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Glenys Álvarez

mc.lenys@gmail.com
Octubre 31 de 2021
Bogotá D.C.
Buenos días,

Apreciado vecino, es un gran placer saludarlo en esta mañana, el objetivo al enviarle esta
carta es para compartir un mensaje referente al deseo que tenemos todas las personas de “Vivir en
un mundo mejor”
No obstante, ese deseo a menudo se convierte en un destino donde creemos que una vez
estemos ahí, seremos verdaderamente felices.
Con todo, me permitiré mostrarle la siguiente experiencia relatada por el Dr. Wayne W.
Dyer en su libro mueva sus propios hilos.
“Uno de los puntos de viraje más grandes de mi vida tuvo lugar hace muchos años cuando
sucedió que dedique cuarenta y cinco minutos a supervisar una sala de estudios como maestro
sustituto. En la tabla de anuncios que había en la parte de atrás de aquel salón estaban escritas las
palabras: ‘El éxito es un viaje, no un destino.’
“Estudié aquellas palabras por cuarenta y cinco minutos completos, y permití que
penetraran hasta lo mas profundo de mi ser. De hecho, hasta aquel día yo había visto la vida como
una serie de destinos o puntos adonde me dirigía. Las graduaciones, diplomas, títulos, matrimonios,
nacimientos de hijos, promociones y otros acontecimientos semejantes eran todos destinos, y yo iba
de parada en parada.
“Me prometí allí mismo, en aquel salón, que dejaría de evaluar la felicidad sobre la base de
llegar a destinos o puntos, y que más bien consideraría toda la vida como un viaje continuo, con
cada momento disponible para que yo disfrutara de él. Aquella asignación clave en el salón de
estudios dio a este maestro una de las lecciones mas importantes de la vida: La de no evaluar la vida
en términos de logros, triviales o monumentales, que se alcancen durante el viaje. Si uno hace eso
esta destinado a sufrir la frustración de estar siempre en busca de otro destino, y nunca se permitirá
el realmente sentir que ha logrado algo. Sin importar lo que uno logre, inmediatamente tendrá que
planear el próximo logro para tener una nueva regla para medir cuanto éxito ha logrado en la vida y
cuán feliz es.
“Mas bien despierte y aprecie todo lo que encuentre en su camino. Disfrute de las flores que
están allí para el deleite suyo. Establezca sintonía con la salida del Sol, con los niños, con el que se
ríe, con la lluvia y con las aves. Absórbalo todo, y no espere hasta llegar a algún punto siempre
futuro donde estará bien que usted adopte una actitud mas tranquila. De hecho, el éxito -aun la vida
misma- no es otra cosa que momentos de los cuales disfrutar, uno a la vez. Cuando uno entiende
este principio, deja de evaluar la felicidad sobre la base de logros, y en cambio mira al entero viaje
de la vida como algo de lo cual sentirse feliz. O sea, para resumir el asunto: no hay un camino a la
felicidad, porque la felicidad es el camino”

En una próxima oportunidad, deseo explicarle como ser prudentes en mundo tan cruel.
Cordial saludo,
Glenys Álvarez

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