l. Se «supera notablemente» el número mínimo de síntomas diognósticos


2. Los síntomas causan gran molestar y no son «manejable»>.
3. Interferencia «notable» en el funcionomiento social u ocupocionaL
Curso
- -------·~-----

En remisión parcial Síntomas aún presentes del episodio de depresión mayor inmediatamente anterior, pero no se cumplen todos los criterios
o hoy un período todavía inferior o dos meses sin ningún síntoma significativo de un episodio de depresión mayor.

En remisión total Durante los últimos dos meses no ha habido signos o síntomas significativos del trastorno.

)) Tabla 6.5. Espec1flcador2s que se pueden aíladlr al diagnóstico de TDM en el DSM-5

Con ansiedad Presencia de síntomas de ansiedad la mayoría de los días (p. ej., nerviosismo, inquietud, o preocupaciones invasivas).

Con caracterfstiéas Presencio de síntomas moníocos/hipomoníacos observables por otros (p. ej., estado de ónimo elevado, grandiosidad,
mixhls o fugo de ideos).

¡ Con melancolía Presencio necesaria de onhedonio o falto de reoctividod o sucesos positivos junto con síntomas cognitivos (p. ej., culpo
excesiva o sensación de vociol y físicos <p. ej., despertamiento temprano, anorexia o síntomas motores)_

Con características Pacientes que reaccionan ante sucesos positivos junto con otros síntomas poco frecuentes (p. ej .. sensibilidad
atípicas aumentada al rechazo interpersonal).
Con sinto,mas Alucinaciones y/o delirios, yo sean congruentes con el estado de ánimo (temas de ruino física. económica o moroll
psicóticos o no.
Con catatonío Presencio de síntomas motores (p. ej., catalepsia, flexibilidad cérea, excitación, negativismo. mutismo, etc.J_
Con inicio en periporta Inicio del episodio depresivo durante el embarazo o dentro de las cuatro semanas posteriores al parto.
Con patróri estacional TDM recurrentes en los que parece haber un ciclo regular estacional. Suelen aparecer más en otoño/invierno y
desaparecer en primavera y no están ligados a elementos externos (calendario escolar, trabajos estacionales, etc.>.

8. Epidemiología y curso evolutivo factores demográficos asociados a la depresión paro el conjunto de


los 18 países.
a. Prevalencia Si nos atenemos a episodios depresivos mayores en los últimos
Los estudios epidemiológicos efectuados en la pob/acíón general 12 meses, las mujeres tienen un riesgo 1,8 mayor de padecerlos q_ue
iniciados en lo década de los ochenta del siglo xx pusieron de mani- los hombres, el riesgo mayor es para la franja de edad entre 28-34.
fiesto ci.ue la depresión es más frecuente de lo ci.ue se pensaba, años (2,7 veces en comparación con el grupo de mayores de 65
aunci.ue ciertamente las cifras varían bastante de estudio a estudio e años), y cuolctuier estado civil diferente al de casado incremento el
incluso de país a país (véase Vázq_uez et al., 2006). En la Tabla 6.6 riesgo (desde 1,4- en los viudos hasta 3,6 veces mós en separados).
se presentan los índices de prevalencia de la depresión en diversos Igualmente, vivir solo y tener un nivel bajo de ingresos también
países según e! estudio World Mentol Hea!th <WMHl de lo OMS duplican el riesgo de depresión, mientras ci.ue el nivel educativo
efectuado en 18 países y ci.ue recoge datos de encuestas nocionales apenas afecta en su conjunto las tosas de depresión_ En los datos
usando entrevista estructurada y criterios del DSM-IV (8romet et al., particulares de España. hoy algunos diferencias interesantes respec-
2011l Siguiendo los resultados de este mismo estudio, hay algunos to a \a media de este estudio internacional. Por ejemplo, parece que

208
Capítulo e. Trastornos de::iresivos

) ) Tabla 6.6. Datos seleccionados de alg.Jnos paises recogidos diferencias de sexo están ligadas G diferencias socioculturales y psi-
en el Worlc' Mental Heulth Survcy de la OMS, respecto a la cológicas. En cualquier caso, hay rnuchos indicios de que loo mayo-
prevalencia de episodio depresivo mayor según el DSM-1\1 res tosas de depresión en mujeres pueden estor ligados a roles de
género y esquemas cognitivos aprendidos (Nolen-Hoeksemo, 2004)
más que o otras diferencias (Seedat et al, 2009)_ Final1nente, lo
depresión está entretejida con muchas variables culturales y socia-
les y en general, los datos convergen en indicar que lo cargo de lo
depresión es mayor en los países más ricos {Kessler y Broniet, 2013)
(Francia 21.0 5,9 28,t+
¡ Alemania 9,9 3,0 27,6 b. Inicio y evolución
El curso del TDM es muy variable. Aunque la mayor parte de las
¡ Italia 9,9 3,0 27,7
,--------C-----C-----C-----j personas q_ue sufren un episodio depresivo acaban recuperándose
! Países Bajos 17,9 Ll,9 27,2 en uno o dos años, aproximadamente un 15 % de los casos va a
tener un curso crónico (dos años o más deprimido). En concreto,
' Japón 6,6 2,2 30,1
el 18 % de los pacientes con depresión permanecía deprimido tras
Nuevo Zelanda 17,8 6,6 21.1,2 dos años de seguimiento y el 10% estaba aún deprimido al cabo
de cinco años.
EE. uu_ 19,2 8,3 22,7
Uno de los grandes problemas de la depresión, y su tratamiento,
España 10,6 ll-,0 30,0 es la recurrencia (Burcusa e Iocono, 2007). Al menos el 50% de los
México 8,0 4-,0 23,5 que se recuperan de un primer -episodio de depresión vuelven o
tener al menos otro episodio en su vida, y aproximadamente el 80%
Colombia 13,3 6,2 23,5 de aquellos con antecedentes de dos episodios tendrán un tercero.
Ucranio 14,6 8,4 27,8
Medio de los Ji Depresión estacional. Trastorno de depresión mayor
países de ingresos lll-,6 5,5 'J5,7 recurrente que tenga una tendencia casi sistemática a apa-
l- elevados ______L recer periódicamente en ciertd5 épocas del aiio jp. e¡., oto·
1 Media de todos los ílo] y a disiparse en otras épocds ¡p. ej., prlrnavera]. La esta·
11,I 5,9 24,0
países c1onalidad puede aparecer también en trastornos b1polare>.

Como hemos visto, el diagnóstico del TDM requiere indicar


la edad de comienzo suele ser mayor en nuestro país y el factor de si es el primer episodio o se troto de un episodio recurrente_ En
riesgo de edad es tener entre 50-64 años, frente al grupo que tiene la Tablo 6.7 se exponen los criterios consensuados sobre diver-
menos riesgo (18-34 años). Las mujeres en España tienen, en compa- sos conceptos relacionados con el curso clínico del trastorno. Los
ración a lo.1 hombres, aún más riesgo que en otros países (2, 7 veces datos existentes sobre el riesgo de recaídos y recurrencias <véase
más de riesgo que los hombres), lo que refuerzo la idea de que los la Tabla 6.8) parecen indicGr que los personas que tienden a la

)) Tabla 6.7. Definiciones de curso lbasado en Frank et al., 1991; Thase, 2003; APA, 2013; citados por Vázquez et al., 2006)

Respl.H!sfa al trah'lmlento Reducción de más de un 50% de lo gravedad de síntomas respecta o la línea base.
Remisión parcial - Menos síntomas, pero aún presentes.
- Yo no se cumplen criterios diagnósticos.
- Han transcurrido menos de dos meses desde el último episodio.
Remisión total - Sin síntomas significativos durante al menos los dos meses últimos.
- No se cumplen criterios diagnósticos.
Recuperación - Remisión mantenido durante mós de seis meses_
- Retorno a funcionamiento normal
- No se cumplen criterios diagnósticos.
Recaídá Reaparición de sintomotologío depresivo durante el período de remisión.

ec""'~'"::c_"c"cd:_:o_~---~Aépc":_:k:_:;":_:,":_:de síntomas de un nuevo episodio_


cr'aíiiCidad, Criterios diagnósticos plenos mantenidos durante más de dos años seguidos.

109
rv1anual oe ps1copatolog;;:;_ Volumen 2

)) Tabia6.8. factores 1ue 1ncre111entan la probab1l1dad de la En cuanto a io edad de aparición de los episodios, los datos
recurrencia y/o recciidas c11 la depresión IVázquez et al., epidemiológicos más recienles están cuestionando lo que se sabía
2006; 8urc1.;sa y lacono, 2007]
hasta ahora. La edad niodal de inicio del TDM se sitúa entre los
25-35 años (ya hen1os visto que España parece ser un país tardío},
pero ha decrecido en los últimos cuatro generaciones. Esta apari-
c. Historio de episodios maníacos o hipomcmíacos
ción cada vez más precoz es importante porque existe evidencia
b. Hi>torio familiar de trastornos depresivos de q_ue un comienzo en la adolescencia y con un mayor número de
recurrencias está asociado a mayores problemas de discapacidad en
e Mayor número de episodios previos_ la vida adulta (Wilson e~ aL, 2015l
d. Mayor gravedad del episodio inicial. Por último. las recurrencias sucesivas no son solo una frío cues-
tión de núrneros. Cada nueva aparición de un episodio en lo vida de
e. Malo respuesta al tratamiento agudo. una persono implica un progresivo agravamiento y empeoramiento
del paciente puesto que >uponen un peor funcionamiento general
f. Comienzo tardío del primer episodio.
y una mayor necesidad asistencial, todo ello sin tener en cuento
g. Presencia de estresores psicosociales crónicos. la sensación de fracaso vital y desesperanza q_ue supone volver a
padecer lo temida depresión. Cuando uno está deprimido se sien-
h. Presencia de distorsiones cognitivas no tratados. te mal, pero es q_ue, además, se puede decir q_ue «la depresión
depri1ne~> pues rompe nuertros expectativos personales y sociales
; Altos niveles de neuroticismo (emocionolidad negativa)
de buen funcionamiento, reduce los ilusiones vitales y limita seria-
j Escoso apoyo social mente un funcionamiento general normal.
Un aspecto muy interesante para lo evaluación y lo planificación
del tratamiento es q_ue cado episodio sucesivo parece codo vez más
cronificación son aq_uellas q_ue han tardado mucho (normalmente «autónomo» o menos ligados a factores estresantes, lo q_ue ha sido
varios años) en buscar tratamiento; así mismo, una edad avanzado interpretado como un fenómeno de kindling o sensibilización: canti-
al inicio del episodio y un nivel socioeconómico bojo son también dades codo vez mós pequeñas de estresores pueden disparar reac-
predictores de un mol pronóstico. Estos cosos son de difícil manejo ciones de uno intensidad comparable. Lo que en realidad sucede es
clínico. Sin embargo, factores como lo edad, el estado civil o el nivel que mínimas dosis de ertresores pueden provocar reapariciones de
socioeconómico, no parecen estar relacionados con los recurrencios. episodios depresivos en personas con sesgos cognitivos no tratados
Las cifras sobre recaídas son algo peores de lo q_ue se pensaba <véase una revisión en Vázquez et al., 2010).
hoce algunos años y, de hecho, este es el mayor reto existente en c. Complicaciones
lo actualidad para cualquier intervención que se quiero denominar
eficaz: se trota no solo de reducir síntomas, sino de mantener la En los trastornos anímicos siempre se aprecia, por definición, una
mejoría el mayor tiempo posible y con el menor riesgo de recaídas alteración del funcionamiento social y laboral. En algunos cosos.
(véase Vázquez et al., 2006). El objetivo de los intervenciones debe este estado puede llegar a ser incopocitante: el paciente puede
ser más ambicioso y no deberían conformarse con lograr menos q_ue permanecer en la cama casi todo €1 día, tener bajos laborales con-
una recuperación completo_ tinuados y descuidar los toreos normales de funcionamiento, inclui-
do el aseo personal. Naturalmente, estos consecuencias son mucho
más fuertes en casos de depresiones mayores recurrentes que e11
11 Recuperación. Se considera que una persona muestra depresiones mayores de episodio único; en los pacientes recurren-
tes se incremento además el riesgo de aparición de enfermedades
una recuperación total de un trastorno del estado de áni·
médicas y de una mayor necesidad de servicios asistenciales, con el
mo cuando permanece durante 5e1s meses sin mostrar sig· coste económico que esto conlleva.
nos o síntomas significativos del trastorno. Este debería ser
Pero lo complicación más grave de lo depresión es el suicidio,
el objetivo de cualquier tratamiento desde el punto de vl>ta que no solo está relacionado con la gravedad de los síntomas, sino
de reducción de síntomas. también, e incluso más, con otros variables <p. ej., ser varón, mayor
de cuarenta años y con deseos comunicados o otros de quitarse lo
vidal. También el consumo abusivo de alcohol, que o su ve2 suele
El mayor riesgo de recurrencias está en los primeros meses des- estor aumentado en lo depresión, incremento mucho lo probabilidad
pués de recuperarse de un episodio depresivo. El primer año cons- de riesgo de suicidio. El clínico debe sondear la poslble existen-
tituye un período de alto riesgo, pero a medido ci.ue transcurre el cia de ideos de suicidio dado que, entre pacientes con depresio-
tiempo sin q_ue haya una recurrencia, la probabilidad de un empeo- nes recurrentes, aproximadamente comete suicidio el 1% cada año.
ramiento o de aparición de otro episodio es codo vez menor. Otro Paradójicamente, el riesgo mayor de suicidio no sucede durante el
doto relevante para el clínico es que normalmente los primeros epi- momento peor del episodio depresivo, sino unos ocho o nueve meses
sodios suelen tener uno duración menor, paro después estabilizarse después de lo remisión sintomática.
su duración. Todo esto significo q_ue el TDM es un trastorno con una Así mismo, bojo un estado de depresión un paciente puede
fuerte tendencia a lo recurrencia, aunque naturalmente existan tera- tomar decisiones precipitados <abandonar los estudios, el trabajo,
pias -como, por ejemplo, las terapias cognitivo-conductuoles- que la familia, etcl El clínico ha de aconsejar al paciente que posponga
de hecho han demostrado empíricamente que pueden mejorar estos cuolq_uier decisión crucial hasta q,ue e_sté en remisión y puedo hacer
índices (Sanz y García-Vero, 2017b). los cosas de un modo más sereno y cloro.
Un modo de cuantificor este impacto es en1plear el denominado el punto de vista de la clínico. la distinción fundamental porD el
DALY (afio de vida ajustado por la discapacidad), que se puede diagnóstico diferencial es 1anto cronológico {lQué e1npezó antes?)
entender como un oiio perdido de <<Vida sana». Si se evalúo de este como causal (p. ej., lPueden los síntomas de ansiedad o de abuso
modo, el impacto de los trastornos mentales resulta extraordinario de alcohol. por ejemplo, haber causado complicaciones que lleven
pues superan a enfermedades como todos los cánceres combinados o uno depresión o es al revés?). Esto puede orientar poro establecer
o incluso los infecciones de VIH y, en el caso de la depresión, es·tá estrategias y metas de tratamiento además de, naturalmente, lo
entre las tres causas mundiales de más discapacidad {junto con los interferencia que causa cado problema.
dolores de espalda y de cabezal (James et al., 2018). Estos datos
generales han de tenerse en cuenta para sensibilizar al clínico de
la necesidad. a menudo ignorada, de centrar lo evaluación de los :1· Estado de ánimo deprlmldo. A veces se ernplea el tér-
pacientes depresivos no solo en los aspectos estrictamente sintoma- mino «depresión» s1mplen1ente para describir una elevada
tológicos, smo también en las consecuencias discapacitantes.
tristeza y abat1m1ento. Es un término 1nespecíf1co y un con-
cepto aplicable a casi todas las situaciones de padecimiPn-
C. Diagnóstico diferencial y comorbilidad to psicológico [sea un «trastorno depresivo» o noj.
Como yo hemos analizado, el estado de ánimo deprimido por sí solo
no es determinante diagnóstico de ningún cuadro psicopatológico.
La tristeza es un estado de ánimo frecuente y ubicuo (en personas Merecen una mención especial las reacciones de duelo por la
sanos y en cualquier condición física o mentoll por lo que su pre- pérdida de un ser querido. En los DSM previos al DSM-5, la presencia
sencia debe evaluarse de modo diferencial. Siguiendo una lógico de episodio depresivo mayor no debía diagnosticarse en una situa-
categorial, la primera medido diagnóstica a considerar consistirá, ción de duelo a menos que continuase dos meses después de lo pér-
por lo tanto, en si la persono con estado de ánimo deprimido u otros dida o que los síntomas fueran muy graves (p. ej .. ideación suicido,
síntomas de depresión tiene o no un <<trastorno depresivo» y para síntomas psicóticos, incapacidad funcional grave, enlentecimiento
ello conviene tener en cuenta otros problemas con los que puede psicomotorl. Pero el DSM-5 ha acabado con esta tradición, lo q_ue
confundirse y/o coexistir <véase lo Tabla 6.9). En general, desde ha sido muy controvertido pues, en parte, se debe a lo presión de

)) Tabla 6.9. Síndromes clínicos que pueden confundirse con un diagnóstico de depresion [adaptado de Vázquez et al., 2006)

l. Trastorno bipolar - Es necesario explorar si ha habido episodios previos de manía o hipomonía poro poder descartar la
existencia de bipolaridad.
2. Trastornos de ansiedad y obsesivos - Lo ansiedad subjetivo o lo inquietud es un síntoma emocional que suele coexistir con lo depresión
en un 70-30% de los casos.
- Lo ansiedad suele comenzar en etapas más tempranos de lo vida que lo depresión.
- En la ansiedad no suele haber tanta onhedonia y falto de ganas de vivir como en la depresión.
3. Reacciones normales de duelo - Considerar un trastorno depresivo si persiste la reacción depresivo dos rneses después de la pérdida.
11. Trastornos de adaptación con - Diagnosticar si se considero evidente que está directamente causada por un estresor identificable
estado de ánimo deprimido (p. ej., ser despedido del trabajo) y su finalización está también asociada a lo desaparición de ese
mismo estresor.
- Los trastornos adaptativos suelen infrodiagnosticorse cuando en realidad deberían tener un mayor
papel diagnóstico.
5. Trastornos del sueño (insomnios, - Aunque la fatigo diurna es un síntoma común, los pacientes depresivos no suelen sentirse somnolientos
norcolepsia, apneas nocturnos, etc.) durante el día y, si lo están, no padecen irresistibles ataques diurnos de sueño (narcolepsiol.
6. Trastornos esquizofrénicos (en - En los depresiones psicóticos, la presencio de síntomas delirantes y alucinatorios suelen ser de tipo
especial. esquizoafectivos de tipo congruente con el estado de ánimo (típicamente alrededor de temas de culpo, ruina o enfermedodl.
depresivo) - Trastornos formoles del pensamiento <neologismos. hablo incoherente o desorganizada, etc.l son
menos frecuentes en los depresiones.
7. Quejas somáticas vagas, - Normalmente en lo hipocondría la atención se centra en la propia preocupación somático con un
hipocondría árgano o uno enfermedad particular {crónica o mortal, con frecuencia) y es grande el recelo hacia
la eficacia diagnóstica del clínico.
8. Demencia y pseudodemencio - Considerar un trastorno depresivo si persiste la reacción depresiva dos meses después de la pérdida.
9. Trastornos sexuales - La inhibición del deseo se~ual es síntoma de la depresión. Si se acompaña de anergia.
anhedonia, etc .. es probable que se trate de un trastorno depresivo más que de un trastorno
se~ual.

JI
las aseguradoras médicas. Desde tiempos inmemoriales se ha d1st1n- un diagnóstico de TDM. El DSM-5 elimino esta posibilidad y permite
guido e11 psicología entre depresión y duelo (recordernos el conocido diagnosticar una depresión en los dolientes si prese11tan los con-
trabajo de Freud titulado «Duelo y melancolía»). Con el fin de no sabidos 15 días seguidos de síntomas la mayor parte del día y casi
patologizar reacciones humanas normales ante la pérdida, tradicio- todos los días (véase la Tabla 6.3). El DSM-5 propone una serie de
nalmerite se ha venido proponiendo que los síritomas de depresión indicaciones diagnósticas para permitir separar lo que constituye un
surgidos en el duelo (durante unos meses) eran incompatibles con TDM y un episodio de duelo \véase la Tabla 6.IOJ

)) Tabla 6.10. Caracterist1cas diferenciadoras de un episodio de duelo y un TDM

Estado anímico Sentimientos de pérdida o vacio Tristeza o anhedonia persistentes


Emociones positiVlls Conservadas Menos presentes
Bajo autoestima Ausente Presente
Ideas suicidas Ausentes Comunes
Delirios de culpa, ruina o enfermedad Ausentes Posibles
Cambios psicomotores Posible agitación Enlentecimiento o retardo
\_Deterioro funcional Ligero Marcado o grave

Aunque es verdad que los síntomas anímicos del duelo son muy El DSM-5 ha cambiado la categoría centrándose en el aspecto
parecidos a los de lo depresión clínica, esta eliminación puede crear de lo cronicidad. La nueva reformulación del trastorno depresivo
problemas de sobrediagnóstico y lo psicologización o psiquiatriza- persistente (TDP}-véase lo Tabla 6.11- integra lo que se denomina-
ción de fenómenos naturales. lo único ventaja puede ser el no igno- ba trastornos depresivo mayor «crónico», con episodios depresivos
rar cuadros depresivos auténticos que podrían incrementar conduc- de dos años o más de duración, y lo oritigua categoría de distimio o
tas de riesgo (p. ej., suicidio) o no permitir intervenciones tempranos trastorno distímico en una único categoría, en base a la escasa dife-
terapéuticas o preventivos en personas que pudieran necesitarlo en rencio sintomatológica y de factores relacionados entre ambos cate-
cuadros que podrían continuar tras la pérdida. gorías <McCullough et al., 2000). Pero, conceptuolmente, lo defini-
ción de TOP es algo inconsistente (Porker y Malhi, 2019). Aunque
habró q_ue esperar poro ver la eficacia y utilidad de combinar eri
IV. Trastorno depresivo persistente esta única categoría las depresiones mayores crónicas y las antiguas
distimios, sí parece cloro que el hecho de haber experimentado sín-
(trastorno distímico) tomas subumbral depresivos durante arios es un factor predictor de
episodios completos depresivos cuando los síntomas se exacerban.
A. Diagnóstico y características clínlcas
El término de «distimia» se introdujo en del DSM-III de 1980 como B. Epidemiología y curso evolutivo
un remedio a lo desaparición de uno categoría de «personalidad
Respecto a las cifras de esta nueva categoría, no hay apenas datos.
depresiva» porque se pensó que esta era más bien estigmatlzante.
Como aproximación, los datos del amplio estudio ESEMED en lo
La idea era incluir personas con síntomas no elevados de depresión,
población general de España (Hora et al., 2006), indican un 1,1 de
pero permanentes en el tiempo. Pero esto idea de que hay estilos de
prevalencia a los 12 meses y un 4,1% de prevalencia vital empleado
personalidad depresivos caracterizados por una ideación negativo
los criterios DSM-!V de distimio (con tasas aproximadamente dobles
general sobre la realidad (p. ej., la tríada cognitiva negativa} o por
en mujeres que en hombres)_ Un omplio estudio comunitario realiza-
uno falto de reactividad ante experiencias potencialmente positivos,
do en 8.841 hogares australianos <Murphy y Byrne. 2012) cuantificó
no queda bien resuelta en los sistemas diagnósticos.
una prevalencia vital de la depresión crónica (con una duración de
al menas dos años) del 4,6%, incluyendo tanto el trastorno distímico
como el TDM. Sobre la fiabilidad interjueces tampoco hay resulta-
J;· Oistimia. Estado de ánimo depresivo de larga duración dos porq_ue la categoría de TOP no se comprobó en los estudios de
(al n1enos dos años continuados) acornpañado de otros sin· campo previos a la publicación del DSM-5
tomas propios del episodio depresivo mayor. El trastorno Sobre factores de riesgo, probablemente son muy parecidos a
es menos intenso que el episodio depresivo mayor I' no los de la depresión en general. Aunq_ue sorprende el claro sesgo
se trata de un e>tado de remisión parcial de un episodio biológico en el texto que acompai'ia los criterios diagnósticos en el
depresivo. DSM-5. cuando se alude de posada solo a foctores temperamentales
ligados a neuroticismo y pérdidas parentales poro, ignorando otros

212
Capitulo 6. Tra<;tornos de¡:resrvos

) ) Tabla 6.11. Características básica3 del trastorne depresivo de cólera vi>rbol o de fOnductos agresivos «cuya intensidad o dura-
persistente [distirriaj, según el DSM-5 (APA, 2013) ción son desproporcionados a la situación o provocación». estos
accesos se producen al menos tres veces por semana. durante más
de doce rneses y, entre los accesos. hay una ir ritobilidod persisten1e.
Estado de ánimo deprimido (en niílos y adolescentes, puede
ser irritación durante un aílo o más) durante la mayar parte del Resulta llamativo el alejamiento de los criterios normales de tris-
día y de los días de lo semana durante un mínimo de dos años. teza/anhedonia que caracterizan lo depresión y, por otro lodo, en
acompañado de dos o más de los siguientes seis síntomas· este coso, los criterios de comparación social (definidos como algo
«desproporcionado») son evidentes como definición del «síntoma».
l. Apetito aumentado o disminuido
Lo idea inicial en la creación de esta nueva categoría fue incluir
2. Insomnio o hipersomnio. casos infantiles y adolescentes con problemas de regulación emo-

..
3. Poco energía o fatiga.
Bajo autoestima .
5. Folio de concentración o dificultad paro temor decisiones_
cional relacionados con irritabilidad permanente. Parte de este inte·
rés es que hoy estudios longitudinales que muestran que la irritabi-
lidad de los adolescentes, informada por los padres, es un pred1ctor
significativo de problemas de ansiedad y depresión autoinformados
ó. Sentimientos de desesperanza. 20 años más tarde (Stringaris et ol., 2009l. Como en el posado
algunos cosos así eran incorrectamente clasificados como bipolares,
Estos síntomas causan malestar clínicamente significativo o se decidió, algo forzadamente, incluirlos en lo sección de trastornos
deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del depresivos. Pero crear nuevos categorías, de modo improvisado y
funcionamiento forzado, paro intentar solucionar un problema clínico y social como
es el sobrediagnóstico y sobretratamiento del trastorno bipolar en
los síntomas no se pueden atribuir a los efectos fisiológicos niños, no es una bueno solución porque persiste el riesgo de psi-
de una sustancia !p. ej .. uno droga, un medicamento} o a otra quiatrizadón y medicalización <Axelson et al., 201D. Además, parece
afección médico (p_ ej .. hipotiroidismol. una categoría innecesario porque ya existen categorías diagnósticas
para problemas semejantes, como la de trastorno negativista desa-
Durante ese período de dos años (un año en niños y adolescentesl fiante, en los que la irritabilidad o los accesos de cólera podrían
nunca se ha estado sm los síntomas descritos durante más de simplemente haberse considerado como un especificador de los
dos meses seguidos, pudiendo estar presentes durante todo ese trastornos desafiantes, como se opta en la CIE-11
tiempo los criterios completos de un TDM. Aunque el TDD intenta reflejar cosos con dificultades emocio-
nales complejas, una perspectiva mós sistémica y conductuol que
la historia clínica refleja que nunca ha habido un episodio de psicopatológica seguramente podría ayudar o explicarlo> mejor
hipomanía o de manía_ que crear categorías ad hac. En sumo, lo evidencio empírico exis-
tente indica q_ue son casos de baja prevalencia, en los q_ue lo depre·
El cuadro no se explica mejor por un trastorno del espectro de lo sión no tiene que aparecer necesariamente, y es difícil de distinguir
esquizofrenia o de otros trastornos psicóticos. de problemas como la conducto desafiante. Su inclusión en un siste-
ma diagnóstico tiene más que ver con elementos de sociología de
la ciencia que con argumentos empíricos sólidos.

factores psicológicos, sociales o ambientales, aludir a la implicación


de algunas regiones cerebrales (córtex prefrontol, amígdala, hipo- B. Trastorno disfórico pre menstrual
campo), cuando realmente no hoy evidencio clínicamente útil al Lo inclusión de este nuevo trastorno tiene tras de sí una historia de
respecto <Parker y Molhi, 2019). décadas de controversias en lo que habido muchos debates clínicos
En todo caso, esta categoría multiplica innecesariamente el y teóricos sobre lo conveniencia de incluir «como trastorno mentol»
árbol diagnóstico pues podría ser simplemente un asunto relaciona- unos síntomas osoc1odos, en algunos mtUeres, a un ciclo biológico
do con la gravedad de los síntomas y su duración (dos parámetros normal (Epperson et al., 2012l. Los estudios indican que hasta un
dimensionolesl. Además, hay estudios que indican que existe un 20% de los mujeres en edad reproductiva manifiestan síntomas psi-
solapamiento diagnóstico con otras categorías como el trastorno cológicos premenstruales molestos que pueden ser realmente inter-
de ansiedad generalizada y, por otra parte, diversos estudios (p. ej., ferentes en lo esfera personal o de funcionamiento en un 2 % de las
Chaves et aL, 2017l han mostrado que no hay diferencias de efecti- mujeres en edad fértil (Gehlert et al. 2009!. Los criterios propues-
~idod entre trotar el TDM y la distimia_ tos para el DSM-5 requieren cumplir cinco síntomas de un conjunto
de dos categorías diferentes, lo que ya sabemos que incremento
mucho la heterogeneidad de perfiles diagnósticos_ En la primera,
V. Otros trastornos depresivos se exige cumplir al menos una de las siguientes cuatro (labilidad
afectiva, irritabilidad, depresión y ansiedad), y en la segunda, se
A. Trastorno de desregulación disruptiva del exige cumplir al menos uno de siete (onhedonia, problemas de con·
centración, falta de energía, cambios de apetito, cambios de sueño,
estado de ánimo !TOO)
sensación de agobio o pérdida de control y síntomas físicos como,
Esta es una nueva categoría q_ue tampoco tiene uno validez y utili" por ejemplo, tumefacción o sensación de hinchazón}. Estos síntomas
dad clínica probadas_ El TDD es aplicable en el rango de edad de deben comenzar la semana anterior a lo menstruación y mejorar
6·18 años cuando se presentan unos accesos de comportamientos unos días después de su inicio. Paro el diagnóstico se req_uiere que,
Ma'lucil dP p~icopatologi:i. Vclun1en 2

) ) Tabla 6.12. Alguras condicicnes médicas ~ue pueden causar sccu'ldariamente sinto01as depresivos. [Vázquez y San:, 2008;
Lam, 2018)
,----

CONDICIONES NEUROLÓGICAS CONDICIONES METABÓLICAS Y ENDOCRINAS


Epilepsia Relacionadas con rnenst1uación
Parllinson Porfirio
Demencias degenerativas Enfermedades de tiroides y paratiroides
Hidrocefalia normotensa Enfermedades de Cushing y de Addison
Traumatismos encelólicos Déficit de vitamina 812
Infecc1ones del SNC
Migrañas OTRAS CONDICIONES
Esclerosis múltiple Enfermedades cardiopulmonares
Norcolepsia Infarto de miocardio
Estados postoperatorios
TRASTORNOS INFLAMATORIOS Y AUTOINMUNES Enfermedades renales
Artritis reumatoide Anemia
Síndrome de Sjogreri Colitis ulcerosa
Lupus eritematoso sistémico
Reúmas EFECTOS DE SUSTANCIAS Y MEDICAMENTOS
Porfirio Plomo
Mercurio
CÁNCERES Antíhipertensivos
Hipófisis
Betabloqueontes
Aparato digestivo
Hormonas <estrógenos, progesteronol
INFECCIONES VÍRICAS Y BACTERIANAS Alcohol
Síndrome de inmunodeficiencia adquirido <SIDAl Antiporkinsonionos
Gripe Corticosteroides (cortisona)
Neumonías virales Antineoplásicos
Morionucleosis Antituberculínicos
Hepatitis vírico
Sífilis
ENFERMEDADES INCAPACITANTES
Déficit de ácido Jólico Todas

eri lo mayoría de los ciclos menstruales, durante el año anterior, pues se eílfocan estos dificultades psicológicos con una perspectiva
los síntomas hayan ocurrido de un modo habitual durante la última medicalizodoro.
semana del ciclo y remitido a los pocos días después del inicio de
la men>truación_ C. Trastorno depresivo debido
Como en otros trastornos, se req_uiere que hayo interferencia y a una afección médica
que no sean simplemente exacerbaciones de otros problemas pre-
existentes (p_ ej., un TDM o un trastorno de ansiedad) ni debidos o Este trastorno se define no por una combinatoria relativamente
consumos de medicamentos, sustancias o enfermedades médicos amplia de síntomas, sino por oigo excesivamente sencillo: solo se
(p. ej., problemas hormonales diagnosticados). Es interesante que requiere el criterio de un estado de ánimo deprimido o de anhe-
el DSM-5 recojo, de modo excepcional, q_ue para su diagnóstico donio durante un <~período importante y persistente», sin más con-
se requiere uno «evaluación diario prospectiva>> de al menos dos creciones, pero deben existir pruebas a partir de los análisis de
ciclos con síntomas, lo que recuerdo a un registro de muestreo de laboratorio, de lo historia clínica o de la exploración física de que
experiencias. esos dos síntomas son la consecuencia fisiopatológico directa de
La ideo de incluir esto categoría se hizo tras sopesar ventajas uno enfermedad médico.
e inconvenientes, pero es uno decisión ton político como científico. Desde ediciones anteriores, el DSM reservo uno categoría espe-
Incluirlo puede ayudar a conocer mejor el alcance del problema, cífico a trastornos depresivos que se deben a enfermedades médi-
factores predictores y estrategias de intervención. A la vez, puede cas. En cualquier caso de depresión hemos de examinar cuidado-
ayudar a visibilizar un problema relacionado con el género y a ofre- samente lo existencia de uno etiología orgánica de los síntomas
cer ayudo mujeres q_ue lo necesiten. Por ejemplo, se ha observado (véase la Toblo 6.12). Aunque no siempre es fácil hacer un hi>toriol
que, como sucede con otras circunstancias vitales o psicológicas, completo y atribuir de modo claro las causas a un factor orgánico,
el riesgo de ideación, de planes o intentos suicidas es aproximada- se estima que entre un JO y un 20 % de los cosos diagnosticados
mente el doble en mujeres con uno historia de síntomas psicológicos como <<trastorno de depresión mayor» o como «distimio» están
premen'ilruales graves que en mujeres sin estos síntomas CPilver et causados, en realidad, por factores orgánicos de diversos tipos no
al., 2013). Pero, a su vez, su diagnóstico tiene algunos inconvenientes bien valorados <Rush, 1990l.
Capítulo 6. Troistornos depresi'1os

O. Trastorno depresivo inducido por una suponen que estos serían et resultado de un déficit central de esos
neurotransmisores 1nonoarninas (hipótesis noradrenérgica, serotor.i-
sustancia/medicamento nérgica y dopaminérgica. respectivamente) y que en su conjunto se
También aquí se emplea solo el criterio de depresión o anhedonia denominan hipótesis de las rnonoominas (Vallejo y Urretavizcaya,
durante un «periodo importante y persistente». Para su diagnóstico, 2015). Esta reducción err los niveles de mor1oaminas en el sisiema
se requiere añadir un código numérico según lo sustancia, legal o nervioso cerrtral sería a su vez el resultado de algún tipo de dis-
no, que parezca ser la causa inequívoca del cuadro. función err los procesos de síntesis, almacenamiento o liberación
de esos neurotransmisores, o de anormalidades en los receptores
presinápticos o postsinápticos.
E. Otro trastorno depresivo especificado
Sin embargo, los argumentas y los datos que apoyan la hipótesis
Esto categoría se aplica a presentaciones en los que predominan de las monoaminas sori problemáticos (Delgado, 2000; Sanz y Gar-
los síntomas característicos de un trastorno depresivo que causan cía-Vera, 2017al. En primer lugar, la respuesta a los antidepresivos
molestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral no es en sí misrrra una prueba sólido de que un déficit err los neuro-
u otras áreas importantes del funcionamiento, pero que no cumplen transmisores monoaminas sea la causa de la depresión. Como bien
todos los criterios de ninguno de los trastornos de lo categoría diag- señalaban los psiquiatras Delgado y Moreno (2000, p. 5): «algunos
nóstica de los trartornos depresivos. Se sugieren en el DSM-5, aun- han argumentado que la depresión puede deberse o una deficiencia
que no conllevan un código numérico específico, especificaciones de NE [norepinefrina o norodrenolinal o de 5-HT lserotoninal ya
como las siguientes: depresión breve recurrente o episodio depresivo que un aumento en Ja neurotronsmisión norodrenérgica o serotoni-
de corta duración (4-13 días). nérgica mejora los síntomos de la depresión. s·in embargo, esto es
como decir que, puesto que una erupción en el brazo mejora con el
F. Otro trastorno depresivo no especificado uso de una crema corr esteroides, la erupción debe deberse a una
deficiencio de esferoides».
Como en el caso anterior. no se cumplen los criterios, pero el clínico En segundo lugar, los resultados de los estudios que han eva-
no puede identificar claramente ningún subtipo o bien no puede luado los niveles de monoaminos en personas deprimidos y los han
recoger suficiente información (p. ej., diagnóstico hecho en un servi- comparado con los de los personas normales no han encontrado
cio de urgencias o en un triaje iniciall. Obviamente estos categorías con>istentemente niveles más bajos en las primeras, tal y como
de «otros trostornos» son un «cajón de sastre» y, por esta rozón, esperaría lo hipótesis de la deficiencia de monoaminas (Sanz y Gar-
no tiene sentido ofrecer dotas epidemiológicos, de curso clínico o cía-Vera, 2017al.
de cuolquier otro parámetro, puesto que comprende entidodes muy
En tercer lugar, los resultados de los estudios de disminución
heterogéneas.
de las monoam·inas también son inconsistentes. En estos ertudios se
disminuye transitoriamente los niveles de monoamirras en el sistema
nervioso central a través de restricciones en lo dieta o de la admi·
V l. Etiología de los trastornos nistración de una sustancia, y, posteriormente, cuando tales niveles
depresivos se han recuperado, se miden los efectos en el estado de órrimo de
esos cambios (Delgado, 2000). la hipótesis de las monoaminas pre-
No existe actualmente un modelo o teoría de los trartornos depre- deciría que la reducción de los niveles de serotonina, noradrerralina
sivos consensuada y, de hecho, no se conocen con exactitud los o dopam!na produciría en los personas una disminución err su ertado
mecanismos causales de los trastornos depresivos. Sin embargo, la de ánimo, pero esto disminución solo se produce en algunas perso-
literatura científica ha sido capaz de identificar una serie de fac- nas (Ruhé et al., 2007>.
tores de riesgo, ligados teóricamente a diversas teorías y modelos, En resumen, pues, los resultados de los estudios que han pues-
que supuestamente interactúan entre sí. Estos factores de riesgo se to a prueba las predicciones de la hipótesis de las monoaminas,
refieren tanto o voriables psicológicas y biológicas de las personas aunque sugerentes, son inconsistentes y. en todo coso, indican alte·
como o características ambientales, todas las cuales muestran una rociones en los niveles de las monoominas en olgurros grupos de
relación empírica significativa con la depresión, y se sospecha que, personas con depresión o con factores de riesgo poro la depresión,
en general, las causas de lo depresión incluyen uno combinación de pero no en otras. En consecuencia, pues, tales estudios indican que
todo.1 ellos, aunque distintas teorías hacen más hincapié en unos la deficiencia de las monoaminas por sí misma no es una explica-
que en otros. ción suficiente de los causas de la depresión y que el papel de los
sistemas de neurotransmisión de serotonirra, noradrenolina y dopa-
A. Factores y modelos biológicos mina en el origen y monterrimiento de la depresión es mós complejo
de Jo que se pensaba inicialmente. De hecho, o pesar del número
En este ámbito, quizá los modelos más populares e investigados son tan elevado de posibles anomalías biológicas que se han estudiado
las que proponen que la mayoría de los trastornos depresivos se como potenciales marcadores biológicos para el diagnóstico de la
producen por desequil'lbrios en los niveles cerebrales de ciertos neu- depresión (más de 25 según Vallejo y Urretav'1zcoya, 2015), 'incluyen·
rotransmisores, especialmente por una reducción en los niveles de do diversas medidas de lo actividad de la serotonina, la noradrena·
serotonina, norepinefrina y dopamina. El hecho de que los fármacos lino o la dopamina, no existe actualmente ningún test biológico con
antidepresivos sean eficaces para tratar lo depresión en adultos y de suficiente sensibilidad y especificidad para diagnosticar los trastor-
que parezcan ejercer su acción aumentando los niveles cerebrales nos depresivos y, en consecuencia, ni el DSM-5 ni la CIE-11 incluyen
de serotonino, noradrenolina o dopamina ha dado lugar al desarro- tales marcadores biológicos entre los criterios diognórticos de esos
llo de lf(]rias hipótesis etiológicas sobre los trartornos depresivos que trastornos.
;\llanual de ps;cop2tología. Volu01en 2

En ci:arto lugar, esto explicación no resuelve del todo la cuestión la cognitivo-conrluctuol de Lewinsohn et al., 1985J, y los déficits en
del origen de la depresión yo q,ue, mós allá de los problemas empí- las conduc1as de outocontrol (según el modelo de autocont1ol de
ricos poro sustanciarla anteriormente señalados, plantea a su vez lo depresión de Rehm, 1977). A continuación, se verán brevemente
la pregunta de cuál es la causa de eso> desequilibrios bioquí1nicos. coda uno de e5tos factores en el morco de sus correspondientes teo-
La investigación ha deinostrado que estos deseq,uilibrios pueden rías psicológicos de lo depresión {véase uno exposición más amplio
ocurrir en respuesta a factores ambientaies como los acontecimien- de estos teorías en Sonz y Vázquez, 2008).
tos estresantes, especialmente los acontecimientos q,ue supongan la Las actitudes disfuncionales (o creencias irracionales) son creen-
pérdida de algo que la persona considera importante. Por ejemplo. cias que establecen condiciones poco realistas, inflexibles e inade-
la pérdida de un ser ci.uerido por muerte o separación, un fracaso cuados paro determinar la propia valía (p_ ej .. «Si no hago las cosas
laboral, el rechazo social o uno enfermedad grave pueden precipi- siempre bien, seré un inútil y nadie me respetará», <~Si alguno vez
tar un episodio depresivo. Sin embargo, todas las personas. tarde o disgustas a un amigo, no puedes ser feliz»L Las actitudes disfuncio-
temprano. se ven sometidos a alguno de estos acontecimientos y, nole> favorecen lo aparición de la depresión porque es muy fácil que
aun así, solo un porcentaje muy pequeño de ellas desarrollan una los acontecimientos normales de la vida diario obstaculicen los inten-
depresión. tos de lo persono por cumplir tales condiciones (todas los personas
Una posibilidad es que ciertas personas hayan heredado una cometen alguna vez fallos y siempre hoy algún compañero de trabajo
predisposición biológica o un mal funcionamiento de los mecanis- a quien, con rozón o sin razón, una persona no cae bien), de forma
mos de regulación de los neurotransmisores que hoce que seo más que estos actitudes facilitan que tales acontecimientos cotidianos se
fácil que cualquier acontecimiento estresante, por leve q_ue sea, vivan como estresantes. Pero, además, toles actitude> son un elemen-
desencadene desequilibrios en los niveles de serotonina, norepinefri- to de vulnerabilidad a lo depresión porciue, según la teoría cognitivo
na o dopomina. De hecho, se ha estimada q,ue los personas cuyos de la depresión de Beck, están almacenados en lo memoria forman-
padres sufren depresión tienen aproximadamente tres veces mós do esquemas cognitivos. es decir, formando estructuras funciona-
probabilidad de desarrollar un episodio depresivo o lo largo de su les de representaciones relativamente duraderas del conocimiento
vida que las personas de podres sin depresión Clieb et al., 2002), y la experiencia anterior que dirigen lo percepción, codificación,
y está bien documentado, siguiendo modelos estadísticos, el papel organización, almacenamiento y recuperación de lo información del
de los genes en la transmisión familiar de lo depresión {Polderman entorno. Los estímulos consistentes con los esquemas se elaboran
et oL 2015l. Sin embargo, aún no se han encontrado genes espe- y codifican, mientras que la información inconsistente se ignora y
cíficos ligados a este trastorno, debido en porte, q_uizós, o la gran olvida. Los esquemas cognitivos, por tanto. actúan como filtros a
heterogeneidad sintomática de la depresión que yo hemos comen- través de los cuales se percibe, interpreta y recuerdo lo realidad.
tado (Luo et al.. 20161_ Además, no todas las personas q_ue tienen lo En el caso de las personas vulnerables a la depresión, puesto que el
predisposición genética para la depresión lo padecen y la depresión contenido de sus esq,uemas son actitudes disfuncionoles, la actua-
también puede afectar o personas que no tienen una historia fami- ción de esos filtros, de esos esquemas disfuncionales depresógenos,
liar de depresión. Es más, el entorno tiene un peso importante en quedaría reflejada en ciertos errores cognitivos sistemáticos en la
los modelos modernos de interacción genes x ambiente; por ejem- formo en que se procesa lo información del entorno {Beck et al..
plo, se ha estimado, dentro de estos modelos, que el 34 % de lo 1979/1983): inferencias arbitrarias. abstracción selectiva, sobrege-
variabilidad en la depresión se debe o lo variabilidad genético entre nerolización, moximización y minimización, personalización y pen-
individuos y el 66 % a la variabilidad ambiental: 11 % relacionado con samiento dicotómico y absolutista. No obstante, aunque esta es la
el ambiente compartido y el resto con el ambiente no compartido conocida teoría de Beck, un reciente metaanálisis ha mostrado que,
{Polderman et al.. 2015J_ Y conviene también recordar que los facto- en realidad, la evidencia mós consistente sobre sesgos cognitivos en
res externos y las experiencias influyen en lo expresión de los genes la depresión es para lo catostrofización y los sesgos negativos inter-
(epigenética}. pretativos !Nieto et al, 2021l. Aunque estas operaciones cognitivas
son evidentes en cierto grodo en todas los personas, en la depresión
B. Factores y modelos psicológicos ocurren en mayor grado y son congruentes can el contenido disfun-
cional de los esq,uemos depresógenos. Así, por ejempla, se atiende
Otra posibilidad poro explicar las diferencias individuales en la selectivamente y se magnifica la información negativa, mientras que
presencia de trastornos depresivos es ciue ciertas personas tengan se ignaro o minimiza lo información positiva; los errores y fallos se
una predisposición o vulnerabilidad psicológica a la depresión q,ue personalizan y sus efectos negativos se exageran y sobregeneralizan.
habrían adquirido a lo largo de su vida por el tipo de ambiente A la postre, cuando esos errores cognitivos negativos en el pro-
familiar o social y por los aprendizajf!s y los circunstancias vitales cesamiento de la información se producen, el resultado serían imá-
que habrían experimentado_ Esto vulnerabilidad psicológico facilita- genes y pensamientos, tanto voluntarios como automáticos, negati-
ría ciue esos personas sufran más acontecimientos estresantes y que vos y distorsionados sobre uno mismo, el mundo y el futuro, lo que
su impacto sea más adverso y duradero. se conoce como tríada cognitiva negativa o depresiva (p. ej., «Soy
Entre los factores psicológicos de vulnerabilidad identificados un inútil», «No caigo bien o ningún compañero del trabajo y todos
destacan las actitudes disfuncionoles (dentro del marco de lo teoría se ríen de mí», «Nunca tendré pareja») o, lo que es lo mismo, o
cognitiva de lo depresión de Beck, 1987, Beck el al., 1979/1983), el una baja autoestima, indefensión y pesimismo. Esos pensamientos
estilo otribucionol negativo <en el contexto de la teoría reformuloda de comprenden el diálogo interno de la persono y son dañinos psico-
la indefensión aprendida de Abramson et al., 1978, y de lo teoría de lo lógicamente puesto que interfieren tanto en las actividades q,ue la
desesperanza de Abromson et ol., 1989), los déficits en habilidades persona realiza en ese momento como. evidentemente, en su estado
sociales y en habilidades de solución de problemas (en el morco de ánimo. Por tanto, la tríada cognitiva negativa, según Beck, sería
de la teoría conductuol de la depresión de Lewinsohn, 1974, y de la causo próxima fundamental del resto de síntomas depresivos. De
Capítulo 6, Tra~lornos depresivos

loi dos tipos de pensamientos que forman porte de la t1iada cog- ei 1epertorio de conducías que las per>onas necesitan poro relo·
niti~a negativa, los voluntarios y los automáticos, merecen especial donarse eficazmente con los demás y poro 1esolver proble1nos (un
atención estos últimos por su carácter especialmente dañino y por déficit en los habilidades sociales, en los habilidades de solución
las dificultades que entrolio su modificación, ya que son ideas o de problemas o en los habilidades de ofrantamiento del estrés) o
imágenes estereotipadas de aparición repetitivo e inintencionada, poro outocontrolar su comportamtento (un déficit en las conduc-
q1_¡e no son fácilmenle controlables y que parecen creíbles o la per- tos de autocontrol: conductas de outoobservación, autoevaluación
sona en el momento en que ocurren. y autorreforzornientol favorecen que lo persono no seo capaz de
En resumen, la actuación o activación de los esquemas depresó- afrontar, resolver y adoptarse a los cambios negaf1vos que impl'icon
genos, con sus actitudes disfuncionoles, sería, pues, responsable del los acontecimientos estresantes y que, por tanto, el estrés perdure.
procesamiento distorsionado de lo información que aparece en los se intensifique, y que se desencadene una depresión incluso ante
personas que sufren trastornos depresivos. Para que tal activación un estrés inicialmente muy leve. Por ejemplo, la falto de habilidades
tenga lugar es necesaria la aparición de un suceso estresante (p. sociales podría conducir o una persono que se hubiera cambiado
ej., un fracaso laboral, una discusión con la parejo, un desengaño recientemente de trabajo a situaciones de rechazo social o de ais-
amorosa) similar a aquellos sucesos que proporcionaron durante el lamiento social en su nuevo trabajo y, por consiguiente, a un incre-
proceso de socialización lo base poro lo formación de los esquemas, mento de los experiencias negativas fp. ej., burlas, críticas) y a un
es decir, poro lo formación de las actitudes disfuncionoles almace- descenso o ausencia de reforzadores positivos sociales (p. ej., falta
nadas en ellos (p. ej., un fracaso académico en los años escolares). de comunicación) y, finalmente, a la depresión.
La teoría de Beck hipotetiza, pues, que los esquemas depresógenos, Por otro lado, es mucho más probable que esa persona sufra
con sus actitudes disfuncionales, son la diátesis cognitiva (o factor uno depresión si muestra uno tendencia a:
de vulnerabilidad cognit1vol poro la depresión.
l. Prestar mayor atención a los sucesos negativos que o los posi-
Igualmente, y siguiendo la teoría reformulado de la indefensión tivos y a las consecuencias inmediatos de la conducta que o
aprendida de Abramson et al. (1978), lo tendencia de algunas per- las consecuencias a largo plazo (déficit en las conductas de
sonas o pensar que la causa de todos los acontecimientos negativos autoobservociónl.
que les ocurren está en ellas mismos, que eso causo afectará a todo 2. Tener criterios muy rigurosos a muy altos de outoevoluación así
lo que hagan y que no cambiará (p. ej., «Me hon despedido por
como un estilo atribucionol depresivo (déficit en las conductas
mi culpa, porque soy un torpe y todo me sale mal y nunca podré
de autoevoluociónl.
mantener un trabajo»), esto es, lo presencia de un estilo atribucio-
nol depresivo, facilita que, cuando tales acontecimientos suceden, 3. Administrarse, como consecuencia de los dos déficits anteriores,
provoquen desesperanza e indefensión y, por ende, depresión. La recompensas insuficientes o castigos excesivos (déficit en las
investigación también sustenta uno relación entre lo depresión y conductas de autorreforzomientol.
un estilo atribucional depresivo para los acontecimientos positivos Finalmente, algunos modelos psicológicos de los trastornos
complementario al anterior, esto es, lo tendencia de algunas per- depresivos se han centrado no tonto en los factores de vulnerabi-
sonas o pensar que la causa de los acontecimientos positivos que lidad que explicarían el origen de dichos trastornos, sina en los
les ocurren es ajena a ellos, afecta solo o algunas parcelas poco factores que explicarían su curso. Este es el coso de lo teoría de
importantes de su vida y cambiará de un momento a otro <p. ej., «Al los estilo> de respuesto de Nolen-Hoeksema U991l que propone que
final me han subido el sueldo porq,ue al jefe le di pena, pero eso no lo manero en que las personas responden o los primeros síntomas
ocurrirá siempre y vete o tú o saber si al final no cambia de opinión depresivos influye en su duración y gravedad. En concreto, las perso-
y me bajo el sueldo» l. nas que presentan respuestas rumiativas sufrirán durante más tiem-
Es más, en el marco de la teoría de la desesperanza de Abram- po y con mayor intensidad los síntomas depresi~os que aquellas que
son et al. (1989), el estilo otribucionol propio de los personas vulne- sean capaces de distraerse de las mismos. Las respuestas rumiativos
rables o la depresión se caracterizaría no solo por esa tendencia o a la depresión pueden definirse como «conductas y pensamientos
explicar los sucesos negativos a partir de causas internos, estables que focolizan lo atención de una persono en sus síntomas depresivos
y globales, sino también por una tendencia a predecir un mayor y en las implicaciones de estos síntomas» <Nolen-Hoeksema, 1991,
número de consecuencias negativos poro sí mismos ahora y en el p. 569), incluyendo conductas como aislarse para pensar sobre los
futuro y o concluir que, si dichos sucesos negativos han tenido lugar, síntomas depresivos que se experimentan, hablar todo el tiempo
eso significa que oigo importante falla en uno mismo. A este estilo sobre ellos o pensar de forma recurrente y contemplativo sobre las
otribucionol depresivo fatalista y autodespreciotivo se le denomina posibles causas y consecuencias de los mismos (p. ej., «lOué he
estilo atribucional de lo desesperanza. las personas con este estilo hecho yo paro merecer esto?»; «No voy a ser capaz de trabajar si
atribucional de desesperanza haceíl una interpretación «fatalis- sigo en este estado»). Los respuestos rumiotivas que, como dijimos
ta» de los problemas que les ocurren, pensando que «no tienen anteriormente, parecen producto de lo llamada sobreproducción
solución», que «no hay nado que puedan hacer para mejorar lo emocional, difieren de otras conductas y perisamientos de afronta-
situación» y que los consecuencias «son inevitables, permanentes y miento de la depresión como los estrategias de solución de proble-
que afectarán a todos los ámbitos de la vida». Además, se «echan mas, en Q.Ue las personas tan solo piensan o hablan sobre lo tristes,
la culpa» de lo que les sucede y piensan que les «seguirá posando desmotivadas, cansados o hartas que están, pero no hacen nodo
en el futuro». para aliviar sus síntomas, o simplemente piensan de forma repetitivo
Otros factores psicológicos de vulnerabilidad o la depresión, no sobre las causas de sus síntomas sin hacer planes para cambiar la
incompatibles con los anteriores, son los propuestos en el contex- situación.
to de la teoría cognitivo-conductual de la depresión de Lewinsohn La teoría postula, además, que los personas tienen estilos de
(1974; Lewinsohn et al., 1985). Siguiendo esta teoría, un déficit en respuesta ante la depresión, es decir, patrones de conductos y pen-

~7
Mdr,ual de r.isicopalología. Volu111en 2

sam1entos Qlle se manifies~on de fo1n1a consistente y estable e11 benignas y eficaces de distracción o de solución de problemas
dist1nlos situodones y rnomentos en los ci.ue se sienten deprimidos. <Nolen-Hoeksema, 199D.
Así, algunas personas. cuando e5ÍÓn deprimidas, tienden a dar res-
puestas rumiativas, es decir, tienen un estilo de respuesto rumiati- C. Modelos integradores
vo, mientras que otros manifiestan de forma consistent1> y estable
conductas y pensamientos de distracción como, por ejemplo, salir En resumen, hoy se cree que cierto~ características específicas (fac-
con los amigos, practicar deportes o concen1 rorse en su trabajo, tores de vulnerabilidad o diótesis) de algunas personas les hacen
respuestas todas ellas que implican intentos activos por ignorar los más propensos a una depresión tras fa aparición de acontecimientos
síntomas depresivos y cenfrarse, en su lugar, en actividades neutra- ambientales estresantes, bien crónicos o bien puntuales. Por ejem-
les a placenteras. plo, aunque se encuentran tasas más altas de depresión entre las
Habría varios mecanismos psicológicos que explicarían el personas rori enfermedades crónicas como cáncer o diabetes, no
efecto del estilo rumiativo de respuesta en el mantenimiento o todas las personas que padecen dichos enfermedades llegan o sufrir
exacerbación de los síntomas depresivos <Nolen-Hoeksema, 1991, un trastorno depresivo.
2000). Primero, los rum1aciones intensifican los efectos del esta- Más allá de lo propuesta común de concebir los trastornos
do de ánimo deprimido sobre las cogniciones, haciendo que los depresivos como productos de la interacción entre acontecimientos
pensamientos negativos sobre el pasado, el presente y el futuro estresantes y factores de vulnerabilidad (modelos de diátesis-estrés),
estén más accesibles y sean más sobresalientes; estos pensamientos parece que no existe mucho acuerdo sobre cuáles son los factores
negativos, o su vez, exacerban el estado de ánimo deprimido y los de vulnerabilidad más importantes para explicar el origen y curso
restantes síntomas depresivos, de manera que se establecen una de dichos trastornos. De hecho, cuando se comparan las principales
serie de círculos viciosos entre el pensamiento negativo y el estado teorías sobre la depresión Cla teoría cognitivo-conductual de Lewin-
de ánimo negativo basados en una relación recíprocamente refor- sohn, la teoría cognitivo de Beck, la teoría de la desesperanza y el
zante entre ambos y que hacen que el estado inicial de depresión modelo biolágicol, tal y como se ha hecho de forma esquemática
se agrave y persista durante más tiempo. Segundo, la actividad en la Figura 6.11-, el desacuerdo no solo alcanza a los factores de
rumiativa reduce la generación de soluciones efectims a los proble- vulnerabilidad más remotos, sino también a las causas próximas q_ue
mos. Tercero, las respuestas rumiativos interfieren en la puesta en son el producto de su interacción con el estrés. A grandes rasgos,
morcha de conductas instrumentales tales como salir con los ami- la teoría cognitivo-conductual subraya el papel de los déficits de
gos o practicar las aficiones, los cuales permiten obtener reforza- habilidades sociales, de habilidades de solución de problemas y
mientos positivos. aumentar la sensación de control o simplemente de habilidades autocontrol como factores de vulnerabilidad remotos,
elevar el estado de ánimo. Siguiendo la teoría reformulada de la los cuales, al interactuar con el estrés, producen una pérdida o falta
indefensión aprendida, la baja tasa de reforzamiento positivo y lo de refuerzos positivos que serían la causo próxima de la depresión.
pérdida de control podían contribuir, a su vez, a !a indefensión e Por su parte, la teoría de Beck considera que el factor de vulnera-
intensificar la depresión. Finalmente, el estilo rumiativo disminuye bilidad remoto es la existencia de actitudes disfuncionales en forma
el efecto beneficioso que el apoyo social tiene sobre lo depresión de esquemas cognitivos depresivos, que, al interactuar con el estrés,
al provocar más fricción en las redes sociales de la persona depri- producen errores cognitivos o distorsiones negativas q_ue, a su vez,
mida. La persona que presento un estilo rumiativo cantinuarnente conducen a pensamientos negotivos sobre el yo, el mundo y el futuro
habla de sus síntomas depresivos y de sus preocupaciones con su (la tríada cognitiva negativo), siendo estos últimos la causa próxima
pareja, sus familiares, sus compañeros de trabajo y sus amigos, de la depresión. Para lo teoría de lo desesperanza la causa remota
sin que estos puedari apreciar progresos hacia su resolución, de principal de lo depresión sería la presencia de un estilo atribucionol
manero que, a la postre, es muy probable que, por ejemplo, sus depresivo y, especialmente, un estilo atribucional de desesperanzo,
amigos se alejen de la persona con depresión, se sieritan molestos mientras que lo causa principal próxima sería lo indefensión y la
e irritados con ella, rechacen sus preocupaciones o la critiquen por desesperanza que se produce cuando un acontecimiento estresante
continuar rumiando. interactúa con ese estilo atribucionaL Finalmente, paro el modelo
El estilo de respuesta rumiotivo constituye, pues, otro factor cog- biológico, la causa próxima de la depresión serio algún tipo de
nitivo de vulnerabilidad a la depresión. compatible con los demás defecto o desequilibrio en el funcionamiento de ciertos neurotrans-
factores psicológicos ya señalados, que, tras lo ocurrencia de un misores (p. ej., serotonina, norepinefrina o dopamina) que, a su vez,
acontecimiento e>tresante y la aparición de los primeros síntomas es el resultado de la interacción entre un acontecimiento estresantes
depresivos, haría más probable que, en algunos personas, tales sín- y un factor de vulnerabilidad remoto de tipo genético que predis-
tomas, en lugar de remitir, aumentasen en número, intensidad, fre- pone a un mal funcionamiento de los mecanismos de regulación de
cuencia o duración y que, por tanto, se agravasen hasta conformar los neurotransmisores.
un trastorno depresivo. Sin embargo, tal y como se ha repetido en los epígrafes ante-
El e>tilo de respuesta rumia-Jivo se aprendería, fundamentalmen- riores, todos esos factores de vulnerabilidad y todas esas causas
te, durante la infancia y la adolescencia de la persono o partir de próximas no san incompatibles entre sí, sino que pueden y se deben
las conductas de los podres y de otras figuras relevantes. Este apren- integrar, máxime cuando las interacciones entre todos esos facto-
dizaje tendría uno doble vía; por un lado, a través del modelado de res causales, remotos o próximos, y entre esos factores y el estrés
los estilos de respuesta que los padres y las otras figuras relevantes son múltiples, y cuando, además, las interacciones entre los propios
manifiestan cuando se encuentran deprimidos; por otro lado, a tra- síntomas depresivos y entre los factores causales, el estrés y los sín-
vés de sus prácticas de socialización si tales prácticas no enseñan tomas depresivos también son múltiples, de manera que entre todos
a los niños y adolescentes repertorios de conductas más adaptati- estos elementos se producen múltiples fenómenos de reforzamieri-
vos para manejar los emociones negativas, tales como estrategias to recíproco de tipo círculo vicioso-o de tipo espiral escalonada.
Cdpitulo o. Tc¿~lürllOS depresivos

/
Estrés
Repertorios
conductuoles <déficits
de habilidades
'' Pérdido-folto de
refuerzos positivos
1
y autocontroD

Estrés
Estilo atribudonal
Indefensión y
depresivo y de
desesperanzo
l. desesperanza DEPRESIÓN
(estado de árnmo
Estrés
deprimido, desinterés,
Esq_uema cogriitivo inhibición, ele)
depresivo (actitudes Distorsión y tríada
disfuncionales)
cognitiva negotivus

Estrés

- Factores Defectos de
( genéticos neurotransmisión
.____e____/

Causas remotos Causas próximos TIEMPO

) ) Figura 6.4. Representación esquemática de las cuatro principales teorías explicativas de los trastornos depresivos: de arriba
abajo, teoría cognltivo-conductual de Lewinsohn, teoría de la desesperanza, teoría cognitiva de Beck e hipótesis de las
monoaminas [García-Vera y Sanz, 20161.

De hecho, todas las teorías recogidas en la Figuro 6.11- presuponen Aunq_ue el estado actual de conocimiento no permite aún dar
muchas de esas interacciones. aunq_ue paro facilitar la investigación uno respuesta definitiva sobre las causas de !os trastornos depresivos,
o el trabajo terapéutico a veces se utilizan como modelos lineales el hecho de que lo literatura científica haya avalado empíricamente
y unifactoriales (con un solo factor causal principal, usualmente el el papel de un buen número de factores de vulnerabilidad, inicio y
más próximo> o, a lo sumo, bifactoriales (con un factor de vulnera- mantenimiento de la depresión sugiere q_ue ninguna teorío explica-
bilidad remoto y un factor próximo de origen>, tal y como se han tiva lineal y unifactorial o bifactoriol puede explicar las causas de
representado en esa Figura 6.11-. Obsérvese, por ejemplo, q_ue o dichos trastornos, y que una teoría válida y útil de los trastornos
pesar de q_ue los modelos biológicos presuponen la existencia de un depresivos debería integrar múltiples ideas y constructos relativos
factor genético de vulnerabilidad. los terapias actuales derivadas de tonto a los experiencias internas de los personas como a sus inte-
esos modelos biológicos, en concreto, los fármacos antidepresivos, racciones con el medio ambiente. Una teoría así debería además
se limitan a tratar de modificar los supuestos defectos o deseq_uili- diferenciar y explicar los diferentes aspectos del curso clínico del
brios en los neurotransmisores, es decir, la supuesta causa próxima, trastorno depresivo (inicio, mantenimiento, mejoría, recoída, remi-
pero no están dirigidos a modificar el factor de vulnerabilidad gené- sión), y los diferencias entre distintos tipos de trastornos depresivos
tico. Quizás esta limitación podría explicar el hecho de que, tal y (p. ej., TOM frente a trastorno distímico o depresivo persistente). En
como se comenta en Sanz y García-Vero (2017bl, los tratamientos este contexto. parece oportuno señalar algunas ideas que parecen
farmacológicos no han tenido, hasta ahora, mucho éxito en lo pre- importantes y que merecen ser consideradas o la hora de desarrollar
vención de los recaídas y las recurrencios de los episodios depresivos uno teoría de los trastornos depresivos y que aparecían recogidas en
y. en todo caso, intentan lograrlo manteniendo de forma prolongada varios de las teorías que se han expuesto en este capítulo:
el consumo de los antidepresivos o pesar de que el paciente yo no J. Los teorías más útiles parecen ser aquellos que: <al se formu-
presente síntomas depresivos. Por el controrio, la terapia cognitiva lan como modelos multivariables y, por tanto, pueden integrar
(o cognitivo-conductuaD de la depresión, que aborda tanto la modi- el mayor número de factores posibles, tanto psicológicos como
ficación de los pensamientos automáticos negativos que formon la biológicos, y (b) se formulan ademós como modelos de diáte-
tríada cognitiva negativo (causo próxima) como la modificación de sis-estrés, proponiendo que ciertas personas, por poseer ciertas
las actitudes disfuncionales (factor de vulnerabilidadl, tiene más características específicos (bioq_uímicas, genéticas, cognitivas,
éxito a la hora de prevenir los recaídas y recurrencias de lo depre- de personalidadl, tienen una mayor vulnerabilidad a desarrollar
sión, quizá, precisamente, porque no solo modifico Ja causa próxi- un trastorno depresivo tras lo aparición de ciertos circunstancias
mo, sino también el factor psicológico de vulnerabilidad. estresantes.
Nlanual de pSICOpatologia. v'olur11er1 2

2. Las variables cognitivas son muy imporiantes poro comprender al prescindir de la linealidad de las relaciones que incluyen dichas
los trastornos depresivos, yo q_ue al caracterizar las diferencias teorías y al utilizar la metálora del círculo vicioso para expresar
individuales en cón10 los personas interpretan los circunstancias esos mismas relaciones así como las interacciones entre sus dife-
externas, mediarían el impacto emocional de estas al determi · rentes factores de vulnerabilidad y sus diferentes causas próximas,
nar, por ejemplo, su naturaleza estresante. En Vózq_uez et al. y entre todos esos elementos y los 1íntomas depresivos y el estrés.
(2010) se pueden consultar los nuevos desarrollos elaborados en De manera esq_uemót1ca, ese modelo integrador aparece reflejada
los últimos años en relación con aspectos cruciales del modelo en lo Figura 6,5. Como se puede observar en dicho figuro, este
cognitivo de lo depresión, así como los nuevos procesos cogniti- modelo conservo todos los elementos de los cuatro principales teo-
vos q_ue se han empezado a estudiar, y có1no todos estos nuevos rías explicativas de los trastornos depresivos (véase la Figura 6.IJ.
desarrollos y procesos se integran en un modelo reformulado de y compárese con lo Figuro 6.5), pero ahora es posible entender e
la teoría cognitivo clásica de la depresión. investigar las relaciones múltiples bidireccionales y circulares que
3. Los cogniciones negativas relacionadas con el yo, incluyendo guardan o pueden guardar todos esos elementos y utilizarlas en el
aquí las cogniciones q_ue se recogen bajo los constructo> de trabajo terapéutico.
autoestima, desesperanza, indefensión y visión negativa del Además, en la Figura 6.5, también se recogen otros factores
yo (dentro de la tríada cognitiva negativo). son los elementos de vulnerabilidad, de origen o de mantenimiento de la depresión
cognitivos precursores del estado de ánimo depresivo. Una vez q_ue no pertenecen o las cuatro teorías anteriormente mencionadas,
q_ue una persona manifiesta un estado de ánima deprimido, este pero q_ue también gozan de aval empírico y se han revisado en este
estado sesga diversos procesos cognitivos (percepción, atención, capítulo íp. ej., el estilo de respuesta rumiativo y las respuestas de
memoria, atribución, etc.) de tal manero que son accesibles más rumíación, el déficit en el control cognitiva). Así mismo, se recoge
cogniciones negativos asociadas, los cuales a su vez afectan o lo e! posible papel de otros factores y conceptos q_ue han generado
duración y gravedad de lo depresión, formándose uno relación mucho investigación en los últimos años y q_ue es probable que se
recíprocamente reforzonte entre estado de ánimo negativo y configuren como elementos importantes para explicar los trastornos
cogniciones negativas. depresivos (p. ej., los experiencias familiares tempranas de apego
lj.. Estas cogniciones y !os procesos cognitivas q_ue \as generan ope· inadecuado o de abuso o negligencia, los factores externos aso-
ron a distintos niveles de conciencia, de formo q_ue mientras algu- ciados a situaciones crónicas de pobreza o carencias educativas,
nos no son accesibles a la conciencio de la persono, otros sí, y aun las procesas de sensibilización ligados a la experiencia repetido
otras lo son, pera únicamente bajo ciertas condiciones <p. ej, bojo de estresores y al impacto de los estresores en distintos edades
un estado depresivo o ante la aparición de ciertos estresores). o momentos críticas, efe.) (véase una revisión en Vázq_uez et al.,
2010). Así, por ejemplo, se ha incluido en la Figura 6.5 el concepto
5. Estas cogniciones parecen tener su origen en los esq_uemos cog-
de sensibilización respecto a la influencia de los sucesos estresan-
nitivos que lo persono desarrollo para entender el mundo y que
se formarían en el contexto de sus experiencias infantiles tem- tes, yo que es un doto contrastado que. a medida que aumenta la
experiencia personal de episodios de depresión mayar, se 1equie-
pranos de apego y de creación de lazas afectivos con los padres
o con las personas significativas de su entorno. Estos esquemas ren estresores ambientales de menor magnitud paro provocar lo
influyen no solo en las interpretaciones y reacciones emociona- recaída o la recurrencio de un episodio depresivo (Vázquez et al.,
2010l. Curiosamente, este concepto ha sido reconceptualizado en
les de !as personas, sino también en el resto de sus conductas,
términos cognitivos por Teosdale paro aludir a que lo activación
habilidades y competencias.
repetido de los esq_uemas cognitivos negativos durante los episodios
6. Las habilidades interpersonales, el estilo de respuesta o la previos de depresión produciría un descenso en el nivel de activación
depresión y las habilidades de solución y afrontamiento de pro- de estos estructuras cognitivas {Segal et al., 1996). En el contexto de
blemas q_ue la persona ha adq_uirido a to largo de su vida y la reconceptualización de Teasdale, a medido q_ue la persona experi-
en cuyo desarrollo han influido, aunq_ue no exclusivamente, las mento más episodios depresivos, habría una mayor facilidad para la
experiencias infantiles antes comentada>. tienen un papel muy activación de todos los procesos cognitivas negativos en su conjunta y
importante en la depresión_ Primero porq_ue afectan al tipa de habría un descenso en el umbral de activación de toles procesos, todo
cogniciones q_ue preceden o lo depresión (p. ej., «No voy a ser lo cual crearía uno espiral escalonado de relaciones recíprocamente
capaz de hacerlo», «Esto me supera», «No sé cómo hacerlo»), reforzontes entre procesamiento cognitivo negativo y estado de ánimo
y segundo porque determinan en alguna medida la cantidad y deprimido; por tanto, lo próximo vez solamente se requeriría un esti-
naturaleza de las situaciones estresantes con las que la perso- mulo estresante muy peq_ueño paro activar la estructura completa de
no puede encontrarse a lo largo de su vida. En este sentido, los esquemas cognitivos negativos y, por ende, la depresión.
es importante señalar que los acontecimientos estresantes son
también consecuencia de cómo los personas conducen su vida. El modelo de depresión recogido en la Figura 6.5 permite. por
tanto antes como durante la depresión. De hecho, ounq_ue las tonto, integrar un buen número de factores causales de la depresión
ya consolidados empíricamente, pero también integrar nuevos con-
personas con depresión manifiestan cierta distorsión en sus
interpretaciones, estas algunas veces son correctas, ya que estas ceptos q_ue están bajo investigación e hipotetizor nuevas relaciones
personas se encuentran a menudo en circunstancias realmente entre todos ellos. De hecho, otra ventaja del modelo, debido a su
naturaleza circular, es q_ue permitiría explicar por qué diferentes
negativas y sobre las cuales, muchas veces, no tienen mucho
tratamientos psicológicos (p. ej., los terapias cagnitivo-conductuales,
control o mucho capacidad de influencia.
la terapia interpersonal y las terapias conductualesl tienen efectos
A partir de esos ideas se puede esbozar un modelo integrador parecidos (véase Sanz y García-Vera, 2017b), incluso en personas
de los trastornos depresivos tomando como punto de partida las teo- que presentan factores causales distintos y perfiles sintomatológicos
rías recogidas en la Figuro 6.lj. e integrándolas en un solo modelo distintos (p. ej., déficits de habilidades sociales, actitudes disfun-
Capítulo ú, Trastornos depre:,ivos

//// - -
/ Expenenctas Vulnerabilidad
( familiares !empranas /;.""~--------------, biológica
~ciares e x t / Factores genéticos

''./ Estrés
(sensibilización)

Pérdida-falla de
refuerzos positivos
Defectos de
neurotronsmis1ón
'j
Vulnerabilidad psicológica
· Déficit de hablidades
· Estilo otribucional depresivo
• Esquema cognitivo depresivo
Desinterés por el • Estilo rumiativo de respuesta
Estado de ánimo
,___""'_';_º_~~ ~ · Déficit en control cognitivo deprimido
_ Inhibición ~

Indefensión.desesperanzo
Distorsión-tríada cognitivo
negativo
Rumiadón

)) Figura6.S. Modelo integrador de los trastornos depresivos: el círculo vicioso de la depresion !adaptado de Garcia·Vera
y Sanz, 2016).

cionales, relaciones interpersonales conflictivos). Es más, también cos, en la Tablo 6.13 se presentan los procesos cognitivos y conduc-
permitiría explicar por ctué los fármacos antidepresivos también tie- tuoles poro los ct.Ue, según la literatura empírica, hoy datos buenos o
nen éxito en las personas con trastornos depresivos. Quizá, lo razón moderados de su existencia en los trastornos depresivos y, además,
para ambos fenómenos resida en el hecho de ctue, a pesar de que son comunes a otros trastornos mentales (tronsdiognósticos), según
cado una de esos intervenciones teóricamente modificaría elemen- los revisiones realizadas por Horvey et al. (2004). Además de los
tos causales diferentes del modelo, todos conseguirían romper de recogidos en esa tabla. también son tronsdiagnósticos los factores
alguno manera el círculo vicioso de la depresión, ya que todos los psicológicas relacionados con las habilidades sociales, los habilida-
elementos causales de lo depresión y sus propios síntomas están de des de solución de problemas y las estrategias de afrontamiento <p.
alguna manera relacionados circularmente. Por tanto, lo importante, ej .. el déficit en algunas habilidades de solución de problemas, la
al menos inicialmente, sería romper las relociones recíprocamen· utilizoción de estrategias de afrontamiento poco adaptativos).
te reforzantes de los elementos del modelo en alguno secuencio o la existencia de un número tan grande de factores comunes a
eslabón del círculo, ya que su rotura afectaría también al resto. Pos- otros trastornos mentoles supone una dificultad adicional a lo hora
teriormente, la intervención ctuizós debería dirigirse al elemento de de desarrollar un modelo explicativo de lo depresión, yo que es
vulnerabilidad específico del paciente, para así obtener un resultado necesario explicar por qué, ante un mismo acontecimiento estre-
mós o largo plazo y un efecto preventivo de recaídas y recurrencias. sante (p. ej., un accidente de coche), unas personas desarrollan, por
ejemplo, un trastorno depresivo, otras un trastorno de estrés pos-
traumótico y otros uno fobia específico o conducir. Es posible que la
VI l. Características interacción entre esos factores comunes sea distinta en codo trastor-
transdiagnósticas no o que lo interacción entre esos factores y los conductas <síntomos
y signosl que definen cado trastorno así como la propia interacción
la mayoría de los factores biológicos y psicológicos que se han men- entre esos conductas. en la dirección en la que apuntan las teorías
cionado como causas del origen, mantenimiento o exocerbación de de redes ya mencionadas, sean distintas en coda trastorno. lamen-
los trastornos depresivos son comunes o otros trastornos mentales, en tablemente, el estudio de todas esas interacciones está todavía en
especial a los trastornos de ansiedad. Centrándonos en los psicológi- sus inicios, debido, en gran porte, o los dificultades metodológicas

Z2I
IV1dr1udl de psicopalología. Volu1T1t>11 z

poro abordarlas. De forma cornplementaria, puede que, como dice


el refrán anylosajón, «el diablo erté en los detalles», es decir, que
VllL Recomendacíones para t.a
es necesario analizar con mayor profundidad esos factores comu- evaluacion y el tratamiento
nes para poder ver sus diferencias en distintos trastornos. En este
sentido, por ejemplo, Beck sigue defendiendo, en el morco de su A. Evaluación
teoría cognitivo de la depresión y de otros trastornos mentoles, su
hipótesis de lo especificidad de contenido cognitivo (8eck y Haigh, Para lo evaluación de los trastornos depresivos, sería aconsejable
2014) Esta hipótesis supone que, aunq,ue los construcios cognitivos que la evaluación inicial se basara en la realización de uno serie
explicativos sean comunes a varios trastornos emocionales (p_ ej., de entrevistas clínicas poco estructuradas que permitieran, además
actitudes disfuncionales, interpretaciones negativas, expectativas del establecimiento de uno alianza terapéutico óptima, recoger una
negativas), es el contenido específico de esos constructos cognitivos cantidad amplia de información sobre las características, causas y
lo que distingue unos trastornos de otros_ Por ejemplo, ante un acci- consecuencias de los problemas depresivos, sus orígenes y su his-
dente de coche, las personas que interpreten y tengan expectativas toria, sus repercusiones negativas no solo en lo vida del paciente,
de esa situación sobre la base de actitudes disfuncionoles del tipo sino también en la de su entorno familiar y social, así como sobre
«Nada de lo q_ue hago está bien» y, por tanto, coherentes en su la motivación y expectativas que el paciente tiene sobre el trata-
contenido con el contenido de esta actitud disfuncional específica, miento. Además, dichas entrevistas también deberían proporcionar
es más probable que desarrollen un trastorno depresivo, mientras información sobre lo presencia de acontecimientos vitales negativos,
q_ue las personas que interpreten y tengan expectativas basadas la existencia de problemas laborales, académicos o psicosociales, la
en una actitud del tipo «El mundo es peligroso y no tengo poder historia psicopotológico familiar, el apoyo social, los recursos perso-
para protegerme», es más probable que desarrollen un trastorno de nales positivos, el estilo interpersonal, la historia médica, el consumo
estrés poslraumático. Los datos actuales son todavía poco conclu- de sustancias, y, dada la alto comorbilidad de los trastornos depre-
yentes sobre la validez general de esta hipótesis, ounq_ue el conteni- sivos, la posible existencia de otros trastornos psicológicos. En Váz-
do cognitivo depresivo es el q_ue parece mostrar mayor especificidad quez et al. (20061 se pueden encontrar algunas pautas y preguntas
(8eck y Perkins, 200D. para la realización de estas entrevistas.

)) Tabla 0.13. Factores p>icológicos lransdiaqnósticos y específicos i111pl1cados en el origen, mantenimiento o exacerbación
de los trastornos depresivos (elaborada a partir de Harvey et al., 2004)

Procesos atencionales

- Sesgo atencional de outoprotección (sesgo otencionol a la información positiva) reducido. X

Procesos de memoria

- Recuerdo selectivo explícito de información negativo. X

- Recuerdos negativos recurrentes. X

Procesos de razonamiento

- Sesgo negativo de interpretación*. X

- Estilo atribucionol negativo. X

- Sesgo negativo en las expectativos (pesimismo, desesperanza)_ X

Procesos de pensamiento

- Pensamiento recurrente negativo (rumiociónl. X

- Creencias metacognitivas (creencias positivas o negoti~os sobre los propios pensamientos). X

- Conciencio metacognit1va (capacidad de ver los pensamientos como eventos mentales más X
que como expresiones de lo realidad) reducido.

Procesos conductuales

- Evitación (inactividad, retraimiento)_ X

Noto. •Aunque e11 Havery et al. [2004] se indica que los dalos son poco concluyentes, revisiones posteriores han encontrado datos más
<.or1cluyentes sobre su existencia en la depresión [Everaert Podlna y Koster. 2017; Nieto et al., 2021).
Posteriormente, la evaluación deberío ser más estructurada y cía-Ve1a. 2017cJ, y, en la n1edida de lo posible, se aconseja la utili-
específica, y estar encaminada a: ill realizar un diagnóstico que zación siniultánea de instrumentos de ambo~ 1ipo> porque 1nuchas
guíe el resto de lo evaluación y oriente lo elección del tratamiento; de sus ventajas y limitaciones son complementarias. No obstante,
(2l cuantificar la s1ntomatología depresiva presente poro monito- si hace unos años se afirmaba q_ue ningún procedimiento ero en sí
rizar la marcha del proceso terapéutico, y (3J iden1ificar y cuan- mismo mejor que el otro o que los instrumentos de< heteroevo!uaciÓP
tificar las determinantes actuales del problema y los factores de se debían considerar lo principal medido paro la evaluación de la
vulnerabilidad psicológico que permitan realizar una formulación gravedad de la s1ntomatologío depresiva, los datos indican, de
clín·1ca del caso (también conocido, en el contexto de la terapia de manera consistente en lo> últimos 25 años. q_ue los instrumentos
conducta, como análisis funcional) y elaborar el tratamiento en el de heteroevoluación son más liberales que los de outo1nforme a la
que tales determinantes y factores deberían constituir los objetivos hora de medir la eficacia de las intervenciones terapéuticos para
terapéuticos finales. Para conseguir estos metas más específicas la depresión, quizá como resultado de los sesgos que afectan a
se cuento en España con varios instrumentos q_ue ademós ofrecen los clínicos (p. ej., efecto halo, inferir la gravedad de un síntoma a
propiedades psicométricas aceptables. partir de otro), yo que con los primeros se obtienen cambios entre
Para poder llegar a un diagnóstico fiable y vólido se recomien- el pretratamiento y el postratamiento en lo sintomatología depresiva
do efuso de una entrevista diagnóstico estructurada o semiestruc- mayores en términos de tamaño del efecto q_ue con los segundos,
turada, bien pluridimensional. que evalúa diferentes trastornos, o y esto tonto después de tratamientos farmacológicos como psicoló-
bien especifica, centrada exclusivamente en los trastornos depre- gicos {véanse las revisiones metoanalíticas de Cuijpers et al., 2010;
sivos. Estos entrevistas presentan diversos ventajas en su utilización Pinquart et al, 2006)_ En la actualidad, el número de estos tipos ins-
en el ámbito clínico <p. ej., mejoran lo f1abil"dod de lo información trumento es muy numeroso, especialmente de los autoinformes. Por
obtenida), pero también algunos inconvenientes (p. ej., llevan mucho ejemplo, de estos últimos, Sonz et al. (2013) identificó al menos 31
tiempo y requieren más entrenamiento). Sin embargo, actualmente, que habían sido creados en España, tenían una adaptación españolo
el «patrón oro» del diagnóstico psicopatológico es la aplicación o contaban con al menos un estudio sobre sus propiedades psicomé-
de una entrevista diagnóstica estructurado o semiestructurada de tricos en población española. Sin embargo, de todos ellos, destacan
fiabilidad y validez contrastadas por porte de un clínico con expe- dos: el Inventario de Depresión de Beck (BDD y la Escala de la Valo-
riencia, y es en relación con este estándar con el que se comparo ración de Ja Depresión de Homilton (HAM-D, HRSD o HDRS>. ya que,
cualq_uier otro procedimiento diagnóstico en psicopatología (p. ej., en sus diferentes versiones, se han convertido en Jos instrumentos
cuestionarios e inventarios, marcadores biológicos). En consecuen- poro evaluar la depresión, de autoinforme y de heteroevaluoción,
cia. cuando el objetivo prioritario de la evaluación psicológica en el respectivamente, más utilizados en el mundo. En Sonz (2013) se pue-
ámbito clínico seo llegar o un diagnóstico psicopatológ1co (p. ej., en de consultor uno revisión de las diierentes adaptaciones del BDI en
el ámbito de lo psicología forense), ese tipo de entrevistas son. sin España, especialmente de la úlf1mo versión, el BDI -Il, mientras que
duda, el mejor instrumento que puede utilizar el profesional clínico. en Sonz y García-Vera (2017cl, se puede consultar una revisión de
Existen varias entrevistas diagnósticos estructuradas y semiestruc- las diferentes adaptaciones de lo HDRS. Otros instrumentos también
turadas en español para la evaluación de los trastornos depresi-
muy utilizados en España se pueden consultor en la Tabla 6.11.J. {véa-
vos en adultos (véase Sonz y García-Vera, 2017c), entre los cuales
se también Sonz et oL, 2013; Sonz y García-Vero, 2017c; Vázq_uez
destocan la Entrevisto Clínica Estructurada para los Trastornos del
et al., 2006).
Eje 1 del DSM-IV, Versión Clínica (SC!D-1 VCJ, lo Entrevisto Diag-
nóstica Internacional Compuesta de la Organización Mundial de lo Cuando se sospeche la existencia de un problema depresivo,
Salud (CID!; véase Hora et al., 2006), la MINI Entrevista Neurop- uno de los síntomas que siempre se debe evaluar expresamente o
síq_uiátrico Internacional <MIND y lo entrevista semiestructurada partir de las entrevistos clínicas y, complementariamente, a través
diagnóstica de Vázq_uez y Muñoz (2002). Aunq_ue todas ellas han de escalas, cuestionarios o inventarios, es lo existencia de conduc-
sido diseñadas para evaluar y diagnosticar los trastornos depresivos tas de suicidio (intentos, planes e ideos suicidas y autolesionesl,
según los criterios del DSM-IV, dado que los cr'rterios para estos dado que, como yo se ha mencionado, la depresión es el factor más
trastornos prácticamente son iguales o los del DSM-5, pueden utili- importante de riesgo de suicidio_ La evaluación del suicidio debería
zarse también para la evaluación y el diagnóstico de los trastornos abarcar todos los factores de riesgo <p_ ej., desesperanzo, abuso de
depresivos según el DSM-5, realizando, en todo coso, pequeñísimas alcohol u otros sustancias, enfermedad físico crónica o doloroso.
modificaciones (véase Vázquez, 2018l. trastorna bipolar), incluidas la historia de conductas suicidas pre-
Para cuantificar la gravedad de lo sintomatología depresivo vios, la historio familiar de suicidios o la facilidad para acceder a
paro, por ejemplo, estimar Jo gravedad del trastorno y monitorizar métodos letales <p. ej., armas, objetos punzantes, medicamentos,
lo marcha del proceso terapéutico, hay dos grandes tipos de instru- tóxicos), así como los factores de protección (p. ej., pareja, apoyo
mentos: los escalas, cuestionarios o inventarios de heteroevoluoción familiar y social, valores religiosos). Poro lo evaluación de las con-
(o heterooplicodos) y los de autoinforme (o autooplicodosl. En los ductos suicidas y del riesgo del suicido se pueden utilizar las pautas
primeros, el clínico es q_uién evalúo la presencio y la gravedad de de entrevisto propuestas por Vázquez et al. {2006) o el Grupo de
los síntomas de un paciente, mientras que en los segundos es el Trabajo de la Guío de Práctico Clínica de Prevención y Tratamiento
propio paciente q,uien lo hoce. y casi todos, de heteroevoluación de la Conducta Suicida (Grupo, 201ll, y algunos de los instrumentos
o de autoinforme, evalúan Ja gravedad de los síntomas utilizando adoptados al español q,ue miden el riesgo global de suicidio como.
tres, cuatro o cinco niveles de gravedad y empleando criterios de por ejemplo, la Escala de Riesgo Suicido de Plutchik. o que miden
duración de los síntomas, de su frecuencia o de su intensidad. los alguno de sus factores de riesgo como, por ejemplo, la Escala de
dos tipos de instrumentos tienen ventajas e inconvenientes para eva- Desesperanza de Beck {véase una revisión de instrumentos en Gru-
luar la gravedad de la sintomatologío depresiva <véase Sonz y Gor- po, 201D.

213
Manual de p~ copdLOI0'1Íd. Volun1en 2

) ) Tabla 6.14, Algunos instrumentos para la evaluacion de la sintornatología depresiva

Inventario de Depresión de Beck-ll (BD!-11) Autoinforme. 21 ítems Beck et al. (1996) Beck et al. (2011)
~~~~~~~+-~~~~~~+-- ~~~~

Escalo Autoopl1codo de Depresión de Zung Autointorme, 20 ítems Zung (1965l Conde et al. (1970, 1973)
1505)

Subescolo de Depresión de lo Escala Autoinforme. 7 ítems Zigmond y Snaith (1983) Snaith, Bulbena y Berrios (véase Tejero et
Hospi1alario de Ansiedad y Depresión (HAO) al., 1986); Caro e lbáílez (1992)

Escalo de Depresión del Centro de Estudios Autointorme, Radloff (1977) Soler et al. (1997l; Vózquez et al. (2007l
Epidemiológicos (CES-O) versiones de 20 ítems

Subescala de Depresión del SCL-90-R Autoinforme, 13 ítems Derogatis (1977) Derogatis (2002)

Subescala de Depresión del Cuestionario de Autoinforme. 7 items Goldberg y Hillier 11979) Lobo et al. U986; véase Goldberg
Salud General (GHQ-28J y Williams, 1996)
Subescalo de Depresión del Cuestionario de Autoinforme, 9 items Kroenke et al. (2001l Diez-Quevedo et oL (2001; P'into-Meza et
Salud del Paciente (PHQ-9) al., 2005)

Escalos de Distimia o Depresión Persistente Autoinforme, 36, 14 o Millon (1987); Millon et Millon (2002) y Millon et al (2007. 2018)
{0)y Depresión Mayor (CC) del MCMI-11, 21 ítems (0) y 31. 17 al. (1997. 20l5l
MCM!-lil o MCMl-IV o 17 ítems (CCJ

Escalo de la Valoración de lo Depresión de Heteroevaluoc1ón. 21 Hamilton (1960, 1967) Conde y Franch (1984.J; Ramos-Brievo et
Homilton <HAM-D. HRSD o HDRS) o 17 ítems al. (1936)
~~~~~~~~+-~~~~~~-+~~~~~~~-+~~~~~~~~~~~~-<

Escalo de Depresión de Montgomery-Asberg Heteroevaluacián, M?nfgomery Conde y Franch U984l; Lobo et al. (2002l
(MADRSJ 10 ítems y Asberg (1979)

Poro la evaluación de los constructos que se han propuesto Para prevenir las recoídas, las estrategias terapéuticos que
como factores de vulnerabilidad a la depresión o como determi- gozan de mayor aval empírico son, entre las farmacológicas, la con-
nantes actuales de la mismo y que se han analizado en un epígrafe tinuación de lo medicación con inhibidores selectivos de la recap1a-
ariterior (p. ej., actitudes disfuncionoles, pensamientos automáticos ción de la serotonino OSRSl durante al menos seis meses tras la remi-
negativos, estilo atribucional depresivo, rumioción cognitiva, sucesos sión de un episodio depresivo o durante al menos dos años si hoy
e..tresantes, habilidades sociales, habilidades de solución de proble- un riesgo muy alto de recaídas/recurrencias (p. ej., si se han sufrido
mas, etc.), se cuenta también con varios instrumentos que o bien dos o más episodios depresivos en el pasado reciente y durante los
han sido creados en España o bien ha sido adaptados a la población mismos se ha experimentado un deterioro funcional significativo)
española. Sin ánimo de ser exhaustivos, en la Tabla 6.15 se mencio- (Notionol Col!aborating Centre for Mental Heolth, 201Ql_ Entre los
nan algunos de ellos {véase también Vózquez et al., 2006)_ tratamientos psicológicos, los que gozan con mayor oval empíri-
co son lo terapia cognitivo-conductual, la terapia interpersonol y la
terapia cognitiva basada en la atención plena (mindfulness>, ya que,
B. Tratamiento
en un reciente metaanálisis, estos tres tratamientos consiguieron, a
Actualmente, existe una gran variedad de tratamientos, tanto far- los 12 meses, uno reducción significativo del 22 % de las recaídas
macológicos como psicológicos, que se hon mostrado eficaces para en comparación con las condiciones de control, entre las cuales se
el tratamiento agudo de los trastornos depresivos. En la Tabla 6.16 incluía el tratamiento habitual, el apoyo no específico y la evalua-
se presentan los tratamientos que, actualmente, se consideran más ción continuado, pero también los fármacos ontidepresivos (Clarke
eficaces según algunos de las guías clínicas o listas de tratamientos et al.. 2015>.
eficaces poro lo depresión más importantes. Lamentablemente, las Quizá, otro reto muy importante, al menos desde el punto de
tasas de eficacia de los tratamientos q_ue se recogen en la Tabla 6.16 visto de lo psicología, es combatir las ideos equivocadas que sobre
oscilan entre 50% y 60%, por lo que todavía queda mucho margen el trotomienta de la depresión aparecen en medios de comunicación
de mejoro {Sonz y García-Vera, 2017b). Es más, uno de !os retos más de omplia difusión en internet o en algunas guías de práctica clínica
importantes a los que se enfrento el tratamiento de la depresión es y manuales de psicopatología/psiquiatría de prestigio como, por
conseguir no solo la remisión aguda del trastorno en el 100 % de los ejemplo, que la psicoterapia no es eficaz en la depresión grave,
pacientes, sino prevenir q_ue vuelvo o aparecer, yo que, como se ha sino tan solo en lo leve o moderada, o que lo psicoterapia es menos
comentado con anterioridad, el TDM muestro uno tosa muy elevada eficaz que la medicación antidepresiva. Estas ideos minusvaloran la
de recaídos y recurrencios. eficacia de la psicoterapia y, por tanto, coloboron en impedir que
Capitulo 6. Trasc:ornos depres1vrY;

)) Tabla6.15. Algunos instrumentos para la cvaluzició1~ de los principa:es cons\ructos psicolog1cos causales 1elacio11ados co11 la
depresión

Sucesos estresantes Escolo de Reajuste Social (SRRSl Holmes y Rohe <1967) Gonzcílez de Rivera y Revuelto
y Morera íumero (19831

Cuestionario de Sucesos Vitales (CSV) Sondín y Choro! ll987, 2017)

Escalas de Apreciación del Estrés (EAEJ Ferncíndez-Searo y Miel90 Robles (20171

Cuestionario de Estrés Diario, versión Santed (1995)


abreviada (CED-44)

Esquemas cognitiws Escala de Actitudes Disfuncionoles, Weissman y Beck 0978) Sanz y Vázquez (1993, 1994)
depresivos forma A (DAS-Al

Escala de Actitudes Disfuncionoles- Groof et al. (2009J Ruiz el al. (2015)


Revisada <DAS-Rl

Pensamientos Autorregistro diario de pensamientos Beck et al. (1979) Beck et al. <1979/1983)
automáticos distorsionados
negativos
Cuestionario de Pensamientos Hallan y kendoll (1980> Belloch y Baños (1990; véase
Automáticos (Automafic Thoughts Revuelto Pérez, 1995l; Otero et
Questionnaire, ATQJ al. (2017)

Inventario de Autodiálogo <Se/f-Talk Calvete et ol. (2005)


Inventory, Sil)
' Cuestionario de Pensomientos
1 Kendall y Hollon (1989l Calvete y Connor-Smith (2005)
Automáticos- Revisado (ATQ-Rl

Pensamientos Inventario de Autodiálogo (SJT) Calvete et al. (2005)


automáticos
Cuestionario de Pensamientos kendoll y Hollon (1989) Calvete y Connor-Smith (2005)
positivos y negativos
Automáticos- Revisado <ATO·Rl

Estilo atribuciona.I Cuestionario de Estilo Atribucionol Peterson et al. (1982) Sanjuán y Mogallores (2006)
depresivo (ASQJ

Desesperanzo Escalo de Desesperanzo (HSJ Beck et al. U97llJ Aguilor et al. (1995); Viñas et al.
(2004)

Refórzadores Aulorregistro de actividades diarias Beck et al. (1979) Beck et al. (1979/1983)
positivos
Escala de Eventos Placenteros (PESJ MocPhillomy y Lewinsohn <1972, 1982) Corrillo et aL (1979)

Escala de Observación de Recompenso Armenio y Hopko (2007) Barroco y Pérez-Álvarez (2010)


desde el Entorno <EROS>

Escala de Activación Conductuol poro konter et al. <2007) Barraca et al. <2011l
lo Depresión <BADSl

Habilidades: sociales Cuestionario de Habilidades Sociales Caballo et al. \2017)


<CHASQ)

Escala de Habilidades Sociales <EHSl Gismero González (2010)

Habllidade-s Inventario de Solución de Problema> D'Zurilla et al 0999) Moydeu-Olívores et aL (2000)


de solllci6n de Sociales-Revisado (SPSI ·Rl
problemas

(Continúa)
l\i1ariual de ps1copat0logia. Volumen i'

) ) Tabla 6,15. {Continuacióci/

Estrutegias de Coping Inventory of Depression (CDD Yázq,uez y Ring (1996J


e-~~~~~~~~~~~+-~~·
afrontamiento
Cuestionario COPE Carver et al. (1989) Crespo y Cruzado (1997)

Cuestionario de Afrontamiento del Sondín y Chorot (2003)


Estr&s (CAEJ

Inventario de Estrategias de Tobin et aL (1989) Cono García et al. (2007)


Afrontamiento ((51)

Habilidades de Escala de Autocontrol (SCSl Rosenboum (1980) Capofóns (19891


autocontrol
Cuestionario de Frecuencia Heiby (1983) García Hurtado (1989)
del Autorreforzamiento (fSRQ)

Rumiación cognitiva Escala de Respue>los Rumiotivas-Forma Nolen-Hoeksema y Morrow (199!) Extremero y Fernóndez-Berrocol
Breve (RRS-SFl (2006)

Escala de Respuestas de Distracción Nolen-Hoeksema y Morrow (1991) Extremero y Fernández-Berrocal


<DRSl (2006)

Escalo de Respuestos Rumiativas (RRSl Nolen-Hoeksema y Morrow (199!J Hervás <2008l

) ) Tabla 6.16. Tratamientos con mayor apoyo empírico sobre su eficacia para los trastornos depresivos según algunas de las
principales guías clínicas o listas de tratamientos eficaces para la depresión

Instituto Nacional de Salud y Excelencia Clínica - Terapia cognitivo-canductual - lnhibidores selectivos de la


(NJCEJ del Reino Unido (Notionol Colloboroting - Terapia de activación conductual recaptoción
Centre for Mental Health, 20I0/20l8)* - Terapia interpersonal de la serotonino USRS>
- Terapia conductuol de parejas

División 12 de lo Asociación Americano - Terapia de activación conductuol (o terapia - No ofrece información.


de Psicología <Division 12 of !he American conductuol)
Psychologicol Association, 2016) 1 * - Terapia cognitivo-conductual (o terapia
cognitiva)
- Terapia interpersonal
- Terapia de solución de problemas
- Sistema de psicoterapia del análisis
cognitivo-conductual de McCollough
- Terapia de outocontrol de Rehm

Sistema Nocional de Salud de Espofia (Grupo de - Terapia cognitivo-conductual - Jnhibidores selectivos de lo


Trabajo de lo Guío de Práctica Clínica sobre el - Terapia de solución de problemas recoptoción de lo serotornno
Manejo de la Depresión en el Adulto. 201~¡••• - Terapia interpersonal (JSRS)

Nota. 'Tratamientos de primera elección. '*Tratamientos con apoyo fuerte de la Investigación [antes denominados bien establecidos).
'"Tratamientos con nivele> más altos en la fuerza de las recomendaciones [niveles A y BI.

los pacientes accedan a un tratamiento adecuado paro su depresión tratamiento agudo, menores tosas de recaídos, menor riesgo de
y fomentan, sin fundamento científico, la medicalizoción del trata- abandono precoz del tratamiento, menor duración y prácticamente
miento de los trastornos depresivos en detrimento de la aplicación ausencia de efectos adversos. En otros trabajos hemos combatido
de tratamientos psicológicos, incluso cuando estos y, en particular, con detalle, basándonos en los resultados de múltiples metoonálisis,
lo terapia cognitivo conductuol. tiene un perfil de eficacia mejor estos ideos equivocados que, incluso, o veces también comparten
que el de la medicación antidepresiva: igualdad de eficacia en el muchos psicólogos. haciendo bueno el refrón que dice «en casa del

?26
Capítulo 6. Trastornos depres1·-1os

herrero, cuchillo de palo» lSanz y García-Vera, 2017a, 2017b, 2020). de síntomas posibles, y se han 1do refinando o carr:b1ando algu-
Merece la peno, sin ernbargo, recordar brevernente algunos de los nos aspec1o> menore> (p_ ej .. espe-cificadores como el de depresión
ideas correctas sobre el tratamiento psicológico de la depresión, periportol o introduciendo algunos elernento<; controve1tidos (p. ej.,
al menos teniendo en cuenta los datos empíricos actualmente dis- posibilidad de diagnosticar un trastorno depresivo durante un perío-
ponibles (véase Sanz y García--Vera, 2017b, paro los metaanálisis y do de duelo y la introducción del trastorno disfórico premenstruall_
estudios empíricos que sustentan estas ideas correctasi: Pero el núcleo diagnóstico, y sus dificultades emparejadas. sigue
l. La psicoterapia, o al menos la terapia cognitivo-conductual, es siendo parecido al de hace décadas_
igual de eficaz para la depresión q_ue los antidepresivos. Desde el punto de vista de lo evaluación, la estrategia funda-
2. Los tratamientos psicológicos son igual de eficaces para la mental diagnóstica consiste, primero, en determinar si un cuadro
depresión menos grave q_ue para la más grave. afectivo tiene origen orgánico o no_ Poro averiguar esto normalmen-
3. La medicación antidepresiva y la terapia cagnitivo-canductual
te nos valemos de la historia del problema (cuándo aparecieron los
no difieren en su eficacia en el tratamiento agudo de los pacien- síntomas, si son paralelos con una posible enfermedad médica, etc).
tes con TDM grave_ A veces pueden emplearse pruebas diagnósticas de laboratorio para
confirmar lo sospecha de una enfermedad q,ue pudiera ser la cau-
4. La terapia cognitivo-conductual es más eficaz previniendo las sa del cuadro afectivo. Descartada una causa orgánica concreta,
recaídas y recurrencias de la depresión que el tratamiento agudo debemos tomar una importante decisión: comprobar si se trata de
con medicación antidepresiva y, cuanto menos, es igual de eficaz un cuadro depresivo <TDM o distimiol o bien de un cuadro bipolar
que el tratamiento continuado con medicación antidepresiva. (trastorno bipolar I, bipolar II o ciclotimial_ El criterio básico es
5. Las teropias psicológicas que actualmente se consideran efica- comprobar si en la historia clínica presente o pasada del sujeto ha
ces para la depresión (véase la Tabla 6.16) son terapias breves, habido una fose maníaco o hipomoníoca. Si es así, se trata de un
que suelen aplicarse en 16-20 sesiones, a razón de una sesión trastorno bipolar.
semanal, realizadas durante 3-4 meses, aunque podrían alar- La evaluación de la depresión exige una doble aproximación.
garse en función de las características del caso (p. ej., con una Por un lado, hay que valorar lo intensidad, gravedad o frecuencia de
comorbilidad elevada y un deterioro funcional muy importante>. los síntomas. Para esta primera aproximación dimensional existen
Es más, cuando dichas terapias incluyen tres o cuatro sesiones multitud de escalos e instrumentos que pueden utilizarse en dife-
de refuerzo adicionales para prevenir las recaídas, estas tera- rentes circunstancias. Pero esto evaluación no debe nunca sustituir a
pias, en particular la terapia cognitivo-conductual. son igual de una aproximación categorial que determine (normalmente o través
eficaces que la medicación antidepresiva continuada, pero con de entrevistas) si efectivamente se troto de un trastorno depresivo
mucho menor duración (un mes ad1c1onal frente a 6-12 meses y, de ser así, del subtipo concreto (p. ej., el TDM). En este mismo
adicionales de medicación). eje categorial hay que situar el diagnóstico diferencial. La presen,
cia de síntomas completos de un episodio de depresión no implico
IX. Resumen de aspectos automáticamente que el cuadro sea un trastorno depresivo. Por el
contrario, existen muchos cuadros {esquizofrenia, paranoia, trastor-
fundamentales y tendencias no esquizoafectivo, etc.} que son motivo de exclusión diagnóstica
de los trastornos depresivos; así mismo, existen muchos cuadros que
futuras pueden parecer inicialmente trastornos depresivos (alcoholismo,
Por su alta prevalencia y las complicaciones vitales y funcionales trastornos de ansiedad, trastornos del sueño, etc.l, pero un examen
q_ue conllevo, la depresión es un estado psicológico de enorme minucioso puede determinar si se trata o no, en realidad, de un
relevancia_ Es probablemente la condición psicológica que se apro- trastorno primario depresivo o más bien de problemas anímicos que
xima más a la infelicidad y, por ello, debe ocupar una posición complican ese otro cuadro.
de privtlegio en la prevención, intervención e investigación_ Pero Los trastornos depresivos pueden interferir extraordinariamente
la definición y clasificación de las estados depresivos se enfrenta con la vida cotidiana de las personas afectadas. El coso más crítico
a restos muy relevantes y suponen en cierto sentido un paradig- es el del suicidio. Un porcentaje muy alto de los suicidas -o personas
ma claro de las tensiones y dificultades con las que se enfrento que intentan suicidarse- ha padecido o padece un trastorno depre-
la psicopatología entre la tradición (p. ej., sistemas clasificatorios sivo. Esto requiere (\.Ue la evaluación detallado del suicidio sea un
categoriales y modelos biomédicos explicativos} y la modernidad elemento indispensable en la valoración de cualquier paciente con
(p_ ej, sistemas dimensionales y modelos multifactorialesL En este estas características psicopatológicas.
sentido, hemos repasado algunos problemas clave (heterogeneidad Finalmente, el hecho de que en este capítulo se hable, al igual
diagnóstico, combinatoria casi ilimitada de síntomas, limitada fia- que hace el DSM-5 o lo CIE·ll, de trastornos depresivos y no de
bilidad y validez de las categorías, aceptación acrítica de teorías enfermedades depresivas no es baladí, ya que actualmente no se
biológical así como algunas potenciales alternativas (teoría de conocen con exactitud los mecanismos causales de la depresión y
redes, modelos complejos de vulnerabilidad> que pueden abrir vías el término «trastorno» subrayo el hecho de que. aceptando su mul-
de futuro científicamente más sólidos y que, en definitiva, generen ticausalidad biopsicosocial, la depresión puede tener como causas
conocimiento más útil para la comprensión e intervención eficaz en fundamentales tanto factores biológicos como ambientales, socio-
tales problemas. culturales o psicológicos. De hecho, muchos de estos últimos tienen
La clasificación de los problemas depresivos no ha sufrido gran- más respaldo empírico que los biológicos a la hora de explicar el
des ajustes desde su instalación en el DSM-111de1980. La definición TDM o el TOP, aunque, en general, las causas de la depresión inclu-
de TDM ha continuado casi intacta, descansando en un grupo de yen uno combinación de todos ellos que interactúan entre sí de
nueve síntomas elegidos un tanto arbitrariamente entre decerias forma compleja.
•t Manual de psicopatología. Volumen 2
••Términos clave
Anhedonia 205 Episodio depresivo atípico 206 Recuperación 210
Depresión dob!e 204 Episodio depresivo mayor 206 Redes de síntomas 203
Depresión estacional 209 Estado de ánimo deprimido 211
Distimia 212 Melancolia 200

••Lecturas recomendadas
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Libro autobiográfico de lo neurocientífica y catedrótica de Psiquia- de la depresión de lo mono de un reconocido autor, experto en
tría Kay Jomison, de lo John Hopkins University, en el q_ue relata de literatura, pero con un buen conocimiento de los investigaciones de
primera mano sus intensos episodios depresivos y moriíocos durante un trastorno sufrido por él mismo (véanse los TEDTalk del autor)_
décadas y el papel de lo psicoterapia en su recuperación. Styron, W. 099D. Eso visible oscuridad Madrid: Mondadori. (Orig.. 1990)_
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230
Capitulo 6. Trastornos depresivos flfl

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•• Autoevaluación
l. Para poder hablar de un episodio depresivo mayor. el e) En el TDM pueden aparecer delirios y alucinaciones con-
DSM-5 reci.uiere la presencia durante un período de al gruentes con el estado de ánimo, pero no en el TOP.
menos dos semanas de cinco o mós síntomas entre tos dl Las tres alternativas anteriores son incorrectas.
cuales uno debe ser o bien estado de ánimo depresivo o
bien: ll. El trastorno depresivo que en el DSM-IV se llamaba tras·
torno distímico, en el DSM-5 se incluye dentro del:
al Pensamientos recurrentes de muerte o ideación suicida.
o) Trastorno depresivo persistente.
bl Disminución acusada del interés o de la capacidad para
el placer. bl Trastorno depresivo no especificado_
el Ansiedad y preocupación excesivas sobre una amplia el Trastorrio de distimia.
gama de acontecimientos. dl Trastorno depresivo mayor.
dl Dificultades poro conciliar o mantener el sueño. 5. En el DSM-5, la distinción entre trastorno depresivo mayor
2. Los tres elementos clave de la teoría cognitiva de la CTDMl y duelo se basaría en que si lo persona presen-
depresión de Beck son: ta síntomas dPpresivos tras la muerte de un ser querido
<siendo uno el estado de ánimo deprimido o la onhedonia),
al Esquemas cognitivos depresógenos; errores cognitivos;
si toles síntomas:
pensamientos automáticos negativos sobre el yo, el mun-
do y el futuro. o) Duran más de dos meses haríamos el diagnóstico de TDM,
no de duelo.
bl Errores cognitivos; pensamientos automáticos negativos
sobre el yo, el mundo y el futuro; habilidades de solución bl Son muy incapacitontes o incluyen síntomas muy graves
de problemas sociales. (p. ej., suicidio). haríamos el diagnóstico de TDM, no de
duelo.
e) Actitudes disfuncionoles; esquemas cognitivos depresóge-
nos; habilidades de afrontamiento. c) Duran más de un año, haríamos el diagnóstico de TDM,
no de duelo.
d) Rurniación cognitivo; errores cognitivos; tríada cognitiva
negativo. dl Incluyen insomnio y cansancio, haríamos el diagnóstico de
TDM, no de duelo.
3. Una de las diferencias fundamentales entre el trastorno
depresivo persistente CTDPJ y el trastorno depresivo mayor 6. En el DSM-5 se distinguen al menos los siguientes trastor-
(T0M) en el DSM-5 es q,ue: nos depresivos:
ol En el TDM, los síntomas producen molestar clínicamente al Trastorno depresivo mayor. trastorno disfórico menstrual,
significativo o deterioro laboral, social o en otros áreas trastorno depresivo breve y trastornos de desregulación
importantes, mientras 'lUe en el TDP no es necesario 'lUe disruptivo del estado de ánimo.
los síntomas produzcan ese molestar o ese deterioro. bl Trastorno depresivo mayor, trastorno depresivo endóge-
bl En el TDP se pueden producir episodios maníacos o hipo- no, trastorno depresivo persistente y trastorno disfórico
maníacos, pera no en el TDM. menstrual.
(Continúa!

2ll
tt Manual de psicopatología. Volumen z

e) Trastorno depresivo mayor, trastorno de desreguloción dis- el Lo terapia cognitivo es igual de eficaz que la medicación
ruptivo del estado de ánimo, trastorno depresivo posparto antidepresivo tonto en las depresiones leves y moderadas
y trastorno disfórico men..trual. como en las depresiones graves.
dl Trastorno depresivo mayor, trastorno disfórico menstrual. dl La terapia cognitiva es igual de eficaz que la medicación
trastorno depresivo persistente y irastornos de desregula- antidepresiva en las depresiones leves, pero es menos efi-
ción disruptiva del estado de ánimo. caz en las depresiones moderadas o graves.
7. Según el DSM-5, una de las características clave para el 9. Según el DSM-5, uno de los síntomas clave para el diag-
diagnóstico del trastorno depresivo persistente en adultos nóstico del trastorno de desreguloción disruptiva del esta-
es que la persona: do de ánimo es la presencia, entre los accesos de cólera
al Presenta un estado de ánirno crónicamente depresivo du- verbal y conductas agresivas, de:
rante al menos cuatro años. a) Tri>teza persistente.
bl Durante dos años no ha estado sin síntomas depresivos bl Anhedonia persistente.
más de dos meses seguidos. cl Irritabilidad persistente.
el Presenta síntomas depresivos en respuesta a un estresante dl Ansiedad persistente.
identificable dentro de los tres meses siguientes a lo pre-
sencia del estresante. 10. Ha posado un mes desde el fallecimiento de su esposa,
d} Presenta un estado de ánimo crónicamente depresivo du- y Juan, su marido, presenta casi todos los días, la mayor
porte de los días. sentimiento de pérdida o vacía, cansan-
rante al menos un año.
cio, insomnio y agitación psicomotora. Según el DSM-5, lo
8. Los datos actualmente disponibles sobre la eficacia de la más probable es que Juan presente:
terapia cognitiva para la depresión indican que: al Trastorno depresivo mayor.
al La terapia cognitiva es igual de eficaz que la medicación bl Trastorno de duelo complicado.
OO'lidepresiva en las depresiones leves y moderadas, pero
es menos eficaz en los depresiones graves. el Trastorno depresivo breve.
bl La terapia cognitiva es más eficaz que la medicación an- dl Duelo.
tidepresiva tanto en las depresiones leves y moderadas
como en las depresiones graves.

232
CAPÍTULO?

TRASTORNOS BIPOLARES
luis Gutiérrez-Rojas, Jesús García-Jiménez,
Pablo González Domenech y Alfonso Jiménez Medina

l. Introducción 233 V. Evaluación de la manía y la depresión bipolar 21J8


11. Caracterización clínica del trastorno bipolar 231J VI. Tratamiento del trastorno bipolar 21J9
A. Síntomas de la manía 231./ A Tratamientos psicológicos 21J9
B. Síntomas de la depresión bipolar 236 B_ Tratamiento farmacológico 250
C. Sintomotología mixta 236 VII. Resumen de aspectos fundamentales y tendencias
D. Epidemiología, comorbi!idad y curso 236 futuras 252
111. Diagn6stico del trastorno bipolar 240 TÉRMINOS CLAVE 254
A. Criterios diagnósticos 240
B. Subtipos de trastorno bipolar 241 LECTURAS RECOMENDADAS 254
C. Diognóstico diferencial del trastorno bipolar 21.JJ REFERENCIAS 254
IV. Etiología y factores de riesgo 2115 AUTOEVALUACIÓN 257

I, Introducción
El trastorno bipolar <TBl es un trastorno crónico de la afectividad, amarilla y la melancolía al e~ceso de lo bilis negra. El concepto
que se caracteriza por fases de hiperactividad e hiperexcitodón moderno del trastorno bipolar surge en Francia a través de los escri-
(manía o hipomaníaJ que se alternan con fases de inhibición y áni- tos de Falret Cl851l y Baillarger (1854l, mientras que Kraepelin, no
mo triste (foses depresivas) y fases de estabilidad clínica (eutimial_ sin ciertos reparos expresados por el propio autor, unificó todos los
Además, hoy día cobran cada vez mayor importancia los denomi- trastornos afectivos en la denominada «locura maníaco-depresiva»,
nados episodios mixtos q.ue consisten en la presentodón simultánea concepto que fue aceptado globalmente.
de síntomas maníacos y depresivos. Como decimos, es un trastorno Como curiosidad histórico, añadiremos que Andrés Piquer-Arru-
crónico que tiende a presentar recaídos a lo largo del tiempo, se fat. médico turolense de la corte española entre 1751 y !759, obser-
asocia a empobrecimiento funcional, es una de las principales cau- vó y trotó de comprender la enfermedad de Fernando VI, que al
sas de discapacidad en el mundo y tiene altas tosas de mortalidad igual que su padre Felipe V, padecía episodios de una tremendo
prematuro por suicidio y por otros patologías asociadas <Rowland y excitación durante los cuales no necesitaba dormir y se mostraba
Marwaha, 2018). agresivo frente a sus cortesanos. Tras lo muerte de su esposa Bárba-
A lo largo de la historia, el TB ha recibido otras denominaciones. ra de Braganza, el rey se retiró al palacio de Villoviciosa de Odón
Tal vez, la primera persona q.ue definió a lo manía y a la melancolía donde enmudeció. intentó ahorcarse y murió postrado en cama, a
como dos estados fenomenológicamente distintos pero pertenecien- los 45 años, envuelto en sus propios excrementos. Piquer-Arrufat
tes a la misma enfermedad fue el médico griego Areteo de Capado- escribió un tratado llamado «Discurso sobre la Enfermedad del Rey
cia en el siglo 1d. C. En aquella época continuaba vigente el modelo Nuestro Señor Don Fernando Sexto (que Dios guarde)», en el que
de los cuatro humores !bilis negra, bil'1s amarilla, sangre y flema) postula que la manía y Ja melancolía forman parte de lo misma
según el cual el desequilibrio humoral provocaba los enfermedades. enfermedad, paro lo cual fue imprescindible la observación lorigltu-
En concreto, la manía se asociaba al exceso de sangre o de bilis dinal del paciente y la sintomatología (Pérez et oL. 2011l.

133
Manual dC> ps1copatoklgia. \/olun1en 2

El término Kraepeliniano de psicosis rnaníacodepres1va iue que-


dando en desuso dado ci.ue clasificaba este término dentro del gru-
1L Caracterización clínica
po de las psicosis_ Como veremos más adelante los trastornos afec- del trastorno bipolar
tivos bipolares pueden acompañarse de síntorr1as psicóticos en las
fa¡es agudas pero este tipo de sintomatología no es la más frecuen- Dado q_ue este capítulo hace referencia al TB solo haremos rele·
te ni habitual. En 1957, el psiquiatra alemán Karl Leonhard propuso rencia o la sintomotologío depresiva específico para lo depre>ión
separar los términos monopolares (pacientes que solo padecían bipolar pues el resto de los síntomas depresivos se explican en el
depresiones o episodios maníacos) del término bipolar <pacientes capítulo destinado al estudio de los trastornos depresivos. Básica-
con episodios de ambos polaridades. onteriormen~e conocidas como mente los pacientes con TB pueden presentar los mismos síntomas
circula1es). Lo definición de bipolaridad fue ampliamente aceptada depresivos q_ue padecen los pacientes aquejados de depresióff lo
y se ha venido utilizando hasta nuestros días. Hubo tres autores que que marca la diferencia es que, en el TB, los episodios depresivos se
realizaron estudios en diferentes países (Perris en Suecia, Angst en alternan con episodios maníacos. Si bien es cierto que los pacientes
Sui2a, y Winokur en EE.UU. (véase la revisión de Perris, 1985) q,ue con TB presentan con mayor frecuencia algunos síntomas depresivos
validaron el concepto de bipolar para referirse a aquellos pacientes propios, por esta razón en este apartado hemos incluido un epígrafe
que hubieran padecido episodios maníacos o hipomoníacos a lo sobre la depresión bipolar, pues algunos síntomas depresivos del TB
largo de su enfermedad. se diferencian de los q_ue aparecen en las depresiones unipolares.
Finalmente, en lo década de 1960 Angst, Perris y Winokur escri-
ben por separado sendos artículos que propugnan las diferencias
Ji Depresión unipolar. Presencia de episodios depresivos
clínica> y evolutivas de los trastornos afectivos unipolares y bipo-
lares, sustituyendo el término «locura» por «trastorno» (Angst y lúnicos o recurrentes! que no se asocian a episodios manía-
Marneros, 200D. También se produce progresivamente una retira- cos en el pasado. La depresión unipolar es 1nucho más pre-
da del uso de la palabra «melancolía», que se reserva o cuadros valente que la bipolar.
graves con marcada inhib1c1ón y su sustitución por «depresión», ¿)Depresión blpolar. Este término se reserva para cuando
término más amplio que englobo o diversas manifestaciones en las el paciente presenta un episodio actual depresivo pero
que existe un estado de ánimo deprimido.
en el pasado ha padecido episodios maníacos. (s impor-
Posteriormente se incluyó lo distinción entre trastorno bipolar
tante diferenciarla de la unipolar pues tanto el tratamiento
tipo 1 y tipo 11 CDepue y Monroe. 1978>. Como explicaremos más
adelante en el tipo I debe haber aparecido episodios de manía y en como el abordaje de este cuadro suele ser diferente.
el tipo Il episodios de hipomanía. Algunos autores pusieron en duda
la validez de dicha distinción (Andreasen, 1985; Keller et al.. 1982)
debido sobre todo a problemas en la definición de la hipomanía, A. Síntomas de la man(a
que son episodios de escasa intensidad y corta duración (de cuatro
a siete días}, episodios que se han definido así por consenso para Podríamos definir la manía como la otra cara de lo monedo de la
distinguirlos de los maníacos; pero que no obedecen o uno entidad depresión. Para aq_uellos personas q_ue no hayan visto o tratado a
clínica que se haya podido demostrar de forma científico. pacientes que padecen episodios de esta enfermedad, pueden ima-
Dicho distinción apareció reconocida por primera vez en el ginársela pensando en el contrario de los síntomas depresivos (véase
DSM-IV (APA. 1994) pues ha demostrado ser muy útil a la hora de la Tabla 7.ll. No obstante, como vemos en esa tabla no siempre
diagnosticar <y diferenciar) a los pacientes ct.ue solo presentan epi- se trata de caros distintas u opuestos. Los problemas de sueño, de
sodios depresivos recurrentes frente a los q_ue también presentan alimentación o cognitivos pueden compartirse con los que aparecen
episodios hipomaníocos. Por ese motivo la clasificación ha seguido en los episodios depresivos.
estando presente en el DSM-5 CAPA, 2013) como veremos más ade- Aunque el síntoma característico clásico de la manía es la eufo-
lante o la hora de explicar los criterios diagnósticos. A pesar de los ria {la alegría patológica} tengamos en cuenta que este síntoma no
avances de las últimas décadas, como señala Cohen (1992), todavía siempre está presente y q_ue es normal que la manía se acompañe
hoy se desconoce la fisiopatología y lo etiología del TB y, como de síntomas depresivos (oigo propio de los episodios mixtos) o que
indican Vózquez y Sanz (2008), bajo este término se encubren posi- dicha alegría patológica dé lugar a estados de irritabilidad y aba-
blemente varios trastornos diferentes que hoy día no somos capaces timiento.
de identificar. Por tanto, estamos hablando de una enfermedad muy heterogé-
nea y polivalente donde, como sucede en muchas otras entidades,
no hay dos pacientes iguales, si bien los episodios se acompañan de
:»Trastorno bipolar. Trastorno del e5tado de ánimo en el un mínimo común denominador que hace ct.ue su diagnóstico clínico
que exista o haya existido alguna vez un episodio maniaco seo relativamente sencillo de realizar, sobre todo en las formas más
o hipomaníaco. puras de enfermedad. Los síntomas más característicos se pueden
agrupar en los siguientes categorías:

En definitivo, lo que intentan los clínicos es clasificar las dife· a. Síntomas anímicos
rentes entidades clínicas que ven en sus pacientes. Aunque hay un El estado del paciente suele caracterizarse por la euforia y la expan-
importante porcentaje de pacientes que se adaptan a las mismas, sividad anímica y cognitiva_ El paciente cree q_ue puede «Comerse
hay muchos otros que no lo hacen y eso ha llevado a desarrollar el mundo» y que está capacitado para realizar acciones que clara-
conceptos (que veremos más adelante) como el de espectro bipolar. mente exceden su capacidad. Estos estados de euforia suelen durar
Capítulo 7. TrasturT1os b1p0lan:'s

)J Tabla 7.i. ~AanilPSti'Kiones clínicas de los ep sodios se centra en realizar proyec1u~ inrJsequibles q_ue suelen conlle11ar
depnc>ivos y maníacos inversiones millonarias o que na 1niden los terribles consecuencias
de muchos de sus planes. El lenguaje es acelerado y con ur tono
de voz alto_ No permite las interrupciones. Hay verborreo y fuga de
ideas incluso puede haber un pensamiento saltígrado (crnnbia con-
tinuamente de un tema a otro) o arborilorme (se va por las ramas y
no lleva un hilo conductor cloro) Dicho aceleramiento puede llevar
a que, en los casos graves, el lenguaje llegue a ser incoherente y
Respuesto afectivo Apotía Labilidod
desorganizado, incrnnprensible pura quien lo atiende y escucha con
Conciencia de i Cosi siempre Casi siempre atención. Con frecuencia aparece una sinceridad extrema que le
enfermedad presente ausente lleva a decir cosas desagradables o desinhibidos a los conocidos, sin
ser consciente de las repercusiones negativas que puede tener todo
Actividad Reducida, Acelerado, aq_uello q,ue dice_
enlentecida inquieto
Durante el episodio, la conducto sexual suele ser procaz y está
Comportomiento Indeciso, menos Errático. excéntrico aumentada. Con frecuencia interpreta de forma erótica la conducto
1r1ic1otiva ajena, pensando que los demás le provocan o plantean continuamen-
te mantener relaciones sexuales. En ese sentido, la impulsividad es un
Concentración Con dificultad Más di>iroible
rasgo característica de estos episodios apareciendo un descontrol en
Memoria Perturbac'1ón H'1permnesia ei gasto de dinero, la conducta sexual (tendiendo a la promiscu'rdadl,
subjetiva el consumo de sustancias (una de las comorbilidades más frecuentes)
o el descuido de la higiene y el autocuidodo personal.
Curso del Lento, repetitivo Fuga de ideas.
pensamiento logorrea
e, Síntomas cog11itívos
Lenguaje Enlentecido. Verborrea A nivel cognitivo el paciente puede tener una tendencia a lo
monótono hipermnesia, sobre todo subjetiva, pues cree que todo lo sabe y
Contenido del Pesimismo, Optimismo, de todo se acuerda. La aceleración del pensamiento (taquipsiquia)
pensamiento sentimientos de megolomaníaco hace q_ue tenga serias dificultades en fijarse en los detalles q_ue se
minu>valío presentan a su alrededor: es como intentar recordar los detalles
----
de lo que uno está viendo cuando se encuentra subido a un tren
Sueño Insomnio/ Insomnio con de alto velocidad. El déficit de atención, el aumeíllo de la distrai-
hipersomnio hiperactividad
bilidod y la falta de concentración son características propias de
Apetito Reducido (a veces Caótico este cuadro_
aumentado)
d. Síntomas físicos
Peso Pérdida o Variable
incremento Los principales síntomas físicos q_ue presenta el paciente se deben
a Ja hiperactividad del área vegetativo que le lleva al insomnio, al
Deseo sexual Reducido Aumentado desorden alimentario y a un extraordinario incremento del umbral
paro lo fatiga física. En ese contexto pueden aparecer numerosas
Variabilidod Mejoría vespertina Sin patrón especial
somatizaciones propias de la ansiedad (taq_uicardias, disnea, moles-
tias gastrointestinales. dolores de cabeza __ _¡_
Adaptado y actualizado de Anderson [1973].
e. Síntomas interpersonales
Los pacientes presentan episodios de agitación psicomotriz e
poco y, ol no ser capaz de cumplir sus fines o al no ver;e apoyado
inq_uietud. Realizan actividades imprudentes corno gastos excesivos,
por familiares y amigos, la alegría patológico do lugar a momentos
conducción temeraria o promiscuidad sexual y desinhibición, que le
de hostilidad, irascibilidad. suspicacia y disforia. Lo normal na es
pueden llevar o inmiscuirse en actividades peligrosos e incluso puni-
que el paciente esté sonriente y feliz, sino enfadado y molesto por bles desde el punto de visto legal. Todo ello hace q_ue los relaciones
lo escasa eficacia de sus acciones y la nula aceptación de las mis- familiares y personales se vuelvan conflictivas y difíciles. Autores
mas por los demás. A diferencio de otros trastornos y enfermedades clásicos (Hoover y Fitzgerald, 1981) ya señalaban ci.ue los divorcios y
mentales como la depresión, con frecuencia estos síntomas son ego- separaciones eran más frecuentes en pacientes aquejados de esta
sintónicos, de tal forma que el paciente 110 sufre ni padece angustio enfermedad.
o molestar al padecerlos.
Como muchos de los síntomas son egosintónicos, pues el pacien-
te no solo no cree estar mal, sino que piensa que está mejor que
b. Síntomas motivacionales y conductuales
nunca, hay uno gran resistencia o que se les haga ver lo absurdo
E11 este apartado el sí11toma más característico es la hiperactividad. y/o inadecuado de su conducta. Por ese motivo se niegan o acudir
El enfermo maniaco intenta hacer mil cosas a la vez y eso hoce a consultas médicas o a recibir tratamiento farmacológico. y esto es
que no termine ninguna. Sus piones son tan diversos e intensos que lo principal causo q_ue justifico un ingreso hospitalario involuntario
hace que los que le rodean se cansen de convivir con él. Su vida del paciente aq_uejado de esto enfermedad.
IV1anudl rJe ps1coµatolu::¡ía. Vuiul';1e11 2

En los forrna'> mó'> leves (episodios hipomaníacosl el pacienle )j Tabla 7.2. Caracter1sticas diff.>ren(ii11P~ rntrr la depresión
presento uno condu•:ta s11npáticc, locuaz y seductora, intentando unipoli1r y bipolar
engatusar o convencer a los demás de lo bien q_ue se encuentra.
Esta actitud suele aparecer con relativa frecuencia en los consultas
n1édicas con el profesional, algo que debe tenerse en cuenta de
cara al posible diagnóstico. Historia de manía Si No
o hipomanía
f, Síntomas psicóticos
Durante los episodios agudos de enfermedad (tonto de manía como Edad de inicio Menor Mayor
de depresión) pueden aparecer síntomas psicóticos acompañantes.
Inicio en el post-parto Má1 frecuente Menos frecuente
Norrr1almente los delirios son más frecuentes en lo depresión y las
alucinaciones en lo manía. Los delirios durante la depresión sue-
Abuso de sustancias Más frecuente Menos frecuente
ien ser de culpo, ruina e hipocondría mientras ctue en la manía los
delirios suelen ser mesiánicos y megalomaníacos o de grandeza y Número de episodios Mayor Menor
poder. La presencia de dichos síntomas es un criterio de gravedad
y, como veremos más adelante, tiene su propio especificador. Duración de los episodios i Menor Mayor
Decimos que estos síntomas son congruentes o incongruentes
con el estado de ánimo si hay una concordancia entre la polaridad Suicidio Precoz Tardío
afectivo del episodio y el tipo de síntomas psicóticos_ Por ejemplo
un delirio de culpa es propio de la depresión, y el creer que una Síntomas psicóticos Más frecuentes Menos frecuentes
persona tiene poderes extraordinarios Cde curación o adivinación)
es propio de lo manía. Si estos síntomas na coinciden diremos q,ue Síntomas atípicos Más frecuentes Menos frecuentes
son incoílgruentes, lo que a su vez es un criterio de la gravedad
Síntomas catatónicos Más frecuentes Menos frecuentes
del cuadro.
En el caso de los menores de edad y los adolescentes hemos Labilidod emocional Más frecuente Menos frecuente
de tener en cuenta que los síntomas afectivos aparecen de forma
diferente. La depresión suele caracterizarse por tendencia al muti>- Alteraciones del sueño Hipersomnia Insomnio
mo, el aislamiento, la negativa a jugar, a relacionarse o a comer
de formo adecuada, mientas que en las fases maníacas suelen Disminución de apetito/ Menos frecuente Más frecuente
presentar síntomas de hiperactividad, tendencia al ruido y al mal peso
comportamiento, agresividad, mayor presencia de accidentes y más
problemas de falta de atención {como veremos más adelante habrá Retraso psicomotor Más frecuente Menos frecuente
que realizar un diagnóstico diferencial con el trastorno por déficit
de atención e hiperactividad {TDAHl. Impulsividad Mós frecuente Menos frecuente

Antecedentes familiares Más frecuentes Menos frecuentes


B. Síntomas de la depresión bipolar de manía
Básicamente los pacientes con TB pueden sufrir los mismos sín-
Eficacia antidepresivo Mayor Menor
tomas depresivos que los pacientes aquejados de depresión uni~
del litio
polar, como antes señalamos. Sin embargo, hay algunas diferen-
cias entre ambos cuadros que se deben tener en cuento (Vieta
Inducción de hipomanía Más frecuente Menos frecuente
y Pérez, 2019; véase la Tabla 7.2) La depresión bipolar también
por antidepresivos
>e ha relacionado con un riesgo elevado de padecer síntomas
psicóticos, ideación suicida, episodios postparto, más retardo psi- Eficacia profiláctica de Menor Mayor
comotor, patrón estacional, menor grado de síntomas somáticos, los antidepresivos
pérdida de apetito, hipersomnio y síntomas depresivos atípicos
(Benazzi, 2000).
Adaptado y actualizada de Dervic et al. [2015] y Vieta y Pérez
(2019]
C. Sintomatología mixta
En los estados mixtos (sinónimos al término manía disfórico o manía
mixta) concurren síntomas depresivos y maníacos a la vez. Suponen
entre el 10-20% de los episodios maníacos. Clásicamente aparece O. Epidemiología, comorb!lldad y curso
un cuadro de inquietud psicomotriz con tendencia a lo hiperacti-
vidad, verborrea, taq,uipsiq,uio y toquifasia, insomnio en todos las La prevalencia a lo largo de lo vida para el TB es un tema en conti-
loses, di>foria. ansiedad. suspicacia, irritabilidad, aires de frustra- nua revisión, pues no resulta fácil de determinar_ Dentro del grupo
ción y reproche, labilidad afectiva, rumiaciones obsesivoides de de los trastornos afectivos, el TB no ha recibido fanta atención e
culpa y ruina, íJSÍ como ideas de muerte y suicidio asociadas a un investigación como los depresivos. Además, al ser un trastorno mucho
incremento de la impulsividad (Segorra et al., 2000>. menos prevo!ente, los estudios epidemiológicos son más difíciles de
Capitulo 7. Trastornos bipolares

valorar. Por otro lado, debemos considerar la existencia de ias mani- et al., 2010) El TB es la 17 ºcausa a nivel mundial de discapaci-
festaciones sub-sir.drómicas, es decir, aq,uellas formas de presenta- dad atribuible a una enfermedad (Vigo et al., 2016) y. dado que
ción con repercusión clínica y funcional pero q,ue no cumplen con el se trata de un trastorno de inicio en población joven. tiene un gran
total de los criterios para poder diagnosticar un TB tipo lo tipo JI impacto económico referido o costes directos (derivados de la pro-
Un episodio con una duración inferior a la descrito en los manuales pia atención) e indirectos (pérdida de lo potencial productividad
diagnóslicos, o que no cumpla la totalidad de los síntomas, pero que del individuo). Las consecuencias de la enfermedad no se limitan
repercuta negativamente en la calidad de vida del paciente, sería un exclusivamente al paciente, sino que los familiares muestran mayo1
ejemplo de presentación subsindrómico o subumbral. prevalencia de sobrecarga, estrés y síntomas depresivos (Perlick et
Por tanto, hoy día se recurre al concepto de espectro bipolar, oL. 2001) siendo muy frecuente presentar altos niveles de discapa-
para referirse al conjunto de las forrnas de presentación de este tras- cidad laboral, social y familiar (Gutiérrez-Rojos et al., 2011) !véase
torno, que incluye tonto a las formas típicas (tipo 1 y tipo [J) como la Figuro 7.ll_ Otros variables como el nivel soc1oeconómico o vivir
a las subumbrales. De acuerdo con un estudio transversal realizado en ambiente urbana/rural, han mostrado resultados contradictorios
en once países, la prevale11cia del espectro bipolar se situaría en en los estudios, sin c¡_ue se puedan establecer conclusiones claras al
el 2,4%, con una prevalencia del 0,6% poro el TB-1y0,4% paro respecto (Rowlond y Marwaha, 2018).
el TB-II (Merikangos et al., 2011l. No obstante, el estudio señaló
diferencias en los porcentajes entre los distintos países sin poder
aclarar si estas diferencias se debían a razones biológicas, étnicos, 56/108 (52%) con
culturales, o a variaciones metodológicas a la horo de aplicar los discapacidad klbora!
criterios diagnósticos del TB entre países. Por citar un ejemplo, la
prevalencia del TB-I en EE.UU. ascendió hasta el 1%. E>tudios más 33 con
30 con
recientes basados e11 el DSM-5 (APA, 2013) han encontrado tosas discapacidad
discopacidad
más elevadas de prevalencia vital para el TB-1, que están en torno laboral y
familiar
al 2,1 % (Blanco et al, 2017). social
y laboral
En cuanto o! sexo, la prevalencia del TB-1 es similar para hom-
bres y mujeres, si bien la del TB-II parece ser algo mayor en mujeres
<Nivoli et aL, 201!l. Esto puede deberse a que, en las mujeres. el 23 con
comienzo del primer ciclo maníaco-depresivo suele aparecer con discapacidad
un episodio depresivo, mientras que en los hombres suele aparecer laboral, social
con un episodio maníaco, y, por tonto, puede que en ellas se diag- y familiar
nostique en primera instancia una depresión unipolar cuando, en

-
realidad, se trataría del primer episodio depresivo de un auténtico
TB (Clayton, 1986, citado en Vózquez y Sonz, 2008l. .
lf2 con discapacidad
social y familiar
))Episodio maniaco. Presencia durante al menos una sema-
na de estado de ánitno expansivo y/o irritable, acompañado )) Figura 7.1. Grados de discapacidad en pacientes
diagnosticados de TB [Gutlérrez·Rojas et al., 2011).
de al menos tres síntotnas rnaníacos mds [p. ej., actividad
excesiva o disminución de la necesidad de dormirj. Debe
interferir con (a vida cotidiana de la persona y no se debe a Por lo q_ue se refiere a la comorbilidad. es muy frecuente lo aso-
una enfermedad médica ni a ingesta de sustancias. ciación del TB con otros trastornos mentales, entre los que destacan
Ji Maniaco-depresivo. Término decin1onónico que desig· los tra>tornos de ansiedad y el consumo de sutlancias (Merikangos
naba estados de depresión graves. A veces se ha emplea- et al., 2007!. Dentro de los trastornos de ansiedad que se asocian
al TB, encontramos el trastorno de ansiedad generalizada, la ago-
do para designar exclusivamente trastornos cíclicos. En la
rafobia y los trastornos de pánico, entre otros. También es frecuente
actualidad debería emplearse el término de TB y especrf1car el trastorno por consumo de sustancias, el trastorno por déficit de
exactamente el subtipo_ atención e hiperactividad, los trastornos de la conducto alimentario
y los trastornos de la personalidad (Tabla 7.3). Los motivos de esto
elevoda convivencia con otros trastornos no están claros, pero se
La edad de inicio mós frecuente se sitúo al principio de la postula c¡_ue comparten algunas vías neurológicas, algunos sínto-
segunda década de la vida, mientras q_ue inicios o edades mós tem- mas característicos (p. ej., la elevada impulsividad presente en algu-
pranas se asocian a un peor pronóstico a largo plazo por sintoma- nos trastornos de la personalidad, en la bulimia y en los pacientes
tología depresivo y mayor frecuencia de comorbilidad (Dagani et ma11íacosl, sin olvidar que la a11gustia q_ue pone en marcha todos los
oL, 2017J_ Llegados a este punto se debe remarcar que, en el TB, es tractornos mentoles es, en síntesis, muy parecida y solo cambia en
frecuente el retraso entre el inicio de la sintomatología y la elabo- los formas mediaílte las que se manifiesta. También se ha observado
ración de un diagnóstico correcto (Dagani et al., 2017). Es decir, el q_ue lo prevalencia de trastornos médicos coma el síndrome meta-
período de enfermedad no tratada es alto y, cuanto mayor es esta bólico, la hipertensión y los trastornos endocrinos es mayor en estos
circunsta11cia, el pronóstico se ensombrece, como demuestra que pacientes {Correll et al., 2017). En cualquier caso, la cornorbilidad
estos pacientes tengan tasas de suicidio más elevadas {Altamura repercute en q_ue el diagnóstico y tratamiento sean más complico-
)) Tabla 7.3. Comorb1lidad en el trasi:orno bipolar y repercusiones

Trastornos mentales y del comportamiento - Inicio del TB a edades más lempranas.


- De ansiedad. 75 % en TB vs. 29 % en PG. - Probabilidad mós boja de recuperación interepisódico.
- Abuso de sustancias: 60 %en TB vs. 15 % en PG. - Mayor recurrencia de los episodios.
- Déficit de atención e hiperactividad: 31 % en TB vs 8 % en PG. - Lo presencio de comorbilidad contribuye a q_ue aumente la
- De lo conducta alimentario. probabilidad de otros trastornos asociados (TB ---+ trastorno de
- Por atracones: 9 % en TB vs 2.8 % en PG. ansiedad ---+ abuso de sustonciosl.
- Bulimia: 5% en TB vs 1.0% en PG - Peor calidad de vida y peor nivel de funcionamiento.
- Anorexia nerviosa: 3% en TB vs 0,6% en PG. - Conciencia de enfermedad más pobre.
- Explosivo intermitente. - Más impulsividad.
- De la per5onolidod: 51% en TB vs 9% en PG. - Más intentos de suicidio.
- De estrés postroumático.

Enfermedades médicas:
-Artritis.
- Dolor.
- Enfermedad cordiovascular.
- Diabetes.
- Dislipemio
- Úlcera gástrico.
- Infección VIH y VHC.
- Hipertensión.
- Hipotiroidismo.
- Obesidad.
- Dependencia l"licotínico
'
dos y, por tanto, en que el pronóstico a largo plazo sea peor, como trastorno, mientras que para los suicidios consumados el principal
indica el dato de que los tasas de muerte prematura sean más factor de riesgo es el antecedente de suicidio en familiares de pri-
altas en estos pacientes cuando se comporan con población gene- mer grado fSchaffer et al., 2015l.
ral (Roshanaei-Moghoddam y Katan, 2009l <Tablo 7.3.l. Por lo q_ue se refiere al curso y los factores pronósticos, el TB
debuto habitualmente con un episodio depresivo (75 %en mujeres y
67% en hombres) y tieíle un curso recurrente, es decir, los fases de
_]) Comorbllidad. Presentación simultánea en la misma enfermedad se alternan con los períodos de estabilidad clínico. La
persona de dos o más trastornos. En el TB es frecuente estabilidad clínica no significo necesariamente estar asintomático
la asociación con trastornos mentales como los trastornos yo que se ha observado q_ue los síntomas cognitivos o alguna; alte-
de ansiedad o el consumo de sustancias pero también con raciones afectivas no responden adecuadamente o los tratamientos
actuales. Hasta el 20% de los pacientes pueden presentar exclusi-
trastornos orgánicos corno alteraciones tiroideas o cardio-
vamente episodios de manía, aunque lo habitual es presentar tanto
vasculares. (n cualquier caso, la comorbilidad empeora el
foses maníacas como depresivas. Mientras q_ue un episodio maníaco
curso y el pronóstico. tiene una instauroció11 rópida, puede durar hasta 3-ó meses dejado
a su evolución y responde bastante bien o las terapias actuales, los
episodios depresivos se inician de forma insidiosa, tienden a prolon-
El suicidio es uno de los aspectos más destacables del TB. De
garse en el tiempo y su respuesto a los tratamientos e>, e11 muchos
hecho, entre los trastornos afectivos, es el que tiene las tasas de
suicidio más elevadas (Gondo et al., 2012l, q_ue además son 20 veces cosos, insatisfactoria. Un fenómeno Q.Ue observamos en la clínica es
más altas si se comparan con población general. En lo Tabla 7.LJ. q_ue, conforme evoluciono el trastorno, el período ínter-episódico
resumimos los principales factores de riesgo asociados o la intencio- disminuye y las recaídas se tornan independientes de los factores
no!idod y el suicidio consumado en pacientes con TB. Además, entre externos. Por último, entre el 5-15 % de los pacientes tienen cuatro o
un tercio y la mitad de los pacientes bipolares realizarán al menos más episodios en un mismo año: estos casos se denominan «cicla-
un intento de suicidio a lo largo de la vida. Las variables que más dores rápidos».
se han asociado a los intentos de suicidio son lo polaridad depresivo Los datos señalan que el pronóstico del TB es peor que el del
(pacientes en los q_ue predo1ninan las recaídas depresivas frente a trastorno depresivo mayor. Aunque gran porte de los esfuerzos tera-
las maníacas), la comorbilidad y los debuts o edades tempranas del péuticos van dirigidos o alcanzar la eStabilidad clínica y Ja recupe-
Capílulo 7. Tr aslor ncs bipolar es

); Tabla 7.4. Factores de riesgo de 12 intencionalidad autolít1ca y el suicidio consumado en pacienies con ':rastorno bipolar

- Sexo femenino. - Sexo masculino.


- Edades extremos (muy joven o muy mayor). - Edad mayor.
- Pertenecer a una minoría (solo en jóvenes) - Padecer un primer episodio depresivo, mixto o moníoco
con síntomas psicóticos.
- Vivir en países de ingresos medios.
- Otras característicos de los episodios <desesperanzo
- Tro5torno bipolar tipo l. o agiiación psicomotrizl.
- Estado civil: soltero o divorciado. - Comorbilidad con los trastornos de ansiedad.
- Polaridad predominantemente depresivo. - Familiar de primer grada con trastorno afectivo
- Padecer un primer episodio depresivo o mixto o conducto suicido.
- otros características de los episodios mixtos, alto recurrencio o severidad, - Antecedentes de intentos de suicidio.
cidoción rápida. síntomas de ansiedad. síntomas atípicos o ideación - Conflictos interpersonales, aislamiento, paro, pérdidas...
suicida).
- Comorbilidades psiq_uiátricos (consumo de sustancias, cuadros de ansiedad,
trastornos de la conducto alimentaria, trastornos de personalidad!.
- Consumo de café y tabaco.
- Obesidad y sobrepeso.
- Familiar de primer grado con trastorno afectivo o conducto suicida.
- Antecedentes de intentos de suicidio.
- Trauma infantil.
- Conflictos interpersonales, aislamiento, paro, pérdidas ...
- Disfunción sexual.

Adaptado de Carvalho et al (zazo).

ración funcional, hasta el 60% no alcanza un control satisfactorio de en remisión parcial y un 10% tienen un curso crónico y progresiva-
lo enfermedad. A largo plazo el 15 % de los pacientes están estables mente deteriorante. En Ja Tobla 7.5 se resume esto evolución y se
y bien controlados, un 45% tiene buenos indicadores de funciona- especifican los factores que se han asociado o buen y mal pronósti-
miento. pero presentan numerosos recaídos, el 30 % se encuentran co de la enfermedad.

)) Tabla 7.5. Curso y factores pronósticos en el trastorno bipolar

-15% están estables, con escaso o nulo sintomotología residual y Buen pronóstico:
buen nivel de funcionamiento. - Episodios maníacos breves.
- Lt5 % aunq_ue aparentemente no se encuentran muy sintomáticos, - Edad avanzada al inicio de la enfermedad.
sí tienen muchos recaídos, lo que dificulto su día o día. - Bojo índice de pensamientos suicidas.
- 30% no tienen tontos recaídas pero quedan con mucha - Comorbilidad reducida.
sintomotología residual continuo, por ejemplo dificultades
cognitivos.
Mol pronóstico
- Mola situación laboral antes del debut del trastorno (mal ajuste
-10% muy mol pronóstico, muy sintomáticos, numerosas recaídas y
premórbidol.
calidad de vida muy pobre.
- Dependencia al alcohol y otras sustancias.
- Síntomas depresivos ínter-episódicos.
- Sexo masculino.
Mc.nuJI de psicopatolcgia. Volumen 2

j) C!c!ador rápido. Caíacteríst1(a que se puede añadir a los jl Episodio hipomaníaco. Presencia durante al rne11os cu a·
trastornos b1pclare; fuando er un pE'ríodo de do\e meses tro días de un estado de ánimo expansivo y/o ir-ritable,
>e pueden diagnost1far al menos cuatro episodios !depresi- acompaflado de al menos 1res sínton1.:is n1an1acos más
vos, maníacos o hipomaníacosj. [p. ej., Jctividad excesiva o disminución de IJ necesidad de
_JlRecuperación, Se considera que ur1ct per~ona 111uestra dormirj. que suponen un cambio apreciable en el modo de
una recuperaciOn total de un trastorno del estado de áni- ser habitual de esa persona. El episodio no llega a inlerre-
mo cuando permanece durante seis meses sin mostrar sig- rir con la vida cotidiana de la per~ona y no se debe a unct
nos o s1ntomas s1gn1f1cativos del trastorno . enfern1edad médica ni a ir1gesta de ~ustancias.
.} Recaída. Acentuación de los sí11ton1as de una personct
que todavía no se había recuperctdo totalrnente de un epi-
sodio previo. Supone el agravctrniento de una fase de la que l. Leve. Están presentes pocos o ningún síntoma más que los nece-
sarios poro cumplir los criterios diagnósticos; la intensidad de
aún no había mostrado plena recuperación. los síntomas causa molestar p-ero es manejable y los síntomas
producen poco deterioro en el funcionamiento social o laboral.
2. Moderado_ El número de síntomas, la intensidad de los síntomas
y/o el deterioro funcional están entre los especificadores para
111. Diagnóstico del trastorno leve y grave.
bipolar 3. Grave. El número de síntomas supera notablemente a los nece-
sarios para hacer el diagnóstico, la intensidad de los síntomas
El diagnóstico del TB es eminenfemente clínico y se basa en una causa gran malestar y no es monejoble, y los síntomas interfie-
completa historia clínica y en el manejo de una adecuada explora- ren notablemente en el funcionamiento social y laboral.
ción psicopatológica, teniendo en cuento aspectos tanto trasversa-
les como longitudinales, dejando la realización de las exploraciones 11-. En remisión parcial. Los síntomas del episodio maniaco, hipo-
complementarios solo para descartar posibles causas orgánicos de maníaco o depresivo inmediatamente anterior están presentes,
la enfermedad. pero no se cumplen todos los criterios o, cuando acaba un epi-
sodio de este tipo, existe un período que dura menos de dos
meses sin ningún síntoma significativo de un episodio maníaco,
A. Criterios diagnósticos hipomaníaco o de depresión mayor.
La piedra angular de la clasificación de estos trastornos es el 5. En remisión total. Los criterios completos se cumplieron en el
concepto de episodio hipomoníoco y maníaco (Vózquez y Sanz, pasado, pero no hoy síntomas en los últimos dos meses.
2008J, ya que en el caso del episodio depresivo los criterios son Otros especificadores diagnósticos además del de la gravedad
los mismos que se contemplan en el capítulo de los trastornas son los siguientes:
depresivos para el episodio de depresión mayor. En las Tablas 7.6
y 7.7, se presentan los criterios diagnósticos OSM-5 para ambos l. Con ansiedad: lo aparición de dos o más síntomas de ansiedad
episodios. maníaco e hipomoníaco. A partir de las diferentes com- durante el episodio afectivo agudo de enfermedad_
binaciones de estos episodios se establecen cuatro subtipos de 2. Con característicos mixtas: lo aparición de tres síntomas
TB: bipolares !, bipolares II, ciclotimia, y trastornos bipolares no depresivos durante un episodio maníaco o hipomaníaco (sería
especificados. Cabe resaltar como novedad que lo clasificación un episodio maníaco o hipomaníoco con características mix-
clásica de TB tipo J y tipo 11 también ha sido adaptado en lo tas) o la aparición de tres síntomas maníacos durante un epi-
reciente publicación de la CIE-11 (OMS, 2019) algo que no pasaba sodio depresivo (sería un episodio depres'1vo con característi-
en la CIE·IO de 1992. cas mixtas).
En las últimas décadas se ha realizado un especial esfuerzo por 3. Con ciclos rápidos: presencia de al menos cuatro episodios del
definir lo hipomanío, sobre todo en el DSM-IV <APA, 1994-J. Aunque estado de ánimo en los 12 meses anteriores en los que se cum-
por definición la hipomanía es una forma menos grave de lo manía, plan los criterios de un trastorno afectivo.
los criterios paro su diagnóstico han sido siempre bastante confusos.
El DSM-III de 1980 utilizaba como clave diferenciadora si el estado 4. Con característicos melancólicas: este especificador hace refe-
req_uerío hospitalización (manía) o no (hipomaníal. El DSM-IV CAPA, rencia a episodios depresivos en los que predomina Ja onhedonia
1994J mejoró lo precisión diagnóstico y estableció un conjunto más intenso o la falto de reactiv'1dad a estímulos placenteros. Suele
específico de requisitos diagnósticos sintomotológicos que se han asociarse a episodios graves y con características psicóticas.
mantenido vigentes en el DSM-5 <APA, 2013J; <véanse las Tablas 7.6 5. Con características atípicas: hace referencia a depresiones que
y 7.7). se acompañan de una intenso reactividod del estado de óni-
Una vez establecido el diagnóstico, es necesario valorar la gra- mo, aumento del apetito, hipersomnia, parálisis plúmbea en los
vedad del episodio maniaco y/o del depresivo, mientras que en el extremidades y alta sensibilidad al rechazo.
caso del episodio hipomaníaco no se consigna la gravedad pues, 6. Con características psicóticas: los episodios afectivos se asocian
por definición, no se considera grave. Las pautas paro evaluar la a delirios y alucinaciones. Estos pueden ser congruentes (están
gravedad son, de nuevo, similores a las q_ue se aplican para el epi- en con>ononcia con los síntomas afectivos> o incongrueíltes (los
sodio depresivo mayor: síntomas psicóticos no concuerdan con los afectivos!.
Capítulo 7. Trasiornos b1pclares

)) Tabla 7.6. Criterios pare el d;agnóstico de episod:o h1pomaníaco $0gün el JSNl-5 [f\P/1, 2013)

A. Un período bien definido de estado de ánimo anormalmente y persistentemente elevado, expansivo o irritable, y un aumento anormal
y pE>rsistente de la actividad o lo energía, que dura como mínimo cuatro días consecutivos y está presente la mayor parle del día,
casi iodos los días.

B. Durante el período de alteración del estado de ánimo y aumento de la energía y actividad, han persistido tres (o más) de los síntomas
siguientes (cuatro si el e>todo de ánimo es solo irritableJ, representan un cambio notorio del comportamiento habitual y han e>tado
presentes en un grado significativo:
l. Aumento de lo outae>tima o sentimiento de grandeza.
2. Disminución de la necesidad de dormir
3. Más hablador de lo habitual o presión para mantener lo conversación.
4. Fugo de ideas o experiencia subjetiva de que los pensamientos van a gran velocidad.
5. Facilidad de distracción.
6. Aumento de lo actividad dirigido a un objetivo (social, en el trabajo o lo escuela, o sexual! o agitación psicomotora.
7. Participación excesi'lú en actividades que tienen muchas pasibilidades de consecuencias dolorosas

C. El episodio se asocia o un cambio inequívoco del funcionamiento que no es característico del individuo cuando no presenta síntomas.

D. la alteración del estado de ánimo y el cambio en el funcionamiento son observables por parte de otros personas.

E. El episodio no es suficientemente grove para causar una alteración importante del funcionamiento social o laboral, o necesitar
hospitalización. Si existen características psicóticos, el episodio es. por definición, maníaco.

F. El episodio no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de uno su>toncia.

7. Con catotonío: los síntomas afectivos se asocian o síntomas tornos maníacos recurrentes, es decir, que podemos afirmar que
catatónicos (estupor, mutismo, monierismo, estereotipias, etcJ los personas tienen una mayor tendencia natural a la depresión
8. Con inicio eri el periparto: el episodio afectivo actual tiene su que a la mania.
inicio durante el embarazo o en fas primeras semanas después Una manera fácil de recordarlo es pensar que un paciente
del parto. podría estor padeciendo un episodio depresivo durante meses o
9. Con patrón estacional· este especificador se aplico cuando los años y. sin embargo, el episodio maníaco, dado el tipo de sínto-
episodios afectivos aporecen relacionados con el cambio de mas por los que se caracterizo, suele tender a ser limitado en el
estaciones (por ejemplo primavera u otoño). tiempo.
10. Polaridad predominante: consiste en clasificar el TB según el Lo normal y más frecuente es la alternancia entre episodios
predominio de las fases maníacas o depresivas. Aunque es un maníacos y depresivos y, en algunos ocasiones, la aparición de
especificador que no se ha incluido en las actuales clasificacio- ambos tipos de síntomas o lo vez (que es lo que se denomino como
nes diagnósticas, tiene utilidad clínica (véase García-Jiménez et episodio mixto).
al., 2019 poro revisión>.

8. Suptipos de trastorno bipolar J)Episodio mixto. Episodio caracterizado por la presencia


simultáneJ de sintomJS maníacos y depresivos al mismo
El TB, como sucede con la mayor parte de las entidades nosológicos. tiempo. También se conoce como manía disfórlca o manía
no es un trastorno unitario. Se han propuesto diferentes modalida-
mixta.
des o subtipos, algunos de las cuales se plantean en los manuales
de diagnóstico psiquiátrico, mientras que otras son planteados por
diferentes autores. A continuación, comentamos los más aceptadas.
b. Trastorno bipolar tipo 11
a. Trastorno bipolar tipo 1
En este grupo se incluyen las personas que, habiendo padecido epi-
Lo característica principal para el diagnóstico de un TB tipo 1 es sodios depresivos e hipomoníocos, nunca han padecido un episodio
tener un antecedente previo de haber padecido un episodio manía- completo de manía. Aunque aparentemente este subtipo de enfer-
co en la vida. Existiría lo posibilidad de que el paciente solo hayo medad pueda considerarse más leve que el tipo I, se ha demostrado
presentado un episodio maníaco único, aunque lo normal es que que no lo es en gran parte por la cantidad de tiempo que los indivi-
este episodio se ocompofle de episodios depresivos posteriores (por duos con esta afección posan con depresión y porque lo inestabili-
eso e! cuadro se llama bípolorl. A diferencio de los trastornos depre~ dad del humor que experimentan se acompaña normalmente de un
sivos recurrentes, en !a naturaleza humano no suelen aparecer tras- importante deterioro de funcionamiento laboral y social.
r<11a11ual de psi,:opatología. Voiun1en 2

)) Tabli'i7.7. Criterios para El diagnóstico de episodio maríaco según el DSl\~·5 IAPA, 2013)

r A. Un período bien definido de estado de ánimo anormalm€nte y p€rsistentemente elevado, expansivo o irritable, y un aumento anormal
y persistente de la actividad o la energía dirigida a un objetivo, que dura como mínimo uno semana y está presente lo mayor porte del día,
I casi todos los días (o cualquier duración si se neces;to hospital1zació11J.

B. Durante el período de alteración del estado de ánimo y aumento de lo energía y actividad, han persistido tres (o mósJ de los síntomas
siguientes (cuatro si el estado de áriimo es ~ola irritable), represerrtari uri cambio notorio del comportamiento habitual y han estado
presentes en un grado significativo:
l. Aumento de la au1oestima o sentimiento de grandeza.
2. Disminución de la necesidad de dormir
3. Más hablador de lo habitual o presión para mantener la conversación.
'+. Fuga de ideas o experiencia subjetiva de que los pensamientos van a gran velocidad.
5. Facilidad de distracción.
6. Aumento de la actividad dirigida a un objetivo {social, en el trabajo o la escuela, o sexual> o agitación psicomotora.
7. Participación excesiva en actividades q_ue tienen muchas posibilidades de consecuencias dolorosas.

C. Lo alteración del estado del ánimo es suficientemente grave para causar un deterioro importante en el funcionamiento social o laboral.
poro necesitar hospitalización con el fin de evitar el daño a sí misma o a otros, o porci.ue existen característicos psicóticas.

_º_·_E~ ep~s~dio no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una su'_'_'"_'_;'_'_'_'_'_m_of_e_c_d_ó_c_m_i_d_k_o_._______________J

c. Ciclotimia ) ) Tabla 7.8. Criterios para el diagnóstico del trastorno


La ciclotimia se coracteri2a por la presencia. durante al menos dos ciclotí111ico segün el DSM-5 [APA, 2013)
años, de numerosos períodos de síntomas hipomoníacos y numero-
sos períodos de síntomas depresivos q_ue no cumplen criterios para A. Durante dos años como mínimo <al menos un año en niños y
un episodio depresivo mayor. Durante este tiempo los intervalos adolescentes) han existido numerosos períodos con síntomas
libres de síntomas deben tener una duración inferior a dos meses. hipamaníocos que no cumplen los criterios para un episodio
Normalmente un paciente ciclotímico presento períodos breves hipamaníaco. y numerosos períodos con síntomas depresivos
<entre dos y seis días) con depresión y euforia alternantes_ La ciclo- que no cumplen los criterios poro un episodio de depresión
timia estuvo tradicionalmente considerada una forma de trastorno mayor.
de la personalidad !DSM-III, APA, 1980; Akiskal et al., 1983) hasta B. Durante el período de dos años citado anteriormente (un año
que se la vinculó con las formas leves y moderadas de trastornos del en niños y adolescentes), los períodos hipomaníacos y
espectro bipolar, en las q_ue la irregularidad del estado de áriimo es depresivos han estado presentes al menas la mitad del tiempo
uno característica central. y el individuo no ha presentado síntomas durante más de dos
En este sentido esta entidad es un cuadro más leve de lo enfer- meses seguidos.
medad situándose entre el TB y las oscilaciones normales del esta-
do de ánimo que aparecen en las personas sin trastornos mentales C. Nunca se han cumplido los criterios para un episodio
<véanse los criterios diagnósticos en la Tabla 7.8). de depresión mayor, maníaco o hipomaníaco.

D. los síntomas del criterio A na se explican mejor por un


trastorno esquizoafectiva, esquizofrenia, un trastorno
:f!Ciclotimia. Estado en el que aparecen períodos vitales con esquizofreniforme, un trastorno por ideas delirantes, u otro
síntomas hipomaníacos y períodos con síntomas de depre- trastorno del espectro de la e-sci.uizofrenia y otros trastornos
sión [sin que su gravedad llegue a ser la de un episodio psicóticos especificados o no especificados
depresivo mayor). Nunca ha habido un episodio maniaco. E. Los síntomas no se pueden atribuir a los efectos de una
sustancia o de otra afección médica.

d. Espectro bipolar
Entendiendo la enfermedad bipolar como un continuo en el que
cabe incluir determinados cuadros que no cumplen los criterios TB, que se presentan en la Tablo 7.9. A lo largo de este texto hemos
diagnósticos que aparecen en los manuales de clasificación, Akiskal ido indicando algunas entidades clínicas que podrían englobarse
y Pinto Cl999l han propuesto nueve clases o categorías distintas del dentro de esto gran categoría de eSpectro.
Capitulo 7. Tra'>tornos bipolares

)) Tabla 7.9. Espectro bipolar [Akiskcil et cil., 1999]

Bipolar 1'. Episodios depresivos con rápida respuesto o antidepresivos


Bipolar Yi EQ.uivolente a esQ.uizoafectivo tipo bipolar- síntomas positivos de psicosis con episodios maníacos, hipomoníacos
y depresivos.
Bipolar tipo I Yi Episodios hipomariíacos siri episodios depresivos.
l--------+--------------------------------------1
Bipolar tipo Il J6 Episodios depresivos con temperamento ciclotímico. 1

Bipolar tipo Ill Episodros depresivos con hipomonía iriduc1da por antidepresivos_

Bipolar tipo III Yi Episodios depresivos con hipomanío inducida por consumo de tóxicos.

Bipolar tipo IV Episodios depresivos con temperomerito h1pertímrco.


~~---------------

Bipolar V Depresión con hipomanía mixto.


Bipolar VI Bipolaridad en el contexto de una demencia.

e. Otros trastornos bipolares a. Trastornos depresivos


En e>te grupo se incluyen los cuatro siguientes: Cuando el paciente presenta un episodio de depresión mayor. se
l. TB secundarios al uso de sustancias: se considera que el uso de debe tener en cuenta si ha sufrido en el pasado episodios de manía
un determinado fármaco (p. ej., antidepresivos o corticoides) o hipomanía. De esa forma puede diferenciarse entre el trastorno
o uno sustancia (p. ej., alcohol, cannabis, cocaína) ha sido el depresivo recurrente y el TB. Dado que dichos episodios raramente
principal desencadenante del episodio afectivo llevan a lo búsqueda de tratamiento, el diagnóstico preciso suele
aconsejar que no se entreviste al pociente solo, sino que también se
2. Trastornos bipolares secundarios a uno afección médico: hay haga con algún familiar cercano que conviva con éL Como veremos
una determinado enfermedad o patología <p. ej .. un proceso más adelante, herramientas como el Cuestionario de Trastornos del
neoplásico o endocrino) que es la causante principal del episo- Humor <Hirschfeld et al., 2000) o la lista de Valoración de Hipomo-
dio afectivo. nía <HCL-32J (Angst et al., 2005), pueden ser de gran utilidad. No
3. Otros trastornos bipolares especificados: se incluyen aquí algu- olvidemos que, puesto que el paciente es más propenso o acudir
nos cuadros que cursan con malestar afectivo o emocional evi- al médico por depresión que por hipomanía, muchos bipolares 11
dentes, pero que no se adecuan a los criterios diagnósticos del reciben tratamientos antidepresivos que, al no combinarse con los
TB ounctue tienen un patrón de presentación específico, como reguladores del humor, favorecen el viraje y lo ciclacián rápido En
por ejemplo: bipolares 1, el riesgo de confusión es menos frecuente dado que el
- Episodios hipomaníacos de corta duración {2-3 díasl y episo- antecedente de manía es más fácil de detector.
dios depresivos.
- Episodios hipomoníacos con síntomas insllficientes y episodios b. Trastornos de ansiedad
de depresión. Estos trastornos pueden aparecer de formo comórbido junto con los
- Episodios hipomaníacos sin episodio depresivo previo de TB, por lo que es importante valorar si el paciente cumple criterios
depresión. de ambos cuadros y recibir, en su coso, los dos diagnósticos. Un
- Ciclotimia de corta duración (menos de 24 meses). especificador habitual de los episodios afectivos es el de «con sín-
ll. Trastornos bipolares no especificados: se incluyen aquí episodios tomas de ansiedad» que se han explicado anteriormente. Hoy que
afectivos que causan un malestar significativo en el paciente tener en cuenta Q.Ue las rumiaciones ansioso1 se pueden confundir
pero que no cumplen todos los criterios que permitan diagnos- con la aceleración del pensamiento, y los esfuerzos por minimizar la
ticar lo enfermedad. ansiedad con Jos conductos impulsivas.

c. Esquizofrenia
C. Diagnóstico diferencia! del trastorno bipolar
Puede confundirse una esquizofrenia con el TB cuando en el pacien-
Al igual que sucede con los síntomas depresivos, los síntomas manía- te cori TB hay un predominio de lo irritabilidad sobre la euforia y
cos pueden deberse ocasionalmente a causas orgánicas específicas, por lo presencia de clínica psicótica, especialmente si esto es incon-
como las que se listan en la Tabla 7.10 Si se cumpliera alguna de gruente con el estado de ánimo y se presento en pacientes con una
ellas, el paciente tendría que ser diagnosticado de TB secundario, edad de inicio temprana. Paro poder realizar un correcto diagnós-
ya sea al uso de sustancias o a una afección médica específica. Los tico diferencial, el proceso de diagnóstico debe ser longitudinal y
principales cuadros con los que hay que realizar un diagnóstico dife- no solo transversal, analizando por tanto los antecedentes familiares
rencial cuando haya una sospecho de TB son los siguientes: psiquiátricos, lo edad de inicio y el curso de lo enfermedad. En la
Manual de ps1copa¡ologia. Volumen 2

)J Tabla 7.10. Condici::ines mediccis que pueden causo.r sccundJri0mcntc síntomcis afectivos maníacos o depresivos :según
Vázquez, 19901

Efectos de sustancias
L-dopo Plomo
Benzodiac!!pinas Mercurio
Antidepresivas Antihipertensivos
Alutinógenos (LSD, mescalina, cocaína, etc.) Betabloqueantes
Anticonvulsivos Hormonas (estrógenos, progesterona)
Aniicolinérgicos (Artane, Akinetónl Alcohol
Aminas simpoticomimét1cas (metilfenidoto, etc.) Anti parkinsonianos
Corticosteroides
Anti neoplásicos
Antitubercu!íni cos
Condiciones neurológicas
Tumores <mening1oma, glioma d1encefál1co) Epilepsia
Infecciones (encefalitis posvirat gripe) Parkinson
Epilepsia Demencias degenerativas
Parálisis general (Lúes) Hidrocefalia normotensa
Esclerosis múltiple Hemorragias subaracnoideas
Demencias Enfermedad de Huntington
Confusión postroumática Procesos expansivos
Condiciones metabólicas y endocrinos
Estados po>l-operotorios Porfirio
Hemodiólisis Hipo e hipertiroid1smo
Hipertiroidismo Enfermedades de Cush1ng y de Addison
Enfermedades de Cushing y de Addison Déficit de vitamina B, 1
Déficit de ácido fólico
Infecciones: gripe, neumonías virales, mononucleosis. hepatitis vírico,
sífilis
Enfermedades autoinmunes: lupus sistémico, reúmas
Cánceres: páncreas, gastrointestinal, renal, hipófisis, pulmonar
otros: anemia, colitis ulceroso
Enfermedades incapocitantes: todos
'---------------------------

esquizofrenia hay un predominio de los síntomas psicóticos (si apa- CIE-10, es necesario q_ue los síntomas afectivos y psicóticos vayan
recen alucinaciones son mós complejas y persistentes), más síntomas siempre juntos en un mismo episodio, mientras que para el DSM-5
defectuales (la enfermedad es más grave y conlleva un peor pronós- debe haber durante al menos dos semanas síntomas psicóticos en
tico), mós aplanamiento afectivo, conductas más extravagantes y ausencia de síntomas afectivos acusados.
bizarras y un lenguaje más incoherente y con un mayor predominio Para el diagnóstico diferencial se debería prestar atención a
de los asociaciones laxas. Sin embargo, en el TB, las síntomas de la historia personal y familiar del paciente, al funcionamiento pre-
tipo psicótico, si aparecen, son más episódicos y los pacientes sue- mórbido, a Ja edad de inicio y a la secuencia de síntomas_ Hay
len recuperarse tras el episodio, y hay más antecedentes de historia varios criterios que nos pueden servir: (ll si los síntomas psicóticos
familiar de tra'itornos afectivos. aparecen o han aparecido en el contexto de un episodio anímico, en
cuyo caso es más probable que se trate de un trastorno anímico con
d. Trastornos esquizoafectivos características de gravedad psicótica {es decir un TB con síntomas
El diagnóstico diferencial entre ambas entidades no es nada fácil. psicóticos); si por el contrario los síntomas psicóticos aparecen sin
Estos pacientes se parecen más a los afectivos que a los esquizo- estar acompaílados de síntomas afectivos se tratará de un cuadro
frénicos y presentan características sociodemográficas y clínicas esquizoafectivo; (2) en el TB las síntomas psicóticos suelen ser evo-
prácticamente iguales a las de los pacientes bipolares (Benobarre lutivos, es decir, aparecen después de q,ue el paciente lleve tiem-
et al .. ZOOIJ. Poro empezar existen discrepancias entre las manua- po padeciendo los síntomas afectivos, mientras q,ue en el trastorno
les de clasificación a la hora de diagnosticar esta entidad. Para la esquizoafecti~o estos comienzan a la 'vez, y (3) en el TB los síntomas
Capítulo 7. Trcis¡crnos bipnlcir?<;

p>1cóticos suelen ser congruentes con el estado de ánimo con mayor luor adecuadamente la euforia, el aumento de la autoest1mo o lo
frecuencia que en los esq,uizoofectivos. grandiosidad en este grupo de edad. Síntomas como lo distrrnbilidod
o la hiperactividad son comunes al TDAH y al TB. Por ello, se planteo
e. Trastornos de la personalidad el diagnóstico diferencial entre ambos, lo que puede no se1 fácil
En este caso lo confusión principal se puede dar con lo ciclolimia, en de realizar. En nifios con TDAH puro, no aparecen sínto1T1os como
especial cuando también hay cambios de humor bruscos o frecuen~ hipersexualidad o insomnio, por ejemplo. En olgunos pacientes, el
tes (trastornos de lo personalidad histriónico, límite y antisocial). TDAH puede representar una mornfestoción temprano de un tras-
Los trastornos de personalidad afectan «por entero» a la persona torno afectivo que se expresa plenamente en lo época adulta. Una
en cualquier circunstancio y situación, no son cuadros episódicos. historio familiar positiva de TB apoyaría esta probabilidad diagnós·
No se debería realizar un diagnóstico de TB durante un episodio tica, en oposición al TDAH.
afectivo sin irator. Esta es la principal clave poro diferenciar entre Estos son los principales cuadros diagnósticos que se acompa-
los trastornos de la personalidad y el TB. ñan de cuadros afec~ivas depresivos o maníacos pero no son los
En la personalidad histriónica hay muchos más conductos mani- únicos. El DSM-5 recoge otras categorías diagnósticas que se carac-
pulativas y de llamado de atención y es raro que presenten sinto- terizan por lo presencia de síntomas anímicos significativos como
matología afectivo o psicótico (a no ser que se trote de uno comor- son los trastornos por consumo de sustancias o los inducidos por
bilidad). El trastorno limite de la personalidad es el que presenta medicamentos o enfermedades médicos
más dificultades. Para establecer el diagnóstico diferencial sería
recomendable valorar, junto con lo clínica, la presencio de antece-
dentes familiares, los datos biográficos. la respuesta terapéutica y IV. Etiología y factores de riesgo
lo reactividad del humor. Generalmente fas alteraciones del estado
La etiología del TB es el resultado de uno complejo interrelación
de ánimo en los pacientes con trastorno límite suelen ser reactivas
entre factores genéticos y ambientales. Aunq,ue se han producido
al entorno y tienden a finalizar rápidamente en función del estímulo
avances importantes, actualmente no disponemos de factores etio-
o intervención.
lógicos causales, de modo que el modelo explicativo propuesto es
f. Trastorno por déficit de atención e hiperactividad el de interacción gen-ambiente y el papel de lo epigenético. Esto
ITDAHJ interacción iría produciendo cambios progresivos en la persono
afectado a nivel biológico, psicológico y social, cuyo resultado son
En la infancia y en la adolescencia, el diagnóstico de TB entraño las manifestaciones clínicas que observamos en lo práctica diaria
dificultades específicos, q_ue tienen que ver con aspectos como evo- (en la Figura 7.2 se resume la interacción de todos estos factores).

r GENÉTICA EPIGENÉTICA FACTORES AMBIENTALES


Variantes genéticas con influencio sobre: - Maduración celular. - Traumas iniciales.
f------> k--
- Transmisión de señales. - Mielinizoción. - Abuso de sustancias y drogas.
; - Vía del glutamoto. - Acontecimientos vitales
1, - Regulación hormonal e inmune.
! estresantes.

MODIFICACIÓN NEURONAL
- Hiperexcitobilidad.
- Disfunción mitocondriol.
- Podo simpático excesi~o.
- Alteración de la membrana.

!
CONEXIÓN Y TEJIDO CEREBRAL
- Pérdida de sustancia gris frontotemporal.
- Patología axonal.
- Procesamiento emocional alterado

L -------- --- . . -- ·-.


L
r , ,
'
l l
REPERCUSION SISTEMICA 1 FUNCIONALIDAD REPERCUSION CONDUCTUAL
- Deterioro cognitivo. - Síntomas afectivos !
Estrés oxidotiv_º_·_ _ _ _ _ _ _
- Inflamación
- Síndrome metabólico.
Ji
-~ust~soci:~=-'-º_b'_'_d_dº----~
- Pensamiento y j'
-~~~rtam~~~lterodos

)) Figura 7.2. Resumen de la et1opatogenia del trastorno bipolar.


~J1anual de __;sicüpa1olngia. Vü.UlllPn :-'.

Por lo riue >f' ref1f:lre n los focr-ore5 9enét1cos, el TB es el tnis- madre tiene mayor nivel de evidencia que otras variables, e.orno e!
torno mental en el que más infiuye el papel de los genes, como nivel de e;tré> durante el embarazo o lo presencia de complicacio-
de111ue~1ran los 1asas de concordancia entre gemelos homocigóti- nes ob>tétricas, actualmente sería un error afirmar que la infección
cos del IJ-0-70%, o que los familiares de primer grado de pacientes por ese parásito aumente directamente el riesgo de TB: simplemen-
bipolares tengan hasta un 10 % de riesgo de desarrollar el trastorno, te es una variable que merece ser analizada de otra mont>ra, por
lo que supone siete veces más que para lo población general ((ra- ejemplo, con el desarrollo de e>tudios de seguimiento, que son más
ddock y Jones, 1999)_ En los lamiliores de primer grado también es complejos de realizar.
mayor el riesgo de otros trastornos mentales como la depresión, la El conjunto de factores postnatales es amplio y hacen referencia,
esquizofrenia, y el autismo (Craddock y Janes, 1999), lo cual parece por un lado, o variables relacionadas con situaciones vitales estre-
indicar que el papel de la genético trasciende las categorías diag- santes y. por otro, a determinados comportamientos de riesgo. El
nósticas actuales. la herencia genética en el TB no sigue un patrón maltrato infarrtil es, sin dudo, una experiencia vital estresante. las
mendeliano, sino que se basa en el polimorfismo de los nucleótidos, personas que han sufrido abusos de cualquier tipo en la infancia
concretamente de genes que codifican los canales de calcio y del tienen más probabilidad de desarrollar un trastorno mental. Con-
factor neurotrófico cerebral en las neuronas, entre otros. Los estu- cretamente, los abusos psicológicos son los q_ue parecen estar más
dios van mostrando que ciertas variantes en estos genes pueden relacionados con el espectro bipolar, yo que multiplican por cuatro
conferir un riesgo mayor de presentar un cuadro bipolar, pero hoy el riesgo de TB en lo etapa adulta y aumentan la probabilidad de
en día no se ha aislado un determinado gen q_ue ayude a predecir desarrollar un cuadro bipolar en pacientes con antecedentes depre-
el riesgo individual para el trastorno, >u curso, o el efecto de los sivas (Paln1ier-Clous et aL, 2016).
tratamientos (Fon y Sklar, 2008). No obstante, en numerosas ocasiones la observación nos dice
Es necesario aclarar que los polimorfismos de nucleótidos se que en los etapas precoces de la enfermedad las descon1pensacio-
diferencian de las mutaciones aisladas en el hecho de q_ue están nes gua1dan una relación con algún evento estresante en los seis
presentes en menos del 1% de lo población, e indican determinadas meses anteriores a lo descompensación. Sin embargo, cuando la
regiones de los genes con más probabilidad de presentar cambios enfermedad progresa y especialmente si no ha habido un buen con-
en una de las bases <adenina, guanina, citosina, timinal y, por ton- trol clínico, aumenta la independencia entre las sucesivas recaídas
to, de estar asociados a un fenotipo dado. Existe un riesgo prome- y la influencio de las causas externas. Variables como la pérdida de
dio diez veces superior de sufrir lo enfermedad entre los familiares un progenitor a edad temprana, el suicidio de un familiar directo,
adultos de los pacientes con TB tipo 1 y II y lu magnitud del riesgo cambios en el estado civil como el divorcio o casarse y perder el
aumenta con el grado de parentesco. trabajo, son potentes acontecimientos en la vida de la persona que
En cuanto o los factores ambientales, diferenciaremos entre los se han relacionado con la presencia de recaídas (Palmier-Claus et
prenatales y perinatales, y los postnatoles. Por lo que se refiere a al., 2016l.
los primeros, en los dos últimas décadas son muchos los autores Poro finalizar el apartado de los eventos estresantes, mencio-
q_ue han intentado estudiar si los pacientes bipolares presentan cier- naremos específicamente la relación entre las psicosis posparto y el
tas característicos que expliquen lo presencia del trastorno. Como posterior desarrollo de un trastorno mental crónico_ la prevalencia
ocurría con los genes, si bien se van produciendo algunos avances, mundial de psicosis posparto es de 0,5 %. En algunos casos se trata
actualmente no se han establecido relaciones de causa y efecto ni se de psicosis agudas q_ue ceden tras varias semanas, no se vuelven
ha podido aislar el riesgo individual de alguna variable clínica. los a repetir y en las que tampoco se aprecia deterioro en algún área
metaanálisis tratan de sintetizar la evidencia disponible y median- del funcionamiento personal. No obstante, otros cosos pueden ser
te técnicas estadísticas resumen el grado de evidencia disponible, el inicio de un trastorno mental crónico como la depresión o la
es decir. resumen y combinan todos los estudios previos sobre una esquizofrenia, pero la asociación más alto se produce con el TB. El
determinado materia para poder llegar a una conclusión general. nacimiento de un hijo supone un cambio hormonal muy intenso en
Pues bien dos estudios recientes de este tipo han encontrado q_ue la un espacio de tiempo muy reducido, sin olvidar el cambio a nivel
presencia de anticuerpos de Toxoplasma gondii 1 en la madre durante psicológico. fam'rliar y social q_ue ello supone para la madre y su
el embarazo aumentan la probabilidad de TB en la descendencia (De entorno. Hay estudios que indican que los doce meses posteriores al
Barros et al., 2017)_ Sin embargo, los propios autores recomiendan parto son críticos en cuanto a presentar un episodio psicótico q_ue,
prudencia a la hora de trabajar con este dato ya que la mayoría de en un porcentaje importante, corresponderá al episodio inicial de un
los estudios q_ue componen esos metaaná!isis son de diseño transver- TB (Janes y Craddock, 2001l
sal <realizan una <<loto de la situación», no la «película completa»), En el contexto de los factores asociados con comportamientos
de modo q_ue no permiten establecer relaciones de causa-efecto. disfuncionoles y su impacto potencial en el TB destaco el abuso de
Por tanto, si bien la presencia de anticuerpos de Toxoplasma en lo sustancias. Aunq_ue todos podamos tener en mente q_ue el alcohol y
otras drogas aumentan el riesgo de presentar un trastorno mentol,
realmente todavía no se ha podido establecer una relación causal
Toxop/asma gondii es un parásito oportunista. Esto significa q_ue un
entre el consumo de sustancias y una descompensación psicopotoló-
alto porcentaje de lo población ho tenido contacto en algún momen-
gico posterior. Es decir, sabemos que, en ciertos pacientes, el consu-
to con este microrgonismo, pero la mayoría de las veces la infec-
ción es asintomática o simplemente cursa como un proceso gripal mo dispara los probabilidades de una descompensación, pero tam-
leve, dejando recuerdo inmunológico en forma de anticuerpos en la bién sobemos que no todas las personas q_ue consumen desarrollan
sangre. Solo en circunstancias de inmunodepresión <SIDA, pacientes un trastorno mentol con el tiempo_ De nuevo q_ueremos subrayar q_ue
trasplantados, neoplasias, etc.), el parásito se multiplica y produce la interacción entre distintos tipos de variables <biológicas, socia-
trastornos graves, como abscesos cerebrales o pulmonares: de ahí les, psicológicas) confiere un determinado riesgo para un trastorno
q_ue se use el término oportunista. mental que solo se desarrollará en IÓs circunstancias adecuadas.
Capítulo 7. Tras~ornos b1polar~s

Dicho esto, el consumo de sustoncias e> clararr1ente nocivo paro Probablemente, la razón de que ~os psicólogos hayan pre<:todo tr:m
la población general y paro las pacien1es en particular. Al tratarse poco otenc1ón a este segundo tipo de trastornos afectivos resióe,
de sustancias tóxicas producen lesiones celulares, que en muchos primero, en que en los TB po1ecen jugar un papel 1nuy 1mpo1tonte
casos son irreversibles, cambian la psicopatología provocando que los factores biológicos y genéticos, y segundo, en que estos tras-
el diagnóstico seo mós difícil y tardío y, por último, interaccionan tornos suponen únicamente un 10 % del total de los trastornos del
con el metabolismo de los fármacos ensombreciendo el pronóstico_ estado de ánimo.
Un factor muy importante a la hora de analizar el consumo de sus- Las mismas teorías ctue se han utilizado para describir los episo-
tancias es saber actué edad se inició el consumo y cuándo se con- dios depresivos unipolares pueden utilizarse para explicar los foses
virtió en crónico y mantenido, puesto q_ue el efecto nocivo del tóxico depresivas de los TB_ Poro dar cuenta de lo fase maníaca se han
es mayor en los más jóvenes, con un cerebro todavía en desarrollo. propuesto también algunas teorías psicológicas, pero están poco
El cannabis, el alcohol y los opioides se han asociado con mayor elaborados ya que lo escaso investigación psicológico sobre este
riesgo de TB, mientras que para la cocaína no hay ocuerdo entre los tipo de episodios no ha permitido un desarrollo mayor. Lo mayor
diferentes estudios, posiblemente porque en ocasiones resulta com- porte de estos teo1ías provienen del psicoonólisis, cuyos autores
plicado distinguir entre uno auténtica descompensoción maníaca consideraron que la manía era uno reacción frente a lo melancolía
de una excitación excesiva secundaria al consumo, ya ctue se trato de (Coderch, 1987).
uno droga estimulante (Gíbbs et al., 2015). Muchos pacientes persi-
guen el efecto agudo de la sustancia, ya sea onsiolítico en el caso Como señalan Sanz y Vózctuez (2008J, Freud <1917) concibió los
del connobis y del alcohol, o estimulante poro lo cocaína. En este fases maniacos de los TB dentro de un contexto energético. El yo ha
superado la pérdida del objeto amado y el superyó, que contiene el
momento agudo puede haber problemas de auto y hetero-agresivi-
dad, pera también aparece un problema muy grave cuando la droga objeto introyeclado, ya no mantiene una actitud hipercrítica hacia
se elimina del organismo. Entonces los pocientes se encuentran aún él. Toda la energía que se había utilizado para intentar resolver
más ansiosos, tristes o insomnes que antes de haber consumido la los conflictos propios de la fose depresiva se libera dirigiéndose
droga, siendo un momento de alto riesgo clínico que, además, dis- hacia el mundo exterior. Eso podría explicar la hiperactividad, lo
paro el círculo vicioso del consumo. impulsividad y las conductos disruptivas del paciente (de alguno
formo habría una victoria del yo sobre el objeto). El propio Freud
En suma, el modelo actual más extendido para explicar la apa-
reconocía que dicho teoría se quedaba corta a lo hora de explicar
rición y desarrollo de un TB consiste en la interacción entre factores
el porqué, a pesor de que esa misma lucha del yo por dejar el obje-
genéticos y ambientales. Ciertas variantes genéticas relacionadas
to amado aparece en otras circunstancias y estas no desembocan
con Jos canales de calcio y del glutamato en las neuronas, alte- en lo manía_
raciones hormonales e inmunes pueden entrar en contacto en la
misma persona con los efectos nocivos del consumo de sustoncias, Fue un discípulo posterior de freud (Lewin, 1950, 1959) quien
los abusos físicos-psicológicos a edades tempranas o con el acúmulo concibió la manía no como el desenlace de la depresión, sino
de los denominados factores vitales estresantes. Dicha interacción como uno interrupción defensiva de lo misma_ Esto teoría se eng-
daría lugar a cambios estructurales y funcionales de las neuronas y lobaría dentro de la explicación de los procesos regresivos y de
otras células del sistema nervioso <p. ej., hiperexcitabilidod neuronal. defensa. Para lewin la manía sería un proceso regresivo en el cual
disfunción en las mitocondrias, que son la fuente de energía de las el paciente vuelve a un momento en el cual el yo se relaciona con
neuronas, y alteraciones en la permeabilidad de lo membrana celu- la realidad mediante el principio del placer. La negación incons-
lar), todo lo cual se traduciría en los síntomas cognitivos, afectivos ciente de la realidad es lo que conduce al paciente al estado
y funcionales q_ue observamos en la práctica clínica diaria (Vieta et maníaco.
al., 2018). Como recogen Sanz y Vázquez (2008), otros autores como Ale-
También es importante mencionar, aunque sea brevemente, ksandrowicz (1980) sugieren que el TB aparece en pacientes aque-
cómo otras aproximaciones a la enfermedad mental tratan de jados de una personalidad caracterizado por la falta de autoestima,
explicar el actual TB, antes denominado psicosis moníacodepresi- uno excesiva sensibilidad al opoyo, aprobación y amor de los demás
va. Según un modo estructural y subjetivo, la melancolía es uno y un follo en la regulación de los estados de ánimo_ Este seria el
de los ejes comunes en lo experiencia humana y tal vez por eso caldo de cultivo sobre el cual el paciente respondería de forma
empaticemos con ese sentimiento de inhibición y duelo que supo- «maníaco-depresiva» ante las dificultades de la vida cotidiana.
ne la melancolía_ En ciertas personas, el sentimiento melancólico Ambos polos no serían otra cosa q_ue los intentos del yo por alcanzar
excede en intensidad y duración a las experiencias «normales» que la homeostosis psíquica del organismo.
todos podemos experimentar en ciertas ocasiones y la manía surge Klein (19611) planteó que el principal mecanismo de defensa del
co1no un intento reparador del aparato mental para salir de ella. maniaco es la negación, que se gesta desde la primero infancia
la manía no hoce referencia tonto a felicidad o regocijo como a ante la necesidad de autodefensa de un yo débil. Estos afirmaciones
excitación y activación, reflejando la cara opuesta de la melancolía son compatibles con lo alto deseabilidad social y la tendencia o
(Colina, 20111. desarrollar relaciones de dependencia de muchos pacientes con TB.
Ese mecanismo de defensa les dificulta tener conciencia de enfer -
Teorías psicológicas de Jos trastornos bipolares me dad.
La mayor parte de los teorías psicológicos de los TB han sido for- Fuero del ámbito psicoanalítico, Beck ha extendido su teoría
muladas para explicor el componente depresivo, mientras que cognitiva de lo depresión para explicar también la manía <Beck,
apenas existen teorías psicológicas sobre los trastornos bipolares 1976; Leohy y Beck, 1988l En vez de desarrollar la tríada cognitiva
propiamente dichos. es decir, aquellos en los que existe actualmen- de la depresión, desarrolla lo de la manía_ El pociente maníaco
te o ha existido en el pasado un episodio de monia o hipomanía. se ve a sí mismo como extremadamente atractivo, con recursos
f\~anua de psicopatclogia. Volu1T1en 2

para hacer cualq.uier coso_ Percibe el mundo ausente de todo tipo V. Evaluación de la manía
de obstáculos, lleno de experiencias positivos, y predice un luturo
repleto de maravillosos posibilidades Beck afirmo q_ue los individuos y la depresión bipolar
maníacos presentan también reglas vitales o actitudes disfuncío-
noles Q.Ue, como en la depresión, son rígidas y poco realistas, pero Lo gravedad de lo manía ha sido valorada tradicionalmente de un
en este caso su contenido exagera los aspectos positivos y eleva la modo muy global y hasta los años setenta no comenzaron o opa·
autoestima, estando en muchos casos asociado con conductas que recer escalos de cuantificación. No obstante, lo evaluación de la
son autodestructivas o violan los derechos de los otros (véase lo manía es difícil, o imposible, mediante cuestionarios de auto-infor-
Tabla 7.11.J. me o mediante auto-registros, por lo que se req_uiere la evaluación
por parte del observador de comportamientos tales como la agi-
tación, la fuga de ideas. el lenguaje tangencial, etc., Q.Ue son poco
)J Tabla 7.11. Actitudes disfuncionales en la manía según la accesibles para el propio paciente (Vázq_uez y Sanz, 2008). Hemos
teoría de Beck de tener en cuenta q_ue, a diferencia de la depresión, la sintomato-
logío maniaca suele asociarse a una escasa conciencia de padecer
un trastorno, lo Q.Ue dificulta enormemente realizar la entrevista
- Si hay alguno posibilidad de éxito debería aceptar el riesgo, diagnóstica de forma adecuada.
porQ.ue ganaré.
A continuación señalamos las principales escalos q_ue se usan
- Merezco más de lo que terigo. paro evaluar la sintomotología maníaco en el TB. Añadimos uno
escalo específico poro la evaluoción de los síntomas depresivos en
- Mis recursos son ilimitados. pacientes con TB Cvéose García-Portillo et al .. 2015).
La escala de Young para la manía <YMRS; Young et ol., 1978)
- Cada éxito demuestro de nuevo lo superior que soy. consta de once ítems, q_ue evalúan los síntomas de la manía, por
lo Q.Ue su uso no resulto muy apropiado para los pacientes con TB
- Cuando lo gente me miro, me admiro. tipo H. Los síntomas han de ser puntuados por el clínico basándose
en el relato del paciente y en su propio observación. El marco de
referencia temporal son los últimas 48 horas. Hay cuatro ítems a los
Nota. Ejemplos tomados de Beck [1976, p. 98) y Leahy y Beck Q.Ue se les da un valor doble (se puntúan de O o 8 en vez de O o 4)
[1988, p. 522]. para compe11sar lo escoso cooperación de los pacientes maníacos
graves. Es heterooplicoda por un clínico entrenado paro su uso. Está
validado en español por Colom et al. <2002l. Es la escala que se usa
con mayor frecuencia paro valorar lo eficacia de los tratomientos
J)Triadacognitlva positiva. En la tríada cognitiva de Beck, anti-maníacos.
cogniciones que implican una versión grandiosa y extrema· El Cuestioriario de Trastornos del Humor <MDQ; Hirschfeld et al.,
<lamente optimista del yo, del mundo personal y del futuro, 2000) es un instrumento diseñado poro el cribado de los trastornos
y que formarían parte intrínseca de la manía. del espectro bipolar. Consta de- 13 ítems formulados en forma de
preguntas o los que el paciente debe responder sí o rio. A continua-
ción se formulan otras cuatro que hocen referencia a lo presencia
Como señalan acertadamente Sariz y Vózquez {2008) el pro· simultónea de varios síntomas, su repercusión y los antecedentes
blema de este tipo de elaboraciones teóricas cognitivo-conduc- familiares y personales. Es un instrumento outooplicodo. Está adop-
tuoles poro explicar la etiología del TB, así como otros muchas tado y validado al español (Sónchez-Moreno et al., 2008l. Se ha
teorías q_ue iriciden en la importancia de los factores ps1cosociales demostrado que una puntuación ?_7 tiene uno bueno sensibilidad
y estresantes para hablornos del origen de la enfermedad. es q_ue y especificidad paro el trostorrio del espectro bipolar en pacientes
parecen no tener en cuenta q_ue en el TB {o diferencia de lo q_ue psiquiátricos ambulatorios.
sucede en la depresiónl el peso de la biología (genes predisponen- Lo Listo de Valoración de Hipomanío (HCL-32; Angst et al.,
tes, factores biológicos externos como el consumo de sustancias 2005) es un cuestionario q_ue ha sido desarrollado simultáneamen-
o !o proporción de pocierites que estón OQ.Uejodos de lo enfer- te en diferentes países e idiomas (alemán, inglés, italiano, sueco y
medad) es mucho mayor_ Por eso la teoría de Beck es bastante español) poro identificar períodos de hipomanía en pacierites diag-
certero o lo hora de explicar la depresión pero se queda corta nosticados de depresión. Se trata de un instrumento autoaplicado;
ante la manía y tampoco es capaz de explicar la alternancia entre el paciente dispone de escalos tipo Likert de frecuencia e intensidad
ambos episodios. y dicotómicas (Sí/No> para responder, dependiendo de lo pregunta
En suma, ha habido un menor desarrollo de las teorías psico- q_ue se formule. El morco de referencia temporal es todo lo vida,
lógicas q_ue puedan explicar Jos TB. mientras q_ue se han realizado excepto algunas preguntas q_ue se refieren o un momento concreto
más avances en los campos de la genética y de la fisiopatología. (últimos 12 meses). Estó adaptada y validado al espaiiol (Vieto et al.,
Donde sí q_ue se ha producido un gran avance o nivel psicoteropéu- 2007!. Es uno escalo especialmente útil para conocer s! los pacien-
tico es en la elaboración de intervenciones psicológicas, como la tes con depresión unipolar han tenido antecedentes de hipomonía
psicoeducoción, que permiten a! paciente identificar los síntomas <y por tonto se trata de pacientes con TB tipo ID.
de recaída y tener mayor conciencio de enfermedad, como veremos La Bipolar Spectrum Oiagnostic Sea/e (BSDS: Ghaemi et al.,
mós adelante. 2005) consiste en uno historia de-scriptivo q_ue capturo rasgos sutiles
CapítulD 7. Tras~ornos bipolares

de los trastornos del espectro bipolar sobre lo> q,ue los pacientes
pueden asentir o no, frase por frase. Como la escalo anterior, esta
VI. Tratamiento del trastorno
herramienta diagnóstica es especialmente sensible a la detección bipolar
del TB tipo l!.
La Escala de Depresión Bipolar IBDRS-S; Berk et al., 2007) está A. Tratamientos psicológicos
diseñada específicamente para detectar y medir la gravedad de los El TB es una enfermedad biológica cuyo principal tratamiento es el
síntomas de depresión bipolar al incorporar los síntomas atípicos farmacológico. Aunq,ue no existe evidencio de que lo psicoterapia
{hipersomnio y aumento de apetito) y los mixtos (irritabilidad, labi- sea efectiva en el tratamiento de los episodios maníacos, los prin-
lidad, hiperactividad, verborrea y agitación) qye >on más propios cipales guías de práctica clínica recomieodao el uso de lo medica-
de este tipo de depresión Es una herramienta heteroaplicoda que ción eo combinación con algunas intervenciones psicológicas poro
consta de 20 ítems. el tratamiento de los episodios depresivos, coo el fin de lograr uno
Por último, la Escala de Quejas Cognitivas en el TB {COBRA; buena adherencia psicoformacológica y paro prevenir los recaídas
Rosa et al., 2013) fue desarrollada para detector las principales q,ue- del trastorno (Yatham et al., 2018).
jas cognitivas experimentadas por los pacientes con TB. Es autoapli- Los modalidades de intervención psicosociol q,ue cuentan con
cada y consto de ló ítems. mayor grado de evidencia científica son la psicoeducación, la psi-
Con el fin de medir los cambios y fluctuaciones que pueden coterapia cognitivo-conductual y fa terapia centrado en la familia
darse en los TB, se ha propuesto un método sencillo poro q_ue tanto (Novick y Swartz, 2019). Otros tratamientos psicológicos como el
el paciente como sus familiares evalúen diariamente el estado de mindfulness, la terapia dialéctica conductual o lo psicoterapia psico"
ánimo, así como otros parámetros como el sueño, lo actividad diur- dinámico req,uieren estudios adicionales paro demostrar su eficacia.
na, etc. Consiste en señalar a diario, en uno línea de 100 milímetros, La psicoeducoción consiste en suministrar información al
lo intensidad de estos síntomas u otros idiosincrásicos del paciente paciente y a lo familia acerco de cuál es la naturaleza del TB, cómo
concreto_ Esta estrategia de evaluación continua puede ser de gran se comporta a lo largo del tiempo y q_ué factores previenen o preci-
importancia no solo para recobar mós datos sobre el curso de estas pitan una descompensoción. De este modo, la persona aprenderá a
trastornos, sino por la importancia q,ue las propios fluctuaciones identificar síntomas prodrómicos q_ue alerten sobre la llegada de un
pueden tener para optimizar lo medicación y establecer el pronósti- posible episodio maníaco o depresivo. Lo psicoeducoción también
co <Vázq,uez y Sanz, 200Bl. Esta técnico permite desarrollar un grá- ayudo a conocer los principales efectos, beneficiosos y adversos, de
fico vital (o Life-chart) que puede servir paro mejorar la conciencio lo medicación para favorecer la adherencia al tratamiento y propor-
de enfermedad en el paciente (véase la Figuro 7.31. ciona al paciente herramientas paro desarrollar y mantener un estilo
En los últimos años la irrupción de las nuevas tecnologías ha de vida saludable. Existen varios programas de psicoeducación vali-
dado lugar también al desarrollo de numerosos herramientas y apli- dados poro el trastorno bipolar, entre los q_ue destacan el Manual
caciones adoptados a los teléfonos inteligentes (smartphones), dise- de Psicoeducoción de Colom y Vieta, desarrollado en Barcelona,
ñadas para incrementar la conciencio de enfermedad, la adherencia q,ue se compone de 21 sesiones distribuidos a Jo !argo de seis meses
al tratamiento y la psicoeducación de los pacientes con TB CDepp et ((olom y Vieto, 2006).
al., 2015). La elaboración de una listo prodrómica de síntomas espe- Así como la psicoterapia cognitivo-conductual ha demostrado
cífico para cado paciente ha mostrado ser uno herramienta muy útil ampliamente su eficacia en el tratamiento de muchos trastornos
para poder detector a tiempo un nuevo episodio de la enfermedad mentales como la depresión unipolor, !os resultados en el trastor-
y poder pedir ayudo antes de lo instauración de los síntomas más no bipolar son controvertidos. Lo eficacia de estos intervenciones
graves del TB. parece depender de variables como la gravedad del trastorno, el

Ingreso
Manía

Hipomanía

25' 30' 33"

Hipotimio

Depresión

)) Figura 7.3. Modelo de gráfico vital jlife chortl para un paciente diagnosticado de trastorno bipolar.
Adaptado de V1eta et al., 2004.

