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EL CANTAR DE MÍO CID

El poema narra las hazañas del caballero castellano Rodrigo Díaz de Vivar, llamado Campeador.
Personaje histórico español nacido en 1043, que participó con honor en las luchas contra los
moros invasores en la Península Ibérica.
Con el cargo de gobernador de Valencia tras la demostración de su extrema lealtad, Rodrigo llegó
a tener tanto poder que no necesitaba permiso del rey para gobernar.
Canto del destierro: Acusado falsamente de haberse quedado parte de los tributos pagados a la
corona por el rey moro de Sevilla, el rey destierra de Castilla al Cid, dejando a su mujer e hijas
para atrás. Pero a pesar de la decisión del rey el Cid decide seguir su lealtad hacia este y seguir
luchando contra los infieles en las afueras.

Cantar en la boda: Después de un tiempo el Cid conquista Valencia demostrando una vez más su
lealtad al rey, que le perdona y le devuelve su patrón. La reconciliación del monarca y el héroe se
produce en una solemne reunión de la corte junto al río Tajo. El rey le pide que entregue la mano
de sus hijas a los infantes de Carrión; aunque el Cid sospechaba de algo, permitió el matrimonio.

La afrenta del robledal de Corpes: Cierto día los yernos del Cid deciden abandonar Valencia con
la excusa de mostrarles a las hijas del Cid sus propiedades en Carrión y un plan de dejarlas
abandonadas por el camino. Además de rescatar a sus hijas, el Cid acude a la corte en contra de
los infantes y consigue que el rey saque a estos de la convivencia real. Mientras tanto, llegan a la
corte los embajadores de los príncipes de Navarra y de Aragón para pedir la mano de las hijas del
Cid, garantizando así el parentesco con los reyes de España.

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