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MISTERIO
MISTERIO

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APOCALIPSIS
(CORRER EL VELO)

Por el pastor Fabián Coronado Sifuentes


Cuando el Apocalipsis de Juan salió a la luz publica a finales de de la ultima
década del primer siglo y su raro contenido comenzó a suscitar toda clase de reacciones
entre los ministros de aquel tiempo, ¿Quién hubiera pensado entonces que este
misterioso escrito, objeto de discusiones teológicas, 19 siglos después seria aceptado
casi por humanidad y que hasta llegaría a ser sinónimo de guerras, catástrofes, plagas,
violencia y perversión en las generaciones del siglo veinte?. Sus narraciones proféticas
y simbólicas precisamente de eso hablan. Por lo tanto cada vez que algo sucede en el
mundo de severas consecuencias en estos tiempos modernos, el Apocalipsis ahí esta
presente.

Razón por la cual este libro a servido de banco a las malas interpretaciones,
criticas, desprecio y aún hasta burlas. Una de ellas por ejemplo; Un hombre llego a
decir: “Yo creo que Juan, esa noche ceno mucho y con tanto chile picante, que se
acostó con la barriga llena, tuvo horribles pesadillas y eso fue lo que él escribió como el
Apocalipsis”.

El libro en si es raro, extraño, único en la Biblia por su naturaleza (el jeroglífico


cristiano para sé descifrado en los últimos días), y con mucho parecido a los libros de
Ezequiel, Daniel y Zacarías, los cuales pertenecen al orden de los escritos proféticos por
su alto contenido de símbolos, pero que comparados con el Apocalipsis se quedan muy
atrás.
Pero, regresemos ala historia de la iglesia primitiva para entrar en detalles sobre el
cuestionado libro, el cual al ser mal entendido causó desde aquellos tiempos que
muchos cristianos, entre ellos ministros prominentes, dudaran de su autenticidad.
Las informaciones que nos han transmitido Eusebio entorno a este misterioso libro
son como sigue: primeramente -- dice él -- citamos a Ireneo quien hablando en su quinto
libro sobre él numera de la marca de la bestia dice: “Puesto que esto es así y que este
número esta presente en todas las copias buenas y antiguas, que dan testimonio de ello a
los que personalmente vieron a Juan y que el sentido común enseña que el número de la
bestia se revela por el calculo de los griegos según letras que lo componen … pues no
hace que fue vista (la Revelación), casi en nuestra generación, al final del gobierno de
Domiciano”
A continuación citamos a Justino año 135-160. Dice: “entre nosotros también, un
hombre llamado Juan, uno de los apóstoles de Cristo, en la Revelación que fue la
concedida; a predicho, que los que han creído a nuestro Cristo residirán mil años en
Jerusalén y que después de esto tendrá lugar la Resurrección General y la existencia
eterna de todos los Justos.
“Luego Eusebio dice: “Si volvemos al Asia menor donde ha sido compuesto (es
decir, donde se escribió el libro, EDITOR), lo encontramos muy estimado por los
montanistas. Tertuliano cita frecuentemente el Apocalipsis como obra del apóstol Juan.
Esta opinión reina igualmente a la iglesia de Roma, como lo atestiguan el CANON DE
MURATORY y el obispo Hipólito, martirizado en el año de251, en sus numerosos
escritos”.

Empero el mismo Eusebio también cita a los que mantenían opiniones opuestas
referentes al Apocalipsis.
Al primero que ponemos en la lista es a Dionisio, martirizado en el año de 270,
bajo el gobierno del emperador Decio.
Dice: “Así pues, algunos antecesores nuestros rechazaron y desacreditaron
totalmente el libro, escudriñando cada capitulo y afirmando que era ininteligible e
ilógico y el titulo falso. Dicen pues que no es Juan y que tampoco es una Revelación,
por estar completamente velado por el espeso manto de la ignorancia. Pero yo –añade
Dionisio—no osaba rechazar el libro, porque muchos hermanos lo consideraban de gran
importancia. Pero puesto que el pensamiento que encierra es superior a mi
entendimiento, supongo que cada porción esta encubierta de alguna manera y es
bastante admirable”.

