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MISTERIO
MISTERIO
AOKAlUPIS
APOCALIPSIS
(CORRER EL VELO)
Razón por la cual este libro a servido de banco a las malas interpretaciones,
criticas, desprecio y aún hasta burlas. Una de ellas por ejemplo; Un hombre llego a
decir: “Yo creo que Juan, esa noche ceno mucho y con tanto chile picante, que se
acostó con la barriga llena, tuvo horribles pesadillas y eso fue lo que él escribió como el
Apocalipsis”.
Empero el mismo Eusebio también cita a los que mantenían opiniones opuestas
referentes al Apocalipsis.
Al primero que ponemos en la lista es a Dionisio, martirizado en el año de 270,
bajo el gobierno del emperador Decio.
Dice: “Así pues, algunos antecesores nuestros rechazaron y desacreditaron
totalmente el libro, escudriñando cada capitulo y afirmando que era ininteligible e
ilógico y el titulo falso. Dicen pues que no es Juan y que tampoco es una Revelación,
por estar completamente velado por el espeso manto de la ignorancia. Pero yo –añade
Dionisio—no osaba rechazar el libro, porque muchos hermanos lo consideraban de gran
importancia. Pero puesto que el pensamiento que encierra es superior a mi
entendimiento, supongo que cada porción esta encubierta de alguna manera y es
bastante admirable”.
Después de estas palabras, Dionisio enumera una serie irregularidades, que según
él son notables entre el Apocalipsis y las epístolas de Juan, como también en el
evangelio del mismo nombre, lo que lo hace suponer que no fue la misma mano la que
escribió los mencionados libros.
Dionisio es muy directo cuando dice que Juan “Se ensalza así mismo” por el
hecho que dice: “Yo Juan, soy el que vio y oyó estas cosas”, declaración que el apóstol
no hace en epístolas ni en el evangelio que el escribió. Así que no solamente el libro del
Apocalipsis estaba sujeto a discusión en aquel tiempo, sino que también el escritor
mismo.
San Papías, cuyos cinco libros aparecen en los escritos de Ireneo y que nos a
legado Eusebio: menciona a dos Juanes; Al primero lo llama “Juan “al segundo lo llama
“El Anciano Juan”. A esto, Eusebio añade la existencia de dos tumbas en Efeso que
llevan el nombre de Juan. Luego el historiador dice: “Porque seguramente el segundo,
(El Anciano Juan), sino se acepta al primero, fue quien vio la Revelación que lleva el
nombre de Juan”.
Finalmente el historiador eclesiástico a quien a menudo citamos; en el tomo I,
libro tercero y capitulo 25, da una lista de los escritos (hasta ese tiempo) aprobados y los
no aprobados.
La lista Eusebio la da como sigue: “Primero se ha de situar la santa tétrada de los
evangelios, seguidos por los hechos de los Apóstoles. A continuación hay que disponer
de las epístolas de Pablo, después se ha de decretar como cierta la primera Epístola de
Juan, así como la de Pedro. Luego, si se desea, el Apocalipsis de Juan”.
Luego cuando él enumera los libros descartados ya como no inspirados
divinamente dice: “Hay que considerar como espurios los siguientes: Los Hechos de
Pablo, el llamado Libro Pastor, el Apocalipsis de Pedro, la que dicen que s epístola de
Bernabé, el escrito llamado enseñanza de los apóstoles y como dije, si se desea, el
Apocalipsis de Juan. Este escrito es rechazo por algunos y considerado entre los
reconocidos por otros”.
Nótese como Eusebio en ambas listas lo deja al criterio del creyente, tanto para
aceptarlo como para rechazarlo.
Empero para avanzar en el desenlace de este misterio, tenemos que regresar al
origen de los hechos. Me refiero al tiempo cuando nuestro señor Jesús andaba sobre la
tierra ejerciendo su misterio acompañado de sus discípulos, como ya sabemos, Juan era
él mas joven de los apóstoles. Probablemente cuando el Señor lo llamo, tenía 22 años
de edad. Aún así, no le fue obstáculo para formar parte del círculo de intimidad
ministerial con que contaba Jesús. “Pedro, Jacobo y Juan; Pedro, Jacobo y Juan” son
las expresiones que encontramos muy a menudo en los evangelios.
Un día estando El Señor Jesús con sus Discípulos, les dice:
Al decir Jesús “hay algunos”, dio a entender claramente que no todos verían tal
acontecimiento.
No existe ningún otro pasaje en los evangelios, que nos muestre, una vista
anticipada de la segunda venida de Cristo, como el pasaje anterior, conocido
comúnmente entre el protestantismo como: “El Monte de la Transfiguración”.