21!9
~llanual de osirorcitología_ vo,umen 2

grado de deterioro cognitivo y sodnl del paciente o el número de L Afectivos.


episodios agudos previos, entre otros. Típicomente. lo psicoterapia - Hipertím1cos· irntabilidod. euforia, disforia, labilidad emocio-
cognitivo-conduciual ayuda al paciente o identificar y a modificar nal, exponsividad, des1nhibición, disempotía.
asociaciones erróneos entre pensamientos y emociones (tonto por - Hipotimicos: ánimo deprimido, apatía. anhedonia, alexitimia,
el polo de la tristeza como de la euforia) y se aplica en aproximada- abulia, hiperernpotia.
mente 20 sesiones individuales a lo largo de un período mínimo de
2. Físicos_
seis meses (Lynch et al_, 2010)_
- Alteraciones del apetito (onorex10 o hiperfagial.
Lo terapia centrado en lo familia <Miklowitz. !997) pretende - Alteraciones de la libido <hipersexuolidad o inapetencia
involucrar o los padres de niflos, adolescentes y adultos jóvenes sexuoll_
que tienen alto riesgo de desarrollar un trastorno bipolar o que - Alteraciones del sueño (insomnio o hipersomrna).
acaban de ser diagnosticados de un primer episodio. Este trata-
- Percepciones somáticas como dolor, aumento de algunos
miento incluye tanto sesiones de psicoeducación como de psicote-
sensaciones (hiperestes1al. aumento o pérdida de energía
rapia para mejorar las habilidades de comunicación afectivo en el
(onergial.
seno de la familia y proporcionar herramientas para la resolución
de problemas Lo terapia centrada en la familia, en combinación 3. Cognitivos.
con la medicación, ha demostrado ser efectivo en lo mejoría del - Alteraciones de la memoria (amnesia, dismnesia o hiperm·
pronóstico de e..te trastorno <Miklowitz y Chung, 20161. Así pues, el nesial.
entarnD del paciente constituye uno pieza clave en el tratamiento IJ.. Yatrogénicos (debidos a lo medicación).
del trastorno bipolar. Por ello, algunas modalidades terapéuticas - Extrapiromidalismos (parkinsonismol: rigidez, temblor de
como la psicaeducación deben ser ofrecidas también o los cui- manos, enlentecimiento de lo marcha, pérdida de expresión
dadores de los pacientes. yo que pueden prevenir y minimizar el facial <hipomimíol, dificultad para permanecer quieto (oca-
síndrome de burnout (Baruch. et al., 2018), aumentar la adherencia tisia).
al tratamiento, prevenir las recaídas y disminuir la tasa de hospi-
- Sedación, mareo o inestabilidad.
talizaciones.
- Colinérgicos <sialorrea, taq_uicardia, sequedad bucal, estre-
ñimiento __ _)_
8. Tratamiento farmacológico Otro aspecto importante es conocer el sustrato neurofisioló-
gico y neuroanatómico que subyace detrás de cado síntoma. La
El tratamiento farmacológico del TB incluye un amplio grupo de
Tabla 7.12 muestro los neurotransmisores y óreo cerebral involucra-
medicamentos, desde fármacos clásicas como los sales de litio,
dos en coda una de los síntomas. Una vez conocemos la base en
los antidepresivos y los antiepilépticas, hasta las más modernos
lo que se fundamento el tratamiento psicoformacológico, profun-
antipsicóticos atípicos. E..ta diversidad de fármacos permite abor-
dizamos en el maneja de las distintas opciones terapéuticas y sus
dar los distintas situaciDnes, como un episodio agudo (manía o
depresión mo~orl, o bien la prevención de recaídas en un paciente característicos más importantes.
estabilizado. Para poder escoger un tratamiento lo más individuali-
zado posible, será clave un minucioso estudio de las síntomas con-
a. Sales de litio
cretos o tratar en coda coso. Estos síntomas se clasifican en cuatro Los efectos beneficiosos del litio se remontan al siglo n con los escri-
grandes grupos: tos de Aretea de Capadocia, quien describió lo mejoría de enfer-

)) Tabla T.12. Sustrato neurofisiológico y neuroanatómico de los síntomas del trastorno bipolar