Después de estas palabras, Dionisio enumera una serie irregularidades, que según
él son notables entre el Apocalipsis y las epístolas de Juan, como también en el
evangelio del mismo nombre, lo que lo hace suponer que no fue la misma mano la que
escribió los mencionados libros.
Dionisio es muy directo cuando dice que Juan “Se ensalza así mismo” por el
hecho que dice: “Yo Juan, soy el que vio y oyó estas cosas”, declaración que el apóstol
no hace en epístolas ni en el evangelio que el escribió. Así que no solamente el libro del
Apocalipsis estaba sujeto a discusión en aquel tiempo, sino que también el escritor
mismo.
San Papías, cuyos cinco libros aparecen en los escritos de Ireneo y que nos a
legado Eusebio: menciona a dos Juanes; Al primero lo llama “Juan “al segundo lo llama
“El Anciano Juan”. A esto, Eusebio añade la existencia de dos tumbas en Efeso que
llevan el nombre de Juan. Luego el historiador dice: “Porque seguramente el segundo,
(El Anciano Juan), sino se acepta al primero, fue quien vio la Revelación que lleva el
nombre de Juan”.
Finalmente el historiador eclesiástico a quien a menudo citamos; en el tomo I,
libro tercero y capitulo 25, da una lista de los escritos (hasta ese tiempo) aprobados y los
no aprobados.
La lista Eusebio la da como sigue: “Primero se ha de situar la santa tétrada de los
evangelios, seguidos por los hechos de los Apóstoles. A continuación hay que disponer
de las epístolas de Pablo, después se ha de decretar como cierta la primera Epístola de
Juan, así como la de Pedro. Luego, si se desea, el Apocalipsis de Juan”.
Luego cuando él enumera los libros descartados ya como no inspirados
divinamente dice: “Hay que considerar como espurios los siguientes: Los Hechos de
Pablo, el llamado Libro Pastor, el Apocalipsis de Pedro, la que dicen que s epístola de
Bernabé, el escrito llamado enseñanza de los apóstoles y como dije, si se desea, el
Apocalipsis de Juan. Este escrito es rechazo por algunos y considerado entre los
reconocidos por otros”.
Nótese como Eusebio en ambas listas lo deja al criterio del creyente, tanto para
aceptarlo como para rechazarlo.
Empero para avanzar en el desenlace de este misterio, tenemos que regresar al
origen de los hechos. Me refiero al tiempo cuando nuestro señor Jesús andaba sobre la
tierra ejerciendo su misterio acompañado de sus discípulos, como ya sabemos, Juan era
él mas joven de los apóstoles. Probablemente cuando el Señor lo llamo, tenía 22 años
de edad. Aún así, no le fue obstáculo para formar parte del círculo de intimidad
ministerial con que contaba Jesús. “Pedro, Jacobo y Juan; Pedro, Jacobo y Juan” son
las expresiones que encontramos muy a menudo en los evangelios.
Un día estando El Señor Jesús con sus Discípulos, les dice:

De cierto os digo que hay algunos


De los que están aquí, que no
Gustaran la muerte, hasta que
Hayan visto al hijo del hombre
Viniendo en su Reino. (Mat. 16; 28.)

Al decir Jesús “hay algunos”, dio a entender claramente que no todos verían tal
acontecimiento.

Seis días después, Jesús tomó a Pedro,


A Jacobo y a Juan su hermano,
Y los llevo aparte a un monte alto;
Y se transfiguro delante de ellos,
Y resplandeció su rostro como el sol,
Y sus vestidos se hicieron blancos como
La luz. Y he aquí les aparecieron
Moisès y Elías, hablando con el.
Entonces Pedro dijo a Jesús:
Señor, bueno es para nosotros que
Estemos aquí; si quieres hagamos
Aquí tres enramadas: una para ti,
Otra para moisés, y otra para Elías.
Mientras él aún hablaba,
Una nube de luz los cubrió;
Y he aquí una voz desde la nube,
Que decía: Este es mi Hijo amado,
En quien tengo complacencia;
A el oíd. Al oír esto los discípulos,
Se postraron sobre sus rostros,
Y tuvieron gran temor.
Entonces Jesús se acercó
Y los tocó y dijo: levantaos,
Y no temáis. Y alzando ellos los ojos,
A nadie vieron sino a Jesús solo.

