na delgada
nea rosa
DUES) i
o es una noticia facil de digerir: Perla,
eer eae ec
rae ero pare)
Je enfrentar la realidad, hablar con la familia y hacerse cargo
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eee Se
‘acostarse con César? {Por qué no se cuidé? {Cuales son sus
Pen ene dear
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Sere er a
1014 al “mejor libro para jévenes". La coleccién en ta cual fue
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mejor coleccién de narrativa juvenit’
Pana
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PECUna delgada
Imea rosa
Annalisa Strada
Traduccién: Eleonora Gonzalez Capria
JNorma
Bogoti, Buenas Aires, Caracas,
‘Gant, Lima, México, Panam Quito,
Sar José San Jub Santiago de ChieNaan fp y ven Coe Cape,
sorkainnacta men
ri deca
Saami oan oe
A lodovia y Chiara
y ls cafés que tome con elas.
Alene y Gian
pacientes por dems.
‘A todos os mozositados
¥ los yours hiperactvosconti
IDO
Lineas color rosa
Cinturén negro de educacién sexual
César 0 el hombre que desencadené
cl apocalipsis
na mam con quien hablar?
El club de los padres,
Hogar, dulce hogar
Corré que te gana
Suerte que lama
iAlgo hay que hacer!
El chichén
No, gracias
Seis grados de separacion
Perla, la que corre
‘Todos a la mesa!
Consulta con la almohada
Una historia lacrimégena
101Una emboscada m
iNo sos la tinica! 15
Pongamos un poco de orden 121
‘Hola, Daniel! 127
A probar zapatilas BI
Mi mejor enemiga 55
éQuién vino? ul
El momento de la verdad 149
Detrés ce la puerta 155
Reconciliacién (0 casi) 159 Esta historia es para todos aquellos que tropiezan.
‘Adids, nene
por darse demasiada prisaEQuers saber toque se sent? No es complicado
pponerte en ese lugar
Te mezelas entre la multitud —a lo mejor en una
plaza, un dia feriado— cuando todos estén tranqui:
los y la tarde transcurre despreocupadamente, unt
poco lenta y, al mismo tiempo, un poco apurada.
Elegi esa hora limite entre no pensar mas en ayer y
no pensar todavia en mafana.
{Na et? Agar una venda nega yal sabe
los ojos. No tenés que ver absolutamente nada. Oscu-
ridad total: de la luz del dia a las tinieblas de la
noche. No tiene nada de malo esta oscuridad, porque
escuchés los ruidos de la gente y todo a tu alrededor
os diversién y alegria.
eeeAnnalisa Strada
Caminé poniendo un pie detante del otro, con euidado; esti
la mano abierta y mantené al brazo flojo. No vas a tardar mucho
«en descubrir que otra mano toma la tuya, Una mano tibia, con ta
palma sea, que entrelaza tus dedos con ls suyos, haciendo que se
deslicn despacio, hasta estrecharlos en un apretdn que te da segur
dad. Pega ta pala contra esa otra. Si prstés atencin, va a sentir
la suave pulsacién desu conazin all donde ta piel se extende sobre
las venas, Lindo, no?
Bueno, ya est Concentrate en ese apretén y salgar corriendo. No
ves nada, pero el que sostiene 1a mano ve todo: cqué peligro puede
habe?
Conran a més no poder. Sent viento en la cara, respini el aire
saturado dolores de fiesta escucha dl griterio de as conversacions.
Reboté al ritmo de tus pies, que se alzan en el aire y después caen de
vuelta a tierra, y vacven a rebotar ms rpido, Es como si volaras.
[No pienses mas y avanzd ripido, corey salt, y la terra bajo tus
Pies pareceréhecha solo para impulsarte cada vez mas alto, Grité la
alegria que sentis hasta vaciart los pulmone.
Sabored esta sensacién con cada bocanada de aire. Disfrutala
Porque cuando te levantes con ta nari sangrant as radilas ras
ppadas y ta adrenatina todavia hirviendo en las vena, el recuerdo de
toda esa felicidad fe va a ayudar un poco.
‘Seas mujer w hombre, por favor, nunca comets este erro. James
corras con un desconocido
LINEAS COLOR ROSA
Qué desastre, me gasté la mitad de la plata
que tenia
Un antipirético, un analgésico, una caji-
ta de apésitos, dos vendas, un antiséptico y
después esta cosa que te mia fijo: un test de
embarazo.
—Podriamos no haber comprado el resto
de las cosas... si nos hubiéramos animado,
La que habla asi es Allegra. Un nombre
que es una realidad: no existe una perso-
nna con mejor actitud frente al mundo. éSe le
derrumba la casa sobre la cabeza? Se encoge
de hombros, se rie y piensa: vamos a cons-
truir una més linda. Claro, diciendo esto doyAnnalisa Strada
por sentado que “alegre” y “optimista’ son sindnimos. Asi
estén las cosas dentro de mi cabeza.