Amígdala Análisis significado emocional; respuesto de peligra y/o alarma. Norodrenalino, dapomina
-----
Núcleo accumbens Atención. Cognición: recompensa; toma de decisiones, impulsos. Oopamina (03, 05)
~~~-'--~-+--'--~~~~~~~~---j

Corteza prefrontal Desinhibición_ Excitación. Grandiosidad. Oopomina (02), serotanina

Corteza órbito-fronfal Irritabilidad. Labilidad emocional. Disempatía. Oopomino CDll, serotonina

Lóbulo temporal Alteraciones senso-perceptivas. Síntomas psicóticos. Oopamino


Hipotálamo Sueño. Sexualidad. Apetito. Nomdrenalino, dopamino (01)

Hipocampo Hipermnesia biográfica. Disminución memoria de trabajo Norodrenolina, serotonina, dopomina (04)

Tólamo Atención. Orientación. Selección de acción. Estada de alerto. Noradrenalina, dopamina CDSl

Sustancia negra y estriado Extropiramidalismos (parkinsonismol. Dapamina (02, 05)

Hipófisis Alteraciones hormonales par antlpsicóticos. Oopomino

250
Capitulo 7. Traslor~1os bipulares

mosque pre>enta!Jon episodio~ de monía y depre:;ione>, Luondo uún El litio es un fárrnaco que requiere controles pEriódicos. yo que
no estaba consolidada siquiera la entidad de TB_ Dichos enfermos tiene un rango terapéutico en sangre estrecho (i_ e., solo e> útil si su
1nejoraban al beber ciertas aguas medicinales (ricas en li~io) aun- concentración en sangre se encuentra entre 0,6 y 1mmol/Ll, siendo
q_,ue por entonces se desconocía este metal. fue en 1817 cuando relativamente fácil q,ue sus niveles se modifiquen por factores como
Johann Arfvedson aisló el litio como elemento químico en Suecia. lo cantidad de sol en la dieta o el uso de otros fármacos como los
Durante el siglo XIX se empleó para otros enfermedades, como lo antihipertensivos. Además de realizar litemias, es necesario contro-
artrosis. En 1949 John Cade fue el primero en administrar carbona- lar otros marcadores como la función tiroidea y la función renal, yo
to de litio a varios enfermos agitados y maníacos e informó de su q,ue su uso crónico puede acarrear alteraciones de estas q,ue deben
efecto anti-maníaco específico. En 19Slt se realizó el primer estudio detectarse a la mayor brevedad posible. Artículos recientes han
clínico doble ciego con litio en la manía. En 1970 la Food and Drug desarrollado cuál debe ser la información básica que debe recibir
Administration <FDAJ estadounidense aprobó su uso terapéutico un paciente q,ue va a cornenzor con este tratamiento (Gonzólez-Pin-
en la manía y en 1974 autorizó el carbonato de litio, un fármaco to et al., 2019).
imprescindible como anti-maníaco_ En resumen, fue el primer esta-
bilizador del ánimo y sigue constituyendo un tratamiento de primera
línea para todas las fases del TB, especialmente para pacientes con Ji Litio. riedra angular del tratamiento farmacológico en el
episodios maníacos. TB. Aunque presente en población sana, no se ha demos-
Sobre su mecanismo neurofisiológico, podría simplificarse en el trado que juegue algún tipo de papel en la etiología o pato·
reemplazamiento de sodio por litio en la sinapsis neuronal, dando genia del trastorno.
como resultado uno oct1vación de la membrana celular pero más
lento que con el sodio_ También regula la concentración de neu-
rotransmisores implicados en el estado de ánimo, aumentando la b. Antidepresivos
serotonina y norodrenalina (efecto «antidepresivo»), a la vez que Los antidepresivos comprenden una amplio familia: desde los inhi-
tiene una regulación a lo boja de otros como la dopamina (efecto bidores de la recaptación de serotonina <ISRSl, los inhibidores de lo
«anti-maníaco» l. No obstante, es importante destacar que el litio no monoamirio-oxidaso HMAOl, los tricíclicas, o los duales, hasta los
juega ningún papel en el origen del TB. La cantidad de litio depende más recientes denominadas multimodoles_ El uso de este tipo de
de cada individuo, no asociándose su déficit a mayor riesgo de desa- medicamentos en pacientes con un TB merece una especial aten-
rrollar dicho trastorno. ción ya que así como pueden ayudar a resolver episodios graves de
En cuanto a la utilidad del litio para el tratamiento del TB, hay depresión mayor, también pueden provocar descompensacione> en
que decir que es especialmente útil cuando nos encontramos ante el polo maníaco con cierta facilidad. Es importante pues, diferenciar
un episodio maníaco, sobre todo en pacientes que presentan un cuáles pueden suponer un menor riesgo de viraje y o su vez suponer
marcado perfil eufórico (véase la Tabla 7.13). Por último, hay q_,ue una mayor utilidad terapéutica.
recordar que el litio es, junto con la clozapina (un antipsicótico atí- Dentro de este grupo cabe destacar algunos aspectos que se
pico), uno de los pocos fármacos con efecto anti-suicida validado resumen en la Tabla 7.llJ.. Además, deben evitarse algunos grupos
en estudios (Young, 2013). Por este motivo también seró de ayuda en por su alto riesgo de viraje (p. ej., venlafaxinal, y deben emplearse
pacientes con historio de intentos de suicidio previos. siempre en combinación con antipsicóticos o con reguladores del

)) Tabla 7.13. Utilidad clínica de las sales de l1t10

- Manía eufórica del TB (Fase aguda). - Manía disfórica (fase ogudol.


- Manía con antecedentes de riesgo outolítico (manía post-depresión - Cicladores rápidos.
grave con ideos de suicidio)_ - TB en mujeres embarazadas o en edad fértil.
- En prevención de recaídos en TB tipo I y Il. - Depresión mayor instaurada ffase aguda)_
- Como coadyuvante del tratamiento antidepresivo en pacientes con - Episodios mixtos.
trastorno depresivo recurrente_

) ) Tabla 7.14. Recomendaciones para el uso de antidepresivos en el trastorno bipolar [TB)

- Episodio depresivo agudo. - Depresión mayor tras fase hipomaníoca_


- Pacientes con bueno respuesta previa a antidepresivos. - Cicladores rápidos.
- Combinado con reguladores del humor como litio o ácido valproico. - En prevención de recaídos depresivas en TB tipo l.
- Combinado con antipsicóticos atípicos. - Episodios mixtos_
- Monoteropia poro TB.

25!
Ma1·1ual de µsicopatología. Volun1er1 2

) ) Tabla 7.15. Recome11oaeiones para el uso de antiepilépt1cos en el trastoíno bipolar [TB]

Ácido volproico Episodios mixtos. Embarazadas.


TB tipo Il. Mujere5 edad fértil.
TB +consumo de tóxicos (THC, olcohol..J. Depresión agudo en monoterapia.
Cicladores rápidos.
Prevención de episodios depresivos en TB tipo l.
Manía aguda.

Carbamozepina 2_º líneo en manía agudo. Embarazados.


3:' líneo terapéutico en pacientes con depresión mixto. Mujeres edad lértiL
TB y patología dual <enolismol.

Oxcarbazepina En pacientes que mejoran con corbamazepina pero no toleran sus efectos Embarazadas.
secundorius_ Mujeres edad fértil.

Lamotrigina Prevención de episodios depresivos en TB tipo II. Embarazados.


Trastorno depresivo recurrente unipolar. Mujeres edad fértil.

humor)_ Por último, el antidepresivo de primera elección debe ser de sodio voltaje-dependientes), pero posee mayor solidez o nivel de
un ISRS {p_ ej., fluoxetina, citoloproml. evidencia científico en lo prevención de episodios depresivos en TB.

c. Anfiepilépticos d. Antipricóticos
Este grupo incluye algunos de los fármacos conocidos sobre todo En este grupo cabe diferenciar entre los ontipsicóticos típicos y los
por su uso en lo epilepsia. En pacientes con TB resultan útiles como atípicos. Los primeros son conocidos como los de primero genera-
reguladores del humor. Estos fármacos actúan modulando al alza ción. Su efecto anti-maníaco se basa en el bloqueo de receptores de
lo acción del neurotransmisor GABA <principal inhibidor del SNCl, dopomina sobre todo por antagonismo D2 . Se incluyen en este grupo
así como inhiben los canales de sodio sensibles al voltaje, entre el haloperidol, zuclopentixol, flufenazina, dorpromozina, entre otros.
otras acciones_ No ob>tante, su mecanismo específico tanto como Los ontipsicóticos atípicos. o de segunda generación, deben su efec-
anfiepilépticos como reguladores del humor, es desconocido. Den- to anti-maníaco o un bloqueo de lo dopamino (receptores Di, D1l y a
tro de este amplio grupo de fármacos se emplean, sobre todo, los !a interacción sobre receptores serotoninérgicos (5HTl. También se
siguientes (véase lo Tabla 7.15): incluyen los agonistas parciales q_ue modulan la dopamina prefrontol
El ácido valproico es. junto con el litlo, uno de los reguladores y en sistema límbica sin llegar o bloquear los receptores dopami-
del humor más ampliamente utilizado. Por otra porte, se trota de nérgicos. Se incluyen en este grupo dos tipos de antipsicóticos: los
un fármaco del que se debe destocar también su capacidad de sedantes (por efecto antihistamínico) como lo olanzapino, clozopina
provocar malformaciones en embarazadas, sobre todo relacionados y quet1apino y los más incisivos (oripiprozol, ziprosidona, risperido-
con la formación del SNC, como lo espino bífido, por lo q_ue su uso nol. También existe lo opción de administrar algunos de ellos de
debe evitarse en mujeres en edad fértil, siendo imprescindible e! uso formo intramuscular ( depotl con duración de entre dos semanas
concomitante de anticonceptivos orales fACOl si la mujer tiene posi- frisperidono, zuclopentixol, flufenazinal, un mes (oripiprozol, olanzo-
bilidades de embarazo. Al igual q_ue el litio, se trata de l1n fármaco pina, paliper!dona), y hasta tres meses en la actualidad (poliperido-
q_ue es necesario monitorizar en sangre por su rango terapéutico, na). lo Tabla 7.16. recoge un listado de estos fármacos y las princi-
eso sí, más amplio que el del litio, en e>te casa debe mantenerse pales recomendaciones paro su utilización en el tratamiento del TB.
entre 50 y 100 mg/L lo corbamazepina se emplea en el TB como
regulador del humor. Su mecanismo de acción es antagónico sobre
los canales de sodio voltaje-dependientes. Tiene cierto efecto tera- VII. Resumen de los aspectos
tógeno por lo q_ue deberá evitarse también en mujeres embarazados
o en edad fértil sin ACO. Debe ser monitorizado como el litio o el
fundamentales y tendencias
ácido volproico debiendo encontrarse los niveles en sangre entre futuras
5 y 12 µg/ml. PLJede provocar erupciones cutáneos <rashl y altera-
ción del sodio (hiponotremial, como efectos secundarios a tener en Si analizamos lo historia del término TB observamos cómo ha evo-
cuenta_ La oxcarbomozepina es similar al anterior fármaco, pero lucionado desde los términos «melancolía» y «psicosis manía-
con varios ventajas, como menos efectos secundarios y no necesidad co-depresiva» al más específico de TB. Los actuales sistemas de
de monitorizar niveles plasmáticos. También puede producir hipo- clasificación han buscado definiciones más claras y operativos que
natremia. Finalmente, lo lamotrigino, cuyo mecanismo de acción es permitan universalizar la definición del cuadro así como homogenei-
similor al de los otros ontiepilépticos (i. e., ontagoniza los canales zar el desarrollo de ensayos clínicos Yde proyectos de investigación.

252
Capitulo 7. T"astornos bipolar2s

) ) Tabla 7.16. Reco1nendaciones para el uso de antipsicót1cos en ti trastorno bipolar

Típicos Manía aguda disfórica Pacientes con TB tipo JI


Haloperidol Predominan excitación y agitación Pacientes con AP de episodio depresivo
Flulenozina graves Pacientes con elevado riesgo de suicidio
Zudopentixol Heteroagresivldad grave Episodio depresivo reciente
Clorpromozino Desorganización conductual Antecedentes de depre>ión post"psicótico
Levomepromozino Síntomas psicóticos morcados Mujeres jóvenes en edad fértil <pueden provocar
alteraciones del ciclo menstruan

Atípicos sedativos Manía agudo eufórico Pacientes obesos o con diabetes mellitus
Olanzopina Predomina insomnio, ansiedad y tensión Mujeres jóvenes en edad fértil (pueden provocar
Quetiapina interna alteraciones del ciclo menstrual)
Clozapina Desinhibición

Atípicos no sedativos Manía aguda eufórico o disfórico Mujeres jóvenes en edad fértíl {pueden provocar
Asenapina Heteroogresividad o agitación feve- alteraciones del ciclo menstrual)
Aripiprazol moderada
Risperidono
Paliperidono
Ziprosidona

Depot (inyectables de larga duraciónl Tratamiento de mantenimiento y Manía aguda


Aripiprozol prevención de episodios maníacos Depresión agudo
Paliperidono en TB tipo 1con malo adherencia al
tratamiento oral
Ri>peridono
Olonzopino

Poro realizar un correcto diagnóstico, primero se debe descar- Dado la cronicidad del cuadro, la tendencia a !a recurrencia y
tar que el paciente esté padeciendo un proceso de causo orgánico los altos índices de discapacidad social, laboral y familiar que lleva
que justifique lo etiología (fundamentalmente uno enfermedad consigo, además de las altas tasas de suicidio, es fundamental que
médica o el uso de una sustancia o un fármacol. En ese sentido, el paciente seo consciente desde el inicio de su enfermedad de
los exploraciones complementarias <p. ej., análisis de laboratorio cuáles son los principales cuidados que debe llevar a cabo para
a técnicos de imagen> no nos servirán poro diagnosticar lo enfer- evitar los recurrencias de la enfermedad, que son el factor de peor
medad, sino para descartar otras posibles causas. Una vez que pronóstico en términos de disfLJncionolidad cognitiva y de síntoma~
sepamos que el cuadra es psiquiátrico se debe realizar un correcto fología residual
diagnóstico diferencial con otras entidades clínicas, fundamental-
mente con los cuadros depresivos (cuando hay un predominio de lo
sintomatología depresivo) y con los esquizoafectivos (cuando hoy :!)Recurrencia. Cuando una per>ona vuelve a mostrar un
un predominio de los síntomas psicóticos). Para ello disponemos de síndrome ps1copatológ1co tras haber pasado una fase de
numerosas herramientas que nos permiten conocer la intensidad de
plena recuperac1on.
los síntomas maníacos y depresivos, y hacer un cribado para confir-
mar que el paciente ha padecido episodios maníacos e hipamanía-
cos con anterioridad. Actualmente disponemos de numerosas herramientas para
Uno vez confirmado el diagnostico categorial de TB debemos tratar <especialmente la maníal los episodios afectivos y prevenir
rear1zar una completa h'1storia clín'1ca que nos permita conocer cuá- sus recaídas. Aún se f1enen que real'lzar muchos más avances en
les son los principales especificadores de curso de ese paciente en el terreno del tratamiento de lo depresión bipolar, el diagnóstico
cuestión: edad de inicio, polaridad predominante, asociación con precoz de la enfermedad, el desarrollo de terapias psicológicas
síntomas mixtos o de ansiedad, inicio en el periparto, patrón esta- que combatan la sintomatologío cognitiva y residual, así como
cional, comorbilidades asociadas, efe. Este diagnóstico será más implementar políticas sanitarios que combatan el estigma de la
dimensional y nos permitirá poder identificar los principales sínto- enfermedad y permitan la integración del paciente a nivel social
mas que debemos tratar en ese paciente en concreto. y laboral.

253
tt Manual de psicopatología. Volume'I 2

••Términos clave
Ciclador rápido 240 Episodio hipomaniaco 240 Recaída 240
Ciclot!mia 242 Episodio maníaco 23T Recuperación 240
Comorb!lldad 238 Episodio mixto 241 Recurrencia 253
Depresión bipolar 234 Litio 251 Trastorno bipolar 234
Depresión unipo!ar 234 Maniaco-depresivo 23'1 Tríada cognitiva positiva 248

••Lecturas recomendadas
Colom, F. y Vieto, A. (2003). Convwir con el trastorno bipolar. Madrid. Aconsejamos este libro paro todo aquel psicólogo clínico que se
Editorial Médica Panamericana_ quiera dedicar o lo psicoterapia de pacientes con TB pues es el
Se trato de un libro de fácil lectura, ameno y sencillo especialmente manual clásico que describe cómo realizar la psicoeducación, que
destinado poro los pacientes aquejados de esto enfermedad que es lo psicoterapia cori mayor grado de evidencio científica en esta
les permite poder reconocer lo enfermedad, detector los síntomas patología.
prodrómicos y saber cuáles son los principales cuidados que deben Vieto, E. y Pérez. V_ (2019). Depresiones bipolares y unípo/ares Madrid:
poner en marcho poro tener uno bueno calidad de vida. Editorial Médico Panamericano, 2019.
Colom, F. y Vieto, E. (2006). Psychoeducation Manual for Bipolar Disor- Se trato de un libro muy actuolizodo sobre el diagnóstico clínico y
der. Cambridge Uriiversity Press. el abordaje de los depresiones unipolores y bipolares_

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Capítulo 7. Trastornes bipolares ff

•• Autoevaluación
l. El trastorno bipolar {señale la frase incorrecta>: ó. lCuál de los siguientes NO es un delirio congruente con el
oJ Consiste en la aparición de episodios depresivos y de epi- estado de ánimo en lo fose depresivo del TB?
sodios maníacos e hipornaníacos. al Delirio de ruina.
bl Con el tiempo los episodios se atenúan y tienden a des- bJ Delirio de aliñamiento.
aparecer_ el Delirio hipocondríaco.
e} Es una enfermedad mental grave asociada a altas tasas dl Delirio de culpo.
de discapacidad.
7. lCuál de las siguientes definiciones se adecua ol trastorno
dl El suicidio no es infrecuente, sobre todo en las fases de-
bipolar tipo 11?
presivas.
al La alternancia entre episodios depresivos y episodios ma-
2. ¿cuál es la principal causa del trastorno bipolar? níacos.
al Factores genéticos_ b} La aparición de sintomatología mixto en los episodios ma-
níacos.
b) Abuso de sustancias.
e) Lo alternancia entre episodios depresivos y episodios hi-
el Antecedentes de maltrato. pomaníacos.
dl Antecedentes de factores estresantes. d) La aparición de episodios maníacos tras el uso de anti-
depresivos.
3. De las siguientes cifras lcuál es la q,ue más se acerca a
la prevalencia del trastorno bipolar (incluyendo todos sus 8. Según el DSM-5 lCuánto deben durar los síntomas para
subtipos>?: poder ser diagnorticado de un trastorno ciclotímico en el
a) 0,5% adulto?
b) 1% o) Dos años.
b) Un ano.
el 2%
e> Seis meses.
d) 5%
d) Tres meses.
11.. Según la teoría de Beck, ¿cuál de las siguientes NO es una
9. La psicoeducación en el trastorno bipolar:
actitud disfuncional en ta manía?
al Es el tratamiento de primero elección.
al Si hay alguna posibilidad de éxito debería aceptar el ries-
go, porq,ue ganaré. b) Tiene eficacia demostrod{l para revertir un episodio agudo
maníaco.
bl Mere2co más de lo q,ue tengo.
el Está indicada paro mejorar lo adherencia al tratamiento y
el Mis recursos son ilimitados. prevenir futuras recaídas.
dl Cuando lo gente me mira, me desea lo peor. dl No tiene indicación en el trastorno bipolar.
5. iCuál de los siguientes NO es un síntoma anímico propio 10. Respecto al frotamiento farmacológico del T8 iCuál es la
de la manía? entidad que menos responde a los tratamientos disponi~
al Euforia. bles en la actualidad?
bl Hiperactividad. al Prevención de los episodios maníacos y depresivos.
bl Tratamiento de la manía aguda.
el Anhedonia.
c) Tratamiento de los síntomas psicóticos.
d) Insomnio.
d) Tratamiento de la depresión bipolar.

C.7
CAPÍTULOS

TRASTORNOS DISOCIATIVOS
Anabel Gonzalez Vazquez, Milagros Molero-Zafra y Marión Pérez-Marín

I. Introducción 259 VI. Recomendaciones para la evaluación


y el tratamiento 273
IL Delimitación conceptual y modelos explicativos 260
A. Evaluación 273
III. Los trastornos disociativos en las clasificaciones
B. Tratamiento 274
internacionales 263
VII. Resumen de aspectos fundamentales y tendencias
IV. Diagnóstico y características clínicos 263
futuras 276
A. Características clínicas y curso evolutivo 268
B. Epidemiología 271 TÉRMINOS CLAVE 276
C. Comorbilidad y diagnóstico diferencial 271
LECTURAS RECOMENDADAS 277
V. Etiología 272
A. Trauma y apego 272 REFERENCIAS 277
B. Regulación emocional 273 AUTOEVALUACIÓN 279

l. Introducción
La clínica de los trastornos disociotivos actuales. junto o la Q.ue clasificado en ubicaciones próximas debido a este error conceptual
se incluye en los trastornos de síntomas somáticos, se deriva del que se rernonta a varios siglos atrós.
antiguo concepto de «histerio». El término histeria se deriva de la
palabra hystero <útero en griego) y hace alusión al carácter feme-
nino atribuido a esta dolencia. Más adelante se relacionará esta Histeria. Categoría nosológica, no utilizada en la actuali-
_'j)
patología mal definida con la insatisfacción sexual en las mujeres_
dad en los sistemas de clasificación, que alude a un con1unto
Será en el siglo XIX cuando el psicoanálisis empezará a considerar
de trastornos mentales en los que lo~ <;intoma>, que no son
Q.ue los trastornos disociativos y conversivos (considerados fenó·
menos distintos en el DSM-5 y clasificados juntos en la ClE-IOl se de origen orgánico, se producen y mi1ntienen por motivos
derivaban de graves traumas pasados. En los teorías freudianas no conscientes, dirigidos a alguna ganancia real o Imaginaria.
esta primera concepción traumática será cambiada después por
una segunda teoría en lo Q.ue el origen de los síntomas disociati-
vos estaría en la fantasía edípico de los pacientes. En esta etapa Las grandes guerras mundiales q,ue sacudieron el mundo con-
también se produjo una emergencia de la hipnosis como método temporáneo cambiarían profundamente la visión del trauma psi-
terapéutico, y se generaron amplios debates sobre el papel de lo cológico y, con ello, de los cuadros disociativos. Eran entonces los
sugestión. Aunctue la asociación entre disociación y trauma ha sido soldados Q.Ue volvían del frente, y no los mujeres, los que presenta-
posteriormente avalada por los datos empíricos, esta asociación ban sintomatologia disociotiva tanto psicomorfa como somatomorfo.
entre disociación, fantasía, simulación y sugestión ha persistido en Otro fenómeno social q,ue tendría gran influencia fue la visibilidad
lo visión sobre estos casos (Gonzalez, 2010; Gonzalez y MosQ.uera, q_ue se estaba empezando a dar en el pasado siglo al maltrato intra-
2015), al tiempo que se desarrollaban las teorías modernas sobre familiar y el abuso sexual. Frente o las historias de abuso sexual
la disociación. Un ejemplo de ello es la vinculación entre trastornos infantil Q.ue empezaban a desvelarse, los padres acusados de dichos
disociotivos y facticios, q_ue se estudiaron conjuntamente y se han abusas y algunos académicos comenzaron a defender que los casos
!Vlanual de psicopatología. Volumen 2

de abuso no eran reales y q_ue en muchos casos eran inducido11otro" 1L Delimitación conceptual
génicomente a partir de uno entrevista sesgada por el terapeuta.
Este grupo formó el denominado Movimiento de las falsas mernoríos, y modelos explicativos
que hace muy poco se ha disuelto de modo definitivo. Lo investiga-
ción ha ido oclarando que, si bien los recuerdos recuperados des- los fenómenos disociotivo> no son necesariamente patológicos Por
pués de períodos de amnesia, o los memorias infantiles, no pueden un lodo, algunos autores hablan de disociación normativa (Butler,
ser tomados con literalidad, la hipótesis de q_ue ias memorias de 2006) paro referirse a fenómenos como quedarse absorto en una
abuso son sistemáticamente falsos no ha tenido ningún apoyo empí- actividad, soñar despierto o quedarse inmerso en fantasías y enso-
rico <Chu et al, 1996) Sin embargo, pese a lo evidencia empírica, rlaciones. Existen además cambios en el estado de conciencia que
los relatos de abuso generan mucha> veces en los terapeutas más no tienen como base uno condición inducida orgánicamente o un
sospechas que el relato de otros tipos de traunios, y estos movin1ien- trastorno mentol, y que implican lo alteración o separación tempo-
tos han contribuido ta1nbién a la asociación entre simulación y diso- ral de lo que se experimenta normalmente como procesos mentales
ciación que parece haber permanecido en el imaginario de muchos integrados <Butler, 2004!. AsL la disociación, en ocasiones, podría
profesionales. atenuar la influencia de los acontecimientos vitales estresantes vivi-
dos, protegiendo a la persono al reducir el impacto psicológico de
Esto controversia se trasladó en cierto modo a un diagnóstico
los mismos y facilitando la supervivencia. Cuando es crónico, genera
en permanente debate: el trastorno de identidad disociotivo (TID)
sufrimiento y/o deterioro significativo y se la considera psicopato-
o personalidad múltiple, que algunos autores consideraban un tras- lógica. Esta caracterización clínica de la disociación se refleja en
torno inducido por determinados psicoteropeutos. Esta idea fue pro- lo escala más utilizada paro evaluar sintomatología disociativo, lo
puesto por Spanos (1996), que lo d!"nom1nó modelo sociocognitivo. DES (Dissociative Experiences Sea/el, q_ue recoge tonto disociación
DI" aquí se ha pasado o poner bojo sospecha o cualquier persono normativa como síntomas claramente patológicos considerándolos
que manifieste síntomas de TID, considerándolo cercano al trastor- o lo largo de un continuo dimensional en cuyos extremos se sitúan
no facticio, y tratando de evitar preguntar por este tipo de síntomas lo normalidad y la psicopotología, respectivamente <Bernstein y
poro no inducirlos. El resultado ha sido que, al no explorar este tipo Putnom, 1986; Putnom. 1993; Ross, 19961.
de manifestaciones, pasan inadvertidos, retroalimentando la idea de
que son cuadros excepcionalmente raros. Sin embargo, como ocurre Tyer (1989) presentó una clasificación de los categorías diagnós-
con el abuso intrafomilior, los datos empíricos han mostrado uno ticas de lo disociación según fuero la función afectada:
olla prevalencia y uno presentación consistente del trastorno en dis- l. Disociación de la personalidad. en donde se incluiría el T!D.
tintas áreas geográficas, incluso en países donde el diagnóstico no 2. Disociación de conductas complejas, donde estarían la fugo
estaba popularizado y se veía con desconfianza (Sor et al., 2007). disociativa y los estados de tronce.
Sin embargo, pese o todo, como ocurre siempre en ciencia, 3. Disociación de movimientos o sensaciones: aquí estaría la histe-
el debate entre visiones polarizadas ha enriquecido los modelos ria de conversión.
de trauma. Si bien sabemos que no hoy motivo para dudar de un
recuerdo de abuso sexual, es cierto que es necesario hacer uno 4. Disociación de la función cognitivo, en donde aparecería la
exploración cuidadosa y no dirigida, ya que los recuerdos no son amnesia disociotiva.
literales y pueden ser modificados por el entrevistador. También se 5. Disociación de la percepción, encontrando aq_uí la despersona-
ha entendido que, si bien el trauma (sobre todo el trauma temprano, lización y la desreolización.
grave e interpersonal) se asocia con la disociación. esta relación no 6. otros tipos de disociación. que incluirían el tronce y los estados
es directa y puede estar mediada por factores psicológicos indivi- de posesión, los estados disociotivos de corta duración en ado-
duales como lo regulación emocional <Dalenberg et a\., 2012; Del Río lescentes y jóvenes adultos, la pseudodemencia histérica o sín-
Casanova et al., 2018; Lynn et al., 2014l. drome de Ganser (trastorno corocterizodo por parorrespuestos,
En este capítulo describiremos !os cuadros disociotivos como trastornos de conciencio, amnesia disociativa, estrés emocional
trastornos mentales bien definidos, emparentados con los cuadros y posibles pseudoalucionocionesl.
conversivos y relacionados con lo historia de trauma interpersonal Por su parte, Et2el Cardeña {199lfl reali2ó uno síntesis de los
grave y crónico, así como con el apego disfuncional con los cuida- diferentes matices con los q_ue el término «disociación» aparece en
dores primarios. Sin embargo, estos antecedentes no son el único la literatura científica, señalando las siguientes tres agrupaciones:
factor implicado, siendo preciso contar con otros elementos que
pueden dar lugar a lo sintomatologío disociativo. El más relevante l. Disociación como módulos o sistemas mentales no conscientes
parece ser el estilo de regulación emocional. que actuaría como o no integrados. Aquí no existiría uno mente unitaria, pudiendo
mediador entre trauma, apego y el desarrollo de lo disociación. aparecer tres situaciones:
o. Disociación como ausencia de percepción consciente de
estímulos entrantes o salientes {p. ej., !"stor percibiendo
Ji Disociación. Interrupción o discontinuidad en la integra- oigo sin darnos cuento de ello en ese instante, o realizar
ción normal de la conciencia, la memoria, la identidad, la algún acto motor aprendido sin tener un control continuo y
emoción, la percepción, la representación del cuerpo, el constante de éll. En este punto, en lo dimensión patológica
control motor y la conducta. Esta alteración de las funcio- se encontraría, por ejemplo, lo fuga disociativa.
nes normalmente integradas puede ser repentina o gradual, b. Disociación como coexistencia de sistemas mentales sepa-
transitoria o crónica. rados que deben estar integrados en la conciencia de la
persona, su memoria o identidad. Esto sería lo que algunos

160
Capitulo 8. Tra>lornos disociaLi·.¡oc,

entienden c01no eslados mentales o del ego. En el extre1no


encontraríamos al TID, en el o..ue diversos estados mentales Identidad. Con¡unto de pen~a1n1ento>, valores, recuercos
_Jl
se alternan en lo misma persona, con barreras amnésicos y elementos contextuales que constituyen la personalidad,
entre los estados. el carácter, el ;nodo de vida y la forn1a de actuar de un ind,-
c. Disociación entre la conducta saliente o percepción incon- viduo. t:s un constructo complejo que propo:c1ona la ima-
sistente con la introspección verbal relatada por el sujeto. gen consistente de uno n11sn10, y que se va transforn1ando
A diferencia del punto a, ao..uí los actos motores no serían constante1ne11te e11 cctdct p.,r~ona, en un continuo proceso
automáticos y los individuos podrían acceder a lo percep- de adaptación al rnedio y a Id cultura que la roded.
ción o conducta. pero presentando inconsistencia/contra·
dicción (cuando existe una deficierite integración entre
aspectos somáticos y emocionales de una experiencia,
No obstante, el concepto de disociación sigue careciendo, a día
como llorar sin experimentar tristeza, o relatar un evento
de hoy, de una definición consensuada por los distintos expertos.
traumático propio sin ninguna emoción).
Por ejemplo, Farino et al. {2019) señalan ctue esta falta de claridad
2. Disociación como alteración en lo conciencia normal experi- deriva de los distintos usos c¡ue se han dado al término disocia-
mentada como una desconexión del yo o del entorno. Actuí se ción. En psicopatalogía, disociación se ha empleado para definir
encontrarían la despersonalización y la desreolización. Estas son tres conceptos distintos. (a) una categoría diagnóstica, (b} un grupo
experiencias cualitativamente distintas de la experiencia ordina- de síntomas, (c} algunos procesos patogénicos causados por expe-
ria, no son solo una simple disminución del nivel de conciencio. riencias traumáticas infantiles q_ue interfieren con la integración de
l Disociación como mecanismo de defensa. Por un lodo, siguiendo las funciones mentales, o mantienen separadas o distintas partes
la perspectiva psicoanalítico, implicaría un rechazo intencional de la personalidad. Por su parte, Holmes, et al. {2005) proponen
(no necesariamente consciente) de contenidos emocionales una distinción entre la disociación como compartimentolizacrón y
dolorosos. Los síntomas disociativos actuarían como meca- la disociación como distanciamiento. La compartimenta/ización se
nismos psicológicos de defensa. inhibiendo del conocimiento caracteriza por un fallo parcial o completo en la capacidad para
consciente recuerdos, sentimientos y percepciones asociados a controlar deliberadamente procesos o acciones q_ue habitualmente
experiencias traumáticas. Desde otras visiones más conectadas están bajo el control voluntario. Un ejemplo de esto sería lo amnesia
con la etología, lo disociación supondría un ec¡uivalente a la como dificultad para acceder a contenidos mentales. Aunq_ue no
respuesta de congelación de un animal cuando es alcanzado puede ser resuelto simplemente por un acto de volllntad, puede ser
por un depredador (ese mecanismo de supervivencia sirve para en ocasiones parcialmente reversible o fluctuante_ Dada su inacce-
desanimar al depredador en su atac¡ue y preservar energía para sibilidad, se dice q_ue esta información está compartimentalizada.
una potencial huida, o generar auto-anestesia para minimizar el El distanciamiento, por el contrario, sería el alejamiento de los pro-
dolorl. En ambas visiones se entiende la disociación como uno cesos mentales, el cuerpo o la realidad externa. Un ejemplo es la
defensa ante el trauma, más compleja en el primer caso y más despersonalización, en la c¡ue la persona se observa como un espec-
automático en el segundo <Boita, 2015). tador mientras funciona en automático, se siente desconectado del
cuerpo, del dolor o de las emociones. Dell y O'Neil {2009) también
distinguen entre alteración de la integración de las contenidas men-
Ji Trauma. Generalmente se denomina trauma psíquico o tale> y multiplicidad, ctue implica la presencia de más de un centro
trauma psicológico tanto a un evento que amenaza pro· de conciencia del sí-mismo.
fundamente el bienestar o la vida de un individuo corno a la Hoce ya algunos años Liotti {1992) describió la disociación como
consecuencia de ese evento en la estructura n1enlal o vida compartimentalización/multiplicidad c¡ue se deriva de la desorgani-
zación del apego. Af existir un conflicto entre motivaciones, y estar
emocional del 1nisn10.
expuesto el niño a experiencias de apego incompatibles de modo
simultáneo, o rápidamente alternante (p. ej., ha de vincularse o un
Por otra parte, en !os actuales manuales diagnósticos, la diso- adulto para protegerse, siendo este adulto a la ve2 atemorizante o
ciación se describe como «una interrupción y/o discontinuidad en atemorizado), se construirán modelos operativos internos mutua-
la integración normal de la conciencia, la memoria, la identidad mente incompatibles e incoherentes. Estos modelos contradictorios
propia y subjetiva, la emoción, la percepción, la identidad corporal, generarán una outopercepción fragmentada y compartimentolizoda
el control motor y el comportamiento» (APA, 2013, p. 291l. La defi- ctue comprometerá lo organización de la autoconciencia. El indivi-
nición de la OM5 (2019l, CIE-11, es prácticamente idéntica en lo duo se distanciará de todo esto como modo de tolerar esa contra-
sustancial, ounq,ue introduce un matiz de no-voluntariedad, además dicción. Lo mismo afirmaba Bromberg (1998), q_uien considera ctue
de lo posibilidad de c¡ue la disociación pueda ser total o parcial la disociación es una solución contra la incoherencia afectivo-cogni-
junto con la idea de su labilidad o inestabilidad temporal: «Los tras- tiva. Al existir, dice Bromberg, estados del sí-mismo ctue se sienten
tornos disociativos se caracterizan por uno interrupción involuntaria, completamente ajenos entre sí, ctue son tan discrepontes ctue no
o la discontinuidad, en la integración normal de una o más de los pueden coexistir en un simple estado de conciencia, estos no pue-
siguientes aspectos: identidad. sensaciones, percepciones, afectos, den estar activos simultáneamente sin generar una desestabilización
pensamientos, recuerdos, control sobre los movimientos corporales, de la estructura del sí-mismo.
a comportamiento. La interrupción o discontinuidad pueden ser Más recientemente, Farina et al. (2019) han señalado una dis-
completas, pero lo más habitual es c¡ue sea parcial y puede variar tinción, fundamentada en hallazgos empíricos, entre desintegración
de un día para otro, e incluso de hora en hora». y disociación:
Pllanual de psi·~opatología. Volu111e11 2

i. Desintegración. Los emociones desbordantes y las defensas mayor cuanto más grave es la traun1atización y más severo es e!
arcaicas activados por los eventos traumáticos y las memorias de trastorno. Se hablo también en este modelo de síntomas disociativos
estas situaciones afectan, según estos autores, o lo conectividad negativos, reflejando elementos ausentes en la PAN, como pérdidas
cerebral. Esto afectaría de forma importante a las funciones inte- de memoria. sensaciones, funciones perceptivos o n1otora1, y sínto-
gradoras de alto orden que subyacen a ia conciencio, lo continuidad mas d1soc1alivos positivos como re-experimentaciones traumáticas,
de la identidad del self, la percepción y el control de los emociones, alucinaciones auditivas o síntomas egodistónicos, fenómenos que se
el control conductual, lo representación corporal y del movimiento, exper1mento11 como intrusiones por la PAN.
y la mentalización (Sor. 2017; Schin1menti, 2017). Estos procesos se 2. El modelo aufohipnótico propone que la disociación se pro·
mantendrían debido o los efectos a largo plaza en las estructuras duciría en sujetos altamente hipnotizables que se distanciarían de
neurointegradoros de las hormonas del estrés. Corresponderían a la vivencia traumática a través de ese 1neconismo, como modo de
esta desintegración síntomas como la despersonalización y desreali- autoprotección (Dell, 2018l.
zoción, la desregulación err1ocional repentino y la disminución brus-
3. El modelo BASK (behavior -conducta-, affect-afecto-.
co de monitorización metacognitiva.
sensation -sensación somática-, knowledge -conocimiento-);
2. Disociación. Lo disociación, por el contrario, implico que Braun, 1988!. Según este plontean1iento, el funcionamiento integra-
ante el follo de integración se produce una recomposición de los do del procesamiento de la información requiere un funcionamiento
elementos psíquicos de modo más separado (Van der Hart et al., sincrónico de los cuatro ejes. Lo disociación se produciría por la
2006). Se produciría una reorganización funcional de la mente en desconexión de uno de estos elementos del resto.
distintas estructuras paralelas persistentes <Sor, 2017). Estas estruc-
4. El modelo SIBAM (sensaciones, imágenes, conductas -beha-
turas, según Van der Hart et al. (2006) incluirían disposiciones
viors-, afectos, y significados -meanings-; Levine, 1997). Enfatizo los
q,ue favorecerían determinados tipos de recomposición. Entre los
aspectos somáticos de la respuesta traumático, compuestos de distin-
síntomas más relacionados con esta disociación estarían los q,ue
tos elementos: sensaciones (respuestos cinestésicas y propioceptivas),
Holmes et al. (2005) definen como compartimentalización, como
imágenes (representaciones internas de estímulos externos incluyen-
lo amnesia, lo personalidad múltiple, los trastornos conversivos, la
do los visuales, auditivos. táctiles, gustativos y olfativos), conductas
fragmentación del sentido del self, los recuerdos traumáticos rela-
(voluntarios e involuntarias, incluyendo las gestuales, emocionales.
cionales implícitas y los somatizaciones persistentes o la alexiti-
posturoles, autonómicas y arci.uetípicos}, afectos (incluye la emoción
m1a, ci.ue pueden verse como productos de los procesos disociativos
pero es más amp!iol y significado (incluye cognición, pensamiento y
(Schimmenti. 2017l.
conocimiento pero es más extenso). En este modelo, el intento de los
sujetos traumatizados de «controlar» lo sensopercepción, provocaría
que esta ci.uedara bloqueada dando lugar a la clínico traumática
/lPersonalldad múltiple o trastorno de Identidad disocia- posterior. Las teorías y propuestas terapéuticas de Scaer (2001l junto
tivo. Ex1stenc1a de dos o mas personalidades o identidade~ con los modelos terapéutrcos de Roschild {2000) y de Dgden, Minton
o estados de personalidad, manifestandose cada vez solo y Pain (2006) irían también en esía línea.
una de ellas, tornando el control de la conducta de la per· Por su parte, Frewen y Lanius <2014) proponen un Modelo lf-D,
sana de forma recurrente. en el q_ue los síntomas de alteración de la memoria temporal, lo
cognitivo, lo somático y la perturbación emocional se codificarían
en estados alterados de conciencia, sobre todo en personas con
trauma temprano. Y Sor <2017) plantea un Modelo de Estructuras
Desde otras perspectivas de análisis se han propuesto también Paralelos Diferentes, en el que se da un papel predominante a la
distintos mecanismos y modelos explicativos paro entender la diso- relación conflictiva entre el mundo interno y la realidad. Por último,
ciación. Entre ellos, destocan los siguientes: el Modelo del Factor Traumático ($chimenti, 2018) postula que el
l. La teoría de la disociación estructural (Van der Hart et al., trauma de apego produce un deterioro en la posibilidad de proce-
2006) propone la disociación como un mecanismo de respuesta al sar. modular e integrar estados mentales y somáticos perturbadores
trauma, ci.ue abarca desde el trastorno por estrés postraumático sin desorganizar la estructura del sí-mismo.
(TEPT) hasta los cuadros postraurnáticos graves, estando el trastorno En resumen, los distintos modelos hocen referencia en realidad
de identidad disociativo (TJO) o personalidad múltiple en el extremo a distintos fenómenos, aunque tengan en común el empleo del tér-
de este espectro postraumático. Lo traumatízoción implicaría fun- mino disociación. Los elementos que están disociados pueden ser
damentalmente un cierto nivel de disociación de los sistemas biopsi- componentes básicos de la información q_ue ha de ser procesada en
cosociales. Según esta teoría, el sistema de defensa frente a la ame- los modelos más elementales como el BASK o el SIBAM {como pen-
naza (lucha, huida, sumisión· lo parte emocional de la personalidad, samiento, emoción, sensación y acción), la conciencia de uno mismo
PE) y el sistema ci.ue lleva adelante las toreas de la vida cotidiano y los fenómenos de los que es objeto (en lo que algunos autores
(vinculación, cuidado de los hijos, alimentación, etc.: la personalidad han definido como distanciamientol, o bien elementos mentoles más
aparentemente normal, PAN) se disociarían como respuesta al acon- complejos y elaborados Oo q,ue distintos autores han definido como
tecimiento traumático y permanecerían rígidamente fijados en ese comportimentalizoción, fragmentación o partes disociativas}. Lo que
estado. En la disociación se produciría una escisión entre ambos sis- todos ellos tienen en común es que hablan de falta de integración
temas. Esta división entre las partes de lo personalidad emocional y de los procesos mentales, pudiendo ir desde los elementos percep·
normal (PE y PAN) estaría presente en todos los trastornos derivados t1vos y los componentes básicos de una experiencia, o fenómenos
del trauma, desde el TEPT al TID. siendo el nivel de fragmentación psicológicos complejos.
Capitulo 8. Trastornos disociat1vos

) ) Tabla 8.1. Cotegor10J. diagnostica de los trao;t'.irnn<; d1soc1;it1vos en lo> síste1nOJ.s de diagnostico ps1qu1átnco actuales

Trastorno de identidad disociativo. 2. Amnesia disociativa.


3. Amnesia disociativa. - Especifrcar si con fuga disocioiiva
4-. Trastorno de trance y posesión. 3. Trastorno de identidad disociativo.
· S. Trastorno de trance. 4-. Otros trosrornos disociaiivos especificados.
6. Trastorno disociativo del movimiento, la sensación o lo cognición. 5. Trastorno disociativo no especificado.
7. Trastorno de despersoriolizoción y desreolización.
8. Otros trastornos disociotivos.

ha creado lo categoría «Otro trastorno disociativo especificado»,


111. Los trastornos disociativos que es el equivalente al trasto1no de identidad disociotivo parcial
en las clasificaciones de la CIE-11.
los síntomas disociativos pueden alterar posiblemente todas las
internacionales áreas de funcionarniento psicológico. Estos se pueden experimentar
Lo Organización Mundial de la Salud (OMS> en 2019 en su ver- bie11 como síntomas disociativos positivos: intrusiones espontáneas
sión 11 de la Clasificación Internacional de las enfermedades ha en la conciencia y el comportamiento, junto con pérdida de lo conti-
propuesto una nueva categoría específico paro los «Trastorno> diso- nuidad de la experiencia subjetivo (p. ej., fragmentación de lo iden-
ciativos» que supone eliminar lo previa de «Trastornos neuróticos, tidad, despersonalización, desreolizociónl, o bien como síntomas
somatomorfos y con relación al estrés», en la que antes estaban disociativos negativos: incapacidad para acceder a información o
integrados hasta la edición anterior. la CIE-11 ha tenido en cuenta controlar funciones mentales normalmente accesibles o controlables
las conceptualizaciones neurobiológicas recientes para formular las íp. ej., amnesia}. (APA, 2013). En la Tabla 8.2 se describen en detalle
categorías diagnósticas de los trastornos disociativos, pero todavía los criterios diagnósticos que establece el DSM-5 poro los diferentes
trastor11os disociotivos {APA, 2013).
retiene, en porte. el co11cepto histórico de disociación !Malhotra
y Gupto, 2018)_ Así, esta nueva versión de lo CIE incorporo impor-
tantes cambios respecto a la anterior, separando los trastornos
disociativos de la sintomotología exclusivamente somático y de los IV. Diagnóstico y características
que se relacionan con la percepción del individuo y el entorno. Se clínicas
eliminan los conceptos de «conversión» y «personalidad múltiple».
El primero se sustituye por «Trastorno disociativo del movimiento, Héctor tenía 48 años, era aficionado al fitness y a correr con un
la sensación o lo cognición» y el segundo por el de «Trastorno de grupo de amigos, y era enloce sindical en una fábrica del polígono
identidad disociotivo». Este, a su vez, se desdoblo en dos diagnósti- industrio! donde trobojoba como personal de seguridad en la sola
cos distintos· total y parcial. En la Tabla 8.1, pueden observarse los de videocontrol, donde llevaba trabajando los últimos diez años.
diferentes categorías diagnósticas mediante los cuales se definen Hacía siete años Q.Ue se había casado con María, uno antiguo ami·
actualmente Jos difere11tes presentaciones clínicas de los trastornos ga a la Q.Ue acompañó en su proceso de separación, especialmente
disociativos en la CIE-11 y en el DSM-5. A pesar de los intentos de duro por haber sido víctima de violencia de género por parte de su
armonización entre los criterios de ambos sistemas de diagnóstico exmarido, 11.ue fue amigo de ambos. Ella tenía dos hijos (de once y
psiquiátrico, persiste11 diferencias significativos en la clasificación, nueve años) de esta expareja violenta. Ambos habían conseguido
como se evidencia en la Tabla 8.1 <Molhotro y Gupta, 2018l. crear un nuevo núcleo familiar confortable y seguro, pero con lo
sombra de Q.Ue los niños todavía tenían que acudir dos veces al
mes a un punto de encuentro paro reunirse con su padre.
JlConverslón. Transformación de un conflicto lnconscien· Cuando Héctor acudió por primera vez al psicólogo de la Unidad
te en manifestaciones somáticas, sensoriales o motoras. de Salud Mental, había posado previamente por la Unidad de Neu-
Fenómeno típico que se asociaba al concepto de histeria o rología de su hospital para descartar la existencia de patología
neurosis de conversión. médica Q.Ue explicara los brotes de agresividad Q.Ue había presen-
tado, descartándose un origen biológico de sus síntomas.
Acude a la primera visito con su esposo y un amigo de ambos,
En el DSM-5 <APA, 2013) hoy también algunos cambios impor- también compañero de trabajo de Héctor. Aunq,ue a él no le gus-
tantes frente o lo versión anterior íDSM-IV-TR de 2002). la fuga psi- taba demasiado pedir ayudo, había considerado importante q,ue
cógena (actualmente fuga disociativa) se integra como uno subcate- el profesional que le atendiera pudiera conocer todo lo que había
goría o subtipo del «Trastorno de amnesia disociotivo». También se pasado a través de personas de confianza, ya que él tenía lagu11as

163
lvlanual Ce ~sicoyatología. Volu1ne11 2

) ) Tabla 8.2. Criterios d1agnóst1cos de los tras cornos rli<;ori1tivn<; <;eg Un DSM-5

A. Incapacidad de recordar 1nformoción autobiográfica importante, generalmente de naturaleza traumático o w;tresante, que es
incompatible con el olvido ordinario
Nota: Lo amnesia disoc1otivo consiste la mayoría de veces en amnesia localizado o selectivo de un suceso o sucesos específicos; o amnesia
generalizado de lo identidad y la historio de vida.
B. Los síntomas causan molestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.
C. Lo alteración no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia (p. ej., alcoi"IJI u otro drogo, un medicamento) u otra afección
neurológico o médico (p. ej., epilepsia parcial compleja, amnesia general transitorio, secuelas de una contusión craneal/traumatismo
cerebral, otra afección neurológica).
D. La alteración no se explica mejor por un trastorno de la identidad disociativo, un trastorno de estrés postraumático, un trastorno de estrés
agudo, un trostorno de síntomas somáticos o un trastorno neurocognitivo importante o leve.
Especificarsi: Con fuga disociutiva: Deambular aparentemente con un propósi~o o vagabundeo desorientado que se asocio a amnesia de lo
identidad o por otro información autobiográfica importante.

A. Presencia de experiencias persistentes o recurrentes de despersonalización, desrealización o ambas:


l. Despersonalización: Experiencias de irrealidad, distanciamiento o de ser un observador externo respecto a los pensamientos, los
sentimientos, las sensaciones, el cuerpo o los acciones de uno mismo (p ej., alteraciones de lo percepción, sentido distorsionado del
tiempo, irrealidad o ausencia del yo, embotamiento emocional y/o físico)
2. Desrealización: Experiencias de irrealidad o distanciamiento respecto al entorno (p. ej., los personas o los objetos se experimentan como
irreales, como en un sueño, nebulosos. sin vida o visualmente distorsionados).
C. Durante las experiencias de despersonalización o desrealización, las pruebas de realidad se mantienen intactas.
O. Los síntomas causan malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otros áreas importantes del funcionamiento.
E. La alteración no se puede atribuir o los efectos fisiológicos de uno sustancio (p. ej., droga, medicamento) u otro afección médico
(p. ej., epilepsia).
F. Lo alteración no se explica mejor por otro trastorno mental. como lo esquizofrenia, el trastorno de pánico, el trastorno de depresión mayor,
el trastorno de estrés agudo, el trastorno de estrés postraumótico u otro trastorno disociativo.

A. Perturbación de lo identidad que se caracteriza por dos o mós estados de lo personalidad bien definidos, que se puede describir en
algunas culturas como una experiencia de posesión. La perturbación de lo identidad implica uno discontinuidad importante del sentido
del yo y del sentido de entidad, acompañado de alteraciones relacionados del afecto, el comportamiento, lo conciencia, lo memoria,
lo percepción, el conocimiento y/o el funcionamiento sensitivo-motor. Estos signos y síntomas pueden ser observados por porte de otras
personas o comunicados por el individuo.
B. Lapsos recurrentes en lo memoria de acontecimientos coti1i'onos. información personal importante, y/o sucesos traumáticos inCOrffJatibles
con el olvido ordinario.
C. Los síntomas causan malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otros áreas importantes del funcioriomiento.
O. Lo alteración no es uno parte normal de una práctico cultural o religioso ampliamente aceptado.
Nota: En los riiños, los síntomas no deben confundirse con la presencia de amigos imaginarios u otros juegos de fantasía.
E. Los síntomas no se pueden atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancio <p. ej., laguna mentol o comportamiento caótico durante lo
intoxicación alcohólico) u otro afección médico lp. ej, epilepsia parcial complejo).

Esto categoría se aplico o presentaciones en los que predominan los síntomas característicos de un trastorno disociativo q,ue causan malestar
clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otros áreas importantes del func1onomiento, pero que no cumplen todos los
criterios de ninguno de los trastornos de la categoría diagnóstica de los trastornos disociativos. Lo categoría de otro trastorno disociativo
especificado se utiliza en situaciones en los que el clínico opto por comunicar el motivo específico por el ctue lo presentación no cumple los
criterios de ningún trastorno disociotivo específico. Esto se hoce registrando «otro trastorno disociativo especificado» seguido del motivo
específico (p.ej.: tronce disociotivo).

(Continúa!
Capítulo 8. Trastornos disoc1ativos

) ~, Tabla 8.2. /Cont1nuac1ónj

Esto categoría se aplico o presentaciones en las q_ue predominan las síntomas característicos de un trastorno disocíativo que causan
molestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otros áreas importantes del funcionamiento, pero q_ue no cumplen
todos los criterios de ninguno de los trastornos de lo categoría diagnóstico de los trastornos disociativos. Lo categoría del trastorno
disociotivo no especificado (TONE) se utiliza en situaciones en las q_ue el clínico opta por no especificar el motiva del incumplimiento
de los criterios paro un trastorno disociativo especifico, e incluye presentaciones poro las que no existe información suficiente para hacer
un diagnóstico más específico (p ej., en servicios de urgencias).

de memoria y se sentía muy inseguro respecto o poder describir lo (fueron muy rápidos, pues se encontraban en las inmediaciones
que le estaba pasando, desde que cuatro meses antes había teni- de lo fábrica en su ronda por el polígono), Héctor intentaba salir
do su primer episodio de pérdida de control y conducta violento. corriendo de lo fóbrico, con uno expresión desencajado y gritando
Sus compañeros de trabajo decían no reconocerlo, yo que, o pesar insultos que incluían frases como <<cobarde, quién te has creído
de su aspecto atlético y fuerte, Héctor siempre ero muy amable y q_ue eres» y otros similores Le llevaron o urgencias, le hicieron un
respetuoso en su puesto de trabajo y en su entorno, siendo un gran examen mentol en que se le encontró alerto. bien orientado, sin
defensar de la justicio evidencia de psicosis, sin déficits de memoria (salva del período
durante el cual tuvo el ataque), sin déficits de concentración ni de
Aparentemente no había tenido problemas emocionales antes de
atención y sin deterioro en el razonamiento. El psicólogo estaba
estos ataques. El primero de ellos ocurrió cuando, finalizando su
de acuerdo con lo hipótesis del neurólogo que le había derivado
jornada laboral, estaba recogiendo sus cosos y metiéndolos en la
o salud mentol, ya que, en los episodios de pérdida de control y
mochila cuando empezó o sentir un «escalofrío que le recorría lo
amnesia de Héctor, se producía uno especie de ataque convulsivo
columna y un peso en lo cabezo. muy intenso». Después, lo único con desmayo posterior, que no incluía la pérdida del control de los
que recordaba ero que lo policía le tenía inmovilizado en el suelo. esfínteres, y no parecía producirse uno obnubilación posterior de la
en el vestíbulo de lo fábrica, y uno de sus compañeros estaba conciencio. característicos todos ellos de los verdaderos trastornos
sangrando por lo nariz mientras le asistían. Se sentía como si le cerebrales con ataque. Lo exploración neurológico, que se realizó
hubieran dado una paliza, estaba confuso y tenía frío. Le contaron algunos meses mós tarde, también fue negativo.
que, al despedirse, ante uno broma de mal gusto de un compa-
Héctor contó al psicólogo que no recordaba haber sufrido síntomas
ñero, su rostro cambió y se lanzó violentamente hacia él, con uno
de ansiedad, depresión o cuolq_uier otro tipo de estrés ambiental
gran fuerzo que no pudieron contener entre otros tres compañeros.
o interpersonal crónico. Sin embargo, unos meses antes. cuando
Tuvieron que llamar a lo policía, que lo inmovilizó yo en lo solida regresaba de madrugado de su jornada laboral, recibió lo llamado
de la fábrica (o eso hora ya no había ningún trabajador, pues era de su esposo, aterrorizado, contando que unos ladrones habían
el horario nocturno> y en ese momento se había desmayado, pre· entrado en caso de la vecino en plena rioche, les habían robado
sentando un cuadra convulsivo Cuando volvió en sí le contaron lo y habían sido muy violentos, pero habían sido sorprendidos por el
ocurrido y no podía creerlo_ hijo mayor que volvía de uno fiesta nocturna y fue él el que dio la
El informe de lo policía señalaba que cuando ellos acudieron en voz de alarmo. Lo esposa de Héctor llamó o la policía al escuchar
respuesto a uno llamado de uno de los compañeros de trabajo los gritas y golpes en casa de sus vecinos Luego llamó o Héctor,

265
i\f,anual de ps1copatologia. Vc;lumcn 2

que yo estaba de camine, y cuando llegó o coso, se encontró a extrafios que había tenido desde e: primer episodio. Por ejemplo,
su mujer y a los 1iíios atendidos por uno policía y personal asis- comentó que cuando entrabo o solía del vestíbulo del edilicio don-
tencial, yo que ello había tenido una cri~1s de angustio tras vivir de vivía, o también en la entrada del trabajo, sentía un escalofrío
todo lo ocurrido y los niños se habian hecho pis encima y estaban y, más de una vez cuanoo estaba atravesando esa zona prno salir
aterrados_ Al día siguiente, la parejo tuvo una conversación acer- o entrar le pareció que podía ver por el rabillo del ojo una espede
ca de lo vulnerable que se sentía la mujer durante los días que de «sombro oscura» que parecía amenazadora. Hablaba, también,
Héctor hacía el turno de noche y que tenía mucho miedo de que de una sensación de que «algo dentro de sus entrañas presiona-
algo así le volviera o posar estando solo con los niiios Uno de los ba como queriendo salir, provocando una especie de ardor», uno
ladrones de la noche anterior había amenazado a la mujer con especie de fuerzo q_ue q_uería salir con virulencia, y contó situacio-
vengarse de ello por meterse donde no la llamaban y llamar a lo nes en los cuales se había dado cuenta de que esl'aba haciendo
policía_ Hablaron de trasladarse a un barrio más seguro, de poner cosas que no quería, pera se sentía impotente para pararlo, como
uno 0101 ma o, incluso, de que él cambiara a un trabajo donde no cuando a veces, al mirarse al espeja, empezaba a pronunciar insul-
tuviera que hacer turnos de noche. pero todavía no había podida tos como si los dirigiera a sí mismo («no puedes con esto, eres un
llevar a cabo ninguno de esos cambias. Desde entonces. su mujer cobarde, nadie confía en ti ... » l. También había cortada con tijeras
buscaba noticias sobre los robos can violencia en lo ciudad, y a uno de los uniformes del trabajo. pero no recordaba bien cuándo
Héctar le preocupaba no haber conseguido cambiar o un trabaja lo había hecho ni sabía por qué: solo sentía «esa cosa fuerte» que
diurno y vivir en una zona más segura. Esto le preocupaba por na le empujaba o hacer oigo en algunas ocasiones, pero que recor-
poder atender la necesidad de su mujer y ofrecer un entorno mós daba con mucha confusión. Su esposa quedó perplejo al enterarse
seguro a su fomWa. de la q_ue se senffa muy responsable. Tonto el de todo esto y le dijo q_ue necesitaba hablar más sobre lo que le
amigo como lo esposa de Héctor, confirmaran al psicólogo q_ue pasaba, en lugar de preocuparse sola par los demás_
Héctor ero muy cuidador y sufría mucho cuando no podía ayudar Héctor tenía una historio laboral estable, habiendo trabajado en uno
o alguien o se daban situaciones de injusticia. Habían recalcado lo empresa como responsable de mantenimiento durante diez años tras
importante que había sida el apoyo de Héctar para <i,.ue su esposa terminar sus estudios de formación profesional. Después de que lo
y las riiños salieran de la situación de violencia familiar en la que empresa para la que trabajaba cerrase el negocio. entró o trabajar
habían estado atrapados mucho tiempo con lo anterior parejo. en esto fábrica, cama vigilante de seguridad, tras haber hecho un
El segunda episodio de conducta violenta. del que tampoco recorda- curso de habilitación poro este tipo de t1obojo. Después del tercer
ba nada, empezó aira vez con sensaciones de frío desde la columna episodio de conducta violenta, se le recomendó que dejara el trabaja
y de peso encima de la cabeza. Cuando «volvió en sí» vio q_ue esta- durante un par de meses, hasta que recuperara el control, por su pro-
ba de rodillas, golpeándose la cabeza contra el suelo, mientras su pio seguridad y la de los demás. Se trasladaron durante ese tiempo o
mujer estaba escondida bojo lo mesa con los niños entre sus brazos un apartamento que su amigo les prestó cerca de lo playa poro que
sollozando. Mós tarde ello le cantó que, justo unas minutas antes él y su familia estuvieron más tranquilas durante su recuperación.
de irse al trabaja, comenzó o golpear lo puerta del armario de la Su matrimonio actual ero el primero. Héctar declaró que su matri-
entrada donde guardaba su balsa de trabajo y al acercarse ello a monio era feliz y que no tenía problemas, ounq_ue estaba preocupa-
ver qué le ocurría, él lo golpeó haciéndolo caer al suelo. Hacía un do por las hijos de su parejo, que cuando tenían que pasar algún día
rato que los niños ya estaban en la coma y ellos habían cenado con el padre por el régimen de visitas, volvían muy afectados. Esta,
tranquilamente, cuando él se preparaba para ir al trabajo de nueva aunque solo sucedía una vez al mes, resultaba bastante estresante
en el turno de noche y tuvo ese episodio desconcertante para todas para todas ellos. También confesó que, en el fondo de su corazón, no
Con los gritos y las golpes, las niños salieron llorando y lo mujer de estaba seguro de si estaba siendo un buen podre can las niñas y de si
Héctor tuvo que zafarse de él poro protegerlos de ese hombre al podría defenderlos ante las amenazas de lo saciedad. Se sentía muy
que no reconocía y que antes les había contado unas historias con impotente por no haber conseguida cambiar lo situación judicial que
las que los niños habían disfrutado mucho. Él no le había contada o obligaba o su mujer o dejar CJ.Ue los niños vieran al padre y también
su mujer el episodio previo par no preocuporla. muy culpable par no haber estado la noche del robo y. sobre todo,
En el tercer episodio, que ocurrió unos días antes de su primer con- por haberse comportado él también de modo violenta_
tacto con la unidad de salud mentol. él estaba en uno reunión del El psicólogo observó que Héctor na presentaba desorientacián
sindicato laboral al q_ue pertenecía, en plena discusión acalorada espacio-temporal y presentaba un nivel adecuado de conciencia.
entre algunos de los asistentes, cuando experimentó las síntomas Sin embarga, los informes sabre sus sensaciones de q_ue «había
usuales anteriores o un episodio_ Cuando despertó. encontró q_ue algo dentro de él» y de que «veía una nube negra cuando entra-
varios de sus compañeras estaban intentando que dejara de gol- ba en el vestíbulo de las edificios» le hicieron pensar que podría
pearse de nuevo con la cabezo en el suelo_ Sus monos y su frente haber sufrido breves experiencias psicóticos. Sin embargo, su con-
estaban sangrando. El compañero que le acompañó a la primera versación, fuero del contenido extraño, era relevante, organizado y
visita con el psicóloga confirmó q_ue Héctar empezó o gritar a los lúcido. La capacidad de pensamiento abstracto permanecía intacto
compañeros CJ.Ue discutían y, cuando estas le increparon, se lanzó y su funcionamiento cognitivo general parecía estar dentro de los
sobre ellos y luego cayó ol suela y comenzó o golpearse la cabe- límites normales.
zo, hasta que entre cuatro o cinca hombres pudieron detenerle,
Héctar estaba muy afectado por todo lo ocurrido. Lo afectación
y, posteriormente, tuvo un desvanecimiento con convulsiones que
se debía, en parte, a su preocupación por lo boja laboral y por
duraron menos de un minuto.
no poder ofrecer un entorna más seguro a su familia y, en porte,
Aunque Héctor se definía coma trabajador. fuerte pero tranquilo, por las experiencias inquietantes que había sufrido, que no podía
sin tendencia hacia el dramatismo o pérdida de control, recono· entender y que le provocaban ansiedad y sensación de falta de
ció al psicóloga ciertas experiencias, sentimientos y pensamientos control. Él siempre había defendidÓ la justicia y se sentía muy cul-

266
Capítulo 8. Trastornos disociati·.¡os

poble por haberse mostrado violento y haber asustado a su familia,


con lo q,ue ya habían sufrido en lo anterior relación Él era como ]Transdiagnósth;o. i;:x¡:;re.,,ón re.,ultante de la cu11;u11~ión
el protector de su familia, había ayudado a su mujer cuando eran de do> palabra., «tran>ver.,ah v {{didgr1U'>CllU» y qi_e hace
amigos a que dejara o su anterior marido y luego, poco a poco, lo referencia al eníoque centrado en buscar e ident1f1car aque·
amistad se transformó en amo1 y le prome1ió q,ue nunca más suh1- llos factores esenua¡es que son con1unes 3 1nuchos trastor-
rían violencia. Héctor se veía o sí mismo como un hombre fuerte, nos psicológicos.
protector, amable y trabajador, con un gran seniido de la justicio y
rechazo a la violencio, pero había empezado o temer q_ue podría,
en contra de su voluntad y posiblemente sin ser consciente de ello. Cardeña y Carlson {2011) resumen sus característicos comunes en
dañar seriamente a su iamilia. aunque al mismo tiempo no podía tres óreos: (1) uno pérdida de continuidad en lo experiencia subjetiva
verse como alguien violento. No tenía antecederties de abusos de con intrusiones involuntarias y no deseadas en lo conc1ertcia y en la
drogas o alcohol_ conducta; (2) una incapacidad para acceder a información. o poro
Durante la segunda sesión, cuando el psicólogo le pidió que le rela- controlar funciones mentoles, manifestada mediante síntomas tales
tara con detalle los insultos de los que había hablado que emitía como lapsos en lo conciencio, la memoria, o la identificación del
delante del espejo, de repente, empezó a respirar pesadamente, 1í-mismo, q_ue suelen e5tar 1ujetos a dicho control, y (3) uno sensa-
a emitir sonidos de forma agitada, se puso violento, su cara se ción de desconexión experiencia! que puede incluir una distorsión
deformó, mirando de forma amenazadora. Su voz se tornó más perceptivo respecto al sí-mismo o al entorno_
grave y como la de una persona más mayor_ Empezó a insultar al Steinberg y Schnoll (2000J han descrito cinco ámbitos presentes
psicólogo diciéndole «deja de engañar a la gente aparentando en la disociación: amnesia, despersonalización, desrealizoción, con-
ser justo y bueno», «en el fondo sabes que eres malo persono, yo fusión de identidad y alteración de identidad Estos dominios pueden
te conozco bien», «solo te preocupas por ti mismo y no puedes agruparse en tres grandes áreas·
cuidar ni defender a nadie». El psicólogo en esos momentos le
a. Alteraciones de la memoria: memorias intrusivas, conductos no
preguntó quién ero, y él le dijo: «Yo te digo quién soy, isoy el ver-
recordadas, amnesia biográfica y lagunas de memoria.
dadero Héctor1, un cobarde que rezaba paro q_ue su padre dejara
de azotar a su hermano mientras él se escondía entre los faldas de b. Alteraciones perceptivas: distanciamiento perceptivo, emocio-
su madre sollozando». Mientras tonto, Héctor se había levantado nal, de la conducta y del cuerpo <despersonalización), di>tan-
de la silla de formo agresiva y se dirigía hacia el psicólogo cuando ciamiento de la realidad (desr-eolizaciónJ. Aporte del distancia-
este, sin pensarlo. cruzó los brazos frente o su cara para protegerse miento, se produce una alteración cualitativo de lo percepción,
de forma impulsivo y Héctor se tiró al suelo y empezó a golpearse con sensación de extrañeza o de no pertenencia de los procesos
mentales y de las conductas.
lo cabeza. Luego se desmayó. Estuvo inconsciente durante unos
segundos y, cuando volvió en sí, no recordaba nada de lo sucedido c. Alteraciones de la identidad/autoconciencia: intrusiones egodis-
durante el episodio_ Sentía la boca seco, y los músculos rígidos tónicas en forma de pensamientos, emociories o voces que no se
y doloridos. Eso parte de Héctor volvió o aparecer en uno sesión sienten como propios, alteración del sentido de agencia (sentir
posterior, cuando el terapeuta trotaba de indagar en el mensaje que no es uno mismo el que gestiona los procesos mentales a
que le expresó en el último episodio acerco de su cobardía y de conductas), sentirse controlado por una fuerza ajena o tener
su incapacidad de proteger o su hermano, tratando de comple- percepción de distintas identidades, sin una sensación integrada
tar lo información sobre su familia de origen y si eso ocurría en de conciencia.
lo realidad durante su infancia. En eso ocasión, Héctor se lanzó Por su parte, Schimmenti y Sor (2019) planteari q_ue los síntomas
contra la pared, golpeándose lo cabeza contra ella y. cuando el podrían agruparse en dos grandes núcleos: aquellos que se mani-
terapeuta, con ayudo de un celador del centro de salud mental fiestan en el mundo interno y los q_ue lo hacen en el mundo e~terno,
intentaba sujetarle y colmarle, volvió o tener convulsiones durante denorniriándolos procesos disociotivos intro-tensivos vs. extro-tensi-
unos segundos para o continuación caer al suelo. vos (Sor, 2017l.
Este caso ejemplifica bien lo que sucede en muchos trastornos En la valoración clínica del paciente es importante detectar la
disociativos, en los que las situaciones, en lugar de experimentarse presencio de determinados aspectos cuya evoluaciórt específica será
como una sucesión continua de hechos y percibirse desde un senti- fundamental si se quiere hacer un <liognóstico adecuado de trastor-
do de continuidad de la conciencia, conforman memorias aislados, no disociativo. A continuación, se presento un listado de elementos
q_ue podrían indicar lo presencia de un trastorno de este tipo. En el
fragmentos de experiencia q_ue no son integrados con otros proce-
caso de q_ue aparezcan en lo evaluación clínica, se podrá plantear
sos mentoles. Lo fragmentación rio siempre se baso en memorias
q_ue el trauma actual está asociado con lo disociación, lo que indico
completos, sino que puede consistir en determinada parte de ellos:
que será necesaria una valoración clínica más exhoustiw y centrada
emociones, sensaciones, tendencias de acción, etc., que no pueden
en la disociación en sí misma <Temple, 2019):
ser asimiladas. Alrededor de estos elementos, pueden organizarse
procesos mentales complejos que serían lo base de lo comparti- Amnesia total o parcial en relación con lo historio personal de la
mentolizoción (partes disociativasL Además, estos trastornos pueden infancia y adolescencia.
darse de formo súbita o gradual, transitoria o crónico tAPA, 2013; Múltiples diagnósticos psiquiátricos diferentes o lo largo del
OMS, 2019). tiempo y diferentes perfiles de síntomas (p_ ej., psicótico. afecti-
Aunque hay diferencias en la presentación clínico de los distin- vo, trastorno de personalidad).
tos trastornos que se incluyen en este grupo, comporten un conjunto Amnesia en relación can conversaciones, aspectos de lo vida y
de síntomas, que pueden considerarse transdiagnósticos. el comportamiento, como el daño autoinfligido.

267
fl/lanual de ps1copa1_ología. Volurnen 2

~ Lo opcrerte «resistencia» de cualquier trastorno me11tal a pueden presPntor confobuloc1ón paro cubrir sus dit1cultodes al
mejorar con los tratamientos estándar_ recordar, haciendo así que la amnesia no sea evidente sin una
Trastorne límite de la personalidad con daños graves autoinfligi- exploración minuciosa. Siguiendo a Ellenberger (1971) los per-
dos, y sin responder a lo terapia dialéctico-comportamentaL sonalidades pueden presentarse de forma simultanea (ol mis-
mo tiempo) o de forma sucesiva_ Las distintas personalidades
Aparición reciente de síntomas en lo edad adulto, en partí podrían relacionarse entre sí, simétrica o asimétricamente: en
culor, conductas de riesgo y un aparente «trastorno de per- términos de conocimiento mutuo, ser mutuamente amnésicas,
sonalidad», tras una trayectoria previa de buenos niveles de amnesia unidireccional. o en algunos casos haber co-conscien-
funcionamiento. cia. A veces, uno identidad que no esté actuando puede llegar
a lo conciencio, por ejemplo, mediante alteraciones perceptivas
A. Características clínicas y curso evolutivo visuales o auditivas, como una voz q_ue do instrucciones.
- Síntomas depresivos: uno o varias de las personalidades suelen
a. Trastorno de identidad disociativo (TIDJ
presentar síntomas depresivos, siendo frecuente la culpa.
En este trastorno, antes conocido como trastorno de personalidad Ideación suicida: existe gran malestar, pudiendo con frecuen-
múltiple, se observo la coexistencia en una misma persona de dos cia sentir deseos de morir como forma de paliar su sufrimiento,
o más identidades distintos, o estados de personalidad bien defini- pudiendo llevar a cabo intentos autolíticos.
dos. cada uno con sus pautas relativamente constantes de percibir.
Clínico de ansiedad: en diversas formas. tales como ansiedad
relacionarse y pensar sobre el orr1biente y sobre el yo. Al menos dos
generalizada, crisis de ansiedad y clínica de estrés postraumá-
de las identidades o estados de personalidad toman el control de
tico (pesadillas, flashbacks.. l
la conducto de la persona de manera recurrente. Supone una dis-
continuidad importante del sentimiento del sí-mismo o de la propia Comportamientos agresivos: alguna de las personalidades suele
identidad, junto con alteraciones del afecto, el comportamiento, la moslTorse agresivo, bien hacia sí mismo o hacia otro de sus per-
memoria. la percepción, la cognición y el funcionamiento senso- sonalidades, con lo q_ue pueden darse autoagresiones. También
rial-motor. Además. el sujeto manifiesta una incapacidad recurren- pueden ser impulsivos y agresivos hacia otros (p. ej., por miedo
te para recordar acontecimientos cotidianos, información personal a ser dañados por otros>
importante y/o sucesos traumáticos, i:i.ue es demasiado extensa So1notizaciones: el malestar puede manifestarse también con
paro ser explicada por el olvido ordinario. Esto perturbación de lo somatizociones, tales como convulsiones, síntomas de conver-
identidad puede ser descrita en algunas culturas como una expe- sión (cegueras sin causo orgánica, etc.l, y dolores físicos.
riencia de posesión, pero, cuando hablamos de TID, lo alteración no El curso suele ser fluctuante y tiende a ser crónico y recurrente.
es parte normal de una práctica cultural o religiosa ampliamente Estos pacientes habitualmente son diagnosticados varios años
aceptado <APA, 2013). después de lo aparición de los primeros síntomas.
El TID está íntimamente ligado a experiencias infantiles trau- Por último, el TID puede surgir en cualq_uier etapa evolutivo
máticas y los sujetos suelen haber padecido múltiples e importantes {desde la infancia a lo vejez), ounq_ue la clínica en los niños
tipos de maltrato interpersonal en la infancia y en la vida adulto. y adolescentes presenta algunas diferencias en sus manifesta"
Suelen también presentar patrones conductuales repetitivos de rela- ciones: por ejemplo, los niños no suelen presentar cambios de
ciones ci.ue implican abuso físico y sexual <APA, 2013). identidad, sino solapamientos o interferencias entre los estados
La transición de una identidad a otra es, frecuentemente, repen- mentales, con síntomas relacionados con los interrupciones de
tina. En muchos casos, el estrés genera el cambio a otra identidad, lo experiencia (APA, 2013).
generalmente asociada a alguno situación conflictivo o angustioso
para el paciente, aunque también puede cambiar de uno identidad
a otra de manera gradual. Los comportamientos normalmente aso- ~-Trastorno de identidad disociativo. Perturbación de la
ciados al cambio de estado suelen ser el parpadeo rápido, cambios identidad que se caracteriza por dos o más estados de la per-
faciales. cambios de voz o conducta, o interrupción de! curso normal sonalidad bien deflnidos, que se puede describir en algunas
del pensamiento.
culturas corno una experiencia de posesión. La perturbación
lo personalidad original o verdadera suele mostrarse más sumi- de la identidad implica una marcada dlscontinu1dad en el sen-
sa. manteniendo el nombre real del paciente, y suele ser más pasi\IO,
tido de si mismo y en la sensación de control de las propias
dependiente, culpable y depresivo. Habitualmente, hay otro/s perso-
nalidad/es que se enfrenta/na los problemas más conflictivamen" acciones, que se acampana de alteraciones relacionadas con
te: estas identidades alternantes poseen normalmente rasgos que el afecto, la conducta, la conciencia, la memoria, la percepción,
contrastan con la identidad primaria (p. ej., hostilidad, agresividad, el conocimiento y/o el funcionamiento sensitivo-motor. E:stos
dominancio .. J. signos y síntomas pueden ser observados por parte de otras
Entre las características clínicas más habituales del TID se personas o comunicados por el individuo [Criterio A, DSM-51.
encuentran las siguientes (APA, 2013):
Alteraciones de la memoria: amnesia acerca de episodios o épo- Como comentábamos anteriormente, en el sistema de clasifi-
cas amplias de la vida del paciente. cación CIE-11, se diferencia el trastorno de identidad disociativo y
Codo identidad parece tener su propia configuración de memo- el trastorno de identidad disociativo parcial. Ambos comparten lo
ria, de manero que el sujeto presenta dificultades importantes definición principal de ser una disrupcjón de la identidad con dos o
paro recordar información personal relevante. Muchos pacientes más personalidadei; dii;tintas con su propio patrón de percepción del
Capitulo 8. Trastornos disociati·-1os

mundo y su relación co11 el mismo, pero co11 la difere11cia de que e11


el primero uno de las personalidades es dominante y funciono nor- J;·Desrealiz:ación. Alte:-ac1ón de la percepción o experien·
malmente en el dío <pero interferido por la no dominante a modo cia del 111undu exter110 de ma11era que este pctreLe exlrctrlu
de intrusiones disociotivos) y en el segundo, lo5 personalidades no e irreal (p. eJ., lao per;una; pueden parecer descunuuda; u
dorninontes 110 toman control ejecutivo recurrentemente, pero exis- mecanicasl.
ten episodios transitorios ocasionales en los que sí se produce ese
control ejecutivo. Además, se destaco en esta segunda categoría lo
ausencia de amnesia dtirante los episodios disociativos y, en caso de Los sujetos con este trastorno suelen presentar dificultades para
darse, suele ser breve y relacionada con una respuesta o emociones describir o expresar su clínica y pueden llegar a pensar que «se
intensas, episodios de autolesiones o al revivir recuerdos traumá- están volviendo locos a que están locos». La sintomatología ansio-
ticos Esta categoría estaría más frecuentemente relacionada con so, depresivo, así como lo rum1ocián cognitiva y la clínica somático
historio de trauma en la vida de lo persona (incluyendo abuso físico, (p. ej., hormigueo, sensación de desmayo! aparecen también asocia-
emocional o sexuall <OMS, 2019). dos La desreolizoción suele ocompaiiorse de distorsiones percep1i-
vas visuales (p. ej., mocropsias o micropsios} o auditivos.
b. Trastorno de despersonalización/desrealfzaci6n
El trastorno aparece con mayor frecuencia cercano a la edad
La despersonalización consiste en una sensación de extrafieza, adulto, aunque puede surgir desde lo infancia y/o lo adolescencia.
como si la persono se observase funcionar «en automático», se Lo edad medio de inicio se sitúo en los 16 años, siendo infrecuente
viera desde fuero de sí mismo, o como si estuviese alejado de sí su aparición a partir de los 40 años. El inicio puede ser extremada-
m·isma o desconectada del cuerpo. En lo desreol'1zoción, es el entor- mente repentino a gradual. El curso suele ser crónico. La duración
no el q_ue se percibe coma extraño y Jos personas conocidos pueden de los episodios puede ser breve o prolongada (desde horas hasta
parecer no familiares. Ambos manifestaciones clínicas pueden ser añosl. Si su aparición está ligada a un acontecimiento vital traumá-
experimentadas por la población normal siri q_ue esto requiera el tico suele manifestarse de forma súbita. (APA, 2013).
diagnóstico de un trastorno_ Una diferencia importante es q_ue cuan-
do se trota de una alteración patológico, lo clínica altero la vida de c. Amnesia disociativa <incluyendo fuga dísociafívaJ
la persona y le produce un profundo malestar.
Según vie11e definida por el DSM-5, esto modalidad de amnesia
El trastorno de despersonolizoción/desrealización implicaría supone la presencia de una o más episodios de incapacidad poro
experiencias persistentes o recurrentes de despersonalización. des- recordar información personal. autobiográfica, importante, gene-
reolizacián o de ambas (APA. 2013). En estas dos manifestaciones ralmente de naturaleza traumática o estresante, que no pueden ser
clínicos el sujeto experimento distanciamiento, irrealidad, o extra- explicados o partir del olvida normal. Suele surgir como consecuen-
ñeza. En el coso de lo despersonolizocióri, siente q_ue está separado cia directa de la v·1vencia por porte del sujeto de una situación alta-
de sí mismo, coma si fuero un observodor externo o de sus propios mente estresante conflictiva y/o troumótico_ Afecto a la memoria
procesos mentales, desde los pensamientos y los sentimientos hasta episódica explícita. La memoria episódico implícita, la memoria
los sensaciones, el propio cuerpo o las propias acciones. En la desrea- semántico y de procedimientos suelen permanecer intactas (por
lización, siente eso irrealidad o distanciamiento respecto del entorno. tanto, no suele afectar a lo red de memoria ligada o las habilida-
Lo persona se siente como si fuera un robot, un autómata o des sociales a laborales ni al lenguaje)_ Por lo general, tiende a ser
estuviera vivienda en un sueño, una nebulosa o una película. La retrógrado y selectiva sobre acontecimientos que tienen una alta
gente puede parecer no familiar o inanimado, y el entorno como cargo emocional para el paciente. Lo alteración de la memoria, q_ue
artificial, sin color o sin vida. El individuo conserva el sentido de lo es habitualmente reversible, impide al sujeto recordar experiencias
realidad, aun o pesar de estar viviendo esta clínica de despersona- previas, o en el coso de recordarlos temporalmente, na pueden rete-
lización y desreolización. La persona es consciente de que ese sen· nerse por completo en la consciencia_
timiento es subjetivo y no se corresponde con ningún cambio real. La duración de la pérdida de memoria puede ser de minutos o
Cuando se produce de una forma extrema, la despersonalización años (e incluso décadas): algunas pacientes recuperan rápidamen-
puede vivirse como un «yo escindido», con una parte observadora te lo información olvidada, otros lo recuperan gradualmente y en
y otro participante, alga que se conoce como «una experiencia afros, la dificultad poro recordar persiste largos períodos de tiem-
fuera del cuerpo». po. Estas personas suelen desconocer sus problemas de memoria, o
El sistema unitario de despersonalización se compone de vorios solo ser conscientes parcialmente de ellos. Se sobe a_ue quiene> han
factores: experiencias corporales anómalas (como irrealidad del yo experimentado un episodio de amnesia disociotiva tienen una mayor
y alteraciones perceptivosl, entumecimiento físico o emocional y predisposición a volver o presentarlo ante futuros sucesos vitales
distorsiones temporales con memoria subjetiva anómala (sentido estresantes o traumáticos. Respecto a la edad de inicio, la amnesia
distorsionado del tiempo, como sería vivirlo demosiodo rápido o disociativo puede surgir en cualq_u¡er momento evolutivo, aunq_ue en
lento> (APA, 2013). los menores es más difícil de evaluar {APA, 2013).
La amnesia disociotiva puede presentarse en las siguientes
modalidades o subtipos <APA, 2013):
iiDespersonalización. Experiencia de alteración de la per-
cepción o experiencia de uno mismo, de modo que uno se l. Localizada: es lo más común. Supone lo dificultad para recordar
siente distanciado del propio cuerpo o de los propios proce- los acontecimientos ocurridos durante un periodo específico de
tiempo <normalmente el de las primeras horas siguientes al trau-
sos mentales, como si se tratara de un observador exterior
ma o del propio hecho traumática, pudiendo llegar o abarcar
[p. ej., sintiéndose como si uno estuviera soñando). hasta meses a años. Es frecuente tras catástrofes naturales o

269
~/lanual de psi:opai:olog1a. Volur1en?

df'lilos violento>, pudiendo nianifestorse tras hon1s/días o inclu- línea lo (!F .. J. l (QMS, 2019) también presento la fuga d1soc1ativC1
so rnás tiempo después del evento traumático. coma :Jno característico q.ue puede darse o no darse dentro de
2- Selr>ctiva: cumpliendo también los criterios de la localizada. su lo ca1egorío de la amnesia disociativa. describiéndola coma una
matización es la existencia de un recuerdo parcial de los hechos pérdida del sentido de la identidad pe1sonal, q_ue llevo o lo persono
que ocurrieron en el período de tiernpo ligado al olvido. Es la a viajar repentinamenie lejos de su entorno habitual durante un
forma de aparición más f1ecuente, junto con la localizado. periodo de tiempo, pudiendo asumir una nueva identidad.
3. Generalizado: abarco uno pérdida transitoria de memoria sobre
toda la vida del individuo. es decir, hay uno pérdida completa
de 1nemoria del pasado del sujeto. Es infrecuente, suele apa- J Fuga disociativa. Viaje repentino e ine-;perado lejos del
recer de repente, pudiendo la persona llegar o olvidarse de su hogar o e11ton10 habitual, con la pre'>encia de incapacidad
identidad personal o de algunos conocimientos semánticos o para recordar el propio pasado y po'>ible asunción de una
procedimentales previamente adquiridos. nueva Identidad.
r+. Continua: la pérdida de memoria está vinculada desde un
momento concreto del pasado hasta el presente incluyéndolo
(es el único caso en que se produce una amnesia anterógrada No es habitual que el sujeta llegue a tener q,ue asumir una nue-
de carácter ps1cógenal va identidad durante la fuga, pero si esta llega a producirse -entre
5. Sistematizada: pérdida de memoria que afecta salo a aconte- otros motivos, podría ser par su posible prolongada duración-, el
cimientos específicos y al material relacionado con ellos. Está sujeto creará nuevos elementos que le ayuden a definirse e identifi-
vinculada al olvido de ciertos tipos de información: por ejempla, carse personalmente. tales como darse un nuevo nombre, instalarse
las recuerdas vinculados a una persona que abusó del paciente en una nueva residencia y desempeñar actividades sociales y labora-
en su infancia. Entre la clínico asociada que suele ocompoííar les integradas. A veces esta nueva identidad es más desinhibido que
a estas personas, se encuentran los ffashbacks disociativos, la la original, pero en ocasiones es más tranquila y prosaica.
automutilación, los intentos de suicidio y otras conductas de alto Respecto al funcionamiento de lo memoria en los episodios de
riesgo, además de los síntomas depresivos, sexuales, auto-hipnó- fuga, se manifiestan en los dos aspectos siguientes:
ticos y de despersonalización (APA, 2013).
a. Memoria autobiográfico (episódica): durante el e5todo de fuga
hay amnesia retrógrada para los acontecimientos premórbidos,
es decir, que no recuerdan acontecimientos anteriores al esta-
Ji Amnesia dlsoclativa. Incapacidad para recordar infor·
do de fuga. Cuando la fugo remite, pueden manifestar amnesia
mación relacionada con acontecimientos estresantes, que
retrógrada localizada, total o parcial/selectiva, para los hechas
no es debida a un trastorno mental orgánico y es dema- ocurridas durante el estado de fuga y del acontecimiento trau-
siado extensa como para ser explicada a partir del olvido mático que motivó la fuga.
ordinario. h. Memoria semántica: suele estar preservada. excepto alguna
información semántica relativa a Ja identidad personal (p. ej.,
nombre, fecha de riacimiento, nombre de las familiares, etc.l.
d. Fuga dfsociativa
d. Trastorno de trance y trastorno de trance y posesión
En las anteriores ediciones del DSM la fuga disociativa estaba con-
figurada como un diagnóstico específico, pero en el DSM-5 apa- En la CIE-11 se recogen e5tas dos categorías diagnósticas para dar
rece como un aspecto o especificar dentro del diagnóstico más un espacio específica a estas experiencias disociativas particulares.
general de amnesia disociativa <APA, 20J3l. Se caracterizo básica- En la definición de «Trastorno de trance» (QMS 2019l. se hace
mente por un estrechamiento de la conciencia, errando lejas del referencia a una pérdida temporal del sentido de lo identidad per-
entorno habitual, con amnesia posterior de la ocurrido durante el sonal y de la plena consciencia del entorno, excluyendo a los esta-
periodo de fuga. Así. se manifiesta como un inesperada y súbito dos de trance que se presentan en la psicosis o en la personalidad
viaje fuera de casa a del lugar de trabajo, acompañado por la múltiple. Solo se incluyen en esta categoría las estados de trance
incapacidad para recordar el pasado, y por confusión acerca de que son involuntarios o no deseadas, que interfieren en la actividad
lo identidad personal o por la asunción de una nueva identidad cotidiano porque tienen lugar al margen de ceremonias religiosas o
(parcial o completal. culturales aceptadas. Se indico, además, que no debe usarse esta
La fuga disociativa es rara en las personas con amnesia disacia- categoría si esta experiencia puede estar relacionada con un tras-
tiva pero frecuente en los que tienen trastorno de identidad diso- torno son1ático o con intoxicación par consumo de sustancias.
ciativo <APA, 2013). La persono escapa física y mentalmente, mani- Por otra lado, en lo definición de trastorna de trance y posesión,
festándose como un deambular, aparentemente con un propósito o la C!E-11 (QMS, 2019l describe esta experiencia como una pérdida
vagabundeo desorientado, que se asocio a amnesia de la identidad temporal del sentido de la identidad personal que es reemplazada
o de otra información autobiográfico importante. Es más frecuente por uno «posesión» de identidad externo, en la que la perso-
en adultos, y las episodios de fugo suelen estar desencadenados por na experimento acciones que son controladas por dicho agente
experiencias vitales altamente traumáticas y estresantes para los poseedor. Además, indica que los episodios han de ser recurrentes
sujetos. La duración del episodio es variable. desde horas o sema- o el episodio debe durar varias días poro ser diagnosticado y que
nas. El curso, por lo general, implico episodios (muchas veces úni- la experiencia es involuntaria y na_ deseado. y tampoco es acep-
cos) con remisión espontáneo <De Rezende et al., 2011). En la misn1a tada por el colectivo cultural o práctica religiosa. A nivel diag-

lJO
Capitulo 8, Trastcrnos disoc;at1vos

nóstico diferencial, también indica lo importancia de no ocurrir trastorno> son del 1.5 % paro el de identidad disoc~ativo, del 1,8 %
exclusi;amente durante otro trastorno disoc1ativo y no ser mejor para lo amnesia disociotivo, y aproximadamente del 2 % poro el de
explicado por otro trastorno o estar intima1nente relacionada con despersonalización/desreolizoción. En e<;te caso, es menor para ei
cualquier trastorno sornático o con intoxicación por alguna sustan- trastorno que poro los síntomas transitorios q_ue duran unos pocas
cia. El 1rastorno por tronce de posesión también se distingue de horas, estando estos presentes con 1nás frecuencia tonto en la pobla-
la esquizofrenia y el trastorno esquizoafectivo por la ausencia de ción clínica co1no en la población general. Por su pa1te, en la ed1"
otros tipos de síntomas psicóticos positivos o síntomas negativos ción anterior del DSM, la fuga disociativa tenía una prevalencia del
de esq_uizofrenio. 0,2% CAPA, 2002l.
También es importante para este sistema de clasificación mor- En relación con las diferencias por sexo, tanto el trastorno de
car el límite con el trastorno de estrés postraumático y el trastor- identidad disociativa como el de despersonalización/desrealización
no de estrés postraumático complejo, que también pueden incluir son más frecuentes en mujeres adultas que en hombres: de tres a
retrocesos u otros estados disociotivos similares al tronce. caracteri- nueve veces rr1ás en el primero, y al menos dos veces más en el
zados por la disminución de la conciencia de los alrededores inme- segundo (APA, 2013l.
diatos y lo nuevo experiencia de la experiencia haumática como si
fuera sucediendo nuevamente en el aq_uí y ahora. Estos episodios
generalmente no se experimentan bajo el control voluntario de la C. Comorbilidad y diagnóstico diferencial
persona. Si los estados similares al trance se limitan a episodios a. Comorbilidad
de reexperimentación en el contexto de TEPT o TEPT complejo, un
diagnóstico adicional de trastorno de trance no sería apropiado. Hoy muchos estudios que coinciden en señalar q_ue el trauma y los
respuestas del sujeto al mismo se encuentran en la base y el mante-
Por último, se señala la diferencia de estos cuadros, con la epi-
nimiento de muchos trastornos mentoles. Así, no sorprende q_ue los
lepsia y el delirio, aludiendo que los personas con trastorno de tran-
datos de las investigaciones subrayen cómo los trastornos basados
ce o trastorno de trance de posesión pueden presentar característi-
en el trauma -como el de estrés postroumático <TEPT), el TEPT
cas que se asemejen a convulsiones parciales complejas, pero tienen
complejo, el TID o el trastorno disociativo no especificado- presen-
EEG normales incluso durante los episodios. Los episodios de trance
ten una alto comorbilidad con otros trastornos mentales (QMS 2018).
de posesión generalmente exhiben comportamientos más complejos
que los observados durante los episodios ictales. A diferencia del En el estudio de Rodewald et al. (20!1l sobre comorbilidad se obser-
trastorno de trance o el trastorno de trance de posesión, el delirio vó q_ue los individuos con trastornos disociativos presentaban de
es característico (QMS, 2019). media cinco diagnósticos comórbidos (criterios DSM-IVJ, mientras
que los individuos con TEPT simple, ansiedad o depresión, presenta-
ban dos. Algunos autores señalan q_ue los trastornos de ansiedad y
B. Epidemiología los depresivos son los que presentan mayor comorbilidad asociada a
Diversas investigaciones llevadas a cabo independientemente en los trastornos disociativos (Reddy -et al., 2018).
diferentes países evidencian con claridad que los trastornos diso- En población española psiq_uiátrica, el estudio de Bru et al.
ciativos constituyen un problema de salud mental frecuente, no solo (2009) muestra la alta comorbilidad clínica de los pacientes con
en lo práctica clínica, sino también en lo comunidad <Sor. 20061. trastornos disociativos con otros trastornos (criterios DSM-!V):
La ausencia de subescalas específicas de evaluación de disociación 52,8 % con trastorno de conversión; 38,9 % con trastorno afectivo
en las pruebas de diagnóstico clínico psiquiátrico de amplio espec- unipolar; 41, 7 % con trastornos de ansiedad, y 38, 7 % con trastor-
tro ha dado como resultado q_ue los trastornos disociativos sean los nos de la personalidad. En particular, señala cómo e! 58,3% de los
grandes ausentes en los estudios epidemiológicos realizados a gran personas con trastorno disociativo presentaba más de uno de estos
escala_ Así, aun a pesar de la alta frecue11cia de estos trastornos diagnósticos comórbidos asociados. Temple (2019) insiste en que la
en la población clínica, no suelen diagnosticarse como deberían identificación de la comorbilidod es importante debido a sus reper-
(Romero, 2016). cusiones en los resultados del tratamiento. La comorbilidad de lo
Los estudios epidemiológicos actuales, no obstante, señalan que clínico y trastornos disociativos suele ser común con los siguientes
la clínica disociativa es un problema de mayor prevalencia de la que cuadros clínicos:
se creía, llegando en algunos estudios hasta a un 29 % en pacientes Trastornos de ansiedad o relacionados con el trauma (como
psiquiátricos ambulatorios, de los (lUe un 6% tendrían u11 trastor- estrés agudo, estrés postraumático, pánico)_
no de identidad disociativo. Esta tasa es variable entre los países y Trastornos depresivos.
mucho mayor entre <i.uienes tienen un trastorno mental y en aquellos
- Trastornos de síntomas somáticos (como trastorno de somatiza-
que tienen una historia de sucesos vitales estresantes muy traumáti-
ción, trastorno de conversión/de síntomas neurológicos funcio-
cos \Foote et al., 2006l. Algunos estudios han detectado trastornos
nales)_
disociativos entre aproximadamente el 20 y el 35 % de la población
clínica adulta y entre un 0,3 y uri 1,8 % de población no clínica (p. ej., Enfermedades médicas relacionadas con estrés constante (p. ej ..
Spitzer et al., 2006l. Además, estos diagnósticos presentan una alta colon irritable, migraña, lesiones producto de agresión físico o
comorbilidad en la población clínica <Bru et al., 2009). La mayoría sexuall.
de los expertos indican que, en los países industrializados, la preva- Estados de privación sensorial. fatiga, convalecencia, alteracio-
lencia global en la población general de los trastornos di sociativos nes en el sueño.
está alrededor del 2,4-% (0evillé, et al.. 2014-l. Consumo de sustancias
Según los datos q_ue incluye el DSM-5, las tasas de prevalencia Trastornos de la conducta alimentario y trastorno obsesivo-com-
anual (12 meses) en los adultos de Estados Unidos de los distintos pulsivo (especialmente, con el TIDJ_

27l
Manual de psicopatología. Volumen 2

La comorbi!idad con trastornos del estado de ánimo, de la per- A. Trauma y apego


sonalidad o del consumo de sustancias, aumento el riesgo de pre-
sentar conductos de riesgo outodestructivas en los pacientes con Lo disociación se ha relacionado con el trauma, sobre todo el q_ue se
trastornos d1sociativos (Temple, 2019)_ A su vez, las tasas 1nás altas produce en las primeros etapas del desarrollo_ Son, sobre todo, las
de abandono del tratamiento, de malos resultados y la menor res- experiencias q_ue se producen en las relaciones de apego primarias,
puesta a los tratamientos psicológicos estándar para el TEPT, tras- como el abuso de distintos tipos y la negligencia o falta de cuida-
tornos de ansiedad, adicciones, trastorno límite de la personalidad, dos, los factores que más inciden en la presencia y gravedad de los
obsesivo-compulsivo y los trastornos de lo alimentación se don entre síntomas disociativos en la edad adulta íBaita, 2015; Chu et al.,
las personas con trastornos disociativos comórbidos. Si los pacientes 1999, Dolenberg et al., 2012, Egeland et al., 1996, Lyons-Ruth et
en los q_ue existe comorbilidad no son, además, bien detectados en al., 2006; Van der Hart et al., 2006) Así, en lo evaluación clínico
su parcela disociativa (i. e., en su diagnóstico de trastorno disocia- es necesario examinar los vínculos afectivos y la historia de apego
tivo). no serón tratados adecuadamente, pudiendo ser estos sujetos para poder identificar posibles traumas en el desarrollo. En este
incorrecta y «sencillamente» etiquetados como «con diagnósticos sentido, lo exploración de los siguientes aspectos puede ayudarnos
resistentes al tratamiento>>. a elaborar la base de desarrollo en la q_ue se pudieron construir
las experiencias positivas o traumáticas posteriores del individuo
b. Diagnóstíco diferencial (Temple, 2019).
Entre los elementos comunes al diagnóstico diferencial destacare- Presencio de alguien a quien recurrir constantemente durante
mos los siguierites <APA, 2013): los primeros aílos de vida; disponibilidad de una atención esta-
l. La alteración rio se puede atribuir a los efectos fisiológicos ble y constante durante la crianza.
de una sustancia tp. ej., droga, medicamento, intoxicación por sus- Aprendizaje y lenguaje relacionado con la experiencia y res-
tancias -blockouts-) u otra afección médico (p. ej., lesión cerebral, puestos a las emociones; invisibilidad -la necesidad de estar
traumatismo craneal, epilepsia, delirium, demencia, crisis parciales seguro y de no ser notado/visto-.
complejas, síndromes orgánicos mentales). La necesidad de ser visto y los comportamientos derivados de
2. La alteración no se explica mejor por otro trastorno n1entol, sentirse visto, como logros o acciones (para un niño que experi-
especialmente: menta ser invisible. recibir cualquier atención puede ser extre-
Esquizofrenia u otros cuadros psicóticos y trastorno bipolar (en madamente poderoso).
el diferencial con TID y desrealización/despersonalizociónl. Cambio de roles paro no ser visto como niña (p_ ej., asumir el
Trastorno depreslvo {en el diferencial con desrealización/desper- papel de cuidador).
sonolización, amnesia disociativa y TID>.
Ya en los propuestas de Janet, probablemente el autor clásico
Trastornos de ansiedad {como pánico, ansiedad social o fobia
más influyente en los teorías modernos de lo disociación, se plan-
específica), trastornos relacionados con el trauma (como estrés
teaba que cuando se produce abuso o negligencia en la infancia
agudo, TEPT) (en el diferencial con desrealización/despersonali"
temprana, y son extremos y prolongados, pueden generar uno falta
zación, amnesia disociativa -con o sin fuga disociativa- y TIDl.
de síntesis (integración) en la personalidad (Janet, 1907J. También
Trastornos de personalidad y trastorno de síntomas somáticos se ha observado a nivel neurobiológico que las sustancias que se
(en el diferencial con TID, desrealizac1ón/despersonalización y liberan ante un estresor {noradrenafina, adrenalina. corticoides.
amnesia disociotival. opioides endógenos) se concentran porticularmente en regiones
3. La clínica que observamos no puede deberse o cuadros de relacionados con las funciones ~ntegradoras, y ello puede interferir
simulación, trastornos focticios o al deterioro de las funciones cog- en el desarrollo de capacidades para integrar las experiencias que
nitivas debidas a la edad, o a trastornos neurocognitivos (sobre todo se van produciendo (McGaugh, 1990). Scholinski et al. (2016) señalan
en el diferencial con amnesia disociativa y TID>. que habría ventanas especialmente sensibles en el neurodesarrollo,
lJ.. Lo clínica disociotivo observada tendrá que analizarse ade- y q_ue la negligencia física y emocional entre los cuatro y los cinco
cuadamente para obtener un correcto diagnóstico diferencial, tam- años se relacionarían con la presencia de disociación en el adulto,
bién entre los propios trastornos disociativos. Así, cuando la amnesia mientras que los mismos eventos ocurriendo más tarde <8-9 añosl
disociativo (con o sin la presencia de fuga disociativa) o la desperso- darían lugar a síntomas depresivos.
nolizoción/desreolización aparecen en un sujeto con TID, no serón Putnam (1997) propuso q_ue el niño pasa por una serie de esta-
diagnosticadas independientemente del trastorno de identidad diso- dos conductuales discretos (caracterizados por un estado psicofi"
ciativo. De igual manero, cuando la despersonalizoción/desrealiza- siológico y determinadas conductos) que se van integrando en un
ción se do únicamente vinculado a un cuadro de amnesia disociativa sentido del sí-mismo coherente. Desarrollamos una unidad de la
(con o sin fuga disociatival, no se hará un diagnóstico independiente conciencia estemos como estemos. Esta adq_uisición evolutivamente
de desreafización/despersonalización. temprana se vería alterada por el trauma, y el control e integración
de estos estados no se produciría. Ante las situaciones traumáti-
V. Etiología cas, el cerebro puede «desconectarse». desarrollándose un estado
de conciencia diferente a! normal que se mantiene así aislado de
La clínico de los trastornos disociativos ha sido asociada a diferen- experiencias abrumadoras. Frente al estrés excesivo y o la falta de
tes variables explicativas, estando lo mayoría de ellas relacionadas control propio de un contexto relacional caótico, se produciría uno
con impactos emocionales o experiencias traumáticas tempranas. reorganización defensiva del sí-mismo en la q_ue algunos elementos
A continuación, señalamos algunos de los aspectos fundamentales se separan de lo conciencia y desarrollan así uno cierta autonomía
a considerar. mental.

m
Capitulo 8. T-astornos disociativos

B. Regutaclón emocional Disociación en Niños iPutnon1 et al. (1993), A-DES: Escala de


Experiencias Disociotivas paro Adolescentes (Armstrong et aL,
La investigación sobre desarrollo e··1olutivo sugiere QUe la disocia- 1997!; SDO: Cuestionario de Síntomas Disociativos y Somatornor-
ción puede generarse en episodios repetidos de desregulación emo- fos <Nljenhuis et al., 1996)
cional en la infancia. Sander 0987! mostró q.ue cuando los niños
sufren estresores s1gnificO"tivos se produce inicialmente un incre- Escalos diagnósticas autoodministradas_ MIO: Inventario Multi-
mento de la activación o arousal (p. ej., llorando) Si no reciben dimensionol de Disociación de Dell (2006)_
respuesto y el estrés continúa siendo abruniador, sueien Quedarse Entrevistos estructurados. Cuestionario de Exameri del Estado
dormidos. Porges (2017) ha descrito estas respuestas relacionándo- Mental poro Disociación (Loewenste1n, 1991l; DDIS: Entrevista
las con la activación del sistema nervioso autónomo, primero en su de Trastornos Disociativos (Carian et al., 1993); SCID-D: Entre-
rama simpática (activación ante una situación QUe se percibe como vista Clínica Estructurada para Trastornos Disociativos paro el
potencialmente peligrosa) y, luego. en la rama parasimpática dor- DSM- IV (Steinberg, 2000)_
sovagal (la rama del nervio vago más primitiva, no mielinizada, q_ue A continuación, pasamos a detallar brevemente algunas de las
gestiona la respuesta ante una amenaza inescapable). Esta última escalas y entrevistas más importarites.
sería uno reacción de último recurso, cuando no hoy salida posible
y supone una desactivación generalizada para preservar energía. La Escala de Experiencias Disociativas: DES (Bersnteiri y
Esta secuencia de hiperactivación/desactivación ha sido también Putnam, 1986) <DES-II de Da!enberg y Carlson, 2010; en castellano:
descrita por Schore (2009). Si lo falta de respuesta apropiada es Robelles et al., 200ól es la escala más utilizada. Escala autoadmi-
muy frecuente, puede alterarse el desarrollo de estrategias maduros nistroda q.ue consiste en 28 ítems q.ue se responden en una escala
de regulacióri emocional. y los estados emocionales no podrán ser Likert q_ue va de O a 100% en la q_ue el sujeto indica el porcentaje
iritegrodos en un sistema consistente de significados, ni tampoco de tiempo q_ue cree q_ue le ocurren las experiencias disociotivas
podrán ser corporolizados, representados, ligados a estados con- descritas en los ítems. Es un escalo q_ue permite inicialmente filtrar
ductuales o evocados. en amplio espectro la relevancia de la clínica disociativa existente
y determinar así aq_uellos pacientes q_ue precisarían uno evaluación
Se ha observado q_ue el trauma del desarrollo (abuso y negligen- más detenida (amnesia, despersonalización, desreolización, estar
cia en la infancia) puede afectar o la mielinización del córtex pre- absorto). Los estudios señalan q.ue dentro del cuestionario existen
frontol medial, implicodo en las funciones ejecutivas y la regulacióri una serie de preguntas {8 de los 28) q.ue son más representativas
de lo amígdola (De Bellis, 2005)_ La exposición excesiva ol cortisol de disociación patológico, agrupándose estos ítems en la llamada
debido al estrÉ>s crónico doflaró también las célulos del hipocampo, subescala DES· T: encontrarse a uno mismo en un lugar sin saber
implicado en los procesos de memoria (Joseph, 1999). Lanius et al. cómo había llegado allí; encontrar cosas nuevas entre sus perte-
(2010) han sugerido QUe estas alteraciones neurobiológicas QUe se nencias sin recordar haberlas comprado; verse a uno mismo seri-
derivan del trauma temprano generarían uno respuesta alterada al tado al lado de sí mismo, o viéndose del mismo modo QUe están
miedo y a emociones extremos. Se formarían así memorias emocio- viendo a otra persona; na reconocer a veces a amigos o miembros
nales y sensoriales, pero no una memoria episódica y declarativo. de la familia; sentir q_ue otras personas, objetos y el mundo QUe le
De todos modos, aunq_ue el TEPT se ha asociado a una hipo- rodea no es real; sentir q_ue su cuerpo no le pertenece; actuar en
función del córtex prefrontal medial y el cingulodo anterior y a una situación de modo completa1nente diferente comparado otras
una activación de lo amígdala, el recientemente definido subtipo situaciones, ha;ta el punto de casi parecer otro persona; oír voces
disociativo de TEPT presenta un patrón funcional completamen- dentro de la cabeza q.ue le dicen cosos o comentan cosos q.ue la
te opuesto: una hiperoctivoción en las áreas reguladoras y una persona está haciendo.
hipofundón de la amígdala y la ínsula CLanius et al.. 2010). Estos Cuesfíonario de Síntomas Disociotivos y Somatomortos: SDQ-20
patrones más uniformes se vuelven más complejos en los trastor- (Nijenhuis et al., 1996). La fuerte correlación eritre trastornos diso-
nos disociativos y conversivos (incluidos en el mismo capítulo en la ciativos, somatomorfos, síntomas conversivos y síntomas de somati-
clasificación CIE-IOJ, con alteraciones muy diversas en función del zación hoce recomendable el uso de instrumeritos como este, q.ue
tipo y combinación de síntomas CDel Río Casanova et al., 2016). Los parten de la idea de q_ue pueden ser manifestaciones de un mismo
patrones de regulación emocional en la disociación pueden estar principio subyacente <Nijenhuis, 2000). Es un cuestionario autoad-
en los extremos entre lo infra y la sobrerregulación emocional, q.ue ministrado de 20 ítems, q.ue incluye síntomas positivos como dolor o
caracterizo a los dos subtipos de TEPT, o en lo alternancia entre pseudocrisis, y negativos como parálisis o anestesia.
uno y otro extremo.
Examen del Estado Mental poro Disociación (Loewenstein, 1991).
Facilita una exploración exhaustiva de los síntomas disociativos:
VI. Recomendaciones para la amnesia, autohipriosis, sintamos de estrés postraumótico, procesua-
les, somatomorfos, afectivos.
evaluación y el tratamiento Dissociafive Disorders Interview Schedule (QDJS), versión DSM-5
A. Evaluación (Ross y Browriing, 2016). Evalúa primero de modo indirecto indicios de
disociación: lapsos de memoria, pruebas de actos no recordados, etc.
Existen diversos escalas y entrevistas estructuradas q_ue ayudan a Explora también síntomas más claros de disociación (sentir que tie-
hacer un diagnóstico sistemático de la disociación presente en los ne otra personalidad, actos controlados por otra persona. etc.l, así
pacientes. Entre los instrumentos de diagnóstico de síntomas y trastor- como experiencias extrasensoriales (los síntomas disociativos son
nos disociativos existentes en castellano destacaremos los siguientes: muchos veces interpretados de ese modo por los pacientes). Ade-
Escalas de Cribado. DES: Escala de Experiencias Disociativas más, analiza en profundidad la historia de abuso sexual o físico en la
(Bernstein y Putnam, 1986l; CDC: Lista de Comprobación de infancia. También hoce un barrido de síntomas somáticos de origen

'13
IVlanual ce ps;co::iato,ogia. Volumen 2

no orgánico, de psicopatologío depresivo, consumo de tóxicos y sín- todos a la regulación, tales como resp:roción. relajación, mindfu!-
tomas do trastorno limite de personalidad. ness, groundíng (anclarse y establecer contacte con el momento
Structured Clínica/ Interview foí DSM-I\I {R)-Dissociative Diso1- presente y el mundo externo inmediato a trovi>s de In conciencia
ders (SC!D-D-RJ (Steinberg, 1991.J.l. Esta escala analiza· amnesia, des- sensorial y cognitiva, usando los sentidos poro mantenerse conec-
personal1zación, desrealización, confusión de identidad y alteración tado al momento presente). La persono necesita también aprende!
de identidad. En ella pueden encontrarse subescalas breves que per- a tolerar emociones. 1omor conciencia de ellas y modularlas, sin
miten realizar una evaluación inicial y decidir en qué sujetos sería juzgarlas. Por otro lado, es importante trabajar en lo solución de
necesario pasar la escala completa. problemas, la aceptación, el autocuidado y la eficiencia interperso-
nal (mejorar la relación con uno mismo y con los demás, aumentar
Trauma and Dissociation Symptoms Interview (TADS-lJ de (8oan
el respeto por sí mismo en las relaciones)
and Matthess, 20191 es una entrevista semiestructurada diseñado
para evaluar la gravedad y la calidad de los síntomas disociativos 2. Procesamiento del trauma
y otros síntomas relacionados con el trauma (incluyendo problemas
de sueño, problemas de alimentación, ansiedad y clínico del estado La segunda fase es la del procesamiento de los recuerdos ,y en ella
de ánimo, síntomas de trastorno de estrés postraumótico, y paro abordaremos, desde el trabajo clínico, el trauma propiamente dicho
detector la presencia de un trastorno disociativo. Esta escalo está (recordando, tolerando, procesando e integrando estos recuerdos).
adaptada a la CIE-11 y traducida al castellano_ Actualmente estó Esta fase se centrará en confrontar, trabojar e integrar memorias
siendo revisada poro su publicación definitiva. troumóticas. Para ello es necesario el empleo de enfoques adopta-
dos y orientados a! trauma que contemplen la clínica disociativa. El
proceso incluye que puedan experimentar;e y verbalizarse emocio-
8. Tratamiento nes fuertes en relación con experiencias pasadas, pero no es tanto
Dada la relación de la disociación con el trauma, muchos abordajes una descargo, sino una elaboración e integración de la experiencia.
se localizaron en esta base traumática como modo de abordar el Implica un recordar para sanar y procesar. Simplemente reactivar
trastorno. Sin embargo, se vio que. independientemente de la orien- el recuerdo traumótico puede suponer revivir el trauma con escaso
tación, un acceso temprano a fas contenidos traumáticos conllevaba beneficio, o con una potencial re-traumotización.
con frecuencia dificultades y, no pocas veces, descompensaciones.
La sintomatología disociativa, que se activó como una protección 3. Integración y rehabilifaci6n
frente a esos experiencias abrumadoras, se reactivaba de nuevo al Por último, nos centraremos en facilitar fa reconexión. Para ello
intentar acceder a los recuerdos de dichas experiencias. Dado el priorizaremos la reintegración de la personalidad y la recuperación
trasfondo postraumático de este tipo de trastornos, el esquema de de la funcionalidad interpersonol y social. Esto fase se centra en
trabajo en las intervenciones clínicos con los pacientes con trastor- promover las habilidades que la persona necesita para su futuro
11os disociativos suele venir marcado por las líneas de tratonliento en deseado mós allá de lo enfermedad, creando nuevos experiencias
fases de Herman (1992): estabilización, procesamiento de recuerdos de conexión. La integración de los recuerdos traumóticos genera
e integración. En lo actualidad, las recomendaciones clínicas inter- nuevas asociaciones adaptativas de los diferentes aspectos de las
nacionales poro el tratamiento de los trastornos disociativos abogan experiencias troumóticas, recuerdos y secuencia de eventos, afectos
por uno planificación en fases del proceso de tratamiento, con uno asociados y representaciones fisiológicas y somáticas. Esos expe-
primera centrada en la estabilización y seguridad para, posterior- riencias, ahora procesadas e integradas, pueden servir, así, como
mente. poder abordar más directamente el procesamiento de las aprendizajes. También implica, por un lodo, establecer un nuevo
heridos ligadas al trauma (Guias clínicos ISSD, 2011; Subramanyom sentido de sí mismo y del impacto del trauma del pasado en la
et al., 2020). Se recomiendan enfoques de terapia integradores, con propio vida y, por otro lado, desafiar, con trabajo cognitivo, los
sesiones individuales, idealmente de duración medio-larga, no aleja- creencias centrale> irracionales ligadas a los recuerdos traumá-
dos en el tiempo, siendo tratamientos que suelen durar años, sobre ticos del pasado y favorecer el procesamiento de la información
todo en los casos más graves <ISSTD, 201D. hacia nueva información y asociaciones adaptativas.
Profundizando un poco mós en el esquema de trabajo terapéu- Este programa en tres fases no es una ruto de una solo dirección,
tico (especialmente en los casos de TID siguiendo lo Guía Clínico de sino un proceso fluido, que permite que lo terapia pueda mover;e
la Sociedad Internacional para el Estudio del Trauma y Disociación hacia atrás y hacia delante a través de las diferentes fases según
nsso, 2011), se proponen las siguientes directrices para el trata- sea necesario, dependiendo de las necesidades del momento (Tem-
miento de los trastornos disociativos (Subramanyam et al., 2020). ple, 2019l. Más allá de los abordajes terapéuticos que utilicemos,
un elemento central en el trabajo con estos pacientes se baso en la
l. Ertabilizaci6n
relación terapéutica. Como afirma Herman (1992), los experiencias
Esta primera fase tiene como objetivo terapéutico conseguir fortale- nucleares del trauma psicológico son el no tener poder y la desco-
cer y estabilizar al paciente. Se localiza en la regulación emocional, nexión de los otros. Lo recuperación, entonces, estó basada en un
el funcionamiento interpersonal y las relaciones, el autocuidado, la proceso de recobrar el poder o empoderamiento y en lo creación de
conexión corporal, la comprensión de los síntomas y los disparado- nuevas conexiones. La recuperación solo puede tener lugar dentro
res. Además, en pacientes con mucha fragmentación es necesario del contexto de las relaciones. no puede suceder en aislamiento.
trabajar con el sistema interno de partes (los distintos estados men- En esas nuevas relaciones, lo persona recobra elementos dañados
tales disociados), mejorando la comunicación y el autocuidado, y por la experiencia trauniótica, corno las capacidades básicas para
entendiendo la función de cada una de estas partes en el sistema. la confianza, autonomía, competencia, identidad e intimidad. El
De cara o la estabilización, es importante también la planificación paciente ha de ser el autor y el árbitro de su recuperación. Los otros
de las crisis. Aquí será necesario utilizar recursos terapéuticos orien- pueden ofrecer consejo, sostén, afecto y cuidado, pero no cura.
Capitulo 8. Trastornos disocialivos

Muchos intentos benevolentes y bien intencionados de asistencia Poro que la terapia pueda avanzar de uno forn10 estable y para
a los supervivienies fracasan por no obsero1or este principio funda- consegrnr una buena evolución, es crucial mantener un marco tero
mental. En palabras de una superviviente de incesto, dice Herman: péutico sólido y un entorno capaz de contener. Estos pacientes, ol
«Buenos terapeutas fueron nquellos que rt>almente validnron mi igual que otros que padecen un estrés postroumótico complejo, pre-
experiencia y me ayudaron o controlar m1 comportarrüento en lugar sentan muchas conductas autodestructivas que amenazan su segu-
de tratar, ellos. de controlarme a mí». ridad y que deben ser abordadas y neutralizados desde e! principio
El objetivo de construir un clima terapéutJCo que permita crear (Guías clínicas ISSTD, 2011)_ En muchas ocasiones, el proceso de tero·
un equipo de trabajo basado en la seguridad, la confianza, el res- pia puede parecer casi una carrero dü obstáculos y lo terapia un
peto y lo aceptación será prioritario a lo largo de rodo el proceso y, trabajo de continuo apagar fuego~- Las crisis pueden ser constantes,
fundamental, en las primeras etapas Aquí, ton1bién, será necesaria con gran cantidad de comportamientos alterados, agresividad, hacia
la p1icoeducación para poder facilitar lo comprensión e integra- ellos mismos u otro<; En ocasiones, estas descompensociones podrán
ción de sus problemas y del proceso de tratamiento en estos sujetos ser una fuente importante de información terapéutico significativa,
(Subromanyamet aL, 2020)_ Teniendo en cuenta que en el origen sacando a la luz disparadores ctue antes no eran conocidos o nueva
de estos cuadros están profundas disrupciones en el apego tempra- información relacionado con el trauma. Es importante tener presente
no, hemos de cuidar que lo relación ·~eropéutica pueda funcionar ctue los secretos suelen formar porte de los historias de vida de estos
como uno experiencia emocional correctiva, sin caer en generar sujetos, siendo uno información ctue cuesto poder presentar para
dependencia o restar protagonismo y responsabilidad al paciente poder ser trabajado en terapia. Uno de los retos clínicos será poder
en el proceso terapéutico. A través de la mirada de un observador llegar o incorporar las crisis como una fuente de experiencias poro
empático y de un trabajo colaborativo, la persona ha de aprender o superar los problemas e intentar aprender de ellas {Gonzolez, 2010L
verse (aunque no hubiese sido visto) y aceptarse (aunque no hubiese Lo meta final de la intervención será favorecer lo integración_
experimentado previamente uno mirada de aceptación incondicio- No obstante, sigue existiendo todavía un importante debate o este
nal), cambiando el modo en el que se trato a sí mismo y los patrones respecto, dado que no todos los sujetos ctue presentan TID podrán
de autocuidado con los que funciono (Gonzalez, 2017). alcanzar la meto de integrar sus recuerdos traumáticos (Boon, 1997:
Boon Steele y Van der Hart, 2014; Van der Hart, Steele y Boon,
la relación terapéutica con estos sujetos no siempre es fácil
2018). Teniendo presente esto, el objetivo terapéutico finalista con
(Gonzolez, 2010). En el clínico necesitan una base de contención
estos pacientes tenderá a buscar su funcionamiento integrado (Gon-
y seguridad, aunque también límites definidos y firmes, a la par
zález, 2010: González y Mosq_uera, 2015).
que flexibles. Necesitan aceptación por parte del terapeuta, no obs-
tante, ante posibles reacciones agresivas de los pacientes, los tera- El sistema interno del paciente tendrá que asumir ytrabajar con
peutas han de poder también responder con neutralidad y firmeza la responsabilidad. El modo en que los individuos manejan muchos
{sin caer en reacciones defensivas). Dada su hi5toria de trauma, en veces su historio de vida traumática puede estar conectado con la
ocasiones, los sujetos pueden conducir el proceso de terapia a lo responsabilidad negada o puesta en otros, de los figuras relevantes
reproducción de patrones relacionales de re-victimizoción, siendo de la infancia del sujeto. Lo culpa y la vergüenza forman parte de
muy importante que los terapeutas los identifiquen y no caigan en las respuestos normales del trauma, el paciente puede considerar-
lo asunción de estos roles, detectando y manejando adecuadamen- se culpable, indigno, sucio... por los traumas que sufrió. También
te posibles bucles relacionales si se estuvieron reproduciendo en habró ctue trabajar con la responsabilidad por las consecuflncios de
el sistema terapeuta/paciente (victima/maltrotodor, moltratodor/ las propias conductas en los demás y con la culpabilización interno
victima)_ Es importante tener presente ctue las personas gravemente desproporcionado de los pacientes (Gonzolez, 2010; Gonzalez, 2017).
traumatizados suelen presentar uno historio con importantes proble- En la fose de integración lo meta es alcanzar una mayor cone-
mas de apego temprano y, por ello. es muy posible que los sujetos xión y coherencia interna en los pacientes. Esto puede observarse a
con los ctue trabajemos presenten alta sensibilidad al rechazo o a partir de la presencio de un sentido más sólido y estable de cómo
la desatención. Enlozando con lo comentado anteriormente, Knipe son y de cómo relacionarse con los otros y con el mundo exterior.
{200BJ señala que el trauma nuclear ctue sufren estos pacientes es Los identidades disociados se irán fusionando y mejorando su fun-
no haber sido vistos con uno mirado de aceptación y amor incondi- cionamiento de un modo más unificado. Construirán poco a poco
cional. En la relación terapéutica ha de poder combinarse uno pleno una visión más unificada de lo historia traumático, con un sentido
aceptación de uno persona que muchas veces se rechaza a sí mis- más coherente de su propia historio y podrán así abordar más efi-
ma, con el establecimiento de límites claros y sanos en alguien ctue caz y efectivamente los dificultades que atraviesan en el momento
no conoce esta formo de funcionar y puede desafiarla. Con algunos actual. Su energía dejo de focalizarse en el pasado para centrarse
pacientes, este trabajo relacional se convierte en el eje central de la en el presente {Guías clínicas ISSTD, 2010.
terapia. Para muchos pacientes, el control es un área central dado En definitiva. el reto terapéutico con los pacientes con trastornos
ctue su experiencia subjetiva es bien de uno permanente falto de disociotivos tendrá como metas asistenciales, siguiendo las líneas
control o bien una agotadora lucha por el control (Putman, 1989, marcadas por Van der Hort et aL (2018), las siguientes: (1) ayudar o
Gonza!ez, 2010). Ante lo imposibilidad de establecer vínculos sanos, los pacientes a establecer una seguridad tanto interno como exter-
ya en lo infancia el sujeto ha de recurrir o estrotegios controladoras na sin lo necesidad de ser rescatados; (2) trabajar sistémicamente
(Liotti. 2011l basados en la dominación/sumisión o en el cuidado, con los partes disociativas del paciente de manera que se facilite
que pueden reflejarse en lo relación terapéutica. El sistema desde el la integración en lugar de una mayor disociación; (3) establecer y
ctue establecer la relación es, según este autor, el de colaboración_ mantener límites útiles; (IJ.J facilitar formos específicas de mante-
De este modo, paciente y terapeuta trabajan juntos poro mejorar nerse centrado en el proceso en lugar del contenido; (5J tratar com-
una situación, previniendo de este modo la activación de un sistemo pasivo y eficazmente el apego desorganizado y lo dependencia del
de apego aún muy disfuncionoL terapeuta; (6) ayudar a los sujetos a integrar los recuerdos traumá-
Manual de ps1ccpatclogía. Volu:r.en 2

ticos, aprender a 'Ylanejar cuando están enfurecidos. avergonzados Teniendo en cuenta q_ue los estLJdios epidemiológicos actuales
crónicamente, evitativos o incapaces de confiar en el terapeuta; (7) señalan uno mayor prevalencia de clínica disociotiva de la q_ue se
comprender y trabajar compasivamente con los resistencias como creía, es necesaria una mayor atención al estudio y desarrollo de
uno ca-creación tanto del paciente como del terapeuta_ esta población clínico, al desarrollo de recursos diagnósticos y, a
partir de ahí, o una mejoro en el desarrollo de los recursos psi-
coterapéuticos_ Además, el camb¡o en lo propia conceptuol1zación
VIL Resumen de aspectos de los términos relacionados con los fenómenos disociativos, ci..ue
ha favorecido lo apertura a modelos explicativos diferentes, nos
fundamentales y tendencias pone ante el reto de seguir avanzando en el estudio y desarrollo
futuras de prácticos clínicas alternativas que recojan todos estos avances y
q_ue den lugar al diseño de estrategias de intervención eficaces. En
La categoría clínica de los trastornos disociativos es complejo y ha cualq_uier caso, será necesaria una base de trabajo de estabilización
recibido una atención irregular en los diferentes etapas históricas de y regulación emocional, el tratamiento de la historia de trauma de
la psiq_uiatría y la psicapatologío desde q_ue se conceptualizó como la persona y Sll impacto sobre la estructura de su identidad. Habrán
«histeria» en sus inicios. Dejada en el olvido durante intervalos tem- de repararse los vínculos de seguridad y lo reorganización de los
porales por la ciencia de lo mente. hace unas décadas q_ue se ha sistemas de relación social
ido recuperando y revisitando su conceptualización y actualización. Al existir una conexión entre procesos de regulación emocional
Esto es de gran relevancia para rnuchas personas q_ue sufren sus y disociación ante vivencias de alta cargo emocionalidad negativo,
consecuencias, como también el poner el foco en las vivencias trau- pero no estar cloro q_ué variables interactúan entre ambos procesos
máticas para explicar la etiología de estos cuadros. Yo desvinculada y de ci..ué manera, esta área de investigación también será relevante
lo disociación de la simulación, el estudio de lo disociación está para aportar elementos crLJciales en la intervención psicaterapéuti-
dando frutos muy interesantes para la conceptualización de teorías ca. Asimismo, los estudios sobre la eficacia y tamafio del efecto de
de personalidad pioneras q_LJe van abriendo caminos terapéuticos estas propuestos de intervención, serán necesarios para el desarro-
para ayudar a las personas afectadas por este tipo de trastornas. llo y mejora de esto terapéutico q_ue, actualmente, a pesar de los
Uno de los elementos importantes en este cambio de paradigma mejoras, requiere de años de tratamiento.
ha sida el considerar o la disociación corno una reacción adapta- Otro temo interesante q_ue seguirá creciendo a raíz de la mejora
tiva frente a situaciones de alto estrés, mientras ci..ue se convier- de lo conceptualización y el esfLJdio de la disociación será su papel
te en patológica cLJando se rigidiza y se cronifica, dando lugar a en la mejor comprensión de los procesos de memoria y del desa-
estrLJcturos mentales fragmentadas q_ue favorecen la aparición de rrollo de lo identidad y la autoconciencia, sobre los q_ue se están
un comportamiento disfuncional ci..ue deriva en el diagnóstico de obteniendo muchos datos clarificadores desde la neurobiología y
trastornos mentales. los neurociencias.
En el siglo xx1 la psicoterapia va adq_uiriendo cada vez más una Por último, destocar que la definición propuesta por la APA
perspectiva integradora, q_ue también ha incluida el trabajo con los (2014-l de! proceso disociativo como «una interrLJpción o disconti-
síntomas disociativos y los cuadros clínicos q_ue los presentan_ Las nuidad en la integración normal de lo consciencia, la memoria, la
aportaciones de las teorías de los estados del sel{. la teoría de la identidad, la emoción, la percepción, la representación del cuerpo,
disociación estructural y otros modelos teóricos en los q_ue el trau- el control motor y la conduelo» ha favorecido la investigación de
ma temprano, lo teoría del opego y las últimas aportaciones de lo los elementos dimensionales del fenómeno clínico, y esto se está
neurociencia ol estudio del cerebro y la regulación neuro--.emocionol, plasmando en una posible identificación de un amplio espectro de
han contribuido a esto mayor clarificación del estudio y abordaje de problemas o trastornos clínicas (Lyssenko et al, 2017), q_ue podría
los trastornas disociativos. definirse co1no un elemento transdiognóstico Undelli et al., 2018).
Todo este avance ha llevado a ci..ue los expertos internacionales Esta perspectiva transdiognóstica pone el foco en los elementos
ci..ue actualizan los guías de clasificación de los enfermedades y los comunes del sufrimiento humano y el impacto que tienen sobre su
trastornos mentoles, como la CIE y el DSM, hayan introdLJcido en sus capacidad de fLJncionamiento, dando lugar o los etiq_uetas diagnós-
últimas versiones categorías propias para los trastornos disociativos, ticas, y no tanto en la diferenciación entre los distintos trastornos.
como vimos en los primeros apartados de este capítulo. Todavía Dentro del campo de la investigación en psicología, los aspectos
q_LJeda comino por recorrer para q_ue los criterios diagnósticos de transdiognósticas están teniendo cada vez una mayor atención por
ambos sistemas de clasificación sean más homogéneos y armónicos. lo riqueza q_ue pueden aportar o los propuestas terapéuticas.

••Términos clave
Amnesia dlsac!atlva 2ro Fuga d!sociativa 2ro Trastorno de identidad
Conversión 263 Histeria 259 dlsoclatlvo 268
Despersonallzactón 269 Identidad 261 Trastorno disociativo
Desreallzaclón 269 Personalidad múltiple 262 Trauma 267
Disociación 260 Transdiagnóstico 261

ll6
!'i Capítulo 8. Trastornos di sociativos CllCll

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•• Autoevaluación
l. Cuando hablarnos de la conceptualización de los fenóme- 3. En el trastorno de identidad disociativo (llDl, se observan
nos disociativos podemos afirmar: los siguientes elementos:
a) Que son fenómenos psicopatológicos groves que se dan en al La coexistencia en una mismo persona de dos o más iden-
trastornos de personalidad y otros trastornos de ansiedad. tidades distintos, o ertados de personalidad bien defini-
dos, coda uno con sus pautas relativamente constantes de
b) Son fenómenos no necesariamente patológicos que, en
percibir, relacionarse y pensar sobre el ambiente y sobre
ocasiones, podrían atenuar el impacto del estrés vivido y
el yo.
facilitar la adaptación y supervivencia.
bl La coexistencia en una mismo persona de más de tres
el Que son fenómenos psicopotológicos graves q_ue se dan en
identidades distintas, o estados de personalidad bien de-
trastornos psicóticos exclusivamente_
finidos, codo uno con sus pautas relativamente constantes
dl Son fenómenos que podrían atenuar el impacto del estrés de percibir, relacionarse y pensar sobre el ambiente y so-
vivido y facilitar la adaptación y supervivencia, pero siem- bre el yo.
pre desde el punto de vista patológico.
el Lo coexistencia en dos personas que tíenen un fuerte
vínculo, de un pensamiento de tipo delirante compartido,
2. Desde la teoría de la disociación estructural de Van der
que influye en un perfil de personalidad bien definido y
Hart (Van der Hart et al., 2006), se propone la disociación
característico que les hace parecer casi idénticos en su
como un mecanismo de respuesta a1 trauma, que abarca:
conducta habitual.
al Desde los cuadros somotoforrnes hasta los trastornos
d) Todas las alternativas anteriores son correctos.
adaptativos.
bl El trastorno por estrés postrournático (TEPTl y los trastor- 4-. Señala la afirmación correcta:
nos de ansiedad en todas sus presentocrones clínicas.
al A la hora de abordar el trabajo terapéutico con los trastor-
c) Desde el trastorno por estrés postraumático (TEPTl hasta nos disociativos, independientemente de la orientación, es
los cuadros postraumáticos graves, estando el trastorno imprescindible un acce5o temprano a los contenidos trau-
de identidad disociativo (TJD o personalidad múltiple) en máticos para e~itor descornpensaciones de los pacientes.
el extremo de este espectro postraumático. bl A la hora de abordar el tratamiento de los trastornos diso-
dl Desde el trastorno por estrés postroumótico (TEPT) has- ciativos, hay q_ue tener en cuento su relación con el trau-
ta los cuadros postraurnáticos graves, pero excluyendo el ma, pero valorando que un acceso temprano a los conte-
trastorno de identidad disociativo <TIDl del espectro pos- nidos traumáticos puede producir descompensaciones en
traurnático. la persona.

(Continúo)
fl/lanual de psicopatologíd. Volur11en 2

el En el abordaje terapéutico de los trastornos disociativos, el Amnesia. despersonalización, desrealización. confusión de


la relación de estos con la historia traumática es poco fre- identidad y alteración de ideritidod.
cuente, por lo que un trabajo centrado en ía regulación d) Amnesia retrógrada, desreolización, insomnio, aplana-
emocional será suficiente. miento afectivo y olteracióri de la identidad
dl En el abordaje terapéutico de los trastornos disociativos,
lo relación de estos con la historia traumática es muy fre- 8. Cuando decimos que los experiencias de trauma temprano
cuente pero difícil de conceptualizor. por lo q_ue se des- están relacionadas con la etiología de los trastornos diso-
carta abordarla en el proceso. ciativos, nos referimos a:
al Las experiencias q,ue se producen en las relaciones de
5. Señala Ja afirmación correcta: apego primarias, como el abuso de distintos tipos y lo ne-
a) Cuando nos encontramos con personas que han sufrido gligencia o falta de cuidados.
troumo complejo, la presencia de disociación suele ser b) Las experiencias tronsgeneracionales que están presentes
muy destocada, surgiendo la necesidad de identificarla en las pautas familiares y vínculos de lo vida adulta.
para trabajarla a nivel de psicoterapia. el Los experiencias que se producen entre los iguales durante
bl Cuando nos encontramos con personas que han sufrido la infancia, especialmente en el contexto escolar.
trauma complejo, la presencia de disociación suele ser d) El consumo de sustancias tóxicas por parte de lo figura
muy destacado, pero no se debe trabajar nunca o nivel materna durante la gestación. .··
psicoterapéutico con ella. ; ::
el Cuando nos ericontromos con personas que han sufrido 9. En el modela de la disociación estructural que nos propor-
trauma complejo, la presencia de disociación suele ser ciona el Dr. Onno Van der Hart, algunos postulados san:
poco frecuente, por lo que la evaluación de su historia de o} Existe una parte emocional, distinta a lo parte aparen-
vida seró sencilla. temente norma!, q,ue es la que codifica y almacena la
dl Cuando nos encontramos con personas que han sufrido información sobre el trauma y lo revive a través de las
trauma complejo, la presencio de disociación suele ser emociones y las experiencias sensoriomotoros.
bastante frecuente, por lo que el establecimiento de su b) Existe una porte emocional, distinta a la parte aparente-
historia de vida no seró indicado en ningún caso. mente normal, que evito física y mentalmente cualquier
elemento relacionado con el trauma, intentando actuar
6. Lo despersonalización consiste en: como si no hubiera ocurrido.
a} Una sensación de extrañeza del entorno y las personas el Tonto la parte aparentemente normal como la parte emo-
conocidas, que pueden parecer na familiares. cional de la personalidad evitan física y mentalmente
b) Una sensación de extrañeza. cama si la persona fuera cualquier elemento relacionado con el trauma, intentando
observada y controlada desde fuera, percibiendo intensos actuar como si no hubiera ocurrido.
sensaciones en su cuerpo. dl Tonto la parte aparentemente normal como la parte emo-
el Una mezclo de sensación de familiaridad y extrofleza res- cional codifican y almacenan la información sobre el trau-
pecto al entorno, las personas que rodean a la persona y ma y lo revive a través de las emociones y las experiencias
o su propio cuerpo. sensariomotoras.
d) Una sensación de extrañe20, como si la persona se ob- 10. A nivel de los estudios de epidemiologia de los trastornos
servase funcionar «en automático», se viera desde fuera disociativos, se puede afirmar:
de sí misma, o como si estuviese alejada de sí mismo o al Que los trastornos disociotivos constituyen un problema de
desconectada del cuerpo. salud mentol frecuente, no solo en la práctico clínica, sino
7. Los cinco ámbitos que han descrito Steinberg y SchnaH también en lo comunidad.
QOOOJ, presentes en la disociación, son: b> Que los trastornos disociotivos apenas tienen impacto en
la población clínica, siendo muy rora su presencia.
a) Amnesia locunar, despersonalización, hipersamnio, apla-
namiento afectivo y alteración de la identidad. el Que los trastornos disociativos son más frecuentes y pre-
bl Desrealización, despersonalización, sentido de presencia, valentes que los trastornos de ansiedad en la población
pseudoolucinaciones y activación desproporcionada del normal.
arousaf. d) Todas las anteriores opciones son correctas.

. ' '.
'

200
CAPÍTUL09

TRASTORNOS DE SÍNTOMAS SOMÁTICOS


Y TRASTORNOS RELACIONADOS
José López-Sontiago, Sondro Arnáez y Amparo Bel/och

l. Introducción 281 C. Trastorno de conversión (trastorno de sintamos


neurológicos funcionales) 309
II. El espectro de los trastornos de síntomas
somáticos en los sistemas oficiales de diagnóstico D. Trastorno facticio 311
psiq_uiátrico 281/ IV. Recomendaciones para la evaluación
A_ La clasificación de la APA: DSM-5 285 y el tratamiento 315
B. Lo clasificación de la OMS: CIE-11 286 V. Resumen de aspectos fundamentales y tendencias
futuros 316
C. Características transdiagnósticas 289
111. Caracterización clínica y etiológica de los trastornos TÉRMINOS CLAVE 317
de síntomas somáticos 291 LECTURAS RECOMENDADAS 317
A. Trastorno de síntomas somáticos (TSSl 291
REFERENCIAS 317
B. Hipocondría o trastorno de ansiedad por
la enfermedad (TAEJ 296 AUTOEVALUACIÓN 323

l. Introducción

En defínitiva, y esto ha ocurrido más de una vez en la historia del consecuencia de la multitud de críticos que, prácticamente desde
pensamiento humano, dar por supuesto que a lodo término con su incorporación en el DSM-llI, se produjeron tonto con respecto a
un significado ha de corresponder una realidad objetiva precisa, la categoría general y su denominación como sobre la conceptua-
constituye un crasí>ímo error ción misma de somatización. En lo Tablo 9.l se resumen los principa-
J_ L Piniflos 0975) les argumentos que se han esgrimido para la abolición de la antigua
categoría de trastornos somatoformes <Mayou et al. 200Sl.
El grupo de «Trastornos de síntomas somáticos y relacionados» es Uno comprensión adecuada de esta nueva agrupación de tras-
una nueva categoría del DSM-5 <APA, 2013), ci.ue sustituye a la ante- tornos meritales, defiriido en su conjunto por lo pre.1encio de sínto-
rior de «Trastornos somatoformes», que introdlljo el DSM 111 de mas físicos que sugieren la existencia de una enfermedad orgánica,
1980. Además, modifica y sustituye el constructo de somatización, requiere hacer un sucinto recorrido sobre su historia. Tomados en
tanto en su acepción de «síntoma no explicodo médicamente» conjunto, los trastornos de síntomas somáticos tienen como oritece-
como de síndrome-(<Trostorno de somatización»- (López-Santia- dente más remoto el concepta de histeria. que derivo de la palabro
go y Belloch, 2002), en función del cual se organizaba y agrupaba griega hystera que significa «útero». Inherente a ese mera dato
el resta de trastornos incluidos en la categoría. Estos cambios son etimológico se encuentro el sigriificodo que originariamente se ha

,.
Mdnual Ge p:,1copaloiO'Jld. '/olurnen 2

)) Tabla 9.1. Críticas a !a cat"goría de trastornos


somatofor'T1es del DSM-lil [~11ayou et al., 2005] JlSomat\zación. ::01 término tiene di·.rersos usos, entre
los que destacan los siguientes: [a] categoría diagnós~ica
L El térn1ino es inaceptable para 101 pacientes. Remi1e al antiguo [«trastorno de somatizac1ón¡,; actualn1enie, «trastorno de
u>O del término somatización y puede llevar o lo negación del sinto1T\as sorná'.i(OS))]; ji.J) li:JO de sinto1~1d que define un
sufrimiento y realidad de los síntomas. grupo de trastornos l<1trastorr1os de sintornd'i '!ürnát1co0>il
2. La categoría es inherentemente dualista Es cuestionable cuya característica común es la expresión del male$tar
la idea de que los síntomas somáticos pueden dividirse en psicológ1co en forma de síntomas som<iticos que el suje'O
síntomas que reflejan enfermedad y otros que tienen origen interpret;i erroneamente como signo de alguna enterme·
psicógeno. dad médicrt y. en consecuencia, busca asistencia médica;
3. No forman una categoría coherente El solapamiento con jcj tipo de «lenguaje" mediante el que se manifiesta el
muchos otros 1rastornos mentoles. definidos en parte por malestar psicológico; (d) enfermedad en la que lo orgá-
síntomas físicos {corno ansiedad y dep1esión), es uno causa nico y psicológico están íntin1amente relacionados [i. e.,
potencial de error diagnóstico somatización como sinónimo de psicosornátlcoJ; [e] mani-
festación física de un trastorno de ansiedad o depresión
IJ.. Es incompatible con culturas no occidentales. Por ejemplo, la
adaptación China del DSM excluye estos trastornos. [«son1atización de presentación»!; [fl sinóriirno del con-
cepto de conducta de enfermedad, y [gj pard referir un
5. Es ambiguo en los criterios de exclusión con otros trastornos. >íntoma físico para el que, hasta ese momento, no se
Un paciente puede ser dosificado por el mismo problema tanto
ha encontrado una causa orgánica que pueda explicarlo
en el Eje 1(p. ej, como trastorno sornatoforme indiferenciado)
(«somatización funcional»).
corno en el Eje lll (p. ej., como colon irritable).

6. Muchas de los subcategorias no poseen fiabilidad.

7. Carece de clara definición del umbral de cuándo debe ser Janet, la histeria, al igaal que la hipnosis, eran producto de la suges-
diagnosticado un trastorno somatoforme. tión psicológica y propuso utilizar la hipnosis y la sugestión como
terapia_ Lo culminación del modelo psicológico de lo histeria se
8. La ambigüedad de la categoría ocasiona problemas y disputas. encuentro en los trabajos de Freud para q_uien el trastorno cons-
Causa cortfusión y disputas en medicino legal y con las tituye una neurosis básico a partir de la cual, además, estructuró
entidades de seguros. su teoría y su técnica psicoanalíticas. En las décadas de los años
veinte y treinta del siglo xx, cuando lo teoría de Freud estaba en su
apogeo, a un gran número de pacientes neuróticos se les diagriosti-
caba de histeria, atribuyendo al trastorno causas relacionadas con
dado a lo naturaleza y causa de ese trastorno y a todos los otros el coriflicto sexual <Tyrer, 1992).
q_ue, con el paso de los siglos, se han relacionado con él, pues
como dijo Tyrer (1992J, aunq_ue el concepto de histeria ha combia- Pero en los años sesenta se sucedieron las críticas a la fiabilidad
do muchas veces, ha conservado siempre lo ideo de «simulación del diagnóstico de histeria y a la conceptuación misma del trastor-
de enfermedod» como característica esencial. Pero o lo vez, los no. Ejemplo de ello es esta afirmación: «el diagnóstico 'histeria'
debates sobre su naturolezo, origen y personas a las q_ue podía es una móscora para la ignorancia y un compo fértil paro el error
afectar han estado presentes desde su denominación misma. Ini- clínico» (Slater, 1965; p. 1399). En esta misma línea, un grupo de
cialmente se pensaba q_ue el trostorno afectaba únicamente o las investigadores y clínicos de lo Universidad Washington, en San Luis
mujeres, yo q_ue se suponía causado por alteraciones de la matriz. {Misuri, EE. UUJ, liderados por Perley y Guze, intentaron distanciar-
Esta idea persistió. con modificaciones menores, en la mayoría se del modelo imperante de histeria a partir de sus estudios con
de las culturas accidentales desde el antiguo Egipto, dos mil años un grupo de pacientes mujeres, polisintomáticas, que se ajustaban
antes de nuestra era, hasta bien entrado el siglo XIX. No obstante, mejor al síndrome descrito por Briq_uet Este síndrome adoptará el
la asunción de q_ue era un trastorno exclusivamente «femenino» apellido de su proponente («Síndrome de Briq_uet») y se propondrá
no siempre fue aceptada. Ejemplos notables de discrepancia fueron como denominación para lo q_ue más adelante será conocido como
el médico inglés Sydenham (1624-1689) y el francés Paul Briq_uet «trastorno de samatizoción» en el DSM-111 de 1980. El Grupo de
San Luis lo definió en estos términos:
(1796-IBBll. El trabajo fundamental de Sydenham versó sobre la his-
teria, que describió como uno enfermedad q_ue afectaba tonto a
las mujeres («histeria sensu stricf0») como a los hombres (en cuyo Se trato de un trastorno polisintomático q_ue comienza tem-
coso la denominación era la de hipocondría}. Un siglo más tarde prano en la vida, fundamentalmente afecta a las mujeres y se
Briquet también defendió q_ue la histeria no tenía su origen en el caracteriza por molestias somáticas múltiples recurrentes, descri-
útero, pues pod(an padecerla los hombres, las mujeres prepúberes y tos a menudo de forma espectacular. Las peculiares caracten'sti-
las post-menopaúsicas, es decir, personas Q.Ue o bien no disponían cas, todas ellas inexplicables por los demás trastornos orgánicos
de útero, o en las q_ue este órgano no era todavía funcional o ya conocidos son: dolores diversos, síntomas de ansiedad, trastornos
había dejado de serlo. gastrointestinales. síntomas urinarios, trastornos menstruales, des-
ajuste sexual y marital, nerviosismo, trastornos de talante y sínto-
Por lo q_ue se refiere a la etiopatogenia de lo histeria, tanto
mas de conversión. Los visitas repetidas a los médicos y clínicas,
Jane! como Freud le atribuyeron una naturaleza psicológica. Para
el uso de un gran número de medicamentos -o menudo al mis-

182
Capítulo 9. Tr a olor rio:, de )ÍIHüllld~ so111'íticu$ y Lras lo111os relacionados

~H--"""'"-H) l ,_T_
[ Hipocondría T Sydenhom

De co~ver¡ióri - (-s-ic_d_co_m_e~d,-.-,-,,-,-"'-,- '1 (- Hipocondría _)


P. Briquet
-~~~~~~-"
j
Grupo de San Luis
Trastorno de conversión Trastorno por J 1 Hipocondría
{rieurosis histérica) somatizoción
~~ '
¡ DSM-Iil

Trastorno de síntomas Trastorno de síntomas \1 Ansiedad por


neurológicos funcionales somáticos la enfermedad DSM-5

)) Figura 9.1. Evolución del espectro de trastornos sornatoforrnes.

mo tiempo- prescritos por médicos diferentes y hosp1talizoción En sumo. el trastorno de somatización se construye a partir del
frecuente con operaciones se encuentran en uno historia médico concepto de histeria de Briquet. que el influyente grupo de San Luis
florida». <Woodruff et al., 1974; P- 44, de lo edición en español -germen de lo nueva nosología del DSM III- había ido desarrollan-
de 1978). do desde los años cincuenta en oposición al concepto de «histeria
de conversión» de los planteamientos psicoanalíticos. Según fuera
Además, insistieron en la necesidad de diferenciar entre este
su presentación, el DSM-III fragmentará lo «histeria» de Briquet
síndrome de Briquet -para ellos, la auténtica histeria- y los «sín-
en cuatro trastornos: de somatización, ind1ferenc1odo. por dolor, e
tomas de conversión»·
hipocondríaco que, junto ol de conversión (sustituto a su vez de
la antigua «neurosis histérico» freudiano), formarán lo categoría
Los términos histeria y síntomas de conversión se utilizan con
de «trastornos somatoformes». La nuevo clasificación del DSM-5,
frecuencia como sinónimos. Sin embargo, es importante hacer uno
como comentaremos a continuación, mantiene estos mismos tras-
distinción entre ambos LJ. Los síntomas de conversión compren-
tornos. si bien re-denomina la categoría general como «Trastorno
den un grupo limitado de síntomas individuales que sugieren enfer-
de síntomas somáticos». No obstante, pese a la sustitución en el
medad psiquiátrica_ La histeria es un síndrome polisintomótico q,ue
DSM-5 del término somot1zación por el meramente descriptivo de
típicamente incluye los síntomas de conversión» <Woodruff et al.
trastorno de síntomas somáticos -por el carácter estigmatizonte
(1978, pp. 4't-45l.
atribuido al primero-, los principios que definen tanto lo categoría
Lo redefinicián que hizo el grupo de San Luis del síndrome de general, como los trastornos que en ella se incluyen, siguen siendo la
Briquet es, como hemos dicho, el q_ue finalmente adoptó lo Asocia- presencio de síntomas físicos sin explicación médica suficiente y el
ción Psiquiátrico Americana <APAJ en el DSM-111 de 1980, si bien concepto de somotizoción Por eso mismo, el trastorno organizador
modificando su denominación por lo de «Trastorno de somatizo- y central de la categoría es el trastorno de síntomas somáticas. En
ción», y los criterios postulados por Feighner et al. <1972l paro defi- la Figura 9.1 se esquematizan los hitos principales que se han suce-
nir el síndrome serían posteriormente adoptados por el DSM-III y dido históricornente en la caracterización y denominación de los
sus ediciones sucesivas, hasta el DSM-IV-TR de 2001. Los criterios trastornos que se incluyen en la categoría de tro>fornos de síntomas
eran los dos siguientes: somáticos según la APA.
l. Una enfermedad crónico y recurrente que aparece antes de los En clara oposición o ese planteamiento, la OMS ha mantenido
30 años, que se presenta con uno historia médica dramática, siempre el trastorno de conversión (la neurosis histérica freudiano)
en un grupo diferente de psicopatologías· la de los trastornos diso-
vaga y complicada.
ciotivos, si bien bajo una denominación diferente («Trastorno diso"
2. Los pacientes deben referir al menos 25 síntomas no explicados ciotivo del movimiento, la sensación. o la cognición»)_ Tampoco la
médicamente (de un listado de 60) poro un diagnóstico «defi-
hipocondría. en su denominación actual de «ansiedad por la enfer"
nitivo» y 20 poro un diagnóstico «probable». Los 60 síntomas
medod», es considerada actualmente como un trastorno del espec"
se organizan en diez grupos, nueve de los cuales deben estor
tro somatoforme por la OMS, como se explicará más adelante. Estos
representados al menos con un síntoma. discrepancias entre los dos sistemas de clasificación y diagnóstico
fJ\anual de psicopatoloqía. Volu111er. 2

psiquiátrico n1ós influyen1e> e~idencion lo que en otro lugar deno- de carácter etiológico. Concel.iía lo sornal'izoción con10 una ten,
ininomos como «el laberinto de la somatización» (López-Santiago ciencia a experimentar y expresar molestar psicológico en formo
y Belloch, 2012) y otros han calificado como «pesadilla nosológica» de síntomas somáticos que lo persona interpretará erróneamente
(lloyd, 2005). como signo de una enfermedad física grave y, en consecuencia,
En este capítulo seguiremos, como en el resto del manual, los solicitará asistencia médica para ellos_ Según su planteamiento, el
criterios y organización que ofrece de este grupo de trastornos el concepto de somatización incluía tres componentes: experiencia!,
DSM-5, no porque nos parezcan especialmente adecuados en com- cognitivo y conduclual. El experiencial refiere a la que las perso-
paración con los que está desarrollando la OMS {2019) en su pro- nas perciben de su cuerpo Cp. ej., sensaciones corporales dolo-
puesta de la CIE-11, sino porque estos últimos no están de hecho rosas, molestas o no habituales). El modo en que se interpretan
vigentes todavía. En todo coso, debemos dejar claro desde el prin- esas percepciones y el subsiguiente proceso de toma de decisio-
cipio que basarnos en los criterios DSM-5 solo tiene una finalidad nes sobre los si'ntomas es el elemento cognitivo, y el componente
didáctica y no representa nuestra opinión sobre el tema que, natu- conductuol lo forman las acciones y comunicaciones {verbales y
ralmente, expresaremos en cada momento. En consecuencia, nues- no verbales) que emprenden las personas como consecuencia de
tro objetivo es presentar las coracterísttcas clínicas q_ue caracterizan las atribuciones (o explicaciones) sobre sus percepciones e inter-
este grupo de trastornos y las explicaciones psicológicas que, basa- pretaciones.
das en evidencias, se han mostrado más consistentes a Jo hora de Uno acepción relativamente distinta del término somotización y
comprenderlos y, especialmente, a quienes los padecen. del proceso que explicaría su aparición, es la de conducta de enfer-
medad (Kirmayer y Robbins, 199D, término propuesto por Mechanic
(1962) para referirse a la forma en que los síntomas y sensaciones
)Trastorno de síntomas somáticos. Denominación que son percibidos, evaluados y representados por los diferentes perso-
proporciona el DSM-5 al trastorno que se caracteriza por nas. Por tanto, la conducta de enfermedad se configura como una
una combinación de síntomas somdticos molestos jun- fuente de diferencias individuales de los patrones de respuesta ante
las sensaciones corporales y el malestar somático. En este sentido,
to con pensamientos, sentimientos y comportamientos
podría ser concebida como un rasgo de personalidad que conlle-
excesivo'> u deoadaptativos, con10 respuesta a esto> sín- varía una mayor a menor disposición a adoptar el rol de enfermo.
torndS. Jocob y Turner (1984l hipotetizaron que quienes tienen uno tenden-
cia elevada a adoptar ese rol se caracterizan por tener umbrales
más bajos para el reconocimiento o Ja percepción del daño físico.
Por tanto, buscan ayudo médica para condiciones que son relativa-
11. El espectro de los trastornos mente inocuos. El concepto de conducta de enfermedad fue apli-
cado a la explicación de los trastornos somatoformes por Pilowski
de síntomas somáticos en (1969), que los consideró como una variante especial de una conduc·
los sistemas oficiales de ta de enfermedad anormal
La generalización del uso del término somatización se produce
diagnóstico psiquiátrico a partir de su introducción en el DSM-III como la denominación
De lo expresado en el punto anterior se deduce que. para abor- del principal trastorno de los incluidos en la categoría de trastornos
dar el espectro de trastornos somatoformes, es necesario hacer una somatoformes. En las últimas cuatro décadas el término ha pasado
referencia al concepto de somatización, ya q_ue es la característica a formar parte de nuestro léxico habitual, aunque san diversos los
diagnóstica esencial de estos trastornos, o la vez que elemento inse- signíficados con las que ha venido siendo utilizado. En un trabajo
parable de los mismos (Chorot y Martínez-Narváez, 2008), si bien, previo <López-Santiago y Belloch, 2012) identificábamos los siguien"
como dijo Lipowski (1987J, la idea misma de somatización es un tes significados o usos actuales del término:
problema no resuelto de la medicina. La introducción del término L Como una categoría diagnóstica (<<trastorno de somatización»;
somatizoción (orgonsprache, en su acepción alemana original) en actualmente, <<trastorno de sí11tomas somáticos»).
la nosología psiquiátrica, se atribuye al discípulo de Freud, Wil- 2. Como el tipo de síntoma que define a un grupo de trastornos
helm Stekel para referirse a un proceso hipotético mediante el cual «<trastornos somatoformes»; actualmente, «trastornos de sín-
una neurosis profundamente arraigada podría causar un trastorno tomas somáticos»).
corporal. Desde este planteamiento, el proceso de la somatizoción, 3. Como un tipo de lenguaje mediante el que se manifiesta el
entendido como la expresión somática de conflictos psicológicos o malestar psicológico.
la conversión de estados emocionales en síntomas físicos mediante
mecanismos de defensa inconscientes, designa un proceso práctica- 11-. Como una enfermedad en la que lo orgánico y psicológico están
mente idéntico al de la conversión, implícito a su vez en lo noción íntimamente relacionados (i. e., somatizoción como sinónimo de
de histeria de conversión psicoanalítica. psicosomáticol.
Fue, precisamente, esa referencia a una etiología de corte 5. Como una manifestación física de un trastorno de ansiedad o
psicoanalítico lo que abrió un debate entre los expertos y fue depresión («somatización de presentación»).
objeto de innumerables críticas por las dificultades inherentes a 6. Como sinónimo del concepto de conducta de enfermedad.
su verificación y, en consecuencia, la carencia de evidencias q_ue 7. Simplemente para referir un síntoma físico para el que, hasta
la avalaran. En parte por ello, Lipawski (1988l propuso una defi, ese momento, no se ha encontrado una causa orgánica que
nición estrictamente descriptiva que eliminara las connotaciones pueda explicarlo («somatización f\_lncional»l
Capítulo 9. Trastornos oe síntoma> somat1cos y trastornos relacionados

Aunque indudablemente todos estos acepciones tienen muchos no requiere la presencia de síntomas méd1camente inexplicables
elementos en común. como el reconocimiento de una relación como una característico central: en su lugar. se hace hincapié en
inextricable ent1e lo «so1nático» y lo «psíquico», tal profusión de el impacto que tienen los síntornas en la cognición, la en1oción y el
significados convierte el término en un «cojón de sartre» que ha comportamiento, recogiendo en este sentido planteamientos como
generado gran confusión sobre un problema clínico, ya de por sí el de lipowski 0988) al que nos referimos antes.
difícil de valorar. En síntesis, los cuatro cambios más notables del DSM-5, en com-
paración con las versiones anteriores del manual son.

Ji Conducta de enfermedad. rérmino introducido por l. Los diagnósticos de trastorno de somatización, somatomorfo
indiferenciado, por dolor. e hipocondría desaparecen como
Mechanic y Volkart para designar el modo en que los >ínto-
condiciones diagnósticos separadas y se incluyen, bien en el
mas son percibidos, evaluados y representados. En general,
trastorno de síntomas somáticos (que como ya hemos dicho es
hace referencia a la adopción habitual de comportamientos el organizador de la categoría), bien en el de ansiedad por la
tales como visitas recurrentes al médico y otros profesiona· enfermedad, o bien en el de los factores psicológicos que influ-
les de la salud que son KObjet1vamente,, innecesariilS, tomar yen en otras condiciones médicos.
1nedicación, permanecer en casa sin acudir al trabajo por 2. El trastorno de conversión se conceptualiza como «Trastorno de
sentirse rnal, etc., que caracterizan a las personas que las síntomas neurológicos funcionales», aunque se mantiene el térmi-
realizan de n1anera habitual con10 proclives a adoptar un no «conversión». Esta especificación pretende enfatizar la impor-
«rol de enfermo» y, en este sentido, tienden a buscar ayuda tancia que tiene el tipo de síntomas que caracterizan el trastorno
médica ante situaciones físicas triviales. <i. e., neurológicos) así como su falta de correspondencia con ano-
malías neurológicos que permitan explicarlos {i. e., funcionales).
3. Los factores psicológicas que afectan o otros condiciones médi-
cos y el trartorno facticio, incluidos ambos en categorías distin-
A. La clasificación de la APA: OSM-5 tas del DSM-IV, se añaden ahora aquí.
El grupo actualmente denominado Trastorno de síntomas somáticos 11. El trastorno dismórfico corporal desaparece de lo categoría
y trastornos relacionados, tal como se describen en el DSM-5 <APA, paro incluirse en otra diferente: la del trastorno obsesivo-com-
2013), incluye los siguientes: pulsivo y relacionados.

l. Trastorno de síntomas somáticos.


2. Ansiedad por la enfermedad. })Trastorno de conversión. Denominación que proporc10·
3. Trastorno de conversión (o trastorno de síntomas neurológicos na el DSM·S al trastorno que se caracteriza por la pérdida
funcionales).
o deterioro de alguna función motora o sensoria/ para la
11. Factores psicológicos que influyen en otras afecciones médicas.
que no existe una explicación médica. Sustituye al término
5. Trastorno focticio.
obsoleto de «histeria de conversión".
6. Otro trastorno de síntomas somáticos y trastornos relacionados
especificados.
7. Trastorno de síntomas somáticos y trastornos relacionados no Los criterios diagnósticos que establece el DSM-5 para cada
especificados. uno de los trastornos se presentan en !as secciones dedicados o
La característica común de todos los trastornos del grupo es los trastornos principales que configuran fa categoría. trastorno de
la importancia que tienen los síntomas somáticos, pues se asocian síntomas somáticos, ansiedad por lo enfermedad, trastorno de con-
con molestar y deterioro significativos y o menudo son interpreta- versión, y trastorno facticio. Con respecto o los criterios diagnósticos
dos por lo persono como síntoma de algún proceso de enfermedad del resto de trastornos, comentamos a continuación los aspectos
o anomalía orgánica. Como hemos dicho, lo categoría sustituye o más relevantes de Jos mismos. El diagnóstico de factores psicoló-
la de trastornos somatoformes, vigente en las sucesivas ediciones gicos que influyen en otras afecciones médicas puede aplicarse en
del DSM desde la tercero edición de 1980. Según sus proponentes, individuos que sufren uno condición médica (Criterio A) que se ve
los cambios se han realizado para eliminar la superposición entre afectada negativainente por factores psicológicos o conductua!es
trastornos, clarificar los límites entre los distintos diagnósticos, y <Criterio Bl. Los efectos sobre lo afección médica pueden aumentar
reconocer que estos trastornos pueden ir acompañados de una con- las probabilidades de sufrimiento, discapacidad o muerte. Los fac-
dición médica identificable. Esta último consideración constituye un tores psicológicos o conductuales pueden considerarse perjudiciales
cierto avance en relación con ediciones anteriores, en las que el si cumplen una de las siguientes condiciones: (al los factores psi-
diagnóstico de un trastorno de naturaleza somatoforme se reali- cológicos o conductuales preceden al desarrollo o empeoramiento
zaba una vez descartada la presencia de patología médica (o de de lo afección médica, o retrasan la recuperación de lo afección
cualquier otro trastorno mentoll que explicara mejor los síntomas (p, ej .. exacerbando repetidamente una lesión después de ser dado
y el malestar del paciente. En consecuencia, el diagnóstico ero difí- de alta en el hospital>; {b) los factores interfieren en el tratamiento;
cil, si no imposible, pues en muchas ocasiones se planteaba como (c) los factores conrtituyen otros riesgos paro la salud del individuo,
uno especie de recurso final, una vez descartadas todas los posi· o (d) los factores influyen en lo patología médica, exacerbando los
bles opciones que pudieran explicar los síntomas. Así, el principal síntomas o requiriendo atención médica. Los factores psicológicos
diagnóstico de esta categoría -el trastorno de síntomas somáticos- o conductuales no se explican mejor por otro trastorno mental <Cri-

285
rJlanual de ;)sicOµdlOlugid. VülUfll\::"fl 2

terio Cl, poi lo lon1o, el en1reorarniento de uno c.ondición médi- experiencei, con la q_ue se preiende reuni1 bajo una único rlibrico
co debido al trastorno de pánico o debido al abuso de sustancias todos lo> trastornos que en la edición anterior se incluían en el
no cumpliría los criterios de los faciores psicológicos q_ue influyen grupo (i. e, trastorno de somatización, somotomorfo indiferenciado,
en otros ofecc1ones médicas Lo1 clinicos pueden aplicar especifi- disfunción vegetativa somatomoria, dolor persistente somatomorfo)
cadores q_ue reflejen un riesgo médico leve, moderado (agrava la con una e~cepción notable: la hipocondrio. que poso o formar parte
aJección médico), grave{resulta en hospitalización o ernergencia), o del espectro obsesivo-compulsivo. Además del cambio de denomi-
extremo (riesgo de muerte) de los factores psicológicos q_ue influyen nación de la categoría, ú11ican1ente se incluyen tres trastornos cuya
en otros afecciones médrcas. denom'1nación es, osim"tsmo, nueva:
En el coso de los diagnósticos «otro trastorno de síntomas somá- f. Trastorno por molestar somático (bodily distress disorder).
ticos y trastornos relacionados especificados» y <<Otro trastorno de
2. Disforia por lo integridad corporal (body integ1ily dysp/Joria).
síntomas somáticos y trastornos relacionados no especificados», se
trato de categorías residuales en los q_ue se cumplen algunos, pero 3. Otro trastorno por malestar somático o por la experiencia cor-
no todos, los criterios de alguno de los otros trastornos del grupo. poral (Ofher disorder of bodily distress or bodiiy experience!.
El DSM-5 presento cuatro ejemplos de trastornos específicos que El elemento común o estos trostornos es experimental proble-
pueden utilizarse bajo la etiq_ueta de «otro trastorno de síntomas mas a alteraciones en la relación q_ue lo persona mantiene con
somáticos y trastornos relacionados especificados» el trastorno de su cuerpo. Y, como sucede a lo largo de todo lo propuesto de la
síntomas somáticos breve, que puede asignarse cuando uno perso- CIE-11, no se proporcionan (salvo en algunos casos concretos). cri-
na cumple con los criterios diagnósticos del trastorno de síntomas terios diagnósticos muy estrictos, sino una descripción q_ue pretende
somáticos, pero con uno duración inferior o seis meses; el trastorno destacar los características esenciales de cado trastorno, de modo
de ansiedad por la enfermedad breve, q_ue puede asignarse cuando que eso descripción recoja los síntomas y elementos q_ue cualq_uier
los síntomas del trastorno de ansiedad por la enfermedad duran clínico encontraría en todos los cosos en fas que se manifieste el
menos de seis meses; el trastorno de ansiedad por la enfermedad trastorno en cuestión. En consecuencia, el listado de características
sin comportamientos e>:cesivos relacionados con lo salud, que puede esenciales se parece solo superficialmente o los criterios diagnós-
asignarse cuando una persona cumple con todos los criterios del ticos más o menos estrictos que, por ejemplo, se muestran en el
trastorno de ansiedad por la enfermedad excepto el Criterio D; y, la DSM-5. También «se evita proporcionar puntos de corte arbitrarios
pseudociesis, que puede asignarse o mujeres con una falsa creencia y requisitos sobre la duración de los sínton1as, a menos q_ue haya
de estor embarazadas y que está asociada con signos objetivos de suficientes datos empíricos que los justifiquen en diferentes países
embarazo (p. ej., náuseas matutinas, sensibilidad en los senos). Por y culturas o q_ue exista algún motivo importante paro incluirlos»
su parte, el diagnóstico de «trastorno de síntomas somáticos y tras- (Reed et al, 2019, p. lJ.). Teniendo en cuenta estos principios, presen-
tornos relacionados no especificados» puede aplicarse cuando un tamos a continuación los características fundamentales q_ue definen
'1nd'1v'1duo presento síntomas que provocan malestar o deterioro clíni- las trastornos de este grupo, según las nuevas propuestos para la
camente significativo similores a un trastorno de síntomas somáticos CIE-11 q_ue, en el momento de reddctor este texto, están disponibles
y trastornos relacionados, pera q_ue no cumple todos los criterios de en la pógina oficial de la OMS.
ninguno de los trastornos de lo categoría.
El <<trastorno por malestar somático» es el más importante de la
categoría. Su caracterización clínica pretende recoger los elemen-
tos esenciales que definen la ideo de somatizoción, tal y como he-
Ji Trastorno de ansiedad por la enfermedad. Denomina- mos venido comentándolo hasta aq_uí, ademós de establecer una
ción que sustituye a la de hipocondría en los siste111as de diferenciación nítida con lo (histeria de) conversión que se incluye
diagnóstico psiquiátrico actuales. Se caracteriza por nive· en una categoría diferente (Trastornos disociativos). Los caracterís-
les elevados de ansiedad relacionados con Id preocupación ticos esenciales del trastorno se muestran en la Tabla 9.2. Además
por estar enfermo a partir de síntomas somáticos mínimos del diagnóstico en sí, se debe especificar el nivel de gravedad te-
o Inexistentes. En el caso de la CIE-11 el trastorno se inclu- niendo en cuenta el grado de malestar o de preocupación por los
ye en el grupo de trastornos obsesivo-compulsivos, mien- síntomas físicos, lo persistencia del trastorno, y el nivel de deterioro
que provoca en lo vida de la persono.
tras que en el DSM·S forma parte del grupo de trastornos
Estos criterios diagnósticos, genéricos como hemos dicho, se
somáticos.
matizan algo más al observar los q_ue se proponen poro estable-
cer el diagnóstico diferencial con, por ejemplo, lo hipocondría, la
depresión, el trastorno de pánico, o la ansiedad generalizada: en
B. La clasificación de la OMS: CIE-11 todos estos casos se enfatiza q_ue uno de los aspectos diferenciales
del trastorno es la preocupación por los síntomas en sí mismos, por
La categoría de Trastornos somatomorfos de lo vigente edición sus consecuencias, y por el impacto q_ue ello tiene en lo vida del
oficial de la Clasificación Internacional de Enfermedades ((JE-10,
Organización Mundial de lo Salud, OMS, 1992), ha experimentado
cambios importantes en la revisión q_ue todavía está en curso, debi- Comoquiera que la CIE-11 no está disponible todavía en castellano y
do o su escasa utilidad clínica. El grupo de trabojo de trastornos lo denominación en inglés de los distintos trastornos y de la categoría
somáticos y disociativos de la undécima edición (QMS, 2019, CIE- lll general en la q_ue se incluyen p-uede ser provisional, advertimos al
ha propuesto una nueva denominación para lo antigua categoría lector de q_ue las denominaciones que vamos a adoptar o lo largo
de trastornos somatomorios: «Trastornos por molestar somático o del capítulo pueden verse alteradas cuando se publique la edición
por la experiencia corporal» {Disorders of bodily d15tress and bodily definitivo de la CIE-lL prevista paró el año 2022.
Capílulo 9_ Trastornos de s1nto1nas somátKos y trastortos relac.onados

mayor al que habitualmen!e se asociaría con lo condición médica


Jl Trastorno por malestar somático. Es la denominac1on responsable de lo~ rnismos, en caso de que tal condición existie1a_
que proporciona la CIE-11 al trastorno que 11nplica la expe>-
El segundo trastorno de la categoría, «disforia por la integridad
rienc1a cie síntomas corporales angust1antes a los que la corporal» (DJCJ se incluye por vez primero en un sistema de diag-
per:;or1a dirige u11a ate11ción excesiva, que suele 1nan¡festar- nóstico psiquiátrico y, de hecho, no está incluido en el DSM-5. El
<;e por el contacto repetido cor1 los ser vicios sanitarios. En único trastorno que guarda alguna semejanza con el DIC en el siste-
térriinos generales, su concepto es análogo al de trastorno ma DSM-5 es el de autolesiones rio suicidas que, además, se incluye
de s1ntoma<; somaticos del DSM-S. entre las condiciones que requieren más estudio_ Las características
esenciales que definen el trastorno se encuentran en la Tabla 9.3.
Junto a ellas, se incluye un listado de características adicionales
con las que se intenta definir mejor el nuevo trastorno y los aspectos
paciente. Si tenemos esto en cuenta, entonces el componente cog- diferenciales con otros ya conocidos.
nitivo de preocupación (y no solo el de atención), junto con el de Se trata de un trastorno raro, muy poco frecuente, que desde las
emocionalidad negativa (o disforia) serían también necesarios a lo primeros descripciones sistemáticos se ho denominado de diversos
hora de formalizar el diagnóstico. modos siendo el más habitual el de trastorno de identidad de la
Además de los pautas para el diagnóstico diterencial se ofrecen integridad corporal (Body integrity identity disorder, BlID; Blom et
urias pautas generales para diferenciar los preocupaciones normales aL, 2012, 2016; First y Fisher, 2012), aunque también se ha denomi-
sobre el estado de salud de las que sugieren la presencia de! trastor- nado apotemnofilia<p_ ej., Money et al.. 1977) y xenomeha<p. ej.,
na: en este último caso se indica que el nivel de malestar emocional McGeoch et aL, 2011)_ Las diferentes denominaciones responden a
es mayor de lo que cabría esperar en relación can la naturaleza de dónde se sitúo el énfasis que define el trastorno: en problemas can
los síntomas, incluso cuando estos sean causados por una enferme- la identidad corporal (BIJD), similares a los que se presentan en la
dad o condición médica conocida, y no disminuye ni con las prue- identidad de género, o en una modalidad de parafilio de tipo com-
bas médicas adecuadas al posible problema ni con el reaseguro pulsivo (apotemnofilia), o en uno alteración neurológica parecida a
que proporcionan los profesionales sanitarias. Además, en el caso la que se produce en pacientes con somatoparafrenia (un síntoma
del trastorno, el número de síntomas que manifiesta el paciente es que se produce como consecuencia de lesiones en el hemisferio
cerebral derechol.
La adición que realiza lo CIE añadiendo el término «disforia»
a la denominación más habitual {i. e., BIID> pretende recalcar el
)) Tabla 9.2. CIE-11: Cciracterísticas esenciales del trastorno
hecho por el que se manifiesta en primera instancio el trastorno: el
por malestar somatlco· ¡Bodily 01stress Disorder)
estado de malestar emocional (i. e., lo disforiol de quien lo padece.
Ese malestar es la consecuencia de que la persona no admite lo
l. Múltiples síntomas físicos que son angustiantes para el
configuración de su cuerpo como una entidad compuesta por extre-
individuo y que pueden cambiar con el paso del tiempo.
midades que surgen de un tronco único (de ahí la expresión <<inte-
Ocasionalmente, puede tratarse de un única síntoma que suele
gridad corporal»L A partir de aquí, busca activamente romper con
ser cansancio a dolor.
esa estructura, o emplea tiempo en fantasear sobre ello, de manera
2. Se presto excesiva atención a los síntomas, lo que se manifiesta que se ajuste o su ideal corporal. Por tanto, errtra en juego tarnbién
por centrarse en exceso sobre su gravedad o sus consecuencias un problema con la propia identidad en relación con el esquema
negativas. lo excesiva atención se evidencia también por la corporal, en el que la motivación para modificar drásticamente la
búsqueda repetida de consultas con los profesionales de la estructura y configuración del propio cuerpo es conseguir que este
salud acerca de los síntomas, que van más allá de lo que sería se ajuste al esquema corporol que tiene la persona de sí misma
necesario desde el punto de vista médica. En personas en las <Blom et al., 2012l. Estableciendo un símil con la disforia de género,
que hay una condición médica diagnosticada que causo en el que la persona siente un desajuste y malestar con el sexo bio-
(o contribuye al los síntomas, el grado de atención que se les lógico que le ha correspondido, en la disforia por la integridad del
presta es claramente excesivo teniendo en cuenta la naturoleza cuerpo, el paciente no siente que su estructura corporal se ajuste al
y gravedad de lo condición médica. esquema corporal que le identifica como individuo. De hecho, como
se obser~a en lo Tabla 9.3, la característica esencial n º 5 establece
3. la atención excesi\IO a los síntomas físicos no disminuye un principio de diagnóstico diferencial con lo disforia de género.
a pesar de los exámenes y pruebas médicas, ni con la
En relación con este último a~pecto, el diagnóstico diferencial,
tranquilización que, de manera correcta, proporcionan los
la CIE-11 le dedica un notable espacio, lo que seguramente resulta
profesionales de la salud.
imprescindible dado q_ue se trota de un trastorno que se incluye en
11. los síntomas físicos (aun cuando no sean siempre los mismos) el sistema por primera vez. En primer término, se establece una dife-
y la angustio asociado son persistentes: están presentes la rencia con la curiosidad que pueden manifestar o sentir personas sin
mayori'a de los d(os durante al menos tres meses o más y están el trastorno, especialmente niños y adolescentes, por «cómo sería»
asociados con un deterioro significativo en el ámbito personal, vivir con uno discapacidad física e, incluso, fingir que se tiene una
familiar, social, educativo, ocupacional o en otras áreas discapacidad (p. ej., ceguera). En estos casos, el límite entre la nor-
importantes del funcionamiento. malidad y el trastorno se evidencia tanto por el tiempo que dura la
curiosidad o el fingimiento, breve y en ningún caso persis'tente en el
Nota: La traducción al castellano puede cambiar en la edición caso de la normalidad, como por la ausencia de un deseo persistente
definitiva de la CIE-11. por sufrir lo discapacidad o por sus consecuencias negativas.
Manual de ps1copatoloc;ía. Volurnen 2

) j Tabla 9.J, CIE-11: Características esenciales y 3d1cionales del trilstorno de '.Jisforia por la integridad :orporal'
fbody n1tegnty dysphoria}

l. Un deseo intenso y persistente por tener uno discapacidad física importante (p. ej., amputación de una pierna, paraplejia, ceguera),
que se acompaña de una incomodidad persistente con, o de sentimientos negativos intensos sobre, el funcionomiento o lo configuración
actual del propio cuerpo.
2. El deseo de quedar físicamente discapacitado tiene consecuencias perjudiciales, que se n1anifiestan por uno o ambos de las
crnaclerísticos siguientes:
a) La preocupación o rumiación sobre el deseo de estar discapacitado físicamente provoca un deterioro significativo en los ámbitos
personal, familiar, social, educativo, laboro!. o en cualquier otro ámbito importante del funcionamiento personal y social
(p_ ej., evitrn relaciones íntimos, interferencia con lo productividad laboroD.
b) Intentos por convertirse realmente en discapacitado mediante auto-lesiones q_ue han puesto en un riesgo significativo lo salud
o la vida de la persona.
3. El inicio del deseo persistente de estar discapacitado comienza en la odolescencio temprano.
11-. El trastorno no se explico mejor por otro trastorno mental: p. ej., esquizofrenia u otro trastorno psicótico primario (p. ej., cuando
hoy una convicción delirante de q_ue lo pierna pertenece a otra persona), un trastorno facticia, a simulación («malmgering»l.
5. Los síntomas, o los comportamientos. no se explican mejor por disforia de género. por una enfermedad del sistema neí'liOSO central,
a par otra condición médica.

l. La mayoría de los personas con este problema presentan un comportamiento «mentiroso», que puede constituir uno manifestación
temprana del trastorno en la infancia. Por ejemplo, vendarse lo pierna poro simular uno amputación. o utilizar una silla de ruedos o
muletas. Estos comportamientos se realizan casi siempre en secreto_ La necesidad de mantener en secreto el deseo puede tener cama
consecuencias lo evitación, o la ruptura, de relaciones personales que pudieran interferir con los oportunidades de «mentir».
2. Algunos individuos que se provocan la discapacidad intentan disimular u ocultar el hecho de que son ellos mismos quienes se han
provocado el daño haciendo que parezca un occidente.
3. En muchas de Jos personas con el trastorno se aprecio un componente sexual asociado a su deseo de discapacidad, ya seo por sentir
atracción sexual por personas con ciertos discapacidades a porque experimentan una gran excitación sexual cuando piensan en ellos
mismas coma discapacitadas
ll-. Los informes sobre personas con el trastorno acerco de cuándo fueron conscientes de su deseo indican que comenzó en etapas muy
tempranos de la infancia o lo adolescencia. Parece que lo mayoría de quienes padecen el trastorno no han buscado nunca atención
especializado. Cuando lo hacen, generalmente en lo odultez, suelen buscar la ayuda de un profesional de la salud poro aliviar su
malestar o para que les ayude o hacer realidad su deseada discapacidad.

Nora: La traducción al castellano puede cambiar en la edición delinltlva de la CIE-11.

El elemento diferencial con lo esquizofrenia y otros trastornos rozones par las que las personas con TDC y con DIC experimentan
que cursan can síntomas de la esfera psicótico radica, fundamen- disforia sobre su cuerpo: en el coso del TDC, la disforia deriva de
talmente, e11 q_ue lo persono con DIC no alberga creencias delirantes las preocupaciones e intrusiones acerca de lo que considero como
ni alucinaciones de tipo somático sobre alguna porte de su cuerpo defectos físicos y el modo en que estos condicionan su relación con
(p. ej., «mis piernas no san míos» «alguien cambió mi brazo por el los demás y/o cómo los otros le evalúan y valoran. Por el contrario,
de otra persono» «alguien me extrajo los ojos y no veo»), sino en lo disforia del DIC es consecuencia del modo en que la persono
que siente q_ue su estructura corporal solo estará <(correcta» si estó piensa que debería estor configurado su cuerpo {en el coso de
discapacitado (p. ej., si le falto una extremidad. o está ciegol_ En el quienes desean uno omputociónl o en cómo sienten que debería
coso del trastorno obsesiva-compulsiva, los pensamientos e impulsos funcionar (para quienes desearían estor parapléjicos a ciegosl. En
obsesivas de tipo agresivo {p. ej., autolesianes) son egodistánicos, consecuencia, no están preocupados por si los demás piensan que
mientras que en el DIC san egosintónicos en lo medido en q_ue la su aspecto físico tiene defectos.
persona busca acfi\.'Omente que se hagan realidad. Los límites can los trostornos focticios y con lo simulación pl!e-
El diagnóstico diferencial con el trastorno dismórfico corporal den asimismo ser difíciles de establecer. la CIE-11 planteo coma
<TDCJ puede ser más complejo y se centro, básicamente, en los criterio diferencial q_ue, en el caso de los trastornos focticios, el

288
Capitulo 9. Trastor:ios de síntornas sorndt1cos y trastornos velacioncidos

fingimiento de una discapacidad t1erie como finalidad recibir aten- sentaba síntomas comórb1dos de depresión secundona al trastorno
ción médica y asunlir un rol de enfermo, y en el caso de la simulo- e informaba de que la ideación sobre lo necesidad de «librarse»
ción, el objetivo es obtener ganancias secundarias de tipo social o de la parte del cuerpo sobre la que se focalizaban estaba p1esen~e
económico (p. ej., obtener un salario especial por enfermedad). Sin práctica1nente todo el tiempo e, incluso, provocaba insomnio. En
embargo, las personas con DIC pueden fingir discapacidades (p. ej., cuanto al secretismo que, según estudios previos, era característico
pasar lo mayor porte del día en uno silla de ruedas) con la finalidad de las personas que padecen el trastor110, no parece confirmarse
de reducir su disforia, pero en general rehúyen la atención médica pues más de la mitad de los pacientes había comunicado sus deseos
porq_ue ello «desvelaría» ante los demás y ante ellos mismos que y preocupaciones a algún allegado. Con todo, el doto más impac·
no tienen la discapacidad que desean. tan~e y llamativo es quizá que la calidad de vida, evaluada con la
El DIC debe distinguirse también de las parafilias en las que Sheehon Disability Scale, de quienes habían conseguido finalmente
la excitación y el deseo sexuales dependen de, o se asocian con, hacer realidad su deseo de amputación o parálisis era notablemente
cornportamientos de riesgo físico hacia la parejo o hacia uno mismo mejor de lo q_ue manifestaban los que todavía no lo habían logrado.
(p. ej., restricción de la respiración por medios mecánicos, ahoga- Finalmente, por lo que se refiere a su etiología, aunque hay varios
miento, comportamientos de tipo sadomosoquisto, etc.>. En esto> estudias q_ue indican la presencia de anomalías neurobiológicas en
cosos, en los q_ue el deseo de lograr una discapacidad o daño físicos las personas afectadas, los datos no son concluyentes en parte por
se producen únicamente para lograr la excitoc1án sexual, el diag- la diversidad de metodologías empleados, la escaso representativi-
nóstico a aplicar debe ser el de parofilio y no de DIC. dod de los muestras utilizadas, y la diversidad de datos encontrados
Por último, se establece también la necesidad de realizar un (Sedda y Bottini, 2014). En definitiva, se trato sin dudo de una pro-
diagnóstico diferencial con ciertas entidades neurológicos, como la puesta realmente novedosa de la CIE· 11 sobre un trastorno poco
somaloparafrenia, enfermedad en lo q_ue una parte paralizada del conocido y estudiado. sobre el q_ue no hay demasiado acuerdo entre
cuerpo se experimenta como ajena o perteneciente a otra persona. los e~pertos en torno a sus posibles causas ni, menos todavía, sobre
Cuando el malestar por la configuración del cuerpo se explica por su tratamiento.
uno condición de causa neurológica, no debe realizarse el diagnós-
tico de DIC.
Ji Disforia por la integridad corporal. Trastorno que se
En cuanto al curso, lo CIE-11 indica q_ue el inicio suele ser muy
temprano, aunque algunos casos pueden debutar algo más tardía- caracteriza por el deseo de tener una discapacidad física,
mente, ya en la adolescencia, doto q_ue confirman los estudios de acompañada por una incomodidad persistente o sentin1ien·
First (2005) y Seddo y Bottini (2014). Lo evolución típica de la inten- tos intensos de inadecuación con respecto a la configura·
sidad del deseo de discapacidad y el consiguiente deterioro funcio- c1ón actual del cuerpo sin discapacidades.
nal es fluctuante: en algunos momentos o períodos de tiempo, lo
intensidad del deseo y la disforia subsiguiente son tan intensas que
la persono no puede pensar en otra cosa que no sea cómo conseguir El tercer trastorno que se incluye en este grupo, «otro trastor-
la discapacidad, pero en otros puede disminuir ostensiblemente, no especificado por malestar somático, o de la experiencia con el
aunque nunca desaparece del todo. cuerpo» es, en realidad, una categoría residual. Las características
Por lo q_ue se refiere a la epidemiología del trastorno, en rea- que lo definen se ofrecen en la Tabla 9.4.
lidad no hay datos, o los que existen no son concluyentes, si bien, Por último, los dos sistemas nosológicos que venimos comen-
en contra de lo q_ue indicaban algunos estudios iniciales, no parece tando presentan diferencias importantes en lo categorizacián y
que sea exclusivo de las culturas occidentales pues hoy también caracterización clínico de los distintos trastornos que se incluyen en
informes de casos de personas japonesas y chinas que lo presentan esta categoría. Como se ha mencionado previamente, la CIE-11 no
(Blom et al., 2016). En cuanto a las características demográficas, el incluye en este grupo a la hipocondría, pues se propone su inclusión
estudio más amplio publicado hasta Ja fecha con un grupo de 52 en el grupo de trastornos obsesivo-compulsivos y otros trastornos
personas (First, 2005) revela que el trastorno se produce sobre todo relacionados y, secundariamente, en el de trastornos de ansiedad
en hombres, con un predominio de deseos de amputación de alguno o relacionados con el miedo. Tampoco en la CIE-11 se incluyen los
extremidad de lo porte izquierdo del cuerpo. en especial la pierna, trastornos, facticios para los que se propone une categoría diag-
aunque también hay casos registrados de amputación completo de nostica independiente, ni el trastorno de conversión que se incluye
uno mano y/o de uno o más de los dedos de las manos o de los en el grupo de los trastornos disociativos. En cuanto a las similitu-
pies, según la revisión de Sedda y Bottini (2014) sobre los estudios des entre ambos sistemas, los dos más notables san el abandono
de caso publicados. El estudio de Blom et al. (2012) con 54 personas o eliminación en ambos casos de, primero, el criterio o especifi-
susceptibles de padecer DIC (42 de ellos completaron un cuestio- cación de «médicamente no explicado» para definir los síntomas
nario a través de internef) arroja resultados similares al pionero de y/o las quejas de los personas con estos trastornos y, segundo, el
First en cuanto a preferericios de amputación, pero ofrece además req_uisito de que hubiera diferentes síntomas somáticos que afec-
otros datos de interés: por ejemplo, no hubo prácticamente dife- taran a diversos órganos o sistemas corporales para el diagnóstico
rencias clínicas ni sociodemográficas entre quienes deseaban una de somatización.
amputación y los q_ue buscaban quedar paralíticos (p. ej., mediante
una lesión grave de la médula espinal>. La orientación sexual ero C. Características transdiagnósticas
mayoritariamente heterosexual, la mayoría deseaba una amputa-
ción de una extremidad del lado no dominante de su cuerpo, y solo Desde una perspectivo transdiagnóstico se han postulado variables
algo más del 25 % habían ido modificando con el transcurso del comunes a los diferentes trastornos asociados con preocupaciones
tiempo la parte del cuerpo que deseaban eliminar. La mayoría pre- somáticas q_ue parecen actuar como predictoras y/o mantenedoras
!Vld'1Udl de psicopatologia. volun1en ¿

) ) Tabla 9.4. CIE- r: Caracte:ist1cas esenciale':: de ,,Otro tendencia a seleccionar y centrarse en dete11ninados sen>acione>
trastorno por malestar somático o por la experiencia corpo1ales relativamente débiles e infrecuentes, y predisposición
corporal"" [Other di<;order of bodily dí>lrf'>> or bodily a reaccionar a los sensaciones somáticas mediante respuestas
expenence) afectivas y cognitivas que las intensificari y las convierten en más
alarmantes o más perturbadoras y facilitando, por tonto, ci.11e sean
l. La presentación se caracterizo porque los alteraciones en lo interpretados como síntomas de enfermedad en vez de como sensa-
experiencia que tiene la persona sobre 5U cuerpo comparten ciones inocuas. Además. puede ser tanto un estado transitorio corno
características con otros trastornos del grupo (p. ej., síntomas un rasgo o leíldencia estable, en cuyo caso la persona será catalo-
somáiicos o los que se presta atención excesivo, o sentimientos gada como alguien q_ue tiene un «estilo perceptivo amplificador»
intensos de inadecuación sobre lo configuración o el <Borsky, !992). En las personas con preocupaciones somáticas, la
funcionamiento del propio cuerpoJ. tendencia o la amplificación se asocia con, y predice, las creencias
de enfermedad (Duddu et al., 2006; 'Soyor et al. 2003).
! 2. Los síntomas no cumplen todos los requisitos diagnósticas para En cuanto al pensamiento rumiativo, proceso q_ue acompaño
otra de las trastornos del grupo. o los estados de preocupación, se relaciono tanto con la preocu-
pación por padecer una enfermedad grave como con los síntomas
3. Los síntomas no se explican mejor por otro trastorno mental. somáticos en sí mismos (Denovan et al.. 2019; Sonsone y Sansone.
del comprntamienta, o del neurodesarrollo (p. ej., trastorno 20121.
del estado de ánimo, esquizofrenia u otro trastorno psicótico
Por lo que se refiere a las creencíos disfuncionales sobre las pro-
primario o trastorno de la conducta alimentaria).
pios preocupaciones, rumíacianes, y pensamientos, la intolerancio o
la incertidumbre parece ser una de los más relevantes pues, en el
11-. Los SÍíltomas han estado presentes durante varios meses, por lo
caso de los personas con preocupaciones somáticas parece actuar
menos.
como una fuente motivacional que les impulsa o perseguir sin des-
5. Ni los síntomas ni los comportamientos son adecuados canso lo certeza de q_ue no están enfermos, o de que están sanos, y
en términos evolutivos (p_ ej., focalización en los cambios de q_ue van a seguir viviendo tAbramowitz y Braddock, 2008; Boelen
corporales en la pubertad) ni están aceptados culturalmente. y (arietan, 2012; Melli et al.. 2014.l Ejemplos típicos de esta creen-
cia son los siguientes: «Tengo q_ue estar segura de q_ue no me paso
6. Ni los síntomas ni los comportamientos se explican mejor por nada», «Sí no estoy seguro de que estoy sano, es por algo», «Si
incongruencia de género o por otra condición médica. me poso oigo malo, no podré afrontarlo... tengo q_ue estar seguro de
q_ue estoy bien». El catostrofismo, o la tendencia a dar más peso a
7. Los síntomas provocan malestar o deterioro significativos en los las posibles consecuencias negativas de un síntoma q_ue o los neu-
ámbitos personal. familiar, social, educativo, laboral o en otras tras o inocuas, independientemente de las experiencias previas o
áreas importantes de funcionamiento. los circunstancias q_ue rodean a la persono, también ha sido objeto
de estudio reciente como variable transdiagnóstico a las diferentes
formas de presentación de los trastornos por preocupaciones somá-
Nota: La traducción al castellano puede cambiar en la edición
ticas. Algunos ejemplos: «Si me canso cuando estoy corriendo, es
defiílitiva de la CIE-11.
porq_ue tengo un problema de corazón», «Si me duele la cabeza,
puede q_ue sea porq_ue tengo un tumor». Los datos publicados coin-
ciden en q_ue los pacientes con estos trastornos tienden a sobreesti-
de todos ellos, tal y como se organizan en el DSM-5. Entre esos mar, catostrofizor, o minimizar su capacidad de afrontamiento ante
variables, resaltan las investigaciones sobre la sensibilidad o lo la aparición de un síntoma indicativo de algún problema médico,
ansiedad, la amplificación somatosensorial, la rumiación a pensa- así como la información de seguridad ciue le proporciona el entorno
fFergus, 2014; Gellatly y Beck, 2016; Marcus et al., 2007; Reuman et
miento rumiativo, y creencias disfuncionoles como la intolerancia
a la incertidumbre, el catastrofismo (o sobrestimar la amenaza) y al., 2019; Scarello et al., 2016; Wheaton et al., 2010).
sobrestimar la importancia de los pensamientos y preocupaciones También se ha observado ci.ue sobrevalorar la importancia de los
sobre los síntomas, especialmente uno de sus variantes: la fusión pensamientos relacionados con lo salud y las enfermedades, en el
entre pensamiento y acción <tipo probabilidad), entre otras. sentido de q_ue su mera irrupción en el flujo normal de consciencia
«revela» q_ue es importante y hay ciue prestarle atención, juego un
La sensibilidad a la ansiedad, entendida como el miedo a las
papel relevante en los trastornos somáticos (p. ej., «Si pienso q_ue
sensaciones de arisiedod, parece tener un papel relevante en la pre-
puedo estar enfermo, es por oigo», «Si no me puedo q_uitar de lo
dicción tonto de los síntomas somáticos <Hensley y Varela, 2008;
cabezo este pensamiento, tengo que hacerle coso»). Cuando este
Jakupcak et al., 2006l como de lo ansiedad por la salud (fergus y
tipo de creencias son muy prominentes, suelen asociarse a una falta
Bordeen, 2013).
de conciencio o comprensión del problema y revelar, por tanto, uno
Lo amplificación somatosensorial q_ue se define como la ten- mayor gravedad, además de mayor resistencia al tratomieflto y o
dencia o experimentar las sensaciones somáticas como intensos, las explicaciones y evoluociones médicas tranquilizadoras. Eíl estos
nocivas, y perturbadoras, se ha planteado como una dimensión pre- casos más extremos, se habla de fusión entre pensamiento y accián
sente en estos trastornas, especialmente lo hipocondría y el tras- de tipo probabilidad: por ejemplo, «Si piensa q_ue este síntoma indi-
torno somatoforme {actual trastorno de síntomas somáticos). Esta co q_ue estoy desarrollando un cáncer, es más probable que lo esté
dimensión se compone de tres elementos (Barsky, 1992): hipervigi- desarrollando» (Arnáez, 2019; Arnáez et al., 2019; Bailey y Wells,
lancia o aumento del foco atencional en las sensaciones corporales, 2015, 2016; Melli et al., 2018; Yavuz et oL, 2019).
~;-
-,_/
Capítulo 9. Trascornos de sintomas somáticos y tras tornos relacionados

con TSS?, 1.en qué se diferencia el TSS de otros trastornos en lo> q_11F>
11 L Caracterización clínica y lo presencio de síntomas y la preocupación por los mismos es un
etiológica de los trastornos aspecto relevante, co1no la hipocondría7 Una dile1encio fundamental
entre el TSS y lo hipocondría es que en los pacientes con TSS el foco
de síntomas son1áticos de preocupación está en los síntomas en sí mismos, en el malestar y
la incapacidad que estos generan, 1nienlras que en la hipocondr:a
En este apartado analizaremos los principales carocterística1 q_ue,
el problema radica sobre todo en lo interpretación cola>trófica que
desde el punto de visto clínico, se ponen de manifiesto en los
hace la persona de los síntomas y no tanto en su mero presencia,
pacientes con estos trastornos y que, por tanto, son útiles para esta-
como se comentará más adelante (Belloch et al, 2019).
blece1 un diagnóstico formol. Comenzaremos ejemplificando esas
características con la presentación de un coso clínico. Expondremos Los criterios diagnósticos específicos que es-tablece el DSM-5
también los principales datos sobre el curso y lo epidemiología de para este trastorno se presentan en la Tabla 9.5. Lo característica
cado trastorno, así como los explicaciones basadas en datos q_ue principal del TSS es lo presencio de síntomas que causan malestar
mejor permiten comprender estos trastornos actualmente y deterioro de las actividades de la vida diario (Criterio Al, aunque
en algunos casos puede presentarse un único síntoma, frecuente-
mente el dolor. Los síntomas pueden ser específicos (p. ej., dolor
A. Trastorno de síntomas somáticos ITSSj obdominall o vagos e inespecíficos (p ej., fatiga}. El segundo cri-
Como yo explicamos en la introducción, este trastorno es el «here- terio (8) hace referencia o los productos cognitivos <pensamientos),
dero natural» del anterior trastorno somatoforme del DSM-III y malestar emocional {ansiedad) y tiempo que consumen los sínto-
sus posteriores ediciones en las que se establecía un conjunto de mas y las preocupaciones que suscitan, incluyendo comportamien-
criterios para el diagnóstico que se basaban en los formulados por tos (reaseguro, auto-comprobaciones, búsqueda de información
Feighner et al. 0972). Esos criterios han mostrado ser inadecuados
y poco operativos, por dos rozones: la primero porque, más que
el número o distribución de los síntomas, los elementos clave del )) Tabla9.5. Criterios DSM-5 para el diagnostico del trastorno
diagnóstico son la experiencia subjetivo, el estado de preocupación de síntomas somáticos
y el comportamiento con respecto a los síntomas <Dimsdole y Creed,
2009); la segundo porque se ha demostrado que es imposible e A. Uno o más síntomas somáticos que causan molestar o don
inadecuado hacer un diagnóstico negativo, es decir, por exclusión lugar a problemas significativos en lo vida diario.
de otros diagnósticos orgánicos.
B. Pensamientos, sentimientos o comportamientos excesivos
a, Características clínicas y pautas para el diagnóstico relacionados con los síntomas somáticos o asociados a la
preocupación por la salud como se pone de manifiesto por
Raquel, de 4-0 años, ha presentado desde niíío frecuentes episo- uno o más de los características siguientes:
dios de dolores de cabezo. gastrointestinales y, desde lo puber-
l. Pensamientos desproporcionados y persistentes sobre lo
tad, menstruaciones dolorosas. Con 21 años quedó embarazado
gravedad de los propios síntomas.
sin desearlo de su parejo y actual marido. Durante varios meses lo
ocultó, hasta q_ue en la semana 28 de gestación, tras varios quejos
2. Grado persistentemente elevado de ansiedad acerca de la
salud o los síntomas_
por molestias abdominales, fue confirmado el embarazo en uno
consulto en urgencias. Actualmente tiene dos niñas adolescentes 1 Tiempo y energía excesivos consagrados a estos síntomas
y uno relación poco afectuoso con su marido_ Desde el nacimiento o o la preocupación por lo salud
de su hijo dejó de trabajar. dedicándose al cuidado de esta, pese c. Aunq_ue algún síntoma somático puede no estor continuamente
o que le satisfacía mucho su trabajo y en sus planes de vida en eso presente, el trastorno sintomático es persistente (por lo generol
época no entraban casarse ni ser madre_ Al nacer la niño comenzó más de seis mesesJ_
a sufrir dolores de cabeza con más frecuencia, debilidad muscular y
dolor articular (p. ej., cuando lo tenía que coger en brazos), moles- Especificor si:
tias abdominales y frecuentes contracturas musculares, que con el Con predominio de dolor (antes trastorno doloroso): este
tiempo fueron complicándose con otros síntomas como micciones especificador se aplica a individuos cuyos síntomas somáticos
dolorosos o pérdida de estabilidad y agravamiento del dolor mens- implican sobre todo dolor.
trual. con escasos períodos asintomática. Ha sido derivado o varios Especificar si:
especialistas, sin un diagnóstico cloro, pero ha tomado múltiples Persistente: un curso persistente se caracteriza por lo presencio
tratamientos farmacológicos que nunca han eliminado completo· de síntomas intensos, alteración importante y duración
mente los síntomas. Suele hablar con frecuencia de su molestar y de prolongada (más de seis meses).
su incomprensión de que los médicos no puedan curarlo_ Cuando el Especificar la gravedad actual:
médico intento explorar su estado anímico suele enfadarse y decir - Leve: solo se cumple uno de los sín101nas especificados
q_ue se encuentra bien y que lo que le preocupan son sus síntomas_ en el Criterio B.
- Moderado: se cumplen dos o más de los síntomas
A diferencia de las versiones anteriores del DSM, en lo versión
especificados en el Criterio B.
actual el TSS ha dejado de definirse por la presencia de un conjunto
- Grave: se cumplen dos o más de los síntomas especificados
y/o un número concreto de síntomas «no explicados médicomente»
en el Criterio By además existen múltiples quejos somáticas
organizados en categorías y experimentados a lo largo de lo vida
(o un síntoma somático muy intenso).
del paciente. Por tanta, lq_ué es lo que caracterizo o los pacientes

291
J\/lariual de ps1c0patolog1a. Volun1en z_

médico, etc J_ El tercer criterio(() hoce referencia a la duración en 3. Presentar un elevado grado de si;ilornoiologío depresivo, que
el tiempo del Criterio A. Se incluyen además tre~ es¡.iecificadores: se reflejo tanio en punluaciones de outoinformes (p_ ej .. BDD
dolor, duración y gravedad. El prirnero de ellos sustituye, de hecho, como en la presencia de comorbilidad clínico con trastornos
al diagnóstico de trastorno por dolor del DSM-JV. depresivos_
Aporte de la preocupación por ia enfermedad, hoy otras curar> IJ. Tendencia a interp1etor los >Íntomos como debidos a una enfer-
terísticas que se ha11 relacionado con la presentación clínica del medad orgánica no diagnosticada, can el consiguiente incre-
TSS. Entre ellos destacaremos tres: el tipo de atribución que se hace mento de intentos por encontrar una solución médico, además
de los síntomas, lo amplificación somatosensorial, y la alexitimia. de presentar uno elevada insatisfacción con la atención médico.
Por lo que se refiere a la atribución de síntomas, se han identificado S. Elevada amplificación somatosensoriat (al igual que personas
tres dimensiones reloc1onodas con lo conducto de enfermedad: atri- con diagnóstico de hipocondría).
bución o factores psicológicos. a factores somóticos o de enferme-
6. Respecto o lo atribución de síntomas, no suelen hacer atribucio-
dod física, y a factores normales o ambientales (Robbins y Kirmayer,
1996). La tercera suele ser lo más común en la población no clínica nes psicológicos, sino somáticas.
(Kessler et al., 1999), 1nientras que los pacientes aquejados de otros 7. Tienden o presentar alexitimio. en especial respecto a la dificul-
problemas psicológicos realizan más frecuentemente atribuciones tad para la discriminación de los sef'loles emocionales.
de tipo psicológico (Kirmayer y Robbins, 1996; Macleod et al., 1999),
y lo otribución predominantemente somático de los síntomas lo sue-
len realizar tanto los pacientes somatizadores (Wollburg et aL, 2013) ]Alexitimía. En su acepción original designa la dificultad
como los hipocondríacos (Henningsen et al., 2005). Además, parece para identificar y describir las propias emociones, junto can
que la atribución de los síntomas influye en factores relacionados una reducción o ausencia de la capacidad para fantasear.
con la evolución y diagnóstico del trastorno: en un estudio realizado Actualmente se utiliza también para identificar personas
en atención primaria los personas que no podían dar sentido a sus
que tienen dificultades para localizar y describir adecuada-
síntomas en ninguna dirección eran los que presentaban un mayor
malestar y las que referían menor beneficio del tratamiento (Kir- mente las sensaciones corporales, junto con pensamiento
mayer et al. 2004-l. Por lo que se refiere a la amplificación somoto- concreto y rigidez en la comunicación interpersonal.
sensorial, ya comentamos antes que, además de en la hipocondría,
parece ser un factor relevante en el TSS fp. ej., Duddu et al., 2006;
Sayor et al. 2003). b. Epídemíoiogía y curso
Lo alexitimio, definida como la incapacidad paro expresar el
mundo emocional interno ya sea mediante palabras, ensueños o El trastorno de somotización aparece escasamente representado
fantasías, se ha relacionado en muchos estudios con el TSS y, en en los estudios epidemiológicos que han examinado su prevalencia
especial, con el constructo de somatización. De Gucht (2003) rea- a partir de criterios diagnósticos DSM o CIE. Este aspecto resulta
lizó uno revisión exhaustiva de lo literatura publicado y concluyó especialmente paradójico teniendo en cuenta que el fenómeno clí-
que la mayoría de los estudios constatan una relación positiva entre nico de la somatizoción es habitualmente referido como muy fre-
ambos variables_ De los tres dimensiones de la Escala de Alexitimia cuente: por ejemplo, !os trastornos somatoformes <DSM lV-TRl se
de Toronto, la dificultad paro identificar sentimientos es lo que suele suelen incluir en el grupo de los más frecuentes en los consultas de
presentar una mayar asociación can somatización (Pedrosa-Gil et atención primaria, con tasas muy similares o los de los trastornos
al., 2008; Waad et al., 2009J. No obstante, cuando se comparan las de ansiedad y depresivos. Incluso algunos estudios epidemiológicas
personas con diagnóstico de somatización con población clínica de en atención primaria sitúan estos trastornos como tres veces más
ansiedad, hipocondría o depresión, los diferencias no son significa- frecuentes que los de ansiedad y del estado de ánimo (p. ej., Honel
tivas (Duddu et al., 2003). et al., 2009; De Waal et al., 2008).
Todas estas variables, junto con otros rasgos asociados o los Por lo q_ue se refiere estrictamente al trastorno de somatización
pacientes somotizadores, han sido objeto de estudio en población {criterios DSM-III ~ DSM-IV), los resultados del Epidemiologic Cat-
atendida en centros especializados de salud mentol también en chment Areo Program desarrollado en la década de 1980 en EE. UU.
nuestro contexto (López-Santiago, 2011)_ Los resultados reflejan un sobre uno población total cercana a las 20.000 personas, indicaban
pertil del paciente con TSS que se caracteriza por· prevalencias muy bojas: del 0,12 % (Robins et al., 1984), del 0,03%
(Escobar et al., 1987) y del 0,38 % <Swartz et oL. 1986), con uno
l. Presentar un mayor número de síntomas somóticos no asociados medio del 0,13%. En el estudio epidemiológico de Gureje et al. (1997)
a uno enfermedad somática diagnosticado. Específicamente auspiciado por la OMS en 14 países, se indicaba una prevalencia del
presentan más síntomas de dolor, gastrointestinales, sexuales/ trastorno del 2,8% según criterios diagnósticos CIE-10, si bien se
urogenitoles y pseudo-neurológicos que otros grupos clínicos, si detectaba también gran variabilidad entre los países participantes
bien, el número de síntomas pseudo-neurológicos es compartido en el estudio (rango de 17,7% al 0,1%). Cuando se toman los crite-
con los pacientes con diagnóstico de conversión Por tanto, la rios DSM lo prevalencia es del 1,4% (Gureje et al, 1997). Finalmente,
presencia predominante de este último conjunto de síntomas las principales revisiones más recientes sobre la epidemiología del
debe orientar hacia el planteamiento de un diagnóstico de tras- trastorno de somatización en población general reflejan resultados
torno de conversión. inferiores al 1% (Creed y Borsky, 2004; Hiller et al.. 2006l. Debi-
2. Vivenciar los síntomas como incapacitantes. Además, son fuente do a las bajas tosas de prevalencia que acabamos de comentar y
de deterioro en varias áreas del funcionamiento psicosocial de su no coincidencia con la impresión clínica respecto a la elevado
la persona, especialmente en el ámbito laboral. frecuencia del fenómeno de la somotizoción, Escobar et al. Cl987l
Capítulo 9, TraolornJo de sí:1ton1C1s so·r-dtico:, y trastornos relC1c1onadJs

elaboraron el constructo de «so1notizoc1ón abreviado» consistente Paralelamente, son va:ios los estudios que, desde un enfoql!e dimen-
en la presencio de cuatro síntomas en hombres y seis en mujeres. sional, muestran que cuando el núrnero de ~íntornas son1áticos se
Esto definición ha tenido una amplia repercusión en la literatura, incrementa, también lo hocen los niveles de ansiedad y depresión
utilizándose por muchos autores como criterio diagnóstico válido en (p. ej., Kroenke et al., 1998). Además, cuando los síntomas de somo-
la clínica del trastorno. Creed y Barsky (20011) resumen los datos de tización aparecen asociados a trastornos de ansiedad y/o depresión,
lo somotizac1ón abreviado y encuentran q,ue, en población general, se agravo significativamente el cuadro clínico (AIJen et al., 2001)
lo prevalencia oscilo entre el 4-,4- % y el 19 %, y en pacientes consecu- Respecto a lo dirección de la asociación. no existe evidencia que
tivos atendidos en atención primaria lo media es del 16,6% <rango: indique si lo existencia de trastornos somalofonne~ primarios pre-
7,3-35%). En población española, se ha informado de una prevalen- dice posteriores trastornos de ansiedad o depresivos, o viceversa
cia del 7,3% (Lobo et aL, 1996). (Lieb et al., 2007).
Por otro lado. no disponemos actualmente de datos epidemioló- El trastorno de somatización se ha asociado también con la
gicos fiables del TSS según los criterios diagnósticos DSM-5. No obs- personalidad en dos sentidos. En pri1ner lugar, diversos investiga-
tante, según Henningsen (2018), es muy posible que con los nuevos ciones mostraron una elevada comorbilidad en hombres entre el
criterios lo toso de pacientes con el diagnóstico se incremente, tanto trastorno de somatización y la sociopotío (equivalente al actual
en población general como en personas que acuden o centros de trastorno de personalidad antisocioll, y con el trastorno histriónico
atención primaria y atención especializada, incluyendo salud men- en mujeres (Woodruff et al, 1978; Tyrer, 1992) No obstante, estudios
tal, especialmente en comparación con las informados siguiendo los más recientes, aunque ofrecen elevadas tasas de comorbilidad con
criterios previos. trastornos de personalidad, no reflejan esa estrecho asociación
con los dos trastornos de personalidad mencionados (p. ej., Noyes
Respecto o variables sociodemográficas, si bien sugieren uno
et al., 2006). Por otro parte, aunque son pocos los estudios que han
mayor prevalencia en mujeres también indican que no es ton
evaluado dimensiones de personalidad en personas con trastorno de
«exclusivo» del sexo femenino como se presuponía históricamente
somotizoción (Noyes et al., 2006), gran porte de los que han relacio-
y se aproxima o !as ratios hombre/mujer de otros trastornos, como
nado somatizoción con dimensiones de personalidad lo han hecho
los de ansiedad o depresivos: Por ejemplo, en el trabajo multicén-
con neuroticismo <Deary et al., 2007; López-Sontiago, 201D, además
trico de Gureje et al. (19971, aunque la presencia del trastorno era
de con una menor apertura a la e)(periencia (López-Sontiago, 2011)_
mayor en mujeres (3,3%) que en hombres 0,9%), las diferencias no
eran tan pronunciadas como se había supuesto. Por lo que se refie- d. Diagnóstico diferencia!
re al constructo de somotización abreviado, la revisión de Creed y
Borsky {2001.1-l concluye que la relación mujeres:hombres más habi- La inespecificidod de los síntomas que configuran el TSS en cuol-
tual es 2:1. Con relación a otras característicos sociodemográficas, ciuiera de sus denominaciones hace especialmente relevante anali-
observan que la asociación más consistente es con el bajo nivel de zar detenidamente el diagnóstico diferencial, en el que, además de
instrucción. Finalmente, el trastorno es definido habitualmente por tener en cuento otros trastornos mentales, hay que poner especial
mantener un curso crónico. énfasis en valorar enfermedades médicos caracterizadas por sín-
tomas somáticos que podrían solaparse con los que constituyen la
c. Comorbilidad categoría del TSS propiamente dicho El DSM-5 enfatiza que lo pre-
sencio de síntomas somáticos de etiología poco clara no es suficien-
Los estudios que analizan las tasas de co-ocurrenc10 entre lo hipo- te para hacer el diagnóstico de TSS y, por otro parte, también incide
condría y el trastorno de somatización (criterios DSM-IV-TR) indi- en q,ue, o pesar de que pueda existir enfermedad médica diagnos-
can, en general, tosas que oscilan en un amplio rango, que va del ticado (p. ej., diabetes o enfermedades cardíacos), si se cumplen
7 % al 21 % si se usan los criterios completos para el trastorno de los criterios. no se excluye el diagnóstico de TSS. En relación con
somatización (Noyes et al., 2006) y del 32 % al 82,9% si se emplean el diagnóstico diferencial con otras enfermedades somáticas. lo
criterios abreviados poro este trastorno (Barsky et al., 1992; Escobar CIE-11 pone el acento en que los pacientes con trastorno de soma"
et al., 1998; Noyes et al., 19911). Las cifras varían también dependien- tización tienen la misma probabilidad de tener una enfermedad ciue
do del contexto en el que se lleve o cabo el estudio: por ejempla, cualquier otra persono de su edad, lo ciue no ha de olvidarse en
mientras que en el trabajo de Escobar et al. (1998) el 20% de los consultas o exploraciones posteriores al diagnóstico, sobre todo si
pacientes de atención primaria con trastorno de somatización cum- se produce un cambio en el énfasis o en la estabilidad de las quejas
plía los criterios para hipocondría, en el de López-Santiogo (2011) somáticas que sugiere uno enfermedad físico
era del 7,27% entre pacientes atendidos en un centro de salud men-
Respecto o los trastornos de ansiedad, la dificultad del diagnó'lti-
tal. Estos resultados indican que, dependiendo del criterio diagnósti-
co diferencial es notable con los trastornos de pánico y de ansiedad
co utilizado y del contexto en que se realice la investigación, el TSS generalizada en los que los síntomas somáticos adquieren una espe-
puede ser más o menos común en los pacientes hipocondríacos, si cial preeminencia_ Por lo que se refiere al trastorno de pánico, los sín-
bien lo comorbilidod entre ambos trastornos es, en general, elevada_
tomas y lo preocupación aparecen en los episodios agudos, mientras
Habitualmente se ha asumido una estrecha asociación entre que, en el TSS, la preocupación y los síntomas son más continuos. En
somatización y depresión. Los datos han venido a confirmar lo vera- la ansiedad generalizada, el matiz diferenciador se establece en que
cidad de eso asociación, y no solo con depresión, sino también con en este trastorno la preocupación no se ciñe e~clusivamente a la pre-
ansiedad (Creed y Barsky, 2001.1-l, tonto en población general (Simon sencia de las quejos somáticas. En cuanto a los trastornos depresivos,
y VonKorff, 1991l como en atención primaria <Escobar et al., 1998; los síntomas somáticos, que tan frecuentemente están presentes, se
Gureje et al., 1997). Estos resultadas han sido asimismo confirmados circunscriben al período en el que el individuo se encuentra deprimi-
en investigaciones más recientes del grupo de LOwe y Henningsen do, sin perder de vista que en los trastornos depresivas los síntomas
<p. ej., Honel et al., 2009; Kroenke et al.. 2010; Piontek et al., 2018). centrales son el bojo ánimo y lo anhedonia. Respecto al trastorno de

N3
fllanual de psi=opatología. Volu111t'11 z

. .: ~

Neuroticismo y alta
----·->-
sensibilidad a la amenaza

t
Sensibilización físico e intolerancia al molestar

t
SÍNTOMAS FÍSICOS
INTOLERANCIA
1~- AL MALESTAR

Procesos cognitivos ---~ Fisiología


tComportamientos Factores sociales
- Rumioción - Activación - Evitación - Incertidumbre sobre sistema
- Atención focalizada - Hipocortisolismo - Respuestas reparadoras de salud (médicos J
- Atribuciones de lo enfermedad - Ausencia de guías
o explicaciones

) ) Figura 9.2. Modelo cognitivo·conductual par a los síntoma~ no explicados médicamente (Deary et al., 2007].

conversión, el síntoma implica la pérdida de lo función <p. ej. extre-


midades), mientras <t.Ue en el TSS la atención se centro en el malestar Ji Ansiedad por la salud. Térrnino que en la literatura psi-
y preocupación por los síntomas. cológica se suele utilizar de for111a intercarnblable con el de
El diagnóstico diferencial con trastorrios psicóticos en los <t.Ue hipocondria. Hace referencia a una dimensión en la que se
aparecen ideos delirantes somáticas se centra en <t.Ue cuando existen sitúan las preocupaciones por la salud y que fluctúa desde
ideas delirantes somáticas, estas son más bizarros <t.Ue los somatizo- la preocupación leve, a menudo transitoria, por el estado
cio11es, presentándose u11 número de síntomas mós reducido y estoble. de salud que se activa corno consecuencia de la obser·
Por último, el diagnóstico diferencial con el trastorno de ansie- vació11 o constatación de síntomas físicos, hasta la hipo·
dad por enfermedod (hipocondría), es especialmente controvertido. condria o preocupación mórbida por la salud, en la que el
por<i.ue si nos ceñimos a la caracterización del DSM-5, este último
individuo interpreta como indicadores de una enfermedad
diagnóstico solo debería hacerse cuando existen grandes preocupa-
grave los síntomas que observa.
ciones par lo salud, y los síntomas son inexistentes o mínimos. Pero
de acuerdo con nuestra conceptuación de lo hipocondría (Belloch et
al., 2019) y nuestros datos de investigación Clópez-)antiago, 20lll.
<t.Ue coinciden con los propuestas de la CIE-11, el TSS y el trastorno e. Etiología
de ansiedad por la salud se diferencian con bastante claridad. Y no
A pesar de <t.Ue el concepto de somatizoción y su significado como
es la presencia a na de síntomas el aspecto crucial para diferenciar-
conversión de estados emocionales eri sílltomas físicos surge en un
los (puesto <1.ue se presentan en ambos), sino <t.Ue es el foco de la
marco psicodl11ómico, en las últimas décadas los principales mode-
preocupación Jo q_ue fundamentalmente los distingue: más centrado
los explicativos del fenómeno de la somatizoción se han propuesto
en las consecuencias de tos síntomas en sí mismos en el trastorno de
desde enfo<i.ues cognitivos y cognitivo-conductuales. Aun<i.ue todos
somatización, frente a un mayor peso de las creencias catastróficas
ellos tienen elementos en común, rios centraremos en fa propuesta
de sufrir una enfermedad grave en la hipocondrio. El matiz dife-
renciador entre hipocondría y trastorno de somatización referido de Deary et al. (2007l pues resume y sintetiza las diversas opor-
por la OMS resulta especialmente clarificador cuando indica <t.Ue tacianes de las explicaciones <t.Ue se han planteodo desde esas
en el trastorno de somatizoción se pone un mayor énfasis sobre los perspectivas cognitivo-conductuales. la Figura 9.2 ejemplifica el
síntomas en sí mismos y sus efectos aislados, mientras <t.Ue en la planteamiento de estos autores.
hipocondrío se presta más atención a la enfermedad subyacente. la propuesta de Deory et al. {2007) distingue entre factores pre-
Además, se indica q_ue en la somatización se solicita tratamiento disponentes y precipitantes, además de factores perpetuadores de
para palior el malestar, mientras <t.Ue en la hipocondría las explora- tipo cognitivo, conductual, afectivo y fisiológico. El elemento clave
ciones médicas tienen como objetivo descartar lo presencia de una del modelo es el concepto de círculo vicioso, habitual en los mode-
enfermedad grave. los cognitivo"conductuales, q_ue hipotetfza <t.Ue tanto los síntomas, el
Capítulo9. Traston1os de síntornas somáticos y trastornos relacionados

1-- l
~

l SEÑALES CORPORALES Sistema de filtro

ii ii
Factores q_ue incrementan las factores q_ue disminuyen
señales físicas: la actividad del filtro:
- Sobreoctivación - Atención >electivo
- Malestar - Infecciones
- Estimulación crónico eje HHS - Ansiedad por lo salud
- Condicionamiento físico - Ánimo depresivo
- Sensibilización - Ausencia de distracción
- Otros - Otros

) ) Figura 9.3. Modelo de filtro para los síntomas sornalon1oformes (Rief y Sarsky, 2005).

malestar, como el grado de discapacidad se autoperpetúan por la otra parte, las conductos de evitación y lo ausencia de estrategias de
interacción entre diferentes factores implicados en la génesis y man- afrontamiento ante los síntomas pueden jugar un papel preponderan-
tenimiento de esos elementos. El modelo toma prestado el concepto te en la perpetuación de síndromes como lo fofigo crónico.
de outopoiesis de lo biología celular (Maturana y Varelal y la teoría Los autores reconocen que en la literatura es difícil desenmara-
de sistemas (Luhnmanl, que puede definirse como la capacidad que ñar los factores propuestos, además de ser difícil teórica y experi-
tiene un sistema para, a pesar de no estar en equilibrio, mantener mentalmente aislar coda uno de los distintos procesos teóricamen-
uno estabilidad estructural absorbiendo energía del entorno o auto- te involucrados. Lo dificultad para aislarlos no es equivalente a lo
rregulándose continuamente. evidencia respecto o su interacción, y son necesarios más trabajos.
Los autores identifican como principales factores predisponen- tanto para los factores tomados individualmente, como respecta a
tes para el desarrollo de los síntomas, por un lodo, ciertos expe- su interacción.
riencias en la infancia {desde historia de enfermedades paternas, a Como alternativa a los enfoques cognitivo-conductuoles, Rief y
patrones de cuidado paterno sobreprotectores, o historia de abuso Barsky C2005) han propuesto un modelo psicobiológico de los sín-
sexual o físico). El segundo factor predisponente es el neuroticismo, tomas no explicados médicamente. Mantienen la postura de que
rasgo estable de personalidad que se caracterizo por la tendencia a la mayoría de los síntomas están fundamentados fisiológicamente:
experimentar afecto negativo_ Respecto o los factores precipitantes, revisan las evidencias sobre los síntomas referidos por personas con
los eventos vitales aparecen de forma consistente: especialmente los síntomas somatoformes y concluyen que en su mayoría se asocian
que implican un dilema (estor obligado a elegir entre dos alternati- a varios correlatos biológicos_ Entre ellos destacan los siguientes·
vas igualmente indeseables) pueden tener una especial relación con aumento de la excitabilidad autonómico <p. ej., una disminución de
los síntomas. El efecto de los eventos vitales puede deberse a que la respuesto de recuperación de la frecuencia cardíaca después de
conllevan a una activación prolongada. Respecto a los factores per- un episodio de molestar), cambios en el sistema neuroendocrino
petuadores. encuentran que hoy evidencia de este papel por parte Cp. ej., alteraciones en el funcionamiento del eje hipotólamo-hipó-
de varios factores cognitivos, conductuales, fisiológicos y sociales, fiso-suprarrenal que conduce a hipocortisolismol, lo activocióri dis-
entre los Q.Ue destacan la sensibilización o tendencia a responder funcionol del sistema inmune, anormalidades en relación con ciertos
más intensamente a estímulos debido a la experiencia previo con ácidos monoaminos y neurotransmi>ores, o déficits en los procesos y
ellos. Respecto a la atención, concluyen que, aunque parece jugar filtros de atención y percepción identificados mediante potenciales
un papel importante, ha sido difícil aislar este proceso de las atribu- evocados. Consideran ci.ue los trastornos somatoformes pueden ser
ciones sobre los síntomas, de las creencias inadecuados respecto o la considerados como trastornos en la percepción de los señales cor-
salud, o de la incertidumbre médica; factores que podrían ocasionar porales. Proponen uri modelo simplificado basado en el desarrollo,
la focalización de la atención en los síntomas. Según los autores, filtrado y percepción de las señales según el cual los síntomas de
parece existir consenso en que realizar atribuciones de enfermedad los trastornos son lo consecuencia de dos fenómenos principales: en
respecto a los síntomas experimentados. junto con una baja atri- primer lugar, un aumento de las señales corporales debido a nume-
bución de los síntomas como experiencias normales (no patológi- rosos factores (en su mayoría biológicos), tales como la experiencia
cos), añadido a uno elevada valoración de vulnerabilidad personal, frecuente de malestar, lo falta de condición física, o uno estimu-
predicen el incremento de la experiencia de síntomas y de las con- lación crónica del eje hipotólomo-hipófiso-suprarrenol. En segundo
ductas de enfermedad como expresión de síntomas y búsqueda de lugar, similor o lo teoría de la puerta-control en la investigación del
tratamiento_ Sin embargo, realizar una atribución psicológica o mixta dolor, sugieren lo existencia de un sistema de filtro deficiente que
(psicológica y somótical predice mejores resultados. Por otra parte. puede amplificar las señales corporales, en lugar de inhibirlas o
las creencias catastrofistas respecto a los síntomas pueden contribuir seleccionarlas de manero eficaz como ocurre en personas sanos, lo
o conductos de evitación y, potencialmente, los síntomas somáticos y ci.ue conduce o una mayor percepción consciente de las reacciones
la ansiedad pueden mantenerse por condicionamiento operante_ Por corporales y de los síntomas Cver Figura 9.3l.
Nlcnuai de psicopatología. Volumen 2

Más reciente1nente, autores relevantes en la investigación de los medad mentol y lo física, dada la presencia de síntomas y quejas
síntomas somáticos (Kube et al., 2020) han propuesto un modelo físicos, y Janet 0910) incluyó las «obsesiones hipocondríacas» en el
explicativo que pretende integrar teorías cognitivas de lo expectati- grupo más amplio de las neurosis psicastén1cas. Freud (1914) señaló
va, que enfatizan cómo las expectativas disfuncioriales sobre la salud q_ue eri este trastorno realmente se producen alteraciones orgánicos
y lo enfermedad vuelven cado vez más inmunes a las personas que y lo catalogó, junto con lo neurastenia y lo neurosis de angustia.
sufreri estos síntomas a la información rio confirmatorio. o través de como neurosis verdadera.
procesos de reevaluación cognitiva, etiquetados como «Ínrnuniza- Esta conceptualización de la hipocondría dio paso a un período
ción cognitivo» <Rief et al, 2015!,junto con recientes avances de las de su historia en el que. al encontrarse en <<tierra de nadie». fue
neurociencias, como las teorías sobre el procesamiento predictivo. objeto de desatención tonto por parte de los fisiólogos como de los
La idea básica de los modelos de procesamiento predictivo es q_ue psicoanalistas. El trastorno volvió a recobrar cierto interés a partir
el cerebro no procesa pasivamente las señales sensoriales entrantes, del trabojo de Gillespie \1928), q_ue propuso una definición de la
sino que genera activamente predicciones de arriba hacia abajo hipocondría en donde la preocupación por padecer una enferme-
sobre la entrada sensorial esperada. Los datos sensoriales reales dad. desproporcionada en relación con los datos y acompariada
se combinan con predicciones previas y cualQ.uier desviación de los de una afectación emocional importante, constituían los elementos
observaciones actuales sobre las anteriores, proporciona retroali- básicos.
mentación correctiva para actualizar los predicciones. De este modo Las cinco décadas siguientes esiuvieron marcadas por un «olvi-
el cerebro es visto como una «máq_uina de predicción» (Clark, 20161 do» casi completo de lo hipocondría. Una de los causas de ese olvido
que intenta dar sentido al mundo mediante la generación de hipóte- se debe, según Witthóft y Hiller (2010) o su iriclusión por parte de
sis que se prueban permanentemente. No obstante, para mantener la APA {i. e., DSMl en el grupo de los trastornos somatoforme>, cuya
el procesamiento de la información más eficiente, el cerebro tiene característica definitoria es la presencia de síntomas físicos que
como objetivo refinar las predicciones continuamente para tener carecen de explicación médico, es decir, síntomas «.-L.J científica-
en cuenta los datos sensoriales entrantes y minimizar el error de mente desconcertantes, terapéuticamente demandantes y con un
predicción. A diferencia de muchos modelos explicativos tradicio- elevado coste social» (Witthtift y Hiller, 2010, p. 258). Otro conjunto
nales e>te enfoque de procesamiento predictiva no supone que lo de causas, no menos importantes, guardo relación con la considera-
percepción de las síntomas esté precedida por cambios fisiológicos ción peyorativa que tiene el calificativo de «hipocondríaco/a» para
periféricos: más bien sugiere que los síntomas somáticos son per- muchos pacientes y para no pocos investigadores y clínicos.
cepciones conscientes q_ue resultan de un proceso constructivo, en
el que el cerebro interpreta la información del cuerpo o la luz de Los aportaciones de los modelos cognitivos de la psicopatología
las predicciones (Kube et al.. 2020; Van den Bergh et al., 2017). generaron un resurgir del inte1és por el estudio de la hipocondría,
Estos planteamientos, aun siendo extremadamente interesantes, son que se re-conceptualiza como ansiedad por la salud, y por lo tanto
todavía preliminares_ Seguramente en los próximos años podremos como un trastorno q_ue se ajusta mejor o la psicopatología ansiosa
valorar hasta qué punto la integración de modelos de base cognitiva (Warwick y Salkovskis, 1990), como comentaremos mós adelante_
con las neurociencias pueden proporcionar explicaciones eficierites Este cambio de enfoque dio lugar a un aumento importante de
q_ue nos permitan comprender mejor este trastorno y, sobre todo, a las investigaciones. q_ue han tenido uno repercusión positiva en la
q_uienes lo padecen. atención clínica especializada de quienes padecen este trastorno
mediante el desarrollo de programas de tratamiento reconocidos
como válidos y eficaces por la comunidad científica <Thomson y
8. Hipocondría o trastorno de ansiedad Page, 2007l. Además, ha influido de manera determinante en la
por la enfermedad (TAE) revisión y el cambio de los criterio~ de diagnó>tico psiq_uiátrico tan-
to de la OMS ((IE- lll como de la APA <DSM-5)_ No obstante, como
A pesar de su más q_ue dilatada historia, este trastorno, como el res- ya se comentó antes, el DSM-5 su-stituye la denominación de hipo-
to de los que se incluyen en este grupo, sigue siendo un rompecabe- condría por «ansiedad por la enfermedad», mientras que !a CIE-11
zas. pero a la vez, su «resiliencia» como constructo psicopatológico. mantiene ambas denominaciones.
descrito desde la medicina hipocrática, es más q_ue notable a pesar
de los muchos intentos por de>acreditarlo (Starcevic y Noyes, 2014). a. Características clínicas y pautas para el diagnóstico
Etimológicamente, la palabra hipocondría procede del término
griego hypochondrion, acuñado por Hipócrates a partir de los voca- Desde que me recuerdo a mí mismo, siempre me ha dado
blos hypó (debajo) y chondrion (cartílago), pero fue Di ocles, en tor- pánico ir al médico... solo la idea de pensarlo me paraliza, me dejo
no al año 350 a. C., quien lo utilizó paro identificar un trastorno de inutilizado... nunca he tenido enfermedades, que yo sepa, más allá
los «órganos digestivos». Cinco siglos más tarde, Galeno siguió atri- de las normales para cualquiera... cuando me resfriaba de peque-
buyendo al término hipocondrio el mismo significado, relacionándo- ño y m1 madre no me dejaba 1r al colegio, me posaba todo el día
lo con diversos trastornos abdominales, si bien se consideraba q_ue llorando, pensando que si no me dejaban ir era porque estaba muy
el sistema nervioso tenía un papel mediador. Durante los siglos xvu enfermo, y que podía hasta morirme ..., que ya nunca más iba a
y xvin continuó la búsqueda de las causas físicas del trastorno. sin volver a ver o mis amigos, q_ue perdería el cur>o ..., cosas así...ideas
q_ue hubiera avances en ello. Ya en el siglo XIX, el tratado de Folret lacas q_ue se me metían en lo cabeza, que me angustiaban y me
De f'Hypochondrie et du Suicide, supuso un paso decisivo al sos- amorgaban más q_ue lo fiebre o lo que tuviera ... En la adolescencia
tener que las causas de la hipocondría eran de índole «moral e encontré una válvula de escape en el deporte Pensaba 11.ue si ejer-
intelectual» (Baur, 1988). A finales del siglo XIX y principios del xx, citaba bien mi cuerpo ahuyentoría los enfermedades. Me gustaba
la aportación, entre otros, de Charcot contribuyó a considerar la mucho correr y era bastante bueno, pero un día. en el que por
hipocondría como una condición a mitad de comino entre la enfer- cierto gané, me costó más de lo normal recuperarme, me seguía

296
Capítulo 9. Trastornos de o;ín;:on1as son1ilticos y trastornos relacionados

sintiendo el corazón mucho roto. me costaba recupernr lo respira- de salud, y ante lo presencia de algún síntoma particular {p. ej.,
ción normal. o eso me parecía. y desde entonces yo no volví a correr dolor, molestar general de causo indeterminado, un resfriado que
más ___ No sé, siempre me he preocupado por los enfermedades. duro más de lo esperable, doiores gástricos, problemas dermatoló-
enseguida me vierie la imagen de que me mue10, de que me es1oy gicos, etc.J, lo preocupot1ón puede aumentar. con la consiguiente
muriendo ___ y entonces me pongo a pruebo: por ejemplo, estoy tres cohorte de consecuencias emocionole1 {aumento de la ansiedad,
o cuatro días sin comer casi y durmiendo menos de cuatro horas estado de ánimo disfóricol, de comportamiento (comprobaciones.
y compruebo que no me he muerto y entonces se me pasa. Otros vigilancia, auto-observación, consulta con el médico), y cogniti-
veces me pongo o saltar en casa. hasta que me noto el corazón vas (pensamientos, dudas, o imágenes intrusivas y desagradable>,
y me falto la respiración y. lo mismo, compruebo que no . eso... rumioción, interpretaciones catastrofistosl. Pero lo habitual es que
que no me he ... muerto... Otras veces, si creo que me he levantado todo ello desaparezco o se a·tenúe de forn10 considerable cuando el
con molo coro, o he drnmido mal, miro fijamente a las personas síntoma desaparece, o cuando disponemos de un diagnóstico y/o
con las que me cruzo y que conozco poro ver si me preguntan si de u11 tratamiento que consideramos «razonables». Esto no sucede
me posa oigo ... Si no me dicen nodo, es que estoy bien... Todo esto en la hipocondría o, si ocurre, la duración de la tranquilización es
me produce uno sensación de locura, de que no estoy bien de lo muy breve_
cabeza ___, me enfado conmigo mismo. pero no puedo controlarlo __ Por todo ello es importante tener en cuento que el rango o,
Hasta el día de hoy no me ha afectado en el trabajo ni antes en en palabras de Starcevic <2001, 2019), el espectro de posibilidades
los estudios, pero, si soy sincero, me afecta bastante en mi vida de las manifestaciones hipocondríacas es amplio, pues oscila en un
social. .. Pongo excusas para no ir con los amigos si pienso que me continuo de gravedad que va desde una excesivo «concienciación»
puede posar algo ... A veces evito los relaciones sexuales por miedo sobre lo importancia de cuidar lo salud hasta uno formación deliran-
a que me dé un ataque, sobre todo desde que oí en lo tele que le te de los preocupaciones sobre lo enfermedad, q,ue están más cerca
había posado o un hombre ... y me agobio, no me gusto ser así. .. » de lo ruptura psicótica que de las preocupaciones de tipo ansioso
!Manuel, 30 años, soltero, profesor)_ sobre lo enfermedad y lo salud. Lo Figura 9.l/- ejemplifico ese espec-
tro. En el nivel más leve se sitúan los comportamientos excesivos
Los coracterísticas esenciales q_ue suele presentar la hipo- que se llevan a cabo para mantener lo salud en un nivel óptimo y
condrio y q_ue se reflejan en porte en el relato anterior son los poro minimizar al máximo los riesgos de contraer enfermedades. En
siguientes: gran medida, estos comportamientos están pro1novidos y, por tonto,
- Miedo a lo enfermedad y a lo muerte Q.Ue no se corresponde reforzados por volares sociales y económicos, que muchos personas
con la situación real del estado de salud. convierten en objetivo fundamental de sus vidas. La «inundación» a
Afectación emocional: estado de ánimo alterado, hipervigilan- la que frecuentemente nos vemos sometidos para responsabilizarnos
cia, ansiedad por lo salud. de nuestro propio estado de salud (comer «sano», hacer ejercicio.
evitar ciertos alimentos, mantenerse delgados, seguir ciertas die-
- Estado persistente de preocupación y rumiación mentol por Jo tas, etc.), puede inducir a perseguir un ideal de salud y, por tonto. a
posibilidad de estar enfermo. o de enfermar.
ev!tor cualquier actitud o comportamiento que lo pueda poner en
Comportamientos de comprobación y reaseguro o, por el con- riesgo, facilitando con ello el desarrollo de comportamientos excesi-
trario, de evitación. vos que acaben por convertirse en el objetivo primario y fundamen-
Interpretación distorsionado (cotastrofista) de síntomas y signos tal de lo vida. En esos cosos, la búsq_ueda y/o el mantenimiento de
corporales menores o poco relevantes. la salud puede llegar a adquirir características de una idea sobre-
Dificultades para tolerar lo incertidumbre con respecto al esto do valorada. es decir, de una creencia que linda con lo psicopotológico_
de salud {propio o ajeno). Lo ansiedad por la salud, un término que en la literatura psi-
- Evolución o duración prolongada en el tiempo de los miedos, las cológico se suele utilizar de forma intercambiable con el de hipo-
interpretaciones y los comportamientos asociados. condría, y del que nos ocuparemos más adelante, entraría en su
Interlerencia del problema en la vida cotidiano (p. ej., relaciones formo más leve en este nivel. En el segundo nivel de gravedad se
personales, desarrollo personal o profesional, ocio, etcJ. ubicaría la hipocondría transitoria, entendiendo por ello una dura-
Conciencia del problema. ción relativamente breve, inferior o seis meses. Es una situación ci.ue
en muchos casos atraviesan quienes han recibido un diagnóstico
No obstante, hoy q_ue tener en cuenta Q.Ue no siempre están de enfermedad importante, o ci.ue se están recuperando de un pro-
presentes todas estos características en todos los pacientes, ni se ceso agudo amenazante Cp. ej., un infarto de miocardio, un ictusl.
presentan con lo mismo intensidad o lo largo de lo evolución del pero también entre cuidadores de enfermos q_ue padecen procesos
trastorno. Por otro lodo, muchos de los síntomas que caracterizan a irreversibles, o en situaciones de duelo complicado, o como conse-
la hipocondría son, hasta cierto punto, comprensibles y normativos: cuencia de algún acontecimiento vital amenazante. También es rela-
lo mayoría de los personas nos preocupamos por nuestro estado tivamente frecuente entre estudiantes de disciplinas relacionados

Sobrevaloración A Hipocondría ,J"-.. - Hi~condría ~ Déllrfó


de la salud y transitoria Y :- setundariá. - y hipocondríaco
~----~ '----~ ~-~-~~

)) Figura 9.4. El espectro de las manifestaciones hipocondriacas en un continuo de gravedad.


1v1anuCJI dP psicopatología. Volumen 2

con lo salud, si bien lo que se suele encontrar en estos casos es más sustituye ni anterior trnstorno de somotización, pero no a la hipo-
bien un aumento de comportamientos de precaución sobre la propia condría. Ambos trastornos, hipocondría y TSS, lienen características
salud y una mayor atención a posible~ síntomas físicos y/o mentales, diferentes q_ue incluyen desde la fonno de presentación y el tra-
que un incremento de preocupaciones. creencias y comportamientus tamiento, hasta comorbilidod, evolución, curso y pronóstico, como
típicamente hipocondríacos. demuestra la investigación. Por lo tanto, merecen ser considerados
Las formas secundaria y primaria de hipocondría conllevan un como tales.
nivel mayor de gravedad. Lo secundario hace referencia al desa- En nuestra opinión, y así lo consideraremos o lo largo de este
rrollo de sintomatología hipocondríaco como consecuencia de otro texto, el diagrióstico de hipocondría en el DSM-5 se ajusta bastante
trastorno mental, especialmente trastorno de pánico o angustia y más al TAE q_ue al TSS, al contrario de lo que se aflfma en ese
depresión. Habitualmente desaparece, o se mantiene en niveles mariual. Este planteamiento coincide con el expresado por expertos
subclí11icos, cuando remite el trastorno principal y, en este sentido, en el trastorno: por ejemplo. Olatunji et al., (2009) critican consi-
es similar a la hipocondría transitoria q_ue antes mencionamos. La derar lo hipocondría como un trastorno somatoforme caracteriza-
hipocondría primario, sin embargo, hace referencia a q_ue ese es el do por una serie de síntomas y signos corporales, es decir, como
trastorno principal y. por tanto, debe ser el foco primario de aten- un TSS. Siguiendo la estela de las propuestas de Solkovskis de los
ción clínica, aunq_ue en uno gran moyoría de los casos coexiste con, años noventa, estos autores recalcan la similitud fenomenológica
o do lugar a, otros trastornos mentoles, como se verá más odelante. de la hipocondría con los trastornos de ansiedad sobre la base de
su característica clínico fundamental: la ansiedod extrema ípato-
Por último, la presencio de una ideación delirante de contenido
lógica) por la salud, y no tanto la presericia de síntomas somáti-
hipocondríaco es indicativo de un nivel máximo de gravedad q_ue
cos, excesivos o anormales (por su falta de justificación médica).
remite a un diagnóstico del espectro psicótico en lugar del de hipo-
Eri consecuencia, sería el TAE, y no el TSS, el diagrióstico que, en
condría. En estos casos, la preocupación o el miedo a padecer una
el mejor de los casas, reemplazaría al clásico de hipocondría_ Y, s1
enfermedad don poso a lo creencia o convicción de q_ue se tiene
eri su misma definición se habla de arisiedad (trastorno de ans;edad
una enfermedad, creencia que es inmune a lo tranquilización, el
por la enfermedad>, lo lógico es que se incluya en la categoría de
reaseguro, o los evidencias en contra y que, además, se acompaña
de otros síntomas típicamente psicóticos. Cuando los delirios son
exclusivamente de contenido hipocondríaco, se suele calificar como
«psicosis hipocondríaco monosintomático» fStorcevic, 2001l. )) Tabla 9.6. Criterios DSM-5 para el diagnóstico del trastorno
Por lo q_ue se refiere a la ubicación y caracterización de lo hipo- de ansiedad por la enfermedad
condría en los sistemas actuales de diagnóstico psiquiátrico, hoy
A. Preocupación por padecer o contraer uno enfermedad grave.
que decir, en primer lugar, que, si bien el diagnóstico de hipocon-
dría ha estado presente tanto en el sistema de la OMS como en B. No existen síntomas somáticos o, si están presentes, san
el de la APA desde sus primeros versiones, no siempre ha habido únicamente leves. Si existe otro afección médica o un
coincidencia entre ambos sistemas y, de hecho, las discrepancias y riesgo elevado de presentarla Cp. ej., antecedentes familiares
diferencias son especialmente notables en los versiones más recien- importantes), lo preocupación es claramente excesivo o
tes, como ya hemos comentado en aportados previos. desproporcionado.
El DSM-5 establece, de una forma bastante arbitraria (Starce-
vic y No yes, 2014-), q_ue el 75 % de los pacientes diagnosticados de
c. Existe un grado elevado de ansiedad acerco de lo salud y el
individuo se alarmo con facilidad por su estado de salud.
hipocondría según el DSM-IV, se diagnosticarán ahora como TSS --
y solo una minoría, el 25% restante, se diagnosticarán como TAE. D. El individuo tiene comportamientos excesivos relacionados
Como ya se ha visto antes. el TSS se caracteriza por la presencia de con la salud <p. ej., compruebo repetidamente en su cuerpo si
síntomas somáticos que causan malestar y pensamientos, sentimien- existen signos de enfermedad) o presento evitación por malo
tos o comportamierllos excesivos relacionados con esos síntomas o adaptación (p. ej., evita las visitas al clínico y al hospitall.
asociados a la preocupación por la salud. Por su parte, lo caracte-
rística principal del TAE es lo preocupación por padecer o contraer E. Lo preocupación por la enfermedad ha estado presente
al menos durante seis meses, pero la enfermedad temida
u.na enfermedad grave sin presencia de síntomas somáticos, o si
especifica puede variar en ese período de tiempo.
están presentes. son únicamente leves Así, la clasificación de los
pacientes en lo categoría de TSS o en la de TAE, dependerá de la F. La preocupación relacionado con la enfermedad no se
presencia (TSSl o no (TAEl de síntomas somáticos (Criterio Al jurito explica mejor por otro trastorno mentol, como un trastorno de
con la preocupación por la enfermedad, auri en ausencia de sínto- 1 sintamos somáticos, un trastorno de pánico, un trastorno de
mas (Criterio Bl (véase la Tabla 9.6l. Otro diferencia entre el TSS y ; ansiedad generalizada, un trastorno disrnórfico corporal, un
el TAE refiere a las manifestaciones conductuoles de la hipocondría. 1 trastorno obsesivo-compulsivo o un trastorno delirante de tipo
En el TAE, lo preocupación por la posibilidad de estar enfermo pue- somático.
de llevar a la búsq_uedo de cuidados médicos o a todo lo contario,
su evitación o rechazo activos (Criterio Dl. En el TSS, la evaluación Espec;t;car si:
de las manifestaciones conductuales resulta problemática, ya que se - Tipo con solicitud de asistencia: utilización frecuente de la
define vagamente como «tiempo y energía excesivos consagrados o asistencia médica, que incluye visitas al clínico o pruebas
estos síntomas» o a la «preocupación por la salud» <Criterio B-JJ_ y procedimientos.
La caracterización clínico q_ue de la «antigua» hipocondría
- Tipo con evitación de asistencia: raramente se utilizo la
; asistencia médica.
hace el DSM-5 resulta como mínimo ambigua. En realidad, el TSS
Capítulo 9. Trastornos Je sinton1as so111álicos y Lrasto·nos 1elauo11adoo

trastornos de ansiedad. En todo caso, como señala Storcevic (2019), ~1) Tabla 9.7. Car2cteris:1cas com'Jnes entre la hi::locondria
la situación conceptual y nosológica de lo hipocondría sigue siendo o ansiedad por la enfe,rnedad y el trastorno ob>esivo-
controvertida. rompul51vo
La versión de la CIE que está oficialmente en vigor al redactar
este texto es la décima. los criterios para el diagnóstico de hipo- Pensamientos, sensaciones, imágenes,
condría son similares a los que se planteaban en el DSM-IV·TR, es o impulsos intrusivos. recurrentes,
decir, creencia de que se padece una enfermedad sobre la base desagradables y difíciles de controlar
de síntomas, y persistencia de la creencia a pesar de las reiteradas Alta sensibilidad o la ansiedad.
explicaciones médicos sobre la ausencia de causas somáticos que Hipervigilancia.
la justifiquen_ Sin embargo, esa caracterización de la hipocondría ---------~~~·~··-·~--

cambia radicalmente en la nueva edición, CIE-11 Los cambios más Intolerancia o lo incertidumbre.
importantes son los siguientes: Cata>trofismo o sobrevaloración de lo amenazo.
Sobrevaloración de la importancia de los
l. Lo hipocondría desaparece del grupo de los trastornos soma-
pensomientos.
tomorfos y se incluye en el del Trastorno obsesivo-compulsivo y
- Fusión pensomiento,acción tipo
relacionados.
probabilidad.
2. El término de hipocondría se mantiene como el principal, pero
se hace análogo a los de ansiedod por la enfermedod, nosofo- Comprobación.
bio, y neurosis hipocondríaca. Necesidad de reasegurarse.
3. El diagnóstico de hipocondría excluye los de trastorno dismór- Evitación.
fico corporal, trastorno por malestar somático <Bodily distress
• Terapia cognitivo-conductual (incluyendo
disordet'! y miedo al cáncer.
exposición con prevención de respuesta)_
IJ.. No especifica pautas sobre la duración del trastorno para esta- • lnhibidores selectivos de lo recoptación
blecer un diagnóstico de serotonina (lSRSl.
5. los criterios de diagnóstico hacen referencia a tres aspectos
nucleares de la hipocondría: cognitivos (preocupación, creen- • Trastorno de pánico.
cias disfuncionales -catastrofismo e hipervigilancia de sínto- • Depresión.
mas, aunque sean inocuos o normales>, emocionales fmiedol,
y de comportamiento (comprobación, evitación, búsqueda de
reaseguro).
Por otro lado, es importante hacer una referencia a la denomi-
Junto a estos características, mantiene uno de los criterios que nación actuol de hipocondría como ansiedad por lo enfermedad en
en el DSM-IV fueron más criticodos: la persistencia de la preocu- los sistemas psiquiátricos de diagnóstico frente a la de ansiedad por
pación a pesor de las evaluaciones y explicaciones médicas, con la salud en los planteamientos psicológicos de la psicopatología. El
lo que el mantenimiento del trastorno depende no solo de lo que concepto de ansiedad por la salud fue propuesto por Salkovskis y
le preocupe aJ paciente, sino además de que las explicaciones y Warwick (1986) para describir un continuo de preocupaciones por
evoluaciones médicas sean adecuadas y comprendidos <y que el la salud que fluctúa desde la preocupación leve, a menudo transi-
paciente tenga acceso a ellas, claro estál. Otro aspecto importante toria, por el estado de salud, que se activa como consecuencia de
hace referencia al nivel de comprensión o 1nsi9ht del paciente sobre lo observación o constatación de síntomas físicos, hasta la hipocon-
la «racionalidad» o adecuación de su preocupación en relación dría o preocupación mórbida por la salud, en la que el individuo
con los síntomas o signos. Este especificador es interesante, en la interpreta como indicadores de una enfermedad grave los síntomas
medida en que permite establecer un continuo de preocupación que observa. Por tonto, esta propuesto pretendía ubicar los miedos
hipocondríaca que fluctúa desde un nivel leve íins-ightadecuadol y preocupación hipocondríacos en el extremo patológico de uno
hasta uno grave <delironte), si bien queda al arbitrio del juicio clíni- dimensión continua de ansiedad y miedo por la pérdida de salud,
co valorarlo ya que lo CIE no proporciona, por el momento, criterios en la que todos las persones podemos situarnos en algún momento
más específicos para evaluarlo_ de la vida, haciendo posible así una mejor comprensión de lo que
El cambio más importante, no obstante, es Jo inclusión de la significo el trastorno hipocondríaco y permitiendo el desarrollo de
hipocondría en el grupo de trastornos que tiene como eje central estrategias más eficaces de tratamiento psicológico. Es decir, iden-
al obsesivo-compulsivo. Este viene siendo propuesto y defendido tificar «hipocondría» con el concepto más omplio de «ansiedod»,
por muchos expertos (p. ej., Abramowitz y Braddock, 2006; Reu- permitía aplicar los conocimientos sobre lo adquisición y el mante-
man et ol., 2017), debido fundamentalmente a las muchas simi- nimiento de la ansiedad a ese trastorno. Pero, además, la propuesta
Jitudes fenomenológicos y funcionales entre la hipocondrio y el pretendía sustituir el término diagnóstico de hipocondría por el de
TOC que, de manera esquemática se resumen en la Tabla 9.7, ansiedad por la salud, que carece de connotaciones peyorativas y
que hemos desarrollado en otro lugar CBelloch et al., 2019). Sobre no remite o ninguna disfunción orgánica (recuérdense los orígenes
la base de estos similitudes. el grupo de expertos de lo OMS sitúo del término hipocondría que comentamos al inicio de este capítulo).
ambos trastornos en el mismo grupo, si bien también presento El concepto de ansiedod por la salud permite integrar en un
similitudes con los Trastornos de onsiedad y relacionados con el modelo coherente, a la vez que compatible con los modelos cogni-
miedo (denominación propuesta en la CIE-11 para los Trastornos tivos sobre lo ansiedad, los datos y las observaciones clínicas que
de ansiedadl. se hon ido publicando sobre las características de las personas con
íVlanual de pSJCGpatologia. Volu:1,e11 2

hipocondría_ hipervig1loncia, ou111ento de la atención hacio las posi· co1tjunto, los dotas indican que entre m1 1% y un 3 '% de los pacientes
bles amenazas y, en especial, los relacionadas con riesgos para la atendidos en atención primaria cumplen el criterio completo o el
propio salud, pensamientos e imágenes 1ntrusivos sobre la enferme- criterio abreviado para lo hipocondría.
dad y lo muerte, búsqueda de explicaciones sobre esos pensamien- Otros estudios, mós nurnerosos, han evaluado lo prevalencia Lle
tos que dari lugar a creencias distorsionadas y comportamientos la hipocondría en consultas de especialidades médicas. Uno de los
de «seguridad» que. a su vez, refuerzan las interpretaciones dis- más amplios, con más de 5.000 pacientes ambulatorios en China,
funcionoles sobre los cambios corporales como anienazas para la utilizó una entrevista clínica estructurada y registró una prevalen-
salud, etc <Rachmari, 2012)_ cia de 0.38% (Liu et al., 2012) Estudios a menor escala. utilizando
A pesar de ello, la denominación an>iedod por lo salud no se también entrevistos estructuradas paro evaluar a pacientes ambu"
utiliza como diagnóstico en los sistemas de diagnóstico psiquiátrico, loto1ios (8orsky et al., 1990), pacierites hospitalizados {Fink et al.,
pues como hemos visto, el DSM-5 utilizo el de ansiedad por la enfer- 2004) y pacientes quemados {Ter Srnitten et al., 2011J, informan pre-
medad y la CIE-11 sigue utilizando el de hipocondría (que equipara valencias que oscilan entre el 3,5 % y el 6,3 %. Lo baja prevalencia
al de ansiedad por lo enfermedad). Una de las razones que se ha del estudio de Liu et al. (2012) podría estar reflejando diferencias
esgrimido para ello es que la «ansiedad extrema o patológica por culturales en lo expresión y aceptación de Ja ansiedad en el con-
la salud» no conlleva la creencia de enfermedad a pesar de las texto médico. Por último, en población psiquiátrica, la prevalencia
explicaciones y evaluaciones médicas que a meriudo presentan las de la hipocoridría es del 1,6%, siendo más elevada en personas más
personas con hipocondría (Starcevic y Noyes, 2014) y, por lo tanto, rnayores (Altomura et al., 1998J.
no incluye ni permite evaluar el grada de insight o comprensión En cuanto al curso, el trastorno puede comenzar a cualquier
del problema, que es un indicador de gravedad y de resistencia al edad. aunque lo más frecuente es q_ue lo haga en los primeros años
tratamiento. Otros autores (p. ej., Fava et al., 2017) proponen que el de vida adulta. El curso es generalmente crónico, aunque pueden
término «ansiedad por la salud» se reserve para denotar una preo- existir períodos de mayor o menor intensidad relacionados con
cupación genérica por la salud y la enfermedad, q_ue oscila de leve períodos de estrés. El diagnóstico suele ser estable: hasta dos ter-
a grave, y en la que pueden ubicarse muchos pacientes hipocon- ceras portes de los pacientes hipocondríacos continúan cumpliendo
dríacos, pero que rio es suficiente paro identificar todo el rango de los criterios para este trastorno al cabo de un año, y el tercio res-
característicos psicopatológicas que se producen en la hipocondría. tante continúa presentando síntomas hipocondríacos (Jyvasjarvi et
Sin entrar en estas consideraciones, a lo largo de este texto aL 1999). Se han descrita como factores de buen pronóstico un inicio
los términos «hipocondría» y «ansiedad par la salud» no serán agudo, la duración breve del trastorno, la levedad de los síntomas,
utilizados de manera intercambiable para evitar confusiones. Como la presencia de una enfermedad médica concomitante, la ausen-
dijimos al inicio, el término «hipocondría» hará referencia especí- cia de trastornos mentales comórbidos, y la ausencia de ganancias
ficamente ol diagnóstico basado en los nuevos criterios de la OMS secundarios (p. ej., bajas laboralesl.
(CIE-11) y al «Trastorno de ansiedad por la enfermedad» de la APA Por otro lado, se han señalado diferentes factores que podrían
(DSM-5), mientras que el de «Ansiedad por lo salud» se reservará contribuir a un peor pronóstico del trastorno, coma los siguientes:
para identificar las propuestas psicológicas asociadas al modelo de
l. Una mayor gravedad de los sintamos, uno mayor duración del
Warwick y Sa1kovskis, q_ue se explican más adelonte_
trastorno, la concurrencia de otros trastornos psiquiátricos y las
b. Epidemiología, curso y pronóstico puntuaciones altas en neuroticismo (Nayes et al., 1991!>.
2. Uno mayor comarbilidod de trastornos depresivos y ansiosos y
Las investigaciones publicadas sobre la prevalencia de la hipocon- una mayar comorbilidad médica (Robbins y Kirmayer, 1996).
dría están basadas en los criterios del DSM-IV y lo CIE-10. Por tonto,
los datos que resumimos se basan en estudios que utilizan los crite- 3. Mayor somotización, menor morbilidad médica y mayor convic-
rios diagnósticos de los sistemas precedentes. ción de enfermedad {Borsky et al., 1998).
A nivel comunitario, cuando se ha aplicado el criterio de hipo- 4. Más somatizaciones, mós amplificación de las sensaciones cor-
condría del DSM-IV, lo prevalencia ha sido generalmente boja, entre porales y atribución de síntomas somáticos a enfermedad grave
un 0,05 % y un 0,4% (Bleichhardt y Hiller, 2007; Martín y Jacobi, (8arsky et al., 2000l.
2006l. En un estudio realizado en Canadá, se observó una preva- 5. Mayor gravedad del trastorno, más somatizoción, uno mayor
lencia de 0,2%, pero aumentaba al 1,3% si se utilizaban criterios psicopafologío (evaluado con el «Cuestionario de 90 sinta-
abreviados, es decir, al excluir la resistencia al adecuado reaseguro mos-revisado»), más cogniciones disfuncionales acerca del
médico [Criterio B del DSM-!VJ) {Looper y Kirmayer, 2001>. En con- funcionamiento corporal, un mayor deterioro psicosocial y una
junto, estos datos indican q_ue la hipocondría es poco frecuente en mayor utilización de los recursos sanitarios CH1!1er et al., 2002)_
la población comunitaria, con uno prevalencia menor al 0,5%, si Los estudios sobre la influencia de variables demográficos
bien con un criterio menos restrictivo, q_ue podría corresponder al (edad, sexo), sociales, o culturales en lo hipocondría, son muy esco-
trastorno de ansiedad por la enfermedad del DSM·5, la prevalencia sas. En cuanto al sexo, la mayor parte de los estudios epidemiológi-
se encontraría alrededor del 1%, según Starcevic y Noyes {2014l. cos generales no detectan una prevalencia desigual de hipocondría
En atención primaria la estimación más fiable proviene del estu- ni de ansiedad por la salud en función del sexo o, en todo caso,
dio de la OMS que constató una prevalencia del 0,8 %CGureje et al., se observa una prevalencia ligeramente mayor en mujeres <p_ ej.,
1997b) según criterios CIE-10. Este estudio también informó de una Clarke et al., 2008) que podría estar reflejando en realldad la dis-
prevalencia del 2,2% poro un diagnóstico abreviado de la hipocon- posición o buscar ayudo especializada y. por tanto, a no ocultar los
dría. Sin embargo, en otro estudio realizada en atención primaria se problemas en el caso de los mujeres. Por último, las diferencias en
observó una prevalencia de 3,4 % {Escobar et al., 1998). Tomados en prevalencia de lo hipocondría en difeíentes contextos culturales se

300
Capítulo 9. Ti-astornos dE s1nt0111as soma11cos y tra~tornos relacionados

ho11 exomi11odo únicamente en un estud;o propitiodo por lo OMS, c1alizados en algún tipo de enfermedad médica, centros de salud
llevado o cabo en el contexto de lo atención primario de lll países y mental. etc.1. lo que complica las comparaciones entre los diferentes
basado en crite1ios de lo CIE-10 (Gureje et al., 1997). La prevalencia estudios. Teniendo en cuenta todo ello, uno conclusión evidente es
media de hipocondría fue del 0,8 %, en un rango que oscilaba entre la de que, hoy por hoy, la información de la que disponemos sobre
el 0,2% y el 1,2% Los excepciones se produjeron en Nigeria y Chile, la cornorbilidod de la hipocondría con otros trastornos mentales es
con prevolencias más elevadas (1,9% y 3,8%, respectivamente). poco estable.

e, Cornorbilidad d, Diagnóstico diferencia!


Los estudios que analizan los tasas de co-ocurrencio entre lo hipo- Más allá de lo escasa consistencia de los datos sobre cornorbilidad,
condrio y el trastorno de somatización (criterios DSM-JV-TR) yo han lo que es indudable es el hecho de que la hipocondría comparte
sido comentados en el apartado dedicado al TSS. características clínicas con otros trastornos Por eso mismo, resulta
Lo presencio de hipocondría en pacientes diagnosticados de obligado valorar si se produce una coexistencia entre la hipocondría
trastorno de pónico, trastorno obsesivo-compulsivo, trastorno de y otro trastorno mental y, si es así. hasta qué punto lo hipocon-
dría es el problema principal o diana o si, por el contrario, es el
somotización y depresión mayor se ha analizado en diferentes tra-
secundario o derivado. En todo caso, se tenga o no seguridad sobre
bajos. Con relación al trastorno de pánico, se ha observado que
ello, deben diagnosticarse todos los trastornos coexistentes. Star-
un 25% de los pacientes de atención primaria con ese diagnóstico
cevic (2001, 2014) propone un proceso secuencial a modo de árbol
padece hipocondría (Barsky et al., 1994J, y este porcentaje es mayor
de decisión para realizar un adecuado diagnóstico diferencial, de
entre los pacientes psiquiátricos con trastorno de pánico Centre el
modo que las condiciones q_ue requieran atención inmediata sean
45 % y el 51 %) (Bach et al., 1996). Las tasas de ca-ocurrencia entre el
las primeras en descartarse o confirmarse, corno es el caso de las
TOC y la hipocondría son inferiores a las encontradas para el tras-
enfermedades médicas y los trastornos de la esfera psicótica. La
torno de pánico: en torno al 10% para la prevalencia actual (Gree-
Tabla 9.8, modificada de Starcevic C2001l, ejemplifica ese proceso
ven et al., 2006), y entre el 8,2 % y el 15 % para lo prevalencia vital cuyo contenido comentamos o continuación.
{du Toit et al., 2001). Estas tasas son más altas que las tasas vitales
de la hipocondría o del TOC en la población general. pero mós bajos Puesto que lo preocupación excesiva por la salud no es un antí-
que lo probabilidad de que la mayoría de los trastornos depresivos doto contra la enfermedad, el primer paso en el diagnóstico dife-
y de ansiedad ocurran en lo hipocondría o en el TOC. Solem et rencial es excluir la existencia de un trastorno físico o una enferme-
al. (2015) informan que el 30,4% de los pacientes con TOC obtuvo dad médica. Si bien es cierto q_ue !a presencia de una enfermedad
una puntuación superior al punto de corte paro el Índice Whiteley médica no es incompatible con el diagnóstico de hipocondría, los
Cauto-informe de cribado para lo hipocondría), dato que supera al síntomas del paciente se considerarían desproporcionados en rela-
ción con la enfermedad. Según Schmidt (1994), cuando existe uno
de las investigaciones epidemiológicas previas (p. ej., Tyrer et al.,
enfermedad o trastorno médicos, es posible establecer un diagnós-
20UJ y que contradice las observaciones de Starcevic (2014J acerca
tico adicional de hipocondría en los cuatro casos siguientes: (ll ef
de que la ansiedad por la salud no coexiste típicamente con el TOC.
paciente interpreta catastróficamente la información médica sobre
Lo ca-ocurrencia entre la depresión y la hipocondría ha sido la enfermedad; <2l no se tranquiliza cuando el médico le confirma
objeto de investigación especial, con resultados dispares. Mientras el pronóstico favorable de su trastorno; (3) su temor o creencia se
que Demopulos et al. (1996l encontraron q_ue únicamente un 2 % basa en síntomas físicos independientes de la enfermedad, o poco
de los pacientes con depresión mayor padecía hipocondría, otros relevantes, y (4) las preocupaciones hipocondríacas existían con
autores informan que, en los pacientes hospitalizados con depre- anterioridad a la aparición de la enfermedad física actual.
sión, entre un 18,1% y un 69 % sufrían también hipocondría (p. ej.,
En segundo lugar, es importante descartar que exista un delirio
El-Islam et o!., 1989). El estudio de Gureje et al. (1997), basado en
sobre la presencia de una enfermedad grave. Los delirios se carac-
criterios CIE-10, constató sin embargo una tasa de comorbilidad
terizan por una gran convicción, una gran fijación o persistencia a
muy elevada (46,3%l, que sin embargo desciende hasta el 15,3%
pesar de las evidencias en contra, y una disminución de la capaci-
en el trabajo rnós reciente de Fink et al. <2004J. En ambos casos, dad para reconocer que la creencia es consecuencia de un trastorno
el número de pacientes ero muy pequeño y los datos se recabaron mental (Brakoulias y Starcevic, 2011>. Un paciente con hipocondría
en atención primaria. En nuestro contexto, la tasa de comorbilidad no tiene la certeza absoluta de C\.ue su creencia sobre la enferme-
entre hipocondría y depresión mayor {criterios DSM-IV-TRJ en per- dad sea cierta, lo que aumenta su incertidumbre; sin embargo, un
sonas que acuden a un centro de salud mental es del 31,8%, cifra paciente con psicosis parece estar mós seguro de que padece una
cercana a la tasa informada en el estudio mencionado de Gureje y enfermedad grave y rara vez pone en dudo su creencia (Storcev1c
cols. (López-Santiogo, 2011l. y Noyes, 2014). Además. la convicción de enfermedad, y no tanto
otros trabajos han investigado la comorbilidod con los tra51or- la preocupación, sería mós característica de la hipocondría y, los
nos de personalidad, mostrando que los trastornos obsesivo-com- delirios de tipo somático o hipocondríaco se acompañan habitual-
pulsivo, evitativo, y paranoide son frecuentes en los pacientes con mente de oíros síntomas de la esfera psicótica que no se producen
hipocondría (p. ej., Fallan et al., 2012). en la hipocondría.
Como hemos dicho, la mayoría de los estudios son anteriores al La literatura sobre la relación entre hipocondría y depresión es
DSM-S y, en muchos casos, incluso al DSM-IV. Además, el número amplia y se remonta a muchas décadas. Lo hipocondría suele estar
de pacientes q_ue se incluye en muchos casos es reducido, lo q_ue acompañada de síntomas depresivos, tales como un bajo estado
plantea dudas sobre su generalización. Un problema adicional es de ánimo, uno baja autoestima, fatiga, disminución del opetito, e
que los datos publicados se han obtenido en contextos muy diferen- insomnio. aunque estos síntomas no forman parte del cuodro clínico
tes (hospitalización psiquiátrica, otención primaria, centros espe- «puro» de la hipocondría {Starcevic, 2014l. En este sentido, y tal
/\~anual de psicoputologí,::. Volun1en 2

)) Tabla 9.8. Proceso para el d1agnóst1co diferencial de trastorno de ans1Pdad por la enfrcmrdarl (TAF]'

lHoy enfermedad médico que explico los síntomas de TAE7


J NO
lCuolidod delirante de los síntomosJ LMás síniomas psicóticos? sí
- Trastorno psicótico
J NO
¿síntomas de Dlv17 lSíntomo1 de TAE solo presentes en eí episodio de DM?
j NO
llos síntomas de TAE forman parte del trastorno de pánico, o solo ertán presentes durante

- Depresión mayor

SÍ ~ Trastorno de pánico
los episodios de pánico?
j NO
¿Los síntomas TAE se experimentan como íntrusivos, no razonables, excesivos, injustificados? SÍ ~ Trastorno obsesivo-compulsivo
! NO
lEI molestar se centro en los síntomas físicos y se busco explicación médica poro ellos? SÍ ~ Trastorno de síntomas somáticos
! NO
lEI miedo y los comportamientos de evitación se circunscriben a uno enfermedad concreta.
y hoy consciencia de lo excesivo del miedo?
sí ~ Fobia a la enfermedad

! NO
tDurocián de los síntomas de TAE <6 meses7 si ~ TAE transitorio
j NO
¿Lo intensidad de los síntomas, su interferencia, el molestar asociado, etc.. son subclínicos
(p. ej., ansiedad por la salud, exceso de concienciación sobre lo salud, etc.J?
j NO
si
- Ansiedad por la salud

lSe cumplen los criterios diagnósticos de TAE? si ~ TAE

- Modificada de Starcevic [2001¡.

como señalan Noyes et al. (1994), es más probable que la hipocon- así como en la consideración de la hipocondría como el extremo
dría preceda a lo depresión y, por tonto, que esto última sea con- patológico de un continuo de ansiedad por lo salud, como ya vimos.
secuencia directo de la hipocondría. De hecho, la depresión mayor La hipocondría y el trastorno de pánico se caracterizan por
puede ser el resultado de lo naturaleza agotadora y desmoralizado- un est'ilo de pensamiento focalizado en el cuerpo y los síntomas.
ra que a menudo tiene la hipocondría. En estos casos. suele haber Salkovskis y Clork (1993) sugirieron que la interpretación catastrófi-
uno largo historia de síntomas de hipocondría previa a lo depre- ca de sensaciones y síntomas corporales inocuos podría ertar en lo
sión. En todo coso, debería hacerse un doble diagnóstico cuando base de ambos trastornos, y que la principal diferencia entre ambos
lo depresión mayor es moderada o grave, además de trotar ambos e'>toba en lo creencia en la inmediatez de lo catástrofe («morir aquí
trastornos. Dubovsky (1988) señaló algunos aspectos q_ue pueden y ahora») en el caso del trastorno de pánico, frente o lo creencia
ayudar o diferenciar una depresió11 mayor de la hipocondría. Entre en uno catástrofe demorada en el tiempo, insidioso, dolorosa, y de
otros, indica que, en la depresión, pero no en la hipocondría, predo- larga duración en lo hipocondría («la muerte»}. Hay varios estu-
minan los síntomas de tipo vegetativo q_ue además suelen agravarse dios que demuestran que las personas con estos trastornos prese11-
en las primeras horas del día. Por nuestra parte, añadiremos que a tan niveles similares de vigilancia corporal CDeacon y Abramowitz,
las personas con depresión no les preocupan en realidad sus sínto- 2008), miedo a los cambios corporales {Neziroglu et al.. 2000) y
mas físicos, o les preocupan mucho menos que a los que padecen amplificació11 somotosensoriol (Martínez et al., 1999). Aunque los
hipocondría, sin olvidar que la ideación outolítica es poco habitual dos trastornos comparten uno serie de rasgos comunes, también
en la hipocondría mientras que es un riesgo muy común en la depre- poseen diferencias significativas entre sí. Lo primera de ellas hoce
sión mayor. Por otro lado, hay q_ue recordar que actualmente se referencia o la inniediatez de la amenaza temida, como ya hemos
considera que la hipocondría está más relacionada con la ansiedad dicho. Una segundo fuente de diferencias refiere a lo forma en la
que con la depresión, y ello quedo en porte reflejado en la denomi- que se malinterpretan los síntomas: los pacientes con trastorno de
nación de «trastorno de ansiedad por le enfermedad» del DSM-5, pánico se centran en los síntomas de hiperactividad autonómica y

302
capítulo 9. Trastornos de sinton1as somáticos y trastornos reiac1onados

orousaf(p_ ej, taquicardia dificultad para respirar, etcJ, q_ue Ííl'ter" grave, un temor que es exclusivo de este trastorno <Fergus, 2014-;
pretan corno sigrio de muerte inmirierite en lugar de como sín1ornos Morcus y Church. 2003)
de ansiedad, 1nientras q,ue el rango de síntomas que los pacien- Hoy una serie de características q_ue distinguen el TAE del TSS
tes con hipocondría interpretan disfuncionolmente es mucho más que ya comentamos entes. Las diferenciaciones que estableció
amplio y, o menudo, inespecífico y cambiante (Salkovskis y Clark, Murphy (1990) entre ambos trastornos, antes del DSM-5, puedeo
1993; Deacon y Abramowitz, 2008). Por último, en la hipocondría los ser útiles para el diagnóstico diferencial. Resumidamerite son éstas:
síntomas se manifiestan de manera persisterite, mientras q_ue en el (1) los hipocondríacos buscan informacióri médica tranq_uilizadora en
pánico lo hacen sobre todo durante las crisis. las exploraciones o los q_ue se someten; los que tienen TSS quieren
conseguir un diagnóstico de enfermedad médica q_ue expliq_ue sus
síntomas físicos; (2) en la hipocondría la creencia se centro eo la
Jl Amplificación somatosensorial. Tendencia a experi- existencia de uria o más enfermedades orgóoicas graves; en el TSS
mentar la> sensaciones somáticas co1110 intensas, nocivas, la creencia de enfermedad es firme, pero no se relaciona necesa-
riamente con algo grave e irreversible; (3) los hipocoodríacos se
y perturbadoras. Conlleva hipervigilunci<i o Jumento del
preocupan por el significado de sus síntomas leves; los pacientes
foco atencional en las sensaciones corporales, tendencia a
con TSS centran su preocupación en el desacuerdo con los médicos
seleccionar y centrarse en determinadas sensaciones corpo- en relación con el origen y las causas de toles síntomas que, ade-
rdles débiles e infrecuentes, y predisposición a reaccionar a más, valoran como importantes y claramente significativos, y (LJ-) eo
lds sensaciones sornál1cas mediante respuestas afectivas y la hipocoridría al paciente le asusto poder sufrir urio enfermedad
cognitivas que las lnten>lfican. El estilo perceptivo arnplifi· grave; en el TSS lo que causa temor son las consecuencias q_ue se
cador 1nd1ca la tendencia a la ampl1f1cac1ón somatosenso· derivarían del hecho de enfermar sin haber recibido el diagnóstico
rial. adquiriendo, por tanto, características de rasgo e> table. y tratamiento adecuados.
La fobia o la enfermedad y la hipocondría tienen en común el
miedo a la enfermedad. Pero la hipocondría se caracteriza por la
creencia (que no lo convicción) de que una enfermedad está ya pre-
Los diferencias entre la hipocondría y el TOC parecen ser de
sente (o se está gestando), mientras que la fobia a la enfermedad se
naturaleza más cuantitativa que cualitativa, en muchos casos. Las
caracteriza por el miedo a desarrollar o contraer una enfermedad
preocupaciones sobre la enfermedad en la hipocondría se experi-
mentan de forma menos intrusa y más egosintánica que las obsesio- concreta en el futuro <Noyes et al., 2004). además de que el fóbico
tiene un mayor insight sobre lo naturaleza psicológica de su miedo,
nes, en buena medida porque lo persoria con hipocondría considera
de modo que tiene menos dificultades para reconocer que es poco
normal y ajustado a sus valores y ética preocuparse por su estado
lógico o fundamentado y, por lo tonto, que es desproporcionado
de salud, mientras que muchos contenidos obsesivos son experi-
o excesivo. A nivel comportamental, los pacientes con fobia a la
mentados como egodistónicos porque contravierien las normas y
enfermedad evitao frecueritemerite estímulos relacionadas con la
valores del paciente_ Además, mientras q_ue los contenidos de las
enfermedad (p_ ej., sensaciones, pensamientos, noticias, etc.l, mien-
obsesiones son muy heterogéneos (agresivos, sexuales, morales, de
tras que las conductas hipocondríacas típicos sori la búsqueda de
contaminación, etcJ y los pacientes pueden presentor más de uno,
reaseguro y la comprabocióo del estado de salud. Esto comporta
o transitar entre unos y otros a lo largo de la evolución del trostor-
lo necesidad de plantear estrategias de tratamiento distintas paro
no, los contenidos de las preocupaciones hipocondríacas se refieren
coda trastorno: exponerse a lo enfermedad temido en el caso de
siempre a la enfermedad y el significado amenazante o peligroso
la fobia a lo enfermedad (p. ej., Warwick y Marks. 1988), y terapia