No existe ningún otro pasaje en los evangelios, que nos muestre, una vista
anticipada de la segunda venida de Cristo, como el pasaje anterior, conocido
comúnmente entre el protestantismo como: “El Monte de la Transfiguración”.

Branham dice lo siguiente, con relación al pasaje citado: “Los tres apóstoles
vieron eso: el orden de su segunda Venida. Ellos lo vieron transfigurado allí en el
monte. Su vestido era resplandeciente, blanco y su rostro brillaba como el sol en su
cenit. Y cuando El apareció, allí estaba moisés y Elías, uno a cada lado.
Así es exactamente como El vendrá. En verdad Elías vendrá primero y convertirá
los corazones de los hijos (La Iglesia Novia) ala doctrina de los padres apostólicos.
(Siete Edades de la Iglesia pág. 59)
Aunque no se sabe de lo que Jesús, Elías y moisés trataron, pero la escena en si es
profética, porque en esto El Señor mostró como sería su segunda venida.

Branham hablando en otro sermón dice: “En este lugar (El Monte de la
Transfiguración), los Discípulos vieron su venida. Lo primero que vieron fue a moisés,
que representó a los santos muertos que serían resucitados, los cuales pertenecen alas
edades de l iglesia en que cada uno de ellos vivió y durmió. Allí estaba también Elías, el
mensajero del día final, con su grupo, transfigurado y raptado”. Sermón: Apoc. Cap. 4
parte 1.
Branham, además de esto, en muchos de sus sermones mencionó el doble
propósito que hay en el misterio de estos profetas; Elías y Moisés.
El primer propósito, es el que acabamos de citar y que se relacionan con la iglesia
Gentil. El segundo propósito se relaciona con Israel y en especial con los 14000
señalados. La comisión para tan importante empresa la encontramos en: Apoc. 11:3-12.

Pero volviendo a Mateo 17:1-8, es importante notar que pedro y Jacobo, aun con
todos los privilegios con que Dios los honro, conociéndoles ver una vista anticipada de
su segunda venida, esta les fue mostrada abreviada. Juan habría de ser quien
contemplaría en detalles este grandioso acontecimiento.
Volviéndose Pedro, vio que le seguía el discípulo a quien amaba Jesús, el mismo
que en la cena se había recostado al lado de él, y le había dicho: Señor, ¿quien es que
te a de entregar?
Cuando Pedro, le vio, dijo a Jesús: Señor, ¿y que de este? Jesús le dijo: Si quiero
que el quede hasta que yo venga, ¿Qué a ti? Sígueme tú.

Este dicho se extendió entonces entre los hermanos, que aquel discípulo no
moriría. Pero Jesús no le dijo que no moriría, sino: Si quiero que el quede hasta que yo
venga, que a ti? (Juan 21: 20 – 23)

Y tales palabras (si quiero que el quede hasta que yo venga) de Jesús se
cumplieron al pie de la letra, pues pasados 60 años, habiendo sido Juan confinado ala
isla de patmos por el gobierno de Domiciano, vio lo dicho por Jesús.

Ya estaba en el espíritu en el día del Señor


Apoc. (1; 10).

En otras palabras, Juan fue llevado desde patmos hasta el tiempo del fin donde vio la
revelación. Branham dice que aunque los discípulos cometieron el error al decir que
Juan no iba a morir físicamente, sino que iba quedar hasta ver la segunda venida del
Señor, Jesús no cometió error alguno. El sencillamente tomó a Juan y lo llevo hasta el
tiempo de fin donde le mostró todo.
No hay duda que Juan entro en una especie de “visión”, y que aunque esta palabra
se encuentra una sola vez en el libro en cuestión, creemos que eso fue. Juan, fue llevado
a través del túnel del tiempo, así como Moisés fue llevado, pero retrospectivamente
donde vio todos los acontecimientos que relata el libro de Génesis.
Juan recibió orden de escribir “Lo que fue, lo que es y lo que será”. Por lo tanto
él comienza con la edad de Efeso que ya para esta fecha (año 93), había pasado parte de
la edad. Siendo que esto es así, no debería de sernos difícil entender que las cartas de
Juan escribió a las iglesias, no eran en absoluto para esas siete congregaciones en el
Asia menor. Mas bien estas iglesias fueron un modelo de lo que serian las siete edades,
pero que las características de cada iglesia local habría de tener una identidad muy
parecida con lo que seria su doble.
Así pues, Juan vio todos lo sucedido desde la edad de Efeso hasta la última que es
Laodicea, estando sobre la tierra, pero en l tiempo del fin. Visto esto, luego en el
capitulo 4, verso 1, una voz le dijo: “Sube acá, y yo te mostrare las cosas que sucederán
después de estas, “ dando con ello a entender que una vez terminadas dichas edades, la
Revelación correspondiente a los capítulos 4 al 2 ya no emanaría de la tierra (Edades),
sino que vendría del cielo.