Branham dice lo siguiente, con relación al pasaje citado: “Los tres apóstoles
vieron eso: el orden de su segunda Venida. Ellos lo vieron transfigurado allí en el
monte. Su vestido era resplandeciente, blanco y su rostro brillaba como el sol en su
cenit. Y cuando El apareció, allí estaba moisés y Elías, uno a cada lado.
Así es exactamente como El vendrá. En verdad Elías vendrá primero y convertirá
los corazones de los hijos (La Iglesia Novia) ala doctrina de los padres apostólicos.
(Siete Edades de la Iglesia pág. 59)
Aunque no se sabe de lo que Jesús, Elías y moisés trataron, pero la escena en si es
profética, porque en esto El Señor mostró como sería su segunda venida.
Branham hablando en otro sermón dice: “En este lugar (El Monte de la
Transfiguración), los Discípulos vieron su venida. Lo primero que vieron fue a moisés,
que representó a los santos muertos que serían resucitados, los cuales pertenecen alas
edades de l iglesia en que cada uno de ellos vivió y durmió. Allí estaba también Elías, el
mensajero del día final, con su grupo, transfigurado y raptado”. Sermón: Apoc. Cap. 4
parte 1.
Branham, además de esto, en muchos de sus sermones mencionó el doble
propósito que hay en el misterio de estos profetas; Elías y Moisés.
El primer propósito, es el que acabamos de citar y que se relacionan con la iglesia
Gentil. El segundo propósito se relaciona con Israel y en especial con los 14000
señalados. La comisión para tan importante empresa la encontramos en: Apoc. 11:3-12.
Pero volviendo a Mateo 17:1-8, es importante notar que pedro y Jacobo, aun con
todos los privilegios con que Dios los honro, conociéndoles ver una vista anticipada de
su segunda venida, esta les fue mostrada abreviada. Juan habría de ser quien
contemplaría en detalles este grandioso acontecimiento.
Volviéndose Pedro, vio que le seguía el discípulo a quien amaba Jesús, el mismo
que en la cena se había recostado al lado de él, y le había dicho: Señor, ¿quien es que
te a de entregar?
Cuando Pedro, le vio, dijo a Jesús: Señor, ¿y que de este? Jesús le dijo: Si quiero
que el quede hasta que yo venga, ¿Qué a ti? Sígueme tú.
Este dicho se extendió entonces entre los hermanos, que aquel discípulo no
moriría. Pero Jesús no le dijo que no moriría, sino: Si quiero que el quede hasta que yo
venga, que a ti? (Juan 21: 20 – 23)
Y tales palabras (si quiero que el quede hasta que yo venga) de Jesús se
cumplieron al pie de la letra, pues pasados 60 años, habiendo sido Juan confinado ala
isla de patmos por el gobierno de Domiciano, vio lo dicho por Jesús.
En otras palabras, Juan fue llevado desde patmos hasta el tiempo del fin donde vio la
revelación. Branham dice que aunque los discípulos cometieron el error al decir que
Juan no iba a morir físicamente, sino que iba quedar hasta ver la segunda venida del
Señor, Jesús no cometió error alguno. El sencillamente tomó a Juan y lo llevo hasta el
tiempo de fin donde le mostró todo.
No hay duda que Juan entro en una especie de “visión”, y que aunque esta palabra
se encuentra una sola vez en el libro en cuestión, creemos que eso fue. Juan, fue llevado
a través del túnel del tiempo, así como Moisés fue llevado, pero retrospectivamente
donde vio todos los acontecimientos que relata el libro de Génesis.
Juan recibió orden de escribir “Lo que fue, lo que es y lo que será”. Por lo tanto
él comienza con la edad de Efeso que ya para esta fecha (año 93), había pasado parte de
la edad. Siendo que esto es así, no debería de sernos difícil entender que las cartas de
Juan escribió a las iglesias, no eran en absoluto para esas siete congregaciones en el
Asia menor. Mas bien estas iglesias fueron un modelo de lo que serian las siete edades,
pero que las características de cada iglesia local habría de tener una identidad muy
parecida con lo que seria su doble.
Así pues, Juan vio todos lo sucedido desde la edad de Efeso hasta la última que es
Laodicea, estando sobre la tierra, pero en l tiempo del fin. Visto esto, luego en el
capitulo 4, verso 1, una voz le dijo: “Sube acá, y yo te mostrare las cosas que sucederán
después de estas, “ dando con ello a entender que una vez terminadas dichas edades, la
Revelación correspondiente a los capítulos 4 al 2 ya no emanaría de la tierra (Edades),
sino que vendría del cielo.
De esta forma fue como Juan viajo a través de las edades, vio la consumación del
tiempo, penetro al milenio y aún hasta la eternidad, es decir, hasta que ésta retornó
nuevamente a la Tierra.
La revelación de Jesucristo, que
Dios le dio, para manifestar a sus
Siervos las cosas que deben
Suceder pronto; y la declaró
Enviándola por medio de su ángel
A su siervo Juan.