de los síntomas físicos_ Los pacientes con TOC son más coriscientes
de la irracionalidad o, eri todo caso, de lo excesivo de sus miedos, cognitivo-conductuol de más amplio espectro para lo hipocoodria
<Belloch et al., 2019; Bouman, 2008; Cooper et al., 2017).
mientras q_ue los pacientes con hipocoridría pueden mantener sus
creencias sobre enfermedad con mucho intensidad. En consecuen-
e. Etiología
cia, las conductas de comprobación y búsqueda de reaseguro se
perciben como menos problemáticas, o menos ilógicos y excesivos, En las últimas décadas se han presentado varios modelos y teorías
en la hipocondría y, de hecho, los pacientes haceri pocos esfuer- para explicar los mecanismos psicológicos que subyacen tanto o la
zos por resistirse a ellas (salvo cuando se sienten observados). Sin génesis como al mantenimiento de la hipocondría. Estos modelos se
embargo, las personas con TOC intentan resi~Jirse a sus compulsio- asientan eri paradigmas teóricos ton dispares como el psicodinámi-
nes, al menos en algunas fases del trastoroo. Y, salvo en los casos co, el psicosocial, el conductual, el cognitivo, o e) cognitivo-conduc-
en los que el ínsíght es muy bajo, son cooscientes de lo excesivo e tual. Si bien es cierto que la moyorío de ellos reconocen que la hipo-
ilógico de sus comprobaciones. Los pacientes con hipocondría y cori coodría no obedece a uria causa única, sino a uri proceso interactivo
TOC se diferencian además en que los primeros presentan menos de variables de diversa índole, coda modelo ha subrayado la impar-
síntomas obsesivo-compulsivos (Hedman et al., 2017), más síntomas tancia de un elemento frerite a los demás. Desde una perspectiva
somáticos (Lopez-Solá et al.. 2014-), niveles más altos de ansiedad psicodinámica ha sido conceptualizodo como una monifestoción
por la salud !Deacon y Abramowitz, 2008; Hedmari et al., 2017>, somática de fuerzas emocionales intrapsíq_uicas e inconscientes. Las
mayor vigilancia corporal (Üeacon y Abramowitz, 2008). creencias formulaciones de corte psicosodal la han eritendido eri términos de
más catastróficas sobre la enfermedad (Abramowitz et al., 2007) y ganancias asociadas al hecho de asumir el rol de enfermo, o como
una mayor evitación (Neziroglu et ol., 2000). Así mismo, los pacien- un modo de comunicación interpersonal. Finalmente, las aproxima-
tes con hipocoridría se diferencian de los pacientes con TOC en que ciones conductuoles y cogoitivas lo han considerado producto de
los primeros, tienen una tendencia a sobrestimar la probabilidad alterociories o disfunciones en la ateoción, en el pensamiento, o en
de que los síntomas ambiguos sean indicativos de uno enfermedad ambos. En este apartado resumimos las coritribuciones más signi-

303
rllanual de ps1co¡,:;:itolog1a_ Vo1umen ?

ficarivas realizadas desde planteamientos cognitivo-conductuales, acompaño sie1npre de síntomas físicos, característicos del estrés. A
puesto que de ellos se derivan a su vez los tratamientos psicológicos partir de esos síntomas se ponen en maicho las creencias y supues-
reconocido> como más eficaces_ tos que la persona mantiene sobre lo que significa estar sano y, en
Lo mayor porte de las aportaciones cogriitivas a lo explicación concreto, sobre el significado y naturaleza de los síntomas q_ue está
de lo hipocondrio se basan en concepturn este trastorno coma el experimentando. Estas creencias y supuestos son importantes, pues
extremo más grave de la d1mensió11 de ansiedad por la salud. Las de su contenido depende q_ue se active el resto del proceso, y por
investigaciones en los q_ue se basan estos aportaciones pueden esta razón Kellner los coricibe como factores precipitarites especí-
agruparse en alguno de los siguientes ámbitos. ficos e idiosincrásicos. Pero también es importante lo evolución de
los síntomas físicos. De hecho, puede suceder q_ue sean transitorios
l. Alteraciones en los procesos y/o funciones cognitivas primaria- y desaparezcan de manera espontánea, o puede que se acuda al
mente responsables de la recepción y/o entrada de la informa- médico en busca de reaseguro y este le informe de que los síntomas
ción: atención y percepción. no son peligrosos. Si este es el caso, y la persono q_ueda satisfecha
2. Alteraciones en los procesos cognitivos resporisables de la ela- con la explicación, es probable que ignore los síntomas hasta que
boración de lo información: memoria y pensamiento. finalmente desaparezcan_ En cuolq_uiera de esas dos situaciones, se
3. Alteraciones en el comportamiento: conductas de seguridad y paralizaría el proceso y, por lo tanto, no se produciría la hipocondría_
evitación. Pero si la persona interpreta los síntomas que percibe como indi-
4-. Alteraciones en los procesos emocionales y en la expresión de cadores de una enfermedad grave (p. ej., porq,ue no ha obtenido
emociones· sensibilidad a la ansiedad y alexitimia_ una explicación convincente del médico, o el reaseguro no ha sido
eficaz), se abre la puerta hacia el desarrollo de la hipocondría. La
5. Características de personalidad: neuroticismo y escrupulosidad.
primero consecuencia de esa interpretación es la de incrementar
Dadas las limitaciones que necesariamente se imponen en un la atención <y la consiguiente percepciónl hacia los síntomas que
capítulo general como este, remitimos al lector interesado a la preocupan. lo que a su vez provoca un incremento del estada de
bibliografía recomendada para obtener una información detallado
sobre estos aspectos (p. ej., Belloch et al., 2019). En este apartado
presentaremos únicamente los modelos iritegradores que incorpo-
ran, en un marco unificado, Jos distintos hallazgos y/o hipótesis de Factores predisponentes
uno o más de los cuatro ámbitos mencionados. Como se verá a con-
tinuación, todos los modelos propuestos siguen un mismo patrón de "l
tipo procesual, mediante el que se intentan explicar los diferentes
aspectos que inciden en el incremento de la vulnerabilidad a pre-
'" rés precipitante

'1
Síntomas somáticos
sentar el tro51orno, siguiendo lo lógica de la mayoría de los modelos !
psicológicos de diátesis-estrés.
i'
Keflner: la hipocondría como interpretación errónea '
de síntomas físicos Idea personal
~ Precipitantes
de enfermedad específicos
Kellner (1985, 1989) diseñó un proceso a través del cual se iban
incorporando los elementos implicados en la hipocondría y su evo-
lución hacia lo que él denominaba la neurosis hipocondríaca, q_ue
se ejemplifican en la Figura 9.5. De acuerdo con su propuesta, un
conjunto amplio de factores actúan como predisponentes para el
desarrollo de la hipocondría: variables constitucionales y experien- i
1
\
Percepción selectivo
r-
cias tempranas que hacen q_ue la persona sea propenso o centrar !
su atención sobre los síntomas corporales (p. ej., haber convivido i
durante la infancia con familiares enfermos, haber padecido una Ansiedad
r- Factores de

'
'
enfermedad, ambiente familiar interesado o preocupado por !as mantenimiento
enfermedades, ambiente familiar inestable durante la infancia, o
las pérdidas y/o el duelo durante esa etapa de la vida). Ambos con-
juntos de variables constituyen el «caldo de cultivo» que facilitará
la aparición de la hipocondría cuando se produzcan ciertos acon-
tecimientos precipitantes_ Un factor precipitante de tipo genérico
Interpretación erróneo
de la naturaleza de la
enfermedad
L
)'
es el estrés, que puede ser crónico (por acumulación de experien-
cias vitales estresantes), o agudo (provocado por un suceso inespe-
rado altamente estresante). Las posibilidades que Kellner incluye
como posiblemente estresantes son muy variadas: desde presenciar
la muerte de una persono u otras experiencias que acentúen la
1
PREOCUPACJÓN
concepción de vulnerabilidad física, hasta padecer otros trastornos HIPOCONDRÍACA
psicológicos, tales como un trastorno de adaptación o cualquier
otro que se acompañe de sintomatología física. La experimenta-
)) Figura 9.5. Modelo explicativo _de la neurosis
ción de cualquiera de estos acontecimientos vitales estresantes se
hipocondríaca, según Kellner (1985).
Capítulo 9.

ansiedad del o,ue ya partía desde el inicio como consecuencia del último factor hace referencia tanto al dolor y al sufrimienro QUe
estrés. Ante esta situación. es muy probable que lo persono comien· acompañan al/la enfermo/o co1no a consecuencias más genera-
ce a interpretar en términos erróneos la naturaleza de los síntomas les, tales como perder un rol que se está desempeñando (p_ ej.,
que advierte. Los explicaciones que le da el médico acerco de que ser madre) o la preocupación por la tristeza y el desconcierto que
no le pasa nada, lejos de tranquilizarle. afianzan su ideo de que puedan sentir los seres queridos. El otro factor relevante es en qué
sufre uno enfermedad tísica que todavía no le han diagnosticado y medido la persona se considera capaz de interferir en ei curso de
a partir de ese momento todos los síntomas y sensaciones que antes la enfermedad: esto es, si considera que tiene los estrategias de
habían sido ignorados adquieren un significado concreto: «estoy afrontamiento adecuadas para hacer frente o la amenaza perci-
enfermo/a». bido -la enfermedad-. El último factor se refiere a la posibilidad
Desde el momento en que empieza a creer que está físicamente de contar con factores externos q_ue puedan intervenir en caso de
enfermo, asigno un valor amenazador o sus sensaciones somáticas necesitar ayudo, tales como el acceso a los servicios de salud y la
con lo que se facilita el desarrollo de las estrategias de percep- ayuda médico.
ción de síntomas y que la focalización de la atención en su cuerpo Un aspecto relevante de este análisis es que uno persono puede
se convierta en un hábito sobre-aprendido. Además, lo ansiedad experimentar una elevada ansiedad por la salud sin que exista una
puede llegar a estar condicionada a la percepción de sensaciones alta probabilidad de enfermar, por el simple de hecho de considerar
somáticas o pensamientos relacionados con la enfermedad, de tal que estar enfermo sería algo horrible, terrible y triste, o lo que es
modo que los incrementos de la ansiedad, que en algunos casos lo mismo, porlJ.ue se temen los costes asociados o la enfermedad,
pueden llegar a traducirse en crisis de pánico, pueden producir más como, por ejemplo, que se acompañe de dolor y molestia. perder un
sensaciones corporales que, a su vez, aumentan la ansiedad y la puesto de trabajo o sentirse una carga para los familiares. Si, ade-
atención/percepción selectiva, estableciéndose así un círculo vicio- más, la persona piensa que va a desarrollar una enfermedad o tiene
so que perpetúa el trastorno. una alta probabilidad de padecerlo en un futuro, la ansiedad por la
salud aumentará. Estos factores cognitivos juegan un papel determi-
Salkovskís y Warwick: la hipocondría como ansiedad nante en la génesis del trastorno, puesto que los pacientes perciben
por Ja salud las sensaciones y síntomas corporales como más peligrosos de lo
La formulación que realizan estos autores para explicar la hipocon- que realmente son y suelen considerar una enfermedad particular
dría se basa en un cambio conceptual de base: según su propuesta. más probable de lo que realmente es. Además. se perciben a sí
se trata de un trastorno de ansiedad. y no un trastorno somatomor- mismos como incapaces de prevenir la enfermedad o intervenir en
fo. A partir de aquí proponen un modelo explicativo similar a los su curso. En definitiva, consideran que no disponen de los recursos
previamente propuestos para explícor otros trastornos de ansiedad necesarios para lidiar con !a enfermedad.
como el pánico, con el que comparte inicialmente dos característi- Este análisis inicial se concreta en una formulación cogniti-
cas esenciales: la experimentación de síntomas físicos y su interpre- vo-conductual que, como hemos dicho, es muy parecida a la que se
tación inicial como evidencias de una enfermedad grave (Salkovskis, planteaba en esa misma época para el trastorno de pánico. Lo Figu-
1989; Salkovskis y Clork, 1993; Salkovskis y Rimes. 1997; Salkovskis ra 9.7 ejemplifica el proceso. Las experiencias tempranas relaciona-
y Warwick, 1986, 2001, Warwick y Salkovskis, 1989, 1990). Ambos das can la enfermedad (propias o ajenasl y las experiencias negati-
trastornos comparten también el miedo a la muerte, pero en el caso vas con los servicios de salud conducen o la formación de creencias
del pánico el temor se concreta en un desenlace fatal inminente, disfuncionales sobre los síntomas, la enfermedad y las conductos
mientras lJ.Ue en lo hipocondría se trata de un proceso más lar- de salud. Por tanto, se trata de creencias que la persona ha ido
go, pero igualmente doloroso y fatal. A partir de aquí, los autores adquiriendo o aprendiendo en diferentes momentos y situaciones,
plantean un esquema procesual a través del cual ilustran cómo se incluyendo las experiencias previas con enfermedades físicas o una
desarrolla la hipocondría y sugieren que la interpretación que hoce experiencia médica insatisfactoria, eventos tales como la inespe-
una persona de sus sensaciones físicas depende de peligro percibi- rada o problemática enfermedad de un ser querido, o la informa-
do, que, o su vez, estó en función de cuatro factores cognitivos que ción que aparece en los medios de comunicación. Un ejemplo de
se ejemplifican en la Figuro 9.6. supuesto disfuncional sería pensar que todos los cambios corporales
El más importante es la percepción de la probabilidad de desa- tienen una causa justificada, o que- se debe acudir al médico ante la
rrollar o padecer una enfermedad grave, q_ue interactúa con la mínima sospecha de enfermedad para evitar un desenlace fatídico.
percepción de lo «terrible» que sería sufrir esa enfermedad. Este otras creencias pueden estar más relacionadas con enfermedades

Percepción de la probabilidad
de enfermedad
X
Percepción del coste, lo horrible
y la cargo de lo enfermedad
J
( ANSIEDAD )
( Percepción de lo habilidad para Percepción de la medido en que los
l hacer frente a la enfermedad
- -------------- -
+ factores externos nos ayudarán

) ) Figura 9.6. Factores cognitivos implicados en la ansiedad (Salkovskis y Warwick, 2001, p. 205).

3U5
Manual de psicopatología. Vo1umen ¿

sínton1as 1iene o su vez otros consecuencias perniciosas: por ejem-


(-·. Experiencias previa; con lo enfermedad J plo, corr.o consecuencia del arousal la persona experimentará má5
>ensociones físicos, q_ue podrá interpretar como indicadoras de
---- enfermedad. El aumento de la vigilancia corporal puede hacer q_ue
lo persono seo más consciente de sus funciones y cambios normales
y los interprete como anó1nalos. Y los conductas encan1inadas o
Formación de creencias disfuncionoles _J determinar si lo enfermedad está o no presente contribuyeri a man-
tener el problema mediante el incremento de lo sintomatología y lo
preocupación por la salud.
Una vez desarrollado el trastorno, entran en juego una serie de
factores q_ue mantienen y exacerb.qn la preocupación por la salud. El
Incidente crítico
proceso se ejemplifica en la Figura 9.8. En primer lugar, la ansiedad
por los síntomas y el estado de salud suelen tener como resultado
un aumento del arousaffísico. Los pacientes pueden entonces malin-
terpretar esos síntomas de activación como una pruebo adicional
de enfermedad física. En segundo término, la atención selectiva y
focalizada en el cuerpo puede hacer q_ue lo persona se percate de
variaciones (normales) de su funcionamiento corporal o aspectos de
su apariencia físico, que de otro modo le habrían paso do desaperci-
bidos, y los interprete como anómalos. Finalmente, las conductas de
evitación, de auto-inspección corporal de las zonas problemáticas, y
de búsqueda de información tranquilizadora de fuentes médicas y/o
no médicas, contribuyen a fomentar la ansiedad por la salud. Estas
conductas funcionan de manera similor a como lo hacen los rituales
compulsivos en el trastorno obsesivo-compulsivo, yo q_ue producen
una disminución transitorio de lo ansiedad que viene seguida, pos-
teriormente, por un incremento de la misma. Este tipo de conductas
impide que el individuo aprenda que aquello q_ue teme no le está
Conductuol Afectivo/ Cognitivo Físico ocurriendo, provoco que continúe prestando atención o suspensa-
emocional mientos negativos. e incluso algunos de ellas influyen directamente
en los cambios corporales que elicitaron sus pensamientos iniciales
)) Figura 9.7. Warwick y Salkovskis 11990): Modelo cognitivo (Warwick, 1989)_
del desarrollo de la hipocondría. Los tres mecanismos descritos (arousa/fisiológico, focalización
de la atención y conductas de evitación) llevan a la persona a preo-
cuparse por las sensaciones físicas percibidas como patológicos y a
específicas y debilidades personales, toles corno considerar que se
es más vulnerable a una enfermedad determinada, o que uno parte
específica del cuerpo no funciona como corresponde (p. ej., «mi
capacidad pulmonar no es buena»). Toles creencias pueden llevar
o la persona a prestar atención a los cambios corporales que son ANSIEDAD POR LA SALUD
indicativos de enfermedad y a ignorar los signos de buena salud.
Esos supuestos o creencias pueden permanecer latentes hasta r--------
que un incidente crítico los activa {p. ej., sensaciones corporales no Interpretación
habituales, aparición de un síntoma, muerte de un familiar o cono- de sensaciones
cido de lo mismo edad, nueva información acerco de una enferme- y/o de signos ',
dad), lo que provoca lo intrusión de pensamientos e imágenes auto- corporales como Atención Arousa/ 1
máticos negativos y desagradables, que suscitan una interpretoción Conductas
indicadores de localizada físico
catastrofista de las sensaciones y signos corporales. Se produce, enfermedad
asimismo, un aumento de lo vigilancia corporal y la persona puede grave
observar más fácilmente otras sensaciones corporales. Lo interpre-
tación catastrofisto de sus sensaciones y cambios corporales pro-
vocará un aumento de la ansiedad centrada en el estado de salud
{ansiedad por la salud).
Como todo trastorno de ansiedad, se manifiesta a través de Preocupación por la percepción
síntomas de tipo conductuol <comprobación, vigilancia corporal, de alteraciones/estado del cuerpo
búsqueda de reasegurol, afectivo/emocional (malestar, tristeza,
ira), cognitivo {vigilancia, atención selectivo, intensificación de las
creencias previas), y físico (síntomas característicos del arousaf o )) Figura 9.8. Factores que mantienen la hipocondría
activación del sistema nervioso outonómicol. Lo aparición de estos (modificado de Salkovskis y Riínes, 1997].
CapiLulo 9. Trd:,turno:, de sínton1as so1nát1cos y trastornos relacionados

Impide adquirir evidencia (- Creenbci-~s d~sfunc~n~les


disconfirmatoria y tolerar/~- - / so re en erme ª Atención selectiva
incertidumbre / a los amenazas

(
Conductas de búsq_ueda j' (- Vigilancia corporal :J
de seguridad
\________ ---

Motivación para impedir t Aumento probabilidad


el dorio y lograr seguridad 1

l de notar cambios

Percepción de síntomas
físicos

Activa el miedo
a la enfermedad
~----------, ~a/interpretación
~ntomas
Creencias catartrofistas / ambiguos
de

sabre la enfermedad

)) Figura 9.9. Modelo cognitivo-conductual de la hipocondría o ansiedad extre1na por la salud [n1odilicado
de Abramowitz et al., 2007).

valorarlas como señales de lo presencia de una enfermedad grave, lo El modelo integrador cognitivo-evolutivo de P. Wílliams (20011)
q_ue, a su vez, aumenta la percepción de peligro, estableciéndose de
erte modo un círculo vicioso q_ue prolongo y mantiene la hipocondría. A partir de la revisión de las investigaciones publicadas hasta ese
momento y los datos q_ue apoyan los diversos supuestos del enfoque
Como comentamos antes, una parte muy importante de inves- cognitivo-conductual de la ansiedad por la salud y la hipocondría,
tigación cognitivo-conductual sobre la hipocondría y la ansiedad
esta autora propone un modelo integrador, de tipo evolutivo, en el
por la salud ha estado dirigida a poner a prueba los diferentes
que incorpora no solo la información proveniente de los enfoq_ues de
supuestos del modelo de Salkovskis y Warwick_ En general, los resul-
Barsky (amplificación somatosensorial!. Kellner (supuestos disfuncio-
tados avalan el modelo, tanto en lo que se refiere a las variables
nales) y Salkovskis y Warwick (ansiedad por la salud). sino ademéis
que se proponen como iniciadoras o desencadenantes del proceso
otros datos y sugerencias que proporcionan las investigaciones sobre
como a las de mantenimiento. Además, como se verá en el capítulo
personalidad y sobre variables sociales.
siguiente, buena parte de los desarrollos terapeuticos eficaces para
lo hipocondría surgen de, o se basan en, este modelo q_ue supuso La Figura 9.10, tomada con modificaciories de la autora, ejem-
un importante cambio de orientación paro entender y abordar el plifica el p1oceso evolutivo que lleva al desarrollo de la hipocondría
trastorno de un modo significativamente más eficaz de lo q_ue se y los mecanismos que actúan como mantenedores y agravantes del
había conseguido hasta entonces. proceso. [( primer paso lo sitúa en la posesión de una vulnerabilidad
Siguiendo la estela de este planteamiento, Abramowitz et al., personal a experimentar ansiedad, a troves del rasgo de neuroticismo
(2007) sugieren ampliarlo. otorgando un papel central a las creen- como disposición fundamental de personolidad, q,ue, desde el punto
cias disfuncioriales como elementos desencadenantes, a la vez que de vista del comportamiento, se caracteriza por la tendencia a aten-
perpetuadores, de lo ansiedad por la salud. El esquema del modelo, der de manera preferente y selectiva a las amena2as_ Esta disposi-
q_ue se ofrece en la Figuro 9.9, es muy parecido al modelo general ción personal, junto con experiencias tempranos relacionadas con la
q_ue se propone paro todos los trastornos de ansiedad, y especio!- enfermedad <que incluyen aprendizajes y procesos de socialización en
mente para el trastorno de pánico y el trastorno obsesivo-compul- el entorrio familiar y social>, inducirían en el caso de la hipocondría
sivo_ Ello es así porque, según estos autores, tanto !o hipocondría (a diferencia de otros trastornos de ansiedad) a prestar atención de
como los trastornos de ansiedad mencionados comparten: (al una manera selectivo y preferente a cuolq,uier amenaza a la propia salud
interpretación sesgada y defectuosa de experiencias benignas y y a las sensaciones físicas. Una vez establecida este estado afencio-
universales (como las relacionadas con la activación del sistema nal, entrarían a jugar un papel relevante dos factores adicionales c¡,ue
nervioso autónomo, o los pensamientos intrusos no deseados sobre actuarían como activadores o instigadores finales de la ansiedad por
amenazas) q_ue incrementan la ansiedad basal que {b) promueven la solud: uno de tipo constitucional (el rasgo de boja minuciosidad o
el uso de comportamientos de búsq_ueda de seguridad que, para- perseverancia) y otro de tipo externo o ambiental (la experimentación
dójicamente, aumentan todavía mós la ansiedad_ En consecuencia, personal o vicaria de una amenaza hacia la salud y/o la información
desde este planteamiento, la hipocondría es una forma extrema de sobre enfermedades que proporcionari otros significativos, los medios
ansiedad por la salud. de comunicación, o los profesionales de la salud).
l\llanual de ps1copatolog1a, Volun1en 2

, Experiencim evolutivos ,-, Procesos \1


Bajo minuciosidad
( con la enfermedad
1 j interpersonales /
~l~t-
Neurot1c1smo/___!_Ate""°" >eled"o.TA""edcd P" lo
vulnerabilidad hacia amenazas salud/tendencia
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Acfi\l(]dores:

G Experiencias personales
Información

)) Flgura 9.10. Modelo evolutivo cognitivo sobre la etiología y el mantenimiento de 1<1 ansiedad por la salud y la hipocondría
IWilliams, 2004).

Lo combinación de esos tres elementos {atención selectiva, acti- cuadas, es decir, de creencias desadaptativas sobre la naturaleza y
vadores, y personalidad) propicia lo aparición de ansiedad por la el contenido de los propios pensamientos: por ejemplo, «pensar lo
salud y/o tendencias hipocondríacas. El paso de estas tendencias peor que puede suceder sobre las síntomas me mantendrá a salvo>>
a la hipocondría clínicamente significativa (o la ansiedad por la o «no puedo controlar mis preocupaciones sobre lo salud».
salud grave) se produciría por la intervención de nuevo del rasgo Desde esta perspectiva, el modelo explica la ansiedad por la
de personalidad de baja minuciosidad, al que podrían unirse cier- salud de un modo ligeramente distinto a como lo hacen otros mode-
tos procesos de relación interpersonal como los propuestos en los los cognitivos, como el de Salkovskis y Warwick, 'JO que la ansiedad
modelos psicosociales (conducta anormal de enfermedad y estilo de por la salud se concibe como el resultado de un proceso de pensa-
comunicación interpersonoll, ciue reforzarían y mantendrían el tras- miento repetitivo y disfuncional sobre la enfermedad, en lugar de
torno en un procesa constante de retroalimentación, proceso que a ser el resultado de la creencia de estar enfermo. Por lo tanto, en el
su vez aumentaría el valor y significado de los factores activadores desarrollo de lo hipocondría las creencias <disfuncionalesl sobre el
de experiencia personal y obtención de información. Además, los pensamiento repetitivo son más importantes que las creencias sobre
procesos de relación interpersonal están o su vez influidos por las la enfermedad y la salud.
experiencias y aprendizajes evolutivos sobre la enfermedad ci.ue. de Según los autores, la traducción al ámbito del tratamiento del
algún modo, están presentes desde el inicio del proceso. enfociue metacognitivo difiere del moda en que se trata lo hipo-
Todos los supuestos del modelo se basan, como hemos dicho, en condría desde el modelo cogniti110-canductual tradicional. Desde
los datos proporcionados por las diferentes investigaciones que se este enfoque o un paciente que cree que e\ dolor de garganta que
han venido publicando desde los inicios del enfoci.ue cognitivo-con- tiene se debe a un cáncer de laringe se le pediría que buscara
ductual de la hipocondría y la ansiedad por la salud. En consecuen- otros explicaciones posibles, y benignas, a ese dolor con el fin de
cia, se trata en realidad de un modo de organizar y dar sentida poner a prueba su interpretación catastrofista. Sin embargo, en el
coherente a la información, a menudo dispersa, con la que conta- modelo metocognitivo el terapeuta explora con el paciente otras
mos para comprender la génesis de la hipocondría No obstante, formas de relacionarse con la interpretación catastrofista dirigidas a
ciueda por dilucidar si la secuencia propuesto en términos causales ciue el paciente disminuya e! tiempo q_ue dedica o sus pensamientos
responde o no a la realidad clínico. corno un medio para demostrarle que reducir el tiempo de pensar
modifico las creencias sobre la incontrolabilidad de sus preocupo-
El modelo metacognitivo de Bailey y Welfs ciones sobre la salud. Para ello, puede plantearle ciue posponga
Esta propuesto es una extensión del modelo rnetocognitivo de Wells cualquier intento de buscarle un significado a las pensamientos para
(1999l sobre la ansiedad generalizada a la ansiedad por la salud. otro momento.
El supuesto nuclear es la noción de que los trastornos de ansiedad, Hay bastantes datos a favor del modelo metacognitivo, aunque
y en particular la ansiedad por la salud, son la consecuencia de su importancia es relativa dado ci.ue en su mayor porte se trata de
pensamientos negativos recurrentes y difíciles de controlar, unidos estudios correlacionales en los que se comprueba que las puntua-
a la utilización de estrategias mentales para suprimirlos, como la ciones en los cuestionarios de rnetacogrnción <elaborados por los
supresión intencional de pensamientos y la búsqueda de reaseguro, propios autores> se asocian con medidas de ansiedad por lo salud
cuyos efectos sobre el control de los pensamientos es paradójico, aun controlando el neuroticismo y la amplificación somatosenso-
puesto ciue incrementan su recurrencia. El pensamiento repetitivo rial (Bailey y Wells, 2013), así corno con sesgos atencionales hacia
y recurrente es el resultado, a su vez, de metacogniciones inade- información relacionada con la salud <Kaur et al., 20UL Además, las

308
Capítulo 9. ·1 ras torr,os de síntomas SOITlaTi[DS y trastornos relau:1nados

r:reenc1as n1etacognilivos rnoderan o intervienen en la relación entre nos y síntoma<;, ounciue en un princ1p10 pueden sugerir un origen
ansiedad por la salud y las interpretaciones {creencias) catastrofis- neurológico, son inconsistentes con los patrones de enfermedades
tos sobre los síntomas corporales, lo que pone en cuestión, según neurológicas conocidas u otros condiciones n1édica1. Adernás. los
los autores, la importoncia que se da o las creencias disfuncionales síntomas no pueden controlarse a voluntad y no se consideran fin-
en los modelos cognitivos tradicionales yo q,ue tales creencias por gidos intencionalmente. Corno ya se ha indicado, e! término con-
sí solos (o seo, sin lo ayudo mediocionaJ dE> lo metacogniciónJ no versión fue introducido en psicopatologío por Sigmund Freud para
predecían la ansiedad por la salud <Boiley y Wells, 2015L En un designar un mecanismo de formación de síntomas de la histeria (de
estudio más reciente {Boiley y Wells, 2016) reproducen estos mismos conversión), consistet1te en la trasposición de un confl1cto psíquico
resultados utilizando un diseño longitudirial de seis meses. lo tota- y un intento de resolución de este en síntornas motores o sensitivos.
lidad de los estudios publicados se ha llevado a cabo con personas Probablemente seo el término conversión el que mayo1 similitud
sin diognó>tico formal de hipocondría. hoya mantenido con los constructos del psicoanálisis freudiano en
En nuestro opinión, este enfoque ayudo a entende1 mejor la los sucesivas versiones del DSM hasta la actual versión del DSM-5,
1mportanc1a de los procesos de pensamiento en la génesis y man- en ciue ha dejado de ser determinante en lo conceptualización del
tenimiento de la hipocondría. No obstante, como hemos visto a lo cuadro y en el q_ue los ideas de ganancia primaria lpor mantener
largo de este apartado, en la hipocondría intervienen no solo proce- fuera de la conciencia un conflicloJ, ganancia secundaria <obtener
sos de pensamiento disfuncionales, sino además comportamientos, un beneficio económico o de otro tipo) o la «be/fe indiferencr?>>
emociones, características de personalidad, estilos de procesamien- han dejado de ser considerados rasgos relevantes poro definir el
to de lo información (i. e., atención selectivo, hipervigilando, etc.>, trastorno. La Tabla 9.9 recoge los criterios para el diagnóstico del
creercias disfuncionales sobre el significado de los signos y síntomas trastorno según el DSM-5.
físicos, problemas en los modos de establecer relaciones interper-
sonales. etc En consecuencia, sin obviar la aportación que puede
hacer este nuevo enfoq_ue, lo cierto es q_ue su reducción o un llnico )) Tabla 9.9. Criterios DSM-5 para el diagnóstico del trastorno
proceso mental. Jo metacognición, no parece suficiente para expli- de conversión o trastorno de síntomas neurológicos
car la complejidad del trastorno hipocondríaco. Finalmente. lo esca- funcionales
sez de datos del modelo en relación con personas diagnosticadas de
hipocondría, además de la ausencia de información sobre su utilidad
A. Uno o más síntomas de alteración de lo función motora
en la práctica terapéutico, no garantizan por el momento su mayor
o sensitivo voluntaria.
utilidad en relación cori otros enfoq_ues cognitivos.
B. Los hallazgos clínicos aportan pruebas de la incompatibilidad entre
C. Trastorno de conversión (trastorno el síntoma y las afecciones neurológicas o médicas reconocidas.
de síntomas neurológicos funcionales)
a. Caracter{sticas clínicas y pautas para el diagnóstico
¡e El síntoma o deficiencia no se explica mejor por otro trastorno
médico o mental.

Andrés tiene 4-7 años. Desde hace varios meses sufre episodios El síntoma causa malestar clínicamente signíficativo o deterioro en
de parálisis en su brozo izquierdo y una insensibilidad generali- 1 D
lo social, laboral u otros áreas importantes del funcionamiento.
zado, que describe como un adormecimiento q_ue le comienza
en el hombro y llega finalmente a los dedos. Ha sido explorado Nota de codíficación: El código CIE-9-MC poro el trastorno de
en neurología y los síntomas han mostrado ser incongruentes con conversión es 300.11, que se asigna con independencia del tipo de
las exploraciones neurológicos y anatómicamente incompatibles síntoma_ El código CIE·IO-MC depende del tipo de síntoma (véase
con la funcionalidad normal del brazo_ Los episodios remiten a los a continuación).
pocos días, en ocasiones de forma repentina. Andrés refiere no ser Especificar el tipo de síntoma:
consciente durante horas de no poder 1nover el brozo, e incluso <F44-.4) Con debilidad o parálisis.
pasarle desapercibido hasta que toma conciencia. Actualmente (f44-.4) Con movimiento anómalo (p. ej., temblor, movimiento
tiene pendientes frecuentes juicios y embargos relacionados con distónico, mioclonía, trastorno de lo marcho).
graves problemas con los socios de su empresa. Aunq_ue en varias (F4Lt.4J Con síntomas de la deglución.
ocasiones su parálisis ha coincidido con comparecencias a juicios, (F44.4) Con síntoma del habla <p. ej.. distonío, mala articulación).
no había establecido ninguna asociación entre ambas circunstan- {f44.5J Con ataques o convulsiones.
cias, ni es claramente consciente de que su afección se relacio- (f44.ól Con anestesia o pérdida sensorial.
ne con estados emocionales. Relata una infancia marcada por un (f44.ól Con síntoma sensorial especial (p. ej., alteración visual,
padre alcohólico con episodios de agresividad «a los q_ue al final olfativa o auditiva)_
te acostumbras». (f4Lt.7l Con síntomas mixtos.
Especificar si:
El trastorno de convers'1ón, también denom'modo a partir del Episodio agudo: síntomas presentes durante menos de seis
DSM-5 trastorno de síntomas neurológicos funcionales, es un tras- meses.
torrio caracterizado por síntomas q_ue afectan la funcióri sensorial Persisten~e: síntomas durante seis meses o más.
o motora voluntaria q_ue alteran significativamente la capacidad Especificar si:
funcional del paciente y a los ciue se suele atribuir una etiología Con factor de estrés psicológico (especificar el factor de estrés)_
psicógeria, de ahí que los síntomas conversivos se etiq_ueten tam- Sin factor de estrés psicológico.
bién como «funciona/es» o «psicógenos» (APA, 2013). Estos sig-
!\~ar11cil dP ps1copatologi2. Volun1en ¿

Los sír1tomas conversivos pueden agruparse fundamentalmente (aunq_ue este por sí ;olu 110 excluye todas los fo¡ mas de epilepsia o
en tres categorías: slntomas moiores (p. ej., paiálisis, alteracione> síncope). Paradójicamente. este criterio de q_ue debe confirmarse
de la coordinación o el equilibrio, debilidad localizado, acinesia, que el síntoma es funcional, q_ue no era requerido en el diagnostico
díscinesio, afonía, retención urinaria, disfagia), sensoriales <p_ ej., anterior al DSM-5, es lo contrario a lo que ha ocurrido con &I TS'i,
ceguera, diplopía, anestesia, parestesias, sordera) y crisis no epilép- ya q_ue paro este último no se req_u1ere tal confirmación. a diferencio
ticos o convulsiones. Los síntomas suelen inician;p de formo repen- de lo q_ue sucedía en las anteriores ediciones desde el DSM-IIL
tina y exagerada (Abbey, 2006) y su remisión completa suele ser. Es habitual q_ue hayan existido síntomas similares en el pasado a
asimismo. abrupta. los referidos por el paciente {Abbey, 2006) y también es común q_ue
Hay una amplia gama de factores psicológicos. sociales o inclu- se den conjuntamente otros síntomas disociativos como la desper-
so biológicos -tales como lesiones cerebrales traumáticos, procedi- sonalización. la desrealización o la amnesia disociativo, en especial
mientos q_uirúrgicos o complicaciones más generales relacionadas durante el inicio de los síntomas. De hecho, persiste lo controversia
con la salud (Chen et al., 2017)- q_ue pueden contribuir, precipitar de si el trastorno de conversión estó mejor diagnosticado dentro de
o perpetuar el trastorno de conversión. A menudo se asocia con un los trastornos disociativos como proponía la CIE-10 y mantiene la
trauma, un evento vital adverso, o uri es-tresor agudo o crónico que CIE-11 (en este caso como trastorno de síntomas d1sociativos neuro-
precede a los síntomas del trastorno de conversión Se considera lógicos). La «be/le indiference», término acuñado por Pierre Janet
que muchos pacientes con este trastorno tienen antecedentes de para describir un rasgo de la histeria consistente en una actitud de
abuso infantil, tonto emocional como sexual, q_ue además dificulta indiferencia o despreocupación ante síntomas q_ue en principio pare-
su evolución favorable (Van der Feltz-Cornelis et al., 2020). No obs" cen graves, ha acompañado habitualmente o lo descripción feno-
tante, una revisión sistemática de Sharpe y Faye <2006) concluye menológica del trastorno de con11ersión. No obstante, esta actitud
q_ue la frecuencia de abuso infantil en pacientes con ataques no no parece estar presente en la mayoría de los pacientes diagnosti-
epilépticos fue del 36% en comparación con el 16% en lo epilep- cados (Stone et al., 2006l_ Además, o diferencia de las narrativos
sia, lo q_ue deja a la mayoría de los pacientes estudiados sin este de pacientes con epilepsia, que generalmente reflejan los esfuerzos
factor de riesgo. De manera similar, Stone y Carson (2011) afirman para normalizar las expe1 iencios de convulsiones, los pacientes con
q_ue, aunque en algunos estudios los eventos vitales adversos son crisis no epilépticas catastrofizon con mayor frecuencia sus expe-
más comunes antes del inicio de los síntomas, este hecho no es riencias convulsivas {Robson et al., 2012). El DSM-5 también propone
consistente en muchos estudios_ A este respecto, Espay et al. (2018) desvincular el trastorno del concepto de ganancia secundaria_ Sin
concluyen q_ue, si bien las experiencias aversivas pueden aumentar embargo, no e~ige que deba demostrarse q_ue los síntomas no sean
el riesgo de trastorno de conversión, estas no pueden explicar com- causados intencionalmente, ya que en la mayoría de las ocasiones
pletamente su desarrollo debido o varios limitaciones: no es posible discriminar de formo fiable y convincente la ausencia
de simulación.
1. El desconocimiento del mecanismo neurofisiológico de la con-
versión. b, Epidemiología y curso
2. El hecho de que exposiciones similares generan síntomas dife-
Aunque se estima q_ue los síntomas de conversión son frecuentes, lo
rentes en diferentes pacientes.
cierto es que no hay datos fiables de prevalencia, entre otros cosos
3. La larga latencia entre la exposición y el inicio del trastorno en porq_ue el diognós-tico req_uiere una evaluación neurológico especia-
algunos pacientes (el dilema del ipor qué ahora?!. lizado que descarte una base neurológica y confirme q_ue se trate
q_ La ausencia de eventos vitales adversos identificados en muchos de un signo conversivo o funcional. Entre los datos más confiables se
pacientes (aunq_ue esto pueda en realidad responder a proble- encuentran los reseñados en lo revisión de Corson y Lehn (2016) que
mas de la evaluación y de las reservas del paciente paro com- estiman que el trastorno represento aproximadamente el 6% de los
partir tales eventos). contactos ambulatorios de neurología con unas tasas de inciden-
cia de 4-12 por 100.000/aiío y una prevalencia de 50 por 100_000
Un cambio muy significativo del DSM-5 a lo hora de realizar el
habitantes, basada en un registro comunitario. Las mujeres se ven
diagnostico es que este no se debe aplicar solo porque los resulta-
afectados con mayor frecuencia y se e>tima que representan del
dos de las pruebas sean normales, o porq_ue el síntoma sea «extra-
60 % al 75 % de la población de pacientes con crisis no epilépticas
ño» Debe haber datos clínicos q_ue muestren evidencia cloro de su
(Chen et al., 2017> y con síntomas motores, aunq_ue otras presenta-
incompatibilidad con una enfermedad neurológica, es decir, debe
ciones, como mioclono funcional o parkinsonismo, parecen tener
haber criterios paro un «diagnóstico positivo» de q_ue el síntoma es
una prevalencia similor entre hombres y mujeres (Cubo et al., 20051.
funcional o conversivo, mediante la incongruencia interno con el exo-
rnen neurológico. Algunos ejemplos serían el signo de Hoover {cuando El pronóstico de los trastornos neurológicos funcionales parece
una persona intenta levantar uno pierna de un paciente q_ue presento ser generalmente desfavorable. En la mayoría de los estudios, los
uno paresia genuina, la otra pierna del paciente ejerce una presión síntomas motores funcionales y los ataques psicógenos no epilépti-
hacia abajo; el signo de Hoover consis-te en que el paciente presiona cos siguen siendo los mismos, o incluso peores, en la mayoría de los
inconscientemente hacia abajo la pierna «parética» cuando intenta pacientes en el seguimiento. La larga duración de los síntomas fue
levantar lo pierna no afectada, al tiempo que no ejerce una presión el predictor negativo mós distintivo. El diagnóstico y la edad tem-
hacia abajo con la pierna no afectada cuando intenta levantar la pranos parecen predecir un buen resultado (Gelouff y Stone, 2016).
pierna «parética»; Koufman, 2008). Otros síntomas serían lo des-
c. Comorbilidad
cripción del paciente de un campo visual tubular (visión de túnell,
o que en los ataques no epilépticos «psicógenos», el paciente se La mayoría de las revisiones respecto a la comorbilidad indican q_ue
encuentre con los ojos cerrados y ofreciendo resistencia a su aper- los pacientes con trastorno de conversión tienen más probabilida-
tura, o que los datos de un electroencefalograma sean normales des de tener ciertos trastornos mentales, especiolmente depresión,

lO
Capitulo 9. T1dsluri100 de sí11Lcr11dS oornát1cos y udstornu) relJCionados

ansiedad, tra;torno de estrés postroumático y trastornos de per- pacientes con olios tiosto1nos n1entoles. Por otro parte, lo p1esenlio
sonalidad del grupo B <límite, histriónico, narcisista, y antisocial>, de eventos vitales estresantes recientes incrementa la gravedad de
q,ue los pacientes con afecciones neurológicos conocido;. También los síntomas conversivos, especialmerite eri pacientes que han sufri-
es mós probable que tengan antecedentes de múltiples dolencias do traumas en la infancia (Roelofs et al., 2005).
somáticas, incluidas síntomas como fatiga generalizado, debilidad Son varios los autores que han realizado propuestas para la ela-
o dolor, sin una causo conocida (Chen et al., 2017; Espay et al., boración de un modelo cognitivo integrado q_ue explique los tras-
ZOl8J. Además, se estima q_ue la cornorbilidod con enfermedades tornos neurológicos funcionales <p. ej., Espay et al., 2018: Carson et
neurológicos ocurre en alrededor del 10% de los casos ((arson y al., 2017). Según éstos modelos, los procesos de condicionamiento
Lehn, 2016). clásico y operante, que a partir de las experiencias traumáticas
tempranos ocasionan uno representación en lo 1nemoria de los sín-
d. Diagnóstico dit'erencíal tomas o crean «mapas corporales» (Kozkowska, 2005), junto con
El temor a un diagnóstico erróneo es crucial en estos casos. No obs- la activación emocional, interactúan con la conceptualización pre-
tante, en una revisión de 27 estudios lo frecuencia de diagnósticos existente de la enfermedad de un individuo para dar lugar a los
erróneos fue consistentemente baja (IJ.%) después de una media de síntomas Y una vez q_ue estos síntomas se manifiestan, se perpe-
cinco años de seguimiento (Sto11e et al, 2005). El primer diagnóstico túan por creencias de enfermedad improductivos y comportamien-
diferencial debe hacerse con las enfermedades neurológicas, aun- tos de afrontamiento contraproducentes (p. ej., comportamientos
que el trastorno de conversión puede coexistir con uno enfermedad de seguridad, evitación, vigilancia de síntomas y monitoreo), que
de este tipo. interactúan con el estado emocional y fisiológico del paciente y su
situación interpersonal para formar círculos viciosos de síntomas y
Los diagnósticos de TSS y de conversión no son excluyentes y,
discapacidad que se perpetúan a sí mismos (Carson et al .. 2016). El
según el DSM-5, si se dan los criterios para ambos, deben hacerse
modelo guarda muchas similitude> con el q_ue ya comentamos de
ambos diagnósticos. No obstante, es importante hacer notar q,ue la
Deary et al, (20071 para los síntomas no explicados médicamente
fenomenología de la experiencia de los síntomas tradicionalmen-
(véase lo Figura 9.21.
te atribuido a sendos cuadros clínicos es muy diferente, con una
excesiva preocupación, sentimientos y conductas de enfermedad en
el TSS, frente a una supuesta tendencia a la indiferencia (aunq_ue O. Trastorno facticio
raramerite se constata) en el trastorno de conversión. Rasgos q_ue a. Características clínicas y pautas para el diag11óstico
extrañamente pueden esperarse para una misma persono respecto
o diferentes síntomas (somatlzaciones y síntomas conversivosl. Uno mujer de 40 años fue hospitalizada en un estada semicans·
ciente. Presentaba hematemesis (vómitos de sangre fresco, coá-
Respecto al trastorno facticio y la simulación, el diagnostico de
gulos songuí11eos o restos hemáticos oscurosJ. Su coro estaba
conversión no requiere q_ue se demuestre que los síntomas no son
manchada de sangre y su vestido estaba empopado. No había
fingidos, ya q_ue es poco fiable la evaluación de lo intención coris-
antecedentes de ingestión de uno drogo irritante de lo mucoso
cierite. Sin embarga. la evidencia de simulación podría sugerir uri
gástrica. Su historial médico reveló innumerables hospitalizacio-
trastorno facticio y no conversivo, con la finalidad de asunlir el rol
nes por lo mismo dolencia en Vúrios hospitales durante los últimos
de enfermo o sacar algún beneficio secundario. Por otra parte, las
15 años. Esta ha sida su tercero hosp1talización en uri año por la
síntomas disociotivos y conversivos suelen aparecer juntos, y si se
misma quejo En el exornen la paciente parecía semiconsciente.
cumplen los criterios, deben hacerse ambos diagnósticos. Es impor-
Los parámetros vitales se mantuvieron. El abdomen era blando y
tante recordar q_ue en la CIE-11 el trastorno de conversión se sigue protuberante. El hígado era palpable. El nivel de hemoglobina y
clasificando en el grupa de los trastornos disociativos. plaquetas se hollaban dentro de los límites normales. La prueba de
Los pacientes con depresión, aparte de los síntomas primarios sangre oculta eri heces fue negativo. Otros parámetros bioq_uímicos
de tristeza y anhedonia, suelen quejarse de pesadez general de sus y metabólicos, lo ecografía abdominal y los estudios del tránsito
miembros, mientras que en la conversión la debilidad es total y evi- intestinal estaban asimismo dentro de los límites normales.
dente. Finalmente, en el trastorno de pánico suelen darse temblores Un día antes de ser dada de alta del hospital tuvo otro ata-
y parestesias, pero en el contexto específico de la crisis de pánico, que de hematemesis que req,uirió su observación durante unos días
junto a otros síntomas cordio-respirotorios y pensamientos catastró- más. Esto ocurrió en tres ocasiones. Finalmente fue remitida o lo
ficos de muerte inminente o descontrol que no se producen en la unidad de psiquiatría. Lo paciente se mostraba hostil y enfada-
conversión. do. Sintió que estaba siendo mol diagnosticada y manifestó su
voluntad de someterse a una laparotomía exploratoria Un día fue
e. Etiología sorprendida en posesión de un recipiente de acero inoxidable q,ue
Que el diagnóstico de trastorno conversivo debía estar precedido contenía material coagulado de color rojo oscuro de origen ani-
o exacerbado por conflictos, u otros estresores vitales ha sido un mal, similar o las manchas de su ropa.
criterio diagnóstico del trastorno hasta la publicación del DSM-5. La evaluación psiquiátrico reveló que procedía de una fami-
Una revisión de Roelofs y Pasman (2017) concluye que haber sufri- lia desestructurada. Sus podres, ambos trabajadores ocasionales,
do eventos traumático> (traumas emocionales, agresiones físicas o vivían separados. Su podre era alcohólico. Fue criada por su madre
sexuales) es más frecuente en pacientes conversivos (rango de entre y privado de un adecuado apoyo psicológico y social durante la
llJ.% y 100%) q_ue en población general o pacientes con enfermeda- infancia. No continuó su escolaridad más allá del nivel secundario.
des orgánicas. No obstante, en un elevado número de pacientes con- A los 20 años contrajo matrimonio con un hombre que yo había
versivos no se identifican historias traumáticas y las diferencias no estado casado. Lo desarmonía marital era bastante prominente
son tan consistentes en los pocos estudios en q_ue se comparan con con frecuentes peleas. Durante el último año su marido estuvo

ll
~/lanual de psicopatologia. Volumen 2

involucrarlo en un escándalo sexual con una mttjer de la localidad. Internet puede permitir o los pacientes que no tienen experiencia
Ella se sentía acosada, insegura e mdefensa_ Confesó haber bebi- en el cuidado de lo salud presento' problemas médicos complejos
do sangre de cobro y admitió que muchos de sus síntorr,as eran (Yates y Feldman, 2016) Además, debido a su contacto frecuen-
ficticios. Culpó a los médicos, exigió el a11a urgente del hospital te co11 ei contexto rnédico. estos pacientes disponen de amplios
y nunca se presentó poro un seguimiento posterior (adoptado de conocimientos sobre los té1minos y procedimientos médicos, por lo
Moyonil y Voldiyo, 1998, p. 274) que pueden proporcionar explicaciones bastante plausibles sobre
sus síntomas de enfermedad. La falsificación de los síntomas que
El trastorno focticio fue descrito por primera vez en 1951 por
realizan estos pacientes puede llegar a ser tan convincente y persis-
el endocrinólogo británico R. Asher. y fue denominado (<síndrome
tente que terminan sometiéndose a numerosos diagnósticos y pro-
de Munchousen», en honor al Barón Karl Friedrich Hieronymus van
cedimientos quirúrgicos, en hospitales y clínicas diferentes, a pesar
Munchausen, un noble alemán del siglo XVIII, conocido por contar
de q,ue los resultados son siempre negativos.
hazañas fantásticas, en su mayoría inventadas. Este síndrome se
caracterizaba por la fabricación de historias, signos y síntomas de Aunque la mayoría de las personas con este trastorno inventan
enfermedad en un intento de conseguir atención médica. En 1977, síntomas físicos, algunos pacientes pueden fingir síntomas psicológi-
el pediatra británico R. Meodow acuñó el término «síndrome de cos como la tristeza y lo depresión por la muerte reciente de un ser
Munchousen por poderes» paro referirse o aquellas situaciones en querido. En estos casos, por lo general, la persona fallecida resulta
Jos que los podres o cuidadores principales de un menor inventaban estar viva o, en el peor de los casos, falleció hoce mucho tiempo
síntomas falsos, o fe provocan síntomas reales, con el objetivo de (Ford, 2005). Estos pacientes también pueden fingir otros trastor-
buscar asistencia médica. No obstante, desde entonces, el térmi- nos psicológicos, incluyendo el trastorno de personalidad múltiple.
no «síndrome de Munchausen» se ha convertido en una fuente de dependencia de sustancias. trastornos disociativos y de conversión,
confusión tanto en lo práctica clínica como en la literatura cientí- pérdida de memoria, y trastorno de estrés postroumótico.
fica (feldmon et al., 2001). En realidad, el uso correcto del término En el coso de uno persona que induce los síntomas de una enfer·
debe denotar una presentación particularinente grave y crónica del medad en otra persona. el trastorno se conoce como trastorno focti-
trastorno facticio (Steel, 2009), pero «Munchausen» se utilizo, a cio aplicado o otro (o impuesto a otro}. Este trastorno se caracterizo
menudo, de forma intercambiable con <<facticio». por los siguientes aspectos: (1) la presencia de una enfermedad fic-
El DSM-5 incluye los trastornos focticios dentro de la categoría ticia en un niño inducida por un cuidador paro satisfacer su propio
de trastornos de síntomas somáticos y trastornos relacionados, pese deseo de simpatía y atención; (2) las múltiples interacciones con el
a que los focf1cios se diferencian de los otros trastornos del grupo s·1stema salud que dan lugar a múlt'1ples pruebas y procedimientos
en que los signos o síntomas físicos o psicológicos de la enfermedad médicos; {3) la negación por parte del cuidador de la causa de la
se producen intencionadamente para asumir el rol de enfermo Esto enfermedad del niño, y (4J los síntomas que disminuyen tras lo sepa-
significa que la producción de síntomas en estos trastornos no está ración del niño del cuidador <Squíres y Squires, 2013). El trastorno
asociada a ningún incentivo externo, sino más bien a la búsqueda facticio aplicado a otro, cuando se consigue poner en evidencia, se
de atención médica como parte de la asunción del rol de enfermo. considera una forma de abuso infantil con la consiguiente posibili-
En el diagnóstico del trastorno focticio se establece una diferen- dad de imputación penal a los progenitores o a los causantes del
ciación en su nomenclatura en función de si la fabricación de los daño.
síntomas se reali2a sobre el propio individuo (aplicado a uno mismo> La evaluación y el diagnóstico del trastorno facticio pueden
o sobre otra persona en estado de indefensión (aplicado a otrol. Del resultar extremadamente complejos, puesto que, como yo hemos
mismo modo, y aunque la CIE-11 incluye los trastornos facticios en mencionado previamente, los individuos que sufren este trastor-
una categoría diagnóstica independiente, los criterios diagnósticos no son expertos en fingir diferentes enfermedades y trastornos. El
y la diferenciación sobre la persona a la que se aplica (impuesto a diagnóstico se realiza sobre lo base de la identificación objetiva
uno mismo o a otro) son similares a los del DSM-5, cuyos criterios de signos o síntomas inventados o outoinfligidos, en llfgar de a lo
diagnósticos se presentan en la Tabla 9.10_ La Tabla 9.11 recoge los intención o los motivos que tiene el individuo para hacerlo {Chafetz
criterios establecidos por lo CIE-11 para el trastorno. et al., 2020l. Debido a que la persona acude o d'iferentes médicos
Los pacientes con trastorno facticio aplicado o uno mismo (o y hospitales y a las regulaciones de privacidad y confidencialidad,
impuesto a uno mismo} pueden fabricar enfermedades médicos puede resultar complicado recopilar información sobre experiencias
de varias maneras: por ejemplo, pueden manipular las pruebas de médicos anteriores. No obstante, para determinar si una persona
laboratorio para informar de una anomalía (p. ej., añadir azúcar a padece un trastorno facticio, se debe realizar uno entrevista minu-
la orinal, falsificar !os registros médicos pasados o actuales, admi- ciosa y explorar los síntomas del paciente de manera no conflictiva.
nistrar una sustancia {p. ej., worfarina) para producir un resultado Además, es conveniente hablar con los miembros de la familia paro
de laboratorio anómalo, así como lesionarse físicamente o inducirse obtener más información sobre el problema del paciente.
intencionalmente una enfermedad (p. ej., exposición intencional a
agentes infecciosos o tóxicos). Así pues, Jo variedad de métodos b. Epidemiología y curso
disponibles para estos pacientes está limitodo en principio solo por Se estimo que la mayor parte de los médicos atenderá como míni-
5U nivel de dedicación, imaginación y conocimientos médicos, pero mo a un paciente con trastorno focticio en el transcurso de su prác-
depende en la práctica de la naturaleza del problema médico que tica clínica. Sin embargo, actualmente se desconoce lo prevalencia
pretenden falsificar: por ejemplo, un paciente con trastorno facticio exacta de lo enfermedad en los hospitales. El trastorno facticio pue-
que intente fingir una afección dermatológico puede limitarse a de representar entre 0,6% y 3% de !as derivaciones de medicina
simular uno lesión (p. ej., mediante la decoloración de la piel con general a psiquiatría {Patenaude et al., 2006J y entre 0,02% y 0,9%
tinta) o o crear una lesión real mediante la outoinyección- En este de los casos que llegan a las clínicas especializados <Bhargavo et al.,
sentido, la riqueza del conocimiento médico disponible ahora en 2007; Moilis-Gagnon et oL, 2008). Sin embargo, los estimaciones de

ll
Capítulo 9. Trastornos de síntomas son~át1é:OS y trastornos relacior.ados

) ) Tabla 9.10. Crilerioo DSM-5 ::iara el diagno:;tico del trastorno fac11cio

A. Falsificación de signas o síntomas físicos o psicológicos, o inducción de lesión o enferrnedod, asociado o un engaño identificado.
B. El individuo se presento a sí mismo frente a los demás como enfermo, incapacitado o lesionado.
C. El comportamiento engafioso es evidente incluso en ausencia de uno recompenso externa obvio.
D. El comportamiento no se explica mejrn por otro 1rostorno mental, como el trastorno delirante u otro trastorno psicótico.
Especificar.
- Episodio único
. Episodios recurrentes (dos o más acontecimientos de íolsilicoción de enfermedad y/o inducción de lesión).

A. Falsificación de signos o síntomas físicos o psicológicos, o inducción de lesión o enfermedad, en otro, asociado o un engaño identificado.
B. El individuo presento a otro individuo {víctima> frente o los demás como enfermo, incapacitado o lesionado.
C. El comportamiento engofioso es evidente incluso en ausencia de recompensa externo obvia.
D. El comportamiento no se explico mejor por otro trastorno mental, como el tra>torno delirante u otro trastorno psicótico.
Noto: El diagnóstico se aplico al autor, no a la víctima.
Especificar si:
- Episodio único.
- Episodios recurrentes (das o más acontecimientos de falsificación de enfermedad y/o inducción de lesión).

)) Tabla 9.11. Criterios CIE-11 para el diagnóstico del trastorno facticio

Los trastornos facticios se caracterizan por fingir, falsificar, inducir o agravar intencionalmente los signos y síntomas médicos,
ps'1cológicas o de comportamiento, o las lesiones en uno mismo, y se asocia con un engaño descubierto. Puede haber un trastorno
o enfermedad preexistente, pero el individuo agravo intencionalmente los síntomas existentes o falsifica o induce síntomas adicionales.
2. Los personas con trastorno facticio buscan tratamiento o, de lo contrario, se presentan a sí mismos o o otra persono como enfermos,
lesionados a discapacitados según los signos, síntomas o lesiones fingidos, falsificados o auto-inducidos.
3. El comportamiento engañoso no está motivado únicamente por recompensas o incentivos externos obvios {p. ej., lo obtención de pagos
por discapacidad o lo evasión de un proceso penan. Esto contrasta con lo simulación, en lo que el comportamiento estó motivado por
recompensas o incentivos externos obvios.
Los síntomas no se explican mejor por otro tra5torno menta (p. ej., esquizofrenia u otro trastorno psicótico primario).

l. El trastorno focticio impuesto o otro persono se caracteriza por fingir, falsificar o inducir signos y síntomas médicos, psicológicos o
del comportamiento, o lesiones en otro persona. habitualmente un menor dependiente, asociado con un engaño descubierto. Si está
presente un trastorno o enfermedad preexistente en la otra persona, el individuo ogra\IO intencionalmente los síntomas existentes o
falsifico o induce síntomas adicionales.
2. La persono busca tratamiento para lo otra persono o, de lo contrario, se presento como enfermo, her'1do o discapacitada en función
de los signos, síntomas o lesiones fingidos, falsificados o inducidos.
3. El comportamiento engoiíoso no está moli\/Odo únicamente por recompensas o incentivos externos obvios (p. ej., obtener pagos por
incapacidad o evitar el enjuiciamiento penal por abuso de menores o mayores).
11. Los síntomas no se explican mejor por otro trastorno mentol (p. ej., esquizofrenia u otro trastorno psicótico primario).
Noto sobre lo codificación:
El diagnóstico de trastorno focticio impuesto o otro se asigno o lo persono que finge. falsifica o induce los síntomas en otra persono,
no a lo persona que presento los slntomas. A veces lo persono induce a fols"1fico los síntomas en uno mascota, en lugar de hacerlo en otra
persona.
Manuai de psicopatologí01. Volumen z

los propios médicos sobre lo presencio de síntomas focticios entre dar principal del menor exagera los sírito1nas de uno enfermedad
sus pacientes sitúan lo prevolencro del trastorno alrededor del 1,3 % médico con el fin de recihir un trnto prioritario por parte de los pro-
\Fliege et al.. 2007l. Por lo q_ue respecto al trastorno facticio aplica- fesionales médicos. El trastorno facíicio impuesto solo debe conside·
do u otros, las encuestas realizadas a pediatras en los últimos dece- rorse si hoy pruebas de ii.ue lo persona está lingiendo, falsificando,
nios han mostrado tosas de prevalencia que oscilan entre el O. 002 % induciendo o agravando intencionalmente los síntomas de la otro
y el 0,27% (Denny et oL, 2001l_ Los estudios realizados en entornos persona. Además, hay q_ue diferenciarlo de oq_uellas situaciones en
especializados o interdisciplinarios arrojan las e<;timociones más ele- las que el cuidador principal miente sobre la causa de los lesiones
vados: 1-13 %íp. ej., Ferrara et al., 2013; Godding y Kruth, 1991)_ de sus dependientes con el fin de evitar el procesamiento penal o !a
El trastorno focticio aplicado a uno mismo suele iniciarse en los intervención de los servicios de protección o menores_ El diagnóstico
primeros años de la edad adulta y la mayoría de los pacientes suelen req_u1ere un juicio clínico de que existen motivaciones odiciona!es
ser mujeres <Bass y Janes, 2011; Sheridon, 2003). El curso del trastorno para el comportam1ento engañoso, como obtener la atención y la
suele ser intermitente, y los episodios únicos y los que son persisten- admiración de los proveedores de atención médico. Por último, hoy
tes y sin remisiones no son tan frecuentes. En los individuos en los que que diferenciarlo de los trastornos mentales con síntomas psicóticos,
existen episodios recurrentes de falsificación de signos y síntomas de donde lo persono puede perjudicar a otros, incluidos sus hijos, en
enfermedad y/o inducción de lesión, el patrón de contactos engaño- respuesto a una alucinación o un delirio, pero no existe engaño
sos frecuentes con el personal médico, incluyendo hospitalizaciones, asociado o la coriducto nocivo.
puede llegar a permanecer durante toda la vida. Estos pacientes Los estudios que han examinado lo existencia de trastornos
suelen proporcionar información demográfica falso. y no suelen dar comórbidos con el trastorno facticio son limitados, y han señalado
información sobre sus reg1stros médicos anteriores, por lo q_ue los que. por lo general, el trastorno de somotizoc1ón (Q'Sheo, 2003), los
datos relativos al inicio y el desarrollo de su enfermedad facticia y tra>tornos de personalidad (especialmente el trastorno limite) y los
sus resultados a largo plazo son extremadamente limitados. trastornos depresivos (Yates y Feldman, 2016), pueden coexistir con
Cuando se aplica sobre otro, el tra'itorno suele comenzar antes el trastorno facticio.
de los ocho años de edad. Por lo general, son las madres los que
inventan o producen los síntomas en uno o más de sus hijos. En los d. Etiología
niños, las afecciones falsificadas o inducidas más comúnmente son No existe apenas información sobre la etiología del trastorno, fun-
la fiebre, la cetoacidosis (complicación grave de lo diabetes), lo damentalmente porq_ue la mayoría de la literatura publicada con-
púrpura y las infecciones. síste en informes o series de casos, que son una valiosa fuente de
información, pero que pueden presentar un cuadro clínico engañoso
c. Diagnóstico diferencial y comorbilidad del trastorno de formo oislada. No obstante, existen algunos mode·
Es necesario establecer uno diferenciación entre el trastorno facticio los que han tratado de explicar los beneficios psicológicos que se
aplicado a uno mismo y aquellas situaciones en las q_ue, en el con- derivan de adoptar el rol de enfermo.
texto de una afección médico, una persono puede exagerar los sín- La mayor porte de las teorías explicativas sobre la etiología de
tomas para conseguir más atención por porte del per>onol sanitario, este trastorno se basan en un enfoque psicodinámico (i. e., Folks,
los familiares, o tener acceso a tratamientos adicionales. También es 1995; Pankratz, 1981; Spivok et al., 1994). Los temas psicodinómicos
necesario diferenciar este trastorno del dismórfico corporal y/o de comunes giran en torno a lo dependencia, el abandono, el maso-
lo hipocondría, donde los pacientes pueden exagerar sus síntomas quismo y el dominio. Los informes de cosos clínicos muestran q_ue
paro asegurarse de que los médicos los toman en serio, como parte muchos de los pacientes con trastorno focticio sufrieron obusos físi-
de lo excesivo atención y búsq_uedo de tratamiento relacionado con cos y/o emocionales o privación de su libertad durante lo infancia_
los síntomas somáticos. Sin embargo, en estos casos, no hoy pruebas En esos circunstancias, lo hospitalización pudo haber sido considera·
de que lo persona esté fingiendo, falsificando, induciendo o agra- da como una vía de escape de una situación traumática en el hogar,
vando intencionadamente los síntomas. y el paciente pudo haber encontrado una serie de cuidadores <p. ej.,
Asimismo, es necesario diferenciarlo del trastorno de conver- médicos, enfermeras y otros trabajadores del hosp\tall cariñosos y
sión, donde los síntomas tampoco son «reales». No obstante, a afectuosos_ En contraste, las familias de origen de los pacientes fre-
diferencio del trastorna facticio aplicado o uno mismo, un individuo cuentemente incluían una madre que rechazaba al paciente o un
con trastorno de conversión no finge ni falsifica los síntomas de padre ausente. La historia habitual de estos pacientes revela que
manero intencional y engañosa. De igual modo, en el TSS puede perciben a uno o ambos podres como figuras de rechazo con las q_ue
existir una atención excesiva y búsq_ueda de tratamiento para los no pueden formar relaciones estrechos. Así pues, el falseamiento de
síntomas percibidos, pero la persona no proporciono información una enfermedad se utilizaría, por parte de estos pacientes, paro
falsa o engafiosa sobre su conducta como ocurre en el trastorno recrear con el personal sanitario el deseado vínculo entre padres e
facticio. Finalmente, en este trastorno lo persono finge o provoca sus hijos. Otro factor prominente en la psicología del paciente con tras-
síntomas, pero el engaño no está motivado por incentivos externos torno factic10 es el masoquismo_ Estos individuos, a menudo, sienten
obvios (p. ej .. obtener una compensación económica) como ocurriría una marcada culpo en respuesto a sentimientos como la ira o la
en la simulación, sino por el deseo de convertirse en paciente y de excitación sexual, y, como resultado, pueden desarrollar el com·
estar relacionado con médicos o centros médicos. En contraste, la portamiento facticio como un medio de expiación y autocastigo. El
simulación se caracteriza por la producción intencional de los sínto- trastorno también puede ser utilizado poro obtener el dominio sobre
mas para obtener beneficios personales. las figuras parentales engañándolas y frustrándolas.
Por lo que respecta al trastorno facticio aplicado a otro, es otro enfoq_ue interesante es el de Homilton y Janoto (!9971 que
necesario distinguirlo de oq_uellas situaciones en los que el cuido- describen un modelo de «automejora». Seg~n este modelo, adoptar
capítulo 9. Troisto"nos de s'nto111::i~ SOIT•C1t1cos ¡trastornos relacionados

el rol de enfermo puede servir para compensar un autoconcepto


insatisfactorio o reforzar la autoestima. Específicamente. sugiere
IV, Recomendaciones para la
que el rol de enfermo se puede auto-reforzar o través de tres meca· evaluación y el tratarniento
nismos. Por un lado, puede servir como un vehículo para acumular
y exhibir conocimientos médicos. Cuando una persona padece una La evaluación psicológica de los pacientes con trastornos del espec-
enfermedad, es probable que obtengo conocimientos médicos o tro somatoforme tiene un cuádruple objetivo:
través de la información proporcionado por el personal médico y a t Realizar un análisis detallado del estado mentol en el momento
través de la experiencia de los procedimientos relacionados con el actual, sin olvidar un análisis longitudinal del mismo, ya que
diagnóstico y el tratamiento_ Así pues, para una persona que care- estos trastornos tienden o tener un amplio recorrido en la vida
ce de otros estrategias positivas de auto-presentación, adoptar el de la persono.
rol de enfermo puede proporcionarle una ruto poro adquirir y lue- 2 Valorar si la problemático que presenta actualmente se centra
go mostrar el conocimiento médico, ganándose así lo admiración en un trastorno del espectro o si, por el contrario, es secundaria
de los demás. Por otro lodo, adoptar este rol puede favorecer el a otros problemas con los que puede asociarse. En definitivo, se
desarrollo de un sentimiento de singularidad al presentar quejas trata de realizar un diagnóstico diferencial exhaustivo, q_ue per-
médicos inusuales o intratables (<<sentirse único y especial»)_ En mita esclarecer la problemática del paciente y descartar otros
este sentido, los síntomas que presentan los pacientes con trastorno posibles diagnósticos.
facticio, a menudo. confunden o sus médicos y llaman la atención
3. Hacer una formulación clínica del problema lo más completa
de numerosos especialistas médicos. Además. los pacientes tienden
posible, en la que se contemplen los principales aspectos que
a presentar sus síntomas de forma dramática. Así pues, las afirma~ pueden estar involucrados en su génesis, pero también los
ciones de síntomas inusuales o desconcertantes pueden servir para q_ue operan en su mantenimiento. Este paso es importante de
establecer un sentido de singularidad entre las personas que creen cara a lo planificación óptima del tratamiento, es decir, para
que carecen de talentos, habilidades o logras distintivos. Par último, valorar qué modelo explica mejor el problema del paciente y
adoptar el rol de enfermo puede servir poro mejorar la autoestima qué estrategias y técnicos de tratamiento son las más adecua-
del paciente, debido a que está en contacto con profesionales e dos para su coso particular.
instituciones médicos de prestigio.
Lt Establecer una relación terapéutica adecuada para que e!
Por otro lado, desde un enfoque de diátesis-estrés (Trask y Sig- paciente se implique en el tratamiento. El paciente debe sentir
mon, 2006) se sugiere que las experiencias tempranas traumáticas que lo evaluación ha sido satisfactoria y completa, y q_ue el tera-
(p_ ej., ser testigo de la muerte de un pariente o amigo cercano, ser peuta es empático y competente.
víctima de abuso sexuall pueden llevar al individuo a desarrollar un
trastorno facticio. Paro ilustrar este modelo, podemos considerar el Además de la evaluación clínica pormenorizada de estos tras-
coso de uno niño q_ue ha sufrido abusos sexuales por parte de su tornos, se pueden utilizar entrevistos estructurados como la Entre-
padre durante la infoncio. Debido o q_ue el abuso ocurre en el hogar vista Clínica Diagnóstica Estructurada para el DSM-IV-TR <SCID-I;
de lo menor, se le impide reducir el estrés a través de la red de First et al., 1997) y la MINI Entrevista Neuropsiquiátrico lnterna-
apoyo familiar. Sin embargo, la notificación de los síntomas físicos cionof (MINI; Sheenan et oL, 1997). La gravedad de la hipocondría
puede ser más aceptable y dar lugar a que la niño recibo algún se valoro mediante una entrevista semi-estructurada, la Escala de
tipo de apoyo social, lo que le puede llevar o desarrollar síntomas Obsesiones·Compulsiones de Yale-Brown adoptada a la Hipocondrio
físicos. Uno visita al médico o uno admisión en un hospital puede (H-YBOCS-M; Skritskaya et al., 2012).
exponer a lo niiia a un entorno más libre de estrés y a una red social En cuanto a la evaluación fiable mediante outoinformes de algu-
de apoyo (es decir, médicos y enfermeras)_ Así, el tiempo que pasa no o más de los aspectos involucrados en estos trastornos, tal y como
en el hospital para las pruebas y !os procedimientos de diagnóstico los hemos venido comentando, se pueden utilizar los siguientes:
puede proporcionar una reducción del estrés para la niña y puede Índice Whiteley <IW; Pilowsky, 1969) (específico para hipocon-
aprender que su familia le resporide cuando se presenta con dolen- dría).
cias físicas que le permiten acceder o un hospital y, además, dete- Inventario de Ansiedad por la Salud -Versión abreviada-
ner con ello el abuso en coso. Como resultado de su experiencia en (SHAI; Salkovskis et al., 2002, Arnáez et al., 2019b}.
la infancia, a medido que madura y se convierte en adulto, puede
Escala de Amplificación Somatosensorial (SASS; Barsky et al.,
seguir haciendo frente a los acontecimieritos estresantes de su vida
1990).
siguiendo pautas que se han reforzado, como solicitar la atención
médica en los hospitales. Inventario de Pensamientos Intrusos sobre lo Enfermedad
(JNPIE; Arnáez et oL, 2017).
Inventario de Preocupaciones Hipocondríacos de Aiglé <IPHA;
_})Trastorno facticio. Denominación que proporciona el Belloch et aL, 2004-) _
DSM-5 al trastorno que se caracteriza por síntomas físicos, (Las versiones en castellano de todos estos instrumentos se pue-
producidos deliberadamente por la persona, con la inten· den encontrar en Belloch et al., 2019).
ción de recibir atención n1édica y asurnir el rol de enfermo. En cuanto al estilo terapéutico con estos pacientes no difiere
En la CIE·ll este trastorno forrna una categoríd separada y esencialmente del proceso terapéutico de lo psicoterapia cognitiva
distinta de la de trastornos de síntomas somáticos y rela- estándar, definido como un procedimiento activo, directivo, estruc-
cionados del DSM·S. turado y de tiempo limitado, que integra aspectos emocionales y
conductuoles bajo lo primacía de Jo cognitivo, además de aspectos

]5
~/lanL.al de ps1copatologia_ Volumen 2

biológicos, biográficos y _1ociales del paciente y en particular del Bouman (2014) ha propuesto diferenciar los metas del trato-
aplicado a otros trastornos en los que la ansiedad juega un papel nliento psicológico de la hipocondrí o en seis grupos, que se ajustan
importante ((lork y Beck, 2012L La relación terapéutica se debe a los aspectos disfuncionoles del trastorno y su impacto o interfe-
basar principalmente en la empatía, la confianza, el acuerdo mutuo rencia en la vida del paciente. Esas metas son asimismo útiles para
y la colaboracióri, con el objetivo de crear un ambiente seguro, don- el tratamiento del resto de trastornos incluidos en el grupo somato-
de el paciente pueda expresar y cuestionar sus sentimientos tanto forme_ Son las siguientes:
positivos como negativos (8elloch y Fornes. 2012)_ l. Cognitivos: desarrollar creencias adaptadas y realistas respecto
Los principios esenciales a partir de los que se desarrolla el tra- al significado de los síntomas, la enfermedad, lo función de lo
bajo terapéutico son los que caracterizan el tratamiento cognitivo ansiedad, y lo aceptación de la incertidumbre hacia la muerte y
propuesto por Beck- (a) empirismo colaborador, según el cual el un nivel razonable de riesgo.
tratamiento exige una estrecha relación terapeuta-paciente ba>a- 2. Metacognitivas: desarrollar un estilo de pensamiento adapta-
da en la colaboración. Ambos inte1actúan y participan activamente tivo, funcional, desarrollando un distanciamiento critico de los
en la consecución de unos objetivos consensuados previamente. El pensamientos y valoraciones disfuncionales poro comprenderlos
paciente proporciona el material sobre el cual trabajar y el tera- como lo q_ue son: únicamente pensamientos, no hechos.
peuta estructura los objetivos y adecúa los procedimiento; para
abordar los problemas; <b) descubrimiento guiado. mediante el cual l Atencionoles. desarrollar una ubicación más flexible de lo aten-
el terapeuta «guío» al paciente, mediando y facilitando su apren- ción, identificando lo focalización en los síntomas y desarrollan-
dizaje, pero será este q_uien «descubro» los supuestos más adapta- do distancia respecto a esto.
f1vos y funcionales. Engloba diferentes elementos y técnicos como 11-. Emocionales: desarrollar una respuesta de ans'1edod ajustada a
los registros, los experimentos conductuales, lo flecho descendente, la magnitud real de la amenaza.
las tareas para cosa, entre otros, mediante las cuales el terapeuta 5. Conductuales: Ajustar los conductas de afrontamiento efectivas
ofrece la posibilidad de que el paciente se involucre activamente y reducir los escapes, evitaciones y conductas de seguridad y
en el proceso de lo terapia. otorgándole una parte sustancial de reoseguraciones que perpetúan el círculo vicioso de la ansiedad.
responsabilidad en la búsq_ueda de soluciones; (c) mediante el diá- 6. Sociales: desarrollar una adecuada interacción con médicos y
logo socrático el terapeuta utiliza el razonamiento inductivo para profesionales sanitarios y con !-as personas significativos, ajus-
examinar las creencias erróneas, realizando una serie de preguntas tando la utilización adecuada de las conductas de búsqueda de
sencillos que cuestionan y confrontan esos creencias. El objetivo no
reaseguro.
consiste en convencer al paciente, sino en ayudarle a desarrollar
una actitud reflexiva y crítica.
Dada la importancia crucial que tiene en estos pacientes la V. Resumen de aspectos
experiencia con los síntomas corporales, resulta impre>cindible
validar su fenomenología. Para ello, resulta útil seguir una serie de fundamentales y tendencias
recomendaciones como las siete sigujentes. futuras
l. Escuchar con interés la narración de los síntomas, mediante
técnicas verbales como resumen, parafraseo, reflejo, clarifi- Los trastornos de síntomas somáticos y relacionados constituyen una
cación, etc., de modo que trasmitamos empatía y aceptación nueva categoría diagnóstica de la q_uinta edición del DSM <APA,
genuina por su experiencia 2013> que sustituye a la de los anteriores trastornos somatoformes
2. Preguntar por la intensidad, duración, frecuencia de los sínto- O. e., DSM-III y DSM-IVJ. Este grupo de trastornos se caracterizan
mas, cuáles son los desencadenantes, etc., lo que permite que el por la presencia de pensamientos, sentimientos y comportamientos
paciente siento que su malestar y preocupación es acogida con excesivos relacionados con síntomas somáticos_ Los síntomas físi-
interés. Además sirve para realizar una evaluación funcional del cos pueden estar relacionados con problemas médicos, por lo q_ue
problema q_ue nos permitirá hacer una adecuada formulación no tienen por qué ser mécf1camente ·inexplicables como ocurría en
ediciones anteriores del manual. En este sentido, el DSM-5 enfatiza
clínica del caso.
la importancia de hacer un diagnóstico positivo, basado en lo pre-
3. No juzgar, es decir, no realizar juicios valorativos respecto a la sencia de síntomas y el malestar asociado a los mismos en lugar de
naturaleza de los síntomas, ni sobre su origen somático o de en la ausencia de una explicación médico. No obstante, los síntomas
cualquier otro tipo. Se trata de establecer cuál es la fenome- médicamente inexplicables siguen siendo una parte fundamental de
nología de la experiencia del paciente, y no confundirla con algunos trastornos {como e! trastorno de conversiónl. Además. es
el modelo explicativo sobre los síntomas, que posteriormente necesario resaltar el hecho de que los pacientes no tienen control
elaboraremos con el paciente. sobre sus síntomas, y tampoco los están fingiendo intencionalmente
4. Empatizar, es decir, trasmitir mensajes empáticos sobre !a pre- o intentando engañar a los demás. En su mayoría, creen genuina-
sencia de los síntomas y el sufrimiento que causan. mente que oigo funciona terrib!eme-nte mol en ellos. Por esto razón,
5. Explorar los experiencias previos con otros profesionales q_ue no es sorprendente que estos pacientes sean visitantes frecuentes de
han podido invalidar su experiencia somático y acoger el males- los servicios médicos.
tar e incertidumbre que estas han podido causarle. Los trastornos específicos q_ue se incluyen en esta categoría son
6. Aceptar Ja desconfianza y la duda al verse ante un psicólogo. el trastorno de síntomas somáticos, el trastorno de ansiedad por la
7. Facilitar que el paciente pueda diferenciar lo intensidad, males- enfermedad. el trastorno de conve~ión, otros factores psicológicos
tar, etc., de sus síntomas, de la gravedad y el significado o inter- que influyen en otras afecciones médicas, el trastorno facticio, otro
pretación que hace de ellos trastorno de síntomas somáticos y trastornos relacionados especifi-
Capítulo 9. Trastornos de síntomas somat1cos y tra>tornos relac1on2dos

codos y el trastorno de síntomas somáticos y trastornos relaciona- persona. La undécima edición de la CIE también ha experimentado
dos no especificados. Los diagnósticos del DSM-IV de hipocondría, cambios respecto a su edición anterior ((IE"IOl. La antigua catego-
~rastorno de somatización y trastorno por dolor se han eliminado y ría de trastornos somatoformes ha sido sustituida por la de trastor·
ahora se incluyen en el nuevo diagnóstico de trastorno de síntomas nos por malestar somático o por lo experiencia corporal, q_ue inclu-
somáticos. ye el trastorno por malestar somático, la disforia por la integridad
El trastorno de síntomas somáticos constituye el principal diag- corporal y otro trastorno por molestar somático o por lo experiencia
rióstico de esta categoría e implica la presencia de uno o más sín- corporal. Asimismo, el diagnóstico de hipocondría se ha incluido en
tomas físicos que causan preocupación excesivo sobre lo salud. El el espectro obsesivo-compulsivo, y el trastorno focticio formo parte
trastorno de ansiedad por la enfermedad se caracteriza por una de una categoría independiente y diferenciada.
preocupación persistente por padecer uno enfermedad, a pesar de El tratamiento de elección poro estos pacientes es la terapia
q_ue existen pruebas de lo contrario. En el pasado, los pacientes que cognitivo-conductual, y dada la importancia que otorgan estos
exhibían estos conductas recibían el diagnostico de «hipocondría». pacientes a los síntomas corporales, es esencial validar su fenome-
En el trastorno de conversión la principal preocupación no es la pre- nología.
sencia de un síntoma, sino una alteración del funcionamiento motor Los investigaciones futuras deberán tratar de aclarar lo situa-
(p. ej., parálisis) o sensorial lp. ej., ceguera)_ Los síntomas no siguen ción conceptual y nosológica de los trastornos q_ue cursan con sínto-
patrones neurológicos conocidos, y muchos individuo> se mue>tran mas somáticos. Asimismo, es necesario llevar a cabo investigaciones
indiferentes a su incapacidad funcional (en lugar de sentirse angus- que permitan probar el valor clínico de las dos nuevas categorías
tiados por ello). diagnósticos propuestas <trastornos de síntomas somáticos y ansie-
La característico principal del trastorno facticio es que la per- dad por la enfermedad) por el DSM-5. Además. se desconoce si
sona fabrica síntomas de manera voluntaria para asumir el rol de las cambios propuestos en lo CIE-11 abordan adecuadamente lo>
enfermo. Los síntomas pueden producirse en uno mismo o en otra deficiencias del concepto de hipocondría del DSM-IV.

••Términos clave
Alex!tlmia 292 Somat!zaclón 282 Trastorno facticio 315
Amplificación somatosensorlal 303 Trastorno de ansiedad por la Trastorno por malestar
Ansiedad por la salud 294 enfermedad 286 somático 281
Conducta de enfermedad 285 Trastorno de conversión 285
Disforia por la integridad Trastorno de síntomas
corporal 289 somáticas 284

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Capitulo 9. Trastornos de 5ínto111as somáticos y trastornos relacionados t4l

•• Autoevaluación
t El trastorno de síntomas somáticos se caracteriza por: 6. La disforia por integridad corporal:
a) Pensamientos, sentimiento'> o comportamientos excesivos al Implica síntomas corporaies que son angustiantes para e!
e inadaptodos relocionados con sus síntornas somáticos. individua y o los que se dirige Llna atención excesiva.
bl La preocupación por padecer o contraer una enfermedad bl Implico una perturbación en la experiencia de la perso-
grave. na con respecto al cuerpo, que >e rnanifiesta a través del
c) La ausencia de síntomas somáticos o, si están presentes, deseo persistente de tener una discapacidad física espe-
son única1nente leves. cífica.
d) Uri grado elevado de ansiedad acerco de la salud, y el el El individuo debe presentarse como enfermo y el diagnós-
individuo se alarma con facilidad por su estado de salud. tico depende de la identificación de q_ue el individuo está
2. En el trastorno de ansiedad por la enfermedad: tergiversando activamente su enfermedad.
a) Se experimentan uno o más síntomas somáticos que cau- dl Puede aplicarse en individuos q_ue sufren una condición
san malestar o dan lugar a problemas significativos en la médica que se ve afectada negativamente por factores
vida diaria. psicológicos o conductuales.
b} No existen síntomas somáticos o, si están presentes, son 7. Uno de los aspectos que caracteriza al trastorno de sínto-
únicamente leves. mas somáticos es:
e) Hay un tiempo y energía excesivos consagrados a los sín- al La preocupación por llegar a padecer dolor.
tomas o a la preocupación por la salud. bl Experimentar diversos síntomas somáticos junto con pen-
d) Existe un grado persistentemente elevado de ansiedad samientos y preocupaciones sobre su gravedad
acerca de la salud o los síntomas. el Déficits q_ue afectan las funciones motoras voluntarias o
3. En el trastorno de conversión: señoriales, y q_ue sugiereri una enfermedad neurológica
a) Se experimentan pensamientos desproporcionados sobre o médica.
la gravedad de los síntomas. y a menudo se consideran dl Miedo a tener una enfermedad grave ante la más leve
amenazadores. molertia física.
bl La persona produce intencionalmente signos o síntomas 8. Según la propuesta cognitivo-conductual de Warwick y
físicos o psicológicos. Salkovskis, las interpretaciones erróneas sobre los sínto-
c) Se enfatiza lo importancia de los datos clínicos y el exa- mas corporales que realizan las personas hipocondríacas
men neurológico. tienen su origen en:
dl las personas con el trartorno realizan conductos excesivas al Experiencias infantiles de exposición a modelos que exhi-
asociadas a la salud. ben quejas físicas fingidas.
4. En los factores psicológicos que influyen en otros afeccio- bl Experiencias previas negativas relacionadas con la enfer-
nes médicas: medad <propios o de otras personas) que conducen a la
al El objetivo de lo persona es obtener y mantener los benefi- formación de actitudes disluncionales sobre la salud y la
enfermedad.
cios q_ue el adoptar el rol de enfermo pueda proporcionar.
c) La movilización de impulsos primarios a modo de síritomas
bl Implica un patrón en el que los síntomas o los déficits que
físicos q_ue sirven como defensa cuando la autoestima se
afectan a los sentidos o al comportamiento motor sugieren
ve amenazada.
q_ue el paciente tiene una condición médica o neurológica.
d) La toma de conciencia por porte de la persona de las ven-
c) Puede aplicarse en individuos q_ue sufren una condición tajas que comporta adoptar el papel de enfermo.
médica q_ue se ve ofectada negativamente por factores
psicológicos o conductuales. 9. Cuando una persona busca asumir el papel de enfermo,
y finge o produce intencionadamente signos o síntomas
d) Existen síntomas somáticos que causan malestar y deterio- físicos o psicológicos sin que haya incentivos externos
ro de las actividades de la vida diaria.
paro ello, nos encontramos ante:
5. El trastorno factício se diferencio de la simulación en que:
al Simulación.
a) Los signos o síntomas físicos o psicológicos de la enfer- bJ Trastorno factic10
medad se producen intencionadamente poro obtener ga-
nancias secundarios {p. ej., una compensación económica}. c) Trastorno de conversión
bl No existen síntomas somáticos o, si están presentes, son d) Trastorno límite de la per~onalidad.
únicamente leves. 10. Según Warwick y Salkovskis, lo hipocondría puede ser
c) Implica múltiples síntomas corporales que pueden variar considerada como análoga a un trastorno de:
con el tiempo. a) Ansiedad por la salud.
d) Los signos o síntomas físicos o psicológicos de la enfer- b} Ansiedad por la enfermedad.
medad se producen intencionadamente para asumir et rol c) Amplificación somato-sensorial.
de enfermo. d) Personalidad.

323
CAPÍTULO lo

TRASTORNOS DE ADAPTACIÓN
María José Galdón, Rosa María Baños y Marta Miragall

l. Introducción 325 IV. Recomendaciones poro la evaluación


y el tratamiento 336
JI. Clasificación y diagnóstico de los trastornos
de adaptación 326 VI. Resumen de aspectos fundamentales
A. Los trastornos de adaptación en el OSM-5 326 y tendencias futuros 337
B. Los trastornos de adaptación en la CIE-11 327
TÉRMINOS CLAVE 338
C. Controversias y dilemas q_ue persisteri en la clasificación
actual de los trastornos de adaptación 329 LECTURAS RECOMENDADAS 339
111. Descripción clínica 332 REFERENCIAS 339
A_ Características clínicos 332 AUTOEVALUACIÓN 342
B. Epidemoiología y curso evolutivo 332
C. Diagnóstico diferencial y comorbilidad de los TA 333
D. La etiología de los TA 334

l. 1ntroducción
lo vida continuamente nos enfrenta o situaciones estresantes q_ue estos estudios también muestran lo insatisfacción o incomodidad
tienen un 1mpacto importante sobre nosotros, y que debemos afron- por parte de los profesionales con las definiciones y criterios diag-
tar y superar. Cuando nuestra reacción a estos acontecimientos es nósticos propuestos por los sistemas oficiales, poniendo en evidencio
desproporcionado, cuando nos desbordan las situaciones proble- las debilidades y fallos en su conceptuallzación actual <Maercker y
máticas, entonces puede que suframos un trastorno de adaptación Lorenz, 2018).
<TA). A pesar de esta aparente «simpllcidad» en su definición (a tal Desde su entrada en los sistemas de clasificación, los TA han
vez precisamente por ella), los TA son uno categoría diagnóstico sido una de las categorías diagnósticas peor definidos en psicopato--
difícil de definir. Constituyen uno de los diagnósticos más polémi- logía, debido a lo variedad de sínton1os que pueden presentarse y a
cos, suscitando debates intensos, especialmente durante las últimas la relativa ausencia de rasgos distintivos característicos y específicos
décadas, a la vez q_ue siguen manteniéndose como uno de !os más de estos problemas <Maercker et ol., 2013). Por lo general. se han
utilizados por parte de los clínicos. Sin embargo, es una de las cate- conceptualizado como un grupo de sintomotología «sub-clínica»,
gorías menos investigadas, y para lo q_ue se ha acumulado escosa asociada a un acontecimiento o situación estresante q_ue la desen-
evidencla, existiendo aún muchos lagunas sobre lo comprensión cadena. Esta categoría diagnóstica se ha 1.Itilizado frecuentemente
empírico de su fenomenología, su relación con otros trastornos, o como uno cGtegorío residual poro diagnosticar ahí aquellos pacien-
su evolución (O'Donnell et al., 2016). Esta situación es preocupante, tes que no cumplen los criterios diagnósticos de otros trastornos,
dada la elevado frecuencia con lo que se utilizo en la práctico clíni- especialmente depresión o trastornos de ansiedad CBaumeister y
ca. Tal y como ponen de manifiesto dos encuestas auspiciadas por Kufner, 2009), o como un diagnóstico provisional cuando no está
lo Organización Mundial de la Salud (OMSJ, tanto los psiquiatras cloro si el curso concluirá con un trastorno afectivo o postraumát1co
(Reed et aL, 2011l como los psicólogos clínicos <Evons et al., 2013) posterior <Strain y Diefenbacher, 2008J. En este sentido, a menudo
informan de su elevado uso (séptimo y noveno lugar, respectivamen- han sido descritos como el «cajón de sastre» de los esq_uemas de
te, de las categorías diagnosticas q_ue más utilizaban). Sin embargo, clasificación psiquiátrica {Cosey y Bailey, 201D.

325
M,Jnual de ps1copatolog1a. Volumen ¿

En este capítulo, de1cribiremO$ en prin1er lugar los caracte- «Trastornos de personalidad situacionales transitorios», y se clasi-
rísticas clínicos más importantes de estos irostornos, siguiendo 101 ficaba según el niomento evolu1ivo en el q_ue aparecía («Reacción
octuole~ sbtemas de clasificación. También rn1alizaremos las proble- adaptativa de la niñ.ez», «Reacción adaptativo de la adolescencia»,
máticas y debates suscitados alrededor de este diagnóstico, que han «Reacción situoc;onal adulta» y <'Reacción adaptativo de la tercera
sido diversos e intensos. A co11tinuación, se expondrán los modelos edad»). Esta denominación sugería Q,,Ue existía cierta vulnerabilidad
y enfoques teóricos que existen para intentar explicar por qué se personal, pero este matiz desparece en la segunda versión (OSM-II,
desarrollan estos problema>. Por último. resumiremos brevemente APA 1968), aunctue se seguía reconociendo su característica tran-
algunos guías a tener en cuenta para su evaluación y su tratorniento. sitoria y se e1iquetaba simplemente como «Trastorno situacionol
transitorio».
Actualmente, en el DSM-5 (APA, 2013) se encuentran ubicados
11. Clasificación y diagnóstico de dentro de lo categoría de «Trastornos relacionados con traumas y
los trastornos de adaptación factores de estrés». Este grupo de trastornos incluye, además de los
TA, el trastorno de apego reactivo, el trastorno de relación social
En todos los sistemas de clasificación, los TA, tal y como su nombre desinhibida, el trastorno por estrés post-traumático (TEPTI y el tras-
sugiere, se definen como una reacción de desajuste (inadaptación), torno de estrés agudo {TEAl. Todos ellos tienen en común el que la
que puede cursar prácticamente con cualquier síntoma emocional exposición a un acontecimiento traumático o estresante aparece
(ansiedad, depresión, ira, etc) o del comportamiento (absentismo, de manera explícita como criterio diagnóstico, constituyendo así
violencia, etcJ, y que se desarrollan en respuesto a uno o más acon- una condición necesario, aunque no suficiente, para lo aparición de
tecimientos estresantes identificados. El requisito, además de la pre- la sintomatología. En las ediciones anteriores del DSM, el TA no se
sencia clara de un estresor o varios estresores que disparen el tras- incluía en ningún grupo particular de trastornos, sino que se situaba
torno, es q_ue lo persona se queje de malestar, o que se produzco una al final, entre el código V {<<Otros problemas que merecen atención
mermo en su funcionamiento cotidiano personal. es decir, que se pro- clínica») y los trastornos mentoles del eje L ci.ue se suponían más
duzca una notable interferencia social, personal o laboral en su vida. claramente definidos. Sin embargo, y o pesar de que esto nueva
En principio, el estresor desencadenante puede ser cualquiera y ubicación pudiera suponer un cierto «reconocimiento» de los TA,
sus características pueden ir desde un estresor único Cp. ej., ruptura lo cierto es q_ue este es el único cambio que ha habido respecto de
de parejal a estresores múltiples (p. ej .. problemas económicos y la versión anterior, ya que los criterios diagnósticos para este pro-
familiares); ser un estresor recurrente (p. ej .. despidos estacionales blema siguen siendo los mismos ci.ue los planteados en el DSM-IV
en el trabajo) o continuo (p. ej., vivir en una situación de guerra); 0994l. Esta ausencia de variaciones se ha argumentado justifican-
común (p ej., uno enfermedad) o extraordinario (p. ej., víctima de do que los cambios que habían propuesto algunos grupos estaban
una inundación); leve o severo. Lo importante para realizar el diag- basados en evidencias aún demasiado limitadas, debido o la esca-
nóstico es el impacto de desajuste que causa en la persona. sez de estudios empíricos en torno a estos trastornos (0 'Donnell et
al., 2016).
Este heterogéneo cuadro sintomatológico está presente en los
dos si>temas de dosificación de los trastornos mentales más utili-
zados en la actualidad, tanto en el DSM-5 como en la CIE-11. A
continuación describiremos los criterios que se incluyen en ambos
J) Reacción adaptativa al estrés. Reacción considerada
clasificaciones. esperable o normativa hacia el estresor en cuanto a la
gr'avedad e interferencia de la slntomatología, teniendo en
cuenta el contexto, la persona y las normas culturales.
!l Estresor. Cualquier estírnulo, acontecimiento o situación, !l Trastornas relacionados can traumas y factores de
que suponga una carga, exigencia, o dernanda [interna o estrés. Grupo de trastornos que incluye, según en DSM·S,
externa) para la persona. generando respuestas de estrés o el tras tomo de apego reactivo, el trastorno de relación
malestar emocional. social desinhibida, el trastorno por estrés post-traumático,
!l Trastornos de adaptación. Trastornos que se caructeri- el trastorno de estrés agudo, y las trastornos de adapta-
zan por la presencia de síntomas emocio11ales o con1por- ción. Todos ellos tienen en común el que la exposición a un
tamentales que surgen \.Orno respuesta a una [o varios! acontecimiento traumático o estresante es una condición
estresores identificables. Eslos sí11tomas deben ser clínica- necesaria, aunque no suficiente, para la aparición de la sin-
mente significativos, y tienen que aparecer como máximo to1natología.
en las tres meses siguientes al in1c10 del acontecimiento
estresante.
Según los criterios de inclusión y exclusión del DSM-5 (véase
la Tabla 10.1>, la característica fundamental de este trastorno es la
presencia de síntomas emocionales o comporfamenfales q_ue surgen
A. Los trastornos de adaptación como respuesta a uno (o varios) estresores identificables. Esta res-
en el DSM-5 puesto tiene que aparecer como máximo en los tres meses siguien-
tes al inicio del acontecimiento estresante (Criterio Al. Un segundo
En el caso del DSM, este trastorno aparece con lo denominación criterio es que tales síntomas deben ser clínicamente significativos,
con la q_ue ahora lo conocemos en su tercera versión <DSM-III, en el sentido de q_ue deben generar un molestar desproporcionado a
APA, 1980). En la primera versión (DSM-1, APA 1952), aparecía como lo que cabría esperar (teniendo en cuenta el contexto externo y los

326
Capítulo 10. Trastornos de adaptación

)>Tabla 10.1. DSM·S. Criterios diagnósticos de ios t'Jstorrios ce adaptación

A, Desai 10110 de síntomas e111ocio11ales o del comportamiento en 1espuesta a un factor o factores de estrés identificables que se producen
en los tres meses siguientes al inicio del factor(es) de estrés.
- --
B. Estos síntomas o comportamientos son clínicamente significativos, corno se pone de rnanifiesto por una o las dos caracterísl1cos siguientes:
L Molestar intenso desproporcionado o lo gravedad o mtensidod del factor de estrés, teniendo en cuento el contexto externo
y los factores culturales q_ue podrían influir en la gravedad y lo presentación de los síntomas.
2. Deterioro significativo en lo social, laboral u otros áreas importantes del func1onamienfo_
- -- - - - - - -- - - - -
C. La alteración relacionada con el estrés no cumple los criterios para otro trastorno mentol y no es simplemente una exacerbación
de un trastorno mentol preexrstente.

O. Los síntomas no representan el duelo normal.

E. Uno vez que el factor de estrés o sus consecuencias han terminado, los síntomas no se mantienen durante más de otros seis meses.

Especificar si:
F43.21 Con estado de ánimo depresivo [309.Dl
F43.22 Con ansiedad [309 21Jl
FlJ3.23 Con onsiedod mixto y estado de ánimo depresivo [309.281
FlJl2lJ Con alteración de lo conducto [309Jl.
FlJl25 Con olteración mixta de los emociones o lo conducto [309.41
FlJ3.20 Sin especificar [309.91.
'

lactore> culturales>, y/o producir un deterioro significativo en alguna seis meses) del crónico (más de seis meses). Este l1ltimo coso, solo si
área importante del funcionamiento de la persono (Criterio Bl. En el factor estresante o sus consecuencias persisten.
cuanto a los criterios de exclusión, se indica que esa sintomotolo-
gío relacionada con el estrés no pL!ede cumplir los criterios paro
otro trastorno mental, ni tampoco constituir la exacerbación de un Ji Subtipos de trastornos adaptativos en el DSM-5. Dis·
trastorno mentol preexistente (Criterio Cl. El DSM-5 también señala
tintas manifestaciones clínicas de los trastornos desadapta·
q_ue los síntomas no pueden constituir uno reacción de duelo normal
(Criterio D>. aunq_ue establece que puede diagnosticarse trastorno tivos que pueden ser diagnosticadas en el DSM-5 en fun-
de adaptación tras la muerte de un ser q_uerido cuando lo intensi- ción de la sinto1natologia predominante.
dad, cualidad y persistencia de los reacciones de duelo superan lo
q_ue normalmente cabría esperar teniendo en cuento los normas
culturales, religiosas o apropiadas para la edad. Por último, dado lo
necesaria relación entre el estresor y la sintomotología, se establece B. Los trastornos de adaptación en la CIE-11
q_ue, una vez finalizada la situación de estrés o sus consecuencias,
Lo actual versión de lo CIE-11 (Closificoción lnternacionol de Enfer-
los síntomas deben resolverse como mucho en los seis meses siguien-
tes (Criterio El. medades, OMS, 2018) supone una revisión sustancial en lo concep-
tualización del TA que, como distintos autores señalan (p. ej., Cosey,
Además de estos criterios, el DSM. especifica una serie de sub-
2018; Maercker y Lorenz, 2018). puede generar una separación cloro
tipos de TA en función de la sintomatología predominante y de
entre este enfoq_ue y el niontenido por el DSM-5.
lo duración de lo alteración. En el primer coso, se distinguen los
siguientes subtipos: (o) con estado de ánimo depresivo (cuando pre- Ambos si>lemos de clasificación coinciden en ubicar el TA junto
domino el estado de ánimo bojo, las ganas de llorar o el sentimiento con otros trastornos relacionados con acontecimientos traumáticos
de desesperanzal; {bl con ansiedad (cuando predomino el nervio- o estresantes. La CIE-11 denomina a esta categoría como «Trostor·
sismo, lo preocupación, lo agitación o lo ansiedad de separación); nos específicamente asociados con el estrés», yo q_ue surgeri como
(c) con alteración mixta de ansiedad y estado de ánimo deprimido consecuericio de su asociación específico con un acontecimiento
(cuando predomina uno combinación de depresión y onsiedodl; traumático o estresante. Dicho de otro modo, en todos ellos la pre-
(dl con alteración de la conducta {cuando predomino lo alteración sencia de estrés es un factor causal necesario, ounq_ue no sl.lficiente,
de la conductal; (el con alteración mixto de los emociones o la de tal manero que en su ausencia no se hubieron producido este
conducta (cuando predominan los síntomas emocionales, como tipo de trastornos. La naturaleza de los acontecimientos estresantes
depresión, ansiedad, y una alteración de la conducto), y (f) sin espe- q_ue causan estos trastornos puede oscilar entre los acontecimientos
cificar (destinado o las reacciones de mala adaptación q_ue no se vitales negativos dentro del rango normal de lo experiencia (como
pueden clasificar como uno de los subtipos específlcos anteriores). es el coso habitualmente en los TAl a factores estresorites traumáti-
En cuanto a lo duración, se distingue el subtipo agudo {menos de cos de gravedad excepcionol (como es el coso del TEPT y trastorno

3ll
Manual de p·)icOpdLOloyí<l. Voiun1en 2

)) Tabla 10.2. CH: 11- Guías diagnósticas de .os trastornos de adaptación


1

Reacción desadaptotivo a un factor estresante psicosoc1ol identificable o o múltiples factores estresantes (p_ -ej., un solo evento estresante,
una dificultad psicosocial continua o uno combinación de situaciones estresantes de la vida) que suele aparecer en el mes siguiente ol
factor estresante_ Ent1e los ejemplos figuran el divorcio o lo pérdida de uno 1elación, la pérdida de un empleo, el diagnóstico de uno
enfermedad, lo aparición reciente de uno discapacidad y los conflictos en el hogar o el trabajo.
Lo reacción al factor estresante se corocte1 iza por la preocupación por dicho factor o sus consecuericias, incluido lo preocupación
excesiva, los pensamientos recurrentes y angustiosos sobre el factor estresante, o lo constante rumia sobre sus implicaciones.
Los síntomas no se explican mejor por otro trastorno mental (p. ej., un trastorno del estado de ánimo, otro trastorno específicamente
asociado con el estrés).
Una vez que el factor estresante y sus consecuencias han terminado, los síntomas se resuelveri en seis meses.
Lo falto de adaptación al factor estresante do lugar o un deterioro significativo en el ámbito personal. familiar, social, educativo,
ocupacional a en otros áreas importantes del funcionamiento. Si el luncionomiento se mantiene, es solo o través de un esfuerzo adicional
significativo.

Los síntomas de preocupación tienden o empeorar con cualquier recordatorio de los factores estresantes, la que do lugar a que se eviten
las estímulos, los pensamientos, los sentimientos o los discusiones asociado> o los factores estresantes para evitar lo preocupación
o el sufrimiento.
Entre los síntomas psicológicos adicionales del trastorno de adaptación pueden figurar síntomas depresivos o de ansiedad, así como
síntomas impulsivos «externolizontes», en particular, el aumento del consumo de tabaco, alcohol u otras sustancias.
Los individuos con trastornos de lo adaptación suelen recuperarse cuando se elimino el factor estresante, cuando se proporciona el apoyo
suficiente o cuando lo persono desarrollo mecanismos o estrategias adicionales para hacerle frente.

de estrés postroumático complejo)_ Por otro lodo, se señalo ciue la del acontecimiento estresante y tienden a resolverse alrededor de
naturaleza, el patrón y la duración de los síntomas que aparecen los seis meses, o menos ciue el factor estresorite persista durante
como respuesta al acontecimiento estresante, junto con el deterioro un período de tiempo más prolongado. otro diferencio importante
del funcionamiento asociado, es lo q_ue permite diferenciar eritre sí con el DSM, es que en lo versión actual de lo CIE-11 se ha omitido
a los trastornos incluidos dentro de esto categoría. lo especificación de subtipos dentro del TA, optando por uno con-
Las diferencias rnás importantes entre el DSM-5 y la CIE-11 cepción unificada de este trastorno, argumentando q_ue los estudios
respecto al TA surgen a lo hora de delimitar los característicos diag- empíricos realizados hasta el momento no justifican esa división_
nósticos de este cuadro clínico, yo que en esta última sí se propone Así pues, las diferencias entre ambos sistemas de clasificación
un perfil de síntomas más característicos de este trastorno, y no solo son evidentes. La CIE-11 no solo proporciono características de sín-
se hablo de «síntomas emocionales o comportamentales» como tomas «positivos» para el TA, sino que, además, elevo el umbral
indica el DSM <véase la Tabla 10.2). En este sentido, se considera del criterio de significación clínica al req_uerir tanto la presencia
el TA como uno reacción desadaptotiva a un factor o factores de de síntomas específicos de distrés emocional como un deterioro
estrés psicosocial identificables, que se caracteriza por lo preocupa- importante en las principales áreas de funcionomiento. Especiolis-
ción excesivo por el acontecimiento estresante o sus consecuencias, tos en el campo de los TA (p. ej., Bochem y Cosey, 2018; Casey,
q_ue puede también acompañarse de pensamientos recurrentes y 2018; Moercker y Lorenz, 2018) consideran q_ue esto nuevo definición
angustiosos sobre el factor estresante, o uno rumiación recurrente del TA cambio su estatus de uno categoría diagnóstico residual a
sobre sus implicaciones_ Por otro lodo, mientras ciue paro el DSM la una categoría sindróm1co completo y, lo que consideran aún más
significación clínica del trastorno puede provenir o del molestar de importante, esto conllevaría ciue el TA ya no podrá ser considerado
lo persono a de lo interlerencio que produce el trastorno, en el caso un diagnóstico subordinado ciue solo puede diagnosticarse una vez
de la CIE se especifica que los síntomas antes señalados tienen ciue que todos los demás diagnósticos principales de trastornos mentales
estar presentes junto con lo incapacidad paro adoptarse, provocan- hayan sido excluidos. Sin embargo. esta última afirmación tal vez
do un deterioro significativo en la vida personal, familiar. social, no está del todo justificado. Es decir, si bien es cierto que en los
educativa, laboral o en otros áreas importantes del funcionamiento_ criterios diagnósticos de la mayoría de los trastornos mentales es
A pesar de los diferencias, ambos sistemas de clasificación necesario un criterio ciue ofrezco pautas concretos para realizar un
coinciden en señalar que en ningún caso los síntomas son lo sufi- correcto diagnóstico diferencial -dado el solapamiento de sínto-
cientemente específicos o graves poro justificar el diagnóstico de mas existentes entre los mismos- también lo es ciue. al menos de
otro trastorno mental. Además, también coinciden en considerar el momento, lo versión actual de lo CIE-11 solo se limita a señalar que
TA como una alteración transitoria, señalando la CIE-11 ciue los lo especificidad de los síntomas y/o su gravedad no justificarían
síntomas suelen aparecer durante el primer mes tras la aparición el diagnóstico de otro trastorno mentol, por lo que el criterio de
Capitulo 10. Trastornos de adaptación

diagnó1tico diferencial es mucho más rertrict•vo en el caso de este Para intentar subsanar, en cierta medido, el peligro de etiquetar las
cuadro clínico {Q'Donnell el' al., 2019). Por tanto, será la investiga- reacciones normales al estrés conio TA (el problen10 de los «falsos
ción en1pí1ica la que determine hasta qué punto el TA, tal y crnno positivos») algunos autores (p. ej_, Baumeister y Kufner, 2009; Bau-
e~tá conceptualizado actualmente en la CJE,11, sigue siendo utili- meister, Maercker y Casey, 2009; Maercker, Einsle y KOllner, 2007)
zado como un trastorno subordinado que solo pueda diagnosticarse plantearon, antes de su publicación, que en el DSM-5 se elevara el
cuando se hayan descartado otros trastornos mentales_ listón exigiendo el cumplimiento de las dos facetas del concepto de
La futura investigación también determinará si la versión de la significación clínica -es decir, tanto la presencia de malestar signi-
CIE-11 permite delimitar claramente el TA del trastorno depresivo ficativo como la presencia de un deterioro en el funcionamiento-_
y el trastorno de ansiedad generalizada ((asey, 2018), ya que la Sin embargo, esta propuesta fue- rechazada basándose en lo falta
preocupación excesivo y/o la rumiación constante sobre los acon- de evidencia empírica que comprobara la mayor especificidad del
tecimientos estresantes y sus implicaciones, así como el deterioro diagnóstico utilizando ambos req_uisitos de significación clínica_ Sin
resultante en el funcionamiento, son características clínicos de estos embargo, la CJE-11 sí que ha seguido este criterio más exigente, y
dos últimos diagnósticos. req_uiere que ocurran ambas facetas para poder decir q_ue estamos
ante un «trastorno mental»
A pesar de que quedan muchas cosas aún par dilucidar. la pro-
puesta de la CIE-11 ha sido muy bien recibida entre los especialistas En cualquier caso, ninguno de los dos sistemas de clasificación
en el TA, que consideran que permitirá avanzar significativamen- establece con claridad una guía para ayudar al clínico a distinguir
te en la comprensión de la fenomenología y tratamiento de este lo que constituye una reacción patológica de lo que sería una reac-
trastorno. En definitiva, nos encontramos ante un panorama nuevo ción «esperable» o normal, salvo señalar que deben tenerse en
donde los TA son definidos de forma sustancialmente diferente en cuenta las normas culturales con relación a los síntomas y su mani-
los dos sistemas de clasificación psiquiátrica, pese o estar ubica- festación. En este sentido, en el DSM-5 se señala q_ue: <<el contexto
dos en ambos casos en una misma categoría general: los trastornos del ámbito cultural de la persona debe tenerse en cuenta al hacer
relacionado con el estrés y el trauma. Esta situación puede conllevar el juicio clínico sobre si la respuesta de esta al factor estresante es o
dificultades importantes a la hora de comparar la investigación en no desadaptada, o si el malestar asociado es mayor o no de lo que
aspectos tan relevantes como los instrumentos de diagnósticos ade- cabría esperar La naturaleza. el significada y la experiencia de los
cuados para el diagnóstico del TA, su prevalencia, sus consecuencias factores estresantes, así como la evaluación de la respuesta a dichos
funcionales, o las estrategias de intervención más adecuadas. Como factores puede variar de una cultura a otra» <APA, 2013, p. 288).
señala Casey (2018), queda por resolver cuál es la que tiene mayor Por tanto, la línea que separaría los TA de las reacciones norma-
base de evidencia empírica y es más válida. Entendemos que, como les al estrés ciuedaría establecida en función de si la gravedad de
esta misma autora sugiere, un grupo de trabajo conjunto de los los síntomas y/o el nivel de interferencia -tomando como referencia
comités de ambos sistemas de clasificación debería considerar la el contexto cultural de la persona- es suficiente como para justi-
necesidad de llegar o una conceptualización coherente y consirten- ficar la necesidad de recibir asistencia clínica, teniendo en cuenta
te del diagnóstico de este trastorno. además que la gravedad no debe superar el umbral de otros tras-
tornos mentales <p. ej., trastorno depresivo mayor). El problema es
C. Controversias y dilemas que persisten que el criterio de malestar e interferencia (conocido como criterio
de «significación clínica»l se basa fundamentalmente en el juicio
en la clasificación actual de los trastornos clínico, que tiene un alto componente subjetivo <Frances. 1998). Si
de adaptación bien es cierto ciue el problema de lo «significación clínica» no es
exclusivo de los TA, también lo es que en esta condición plantea
Como comentábamos anteriormente la «simplicidad» o «laxitud»
problema> especiales, ya que los TA se situarían en un espacia muy
de la definición de los TA ha supuesto la generación de una serie de
ertrecho entre las respuestas de estrés normales, por un lada, y las
problemas y polémicas que pueden afectar a la utilidad clínica de
trastornos psiquiátricos específicos como, por ejemplo, el trastor-
este diagnóstico_ En este apartado vamos a analizar tales dificulta-
no depresivo mayor <TDMl y el trastorna de generalizada ansiedad
des y para ello, seguiremos las revisiones que sobre este tema han
<TAG), por otro.
realizado algunos autores <p. ej., Bachem y Casey, 2018; Cosey, 2014,
2018; Maercker y Lorenz, 2018; O'Donnell et al., 2019).

a. Diferenciación de las respuestas normales al estrés Jl Significación clínica. Se alcanza cuando los síntomas

Una primera dificultad a la que nos enfrentamos o la hora de diag- generan un malestar desproporcionado a lo que cabria
nosticar un TA es la delgada línea que separa lo «normal>) de lo esperar !teniendo en cuenta el contexto externo y los fac-
«anómalo». Aunque este problema está presente en cualquier diag- tores culturales), y/o cuando producen un deterioro signi-
nóstico en psicopatología, adquiere una especial relevancia en los ficativo en alguna área importante del funcionamiento de
TA, ya que las diferencias entre sus manifestaciones y «las reaccio- la persona.
nes adaptativas normales» no están nada claras.
Hemos visto cómo las sistemas de clasificación enfatizan la
necesidad de que los síntomas sean «clínicamente significativos», Dada la situación actual, se plantea por tanto corno objetivo
pero en la práctica es difícil establecer esta distinción_ En el DSM-5 prioritario la necesidad de investigar las vías por las c11ales los
se apela al grado de malestar y/o a la interferencia que provoca acontecimientos estresantes pueden conllevar desde uno reacción
el estresor. Téngase en cuento que esfe <<y/o» significa que puede adaptativa normal a una reacción clínicamente significativa, si na
bien darse o uno o el otro, pero que na tienen por qué darse ambos. queremos caer en lo «patalogización» de los problemas de vida,
!V1anual de ps1copatología. volumen 2

uno cuestión 'JO planteada en los primeros críticas a esto categoría


diagnóstico {p. ej., Fobrego y Mezzich, 1987)_ Es1o «potologización» :D Cuadro subclínico. Término que se suPIP :ipl.car cuando
podrío llevar a su vez o un exceso de medicalización de la pobla- ;:ior alguna razón no se supe~a el umbral de los criterios
ción, ya que muchos de estos trastornos son atendidos en primero diagnósticos exigibles para hacer el diagnóstico de un tras·
1n>tancio en atención primario por el médico, que suele ofrecer con torno 1ncntai determinado, bien porque e1 malest3.r no es
mayor frecuencia un tratamiento farmacológico, como veremos más muy intenso, o la duración e5 1njs breve, o el número de
adelante.
sí11ton1as es 1nenor.
b. Ausencia de características definitorias positivas
y estatus subc!ínico (subu.mbraf) de Jos TA
Otro de los dificultades inherentes o la hora de realizar el diagnós- En relación con lo primera cuestión, es evidente que los TA
tico de TA es que represento un diagnóstico basado principalmen- plantean problemas a la hora de diferenciarlos de los presentacio-
te en la etiología (se requiere necesariamente ia presencio de un nes subclínicas de otros trastornos q_ue hayan sido precedidos por
factor de estrés), junto con el curso longitudinal (se ha de resolver situaciones estresantes, como, por ejemplo. las categorías de otros
necesariamente cuando el factor de estrés se elimino, o se alcanzo trastornos depre>ivos o de ansiedad «especificados» y «no especifi-
un nuevo nivel de adaptación, o si no, pasaría o ser considerado cados». Desde un punto de vista clínico puede ser dificil decidir cuál
otro diagnóstico diferente). Aporte de estos requisitos, no hoy otras de ellos tendría prioridad, ya que podrían estor reflejando presenta-
características definitorios especificadas. especialmente en el DSM, ciones prodrómicas de estos cuadros psicopato!ógicos. Ni el DSM-5
donde na se incluyen criterios específicos de s1-ntomos «positivos» ni la CIE-11 dejan cloro esta cuestión Tampoco lo investigación
(Stroin et al., 2012). Sin embargo, lo mayoría de los trastornos psi- empírica ha abordado esto problemático_ Zimmerman et al. (2013)
quiátricos se diagnostican en base al número y duración de los sín- llevaron a cabo uno de los escasos estudios donde se compararon,
tomas. En otros palabras, el TA se conceptualiza de forma diferente en una muestra de 300 pacientes, aquellos diagnosticados de tras-
y se diagnostico sobre la base de diferentes dimensiones ((osey, torno depresivo no especificado <siguiendo !os criterios del DSM-!Vl
20141. y pacientes diagnosticados de TA. Los resultados mostraron que, si
A pesar de estas dificultades y limitaciones, no todos los autores bien no existían diferencias significativos o nivel de gravedad de los
consideran que esto falta de claridad de los criterios de los TA sea síntomas y deterioro en el funcionamiento, los pacientes diagnosti-
uno desvflntaja. Por ejemplo, autores especialistas en este ámbito cados de trastorno depresivo no especificado mostraron más onhe-
como Stroin y Friedman (2011l ven precisamente en esta ambigüe- donia, incapacidad para tomar decisiones y aumento de sueño y
dad un aspecto positivo yu que, tradicionalmente, esto ha favorecido apetito; mientras que los pacientes con TA mostraron más disminu-
la posibilidad de realizar uno detección precoz de estados mentales ción de apetito, pérdida de peso e insomnio. Asimismo, los pacientes
que cursan con un cuadro clínico vago e indiferenciado, pero cuya con trastorno depresivo no especificado tenían más probabilidad
morbilidad es mayor de la esperable en una reacción normal, y que de presentar trastornos comórbidos, como fobia social y trastorno de
pueden ser expresiones prodrómicas de trastornos más específicos personalidad. Sin embargo, dado que no se han llevado o cabo más
Por tanto, consideran que la categoría de los TA ha proporcionado estudios qufl intenten replicar estos resultados. o que comparen los
uno herramienta útil, que ha permitido el diagnóstico y tratamiento características asociadas a los TA con aquellas asociados a las pre-
de uno alteración emocional o de comportamiento que requiere sentaciones subclínicas de otros trastornos, este problema queda
intervención clínica. Sin lo existencia de esa etiqueto, esto no sería pendiente de verificación empírica.
posible. Es decir, nos permite diagnosticar e intervenir sobre esas En relación con la segunda cuestión planteada, si los TA consti-
«zonas grises» de la psicopatologío, antes de que los problemas se tuyen un cuadro clínico leve ya que no llegan o cumplir el número
agraven, se cronif1quen, o evolucionen o otros trastornos mentales de síntomas y/o su duración paro lo aplicación de otro diagnóstico
más complejos. psiquiátrico, parece que hay evidencio empírica que no apoya este
En este sentido, y como ocurriría en los dos sistemas de clasi- supuesto. Por ejemplo, diversos estudios han señalado la asociación
ficación, los TA seguirían considerándose coma un trastorno «sub- entre e\ TA y la ideación y conductas suicidas (p. ej., Briskmon et al.,
clínico», yu que no pueden ser diagnosticados cuando se supera el 2017; Casey et al., 2015; Pelkonen et al., 2005; Portzky et al., 2005).
Ulnbrol de otro trastorno, constituyendo, como señalan Moercker y Un estudio de revisión sistemática sobre esta temático, realizado
Lorenz (2018l, el único trastorno mentol en e! que la exclusión de por Fegan y Doherty (2019), confirma la presencia de esta impor-
otras categorías constituye una característica central y un criterio tante asociación en distintos países y culturas, fundamentalmente
importante. Por trastornos «subclínicos» se suele considerar aquellos entre la población juvenil y femenina. Entre los factores estresantes
que poseen algunos de los características clínicamente significativas más frecuentemente identificados se encuentran los conflictos con
de los trastornos con los que presentan similitudes, pero sin satisfa- el grupo de apoyo primario (familia, pareja y amigos) y los proble-
cer todos los criterios, en términos de o bien el número de síntomas mas económicos. Como veremos más adelante, el riesgo de conduta
o de su duración. Normalmente suelen reflejar cuadros clínicos en suicida es muy relevante en estos trastornos, por lo que la revisión
evolución o resolución, o condiciones transitorias que se resuelven sistemática antes comentada concluye que los TA constituyen un
espontáneamente, como ocurre con frecuencia en los TA (Bochem diagnóstico priori torio o tener en cuenta en las iniciativos de pre-
y Casey. 2018)_ Este estatus subclínico plantea dos cuestiones rele- vención del suicidio.
vantes. En primer lugar, sus diferencias frente o las presentaciones Por tanto, hay pocas dudas respecto a la importancia del dlog-
subclínicas de otros trastornos. En segundo lugar, hasta qué punto nóstico de los TA, lo q_ue nos lleva a enfatizar que no se puede tucer
la evidencio empírica ovalo que los TA constituyan un cuadro clínico sinónimo a «subclínico» de «leve» o «poco grave». Como vemos,
con consecuencias funcionales más leves q_ue otros trastornos. trastornos transitorios que en princip.io podría remitir espontánea·

330
Capitulo 10. Trastorr.os de ado;ptació11

rnenle, pueden conllevar consecuencias n1uy graves, por lo q_ue su ansiedad, TEPT y trastorna por abuso de sustan(ÍOS), p1esentaba11
consideración como uno categoría subclínico no estaría justificada. niveles más bajos de gravedad de síntomas y niveles más altos de
calidad de vida_ Sin embargo, los resultados también indicaban que
c. El probfe1na del solaparnienfo .Y de distinguir los TA el diagnóstico inicial de TA incrementaba el riesgo de ser diagnosti-
de otros cuadros cffrifr.:o:. cado de otro trastorno psiquiátrico o los 12 meses
En relación cor. el apartado anterior, otra cuestión problemática o Otro punto de solapamiento importante entre el TA y el TDM es
lo hora de diagnosticar un TA es establecer la línea de demarcación el que tiene que ver con los ideaciones y conductas suicidas Estos
entre estos trastornos y otros diagnósticos con los que se solapa. síntomas constituyen uno de los criterios diagnósticos del TDM. Sin
Aunque este ·~ema será trotado en el apartado de diagnóstico dife- embargo, algunos estudios ciue han comparado las ideas, intentos y
rencial, nos gustaría resaltar aquí los especiales dificultades q_ue conductos suicidas entre pacientes con TDf'lil y TA no han encontrado
conllevo en los TA debidos, de nuevo. o su conceptualización como diferencias entre ambos grupos en los medidas de ideación suicido
un diagnóstico de exclusión que no puede ser establecido cuando (Casey et al., 2015). Además, en el coso de los TA, la sintomotología
se cumplen los criterios de otro trastorno (Bochem y Casey, 2018). autolítica tiene unas coracteristicas que los hocen más complejos,
Los TA presentan un evidente y elevado solapamiento de sínto" ya que la evidencio indica que. cuando se comparan los pacientes
mas con los trastornos depresivos y el trastorno de ansiedad gene- con TA y con TDM, en los primeros la ideación suicida aparece con
ralizada <TAGJ. Hay que tener en cuento además que, aunque no un umbral de síntomas más bojo (Cosey et al., 2015), el intervalo
constituye un criterio o condición necesaria para estos trastornos entre las amenazas de suicidio y las conductos suicidas es más corto
(como sí lo es en el caso de los TA>. todos estos cuadros son des- (Runeson et al., 1996), y el comportamiento suicido aparece más
encadenados muy frecuentemente por acontecimientos de ~ida temprano en el curso del trastorno {Polyakova et al., 1998). Por tonto,
estresantes. Hasta la fecha, los estudios empíricos se han centrado estos datos señalan lo relevancia que tiene la evaluación, prevención
en las dificultades a la hora de delimitar los TA de los trastornos e intervención sobre esto grave sintomatología en pacientes con TA.
depresivos. Llamo la atención la ausencia de estudios q_ue comparen Por último, resaltar q_ue, a pesar de las similitudes y solapamien-
el TAG y los TA. Sin embargo, dado Q.Ue en su definición actual en la tos entre ambos trastornos, y de q_ue tas variables revisadas hasta el
CIE-11 el componente de «preocupación» por el factor estresante momento no permiten uno delimitación claro entre ellos, hoy estu-
y sus implicaciones constituye un criterio diagnóstico central en los dios que muestran que la trayectoria o curso temporal puede ayudar
TA, creemos que la diferenciación con el TAG centrará pronto la o guiar el diagnóstico diferencial entre ambos cuadros. Por ejemplo,
atención de la investigación. en el TA la resolución de los síntomas es más rápido y el retorno al
Por lo que se refiere al trastorno depresivo mayor (TDM>. su trabajo más temprano en comparación con el TDM (Greenberg et
umbral para ser diagnosticado es muy bajo, lo que provoco que nos al., 1995), así mismo los tosas de readmisión por recaída son más
podamos encontrar con situaciones paradójicas. Por ejemplo, tal y bajas (Janes et al., 2002).
como ilustran Casey y Doherty (2012), una mujer cuyo hijo acabe de
d. Falta de evidencia empírica para los subtipos
ser diagnosticado de cáncer y que presente estado de ánimo bojo,
anhedonia, problemas para dormir, disminución del apetito y falta Como vimos con anterioridad, el DSM,5 sigue manteniendo los mis-
de concentración, puede ser diagnosticada de TA si los síntomas mos subtipos que aparecían en el DSM-IV, llegando a incluir hasta
están presentes durante 13 días o menos, pero cuando se alcanza seis. Como señalan Moercker y Lorenz (2018), es difícil encontrar en
el día IJl., entonces el diagnóstico debe cambiar al de TDM. Clínica- otros categorías diagnósticas de trastornos mentales un rango tan
mente puede parecer que el diagnóstico más adecuado siga siendo amplio de subtipos. Además, y como incluso puso de manifiesto en
el de TA, incluso después de haber superado el punto de corte de las el grupo de trabajo del DSM-5, estos subtipos no han sido objeto de
dos semanas, pero el cambio en la etiqueta diagnóstico viene for- muchos investigaciones empíricas que apoyen su fiabilidad y validez.
zado por el req_uisito de duración. Todo ello sin tener en cuenta que De hecho, han sido cuestionados por distintas rozones, entre las
otro opción es considerar q_ue esta mujer está tal vez mostrando una ciue cabría destacar el hecho de que pueden llegar o encubrir los
reacción proporcional y, por tanto, aunque requiera asistencia psi- característicos comunes subyacentes del trastorno, el no estar aso-
cológica, no tendría por qué recibir ningún diagnóstico psiquiátrico. ciados o pronósticos específicos, ni ser relevantes para la selección
Para dificultar aún más los cosas, hay que destacar que algunos del tratamiento y que. en lo mayoría de los casos, la sintomatología
estudios no han encontrado diferencias entre pacientes con TDM característica es uno mezclo de síntomas emocionales y conductua-
y TA ni en la gravedad de los síntomas, ni en el deterioro en el les (Cosey y Bailey, 2011; Strain y Diefenbacher, 2008).
funcionamiento (p. ej., Casey et al., 2006). Si bien es cierto que los Desde la publicación del DSM-5, los estudios realizados siguen
resultados empíricos en este ámbito no son concluyentes ya que sin apoyar lo existencfo de subtipos. Por ejemplo, en el estudio
existen otros estudios ci.ue sí han detectado una mayor gravedad de realizado por O'Donnell et al. (2016) ctue analizaba lo trayectoria
los síntomas en pacientes con TDM frente o pacientes con TA, hay longitudinal de los TA, se observó que el perfil de síntomas más
que señalar que, incluso en estos últimos trabajos, la gravedad de común ero el mixto de ansiedad y depresión. Asimismo, el nivel de
los síntomas de los pacientes con TA se situaba en un nivel modera- gravedad de los síntomas (bajo, medio y alto) era la único variable
do (Doherty et al., 2014-; Fernández et al., 2012). En una líneo similar, que permitía establecer subgrupos dentro de los TA Por estos moti-
uno de los escasos estudios longitudinales realizados en este ámbito vos, los autores consideraban no probada y, por tanto. innecesaria
(O'Donnell et al., 2016l, en el que se llevó a cabo un seguimiento lo diferenciación de subtipos en función del perfil de síntomas. Otros
de 826 pacientes hospitalizados por diferentes lesiones o trauma- estudios empíricos se han centrado en poner a pruebo la estructu-
tismos, encontró que oque!los pacientes que, a los tres meses de ra multidimensional versus unidimensional del TA, mediante análisis
sufrir la lesión, cumplían los criterios de un TA, comparados con los factoriales confirmatorios y análisis de clases latentes (p. ej., Glaes-
que cumplían los criterios de otros diagnósticos (TDM, trastornos de mer et al.. 2015; Lorenz et al., 2018l. Sus resultados han mostrado

331
!\~anual de psicopatología. Volumen 2

una alta interrelación entre los factores, lo q_ue nuevarnente pone puntual en el tiempo, o mantenido durante largos períodos (p. ej.,
en entrecíicho lo plausibilidad de los distintos subtipos, y apoyan una situación de refugiado, de guerra, de inmigración, problemas
una concepción unidimensional del mismo_ económicos mantenidos, etc l. Incluso su intensidad puede ser muy
Tocios estas rozones y evidencia empír'1ca fueron las que hicieron elevada, como una agresión física o sexual, un atraco, etc, aunque
que el grupo de trabajo de In CJE-11 recomendara la no inclusión e'ito no suele ser tan habitual. Lo q_ue es necesario es q_ue el males-
de estos subtipos en su última edición, y eliminara los incluidos en tar y lo sin~omatologío se dispoien precisamente por fo presencia de
los ediciones previas. ese estresor. Es decir, hay que establecer una relación causal entre
las q_uejas de la persona y el (o los) acontecimientos estresantes. Sin
En definitiva, los TA siguen siendo uno categoría problemática esa relación causal, el TA no puede ser diogriosticado.
en los actuales sistemas de clasificación, que sigue sin contar ni
con un listado claro de sintamos (aunque la CIE-11 está haciendo En cuanto a la sintomatología q_ue la persono presenta debido a
un intento en e<>te sentido), ni con un criterio operacional para sus eso situación estresante, puede ser también cuolq_uier tipo de sínto-
conductas. Según estos sistemas, se puede considerar como un TA ma, emocional o comportamental. Según Ja CIE-11, el único síntoma
cualquier manifestación de una amplia gama de síntomas psico- que sería req_uisito es lo preocupación, q_ue puede ir acompañado
potológicos, siempre q_ue surja por la presencia de un factor estre- de rumiación, o de imágenes o pensamientos recurrentes. En la clíni-
sante, y siempre y cuando no se cumplan los criterios de otro tras- ca, los síntomas más frecuentes son bajo estado de ánimo, tristeza,
torno. E1ta conceptuolización ha sido vista durante mucho tiempo llanto, ansiedad, insomnio y problemas de concentración. Pero tam-
por distintos autores como demasiado amplia y vaga como para ser bién nos podemos encoritrar síntomas de ansiedad como opresión
clínicamente útil (p. ej., Casey, 2001; Semprini et al., 2010J, e incluso en el pecho o ahogos, así como sentimientos de desesperanza, mie-
ha habido voces q_ue reclamaban que estos trastornos no fueran do, de culpa, sentirse atrapado, de creer que no hay escapatoria ni
incluidos en los sistemas de clasificación. Sin embargo, en la actua- salida. dudas constantes, incapacidad para planear actividades o
lidad, autores especialistas en este campo (p. ej., Baumeister et al., llevar a cabo con normalidad lo rutina diaria, soledad, etc.
2009; Maercker et al., 2007: Moercker et al., 2013) defienden su En el caso de niños, los síntomas suelen ser algo diferentes_
estatus como condición diagnóstica plena con sus propios criterios Muchas veces san q_uejos somáticas (p. ej., dolores de cabeza, de
diagnósticos específicos. En este sentido, por ejemplo, Boumeister ertómago), problemas de conducta (p. ej., rabietas, hiperactividad),
et al. (2009) sugirieron, antes de la publicación del DSM-5, q_ue también nos podemos encontrar irritabilidad, problemas de sueño, e
esta clasificación no solo endureciera los req_uisitos de significación interferencia en el rendimiento académico. Eri Jos adolescentes, a lo
clínica, como ya se indicó anteriormente, s·1no que además -reco- anter"10r se le puede añadir tomb"1én uso de sustancias e implicación
nociendo los problemas de diagnóstico diferencial con otros trastor- en conductos de riesgo (p_ ej., conducir a gran velocidad). Por otro
nos- intentara una delimitación más precisa de las TA, sugiriendo lado, hoy q_ue tener 1ambién en cuenta que muchos veces los niños
para ello lo siguiente redacción: «Los factores de estrés también y adole>centes no expresan de manero explícita la relación entre
pueden desencadenar reacciones adversas q_ue se asemejan a los el estresor y los síntomas, por lo q_ue en estas ocasiones se debe
síntomas principales de lo depresión, los trastorrios de ansiedad o explorar la relacióri temporal entre el factor estresante y e! inicio
de conducta, sin embargo, estas reacciones están mejor clasifica- de la sintomatología, y hasta q_ué punto los síntomas que presentan
das coma trastornos de adaptación. sabre todo cuando e~i'ite una constituyen un cambio con respecto al funcionamierito anterior.
estrecho relación temporal entre el acontecimiento y la aparición Como nos recuerda la CIE-11, también nos podemos encontrar
de lo> síntomas y se prevé lo recuperación espontánea después de algunas especificidades en las personas de más edad, en los q_ue
un período de adaptación o cuando finalice el factor estresante» suelen ser muy frecuentes los quejas somáticas y la ansiedad sobre
{Boumeister et al., 2009, p. 1461. Como hemos visto, tampoco estos su salud.
propuestos fueron recogidas finalmente en el DSM-5_ Pera los esfuer-
En cuanto a la duración, el TA por definición está en conexión
zos y las reivindicaciories de estos especialistas por dotar a los TA
con la duración del e'itresor que lo provoca <o sus corisecuenciasl, no
de un estatus diagnóstico más claramente especificado han tenido
pudiendo ir mós allá de los seis meses porteriores ol cese de lo situa-
cierto impacto, y algunas de sus propuestas han sido contempladas
ción disparadora (o de sus consecuencias). Es decir, aunque un TA
en la versión actual de la CIE-11 (2018).
puede ser prolongado y durar más de seis meses (en este caso se
diagno'itica como crónico), esto so-lo puede ocurrir si e! estresor Ca sus
111. Descripción clínica consecuencias) son también crónicos. Sin embargo, y a pesar de que
esto es lo q_ue se indica en la descripción del trastorno, lo cierto es que
A. Características clínicas faltan e'itudios longitudinales q_ue investiguen la trayectoria del TA_

Como estomas viendo a Jo largo de este capítulo, los TA tienen


unas características clín'1cas muy heterogéneas, pero con un patrón
B. Epidemoiologia y curso evolutivo
etiológico muy claro. Se desarrollan cuando la persono se encuentra En cuanto a la prevalericia e incidencia de !os TA en Ja población,
ante una situación difícil o complicada, o ante un acontecimiento lo primero q_ue hay q_ue resaltar es la escasez de datos disponibles,
vital estresante al q_ue no logra adaptarse de manera adecuada. comparados con otros trastornos mentales. Tradicionalmente, los TA
Como comentamos, esto situación o acontecimiento puede ser no se hon incluido en los grandes estudios epidemiológicos reali-
cualq_uiera y de cualq_uier naturaleza, desde una ruptura de una zados, y contamos con menos datos y menos investigaciones q_ue
relación, sufrir maltrato o acoso, tener conflictos familiares, estor en otras categorías diagnósticas. Por otro lado, y aunq_ue se suele
en una situación de exámenes u oposiciones, pasar por dificultades considerar que los TA son diagnósticos muy frecuentes, lo cierto
económicas, etc. Pueden afectar solo o una persona, o a toda una es q_ue los estudios q_ue analizari su prevalencia varían muchísimo,
comunidod, como la pandemia por COVID-19. Ese estresor puede ser debido o diversos factores, entre los (tue destaca la diversidad de lo

332
Capitulo io. TrastornD'i de addpldtiun

procedencia de las muestras utilizadas y las problernas relacionados iransi1orio, q,ue suele ren1itir inclu~o e~poPtáneamente. y cuyo duro·
con los instrumen1'os de diagnóstico y evaluación {Grodus, 2017l. ción no excede al estreso1 <t.Ue lo 01igino {o o sus consecuencias).
Así, nos encontramos estudios que señalan tasas de prevalencia en Sin embargo, existen estudios realizados en poblaciones específicas
la población genera! de menos del 1%, pero que son criticados por que, como ya se ha comentado, señalan que los síntomas pueden
las limitaciones de los herramientas diagnósticas que se han uti" incrementarse con el tiempo, e ir evolucionando hacia un trastorrio
lizodo Por ejemplo, uno de los escasos estudios epidemiológicos más grave_ Recordemos, en este sentido, el estudio mencionado de
donde se ha incluido la evaluación de los TA es ei proyecto ODIN O'Donr1ell et al. (2016), que analizaba lo trayectoria longitudinal
(Qutcome of Depression lnternational Network Projecf) {Ayuso-Mo- de los TA, y en el que se encontró que las personas con TA a los
teos et al., 2001). Debido a que su objetivo era detectar trastornos tres meses del estresor (sufrir una lesión) veían incrementada por
con sintomatología depresiva siguiendo los criterios de la CIE-10, tres su probabilidad de ser diagnosticada de un trastorno rnós grave
solo se contempló el subtipo de TA con estado de ánimo depresivo. (p. ej., TEPT, TDM o TAG) a los doce meses. Este mismo estudio
Este estudio se realizó en cinco países europeos (Finlandia, Irlanda, encontraba que más del 31! % de los pacientes con TA seguían cum-
Noruega, España y Reino Unido) y se incluyó tanto población urbana pliendo los criterios de este diagnóstico al cabo de doce meses, lo
como rural (edades comprendidas entre los 18 y los 64 años). Los ciue sugiere que este trastorno no es tan breve y transitorio como se
resultados mostraron una prevalencia global de TA con sintomatolo- pensaba, al menos no en todos los casos.
gío depresiva del 0,3%, observándose variaciones muy importantes
entre países y siendo Finlandio el país con lo prevalencia más alto
(0,8 % en población urbana y 1% en lo rura!l. Casey et al. (2006) han
C. Diagnóstico diferencial y comorbilidad
criticado estos datos apelando o los problemas de definición del TA de los TA
y a lo escaso sensibilidad de Jos instrumentos de evaluación para
Como vimos en un apartado anterior. la conceptualización de los TA
diagnosticar este trastorno_ Sin emborgo. los estudios epidemioló-
como un cuadro subclínico lo relega o un diagnóstico de exclusión
gicos más recientes, llevados o cabo siguiendo la propuesto diag-
que no puede ser diagnosticado cuando la alteración relacionado
nóstica de los TA defendida por Maercker et ol. {2007l, tampoco
con el estrés cumpla los criterios de otro trastorno mental o cons-
obtienen tasas mucho más elevadas. Así, por ejemplo, en un estudio
tituya la exacerboción de un trastorno mental preexistente. Entre
llevado a cabo con población alemana (Moercker et al., 2012) se
todos los diagnósticos en los que es posible un solapamiento de
observó una prevalencia de 0,9% cuando se requería lo presencia
síntomas, destocan principalmente tres categorías a tener en cuento
no solo de síntomas, sino también de deterioro significativo en el
a la horo de realizar el diagnóstico diferencial de los TA_
funcionamiento o caus:a de ellos. Cuando se utilizó como criterio
exclusivo la presencia de síntomas, la prevalencia se incrementó has- a. Trastorno depresivo mayor
ta un 1,4-% adicional. Actualmente, hay otros datos que utilizando
instrumentos de evaluación más recientes han encontrado tasas de En un apartado anterior yo se han comentado las dificultades exis-
prevalencia de alrededor del 2 % CGlaesmer et al., 2015). tentes a la hora de establecer diferencias claras entre estos cuadros
Sin embargo, estos tasas de prevalencia se elevan de manera clínicos_ A pesar de ello. en lo> sistemas de clasificación se sigue man-
muy significativa cuondo estudiamos poblaciones específicas. Así, teniendo que no podrá diagnosticarse un TA si, en respuesta a un
por ejemplo, hay estudios q_ue señalan que llegaría hasta el 27 %en acontecimiento a factor estresante, la persona cumple los criterios de
personas en situación de desempleo (Perkonigg et al., 2018), o del un TDM. No ahondaremos más en las dificultades q_ue esta conceptua·
18% en personas en situación de duelo CKillikelly et al., 2019). Otro lización comporta, solo añadiremos un comentario que guarda rela-
población donde ha sido estudiado con frecueocia, ya q_ue la lite- ción, a su vez, con la comorbilidad de los TA. Tal y como se planteo en
ratura indica q_ue suelen aparecer frecuentemente, es oq_uello q_ue los sistemas de clasificación, los TA pueden darse conjuntamente con
sufre una enfermedad médica. Esta población es de especial inte- una amplia variedad de trastornos mentales. En este sentido, se señala
rés, yo que se plantea que la presencia de un TA puede complicar que lógicamente solo se podrá diagnosticor TA en el caso de que el
el curso de la enfermedad médico, favoreciendo e! incumplimiento otro diagnóstico con el q_ue presente comorbilidod no pueda explicar
terapéutico y prolongando los ingresos hospitalarios. En el coso de la sintomatología asociado a las reacciones ante el factor o aconte-
hospitalización médica por enfermedad aguda, hay datos que seña- cimiento estresante. Lo paradójico, por no decir contradictorio, es
lan que el TA es el diagnóstico má> común {llJ-%l. más del doble que entre los ejemplos que se citan en el DSM-5 se señala que «una
de los tasas de trastornos depresivos y de ansiedad (Silverstone, persono puede tener un trastorno depresivo o bipolar y un trastorno
1996l. Y en el caso de enfermedades crónicas, estas tasas se elevan de adaptación siempre que se cumplan los criterios para ambos»
de manera significativa. Por ejemplo, er1 pacientes oncológicos, un <DSM-5, P- 289, cursiva añod1dal_ Es difícil conjugar esta afirmación
metaanálisis en entornos paliativos y no paliativos (Mitchell et al., con el Criterio diagnóstico C de ese sistema de clasificación, es decir,
2011) informó de una tasa de prevalencia del 15-19%, comparable a es fácil suponer q_ue una persona con un TDM vea exacerbados sus
la del TDM y superior a la de los trastornos de ansiedad, y hay datos síntomas como consecuencia de la presencia de factores o aconte-
que indican una prevalencia incluso del 35 % en mujeres <Okamura cimientos estresantes de vida. En definilillO, y en nuestra opinión, la
ef al., 2000). Por último, en el estLJdio longitudinal antes comentado redacción del DSM-5 puede generar confusión ya que no ayuda a
reolizado por O'Donnell et al. (2016), se encontró que las estimocio- guiar al clínico a la hora de diferenciar entre estos trastornos.
nes de prevalencia de estos trastornos eran del 19% a los tres meses
y del 16 %a los doce meses, lo que lo convertía en el trastorno men- b. Trastorno de estrés postraumático y trastorno
tal más frecuentemente diagnosticado en esto población. de estrés agudo
En cuanto al curso de los TA se sabe muy poco, y existen solo Mientras que los acontecimiento~ q_ue pueden dar lugar a la apa-
escasas investigaciones. En general, se plantea que es un trastorno rición de las trastornos de estrés agudo y posfraumático suelen

333
f\llanual de ps1cop2tologioJ. \/olurT1e11 2

implicnr situaciones que conllevan un riesgo o un1enazu de violen- de ese 1nnlesla1 y por qué este estado persiste durante un perío
cia sexual, lesión, o muerte, los fociores estresontes que pueden da de tiempo. Sin embargo, hoy por hoy carecenios de modelos
precipita1 !a aparición de los TA puederi implicar cualquier nivel de que respondan o esas preguntas_ La escasa investigación realizada
gravedad_ Por tonto, el diagnóstico diferencial entre estos trastornos durante décadas en el campo de los TA también se ve reflejado
se realizorá en base al curso temporal y al perfil de síntomas en lo escasez de propuestas y modelos teóricos para explicarlos.
En cuanto al curso temporal hay que recordar que el trastorno Actualmente no existe un modelo reconocido que explique por qué
de estrés agudo se diagnóstico en el período comprendido entre en algunas personas fracasan los procesos de adaptación al estrés.
tres dios y un mes tras el acontecimiento traumático, mientrns que De momento, solo contamos con algunos intentos muy preliminares.
el TEPT no puede ser d1ognosticodo hasta haber posado a! menos un como los ofrecidos por el grupo de Moercker y el grupo de Botella
mes_ Por su porte, el TA puede aparecer de formo inmediata y per- y Bai'ios, que intentari describir los factores más importantes a la
sistir hasta seis meses después de la exposición a un acontecimiento hora de entender lo que ocurre en tos TA. Antes de resumir estas dos
traumático o a sus consecuencias. Ahora bien, en este caso, y dado propuestos. comentaremos brevemente los enfoques generales en
su carácter subclínico, el TA solo podrá diagnosticarse cuando el los que se suelen apoyar poro comprender estos trastornos, y q_ue se
perfil de síntomas presentado, aun siendo semejante al de los tras- basan eri los planteamientos teóricas propuestos para explicar las
tornos de estrés agudo y/o postraumático, no llegue a alcanzar el respuestas al estrés y su afrontamiento.
umbral para el diagnóstico de estos últimos.
Así mismo, el DSM-5 reconoce lo posibilidad de q_ue una per-
sono desarrolle el patrón completo de síntomas característicos del :J1 Afrontamiento. Conjunta de estrategias (emocionales,
trastorno de estrés agudo y/o postraumático. en respuesta a un cognitivas, conductuales) que la persona l1tll1za para ges-
acontecimiento estresante q_ue no cumpla con los estrictos req_uisi- tion<Jr demandas internas o externas que sean percibidas
tos de gravedad establecidos por este sistema de clasificación para como excesivas para las recursos del individuo.
que un acontecimiento seo considerado «traumático». Recuérdese
que en esta edición del DSM se han eliminado de la listo de «posi-
bles» acontecimientos traumáticos muchas situaciones en \as q_ue la En primer lugar, es necesario señalar que el estrés y sus res-
persona puede ver amenazado su sentido de integridad, como por puestos constituye un ámbito de investigación sobre el que se ha
ejemplo, el diagnóstico de una enfermedad grave. En este coso, este estudiado intensamerite desde hace ya varias décadas. Esa inves-
sistema de clasificación considero que el diagnóstico adecuado es tigación se ha realizado desde diferentes aproximaciones, q_ue han
el de TA. No obstante, dado que entre los seis subtipos especifica- perseguido comprender sus efectos sobre diferentes sistemas en el
dos dentro del TA no están contemplados estos síntomas, siguiendo organismo, entre ellos el sistema nervioso. Para poder tener una
la lógica del DSM-5. la persona debería recibir el diagnóstico de comprensión adecuado del estrés, es necesario considerar su sustra·
TA subtipo «sin especificar» <véase lo Tabla 10.ll. Consideramos to biológico, y el rol que ese sustrato tiene en los procesos de salud
que este modo de proceder diagnóstico, que ofrece este tipo de o enfermedad. No es el objetivo de este capítulo resumir lo amplia
soluciones de «compromiso», posibilita ci.ue dentro de lo categoría investigación llevada a cabo en este ámbito en psicobiología_ Baste
diagnóstica de los TA se puedan incluir manifestaciones clínicas muy recordar q_ue. desde uno perspectivo biológico, y desde los modelos
diferentes que pueden reci.uerir, o su vez, de diferentes intervencio- iniciales de Selye (19361 de hace yo casi un sigla, se planteo ciue el
nes terapéuticas, favoreciendo, de este modo, q_ue el TA siga siendo estrés es una reacción no específica a cualquier tipo de demanda
considerado por muchos clínicos como el «cojón de sastre» de los ambiental, que supone una omeriaza a lo homeosta>is, frente a la
sistemas de clasificación psiquiátrica. cual el organismo, para sobrevivir, reacciono con un gran número de
respuestas adaptativas que implican la activación del sistema ner-
c. Trastornos de la personalidad vioso simpático y el eje hipotalámico-pituitario-odrenal. La conside-
ración de todos estos mecanismos neurobiológicos es fundamental
Respecto o los trastornos de personalidad, hoy que enfatizar que
para entender estas respuestas, pero su exposición va mucho más
algunos de estos trastornos pueden hacer ci.ue la persona seo más
allá del alcance de este capítulo.
vulnerable ante las situaciones de estrés, favoreciendo la presenta-
ción de síntomas que se asemejen a los del TA. Del mismo modo, A la hora de entender los TA, es importante acudir a las enfo-
el estrés puede exacerbar los síntomas de algunos trastornos de ques ci.ue entienden lo respuesta al estrés como procesos transac-
personalidad. Por ello, será necesario considerar el funcionamiento cionales entre la persono y su ambiente. Eri esto línea, ciuizás el
de lo personalidad en lo historio previo a la hora de diferenciar estos modelo más extendido es el basado en lo teoría de Lozarus y Folk-
trastornos de los TA. En este sentido, solo pueden diagnosticarse de man (1984J_ De manero resumida, este modelo mantiene que las res-
forma comórbido ambos trastornos en el caso de que las síntomas puestas de una pe~ono ante una situación estresante pueden variar
ciue aparezcan en respuesta a un acontecimiento o factor de estrés de manera importante. y esto variación depende de los valoraciones
excedan a los que puedan atribuirse a los síntomas desodaptotivos que realice lo persono. Este modelo plantea tres tipos fundamenta-
del propio trastorno de personalidad. les de evaluación. La valoración primoria se refiere o la e~oluoción
del significado de la situación. Cuando nos encontramos con una
demanda externo o interno, podemos catalogarla en cuatro tipos:
O. La etiología de los TA como una amenaza (i. e., anticipación de un dañol, como un daño o
Como muy bien señalan Maercker et al. (2007), un modelo explica- pérdida (i. e., percepción de un daño ya producido), como un desafío
tivo de los TA debería exponer por qué algunas personas desarro· (i. e., como uno posibilidad de ganancia o de pérdida), o como un
llan un molestar intenso y desproporcionado cuando se encuentran beneficio (q_ue sería una valoración que no induce a reacciones de
en una situación estresante, qué procesos determinan la gravedad estrés). Pero nuestra respuesta al estrés no solo depende de cómo

lJij
Capitula 10, Tr·astornos de dcidptcc1ón

evaluen1os lo situación, sino que posteriormente enira en juego la


valoracíón secundaria, que se refiere a nuestra evaluación sobre
lo controlabilidad del estresor y sobre los propios recursos que tene-
mos para afrontar la situación, yo sean habilidades de afrontamien-
e -- -- ------------
PROBLEMAS )

to, apoyo social. o recursos materiales_ Por último, la evolt1oción no


-Amenaza percibida:
es una cuestión de todo o nado, sino q_ue es un proceso, por lo que
l
la siguiente etapa supone lo reevaluación, que implica procesos de
retroalimentación que van surgiendo a medido que se desarrollo la
interacción entre el individuo y las demandas externas o internas, y
que permite que se produzcan correcciones sobre los valoraciones
previas. Por tonto, siguiendo este modelo, una persona puede mos-
/
Dis~~i~~ión ,
«El horror»

,-----'--~
Falta de recursos
trar intensas respuestas de estrés ante situaciones no consideradas autoeficacia - Sensación de
como excesivamente deinandantes si las considera como muy peli- personal 1
incapacidad
grosos o muy negativas para ella, o si considera que no tiene los - E~ar desbordodo
recursos suficientes o adecuados para hacerles frente. Este modelo - No poder hacer
nos permitiría identificar las etapas y procesos más relevontes que frente
Afrontamiento - Desesperanzo
nos ayudarían a explicar por qué una persono considera o no una
situación como estresante, peligrosa o potencialmente dañina. A inadecuado
partir de ahí. se pondrían en marcha una serie de respuestas y de
conductas, que en el caso de los TA suponen manifestaciones sinto- Sintomatología
máticas muy diversas. clínica
En cuanto a teorías específicas del TA. como antes comentá- -Ansiedad
bamos, hay muy pocos modelos teóricos que abordan de forma - Depresión
específica este trastorno, de entre los que destacaríamos dos. El - Comportamientos
primero de ellos, el modelo del grupo de Maercker (2007), se basa ineficaces
fundamentalmente en los teorías establecidas para el TEPT. Argu-
mentan que es lógico que los modelos teóricos del TA se aproximen
o los modelos del TEPT y otros trastornos relacionados con el estrés, )) Figura 10.1. Modelo de los trastornos de adaptación de
aunque existan importantes diferencios entre ellos. La principal Botella, Baños y Guillen [2008).
diferencio es la intensidad de los estresores. Generalmente el TA
está provocado por un evento estresor identificable que suele estar
relacionado con situaciones difíciles, pero cotidianas. de carácter
eminentemente psicosociaL Es decir, en la mayoría de las ocasio· igualmente poro comprender los síntomas de intrusión, evitación, y
fracaso en lo adaptación del TA (Moercker et al., 2007)
nes. el evento estresante no suele poner en peligro la vida de las
personas con TA, por ello, las respuestas intensas ante el estrés y El modelo planteada por Botella et al. (20081 sitúa como fac-
los cambios biológicos a corto plazo que se producen en el TEPT tor relevante q_ue determina la generación de los TA la evaluación
(p. ej., reacciones de lucha y huida, niveles extremadamente altos de negativo y distorsionada q_ue lo persona hace del acontecimiento
hormonas del estrés) puede que no sean especialmente relevantes estresante y de las propias capacidades de afrontamiento, magni-
a la hora de explicar el TA. Sin embargo, de acuerdo con Maercker ficándose el primero y minusvalorándose las segundas. Estas eva-
{2007l, los TA comparten algunos síntomas con estos diagnósticos luaciones generan un fuerte sentimiento de indefensión que dan
de su mismo grupo. Así, en los TA también podrían aparecer intru- lugar al establecimiento de un cuadro sintomático caracterizado
siones, consistentes en recuerdos involuntarios, recurrentes y angus- por pensamientos negativos (p. ej., «Esta situación es horrorosa»,
tiosos relacionados con el acontecimiento. Además, tambié11 puede11 «No voy a poder superarlo»), sintamatología clínica negativa <p_ ej ..
darse síntomas de evitación, referidos a pensamientos, situaciones tristeza, ansiedad) y comportomientos desajustados Cp. ej. evitación.
o actividades, cuyo fin es intentar disminuir el malestar. Por últi- consumo de sustancias). Todos estos elementos se retroalimentan
mo, se produciría un fracaso en la adaptación, que reflejarla la negativamente creando un círculo vicioso q_ue mantiene y agravo
incapocidad de la persona para procesar adecuadamente la expe- el problema, generando sentimientos de desesperanza, actitudes
riencia, monifestándose en cambios comportamentales y emocio- de derrota y confirmando, a modo de profecía auto-cumplido, lo
nales, como el abandono de actividades, cambios en las relaciones ineficacia personal <véase la figura 10.ll. Es por este motivo que
interpersonales, disminución de la autoconfianza, etc. Todos estos las estrategias de intervención estarían dirigidas, en primer lugar,
síntomas se retroalimentarían entre sí provocando que el trastorno a la modificación de las creencias disfuncionales, la generación de
se prolongara en el tiempo_ Para explicar la presencia de estos sín- nuevas formas o recursos de ofrontamiento y la práctica de las habi-
tomas, Maerker se apoya en las teorías del TEPT. como las de Foa lidades de regulación de la respuesta emocional del individuo, todo
<Foa y Mcnally, 1996), Ehlers y Clark (2000), o Brewin et al. {1996), ello con el objetivo final de q_ue la persona recobre la confianza y
que explican por qué surgen los intrusiones, y cómo la evitación continúe con su vida, sintiéndose más fuerte y capaz, y adquiriendo
implica un intento de reducir el malestar que sufren estos personas. uno perspectiva diferente de los problemas. como oportunidades
De acuerdo con Maercker, estos teorías conformarían la base sobre para aprender y crecer.
la cual entender los síntomas del TA, enfatizando que se trata de Hoy por hoy, ninguno de estos modelos explica totalmente por
un trastorno de respuesta al estrés y q_ue, por tanto, los procesos y qué ocurren los TA en algunas personas, ni cuenta con investigación
mecanismos postulados para comprender el TEPT deberían servir empírica que lo sustente, ni es lo suficientemente completo corno
Mar:ual de pJlcopatologid. Volu·ren 2

paro explicar lo heterogeneidad de problemas q,ue se engloban con que lo pre.1encia de un e~caso apoyo socio! es un factor de
dentro de los TA y sus diferentes trayectorias_ En este sentido, estos riesgo q,ue puede ayudar en la predisposición a desarrollar un TA.
modelos presentan limitaciones importantes, yo que no describen ni Relacionado con esio, se ha planteado que quizá estas personas
identifican claramente los factores de vulnerabilidad o protección cuenten con menos apoyo social en situaciones adversas porq_ue tal
que puedan dar cuento del hecho de que unos personas desarrollen vez presenten déficit en las de habilidades socioles {Casey, 2018)_
TA y otras no. La vivencia de experiencias adversas o estresantes
no necesariamente da lugar a trastornos psicopatológicos, sino que b. Factores de proteccíón
puede contribuir a una adaptación positiva en el futuro, e incluso En el caso de los factores de protección aún hay menos investiga-
a una mayor resiliencia. A ello vamos en el siguiente apartado, o la ción q,ue poro los factores de riesgo_ En ege campo, destaco el estu-
necesidad de considerar los factores que hocen a las personas más dia de la «resiliencia» como un proceso que facilita la adaptación
vulnerables para (o las protegen del desarrollar un TA. a las adversidades. La resiliencio no significa uno protección para
no experimentar ningún síntoma, sino q,ue se refiere sobre todo a
a. Factores de riesgo la capacidad de movilizar habilidades de afrontamiento que ayu-
Actualmente existe muy escosa investigación sobre los mecanismos dan a mantener el eq_uilibrio frente a la adversidad_ Además, este
que subyacen al desarrollo de los TA. aunq,ue, como en los modelos constructo no es estático y puede q,ue un individuo sea resistente
generales de psicopatología, se plantea la importancia de considerar a un determinado tipo de factores estresantes pero no a otros, o
el papel de la predisposición y lo vulnerabilidad individual. es decir. puede que lo sea en unos momentos de su vida pero no en otros.
identificar potenciales factores de riesgo q,ue puedan predisponer Además, no hoy uno única vía q_ue conduzca a la resiliencia, sino
al trastorno. Los escasos estudios realizados hasta el momento en que contribuyen múltiples factores, algunos de los cuales pueden
este sentido no han identificado variables diferentes a aq,uellas que ser maleables y moldeados, mientras q,ue otros son fijos. En general,
se suelen encontrar para otros trastornos mentales. Por ejemplo, se parece q,ue variables como el optimismo, la flexibilidad cognitiva,
plantea q,ue las dimensiones de personalidad podrían jugar un papel el afrontamiento activo. el apoyo social, la dirección y el sentido en
importante en la vulnerabilidad al TA. Recuérdese q,ue incluso en el la vida, junto con lo actividad físico y estilos de vida saludables son
DSM-I se llegaron a llamar «reacciones transitorias de lo persona- factores q,ue influyen y promueven la resi!iencia (Casey, 2018). En
lidad». En este sentido, se han señalado dimensiones como el neu- cualquier caso, este es un campo q_ue lleva aún una escasa tradi-
roticismo, la introversión, el psicoticismo, así como rasgos de evita- ción en investigación en psicopatología, y se espera q_ue !os próxi-
ción del daño, y puntuaciones bajos en cooperación, autodirección y mos años se promueV<Jn muchos estudios en esta dirección que nos
autotrascendencia <Na et al., 2012l_ Sin embargo, todas estas dimen- ayuden a entender cómo algunas personas responden de manera
siones también suelen encontrase como factores de vulnerabilidad adaptativa y resiliente a las situaciones adversas, y cómo trasladar
para muchos otros trastornos, y no constituyen un factor de riesgo este conocimiento para entender mejor los TA.
específico para los TA. Por otro lado, y como hemos visto anterior-
mente, los datos epidemiológicos señalan ci.ue los TA tienen una sig-
nificativo comorbilidad con los trastornos de personalidad (que oscila IV Recomendaciones para la
entre el 15% y el 73% según los estudios) <Casey, 2018). lo que aún
refuerza más la importancia q,ue puede tener la personalidad como evaluación y el tratamiento
factor de vulnerabilidad en las respuestas al estrés desadaptativos.
La ausencia de criterios diagnósticos claramente definidos en el TA
También se ha señalado q,ue !as experiencias tempranas podrían ha obstaculizado el desarrollo de instrumentos diagnósticos especí-
ser factores de riesgo relevantes para sufrir un TA. Por ejemplo, existe ficos y adecuados para su evaluación (O'Donnell et aL, 2019; Strain
alguna evidencia de q_ue la historia previa de experiencias traumáti- y Friedman, 201D. De hecho, algunas de las entrevistas diagnósticas
cas y estresantes podrían desempeñar un papel en la gravedad del estructuradas de uso común en la práctica clínica no incluyen ningún
trastorno. También se ha sugerida que el estilo de apego y el exceso módulo concreto para el diagnóstica de este trastorno. como por
de protección podría aumentar lo vulnerabilidad de un individuo a ejemplo, lo Entrevista Diagnóstica Internacional Compuesta ((om-
mostrar reacciones anormales de estrés, y q_ue esta relación podría posife International Diagnostíc Jnterview, CID!; Kessler y Üstun,
estar mediada por la experiencia de la ansiedad de separación tem- 200lfl. Por otro lado, aunq,ue la Entrevista Clínica Estructurada del
prana (For-Wey, Fei-Yin, y Bih-Ching, 2002: Giotakas. 2002l. DSM-5 (Structured Clinical Jnterview far OSM-5, SCID; First et al.,
Otra área muy relevante entre los factores de riesgo para los TA 2015) y la Entrevista para la Evaluación Clínica en Neuropsiquiafría
son, sin duda, los déficits en las estrategias de afrontamiento_ Algu- (Schedule for Clínica/ Assessment in Neuropsychiatry, SCAN; OMS,
nos estudios destacan el papel q,ue puede tener el uso de conductas 199lfl sí <1,ue contemplan la evaluación del TA, lo hacen de formo
y estrategios de afrontamiento desadaptativas, como utilizar estra- poco satisfactoria CCasey, 201lf; O'Donnel1 et at., 2019). En la SCAN, la
tegias pasivas, autoculpatorias y/o evitativas, q_ue parecen estar evaluación de estos trastornos se incluye al final, después de q_ue se
relacionadas con una mayor sintomatología en el TA (Vallejo-Sán- hayan contemplado los criterios del resto de trastornos, y no incluye
chez y Pérez-García, 2017). Actualmente también se planteo si vuria- preguntas específicas para ayudar a realizar el diagnóstico, excepto
bles afectivas como la expresión y regulación emocional podrían q_ue los síntomas y los criterios no deben haber sido recogidos en las
tener un papel en la predisposición a estos trastornos. Por ejemplo, secciones anteriores. De forma similar. en la SCID las instrucciones a
lo alexitimia -o las dificultades en la capacidad para experimentar los entrevistadores especifican que este diagnóstico no se realizo si
y describir las emociones- también se ha considerado un factor de se cumplen los criterios para otro trastorno psici.uiátrico.
riesgo para los TA <Chen et al. 2011l. En los últimos años se han publicado algunas entrevistas diag-
Por último, un grupo de factores q,ue se ha relacionado con los nósticos específicas para lo evaluación de los trastornos de adap-
TA se encuentro en la esfera social. Por un lado, nos encontramos tación. Siguiendo los criterios del ÓSM-5, en 2014 se publicó la

336
Capitulo io. 1ras ternos de adaptauón

D1agnostic Irift'rview Adjustrnent Disorder(DlAD; Cornelius et al.. atenuar su impacto, mejorar la calidad de vida y reestoblecer el
2014) ctue, a través de 29 preguntas, evalúa en primer lugar, los funcionam1en1o_ En segundo lugar, las intervenciones van dirigidas a
acontecimientos vitoles estresantes que han ocurrido en los tres mejorar las capacidades de ofronta1niento del pacien1e para maxi-
aílos anteriores. Lo siguiente sección trota de establecer lo fecha de mizar su adaptación_ En este sentido, se suelen utilizar diferentes
comienzo del/los acontecimiento/s estresante/s, si todavía está/n estrategias cognitivas (p ej., discusión cognitiva, aceptación, fomen-
presente/sen el momento de lo evaluación, y, si no es así, cuando to de la flexibilidad) q,ue ayuden a fomentar estrategias adaptativas
finalizó o finalizaron. A continuación, se evalúan los síntomas. el de afrontamiento a nivel cognitivo. Por su parte, a nivel compor·
nivel de molestar q,ue generan, así como la relación temporal entre tarnental. los programas de activación conductual pueden facilitar
el/los factor/es estresante/s y su aparición. Por últi1no, se valora el las expectativas y experiencias de autoeficacia. Poi último, otro
nivel de deterioro ocasionado por la sintomatologío. Aunque en este objetivo importante para reducir los niveles de malestar experimen·
estudio yo se realizó un primer análisis de la validez de contenido y todos y mejorar el funcionamiento a largo plazo, es la eliminación
de constructo de este instrumento de evaluación, es necesario más o reducción de los síntomas específicos [J.Ue manifiesta el paciente.
evidencia empírica que analice su bondad psicométrica <Maercker Dada la amplia variedad de síntomas [J.Ue pueden presentarse en el
y Lorenz, 2018; O'Donnell et ol., 2019l. TA <sobre todo siguiendo los criterios del DSM-5l, los enfoques tera-
Siguiendo las directrices del grupo de trabajo para el diagnós- péuticos en este caso pueden adoptar diferentes estrategias ya que.
tico del TA en la CIE-11, el grupo de Maercker ha elaborado el como señalan Domhardt y Baumefster (2018), un perfil de síntomas
Adjustment Disorder-New Module <ADNM; Moercker et al. 2007), inespecíficos (p. ej., síntomas mixtos de depresión y ansiedad) o un
ctue ha sido actuolizoda a los criterios finalmente establecidos en perfil caracterizado por una presentación subdínica del trastorno
este sistema de clasificación <ADNM-20; Lorenz, et al. 2016l <véase de estrés postraumático pueden requerir intervenciones diferentes.
Kazlauskas et al., 2018, para una revisión). Este instrumento está En general, podríamos concluir que los escasos estudios sobre el
disponible en formato de entrevista clínica estructurada y como tratamiento de los TA aconsejan que la intervención seo focal, breve
cuestionario de autoinforme. En ambos casos, comienza con un lis- y rápida, utilizando estrategias cognitivo·comportamentales basa·
tada de acontecimientos estresantes frecuentes, posteriormente se das en la evidencia. y considerando las dificultades de la persona
evalúan los síritomos centrales del TA <la preocupación y el fracaso para hacer frente al estrés, evaluando sus capacidades personales
de adaptación) y la posible sintomatología asociada (p. ej., esta- y brindando un contexto de apoyo y seguridad, donde se pueda
do de ánimo deprimido, ansiedad, evitación, problemas de control facilitar la expresión emocional y facilitar los significados y reinter-
de impulsos}. A continuación, se mide el nivel de deterioro en las pretaciones del estresor <Baílos et al., 2008).
distintas áreas de funcionamiento. Por último, se pide o las perso- En cuanto a la eficacia de las propuestos terapéuticas, la revi-
nas ctue señalen el período de tiempo q_ue llevan presentando la sión sistemática de O'Donnet et al. (2018) indica [J.Ue la calidad
sintomatología << 1mes, 1-6 meses, 6 meses-2 aííosl. Los estudios de la evidencia disponible hasta el momento para los tratamientos
de validación del ADNM. realizados hasta lo fecho, proporcionan tanto psicológicos como farmacológicos es «baja"' o «muy baja»,
evidencia de su fiabilidad, validez y utilidad clínico <p. ej., Bachem ya q,ue la moyorío de los estudios presentan limitaciones, como
et al. 2017; Glaesmer et al. 2015; Lorenz et al., 2016; Loreriz et al., muestras pequeños. falta de seguimientos, o no contar con medidas
2018; Zelviene et al. 2017). específicas para los TA.
En cuanto a las guíos y recomendaciones para el tratamiento de Por tanto, estamos ante un campo en el [J.Ue se necesita seguir
los TA, nos podemos encontrar con dos alternativas: farmocológica investigando. y en el que muy probablemente asistamos a grandes
o tratamientos psicológicos. En cuanto a la primera opción, es una avances en los próximos aííos, como la inclusión de estrategias de
de las más utilizadas en el ámbito de Ja Atención Primaria en nues- intervención específicamente dirigidas a promover factores protec·
tro país. un contexto donde acuden un porcentaje significativo de tares, o el uso de las tecnologías, como Internet o los móviles, para
personas con estos problemas. Sin embargo, es necesario insistir en mejorar la diseminación de estos programas. Todos estos avances
la cautela a la hora de prescribir esta opción. dado que en general 'IOn a suponer sin duda una gran contribución [J.Ue mejorará la efi-
solo tienen como objetivo aliviar los síntomas del malestar o la sin- cacia y eficiencia de las intervenciones psicológicas, y harón dis-
tomatología asociada {como insomnio, etcJ, teniendo que contar ponibles y accesibles intervenciones basadas eíl la evidencia paro
además con los efectos colaterales y el período de latencia hasta muchos personas, incrementando su eficiencia, efectividad y esca-
que se produce la respuesta esperada. Por ejemplo, para muchos labilidad.
antrdepresivos el efecto clínico suele iniciarse a partir de la 3.u-4.º
semana de tratamiento, alcanzando su máxima eficacia tras 8-10
sernanos del mismo. Esto hace que no sea el tratamiento de elección
mas aconsejable.
V. Resumen de aspectos
En cuaílto a los tratamientos psicológicos, en general su objetivo fundamentales y
fundamental es favorecer la toma de perspectiva ante la adversi-
dad por porte de la persona. En este sentido, lo mayoría de ellos
tendencias futuras
comparten, fundamentalmente, tres componentes CDomhardt y Bau- Los TA se definen como una reacción de desajuste o inadaptación,
meister, 2018; Strain y friedman, 2014-J. En primer lugor, reducir el [J.Ue puede cursar prácticamente con cualquier síntoma emocional
impacto del factor estresante, bien mediante su eliminación, o si no (ansiedad, depresión, ira, etc.lo del comportamiento (absentismo,
puede ser -como ocurre en el caso de acontecimientos estresantes violencia, etc.l, y que se desarrollan en respuesto o uno o más acon-
crónicos y no modificables (p. ej., el diagnóstico de una enfermedad tecimientos estresantes identificados El requisito, ademós de lo pre-
amenozonte para lo vidal-, se propone utilizar otras estrategias, sencia claro de un estresor o varios estresores que disparen el tras·
como el fortalecimiento de! sistema de apoyo social, que pueden torno, es ctue la persona se queje de malestar, o ctue se produzca
Manuoil de psicopato:og1a. Volumen 2

una merma en su funcionamiento cotidiano personal, es decir, que presente: 1·an~o el molestar como la interferenc1al. Por otro lodo,
se produzca una notable interferencia social, persone! o laboral en mientras que el DSM-5 s·1gue inanteniendo la diferencia de subt'1pos
su vida. Esto defm1ción vaga y laxa de los TA ha generado muchos en función de la s1ntomatología mós importante, la CJE-11 ya no los
debates en los últimos años, sobre todo por lo que respecta a la dife· incluye en su clasificación actual. La escasa investigación que ha
renciac1ón entre este 1rastorno y una reacción «normal» ante una tenido este trastorno ha provocado que los datos sobre su epidemio-
s-ituación estresante, y la diferenciación entre este trastorno y otros logia. curso, etc, sean aún paco concluyentes, aunque se mantiene
(fundamentalmente TDM y TAG), con los que presenta un solapa- que son 1rastorr1os muy frecuentes -especialmente en subgrupos
miento importantísimo de síntomas. Esto hace que algunos autores de población que están en una situación estresante-, y que suelen
consideren esta categoría diagnóstica como subumbral o subclíni- ser breves y de sintomatología moderada, aunque pueden darse
ca, y q_ue también se critique la utilidad de este diagnóstico A pesar también síntomas graves, como la ideación y conducto suicida. Por
de ello, los sistemas de clasificación actuales (DSM-5 y CIE-lll lo último, existen pocos modelas explicativos para estos trastornos, y
mantienen y lo incluyen en el grupo de trostornos relacionados con los que hay suelen basarse en los planteomientos generales sobre los
el estrés. Sin embargo, existen diferencias importantes entre ambas respuestos al estrés, y las valorociones que los personas hacemos de
clas"1f1caciones, y mientras el DSM 5 sigue la línea que había hasta los factores estresantes y de nuestras capacidades de afrontamiento.
el momento de no especificor síntomas, y de ser más laxo en cuanto Sin embargo, aún queda mucho por investigar sobre cuáles son los
o lo existencia de «Significación clínico» (planteando que puede factores de vulnerabilidad y cuáles los protectores para poder enten-
diagnosticarse cuando haya o bien rnalestor o bien interierencial. der por qué algunas personas responden a las situaciones estreson-
la CIE-11 ha optado por incluir algunos síntomas concretos (como tes de manero desproporcionada. Se trato de un campo en el que
lo preocupación, y la presencia de imágenes intrusivas y rumiación), en los próximos años se producirán grandes avances, tanto en su
y ser más estricto para hacer el diagnóstico (exigiendo q_ue estén comprensión como en su evaluación y tratamiento.

••Términos clave
Afrontamiento 334 Significación clínica 329 Trastornos relacionados
Cuadro subclinico 330 Subtipos de trastornos con traumas y factores
Estresor 326 adaptativos en el DSM-5 327 de estrés 326
Reacción adaptativa al estrés 326 Trastornos de adaptación 326

338
Capitulo 10. Trastornos de adaptación • •

••Lecturas recomendadas
Casey, P (2018) Adjustment Disorder From Confroversy to Clinical Prac- casos de pacientes, adjuntando presentaciones clínicas. y descri-
t1ce. Oxford: University Press. biendo detollodomente los instrumentos de diagnóstico disponi-
Se troto de uno de los pocos rnonuoles totalmente dedicados a los bles, junto con ios resultados de sus propiedades psicométricas_
TA. En este libro, la autora, que es uno especialista en este campo, Strom, O_ J y Friedman, M. J. 12011) Considering adjustment disorders
resume las polémicos más importantes y lo investigación más rele- os stress response 1yndromes for DSM-5_ Depression ond Anxiety,
vante realizada hasta al momento. 28, 818-823.
Kazlauskos, E, Zelviene, P., Lorenz, L, Quera S. y Moercker, A. (2017). En este artículo, se plantea el TA como un síndrome de respuesta
A scoping review of IC0-11 odjustment disorder research_ European al estrés. se discute la falta de instrumentos de evaluación eston-
Journal of Psychotraurnolology, 8:sup7. darizodos, se revisan los criterios del DSM-IV y los que entonces
En este artículo se examinan los avances recientes en lo investiga- estaban propuestos para el DSM-5, además se sugiere una agenda
ción de los TA considerados en lo CJE-11 y se debaten los estudios para futuras investigaciones_
de validación de su diagnóstico, los instrumentos de evaluación Stein, D. J., Rouillon, F. y Maercker, A. (2018l. New perspectives on
disponibles, y la evidencio sobre su tratamiento, además de esbo- adjustment disorder, The World Journol of Biological Psychiatry,
zar las perspectivas futuras de la investigación y la práctica clínica /9:sup!, Sl-S2_
para este trastorno. Se trato de un número especial, completamente dedicado a los
Maercker, A., Lorenz, L. {20!8) Adjustment disorder diagnosis: Impro- TA, en el que participan los grupas más importantes que están tra-
ving clinical utility. The World Journal of Biological Psychíatry, 19 bajando en este ámbito o nivel internacional, y se revisan tonta
(1), 3-13. cuestiones de diagnóstico como de tratamiento.
En este artículo se esbozan las características clínicos de los TA
según la CIE-10, CIE·ll y DSM-5, y se proporcionan viñetas de

••Referencias
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Capítulo 10. Trastornos de adaptación tltl

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tt Manual de psicopa1ología. Volumen z

•• Autoevaluación
l. Los trastornos de adaptación (señale la alternativo 6. El modelo del grupo de trabajo de Maercker y cols. (2007)
incorrecta): sobre !a etiología de los trastornos de adaptación parte o se
a) Suelen ser una categoría diagnóstica frecuentemente uti- fundamenta en las teorías explicativas ya establecidas para:
lizada en la práctica clínica. al Lo depresión.
bl Se de~arrollan siempre en respuesta a uno o n1ás aconfe, b) El trastorno de estrés po>traumático.
cimientos estresantes. el El trastorno de ansiedad generalizada.
el Implican la aparición de amnesia d1sociotiva respecto a dl Los trastornos disociativos
algunos acontecimientos estresantes 7. Entre las directrices generales de los tratamientos psico-
dl Una vez finalizada la situación de estrés o sus consecuen- lógicos para los trastornos de adaptación se encuentran
cias, los síntomas no se mantienen durante más de seis !señale la altsrnativa incorrectol:
meses. al Reducir el impacto del factor estresante.
2. Una de las diferencias existentes entre el DSM-5 y la bl Mejorar las capacidades de afrontamiento.
CJE-11 a la hora de describir las caracteristicas de los el Lo eliminación de los síntomas específicos que presente
trastornos de adaptación es que la CIE-11: la persona.
al Establece más subtipos dentro de esta categoría diagnós- dl Confrontar a lo persona con la realidad poro mejorar sus
tica. déficits perceptivos.
bl No requiere la presencia de un deterioro significativo en 8. Actualmente. la evidencia empírica existente sobre la efi-
las distintas áreas de funcionamiento de la persona. cacia de los programas de tratamiento para los trastornos
el Considera que las síntomas pueden aparecer de forma re- de adaptación oscila entre:
tardada al suceso estresante (hasta un año después del al Bajo o muy bojo tonto paro los tratamientos farmacológi-
mismo). cos como psicológicos.
dl Establece como característica esencial de este trastorno la bl Moderada para los tratamientos psicológicos y baja para
presencio de preocupación excesiva por el acontecimiento los farmacológicos.
estresante o sus consecuencias. el Moderada para los tratamientos farmacológicos y baja
l. Entre los subtipos de trastornos adaptativos especifi- paro los psicológicos.
cados en el OSM-5 se encuentran <señale la alternativa dl Moderado tonto para los tratamientos psicológicos como
incorrecta): farmacológicos.
a) Con estado de ánimo depresivo. 9. lCuál de los siguientes factores de riesgo ci.ue predispo-
nen ol desarrollo de los trastornos de adaptación aparece
bl Con síntomas de estrés agudo. exclusivamente asociado a estos trastornos?
cl Con ansiedad. al Alto neuroticismo_
dl Con alteraciones de conducta. bl Un patrón de crianza caracterizado por uno sobreprotec-
IJ. Entre los principales problemas que se presentan a la cián paternal.
hora de diagnosticar un trastorno de adaptación se el La alexitimio.
encuentran:
dl Ninguna de las anteriores es correcto.
o) Su diferenciación de los respuestos normales al estrés.
10. lCuát de las siguientes afirmaciones sobre la evaluación
b) Lo falta de evidencia empírico para los subtipos. de los trastornos de adaptación es correcta?
cl Su solapamiento con las presentaciones subclínicas de al Es recomendarle evaluarlos una vez finalice la situación o
otros trastornos factor estresante para valorar de manera más precisa los
dl Todos las alternativos anteriores son correctas. secuelas que ha provocado en lo persono.
5. Entre los síntomas ci.ue pueden estar presentes en los tras- bl Es recomendable evaluarlos solo o través de cuestionarios
tornos de adaptación se encuentran (señale la alternativa de outoinforme ya q_ue, durante lo entrevisto clínico, lo
incorrecta>: persona suele mostrarse retraída y esquiva_
al Distorsiones perceptivas. el Su evaluación rio está incluida de forma apropiado en los
principales entrevistas diagnósticos de uso frecuente en la
bl Sentimientos de inquietud. práctica clínico.
c) Lo ideación y conductas suicidas. d) Es muy difícil su evaluación debido al estado de desorien-
d) Bajo estado de ánimo. tación que presenta la persona durante el trastorno.

3112
PARTE 11
Trastornos psicóticos, de personalidad
y antisociales
CAPÍTUL011

EL ESPECTRO DE LA ESQUIZOFRENIA
Y OTROS TRASTORNOS PSICÓTICOS
Juan F. Rodríguez-Tes/al Eduardo Fonseca-Pedrero, Gloria Bellido-Zanin,
Cristina Senín-Calderón y Salvador Perona-Garcelán

I. Introducción 31.15 VIII. Trastorno psicótico breve o agudo y transitorio 361


IL Clasificación 346 A. Diagnóstico y características clínicas 362
111. Características transdiagnórticas 31.17 B. Epidemiología y curso evolutivo 362
A. Dimensión psicótico 31.17 IX. Trastorno delirante 362
B. Dimensión desorganizada o cognitiV{] 31J8 A. Diagnóstico y características clínicas 363
C. Dimensión negativa 352 B. Epidemiologío y curso evolutivo 363
D. Dimensión afectivo 354
X. Otros diagnó!iticos 364
IV. Esq,uizofrenia 355
XI. Etiología del espectro de la esquizofrenia y otros
A. Diagnóstico y características clínicas 355
tra!itornos psicóticos 364
B. Epidemiología y curso evolutivo 356
V. Trastorno esquizofreniforme 358
XII. Recomendaciones para la evaluación
y el tratamiento 368
A. Diagnóstico y características clínicas 358
B. Epidemiología y curso evohrtivo 358 XIII. Resumen de aspectos fundamentales y tendencias
futuras 369
VI. Trastorno esquizoofectivo 358
A. Diagnóstico y corocteríst1cas clínicos 360 TÉRMINOS CLAVE 369
B. Epidemiología y curso evolutivo 360
LECTURAS RECOMENDADAS 370
VII. Trastorno esquizotípico 360
A. Diagnóstico y características clínicas 361 REFERENCIAS 370
B. Epidemiología y curso evolutivo 361 AUTOEVALUACIÓN 373

l. 1ntroducción
En este capítulo se presenta un grupo de manifestaciones heterogé- do o tenor de lo que hoy, todavía en pleno progreso, se empieza a
neos integrados en un espectro psicopotológico amplio. los trastor- saber de este padecimiento y su recuperación.
nos psicóticos en general, y más en particular, los q_ue están rela- Uno de las dificultades en el análisis de este capítulo es q_ue
cionados con la esq_uizofrenia, implican normalmente un sufrimiento algunos cuestiones conceptuales no están resueltos. Se sigue una
profundo para ci.uienes los experimentan, así como paro sus familias tradición iniciado desde Kroepe!in de separar lo esquizofrenia Cantes
y entornos cercanos. En este sentido, trodicionolmente se decía ci.ue demencia precoz) de los psicosis afectivas (hoy trastornos bipola-
la esq_uizofrenia es, ante todo. una ruptura en la biografío de uno res), aunci.ue la investigación apunta aspectos más en común que
persona_ Relacionado con esto. la psicosis tiene asociada uno carga diferentes. Asimismo, durante bastante tiempo, el concepto de psi-
de significado negativo, representado por la ancestral imagen de la cosis ha estado centrado en lo pérdida del sentido de realidad, bojo
locura, una construcción social claramente desfasado y distorsiona- el clásico aforismo de Georget, discípulo de Esquirol, de «no hay

3"5
l\llan·_1'1i de ps1copatologia. Vol11n1>?n :;

P"ico>i<; sin delirio» (Bernos, 2010) Esta concepción se mantiene en de Wernicke-Kleist-Leonhard que abarcó o las psicosis cicloides,
la actua:idad, de manero que los psicosis en general, y la esquizo· expresiones breves y diferenciadas de lu esquizofrenia, descril·as en
írenia en par1 icular, se orientan fundamentalmente por la presencia parte por la p~iquiotría francesa.
de delirios y alucinaciones. Los intentos de mejora en fas clasificaciones diagnósticas se
Sin embargo, actualmente también se precisa de una perspectiva centraron en la separación del cornponente afec1 ivo mencionado, y
rnás comprehensiva pues, adernás de considerar estos indicadores en la sobrevaloración de los indicadores psicóticos. La primera medi-
lo que se denominará dimensión psicótica, se añaden otros muy varia- da ocasionó que se incrementaran progresivamente los diagnósti-
dos {síntomas negativos, afectivos, cognitivos_.), y dan buena cuenta cos afectivos (HOfner, 2014). La importancia dada o los síntomas
de la complejidad de este sufrimiento, de manera que lo conocido a psicóticos, especialmente lo supuesta e>pecilicidod de los síntomas
partir de la investigación y los tratamientos sugiere apelar más bien a de primer orden de Schneider, resultó un sacrificio poro lo validez
un síndrome psicótico general (Fonseca-Pedrero, 2019). (fonseca-Pedrero, 2019).
Por otro lodo, la investigación ha puesto de relieve que la sepa- Las perspectivos actuale> aluden a un espectro de la esqui-
ración morcada entre las experiencias que viven muchas personas zofrenia, dada la heterogeneidad característica. Sin embargo. los
con trastornos psicóticos y sin tra~ornos, dependen más de paráme- resultados de la investigación convergen en uno consideración más
tros como la persistencia, el malestar. o la gra~edad de estas expe- global, alrededor de un síndrome o espectro psicótico que incluso
riencias, que de una separación categorial estricta entre pacientes abarcaría o los trastornos bipolares {Guloksuz, y van Os, 2018).
y no pacientes. Esta perspectiva dimensional se plantea a lo lorgo de Desde e~e planteamiento, en consecuencia, lo relevante son los
este capítulo. Se desarrolla uno serie de dimensiones que han per· componentes transdiagnósticos que lo integran, como se planteará
mitido el e~udio de muchos indicadores de relevancia clínica. Con en el siguiente apartado, describiendo las dimensiones más rele-
ello se indica q_ue estas dimensiones pueden apreciarse en diferente vantes de este síndrome psicótico. Pero, lcuáles son estos compo-
grado. persistencia, malestar y preocupación, también en lo pobla- nentes?
ción general. Además, estas dimensiones son transdiagnósticas, La primera distinción, síntomas positivos y negativos, se inspira
porq_ue pueden analizarse en diferentes cuadros psicopatológicos, en la obra del neurólogo inglés Hughlings Jockson a finales del
en lo que se ha dado en llamar el fenotipo ampliado de la psico- siglo XIX en el contexto de un modelo jerárquico de lo función
sis (Shev!in et al., 2017). Uno combinación característica de estas cerebral. Jackson pensaba q_ue las alucinaciones y los delirio> eran
dimensiones es lo que permite hacer referencia a unos trastornos (o fenómenos causados por la liberación adaptativa de las funcio-
espectro) frente a otros. ne> cerebrales inhibidas y constituían síntomas positivos, mientras
Pero este síndrome psicótico no está caracterizado en el vacío, que los síntomas negativos reflejaban una pérdida de una función
está contextualizado en situaciones y condiciones que influyen en cerebral <Berrios, 2010). No abstente, el punto de partida moderno
su aparición, en su desarrollo y en su cambio. No puede entenderse lo podemos encontrar en los trabajos de Wing y Brown (1970)
este síndrome psicótico si no es desde lo experiencia de la persona y y StroL1ss y Carpenter (1974-l. Los primeros, cunque no utilizaron
el contexto en el que surge (Reod y Dillon, 2013l, aunque participe o específicamente los términos positivo y negctivo para hacer refe-
afecte al funcionamiento de nuestro sistema nervioso. Asimismo, no rencia a dos procesos patológicos distintos que es·tón presenten en
puede entenderse e~e síndrome psicótico si no se caracteriza como personas con psicosis, destacaron la existencia de síntomas flori-
una forma más de experiencia humano en todo su diversidad (Cook e dos o productivos que tenían lugar principalmente en los episodios
y Kinderman, 2018l. En definitiva, se plantean dimensiones que son agudos de la enfermedad frente a un síndrome deficitario. Los
clínicamente relevantes, pero e~os indicadores deben ser personal- segundos, en un trabajo seminal. fueron los primeros en utilizar en
mente significativos, sobre todo, porque la recuperación depende de el ámbito del estudio de la esquizofrenia los términos de síntomas
lo participación de lo persono en su sentido integral, no únicamente positivos y negativos. Pero fue Crow H980l, poco tiempo después,
por un agente químico o de otro naturaleza que haga reversible uno quien instituyó definitivamente dichos términos a partir de los cua-
condición determinada. les formuló la tipología de esquizofrenia tipo r y n. basándose en
la relación de las manifestaciones clínicas con hipotéticos meca-
nismos fisiopatológicos. De todas formas. esta tipología ha sido
11. Clasificación muy criticada por considerarse simplista. pues no do cobertura o
lo gran diversidad fenomenológica de la esquizofrenia, carece de
Desde un punto de vista histórico, la esquizofrenia es la reunión de validez longitudinal {Peralta et al., 2020), y se ha podido compro·
varios síndromes en función de su curso y, presumiblemente, de la bar que la mayoría de los pccientes con esquizofrenia presentan
herencia y su etiología. Aunque tradicionalmente e>ta concepción ambos tipos de síntomas en grado variable (Cullberg, 2006). No
se ha considerado genuina de Kraepelin, ya estaba recogida en la obstante, en la actualidad sigu;:i siendo una di>tinción de síntomas
obra de Kahlboum <Rodríguez-Testa! et al., 2011) Oe este modo, se muy utilizada, con valor heurístico tanto en la investigación como
integran lo catotonía de Kahlbaum, la hebefrenia de Hecker, y la en el trabajo clínico.
demencia paranoide de Morel y de Sander, como demencia pre-
coz, por su mala evolución, separando la demencia precoz de lo
demencia senil (degeneración tardía) y de la psicosis maniacodepre- Jl Sintomas positivos. Abarcan la dimensión psicótica y
siva. Kraepelin también incorporó las parafrenias como una forma desorganizada o LOg11itiva.
psicótica no afectivo y sin deterioro. Esta perspectiva, que >epara
las psicosis afectivas de las no afectivas, es coincidente con la q_ue
siguió la escuela rusa_ Por otro lado, Eugen B!euler (1911) no alu- Se hon planteado diferentes agrupaciones de las posibles
dió a una, sino a un grupo de esq_uizofrenias amplio. O la escuela dimensiones para el estudio de la psicosis. De la inicial psicótica,
Capitulo 11

desorganizada y negativa, se incluyó una din1ensión afectiva <en síi1lon1os dent10 de los pri1ne1os dos olios, seguido de una Ui>1ni·
dos factores, depresión y maníal, o separar lo catotonía como uno nución constante durante los ocho años restantes.
dimensión propia_ En otras aportaciones, se ha considerado relevon - El !3 % presentó uno trayectoria de no respuesta caracteriza-
te establecer jerorquíos entre estos dimensiones (de primer y segun- do por la presencia de síntrnnas positivos significativos durante
do orden!. o señalar modelos bitactoriales de cinco dimensiones todo el período de seguimiento.
(positiva. negativo, desorganizada. manía y depresión), y un factor
global de psicosis (Cuesta y Peralto, 2016; Quottrone et al., 2019). Por último, el 13 % restante mostró una disminución inicial de
los síntornos seguida de u11 aunienlo y luego uno disminución
En el aportado !11 de este capítulo se plantean como compo- posterior durante los diez años de segui1niento Se clasificaron
nenttis tronsdiognósticos unas dimensiones por su relevancia clíni- como la trayectoria de respuesta episódica.
co, porque codo uno sigue un curso determinado (van Os. y Kapur,
2009), y porque pueden orientar el proceso de evaluación e inter- En los capítulos de «Psicopatología de la percepción y lo ima-
vención: dimensión psicótico -o de distorsión de lo realidad (alu- ginación», y «Psicopatología del pensamiento», en el volu1nen pri-
cinaciones y delirios), desorganizada <que abarcaría hablo/pensa- mero de esta obra, se encuentra una descripción pormenorizada de
miento desorganizado, cognición y comportamiento desorganizado), las alucinaciones y delirios, así como de sus explicaciones. por lo
negativa, y dimensión afectiva (depresión y manía}-. que rio se reiteran aquí.

Seguidamente, en el apartado IV y siguientes, se exponen los


categorías diagnósticas tal y como se recogen en el Manual Diag-
Jl Dimensión psicótica. En los trastornos psicóticos prima-
nóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, DSM-5 CAPA, 2013)
rios incluye delirios y alucinaciones [más comúnmente alu-
y Clasificación Internacional de las Enfermedades, CIE-11 (WHO,
2018): esquizofrenia, trastorno esquizofreniforme, trastorno esq_ui- ciriaciones auditivas verbales!.
zotípico, trastorno psicótico breve o agudo y transitorio, trastorno
delirante, y otros diagnósticos.
En este apartado de la dimensión psicótica, se hace mención
particular de unas experiencias que podrían asimilarse o los delirios,
111. Características aunque su complejidad hoce q,ue abarquen también componentes
perceptivos y disociativos. Son las alteraciones del sel{, cercanas
transdiagnósticas a los síntomas de primer rango o de primer orden de Schneider
(p. ej., eco del pensamiento, difusión del pensamiento, percepción
A. Dimensión psicótica delirante. alucinaciones en tercero personal, aunque resaltando el
Lo dimensión psicótica se caracteriza por la expresión y manifes- componente vivencia! de unas experiencias relativas a la pérdida o
tación de comportamientos, creencias y percepciones que indican disolución de la persona, de su identidad, y de su lugar en el mundo.
que la persona que los padece presenta una visión y concepción Tienen un lugar destacado poro el diagnóstico de esquizofrenia en
distorsionada de la realidad. la clasificación CIE-11 (WHO, 2018).
Comprende dos grupos de síntomas que son fundamentales Estas alteraciones del selfson las experiencias de influencia,
para el diagnóstico de los distintos trastornos psicóticos, así como pasividad, y control, a menudo calificados como delirios biza-
también diana de las intervenciones farmacológicas y psicotera- rros, delirios primarios en la tradición de Jaspers. automatismos
péuticos. Estos son: las ideas delirantes o delirios, que estarían de Cléramboult, o el autismo de Bleuler; considerados todos ellos
englobados clásicamente dentro de lo psicopatología del pensa- como un trastorno nuclear para captar la esencia de la esqui-
miento, y las alucinaciones, que estarían englobadas dentro de zofrenia. Se alude o un self mínimo, o básico, para referir un
la psicopatologío de la percepción. En un estudio de cohorte rea- aspecto del sustrato biológico, frente a los alteraciones del self
lizado por Haro et al. C2015>, en uno amplia muestra de pacientes narrativo, mós integral, que es el analizado en los trastornos de
adultos cori un diagnóstico de esquizofrenia de diferentes países, lo personalidad. La identidad personal (ipseidad) está gravemen-
encontraron que oproximadamente el 62% presentaban síntomas te alterada, de manera que lo persona se siente disminuida, no
psicóticos persistentes durante un promedio de 9,6 años_ Austin et siente que su cuerpo le pertenezco, no se siente con presencia.
al. (2015), en otro estudio de cohorte, con una muestra de perso- se siente un robot, un zombi, un extraterrestre, percibe que su yo
nas con un primer episodio psicótico estudiadas durante diez años, se desintegra, i. e., se pierden los límites del yo y la percepción de
encontraron cinco trayectorias diferentes o cursos de los síntomas agencio (pudiendo ser controlado por alguien o una fuerza que le
durante ese tiempo: ha abducido o motado, o que le inserta ideas que no son suyas).
Por otro lado, se da una autoconciencia intensificado <hiperreflexi-
- El 47% de las personas mostraron una trayectoria de respuesta
vidadl, hasta el punto de que los procesos automáticos (caminar.
positiva, caracterizada por uno reducción sigriificotiva de los
el sonido de las palabras, recoriocer un color, efe.) se hocen ple-
síntomas en los primeros cinco años seguido por un manteni-
namente conscientes. También se pierde el contacto vital con la
miento sin síntomas en los años restantes.
realidad, todo se muestro extraño, alejado, deshumanizado, se pier-
El 15 % mostró una trayectoria de la recaída caracterizado por de el sentido común y lo capacidad para la acción o la volición
un patrón de respuesta recurrerite donde hubo uno reducción <pasividodl (Pornos y Henriksen. 2014). Estas manifestaciones ponen
inicial de los síntomas en los primeros dos años, seguida de un de relieve la participación de procesos disociativos intensos, como
aumento constante en los ocho años restantes. la despersonalización, aunque en las descripciones de los síntomas
Un 12% presentó una trayectoria de respuesta tardío caracte- por parte de los clasificaciones diagnósticas no se tienen presentes
rizada por una disminución inicial, luego uri aumento de los específicamente_

Jil:f
Manual de psicopa\oloqía. Vclui:1en 2

.}l Alterac!ones del self. Tambien llan1adcs síntornas de :})Dimensión desorganizada, O cognitiva, er los trastornos
pasividad, o delirios bizarros_ Se co11sideran el selfrnínimo, psicóticos primarios incluye habla/pensamiento desorga111·
esencial para caracterizar la esquizofrenia: sentimientos, zado !trastorno de pensa111ie11i:o formal corno asoc1acio;1e<;
impulsos o pensaMientos propios están bajo el co11trol de vagas, descarrilamiento del pensamiento o incoherencia),
una fuerza externa. comportamiento desorganizado [comportamiento extraño,
.}l Síntomas de primer rango. O de primer orden de
sin propósito], y deterioro cognitivo.
Schneider, presumiblemente específicos para el diagnósti-
co de esquizofrenia: sonorización del pensan1iento. voce>
que hablan entre ellas, voces que comentan las acciones se traducía en la afectación del hablo y el pensamiento <Moskowitz,
de la persona, Influencia sobre el cuerpo o pasividad somá- y Heim, 2011). En cualquier coso, este efecto de pérdida de asocia-
ciones es destacado, por encimo de !os delirios o las alucinaciones.
tica, inserción, robo, y difusión del pensamiento, sentimien-
tos impuestos, impulsos impuestos, actos impuestos de la Los esfuerzos por identificor este habla/pensamiento desorga-
nizado se han dirigido o revisar los alteraciones fonológicas, sin-
voluntad, percepción delirante. De estos once, siete son tácticas, semánticos y comunicativas del discurso. El discurso y, en
con~iderados tra'itOr11os del yo, o alteraciones del sel{. consecuencia, el proceso de pensamiento de la persona en estado
psicótico, especialmente durante lo descompensación psicótica, se
caracteriza por su discontinuidad (bloq_ueos, interferencias, pérdida
del discurso); por la inclusión de diferentes ideas, recuerdos, viven-
a. Explicaciones
cias, o de lo fantasía; por errores en los procesos de rozonomiento o
Nelson et ol. (2020J, desde una perspectiva neofenomenológica, análisis (desde deducciones ilógicas o porológicos, a lo pérdida en
relacionan estas experiencias con déficits en la monitorización de la la capacidad de abstracciónl. Por todo ello, el proceso comunicativo
fuente. relacionados con alteraciones bósicas en el funcionamien- con el paciente psicótico puede resultar muy complicado, ininteligi-
to cerebral, por ejemplo, del hipocampo. Desde esta perspectiva, ble incluso; la propia persona se queja de que sus pensamientos van
estos déficits ocasionarían uno dificultad profunda en diferenciar !as o todo velocidad y no los controla, que las ideas están apelmazadas
experiencias mentales reales de los imaginadas, las internas (auto- y no puede pensar, que inicio un pensamiento y se pierde en otros, o
generadas) de las externas (generadas fuera del self), los procesos no puede seguir con una idea, quedando su pensamiento sin concre-
automáticos de los q_ue requieren control. el yo de los otros, o la tar, vacío, que el pensamiento queda interferido, o sencillamente,
saliencia aberrante, como un estado donde los estímulos familiares se observa q_ue no tiene capacidad de conectar y comunicar con el
o estímulos irrelevantes, se muestran como novedosos o destocados. entorno como antes.
Este último proceso lo vinculan con la desregulación dopominérgico. A partir de lo experiencia clínica, tradicionalmente se han estu-
diado estas alteraciones del habla/pensamiento, y se han hecho
B. Dimensión desorganizada o cognitiva numerosos esfuerzos por delimitarlas y precisarlos. La dificultad
radica en su variedad, en su inestabilidad entre diferentes cuadros
Lo dimensión desorganizado o cognitiva junto con la dimensión psi- y dentro de cada diagnóstica en particular. Andreosen <1986), consi-
cótica constituyen los !lomados síntomas positivos desde lo tipología deró que sería más preciso nombrar esto categoría como Trastornos
de Strauss y Carpenter (1974.J. Tradicionalmente se ha considerado del pensamiento, del lenguaje y fa comunicación. Definió 18 indico·
uno de las dimensiones ligadas a la mala evolución, concretamente dores, aclarando q_ue no son patognomónicas de la esq_uizofrenio;
al deterioro cognitivo. Análisis recientes muestran la centralidad y pueden darse en ta manía, en la depresión, e incluso en personas sin
el elevado grado de interrelación de esta dimensión (Peralta et al., patología Cen condiciones de estrés, agotamiento, o bajo los efectos
2020), probablemente por representar los cimientos del funciona- de sustonciosl.
m'1ento cogn'1tivo que. en el estado ps'1cótico, quedan alterados o
desorganizados_ Los trastornos del pensamiento (del procesamiento cognitivol
son la pobreza del habla y la ilogicidad. Los que tienen que ver con
o. Hab/a/pensomíento desorganizado el lenguaje Cel uso convencional de las reglas sintácticas y semán-
ticos del leriguoje se altero): incoherencia, asociaciones foriéticas,
Los llamados trastornos del pensamiento, o alteraciones formales neologismos, y aproximaciones a palabras. Los que afectan a la
del pensamiento, son manifestaciones de desorganización cognitiva comunicación: pobreza del contenido del habla, presión del habla,
muy diversos. De manero sencilla, se suele decir que en la dimen- habla distraída, tongencio!idad, descorrilomiento, hablo afectada,
sión psicótica se analizo el contenido del pensamiento (delirios), y ecolalia, outorreferencios, circunstancialidad, pérdida de meta, per-
en los trastornos del pensamiento, la forma, i. e., to manera <y el severación y bloqueo.
grodol en el que el pensamiento y lo comunicación con el paciente
En el capítulo correspondiente a la «Psicopatologío del pensa-
se desorganizan_ Este hablo/pensamiento desorganizado, refleja una
miento» del primer volumen de esto obra, se recogen las alteracio-
d'1ficu!tad en iniciar y estructurar los procesos de pensam·1ento y de
habla, y son un indicador de gravedad del proceso psicótico. nes del habla/pensamiento desorganizado, siguiendo lo aportación
de Andreosen y otros autores. Sin embargo, aunque esta manera de
Aunque tradicionalmente se ha mantenido lo que Eugen Bleuler organizar estas alteraciones es habitual en la clínica, no estó exenta
consideró primario o fundamental o lo pérdida de las asociaciones de dificultades. Por ejemplo, aunque desde las fuentes clásicos se
como síntoma de la esquizofrenia, lo cierto es que aludía a un défi- mencionaban los neologismos (incluso la neografía), o la ecolalia,
cit global, impreciso, en el que participaban los emociones, y que no son tan frecuentes de observar en la próctico clínica. Algunas
Capitulo 11. (1 espectro de la esquizofrenia y otros trastorr1os psicóticos

ollas n1a11ifestaciones, por el contrario, como la expe1iencio viven- la esquizofrenia (y de lo depresión) {Roche et al, 2015), y se convie1 ·
cial o el impacto subjetivo; la interferencia o intrusión por porte de ten en predictoras de deterioro funcional y cognitivo De hecho, la
otros fenómenos (p. ej., alucinaciones) en el curso del pensamiento; pobreza del habla, la pobreza del contenido del habio, los bloqueos,
o las relativos o lo prosodia han sido menos investigadas. A modo y la latencia incrementada de la respuesta, conjunto nombrado tra-
de ejemplo y acerca de lo prosodia, una paciente, desde el momen- dicionalmente como alogia, se cor.sideron entre los síntomas de la
to de la descompensoción psicótica, hablaba en sonsonete, con un dimensión negativa. Sin embargo, la falta de consenso sobre qué
volumen y expresión realmente extraños (corno si fuese un dibujo indicadores se deben tener en cuenta, lo importancia de unos en
animado de TVl, afectando las interacciones comunicativas en los lugar de otros, lo posibilidad de que coincidan varios a lo vez, pare-
que participaba. cen descartar lo idea inicial de que los alteraciones en el hablo/
las diferentes contribuciones de la investigación han trota- pensamiento sean un concepto unitario.
do de identificar cuáles de estos indicadores (o combinaciones
b. Cognición
de los mismos) son realmente relevantes paro esta dimensión de
desorganización. Asimismo, se han analizado los constructos que Dadas las dificultades inherentes o lo precisión y diferenciación del
reúnen a los mismos, con el fin de identificar su etiología y esta- hablo/pensamiento desorganizado. muchos clírncos e mvestigado-
blecer la intervención terapéutica. Por ejemplo, Sims 0995) trató res se han centrado fundamentalmente en el deterioro cognitivo y
de caracterizarlos en un modelo de asociaciones q_ue, yendo o sus funcional, además de ot1os procesos como la cognición social y lo
categorías globales q_uedarío como: aceleración del pensamiento metacognición. El aportado precedente, por tanto, representaría uno
<como la fuga de ideosl, retardo del pe11somiento, circunstoncia- perspectivo clínica, y este aportado, una visión neuropsicológica. El
lidod, interrupciones en el flujo del pensamiento (q_ue abarcaría problema estriba en que el estudio neuropsicológico tampoco resulto
del descorrilomiento, o la fusión, o el bloqueo) y los cambios en el del todo específico ni abarco la heterogeneidad de lo desorganiza-
flujo del pensamiento {como lo perseveroción o lo acumulación de ción en todas sus posibilidades.
pensamientos). Hoy consenso acerca de q,ue el deterioro cognitivo global es
Aunque el acuerdo no es unánime, los alteraciones del hablo/ superior en el espectro de lo esq,uizofrenio al del trastorno bipolar,
pensamiento se suelen caracterizar como positivos y negativos. E y oigo menor en los trastornos depresivos con síntomas psicóticos
incluso, se añade si son objetivas o subjetivos, por ejemplo, hablo <Sheffield et al., 2018). Hoy evidencias de que el deterioro cogni-
lentificado, como negativa objetivo, y presión de pensamiento como tivo se inicia antes de lo psicosis Cpor tonto, como alteración del
positiva subjetivo. las alteraciones positivas, estarían más próximas neurodesorrollol, con independencia de los síntomas clínicos, que
al concepto original de pérdida de asociaciones de Bleuler, como permanecen estables hasta edad avanzado, y q_ue se aprecian de
tangencialidad, descarrilamiento, incoherencia, ilogicidad, circuns- forma atenuada entre los familiares de los pacientes.
tancialidad y pérdida de meta. Mientras q_ue la pobreza del hablo, Una gran porte de lo investigación se ha centrado en lo cog-
pobreza del contenido del habla y, según algunos estudios. lo per- nición no social o neurocogniciórr. velocidad de procesamiento,
severación formarían parte de los de tipo negativo {y, por tanto, aprendizaje y memoria verbal, memoria operativo, atención/vigi-
correspondientes a la dimensión negativo). lancia, razonamiento y solución de problemas (siguiendo e! Con-
Diferentes estudios coinciden en destocar la presencia elevado senso MATRICS, Measurement and Treatment Re5earch to Improve
de estas manifestaciones en los trastornos psicóticos, sin dema- Cognitian in Schizophrenia) (Geyer, y Heinssen, 2005). Los personas
siados diferencias entre lo esq_uizofrenia y los trastornos bipolares, con esttuizofrenio obtienen resultados de 0,75 a 1,5 desviaciones
sabre todo, si se incluyen indicadores como productividad del hablo estándar del funcionamiento sano (Green et al., 2019). Predominan
(verbosidad) o presión del habta. En general, se señala q_ue los alte- lo afectación de lo memoria verbal y lo velocidad de procesamien-
raciones del hablo/pensamiento desorganizado en su conjunto se to, mientras que entre las persona~ con trastorno bipolar destocan
dan entre el 50-80% de los casos de esquizofrenia, por encima del los problemas con los funciones ejecutivas (Sheffield et al., 2018).
70% si se considero lo manía, en algo más del 50% de los pacien- El período considerado de psicosis no tratada se había relacionado
tes con depresión, y más del 35% en trastornos de la personalidad inicialmente con lo pérdida de capacidades cognitivos, pero esto
(Roche et al., 2015l. En los diseños longitudinales se constata q_ue la no q_uedo constatado; en todo coso, este período se relaciona con
dimensión negativo <aplanamiento, anhedonia, etcJ se inicia antes, las dificultades en la capacidad de planificación y de resolución de
pero combinados con los primeros indicadores de desorganización, problemas. El deterioro parece estabilizarse tras el primer episodio
y esto predice la aparición de los síntomas positivos, el deterio- psicótico.
ro cognitivo y social, así como el peor pronóstico y respuesto al En el coso de lo cognición social, especialmente en la teoría de
tratamiento. Desde el punto de visto de la evolución, parece que lo mente (capacidad de inferir el e~todo mentol y/o emocional del
las alteraciones del habla/pensamiento positivos (déficits sintácti- oyente o mentolizociónl, se ha encontrado otro forma de aludir o
co; y semánticos) tieílden a ser menos duraderas q_ue las negativos las alteraciones del habla/pensamiento {de Sausa et al., 2019). La
(aspectos productivos del lenguajel <Xu et al., 2014). Se han aprecia- activación retardada de las áreas frontotemporales y parietales no
do algunas diferencias por sexo, por ejemplo, los mujeres sobreso- permite reparar o reajustar lo comunicación, ni inferir el estado
len en incoherencia <Héifner, 2019). los hombres, en las alteraciones de conocimiento del oyente, por lo que el discurso se vuelve más
formoles negativas. egocéntrico a tangencial. Las principales relaciones de lo cognición
los alteraciones del habla/pensamiento, particularmente las social se han establecido con lo alogia. se aprecian durante el inicio,
positivas, no son específicas de un trastorno, como se ha dicho, continúan durante el curso de lo esquizofrenia y persisten en lo remi-
pero sí característicos de los momentos iniciales de las psicosis (no sión; parecen menos acentuados en poblaciones de riesgo <Boro et
se aprecian claramente en los trastornos de inicio tardío). Los alte- al., 2009). En el trastorno bipolar tamblén pueden apreciarse, pero
raciones del habla/pensamiento negativas parecen más propios de dentro de un déficit general y como expresión residual. Tampoco

31\9
Manual de psicopatología. Volun1en 2

queda claro q_ue tener un trastorno psicótico puedo considerarse asisterrtes sobre sus asunto; personales, un paciente empezó o hoce1
un pródromo de los procesos demenciales (aunque depende de qué corr1entanos impertinentes e indiscretos cuando el médico hablaba
abarque el concepto de trastorno mental grovel. con su hermana sobre la gravedad del estado físico de su padre;
uno paciente habla de uno manera seductora y provocativa sin venir
a cuento.
]! Teoria de la mente. O mental1zac1or.. Capacidad dP 1nte· Algunos autores han referido una desorganización de lo emo-
rir el estado mental y/e emocional Cel oyente. ción, con vivencias emocionales y corporales muy extranas: de na
existir (par eso a veces hablan de verse como robots, como zombis.
o co1no muertos), de estar desconectados o muy fusionados can los
Con metocognición se alude a procesos diferentes de la preci- demás, emociones intensas y sorprendentes <p. ej., una paciente nos
sión con lo que se interpretan las interacciones sociales (cognición explicaba que de pronto sentía odio o celos de personas a las que
social en generaD: se refiere a una capacidad integrativo sobre el no conocía de nadol, sensaciones emocionales cambiantes, a veces
selfy su ubicación en el mundo; por ejernplo, «¿Puedo considerarme con explosiones de ira sin explicación_ En ocasiones se ha señalado
una persona amigable?». Lo pregunta ejemplo requiere de funcio- este comportamiento extraño por su incongruencia o discordancia
nes neurocognitivas descritas (memoria, atención, funciones ejecu- afecNva <poratimial: una chica decía sentirse 1nuy hundida y depri~
tivas), pero de forma complejo y abarcando al proceso autocons- mida, aunque mostraba una amplia sonrisa; un paciente ci.ue fue
ciente, que quedan especialmente afectadas en la esquizofrenia. recogido del instituto por sus padres, porque se habían observado
Las alteraciones observables del hoblo/pensomiento desorganizado comportamientos extraños en clase, no paraba de reírse durante el
pueden representar uno afectación de esta capacidad metocogniti- trayecto de vuelta a cosa, y los padres describieron risos pueriles,
va (Lysaker et al., 2020). sin hablar ni decir nodo en todo el día a pesar de lo preocupa-
Los síntomas negativos y de desorganización influyen decisiva- ción mostrada por todos los que le rodeaban. Los estallidos de risa
mente en el deterioro funcional de la persona, marcadamente en inadecuados ante la situación son característicos, por ejemplo, ante
el funcionamiento social. En los poblaciones de riesgo, intervienen lo muerte de un hermano: una paciente se reío fuertemente por-
Jos síntomas de ansiedad y depresión, siendo estos últimos buenos que le agradaba recibir el pésame. También se ha aludido a una
predictores del deterioro funcional. En poblaciones adultos y con desintegración mímica, hasta el punto de que lo persona vive con
trastornos psicóticos, Jos mejores predictores del funcionamiento uno mueca determinada de sonrisa, o se queja de que siente [J.Ue
social fueron la cognición social, los síntomas negativos, y la esta- tiene que poner una expresión determinada Cparamimial.
bilidad clínico. En el funcionamiento vocacional y en lo capacidad otro de los síntomas con>iderados primarios por Bleuler y ligado
de funcionamiento en la vivienda destacaron el deterioro cognitivo a lo desorganización emocional es la ambivalencia. Se refiere a lo
<Harvey et al., 2019) y la metacognición (Wright et al., 2020>. combinación de sentimientos favorables y desfavorables a la vez,
por ejemplo, acercarse o una persono querida y, en tono agrada-
ble, insultarle y decirle que desearía pegarle. También se aplica a
}l Cognición social. Son cuatro dominios, procesamiento otros aspectos del comportamiento (ambitendencial, por ejemplo,
emocional [percibir y desarrollar emociones], teoría de la una paciente estaba contento por su incorporación al toller prote-
mente (capacidad para representar el estado mental de los gido en el que iba a trabajar y, en ese mismo momento, sabotea el
demásl, percepción social (decodificar e interpretar las cla- ordenador de su puesto.
ves sociales de los demás] y el estilo atribucional [explica· El desapego o desconexión social es una de las característicos
ción de las causas de los sucesos e interacciones sociales¡. más destacados, siendo frecuente la tendencia al aislamiento, per-
diéndose el interés o lo necesidad de contacto con los demás <el
;ilMetacognición. Interpretación de las interacciones socia- autismo q_ue :;eñoló Bleulerl. También la posibilidad de conductas
les desde el punto de vista del se/fy su posición vital. excéntricos o extravagantes, por ejemplo, los podres descubren que
su hijo escribía en los paredes de su habitación, hasta que explica
que es su diario personal (había escrito en un papel, en Ja mesa, en
el suelo y en la mayor parte de las paredes); un joven dejó de ir a
c. Comportamiento desorganizado los clases en la facultad, se exhibía en pleno invierno desnudo de
En lo misma líneo planteada para las dificultades de producción. cintura para arriba en el patio común del centro.
adaptación y contextualización del hablo y del pensamiento, el Otros comportamientos implican pérdida de control, por ejem-
comportamiento desorganizado representa un indicador de grave- plo, un paciente comentaba que bebía más de seis litros de aguo
dad en la psicosis relativo al comportamiento observado en general al día; o se incrementan conductas que implican beber alcohol de
(fundamentalmente motor. social, de la mímico). A menudo, espe- manera excesiva, jugar y apostar, consumo de otras sustancias, e
cialmente cuando se alude a la esquizofrenia, el comportamiento incluso lo aparición de conductos violentos_ Un paciente nos comen-
se caracteriza por ser extraño, discordante, y desconcertante para to que en varios ocasiones se ha llevado objetos de tiendas o de
los demás. Evidencia dificultades para el control o una inhibición puestos ambulantes Oirándolos después la mayoría de los vecesl e
morcada del comportamiento. incluso, llevándose dinero del cepillo de la iglesia a la que acudía
Los expresiones pueden ser muy variadas. En algunos casos se (y teniendo que devolverlo y escribir una carta arrepintiéndose por
aprecia una dificultad de ajuste al contexto, típicamente social, en ello).
el que se produce el comportamiento, de ahí q_ue resulte raro paro En general el comportamiento tiende a disminuir en su produc-
los demás: por ejemplo, una mujer en mitad de una conferencio ción, acorde a un deterioro más global (tendencia [J.Ue a menudo se
dijo en alto que el orador le caía mol y comenzó a discutir con los aprecia también en sus familiares cercanos) (Ethridge et al., 2014).

350
Capítulo 11. (1 e~µectro ue la esquizcfrenia y otros tr·dslorno'> osicólicos

E1to i11hibicióri afecta ol área de autocuidado. hoste el punto de ecoproxia. a menudo observables duran1e lo exploración) En lo eva-
que e~ una de los sei'ias de identidad Uesde la fase prodrórnica luación puede constatarse lo clásico flexibilidad cérea, resistencia,
en la esquizofrenia. en la higiene, lo alimentación, el descanso, la a veces marcada, a seguir uno posición o gesto Q.Ue se induce en el
apariencia, etc. la afectación también se aprecia en el ámbito oca - paciente pero que acaba adoptando (a caballo entre la resistencia
démico o profesional (junto con el componente de avolición), oca, y lo obediencia outomótical El paciente puede mostrar mutismo o
sionando que el comportamiento se valore como irresponsable pero, muy frecuentemente, un estado de excitación o agitación
a diferencia de los síntomas negativos, puede venir acompañado
de otros comportamientos extraños: exige y pelea por rnonlener
una indumentaria durante semanas, se realizan comportamientos
Ji Síntomas psicomotores. € n los trastornos psicóticos pri-
repetitivos y extraños relacionados con la comida, como acumular
o esconder alimeritos, o se irigieren objetos no alimenticios (pica); rnarios se incluyen agi1ac1ón psicomotora, comportamien-
es clásico el e1emplo de Bleuler 0911l, un paciente, refiriéndose a la tos sin propósito y síntomas catatónicos. Generalmente se
orina: «Si la probara una solo vez, nunca q_uerría beber otra cosa». integran en la dimensión desorganizada.
Relacionado con lo desorganización, es posible que la persona
presente comportamientos violentos Aunque a menudo el concepto
de psicosis va ligado con el de violencia, no es menos cierto ci.ue. Una imagen frecuente es lo de la inhibición motora, aunque a
proporcionalmente a la población general, los expresiones más vio- menudo con 1m tono muscular elevado, y pérdida de reactividad al
lentas no son comunes. De manera comprensible, las percepciones entorno (p. ej., sin seguimiento acular)_ A veces se realizan moví,
de amenaza vividas por la persona, un peor reconocimiento de los mientos que se interrumpen o se desarrollan con rigidez, forzados
estados emocionales de los demás y una deficiente teoría de la <proskinesisl o repetidos de manero monótona (parakinesisl, o en
mente pueden ser terreno abonado para que tengan lugar algunos forma de automatismos (p. ej., arrancarse la ropa). El negativismo
comportamientos violentos (Sedgwick et al., 2017). Es evidente ci.ue a veces conlleva q_ue el paciente se niegue a comer, beber, orinar
en este sentido constituyen claros contextos de riesgo el consumo o defecar, por lo que pueden darse complicaciones médicos serias
excesivo de sustancias, antecedentes de comportamiento antisocial, En versiones muy extremas se ha descrito hasta falta de parpadeo.
hi'lloria familiar de violencia, traumas, o estados emocionales nega- Una vez recuperados del episodio catatónico unos pacientes
tivos (particularmente la excitación o agitación) más que lo mera recuerdan imágenes o retazos de lo Q.Ue han experimentado o per-
presencia de alteraciones del habla/pensamiento_ cibido. En otros se da una amnesia total del episodio. Es imprescin-
En la caracterización del comportamiento desorganizado, puede dible un acercamiento respetuoso y empático con los personas en
incluirse el comportamiento catatónico. Aunque lo cotatonía es más este estado, siendo extraordinariamente relevante que se sientan
frecuente por su relación con los tra'llornos depresivos y bipolares, entendidos y no invadidos, habido cuenta de que algunos pacientes
así como en los casos de etiología orgánica (p_ ej., infecciosa), se con catatonío han podido comunicar la imposibilidad del movimien-
trata de una manifestación psicomotora con diferentes expresiones. to a la vez que están sufriendo un cuadro alucinatorio-delirante
y de gravedad variable. Aunctue habitualmente asociamos la cato- muy florido.
tonía a lo inhibición motora y la adopción de posturas extrañas, en
general son más frecuentes los estados de excitación motora <agita-
d. Explicaciones
ción). Otros indicadores son la perseveración, verbigeraciones, com- Para entender esta dimensión de desorgonizoc1ón, de manera resu-
portamientos impulsivos <o en cortocircuitol, estereotipias y mirada mida se ha sugerido que, dado que se alude o funciones de planifi-
fijo. Se estimo Q.Ue aproximadamente el 15% de los pacientes con cación. monitorización y producción del lenguaje, está implicado el
trastornos psicóticos presentan sintomatología catatónica, mucho lóbulo frontal, además de conexiones fronto·subcorticales. No hoy
más frecuente si se alude a indicadores aislados y comunes en los una delimitación precisa definitiva, siendo más clara la participa-
estados psicóticos agudos. ción del córtex orbitofrontol en el caso de los indicadores positivos
Los síntomas de la catatonía abarcan desde el estupor (desaten- del hablo/pensamiento desorganizado (Sumner et al., 2018l. Asi-
ción marcada y falta de reactividad al entornol a la catalepsia (con mismo, se rectuiere una dirección a meta (intención), procesos de
frecuencia inmovilidad y adopción de alguna postura de manero control e inhibición de estímulos irrelevantes, atención sostenida,
espontáneo; por ejemplo, la persona e'llá en lo cama, con los pies actualización de la información (memoria operativo) e integración
en el suelo y levanta los brazos hacia adelante, dejándolos a media de lo información con las representaciones previos <Maher, 2003;
altura sin moverlos, con la cabeza orientado hacia el suelol. Algu- Xu et al., 2014). El deterioro de estas funciones cognitivas ocasiona
nas de estos posturas pueden mantenerse durante bastante tiem- que lo persona no sea consciente de lo rareza del discurso, o que
po y ser posiciones extravagantes y antigravitatorios: un paciente no tenga en cuenta al otro en el acto comunicativo (Hardy-Baylé et
permanecía en el patio mucho tiempo prácticamente sin moverse, al.. 2003>.
ocasionalmente levantaba una pierna y la flexionaba hacia atrás, Se ha considerado que ciertas condiciones sociales y vivencioles
quedándose en una posición ine'llable que corregía de vez en cuan- pueden estar en la base de este deterioro en las funciones cogni-
do. A veces, se realizan movimientos forzados, exagerados, de movi- tivas relacionadas con el habla/pensamiento y el comportamiento
mientos o posturas normales (manierismosJ. Pueden darse gestos desorganizado. El abuso o lo negligencia parecen relacionarse con
localizados en el rostro o muecas; por ejemplo, un paciente hacía las alteraciones del habla/pensamiento desorganizado, mediadas
un gesto con los labios muy apretados, como si q_uisiese dejar claro por una deficiente teoría de la mente y anomalías en la memoria
que no iba a abrir lo boca; o movimientos repetitivos en manos, operativa, en particular entre los varones (Mansueto et oL, 2019)_
dedos, labios (e'llereotipiosL E'llán descritas vocalizaciones repeti- Un estilo de comunicación compartido a lo largo del proceso de
tivas <estereotipias verbales), gritos, o fenómenos en eco (ecolalia y desarrollo. parece preceder a las alteraciones del habla/pensamien-

351
·to cuondo se produce lo descompensación psicótica. Estos estilos no. A continuación. Crow (19801 propuso con éxito la dicotomía Tipo
de con1unicación anómalos podrían relacionarse con uno expresión l y Tipo 11. la esquizofrenia Tipo I se relacionaba con los síntomas
familiar del endofenotipo de la psicosis. los 'livencias de aislamien- positivos mientras que la Tipo lI lo hace con los síntomas negativos.
to, como un factor de empobrecimiento cognitivo, ton frecuentes Ya en la actualidad, el modelo DSM <APA, 2013) y diferentes asocia-
durante el progreso de los pródromos, parecen estor mediados por ciones internacionales (p. ej., National Institute of Mental Healthl
lo cognición social. dando lugar a los olterac1ones del habla/pen- han intentado eliminar esta conceptuali2oción y categorización, tal
samiento desorganizado (De Sousa et al., 2019J. Esta descripción ve2 demasiado simplista. de cara a capturar la enorme con1plejidod
encajaría con el círculo de causalidad establecido o menudo para y hete1ogeneidad del síndrome psicótico, rotando hacia un modelo
la emoción expresada, potenciando los síntomas y dificultando la híbrido dimensional-categorial y una deconstrucción de las dimen·
relación comunicativa y afectiva en este contexto patológico. sienes psicóticas en diferentes dominios.
Además de estas líneas causales, 5e ha analizado lo posible
contribución genética a las alteraciones del habla/pensamiento y
comportamiento desorganizado. No hay evidencia de una relación JJ Dimensión negativa. Agrupación de experiencias y s1nto·
simple, sino más bien de un efecto poligénico poro io dimensión mas psicóticos referidos a afecto aplanado, alogia, anhedo·
desorgon1zodo y negativa. incluyendo el comportamiento desorga- nia, aislamiento social y avoliclón.
nizado <polimorfismos de nucleótido simplel y de su relación con el
curso del dete1 ioro cognitivo.
Lo dimensión negativa comprende básicamente dos compo-
C. Dimensión negativa nentes: experiencia! (aislamiento social, anhedonia y avolición) y
expresión emocional disminuida {aplanamiento afectivo y alogial
los síntomas negativos son nucleares en la comprensión y delimita- (Kirkpatrick et al., 2006). Estos dos grandes dimensiones, empírica-
ción conceptual del síndrome psicótico y, en concreto, de la esqui- mente derivados mediante técnicos de análisis factorial, se articulan,
zofrenia. En este contexto, el término «negativo» se ha empleado a su ve2, en cinco dominios: afecto aplanado (embotadol. alogia,
tradicionalmente para describir una reducción en una variedad de anhedonia, aislamiento social y abulia (avoliciónl. Por lo tanto. lo
comportamientos con respecto o un perfil hipotéticamente «nor- sintomatología negotil/O se refiere tanto o síntomas expresivos como
mal» o <<típico». La conceptualización, evaluación y tratamiento experienciales y difiere del resto de dominios psicopatológicos
de los síntomas negativos ha ido variondo con el poso de los afias. (Strauss y Cohen, 2017). Se consid-era que estas cinco facetas se
Las primeras descripciones científicas se asientan en el siglo xrx y encuentran asociadas, si bien paree-en existir sustratos neurobioló-
xx con autores como Pinel, Griesinger, Hoslom, Hughlings, Kraepelin gicos diferenciados paro cada una de ellas, así como implicaciones
y Bleuler. Posteriormente otros psiquiatras como J. 5. 5trouss, Crow psicapatológicas diferenciadas_ Históricamente, el interés por el
o Carpenter, también jugaron un rol importante en su delimitación análisis y estudio de estas facetas ha sido desigual, destacando sin
y clasificación <Dollfus y lyne, 2015; Morder y Galderisi, 2017). Asi- lugar o dudas el papel de lo anhedonia frente a las demás <Ritsner,
mismo. las diferentes versiones de los sistemas taxonómicos interna- 2013). A continuación, y con base en el trabajo de Morder y Gladerisi
cionales {05M y CIEJ y los avances que han ido aconteciendo en lo (2017l, se realiza una breve definición de cada uno de ellas:
evaluación (p. ej., la PANS5, Escala de 5índrome Positivo y Negativol
y el tratamiento del síndrome psicótico han ayudado a dibujar la l. Afecto aplanado: disminución <en rango e intensidad) en la
visión actual de la dimensión negativa del fenotipo psicótico. expresión observada de la emoción, concretamente en la expre-
sión facial, en la expresión vocálica (prosodiol y en los gestos.
En sus primeros escritos el psiquiatra suizo Eugen Bleuler <1911l
No se refiere o lo disminución de movimientos involuntarios que
destocó que los síntomas más característicos del trastorno esquizo-
es más relevante en la depresión. Tampoco se refiere al afecto
frénico no eran los delirios y las alucinaciones (dimensión psicótical,
inapropiado más relacionado con la dimensión desorganizada
sino otros que implicaban una alteración afectivo profunda y ruptu-
de la psicosis.
ra en lo capacidad del pensamiento. Aunque tradicionalmente se ha
hablado erróneamente de las cuatro «aes» como una aportación 2. Alogia: reducción en lo cantidad de habla y en su elaboración
de Bleuler fofecto, ambivalencia, autismo y asociación de ideas) espontóneo. Se basa en la ob~ervoción de la producción lin-
<Moskowitz, y Heim, 2011l, sí es cierto que destacó lo importancia güística del individuo. En la conceptualización actual, la alogia
del marcado embotamiento afectivo <ylo el afecto discordante), lo no se refiere al contenido empobrecido del habla, esto es, a la
incapacidad para relacionarse (autismo), la alteración en la asocia- información que conlleva el lenguaje.
ción de ideas <alogia> y Ja ambivalencia afectiva. Al primer grupo de 3. Anhedonia. disminución o reducción de lo capacidad de expe-
síntomas más psicóticos los clasificó como «accesorios», mientras rimentar placer. Esta disminución en la capacidad para obtener
que al segundo como «fundamentales». Esto definición descriptivo placer se refiere a estímulos típicamente placenteros. No se
«accesorio-fundamental» puso de manifiesto que las característi- asocia a actividades que implican un placer en el «niomento»
cos más llamativas de la esquizofrenia eran precisamente los défi- <placer consumatoriol, sino mós bien a actividades que implican
cits, esto es, lo dimensión conocido actualmente como negativa. anticipar placer en el futuro <placer anticipatorio).
Posteriormente, Schneider, a mediados del siglo xx, desarrolló los q.. Aislamiento social: reducción de lo iniciativo social debido al
denominados síntomas de primer rango. la facilidad en su identifi- menor interés en la formación de relaciones cercanas o íntimas
cación, la precisión (fiobitidadl diagnóstica y el mayor interés por con los demás. No >e define en términos puramente conduc-
los fenómenos observables y descripti~os, en detrimento de los pro- tuales {es decir, si el paciente tiene o no interacciones sociales
cesos psicopatológicos subyacentes, hizo que los síntomas negativos y relaciones cercanos), sino principalmente como una reduc-
quedaran relegados en los sistemas clasificatorios a un segundo plo· ción de lo motivación para los contactos sociales (es decir. si

352
Capítulo 1L El espec1ro de la esqu1zofrPn1a y C-(ros trastornos psicóticos

el paciente valoro y deseo las interacciones y vínculos sociales)_ Segundo, en aquellas cosos caracterizodo1 por lo presencia dP ;ín-
Esto reducción de los actividades sociales no es secundaria a tomas negativos primarios y estables durante, al menos, un afio. se
o1ros factores tales como delirios, alucinaciones y/o sintomato· puede considerar el síndrolT•e deficirario, denorninado así porque
logía depresiva_ puede verse ocompofiado de deterioro cognitivo.
5. Avolición- reducción de la iniciación y 1nantenimiento de con- Tercero, las síntomas negativos como lo anhedonia, a1slam1ento
ductas dirigidas a una meta. La observación del comporta- social y abolición son n1ós susceptibles de ser evaluados mediante
miento del individuo, aunque no hoy un acuerdo unánime, se técnicas de tipo autoinforme, mientras que la alogio y afecto apla-
puede llevar a cabo tanto por el evaluador o cuidador, como nado se pueden aprehender y medir mejor mediante observación
por el autoinforme del paciente referido o su deseo en la parti- sí'ifemática del comportamiento y/o técnicas objetivas (p_ ej .. fre-
cipación en diferentes actividades o a su interés manifiesto en cuencia e intensidad vocálica).
participar en dichos actividades orientadas a una rneta. Esta Cuarto, los síntomas negativos tienen una menor tasa de fia-
disminución del interés suele ser persistente y normalmente no bilidad inter-jueces y precisión diagnóstica, son menos salientes
se acompaña de tristeza, más frecuente en la depresión. que los síntomas positivos y suelen tener una estrecho relación con
El impacto de lo sintomatología negativa en personas con diag- otras con'ifructos (p_ ej, déficits cognitivos, depresión), aspectos que
nóstico de psicosis es evidente Estudios previos han demostrado pueden dificultar su comprensión, identificación, evaluación y trota-
que ia presencia, persistencia y gravedad de los síntomas negativos mie11to. En este sentido es interesante considerar los síntomas nega-
tienen un impacto en el funcionamiento familiar, social y ocupacio- tivos bojo una óptica transdiagnóstica y radicalmente dimensional
nal. así como en la calidad de vida y lo posterior recuperación del (Strauss y Cohen, 2017).
trastorno {Ventura et al., 2015). Los síntomas negativos son frecuen-
tes en personas con diagnóstico de psicosis. Aproximadamente el a. Explicaciones
60 % presenta al menos un síntoma y el 18% al menos tres síntomas Se han formulada multitud de hipótesis para explicar el origen de
negativos en la PANSS (Bobes et al., 20lOJ_ En el 10-30% de los lo psicosis (Fonseca-Pedrero, 2019; Kahn et al., 2015l, si bien en el
casos la sintomatologío tiene una elevado magnitud y persisten- caso de la dimensión negativa, son insuficientes y en la mayoría de
cia, derivando en el denominado síndrome deficitario (Buchanan, las ocasiones los modelos etiológicos no se encuentran científica-
2007). Asimismo, los síntomas negativos se han mostrado resisten- mente validados {Sfrauss y Cohen, 2017)_ Hasta el momento, por mós
tes al tratamiento farmacológico con antipsicóticos (leucht et al., que se promulgue la contraria <véanse, por ejemplo, los hipótesis
2009). Las intervenciones farmacológicas y/a psicológicas dirigidas biologicistas centradas en el papel de la dopamina, con evidencia
a estos síntomas, en muchos casos, no alcanzan el umbral para uno de disfunción hipodopominérgica, y/o las anomalías estructurales y
mejoría clínicamente significativa. El impacto de los síntomas nega- funcionales en las regiones frontales del cerebro), no se ha encon-
tivos no se restringe únicamente a las personas con diagnóstico de trado un marcador etiopotogén'ico causante de la sintomotología
psicosis. En este sentido, los síntomas negativos subumbral o subclí- psicótica, por !o que los mecanismos causales subyacentes son aún
nicos tienen un rol importante en la etapa prodrómica y predicen pobremente comprendidos_
lo transición al cuadro clínico (Valmaggia et al., 2013). Por ejemplo,
Radua et al. (2018) encontraron que la anhedonia rasgo era un fac- Una de las primeros teóricas que puso de manifiesta el rol cau-
tor de riesgo para la psicosis. Además, lo presencia de anhedonia sal de las síntomas negativos fue el modelo esquizotaxia-esquizoti-
<o hipohedonial en muestras de la población genera! se ha consi- pio de Meehl <1990). Este autor considera la esquizotipio como una
derado como la expresión conductual de vulnerabilidad latente a la organización latente de lo personalidad derivada de lo esquizotaxia
psicosis {Oocherty y Sponheim, 2014; Meehl, 1990). El rol periférico (predisposición genética a lo esq_uizofreniol que, bajo determinados
que ocupa la dimensión negativa en los manuales clasificatorios circunstancias ambientales de estrés o de aprendizaje, conduciría
internacionales actuales es, cuanto menos, llamativo si se tiene en a la esquizofrenia. Según este modelo, la anhedonio, tanto a nivel
cuenta todo el corpus de conocimiento científico que demuestra físico (anhedonia físical como a nivel social (anhedonio socioD, des-
lo repercus"1ón que tiene en la funcionalidad de las personas con empeñaría un papel et'iológicamente importante en el desarrollo de
diagnóstico con psicosis, así como marcador de riesgo en muestras la esq_uizotipia y la esquizofrenia.
no clínicas. El modelo cognitivo de síntomas negativos presenta un enfoque
Desde un punto de vista psicopotológico es relevante mencio- biapsicosacial alternativo que enfatiza el papel de las cogniciones
nar, de forma breve, cuatro aspectos referidos específicamente a la desadaptativos en su desarrollo y mantenimiento. Esto aproximación
dimensión negativa <Fonseca-Pedrero, 2019). se basa en uno hipótesis de diátesis-estrés y po'ifula q_ue los indivi-
duos con predisposición (tanto genética como adquirida) son mós
Primero, es nuclear diferenciar entre síntomas negativos prima-
vulnerables a los experiencias negativas de la vida y al desarrollo
rios y secundarios. Los síntomas negativos primarios serían intrínse·
posterior de actitudes y creencias disfuncionales. Específicamente,
cos a lo esquizofrenia, mientras que los síntomas negativos secunda-
los atributos psicológicos como las creencias derrotistas sobre su
rios serían debidos a otras causas {p. ej., síntomas positivos, efectos
rendimiento, así como las bajas expectativas de placer y éxito, pue-
secundarios de la medicación, consumo de sustancias, etc J_ En los
den conducir a reducciones en el comportamiento dirigido a obje-
primor·1as el mecanismo etiológico subyacente responsable sería la
tivos, que a su vez perpetúan los déficits afectivos. experiencioles
esquizofrenia per se, mientras que en las secundarios serían otros
y/o motivacionales que o menudo experimentan las personas con
síntomas, trastornos psicopatológicos y/o enfermedades médicas.
diagnóstico de psicosis.
En ambos casos, yo sean de origen primario o secundario, causa o
resultado, es difícil su diferenciación fenomenológica por lo que se También se han propuesto modelos para explicar. específica-
debería analizar la posible causa de dicha sintomatalogía, de cara mente, tanto !as déficits volitivos coma expresivos. Respecto al inicio
a e'ifablecer posibles hipótesis de intervención. y persistencia en actividades dirigidas a objetivos o búsqueda de

353
f\~anual de psicop;itología. V0lu1T1f'n 2

recompensas, lo olterac1ón podrín flStar en algunos de estos cin· estados emouor,ales internos de los den1ós, que es el componente
co componentes (o en su relación): respuesto inicial a la consecu· reflexivo \teoría de la n1ente o n1entolizaciónl (Green et al., 2019).
ción de lo recompenso, respuesta sostenida o lo consecución de lo Sin embargo, otros procesos cognitivos más automáticos, más sutiles
recompensa, aprendizaje de recompensa, hábito, y motivación de y subjetivos como lo sensación de conexión, de pertenencia a un
aproxirnación. Respecto a los déficits de expresividad se conside- grupo (fomiho, amigos, compafleros_ J, dE> segundad y protección,
n:i que la base estaría en los sistemas de recompensa (hedónicosl pt1eden estor gravemente afectados <lysaker y Hamm, 2015J. En
y/o en los diferentes sistemas cognitivos (p ej .. atención, memoria. este punto se evidencia q,ue ei procesamiento e1nocional es clara-
control cognitivo) Además, es posible q_ue al menos algunos défi- mente intersubjetiva, basta!l'te más complejo que la presentación de
cits expresivos puedan ser reflejo de problemas (alteraciones) en depresión o manía.
los capacidades cogni'ti110s básicos. Asimismo, los nuevos modelos.
intentan integrar estos resultados incorporando tanto la vía hedóni- a. Depresión
ca (disminución de lo capacidad de inicial a la recompensa) como Para los síntornas depresivos en los trastornos psicóticos primarios,
la vía cognitiva (déficit de control cognitivo de orden superior) en la la OMS (C!E-ll, 2018) indica que debe señalarse lo gravedad de los
explicación del desarrollo y manteniendo de los síntomas negativos signos o síntomas observados en la última semana que estén relacio-
expresivos y volitivas (Strouss y Cohen, 2017l. nados con el estado de ánimo depresivo, como llanto a tristeza, pero
no aquellos indicadores no anímicos, como la onhedonio.
D. Dimensión afectiva Esta puntualización es importante por el solapamiento entre
Esto dimensión obarca dos componentes: depresión y manía_ Son los algunos síntomas de esta dimensión afectiva con la dimensión
factores q_ue regularmente se han extraído de diferentes procedi- negativa, como la anhedonia, anergia, o la ovolición. Se ha tra-
mientos estadísticos y analíticos a los q_ue se ha sometido la clínica tado de especificar que en el contenido puramente depresivo hay
registrado. Pero esto na significa la ausencia de otros afectos entre más cogniciones específicas de culpa, desamparo, suicidabilidad,
las personas con trastornos psicóticos, como sucede especialmen- pesimismo (desesperanza). Pero es clave saber que los síntomas
te con la ansiedad. los síntomas depresivos y maníacos son muy depresivos empeoran las negativos !los llamados síntomas negativos
destacados, desde la división kraepelíana de la demencia precoz secundarios}, pero no sucede al revés, i. e., cuanto más graves sean
(esq_uizofrenial vs. la psicosis moniacodepresiva (trastorno bipolar). los síntomas negativos, menos probable es que se aprecien síntomas
la inclusión de Kasanin de lo tercera psicosis, en lo q,ue hoy se depresivos destacados <Edwards et al., 20191.
denomina trastorno esquizoafectivo, no venía sino a evidenciar: lo relación entre estos síntomas depresivos y la dimensión psi-
que puede establecerse un gran continuo entre la esq,uizofrenia y cótica es evidente_ la presencia de un outoconcepto negativo y,
el trastorno bipolar (como indican los análisis de corte genético}, en general, sintomatología de emociones negativas (afectividad
situándose en medio el trastorno esq,uizoafectivo: y que el compo- negatival se relaciona con los delirios persecutorios; la ausencia de
nente afectiva participa de manera decisiva, con independencia de autoconcepto negativo y de estas emociones negativas se relaciono
los diagnósticas mencionados, difuminando la separación tajante con las ideos delirantes megalómanas (Garety et al., 2013).
entre psicosis no afectivas y afectivas. la relación de estos síntomas depresivos con la dimensión desorga-
la sintomatología afectiva, especialmente depresiva, está pre- niwda es también importante, incluyendo el comportamiento cata-
sente desde los pródromos a la fose residual de la esquizofrenia, con tónico. De hecho, se ha sugerido que la catatonía en su descripción
independencia de que no dominen el cuadro. Se estima q,ue entre original por Kohlboum. estaría más próxima al componente afectivo,
un 30-35 % de los casos de personas con trastornos psicóticos tienen como indica su elevada presencia en los trastornos bipolares, q_ue
al menos un síntoma depresivo, y que estos síntomas pueden darse su consideración.
entre el 20-70% de los casos en cualquier momento del episodio Indudablemente, la dimensión afectiva como síntomas depre-
psicótico (Héifner, 20141_ Para este autor, la emergencia de los sín- sivos incrementa el riesgo de recaída de los trastornos psicóticos,
tomas positivos solapa unos síntomas afectivos que no son comór- hospitalización, deterioro social y del comportamiento suicida. El
bidos, sino parte integral de lo psicosis. Esta idea complemento la comportamiento suicida se aprecio hasta en el 20% de las personas
consideración de q_ue el componente afectivo participa en la for- q_ue ya presentan el cuadro psicótico, y más del 15 % entre los e>fa-
mación de los propios delirios (Garety et al., 2013). De hecho, se ha das mentales de alto riesgo, vinculados a la aparición de la disforia
considerado que los delirios son intentos de explicar alga emocional- y el comportamiento extraño (D'Angelo et al., 2017). También puede
mente doloroso para quien los experimenta (Lysaker y Hamm, 2015). hacerse más evidente e>fa dimensión como efecto secundario de los
En suma, es variable el grada en el que puede encontrarse la neurolépticos, fundamentalmente de primero generación.
dimensión afectivo en estos trastornos psicóticos, muy evidente en
el tra>forno esquizoafectivo, y menos marcada en la esq_uizofrenia b. Manía
o el tra>forno delirante. Menos frecuentes q_ue los síntomas depresivos, permiten situar con
Relacionado con lo dicho, aunque más dirigido o verificar los más facilidad el trastorno esquizoafectivo (entre 10-30% de los
componentes afectivos especificas participantes en el proceso psi- esq_uizofreniasl. aunq_ue sea más frecuente la expresión de síntomas
cótico, una gran parte de la investigación y lo intervención se ha depresivos. Dada su coincidencia con los trastornos bipolares, la pre-
dirigida a analizar el procesamiento emocional en personas con este sencia marcada de síntomas depresivos y maníacos, habitualmente
tipo de trastornos. retraso el diagnóstico preciso.
En este sentido, parece que en la esquizofrenia hay más dificul- Para los síntomas maníacos en los trastornos psicóticos prima·
tades para el reconocimiento de emociones {p. ej., en rostros, sobre rios, la OMS (CIE-11, 2018) caracteriza los síntomas que implican
todo en situaciones ambiguos) y, en general, para identificar los cambios del estado de ánimo <labilidad o inestabilidad) en forma

354
capítulo 1L El e>pectro de In e-squizofrenia y otros lr,'lstornos ps1cót1cos

de eulorio (elación), exponsividad o initobilidod, y cambios en el despectivos de la gente_ «El otro día iba en f!i outnbú> y al ir o
nivel de energía y propensión o la actividad. Se recomiendo que se bajarme me equivoqué de par<ldo; entonces oí lo voz de dos chi·
compare el nivel de actividad habitual de la persona o partir de los cas jóvenes que comenlol.ion: rrnio, no :>e ha Lajodo, yo le quedo
fo111iliores y conocidos y el nivel de excitación de la persona. poco»_ Por eso ahora «yo sabe» que todo el mundo conoce su
pensamiento_ Señalo que o veces pienso oigo y luego se conoce
fuero, oye fuero sus pensamientos sin que se dé cuento, luego noto
IV, Esquizofrenia que son >US pensamientos, por lo q_ue descubre que había estado
pensando en oigo.
Acude a consulio Vic1orio, uno mujer >altero de 27 años. Actitud Cuando se le pregunta por qué pienso que es lo Cruz Rojo, la 1mph-
correcto, nivel de conciencio normal, atiende adecuadamente a codo en este asunto señalo q_ue cuando suenan las s1rf'nas de los
las preguntas y responde en consonancia con las cuestiones que ambulancias salen voces que dicen: «bueno. bueno... » o «queda
se le formulan. Cuando se !e pregunta acerco de su familia, señala poco, quedo poco... » Uo dice irnitondo el sonido de las sirenas con
que hoce aíios que se distanció de ellos, que viven en Madrid y lo respuesta). También comento que tiene muchos problemas con
ella en Sevilla. Cuando nos interesamos acerca de si les llama o los demás en el albergue donde estó alojado porque hacen mucho
se pone en contacto con ellos de alguna rnanero. se le observa ruido ol caminar, con los muletos, arrastrando los zapatos pues con
elusiva y contesto que no tiene dinero para nado, ni siq_uiera tiene todo ello salen los voces: «deben tener que ver con lo de lo Cruz
reloj. De forma vaga señala q_ue ha sido desposeída de todo, se lo Rojo» ... «les pagarán por ello, estarán contratados» ... incluso
han quitado todo. Un miembro del personal del centro nos informa para resaltar la importancia de lo que estó hablando refiere que
que lleva aproximadamente un año en Sevilla. vive en un alber- «el camión de la basura poso hasta tres veces, hoce ruido. por
gue. no hoce nada durante el día y está en espera de una cito lo que también debe estar implicado el Ayuntamiento». Indico o
con el psiquiatra. Al parecer las pruebas que le han realizado han continuación que paro que le hagan coso va o tener que hablar
descartada una patología somática. Carece de otros antecedentes con la alcaldesa «He ido a lo policía, me miraron y me creyeron,
psicopatológicos, pero se sabe que los últimos dos años se caracte- por lo que todo el mundo debe saber sobre este asunto».
rizarori por una situación familiar insostenible, se había vuelto muy
Esto mismo hizo al hablar con los médicos y con el director del
hostil, había abandonado su trabajo en uno tiendo y había roto
albergue. Ahora ello se da más cuenta de que hay una pugno entre
con su pareja Escolarización hasta bachiller sin finalizarlo
los profesionales porque nadie soluciona en realidad su problema:
Se le pregunta por qué pide ayudo y empiezo o hablar con mayor «iCómo voy a estor bien si me tienen enganchado a lo drogo?».
rapidez: <<desde hoce dos años estoy enchufado a un dispositivo Dice q_ue es capaz de valerse por sí mismo pero q_ue lo tienen en la
dependiente de lo Cruz Rojo o algo así». Se le observa indignado y miseria y así no puede hacer nado. «En el albergue no me dejan
exige que se lo aclaremos. Hace mucho tiempo se empezó a sentir hacer nada, hasta me han quitado las gatos que estaba toman-
mal. con dolores de cabezo, de espalda y a veces no podía hablar do q_ue me mandó el médica»_ Lo enfermero confirmo que tiene
porq_ue «se me perdían los palabras». Desde hoce más de un año muchos problemas de relación con los demás en el albergue, resulta
tuvo uno revelación: «debe ser oigo grande, de todo lo sanidad». muy problemático debido o su hostilidad.
El hilo conductor del discurso es adecuado, sin estado de ánimo
angustiado, depresivo o elevado, hablo con un alto grado de con-
A. Diagnóstico y características clínicas
vicción, en actitud serio y fijando la mirada.
Se le pregunto si ha escuchado voces que le molesten o inquieten Como se comentó al inicio de este capítulo, en la concepción ori-
y dice que desde hace dos años noto voces. A veces le dicen cosas ginal de la esquizofrenia convergieron diferentes síndromes antes
que le desagradan como «está calentita»_ Durante lo entrevisto se analizados por separado. Sin embargo, lo heterogeneidad de este
oye un ruido y dejo entrever que también se han producido voces trastorno inevitablemente favoreció que posteriormente se sefiala-
en ese momento. A veces incluso se despierto durante lo noche. « ... sen subtipos según los síntomas más prominentes (p_ ej., paranoide,
me dicen: ya quedo poco, o sobresaliente». «Están así todo el día, catatónico, desorgonizodoJ, o por su evolución (crónica, residuall.
no me dejari». «Estoy enchufado a este dispositivo y no entiendo Las evidencias han mostrado que estos subtipos carecen de validez,
por qué». -«¿Cómo son esas voces? -Son un sonido, pero voces; motivo por el q_ue desaparecen en el DSM-5 <APA, 2013l y lo CIE-11
son distintos o como Vd hablo, pero son voces»_ -«lDe dónde (WHO. 2018).
vienen esos voces? -De mi cabeza, pero también se pueden oír Es conocido el reconocimiento generalizado del término esqui-
desde fuero». -«¿Qué poso si se tapo los oídos? -Las oigo en mi zofrenia, en lugar de su precedente de demencia precoz_ Bleuler
cabeza». -«¿Qué pienso acerco de estas voces? -Es oigo que me observo que el inicio del trastorno podía ser tardío y que la evolu-
han puesto y no me dejan tranquilo; según parece lo han hecho ción no ero necesariamente ton negativa, pero especialmente, resal-
para los drogadictos, paro seguirlos y hacerles un control, pero to otros indicadores diferentes del énfasis puesto en los delirios,
no entiendo por qué lo hacen conmigo si nunca he probado las como uno ruptura global en el funcionamiento mentol, y no solo del
drogas. Eso lo sobe todo el mundo, todo el mundo lo comenta, pero curso del pensamiento, como habitualmente se señala (Moskowitz,
me parece mol incluso para los drogadictos, les roban la libertad_ y Heim, 2011l. Destacó otras manifestaciones que nos acercan a los
Deben ser unos señores que están escondidos y se encargan de síntomas negativos (p. ej .. outismol y desorganizados {p. ej., ambi-
controlarlo todo. A veces vienen conmigo, como si me siguieron. valencia, afecto incongruente). Este apunte histórico mínimo tiene
No los he visto nunca porque si les hubiera descubierto les habría que ver con el hecho de que, aunque la dimensión psicótico es
prendido fuego». También le sucede q_ue cuando se produce un uno característico común en lo que hoy llamamos esquizofrenia,
ruido, por ejemplo, el que hoce un autobús, una puerta o los zapa- es más bien lo diversidad de aspectos los que intervienen y carac-
tos cuando va caminando. se acompaña de voces y comentarios terizan o este cuadro o, mejor, del síndrome psicótico en su con-

355
l\~anua! de psiccpatolog1ci. V0lurr-1en 2

)~·Tabla 11.1. Criterios diaq11ósticos pa·a la esquizofrenia en 21 DS1v1 5 \APA, 2013] y CE-11

Al menos dos de los siguientes síntomas tienen que estor A. Dos (o más) de los siguientes síntomas, cado uno de ellos presente durante
presentes durante lo mayor parte del tiempo durante un mes uno porte significativo de Lln período de un mes (o menos si ha sido trotado
o más. Uno debe ser de o,d: con éxito). Al menos uno de ellos debe ser (1), (2), o (31:
o. Delirios persistentes de cualquier tipo. (1) Ideas delirantes.

b. Distorsiones de la experiencia del self(fenómenos (21 Alucinaciones


de pasividad, inserción del pensamiento, robo del (3J Lenguaje desorganizado (p ej, descarrilamiento frecuente o
pensamiento ___ )_ incol1erencial.
c. Alucinaciones persistentes de cualquier modalidad. (l!) Comportamiento catatónico o gravemente desorganizado.
d. Desorganización en la formo del pensamiento (5) Síntomas negativos (p. eJ-, expresión emocional disminuida o avoliciónl.
(tongencialidad, asociaciones la~as, lenguaje B. Disfunción social/laboral: Durante una porte significativo del tiempo desde
circunstancial, neologismos), en los casos graves el inicio de la alteración, una o más áreas importantes de actividad, como 1

puede dar lugar a incoherencia, habla irrelevante, son el trabajo, las relaciones interpersonales o el cuidado de uno mismo,
o neologismos. e>tán claramente por debajo del nivel previo al inicio del trastorno
e. Síntomas negativos corno lo apatía o lo anhedonio, (o, cuando el inicio es en la infancia o adolescencia, fracaso en cuanto a
pobreza del habla, y aplanamiento de los expresiones alcanzar el nivel esperable de rendimiento interpersonal, académico
emocionales; debe ser doro que no se debe o lo o laboral>.
depresión o medicación.
C. Duración: Persisten signos continuos de lo alteración durante al menos
t. Comportamiento desorganizado, incluyendo conductas seis meses. Este período de seis meses debe incluir al menos un mes de
extraños, excéntricos, sin propósito. conductos síntomas que cumplan el Criterio A (o menos si se ha tratado con éxito) y
inapropiadas o impredecibles. puede incluir los períodos de síntomas prodrómicos y residuales. Durante
g. Alteraciones psicomotoras toles como inquietud estos períodos prodrómicos o residuales, los signos de la alteración pueden
o agitación catatónica, posturas anormales, flexibilidad manifestarse solo por sintamos negativos o por dos o más sin1omos de la
cérea, negativisrno, mutismo o estupor. listo del Criterio A, presentes de formo atenuado (p. ej., creencias raros,
experiencias perceptivos no habituales).

junto. Para una revisión histórica más detallada puede consultarse nalizoción son muy comunes, especialmente en la fase prodrórnica.
Héifner {2019) o Fonseca"Pedrero <2019). Pueden apreciarse preocupaciones somáticos, hostilidad, alterocio·
Actualmente. el diagnóstico de esqui2ofrenia sigue estando nes del sueño, sintomotología ansiosa, comportamientos compulsi-
centrado en los síntomas positivos, sean indicadores psicóticos o vos, entre otros muchos.
desorganizados. En las clasificaciones diagnósticas DSM y CIE, se En la tabla presentada poro el diagnóstico de esquizofrenia y
ha restado énfasis a los síntomas de primer orden de Schneider, en las siguientes tablas de criterios diagnósticos, se han excluido
aunque una buena parte de ellos, como alteraciones del se/f(o de dos criterios fundamentales e imprescindibles para delimitar estos
autoconciencia}, gozan de protagonismo en la CIE-11. cuadros porque se repiten en todos ellos: el malestar o deterioro
En términos generales, el diagnóstico atiende a los alteracio- en las áreas personal, familiar, social, académica, laboral u otras
nes en la forma {habla/pensamiento desorganizado) y contenido áreas de funcionamiento, así como el criterio que excluye una mejor
<delirios) del pensamiento, así como la presencia común de altera- explicación de lo patología presentada por parte de otro trastorno
ciones perceptivas (generalmente alucinaciones auditivas o verba- mental, enfermedad, o efectos de sustancias <p. ej., intoxicación y/o
les). Otras alteraciones habituales afectan a la cognición {atención, abstinencia) o de medicación. En los casos en los que se identifica
memoria verbal y cognición social>, y el control del comportamien- una causa relacionada con enfermedad o sustancia o medicación, se
to (p. ej., excentricidades, conductas y respuestas emocionales ina- clasifican corno trastornos inducidos por sustancia o medicación o
propiadas); aquí puede incluirse la catatonío. Otras alteraciones debidos a una enfermedad <DSMl o como secundarios a sustancias
afectan a la volición o voluntad (p. ej., pérdida de motivación), de abuso o enfermedad médico (QMS, 2018).
o a lo expresión de respuestas emocionales lp. ej.. aplanamiento
afectivo). 8. Epidemiología y curso evolutivo
Estos indicadores son comúnmen~e señalados, pero se mostrarán
más adelante otros indicadores más visibles en función del curso a. Prevalencia
del trastorno, importantes en la caracterización del trastorna. En la Se estimo q_ue lo incidencia anual de lo esquizofrenia es del
Tablo 11.1 se exponen los criterios diagnósticos DSM-5 {APA, 2013> y 1-1,7/1.000, lo prevalencia puntual del 4-,5/1.000, con un riesgo vital
CIE-11 (siguiendo a Biedermann, y Fleischhacker, 2016). estimado del 0,7% (Héifner, 2014-). La esperanza de vida de estas
Lo sintomatología asociada con estos indicadores reflejados personas puede llegar o reducirse hasta en 15 años: por suicidio
en las clasificaciones es muy amplia, como queda recogido en las {edades tempranas), deficiencias en lo dieta, obesidad, sedentaris-
dimensiones presentadas en el punto III. Las vivencias de desperso- mo, problemas metabólicos derivados de los tratamientos, tabaq_uis-

356
Capítulo 11. El espEctro de la esquizofrenia y otros tr·astor·nos psicóticos

mo y problemas cardíacos (edades tardíos) iKahn et oL, 20!5; van psicóticos breves o iritermiten1es_ Otros 1ridicodores son los corocte-
Os y Kapur, 2009). rísticos esquizo1ípicas o de ro;go (Fusor-Poli et al., 2020).
Con respecto al sexo. los hombres inician antes el proceso psicó- lo fase activa muestro de forma más evidente la sintomatologío
tico <15-24 años de edad), y probablemente por eso suele ir asocia- positiva, habitualmente lo dimensión psicótico y desorgornzado. Es
do de1erioro cognitivo; los mujeres lo inician de tres a cuatro of1os en esta lose en lo que se realizo el diagnóstico, siendo común qui:>
más tarde 05-29 años). Entre los hombres se observan síntomas en los síntomas psicóticos dominen el cuadro, por entirna de los sín-
general más graves, de la dimensión negativo, e ideas delirantes tomas riegotivos que siguen estando presentes. El estado vivencial
de grandiosidad, siendo predictores lo suspicacia y la comunica- cambia de la perplejidad a la certeza, por lo q_ue la persono entien-
ción desorganizada_ En las mujeres se aprecian más alucinaciones de o interpreta la realidad no según creencias, srno como evidencias.
y comportamiento extraño, siendo predictoros los dificultades en Es uno fose de duración variable, pero si hay varios episodios, tiende
la atención (Hi:ifner, 2014). La mortalidad está más asociado a los a ser una fase menos duradera a partir del primer episodio.
hombres (Guloksuz y \fOn Os, 2018J. Lo fase residual se inicio con lo recuperación de la crítica de lo
Aunque siempre se considera que estos datos epidemiológicos q_ue la persona experimento Es una fase donde suelen dominar los
dados se mantienen estables, lo cierta es que hay variaciones inclu- síntomas negativos. En ocasiones quedan síntomas positivos, pero
so en el mismo país, superior en zonas urbanas sobre todo si están con crítica (hasta en un 20% se aprecian alucinaciones y ciertos
n1uy pobladas (de hecho, se alude a un factor etiológico como e! pensamientos particulares). Es un momento en el que lo dimensión
urbanismo) y entre minorías y migrantes (Read y Dillon, 2013)_ afectivo, fundamentalmente síntomas depresivos, puede tener una
importante presencia, incrementando el riesgo de suicidio. Se estima
b. lnício y evolución hasta un 80% de probabilidades de recaída en los cinco primeros
El inicio de la esquizofrenia puede ser abrupto o insidioso. Para el años del primer episodio.
diagnóstico, como se plantea en la Tabla 11.1, se considero una dura- Aurique la esquizofrenia siempre se ha ligado o un inicio tem-
ción mínima de un mes en el coso de lo CIE-11. y de seis meses prano con respecto a la edad, se describe una forma de aparición
para lo clasificación DSM. Esta diferencio tiene que ver con que lo tardía (45 años o más), incluso de edad avanzada (60 años o más),
clasificación norteamericana incluye un diagnóstico más que estaría con características de mayor sistematización en los delirios y menos
entre el mes mínimo de duración y los seis meses <el trastorno esqui- deterioro, probablemente porque lo persona ha podido desarrollar
zofreniformel. Estos sistemas incluyen especificadores de gravedad y mejor sus recursos cognitivos. Es lo clásico parafrenia fde Kahl-
de curso, en función de si es un episodio o varios, o si se da remisión bouml, o caballo entre la esquizofrenia y el trastorno delirante. Los
parcial o completa (WHO, 2018). contenidos delirantes están muy relacionados con asuntos domésti-
cos (p. ej., extraños en lo cosa, vigilancia por parte de vecinos) y can
Desde el punto de visto del curso tiene más interés considerar
predominio femenino.
cado episodio como unidad de estudio, con diferentes fases que
caracterizan lo que tradicionalmente se ha llamado proceso de la c. Pronóstico
esquizofrenia. Es común observar una fose prodrómica CS0-90 % de
los casos), cuya duración es variable (de semanas a meses). Esto El pronóstico de la esquizofrenia depende de diferentes factores_ Por
fose se caracteriza por una gran variedad de síntomas, muchos ejemplo, la dominancia y duración de sínton1os negativos suele aso-
muy inespecíficos. Los primeros en aparecer suelen ser los síntomas ciarse con el deterioro cognitivo y el llamado síndrome deficitario.
negativos (p. ej., aplanamiento afectivo), ademós de síntomas de lo Aunque aparece como uno de los indicadores característicos de la
dimensión afectiva, con frecuencia estados de ansiedad intensos (no esquizofrenia, no hoy un acuerdo definitivo de que sea un aspecto
ligada necesariamente a estímulos concretos) y depresión; sobresa- diferencial respecto de otros trastornos psicóticos (bipolares).
le el componente disfórico {irritabilidad). Es frecuente apreciar un Otro aspecto relevante es el período de tiempo que transcurre
descenso en el rendimiento escolar o laboral, descuido de la apa- hasta q_ue la psicosis es identificada y tratada. Cuanto más prolon-
riencia/higiene personal, o dificultades de sueño, por citar algunos_ gado es el tiempo, peor pronóstico se observa_ la investigación ha
Hoy una vivencia común de sobreestimulación, con dificultades para mostrado, en consecuencia, que hoy un periodo crítico para que el
pensar, despersonalización y perplejidad con respecto o todo lo que tratamiento con pronóstico sea favorable <Harrison et al.. 200D. Se
rodea a la persona. Hofner (2019) establece a partir de estudios estima que aproximadamente a los dos años (máximo, cinco) es el
prospectivos, uno duración promedio de casi cinco años de duración período en el que pueden darse cambios importantes, lo que reper-
(mediana de 2,3 años), detectándose desde esto fase un deterioro cute en la formación académica y el acceso al empleo, por tanto,
cognitivo ligero_ de gran alcance paro la recuperación y rehabilitación de estos per-
la identificación de esta fase prodrómica guarda relación con sonas. Se estimo que la recuperación completa es aproximadamente
el concepto de estados mentales de alto riesgo fEMARJ_ Estos EMAR del 30% de los casos. aunque hasta un 50 %pueden tener una recu-
se han caracterizado de maneras diferentes, normalmente por su peración parcial con recaídas.
ubicación temporal. De esta forma se alude a EMAR tempranos, También se han tenido en cuenta factores del contexto emocio-
más inespecíficos, caracterizados por síntomas básicos <por rela- nal en el que vive la persono con esquizofrenia. Un estilo comunica-
cionarlos con el sustrato más biológicol e identificados por la tradi- tivo familiar caracterizado por un exceso de críticos, culpabilización,
ción alemana CHuber, Gross, Héifner, Klosterk6tter ,Schultze-Lutter), u hostilidad, un estilo de sobreprotección excesivo (sobreimplica-
de los pródromos tardíos de la tradición anglosajona (Mil!er, Yung, ción emocionan e intrusividad {que lleva incluso a «adivinar» los
McGorry, Addington, Connonl, identificados como estados clínicos necesidades del paciente) favorece recaídas en más de un 55 %
de riesgo <de alto riesgo o de riesgo ultra altoL los EMAR tardíos de los cosos A esta sobrecarga afectiva en la comunicación se le
se han diferenciado como síntomas psicóticos atenuados y síntomas denomina emoción expresada, un concepto transdiognóstico que
Manual de psicopatología. Volu1T1en 2

nació en el contexto del tratamiento de familias de personos con olvido lo que estaba buscando .. Tardo ho1as en hoce¡ cualqllier
esquizofrenia. Más recientemente se ha puesto énfasis en las inte- cosa». Durante unos días hay que supervisar st1 outocuidodo y ali
racciones comunicativas constructivas y en la calidez afectiva, algo mentación. También el hablo se altera, resulto incomprensible en
q_ue parece tener un efecto favorable en el curso y pro11óstico de lo algunos momentos, aunque, sobre todo, durante unas semanas, su
esquizofrenia (Berry et al., 2019). habla se empobrece. Seglin describen los familiares, 111 expresión
mímico no se empobrece, de hecho, más bien expreso gran sufrí·
miento en el rostro, en la mirado, y con los movimientos del cue1 po.
V. Trastorno esquizofreniforme En lo descripción general de ~os episodios seílalo: «El momento de
confusión y de estor realmente fuera de lo realidad, son como cua-
Esther, 34 años, soltero, p1olesional altamente especializada. Con tro días, luego es todo un lío». Describe sobre todo lo confusión,
26 años tiene un primer episodio psicótico que duró aproximada- o veces se quedo extrañada y muy o lo defensiva con todo lo que
mente tres meses hasta su total recuperación. Consulta después del le ocurre. Torda en general tres meses en recuperarse del todo, en
quinto episodio. Señalo q_ue los episodios suelen comenzar sobre algún caso cuatro meses. En este último episodio, cinco meses No
todo con un cansancio y falta de fuerzas muy marcados. También hay enfermedades q_ue expliq_uen mejor esto sintomotologío. Hoy
en esos momentos se siente apático y deprimido, aunque el estado consumo esporádico de connobis, sobre todo en los dos primeros
anímico no parece destacar posteriormente. Señala que el último episodios. En todos los episodios se han dado desencadenantes,
episodio surgió como los anteriores, de uno manero abrupto. Esta- relacionales en los dos primeros y laborales en los restantes.
ba en cosa metido en la como, sin fuerzas poro levantarse, y un
omKjo suyo lo OCOrlflOÍÍobo. Este amigo le dio un abrazo: «Cuando
me separé de él le miré a los ojos y sentí que me quería matar, eso
A. Diagnóstico y características clínicas
es lo que sentí, entonces solí corriendo escaleras abajo y me lleva- Esto categoría fue propuesta por Langfeldt como uno esq_uizofre-
ron o urgencias». Recuerda que las personas o los que miraba le ma agudo de mejor pronóstico, a menudo ligada a desencadenan-
parecían personas diferentes, los l\omoba por diferentes nombres, tes del cuadro y sin personalidad esq_uizaide. Queda recogida en
veía o los personas cambiadas: «Si ero mi podre, quien estaba la Tabla 11.2 solo paro lo clasificación DSM. La consideración de
intentado que yo me relajara, me miraba un poco. yo de repente. buen pronóstico depende de la rapidez de inicio de los síntomas
no sé, pensaba que ero mi tío, pensaba q_ue él ero mi tío el q_ue psicóticos, un estado de confusión q_ue impido lo elaboración de las
me perseguía, el QUe me q_uería hacer daño y no tiene sentido alucinaciones y/o ideas delirantes, escasa sintomotología negativa,
porq_ue o este tío no lo veo casi nunca y no sé, era salir corriendo; y buen ajuste premárbido.
además, yo estaba en pijama, y salía o lo calle lloviendo y todo».
En general, el grado de desorganización, los síntomas negativos,
Tenía que estor vigilando constantemente porque todo el mundo
y bizarría del delirio son menores que en el caso de lo esq_uizofrenio.
q_uerío matarla, y recalco que se fijo en lo mirado, detecto q_ue los
así como menor convicción, extensión y presión de los ideas (Cuesta
ojos parecen los de otro persona. Señala que no quería tomarse
y Peralta, 2016).
lo medicación. ocasionando tensiones con su familia: «no quería
tomarla. pensaba q_ue me querían envenenar pensaba que ... ero
todo muy agobiante». «-¿Pensabas en algún motivo por el cual S. Epidemiología y curso evolutivo
tus podres querían hacerte daño? -No, no tenía motivos, ero sim"
a. Prevalencia
plemente ... una convicción y, de hecho, cuando he tenido otros
brotes lo q_ue q_uerio ero irme de mi coso». Se estima una preV<llencia del 0,5-1,5% con uno incidencia anual de
Tampoco podía ver lo televisión porque recibía continuos mensa· hasta el 5/10.000 casos !Borgen, 2009).
jes: «es corno si se dirigieron o mí, pero de uno manero muy perso-
nal, hablaban, salía mi nombre en lo televisión, de temas q_ue solo
b. Início, evolución y pronóstico
me concernían o mí». También escuchaba explosiories (no voces) Corrparativomente con lo esquizofrenia, el inicio es más rápido, con
y destellos o chispazos (no imágenes complejos). Cuando se le pre· una fase prodrórnico muy breve. Se considera q_ue hasta dos tercios
gunto por otros fenómenos, describe que tiene sensaciones de que evolucionan hacia lo esquizofrenia o el trastorno esq_uizoofectivo.
le meten ideos en la cabeza o de que todo el mundo conoce su Como se indica en los criterios diagnósticos de lo Tabla 11.2,
pensomie11to, pero no consigue explicarlo, lo percibe como oigo la rapidez en el inicio, un estado de confusión con respecto o los
lejano y confuso, aunque sobe que lo ho experimentado. En otros síntomas psicóticos y, especialmente, que los síntomas negativos
ocasiones apreciaba sensaciones más complejos· «en la cabezo no sean dominantes (especialmente en el caso del aplanamiento),
notaba como si una tapa de lo cabezo se quitara, como si desde además de un buen ajuste premórbido, suelen orientar a un mejor
un lado se fuero uno parte, y una especie de corriente de un lodo pronóstico del cuadro.
a otro. es como un vértigo». Otros veces, por ejemplo, cuando
su podre le acariciaba lo cabezo, notaba no uno mano, sino dos
monos acariciándole en el mismo punto.
VI. Trastorno esquizoafectivo
-¿Recuerdas o te han contado que descuidaros tu imagen?, ¿Que
dejaras de ducharte, dejaras de arreglarte?: «Al principio no me Carlos, de 37 años, tercero en orden de nacimiento, divorciado, con
puedo ni vestir sola porque, es que me pierdo, en ese momento lo dos hijos, consulta llevado por su familia. Está perfectamente orien-
que paso es q_ue no tengo lo conexión necesario yo creo poro ..., tado, actitud atenta, concentrado, aunque se aprecio uno reservo
empiezo uno cosa y no me acuerdo, de repente se me viene otro inicial durante la conversación que luego desaparece. Comp1en1i.ón
pensamiento. empiezo o buscar a lo mejor un calcetín y se me y expresión verbal adecuados-en formo y fluencia. Describe que

358
Capitulo 11 El espect'O de la esquizofrenia y orros 11·astornos psicóticos

)) Tabla 11.2. Cr1tPnos d1<1gnóstiros rara PI tr(!S torno comunicar durante la entrevisto Hablo de las voces, sabe q,ue 1o:i
rsquizofren1forrne IDSM-5) alucinaciones, puede precisar detalles sobre los mismas, pero no
cuestiona su veracidad: los toma como absolutamente reales. Al
, ,, ', ·-., ' principio no da uno explicación concreta sobre los mismas, simple-
mente reliere el sufrimiento que le ocasionan.
A. Se cumple el criterio A poro lo esquizofrenia. En otros momentos, sin embargo, y de forma vaga indica que esto
B. Un episodio del trastorno {incluidos los foses prodrómica, activa son experimentos q_ue se hacen con lo población, con la gente. ron
y residuoll duro ol menos un mes, pero menos de seis meses. los ciudadanos. Ha notado sensaciones corporales muy desagrada·
(Cuando el diagnóstico debe hacerse sin esperar o lo remisión, bles, como uno contracción brutal en toda lo espalda, oigo que ha
se col1ficará como «provisional»). tirado de él con tanto fuerzo hacia adelante o hacia atrás q_ue le
C. Se cumple criterio D paro la esquizofrenia: no hay episodios ha hecho entender que hoy una especie de máquina que le tiene
anímicos o no son centrales. controlado, una tracción electrónica que le domino. Hoce un gesto
D. Se cumple criterio Epara la esquizofrenia: no atribuible a representando uno fuerza que le atropo como si fuese por medio