Igual, Allegra es mi mejor amiga, y estoy feliz de tenerla
al lado mio en este momento de porqueria. La miro con
cara de susto y le hago una pregunta que, si pensara con
claridad, me pareceria de las mds estipidas de la tarde:
—éSe habré dado cuenta de que lo tinico que nos inte-
resaba en serio era esto?
A Alllegra le causa gracia y se rie a carcajadas (en
demostracién de lo que dije antes), No es que ella pierda
de vista la situaci6n; al contrario, me golpea enseguida
con la punteria infalible de su cinismo:
=No sé qué habré pensado de nosotras el farmacéu-
tico: lo tinico que le interesaba a él era la cuenta que
se alargaba, -¥ después, con su encantadora bestialicad,
apunta al meollo de la cuestién—: Bueno, (ya estas lista
para hacer pis?
Con solo pensar en hacer pis encima de ese palito
rosa y blanco, me quedo sin aliento. El mismo efecto
que una patada en el pecho. Y es0 que yo sé aguan-
tar. Soy deportista. Para tener el mejor tiempo provincial
¢n los 1.500 metros hay que ser capaz de soportar sin
darse por vencido, Para ir al gimnasio todo el invierno a
practicar kick boxing hay que ser capaz de recibir golpes
aparte de darlos
Pero no hay nada que hacer: la sola idea de que un par
de células se hayan unido dentro de mi titero decidicas a
multiplicarse basta para cortarme la respiracién, apuiia~
Jarme por la espalda y dejarme fuera de combate. Todo en
un par de segundos.
16
Una delgada tinea rosa
Hasta me largaria a llorar, pero écémo hago para llo-
rar si Allegra me mira fijo a la cara, su perro ladra detrds
de la puerta del baito y sé que dentro de una hora sus
padres y su hermanito vuelven de la playa? Su voz y mi
cerebro me lo ordenan: “iLlené la vejiga! Vacié la vejiga!
Hago un esfuerzo
~Pasame el agua otta vez y, por favor, idecile a tu
perro que se calle!
Allegra se levanta del bidet, me pasa la botella de agua
que est sobre el estante del espejo y abre la puerta del
bafio para gritar:
—iBasta, Geyser!
El gran terranova atilla y trata de empujar la puerta
con el hocics, pero Allegra lo mantiene afuera apoyn-
dole la rodilla contra la nariz, Geyser la mira con ternura,
pero, viendo que ella no cede, se bate en retirada con la
cola entre las patas. La enorme masa de pelos se aleja en
direccién a la terraza, Por mas que estoy como pegada al
borde de la bafiadera, alcanzo a adivinar el mar que res-
plandece bajo el sol de la tarde
Tomo del pico de la botella y la vacio, mientras Allegra
ime atormenta
AY, Perla, ests lista?
—Dame un vaso —le digo, con el tono del condenado
que pide un tiltimo deseo.
—éQuerés mas agua? éPero qué tenés en la panza?
Una cisterna?
La miro mal, porque los nervios empiezan a tomar la
delantera ahora que el momento de la verdad se acerca
—Quiero hacer pis.
"7Annalisa Strada
En medio de una complicacién como esta ni siquie~
ra Allegra encuentra un pretexto para reirse, Es mds, se
indigna:
No me digas que querés hacer pis en un vaso de la
cocina.
—WYa viste esto? —digo, y mientras hablo, con la voz
dos tonos més arriba de lo necesario, empufo el palito
y se lo agito delante de la nariz~. Estoy inquieta y no
estoy segura de poder apuntar bien para ponerlo bajo el
chorro, No sé si me explico... ya perdi la cabeza y no
puedo parar. Con la voz més chillona todavia, insisto
&Y querés saber més? Tampoco estoy segura de poder
hacer suficiente pis, asf que prefiero usar el vaso y des-
pués meter el palito adentro. éTe queda claro?
Como siempre que me vuelvo loca, Allegra trata de
ponerse en el papel de la racional
—iTranquila, tranquila! Me parece que te estresaste
porque no entendiste bien las instrucciones.
Extiendo las dos manos para que no siga hablando,
Leer las instrucciones del test fue una de las experiencias
més frustrantes de mi vida. A pesar de que pasé el cuarto
afto de la secundaria con notas excelentes, cuanto mas
lefa menos entendia, Empecé a perder confianza en mi
inteligencia. Creo que hace falta un titulo en medicina
Y uno en ingenieria para entender esas instrucciones. Al
final, Allegra las ley6 y después me las explicé mostrén-
dome las ilustraciones. Para mi que tengo las hormonas
alteradas y no me dejan pensar bien. Pero no puedo estar
embarazada. iEmbarazada, no! Mejor dicho, “encinta’,
para usar esa palabra horrible que aparece en el folleto
18
Una deigada linea rosa
ilustrativo. Igualmente, estoy por aclarar este punto. Entre
la verdad y yo hay solo un pis de distancia
—tNo tendrds uno de plistico? “le pregunto concilia~
dora, deseando todavia un vaso,
—Hubiésemos comprado... —suspira Allegra~ Pero ten~