Vi descender del cielo a otro ángel


Fuerte, envuelto en una nube, con
El arco iris sobre su cabeza; y su
Rostro era como el sol, y sus pies
Como columnas de fuego.
Tenía en su mano un librito abierto;
Y puso su pie derecho sobre el mar
Y el izquierdo sobre la tierra.

(Apoc. 10: 1-2)

Este Ángel fuerte es cristo en el descenso de su segunda venida. Y cuando esta


profecía se cumple, el misterio total Apocalipsis es revelado.
Lo cierto es que Juan escribió el libro en cuestión, entre los años 93-95; empero la
revelación al público no correspondió a aquella época. Con esto entiendase que Juan,
después de cumplida su misión, la unción con que fue investido para tan importante
obra, se aparto de el; de patmos volvió a Efeso donde continuo predicando el evangelio
en la luz asignada a ese tiempo hasta que en el año 99 murió.

De esta forma fue como Juan viajo a través de las edades, vio la consumación del
tiempo, penetro al milenio y aún hasta la eternidad, es decir, hasta que ésta retornó
nuevamente a la Tierra.
La revelación de Jesucristo, que
Dios le dio, para manifestar a sus
Siervos las cosas que deben
Suceder pronto; y la declaró
Enviándola por medio de su ángel
A su siervo Juan.
(Apoc. 1:1)
Aunque nuestro tema no es de su singularidad de Dios, aclaro, con relación al
texto anterior, que los nombres personales de “dios” y “Jesucristo”, son de uno y la
misma persona. Por lo tanto, fueron tres personajes los que intervinieron para que el
libro del Apocalipsis viniera ala existencia o fuera escrito.

1.- “La Revelación de Jesucristo”. No encontramos otra prueba más contundente que
esta, que nos dice; QUIEN ES EL AUTOR DEL LIBRO.

2.- “Y la declaro enviándola por medio de su ángel”. Claramente denota que este
Ángel fue el intermediario o agente para transmitirla revelación.
3.- “A su siervo Juan”, es decir, el escriba.

Como “Los secretos pertenecen a nuestro Dios”, las escenas que aparecían no eran
ni de Ángel ni de Juan. Era Jesús mismo mostrando sus planes futuros los cuales fueron
luego escritos, cerrados y sellados para ser abiertos y revelados hasta el, tiempo del fin.

Así pues, de todos los libros que componen la Biblia y que son sesenta y seis,
ninguno de los demás libros, con excepción de Apocalipsis dice que Jesús sea el Autor.
Aunque de hecho “Toda escritura es inspirada divinamente”, por lo tanto, cada libro de
la Biblia es palabra de Dios. Aún así, cada uno de ellos tiene su autor. Por ejemplo:
Moisés fue el escritor de los cinco libros que forman el Pentateuco. El autor de los
salmos de los salmos fue David; y los libros primero y segundo de los Reyes, se le
atribuyen al profeta Jeremías. Empero el Apocalipsis es el único libro en el que aparece
el sello del autor – Jesús: “L a Revelación de Jesucristo”.
Branham dice que “Juan vio la revelación en la forma de un ensayo” Y para
ejemplificarlo menciona cuando en la década del cincuenta fue filmada la película los
diez mandamientos, escrita por Cecil B. de Mille. Antes de proyectar la cinta ante el
publico, fueron invitados por el autor a muchos predicadores, para que vieran aquella
producción como un ensayo preliminar. (Ref. Sermón: Apoc. Cap. 4 parte 1).