(Apoc. 1:1)
Aunque nuestro tema no es de su singularidad de Dios, aclaro, con relación al
texto anterior, que los nombres personales de “dios” y “Jesucristo”, son de uno y la
misma persona. Por lo tanto, fueron tres personajes los que intervinieron para que el
libro del Apocalipsis viniera ala existencia o fuera escrito.
1.- “La Revelación de Jesucristo”. No encontramos otra prueba más contundente que
esta, que nos dice; QUIEN ES EL AUTOR DEL LIBRO.
2.- “Y la declaro enviándola por medio de su ángel”. Claramente denota que este
Ángel fue el intermediario o agente para transmitirla revelación.
3.- “A su siervo Juan”, es decir, el escriba.
Como “Los secretos pertenecen a nuestro Dios”, las escenas que aparecían no eran
ni de Ángel ni de Juan. Era Jesús mismo mostrando sus planes futuros los cuales fueron
luego escritos, cerrados y sellados para ser abiertos y revelados hasta el, tiempo del fin.
Así pues, de todos los libros que componen la Biblia y que son sesenta y seis,
ninguno de los demás libros, con excepción de Apocalipsis dice que Jesús sea el Autor.
Aunque de hecho “Toda escritura es inspirada divinamente”, por lo tanto, cada libro de
la Biblia es palabra de Dios. Aún así, cada uno de ellos tiene su autor. Por ejemplo:
Moisés fue el escritor de los cinco libros que forman el Pentateuco. El autor de los
salmos de los salmos fue David; y los libros primero y segundo de los Reyes, se le
atribuyen al profeta Jeremías. Empero el Apocalipsis es el único libro en el que aparece
el sello del autor – Jesús: “L a Revelación de Jesucristo”.
Branham dice que “Juan vio la revelación en la forma de un ensayo” Y para
ejemplificarlo menciona cuando en la década del cincuenta fue filmada la película los
diez mandamientos, escrita por Cecil B. de Mille. Antes de proyectar la cinta ante el
publico, fueron invitados por el autor a muchos predicadores, para que vieran aquella
producción como un ensayo preliminar. (Ref. Sermón: Apoc. Cap. 4 parte 1).
Mas para los que vivimos en este tiempo, esto ya no es el ensayo, sino la cadena
real. Y de hecho, todo ser humano nacido en el siglo XX y aún desde un poco antes,
habría de nacer y desarrollarse con una mente apocalíptica, con tendencia a las
imaginaciones y a las alucinaciones; a ver cosa maravillosas semejantes a las que
producen los hechizos mágicos; con los canales del espíritu que son: imaginación,
memoria, razonamiento, afectos y conciencia, despiertos en gran medida y con una
rapidez mental con tan grande desproporción en comparación con la lentitud imaginaria
que poseían a los hombres de los siglos pasados, como la desproporción existente entre
la velocidad del caballo y la velocidad del transbordados espacial. Esto aunado al
sistema moderno de alimentación, sistema moderno de educación, sistema moderno de
vida conyugal, drogadicción etc. Ha traído como resultado un mundo apocalíptico. Esto
no quiere decir que todos los seres humanos nacidos en este siglo estemos envueltos en
la practica del mal. Sin embargo si estamos acostumbrados a ver THE HORRIBILIS
BARBARIE como el pan de cada día en las calles de todas las ciudades del mundo.
Continuado con nuestra exposición; Juan fue levantado y llevado al futuro donde
se le presento una visión –tele; (Prefijote la voz griega significa: de lejos). Él vio la
revelación de todos los acontecimientos mundiales juntamente con el fin de todas las
cosas lo cual le fue mostrado como en una gran pantalla de televisión.
Pues de la misma manera en que Juan vio al mundo Apocalíptico del futuro, en
una visión lejana, de forma semejante seria proyectado a toda la humanidad. El hombre
mismo con su ciencia lo produjo, lo trajo ala existencia. Por que a imágenes y voces de
hombres de lejanas tierras se les dio la bienvenida en todos los hogares de la tierra por
medio del canal de la ciencia. Proyectaron la violencia, la desnudes, los vicios y toda
clase de perversión a ojos del mundo y el mundo lo vio; aún los niños vieron todo eso y
fue para ellos enseñanza y como instrucción en los caminos de mal.