sustancias o enfermedades. de un enorme pliegue en la espalda. Preguntado por el sentido o
Especificar si: finalidad de todo esto, señala que es poro controlar o los personas,
Con características de buen pronóstico: indicadas por dos (o másl poro hacer ensayos científicos, paro probar medicamentos, cosos
de los s1gU1entes ítems: así. No detallo mucho más de lo máquina, ton solo su sentido de
(1) Inicio de síntomas psicóticos acusados dentro de las
control que alcanzo o los pensamientos («porque pueden meter
ideos, quitar pensamientos»).
primeras cuatro semanas del primer cambio importante en el
comportamiento o en la actividad habitual. Otras veces, cuando se le ha recordado esta explicación, no lo
{2) Confusión o perplejidad a lo largo del episodio psicótico. de>arrollo del mismo modo, ni alude a lo máquina, destoca más
un sentido de que se transmiten emociones, como uno cualidad
\3) Buena actividad social y laboral premórbida.
suyo. pero señala el aspecto central de que con las voces «nos
(4-) Ausencia de aplanamiento a embotamiento afectivos.
obligan a comportarnos de una manera, q_ue nos dominan o través
Sin características de buen pronóstico. de la medicación», por eso él no acepta lo que le dice lo voz o
las voces, y por eso también ha abandonado la medicación en
numerosos ocasiones.
Señalo también estor en un estada de apatía muy marcado que
está enfermo desde los siete años cuando empezó a sentirse mol, atribuye o lo medicación. En distintos ocasiones ha renunciado o
si bien, fue aproximadamente 18 años después cuando empezó a tomarla y surgen comportamientos descontrolados en él: desde
comunicar lo que le sucedía. cogerle el coche al podre e ir o conducir o gran velocidad por lo
De su historia señala que, desde muy pequeño, y o partir de uno ciudad, ir o beber y consumir sustancias hasta perder el conoci-
situación traumática que pudo e~plicor varias sesiones después, se miento, meterse en peleas, etc. Los períodos de descontrol y agita-
encontraba extraño, sin dominio de sí mismo. Muchos comporto· ción han sido frecuentes, o menudo junto a uno necesidad de hacer
mientos eran descritos como de agresividad hacia los demás, con muchos cosas y de dejarlas a continuación. Estas foses son variables,
muchísima hostilidad. Según parece, durante el final de su oda" pero duran aproximadamente dos o tres semanas y destaco, sobre
lescencio comienza con el consumo de cannabis con el que alivio todo. uno sensación de energía inagotable. En otros períodos, los
el molestar y se colmo, manteniendo un consumo intenso durante mós duraderos. aparenta estar muy deprimido, señalando que no
varios años. Posteriormente inicio el consumo de cocaína y bebidos quiere vivir, moviéndose muy poco, durmiendo excesivamente. En
alcohólicos de forma episódico y en grandes cantidades. Señala estos foses estó muy poco hablador, recuerdo muchos mós momen-
que todo esto le llevó con el tiempo a disputas en coso, incluyendo tos de su vida y se emociona. Estos periodos son menos frecuentes
agresiones en y fuero de la familia. Fue en estos momentos. alrede- pero pueden llegar o durar tres meses aproximadamente.
dor de los 25 años cuando estuvo a punto de ingresar en prisión, Actualmente acepto lo medicación, sabedor de que está más tran-
pero también fue cuando pudo comunicar lo que había estado quilo, parece también que la dosis se ha ajustado de mejor modo.
experimentando desde aproximadamente los sie1e años. Sin embargo, le cuesta levantarse y moverse, señalando una falto
Actualmente refiere que tiene voces en su cabezo, a menudo de de motivoc1ón y de fuerzo marcados. Según consto en su historio.
alguien a quien describe a veces como un tonto. a veces como gen- los componentes de pérdida de motivación y de tono hedónico
te, o grupos de gente. Se burlan de él, sobre todo de todos aquellas están presentes de formo continua desde hoce 4-5 años. Los com-
cosas que dice o le interesan. Señalo que bosta que él quiero hacer portamientos impulsivos son aislados y poco duradera>.
oigo o se interese por algo poro que los voces hablen en un tono Asiste o terapia convencido de que se le puede ayudar, mós en
de burlo, humillándole, riéndose de él. A veces lo nota como uno el sentido de entender lo que le sucede, salir de la apatía intenso
voz desde un teléfono, desde un móvil, en uno comunicación que no en la que está sumido y, como mostró desde el primer momento
puede apartar y que está durante todo el día, todos los días de la entrevisto, a hablar de las voces y tratar de superar todo
A veces se repite mentalmente un sonido con el que consigue ate- esto, aunque considero en cualq_uier caso que la experiencia de las
nuar un poco lo voz, o veces se enlodo, se enfurece porque lo voces es absolutamente auténtica por lo que refiere: «fíjese si es
voz dice algo muy desagradable de alguien con quien él hablo verdad que hay ~oces en mi cabeza que ya han empezado o reírse
o o quien él quiere prestar atención. No obedece o los voces, le y burlarse de sus preguntas. todas le parecen muy tontas, do ve?,
generan mucho molestar, sobre todo por lo insistencia y porque icómo va o ser que yo me las invento! ilo que quiero es que me
le duelen las ofensas y comentarios desagradables que no quiere ayude poro no volverme loco con todo esto!»

359
MdllUd' de µsicopa~ología. Voluíi-1en 2

) ) Tabla 11.3. Criterios ci2gnósticos para el tr2s1orno esq1-1izoafectivo: Clf-11 y OSM-S

a. Se deben cumplir los criterios para A. Un período continuo de enfermedad durante el que se presento en algún momento un
el diagnóstica de esquizofrenia, episodio depresivo mayor o maníaco, simultáneamente con >íntomas que cumplen el
simultáneamente o a los pocos días de un Criterio A para lo esquizofrenia
episodio depresivo \moderado o gravel. B. Durante el mismo período de enfermedad ha habido ideas delirantes o alucinaciones
maniaco, o mixto. durante al menos dos semanas en ausencia de síntomas anímicos acusados (depresivos
b. Duración de estos síntomas de al menos o maníacos).
cuatro semanas. C. Los síntomas que cumplen los criterios poro un episodio aflímico mayor están presenies
durante una parte sustancial del total de lo duración de las fases activo y residual de la
enfermedad.
Especificar sf
.O Tipo bipolar: Este subtipo se aplico si un episodio moníoco es porte de lo presentación Los
episodios depresivos mayores también pueden tener lugar.
.1 Tipo depresivo: Este subtipo se aplico si únicomenie forman parte de la presentación de lo
alteración los episodios depresivos mayores.

A. Diagnóstico y características clínicas capaz de sonreír. pero reconoce que en general es descrito como
uno persono ine~presiva y nada afectuosa. Uno de los motivos en
La propuesta de Kosanin delimitaba una categoría intermedia su petición de ayudo ero mejorar en el ámbito social, pero paro
entre lo esquizofrenia y el trastorno bipolar: lo tercera psicosis. Lo tener relaciones con mujeres, pues reconoce que nunca ha tenido
carocterírtica esencial es la coincidencia de sintomotología afectiva contacto con ninguna poro «evitar que me compliquen lo vida»
(depresiva, maniaco o mixtal con los características de la esq_uizo- Presenta un estilo suspicaz en su pensamiento, y ho tenido frecuen·
frenia. Paro la CIE-11 (siguiendo o Molhi y Bell, 2019), lo sintomo- tes roces con vecinos y conocidos, si bien, minimizo la importan-
tología debe haber cumplido un mes al menos de simultaneidad de cia de algunos incidentes Por ejemplo, en uno ocasión tiró de un
síntomas afectivos y psicóticos, pudiendo preceder los afectivos. En puñetazo o un antiguo colega suyo en plena calle porque sabía
el caso del DSM-5 (APA, 2013), los síntomas psicóticos deben obser- que «no ero un tipo muy legal». Se pone muy nervioso cuando ve
varse durante un período de al menos dos semana> sin síntomas adolescentes en los escaleras de la zona aledaño o su cosa, porque
afectivos (véase lo Tablo 11.3). anticipo que se reirán de él y le harán burla, o llenarán el suelo
de basura. Por eso, o veces se dirige a ellos con largos peroratas
B. Epidemiología y curso evolutivo que finalizo o base de gritos. En otras ocasiones, dice enfadarse
y ponerse nervioso por asuntos familiares. y él mismo se golpeo
a. Prevalencia en pleno coro, dándose puñetazos e hiriéndose, como ha podido
Se estimo uno prevalencia vital del 0,3%, con uno incidencia supe- constatarse.
rior en mujeres (APA, 2013). En el ámbito social se pone muy o la defensivo siempre. Hoce unos
cinco años, tuvo un breve episodio de «paranoia» según señalo,
b. Inicio, evolución y pronóstico por el q_ue recibió medicación ontipsicótico. No rehúye las situo·
Como en el coso de la esq_uizofrenio. el inicio puede ser abrupto o ciones sociales. pero tampoco los promociona, con temores de si
insidioso. con un curso prolongado. Es común que se dé uno fase alguien que presenció ese episodio aislado, o que sepa de sus
prodrómico donde sean visibles los síntomas afectivos_ El curso ha- «rarezas», le reconoce. Su lenguaje es peculiar por su extremo
bitual es episódico con remisiones, siendo más frecuentes los episo- organización, parece como si en coda respuesto, hasta lo más coti-
dios depresivos. Tiene mejor pronóstico que la esq_uizofrenio. diano y anodino, necesitara enumerar aspectos. contenidos, puntos
de vista. Resulto como si tuviera que recitar uno li1to de ideos
o conclusiones. Muestra también muchos preocupaciones por el
cuerpo, y por enfermar; en ocasiones, lavando sus manos hasta
VI l. Trastorno esquizotípico escoriarse lo piel cuando está muy estresado, o con preocupocio·
Miguel, de 37 años, soltero. con formación académico hasta el nes por si tiene el cuerpo deformado en alguno parte. A veces
bachiller, pide ayuda por sus dificultades en el ámbito social y de pregunta si se ve su nariz o su mandíbula, deformados, por ejem-
ajuste laboral. A lo largo de diferentes sesiones se aprecio un esti- plo, pues le parece que en ocasiones no las percibe como siempre.
lo personal caracterizado por lo distancio y la falto de expresión Otros preocupaciones tienen q_ue ver con lo formación académico
afectivo espontáneo. Es el mayor de dos hermanos, vive con un o profesional. hace todo tipo de cursos: literalmente acumulo diplo-
familiar lejano debido o los dificultades de relación con su familia mas y certificados de la cantidad de programas de formación que
de origen. Describe que siempre le han dicho que es uno persono realiza, preferentemente on-line, paro tener más puntos y presen-
rora, que no sobe relacionarse, y que hoce cosas extraños, aunque tarse a cualquier convocatorio de trabajo. En este sentido, en los
él indico q_ue no más que otros per;onas. Mantiene lo mirada y es períodos en los que trabaja su niv'el de ansiedad se disparo por el
Capitulo 11. E! espectro ::le la esquizofrenia y otros trasiornos psicóticos

~,)Tabla 11.4. Criterios diagnósticos para el trastorno Esquizotip1co: Clt:-11 y DSf\11-5

o. Patrón persistente de percepciones. creencias, A. Un patrón general de déficits sociales e interpersonales asociados a malestar agudo
lenguaje inusual y conductos que no son y uria capacidad reducida para las relaciones personales, así como distorsiones
de intensidad como paro caracterizar otros cognosc1t1vas o perceptivas y excentric1dad<?s del comportamiento, que comienzan
trastornos psicóticos. al principio de la edad adulta y se dan en diversos contextos, como lo indican cinco (o
b. Incluye varios síntomas: distorsiones 1nós) de los siguientes puntos:
perceptivos tipo ilusiones corporales o l. Ideas de referencia (excluidas las idea; delirantes de referencia).
alucinaciones, síntomas de despersonalización 2. Creencias raras o pensamiento mágica que influye en el campartomiento y
o desrealizadón, creencias inusuales, na es consistente con los normas subculturales (p. ej., superstición, creer eri la
ideación paranoide, o pensamiento mágico, clarividencia, telepatía o «sexto sen1ido», en niños y adolescentes, fantasías
suspicacia. habla circunstancial, metafórica, o preocupaciones extraños).
sobreelaborodo. estereotipado y vaga 3. Experiencias perceptivas inhobituales, iricluidas las ilusiones corporales.
sin incoherencia grave, rumia excesivo 1/.. Pensamiento y lenguaje raros (p. ej., vago, circunstancial, metafórico, sobreelaborado
sobre el cuerpo, sexualidad o violencia, o estereot1padol.
restricción afectiva (parece frío y distante), 5. Suspicacia o ideación paranoide.
comportamiento o apariencia extraños, 6. Afectividad inapropiado o re'>lr'1ng'1do.
comunicación pobre y tendencia al aislamiento,
7. Comportamiento o apariencia roro, excéntrica o peculiar.
se pueden dar episodios psicóticos transitorios
8. Falta de amigos íntimos o personas de confianza aporte de los familiares de primer
ocasionales. grado.
c. Los síntomas se manifiestan de manera continua 9. Ansiedad social excesiva que no disminuye con la fomiliarizoción y que tieride a
o episódicamente, ol menos durante dos años. asociarse con los temores paranoides más que con juicios negativos sobre uno mismo.

contacto con los demás, apareciendo numerosas ideos de referencia fluctuaciones en la intensidad y expresión de Jos síntomas. pero
sobre si se le observa, le miran mucho, están pendientes de él. etc. raramente evoluciona hacia lo esctuizofrenia. En general, el pronós-
Se reconoce como alguien solitario y aislado, pero dice que le tico no es desfavorable.
interesa sobre todo el mundo del ocultismo, los viajes astrales, y la
percepción extrasensorial. Es aquí donde dice posar mucho tiempo
leyendo, mirando en interne! o haciendo meditación. Destoca que V 111. Trastorno psicótico breve
o veces es capaz de estar meditando o viajando por espacio de
hasta tres o cuatro horas. o agudo y transitorio
Ángel, de 30 años. soltero, tercero de una familia de seis herma-
A. Diagnóstico y características clínicas nos, vive en el domicilio familiar, antecedentes familiares de depre-
sión (madre) y etilismo {padre), antecedentes psicopatofógicas per-
Se trato de un patrón persistente de comportamiento caracterizado sonales ausentes. En lo entrevista muestro un aspecto desencajado.
por las excentricidades en el aspecto, discurso, distorsiones cogniti- perplejo y mirado fijo; se le pregunto que dónde está y no lo sabe
vas y perceptivas. creencias inusuales y dificultades interpersonales. (luego se aprecia que está claramente orientado tonto alopsíqui-
De forma menos intensa que en los trastornos precedentes, se cum- ca como autopsíquicamentel. Señala que se encuentra mal, que
plen características de la dimensión positiva (esquizotipia positi- tiene miedo, aunque no especifico por qué. Más adelante indico
va) o la negativo (esq_uizotipio negatival, sin un deterioro marcado. que está embrujado y esto le sucede desde que fue o una boda lo
Obsérvese en la Tabla 11.1/. q_ue los indicadores son en realidad sín- semana anterior: «una gitano me hizo un hechizo; además había
tomas psicóticos atenuados, como se planteó más arribo al aludir o uno gran conexión entre lo gente de la mesa» (se refiere o lo meso
los pródromos tardíos, no en vano las característicos esquizotípicos en lo que ertoban sentados en la badal.
como rasgo, son en sí criterios de riesgo poro la psicosis.
Según parece en la última semana se han observado manifestacio-
nes muy llamativas q_ue contrastan con su comportamiento habi-
6. Epidemiología y curso evolutivo tual y q_ue han surgido muy rápida y repentinamente: ha hecho
a. Prevalencia verbalizociones sin sentido en alto (algunos referían que le iban a
hacer dañol, hace un par de días se desnudó en coso de lo novia
Se estima una prevalencia vital del 4,6% en población gerierol, y del sin venir al coso (él lo recordaba como algo de brujería después
1, 9 % en población clínica. con uno incidencia superior en hombres de lo boda)
(APA, 2013).
Su habla ero inicialmente fluido sin alteraciones apreciables sal-
vo los derivados del estado de excitación en el que se hallaba.
b. Inicio, evolucíón y pronóstico
Respondió sin resistencia o los preguntas relativos a las vivencias
El trastorno se evidencio en la adolescencia tardío o adultez tem- extraños q_ue estaba experimentando: le enviaban mensajes desde
prana, sin un comienzo definido. Puede persistir durante años can lo televisión; llevaba una semana durmiendo muy mal pues por las

361
NJ,:,nual de ps1copatolog1a. Voiurne• z

noches ladraba un perro sin cesar y, cuando esto sucedía, podía 8. Epidemio!og1a y curso evolutivo
notrn un vocer;·o Ue gente anu11dando que le rr1atorían_ Comento
que er. el plazo citado de estos dos semanas ha notada que lo a. Pre11alencia
gente le hablaba agresivamente: «lodo es como uno selva, hablan Se estima que representan el 9% de los primeros episodios, con ma-
duro, enseñan los dientes». Luego se le ocurre la idea de que su yor incidencia en mujeres (APA, 2013l. El predominio de los síntomas
novia estaba dentro de él. como s1 estuviese embarazado. pero lo más cercanos u la esq,uizofrenia se aprecia en hombres.
desecho rápidamente con un gesto de agobio por haber dicho un
imposible. Supuso que e>lá así porque el padre de ella le habrá b. Inicio, evolución y pronóstico
hecho oigo. «no sé, un envenenamiento o un encantamienio».
Se estima un inicio de mediana edad (30 of"losl, sin que esté asocia-
También en esa mismo última semana, en el trabo¡o. los cosas
do o un mol ajuste premórbido o mayor riesgo familiar. Se aprecia
iban mol: «lodo iba muy deprisa y yo no entendía nada, el Jefe me
un deterioro acelerado en el funcionamiento social o laboral. En
enviaba mensajes subliminales al mover los monos, con la cabezo,
términos generales tiene buen pronóstico y una elevada conversión
con cualquier ruido; cuando venían sus socios y me miraban a
en trastornos afectivos (bipolares), aproximadamente en lo mitad
hacían cualquier ruido paro que yo tuviese cloro ci.ue él es buena
de los casos (Castagnini, y Berrios, 2019).
persona, para ci.ue yo esté advertido. Incluso la limpiadora mando
miradas cómplices que solo él entiende».
En un momento de lo entrevisto el evaluador carraspea y Ángel se
queda petrificado. Se le pregunto qué sucede y contesto que con
IX. Trastorno delirante
eso se le estaba diciendo: «'1Eh!, aquí estoy yo». El entrevistador Luisa, 63 años, acude o consulta con su marido. Ama de cosa, nivel
hoce un ruido adrede y significo q,ue le estaba enseñando los dien- educativo básico, dos hijos mayores. Llevo un año con gran males-
tes Mueve a continuación un pie y le estaba diciendo: <<yo soy un tar. Previamente e>luvo sometida a una gran presión y saturación
hombre (en el sentido de fuerzo, poder, potencial». Según parece como cuidadora por enfermedad de un familiar. Se describe muy
esto le sucedía desde hacía pocos días: con un gesto, el jefe le agobiado por todo la que está posando. No hoy ideación outolíti-
estaba diciendo que él era un señorito; un chosq,uido de dedos del ca, ni culpabilidad, pero sí cierto lentitud psicomotora. Ha perdido
padre significaba que ya estaba enterado de todo; un gesto de un 10 kg de peso. Está en tratamiento psiquiátrico con neurolépticos
motorista q,ue pasó o su lodo indicaba que él ero maricón. y antidepresivos, se le recomiendo tratamiento psicológico. Se han
Se le pregunto si ha tenido voces que le molestaran o dijeran cosas descartado enfermedades físicas y consumo de sustancias, no hoy
y señala que hoy voces diferentes q,ue dicen cosos del tipo «La evidencio de deterioro de la memoria ni de otros funciones cog-
sabe todo»; «Ya han venido» y otros amenazantes como «iA los nitivos_ Un episodio similar, más breve, hoce más de 30 años, sin
perros\» o «iTe voy a matar\». Luego decide no seguir hablando síntomas depresivos.
pues deja entrever que las voces le ordenan que no lo hago. Está orientado, comprende y explico correctamente su situación,
Los días po>leriores al ingreso está oigo agitado y la clínica se mues- visiblemente afectado. Describe que está así por lo que le ha pasa-
tro rápida y cambiante_ Señala que el Popa le ha enviado mensajes do con su marido. Desde hace un año se fue dando cuenta de
o través de lo televisión, así como el Rey. Aparece una idea relati\I{] que su marido la engañaba. Empezó a dormir mal, estaba conti-
o ser hijo de los Condes de Peñoflor, pero este contenido duró un nuamente preocupada, con cavilaciones continuas. Cuando cado
par de días y luego no le pareció importante. Su estado de ánimo no mañana salía al balcón poro despedirle, observaba q,ue «ella»
se mostró claramenfe afectado. Los pruebas físicas no evidenciaron (no sabe quién es, nunca lo ha visto) sale enseguida con el coche
ninguno alteración somático ni rostros de consumo de alguno sustan- tras él, supone que poro que luego ambos se encuentren. Eso le ha
cio que justificara esto clínico. Su comportamiento era colaborador, hecho sufrir mucho; desde ese momento interroga al marido, le
se mostró adaptado o la situación y empezó a perder interés por las insulta, exige que le explique lo que ha hecho, dónde ha estado,
ideos de los embrujos y la hostilidad de los demás. por qué se va con ella.
Una semana después del ingreso lo evolución mejora rápidamente: Durante la noche, los despertares súbitos son bastante comunes, a
es capaz de criticar abiertamente las ideas señaladas con anterio- menudo can la ideo de que su marido esté escribiendo mensajes
ridad y se adopto bien o la medicación. No se mostraron más voces <generalmente a las tres o los cuatro de la mañana), aunq,ue él lo
y su estado de ánimo ero estable. niegue rotundamente. Con frecuencia se levantaba o se quedaba
en el salón hasta altos horas de lo madrugada pensando acerco
A. Diagnóstico y características clínicas del engaño. A veces esperaba sin dormirse paro «pillarle» o le
Esta categoría diagnó>tico viene determinado por un inicio rápido despertaba poro comprobar que estaba en lo cierto. Cuando nota-
y duración breve_ Está relacionada con los descripciones clásicos ba algún movimiento del marido mientras duerme tenía cloro q,ue
de los bouffées dé/irantes y las psicosis cicloides. Los síntomas se él estaba escribiéndose con alguien e inclusa estaba convencida
inician sin uno fase prodrómica y en dos semanas se muestran con de apreciar lo luz del teléfono al ser conectado No puede asegurar
total intensidad_ Las manifestaciones suelen ser cambiantes, incluso que le haya vista pero tiene lo certeza de que es así: le escribe en
en cuestión de horas o días (síntomas polimorfosL Na se aprecian la madrugada, a veces también durante el día. El marido se siente
síntomas negativos, pero sí puede aparecer catatonía. Ambas clasi- muy deprimido, le ha asegurado harta de rodillas que él solo la
ficaciones (véase lo Tablo 11.5> coinciden en que suele durar máxi- quiere a ello, que está equivocada.
mo un mes, aunque en la CIE-11 se indica que na excede los tres A menudo observo, cuando van en el coche, que les sigue una
meses. Tampoco son infrecuentes los síntomas afectivos y a menudo mujer en otro automóvil. A la pregunta de si es un coche diferente
se puede apreciar un desencadenante claro (p. ej., migraciónl. codo día reconoce que es así, pero' no puede explicar por qué. A

362
Capítulo11 El espectro de :a esquizofrenid '! 01-ros lraslor110:, psicotico:,

) ) Tabla 11.S. Cnterios diagnóstl·~OS par¿ el trastorro psicótico agudo y tra'lsitorio: CIE-11 y DSNl-5

a. Síritomas psicóticos de inicio agudo, en A. Presencio de uno (o mósl de los síntomas siguientes. Al menos uno de los mismos
un plazo de dos semanas, sin pródromos· debe ser íll. (2), o (3):
alucinaciones. delirios. pensamiento (ll Ideos delirantes.
desorganizado. síntomas psicomotores.
{2) Alucinaciones.
catatonía.
(31 Lenguaje desorganizado (p ej. descarrilamiento frecuente o incoherencia)
b. Cambios rápidos del tipo e intensidad de los
sínromas. cambios en días o en el mismo día. {lJ-) Comportamiento catatónico o gravemente desorganizado.
c. Ausencia de síntomas negativos durante el Nota: No incluir un síntoma >i es un polTÓn de respuesta culturalmente admitido.
epi:;odio
B. Lo duración de un episodio de lo alteración es de al menos un día, pero inferior a un
d. Los síntomas duran normalmente de días a mes, con retorno completo al nil'el premórbido de actividad.
un mes, y no exceden los tres meses_ fspecificar si.
Con desencadenante(sl grove(s) (psicosis reactiva breve): si los síntomas psicóticos
se presentan poco después y en aparente respuesta o uno o más acontecimientos
que, solos o en conjunto, serían claramente estresantes poro cuolc1.uier persona en
circunstancias parecidos y en el mismo contexto cultural.
Sin desencadenante(sJ grave(s): si los síntomas psicóticos no se presentan poco
después o no parecen una respuesto o acontecimientos que serían claramente
estresantes poro cualquier persona en circunstancias parecidos y en el mismo contexto
cultural.

veces se ha producido que estaba convencido de que les seguían A. Diagnóstico y características clínicas
en un coche y, al poco, en otra calle, era un coche diferente. En
ocasiones ve que hoy uno mujer que está paseando cerco de don- Lo característica central es lo presencia de delirios sistematizados,
de viven y entonces se da cuento de que es «ello», es lo amonte habitualmente en ausencia de oJucinociones. No hoy coincidencia
de su marido. Otras veces ve otra mujer y lo mismo. pero en este en lo duración mínimo entre los clasificaciones, pero se resalta que
coso, es rubia. Se le pregunta al respecto y supone que cambio normalmente es persistente {véase la Tablo 11.6). No hoy un verda-
el color del pelo porque llevará uno peluca. Cado vez que va de dero deterioro del comportamiento como en lo esquizofrenia y en
paseo con su marido y se cruza una mujer, se da cuenta de que ausencia de episodios afectivos_ Cuando se don los alucinaciones,
le mira a él y estó segura (aunque no lo ha visto) de que se hacen estos tienen que ver directamente con el delirio (p. ej., detector un
algún tipo de seña o acuerdo_ Una vez vio a una chica enfada- veneno o través del gusto, o por el olor percibir que se está grave-
da que se metió en su coche murmurando y dando un portazo. mente enfermo). En términos generales, los delirios son de contenido
Considero que eso lo hizo poro ella, poro que se diera cuento de plausible, con una tendencia o lo constancia temático <pararioia
que estaba molesto por restregarle que estaba paseando con su clásico). No obstante, en el DSM-5 se puede especificar si hoy con-
marido. En otro ocasión se cruzó con una chico, dedujo que ero tenida bizarro en los delirios. A menudo hay uno implicación clara
muy joven por su formo de vestir pues estaba lloviendo y llevaba en el comportamiento can relación al contenida del delirio <p_ ej.,
un paraguas que le topaba lo cara; sin embargo, estaba segura de espiar o la pareja en el delirio de celos o infidelidadl.
que era la amante de su marido. Se le pregunta y se q_ueda calla- Hoy cierto consenso en identificar una personalidad con autoes-
da, dice no poder explicarlo, pero sobe que es así_ tima inestable, uno vulnerabilidad interpersonal morcado con pre-
Estando en el campo, un coche conducido por uno mujer giró cerca ocupaciones sobre evaluación y rechazo par porte de los demás, o
de su marido, lo q_ue interpretó inequívocamente como un contacto lo idea del mundo como potencialmente peligroso <Freeman, 20161.
entre ellos, a pesar de que el marido le asegurase que no sabía
quién era eso mujer ni por qué se acercó con el coche, supuso que B. Epidemiología y curso evolutivo
él le hizo algún tipo de señal poro que ella no se acercase más y
fuesen descubiertos. Más adelante, uno mujer se mudó dos pisos a. Prevalencia
por encima de donde viven, lo que era señal de que «ella» quería
Se considero un 0,2% de prevalencia vital. en el que los hombres
estor mós cerca y aprovechar cuando salía a hacer las compras
sobresolen en ciertos delirios como el de celos (APA, 2013l.
para verse con él.
En el peor momento hubo de bojarse de un autobús al apreciar b. Inicio, evolución y pronóstico
que los viajeros le miraban, cuchicheaban. uno mujer se río de ello
El inicio del trastorno delirante es normalmente tardío, entre 35-4-5
casi en su cara, no hacían sino hablar mal de ella: no oye voces.
años de edad. El delirio más común es el persecutorio (hasta el 70%
pero con10 dijo en lo entrevisto: <<no soy tonta ni estoy loco, oiga,
de los cosos). A menudo aparece un ánima disfórico e irritable, con
ies ton evidentel».

363
l\~a11ual de ps1copa1ología. Volu,-nen 2

riesgo de comportamien1'os violentos, o estados interminables de ciencia alcohol (15%) y de otros drogas <20%1_ Con ello se indica q_ue
litigios y disputas El curso es normalmente crónico, con tendencia la mayor parte de los cosos no transitan hacia la psicosis, siendo
al enquistam1enro de la actividad delirante_ Uno mi~ad de los casos más bien un síndrome de riesgo general (Fusor-Poli et al., 2014-).
mejoran. un 25% de los casos evolucionan o versiones de lo esquizo- Se estima que el 22-36 %de estas personas en EMAR transitan a
frenia y un 10% a trastornos del estado de ánimo <Rodríguez-Testa! un cuadro psicótico en tres años. El 80% de estas transiciones reci-
et al., 2011!. En l'énninos generales, el pronóstico no es favorable. ben el diagnóstico de esq_uizofrenia, y el 20 %de trastornos afectivos
o psicosis atípicos Del grupo de personas que no transitan, 64 %
de los casos, la mitad tienden o la remisión y mejoría (fusor-Poli et
X. Otros diagnósticos al., 2020; Kuhn et al., 2015). Ambos clasificaciones coinciden en la
necesidad de más investigación de estos estados de riesgo <Bieder-
Se incluyen aquí de manera breve referencias de manifestaciones monn y Fleischhocker, 2016).
psicóticas identificadas a menudo como con otra especificación:
«Alucinaciones auditivas persistentes en ausencia de otras carac-
terísticas»; «Ideas delirantes con períodos de episodios anímicos XI. Etiología del espectro de
superpuestos· delirio compartido (fo líe á deuxl»_
Mención aparte merece el síndrome de psicosis atenuado, una la esquizofrenia y otros
categoría propuesta para estudios posteriores y q_ue se relacio-
na con los EMAR mencionados o propósito de la esquizofrenia. El
trastornos psicóticos
DSM-5 alude o los síntomas psicóticas atenuados y a los síntomas Como se ha planteado en páginas precedentes, hay diversos difi-
psicóticos breves e intermitentes. Los síntomas positivos atenuados cultades inherentes o lo delimitación de coda uno de los trastor-
san más frecuentes (94,3%) que los breves e intermitentes <2, 9%J. El nos descritos en la clase diagnóstica de «Esq,uizofrenia y otros
perfil general es el de un varón, de 18 años de edad, con un trastorno trastornos psicóticos». Por ello, se ha dado mós importancia a las
depresivo (35% de los casos); de ansiedad {30%); con abuso/depen- dimensiones clínicas como componentes transdiognósticos, que a

) ) Tabla 11.6. Criterios diagnósticos para el trastorno delirante: CIE· 11 y DSM·S

a. Desarrollo de delirios o conjunto de A. Lo presencia de una (a mósl ideas delirantes con una duración de un mes o mós.
delirios durante al menos tres meses B. Nunca se ha cumplido el Criterio A poro la esquizofrenia.
(normalmente mucho más tiempo) en Nota: Las alucinaciones, si están presentes, na son prominentes y estón relacionadas con el
ausencia de un episodio depresivo o temo del delirante (p. ej., la sensación de estar infestado de insectos asociada con los delirios de
maniaco. infestación).
b. Los delirios tienden o ser e>tobles, C. Excepto por el impacto directo de la(s) ideo(sl delirante(s) o sus ramificaciones, lo actividad
aunq,ue evolucionen en coda persono. psicasocial no estó deteriorada de forma significali\IO y el comportamiento no es raro ni extraño.
c. Frecuentemente son de tipo D. Si se han producido episodios afectivos simultóneomente con los ideos delirantes, su duración
persecutorio, somáticos, total ha sido breve en relación con la duración de los períodos delirantes.
megalómanos, infidelidad o celotipia,
Especificar si:
erotomanía.
Tipo erotomaníaco: ideas delirantes de q,ue atra persono, en general de un status superior, está
d. Ausencia de alucinaciones claras y enamorado del sujeto.
persistentes; cuando se don, e5tón
Tipo de grandiosidad: ideos delirantes de exagerado (pero no reconocido) talento o la convicción
relacionados con el contenido del
de haber hecho un importante descubrimiento.
delirio.
Tipo celotipico: ideos delirantes de que el cónyuge o amante es infiel.
e. Ausencia de síntomas negativos,
Tipo persecutorio: ideas delirantes de que lo persona (o alguien próximo a ellaJ estó siendo
habla o pensamiento desorganizados,
objeto de uno conspiración, engaño, espiado, seguida, envenenado o drogado, calumniado
o experiencias de alteraciones del se/f maliciosamente, acosado, o perjudicado para sus propósitos a largo plazo.
(influencio, pasividad o control).
Tipo somático: ideos delirantes acerca de los funciones o sensaciones corporales
Tipo mixto: ideas delirantes características de mós de uno de los tipos anteriores, pero sin
predominio de ningún tema.
Tipo no especificado: no puede determinarse con claridad o no es descrito en los temas anteriores:
delirios referenciales sin un componente persecutorio o grandioso predominante.
Especificar si:
De contenido bizarro: Los delirios se consideran bizarros s1 son claramente implausibles, no
comprensibles, o no derivan de las experiencias típicas de la vida (p. ej., lo creencia de q,ue un
extraño ha eliminado los órganos internos y los ha reemplazado por los órganos de otra persona sin
dejar heridas o cicatrices).
Copilulo 11 El e~pect>·o de la esquizofrer1a y otrJs ~rastorr'os ps1~otl(OS

los propios coteyürío> diognóslico:; en sí rnisrnas, dados sus sola- más importantes y estables es la implicación de lo transmisión DA
pamientos conceptuales y lo falta de validez obse1vodo de e~tos y de los receptores 02/3. Estos hallazgos se han vinculado con alte-
diagnósticos. raciones en el neurodesarrollo (p. ej., disminución de lo densidad
En esta sección, se reúnen algunos hallazgos que podrían ser sinóptica o «poda neuronal»! y la desinhibición subcortical (\/l/ein"
asimilables al espectro de la esquizofrenia como un todo. De hecho, berger, 2017). Se estudian los receptores NMDA lmetil-D··aspartatol,
con frecuencia, las investigaciones de muchos de los factores etio- un subtipo de receptor del glutamato. y la función GABAérgico (de
lógicos, proceden de muestras de pacientes con diferentes diagnós- acción inhibitoria en el SNCJ. La alteración del gen que codifica s11
ticos bajo el paraguas conceptual de espectro de la esquizofrenia. biosíntesis ocasiona la hipofunción prefrontal GABA, por lo que se
Dicho de otro manera, este resumen etiológico, en el que no es da una conectividad anormal, un desequilibrio en el balance excita-
posible ser exhaustivos, lo es acerco del síndrome psicótico como un ción {glutamatol-inhibición (GABAJ de la neurolransmisíón cortical
todo. Esto perspectivo puede no ser acertada y. de hecho, muchos (Kahn et al., 20!51_
hallazgos se refieren más bien o diferentes aspectos de los dimen- Lo cadena de procesos fisiológicos implicados es mucho más
:;iones ya expuestos. Con todo, pueden dar uno visión de conjunto o amplio. La interconexión entre los diferentes sistemas de neurotrans-
perspectiva más general. misión ocasiona que los resultados de procesos implicados abar-
A lo largo de su devenir histórico se han propuesto infinidad que desde la transmisión serotoninérgica (especialmente receptores
de causas para explicar la psicosis, que oscilan desde el origen 5-HT 2J, al sistema inmunitario (elevación de citoquinos durante el
biológico hasta lo socio-cultural. No obstante, aún en el siglo xx1, proceso de neurodesarrollol, así como hormonas relacionadas con
no se ha encontrado un marcador patognomónica o un mecanismo la actividad social y la sensación de confianza y colma (oxitocinol.
etiológico que expl'1que el supuesto origen de este problema psico- Sin embargo, estas alteraciones pueden tener que ver con
lógico. Esto es, no existe una causo necesaria y suficiente. Parece diferentes factores de nesgo, desde estrés durante el embarazo
ser que lo más sensato es ver la psicosis como la vía final común (afectando el neurodesorrollo del feto), factores pre o perinatales
de expresión fenotípica de un conjunta heterogéneo de trastornos {p. ej., complicaciones obstétricas) a diferentes situaciones sociales
con múltiples etiologías y diferentes formas de presentación clíni- adversas que sensibilicen el sistema de neurotransmisión <pobreza,
ca (curso y pronóstico) que se encuentran modulados por ~arlables maltrato, negligencia, violencia ...) y/o influyan sobre la organización
bio-psico-sociales (p. ej., familiares de primer grado con psicosis, sinóptico cortical que acontece en los inicios de la adolescencia.
complicaciones obstétricas, experiencias de trauma, consumo de Otros factores decisivos sobre la organización del SNC y de los
cannabis) y que se circunscribe a un contexto socio-cultural deter- sistemas afectivos guarda relación can el sistema de apego <Berry
minado, y es experimentado <subjetivamente) por una persona. A et al., 2019). Sus efectos sobre la regulación de las afectos, el desa-
este respecto, después de mós de 100 afias de estudio, aún no se ha rrollo de lo cognición social. lo m€ntalización, y el comportamiento
encontrado «la causa» de la psicosis, por lo que tal vez sea más socio-afectivo se han relacionado con la ps'1cosis_
sensato hablar de razones y na de causas (fonseco-Pedrero. 2019)_
Como se plantea en la Figura 11.1, es la interacción de dife-
La etiología de la esquizofrenia se ha relacionado siempre con rentes factores la que puede dar lugar a una explicación de los
una perspectiva biológica_ Una parte de la investigación ha revisado componentes heterogéneos integrados en el síndrome psicótico. En
minuciosamente las alteraciones anatómicos y funcionales del sis- esta especie de carrero de obstáculo>, la sensibilización del sistema
tema nerviosa central <SNC), principalmente la bojo funcionalidad DA, y de otros sistemas de neurotronsmisión y neuromodulación.
del córtex prefrontal {función ejecutiva), hiperactividad de la amíg- puede incrementar la vulnerabilidad de la persona hasta la presen-
dala y alteraciones del hipocampo. Sin embargo, muchas de estas tación del síndrome psicótico con diferente nivel de gravedad en
alteraciones no son específicas de la esquizofrenia, sino de diversos función del tipo de obstáculos y el momento en el que aparecen.
trastornos psicóticos, incluyendo la depresión (Read y Dillon, 2013l. Diferentes agresiones al SN en formación pueden incrementar los
Uno amplísima tradición de investigación se ha dirigido a la concentraciones DA tonto en regiones mesolímbicas como en la
genética, sobre lo que Meehl (1990) postuló el concepto de esquizo- vía nigroestrioda. evidenciándose según su impacto en el deterioro
taxio y su relación con la esquizofrenia Cy el constructo psicométrico cognitivo y los indicadores prodrómicos (Howes y Murray, 2014). No
de esquizotipial_ Se han analizado numerosos genes, pero Jos hallaz- debería descartarse la posible influencia epigenética de muchos
gos más fructíferos se relacionan con la incidencia de estos genes circunstancias de adversidad social a las destacadas sobre la propia
sobre la regulación de lo neurotransmisión, la plasticidad sinóptico, expresión genética, algo que se añade a la propuesta original de
o con el sistema inmunitario. estos autores.
Sin embargo. más que uno serie de genes implicados paro expli- Hay cierta coincidencia en los factores de riesgo para lo psicosis
car la psicosis, parece haber mayor acuerdo en que muchas de y que integran la descripción etiológica propuesta (Radua et al.,
estas combinaciones genéticas están en interacción con el ambiente 2018). Como se ha dicho, hay una serie de factores pre y perinatales,
{p. ej., infecciones, traumas), resultando en ciertos efectos como como diversos complicaciones durante el embarazo {p. ej., estrés
la sensibilización del sistema dopaminérgico (DA) o la activación elevado o infecciones como lo gripe o el herpes) y el parto (p. ej.,
continuado del eje hipotálamo-hipófiso-adrenal (HHA> (fusor-Poli et anoxia). Se han considerado también la edad tardía en lo paterni-
al., 2020). Esto abre incluso la posibilidad de la prap·1a influenc·1a del dad <p. ej., relacionada can la personalidad esquizotípical, el sexo
ambiente sobre el genoma, alterándola, i. e., cambios epigenéticos (en los varones el inicio es más temprano, en las mujeres hay un
sobre el inicio del proceso. inicio posterior y un repunte tardí ol, el urbanismo (una gran densi-
Desde un punto de vista fisiológica se han descrito diversos alte- dad de población ocasiona una cohesión e integración social bajos>,
raciones cerebrales. especialmente con respecto a lo comunicación y numerosas situaciones adversas. desde la pobreza, la migración,
intercelular en ciertas agrupaciones celulares. Uno los resultadas presiones sociales diversas, o sufrir situaciones traumáticas, o los

365
fvlarual de psicopatologíc. \/olun1en z

posibles efectos de ciertas sustancias (p ej., cannabis! íMurray et cerebrole> ufectado1 ;obre las acciones voluntario>, dando lugo1 o
al., 2017l. los indicodo1es de io di1nensión negativa (Boro et al., 2009J.
Enlrt> los factores más relevantes están las S>tuac1one> de trauma Sin embargo. coma se representa en la Figuro 11.1. la partici-
durante la infancia y situaciones de violeric1a o acoso durante los pación de procesos emocionales y de se:;gos cognitivos, como el
inicios de la adolescencia. Estas 51tuociones, especialmente los que salto a las conclusiones, el estilo otribucional externalizado (Free-
implican abuso físico y/o sexual y negligencia, se han relacionado man, 2016, Garety et al., 2013), y la importancia de la disociación
con los síntomas psicóticos. Quedo cada vez más evidenciado el especialmente relevante entre los alteraciones del sel(. son factores
papel mediador de lo disociación entre los traumas y lo psicosis cognitivos conducentes a la emergencia y mantenimiento de los sín-
(Longden et al., 2020). Otros mediadores fundamentales de esto tomas como se desarrollaron en la dimensión psicótico.
relación se refieren a los alteraciones del apego, la neurocognición La conducta humano es compleja por naturaleza, por lo q_ue
y la cognición social <Mansueto et al., 2019l. su comprensión requiere de modelos más sofisticados q_ue per-
Por todo lo dicho. la psicosis no puede considerarse un trastor- rnitan analizar y entender todo et abariico de comportamientos
no del neurodesarrollo en seritido estricto, como el autismo o la q_ue conforman lo diversidad humana (y no únicamente los signos
discapacidad intelectual, sino más bien un modelo de riesgo del y síritomas de psicosis), así como la información pro~eniente de
desarrollo (Murray et al., 2017). En distintos momentos, participan los múltiples niveles de análisis involucrados (geriético, cerebral,
factores que pueden provocar deterioro de la neurocognición y de psicofisiológico, neurocognitivo, psicológico y cultural!. Es sabido
la cognición social, como se expuso en la dimensión desorganiza- que lo conducto humana se ajusto mal a lo lineal, a lo unilateral y
da. Po>teriormente, los dificultades en el rendimiento académico, la o lo estático, por ello se hace necesario incorporar nuevos mode-
tendencia al rnslamiento, el consumo de sustancias o lo exposición los como la teoría de los sistemas complejos. Este acercamien-
a situaciones de violencia o acoso, podrían tener que ver con la to entiende el ser humano como un sistema diriámico complejo,
liberación DA y la saliencia aberrante o los estímulos del entorno. esto es, un conjunto de elementos (componentes), procedentes
Esto interrelación entre los aspectos biológicos y ambientales de diferentes niveles (desde el molecular hasta el cultural), que
condicionan los procesos cognitivos. Como se planteó en la dimen- interactúan entre sí (fonio verticalmente como horizontalmente)
sión desorgariizado o cognitiva porque afectan al funcionamiento y se modifican unos a otros a lo largo del tiempo, en diferen-
del SNC (funciories ejecutivos, memoria verbal, etc.l, pero también tes escalas temporales (de milisegundos a años). En concreto, el
al plano del lenguaje, el hablo y la comunicación. Como se planteó modelo de red considero los trastornos mentales (p. ej., la psico-
en la dimensión negativo, es posible que la relación de factores sis), como un sistema complejo de redes (causales) de síntomas y
seo muy compleja, no lineal. por lo que pueden participar procesos no como constructos {con una causa latente común) !Borsboom,
neurocognitivos, afectivos y sociales en continua interacción. 2017; Fonseca-Pedrero, 2018>. De>de el modelo de red. uno varia-
El foco de otenciári de uno parte de los modelos cog111t1vos se ha ble latente {llamada psicosis) no sería la causo común q_ue explico
dirigido, por tonto, al oriólis1s neuropsicológico y del procesamiento la covorianza existente entre los síntomas y/o signos. Los síntomas
de la información, o a las explicaciones de procesos específicos de y signos no reflejarían una causa subyacente (véase un trastorno
formación de los delirios y alucinaciones <dimensión psicótica). Tam- mental>, sino que serían constitutivos de la misma. El trastorno,
bién de las alteraciones neuropsicológicos que implican circuitos por lo tanto, sería lo relación (cousall y dinámico ci.ue se estable


factores de riesgo
del desarrollo

Epigenética

/• •
Síntomas ansiosos y depresivos

Genes Deterioro cognitivo, social y motor

)) figura 11.1. Interacción de factores de riesgo y sintornas psicóticos. Modificado de Howes y Murray 12014)

366
capítulo 1L fl espectro de la esqu1zofren1a y o·uos trastornos psicór1cos

entre los difere11tes síntomas y signos. El 1ras1orno sería lo red de impactando frnnlmente en su f11ncio11omiento personal y social En
síntomas. Por ejen1plo, es posible que uno persona refiera proble· lo Figura 11.2 se presento un 1nodelo de red de síntomas negativos
rnos de sueño que estén afectando a su estado de ánimo y capaci- esti1nado a pa1 tir de una inuesiro de personas con diagnóstico de
dad para experimentar placer. A su vez, el insomnio incrementa el trastorno psicótico. Esto visión de lo psicosis y, concretamente de
malestar y la suspicacia que, con el paso del tiempo, deriva en la los síntomas negativos, tiene cloros implicaciones poro lo evalua
percepción de experiencias inusuales y en aplanamiento afectivo, ción, el diagnóstico y el tratamiento.

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) ) Figura 11.2. Modelo de red de síntomas negativos evaluadas mediante la Clin1ca/ Assessment lnterview for Negative Symptoms
[CAINS) en una muestra de personas con diagnóstico de psicosis.
Nota. Los nodos [círculos) se corresponden con los ítems de la entrevista. Las aristas [o lineas) representan el grado de asociación
entre nodos. Línea discontinua indica una relación negativa entre nodos. Línea continua indica una relación positiva entre nodos.
El grosor de la arista indica la fuerza de la asociación, a mayor grosor mayor relación. La red estimada se fundamenta en una
matriz de correlaciones parciales, esto es, se observa la relación entre dos nodos, una vez controlado el influjo de todos los nodos
de la red. La red ha sido estimada con el Modelo Gráhco Gaussiano. Se ha utilizado una muestra de 175 personas con diagnóstico
de psicosis. El ítem más relevante en la red, en función de los valores de centralidad, es el número 12.
La CAINS recoge información de: [a) motivación y placer a nivel social, en el trabajo y la escuela y recreación y [bJ expresión. El
contenido de los items de la CAINS es: 11) Motivación para tener más vinculo con la familia/cónyuge/pareja; [2) Motivación para
tener más vínculo con amigos/relaciones sentimentales; (31 Frecuencia de actividades sociales agradables/placer -semana pasada-;
(4) Frecuencia de actividades sociales agradables/placer -próxima semana-; ISJ Motivacion por el trabajo y las actividades
escolares; \61 Frecuencia de las actividades laborales/escolares placenteras esperadas -próxima semana-; 17] Mot1vac1ón para las
act1v1dades recreativas; (8) Frecuencia de las act1v1dades de entretenimiento placenteras -semana pasada-; 19) Frecuencia de las
actividades de entretenimiento placenteras -próxima semana-; (10) Expresian facial; (11) Expresión vocal; (12] Expresión gestual;
[13] Cdntiddd de discursa.

JM
Manual de ps1copatología. Vo1umen 2

Finalmente, también se puede explicar la psicosis desde una En lo actualidad lo intervención se dirige incluso a los estadios
peispeclivo fenon1enulógito-con1'exluol. Como se ha comenlodo, los inicioles de las psicosis, desde la detección temprana a la gestión
síntomas psicóticos son vivenciodos, padecidos, experimentados por del pri111er episodio aparte, claro está, de los momentos en los
uno persono en función de su contexto biográfico y socio,cultural_ q.ue hay que ayudar a la recuperación funcional, social y vivencia!
Este modelo se centro en la persono, en lo relación interpersonal, de la persona que ha desarrollado un cuadro psicótico (McGorry,
en el entendimiento de las experiencias en el contexto biográfico, 2010)_ En este sentido, las intervenciones han procurado adelantar
en la recuperación del sentido del yo y en devolver a la persona al el momento de su aplicación, razón por la ci.ue grandes esfuerzos
horizonte de la vida y, así. salir del entrampamiento de la esqui- se han dirigido a los primeros episodios, precisamente para ami-
zofrenia, sin pron1eter «un jardín de rosas»_ Además, una nueva norar el deterioro del paciente e incrernentar los posibilidades de
visión de este síndrome debe tratar de poner el énfasis en «primera recuperación. Además, gran parte de los esfuerzos de la comunidad
persona» (Pérez-Álvorez et al.. 2011). los modelos médicos parecen científica se ha dirigido a la detección temprana de las psicosis: los
escuchar. en algunos casos, más al síndrome o al fármaco q_ue al estados mentales de alto riesgo. Se han orientado intervenciones en
propio individuo. De hecho. la investigación actual, dedica mucho esta dirección, con resultados prometedores (Nelson et aL, 2020),
esfuerzo e inversión a la investigación genética y neurobiológica considerando de grori utilidad una evaluación e intervención según
y muy poco a la investigación psicopotológica en sentido estricto. la etapa clínico identificada {McGorry, 2010).
Como se puede ver es lo persono la q_ue emite lo conducta (no el Otros abordajes se han desarrollado en los últimos años con
cerebro), en función de los antecedentes y consecuentes, conside-
excelentes resultados Desde las terapias contextuales {terapia de
rando los aspectos culturales-históricos y su biografía particular. Lo aceptación y compromiso, centrada en lo compasión, mindfulness)
experiencia subjetivo de la persona, en este caso las experiencias
y terapia metacognitiva de Lysoker et oL (2020), pasando por las
psicóticas, se fundamenta en «Ser-en-el-mundo» (acto-en-contexto)
páginas webs interactivas y la terapia AVATAR para el abordaje de
que reclama de una concepción transteórica de la psicología como las alucinaciones, hasta llegar al diálogo abierto. Una excelente
ciencia del sujeto y del comportamiento <Pérez-Álvarez, 2018). La revisión puede encontrarse eri Fonseca-Pedrero (2019).
psicosis, al igual ctue cualctuier otro fenómeno psicológico, se da en
una escala personal, fenoménica, operante, lingüística, y contextual. Cuando el trastorno psicótico está instaurado, uno de los
modelos sobre el que hay más información disponible y resultados
favorables se refiere a la terapia cognitivo-conductuaL Desde este
XII. Recomendaciones para la enfoque, se pone érifasis en la reducción del malestar asociado o la
sintomatologío, y un análisis acerca de las creencias o las voces que
evaluación y el tratamiento la persona experimenta Lo formulación psicológica individualizada
sobre significado de estos síntomas (Johnstone et aL, 20181, su dis-
En los últimos años ha podido apreciarse un desarrollo extenso tanto tanciamiento, la modificación de las creencias, la potenciación del
en la evaluación como en el abordaje terapéutico de las psicosis. afrontamiento, son diferentes aspectos aplicados en este proceso.
La intervención. no exclusivamente farmacológica, ha permitido un
En el momento de estabilización del proceso psicótico se enmar-
beneficio claro, desde el punto de vista de la eficacia y la eficiencia
can intervenciones centradas en k1 rehabilitación neuropsicológica
profesional, pero también, desde la recuperación en su sentido más
(o rernedición cognitiva), cuyo objetivo es lo recuperación cogni-
integral para la persona.
tiva, funcional y dinámico de la persona_ Es un tipo de abordaje
Parte esencial de esta intervención es el propio proceso de especialmente dirigido a las funciones cognitivas más afectadas
evaluación. la evaluación suele realizarse según los momentos del {atención, funciones ejecutivas y cogriición social, lenguaje, apren-
proceso psicótico (Fonseca-Pedrero, 2018). Durante la fase activa, la dizaje y memoria), así como la puesta en marcha de programas de
evaluación se dirige a las dimensiones ci.ue se han planteado eri este psicoeducación, habilidades sociales y actividades de la vida diaria.
capítulo: psicótica, desorganizada o cognitiva, negativa, y afectiva.
Una parte destacada de lo evaluación tiene que ver con la deter- A menudo, la intervención sobre este tipo de trastornos se
minación de las funciones cognitivas y el posible deterioro <p_ ej., enmarca en programas multimodales o combiriados con terapia far-
consenso MATRICS)_ Este tipo de evaluación permite hacer un seguí~ macológico, donde es preciso que participe la familia
miento de la persona en estado psicótico y diseñar la intervención Otras aportaciones muy valiosas se centran una visión integral
en rehabilitación cognitiva para el proceso de recuperación. y vivencia! de los síntomas, poniendo en primera posición a la per-
El progreso en el ámbito de la intervención ha superado con sona, el entorno y el significado, como desde el marco del poder,
creces la participación inicial del profesional de la psicología exclu- amenaza, y significado en intervenciones como el diálogo abierta o
sivamente en algunos programas psicoeducativos o en ciertos módu- de relación con los voces (Johnstone et al., 2018).
los de intervención como las habilidades sociales. los tratamientos Esta descripción somera pone de relieve la imporlaricia de una
psicológicos para la psicosis han mostrado su eficacia, eficiencia y preparación especializada del profesional. Se abordan situaciones
efectividad, siendo el caso q_ue son un parte riuclear de lo interven- con una alta carga emocional, donde hay riesgo real para el pacien-
ción como bien señala el NICE <National Institute for Health and te (p. ej., descontrol emocional. confusión y miedo ante la experien-
Care Excellencel. Los tratamientos psicológicos que gozan de un cia psicótica, rechazo o refractariedad de la medicación, ideación
mayor apoyo experimental <nivel de evidencia fuertel parecen ser, e intentos de suicidio). Ha de entenderse ci.ue la intervención no
según 12. 0 división de la Asociación Estadounidense de Psicología pretende una mera remisión sintomática, lo ctue implica un abordaje
(https:/ /www.divl2.org/l: el tratamiento asertivo comunitario, el que debe tener en cuenta la recuperación integral de la persona
apoyo al empleo, las intervenciones familiares, la terapia cognitiva en el mundo y en relación sana con el mismo_ Por todo lo dicho, el
conductuaL lo economía de fichas. el entrenamiento en habilidodes terapeuta ha de trabajar en un clima_ de colaboración, centrado en
sociales y la rehabilitación cognitiva !Fonseco-Pedrero, 2020J. la autenticidad y empatía de sus acciones. Desde los inicios en los

368
Capítulo 11 El espectr·o de la esqu1zofren1a y otros trastornos ps1Cót1cos

q_ue e> más impor1an1e lo cor1stoncia y predecibilidod, la organiza- Lo vigencia de la obra de Eugen Ble~ler (19111 es Ofío dp los
ción y estructura, o los progresos en los de aceptación del pocienie aspectos sefialados en estas páginas. Requiere ser tenida muy pre-
y de su situación. sente, pues variables consideradas relevantes en la actualidad ya
Desde el punto de v·1sio farmacológico los neurolépticos de pri- estaban anunc"iadas en su obra, como la d"1sociación (Moskowitz y
1nero generación (clorpromazina, holoperidol. tioridazino, tiotixeno. Heim, 20lll. Esta sugerencia procede de la tradición francesa de
trifluoperazinal siguen utilizándose fundamentalmente para la esta- Jonet, quizá 1n1ustamente morg1noda en una concepción de las psi-
bilidad del paciente, o en los momentos en los q_ue destaca la agita- cosis más enriquecida_ Lo disociación se ha mencionado, ounq_ue rio
ción_ Sus efectos extrapiram1dales requieren a menudo un corrector ha sido abordada en profundidad. posiblemente representando uno
(aritiparkinsonianol. Los llamados rieurolépticos atípicos <clozapino. dimensión en sí misma, o la respuesto extremo de alguno otro de
olaílzapina, q_uetiopina y risperidona) y los de tercera generación de las dimensiones planteadas. Se propone como una líneo futura de
neurolépticos (aripiprazoll son los más frecuentemente indicados, profundización y análisis_
aunq_ue tienen relación con la obesidad, riesgo de hipercolesierole- Una concepción reciente de corte fenomenológico ha dado un
mia y diabetes a largo plazo_ lugar central a las alteraciones del self como seña de identidad de
lo esquizofrenia (Pornos, y Henriksen, 2014J. Lo propuesto es rele-
vante y probablemente se circunscribo a lo dimensión psicótica,
XI 1l. Resurnen de aspectos aunque lo disociación forme porte de estas alteraciones. Además,
esta perspectiva es mucho más dinámica, muestro la interacción con
fundamentales y el ambiente y la culturo, en un niomento, precisamente, de desarro-
llo del sel! en el joven. Esta perspectiva requiere una profundización
tendencias futuras y probablemente necesite de modelos no lineales y dinámicos paro
A lo largo de este capítulo se ha revisado un conjunto de manifesta- mejor comprensión del fenómeno psicótico (fonseca-Pedrero, 2019).
ciones relacionado con la esq_uizofrenia y otras psicosis. Se ha desa- Se ha hecho mención también a la importancia del diagnóstico
rrollado poniendo mayor énfasis en unas dimensiones q_ue caracteri- precoz y lo detección temprana de lo q_ue puede después desarro-
zan en gran medida alteraciones profundas en el funcionamiento del llarse como trastorno psicótico. Es verdad que se ha mejorado más
ser humano, que a los criterios diagnósticos cafegoriales al uso q_ue en especificidad (70-80%) q_ue en sensibilidad 00-30%J, aunque se
integran las clasificaciones internacionales DSM y CIE. Estas clasifi- ha defendido que estos logros son similares en la actualidad a la
caciones son atendidos, pues forman parte del lenguaje compartido detección de la demencia y o el infarto de miocardio (Kohn et al.,
entre profesionales, aunq_ue muchos autores cuestionan precisamen- 2015l. Es evidente que se trata de una línea de investigación q_ue
te la validez de los categorías que proponen y lo excesiva división requiere mayor progreso aún, como se está haciendo en diferentes
de los diagnósticos sin que esto represente una verdadera ventaja_ países. Entre los principales problemas en esta líneo de trabajo está
Las dimensiones propuestas: psicótica, desorganizada o cogni- el encontrar un eq_uilibrio adecuado entre las mejoras psicométricas
tivo. negativa, y afectivo (en dos componentes, depresión y manía}, o clínicas y la no estigmotización de estas personas, fundamental-
responden a la mayor constancia de los resultados procedentes de mente jóvenes. Esto se extiende en realidad, a todo el espectro de
la investigación y la observación clínico. La conjunción en distinta la esquizofrenia que ha hecho incluso cuestionar si debía cambiarse
grado de todas estas dimensiones tal vez conforme un síndrome el término de es!luizofrenia por la facilidad con la que puede dar
global de psicosis. Su combinación, sugiere q_ué elementos partici- lugar o lo (outolestigmatización.
pan y en q_ué grado. Algunos autores han defendido la importancia Finalmente, algunos autores destocan lo importancia de una
de condiciones de adversidad social <Read y Dillon, 2013), y ciertos revisión profundo de los sistemas de diagnósticos e iricluso de los
característicos y condiciones durante desarrollo para alejarlo de caracterizados como basados en lo evidencia (Guloksuz y van Os,
uno concepción tradicional o estética de enfermedad. Murray et 2018) No se pueden obviar los necesidades de estas personas y
al. (2017) destacaron que esta patología se parece más a la hiper- debe destacarse el carácter relacional imprescindible en la atención
tensión o la obesidad, para recalcar la escosa utilidad de buscar sanitaria, tan 'importante como pueda serlo el perfil técnico. Como
marcadores biológicos y sí, por el contrario, cambios en el contexto, se ha destacado, aunque algunos de estos vulnerabilidades Cl.Ue se
en el afrontamiento. en el significado de la experiencia, etc., paro desarrollan como psicosis puedan no tener una fácil solido, ha de
entender el síndrome de psicosis y su recuperación. insistirse en la comprensión de una perspectiva personal integral.

••Términos clave
Alteraciones del self 348 Dimensión psícótica 341 Síntomas psicomotores 351
Cognic!ón social 350 Metacognlclón 350 Teoría de la mente 350
Dimensión desorganizada 348 Síntomas de primer rango 348
Dimensión negativa 352 Síntomas positivos 346
tt f\ilanual de psicopatología. Volumen 2

••Lecturas recomendadas
Cook e, A. (20141_ Comprender la Psicosis. (Edición es). London The British Pérez Álvarez, M_ (20121. Las raíces de la psicopotología moderna La
Psychological Society {Divison of Cli11ical PsychologyJ melancolía y Ja esquizofre11ia_ Madrid: Pirámide
Fonseco-Pedrero. L (Coord.) (2018L Evaluación de los Trastorno~ del Reportaje, «Uno por ciento esquizofrenia»: https·//www,youtube.com/
Espectro Psicótico. Madrid: Pirámide. wotch ?v=gSsbg7pm2CQ
Fonseco-Pedrero. E. (coord.l (2019J_ Tratamientos psicológicos para la Testimonio. «Las voces en mi cabeza»: https:/ /www_youtube.comfwat-
psicosis. Madrid: Pirámide. ch?v=ic_cPw3uqy4
Geekie, J. y Read. J (2012)_ El sentido de ia locura. Barcelona: Herder.
Moskowitz, A., Dorohy, M. J. y Schilfer, L (20i9) {Eds.l. Psychosis, Trauma
and Dissocialion: Emerging Perspecfives on Severe Psychopathology.
Chichester: John Wiley & Sons, Ltd

••Referencias
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370
Capitulo 11. El espectro de la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos t41

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Capítulo 11 El espectro de la esqu1zofren1a y otros trastornos psicóticos ffl

•• Autoevaluación
l. Desde el punto de vista del diagnóstico, lo presencio de cl Se caracterizo por lo presencia de deterioro cognitivo.
deterioro cognitivo es más probable: d) Domina lo dimensión desorganizada.
al En lo esquizofrenia
6. Una de las siguientes características identifica un estado
bl En el trastorno esquizoafectivo. mental de alto riesgo:
e) En el trastorno bipolar.
al Síndrome deficitario.
dl En E'I trastorno psicótico breve. bl Síndrome catatónico.
2. Desde el punto de vista del diagnóstico, lo presencia de c) Síntomas psicóticos atenuados o breves si están presentes.
síntomas negativos es más probable: d) Síntomas de habla desorganizada presente en el últin10
a) En el trastorno esquizoafectivo. año.
b) En el trastorno delirante.
7. La presencio de deterioro cognitivo está relacionada con:
el En lo esquizofrenia.
al La dimensión psicótica.
dl En el trastorno esq_uizofreniforme.
b) La dimensión desorganizada.
3. Con respecto a los síntomas negativos es cierto que: e} Lo dimensión afectiva.
al Tienen mayor fiabilidad 1nterjueces q_ue los síntomas psi- dJ El trastorno psicótica breve.
comotores.
b) Los síntomas negativos secundarios son inherentes a !a 8. Las llamadas alteraciones del seff parecen centrales:
esq_uizofrenio. al En el trastorno delirante.
c) El síndrome deficitario es la presencia de síntomas negati- b) En el espectro de la esq_uizofrenio.
vos primarios durante al menos un año. cl En la fase residual de la esquizofrenia.
dl La ologio es evaluado de manera más fidedigno por medio dJ En el trastorno psicótico compartido.
de técnicos de outoinforme.
9. Un indicador de mal pronóstico sería:
ij. Lo relación entre los síntomas depresivos y los negativos
al Un del"1rio de inicio agudo.
es:
a) Los síntomas depresivos agravan los negativos. b) Experiencias psicóticos vividas con perplejidad y confusión.
b) Los síntomas negativos producen y agravan los depresivos. el Estado de ánimo depresivo.
el Los síntomas negativos se caracterizan por cogniciones de dl Aplanamiento afectivo.
culpa y desesperanza. 10. En uno de los siguientes trostornos es improbable encon-
dl Son los síntomas depresivos los que se relacionan con el trar la dimensión desorganizada:
deterioro cognitivo. o) Trastorno esq_uizoafectivo.
5. Respecto del diagnóstico de trastorno delirante: bl Esq_ulzofrenia.
al Domino un cuadro alucinatorio. el Trastorno esquizofreniforme.
bl Pueden darse ideos delirantes bizarros. dl Trastorno del'lrante.

T/3
CAPÍTUL012

TRASTORNOS DESTRUCTIVOS, DEL CONTROL


DE LOS IMPULSOS Y DE LA CONDUCTA
1ñigo Ochoa de A/da y Aitor Berna/

l. Introducción 375 B. Epidemiología y curso evolutivo 388


11. Clasificación y diágnosfico 376 C. Diágnostico diferencial y comorbilidad 389
A. Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos D. Etiología 390
mentoles <DSM) 376 IX. Cleptomanía 390
B. Clasificación internacional de la> enfermedades A. Diagnóstico y características clínicas 390
<CIE> 377 B. Epidemiología y curso evolutivo 390
111. Característicos transdiagnósticas 377 C. Diágnostico diferencial y comorbilidad 390
IV. Trastorno negativisto desafiante 378 D. Etiología 391
A. Diagnóst'1co y característicos clínicas 378 X. Otro trastorno disruptivo, del control de los impulsos
B. Epidemiología y curso evolutivo 381 y de la conducta especificado 391
C. Diágnostico diferencial y comorbilidad 381 XL otro trastorno disruptivo, del control de los impulsos
D. Etiología 38! y de la conducta no especificado 391
V. Trastorno explosivo intermitente 382 XII. Recomendaciones para la evaluación
A. Diagnóstico y características clínicas 382 y el tratamiento 392
B. Epidemiología y curso evolutivo 382 A. Evaluación de los trastornos del control de los impulsos,
C. Diágnostico diferencial y comorbilidad 382 disruptivos y de la conducta 392
D. Etiología 384 B Tratamiento de los trastornos del control de los impulsos,
disruptivos y de la conducto 392
VI. Trastorno de conducta 384
A. Diagnósf1co y características clínicas 384 XIII. Resumen de aspectos fundamentales y tendencias
B. Epidemiología y curso evolutivo 386 futuras 391/
c. Diágnostico diferencial y comorbilidad 386 TÍRMINOS CLAVE 394
D. Etiología 386
LECTURAS RECOMENDADAS 395
VII. Trastorno de lo personalidad antisocial 388
VIII. Pi romanía 388 REFERENCIAS 395
A. Diagnóstico y características clínicas 388 AUTOEVALUACIÓN 397

l. Introducción
El interés por los trastornos relacionados con el control de los uno de los motivos más frecuentes de asistencia psicológica (Peña
impulsos ha ido en aumento en las últimos décadas. Este interés y Palacios, 201D.
sabre todo viene marcado por la preocupación en el aumento del S1 bien no son trostornos exclusivamente de niños y de ado-
diagnóstico en los trostornos relacionados con la infancia y la ado- lescentes, es cierto q_ue el mal comportamiento, las travesuras, lo
lescencia, siendo por ejemplo el Trastorno de la conducto disruptiva rebeldía, pelearse con la autoridad o la falta de control sobre sus
fV1anual de ps1copatología. Volunoen z

impulsos son más comunes entre ellos, pt>ro estos gent>ralmerite rio nóstico nos aportará información sobre los proce>O'> básicos en la
deberían ser preocupantes ya q,ue evolutivarnen1e son previsibles. etiopatogenia, es decir, en las µosibles causas o n1ontenimiento de
Cuando el fracaso sobre el control del comportamiento persiste, se los trastornos psicológicos. En el presente capítulo, haremos refe-
puede manifestar en conductas observables desajustadas a lo espE" rencia a algunos de las dimensiones transdiognósticos que se han
rabie para su edad y contexto, como peleas. robos, expresiones de estudiado en relación con los problernas de conducta_
ira .... pudiendo ser reflejo de un dolor interno como la ansiedad o la Por último, también intentaremos recoger los principales apor-
depresión, a lo q,ue se suma el molestar, la preocupación e incluso taciones de aq,uellos tratamientos q,ue basados en la evidencia han
la desesperación de los figuras parentales o figuras de cuidado (pro- podido ovalar su eficacia. Igual q,ue consideramos importante una
fesores, educadores .. J Estos hpos de manifestaciones podrían divi- visión complementaria entre la psicopatología categorial y dimen-
dirse en dos grandes dimensiones: infernalizantes y externalizanfes sional, también resulta ennq,uecedor hacer referencia a un enfoque
(Achenbach y Edelbrock, 1984; Wright et al., 2013), y a pesar de ser bio-psico-social, ya que desde esta perspectiva se tendrían en cuen-
la segunda lo más común en los trastornos ctue nos ocupan. veremos ta los aspectos aportados por la neurobiología, el temperamento, lo
como también la primera jugaró un papel importante, y por tonto personalidad, lo familia e incluso el marco social.
confirmaró lo relevancia de integrar ambos dimensiones para una
mejor compresión de estos trastornos.
A lo largo de este capítulo procuraremos exponer los aspectos 11. Clasificación y diagnóstico
más relevantes (criterios diagnósticos, prevalencia, etiología, diag-
nóstico diferencial...) de los diferentes trastornos impulsivos, disrup- Como hemos comentado anteriormente, hay dos grandes líneas al
tivos o del control, recogidos por la American Psychiatry Association hablar de trastornos en psicopatologío, la categorial y la dimensio-
<2014) en el DSM-5 en donde se citan, entre otros, el trastorno nega- nal (aunque se estón dando cada vez con mayor frecuencia modelos
tivista desafiante {observaremos la importancia de patrones como integrat1vos. que unifican a ambas). La líneo categorial, quizás lo
el enfado, lo irritabilidad y el desafío sobre todo o las figuras de más clásico e histórica de mayor impacto, está representada por
outoridodl, el trastorno explosivo intermitente (con patrones como los dos grandes sistemas clasificatorios, la CIE-11 y el DSM-5, los
los arrebatos recurrentes en el comportamiento en forma de ira o cuales recogen de manera diferente los trastornos mentoles que se
gritos), el trastorno de conducta {siendo un patrón importante el no van a abordar en este capítulo. Poro ello, por un lado, es importante
respeto a los derechos básicos de los demás, las normas o reglas conocer de ctué manera se ordenan en cado uno de los sistemas Cen
sociales propias de la edodl, lo piromanía (destacando el patrón de lo Tabla 12.1 se recogen las diferencias en lo clasificación) y, por
excitación previa al acto incendiario y de liberación tras el mismol, otro, cómo los entiende cado uno de ellos.
la cleptomanía (caracterizado por el impulso a robar algo q_ue en
principio no es una necesidad) y otros fra5tornos disruptivos, del A. Manual diagnóstico y estadístico
control de impulsos y de la conducta especificados y no especifi-
cados. de los trastornos mentales IDSM)
Como sabemos, atender o la psicopatología desde una perspec- La actualización y evolución del DSM-IV-TR (APA, 2002) al DSM-5
tiva únicamente categorial, como representan el DSM-5 (APA, 2014) (APA, 2014) ha supuesto cambios en la organización de los capítulos
o la CIE-11 {QMS, 2018), limito lo comprensión del desarrollo de los q,ue recogen los diferentes trastornos mentales. Algunos copítlllos
trastornos a aq,uellos factores q_ue han podido llevar a desencade- del DSM-IV-TR han desaparecido y otros se han integrado de tal
narlos o a mantenerlos, favoreciendo incluso confundir clasificarcon manero q,ue abarcan uno mayor variedad de trastornos en un mis-
diagnosticar. El principal motivo de esto situación es la alta comor- mo apartado. Siguiendo la líneo planteada, surge en el DSM-5 una
bilidad existente entre los categorías psicopatológicas, lo que hace integración de dos capítulos. Del capítulo dedicado a los trastornos
complejo el diagnóstico, e incluso puede llevar a confusión, debido del control de impulsos (del cual se recogen el trastorno explosivo
o la cantidad de lo V<Jrionza compartida entre ellos <Félix, 2007). Por intermitente, la piromaníay la cleptomanía) y del capitulo dedicado
ejemplo, el déficit en el contra! de los impulsos puede darse tanto a los trastornos de la infancia y adolescencia (donde se recogen el
ante un impulso o ingerir una gran cantidad de alimentos tpropio trartorno negativista desafiante, el trartorno de conducta y otror
de la bulimia nervioso) como a poder robar algo que no necesito trastornos disruptivos, del control de impulsos y de la conducta
{cleptomoníal. o el consumo de sustancias adictivas (toxicomanías}, especificados y no especificados) se derivo el nuevo capítulo q,ue
o el sentir placer por invadir lo intimad de alguien sin su permiso posa a llamarse «Trastornos del control de los impulsos, disruptivos
{exhibicionismo) o el placer por saltarse las normas sociales {anti- y de la conducta» <Echeburúo et al., 2014-).
socio!l. Lo que es importante señalar es que la impulsividad o la Recogidos por la American Psychiatry Association (2014) en el
falta de control es relevante, pero no es el único elemento a tener DSM-5, el denominador común Q.Ue se establece paro los trastornos
en cuenta, como veremos será necesario que se den otros patrones del control de los impulsos, disruptivos y de la conducta es la dificul-
conductuales y emocioriales, relacionados con comportamientos tad del autocontrol tanto emocional como conductuol. Mientras ctue
desajustados socialmente, q,ue pongan en riesgo (en los casos más en otros trastornos puede aparecer lo falta de outocontrol y regula-
graves) lo propio vida o lo de otros. ción emocional y comportornentol <lo bulimia nervioso, consllmo de
Por todo ello. uno visión más dimensional o lntegrativa enri- sustancias tóxicas, trastorno déficit de atención/hiperactividad.. J, lo
quecería la descripción de aq,uel\os elementos subyacentes a las específico de esta categoría es q,ue, !as conductas se suelen traducir
diferentes categorías, dedicando más espacio o la comprensión de en lo violación de los derechos fundamentales de otro, explosiones
lo suma de factores que rodean o una categoría concreto. Desde el de ira, suele generarse una alta taso de conflictos con los figuras
tronsdiagnóstico nos permitirá observar que existen procesos comu- que representan la autoridad, y en el cumplimiento de las normas
nes a los diferentes trastornos_ Según Belloch (2012l el tronsdiog- establecidos por lo sociedad.

Jl6
Capítulolz. T1asto·1:os destructivo:,, de . control de los 1mpul5os y de la conducta

)) Tabla 12.1. Diferencias en la clasificación entre el DSM·5 y la CIE·ll

Trasfamas del control de los ilnpulsos, Trastornos del control de los impulsos Trastornos de comportamiento disruptívo
disruptivos y de la conducta y disocia/
• Trastorno negaf1vista desafiante. • Trastorrio opos'1óonisto desafiante.
• Trastorno explosivo iritermitente. · Trastorno explosivo intermitente.
• Trastorno de conduela. • Trastorno de conducto disociol.
. Trastorno de la personalidad antisocial
, • Pi1omanío. • Pirornonío.
i1 • Cleptomanía. • Cleptomanía.

6. Clasificación internacional
fl Trastorno de conducta. Un patrón persistente y repetí·
de las enfermedades ICI El tlvo de cornportan1·1entos en el que se violan los derechos
Mientras que en el DSM-5 se recopilan todos los trastornos en un básicos de otros o las normas, reglas o leyes sociale5. Para
mismo capítulo, en la CIE-11 se utilizan dos apartados diferentes el diagnóstico del trastorno, el DSM·S establece quince cri-
debido a las característicos propias de cada categoría. Por un lado, terios referidos a cuatro categorias 5intomáticas: 1) ha exis-
están los trastornos del control de los impulsos, donde se recogen la tido una agresión a personas y/o animales; 2j ha existido
piromanía. lo cleptomanía y el trastorno explosivo intermitente; y,
una destrucción de la propiedad; 3] han existido episodios
por otro lodo, los trastornos de comportamiento disruptivo y diso-
de engaño y/o robo, y 1) se han Incumplido gravemente las
cia!, donde están el trastorno oposicionista desafiante y el trastorno
de comportamiento disocia!. normas. Se exigen tres síntomas antes de los doce meses
La OMS (2018) define los trastornos del control de los impulsos y al menos uno en los últimos seis meses. I] trastorno pro-
como caracterizados por «el fracaso repetido de resistir un impulso, voca un malestar clínicamente significativo en las áreas del
pulsión o necesidad de realizar un acto que es gratificante para funcionamiento social, acadén1ico o laboral. Habitualn1ente
la persona. al menos en el corto plazo, a pesar de consecuencias los síntomas más ~ignificativos aparecen en la infancia y la
como el doño o largo plazo para el individuo o para otros, marcado adolescencia !antes de los 18 añosj. La CIE·ll lo denomina
malestar en relación con el patrón de comportamiento, o deterioro
trastorno de comportamiento disocia!.
significativo a nivel personal, familiar, social, educativo, ocupacional
o en otras áreas importantes del funcionamiento». En este apartado fl Trastornos de comportamiento disruptivo y dlsocial.
se incluye el trastorno por comportamiento sexual compulsivo, diag- Según la CIE-11 son trastornos que se caracterizan por
nóstico que en el DSM-5 no se contempla. «problemas comporta1nentales persistentes que van des-
Por otro lodo, estaría la categoría de los trastornos de compor- de 111arcados comporta1nientos desafiantes, desobedien-
tamiento disruptivo y di social que se caracterizan por «problemas tes, provocadores o maliciosos les decir, disruptivos] hasta
comportamentales persistentes que van desde marcados comporta- aquellos que violan persistentemente lo> derechos b<isicos
mientos desafiantes. desobedientes, provocadores o maliciosos (es
de otros o importante> normas. reglas o leyes propias de
decir, disruptivosl hasta aquellos que violan persistentemente los
la edad [es decir, disoclales])). La categoría incluye el tras·
derechos básicos de otros o importantes normas, reglas o leyes pro-
pias de lo edad (es decir, disocialesl» (OMS, 2018). torno oposicionista desafiante y el trastorno de co1npor-
En la CIE-11 el trastorno de la personalidad antisocial se reco- tamiento disocial.
ge en el aportado de los «Trastornos de la personalidad y rasgos 2J Trastornos del control de Impulsos. Según la CIE-11 son
relacionados». trastornos que se caracterizan por «el fracaso repetido de
En apartados posteriores, describiremos can más detalle los cri- resistir un impulso, pulsión o necesidad de realizar un acto
terios diagnósticos recogidos en ombos sistemas clasificatorios, para que es gratificante para la persona, al menos en el corto
codo uno de los trastornos que hemos mencionado.
plazo, a pesar de consecuencias corno el daño a largo plazo
para el individuo o para otros, marcado malestar en relación
111. Características con el patrón de comportamiento, o deterioro significativo
transdiagnósticas a nivel personal, familiar, sociat educativo, ocupacional o en
otras <ireas importantes del funcionamiento». La categoría
Como ya se ha planteado en otros capítulos del presente manual. incluye el trastorno explosivo intermitente, la pirornanía,
lo comorbilidod es muy alto entre los trastornos mentales y entre la cleplornania y el trastorno por comportamiento sexual
ellos. los trastornos del control de las impulsos, disruptivos y de la
compulsivo.
conducta. Desde esta perspecti\1(1 se pretende entender estos Iros-

377
Manual de ;io1c0pdlül0gío. Volurr1e11 2

tornos sobre lo base de un rango de procesos etiopotogénicos que nes negativa>. La urgencia negativo 1e reiaciona con la folia de
se pueden dar tonto en la> causas corno en el 1nontenirniento de los autocontro) y tiene que ver con la necesidad de respuesto inme-
mismos <Belloch, 2012; Sandio et al., 2012) diata e impulsiva ante uri malestar emocional que lleva a tomar
La idea de partida sería identificar una serie de elementos o decisiones de una manera precipitada. La urgencia riegotivo une la
dimensiones clave y coniunes o \•arios trastornos, evitando la cate- impulsividad con las emociones negativas: cierro un círculo que se
gorización excesiva y sobre todo una mayor comprensión del funcio- retroalimenta negativamente desde la percepción de una emoción
namiento de los procesos básicos que pueden encontrarse tras la> negativa, favorece un afrontarnien1·o errático en la autorregulación y
categorías diagnósticas más propias de los enfoques categoriales_ aumenta el malestar e1nocional (López-Serrano et al., 2017).
Desde esta perspectiva en la que se atieride más a lo dimensional
que a lo categorial, no se pretende la dominancia de una sobre la
otra, sino un enfoque niás integrador (Sandín, 2012). !Impulsividad. Predisposición a reaccionar de una manera
Son muchos los aLttores ri..ue se han centrado en estudiar los ele- no rlan1f1cada sin pensar en las consecuencias negativas
mentos tronsdiagnóst1cos relacionados cori los trastornos del control que puede acarrear esta forma de actuar [p. ej., coger un
de los impulsos, disruptivos y de la conducta, debido a la alta co1nor- obieto de una estantería en el centro comercial o romper
bilidad que presentan con otros trastornos relacionados, como los
el espejo retrovisor de un coche aparcado].
trastornos del estado del ánimo, adicciones o los trastornos de la con-
ducta alimentaria entre otros <Cassiello-Robbins y Barlow, 2016; Ezpe-
leta et al., 2018; Jakuszkowiak-Wojten et al., 2015; Smith et al., 2019).
El enfado y la irritabilidad también han sido dimensiones estu-
En la difícil torea de comprender los aspectos dimensionales dladas en lo que se refiere a su relaciári con la agresividad en niños
de los diferentes trastornos, las emociones son un denominador y adolescentes can problemas de conducta {Sukhodolsky et ol.,
común_ La disrupoón emocional y la regulación emocional pueden 2016), mostrando la alta relación q_ue se da rio solo con los síntomas
ser variables tronsdiognósticas comunes a muchos trastorno> psico- del trastorno negativista desafiante, sino que también está presente
patológicos. La regulación emocional también ha sido estudiada en en el trastorno por déficit de atención con hiperactividad, trastor-
lo que se refiere a los problemas de comportamiento, sobre todo nos de ansiedad o del estado de! ánimo <Nock et al., 2007). Según
en la infancia y la adolescencia (Fraire y Ollendick, 2013; Kostyrka- Burke et al. (201ltl, la dimerisión irritabilidad incluye «perder los
Allchorne et al., 2020; Maliken y Katz, 2013l. papeles», «molestarse fácilmente y enojarse» o «estar resentido»,
Ahora bien, a la hora de estudiar el impacto de la regulación variables presentes en varios tra>tornos de conducta. Whelan et al.
emocional, puede ser interesante estudiar la manera en la que se (2013) señalan q_ue los síntomas de irritabilidad en la infancia están
expresa o manifiesta la desregulación. Hemos visto, lo importancia relacionados con trastornos del estado del ánimo y de ansiedad en
de unificar las variables comunes en los diferentes trastornos, en lo vida adulta, por lo que sería crucial su papel en la prevención de
esta línea varios autores han estudiado lo posibilidad de modular dichos trastornos. En lo ri..ue se refiere al enfado, como ocurre con
todas ellas eri dos dimensiones principales: internolizanfes y exter- el resto de emociones, en su justa medida tiene una función adap-
nalizantes (Achenbach y Edelbrock, 1984; Wright et aL, 2013). La tati\IO y, por Jo tanto, necesaria; sin embargo, en exceso dejará de
dimensión externalizante se podría describir como la propensión a ser adaptativo y acarreará consecuencias en la vida cotidiana de
expresar el malestar a través de acciones externas, de una manera Q..Uien lo sufra. Fernández (2013) considera que el enfado a menudo
desinhibida, como el consLtmo de sustancias, saltarse las normas o se encuentra dentro de otros constructos como la irritabilidad, la
con problemas de conducta CEaton et al., 2015; Krueger y Markon, agresividad o la hostilidad, conceptos presentes en casi todos los
2006). En esta línea, constructos como el enfado, la impulsividad o trastornos de conducta, pero también en el trastorno de ansiedad
la irritabilidad correlacionan con formas e~ternalizantes y, por tan- generalizada o en el trastorno bipolar, entre otros, lo que hace del
to, estarían directamente relacionados con los trastornos de con- enfado un elemento útil para comprender y prevenir problemas en
ducta. En lo referente a la dimensión internalizante, podríamos defi- lo infancia y en Ja adolescencia.
nirla como lo tendencia a introyectar el estrés (Eoton et al., 20151, Por todo lo descrito, vemos que el transdiagnóstico aporta un
dirigiéndolo hacia deritro, en forma de pensamientos autodestructi- enfoque ri..ue enriri..uece la visión clásica categorial de los trastornos
vos, por ejemplo. Si tenemos en cuenta que el miedo o la ansiedad psicopatológicos, pudiendo ir más allá del mero diagnóstico, y per-
son constructos que se dan también en Jos trastornos del compor- mite profundizar en dimensiones o elementos comunes compartidos
tamiento, observaríamos que en estos trastornos se darían tanto por los diferentes trastornos mentales y del comportamiento, lo ri..ue
constructos tronsdiagnósticos externalizantes como iriternalizantes. favorece no solo diseñar intervenciones más eficaces, sino tanibién
Krueger y Eaton <2015) corisideran la impulsividad como un fac- la prevención de estos trastornos desde edades tempranas.
tor fundamental en los trastornos externalizantes. La impulsividad,
entendida como la predisposicióri a reaccionar de una manera no
planificada sin pensar en las consecuencias negativas que puede IV. Trastorno negativista
acarrear (desde coger un objeto de una estantería en el ceritro
comercial o romper el espejo retrovisor de un coche aparcado) no
desafiante
sería un factor exclusivo de los trastornos de conducta, pero sí una A. Diagnóstico y características clínicas
pieza clave para el tratamiento de los mismos. Otro elemento trans-
diag11óstico relacionado con la impulsividad es la urgencia negativa La característica principal de este trastorno es el enfado, lo irrita-
<Racine y Martin, 2016). Según Cynders y Smith (2008J, la urgencia bilidad, las discusiones y las tendencias oposicionistas y vengatiV<Js
negativa se puede entender como una tendencia disposicional para expresadas hacia los adultos o aq_i.¡ellas personas que representan
actuar de una manera impulsiva al experimentar o sentir emocio- la autoridad <Rigat-Cererols y Tolarn-Caparrás, 2015). La manifesta-

378
Capítulo12, Tíaslornos dl:'o1ruclivoo, del conlroi de ios 1n1pulsos y de la condu1.\¿

) ) Tabla 12.2. Criterios d agnósticos del DSl\~·5 para el trastorno negat1vista desafi2nte jf\P/\ 2014)

A. Un potrón de enfado/irritabilidad, discw;iones/actitud desafiante o vengativa que duro por lo menos seis meses. que ;e maniíie;1o
par lo menos con cuatro síntomas de cualquiera de las categorías siguientes y que se exhibe durante lo interacción por io menos
con un individuo que no sea un hermano.
Enfado/irritabilidad
l. A menudo pierde la calma.
2. A menudo está susceptible o se molesta con facilidad.
3. A menudo está enfadado y resentido.
Discusiones/actitud desafiante
ll-. Discute a menudo con la autoridad o con los adultos, en el caso de los niños y los adolescentes.
S. A menudo desafío activamente o rechazo satisfacer la petición por porte de figuras de autoridad o normas.
ó. A menudo molesta a los demás deliberadamente.
7. A menudo culpa a los demás por sus errores o su mol comportamiento.
Vengotivo
8. Ha sido rencoroso o vengativa por lo menos dos veces en los últimos seis meses.
Nota: Se debe considerar la persistencia y la frecuencia de estos comportamientos para distinguir los que se consideren dentro de los límites
normales de las sintomáticos. En los niños de menos de cinco años el comportamiento debe aparecer casi todos los días durante un período
de seis meses por lo menos, a menos que se observe otro cosa (Criterio ASl. En los niños de cinco años o más. el comportamiento debe
aparecer por lo menos uno vez por semana durante al menos seis meses, o menos que se observe otro cosa (Criterio ABl. Si bien estos
criterios de frecuencia se consideran el grado mínimo orientativo poro definir los síntomas, también se deben tener en cuento otros factores,
por ejemplo, si lo frecuencia y lo intensidad de los comportamientos rebosan los límites de lo normal para el grado de desarrollo del individuo,
su sexo y su cultura.

B. Este trastorno del comportamiento va asociado a un malestar en el individuo o en otras personas de su entorno social inmediato
(es decir. familia, grupo de amigos, compañeros de trabajo), o tiene un impacto negativo en Jos áreas social, educativo, profesional
u otras importantes.

C. Los comportamientos no aparecen exclusivamente en el transcurso de un trastorno psicótico, un tro5torno por consumo de sustancias,
un trastorno depresivo o uno bipolar. Además, no se cumplen los criterios de un tro5torno de desreguloción disruptiva del estado
de ánimo.

Especificar lo gravedad actual:


Leve: Los síntomas se limitan a un entorno (p_ ej., en casa. en la escuela, en el trabajo, con los compañeros!.
Moderado: Algunos síntomas aparecen en dos entornos por lo menos.
Grave: Algunos síntomas aparecen en tres o más entornos.

ción del trastorno se recoge en tres grupos de síntomas que han de externa. Ellas son personas que simplemente responden ante alguno
expresarse en la relación con otro persona que no sea un hermano. situación o circunstancia o exigencia poco razonable o clasifica-
Estos síntomas son o rasgos generales aquellos conductas o tenden- da, según su criterio subjetivo, como de injusta (APA, 2014). En lo
cias hacia el enfado o irritabilidad, hacia los discusiones o la actitud Tabla 12.2 se recogen los criterios q_ue se establecen en el DSM-5
desafiante y actos vengativos. Los síntomas que se recogen podrían poro su diagnóstico.
bien darse en población no clínica, pero la frecuencia y la intensidad La diferencia entre ambos sistemas clasificatorios es en parte
de los mismos es mayor en los individuos con este trastorno. Por eso, debida a la división q_ue la CIE·ll realiza dentro del diagnóstico.
lo gravedad se determino con relación o la cantidad de entornos en Mientras que el DSM-5 recoge los criterios en una solo categoría
los que se expreso dicho comportamiento. La sintomatologío oscilo diagnostica, la CIE-11 matiza lo definición de tal rnanera que des-
en un confinuum de regulación tanto emociona! como conductuol cribe dos situaciones para este trastorno e11 relació11 al estado emo-
y existe una oposición a aquellas figuras que representan la autori- cional que lo acompaña: (a} uno se caracterizo por un estado de
dad; en lo infancia pueden ser los podres, profesores o pares, pero a ánimo predominante y persistentemente e11ojado o irritable, y el
medida que se avanzo en el desarrollo, el oposicionismo se proyecta otro caso, (b) no se caracterizo por un estado de áriimo predomi-
hacia la ley, policías. etc. Entre hermanos estos comportomieritos nante y persistentemente enojado o irritable, pero presenta un com-
suelen ser habituales, pero responden a comportamientos típicos portamiento obstinado, argumentativo y desafiante COMS, 2018). En
del desarrollo y relacionales. El trastorno es egodistónico, es decir, la Tabla 12.3 se recoge la información q_ue contiene actualmente la
los individuos sitúan el locus de control en algún objeto o persona CIE-11.

379
f1~dr1udl de psiccµaLclogid. Volu:i·.e11 2

)) Tab¡a 12.3. Descripción de a CIE·ll para diagnosticar ur trastorno desafiante y oposicionista 16.(90) [OMS, 201BI

El trastorne desafiante y oposicionista es un patrón per1i5lente (p_ E'J., seis meses o más) de comportamiento marcadarnente desafiante,
desobediente, provocativo o malicioso que ocurre con rnós frecuencia de lo que se observo típicamente en individuos de edades y nivel
de de;arrollo similrnes, y que no se iimito o lo interacción con los hermanos. El trastorno desafiante y oposicionista puede manifestarse en
un estado de ánimo enojado o irritable persistente, a menudo acompaflado por arrebatos graves de mol genio o comportamiento obstinado,
desafiante y discutidor. El patrón de comportamiento es lo suficientemente grave poro causar un deterioro significativo o nivel personal.
familiar. social. educacional, laboral o en otros áreas importantes del funcionamiento

6C90 O Trastorno desafiante y oposicionista con irritabílidad a enojo crónicos


Se cumplen todos los requisitos de definición para el trastorno desafiante y oposicionista. Esto formo de trastorno se caracterizo por
un estado de ánimo predominante y persistentemente enojado o irritable que puede presentarse independientemente de alguna
provocación aparente_ El estado de ánimo negativo suele ir acompañada de arrebatos de mal genio (lUe se producen regularmente y
que son excesivamente desproporcionados en cuanta o su intensidad o duración can respecto a lo provocación. Lo irritabilidad crónica
y el enojo son características del funcionamiento del individuo casi todos los días, son observables en múltiples entornas a dominios de
funcionamiento (p. ej., el hogar, lo escuela, las relaciones sociales) y no están restringidos o lo relación del individuo con sus podres
o tutores. El patrón de irritabilidad y enoja crónicos no se limita a episodios ocasionales (p. ej., irritabilidad típica del desarrollo) o períodos
específicos (p. ej., e>lodo de ánimo irritable en el contexto de episodios moílíocos o depresivos).

• 6(90.00 TrasJorno desafiante y oposicionista con irritabilídad o enojo crónicos, con emociones prosociales limitadas
Se cumplen todos las reqwsitos por definición del trastorno desafiante y apos1cionista con irritabilidad o enojo crónico;. Además, el
individuo exhibe características que a menudo se denominan coma «insensibles y carentes de emoción». Estas característicos incluyen la
falta de empatía o sensibilidad o los sentimientos de otros y lo falta de preocupación por el sufrimiento de otros; falta de remordimiento,
vergüenza o culpa por su propia comportamiento (a menos que se desencadene al ser aprehendido), indiferencia relativa a lo probabilidad
de castigo; falta de preocupación por mal desempeño en la escuela o el trabajo; y limitado expresión de emociones, sentimientos positivos
o amor hacia las demás, o solo de manero superficial, hipócrita o instrumental.

• 6(90.01 TrasJorno desafiante y opasicionísta con irritabílidad o enojo crónicos, con emociones prosociales normales
Se cumplen todos los requisitos de definición paro el trastorno desafiante y oposicionista con irritabilidad o enojo crónicos. El individuo
no exhibe características «insensibles y carentes de emoción», como lo falto de empatío o sensibilidad a las sentimientos de los demás
y la folla de preocupación por el sufrimiento ajeno.

• 6C90.0Z TrasJorno desafiante y oposicionista con irritabilidad o enojo crónicos, sin especificación

• 6C90.I TrasJorno desafiante y oposicionista sin irritabilidad o enojo crónicos


Cumple con todos los rectuisitos de definición poro el trastorno desafiante y oposicionista. Esto forma de trastorno no se caracterizo
par un estado de ánima predominante y persistentemente enojado o irritable. pero presenta un comportamiento obstinado, argumentativo
y desafiante.

• 6C90.IO Trastorno desafiante y oposicionista sin irritabilidad o enojo crónicos, con emociones prosociales limitadas
Se cumplen todos los requisitos de definición para el trastorno desafiante y oposicionista sin irritabilidad o enojo crónicos. Además, el
individuo presento característicos ctue a veces se denominan «insensibles y carentes de emoción». Estas caracterí>licas incluyen falta
de empolía o sensibilidad hacia los sentimientos de los demás y falta de preocupación par el sufrimiento ajeno; falta de remordimiento,
vergüenza o culpa par su propia comportamiento _(o menos que se desencadene al ser aprehendido), relativo indiferencia ante la
probabilidad de castigo; falto de preocupación por el bajo rendimiento en la escuelo a el trabajo; y expresión limitada de los emociones,
particularmente sentimientos positivas o de amor hacia los demás, o sola de manera superficial, insincero o instrumental. Este patrón es
generalizado en todas los situaciones y relaciones (es decir, el calificador no debe aplicarse en base o una sola característica, uno solo
relación o uno único instancia de comportamiento) y el patrón es persistente en el tiempo Cp. ej., al menos un oñol.

6C90.ll Trastorno desafiante y oposicionista sin irritabilidad o enojo crónicos, con emociones prosocia/es normales
Se cumplen todos los requisitos de definición del trastorno desafiante y oposicionista sin irritabilidad o enojo crónicos. El individuo
no exhibe característicos que se consideren como «insensibles y carentes de emoción», como falto de empatío o sensibilidad o los
sentimientos de los demás y falto de preocupación por el sufrimiento ajeno.

6C90_1Z Tmstorno desafiante y oposicionista sin irrifabilidad o enojo crónicos, sin especificación

óC.90.Z Trastorno desafiante y oposicioni5fa, sin especificación

300
Capítulo iz. T1c1stornos deotruclrvos, del control de los impulsos y de la conduc¡a

6, Epldemio!ogia y curso evolutivo )) Tabla 12.4. REsumen diagnéstico d1ferenc1a! del \ra>torno
negativista desafiante
a. Prevalencia
La prevalencia del trastorno negativista desafiante oscilo entre el Trastornos del Discapacidad intelectual (trastorno
1-11%, estimando una medio del 3,3% (APA, 2014-). Lo desarrollan neurodesarrollo del desarrollo intelectuall.
el 10 % de los niños de edad escolar y adolescentes, dándose una Trastornos de la comunicación
mayor tasa de incidencia (alrededor del 50%) en los casos de niños (trastornos del lenguaje).
con diagnóstico de déficit de atención e hiperactividad <Gamarra et Trastorno por déficit de atención/
al.. 2018). Mientras q_ue en la infancia se da un predominio del sexo hiperoctividad.
masculino, al llegar a la adolescencia y edad aduita esta diferencia
tiende a estabilizarse <APA, 2014-l Trastorno bípolar y Trastorno bipolar.
trastornos relacionados
b. Inicio y evolución Trastornos depresivos • Trostorno depresivo mayor.
La edad de aparición suele ser entre los ocho y los doce años, pu- • Trastorno de desregulación
diendo iniciarse a la edad tres años (Mayoral et al., 2016). En el disruptivo del estodo de ánimo.
curso normal del desarrollo del niño se pueden observar conductos
semejantes a los síntomas de este trastorno, pera, lo diferencia con Trastornos de t1nsiedad Trastorno de ansiedad social
lo población clínica reside en que estas conductas se observan de (fobia social).
f----'----- --~-. --~--~~·-.
manero muy frecuerite y suelen persistir en el tiempo (Gomorro et Trastornos cfisr14>fivos, Trastorno explosivo intermitente.
al., 2018l. Los niños y adolescentes q_ue tienen un inicio temprano del control de los i!lllulsos Trastorno de conducta.
con un 30% de probabilidad desarrollaran un trastorno de conducto y de la conducta
y el 10% un trastorno antisocial de la personalidad, pero en toma-
yoría de los casos de niños y adolescentes con trastorno negotivisto !Elaborada a partir de APA, 2014).
desafiante no se va a desarrollar un trastorno de conducta (Martínez
Rodríguez, 2020).

C. Oiágnostlco dlferenclal y comorbilidad el inicio se da en la infancia, el trastorno negativisto suele preceder


al trastorno de conducto (Vásquez, 2010; APA, 2014-l.
a. Diagnóstico diferencial
El oposicionismo no debe aparecer como consecuencia de un com- O. Etiología
portamiento impulsivo y que req_uiere un determinado nivel de aten-
ción (trastorno por déficit de otención/hiperoctividadl ni como con- los factores etiológicos que pueden generar un trastorno negofivis-
secuencia de la no comprensión de las riormas por un deterioro en lo ta desafiante son mulficousoles. Entre los diversos causas, el conoci-
capacidad de comprensión o un trastorno del desarrollo intelectual. miento cieritífico actual divide en dos grandes bloques el origen de
Pueden aparecer irritabilidad y sentimientos negativos como porte este trastorno: factores neurobiológicos y factores ligados al apren-
del curso normal de algún trastorno del estado del ánimo. Especial dizaje y contexto de desarrollo.
atención merece el trastorno de desreguloción disrupti\IO del estado
del ánimo, donde la desreguloción emocional, factor común con el Factores neurobiológicos y neuropsicofógícos
trastorno negotivisto desafiante. curso con mayor gravedad e inten- Aunque con escaso existencia, algunos estudios vinculan el trastorno
sidad. En el trastorno explosivo intermitente se observa un mayor negativista desafiante con factores de carácter hereditario q_ue pue-
grado de agresividad proyectada hacia otros, y en el de conducta la den traducirse en daños neurológicos y/o neurofisiológicos <Mayoral
gravedad es mayor ya que existe un daño a animales o personas, la et al., 2016l. Cuando se comparan los datos obtenidos de estudios
destrucción de la propiedad, y un patrón de robos o engaños {APA, en hermanos gemelos, encontramos que el factor genético común
2011J.l <véase la Tablo 12.lll. para la expresión del trastorno es del 50%. Mientras que el 55-57%
de la expresión de la sintomatología puede atribuirse a los facto-
b. Comorbílidad res genéticos y el 14-23 % a factores ambientales compartidos entre
Entre el 50 % y el 60 % de los personas con trastorno por déficit de ambos hermanos, existe un porcentaje que facilito lo e~presión del
atención/hiperactividad desarrollarán de forma comórbida un tras· trastorno, q_ue se debe o factores na compartidos <Hudziak et. al.,
torno negativista (Ortiz Giralda et al., 2008J. Los datos indican q_ue 2005, citado en Ezpeleta y Toro, 2014.J. Aunque son relevantes, los
el trastorno negotivista puede ser predictor de algún trastorno del hallazgos biológicos no explican el origen del trastorno negativista
estado del ánimo en la juventud y edad adulta, siendo los trastornos desafiante, ni tampoco lo gran variabilidad individual del trastorno.
depresivos y los trastornos de ansiedad los más habituales <Ouy y Se encuentran también factores temperamentales q_ue se rela-
Stringoris, 20171. En esta línea, Nock et al. (2007) hablan de que la cionan con una mayor reactividod emocional y una menor tolerancia
prevalencia de estos trastornos es del 10 %y que, de ese porcentaje, a lo frustración que de alguno manera se traducen en una malo
cerco del 62% presentaban trastornos de ansiedad; este alto por- regulación emocional y comportamentol, característico estrecha-
centaje puede ser debido a q_ue los datos son en población clínica; mente relacionada con el trastorno negativista desafiante <APA,
en población no clínica, la comorbilidad podría ser menor. Cuando 2014)_

381
11.~anua de psic0pat0lugíd. Volu¡¡,en 2

Tarr.bién, se indico q,ue puede existir un déficit togriitivo que V. Trastorno expiosivo
aco1npaña al ~rastorno_ Los estudios se cenrran en las funciones
ejecutivas, entendidas como mecanismos de preparación, control y intermitente
ejecución cognitiva en respuesta conductual óptima a los demandas
del ambiente. Se encuentran déficits en lo función ejecutiva y sobre A. Diagnóstico y características clínicas
todo en Ja memoria de trabajo, ci.ue se manifiesta en dificultades
La característica principal de este trastorno son los arrebatos de
para asociar las consecuencias de un comportamiento actual con la
ira y falta de control de la agresividad. La agresividad, que puede
experiencia previa de las consecuencias de dicho con1portan1iento
ser tanto •1erbal co1no física, no es premeditada, surge como un
(Ortiz-Giraldo et al., 2008).
impulso q_ue no sigue otro objetivo más allá de satisfacer el mis-
mo (Rigat-Cererols y Talarn-Coparrós, 2015>. La falta de control de
Factores ligados al aprendizaje y/o contexto de desarroilo
impulsos se refleja en los arrebatos de agresividad que pueden afec-
Aprendizaje tar tanto a la propiedad como a los animales como a otro individuo,
pero a diferencia de lo que ocurre en el trastorno de conducta. la
Ligados al contexto se recogen los estilos educativos que los padres
agresión física no produce daños o destrucción alguna de la pro-
ejercen con sus hijos, se encuentra que las estrategias negativas
piedad, ni produce lesiones en los animales u otros individuos. Esta
<p. ej., castigos, refuerzo negativo) y aquellos que priman el control
respuesta no suele ser proporcional al estímulo desencadenante
y el poder de manera exagerada aparecen con mayor frecuencia
y su desarrollo es intenso pero breve en el tiempo (alrededor de
en los diagnósticos de trastorno negativista desafiante (Gamarra
30 minutos)_ Es por eso q,ue se habla de arrebatos o ataq,ues, yo que
et al., 2018). La mayor o menor flexibilidad en el ejercicio de poder
es también un factor q,ue puede afectar. se encuentra uno mayor
se presentan de manera espontánea ante estimulas que normal-
mente no producirían la reacción que ahora sí producen, incluso a
rigidez por porte de las figuras de autoridad en las familias donde
veces sin q,ue se presente un estímulo (Zapata y Palacios, 2016). En
se manifiesta el oposicionismo. Junto con esto, la suma de un uso
la Tabla 12.5 se recogen los criterios q,ue se establecen en el DSM-5
excesivo del refuerzo negativo y la mala comunicación o ausencia
para su diagnóstico.
de la misma fomenta el comportamiento negativista, que de alguna
manera pretender alcanzar una mayor atención o interacción por La CIE-11 plantea q_ue los episodios impulsivos son breves y de
parte de las figuras de autoridad (Mayoral et al., 2016). carácter explosivo, es decir, que la respuesta es mayor en intensi-
dad y activación ante el estímulo presentado. Además, los episo-
Como consecuencia, se desarrollan dificultades en el procesa-
dios explosivos no deben ser consecuencia de un patrón de enojo
miento de la información social. Como recogen Ezpeleta y Toro (2014.l:
e irritabilidad crónicos, ya q_ue entonces se estaría hablando de un
En el proceso de aprendizaje social. el trastorno negativisto trastorno desafiante y oposicionista (6.C90l. Los episodios deben ser
desafiante presento dos déficits principales IJ dificultad paro aso- repetidos, pero no se establece un criterio temporal. En la Tabla 12.6
ciar los conductas con los consecuencias positivas o negativas que se recoge la información que contiene actualmente la CIE"lL
tienen. Esto dificultad se manifiesto por: al baja sensibilidad al
castigo y a otros indicadores aversivos y ausencia de miedo, lo que B. Epidemiología y curso evolutivo
obstaculiza aprender o contener las comportamientos no apropia-
dos, y bl dificultades en el procesamiento de lo recompenso, que
a. Prevalencia
reduce la motivación para obtenerlo si no es muy intenso (búsque- Se estima q_ue la prevalencia del trastorno explosivo intermitente es
da de sensaciones) y compromete el aprendizaje de los comporta- aproximadamente del 6%, del 13% en atención ambulatoria y del
mientos apropiados, y 2l dificultades en la solución de problemas 7 % en hospitalización {Palacio y Zapata, 2016. citado en Mayoral et
debido al deterioro en el control cogrntivo o función ejecutiva al., 2016l En Estados Unidos de América la pre110lencia es del 2,7% y
(especialmente en la inhibición y toma de decisiones cuando hay se observa con mayor frecuencia en personas jóvenes (edades com-
factores emocionales -refuerzo o castigo-l.» (pp. 457-4.58). prendidas entre los 35 y 40 años) que en personas de mayor edad
(mayores de 50 años), :;iendo más frecuente en el sexo masculino
Contexto relacional que en el femenirio (APA, 2014).
Existen otras explicaciones de carácter relacional que ponen el foco b. Inicio y evolución
en las relaciones que se crean entre el hijo y la figura de apego.
Los individuos con apego ansioso pueden involucrarse en conductas El inicio suele ser en la infancia y/o adolescencia y tiende a disminuir
oposicionistas con10 medio rudimentario de exigir atención y cuida- su presencia a partir de los 40 años <Martínez Rodríguez, 2020l. El
do de sus figuras de apego; por otro lado, los individuos con apego curso tiende a ser de carácter crónico <Mayoral et al., 2016l. El curso
evitativo pueden participar en comportamieritos antisociales como del trastorno suele ser episódico con períodos recurrentes de presen-
un medio para negar la importancia de las relaciones de apego cia de la sintomatología fAPA, 2014l.
y ganar distancia de unos figuras que no responden (Mikulincer y
Shaver, 2016l. C. Oiágnostico diferencial y comorbilidad
De igual manera, se encuentra que las relaciones sociales con
a. Diagnóstico diferencial
los pares refuerzan la sintomatologia. La expresión de comporta-
mientos oposicionistas es rechazada por el grupo de iguales, esto Los arrebatos de ira se pueden ser debidos a trastornos neuroló-
hace que el individuo busque en otros grupos disruptivos (donde gicos (p. ej., la enfermedad de Alzheimer) y al estrés ciue sufre
dichos comportamientos son aceptados) lo aceptación social <Ouy el paciente en numerosas enfermedades médicas. Los episodios
y Stringaris, 2017l_ psicóticos pueden dar lugar o coinportamientos agresivos y vio-

382
Capítulo 12. Trastornos destrucliVO'.>, dei cuntrol de los impulsos y de la conducta

)) Tabla 12.S. Cr·terios diagnósticos del DS~i1·5 para el trasto:ro explos1·vo inten111tcntc [APA, 201~)

,. - - - ----.- •..
A. A1 rebatos recurrentes en el comporiamiento que reflejan una falto de control de los impulsos de ugres1vidud, manile11ada por una de los
1 comportamientos siguientes:
l. Agresión verbal (p. ej., berrinches, diatribas, disputas verbales o peleas) o agresión física contra la propiedad, los animales u otros
indi;iduos, en promedio de dos veces por semana, durante un período de tres meses_ La agresión físico no provoca doiios ni destrucción
~ d< lo prnp>edod, ol P'°'°'' '"'º'"
fülrn; o'°'
oolmolo; PI o otrn• lodl•ldoo;
2 Tres arrebatos en el comportamiento que provoquen doílos o destrucción de lo propiedad o agresión físico con lesiones o animales
u otros individuos, sucedidos en los últimos doce meses.
------
La magnitud de la ogres1v1dod expresado durante los arrebatos recurrentes es bastante desproporcionada con respecto a la provocac1on
'
' o cualquier factor estresante psicosociol desencadenante.

c. Los arrebatos agresivos recurrentes no son premeditados (es decir, son impulsivos o provocados por la irol ni persiguen nrnglm objetivo
tangible (p ej., dinero, poder, intimidación).
- ______ ._
--- . .- - - - · ·
D. Los arrebatos agresivos recurrentes provocan un marcado malestar en el individuo, alteran su rendimiento laboral o sus relaciones
interpersonales, o tienen consecuencias económicas o legales.

E. El individuo tiene una edad cronológico de seis años por lo menos (o un grado de desarrollo equivalen tel.
... ··--·· -
F. Los arrebatos agresivos recurrentes no se explican mejor por otro trastorno mentol (p. ej., trastorno depresivo mayor, trastorno bipolar,
trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo, trastorno psicótico, trastorno de lo personalidad antisocial, trastorno de
personalidad límitel, ni se pueden atribuir o otra afección médica (p_ ej., traumatismo craneoencefálico, enfermedad de Alzheimer), ni o
los electos fisiológicos de alguno sustancia (p. ej., drogadicción, medicación). En los niños de edades comprendidas entre 6 y 18 años, a un
comportamiento agresivo que forme porte de un trastorno de adaptación no se le debe asignar este diagnóstico.

Noto: Este diagnóstico se puede establecer además del diagnóstico de trastorno por déf1c1t de atención/hiperactividad, trostorno de
conducta, trastorno negativista desafiante o trastorno del espectro autista, cuando los arrebatos agresivos impulsivos recurrentes superen
o los G.Ue habitualmente se observan en estos trastornas y requieran atención clínica independiente.

) ) Tabla 12.6. Descripción de la CIE · 11 para diagnosticar un trastorno explosivo intermitente [6(73) [OMS, 2018)

El trastorno explosivo intermitente se caracterizo por episodios breves y repetidos de agresión verbal o física o destrucción de bienes
que representon uno fallo en el control de los impulsos agresivos, con la interisidad de lo explosión o el grado de agresividad totalmente
desproporcionados a la provocación o lo precipitación de estresores psicosociales_ Los síntomas no se explican mejor por otro trastorno
mental, del comportamiento o del neurodesarrollo y no forman porte de un patrón de enojo e irritabilidad crónicos (p. ej., en el trastorno de
oposición desafionteL El patrón de comportamiento es lo suficientemente grave como poro causar un deterioro significativa a nivel personal,
familiar, social, educativo, ocupacional o en otras áreas importantes de funcionamiento_
Exclusión
• Trastorno desafiante y oposicionista (6C90l.

lentos más o menos transitorios, según cado paciente. El efecto impulsivas, pero, no persiguen ningún objetivo beneficioso <APA,
producido por el consumo de algunas sustancias (p. ej., alcohol, y 2014) (véase la Tabla 12.7l.
los estimulantes) también puede generar con frecuencia comporta-
mientos agresivos_ La agresividad puede expresarse también dentro b. Comorbilidad
del marco de un trastorno de lo personalidad !Campos, 201~!. La Según Kessler et oL, 2006, se do uno alta comorbilidad con los
agresividad puede ser característica de alguno de los trastornos desórdenes emocionales (37,4 %J y de ansiedad (58,1 %l. Algunos
del neurodesarrollo <p. ej., el TDAHJ por lo ci.ue es importante dis- datos indican que las personas con trastorno explosivo intermiten-
tinguir si los arrebatos se expresan como consecuencia de alguna te, aproximadamente en un 82% de los casos. desarrollarán a lo
otro categoría diagnóstica. Por último, la diferencia con el tras- largo de su curso evolutivo algún trastorno del estado del ánimo,
torno negativista reside en que en este último no se contempla lo abuso de sustancia y/o trastornos la ansiedad (NieJsen et al., 2011,
agresión física; y con el trastorno de conducta, las agresiones son citado en Campos, 2013J. Se encuentra que los individuos con tras-
/\/!anual de psicopctoloqía. Volu111e11 z

)J Tabla 12.7. Resunen diagnóstico Giferencial del trastorno explosivo intern1itente


----- '
• Trastornos del espectro autista.
Trastornos del neurodesorrollo
• Trastorno por déficit de atención/hiperactividad
Espectro de la esq,uízofrenia y otros trastornos psicóticos Esquizofrenia.
Trastorno bipolar y trastornos relocionodos Episodio maníoco.
Trastornos depresivos • Trasiorno de desreguloción disruptivo del estado de ánimo.
~·· ----
, Tro>lorno negotivista desafiante.
Trastornos disruptivos, del control de los impulsos
• Trastorno de conducto.
y de lo conducta
• Trastorno de lo personalidad antisocial.
Trastornos relacionados con sustancias y trastornos adictivos Intoxicación por sustancias o síndrome de abstinencia.
Delirium.
Trastornos neurocognitivos . Tra>lorno neurocognitivo mayor. -
• Trastorno de lo personalidad antisocial.
Trastornos de lo personalidad
• Trastorno de lo personalidad límite.
Sintomofólogío debido o enfermedad médica

[Elaborada a partir de APA, 2014 y Campos, 2013).

tornos de lo personalidad límite o antisocial presentan mayor riesgo los dos primeros años de vida) presentan mayor probabilidad de
de desarrollar un trastorno explosivo intermitente. De igual manera, desarrollar el trastorno (APA, 2014l. Por otra porte, en los estilos
la persona que hayo padecido algún otro trastorno disruptivo del de crianza, suele ejercerse el control sin afecto y suele existir un
comportamiento tiene mayor probabilidad de desarrollar/o, siendo aprendizaje por imitocián de los conductas agresivas q_ue puedan
esto un factor de riesgo importante o considerar (APA. 2014l. ejercer los padres <Palacio y Zapata, 2016).

D. Etiología
VI. Trastorno de conducta
Se acepta de manera común q_ue el trastorno explosivo intermitente
surge como consecuencia de lo interacción de factores neurobioló- A. Diagnóstico y características clínicas
gicos y de aprendizaje/entorno_
El trastorno de conducta se caracteriza por ser un patrón repetitivo
Factores neurobiológicos de comportamiento; en el cual no se respetan los derechos de los
otros, ni las normas sociales ni legales de los demás, y no tiene un
Por un lado, o nivel fisiológico puede existir un desajuste bioq_uímico factor asociado al momento evolutivo en el <1.ue se encuentra lo
q_ue implique circuitos de neurotransmisión donde la serotonina y persona (Rigot-Cererols y Tolarn-Caparrós, 2015). El DSM-5 divide
otros monoaminas puedan encontrase de manero deficitario <Cam-
la expresión del trastorno en cuatro categorías sintomáticos: (1) ha
pos, 2013), principalmente en aq_uellas áreas encargados del fundo·
exisf1do una agres'1ón a personas y/o animales; (2) ha ex'1stido uno
nomiento emocional adaptativo, es decir, sistema límbico y sistema
destrucción de la propiedad; (3) han existido episodios de enga-
de inhibición de impulsos (APA, 2014). En un nivel más estructural,
ño y/o robo, y (4) se han incumplido gravemente las normas. Los
en algunos cosos documentados con técnicos de neuroimagen, se
síntomas específicos de coda uno de los subtipos se recogen en
encuentran diferencias neuroariatómicas en comparación con Ja
lo Tabla 12.8, donde se pueden ver todos los criterios estableci-
población no clínico_ En el circuito de inhibicióri de Jos impulsos,
dos por la APA en el DSM-5_ La sintomatología debe expresarse al
donde destaco la corteza prefrorital, se encuentra una disminución
merios en tres formas (de las recogidas en los criterios diognósticosl
del volumen de dicha área en individuos con mayor tasa de agresi-
en los doce meses anteriores, y uno vez por lo menos en los seis
vidad impulsivo (Zapato y Palacio, 2016).
meses anteriores a lo evaluación. Es importante determinar si exis-
El sistema hormonal parece estar implicado también, el eje ten las denominados emociones prosociales, yo que en una minoría
hipotálomo-hipófiso-odrenol podría participar en el funcionamiento de personas con trastorno de conducta existe una emocionalidod
de lo conducta impulsivo {Campos, 2013l. Por último, en el plano deficiente, falta de remordimiento y bajos niveles de empatía (o
genético, se estima <1.ue el 50 %de lo agresividad puede ser hereda- aparentemente inexistentes) que probablemente se relacionan con
da (2apoto y Palacio, 2016). una mayor predisposición hacia la psicopatía o lo psicosis (Levobici
et al., 2004, citado en Rigat-Cererols y Talarn·Caparrós, 2015).
Factores de aprendizaje y contexto de desarrollo
La definición del trastorno de conducto que se recoge en la
Los individuos con antecedentes de trauma emocional o <1.ue han CIE-11, denominado como trastorno_ de comportamiento disocia!
sufrido algún daño físico en la primero infancia <principalmente en es, en este caso, semejante a lo establecida por el DSM-5; excluye
Capitulo 12. Trdslor~1oó desrruct1vos, del control ce los 1rnpulsos y de la cor~ducla

)) Tabla12.8. Critericis diagnosticas del DSN1·5 para e! trastor'lO de conducta (1\P/•, 2014]
~· ~
1 A. Un patrón repetitivo y persistente de comportamiento en el que no se respetan los derechos básicos de otros, las normas o reglas sociales
propias de la edad, lo que se manifiesto por lo presencia en los doce últimos meses de por lo menos tres de los quince criterios siguientes
en cualq_uiera de las categorías siguientes. existiendo por lo menos unn en los últimos seis rneses-
AGRESIÓN A PERSONAS Y ANIMALES
l. A menudo acosa, amenaza o intimada o otros
2. A menudo inicia peleas
3. Ha usado un armo que puede provocar serios dorios o terceros (p ej., un bastón, un ladrillo, uno botella roto, un cuchillo, un armo)_
4-. Ha ejercido la crueldad física contra personas.
5. Ha ejercido lo crueldad físico contra animales.
6. Ha robado enfreritóndose o uno víctima (p. ej., atraco, robo de uri monedero, extorsión, atraco o mano ormodol_
7. Ha violado sexualmente a alguien.
DESTRUCCIÓN DE LA PROPIEDAD
8. Ha prendido fuego deliberodamente con la intención de provocar daños graves.
9. Ha destruido deliberadamente la propiedad de alguien (pero no por medio de fuego).
ENGAÑO O ROBO
ID. Ha invadido la casa, edificio o automóvil de alguien
11. A menudo miente poro obtener objetos o favores, o para evitar obligaciones (p_ ej., «engaña» a otras personas).
12. Ha robado objetos de cierto valor sin enfrentarse a la victimo (p_ ej .. hurto en una tienda sin violencia ni invasión, falsificociónJ.
INCUMPLIMIENTO GRAVE DE LAS NORMAS
13. A menudo sale por la noche a pesar de la prohibición de sus padres, empezando antes de los 13 años.
11.J. Ha pasado uno noche fuero de casa sin permiso mientras vivía con sus podres o en un hogar de acogido, por lo menos dos veces
o una vez si estuvo ausente durante un tiempo prolongado.
15. A menudo falta en la escuela, empezando antes de los 13 años.
1 B. El tro'ltorno del comportamiento provoco un malestar clínicamente significativo en las áreas del funcionamiento social, académico o laboral.
-------- -
C. Si la edad del individuo es de 18 años o más, no se cumplen las criterios de trastorno de la personalidad antisocial.
Especificar sf.
312.81 CF91.1) Tipo de inicio infantil: Los individuos muestran por lo menos un síntoma característico del trastorno de conducta antes
de cumplir los 10 años.
312.82 (F91.2) Tipo de inicio adolescente: Los individuos no muestran ningún síntoma característico del trastorno de conducto antes
de cumplir los 10 años_
312.89 <F91.9} Tipo de inicio no especificado: Se cumplen los criterios del trastorno de conducto, pero no existe suficiente información
disponible poro determinar si la aparición del primer síntoma fue anterior a los 10 años de edad.
Especificar sf.
Can emociones prosocioles limitadas: Para poder asignar este especificador, el individuo ha de haber presentado por lo menos dos de Jos
siguientes carocterí'lticas de forma persistente durante doce meses por lo menos, en diversas relaciones y situaciones Estos caracterí'lticas
reflejan el patrón típico de relaciones interpersonales y emocionales del individuo durante ese período, no solamente episodios ocasionales
en algunas situociones. Por lo tonto, para evaluar los criterios de un especificador concreto, se necesitan varios fuentes de información_
Ademós de la comunicación del propio individuo, es necesario consideror lo que dicen otros que lo hayan conocido durante períodos
prolongados de tiempo <p. ej., padres, profesores, compañeros de trabajo, familiares, amigosl.
Falta de remordimientos a culpabilidad: No se siente mal ni culpable cuando hoce oigo molo (no cuenton los remordimientos que
expresa solamente cuando le sorprenden o ante un castigo)_ El individuo muestro una falto general de preocupación sobre los consecuencias
negativas de sus acciones. Por ejemplo, el individuo no siente remordimientos después de hacer daño a alguien ni se preocupa por las
consecuencias de transgredir los reglas.
Insensible, carente de empatío: No tiene en cuento ni le preocupan los sentimientos de los demás. Se describe como frío e indiferente.
Lo persona parece más preocupado por los efectos de sus actos sobre sí misma que sobre los demás, incluso cuando provocan daños
apreciables a terceros.
Despreocupado por su rendimiento: No muestra preocupación respecto a un rendimiento deficitario o problemático en la escuela, en el
trabajo o en otras actividades importantes. El individuo no realizo el esfuerzo necesario poro alcanzar un buen rendimiento, incluso cuando
las expectanvas son claros, y suele culpar a los demás de su rendimiento deficitario.
Afecto superficial o deficiente: No expresa sentimientos ni muestra emociones con los demás, salvo de uno formo que parece poco sentido,
poco sincera o superficial (p. ej., con acciones que contradicen lo emoción expresada, o puede «Conector» o «desconectar» las emociones
rápidamente) o cuando recurre o expresiones emocionales poro obtener beneficios (p. ej., expreso emociones poro manipular o intimidar a otras).

(Continúa)
Manual de ps1copatolo1J1a. Volumen 2

)) Tabla 12.8. /Contínuacion/

Especificar lo gravedad actual:


leve: Existen pocos o ningún problema de conducto aparte de 101 necesarios para establecei el diagnóstico, y los problemas de conduc'.a
provocan un dafio relativamente menor a los demás (p. ej .. mentiros, absentismo escolor, regresar tarde por lo noche sin permiso, incumplir
alguno otra reglo).
Moderado: El número de problema; de conducta y el efecto sobre los demás son de gravedad intermedia entre los que se especifican
en «leve» y en «grave» (p. ej, robo sin enfrentamiento con lo víctima, vandalismo).
Grave: Existen muchos problemas de conducta además de los necesarios para establecer el diagnóstico, o dichos problemas provocan
1 un daño considerable a los demós (p. ej., violación sexual, crueldad física, uso de armas, robo con enfrentamiento con la víctima, atraco
~invasión).

los actos delictivos y disociales que se den de manero aislada. y no de los impulsos y de la conducta, se debe distinguir el trastorno
dentro del patrón característico de este trastorno. En la Tabla 12.9 negativista desafiante del explosivo intermitente. en el primero, lo
se recoge la información que contiene actualmente la CIE-11 sintomatología suele ser más leve y no incluye la agresión o daño a
animales o personas, la destrucción de la propiedad, ni un patrón
8. Epidemiología y curso evolutivo de robos o engaños; en el segundo, las agresiones son impulsivas y
no persiguen ningún beneficio tangible: esta categoría diagnostica
a. Prevalencia tampoco incluye los síntomas no agresivos del trastorno de conducta
Los trastornos de conducta son muy frecuentes en las consultas de <APA. 2014l (véase la Tabla 12.10).
atención infanta-juvenil (Mayoral et al., 2016l. Estableciendo como
b. Comorbilldad
media el 4 %, lo prevalencia de los trastornos de conducta oscila del
2 al 10%, predominando en el sexo masculino (APA, 2014l. La aparición de algún trastorno de manera secundaria al diagnós-
tico principal se da en el 29-71 % de los casos (Mayoral, 2016). De
b. Inicio y evolución manera semejante al resto de trastornos que se integran en este
Habitualmente los síntomas más significativos aparecen en la infan- capítulo, los trastornos de conducta se relacionan de forma signi-
cia y la adolescencia, aunque pueden iniciarse en edades más tem- ficativa con el consumo de sustancias, el trartorno por déficit de
pranos, siendo poco frecuente ciue el inicio del trastorno se dé en atención/hiperactividad y el trastorno negativista desafiante (Vera
una edad posterior a los 16 años (Martínez Rodríguez, 2020). El Fernández, 2018l. En algunos casos se asocia el trastorno de conduc-
curso de los trastornos de conducto es variable (APA, 2014). Los ta con trastornos específico; del aprendizaje, trastornos de ansiedad
de inicio a una edad más temprana suelen tener peor pronóstico o episodios depresivos o maníacos, siendo probablemente el trastor-
en la edad adulta, mayor tasa de conductas agresivas, impulsivas y no por déficit de atención/hiperactividad el más habitual de todos
antisociales. El subtipo que tiene como inicio el trastorno de con· (Martínez Rodríguez, 2020).
dueto en la adolescencia generalmente cursa con menor grado de
conducta agresivo y relaciones sociales más adaptativas con sus O. Etiología
iguales, teniendo una menor probabilidad de cumplir criterios diag-
nósticos en la edad adulta <Ezpeleta y Toro, 2014l. A pesor de ciue La explicación multicausal y b1opsicosocial es, una vez más. la que
olgún estudio indica que la mitad de las personas con trastorno de mayor aceptación recibe de la comunidad científica.
conducta van a desarrollar un trastorno antisocial de la personali-
dad (Robins, 1966, citado en Martínez Rodríguez, 2020), aquellas Factores neurobiológicos
personas que presentan una sintomatología más leve y con inicio en De manera semejante a los otros trastornos que cursan con sínto-
la adolescencia generalmente logran una mayor adaptación social mas de impulsividad, se encuentran déficits en el funcionamiento
y loborol (APA. 2014). del sistema límbico. En el sistema de retroalimentación de lo corteza
prefrontal y amígdala se han hallado diferencias tanto estructurales
C. Oiágnostico diferencial y comorbilidad como funcionales, que tienen como consecuencia déficits en el siste-
ma de regulación emocional y comportamental del individuo (Martí-
a. Diagnóstico diferencial nez Rodríguez, 2020l. El sistema endocrino podría estar implicado en
La impulsividad tiene que expresarse a través de la vulneración algún grado: se han observado, también, altos tasas de testosterona
de las normos socioles o los derechos de los demás, situación que y bajas tasas de actividad noradrenérgica (Mayoral et al., 2016l. Se
no se da en el trastorno por déficit de atención/hiperactividad o ha observado que la frecuencia cardíaca en reposo es menor que en
en los trastornos adaptativos, donde la impulsividad surge ante un aquellos individuos que tienen otros trastornos (APA, 20141
estresor psicosocial. Dentro de los trastornos depresivos y los epi- Los individuos con trastorno de conducta han demostrado tener
sodios maníacos, pueden expresarse comportamientos irritables y una peor ejecución en pruebas que miden las funciones ejecuti-
agresivos q_ue se diferencian del trastorno de conducta por su curso vas. Esto quiere decir que tienen dificultades para la planificación,
evolutivo. Dentro de los propios trastornos disruptivos, del control control y ejecución de la respuesta conductual adecuada a las
Capílulo 12. lictstu"nos destJ"uCtlVD':i, de control de los 1mpuhos y de la co<duc1.;:i

)) Tabla12.9. Descripcion de la CIE-11 pa\'a diagnosticar un trostorr.o de co11p·Jrtam'ento d1soc1a· [6C91] [0~. 1S, 20181

El trastorno de comportamiento disocia! se caracteriza por un patrón persistt>nte y repetitivo de comportamiento ~n el que se violan los
derechos básicos de otros o los normas, regios o leyes sociales apropiadas poro la edad, como lo ogresián hacia personas o animales;
destrucción de propiedad: engaño o robo, y otros violaciones graves de las normas. ti patrón de comportan1iento es lo suficientemente
grave como para causar un deterioro significativo a nivel personal. familiar, social. educativo, ocupacional o en otras áreas importantes
del funcionamiento. Poro ser diagnost'icodo, el patrón de comportamiento debe durar un período considerable (p. ej., 12 meses o más/_
Por lo tonto, los actos d1soc1oles o delictivos aislados no son motivo poro aplicar este diagnóstico.

6C91.0 Trastorna de co1nporfamienfo disocial inicio en lo infoncio


El trastorno de comportamiento disocia! que comienza en la infancia se caracterizo por un patrón repetitivo y persistente de
comportamiento en el que se violan los derechos básicos de otros o los normas, reglas o leyes sociales apropiados poro la edad, como
la agresión hacia las personas o los animales; destrucción de propiedad; engaño o robo; y otros violaciones graves de los normas. Poro
ser diagnosticado, las características del trastorno deben estor presentes durante lo infancia antes de lo adolescencia 1p. ej, antes de los
10 años de edad) y el patrón de comportamiento debe durar por un período considerable (p_ ej., 12 meses a más). Los actos disoc1otivos
o criminales aislados no constituyen en sí mismos un motivo poro aplicar este diagnóstico_

6(91.00 TrosJorno de comportamiento disocia/, inicio en la infancia, con emociones prasocia/es limitadas
Cumple con todos los requisitos por definición del trastorno de comportamiento disocia! que se inicia en lo infancia. Además. la jJer;ono
exhibe característicos que o menudo se denominan como «insensibles y carentes de emoción>>. Estas característicos incluyen falto de
empotío o sensibilidad o los sentimientos de otros y falta de preocupación por el sufrimiento ajeno; falto de remordimiento, vergüenza o
culpa de su propio comportamiento (o menos que se desencadene al ser aprehendido), indiferencia relativo o la probabilidad de castigo;
falto de preocupación por mal desempeño en la escuela o el trabajo: y limitado expresión de emociones. sentimientos positivos o amor
hacia los demás, o solo de manero superficial, hipócrita o instrumental.

6C91.0I Trastorno de comportamiento disocia/, inicio en la infancia, con emociones prosocia/es nonnales
Se cumplen todos los requisitos de definición poro el trastorno de comportamiento disocial que se inicio en lo infancia Lo persono
no exhibe característicos que se consideren «insensibles y carentes de emoción», como lo falto de empotia o sensibilidad a los
sentimientos de los demás y falto de preocupación por el sufrimiento ajeno.

6C91.0Z TrasJorno de comportamiento disocia/, inicio en la infancia, sin especificación

6C9LI Trastorno de comportamiento disocia/, inicio en la adolescencia


El trastorno de comportamiento disocia! que comienza en lo adolescencia se caracteriza por un patrón repetitivo y persistente de
comportamiento en el que se violan los derechos básicos de los demás o las normas, regios o leyes sociales más importantes poro lo
l
edad, como lo agresión hacia Jos personas o los animales; destrucción de propiedad; engaño o robo; y otros violaciones graves de las
normas. Ninguno característica del trastorno está presente durante lo infancia antes de lo adolescencia (p. ej., antes de los 10 años
1
de edad). Para ser diagnosticado, el patrón de comportamiento debe estor presente durante un período considerable (p_ ej .. 12 meses
o más). Los actos disociotivos o criminales aislados no constituyen en sí mismos un motivo paro aplicar este diagnóstico_

6(91.10 Trastorno de comportamiento disocia/, inicio en la adolescencia, con emociones prosociales limitadas
Se cumplen todos los requisitos por definición del trastorna de comportamiento disocio! que comienza en lo adolescencia. Además, la
persono muestro característicos que o menudo se denominan como «insensibles y carentes de emoción». Estas características incluyen
falto de empatío o sensibilidad o los sentimientos de otros y falta de preocupación por el sufrimiento ajeno; falto de remordimiento,
vergüenza o culpo por su propio comportamiento {o menos que se presente al ser oprehendidol, indiferencia relotivu o la probabilidad
de castigo; falto de preocupación por mol desempeño en lo escuelo o el trabajo; y limitado expresión de emociones, sentimientos
positivos o amor hacia los demás, o solo de manero superficial. hipócrita o instrumental_

6C91.11 TrasJorno de comportamiento disocia/, inicio en Ja adolescencia, con emociones prosoc1a/es normales
Se cumplen todos los requisitos de definición poro el trastorno de comportamiento disocia! que comienzo en lo adolescencia. Lo persono
no muestra característicos que se consideren como «insensibles y carentes de emoción», como Jaita de empatía o stonsibil1dad o los
sentimientos de los demás y falta de preocupación por el sufrimiento ajeno.

6C9LIY Otros trastornos especificados de comportamiento disocial inicio en lo adolescencia

6(91.Z TrasJarno de comportamiento disocia/, sin específicación


'v1anual de ps1copatoloqía. Voiurnen 2

)) Tabla12.10. Resumen dia~nóstico d1fere'1c1ai del trastor'lo de ::onducta


---- - -- ---
Trastornos del neurodesarrollo • Troslor110 por déficit de a1ención/hiperoctividad.

Trastorno bipolar y trastornos relacionados Trastorno bipolar.

Trastorno depresivo mayor.


Trastornos depresivos . Trastorno de desregulocián disruptivo del estado de ánimo.
• Trastorno adaptativo con alteración de lo conducto o con alteración
Trastornos relacionados con traumas y factores de estrés
mixto de las emociones y de lo conducto

Trastornos disruptivos, del control de los impulsos y de la • Trastorno negativista desafiante.


conducto • Trastorno explosivo intermitente.
-..__ ____ --- ----- --- - - -- - ---- -- -- -- ---- ------ - - - -----------

!Elaborada a partir de APA, 20141-

demandas del ambiente_ Un mol funcionamiento de e>tos procesos


mentales puede ser una de las causas del comportamiento disrup-
VI l. Trastorno de la
tivo, donde lo resolución de problemas, el outocontrol, los acciones personalidad antisocial
relacionadas con lo consecución de objetivos y la inhibición de los
conductas inapropiadas podrían estar alterados (Scott. 2017l. El trastorno de lo personalidad antisocial aparece doblemente codi-
ficado, debido o su relación con los trastornos disruptivos, del con"
Factores de aprendizaje y contexto de desarrollo trol de los impulsos y de lo conducto por su carácter externalizante.
Aunque se cita en este capítulo, para conocer más acerca de este
Se encuentran varios explicaciones al respecto.
trastorno hoy que ir al capítulo de los trastornos de la personalidad
Por un lado. cuando en los relaciones padre/madre e hijo/hija se que se exponen también en e>te volumen.
observan estilos educativos donde priman los pautas incoherentes,
el ejercicio severo del poder y la falta de límites, se encuentran
mayores tasas de prevalencia del trastorno de conducta <Martínez VIII. Piromanía
Rodríguez, 2020l. De alguno manero, lo negligencia y el rechazo de
los padres pueden contribuir al desarrollo de este trastorno_ Incluso A. Diagnóstico y características clínicas
se ha observado ciue en los familias con mayor cantidad de miem-
bros o en los ciue existen problemas de consumo, delincuencia o La piromanía se caracterizo principalmente por la provocación deli-
algún tipo de patología familiar se do una mayor probabilidad de berada de un incendio, en donde existe uno excitación previo al
desarrollo de un trastorno de conducta <APA, 2014.J. acfo incendiario y una descargo tras lo realización del mismo (APA.
Por otro porte, los factores temperamentales del Individuo 2014.J. Los criterios para el diagnóstico según el DSM·S se recogen
parecen incidir de manera relevante. Las personas con menores CI en lo Tablo 12.11.
en inteligencia verbal, y por lo tanto con dificultades o nivel de Lo CIE·ll añade o lo anterior q_ue deben incluirse aciuellos
comunicación y comprensión, pueden utilizar los comportamientos casos en los que existe una fascinación patológica por el fuego. La
disruptivos poro hacer entender lo que de manero verbal no pueden provocación de incendios surge como un déficit en lo regulación de
expresar <Martínez Rodríguez, 2020l. los impulsos q_ue desencadena el acto incendiario. El ocfo es acom·
Las dificultades en el procesamiento de lo información social puñado por lo creciente excitación previo al incendio y termina con
explican las reacciones hostiles que pueden darse o nivel social. una sensación gratificante o de placer que aparece durante el
Las personas q_ue están más centradas en los aspectos amenazan· incendio y tras finalizarlo (QMS, 2018). Véase la Tabla 12.12, don·
tes de lo acción y comunicación con el otro, o que molinferpretan de se recoge la definición de la piromonía establecido por la
las intenciones del otro, son mas proclives a reaccionar con res· CIE·ll
puestos impulsivas y agresivos. De alguno manero, interpretan q_ue
lo acción del otro es producir un daño, y, por lo tanto, lo conducta B. Epidemiología y curso evolutivo
agresiva quedo justificado y se sostiene bojo la idea de una defensa
ante un ataq_ue. Ademós, no se debe olvidar q_ue estos personas a. Prevalencia
en las estrategias de resolución de conflictos, debido o su falta de La piromanío como tra>torno primario es uno de los menos frecuen-
autocontrol, utilizan uno solución agresiva {Scott, 2017). tes en la población <APA, 2011.ll. La mayor cantidad de registros q_ue
Factores como el nivel socioeconómico y variables del contex- se encuentran en relación al trastorno procede del ámbito penal y
to escolar podrían incidir también. Bajos niveles socioeconómicos y forense, algunos datos afirman q_ue menos del 3 % de los juzgados
estrategias educativas punitivas por parte de los centros de ense- por provocar un incendio cumple los criterios (Medina ef al., 2017l
ñanza se relacionan con este trastorno (Mayoral et al., 2016). y otros, que el diagnóstico no supe-ra e! 4- % <Mayoral et al., 2016l.

388
Capilulo12. Trastornos de~truct1\/os, del ·~ontrol de los impulsos y de la con•juct"i

) ) Tabla 12.11. Crite~ios diagnosticos del DSM-5 para la piromanía (API\, 2011]
~-

A. Provocación de incendios de formo deliberada e iniencionoda en más de uno ocasión.


S. Ten;ión o exciración afectiva antes de hacerlo.
C. Fascinación. interés, curiosidad o atracción por el fuego y su contexto (p ej., porafernaiia, usos. consecuencias)
O. Placer, gratificación o alivio al provocar incendios o al presenciar o participar en sus consecuencias.
E. No se provoco un incendio poro obtener un beneficio económico, ni como expresión de uno ideología sociopolítico, ni poro ocultar uno
actividad criminal, expresar rabio o venganza, mejorar las condiciones de vida personales, ni en respuesta a un delirio o alucinación,
ni como resultado de una alteración del juicio (p ej., trastorno neurocognit1vo mayor. discapacidad intelectual [trastorno del desarrollo
intelectuall, intoxicación por sustancias).
f. La provocación de incendios no se explica mejor por un trastorno de lo conducta, un episodio maniaco o un trastorno de la personalidad
antisocial

)) Tabla12.12. Descripción de la CIE·ll para diagno>ticar la p1romanía l6C7ü) (OMS, 2018)

La piromanío se caracterizo por uno falla recurrente en el control de los impulsos fuertes paro prO'locor incendios, lo que da lugar
o múltiples actos o intentos de incendiar bienes u otros objetos, en ausencia de un motivo inteligible (p. ej., ganancia monetaria, venganza,
sabotaje. manifestación política, deseo de atraer la atención o lograr reconocimiento). Hay una sensación creciente de tensión o excitación
afectiva antes de los casos de incendio, fascinación persistente o preocupación por el luego y los estímulos relacionados {p. ej., observar
incendios, construir incendios, fascinación por el equipo de extinción de incendios) y una sensación de placer, emoción y alivio
o gratificación durante e inmediatamente después del acto de prender fuego, presenciar sus efectos o participar en sus consecuencias. El
comportamiento no se explica mejor por un deterioro intelectual, afro trastorno mental y del comportamiento o la intoxicación por consumo
de sustancias
Inclusiones
• Fijación patológica con el fuego.
Exclusiones
Trastorno de comportamiento disocial (6C9D.
Trastorno bipolar de tipo 1 (6A60l.
Esquizofrenia u otras trastornos psicóticos primarios (óA20·6A2ZL
Incendio como motivo de observación por sospechas de trastornos mentoles o del comportamiento, descartado (QA02.3l.

b. Inicio y evolución vocación de incendios forma parte del desarrollo normal del niño
como parte de su exploración del mundo. Por otra porte. los incen-
Los datos acerco del desarrollo y curso de la piromonío son escasos y
dios pueden ser producidos por intereses económicos o sociales, por
poco esclarecedoras (APA. 201ll). El inicio puede darse en cualquier
ejemplo, la ci.uema de algún área boscoso para poder eAplotorlo
momento del desarrollo evolutivo de la persono, aunque algunos
posteriormente, o la acción de quemar paro adquirir reconocimien-
datos plantean que el inicio se puede dar en la infancia y manifes- to o fugarse, o usarlo para encubrir alguna otra acción no legal
tarse en períodos evolutivos posteriores <Mayoral et at, 2016). Lo que, (Campos, 2013).
sí se puede afirmar es que es un trastorno que se expresa con mayor
frecuencia en el género masculino <Medina et aL, 2017l y suele Como ya se ha visto, lo prevalencia de la p1romonía es raro
encontrarse ci.ue la mayor tosa de incidencia de episodios piromanía- y escasa. Habitualmente la sintomatología que se recoge en el
cos suele darse a la edad de 17 años <Mayoral et al., 2016). El curso diagnóstico de lo piromonío suele aparecer bojo otros condiciones
ci.ue sigue el trastorno se desconoce y la expresión suele comprender médicas o trastornos_ Es por ello que no se hoce el diagnóstico de
episodios esporádicos ci.ue pueden fluctuar en su frecuencia <APA, piromanío si se estó bojo los efectos de alguno sustancio psicotró-
ZOllll, y ci.ue pudieron ser dependientes de circunstancias estresantes pica o existe algún daño neurológico que pueda ser el causante del
ci.ue !o persona está atravesando (Medina ef al., 2017). mismo_ También se debe confirmar que no se esté dando un episo-
dio maníaco, que no sea fruto de una alucinación o delir'10 y ci.ue
no existo un trastorno de conducta o de lo personalidad antisocial
e_ Oiágnostico diferencial y comorbilidad comórbido, ya que podría provocarse un fuego con el objetivo de
generar un daño CAPA, 2014l. De igual manera la provocación de
a. Diagnóstico diferencia/
un incendio puede originarse como consecuencia de una discapaci-
En primer lugar, hoy que diferenciar lo piromanío de la provocación dad intelectual o un trastorno neurocognitivo mayor (Campos, 2013)
de incendios intencionados. En algunos estadios evolutivos la pro- (véase la Tabla 12.13).
Manual e.e ps,co:iatolog1a. Volumen 2

)) Tabla 12.13. ReSl'men diagnóstico diferencial de la piron1anía


~·~---~-~-

1 Tmstomos del neurodesorro!lo , Discapacidad intelectual (trastorna del desarrollo intelectual).


------"-~

Delirios.
Espectro de la esq_uizofrenla y otros trastornos psicóticos
Alucinaciones
Tmstorno bipolar y trastornos relacionados Episodio maníaco.

Trastornos disruptivos, del control de los impulsos Trastorno de conducta.


y de la conducta Trastorno de la personalidad antisocial.

Trastornos relacionados con sustancias y trastornos adictivos Intoxicación por sustancias.


Trastornos neurocognitivos · Trastorno neurocognitivo mayor.
Trastornos de la personalidad • Trastorno de la personalidad antisocial.

Sintomatologio debido o enfermedad médico

Otras causas de provocación de incendios

lflaborada a partir de APA, 2014 y Campos, 2013).

b. Comorbilídad consecuencias del tipo penal (QMS, 201Bl. Véase la Tabla 12.15, don-
de se recoge la definición establecida por la CIE-11.
Los datos indican q_ue existe comorbilidad entre la piromanía y los
trastornos de depresivos y bipolar, el abuso de sustancias y el juego
patológico y otros trastornos disruptivos, del control de los impulsos B. Epidemiología y curso evolutivo
y de la conducta <APA, 2014). Dada la escasa prevalencia del tras-
torno, es importante diferenciar los incendios premeditados de los
a. Prevalencia
causados bajo alguna afección mental o médica <Medina, 2017l. La cleptomanía es un trastorno de rara aparición, se encuentra
entre el 4·24% de los casos de detención por robo <APA, 2014l. No
D. Etiología existe un acuerdo en cuanto a la tasa de prevalencia en la población
general, oscilando los datos entre el 0.3 % y el 2,6 % (APA, 2014;
Las causas q_ue originan el trastorno son poco conocidas debido a Mayoral et al., 2016)_
su baja prevalencia en la población_ Parece ser que los desencade"
nantes más comunes de los episodios piromaníacos dependen de la b. Inicio y evolución
situación personal de quien los comete, es decir, los altos grados de
A diferencia de los demás trastornos que comprenden este capítulo,
estrés, problemas interpersonales o incluso el aburrimiento podrían
lo mayor expresión se da en mujeres (recogido en el 75% de los
ser causa para producir un incendio (Mayoral, 2016) A nivel más
cosos documentados> y su evolución tiende a decrecer con la edad.
biofisiológico, podrían estar implicados cambios en los sistemas de
El trastorno habitualmente se in¡cia en la adolescencia o al principio
neurotransmisión de lo serotonino y lo noradrenalino y alteraciones
de la edad adulta (Mayoral et al., 2016; Medina et al., 2017). Lo
neuroendocrinas en el eje hipotálomo-hipófiso-adrenal <Medina et
evolución puede describirse en relación con tres tipos de curso: (1)
al., 2017).
esporádicos con episodios breves y período largo de remisión; C2}
esporádicos con mayor incidencia y períodos de remisión, y C3J con
carácter crónico con diferentes grados de fluctuación <APA, 2014)_
IX. Cleptomanía
A. Diagnóstico y características clínicas C. Oiágnostico diferencial y comorbilidad

La característica principal de la cleptomanía es el impulso de robo a. Diagnóstico diferencial


o hurto. El robo suele comenzar como un aumento de la tensión q_ue En el proceso de desarrollo normativo, los robos pueden cometerse
produce malestar y desaparece. o produce placer en el momento como actos de desafío o de aceptación de los iguales, sobre todo
de cometerlo. Generalmente los objetos robados no suelen ser nece- en etapas como lo adolescencia (APA, 2014). Cuando hablamos de
sarios ni tienen por qué tener valor económico, el robo es la forma cleptomanía, partimos de que el robo se hace de manera impulsiva
de regular la tensión <APA, 2014J. Los criterios para el diagnóstico y sin ningún objetivo más que el de robar y satisfacer el impulso. Es
según el DSM-5 se recogen en la Tabla 12.lll.. por ello q_ue se debe distinguir de un robo ordinario ya que, en la
La CIE· 11 recoge que se debe incluir el robo patológico y e~cluir cleptomanía, el robo es innecesario y se bl!sca la satisfacción del
el robo como consecuencia de un trastorno mental y para evitar impulso o la reducción de la actil/áción emocional que lo precede.

390
Capítulo 12. Tcc.Slül·nos desrruct1vc·s, del co1itrol de los in1pulsos y de la condurtil

·)) Tabla 12.14. Criterios d;,1gnósticos del DSM-5 para iJ cleptornJnÍJ [Af>A, 2014;
.-···--------------

A. Fracaso recurrente para re~istir el iinpubu de robar objeto¡ que no son necesarios paro uso personal ni por su valor monetario
B. A11mento de la sensación de tensión mmediotamente anto>s de cometer el robo.
C. Placer, gratificación o alivio en el momento de cometerlo.
D. El robo no se comete pura expresar rabia ni venganza, ni en respuesta a un delirio o una alucinación.
E. El robo no se explica mejor por un trastorno de lo conducta. un episodio maníaco o un trastorno de la personalidad antisocial.
'-------------------------------------------~

)) Tabla12.1s. Descnpc1ón de la CIE-11 para diagnosticar la cleptomanía [6CTl] IOIVlS, 2018]

Lo cleptomanía se caracterizo por una falla recurrente en el control de los impulsos fuertes paro robar objetos en ausencia de un motivo
inteligible <p. ej., los objetos no se adquieren para uso personal o ganancia monetario). Existe uno creciente sensación de tensión o excitación
afectivo ames de los casos de robo vuno sensación de placer, emoción. alivio o gratificación durante e inmediatamente después del robo_ El
comportamiento no se explico mejor por un deterioro intelectual, otro trastorno mental y del comportamiento o la 1ntoxicoción por consumo
de sustanc·1as.
Inclusiones
• Robo patológico.
Exclusiones
• Robo en los tiendas como motivo de observación por sospecha de trastorno mentol, descartado <QA02JL
l*J Nota sobre lo codificación
Si el robo ocurre dentro del contexto de un trastorno de comportamiento dísocial o un episodio maníaco, la cleptomanía no debe ser
diagnosticada por separado.

Por el contrario, en el robo intencional, la motivación es poder hacer antecedentes familiares y la comorbilidad con otros trastornos, así
uso del objeto robado o beneficiarse de alguna manero del acto como al género femenino (Mayoral, 2016).
delictivo (Campos, 2013).
Es importante también, asegurarse de que el robo no es conse-
cuencia de un episodio maníaco o psicótico, o debido o un trastorno X. Otro trastorno disruptivo,
neurocognitivo mayor. Dentro del trastorno de conducto y de lo per-
sonalidad antisocial pueden darse robos, pero el comportamiento
del control de los impulsos
antisocial en estos dos casos e;tá más generalizado <APA, 20ltJ.l y de la conducta especificado
<véase la Tabla 12.16).
En esta categoría se recogen todos aquellos trastornos o patolo-
b. Comorbilidad gías que no pueden ser contemplados en ninguno de las categorías
anteriores, y cuando el clínico comunica el motivo por el cuol no
Lo cleptomanía se asocio o la presencia de trastornos depresivos
se cumplen los criterios poro ninguno otra categoría diagnostica
mayores y bipolares, o los trastornos de la conducta alimentaria, o!
(véase !o Tabla 12.17).
uso y consumo de sustancias, a alguno de los trastornos de la per-
soria!idad y otros trastornos disruptivos, del control de los impulsos
y de lo conducto (APA, 2014). Además, puede ser sintomatología en
los individuos con daílo orgánico y darse bojo un episodio delirante XI. Otro trastorno disruptivo,
o alucinatorio (Medina, 2017L
del control de los impulsos y de
O. Etiologia la conducta no especificado
Como sucede con la piromanía, dado su extraílo expresión, los fac- En esta categoría se recogen todos aquellos trastornos o patologías
tores etiológicos son poco conocidos. Se encuentran déficits en lo que no pueden ser contemplados en ninguna de las categorías ante-
regulación de los impulsos que implican cambios estructurales en los riores, y cuando el clínico no comunica el motivo por el cual no se
sistemas de regulación frontotempora!es y bioquímicos en los circui- cumplen los criterios para ninguna otra categoría diagnostica, ade-
tos de serotonina, dopamina y sistema opioide (Medina et al., 2017). más indica que no existe suficiente información poro poder hacer
los mayores factores de riesgo están principalmente asociados o los un diagnóstico más específico (véase la Tabla 12.ISl.

391
N\anua.I de ps1copatolog'a. Voiumen 2

) ) Tabla 12.16. Resumen diagnóstico diferenciul de la clept.Jman1a

(
Espedro de la esq,uizofrenio y otros trastornos psicóticos
Episodios psicóticos_ '
Esquizofrenia

Trastorno bipolar y trastornos relacionados Episodio moníoco.

Trastornos dísruptivos, del control de los impulsos • Trastorno de conducta.


y de lo conducto • Trastorno de lo personalidad antisocial.

Trastornos neurocognitiws • T1ostorno neurocognitivo mayor.

! Trastornos de. la personalidad • Trastorno de lo personalidad antisocial.

'\ Otras causas para el robo


((labo1ada a partir de APA, 2014 y Campos, 2013)

)) Tabla 12.17. Criterios diagnósticos del DSM-5 para otro ) ) Tabla 12.18. Criterios diagnósticos del DSM·S para otro
trastorno disruptivo. del control de los Impulsos y de la trastorno d1srupt1vo. del control de los impulsos y de la
conducta especif1cado (APA. 2014] conducta no especificado (APA, 2014]
(~~~~~~~~~

Esto categoría se aplico o presentaciones en los q_ue predominan Esto categoría se aplico a presentaciones en las que predominan
los sintamos característicos de un trastorno disruptiva, del los síntomas característicos de un trastorno disruptivo, del
control de los impulsos y de la conducta, q_ue causan un molestar control de los impulsos y de lo conducto. que causan un molestar
clínicamente significativo o deterioro en los áreas social, laboral o clínicamente significativo o deterioro en los áreas social,
de otro tipo importantes para el individuo. pero q_ue no cumplen profesional o de otro tipo importantes poro el individuo, pero
todos los criterios de ninguno de los trostornos de la ca1egorío q_ue no cumplen todos los criterios de ninguno de los trastornos
diagnóstico de trastorno disruptivo, del control de los impulsos de lo categoría diagnóstico de trastorno disruptivo, del control
y de lo conducta La categoría de otro trastorno disruptivo, de los impulsos y de lo conducto. Lo categoría trastorno
del control de los impulsos y de la conducta especificado se disruptivo, del control de los impulsos y de lo conducto no
utiliza en situaciones en los que el clínico opto por comunicar especificado se utilizo en situaciones en las que el clínico opto
el motivo específico por el que lo presentación no cumple los por no especificar el motivo del incumplimiento de los criterios
criterios de ningún trastorno disruptivo específico, del control de un trastorno disruptivo, del control de los impulsos y de lo
de !os impulsos y de lo conducto. Esto se hoce registrando «Otro conducta específico e incluye los presentaciones en los q_ue no
trastorno disruptivo, del control de los impulsos y de lo conducto existe suficiente información para hacer un diagnóstico más
especificado» seguido del motivo específico (p. ej., «arrebatos específico (p. ej., en servicios de urgencias)_
recurrentes de comportamiento, de frecuencia insuficiente»).

XI l. Recomendaciones para la mente el OSM·S y lo CIE-11 Algunas de los escalas y herramientas


de evaluación <J.Ue pueden ser de utilidad se recogen en lo Tabla
evaluación y el tratamiento 12.19. Habitualmente se encuentra que las pruebas nos identifican
en mayor o menor medida la sintomatología asociada a varios tras-
A. Evaluación de los trastornos del control tornos, y difícilmente existen herramientas q_ue midan únicamente
sintomatología asociado o los trastornos del control de los impulsos,
de los lmpulsos, disruptivos y de la
disruptivos y de la conducta. Entre ellas, por ejemplo, están el Cues·
conducta tionorio de Cualidades y Dificultades, Inventario Eyberg de Com-
portamiento <IECNl y las escalas de Conners, entre otros (Rodríguez
Paro poder llevar a cabo el diagnóstico de alguno de los cotego·
Hernández, 2017l.
rías previamente estudiadas, los profesionales se pueden apoyar en
el uso de test o herramientas de evaluación dirigidos a medir lo
frecuencia, intensidad y duración de lo sintomatología. Es intere- B. Tratamiento de los trastornos del control
sante realizar uno entrevista donde se recoja la historia clínica de de los Impulsos. disruptivos y de la
la persono (Vósquez et oL. 2010l, en ella se pueden recoger datos
acerca del proceso de desarrollo. relaciones familiares, síntomas del
conducta
trastorno, dificultades actuales, etc. El diagnóstico únicamente pue- El abordaje de los trastornos del control de los impulsos, disruptivos
de realizarse si se cumplen los criterios o definiciones del trastorno y de la conducta debe ser multi mo_dal, y abarcar todo el espectro
establecidos por alguno de los sistemas clasificatorios, preferente· de síntomas <J.Ue codo uno de 1<:1s categorías diagnósticas puedo
Capitulo 12. Trastornos des\ruct1vuJ, del cortrcl de lo~ 1mpuboJ ''/de la conducta

)) Tabla12.19. lrstru11entos y herram1eotas de e>1aluacíón para los trastornos del contro! de los impulsos, d1s:uptivos y de IJ
conducta
- SENA. Sistema de Evaluación de Niños y Adolescentes ·---·

Detección de dificultades emocionales y de conducto (de 3 a 18 años).


Fernández, l., Santomaría, P., Sánchez. F., Carrasco. M. A., y Del Barrio. V. (2015J. SENA: Sistema de Evaluación de Niños y Adolescentes.
Madrid: TEA Ediciones.

SPECI. Screening de Problemas Emocionales y de Conducta Infantil


Instrumento disehado poro identificar la presencio de problemas emocionales y de conducta en niños (de 5 a 12 ohos)
Garaigordobil, M.. y Maganto, C. (2DIZJ. SPECI Screening de problemas emocionales y de conducta inlontil. Madrid: TEA Ediciones.

BAS. Batería de Sociafízación 1, 2 y 3


Se obtienen un perfil de socialización con cuatro escalos de aspectos y tres escalos de aspectos inhibidores o perturbadores (BAS-1/2,
de 6 a 15 años; BAS-3, de 11o19 añosl.
Silva Moreno, F. y Martorell Póllas, M.C. (2001l. BAS, botería de socialización 1, 2 y 3. Madrid. TEA Ediciones.

CAPJ-A. Cuestionario de Agresividad Premeditada e Impulsiva en Adolescentes


Instrumento para evaluar la agresividad premeditada e impulsiva de los adolescentes (de 12 a 17 años).
Andreu, J. M. (2010). Cuestionario de agresividad premeditado e impulsivo en adolescentes. Madrid. TEA Ediciones.

TAMAl. Test Autoeva/uafivo Muffifacforial de Adaptación Infantil


Mediante diversos subescalos específicos evalúo como Infrovoloroción. Regresión, Indisciplino. Conflicto con las normas, Desconfianza social,
Relaciones con los padres, Educación adecuado del podre o Educación adecuado de lo madre, etc. (a partlr de Baños).
Hernondez-Guonir, P. (2009). TAMAL Test Autoevaluotivo Multifactoriol de Adaptación Infantil. Madrid: TEA Ediciones.

presentar. Si lo explicación que se asume para definir estos tras- )) Tabla 12.20. Pslcofárn1acos inás habituales para
tornos es de carácter biopsicosocial, el tratamiento puede ser del el tratan1iento
mismo tipo. Siendo las intervenciones más relevantes las de carácter
psico-sanitario y psicosocial. • Risperidono
Quetiapina
Tratamientos farmacológicos Fármacos antipsicóticos Olanzapina
Los tratamientos de primera elección habitualmente no suelen Aripiprozol
incluir estrategias farmacológicas y el objetivo principal es abordar Ziprosidono
la patología desde un enfoque psicológico y comportamental. Pero, . Litio
existen fármacos q_ue han demostrado su eficacia poro paliar la EstabilfztJntes del ál)imo,, • Ácido valproico
sintomatología que puede observarse en estos trastornos (AEPNYA, • Carbamazopino
2010). El tratamiento farmacológico debería ser complementario al -··-·--·--

tratamiento psicológico, y establecerse los dosis y el fármaco en Estimulantes del siStéOia • Metilfenidata
cada caso tras una exhaustiva valoración médico (Mortínez Rodrí- ríervioso- central
guez. 2020). En la Tabla 12.20 se recogen de manera resumida los
• Bupropión
psicofármacos más habituales poro el tratamiento. Fármacos _Drífidepresiws-
• Trozodone
Tratamientos psicológicos y psicosocia/es • Clonidino
Fármacos adreilérgicos
Lo terapia cognltivo-conductual es la intervención q_ue mayor efi- • Guonfacino
cacia ha demostrado tener. Desde la psicología conductuaf, se pre- • Proponolol
tende modificar la expresión de comportamientos problemáticos
• Nadolol
por conductos más adaptativas. Y desde la psicología cognitiva, eéttlblóqlle<Jnfus • Pindolol
aquellos pensamientos, creencias y actitudes q_ue puedan producir • Metoprolol
malestar en el individuo. Se utilizan diferentes intervenciones poro • Atenolol
producir cambios en estos dos niveles <Rodríguez Hernández, 2017)
(véase la Tabla 12.2D. Además. hay q_ue valorar q_ue las posibles · Lorozepom
intervenciones incluyan el ámbito familiar y escolar. Pueden utili- Ansiolitic.os _ • Clonozepom
zarse programas o estrategias orientadas a Ja mejoro de las habili- • Buspirona
dades parentales y a la relación paterno y materno filial (Martínez
Rodríguez, 2020l. Elaborado a partir de Martínez Rodríguez, 2020.

393
Manual de p~1copatolog,a. 'Jolumen 2

)) Tabla12.21. tstrategic;s cognitivo-conductuales para Progra1na de parentalidad positiva. Triple P. El profesor Matt
el tratamiento Sonder1 desarrolló el programa cuyo objetivo es dotar de estro
tegios a los padres y los madres para manejar las conductos de
( Técnicas para red1Jcir los comportamii?ntos
sus hijos. (Página web oficial· https:l/www_tr1plep_net/J_
disruptivos.
E~tinción
• Corri?cción
XI 1L Resumen de aspectos
Estrategias
conductuales Técnicas poro aumentar conductos deseadas.
fundamentales y tendencias
• Economía de fichas futuras
· Técnicas de refuerzo Como se ha podido ver, los trastornos que se recogen en este capítulo
· Contrato de contingencias se sitúan dentro de un amplio espectro q_ue recoge síntomas q_ue van
desde tendencias desafiantes y vengativas hasta lo violación de los
Técnicos de au1'oins1rucción. derechos de otros personas. El factor común o todas las afecciones
Estrategias
Progromos de autocontrol o de control es lo falto de autocontrol emocional y comportamental, que se tra-
cognitivas
del diálogo interno. duce en comportamientos impulsivos y no premeditados. De manera
_) teórica, los trastornos se pueden dividir en: (1) de carácter di>ruptivo
Elaborado a partir de Rodríguez Herriández, 201 r. <trastorno negativista y explosivo); <21 de carácter antisocial (trastor-
no de la conducto y de la personalidad antisociall; y la cleptomanía y
piromanía, q_ue se pueden situar en un lugar intermedio.
Estos trastornos suelen darse en la infancia, pero son más fre-
Los tratamientos basados e11 la evidencia, al igual q_ue ocurre cuentes en lo adolescencia, sobre todo en los varones, salvo la clep-
con el diagnóstico, no se han creado directamente para atender un tomanía q_ue predomino en mujeres.
trastorno específico, sino q_ue trabajan sobre algunas de las variados En cada caso, los factores etiológicos reconocen lo influencia
sintomotologíos de los diferentes trastornos: de variables biológicas y psicosociales, dando lugar a tratamientos
Terapia de interaccíón entre podres e hijos fPCITJ. Desarro- muy diversos q_ue combinan estrategias farmacológicas, psicologi-
llada en los años setenta por Sheilo Eyberg, hace hincapié en la cos, educativos y sociales. En la e\fOluación, además de los síntomas,
relación entre padre/madre-hijos/os, estableciéndose el foco de se debe incluir el estudio de factores de carácter evolutivo, fami-
intervención en lo relación q_ue ambas portes mantienen. (Para liar, relacional, etc., q_ue permitan lo comprensión de la problemá-
más información, http://www.pcit.org/l. tico de lo manero más holístico posible. Hemos podido ver q_ue la
comorbilidad es alta entre los diferentes trastornos. La aportación
Terapia familíar funcional fTFFJ. Originalmente creada por
del transdiagnóstico es muy relevante, porque a través de facto-
J. Alexander y su equipo a finales de los sesenta <Alexonder y
res como la regulación emocional, la impulsividad, el enfado o la
Robbins, 20UJ, hace uso de intervenciones con base en la tera-
irritabilidad, entre otros, se puede ir más allá de la mera catego-
pia familiar para trabajar la delincuencia, el abuso de sustancias
rización. Con una mayor comprensión del caso individual, amplian-
y Ja agresión con adolescente>. <Para más información, https://
www_fftllc_com/l_ do lo miro a la historia de vida, a la vida familiar, a los recursos
personales, la intervención puede abordarse desde los diferentes
Terapia multisístémica <TMSJ. Desarrollada por Henggeler y orígenes de lo problemático. Se combinan así tratamientos farma-
su equipo, la intervención está dirigida a modificar los compor- cológicos y tratamientos psicosociales {individuales, familiares .. .l.
tamientos antisociales graves desde un enfoque multisistémico Dentro de los tratamientos psicológicos, los estrategias q_ue mayor
(véase Huey et al., 2000: Henggeler. 2012). eficacia han demostrado han sido las cognitivo-conductuales, las
The incredible years. En la década de los ochenta, Corolyn cuales pretenden favorecer la conducta adaptativo de la persona en
Webster-Stratton presentó un recurso para padres q_ue pos- sus diversos contextos: personal. familiar, social, etc. Se han creado
teriormente se convertiría en el actual programa. El objetivo programas terapéuticos específicos, validados empíricamente, que
actual es promover sobre todo la competencia emocional y han demostrado ser eficaces para el tratamiento de los síntomas de
social entre otras, para así, prevenir, reducir y tratar problemas estos trastornos, aunque en muchos cosos es necesario también la
de conducta y emocionales interviniendo sobre diferentes nive- intervención con los figuras parentales, dado su importancia en los
les. <Página web oficial: http://www.incredibleyears.com/}. primeros años de vida.

lmpulslvldad 3T8 Trastornos del control Trastorno de conducta 3Tr


Trastornos de comportamiento de impulsos 377
disruptivo y disocia! 3T7
Capitulc1z. Trastornos deslructivos, del control de los i111pulsos y de Id conduela • •

•• Lecturas recomendadas
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Manual sobre apego adulto que incluye conceptos trarisdiagnósticos Madrid: Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mentol.
de regulación y desregulación emocional con base en la teoría del Documento que recoge lo relación de los trastornos disruptivos, del
apego como posible explicación de los procesos psicopatológicos_ control de los impulsos agresivos y de lo conducto con aspectos
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de la infancia y la adolescencia (pp. 251-272). Valladolid Ediciories Madrid: Pirómide.
Universidad de Valladolid. Capítulo del manual de psicopatologío infantil. Se estudian las
Revisión actual sobre los trastornos disruptivos, del control de los característicos transdiognósticos, así como factores de protección '/
impulsos agresivos y de lo conducta. Además de incluir aspectos des- de riesgo desde lo perspectivo de lo psicopotología evolutivo_
criptivos, incluye información referente al tratamiento y evaluación.

••Referencias
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396
Capitulo lZ. Trastornos destructivos, del control de los impulsos y de la conducta 4141

••Caso para autoevaluación


Mikel es u11 chico de 25 años que está pasando u11a circunstan- om1sfades. se vio envuelto en varias peleas por las que estuvo en
cia delicada por la pérdida de su último trabajo como operario en un centro de cumplimiento de medidas judiciales con 13 anos, lo
una gran fábrica. Este episodio ocurrió hace tres semanas; según más grave fue por agredir violentamente o una mujer que ejercía
Mikel, «Se me fue de las manos, fue una chorrada, joder ... soy un la prostitución. Al hablar del suceso, Mikel se muestra arrepenti-
desastre». El hecho en sí se debió a que, a la hora de sacar un do, dice que no tiene nodo en contra de la prostitución, ni de las
calé de la máquina de la sala de descanso, se quemó algo la mano mujeres, «era un gilipollas ... por aquella época me daban también
al derramarse un poco de café y entonces la emprendió a golpes puntazos de enfadarme a soco, mis padres le echaban la culpo a
con la máquina, cuando los compañeros le empezaron a increpar, los porros».
Mikel se dedicó a insultar y gritar durante un buen rato, hasta que Actualmente, vive con su pareja y un amigo en un piso compar·
se fue calmando. Según Mikel, se la tenían jurada ya que unos dios tido. Mikel confiesa que siempre ha tenido dificultades paro con-
antes también estuvo discutiendo con su compañero de máquina sin trolarse y que nunca han desaparecido los episodios de conflicto,
ningún motivo oporerite. Mike! dice que él es como uria tormenta por ejemplo. con su pareja también suele discutir, aunque nunca ha
de verano, «me dan puntazos, pero luego se me paso al roto, es llegado a las manos como lo hizo su padre, pero sí tiende a gritar o
cuestión de conocerme»_
Mikel es el mayor de tres hermanos, al explorar su historia cuen-
insultar. .. «Va por rachas». De las evaluaciones realizadas en diver-
sos centros, no hay constancia de que hoya ten'1do un d'1agnóstica .·.·.
ta que el carácter le viene de familia, que su padre también era muy de trastorno mental, aunque en uno de los centros recuerda q,ue
<<cañero», un hombre de pocas palabras Recuerda una infancia uno de los educadores le dijo que era hiperoctivo, que lo ponía en
difícil, no tenían mucho dinero (su padre era obrero de la construc- algún informe y q,uizás por eso estuvo con medicación (aunque a él .·.
ción y su madre limpiaba portales) y los discusiones eran frecuentes nunca le dijeron nada, ni lo ha visto en ningún informe ... <'<igual se lo
(sobre el gasto del dinero, los infidelidades del padre, etc.l a él le tnventó»). Frecuentemente, confiesa que siente miedo de sí mismo
'"'
tocaba proteger a sus hermanos y en ocasiones a su madre, sobre par no poder controlarse y terminar pegándole a alguien o rom-
toda cuando su padre llegaba o cosa bajo los efectos del alcohol, piendo algo. Dice sentirse descontrolado y describe las «puntazos»
rompía cosas e incluso llegaba a golpearles. De su madre recuerda como si algo se encendiese dentro en él y no lo pudiera controlar
que era muy bueno, se esforzaba. «hacía lo que podía», aunque y solo puede calmarse gritando o tirando algo. La mayor parte de
también la recuerda con momentos de mucha tristeza y apagada. las veces golpeando puertas, y objetos ci.ue tenía alrededor. Durante
En lo que se refiere al colegio, dice que no tuvo mucha suerte, no los últimos meses los episodios han aumentada, dándose varios a lo '-\
se le daba mlly bien, le costaba concentrarse y atender; lo suyo era semana, aunque de diferente intensidad_ Tras los episodios confiesa
mós el deporte, sobre todo el fútbol, aunque no tuvo el apoyo de sus sentirse culpable, sobre todo cuando ha sida visto por alguien {le
padres ni con los estudios ni con el deporte. da mucha vergüenza, por ejemplo, cuando es en presencia de su
Cuando tenía once años, sus padres se divorciaron y lo recuerda mujer o el compañero de piso), luego le cuesta estar con ellos en el
como muy duro, porque su madre denunció al padre por malos tra· mismo espacio, dice que todo esto le agoto, que está cansado, «me
tos, pero le dejaba entrar en caso coda dos por tres. Su madre se siento decepcionada corimigo mismo, voy a acabar siendo como mi
de.sahogaba con él sobre su padre, pero cuando su padre entraba podre»_ En su día a día, es una persono cariñosa, cercana y sensi-
en casa y Mikel se enfrentaba o él, su madre no le apoyaba, lo que ble. Ahora acude asustado a consulta porque sabe Q.Ue llevo una
le enfadaba mucho. Repitió curso y cambió de amigos, según él y temporada Q.Ue salta fácilmente por fado y además ha cambiado
visto desde ahora, no fueron buena compañía, ya que se metían las relaciones con las personas cercanas, alejándose de algunos de
en líos y él les acompañaba, pero luego se sentía mol. Con esas ellas desde que perdió el trabaja.

•• Autoevaluación
l. lCuál ha sido el detonante de los episodios agresivos? c) Las relaciones familiares_
al El modelado de su padre. dl Los síntomas depresivos de lo madre.
bl La personalidad.
3. lQué posible factor transdiagnóstico puede presentar
c) Lo frustración e impotencia ante las situaciones. Mikel?
d} Ninguna de ellas. a) Irritabilidad.
2. lCuál de los siguientes factores no es un factor predispo- bl Ira.
nente? el Perfeccionisma.
o) El consumo de porros. dl Ansiedad anticipado.
b) El carácter del podre.

(Continúa)
DD Manual de ps1copatologia. Volumen 2

11-. ¿con qué trastorno menta! se puede confundir el diagnós- c) Consecuericia dE'I desarrollo del trastorno
tico de Mikel? dl Explosivos e intencionados.
a) Trastorno negativisto desafiante.
8, Teniendo en cuenta la perspectiva categorial del DSM-5,
bl Trastorno explosivo intermitente.
lcon cuál de los siguientes trastornos podemos relacionar
el Trastorno de conducto. el caso de Mikel?
dJ Otro trastorno disruptivo, del control de los impulsos y de al Trastorno bipolar.
la conducta especificado.
bl Trastorno de desreglllación disruptivo del estado de á11imo
5. Teniendo en cuenta los síntomas de Mikel, se podrían el Trasiorno adoptativu
decir que son: dl Trastorno por déficit de atenckin/hiperactividad.
al Exter11alizantes.
bl lnternolizontes. 9. lEI miedo y la culpa que siente por sus «puntazos» se
podrían considerar?
cl Ambos.
al Factores de mantenimiento.
dl Ninguno.
b) Factores externolizontes.
6. lo agresión que ocurrió o los 13 años fue una conducta ... c) Aspectos egosintónicos.
a) Propia del desarrollo evolutivo asociado a la edad. dl Factores precipitantes.
b) Desencadenante del trastorno.
10. lA ci.ué edad podríamos decir ci.ue Mikel desarrolló el tras~
c) Debida al consun10. torno?
dl Mantenedora del trastorno. La primera infancia.
7. Crees ctue los arrebatos destructivos hacia objetos por
º'
bl la segunda infancia.
parte de Mikel son ... el la adolescencia.
al Propios de un trastorno de la conducta. di La edad adulta.
bl Desproporcionados a la vivido por Mikel.

' '·' ., .. ' ' ., ' ' \ '' '

398
CAPÍTUL013

TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD
Héctor Fernández-Álvarez, Belén Pascual-Vera y Amparo Belloch

l. Introducción: la personalidad normal y los trastornos D Trastorno de la personalidad antisocial 1120


de la personalidad 399 E. Trastorno de lo personalidad límite 423
A. El estudio de la personalidad normal IJOO
F. Tmstorno de la personalidad narcisista 1./24
8- Los trastornos de la personalidad lJOI G Tra~orno de la personalidad histriónico 1./26
11. Criterios generales de trastorno de la personalidad H. Trastorno de la personalidad evitativo 1128
según los sistemas actuales de diagnóstico
l. Trastorno de la personalidad dependiente 1./30
psiquiátrico 1/02
J. Trastorno de la personalidad obsesivo-compulsivo
A. CIE-11: trastornos de personalidad y rasgos
(TP-OCl 432
relacionados IJOZ
B. DSM-5: trastornos de lo personalidad 1106 IV. Recomendaciones para la evaluación
y el tratamiento 434
C. Comparación entre los sistemas CIE-11 y DSM-5 410
V. Resumen de aspectos fundamentales y tendencias
D. Epidemiología, comorbilidod y curso de los trastornos
futuras 437
de la personalidad 1.11/
111. Caracterización clínica de los trastornos de la TÉRMINOS CLAVE 438
personalidad en el DSM-5 1.115
LECTURAS RECOMENDADAS 438
A. Trastorno de la personalidad paranoide 415
B. Trastorno de la personalidad esquizoide 1./17 REFERENCIAS 438
C. Trastorno de la personalidad esquizotípico 418 AUTOEVALUACIÓN 441

l. Introducción: la personalidad normal y los trastornos


de la personalidad
El estudio científico de la personalidad es tan antiguo como la psi- recuerdan Ozer y Benet (2006), los patrones estables y consistentes
cología misma, pero no hay una definición unánimemente aceptada de comportamiento tienen consecuencias y efectos predecibles.
sobre qué es y en qué consi~e la personalidad. En términos genera- Los rasgos de personalidad son descripciones, formuladas en
les se define como el conjunto de características o rasgos que mejor términos probabilísticos, de patrones relativamente estables de
describen o identifican el modo de ser, de sentir y de comportarse emociones, motivaciones. cogniciones, experiencias, y comporta-
habitualmente de un individuo, de tal modo que a partir de ellos mientos, que se activan o ponen de manifiesto como consecuencia
es posible predecir con relativa precisión su funcionamiento social, de los cambios y los estímulos que se producen <y se perciben) en el
emocional. e incluso intelectual, en diversos contextos, actividades, entorno <DeYoung, 2015). Por eso mismo, se asume que las caracte-
o situaciones vitales. En consecuencia, Jos rasgos tienen efectos cau- rísticas que definen los rasgos no son positivos o negativas per se,
sales directos sobre la vida de las personas, sobre su salud. su traba- pues su bondad o negatividad depende del momento o situación en
jo, sus relaciones personales, su estabilidad emocional, etc_, porq_ue el que se hagan patentes y. sobre todo, de su flexibilidad o adap-
influyen decisivamente en los modos de comportarse, de sentir, de tabilidad a los cambios, así como de su Lltilidad para el desarrolla
experimentar la realidad, y de relacionarse CDeYoung, 2015). Y como del individuo y de su relación con otras características y rasgos que
N12nual de psicop;o¡tología. Volumen 2

puedan modular sus expresiones más extremas. Por todo ello, la ta 1999, 20031 es el resultado más conocido de la an1plio tradición
característica 1nós importante de los rasgos. lo q_ue mejor los deiine. de la psicología de la personalidad norn1al, inaugurado por Allport
es su dimensionalidad q_ue implica q,ue su presencia no se caracteri- y Odbert en la década de los años treinta del pasado siglo, basada
za en términos obsolutos, o de preJencia versus ausencia. en la búsqueda de los «universales léxicos» del lenguaje sobre la
personalidad humana. Desde esto perspectiva se asumía q,ue, cuan-
la personalidad humana no es, por lo tonto, uno entidad con-
to más importante o significativo fuera un ámbito o dominio de fun-
creto y específica, sino más bien la organización de propiedades y
cionarnienfo personal, cuanto más potente en términos de fuente de
características psicológicas de distinto orden y naturaleza (emocio-
diferencias individuales, mayor número de «palabras» habría para
nal, afectiva, cognitiva, motivacional, relacional, comportamental. describir sus atributos, manifestaciones, matices, facetas y caracte-
aptitudinal, social}, que caracterizan o un individuo en particular, rísticas específicas_ Lo estructura pento-foctorial del modelo de los
que lo identifican como único ante los demás y ante sí mismo a lo 5GF se ha reproducido, con pocos variantes, en la mayoría de los
largo de su ciclo vital y de las diferentes situaciones y roles que lenguajes y contextos en las que se ha estudiado y, según sus pro-
desempeña_ Y como sucede en toda sumo de elementos complejos, ponentes, explica la mayor parte de las diferencias individuales en
lo perso11olidad es en sí misma más q_ue lo sumo de sus componen- la personalidad normal. Estos factores son los siguientes (se incluyen
tes. es decir, una propiedad emergente con1pleja que se halla en las diversas denominaciones que se pueden encontrar en castellano
cambio y crecimiento continuo. para los factores 3, 4 y 5):
l. Neuroticismo (o inestabilidad emocionall versus estabilidad
emocional.
Jl Personalidad. Conjunto de características o rasgos que 2. Extraversión versus introversión.
describen o identifican el modo de ser, de sentir y de com-
l Apertura a la experiencia versus aislamiento o cerrazón_
portarse habitualmente de un individuo y que permitPn pre-
4. Cordialidad, afabilidad, o amabilidad versus hostilidad o ira.
decir su funcionamiento social, emocional, etc., en diversos
contextos. La personalidad es un2 propiedad emergente 5. Escrupulosidad, minuciosidad, tesón, responsabilidad, o meticu-
losidad. versus negligencia, dejadez, o falta de perseverancia.
complejo y se halla en ca1nb10 y creci1niento continuo.
j) Rasgos. Descripciones de patrones relativamente esta- Con estos planteamientos en torno al concepta de rasgo, el
modelo de los SGF confluye con los más clásicamente dimensio-
bles de emociones, motivaciones, cogniciones y comporta-
nalistas de la personalidad y es actualmente el referente del estu-
mientos, que se activan como consecuencia de lo> cambios dio de la personalidad normal, con una influencio potente en los
y estímulos que se producen [y se perciben) en el entorno. nuevas propuestas, denominados «modelo alternativo», sobre lo
Las características que los definen no son positivas o nega- clasificación y el dio1J1óstico de los trastornos de lo personalidad
tivas per se, sino que dependen de la situacion, de su fle- de la último edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los
xibilidad o adaptabilidad y de su utilidad para el desarrollo Trastornos Mentales <DSM-5; American Psyhiotric Associotion, 2013).
del individuo. Ld característica que me1or los define es su Junto o este modelo, también ha tenido una influencio importante
el enfoque psicobiológico sobre la personalidad formulado por C. R.
dimensionalidad.
Cloninger, centrado en el concepto de temperamento más q_ue en
el de rasgo.
La noción de temperamento hace referencia a los respuestas
A. El estudio de la personalidad normal automáticas de naturaleza emocional q_ue emitimos ante los expe-
riencias vitales: el temperamento constituye el «núcleo emocional»
El acercamiento científico al estudio de !a personalidad humano de la personalidad y está constituido por los predisposiciones neuro-
se ha centrado en la búsq_ueda, descripción, onólisis y medida de biológicos (heredadas) o reaccionar con emociones primarias (i. e.,
los elementos básicos que la configuran, es decir, de los rasgos miedo, ira, apego) y con los conductas automáticas con ellas rela-
y su organización. Las teorías sobre la personalidad difieren en cionados (i. e., inhibición, activación, y persistenciol, ante estímulos
aspectos tan importantes como en qué consiste un rasgo de per~ ambientales específicos (i e.. daño, novedad, y recompensa, res-
sonolidad <lformo de expresar emociones y afectos? laptitudes pectivamente). Inicialmente se postularon tres dimensiones de tem-
y/o capacidades? lmotivociones? lrelaciones con los demás?), o peramento independientes q_ue, hipotéticamente, capturaban los
en cuál es su génesis (p. eJ., los teorías del carácter ponen más diferencias individuales en el aprendizaje asociativo como respuesto
énfasis en lo influencio cultural y el aprendizaje, mientras que las a la novedad <búsqueda de novedades), al daño o al castigo <evi-
del temperamento subrayan más la impronta biológica), o en los tación del daño), y a lo recompensa (dependencia de la recompen-
métodos idóneos para detector y evaluar los rasgos (q_ue van desde sa o la gratificación)_ Cado una de estas tres dimensiones fluctúo,
el empleo de las técnicos multivariados, a estrategias cuolitati\IOsl, respectivamente, desde la impulsividad e irascibilidad o lo rigidez y
lo que influye de manero determinante no solo en el número de templanza, desde la ansiedad y el pesimismo hasta la sociabilidad y
rasgos que se consideren necesarios para explicar la configuració11 optim'1smo, y desde la calidez y la búsqueda de aprobación hasta la
nuclear de lo personalidad, sino también su contenido, su orga- frialdad y la distancia emocional. En uno reformulación posterior, se
nización, su importancia o centralidad en e\ resultado final, y las añadió una cuarto dimensión la persistencia o perseverancia y, más
interacciones entre ellos (p. ej., teorías mono-rasgo frente a teorías tarde, se amplió lo propuesta para explicar las diferencias indivi-
multi-rasgol. duales en el carácter, entendido como el conjunto de manifestacio-
El actual modelo de los <<Cinco Grandes Factores» de personali- nes y contenidos que definen los _conceptos sobre el sí-mismo y sus
dad <en adelante, 5GFl (p. ej., Costo y McCrae, 1990; McCroe y Cos- interacciones con e! medio social <Cloninger et al., 1997). El carácter
Capitulo 13. ií'lStornos c12 la personalidad

hoce referencia a las diferencias individuales en procesos cognitivos 8. Los trastornos de la personahdact ITP)
superiores ü. e_, representación si1nbólica, razonamiento lógico y for-
mal, e imogirioción y capacidad de inventiva) y es el resultado final Como antes hemos dicho, uno de Jos elementos clave de lo persona-
de la combinación entre los rasgos heredados de temperamento, l1dod es el hecho de q_ue permanece relativamente estable o lo largo
las presiones y condicionantes socioculturales y los acontecimientos de toda la vida. Y este elemento vale tanto paro caracterizar a las
vitales_ Como consecuencia, el carácter optimiza lo adaptación del personalidades sanos o normales. como a las anormales o pertur-
temperamento al medio, en lo medida en q_ue modula y modifica los badas. Este aspecto es importante porq_ue sirve poro establecer un
emociones primarios. Se postularon tres dimensiones del carácter, punto de partida fLindomental: cuando hablamos de Lino personali-
cuya influencia en el modelo alterriotivo para la conceptuación de dad anómala, disfuncional. anormal, enfermiza, patológica o tras-
los trastornos de lo personalidad del DSM-5 es evidente, como se tornada, hacemos referencia a todo el modo de ser de un individuo,
verá más adelante. no a aspectos concretos o parciales lp. ej., estado de ánimo, con-
ducto social, etcJ. Por lo tanto, la característica diferencial de los
l. Autodirección: tendencia o percibirse uno mismo como un indivi-
TP frente a otros t1ostornos rnentales es su omnipresencia, es decir,
duo autónomo. Oscilo desde lo confianza y determinación para
que los anomalías del individuo se hacen patentes en un amplia
actuar, hasta el auto-reproche y la falto de objetivos.
rango de comportamientos, sentimientos, experiencias internas y,
2. Cooperación: visión de uno mismo como parte de la sociedad. además, en circunstancias muy diversas. En consecuencia, presento
Fluctúa desde la tolerancia y la disposición o ayudar, hosto'el un repertorio de comportomientos limitodo, reiterativo, e inflexible,
estor dominado por los prejuicios y los deseos de venganza o que cambia muy poco en función de los demandas y situaciones_
revancha. En suma, un modo de ser y comportarse poco adaptativo, lo que
3. Auto-trascendencia: en qué medida la persona se considera conllevo, por ejemplo, q_ue su capacidad de aprender nuevos modos
como parte de la humanidad en general. Fluctúo desde la espi- de comportarse, de expresarse, de relacionarse con los demás. se
ritualidad y el auto-perdón, hasta el materialismo y lo necesidad halle gravemente limitada. Esto explico por qué las personas q_ue
de control. padecen un TP sean especialmente vulnerables, psicológicamente
frágiles, ante el estrés. entendiendo por estrés una situación nueva
La estructura de siete factores (cuatro de temperamento, tres
q_ue requiere el desarrollo de nuevos estrategias poro afrontarla.
de carácter) ha sido objeto de muchas críticos y puesta en duda en
varios estudios, como el de Ando et al. (2002l. Estos autores exa- También es importante tener en cuenta otro aspecto en el q_ue
minaron la estructura genética del Inventario de Cloninger sobre estos trastornos difieren de lo mayoría de otros trastornos menta-
el Temperamento y el Carácter (TCD, el autoinforme con el que se les: Ol!nque provocan sufrimiento y molestar intensos en el propio
evalúo el modela, y encontraron que la estructura óptimo era una individua (o en quienes le rodean), no suele haber conciencia de
de cuatro factores, parcialmente relacionados, en lugar de siete. enfermedad, o esta se limito o unos pocos aspectos. Las personas
Lo interesante de esta reorganización, más allá de sus contenidos con estos trastornos no suelen ser conscientes de q_ue su modo de
concretos es, por un lado, que las dimensiones del temperamento ser es lo causa fundamental de su malegar, o de los problemas a los
y el carácter no son independientes, como muestran lo mayoría de q_ue debe enfrentarse como consecuencia de ese modo de ser_ Por
las investigaciones sobre personalidad; y. por otro, que la estructura esta razón, difícilmente buscan por sí mismos ayuda psicológica: son
es muy similor a la de cuatro factores que encontraron Widiger mós bien otros significativos, o las circunstancias sociales, o las con-
y Simonsen (2005) en su revisión de los 18 modelos dimensionales secuencias que tiene en su vida cotidiana su modo de ser, las q_ue
que, en ese momento. contaban con mayor respaldo empírico y los llevan a solicitar algún tipo de ayuda. Entre esas consecuencias
q_ue parece ser índependiente del modelo q_ue se utilice: estabili- hay q_ue mencionar desde la aparición de síntomas incopacitantes
dad emocional versus desregulación o neuro·ticismo; extroversión de otro trastorno mental (emocional, de control de impulsos, de
:-iersus introversión; antagonismo versus afabilidad, y control versus adicciones, etc.) hasta problemas en las relaciones interpersonales,
impulsividad. incluyendo el contexto laboral, es decir, por airas razones o motivos
diferentes al origen de todos ellos: su personalidad.
Resumiendo lo hasta aq_uí dicho, un TP es un modo de ser y
comportarse que:
Ji Cinco Grandes Factores [SGFj. Son el fruto de la amplia
tradición de la investigación en psicología de la personali-
l. Es omnipresente: se pone de manifiesto en la mayor parte de
situaciones y contextos, y abarca un amplio rango de compor-
dad, que se centraba en la búsqueda de los «universales
tamientos, sentimientos y experiencias.
léxicos» del lenguaje sobre la personalidad humana. la
2. No es producto de una situación o acontecimiento vital concre-
estructura penta-ractorial del 111odelo se ha reproducido,
to, sino que abarca la mayor p-orte del ciclo vital del individuo.
con pocas variantes, en la mayoría de los lenguajes y con-
3. Es inflexible, rígido, no se adapta a los cambios (o lo hace con
textos donde se ha estudiado. Los SGF son los siguientes: dificultad).
jlJ neurot1cismo versus estabilidad emoc1onaL [2) extraver-
IJ. Hace difícil adquirir habilidades y comportamientos nuevos,
sión versus Introversión, [31 apertura a la experiencia versus
especialmente en el ámbito de las relaciones sociales: perjudica
aislamiento, 14) cordialidad, afabilidad o amabilidad versus el desarrollo social del individuo.
hostilidad o ira y [5] escrupulosidad, minuciosidad, tesón,
S. Hace a q_uien lo padece frágil y vulnerable ante situaciones nue-
responsabilidad o meticulosidad versus negligencia, deja- vos q_ue requieren cambios.
dez o falta de perseverancia.
6. No se ajusto o lo Q.ue cabría esperar paro ese individuo, tenien-
do en cuenta su contexto sociocultural.

401
PJ\anual de psicopa¡ología. Volumen 2

7. Produce molestar y sufrimiento a quien lo podece o o quienes tra<;torno~ mentoles. Uno de las grandes novedades del DSM-III
!e rodean. prü\'OCa interferencias en diversos ámbitos (1ocial. de 1980 fue la introducción de un sistema multioxiol de cinco ejes
familiar, laboral, etc_) síndromes clínicos, trastornos del desarrollo y de la personalidad,
8. Adiferencio de los otros trastornos mentales, el malestar es más trastornos o enfermedades médLcas, intensidad de los estresores
bien uno consecuencia de la no aceptación por parte de los psicosocioles, y valoración global de la gravedad_ Este sistema se
demás del modo de ser del individuo q_ue una característica presumía útil poro registrar y codificar mformación q_ue podía ser
intrínseca del tros1orno: en general suelen ser egosintónicos, a empleada poro establecer un mejor diagnóstico del problemo indi·
diferencia de lo egodistonía que carac1eriza a la mayoría de los vidual y, por tanto, para realizar una mejor planificación del trato·
trastornos mentales. miento a seguir y predecir la respuesto del individuo. Los siguientes
ediciones del DSM mantuvieron eso misma propuesta, con cambios
9. Por lo antedicho, lo conciencia de enfermedad o anomalía en meriores en lo denominoción y contenido de los ejes propuestos.
relación con los características personales disluncionales es Lo que se mantuvo invariable fue la inclusión de los TP en un eje
escoso o inexistente. diferente al de los otros síndromes clínicos, con la pretensión de
enfatizar su carácter de permane-ncia y/o cronicidad y, según Grilo
et al. (20!4.), para onimor a los clínicos o evaluar trastornos y proble·
11. Criterios generales de mas de larga evolución como los TP en lugar de centrarse solo en los
trastornos mentales presentes en un momento dado (es decir, los del
trastorno de la personalidad Eje l. Sin embargo, en lo versión actual DSM-5, desaparecen los ejes
según los sistemas actuales y, lógicamente, la diferenciación de los TP del resto de los trastornos
mentales y del comportamiento_ Lo segunda gran diferencia es lo
de diagnóstico psiquiátrico inclusión de un modelo alternativo poro la clasificación y el diag-
nóstico de los TP, basado en una concepción dimensionalista de las
La Organización Mundial de la Salud ha hecho pública a través de características y rasgos de personalidad. Los razones de todo ello,
su página web institucional (www.who.int) la undécima versión de sus posibles implicaciones y su contenido específico, se abordarán
la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE·ll). El cambio más adelante. Las característicos q_ue definen los TP en general en
más significativo del Capítulo 6, dedicado a los trastornos menta- los dos sistemas vigentes, CIE-11 y DSM·5, se ofrecen en lo Tabla 13.1.
les del comportamiento o del neurodesorrollo es, precisamente, el Ambos sistemas coinciden en caracterizar los TP como trastor-
relativo o los trastornos de la personalidad. Todos los trastornos que, nos primarios lo q_ue, entre otros cosas, implica que no deberían
hasta lo anterior edición, se incluían en esta categoría (i. e., para· díognosticarre cuando sean secundarios, o consecuentes, a otras
noide, esquizoide, disocia!, de inestabilidad emocional, histriónico, patologías, yo se trote de otros trastornos mentoles, determinados
anancóstico, ansioso, y dependiente) desaparecen como tales tras· circunstancias vitales o enfermedades médicos. En todo coso, si los
tornos individuales y, en su lugar, se propone un único diagnóstico: TP son secundarios a alguna de estas condiciones, debe especifi-
Trastornos de personalidad y rasgos relacionados. carse. Otra de las semejanzas es la de recolcar el carácter de per·
La 5.ª y n1ós reciente versión de la clasificación de la APA, el manencio o persistencia durante períodos de tiempo prolongados
DSM-5, mantiene sin embargo los mismos diez trastornos reunidos de las características definitorias del trastorno: más de dos años
en tres grupos diferenciados, y una definición prácticamente idénti- en el caso de la CIE-11, y de inicio en la adolescencia tardía o
ca o la que viene proponiendo desde lo edición de 1980 (OSM·IID. principios de la adultez en el DSM-5. Los manifestaciones del tras·
El primer grupo, catalogado como el de los individuos con personoli- torno en diversas áreas o ámbitos del funcionamiento del individuo
dades franca y manifiestamente extrañas, raras, o inusuales, incluye es otro de los elementos en el q,ue ambos sistemas coinciden: la
tres TP: paranoide, esquizoide y esquizotípico, pertenecientes en outopercepción o idea del sí-mismo, las relaciones interpersonales,
mayor o menor grado o lo que se ha denominado el «espectro de lo afectividad o la cognición son las áreas que de un modo u otro
la esquizofrenia», con lo que se quiere indicar lo similitud sinto- se mencionan en los dos sistemas. Por último, el deterioro en e!
matológica como consecuencia, hipotéticamente, de lo existencia funcionamiento personal y el malestar propio o ajeno se incluyen
de factores etiológicos comunes. Las mayores diferencias entre las osimismo en los dos sistemas.
esquizofrenias y este grupo de TP radican en la gravedad y persis- Sin embargo, el modo de evaluar y 110!oror estos aspectos, junto
tencia de los síntomas por un lado (mayor en las psicosis), y por otro con la consideración de si existen trastornos de personalidad dife-
en la pauta generalizada de déficits sociales y relacionales. que es renciados o si solo hoy un patrón disfuncional de personalidad que
el ámbito en donde las personas can estos TP presenten los mayores se manifiesta de formas diferentes constituyen las mayores fuentes
problemas. El segundo grupo incluye cuatro trastornos: antisocíal, de diferencia entre la CIE·ll y el DSM-5. Las analizaremos en el
límite, histriónico y narcisista. La inestabilidad emocional extrema siguiente apartado.
y los dificultades pora controlar los impulsos serían los elementos
comunes. El tercer y último conjunto contempla tres trastornos: evi· A. CI E-11: Trastornos de personalldad
tativo, dependiente, y obsesivo-compulsivo, q,ue tienen en común el
presentar un nivel de ansiedad y/o miedo exagerados, motivado en y rasgos relacionados
buena medida por el temor a perder el control en un sentido gené- Como hemos dicho, el nuevo planteamiento de la OMS supone una
rico {de uno mismo, de otros significativas, de las situaciones, etc.l. ruptura total con lo visión categorial de los TP que lo propio organi·
No obstante, hoy dos diferencias notables en la última edición zación ha venido manteniendo hasta ahora. El primer cambio tiene
del DSM q,ue vale la pena destacar. Lo primero es la desaparición que ver con la denominación mismo del capitulo dedicado a lo
del grupo de los TP de un eje o bloque separado del resto de los psicopatología de la personalidad, que iricluye el concepto de ras-

402
Cap1tulo13. Trastornos dP lci ::iersonalidad

)) Tab!a13.1. Caracterización de los trJSlOrnos Ce la ::iersonal1dad segur, los s1st2111as de la OMS [CIC-11) y de la APA IDSfVl·SI

El TP se caracteriza por problemas en el funcionamiento A. Patrón persistente de experiencia interno'} de conduela que se aporto
de ciertos aspectos del sí-mismo <p. €J., identidad, auto- claramente de los expectativos de la cultura del individuo Este patrón se
valía, ajuste en la autopercepción, outo"direccionalidadl manifiesto en dos (o más) de los siguiente5 áreas:
y/o por disfunción interpersonal <p ej., capacidad poro l. Cognición {i. e., modos de percibir e interpretor1e o sí mismo, a los
desarrollar y mantener relaciones cercanos y mutuamente demás, y a los acontecimientos).
satisfactorios, capacidad paro comprender los puntos 2. Afectividad H_ e, goma, intensidad, labilidad, y adecuación de lo
de visto de los demás y poro manejar los conflictos que respuesta emocional)_
surgen en los relaciones personales), que han persistido
3. Funcionamiento interpersonal.
durante un período de tiempo amplio (dos o más años).
'-l-. Control de impulsos.
Lo alteración se manifiesto por patrones desodoptativos
(inflexibles o poco regulados) de cognición, experiencia B. Ese patrón persistente es inflexible y se extiende a uno ornplio goma de
emocional. expresión emocional y comportamiento. Se situaciones personales y sociales.
ponen de manifiesto en un amplio espectro de situaciones C. El patrón persistente provoco molestar o deterioro clínicamerite significativo
personales y sociales (i. e., no se limitan a relaciones en el funcionamiento social, laboral o en otros áreas importantes.
o roles sociales concretos). D. El patrón es estable y de larga durodón y su inicia se remonta al menos
· Los patrones de comportamiento no son adecuados desde o lo adolescencia o al inicio de lo edad adulta.
el punto de vista evolutivo y no se explican por factores E. El patrón persistente no se explico mejor como uno manifestación o
sociales o cuH-uroles, incluyendo conflictos sociopolíticos. consecuencia de otro trastorno mental.
• Lo alteración se asocia con malestar importante o deterioro F. El patrón persistente no se debe o los efectos fisiológicos de uno sustancia
significativo en los ámbitos del funcionamiento personal. íp. ej., abuso de drogas. medicación), o o otro condición médico
familiar, social, educativo, laboral, o en cualquier otro_ (p. ej., trauma cerebral).

go y, por lo tonto, lo opuesto por un enfoque dimerisional sobre la primer lugar, el diagnóstico general de trastorno de personalidad y,
personalidad que oscilo desde Ja normalidad hasta lo patología o en segundo término, su gravedad
trastorno. Se establece así un puente con los planteamientos en los Además del diagnóstico formol de TP, existe Jo opción de indicar
que históricamente se han basado los estudios sobre lo personalidad lo presencia de problemas de personalidad cuya entidad gravedad
humana que comentamos en lo introducción. De hecho, los deno- o persistencia no son lo bastante importantes como poro plantear
minados rasgos prominentes o evaluar guardan muchos semejanzas que un individuo tiene un TP. Se frota de la categoría denominada
con el modelo de los SGF, como se verá más adelante_ «Dificultades de lo personalidad» que hoce referencia o personoli·
El nuevo sistema, que actualmente se encuentro en período dad problemático, complicada o difícil, sin llegar a lo categoría de
de pruebo y entrará en vigor en 2020, sigue en gran medida el patológica o <<trastornado». Por tanto, no se considero un trastorno
planteamiento expresado. entre otros, por Livesley (2001, 2018): el mentol en sí mismo y. como tal, se ubico en un aportado que reco-
primer poso es valorar lo existencia de un patrón generolízado de ge condiciones que, aun no siendo enfermedades o trastornos con
personalidad trastornado (o trastorno de lo personalidad), según diagnóstico específico, influyen en el estado de salud y don lugar o
los criterios generales que acabamos de exponer en el apartado consultas con los servicios de salud.
precedente. Uno vez establecido el diognóst'1co, debe evaluarse su La personalidad problemática, o los problemas de personolidod,
gravedad Ctres niveles: leve, moderado, grave), sobre lo base de Jos se caracterizan por lo presencia de dificultades relacionados con
disfunciones que el trastorno provoco en los relaciones interperso- lo acentuación de algunos rasgos de personalidad, con una dura-
nales y en lo vida cotidiana de la persono. Ambos aspectos permiten ción de al menos dos años, que provocan disfunciones en algunos
soslayar el gran problemo de lo comorbilidad entre los TP cuando se ámbitos del funcionamiento personal, laboral, o relacional. Los pro-
consideran como entidades separados, es decir, como tipos. El clíni- blemas no son graves, se circunscriben o situaciones concretas, se
co puede no especificar la gravedad, pero hay que tener en cuenta expresan de manero intermitente (p. ej, bojo estrés, o en situacio-
que poro aplicar un diagnóstico formol de TP, debe especificarse, nes de riesgol, y con uno intensidad boja, de modo que no impiden
como mínimo, un nivel de gravedad leve. Además, este nivel puede realizar los actividades cotidianas, o perrniten mantener relaciones
utilizarse como medido umbral para el cribado, es decir, para deli· interpersonales con relativo normalidad. Pueden producirse en el
mitar presencio versus ausencia de TP (Bach y First, 2018l. contexto o en el curso de un trastorno mental. Por ejemplo, una per·
El segundo poso es explorar las característicos particulares sena con trastorno obsesivo-compulsivo puede presentar problemas
o través de las cuales se manifiesta clínicamente el trastorno en de personalidad por sus rasgos perfeccionistas (i_ e., uno faceta de
un individuo concreto. Se trata de un paso Inicialmente optativo, la ononcostia), pero al mismo tiempo puede mantener buenos rela-
aunque recomendable. Paro ello se utilizan uno o \/arios de los seis ciones sociales y realizar su trabajo adecuadamente. Otro paciente
especificadores que en lo CIE-11 se denominan «rasgos prominen· con ansiedad generalizado resistente al tratamiento puede tener
tes de personalidad». Por lo tanto, estos rasgos únicamente son baja autoestima (i. e., uno faceto de la afectividad negativo), pero
aplicables o un paciente particular una vez se han establecido, en al mismo tiempo estar considerado por los demás como leal y bueri

lj()J
Manual dP psicopatología. Volun1tir 2

compañero. En ambos caso>, los patrones específicos de problemas Hay problemas con n1uchas de las relaciones interpersonales y!o
de personalidad sugieren una elevado vulnerabilidad a presentar en el desernpeño de los roles sociales y laborales, pero se man-
algún tra>torno. pero en sí tnismos no son los suficientemente impor- tienen algunas relaciones y roles.
tantes como para justificar un diagnóstico adicional de TP_ No hay auto-lesiones o daííos a te1ceros.
A continuación, se presentan las criterios paro establecer la gra- Molestar emocional y/o deterioros significativos en los ámbitos
vedad y las características que definen cada uno de los seis rasgos familiar, social, educativo. o laboral. o en otras, pero o bien
pro1ninentes de personalidad, tal y como se ofrecen en lo versión se circunscribe o áreas específicas (p_ ej., relaciones de pareja,
electrónica disponible de la nueva clasificación y complementan empleo), o afecto a varias áreas, pero en un grado leve_
Bach y First (2018l.
Nivel 2: moderada
a. Evaluación de la gravedad del TP
- Las alteraciones afectan a varias áreas del fllncionomiento per-
La evaluación de la gravedad gravito en torno a dos grandes sonal {p. ej., identidad o sentido del sí-mismo. capacidad poro
núcleos de perturbación: el sí-mismo y las relaciones interpersona- establecer relaciones íntimas. paro controlar los impulsos y
les, teniendo en cuento la persistencia y el grado en e! que se hacen regular el comportamiento). Pero otros áreas están menos afec-
patentes estos dos ámbitos de perturbación. tados.
Por lo que se refiere al sí-mismo se trata de valorar su estabili- Problemas importantes en lo mayoría de los relaciones interper-
dad y coherencia, la capacidad para mantener una autovaloroción sonales. y está afectado el desempeño de la mayor parte los
en general positiva y estable. la visión ajustada y adecuado de los roles sociales y laborales.
propias características personales. con sus fortalezas y limitaciones, Es muy probable que los rela.ciones se caractericen por la con-
y la capacidad para la autodirección, es decir, para planificar, esco- flictividad, la evitación. lo retirado o la dependencia extrema <p.
ger y conseguir metas adecuadas. ej., se mantienen pocas amistades, hay conflictos constantes en
El ámbito de los relaciones interpersonales incluye desde las el ámbito laboral, las relaciones de pareja se caracterizan por
románticas o de pareja, las familiares y paterno-filiales, o las de problemas graves, o por uno sumisión inadecuado).
amistad, hasta las laborales y/o escolares y con los pares. La dis- Puede haber ocasionalmente auto-lesiones o daños a terceros
función se manifiesta en varios de esos ámbitos, e incluye aspectos
Deterioro importante en los ámbitos personal, familiar, social,
como el interés en entablar relaciones, la capacidad para valorar
educativo, laboral u otros, ounq_ue el funcionamiento en algunos
y comprender la perspecfi'J{J de los demás, o la de iniciar y mante-
ámbitos se mantenga adecuado.
ner relaciones cercanas mutuamente satisfactorias y ser capaz de
manejar y afrontar los pasibles conflictos. Nivel 3: grave
Las perturbaciones, tanto en relación con el propio yo como
Alteraciones graves en el funcionamiento del sí-mismo (p. ej.,
en el contexto interpersonal. se ponen de manifiesto a través de
el sentido del sí-mismo puede ser tan inestable q_ue el individuo
alteraciones en los planos:
manifieste no saber quién es, o ser tan rígido q_ue se niegue
l. Emocional (p. ej., expresión emocional adecuada, capacidad a participar en muchos actividades; autoimagen distorsionado:
paro reconocer emociones no deseables, como ira o tristeza). auto-despreciativa. o de grandiosidad. o claramente excéntrico)_
2. Cognitivo (p. ej., capacidad para tomar decisiones en situacio- - Problemas en el funcionamiento interpersonal q_ue afectan a
nes de incertidumbre, flexibilidad y estabilidad del sistema de casi todos las relaciones; no hoy capacidad ni voluntad para
creencias). desempeñar los roles sociales y laborales esperados, o se hallan
3. Comportamental (p. ej., control de impulsos, comportamien- gravemente comprometidos.
to adecuado en situaciones de estrés o de intensa emocio- Las manifestaciones de lo alteración de lo personalidad son
nalidadl. graves y afectan o la mayoría, o todas, las áreas del funciona-
miento y la vida de lo persono, incluyendo los ámbitos personal,
La clasificación del trastorno en términos de gravedad permite, familiar, social, educativo, laboral. y otros.
según Boch y First {2018l. planificar el tratamiento del paciente en
términos de su intensidad, duración. y componentes terapéuticos Frecuencia elevado de lesiones contra uno mismo o contra ter-
necesarios. Es decir, se plantea como un aspecto central para opti- ceros
mizar la utilidad del diagnóstico en la práctica clínica. Además,
b. Los rasgos prominentes de personalidad y el patrón
con la valoración de lo gravedad se pretende solucionar el pro-
blema de la comorbilidad, q_ue. como yo comentamos, es uno de límite
los grandes problemas que ha tenido siempre el diagnóstico de los Como explicamos antes. el segundo poso para valorar el TP q_ue
TP. Lo evaluación de lo gravedad del TP debe realizarse en uno de presento un individuo particular consiste en evaluar en q_ué medi-
los tres niveles que se proponen, que se definen por las siguientes da su disfuncionalidod se hace patente en cada una de las cinco
características: dimensiones de rasgos, cuyas características se especifican tal y
como las presentamos aquí. No se ofrecen, por el momento, otros
Nivel 1: leve procedimientos paro evaluar la mayor o menor presencia de estos
Hay afectación en algunas, pero no en todos, las áreas del rasgos, sino únicamente su presencia o ausencia. Oltmanns y Widi-
funcionamiento personal {p. ej.. hay problemas con lo auto-di- ger (2018l han publicado un cuestionario de autoinforme (The Per-
rección, pero no con lo estabilidad y coherencia de lo propio sonality Inventory far ICD-11, PiCDl con óO items, paro evaluar lo
identidad o outo-volíal presencia de los cinco rasgos propuéstos.
Capitulo 13. frastornos ce la pé'rS0nrll1dcirJ

Por su parte, el especificador '<Patrón límite» hace referencia o In desinh1b1ción, aunque no todos tienen que estnr pre;entes en
un patrón corr1po1tamentaJ específico, que no se ajusta a ninguna de un momento dado, son:
las dimensiones de rasgos que caracterizan la personalidad nonnol. Impulsividad.
Como sucede con los cinco rasgos anteriores, la aplicación de este
criterio es optativo y puede combinarse con el resto de los rasgos: Distraibilidad fácil.
por ejemplo, «TP de gravedad moderada, con patrón límite, afectivi- lrresponsabil idod.
dad negativo y desinhibición». No obstante. para aplicar este patrón Imprudencia.
es necesario ctue el paciente presente al menos cinco de las nueve Falto de planificación.
características que lo definen, que en realidad son las mismos que el
DSM-5 aplica al TP límite. Bach y First (2018) señalan que la CIE-11 Por ejemplo, estas personas pueden involucrarse en octividades
lo adoptó para recalcar el hecha de que hoy modelos teóricos consis- tales como conducción teme•oria, deportes de alto riesgo, uso
terites y manuales y guías de tratamiento adecuados para el trastorno. de sustancias, juego patológico, o actividades sexuales incon-
troladas.
las características que definen cado uno de los cinco rasgos y
el patrón límite son las siguientes: Anancastia. La característica central consiste en uno focalizo"
Afectividad negativa. Tendencia a experimentar muchas ción extrema en los estándares propios de perfección sobre lo
emociones negativas con una frecuencia e intensidad despro- q_ue está bien y lo que está mal, y en el control del comporta·
porcionadas en relación con la situación, q_ue se manifiesta por miento propio y ajeno poro asegurar q_ue se ajusta a esos están-
características como las que siguen, aunque no todas tienen dares. Manifestaciones habituales de la anancostia, aunque no
que estar presentes en un momento dado: todos tienen q_ue estor presentes en un momento dado, incluyen:
l. labilidad emocional. l. Perfeccionismo: por ejemplo, preocupación por seguir las
reglas sociales, las obligaciones y las normas sobre lo que es
2. Mola regulación emocional: ansiedad, ira, miedo, preocupa- correcto y lo q_ue es incorrecto, atención escrupulosa o los
ciones, vergüenza. detalles, con rutinas diarias rígidas y sistemáticos, hiper-pro-
3. Actitudes negativistas, pesimismo, depresión, culpa. gramación y planificación. énfasis en la organización. el
IJ.. Autoestima y autoconfianza bajas. orden, y la pulcritud.
S. Recelo, desconfianza, hostilidad. Por ejemplo, a la perso- 2. Restricción emocional y de comportamiento, q_ue incluye
na le resulta difícil recomponerse por si misma y tiene que control rígido sobre las expresiones emocionales, obstina-
pedir ayuda a otros, o poder salir de la situación. para tran- ción e inflexibilidad, evitación del riesgo, perseverancia y
quilizarse. premeditación.
Desapego. Tendencia a mantener distancia interpersonal <des- Por ejemplo, pueden empeñarse en repetir o rehacer el trabajo
apego social) y emociona! (desapego emocional!, aunque no de los demás, porq_ue no se ajusta a sus estándares.
siempre tienen que estar presentes en un momento dado; se Patrón límite. Este descriptor se aplica a los individuos cuyo
definen por: patrón de alteración de la personalidad se caracteriza por la ines-
l. Desapego social: evita las relaciones sociales y la intimidad, tabilidad en las relaciones interpersonales, la auto-imagen, y los
y carece de amistades. afectos, con marcada impulsividad, como se refleja en varios de
2. Desapego emocional: reserva, actitud distante, y expresión las características siguientes <deben cumplirse al menos cincol:
y experiencia emocionales limitadas. l. Esfuerzos titánicos para evitar un abandono real o imaginado.
Anti-sociabilidad Indiferencia hacia, o desprecio por, los dere- 2. Patrón de relaciones interpersonales intensas e inestables,
chos y sentimientos de los demás, q_ue se acompaña de egocen- q_ue se caracteriza por la alternancia entre lo idealización y
trismo y falta de empatía. las manifestaciones más habituales, la depreciación extremas.
aunq_ue no todas tienen que estar presentes en un momento 3. Alteración de la propia identidad, que se manifiesto por una
dado, incluyen: marcada y persistente auto-imagen, o sentido de uno mis-
l. Egocentrismo: creencias de tener derecho a todo, expectati- mo, inestable.
vas de admiración por parte de los demás, comportamientos 4. Tendencia a actuar de manera temeraria cuando se encuen-
de búsqueda de atención, positiva o negativa, preocupación tro en un estado afectivo negativo, lo que le lleva a posibles
excesivo por las necesidades, los deseos y el bienestar pro- comportamientos autolesivos (p. ej. actividades sexuales de
pios, y no por !os de otros. riesgo. conducción temerario, atracones de comido. o uso
2. Falto de empatía: indiferencia acerca de si las propias excesivo de sustancias o alcohol).
acciones incomodan o molestan a los demás. Por ejemplo, S. Episodios recurrentes de auto-lesión Cp. ej., intentos de suici-
mentir, manipular, ser explotador, agredir físicamente. ser dio, auto-mutilaciones).
insensible al sufrimiento ajeno, o cruel con el fin de conse- 6. Inestabilidad emocional, consecuente con una intensa reac-
guir los propios objetivos. [sta> personas responden con ira t1v1dad dependiente del estado de ánimo Las fluctuaciones
o desprecio hacia los demás cuando no reciben admiración. del estado de ánimo pueden activarse tanto por estímulos
Desinhibición. Tendencia a actuar de manera temeraria basán- internos (p. ej., los propios pensamientos) como externos.
dose en estímulos externos o internos inmediatos <es decir, Como consecuencia, el individuo experimenta intensos esta-
sensaciones, emociones, pensamientos), sin tener en cuenta las dos de ánimo disfóricos, q_ue suelen durar unas pocas horas
posibles consecuencias negativas. Manifestaciones habituales de pero que pueden prolongarse varios días.
Manucil ctr psirop0llolog1a. Volu111Pr ;:

7. Sentimiento> crónicos de vacío_ resultar erróneo en algunos casos: por ejemplo, uri pacíerite con
8. Ira intenso e inadecuado, o dificultad para controlar los ofecl'ividad negativa y comportamientos outolíticos será califica·
estados de 1ro, que se manifiesto en estallidos frecuentes do como grave aunque no preserite más rasgos disfuncionales_ En
de mol humor (p ej., gritar o chillar, tirar o romper cosas, todo caso, se asume que la gravedad puede (o debe) cambiar con
meterse en pelea>). el tratamierito, mientras que los rasgos son mucho más estables y
resistentes. Por lo tanto, el foco del tratamiento debe situarse en los
9. Síntomas disociat1vos transitorios, o que emulan caracterís-
efectos riocivas que tierie el trastorno para el pacieril'e {es decir,
ticas psicóticas (p. ej., alucinaciones breves, paranoia), en
en atenuar la gravedad} y no en modificar los rasgos, sino, eri todo
situaciones de elevada activación afectiva.
caso, flexibilizarlos. Pero, obviamente, la flexibilizoción yo constituye
Otros manifestaciones del patrón límite, q,ue no siempre tienen en sí mismo un cambio positivo, q,ue teridrá efectos a su vez positi-
q_ue estar presentes en un momento concreto, incluyen: (a) la visión vos en muy diversas áreas del funcionamiento personal. En realidad,
de uno mismo como inadecuado, malvado, culpable, asqueroso, como explicamos en otro lugar, la idea de «inmodificabilidad» de
y despreciable; <bl sentirse muy diferente de los demás y aislado, los rasgos disfuricionales de un TP rio se sustenta hoy, otendierido a
uno dolorosa sensación de marginación y soledad permonente; (el los resultados que ofrecen los diversos estudios, sobre eficacia de las
hipersensibilidad ante el rechazo, proble1nas poro establecer y man- psicoterapias (cfr. Belloc8 et al., 2019).
tener un nivel consistente y adecuado de confianza eri las relaciories La propuesta que hace la CIE-11 es todavía muy recierite y, por
interpersorioles, con tendencia a malinterpretar las señales sociales. tonto, no se sabe cuál va a ser realmente su utilidad y su viabilidad
Los cinco rasgos se ajustan bastante al modelo de los 5GF: lo en la práctica clínica. Especialmente importante es conocer hasta
afectividad negativo formo parle del neuroticismo, el desapego del qué punto soluciona el grave problema de lo comorbilidad y el ele-
aislamierito, lo oriti-sociabilidod del polo hostilidad, lo desinhibicióri vado número de diagnósticas de ~<TP no especificado». El consenso
de la extroversión, y la anancostia de lo minuciosidad alcanzado eritre los proporientes y redactores de esa propuesta tras
Por otro lado, hay que tener eri cuerita que los rasgos que incor- un largo tiempo empleado en amplios y complejos debates hace ser
poro la CIE-11 no son asimilables a síndromes ni o diagnósticos, optimistas sobre su utilidad.
sirio o formas de manifestarse el TP. Un aspecto paradójico es que,
o pesar de considerarse como dimensiones, su calificación para un
individuo particular se realizo únicamente en términos de presencia Jl Clasificación y diagnóstico de los trastornos de la per-
versus ausencia. Según se indica en muchos de los trabajos de los sonalldad según la CIE-11 IOMSI. Propone un solo patrón
expertos que formaran parte del comité que ha elaborado la pro- dlsfuncional de persOndlidad que se rnanifestard de dlver·
puesta final, esta decisión se tomó para facilitar el uso del sistema sas formas según sean los rasgos d1sfuncionales que precio·
eri la práctica clínica, a pesar de la coritradicción conceptual que
minan. Para el dragnóst1co se requiere evaluar la gravedad
suporie. Con ello se facilita, en principio, aplicar tantos rasgos como
del trastorno y los rasgos prominentes de personalidad.
sean necesarios paro que el clínico obtenga un retrato amplio de la
dinámico disfuricional de uri paciente particular. El umbral mínimo para el diagnóstico es gravedad leve y
los rasgos propuestos son: afectividad negativa, desapego,
Pero, sabre todo, la caracterización de los pacientes sobre la
base de sus rasgos de personalidad debe permitir enterider mejor en anti-sociabilidad, desinhíbición y anancastla. Se incluye un
qué consiste la disfuncionalidod en los dos ámbitos que la CIE-11 especificador para el patrón limite que hace referencia a
considero esenciales poro valorar la presericia de un TP: el sí-mismo un patrón comportamental específico, que no se ajusta
y las relaciories iriterpersonales. Por ejemplo, dos pacientes pueden a ninguna de las dimensiones de rasgos que caracterizan
presentar deterioro eri el coritexto relacional, pero en un caso por la personalidad normal.
uno excesiva sumisión (debido a sus rasgos de afectividad negativo
y desapego>, mientras que en otro paciente el deterioro se debe
a comportamientos de manipulación y agresividad relacionados
con el rasgo de antisociabilidad. Como corisecuencia, e! enfoque 8. OSM-5: trastornos de la personalidad
terapéutica debe facalizarse en aspectos distintos en cada caso
y deben aplicarse procedimieritos y técnicas distintas. Desde esta Lo irisatisfacción con el sistema categorial-tipológico adoptado por
perspectiva, saber cuáles son los rasgos que mejor caracterizan o el DSM desde su tercera edicióri de 1980 dio lugar a intensos deba-
los pacientes es importante para, entre otras cosas, favorecer la tes entre quieries se decantaban por manterierlo y quienes, por el
alianza terapéutica, proporcioriar la psico"educacióri adecuada, contrario, abogaban por sustituirlo por uri enfoque dimensional. Las
aumentar el auto-conocimiento del paciente, planificar mejor los defensores del segundo enfoque proponían comerizar, precisamen-
objetivos a lograr con y durante el tratamiento, y adecuar el formato te, por los TP (Kupfer et al., 2002). De hecho, unos años después
de tratamierito (p. ej., grupal o individual>. afirmaban lo siguiente «Hemos decidido q_ue una de las diferencias,
Por lo que se refiere a la evaluocióri de gravedad, se plantea lo más importante, entre el DSM-IV y el DSM-5 será la utilizocióri
como reflejo de hasta qué punto los rasgos impactari riegativamente prominente de medidas dimerisionoles» <Regier et al.. 2009, p. 649).
eri el sí-mismo y en las relaciones interpersonales del pocierite <Bach La última versióri del DSM-5 estuvo precedido por un número
y First, 2018). Desde esta perspectivo, y según esos autores, cuanto muy importonte de publicaciories en torno o estos aspectos, bue-
mós grave seo el TP, mayor número de rasgos disfuncionales estarán na porte de los cuales revisamos en otro lugar {cfr. Belloch y Fer-
presentes, porque se supone que el «retrato» de la personalidad del náridez-Álvarez, 2010)_ Hasta unos pocos meses antes de hacerse
paciente seró más complejo y ofectará. por torito, a más ámbitos pública lo versión definitiva del manual (APA, 2013) parecía q_ue
y de un modo más intenso. No obstante, esta apreciación puede lo opción dimerisiorialista, basado, en rasgos, iba a ser la defini-
Capitulo13. lrastorno; d+" 12 personalidad

t1va y, como tal, aparecía en la pógino web oficial de la APA_ Sirt )) Tabla13.2. DSfv1 S: Criterios general~s para el diag11óst1co
embargo, sorprendentemente, en la publicación final se optó par de traston10 de la pers:Jnalidad
reproducir, sin más cambios. el mismo esquema del DSM-IV, es
decir, diez trartornos organizados en tres grupos. Y, al mismo tiem- A. Dificultad moderada o grave en el funcionam1ento de lo
po, se incluyó el denominado «modelo alternativo» en una nueva personalidad (auto/inlerpersonoll.
sección final
La justificación que los autores dan paro esta doble {«híbri- B. Uno o más rasgos patológicos de personalidad.
da», según los propios editores del MonuoJ) y tan diferente presen- C. Las dificultades en A y B son relativamente inflexibles y se
tación de los TP es, cuanto menos, paradójico: apelan a mantener extienden a unu amplia gunio de situaciones personales
la clasificación tradicional para « __ preservar una continuidad con y sociales.
la práclica clínica actual, al tiempo que se introduce un nuevo
enfoque que tiene crnno objetivo hacer frente a las numeros91 defL·_ D. Las dificultades en A y B son relativamente estables a través
ciertcias de la perspectiva actual de los trastornos de la personali- del tiempo, y se inician al menos en lo adolescencia o en la
dad» IDSM-5, pp. 761; el subrayado es nuestro)>>. Mencionan dos edad adulto temprano.
deficiencias principales: la frecuente comorbilidod entre diversos '
E. Las dificultades en A y B no se explican mejor por otro
TP en un mismo paciente, y lo elevado frecuencia del diagnóstico
de «TP no especificado». En los siguientes apartados nos deten-
drernos en la explicación del modelo alterriativo q_ue, a diferencia
trastorno mentol.
···---·· ···---···

F. Las dificultades en A y B no son exclusivamente atribuibles


j
del trod'1cionol, perm'1te una comparac"1ón con la propuerta actual a los efectos fisiológicos de una sustancio o de otro afección
de Ja CIE-lL que es e! sistema oficial de diagnóstico en lo UE y en médico (p. ej., un traumatismo craneoencefólico grave).
otros muchos países y contextos.
6. Los dificultades en A y B no se conciben como normales
a. El modelo alternativo: dificultades en el funcionamiento poro lo etapa de desarrollo de la persono o poro su contexto
y rasgos patológicos de personalidad sociocultural.

El nuevo esq_uema diagnóstico asume un enfoque dimensional q_ue


aplico o los dos grandes aspectos o criterios en los que se basa,
eri realidad, el diagnóstico de un TP: el primero de ellos refiere a pone de manifiesto en el procedimiento q_ue se exige para la eva-
los problemas en el funcionamiento cotidiano, ya sea en el ámbito luación del grado de afectación, ya que la disfuncionolidad en cada
del sí-mismo (identidad y autodirecciónl, ya en el de los relaciones uno de los cuatro ámbitos debe valorarse según la Escala del Nivel
interpersonales <empatío e intimidadl_ El segundo operativiza esas de Funcionamiento de la Personalidad, que se ofrece en el mismo
dificultades en término> de rasgos patológicos de personalidad q_ue manual, y que fluctúa a lo largo de cinco riiveles: O{poco o ningún
son los que, aparentemente, explicarían esas dificultades. deterioro), 1falgún deterioro), 2 (deterioro moderado), 3 (deterioro
La presencio de alteraciones significativos en an1bos aspectos, grave} y 4 {deterioro extremol.
funcionamiento cotidiano y rasgos, es necesaria paro un diagnóstico En síntesis, la evaluación que se propone aquí es análoga o lo
formol de TP. En la Tabla 13.2 se exponen estos criterios que difieren evaluación de gravedad que exige la CIE-11, con dos salvedades: lo
sustancialmente de los criterios poro e! diagnóstico de un TP basado CIE-11 rio planteo un nivel O (ausencia de gravedad), y el nivel 1del
en tipos que el OSM-5 ofrece en la Sección II del manual, idéntica DSM-5 se correspondería con el de «Problemas de personalidad»
como hemos dicho o la de las ariteriores vers1ories del DSM. de la C!E-11 que, como ya se explicó, no es en sí mismo suficiente
Las características que definen los cuatro ámbitos en los que para plantear un diagnóstico de TP puesto que, por definición, no
puede verse afectado el funcionamiento personal, se exponen en supera el umbral mínimo exigible de gravedad. En cuanto al segun-
lo Tabla 13.3. En este caso, la adopción del enfoque dimensional se do criterio, Jos rosg:¡s patológicos de la personalidad, se organizan.

)) Tabla 13.3. DSM-s: (lernentos que configuran el funcionamiento de la personalidad (Criterio A)

Identidad Experiencia de uno mismo como único, con Empotío • Comprender y valorar experiencias y motivaciones
límites claros entre yo-los demás. de otros.
• Autoestima estable y autoevaluación ajustado_ Tolerar diferentes puntos de vista
Capacidad y habilidad poro regular experiencias Discernir los efectos de lo propia conducto en los
emocionales. otros.
>-------+--------------------~·-" ---
Auf.odírección • Perseguir objetivos y metas coherentes y Intimidad • Profundidad y duración de las relaciones.
significativas a corto plazo y o lo !argo de lo vida. • Deseo y capacidad paro la cercanía.
• Uso de normas internas de comportamiento • Reciprocidad de la relación que se reflejo en el
constructivas y pro-sociales. camportomiento interpersonal.
• Capacidad de autorreflexión productiva.

'!07
Manual de rs11ooiatocogía_ 1Jolum2n 2

)) Tabla 13.4. DSJ\·1-5. Facetas de los rasgos paiológicos de la personai•dad

AFECTO NEGATIVO lnestobilidad (emocionall


Experiencias frecuentes e intensas de niveles elevados de varios Ansiedad
emociones negativas lp. ej., ansiedad, depresión, culpa o vergüenza, Inseguridad de separación
preocupación, irol y sus manifestaciones conductuales (p. ej., autolesionesl Sumisión
e interpersonales {p_ ej., dependencia).
• Hostilidad
• Perseverancia
! • Depresión

DESAP_E_G_O~~~~~~~~~·
• Desconfionzo
- Afecto restringido
1

• Evitación sociol
Evitación de lo experiencia socio-emocional, que incluye tanto rehuir los - Evitación intimidad
interacciones interpersonales <incluidos los diarios casuales, los amistades, - Anhedonio
o los relaciones íntimos). como la experiencia y lo expresión afectivas. que - Depresión
estón re>lringidas, en particular la capacidad hedónico.
- Afecto restringido
• Suspicacia

ANTAGONISMO • Manipulación
Conductos que sitúan al individuo en conflicto con otras personas. con un • Falsedad
sentido exagerado de lo propia importancia y lo consiguiente expectativa • Grandiosidad
de merecer un trato especial, así como antipatía insensible hacia los otros, Búsqueda de atención
que abarco falto de conciencia de los necesidades y sentimientos de los Insensibilidad
demós, y predisposición o utilizar a los otros en beneficio propio.
Hostilidad

DESINHIBICIÓN Irresponsabilidad
Orientación hacia lo satisfacción inmediato, que conllevo comportamientos Impulsividad
impulsivos, producidos por pensamientos, sentimientos y estímulos actuales Distroibilidad
externos, sin tener en cuento aprendizajes del posado a consecuencias Asunción de riesgos
futuros. Perfeccionismo (ausencia o carencia)

PSICOTICISMO Creencias y experiencias inusuales


Amplio gorna de conductas y cogniciones incongruentes y extrañas, Excentricidad
excéntricos o inusuales culturalmente, incluyendo tonto el proceso (p. ej., la Desregulación cognitivo y perceptiva
percepción, lo disociación) como el contenido <p. ej., los creencias).

como en la CIE- !L en cinco conjuntos: afectividad riegativa (frente b. Aplicación del modelo alternativo a seis TP
a estabilidad emocional>, desapego {frente a extraversión), antago- Uno vez delimitadas las característicos y criterios generales para el
nismo (frente a amabilidad), desinhibición (frente o escrupulosidad), diagnóstico de los TP y su gravedad, el DSM-5 aplica esos caracte-
y psicoticismo (frente o lucidez). Cado uno de ellos incluye varias rísticos o seis trastornos específicos de lo personalidad, cuyo elec-
facetos específicos q_ue los definen, cuyas característicos se ofrecen ción no se explico ni justifico en e! manual. Uno de ellas formo parte
también en el mismo manual. Tanto los cinco rasgos como sus face- del grupo A de la clasificación tradicional (esquizotípico), tres per-
tas son aparentemente similares a los del modelo de las 5GF de la tenecen al grupo B (antisocial, límite, y narcisista), y dos ol grupo C
personalidad normal, aun cua11do existen diferencias notables: por (evitativo y obsesivo-compulsivo). Además, se incluye la posibilidad
ejemplo, algunas facetas aparecen viriculados a más de un rasgo de un diagnóstico análogo al de TP-no especificado, el « TP espe-
(afecto restringido), y no está cloro q_ue el psicoticismo se ajuste a cificado por rasgos (lP-ERl», q_ue se aplicarlo cuando la persona
ningún rasgo del modelo de los SGF. cumple criterios para un TP pero no se ajusto o ninguno de los seis
En lo Tablo 13.ij resumimos las facetas q_ue incluye codo rasgo. propuestos. Además de valorar el impacto de sus características
Los siguie11tes cuatro criterios generales de un TP hacen refereílcia personales en el funcionamiento, la q_ue porece mós relevante en
o las propios características de los rasgos (inflexibilidad, generaliza- este caso es evaluar la presencio de uno o más rasgos patológicos
ción y estabilidad trons-temporol: criterios C y D respectivamente). y y/o sus facetas_ En nuestra opinión, la inclusión de esto categoría
al diagnórtico diferencial <criterios E, F, Gl. aporta realmente poco y en buena medida se solapo con los crite-
Capítulo 13, Trd;\orno~ de id per'>o11al-daJ

rio~ generales para el diagnóstico de un TP_ Es dec11, que simple-


inente aplicando esos criterios, se obtendría la mismo infonnación Ji Claslficaclón y diagnóstico de los trastornos de la
que utilizando los del TP-ER. En lo Figura 13.1. reproducimos un personalidad según el DSM-5 [APAj. Propone dos inode-
esquema, similar al propuesto por Skodol et al. (20151, para aplicar los de clasificacion: el categorial y cl dimensional. e:
poso a paso los criterios diagnósticos del modelo alternativo a los TP. categorial o tipológico incluye diez TP reunidos e11 tres
Finalmente, aunque los trastornos que se incluyen en el mode- grupo~: [A] paranoide, esquizoide y esquizotip1co; IBJ
lo alternativo son los mismos que aparecían en la Sección II del antisocial, límite, histr1ón1co y narcisista, y [C) evitat1vo.
manual (con excepción de los cuatro eliminados paranoide, esqui-
dependience, y ob-;esivo·compuls1vo_ En el modelo Fllter-
zoide, histriónico y dependiente), los criterios diagnósticos que se
nativo, basado en un modelo dimensional, el di<lgnós1ico
aplican siguiendo este niodelo son diferentes, porque todos los TP se
caracterizan sobre la base de los dos grandes criterios previamen- está condicionado por los siguientes criterios: [l) proble-
te explicitados poro diagnosticar un trastorno de Jo personalidad: mas en el funcionamiento personal (si-1nismo relaciones
deterioro en las áreas del funcionamiento personal (Criterio A) y interpersonales] y [2) presencia de dificultades asociadas
rasgos patológicos (Criterio B} con rasgos patológicos de personalidad. El urnbral 111ír1I·
El deterioro tiene que ser evidente en al menos dos de los cua- rr10 pard un didgnóstico es de deterioro moderado en el
tro áreas, es decir, que la puntuación en la Escala del Nivel de Fun- func1onam1ento personal y los rasgos propuestos son los
cionamiento de la Personalidad tiene que alcanzar como mínimo el
siguientes: afectividad negativa, desapego, desinhibición,
nivel 2 (deterioro moderado), en cada uno de los dos ámbitos en los
que se evidencie la disfuncionalidod. En suma, el mismo esquema antagonismo y psicot1cismo. Se incluyen seis TP: esquizo·
general propuesto por la CIE-11. gravedad y rasgos prominentes, típico, antisocial, límite, narcisista, evitativo y obsesivo-
pero en este caso aplicado a seis TP específicos. Un apartada pos- compulsivo.
terior se dedica o estos trastornos.

Paso 1:
Evaluar el deterioro en el funcionamiento de la personalidad:
Identidad, outodirección, empatío, intimidad
(mínimo: grodo 2 de deterioro en dos áreas)

~
Paso 2;
Evaluar rasgos
1 Afectividad negativo, desapego, antagonismo, desinhibición, psicoticismo

i
Paso 3:
1 lSon aplicables los criterios A y B o TP> concretos?

si NO

Det;~~o~:I TP ' .r Paso lib.


-

j
1 Esqu1zot1p1co, ont1soc1ol, límite, norc1s1sto,
Aplicer los criterio> A y B al TP
especificado por rasgos

e--____J:,:'°' "it"i=-d~:;:,::~-'-"_l_"'_ió-,-1-D.-E-.-F._G_l
ev1tat1vo, obses1vo-compuls1vo i

_ _ _ _ _ _ _.

[---- Poso 6
Confirmar diagnóstico de TP
------ ----~

) ) Figura 13.1. DSM-5: Aplicación del modelo alternativo de diagnóstico de los TP.

409
Manual de psicopaloloyic. Volun1e,1 2

C. Comparación entre los sistemas CI E-11 )) Tabla !3.5. CO'Tlparaci611 de los criterios diagnésticos
y DSM-5 generales para los trastornos de la personalirlarl rlP la Clt-11
y el DSM-'i'
En los últimos aiios se han publicado varios trabajos estableciendo
comparaciones entre los nuevos modelos que proponen los dos siste-
mas psiquiátricos. La mayor parte de estos trabajos están firmados
por miembros de las grupos que han formalizado la propuesta de Criterio A:
la OMS y tienen como objetivo aparente armonizar ambos modelos, Gravedad funcionamiento
buscando más los puntos de encuentro q,ue los de desacuerdo. personal
Desde un punto de vista general, lo cierto es que hay muchas No ho lugar Q) No deterioro
similitudes entre ambas propuestas_ La más importante es el punto
de partida conceptual: los TP pueden (y deben) definirse en térmi" Dificultades
"" ll Algún deterioro
nos dimensionales, tanto en lo que respecta a su gravedad o inter- personalidad
ferencia con el desarrollo y funcionamiento normal del individuo,
Leve 2) Deterioro moderado
como en la elección de los rasgos como elementos a través de los
q,ue se expresa lo disfuncionalidad de la personalidad. El segundo Moderada = 3l Deterioro grave
aspecto en el que hoy coincidencia radica en la elección del modelo
de rasgos de personalidad: ambos apelan a los 5GF_ Grave = 4) Deterioro extremo
La Tabla 13.5, modificada de Bach y First (2018l, ejemplifica los Criterio B:
aspectos concretos en los q_ue ambos sistemas de diagnóstico pre- Rasgos
Rasgos
sentan coincidencias y en los que muestran desacuerdos. La primera
(aunq_ue menor) de las discrepancias es lo diferente denominación Afectividad negativa Afectividad negativa
de la gravedad: en lo CIE-11 se denomina así (gravedad), mientras
que en el DSM-5 se denomino deterioro en el funcionamiento per- Desapego = Desapego
sonal. Pero, en realidad, se refieren a lo mismo. Por otro lado, en la Desinhibición Desinhib1ciOn
CIE-11 no se incluye un nivel «O» de gravedad.
Lo segunda diferencia es más importante pues hace referencia Anti-sociabilidad Antagonismo
a los rasgos principales q_ue se escogen para identificar los patro- Anoncastia Psicoticismo
nes anómalos de la personalidad: el de onancastia no se recoge
en D5M-5, y el psicoticismo no se incluye en CIE-11. El rasgo de
'El umbral mínimo para un diagnóstico de TP es gravedad leve
onancastia, que en la psicopato!ogía europea clásica ha hecho
[CIE·ll) o deterioro moderado (DSM-5)
referencia a obsesividad Cmás q,ue a compulsividodJ, no se recoge
como tal rasgo principal en el sistema DSM-5 En todo caso, sería
asimilable a algunas de las facetas del rasgo «Desinhibición» del
D5M-5, pero obviamente en su extremo opuesto (p. ej., perfeccio- específica paro su evaluación. Bach et al. (2017) plantean q,ue la
nismo rígido, boja asunción de riesgos), además de algunos de !as definición amplia y detallada que proporciono el sistema CIE-11
facetas del rasgo de afectividad negativo (p. ej., perserverancio, de los rasgos prominentes es suficiente para evaluar con fiabilidad
afecto restringidol. los rasgos propuestos.
En cuanto al rasgo de psicoticismo, solo se incluye en el DSM-5. Por último, un breve comentario sobre una de las semejanzas
Muy probablemente el objetivo de su inclusión tiene que ver con la entre los dos sistemas que no hemos mencionado antes: el empe-
referencia al trastorno esquizotipico, q,ue de hecho el DSM-5 sigue ño de ambos por plantear que los cinco dominios de rasgos y sus
incluyendo como trastorno de la personalidad, mientras que en la correspondientes facetos son asimilables al modela de personalidad
actual y pasadas ediciones de la C!E, este trastorno nunca se ha normal de los SGF. Lo cierto es q_ue esto se corresponde poco con
considerado como TP porque sus características diagnósticas se lo realidad Recuérdese que esos 5GF son neuroticismo versus esta-
identifican con el espectro de la esq,uizofrenia. Se trato pues de una bilidad emocional; extraversión versus introversión; apertura versus
discrepancia que viene de lejas. Por otro lado, las características aislamiento; cordialidad versus hostilidad; y minuciosidad versus
que definen el psicoticismo del DSM-5 (creencias, desregulación negligencia. Si bien hay similitudes notables en algunos casos (p. ej.,
perceptiva y cognitiva) son difícilmente asimilables a rasgos de per- neuroticismo y afectividad negativa), lo cierto es que los «cinco ras-
sonalidad y, de hecho, no se contemplan como tales en ninguna de gos patológicos» de ambos sistemas son uno mezclo de diferentes
!as diferentes versiones del modelo de los SGF_ No obstante, podrían facetas de los SGF o, como sucede con el del psicoticismo, es difícil
asimilarse en parte al máximo nivel de gravedad de los tres que encontrar un ajuste de sus facetas con los de los SGF. De hecho,
se proponen en la CIE-11, además de encuadrarse en los rasgos autores como Livesley (2013) o Shelder et al. (2010) han criticado,
de afectividad negativo y desapego tal y como se definen en ese no sin razón, la incoherencia de apostar por un modelo de amplia
sistema. base empírica como el de los 5GF parajustificar un cambio radical
La tercera fuente de diferencias es la ausencia de especifi- de enfoque en el diagnóstico de los TP para, a continuación, no
caciones de facetas de los rasgos en la clasificación de lo OMS, tenerlo en cuenta e «inventar» otro, cuya base empírica (es decir,
frente a la más detallada información que proporciono el mode- los datos en los que se sustenta) está por demostrar en su mayor
lo alternativo del DSM-5 que, como dijimos, propone una escala parte. ,

410
Capítulo 13, T1a~lon10~ cie la personal1UaU

o. Epidemiología, comorbllidad y curso de fueron los más habituales en el resto de los países que prnticiparon
!os trastornos de la personalidad en el estudio_ Los TP de los grupos A y C fueron significativamente
más prevolentes en hombres que en mujeres, y la presencia de los
a. Prevalencia TP de los grupos Ay Bestaba relacionaba de manera inversa con la
edad ú. e., mayor prevalencia en jóvenes). Además, como yn sucedía
Los doios disponibles sobre la prevalencia de los TP son dispares y,
en el estudio de Torgersen et al. (2001l, de nuevo se constató una
en muchos casos, controd1ctorios y poco fiables. Con todo, se estima
relación clara entre bajo nivel educativo y presencio elevada de TP_
que la frecuencia de estos trastornos en lo población general e~
elevado (eritre el 6·!3%l, y esa taso aumenta de modo espectacular Otro estudio reciente y omp!io, con casi 3.000 persorias, es el
entre lo población que presenta algún tra>torno mental (entre el de Sontano et oL (2018l, llevado o cabo en una gran ciudad. lo de
20-lt0%). En la mayor parte de los estudios se constata, además, San Pablo en Brasil. Los datos se obtuvieron mediante los mismos
un ligero predominio de muieres frente a hombres. aunque los datos instrumentos que los utilizados en el estudio de Huang el aL {2009)
vorian en función del trastorno Los trastornos límite, dependien- que ocabamos de resumir. Además de los datos sociodemográlicos
te, evitativo y esquizotípico son los que presentan las cifras más se recoboron otros especiolmente relevantes, como la exposición
elevadas de prevalencia. Es posible que ello se deba no tonto a a acontecimientos traumáticos y violencia, el grodo de deterioro
uno mayor frecuencia real de estos trastornos, sino o otros factores: según lo escala de lo OMS (Disobility Assessment Scole, WHO-DASJ,
en el caso del límite y del esquizotípico, los criterios diagnósticos el hábitat <rural o urbano. diferenciondo en este caso pequeña o
están bastante bien definidos y son relativamente específicos; en el gran ciudadl y lo condición de emigrante. La mayor tosa de perso-
dependiente y el evitativo, es posible q_ue variables culturales, como nes con TP se obtuvo con los trastornos del grupo C (4,6 %l, seguido
la hiper-valoroción de la autonomía, la independencia y la compe- de los del grupo A (4,3%), mientros que lo menor fue para los tros-
tencia social, actúen como arnplificadores de unos modos de ser tornos del grupo B(2, 7 %J. Además, >e obtuvo una taso del 6,8 %
que no responden adecuadamente a los volares imperontes. para cualquier trastorno de personalidad. En cuanto a los variables
Torgersen et al. (2001l reolizaron un estudio en Oslo, con 2.053 sociodemográficas, Jos hombres tenían una mayor probabilidad de
personas de lo población general y edades comprendidos entre los presentar un TP fOdds ratio, OR = 2,2l y, especialmente, trostornos
18 y los 65 oños, utilizando lo entrevisto estructurodo poro los TP del del grupo A{QR = 6,3l, mientras que el nivel educativo se asociaba
DSM-III-R, odemós de entrevistos personales poro recabor informa- de manera inversa con los TP del grupo C COR= 0,7). Sin embargo,
ción demográfico adicionol. Encontraron que lo prevalencia medio otros variables, como lo edad, el nivel de ingresos. el estado civil,
de los TP en esto muestro normol ero del 13.4 % y variobo poco o el laboral, no se asociaban con la toso de TP, como tampoco lo
según el género: en mujeres la toso medio ero de 14,6 %. y en hom- hicieron el estatus de inmigrante ni el de vivir en un área social o
bres de 13,7 %. Teniendo en cuenta los distintos trastornas, las preva- económicamente morginada_ Pero la exposición reiterado o expe-
lencias oscilaban entre una relativamente elevada paro el evitotivo riencias traumáticas asociadas con delitos de diversa índole tuvo un
(5%) y una muy bajo paro el esquizotípico (0,6%). En este mismo impocto importanle en lo prevalencia de los TP: los probabilidades
estudio, los TP esquizoide, antisocial y obsesivo-compulsivo fueron de presentar cualquier trostorno, o excepción de los del grupo A,
más frecuentes en hombres. Por su parte, los TP límite, histriónico y eron significotivomente moyores en los personas expuestos a tres o
dependiente fueron dos veces mós comunes en mujeres. Otro estu- más de dichos experiencios <grupo B: OR = 5,1; grupo C: OR = 3,5;
dio mós reciente <Grant et ol., 2005) informo de una prevalencio cualquier TP: OR = 3,3)_
conjunto de los TP algo mayor (14,8%), y ello a pesor de que no se Estos últimos datos indican que la presencia de un trastorno de
recogieron datos sobre los trostornos límite, narcisisto y esquizotípi- personalidad no es inmune a las experiencias vitales claramente
co. En este mismo informe, lo tosa de trastorno obsesivo-compulsivo amenazantes, como es sin duda la exposición reiterada a situacio-
de la personolidod era extroordinoriomente elevoda {7,8 %J_ nes sociales de conflicto y violencia. En esto, como en tantos otros
El estudio tronsculturol más omplio publicado hasta lo fecho aspectos, los TP no son diferentes al resto de las trastornos mentales
responde a uno iniciotiva de la OMS en lo que porticiparon doce y del comportamiento. Como indican todos los estudios epidemioló-
países <Alemania, Bélgico, Chino. Colombio, Fmncio, Estodos Unidos, gicos desde hace años, las vivencias sociales de tipo traumático ya
Espoño. ltolio, Líbono, México, Nigeria. y Sudófrico)_ Se entrevis- sean guerras <<formales» o simplemente vivir en contextos donde lo
tó de manera individual a 21.162 personas (Huang et aL. 2009). la violencia social está presente de manero casi habitual, provocan un
evaluación de los TP se llevó a cabo por personas especialmente aumento considerable de enfermedodes y patologías de todo tipo,
entrenadas para ello que utilizaron como método de cribado inicial entre las que las mentales suelen ser las más olvidadas y, por tonto.
33 preguntas de la Entrevista Internacional poro los Trastornos de lo los menos trotadas.
Personolidod (Jnternotionol Personality Disorder Exomination, IPDEl, El último trobojo publicado del que tenemos constancia (Volkert
basada en los criterios DSM-IV_ lo presencia de trastornos del Eje J, et al., 2018l es un metaanálisis sobre datos publicados en nueve
es decir, diferentes o los trostornos de personalidad, se valoró tam- trabajos con población general de EE.UU. (cuatro estudios), Suecia,
bién mediante otro entrevista clínico estructurodo, lo CIDI <Com- Alemania, Australia, Reino Unido, y Halando (un estudio en cado
posite International Diagnostic Interviewl de lo OMS. Según este caso). lo prevalencia media de cualquier TP es del 11,3%. Los mós
orrplio estudio, la prevalencia medio de TP en lo población generol frecuentes son los del gn.po A (5,20%J, seguidos por los del grupo
fue del 6,1%, y los tosas para los TP de los tres grupos q_ue esta- C (ll.,93%J, mientras que los del grupo Bson los menos hobituales
blece el DSM-IV fueron del 3,6% (grupo Al, 1,5% <grupo Bl y 2,7% <3. 72 %)_ Por lo que se refiere a lo prevolencia de codo trastorno,
(grupo Cl. Un dato interesante es que los TP del grupo B fueron destacen los tesos muy altas para los TP obsesivo-compulsivo, anti-
las menos prevolentes en todos los países, mientras que había uno social y evitativo, y los muy bojas para el histriónico y el narcisista.
discrepancia notable con respecto o los del grupo A, yo q_ue eran En lo Tablo 13.6 se resumen los dotas de este estudio, junto con los
los menos prevalentes en los EE. UU y en los poíses Europeos, pero del pionero de Torgersen et oL (2001) y los más recientes de Santo-

llll
Nlanual de psicopatolog1a. Volumen 2

)) Tabla 13.6. Prevalencia [%1 de los trastornos rlP l;i p@rsonéllid<id lrriterio-s DSM-IVJ >Pgün diversos est11dios

2,40 1,70 0.60 0,70 0,70 2,00 0,80 5,00 1,50 2,00

2,09 2,21 1,49 2,76 1,19 0.36 0,62 2,30 0,37 3,20

Nota: En la primera fila los datos de Torgersen et al., 2001 !N = 2053], en la segunda los de Santo.na et al., 2013 (N=2942), y en la tercera el
resumen del 1neca-anál1sis de Volkert et al., 2013 [N = 67.663, en 9 estudios).

no et al. (2018l. Como puede observarse, las mayores disparidades sustancias, y los del grupo e a tfastornos de ansiedad En algunos
entre los tres estudios se producen en los tres TP del grupo A, ade- casos concretos, como por ejemplo el trastorno obsesivo-compulsivo,
más de en el evitativo. Es asimismo llamativa la franca disminución el trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno de angustia, la
de prevalencia en el último estudio, comparado con los otros dos, de depresión mayor, o lo distimio, los tosas de comorbilidad con TP son
los TP histriónico y dependiente. especialmente olta>: en diversos estudios publicados en los últimos
Más allá de las discrepancias específicas entre estudios como diez años, en torno al 50-65 %de personas con uno de los trastornos
los aquí comentados, lo que resulta evidente es que los TP son tonto mencionados presenta, además un TP.
o más prevalentes que otros síndromes clínicos con elevada preva- Otro aspecto importante es el referido a lo comorbilidad entre
lencia, como los depresivos y los de ansiedad. En suma, todos los diversos TP: por ejemplo, en el estudio de Torgersen et al. {2001l,
datos coinciden en un hecho incuestionable: los TP constituyen un el 71 % de personas con TP tenía solo un trastorno, mientras que
serio problema de salud mental. el 18,6% tenía dos, el 5,2% tenía tres TP diferentes, e! 3,3% tenía
No obstante, autores de indudable prestigio y autoridad cien- cuatro TP, el 1,1% tenía hasto cinco TP, y un 0,4% tenía hasta seis o
tífica, como París (2005), han venido manifestando dudas con los siete TP diferentes. Estas relativamente bajas tasas de co-ocurrencia
dos sistemas diagnósticos de referencia para evaluar lo presencio entre diversos TP no son coincidentes con !os hallados en otros eslu-
de los TP, y en especial con el DSM-IV, que es en el q_ue se basan la dios, lo que puede deberse tanto a razones de muestreo, incluyendo
mayor parte de las investigaciones publicadas hasta ahora. Lo q_ue la instrumentación utilizado poro valorar lo presencia de los TP o
Paris pone en cuestión es si resulta verosímil lo que revelan estos la representatividad muestra! de la población encuestado, como a
estudios, esto es, si es cierto que entre ocho y catorce personas de la preparación de los entrevistadores para la detección adecuada
la población general (o seo, que no está recibiendo tratamiento de estos trastornos. En fodo caso, los posibilidades de tener un TP
psicológico ni psiquiátrico) tienen un TP. El problema puede que eran mayores a medida que disminuía el nivel de estudios, dato q_ue
sea otro: no hoy puntos de corte cloros entre lo que significo una resulta difícilmente interpretable, ya que puede deberse tanto a ses-
personalidad normal y una trastornado, siguiendo los criterios DSM gos de! entrevistador {incluyendo prejuicios socio-culturales), como
(o los de los versiones de la CIE anteriores a la actual), como ha sido al hecho de que el padecimiento de un TP se asocie a mayores
ampliamente demostrado por investigadores como Livesley (2003). dificultades para el desarrollo personal, incluyendo lo adquisición
Paris (2005l se pregunta si lo conceptuación que ofrecen los siste- de un mayor o mejor nivel edl!cacional.
mas de diagnóstico de estos trastornos hoce más bien referencia a Teniendo en cuento los datos ofrecidos en el estudio más omplio
puntuaciones extremos en ciertos rasgos de personalidad que están, publicado hasta lo fecha que antes comentamos (Huang et al.,
por otro lado, presentes en varios de los criterios diagnósticos de los 2009>. los tasas de comorbilidad general son significativamente
TP_ Pero ello no significa que, par lo mera posesión de estos rasgos, superiores en el coso de los TP de los grupos By C: el 7\l- % de las
se tenga un TP. En definitiva, lo q_ue París y otros muchos autores personas con un TP del grupo Btienen como mínimo otro trastorno
plantean es la utilidad de unos criterios diagnósticos excesivamente mentol. y lo mismo sucede en el 61.1-,3% de las personas que tienen
genéricos, sin puntos de corte cloros, y basados en su mayor porte un TP de! grupo C, frente ol ll-ll-,1 % de personas con un TP del gru-
en características o rasgos de personalidad presentes, en mayor o po A. Estos datos se corroboran cuando se analiza lo asociación
menor medida, en !o gran mayoría de lo población. entre la presencia de un TP y el número de trastornos mentales: las
odds rotios entre tener tres o más trastornos clínicos {versus ningu-
b. Comorbilidad no) y un TP. fueron de 9,7% para los TP del grupo A, de 49,3 %para
Algo que siempre debe tenerse presente cuando se plantea un diag- los TP del grupo By de 31.1-,8 %para los TP del grupo C. Tomados en
nóstico de TP es el notable solapamiento que existe, al menos feno- cortjunto, estos datas revelan que algo más de la mitad (51,2%l de
típico, entre ellos y el resto de los trastornos mentales, hasta el punto las personas que tienen un TP cumple criterios diagnósticos para al
de parecer q_ue la comorbilidad de los TP sea consustancial con su menos otro trastorno mental.
propia naturaleza. Algunos informes indican que en torno al 23 %de Los trastornos más hobituales entre personas con cualq_uiera de
pacientes mentoles presenta, como mínimo, un TP. Constatan ade- los TP incluidos en el DSM-5 son los del estado de ánimo <23,6%l,
más que los trastornos del grupo A del DSM-5 se suelen asociar a seguidos por los de ansiedad (19,9%) y por los relacionados con
esquizofrenia, los del grupo Ba trastornos por uso de alcohol u otros abuso de sustancias (18,8%). Los TP del grupo B se asocian sobre
Capítulo 13. lrastornos oe la p'?1sonal1da.d

todo con trasl'on1os por abuso de sustancias, 1nientros que los del c. Cursrr estabilidad versus cambio
grupo C son más comórbidos con los trastornos de On'i1edad, y las
del grupa A lo son con los denominados síndromes externalizantes. Como indicaban Grilo et al. (2011.1-), la inclusión de los TP en un eje
diferente al de los síndron1es clínicos en el OSM-lll se jusl'ificó, en
En el estudio niás reciente de Santona e1· al. f2018l se consta- parte, para «animar» o los clínio:os a evaluar trastornos y proble-
tari asimismo cifras muy elevadas de comorbilidad, con resultados
mas de largo evolución o:omo los TP en lugar de centrarse solo en
parecidos a los ya obtenidos en otros estudios. Casi las dos terceras
los trastornos mentales presentes en un momento dado (es decir, los
partes de las personas con un TP tienen otro trastorno adicional,
del Eje ll. Este planteamiento, q_ue no ha sido cuestionado por las
especialmente de ansiedad fll-6,3% de los encuestados). Por grupos
sucesivas ediciones del DSM ni por las de lo CJE. pone en evidencia
de TP, las personas con un trastorno del grupo 8 presentan lo mayar
una idea ampliamente aceptada: la de que los TP son estables y
taso de trastornos comórbidos !83,8 %), seguidos de los del grupo e
(73, ll %1 y los del grupo A (51.1- %). Los trastornos del espectro ansioso relativamente inmunes al cambio con el paso del tiempo, medie o
no tratamiento.
fueron lo> más habituales en las personas con TP de los grupos A y
C (33,9% y 60%, respectivamente), mientras que los trastornos del Si ese planteamiento es correcto, entonces el foco paro analizar
e>lado de ánimo fueron los más prevalentes entre personas con TP la evolución o través del tiempo de un TP, es decir, su curso. deberá
del grupo B(ll-8,8 %}. Pero además, la presencia de un TP era un pre- ponerse no solo en el potencial agravamiento del trastorno en sí,
díctor importante de otros trastornos mentoles: G.Uienes tenian un TP sino ci.uizá sobre todo en las consecuencias ci.ue tiene en la vida
presentaban seis veces n1ás probabilidades de desarrollar otro tras- de lo persono, en su desarrollo como individuo, en su calidad de
torno mental a lo largo del ario siguiente G.Ue quienes no tenían un vida, o en la aparición de otros trastornos y problemas. Pero si no
TP. Los trastornos del grupo Bpresentaban las tasas más elevadas !o es y, por lo tanto, se pienso que los TP pueden mejorar, o incluso
de comorbilidad (OR = 16) y especialmente con trastornos debidos desaparecer o remitir con el tiempo, ya sea mediante tratamien-
a abuso de sustancias {ÜR = 32), los del grupo A con trastornos de to o sin él, hay Q.Ue plantearse preguntas como estas: lcuándo se
control de impulsos <OR = 6,0. y los del grupo C con trastornos de puede afirmar que un TP ha remitido y cuóndo que ha mejorado?
ansiedad <OR = 8.IJ. Las respuestas a estas preguntas en el ámbito de la salud inental,
Más allá de los tasas exactas de comorbilidad, lo G.ue estos y no solo en el de los TP, no son sencillas, pues implican un a priorí
datos revelan es lo G.Ue la mayoría de los clínicos observan en su de normalidad q_ue conllevo disponer de criterios cloros sobre la
trabajo cotidiano. y q_ue no se explica únicamente apelando a los ausencia de un trastorno ci.ue hasta ese momento estaba presente (i_
solapamientos derivados de unos criterios diagnósticos deficientes: e., remisión), o a la disminución franca de los elementos en los ci.ue
los TP son extraordinariamente co1nórbidos con cuolq_uier trastorno se basó su diagnóstico inicial <y en su gravedad), hasta el punto de
mental, y es muy probable que ello sea el resultado de q_ue estos q_ue ounci.ue haya todavía signos del trastorno, estos no revisten lo
trastornos complejos actúan como agentes de vulnerabilidad a suficiente gravedad como para afirmar que sigue claramente pre-
padecer cuolG.uier psicopatología. Desde esta perspectivo, los T? sente en su integridad (i. e., mejoría). A todo esto, hoy que añadir
no solo son trastornos mentoles con entidad propio, q_ue req_uieren q_ue las <escasas) investigaciones sobre el curso de los TP incluyen
diagnóstico y atención específicos, sino q_ue además hoy que con- algún tipo de frotamiento y, por tanto, se comparan los datos sobre
siderarlos como agentes causales primarios de cualquier formo de las características disfuncionales de personalidad obtenidos antes y
psicopatología. No obstante, tampoco es descartable, hoy por hoy, después del tratamiento_ En consecuencia, no se está evaluando el
la idea de que los TP sean las secuelas residuales, o las formas sub- curso natural del trastorno, sino en realidad la eficacia de Jos trata-
clínicas, de un trastorno mental no diagnosticado o no tratado. Pero mientos para alterar ese curso.
también cabe la posibilidad de que, más q_ue tratar;e de formas E>la consideración se pone de manifiesto en los escasos estudios
subclínicas de otros trastornos, lo «subclínico» resida en la carencia previos a la ero de dominación eri el campo de los TP del DSM-111,
de una adecuada consciencia de enfermedad o de sufrimiento por centrados en los trastornos límite y antisocial: apuntalaron la idea
ef trastorno en 5Í, que no tanto por sus consecuencias casi siempre de que estos TP eran muy estables y el deterioro q_ue causaban en
constotables y observables. el funcionamiento general de los individuos ero comparable al q_ue
En la práctica. exi>le un notable solapamiento entre los distin- provocaba la esq_uizofrenia <p. ej., Carpenter y Gunderson, 1977). El
tos TP_ Elfo se debe, en parte, a q_ue algunos síntomas aparecen en problema con este tipo de estudios era que sus conclusiones esta-
varios trastornos (p. ej., el aislamiento social es clave en los evita- ban basadas en la respuesta al tratamiento de los pacientes, pues
tivos, paranoides, esquizoides y esquizotípicos; los comportamien- se calificaban corno «resistente~ al tratamiento», con !o q_ue en
tos violentos y lo ira aparecen en los trastornos límite, antisocial. y realidad se trataba de uno conclusión tautológica: si no hay res-
paronoidel y, en parte, a ci.ue los rasgos nucleares de personalidad puesta al tratamiento (i. e., si no hoy remisión o mejoría) es porci.ue
son también comunes a muchos trastornos: el neuroticismo (o en su son e>tables y no porque el tratamiento no sea eficaz, o porq_ue los
formulación CIE-11 y DSM-5, afectividad negatival, está presente criterios de mejoría y/o remisión no sean cloros, o porq_ue los crite-
en todos los TP. Así, resulta más que llamativo que las dos terceras rios diagnósticos carezcan de validez y fiabilidad (Grilo et al., 1998).
partes de Jos pocientes diagnosticados de un TP presenten como Afortunadamente, la idea de e>lobilidad de los TP y, por tanto,
mínimo otro. Esto indica q_ue e>le amplio y heterogéneo grupo de de su resistencia al cambio, se ha ido moderando con los avances
entidodes no está bien definido y, por lo tanto, los dificultades para en los tratamientos y lo mejoro de los procedimientos diagnósti-
investigar su etiología, su especificidad diagnóstica, y las pautas cos. Grilo y McGlashan (1997) ofrecían una conclusión mucho más
para su evaluación y tratamiento están lejos de ser las adecuadas. cercana a la realidad a partir de su revisión de las publicaciones
En definitiva, el diagnóstico diferencial de estos trastornos (entre sí posteriores al DSM-III, al afirmar que, en conjunto, los TP presen-
y con otros trostornos mentales), resulta complicado en la inmenso tan una estabilidad moderado, pues si bien se suelen asociar o
mayoría de los casos. resultados terapéuticos negativos, pueden mejorar con el tiempo

LJB
Manual de ps1coparolog1a. Vclurnen 2

mediante determinados tratamientos específicamente diseñados tiempo en iog1ar una rnejoría clínica significativo {defi11ida como
para ellos. funcioriarniento social y !oba1al satisfactorio y síntomas residuales
De todos los E'Stud1os publkodos sob1e el curso de los TP, vamos del trastorno) q_ue pacientes con otros TP. Con todo, las tasas de
o referirnos aquí únicamente a los tres que Grilo et aL (2014-l selec- mejoría eran comparables a las de personas con otros TP, pues osci-
cionaron justamen1e como especialmente relevantes por su diseño laban entre el 78 % y el 99 %, frente al 97 %-99 %. Pero las tasas
y metodología. el Collaborative Longitudinal Personality Disorders de recuperación eran significativamente peores paro los pacientes
Study (CLPS) de Gunderson y su grupo, el McLean Study of Adult limite: entre el 4-0% y el 60%, frente a un ranga de 75%-85% para
Development (MSADl de Zanarini y colaboradores, y el Children in personas con otros TP. Además, las tasas de recaída eran sustan-
the Community Study (CICSl de Brook, Cohen, y colaboradores_ cialmente mayores en los pacientes limite y se producían con mayor
rapidez_ Sus conclusiones fueron q_ue la mejoría era más probable
El CLPS (Gunderson et al., 2011) se centró en cuatro TP (criterios
que lo recuperación y que, aun cuando hubiera una mejoría evi"
DSM-IVl: esquizotípico, límite, evitativo, y obsesivo-compulsivo. Su dente, los pacientes con TP límite deberían poder continuar con
curso se comparó con el de la depresión mayor utili:zando tanto
psicoterapia a largo plazo poro prevenir recaídas y mantener los
entrevistos diagnósticas estructuradas como auto-informes. Un total
logros terapéuticos.
de 6ó8 pacientes con TP, evaluados en al menos tres 1no1nentos
diferentes (a los doce meses post-tratamiento, a los dos años, y El eres (Brook, o_ w_, et al., 2002; Brook, j_ s.. et aL, 1995;
a los d1e:z años), participaron en la investigación cuyos resultados Chen et al., ZOOi+: Cohen et aL. 2000, 20050, 2005b: Johnson et
han dado lugar o un buen número de publicaciones. Los datos más al., 2005) es una de las invertigaciones mós importantes y de mayor
relevantes pueden resumirse como sigue: el porcentaje de pacientes alcance sobre el curso de los TP. Se trata de un ertudio prospectivo
ci.ue al oilo seguía cumpliendo criterios diagnósticos de su trastorno sobre cerco de 1.000 familias con niños de entre uno y diez años,
era mayor que el de pacientes con depresión. Con todo, es impor- lle\'Odo o cabo en el estado de Nuevo York, que ha conseguido obte-
tante señalar que no todos los pacientes con TP seguían teniendo ner datos de más de 700 personas en distintos momentos de su vida,
el trastorno (Sheo et al., 2002l. Por ejemplo, a los dos aílos entre el desde la infancia hasta el inicio de la adultez Entre los datos más
50% (evitotivosl y el óO %(esquizotípicosJ de los pacientes tratados, rele\'Ontes de esta investigación, Grilo et al. (2014-l destacan la aso-
presentaba remisión significativa de síntomas, si bien comparados ciación entre los TP en la etapa adolescente con el bajo rendimiento
con los pacientes deprimidos, las tasas de recaído eran mayores y el escolar y con el aumento significativo de conflictos interpersonales,
tiempo transcurrido entre mejoría y recaída era menor (Gri!o et al., tanto con los pares como con la familia. Además, los manifestacio-
2004-l. El 85% de los pacientes con TP límite cumplía criterios de nes tempranos <en la adolescencia) de problemas de comportamien-
mejoría en el seguimiento a diez años. Resulta interesante observar to, no solo se mantenían o incluso incrementaban en la vida adulto,
q_ue la mayor parte de los cambios se produjo en los dos años poste- sino ci.ue eran predictores de otros trastornos mentoles, suicidios, y
riores al tratamiento. Por otra parte, lo mejoría se logró mucho más comportamientos violentos y criminalidad en las primeras etapas de
lentamente que la obtenida con los deprimidos y con los pacientes la vida adulta.
con TP obsesivo-compulsivo. Tan solo un 12% de los pacientes con Lo conclusión general que se puede extraer de estos y otros
TP límite experimentó una recaída impodante <Grilo et al., 2004-l, estudios es que los TP no son inmunes a los tratamientos y que, por
dato coincidente con el obtenido por Gunderson et al. (201D. Ahora lo tanto, la idea de su extremo estabilidad y resistencia al cambio no
bien: aunque pacientes con TP Límite presentaron una mejoría sin- se sostiene o la luz de los datos. No obstante, los elevadas tasas
tomótico, hasta el punto de no cumplir criterios diagnósticos cloros, de recaído, y las bajos de recuperación total. indican la necesidad de
el deterioro en su funcionamiento personal persistía, a diferencia de prolongar los seguimientos mediante intervenciones psicoteropéuti-
lo ci.ue sucedía can pacientes deprimidos y con TP obsesivo-compul- cos específicos. Esas intervenciones deberían 1r dirigidos no solo al
sivo. Este dato es importante porque revela, como señalaba Paris control de los síntomas, sino, especialmente, a la flexibilización de
(200SJ, que lo que parece mejorar con los tratamientos adecuados los rasgos disfuncionales que subyacen a esos síntomas.
son los síntomas del trastorno (tal y como se definen en el DSMl, Por último, un comentario sobre el impacto q_ue tienen los TP en
pero que los rasgos básicos en los que se sustenta ese trastorno son la calidad de vida de quienes los padecen, sobre todo porque ese
bastante más estables y, por tanto, su importancia en el manteni- parámetro es un buen indicador del curso de un trastorno. Además,
miento del problema (ejemplificado en las altos tosas de recaídas) al tratarse de un indicador subjetivo, incide de manera importante
no estó siendo abordado adecuadamente, ni en el diagnóstico ni en en lo conciencia de enfermedad y. por lo tanto, en lo búsqueda
el tratamiento. de ayudo especializada y en la adherencia a los tratamientos. Los
El estudio MSAD (Zanorini et al., 2003, 2005al se centró en escasos estudios publicados sobre la calidad de vida de personas
3ó2 pacientes hospitalizados con diagnóstico de trastorno límite con un TP revelan que esta se halla claramente deteriorado y. en
comparados con 72 pacientes con otros TP, a los que se evaluó en muchos casos, más llue la de personas con enfermedades médi-
períodos de dos años, y sobre los que se han publicado resultados cas graves. Por ejemplo, Soeteman et al. <2008l, en una muestro
de seguimiento a los seis (Zanarini et al. 2003, 20050, 2005b), diez de más de 1.700 personas con TP, constataron que su calidad de
(Zanorini et al., 2010), y ló (Zanarini et al. 2012) años. Los tosas vida (evaluada con el EuroOol 5-Dl era tan molo, o incluso peor,
de mejoría poro el trastorno límite que estos autores han ofrecido que la de enfermos con artritis reumatoide, cáncer de pulmón, o
son del 35 %, 4-9 % y del 74- % en los seguimientos a dos, cuatro y enfermedad de Porkinson. Las personas con TP límite, narcisista, y
seis años, respectivamente_ Como es natural, estas cifras ponen en obsesivo-compulsivo, eran las ci.ue peores índices de calidad de vida
cuestión la resistencia al cambio del trastorno y, por to tanto, su tenían_ Datos como estos deberían tenerse en cuenta al planificar
estabilidad temporal. estrategias de atención o la salud mental ci.ue, en la mayoría de
En su informe de seguimiento más amplio, ló años (Zanarini et las ocasiones, prestan muy escaso atención o los trastornos de lo
al., 2012), los datos indican que los pacientes límite tardaban más personalidad.
Capitulo 13. Tra-stornos de la p2rsonalidad

finalmente se incluyen en el modelo alternativo del DSM"5, cuyos


J Trastorno de la personalidad. Un modo de ser y co:n· criterios diagnósticos específicos y características clínicas presen-
portarse omnipresente, que abarca la n1ayor parte del ciclo ton1os a continuación, junto a los que se ofrecen poro 101 misrr1os
vital del individuo, es inflexible, rígido, y se ad<:tpta con trastornos en el cuerpo principal del manual. q_ue son básicamen1e
dificultad a lo:; ccimbios. Produce malestar y sufri1niento a los mismos del DSM-IV-TR.
quien lo padece por las consecuencias que tiene en su vido
ei trastorno, pues le hace vul11erable <lnte siluaciones nue" A. Trastorno de la personalidad paranoide
vao que requieren caniblos e inlerfiere en diversos 2mbitos Es uno de los trastornos q_ue se ha venido incluyendo en las sucesivas
de su íur1cionamiento personal y social. Sin embargo, la versiones del DSM y su descripción clínico se ha centrado habitual-
egod1stonia por el trastorno en s1 m1s1no suelP ser baJa. En mente en una característico central: desconfianza generalizada e
ocasiones, t>l malestar y sufrimiento por el trastorno revier- injustificada hacia los demás. Sin embargo, no está contemplado en
te iambién en las personas del entorno. el modelo alternativo del DSM-5.

a, Características clínicas y criterios para el diagnóstico


Las personas con este trastorno presentan uno evidente falto de con-
fian2a en los demás, que es generalizado, persistente e inapropiada.
111. Caracterización clínica Los criterios diagnósticos del DSM-5 se ofrecen en la Tablo 13.7. En
de los trastornos de la la CIE-10 se incluyen tamb'1én en esta categoría las personalidades
(y los TP) expansivo, paranoide, sensitiva-paranoide y q_uerulante.
personalidad en el DSM-5. Se suele describir a estas personas como especialmente vulnerables
a la presión social y al estrés, porque sus estrategias y habilidades
El grupo de trabajo para los trastornos de la personalidad del
para afrontar uno situación estresante son escasas e ineficaces. Por
DSM-5, dirigido por Skodol, propuso eliminar lo mitad de Jos diag-
esta razón, pueden experimentar crisis psicóticas breves, con sínto·
nósticos de TP q_ue se venían incluyendo desde el DSM-III en el
manual: paranoide. esq_uizoide, histriónico, narcisista, y dependiente
(Skodol, 2010). Las razones para ello e1an, básica1nente estas tres: )) Tabla 13.7. DSM-5: Criterios diagnósticos para el trastorno
l. Reducir los problemas de co-ocurrencio, porque inducíon a supo- de la personalidad paranoide
ner comorbilidod sindrómico cuando, en realidad, se trotaba
A. Desconfianza y suspicacia intensas frente a los demás, desde
de co-ocurrencia de los mismos rasgos en trastornos diferentes.
el '1n'ic'10 de la edad adulto, de formo que las intenciones de
2. Menor evidencia empírica de lo utilidad clínica y validez de los demás son interpretadas como maliciosas, que aparecen
esos trastornos, especialmente del histriónico, el paranoide y en diversos contextos. como lo indican cuatro {o másl de los
el esq_uizoide, en comporación con lo existente para trastornos siguientes hechos·
como el límite, el antisocial, el obsesivo-compulsivo y el evitativo l. Sospecha, sin base suficiente, de q_ue los demás explotan,
(Blashfield et al., 2012).
causan daño, o decepcionan al individuo.
3. El modelo dimensional de rasgos recoge facetas que permiten 2. Preocupación por dudas no justificadas acerca de la lealtad
identificor con nitidez las característicos básicas y diferencia- o la fidelidad de los amigos o colegas.
doras de los TP eliminodos: por ejemplo, sumisión en el caso del 3. Reticencia paro confiar en los demás por temor injustificado
dependiente, búsq_ueda de atención del histriónico, anhedonio a que la información que comparten vaya a ser utilizado en
del esq_uizoide. suspicacia y desconfian2a del paranoide, o gran- su contra.
diosidad del narcisista, entre otras. 11. En las observaciones o los hechos más inocentes, vislumbrar
significados ocultos que son degradantes o amenazadores.
Según Bon1stein (2011l, otras razones no menos importantes
5. Albergar rencores durante mucho tiempo, par ejemplo, no
fueron las presiones de grupos de expertos que participaban en
olvidar los insultos, injurias o desprecios.
proyectos amplios y bien financiados, como el Collaborative Lon-
6. Percibir ataques a su persono o a su reputación que no
gitudinal Study of Personality Disorders, q_ue habían dado lugar a son aparentes poro los demás. y disposición a reaccionar
muchas publicaciones sobre los TP obsesivo-compulsivo, evitativo, rápidamente con ira o a contraatacar.
esquizotípico y limite Con el tiempo, otras presiones, menos decla- 7. Sospechar repetida e injustificadamente q_ue su cónyuge o
radas según Widiger (2018), dieron lugar a «readmitir» al trastorno su pareja le es infiel.
narcisista al grupo de los «elegidos». Con la excepción de la prime-
ra de las razones (co-ocurrencia excesivo), lo cierto es q_ue Widiger B. Estas características no aparecen exclusivamente en el transcurso
(2018) tiene razón ol cuestionar la segunda justificación (falta de de uno esquizofrenia. un trastorno bipolar, o un trastorno
apoyo empírico} q_ue es, seguramente, la más importante de las de¡:resivo con característicos psicóticas, u otro trastorno
tres, pues en realidad el mismo (escaso) apoyo empírico se puede psicótico, y no se pueden atribuir o los efectos fisiológicos
enco11trar para. por ejemplo, el trastorno dependiente que paro el directos de uno enfermedad médica.
narcisista o para el obsesivo-compulsivo Cp. ej., Gore y Pincus. 2013;
Nota: Si se cumplen los criterios antes del inicio de una
Mullins-Sweatt et al., 2012l. Por nuestro porte añadiremos que tonto