Mas para los que vivimos en este tiempo, esto ya no es el ensayo, sino la cadena
real. Y de hecho, todo ser humano nacido en el siglo XX y aún desde un poco antes,
habría de nacer y desarrollarse con una mente apocalíptica, con tendencia a las
imaginaciones y a las alucinaciones; a ver cosa maravillosas semejantes a las que
producen los hechizos mágicos; con los canales del espíritu que son: imaginación,
memoria, razonamiento, afectos y conciencia, despiertos en gran medida y con una
rapidez mental con tan grande desproporción en comparación con la lentitud imaginaria
que poseían a los hombres de los siglos pasados, como la desproporción existente entre
la velocidad del caballo y la velocidad del transbordados espacial. Esto aunado al
sistema moderno de alimentación, sistema moderno de educación, sistema moderno de
vida conyugal, drogadicción etc. Ha traído como resultado un mundo apocalíptico. Esto
no quiere decir que todos los seres humanos nacidos en este siglo estemos envueltos en
la practica del mal. Sin embargo si estamos acostumbrados a ver THE HORRIBILIS
BARBARIE como el pan de cada día en las calles de todas las ciudades del mundo.
Continuado con nuestra exposición; Juan fue levantado y llevado al futuro donde
se le presento una visión –tele; (Prefijote la voz griega significa: de lejos). Él vio la
revelación de todos los acontecimientos mundiales juntamente con el fin de todas las
cosas lo cual le fue mostrado como en una gran pantalla de televisión.
Pues de la misma manera en que Juan vio al mundo Apocalíptico del futuro, en
una visión lejana, de forma semejante seria proyectado a toda la humanidad. El hombre
mismo con su ciencia lo produjo, lo trajo ala existencia. Por que a imágenes y voces de
hombres de lejanas tierras se les dio la bienvenida en todos los hogares de la tierra por
medio del canal de la ciencia. Proyectaron la violencia, la desnudes, los vicios y toda
clase de perversión a ojos del mundo y el mundo lo vio; aún los niños vieron todo eso y
fue para ellos enseñanza y como instrucción en los caminos de mal.
Satanás inspiró a sus servidores y el príncipe de las tinieblas a sus maestros y
enseñaron a la humanidad a pecar en gran manera pues en casi tres cuartas partes del
siglo el corazón de la humanidad fue cambiado. El hombre dejó de ser lo que había sido
en siglos pasados y entonces los cuadros monstruosos que vio Juan en su revelación
apocalíptica llegaron a ser una realidad. Y la realidad es que el hombre con su ciencia y
su pecado produjo, creó el Apocalipsis e hizo posible que la revelación de San Juan,
vista escrupulosamente en tiempos atrás, fuera tomada en serio y aún sus profecías
como las que corresponden e estos tiempos modernos, pues que a menudo se oye decir:
“Estamos viviendo en tiempos apocalípticos” También cierta enfermedades contagiosas
y mortales que han aparecido en el mundo en estos últimos 20 años han sido llamadas
“Plagas apocalípticas”. En síntesis, los cambios que ha habido en el mundo, en el
ámbito político, científico, social, y moral, también ha cambiado el pensamiento del
hombre con relación al Apocalipsis de Juan.

Siendo que esto es así, ningún ser humano de aquellos tiempos hubiera podido
vivir en este día presente ¿Porqué pues la gente hoy si podemos vivir y hasta contar con
arraigo, consientes de que este mundo ya no es para vivir sino para sufrir?

Porque la humanidad de este siglo ha sido elevada como Juan lo fue; hecha
participe del espíritu de este tiempo. Por lo tanto, cada individuo formamos parte del
escenario que Juan vio; somos la interpretación de las profecías de este tiempo. Y ya sea
que usted acepte esto que voy a decir o no lo acepte, cada persona se mueve ya sea para
bien o mal, por la unción decretada para hoy según lo mostrado a Juan: “El que este
limpio, límpiese más y el que este sucio, ensúciese más”. Por tal motivo, todo esto se
esta desenvolviendo como un gran rollo de película en el cual ya no hay nada que quitar
ni agregar; simplemente las escenas aparecen según la cinta va avanzando.
Pero aún nos queda un punto por aclarar, ¿Quién fue el ángel que le mostró a Juan
las cosas?. Algunos estudiosos de la Biblia que fue un ángel del señor apoyándose en la
declaración que encontramos en el capítulo 22 donde dice: “yo Jesús he enviado mi
ángel”.
Para respaldar tal idea, acuden a ciertos textos bíblicos con semejantes parecido al texto
ya citado. Por ejemplo
Este:

He aquí yo envío a mi ángel delante de ti (éxodo 23:22)… o este otro: y el ángel


de Jehová se le apareció. (Jueces 6:12)

Lo raro de este Ángel que mostró la revelación y que Juan trató de adorar; la
adoración fue rechazada. Y para sorpresa de apóstol, el ángel se identifico como un
humano servidor de Cristo, como creyente, como apóstol y como profeta.