Satanás inspiró a sus servidores y el príncipe de las tinieblas a sus maestros y
enseñaron a la humanidad a pecar en gran manera pues en casi tres cuartas partes del
siglo el corazón de la humanidad fue cambiado. El hombre dejó de ser lo que había sido
en siglos pasados y entonces los cuadros monstruosos que vio Juan en su revelación
apocalíptica llegaron a ser una realidad. Y la realidad es que el hombre con su ciencia y
su pecado produjo, creó el Apocalipsis e hizo posible que la revelación de San Juan,
vista escrupulosamente en tiempos atrás, fuera tomada en serio y aún sus profecías
como las que corresponden e estos tiempos modernos, pues que a menudo se oye decir:
“Estamos viviendo en tiempos apocalípticos” También cierta enfermedades contagiosas
y mortales que han aparecido en el mundo en estos últimos 20 años han sido llamadas
“Plagas apocalípticas”. En síntesis, los cambios que ha habido en el mundo, en el
ámbito político, científico, social, y moral, también ha cambiado el pensamiento del
hombre con relación al Apocalipsis de Juan.
Siendo que esto es así, ningún ser humano de aquellos tiempos hubiera podido
vivir en este día presente ¿Porqué pues la gente hoy si podemos vivir y hasta contar con
arraigo, consientes de que este mundo ya no es para vivir sino para sufrir?
Porque la humanidad de este siglo ha sido elevada como Juan lo fue; hecha
participe del espíritu de este tiempo. Por lo tanto, cada individuo formamos parte del
escenario que Juan vio; somos la interpretación de las profecías de este tiempo. Y ya sea
que usted acepte esto que voy a decir o no lo acepte, cada persona se mueve ya sea para
bien o mal, por la unción decretada para hoy según lo mostrado a Juan: “El que este
limpio, límpiese más y el que este sucio, ensúciese más”. Por tal motivo, todo esto se
esta desenvolviendo como un gran rollo de película en el cual ya no hay nada que quitar
ni agregar; simplemente las escenas aparecen según la cinta va avanzando.
Pero aún nos queda un punto por aclarar, ¿Quién fue el ángel que le mostró a Juan
las cosas?. Algunos estudiosos de la Biblia que fue un ángel del señor apoyándose en la
declaración que encontramos en el capítulo 22 donde dice: “yo Jesús he enviado mi
ángel”.
Para respaldar tal idea, acuden a ciertos textos bíblicos con semejantes parecido al texto
ya citado. Por ejemplo
Este:
Lo raro de este Ángel que mostró la revelación y que Juan trató de adorar; la
adoración fue rechazada. Y para sorpresa de apóstol, el ángel se identifico como un
humano servidor de Cristo, como creyente, como apóstol y como profeta.
Branham dice al respecto lo siguiente: noten bien: En el tiempo cuando Dios iba
liberar al mundo antes del diluvio, él mandó un águila. Cuando decidió liberar Israel,
también mandó un águila ¿No cree Ud.? ¿Qué cuando Juan estaba en la isla de patmos
éste mensaje era tan perfecto que aún no podía ser confiado a un Ángel? Ahora, un
Ángel es un mensajero.
Pero sabía Ud. ¿Qué aquel mensajero era un profeta? Vamos a probarlo para ver
sino fue un águila. Él era un ángel, un mensajero, pero era un profeta, el cual revelo
Juan completamente este libro de Apocalipsis.
Ahora vemos lo que Juan vio:
(Apoc. 22:8 – 9)
Aunque esto que estamos firmando pudiera ser tomado como locura, viéndolo
desde el punto de vista superficial, ya que de pronto parecerá inverosímil a algunos que
desconocen el mensaje de Branham; empero así fue como sucedió.
Juan fue llevado en el espíritu hasta el día del señor. El día del Señor se define
como “un espacio de tiempo”. Branham señala a este siglo XX como “El día del
hombre”. Dice él “Este es el día de la obra del hombre, es el día de la escogencia del
hombre, el día de las ideas del hombre y el día de la iglesia del hombre. Todo el hombre
porque es el mundo del hombre”. (Sermón: El Edén de satanás) Entonces “el día del
Señor” es inmediato a la obra del hombre; es decir, que cuando el hombre ha concluido
su obra destructiva aquí en la tierra, es ahí cuando es introducido el día del Señor, o sea,
cuando Dios se revela y abre el libro de la redención (también llamado “Titulo de
propiedad con el cual Él reclama sus derechos) y con cuya revelación trae al hombre y
su obra al juicio.
En conclusión fue transportado hasta “El día del Señor” y el ángel que le mostró
las cosas, al cual vio en forma simbólica, es el mismo que en generación atrás reveló
esto que nosotros anunciamos. Por lo tanto, este testimonio es verdadero. Y digo
verdadero, porque aparte de la palabra y del poder de Dios que vindicó a este ángel
mensajero; tales hechos de que hablamos no sucedieron en algún rincón como para que
sean ignorados, pues aún hay muchos testigos que viven, como también la ciencia sin
saberlo dio testimonio exhibiéndolo por todo el mundo, cosa que fue agradable a los
ojos de Dios.
Y nosotros hemos creído esta revelación. Por lo cual no cesamos de adorar y alabar al
que nos amo y lavo nuestros pecados con su sangre. AMEN