esq_uizofrenia, añadir «previo», por ejemplo, <<trastorno de lo
la primera como lo tercera de los razones aludidas por el grupo de
personolidod paranoide <previo)».
trabajo son igualmente aplicables a cuolq_uiera de los seis TP q_ue
N;anual de ps1cooato og1a_ Volumen 2

mas similor€"s o los de lo esquizofrenia, o desarrollar otros trastornos e, Diagnóstfr:o dfferencí'af


mentales, en especial, depresión mayor, trastorno ob~esivo-co1npul­
sivo. agorafobia, trastornos secundarios a abuso de olcühol o dro- los principales trastornos con lo~ que se debe realizar el diagnósti-
gas, esquizofrenia, o un trastorno delirante_ Por lo que se refiere o co diferencial y los indicadores clínicos a tener en cuenta en cada
su co-ocurrenc1a con otros TP, ias mayores tasas se producen con caso son la esquizofrenia, el trastorno delirante de tipo persecutorio,
el esquizotíp1co (Bernstein, et al., 1993). En definitivo, se troto de y los trastornos depresivos y los bipolares con síntomGs psicótico>.
personas que recelan de los motivos de los demás y tienden a dar la presencia de ideas delirantes junto con olucinaciories auditivos
por sentado que se les intenta hacer daño, explotarles o engañarles_ frecuentes y/o de duración superior a un mes. o congruentes con el
Por ello pueden cuestionar, sin justificación, la lealtad o fidelidad estado de ánirno, son más características de los trastornos mencio-
de sus amigos o compañeros, incluyendo la pareja y son reticenies nados que del TP paranoide.
a confiar en los demás por temor a que la información puedo ser Asimismo, este trastorno puede coexistir con otros TP en los que
utilizada en su contra. Se muestran tensos e hipervigilantes, exami· lo desconfianza y suspicacia, los proble1nas relacionales y de distan-
non su entorno en busco de indicios de posibles ataques, engaños, o ciamiento social, o los accesos de ira y desconfianza ante los con-
traiciones_ A menudo buscan «evidencias» de dicha malevolencia a trariedades están también presentes. Entre ellos, hay que mencionar
partir de sucesos benignos o simplemente inocuos, q_ue malinterpre" los TP esquizoide, antisocial, limite, norcisista y evitotivo_ Por último,
tan como degradantes o amenazantes (p. ej., que alguien le n1ire, o en el diagnóstico diferencial hay que contemplar también la pasible
lo haga hacia el mismo lugar o en la misma dirección). En respuesta presencio de características paranoides asociados a la presencia de
a los insultos o traiciones, reales o percibidas, reaccionan rápido" minusvalías físicas adquiridos, incluyendo enfermedades médicas, o
mente y de un modo excesivo, hasta el punto de poder mostrarse en los síntomas paranoides derivados de! abuso y/o consumo crónico
extremo furiosos y contra-atacadores_ les cuesto mucho perdonar de sustancias.
u olvidar tales incidentes y por tonto mantienen un resentimiento
dL1radero en contra de sus atacantes: algunos son litigantes y se d. Etiologfa
embarcan en continuos procesos penales menores {p. ej., denuncias Hoy pocos estudios que hayan llegado a conclusiones fundamenta-
a los vecinos, quejas a lo policía local, etcJ. Suelen aislarse social· das y se observa un escaso acuerdo entre los resultados obtenidos
mente, o presentar problemas de socialización a causo de su des- en las diversos investigaciones. lo mayoría de autores considera que
confianza y suspicacia crónicas, lo que se manifiesta en dificultades las causas del TP paranoide radican en una combinación de factores
con sus compañeros de trabajo, amistades, conocidos y familiares. perinatales, genéticos, y de sociali1ación temprana, pero es difícil
Beck (Beck et al., 2001, 2004) atribuye a estas personas una determinar el peso relativo de coda uno de ellos en el resultado
serie de distorsiones cognitivos. tales como generalización excesivo final, que es extremadamente variable de unos pacientes o otros.
(«no hay que confiar en nadie», «la gente se aprovechará de mi Millon y Davis !1996) sugerían que las experiencias tempranas
si tiene oportunidad») o inferencia arbitraria («trotan de moles- de rechazo y trato desagradable con los podres, o, ol contrario
tarme a menudo». «Si se muestran amistosos, es porque quieren (especialmente en el caso de lo que denominan el subtipo narcisista
utilizarme» l. del paranoide), lo excesiva sobrevaloración del niño e indulgencia
hacia su comportamiento por parte de los progenitores serían el
b, Epidemiología y curso caldo de cultivo de una personalidad de este tipo. además de lo
Como sucede con el resto de los TP, hay pocos datos fiables sobre influencio de factores biológicos aún por determinar_ De hecho,
lo prevalencia del trastorno, si bien como ya comentamos antes se según los editores del DSM-IV·TR, hay evidencias que apuntan a
encuentra entre los trastornos con una prevalencia anual mayor, a un incremento de la prevalencia de este trastorno entre familiares
pesar de lo Cllol no se ha incluido en el grupo de los trastornos del de primer grado de pacientes esquizofrénicos y, en especial, den-
modelo alternativo del DSM-5. Suele diagnosticarse más en hom- tro del subtipo paranoide de esta enfermedad. Es muy probable
bres que en mujeres, al menos en contextos clínicos. En cuanto a su q_ue el trastorno tenga contribuciones genéticas. la hipótesis sobre
evolución, pueden producirse episodios psicóticos breves, especial- lo existencia de una relación entre ambos trastornos ha recibido
mente como respuesta al estrés. Según el DSM·5. el trastorrio puede el apoyo de algunos estudios de Kendler y su grllpo sobre histo-
aparecer como el antecedente premárbido de una esquizofrenia o ria familiar en los que se observo cómo los familiares de primer
del trastorno delirante y, a lo largo de su curso, es posible que grado de pacientes con trastorno delirante tienen un riesgo mayor
co·ocurra con otros trastornos, como los depresivos <ya sea depre- de presentar un TP paranoide que los familiares de personas con
sión mayor o distimial, los de ansiedad (fobia social y agorafobia), esquizofrenia o con enfermedades médicas (Kendler et al., 1985>.
a el obsesivo-compulsivo, aunque también pueden ser relativamente la existencia de este tipo de relaciones apoyaría la implicación de
frecuentes el abuso o lo dependencia del alcohol y otras sustancias. factores tanto ambientales coma constitucionales en lo etiologla
Asimismo, puede co--ocurrir con otros TP, siendo los más frecuentes del trastorno. Por lo que se refiere o su relación con las dimensiones
el esquizoide, el esquizotípico, el narcisista, el 1(mite y el evitativo. universales de persoria!idad, distintos estudios coinciden en indicar
No obstante, esta co-ocurrencia puede ser simplemente una conse- que los dos rasgos que se encontrarían en la base del trastorno son
cuencia de un patrón de características de personalidad compartido el neuroticismo y lo ausencia de cordialidad (p. ej., Costo y McCrae,
con esos otros trastornos: la sospecha coma base de la relación con 1990; Trull y Durret, 2005l.
los demás <que aparece también en el esquizotípical, lo tendencia a Basándose en un análisis de cosos clínicos Turkot (1985) propuso
aislarse (compartida con el esquizoide. el esquizotípico y el evitati, una teoría de estadios o fases a través de los cuales se desarrollori'a
vol. la frialdad emocional (similar o la del obsesivo-compulsivo y a la este trastorno:
del esquizoide), lo hipersensibilidad a las críticas (típica también del l. Educación parental centrado en la importancia de no cometer
evitativol y lo ira y hostilidad {que aparecen también en el \ímiteL errores y de ser diferente y mejór que los demás.
~····

""'
' . Capítulo13. Trastornos de la personalidad

2, Adquisición p1ogres1vo de un estiro personal morcado por la ~'~Tabla 13,5. DSlv'l·5: Cri\erios J1ac,¡11ó->liuJ'i pctrct ei irctslorno
ansiedad extrema. consecuente con la hipervigilancia ante los de la personalidad esquizoide
erro1es, el ten101 a la evaluación social, etc.. y q,ue, por tanlo,
genero un modo de relación «O la defensiva».
,.
A. Un patrón dominante de desapego en las relaciones sociales
3. Búsqueda de explicaciones «racionales» para disminuir la y poca variedad de expresión de las emociones en contextos
ansiedad, en especial lo social (p. ej., «no me aceptan pon1.ue interpersonales, q_ue comienzo en las primeras etapas de la
soy mejor que ellos», «me critican porque me envidian»}. edad adulta y está presente en diversos contextos, y que se
11. Perpetuación o consolidación del modo de funcionamiento. a manifiesta por cuatro (o más! de los siguientes hechos:
través de la constatación en la práctica de sus «sospechas». l. No desea ni disfruta dP las relaciones personales, incluido el
formar parte de una familia.
B. Trastorno de la personalidad esquizoide 2. Escoge casi siempre actividades solitarios
Este trastorno se conceptuaba inicialmente como el tipo de per-
3. Tiene escaso o ningún interés €n tener experiencias
sexuales con otra persona.
sonalidad asociado a la esquizofrenia. Como tal, a lo largo de la
primera parte de este siglo, el esquizoide fue descrita como lo «per- 4. Disfruta con pocos o ninguna actividad.
sonalidad cerrada» (Hoch}, «el esquizoideo» \Bleulerl, o como la 5. No tiene amigos íntimos ni confidenies, aparte de sus
«personalidad autista» <Kraepelin). El trastorno esquizoide de la familiares de primer grado.
personalidad se ha incluido en todas las versiones del DSM, pero 6. Se muestra indiferente o los halagos o los críticos de los
su significado ha ido variando considerablemente en las sucesivas demás.
ediciones. 7. Se muestro emocionalmente frío, con desapego o con
afectividad plana.
a. Características clínicas y criterios para el diagnóstico
El trastorno se caracteriza por un fracaso profundo de la capacidad B. Estas característicos no aparecen exclusivamente en el
o habilidad para relacionarse con los demás. En lo Tablo 13.8 se transcurso de uno esquizofrenia. un trastorno bipolar, o
muestran los criterios diagnósticos del DSM-5. El rasgo principal un trostorrio depresivo can corocteríst1cas psicóticas, otro
del esquizoide reside en un comportamiento caracterizado por el trastorno psicótico. o un trastorno del espectro del autismo, y
alejamiento de los contactos sociales y una capacidad restringida no se pueden atribuir o los efectos fisiológicos directos de uno
para la expresión de sentimientos en situaciones de interacción enfermedad médica.
con otras personas: de aquí que generalmente se muestreri fríos
emociorialmente y/o con una afectividad re'itringida_ Su apariencia Nota: Si se cumplen los criterios antes del inicio de uno
puede ser la de uno persono con poca vitalidad. aletargada, con esquizofrenia, añadir «previo». Por ejemplo, <<trastorno de lo
movimientos lentos y a menudo rígidos, se expresan con un tono personalidad esquizoide (previo)»_
de voz más bien monótono, aun cuando se hable de temas que,
en principio, pueden ser de importancia. Su iniciativa es escasa y
tienen pocas relaciones sociales o no desean relacionarse con los
demás_ Prefieren estar solas y con frecuencia crean y elaboran un
mundo fantástico que, en cierto modo, sustituye la pobre dinámica este tipo de ideación, no es extraño que se consideren a sí mismos
relacional que mantienen con los dernós. Como resultado de la como autosuficientes e independientes, mientras que los demás los
falta de interés por relacionarse, tienen pocos amigos íntimos o valoran como extraños y diferentes. Pueden experimentar episodios
de confianza, o bien carecen por completo de ellos y no mues- psicóticos breves (minutos o unas pocas horas), en especial como
tran satisfacción <ni interés) especial por el hecho de pertenecer respuesta a estresores.
a un grupo, ya sea familiar o de cualquier otra naturaleza. Están
poco interesados en mantener relaciones estrechos con otras per- b. Epidemiología y curso
sonas, aunque exista ocasión para ello y, por lo tanto, raramente Los datos publicados son extremadamente dispares, como se cons-
se emparejan y tienden a desempeñar trabajos que requieren poca tata en la Tablo 13.6. En general, parece más prevalente entre hom-
interacción interpersorial. Su expresión emocional es muy limitada bres. Por otro lado, hay que tener en cuenta que ciertas situaciones
y habitualmente se muestran fríos, distantes y reservados. Suelen sociales pueden provocar un aumento artificiol del diagnóstico de
recibir con indiferencia las alabanzas o las críticas que puedan este trastorno: por ejemplo, en contextos de exclusión social, emi-
formular los demás No parecen experimentan placer, o tan solo lo gración forzada, o cuando se producen cambios de un ambiente
experimentan en unas pocos actividades o experiencias, lo que se rural a otro urbano. El DSM indica que su frecuencia parece ser
refleja en una anhedonia crónica. mayor cuando se presenta al mismo tiempo que los TP esquizo-
Según Beck (Beck et al, 2001, 2004-) sus distorsiones o sesgos típico, paranoide y evitativo y q_ue puede hacerse potente desde
cognitivos {sobre-generalización, mogriificoción/minimizoción. infe- etapas relativamente tempranas manifestándose a través de com-
rencia arbitrario, ilusión de control) se reflejan en manifestaciones portamientos solitarios, con evitación activa de las relaciones socia-
como las siguientes: «Es mejor estar solo y no depender de nadie», les, falta de amigos e interés por tenerlos, y rendimiento escolar por
«Estoy mucho mejor solo», «Lo q_ue los demás piensen de mí no debajo de lo esperado según la capacidad intelectual. En cuanto
tiene ningún valor», «Las relaciones personales son complicodas, a su evolución, puede preceder a un trastorno delirante o a una
solo traen problemas, coartan la libertad», «Puedo vivir perfecta- esquizofrenia, o coexistir con una depresión mayor. Tampoco son
mente solo y hacer todo lo que necesito siri ayuda de nadie». Con infrecuentes los casos de abuso de sustancios y alcoholismo.

417
f\llanu2I de psicopalología. \lolun1en 2

e, [Jiagn6sfir:o dife1enc!ai «esqu1zofremo limHe» identificado en los estudio:; daneses ~obre


adopción de los años sesenta del posado siglo, un traslorno parecido
Los principales trastornos con los que realizar el diagnóstico dife" a la esquizofrenia, pero 1nás moderado, presente en los familiares
rencial y los prmcipales indicadores clínicos a tener en cuento en de personas con esctuizofrenio. El TP esctuizotípico tal y como se
coda caso son, por un lado, trostornos del espectro psicótico (deli" definía en el DSM-III de 1980, se basaba en los características que
rante, esquizofrenia, depresión y trastorno bipolar con síntomas psi presentaban los familiares identificados en los estudios daneses, y
cóticos). En estos trastornos lo sintomotología francamente psicótica esa caracterización es lo ci.ue asume lo Asociación Americana de
es más persistente y evidente. Por otro, en especial cuando se tra- Psictuiatría para, en contra del criterio de la OMS, mantener este
ta de adolescentes. hay que establecer una diferenciación con los
trastorno en el grupo de los TP.
trastornos del neurodesarrollo (Asperger. autismo): en estos casos,
los problemas de interacción social co1nienzan en edades rnuy tem- En el DSM-5, este trastorno se incluye en tres capítulos diferen-
pranas y la presencia de comportamientos estereotipados es mucho tes: en el del espectro de la esquizofrenia y otros trastornos psicóti-
más evidente q_ue en la persona esquizoide En tercer lugar, hoy CJ.Ue cos, en el de los trastornos de la personalidad, y en el modelo alter-
diferenciar el trastorno de otros TP con los que, no obstante, puede nativo de los TP. En los dos primeros casos, los criterios diagnósticos
coexistir: en relación con el esquizotípico, la mayor diferencio radi- son idénticos {de hecho, en el primero >e remite al capítulo de los fP
co en que el esquizoide no suele presentar distorsiones cognitivos para los criterios diagnósticos, que son los mismos del DSM-IV-TR).
ni perceptivos_ Por su parte, la suspicacia e ideación paranoides del Es decir que en el DSM-5, este trastorno puede encontrarse en dos
TP paranoide no son características del TP esci.uizoide. Por último, el grupos claramente diferentes: como modalidad de esquizofrenia y
aislamiento social de la persona con TP evitativo se debe al miedo como TP.
por no saber cómo comportarse y a la anticipación de rechazo,
mientras que en el esctuizoide, el deseo de relacionarse con otros es a. Caracterfsticas clínicas y criterios para el diagnóstico
muy limitado o está ausente_ Las personas con TP esquizotípico experimentan trastornos cogni-
tivos diversos y distorsiones perceptivos tp. ej., ideas de referencia.
d. Etiología ilusiones corporales. experiencias telepáticos y de clarividencia), se
Millon y Dovis (1996) sugirieron que estos personas han heredado comportan de uno manera excéntrica, y san socialmente poco ade-
una cierto predisposición constitucional hacia la inactividad, la cuados y ansiosos. Sus distorsiones no son coherentes con las normas
ausencia de sensibilidad o respuesto ante el refuerzo, o la disfunción de su grupo de referencia, suceden con cierta frecuencia, y cons-
cognitiva. Estos rasgos heredados, especialmente cuando se combi- tituyen un componente importante de sus experiencias personales:
nan con un ambiente familiar o social emocionalmente empobreci- por ejemplo, tienden a buscar explicaciones extrañas a fenómenos
dos, interferirían con las primeros experiencias de apego y con e! cotidianos, y sus distorsiones cognitivas se asocian con el pensa-
aprendizaje social. El resultado de esta combinación sería entonces miento mágico y con inferencias arbitrarias
el establecimiento de un estilo de personalidad de desapego emo- Experimentan o menudo intrusiones cognitivos (i. e., pensamien-
cional e interpersonal que perdura toda la vida. tos, imágenes, impulsos, o sensaciones) similares o los obsesiones,
Algunos trabajos clínicos avalan estas sugerencias, puesto q_ue con contenidos mágico-místicos. agresivos, y sexuales Cuando estas
indican q_ue el trastorno es mós frecuente en actuellos adultos que, intrusiones son muy frecuentes, pueden dar lugar a rituales elabo-
en su primera infancia, experimentaron relaciones frías, negligentes rados, monifie>tos o encubiertos. Todas estas característicos están
y no gratificadoras, lo q_ue les induce a dar por sentado q_ue no funcionalmente relacionadas con un comportamien·~o extraño y
es valioso ni importante relacionarse con los demás. Por otro lado, excéntrico y con una afectividad restringida y/o inapropiada.
también hay rozones para pensar que ciertos factores constitucio- Estas personas suelen estar aisladas de sus grupos de pares y
nales, heredables, contribuyen o establecer yo desde la infancia un carecen de amistades estables o duraderas. Su aislamiento social
patrón de timidez que precedería al trastorno Por ejemplo, factores se debe tanto a sus pensamientos y conducta excéntrico, como a su
de personalidad tales como la introversión, altamente heredable, escaso interés por relacionarse, debido en parte a su desconfianza
son característicos del trastorno esquizoide, tanto en investigaciones y su tendencia o lo auto"referencia. En el coso de desarrollar una
realizadas con población psiquiátrica como con población gene- relación más estrecha, tienden a mantenerse distantes o acabar por
ral. Lo ausencia de cordialidad también se ha constatado, ounctue rechazarla. Tienen una idea de sí mismos egosintónico, por lo <lUe se
con menor generalidad, en estos mismos estudios <Pelechano et al., perciben como distintos, interesantes, especiales o independientes.
2009l. En cuanto a la relación del TP esquizoide con la esctuizofre-
Sin embargo, los demás suelen considerarlos raros, extravagantes,
nia. los resultados son menos consistentes que con respecto al TP poco fiables, e incluso hostiles y amenazantes. Entre las consecuen-
esquizotípico Con todo, autores como Wolff (2000) indican que
cias más problemáticas del trastor110, se encuentran el abuso de
dadas las característicos comunes de aislamiento y desinterés social
sustancias, los adicciones comportomentoles, o los derivadas de uno
que comparte este trastorno con el autismo, podrían existir elemen-
excesiva exposición al riesgo por conductos imprudentes.
tos comunes en su desarrollo. A su vez estos factores, junto con otros
relacionados con la crianza, podrían aumentar el riesgo o presentar Los criterios específicos CJ.Ue el DSM-5 establece para el tras-
un TP esquizoide. torno, tanto en el modelo alternativo como en el tradicional. se
encuentran en la Tabla 13.9. Los dos rasgos prominentes que definen
C. Trastorno de la personalidad esquizotípico o estas personas son el psicoticismo y el desapego, y en cada uno
de ellos, el modelo alter11ativo destoca diversas facetos. Por último.
El término «esquizotípico», acuñado por Rada, denotaba una recuérdese que la CIE-11 no considera ctue el esquizotípico sea un
variante fenotípica, no psicótica, del genoma de la esquizofrenia TP, sino una variante de psicosis, razón por la cual lo incluye en la
y se utilizó luego para carocterizar el denominado síndrome de categoría o espectro de la esctuizofrenio.

Lll8
Capítulo El. Trastornos de la personalidad

) ) Tabla 13.9. CS~/1-5: Criierios di=ignósticos par;i el trastorno de l.:i perso11=il1dad e>q1c1zotí¡:iico

¡A Un patrón dominante de deficiencias sociales e interpersonales,


ctue se manifiesto por un molestar agudo y poca capacidad poro
A. Deterioro moderado o grave en el funcionomiento de lo
personalidad, que se manifiesta por dificultades en dos o más
los relaciones estrechos, así como por distorsiones cognitivos o de las cuatro áreas siguientes:
percepf1vas y comportorn1ento excéntf1co, ctue com·1enza en las
primeras etapas de la edad adulta y está presente en diversos
contextos, y ci.ue se manifiesta por cinco (o más) de los siguientes
hechos:

J. Ideos de referencia (excluidas los delirantes de referencial. l. Identidad: límites confusos entre e! yo y los demás;
autoconcepto distorsioriado; expresión emocional o menudo ,
- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - + - - - r i o congruente con el contexto o la experiencia intern~
2. Creencias extrañas o pensamiento mágico q_ue influye en 2. Autodireccióri: metas irrE>ales o incoherentes; no poseen riingún 1

el comportamiento y no es consistente cori las normas conjunto cloro de riormas iriternos.


subculturoles (p. ej., supersticióri, creer eri lo clarividencia,
telepatía o «sexto sentido»; en riiños y odolescerites. fantasías
o preocupaciones extravagantes).

3. Experiencias perceptivos inhabituales, incluidos los ilusiones 3. Empatia: profundo dificultad para la comprensión del impacto
corporales. de los propios conductos sobre los demás; frecuentes molas
interpretaciones de los motivociories y comportamientos
! de los demás.
··--· -
4. Pensamiento y discurso extraños (p. ej., vago, circuristariciol. 4. Intimidad: dificultad considerable poro desarrollar relaciones
1 metafórico, super-elaborado o estereoeotipado). 1
íntimas, asociada con la desconfianza y lo orisiedad.

5. Suspicacia o ideacióri pararioide. !

6. Afectividad inapropiado o limitada.

7. Comportamienlo o apariencia rora, excéntrico o peculiar.


e
8. No tiene amigos íntimos ni conliderites aparte de los familiares
1
de primer grado.

9. Arisiedod social excesiva q_ue no disminuye con la familiaridad,


y q_ue tiende o asociarse con los temores pararioides más ci.ue
cori juicios negativos sobre uno mismo.

B. Estos característicos no aparecen exclusivamente en el transcurso B. Cuatro o más de los siguientes seis rasgos patológicos:
de uno esq_uizofrenio, un trastorno bipolar, o un trastorno l. Desreguloción cognitivo y perceptivo (faceta del psicoticismo)_
depresivo con característicos psicóticas, otro trastorno psicótico, 2. Creericias y experiencias inusuales (faceto del psicoticismol.
; o uri trastorno del espectro del autismo. 3. Excentricidad (faceta del psicoticismo).
Nota: Si se cumplen los criterios arites del iriicio de una esq_uizofrenio.
1 4. Afectividad restririgida (faceta del desapego).
añadir «previo». Por ejemplo, «trastorno de la personalidad
5. Distanciamiento (faceta del desapego).
¡ esq_uizotípico {previo)».
6. Desconfianza (faceta del desapego)_
' ----------- -- - - -

b. fpídemiología, comorbilidad y curso pocas horasl hace descartar la presencia de un trastorrio psicótico
breve o un esq_uizofreniforme. Sin embargo, otros estudios de segui-
Como ya se comentó antes, la prevalencia estimoda del trastorno miento indican una ·1nc'dencio elevado de esq_uizafren·1a: entre el
esq_uizotípico en lo poblacióri gerieral es boja de uri 1.49% <Volkert 17 % (McGlashon, 1986) y el 25 % (Schulz y Sol off, 1987). Los mejores
et al., 2018) y su curso suele ser estable. Segúri el DSM. la mayoría predictores de la aparición de esq_uizofrenia fueron, en el primero de
de los pacientes no llego a desarrollar uno esq,uizofrenia u otra psi- los estudios, los delirios de referencia, el pensamiento mágico y el
cosis, si bien son relativamente frecuentes los episodios psicóticos aislamiento social. Entre el 3D y 50 % de estos pacientes experimeri-
breves, en especial como corisecuericia de la exposición o estrés. tari un trostorrio depresivo mayor, y es este trastorrio el q_ue suele ser
Sin embargo, lo escosa duración de estos episodios (minutos o unos motivo de consulta o de ingreso.
M,;inual de psicopatología. \lolumpn :.'

En cuento o su comorbilidad, es especialmente alta con el TP Una cuestión diferente es la confusión entre esquizo1ipio corno
límite, y con el tro>torno obsesivo-~01npuls1vo <TOCl del q,ue en algu- dimensión de per'.>onalidad y el TP esquizotípico, que en ocasione>
nos casos graves resulta indistinguible. Algunos autores plantean se u1ilizan e1rónean1ente como sinónimos e intercambiables. El tér
que la esq,uizoiipia podria se1 un subtipo de TOC, lo que situaría mino esquizotipia fue acuñado por Claridge (Bentall, et al., 1989;
este TP en el espectro obsesivo-compulsivo (Sobin et al., 2000l. Más Cloridge, 1997) para delimitar el rasgo de psicoticismo definido por
adelante retomaremos este aspecto de la esquizotipia. Eysenck (1992l, e incluye cuatro componentes: experiencias inusua-
les, desorganización cognitiva. anhedonia introvertida. e inconfor-
r;_ Diognóstíco diferencia! mismo impulsivo. Corno dimensión de personalidad no siempre está
Las principales entidades con las que realizar el diagnóstico diferen- asociada a características negativas: algunos estudios hablan de
cial son, en primer lugar, otros trastornos mentales en donde haya «esq,uizotipia benigno» <p. ej., Jackson, 1997) y otros la asocian a
evidencies de sintomatología psicótica: tra>torno delirante, esqwzo- cualidades artísticas y científicas (p. ej .. Nettle, 2006).
frenia y los trastornos bipolar o depresivo con síntomas psicóticos. Conceptualmente, lo esquizotipia refiere o un continuo de per-
La aparición de síntomas del TP antes de lo sintomatología franca- sonalidad, que va desde el deterioro mínimo o imperceptible (o
mente psicótica y su persistencia una vez ha remitido o atenuado el incluso beneficioso) hasta la ruptura claramente psicótica. En conse-
cuadro psicótico, son los criterios diferenciadores más importantes. cuencia, se trata de un marcador de vulnerabilidad a la psicosis y de
El DSM-S indica asimismo que es importante diferenciar este TP otros trastornos mentoles graves y por ello no es correcto utilizarlo
de los trastornos del neurodesarrollo (autismo y Asperger), aunque como equivalente al TP esquizatípico. Ejemplo de esta afirmación
en muchas ocasiones puede ser difícil diferenciar unas entidades es la relación entre esquizotipia y TOC, trastorno q_ue no se inclu-
de otros especialmente en menores: la ausencia de contacto social ye en el espectro psicótico. En torno al 50% de los pacientes con
y de reciprocidad emociona! y la presencia de comportaniientos TOC muestran evidencias entre moderadas y graves de esquizotipia
estereotipados es mayor es esos trastornos q_ue en los esquizotípi- <p. ej., Kendler et al., 1989l. Pallanti (2000) sugería que al menos
cos. Los cambios de personalidad debidos a enfermedad médica y un grupo de pacientes TOC podría estar cercano al espectro de lo
síntomas asociados o consumo de sustancias {p. ej., cocaína) son esquizofrenia a partir, precisamente, de una consideración multidi-
también entidades en las que se pueden presentar características mensionol de la esquizotipia. Lee y su grupo (lee y Kwon, 2003; Lee
de personalidad similares a las del esq,uizatípico. De nuevo. lo apa- y Telch, ZOOS; Lee et al., 200S) han postulado la existencia de dos
rición y/o exacerbación de esos características con posterioridad a grandes modalidades o subtipos de TOC: autógenas y reactivas. Las
la enfermedad médico y/o al consumo persistente de sustancias es primeras están vinculadas con la esquizotipia, y esa modalidad de
el criterio a considerar para establecer el diagnóstico. Por último, TOC está en el plinto intermedio de un continuo esq_uizofrenia-es-
no puede obviarse el hecho de que los características esq_uizotípicas q_uizotipia-TOC. Sus resultados apoyan en porte esta hipótesis, con
aparecen también en otros TP, como el narcisista y, especialmente, evidencias que avalan la relación esquizatipia-obsesiones autóge-
el límite, yo que estos últimos pueden experimentar episodios psicó- nas, y otras que indican que las personas con TOC de tipo autógeno
ticos similares a los de los esq_uizotípicos, pero estón mós claramen- presentan mós distorsiones perceptivas y de pensamiento (p. ej., ilo-
te vinculados a cambios en el estado de ónimo coma respuesta al gicidad, pensamiento mágico) que los TOC-reactivos.
estré.s. y además presentan también síntomas disociativos (desperso-
nalización y desrealizaciónJ, menos frecuentes en los esquizotípicos. D. Trastorno de la personalidad antisocial
d. Etiología La idea de formular la existencia de un trastorno como este surge
de los intentos por explicar, desde una óptica psicopatológica, un
Los datos fenomenológicos, biológicos, genéticos, de respuesta al modo de comportamiento persistentemente delictivo y/o anti-nor-
tratamiento y seguimiento apoyan su vínculo con el espectro de la mativo, en ausencia de motivos que lo justifiquen {luengo y Carrillo,
esquizofrenia: por ejemplo, los e>tudios de historia familiar muestran 2009). Seguramente por ello se ha denominado de muy diversos
un riesgo incrementado de trastornos relacionados con la esq_uizofrenia modos a lo largo de la historio, dependiendo de dónde se situaba
en los familiares de personas con TP esq_uizotípico y, al revés, un riesgo el énfasis: en el comportamiento o en la personalidad. Así, mien-
incrementado de e>te trastorno en familiares de personas con esquizo- tras para lo tradición anglosajona de la psiQ.uiatría lo esencial es
frenia. Además, algunos pacientes con este trastorno tienen alteracio- el comportamiento lesivo para la sociedad (y entonces se emplean
nes caracterí>ticas de la esq_uizofrenia <p. ej., incremento del tamaño términos como sociopafiao trastorno antisociab, para lo psiquiatría
de los ventrículos cerebrales, disminución del seguimiento ocular fino, olemona lo importante es el modo de ser del sujeto, su personalidad
y pobre rendimiento en pruebas de atención visual o auditival. enferma (y entonces se etiqueta como psicopatía), lo que motiva un
Sin embargo, otras modalidades del trastorno no están clara- comportamiento inadecuado por antisocial y la q,ue dificulta com-
mente relacionadas con la esq_uizofrenia, especialmente cuando el prender, oju>tarse y aceptar los normas sociales. Las consecuencias
síndrome se caracteriza sobre todo por excentricidades cognitivos. de esta dualidad en la concepción del trastorno han sido importan-
perceptivas y de comportamiento. En todo caso, aun cuando se ha tes para su caracterización clínica, su investigoción etiológica y su
demostrado que existe una relación con la esquizofrenia, queda por tratamiento.
aclarar si el trastorno representa una variedad de esquizofrenia leve,
de rasgo, o si por el contrario representa y contiene las características a. Características clínicas y criterios para el diagnóstico
nucleares de la esquizofrenia, sobre las cuales se superponen los epi- El comportamiento típico consiste en un patrón duradero de com-
sodios psicóticos esquizofrénicos más llamativos. Sea como fuere, no portamientos socialmente irresponsables, que se evidencio antes de
hay que olvidar que la OMS no incluye el trastorno esquizotípico entre los 15 años (aunq,ue el diagnóstico formol no puedo realizarse antes
los TP, y son muchos los que, como Krueger et al. (2008), defendían de los 18) y q_ue reflejan desconsideración hacia, despreocupación
que el DSM-5 lo incluyera en el espectro de la esquizofrenia. por, y vulneración de los derechos de los demás. Muchos personas

420
Capítu!o13. lra~t:::irnos de la persoealid20

con este trastorno trnnan parte en actos ilegales, rnás a menos gra- de pareja o padre) o de >u honradez (p ej., como trabajador)_ En el
ves. Eíltre sus característicos de personalidad relevantes, destacan DSM-5 este trastorno aparece en dos capítulos diferente>: en el de
la falta de interés o preocupación por los sentimientos de los demás. los «Trastornos de la pe1sonalidad>> (tanto en la Sección II, como en
carencia de remordimientos por el daño que puedan causar, inca- el modelo alternativo de la Sección JIJ), y en el grupo o categoría de
pacidad para aprender de la e~periencia, escasa tolerancia a la «Trastornos disruptivos del control de los impulsos y de la condue-
frustración, irritabilidad y tendencia a no reconocer la propia culpa la». Los criterios diagnósticos para el trastorno q,ue plantea el DSM-
o responsabilidad, que suelen atribuir a los demás. al azor, o al des- 5 tanto en la versión tradicional como en el modelo alternativo se
tino. Estas caracterísf1cas suelen provocar el fracaso de estas perso- ofrecen en lo Tabla 13.JO. Los rasgos de antagonismo y desinhibición
nas en roles Q.Ue reci.uieren de su responsabilidad {p. ej., en el papel son los q,ue, según ese modelo, caracterizan mejor a estos pacipnfes.

) ) Tabla 13.10. DSM·S: Criterios diagnósticos para el trastorno de la personalidad antisocial

A. Patrón dominante de inatención y vulneración de los derechos de A. Deterioro moderado o grave en el funcionamiento q_ue se
los demás. que se produce desde los 15 años de edad, y que se manifiesta por dificultades en dos (o más) de las cuatro áreas:
manifiesto por tres (o más) de los hechos siguientes:
'----
l. lncumpl'1miento de las normas sociales respecto a los l. Identidad: egocentrismo, autoestima derivada de la ganancia
comportamientos legales, que se manifiesta por actuaciones personal. el poder o el placer.
repetidas que son motivo de detención.

2. Engaílo, que se manifiesta por mentiras repetidas, utilización 2. Autodirección: los objetivos se establecen sobre la base de la
de olios, o estafo para provecho o placer personal. satisfacción personal; ausencia de normas internas prosocioles
asociadas a faifa de conformidad con el comportamiento legal
o ético normalizado culturalmente_

3. Impulsividad o fracaso para planificar con antelación. 3. Empatía: falta de preocupación por los sentimientos.
las necesidades o el sufrimiento de los demás; falta de
remordimientos después de herir o maltratar a otro persono.
y agresividad, que se manifiestan por peleas
11-. Irritabilidad 11-. Intimidad: incapacidad para relaciones íntimas; Ja explotación
o agresiones físicas repetidas. es el modo fundamental de relacionarse con los demás, incluso
mediante el engaño y lo coacción, el abuso de una posición
dominante o la intimidación para controlar o los demás_
C--------------------1-------~ _ _ ____,
5. Desatención imprudente de la seguridad propia o de 101 demás.

6. Irresponsabilidad constante, que se manifiesta por la


incapacidad repetido poro mantener un comportamiento
laboral coherente o cumplir con las obligaciones económicos.

7. Ausencia de remordimiento q_ue se manifiesto con indiferencia


o racionalización del hecho de hcber herido, maltratado, o
robado a alguien.

B. El individuo tiene como mínimo 18 años_ B. Seis o más de los siguientes siete rasgos de personalidad patológicos:
- Manipulación (faceto del antagonismo).
- Insensibilidad (faceta del sntagonismo).
- Engaño (faceta del antagonismo).
- Hostilidad (faceta del antagonismo).
- Asunción de riesgos (faceta de la desinhib1ción).
- Impulsividad (laceta de la des1nhibiciónJ_
- Irresponsabilidad (faceta de la desinhibiciónL

C. Existen evidencias de lo presencia de un trastorno de la conducta


con inicio antes de los 15 años.

D. El comportamiento antisocial no se produce exclusivamente en el


curso de la esquizofrenia o de un trastorno bipolar.
Notu>.
- Se requiere como mínimo que el paciente tenga 18 años_
- Especificar si hay característicos psicopciticos_
=-_J
~---------------------~---- - ---- ----·-----
Ma11ual de ps1copaTología. volume11 2

La inclusión del TP antisocial en dos categorías difererites es ernbargo, en ¡nuestras dínicas se han hallado cifras notablemente
cuanto menos discutible y, eri riue>tra opinión, remite una vez inás supe1iores, que van desde el 4% hasta el 30%. Estas tasas llegan
a los dificultades que plantea un sistema de diagnóstico categorial a seí cercanas al 50% entre adictos a opiáceos y alcohol y llegan
en el que las clases(:. e., cotegor(as de trastornos! no están bien hasta el 75 % en población penitenciaria. La prevalencia es mayor
definidas. Pero es que, además, los «problemas de comportamien- en hombres que en ml~eres. en una proporción aproximada de 3:1.
to antisocial», tanto en adultos como en niños y adolescentes. se Además, parece que la juventud y la pertenencia a niveles socioeco-
mencionan en la sección dedicada a (<Otros problemas que pueden nómicos y culturales bajos son característicos de alto riesgo.
ser objeto de atención clínica», aunque en e>te caso los compor- El cursa >Uele ser crónico y se asocia con frecuencia a consu-
tDmientos antisociales serían transitorios o puntuales y no debidos mo de sustancias psicoactivos, además de a ingresos reiterados en
a un TP antisocial propiamente dicho. No obstante, en la medida centros penitenciarios También son más frecuentes de lo normal
en q_ue el trastorno en sí mismo no debe diagnosticarse antes de las muertes prematuras por causas violentas (suicidio, accidentes,
los 18 años, esa posibilidad diagnóstica parece remitir más bien a homicidios), lo que también puede incidir en el doto, apuntado en
los antecedentes de un futuro TP antisocial cuando se detectan en algunos estudios, de que el trastorno remite o es menos frecuente
menores de esa edad. a partir de la cuarta década de la vida: es posible que, más que
Junto al patrón de comportamiento que hemos descrito, hay remitir o disminuir, lo que en realidad ocurra es que el individuo
que valorar los componentes básicos de la personalidad porque en esté en la cárcel <y entonces yD no se le considera enfermo mentall,
realidad son estos, y no únicamente las conductas, los que permiten haya muerto, o que debido o su mayor edad y su deterioro físico y
establecer un diagnóstico de TP y diferenciar a estas personas de mental, no tenga fuerzas poro involucrarse en actos delictivos. Por
los delincuentes sin el trastorno. Lo constatación de caracter(sti" último. estas personas pueden presentar episodios claros de disforia,
cas de personalidad y pobre o escaso desarrollo moral, unidas a incapacidad poro toterar la soledad y el aburrimiento, trastornos de
uno hi>toria consistente de comportamientos antisociales, violentos ansiedad, y trastornos asociados a! control de impulsos.
y reincidentes, orientan hacia un diagnóstico clínico del trastorno_
Los aportaciones clásicas de Cleckley (1976l se enmarcan en eso c. Djagnóstíco diferencial
perspectiva_ Definió el perfil clínico del psicópata sobre la base de Hoy que recordar que este diagnóstico no debe aplicarse a meno-
rasgos de personalidad y su asociación con comportamientos social res de 18 años y, llegada esa edad, únicamente debe plantearse
o moralmente mdeseables, con lo finalidad de diferenciar entre un si existen evidencias de un trastorno de conducta antisocial antes
psicópata y un delincuente: el primero debería ser caracterizado de los 15 años. En cuanto a los trastornos de lo<: que debe diferen"
como una persona con un trastorno mental, pero no el segundo. La ciarse este trastorno, los relacionados con el abuso de sustancias
caracterización clínica de Cleckley se basa en 16 elementos, que se ocupan un lugar prominente: el consumo y dependencia de sustan-
pueden agrupar en estos cinco: cias psicoactivas puede ly suele) estar asociado a comportamientos
l. Apariencia exterior de normalidad: no hay experiencias percep- antisociales. Por lo tanto, únicamente debe consignarse que existe
tivas ni de pensamiento patológicas (no hay alucinaciones ni un TP antisocial en un consumidor cuando existan evidencias del
delirios), su capacidad mtelectual es normal, y no hay altera- trastorno antes del comienzo de \a edad adulta y no cuando las
ciones del estado de ánimo o emocionales (ansiedad, culpa, o conductas antisociales o el cambio de personalidad e>tén asociados
depresión). al consumo. En la esq_uizofrenia y en los trastornos bipolares pueden
2. Ausencia de respuesta al ca>tigo y a los si>temos usuales de con- aparecer comportamientos antisociales que no deben confundirse
trol y/o inhibición social, unido o incapacidad para aprender de con la presencio simultónea de un TP antisocial. De hecho, no debe
las experiencias, junto con un estilo de razonamiento deficiente. realizarse un diagnó>tico de TP antisocial cuando hay síntomas evi-
3. Pobreza o deterioro afectivos: ausencia de relaciones afecti- dentes de esquizofrenia o bipolaridad. Por último, este TP comporte
características con otras TP y, en especial. con el narcisi>ta: puede
vos estables, vida sexual poco o nada integrada, insensibilidad
hacia los deseos o necesidades de los demás (falta de empotlal, compartir con el antisocial la falto de sinceridad, dureza, superfi-
y egocentrismo. cialidad, ausencia de empatía y tendencia a explotar a los demás.
Pero en el narcisi>ta no son tan evidentes la impulsividad, el engaño,
ll. Ausencia de planificación vital y tendencia a la fantasía (gran- o lo agresión, ni suele haber historia de comportamiento delictivo_
diosidad).
5. La conducta delictiva (tal y como se codifique en la legislación d. Etiología
penal aplicable) no es esencial para definir la psicopatía.
Se han propuesto explicaciones de todo tipo paro el TP antisocial:
Estos criterios ílan sido objeto de crítico, pero siguen siendo de uti" desde anomalías bioquímicas y electrofisiológicas hasta factores
lidad tanto desde una perspectiva clínica-aplicada como de inves- genéticos, psicosocioles, de aprendizaje, cognitivos o de persona-
tigación y, de hecho, han sido el marco de referencia de muchas lidad. Los estudios con gemelos y de adopción indican que e~i>ten
investigaciones desde di>tintas ópticas y modelos. Además, son úti- factores genéticos que predisponen al desarrollo del tra>torno. Sin
les para valorar el especificador de características psicopáticas que embargo, estó lejos de saberse cuál es la contribución específica de
incluye el DSM-5 entre sus criterios. la cargo genética, si lo naturaleza de lo predisposición es específica
para sufrir este trastorno, o si, por el contrario, son ciertos rasgos,
b. Epidemiología y curso como la impulsividad, excitabilidad u hostilidad, los que en realidad
Los datos epidemiológicos var(an enormemente según sea la pobla- contribuyen a la explicación de la varianza genética_
ción de referencia: en población general. la media de los estudios Por su parte, la investigación neurofisiológica propone varias
sitúa la prevalencia en torno o\ 2,76% (Volkert et al., 2018). Sin hipótesis sobre la existencia de daños o déficits en el lóbulo fron-

421
Capitulo 13. Trastornos de la pcr:;onal1dad

tal de los psicópotos {Ruine, 2000), que ha recibido cierto apoyo los medidas de auto-informe en señalar este rasgo como predo-
empírico, o sobre la existencia de una inn1adurez cortical en estos minante entre las personas con trastorno antisocial.
sujetos, que no ha recibido apoyo unáni1ne. No obstante, ~e han Un desorrolfo moral deficitario- los estudios realizados indican
constatado cambios en las regiones cerebrales frontal y teniporal, que se hallan en una etapa pre-convencional de razonamiento
asociadas o los comportamientos violentos de estos pacientes (Nora· moral. corocterizada por la primacía de los propios intereses
yan, et al., 2007). y el pragmatismo, labilidad relacionada con Jos normas socia-
Los hallazgos sobre disfunciones en el metabolismo del sistema les y los valores morales, y ausencia de jerarquías claras para
serotoninérgico en el TP antisocial son bastante consistentes: tanto valores positivos (véase p. ej .. Luengo y Corrillo, 2009, paro uno
en los estudios con animales de laboratorio, como en los realizados revisión).
con humanos (antisociales, pacientes mentales con historia de con- En conclusión, el TP antisocial es una entidad clínico comple-
ducta agresivo, y delincuentes homicidas violentos), se han encon- ja, en cuya etiopotogenia influyen tanto factores de tipo biológico
trado deficiencias neuroquímicas relacionadas con disfunciones del como de socialización, incluyendo entre estos últimos los experien-
sistema serotoninérgico_ La actividad de la mono-amino-oxidasa cias vitales y de aprendizaje. A su vez, estos dos amplios conjuntos
está disminuida y hay una boja concentración en el fluido cere- de factores se retroalimentan, de modo que resulta prácticamente
bro-espinal del 5-hidroxi-indol acético, un metabolito de la seroto- imposible definir el peso relativo de unos y otros en 10 configura-
nina. Parece que esta disfunción está relacionada con varios aspec- ción final del trastorno. Es posible q_ue la vulnerabilidad biológica
tos del TP antisocial. lo impulsividad, lo dificultad poro responder actúe como un caldo de cultivo en el que las prácticas de crianza,
adecuadamente al castigo, y la modulación emocional inadecuada. los aprend'1zojes, y las exper'1encias de social'1zac"1ón actúen como
Paralelamente, desde las investigaciones psicofisiológicas se disparadores o, por el contrario, atenúen, los efectos negativos de
apuntan diversas alteraciones q_ue podrían estar en la base del com- las predisposiciones biológicos. A su vez, puede que estas predispo-
portamiento antisocial. Las hipótesis con mayor apoyo empírico son siciones se hayan adquirido durante la gestación íp. ej., alteraciones
las siguientes. (a) el nivel basal de activación corticol es más bajo neuroquímicas transmitidas al feto por unos progenitores con graves
de lo normal, lo que llevaría a estos sujetos a buscar estimulación carencias biológicas derivadas del consumo de sustancic1S, como el
con el fin de normalizarlo y íbl presentan disfunciones del sistema alcoholl, o por vía perinatal (p. ej., deficiencias nutricionales deriva-
límbico, que estarían asociadas con las alteraciones emocionales, das de prácticas de crianza inadecuados por carencia de recursos
la incapacidad para inhibir respuestas ante la amenaza de castigo económicos, consumo de sustancios, etc.l, con lo que, de nuevo,
(relacionada, a su vez, con la ausencia de ansiedad en presencia de habría q_ue apelar o Jos factores de tipo ps·1cosocial como precurso-
estímulo:; de miedo) y las dificultades para modular el comporta- res del trastorno.
miento en función de los cambios en el sistema recompenso-castigo.
Desde la investigación psicosocial los datos indican q_ue las per- E. Trastorno de la personalidad límite
sonas con este TP presentan sesgos en el procesamiento de informa-
ción iriterpersonal, en el sentido de que cuando esta es ambigua o Este es el TP que más atenc'ión ha recibido y recibe en la literatura
está poco estructurada, el antisocial tiende a atribuirle significados científica, especialmente desde la publicación del DSM-III en 1980.
hostiles. En cuanto o las prácticas de crianza y educativas, muchos Adjetivar de «límite» a un trastorno mental, suele ser equivalente
estudios confirman una historia infantil y adolescente de abandono, o decir que quien lo padece se sitúa: {al en la frontero, o lími-
te. entre dos psicopatologías diferentes, asumiendo síntomas de
abusos físicos y psicológ"1cos, y negligencia en el cuidado del niño
ambas, pero configurando una entidad nosológico nueva y distinto;
por parte de los adultos responsobles, unido a una elevada inci-
(b) en el punto medio de un continuo normalidad-psicopatología,
dencia de alcoholismo y abuso de sustancias, además del mismo
limitando o lindando con cada uno de ambos extremos; (c) albor-
trastorno antisocial, entre los familiares de primer grado_
de mismo, en el límite, del fracaso o Ja ruptura mentol, y {d) en
Los resultados ob~enidos en los investigaciones sobre la persona- el límite, o nivel mós bajo, de organización o estructuración de la
lidad de estos individuos tienden a confirmar: personalidad.
La hipótesis de una demencia semántica <Cleckley, 1976), es La aplicación de estos criterios al TP límite conlleva que:
decir, una discrepancia entre el lenguaje y la expresión emo- J. Se considere límite porque se asocia con ml!cha frecl!encia
cional, según la cual ounq_ue las personas con TP antisocial con otros trastornos: según Millon (1992), con los disociativos
proporcionan informes verbales adecuados acerca de su estado (en especial, la histeria y la personalidad múltiple), el trastorno
emocional, su nivel de respuesta fisiológico es menor del que esquizoafectivo, y los trastornos afectivos. Y, según el DSM-5,
cabrío esperar y, por lo tonto, no se corresponde con la emoción con el TP esquizotípico.
q_ue se está expresando.
2. Aparece ya en etapas tempranas y, deperidiendo de su gra-
¡ La hipótesis de la frialdad afectiva o lo incapacidad de amar: vedad y de la presencia de «incidentes críticos» <protectores
estos sujetos presentan una disminución de las respuestas refle-

l
versus facilitadoresl en la vida del individuo, puede dar lugar
jas ante estímulos afectivos, tanto positivos como negativos_ a traspasar el «límite» con la normalidad y derivar hacia la
La incapacidad para comprender los sentimientos de los demás: presencio de psicopatologías.
la ausencia de empatía suele correlacionar con la presencia de 3. Actúa como elemento de vulnerabilidad precipitante de psico-
1t: - psicopatía. patologías graves <psicosis, depresión mayor, etc.>, sin que para
Lo impulsividad como rasgo dominonte de personalidad: los ello sea necesario lo mediación de un incidente crítico especial-
hallazgos bioquímicos que se comentaron antes coinciden con mente importante_
fv1anu2I de psicopatol0g1a._ Volun1e!' z

Comoquiera que el siguiente capítulo de este monuol está dedi- Sus relaciones personales suelen set superficiales, orientadas
cado exclusivamente a este trastorno compiejo, no dedicaremos a rnantener su autoestin1a. Tratan de mantener uno apariencia de
oq,uí más espacio al mismo. alltosuficiencia y pueden utilizar a los demás para sus propios fines.
Tienen propensión a sentir que aquellos con q,uienes se relacionan
F. Trastorno de la personalidad narcisista necesitan sentirse especiales y 1Jnicos, parque ellos se v0n o sí mis-
mos en e>tos términos; por tonto. normalmente desean estar relocio·
Havelock Ellis introdujo a finales del siglo x1x el término «narcisis- nodos solo con personas, instituciones. o posesiones que confirmen
mo» para identificar un f1po de perversión sexual que 'implica tro- su sentido de superioridad. La mayor parte de estas característica>
tarse o sí mismo como un objeto sexual y, más tarde, Freud adoptó se recogen en los criterios diagnósticos q_ue ofrece el modelo alter-
el término para describir uno actitud general de ensimismamiento nativo del DSM-5, que escoge dos facetos del rasgo de antagonismo
en uno mismo y de auto-amor. Otros analistas posteriores plantearon como necesarias para el diagnóstico (véase la Tabla 13.ID.
q_ue esta actitud se desarrollaba como respuesta o una autoestima Los criterios del DSM-5 san bastante precisos para identificar
dañada, lo q_ue ocasionaría, como veremos después, do~ modos de los formas arrogantes, socialmente sobresalientes, del narcisismo.
entender el narcisismo patológico: con la grandiosidad y el auto-ex- Sin embargo, hoy otras formas de expresión o manifestación del
hibicionismo como elementos definitorios fundamentales, o con la trastorno diferentes a la grandiosidad y la arrogancia, q_ue no reco-
vulnerabilidad y la hipersensibilidad al rechazo de los demás como ge el manual. Tanto los planteamientos clínicos, basados en estu-
característica fundamental. Además de esta dualidad o divergencia dios de casas o en muestras clínicas, como los realizados desde
conceptual, hay que decir q_ue el narcisismo no se consideró como la psicología de la personalidad con población general no clínica
un trastorno de la personalidad hasta la oporición del DSM-III en coinciden en señalar dos man·~ertaciones pecul"ICJ"es del narci>ismo·_
1980. Desde entonces ho~o lo versión actual de ese manual, lo idea la grandiosidad y lo vulnerabilidad narcisista <Miller et al., 20171,
de grandiosidad-exhibicionismo ha sido lo dominante en la concep- detectadas por primera vez en el estudio fundamental de Wink
tualización del trastorno. (1991>. Ambos componentes comparten un estilo de relaciones inter-
Desde lo perspectiva de lo psicología de la personalidad y la personales egocéntrico, demandante, y dominante. Sin embargo, la
psicología social el estudio del narcisismo como rasgo normal de vulnerabilidad narcisista se asocia a un neuroticismo muy elel/Odo,
personalidad tiene una largo tradición. En su mayor parte, los estu- con rasgos como ansiedad, tendencia a la preocupación, depre-
dios sobre este rasgo o dimensión normal de la personalidad se han sión, vergüenza, dependencia, y estilo defensivo. Por Sll parte, !a
basado en la utilización de un cuestionario, el Narcissistic Perso- grandiosidad narcisista incluye rasgos como asertividad, crueldad o
nality Jnventory (Raskin y Terry. 1988), que recoge sobre todo los insensibilidad, explotación de terceros, exhibicionismo, asunción de
elementos de grandiosidad del narcisismo. riesgos, o agresividad.
a. Característ;cas dínícas y criterios para el diagnóstico b. Epidemiología y curso
Según el DSM-5, las personas narcisistas se caracterizan por la Como vimos en un apartado previo, los estudios epidemiológicos
grandiosidad, la necesidad de ser admirodas y lo incapacidad paro más recientes sitúan e~e trartorno en los últimos lugares en cuan-
empalizar con los demás. El individuo sobrevalora su l/O!ÍO personal to a su prevalencia en la población general. Entre otros, esta boja
en cuanto o sus capacidades, cualidades, logros, etc., o cuolq_uier prevalencia es una de las razones q_ue más argumentan los expertos
otro faceta, lo que con frecuencia le conduce a jactarse de ello y a para dudar de su inclusión en el grupo de los «elegidos» en el
sentirse herido cuando no se reconoce su valía en los términos q_ue modelo alternativo del DSM-5. Sin embargo, es más habitual en
espera. E~as personas se encuentran casi constantemente preocu- población clínico (entre el 2 y el 26 %J. En cuanto al género, se
padas por fantasías de éxito, poder, brillantez, belleza, etc. Se con- estimo que entre el 50-70% de las personas con este tra~orno son
sideran superiores, únicas, especiales y esperan que los demás les hombres.
traten en consonancia con su situación. Esto los lleva, por ejemplo,
En cuanto a su curso, los mayores problemas se producen en el
a pensar que solo pueden relacionarse con, o ser comprendidas por,
ámbito de los relaciones interpersonales: la pretenciosidad y cons-
personas de su mismo estatus o valía
tante necesidad de admiración, unidos a uno relatil/O falta de inte-
Demandan elogios y admiración. Esperan recibir un trato especial rés por los problemas y las necesidades de los demás (falto de
y tienden a pensar que sus ílecesidades tienen prioridad sabre las empatíal, hocen que sus relaciones sociales sean problemáticas. En
de los demás. Presentan una propensión a aprovecharse de otras ocasiones, el miedo o recibir críticos o humillaciones les conduce
personas para satisfacer sus deseos. Carecen de la capacidad paro además a retroerse socialmente y a no asumir riesgos, por ejemplo,
empalizar y les resulta extremadomente difícil darse cuenta de los en su vida profesional, lo que trae como consecuencia un estanca-
sentimientos, deseos o necesidades de otras personas. Erwidian los miento en su desarrollo e incluso un rendimiento inferior o lo espe-
éxitos, pertenencias, etc., de !os demás. Exhiben actitudes y con- rable según sus capacidades. El estado de ánimo disfórico puede
ductos arrogantes, desdeñosos y en ocasiones altaneras_ Pero tam- ser una conrtante en aq_uellos narcisistas que tienden a aislarse y
bién son vulnerables a manifestar reacciones emocionoles intensas retraerse socialmente; por el contrario, los períodos prolongados de
y extremas cuando su autoimagen se ve dañada: pueden responder grandios"1dad y exces·11/0 auto-confianza pueden asociarse a estados
con fuertes sentimientos de ofensa, o enfado incluso, a pequeños de ánimo hipertímicos o hipomaníacos.
desaires, rechazos, desafíos o críticas. Como consecuencia, intentan
evitar exponerse a experiencias de este tipo, pero cuando no la con- c. Diagnóstico diferencial
siguen, pueden reaccionar con ira, rabio, o contraatacando de forma
desafiante. Pueden experimentar, además, un episodio depresivo, Los principales dilemas para establecer un diagnóstico diferencial
q_ue suele ser el desencadenante de la búsq_ueda de ayuda clínica. del TP narcisista se producen con otros TP y, en especial, con el anti-
Capitulo 13. Trasi:ornos cie la personalidad

)) Tabla 13.11. DS~.~·5: Criterios diagnósticos para el trastorne d€ la personal1d2d narcisista

A. Un patrón dominante de grandiosidad (en lo fantasía o en el A. Deterioro moderado o grave eo el funcionamiento de la


comportamiento), necesidad de admiración y falta de empotía, personalidad, que se manifiesta por difrcultades en dos o más de
q_ue comienzo en las primeras etapas de la edad adulta y está las cuatro áreas:
presente en diversos contextos, y ci.ue se manifiesta por cinco
(o másl de los siguientes hechos·
l. Tiene sentimientos de grandeza y prepotencia (p. ej., exagera l. Identidad: referencia excesivo a los demás para la
sus logros y capacidades, espera ser reconocido como autodefinición y regulación de la autoestima; autoevoluación
superior, sin que haya !ogros proporcionales). exagerada o subestimado, u oscilando entre los extremos;
la regulación emocional refleja las fluctuaciones en lo
autoestima.
2. Está absorto en fantasías de éxito. poder, brillantez, belleza 2. Autodirección: establecimiento de objetivos basados en la
o amor ideal ilimitado. obtención de aprobación de las demás, estóndares personales
excesivamente elevados can el fin de verse a una misma como
oigo excepcional. o demasiado bajos en base a un sentido de
<<tener derecho»; a menudo no son conscientes de sus propias
motivaciones.
3. Cree que es «especial» y única y que solo pueds ser 3. Empalio: deterioro de la capacidad para reconocer o
comprendido, a solo puede relacionarss con otros personas identificarse con los sentimientos y necesidades de los otros;
{o instituciones) especiales o de alto estatus. pendiente en exceso de los reacciones de los demás, pera solo
de quienes considera relevantes; sobre- o subestimación del
efecto q,ue causa en los demás.
11. Tiene una necesidad excesiva de admiración. 11-. Intimidad: relaciones en gran medida superficiales. que se
entablan para la regulación de lo autoestima; reciprocidad
restringido y con poca interés genuino en las experiencias de
los demás; predominio de la necesidad de obtener beneficias
personales.
S. Muestra un sentimiento de privilegio (tiene expectativos poco B. Ambos rasgos patológicos de personalidad (facetas del
razonables de recibir un troto de favor especial o de que se antagonismo):
cumplan automáticamente sus expectativas). L Grandiosidad.
2. Búsqueda de atención.
6. Explota las relaciones interpersonales <es decir, se aprovecha
de los demás para sus propios finesl.
7. Carece de empatía: no está dispuesto a reconocer o o
identificarse con los sentimientos y necesidades de los demás.
8. Frecuentemente envidia a los demás o cree que los demás lo
envidian a él.
9. Presenta comportamientos o actitudes arrogintes, de
superioridad.

social, el limite y el histriónico. frente a lo insensibilidad y lo ines- la asociación grandiosidad-cambio en el estado de ánima es más
tabilidad que caracterizan, respectivamente, los relaciones sociales potente en los episodios maníacos o hipamoníocos y el deterioro
de cada uno de estas trastornos, el narcisista presento grandiosidad. funcional asociado es mayor del que puede producirse en el TP nar-
Además, su autoimagen es más estable y positiva, suele contralor cisista.
bien su expresión emocional <a diferencio del límiteJ, y no suele
mostrarse agresivo ni impulsivo, salvo que su autoestima sea puesta d. Etiología
en duda <o diferencio del antisociall. En Jos episodios maníacos o la investigación clinica sobre el narcisismo tiene una amplia tradi-
hipomaníocos también está presente la grandiosidad. Sin embargo, ción especialmente desde lo perspectivo psicoanalítica, tonta en su
Manual de psicopci.tologia. Vclurnen 2

versión fundacional (i. e., S. FreudJ como en sus aportaciones más et al. (2017) concluyen en ~u revisión que la modalidad vulnerable
recientes (i. e., Kernbergl. También es muy abundante lo investiga- se asocia con prácticas de enanza parentales frías, controladoras,
ción del narcisismo como prototipo de personalidad (p. ej., ~Aorf, intrusivas e inconsistentes, mientras qlle lo grandíosidad o bien no
2006)_ Por su parte, lo investigación empírico sobre el diagnóstico se asocia o ninguno práctica de crianza particular, o bien lo hace
psiquiátrico del trastorno narci1isto de lo personalidad empezó a ser (muy débilmente} con permisividad y sobrevaloración de los hijos
numeroso a partir de la inclusión del trastorno en lo primera gran por porte de los padres. En cuanto o las relaciones entre narcisis-
revisión de la nosología psiquiátrica. el DSM-III en 1980. rno patológico y norinal con rasgos de personalidad, el primero se
Sin embargo, como Cain e1 al.. (2007) señalan, en muy pocas asoció a nel!roticismo, antagonismo y baja ext1oversión (fundamen-
ocasiones estos tres ámbitos de investigación -clínico, de persona- talmente, en sus aspectos de escasas calidez interpersonal y afecti-
lidad, y diagnóstico- han coincidido en algo más que en lo mera vidad positiva). Sin embargo, el narcisismo normal se asoció a bajo
denominación de «narcisismo» en las publicaciones. Esta dispa- neurot1c1smo, alta extroversión y, como en el coso de! patológico,
ridad de enfoques ha dado lugar a discrepancias notables tanto con ontagonismo. Así pues, el único rasgo q_ue ambos formas de nar-
desde el punto de visto conceptual (p. ej., qué significa el narci- cisismo parecen compartir es el rasgo de antagonismo, que es el
sismo, cuáles son sus elementos constitutivos, cuáles sus conse- único que se incluye en los criterios diagnósticos del DSM-5, pero
cuencias, etc) como metodológico <p. ej., cómo evaluarlo, en qué el resto de los elementos que los caracteriza es claramente distinto.
personas o poblaciones, etc.) (Miller et al., 2017).
Desde perspectivas más clínicas se han descrito cerca de 50 G. Trastorno de la personalidad histriónico
características definitorias del TP narcisista, lo que desde luego
contribuye poco a su clarificación diagnóstica y a la formulación Los antecedentes de la descripción de este trastorno se remontan o
finales del siglo x1x y principios del xx, en los relatos sobre la histeria
de propuestas terapéuticas razonables (Caín et al., 2007; Miller
et al., 2017). No obstante, esta variabilidad se resume en los dos de Pierre Jane! y Sigmund Freud. Posteriormente los psicoanoli>tas
mismos fenotipos o presentaciones clínicas del trastorno descritas constataron que los síntomas histéricos se asociaban muchas veces
por Wink 099tl y que mencionamos antes: la grandiosidad y la a un grupo particular de «rasgos del carácter», lo q_ue condujo
vulnerabilidad. Lo primera hace referencia a características como a po>tular un tipo histérico de trartorno de la personalidad en el
la suspicacia, la mentira, la tendencia a manipular a los demás, el DSM-11 de 1968. El término «histérico» se sustituyó en el DSM-III
fanatismo, la arrogancia, la psicopatía, la falta de escrúpulos, el por el de «histriónico», en un intento por buscar un término más
elitismo, el egoísmo, el exh1bicion'1smo, o el empoderomiento. Este neutro desde el punto de vista teórico y mós eri sintonía con la tradi-
prototipo. q_ue en última instancia fue el escogido por Freud para ción descriptiva de la psicopatología. Así, lo etiqueta «histriónico»
definir el narcisismo, alude a un individuo dominante y sin excesivos pretende enfatizar las características más observables y, por tan-
problemas de ajuste personal. En contraposición, la vulnerabilidad to, fáciles de describir, de inestabilidad emocional y búsqueda de
narcisista incluye elementos como el masoquismo, la vergüenza, la atención. Las modificaciones del DSM-IV ayudaron a distinguir esta
timidez, el secretismo, la falta de confianza en Lino mismo, los ex pe· categoría de otras y la ubicaron dentro del conjunto de Jos trastor-
riencias disociativas, o la hipervigilancia, entre otras. nos de la personalidad menos graves, que pueden ser conceptuados
como variantes desadaptodas de las rasgos de personalidad normal.
De todos modos, hoy que recordar, como dijo Kernberg (1998),
Esta concepción fue adoptada por algunos clínicos al sugerir que el
que el narcisismo es normal en el proceso del desarrollo del sí-mis-
TP histriónico representa la caricatura o el estereotipo más extremo
mo, ci..ue evoluciono a medida que ta persona madura. Desde esta
de la feminidad en su sentido más arcaico y occidentolizado. el
perspectiva. todo individuo adulto tiene de vez en cuando «necesi-
paciente es vanidoso, superficial, afectado, inmaduro, excesivamen-
dades narcisistas» ci..ue req_uieren ser satisfechas en alguna medida
te dependierite y egoísta.
para mantener la autoestima en un nivel adecuado. El narcisismo
patológico empezaría a gestarse cuando se producen interferencias Por afro lado, es importante tener en cuenta CJ.Ue la diferencia
graves en el proceso normal de desarrollo del sí-mismo, q_ue darán fundamental entre el trastorno histriónico y el trastorno de conver-
1ugor a dificultades para mantener la coherencia con uno mismo sión <denominación q_ue sustituye al clásico de «hi!ileria»l radica en
y provocan una desregulación de la autoestima_ Por ejemplo, la q_ue la conversión cursa con la pre~encia de síntomas físicos, ya sea
carencia de respuestas empáticas de los adultos al cargo durante asociados a la musculatura voluntaria Cp. ej., incapacidad repentina
la primera infancia darían lugar a la puesta en marcha de meca- para mover un brazo o una pierna), ya relacionados con deficiencias
nismos narcisistas de defensa para resguardarse o protegerse de las sensoriales agudos (ceguera, sordera, etc.l. La causa de estos sínto-
amenazas a la autoestima. Pero, al mismo tiempo, se suscitarían mas se supone de origen psicológico <conflictos, bloq_ueo emocio-
sentimientos como la vergüenza o las amenazas a lo outoe>tima. En nal, etc.lo, en todo caso, no hay causas orgánicas q_ue justifiquen
otros casos, sin embargo, las actitudes poternas sobreprotectoras los síntomas. Sin embargo, Ja persona con trastorno histriónico no
darían lugar a una disminución de las posibilidades de enfrentarse presenta este tipo de síntomas físicos, sino únicamente !os relacio-
a situaciones de frustración, fracaso, o reproches_ Af mismo tiempo, nados con la inestabilidad emocional.
esas actitudes de sobreprotección excesiva estarían transmitiendo al
niño la idea de que es un ser especial, único, perfecto y merecedor a. Caracferís#cas clínicas y criterios para el diagnóstico
de los máximos cuidados, independientemente de su comportamien- El rasgo central del trastorno histriónico es una excesiva preocupa-
to real, lo que a su vez propiciaría una generalización no realista de ción por la atención y la apariencia. Estas personas pasan la mayor
sus expectativas de éxito futuro y lo asunción de q_ue todos deben parte del tiempo reclamando atención e intentando mostrarse
tratarlo del mismo modo_ atractivos. Sus deseos por parecer atracf1vos pueden conducirles a
Sin embargo, los datos de investigaciones q_ue tienen en cuenta mostrarse inapropiadamente seductores o presentar un comporta"
las dos expresiones o fenotipos de narcisismo son escasos. Mi/ler miento excesivo de coqueteo, a la pcir que sus deseos de atención
Capítulo 13. Trastornos de la personaliddcl

pueden conduci1 !e~ u conductas llamativas o a exhibi; un os pecto íntimas de lo q,ue rea!ine11te son. Parecen personas reoln1enle des-
dramático de sí mismos. Todos es1as característicos reflejan la inse- esperadas por atraer afecto y atención por porte de los demás, y
guridad subyacente q_ue tienen respecto o su valía en otro rol q,ue paradójicamente el efecto que causan es el de q_ue sus deseos de
no sea el de «compañero/a atractivo/o» Su repertorio de senti- afecto o amor son superficiales y manipuladores.
mientos y afectos es, a! mismo tiempo. lábil y superficial Tienden a A pesar de este cuadro clínico, opareritemente homogéneo,
realizar descripciones exagerados y generales de los demás y de las autores como Turner (1996) postularon tres subgrupos de pacientes
situaciones o experiencias, no atienden a detalles, son poco objeti- histriónicos: un primer grupo caracterizado por un comportamien-
vos (se guían poco por los datos o los hechos), y les cuesta mucho to manifiestamente seductor, centrado en uno mismo, y con uno
reolizar análisis críticos razonados de los problemas o situaciones. excesiva preocupación por el atractivo físico, un segundo emocio-
Pueden presentar con cierta frecuencia depresión (o al menos, un nolme11te inestable, caracterizado por emociones exageradas y
estado de ánimo claramente disfóricoJ, problemas somáticos de ori- cambiantes; y el tercero. cuyo elemento definitorio sería la excesiva
gen desconocido, y tienen uno amplia historia de decepciones en sus necesidad de atención y aceptación, unido a un lenguaje excesiva-
relaciones sentimentales_ Los criterios poro el diagnóstico de este mente colorista y emociones exageradas
trastorno se muestran en la Tabla 13.12.
b, Epidemiolotjo y curso
Lo sintomotología se ce11tra en una emoc'ionalidad excesiva o
inapropiada, unida a !a búsq,ueda de ate11ción desmesurada: ambos Como ejemplifica la Tabla 13.6 los datos sobre prevale11cia del tras·
síntomas guardan relación con, o parecen ser la expresión de, la torno son extremadamente variables: desde una toso relativamen-
incomodidad que experimentan en situaciones en las q,ue no so11 te elevada en los estudios de Torgersen et o/. (2001J y Santona et
el centro de atención de los demás. De ahí q_ue tiendan a utilizar al. (2018l, hasta una muy bajo en el de Volkert et al. (2018l. éstas
su aspecto físico para atraer la atención, o q,ue se comporten de discrepancias pueden deberse tanto o la índefiriición del trastorno
manera inadecuadamente seductora o provocadora, o que experi- como a sus connotaciones estigmatizantes. De hecho, no se contem-
menten (y manifiesten) cambios emocionales repentinos y superfi- pla como TP en el modelo alternativo del DSM-5.
ciales. Expresan sus emociones en términos exagerados, dramáticos Por lo que se refiere a los posibles complicaciones que se aso-
o teatrales <p. ej., mediante demostraciones afectivas exageradas cian a su curso, la más notable es (como en el caso del Límite y del
con personas q,ue conocen poco, o 1!011to incontrolado por cues- Narcisista) lo vulnerabilidad a presentar trastornos del estado de
tiones afectivas menoresl. Son muy sugestionables. lo q,ue les hace ánimo (depresión mayor y distimia) y trastornos de ansiedad, rela-
especialmente vulnerables o los influencias de terceros. Por último, cionados estos últimos especialmente co11 temores de separación
tienden a pensar q_ue sus relaciones con los demás son mucho más y abandono (similores a los del Límite). También se ho asociado
a tosas elevadas de trastor11os somatofornies y de conversiá11. La
compl"lcació11 más importante es, con todo, la relativo o los inten-
tos suicidas o parasuicidas, q_ue pueden llevar a cabo con el fin
)) Tabla 13.12. DSM·S: Criterios diagnósticos para el trastor110 de llamar lo ate11ción_ Desde el punto de vista de su vida cotidia-
de la personalidad histriónico na, los mayores problemas aparecen en el ámbito de los relaciones
-- ·interpersonales, tanto por la posibilidad de que q,uienes les rodean
Un patrón dominante de excesi\IO emotividad y de búsqueda de acaben por abandonarlos, como por la superficialidad q_ue mues-
atención, que comienza en las primeras etapas de la edad adulta
tran en sus relaciones afectivos, por su tendencia a aburrirse con
y estó presente en diversos contextos, y q,ue se manifiesto por cinco sus compañeros habituales, lo q,ue con frecuencia lleva a buscar
{o mósl de los siguientes hechos: nuevas y más excitantes relacio11es q_ue pueden ser potencialmente
- -
l. Se siente incómodo en situaciones en las que no es el centro peligrosas.
de atención.
c. Diagnóstico diferencial
2. La interacdón con los demás suele estar caracterizada por Los mayores dudas se presentan con otros TP con los q_ue suele11
un comportamiento sexualmente seductor o provocativo te11er tasas ollas de comorbilidad. El TP histriónico comparte con
inadecuado. el TP límite Ja búsq,ueda y/o necesidad de atenció11, el compor-
3. Presento cambios rápidos y expresión plana de las emociones. tamiento manipulador y lo labilidad emocional. Sin embargo, el
TP histriónico no suele experimentar los sentimientos crónicos de
1

i
•• Utiliza constantemente el aspecto físico paro llamar la
atención.
vacío y soledad del límite, ni sus rupturas agresivos y airadas con los
demás, ni sus tendencias autodestructivos. El TP narcisista también
-
busca activamente ser el centro de atención y sus relocio11es con
5. Tiene una formo de hablar q_ue se baso excesivamente en los
los demás pueden ser muy superficiales, pero el narcisista tiende a
impresiones subjeti110s y carente de detalles_ auto-presentarse como «superior» o más importante q_ue los demás,
r---- --- ----
6. Mue'ltro auto-dramatización, teatralidad y exagerado y su búsq_ueda de atención hace referencia al reconocimiento por
expresión emoc'lonal. parte de los demás de sus valores, mientras CJ.Ue en el histriónico

7. E> rnge>liooobl•. poc ejemplo, fódlm'"" i"floeodoble poc lm


demás o por las circunstancias.
f-------------- - -- -
J no está presente esta necesidad de que reconozcan y halaguen su
superioridad, sino que más bien puede mostrarse frágrl y depen-
diente co11 el fin de atraer lo atención. El TP histriónico comparte
con el TP antisocial la impulsividad, la afectividad lábil y superficial,
8. Considera que sus relaciones son más e'ltrechas de lo que son
en realidad. la búsqueda de sensacio11es nuevos, incluye11do comportamientos
temerarios, y la adopción de actitudes seductoras y manipuladoras.
MAnual de psircp"ltclcgía. Volurr.en 2

Pero la manipulación del histriónico va dirigida a obtener mayo- sisten1áticus en 1'orno o la etioloqia de este trastorno y, por lo fon-
res cuidados. mientas QUe el antisocial espera obtener beneficios o io, cualQuier propuesta no dejo ,de ser una mera conjetura. Algu-
provechos 1nateriales. Además, en el histriónico no hay historia de nas investigaciones relativamente recientes sobre el TP histriónico
comportamientos delictivos o claramente antisociales, y son más intentan establecer relaciones entre este frastorno y los 5GF <p. ej.,
exagerados en la expresión de sus emociones y sentimientos. Por Trull et al., 2001; Widiger y Mullins-Sweatt, 2009) AUílQUe de tipo
último, tanto el TP histriónico como el TP dependiente parecen correlac1onal, estos estudios indican que los rasgos que caracteri-
esperar siempre oigo de los demá>, ya sea su aprobación, ya sean zan a estos pacientes son la impulsividad y el gregarismo (facetos
elogios o consejos, pero el histriónico es mucho más exagerado y del neuroticismo y la extroversión, respectivamente), junto con lo
dramático en su expresividad emocional y no presenta comporta- elevada apertura hocio la expresión de sentimientos y emociones
mientos o actitudes de sumisión como el dependiente. (faceta de lo apertura), el bajo altruismo y lo elevada sensibilidad
(facetas de la cordialidad), y las escasas puntuaciones en disciplina
d. Etiología y reflexividad (facetas de la minuciosidadl.
Hay poca investigación empírica sobre este trastorno pero, al mismo
tiempo, es notable la abundancia de hipótesis sobre su origen y causas H. Trastorno de la personalidad evitativo
posibles. la teoría psicoanalítica propone q_ue el trastorno se origina
en la fase edípica del desarrollo (i. e., entre los tres y los cinco años Descrito como tal por primera vez en el DSM-ll, se deriva de la
de edadl, a partir de una relación excesivamente erotizado con el tipología de trastornos de la personalidad establecida por Millon,
progenitor del sexo opuesto y el menor teme que la consecuencia de en concreto del patrón activo-desinhibido. Este autor utilizó el tér-
esto exci1ación sea la pérdida del progenitor del mismo sexu Desde mino evitativo para identificor a aQuellas personas que evitan de un
perspectivos más biologistas, se ha sugerido que ciertas caracterís- modo activo involucrarse en relaciones sociales. El comportamiento
ticas de personalidad vinculadas al modo de expresar emociones y activamente evitativo se ha descrito como característico de otros
sentimientos, junto con otros relacionados con lo dependencia y la psicopatologíos, como la esQuizofrenia (Bleuler), la fobia (Fenichell,
búsQueda de atención, están determinadas genéticamente. Estas o la personalidad asténica <Schneiderl. Pero fueron las descripcio-
características son, en su versión más extremo, típicos de !as per- nes de Kretschmer sobre el temperamento esquizoide de tipo hipe-
sonas con este trastorno. Por lo tanto, desde este tipo de plantea- restésico, \os antecedentes más claros de lo que más tarde Millon
mientos, el modo patológico de ser del histriónico está determinado describiría como TP evitativo.
genéticamente y las influencias ambientales o de aprendizaje influ-
yen poco en lo aparición del trastorno en la vida adulta_ a. Características clínicas y criterios para el diagnóstico
AunQue es indudable que los características de personalidad la persona con este trastorno muestra un comportamiento inhibido
de un individuo tienen una cargo genética, no lo es menos q_ue hay en situaciones de interacción social, acompañado muchas veces de
muy poca evidencia que confirme la existencia de determinacio- sentimientos de inadecuación y sensibilidad excesiva o los juicios
nes genéticos concretas y específicas para rasgos de personalidad negativos q_ue puedan hacer los demás sobre ella. Esto le lleva a
concretos y específicos como los QUe están presentes en el histrió- hacer todo lo posible para no tener que realizar actividades q_ue
nico. Desde planteamientos de aprendizaje social se ha formulado s1..pongan relacionarse con otras personas, por miedo a ser criticado
la idea de que el trastorno tiene su origen en un ambiente familiar o rechazado. Es reticente a inmiscuirse en relaciones con otros, a no
dominado por figuras parentales QUe premian en exceso ciertos ser que tenga !a seguridad de ser aceptado. le resulta difícil abrirse
comportamientos socialmente deseables: por ejemplo, los padres a los demás por temor a sentirse avergonzado o ridiculizado. Es
solo premian a sus hijos o les proporcionan grandes muestras de extremadamente sensible a la desaprobación en contextos interper-
afecto y aprobación, cuando «exhiben» su atractivo físico ante los sonales y puede sentirse herido por cualquier leve crítica.
demás adultos, tales como vestirse de un modo especial para asistir
Debido a sus sentimientos de inferioridad y su temor al recha-
o un acto social, mostrarse encantadores y cariñosos ante los amigos
zo, se muestra tímido, retraído e inhibido en situaciones sociales
de las padres, etc. Sin embargo, sus avances escolares o tos logros
obtenidos tras un esfuerzo que exija pensamiento y planificación novedosas, sobre todo con personas desconocidas. Tiene uno visión
sistemáticos. son considerados normales y no reciben atención ni negativa de sí mismo y se considera inferior a los demás, socialmen-
refuerzo especiales por parte de los padres. El niño relaciona el pri- te inepto y poco interesante. Es reticente a implicarse en actividades
mer tipo de comportamientos con la aprobación social, lo obtención QUe no le resultan familiares o que supongan poder verse en apu-
de atención de los demás y, de este modo. su autoestima acaba ros. Asimismo, evita tanto los emociones positivos como negativos
dependiendo excesivamente de lo QUe otros digan o piensen sobre (Alden et al., 2008).
los aspectos más superficiales o aparentes de su personalidad. En la versión actual del DSM-5 (modelo alternativo) enfatiza el ras-
otros casos, sin embargo, la excesiva demanda de atención y la go de ansiedad como el característico del trastorno, y lo considera
inestabilidad emocional serían consecuentes a una historia infantil necesario para el diagnóstico. la Tabla 13.13 resume los criterios
de rechazo o indiferencia ante los expresiones emocionales norma- diagnósticos del DSM-5. Según el modelo alternativo, algunas face-
les, q_ue daría lugar al aprendizaje de comportamientos relaciona- tas de la afectividad negativa y del desapego son los rasgos que
dos con la exageración de las emociones y los sentimientos porque mejor describen a estas personas.
solo de este modo se atrae la atención de los adultos.
En definitiva, es más probable q_ue las causas del trastorno sean b. Epidemiología y curso
una combinación de factores de aprendizaje temprano, culturales, los datos sobre la prevalencia en población general son muy dispa-
y de disposiciones de personalidad QUe de predisposiciones gené- res: oscilan entre el 0,5% y el S% fReichborn-Kjennerud et al., 2007;
ticas concretas. Pero como ya dijimos, no existen investigaciones Santona et al., 2018; Torgersen et al., 2001: Vo!kert et al., 2018l. Pero
Capitulo 13. Triistornos de ia perscnalidad

)) Tabla 13.13. DSM·S: Criterios diagnósticos para el trastorno de lci personalidad ev1tativo

A. Un patrón dominante de inhibición social, unos sentimientos de A. Deterioro moderado o grave en el funcionamiento de la
inferioridad y una hipersensibilidad a la evaluación negativo, personalidad, que se mariifiesto por dificultades en dos (o más)
que comienza en las primeros etapas de la edad adulto y e'.>tá de las cuatro áreas·
presente en diversos contextos, y que se manifiesta por cuatro
(o másl de los siguientes hechos:

l. Evita trabajos o actividades que impliquen un contacto l. Identidad: baJO autoestima asociada con autoevaluación de
interpersonal importante debido al miedo a las críticas, !a socialmente inepto, poco atractivo o inferior y sentimientos
desaprobación o el rechazo excesivos de vergüenza_
2. Es reacio o implicarse con la genle si no e'.>tá seguro de que vo 2. Autodirección: estándares poco realistas de comportamiento
a agradar. asociados con la renuencia a perseguir sus objetivos, asumir
riesgos personales o participar en nuevos actividades que
impliquen contacto interpersonal.
3. Se muestra retraído en los relaciones estrechas porque teme 3. Empatía: preocupación y seflosibilidod a lo critica o al rechazo,
q_ue le avergüencen o ridiculicen. asociadas o inferencia distorsionada de los interpretaciones
de los demás.

IJ. Está preocupado por la posibilidad de ser criticado o IJ. Intimidad: reticencia a involucrarse con las personas, salvo
rechazado en las situaciones sociales. que esté seguro que es aceptado; baja reciprocidad eíl los
relaciones iíltimos debido al temor de ser avergonzado
o ridiculizado.
5. Está inhibido en las situaciones interpersonales nuevas a causa B. Tres (o másl de los siguientes cuatro rasgos patológicos de
de sentimientos de inferioridad. personalidad, uno de los cuales debe ser ansiedad.
l. Ansiedad (faceta de la afectividad negati\IO).
2. Dirtanciomiento (faceta del desapego)_
3. Anhedonia (faceta del desapego).
IJ. Evitación de la intimidad (faceta del desapego)

6. Se ve o sí mismo socialmente inepto. personalmente poco


interesante o inferior o los demás.

7. Es extremadamente reacio a correr r'1esgos personales o o


implicarse en nuevas actividades debido a que pueden ser
comprometedoras.

las tasas aumentan hasta el 39% en pacientes mentales <Zimmer- con los que el TP evitativo comparte características y con los que
man, et al., 2005), razón por la que se planteo como uno de los coexiste frecuentemente (en ese caso. es necesario realizar ambos
TP más frecuentes en pacientes con otros trastornos mentales. En diagnósticos). La diferencia fundamental de lo ansiedad social con
cuanto of género, no parece haber diferericias. el TP evitativo consiste en una relativa especificidad de la evitación
Suele comenzar eri la niñez con sentimientos exagerados de ver- fóbica, frente al comportamiento más generalizado de evitación en
güenza, aislamiento, miedo a los desconocidos y a las situaciones el individuo con el TP. Además, en la ansiedad social los síntomas
nuevas. De todas modos, la vergüenza es muy común en Ja infan- de miedo y ansiedad son más agudos e intensos, incluyen también
síntomas físicos de ansiedad y, en ocasiones, de pánico cuando se
cia, y en muchos casos desaparece a medida que el niño crece_ Sin
exponen a las situaciones temidas (Rettew. 2000l. De todos modos,
embargo, las personas con este TP van tornándose cada vez más
el solapamiento entre ambas entidades es notable y la más habitual
vergonzosas socialmente, más «activamente evitadoraS», a medida
es su coexistencia, que se estima entre un 26 % y un ¡¡.5,2 % para
que van creciendo, en especial en lo adolescencia y en las primeros
el TP evitativo (como diagnóstico secundario) en fóbicos sociales
etapas de la v"1da adulta que es cuando fas relaciones soc'lales y el
<diagnóstico principoll (p. ej., Reichborn-Kjennerud et al., 2007J,
conocer gente nuevu son especialmente importantes.
siendo estos tosas menores en el caso de TP evitotivo (diagnóstico
c. Diagnóstico diferencia/ principall con fobia o ansiedad social (diagnóstica secundario)_ En el
caso del trastorno de angustia con agorafobia, la evitación suele ser
La mayor dificultad para establecer un diagnóstico diferencial está posterior a la aparición de los crisis de angustia y varía a lo largo
con los trastornos de ansiedad social y angustia con agorafobia, de lo evoluc"1ón del trastorno en cuanto a su "mtensidad, frecuencia
Manual de ps1rnpatología. Volumen 2

y perturbación emocional Pero hay que tener en cuento la posibili- a. Caracterfsticas clínica,_ y cr íterios paro el diag11ósfic0
dad de que este trastorno de ansiedad lüexista con el TP Evitativo
dado lo elevado de los tasas de comorbilidad \21,8 %; Zimmerman Este tro<;torno reúne, como aspectos definitorios, lo necesidad gene-
et al.. 2005J_ ralizado y desrnesurada de ser cuidado por otros, lo que da lugar
o comportamientos de su1nisión, apego y miedo o perder el apoyo
d. Etiología y protección de los demás. A estas personas les resulta complicado
tomar decisiones cotidianos simples (p. ej, elegir la ropa que >e van
Dado que lo formulación del trastorno en térrninos (relativamente) a poner) sin el consejo de otras personas. Permite que los demás
estrictos es reciente, la investigación sobre su etiología es escasa. adopten los decisiones y asuman responsabilidades en áreas impor-
las principales aportaciones a este respecto provienen de Millon, tantes de su vida, incluyendo elegir el tipo de trabajo o realizar o
de cuyo trabajo se derivó la definición actual del trastorno. Este las aniistodes con las que salir y relacionarse. Si discrepo de las
autor sugiere que el problema se desarrollo a partir del rechazo y la opiniones de los demás tiende a ocultar su desacuerdo por temor o
censura de los podres, lo que a su vez podía estar reforzado por el ser abandonado. Le resulta muy difícil planificar actividades o hacer
rechazo de los compañeros. lo teoría psicodinámico sugiere que lo las cosas por sí mismo, puesto que no confío en sus propios recursos
evitación puede derivar de experiencias vitales prematuras que personales. Su deseo de apoyo por parte de terceros puede llegar al
conducen a un deseo exagerado de aceptación, o a no tolerar las extremo de realizar tareas desagradables e incluso soportar malos
críticas. tratos, si esto le permite conservar los atenciones que cree precisar.
Estudios recientes desde una perspectiva biológica señalan la Experimenta sentimientos de incomodidad y desamparo cuando se
in1portando de disposiciones temperamentales innatos en el desa- encuentra solo, por el miedo a ser incapaz de cuidar de sí mismo. Su
rrollo de la conducta de evitación. Así, se ha informado de que algu- dependencia también se traduce en que cuando finaliza una rela-
nos niflos de tan solo 21 meses de edad manifiestan un aumento exa- ción importante, busco sin demora otra persona que pueda ocupar
gerado de activación fisiológica y rasgos de evitación en situaciones el lugar de lo anterior y que le ofrezco el apoyo que necesita. Se
sociales (p_ ej., retrayéndose de aquello q_ue les es poco familiar y preocupa, sin justificación, por el miedo a ser abandonado y tener
evitando relacionarse con extraííosl, y q_ue esa inhibición social tien- que cuidarse por sí mismo/a.
de a persistir durante años. Sin embargo, también se ha informado Según Millon, las personas con este trastorno se caracterizan
de que estudiantes con rasgos de personalidad evitativos tenían más por estos cinco rasgos: un comportamiento que fluctúa entre la
recuerdos negativos de su infancia q_ue estudiantes sin estos rasgos o incompetencia y la indefensión; una conducta i11terpersonol que va
con características de otros TP (Meyer y Carver, 2000L de sumisa a pegajosa; un estilo cognitivo que oscila entre ingenui-
Lo más probable es, con todo, que en la génesis del trastorno dad y credulidad; una expresión afectiva entre pacífica y tímida;
se hallen involucrados factores de aprendizaje social de evitación, y una percepción de sí mismo que se sitúa entre inepta e inade-
originados en experiencias tempranas de rechazo, críticas, o des- cuada.
precios sobre la valía del sujeto, provenientes tanto de los adultos Los criterios diagnósticos que definen el trastorno en el DSM-5
como de los pares o, alternotivamente, en una historia de carencia se muestra11 en la Tabla 13.111. Algunos trabajos han criticado estos
de refuerzos positivos por los logros y capacidades del sujeto. Si criterios diagnósticos porque reflejan un modelo de dos factores:
estas experiencias coinciden con lo presencia de característicos o uno relacionado con las conductas de «dependencia/incompeten-
rasgos de personalidad, o con una elevado carga genética, tales cio», asociado a los cinco primeros criterios diagnósticos, junto con
como lo introversión y el neuroticismo extremos, las probabilida- otro de «apego/abandono» que incluiría los tres restantes (Gude,
des de desarrollar un comportamiento octivo y generalizado de et al., 2006). Según los estudios correlocionales de Trull et al. (2001)
evitación aumentan de formo considerable. De hecho, este TP es el y Widiger y Mullins-Sweatt (2009) basados en los 5GF, las personas
mejor explicado por el modelo de personalidad de los 5GF <Morey, con este trastorno presentan puntuaciones extremadamente eleva-
et aL, 2000) y se ha asociado de forma consistente a alto neuro- dos en prácticamente todas las facetas del neuroticismo (especial-
ticismo y baja extraversión. Además, algunos trabajos muestran mente en depresión y vulnerabilidad), muy bajos en extroversión
que se asocia o un mayor nivel de amabilidad, en comparación (especialmente en asertividad y búsqueda de excitación} y elevadas
con los otros TP !Morey et al., 2000) y o bajos niveles de búsqueda en modestia (faceto de la cordialidadl.
de sensaciones (Wi!berg et al., 1999), aspecto consistente con la
evitación de situaciones novedosos y no familiares observada en b. Epidemiologia y curso
estos pacientes.
La información publicada sobre lo prevalencia del trastorno es esca-
l. Trastorno de la personalidad samente coincidente, ya que las cifras varían en un rango que oscila
dependiente entre el 1,4 % y el 48 % en población psiquiátrica {con uno medio
estimada del 19 %J !Zimmerman et al_, 2005l. Esto amplia dispersión
Los antecedentes conceptuales del trastorno se encuentran en los se debe, en porte, a que muchos de los estudios publicados utilizan
descripciones psicoanalíticas de Abraham acerca de lo fijación en criterios diagnósticos diferentes, y son anteriores o lo publicación
el primer estadio del desarrollo psicosexual, o etapa oral, del desa- del DSM-IV. Utilizando estos úlhmos, los tosas de prevalencia entre
rrollo infantil. Lo frustración o, por el contrario, la excesiva gratifica- población clínica parecen estor entre el 3% y el 9% (Zimmerman
ción durante esta etapa producirían una dependencia (o fijaciónl en et al., 2005l y cercanos o! 0,1 % en lo población general tSamuels
lo mismo, que haría que el individuo siguiera manteniendo actitudes et al., 2002l. Tampoco hay acuerdo en cuanto a lo distribución por
de subordinación y sumisión a otros a fin de conseguir apoyo_ El TP género, ya que mientras algunos datos apuntan a una distribución
dependiente no alcanzó la categoría de trastorno independiente igualitario paro ambos sexo5, otros indican una prevalencia doble o
hasta el DSM-IIL triple en mujeres que en hombres.

430
Capítulo 13. Trastornes de la personalidad

)) Tabla 13_14. DS~Jl-5: Criterios dic;gnóst1cos p2ra el trastcrno c1a evidente de lo irrupción de algún acontecimiento clave, Jale>
de la personalidad dependiente corno uno enfermedad incapacitante, mentol o médica, una relación
interpersonal problemática ip. t>j., una pareja agresiva), un contex
( Una necesidad dominante y extesivo de que le cuiden, la q_ue to socio-cultural que impida o dificulte la autonomía, o si, por el
conllevo un comportamiento sumiso y de apego exagerados, y contrario, sean cuales sean los acontecimientos vitales. el estilo de
miedo a lo separación, que comienza en los primeros etapas comportamiento de los demás o su situación personal, este individuo
de lo edad adulta y está presente en diver>os contextos. es y ha sido claramente proclive o comportarse de un n1odo sumi-
y que se manifiesto por cinco (o más) de los siguientes hechos: so, inseguro y claramente dependiente. En todo coso, las principa-
les entidades con las que más frecuentemente hay que realizar un
l. Le cuesta tomar de<isiones cotidianos sin el consejo y lo diagnóstico diferencial son los TP límite, histriónico y evitativo En
tranquilización excesivo de otros per¡onas. el primer caso, las reacciones del dependiente al abandono de los
- --
demás no son de ira, sino que tienen el efecto de aumentar todavía
2. Necesito o los demás para asumir responsabilidades en la
más su mansedumbre y sumisión_ Aun así, se han publicado fosas de
mayoría de Jos ámbitos importantes de su vida.
- -- comorbilidad entre ambos trastornos cercanas al 50 %. El evitativo
3. Tiene dificultad poro expresar el desacuerdo con los demás comporte con el dependiente los sentim"1entos de inferior"1dad, la
por miedo a perder su apoyo o aprobación hipersensibilidad o la crítica y la necesidad de reafirmoción por
(Nota: no incluir los miedos realistas de ca~igo). porte de terceros. No es de extrañar, por tanto, ctue los tasas de
- comorbilidad entre ambos trastornos ronden el 50%. Sin embar-
•- Tiene dificultad para iriiciar proyectos o hacer cosos por sí
mismo (debido a folla de confianza en el propio juicio
go, la pr'rnc'1pal preocupación del dependiente es q_ue alguien se
ocupe de él, mientras que en el evitativo la preocupación ansiosa
o capacidad y no por falta de motivación o eriergíasl. giro en torno o evitar la humillación y el rechazo. El dependiente
5. Yo demasiado lejos poro obtener lo aceptación y el apoyo de reacciono a las críticas incrementando su sumisión y dependencia,
los demás, hasta el punto de hacer voluntariamente casas que mientras q_ue el ev·1tativo lo hace aumentando más su distancio con
le desagradan. Jos demás. Eíl el caso del histriónico. estas personas parecen estor
- - siempre esperando algo de los demás, ya sea su aprobación, ya sean
r 6. Se siente incómodo o indefenso cuando está solo, por miedo elogios o consejos, y esto puede ser una característica también del
1
exagerado o ser incapaz de cuidar de si mismo. dependiente. Sin embargo, el histriónico es mucho más exagerado
- -
y dramático en su expresividad emocional, y no presenta comporta-
7. Cuando termino una relación estrecha. busca con urgencia otro mientos o actitudes de sumisión constantes, como el dependiente.
relación paro que le cuiden y apoyen.
- - En todo caso, las elevadas tasas de comorbilidod entre todos estos
8. Siente una preocupación no realista por miedo o que le TP sugieren q_ue, en muchos casos, será necesario realizar varios
abandonen y tenga que cuidar de sí mismo/a. j diagnósticos.

d. Etiología
En realidad, de nuevo nos encontramos aquí con pocos datos fiables
En cuanto al curso, tampoco hoy muchos datos consistentes: en que permitan establecer las probables causas en la génesis de una
general se estima que el área más afectado es, como ero de esperar, personalidad patológicamente dependierite. Abraham sugirió q_ue
el de las relaciones sociales (muy limitados y escasos}, en donde pue- el corócter dependiente derivaba bien de Ja sobre-indulgencia. bien
de haber historia de abusos y explotación por parte de los personas de su escasez, durante la fase oral del desarrollo (i. e., desde el naci-
de los que dependen, seguida del área laboral. dadas las enormes miento a los dos años). Posteriormente los datos empíricos han dado
dificultades de estas personas poro realizar actividades indepen- más apoyo o lo hipótesis de bajo indulgencia, ounq_ue los resultados
dientes y s·1n uno estrecha supervisión. Por otro lado, es importorite son poco consistentes y escasamente especificas del trastorno. Pue·
resaltar que en lo evolución del trastorno son relativamente frecuen- de q_ue ciertos patrones estables de crianza, como enfermedades
tes la aparición de trastornos mentoles de gravedad variable, como físicas crónicas o padres poco indulgentes q,ue prohíben la con-
episodios depresivo> mayores, trastorno de arigustio con agorafobia, ducto independiente, sean más importantes poro el desarrollo de
fob'1a social, trastornos somatomorfos (h'1pocondría especialmentel y este trastorno. Los factores genéticos/constitucionales, tales como
disociativos, así como el abuso y la dependencia de sustancias (alco- una sumisión innata, también pueden contribuir o la etiología, tal y
hol y tabaco, sobre todo) q_ue pueden llegar a ser graves. como sugieren algunos estudios con gemelos, en los que los gemelos
monocigóticos obtienen puntuaciones más similares en escalos q_ue
c. Diagnóstico diferencial miden sumisión que los dicigóticos.
En términos generales, las características de dependencia se hallan Los factores culturales y sociales pueden tener también un papel
presentes en muchos trastornos mentales y en enfermedades médi- importante en el desarrollo del trastorno: lo dependencia es conside-
cos (normalmente, las crónicas}. Además, la dependencia aparece rada no solo normal, sino además deseable en ciertas culturas. Gilligan
como característico central en varios trastornos de personalidad. 0982J argumentaba q,ue, en las mujeres de nuestra propio cultura, se
En consecuencia, en muchos casos resulto difícil determinar si una ha tendido a incentivar tradicionalmente la dependencia de terceros.
persona presenta un TP por dependencia u otro trastorno en el q_ue En este sentido, el trastorno puede representar uno exageración y
la dependencia y/o (a sumisión a terceros, sean elementos carac- una variante desadoptativo de la dependencia normal, entendiendo
terísticos del comportamiento del individuo. En líneas generales, por ta) lo sancionada cultural y normativamente. En cualquier caso,
el elemento a dilucidar es si ese comportamiento es consecuen- es importante recordar q_ue, poro el diagnóstico formal, los rasgos
MilT!Udl de ps1copoitología. \/olurl"1en 2

dependientes deberían ser ton extrernos corno puro couoor un n1ok;s- a. Características clínicas y criterios poro el diagnóstico
tor significativo o un deterioro en el funcionan11ento del individuo.
Los individuos con TP-OC son excesivaroente ordenados, pulcros,
Desde una perspectiva dimensional, según la cual el TP por puntuales, organizados, perfeccionistas, y meticulosos. Estos rasgos,
dependencia constituiría una expresión o variante alterada de ras- q_ue en principio pueden ser considerados «Virtudes» en sociedades
gos norn1ales de la pe1sonalidad, Pincus y Wilson (2001) han exa- como la nuestro, dejan de serlo en estas personas porq_ue, en reali-
minado los rasgos centrales característicos de la dependencia, utili- dad, su excesiva preocupación por el orden, e! perfeccionismo o el
zando el modelo circumplejo de la personalidad de Wiggins. Como control mentol e ir1terpersonal impiden la puesta en marcha de otros
acertadamente recuerdan estos autores, la dependencia es un cons- aspectos como lo flexibilidad y la apertura a nuevos experiencios,
tructo ubicuo en muchas áreas psicológicas (social, evolutiva, de a la vez q_ue oscurecen o imposibilitan la eficacia de sus comporta-
personalidad. clínica) y es el reflejo o resultado de una fuerza moti- mientos en la vida cotidiana.
vacional básica: obtener (y conservar} relaciones que sean fuente de
apoyo y crecimiento personal. Las estrategias que se ponen en mar- Lo tendencio al perfeccionism-0 los lleva a ser muy cuidado-
cha para ello pueden ser de muchos tipos {i. e., octivas o pasivas), s-Os, a verificar reiteradamente que su trabajo esté adecuadamente
y la motivación de dependencia puede ser positiva o disfuncional. realizado, y a descartar errores. lo que da lugar a que les resulte
Postulan que existen tres variantes (o expresiones fenotípicas) de la difícil concluir las tareas a su debido tiempo. Se vuelcan tanto en
dependencia: la sumisa, la explotadora, y la amorosa, cada una de su trabajo y en el rendimiento, que en muchas ocasiones dejan a
las cuales está formada por rasgos diferentes, y encuentron apoyo un lado sus actividades de ocio y sus amistades. Además, cuando
empírico para estas tres modalidades. realizan esas actividades pueden sentirse incómodos por tener lo
sensación de estar perdiendo el tiempo, o aplican sus estándares de
Lo interesante de este estudio radica en la caracterización que
«perfección» también a este tipo de actividades, lo que impide (a
se realiza de estas tres modalidades o variantes de la dependen- ellos y a los q_ue les rodean) disfrutar en realidad de lo que significo
cia. En primer lugar, las mujeres obtienen puntuaciones significa-
el ocio. Tienden a ser escrupulosos e inflexibles en temas de moral y
tivamente superiores a las de los hombres en cada uno de elfos.
ética, independientemente del contexto sociocultural.
En segundo término, se dibujo una suerte de continuo disfuncional
según el cual la dependencia sumisa ocuparía el extremo más pato- Se muestran reticentes a deshacerse de objetos viejos, inútiles o
lógico, la explotadora quedaría en un lugar intermedio y la amoroso inservibles, ounq_ue carezcan de valor sentimental. al considerar que
estaría más cercana o la dependencia normal, aunq_ue se diferencia- tal vez puedan necesitarlos. No obstante, formas extremas de este
ría también de ella. Consecuentemente con esta caracterización, la comportamiento se catalogarían como trastorno de acumulación,
dependencia sumisa se asocia significativamente más q,ue las otras q_ue formo parte del espectro de trastornos obsesivo-compulsivos,
dos a las siguientes características y/o variables: apego patológico y en otros casos e>tarían más cercanos al espectro de la esquizo-
(inseguro), miedo a la soledad y el abandono, baja afiliación paren- frenia.
tal, y elevado control materno. Por su porte, las mayores diferencias Los criterios diagnósticos para el TP-OC q_ue plantea el DSM-5
entre la dependencia explotadora y lo amorosa están en que lo se exponen en lo Tablo 13.15_ Como puede observarse, en el modelo
primera se asocia con claridad al apego patológico, mientras que lo alternativo el rasgo fundamental que debe estar presen~e para el
amoroso se vinculo con apego seguro y afiliación parental. Aunque diagnóstico es el del perfeccionismo rígido, que también incluye la
se trata de un estudio realizado con población general y las diferen- CIE-11 como característica fundamental de la anancastia_ La res-
cias entre ~<normoles» y «dependientes» se realizan sobre lo base tricción afectiva es, asimismo, señalado en lo CIE-11 como rasgo
de puntuaciones en un cuestionario, los resultados son sugerentes y característico de estos pacientes. Sin embargo, la evitación de lo
abren una perspectiva interesante para avanzar en el conocimiento intimidad únicamente se menciona en el DSM-5_
de las características que definen el TP por dependencia y sus posi- En nuestro opinión, aunque el componente evitativo está pre-
bles variantes fenotípicas.
sente en las personas con este trastorno, no se focaliza de manera
prevalente en las relaciones de intimidad, como plantea el DSM-
J. Trastorno de la personalidad obsesivo- S, sino q_ue forma parte de un comportamiento más generalizado
compulsivo ITP-OC) vinculado con los niveles extremos de ansiedad que habitualmente
presentan y que la CIE-11 caracteriza como restricción emocional y
A principios del siglo xx, Freud señaló que las personas con este de comportamiento. En este sentido, el componente evitativo estaría
tra>torno se caracterizaban por tres aspectos: orden (que incluye más vinculado con la afectividad negativo que con el desapego,
limpieza y meticulosidad), escrupulosidad, y ob>tinación. Otros auto- que es el rasga con el que se vincula en el DSM-5.
res (p. ej., Ernest Janes) describieron a estos individuos como preo-
cupados por la limpieza, el dinero, y el tiempo. Estas observaciones b. Epidemiología, comorbilidad y curso
fueron repetidamente citadas y ampliadas por la posterior litera-
tura psicoanalítica -en la q_ue el TP·OC o menudo era catalogado La prevalencia estimada del TP-OC en población general e> elevado,
como «carácter anal»- y en la de otros orientaciones diferentes. entre el 2% y el 3,20%, según los estudios recientes que comentaron
La descripción que ofrece el DSM del trastorno está estrechamente antes. En población clínica la tasa asciende hasta, por ejemplo, el
vinculada con esas primeras observaciones clínicas y es uno de los 8, 7 % en el estudio de Zimmerman et al. (2005), y estos mismos
pocos TP que ho sido incluido en todas los versiones del DSM. En autores referencian otros trabajos en los que las cifras de prevalen-
la psicopatologío europea, este trastorno ha sido catalogado como cia oscilan entre el 5% y el 28%.
<<trastorno anancóstlco de la personalidad», un término empleado La comorbilidad del TP-OC con otros trastornos mentales se
por Kretschmer y Schneider en los años veinte, que es e! utilizado por mueve en un ral'lgo amplio de posibilidades tp. ej., Zimmerman et
la OMS en la CJE. al., 2005): con el tro>torno por angustio con agorafobia, la comorbi-
Capitulo l::J. Trastornos de 12 P'" .
,,sona1c2d
1

A. Un patrón dominante de preocupación por el orden, el Deterioro moderado o grave en el funcionorniento de la


perfecc1onismo y el control mental e interpersonal, a expensas de personalidad, que se manifiesto por dificultades en dos o mús
la flexibilidad, lo espontaneidad y lo eficiencia, que comienza en de las cuatro áreas:
las primeras etapas de la edad adulta y está presente eri diversos
contextos, y que se manifiesto por cuatro {o másl de los siguientes
hechos:
- --- -
l. Se preocupo por los detalles, los normas, los listos, el orden, lo l. Identidad: outopercepción derivado principalmente del Ira~--:---¡
organización o los horarios. hasta el punto de que descuida el o la productividad; experiencia y expresión constreñidos de ~~ j
objetivo principal de la actividad. emociones intensas.
- - - --
1 2. Su perleccionismo interfiere con la finalización de los tareas 2. Autodireccíón. dificultad para completar tareas y realizar
(p. ej., es incapaz de acabar un proyecto porque no cumple sus metas, asociadas con normas internos de comportamiento
1
propias exigencias que son demasiado estrictos)_ rígidas e irrazonablemente elewdos e inflexibles; actitudes
excesivamente concienzudas y moralistas.
-- -
3. Se dedica excesivamente al trabajo y a la productividad con 3. Empatía: dificultad paro entender y oprecior las ideas,
exclusión de las actividades de ocio y las amistades (que no se sentimientos o comportamientos de los demás.
explica por una necesidad económica manifiesta).
~- - -

•• Excesivo terquedad, escrupulosidad e inflexibilidad en temas


de moral. ética o valores (no atribuible a lo identificación con
11-. Intimidad: los relaciones se ven como algo secundario al
trabajo y a la productividad; la rigidez y la terquedad afectan
la cultura o lo religión). negativamente a los relaciones con los demás.
- - -

5. Es incapaz de deshacerse de los objetos deteriorados B. Tres o más de los siguientes cuatro rasgos patológicos de
o inlÍfi)es, aunque no tengan un valor sentimental. personalidad, uno de los cuales debe ser perfecdonismo rígido:
l. Perfeccion·1smo rígido (faceta de lo escrupulosidad, extremo
opuesto de desinhibiciónl.
2. Perseverancia o persistencia (faceta de la afectividad
negativa).
3. Evitación de lo intimidad (faceta del desapego).
11-. Afectividad restringida (faceta del desapegol.
- -

6. Es reacio a delegar tareas o trabajo en otros, a no ser que


estos se sometan exactamente a su manera de hacer las cosas
- -

7. Es avaro hacia sí mismo y hacia los demás; considera


el dinero como algo que hay que acumular poro catástrofes
futuros. 1

- -

8. Muestro rigidez y obstinación


··- -----
j

lidad está eri torrio al 17%-25%; con Ja fobia social se manejan cifras otros TP, hay coincidencia en señalar cifras elevados, aunq_ue en un
del 13%; y con el TOC los cifras oscilan entre el 2% y 29% <Albert rango muy dispar: del 9% ol 86% <:on el límite; del 13% al 37% con
et al., 2004; Coles et al., 2008; Wu et al., 2006). A pesar de que el histriónico; del 22% al 68% con el paranoide; y del IJ-7% al 63%
muchos estudios no avalan la exi>tencia de uno relación específico con el evitativo.
entre el TP-OC y el TOC (Albert et al.. 2004; Wu et al., 2006), se ha El curso del TP-OC es variable y difícil de predecir, dadas los
propuesto la existencia de un tipo de TOC caracterizado por lo pre- amplias diferencias entre los pacientes y su exposición a estresores
sencia de TP-OC (Coles et al., 2008), y algunos trabajos encuentran q_ue pueden agravar el cuadro o, por el contrario, a factores protec-
una mayor frecuencia de este TP entre los podres de niños con TOC tores ciue pueden a/"iviarlo. Tomando como punto de referencia los
!Calvo et al .. 2009) y familiares de primer grado con TOC {Samuels cifras ciue se acaban de comentar acerca de lo comorbilidad con
et al., 2000l. Por lo que se refiere a la coexistencia del TP-OC con otros trastornos, parece evidente ci.ue estas personas son especial-

433
Mrl11ual de psic_opatologíc. V-JlurT1en 2

mente vulnerables o presentar trostor11os de ansiedad, e11 especial lrobajos que intenian adecuar los factores de personalidad nonnal
angustia con agorafobia, pero también fobia social, TOC y, según el o las diversos modalidade> de TP, este trastorno suele formar un
DSM-5, depresión. único factor <p. ej., O'Connor 2002), a diferencia del resto q_ue se
agrupan con otros.
c. Diognó5fico dife1encial
En este caso el primer trastorno con el que se requiere realizar un
diagnóstico diferencial es con el obsesivo-compulsivo JTOCl. Los IV. Recomendaciones para la
obsesiones y/o compulsiones son evidentes en el TOC y su aparición evaluación y el tratamiento
provoco egodistonío en lo mayoría de los pacientes, o diferencio de
lo que sucede en personos con TP-OC. que suelen experimentar sus En otras publicaciones hemos descrito con cierto detalle las peculia-
ideos de orden, perfección y meticulosidad como egosintónicos. El ridades que reviste la evaluación y el frotamiento de personas con
TOC se suele centrar en algunos temas concretos (contmninación, trastornos de la personalidad (Belloch y Fernández-Álvarez, 2010;
agresión, verificación, contar, etc.l, pero no abarca la mayoría de Belloch, et al.. 2019), por lo que presentamos aquí únicamente un
los aspectos de lo vida del individuo como sucede en el TP-OC. De breve resumen de algunos de los aspectos a tener en cuenta.
todos modos, es muy probable q,ue ambos trastornos coexistan, en Por lo que se refiere a lo evaluación y el diagnóstico de estos
cuyo caso es necesario diagnosticar ambos. trastornos, las principales consideraciones son las siguientes:
Lo tendencia al perfeccionismo del TP narcisista puede ser
común con el TP-OC, pero mientras los narcisistas creen que en l. Recoger información sobre el motivo de consulta, las caracte-
realidad han «logrado» la perfección, los obsesivos siguen persi- rísticas de la demanda, así como sobre la historia de problemas
guiéndola y son más críticos consigo mismos. También la ausencia relacionados que hayan traído al paciente a consulta con ante-
de generosidad es común. pero en el narcisista se restringe a los rioridad.
demás mientras que el obsesivo-compulsivo es también «avaro» 2. Explorar lo estabilidad de la problemática en todas las áreas de
consigo mismo. funcionamiento, y el desempeño de !a persona en cado uno
de ellos. Nótese que no es preciso que estén todos los conte~tos
d. Etiología deteriorados.
Como señalaban Phillips y Gunderson (1995), la observación freudia- 3. Explorar longitudinalmente la problemática a !o largo del curso
no de q,ue el TP-OC derivaba de las dificultades ocurridas durante el vital de la persono, teniendo en cuenta las épocas de estabili-
estadio anal del desarrollo psicosexuol (de los dos a los cuatro años) dad y crisis, cuando surgen los primeros problemas o síntomas,
fue elaborado y halló eco en pensadores psicoanalíticos, como Karl en q_ué períodos han estado mós o menos acentuados, y las
Abroham y Wilhelm Reich. Es posible que los conflictos educati- circunstancias actuales y pasadas que pueden haber desenca-
vos q_ue surgen durante el aprendizaje entre el niño y unos padres denado el problema.
exigentes y controladores, que continuamente critican lo q_ue está 11-. Valorar el nivel de riesgo ygravedad de la afectación en la actua-
mal y exigen un buen comportamiento, vayan creando en el niño la lidad. tanto para la persona involucrada como para terceros.
idea de que siempre hay q,ue hacerlo todo bien, que hay que ser 5. Evaluar la presencio de síntomas activos y de trastornos mento-
perfectos, q_ue todo debe estar bajo control, etc. Estos nií'ios crecen les comórbidos, tanto en el momento actual como su historia y
aprendiendo que lo importante es lo que no se debe hacer, y no fo evolución a través del tiempo y de las diferentes situaciones.
que hay que hacer. Así, la autocrítica, la culpa, la ausencia de satis-
6. No olvidar la influencia de los factores demográficos, sociales
facción con uno mismo y con el propio comportamiento, y las dudas
acerca de lo CJ.Ue se debe hacer y cómo hacerlo bien se convierten
y culturales en la evaluación de los TP, y prestar atención a
los posibles sesgos que pueden condicionar el diagnóstico. Los
en el estilo de vida habitual de estas personas.
clínicos no estamos libres de prejuicios y estereotipos sociocul-
Por otro lado, considerando lo que anteriormente se coml"ntó turales y sesgos de género.
acerca de la comorbilidad entre este trastorno y el TOC, es muy
7. No apresurarse en la rotulación de eventos o atributos como
posible ctue ambos compartan aspectos etiológicos comunes, entre
«normativos, adaptativas o patológicos», basados en factores
los que cabe destacar no solo variables relacionadas con el apren-
como el género, la edad, el estrato social, la cultura, o la
dizaje (incluyendo aquí. además, el modelado), sino también las
religión.
relativos a una cierta vulnerabilidad cognitiva (p. ej., tendencia a
mantener creencias rígidas) y biológica. Resulta llamativo que en Teniendo en cuenta lo anterior, es evidente q_ue valorar la pre-
los estudios actuales sobre dimensiones de trastorno de personali- sencia y el grado de afectación de un TP es una tarea compleja
dad en los ctue se utilizan instrumentos psicométricos para evaluar y, como es natural, no disponemos de «instrumentos per se» q_ue
la presencio de rasgos de personalidad emerja de forma consisten- evalúen de formo exhaustiva todos los dominios de afectación, ni
te, tanto en población general como clínica, un factor que incluye q,ue garanticen un diagnó>tico preciso e inequívoco. Tendremos que
características típicas de este trastorno que, aunq,ue recibe deno- emplear diferentes estrategias, entre los que destacan lo entrevis-
minaciones diferentes, hace referencia al mismo componente de ta, tanto de exploración general como diagnóstica y los instrumen-
personalidad: minuciosidad y responsabilidad en el modelo de los tos de autoinforme. A pesar de que actualmente no contamos con
5GF, persistencia en el modelo de Cloninger, o el orden y minucio- entrevistas clínicas para la evaluación dimensional de los TP, existe
sidad en el modelo de Livesley. Lo clasificación de la CIE- 11 recoge una gran variedad de entrevistas aplicables a los modelos catego-
en el factor que denomino «Anancastia» estas mismas caracterís- rioles según los criterios recogidos en la APA y fo OMS. Una de las
ticas, a diferencia de lo que sucede en el DSM-5. Además, en los que ha recibido un amplio reconocimiento a nivel clínico y de inves-
Capítulo 13. Ticis~wrnu~ de la personalidad

tigoción y que cuenta con una largo trayectoria internacional es el ge11eral de deterioro que prese11ta el paciente en el momento
Examen Internacional de los Trastornos de la Personalidad GPDE, actual, estableciendo cinco niveles de deterioro, que oscilan entre
Loranger et al., 1997!_ Es una entrevista clínica semiestructurado un funcionamiento saludable y adaptativo (nivel O"°' poco o ningún
de carácter general que se d'1señó para evaluar los TP según los sis- deterioro), deterioro leve (nivel ll, moderado (nivel 2), grave (nivel
temas de clasificación CIE-10' y DSM-IV_ Aunque se basa en los crite- 3), y extremo (nivel 4l. Por otro lado, el Inventario de PersonaHdad
rios diagnósticos de las dos ediciones pasadas, cuenta con buenas del DSM-5 (PJD-5; Krueger et al, 2012) se centra en la evaluación
garantía> científicas en diferentes poblaciones y está adaptado a de los cinco dominios (afecto negativo, desapego. oritogonismo,
población de habla hispana. Incluyen 99 preguntas para valorar los desinhibíción y psicoticismo), y las 25 facetos de rasgos que se
criterios del DSM-IV y 67 para los de la CIE-10. la puntuación se incluyen en el modelo del apéndice Ill del DSM-5. El PID-5 cuenta
E'Stablece en uno escala likert de tres puntos (ousencia/presencio con diferentes versiories: adultos<> 17 años), niños y adolescentes
atenuada/cumple criterio de potologíal. El tiempo de administra- (IJ-17 años) y una versión para el informante. Para la evaluación de
ción oscila entre los 60 y 120 minutos y está destinada paro mayores adultos disponemos de una formo extendida (220 ítemsl que evalúa
de 18 años. otros de los en1revistos clínicas generales paro el diag- los cinco dominios y Jos 25 facetas, y otro formo breve (25 ítemsl
nóstico categorial de los TP son la Entrevista Diagnóstica para los que se centra exclusivamente en los cinco dominios. En ambas for-
Trastornos de Personalídad del DSM-JV(DiPD; Morey et al, 2012), la mas, cado ítem se valora en una escala Likert de O a 3 <O= muy
Entrevista Clínica Estructurada paro los Trastornos de Personalidad falso/a menudo falso; 1=a veces/algo falso, 2 =a veces/oigo ver-
del eje JI del DSM-IV {SCID-ll; First y Gibbon, 2004), la Entrevisto dadero; 3 =muy cierto/a menudo verdadero). La versión de adultos
de Trastornos de Personalidad-IV (POI-IV; Somuel et al .. 201ll y lo de 220 ítems ha sido objeto de un buen número de publicaciones
Entrevista Estructurada para los Trastornas de la Personalidad-IV sobre sus propiedades psicométricas. En general, cuenta una fiabi-
(SIPO-IV; Jane et ol., 2006J. lidad y validez satisfactorias. Sin embargo, una de las principales
En la Tabla 13.16 se ofrece un listado de los principales: instru- críticas es la ausencia de escalos de validez, que son habituales en
mentos de evaluación y diagnóstico de los TP que se ajustan, con los inventarios de personalidad. Una de las recomendaciones es uti-
mayor o menor claridad, a la perspectiva dimensional. A continua- lizar el PID-5 con cautela, principalmente en los contextos clínicos
ción, expondremos específicamente aquellos instrumentos que se e incorporar escalas de validez poro examinar de nuevo su validez y
han desarrollado para la valoración de los criterios propuestos por utilidad clínico <Bogby y Sellbom, 2018).
los manuales de clasificación. De acuerdo con la CIE-11, Olajide y su Por lo que se refiere a los recomendaciones y principios bási-
grupo desarrollaron un outoinforme para evaluar la gravedad de los cos para el tratamiento, hay q_ue tener en cuenta, en primer lugar,
TP: la Evaluación Estandarizado de la Severidad de los Trastornos de cuáles son los motivos de consulto más habituales. Entre los mós
la Personalidad (Sfondordized Assessment of Severity of Personality comunes se encuentran los siguientes:
Disorder, SASPD; Olajide et al., 2017). Consto de nueve ítems, en
l. Perturbaciones emocionales y otros formas psicopatológicas
una escala de O o 3, que evalúan diferentes aspectos del funciona-
específicas <i. e., depresión, trastornos de ansiedad, etcJ
miento de la personalidad. La puntuación total oscila entre O y 27.
Los estudios preliminares mostraron que el instrumento identifica- 2. Dificultades vinculadas con uno actividad o competencia <labo-
ba favorablemente la presencia de trastornos de personalidad de ral, educacional).
gravedad leve y moderada, aunque son necesarios futuros trabajos 3. Problemas en el seno de relaciones interpersonales primarias o
para poder determinar estos puntos de corte e identificar los TP de secundarias.
gravedad severa (Olajide et al., 2017). El segundo instrumento es ll-. Circunstancias que rodean el curso de una enfermedad físico
una medida de autoinforme que evalúa los cinco rasgos prominen- (en especial enfermedades crónicos o terminales).
tes de la personalidad: el Inventario de Personalidad de la CIE-11 5. Comportamientos disruptivos que alteran seriamente la adapta-
<Personality Inventory far ICD-11 PiCD; Oltmanns y Widiger, 2018)_ Se ción social y la adecuación a normas.
compone de 60 ítems, que se agrupan en un total de cinco escalas 6. Conductas adictivos en un amplio campo de fenómenos, desde
de doce ítems cada una: desapego, anancastia, disocio/, afectivi- el consumo de sustancias, la ludopatía, etc.
dad negativa y desinhibición. Los ítems se valoran en una escala
Likert de 1(totalmente en desacuerdo) a 5 (totalmente de acuerdo). Las dificultades más notorias que plantea el abordaje psicote-
Los estudios de validación inicial sugieren que el PiCD agrupa los ropéutico de los TP en general están vinculadas con la cronicidad
cinco dominios en uno estructuro de cuatro factores, observándose (aparente) del trastorno, lo dificultad de! paciente poro identificar
que dos de Jos dominios, oriancastio y desinhibición, representan los la perturbación. y lo ambivalencia frente o la necesidad del cambio.
polos opuestos de u11 mismo factor de orden superior. Que sepamos, Dada la naturaleza del TP, caracterizado por una elevada compleji-
no hay todavía estudios amplios sobre la validez o la utilidad clínica dad, es necesario tener en cuento cómo se desenvuelve el paciente
del PiCD en diferentes contextos y con poblaciones representcrtivos, en diversos áreas de su vida. Y puesto que, además, el tratamien-
incluyendo muestras hispanohablantes. to implicará un plan de trabajo casi siempre de largo recorrido,
En relación con la evaluación de la personalidad según el mode- puede verse inmerso en los denominados tratamientos inespecí-
lo alternativo del DSM-5, lo APA propone otros dos i11strumentos. Por ficos: es decir, modos de intervención en los que existen muchas
un lado, la Escala del Nivel de Funcionamiento de la Personalidad posibilidades de que el diálogo entre el paciente y el terapeuta
<Level al Personality Funcfioning Scole-LPFS; APA 2013), que valo- se convierta en impreciso, anecdótico, dominado por un relato
ra las dificultades en el funcionamiento personal e interpersonal a que se puede sostener, básicamente, por la calidad de un vínculo
través de un continuo que incluye los componentes de identidad y empático recíproco.
autodirección (personall y empatía e intimidad (interpersonoll. El Sabemos que un vínculo terapéutico es fundamental en todo
clínico selecciona el nivel que capta con mayor precisión el nivel proceso psicoterapéutico y que, en buena medido, de ello depende

l[l5
lv1anual de psi::opaloloqía. \iolu1111:'11 2

) ) Tabla 13.16. Instrumentos de evaluación y diagnostico din1ensional de los trastornos de la personalidad

funcionamiento general de los trastornos de la personalidad


Standordized Assessment of Severil~ of Olajide et aL, 20!7 Autoinforme Gravedad del TP (9 dominios)
Personolity Disorder (SASPDl' 9 ítems
Level of Personality functioning Scole-Self APA, 2013 Escalo aplicada l. Funcionamiento personal (se/fi:
Report (LPFSl 1 (clínico) identidad/autodirección
2. Funcionamiento interpersonal: empotía/
Level of Personality Functioning Scale-Sell Hopwood et al., Autoinforme intimidad
Report (lPFS-SRl 1 2018 > !8 años
80 ítems

General Assessment of Personality Disorder Livesley, 2010 Autoinforme l. Disfunción del self
(GAPDl 144 ítems 2. Disfunción interpersonal
19 escolos

Rasgos de personalidad normales y patológicos


Personality Inventory for ICD-11 {PíCDl' Oltmonns y Widiger, Autoinforme l. Desapego
2018 60 ítems 2. Anancastia
3. Disacial
•• Afectividad negoti1J{I
5. Desinhibición.
Five-Dimensional Personality Test (5DPTJ Van Kampen, 2012 Autoinforme l. Neuroticismo
100 ítems 2. Extroversión
3. Frialdad
•• Absorción
5. Orden
HEXACO-Personolity Inventory-Revised Lee y Ashton. 2004 Autoinforme l. Honestidad-humildad
<HEXACO-PI-Rl 100 ítems 2. Emocionolidod
3. Extraversión
•• Cordialidad
5. Escrupulosidad
6. Apertura
Personality Inventory of DSM-5 ~PlD-5) 1 Krueger et al., 2012 Autoinforme l. Afecto negativo
>17 años 2. Desapego
Versión de 3. Antagonismo
220 ítems
•• Deslnhibición
5. Psicoticismo
The PID-5 Informant Roting Form (P!D-5-IRFl1 Markon et al., 2013 Informe de terceros
218 ítems

Dimensiones relevantes de la personalidad disfuncional


------
Dimensional Assessment of Personality Livesley y Jackson, Autoinforme l. Desreguloción emocional
Pathology- 2010 290 items 2. Disociol
8asic Questionnoire 3. Evitación social
<DAPP-BQl 4. Compulsividad

Severity Indices of Personality Problems (SJPP) Verheul et al., 2008 Auto informe l. Auto-control
118 ítems 2. Integración de la identidad
3. Capacidad de relación
11. Responsabilidad
5. Concordancia social

' Instrumentos basados en los criterios de la Clt -11;


' lnstrurnentos basados en los criterios del modelo alternativo del DSM-5

436
Cdpítu!o 13, Trastornos de la p2rsor1al1dad

la posibilidad de constituir una adecuada alianza leropéut1ca. Pero


tarr,bién sabemos que el vínculo es solo uno de los componentes de V" Resumen de aspectos
la alianza y que se necesitan, además, otros elementos que inciden fundamentales y tendencias
en la adecuación de los Objetivos y los tareas que deben llevarse a
cabo. Para que esto último se cumpla eficazmente es necesario q_ue futuras
el plan de trabajo con los TP supere ese morco inespecífico y el tra-
tamiento se organice sobre la base de un marco estrucl'urado donde Este capítulo ofrece uno visión general de la ps1copotología y clínica
quede claro cuáles son las metas que se persiguen y qué medios se de los trastornos de la personalidad_ En primer lugar, incorporo los
seguirán poro alcanzarlas. Esto está refrendado claramente por la desarrollos más actuales sobre su conceptualización y diagnóstico
investigación empírico. Según los datos disponibles (Belloch et al., en los sistemas de clasificación psiquiátrico (DSM-5 y C!E- lll, ade-
2019l hoy contamos con diversos programas de tratamiento para más de datos de prevalencia, comorbibilidad y curso de estos tras-
los TP q_ue son eficientes (eficaces y efectivos). En la psicoterapia tornos. La segunda parte profundiza en las características clínicas
individual destacan lo Terapia Basada en fa Mentalización (Batemon de los «tipos» de trastornos de la personalidad propuestos en el
y Fonagy, 2004) y fo Terapia Centrada en Jos Esquemas (Young et DSM-5 y. por último. incluye recomendaciones generales poro su
aL, 2003), además de la Terapia Dialéctica Conductualde Linehan evaluación y tratamiento.
<19931, que incluye también componentes de intervención grupal_ Como se ha puesto de manifiesto en este capítulo, una visión
Entre las intervenciones psicosociales mencionaremos el programa comprehensiva de los TP requiere profundizar en los elementos o
STEPPS <Systems Training for Emotional Predictability and Problem rasgos que conforman lo personalidad normal, yo que son precisa-
Solving) de Blum et al. (2008l. Muchos enfoques terapéuticos recu- mente la afectación y/o disfuncionalidod de esta y los elementos
rren a principios integrativos, como el desarrollado por livesley et que la configuran los causantes del >ufrimiento. Aunque el estudio
al. (2015), que parte de los factores comunes observados al com- de lo personalidad normal es extenso y tiene un respaldo sólido, su
parar los efectos producidos por diferentes modelos y formatos de aplicación clínica a los TP es reciente. Tradicionalmente, los estu-
psicoterapia_ Por último, el National lnstitute far Health and Core dios sobre psicología de la personalidad y 101 de trastornos de lo
Clinical Excellence <NICE) ha publicado guías para la evaluación y el personalidad se han desarrollado en paralelo, dificultando el plan-
tratamiento de los TP límite y antisocial que son accesibles desde la teamiento de modelos explicativos capaces de integrar los TP como
página oficial de esto institución británica <www.nice.org.uk). dimensiones patológicas o disfuncionales de lo personalidad. En
No es posible determinar cuál de todos ellos es superior al resto, los últimos años y motivados por Jos limitaciones derivadas de los
pero lo que sí sobemos es que los programas debidamente estruc- sistemas diagnósticos categoriales, se ha observado un intento de
turados y con un plan de trabajo bien definido son superiores en convergencia entre ambas disciplinas, que han apostado por para-
cuanto a resultados a los tratamientos inespecíficos. digmas cado vez más dimensionolistas para lo comprensión de la
personalidad y sus trastornos. El DSM-5 (i. e., Modelo alternativol y
Por último. cualquier tratamiento eficiente debe ajustarse a una
la CIE-11 han optado por modelos diagnósticos fundamentados en
serie de principios generales de intervención, entre los cuales men-
la existencia de rasgos de personalidad patológicos, q_ue tienen sus
cionaremos como fundamentales los siguientes:
raíces en la noción de rasgos universales de lo personalidod huma-
l. Alianza terapéutico. Las amenazas a la alianza en estos casos na, principalmente derivados de los estudios de los SGF, del mismo
son muy importantes, tonto al inicio del tratamiento como a lo modo que las dimensiones para la evaluación del funcionamiento de
largo del proceso. Advertirlas y controlarlas es requisito para el la personalidad <p_ ej., autodirecciónl. propuestas en el DSM-5, pro-
tratamiento_ vieneri del enfoque de Cloninger sobre el temperamento y carácter.
2. Psicoeducación. El primer objetivo de lo psicoeducación es Pese o que lo respuesta por integrar los planteamientos cien-
invitar al paciente a tomar conciencio de la complejidad de tíficos del estudio de la persanal1dad normal en los trastornos de
su situación y los diferentes propósitos q_ue puede perseguir el lo personalidad es alentadora, es necesario solventar algunas insu-
tratamfento para intentar lograr un cambio sostenible A conti- ficiencias. Resaltaremos, por un lado, la inconsistencia entre los
nuación, es necesario preporar al paciente para llevar adelante rasgos y facetas propuestos por ambos sistemas de clasificación
una tarea lenta y progresivo, en la que pueden ocurrir retro- psiquiátricos y la incongrllencio entre los modelos de rasgos «nor-
cesos, tanto en aspectos parciales de su organización personal males» (i. e., SGFJ y Jos rasgos patológicos que han sido finalmen-
como en el malestar subjetivo que puede experimentar en cier- te propuestos Por otro lodo, es preciso clarificar lo consideración
tas circunstancias. Como el tratamiento tiende a extenderse en misma de los TP en los propios manuales diagnósticos pues, como
el tiempo, también enfrentará sucesivos fases y en cada una de se puede comprobar, el DSM-5 plantea dos propuestas de clasifi-
ellas, deberá realizarse uria labor psicoeducativa. Esto incluye cación: (al lo categorial o tipológico, con diez tipos de TP, y {b)
potenciar la disposición al cambio para que el paciente puedo la dimensiona!, con seis tipos, mientras que la CIE-11 propone la
superar los obstáculos que se le presenten. existencia de un solo patrón disfuncionol de personalidad, que se
3. Graduar las intervenciones_ manifestará de forma diferenciada en función de los rasgos disfun-
cionales predominantes_
IJ. Establecer y consen>uar fases o etapas del tratamiento, con
objetivos claros y definidos_ En conclusión, el acuerdo y clarificación en lo conceptualiza-
ción y el diagnóstico constituyen un reto para la investigación en
5. Usar procedimientos indirectos, especialmente para abordar las la psicopatología y clínica de los TP. Además, de caro a valorar
resistencias de los pacientes ante los cambios. la utilidad y eficacia de estos nuevos modelos de clasificación es
6. Tener en cuenta el papel del contexto, en especial en el ámbito necesario diseñar herramientas de evaluación fiables y válidas. que
relacional. permiton explorar la afectación y gravedad de estos trastornos y

417
Manual de psicopatología. Volu1ncn 2

sobre todo, valorar los rasgos patológicos de la personalidad rele· y cornorbilidod, así como esclarecer la etiología y curso de estos
vantes en la 1nanifestoción clínica del trastorno. Esperamos que trastornos y contribuir a la formulación de modelos explicativos
las aportaciones en esto dirección permitan mejorar la fiabi!rdad que permitan diseñar e implementar frotamientos más efectivos
diagnóstica. estimar de forina más precisa las tosas de prevalencia para estas trastornos.

••Términos clave
Cinco Grandes Factores [SGF) 401 Claslflcaclón y diagnóstico de los Rasgos 400
Claslf!caclón y diagnóstico de los trastornos de la personalidad Trastorno de la personaltdad 415
trastornos de la personalidad según el DSM-5 (APA) 409
según la CIE-11 !0MSI 406 Personalidad 400

••Lecturas recomendadas
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Capítulo 13. Trastornos de la personalidad

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•• Autoevaluación
l. iCuál de las siguientes características diferencio los TP de el Las TP son generalmente egosintónicos, a diferencia de lo
otros trastornos mentales? egodistonía que caracteriza a !a mayoría de los trastornos
a) Al igual que todos los trastornos mentales, los TP presen- mentales.
tan un repertorio de compor1omientos limitado, reiterativo, dl La diferenciación entre los TP y otros trastornos men-
e infle~ible, que cambio relativamen1e poco en función de toles es más bien d'1fusa, ya que comparten síntomas
las demandas y situaciones. comunes.
bl Los TP afectan parcialmente al individuo y los diferentes
ámbitos de su funcionamiento, a diferencio de la que suele
suceder con lo mayoría de los trastornos mentoles. (Continúo)

' ,' k, f '·- '- '-''-'


tt Manual de psicopatología. Volumen z

2. Uno de los cambios importantes de la quinta edición del e! diagnóstico, según el modelo alternativo del DSM-5,
DSM en relación con los TP es: es:
al 5u inclusión en un eje diferente al del retraso mental. al Aplicar criterios de inclusión y exclusión (0, E, F, Gl.
b} La desaparición del trastorno esquizotípico del grupo de bl Aplicar los criterios A y B al TP-e~pecificado por rasgos.
los TP. el Confirmar el diagnóstico de TP sobre la base de que se
el La inclusión de un patrón límite, en sustitución del tro>tor- cumplen los criterios A y B.
no de lo personalidad límite. d) Determinar el TP entre los tEpos propuestos y/o realizar un
d) Lo desaparición de un eje diagnóstico específico para los diagnóstico categorial.
TP.
7. El egocentrismo y la determinación de los objetivos o
3. Los estudios sobre prevalencia de Jos TP coinciden en metas, teniendo en cuenta la obtención de satisfacción
señalar que: personal. es característico del funcionamiento personal
al La prevalencia ha aumentado considerablemente en la del trastorno de Jo personalidad:
último década. al Antisocial.
bl La prevalencia se mantiene estable en función de variables bl Límite.
como el contexto social, el cultural, o el educativo. el Narcisista.
e) La prevalencia aumenta cuando se producen situaciones dl Esquizotípico.
sociales de conflicto y violencia, como sucede con el resto
de los trastornos mentales. 8. Indique en cuál de los TP que se relacionan están princi-
dl El trastorno de la personalidad narcisista se encuentra en- palmente afectados rasgos de las facetas de la afectivi-
tre los más prevalentes, independientemente del contexto dad negativo y lo desinhibición.
social o cultural. o) Evitativo.

lt Según el modelo alternativo del DSM-5, una persona pre- bl Límite


sentaría un TP si cumpliera los siguientes criterios: cl Antisocial.
al Dificultades, de gravedad igual o mayor a leve, en el fun- dl Obsesivo-compulsivo.
cionamiento de la personalidad (auto/interpersonall y uno
o más rasgos patológicos de personalidad. 9. Indique cuáles de los trastornos de personalidad que se
relacionan aparecen en varias secciones o categorías del
bl Dificultad, enfre moderada y grave, en el funcionamiento DSM-5:
de la personalidad (auto/interpersonal> y uno o más msgos
al Límite y narcisista.
patológicos de personalidad.
el Dificultades en el funcionamiento de lo personalidad y ras- bl Antisocial y esquizotípico.
gos patológicos de personalidad relativamente cambiantes el Paranoide y esquizoide.
a lo largo del ciclo vital del individuo. dl Evitotivo y obsesivo-compulsivo.
d) Dificultades en el funcionamiento de la personalidad y ras-
10. lCuál de las siguientes afirmaciones es correcta con res-
gos patológicos de personalidad que se corresponden con
pecto a la evaluación de los TP?
la etapa de desarrollo evolutivo de la persona
al Las personas con TP suelen solic'ttar la ayuda profesional
5. Los rasgos patológicos de personalidad según el modelo con el objetivo de modificar ciertos aspectos de su per>o-
alternativo del DSM-5 son: nalidod (p. ej., visión de sí mismo, relaciones interpersona-
al Afectividad negativa, desapego, anti-sociabilidad, desinhi- les), que interfieren eri su calidad de vida y en la relación
bición. y onancastia. con los demás.
bl Identidad, empatia, autodirección e intimidad. b> Los síntomas que acompañan a los TP son clínicamente
el Afecto negativo. desapego, antagonismo, desinhibición y distintos a la psicopatología de los demás trastornos men-
psicoticismo. tales.

dl Búsqueda de novedades, evitación del daño y dependen- el El diagnóstico clínico de los TP está libre de la influencia
cia de la recompensa. de sesgos culturales y de género, dado que su diagnóstico
se basa en criterios clínicos bien establecidos, que minimi-
6. Una persona cumple los criterios A y B para el diag- zan las sesgos del evaluador/o.
nóstico de TP, pero no presenta los criterios aplicables dl Lo evaluación requiere recoger información sobre una
para ningún TP concreto. Según las recomendaciones de multitud de contextos y dominios, además de valorar Ja
Skodol {2015), lo que deberíamos hacer para determinar gravedad del TP en lo actualidad.

', ',' ' ; , " ' ,


CAPÍTULO 14

TRASTORNO DE LA PERSONALIDAD LÍMITE


Azucena García Palacios y M. ª Vicenta Navarro Haro

l. Introducción 1/1.JJ V. Recomendaciones poro la evaluación


JI. Clasificación l/IJIJ y el tratamiento 1/53
A. Diagnóstico y carocterí5ticas clínicas 1/41/ A. Evaluación IJ53
B. Epidemiología y curso evolutivo 41./6 B. Tratamiento IJ55
C. Diagnóstico diferencial y comorbilidad 1/47 VI. Resumen de aspectos fundamentales y tendencias
III. Etiología 1/1/8 futuras 456
A. Modelos de desregulación emocional 41/8 TÉRMINOS CLAVE IJ57
B. Modelos de cognición social desadaptativa 1/49
LECTlJRAS RECOMENDADAS LJ57
C. Evidencia sobre predictores y mantenedores
del TPL 1/51 REFERENCIAS 458
IV. Características transdiagnósticos 1/51 AUTOEVALUACIÓN 1'60

l. Introducción
María tiene 26 años_ Vive con su madre y con su hermana de 23 años. y que le llevan a hacer cosos de las que luego se arrepiente, como
Su padre falleció éuando María tenía catorce años en un occiden- beber y consumir drogas, tener sexo sin protección y darse atraco-
te de trófico_ Acude a consulto tras haber estado ingresado en el nes de comida. Cree que hay algo muy malo en ella.
hospital por un intento de suicidio. Jngirió alcohol y medicación en Se siente muy decepcionada respecto o los demás. Considero que
su casa un día que se quedó sola. La encontró su hermona cuando la gente se acerca a ella solo por interés y al final siempre la
volvía de estar con sus amigos a los cinco de la mai'!ana. decepcionan. En las relaciones de amistad y de pareja estó muy
En los entrevistas de evaluación refiere encontrarse mejor, pero muy preocupada por hacer todo lo posible para que el otro se encuen-
vulnerable. Cuestiona su decisión de quitarse la vida, pero a la vez tre o gusto y lo do todo; pero nunca se ve correspondido. Tiene
dice que tiene mucho miedo o vivir. Dice sentirse perdido, muy con- mucho miedo o que la dejen, pero como ya ha pasado muchos
fusa respecto o quién es y qué quiere hacer con su vida. Su historia veces, ha tomado la decisión de aislarse de todos. Actualmente
vital ha tenido muchos altibajos. Nos informo que ha consumido solo confía en su hermano y su madre. Aunque tiene conocidos,
alcohol y drogas desde los quince oi'!os, que ahora consume menos, intenta no intimar con nadie para que no le hagan daño. Refiere
pero que siempre los ha utilizado paro poder evadirse de la confu- que siempre se ha sentido como fuero de lugar, como que no enco-
sión y el dolor. De hecho, empezó o consumirlas o raíz de la muerte jaba en ningún sitio.
del padre. Respecto o su estado actual, Moría nos cuenta que no Ha intentado suicidarse en otros dos ocasiones. Ha recibido distintos
trabaja y se paso la mayor porte del día «comiéndose lo cabeza». tratamientos psiquiátricos y psicológicos desde los catorce años. En
Dice tener como un volcán por dentro que está o punto de estallar el momento del ·ingreso había abandonado el tratamiento psico-
continuamente. y que muchos veces, estallo. lógico hacía seis meses. Seguía tomando medicación, pero sin el
Respecto a su estado emocional refiere que fJuctúo entre crisis de control de su psiquiatra.
llanto o de enfado y momentos en que se encuentro como dormido. María es lo mayor de dos hermanas. 5u madre trabaja como admi-
Prefiere no saber nodo de sus emociones, sintiéndose muy incómo- nistrativa en una empresa. Su hermana estudio en la universidad.
da al hablar del tema emocional. Nos cuenta que ha pasado por Según refiere la madre, María siempre fue uno nii'!a «muy movida»
períodos de mucho descontrol, que sus emociones son muy intensas y «rebelde». Le resultaba difícil relacionarse con los demás y tenía

443
Manual de psicopatología. Volumen 2

muchas rabietas. En el colegio tu·10 siempre problema~ de odopta- ción de lo~ trastornos de la personalidad en lo CIE-11 <OMS. 2019!
ción, pero el rendimiento ero aceptable. Estudió un ciclo medio de ha recogido es~a dimensionalidad en lo gravedad tan característico
Formación Profesional. Ho trabajado como administrativa en di>tin- de estos trastornos. como ya se comentó en el capítulo sobre los
tas empresas. pero le resulto muy difícil mantenerw en un trabajo. trastornos de la personalidad.
principalmente por problemas con sus compañeros y sus jefes Del El TPl no se incluye en los grandes 1nanuales diagnósticos hos1a
último trabajo lo despidieron y hace nueve meses que no trabaja. el DSM-Ill (APA, 1980l. Sin embargo, el término límite fue utilizado
Durante su infancia lo situación familiar no era buena. El podre era mucho ar.fe$. Se atribuye o la corriente psicoanalítica y en con-
muy conflictiva. No se mantenía en ningún trabajo y discutía fre- creto a Sfern (1938), quien lo utiHzó para describir a un grupo de
cuentemente con su mujer y con sus hijas. María recuerda su casa pacientes q_ue no se beneficiaba del psicoanálisis clás¡co y que no
como «una cosa de locos en lo que no quería estor». La muerte del parecía encajar en los categorías «neurosis» y «psicosis». Stern
podre fue devastadora poro todo la familia, sobre todo para Moría describió que estos pacientes sufrían «un grupo límite de neurosis».
que refiere que, pese o los problemas que tenía su padre, era el que Posteriormente se describirían como límites, pacientes que, aunque
mejor lo entendía. Se sintió abandonado y el dolor fue ton grande tenían sintomatología neurótico, no encajaban en esas categorías
que nunca se ha recuperado La relación con la madre es distante. diagnósticas, mostraban problemas graves de funcionamiento y no
Dice que nunca Jo ha entendido y cree que, aunq_ue sobe que su respondían a la psicoterapia. Un número importante de excelentes
madre la quiere, mantiene lo distancio con ella porque le recuerdo clínicos e investigadores como Kenberg, Gunderson, Linehan, Clar-
demasiado a su podre (de hecho, muchos veces le dice «eres igual Kin, Bateman, Zanarini o Young. entre otros. han contribuido o la
que tu padre»). En su familia hay antecedentes psiquiátricos de evolución del concepto de TPl y a urra importante mejora en su
consideración. En lo familia del p:idre hay bo>lantes mierrbros con tratam·1ento.
trastornos afectivos (depresión, bipoloridod).
El diagnóstico principal de María es Trastorno de la Personali-
dad Límite (en adelante. TPlJ. Ha recibido otros diagnósticos o lo
Jl Trastorno de la personalidad limite. Patrón persistente
largo de su vida como trastorno depresivo mayor. distimia y trastor- de inestabilid.Jd de las relaciones interpersonales, la auto1·
no por atracón. magen y los afectos, e impulsividad intensa, que cornienza
El coso de María ejemplifica bastante claramente lo que enten- en la adolescencia o prin1erdS etapas de la edad adulta.
demos por TPl grave. En primer Jugar, se observan problemas Está presente en diversos contextos y causa malestar e
importantes desde la adolescencia, q_ue se han ido manteniendo en interferencia significativa.
el tiempo, e incluso empeorando hasta la actualidad. Estos proble-
mas van más allá de un conjunto de síntomas. Parece q_ue lo que está
dañado es la estructura psicológica básico, la forma en que siente y En eJ presente capítulo describiremos en detalle los característi-
regula las emociones (no una emoción, sino la gran mayoría de ellasl cas clínicas, lo clasificación, epidemiología y curso del TPL También
y la forma en que regula las conductos {dificultades en el control describiremos los factores etiológicos según las teorías más actuales
de los impulsosl. Tampoco parece que hoyo seguido un proceso de y acabaremos con unas orientaciones generales sobre la evaluación y
socialización adaptativo, presentando conflictos importantes en este el tratamiento.
ámbito desde la infancia. El resultado es un problema grave en la
identidad que se traduce en gran confusión con respecto a sí misma
y baja autodirección (dificultad para establecer objetivos vitales sig- 11. Clasificación
nificativos y perseguirlos) y una gran hipersensibilidad interpersonal
con problemas en establecer relaciones de intimidad con los demás A. Diagnóstico y caracteristicas clínicas
y con sentimientos permanentes de sentirse alienada del resfo de
En la introducción de este capítulo hemos presentado un caso de
las personas. Ademós, el funcionamiento de Moría es poco flexible;
TPL grave y hemos comentado los característicos clínicas del mis-
pese a los consecuencias negativas, el patrón se mantiene a lo largo
ma. De forma resumida, las personas q_ue padecen TPL presentan
del tiempo y en la mayoría de los contextos.
un patrón generalizado de funcionamiento patológica q_ue se mani-
Estamos describiendo un patrón de personalidad patológico fiesta en distintos contextos desde la adolescencia o principios de
estable e inflexible que genero un gran sufrimiento y consecuencias lo edad adulta y q_ue se caracteriza por una gran inestabilidad emo-
muy negativas en relación con áreas significativas como la familia, cional, dificultades en el control de los impulsos y gran hipersensibi-
la pareja, la ocupación, el sentido de identidad o el disfrute perso- lidad interpersonal. lo intensidad e inestabilidad emocional se mani-
nal Maria se encuentro confundido y su sufrimiento le lleva o no fiestan en la mayoría de los emociones, predominando un estado de
querer vivir e incluso a intentar suicidarse. ónimo de valencia negativa <tristeza, ansiedad, irritabilidad, disfo-
El TPL es el trastorna de la personalidad que más atención ha ria) que puede llegar a tomar la forma de un trastorna emocional.
recibido por parte de los clínicos y los investigadores. Se trata de un En lo afectivo también presentan crisis emocionales intensas que
problema que se categoriza como trastorno mental grave junto o, suelen ser agudas y de corto duración. lo dificultad en el control
por ejemplo, el trastorno bipolar o la esq_uizofrenio. También es cier- de los impulsos se manifiesto también en diversos contextos (uso
to que Jo gravedad es muy variable: podemos encontrar desde per- de sustancias, compras impulsivas, atracones de comida, conducto
sonas que tienen rasgos de personalidad límite q_ue les causan inter- sexual impulsivo. etc.) y también puede llegar a tomar !o forma
ferencia leve, hasta cosos muy graves como el de María, pasando de un trastorno relacionado con el control de los impulsos. En lo
por otros con una gravedad moderado y un nivel de funcionamiento interpersonal, manifiestan un elevado temor al rechazo y a ser aban-
también moderado. Veremos más adelante que la nueva clasifica· donados, que se combina con demandas excesivas a Jos demás y
Capitulo 14. Trci\torno de la personalidad límite

suspicacia. Tarr1bién presentan problernas relacionados con la identi- )) Tabla 14.1. Criterios diagnósticos del DSM-5 ::>dtd el
dad, como confusión respecto a melas vitales y a la propia autoima- trastorno de la personalidad límite
gen. Por último, pueden presentar sintomatología psicótica o diso-
ciativa grave asociada habitualmente a crisis emocionales agudos.
Patrón dominante de inestabílid'1d de las relaciones
Uno de los problenios niás preocupantes asociado~ al TPL es interpersonales, de lo autoimagen y de los afectos, e impulsividad
e! suicidio y el parasuicidio (conductas autolesivas sin intención de intensa, que comienza en las primeras etapas de la edad adulta y
ocasionar la muerte). Paris (2019) realiza una revisión de este tema. está presente en diversos contextos, y que se manifiesto por cinco
Los estudios transversales estirnan que un JO% de los personas con (o más) de los siguientes:
TPL se suicidan Estas tasan se reducen a entre un 3% y 6 %en estu-
l. Esfuerzos desesperados paro evitar el abandono real o
dios prospectivos. Poris indica que estas discrepancias pueden refle-
imaginado. (Nota: No incluir el comportamiento suicida ni de
jar menor gravedad en conductas suicidas en pacientes que aceptan
automutilación que figuran en el Criterio 5 J
participar en investigaciories de seguimiento. Pese a que usualmente
se cree que el mayor riesgo de suicidio se do en la juventud, los 2. Patrón de relaciones interpersonales inestables e intensas
datos indican que el suicidio consumado se da más tarde. Algunos que se caracteriza por una alternancia entre los extremos de
estudios can largos seguimientos {15 y 27 años} encuentran que la idealización y de de\lüluación.
edod media de las persones con TPL q_ue se suicidan es entre 30 y 3. Alteración de la ideritidad: inestabilidad interisa y persistente
37 años. Un resultado interesante que iridica París es que las perso- de lo outoimogen y del sentido del yo.
nas con TPL que se suicidan son oquellas que no responden bien a LJ. Impulsividad en dos o mós áreas que son potencialmente
los tratamieritos. dañinas (p. ej., gastos, sexo, drogas, conducdón temeraria,
Los criterios diagnósticos oficiales del OSM-5 (APA. 2013) para atracones alimentarios). <Nota: No incluir el comportamiento
el trastorno limite de la personalidad no han variado desde los cri- suicido ni de automuti!oción que figuran en el Criterio 5.)
terios q_ue se establecieron en 199ti. en el DSM-IV. 5. Comportamiento, actitud o amenazas recurrentes de suicidio.
o comportamiento de automutilación_
El TPL se encuentro en el Cluster B, como ya se explicó en el
capítulo precedente. 6. Inestabilidad afectivo debido a uno reactividad notable
del estado de ánimo (p. ej., episodios intensos de disforia,
Los criterios diagnósticos del trastorno límite de la personalidad
irritabilidad o ansiedad que generalmente duran unas horas y,
se pueden consultar en lo Tablo 111.1. Según el DSM-5, además de raro vez, más de unos días)_
cumplir las características generales de un trastorno de la perso-
7. Sensación crónica de vacía.
nalidad, lo definitorio del TPL es la inestabilidad en áreas funda-
mentales del funcionamiento como la afectividad, las relaciones 8. Enfado inapropiado e intenso. o dificultad para controlar la ira
iriterpersonales, la identidad y el control de los impulsos, que se (p_ ej., exhibición frecuente de genio, enfado constante, peleas
concretan en problemas como relaciones interpersonales inestables físicos recurrentes).
e intensas, miedo al abandono, impulsividad extrema. dificultades 9. Ideas paranoides transitorias relacionadas con el estrés o
en el control de la ira, alteración de la identidad o comportamientos sintamos disociotivos graves.
suicidas. entre otros. El DSM-5 establece que, además de la caracte-
rística defiriitoria, es necesario cumplir al menos cinco de las nueve
características que se listan en los criterios.
nos de la personalidad en la sección III, dedicada a trastornos que
requiereri más estudio. Esto propuesta alternativo asume un modelo
híbrido (categorial-dimensionall, que se explicó eri el capítulo pre-
] Identidad. Una percepción estable de uno mismo como
vio. El trastorno que aquí nos ocupa, el TPL estaría caracterizado
un ser L1nico, con limites claros con los demás. por los dominios de afectividad negativa, desinhibición y antagonis-
mo. En la Toblo 11.J..2, se pueden consultar los criterios diagnósticos
del TPL según la propuesta alternativa del DSM-5.
Como hemos señalado, el DSM-5 mantiene el esquema catego-
rial poro los trastornos de la personolidad del DSM-IV. Este resulta- Lo ciasificoción de lo Organizoción Mundial de la Salud, en su
do no refleja el intenso trabajo que realizó el grupo de trabajo del última versión, la CIE-11 <OMS, 2019> sí opuesta por uno clasifica-
DSM-5 para Jos trastornos de la personalidad. Se hizo uno importan- ción dimensiona! de los trastornos de la personalidad en su versión
te revisión y en el transcurso del proceso de elaboración del DSM-5 oficial, partiendo de la personalidad normal. Incluye especificadores
hubo intensos debates y propuestos alternativas muy enriquece- de rasgos o patrones de personolidad prominentes poro describir las
doras. Como señalan Esbec y Echeburúo <2015J, el trabajo incluía característicos de personalidad que son más definitorias en cada
resolver problemas importarites como la permanencia o no del eje caso: afectividad negativa, desapego, comportamiento disocia!,
II. superar el modelo categorial y avanzar hacia un modelo más desinhibición, características anancásticas y patrón límite. Este últi-
dimensional. la relación cori los rasgos de lo personalidad, la comor- mo es el que refleja los características del TPL y se define de formo
bilidad, o la heterogeneidad en los diagnósticos. Pese a los ó1stintos muy similar o como lo hace el DSM-5 en su versión oficial: «patrón
propuestas y uri debate muy interiso, al final no hubo acuerdo y se de inestabilidad en las relaciones interpersonales, la autoimagen y
mantuvo la closificoción del DSM-IV. El ~nico cambio importante los afectos. con marcada impulsividad»_
que sí afecta a los trastornos de la personolidad es la desaparición Como vemos, la clasificación de los trastornos de lo persona-
de lo clasificación multiaxial, desapareciendo el eje propio de estos lidad y del TPL es un debate continuo y abierto y ejemplifico muy
trastornos, el eje JI. Para reflejar parte de ese trabajo se acordó bien las dificultades del modelo categorial. La evolución del cono-
incluir una propuesta alternativa para la clasificación de los trastor- cimiento sobre la personalidad indica que la concepción dimensio-
Manual dt> psicopatolog1a. Volumen 2

)) Tabla 14.2. Cricerios diagcósticos de le. propuesta alternativa del DS~ll-5 p,:rc: el i:rastocrio 1im1~e de la personal1d2.d
- - - - - - - - - - - - -----···--------

A. Deterioro moderado o grw1e en el funcionarniento de lo personolid{1d, q_ue se manifiesta por las dif1cul1odes características en dos
o n1ós de los cuatro áreas siguientes.
i. Identidad: outoimogen marcadamente pob1e, poco desrnrollada o inestable, o menudo asociado a un exceso ::le autocrítica;
sentimientos crónicos de vacío; estados disociotivos bojo estrés.
Z. Autodirección: inestabilidad en los metas. aspiraciones, valores o planes de futuro_
3. Empatía: capacidad disminuida pura 1econocer los sentimientos y necesidades de los demás, asociada o lo hipersensibilidad
interpersonal kon tendencia o sentirse menospreciado o insultado); percepciones de los demás sesgadas selectivamente hacia atributos
negativos o vulnerables.
11-. Intimidad: relaciones cercanos intensas, inestables y conflictivas, marcadas por la desconfianza, la necesidad y lo preocupación ansiosa
por un abandono real o imoginario; las relaciones íntimas son vistos dicotómicamente entre la ideali2ación y la devaluación, q_ue
conlleva a la alternancia correspondiente entre sobreimplicación y distanciamiento_

B. Cuatro o más de los siguientes siete rasgos patológicos de personalidad, al menos uno de los cuales debe ser {5) impulsividad: (6) la tomo
de riesgo. o (7) hostilidad:
l. Labilidad emocional (un aspecto de la afectividad negativa): experiencias emocionales inestables y estado de ánimo con combios
frecuentes; los emociones se alteran fácil, intensa y/o desproporcionodomente con los acontecimientos y circun>lancias.
2. Ansiedad (un aspecto de la afectividad negativa): sentimientos intensos de nerviosismo, tensión o pánico, a menudo en respues1a
a tensiones interpersonales; se preocupan por los efectos negativos de las experiencias desagradables del pasado y posibilidades
futuras negativas; sensación de miedo, aprensión o amenazo ante lo incertidumbre; temor o desmoronarse o a perder el control.
3. Inseguridad de separación {un aspecto de la afectividad negativol: temores de rechazo o seporación de figuras significativas, asociados
con el miedo o la dependencio excesivo y a la pérdida total de autonomía.
lJ.. Depresión (un aspecto de la afectividad negativa): sentimientos frecuentes de estar hundido, de ser miserable y/o no tener esperanza;
dificultad poro recuperarse de este tipo de estados de ánimo; pesimismo sobre el futuro; vergüenza generalizada, sentimientos de
inferioridad y baja autoestima; ideación y comportamiento suicida.
S. Impulsividad (un aspecto de lo desinhibiciónl: actuar en el fragor del momento en respuesto a estímulos inmediatos, actuando
de forma repentino y sin un plan o reflexión acerca de las consecuencios, dificultad para trazar o seguir los piones; sentido de urgencia
y comportamiento autolesiva en virtud de la angu>lio emocional.
6. Asunción de riesgos (un ospecto de la desinhibiciónl: implicarse en prácticas peligrosas, de riesgo, y actividades potencialmente
dañinas para sí mismo, innecesariamente y sin atender a las consecuencias; falta de preocupación por los limitaciones, y negación
de la realidad del peligro personal.
7. Hostilidad (un aspecto del antagonismo): sentimientos de enojo persi>lentes o frecuentes; ira o irritabilidad en respuesta o ofensas
e insultos menores_

nal aporta una visión más adecuada para opresar la complejidad en la propuesta alternativa del OSM-5 se incluye como uno de las
de la patología de la personalidad_ La bueno noticia es que los seis tipos de personalidad. Los propuestas dimensionales añaden
sistemas de clasificación psiquiátrica más utilizados, el D5M y la complejidad al concepto del TPL <descripción de los rasgos carac-
CIE, influidos enormemente por el modelo médico categorial, están terísticos, evaluación de gravedad, evaluación de furicionorniento
ampliando la visión e incluyendo lo dimensionolidad paro mejorar personal e interpersonal, etcJ pero proporcionan una visión más
lo dosificación de e>los trastornos (la CIE-11 con una opuesta más comprehensiva de las característicos definitorios de las personas
clara que el DSM-Sl. que padecen este trastorno.

B. Epidemiología y curso evolutivo


JJ Modela híbrido de clasificación de los trastornos de
la personalldad. Propuesta alternativa del DSM-5 para los La prevalencia de los trastornos de lo persorialidad, incluido el TPL,
trastornos de la personalidad que combina una aproxima- no está tan sólidamente establecida como la de otros trastornos
ción categorial can una dimensional. meritoles debido sobre todo a que su estudio no ha sido incluido en
los grandes estudios epidemiológicos sobre los trastornos mentales.
Ellison et al. <2018) revisan lo literatura sobre los estudios epide-
Por la que respecto al TPL, constituye uno de los trastornos de miológicos realizados sobre el TPL e indican que los dos grandes
lo personalidad con mayor entidad y apoyo empírico. Los nuevos estudios llevados a cabo en Estados Unidos, el Epidemiological
criterios de lo CIE (0MS, 2019) recogen esta solidez del concepto Cafchment Area <ECAl, y el National Comorbidity Survey (NCSl solo
de TPL, incluyendo el patrón límite como uno de los especifica- incluían la evaluación del trastorno aritisoclal de la personalidad_
dores de los trastornos de personalidad (saliéndose de los rasgos Algunos trabajos secundarios, derivados de estos dos grandes estu-
que provienen de las teorías de la personalidad). Por otro lado, dios, exploraron lo prevalencia del TPL, pera hay que esperar hasta
capitulo 14. Tr·astorno de le persor.al1dad limite

el NCS Replication para obtener datos más sólidos de la prevalencia hábitos poco ~oludobles, problemas vococ1onales, discapacidad y
de los trastornos de lo personalidad evaluados en muestra comunito" más probabilidad de muerte prematura (por cualquier causo, no
ria mediante una entrevista estructurado, en base o !os criterios del solo debido a suicidio).
DSM-IV, lo Jnternational Personality Disorder Examination (JPDEi.
Se han realizado otros estudios en Europa como el British Nation- C. Diagnóstico diferer,cla! y comorbilidad
al Survey of Psychiatric Morbidity y el Avon Longitudinal Study of
Parents and Children en Reino Unido, el Netherlands Mental Hea/f/¡ El trastorno de la personalidad límite presento una alta comorbili-
Survey en Holanda, o el Notional Register of Os/o en Noruega, entre dad con otros trastornos mentales, entre los que se encuentran los
otros. También se han realizado un número importante de estudios trastornos depresivos, bipolares. trastorrios de ansiedad, trastorno
en muestras clínicas, sobre todo en atención especializada. Los estu- de estrés postrau1nática, uso de sustancias y trastornos alimentarios,
dios son menos numerosos en poblaciones específicas, pero sí tene- entre otros. otro temo importante relacionado con el TPL es el sui-
mos datos en adolescentes, personas mayores y contextos forenses_ cidio. En este apartado describiremos los datos sobre comorbilidad
De todos estos estudios se concluye que Jo prevalencia del y diagnóstico diferencial. Para la comorbilidad seguiremos la exce-
TPL en la población gerierol es de alrededor del 1%, siendo más lente revisión de Shah y Zanarini (2018)_
prevalente en algunos poblaciones específicas {corno en prisión) y Los trastornos más comórbidos con el TPL son los afectivos. Se
menos en otros (personas mayores). En lo población clínico estas estima que el 96% de los personas con TPL sufrirán un trastorno
cifras aumentan o 12% entre pacientes ambulatorios de atención afectivo en algún momento de sus vidas En los estudios transversales
secundario y 22% de los pacientes hospitalizados. fl D)M-5 estima se encuentran tasas de comorbilidod con estos trastornos de entre el
una prevalencia del TPL en atenc'lón primario del 6'/o <APA, 2013), y 32 % y el 83%. Los estudios long'1tud'inales indican que las tasas se
se diagnostica en un 75 % en mujeres. Los datos de prevalencia en mantienen estables a lo largo del tiempo (seis años de seguimiento),
adolescentes son similares, aunque los diferencias de género que se seguramente debido a altas tases de recaídos.
encuentran en odultos (una mayor prevalencia en mujeres que en Respecto a los trastornos de ansiedad, trastornos relacionados
hombres) no se encuentron en adolescentes. También se han encon- con estrés y trauma y trastorno obsesivo-compulsi\JO, los estudios rea·
trado tasas mayores en adolescentes que en adultos entre pacientes lizados incluyen el trastorno de estrés poslraumático y el trastorno
psiquiátricos hospitalizados_ obsesi\JO compulsivo. Los estudios transversales indican unos tosas de
Como veremos en el aportado de etiología, cada vez está comarbilidad de alrededor del 74 % del TPL con cuolq_uier trastorno
cobrando más importancia adoptar uno perspectivo de psicopoto- de ansiedad. Si se concreto por trastornos las tasas san de entre 25 %
logía evolutiva paro entender el rnicio y curso del TPL Desde esto y 56% poro el trastorno de estrés postroumático, entre 0% y 20%
perspectiva se enfatizari factores de vulnerabilidad que generan para el trastorno obsesivo-compulsivo, entre 2% y 48% para ef tras-
interferencias en el funcionamiento de la personalidad como la torno de pánico con y sin agorafobia, entre 0% y 35 %para el trastor-
desregulación emocional, la impulsividad o el déficit en cognición no de ansiedad generalizado y entre 3 %a 46% paro ansiedad (fobia)
social, y que interactUon o lo largo de lo vida con factores ambien- social. Con respecto o las investigaciones longitudinoles, existen estu-
tales haciendo que, dependiendo de esas complejas interacciones, dios de hasta diez años de seguimiento que indican tasas de comorbi-
el curso seo variable V'1deler et al. {2019) realizan una revisión sobre lidad poco estables a lo largo del tiempo, indicando una disminución
los estudios que han seguido al TPL desde esta perspectiva evolu- significativa más allá de los seis años de seguimiento, lo que indica
tivo. Los estudios longitudinales confirman que Ja adolescencia es altas tasas de remisión de los trastornos de ansiedad. De entre todos
un período crítico para la emergencia del TPL y está relacionado los trastornos estudiados en este grupo los que presentarían tasas de
con rasgos de impulsividad e inestabilidad emocional y con facto- cornorbilidad más estables a la largo del tiempo serían el trastorno
res ambientales corno patrones de crianza disfuncionales, abuso de ansiedad generalizada y el trastorno obsesivo-compulsi\JO.
sexLtof o físico, acontecimientos vitales estresantes y psicopatologia El TPL presento también una alta comorbilidad con los tras-
materna, entre otras. En lo adolescencia se puede distinguir a los tornos alimentarios. Los estudios transversales indican tosas de
individuos que presentarán TPL de los adolescentes sanos, entre comorbilidad de entre el 14 % y el 53 %. Más concretamerite las
otras cosas, porque los problemas de identidad, impulsividad y des- tasas de comorbilidad con bulimia nerviosa son de entre 3 % y
regulación afectiva que son habituales en la adolescencia suelen 26 %, y de entre O% y 21 % con anorexia nerviosa. El trastorno
disminuir con el tiempo en los adolescentes sanos y a aumentar en más comórbido es el trastorno alimentario no especificado, con
los adolescentes que presentarán TPL. Uno vez se presenta el tras- tasas de entre el 14 % y el 26% (en esta categoría estaría incluido
torno, la investigación ha desvelado que su curso es más variable el trastorno por atracón). En los estudios longitudinales los tosas
de lo que se pensaba. Temes y Zanarini (2018) revisan también los de comorbilidad declinan después de diez años de seguimiento
estudias retrospectivos y prospectivos que se han realizado sobre el (1,6% para anorexia nerviosa, 1,6 % para bulimia nerviosa. 16,5 %
curso del TPL confirmando q_ue el curso de los síntomas es varia- para trastorno alimentario no especificado y 19,7 % para cualquier
ble y que algunos síntomas (síntomas agudosl cambian más rápi- trastorno alimentario).
damente que otros (síntomas temperamentales). Los estudios más Con respecto a los trastornos por uso de sustancias, los estudios
rigurosos sugieren que cuando se observa el curso a largo plazo transversales indican tosas de comorbilidad de entre ef 23% y el
<15-25 años), los pacientes TPL muestran uno importante reducción 84-%, siendo de entre el 11,9% y el 66% con abuso o dependencia
de síntomas y uno mejoría moderada en el funcionamiento general. de alcohol y de entre el 3,4-% y el 87% con abuso o dependencia de
Los factores de buen pronóstico están relacionados con compe- otras sustancias. Los estudios longitudinales (existen estudios más
tericia y resiliencia. Sin embargo, estos estudios también señalan alió de los diez años, hasta 27 años de seguim'1entol conf1rmari que
ci.ue un 40% de los pacientes no se recuperan. Los pacientes que la comorbilidad e11tre el TPL y los trastorrios por uso de sustancias
no se recuperan es más probable que tengan problemas médicos, es muy elevado, pero disminuye significativamente con el tiempo.
l\1a1Cual de ps1copatoloyíd. Volu:11er1 2

Tomando todos estos resultados conjuntarnente, se ~oncluye que aumentado los estudios centrados en los arrtecedentes y síntomas
el TPL presento uno alta comorbilidad con otros trosto1 nos mentales, del TPL, así como en las característicos er1contrados en la adoles,
sobre todo con trastornos emocionales {ansiedod, afectivos, trauma) cencio temprana (Winsper et aL, 2016).
y con trastornos impulsivos (uso de sustancias y trastornos alimenta- A continuación. revisorE'mos las teorías más actuales sobre los
rios)_ Los estudios longrtud1nales indican que los tosas de comorbili- 1necanismo5 etiológicos del TPL. así como la evidencia más reciente
dad disminuyen con el tiempo, aunq_ue suelen ser más altos que las de estudios p1ospectivos sobre los posibles predictores y mantene-
que se presentan en otros trastornos de la personalidad. Por último, dores del desarrollo de lo psicopotología del TPL. Respecto o los
respecto a lo estabilidad de los diognósticos a lo lorgo del tiempo, modE'los teóricos sobre el desarrollo del TPL, se podrían considerar
los personas con TPL y trastornos afectivos, ansiedad generalizada y dos tipos: los q,ue defienden el rol de la desregulación emocional
trastorno obsesivo-compulsivo presentan tasas de comorbilidad más como precursor del TPL (LinE'han, 1993; Crowell et al .. 2009) y los
estables comparado co11 personas con TPL comórbido con trastorno modelos sobre cogníción social desadaptatíva (Fonagy et al., 2017L
de estrés postroumático, trastornos alimentarios y trastornos por Estos dos modelos sentaron los bases para el desarrollo de las dos
uso de sustoncias. intervenciones psicológicas con mayor evidencia empírico actual
Con respecto al diagn6stico diferencial, lo primero o deter- para el tratamiento del TPL: la Terapia Dialéctica Conductuol (Line-
minar si sospechamos de un diag11óstico de TPL es q_ue no se deba han, 1993; 2015) y la Terapia Basada en la Mentalización (8ateman
a un cambio de personalidad debido a los efectos de una aiección y Fonogy, 2004.J, respectivamente_
médica sobre el sistema nervioso central. La exploración y pruebas
médicas son importantes para realizar este diagnóstico diferencial. A. Modelos de desregulación emocional
Tamb"1én es importante distinguir entre un problema de idE'nt1-
dad y un TPL. Los problemas de identidad se manifiestan por preo- El primer modelo sobre el rol fundamental de la desreguloción emo-
cupaciones sobre el autoconcepto y la identidad relacionados con cional fue originalmente desarrollado por Linehon 0993) y más tar-
una fase del desarrollo como la adolescencia. No hay ctue confundir de se ha extendido, considerándose actualmente como el modelo
el malestar en una fase determinada del desarrollo con un patrón biosocial de desarrollo del TPL (Crowell et al., 2009)_ Según el
persistente y estable de inestabilidad e impulsividad como es el TPL. modelo biosocial inicial, el TPL se conceptuali2arío como un proble-
Los estudios señalan que esos problemas tienden o disminuir en ma de regulación emocional, producto de la interacción entre una
los adolescentes sanos y a aumentar en los adolescentes con TPL_ vulnerabílídod biológico y un ambiente involidonte (Linehon, 1993).
Se recomienda ser muy cauteloso en establecer el diagnóstico de Este modelo se presento no solo como un modelo etiológico, sino
TPL en la adolescencia. Aunque es posible, es necesario tener evi- también como un modelo de mantenimiento del trastorno. En este
dencia de que se cumplen todas las características de trastorno sentido, las dificultades en regular las emociones podrían ocurrir
de personalidad y de trastorno de personalidad límite paro hacer por la combinación de dos factores· una inherente vulnerabilidad
ese diagnóstico en edades tempranas. Uno de las recomendaciones emocional y una dificultad en modular las emociones_ La vulnerabi-
en este sentido es que .se cumplan los criterios diagnósticos en los lidad emocional biológico se refiere o una desregulación en todos
adolescentes al menos durante un año_ los aspectos de la respuesto emocional. Como consecuencia, según
Linehan {1993), la persono con TPL podría presentar tres caracterís-
Por otro lado, teniendo en cuenta la alto comorbilidod que pre-
ticas principales:
senta el TPL con otros trastornos mE'ntoles, lo importante es dE'ter-
m1nar si se cumplen los criterios para u11 trastorno de la persona- l. Alta sensibilidad ante los estímulos emocionales.
lidad límite cuando estamos ante uno persona que padece alguno 2. Una tendencia a experimentar emociones muy intensas.
de los diagnósticos que hemos mencionado cuando describíamos Ja 3. Dificultades poro volver a su línea de base emocional.
comorbilidad. Por ejemplo, si un paciente sufre un trastorno depre-
sivo mayor o un trastorno bipolar y se sospecha de un TPL, será Por otro lado, tos dificultadE's en Ja regulación emocional esta-
necesario determinar que existe un patrón disfuncional estable en el rían relacionadas con esa alta reoctividad emocional Por ello, a lo
tiempo y de inicio en fa adolescencia o principio de lo edad adulta largo del desarrollo del problema, las personas con TPL tendrían
caracterizado por inestabilidad afectiva, dificultades en el control un temor acusado a experimentar emociones, lo que conllevaría la
de los impulsos e hipersensibilidad interpersonal. Lo misma estra- utilización de estrategias de evitación desadoptotivos. Por ejemplo,
tegia hay que seguir si estamos ante trastornos alimentarios, tras- la outolesión se podría convertir en una conducta de evitación, y el
tornos por uso de sustancias, trastornos de ansiedad y trastorno de alivio momentánE'o producido por !a autolesión actuaría como un
estrés postraumático. En muchas ocasiones realizaremos el diagnós- refuerzo negativo, lo que provocaría q_ue la conducto disfuncionol
tico de TPL y el de cualq_uiera de estos diagnósticos conjuntamente. se repitiera a lo largo del tiempo_
Sin embargo, es necesaria más investigación para dilucidar los
procesos emocionales que contribuyen a lo disfunción emocional
111. Etiología del TPL (Dixon-Gordon et al., 2017). Los investigaciones sugieren
que la tercero característica planteada por Linehan, «dificultades
En la última década, los modelos clásicos de diátesis-estrés se han paro volver a la línea base emocional» no queda clara. ya que se
extendido para reflejar un cambio en la investigación sobre los posi- ha observado que los personas con TPL tienen acceso a múltiples
bles precursores del desarrollo del TPL (Lenzenweger y Cicchetti, estrategias de regulación emocional en condiciones de laborato-
2005). Los modelos etiológicos actuales emplean aproximaciones rio {Chapmon et al., 20131. Estos invE'stigociones sitúan el proble-
interdisciplinares sobre el desarrollo del TPL, co11siderando factores ma, específicamente, no en el occE-so o estrategias de regulación,
etiológicos a diferentes niveles de análisis: genético, neuronal, con- sino en la ineficacia de estrategias de regulación que podrían ser
ductual, familiar y social (p. ej., Crowell et al., 2009J. Además, han adaptativas. En concreto, en ausencia de entrenamiento previo, los
Capttulo 14. Tra<;torno de la ::iersonal1dad lín1ite

estrategias de uceptac1ón emocional y reevaluación cognitiva (i. e. («interacción de riesgo»!. Este lilt1mo perjudicorrí f>I funcionainiento
intentar pensar sobre los situaciones de forma diferente paro con1- biológico del niño, principalmente en los si>temas cerebrales respon-
biar lo que se está sintiendo) aumentaron el malestar o no ayuda- sobles del afecto y la en1oción_ la interacción entre ambos aspectos
ron a regular emociones en personas con TPl en condiciones de generaría la progresivo intensificación, tanto de las características
laboratorio <Chapman et al., 2009; Schulze et al., 201D. Estos datos de vulnerabilidad del niño como del cuidador. Esto daría lugar a la
sugieren que los personas con TPl podrían tener dificultades paro manifestació11 emocional extremo por parte del niílo y al refuerzo
beneficiarse de estas estrategias, si bien es necesario profundizar de lo labilidad emocional por parte del amb1e11te_ Estas interaccio-
rnás en este ámbito para confirmar estos resultados_ nes aumentarían el riesgo de desregulación emocional a lo largo del
Otro aspecto clave, según este modelo biosociol, es la impli- tiempo. Los reacciones cognitivas y comportame11toles a situaciones
cación de un factor psicosociol o ambiental denominado ambiente emocionales serían desodaptativos como co11secuencia de la labi-
inva/idante. Este factor tendría sus efectos en el desarrollo de la lidad emocio11al, produciendo un procesamiento de la información
personalidad, durante la infancia y lo adolescencia_ la principal distorsionado, dificultades en regular las acciones paro adquirir
característica de este ambiente es que las experiencias privados objetivos o largo plazo, problemas poro controlar acciones ligadas a
(emociones, pensamientos, deseos, etc) «5011 o menudo tomados lo emoción y evitación o bloqueo de la emoción_ Cuando estos inte-
como respuestas inválidas; son castigadas, trivializadas, rechaza- racciones suceden repetidamente dura11te meses y años, la desregu-
das o ignoradas; y/o son atribuidas a características socialmente lación emocional actuaría como un rasgo y las consecuencias serían
inaceptables» (linehan y Kehrer, 1993. P- l.l.02l. El problema surge las característicos típicamente observadas en el TPL: aislamiento,
cuando el individuo es vulnerable emocionalmente, es decir, cuando tristeza, vergüenza, rabia y reiterados comportamientos impulsivos,
que aumentarían su frecuencia al ser reforzadas como métodos de
tiene olla reactiv"1dad emocional. No se reconocen los problemas
regulación y/o evitación emocional. Por tanto, la vulnerabilidad tem-
emocionales del niño, se le pide q_ue cambie, pero no se le enseña
cómo. El ambiente castiga la expresión de emociones negativas, prana interactúa con una historio de aprendizaje, lo q_ue determina
y mantiene los cuatro tipos de desregulación del TPL: la desregula-
pero refuerza de forma intermitente las expresiones emocionales
ción emocional, conductual, interpersonal y cognitiva. A partir de
muy extremas fp. ej., romper cosas}, por lo que el reforzamiento de
esto interacción entre vulnerabilidad biológica e historia de apre11-
las emociones intensas enseña al individuo a oscilar entre la inhibi-
dizaje se podría desarrollar la personalidad «límite».
ción emocional y conductas emocionoles extremas_
En esta misma línea, se ha desarrollado también el modelo de
cascadas emocionales <Selby y Joiner. 2009). Este modelo com-
Jl Ambiente tnvalldante. A111biente te1nprano [lníancid y plementa el anterior, especificando los procesos que podrían poten-
ciar la desregulación emocional. cognitivo y comportamentol. Según
adolescencia) relacionddO con el desarrollo del TPL. La prín·
sus autores, lo desreguJación se exacerbaría por lo rumiación sobre
cipal característica de este ambiente es que las exper'1en-
aspectos emocionales negativos (relacionados con aspectos del
c1as privadas /emociones, pensamientos, deseos, etc.] se pasado o del presentel, lo que daría lugar a las «cascados emocio-
toman. a menudo, como respuestas inválidas; son castiga· nales». las cascadas emocionales magnificarían el afecto negativo,
das, trivializadas, rechazadas o ignoradas; y/o son atribui- causando el desarrollo de conductos desadaptativas (p. ej., autole-
das a características socialmente Inaceptables. Este concep- siónl como una técnica de distracció11 de ese malestar amplificado
to se encuadra en el modelo biosocial de desarrollo del TPL. (Winsper, 2018l.

Respecto o la vulnerabilidad biológica, linehan, en su teoría Jl Modelo de cascadas emocionales. Modelo teórlCO que
inicial, sugirió un número de sustratos biológicos de la desregulación complementa el modelo b1o>oclal. especificando los proce-
emocional (p. ej., disfunción límbica), sin embargo, en ese momento sos que podrían potenciar la desregulaclon emocional, cog-
no existía mucha invesf'1gac"1ón al respecto. El modelo revhado ha nitiva y comportarne11tal. La desregulación se exacerbaría
otorgado una mayor relevancia a la impulsividad (Crowell et al., por la rumiación sobre aspectos emocionales negativos, lo
2019) debido a las investigaciones que indican la morcada here-
que daría lugar a las «Cascadas emocionales». Las cascadas
dabilidad del rasgo de Impulsividad en el TPl (p. ej., Kendler et al.,
emocionales magnificarían el afecto negativo, causando el
2008l. la impulsividad es considerada como un rasgo primario, y en
ocasiones independiente de lo emoción. lo impul5ividadtemprona desarrollo de conductas desadaptativas como una técnica
sería un aspecto característico de aquellos que más tarde recibirán de distracción de ese malestar amplificado.
un diagnóstico de TPL y se equipararía a la vulnerabilidad emo-
cional biológica como otro factor de predisposición biológica, que
afectaría tanto a las dificultades presentes como a los futuras en lo
regulación de una determinada emoción. B. Modelos de cognición social desadaptativa
En la Figura llJ..I se presenta el modelo biosodol de desarrollo. Dentro de esta aproximación, el modelo de comunicación social
En este modelo, la impulsividad y la desregulación emocional están recientemente revisado por el equipo de Fonagy (Fonagy et al.,
invariablemente unidas. Sin embargo, podrían emerger independien- 2017) es el que más apoyo ha recibido. Desde este modelo, lo verdad
te y secuencialmente durante el desarrollo y contribuir a diferentes epistémico (una adaptación que permite al niño recibir conocimien-
aspectos de funcionamiento del TPL Lo vulnerabilidad biológica to social por parte de sus referentes más mayores, dado el contexto
afectaría al temperamento del niño (se refiere a «contribución del en el q,ue viven y su formo de interpretarlo} y la comunicación soctal
niño» en la figuro), que o su vez afectará el contexto ambiental son centrales en el desarrollo temprano del TPL.
/v1a1-1ual de µsicOpciLOlogíct. Volun1ec z

----- ------- --~ ~


_______---------------- ~--....... _, _,,- Interacción de riesgo -......._"....

/ / Vulnerabilidad biológico; (.//_/"/


/ Niño Ambiente invalidonte
/ Influencias genéticas <polimorfismo Afectividad negativa Invalidación de los
5-HTT, gen TPH-1. receptor del gen 1 emociones infantiles
(
1
\
5-HT, DAT-ll_
Anormalidades del sistema cerebral
(eje 5-HT, DA, HPA).
\~ Disfunción fronto-límbica, bajo RSA. /
~ / ¿_
0 1
1
Impulsividad
Alta sensibilidad
a la ansiedad
Entrenamiento emocional
inadecuado
Refuerzo negativo de l a /
expre_sió11 de emociones
avers1vas
------ ---------------/ '---------...__ Cuidado infectivo __.---/

El déficit de control de impulsos se combino con reforzamiento ambiental de labilidad emociono!


------------------------------- ------

/
//Aumento lo desreguloción emocional
~ta el riesgo Aumento lo sensibilidad emocional Reacciones
('-- ~~mp:~~opatología Respuesto intensa a estímulos a situaciones
emocionales
\ emocionales
---------------------------~ ~ • Retorno lento o lo líneo base emociona!

----------------- ------------- ---------------~


Procesamiento Incapoc"KJad poro Incapacidad para
de lo información orientarse a metas controlar lo conducto
distorsionado no dependientes del dependiente del
estado de ánimo estado de ánimo

Proceso repetido
en el tiempo
Incremento del riesgo poro resultados negativos
Social: aislomienta social, relaciories problemáticas y pobres,
individuación inefectivo de los podres.
Cognitiva: baja avtoeficacio, desesperon20, desorgariización, disocioción,
od-10 a sí mismo.
Emocional: vulnerabilidad emocional general, tristeza. vergüenza, robío,
ansiedad.
Conductuol. evifacióri persistente, conductas impulsivos frecuentes
{p. ej., autolesionesl.

Las conductos desadaptotivas repetidos con función de regulación/evitación de los emociones se refuerzan

D
l DIAGNÓSTICO DE TRASTORNO LÍMITE DE LA PERSONALIDAD

) ) Figura 14.1. Reformulación del modelo b1osocial de desarrollo (Crowell et al., 2009; adaptación al castellano por García·Palacios
y Navarro-Haro, 20161
Capítulo 14. Trastorno de la personéll1dad lín1ite

Desde e>to perspectivo, el TPL se conceptuolizaría como un fallo dos y los siete años y los síntomas de TPL en lo adolescencia (Lereya
de comunicación derivado de uno ruptura temprana en la capaci· et ai., 20i7l. De la n1isn1a forma, en otro estudio se encontró que
dad de forjar las relaciones aprendidos. Si existe una ausencia de la desregulación en la infancia (trastornos internolizanles y exter-
claves no verbales (p. ej., contacto social, turno de palabra) por nal'1zantes) medió sign'1f1cativamente lo asociac'1ón entre abuso en
parte del cuidador. la verdad epistémico no será estimulada. Por el la infancia y los rasgos del TPL a los 24 años (8ornovalova et aL,
contrario, el niño se vuelve hiper-vigilante o cerrado o la comuni- 2013L Estos dos estudios apoyan la hipótesis de que la desregulación
cación de conocimiento social. En familias co11 cuidadores abusivos en la infancia podría representar parcialmente la interacción entre
u hostiles, Ja desconfianza epistémico se convierte en un proceso experiencias desadaptativas tempranas y el desarrollo del TPL Por
adaptativo. A lo largo del desarrollo, la hipervigiloncia sobre las último, un estudio con una muestra de madres de alto riesgo y sus
relaciones sociales se puede manifestar como una sobre interpreta- hijos encontró que las olteraciones de auto-representación de los
ción (hiper-mentalización! de las intenciones de los otros. Por tanto, hijos durante la adolescencia mediaron significativamente lo aso-
la disfunción de personalidad del TPL se mantendría por un círculo ciación entre apego desorganizado en la infancia y los síntomas del
vicioso producido por la interacción entre una disfunción socio/y las TPL a los 28 años ((arlson et al., 2009)_ Estos hallazgos sugieren que
dificultades de mentalización, definidas como la capacidad para lo experiencia de alteraciones relacionales en lo infancia precipita
entenderse a sí mismo y a los demás, así como para guiarse por los problemas futuros de funcionamiento personal, y subsecuentemente
propios objetivos (Bateman y Fonagy, 2004). La teoría sugiere q_ue podrían incrementar el riesgo de TPL (Wisper, 2016)_
la mentalización se desarrolla a través de un proceso de experien~
Por último. respecto a la continua discusión sobre si el TPL pre-
cías duronte la infancia en las q_ue uno se ve a sí mismo en la mente
cede a otros trastornos comórbidos o si sucede al contrario, en una
de otro durante una relación de apego CBoteman y Fonagy, 20041.
revisión sobre el TPL en la adolescencia se descr'rben resultados
Las dificultades de mentalización en un ambiente inadecuado, por
sobre la influencia de los trastornos mentales externalizonte e inter-
tanto, producirían la desregulación emocional q_ue exacerbaría aún
nalizantes en el TPL Al contrario de lo q_ue se ha hipotetizada ante-
mós la habilidad de mentalizar (Winsper, 2018).
riormente, los estudios sugieren que los trastorrios externalizantes e
internalizantes en lo infanda y adolescencia podrían ser predictores
Ji Mentalización. La capacidad para entenderse a sí n1isrno del TPL (produciendo uri incremento de síntomas) en la adolescencia
y la adultez y q_ue. sin embargo, los síntomas de TPL no preceden
y a los demás, así como para guiarse por los propios objetivos.
a estos trastornos. Otro doto interesante aportado es q_ue el TPL
no se explica en su totalidad por los trastornos internalizantes y
externalizantes a través del desarrollo, sugiriendo q_ue el TPL podría
C. Evidencia sobre predictores constituir una entidad única. Por último, algunos estudios sugieren
que, en niños con trastornos exterr1alizantes, las conductas exter-
y mantenedores del TPL nolizantes se reducirían o largo plazo y se produciría un desarrollo
En la última década, se ho planteado la necesidad de estudios de madurez normativo. Sin embargo, en personas con síntomas de
prospectivos para clarificar cómo y en q_ué orden los factores clave TPL la personalidad desadaptativa o el funcionamiento deteriorado
influyen en el desarrollo del TPL Aunq_ue esta línea de investigación persistirían más allá de la disminución de síntomas, sugiriendo, por
está todavía en sus inicios, se han publicado algunos estudios intere- tanto, una severidad mayor del TPL en contraposición a los otros
santes q_ue han evaluado los factores mediadores y las asociaciones trastornos {5harp et al., 2018l. A pesar de q_ue los resultados son
recíprocas entre factores de riesgo ambientales (p_ ej., interacciones muy alentadores con respecto a clarificar los trayectorias del TPL,
sociales negativos) y los procesos individuales. y la posterior mani- los estudios muestran algunos limitaciones y es necesaria más inves-
festación de síntomas de TPL o lo largo del desarrollo. tigación al respecto.
Las investigaciones q_ue evalúan el efecto de las interacciones En conclusión, parece que se van esclareciendo algunos de los
sociales negativas en el desarrollo de los síntomas del TPL se han factores claves sobre la etiología del TPL. Independientemente de la
centrado principalmente en los estilos de crianza. En una muestra aproximación, los modelos teóricos y los estudios prospectivos plan-
de jóvenes de alto riesgo, ur1a crianza severa se asoció moderada- tean la importancia del ambiente temprano desadaptativo como
mente con la trayectoria de los síntomas del TPL entre los 14 y los un factor de riesgo clave en el desarrollo del TPL Por tanto, con el
17 años, sugiriendo una relación recíproca entre estos dos factores objetivo de prevenir un trastorno grave y persistente, consideramos
{Stepp et al., 2014). Una extensión de este estudio encontró q_ue el urgente el desarrollo programas q_ue aborden el TPL de la forma
efecto del castigo severo en el desarrollo del adolescente con TPL más temprana posible.
estu~o mediado por los efectos tempranos de la crianza severa y el
pobre auto-control individual (Hallq_uist et al., 2015). Estos hallazgos
podrían apoyar aspectos de la teoría biosocial demostrando q_ue un IV. Características
ciclo coercitivo de crianza negativa y un reducido auto-control en la transdiagnósticas
infancia podría explicar la asociación entre el riesgo del ambiente y
el subsecuente desarrollo de los síntomas de TPL En el apartado de dosificación hemos visto los criterios diagnósticos
Por otro lado, con respecto a los procesos individuales que q_ue se proponen para el TPL. Sin emborgo, una forma muy común de
podrían influir en el desarrollo del TPL. un estudio mostró que dife- aproximarse a este trastorno, mós allá de los criterios diagnósticos,
rentes respuestas de desregulación en la infancia, concretamente las es según las dimensiones psicopatológicas q_ue lo carocterizon {p. ej.,
pesadillas y la desregulación conductual y emocional durante el día, Gunderson y Links, 2008; Gundersan, 2010) y q_ue podemos conside-
mediaron las asociaciones entre los factores de riesgo tempranos rar dirnensiones transdiognósticos ya que pueden ser características
(temperamento, abuso y crianza desadaptativa) sucedidos entre los de otros trastornos. Describiremos brevemente esas dimensiones:

~51
Maciual de ps1copatol1gía. Volumen z

l. Desregulación emociooat Se incluiría en esta dimensión la vantes en los modelos teó1 icos del TPL, la desreguloción emocional
gran dificultad de ias personas con TPL en la 1egulación de y la hipersensibilidad interpersonal.
los emociones. Presentan una alto sensibilidad e inestabilidad Respecto o la desreguloción emocional, Corperile¡ y Trull
emocional, reaccionan emocionalmente de forma intenso y les (2013) describen cuatro con1ponentes de la misma en este trastor-
resulta muy difícil retornar a lo línea de base emocional. Los no: sensibilidad en1ocional (a!ta reactividod emocionaD, tendencia
problemas de regulación emocional se dan de forma generaliza- o experimentar niveles elevados de afecto negali'lo, falta de estra-
da, es decir, con lo mayoría de los emociones_ Estos problemas tegias de regulación emocional adecuados (dificultades eri regular
se traducen en muchas ocasiones eri dificultades importantes qué emociones se experimentan, cuándo y cómo se experimentan)
en el control de la ira y en trastornos emocio11ales (trastornos y utilización de estrategias de regulación inadecuadas (conductas
depresivos y de ansiedad). impulsivas cori el fin de manejar el afecto corno autolesiones o con-
1 Desregulación comportamental. Esta dimensión hace referen- surr10 de sustancias; o estrategias cognitivas inadecuadas como lo
cia a los problemas con el control de los impulsos. Las personas rumiaciónl_
con TPL presentan impulsividad en distintos áreas, como el con- En cuanto a la dimensión de regulación emocional, Linehon
sumo de sustancias, la conducta sexual. el manejo del dinero, et al., (2007) matizan QUe en el TPL la desreguloción emocional e;
la conducta alimentario, etc. Estas dificultades pueden tomar la persistente y tiene consecuencias en todo el proceso de regulación
forma de trastornos por uso de sustancias o trastornos alimenta- emocional, como la tendencia o tener experiencias emocionales
rios entre otros. Los comportamientos suicidas en estos pacientes aversivas, lo falta de habilidad para regular la activación fisiológico
también se pueden considerar dentro de la desregulación com- intensa, problemas en desviar la atención de los estímulos emocio-
portamentol y comprenden un amplio rango de monifestaciories nales, dificultades en el procesamiento de lo información, pobre
que van desde los conductos parasuicidas, en los que la persona control de impulsos relacionados con afecto negativo, dificultades
se infringe daño física, pero sin lo intención de morir (golpes, en organizar la conducto para realizar acciones no dependientes del
cortes, quemaduras, etc.) hasta intentos graves de suicidio. estado de Gnimo y, por último, la ten-ciencia a bloquearse o disociar-
3. Hipersensibilidad interpersonal. Yo hemos comentado las difi- se bajo condiciones de estrés elevado.
cultades interpersonales de los personas con TPL. Estas se carac-
terizan por un alto nivel de conflicto en los relaciones en dis-
tintos contextos interpersonales (familia, pareja, trabajo, etc.l. :fl Desregulac!ón emocional persistente. Déficit en la
Tienen uno elevado sensibilidad al rechazo social. Les resulta
regulación de las emociones típico del TPL que se carac·
muy difícil dar por terminada una relación y realizan esfuerzos
teriza por una alta reactividad emocional, alta intensidad
frenéticos para evitar el abandono. Un aspecto relacionado con
estas dificultades es el sentimiento de no encajar. emocional, tendencia al afecto negativo, labilidad emocio-
nal y lento retorno a la linea de base emocional.
ll.. Alteraciones de Ja identidad. Esta dimensión incluye los difi-
cultades en outodirecclón (confusión respecto o metas vita-
les). la confusión respecto al outoconcepto <imagen corporal,
identidad sexuall y los sentimientos crónicos de vacío. Es en La otra dimensión tronsdiagnóstica QUe está cobrando gran
esto dimensión donde podemos encontrar la sintomatologío importancia en lo comprensión del TPL es la hipersensibilidad
mós grave que puede presentar una persona con TPL: los interpersonal, y más concretamente la cognícíón social. Como
estados disociativos y la sintomatología psicótica (ideación también hemos visto en el apartado de etiología los modelos que
paranoide). provienen de lo perspectiva psicodinámico inciden más en esta
dimensión y fueron los primeros en proponer que los déficits en las
representaciones mentales de los demás eran centrales en el TPL.
Roepke et al. (2013) resumen los déficits del TPL en cognición
:jlAutodirección. La capacidad de establecer metas vitales
social. Los problemas interpersonales ciue presentan indican proble-
coherentes y significativas y la capacidad de autocontrol. mas e11 la percepción, procesamiento y emisión de señales sociales.
La cognición social incluye habilidades como la interpretación ade-
cuada de los señales sociales verbales y no verbales que promue-
Estos dimensiones, con matices, son transdiagnósticas. compar- ven, as su vez, respuestas sociales adaptativas. Uno de los conceptos
tidas por otros trastornos de lo personalidad y otros trastornos men- importantes en cognición social es lo empatío QUe se compone de
tales_ Por ejemplo: (al lo impulsividad con el trastorno antisocial de un componente más cognitivo (la capacidad de inferir los estados
la personalidad, los trastornos por uso de sustancias o el trastorno mentoles del otro y que también se ha denominado mentalización
por déficit de atención co11 hiperactividad; (bl la hipersensibilidad o teoría de la mente) y un componente más afectivo (la respuesta
interpersonal con el trastorno de personalidad por evitación; (c) la emocional ante el estado emocional de otra personal. Los estudios
desregulación emocional con los trastornos de ansiedad. la depre- que se han realizado con respecto o cognición social en TPL indican
sión o los trastornos bipolares, y (dl los alteraciones de lo identidad que las personas con este trastorno no tienen problemas en reali-
con los trastornos disociativos o los demás trastornos de la perso- zar atribuciones complejas de las intenciones de los demás, pero
nalidad. muestran un sesgo sistemático a interpretarlos como malevolentes.
Como hemos visto en el apartado de etiología, los modelos teó- También presentan déficits en lo expresió11 de emociones Que hocen
ricos del TPL se asocian o estas dimensiones QUe están recibiendo más difícil la interpretación de lo que síenten al interlocutor. Res-
gran apoyo empírico desde la ciencia psicológica y las neurocien- pecto a lo empotío, presentan dificultades en la interpretación de
cias. Nos detendremos en los dos que hemos mencionado conio rele- los estados emocionales de lo demá>.
Capítulo 14. Tr·astorno dE la personal~dad lirn1te

Los resultados sobre teoría de la mente (o el componente cog- ámbito clínico y evalúo lo presencia de TP siguiendo los criterios del
nitivo de la empatíal y empatía no son concluyentes y parece que DSM-IV (APA, )994, 2000J La fiabilidad test-re-te5i del diagnóstico
otros factores, como historia de trauma infantil y comorbilidad con del TPL es excelente, oscilando e11tre .71 y .34 (Furnhom et oL. 20l4l
estrés postraumótico, serían predictores de déficiis en teoría de la Por otro lado, paro medir los TP desde una perspectiva dimensio-
mente. Todos esto> aspectos son muy relevantes pera la compren- nal, recientemente se ha desarrollado el Inventario de Personalidad
sión de las dificultades que presentan las personas con TPL respecto para el DSM-5 (Personality Inventory far DSM-5, PID-5; Krueger et
a una de las dimensiones más importantes en el funcionamiento al., 2012). El PID-5 es la medida del nuevo modelo dimensional de
humano, las relaciones interpersonales. 25 rasgos propuesto en el DSM-5 que se combinan para valorar
cinco dominios de rasgos: afecto negativo. desapego, ontagomsmo,
desinhibición y psicoticismo (Sección lI del DSM-5; APA, 2013i. La
d) Cognición social. La función de percibir y procesar ade- versión española de este cuestionario ha mostrado buena consis-
cuadamente las se11ates sociales [1nedia11te procesarniento tencia interna en población general {o: = =
.86) y clínica (o: .79!
(Gutiérrez et al., 2017).
conscienLe y 110 consciente).
Por otro lado, se han desarrollado entrevistas diseñadas pa1a
:))Empatia. La capacidad de comprender y valorar las moti-
diagnosticar específicamente el TPL. Es común el empleo de lo
vaciones de los ciernas y los efectos de nuestras acciones Entrevista Diagná>tica para Pacientes Límite Revisado <Diagnostic
sobre los demás. Interview for Borderline Patienls-Revised. DIB-R; 2onorini et ol.,
1989J, la cual ha demostrada buena consistencia interna. fiabilidad
y validez discriminante en su vers'1án original y en castellano (Borra-
china et al.. 2004-l y se ha considerado el instrumento científico
V. Recomendaciones para la internacional estándar eri las investigaciones sobre TPL.
En cuanto a Jos medidos de outoinforme, se han desarrollado
evaluación y el tratamiento distintos cuestionarios, aunque lo Lista de Síntomas Límite (Border-
A. Evaluación line Symptom Lis!, BSL; Bohus et al., 2001) es el primer instrumen-
to de autoinforme q_ue evalúa cuantitativamente q_uejas específi·
Existen numerosas pruebas para evaluar el TPL. En este apartado cos <mejoría subjetiva de personas con TPLl. La versión completa
resumiremos los instrumentos mós utilizados. <BSL-95) consta de 95 ítems basados en los criterios del DSM-IV, y
En primer lugar, la evaluación del diagnóstico categorial está en las opiniones de expertos clínicos y pacientes con TPL. Posterior-
basada en entrevistas clínicas semiestructurodas para evaluar los mente, se desarrolló uno versión corto de 23 ítems (BSL-23, Bohus
trastornos de la personalidad (TPl. Las más utilizadas son. la Entre- et al. 2009; validada al castellano por Soler et al., 2013), q_ue ha
vista Diagnóstica de los Trastornos de lo Personalidad del DSM-IV mostrado bueno consistencia interna y alto sensibilidad o los efectos
fZanorini et al., 1996l, el Examen Internacional de los Trastornos de de la terapia <Bohus et al., 2009).
la Personalidad (Loronger et al., 1999) y lo Entrevista Clínica Estruc- En lo Tabla lll-.3 se resumen algunos instrumentos específicos
turada paro los Trastornos de la Personalidad del Eje II del DSM-IV para evaluar el TPL q_ue se han utilizado en la literatura científica,
<SCID-11; First et al., 1997}. Esta última es la q_ue más se utiliza en el según una revisión reciente (Furnham et al., 201!.j.)_

)) Tabla 14.3. lnstru1nentos específicos para la evaluación del TPL

The Revised Zanarini et al., 1989 132 ítems. Excelente fiabilidad entre-evaluadores para
Diagnostic Borrachina et al., l. Afecto. la mayoría de los síntomas, con rangos entre
Interview for 2004- 2. Cognición_ moderados y altos (kappas entre .57-.73).
3. Patrones impulsivos de acción Los dimensiones de psicopatología del TPL
Borderlines
obtuvieron uno consistencia interna excelente_
(DJB-Rl. 11-. Relaciones interpersonales.
Buena validez predictiva longitudinal de
tosas de remisión <Zanarini et al, 2003)_ Los
estudios sugieren que es una medida fiable
para medir diagnóstico y síntomas de TPL
<Zanarini et al., 2002). La versión española
mostró también buena consistencia interna
total (alfa de Cronbach: 0.89) y alta fiabilidad
entre evaluadores (correlación intra clase:
0.94-l (Borrachina et al., 2004).

(Continúa)
r.Jlanual de psicopatología_ Volumen?

)) Tdbla 14.3. /Cu11linuauó11/

Zanarini Zonorini (2003) Nueve ítems Alta corisistencia interno (o. = .851. Lo validez
Roting Scale L Afectivo_ convergente con los escalos del SCL-90 es alto,
for Borderline 2. Cognitivo_ ambos evalúan síntomas en la última semana
Personality ! 3. lmpuisiva. <p < _001; Zanorini, 2003).
Disorder ll-. lnterpersonal
iZAN-BPDl

The Mclean 2anarini et al., Diez ítems_ Diseñado para complementar Buenos puntuaciones de fiabilidad test-re-test
Screening <2003) las entrevistas clínicas, como instrumento basadas en los rangos totales de dos tiempos
lristrument Soler et al.., (2016! de cribado del TPL. de administración (Speaonan's rho = .72,
lar Borderline p < .0001, Zanarini et al., 2003). Bueno validez
Personality concurrente con los criterios de TPL del DSM-
Disorder IV-TR. la versión española también presentó
(MSI-BPD) buenas propiedades psicométricos (elevada
consistencia interrio: KR-20 = 0.87: y una
óptima fiabilidad test-retest CCI = 0.87)
como instrumento de cribado del TPL (Soler
et al., 2016).

Borderline Poreh et al., 80 ítems. Lo escala completa es muy fiable. La


Personoli1y (2006) l. Impulsividad. mayoría de las sub-escalas son generalmente
Questionnaire 2. lnestabllidad afectivo. satisfactorias, a excepción de lo escala
(BPQl 3. Abandona. de estados cuasi-psicóticos. Lo validez
lk Relaciones discriminante y convergente fueron altos
con el MMPl-2 (Minnesoto Multiphosic
S. Auto-imagen.
Personality Inventory-2) y el SPQ
6. Suicidio/Autolesión.
(Schizotypol Personality Questionnoire)
7. Vacío.
8. Ira intensa.
9. Estodos cuasi-psicóticos.

Borderline Pfohl et al .. (2009) 80 ítems. Los resultados encuentran buena fiabilidad


Evaluotion of l. Sub-escalo A (ocho ítemsl evalúa test-retest (r = .61, p < .001). lo consistencia
Severity Over pensamientos y sentimientos problemáticos interno es excelente, con puntuaciones de alfo
Time (BESTl del TPL (i. e., ideación suicida). Cronboch entre moderadas y afias a través de
2. Sub·escola B (cuatro ítemsl evalúo conductos las diferentes mediciones en diferentes sesiones
negativas o problemáticas (i. e., conductos de tratamiento durante el estudio, lo que indica
impulsivos). también uno fuerte validez de constructo
3. Sub-escalo C (tres ítemsl conductos positivos
oprendendidas en terapia O. e., seguir los
planes de terapia). Se mide semanalmente_

Five Factor Mullins-Sweatt 48 ítems. Todas los sub-escalas mostraron bueno


Borderline et al., <ZOIZ) l. Incertidumbre ansioso. consistencia interno (no menores de .77) y uno
lnventory (FFBIJ 2. !ro desreguloda. bueno validez convergente y discriminante
3. Desaliento.
4. Auto-perturbación.
S. Desregulación conductuol.
6. Desreguloción afectivo.
7. Fragilidad.
8. Tendencias disociativos.
9. Desconfianza.
10. Manipulación.
11. Oposicionisma.
12. Temeridad.

491
Capitulo 14, Trastcrno de :a persona!idad límite

)) Tabla14.4. Rccomendac1ones ger«orales sobre la prácticd de la ¡:isicoterap:d pcird el TPL

L Para introducir una intervención psicológica, se deben considerar la gravedad, objetivos, necesidades, actitudes, motivación y capacidad '
de cada paciente !

2. Se recomienda considerar los objetivos terapéuticos, vitales y las preferencias de cada paciente en relación con los modalidades de
intervención psicológica y psicosocial disponibles
--1
explícito, ctue deberán compartir con el paciente. :=j
3. Cuando se proporcione tratamiento psicológico, el equipo de tratamiento y el terapeuta responsable deben aplicar un planteamiento teórico

ll-. Lo_ inter~ención psicológica o psicosociol debe incorporarse en el morco terapéutico general y ofrecerse como porte esencial de una
j

as1stenc1a integral y estructurada.


·--· --
5. Los intervenciones psicológicas deben contar con espacios de supervisión ctue garanticen lo adecuación de los técnicas empleadas
y el seguimiento de los procesos terapéuticos.
6. Es importante monitorizar los efectos de la intervención sobre los síntomas del TPL. sobre los variables de resultado comúnmente aplicados,
y sobre el funcionamiento global del paciente.

B. Tratamiento mentol en ser evaluada empíricamente paro el TPL (Linehan et al.,


J993L Esta terapia fue diseñada para el tratamiento de personas
Coma hemos estado revisando, el TPL se encueritro entre los proble· con TPL y comportamientos suicidas (linehon, 1987) y se conside-
mas psicológicas más complejas y difíciles de trotar. La psicoterapia ra actualmente una de las terapias de tercero generación (Hoyes,
se ha considerado el primer tratamiento poro el TPL. La último revi· 2004). Incluye principias de lo filosofía dialéctico, de la terapia de
sión sistemático reconoce cuatro intervenciones psicológicos, por conducta y de la práctica Zen. Basándose en el modelo biosociol,
haber mostrado su superioridad eri comparación con grupos contra· los objetivos principales de esta intervención son: (a) la validación
les (Stoffers et al., 2012l. Se citan en orden del número de estudios de las capacidades de lo persona para que el individua aprenda a
publicados. Nosotros añadimos otro programa, STEPPS que también confiar y validar sus experiencias íntimas, y <ble! entrenamiento en
ha demostrado evidencia empírico. habilidades (Linehan, 2015) para modular la emocional"dad extrema
l. Terapia Dialéctica Comportomentol (0ialectica/ Behavior Thera· y así reducir las conductos desodaptativas (p. ej., autolesionesl. La
py, DBTJ. intervención hace énfasis en el ectuilibrio entre las habilidades de
2. Terapia Basada en lo Mentalización <Mentalizotion Based aceptación {mindfu/ness o consciencia pleno y tolerancia al males-
Therapyl. tar) y las habilidades de cambia <regulación emocional y eficacia
3. Psicoterapia Facalizodo en la Trasferencia ( Transference Focused interpersonall. La finalidad de esta terapia es que la persono no salo
aprenda a sobrevivir, sino a tener una vida que valga la pena. Esta
Psychotherapy, TFPl.
terapia tiene cuatro formatos de interverición: psicoterapia indivi-
ll-. Terapia Centrada en Esctuemas <Schema Focused Theropy, SFT>. dual, entrenamiento en habilidades, generalización de habilidades a
5. Programa STEPPS (Systems Training for Emotionaf Predictability través de consultas telefónicos y el equipo de consulta paro los tera-
and Problem Solvingl. peutas. Lo primera fase de la DBT es la que cuento can más estudios
Lo DBT se recorioce como la intervención psicológica con mayor de eficacia <García-Palacios y Navarro-Hora, 2016!. En lo Tablo llt5
evidencia empir'ica para el tratamiento del TPL {Stoffers et al., se describen las fases y metas del programa de tratamiento.
2012), aunctue se necesitan más estudios de replicación. Basándose eri el modelo de regulación emocional. uno interven-
Existen distintos guías internacionales y nocionales que ofrecen ción cagnitivo-compartamentol en formato grupal es el Programo
las directrices básicas para el tratamiento del TPL como la guía STEPPS. Los objetivos de esta terapia san el entrenamiento en habi-
del National Institute far Health and Care Excelfence paro el trota· lidades para una mejor integración en el sistema social y profesional
mienta y manejo del TPL (2009l de Reino Unido {Guía NICE>. En lo de la persona con TPL de tal manero que ello le permita utilizar
Tablo 111-.ll-, se detallan algunas de las recomendaciones generales los sistemas de apoyo social de un modo más efectiva (Blum et al.,
de práctica clínico según la última guía sobre el TPL de Cataluña 2002l. STEEPS presenta un tratamiento monualizado para simplifi-
{Servicio Catalán de lo Salud. Departamento de Salud de Generalitot car el entrenamiento en habilidades (Block et al., 2004). Una inter-
de Cataluña, 2011l. vención más cognitiva es lo Terapia Centrado en Esq_uemas. Es una
Dentro de los terapias cognifivo-caniportamenfales, destacamos extensióri del modelo cognitivo original de Beck pero se focaliza en
la DBT (Linehari, 1993; L"inehan, 2015), lo SFT <Young et al., 2003) lo más profundo del n·1vel de cognición, los esquemas <Young. 1999J.
y STEPPS <Blum et al., 2002, manual traducido al castellano por Según el autor, los esquemas dlsfuncionoles mantendrían la psico-
García-Palacios et al., 2017). Como acabamos de indicar, la DBT es patolagío del TPL. El frotamiento está orientado a la comprensíón
lo q_ue cuenta con mayor apoyo empírico y, por tonta, realizaremos de una mismo y a acentuar la alianza terapéutica para lo modifico·
una explicación mós extensa de esto intervención. ción y reestructuración de esquemas.
la Terapia Dialéctica Comportamentol, desarrollado por Respecto a lo eficacia de los intervenciones que surgen de
Marsho linehon. fue la primera intervención cognitiva-comporto- modelos psicodinámicos, la Terapia Basado en la Mentolizoción

455
Manual de p:oitopatologia. Volurnen 2

)) Tabla 14.5. Fa.ses y metas de la terapia dialéctic<i comportamental

Objetivo general: reducir los conductas más incapacitontes y graves_


Establecimiento de metas terapéuticas
Establecimiento de la relación terq:iéutica
Acuerdos entre paciente y terapeuta
Reducción de conductos suicidas
Reducción de conductos que interfieren en lo terapia
Reducción de conductos que interfieren en lo calidad de vida
Incremento de habilidades comportamentales: mindfu/ness, regulación emocional, tolerancia al malestar, eficacia interpersonal.
Fase 2 Objetivo general: experimentar emociones después de un patrón de evitación experiencia!.
Tratamiento del estrés postraumótico/duelo patológico
Objetivo general: intervención en problemas vitales
Asesoramiento vocacional. laboral, de pareja, etc.
Objetivo general: reducir sentimientos de vacío y soledad y aumentar sentimientos de plenitud.
Logro de metas individuales.

<Boteman y Fonogy. 1999l es la q_ue ha recibido mayor apoyo empí" Este trastorno presento uno alto comorbilidad con otros trastornos
rico. Consiste en un programo q_ue incorporo aspectos de lo terapia como los trastornos depresivos, bipolares, trastornos de ansiedad,
cognitiva y q_ue fue adaptado poro hospitalización parcial en el sis- trastorno de estrés pastraumático, uso de sustancias y trastornos
tema de salud de Inglaterra. Esta intervención deriva de la teoría alimentarios, entre otros. Uno de los problemas asociados al TPL es
del apego y de lo teoría de lo mente. Se basa en lo capacidad de el suicidio. Entre el 6% y el 10% de los personas con este trastorno
mentalizar, es decir, centrarse en los estados mentales (deseos, sen- se suicidan_ Estos datos justifican q_ue el TPL sea el trastorno de lo
timientos, pensamientos, etcJ de uno mismo y de los demós, parti- personalidad que más atención ha recibido por parte de los clínicas
cularmente para explicar la propia conducta (fonagy y Target. 1997). y \os investigadores
El objetivo principal es estabilizar la estructura del sí mismo y de la Los modelos etiológicos actuales emplean aproximaciones
capacidad para crear relaciones seguros (Boteman y Fonagy, 2004). interdisciplinores sobre el desarrollo del TPL, considerando facto-
En resumen, a pesar de q_ue las intervenciones provienen de res etiológicos a diferentes niveles de análisis: genético, neuronal,
orientaciones teóricas diferentes, todas ellas se centran en aumen- conductuol, familiar y social. Además, han aumentado los estudios
tar la capacidad poro tomar conciencio de las experiencias íntimas centrados en los antecedentes y síntomas del TPL, así como en
paro. desde ahí, modificar lo psicopatología disfuncional. Pese a las características encontradas en la adolescencia temprana. Los
q_ue se necesitan más evidencias, es importante señalar q_ue se está modelos teóricos más relevantes se centran en la desregulación
consiguiendo diseñar programas de tratomiento específicos para un emocional (p. ej., Crowell et al. 2009) y en la cognición social (Fona-
problema resistente y q_ue causo un alto grado de sufrimiento a la gy et a!., 2017).
persona q_ue lo padece_
Una de !os lineas de trabajo más importantes en el estudio del
TPL en la actualidad es descubrir los factores de vulnerabilidad y las
VI. Resumen de aspectos complejos trayectorias q_ue llevan al desarrollo del TPL Las investi-
gaciones hasta ahora indican q_ue se van esclareciendo algunos de
fundamentales y tendencias los factores claves sobre su etiología. Independientemente de lo
aproximación, los modelos teóricas y los estudias prospectivos plan-
futuras tean la importando del ambiente temprano desadaptativo como un
El trastorno de la personalidad límite (TPLl coristituye un patrón factor de riesgo dave en el desarrollo del TPL
generalizado de funcionamiento patológico q_ue se manifiesta en Respecto a la evaluación. disponemos de instrumentos de eva-
distintos contextos desde la adolescencia o principios de la edad luación en formo de entrevistos diagnósticos y autoinformes especí-
adulta y q_ue se caracteriza por una gran inestabilidad emocional, ficos poro el diagnóstico y la valoración de las característicos clíni-
dificultades en el control de los impulsos y gran hipersensibilidad cos y las dimensiones relevantes en el TPL. En cuanto al tratamiento,
interpersonal. Los dificultades provocan malestar e interferencia de en los últimos 25 años hemos asistido a una mejora significativa en
gravedad variable, desde uno interferencia moderada a uno grave- el desarrollo y validación empírico de programas de tratamiento
dad extrema. La prevalencia del TPL en la población general es de psicológico desde distintas perspectivas teóricas (cognitivo-compor-
alrededor del 1%, siendo más prevolente en mujeres (75%). En lo tomental, perspectiva psicodinómica) q_ue demuestran q_ue el TPL,
población clínica estos cifras aumentan o 6% en atención primaria, incluso cuando es grave, puede tratarse y se consiguen resultados
12% en atención secundaria y 22% de los pacientes hospitalizados. significativos en dimensiones psicoPotológicas centrales como lo

~56
Capitulo 14. Tra<;torr,o de la personAlidad límite

regulación eniocionoL lo impulsividad y lo hipersensibilidad inter- como la de quP el TPL es un trastorno con un curso crórnr.o y debi-
personal, osf co1no el nivel de funcionamiento general. litante por el q,ue poco se podía hacer. Actualmente no podemos
En este capítulo hemos intentado describir los aspectos psi- afirmar que el TPL no sea tratable y. es más, si se trata adecuada-
copatológicos más relevantes sobre el TPL. Nos gustaría finalizar mente, se consiguen mejorías significativas que están asociada~ con
afirmando que el conocimiento sobre este trastorno ha avanzado esos indicadores de disminución de lo sintomotología y la comorbi-
muy significativomente en las últimos dos décadas. Los esfuerzos de lidad a lo largo del tiempo. Los avances en la investigación de los
excelentes investigadores y clínicos en todo el mundo han resultado factores tempranas asociados al inicio del trastorno indican también
en una mejor conceptualización de las características clínicas, cri- que se puede prevenir un trastorno grave y persistente, por lo que se
terios diagnósticos, síntomas y trastornos asociados. curso y factores hace urgente el desarrollo de investigación en procedimientos que
etiológicos. evaluación y tratamiento. desmitificando algunos ideos aborden el TPL de la forma más temprana posible.

••Términos clave
Ambiente invalidante 449 Empatia 453 Modelo híbrido de clas!flcaclón
Autodirección 452 Identidad 445 de los trastornos de la
Cognición social 453 Mentalización 451 personalidad 446
Desregulación emocional Modelo de Cascadas Trastorno de la personal!dad
persistente 452 Emocionales 449 límite 444

••Lecturas recomendadas
Belloch Fuster. A. y Fernández Álvorez, H_ (2010) Tratado de tra>tornos el Dr. Gunderson presenta la caracterización psicopatológica
de la personalidad. Madrid: Síntesis. del TPL, así como los distintos niveles de abordaje del trastorno.
En este libro se recogen los avances fundamentales sobre las carac- describiendo las distintas aproximaciones terapéuticas desde la
terísticas clínicas, el diagnostico, la etiología y los tratamientos farmacológica, psicoterapia individual, terapia familiar y terapia
disponibles para los trastornos de la personalidad. Un manual en grupal.
castellano de dos de los autores más relevantes en España y Améri- Linehan, M. M. (1993). Cognítive-behavioral treatment af borderline per-
ca Latino en trastornas de la personalidad. sonality disorder New York Guilford.
Belloch Fuster, A., Fernández-Álvorez, H. y Pascual-Vera, B. (2019). Guía En este manual. Marsha Linehon, una de las autoras que más ha
de intervención en trastornos de la perronalidad. Madrid. Síntesis. contribuido a lo comprensión y tratamiento del TPL presenta su
Un manual actualizado que incide en los últimos avances respecta modelo biosociol y su programa de frotamiento, lo terapia dialécti-
a los tratamientos de los trastornos de la personalidad. presentando ca comportamental.
los criterios generales de indicación terapéutico. los distintos modelos Yeomans, F. E. y Levy. K. N. (2018). Borderline personality disorder. Psy-
terapéuticos y su eficacia. chiatric Clinics of North America, 41. Speciol issue.
Esbec, E. y Echeburúa, E. (2015). El modelo híbrido de clasificación de los Monográfico sobre trastorno límite de la personalidad que realizo
trastornos de la personalidad en el DSM-5: un análisis crítico. Actas una exhaustiva revisión de los aspectos psicapafológicas del TPL
Españolas de Psiquiatría, 43, 177-IB6. con artículos de revisión sobre diagnóstico, epidemiología, comor-
En este artículo se recoge de formo muy cloro la propuesta alterna- bilidod, trastorna diferencial, modelos etiológicos, evaluación y tra-
tiva del DSM-5 pura los trastornos de la personalidad. Los autores tamiento.
realizan una excelente descripción de las aportaciones de esta pro- Winsper, C_ (2018) The oetiology of borderline personality disarder
puesta o la comprensión de los trastornos de la personalidad, así (BPOJ: contemporory theories and putative mechanisms. Current
como un onólisis critico de lo misma. Opinion in Psychology, 21, 105-IJO.
Gunderson, J. G. (2008). Borderline personality disorder: A clínica/ guide. Un artículo de fácil lectura que recoge el estado de la cuestión de
American Psychiatric Associotion. la etiología del trastorno límite de la personalidad, revisando la
Un manual imprescindible de Lino de los al.!tores más importantes evolución de las distintas teorías y presentando una integración de
en la conceptualización y tratamiento del TPL. En este manual estas desde una aproximación de psicopatologío del desarrollo_
tt ~Jlanual de psicop01tolog1a. Volumen 2

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459
~/lanual de psicopatología. Volun1en 2

•• Autoevaluación
l. En la CIE-11 el patrón límite de la personalidad aparece el Los modelos de desreguladón emocional y de lo cognición
como: social desodaptotivo_
Un trastorno separado de demás trastornos de fa per"
"' son al id ad_
101 di Los modelos de las coscadas emocionales.
7. Señale la respuesta correcta:
b) Un especificador de patrón de personalidad prominente.
El ambiente temprano desadaptativo es un factor de ries-
d No aparece el patrón límite en la CIE-11
dl Uno de los trastornos graves de lo personalidad_
"' go clave en el desarrollo del TPL
b> Los síntomas del TPL preceden o los síntomas de frastor-
2. El ti·astorno límite de la personalidad en adultos se diag- nos infernalizantes y externalizantes en la adolescencia.
nostica más en: e) la desregulación emocional en la infancia representa to-
o) Mujeres. talmente la interacción entre experiencias desadaptativas
b> Varones. tempranas y el desarrollo del TPL
e) No se tienen datos de los diferencias entre sexos. dl Los estilos de crianza no se asocian con el desarrolla del
_;
d) No hay diferencias en prevalencia entre sexos. TPL.

3. Las conductas parasuicidas se puede definir como: 8. Señale la respuesta correcta sobre las recomendaciones
ol El primer intento grave de suicidio_ para la evaluación del TPL.
b) Un intento de Sl!icidio no consumado. o> Los modelos categoriales del TPL se basan en el uso de
autoinformes para evaluar el TPL.
d Un intento de suicidio reiterado <dos o más intentos).
b) El TPL no se puede evaluar de una forma dimensional.
d) Infringirse daño físico sin la intención de morrr_
Las entrevistas clínicas semiestructuradas se recomiendan
•• El TPL presenta una atta comorbilidad con:
o> Lo esquizofrenia.
" poro diagnosticar el TPL.
<'-

-;;:
dl No existen autoinformes válidos para evaluar los síntomas
bl Los trastornos alimeritarios. ._,,
delTPL
Los ·trastornos del neurodesarrollo. "'
"
d> El trastorno de estrés agudo.
9. La terapia basada en lo mentalización se enmarca en lo
,..
5. Específicamente en la adolescencia, al hacer el diognós-
perspectiva:
Psicodinámica.
.
tico de lPL hay que tener en cuenta hacer el diagnóstico
diferencial con:
"'
b) Cognitiva.
->
e) De aceptación y compromiso. "'
o> En lo adolescencia no se puede diagnosticar el TPL. t-'

b) Los problemas relativos al grupo primario de apoyo. d) Cognitivo-comportamental. '"'"


'-/,
d Los conflictos de pareja. IO. La intervención psicológica con más evidencia para el lPL
d) Los problemas de identidad. es: :-;
o> El programa STEPPS. -f
6. Los principales modelos etiológicos sobre el desarrollo del ,y
TPL son: b> la Terapia Centrada en Esquemas.
o) los modelos interdisciplinares. d la Terapia Basada en la Mentali2ación.
b> los modelos de vulnembilidad biológica e impulsividad. d) La Terapia Dialéctica Comportomental.
PARTE 111
Trastornos asociados al neurodesarrollo
y ciclo vital
CAPÍTUL015

TRASTORNO DEL ESPECTRO DEL AUTISMO


Francisco Ramos Campos, Miguel Pérez Fernández y Ana Victoria Torres García

l. Introducción 463 VI. Teoría explicativas 476


11. El concepto de trastorno del espectro del autismo IJ6l/ A. Teorías biológicas 417
A. Del autismo infantil al trastorno del espectro B. Teorías psicológicos 478
del autismo 1./61./ C. Teoría> ambientales 480
B. Características clínicas 1/65 VII. Recomendaciones para la evaluación
III. Criterios diagnósticos DSM-5 y CIE-11 IJ69 y el tratamiento 481
A. Criterios diagnósticos del DSM-5 l./-09 VIII. Resumen de aspectos fundamentales
B. Criterios diagnósticos de la CIE-11 1.169 y tendencias futuros 483

IV. Epidemiología y curso evolutivo IJ73 TÉRMINOS CLAVE 485


A. Epidemiología: prevalencia l/73. LECTURAS RECOMENDADAS Lt85
B. Curso evolutivo 473.
RECURSOS ELECTRÓNICOS 485
V. Diagnóstico diferencial, comorbiHdad
y características transdiagnósticos 473 PELÍCULAS 485
A. Diagnóstico diferencial y comorbilidad 473 REFERENCIAS 486
B. Características transdiagnósticas 1.176 AUTOEVALUACIÓN !J9/

l. Introducción
El trastorno del espectro del autismo <TEA, por sus siglas) es uno de A pesar de que Bleuler fue el primero que utilizó el término
los trastornos del neurodesarrollo que más ha suscitado la atenciól'l «autismo» en personos adultas con esquizofrenia, se considera
el'l los últimos años. Tambiél'l et'l los medios de comunicaciól'l se le o Leo Kanner {19ll-3J como el autor pionero en investigar y defi-
cot'loce por la det'lomil'laciól'l <<trastort'lo del espectro autista». nir este trastorno en los niños. Konner describe el extraño y similar
Son tantos los trabajos de investigaciól'l dedicados a este tras- comportamiento de once niños, que a su vez es muy diferente del
torno q_ue no es extraño que Uta Frith C2004-), uno de las investiga- comportamiento de otros niños con trastornos psicopatológicos; sin
doras mós destocadas en este campo, reconozca que el TEA consti- embargo, el comportamiento de estos niños no había sido descrito
tuye un enigma aún por resolver. En lo actualidad, se considera que con anterioridad en la literatura científica y el diagnóstico de estos
el TEA es Ul'l trastort'lo del desarrollo, de origen neurobiológico, que once niños no figuraba en ningún sistema nosológico de la época.
se manifiesto durante las primeros años de vida y q_ue perdura o lo Kanner denomina a este trastorno «autismo infantil» {también des-
largo de todo el ciclo vital {Canal, 2007; Levy, Mal'ldell y Schultz, pués se le conocerá como «síndrome de Kat'lner») y lo considero
2009). como un síndrome camportamental que aparece en los primeras
El término «autismo» proviene del griego «autos» y significa años de vida y que se manifiesta por graves olteraciones de los
«uno mismo». Fue utilizado por primero vez por Bleu!er (19Jtl paro relaciones sociales, alteraciones del lenguaje y de los procesos cog-
referirse o la marcada tendencia de los pacientes esquizofrenicos a nitivos: además, algo que resulto muy llamativo en estos niños es lo
vivir encerrados en sí mismos, aislados socialmet'lte y casi sin comu- realización de movimientos repetitivos sin finalidad específica ftics
nicación con el mundo exterior. motores/estereotipias motoras).

"63
l\1ldnudl de póicopatología. v'olun1e11 2

Dodo el contexto de lo psicopotologío y lo psiq_uiotrío de lo


época. dominado por los teorías dinámicos, Konner concibe este !1 Espectro. La palabra «espectro» en medicina designé',~
trastorno como una alteración del contacto psicoafectivo Para dife-
un grupo de enfermedades o trastornos que, aunque pue-
renciarlo de lo esq_uizofrenio, propone el termino autismo infantil,
debido o q_ue el trastorno se inicio a una edad mLly temprana, y q_Lle den ser distintos, compcirten síntomcis comunes, cintcce-
en estos niños predomina como >íntoma principal lo dificultad de dentes fcimiliares comunes, substrcito biologico común y
relación con las personas, incluso con sus propios podres, hermanos respuesta terapéutica similar. (n psicopatologia también
y otros familiares. Kanner también señalo q_ue el trastorno origina puede entenderse como un conjunto de sínton1as pn111arios
graves dificultades de comunicación y la tendencia de estos niños o o dominios principales que definen operativan1ente un tras·
permanecer aislados y ensimismados en actividades motoras caren- torno 1nental ¡y sus posibles variaciones o subtiposj. Los sin·
tes de finalidad adaptativa_
tomas o dominios que constituyen el espectro pueden variar
Considerar el «autismo infantil» como consecuencia de uno en intensidad. duración y gravedad. El termino >e Vincula
supuesta «carencia afectiva» provocó que lo mayor parte de los
con el aspecto dimensional de los trastornos mentales.
investigaciones llevadas o cabo en esos años lo identificaran como
un trastorno emocional. perspectivo q_ue se ocupó de desarrollar
ampliamente lo escuela psicoanalítica ivéose Artigas-Pallares y Pau-
la, 2012; Boron-Cohen, 1993; Frith, 2003). Posteriormente, partir casos de niños con un trastorno mental grave que implicaba una
de 1960, comienzan a diversificarse los líneos de investigación; severa alteración del desarrollo; sin embargo, eran diagnostica-
una de las más notables es lo de Rutter (1978) que sugiere, como
dos con etiq_uetas como demencia precoz, esq_uizofrenio infantil y
hipótesis explicativa, Jo existencia de una alteración grave en el demencia infantil, entre otros diagnósticos (Rutter, 1978); una claro
desarrollo del lenguaje (véase en el Volumen I de este manual el extrapolación de los psicosis adultas, ounq_ue con un comienzo más
Capítulo 9: «Psicapatología del lenguaje»). Se comprueba reitera-
temprano.
damente q_ue el desarrollo motor, psicomotor, lingüístico, cognitivo,
emocional y social de los niños con TEA no solo está retrasado, sino La gran aportacíón de Kanner fue precisamente desligar el
también alterado, aunq_ue en diverso grado; es por eso que el perfil «trastorno autista» de la psicopofologío del adulto y definir un
de desarrollo de e>tos niños es muy heterogéneo con grandes dife- nuevo trastorno infantil.
rencias de unas personas a otras_ Kanner definió el autismo como «uno innato alteración del
En lo actualidad, el DSM-5 y la CIE-11 han englobado todos contacto afectivo». El síntoma principal del trastorno es la inca-
los diagnósticos relacionados con el autismo en un único término pacidad para relacionarse normalmente con los personas. Kanner,
denominado <<trastorno del espectro del autismo» <TEAl. desde el primer momento, da especial relevancia o los déficits en las
relaciones interpersonales. Aunque, como ya hemos dicho, incluye
Existe consenso en agrupar los síntomas princípales del TEA
problemas lingüísticos y cognitivos en su descripción, estos pasan
en tres grandes dominios que constituyen el núcleo esencia! del
a un segundo término con menor peso explicativo, lo que en años
«espectro del autismo»· (ol afectación de la interacción social;
posteriores llevó a definir el autismo en términos de carencias emo-
(b) alteraciones en las habilidades de comunicación; (c) patrones
cionales y dificultades en las relaciones sociales.
restrictivos y repetitivos de comportamiento, intereses o activida-
des (Artigas-Pallares y Paulo, 2012; Lozano, Castillo y Cerezo, 2014-; Hasta 1970 no se da un salto cualitativo en la revisión del con-
Oviedo et al., 2015; SchOttle et al., 2017). cepto de «autísmo infantil». Rufter (1978) discrepa de Kanner en
considerar la carencia afectiva como síntoma primario o rector del
Por otra porte, con lo aparición de nuevas técnicos de explora-
trastorno y los alteraciones de! lenguaje como síntoma secundario.
ción genética, neurológica <técnicos de neuroimogen}, neuropsico-
En su redefínición del trastorno, Rutter lo considero un síndrome
lógica, psicológica, educativa y social se ha dado un espectacular
conductuol. postula q_ue tiene un origen orgánico cerebral y consi-
ovonce en el conocimiento de e>te trastorno, en su evaluación y tra-
dera q_ue las alteraciones del lenguaje son el síntoma principal del
tamiento. La aplicación temprana de técnicos terapéuticos psicoló-
trastorno, minimizando e! papel de la alteración emocional como
gicas, educativas y sociales contribuye poderosamente a mejorar lo
competencia y calidad de vida de estos personas. hipótesis explicativo.

A lo largo de este capitulo pretendemos realizar una síntesis, lo El conocimiento progresivo, obtenido a través de investigacio-
más clarificadora posible, sobre el trastorno del espectro del autis- nes realizadas sobre la relevancia de las diversas variables que con-
mo (TEA), considerado actualmente como un trastorno del neurode- curren en e! autismo infantil, fue relegando o un segundo plano lo
sorrollo, tanto en el DSM-5 como en la CIE-11. concepción clósica del síndrome como un trastorno afectivo (Wing
y Atwood, 19871. Además, describir el autismo infantil en términos
de «déficits» (problemas lingüísticos, cognitivos, afectivos, etc.;
11. El concepto de trastorno del véase Conal-Bedia, 2007) condujo a que el síndrome fuese consi-
derado en la categoría de la discapacidad, odq_uiriendo un mayor
espectro del autismo !TEA) peso etiapatogénico los déficits lingüí>ticos y cognitivos por encima
A. Del autismo infantil al trastorno de los afectivos.

del espectro del autismo En un intento de llegar a un consenso interprofesional, la Natio-


nal Society for Autistic Children <NSACJ de Estados Unidos elabora
El concepto de autismo infantil ha sufrido diferentes reformulaciones y apruebo en 1977 uno definición de su comité técnico. Al igual q_ue
en el transcurso de los años, desde que Konner lo define por primero Rutter, el comité hoce referencia o un síndrome conductual cuyas
vez en 1943. En lo primera mitad del siglo xx ya se habían descrito alteraciones esenciales implican graves dificultades en el desarrollo
Capitulo is. Trastotno del espectro del autismo

lingüístico, cognitivo. afectivo y social, siendo muy acusado la inca- a. Alteracione.> del comportamiento socio!
pacidad para relacionarse con otras personas, así corno lo prese11cia
de respuestas anómalas a estímulos sensoriales. Cuando ~e dice que un niño es outi~to, lo prirnera irnagen que o
mucho gente le viene a la cabeza es lo de un niiio raro, tímido, que
A pesar de estas descripciones, el debate sobre cuáles son los no hablo ni juega con nadie, parece como si viviera en un mundo
síntomas primarios o recto1es en el diagnóstico del autismo infantil aparte, ignorando o todos, incluso a sus podres y hermanos.
siguió siendo muy controvertido y polémico. No obstante, quizá fue
esto falta de acuerdo lo q_ue favoreció un cierto consenso que se Los problemas que presentan los niños con TEA en su compor-
tamiento social son quizás el aspecto más conocido. El déficit social
plasmó en el DSM-3 y la CIE-9, yo que ambos clasificaciones. con
es más evidente en los primeros años de vida, de ahí que lo mayo-
la finalidad teórica de alejar definitivamente el autismo infantil de
ría de los descripciones sobre las alteraciones sociales de los niños
los psicosis, lo consideraron como un «trastorno generalizado del
con TEA se refieran a los primeros etapas de su vida y no a los
desarrollo» que afecto a un amplio espectro de áreas: lingüística,
etapas posteriores en las que se produce una acusado variabilidad
afectiva, cognitiva, conductual, comunicativa y social.
de estos alteraciones. La variobilldod y diversidad observada en el
Sin embargo, Boird et al (1991) propusieron abandonar el tér- comportamiento social llevó o algunos autores a proponer subtipos
mino <<trastorno generalizado del desarrollo» porque el TEA cons- de autismo en función de lo olteroción social que predominaba en
·tituye más un trastorno específico del desarrollo que un trastorno el niño_ En este sentido, Siegel et al. (1986l basaron su tipología del
generalizado; yo que, o pesor de las característicos, heterogeneidad autismo en los aspectos conductuales y en las habilidades cogniti-
y gravedad de los síntomas, no todas los personas con TEA presen- vas. en tonto que Wing y Gould (1979) hicieron más hincapié en los
tan discapacidad intelectual asociada y, además, sus habilidades de características sociales de estos niños.
lenguaje en muchos cosos son normales. En estos casos el término De hecho. Wing y Gould (1979l establecieron tres patrones dis-
utilizado para designarlos es TEA de «alto funcionamiento» y tom- tintos de relación social en el TEA o partir de su estudio epidemioló-
bién síndrome de Asperger (Schtittle et al., 2017). gico: el patrón «aislado», que evita la interacción de forma activa;
Esto recomendación aparece yo plenamente recogido en los do- el patrón «posivo», que soporta pasivamente lo relación social, pero
sificaciones nosológicos DSM-5 y CIE-11, en los que el trastorno del no lo busco; y por último, el patrón «activo, pero extrovogonte»,
espectro del autismo<TEAl se considero un trastorno del neurodeso- que interactúa de un modo extraño y excéntrico. Sin entrar en dis-
rrollo, de origen biológico. que se manifiesto de forma precoz, sien- cusionf!s sobre la fiabilidad y validez de estos tipologías, lo que han
do frecuente su aparición en edades muy tempranos (generalmente dejado cloro estos estudios es que no todos los autistas muestran el
antes de los tres años), tiene uno evolución crónico con diferentes mismo tipo de alteración social. dado que muchos hocen intentos,
niveles de gravedad, según el caso y momento evolutivo de la per- más o menos exitosos, de acercamiento sociol, aunque utilizando
sono_ El trastorno agrupa un heterogéneo grupo de síntomas, siendo estrategias conductuales inadecuadas.
muy frecuentes las dificultades en lo interacción social, alteraciones A pesar de estas características, podemos observar olgunas
en los habilidades de comlJnicación, alteraciones cognitivas, presen- conductos específicas de los niños con TEA, como lo ausencia de
cia de patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento. intere- contacto con los demás (o un menor contoctol y la carencia de
ses o actividades <Artigas-Pallares y Paula, 2012; Lozano, Castillo y vínculo con los podres. Parece como si estos niños no «necesitaron»
Cerezo, 2014; Oviedo et al., 2015; Schiittle et al., 2017)_ a sus padres. Con frecuencia, estos niños no gritan paro llamar lo
De esto manero el término «autismo infantil» ha sido sustituido atención como hocen los niños normales, no buscan el contacto
por el término «trastorno del espectro del autismo», que iricluye afectivo (besos, ternura) y cosí nunca manifiestan conductas ontici-
también a los adultos y ancianos que padecen el trastorno. potorios de querer que les cojan en brazos. Un ejemplo lo podemos
observar cuando un niño con TEA se hace daño, roro ~ez ocudirá o
B. Características clínicas sus padres poro que lo consuelen. Incluso, aunque esté ausente el
contacto afectivo con uno persona determinada, pueden mantener
Las personas con TEA presentan una gran diversidad de síntomas: Lln contacto social con esa persona, pero con intereses ¡xirticulores
déficit en la comunicación e interacción social, dificultades poro propios; parece como si la otro persono fuese un «Objeto» que el
mantener uno conversación o relacionarse con los demás, nivel de niño autista utilizo para un fin determinado. Un niño con TEA puede
funcionamiento cognitivo variable (por ejemplo, podemos encontrar subirse en el regazo de su madre paro alcanzar un objeto y no mirar-
cosos con discapacidad intelectual grave o cosos con uno capaci- la en absoluto; es como si lo madre fuese uno especie de «silla»
dad muy por encima de la inteligencia promedio neurotípico) ytam- necesaria poro llegar hasta el objeto (Wing, 2102).
bién podemos observar variabilidad en su habilidad poro funcionar Otra de los características esenciales del autismo, reflejada de
en situaciones de lo vida real (Wing y Atwood, 1987). La edad de igual forma por Konner !1943), Rutter (1978) e incluso en el DSM-IV-
aparición del TEA debe darse antes de los tres años, y se convier- TR (2002l, es lo preocupación que tiene el niño autista por preser-
te en uno condición crónica, a pesar de que los síntomas pueden var la invariabilidad del medio. Estos niños muestran, con frecuencia,
mejorar o través del tiempo y de las intervenciones terapéuticos uno hipersensibilidad al cambio· manifiestan uno gron re>istencio a
<Hervás, 2016). los cambios ambientales y a los modificaciones de sus pautas habi-
Por otro parte, aunque el retraso en la adquisición del len- tuales; respondiendo a estos cambios con fuertes berrinches, incluso
guaje es lo primera sospecha que tienen los padres de que su llegan a outolesionorse y se oponen de formo testaruda y sistemá-
hijo tiene algún problema, poro el diagnóstico del TEA se deben tico a cualquier tipo de cambio. Esto exigencia de invariabilidad
tener en cuento los siguientes dominios: comportamiento social, se puede ver en lo reacción desproporcionado de estos niños ante
habilidades de comunicoción, motricidod/conducta y cognición cambios como, por ejemplo, que uno silla de la cocino de su coso
(Oviedo et al., 2015). esté desplazado unos centímetros o que las cortinas estén abiertas.

'165
Mdnu::1I de psicopatologia. Volur11er1 2

Trnnbién Jos niños cun TEA desm rollan ciertas preocupaciones ritua- )) Tabla '!5,1. Algunas características del lenguaje autista
listas. tales como insistir en come1 sien1µre un determinado alimen-
to, utilizar el mismo recipie•1te para beber, llevar siempre los mismos
zapatos, o memorizar calendor"1os e 'incluso normas: r'ituales en los
---
Follo de intención comunicativa_
--
-
qllf' invierten a diario una gran cantidad de tiempo {Frith, 2003). Mutismo.

b. Alteraciones de Ja comunicación Dificultades de comprensión.


En lo mayoría de los casos, la primera sospecho que tienen los Ecolalia inmediata.
podres de que su hijo tiene algún problema surge cuando descubren
que el niño no muestra un adecuado desarrollo del leriguoje {véase Ecolalio demorada.
en el Volumen 1 de este Manual el Capítulo 9, «Psicopatología del Inversión pronominal.
lenguaje»).
La comunicación «intencional», activa y espontánea, que Evitación pronominal.
suelen desarrollar los niños neurotíp1cos a los 8-9 meses está muy Lenguaje metafórico.
limitada en los niños con TEA: falta de sonrisa social, mantener la
mirada a las personas, realizar gestos y vocalizaciones comunicati- Escasez de vocabulario_
vas son algunas de las carencias más evidentes de estos niños con
TEA. Estas dificultades se hacen aún más potentes a medido que el Empleo de neologismos.
niño crece, sobre todo parf1r de los 18-24 meses, edad en la que los Dificultades articulatorias.
niños neurotípicos hacen progresos muy rápidos en la adquisición --
del lenguaje y en las conductas simbólicas <Riviere, 1988). Además, Alteraciones de tono, ritmo e inflexión.
- ---
los riiños con TEA que llegan a hablar fo hocen de formo caracte-
rística, con unos patrones lingüísticos cualitativamente diferentes a Dificultades poro comprender y utilizar gestos.
--- ·--·
los niños neurotípicos y a los niños con otros trastornos del habla .. Falto de coordinación entre los gestos y las emisiones verbales.
Algunos niños con TEA no logran adq_uirir un dominio del lenguaje -- ----· · · - - - - _j

expresivo q_ue les permita comunicarse adecuadamente.


Por otra parte, en los niños con TEA aparecen eri diverso grado
retrasos en la odq,uisición del lenguaje expresivo, pero además de entre el lenguaje verbal y no verbal: muecas, tics y estereotipias
adquirir el lenguaje de forma tardía, hacen un uso muy peculiar motoras, además de ausencia o alteración del contacto ocular. Sin
de él. La lista de características del llamado «lenguaje autista» embargo, el habla de aq,uellos q,ue presentan uri TEA menos seve-
recogidas en las descripciones clínicas es extensa y variada, como ro y que han alcanzado un mayor nivel de desarrollo del lenguaje
puede verse en lo Tabla 15.1. muestra también una carencia de emoción, imaginación, abstrac-
Entre las alteraciones lingüís·~icos más frecuentes se encuen- ción y una literalidad muy concreta_
tran la inversión pronominal, cuando el niño se refiere a sí mismo Finalmente hay q,ue precisar q_ue las dificultades lingüísticas y
utilizando «tÚ» o «él» (por ejemplo, cuando quiere pedir algo: de comunicacióri de los niños con TEA están estrechamente rela-
«imamá, él q,uiere comer un caramelo!»_ cionadas con su desarrollo cognitivo y social, siendo frecuente que
La ecolalia, repetición de los palabras o frases dichas por los persistan en la edad adulta.
demás, puede tener lugar inmediatamente después de que hayo
hablado el interlocutor, o después de un tiempo de demora <ecolalia c. Alteraciones motoras y conductuales
retardado), q,ue puede ser de horas e incluso dios. La ecolalia retar- Otra carocteríst1ca de los niños con TEA, incluida eri los criterios
dada suele ser una conducta extratla y fuera de lugar, que dificulta diagnósticas, hace referencia o los patrones de comportamientos
la comunicación de la persona con TEA. repetitivos y estereotipados. También se observa este tipo de con-
No obstante, hay q,ue matizar que la ecolalia no es especifica ducta en otros trastornos del desarrollo, como la discapacidad inte-
de los niños q,ue presentan TEA. El desarrollo riormal del lengua- lectual.
je incluye una fase en la que se pueden observar conductas de La conducta estereotipada, denominada a veces conducta allto-
ecolalia hasta los 30 meses de edad; cuando persiste más allá estimuladora, ha sido descrita como un comportamiento repetitivo,
de los cuatro años puede considerarse psicopatológico {Ricks y persistente y reiterado, sin otra función aparentemente q,ue propor-
Wing, 1976). cionar al niño de retroalimentación sensorial o dnestés'ica (Lavaos,
Además de la inversión pronominal y la ecolalia, el niño con Litrownik y Mann, 1971)_ Estas conductas pueden ser muy variados:
TEA presenta alteraciones fonológicas y semánticas; también tienen movimientos de balanceo rítmico del cuerpo, saltos, carreras cor-
alterado el lenguaje receptivo, ya que presentan dificultades para tas, giros de cabeza, aleteos de brazos o manos y posturas extrava-
atender y percibir lo información, bajo nivel de comprensión verbal, gantes, miradas a alguna luz concreta, contemplar absortos la mano
etc. Con frecuencia los niños con TEA cuando hablan no lo hacen en cierta postura, mirar de reojo, girar los ojos o tensar los músculos
con propósitos comunicativos; su uso del habla como medio de con- del cuerpo, etc. Así mismo, se observan estereotipias motoras con
versación es limitado, es muy difícil pretender que hablen de algo objetos y materiales muy diversos, como mirar y manipular insisten-
que no sea de lo inmediato {Rutter, 1978). temente un objeto g'1ratorio, dar vueltas a una cuerda, etc. En todos
El lenguaje expresivo no verbal (gestual} de los niños con TEA estos comportamientos parece que el núcleo central lo integra la
también se encuentra alterado. Podemos observar discrepancias estimufación visual y auditiva.
Capitulo 15. Trastorno del espectro del autismo

Las conductas estereotipadas tienen un papel de especial rele- do o ello van o tener muchas dificultades de autocontrol personal,
vancia er1 los niños con TEA, ya que interfieren en la responsividad y escosas habilidades paro planifico1, rngonizor y tornar decisione1_
del niño y en la adquisición de conductas normales. La mayoría de
estos niños pasan mucho tiempo realizando estos comportamientos /. Capacidad intelectual
De hecho, se resisten obstinadamente o los intentos de que aban- Ritvo y Fieeman (!978) indican que aproxirnodamente un 60% de
donen estas actividades. Diversos autores {Kanner, 194-3; Lovaas et los niñus con TEA presenta un cociente intelectual ((J) por debajo
al, 1971) consideran que las conductas estereotipadas de los niños de 50, un 20% entre 50 y 70, y un 20% de 70 o más. Otros estudios
con TEA constituyen un serio obstáculo en la adquisición de las con- <Charman et al. 2011J confirman que aproximadamente el 50% de
ductas normales. El niño entregado a la conducta autoestirr1uladora, los niiios con TEA tienen discapacidad mtelectuol asociada, aunque
no aprende ni desarrolla el repertorio de destrezas y habilidades en menos del 20% la discapacidad intelectual es grave((!< 50!.
propias de su edad. Además, hay poco evidencia de un perfil característico de CI en
niños con TEA. La capacidad adaptativo está afectada negativa-
mente de forma significativa, incluso en aquellos niños con TEA que
]Conducta estereotipada. Repelición reiteradd e inne- alcanzan un CI próximo a la medio del obtenido por los niiias neu-
cesaria de determinados movimientos. gestos y palabras, rotípicos.
sin otra función aparentemente que proveer al individuo de Es cierto que algunas personas con TEA pueden tener «habili-
retroalimentación sensorial o cinestésica. dades especiales», o lo que los investigadores denominan «islotes
de habilidad» (Baron-Cohen, 1993). Estas personas pueden tener
ji Responsividad. El concepto engloba las dimensiones uno gran capacidad paro memorizar listados, como la guía tele-
cognitivas, afectiV<lS, con1unicativas y sociales que facilitan fónica, el callejero de una ciudad, etc. En la película Rain man
cornprender la situación de otra persona. Ser r€Sponsivo/a podemos ver las capacidades mnemotécnicos del prQtagonista, un
supone emprender acciones dirigidas a la situación del otro; varón autista de 40 años, que es capaz de memorizar las cortas
Implica una cierta capacidad de iniciativa, no simplemente de póker que salen en el juego y predecir lo probabilidad de apa-
rición de una carta, o en otra escena podemos ver que realiza
una respuesta pasiva.
mentalmente operaciones matemáticos complejos sin calculadora
ni ayuda externo.
Por otra porte, los conductas autolesivos son lo alteración Al margen de las «habilidades especiales» que pueden mostrar
más llamativa q_ue presentan los niños con TEA, aunque no es una algunas de los personas con TEA, la capacidad intelectual es un
carocteristica exclusiva de estos niños, ya que también se puede criterio predictivo de sus posibilidades educativas.
observar en niños con discapacidad intelectual u en personas adul- Otra alteración cognitiva observada es el déficit conocido con
tas con esquizofrenia. la conducta autolesiva implica cualquier el término «ceguera mental», e>lo es, la incapacidad que presen-
comportamiento mediante el cual una persona se causa daño físi~ tan los niños con TEA para atribuir estados mentoles a los demás
co a sí mismo. Los ejemplos más conocidos de conducta autolesiva (Baron-Cohen, Leslie y Frilh, 1985). Estos niños carecen de lo que se
en los niños con TEA son: golpearse en lo cabeza, morderse las denomina «teoría de la mente». lo falta de capacidad meto-re-
manos, golpearse los brazos y las piernas, arrancarse el pelo, ara- presentocional de los niiios con TEA es un déficit cognitivo central
ñarse la cara y darse bofetadas en la cara; incluso se han relatado que, a su vez, influye negativamente en los habilidades sociales y de
casos de haberse arrancado los uñas a mordiscos o hundirse los comunicación descritas en los estudios clínicos sobre el TEA_
ojos.
Además del daiio físico directo, lo conducto autolesivo tiene
otros perjuicios indirectos. Si la conducto es demasiado intenso {con }J Ceguera mental. Es un trastorno cognitivo en que una
peligro evidente para la vida del niiiol, será necesario prevenirla de persona e5 incapaz de atribuir un estado mental a si mis·
una manera eficaz y evitar que se produzca. rno y a otras personas_ Corno resultado de este trastorno,
el individuo ignora los estados mentales de los demás. El
d. Alteraciones cognitivas individuo tampoco es capaz de atribuir creencias y deseos
Estudios transversales y longitudinales muestran que los niños con a los demás. La ceguera mental está asociada con el TEA y
TEA presentan mayor variabilidad interindividuol e intraindividual con otros trastornos del neurodesarrollo.
que los niños neurotípicos. No es exagerado decir que coda perso-
na con TEA es un «coso único»_ No obstante, en la actualidad se
reconoce q_ue no solo existe un retraso, sino también un déficit en
diferentes áreas del desarrollo cognitivo de estos niños_ Los proce- 2. Atención y sensopercepcíón
sos atencionales, mnésicos, perceptivos y las funciones ejecutivas se Una característico importante en el TEA es la respuesta anormal
hallan alterados en diverso grado (frith, 2003; Frith y Baron-Cohen, que estos niños tienen ante lo estimulación sensorial. Sin embargo,
1987; Zelazo y Müller, 2002J. El déficit en las funciones cognitivas o pesar de la cantidad de datos aportados sobre esta alteración, no
va o acompañar a la persono con TEA durante todo su vida. En eda- podemos concluir que se trate de un problema perceptivo, sino más
des tempranas es característico el pensamiento rígido e inflexible bien un problema atencional. Un niño con TEA puede no responder a
q_ue se traduce en rituales comportamentales y dificultades en las un ruido intenso y responder inapropiadomente al oír el ruido q_ue se
relaciones interpersonales y sociales. En su forma extrema, el pensa- produce al posar la hoja de una revisto. De la misma formo, puede
miento precotegoriol es sinónimo de «pensamiento autista», debí- no ver un objeto claramente visible, y visualizar un caramelo q_ue

Ll67
fvlanual de ps1copatología. \folcunen 2

se encuen1ra a más d1>tuncia, o ver un hilo tirado en el suelo. Esta )) Tabla 15.2. Signos y sínto111as tempranos dd TEA
anormalidad en la respuesta del niño con TEA se suele dar también e ~

en otras modalidades sensoriales como el olíato y el tacto. Pero No expresa sonrisa u otras expresiones placenteras a partir
parece ser más una consecuencia de los procesos atencionales ci.ue de los seis meses.
de los perceptivos Diversos estudios han demostrado ci.ue los niños
con TEA responden solo a un componente de la información senso- · Tiene dificultad para dirigir su mirada en lo misma drrección
rial disponible, lo que llaman «hipersensibilidad estimular» <Bogda- en la q_ue miro otra persona
shina, 2007, Lavaos et aL, 1971). Así pues, aunq,ue los niños con TEA
pueden tener una estrategia perceptiva característica, parece claro No mira hacia donde otra persona le señala.
que es más una consecuencia de los procesos atencionales. ci.ue
harían referencia a una presunta «rigidez hiperatencional», y no Ausencia de gestos comunicativos.
uno alteración específico de los procesos perceptivos (Bogdashina,
No responde a sonidos. sonrisas u otras expresiones a partir
2007).
de los nueve meses.
En relación con estos hallazgos, Jos estudios realizados para
identificar TEA en niños menores de tres años plantean que las co11- No responde al ser llamado por su nombre_
----
ductas más significativas son los comunicativos y sociales (Canol-Be-
dia, 2007; Canal-Bedia et oL, 2011l. Es frecuente que se produzca Falta de so11risa social.
ausencia o escasez de actos de atención conjunta y de referencia
social, ausencia de imitación, de juego funcional y de juego sim- No balbucea o los 12 meses.
bólico <Dawson et al.,1998) y dificultades en el uso de habilidades No hoce gestos sociales ni responde a ellos (señalar, mostrar,
para compartir y responder a información emociona! {Dissanayoke decir adiós con lo mano, etc.) a partir de los 12 meses.
y Crossley, 1996).
De hecho, durante el primer año de vida, las conductas de estos No dice palabras sencillas a partir de los 16 meses.
- - - ---- -------
niños están caracterizados por lo baja frecuencia de interacción
social, ausencia de lo sonrisa social y falta de expresividad emocio- No hace frases espontaneas de dos palabras co11 sentido
nal, así como ausencia o dificultades para responder o su nombre. lno ecolalia) o partir de los 24 meses.
ausencia de actos de señalar y mostrar poca tendencia o orientar-
se hacia el rostro de los otros, ausencia de imitación espontánea,
postura y patrones de movimiento anormales, como por ejemplo, además se forman antes q_ue aquellos circuitos relacionados co11 un
movimientos desorganizados o i11actividad <Zok1an et al, 200Ql_
alto nivel de funcionamiento, como es el lenguaje, la cognición y las
Durante el segundo año aparecen otros síntomas, además de los habilidades sociales (Zúñigo et al .. 2017).
sensoperceptivos como son: el retraso en la aparición del lenguaje y
las conductos estereotipadas. Dichos síntomas serían la consecuen- 3. Funciones ejecutivas
cia de las graves alteraciones evolutivas que se presentan en los
meses anteriores <Tablo 15.2). Los funcio11es ejecutivas más estudiadas en niños con TEA y q_ue
están alteradas son la flexibilidod cognitivo, la memoria funcional y
Por otra parte, hay datos contradictorios sobre los síntomas el control inhibitorio (Qzonoff, et al., 2004-; Bausela, 2020). El pen-
precoces del TEA en el primer oílo de vida (Daniels et al., 2014; samiento rígido, la baja tolerancia o la frustració11, la impulsividad
Zúñiga et al., 2017)_ Janes y Klin {2013) utilizando la tecnología y las dificultades para el autocontrol <falta de control inhibitorio,
Eye-Tracking, compararan 25 bebes con desarrollo neuratípico y falta de control emocionall, en determinados momentos, dan lugar
10 bebés de alto riesgo q,ue después desarrollaron TEA. Los niños o rabietas, episodios de ira y conducta autoagresiva. Sin embargo,
con TEA, entre los dos y seis meses, mostraron una disminución en el comportamiento puede variar mucho de unos niños o otros. En
la fijación ocular y un aumento de la mirada hacia la boca de la adolescentes y adultos hay falto de planificación, organización y
mujer grabado en el vídeo. Por otro porte, Chawarsko et al. (2013l capacidad para tomar decisiones.
encontraron que la atención espo11ta11ea o escenas sociales está
alterada desde los prinieros meses de vida en los niílos con TEA. otros aspectos que conviene destacar son los siguientes: uno de
Los bebés ci.ue fuero11 diagnosticados con TEA a los 36 meses, a los cada cuatro niños con TEA sufre crisis epilépticas. Las crisis epilép-
seis meses yo presentaban escaso atención a los coros humanas y ticas con frecuencia comienzan en la niñez temprano y, sobre todo,
entre los 7 y 14 meses ta atención espontanea o escenas sociales durante la adolescencia (Díez Cuervo,1989).
seguía siendo escosa_ Sin embargo, otros estudios longitudinales no Los niños con TEA suelen tener olteracio11es del sueílo; sobre
han encontrado alteraciones del desarrollo social y comunicativo todo, tienen dificultades paro dormirse y permanecer dormidos_ Los
en el primer año de vida del niño con TEA. trastornos del sueño favorecen los problemas de conducto y se rela-
Resulta bastante sorprendente que ciertos aspectos evoluti- cionan con las dificultades paro prestar atención, el incremento de
vas q,ue no están relacionadas con criterios diagnósticos del TEA la hiperactividad y la baja capacidad de funcionamiento durante
resulten ser los primeros signos y síntomas observables. Todos estas el día.
hallazgos plantean posibles hipótesis que necesitan ser confirmadas Debido a todos estas alteraciones, los niños con TEA tienen sig-
en futuras investigaciones, como lo que establece que en la pobla- nificativamente más dificultades de adaptación a la vida cotidiana
ción en general las redes o circuitos neuronales se desarrollan jerár- que los niños neurotípicos y que los niños con TEL y TDAH !Kanne,
quicamente y están relacionadas con sistemas motores y sensorlales, Christ y Reiersen, 2009).
Capitulo 15. Tra~torno dPI esrertro c:lrl au\VilT•O

111. Criteríos diagnósticos intelectual. lo afectación del lenguaje. y por otros 1nonitestonones
ajenas al núcleo del e~pectro del autismo.
OSM-SyCIE-11
Los criterios diagnósticos del TEA se han ido modificando en el
~1anscurso de los años poralelarnente a los cambios conceptuales Jl Síndrome de Asperger. Es un subtipo dri trelstorn::i del
ci..ue ha sufrido el término_ Desde lo co11cepción del «autismo» como espectro del autismo [TEAI. Tan1bién se le denomina «autis-
una psicosis infantil en la que los criterios diagnósticos se centraban mo de alto funcionan1iento». En el «trastorno autista" todas
en las conductas raras y extra'lagantes hasta lo inclusión del autis- las alteraciones son muy evidentes en los tres primeros
mo infantil dentro dentro los trastornos generalizados del desarrollo años de vida. 1nientras que en los niños con síndrome d12
((anol-Bedio, 2007J. Asperger no existe evidencia de retraso cogniti·vo y tienen
Ya dijimos anteriormente que el DSM"5 (APA, 2013) y la una capacidad intelectual Igual o por encima de lo neuro-
CIE-11 <OMS, 2018) incluyen el TEA dentro de los trastornos del típico. Por ello, con prograrnas terctpéuticos adecuados y
neurodesarrollo. Para ambas clasificaciones en el diagnóstico del
eficaces, pueden converll1se en persondS independientes y
TEA se deben tener en cuenta tres dominios: (a) afectación de la
llevar una vida absolutamente normal. La CIE-11110 lo reco·
interacción social; (b) alteraciones en las habilidades de con1uni-
cación, y (e) presencia de intereses restringidas y comportamientos noce como trastorno.
repetitivos.
Los profesionales de la salud mental insisten en que el diagnós- En relación o! DSM-IV, el DSM-5 (APA, 2013) agrupo en un mis-
tico debería realizarse antes de los tres años, no obstante, es mós mo criterio las olteraciones de las relaciones sociales y las altera-
frecuente que se haga o partir de los cuatro años. ciones de la comunicación (Criterio AJ; elimina como criterio diag-
nóstico el trastorno del lenguaje y señala lo importancia de valorar
A. Criterios diagnósticos del DSM~s los sensibilidades sensoriales inusuales (lo recoge en el Criterio B.
lfl, aspecto común en las personas con TEA. En la Tabla 15.3 pueden
En las clasificaciones DSM-l y DSM-II de la Asociación Americana verses los criterios diagnósticos del TEA según el DSM-S.
de Psiquiatría, el autismo se consideraba como una categoría de la
esquizofrenia infantil. En cambio en el DSM-III (APA, 1980) posó a El DSM-5 incluye todos los subtipos de autismo en lo que deno-
integrarse en los trastornos generalizados del desarrollo {TGDJ, aun- mina «trastorno del espectro del autismo» (TEAl; distingue cuatro
que considerado como categoría diagnóstica independiente deno- subtipos: «trastorno autista», <<frastorno desintegrativo infantil»,
minado «autismo infantil», siendo necesario cumplir seis condicio- «trastorno de Asperger» y «trastorno generalizado del desarrollo
nes poro su diagnóstico: la edad de inicio (antes de los 30 meses no especificado». Sin embargo, en lugar de hacer distinción entre
desde el nacimiento), la existencia de déficit en lo percepción de e>los subtipos, especifica tres niveles de gravedad en los síntomas.
los otros y en el lenguaje, y, en coso de que existiera desarrollo de así como el nivel de apoyo necesario_ El síndrome de Rett quedo
lenguaje, debería estor presente lo ecolalia inmediata, además de la excluido de esto closificoción.
presencia de respuestas extrañas a diferentes estímulos, como pue- Otro cambio es lo edad de aparición del trastorno_ Ya no se
de ser el especial interés por algún objeto, y, por último, ausencia indica que los síntomos del TEA deben aparecer antes de los tres
de delirios y alucinaciones. En el DSM-111-R <APA,l987J se mantiene años de edad (36 mesesJ; en el criterio C se recoge que «los sín-
la categoría de trastorno generalizado del desarrollo, pero poso a tomas han de estor presentes en los primeras fases del período de
denominarse «trastorno autista», suprimiéndose el término «autis- desarrollo ... ».
mo infantil» al considerar que los síntomas continuaban estando En la Tabla 15.3 pueden verses los criterios diagnósticos del TEA
presentes en la edod adulto. según el DSM-5.
Con lo aparición del DSM-IV (APA, 1994) y el DSM-IV-TR (APA, El DSM-5 intenta uno aproximación dimensional al TEA y
2000! los cambios en los criterios diagnósticos son muy significa- por ello establece niveles de severidad o gravedad del trastorno
tivos, destocando sobre todo tres síntomos claves q_ue constituyen {Tabla 15.ll-l que son útiles poro describir la sintomatología actual,
el núcleo del «espectro del autismo»: alteración en lo interacción teniendo presente que la gravedad puede variar según el contexto
social. alteraciones en lo comunicación y patrones de comporta- y fluctuar con el poso del tiempo.
miento, así como lo presencio de intereses y octividades restringi- Según Canal-Bedio et aL (2016J, el diagnóstico clínico, basado
dos. repetitivas y estereotipadas. El autismo paso a considerarse uno en los criterios del DSM·IV-TR, el DSM-5 y en el juicio clínico, se
etiqueta genérico y engloba cinco subcategoríos con sus síntomas mantiene estable a través del tiempo en un 96% de los cosos. Si se
característicos: trastorno autista, síndrome de Rett, síndrome de valoro la estabilidad diagnóstica, teniendo en cuenta los resultados
Asperger, trastorno desintegrotivo infantil y trastorno generalizado de la <(Escala de observación diagnóstica del autismo-genérico»
del desarrollo no especificado. {ADOS-Gl. también en el 87 % de los cosos el diagnóstico de TEA
Además, se incorporo el término «trastornos generalizados del se mantiene.
desarrollo» como denominación genérico poro englobar los sub-
tipos de autismo. El motivo más convincente poro incorporar den- B. Criterios diagnósticos de la CIE-11
tro de los TEA el síndrome de Asperger, el trastorno desintegrativo
infantil y el trastorno generalizado del desarrollo <(no especificado» Los criterios diagnósticos de la CIE-11 paro el TEA coinciden bási-
se baso en que los diferencias entre los subtipos de autismo no camente con los criterios del DSM·5. Aparecen recogidos en la
vienen determinados por los síntomas específicos, sino por el nivel Tablo 15.5.

lJ-09
fVid'1Udl d2 pS1lOpdlOIJgío. Volurne¡¡ 2

) ) Tabla 15.3. Criterios d1ajnósticos DSll/1-5 para e' TEA

A. Deficiencias persistentes en lo comunicoción sociol y en lo interocción sociol en diversos contextos, manilestodo por lo siguiente.
actuolmente o por los antecedentes (los ejemplos son ilustrativos, pero no exhaustivos):
l. Las def<ciencios en la reciprocidad socio-emocional varían, por ejemplo, desde un ocercomieuto social anormol y fracaso
de la conversación normal en ambos sentidos pasondo por lo disminución en intereses, emociones o afectos compartidos hosto
el fracaso en iniciar o responder o interacciones sociales.
2. Los deficiencias en los conductos comunicativos no verbales utilizados en la interacción social varían, por ejemplo, desde uno
comunicación verbal y no verbal poco integrada pasando por anomalías del contacto visual y del lenguaje corporal o deficiencias
de la comprensión y el uso de gestos hosta una falto total de expresión facial y de comunicación no verbal. '
!
3. Las deficiencias en el desarrollo, mantenimiento y comp1ensión de los relaciones varían, por ejemplo, desde dificultades poro
ajustar el comportamiento en diversos contextos sociales pasando por dificultades para compartir juegos imaginativos
o poro hacer amigos, hasta lo ausencia de interés por otros personas.
Especificar la gravedad actual:
Lo gravedad se basa en deterioros de la comunicación social y en patrones de comportamientos restringidos y repetitivos (véase
la Tabla 15.lll.

B Patrones re>trictivos y repetitivos de comportamiento, intereses o actividades, que se manifiestan en dos o más de los siguientes
puntos, actualmente o por los antecedentes (los ejemplos son ilustrativos, pero no exhaustivos):
l. Movimientos, utilización de objetos o habla e>tereotipodos o repetitivos {p. ej., estereotipias motoras simples, alineación de los
juguetes o cambio de lugar de los objetos, ecolalia, frases idiosincrásicas).
2. Insistencia en lo monotonía, excesivo inflexibilidad de rutinas o patrones rituolizodos de comportamiento verbal o no verbal
(p. ej., gran angurtio frente a cambios pequefios, dificultades con los transiciones, patrones de pensamiento rígidos, rituales
de saludo, necesidad de tomar el mismo camino o de comer los mismos alimentos cado día).
3. Intereses muy restringidos y fijos que son anormales en cuanto a su intensidad o loco de interés (p. ej., fuerte apego
o preocupación por objetos inusuales, intereses excesivamente circunscritos o perseverante;).
•• aparente
Hiper o hiporreoctividod o los estímulos sensoriales o in~erés
inhabitual por aspectos sensoriales del entQrno (p. ej., indiferencia
al dolar/temperatura, respuesta adverso a sonidos o texturas específicos, olfateo o palpación excesivo de objetos,
fascinación visual por los luces a el movimiento).
Especificar lo gravedad actual:
La gravedad se basa en deterioros de lo comunicación social y en patrones de comportamientos restringidos y repetitiva.¡

c. Los síntomas han de e\Ctar pre\Centes en las primeros foses del período de desarrollo {pero pueden no manifestarse totalmente
hasta que la demanda social supero los capacidades limitados, o pueden estar enmascarados por estrategtas aprendidas en foses
posteriores de la vidal.

D. Los síntomas causan un deterioro clínicamente significativa en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento
habitual.
. - --

E. Estas alteraciones no se explican mejor por la discapacidad intelectual \trastorno del desarrollo intelectuall o por el retraso global
del desarrollo. La discapacidad intelectual y el trastorno del espectro autista con frecuencia coinciden; para hacer diagnósticos de
comorbilidades de un trastorno del espectro autista y discapacidad intelectual, lo comunicación social ho de estar par debajo de lo
previsto para el nivel general de desarrollo.
Nota: A los pacientes con un diagnóstico bien establecido según el DSM-IV de trastorno autista, enfermedad de Asperger o trastorno
generalizado del desarrolla na especificado de otro modo, se les oplicoró el diagnóstico de trastorno del espectro del autismo. los
pacientes con deficiencias notables de lo comunicación social, pero cuyos síntomas no cumplen los criterios de trastorno del espectro
del autismo deben ser evaluados para diagnosticar el trastorno de la comunicación social <pragmática).
Hay que especificar si:
- Existe discapacidad intelectual o no.
- Si hoy alteraciones o retraso en el desarrollo del lenguaje.
- Si está asociado o una afección médica o genética, o a un factor ambiental conocidos.
- Si está asociado a un trastorno del neurodesarrollo, men1ol o del comportamiento.
- Si está asociado con cototonía.

470
Capítulo 15. Trastorno del espectro del autismo

)) Tabla15.4. Niveles de g"avedad de!-EA

Grado 3 «Necesita Las deficiencias grave> de las aptitudes de La inflexibilidad de comportamiento, la extrema
ayudo muy notable» comunicación social verbal y no 'lerbol causan dificultad de hacer frente a los cambios u otros
alteraciones graves del funcionamiento, inicio muy comportamientos restringidos/repetiíivos interfieren
limitado de las interacciones sociales y respuesta notablemente con el funcionamiento en todos los
mínimo a la apertura social de otras personas. Por ámbitos. Ansiedad intensa/dificultad paro cambiar
ejemplo, una persono con pocos palabras inteligibles el foco de acción.
que raramente inicio interacción y ci.ue, cuando
lo hace, realiza estrategias inhabituoles solo para
cumplir con las necesidades y únicamente responde
a aproximaciones sociales muy directas.
Grodo 2 «Necesito O)'Udo Deficiencias notables de los aptitudes de La inflexibilidad de comportamiento, lo dificultad de
notable» comunicación social verbal y no verbal; problemas hacer frente o los cambios u otros comportamientos
sociales aparentes incluso con ayuda in ;Jfu, inicio restringidos/repetitivos aparecen con frecuencia
limitado de interacciones sociales, y reducción de claramente al observador casual e interfieren con
respuesta o respuestos no normales a la apertura el funcioriamiento en diversos contextos Ansiedad
social de otros personas. Por ejemplo, una persona y/o dificultad para cambiar el foco de acción.
que emite frases sencillas, cuya interacción se limita
a intereses especiales muy concretos y que tiene uno
comunicación no verbal muy excéntrico.
Grodo 1«Necesita oy'uda» Sin ayuda in sifu, las deficiencias en la comunicación La inflexibilidad de comportamiento causa una
social causan problemas importantes. Dificultad para interferencia significativa con el funcionamiento en uno
iniciar interacciones sociales y ejemplos claros de o más contextos. Dificultad para alternar actividades
respuestas atípicas o insatisfactorias a lo apertura Los problemas de organización y de planificación
social de otras personas. Puede parecer que tiene dificultan la autonomía.
poco interés en las interacciones sociales. Por
ejemplo, una persona que es capaz de hablar con
frases completas y que establece comunicación, pero
cuya conversación amplia con otras personas falla
y cuyos intentos de hacer amigos son excéntricos
y habitualmente sin éxito.

Existen, no obstante, algunas diferencias entre ambos siste- hace referencia a que el TEA y la discapacidad intelectual pueden
mas de clasificación_ La CIE-11 do mayor libertad al clínico para presentarse juntas.
realizar el diagnóstico, ya ci.ue no es necesario cumplir rigurosa- En la CIE-11 desaparece el diognóstlco de síndrome de Asper-
mente un numero de criterios como establece el DSM-5. Además, ger; la CIE-10 incluía este síndrome, pero consideraba que era un
la CIE-11 seiiolo pautas para distinguir entre TEA con y sin disca- diagnóstico poco fiable, incluso poriia en dudo su existencia. Tam-
pacidad intelectual {Figura 15.ll. y también incluye la pérdida de bién en lo CIE-11 se excluyen del TEA el síndrome de Rett y el
competencias previas adquiridas como una característica a tener trastorno desintegrativo infantil.
en cuenta en el diagnóstico; por el contrario, el DSM-5 solamente

r Leve alteración o sin alteración del lenguaje funcional


J' Sin trastorrio del
-,'
' l desarrollo intelectual

l(__.. ~~
L- -:· Con alteración del lenguaje funcional
_T:"'_.,_'°_,:.ro_º
__
__ del autismo )
r Leve alteración o sin alteración del lenguaje funcional