Branham dice al respecto lo siguiente: noten bien: En el tiempo cuando Dios iba
liberar al mundo antes del diluvio, él mandó un águila. Cuando decidió liberar Israel,
también mandó un águila ¿No cree Ud.? ¿Qué cuando Juan estaba en la isla de patmos
éste mensaje era tan perfecto que aún no podía ser confiado a un Ángel? Ahora, un
Ángel es un mensajero.
Pero sabía Ud. ¿Qué aquel mensajero era un profeta? Vamos a probarlo para ver
sino fue un águila. Él era un ángel, un mensajero, pero era un profeta, el cual revelo
Juan completamente este libro de Apocalipsis.
Ahora vemos lo que Juan vio:

Yo Juan soy el que oyó y vio estas cosas.


Y después que las hube oído y visto, me postré
Para adorar a los pies del ángel que
Me mostraba estas cosas.
Pero él me dijo: mira, no lo hagas;
Porque yo soy consiervo tuyo,
De tus hermanos los profetas,
Y de los que guardan las palabras
De este libro. Adora a Dios.

(Apoc. 22:8 – 9)

Cometeríamos un grave error si juzgáramos a Juan de neófito, por tratar de adorar


al que no era Jesús. Juan era apóstol y profeta y tenía un alto discernimiento espiritual
como para dejarse llevar por las apariencias. Lo que sucedió fue que aquel ángel que le
mostraba las cosas a Juan era un profeta. No que Juan halla visto los detalles del rostro
del personaje, su ciudadanía o nacionalidad etc., pero el símbolo de aquel ángel
mensajero rea un profeta y con un ministerio tan tremendo, tanto para revelar la palabra
como hacer toda clase de señales, que Juan pensó que era el señor Jesús; procediendo
luego a adorarlo. No era Jesús, era un hombre mortal, pero con el ministerio del profeta
Elías según estaba prometido en Malaquías 4; 5 y con el ministerio del séptimo Ángel a
la iglesia de Laodicea según Apoc. 10-7.

Aunque esto que estamos firmando pudiera ser tomado como locura, viéndolo
desde el punto de vista superficial, ya que de pronto parecerá inverosímil a algunos que
desconocen el mensaje de Branham; empero así fue como sucedió.

Juan fue llevado en el espíritu hasta el día del señor. El día del Señor se define
como “un espacio de tiempo”. Branham señala a este siglo XX como “El día del
hombre”. Dice él “Este es el día de la obra del hombre, es el día de la escogencia del
hombre, el día de las ideas del hombre y el día de la iglesia del hombre. Todo el hombre
porque es el mundo del hombre”. (Sermón: El Edén de satanás) Entonces “el día del
Señor” es inmediato a la obra del hombre; es decir, que cuando el hombre ha concluido
su obra destructiva aquí en la tierra, es ahí cuando es introducido el día del Señor, o sea,
cuando Dios se revela y abre el libro de la redención (también llamado “Titulo de
propiedad con el cual Él reclama sus derechos) y con cuya revelación trae al hombre y
su obra al juicio.

En conclusión fue transportado hasta “El día del Señor” y el ángel que le mostró
las cosas, al cual vio en forma simbólica, es el mismo que en generación atrás reveló
esto que nosotros anunciamos. Por lo tanto, este testimonio es verdadero. Y digo
verdadero, porque aparte de la palabra y del poder de Dios que vindicó a este ángel
mensajero; tales hechos de que hablamos no sucedieron en algún rincón como para que
sean ignorados, pues aún hay muchos testigos que viven, como también la ciencia sin
saberlo dio testimonio exhibiéndolo por todo el mundo, cosa que fue agradable a los
ojos de Dios.
Y nosotros hemos creído esta revelación. Por lo cual no cesamos de adorar y alabar al
que nos amo y lavo nuestros pecados con su sangre. AMEN

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