L _ Con trastorno del ~ ¿
1
desarrollo intelectual
L Con olteroción del lenguaje funcional

) ) Figura 15.1. TEA y discapacidad Intelectual, según CIE ·11


Manual de psrcopatolcgia. \lol.Jn1e11 2

)) Tabla 15.5. e riterios cJic.gno<t1cos Clt-11 para el TEA


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6A02 Tra~orno del espectro del autismo
Descripción
El !ro1torno del espectro del autismo se caracteriza por aé!i(it> persistentes en la capacidad de iniciar y sostener lo interacción >ocia! recíproca
y la comumcoción social, y por un rango de patrones comportamentales e intereses restringidos. repetitivos e inflexibles. El inicio del trastorno
ocurre durante el período del desarrollo, típicamente en la prin1era infancia, pero los síntomas pueden no manifestarse ¡jenomente hasta má>
tarde, cuando las demandas socioies exceden las capacidades limitadas. los déficits son lo suficientemente graves como poro causar deterioro
o nivel personal, familiar, social, educativo, ocupacional o en otros áreas importantes del funcionamiento del individuo, y generalmente
constituyen una característico persistente del individuo que es observable en todos los ámbitos, aunque pueden variar de acuerdo con el
contexto social. educativo o de otro tipo. A lo largo del espectro los individuos exhiben una gamo completa de capoc'k:iodes del funcionamiento
intelectual y habilidades de lenguaje.
Inclusiones
Retraso del desarrollo generalizado_
Trastorno autista.
Exclusiones
Trastorno del desarrollo del lenguaje {6AOl.2)_
Esquizofrenia u otros trastornos psicóticos p-imarios (6A20-6A2Z).
-

6A02.0 Trastorno del espectro del autismo sin trastorno del desarrollo intelectual y con deficiencia leve o nula del lenguaje funcional
Descripción
Se cumplen tocios los requis'1tos de la defin'1ción de trastorno del espectro del autismo, el func'1onamiento intelectual y comportamiento
adaptativo se encuentran al menos dentro del rango promedio (aproximadamente mayor que el percentil 2,3), y solo hay uno alteración mínimo
o ninguna alteración en la capacidad del individuo poro el uso funcional del lenguaje (hablado o de señas) con propósitos instrumentales, como
paro expresar sus necesidades y deseos personales_

6A02.I Trastorno del espectro del autismo con trastorno del desarrollo intelectual y can leve o ningún deterioro del lenguaje funcional
Descripción
Se cumplen todas los requerimientos de la definición tonto poro el trastorno del espectro del autismo como paro el trastorno del desarrollo
intelectual. y 1010 existe una alteración leve o nula poro utilizar el lenguaje funcional (hablado o de señas) con fines instrumentales, como
expresar sus necesidades y deseas personales.

6A02.2 Trastorno del espectro del autismo sin trastorno del desarrollo intelectual y con deficiencia del lenguaje funcional
Descripción
Se cumplen todos los requisitos de la definición del trastorno del espectro del autismo, el funcionamiento intelectual y el comportamiento
adaptativo se encuentran por lo menos dentro del rango promedio (aproximadamente mayor que el percentil 2,3l y hoy un morcado deterioro
en el lenguaje funcional ~hablado o de señas) en relación con lo edad del incf1viduo_ El individuo no es capaz de utilizar más que palabras
sueltos o frases simples can fines instrumentales, como poro expresar sus necesidades y deseos personales_

6A02.3 Trastorno del espectro del autismo con trastorno del desarrollo intelectual y con deficiencia del lenguaje funcional
Descripción
Se cumplen todos los requisitos de lo definición tonto paro el trastorno del espectro del autismo y el tro'>lorno del desarrollo intelectual, y hoy
un morcado deterioro en el lenguaje funcional (hablado o de señasl en relación con lo edad del individuo. El individuo no es capaz de utilizar
más que palabras o frases simples para propósitos instrumentales, corno paro expresar necesidades y deseos personales.

6A02.'+ Trastorno del espectro del autismo sin tmstorno del desarrollo intelectual y con ausencia del lenguaje funcional
Descripción
Se cu1nplen todos los requisitos de la definición de trastorno del espectro del autismo, el funcionamiento intelectual y el comportamiento
adaptativo se encuentran por lo menos dentro del rango promedio (aproximadamente mayor que el percentil 2,3) y. en relación con la edad del
individuo, hay completa o casi completa ausencia de habilidad para utilizar el lenguaje funcional (hablado o de señas) con fines instrumentales,
como poro expresor sus necesidades y deseos personales.

6A02.5 Trastorno del espectro del autismo con trastorna del desarrollo intelectual y con ausencia del lenguaje funcional
Descripción
Todos los requisitos de definición poro ambos tonto paro el trastorno del espectro del autismo como para el trastorno del desarrollo intelectual
se cumplen y están completos. o cas·1 completos, ausencia de capacidad relativo a lo edad del individuo paro usar un lenguaje funcional
<hablado o de señas) con fines instrumentales, como poro expresar necesidades y deseos personales
Capítulo15. Trastorno del espectco del autismo

IV. Epidemiología y curso como trastorrio primario y diagrióstico principal, pero tombiér del
TEA como trastorno comórbido. No debe olvidarse q_ue cuando los
evolutivo datos son incompletos y persiste la incertidumbre se aconseja que el
diagnóstico principal se considere como provisional.
A. Epidemiología: prevalencia
El estudio científico realizado en torno al TEA está plagado de A. Diagnóstico diferencial y comorbilidad
multitud de polémicas y controversias. Una de las consecuencias
Ya dijimos en el Capítulo 9 del Volumen I de este Manual de
que esto acarrea es la baja fiabilidad de los datos epidemiológicos.
psicopatología (pág. 287) q_ue los trastornos del neurodesanollo
donde se barajan diferentes estimaciones en la prevalencia del TEA
engloban alteraciones cognitivas, motoras, de aprendizaje, comuni-
(Baron-Cohen et al., 2009; Leyfer et al.,2006; Simonoff et aL, 2008).
cación y comportamiento, q_ue aparecen en edad temprana durante
Se estima que lo prevalencia está alrededor del 1% de la pobla- el proceso de desarrollo del niño. Tienen su origen en un desarrollo
ción, siendo su frecuencia similar en niños y adultos; en cambio, <<no neurotípico» (rieuroatípico) del cerebro o en lo presencio de
aparece con mayor frecuencia en niños que en niños {4:1l. Sin alteraciones o lesiones en su maduración.
embargo, parece que en los últimos años la prevalencia ha aumen-
Los trastornos del neurodesarrollo agrupan un conjunto de tros-
tado_ Así, el Centro para el Coritrol y la Prevención de Enfermeda-
tor11os que presentan las siguientes característicos: (a) afectan al
des <CDC) de Estados Unidos encontró en 2014 una prevalencia de
comportamiento y la cognición: (b) sus manifestaciones se inician
un/a niño/a por cada 59 niños/as (que supone una prevalencia de
en el período del desarrollo (infancia-niñez); (c) causan dificultades
1.9%), a la edad de ocho años; lo q_ue indica un incremento notable
en lo adq_uisición o ejecución de funciones intelectuales, mofrices,
respecto al estudio anterior de 2012, q_ue estimaba una prevalencia
del lenguaje o socialización, y (d) su etiología es compleja y desco-
de un/a niño/a por cada 68 niñas/as (Acosta et al., 2016). Por otra
nocido en lo mayoría de los casos.
parte, lo media de edad en la q_ue se realiza el diagnóstico es de 52
meses <más de cuatro aíiosl. Artigas-Pallares (2011) ha precisado q_ue Jos trostorrios del neuro-
desarrollo también tienen en común los siguientes aspectos: (o} los
Las razones del aumento constante de la prevalencia en los
síritomas son característicos normales presentes en cualquier indivi-
últimos años no están claros y no se explica solo por las mejoras
duo; (b) !as límites con lo normalidad son arbitrarios; (el no existen
logradas en los procedimientos de cribado y diagnóstico. Tal vez sea
marcadores biológicos; (d) la cornorbilidad es la forma habitual de
debido a una mayor visibilidad social del TEA, a la concienciación
presentarse, y (e) los límites entre estos trastornos pueden ser imper·
de los profesionales sanitarios y de la educación sobre lo impor-
ceptibles.
tancia del diagnóstico y tratamiento precoz; o finalmente a q_ue
en realidad la prevalencia del TEA ha aumentado por otros causas En niños con TEA se han encontrado tosas de un 70% con
q_ue todavía no conocemos, entre las q_ue se citan la influencia de trastornos clínicamente diagnosticados, teniendo el 40% más de
factores ambientales <Pino-López y Romero-Ayuso, 2013l. un trastorno comórbido asociado <Simonoff et al., 2008). Los más
frecuentes so11: el trastorno de ansiedad, el trastorno de déficit de
Poro ver los cifras, en constante cambio, sobre la prevalericia del
atención con/sin hiperactividad <TDAHJ y el trastorno negativista
TEA en España, aconsejamos al lector q_ue consulte la página Web
desafiante CLeyfer et al, 2006L
de Autismo España <www.autismo.org.esl.
Sin embargo, en lo práctica clínico, existen ciertas dificultades
a la hora de diferenciar el TEA de otros cuadros clínicos, particular-
B. Curso evolutivo mente trastorrios del neurodesarrollo como: la discapacidad intelec-
El TEA es un trastorno de evolución crónica q_ue persiste hasta la tual CDD, el trastorno de déficit de atención con/sin hiperactividad
muerte de la persona. No obstante, en comparació11 con lo investi- (TDAHl, el trastorno específico del lenguaje {TELJ, el trastorno de
gación realizada en niños, hoy muy pocos estudios sobre personas la comunicación social (pragmático), etc.; siendo más complicado,
adultas y ancianos afectadas por el TEA, lo q_ue limita tener uno cuarido debe valorarse antes de los tres años, debido o lo comorbili-
visión mós completa de este trastorno a lo largo del ciclo vital de dad frecuente q_ue puede haber entre estos trastornos
la persono q_ue lo padece. Así, sabemos q_ue en la vida adulta los a. Discapacidad intelectual
trastornos mentales más frecuentes q_ue sufreri las personas con TEA
son los trastornos del estado de ánimo (depresiónl y los trastornos Existe una alto comorbilidad entre el TEA y la discapacidad inte-
de ansiedad. En general, los trastornos comórbidos están i11fradiog- lectual, sobre todo en edades tempranas del desarrollo del niño. De
nosticados en el TEA. hecho, como ya hemos comentado la CIE-11 establece pautas para
distinguir entre TEA con y sin discapacidad intelectual (Figura 15.D.
Al TEA sin discapacidad intelectual se le denomina TEA de «alto
V. Diagnóstico diferencial, funcionamiento».
El DSM-5 también reconoce expresamente q_ue la discapacidad
comorbilidad y características intelectual y el TEA con frecuencia coinciden En los niiios con TEA
transdiagnósticas el desarrollo emocional y social estó afectado. hecho q_ue no ocurre
en los niños con discapacidad intelectual, ya q_ue son capaces de
El diagnóstico diferencial del TEA es difícil de realizar parq_ue son expresar sus emociones y a pesar del retraso en el desarrollo del
muchas las enfermedades de base biológica (p. ej., algunas de las lenguaje suelen tener intención comunicativa.
enfermedades raras q_ue se don en la infancia) y ciertos trastornos En el caso de que hoya discapacidad intelectual, el diagnóstico
infantiles, particularmente los trastor11os del neurodesarrollo, q_ue de TEA será adecuado si la interacción social y la comunicación pre-
presentan alta comorbilidod con el TEA. Se hablo entonces del TEA sentan un déficit significativo en comparación con el nivel de desa-

473
Mariu'll de psicopatología. Volurnen ?

)J Tabla 15.6. rriterios d1agn6sticos de la d1sca¡:;acidad contextos y entornos, permaneciendo mudo en otros, pero la inte-
1ntelectual segLJn OSM·5
racción social no está deteriorado, ni tampoco presentan patrones
~-----
de compo1tan1iento de tipo repetitivo o restringidos_ En el TEA el
mutismo suele ser consecuencia de la evitación social y no una res-
1 Lo discapacidad intelectual es un trastorno que comienzo
puesta de evitación ante situaciones de ansiedad. con10 sucede en
durante el período del desarrollo y que incluye limitoc1ottes del
el mulismo selectivo_
funcionamiento intelectual como también del comportamiento
adaptativo en lo conceptual, social y práctico. Se deben cumplir
c. Trastorno especifico de! fenguaje
los tres criterios siguientes:
- - Al igual que el TEA, el trastorno específico del lenguaje (TELJ pre-
A. Deficiencias de los funciones intelectuales, como el senta mucha heterogeneidad, yo que varía de un sujeto a otro. e
razonamiento, la resolución de problemas, lo planificación, incluso en un misma sujeto varía a lo largo de lo vida. Cada persona
el pensamiento ab>tracto, el juicio, el aprendizaje académico con TEL manifiesta características clínicas diferentes en función de
y el aprendizaje a partir de lo experiencia, confirmados la edad, el tratamiento recibido, los estilos educativos familiares y
mediante lo evaluación clínico y pruebas de inteligencia Ja escolarización (Conti-Ramsden et al.. 2006)_ Sin embargo, el TEL
estandarizados individualizados. no suele cursar con «patrones re>trictivos y repetitivos de compor-
tamiento, intereses o actividades», ni la comunicación no verbal es
B. Deficiencias del comportamiento adaptativo que producen tan anormal como en el TEA. En cambio, en el TEA el aspecto menos
fracaso del cumplimiento de los estándares de desarrollo desarrollado es la función progmótica del lenguaje, su uso social; es
y socioculturales para la autonomía personal y la en este aspecto en el que Jos niños con TEA son inferiores o los niños
responsabilidad social. Sin apoyo continuo, los deficiencias con TEL y con discapacidad intelectual.
adaptativas limitan el funcionamiento en uno o más las características que sugieren el diagnóstico de TEA frente
actividades de lo vida cotidiano, como lo comunicación. la a TEL son las siguientes: (a) alterac"1ón pragmática (verbal y no
participación social y lo vida independiente en múltiples verball del lenguaje muy evidente; {b) ausencia de conciencia del
entornos toles como el hogar, lo escuelo, el trabajo y lo «poder del lenguaje» como vehículo de comunicación; (el proso-
comunidad. dia peculiar; <dl ecolalia inmediata o diferida. (e) lenguaje rígido y
aprendido; (f) elección peculiar de palabras (neologismos); (gl com-
C. Inicio de las deficiencias intelectuales y adaptativas durante prensión del discurso más alterada que la expresión; (h) conducta
el período de desarrollo. repetitivo e intereses muy restringidos; (iJ falto de contacto afectivo
y reciprocidad; (jl dificultad para jugar con otros niños, y íkl graves
dificultades de atención_
rrollo de las capacidades no verbales, los habilidades motoras finas o d. Trastorno de la comunicación social (pragmático>
lo resolución de problemas no verbales. Por otra porte, el diagnóstico
de discapacidad intelectual se debe realizar si no existe discordancia El TEA y el trastorno de la comunicación social (TCS pragmático)
entre el nivel de los capacidades comunicativas y sociales con el frecuentemente pueden ser trastornos comórbidos. Hay niños con
resto de las capacidades intelectuales (véase la Tabla 15.ól déficits en la comunicación social y en las interacciones sociales,
pero con ausencia de los «patrones restrictivos y repetitivos de
La evaluación individualizada de las habilidades intelectuales
comportamiento, intereses o actividades» típicos del TEA: en estos
del niño por medio de tests clínicos y psicométricos aporta informa-
casos hay que analizar s·1 se cumplen Jos criterios del DSM-5 para el
ción objetiva (Tabla 15.6, Criterio A> sobre lo posible existencia de
diagnóstico del tra>torno de la comunicación social (TCSl.
discapacidad intelectual. No obstante, el cociente intelectual (Cl)
de lo> niños con TEA es un temo controvertido. Ritvo y Freemon en En el TCS (pragmóticol su característica más habitual es su falta
1978 indican que oprox"1modamente un 60º~ de los niños con TEA de competencia para el uso social del lenguaje verbal y no verbal,
presentan un CI por debajo de 50, un 20% entre 50 y 70, y un 20 % aunque también se puede acompañar de problemas de conducta y
de 70 o más. Estudios posteriores (véase Chormon et al., 20ID sos" trastornos específicos del aprendizaje; en cambio, los sujetos can
tienen que aproximadamente el 50% de los niños con TEA tienen TEA, frente a Jos sujetos con TCS (pragmático), manifiestan «patro-
discapacidad intelectual asociada, aunque en menos del 20 % es nes restrictivos y repetitivas de comportamiento, intereses o activi-
grave <CI < 50J_ Además, hoy poca evidencia de un perfil caracte- dades».
rístico de CI en niños con TEA. No se debe olvidar que el diagnó>tico de TEA prevalece sobre
Lo capacidad adaptativa está afectada negativamente de for- el de res (pragmático), siempre que se cumplan Jos criterios del
ma significativo (Tablo 15.6, Criterio Bl en ambos trastornos, incluso TEA.
en aquellos niños con TEA que obtienen un CI próximo o lo media
del obtenido por los niños neurotípicos. e. Trastornos por déficit de atención/hiperactividad
ITDAHJ
b. Mutismo selectivo
TDAH y TEA son dos trastornos del neurodesorrollo y, como tales,
Cuando analizamos el área del lenguaje, podernos encontrar el son entidades diagnósticas independientes con criterios diagnósti-
trastorno denominado mutismo selectivo que puede llegar o con- cos propios, recogidos en el DSM-5 y !a C!E-11_ El DSM-5 aconseja
fundirse con el TEA. Hay que precisar que en el mutismo selectivo que no se dé el diagnóstíco TDAH a un niño al que se le haya diag-
lo capacidad del hablo del niño está conservada en determinados nosticado TEA_
Capitulo 15. Trastorno rle espectro del autismo

Diversas investigaciones >Ugieren que entre el 41 y el 95 % de los trastorno exclusivo del sexo femenino. yo que solo lo detectó en
niños lOíl TEA tienen síntomas significativos de falta de atención, niños. De hecho, es la segundo causo de discapacidad intelectual
hiperactividad o impulsividad {Antshel y Hier, 2014, levy et al.,1997; en las niñoo después del síndron1e de Down. Si11 embargo, y aunque
Miranda-Cosas et al., 2013; Reiersen et al., 2007: Reiersen y Tadd, en 1974 Rett describió nuevamente más casos del mismo síndrome,
2008)_ No obstante, aunque tengan síntomas similares, la naturaleza no fue hasta 1983 cuando se reconoció su existencia en la literatura
de estos síntomas varío de formo cualitativa y cuantitativa. los niños científica, sobre todo a partir de las publicaciones de Hogberg en
con TEA presentan «patrones restrictivos y repetitivos de compor- las que se describen 130 cosos de niñas comparables a los casos
tamiento, intereses o actividades», en cambio los niños con TDAH descritos por Rett, pero con un seguimiento de más de 30 años
presentan inquietud e irnpulsividad generalizadas. íHagberg et al., 1983). los hallazgos posteriores de Tsai (1992) provo-
Los niiios con TDAH pueden tener comportamientos vinculados caron que apareciese como subtipo del TEA en las clasificaciones
al TEA, siendo los más relevantes las dificultades sociales y de comu- CIE-10 y DSM-!V; sin embargo, en el DSM-5 y en la CIE-11 ha sido
nicación (verbal y no verball. No obstante, hoy que precisar que en excluido del TEA. Se considera una rora enfermedad genético.
las habilidades sociales los déficits no son tan graves ni tan inca- Russell (!999) describe el sínd•ome de Rett como un trastorno de
pacitantes como en el TEA, y salvo algunos casos, habitualmente deterioro progresivo asociado a una ausencia de expresión facial y
los niños con TDAH no suelen mostrar déficits en «comunicación de contacto interpersonal, con movimientos estereotipados, ataxia
no verbal». y pérdida del uso intencional de las monos La existencia de este
los niílos con TEA y TDAH tienen habitualmente dificultades trastorno hace necesario establecer un exhaustivo diagnóstico dife-
poro controlor lo conducta. las personas con TDAH, debido a los rencial sobre todo en el período inicial, cuando puede confundirse
síntomas de inatención, hiperactividad e impulsividad, tienen difi- fácilmente con el TEA, ya que después el curso y características de
cultades en lai; relaciones sociales y experimentan rechazo por parte ambos difieren considerablemente. En el síndrome de Rett, entre
de los compañeros, los enfados y los rabietas van asociadas a la el primer y el cuarto año, puede presentarse una alteración en
impulsividad y el bajo autocontrol, en cambio en los niños con TEA la interacción social, por lo q_ue un número considerable de niñas
las rabietas surgen por la intolerancia a los cambios na esperados. pequeñas podrían compartir criterios diognósticos de TEA_ Una vez
posado dicho período, lo mayoría de las niños con síndrome de Rett
Por otra parte, TDAH y TEA comparten alteraciones en las fun-
presentan una mejoría en las habilidades de comunicación social.
ciones ejecutivas, siendo similares a las que presentan personas con
Solamente se tendrá en cuenta el TEA si se cumplen todos los crite-
daño cerebral o disfunción en la corteza prefrontal. Bausela (2020),
rios diagnósticos del DSM-5
utilizando el BRIEF-P (q_ue evalúa las funciones ejecutivas en nir'ios
de 2 a 5 aiios y que puede ser utilizado por padres y profesores g. Trastorno de movimientos estereotipados
en el proceso de evaluación del funcionamiento ejecutivo en 11iílos
con TDAH y TEA>, encuentra que hay diferencias significativas entre El trastorno de movimientos estereotipados se caracteriza por una
ambos trastornos en flexibilidad (según evaluación de padres y pro- conducta motriz repetitiva, que parece impulsiva y aparentemente
fesores) y control emocional (solo según evaluación de profesores). no propositiva {p. ej., agitar las manos, morderse o golpearse) y la
las dificultades en flexibilidad y planificación se asocian al TEA, presencia frecuente de discapacidad intelectual. Cuando los estereo-
mientras que los déficits en inhibición de respuestas automáticas, tipias motoras están presentes en el TEA, se aco11seja no realizar un
al TDAH. diagnóstico adicional del trastorno de movimierito1 estereotipados
En la revisión de González-Olvera et al. (2013) se analizan los si estos movimientos estereotipados se pueden explicar mejor por
estudios de metaanálisis realizados en TDAH y TEA con téc11icas de el TEA. No abstente, si las e>tereotipios motora> ocasionan lesiones
neuroimagen (estructurales y funcionales). Por un lado, se obser- corporales y son uno de los objetivos del tratamiento, entonces pue-
van convergencias de ombos tros·tornos en circuitos como el dorsal de ser apropiado realizar los dos diagnósticos. Sin embargo, es pre-
atencional, funciones ejecutivas. visual, somotomotor y circuito de ferible no diagnosticar el trastorno de movimientos estereotipados
activación por defecto. Estas similitudes posiblemente expliquen las si se cumplen los criterios para el TEA o lo di1capocidad intelectual.
manifestaciones comórbidas entre ambos trastornos como el déficit
h. Síndrome de Asperger
en la integración de información, motricidad fino y procesos aten-
cionoles específicos. Por otro lado, específicamente en el TOAH, se A pesar de que Hans Asperger describe en 1944 un síndrome con
observon déficlts en el circuito de recompensa y ventral atencional, características muy semejantes al síndrome descrito por Kanner un
sistemas involucrados en la medición de efectos de reforzamien- año antes, no ha sido hasta 1980 cuando la comunidad científica se
to y monitoreo atencional. En el TEA los circuitos más afectados ho interesado por el síndrome de Asperger {Wing y Atwood, 1987).
son los que están implicados en los procesos de cognición social Este síndrome es q,uizás el que más problemas acarrea en cuan-
y lenguaje. lo conclusión de Jos autores es que existen similitudes, to a su validez nosológica. No está demostrado hasta qué punto es
pero también diferencias, en el funcionamiento cerebral de los riiños una entidad diferente del TEA, ya que el DSM-5 lo considera como
con TEA y TOAH. Esta explicaría las manifestaciones clínicas tanto u11 subtipo del TEA, pero lo CIE-11 no utiliza el término síndrome de
convergentes como divergentes de ambos trastornos (para ampliar Asperger y tampoco lo reconoce como trastorno
información, véase el Capítulo 16 dedicado al TDAH)_ Las personas con síndrome de Asperger (SAJ son equiparables
o los TEA de «alto funcionamiento», esto es, sin alteraciones en el
f. Síndrome de Rett
desarrollo del lenguaje ni en la capacidad intelectual. El diagnós-
El síndrome de Rett fue denominado así en reconocimiento al inves- tico del SA req_uiere la manifestación de falta de empatío, estilos
tigador pionero de esta alteración infantil, el neurólogo Andreas de comunicación alterados, intereses intelectuales limitados y, con
Rett, q_ue describió por primera vez el síndrome en 1966 como un frecuencia, vinculación idiosincrática con los objetos. Es considerado
Mof!udl d0 psicopotologío. Volun1en 2

como un subtipo del TEA porque presenta atenuados los síntomas es el diagnóstico principal más probable se vuelve muy importante
principales del espectro autista; en 101 niiios con SA lo odci.uisición poro orientar el trotrnniento.
del lenguaje y el desarrollo cognitivo con frecuencia son normales, Entre las dimensiones transdiognóst1cas destoco la «inloleranc10
y tampoco presentan los graves problemas de comunicación que sensorial» muy común en niños con TEA, TOC, TDAH y otros trostor-
tienen los del subtipo denominado «trastorno autista» <Whoter- 11os infantiles_ También la «Sensación de inacabado», frecuente en
house, 2008) el TOC, puede darse en el TEA sin discapacidad mental o TEA «de
En el síndrome de Asperger, los datos apuntan uno frecuencia alto funcionamiento». Es seguro que en los próximos años el enfoque
niño-niña de 8:1. Es importante destocar que ei síndrome de Asper- transdiagnóstico aportará nuevas perspectivos de evaluación y trata-
ger y el TDAH pueden ser trastornos comórbidos. Sin embargo, resul- miento en el TEA. igual que lo ha hecho en otros trastornos mentoles_
ta necesario clarificar y especificar en el futuro si el SA represento
un subtipo clínico del TEA, o es una categoría diagnóstica completa-
mente diferente del TEA, o simplemente no existe_ VI. Teorías explicativas
f, Esquizofrenia infantil lo causa del TEA es desconocido y como dice u1·0 Frith (2003> su
origen continúo siendo un misterio. No obstante, existen numerosos
La esci.uizofrenia infantil {El) es un trastorno parecido a la esquizo- hipótesis de toda índole, variedad y diversídad: hipótesis genéticas,
frenia del adulto, con la diferencio de que se produce o uno edad bioquímicas, neurológicos, neuropsicológicas y psicológicas <princi-
temprano y tiene un efecto negativo en el desarrollo y en el com- palmente cognitivas y afecti\l{lsL
portamiento del niño. En general, es un trastorno poco frecuente,
iniciándose después de un período normal o casi normal de desarro- Lo que sí está claro es que invocar, como hacían algunos auto-
llo, con presencio de alucinaciones e ideas delirantes, acordes o la res del ámbito de la feorio psicoanalítica hacia 1950, que los padres
edad del niño. Los síntomas de la El también incluyen déficits en las rechazan al hijo porq_ue es un hijo no deseado, es desde todo punto
habilidades sociales y en la comunicación interpersonal, así como lo de vista infundado y quizás cruel. Términos como «madre nevera»
presencio de creencia'i e intereses atípicos que se podrían confundir y «podre ausente» carecen aquí de sentido y rigor. Muchos podres,
con los alteraciones conductuales, sociales y de comunicación que que han demostrado gran habilidad y experiencia en lo crianza de
se observan en el TEA_ Sin embargo, no existen en lo El los graves otros hijos, se sienten desconcertados cuando tienen ci.ue interactuar
déficits en el desarrolla lingüístico y cognitivo que afectan a los TEA con un hijo con TEA, porque o pesar del cariño con que le trotan,
No obstante, existe todavía cierto controversia en lo que respecta el niño ni se comporta ni responde o lo que se espero de un niño
al diagnóstico diferencial de estos trastornos, sobre todo en la edad neurotípico. También este tipo de explicaciones pseudocientíficas
adulto, por lo que parece necesario investigar la comorbilidad de han contribuido o hacer del TEA un mito: «niños sin alma», «niños
los trastornos del espectro de lo esquizofrenia (TEEl y el TEA (Lugo inocentes infelices», etc.
y Alvioni, 2017). El TEA es un auténtico desafío de la neurociencia actual. Se
pienso ci.ue no está provocado por uno único causa, más bien se tra-
J. Trastorno obsesivo-compulsivo to de un trastorno plurietiológico y multifactorial. en el cual vurios
de los factores que favorecen su desarrollo posiblemente son toda-
El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) se manifiesto en niños de
vía desconocidos. Se cree q_ue es el re>ultada final de un proceso
forma similar ol adulto, con predominio de ideas obsesivos y com-
en el que confluyen e interactúan multitud de variables biológicos,
pulsiones q_ue dificultan seriamente la vida del sujeto que lo padece.
psicológicas y ambientales, provocando en el niíío un desarrollo
Por ejemplo. temor extremo o la suciedad o o los gérmenes, temor
retrasado y alterado, favoreciendo así mismo la aparición de los
a la contaminación, necesidad de simetría, orden y precisión, ideas
síntomas del denominado «espectro del autismo».
religiosos relacionados con el pecado y la culpa, etc. En compara-
ción con el TEA, las habilidades sociales y de comunicación en el El DSM-5, como clasificación ateórica con respecto o la etiolo-
TOC no suelen estor ni retrasadas ni alteradas, no suele haber disca- gía, deja abierta lo puerta y en el caso de que se cuente con datos
pacidad intelectual. Tompoco son frecuentes en edades preescolares objetivos, pide especificar en el diagnostico si está osociodo o uno
de los niños con TOC los problemas de socialización, comunicación o afección médica o genética o a un factor ambiental conocidos y
intolerancia a los cambios que presentan los TEA. Los rituales de los también si está asociado a otro trastorno del desarrollo neuro!ógíco,
niiios con roe están asociados a conductos evitoti\l{ls y preocupa- mental o del comportamiento.
ciones excesivos, incluso con sensación de desagrado; en cambio en Las hipótesis explicativas sobre la etiología del autismo se
los niños con TEA los rituales y las conductos repetitivos se viven con pueden agrupar en tres grandes grupos: biológicas, psicológicas y
agrado y suelen ser reconfortantes paro ellos, coso que no ocurre ambientales. El primer grupo hoce referencia a variables biológi-
casi nunca en los niños con TOC. cas, donde los lactare> genéticos juegan un papel muy relevante.
El segundo grupo lo integran hipótesis ci.ue relacionan los aspectos
B. Características transdiagnóstlcas psicológicos <cognitivos, sociales y de comunicación) con el com-
portamiento del niño con TEA. E! planteamiento de los hipótesis
Es obvio que lo mayoría de los trastornos del neurodesorrollo pre- biológicas no conlleva ni el rechazo ni lo negación de las hipótesis
sentan características comunes derivados del retraso y alteración psicológicas y viceversa. Estos dos grupos de hipótesis no son incom-
en el desarrollo. En muchas enfermedades y trastornos infantiles patibles entre sí. pueden complementarse como demuestra la neu-
el desarrollo motor, psicomotor, lingüístico, cognitivo, emocional, y rocienc!a. Hoy un tercer grupo de hipótesis ci.ue alude a la influencia
social está retrasado y, o veces, alterado, es decir que no siguen los de factores ambientales. La actitud con la que debemos considerar
pautas habituales de desarrollo de los niños neurotípicos. Debido a estos hipótesis explicativas ha de ser integradora (Hervás, Bolmoño
ello, hay mucha comorbilidad entre estos trastornos, y saber cuál y Salgado, 2017l.

476
Cdpitulo15. Trastorno del espectro del aution-10

A. Teorías biológicas o conect1v1rlod fvncionol de lo activación entre los zona> frontal y


parietal ero menor en los sujetos con TEA, así mismo los conexiones del
a. Hipótesis genéticas cuerpo calloso eran menos densas en el área de la ;ección lronsversol.
Hoy día se considera que el TEA es un trastorno con una potente Por último, en el grupo de TEA el tamaño de la rodilla del cuerpo
base genética, yo que parece que existen má; de 100 genes en calloso correlacionó con la conectividad funcional lronto,parieiaL
diferentes croniosomos relacionados con el trastorno (Acosta et ol., Los autores sugieren que la base neuroanatómica y neurofisiológico
2016; Geschwind, 2011; Tick et al., 2016 bl. El cromosoma 7 (Santan- de las funciones cognitivas olterodos en el TEA muestra un menor
gelo et al., 2005) y el cromosoma 15 (Dykens et al., 2004) son los grado de integración de la información en ciertos áreas corticales
cromosomas con una mayor vinculación al trastorno_ No obstante, {frontal y parietal, sobre todo), debido a uno menor conectividad
en el TEA se presenta una notoria hetereogenidad genética y proba- introcortical.
blemente distintos modos de transmisión, lo que también favorece
la variabilidad fenotípica (Hervás, 2016J.
Se ha comprobado que las mutaciones o los variaciones estruc- Jl Corteza orbitofrontaL Recibe el nombre de corteza
turales en algunos genes son un factor de riesgo para la aparición orbitofrontal una región de la corteza cerebral la cual far·
del trastorno, además se incrementan mucho las posibilidades de su
rna parte de la corteza prefronlal y que tiene qran irnpor·
aparición cuando existe un hermano con TEA; en el caso de gemelos
monocigóticos el riesgo se sitúa entre 70-90%, en gemelos dici- tancia en la regulación de la conduc¡a social, la toma de
góticos está entre 0-10% y entre hermanos no gemelos es del 4% decisiones y la inhibición de conductas. Se vincula con el
(Qzonoff et al., 20ID. TEA.

b. Hipótesis neuroanatómicas
Los bases neuroanatómicas del TEA no están muy claras, no obstan- Merchán-Naranjo <2016), utilizando imágenes obtenidas con
te, las investigaciones realizadas señalan que existen disfunciones RMI en una muestra de niños y adolescentes con TEA sin discapa-
importantes y significativas_ cidad intelectual, ha encontrado un patrón atípico en el desarrollo
El patrón de crecimiento cerebral es inusual. Del nacimiento de lo girilicación de regiones prefrontales y parietales, pudiendo
hasta los 24 meses presentan un crecimiento acelerado, siendo un reflejar alteraciones en lo moduro-ción cerebral durante el período
período crítico, porque es cuando se produce la formación de los prenatal o en lo infancia temprana. Además, el patrón de girifica-
dendritas, la mielini2oción neuronal y lo sinoptogénesis. En este ción prefrontol izq_uierdo se relaciona con lo difusión radial en el
período, además del mayor tamaño craneal, se produce un incre- fórceps menor del cuerpo calloso, que muestra uno maduración más
menta de lo materia gris en el lóbulo frontal y temporal del cerebro lenta respecto a los sujetos control.
y un mayor número de neuronas en la corteza prefrontol; también
hoy incremento de la materia blanco en los lóbulos frontal y parietal
del cerebro y en el cerebelo ((oLJrchesne et al., 2011l. JlGirificación. Es el proceso por el cual se forman los plie·
Se ha observado en el cerebelo de los niños con TEA q_ue las gucs que son característicos de la corteza cerebral. Las
células de Purkinje son menores en número y tamafio; parece que partes mas elevadas de estos pliegues reciben el nombre
esto característica se presenta en todas las edades y tiene un origen de giros, y las partes más aplanadas reciben el nombre de
prenatal <Bauman et al., 2005l. También la amígdala y el hipocam- surcos. Las neuronas de ta corteza cerebral se encuenlran
po tienen un desarrollo temprano atípico en el TEA CBaran-Cohen et
en una capa niuy delqada llan1ada tnaterla gris, de solo
al. 2000; Schumann y Amoral, 2006l.
entre 2 y 4 mm de grosor, en la superficie del cerebro. La
Mediante técnicas de neuroimogen (sobre todo IRMfl se ha
girificac1ón permite que la superficie de la corteza tenga
encontrado un desarrollo atípico de estructuras del lóbulo frontal
(Carper et al., 2002; Carper y Courchesne, 2005), menor densidad un área más grande y que, por lo tanto, que quepa más
de lo materia gris y un funcionamiento anormal en reglones fron- funcionalidad cognitiva dentro de un cráneo más pequeño.
to-estriotales, fronte-orbitales y cuerpo calloso que generan menor La girificación comienza durante el desarrollo fetal en la
conectividad intercorticol-intracorticol y se relacionan con altera- mayor parte de los mamíferos.
ciones en las funciones ejecutivas (Gonzólez-Olvera et al., 2013; Just
et al., 2007; McAlonon et al.. 2005; Schmitz et al., 2006l. En este
campo las investigaciones son coda vez mós numerosos, debido al
c. Hipótesis bioquímicas
gran impulso que tiene la neurociencia actual. Se ha comprobado
que la corteza orbitofrontal tiene gran importancia en la regula- Lo hiperserotoninemio consiste en una excesiva actividad de la
ción de lo conducta social, lo tomo de decisiones y la inhibición de serotonino, que es una indolomíno localizada en los ganglios peri-
conductas_ Just et al. (2007) realizaron un estudio utilizando !RMf y féricos y en el sistema nervioso central. Lo alteración de la 5-HT
midieron el funcionamiento cerebral durante la realización de una (metabo!íto de la serotonínal cobra uno especiol importancia en
tarea de planificación y organización {test de la Torre de Londres> la producción de los trastornos del desarrollo, ya que participa
en sujetos con TEA y controles neurotípicos. Encontraron q_ue en en la neurogénesis de los primeros meses de vida embrionario.
ambos grupos se activan las mismos áreas corticales en niveles A nivel bioquímico en el TEA parece que existen anomalías en lo
similares; sin embargo, hubo indicios de infraconectividod en el gru- síntesis de la serotonina q_ue afecta a la formación de diversos áreas
po con TEA. También. observaron que el grada de sincronización corticales del cerebro (Chondana et al., 2005).
Mariual de psicopaloluqL:?. Volun1en 2

B. Teorias psicológicas tan los sujeto~ con TEA a nivel de lo ToM pueden estar relacionadas
con alteraciones en el funcionamiento ejecutivo {Pelhcano, 2010).
Existen diferentes teoría> psicológicas que han intentado explicar
los síntomas primarios que defiílen el TEA. Yo Konner en !9ll3 des- b. Lo teoría de fa coherencia central débil
cribe como los niños con TEA pasan mucho tiempo solos, aislados,
sin contocto, ni comunicación con los demás; constato que tienen Esta teoría fue propuesta por Frith (19891, debido o las insuficiencias
muchos dificultades para relacionarse con sus padres, familiares y de la ToM para explicar los síntomas del TEA. Frith (1989) denomi-
demás personas; par todo ello postula que la naturaleza del TEA na «coherencia central» a la capacidad de integrar información
se debe principalrnente a un conflicto de tipo ps1coafectivo (véa- teniendo en cuenta sus características generales y contextuales_ Las
se Gorcía-Villomisor y Polaino-Lorente, 2000; para uno revisión del personas con desairollo neurotípico poseen la tendencia natural a
procesamiento emocional en el TEAl. En la actualidad las teorías integrar lo información que perciben en un todo, sin embargo, en
psicológicas sobre el TEA son muy variados y tienen que ver con los las personas con TEA lo «coherenc'ia central» está alterada. Las
modelos psicopatológicos, fundamentalmente el cognitivo y el con- personas con TEA se caracterizan por su gran dificultad en conectar
ductual; también el modelo neurops-icológico tiene gran relevancia e integrar información diversa q,ue- permite construir un significado
por sus aportaciones en la alteración de las funciones ejecutivos_ global o general dentro del contexto, ellos ven el mundo de manero
Entre las teorías actuales destacan: la teoría de la mente, la fragmentada. fijándose mucho más en los detalles que en el con-
teoría de la coherencia central débil la teoría de la empatía-siste- junto. A Ja falta de influencia del contexto y la escasa motivación
rr1otízación, la teoría de la disfunción ejecutiva y la tearia magno- paro buscar un significado global o general se le llamo «coherencia
celular. Ninguna teoría e;; completa, ni explica satisfactoriamente central débil», y es, según Frith, una de las principales caracterís-
los síntomas principales del TEA. Además, algunos de estas teorías ticas de los personas con TEA. Esta forma de percibir la realidad
(p. ej., lo teoría de la mente) también se aplican en otros tra5tor11os provoco dificultades importantes en el área social y emocional,
del neurodesarrollo, especialmente al TDAH. puesto q,ue existen numerosas claves en el entorno q_ue nos ayudan
o desenvolvernos y relacionarnos de formo adecuada en contextos
a. La teoría de la mente interpersonales y sociales. Los personas con TEA no son capaces de
codificar dichas claves, la atención q_ue prestan hacia los pequeños
La teoría de la mente (ToM, por sus siglos en inglésl estudia las
detalles es una característica negativa que les dificulto percibir los
habilidades cognitivas que permite11 a uno persona comprender y estímulos de forma global.
predecir los estados mentales de otras personas, es decir, cómo
las perso11as piensan, sienten y actúan. Lo teoría hoce referencia Happe y Frith {2006l consideran que el procesamiento visual y
a la habilidad que tienen las personas para representar los estados auditivo en los TEA esto alterado. En el procesamiento perceptivo
mentales de las demás; esto implico la capacidad poro comprender de los personas con TEA es frecuente encontrar uno tendencia a
y predecir las conductos de otros personas, así como sus creencias priorizar los detalles sobre el procesamiento global de los estímulos_
e intenciones. E5to capacidad se desarrolla en los primeros estadios otra característico perceptivo frecuente en el TEA es la hiper/hipo-
del desarrollo infantil. y entre los cuatro y cinco años ya parece rreactividad o Jos estímulos sensoriales, que ha sido relacionada con
estar consolidado. Una persona que carece de Ja teorio de lo mente lo presencia de intereses inhabituales y restringidos hacia aspectos
percibe el mundo de manera confusa y temerosa, lo que le lleva a sensoriales del entorno (Criterio B del DSM-5 paro el TEAL
aislarse de la sociedad Así pues, según lo teoría de la «coherencia centro! débil»,
La aplicación de la ToM al TEA fue propuesta por Baron-Cohen, los personas afectadas con TEA tienen problemas para integrar lo
Les!ie y Frith en 1985. Consideran que esta capacidad está alterada información en un todo coherente. de forma persistente se centran
(Jo llaman «ceguera mentol») en las personas con TEA. aunque con en los peq_ueños detalles y 110 saben distinguir lo relevante de lo
diferentes grados de afectación en codo persona; no obstante, casi irrelevante.
todos presentan graves problemas a la hora de atribuirse estados Además, la teoría considera que una «coherencia central débil»
mentales o sí mismas y o los demás, lo que repercute negaf1va- explica las capacidades y el rendimiento en toreas cognitivas de las
mente en sus habilidades sociales y de comunicación (Boron-Cohen personas con TEA que no pueden ser explicados por la ToM. Por
et al. 1985); también repercute negotivomente en su capacidad de ejemplo, lo elevado capacidad de los sujetos con TEA para memori-
adaptación <Baron-Cohen, 2010al. Lógicamente lo ToM se relaciona zar listas de palabras, repeticiones de frases sin sentido. ensambla-
sobre todo con el Criterio diagnóstico A del DSM-5 para el TEA: do de rompecabezas de un elevado número de piezas por la formo,
«Deficiencias persistentes en Jo comunicación social y en lo interac- reconocimiento de coros invertidas; y también los dificultades en
ción social en diversos contextos». memoria de frases, ensamblado de rompecabezas por el dibujo y
Los estudios de la ToM son muy numerosos en niños con TEA y, reconocimiento de caras en posición normal
dado que estas niños tienen un problema específico para compren- Aunque existe evidencia empírico parcial a favor de la teoría,
der los estados mentoles de las personas, el TEA podría considerarse también se han constado sus insuficiencias, ya que no logro explicar
como un trastorno del procesamiento cognitivo. la totalidad de las características cognitivas y conductuales del TEA
Se han realizado algunos estudios de 11euroimagen ORMf) para <Happé y Frith, 2006J_ Hay estudios en los que se ha encontrado
investigar el funcionamiento de las redes corticales de lo ToM en poco o nulo relación entre el desempeño de sujetos con TEA en
el TEA. En el estudio de Kana et al (20091 las alteraciones encon- tareas de ToM y tareas que miden «coherencia central» <Beaumont
tradas son compatibles con una disfunción frontal. En otro estudio y Newcombe, 2006; Pellicano et ol., 2006l. Tampoco se ha encon-
(Kona et al., 2014) las '1máge11es con tensor de d'1fusión (DTI> mues- trado relación entre el desempeño en tareas de «coherencia cen-
tran una reducción significativa de lo sustancia blanca en el lóbulo trab> y lo presencia de conductos repetitivos, y disfunción ejecutiva
temporal. Tambif!n se ha propuesto que Jos dificultades que prese11- <Pellicano, 2010; South, Ozonoff y McMahon, 2007)_ En lo actualidad

478
Capitulo 15. Trastorno del espectro del o:iut1sn10

se cons•dera la «coherencia ceritral débil» como uno característico nales que tienen se deben a uno capacidad de sistematización que
cognitivo del TEA que reduce lo integración globol del procesa- incluso puede ser superior a lo de sujetos sin TEA (Baron-Cohen,
miento de lo información (Booth y Happe, 2018J, pero hay que tener ZOIOa; 2010bl
en cuenta que también se do, incluso de forma más acentuada, en Entre los fortalezas de la teoría hay q,ue destacar qye identifico
otros trastornos del neurodesarrollo como el síndrome de V\l'illiams dos dimensiones que se relacionan con los dos criterios diagnósticos
{Bernardino et al., 2012)_ más importantes del TEA, según el DSM-5: (AJ déficit socml y de
comunicación; (Bl intereses restringidos/conductas repetitivas_
c. La teoría de Ja empafía-siste1natízaciórJ
Las dificultades en la comunicación social se explicorian por
Esta teoría fue propuesta por Boron-Cohen (2009l en un intento de una empatía por debajo de la media, en tonto QLIE' la capacidad de
encontrar una teoría explicativa del TEA q,ue integrara los hallazgos sistematización por encima de la media explicarlo la manifestación
de las teorías cognitivas formuladas previamente y las aportaciones de intereses restringidos, las conductas repetitivas y la resistencia al
mós reciE>ntes de la neurociencia. La teoría tiene dos dimensiones: cambio. Lo combinoción baja empatía y alta sistematización puede
empatía y sistematización. favorecer lo aparición de los síntomas del TEA.
La empatía es la capacidad de ponerse en el lugar del otro, de Entre los debilidades de la teoría, ta más importante es que
percibir y entender su manera de pensar, sentir y actuar. Consiste tal vez, en rigor, solo se puede aplicar en las personas con TEA de
también en comprender a una persona desde su propio punto de «alto funcionamiento» o síndrome de Asperger, ya que su conducta
vista. La empotía nos ayuda a saber relacionarnos con los demás. ritualista puede ser entendido como una necesidad de sistemati-
Lo empotía tiene dos componentes: uno cognitivo (el saber qué zación fuerte, sin embargo, en el «trastorno autista» no todos Jos
pienso uno persona) y el otro emocional (el saber cómo se siente conductas rituali>tas o repetitivas son explicadas satisfactoriamente
eso personal. En las relaciones humanas el componente cognitivo desde la sistematización.
precede al componente emocional. El componente cognitivo se Boron-Cohen para explicar el TEA completa su teoría de la
identifica con lo q,ue se ha denominado teoría de la mente (ToMl, empatía-sistematización con lo ayudo de la hipótesis de cerebro
es decir, hay que entender lo que el otro piensa antes de reaccio- masculino extremo (Boron-Cohen et al., 2005). Esta hipótesis plan-
nar emocionalmente. Lo empatía (cognitiva y emocionall lleva a los tea que el perfil cognitivo de las personas con TEA es coracterísti-
personas a comportarse y relacionarse de uno manero apropiado can1ente «masculino», ya que en lo población general los varones
(Baron-Cohen. 2009, 2010bl. puntúan significativamente más alto que las mujeres en las pruebas
Gracias al desarrollo de la empatía, el niño desde muy pequeiío que implican sistematización, y significativamente más bojo en las
es capaz de compartir la experiencia cognitivo y emocional con pruebas de empatía. A la inverso, las mujeres son significativamente
los otros; también le sirve para predecir y anticipar la conducta mejores que los varones en pruebas de empatio y peores en pruebas
de los demás. La investigación en neurociencias demuestro que la q,ue implican sistematización, aunque es algo modulado tanto por
capacidad de relacionarse y comportarse de manera empático tiene las normas culturales como por la motivación individual. Desde esto
su correlato anatómico-fisiológico en los «neuronas espejo», un sis- perspectivo el TEA se considero como un trastorno predominante-
tema de redes neuronales que hay en el cerebro. Este sictema pue- mente masculino (Baron-Cohen, 2010a, 2010b, Van Wijngoarden-
de considerarse el soporte biológico de la empatío_ Los «neuronas Cremers, 2014). Hoy datos que presentan algunas evidencias en este
espejo» favorecen el desarrollo de la capacidad de comunicarnos y sentido: las mujeres cuyo anatomía cerebral es más parecida a la
relacionarnos con los demás. a lo vez q_ue nos permiten ponernos en típica del hombre, cuando se las compra con los que presentan uno
el lugar del otro (Gallese, 2001; Vera, 2012). anatomía cerebral típicamente femenina, tienen el triple de posibi-
En tas personas con TEA los niveles de empatía están por debajo lidades de padecer TEA <Ecker et al., 2017). Hay también evidencias
de la media de los sujetos neurotípicos. Si la empotía es la primera sociales: investigaciones cuoli·~ativas han encontrado que las niílas
dimensión psicológica que explico el TEA, la segundo es Jo siste- y mujeres con TEA prefieren relacionarse con niños y hombres, en
mof1zadóri. vez de relacionarse con otras mujeres {Bargiela et al., 2016), además
no se identifican con los criterios característicos habituales de lo
La sistematización implica la búsqueda de reglas por las que se
feminidad de nuestra sociedad occidental (Kanfiszer et oL 20!7l.
rige un sistema paro poder predecir sus cambios_ Algunas conductos
típicas que muectran las personas con TEA y q,ue estarían relaciona- La teoría de Boron-Cohen sobre el TEA ha propiciado numerosas
das con uno buena capacidad de sistematización serían, por ejem- investigaciones y ha sido un revulsivo en un campo dominado por
plo, la obsesión con horarios y calendarios, hacer girar reiteradamen- las teorías dinámicos. También ha suscitado muchas críticas, ligadas
te un objeto, la atención a pequeiios detalles, repetir frases, golpear fundamentalmente a lo validez de constructo de las dimensiones
superficies, dejar que se escape areno entre los dedos, oler a lo vinculadas con el modelo teórico_ Tampoco hay q_ue olvidar que las
gente o comer lo mismo una y otra vez. En el síndrome de Asperger teorías cognitivos del TEA frecuentemente olvidan que el lenguaje
la sistematización se podría ver reflejada en llevar siempre la misma es un poderoso instrumento de socialización, su alteración y retraso
ropo o insistir en hacer lo mismo todos los días (Boron-Cohen, 2010aJ. puede influir negativamente en los procesos de desarrollo cognitivo
En los sujetos con TEA la capacidad de sistematización suele estar en y social de lo persona.
la media o por encima de la media, cuando se les compara con con-
troles neurotípicos {Baron-Cohen, 2009; Baron-Cohen, 20100. 2010bl_ d. Alteración de Jos funciones ejecutivas
Así pues, la teoría de lo empatía-sistematización de Baron- Las similitudes q,ue se pueden observar en el comportamiento entre
Cohen atribuye que los dificultades que tienen los sujetos con TEA los pacientes con lesiones en el lóbulo frontal y los personas con TEA
paro comunicarse e interactuar socialmente son debidas a retrasos llevan a plantear lo teoría de la disfunción ejecutiva como posible
y déficits en la empatía, en cambio ciertas habilidades excepcio- hipótesis explicativa del TEA <Hughes y Russell, 1993; Ozonoff, Pen-
f\.~;inual de psicopatolog1a. Volurnen 2

nington y Rogers, 199lJ lo teoría >ostiene quP las alteraciones en lo (Yerys et al, 2007l. Sin embargo. a partir de la diferenciación entre
conducta social y no social de las personas con TEA son un reflejo de funciones ejecutivas cálidas y frías. existe la idea de ctue en el TEA
un défici1 ejeculivo ligado a una disfunción de los lóbulos frontale1 puede existir un d€ficit primario en las funciones ejecutivas cálidas
(fishe1 y Happé, 2005: Ozonoff, 19950; Russell, 1999J. y secundolio en los fríos (Jodra, 2015; Zelozo y Müller, 2002).
Las funciones ejecutivos mós estudiadas en niños en relación Por otra parte, el trobajo de Sachse et al. 12013¡ solo constata
con el TEA son la flexibilidad cognitiva, la memoria funcional y el pequeñas dificultades en funciones ejecutivas en adolescentes con
control inhibi1orio {Qzonoff, et al., 2004; Bouselo, 2020). La flexibi- TEA de «alto funcionmn1ento» cuando se les compara con controles
lidad cognitiva hace referencia a pensar de manera flexible sobre neurotípicos. En cambio, el trabajo de Merchán-Noranjo (2016) pone
algo, incluyendo ver las cosas desde otro punto de vista. La memoria de relieve que los niños y adolescentes con «TEA-sin discapacidad
funcional ayuda a mantener información en lo mente y trabajar con intelect1.1a!» presentan dificultades en funciones ejecutivas, a pesar
ella, como cuando sumamos mentalmente dos números. El control de tener un CI igual o superior a la media de los sujetos neuroti-
inhibitorio implica evitar reacciones impulsivos y resistir lo distrac- picos. Además, señalo ctLie el CI normal, medido con los escalas
ción. Estas funciones suelen estar alteradas en los niños con TEA. Wechsler, puede ocultar dificultades cognitivas potencialmente
Lo disfunción ejecutiva que afecto a las personas con TEA se relevantes para el rendimiento académico y para saber afrontar los
relaciona con algunos de los síntomas principales del trastorno problemas de lo vida diaria.
corno son los intereses restringidos. la conducta compulsiva, las este-
reotipias y rituales motores, la dificultad poro focalizor lo atención,
Ja escasa habilidad para planificar y organizar sus actividades, la ]! Funciones ejecutivas cálidas y frias. Las funciones eje·
falta de empatía, flexibilidad y autocontrol, la pobreza afectiva y las cutivas cálidas son las que usamos en situaciones donde
reacciones emocionales inapropiadas ante los cambios del entorno las emociones estiin a flor de piel [p. ej., autocontrol, pen-
(Brodshaw, 2001; Bausela, 2020; Gutiérrez, 2014-; Jofro, 2015; Mar- samiento flexible]. Las frías son las que utilizamos cuando
tos-Pérez, 2008l. Todo ello guardo cierta similitud con el síndrome las ernociones no son un factor importante [p. ej., recordar
disejecutivo propio de las lesiones frontales del cerebro. pero en el
una llsla de núinerosj.
TEA no se da por lesión, sino por la falta de un adecuado desarrollo
evolutivo de las funciones ejecutivas.
Merchán-Naranjo (2016l en un estudio llevado a cabo con nii'ios
y adolescentes con «TEA-sin discapacidad intelectual», encontró e. Teoría mognoceJuJar
ctue el grupo con «TEA-sin discapacidad intelectual» obtuvo un ren- Esta curiosa teoría sostiene ctue el TEA se debe a una disfunción
dimiento significativamente inferior al grupo de control (sujetos neu- específica en una de las vías visuales del cerebro responsable de
rotípicos sanos) en todos los dominios cognitivos evaluados {aten- procesar el movimiento: la vía magnocelular, en cambio la vía par-
ción, memoria de trabajo, fle~ibilidad cognitiva, control inhibitorio vocelular está preservado <Davis et al., 2006; Pellicano et al., 2005;
y solución de problemasl. Además, estas d1ferenc1as se mantienen Pellicano y Gibson, 2008; Spencer y O'Brien, 20061.
cuando los análisis se realizan controlando el cociente intelectual La teoría magnocelufar es una teoría psicológica debido a que
((Il. Este estudio pone de relieve que los niños y adolescentes con
se ha puesto a prueba mediante técnicas psicológicas. Por ejemplo,
«TEA-sin discapacidad intelectual», a pesar de tener un CI nor-
se ha utilizado la prueba de los destellos luminosos <en lo ctue se
mal, tienen dificultades para transformar y manipular mentalmente pasan rápidamente, uno a uno, cuatro cuadrados, y el sujeto debe
información verbal, presentan mayores latencias de respuesta, más reconocer y nombrar cuándo ve aparecer 1.1n nuevo cuadrado) y se
problemas atencionales y problemas en lo inhibición de respuestas
ha encontrado que los sujetos con TEA reaccionan más lentamente
automáticas, así como en la solución de problemas. ante el cambio. La teoría asume que fa tendencia en el TEA a evitar
También se ha relacionado !o ToM con las funciones ejecutivas. todo estímulo en movimiento se debe a que no pueden procesarlo
El estudio longitudinal de Pellicano (2010) encontró una relación adecuadamente, de ahí surge la hipersensibilidad sensorial que tie-
entre el funcionamiento ejecutivo de nii'ios (flexibilidad cognitiva, nen estos niños (Baron-Cohen, 2010al.
memoria funcional y control inhibitorio} y el rendimiento en tareas
La teoría magnocelular ha sido objeto de múltiples críticas,
de ToM (comprensión de falsa> creencia>), dicha relación era inde-
sobre todo por los defensores de las hipótesis cognitivas. Boron-Co-
pendiente de la edad, el idioma, la inteligencia no verbal y habili-
hen (2010al critico la importancia que la teoría concede al compo-
dades previas de ToM.
nente visual, ya que la hipersensibilidad de los niños con TEA puede
En el trabajo de Kimhi et al. <2014-l se estudiaron las diferen- afectar a todas las modalidades sensoriales. También afirmo que
cias en medidas de funciones ejecutivas (planificación y flexibilidad a los nii'ios con TEA les atraen los objetos que se mueven cuando
cognitiva) y ToM (toreo de falsos creencias) en un grupo de niños siguen patrones previsibles. Estos y otros datos no concuerdan con
con TEA y un grupo de niños con desarrollo neurotípico con edades los supuestos de la teoría magnocelular
comprendidas entre los tres y seis años. Se encontraron diferencias
significativas en la mayoría de las medidas de función ejecutiva y
ToM, a favor de los nii'ios con desarrollo neurotípico. Las habilidades C. Teorías ambientales
de planificación y flexibilidad cognitiva, así como las habilidades Pese o que no hay una teoría ambiental propiamente dicha sobre
verbales, contribuyen significativamente a explicar la varianza en el origen del TEA, ha crecido considerablemente el reconocimiento
los medidas de ToM. de la importancia que los factores ambientales pueden tener en el
Algunas investigaciones sobre los déficits ejecutivos en el TEA origen y desarrollo del trastorno. Los factores ambientales aumentan
concluyen que dichos déficits no son primarios, sino secundarios el riesgo y favorecen la vulnerabilidad de sufrir el TEA.
Capitulo 15. Trasrorno del e~pectro del aui:1s1no

E11 neurouenc1a, «ambiente» se refiere a cualquier voriabie ren la portic1pac1ón de factores ocupoc1orioles en el origen df'I l ~A
externo a nuestro cuerpo que puedo afectar a la salud. El aire que {Pino-López y Romero-Ayuso, 2013i.
respiramos, el agua que bebemos. los alimentos que cornemos, los En conclusión, a pesar del avance conseguido en los últimos
medicamentos que tomamos y otras muchas cosas pueden afectar años en el TEA, no hay uno teoría integradora que una todos los
negativamente a nuestro cuerpo y poner en peligro nuestra salud. En hallazgos encontrados en los numerosos estudios realizados, tal vez
el caso de los niños, el ambiente también incluye la edad y profesión porque el perfil de los niíios con TEA es muy heterogéneo. con gran-
de los podres, las enfermedades de la madre y los fármacos que des diferencias de unos sujetos o otros. Teorías actuales como el
toma, las posibles complicac1ones durante el embarazo y el parto; neuroconstructivismo pueden aportar uno visión integradora muy
todo elio puede influir en el crecimiento y desarrollo del niño. interesante. El neuroconstructivismo postulo que el desarrollo cog-
Como hemos mencionado anteriormente los estudios con her- nitivo se debe a la interacción entre el crecimiento estructural del
manos y gemelos sugieren un componente genético en el origen cerebro y el ambiente. Es uno teoría holíst1co que permite enten-
del TEA, pero esto no explico el crecimiento actual del trastorno, ya der mejor las relaciones e interacciones de los niveles biológicos
que el TEA de origen genético solo comprende un 25 % los casos. En y cognitivos que están afectados en los trastornos del desarrollo
muchos niños con TEA hoy que pensar q_ue además del componente <Mareschol et al., 20070; Moreschal et ol., 2007b). Lo investigación
genético puede haber un componente ambiental, algo que ocurre tiene lo palabra.
con más frecuencia en el embarazo. en el parto o en algún momento
posterior (Colvert et al., 2015l.
Poro Hallmoyer et olt. (2011l el componente ambiental tiene VI l. Recomendaciones para la
un peso mayor q_ue el componente genético. Sm embargo, Tick et evaluación y el tratamiento
al. (2016al realizaron un metaanálisis que incluía siete de los tre-
ce estudios realizados sobre gemelos con TEA (seis estudias fueron En los niños con TEA es aconsejable que lo evaluación, e! diagnós-
excluidos por problemas en la selección de los muestras y por otros tico y e) tratamiento se hagan lo más temprano posible. Hoy una
aspectos metodológicos). Llegan a lo conclusión de que el TEA se estrecha relación entre maduración, desarrollo cerebral y potencial
debe o causas genéticos y q_ue los influencias ambientales solo se de aprendizaje. Durante los primeros años de vida el cerebro crece
manifiestan si la definición de TEA es muy estricto. La opinión de los con asombrosa rapidez. Debido a lo plasticidad cerebro/, las redes
autores es que alguno forma de disfunción biológica, normalmente neuronales se forman a una velocidad q_ue no volverá o repetirse en
en el período perinotal, predispone de formo intensa al desarrollo lo vida, lo q_ue afecto profundamente al desarrollo motor, cognitivo,
del TEA. No obstante, ounq_ue los estudios en gemelos sostienen lingüístico, emocional y social del niño, influyendo en su capacidad
q_ue ambos componentes (genético y ombientall están presentes en para aprender y relacionarse con los demás.
los niños con TEA. poro el grupo de Tick el componente genético En los niños con retraso y/o alteración en el desarrollo es siem-
parece tener mayor peso q_ue el ambiental. pre aconsejable realizar una evaluación clínica integral. El diagnósti-
Por otra porte, los estudios con gemelos no siempre suelen tener co del TEA requiere una completa y detallada anomnesis que inclu-
en cuento que ambos tipos de factores, genéticos y ambientales, ya los antecedentes familiares, los eventos prenatales. perinatoles y
pueden interactuar entre sí. Precisamente la epigenética es la dis- postnatales, el desarrollo físico, motor, psicomotor, lingüístico, cog-
ciplina que estudia los relaciones de interacción entre genética y nitivo, afectivo y social del niño. Son necesarias numerosas pruebas:
análisis clínicos, pruebas genéticas, pruebas de laborator10 y de
ambiente, y pudiera ser que determinadas exposiciones ambien-
neuroimagen. La necesidad de hocer un diagnóstico diferencial del
tales, que pueden ser diferentes en cada gemelo, favorezcan el
TEA con los distintos frastornos del desarrollo requiere de numerosas
desarrollo del TEA en individuos que tienen uno particular dotación
profesionales. Además, lo evidencia empírica sugiere q_ue tonto la
genética, un genoma determinado y una cierto predisposición al
demora en el diagnóstico como en el tratamiento del TEA pueden
trastorno. Por ello, es importante identificar los factores ambien-
empeorar el pronóstico, y o pesar de los avances científicos, aún
tales q_ue incrementan el riesgo de sufrir TEA, y son los estudios
no existen marcadores biológicos paro establecer un diagnóstico
epigenéticos los que permitirán identificarlos y conocerlos, así como definitivo de TEA; por lo tanto, el diagnóstico sigue siendo clínico,
abordar su posible prevención y tratamiento. en el ámbito de lo posible y lo probable (Canol-Bedia et al.. 2006).
En todos los trastornos del neurodesorrollo es importante tener Por otra porte, dado que el TEA se origino en las etapas iniciales
en cuenta los condiciones de salud del niño (nutrición, vacunos, del desarrollo, es muy importante realizar un diagnóstico precoz
enfermedades físicos padecidas, pautas de crianza, etc.), pero tam- paro iniciar cuanto antes uno intervención temprana, buscando
bién las condiciones de salud de la madre poro identificar los posi- mejoras significativas en el desarrollo del lenguaje. en el desarrollo
bles factores de riesgo prenatales, perinatoles y postnotales (Lorsson cognitivo y en el desarrollo social del niño {Canal-Bedio et al., 2006).
y Madsen, 2005). En particular hay q_ue tener en cuenta si ha habido
Ante lo sospecha de un niño con TEA se dispone de instrumentos
complicaciones en el embaraza y en el parto (parto distócico, sobre
estandarizados para su evaluación: entrevistas a familias y pruebas
todol y exposición a sustancias tóxicas de los podres.
de observación directa del comportamiento de) niño. Resulta muy
Se han encontrado asociaciones positivos entre TEA e indicado- útil utilizar instrumentos de cribado con adecuado especificidad y
res de estatus socioeconómico de los podres toles como educación, sensibilidad como el M-CHAT (Robins et al., 2001; JIAagán-Magonto
ocupación o ingresos {Durkin et al., 2010). También, entre cierto tipo et oL, 2020; Sánchez-Garcío et al., 2019) q_ue permite identificar a
de exposiciones profesionales como trabajo nocturno, manejo de los niños sospechosos de presentar un trastorno de la comunicación
disolventes y/o campos electromagnéticos. Estos exposiciones pro- y de la socialización q_ue deberían ser objeto de uno evaluación más
fesionales incrementan lo probabilidad de TEA en los hijos y sugie- rigurosa y específica.
lv1anual de psicopatologia. Volurr1en 2

1 Detección precoz

Con diagnóstico o con


olto riesgo de TEA

1 1
1

Orientación conductual '' Duración del ' Participación ' Medidas


y planes de tratamiento entrenamiento de podres de resultado
'

)) Figura 1s.2. Diagnóstico y tratamiento del TEA.

La «e11trevista para el diagnóstico del autismo» ADI-R {por sus o con riesgo de sufrirlos. La atención temprano es el mejor pre-
siglas en inglés) es una entrevista semi-estructurada que se realiza dictor de integracióri y recuperación funcional de niños con TEA
a la familia o al cuidador/a de personas con TEA (Rutter, Le Couteur <Sánchez-Royo et al., 2015!.
y Lord, 2006). Se complementa con la administración de la ADOS-2 El tratamiento integral del TEA abarca intervenciones médicas,
(por sus siglas en inglés) que es una «escala de observación para psicológicas, educativas y sociales No debemos olvidar que al rnño
el diagrióstico del autismo» que se aplica al niño afectado (Lord et con TEA, desde que nace, hay que enseñarle todo. Por ello, se debe
al., 2015). Ambos instrumentos son de gran complejidad en su admi- favorecer el desarrollo de las habilidades necesarias para lo vida
nistración y han sido diseílados especialmente para su uso en inves- diaria, mejorando su calidad de vida y prestando apoyo o lo familia.
tigación. Poro el estudio del cociente intelectual (Cil de las niños
Con relación a qué método y técriicas de intervención son los
con TEA existe una validación española del Autism-Specfrum Quo-
más adecuadas, no existe unanimidad, entre otros razones por la
tient-Shorf{Lugo-Morín, Diez-Villorio, Magán-Mogonto et al., 2019).
gran heterogeneidad de niños con TEA y la gran diversidad de técni~
También se pueden utilizar, en función de los objetivos de lo evalua-
cas de intervención que potencialmente se pueden aplicar. No obs-
ción, tests neurológicos, boterías neuropsicológicas y tests psicológi-
tante, existe un amplio cuerpo de investigación científico dedicado
cos de uso habitual en lo clínico infantil <Denver Test, Escalas Bayley,
o describir y evaluar los diferentes tipos de intervenciones utilizodas
Escalos McCorthy, Peobody Test, WPPSI. WISC, K-Bit, Lurio-Ini-
para aplicar en niños con TEA.
cial, NEPSY, Stroop, Wisconsin Cord Sorting Test, BRIEF-P, etc.l.
Wong et al. (2014-) seflalan que hoy dos grandes modelos de
El uso de los formas abreviados de los escalos Wechs!er de inte-
intervención en el TEA: (ll modelo de intervención globalizada, y
ligencia para valorar el CI en niños y adolescentes con TEA debe
(2) modelo de intervención focalizada. El primer modelo consiste en
realizarse con mucha precaución, yo q_ue estos pacientes presentan
un conjunto de prácticos destinadas o potenciar, en lo medida de
un perfil atípico de inteligencia en estas escalas y las formas abre-
lo posible, el desarrollo global del niño con TEA. El segundo modelo
viadas no resultan fiables. Una valoración neurocognitiva completa
se refiere o intervenciones diseñados para hacer frente o una sola
de pacientes con TEA deberá incluir uno exploración detallado de
habilidad del sujeto con TEA.
funciones ejecutivas que permita incluir en los programas de inter-
vención objetivos relacionados con aquellos dominios cognitivos Los programas de intervención focalizada suelen realizarse
afectados <Merchán-Naranjo, 2016). durante un período de tiempo relativamente corto; las técnicos
empleados en estos programas incluyen el refuerzo y motivación de
En el síndrome de Asperger se puede utilizar lo «Escala autó-
comportamientos deseados y las intervenciones mediados por com-
noma poro la detección del síndrome de Asperger y el autismo de
pañeros: en cambio, los intervenciones globalizados o intervencio-
alto funcionamiento» (Belinchón, Hernández y Sotillo, 2008l y en lo
nes de «marca», denominadas así debido o q_ue son muy conocidos
evaluación de !os adultos autistas en el ámbito laboral resulta útil la
por las siglas de sus nombres en inglés <p. ej., TEACCH. PECS, etc.>,
Childhood Autism Rating Sea/e <García-Villamisar y Muela, 2000).
se realizan durante un período prolongado de tiempo (a menudo un
Ante lo presencio de signos y síntomas de olorma, es necesario año o másl y se caracterizan por la intensidad de su aplicación. Es
realizar estudios más rigurosos y específicos, por ello es recomenda- importante señalar q_ue ambos modelos de intervención incorporan
ble derivar al niño con posible/probable TEA o un Centro de Aten- técnicas cognitivas y conductuales, centrándose directamente en lo
ción Temprana <CATl poro su diagnóstico y tratamiento {figura 15.2). mejora del desorrollo cognitivo del niiíoc de sus habilidades sociales
El diagnóstico clínico del TEA únicamente debe realizarse si se y de comunicación. Muchas de e~as intervenciones, globalizadas y
cumplen los criterios del trastorno establecidos por alguno de los focalizodos, operan bajo los criterios del análisis conductual apli-
sistemas de clasificación como el DSM-5 o/y la CIE-11. cado (ABA por sus siglas en inglés), posiblemente e! enfoque de
Por otra parte, la atención temprana contemplo el conjunto de tratamiento más eficaz en el TEA.
intervenciones dirigidas o lo población infantil de cero a seis años, Debido o lo crecie11te necesidad de desarrollar programas de
a la familia y al entorno poro dar respuesta, lo antes posible, a las intervención basados en la evidencio científica, Matson et al. {2012)
necesidades que presentan los niños con trastornos en su desarrollo realizaron uno revisión sobre la eficacia de los programas de inter-

i
:
Capitulo 15. Trastorno d~I espect;o del au1ismo

vención precoz en el TEA y llegaron a la conclusión de que dos pro- los síntomas, seglm la edad, sexo o comorbilidades existentes_ El
gramas: Ear!y Infensive Behavioral Intervenfion (EJBI/IBD y Picture trastorno constituye un foco de gran interés poro profesionales sani-
Exchange Communicotion System (PECS) son los que cuentan con tarios, educadores e investigador-es.
datos favorables de comprobado eficacia. Hay además programas de Las clasificaciones nosológicos DSM-5 y CIE-11 consideran al
intervención cognitivo-conductual dedicados a favorecer el desarrollo TEA como un trastorno del neurodesarrollo, presumiblemente de
de las habilidades de comunicación y los habilidades sociales con origen biológico, que se manifiesta de forma precoz, siendo fre-
buenos resultados_ También los programas dirigidos a los padres: cuente su aparición en edades 1nuy tempranas (generalmente antes
Parent Implemented I11terventio11 (PIJJ, Focused Playtime !11terven- de los tres años), tiene uno evolución crónica con diferentes niveles
tion <FPil tienen evidencia de eficacia co1nprobodo. Otros progra- de gravedad, según el coso y momento evolutivo de lo persona. El
mas que cuentan con eficacia moderada son SCERTS y TEACCH (por trastorno agrupo un heterogéneo grupo de síntomas, siendo muy
sus siglas en inglés}. La mayoría de !os programas citados tienen frecuentes las dificultades en la interacción social, alteraciones en
sus correspondientes adaptaciones en distintos países, casi siempre las habilidades de comunicación, presencia de «patrones restricti-
promovidas y avaladas por las asociaciones de podres de niños con vos y repetitivos de comportamiento, intereses o actividades» ctue
TEA. En general. estos programas entrenan a los padres para que constituyen el núcleo de lo que se ha dado en llamar «espectro del
participeri eri las terapias y en la educación de sus hijos. autismo».
A pesar de la dificultad paro recomendar un tipa de tratamiento El DSM-5 intenta una aproximación dimensional al TEA y por
u otro, parece ser que las intervenciones combinadas, realizadas ello establece unos niveles de gravedad del trastorno <tUe pueden
en ambientes estructurados, pueden tener un efecto positivo en los ser de utilidad para describir la sintomatología actual, teniendo pre-
niños con TEA, sobretOOo en lo adq_uisidán de nuevas habilidades. sente <tUe la gravedad puede variar según el contexto y fluctuar con
La filosofía actual de intervención aboga por un «enfoque cen- el poso del tiempo.
trado en la persona, plena inclusión». Sánchez-Raya et al. (20151 También hay que destacar que bajo la denominación «trastor-
señalan que la mayor parte de los profesionales defienden que el no del espectro del autismo» (TEAJ, el DSM-5 incluye cuatro subti-
tratamiento debe ser clínico y psicoeducotivo, por tanto, son tam- pos_ trastorno autista, trastorno desintegrotivo infantil, trastorno de
bién muy recomendables los programas educativos escolares orien- Asperger y trastorno generalizado del desarrollo no especificado.
tados al desarrollo de la comunicación y lo competencia social. El perfil de desarrollo evolutivo de estos niños es muy heterogé-
El desarrollo temprano de habilidades sociales permitirá lograr la neo, con grandes diferencias de unos sujetos o otros. No obstante,
inclusión del niño en la comunidad con uno mejor calidad de vida, cuando se les compara con niños neurotípicos, el desarrollo motor,
a
de ahí que objetivo terapéutico se oriente a la aufosufldencia en psicomotor, lingüístico, cognitivo, emocional y social de los niños
la comunicación <lenguaje hablado y escrito), las habilidades de la con TEA no solo está retrasado, sino también alterado. Así mismo, a
vida cotidiana (básicas, instrumentales y avanzadas) y la socializa- pesar de que kis síntomas pueden mejorar o través del tiempo con
ción (habilidades eri los relaciones interpersonales, juego, tiempo intervenciones multidisciplinores. el TEA perdura a lo largo de todo
libre y afrontamientoJ. Es necesario que se realicen de forma perso- el ciclo vital.
nalizada y abarque diferentes contextos como el familiar. escolar,
La CIE-11 coincide básicamente con el DSM-5 en cuanto al
social, laboral; siendo muy importante la colaboración y coordina-
concepto y criterios diagnósticos del TEA, pero presenta algunos
ción interdisciplinar entre los diferentes profesionales y las familias
diferencias, lo más notable es q_ue do pautas paro distinguir entre
<Hess et al. 2008; Mulas et al.. 2010)_
TEA con y sin discapacidad intelectual; por el contrario, el DSM-5
En el coso de n'1ños con TEA «de alto funcionamiento», dado solamente hace referencia o que el TEA y la discapacidad intelec-
q_ue no tienen discapacidad intelectual, se trabajan objetivos rela- tual pueden presentarse juntos.
cionados con la mejora de las habilidades sociales y de comunica-
Se estima ctue la prevalencia del TEA está alrededor del 1% de
ción, así como la superación de su rigidez e inflexibilidad. Al mismo
lo población, siendo su frecuencia similar en niños y adultos. En la
tiempo, es necesario trabajar la regulación emocional y el autocontrol
población general aparece con mayor frecuencia en niños ctue en
por medio de lo relajación, lo identificación de emociones y la preven-
niñas (4:1J. Sin embargo, parece <tUe en los últimos años la prevalen-
ción de conductos inadecuadas (Mortos-Pérez y llorente-Comí, 2013).
cia ha aumentado. Así el Centro para el Control y la Prevención de
La farmacoterapia puede ser eficaz en casos de outoagresio- Enfermedades (CDCJ de Estados Unidos encontró en 2014 una pre-
nes, hiperactividad, comportamientos repetitivos o estereotipados, valencia de un/a niño/o por cada 59 111ños/as (una prevalencia de
'inatención o si existe comorbilidad con otras trastornos, como es el 1,9%), a la edad de ocho años; lo q_ue supone un incremento notable
caso de la on>iedad, la depresión o los trastornos del sueño. respecto al estudio anterior de 2012, que estimaba una prevalencia
de un/a niño/o por cada 68 nifios/as (Acosta et al., 2016l. Por otra
parte, la media de edad en la q_ue ~e realiza el diagnóstico es de 52
VI 11. Resumen de aspectos meses (más de cuatro años).
fundamentales y tendencias Las personas con TEA tienen más riesgo de padecer otros tras,
tornos mentales ciue las personas sin TEA. Los niños con TEA con fre-
futuras cuencia pueden desarrollar también TDAH, trastorno de ansiedad, y
En 19ij3 Leo Kanner definió un cuadro clínico al ctue llamó «autis- trastorno negotivista desafiante.
mo infantil» y que en lo actualidad se conoce como trastorno del En la práctica clínica, existen ciertas dificultades a la hora de
espectro del autismo (TEA, por sus siglos) o trastorno del espectro diferenciar el TEA de otros trastornos del neurodesorrollo, entre ellos
autista. Se considera q_ue el TEA es un trastorno complejo, tanto la discapacidad intelectual <DD, el trastorno específico del lengua-
en relación a su etiología como en lo presentación y evolución de je <TELl, el trastorno de lo comunicación social <pragmático) o el
l\llanual de ps1copatolog12. Volurnen 2

déficit de atención con/sin hiperactividad (TDAH); siendo más com- muy heterogéneo, con grande> diferencia> de unos sujetos o olios.
plicado, cuando debe realizarse antes de los t1es oiios, debido a lo Teorías actuole; como el neuroconstructivismo pueden aportar una
frecuente cornorbilidad que el TEA puede tener con estos trastornos. visión integradora muy interesante.
También se debe hacer el diagnóstico diferencial con el mutismo Por otra parte, en todos los ni11os con ret1aso y/o alteración en
selectivo, el trastorno de movimientos estereotipados, el síndrome el desa1rollo es siempre aconsejable realizar uno evaluación ciínica
de Rett, el trastorno obsesivo compulsivo, la esquizofrenia infantil y integral. También es conveniente que lo evaluación, el diagnóstico y
otras patologías de la infancia. el tratamiento se hagan lo más temprano posible.
Aproximadamente el 50% de los niños con TEA tienen discapa- El diagnóstico del TEA requiere una completa y detallada anom-
cidad intelectual asociada, aunque en menos del 20% la discapa- nesis que incluye los antecedentes familiares, los eventos prenatales,
cidad intelectual es grave (CI < 501. Al margen de las «habilidades peri natales y postnatales, el desarrolla físico, motor, psicomotor, lin-
especiales» que pueden mostrar algunas de las personas con TEA. güístico, cognitivo, afectivo y social del niño. Son necesarias nume-
lo capacidad intelectual es un criterio predictivo de las posibilidades rosas pruebas: análisis clínicos, pruebas genéticas, pruebas de labo-
educativas de los niños con TEA. ratorio y de neuroimagen. La necesidad de hacer un diagnóstico
Por otro porte. se considera que los niños con síndrome de diferencial del TEA con los distintos trastornos del neurodesarrollo
Asperger (SA> son equiparables o los autistas de «alto funciona· y otros patologías infantiles requiere de numerosos profesionales.
miento», es deci1, sin alteraciones en el desarrollo del lenguaje Además, la evidencia empírica sugiere que tonto la demora en el
ni en la capacidad intelectual. El diagnóstico del SA requiere lo diagnóstico como en el tratamiento del TEA pueden empeorar el pro-
manifestación de falta de empatía, estilos de comunicación altera- nóstico, y pesar de los avances científicos, aún no existen marca-
dos, intereses intelectuales limitados y, con frecuencia, vinculación dores biológicos para establecer un diagnórtico definitivo de TEA;
idiosincrático con los objetos. En estos niños lo adquisición del len- por lo tanto, el diagnóstico sigue >iendo clínico, en el ámbito de lo
guaje y el desarrollo cognitivo con frecuencia es normal y tampoco posible y !o probable.
presentan los graves problemas de comunicación que tienen los del La detección precoz del niño con TEA es fundamental para
subtipo denominado «trastorno autista». En el SA las cifras apuntan poder realizar cuanto antes la intervención temprana, tanto en los
uno frecuencia niño-niña de 8.1. La CIE-11 no incluye ni reconoce niños como con sus familias. Ante la sospecha de un niño con TEA
el diagnóstico de síndrome de Asperger. Por ello, resulta necesario se disponen de instrumentos estandarizados para la evaluación
clarificar y especificar en el futuro si el SA representa un subtipo del niño: entrevistos a familias y pruebas de observación directa del
clínica del TEA, como se considera ahora en el OSM-5, o es un tras- comportamiento del riiño. Resulta muy útil utilizar instrumentos
torno diferente, o simplemente no existe. de cribado con adecuada especificidad y sensibilidad como el
Lo causo del TEA es desconocida. Parece que no está provocado M-CHAT.
por una solo causa, más bien se trota de un trastorno plurietiológi- La «entrevista para el diagnóstico del autismo>) ADI-R (por sus f
co y multifactoriol, en el cual varios de los factores que favorecen siglas en inglésl es una entrevisto semi·estructurada que se realiza
su desarrollo posiblemente son todavía desconocidos. También se a la familia o cuidador/a de personas con TEA, se complementa con
piensa que es el resultado final de un proceso en el que confluyen e lo adrninistración de la AOOS-2 (por sus siglas en inglés) que es una
interactúan multitud de variables biológicas, psicológicos y ambien· «escala de observación para el diagnóstico del autismo» que se
tales, provocando en el niño un desarrollo retrasado y alterado, aplica al niño afectado.
favoreciendo así mismo la aparición de los síntomas del denominado
«espectro del autismo».
Ante la presencio de signos y síntomas de alarma del TEA,
es aconsejable realizar uno evaluación más especifica y rigurosa
1
El OSM-5, como clasificación ateórico con respecto o la etiolo- del niño, por lo que resulta recomendable derivarlo a un Centro
gía, deja abierta la puerta, y en el caso de que se cuente con datos de Atención Temprana <CAT> para su diagnóstico y tratamiento. Lo
objetivos, pide especificar en el diagnostico si está asociado a una atención temprana es el mejor predictor de integración y recupera-
afección médica o genética o o un factor ambiental conocidos y ción funcional en niños con TEA.
también si está asociado a otro trastorno del desarrollo neurológico. El tratamiento integral del TEA abarca intervenciones médicas,
mental o del comportamiento. psicológicas, educativas y sociales. No debemos olvidar que desde
Los hipótesis explicativas que imperan hoy día sobre la etiología que nace al niño con TEA hay que enseñarle todo; por ello, se
del autismo se pueden agrupar en tres grorides grupos: biológicas. debe favorecer el desarrollo de los habilidades necesarias paro
psicológicos y ambientales. El primer grupo hace referencia o varia- la vida diaria, mejorando su calidad de vida y prestando apoyo a
bles biológicas. donde los factores genéticos juegan un papel muy la familia.
relevante. El segundo grupo lo integran hipótesis que relacionan los La mayor porte de los profesionales defienden que el trata-
aspectos psicológicos (cognitivos, sociales y de comunicación) con miento debe ser clínico y psicoeducativo. Lo filosofía actual de
el comportamiento del niño con TEA. El planteamiento de los hipó- intervención aboga por un «enfoque centrado en la persona, pleno
tesis biológicas no conlleva ni el rechazo ni la negación de las hipó- inclusión».
tesis psicológicas y viceversa. Estos dos grupos de hipótesis no san Lo intervención psicológica incluye principalmente técnicas
incompatibles entre sí, pueden complementarse como demuestra la cognitivas y conductuoles y el U>O de programas que favore-
neurociencia. Hay un tercer grupo de hipótesis que alude a factores cen la comunicación y el lenguaje. La evidencio científica aconseja
ambientales. lo utilización de intervenciones basadas en el modelo de aná-
A pesar del avance conseguido en los últimos años, no hay lisis conductuol aplicada que incluyo técnicos de entrenamiento
una teoría que una los datos biológicos, psicológicos y ambienta- en comunicación funcional. toma de decisiones, reforzamiento y
les aportados, tal vez porque el perfil de los personas con TEA es extinción. Hay dos modelos de intervención: modelo de interven-
Capítulo 15. 1rastor:-io del espectro del ci1nbn10

ción localizada y modelo de intervención globalizado. Los estudios general, estos programas entrenan o lns parJres para que participen
longitudinales indican q,ue los programas basados en lo in1'erven- en los lerupias y en la educación de sus hijos.
ción globalizado son los más utilizados y los q,ue obtienen mejores El desarrollo temprano de habilidades sociales perm1t1ni logror
resul'lodos durante la pre y post-intervención. las intervenciones la inclusión del niño en la comunidad con una mejor calidad de vida,
combinadas, realizados en ambientes estructurados, tienen un de ahí que el objetivo lerapéuhco se oriente a lo autosuficiencia en
efecto positivo en los niños con TEA, sobre todo en la adq_uisición la comunicación <lenguaje hablado y escrito), las habilidades de lo
de nuevas habilidades vida cotidiana (básicas, instrumentales y avanzadas) y la socializa-
los programas far/y Intensive Behaviorol Intervenfion íEIBI, ción (habilidades en las relaciones interpersonales, juego, tiempo
por sus siglas en inglés) y Picture Exchange Communicotion Syslem libre y afrontamiento)_ Es necesario que para cualquier programa
<PECS, por sus siglas en inglés) son los q_ue cuentan con datos favo- que se opliq_ue. se hago de forma personalizada y abarque diie-
rables de comprobada eficacia_ Hay además programas de inter- rentes contextos como el lan1iliar, escolar, social y laboral, con una
vención cognifivo-conductual dedicados a favorecer el desarrollo adecuado colaboración y coordinación interdisciplinor entre los
de los habilidades de comunicación y los habilidades sociales con diferentes profesionales y las familias.
buenos resultados. También los progron1os dirigidos a los padres: la formacoterapia puede ser eficaz en cosos de autoagresio-
Parent Jmplemented Intervention (PII, por sus siglos en inglés), nes, hiperactividad, comportamientos repetiiivos o estereotipados,
Focused Playtime Intervention {FPI, por sus siglos en inglés) ofrecen inatención o si existe comorbilidad con otros trastornos, como es el
evidencia de eficacia comprobada. Otros programas que cuentan caso de la ansiedad, depresión o los trastornos del sueño.
con eficacia moderado son SCERTS y TEACCH !por sus siglas en Como resumen hay que decir que el TEA continuará siendo un
inglés>. La mayoría de los programas citados tienen sus correspon- desafío para lo neurociencia en los próximos años, pero los avances
dientes adaptaciones en distintas países, casi siempre promovidos deberían repercutir en uno mejora en el diagnóstico y el tratamiento
y ovaladas por los asociaciones de padres de niílos con TEA. En del sujeto, y también en su consideración como persona.

••Términos clave
Ceguera mental 461 Espectro 464 Girificación 411
Conducta estereotipada 461 Funciones ejecutivas cáHdas Responsividad 461
Corteza orbltofrontal 471 y frias 480 Síndrome de Asperger 469

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Capítulo -is. Tras<orno del espectro del autismo 4f

•• Autoevaluación
l. lOué trastorno en el DSM-5 ho sido excluido del TEA? 7. lQué valor se le concede o la faifa del desarrollo del Jen~
al Trastorno autista. guaje en los niños con TEA?
bJ Tro'>iorno desintegrativo infantil. a) El retraso del desa1rollo de lenguaje se hacen mós pal ente
e) Trastorno de Asperger. a partir de los cuatro años.

d) Síndrome de Rett. bl Es lo primera sospecha que tienen los podres de que su


hijo tiene algún problema.
2. Un niño con TEA reacciona con una actitud de enfado el Según el DSMS es un síntoma del criterio B del TEA.
y disgusto porque una silla de la cocina de su casa esté
desplazada unos centímetros lA qué se debe que el niño d) El niño con TEA muestra un adecuado desarrollo del len-
se comporte de esta manera? guaje en los prirneros años.
a) Falta de control inhibitorio.
S. lQué papel se considera que tiene en el niño con TEA la
b) Ceguera mentol. conducta estereotipado, también denominado conducta
el Falta de empatía. outoestimulodoro?
dl Preservar la invariabilidad del medio. al Las conductas estereotipadas no juegan un papel de espe-
cial relevancia en los niños con autismo.
3. GQué teoría sostiene que las personas afectadas con TEA
tienen problemas para integrar la información en un todo bl La mayoría de estos niños empleun la mayor parte de
y Q.Ue de forma persistente se centran en los pequeños su tiempo en otros comportamientos más satisfactorios
detalles? paro ellos.
al Teoría de la mente. c) Se considera que las conductas estereotipadas interfieren
en la responsividod del niño y en la adquisición de con-
bl Teoría de la «coherencia centra! débil».
ductas normales.
el Teoría del déficit en funciones ejecutivas_
d} las conductas autolesivas son un ejemplo manifiesto de
d) Teoría de la «empatía-sistematización».
conductas estereotipadas.
l.f. Según la teoría empatía-sistematización de Baron-Cohen,
9. En lo actualidad el TEA se considera:
la probabilidad y vulnerabilidad al TEA se incremento
cuando hay: al Un trastorno del neurodesarro!lo de origen neurobiológico
ci.ue se manifiesta de formo precoz.
al Altu empatíu y buja sistematización.
bl Alta empatía y alto >istematización. bl Un trastorno del neurodesarrollo caracterizado por pro-
blemas de comunicación social sin comportamientos es-
e) Baja empatía y alto sistematización.
tereotipados.
d) Baja empatío y bojo sistematización.
c) Un trastorno del neurodesarrollo ci.ue siempre va asociado
5. lQué consecuencias tienen en el niño con TEA los patro- a discapacidad intelectual.
nes de comportamientos repetitivos y estereotipados? d) Un trastorno del neurodesorrollo de origen neurobioló-
a) Interfiere en lo responsividad. gico cuyos síntomas se man'1fiestan después de los seis
b) Son uno fuente de frustración y malestar. ar'ios_
el Favorecen el aprendizaje de habilidades motores. 10. La investigación en neurociencias sugiere q_ue la incapa-
dl Favorecen lo adquisición de conductas normales. cidad de relacionarse y comportarse de manera empático
de las personas con TEA está relacionado con:
6. lCuál es el mejor predictor de la integración y recupera-
ción funcional de los niños con TEA? al Un menor número y tamaño de las células de Purkinje.
a> Un cociente intelectual alto. bl Uno disfunción cerebeloso.
bl La atención temprana. c) Las variaciones estructurales de algunos genes.
c) La profesión de lu madre. dl Las neuronas espejo.
dl la detección precoz.
CAPÍTUL016

TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN/HIPERACTIVAD


Miguel Ángel Santed Germán y Almudena del Pino Borque

L Introducción 1/93 VII. Recomendaciones para la evaluación


11. Clasificación y diagnóstico 1/91/ y el tratamiento 509
A. Clasificación 491/ A. El constructo y su evaluación diagnóstica 510
B. Diagnóstico y característicos clínicos 491J B_ El tratamiento 51/
111. Epidemiología y curso evolutivo 1/97 C. Las guías de práctico clínica 513
A. Prevalencia 1/97 VIII. Resumen de aspectos fundamentales y tendencias
B. Curso 498 futuros 5/IJ
IV. Comorbilidad y diagnóstico diferencial IJ98
A. Comorbi/idad 498 TÍRMINOS CLAVE 5111
B. Diagnótlico diferencial 498 LECTURAS RECOMENDADAS 515
V. Características transdiagnósticas 50/ REFERENCIAS 5/5
VI. Teorías explicativas 502 AUTOEVALUACIÓN 521
A. Teorías biologicistas 502
B. Teorías cognitivas 507

l. 1ntroducción
El trortorno por déficit de atención/hiperactividad <TDAH) es, en rastrearse en los años ochenta, resultó inadecuada e imprecisa y
Ja actualidad, objeto de ciertas polémicos mediáticas, sociales y cayó en desuso. Posteriormente, la American Psychiatric Association
también científicas, relacionadas con su diagnóstico y tratamiento_ (APA), en la segunda edición del Diagnostic and 5tatistical Manual
En algunas ocasiones, estas polémicas no están exentas de mitos, of Mental Disorders (DSM-ID (APA, 1968) habló del trastorno de
prejuicios, eslóganes e intereses de distinto tipo y, en definitiva, de «reacción hipercinética infantil» {lo primero edición del DSM no
desinformación o de un manejo incorrecto e incluso torticero de la hOOía incluido ninguna descripc'1ón del síndromel, y el DSM-Ill CAPA,
misma_ En otros casos, la controversia está mejor fundamentada y es 1980) utilizó la etici.ueta de «déficit de atención con y sin hiperac-
de carácter más puramente científico, si bien, hay q_ue admitir q_ue tividad». El DSM-Ill-R (APA, 1987) supuso un importante avance
también en ciencia, los datos están potencialmente expuestos a los empírico en la clasificación psicopotológico en general y, más en
narrativas de los científicos. particular, en el caso del ahora rebautizado como «trastorno por
A lo largo de lo evolución histórico del TDAH. aunque se pue- déficit de atención con hiperactividad», pues como entidad diag-
den encontrar descripciones y términos diagnósticos poro referirse nóstica por fin venía asociado o una importante fundamentación
o casos con sintomolología semejante a lo del TDAH más antiguos, empírica {estadístico y epidemiológico) del constructo, no exento,
ci.uizá el más conocido sea el de «disfunción cerebral mínima», no obstante, de muy diversos problemas <Trujillo-Orrego et al., 20121_
utilizado en los años sesenta, para hacer alusión a niños q_ue pre- Eso misma denominación se mantendrá en el DSM-IV (APA, !994)
sentaban dificultades de aprendizaje, de memoria y de coordina- (en el que se introducirán tres subNpos: inatento, hiperactivo-impul-
ción psicomotriz, a lo vez q_ue labilidad emocional. Dicho etiq_ueta, sivo y combinado) y en el DSM-IV-Tr (texto revisado) (APA, 2000),
ci.ue hacía alusión a determinadas lesiones o disfunciones cerebra- pasando o denominarse en el DSM-5 (APA, 2013) «trastorno por
les como causa de dichos síntomas, y cuyo empleo todavía puede déficit de atención/hiperactividad».

493
Manual de psicopütologio. '/olumen 2

Así pues, el TDA!-' no es, en términos psicopatológicos un con- el problema_ No obstonte, en este capitulo se seguirá sobre todo. lu
cepto actual, y mucho menos un «invento» actual. De serlo, q,ue no presentación que del TDAH se realiza en el DSM-5.
lo es. lo sería viejo. Del mismo modo, el tratamiento farmacológico Los trastornos del neurodesorrol!o presi>ntan un inicio precoz
comenzó yo en los años cuarenta del pasado siglo y, el me~ilfenido­ (frecuentemente antes de los seis años) y se asocian a un déficit en
to. que todavía constituye el lratamiento farmacológico de elección el desarrollo evolutivo normal relacionado con disfunciones en los
hoy en día, se empezó a emplear o finales de los años cincuenta ámbitos personal, social, académico o laboral. En esta categoría
del siglo xx. diagnóstica se incluyen: la discapacidad intelectual (trastorno del
desarrollo intelectual), el retraso general del desarrollo, los trastor-
11. Clasificación y diagnóstico nos de lo comunicación (trastorno del lenguaje, trastorno fonológi-
co, tra<;torno de lo fluidez de inicio en lo infancia -tartamudeo- y
A. Clasificación trastorno de lo comunicación social -pragmático-), el trastorno
del espectro autista (1EAJ. el trastorno específico del aprendizaje y
El DSM-IV-Tr clasificaba el TDAH dentro de la categoría de tras- los trastornos motores (trastorno del desarrollo de la coordinación,
tornos de inicio en la infancia, la niñez y la adolescencia y, dentro trastorno de movimientos estereotipados, trastornos de tics} y otros
de ella, en la subcategoría de trastornos por déficit de atención trastornos del neurodesarrollo (especificado y no especificado).
y comportamiento perturbador, en la que se alojaban también el Estos tra>tornos presentan uno frecuente concurrencia, es decir, q_ue
trastorno negativista desafiante y el trastorno disociaL El actual se presentan dos o más de ellos en una misma persaria (APA, 2013).
DSM-5 ubica el TDAH dentro de la categoría de tro>tornos del neu-
rodesorrollo. mientras q_ue los otros dos trastornos con los que com-
partía subcategoría en el DSM-IV-Tr se ubican, ahora, dentro de la
B. Diagnóstico y características clínicas
categoría de trastornos destructivos, del control de los impulsos y El núcleo sintomático del TDAH lo constituye un patrón persistente
de la conducto. El TDAH también es clasificado como un tra<;torno de inatención e hiperactividad-impulsividad que no concuerdo con
del neurodesarrollo en la Jnternational Classification of Diseases el nivel de desarrollo esperable a cierta edad (es decir, q_ue es más
UCD-lll (en adelante, CIE-11, por sus siglos en español) que edita frecuente e intenso que el observado en personas con similar edadl,
lo World Heafth Organization lWHOl (2018) (en adelante, OMS>. y q_ue genero interferencia (o reducción de lo calidad) en el desa-
En general, y a diferencia de ediciones anteriores, existe una rrollo de la persona, o en el funcionamiento social, académico o
gran similitud entre el DSM-5 y lo CIE-11 respecto de lo conceptuali- laboral. Estos criterios contribuyen o la diferenciación del trastorno
zación diagnóstico del TDAH, lo que supone un importante beneficio respecto de la normalidad. Más en concreto, los criterios de diag-
poro investigadores, profesionales y poro las personas q_ue presentan nóstico del TDAH son los o_ue se presentan en la Tabla 16.1.

) ) Tabla 16.1. Criterios de diagnóstico del trastorno por déficit de atención e hiperactividad segün el DSM-s [APA, 2013]

A. Patrón persistente de inatención y/o hiperactividad-impulsividad q_ue interfiere con el funcionamiento o el desarrollo, q,ue se caracterizo
por (IJ y/o (2):
l. Inatención. Seis (o mós) de los siguientes síntomas se hon mantenido durante al menos seis meses en un grado q,ue no concuerdo con
el nivel de desarrollo y q_ue afecta directamente las actividades sociales y académicos/laborales:
Noto: Los síntomas no son solo uno manifestación del comportamiento de oposición, desafío, hostilidad o fracaso en la comprensión
de tareas o in>trucciones. Para adolescentes mayores y adultos (o partir de los 17 años de edad), se req,uiere un mínimo de cinco
síntomas.
a. Con frecuencia follo en prestar lo debido atención a detalles o por descuido se cometen errores en las tareas escolares, en el
trabajo o durante otras actividades (p. ej .. se posan por alto o se pierden detalles, el trabajo no se llevo a cabo con precisiónl.
b. Con frecuencia tiene dificultades poro mantener la atención en toreos o actividades recreativos <p. ej., tiene dificultad poro
mantener la atención en clases, conversaciones o lo lectura prolongado).
c. Con frecuencia parece no escuchar cuando se le hablo directamente (p. ej.. parece tener la mente en otras cosas, incluso en
ausencia de cuolq_uier distracción aparente).
d. Con frecuencia no sigue las instrucciones y no termino los tareas escolares, los quehaceres o los deberes laborales (p_ ej., inicia
toreas, pero se di'itrae rápidamente y se evade confocilidod).
e. Con frecuencia tiene dificultad paro organi2ar tareas y actividades (p_ ej., dificultad para gestionar toreos secuenciales. dificultad
poro poner los materiales y pertenencias en orden, descuido y desorganización en el trabajo, malo gestión del tiempo. no cumple
los plazos)_
f. Con frecuencia evito. le disgusta o se mue<;tra poco entusiasta en iniciar tareas q,ue req_uieren un esfuerzo mentol sostenido
<p. ej, tareas escolares o q_uehoceres domésticas; en adolescentes mayores y adultos, preparación de informes, completar
formularios, revisar artículos lorgosl.

(Continúa>
Capitulo 16. Trastorno por déf;ci( de atenció1-;/hiperacl1vdd

~') Tabla 16.1. (Cootinuaciónj


---- ----·~.

g. Con frecuencia pierde cosos necesarios poro tareas o actividades (p. ej .. materiales escolmes, lápices, libros, ins~rumentos,
billetero, llaves, papeles del irobojo, gafos, móvill.
h. Con frecuencia se distrae con facilidad por e5timulos externos (paro adolescentes mayores y adultos, puede incluir pensamientos
no relocionodosJ.
i. Con frecuencia olvido los actividades cotidianos (p. ej., hacer las tareas, hacer los diligencias: en adolescentes mayores y adultos,
devolver las llamados, pagar las facturas, acudir a las citosl.
2. Hiperactividad e impulsividad. Seis (o másJ de los siguientes síntomas se han mantenido durante, al menos, seis meses en un grado
que no concuerdo con el nivel de desarrollo y que afecto directamente o los actividades sociales y académicos/laborales:
Nota: los síntomas no son solo uno manifestación del comportomierrto de oposición, desafío, hos~ilidad o fracaso paro comprender
toreos o instrucciones. Poro adolescentes mayores y adultos (o partir de 17 años de edodl, se requiere un mínimo de cinco síntomas.
a. Con frecuencia juguetea con o golpeo los monos o los pies o se retuerce en el asiento.
b. Con frecuencia se levanto en situaciones en que se espero que permanezca sentado (p. ej., se levanto en lo clase, en lo oficina
o en otro lugar de trabajo, o en otros situaciones ci.ue requieren mantenerse en su lugorl.
c. Con frecuencia correteo o trepa en situaciones en los que no resulto apropiado. (Noto· en adolescentes o adultos, puede limitarse
o estor inquieto.)
d. Con frecuencia es incapaz de jugar o de ocuparse tranquilamente en actividades recreativos.
e. Con frecuencia está «ocupado,» actuando como si «lo impulsora un motor» {p. ej., es incapaz de estar o se siente incómodo
estando quieto durante un tiempo prolongado, como en restouron1es, reuniones; Jos otros pueden pensar que está intranquilo
o que le resulto difícil seguirlos).
f. Con frecuencia habla excesivomente.
g. Con frecuencia responde inesperadamente o antes de que se hoyo concluido una pregunto (p. ej., termina las frases de otros,
na respeto el turno de conversación).
h. Con frecuencia le es difícil esperar su turno (p. ej., mientras espera en uno colo).
i. Con frecuencia interrumpe o se inmiscuye con otros (p. ej., se mete en los conversaciones, juegos o actividades. puede empezar a
utilizar las cosos de otros personas sin esperar o recibir permiso; en adolescentes y adultos, puede inmiscuirse o adelantarse a lo
que hocen otros).

B. Algunos síntomas de inatención o hiperoctivo-impuls1vos estaban presentes antes de los 12 afias.

C. Varios síntomas de inatención o hiperactivo-impulsivos están presentes en dos o más contextos <p. ej., en coso, en lo escuelo o en el
trabajo, con los amigos o parientes, en otros actividades).

D. Exi5ten pruebas cloros de que las síntomas interfieren con el funcionamiento social, académico o laboral. o reducen fo calidad de los mismos.

E. los síntomas no se producen exclusivamente durante el curso de la esquizofrenia o de otro tro5torno psicótico y no se explican mejor
por otro trastorno mental (p. ej., trastorno del estado de ánimo, trastorno de ansiedad. trastorno disociativo, trastorno de lo personalidad.
intoxicación o abstinencia de sustancias).
Especificar 1·1:
3111.01 (f90.2) Presentación combinado: Si se cumplen el Criterio Al (inatención) y el Criterio A2 (hiperactividad-impulsividad) durante
los últimos seis meses.
3111.00 (f90.0) Presentación predominante con falta de atención: Si se cumple el Criterio Al (inatención) pero no se cumple el
Criterio A2 (hiperactividad-impulsividad) durante los últimos seis meses.
3111.01 (f90.I) Presentación predominante hiperactiva/impulsivo: Si se cumple el Criterio A2 (hiperactividad-impulsividad) y no se cumple
el Criterio Al <inatención) durante los últimos seis meses.
Especificar si:
En remisión parcial: Cuando previamente se cumplían todos los criterios. no todos los criterios se han cumplido durante los últimos seis
meses, y las síntomas siguen deteriorando el funcionamiento social, académico o laboral.
Especificar lo gravedad actual:
Leve: Pocos o ningún síntoma están presentes más que los necesarios paro el diagnóstico. y los síntomas solo producen deterioro mínimo
del funcionamiento social o laboral.
Moderado: Síntomas o deterioros funcionales presentes entre <deve» y «grave».
Grave: Presencio de muchos síntomas aparte de los necesarios para el diagnóstico o de vorios síntomas particularmente graves.
' o los síntomas producen deterioro notable del funcionamiento social o laboral.
l-~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~/
495
Manual de psicopatologíJ. Volun1en 2

Como puede verse en la Tablo 16.1. los ítems de inatención ciarse en la realidad. Ejemplos de estos dos tipos de variables pue-
hacen referencia a déficits en la calidad o mantenimiento de la den ser las demandas s1tuac1onales, los estímulos discnminotivos.
atención en el tiempo y a dificultades de gestión u organización, las contingencias de reforzoniiento (p. ej., recibir reco1npensas por
tal como se pone de manifiesto en el surgimiento de problemas a la comportamientos apropiados o perder privilegios por comporta-
hora de realizar distintas tareas o actividades (ocodén1icas, labora- n1ientos inadecuados, ganDr o perder en un ·;ideojuego), el control
les, recreativas u otros de la vida cotidional, incluyendo lo evitDción (p. ej., supervisión externa o capacidad de autocontrol de estímu-
de aq_uellos q_ue req_uieren un especiDI esfuerzo otencionol, así COJT•O los), voriDbles motivocionales (p_ ej., estar motivado ante situaciones
en problemas de interacción persanDI. nuevos, estimulontes o demandantes, como puede ser el coso de
determinadas aplicociones informáticas o de algunos interacciones
Los ítems de hiperactividad e impulsividad, q_ue el DSM-5 yo
personales)_ En este sentido, la CIE-11 llace alusión a las variaciones
no divide en dos subconjuntos como sí hDcío el DSM-IV-Tr, se refie-
que puede experimentar la sintomatología atencionol en función
ren a conductas motorDs y, en menor medida, también verbales,
de determinadas características de la tarea, de modo que en sus
ci.ue se caracterizan por esos dos componentes. El componente de
criterios diagnósticos señala, entre otros aspectos, q_ue la dificultad
hiperactividad hace referencia a conductas que resultan excesivas,
atencional se manifiesto a la hora de prestar atención a tareas que
disfuncionoles o inapropiadas en función de los características y
no proveen alto nivel de estimulación o recompenso inmediato y
demandas situocionDles (contextos académicos, laborales, recrea-
q_ue requieren un esfuerzo mental sostenido, por lo que lo inaten-
tivos u otras situaciones de interacción de la vida cotidiana). Y el ción puede no ser evidente cuando la persona está enganchada a
componente impulsividad se refiere a conductas irreflexivas, impe- toreas q_ue proveen estimulación intensa y frecuentes recompensas.
tuosas o aceleradas que pueden tener consecuencias más o menos Por otro lodo, además de los variaciones sintomáticas de un contex-
negativas o peligrosos. to a otro, los síntomas pueden sufrir variaciones o lo largo del ciclo
El trostorno se describe y define con arreglo a un curso tempo- vital de coda persona, como veremos posteriormente al hoblor de
ral, de modo ci.ue poro el diagnóstico se exige que al menos algunos la evolución del trastorno.
síntomas de inatención o hiperoctivo-impulsivos deben estar pre-
Las consecuencias disfuncionales a las q_ue se hace referencia en
sentes antes de los 12 años. No se exige una edad más temprana los criterios de diagnóstico del TDAH, en particular en el Criterio D,
debido D la poco fiabilidad que tiene la detección retrospectiva pueden dorse en distintos contextos vitales y es preciso subrayar q_ue
de los síntomas por parte de los adultos que informan o evalúan el presentan uno gran variabilidad intragrupo. En niños y adolescentes,
coso. Además, y en cuanto al criterio temporal, los síntomas deben los síntomas de TDAH se asocian a mayor probabilidad de tener
estar presentes durante al menos seis meses, lo cual resulta impor- bajo rendimiento escolar, un menor cociente intelectual (CD, y a
tante para diferenciar el trastorno de determinadas manifestaciones padecer un trastorno de conducta <TCl. En adultos puede aparecer
sintomáticos transitorias ci.ue pueden darse por distintos motivos, lo menor rendimiento y menores logros laborales, mayor absentismo,
ci.ue contribuye a la diferenc·1ac1ón del trastorno de la normalidad. desempleo y conflictos interpersonales, además de personalidad
El requerimiento diagnóstico de que varios síntomas de inaten- antisocial y trastornos por consuma de sustancias y problemas con la
ción o hiperactividad-impulsividad deben estar presentes en dos o ley. En general, las personas con TDAH también presentan más pro-
más contextos (casa, escuelo, trabajo, familiores, amigos u otros babilidad de sufrir lesiones, occidentes y obesidad. Y en el ámbito
contextos) disminuye en olguna medido la probabilidad de errores interpersonal pueden aparecer conflictos y rechazos, y los síntomas
de diagnóstico, concretamente de casos falsos positivos cuyos sínto- pueden ser valorados moralmente como pereza, irresponsabilidad y
mas aparezcan en un único contexto debido a alguna de las carac- falta de cooperación <APA 2013L
terísticas específicas de dicho contexto {p_ ej., porque por algún En comparación con el DSM-IV-Tr, en el DSM-5 se req_uiere que
motivo el niño se aburra en la escuela, o bien demonde atención algunos síntomas de inatención o hiperactivo-impulsivos estuvieran
en casa porci.ue tiene celos de su hermano}, o bien, debido al sesgo presentes ante> de !os doce años, mientras que en el DSM-IV-Tr esa
de los evoluadores del niño en uno de esos contextos (pensemos. edad se fijaba en los siete años. En cuonto a los criterios de exclu-
por ejemplo, en unos podres o profesores demasiado sensibles a sión, en el DSM-IV-Tr se señalaba que los síntomas no debían apa-
conductas relativamente habituales en un niño ci.ue, debido a ello, recer exclusivamente en el transcurso de un trastorno generalizado
tienden a manifestar q_uejas y reflejarlas en la evaluación del niñol. del desarrollo (subsumidos en los actuales TEA excepto el trastorno
De nuevo, este criterio contribuye a la diferenciación del trastorno de Rettl, pero el DSM-5 ha eliminado este requerimiento, por lo
respecto de la normalidad. q_ue subrayo la posibilidad de un diagnóstico conjunto. Además, el
En definitiva, el diagnóstico de TDAH reci.uiere un patrón de sín- DSM-5 ha introducido, respecto de la edición anterior, dos especifi-
tomas con un cierto grado de estabilidad temporal ísíntomos pre- cadores del trastorno: por un lodo, lo posibilidad de q_ue el paciente
sentes antes de los 12 afiosl y transituacional, es decir, síntomas se encuentre en remisión parcial y, por otro, si la gravedad actual
presentes en, al menos, dos contextos, y q_ue idealmente, y aunq_ue es leve, moderada o grave. Y si bien en el DSM-IV-Tr se hablaba de
tal cosa no seo un requerimiento del DSM-5, deberán ser eV<Jluados «subtipos» de TDAH, el DSM-5 habla de «presentaciones» que, en
por distintos agentes de modo que, DI menos en cierto medida, se definitiva, son las mismas que los subtipos {combinados, con pre-
incremente la fiabilidad interjueces. dominio de falta de atención o de hiperactividad/impulsividodL El
Es preciso tener presente que los síntomas concretos que se cambio del término «subtipo» por el de «presentación» sirve al
presentan en los distintos contextos pueden ser en parte coinciden- propósito de señalar que no se trata de algo fijo a lo largo del desa-
tes y, en otro porte, diferentes. Efectivamente, los síntomas pueden rrollo, sino que es posible q_ue se den algunos cambios. Finalmente,
cambiar en función de distintos variables del contexto (familiar, aunci.ue se ha señalado la conveniencia de ci.ue se formulen criterios
escolar, etc.> y también en función de las características de la tarea de diagnóstico específicos para adultos <p. ej., Barkley, 2009), el
q,ue se esté realizando; ambos tipos de variables pueden entremez- OSM-5 no lo recoge de ese modo, salvo por lo q_ue se refiere ol
Capítulo 16. Trastorno por déficit de ate11ciún/h1perdCLi'IGG

rec¡ueri1niento de que para el diagnóstico en adolescentes mayo- lo prevalencia del trastorno en la; ITes últin1as décadas (Polanczky
res y adultos (17 y n1ós años de edad) se requiere un mínimo de et al., 2014)_ Thomos et al. (2015) realizaron un 1netaonálisis a nivel
cinco síntomas (en lugar de los sei> necesarios para Jos menores mundial en el q_ue se incluyeron estudios de nií',os que utilizaron los
de eso edad). En cualquier caso, la entidad diagnóstica del TDAH criterios de diagnóstico de DSM-Jll, DSM-Ill-R y DSM-IV en cual-
en adultos se ha hecho más explícito en el seno de la comunidad quier idioma. Obtuvieron una estimación globai del 7,2% y ninguna
científica, desde el DSM-5 a lo «Declaración del Consenso Europeo d'1ferencia es1·odísticamente significativo entre los distintas E>dicio-
actualizada» sobre diagnóstico y tratamiento del TDAH en adultos nes DSM, si bien, en los análisis multivariables las estimaciones de
{Kooij et al., 2019) prevalencia para el TDAH fueron menores cuando se utilizó el DSM-
Existen distintos síntomas que no forman parte de los crifer"1os lll-R en comparac'1ón con el DSM-IV, y cuando los estudios se reali-
de diagnóstico del TDAH, ni constituyen indicios de diagnóstico, zaron en Europa en comparación con Norteamérica. Una limitación
pero que frecuentemente concurren con él_ Es el caso de retrasos de los estudios analizados es q_ue en pocos casos utilizaron muestreo
le~es del desarrollo lingüístico, motor o social, baja tolerancia a la poblacional aleatorio y la mayoría eran de ciudades o regiones, lo
frustración, irritabilidad, labilidad del estado de ánimo, deterioro que limitaba la generalización.
del rendimiento laboral o académico, problemas de función ejecu- Catalá-López et aL (2012) realizaron un metoanálisis de los estu-
tiva o de memoria, y un mayor riesgo de intentos de suicidio en lo dios de prevalencia de TDAH en menores de 18 años en España. que
juventud (APA, 2013)_ fue estimada en un 6,8%, lo que representa 361.580 niños y adoles-
Como todos los trastornos psicopotológicos, el TDAH es muy centes. Estos datos son consistentes con estudios previos realizados
heterogéneo, es decir, que los personas con eso etiqueto diagnós- en otros países y regiones.
f1ca presentan una importante variabilidad y heterogeneidad, pero La prevalencia del TDAH en adultos es menor que en niños.
su validez como entidad clínica está bien apoyada (Willcutt et al., Simon et al. (2009), en un estudio de metaanálisis, estimaron que
2012) y lo fiabilidad test-retes! de los criterios del DSM-5 se conside- la prevalencia de TDAH en población adulto fue del 2,5%, si bien
ró «muy buena» (Regier et al., 2013). cons'1deran q_ue la validez poco clara de los criterios de diagnóstico
del DSM-IV puede conducir a tasas de prevalencia reducidas, al sub-
estimar la prevalencia del TDAH en adultos. El DSM-5 también infor-
111. Epidemiología y curso ma de una prevalencia del 2,5 %, y la OMS aportó los datos de un
estudio en diez países, con sujetos de 18 a lJ.4 años, encontrando una
evolutivo prevalencia global de 3,4% <rango 1,2-7,3%) <Fayyod et al., 2007).
Por lo que se refiere a las diferencias de prevalencia entre d1s-
A. Prevalencia tiritos grupos culturales o subculturoles, se sugiere que estas podrían
Debido a la polémico sobre la prevalencia del TDAH y sus implica- deberse a las influencias que los patrones culturales puedan tener
ciones científicas, profesionales, socio-sanitarios y mediáticos, revis- en la interpretación y la evaluación de los síntomas por parte de
te un particular interés observar la evolución de los datos de pre- los informantes o evaluadores (APA, 2013). Polonczky et al. (2007)
valencia del TDAH en los últimos años. Así, si rastreamos las cifras señalan que las diferencias en función de las variables geográfi-
de las que ha ido informando la APA en las sucesivas ediciones del co-culturales juegan un limitado papel a la hora de explicar la varia-
DSM, encontramos que en el DSM-IIl-R (APA, 1987) se señalaba una bilidad en las dfras de prevalencia, variabilidad q,ue ellos explican,
afectación del 3% de los niños; en el DSM-IV (APA, 1994) del 3-5 % más bien, como debida a diferencias metodológicas de los distintos
de los niños en edad escolar (se reconoce que los datos en adoles- estudios en los distintos países (p. ej., debidos a las diferencias en
centes son imprecisos); y en el DSM-IV-Tr (APA, 2000) del 3-7%, los criterios de diagnóstico empleados: DSM-IV o CIE-10; debidas a
donde se señala que los datos sobre prevalencia en adolescentes y la fuente de información; a lo exigencia o no del requisito de disca-
adultos son escasos, al tiempo que se advierte que la prevalencia pacidad paro e! diagnóstico). Otras diferencias metodológicas entre
con criterios DSM-IV (y DSM-IV-Trl puede ser algo mayor que con distintas investigaciones pueden ser debidas al tipo de población
DSM-III-R, debido a lo inclusión de los subtipos que permiten incor- objeto de estudio <general o clínica), a variaciones en la selección
porar casos que en el DSM-III-R se hubieran diagnosticado como de lo muestra, al empleo de diferentes evaluadores e instrumentos
TDAH no especificado (que no computo en los tasas de prevalen- de evaluación. etc. También se ha señalado que en ausencia de
cia). En los últimos años, los datos de prevalencia en fa población biomarcadores {como ocurre, por lo demás, en la mayoría de los
oscilan de unos estudios a otros, y se ofrecen cifras que van desde trastornos psicopatológicos), el díagnóstica se basa fundamental-
un desmedido 20%; hasta el 5,9-7,1% (Willcut, 2012); y el 5%. que mente en juicios subjetivos que permiten amplias variaciones en la
señala el DSM-5 (APA, 2013) para el caso de los niños. En definitiva, prevalencia (Centers for 0·1seose Control, 2010; Fulton et al., 2009).
si nos centramos en los niños de edad escolar, !as cifras de la APA En cuanto a la prevalencia en función del sexo, y habiendo
han evolucionado del 3% (1987) ol 3-5% <1994J, 3-7% <2000) y 5% también diferencias en función de los distintos estudios, el DSM-5
(2013). Polanczky et al. í2007J realizaron uno revisión sistemática informa que en la población generd aparece una mayor frecuenc'lo
de la prevalencia del TDAH en Ja infancia y lo adolescencia a nivel de niños que de niñas {2:1J, siendo de 1.6:1 en el caso de los adultos
mundial. La prevalencia fue de 5,29% (ó,48% en niños y 2,74% en (APA 2013). En el estudio de Novick et al. (2006l con población clí-
adolescentes). Entre continentes, no hubo diferencias significativas nica, la ratio niño/niña cambiaba entre los distintos países analiza-
entre, por un lado, Norteamérica y, por otro, Europa, América del dos, con un rango de 3:1 a Jó:I entre países. Lo falta de coincidencia
Sur, Asia u Oceanía. aunque sí entre, por un lado, Norteamérica entre países se atribuye o diferencjos en el mayor o menor número
y, por otro, África y Oriente Medro <siendo la prevalencia en Nor- de diagnósticos de TDAH que se hace a las niñas, y también a dife-
teamérica más altal. Posteriormente, estos autores confirmaron rencias en los sistemas y procedimientos de registro de prevalencia.
estos resultados, y también que no se ha producido un cambio en Por otro lado, la alta ratio niños/niñas en población general {muchos

~97
ív\2nual de psicopatología. Volun1'2n 2

má> niños que 11iños cori TDAH). frente o la baja ratio en población el rend1n1iento académico. En la adolescencia, algunas personas
clínica (pocos más niños que niñas!, apunta a q,ue las niñas están presentan comportamiento1 antisociales y, tanto en la adolescencia
infradiagnost1cados, es decir, Q.Ue los niñas can TDAH en población como en la edad adulto, la mayoría de individuos muestran uno
clínica están infrarrepresentadas respecto de lo que se observo en disminución de la hiperactividad motora (que puede manifestarse
población general. A su vez, esto podría ser debido a q,ue mientras como inquietud e impaciencia), pero pueden mantenerse síntomas
las niñas con TDAH suelen presentar más inatención que los niños, de impulsividad y, con mayor probabilidad, puede persistir la inaten-
en los niños con TDAH encontramos más síntomas de hiperactivi- ción y la poca planificación (APA, 2013). Algunos estudios concluyen
dad-impulsividad, o veces acompañada de agresividad, que resultan más nítidamente que con la edad disminuye sobre todo la hiperoc-
más disruptivos para los demás. la que provoca uria mayor demando ·tividad, y en alguna rneno1 medida la impulsividad, siendo los sínto-
de los padres en los servicios de salud en comparación con las niílas. mas de inatención los que más estables permanecen en el tiempo
También es preciso estudiar si en adultos el trastorno tiene una pre- <Faraone et al., 2006). los casos de TDAH q,ue tienden a perdurar en
sentación diferente entre hombres y mujeres que pueda explicar la edad adulta son aquellos más graves (preseritación combinada,
las diferencias en prevalencia entre ambos sexos (Kooij et al., 2019). con comorb1lidades, etc.l. En la edad adulta, los síntomas pueden
En cuanto a las formas de presentación (anteriores subtipos de estar compensados por el uso de estrategias q,ue la persona ha ido
TDAH), los datos no son concluyentes pero, en conjunto, cabe afir- aprendiendo a lo largo de su vida (estrategias de organización, pla-
mar ci.ue la más frecuente es la combinada {cerca de las tres cuartas nificación, evitación de olvidos, autocontrol, etc.l.
partes), luego la inatenta (en torno a una cuarta parte) y finalmente El inicio en lo infancia constituye un requisito para el diagnóstico
lo hiperactiva-impulsiva que, como se ve por los datos aproximados del TDAH en adultos (fa! como ocurre en el DSM-Sl, pero este req,ui-
ariteriores, es muy infrecuente. sito ha esfado rodeado de controversia. Estudios recientes han revi-
El sobrediognóstico y el infradiagnóstico del TDAH son objeto sado la trayectoria del TDAH desde la infancia hasta la edad adulta,
de debate entre los especialistas, debido a las variaciones en las encontrando evidencias que apoyan un síndrome de inicio tardío,
estimaciones de prevalencia entre países, las variaciones lo largo del por lo que los resultados de estos estudios no respaldan el supuesto
tiempo, y la mayor a menor laxitud de los criterios de diagnóstico de que e! TDAH en la edad adulta es necesariamente una conti-
de los manuales de diagnóstico, o bien debido a su mala utilización. nuación del TDAH infantil sino q,ue, más bien, sugieren la existen-
Aunque parece existir un sobrediagnóstico en algunos e5fudios epi- cia de dos síndromes que tienen distintos trayectorias de desarrollo
demiológicos, y también en la práctica de algunos clínicos. tales <Caye et al., 2017; Cooper et al., 2016; Faraone y Biederman, 2016l.
hechos no >uponen un cuest1onomiento de raíz de la validez del
constructo del TDAH, sino solo su posible sobrediagnóstico en algu-
nos casos. Polanczky et a\. (2014), basóndose en los datos aportados IV. Comorbilidad y diagnóstico
por la investigación epidemiológica, seílalaron q,ue no se ha produ- diferencial
cido un cambio significativo en la prevalencia del trastorno en las
tres ~ltimas décadas y, en la misma líneo encontramos !os resultados
A. Comorbilidad
de Thomas et aL <2015l seílalados anteriormente. En cualquier caso,
en el balance final sobre un hipotético sobrediagnóstico debería Según el DSM-5, en población genera!, la mitad de los niños con
contrabalancearse q,ue décadas atrás pudiera haberse dado un TDAH {presentación combinada!, y uno cuarta parte de los niños y
infradiagnóstico (unido a un menor conocimiento del trastorno, a adolescentes (con presentación inatenta) tienen también un trastor-
una menor conciencia social y sanitaria sobre el problema, y a una no negotivista desafiante. Una cuarta parte de los niños y adoles-
menor demanda de asistencia sanitaria por parte de las personas centes con TDAH <presentación combinadal presentan un TC. Y la
q,ue lo sufrían) que frecuentemente se sustituía por un juicio moral mayoría de los niílas y adolescentes con trastorno de desregulación
de las personas afectadas. Tan graves consecuencias <a nivel per- disruptiva del estado de ánimo presentan también TDAH, siendo
sonal, familiar, social y asistencial) puede tener el sobrediagnóstico menor la proporción de TDAH que cumple criterios para el trastor-
como el infradiagnóstico, o la desatención del problema debida a la no de desregulación disruptivo del estado de ánimo. Una patología
consideración de que el problema está sobredimensionado o, peor que también concurre frecuentemente con el TDAH es el trastorno
todavía, que no existe. Por tanto, la formación clínica específico, y específica del aprendizaje. los trastornos de ansiedad y el trastorno
la información a la población general pueden favorecer lo detección depresivo mayor solo concurren en una minoría de personas con
y el tratamiento precoces y, con ello, mejorar el pronóstico. TDAH, aunque más que en población general. El trastorno explosivo
intermitente y los trastornos por consumo de sustancias aparecen
B. Curso solo en una minoría de adultos con TDAH, aunque también en una
mayor frecuencia que eri población general. En adultos, pueden
Aunq,ue algunos síntomas, sobre todo la hiperactividad-impulsividad ca-ocurrir el trastorno de personalidad antisocial y otras trastornos
pueden ser visibles antes de los seis aílos, todavía pueden resultar de la personalidad. Finalmente. pueden ca-ocurrir otras patologías
difíciles de identificar como pertenecientes al trastorno. En esta como el trastorno obsesivo compulsivo (TOC), el trastorno de tics, y
etapa. los síntomas se asocian a dificultad para la adquisición de los TEA <APA, 2013).
hábitos de autonomía {comer, higiene, dormir, orden ..J, de cuidado
(presentan más accidentes}, de disciplina escolar y de los prime- B. Diagnóstico diferencial
ros aprendizajes de lectura, escritura, razonamiento matemático, y
dificultades en las primeras relaciones con iguales. En la etapa de En primer lugar, deben evitarse los diagnósticos falsos positivos
la enseílanza primaria (6-12 aílosJ, se hace más evidente la inaten- distinguiendo el trastorno de la normalidad. Para ello, hemos de
ción, sobre todo en la medida en que suponga una dificultad para volver ahora a los criterios de diagnóstico. Es preciso distinguir el

498
Capítu!o16. Trastorr,o por défrcit de atención/hiperact1vad

TDAH de la inatención debida ol aburrirniento que se puede prorlu- las no·tas de los criterios de diagnóstico A y B (véa>e lo Tabla 16.!J
cir en arnbientes poco estimulantes, y tanibién ha de diferenciarse de el DSM-5 advi@rte que los síntomas de 111atención e hiperactividad
los comportamientos habituales de niños activos. En estos últimos, los e impulsividad no deben estar asociados, solamente, o! comporta-
comportamientos de inatención e hiperacti·;idad-impulsividad son miento oposicionista, desafiante u hostil o ser fruto del fracaso en
compatibles con el nivel de desarrollo {si bien, en realidad, puede comprender las tareas o las instrucciones. Además, el Criterio de E
resultar difícil establecer qué nivel de actividad es el propio de codo requiere que los síntomas de inatención e hiperactividad e impulsi-
nivel de desarrollo). Además, hoy otros criterios que pretenden con- vidad no aparezcan, solamente, en el curso de un trastorno psicótico
tribuir a dicho propósito de distinguir el trastorno de lo normalidad. y que no se puedan explicar mejor por trastornos del estado de áni-
Así, los criterios del DSM-5 de que algunos de los síntomas deben mo, ansiedad. disociativo. personalidad o intoxicación o abstinencia
estor presentes antes de los doce años y que los que conforman el de sustancias. Como puede comprobarse, paro el d1agnósfrco de
diagnóstico deben durar al menas seis meses contribuye a diferen- TDAH, en el DSM-5 no se excluye (como resulta muy frecuente en los
ciar el TDAH de determinadas manifestaciones sintomáticas transi- criterios de diagnóstico de muchos otros trastornos} que los síntomas
torios que pueden darse por distintos motivos_ También contribuye o puedan ser debidos a uno determinado enfermedad médica. En este
ello el requerimiento de que varios síntomas deben estar presentes sentido, incluso se señalo, en el aportado de «Característicos aso-
en dos o más contextos. Finalmente, el Criterio D (disfuncionalidad) ciados que apoyan el diagnóstico» que en los pocos casos en que
advierte que paro realizar el diagnóstico deben existir pruebas cla- hoy una causa genética <p. ej., el síndrome de X frágil o el síndrome
ros de que los síntomas interfieren con el funcionamiento social, de la deleción de 22qlll se debe seguir diagnosticando el TDAH_
académico o laboral o reducen lo calidad de los mismos. De caro a Además. deben realizarse otras consideraciones de diagnóstico
la diferenciación entre el trastorno y la normalidad todos los criterios diferencial del TDAH respecto de otros trastornos. sin perju'icio de
son importantes, pero el Criterio Dresulta fundamental. En realidad, q_ue el TDAH pueda diagnosticarse junto con alguno de ellos. En la
la disfuncionalidad es fruto de la interacción entre la gravedad de Tablo 16.2 se recogen algunos trastornos que presentan síntomas
los síntomas centrales de inatención e hiperactividad-impulsividad más o menos similares al TDAH y se ofrece algún criterio diferen-
<número, intensidad, frecuencia y duración), y los características y ciador. pero se debe subrayar que el diagnóstico diferencial debe
demardas del contexto familiar, escolar y soc'10-cu!turol en general. venir propiciado por lo comparación del conjunto de los criterios de
Además de diferenciar el trastorno de la normalidad, debe con- diagnóstico del TOAH con la totalidad de los criterios de los otros
siderarse el diagnóstico diferencial respecto de otros trastornos. En trastornos en cuestión.

)) Tabla 16.2. Semejanzas y diferencias del TDAH con otros trastornos [basado en el DSM-5 [APA, 2013] y el DSM-5 Handbook of
Oifferent1al Diagnosis {First, 2014)1-

Presentan aversión (primario) a lo escuela o los


tareas debido a los requerimientos de esfuerzo la negativa (negot1v1dad, hostilidad o desafío)
otendonal, y otros síntomas de TDAH como el hacia las exigencias de los demás.
olvido de las instrucciones y la impulsividad.
El á1ognóstico d'1ferenciol se complico si
los personas con TDAH llegan o desarrollar
actitudes (secundarios) negotivistas, hostiles
y desafiantes.
Trustorno explosivo intermitente No presentan una hostilidad ton intenso como en Presentan alta impulsividad, hostilidad y
el otro trastorno, pero sí problemas de atención agresividad, pero no problemas de atención_

Trostom~ de conducta Presentan impulsividad, pero no violan derechos Presentan impulsividad y falta de respeto de
de los otros o normas sociales. los derechos básicos de los otros y las normas
sociales

Trastorno· de movimientos Presentan tendencia a juguetear e inquietud Presentan comportamientos motores repetitivos
estereotipados. algunos casos normalmente generalizadas, no repetitivos ni o estereotipados (p_ ej., mecer el cuerpo), o tics
de trastorno del espectro estereotipadas motores.
autista y trastornos de tics

Trastorno específico del Presentan inatención en distintos contextos, no Presentan inatención secundaria o lo capacidad
aprendizaje solo en contextos de aprendizaje. limitada para reoli2ar lo toreo, que se asocia
con la frustración y el desinterés consecuentes_
La inatención no do problemas más olió del
trabajo escolar.

(Continúa!

499
Manual de psicopa~ología. V.Jlumen 2

)-:i Tabla ló.2. /Cont1nuac1ónj

Discapacidad intelectual Presen1on, en coso podecer también Presentan, en algunos casos, inatención,
<trastorno del desarrollo discopacidad intelectual. síntomas de inatención hiperactividad e impulsividad en contextos
intelectual> o hiperactividad excesivos para lo edad académicos (o a la hora de realizar tareas
mental; es decir, en el coso de personas con académicos> que no se adecuan a su capacidad
discapacidad mtelectuoL se debe considerar la intelectual, no siendo es1os síntomas ton
presencia de TDAH cuando los síntomas propios evidentes en tareas que se ajustan a dicha
del TDAH sean excesivos poro la edad mental del capacidad a en otro tipo de toreos o contextos.
sujeto.
Trastorno del espectro autirni Presentan disfunciones en las relaciones sociales Presentan desvinculación social e indiferencia
y rechazo por parte de los compañeros debido a los señales comunicativos de los otros en el
o los síntomas de inatención e hiperoct1vidod morco de sus déficits de comunicación social.
e impulsividad. Los rabietas van asociados a lo También presentan rabietas por la intolerancia
impulsividad y bajo autocontrol. o los cambios no esperados.
Trastorno de relación social Presentan, en algunos casos, desinhibición social Presentan desinlll1ición social {interacción
desinhibido asociado a lo impulsividad. activo con adultos extraños) no limitados a
lo impulsividad como ocurre en el TDAH. No
presentan otros síntomas de TDAH. Tienen
antecedentes de un patrón extremo de cuidados
insuficientes.
Trastornos de ansiedad Presentan inatención asociado o e'>límulos Presentan inatención e inq_uietud asociado a
distroctores externos, situaciones novedosas, temor, preocupocióri y rumiación ansiosas.
o por pensamientos distractores agradables.
También presentan lo inq_uietud característica del
trortorno.
Trastornos depresivos Presentan falto de concentración en distintos Presentan falta de concentración solo durante los
contextos y a lo largo del tiempo. episodios depresivos mayores.
Trastornos bipolares Presentan hiperactividad, impulsividad y falta Presentan, transitoriamente y durante varios
de concentración, y también pueden presentar días, elevada actividad e impulsividad y poca
labilidad emocional. pero fuera del morco de un concentración, pero en el morca de otros
episodio maníaco o hipomoníaco. síntomas propios de un episodio maniaco (una
semana) o hipomoniaco (cuatro días); estado de
ánimo elevado, expansivo o irritable, etc., y de
otros síntomas de bipolaridod.
Trastorno de desregulación Presentan problemas de atención, incluidos Presentan irritabilidad generalizada e intolerancia
disruptivo del estado de ánimo problemas de atención desorganizado, y de a lo frustración, pero no son centrales la atención
impulsividad como característicos centrales. desorganizada ni la impulsividad. Lo mayoría de
los afectados por es·te trastorno también cumplen
criterios para el diagnóstico adicional de TDAH.
Trastornos por consumo Presentan síntomas semejantes a los q_ue pueden Presentan síntomas de TDAH, pero de manera
de sustcmcim producir lo intoxicación o abstinencia de algunos asociada a la intoxicación o abstiriencia de
sustancias, pero estos síntomas yo estaban algunos sustancias.
presentes antes de aparecer el trastorno por
consumo de sustancias.
Trastornos de la personalidad Presentan comportamientos desorganizados Presentan comportamientos desorganizados,
límite, anlisoc!al y narcisista o intrusivos en la vida de los demás, además intrusión social y desreguloción cognitivo-
de desregulación cognitivo-emocional. pero emocionol, pero incluyen otros síntomas de
no incluyen los otros síntomas propios de los diagnósticos no compartidos con el TDAH. El
trastornos de personalidad. diagnóstico diferencial con TDAH en adolescentes
y adultos puede ser complicado en algunos casos.

(Continúo)

500
C!:l.pítulo16. Tr35t'.JITO por déficit de cJtenci:Jn/h1peractivad

)) Tabla 16.2. (ConU11uac1ón/

Trastornos psicóticos Presentan síntomas de inatención Puederi presentar, en algunos coso\, d1stmíos
e hiperoclividad-impul>ividad que también sín1omas de inatención e hiperactividad-
aparecen en algunos cuadros psicóticos. impulsividod, pera no se diagno>tica TDAH s1
solo aparecen durant<o. el curso de un trastorno
psicótico

Síntomas de TDAH inducidos Presentan síntomas semejantes a los que pueden Alguno;·-m-,-d-ic-om-oc-to;
--,-,-_,-,-.-bro.ncodilotadol''-
por medicación producir algunos medicamentos, pero estas isoniazida, ne11rolépticos) pueden producir
síntomas yo éstobon presentes antes de lomar lo síntomas de inatención, o h1perociividad-
medicación o seguirán uno vez cese el consumo. impulsividad. Los síntomas remrten al dejar de
tomarlos. En esos casos el diagnóstico ha de ser el
de <<trastornos relacionados con otros sustancias».

Trastornos neurocognitivos Presentan síntomas antes de los 12 oiios de edad. Presentan características clínicas similrnes, pe10
mayores y leves tienen un comienzo típicamente más tardío que
el TDAH.

los autores concluyen que los subtipos transdiagnósticos observados


V. Características suponen un refinamiento de la nosología diagnóstica del DSM y pro-
transdiagnósticas pician uno mejor toma de decisiones clínicas de cara o la personali-
zación del tratamiento de la disfunción ejecutiva en niños.
En los últimos arios se han analizado, o se ha sugerido analizar,
distintos variables transdiognóst'icas que afectan al TDAH. Nos cen·
fraremos en algunos estudios recientes de variables relacionadas,
generalmente, con las funciones ejecutivas <FEl, si bien otras que Jl Funciones ejecutivas. Las FE son las capacidades cogni·
no consideraremos <p. ej., el funcionamiento socia)) porque cuentan tivas necesarias para atender eficazmente a un estimulo,
con menos investigación, son también relevantes. Algunos de e>fos planifirar y organizar una accion, reflexionar sobre sus posl·
estuá1os han manejado un amplio rango de trastornos, mientras q_ue bles consecuencias e inhibir la primera respuesta autorná·
otros han acotado su revisión al espectro de los trastornos externali- tica, cambiándola por otra más adecuada. Entre ellas des-
zantes o a lo comparación del TDAH con otros trastornos concretos. tacan: la MT, la inhibición de respuesta !motora, coqniliVd y
East-Richar et al. (2019) analizaron déficits neurocognitivos en emocional), la flexibilidad cognitiva, la atención selecliVd
un amplio rango de trastornos: de! estado de án'1mo, psicóticos, TEA, y sostenida, la fluidez verbal, lo planíficaclór1 y el control de
TDAH y trastornos de ansiedad, en distintos grupos de edad. Sus
las interferencios. Estas funcione~ se han visto alteradas en
resultados reflejaron deficiencias neurocognitivos en todos los gru-
pos de edad y casi todos los trastornos: esquizofrenia, TEA, TDAH, personas con TDAH y su estudio está al servicio de facilitar
trastorno bipolar, depresión. TOC y trastorno de estrés postraumá- estrategias terapéuticas que permitan aumentar su nivel
f1co CTEPl. En todos los trastornos, encontraron q_ue los déficits mós de competencia.
graves y frecuentes estaban asociados a los FE y a la memoria epi-
sódico q_ue, por lo tanto, parecen ser variables fransdiognósticos y
permanecen relativamente estables a lo largo de lo vida en muchos Ros y Graziano (2019) trataron de identificar perfiles de autorre-
de esos tro>tornos. gulación o través de las FE y Ja regulación emocional (RE) y, añadido
Vaidyo et al. (2020) estudiaron el funcionamiento ejecutivo en a esto, examinaron el impacto de dichos perfiles en los resultados
niños de ocho a catorce años, que padecían TDAH o TEA, y también del tratamiento. Se utilizaron tres grupos de niños: (/) con TEA y tras·
en niños con desarrollo normal. Se observaron tres subtipos de FE torno por déficit de atención/hiperactividad (TEA+TDAHJ; (2) niños
transdiagnásticas caracterizados por perfiles de cornportomiento con solo TDAH, y (3) niños con desarrollo típico. De manero transver-
que se definieran por una debilidad relativo en: (o) Ja flexibilidad y sal a esos grupos, los análisis de perfiles de autorregulación latente
regulacióri de las emociones; (b) inhibición, y {el memoria de traba- produjeron cuatro categorías: (o) déficits bajos de RE y FE; (bl défi-
jo íMT), organización y planificación. Los onólisis con imagen por cits altos de RE. (cl déficits altos de FE, y (d) déficits moderados de
resonancia magnética funcional (JRMfl (functíonal magnetíc reso- RE y FE. Los resultados mostraron que los síntomas de TEA y TOAH
nance imaging: fMRD mostraron ci.ue la actividad frontal-parietal estaban poco asociados o los perfiles de déficits bajos de RE y FE,
e>faba más asociada a los subtipos de FE que a los diagnósticos del y más asociados o perfiles de déficit moderados de RE y FE. Solo
DSM, y el subgrupo caracterizado por inflexibilidad no pudo modu- los síntomas de TEA se asociaron o perfiles de déficits altos de FE.
lar la activación del lóbulo parietal inferior derecho en respuesta al Y solo los síntomas de TDAH se asociaron al perfil de altos déficits
incremento de demandas ejecutivas. A partir de estos resultados, en RE. Así pues, estos resultados mostraron q.ue los déficits de auto-
1\r'.anual de ps!10pcttologí.o Vclu1-11en /

rregulocióri pueden ;er e~pecíflcos de un determinado diagnóstico, un proceso onrogénico median1e el cual un rasgo común heredado
pero también pueden servir paro la descripción transdiognó>1ica. de rnanera mul1ifac1orial inte1actúa con influencias endógenas y
Además, lo pertenencia o uno de los cuatro perfiles de autorregu- exógenas para producir comportamientos de externalización pro-
lación fue predictiva de la respuesta (conductual y académica) al gresivamente menos manejables a lo largo del desarrollo.
tratamiento, demostrándose así la utilidad dír.ica de la perspecti- Finalmente, nos centraremos en un estudio sobre cómo es el
va transdiagnóstica para predecir los resultados del tratamiento de proceso de toma de decisiones en personas que padecen distintos
manero transversal a los clasificaciones tradicionales y, por lo tonto, trastornos. En este sentido, Sonuga-Borke et ol. (2016) propusieron
proporcionando evidencia sobre la períinencia de su uso. un modelo, pendiente de análisis empírico, sobre el proceso de
No obstante, las variables transdiagnósticas conviven con toma de decisiones <etapas neuropsicológicas y componentes espe-
otros específicas del trastorno. Así se muestro en el estudio de cíficos! y, además, plantearon uno serie de hipótesis, a>ociadas al
Normon et al. (2016l, quienes buscaron establecer anormalidades modelo, sobre los características de la toma de decisiones en cuatro
estructurales, funcionales y superpuestas, tonto específicas como trastornos psicopatológicos infantiles concluyendo q_ue: en el TDAH
compartidas, entre dos trastornos <TDAH y TOCl o través de una la toma de decisiones sería deficiente (ineficiente, poco reflexiva e
comparación metaonalítica. Se concluyó que los deficiencias com- inconsistente) e impulsiva (proclive a optar por alternativas inmedia-
partidas por los dos trastornos, en cuanto o control inhibitorio se tos en lugar de por alternativas tardíos); en el TC, sería imprudente
refiere, en lugar de representar un endofenotipo transdiognóstico, e insensible o las consecuencias negativas; en la depresión, las deci-
se asociaban con anomalías funcionales y estructurales diferencia- siones serían desconectadas, perseverantes y pesimistas; mientras
les entre ambos patologías. En concreto, los pacientes con TOAH que en lo ansiedad serían vacilantes, reacias al riesgo y autocríticas.
mostraron regiones prefrontales/insular-estriatal ventrolaterales
más pequeñas y con bajo funcionamiento, mientras que los pacien-
tes con TOC mostraron regiones insulares-estriatoles más grandes VI. Teorías explicativas
y con alto funcionamiento, que pueden estar mol controladas por
regiones prefrontales mediales rostro/dorsales más pequeños y con El DSM-5 describe el TDAH como un trastorno del desarrollo sin cau-
bajo funcionamiento. so específica identificada (APA, 2013). En la actualidad, en efecto,
en el morco de las hipótesis diátesis-estrés, el TDAH es considerado
un trastorno de etiopotogenia multifactorial, heterogéneo y comple-
J!Endofenotipo. El endofenotipo, o fenotipo interno, hace jo, en el q_ue uno serie de vulnerabilidades neurobiol6gicas (asocia-
das a factores poligenéticosl interactúan entre sí y, a su vez, entran
referencia a rasgos heredados objetivables Intermedios entre
en combinación con factores ambientales (Artigas-Pallarés et al.,
el genotipo y el fenotipo que constituyen indicadores de vul· 2013; Asherson et al., 2016; Tarver et al., 2014)_ En este contexto, las
nerabi11dad latente para determinadas enfermedades y per· teorías explicativas vigentes que contribuyen a la comprensión de su
miten predecir con qué probabilidad puede desarrollarse [p. etiología no son necesariamente excluyentes, sino complementarias.
ej., Id esquizofrenia!. E>tos rasgos también se pueden des· A este respecto, la investigación ha desarrollado, sobre todo,
encadenar por factores ambie11tales. Puede observarse de dos marcados líneos de estudio: una de ellas centrada en los aspec-
manera Indirecta a través de detern1inadas pruebas (p. ej., tos biológicos del TDAH, y otro relativa a los procesos cognitivos
de personalidad, neuropsicológlcas, neurof1siológica~, neu- implicados en la sintomatologío nuclear de! trastorno_ En el marco
roanatómicas, neuroimagen, bioquímica> o nietabólicas). de las teorías biologicistas se han realizado importantes aporta-
ciones sobre factores relacionados con la genético, la epigenética,
los estructuras cerebrales implicados y su dinámico funcional. Los
Centrándose en el espectro de los síntomas e~ternalizontes modelos teóricos basados en el funcionamiento de los procesos cog-
(agresividad, falto de atención, desobediencia y conducto delicti- nitivos investigan el papel de las funciones ejecutivas y de la cogni-
va), Beauchaine et al. (2017l revisaron la evidencia sobre el rasgo de ción social en el procesamiento de la información y en los déficits
impulsividad del TDAH_ Los autores concluyen que lo impulsividad asociados.
constituye una vulnerabilidad abajo-arriba, mediado subcortical-
mente, para todos los trastornos externalizados. Ecta vulnerabilidad A. Teorías biologicistas
surge de la respuecta deficiente de la dopamino mesolimbica, q_ue
se asocia a irritabilidad, descontento e hiperactividad-impulsividad. Las variables biológicas implicados en el TDAH pueden tener un
El rasgo de impulsividad supone una vulnerabilidad de cara a com- papel diferente, bien como factores antecedentes o concurrentes.
portamientos de externalización cado vez más graves a lo largo Así, por ejemplo, los factores de heredabilidad genético, o un posi-
del desarrollo, a través de interacciones complejas con (a} estados ble trauma perinatal son más claramente variables antecedentes,
motivacionoles aversivos q_ue surgen de sistemas subcorticales en pero otras variables biológicos (p_ ej_, registros fisiológicos o acti-
gran medida independientes; (b) mecanismos reguladores de emo" vidad catecolaminérgicol, en la actualidad, solo pueden conside-
ciones q_ue surgen de lo modulación cortical arriba-abajo de lo fun- rarse factores concurrentes (correlatos biológicos). La existencia
ción neuronal subcorticol, y (c) factores de riesgo ambiental q_ue de correlatos biológicos de los comportamientos propios del TDAH
dan forma y mantienen la desreguloción emocional. E>ta perspec- no significa que lo biológico determine, por sí solo, el comporta-
tiva resalta la impo1tancia de identificar vulnerabilidades neurona- miento_ Estos correlatos constituyen un substrato biológico de los
les transdiagnósticas a la psicq:iatología; encaja con la ectructura síntomas cognitivo-conductuoles, y no necesariamente son foctores
jerárq_uico y latente de la psicopatología, y sugiere que los trastor- causales del trastorno_ Por otro lodo, que los comportamientos se
nos del espectro de externalización se van produciendo a lo largo de den, obviamente, en determinados contextos no quiere decir que

502
Capítulo 16. Trastonio po~ déficit de alenciór)'iip2ractivdci

vengan determinados solo por las variables del contexto. El cere- el trastorno. encontiándose pruebas de la exis1encio de uno afee,
bro (p. ej., la actividad catecolaminérg1cal, el ambiente (p. ej., las tación de lo metilación del gen DRD4 y de la acetilación de las
experiencias de aprendi2ajel y las variables cogriitivo-conductuales hi>tonas de los genes P300, MTSTl1 y HDACI. A este respecto, se
(p. ej .. inatención o hiperactividad) interacciorion coristantemente, han encontrado pruebas de la regulación epigenético del gen DRD4
de modo circular, no de un modo lineal, de manera que no se puede asociados a la s1ntomatología del TDAH_ De formo específica, se
establecer, salvo en determinados casos, que la alteración de uno ha comprobado que niveles de met1lación más altos en este gen se
seo lo causo del otro- Así pues, el modelo más adecuado para el asociaban con uno mayor intensidad de los síntomas cognitivos y
entendimiento del TDAH es el biopsicosocia!. atencionales de las personas con TDAH, sin encontrarse este efecto
en los síntomas de hiperactividad e impulsividad (Oadds et aL, 2016).
a. factores genétícos Por otra porte. la investigación sobre las condiciones ambienta-
Los estudios de genética molecular han mostrado que el TDAH es les que pudieran estar involucradas epigenéticamente en el desa-
un trastorno poligenético en el que pueden existir alteraciones de rrollo del TDAH ha prestado atención a factores relacionados con el
varios genes en diferentes cromosomas, lo que explicaría la hete- embarazo, el parto, los primeros etapas del desarrollo del bebé, lo
roge11eidod en la configuración del feriot1po del TDAH y lo relativo alimentación, el consumo de sustancias tóxicas y otros factores de
continuidad de su expresión sintomática a lo largo de la vida !Farao- tipo psicosocia!
ne y Larsson, 2019; Franke et aL 2012)_
El mapa genético conocido en la actualidad, gracias al mayor
estudio a escalo genómica realizado hasta la fecha sobre TDAH, }lEpigenétlca. La epigenet1ca es el estudio de los mecanis-
describe los doce principales genes ·implicados en su desarrollo. mos que regulan la expresión de los genes sin modificar la
Entre los doce fragmentos genómicos identificados destaca el gen secuencia básica de ADN. Se relaciona con procesos quími-
FOXP2, uno de los más estudiados en relación con el desarrollo del cos capaces de activar o inactivar la carga genética a tra-
lenguaje, fa formación de sinapsis neuronales y el aprendizaje. Es vés de mecanismos de metilac1ón del ADN, modificación de
determinante también el papel del gen DUSP6, que está implicado
h1stonas y del ácido ribonucleico IARN) no codlflcante. Por
en el control de la neurotransmisión dapominérgica. Un tercer gen
relevante es el SEMA6D, que se expresa en el cerebro durante el tanto, establece relaciones de interi:lcción entre genética y
desarrollo embrionario y tiene un papel fundamerital en la forma- ambiente que derivan en ca1nbios que, a su vez, pueden ser
ción de las ramificaciones a nivel neuronal (Oemontis et al., 2019). transmitidos corno información heredable. La ventaja de la
Por otra parte, se ha señalado la importancia de los genes vincula- epigenética es que ofrece 111ayor reverslbiliddd que la idea
dos a los receptores <DRD4, DR05) y transportadores <SCLóA3 o DATI y de las n1utaciones genéticas, por lo que conocer aquellos
OAT5) de dopamina y el gen transportador de la norodrenalina (NETI); elementos ambientales que pueden actuar como factores
el receptor serotoninérgico (5 HTRIBJ y la proteína neural SNAP25 de riesgo y proteccion frente a determinadas patologías
(Acosta, 2007; Ramos-Quiroga et al., 2007; Soutullo y Díez, 2007). ofrece la posibilidad de mejorar su abordaje terapéutico y
En general, los estudios reolizados explorando el patrón en fami" su prevención.
lías, gemelos y adopciones encuentran dotas fiables y significativos
para afirmar lo existencia del componente genético en su origen y
desarrollo {Akutagavo-Martins et aL, 20131_ La investigación sobre Se ha otorgado uno atención especial a las condiciones de salud
la heredobilidad de TDAH ha confirmado una mayor probabilidad de la madre para identificar los posibles factores de riesgo pre y
de presentar el trastorrio si algún progenitor está afectado, es decir. postnatales en el desarrollo del TDAH, habiéndose ericontrado datos
que ef padre o lo madre tenga TDAH multiplica por 8,2 el riesgo de significativos de algunas variables durante estos períodos, aunque
padecer el trastorno en sus hijos e hijos <Brikel! et aL, 2015; Neole sin pruebas suficientes poro respaldar una causalidad directa bien
y Faraone, 2008l, existiendo uno estimación de que el 76% de la definido <Sciberras et oL. 2017) En este cam¡x¡, los investigaciones
vorianza del trastorno se debe a factores de heredabilidad (Faraone han encontrado un aumento del riesgo de padecer TDAH cuando
et al., 2005); y se calcula que el resto de la varianza asociada con el han existido co1nplicaciones durante la gestación y el parto tales
TDAH probablemente se deba a factores ambientales en interacción como preclampsia, parto inducido, hipoxio al nacer (Golmirzaei et
con !a vulnerabilidad genética (Sciberras et al., 2017). al., 2013; Amiri, et al., 2012; Silva et al., 2014), elevados niveles de
estrés mantenido de lo madre durante el embarazo (Gustanvson et
b. Factores epigenéticos al., 2017; Van Batenburg-Eddes et al., 2013); consumo de tóxicos
Lo epigenética es la disciplina que estudia los mecanismos y proce- como alcohol a nicotina por porte de la gestarite <Kim et al., 2013;
sos que producen cambios en la expresión de los genes, sin alterar Thokur et al., 2013; Holz et al., 2014), y consumo de ciertos fárma-
la secuencia fundamental de ácido desoxirribonucleico (ADNl. En cos, como benzodiacepinos y anticonvulsivontes (Cohen et al., 2013).
este sentido, investigo q_ué factores ambientales pueden activar o Ademós, se han encontrado diferencias significativas asociados o
silenciar la información conteriida en el código genético. En general, la metilación de ADN, presentando un 30% de aumento del riesgo
estos procesos tienen que ver con cambios bioquímicos de meti- relativo de desarrollar de TDAH tras un consumo prolongado de
lación, modificaciones de histonos y ácido ribonucleico !ARN) no paracetamol en el embarazo, durante un mínimo de 20 días {Gervin
codificanfe de la cromatina y otras causas desconocidas CGarcia et al., 2017; Masarwa et al, 2018)_
et al., 2012). Añadido a esto, se ha encontrado que el desarrollo del TDAH
La investigación sobre TDAH ha mostrado un interés creciente presenta cierta relación con el nacimiento prematuro, un muy bajo
por averiguar q_ué modificaciones epigenéticas se relacionan con peso al nacer y otras condiciones que puedan suponer alteraciones

503
f'v1anual de psicopatología. Volumer 2

cerebrales sobre el córtex prefrontal (Q'Sheo et al., 2013), pero lo Otro mineral q,ue ha sido objeto de interés por su posible efecto
premoturidad e> el factor ambiental con mayor evidencio en rela- sobre la sinromatología del TDAH es el hierro_ Algunos estudios han
ción con el origen del trastorno. En este ámbito, se ha calculado sugerido que su déficit interfiere con un adecuado desarrollo del
que cuando el nacimiento ocurre entre los >emanas 35-36, esos si1tema nervioso central. al disminuir la densidad de receptores 02
bebés tienen un 20-30% más de probabilidad de tener TOAH q,ue y D4 del sistema dopaminérgico. par lo que se ha propuesto que
los nacidos a término y se duplica el riesgo de TOAH cuando el subsanar este déficit férrico podría ser una alternativa en pacientes
nacimiento sucede en las semanas 23-28. Además, la mitad de los can TDAH (sobre todo, subtipo inatento) (Soto-insuga et al., 2013;
bebés prematuras cuyo peso al nacer es inferior o 1.000 gramos Strickland, 2014).
desarrollan TOAH, reduciéndose este porcentaje a un 20 % cuando En cuanto a la posible 1elación entre los factores ambiento/es
el peso oscila entre 1y 1,5 kilos La severidad de lo sintomatología de típo psicosocial y las pautas de crianza con el TOAH, los estudios
TOAH también ha correlacionado con el grado de prematuridod, indican o_ue no tienen un efecto causal pero sí pueden tener un
siendo mayor cuanto menor es la edad gestacional (JaekeJ et al., papel modulador durante el curso del trastorno_ Entre otros fac-
2013). Otra de las cuestiones ctue aparecen de 1nanera recurrente tores psicosocioles se ha estudiado la existencia de otros trastor-
en torno a la etiología de TOAH es su relación con los traumatismos nos psiq,u1átricos en los podres (distintos al TDAHJ, los contextos
craneoencefálicos, habiéndose encontrado mayor presencia de sín- de inestabilidad familiar, haber residido en instituciones en etapas
tomas típicos de TOAH tras haber sufrido un traumatismo craneal evolutivas tempanas y en situación de adopción, la existencia de
durante el período perinatol (Alosco et al., 2014.J. No ob>tonte, los estilos de crianza inadecuados, la ruptura de vínculos y el bojo nivel
<lotos controstodos por estudios recientes han indicado que ningu- socioeconómico, vinculado este a unas posibles peores condiciones
no de los factores de riesgo prenatales propuestos opo1ta pruebas poro el desarrollo en general {Biederman y Foroone, 2005; Sagiv et
sólidas y suficientes poro respaldar uno relación causal definida al., 2013; Stevens, 2008). En este sentido, atribuir el origen del tras-
respecto del TOAH, y cuanto más riguroso es el diseño del estudio, torno, fundamentalmente, a un proceso de aprendizaje a. más en
menos probable es q,ue respalde una asociación en este sentido, lo particular. a determinados estilos educativas, valores o actitudes de
q,ue encoja dentro de la comprensión multicausal y multifactorial padres o educadores (o la sociedad más en general> es una creencio
del tro>torno (5ciberras et al.. 2017). que no cuento con el aval científico necesario y, además, constituye
Por otra parte, se han estudiado las posibles implicaciones epi- uno estigmatización infundado de los padres q,ue solo contribuye a
genéticos de determinados factores ambientales o.,ue, no vinculán- agravar el malestar de todos las personas afectadas, de forma direc-
dose con el origen del TOAH, sí pudieran intervenir en su evolución. to o indirecta, por el TOAH.
En este sentida, se ha prestada atención a variables relacionadas
con la alimentación, tos pautas de crianza o factores ambientales c. Factores neuroanatómicos
de tipo psicosocial. Con el objetivo de fundamentar propuestas explicativas q,ue per-
Respecto de la alimentación, aunque todavía no hoy estudios mitan profundizar en lo compresión del TDAH, las técnicas de
concluyentes, se ha propuesto la llamada «hipótesis nutricional de neuroimogen han permitido conocer mejor las áreas cerebrales
TOAH» paro valorar el posible efecto de determinados aspectos implicadas en el desarrollo del TDAH y se han mostrado altera-
nutricionoles en el desarrollo y funcíonamiento del sistema nervioso ciones cerebrales o nivel estructural y funcional vinculadas con
central y, de ese modo, su posible relación con el TDAH_ En este sen- aspectos de volumetría, activación cortical y potrones de conec-
tido, se ha analizado el papel de ciertos macronutrientes, como los tividad entre redes neuronales. Además, se ha investigado lo rela-
azúcares simples y los ácidos grasos poliinsoturados; algunos micro- ción o.,ue los factores neuroanatómicos tienen con determinados
nutrientes, como el hierro y el zinc; y otros componentes, como los variables de tipo psicológico afectadas de forma característica
aditivos alimentarios. en el TDAH.
En lo relativo a los azúcares simples, un primer metoanálisis no En general, respecto de los áreas cerebrales implicadas en el
descartó totalmente la posibilidad de un efecto del consumo de azú- TDAH, se ha destacado el papel de los áreas frontoestriatales (toles
car sabre lo sintomotología TDAH, si bien no encontró correlación como el córtex prefrontal, el cuerpo calloso y los ganglios basa-
directo entre ambos (Wolroich et al., 1995). Estudios más recientes les), áreas temporoparietoles {en regiones límbicas como la amíg-
han observado una interrelación entre los niveles elevados de azúca- dala y el cíngulo anterior) y áreas cerebelosas (Kooij et al., 2019;
res simples en lo dieta y el empeoramiento en lo calidad del sueño Romos-Quiroga et al., 2013). En relación o las áreas frontoestriatales,
en TOAH (Blunden et al., 201D. se ha encontrado que los dificultades en los FE se han asociado
En referencia a los ácidos grosos poliinsaturodos de cadena específicamente a Ja región prefrontal dorsolateral, y las FE de tipo
larga, un reciente metoanálisis ha encontrado efectos significa- más afectivo se han vinculado con los regiones ventrales y mediales
tivos de los suplementos omego-3 y 6, tomados en combinación, de la corteza prefrontal, añadiendo el papel del cíngulo anterior.
con mejoras en los síntomas clínicos de TDAH, fundamentalmente Sobre las áreas temporoparietafes, se ha definido la importancia
en medidas relacionadas con lo atención CChang et al., 2018). Un de la vía mesolímbico, que conecta el mesencéfolo con el siste-
estudio posterior proporciona evidencio adicional del efecto bene- ma límbico, yendo desde el área tegmentol ventral hasta el núcleo
ficioso de la suplementación con omega-3 en el tratamiento del accumbens y conectándose con otras estructuras como la amígdala
TDAH (Rodríguez et al., 2019) Af'ladido a esto. hay investigaciones e incluso la corteza prefrontal. Así, lo vía mesolímbica se ha asocia-
sobre la combinación del consumo de ácidos grosos omega-3 y 6 do con el mecanismo de recompenso cerebral, siendo fundamental
con suplementos de zinc y magnesia q,ue hon encontrado efec- en las sensaciones de placer, gratificación y recompensa_ Las áreas
tos beneficiosos sobre los problemas otencionales, conductuoles y cerebefosas se han relacionado con el control de movimientos y
emocionales en población infantil y adolescente con diagnóstico de otros funciones motoras, así como con funciones cognitivos de tipo
TOAH <Huss et ol., 2010). atencional (Albert et aL. 2016).
Capitulo16. Trastorno por dé1ic1t de atenciónihiperac:t1vad

Por lo q_ue se refiere a la ~'ofametría, los primeros estudios de


análisis volumétrico del e;triado ventral en el TDAH habían deter" recon1pensa. Además, en personas con TDAH ~e han OJser-
minado una reducción de volumen de aproximadamente un 25 %en vado ciertos patrones en la actividad electti\a y química
lDAH en comparaciórt con el grupo conhol ((ormona et al., 2009J. cerebral d1ferrntes a los que se producen en personas sin
Por otra porte, Frodl y Skokauskas (2012) identificaron a través de
TDAH, cort especial aiención al déf1c1t de ciertos neuro-
un estudio de metaanálisis, que los niños con TDAH presentan una
reducción en el volumen del globo pálido derecho, del putamen transmisores ldopamina, noradrenalirta y serotonina] ligado
derecho y del núcleo caudado Uanto en el hemisferio derecho como a la sinto1natología del trastorno.
izquierda), la amígdala y lo corteza cingulada anterior <CCAJ. Por
su parte, los adultos con TDAH presentan uno reducción de volumen
en la CCA. Sin embargo, con el tratamiento farmacológico a lo largo
del tiempo, estas alteraciones parecen disminuir desde lo infancia o lkl reciente estudio de megaanálisis transversal, revisando el
la edad adulta. Pero los adultos en los que persisten síntomas TDAH mayor conjunto de datos hasta la fecha sobre irtvestigociones de
parecen seguir sufriendo una reducción del volumen de la CCA. En neuroimagen acerca de alteraciories estructurales en niños y adul·
definitiva. el tratamiento parece tener efectos positivos sobre la tos con este trastorno, ha aportado nuevos conocimientos sobre la
estructuro del cerebro sugiriendo la posibilidad de que la medi- reducción de la amígdala bilateral, del núcleo occumbens y del
cación estimulante tenga un efecto normalizodor a nivel cerebral. hipocampo, ampliando la teoría del retraso de la maduración cere-
Todos estos resultados eran consistentes con el modelo dominante bral poro el TDAH con lo inclusión de estas estructuras subcorticales
(Hoogman et al., 20J7J.
de !a existencia de una disfunción frontoestriatol en TDAH (Caste-
llanos y Proal. 2012). Ampliando e..tos datos, otros estudios confir- Por otra parte, se ha iderttificado una menor actividad cortical
maron la existencia de diferencias volumétricas en la superficie del en personas con TDAH. En este ámbito, los estudios con tomografía
cuerpo estriodo ventral entre pacientes con TDAH y personas con computarizada de emisión monafotónica (single photon emission
desarrollo normal, cuyas estructuras cerebrales, a diferencia de lo computed tomography-SPECT-) reflejan uno distribución anormal
que sucedía en pacientes con TDAH, presentaban un mayor tamaño y reducida del flujo sanguíneo cerebral en TDAH en áreas fronta-
y crecimiento progresivo (Show et al., 2014). En concreto, Jos estu- les del hemisferio derecho. A través de pruebas de tomografía por
dios longitudinales del TDAH (Rubia et al., 2014) en lo infancia han emisión de positrones <positron emíssíon tomography: PETJ se ha
permitido estimar un retraso de dos a cinco años con respecto de Jos mostrado una disminución en el metabolismo cerebral regional de
grupos de control, asocióndolo con un menor desarrollo estructural la glucosa en el lóbulo frontal (Mul!igon et al., 2011>. Los estudios
de determinadas áreas (o nivel de las regiones frontal, superior tem- realizados con IRMf y magnetoencefalografía <MEG) han encontra-
poral y parietal> y relacionándolo con las conexiones neuronales Cen do una hipoactivación de la corteza prefrontal, mós marcada en el
las regiones frontoestriotal, frontocerebelosa y frontoparietotempo- hemisferio derecho y en el núcleo caudado, así como alteraciones
roD. Se ha sugerido que estos procesos pueden madurar favorable- en el cíngulo anterior y en la activación de los ganglios basales
mente, con un abordaje terapéutico farmacológico eficaz. (Dick..tein et al., 2006; Hart et al., 2013J.
Así mismo, se ha estudiado la activación de diferentes redes
neurona/es en TDAH. En este sentido, las hipótesis actuales impli"
.1l Alteraciones cerebrales en TOAH. En el desarrollo del con la interacción de varias redes neurales de control cognitivo
TDAH se destacado el papel de diferentes áreas cerebrales: (frontoparietaD, atencionales (dorsal, ventral}, la corteza visual, la
red neuronal por defecto o red de modo predeterminado, y conec-
las áreas frontoestriatales (tales como el córtex prefron-
tividades de los circuitos relacionados con lo recompensa y la
tal, el cuerpo calloso y los ganglios basales], asociada~ a amígdala, perfilándose un mapa más definido de los redes intrín-
las FE; las áreas ten1poroparietdles [en reqiones lirnbicas secas de conectividad del cerebro. En el TDAH, se ha observado
co1no la <lmigdala y el cíngulo anterior], relacionadas con uno menor sincronía entre estas redes, lo que se ha relacionado
los rnecanismas de recompensa. mot1vac1ón y regulación con los síntomas de hiperactividad/impulsividad, y se ha añadido
emocional; y las áreas cerebelosas, implicadas en el con- el papel de lo amígdala en lo regulación emocional, reflejando
trol de movimientos y otras funciones motoras, así corno la existencia de retrasos y/o alteraciones madurativas de todos
estos sistemas (Castellanos y Aoki, 2016J_ Con esto, se propone
en algunas funciones cognitivas de tipo atencional. A nivel
un morco más funcional poro la comprensión de la heterogenei-
estructural. se ha determinado la existencia de un retraso
dad cognitivo-comportamental del TDAH, y el posible papel de la
madurativo asociado a una reducción en términos de volu- corteza visual primaria en la disfunción atencionol del trastorno
men cortical de varias de estas áreas, fundamentalmente ((ostellonos y Proat 2012).
en estructuras pertenecientes a los ganglios basales. A Al revisor lo dinámica de interrelación de algunas de estas redes
nivel funcional, se han identificado una rnenor actividad neuronales, se han observado patrones específicos de funcionamien-
metabólica cortical fu11damentaln1ente asociada al hemis· to en personas con TDAH en dos importarites redes cerebrales: la red
ferio derecho y alteraciones en la conectividad en determi· neuronal orientada a tareas y la red neuronal por defecto_ la prime-
nadas redes neuronales de control cognitivo lfrontoparie- ro se activa ante tareas cognitivamente exigentes, y lo segunda está
implicada en estados de ensoñación y divagación mental <Fax et al.,
tal], atencionales !dorsal, ventral), la corteza visual, la red
2005J. En personas neurotípicos, cuando la red neuronal por defecto
neuronal por defecto o red de modo predeterminado, y los
está activado, la red neuronal orientado a tareas permanece inac-
circuitos relacionados con la amígdala y los sistemas de tiva, pero e..ta última toma el mondo ante la necesidad de atender
una tarea cognitivo y, en ese momento, la red neuronal por defecto

505
Manual de ps1copatologia. VolLmen 2

se desconecto Cuando ceso lo exigencia de lo toreo concreto, lo red continuo sobre la variabilidad normal. Asi1nismo, y en relación con
neuronal por defecto tomo protagonismo de nuevo. Si e5ta dinámica lo anticipación de recompensas. se ha investigado lo conectividad
recíproco y secuencial de «apagado y encendido» no se produce del estriado ventral en relación con la 1mpulsividod o través métodos
adecuadamente, lo capacidad de concentración de la persono di>" de IRMf en estado de reposo. En este sentido, se ha encontrado
rninuye_ A este respecto, en el TDAH se han descfito patrones de un aumento significativo de la conectividad funcional del estriado
activación simultáneo o en paralelo en ambos redes cerebrales que ventral y la corteza prefrontal ventromedial en lo muestra de TDAH
se han relacionado con las dificultades de atención y otros funciones frente al grupo control, que se correlacionó significativamente con
ejecutivos (Buckner et al., 2008; Mattfeld et al., 2011-V. una medida de impulsividad («descuento temporal») (Foir et al.,
Algunos de los datos más recientes q_ue la investigación ha 2013; Scheres et al., 20131; y Tomos1 y Volkow (2012) también detec-
revelado acerco de los aspectos neuroanatómicos estructurales y taron un aumento anormal de la conectividad funcional del estrato
funcionales del TDAH han sido revisados por Baroni y Cartellonos ventral y la corteza orbitofrontoL
{20151 en el morco del Proyecto del Conectoma Humano (Human Por otro lado. la investigación ha mostrado la existencia en
Connectome Proyect: HPCJ. El HPC proporciono imágenes cerebra- TDAH de dificultades relacionados con el manejo cognitivo de!
les de alta definición asociadas a distintas variables psicológicas tiempo (timingl. El metoanólisis de Hart et al. (2012) encontró evi"
relacionadas con el conrtructo del TDAH. Siguiendo a ertos autores, ciencias para afi1 mor q_ue las personas con TDAH presentan déficits
nos centraremos en aquellos variables sobre las que se han obteni- en estas competencias que se relacionan con una hipoactivación
do datos más relevantes: la inhibición de las respues·tas motoras y funcional de áreas típicamente asociadas con el procesamiento del
la atención sostenida; los aspectos atencionoles relacionados con tiempo: córtex frontal inferior, corteza prefrontol dorsolateral, área
la variabilidad del tiempo de reacción; lo anticipación de recom- motora suplementario, córtex cingulado anterior, ganglios basales,
pensas y lo impulsividad asociada o ella; y el manejo cognitivo del regiones parietales y cerebelo. Además, se ha comprobado que los
tiempo { titning). medicamentos estimulantes empleados en TDAH parecen mejoror
El metaonólisis de Hart et al. (2013) encontró distintas anorma- olgunos déficits en el timíngol normalizor el hipofuncionamiento de
lidades funcionales en TDAH relacionados con déficits en la inhibi- las redes fronloestriatocerebelosas.
ción de las respuestas motoras y en la atención sostenida (vigilan! Además, los principales estructuras anatómicos que se han
attention) y pudo establecer relaciones entre estos déficits, los identificado en relación con el TDAH forman a su vez parte de los
estructuras cerebrales subyacentes y los síntomas de hiperactivi- principales circuitos dopominérgicos, noradrenérgicos y serotoni-
dad/impulsividad y falta de atención en TDAH. Así, para los tareas nérgicos cerebrales, por lo que las teorías neuroanatómicas están
de inhibición motora se observó hipoactivación en el área de lo claramente relacionadas con los correlatos neuroquímicos, lo que
corteza frontal inferior derecha, que se extiende hasta lo ínsula constituye un apoyo indirecto a la hipótesis catecolominérgico en
anterior, el área motora s1...plementoria, lo CCA, el núcleo caudado relación con el TDAH <Franke et al., 2008; Landoas, 2010; Ribosés
y el tálamo. Respecto de los tareas que evaluaban lo atención se et al., 2009).
encontró hipoactivación en la corteza prefrontal dorsolateral dere-
cha, el putamen, el tálamo posterior, lo colo del núcleo caudodo y d. Factores neuroquímicos
el lóbulo parietal. Añadido a ello, Rubia et aL (201ll.l, explorando si
los efectos de lo medicación correlacionaban con estos hallazgos, Dentro de las teorías que contribuyen a la explicación del TDAH, el
comprobaron efectivamente que, al menos para las tareas de inhi- ertudio de lo q_uímica cerebral revelo alteraciones en lo neurotrans·
bición, los efectos clínicos de la medicación estimulante también misión estrechamente vinculados a los variaciones de tipo genético,
estaban mediados por la activación de la CFI derecho y la ínsula principalmente, de los genes que codifican receptores y transporta-
anterior, siendo estos zonas centros clave de la red de atención dores de dopamina y norodrenolino CSoutullo y Díez, 2007).
ventral derecha y componentes clave de la red ejecutiva central En este sentido, se ha propuesto la llamada hipótesis catecola-
frontoparietal. minérgica del TDAH \Del Campo et aL, 2013; Hart et al., 2013l. Las
Respecto de la atención y la variabilidad del tiempo de reacción catecolomirias son sustancias que funcionan como neurotransmiso-
en las pruebas de atención sartenida, se comprobó que los niñ.os y res en el cerebro participando en el envío de señales electroquími-
adultos con TDAH presentan mayores errores de omisión otencional cas entre neuronas. Las tres principales cotecolominas son lo dopa-
y un aun1ento en lo variabilidad en el tiempo de reacción que los mina, lo noradrenalina y la adrenalina. En TDAH, se ha observado
controles sin TDAH CHuang-Pollock et al., 2012; Kofler et al., 2013), un déficit, fundamentalmente asociado o dopamina y noradrenolino,
lo que parece asociarse, principalmente, a circuitos del hemisfe- en áreas como e! córtex prefrontal, el cuerpo calloso y los ganglios
rio derecho incluyendo lo corteza prefrontol. dorsomedial, media basales, que se ha relacionado con los síntomas nucleares del tras-
y ventrolaterol, lo ínsula anterior y los áreas parietales {Langner y torno, ofectando al desempeño de los FE o la hora de atender o
Eickoff, 2013)_ lo información, inhibir estímulos irrelevantes o planificar y regular lo
Por otra parte, los hallazgos de los estudios sobre anticipación respuesta conductuol.
de recompensas, cuyo patrón diferencial se considera un elemento La teoría dopaminérgica se basa en la existencia de déficits
importante de este trastorno (los TDAH prefieren recompensas inme- en dos regiones en las q_ue la dopamina tiene un papel crucial: el
diatas), parecen relacionarse con anomalías morlométricas en el cíngulo onterior, cuya hipoactivoción produce un déficit cognitivo
cuerpo estriado ventral. Así, el metoonálisis de Plichta et al. (201ll.> en las FE, y el núcleo caudado, cuya sobreactivoción genera un
confirmó la hipoactivación del estriado ventral durante la anticipa- exceso de conductas motoras, típicas en personas con TDAH. Así.
ción de recompensas en personas con TDAH frente o lo observado en en lo búsqueda de explicaciones sobre la disfunción estriotol, los
el grupo control de personas con desarrollo neurotip1co, lo que per- ertudios basados en rodioligondos (sustancias bioquímicas que se
mitió cuestionar el concepto de TDAH como simple extremo de un utilizan como marcadores para el estudio de la actividad de los

506
Capitula lb. Tras~or·no por déñc1t de atenc1ón/h1peract1vad

si>terr1as 1ecepto1es del cuerpo) han cuantificado ia densidad del mas de impulsividad e hiperactividad (Soutullo y Álvur1>2, 2014) \'la
transportador de dopamina y sus efectos en la sinapsis del estriado regulauón del patrón noradrenérgico se asocia o una mejora en el
El metaanálisis de Fusor-Poli et al. (2012l concluyó que los pacien" dese1npeño de las funciones cognitivas y afectivos (Baurneisler, et
tes con TDAH q,ue no habían sido tratados con medicación tenían al.. 2012).
una densidad del trorisportodor de dopamina significativamente
más baja rtue lo; sujetos del grupo control de personas sin TDAH, e. Factores eiecíroffsiofógicos
mientras q,ue en los pacientes con TDAH que sí habían sido trata- Las pruebas de neurofisiología clínica, como el electroencefalo-
dos farmacológicamente ocurría Jo contrario, un aumento de esta grama, permiten hacer una valoración del estado de n1aduración
densidad en comparación con los mismos controles. Posteriormente,
bioeléctrico del cerebro. La cartografía cerebral disponible indico
Wang et al. (2013) publicaron un estudio en el que comprobaron
un aumento de la potencio absoluta y relativa de bandas theta y
que gracias al tratamiento con metilfenidato durante doce meses se
delta del lóbulo frontal en TDAH, así como una disminución de la
lograba aumentar lo disponibilidad de los transportadores de dopa-
frecuencia media de alfo y beta, lo que revela una desviación y
mina estriotal en el TOAH (caudado, putomen y estriotoventroll.
retraso en la maduración de la actividad cerebral en quienes pade-
cen este trastorno (Moreno y Ortiz, 2015). En relación a esto, Arns et
al. (2013) concluyeron en su estudio de metoonólisis que, si bien este
J) Hipótesis catecolaminérgica. Las catecolarninas son sus· patrón no se puede utilizar como medida diagnóstica para TDAH,
tanc1as que funcionan con10 neurotransinlsores en el cere· los diferencias decrecientes encontradas en la ratio thetalbeta a
bro y corno hormonas en el resto del cuerpo. En su papel través de los años pueden ser consideradas como indicador pronós,
como neurotransm·1sores participan en el envio de señales tico del trastorno.
electroquimlcas entre neuronas. Las tres principales cateco- En general, las ondas alfa, beta, theta entran en funcionamiento
laminas son la dopamina, la noradrenalina y la adrenalina. según la actividad que se esté realizando. Desde esta perspectiva,
En TDAH, se ha observado un déficit, fundamentalmente lo disfuncionalidod en TDAH se caracteri2a por un incremento de
asociado a dopamina y noradrenalina, en áreas como el cór· las ondas theta (que produce un aumento de la actividad o de la
excitación) y una disminución de los ondas alfa y beta (que favo-
tex prefrontal, el cuerpo calloso y los ganglios basales, lo
recen el estado de reposo, relajación y atención consciente). Si la
que se ha relacionado con los síntomas nucleares del tras-
ratio de las ondas thetalbeta es excesivamente elevada {mós cuanto
torno. En este sentido, de forma general, se ha vinculado mayor es el numerador respecto del denominador) pueden aparecer
la dopamlna con las funciones ejecutivas de lipo cognitivo problemas de hiperactividad, impulsividad y dificultades otencio-
y afectivo, y en relación a los circuitos de recompenoa. La nales característicos de la sintomatología del TDAH (Jeste et al.,
noradrenalina se ha asociado con la atención, el interés y 2015). De esta manero, determinados patrones disfuncionales de la
la mot1vaclon. Añadido a esto. la serotonina se ha asociado actividad eléctrica del cerebro se han vinculado a problemas en el
con la Impulsividad y la regulación de los estados de ánimo desarrollo neuroanatómico de ciertas áreas cerebrales y, por tanto,
a su retraso madurativo.
y, con todo ello, se ha determinado que estos neurotrans-
misores tienen un papel notorio en la Sintornatologia del
TDAH.
B. Teorías cognitivas
Los modelos cognitivos teóricos que se han planteado paro TOAH
se han centrado en comprender el papel de las funciones ejecutivas
Sin embargo, tal y como apuntan Baroni y Castellanos (2015>, es cognitivas y de la cognición social en el desarrollo de la sintomato-
posible que, durante años, el peso otorgado al patrón dopaminérgi- logía asociada al trastorno.
co en TOAH hoya estado condicionado por la propia capacidad de
las investigaciones a !a hora de cuantificar los múltiples aspectos ª" Factores relativos a las funciones ejecutivas
del sistema dopaminérgico estriado frente a las dificultades poro
La investigación sobre las funciones ejecutivas ha pretendido identi-
explorar otros marcadores, prestando mós atención a lo q_ue se pue-
ficar q_ué funciones estaban afectadas en el TOAH y cuál era el peso
de investigar mejor o mós fácilmente. Este sesgo ha persistido en la
específico de coda una de ellas. Así, ha habido múltiples propuestas
investigación, pese a q,ue también se han acumulado pruebas que
sobre modelos explicativos de déficit único y de déficit múltiple,
implican de formo clara al sistema noradrenérgico en la modulación
quedando recogidos a continuación los de mayor calado y acepta-
de la función cortical prefronfal. En la actualidad, se prevé que los
ción den~ro de la comunidad científica, por su especial contribución
estudios con nuevas ligandos q_ue cuantifican los marcadores noru-
o la comprensión del trastorno.
drenérgicos (q_ue están asociados con lo atención, el interés y la
motivación} revelen de forma más clara lo neuroq,uímica del TDAH a.I Modelos de déficit único
(Arnsten, 2011l. El 1nodelo de inhibición conductual y autorregulación de Barke/y
Añadido a esto, la serotonina {perteneciente al grupo de las (1997) es uno de los más influyentes en el estudio del TDAH. Ini-
triptaminosl se ha asociado con la impulsividad y la reguloción de cialmente, este autor propuso un modelo neuropsicológico híbrido
los estados de ánimo y, con todo ello, se ho determinado que estos considerando q,ue el déficit de inhibición de la respuesta conduc-
neurotransmisores tienen un papel notorio en la sintomatología del tual {ligado a lo falta de outocontroll era central en el desarrollo
TDAH. Los estudios que han analizado el efecto de la medicación de la sintomatología del trastorno y afectaba, de forma principal y
en TDAH han comprobado que un aumento de los niveles de dopa- jerárq,uica, al resto de los funciones ejecutivas <Lavigne y Romero,
mina y serotonina disponibles permite una reducción de los sínto- 20JOJ. Para Barkley, los problemas derivados de la falta de inhibi"

507
ciéin cvnUuciuol repeiculen fundomentalJT1en1e en cuatro funciones capacidad paro sostener el estado Je aleria du1onte largos perío·
ejecutivas necesarias par'J alcanzrn la autorreguloción, desarrollar dos de tiempo. Cuando se habla de emoción se hoce referencia
conductas orientadas a metes y rnaxirnizar resultados futuros. Estas a la 11',odulación emocional que se asocia, fundamentalmente, con
cuatro funciones ejecutivas son: la MT no verbal; el habla autodirigi- la tolerancia o la frustración Al referirse a la memoria, Brown se
da o encubierto; lo autorreguloción de los afectos. la molivacióri y lo centro en lo MT y la capacidad paro acceder a los recuerdos. Y In
activación, y la recon~titución de la conducta_ En este sentido, la MT acción es entendido como la capacidad de autorreguloción durante
no verbal se asocio con lo capacidad para representar la informa- una actividad. En consecuencia, un adecuado nivel de desen1pefio
ción en ausencia del estímulo que la originó, irnitar comportarnien- requeri1á el buen funcionomierito de coda una de estas funciones
los nuevos y rnoni¡.¡ular y organizar la información deritra del seritido ejecutivas tanto de formo independiente como en integración con el
del tiempo y la previsión de sus consecuencias. El habla autodirigida resto (Brown, 2000; 2005; 2013l.
o encubierta pasib1l1ta el seguimiento de instruccione1 y reglas y la El nrodelo cognífívo-energético de Sergeant<2000; 2005) pone
comprensión necesaria para la solución de problemas. La autorregu~ el foco en lo existencia de una dificultad en la capacidad de regular
loción de los afectos, la motivación y la actilrClción se requieren para el esfuerzo y la motivación, es decir, en lo regulación de los estados
mantener uo estado de alerto y activación al servicio de uno meto, energéticas necesarios paro satisfacer las demandas de las tareas,
y la reconstitución es el proceso que permite un análisis y síntesis produciendo esta dificultad déficits -ejecutivos en el procesamiento
de lo conducta final. Su utilización promueve la flexibilidad cogniti- de la información. Dichas dificultades se pondrían de mariifiesto
va necesaria para generar nuevos comportamientos y resolver pro- en tres niveles: el primero, referido o mecanismos atencioriales,
blemas (Lavigne y Romero, 2010)_ Por tanto, según este modelo, el englobo los procesos cognitivos básicos implicados en la codifica-
TDAH sería un trastorno del desarrollo de la inhibicióri canductual, ción de estímulos, la búsqueda, el procesamiento central, la deci-
cuyo déficit genera, de forma secundaria, un déficit en el funciona- sión y la organización motora de la respuesto. El segundo es el nivel
miento de los ftmc1ones ejecutivas especialmente vinculados can la de estado centrado en la alerto, la activación y el esfuerzo_ Y el
impulsividad e hiperactividad, y donde la atención no se considera tercer nivel se corresponde con mecanismos de supervisión, plani-
un constructo central. No obstante, los avances en la investigación ficación. monitorización, detección y corrección de los errores. Con
neurofisiológica y en lo conceptuaiización del TDAH han ido siendo todo ello, defiende la intervención terapéutica a través de estrate-
incorporados por Barkley a su marco teórico, acercándose en la gias de reforzamiento positivo (5ergeant, 2000; 2005).
actualidad a propuestas explicativas de abordaje multimodol (Canal El modelo de doble vía de Sonugo-Bark-e es la evolución de su
de Educación Activa, 2014). primer modela de aversión a la demora, originalmente canceptua-
El modelo de la memoria de trabajo de Rapport (2008) está lizado sobre lo idea de un déficit único. Su nueva hipótesis poro
basado en la teoría clásica de Baddeley y considera ll.Ue lo que está explicar los síntomas cognitivos y conductuales del TDAH incorpora
afectado de forma nuclear en el TDAH es el funcionamiento de la dos vías diferentes e independientes ubicadas en áreas cerebrales
Ml Postula la existencia de una MT fonológica, otra no verbal o específicas: la vía cognitiva y la vía motivacional <Sonuga-Barke.
visaespacial y un controlador ejecutivo central. El déficit primario 2003; 2005l. Así, la vía cognitiva parece ubicarse en el circuito fron-
en la MT derivaría en desorganización conductuol y problemas en toestriado y se asocia al control inhibitorio de las funciones ejecuti-
la atención sostenida (Rapport et al., 2001>. Así pues, el modelo de vas. A su vez, la vía motivacional se asocio al circuito mesolímbico,
Rapport, en contraste con el de Barkley, defiende que el déficit relacionado con los mecanismos de recompensa, lo que parece justi-
de inhibición conductual (propuesto por Barkley como problema ficar lo experiencia subjetiva de lo aversión a la demora prefiriendo
central> es un déficit derivado de la disfunción de los procesos de las recompensas inmediatas como reforzadores de lo coriducta. De
la Ml De esta manero, supone que la inhibición es una reacción a este modo, se pretende explicar el trastorna como resultado de la
estímulos externos. que primera tienen que ser codificados y eva- afectación tanta de cada una de las vías de forma independiente
luados mediante los procesos cognitivos asociados a la MT (Rapport como de su interacción. Posteriormente se formuló una propuesta
et al.. 2008). mós actualizada denominado modelo de triple vío de Sonuga-Barke
(2010), en ef que los síntomas asociados al TDAH son explicados a
a.2 Modelos de déficit múltiple partir de la existencia de dificultades en el control inhibitorio y de
La evidente heterogeneidad del TDAH ha supuesto la evolución de la aversióri a la demora y, además, por las dificultades relativas al
los modelos teóricos de déficit único a la conceptualizccióri actual procesamiento temporal (percepción del tiempo en términos retros-
de propuestas explicativas de déficit múltiple. Se trata de modelos pectivos y prospectivos, es decir, de previsiónl, aunque no se con-
inás cornplejos que integran variables cognitivas y emociorioles, y su templo de forma específica la relevando de lo MT (Sonugc-Barke et
correspondencia con diferentes mecanismos fisiopatológicos especí- al., 2010; Sonuga-Barke et al., 2013). En consecuencia, este modelo
ficos (Henríquez-Henríquez et al., 2010; Mastert et oL, 2015l. reconoce lo importancia de los factores cognitivos y de los factores
El rnodelo explicativo de Brown (2000; 2005) ha tenido gran motivaciones en la explicación del trastorno, aportando eviden-
relevancia en la comprensión del TDAH. A diferencia del modelo de cias a favor de la complejidad neuropsicológica que lo caracteriza
Barkley, rio considero que la inhibición conductuol sea central, sino <Chacko et aL, 2014L
que propone un modelo no jerárquico con seis funciones ejecutivos Por otra parte, los modelos de déficit múltiple, además de
fundamentales actuando en conjunto: activación, concentración, aportar conocimiento sobre el funcionamiento cognitivo del TDAH,
esfuerzo, emoción, memoria y acción. La activación es entendida facilitan la comprensióri de algunas comorbilidades. Tal es el caso
por Brown como la capacidad paro organizarse, establecer priori- del modelo dual de comarbilidad entre el TDAH y la dislexio, ll.Ue
dades e iniciar una determinada actividad. La concentración impli- se ha propuesto en referencia a que en ambos trastornos se apre-
ca el manteriimiento de la atención y lo modificacióri del foco en cian dificultades en la velocidad de procesamiento, lo MT verbal
función de los necesidades de la torea. El esfuerzo se refiere a la y lo flexibilidad cognitiva. El déficit compartido mejor estudia-

Sü8
Capitulo 16. Trastorno por déflcir de a~Enc1ón/hiperJLt1v:;id

do ha sido el bajü re11dimiento en la velocidad de denominación centro ert la investigación sobre el autismo. En los últimos años el
automáflca 1áp\da. La concordancio elevada en este factor ha interés neritíf1co sobre esto conceptualización ha ido en progresivo
mostrado un funcionamiento cognitivo co1npa1tido por ambos awnento, siendo en la actualidad un con1po de t»tud10 en el abor-
trastornos, lo que sugiere una causalidad u origen similar <Arfigas- daje del TDAH con el objetivo de conocer lo relación exislertte entre
Pallarés, 2009). los problemas sociales y los déficit:; de funcionomiertto ejecutivo
Respecto de otro trastorno comórbido con TDAH, se ha forniu- q_ue se presentan en este trastorno (Roselló-Miranda ei al., 2016).
lodo el modelo dual de como1bi!ídad con el autismo, fundamenta- Se ha propuesto uno división del concepto de Totv', Art distm-
do en la existencia de déficits ejecutivos compartidos con autistas tos procesos o niveles de con1plejidad. reconocimiento facial de
de alto nivel y con trastorno de Asperger, tales como: la rigidez emociortes, creencias de primer y segundo orden, utilizaciórt social
cognitiva y dificultades en la elaboración de respuestas comple- del lenguaje y comportamiento social y empatía. A su vez, se han
jas, la interacción con el medio y la autorregulación emocional identificado las estructuras cerebrales relacionadas cort coda urio
y comportamentol. Algunos autores hari encont1ado sernejanzas de estos procesos <Green et al., 2011.l.l. El reconocimiento facial de
especialmerite en el funciortamiento ejecutivo entre el TDAH y emociones 1e asocia cort la actividad de la amígdala. Las creenc'ias
autismo de alto nivel, a pesar de que este último teriía menos de primer orden son aq,uellas que reflejart la capacidad de com-
dificultades en el control irthibitorio q_ue las personas cort TDAH prender las creencias de las demás personas acerca de urto situa,
(Geurts et al., 200l0. ciórt, y Jos creencias de segundo orden se refieren a lo habilidad
Ert gerterol, los modelos teóricos cogrtitivos basados ert el papel para comprertder que las persortas tienen también perisomientos o
de las funciortes ejecutivos han ido evolucionando hacia concep- creencias sobre los pensamientos de otros persorias. Se ha señalado
tua1'1zaciortes explicativos de déficits múltiples más acordes cori la lo importancia de la amígdala y la corteza frontal dorsolateral en el
heterogerieidad del TDAH. Actualmente, dentro de estos modelos manejo de las creencias de primer y segundo orden. Respecto de lo
teóricos, la comunidad científico ha mostrado un marcado interés utilización social del lenguaje (en lo capacidad para ironizar o men-
en la investigociórt sobre lo desregulociórt emocional como función tir) destoca el papel del giro frontal medial izquierdo y cingulado
ejecutiva afectada en el TDAH. Estudios recientes señalart la impor- posterior. El comportamiertto social <relacionado con los «metedu-
tancia del conocimiento específico de este constructo poro mejorar ras de pata») se asocia con la actividad del frontal dorsoloteral y
el abordaje integral del trastorno, facilitar el diagnóstico diferert- ventromedial, y la empatía y cogrtición social activan estructuras
cial y discriminar con mayor precisiórt la comorbiiidad asociada. Ert cerebralE>s como el giro frorttal medial, cirtgulado posterior, surco
este sentido, se propone incluso que lo desregulaciórt emocional sea temporal superior, córtex frontal orbitofrontal veritromediol, polo
cortsideroda como urt síntoma rtudear más del TDAH, junto con la temporal, amígdala, córtex frontal dorsoloferal y lóbulo parietal
inatención, lo hiperactividad y la impulsividad, contribuyendo así a (Tirapu et al., 2007).
completar la obligada comprensión multimodal del trastorno (Corbi-
SE'iro et al., 2017; Faraone et al., 2019; Surman et al., 2013).
Jl Teoría de la mente. La ToM, también denominada cogni-
ción social, se centra en el estudio las habilidades cogniti-
Jl Desregulación emocional. La desregulac1ón emocional vas que permiten a una persona comprender y predecir los
es un constructo que se refiere a la falta de control sobre estados mentales de otras: su forma de pensar, sus inten-
la propia conducta y sobre los estados en1ocionale~ asocia- ciones y sus emociones. Por tanto, se traduce en con1pe-
dos, experlrnentando dlflcultade:i para regresar a un esta- tenc1as de tipo social que en TOAH se n1uestran n1arcada-
do de caln1a o de equilibrio Interno. Se ha entendido como mente afectadas.
parte de las funciones e¡ecut1vas cognitivas y su importan-
cia ert la dinámica clínica dE'I TOAH ha derivado en la pro-
puesta de que sea considerada como un sintorna nuclear La investigación trata de averiguar si las dificultades ert la cog-
más en el trastorno y, por tanto, un objetivo terapéutico niciórt social (p. ej .. ToM) son funciories más básicas o primarias, o
fundamental. si. por el contrario, sort una consecuericio de los déficits en las furt-
ciones ejecutivas, siendo estos más básicas y centrales. En cualq_uier
coso, resulta furidamentol ahondar en el estudio de la> habilidades
(ToM) y en su irtterrelación con las funciones ejecutivas para lograr
a.3 Factores relativos a la cognición social: teoría de la mente una mayor compresión del trastorno (Mary et al., 2016l.
La teoría de lo me11te ( Theory of Mind: ToM) se centra en el conoci-
miento de aq_uellas habilidades cognitiv<Js que permiten o uno per-
sono comprender y predecir los estados mentales de otras personas: VI l. Recomendaciones para la
sus creencias, emociones e irttenciones y, por tanto, se traduce en
competencias de tipo soc"ial. Se trata de urta habilidad heterometo-
evaluación y el tratamiento
cognitiva sobre cómo el sistema cognitivo de una persono es capaz En este epígrafe se abordarán algurias cuestiones generales sobre
de generar conocimie11to sobre el sistema cognitivo de otra (lirapu el constructo del TDAH, su evaluación diagnóstica y el tratamiento.
et al., 2007J. Para cuestiones de evaluación y tratomiertto más concretas remitire-
El origen del concepto se encuentra en los trabajos pioneros mos a las guías de práctico clínica (GPC} más relevantes y de mayor
sobre primotologío de Premack y Woodruf (1978) y. después, se calidad (disponibles en abierto ert internetl.

509
~11a11ucil de p~1cop.o;tología. Volun1en 2

Aº E! constructo y su evaluación diagnóstica RtMl, o pruebas hormonales (en la narcolepsiol, o lu presencia de


una enfermedad 1nédico (sinuclemopatía en el caso de trastorno del
La evaluación del TDAH requiere de uno buena entrevista clínica sueño REMl. Así mismo, en algunos de los trastornos neurocognitivos
que permita realizar una onamnes1s comprensiva {etapa prenatal y se requieren distintos tipos de pruebas neuropsicológicos, presencia
perinatol, período de crianza, historia acodémica, factores ambien- de afecciones médicos, uso de sustancias, rr1utoc1ones genéticas,
tales relevantes a lo largo del desarrollo}. una evaluación rnédica pruebas de imagen neurológica o traumatismos craneales. Yobvia·
(prestando uno atención especial al análbis tiroideo, y neurológico, mente hay requerimientos ambientales para distintos trastornos
incluyendo la coordinación psicomotora, y pruebas de audición y de (lrastornos relacionados con trau1nas y factores de est1és, trastor-
visión), un diagnóstico del TDAH adecuado que incluyo las pruebas nos de ansiedad, etc.). Poro el resto de los trastornos psicológicos,
de evaluación pertinentes (automformes y heteroinformes de podres es decir, para la mayoría, no se requieren determinados resultados
y profesores mediante escalas de evaluación y registros conductua- en pruebas como las anteriormente seiialadas (biológicas, fisiológi-
les, junto con exploraciones neuropsicológicos q_ue permitan evaluar cas, instrumentos psicométricos estandarizados) como parte de los
la fE y el CI\ y el análisis de posibles comorbilidades psicopalo- criterios de inclusión diagnóstica. De cualquier modo, en el caso del
lógicas. Todo ello debe estar orientado a realizar una adecuada TDAH es preciso advertir que, aunque algunas pruebas de este tipa
detección del TDAH, evitando falsos positivos (1i bien, se asume que tuviesen una utilidad para el diagnóstico y el diagnóstico diferencial,
la normalidad es una cuestión de índole dimensional, más que cate- en determinados casos (p. ej., MEG) su uso sería poco viable en la
goriall, y a realizar un adecuado diagnóstico diferencial. práctica clínica diaria dado que el acceso a los recursos necesarios
Existe una abundante investigación sobre las características (instrumentales y de personal especiolizadoJ es muy limitado y los
genéticas, anatómicas, funcionales y ambientales del TDAH. Esta costes son muy elevados. Así pues, se hace necesario distinguir entre
investigación muestro q_ue existen diferencias entre los grupos de los recursos q_ue se utilizan en lo investigación y los q_ue en la prác-
TDAH y los grupos de control en el tamaño de algunos estructuras tica clínica resultan viables.
cerebrales y en el nivel de actividad en el sistema catecolaminér- Tanto la distinción entre normalidad y anormalidad como el
gica. Por ejemplo, se han demostrado diferencias en los volúmenes concepto de trastorno san temas ampliamente debatidos en la his-
medios de la corteza prefrontal, los ganglios basales y el vermis toria de la psicopatologío <Santed et al., 2003). En este sentido, es
cerebeloso para grupos de pacientes con TDAH en comparación con preciso recordar q_ue la conceptualización de trastorno mentol del
los controles sin TDAH, pero el grado de superposición entre estos DSM asume que no existen unos límites claros ni uno definición
grupos es demasiado alto como para que los parámetros de neuroi- operacional, definiéndose con arreglo a una multiplicidad de pará-
magen puedan ser utilizados para diagnosticar casos individuales. metros como los patrones sindrómicos, el descontrol, los riesgos que
Del mismo modo. aunq_ue existen datos sobre heredabilidad familiar supone, la etiología, la desviación estadística, el malestar clínica-
para el TDAH, no existe un patrón genético hereditario específico, mente significativa, la disfuncionalidad, etc. Cada parámetro inter-
ni suficiente ni necesario, del trastorno. Además, existen algunos viene de distinta manera en la definición diagnóstica de los distintos
factores ambientales que constituyen factores de riesgo para el tras- trastornos <APA, 1994l. En el DSM-5 se señalan los tipos de evidencia
torno, como e1 el caso de la prematuridad al nacer, traumatismos en que se basan los criterios de diagnóstico de las distintas catego-
craneoencefálicos en las primeras etapas del desarrollo, o la ingesta rías de trastornos: (a) evidencia sobre los antecedentes (marcadores
de sustancias tóxicas (alcohol, tabaco. etc.) por parte de la madre genéticos, rasgos familiares, temperamento y exposición al entor-
durante el embarazo, pero estos son factores que contribuyen a la nol; (bl evidencia sobre factores simultáneos (sustratos neurales,
génesis del TDAH, no son factores de diagnóstico. Además, no se biomarcodores. procesamiento emocional y cognitivo y similitud de
ha demostrado que las evaluaciones neuropsicológicas y de EEG síntomas), y Ccl evidencia sobre los aspectos predictivos (curso clí-
mejoren los procedimientos de diagnóstico. Así pues, lamentable- nico y respuesta al tratamiento}. Se reconoce que los pacientes con
mente, la posibilidad de realizar una evaluación diagnóstica basada la mismo etiqueta diagnóstico no son homogéneos por lo que se
en el análisis de las variables señaladas es limitada CWolraich, et refiere a los tres tipos de evidencia señalados <APA, 2013), es decir,
al .. 2019al. que la definición de trastorno no req_uiere de Ja presencia de todos
En este sentido, es preciso analizar si, en general, más allá del y coda uno de los tipos de evidencia señalados.
TDAH, las pruebas biológicas. psicométricas, o bien la presencia de En este sentido, el TDAH debe ser entendido, en términos de
estresores ambientales constituyen requerimientos para el diagnósti- fiabilidad y validez nosológico, como un síndrome, es decir, como
co de las distintos trastornos en los sistemas al uso y, por extensión, un patrón de signos y síntomas que frecuentemente aparecen juntos
cabe preguntar si solo puede hablarse de la existencia de un trastor- en algunas personas (tal como muestran los estudios epidemiológi-
no cuando existen pruebas de ese tipo {p. ej., presencia de un mar- cos y los análisis estadísticos), que entraña una importante disfun-
cador biológico). En el caso del DSM-5 en particular, solamente en cionalidod y 1ignificacián clínica, que facilito en cierta medida el
algunos trastornos tales aspectos constituyen criterios de inclusión pronóstico y el tratamiento, y que posibilita la in~estigación sobre su
diagnóstica, si bien constituye un estándar que entre los criterios de etiología biológica y ambiental. Ycomo advierte el DSM-5, no cabe
exclusióll se aludo al uso de sustancias o a enfermedades médicos esperar q_ue los antecedentes. los correlatos y el pronóstico sean
(además de que deben excluirse otros trastornas mentales) como homogéneos en todos las pacientes que tengan este diagnóstico.
posibles agentes explicativos del trastorno. Así, en los trastornos Además, en el aparado de «Características asociadas que apoyan
del desarrollo neurológico se exigen pruebas de inteligencia eston· el diagnóstico», el manual diagnóstico señala que no hay marca-
darizadas individualizadas {en la discapacidad intelectual o en el dores biológicos que constituyan criterios de diagnósticos para el
trastorno específico del aprendizaje); en los trastornos del sueño se TDAH. Pero todos €'Sos aspectos no son exclusivas del TDAH, ya q_ue
ha introducido, por primera vez, el requerimiento de registros poli- esas mismas afirmaciones se pueden aplicar a la mayoría de los
somnográficos (en la narcolepsia, los apneas y el trastorno del sueño trastornos mentales, y también a multitud de condiciones médicas.

510
Capitulo16. Traston10 po·- déficit de atenc1ór:/l1p2rac1ivad

6. El tratamiento seis a doce afi0s), y en síritomas comórb1dos de trastorno oposicio-


nista desafiante y TC, funcionarn1f'nto académico y conducto social.
En general, se puede afirmar que el tratamiento de primera elec- Los tratamientos analizados fueron metilfenidato (o corto plazo),
ción es ei multimodol (fármacos, terapia cognitivo-conductual e tratamientos psicosouales (conductuoles o cognitivo-conductuolesJ
intervención p~icopedagógica), si bien, como se verá, esta afir- y lo combinación de ambos Los resultados, µara el TDAH, niostraron
mación requiere ser matizada en función de los resultados de la grandes tamaños de efecto tonto del metilfenidato como de los tra-
inves·tigación. Los fármacos de elección son los estimulantes (fun- tamientos combinados, mientras que los tratamientos psicosociales,
damentalmente el metilfen'1dato, pero también la li>dexanfetami- por sí solos, tuvieron un tamaño de efecto moderado, observándose
na), seguidos de la atomoxetina <no estimulante). Con relación al un patrón similor poro los síntomas oposicionistas y de conducto
metilfenidato, cientos de estudios han apoyado su eficacia y segu- El 1'rotamiento psicosocial no añadió eficacia o la intervención con
ridad en el tratamiento de personas con TDAH, desde lo niñez a la metilfenidato de caro a la reducción de los síntomas de TDAH y
edad adulta. cuando se toman en las dosis terapéuticas adecuadas del tra'>lorno oposicionista desafiante (fol como son evaluados por
y bajo supervisión médica_ No obstante, sobre esto cuestión existe los maestros). Pero según la evaluación q_ue hicieron los padres en
uno importante controversia científico y social que abordaremos el caso del trastorno oposicionista, los tres tratamientos fueron
posteriormente con cierto detalle dada su importancia. También lo igualmente efectivos. Para el comportamiento social los tratamien-
terapia cognitivo-conductual ha mostrado eficacia, como es el caso tos mostraron tamaños de efecto moderados y semejantes, mien-
del entrenamiento a los padres poro el manejo de las contingencias tras que poro el funcionamiento académico todos los tratamientos
conductuales y los programas escolares orientados al manejo del tuvieron tamaños de efectos bajos (fueron poco efectivos). No hubo
comportamiento. También esto está sujeto a debate científico. Otros correlación entre lo duración del tratamiento psicosocial y el tama-
intervenciones como dietas, suplementos alimeriticios, entreriamien- ño del efecto.
to en EEG y entrenamiento neuropsicológico, no cuentan con el mis- Con relación a la eficacia del tratamiento farmacológico y el
mo nivel de apoyo empírico q_ue ovalo el tratamiento farmacológico rendimiento académico, Prasad et oL (2013) realizaron un metaanáli-
y la terapia cognitivo-conductuol. sis para analizar los efectos del metilfenidato, la dexanfetomina, las
En el conocido estudio sobre tratamiento multimodal del soles mixtos de anfetamina y lo atomoxetina en el comportamiento
TDAH fMultimodaf Treatment of ADHD Study: MTA) (MTA Coope- de los niños con relación a sus tor-eas y su rendimiento académico_
rotive Group, 1999) financiado por el Instituto Nacional de Salud El tratamiento con meti!fenidato, dexonfetamino y anfetamina mixta
Merital {Nationaf Institute of Mental Health NIMHJ de EE.UU., se aumentó en un 14 % el tiempo de dedicación a los toreas en el aula y
compararon distintas condiciones experimentales de tratamiento. en un 15 % la cantidad de trabajo escolar que finalizaron, y mejoró,
{ll atención comunitario habitual; (2) tratamiento farmacológico aunque de manera menos consistente, la precisión de los niños en
(generalmente metilfenidato); (3) tratamiento conductuol intensivo, determinados tipos de tareas académicas, como la aritmética. La
y (4) tratamiento combinado de las coridiciones 2 y 3. El estudio otomoxetino se examinó en dos estudios y se descubrió que no tenía
fue multicentro, duró 14 meses, y se realizó un seguimiento de diez un efecto significativo. En su conjunto, estos resultados sugieren que
afias. Los niños fueron evaluados en cuatro momentos temporales los medicamentos para el TDAH pueden mejorar el aprendizaje y el
en múltiples variables relacionados con el TDAH. Los resultados rendimiento académico de los niños_
indicaron que, para los síntomas centrales de TDAH, el tratamiento Por otro lado, Wolkow y Swanson (2013) confirmaron que los
combinado y el farmacológico fueron sustancialmente superiores al aumentos de lo dopomina inducidos por los medicamentos estimu-
tratamiento conductual y o lo atención comunitaria habitual. Para lantes se han asociado con la mejoro de los síntomas del TDAH, e
otros aspectos del funcionamiento de los niños con TDAH <habi- insistieron en la necesidad de contrastar sus efectos o largo plazo.
lidades sociales, variables académicos, relaciones entre padres e En este sentido, Maia et al. {2017) realizaron un metaonálisis sobre
hijos, comportamientos oposicionistas, ansiedad y depresión), los los efectos a largo plazo del metilfenidoto de liberación inmediata
resultados sugirieron ligeras ventajas del tratamiento combinado para analizar la eficacia yo establecida en metaanálisis previos de
sobre los tratamientos no combinados (farmacológico, conductual estudios o corto plazo, concluyendo que efectivamente este fárma-
o la atención comunitaria>. Los análisis secundarios revelaron que co resulto eficaz para el TDAH infantil durante períodos de mós de
los niños con trastornos comórbidos de ansiedad o disruptivos mejo- doce semanas.
raron más con los tratamientos combinados y conductuoles. Las En uno revisión (Cochranel sirtemática y de metaanálisis llel/Oda
intervenciones cognitivo-conductuales fueron mejor aceptadas por o cabo por Storeb!!l el al. (2015) encontraron que el metilfenidoto
parte de los familias. Después de abandonar el estudio, las familias mejoraba el comportamiento general y los síntomas de TDAH de
que participaron ya no recibieron. al mismo nivel. el tratamiento niños y adolescentes, evaluados por el maestro, y también la cali-
farmacológico ni los intervenciones cognitivo-conductuales por lo dad de vida evaluada por los padres. Lo revisión consideró que el
que, debido a que ni la medicación ni el tratomierito conductual del 96,8 % de los ensayos eran de alto riesgo de sesgo según los pautas
TDAH son curativos, y ambos solo funcionan cuando se administran Cochrane y todos los resultados fueron el/Oluados como de muy baja
activamente, fue difícil demostrar sus beneficios a largo plazo_ El calidad según los criterios GRADE, por lo que concluyen que la mag-
NIMH (s.f.) dispone de un sitio web de seguimiento de las publica- nitud de los efectos del metilfenidoto es incierta y ademós que, en
ciones sobre el MTA, si bien recomendamos también el sitio web de este momento, la calidad de la evidencio disponible significo que no
la Universidad de Pittsburg (sJJ. podemos decir con certeza si tomar m(!filfenidata puede mejorar la
Con posterioridad a este estudio se han llevado a cabo otros vida de niños y adolescentes con TDAH.
muchos de los qu.,,, o su vez, se han realizado distintos metaanólisis. Para Banaschewsky et al. C2016l, la revisión sistemática de
Van der Oord et al. <2008l realizaran un metaanólisis que analizó la Storeb!ll et al. <2015) contradice todas las revisiones y metaanó-
eficacia diferencial de distintos tratamientos en TOAH <en niños de lisis anteriores. incluidas las del NICE. que proporcionan eviden-

511
1v1anual de psicopalologí<1. Voiumen z

\io sustancial del metilfernr:la"io en el trotom1ento del fDAH Los Al respecto de esta decisión de la OMS, Storeb0 y Gluud (2020)
autores detallan varios ejemplos de errores. inconsistencias y malas escribierori un artículo de apoyo en el que, además, comentan bre-
interpretaciones que condujeron, o su juicio, a resultados falsos y ven1ente tanto el metaanólisis de CoJ!ese et al. (2018) como lo guío
conclusiones inadecuados. En coricreto, en esto réplica se seña- NICE (2018). Sobre el 1netaanáhsis de Storeb¡11 y Gluud (2020) sub-
lan varios problemas: la selección de estudios se había llevado a rayan Q.Ue, tal como se concluye en el mismo, no existen ensayos
cabo siri una justificación científica suficiente, lo que resulta en controlados que investiguen los efectos del tratamiento mós allá de
una subestimación de los tamaños del efecto Q.Ue. además, son un periodo de doce semanas_ Además, critican el metaanólisis por-
interpretados clínicamente de forma inadecuada; la metodología q_ue, según su criterio, excluye muchos ensayos clínicos relevantes e
de la evaluación del sesgo y la calidad no es objel'ivo y los datos no ignora los sesgos causados por la falta de estudios con grupos de
pueden corroborarla, utilizan parámetros erróneos paro calcular comparación adecuados, así como por la escasa consideración de
los tamaiios del efecto de algunos estudios. Por todo ello conside· los efectos adversos del tratamiento Los autores también critican
ron que la conclusión antes mencionada de Storeb¡11 et al. {2015) es la guía NICE: tanto los estudios considerados como lo evaluación de
extremadamente engañosa. los resultados de los mismos en Q.lle lo guía basa sus recomendacio-
Efectivamente, tal como señalan Banaschewsky et al. (2016), nes, además de por no haber realizado el ajuste estadístico ade-
la guía del NICE (2018) recomienda el metilfenidato como el tra- cuado para comparaciones múltiples. Los autores también acuden
tamiento farmacológico de primera línea poro niflos mayores de a la guía de la Academia Estadounidense de Pediatría (American
cinco años y para adolescentes y señala q_ue tanto el metilfenidato Academy of Pedíatrics.- AAP) (Wolraich et al., 2019b) poro apoyar
como la lisdexamfetamino aportan importantes beneficios clíni- sus planteamientos ya q_ue, si bien dicho guía hoce uno fuerte reco-
cos en pacientes con TDAH en comparación con placebo y otros mendación del tratamiento farmacológico, junto con intervencio-
fármacos. nes conductuales con evidencia científica, paro el TDAH en niiios
escolorizados y adolescentes, también advierte que todavía falta
En esa misma línea, Cortese et al. (2018) realizaron un estudio
mucho por conocer y q_ue existen importantes incertidumbres sobre
de «metaanálisis en red» con datos de metaanálisis y revisiones la calidad de la evidencia disponible, en particular sobre la eficacia
sistemáticas que comparaban diferentes medicamentos de uso habi-
y la seguridad o largo plazo de los fármacos, así como sobre la efec-
tual en TDAH entre sí y con placebo, con el objetivo de estimar
tividad comparado entre diferentes tipos de medicación.
la eficacia y la tolerabilidad comparativa de estos medicamentos
en niños, adolescentes y adultos con TDAH. Para ello, se medía la Volviendo a la decisión de lo OMS, y aunque se divulgaron noti-
eficacia <cambio en lo gravedad de los síntomas básicos del TDAH cias en sentido contrario por parte de los detractores de la medica-
según los calificaciones de los profesores y los médicos) y la toleran- ción, es preciso aclarar q_ue no se retiró el metilfenidato de las listas
cia (proporción de pacientes que abandonaron los estudios debido (EML y EMlcl yo que nunca había estodo, sino que la decisión fue
a los efectos secundarios>. los resultados obtenidos reflejaron que, no incluirlo. Así pues. !a situoción tras este informe es la mismo de
teniendo en cuenta tonto la eficacia como la seguridad, la evidencia antes del mismo.
apoya el uso del metilfenidato en niños y adolescentes, y las anfeta- De hecho, la guía de intervención mhGAP de la OMS de 2016
minas en adultos, como medicamentos de primera elección poro el paro los trastornos mentoles, neurológicos y por uso de sustancias
tratamiento a corto plazo {doce semanas) del TDAH, siendo nece- en entornos de salud no especializados (versión 2.0J {WHO mhGAP
sario desarrollar nuevas investigaciones para evaluar los efectos a intervention guide far mental, neurological and suhstance use disor-
largo plazo de estos medicamentos. ders in non-specialized health settings, WHO, 2016) sigue vigente e
¿y cuál es la posición de la OMS al respecto? La OMS dis- incluye uno recomendación respecto de los niños con TDAH (de seis
pone de una lista de medicamentos esenciales (WHO Model List años o másJ, en los que han follado otros tratamientos, poro que
of Essentiol Medicines: EMLJ, en líneo y de libre acceso, poro los sean derivados a un especialista médico poro que sean trotados
problemas de salud prioritarios, que deberían ser accesibles para con metilfenidato. En concreto, en dicha guía se ofrece el siguiente
todo el mundo, de modo que los Gobiernos deberían garantizar protocolo de manejo del TDAH:
que estén disponibles y q_ue sean oseq_uibles poro sus poblaciones, l. Ofrecer orientación sobre el bienestar del niño o el adolescente.
de manera que se pueda lograr una cobertura sanitaria universal. 2. Proporcionar psicoeducoción a la persona y a sus cuidodores, y
la EML combina información médico detallada (por ejemplo, datos consejos para los podres. Proporcionar orientación sobre cómo
farmacéuticos) con una evaluación de los beneficios, daños y costos mejorar el comportamiento.
{por ejemplo, efectividad, seguridad, implicaciones para los siste-
mas de atención médica}. También hay una lista complementaria de 3. Evaluar y manejar los factores estresantes, reducir el estrés y
fortalecer los apoyos sociales_
medicamentos esenciales para niiios (WHO Model List of Essential
Medicine far Children: EMLc). ¡¡._ Proporcionar apoyo o los cuidadores.
5. Servir de enloce con los profesores y otro personal escolar.
En relación al metilfenidato. aunq_ue en 2018 hubo una solicitud
particular por parte de dos investigadores (Patricia Moscibrodzki ó. Establecer vínculos con otros recursos disponibles en la comunidad.
y Craig L. Katz, de la facultad de Medicina Icahn de Nueva Yorkl 7. Considerar el entrenamiento a los padres, en habilidades, cuan-
para que el metilfenidato fuese incluido en esas listas, el Comité de do tal coso sea posible.
Expertos de la OMS aconsejó su no inclusión para el tratamiento del 8. Considerar efectuar intervenciones conductuales cuando sea
TDAH, tonto en la EML como en la EMLc, en su actualización de posible.
2019 Uos listos se actualizan coda dos añosl, «debido a las incer- 9. Si los tratamientos han fracasado y el niño o el adolescente
tidumbres en las estimaciones de beneficios. y las preocupaciones tiene un diagnóstico de TDAH, y tiene al menos seis años de
respecto de lo calidad y las limitaciones de la evidencia disponible edad, derivarlo a un especialista paro el tratamiento con metil-
tanto de beneficios como de daños» (WHO, 2019; p. xxi>. fenidato.
Capítulo16. T1aslo1no pc,r déficit de ateric1on/h1per·act1vcid

!O. Asegurar u11 segu'tmiento o:lecuado cada tres meses o mGs, 5; es entrenam·1enlo de lo MTJ incluyendo la µsicoeducnrión de lodos ;01
necesario_ agentes irr1plicados y el ent1enomienlo u las familias de cara a que
conozcan el trastorno, su manejo (adminis1·ración de contingencias.
En definitiva, los beneficios y lo seguridad de los n1edicamen- habilidades comunicativas, estrategias de resolución de problemas,
tos, sobre todo o largo plazo, para el trastorno por déficit de aten- estrategias de autocontrol y de estructuración del t1empo .. J y los
ción con h'1perocf1vidad (fDAHl siguen siendo aspectos controver- recursos disponibles en la comunidad (asociaciones, fundaciones};
tidos y los pautas sobre qué medicamentos deben prescribirse en (3) Intervención escolar- en su caso, adaptación curricular. moni-
los diferentes grupos de edad no son consistentes. El metilfenidoto torización de lo agenda y los actividades, reforzamiento positivo,
sigue siendo un tratorniento recomendado en los más importan- tutorías con los padres y tratamiento de los posibles problemas de
tes guías de práctica clínico del mundo basado~ en la evidencia. aprencfizoje, técnicos de estudio, etc.; (4) intervención educativa en
si bien se requiere más investigación de calidad que resuelva las contextos lúdicos (p. ej., campamentos, talleres, actividades ofrecidas
incertidumbres sobre sus beneficios y daños, sobre todo a largo por asociaciones), y (5) que todo ello puedo ser facilitada, en un
plazo, así como sobre la efectividad comparada respecto de otros futuro próximo, por modernas aplicaciones informáticas de comu-
medicaciones. nicación y monifonzación compartidas por los agentes implicados.
Por otro lado, Sonugo-Barke et aL (2013) realizaron un metao- Una posible conceptualización dimensional del TDAH no exinii-
nálisis que analizó la eficacia de algunos tratamientos no formo- ría de tener que adoptar criterios de intervención (farmacológico,
coiógicos para el TDAH (dietas restrictivas, exclusión de colorantes psicológico, psicapedogógica) o partir de puntos de corte en las
alimeritarios artificiales y suplementos de ácidos grasos libres) y puntuaciones referidas o los síntomC1s centrales de TDAH y del grado
psicológicos (entrenamiento cognitivo, neurofeedback e interven- de disfuncionalidad asociada, al ·igual que ocurre en una concepción
ciones conductualesl. Cuando la medido del resultado de la inter- categorial. Así pues, lo cue<;fión de si el TDAH es un <<lra<;forno catego-
vención se basó en evaluaciones del TDAH realizados por personas rial» o un «problema» que aparece en el extremo de una dimensión
del entorna terapéutico, todos los tratamientos dietéticos y psicoló- es una cuestión más nominal que sustancial de cara al tratamiento.
gicos produjeron efectos estadísticamente significativos. Sin embar-
go, cuando se empleó una evaluación c'1ega, las efectos, aunque
pequeños, se mantuvieron significativos para lo suplernentoción C. Las guías de práctica clínica
con ácidos grosos libres y, un poco mayares para la exclusió11 artifi- En definitivo lqué recursos de evaluación diagnóstica y qué tra-
cial del color de los alimeritos (pero a menudo en individuos selec, tamientos debemos emplear? Las guías de práctica clínico <GPCJ
cionados par padecer sensibilidades alimentarias), pero no para
basados en evidencia, de alto calidad, tienen {o deberían tener)
otros tratamientos. Así pues, se hoce necesario investigar la efi-
un impacto importante en la práctica clínico. Las GPC recogen el
cacia de estos tratamientos <conductua!es, neurofeedback entre-
conocimiento científico disponible (fundamentalmente basado en
namiento cognitiva y dietas restringidas) utilizando evaluaciones
ensayos clínicos controlados y en estudios de metaanálisisl para
ciegas, antes de que puedan ser respaldados corno tratamientos
lo evaluación, el diagnóstico y el tratamiento, de moda que todo
para los síntomas centrales del TDAH.
clínico puedo servirse de ellas para el desempeño de una práctico
De manera añadida a todo ello, algunos estudios han señala- clínica de calidad basado en la evidencio. Arner et aL (20191 reali-
do que el entrenamiento a padres. de cara al manejo de las con- zaran una revisión sistemática con el objetivo de evaluar la calidad
tingencias de lo conducta de los hijos, y los programas escolares de las GPC publicadas para el TDAH, en todos los grupos de edad,
de manejo del comportamiento pueden ser eficaces (p_ ej., Evans utilizando el instrumento de Evaluación de Directrices para Inves-
et al., 2016l. Sin embargo, Corcaran et al. (2006) realizaron un tigación y Evaluación II {AGREE IIJ. Se revisaron seis guías, siendo
metaonólisis sabre lo eficacia del tratamiento psicosociol can invo- los tres principales la del Instituto Nacional de Salud y Excelencia
lucración de los padres, mostrando que el impacto del tratamiento en lo Atención (National Institute far Health and Care Exellence:
sobre los síntomas característicos del TDAH fue bajo frente a los NICEl (2018J, la del Sistema de Salud de la Universidad de Michi-
condiciones de comparación y de control. aunque sí mejoró las gan <University of Michigan Heolth System: UMHS) (2019) y lo GPC
síntomas internalizontes (na las externalizantesJ del niño. así como de la Academia Estadouniense de Pediatría (American Acaderny of
los problemas académicos. Pediatrics: AAPl (2011) (véase tan1bién Wolraich et al., 2019bl (en el
Sin embargo. o pesar de la evidencio sobre la eficacia del tra- apartado de referencias pueden encontrarse los enlaces de internet
tamiento, los resultadas a lorgo plaza no son lo buenos que sería o estos guías). En general, los recomendaciones poro el tratamiento
deseable, debida sobre todo al hecho de que tanto la medicación del TDAH fueron similores en estas GPC. La guía del NICE fue la de
corno las intervenciones cognitivo-conductuales son tratamientos mejor calidad. Una de los limitaciones de esta revisión, tal como
sintomáticos, no curativos, al igual que pueda ocurrir en multitud reconocen los autores, fue la exclusión de las GPC en lengua no
de enfermedades físicas crónicas. Como se ha señalada, el MTA inglesa o pesar de la existencia de GPC de TDAH holandesas, fin-
mostró que el tratamiento fue eficaz durante el tiempo del estudio, landesas, noruegas, alemanas y espaíiolos. Can10 no podría ser de
pero luego disminuyó. otro moda, hemos de remitir o la GPC española (Grupo de trabaja
Para que el tratamiento resulte Jo más exitoso pasible, se requie- de la Guía de Práctica Clínico sobre el TDAH en niños y adoles-
re: (1) que este permanezca a lo largo del tiempo, en una continuo centes, 2010), además de que sea muy conveniente consultar las
comunicación y colaboración eritre pacientes, clínicos, forni/ias y otros GPC señaladas. Entre otras cosas, la guia española recoge los
escuelas, y de manera adoptada a cado etapa evolutiva; (2) atención recursos de evaluación que están adaptados a población española.
saciosanitaria, tanto en atención primaria (Garcio,(ampayo et al., En e! apartado de «bíbliografía recomendada» puede encontrarse
2007) como en atención especializada {posible terapia farmacoló- un breve comentario sobre esto guía, así coma el enlace en abierto
gica, y terapia cognitiva,conductual que incluyo algún programa de a la misma.

5n.
Mc111uc1l de psico:)atoiogia, Volumen 2

v·11 !. Rest.1rr:er1 de asrJe(:tos genes y la existencia de alteraciones en el desarrollo de e;truc'.uros


cerebrales y de su funcionamiento, y se investigan los factores de
fundan1entales y tendencias riesgo y de protección relacionados con el trastorno. principalmente
aquellos relativos a los primeros etapas de lo vida. Los modelos
futuras teóricos que han investigado las alteraciones en los funciones ejecu-
El TDAH se ha definido con10 un trastorno del neurodesarrollo cuyos livas han evoluc1onado hacia explicaciones basadas en la e~istencia
síntomas nucleares, la inatención y ia hiperactividad-impulsividad. de déficits múltiples y han incorporado el estudio de lo ToM como
van asociados a una importante disfuncionalidad en el contexto vital marco para comprender las dificultades de competencia social q_ue
de lo persona (familia, escuela. relaciones con compañeros. etcJ_ muestran las personas con TDAH.
Se t1aia de un trostor110 muy prevalente en lo población general En el campo de la etiología del TDAH, las tendencias futuras
(proboblernente no menor al 5% en niños) que afecta más al sexo de investigación buscan discriminar q_ué factores contribuyen a su
masculino que al femenino, con uno importante comorbilidad <sobre heterogeneidad y en qué medida lo hocen, y cómo se integran los
todo con trastorno negativista desafiante, TC, desregulación disrup- resultados de los pruebas neurológicas con las manifestaciones de
tiva del estado de ánimo, trastornos de aprend1zajel y q_ue presenta lo sintomotologío clínica_ Con esto se pretende profundizar en lo
un curso evolutivo q_ue va desde la infancia a !a edad adulto. con comprensión de las causas de este trastorno, tonto para promover
algunas modificaciones en el patrón sintomático a lo largo de la su prevención como paro diseílar intervenciories terapéuticas más
vida. eficaces, ajustados estratégicamente a las necesidades de codo
El TDAH posee uno etiopatogenia multifactorial. heterogénea y paciente. Y por lo que se refiere al tratamiento. si atendemos a
compleja. Las te01Ías explicativas vigentes en la actualidad han tra- las revisiones sistemáticos registradas para su realización en las
tado de identificar los aspectos biológicos asociados o la génesis del bases de datos <p. ej., PRÓSPERO), a día de hoy podernos com-
trastorno y los factores que puedan afectar a su desarrollo o través probar ql!e estas se refieren, en su mayor parte, a intervenciones
de influencias epigenéticas. A su vez, se han tratado de comprender cognitivo-conductuoles en población adulta, y al estudio del trata-
los procesos cognitivos alterados relativos a las FE y o lo cognición miento con metilfenidoto y con anfetaminas en población infaritil
social. A nivel biológico, se ha aceptado la implicación de varias y adolescente_

••Términos clave
Alteraciones cerebrales Endofenotipo 502 Hipótesis catecolamlnérgica 50'1
en TOAH 505 Eplgenéttca 503 Teoría de la mente 509
Oesregulación emocional. 509 Funciones ejecutivas 501

J
Capítulo 16. Trastorno por déficit de atención/hiperact1vad 44

••Lecturas recomendadas
Artigos-Pallorés, J., Guitort, M. y Vilo, E. (2013) Bases genéticas de los práctica clínico de grupos de expertos en este trastorno, recoge los
trastornos del neurodesorrollo Revista de Neu10/ogío, 56(Supl 1), últimos investigaciones sobre prevalencia, genética y neurobiología
523-534. del TDAH. Con ello, hace especial hincapié en lo importancia de la
Esto publicación ha revisado el papel de la genético actual en los formación especializado a nivel profesional con el objetivo de
trastornos del desarrollo, entre los que se incluye el TDAH, promo- mejorar la detección y el correcto diagnóstico del TDAH en perso-
viendo un enfoque rnenos categórico en los criterios diagnósticos nas adultas de caro o favorecer tratamientos mós efectivos basados
Fernóndez, M. A. (2017). El TDAH y /os tra<;fornos del neurodesarrol/o_ Un en lo evidencia, contribuyendo así a mejorar la calidad de vida de
viqje de las sotnbros a la luz en unos cuantos capítulos. Formación todas las personas ctectodos.
Alcalá. López-Soler. C. y Romero, A. (2013)_ TDAH y trastornos del comporta-
Su autor es un reconocido neuropediotra especializado en TDAH y miento en la infancia y la adolescencia. Clínica, diagnóstico, evalua-
en este libro ofrece datos contrastados y ovalados por la investiga- ción y tratamiento_ Pirámide_
ción paro facilitar la comprensión del trastorno. Este libro aborda el TDAH y los trastornos del comportamiento des·
Fernóndez. M. A. {2020l. las herramientas tecnológicas para evaluoción de una perspectivo amplio, y presento los pruebas y tratamientos
e intervención en TDAH: lo que las nuevas tecnologías están apor- disponibles en función de lo clínico que presentan los pacientes y
tando ahora mismo_ Académico Espoflolo. de los condiciones del entorno. Ofrece un protocolo de tratamiento
Este trabajo ha recogido el papel de los nuews tecnologías disponi- estructurado y muy práctico, PSICOHAEM-VAR. con lo modalidad
bles en la actualidad para favorecer los procesos de aprendizaje en de padres (PSICOHAEM> y de hijos (VARl, que se puede aplicar
el TDAH. tonto en ámbitos clínicos como escolares_
Grupo de trabajo de lo Guío de Práctico Clínico sobre el TDAH en niños Soutullo, C. y Díez, A. {2007J. Manual de Diognóstico y Tratamiento del
y adolescentes (2010l. Guía de práctica clínica sobre el trastorno TDAH. Médico Panamericana
por déficit de atención con hiperactividad (TDAHJ en niños y ado- En este manual dirigido a profesionales se ha revisado en profun-
lescentes. Pion de calidad paro el Si;tema Nacional de Salud del didad el TDAH desde su diagnóstico precoz hasta los propuestas
Mini'>lerio de Sartidad, Político Social e Igualdad. Guías de práctica terapéuticos más eficaces.
clínica en el SNS. Recuperado de: https:/ /portal.guiosalud.es/gpc/
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Se trato de uno prolijo guía de práctico clínica del SNS, q_ue atien- corteza prefrontal y las funciones ejecutivas Viguera_
de al diognó'>lico, a los instrumentos de ewluación. al tratamiento Este trabajo ofrece el mayor compendio en lengua castellana de
(psicológico, psicopedagógico, farmacológico. combinado, trata- información sobre lo corteza prefrontal y los procesos cognitivos
miento de lo comorbilidad y medicina al1ernativa y complemen- ligados o ello, ya que, a pesar de ser una región cerebral muy estu·
taria), lo prevención y los aspectos éticos y legales relacionados diodo, paradójicamente, en ocasiones, queda imprecisamente defi-
con el TDAH_ Constituye uno guío de referencia obligada si bien nida y acotada en cuanto a sus funciones.
requiere una cierfa acfualizoción. Está disponible en internet Young, S. Fitzgerald, M. y Postma, M. J. (2013J. TDAH: hacer visible lo
Kooij, J. J. S_, Bijlenga, D., Salerno, L, Jaeschke. R., Bitter, L, Bolázs, J., invisible_ Libro Blanco sobre el trastorno por déficit de atención
Thome. J, Dom, G., Kasper, S.. Nunes filipe. C., Stes. S., Mohr. P., con hiperactividad (TDAHJ. propuestas políticas poro abordar el
Leppéíméiki, S., Cosos, M_, Bobes, J., Mccorthy, J. M., Richarte, V., impacto social, el coste y los resu/lados a largo plazo en apoyo a los
Kjems Philipsen, A., Pehlivanidis, A., ... Asherson, P. (2019) Updated afectados. Recuperado de http://feaadah.org/docdow_php?id=l020
European Consensus Statement on diagnosis ond treatment of adult Este documento. elaborado en el contexto del morco europeo. pre-
ADHD. European Psychiatry, 56íll, 14-34. senta un resumen de los aspectos clave del TDAH y su impacto
Esta publicación es la declaración del consenso europeo más actual en diferentes áreas. El objetivo es promover su conocimiento en
y completo sobre el TDAH en población adulto. Además de revisor el contexto sanitario e impulsor políticas pUblicos específicas q_ue
la evidencio empírico disponible y lo irtlormoción extraído de lo repercutan en la calidad de vida de todos las personas afectados.

••Referencias
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510
Capítulo 16. Trastorno por déficit de atención/hiperactivad 4141

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•• Autoevaluación
l. Respecto de los criterios de diagnóstico del TDAH <DSM-5>, 5. En lo relativo a los factores epigenéticos q,ue pueden
señale fa opción correcto: afectar al desarrollo del lDAH:
al Requieren que algunos de los síntomas se hayan producido al Se ha propuesto la hipótesis catecolominérgica como prin-
antes de los siete años de edad. cipal factor de riesgo.
bl Requieren q_ue los síntomas deben estar presentes hasta e! bl Se ha formulado lo hipótesis nutricional, encontrándose
comienzo de lo edad adulta_ datos a favor del papel beneficioso de los suplementos de
ácidos grasos omega 3 y ó asociados a mejoras relacio·
e) Requieren que los síntomas estén presentes bien en la es- nadas con la atención, en los síntomas clínicos de TDAH_
cuela (o el trabajo) o bien en el seno familiar. el Se ha demostrado q_ue las pautas de crianza son un factor
dl Se ha eliminado el requerimiento {presente en el OSM-IV- causal clave en la génesis del TDAH y lo gravedad de los
Trl de que los síntomas no aparezcan exclusivamente en síntomas_
el transcurso de un trastorno generalizado del desarrollo. d) El parto inducido es el factor ambiental con mayor eviden-
cio en relación con el origen del trastorno.
2. Los datos epidemiológicos parecen señalar que lo cifro de

,,
prevalencia de TDAH en la población general está:
Por debajo del 5 %_
ó. Según la hipótesis de las catecolaminas en el desarrollo
del lDAH:
el 5% y el 10%.
b) Entre o) Se producen alteraciones en lo neurolransmisión estre-
chamente vinculadas o las variaciones de tipo genético,
d Por encima del 10 %. principalmente, de los genes q_ue codifican receptores y
d) Entre el 10% y el 20%. transportadores de dopomina y noradrenalina_
3. Los primeros síntomas de TDAH en manifestarse, antes de bl Existe un patrón específico de activación simultóneo entre
los seis años de edad, suelen ser, con mayor probabilidad: la red neuronal orientada a tareas y la red neuronal por
defecto_
al Los de inatención. c) Se ha mostrado un aumento en el metabolismo cerebral
bJ Los de hiperactividad-impulsividad. regional de la glucosa en el lóbulo frontal.
el Los agre>ivos_ dl Se ho mostrado q_ue una disminución de los niveles de do-
dl Los emocionales. pamina y serotonina disponibles permite una reducción de
los síntomas de impulsividad e hiperactividad_
IJ.. Señale lo opción q,ue hoce referencia al trastorno menos
7. Dentro de los factores biológicos asociados a la sintoma-
comórbido en TDAH:
tología del TDAH se ha identificado:
o) Trastorno negati~isto desafiante.
al Una disminución de las ondas theta_
bl Trastorno de conducto <TCJ. bl Una ratio elevada de las ondas thetalbeta.
c) Tro5'orno específico del aprendizaje. c) Un incremento de las ondas alfa y befa.
d) Trastornas de ansiedad y depresión_ dl Una disminución de las ondas alfa y theta.

(Continúa)
tt Manual de psicopatología. Volumen 2

8. El modelo de inhibición conductual y autorregulación de c) El modelo de inhibición conductual y autorreguiación de


Barkley como teoría explicativo del TDAH: Barkley, el modelo de la memoria de trabajo de Ropport,
a) Considero q_Lte el déficit en la inhibición de la respuesto e> el modelo cognitivo-energético de Sergeant y los modelos
central en el desarrollo de la sintomatología del trastorno. de doble y triple vía de Sonuga-Barke.

b) Considera q_ue la aversión a la demoro es el déficit q,ue d) El modelo sobre la cognición social o teoría de \a mente
afecta de forma principal y jerórq_uica al resto de las fun- (loM).
ciones ejecutivas. 10. En el marco de la teoría de la mente CToM>, dentro del
e) Propone seis funciones ejecutivas q,ue son: activación, con- estudio del TDAH, se han propuesto distintos procesos o
centración, esfuerzo, emoción, memoria y acción. niveles de complejidad que son:

dl Destaca las dificultades en la regulación de los estados a) Los mecanismos atencionales y los procesos cognitivos
energéticos necesarios para satisfacer los demandas de básicos implicados en la codificación de estímulos, la bús-
los tareas, produce déficits ejecutivos en el procesamiento q_uedo, el procesamiento central, la decisión y la organiza-
de la información. ción motora de la respuesta.

9. En relación a los modelos cognitivos de déficit múttiple for- b) El reconocimiento facial de emociones, las creencias de
mulados como teorías explicativas paro el TDAH destocan: primer y segundo orden, lo utilización social del lenguaje y
el comportamiento social y la empatía.
a) El modelo explicativo de Brown, el modelo cognitivo-ener-
gético de Sergeant, los modelos de doble y triple vía de el El control inhibitorio de las funciones ejecutivas y los me-
Sonuga-Barke y algunos modelos de comorbilidad. canismos de recompensa.

b) E\ modelo de la memoria de trabajo de Rapport, el modelo d) Los mecanismos de supervisión, planificación, rnonitoriza-
cognitivo-energético de Sergeant y los modelos de doble y ció11, detección y corrección de los errores.
triple vía de Sonuga-Barke.

522
CAPÍTUL017

LOS TRASTORNOS NEUROCOGNITIVOS


Israel Contador Castillo, Bernardino Fernández-Calvo,
Francisco Ramos Campos y Félix Bermejo-Pareja

l. Introducción 523 IV. Los trartornos neurocognitivos en el DSM-5


y la CIE-11 51/0
II. la demencia 525
V. Recomendaciones para la evaluación
A. Definición y clasificaciones 525 y el tratamiento 5111
B. Dotos epidemiológicos 526 VI. Resumen y tendencias futuras 51/2
c. Subtipos de demencia: criterios diagnósticos 526
TÉRMINOS CLAVE 51/3
D. La detección precoz: evaluación
y diagnóstico 533 LECTURAS RECOMENDADAS 51/4
E. E! diagnóstico diferencial 535 RECURSOS ELECTRÓNICOS 5lf.lf.
f. La intervención en demencias 535 REFERENCIAS 5lf.l/
III. Estadios predemencia 537 AUTOEVALUACIÓN 51JB

l. 1ntroducción
Los trastornos neurocognitivos comprenden un grupo de entidades constructos en dimensiones continuas (memoria, conciencia, disca-
o condiciones, con base neurobiológica, caracterizadas, esencial- pacidad). donde no existe un punto de corte absoluto que determi-
mente, por lo afectación cognitiva. Principalmente hay défic'it/dete- ne dónde empieza lo patológ'1co. Esta situacióri se hace más com-
rioro en los procesos atencionales, mnésicos, perceptivos y en las pleja aún si consideramos las diferencios socioculturales entre los
llamadas «funciones ejecutivas». Un declive leve (subdínico) en las individuos y que los parámetros establecidos {normal vs. patológico)
funciones cognitivos puede estar dentro de lo variabilidad del pro- pueden variar con el tiempo. Por ejemplo, lo líneo que separa a los
ceso de envejecimiento normal o neurotípico. Sin embargo, existen ancianos con rendimiento cognitivo normal frerite o los q_ue tienen
trastornos como lo demencia, el síndrome confusional (de/iriuml y dificultades cogn1t1vas leves. y a su vez estas de una demencia ínci~
el síndrome amnésico que causan molestar clínico e interfieren en piente, no tiene una nitidez clara. aunq_ue se han tratado de estable-
lo vida cotidiano de lo persono afectada. Por ello, estos trastornos cer criterios que ayuden a separar estas entidades. Así, pe11.ueños
cursan con un deterioro cognitivo significativo y van a requerir de olvidos o quejas de memoria, no asociados o cambios significativos
un diagnóstico y tratamiento que sean adecuados. en lo funcionalidad o adaptación del individuo, pueden considerarse
El profesor Ajuriaguerra, uno de los pioneros en el campo de las como normales a medido que envejecemos. No obstante, establecer
demencias, solía distinguir eritre senescencia<vejez normall y senili- la existencia de una pérdida cognitiva o funcional crítica, que dista
dad o vejez patológica (Ajuriaguerra et al., 1970). Sin embargo. esta del rendimiento normalizado de los individuos y puede anticipar la
delimitación conceptual no resulta tan fácil en Ja práctica clínico aparición de alguna enfermedad, es una tarea que precisa una eva-
debida o lo ausencia de urios criterios estándares q_ue diferencien luación multidisciplinar y pormenorizada de expertos.
una de la otra. Existen dificultades. nosológicas y metodológicas. El término «demencia» fue acuñado por Pinel <l?lJ.5-1826), que
para precisar las diferencias existentes entre el proceso de envejeci- lo define, a principios del siglo xrx, como una categoría de trastorno
miento normal versus patológica, especialmerite cuando se evalúan mentol asociada a pérdida de memoria, falta de juicio y agitación

323
ll/lanual de psicopatolog;a. Volumer, 2

(Assol, 2019)_ Este significado se ha perpetuado en el uso coloquial salud pública y recursos sociales, lo cual redundo en la necesiclod
del término. Derivado del lotín («de», privativo, y «menr>>, inteli" de mejorar las políticos públicas y de potenciar la investigación
genc1ol, lo Real Academia Españolo de lo Lerigua (RAE) lo defirte en en este campo.
un sentido coloq_uial como «locura. trastorno de la razón>>_ mientras En este capítulo >e abordo que es lo demencia, actualmente
que en el sentido más médico"científico como un «deterioro pro- considerada COIY•O trastorno neurocognitivo tonto en el DSM-5 como
gresivo de k1s facultades 1nentales que causa graves lfas1'ornos de en lo CIE-11 y los principales criterios paro su dosificación y diag-
conducta». Esto acepción, más preciso, concibe la demencia como nóstico; asimismo se exponen las características patognomónicas de
un síndrome general, q,ue afecto a los facultades intelectuale>.tales los principales subtipos de demencia (p. ej, demencia tipo Alzhei-
corno la ate11ción, la comprensión, el recuerdo y el ro2011am1ento_ mer -DTA-, vascular y otras). También, se presento un resumen de
Actuolrnente, el térmrno demencia se aplica o un conjunto de sínto- los dotas epidemiológicos (prevalencia e incidencia) del deterioro
mas de diverso índole (cognitivos. conductuales, funcio11ales y socia- cognitivo, basados en cifras nacionales e internacionales. En el con-
les), es decir, un síndrome caracterizado por un menoscabo signi- texto clínico y aplicado, se describe un protocolo completo de eva-
ficativo en lo capacidad cognitiva y funcional q_.ue conlleva a una luación para el diagnóstico, además de las principales estrategias
pérdida de la autonomía en la persono. Es preciso subrayar que la de intervención en personas con deterioro cognitivo. Tenierido en
demencia, en sus diferentes formas de aparición y manifestaciones, cuenta que lo demencia comienza o gestarse varios años antes de
no es uno consecuencia del envejecimiento normal. Aunque es más su diagnóstico clínico, los entidades asociados con un estadio prede-
frecuente en personas mayores, algunos formas de demencia <p. e_, mericio <p. ej., deterioro cognitivo leve -DCL-, en inglés mild cog-
frontotemporall aparecen a edades más tempranas y los avances nitive impairmenfJ han cobrado un elevado interés, un término can
biomédicos están permitiendo una detección cado vez mós precoz. más 50.000 referencias científicos en la base de datos MEDLINE del
Esta situación, junto a los connotaciones sociales del propio térmi- Instituto Nociono! de Salud de los Estados Unidos_ Se comentan en
no, nos debería conducir o erradicar de nuestro léxico el adjetivo este capítulo los principales cambios nosológicos introducidos por
«senil>~ {«demencia senil»)_ Envejecer no es sinónimo de deterioro
la CIE-11, y sobre todo por el DSM-5. que ha sustituido los términos
cognitivo y mucho menos de demencia. demencia y DCL por trastorno neurocognitivo mayor (TNMl y menor
(TNm), respectivamente. Además, se hoce alusión a otros trastornos
neurocognitivos importantes, especialmente al síndrome confusional
11Demencia. Trastorno mental orgánico de etiología mul- o deliríum, que conviene tenerlo presente en e! diagnostico diferen-
típle, que da lugar a déficits cognitivos, así como a cam· cial de lo demencia_ Sabre el síndrome amnésico, el lector puede
bios en la conducta del sujeto, que limitan el desempeño consultar el Capítulo 7: «Psicopotología de la memoria», del Volu-
men I de este manual.
de una vida autónoma e Independiente.

El envejecimiento progresivo de lo población, durante las últi- 11 Delirium. Trastorno mental orgánico de Inicio agudo,
mos décadas, ha generado un aumento considerable del número duración variable (días o semanas] y oscilante en el tien1-
de personas mayores en nuestra sociedad y, por ende, del núme- po, que cursa con dificultades de atenció11, confusión Y
ro de cosos diagnosticados con demencia. Según los datos de lo co11ciencia alterada; suelen presentarse alucinaciones
Asociación Internacional de Alzheimer, en el año 2015 había visuales, ideas delirantes, len.guaje Incoherente y proble-
lJ.6,8 millones de personas con demencia en el mundo, uno cifra que mas de ¡uicio. Suele ser reversible.
podría alcanzar los 135 millones en el año 2050. Informes recientes
estiman que el número de personas con demencia en España osci- 11 Deterioro cognitivo leve [en inglés mild cognitlve
lan entre 600.000 y 800.000 casos aproximadamente <Alzheimer impairmentl. Estadio predemencia caracterizado por la
Europe Yearbook, 2019; De Pedro-Cuesta et al., 2009), de los cua- presencia de alteración cognitiva significativa para la edad
les lo m·1tod serían enfermos de Alzhe·1mer, unas cifras q_ue podrían y nivel educativo del individuo sin cambios funcionales rele·
aumentar significativamente en los próximos años. A esto debemos vantes en la persona. Actualmente, el DSM·S propone como
añadir que lo demencia es una de los causas principales de discapa- alternativa el trastorno neurocognit1vo menor, una entidad
cidad y mortalidad en el mundo, situándose en 2016 como la quinta
que está en estudio.
causa de muerte a nivel mundial según los datos de la Organización
Mundial de lo Salud. Los costes de lo demencia en e! mundo se
sitúan por encima de los 800 billones de dólares, siendo e! trastorno Finalmente, debemos señalar que el campo de lo atención a
mentol orgánico que ocasiono un coste más elevado (gastos direc- personas con deterioro cognitivo está en permanente actualización,
tos e indirectos) en nuestro país, superando los 15.000 millones de lo cual nos conduce o previsiones más optimistas desde un punto
euros <Porés-Bodell et al., 20111-l. Los costes asociados o lo demencia de visto terapéutico. Hablar de prevención en la demencia ero oigo
presentan forma de U, siendo más elevados en las primeras etapas, casi impensable a comienzos de siglo (Haan y Wollace, 2004-), pero
por los servicios médicos req_ueridos, y muy alto en fa>es avanzados hoy en día es un temo de gran inte-rés y relevancia en el campo. Los
debido a los gastos e11 cuidados continuos y lo institucionalización avances fLJturos en la investigación sobre los personas con deteriora
<Bermejo et al., 20011-L Algunos estudias estiman que más del cognitivo deben redundar en uno mejoro de la calidad de vida de
87 % de los costes san asumidos por lo familia ((aduras at al., las familias y personas q_ue sufren las consecuencias de lo demencia.
2010l, que en muchos cosos no puede hacer frente a los mis- Uno aproximación biopsicosacial y multidisciplinar a esta materia
mos. En este contexto, lo atención a las personas con demencia y resultarán claves poro entender y avanzar en un campo con un futu-
sus familias debe ser una líneo estratégica prioritario, o nivel de ro prometedor.
Capttu!o 17. Los ;_ras tornos neuroc::ignitivos

11. La den1encía )) Tabla 17.1. ·:::;a:;if1C2c1óri etiológica de :ao; dernenc1a.s

A. Definición y clasificaciones
Eri términos generales, la demencia se entiende como un trastorno Enfermedad de Alzheimer
mental de origen orgánico, ge11eralmente ocasionado poi una afec-
tación del cerebro, y de etiología rnúltiple, lo cual va a generar un Enfermedad de cuerpos de Lewy
conjunto de síntomas (p. e., síndrome} que tendrán un '1mpacto rele-
Demencia mixtaL Alzheimer, patología vasculm,
vante en la conducto del individuo. A destacar, la aparición de défi·
cuerpos de Lewy
cits cognitivos, funcionales y de adaptación social. Las alteraciones ~~~~~~~~~-

conductuales y discapacidades originadas por un estado orgánico En fe 1medod de Porkinson


degenerativo del cerebro (pérdida neuronal progresiva}, como suce-
de en la DTA, la formo más común de demencia. son irreversibles. Demencia frontotemporal
No obstante, un diagnóstico etiológico preciso permitirá identificar
Parálisis supranuclear progresiva
posibles erifermedades, asociados a la demencia, ciue san suscepti-
bles de tratamiento (p. e., causas metabólicos), donde la demencia Atrofia olivo-ponto-cerebelaso
es pofencialme11te reversible la Tabla 17.1 recoge una clasificación
práctica de las principales etiologías asociadas con la demencia. Enfermedad de Huntington
la defin'1c"1ón de demencia, las enfermedades causantes y su Esclerosis lateral amiotrófica
evolución están ampliamente descritas en las guías clínicas y la
literatura científica. En relación con su etiología, las demencias se Esclerosis múltiple
dividen en primarias (p. e., sin causo conocido: DTA o frontotem-
poroll versus secundarios, que son el resultado de una patología o
afeccion principal (p. ej., hidrocefalia normotensiva o déficit vitamí-
nico). A su vez, pueden subdividirse en demencias reversibles <mayo-
ritariamente con origen endocrino o metabólico) o las irreversibles
(enfermedades neurodegenerativasl. Finalmente, según los cambios
producidos en el cerebro se puede hablar de demencias de predo-
minio cortical versus las de predominio subcortical. la DTA es el Metabólicas (enfermedad tiroid-ea. hepática, niveles de calcio)
prototipo de demencia cortical, caracterizada por una destrucción
masiva de redes cerebrales (neuronas y axones) del córtex cerebral. Toxicidad por medicamentos
Este patrón de afectación va a producir una desintegración pro-
Déficit nutricional (vitamina 812. folotos)
gresivo de las funciones corticales superiores. generando la apari-
ción de un deterioro cognitivo específico (amnesia o dificultades de Alcoholismo
denominación) en foses más incipientes, frente o otro de carácter
más generalizado («afaso·oprocto-agnósico») en las foses avanzo- Hidrocefalia
dos. Por el contrario, en las demencias típicamente subcorticales
Vosculitis
(demencia por enfermedad de Parkinson -EP-, demencia por cuer-
pos de Lewy -DCLwy-l predominan lesiones en ganglios basales, Tumores
tálamo y sus correspondientes proyecciones_ La demencia vascular
(DVJ, los enfermedades de origen tóxico o metabólico y las infec- Postraumática (p. ej., hematoma subdurall
ciones pueden considerarse como una categoría mixta (córtico-sub- Síndrome de Wernicke-Korsakoff
corticaD. Posteriormente, se comentarán las características clínicos
más importantes de los principales subtipos de demencia.

Enfermedad priónica esporádica

JlAgnosla. lncapaciddd para reconocer objetos, personas, Síndrome de inmunodeficiencia adquirido (SIDA)
y/o sonidos, presentddOS por medio de una o más modali-
Neurosífilis
dades sensoriales, como consecuencia de una lesión cere-
bral. los órganos sensoriales y sus vías nerviosas no están Encefalitis
atectadas.
Meningitis
Jl Amnesia. Alteración en la capacidad para recordar ·1nfor-
maclón, ya sean eventos o lnforrnaclón aprendida. Puede
ser un fenómeno temporal o constituir una alteración eró·
1. Combina diferentes patologías.
nica. Generalmente se asume un origen orgánico, aunque
2. Haase, G. R [19771. Oiseases presenting as dementia_
puede ser psicológico ¡p. e., amnesia psicógenaj.
En: Wells, (_ [_ led 1Dementia,2nd ed. ¡pp .26-671. Philadelph1a:
F. A. Oavis.

52i
IV1anual de ps1copatolo91a. Volun1en z

(5-10 %!, alcoholismo y carenciales, y tumores e h1drocelalia 1-2 %


2 Apraxia. Pérdida de la habilidad de redliz¿i:- C\Ctos n1otores cada una, y un porcentaje escaso (1-5%) que incluye una larga lista
con destreza, que no ;JUcde ser icxplicCldJ por debilidad, <hasta IOOJ de otros posibles causas (Bermejo-Pareja, 2012; Hoase,
t::ino muscular anorrr;al o fe.Ita de coordinación elerrental. 1977). El análisis de los demencias en la comunidad muestro un esce-
La persona puede mostrar incapacidad para realizar u11 nario muy diferente; se confirma que Alzheimer y demencia vascu-
rnovin1iento o sucesión de rno'.fi111ie11tos ccordinado'> para lar, por separado y en conjunto {dt>mencia mixto), son los patolo-
gías dominantes_ En el resto de las demencias se asocian múltiples
un determinado fin lp. ej., vestirse, escribir, encender una
patologías. En u11a revisión de ocho grandes estudios. Kaspasi et al..
cerilla, etc.).
(2017) confirmaron que lo mayoría de los casos con diagnóstico de
J:: Síndrome «afaso-apracto-agnósico». Aquel cuyos demencia sufren asociación de lesiones tipo Alzheimer, vasculares,
srntoma~ principales son la afasia, la apraxia y la agnosia. y de enfermedades degenerativos (cuerpos de Lewy, TPD-43l. En el
ln1plica la des1nteqrac1ón conjunta y horT1ogénea de las fun- 26% de casos de DCL y en el 47 % de Alzheimer hubo patologías
ciones (Ol"ticales superiores. Es ca1·a(terístico de las derrien- mixtas, los casos con patologias puras fueron minoritarios.
cias corticales como la demencia tipo Alzhein1er. La prevole11cio (10-20%) e incidencia (20-75 casos por 1.000 per-
sonas-año) del DCL en mayores son, aproximadamente, el doble en
comparación a la demencia, aunque los datos son más variables
debido a la ausencia de unanimidad en los criterios paro DCL, y
B. Datos epidemiológicos al ámbito (clínico, comunitario) de! estudio (Bermejo-Parejo et al.,
2016; Word et al., 2012). En Espoílo, se ha constatado una prevalen-
El término deterioro cognitivo es muy heterogéneo y abarca un
cia global de 9,6 % en uno muestra representativa de 3.625 personas
amplio espectro de formas que oscilan desde uno afectación cog-
{mayores de 50 añosl, que aumentaba con la edod y era más fre-
nitiva específica (p. ej., alteración de lo memoriol hosta formas más
cuente en mujeres (Lora et aL, 2016L Un metoonálisis actual ha esti-
generalizados. Esta sección pretende aportar, brevemente, algunos
mado (95%, intervalo de confianza) una tosa de incidencia de 22.5
datos que nos ayuden o situar el deterioro cognitivo de lo población
cosos por mil personas año (5,1-51,4) entre los 75-79, 40, 9 (7,7-97,5)
mayor en cifras. En epidemiología, los datos sobre la prevalencia
entre los 80 y 84 años y 60,1 (6,7-159,0) para edades superiores a los
(proporción de casos en la población en un momento determinado)
85 años o más (Gillis et aL, 2019). Finalmente, no existe un acuerdo
e incidencia (nuevos cosos en un intervalo de tiempo definido) del
deterioro cognitivo pueden oscilar notablemente en función de una sobre lo prevalencia de los diferentes subtipos de deterioro cognitivo
serie de aspectos tales como: la población de estudio <edad, nivel (amnésicos vs. no amnésicos), aunq_ue parece ser que los formas de
socioeconómico, hábitos de vida). el tamaño de lo muestro, el con- DCL amnésico puro, o de dominio simple, son más infrecuentes que
texto del estudia {muestras poblociona!es vs. clínicasl, los criterios las de múltiple dominio en la población <Gangull et al.. 2010L
diagnósticos utilizados, los instrumentos de medido y lo metodología
para clasificar a los participantes. c. Subtipos de demencia: criterios
En uno revisión sistemática, la prevalencia de la demencia o diagnósticos
nivel mundial se ha cifrado e11 un 5-7% de los mayores <Prince et al.,
2013), mientras que un estudio de metaanálisis reciente sitúo lo pre- Las clasificaciones nosológicas (DSM-IV-R -cuarto edición, texto
valencia estandarizada de lo demencia (criterios DSM-!Vl en Europa revisado- y Clasificación Internacional de Enfermedades, 10.ª Revi-
en un 7,1% (rango: 5,8-9,ll-%; véase Bacigalupo et al., 2018l. En tér- sión -CIE-10-) subrayan que lo demencia es una entidad clínico
minos globales, la incidencia de demencia disminuye en los países definida por un declive de los funciones cognitivas que afecta signi-
desarrollados. España incluido (Lobo et al., 2007), pero no en el res- ficativamente a la capacidad de adaptación y funcionamiento social
to de los países menos desarrollados <Bermejo-Parejo, 2018). No hay del individuo; la memoria, ya sea para aprender nueva información o
estudios sistemáticos recientes sobre la incidencja_ Ofrecemos dos recordar lo aprendido, está afectada junto a otras funciones cogniti-
estudios amplios, uno en EE.UU. con incidencia de 15,2-26,6 casos vas. la CIE-10 incluye además lo alteración del control emocional y
por mil personas-año según origen racial (Mayedo et al.. 2017l y exige una duración de los déficits de al menos seis meses, mientras
otro en España con 10,6 (95% Cl 8,9-12,3) cosos poro demencia por que el DSM-IY-TR no incluye ningún aspecto no cognoscitivo especí-
mil personas-año; 7,4 (95 % Cl 6,0-8,8) para Alzheimer y 1,4 (95% fico y no requiere uno duración precisa. En ambas clasificaciones se
CI 0,6-2,31 para demencia vascular (Bermejo-Parejo et al., 2008J_ consideran criterios de exclLtsión la presencio de defirium u obnubi-
La prevalencia e incidencia de demencia son edad-dependientes y lación de la conciencia. Lo Tabla 17.2 recoge los criterios de ambas
ambos se doblan cado cinco años a partir de los 60-65 años, llegan- clasificaciones.
do o casi el 50 % de los que alcanzan los 100 años. La frecuencia de Existen dos escolos clásicas, ampliamente utilizado>, para el
los tipos de demencia depende del ámbito estudiado. En un extenso estodiaje de personas que presentan deterioro cognitivo ylo demen-
estudio comunitario (revisión diagnóstica de seis años en consulto cia: Lo Global Oeteríoration Sea/e <GDS; Reisberg et al., 1982) y !o
ambulatoria de más de 5.000 pacientes), las alteraciones cognitivas Clinícal Demenr-ia Rating <CDR; Hughes et al., 1982). Su principal
!13,8 %l fueron lo segunda consulto más frecuente después de las objetivo es gracllar la intensidad del deferioro cognitivo en diferen-
cefaleas; de aquellos, lo DTA <n = 388), el trastorno cognitivo leve tes etapos. Lo escalo GDS empleo siete estadios (desde lo ausencia
(n = 197), los demencias con déficit focales (n = 30l y la amne· de deterioro cognitivo -GDSI-, hasta el deterioro cognitivo muy
sia global tronsitorio (n = 26) fueron las entidades más frecuentes grave -GD57-l. mientras que la escala CDR emplea cinco estadios
((olandre-Hoenigsfeld y Bermeja-Porejo, 201D. En uno síntesis de (CDRO = normal, COR= 0.5 =demencia cuestionable (deterioro
series hospitalarias, la frecuencia fue: Alzheimer (65-75 %), demen- cognitivo, no demencial, CDRI = demencia leve, CDR2 = demencia
cia vascular y mixto (5-15%), enfermedades neurodegenerativas moderado, CDR3 =demencia grave>. Ambas incluyen categorías

516
Capítulo17. l.os tr:istornos ne1.1rocoJgnitivos

) ) Tabla 17.2. Criterios diagnóst:cos de der,1encia segu1-, DS~A-IV-TR y CIE-10•

A. Presencia de déficit cognitivo. ! l. Deterioro de la memoria:


'------------------------' · Alteración en la capacidad de registrar. almacenar y evocar
l. Deterioro de la memoria (deterioro de lo capacidad para información.
aprender información nueva o paro recordar información
aprendida previamentel. · Pérdida de contenidos mnésicos relativos a la familia o al
pasado.

2. Al menos uno de los siguientes alteraciones cognitivos. 2. De1'erioro del pensarniento y del razonamiento:
al Disfunción ejecutí•10 <alteraciones en procesos de Reducción del flujo de ideas.
planificación, organización. secuenciación o abstracción)_ Deterioro en el proceso de almacenar información:
bl Afasia (trastorno del lenguaje). - Dificultad para prertar atención a más de un ertímulo a la vez.
e) Apraxio (deterioro de lo capacidad paro llevar o cabo - Dificultad para cambiar el toco de atención
actividades motoras pese o estar intacta la función motora)_
dl Agnosio (fallo en el reconocimiento o identificación de
objetos pese a estor intacta la función sensorioll.

B. La disfunción cognitiva (criterios definidos en el aportado A 3. Interferencia en la actividad cotidiana.


provoco un deterioro significativo de la actividad laboral y/o
¡¡._ Conciencia normal. Sin excluir posibilidad de alteraciones
social, representando una merma importante con respecto al
nivel de funcionalidad previo. episódicas (superposición de/irium/demencial.

C. Los déficits no aparecen de manera exclusiva en el curso de un 5. Síntomas presentes al menos durante seis meses
delirium (posibilidad de la superposición delirio/demencial.

* Resumidos del original.

respectivas (GDS 3 y COR 0,5) para clasificar o los individuos en ambientales o externos) están ganado peso y suponen un campo de
estadios predemencia (p. e., presentan deterioro cognitivo, pero no investigación prometedor para explicar el origen de las demencios
cumplen los criterios de demencia con unas actividades funcionales neurodegenerotivas (veáse Maloney y Lahiri, 2016).
preservados o sin cambios significativos. La aplicación de la GDS es El hecho de que personas tan populares como Ronald Reogan,
más sencillo q_ue la CDR. yo q_ue requiere un protocolo específico Rita Hayworth, Adolfo Suárez o Pasq_uot Maragall hayan padecido
y conlleva más tiempo. Es importante tener presente que el crite- la enfermedad ha facilitado la divulgación de una conmovedora
rio de funcionalidad o adaptación del individuo puede estor muy realidad, que fue descrita por primera vez (año 1906l en una mujer
mediatizado por el entorno, lo cual dificulta la evaluación funcional de 51 años (Auguste Deterl por Alois Alzheimer. Esto paciente ingre-
estandarizado. Por ejemplo, personas con el mismo grado de dete- só en el Hospital de Fronkfrut en 1902 con un cuodro de confusión,
rioro cognitivo pueden mostrar desadoptocióri personal y/o laboral ansiedad y agitación. Algunas de los síntomas y conductas mós rele-
en función de lo exigencia del contexto. vantes recogidos de la paciente se indican a continuación:
C.J. La demencia tipo Alzheimer Se mostró celoso hacia su esposa._ y se observó uno pérdida
La DTA es una enfermedad neurodegenerativa y la forma más de memoria rápidamente progresiva. No podía encontrar el camino
común de la demencia, q_ue conduce, de un modo lento y progre- en su propio domicilio. Transportaba objetos de un lado o otro y
sivo, a una situación neurovegetativa q_ue precipita la muerte de los tiraba. A veces creía que alguien queríu asesinarla y empezaba
la persona. Hoy en día sabemos q_ue la DTA no está asociada con a gritar en voz muy alta ... Su capacidad para recordar se hollaba
una única causa, menos de un 5 % de los casos tienen un origen gravemente alterada. Cuando se le señalaban objetos, la pacien-
vinculado a algún gen CPresenilin 1 o PSENl), sino q_ue su apari- te los nombraba en su mayoría correctamente, pero después lo
ción podría explicarse por un compleja interacción de diferentes olvidaba todo de nuevo. Al leer, pasaba de uno línea a otro ___ Al
factores: généticos <genes APP, APOE-e4J, de riesgo individual no hablar. frecuentemente empleaba frases confusas y algunas expre-
modificables (edad, antecedentes familiares), relacionados can la siones parofrásicos (contenedor de leche en vez de tozo!. A veces
vulnerabilidad del individuo (factores riesgo vascular. traumatis- sentía q_ue lo estaban golpeando. Hobío preguntas que obviamente
mos), el estilo de vida (tabaco, alcohol vs. actividad física, dieto) na comprendía y tampoco lo utilización de ciertos objetos. Estos
y ambientales {exposición a elementos tóxicos). La combinación de fenómenos q_ue se interpretaron como síntomas focales leves, a
estos elementos precipitaría la aparición progresiva de un proceso veces eran apreciables y o veces menos. Sin embargo, progresó
neuropatológico en cascada {Sperling et al., 2011). Recientemen- hasta una demencia generalizada. Al final, lo paciente se holla-
te, las hipótesis epigenéticas (p. e., cambio en la actividad de los ba completamente estuporosa; yacía en su cama con los piernas
genes -procesos de metilocióri- debido a la influencia de factores flexionadas».

51!
~Jlanual de psicoµdlologíd. Vu un1cri 2

Los pacientes con DTA temp1ano suelen presentar una gran diii- labilidad emocional. irritabilidad. depresión, apatía, arisiedodl pue-
cultad para aprender nJeva información (on1nesia anterógrada; p. e., deri presentarse de uno maílero temprano, mientias que los trastornos
olvido de eventos y conversaciones) y, a medida que los lesiones neu- de la percepción y el pensamiento (p. ej., delirios, alucinaciones, falsos
roanatómicos progresan en el neocórtex, manifiestan una dificultad reconocimientos) y los alteraciones psicomotoras (p. ej., deambulo-
para recordar la mformación que fue previamente aprendida (amnesia ción, conductas repetitivos, desinhibición y agresividad) suelen ser
retrógrada; por ejemplo, eventos remotos en el tiempo). Además de más carocterírticos de foses moderadas y graves.
los problemas de memoria, inicialmente más específicos, aparece- El DSM-5 recoge un diagnóstico etiológico de demencia (DTA,
rán otros déficits cognitivos asociados a la denominación, memoria DV y otros), aunque tienen un carácter muy general. Por este moti-
semántica, capacidad de planificar, razonamiento y toma de deci- vo, hemos optado por incluir los sistemas de clasificación etiológi-
siones. los pacierJtes con DTA también presentan una constelación co, más completos y específicos. que se utilizan en los Servicios de
de síntomas denominados «Síntomas no cognitivos», que varían en Neurología. En lo Tabla 17.3, se describen los criterios diagnósticos
tipología según el estadio de la enfermedad y se incrementan a medi- para la EA del Notional lnstitute on Aging (NJA) and the Alzheimer's
do que neuropatología progreso. Los cambios psicoafectivos (p. ej., Association (N!A-AA; McKhann et al., 2011l.

)) Tabla 17.3. Criterios NIA-AA para el diagnóstico de demencia tipo Alzheimer. Adaptado de McKhann et al., [2011)

Presencia de síntoma:. cognitivos o conductuafes que:


l. Interfieren con la capacidad de trabajo o funcional para los actividades habituales.
2. Suponen un deterioro respecto a niveles de funcionamiento previo.
3. No se explican por la existencia de delirium o trastorno psiquiátrico mayor fp. ej., esquizofrenia}.
ll-. El deterioro cognitivo se puede detectar por: al historia <paciente y/o informador); b) evaluación objetiva del estado mental
(exploración de cabecero) o evaluación neuropsicológica formal. La evaluación neuropsicológico objetiva es recomendable y será
obligado cuando la historia o exploración del paciente no aportan datos fiables.
Dos o más de fas siguientes alteraciones cognitivas o conductuales:
l. Capacidad alterada para adquirir y recordar nueva información.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~"

2. Alteraciones o cambios en el razonamiento. manejo de tareas complejas, capacidad de joicio.


3. AHeración de los capacidades perceptivos y visuoespaciales.
11. Alteración de las funciones del lenguaje (hablar, leer, escribir).

~-'' ,· " . '


Criterios centrales. Cumple criterios de demencia, con las siguientes características:
l. Inicio insidioso.
2. Empeoramiento progresivo, referido u observado.
3. En función de los dominios cognitivos afectados de inicio:
a. Forma amnésico (la más frecuente).
b. Formo no amnésica (afectación del lenguaje, capacidades visuoespociales, disfunción ejecutival.

.
11. No se debe aplicar el diagnóstico de probable si hoy patología vascular cerebral concomitante, sintomotología relevante asociado a
la enfermedad por cuerpos de Lewy, la variante conductual de la demencia frontotemporal, la demencia semántico, cualquier otra
enfermedad o lo ingesta de fármacos con impacto en la cognición.
,,.,
" ' ~· ' " '' ' ·'. ' ' , •• , ·1 ~· ~,

Cumple criterios centrales de demencia por enfermedad de Alzheimer probable, más:


~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~-j

l. Deterioro progresivo documentado.


2. Mutaciones genéticas: APP, PSEN 1.2 (El alelo i;:ll del gen de la Apolipoproteína Eno es considerado en esto categoría porque no resultó ser
suficientemente especifico).

(Continúo)

528
Capitulo17. Luo ~raston,os neurocognit1vos

)) Tabla 17.3. (Cor1tinuaci6nj

Criterios centrales de demencia por enfermedad de Alzheimer probable, más:


l. Biomarcadores de amiloidasis cerebral. niveles bajos !ratio. 1-42) de betaamiloide en LCR, PET posiíivo a ligandos de amiloide.

1 2. Biomareadores de neurodegeneradón: niveles elevados de Tau y pTau en LCR, hipometabolismo parietotemporal en el PET d€ glucosa, atrofio
temporal desproporcionado en la RMN

'o<(' ' < ' '· ' " ' .


Se debería establecer un diagnóstico de demencía debida a EA posible en cualquiera de las circunstancias que se mencionan en los
siguientes apartados:
l. Curso atípico (p. ej., curso no progresivol.
2. Etiología mixto: enfermedad cerebrovosculor, s1ntomatología de enfermedad por cuerpos de Lewy, otra enfermedad o fá'maco con efectos
en cognición.
'·' i· ,., ·:~· ' ' ,, '1"·'·'''
Pers011<1s que cumplen con criterios de una demencia no Alzheimer, pero que tienen evidencia de biomarcadore; del proceso
fisiopatológico de la enfermedad de Alzheimer o cumplen con los criterios 11europatológicos de fa enfermedad de Alzheimer.

capacidad de juicio, planificación y razonamiento. Entre los sínto-


ji Neocortex. Es la parte más evolucionada del cerebio, mas «no cognitivos» pueden aparecer dificultades de coordinación
está con1puesta de seis capdS y su volurrien se relaclor1d motora, intranquilidad y depresión o apatía, aunque pueden variar
con la capacidad para desdrrollar operaciones cognitivas extraordinariamente en función de las características del paciente
complejas. y las áreas del cerebro comprometidas. A diferencia de la DTA. cuyo
déficit más significativo suele ser la rnemoria episódica (el recuerdo
demorado en especial>, los DV suelen presentar una mayor afecta-
ción de las funciones ejecutivas (Salman y Bondi, 2009). Los siste·
C.2. La demencia vascular mos de diagnóstico de trastornos cognitivos asociados a patología
El término de demencia vascular describe o las personas q_ue pade- vascular más conocidos son: los del Nat1onol Institute of Neurologí-
cen este síndrome y está explicado por lesiones cerebrales acu- cal Dísorders and Stroke (NINDSJ, la Associotíon Internatíonale pour
mulativos de origen vascular {Bowler y Hachinski, 2003). Se puede la Recherche et /'Enseignement en Neurosciences (NINDS-AIREN;
afirmar que la DV es un síndrome multicausol, ya q_ue existe un gran Román et al., 1993), con validación patológ'1ca, y los de la Inter-
número de agentes etiológicos (vasculares, cardíacos, hematológi" national Society far Vascular Behavioral and Cognír-ive Disorders
cos, hemodinámicos, etc.l que pueden provocar lesiones vasculares (VASCOG; Sochdev et al., 2014). Ambos criterios han mostrado un
cerebrales asociadas o la demencia. Sin embargo, no es siempre adecuado nivel de concordancia paro el diagnóstico de DV, aunque
fácil establecer la relación causa-efecto, ya que no siempre los acci- dependiendo de los criterios la prevalencia puede oscilar {Pineda et
dentes vasculares causan demencia. Además, el elevado índice de al., 2019J. Los criterios VASCOG apuntan una mayor sensibilidad, ya
solapamiento entre la patología vascular y la aparición de lo DTA que los criterios NINDS-AIREN requieren lo afectación de dos o más
dificulta establecer la especificidad de los síntomas asociados a una dominios, siendo uno de ellos la memoria. Sin embargo, un individuo
patología u otro. Dicho esto, se podría decir que, a diferencia de lo con un deterioro severo en un solo dominio {p. ej., afasia) puede
OTA, este tipo de demencia suele presentar un curso de tipo fluc- tener uno afectación funcional que justifique el diagnóstico de OV.
tuante y evoluciona en forma de «brotes» Así, puede ocurrir que, La Tabla 17.1.J recoge los criterios VASCOG poro deterioro cognitivo
durante un período de tiempo, el paciente no empeore o permanez- vasculor menor y mayor
ca aparentemente estable, incluso mostrando algunos mejorías dis- El término deterioro cognitivo vascular fue introducido, a comien-
cretos. No obstante, la demencia empeoro conforme paso el tiempo, zos de siglo, para referir la contribución de la patología vascular al
y su progreso resulto inevitable. deterioro cognitivo, abarcando entidades que van desde las que-
En líneas generales, las personas cori DV se caracterizan por lo jas subjetivas de memoria hasta el deterioro cogntivo asociado a
afectación de diversos funciones intelectuales tales como: desorien- demencia <van der F/ier et al., 2018>. Como hemos indicado ante-
tación, problemas de atención y memoria, alteraciones del lenguaje, riormente, roro vez la patología aparece de forma pura, de modo

529
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D!JµOS!P 'afiupoJ Á onfiua¡ 'sa¡D!JDJ so¡n:>s11w so¡ "P JoapnuoJdns PºP!l!qap 'ioq¡nqopnasd awoipU!S •¡onS!A odwoJ ¡ap o.¡JaJap
aAnpU\ anb ID!JOSUas i!J!J?P '!~SLI!qoa <>P ou61s 'JOIJ<lJU! ¡opo¡ PºP!l!qap 'O!SilJOd!wa4 '·fa ·d¡ sn+J! UOJ sa.¡ua¡SISUOJ SOJ!SJJ sou515 ·q

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·101nJs!)Af)1qaJeJ o_¡_uaAa un souaw 10 uoJ odwa!11a ua opouo13o¡a1 r;i1sa SOA!+!u5oJ s+P!l~P so¡ ap O!J!LII 11 Tlt
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Capitulol"T. Los lraslcr110~ n2urocog11itivos

)~· Tabla17.4. ,l(nn1ir111ocionj

l. Historio clínico:

o. Desarrollo temprano riel déficit de memoria y empeoramiento progresivo de lo memoria, lenguaje, proxios y gnosios, en ausencia
de lesiones focales que los expliquen a h1stor10 de eventos vasculares
~~~~~~~~~~~~~~~~~-~~~~~

b. Monifertociones tempranas y prominerites de porkinsonismo sugestivas de enfermedad con cuerpos de Lewy.

c. La historia sugiere otro trastorno neurológico primario (esclerosis múltiple, neoplasia cerebral, ericefolítis).

2. Neuroimagen:
a. Lesiones cerebrovasculores ouserites o mínimas en TC o RM.

3. Otros trastornos médicos suficientes para explicar un trastorno de memoria y >Íntomos relacionados:
a. Documentoción de esclerosis múltiple, neoplasias cerebrales, encefalitis, etc.

b. Depresión mayor relacionado temporalmente con los déficits cognitivos.

c. Anormalidades tóxicos y metabólicas.

11. Para la investigación: la presencio de biomorcodores de EA excluye el diognórtico de demencia vascular primario, pero no excluye
los patologías mixtos.

q,ue los pacientes vasculares suelen prese11tar de manera frecuente puede coexistir con lo DTA, patología vascular y su diagnóstico
lesiones neuropotológicas asociados con lo DTA <placas de amiloi- diferencial con lo DCLwy es difícil en estudios poblacionoles. En
de y ovillos neurofibrilaresl. Es conocido q_ue los factores de riesgo cualquier coso, se estimo uno prevalencia de la demencia del 30%
vascular se asocian a deterioro cognitivo y un mayor riesgo de tener en lo EP, con una incidencia acumulado entre cuatro y seis veces
demencia (Hachinski et al., 2020). Así, algunos autores plantean lo superior a los controles <Aorslond y Kurtz, 2010). Algunos estudios
inclusión de los factores vasculares en la fisiopotología de la DTA indican que la patología de lo cx-sinucleíno (proteína presinóptíco)
(Sweeney et al., 2019l, ounq,ue esta propuesto no es aceptada de es el principal sustrato de lo demencia en lo EP, aunque lo patolo-
formo unánime y ha generado controversia (Jagust et al., 2019l. gía de tau y omlloide está presente en un porcentaje significativo
<33-55%) de casos (Smith et al., 2019). A nivel neuropsicológico, lo
demencia en lo EP es de tipo subcorticol y se caracterizo por un
predominio de lo disfunción ejecuti\.'O (memoria de trabajo, plonifi·
.Ji Ovlllos neurofibrilares. Conglomerado de proteína tau, a coción, flexibilidad cognitiva) y otencionol, con un deterioro menor
modo de fibrillas entrelazadas en las neuronas. Este proce· o más sutil e>n los habilidades visomotoros, lo memoria declarativo
so se encuentra estrechamente relacionado con la muerte verbal y/o el lenguaje. El lenguaje de los pacientes con demencia
neuronal en las enfennedades neurodegenerat1vas como la asociada a la EP suele estar bastante preservado, incluso hasta
demencia tipo Alzheimer. foses avanzados de lo enfermedad. No obstante, pueden presentar
disminución de fluencia verbal, con tendencia o lo perseveroción, y
jJ Placas seniles. Depósitos extracelulares de la proteína algunos dificultades sintácticos. las alteraciones neuropsícológícas
beta·amiloide en el cerebro, típicamente asociada al desarro· más sutiles en lo demencia asociada a lo EP se han planteado como
llo de la demencia tipo Alzheimer. una afectación secundario o lo disfunción ejecutiva. que está o su
vez correlacionada con los trastornos motores y psicopatológicos
(Dirnberger y Johanshohi, 2013l.

C3. La enfermedad de Parkinson con demencia la demencia por cuerpos de Lewy (DCLwyJ y lo demencia aso"
ciado o lo EP son síndromes clínícamente similares, que comporten
la demencia es un síndrome asociado con lo enfermedad de cambios neuropatológicos, incluyendo el depósito de olfo·sinucleíno
Porkinson <EPJ, una enfermedad degenerativa cuyos síntomas se en los cuerpos de Lewy (Cll 1, lo pérdida de las neuronas dopormi·
vinculan con lo afectación de estructuras cerebrales relacionados nérgicos (área tegmentaD y de los colinérgicas (prosencéfolo basal>,
con las neuronas dopaminérgicas (p. ej., sustancio negra -pars que además pueden coexistir con lo patología tipo Alzheimer tales
compacta- del mesencéfolo y núcleo estriado). Algunos estudios
de cohorte, sobre incidencia acumulativa en largos períodos de
seguimiento (12 años), indican que más del 60% de los pacien- E~ructuras eosinofílicos (coloración rosado) en el citoplasma de
tes con EP desarrollan demencia <Buter et al., 2008l; sin embargo, los neuronas constituidas por diferentes proteínas (olfo·sinucleíno y
esto cifra puede estor sobreestimado yo que lo demencia en la EP otros, como ubiquitino).

5]
f\~iJr.uiJI dE p::icopatologíc_ VDlu111en 2

como placas y ovillos neurolibrilares (Gon1pe1!1, 2016) La ausenliu lica (APPvs, onteriormente conocida corr.o demencic1 semántica),
de uno morcada atrofia en el lóbulo teMporol, típica de la DTA, variante agramático (APPvnf, anieriormente conoc"lda co1T10 afa-
frente o lo concentración de los CL en la sustancia negra, más pro- sia no fluente progresiva) y una variante fogopénica <APPvlJ que
pia de la EP, serían algunos aspecios neuropatológicos diferencia- se diferencian entre sí por sus manifestaciones clínicas, afectación
les entre ambos subtipos de demencia Aunque >e han propuesto neuropoto!ógica y el curso evolutivo. La variante conductual repre-
crite1 íos de experto (sin validación patológica) para el diagnóstico senta el mayor porcentaje de casos (alrededor del 60%), siendo sus
clínico de la DClwy (McKeith, et aL, 2017), existe controversia en lo manifestaciones principales los cambios en el carácter o comporta-
diferenciación de DCLwy y la EP con demencia, de formo que algu- mentales Al mismo tiempo, aparece un deterioro progresivo de los
nos autores consideran ambos entidades dentro de un solo espectro: funciones ejecutivas. asociado con la conducta desinhibida. y del
enfermedad de CL <Gomperts, 2016)_ Así. ambas entidades com- lenguaje expresivo {onorr1ia, ecolalia, perseveraciónl. La Tabla 17.5
parten lo presencia de deterioro cognitivo progresivo, asociado a recoge los características clínicas de los diferentes subtipos de APP.
porkinsonismo, alucinaciones visuales, fluctuaciones de la atención
y alerto- El curso del deterioro cognitivo y el tiempo de aparición de
la demencia parecen ser los rasgos distintivos más importantes entre ]\Afasia. Trastorno del lengua1e que sobreviene como con·
ambas entidades. En la DCLwy, los trastornos del movimiento suelen
secuencia de una lesión cerebral en los centros del lengua·
ir vinculados en el tiempo al deterioro intelectual, mientras que la
1e o de sus conexiones. Puede afectar d las capacidades de
demencia debida a la EP produce un deterioro intelectual que se
hace patente años más tarde tras el inicio de los síntomas motores. cornpreoión y/o expresión oral y las habilidades de lectura
En relación a la OTA, la sintomatología suele ser más fluctuante y escritura.
(cambios en los niveles de alerta y desorientación), pudiendo variar :» Parafasia. Trastorno del lenguaje que consiste en sustl·
incluso a lo largo del día, y su evolución es más brusca_ En las fases tulr, d12 forma involuntaria y no intencional, fonemas, síla·
incipientes, los pacientes con DClwy pueden presentar déficits de
bas, palabras o incluso frases. La sustitución puede aíeclar
memoria, pero no tan acusados como en la DTA.
a los fonemas [parafasia fanétlca·íonológica; p. e.. decir
Cl.J. Otras demef1cias neurodegenerutivas «ca1na» por «casa») o a los lexemas (parafasia semántica:
sustituir una palabra por otra de s1gnif1cado s:milar; p. e_,
El término demencia frantotemporaf (DFTl engloba a un grupo de
decir «me5a» por «Silla»), o a ambos (parafasia mixtaj.
demencias muy poco frecuente y heterogéneo, con etiología gene-
ralmente desconocida (en más del 50% de casos no se conoce la -¿J Anomia. Incapacidad para producir el nornbre de los
causal, que implica la afectación de la áreas temporales y frontales objetos.
de la corteza cerebral. Este tipo de demencia suele aparecer de
J)Agramatismo. Alteración del lenguaje que se caracteriza
manera precoz (40-65 años) y existen algunas mutaciones genéticas
esencialmente por una dificultad para utilizar correctamen·
<gen progranulina, gen de la proteína contenedora de volosinal aso-
ciadas a su desarrollo, así como similitudes biológicas (acumulación te las reglas y las relaciones gramaticales. Los principales
de TOP 43 en el 40-50% de los casos) con el desarrollo de la escle- componentes afectados suelen ser los morfológicos y sir1·
rosis lateral amiotrófico (Mackenzie et oL, 2011). A nivel neuropato- tácticos.
lógico, las personas con OFT presentan elemerito> o niveles de sus-
tancias anormales (ovillos neurofibrilares, cuerpos de Pick y proteína
tau) dentro de las neuronas en las áreas dañadas del cerebro. la La enfermedad de Hungtinton (EHl es una entidad de carác-
presencia de ovillos (acu1nulación de proteína Toul típica de la DTA ter hereditario <outosómica dominante) y neurodegenerativa, ctue
también aparece en muchos casos de DFT, aunque en menor inten- afecta a los ganglios basales (principalmente al estriado) y sue-
sidad, o incluso puede estar ausente en muchos casos (fautopatías le desarrollarse entre los 30-l!O años de edad. Tiene un carácter
vs. tau y a-s·inudeína - negativas). Lo proteína ¡3-amilo'1de está más progresivo y ocasiona importantes trastornos motores, cogn·rtivos y
específicamente vinculada a la DTA, aunque un estudio con revisión psicoafectivos, ci.ue repercuten en lo capacidad funcional de la per-
sistemática reciente ha demostrado que su presencia puede ayudar sona_ Los trastornos motores afectan tanto a los movimientos invo-
diferenciar los formas de afasia asociadas o la DFT <Villarejo et al., luntarios como voluntarios {contracciones espasmódicas, distonía,
2016). Paro el diagnóstico de lo OFT deben excluirse otras posibles problemas en lo marcha). Se asocia con el desarrollo de demencia
causas tales como el ictus, un tumor cerebral, una enfermedad de de tipo subcortical, destacando el deterioro de las funciones ejecu-
f1roides u otra enfermedad psiquiátrico (Fernández-Calvo, Ramos y tivas (perseverancia, desinhibición, desorganización y dificultad en
Mene2es, 2013). Recientemente, se ha propuesto una entidad nueva la tomo de decisiones), procesamiento enlentecido y déficits relacio-
denominada encefolopatío predominante límbica de la edad aso- nados con la atención. Aunci.ue puede aparecer un compromiso de
ciada a lo TDP-43 (LATE-NCl, como una forma de proteinopatía la memoria, su afectación no suele ser prominente en fases iniciales,
que puede imitar el síndrome amnésico de la DTA, diferenciada de a diferencia de lo DTA_
la DFT en lo edad de aparición (afecta o los adultos mayores) y con La parálisis supranudear progresiva (PSPJ es un trastorno neu-
una distribución más restringida de la TDP-43 (Nelson et al., 2019). rodegenerativo poco común. No se conoce su causo exacta y los
A nivel clínico, la DFT puede manifestarse a través de varios síntomas son el resultado de un deterioro en las neuronas de dife-
síndromes con unos síntomas cardinales como son los cambios en rentes partes del cerebro <ganglios basales -núcleo estriado-, tron-
el comportamiento y la afectación del lenguaje. Se pueden dis- co encefálico, tálamo, cerebelo, corteza frontal y temporal, ínsula),
tinguir cuatro variantes principales. la variante conductua!, y tres donde se observa un incremento de la proteína tau formando ovi-
síndromes de la afasia primaria progresiva fAPP): variante semón- llos neuroflbrilares. Una de las señales típicas es la incapacidad de

532
Capítulo 17. Los trascornos neurocogn1t1vos

)) Tabla 17.5. Cri;erios de diagnóstico clin1co de la:; tres ·.¡aria'ltc's de afasia pr1n1aria progresiva. Resun1ido y adcplddü de (orne·
Ternpini et al. ¡2011¡

Al menos una de las siguientes las dos características principales Las dos características princip<iles
características principales debe estar siguientes deben estar presentes: siguientes deben etiar presentes:
presente:
l. Agramatisma en ia producción del lenguaje. l. Deterioro para recuperar palabras sueltas l. Alteración de la capacidad de denominar
2. Habla laborioso y dificultosa, con tanteos e tanto en el habla espontáneo como en la objetos.
interrupdones en el habla. Puede asoc1ar;e nom·1nación. 2. Alteración de la capacidad de la
a distorsiones y cambios en lo prosodia 2. Deterioro en repetición de expresiones y comprensión de palabras sueltas 1

(Apraxia del habla). frases.

Y dos de fos siguie11tes:


¡--~~~~~~,~~~~~~~-+~~~~-
Y af menos tres de Jos siguientes: Y al menos tres de los siguientes: ~
L Deterioro de la comprensión de oraciones !. Errores fonológicos (parafasias) en habla l. Conocimiento de objetos alterado, sobre
complejas. espontáneo y nominación. todo aquellos poco familiares o poco
frecuentes.

2. La comprensión de palabras aisladas está 2. Conocimiento de objetos y comprensión 2. Alexia superficial o agrafia.
preservado. de palabras sueltas conservados.

3. El conocimiento de objetos está preserll{ldo. 3. Producción del hablo preservada a nivel 3. Repetición de palabras preservado
motor.

11-. Ausencia de ogromatismo puro. ll-. Ausencia de alteraciones motoras del


habla (o nivel gramático y motorl.

Atrofio <IRM), hipometabolismo o hipoperfusión Atrofio ORMl, hipometobolismo o Atrofio (JRM), hipometobolismo o
en la corteza fronto insular izquierda (5PECT o hipoperfusión en las cortezas perisilviono hipoperfusión en lo porte anterior de los
PET). posterior o parietal izquierda (SPECT o lóbulos temporales <SPECT o PET)_
PETl.

IRM =imágenes por resonancia magnética; SPECT"' tomografía computarizada por emisión de fotón único;
P(T = tomoqrafía por ernis1ón de positrones.

enfocar y de mover los ojos correctamente. La parálisis supranuclear nes y pruebas integradas en un protocolo clínico. habitualmente
vertical, con anormalidades en la mirada hacia abaja. y la inestabili- estandarizado en los servicios de atención especializado (neuro-
dad postura!. asociado a caídos inexplicables, suelen ser los aspectos logía, unidades de demencias). Más allá del diagnóstico, le carac-
más distintivos (Litvan et al., 1996). Na obstante, los manifestacio- terización precisa de los personas can deterioro cognitivo, o bojo
nes son heterogéneas y pueden repercutir o diferente nivel: marcha, sospecha de demencia, es fundamental para decidir las opciones
movimiento <más lentos> y el equilibrio, dificultad en el habla y la más adecuadas de intervención. Para realizar una valoración ade-
deglución, problemas de visión, trcstornos psicoofectivos <depresión, cuada, donde están implicados diferentes profesionales, debemos
apatía, onhedonia, labilidad emacianaD y deteriora intelectual. A tener presentes los siguientes aspectos: (ll Forma de presentación
este nivel, destacan los dificultades en la resolución de problemas y del cuadro <p. ej., síntomas primarios, lenta vs. súbita, progresi-
funcionamiento ejecutivo, afectación de fluencia verbal, problemas vo vs. fluctuantel; (2J hipótesis etiológica <neurodegenerativo vs
de atención y procesamiento de información más lento. no neurodegenerativa); {3) objetivación del deterioro neuropsi-
cológico, áreas comprometidos y su intensidad; {lJ.) presencia de
D. La detección precoz: evaluación discapacidad o alteraciones funcionales asociadas al deterioro
cognitivo; {5) cambios de personalidad y/o conducto psicofectiva;
y diagnóstico (6) áreas cognitivos, funcionales y sociales preservadas; (7) si el
Aún no existe un marcador biológico definitivo q_ue pueda deter- paciente padece patologías concomitantes que tengan tratamien-
minar la presencia de la DTA pre"mort(Olm <Fagan, 2011.l-l, una enfer- to; (8) recursos psicosociales disponibles para el paciente y su fami-
medad q_ue cam·1enza de manera s'ilente varios años antes del l"la; (9) opcione> de intervención y tratamiento; <IOl expectativas de
diagnóstico clínico realizado por el especialista. Una evaluación futuro y pautas de seguimiento. La Tabla 17.6 presento algunos de
diagnóstico, completa y precisa, req_uiere una serie de exploracia- los exámenes y valoraciones q_ue suelen utilizarse en un protocolo

5:!3
Manua dr r'1c0patclog1a. Volurr,en 2

)) Tabla 17.6. Exámene> y· pruebas para una evaluaciór predicción evolu1iva del DCL o lu deinencia Sabierido q,ue el dete-
completa' de la demencia rioro cognitivo está infradiagnosticado. disponer de herramientas

---
( Historio clín~co.
·----
válidos paro lo detección precoz será clave para implementar el
tratamiento niás adecuado. El célebre Mini-Mentol de folsteiri et al
11975) continúo sierido el test de cribado cognitivo más conocido y
Examen físico general. utilizado No obstante, su sensibilidad en persono~ con DCL es baja
-- y variables como la educación influyen notablemente en las puntua-
Exploración neurológico. ciones (Liamos et al., 2015). Por el contrario, algunos estudios rios
indican que los cambios en la memoria episódica son uno de los
Examen del estado mental.
primeros marcadores en volverse anormales en la etapa preclínica
Evaluación neuropsicológica: global y dominios cognitivos. de la DTA, en ocasiones hasta cuatro años antes del diagnóstico
clínico de DCL <Mistridis et al., 2015). En apoyo a esta evidencia,
Evaluación funcional. actividades de lo vida diaria. se ho demostrado que la conectividad funcional anormal en red
del hipocampo (estructura del lóbulo temporal con alta implicación
Evaluación del contexto social y entorno.
en procesos mnésicosl y la red neuronal par defecto (j_ e., regio-
Bioquímica general (glucosa, colesterol. ectl. nes octivas en estado de reposo} ocurren arites que los cambios
anormales en la proteína A¡3 y p-tau (Cheri et al., 2016l. Algunos
Biomorcodores específicos: genéticos (APP, PSEN 1,2 ApoE-lJ.J, test específicos breves, como el test de alteración de la memoria,
LCR (proteínas omiloide y toul. han obtenido buenos valores de sensibilidad y especificidad paro la
Electroencefalograma <EEGJ. detección de la demencia y su diferenciación del envejecimiento
normal y el DCL (Rami et al., 2010). Sin embargo, muchos de los test
Técnicos de neuroimogen. de cribado habitualmente empleados muestran insensibilidad a lo
- Tomografía axial computarizado (T(l y resonancia magnético detección de formas leves del deterioro cognitivo {Contador et al.,
<RMJ. 2010). Recientemente, lo versión española de la Escala de Demencia
- Tomografía computarizado por emisión de fotón simple de Mattis (QRS-2) ha demostrado ser un instrumento óptimo poro
<SPECTJ la detección de la EA leve y DCL en el ámbito clínico <Boychevo et
- Tomografía por emisión de positrones, componente B al., 2017). As~ contar con instrumentos neuropsicológicos fiables,
Pittsburgh {PET-PlBl. válidos y adoptados socioculturalmente a la población es crucial
poro la precisión y utilidad de lo evoluación diagnóstico Actualmente,
lo reformulación y validación de una versión abreviada de la batería
Nota. APP: Proteína precursora de amiloide; PSEN: presenillnal: Lurio (0NA-2l, con un sustento teórico fundamentado, podría ofre-
LCR: Líquido cefalorraquídeo; ApoE-4: Alelo €4 del gen de la cer algunos novedades en este campo (Rueda et al., 2017).
Apolipoproteina E. La evoluación funcional comprende el estudio multidimensionol
'Realizada en servicios especializados (p. ej., unidades de de las conductas que una persono realiza casi todos los días, y le
demerrcias] o en investigación. Los biomarcadores no son permiten vivir de forma autónoma e integrado en su entorno. Según
obligatorios para el diagnostico y se en1plean para aumentar su complejidad, las actividades de la vida diaria <AVO> se dividen
o disminuir el rrivel de certeza. A nivel de neuroimagen, se en tres tipos: básicas, iristrumentales y avanzadas. Las actividades
recomienda un TC o RM de rutina, especialmente ante la sospecha básicas de la vida diaria {ABVD) son aquellas esenciales poro el
de patología vascular.
outocuidodo e independencia de los movimientos. entre las cuales
se encuentra bañarse, ducharse, vestirse y comer. Los actividades
instrumentales de la vida diaria (AIVDl se refieren o los destrezas
completo de evaluación Debemos resaltar que los biomarcadores y comportamientos necesarios para sobrevivir de manero indepen-
son recomendables para incrementar el nivel de certeza diagnósti- diente en la comunidad. Se consideran como toles el uso de! teléfo-
co, pero su elevado coste limita su aplicación. Los criterios clínicos no, realizar los quehaceres domésticos, lo preparación de lo comida,
<NIA-AA o DSM-5J no los consideran imprescindibles poro el diag- ir de compras, la utilización de los medios de transporte, cuidar de
nóstico, flexibilizando así el protocolo o los diferentes contextos en lo salud (p. ej., medicación o ir al médicol, manejar los peq_ueños
los ci.ue puede encontrarse el paciente. asuntos económicos o cuidar de la seguridad. Por último, las activi-
dades avanzadas de la vida diaria <AAVDl, necesarios poro uno vida
social y de ocio satisfactorio, son las competericios mós complejas
'?iBlomarcador. Característica biológica [gen, proteína] aso· relacionadas con actividades como el deporte, el trab~o, viajar y lo
socialización en la comunidad.
ciada un determinado riesgo de padecer una enfermedad
o patología.

'»Actividades de la vida diaria [A8VDI. Aquellas que tienen


En los últimos años, la literatura científico ha dedicado un cre- un significado para la persona y cumplen un determinado
ciente interés a las entidades predemencio (especialmente al DCL), propósito. Se dividen en; básicas (p. ej., aseo], Instrumen-
pues es conocido Q.Ue estos individuos presentan un mayor riesgo tales [p. ej., hacer la compra] y avanzadas [p. ej., ocio y
poro desarrollarla. La utilización de pruebas neuropsicológicas sen- tiempo libre].
sibles a los cambios cognitivos puede tener un papel esencial en la

5Jll
Capítulo17. -º~ trd~tornoo neurocogn:tivos

Por último, no debemos olvidar f1..Ue algunos cambios de con- el trastorno severo de lo conducta no suelen estar presentes hasta
ducia y psicoafect1vos pueden ofrecer información relevante para estadios moderados o graves de la demer1cia.
el diagnóstico. Las características de estos cambios en fose tem- Finalmente, se conoce f1..Ue Ja depresión es un factor asociado
prano pueden variar notablemente en función de la etiología de la a un riesgo mayor de 1ener dernencia {Byers y Yaffe, 2011l. En oca-
demencia. No obstonte. oscilaciones súbitas e intensas del estado de siones, el trastorno depresivo en la persono n1ayor, especialn1en-
ánimo, el aislamiento social, aumento de la ansiedad. tristeza y/o te cuando se asocio con deterioro cognitivo, supone la antesala
apatía, trastornos del sueño, falto de conciencia social o compor- para el desarrollo de lo demencia_ En este contexto, el diagnósti
tam·1entos desinhibidos, obsesiones y cambios en la personalidad <p. co d1ferenc1al (demencia vs_ depresión) ha sido objeto de intensa
ej., falta de empatía, irritabilidad) son síntomas G.Ue no deben posar investigación, en concreto. a lo referido a la pseudademericia, un
desapercibidos en el clínico, especialmente, cuando se asocian a la concepto en desuso y empleado como cajón de sostre para i11cluir
presencia de deterioro cognitivo. a todos af1..uellos pacientes con depiesión asociada a deterioro
cognitivo y/o síntomas propios de la demencia, G.Ue no cumplían
E. El diagnóstico diferencial criterios clínicos de demencia. Los mecanismos que vinculan lo
depresión o la demencia son múltiples <vasculares, inflamatorios,
El diagnóstico clínico de demencia debe excluir lo presencia de depósitos de omiloide, afectación del h1pacompo), siendo obje-
otras causas médicas (abuso de sustancias, infecciones}, f1..Ue pue- to de estudio en la investigación actual. La figura 17.I propone
dan justificar la aparición del deterioro cognitivo u otros síntomas un esquema practico para el diagnóstico diferencial demencia.
asociados (véase la Tabla 17.2J_ El diagnóstico diferencial es clave depresión y delirium.
para la estrategia de tratamiento, cuyo implementación puede verse
demorada ante la incertidumbre diagnóstica; sin embargo, el sola-
F. La intervención en demencias
pamiento de las manifestaciones clínicas entre diferentes subtipos
de demencia o cuadros clínicos asociados al deterioro cognitivo La falta de una cura definitiva para la DTA y otros subtipos de
puede hacer especialmente difícil la precisión en el diagnóstico. demencia puede inducir o un cierto pesimismo sobre los benefi-
Diferenciar a las demencias de otras entidades, como el deliríum y cios terapéuticos. Sin embargo, en los últimos años se han produ-
otros trastornos mentales, f1..Ue cursan con deterioro cognitivo (p. ej., cido ova11ces relevantes sobre el conocimiento relacionado con la
depresión> precisa generalmente de lo pericia del clínico y uria eficacia de los intervenciones desarrollados en las personas con
minuciosa observación en el tiempo (seguimientol. demencia. La investigación sobre nuevos fármacos y las evide11cias
La demencia es uri síndrome adG.uirido (vs. déficits intelectuales contrastadas sobre los beneficios de diferentes intervenciones psi-
congériitosl, que puede presentarse inicialmente como una altera- cosociales plantean un contexto más optimista en el presente y el
ción cognitiva focal (p. ej., anomia, amnesia). El cuadro suele tener futuro <McDermott et al., 2018). Básicamente, se pueden diferenciar
un curso progresivo (en mayor o menor medida), evolucionando dos grandes tipos de ·1111ervenciones: lo intervención farmacológica
hacia un deterioro generalizado de la función cognitiva. Por el con- y la intervención no farmacológico UNFl. Lo primera hace referen-
trario, en los síndromes focales <afasia, amnesia}, se produce uria cia a acciones encaminadas al uso de medicamentos o moléculas,
alteración o cambio neuropsicológico más circunscrito a un dominio con beneficios contrastados en ensayos clínicos, mientras que el
cognitivo específico, mientras que otros se encuentran más bien tratamiento no farmacológico implica, esencialmente, un conjunto
preservados y sin uno evidente progresividad. los pacientes con de estrategias terapéuticas psicosocioles orientadas a Ja «rehabili-
lesiones focoles suelen mostrar una actitud más empática, cons- tación»2 de lo persona con demencia. El proceso rehabilitador de
ciente y colaboradora con el entorno G.Ue le rodea frente af1..uellos una persona con demencia debe ser integra! e individualizodo, es
flue presentan demencia. Por último, la confirmación diagnóstica decir, combinando las terapias G.Ue mejor se adapten al individuo.
de la demencia (subtipo) precisa def estudio anatomo-patológico Las técnicas de intervención psico~ocial, f1..Ue pueden ser de diversa
del cerebro post mortem. No obstante, como hemos descrito en el índole como veremos, buscarán mantener y optimizar el nivel de
aportado anterior, ei curso evoluf1vo, las características clínicas más funcionamiento del individuo, potenciando las capacidades preser-
vadas o menos deterioradas que faciliten una mejor adaptación al
prevalentes en cada caso y las exploraciones complementarios reali-
entorno (Ciare y Woods, 2001).
zadas (p_ ej., genéticas, nivel de proteína amiloidel pueden ayudar a
determinar ante G.Ué tipo de demencia nos encontramos. El obordoje farmacológico de los demencias es un campo, de
competencia médica, ciue requiere especialización. Erróneamente,
El cuadro confusional agudo (delirium) suele presentarse de
se asume a menudo la ef1..uivale11:cia entre una enfermedad y un
modo abrupto, con una duración variable <desde horas hasta días)
fármaco de tratamiento, olvidando f1..Ue cada enfermo es único y
y oscilante en el tiempo. Además de una marcada desorientación y
presento una serie características e~pecíficas ip_ ej., medicación,
confusión, el pacienre suele presentar problemas atencionales, mar-
patologías previos), que son muy importantes para el trotamiento
cado deterioro de lo memoria a corto plazo, ideas delirantes, aluci-
de elección. En líneas generales, los fármacos «anti-demencia» van
naciones <táctiles y visualesl, lenguaje incoherente, afectación del
orientados a paliar la evolución de la sintomatología cognitiva y el
juicio, alteración de los patrones de sueño y de la actividad psico- control de síntomas tanto psicopatológicos (depresióri, ideas deli-
motoro. El origen de este cuodro puede estar asociado con diversos rantes, desinhibición) como neurológicos (dolor, debilidad muscular
enfermedades tales como: lo neumonía, infección renal, diabetes,
malnutrición, o incluso determinados medicamentos con efectos en
el sistema nervioso central. Por el contrario, la demencia se carac-
teriza por la presencia de deterioro cognitivo crónico, can un inicia 2 Entendido como un proceso de intervención y cambio activo diri-
insidioso, y de evolución progresivo por lo general. Lo afectación gido a optimizar el funcionamiento físico, psicológico y social del
de los niveles de vigilancia {alerta), la presencia de alucinaciones o individuo.

535
Ml<inual de psicopatología. vo1u111en 2

ho de oltemción cognit~·,o
e111orio u otros dominios)
- --- --- --

(~ Historia del paciente y datos del informador

'l_ Exploración neurológica, estado mental y físico.


_ Análisis de laboratorio y pruebas complementorias

~emen:)
1
Sospecha de depresión Sospecha de Sospecho confusional

Tratamiento farmacológico Urgencia médico


y/o_psicológico (seguimiento)

¿Mejoría de los síntomas?


\ __ NO Reevotuación en seis meses

Progresión de las alteraciones en la


memoria y otras altemciones cognitivas

Demencia

(
Tipo Alzheimer Tipo NO Alzheimer

)) Figura 17.1. Esquema práctico para el diagnóstico diferencial de la demencia.

y temblor, entre otros), cuyo relevancia en la calidad de vida del grave), los antagonistas del glulomato (memontinol son la terapia
paciente es alta. Lo estrategia general sería combinar los fármacos de elección más utilizada. Respecto o los alteraciones psicopoto-
(anti-demencia y otrasl de manera efectiva, con el fin de paliar los lógicas, en particular los síntomas psicóticos, el manejo adecuado
síntomas indicados y minimizar los efectos adversos asociados a su del tratamiento es muy complejo, requiere prudencia y continua
uso (p. ej., náuseas, vómitos, mareos, etc.l. El fin último es mejorar supervisión. El uso de antipsicóticos es más frecuente de lo deseado
lo adaptabilidad al entorno y lo calidad de vida del paciente y sus en pacientes con demencia, cuando los beneficios encontrados son
familiares, sin embargo, no debemos olvidar que, a veces, el mejor modestos y los efectos adversos muy notables <p_ ej., parkinsonis-
tratamiento farmacológico puede ser ninguno <prímun non nocerel. mos, distonía. somnolenciol_ En pacientes con DClwy su uso está
El tratamiento farmacológico generalmente establecido para la contraindicado, ya que pueden inducir la muerte. Ante esta reali-
DTA, en fose leve o moderado, serían los fármacos inhibidores de dad, este tipo de fármacos deben emplearse, con la mínimo dosis y
lo acetilcolinesterasa {donepezilo, rivastigmina o galantamino), los de forma limitada en el tiemp::i, cuando existe uno sintomatología
cuales han demostrado beneficios en la cognición, los actividades psicótica grave con riesgo poro el propio paciente, la familia o el
de la vida diario y la conducta_ En las fases avanzadas (moderada o entorno <véase Hereu y Vallono, 20Ul. Debido o lo ausencia de efec-

536
Capitulo17. Los crastornos ncurocognitivcs

tos adveísos, bajo <oste y flexibilidad, la intervención psicosodal tinuar «cuidando en casa» o su familiar. La ideo básica es ayudar
es preferible cuando se abordan trastornos de conducta. El futuro a los cuidadores para q_ue puedan afrontar mejor las demandas
pasa por una búsqueda de simplicidad en el tíatamiento, creando y necesidades (Oncretas que exige el cuidado al enfermo, como
fármacos que integren la in~ervención sobre aspectos cognitivos y pueden ser: gestionar comportamientos problemáticos, manejar los
no cognitivos, oigo que se torno complejo por cuestiones técnicas miedos, potenciar dinámicos positivas de interacción o comprender
(solubilidad) y comerciales (uso de patentes). q_ue el outocuidado es esencial p-ara uno mismo y el cuidado del
Las INF puede variar considerablemente en función del tipo paciente (Losada et al., 2007). Las intervenciones 1nulticomponen-
de demencia, estadio evolutivo, objetivos perseguidos, actividades tes orientadas a los cuidadores <basadas esencialmente en la edu-
desarrolladas y el formato de implementación_ Algunas de las mós cación y el apoyo) cuentan con una evidencia de alta calidad <Al,
conocidas son las intervenciones centradas en aspectos cognitivos, respecta a la demora de Ja institucionalización, un aspecto diferen-
intervenciones sobre las actividades de lo vida diario, intervenciones cial a tener en cuenta en relación can las beneficios de otras tera-
centrados en lo conducto, intervenciones centradas en lo emoción, pios <Olazorán et al., 2010). Además, ciertos atributos del cuidador
intervenciones ambientales, intervenciones mu/ti-componentes e (p. ej., optimismo y alta capacidad de resiliencia) ayudan a prevenir
intervenciones centradas en el cuidador. En general, la aplicación lo sobrecarga y ef maltrato del paciente con demencia (Contador et
de un enfoque u otro va a depender de la formación del profesio- al., 2012; Serra et al., 2018). Por el contrario, el uso de terapias como
nal. las posibilidades de implementación (recursos disponibles), las la acupuntura o Snoezelen (estimuloción sensorioll, entre otras, no
características clínicas y sociales del paciente, así como los circuns- han demostrada beneficias científicamente contrastodos hasta el
tancias fomiliores En líneas generales, las INF deben plantear tareas momento <Vi lela et al., 2017).
adecuados a los capacidades de la persono, bien aceptadas y moti- En los últimos años, se ha demostrado q_ue existen diferentes
vadoras, y que incidan en el bienestar del paciente y de la familia. factores de riesgo que pueden aumentar la probabilidad de desarro-
Los terapias psicológicas centradas en lo cognitivo son muy llar la DTA y que un estilo de vida saludable puede ayudar a retrasar
utilizadas en los programas de intervención en demencias ((/are, su aparición. El riesgo de demencdo aumenta can la edad, siendo
2008). Básicamente, pueden identificarse tres estrategias: estimula- mujer y con niveles educativos bajos (Tolo-Arribos et al., 2013). No
ción cognitiva (fCJ, entrenamiento cognitivo (fNCJ y rehabilitación obstante, existen diversos factores de riesgo modificables; algunos
cognitivo (RCJ. Lo EC comprende la participación en actividades de cálculos indican que un 35 % de las demencias son atribuibles o nue-
grupo que están diseñadas paro estimular el funcionamiento cogni- ve factores de riesgo: educación, hipertensión y obesidad en la edad
tiva y social de manera global en demencias en fase leve-moderada, media de la vida. pérdida auditiva, depresión, diabetes. inactividad
mientras que el ENC se fundamenta en el entrenamiento de toreos física, tabaquismo y aislamiento social (Livingstan et al., 2017). Tra-
cognitivos específicas de dominio (atención, memoria, lenguaje> en bajos previos de nuestro equipo de investigación han demostrado
los foses más leves o predemencia <p. ej., DCLl. Finalmente. la RC que lo educacióri, ocupación y la actividad física regular son fac-
consiste en programas individualizados <fase leve o MCD poro trotar tores de protección para el desarrollo de la demencia (Contador
las dificultades o limitaciones más relevantes de la vida cotidiano. et al., 2015; Llamas et aL, 2015). En este contexto, la teoría de la
Las evidencias encontradas sobre la recomendación del ENC en reserva cognitiva (Stern, 2002), un planteamiento actualmente en
pacientes con demencia son controvertidas, ya q_ue los beneflc'1os investigación y crecimiento, postula q_ue algunos individuos presen-
parecen limitarse o las actividades entrenados sin ninguno genera- tan uno mejor habilidad poro optimizar su rendimiento. cognitiva y
lización a la vide diario <Ciare et al., 2003). No obstante, existe evi- funcional, o partir de una utilización más eficiente de los redes cere-
dencio contrastado sobre las beneficios de los programas multicom- brales y/o recursos cognitivos adquiridos. Así, la reserva cognitiva
ponentes eri la mejora de habilidades cognitivas, del mismo modo es una propiedad del cerebro que permite mantener el rendimiento
que la estimulación cogriitivo grupal mejora la fl!nción cognitivo, Ja cognitivo de una manero activo frente a los cambios asociados con
interacción social y la calidad de vida (Fernáridez-Calvo et ol., 201tt; la edad y enfermedades relacionadas con el cerebro. Esta variabili-
véase Me Dermott et al., 2018). Sin embargo, los beneficios rela- dad individual puede explicarse, fundamentalmente, a partir de la
cionados con otros esferas psicosacioles, coma el estado de ánima exposición o actividades mentalmente estimulantes durante el cicla
o las actividades de la vicio diario, san mós limitados. E! futura de vital. Actividades como la educación, Jo ocupación, las actividades
la investigación en este campo paso por estandarizar las medidos de ocio o adquirir una segunda lengua inducen o promocionan un
empleados, demostrar los efectos de las terapias o largo plazo, con- aumento de la reserva cognitiva, permitiendo paliar, de forma más
siderar característicos específicas transdiognósticas de los pacien- eficaz y activamente, los síntomas relacionados can el daño cere-
tes (grada de severidad, anosognosial y averiguar q_ué mecanismos bral. La OMS considero la prevención de la demencia como una
biológicos subyacen o los cambias en cada modalidad de terapia. estrategia clave paro contrarrestar lo epidemia de casos. Buena par-
te de estos hallazgos validan la acepción de q_ue «lo que es bueno
para el corazón también lo es para el cerebro»_
1l Anosognosia. Falta de conciencia que tiene el paciente
de su enfermedad y de los sintoma5 relacionados con ella. 111. Estadios predemencia
Como hemos indicada, anteriormente, las límites entre el envejeci-
Finalmente, debemos resaltar que los familiares deben ser vistos miento normal, el deterioro cognitivo <no demencia) y la demencia
no solo como recursos esenciales en la atención al paciente con muy leve son difíciles de establecer en la teoría y en la práctico. A
demencia, sino como objetivos en sí mismos. La intervención con finales del siglo xx, los investigadores y los clínicos se percataron de
las familias, minimizando los consecuencias negativos del proceso que muchas personas mayores con problemas de memoria y/o algún
de estrés (i. e., sobrecarga). es esencial y necesaria para poder con- tipo de afectación cognitivo, sin un deterioro funcional significativo,

537
/\11Cinu::il dE psicopatolog<d. "Jolurnen 2

Olvido ma•igno de la senescencia (Kral, 1962), olvido de lo edad


·¡ avanzado (Bradford y Lo Rue, 1989J, demencia cuestionable (Hudges
L_
~ --~.~--~--~---)
COGNICIÓN NORMAL
et al.. 1982l, deterioro cognitivo leve (DCL: Pelersen et al., 1999! y el
trastorno neurocognitivo rnenor <DSM-5, APA, 2013). La Tablo 17.7
'' ' comparo los criterios originales de OCL, la reformulación de los mis-
'~ ( .
Perdida de memona
'
Declive cognitivo mos por el grupo de trabajo internacional y la nueva propuesta del
\ ¡'

\ \.,_ . subjetiva r subjelivo OSM-5 de trastorno neurocognitivo menor.


'
''
''
-~~

'
•'
''
Sin lugar a dudas, el DCL 3·es el término más contrastado y
extendido paro clasificar a las personas en un estadio predemencio.
A pesar de la controversia del término. los neurólogos se encuentran
'' '
;_ i _t' habitualmente en la consulto con personas q_ue tienen dificultades
'' cognitivos leves y ratifican la utilidad de la categoría en la clínica,
'' DCL (Predemencia)
no exento de críticas como las dificultades para el diagnóstico y la
'' T posibilidad de generar preocupación en el paciente (Roberts et al.,
''
'' 2010). Esta entidad parece delimitar un grupo heterogéneo de indi-
'
''
viduos, que se encuentran en una situación de riesgo superior a la
observada en la población general paro el desarrollo de una demen-
'' DEMENCIA
' cia. Se ha observado una tosa de conversión onual a demencia que
'' oscila entre el 8 y 15 %al año (Petersen, 2016l, una proporción signi-
'' ficativamente superior a la conversión anual de lo población general
'
' mayor de 65 oños U-2%). El concepto, originalmente propuesto por
el equipo de lo Clínica Mayo (Petersen ef al., 1999), contemplaba de
manera exclusiva el DCL como una pérdida progresiva de memoria,
Moderada más alléi de lo que cabría esperar según la edad y el nivel educativo.
Grave Sin embargo, méis tarde, se extendió o otras formas considerando
que la alteración en otros dominios cognitivos <lenguaje o función
Nota: Gerieralmerite, los pasos de uno a otro se dan de ejecutiva) conforman otros subtipos de DCL <Winblad et al., 2004).
manera gradual, mientras que los cambios abruptos se dan de Además, el pronóstico puede variar en funcióri del subtipo de DCL,
forma infrecuente. Algunos estadios pueden ser reversibles, siendo el OCL con afectación amnésica multidominio el que tiene
espeeialr11erite en los caso> preden1encia, alqo que sucede de más riesgo de progresión a demencia y mortalidad (Bermejo-Pareja
forma atípica en casos de demencia. Durante la evolución, el et al., 2015l. Ademéis, las formas amnésicos parecen más relaciona-
declive cognitivo puede ser evidenciado de forma objetiva o no das con el desonollo de la DTA, mientras que las no amnésicos se
han relacionado con otras etiologías (p. ej., demencia fronto-tem-
evidenciado hasta la fase leve-moderada de la demencia.
porol y vascular). La Figuro 17.3 recoge las principales formas de
)) Figura 17.2. Evolución del deterioro cognitivo. presentación del DCL y su posible relación etiológica.
Por tanto, la clasificación de los pacientes con DCL tiene un
no cumplen los criterios diagnósticos de la dernencia. Esta situa- interés pronóstico, más allá de la mero descripción de síntomas
ción denominada «estadio predemencio», un término heurístico (semiología), donde se contempla la posibilidad de establecer
que permite clasificar a las personas en una fase intermedia entre diferentes entidades nosológicos. El concepto de DCL ha ayudado
el envejecimiento normal y la demencia, es el motor de muchos a caracterizar. en un momento histórico, a los sujetos en estadios
estudios orientados a testar la eficacia de diferentes intervenciones, intermedios entre el envejecimiento normal y la demencia. Existe un
farmacológicas y psicosociales, CJ.Ue ayuden a demorar la progresión altísimo volumen de investigación desarrollado sobre el concepto,
del deterioro. Existeri diferentes conceptos y entidades relacionadas lo cual ha contribuido a su popularización. Su valor estriba en las
o atribuidas a este estadio, CJ.Ue a menudo son utilizadas como tér· posibilidades de avanzar en el diagnóstico precoz de la enfermedad
minos equivolentes cuando no lo son ni a nivel conceptual ni clínico. y en su tratamiento preventivo, aunq_ue algunos autores lo siguen
La Figuro 17.2 muestra una cascada evolutiva, a modo de continuo, considerando un término controvertido. Las evidencias poblacio-
desde la cognición normal, pasando por las quejas subjetivos y el nales han demostrado que buena parte de los individuos con DCL
DCL, hasta la demencia.
En este contexto, se han sucedido una serie de términos tales
como: olvido benigno de lo senescencia (Kral, 1962), deterioro de la 3 Se ha traducido al español de diferentes formas: olferoción, trastorno
memoria asociado o la edad <Crook, 1986l, deterioro de la memoria o defecto cognitivo leve. En España, la traducción más frecuente ha
sido deterioro cognitivo leve -DCL- (en inglés Mild Cognitive Jm-
consistente con la edad (Bradford y La Rue, 1989) y declive cogni-
pair1nenf!, aunque BIRJME ((entro especializado de la Organización
tivo asociado a lo edad (Levy, 1994). Estas entidades han sido con-
Ponomericano de la Soludl lo traduce como disfunción cognitiva (eve.
ceptualizadas como formas de envejecimiento normal, aunque hoy
El término DCL no debe asimilarse a conceptos como: a) alteración
estudios que indican que algunas de ellas {p. ej., declive cognitivo
o déficit cognitiva <rendimiento cognitivo patológico en un momen-
asociado o lo edad) están asociadas a un moyor riesgo de progre- to concreto, no hay evaluación en el tiempo), bl declive o pérdida
sión a demencia (Goldman y Morris, 2001l. cognitivu {empeoramiento del rendimiento, pero sin cambios signifi-
Frente a estas entidades teóricamente benignas, se contraponen cativos). Los estudios epidemiológicos indican que el deterioro no es
aquellos estados cognitivos anormales (predemencio) tales como: necesariamente estable en el tiempo y puede revertir.

538
Cap1tulol7. ~os trastornos nP11rocogn1tiv,Js

)) Tabla 17.7. CritErlos diagnósticos inti:rnacionules para deterioro cognit1\10 ~eve !DCL] y ~rasto1nD neurococ,n.tiv:i menor
[TN/vlnl. Adaptados de Stokin et cd. (2015)

l. Quejos de fallos de la memoria


outoinformodas por el paciente, o X
identificados por el informador o médico.
2. Quejos de fallos en lo cognición
X X X
identificados por paciente o informador.
3. Deterioro en lo memoria detectado de
X
formo objetivo.
IJ.. Deterioro en lo cognición detectado de
X X X
formo objetivo.
5. Función cognitivo global conservada. X

6. Mantenimiento de lo independencia en las


X X X X
capacidades funcionales.
7. Ausencia de demencia. X X X X

Nota. DSM·S: Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentoles, s.• edición;
NIA-AA: National lnstltute on Aging·!'.\lzheimer's Association.
Nota. En general, se asume que estas entidades no presentan un deterioro en la actividad funcional significativo o su compromiso es
mínimo. El DSM·S acepta que las personas con DCL realicen las actividades instrumentales con 1nayor nivel de esfuerzo o mediante
estrategias co1nper1sotoridS para su ejecución.

Queja cognitivo

- Declive cognitivo no explicado por la edad


- No demencia
- Funcionolidod preservoda

DCL

SÍ NO
lDeterioro de memoria?

DCL amnésico OCL no amnésico

5
_t_~iD•teciorn úoko de memoc;o? NO
~metec;orn úo;rn '" dom;o;o oo moi;;rn? NO

. . ...- - c----·--
DCL amnésico ( DCL amnésico DCL No amnésico DCL no amnésico
Dominio único Dominio múltiple Dominio único Dominio múltiple

DTA
Depresión
DTA
DCV
Depresión [ ~~
...- - - - -
J OCLwy
DTA
, _ _ _DCV

Nota. DCL: deterioro cognitivo leve; DTA: demencia tipo Alzhei1ner; DCV: deterioro cognitivo vascular; DFT: dernencia frontotemporal;
DClwy: demencia con cuerpos de Lewy. AVO: actividades de la vida diaria. Adaptado de Petersen ¡2016].

)) Figura 17.3. Subtipos de deterioro cognitivo Leve y posibles etiologías. Adaptado de Petersen 12016).

539
Mdnudl Je psicopo\ologíd. Volurr1eri 2

)) Tabla 17.8. Criterios diagnósticos propuestos en el DSl\11·5 para el tcastcrno neurocogníLi 10 111enor [TNn1J y el trastorno
1

neurocogniti110 mayor (TNMJ

A. Evidencia de un declive cognitivo leve desde un nivel previo de A. Evidencio de un dedive cognitivo irnportante desde un nivel p1evio
mayor desempeño en uno o más de uno de los dominios cognitivos de mayor desempeño en uno o mós de los dominios cognitivos
referidos: referidos:
l. Preocupación del individuo, de un tercero informado o del l. Preocupación del individuo, de un tercero informado o del
facultativo con respecto o un declive leve en los funciones facultativo con respecto o un declive sustancial en las funciones
cognitivos cognitivas
2. Declive en el desempeño neuropsicológico, implicando un 2. Declive en el desempeño neuropsicológico, implicando un
desempeño en los te5ts del rango de uno o dos desviaciones desempeíio en los tests del rango de dos o más desviaciones
estándares por debajo de lo esperado en lo evaluación estándares por debajo de lo esperado en la evaluación
neuropsicológico reglado o ante una evaluación clínica neuropsicológico reglada o ante uno evaluación clínica
equivalente equivalente
B. Los déficits cognitivos son insuficientes para interferir con la B. Los déficits cognitivos son suficientes para interferir con la
independencia (p. ej., actividades instrumentales de la vida independencia (p. ej., requieren asi5tencio poro las actividades
diario, tareas complejas como manejo de medicación o de instrumentales de lo vida diorio, toreos complejas como manejo de
dinero). pudiendo ser preciso esforzarse más. utilizar estrategias medicación o dinero)
compensatorias o hacer una acomodación para mantener lo C. Los déficits cognitivos no ocurren exclusivamente en el contexto de
independencia un delirium
C. Los déficits cognitivos no ocurren exclusivamente e11 el contexto de D. Los déficits cognitivos no son atribuibles de forma primaria a lo
un delíriun1 presencia de otros trastornos mentales <p. ej., trastorno depresivo
O. Los déficits cognitivos no son atribuibles de forma primaria a la mayor, esquizofrenia).
presencio de otros trostarnos mentoles <p. ej., trostorno depresivo
moyor, esquizofreniol

Subtipos de trastornos neurocognitivos: Tra5torno neurocognitivo debido a la enfermedad de Alzheimer, trastorna neurocognitivo vascular,
trastorno neurocognitivo frontotemporol, trastorno neurocognitivo debido a traumatismo croneoencefálico, trastorno neurocognitiva debido a
demencia por cuerpos de Lewy, trastorno neurocognitivo debido o enfermedod de Parkinson, etc. )

retornan a lo normalidad en la fase se seguimiento. En gran medido, tres categorías: el delírium, el trastorno neurocognitivo mayor (TNMl
las discrepancias encontradas tienen que ver con aspectos meto- y el trastorno neurocognitivo menor (TNm>. El término demencia no
dológicos relacionados con los test empleados para identificar a se utilizo.
los individuos, los puntos de corte utilizados o la integridad en las Los trastornos TNM y TNm son propuestos siguiendo un esque-
actividades de la vida diario. De hecho, algunos equipos, con fuertes ma de evolución, a modo de continuo biológico, en función de la
argumentos, han propuesto el concepto de Alzheimer prodrómico severidad de! deterioro cognitivo y Ja repercusión en la funcionali-
como preferible al DCL íDubois, 2000; Dubois et al., 2010l. Este dad del paciente. Aunque en apariencia estos conceptos vienen a
concepto comprende a los individuos con DCL, especialmente los sustituir a los términos demencia y DCL, existen algunas novedades
de subtipo amnésico, que presentan resultados positivos en biomar- en los crilerios. Algunos de los cambios más significativos son:
cadores para DTA tales como los concentraciones de las proteínas
a. Se incorpora la valoración de la cognición social, como principal
beto-amiloide o tau (Albert et al., 2011l. Esto implica, entre otros
novedad, en los seis dominios cognitivos para el diagnóstico de
cuestiones, pasar de una condición puramente clínico a una enfer-
los trastornos neurocognitivos: <D la atención complejo; (2) las
medad del cerebro, que comienza a gestarse muchos años antes del
funciones ejecutivas; (3) el aprendizaje y lo memoria; (4) el len-
diagnóstico y se desarrolla en un continuo que abarca desde uno
guaje; (5) Ja habilidad visoperceptivo, y (6l la cognición social.
fase preclínica (asintomática) hasta el desarrollo de la demencia
clínicamente establecida.
b. Los problemas de aprendizaje y memoria no son estrictamente
necesarios para el diagnóstico del TNM y TNm.
c. Se pueden delimitar subtipos etiológicos para el TNm.
IV. Los trastornos neurocognitivos d. En el TNm se contemplo lo posibilidad de especificar la presen-
cio a ausencia de alteraciones comportomentales y engloba el
en el DSM-5 y la CI E-11 deterioro producido por cualquier etiología <DFT, V!H, trouma-
El DSM-5 (APA, 2013l ha introducido cambios nosológicos relevantes tismosl.
en lo clasificoción y descripción de los trastornos mentales de ori- e. Aunque los biomorcodores podrían incorporarse al proceso de
gen orgánico. En esta edición, el capítulo del DSM-IV denominado decisión diagnóstica (aumento de certe2al, los criterios para
«Deliriurn, demencia, amnesia y otras trastornos cognitivos» pasa a determinar el diagnóstico se basan principalmente en la obser-
llamarse ahora «Trastornos neurocognitivos», donde se contemplan vación clínica de la persona {Tabla 17.8>.

5L!O
Capitulo 17. 1os tr astotT·os neurocognit1vcs

Algunos estudios han encontrado q,ue la prevalencia del fNM y afectan a las pRrsonas de f'Sfa edad-) y si la intensidad de la
la den1encia son muy sirnilares, pero el coeficien1·e Kappa de concor- demencia es moderada (no es independiente fuera del hogarJ
dancia entre las condiciones DCL y el TNm es más bien modesto. Por o grave /necesidad de supervisión continuo). En estos casos, la
ejemplo, el estudio de Zaragoza, con una amplia muestro poblacio- fam'ilia lo sospecha claro1nente o lo ve1baliza. Hay que recordar
nol. ha demostrado q,ue lo prevalencia e incidencia del TN1n fue cla que un familiar o allegado es uno condición necesaria para una
ramente inferior al MCI amnésico ilápez-Antón et al., 2015). Estos evaluación correcta del paciente con sospecha de demencia. Las
resultados parecen indicar unos criterios más específicos y selectivos dificultades en el d1ognóst1co empiezan cuando el paciente es
para el TNm. Un resultado interesante de este estudio es q,ue el DCL relativamente joven (60 o 70 anos), tiene dificultades cognitivas
estuvo asociado de forma más frecuente con síntomas psicoafec- sutiles (habituolrr1ente pérdida de memorial y una dudosa afec-
tivos (ansiedad y depresión), mientras q,ue el TNm lo estuvo con tación funcional en actividades ins1rurnentoles o avanzados de
sintomatología de tipo negativo (apatía, enlentecimiento cognitivo) lo vida diaria (actividades de ocio, cuentas bancarias, compras
Actualmente, el TNm precisa una mayor evidencio para contrastar complejas y viajes). Se req_uiere aquí una evaluación mós detenida
su fiabilidad y validez en la práctico clínico. con examen clínico, con exploración del estado mental, y pruebas
La CIE-11 (QMS, 2018), al igual q_ue el DSM-5, también desarrolla complementarias (examen q_ue hay que realizar siempre, aunque
un capítulo con la denominación frastornos neurocognitivos, pero a sea de forma abreviada).
diferencia del DSM-5, sigue utilizando uno clasificación categorial de El médico o psicólogo realizan una historio clínica de! comien-
los trastornos, entre los que incluye el delirium, el trastorno amnésico, zo de la demencia y sus características, incluyendo depre>ión o
el DCL y Ja demencia. En la CIE-11, las características de la demen- trastornos conductuales, y se deben realizar pruebas objetivas cog-
cia, como síndrome, se clasifican en el capítulo de los trastornos nitivas de cribado (MMSE, test de Montreal, test del reloj, flu'1dez
mentoles, mientras q_ue las causas subyucentes se clasifican utilizan- verbal, test de alteración de la memoria), constatando la pérdida
do categorías q_ue describen las enfermedades del sistema nervioso cognitiva objetivo (considerando valores de referencia validados)
u otros asociadas eminentemente con el trastorl'!o neuracognitivo. y comprobando q_ue las actividades instrumentales de la vida dia-
Poro definir la demencia sigue en lo línea de la CIE-10 e identifica ria estén afectadas. Existen múltiples instrumentos recomendados
como tipos principales. la demencia debida a la enfermedad de para la evaluación cognitiva breve (Contador et aL, 2010; Vi!lare-
Alzheimer de inicio temprano, lo demencia debida a la enfermedad jo y Puertas-Martín, 2011). El cuestionario funcional de Pfeffer-11
de Alzheimer de inicio tardío, la demencia vascular (DVl, la demen- CFAQ) es recomendable por su validación en espaí\ol (Qlazarán et
cia mixta <Alzheimer+ cerebrovasculorl, la demencia por cuerpos al., 2005; Kaur et al., 2016l, aunque existen diferentes instrumento>
de Lewy (DCLwyl y la demencia frontotemporal. Lo listo de demen- en función del objetivo q_ue se persigue en lo evaluación (Peño-Ca-
cias asociadas a una enfermedad es bastante extensa, destacan sanova, 1998)_ La Batería Lurio Diagnóstico Neuropsicológico del
Ja demencia asociada o la enfermedad de Parkinsan, lo demencia Adulto CLuria-DNA, Manga y Ramos, 2004-l está validada y cuenta
asociada a la enfermedad de Huntington, lo demencia asociado a con baremos para lo población espai'iola. También la Batería Neu-
las enfermedades producidos por prione;, la demencia asociado al roBel (Adrián, Jorq_uera y Cuetos, 2015) es un test de cribado útil
VIH, la demencia asociado al uso del alcohol y otros sustancias, etc. paro valorar el deterioro del lenguaje oral en pacientes con DCL,
En el contexto clínico, los criterios del DSM-5 y de la CIE-11 DTA y otros tipos de demencia como la semántica {Bermúdez-Llusá
se consideran muy generales y transversales para el diagnóstico de et al, 2019).
Ja DTA, dando lugar o falsos positivos, sobre todo si no se tiene
en cuenta q_ue la evolución de este subtipo de demencia es lento,
continuo e irreversible y afecta negativamente a lo capacidad de ¿¡ Luria DNA-2. Batería Luria de Diagnóstico Neuropsico-
la persona para hacer frente o las exigencias de la vida cotidiana. lógico del Adulto. Batería para la evaluación de funciones
En el caso del DSM-5, se critica también su énfasis excesivo en los cognitivas en cuatro dominios !función visoespacial, apren·
dominios cognitivos y no considerar los llamados síntomas psicoló-
dizaje y me1noria, lenguaje y funcio11es ejecutivasj.
gicos y conductuales <SPCOl como parte genu·1na de la demencia
(López-Álvarez y Aguera-Ortiz, 2015l. No obstante, en una actua-
lización posterior de la codificación del DSM- 5 (APA. 2014) hay
Una vez confirmado el diagnóstico de DCL o demencia leve, se
un acercamiento a las criterios NIA-AA, yo citados anteriormente
(Tabla 17.3). En esta actualización del DSM-5, además de establecer debe proceder a realizar las pruebas complementarias q_ue permi-
la equivalencia con los códigos CIE"9-MC y CIE-10-MC <MC: modi- tan la cualificación de la posible etiología. Estas pruebas exigen una
ficación clínica), se aconsejo hacer explícito si el TNM curso con analítico sanguíneo estándar (incluyendo B11 y pruebas tiroideas;
o sin trastorno del comportamiento, si la categoría diagnóstica pruebas específicas como te'll de sífilis u otros ctue solo se efectúan
reúne los criter'1os de posible/probable y, finalmente, valorar el con sospecha clín'tcaJ y una prueba de neuroimagen (descarte de
procesos estructurales no relacionados con lo demencia)_ El consen-
TNM en función de su gravedad: leve, moderado, grave.
so canadiense (feldman et al_, 2008l indica solo una TC craneal y,
si hay sospecha de causas vasculares, una resonancia magnética.
El consenso español recomienda (grado B) la neuroimagen estruc-
V. Recomendaciones para la tural {TC o RMl como herramienta complementaria al diagnóstico
evaluación y el tratamiento inicial de la demencia, sobre todo para detectar enfermedad vas-
cular (Guía de Práctica Clínica, 2011). En servicios especializados
En el ámbito bioméd'1co, la demencia se evalúo habitualmente en (unidades de demencial suele hacerse uno evaluación neuropsico-
asistencia primaria. El diagnóstico suele ser sencillo si el paciente lógica extensa: (a) en casos dudosos de demencia versus DCL; {b)
es anciano <más de 80 años -la mayor parte de las demencias para establecer el diagnóstico diferencial de las tipos de ciernen-

541
fv1a11ual d2 p)1copatología. Volun1en '.'

cius. sobre todo no Alzheimer; (c) poro realizar ensayos clínicos y fica sobre el peso/volar específico de los factores, y el desarroilo
(d) cuando se requiera iniciar un p1ogrrnna de iro1ervención. En estos de estudio~ en este cun1po ~eró esenciai para la elaboración de los
casos, lo botería de pruebas se adapta a cado coso específico, así piones de salud público.
como las pruebas complementanos o realizar· determinación de
ApoE4, estudios de neuroimagen sofisticados (RMNf, PETl, exornen
de líquido cefalorraquídeo con determinaciones específicas, o algu- VI. Resurnen y tendencias
na otra determinación especial que puede conllevar a la biopsia
cerebral (sospecha de enfermedades priónicas o de Whipplel. la futuras
realización de estos exámenes, cos1·osos, arnplios y complejos, debe Los trastornos neurocognitivos son son un grupo heterogéneo de
establecerse en casos concretos, ajuicio del clínico, y no de formo entidades o condiciones, con base neurobiológica, caracterizadas
rutinaria. por la afectación cognitivo. Principalmente hay déficit/deterioro en
Por otro lado, la intervención en pacientes con demencia sigue los procesos atencionales, rnnésicos, perceptivos y en los llamadas
lo filo>ofío del «enfoque centrado en las personas». Debe combi- «funciones ejecutivas». Tanto el DSM-5 como fo C!E-11 incluyen los
nar estrategias de tipo farmacológico y no farmacológico, con el trastornos neurocognitivos en su clasificación de los trastornos men·
fin de optimizar los beneficios (cognitivos, funcionales y conduc- tales. Los trastornos neurocognitivos más frecuentes son lo demen-
tuoles) e incidir en el bienestar y la calidad de vida del enfermo y cia, el DCL y el síndrome confusional (delirium).
la familia. Aunque algunos terapias se desarrollan de manera gru- El término demencia se utiliza para designar un síndrome
pal, cada paciente debe disponer de un plan o intervención, indi- caracterizado por lo presencio de déficits cognitivos, funcionales
v"1duolizado y adaptado a sus coracteríst'1cas (tipo de demenc"ia, y soc·1ales, que d'1f1culton la adaptación del sujeto a los exigencias
nivel de deterioro cognitivo, manejo de comorbilídades, problemas de la vida cotidiana y limitan su autonomía personal. El número de
de conducta, características sociodemográficas y culturales, etc.l. personas que padecen demencia va en aumento, especialmente en
Los programas orientados o los aspectos cognitivos (entrenamien- los países con bajo nivel socio-económico o en vías de desarrollo.
to, estimuloción y rehabilitación) han recibido uno especial aten- Diferencias en el envejecimiento poblocional, el nivel socioeconómi-
ción e interés en este campo, aunque existe un extenso rango de co, la educación, hábitos de vida y los cuidados en lo salud parecen
intervenciones que pueden incluir interacciones con el cuidador, estor detrás de las diferentes tosas de progresión. En las personas
intervenciones sobre el ambiente (físico y socioll, actividades de mayores de 60 años, la demencia aumenta de manera exponencial
tipo ortí5fico o realizadas con animales. Básicamente, se persiguen con la edad, siendo el principal elemento de riesgo para su desarro-
tres objetivos terapéuticos con el paciente: mantener el funcio- llo. La demencia es uno de los principales causas de dependencia y
namiento y la independencia del individuo, incluyendo lo función mortalidad en el mundo, convirtiéndose así en una prioridad en e)
cognitiva, el manejo de los trastornos de conducto y lo reducción marco de la salud público y social. Esto obligo a adoptar estrategias
de trastornos emocionales asociados Estas intervenciones psico- de planificación adecuadas, con la correspondiente necesidad de
sociales pueden ser ofrecidas por períodos de tiempo determi- optimizar los gastos destinados o Ja atención sociosanitaria de Jos
nados (1-2 horas diarios), mientras que otras se introducen en el enfermos con demencia y sus familias. Actualmente. la familia es el
mismo contexto, por ejemplo, interacciones con el cuidador. Las contexto primordial para el desarrollo de los cuidados del enfermo,
intervenciones sobre los cuidadores son ton importantes como las de modo que el apoyo familiar, además del institucional. es un pilar
realizadas con los pacientes, ya que la sobrecargo tiene impor- fundamental poro asentar la dignidad en el cuidado y promocionar
tantes repercusiones sobre Ja salud físico y mentol. Los cuidadores la calidad de vida del paciente con demencia.
necesitan información sobre lo demencia y su manejo, los trata- Existen diferentes subtipos de demencia, siendo la DTA lo forma
mientos y servicios disponibles, además de asesoramiento legal y más común. El Alzheimer es uno enfermedad de carácter degenera-
económico. También precisan apoyo emocional y el reconocimien- tivo e irreversible, que conduce o lo persona a un estado vegetativo
to de sus propias necesidades más allá de cuidado. Los programas en los fases avanzadas, precipitando su muerte. La causa de la DTA
mult'1componentes (psicoeducación, autocuidadol en cu'1dodores continúa siendo desconocida y el diagnóstico solo es definitivo tras
han demostrado importantes beneficios y cuentan con un nivel de el análisis del cerebro post mortem. El diagnóstico diferencial de
evidencia científico elevado. los subtipos de demencia se basa esencialmente en los síntomas
Cada vez son más las evidencias que nos indican que diferentes clínicos primarios, la evolución y las pruebas complementarios que
factores relacionados con un estilo de vida soludoble pueden tener puedan aportar informacióri al diagnóstico. Así. mientras el déficit
un efecto en lo reducción del riesgo de padecer demencia. Lo acti· mnésico y de aprendizaje es muy común en los pacientes con DTA
vidod físico regular, una alimentación sana (dieto mediterráneo), temprano, los cambios de personalidad y alteraciones comporta-
lo educación y compromiso con activ1dodes mentalmente estimu· mentales parecen más destacables en pacientes con DFT. A diferen-
lontes, así como gozar de una bueno solud (p. ej .. redLicir el tabaco cia de las demencias neurodegenerativos, la DV suele caracterizarse
y control de los factores de riesgo vascular: hipertensión, diabe- por un curso más oscilante. Es importante señalar que la DTA pue-
tes, colesterol} se han relacionado con uno menor probabilidad de de coexistir con diferentes signos de neuropatologío cerebral, por
tener demencia. Aunque se necesitan más investigaciones paro ejemplo, vascular y cuerpos de Lewy. Paro distinguir la demencia
confirmar estrategias específicos de prevención paro lo demencia de otras entidades clínicas, conviene caracterizar los síntomas del
en sus diferentes formas. los Investigadores continúan trabajando paciente de forma precisa y exhaustiva, especialmente, con entida-
sobre cómo mejorar la salud del cerebro y reducir el número de des como lo depresión, donde lo presencia del deterioro cognitivo
cosos. Es un campo en auge y expansión. que comprende el estudio puede enmascarar una demencia incipiente.
de hábitos saludables de vida poro disminuir la incidencia de casos Los límites existentes entre los cambios cognitivos asociados al
anuales. Hoy en día no existe un consenso en la comunidad cierití- envejecimiento normal, el DCL y la demencia incipiente son difíciles
Capítulo 17. Los trast::irnos neurocognitivos

de estnblecPr, ya que el solapamiento sintomático dificulto estable- sigue siendo un,1 entidad controvertida, yo que la mayor parte de
cer una línea de separación irrefutable En la actualidad, lo demen- los individuos con DCL revierten posteriorinente a lo normalidad
cia e; una entidad infradiagnosticada y en muchos casos el diugnós· o no evolucionan o demencia. El DSM-5 ha propuesto un rambio
tic o llega de un modo tardío. No cabe duda q,ue la detección precoz nosológico en la clasificociün de los tros1ornos mentales orgáni-
facilita la orientación diagnóstica y la planificación de los cuidados, cos, llamándolos trastornos neurocognitivos_ Mientras que el TNM
además de evitar el consumo de recursos sanitarios innecesarios_ propuesto por el DSM-5 es un término asimilable o la demencia,
Se sigue trabajando en la definición de criterios diagnósticos que el TNm es una entidad actualmente en estudio y preciso mayor
ayuden al clínico en ia identificación precoz de casos, con el apoyo evidencio empírico
de diferentes marcadores biológicos y técnicas complementarios de Los fármacos octuoles pueden ayudar o paliar los síntomas cog-
neuroimagen. Disponer de instrurnentos de evaluación (neuropsico- nitivos y comportamentales asociados o lo demencia. En combina-
lógica, funcional y conductuall, fiables y válidos, que logren objeti- ción con las INF o terapias psicosociales. demoran la progresión de
var los déficits es un aspecto esencial paro la precisión diagnóstica, síntomas asociados a la demencia y facilitan la mejora de la calidad
y su uso es altamente recomendable. Lo introducción de biomar- de vida del paciente y la familia. Si bien algunas terapias psico·
cadores puede aumentar el grado de certeza diagnostica, pero su sociales, como la estimuloción cognitiva y progron1os multicompo·
elevado coste y escosa validez no garantizan su transversalidad en nentes, han logrado un amplio margen de evidencias que avalan su
diferentes contextos, especialmente en atención primaria, donde lo uso, otras terapias precisan más investigaciones q_ue demuestren
deteccióri de casos adopta una relevancia muy especial. su validez_ No debemos olvidar que la demencia golpea el cerebro
Actualmente se asume q_ue la demencio, especialmente lo del paciente y el corazón de la familia, de modo que el cuidador
DTA, comierizo o desarrollarse var'1os aiíos antes del diagnóst'ico. se conv"1erte en un objet'1vo propio de lo intervención. Los interven-
Especial alerto requiere la observación de un declive cognitivo ciones multicomponentes en cuidadores gozan de una evidencia de
acentuado en el tiempo o la aparición de comportamientos no alta calidad, ayudando a prevenir la sobrecorgo, lo instituciona-
habituales en el individuo. Así, se habla de un estodio prede- lización y aumentar la calidad de vido. Finalmente, nos satisface
mencio cuando las personas presentan un deterioro cognitivo en indicar q_ue hoce unos años era impensable hablar de prevención
ausencia de una alteración funcional suficiente poro el diagnós- en lo demencia, pero coda vez son más los estudios que avalon la
tico clínica de demencia. El DCL se ha convertido en la entidad importancia de los factores de riesgo vascular, foctores de reserva
predemencia más contrastado hasta el momento, destacando que cognitiva (actividad mental continuada), la dieta mediterránea y
estos individuos presentan uno tosa de progresión a demencia el ejercicio físico como elementos estratégicos en la prevención de
superior a la de la población general. Sin embargo, hoy en día este síndrome.

••Términos clave
Actividades de la vida diaria Apraxla 526 Neocortex 529
(A8VOI 534 B!omarcador 534 Ovillos neuroflbrllares 531
Afasia 532 Delirium 524 Parafasia 532
Agnosla 525 Demencia 524 Placas seniles 531
Agramatlsmo 532 Deterioro cognitlvo leve (en inglés Síndrome «afaso-apracto-
Amnesia 525 mild cognitíve impairment) 524 agnósico» 526
Anom!a 532 Luria DNA-2. Batería luria de
Anosognosia 537 Diagnóstico Neuropslcológlco
del Adulto 541

543
tt Manual de psicopatologíd. Volurnen 2

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Estimuloción cognitivo: littp://www_demencioyalzheimer.com/ejercicios- reinasofio.es/ES/proyecto_alzheimer /Poginas/defoult.aspx
cognitivos-paradescargar I Portal Alzheimer Online: https://www.alzheirner-online.org/
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5l!7
•• Manual de ps1copcitología. Volumer. 2

•• Autoevaluación
A. E! coso de Ja Sra. (:osfa Cuando se pide a los familiares q,ue refieran situaciones de pér-
dida de me1noria de la Sra. Costo. el marido relata un i11ddente
La Sra. Costo fue enviado por su genatra para que se evaluase su en el cual la Sra. Costa fue o trabajar y no recordaba q,ue ese día
estado mental, especialmente su capacidad cognitiva. Es uno mujer tenía q_ue realizar el examen de su asignatura. Además, algunos de
de 64 años. casada, diestro y con 20 años de educación formal; los compañeros del instituto de la Sra. Costa, al constatar sus pro-
logró realizar un doctorado en Matemáticos. Vive en su cosa con su blemas en el trabajo, habían llamado por teléfono al marido para
marido y una hija. comunicarle que últimamente la encontraban muy despistadD, que
Catedrático de enseñanza secundario, está de baja laboral des- no sabía localizar el aula en la que daba clase habitualmente o q_ue
de hoce nueve meses, debido o q,ue sus problemas cognitivos se no recordaba el lugar en el q,ue había dejado el coche aporcado. El
agravaron. En los últimos meses en los que estuvo como profesora marido también comenta q,ue su mujer le había contado varios epi-
en activo ha tenido mucha dificultad para impartir los clases y sodios en los que había tenido dificultades para llegar con el coche
realizar las actividades con los alumnos, tal como lo había hecho a una dirección determinada (a la que anteriormente había ido con
siempre. bastante facilidad) como ir a ta caso de su mejor amiga, ir a un
La Sra. Costa proporciona la mayor parte de sus datos persona- centro comercial en el que habitualmente hacía la compra semanal
les, pero no puede recordar los últimos cargos ocupados en el Insti- o ir al gimnasio al q_ue acudía regularmente. Sin embargo, en un
tuto de Enseñanza Secundario en el q_ue trabaja desde hoce !5 años. principio el marido atribuyD estas dificultades de su mujer al estrés.
También refiere el marido que la Sra. Costa había tenido muchos
Allfecedellfes personales y familiares despistes en la gestión de los mensajes q_ue recibía en el teléfono, o
bien los olvidaba o los contestaba a destiempo. Asimismo, comento
En los antecedentes médicos de la Sra. Costa destaca lo siguiente: q_ue con frecuencia olvidaba las citos y cuando solía de caso para ir
hipertensión arterial <HTA} de grado leve, diagnosticada hacía 12 o algún lado solía preguntar machaconamente a dónde tenía que ir.
años, controlada con medicación y dieta; neoplasia tiroidea, con a pesar de q,ue se lo habían recordado minutos antes. Últimamente
tiroidectomía hacía cinco años y depresión. La Sra. Costa dice ser tenían incluso q_ue recordarle el día, hora y lugar en el que había
sedentaria. consumir de una a tres copas de vino por semana y q_uedado con sus amigas paro tomar un café, actividad q_ue realiza-
no tiene a11tecedentes de problemas relacionados con sustancias, ba desde hacía varios años. En algunos salidas se había retrasado
inclllida el tabaco. Tampoco tiene antecedentes de traumatismo al llegar a casa porq_ue se había perdido, necesitando la ayudo de
craneoencefólico (TCEJ, accidente cerebrovascular (ACVl, diag" algún conocido para volver a su cosa_ Lo hija también refiere q_ue
nóstico de trastorno psicótico, ni ha necesitado de hospitalización desde hace dos meses tiene que explicarle a menudo o su madre
psiq,uiótrica. No presenta alucinaciones (auditivos o visuales), ni có1no usar el localizador GPS para personas mayores q_ue lleva siem-
delirios, ni pensamie11tos suicidas. La Sra. Costa relata q,ue con fre- pre consigo cuando sale o cómo debe responder a los mensajes
cuencia se despierta por las noches y tiene problemas para volverse q_ue le llegan o su teléfono móvil. Ahora es mucho más lenta para
a dormir. completar cualq_uier tipo de tarea y continuamente pide ayudo para
Según informa el marido, la Sra. Costa tiene antecedentes fami- terminar los Sudokus.
liares de «pérdida de memoria», en concreto la madre y un abue- En los últimos meses, la familia nota que la Sra. Costa tiene difi-
lo materno de la Sra_ Costo han padecido este tipo de trastorno, cultades poro encontrar los palabras que q_uiere emplear dllrante lo
aunq_ue no hay un informe médico q_ue lo justifiq_ue. El podre de lo conversación y lo q_ue dice no siempre tiene sentido. Tiene muchas
Sra. Costa murió de ACV a los 75 años, pero no consta q_ue tuviese dificultades poro continuar uno conversación cuando se la interrum-
antecedentes de trastorno mental grave. pe. Otros familiares (nieta, hermana de la Sra. Costal también han
El geriotro de la Sra. Costa solicitó uno analítica general con observado estos problemas de comunicación cuando están con ella.
hemograma completo, bioq,uímico, q_ue incluía 612 y perfil tiroideo, La familia refiere que lo Sra. Costa lleva bastante tiempo mos-
así como una tomografía axial computarizada <TC), q,ue no aportan trando tristeza, irritabilidad, frustración, desmotivocián y sentimien"
hallazgos significativos. En el momento de lo evaluación, tomaba to de inutilidad; síntomas q,ue mejoran solo transitoriamente con los
Enolapril (onti"hipertensivo), Eutirox (hormona levotiroxinal y Ser- tratamientos farmacológicos prescritos. La Sra. Costa se enfada con
tralino (antidepresivo, ISRSl. frecuencia cuando lo familia la reprocho estar preguntando conti-
nuamente las mismas cosas y de mantener con ellos conversaciones
Entrevista con la familia muy repetitivas.
Lo hija de la Sra. Costa informa q_ue los problemas de memoria de su A nivel funcional, la Sra. Costa tiene disminuida su capacidad
madre comenzaron al menos tres años antes, con un agravamiento paro autoadministrarse la medicación y adaptarse a situaciones
progresivo en los últimos seis meses. Refiere q_ue la evolución de los nuevas. Tampoco logra ya controlar sus cuentas bancarios. y mós
problemas de memoria de su madre ha sido lenta, pero progresiva. teniendo en cuenta q_ue es toda una doctora en matemáticas. Cada
La familia cree q,ue la Sra. Casta ha estado ocultando sus dificulta- día q_ue paso en la familia la ven como «más olvidadiza, indeciso y
des personales y laborales, por lo que es probable que tales dificul- desordenada». Ha tenido q_ue ser el marido el que se ha hecho car-
tades vengan desde hace bastante tiempo. go de lo economía de la familia, ante los numerosos problemas q_ue
Capitulo 17. Los trastornos neurocogn1tivos 441

Ja incapacidad de lo Sra. Costo había originado. Tiene dificultad b. Test de Aprendizaje Verbal de Hopkins - Revisado IBrandt y
poro aprender o usar un elecirodoméstico nuevo. Su cuidado y aseo Benedict, 2001l.
personal se ha deteriorado progresivamente. Lo familia refiere que c. Test del Trozo {Trail l\4oking Test), porte B ISpreen y Strauss.
ohoro, incluso en coso, se viste de uno manera poco apropioda, lo 1998).
ctue les extraña mucho porctue siempre fue muy presumido; apenas
d. Test de la Torre de Londres-Drexler (Culbertson y Zillmer,
sale con su grupo de amigos y ni siquiera acude o miso, oigo que
2005).
ella solio hacer todos los domingos.
e. Test de Denorninación de Bastan (Kaplan, Goodglass y Wein-
Comportamiento durante fa evaluación troub, 1983).
La Sra. Costa no parece tener dificultades físicas, viste con ropo f. Test de Copia de la Figura Compleja (Rey, 1997l.
informo! y sus aspecto es aseado. Lleva unas gafos de lectura en g. Subtest de Cubos de la Escala de Inteligencia de Wechsler
su bolso y no uso audífonos No tiene conciencia de su enfermedad poro adultos <WAIS !Vl.
actual y niego cualctuier problema relacionado con su trabajo pro- ll-. Lurio DNA-2. Batería Lurio para el Diagnóstico Neuropsicológico
fesional, conducir el coche o acudir a las citas con sus amigas; no del Adulto (Contador et al. [en prensa, TEA Edicionesll.
asume los problemas relacionados con los temas económicos fami-
5. Test de discriminación de coros-emociones (Ekmon y Friesen,
liares, como el olvido de pagar las facturas, y achoca su descuido
1976).
de tomar los fármacos o un cambio reciente en su horario. La Sra.
Costa se muestra educado y colaboradora, aunctue dejo de coope- 6. Escala de Cornell para lo depresión en la demencia (ECDD; Ale-
rar cuando percibe que oigo no va bien, con respuestas de tipo «no xopoulus et al., 1988l.
sé, no puedo». Tiene dificultades poro mantener lo atención y con- 7. Evaluodón funciono!. Actividades de la vida diario (AVDL
centrarse en los tareas, se confunde con frecuencia y muestra poca a. instrumentales: Cuestionario de actividad funcional (FAQ,
capacidad poro buscar alternativos diferentes de solución. En toreos Pfeffer et al., 1982)_
de mayor complejidad, tiene dificultades poro comprender los ins-
b. AVO básicos: Actividades básicas. Índice de Barthel (Moho-
trucciones de lo prueba. A pesar de esta circunstancia, consigue
ney y Barthel, 1965).
realizar todas las pruebas de la mejor manera ctue puede, aunque
termina muy cansado y desmotivado. Acepta realizar todos las acti- Resuffados de la evaluación neuropsicológica
vidades planteados, pero resulto evidente que no comprende por
ctué se la somete a una evaluación ton complicada, algo que poro Lo puntuación de la Sra. Costo en el cociente intelectual (Cll pre-
ella «no tiene sentido». Dado ctue al reol'lzar los pruebas se fatiga- mórbido sugiere que f1ene una c1Jpacidod intelectual por enc'tma
ba con facilidad, se hicieron 'IOrios pausas de descanso. Salía de la de la media. por tanto, las puntuaciones en pruebas cognitivas ctue
consulta del hospital, pero después tenía problemas poro encontrar obtiene y que están muy por debajo de lo media deben ser conside-
el comino de regreso. El estado de ánimo ero bastante lábil, a veces rados como sospechosas de presentar declive cognitivo.
se mostraba bastante ansiosa y parecía ocultar su confusión con La Sra. Costo presenta un deterioro, de moderado a severo,
intentos de decir algo gracioso. Tuvo dificultades significativas para en diferentes tareas de memoria episódico (recuerdo y reconoci-
expresarse con fluidez y precisión. Su orientación outopsíctuico era miento, verbal y visual), con un empeoramiento en la modalidad
buena, pero !o orientación alopsíctuica estaba alterado, especial- verbal en comparación con la modalidad visual. El funcionamiento
mente en todo lo relacionado con el espacio_ Se le pidió ctue dijese ejecutivo refleja un deterioro leve-moderado en tareas de flexibi-
qué medicación estaba tomando. pero no pudo recordar el nombre lidad cognitiva, conceptualización, inhibición verbal y solución de
de ninguno de los fármacos que tomaba. No recordaba el año que problemas. El lenguaje expresivo también está levemente afectado,
fue nombrada catedrática de instituto, en cambio, recordó el año constatando uno dificultad tanta paro encontrar palabras (tareas
que aprobó los oposiciones y comenzó o trabajar como profesora de de denominación) como en la fluidez verbal. No se encontró un
Educación Secundario. Tampoco pudo recordar eventos actuales, ni deterioro significativo en otros tareas cognitivos, aunque su ren-
sictuiera el nombre del actual presidente del Gobierno. dimiento fue inferior a lo esperado, dado su nivel de inteligencia
premórbida, en los dominios de atención, memoria semántica y
Pruebas administradas procesamiento visuoespocial. Algunos componentes de estos domi-
l. Evaluación preliminar. nios cognitivos se encuentran en un punto límite, compatible con
lo presencia de deteriora significativo, como ocurre con los com-
o. Inteligencia premórbida. Test de Acentuación de Palabras
ponentes de atención compleja <Test 02 atencionall y visoespaciol
{Del Ser et al., 1997)_
{Cubos del WAIS IV).
b. Dominancia. Pruebo de clavijas con nueve orificios <Nine
La Sra. Costo presentaba sintomatologío depresiva leve. Durante
Hale Peg Test; Mathiowetz et al., 19851_
la entrevista mostró tristeza y labilidad afectiva, decía sentirse solo
2. Test global. Evaluación cogn'lf1'IO de Montreal <MoCo; Nasredd'ine y socialmente aislada. No obstante, los cambios en el estado de
et al., 2005}. ánimo no son lo suficientemente graves paro provocar los déficits
3. Batería estandarizada. cognitivos encontrados. Ademós, parece q_ue los déficits cognitivos
a. Test de atencióri D2 <Brickerikamp, 20121. se intensificaron seis meses antes de q,ue lo paciente presentase

!Continúa)
tt Manual de psicopatología. Volumen z

sintomotologío depresivo En cuanto al comportamiento, la Sra. Cos- de las instrumentales y avanzada<;. Este deterioro de las AVO instru-
ta se irrita con facilidad cuando Sf' enfrenta o sus problemas de mentales y avanzadas parece ser una consecuencia del deter'1oro
rnemoria o cuando tiene q_ue emitir un juicio sobre su desempeflo cognitivo. y no se explica por un deterioro físico o por la presencio
en lo realización de las pruebas. Finalmente, los cuestionarios y la de trastornos psiq_uiátricos previos. La Tabla 17.9 muestra las pun-
entrevista con la familia indican que las actividades de la vida diaria tuaciones de la botería aplicado y Jo interpretación basado en los
(AVDl básicas están preservados, pero en cambio hay un deterioro percentiles obtenidos.

)) Tabla 17.9. Dominios cognitivos y tareas: rendimiento cognitivo en percentiles.

Inteligencia premórbido Test de acentuación de palabras 78 Por encimo de la medio

Escala de Montreal 7 Rendimiento límite


Medidas globales
DNA-2 total Deteriorado**

Total de respuestas 19 Por debajo de lo medio


Atención
TOT, efectividad total en la pruebo 6 Rendimiento límite

HVLT - recuerdo inmediato 5 Deteriorado*

HVLT- recuerdo demorado Deteriorado***

HVLT - reconocimiento Deteriorado*

Figuro Complejo Rey, recuerdo 3 minlllos 5 Deteriorado*

Figuro Compleja Rey, recuerdo 30 minutos 2 Deteriorado*•

Historio - recuerdo inmediato (DNA) Deteriorado*


;; _-
Memoria_ Listo de palabras - recuerdo inmediato <DNA) 7 Rendimiento límite --~

Historia - recuerdo demorado <DNA) 2 Deteriorado*'

Listo de palabras - recuerdo demorado <DNA) 2 Deteriorado**

Figuras - recuerdo inmediato <DNAl 9 Rendimiento límite

Figuras - recuerdo diferido CONA) 3 Deteriorado* •, -


-;;;
i Información <DNA) 20 Por debojo de lo media
~· ..· - --·

· Evaluación cualitativo (DNAl: errores Imprecisión y atención

Tes-! Denominación Boston Deteriorado•

Denominación (DNA) 6 Rendimiento límite

Lenguaje Comprensión oral (ONA> En la medio

Repetición de palabras CONA> Por encimo de la medio

Evaluación cualitativa (DNAl: errores Imprecisión, atención y tiempo

(Continúa)

550
Capítulo 17. Los trastornos neurocognitivos 44

)) Tabla 17.9, (ConUnuacrónj

Tfv1T-B 2 Deteriorado*•

TOL-Dx total correctos 19 Por debajo de la media

TOL-Dx total correctos Por debajo de lo medio



TOL-D~ total tiempo resolución 3 Deteriorado*

Conceptualización y razonamiento (DNAJ

Flexibilidad cognitiva (DNAl


"
5
Deteriorado'

Deteriorado*

Fluidez verbal (ONA> 3 Deteriorado*


Funcion~ ejecutivas
Programación motriz (ONA) 7 Rendimiento límite

Frases incompletos (ONA) 5 Deteriorado*

Golpeteo (DNA) 9 Rendimiento límite

Contar hacia atrás (DNAl 13 Por debajo de la medio

Números inversos (DNAJ 11 Por debajo de la media

Palabras sin «A» (DNA) 16 Por debajo de lo medio

Evaluación cualitativo <DNAl Imprecisión, tiempo y atención


~-------

Objetos superpuestos <DNAl Por debajo de la medio

Reconocimiento de patrones (DNAl 58 En lo media

Cubos opilados <DNAl 69 En la media

ViSll005plíCial Figuras rotados (DNAl 7 Rendimiento límite

Figura Compleja Rey (copia) IB Por debajo de la media

Cubos del WAIS IV 6 Rendimiento límite

Evaluación cualitativo <DNAl: errores Tiempo y atención

Social Emociones faciales (punto de corte 46) 40 Deteriorado*

EsÍcído de 6nima- Escala Depresión Cornell (Punto de corte 9) 11 {puntuación di recia) Depresión leve*

Cuestionario Funcional de pfeffer (FAQl 2 Deteriorado**


FuncionalidCÍd
Índice Barthel Preservado

Nota. HVLT =Test de aprendizaje verbal de Hopkins -Revisddo-; ONA·2 =Diagnostico Neuropsicológico de Adulto:,, 2 versión;
TMT-8 = Trail Making Test; TOL·Dx =Test de la Torre de Londres-Drexler; WAIS =Escala de Inteligencia Wechsler para Adultos;
DAD= Evaluación de la discapacidad en demencia; Rendimiento limítrofe= del percent1l 6 al 9;
•=Leve ldel percentil 3 al Sj; ••=Moderado !del perci;ntil 1 al 2); •·•=Severo[< percentil 1].

551
11 Manual de psicopatología. Vo!urnen z

A. Preguntas del caso B. Preguntas de revisíón de{ capítulo


l. A la vista de los datos clínicos y neuropsicológicos, ¿cuál 6. Un hombre de 69 años presento deterioro cognitivo, que
de los siguientes diagnósticos le parece más probable? es fluctuante, junto con caídas, alucinaciones visuales y
al Demencia vascular. porkinsonismo. lCuál es el diagnóstico más probable?
bl Pseudodemencia depresiva. a} Enfermedad de Alzheimer.
e) Enfermedad de Alzheimer. b} Demencia por infarto múltiple.
dl Demencia frontotemporaL el Demencia con cuerpos de Lewy.
dl Demencia por enfermedad de Parkinson_
2. A la vista de los datos clínicos y neuropsicológicos, lcuál
de Jos siguientes dominios está mós deteriorado? 7. Un aspecto diferencial que permite establecer el diag*
nóstico de la demencia incipiente frente a la alteración
al Lenguaje. cognitiva leve es:
bJ Memoria. al La presencia de alteraciones funcionales significativos.
c) Procesamiento visuoespacial. bl Una alteración más severa en las pruebas de memoria.
dl Funcionamiento ejecutivo. e) El deterioro neuropsicológico global.
3. A diferencia del test de Montreal (MoCAl, q_ué aporta la dl Todas son correctas.
batería DNA-2 a la evaluación neuropsicológica: 8. lEn cuál de las siguientes demencias lo disfunción ejecu-
a) Una evaluación méis extensa por dominios cognitivos. tiva se acompaña de un trastorno de conducta severo en
bl Evaluación de los errores cualitativos. fases incipientes?
c> Uno evalllación de diferentes subprocesos cognitivos. al Demencia frontotemporal.
d) Todas son correctas. bl Demencia tipo Alzheimer.
c} Demencia con cuerpos de Lewy.
IJ.. la evaluación funcional mediante el índice de Barthel nos
dl Demencia vascular.
indica q,ue:
al La persona presenta afectación funcional asociada a de- 9. Con respecto a la EA, es correcto decir q_ue:
mencia. a) El primer sistema de memoria afectado es !a memoria pro-
b) Las actividades básicas de la vida diaria están preservadas. cedimental.
bl El foco inicial del proceso neurodegenerativo es la corteza
el Las actividades básicas de la vida diaria están ligeramente prefrontal dorsolateral izq_uierda.
afectadas.
el El deterioro de los recuerdos episódicos suele ser un sínto-
dl las actividades instrumentales están conservadas. ma temprano muy común.
5. las puntuaciones en la escala de Cornell nos permiten dl El tratamiento farmacológico con acetilcolinesterá;icos
deducir q,ue: previene la progresión de la EA.
al El deterioro cognitivo descrito se justifica con la depresión. 10. Una evaluación diagnóstica completa de la demencia
bl Esta sintomatología es normal a e>ta edad y no es signifi- requiere:
cativa para el caso. al Evaluación del estado mental.
cl La sintomotología depresiva es leve, algo q_ue puede aso- bl Análisis de sangre y pruebas complementarias.
ciarse al proceso neurodegenerativo primario. el Exploración nel.lrológica.
dl Lo depresión es la causa de la demencia dl Todas las anteriores.
----
'
;~

552
RESPUESTAS A LA
AUTOEVALUACIÓN
1\llanual de psicopatologia. Volumen 2

Respuestas correctas
Capitulo f Capítulo fO

¡-: ¡_: :±:l : 1 1 '. 1 ~ 1: 1: l 1: 1 1 e 1 !1: 1: 1: 1 : 1 : +: 1: j--;--\


Capítulo 2 Capítulo 11

1 b LE : 1 : 1 : 1 : 1 : 1 : 1 : 1 ': 1 1 , 1 : 1 1 : ~ !:-f +Bff !:ffi

Capítulo 14 Capítulo 13

.·::.r~ ;·~~.~. ,·¡;Y;;,,: ¡:i; ,;.:~~·:·: :.-;J~l '-.,"\iJ.;,:.: ·'. $


o e o d e b
'"
o d e b

Capítulo 5 Capítulo 11.J

-V.< :·.'J!l;'
b d e o e d

Capítulo 06 Capítulo 15

Capítulo 07 Capítulo 16

··--·
b cdcbcalc]d d b b d b a b a o b

Capítulo 08 Capítulo 17

..:i- .:1··_.,.,,.,,, :·:,.:_.~ '.;J;~;·-:•.t' r-::·;..~:.•- :.1'."':·.+:.\1,: . -~ ..1:·;;":-;> .__.


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Capítulo 9

.;(_~·): .--~·· ·::;\~:-:-: .:i0


·:~.:

a b e e d b b b b o
Índice analítico

A Anosognos1a, 537 estable. 407


Actitudes disfuncionoles, 216-218. 22lJ. z¡¡:3 Ansiedad, 3, 35 falta de, 247
Actividades de lo vida diaria <ABVDl. 534 ontícipotario, 45, 47, 54, 70, 119 inestable, 363
Acumulación (trastorno del, 135, 136, 142, de separación (trastorno del, 3, 10, 11, 16, regulación de lo. 426
143, 144, 171, 183, 185 21, 35, 61-64. 117, 118, 327, 336 Autofocalizac1ón, 85, 90, 169, 186
Afasia, 527, 532, 533 definición, 35 Automatismos, 351
Afecto edad de comienzo, 81 de Cléromboult, 347
negativo, 5, 7, 12-16, 22, 56, 57, 408, 452, en lo infancia/adolescencia, 11, 21. 64 Autonomía. 117, 200, 272, 274, 1+11, 431, 4ll6,
453 generalizada (trastorno del, 3. 10, 11, 12. 16. 471. lJ-74, 498, 524, 542
positivo, 7, 12-16 25, 35. 54-61. 81, 118, 119, 179, 213, 237, Autorreforzomiento, 113, 217. 225
Afrontamiento, 19, 22, 120, 122, 157, 226, 329, 331, 378, 412, 4.47
hiperonsiedad (trastorno del, 10, 11
B
33'
incubación (teoría del, 41, 53, 70 Be/le indifférence, 309, 310
Agnosio, 525
inducido por sustancias <trastorno del, 11, Bifoctorial
Agorafobia, U, 37, 44-46, 69, 70, 80, 83
66-69 modelo, 39
diagnóstico, 48
patológico, 11 teoría, 41, 57, 70, 153
con y sin historia de trastorno de pánico,
patrones de respuesto, 8 Biomorcodor. 534, 54-0, 543
49, 50, 447
por enfermedad, 140, 29l!. Búsqueda de sensaciones. 382, 427, 430
situaciones agorafóbicas, 4-0, 48
Agrofío, 533 por la salud, 136, 138, 140, 148. 290. 294,
297, 299, 300, 304, 305-309
e
Agromatismo, 532, 533 Capacidad metorrepresentocionol. 467
Agresiones sexuales <victimas del, 115, 116, social (ASl, 78
Catecolomirio, 506, 507
120, 121, 128 en el DMS, 80
Ceguera mentol, 467, 478
Agresividad, 236, 247, 275, 382, 383, 4-21 en lo CIE, 80
Cerebro, 5, 40, 87, 168, 247. 272, 276. 296.
brotes de, 236 trastorno de (TAS>. 78
353, 477, 479, 1180, 48!, 503, 505,
en niños y adolescentes, 378 Antidepresivos (fármacos), 126, !28, 215, 219,
506, 507, 525, 529, 531, 532, 535,
Ale~io, 533 221, 224. 227, 243, 250, 251, 337 537, 51/.2
Alexitimia, 250, 262, 292, 304 Anxiety Sensitivity Index!ASIJ. 24
Cocierite intelectual (CIJ, 4-07, l/.74, 480,
Alteraciones cerebrales en TDAH, 505 Apego reactivo. 122 1182, 1196
Alteraciones cognitivas, 112, 116, 465, 526, Apoyo social, 20, 110, 120, 127, 222, 315 Ciclodor rápido, 240
527, 528 falto de, 120, 336 Ciclo vital, 21. t+OO, 401, 415, 463, 4.73, !+83,
en el TEA, 467, 473 red o sistema de, 122, 337, 455 496, 537
Alteraciones del sel!. 347, 348, 356 Aprax1a, 526 Ciclotimia, 242, 243, 245
Alucinaciones, 62, 174, 208, 236, 240, 262, Arousal 89, 153. 154, 180. 273, 303, 306 Cinco Grandes Factores (5GF), 400, 401
346, 347, 352, 356-361, 363, 364, 366. Artritis reumotoide, 214, 414 Círculo vicioso, 19, 20, 51, 52, 57, 60, 93, 98,
368, 390, 4-09, 476, 535 Asco (sensibilidad all, 15, 16, 18, 43, 70 153, 157, 218, 220, 294, 305, 307, 335
visuales, 524, 532, 535 Ataque de pánico. 5, 6, 16, 21. 23, 37, 4.11, Claustrofobia, 112
táctiles. 145, 179, 535 46-54 Cleptomanía, 173, 186, 376, 377, 390, 391,
Ambiente invalidante, 443, 449, 450 esperado, 47 394
Amnesia, 112, 267, 268 inesperado, 47 Cociente 1ntelectuol <CIJ, l/.67, 474, 1180.
definición, 525 Ausencia de remordimientos o culpa. 421 482, 496
disociotivo, 110, 111, 112. 114, 260, 263, 264., Autismo, 1163. 4-04 Cognición social, 49, 349, 350, 352, 356. 366,
269-270 de alto funcionamiento {véase también 368, 447, 448, 449, 452, 453, 475,
psicógena, 121, 125 Sínd1ome de Asperger), 469, 482 502, 507, 509, Sil!., 540
Amplificación somatosensorial, 290, 292, invariabilidad del medio en el, lJ-65 Colitis ulceroso, 2111, 244-
302, 303 rituales. 467, lJ-76, 480 Comorbilidad, 12
Anestesm emocional, 112, 115 síndrome de Kanner, 463 Competencias, 220, 471, 506, 509. 534-
Anestesio psíquico, 1711 Autoconciencia. 90, 95, 261. 267, 347, 356 Comportornientos repetitivos centrados
Angina de pecho, 49 Autodireccián 401, 407, 421, 429, 433, 4-4-4, en el cuerpo, 139. 177. 178, 179,
Angustia, 4 446, 452 180, 186
ataque o crisis de, 115, 149 Autoeficocio, 51-54,70, 81, 335, 450 Compulsión, 10, 18, 135. 136, 137, 139, 140,
neurosis de, 296 Autoestima 146-155, 476
trastornos por, 150, 298, 1112, 4-29, 431, aumento de lo, 241, 242, 2115 Conducto(s)
432 bojo, 14, 49, 81, 167, 212. 213, 216, 301, 403, antisocial, 118, 422
Anhedonio, 12, 14, 49, 171/., 200, 203, 205, 429, 114-0 outolesivo, 445, 467
206, 352-3511 dañado, 1124 de erifermedod, 282, 284, 285, 292
Anomia, 532 desregulocián de lo, 426 de evitacióri y de seguridad, 90

555
f\llanual de psicopatología. Volumer 2

de solud, 305 st<nmdaria. 289 Endofenotipo, 352. 502


de seguridad. 19, 19, 81. 82, 8l 85, 89, 90, tratamiento. 22ll, 226 Envejecimiento, !16, 523, 524, 534. 537,
91, 93, 94, 98, 100, 304, 316 unipolor, 23lJ, 237, 249 538, 542
estereotipada, 466, 467, 468 y duelo, 212 Epigenética, 2\6, 245, 365. IJ-8t 502,
Corteza orbitofrontcl, 250, 477, 506 Desarrollo moral, 422. 423 503, 504-
Crecimiento postraumótico, 121 Desesperanza, 14, 121, 169. 205, 217, 220, 327 Episodio
Cuadro subclínico. 330, 333 escola de Beck, 223. 225 depresivo
Cuestionario teoría de la, 217, 218, 219 atípico, 206
Childhood Anxiety Sensi1ivity lndex Despersonalización, 46, 47, 50, 110. 115. 169, mayor, 151, 204, 206. 209. 211, 240, 24-2
(CASD, 17 260, 261, 267, 269 hipomaníoco. 2lJO, 241
de Ansiedad Social (5AQ), 98 Desrealizución, 1.16, 115, 260, 261, 264, 269 maníaco. 207, 2311-, 235, 237, 238, 21.10,
de Cualidades y Dificultades. 392 Desregulación emocional 70, 94, 262, 241, 242, 249, 25\
de Examen del Estado Mental paro 273, 381. ll-36, 4.4.7, 451, 452, 456, mixto, 241
Disociación, 273 502, 509 Equipotencialidad (pnncip10 del, 39, 40
de miedo al sí-mismo, 162 modelos de, 61, 4ll8-1.149 Error cognitivo. 216, 218
de Síntomas Disociativos Deterioro cognitivo leve (en inglés, mild Espectro, 464
y Somatmnorfos, 273 cognitive impairment). 524, 538, 539 afectivo y traumático, 85
de Sucesos Vitales (CSVl, 225 Diabetes mellitus, 253 bipolar, 237, 242, 246. 248, 249
de Trastornos del Humor (MDQ), 2lJ3, 248 Diagnóstico principal (o primario), 12 de lo esquizofrenia, 179, 207. 361.1. lJ02
funcional de Pfeffer-11 {FAQJ, 541 Diátesis de los psicosis, 168
Narcissistic Personolity lnventory, ll24 cognitivo, 217 de síntomas depresivos, 199, 204-
Penn State Worry Questionnaire (PSWQ), de estrés, 50, 315 de trastornos obsesivo-compulsivos, 135,
57, 58 modelos, 218, 219, 304, 4.4.8 174, !77, 179, 432
Personolity Inventory far ICD-11, lJ04 Dificultades de aprendizaje, 493 de trastornos somatoformes, 283, 284.
Positive ond Negative Affect Schedule Dimensión 315
<PANAS), 13 desorganizado, 348, 351, 352, 354, 366 del autismo, 65, 66, !22, 152, 174, 463,
Culpa negativa. 3lJ9, 352, 353, 354, 366 464, 472, 49lJ, 500
delirio de, 236 psicótico, 3lJ6, 311-7, 348, 354, 355, 357, internalizante y externolizante, 82
rumioción de, llJO 366, 369 maniaco-depresivo, 204
sentimientos de. 115, 116 Discapacidad intelectual. 366, 389, 465, ll-67, obsesivo-compulsivo, 136, 144, 151, 286
471, 473, 47lJ, LIBO, 483, 4.94, 5!0 Esquema(sl
D Disforia por la integridad corporal, 286, 287, cognitivo(s}, 119, 216
288, 289, 317
Delirium, 66, 272, 384, 524, 526. 535, 540 depresógeno, 57, 96, 119, 209, 216, 217,
Disfunción
Demencia, 523, 32lJ 219, 220
cerebral mínima, 4.93
estadios. 537-54-0 negativo(s), 220
vegetativa somotomorio, 286
subtipos, 526-533 diagnósticos politéticos, 201
Disociación, 259, 260, 26!. 262
con cuerpos de Lewy, 539 disfuncionol<esl, 85, 90
entre los sistemas de respuesta, 8
enfermedad de Hungtinton (EHJ, 532 Esquizofrenia. 65, 152, 166, 172, 171\-, 179, 206,
normativo, 260
enfermedad de Parkinson, ll-14. 525, 243, 246, 271, 272, 288, lJl2, 416, 417,
peritroumótico, 118
531, 54.1
frontotemporol <DFT>, 532, 511-1
Distimio, 20, 25, 27, 56, 151, 207, 212, 213,
21lJ, 416, 4.27, 444 '""
espectro de lo, 345-369, 402, 410, lJ!8,
parálisis supronucleor progresiva
(PSPl, 532
Distorsión
cognitiva, 69, 361. 416, 418
"'º
infontil,461J-, lJ69, 476, 484
tipo Alzheimer, 524, 526, 527, 531, de la imagen de Cosh, 169 Estado de ánimo deprimido, 9, 207, 211, 213,
54.1, 542 perceptivo, 267, 269, 11-18, IJ.20 214, 218, 220. 237
vascular, 529 Distroibilidad, 235, 245, 405 Estereotipia, 123, 177, 241. 351, 466, 475, 4.80
Depresión, 11, 12, !ll-, 20, 81, 83, 151, 199, 200, Distrés, 4. 7, 18, 22, 39 Estimuloción
204, 219, 35U emocional, 328 cognitivo, 537, 5lJ3
atípico, 206 Dopamino, 215, 218, 250, 252, 353, 391, 502, crónica del eje HHS, 295
bipolar, 234, 236, 248, 253, 234, 236, 503, 505, 506. 507 positivo, 101
248, 253 Duelo. 63, 204, 211, 212. 227, 247, 297, 304, visual/auditivo/sensorial, 466, lJ67, 537
síntomas, 236 327, 333 Estímulo discriminotivo (teoría del), 39
catatónico, 205 Estrés, 4
círculo vicioso de lo, 221 E ambiental, 265
clínica, 200, 206, 212 Ecolalia, 3lJ8, 466, l\-69, 474- estímulos de, 15
diagnóstico de, 207, 215 Edad mental, 247, 296, 500 psicosocial, 66, 328
doble, 20lJ Egocentrismo, 405, lJ22 respuestas de, 7, 326, 329. 335
estocionol, 209 Embotamiento tolerancia al, 15, 18, 22
mayor. 38, 49, 80, 167, 173, 179, 207, 24-0, afectivo, 112, 115, 122, 352 Estresor<esl, 10, 29, 56, 611-, 66, 70, 116, 122,
243, 302 emocional, 110 124, 127, 129, 180, 206, 210, 220, 273,
recurrente, 210, 215 Empatío, 316, 368, 380, 384., 405, 407, lJl9. 310, 326, 332, 333. 335, 386, 402,
riesgo de, 208, 216, 217 421, 422. 453, ll-79 433, 510

556
índice analíticc

Evaluación (véase Miedo a la tvaluaciónl Hiperactividad (véase Trastorno por déficit de la sintoma1ología depresiva. 22Li
cognitivo. 52, 84, 112, 119, 296, 541 de atención con h1peractivídadJ de los principales (Onstructos
ecológica momentáneo, 99, 102 Hiperserotoninemia, l1-77 psicológicos causales relacionados
psicolis1ológica, 99 Hipnosis, 259, 273, 282 con la depresión, 225
Evitación Hipocampo. 6, 213, 250. 273, 3118, 365. 1177 de los trastornos de acumulación,
activa, 39, l!O, 177, 417 505, 531.1 tricotilomanía y excoriación. 185
de la enfermedad, 18, 43 Hipocondría, 10, 135, 138. 148. 1811, 296-309 de ios trastornos del control
Excoriación o trastorna de rascarse la piel, de lo belleza. 137 de los impulsos, disruptivos y de la
135, 137, 138, 139, 144, 145, 151, 165, dermatológico, 137 conducto, 393
177, 178-180, 183 primario, 297, 298 de trastornos emocionales, 2l!
Expectativa secundario, 297 delTPL 453
de ansiedOO, 43, 44 Hipomonía, 206, 234, 243, 247, 248 del trastorno de estrés postraumálico,
de resultado, 41 episodio, 207, 210, 211. 213, 234, 2l!O, 241, 126
modelo de, 43 243 del trastorno dismórfico corporal. 184
Experiencia(s) Hipotálamo, 40, 250, 295, 365, 384, 390 del trastorno obsesivo-compulsivo
infantiles, 220, 268 Hipólesis (TOCI. 182
tempranas de rechazo, 416, 430 bioquímicas para el TEA, 477 y diagnóstico de los TP, 1.135, 436
traumática. 39, 41, 95, 119, 150, 154. 261, cotecolaminérgico, 506, 507 Interpretaciones catastrofistos, 21, 51, 52,
271, 272, 27l!, 311, 336 de cerebro masculino extremo, 479 53, 54, 69, 70, 164, 297
vico(10, 4-2, 307 de evitación de la enfermedad Inversión pronominal, l!66
Eye tracking, 99, 1.168 de Davey, 1.13 Irracionalidad (y fobias), 110
de la especificidad de contenido
F cognitivo. 222 K
Factores de lo frialdad afectivo. 423 Kellner (modelo explicativo de lo neurosis
interpersonales, 59 de lo reducción de la ansiedad. 153, hipocondríaco), 304
peritraumáticos, 121 1511, 155
Fenómenos disociativos, 125, 128, 260, de las monoominos, 215 L
275 d"1átesis-estrés para el TDAH, 502 Lozarus (teoría del, 334
Flashback(s), 112, 118, 270 genéticas para el TEA, 477 Ley
Fobio(sl, 3, 6, 36, l!5 neuroanatómicos para el TEA !J.77 de incubación, 4-1
a la enfermedad, 303 nutricional de TDAH, 50!J. de extinción del condicionamiento
o los animales, 80, 85, 86 Histeria, 9, 259, 260, 276, 281, 282, 283, 284, povloviano, 39
específicos. 9. 11, 14, 19, 29, 35, 36-1.14, 310, 426 Litio, 202, 236, 250, 251
54, 70, 80 Hormonas, 214, 21.111. 262. 365, 507 Lóbulos frontales (disfunción de los), l!80
simple, 10, 80 Hostilidad, 235, 356, 357, 378, 400, 405, Lurio DNA-2. Botería Lurio de Diagnóstico
social, 9, 63, 65, 80, 94 406, 408, 410, 422, 499 Neuropsicológico del Adulto, 53ll.
tratamiento, 69 541, 54-9
Focalización de la atención o estímulos 1
internos y externos, 85 Ideos delirantes, 294, 347, 358, 364. l1-16, M
Freud 476, 535 Manía (episodio[sJ del, 174, 206, 234, 238,
teoría de, 282 megalómanas, 354, 357 243, 247, 251
y pánico y agorafobia, 44-45 Identidad, 83, 149, 168, 169, 176, 260, 261, Maníaco-depresivo{o) (psicosis), 231.1, 247,
y los trastornos de ansiedad, 8-9 262, 263, 267, 268 346, 351.1
y los trastornos de lo personalidad, 424, Imagen corporal. 83, 167, 168, 169, 174 MCMI. 224
1126, 432, 4311 Impulsividad, 126, 128, 137, 175. 180, 235, 236, Medicación antidepresivo, 227
Fuga disociativo, 260, 263, 269-272 376, 378, 386, l!OO, 4-0I, 405 Melancolía, 200. 233, 23ll, 247, 252
Funciones ejecutivos, 163, 172, 205, 273, Inatención Memoria
349, 350, 382, 386, l!67, 468, 475, como criterio diagnóstico del déficit emocional, 5, 6, 125
477, 478, ,1179, 480, 501, 502. 506, de atención, 1194-1195 episódico, 85, 163. 269, 273, 501. 529. 534,
507, 508, 509, 523, 529, 532, Incubación (teoría de), 40, 41 5"9
540, 551 Indefensión, 14, 119 semóntica, 269, 270, 528
cálidos y frías, 480 aprendido (teoría de lol. 119, 216, 217, 218 Mentalización, 262, 349, 350, 365, 437, 4ll8,
lnhibición conductuol (sistema del, 57 451. 452, 455
G Inmunización, 296 Metocognición. 164, 169. 308, 309, 349. 350
GABA, 252, 365 Jnsight, 138, 139, 141 Meta-preocupación, 60, 61
Ganancia Insomnio, 14, 115, 126, 149, 203, 207, 235, Miedo(sl, 4, 5, 6, 7, 8, 16, 21, 35, 36, 86, 154,
primaria, 309 236, 2l!5, 280, 289, 301, 330, 367 155
secundario, 309, 310 Instrumentos a hablar en público, 79, 99
Girificoción, 477 de diagnóstico de síntomas y trastornos o lo evaluación (negativo y positivo). 82.
disociativos, 273 83, 93, 98, 167, 170
H poro el diagnóstico de TAS, 98 a la separación, 62
Habituación, 120, 1511 para lo evaluación al miedo, 51, 53

557
Manual de psicopatología. \/oiumen 2

o los propios síntoma;; de ansiedad, 15, 80 integrador Personalidad, 400


comunicativos, 40 cognitivo·evoluti~o de P. Williams, 307 depresivo, 212
ol si-mismo, 162 de los trastornos depresivos, 221 inhibido o dependiente, 9
patológico. 119. 137 integrativo cognit1vo-conductual. 52. 53 límite <~éose Trastorno de lo
relocionodos con lo COVID·l9, 17, 18 metacognitivo personalidad lrínlfe)
y fobias, 37-1~8 de Boiley y Wells, 308 múltiple, 260, 262, 263, 268, 270, 423
Mindfulne~s, 61, 249, 27ll-, 368 del TAG, 60, 308 resistente al estrés, 121
Modelolsl SIBAM (sensaciones, imágenes, conductas. trastornos de, 83, 98, 116, 152. 167, 171
alternativo del DSM-5 paro los TP, 413, afectos. y significados), 262 174, 185 ,203, 237, 2ll2, 24-5, 293,
42\ 424, 4\7, 435 transdiagnóstico jerárquico de los 331.1, 3ll7, 388
outohipnótico, 262 trastornos emocionales. 15-22 Piel (enfermedades de la), 135, !38
BASK {behavior. affect. sensation tripartito sobre el afecto, la ansiedad Piromanía, 377, 388-391
knowledge). 262 y la depresión (Clark y Wotson), Placas seniles, 531
bifoctoriol mediadonal de Mowrer, 39 12-lli Pasitíve ond Negative Affect Seo/es
bio¡ocial de desarrollo del TPL (Crowell Mooo (PANASJ, 12. 13
et oU, 443. 449, 450, 455 agónico, 88, 94. 96, 101 Preocupación <worryl, 20, 55
cognitivo basado en lo hiperventilación, hedónico, 38, 89, 9ll, 96, 10! ansiosa, 54-, 57
50 Mutismo selectivo, 29, 35, 64, 65, 69, 70, dismórfico, 139, 164
cognitivo (Clork), 51 47lj., 48lj Preparación <teoría del, 6, 4-0, 41
cognitivo del desarrollo de la hipocondría Priming (efecto), 85
<Warwick y Salkovskisl, 296. 300, N negativo, 163. 164-
305, 306 Neurastenia, 4-4-, L\5, 296 Procesamie-nto de información, 423, 533
cognitivo del TOC, 159, 170 Neocórtex, 5, 87, 528, 529 Pseudociesfs, 236
cognitivo-energético de Sergeant. 508 Neuroendocrino {sistemal, 295 Pseudodemencia, 260. 535
cognitivo tripartito del TP, 51, 52 Neurosis Psicópata, 422, 4-23
cognitivo-verbales y cogriitivo-imoginotivos de conversión, 263 Psicopatía, 384-, 4-20, 422, 4-26
sobre la AS/TAS, 39 hipocondríaca, 299, 304
de C\ark y Wells (1995), 89-91 histérico freudiano, 283 R
de R~eey Heimberg (1997), 91-94 obsesivo-compulsivas. 138 Rasgos, 400
de Botella, Safios y Perpifiá (2004), psicasténica, 296 Realidad virtual, 99
94--96 vs. psicosis, llll-L\ Receptores
conductista del TOC, 155 y ansiedad, 8, 9, 26, 4ll, 45, 80, 85 de dopomino, 252, 365, 503, 504-
de «automejora» de Hamilton y Janata, Neuroticismo, 9, 13, 14, 15, 20, 21, 56, 57, 95, presinópticos/postsinápticos, 215
314 12l 212, 293, 295, 300. 304-. 307, 336, serotoninérgicos. 168, 252
de aprendizaje interoceptivo, 51 4-00, 410, 430 Recaído, 2'+0
de aprensión ansioso <Barlow), 57 Neurotransmisión, 215, 365, 384-, 390, 503, Recuperación, 210
de Coscadas Emocionales, 449 506 Recurrencia, 253
de comunicación social, 4-49 Noradrenolina, 215, 250. 251, 272, 390. 503, Redes
de condicionamiento, 119 505, 506 de apoyo, 110, 122, 125, 315
de dob\e vía de Sonuga-Barke, 508 Nosofobio, 299 de síntomas, 203
de evitación del contraste, 61 Reexperimentación, 112, 115, 116, 118, 125
de evitación emocional basado en la o Relación social desinhibido, 109, 123, 12ll.
preocupación (Borkovecl, 57, 59, 70 Obsesión, 137 326
de expectativo de la ansiedad, 43 OMS <Organización Mundial de lo Saludl, Representación del self. 92
de hiperventiloción, 50 135, 263, 325, 4-06, 494 Resiliencia, 121, 205, 296, 336, 4-ll7, 537
de inhibición conductual y outorregulación Onicofagia, 177, 178 Responsividad, 467
de Barkely, 507 Ovillos neurofibrilores, 531, 532 Retardo psicomotor, 205. 236
de intolerancia o la incertidumbre, 59 Retraso mentol, 66
de lo memoria de trabajo de Rapport, 508 p Rituales, 119, 137, 148, 153, 154-, 155, 161, 163,
de los «Cinco Grandes Factores» de Pánico (véase Trastorno de pánico) 17ll, 177, 306, 4-18, %6, 467, 476,
personalidad (5Gf), LJ.00, LJ.Ol, 403, aloque de, 5, 6, 7, 16, 21. 23, 50 480
406, 408, LJ.10, 432, 434 esperado, ll} Rurniación, 17, 19, 20, 22, 60, 84, 122, 138,
de los cuatro humores, 233 inesperado, ll-7 166, 205, 218, 220, 22li, 236, 243, 269,
de los trastornos de adaptación de Botella, y agorafobia, 44--50 290, 297, 328, 338, 4-4-9
Baños y Guillen, 335 Paradoja neurótico, 40, 4-!
de red de síntomas negativos, 366, 367 Parafasio, 532 s
de Watson y Rayner, 39 Patrones de respuesta de lo ansiedad, 8 Sensibilidad a la ansiedad. 15, 16, 20, 21, 22.
dual de comorbilidad con el autismo, 509 Penn State Worry Ouest1onnaire <PSWQl, 4-3, 51-54, 70, 290. 304
dual de comorbilidod entre el TDAH 57, 53 Sensibilización, 126
y lo dislexia, 508 Pensamientos intrusivos, 7, 18, 119, 122 Señal de seguridad (teoría de), 39
híbrido de clasificación de los trastornos Perfeccionismo, 15, 19, 22, 81. 83, 154, 161, Serotonina, 121, 137. 168, 215, 218, 224, 251,
de lo personalidad, 4-ll6 ll05, 4-32. 1.134- 384, 390. 391. 423. 477, 507

558
indice analítico

Sesgo otencionol (y ansiedad), 84, 85, 9L de lo outo-presentoción (5chlenke1 de conversión. 9, 271, 283, 285, 289, 292,
95 y Leory), 95, 96 309-311, 314, 316, 317, l/26
Sí ·mismo, 162, 261, 267, 268, 272, lfOO, lf02, de lo disociación estructural, 262 de estrés postroumático <TEP1 ), 7, 35,
40lf, 406, 407, 426 de lo indefensión aprendido, !19 109, 112-121, 128, 149, 152, 185, 221,
Significación clínico, 56. 109, 328, 329, 332, de la indelerisión-desesperanzo, 14, 216, 222, 271, 274, 311, 333, 337, 447,
5!0 217, 218, 219 44.8, 456, 501
Simulación de la merite, 349. 350, 351, 354-, 452, 453, de ev1toción, 10
de lo enfermedad, 282 456, 467, ll-78, ll-79, 509 de la identidad disoc1ativo (véase
y trastorno facticio, 311 de lo representación dual de Brewin, 120 Personalidad múltiple), 268
Sinapsis de las estilos de respuesto de Nolen- de pánico (TPJ, 3, 10, 35, 37, 44-54, 63,
del estriado, 507 Hoel<semo, 217 69, 70, 81, 83, 119, 151, 156, 201.l-, 286,
neuronal, 25!, 503 de preparación de las fobias, l!O 293, 301. 311, 447
Síndrome de redes, 203 de >Ínlomos somáticos (TSS), 10, 272, 283,
«afaso-apracto-agnó<>ico», 526 de sei'lal de peligro de Freud, 9, 45 284-, 285, 236, 291-295, 316, 317
de Asperger, 418, 465, lf69, 471, 475, de señal de seguridad, 39 del control de impulsos, 118, 138, 376, 377,
479, l!.82, ll-85 de Watson y Rayner. 39 392
de Briquet, 282, 283 del aprendizaje inhibitorio, 155 del espectro del autismo <TEAJ, 66, 122,
de Gonser, 260 del estímulo discriminativo, 39 152, ll-63-Ll85
de inmunodeficiencia adquirida, 214-, 525 del procesamiento de lo informacióri, 119 depresivo mayor, 20, %, l/9, 50, 56, 173,
de intestino 'irritable, 49 del procesamiento emocional. 154 186, 206-212, 238. 329, 331, 333, 419,
de Rett, 1169, 471, 475, 484 dopaminérgico, 506 ll-44, 448, 498
neurótico general, 9 explicativas del TEA, 476 destructivo, 375"394-
Síntomas ambientales, 480 disfórico premenstrual, 204, 21l 227
de primer rango 348 biológicas. 477 dismórlico corporal <TDC), 19, 33, 135, 137,
negativos, 112, 271, 346, 350-358. 362, psicológ1cas, 478 148, 164-171, 183, 285, 288, 299
367 de lo coherencia central débil, 478 disociativo(sl, 7, 9, 259-276, 239, 310, 311.
positivos, 112, 273, 346-349, 352, 351.), de la empatía-sistemotización, 476 312, 452
356, 364 mognocelular, 480 de id-entidad, 263
psicomotores 351 explicativas del TDAH, 502 del movimiento, 263, 283
psicóticos, !52, 207, 211, 234, 236, 21.10, biologicistos, 502 especificado(sl, 265
244, 253, 271, 314, 3116, 349, 357 cognitivas, 507 no especificado, 265, 27!
51stema psicológicos de los trastornos distímico, 212, 204, 219
límbico, 252, 381.1., 386, 423, 504 bipolares, 247 esquizotipko, 138, 360-361, 410, 419, 420
neuroendocrino, 295 sobre el «miedo al miedo», LJ-5 facticio(s), 259, 260, 272, 285, 288, 289,
Sociopotío, 293, ll-20 Terapia cognitivo-conductual 311-315
Somatizoción, 235, 262, 268, 271, 273, 281, transdiagnóstico ITCC-TJ, 19, 22 tros~orno hipocondríaco, 299, 309
282, 283, 284-, 286 Tronsdiagnóstico, 267 obsesivo-compulsivo (TQC), 7, 10, 35, 80,
Subtipos de trastornos adaptativos Trastorno<sl 118, 135-187, 271, 285, 288, 299, 301,
en el DSM-5, 327 alimentario. 7, 18, 20, 37. 83, 167, 174., 186, 306, 307, 403, 411, Lll6, 420, 44.7, 475
Suceso(s) ll-ll-7, 452, ll-56 por déficit de atención e hiperactividad
estresante, 118, 124, 175, 217 antisocial de la personalidad, 381, 386, <TDAHl, 236, 237, 24-5, 378, 381, 386,
vitales, 9, 6lf, 124-, 150, 269, 271 1.146, 1.152 452, lf93-5!4
Sueño (alteraciones y trastornos del). 56. 112, bipolar (TBl, 49, 83, 179, 201, 213, 227, por molestar somático, 286, 287, 317
116, 227, 2SO, 271, 356, ll-68, ll-83, 501.l-, 233-251.1, 272, 34-9, 354. 360, 378, somotomorlo, 7, 19, 20, 135, 138, 286, 299,
510, 535 1.1.18, 444-, 501 305, l/31
Suicidio, 50, 115, 14-9, 151. 167, 168. 210. 223, de ansiedad, 4-, 8, 9, 10, 23, 35 de lo personalidad. 415
227, 233, 236, 238, 239, 251, 270, 330, clasificación, 11 antisocial, ll-20-4-23, 388, 420-4-23
356, 357, 368, 405, l!!.1.5, 4lt7, lf52, de separación, 3, 10, 35, 37, 61-61.l-, de lo personalidad esq,uizotípico, 418
1.156, ll-97 69, 119 dependiente, l/15
generalizada (TAG), 3, 10, 54-61, 68, 69, disocia!, 494
T 70, 8L 118. 179, 213, 237, 329, 331, 373, esq,uizoide, 353, ll-17, 418
Teoría(sJ lfl2, 447 explosivo intermitente, 376, 377, 381,
bifoctarial de Mowrer, 153 por la enfermedad ITAE), 286, 296-309. 332-381.l-, ll98
cognitivo de lo depresión de Beck, 216. 316, 317 hipocondríaco, 299. 309
217, 218, 219 social, 17, 18, 54, 62, 65, 77-102, 167, histriónico, 293, ll-26
cognitivo del pánico (Clorkl, 51, 70 186 límite, 7, 18, 20, 56, L!Llll, 4-1.18
cognit1vo-conductuales generales. 169 de adaptación, 80, 301.l-, 325-338 narcisista, ll-15, 426
de Lewinsohn, 219 de apego reactivo, 109, 122, 326 negotivisto desafiante. 63, 213, 376,
de los marcos relacionales, 169 de comportan1iento disruptivo y disocio!, 378-382, 386, 394. ll-73, 483, 491.l-, 498
de autoeficacia de Bondura, 51 377 poronoide, 451-417
de incubación de la ansiedad, lll, 53 de conducta (TCJ, 63, 376, 377, 381, psicóticos, 118, 168, 174, 368, 419, 4-99
de la alarma de asfixia, 50 381.1-388, 422, 496 breve o agudo y transitorio, 347, 361

559
Manua;. de p:.icopacologia. Volu:i-;en 2

esquizoafectivo, 227, 2114, 253, 271, 354, Tricotilomanía (o trastorno V


358-360, 423 de arrancarse el peloJ, 135, 137, 176. Vulnerabilidad
esquizofreniforme, 347, 358, 4-19 177, 180, 183 biológica/psicológica/social, 15, 97, 98,
somatoformes, 138, 281, 283, 284, 285, Triple sistema de respuesta de la 180, 216, 219, 221, 223, 336, 423. 448,
292, 295, 316, 427 ansiedad. 7 449
Trauma, 261 cogniiivo, 39
Tríada cognitiva, 247
u familiar, 175
negcrti\IG, 212, 216, 217, 218, 219 Urgencia <apremio, impulso), 139, 146. heredado, 121
positivo, 2l\8 152, 153 y resistencia al trauma, 120

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