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UNIVERSIDAD VIZCAYA DE LAS AMERICAS

CAMPUS CHETUMAL

LICENCIATURA EN DERECHO

ALUMNA: Karime Alejandra Mata Santos

DOCENTE: Gabriela Del Rocio Villanueva Sanchez

MODALIDAD: Escolarizado

GRADO: 5to cuatrimestre, GRUPO: “A”

DERECHO MERCANTIL
CERTIFICADO DE DEPOSITO Y EL BONO DE PRENDA

El documento que aquí se examina tiene, en realidad, varias funcio- nes, por lo
que válidamente puede afirmarse que se está en presencia de un título con
singulares características, pues no sólo sirve para atribuir a su legíti- mo titular
la propiedad de la mercancía depositada, sino también para enaje- narla, pero
en ambos casos es requisito indispensable el depósito de la misma en un
almacén autorizado para actuar habitual, profesional y comercialmente como
depositario de mercancía, así como para expedir el referido título de crédito,
acompañado o no de un bono de prenda.
Se trata, evidentemente, de una redacción legal impropia, que no puede enten-
derse literalmente, ya que en realidad el precepto debió hacer referencia al de-
recho de disponer de las mercaderías, pues de ese modo quedaría reflejada la
verdadera situación del tenedor, quien realmente sólo podrá enajenar válida y
cabalmente la mercadería mediante endoso y entrega, ciertamente, del certi-
ficado de depósito, pero igualmente deberá proveer al endosatario de la docu-
mentación que en realidad acredite el carácter de propietario de la mercadería.
De esta suerte, el certificado de que se trata atribuye, a su tenedor, el derecho a
la plena disponibilidad de la mercancía, y tal es su verdadero carácter.
Antes se dijo que estos certificados de depósito ofrecen la particularidad de que
sólo pueden ser emitidos por los almacenes de que se trata, y otro tanto ocurre
con los bonos de prenda en cuanto títulos accesorios de aquéllos:
“ Las constancias, recibos o certificados que otras personas o instituciones expi-
dan para acreditar el depósito de bienes o mercancías, no producirán efectos
como títulos de crédito” (art. 229).
Las mercancías o bienes pueden depositarse con especificación individual, pero
también ser designados genéricamente. En el primer caso, los almacenes sólo
pueden expedir un bono de prenda en relación con cada certificado, mientras
que en el segundo pueden expedir, a solicitud del depositante, varios bonos de
prenda La emisión de un solo bono impone la necesidad de que vaya adherido
al certificado correspondiente (art. 230).
Ahora bien, estos organismos auxiliares del crédito pueden ser de tres clases:
• Los destinados a recibir en depósito bienes o mercancías de cualquier clase,
salvo que se trate de depósitos fiscales y otorgamiento de financiamientos;
• Los que tengan facultades para recibir mercancías destinadas al régimen de
depósito fiscal;
• Los que, además de estar facultados en la forma antes expuesta, otorguen
financiamientos que se ajusten a la LGOAAC, según dispone el art. 12 de esta
última.
Sin duda la forma adecuada de consignar las menciones que obligatoriamente
deben contener estos documentos, consiste en las transcripciones legales
correspondientes:
“Tanto el certificado de depósito como el bono de prenda deberán contener: I.
La mención de ser ‘certificado de depósito’ y ‘bono de prenda’, respectivamente;
II. La designación y la firma del almacén; III. El lugar del depósito; IV. La fecha
de expedición del título; V. El número de orden, que deberá ser igual para el
certifi- cado de depósito y para el bono o los bonos de prenda relativos, y el
número pro- gresivo de éstos, cuando se expidan varios en relación con un solo
certificado; VI. La mención de haber sido constituido el depósito con designación
individual o gené- rica de las mercancías o efectos respectivos; VII. La
especificación de las mercan- cías o bienes depositados, con mención de su
naturaleza, calidad y cantidad y de las demás circunstancias que sirvan para su
identificación; VIII. El plazo señalado para el depósito; IX. El nombre del
depositante; X. La mención de estar o no suje-
tos los bienes o mercancías materia del depósito al pago de derechos, impuestos
o responsabilidades fiscales, y cuando para la constitución del depósito sea
requisito previo el formar la liquidación de tales derechos, nota de esta
liquidación; XI. La mención de estar o no asegurados los bienes o mercancías
depositados y del importe del seguro, en su caso; XII. La mención de los adeudos
o de las tarifas a favor del almacén o, en su caso, la mención de no existir tales
adeudos”
El nombre del tomador del bono; II. El importe del crédito que el bono repre-
senta; III. El tipo de interés pactado; IV. La fecha del vencimiento, que no podrá
ser posterior a la fecha en que concluya el depósito; V. La firma del tenedor del
certifi- cado que negocie el bono por primera vez; VI. La mención, suscrita por el
almacén o por la institución de crédito que intervenga en la primera negociación
del bono, de haberse hecho la anotación respectiva en el certificado de depósito”
(art. 232).
En cuanto al bono de prenda, debe acompañar al certificado de depósito
mientras no se constituya un crédito prendario sobre la mercancía, pues al ocu-
rrir tal circunstancia, habrá lugar a la separada negociación del bono, luego a
partir de ese momento cada uno de tales documentos llevará su propia vida
jurídica.
La caducidad, esto es, la pérdida de la acción ante ciertas inactividades por parte
del tenedor del bono de prenda, opera:
• Por no haberse protestado tal documento, en la forma prevista por el antes
citado art. 242.
• Por no haber pedido dicho tenedor la venta de los bienes depositados, dentro
de los ochos días siguientes a la fecha del protesto.
• Por no ejercitar la acción dentro de los tres meses que sigan a la fecha en que
se hayan vendido los efectos depositados, o en que el almacén le notifique la
imposibilidad de proceder a la venta, o, por último, al día en que el almacén se
niegue a entregarle las sumas de que disponga, o de que haya
entregado una suma inferior al importe del bono.
Esta caducidad sólo opera frente a los endosantes y sus avalistas, pero no
impide el ejercicio de la acción directa en contra de quien por primera vez
negoció el bono separadamente del certificado, y en contra de sus avalistas
En cambio, las acciones derivadas del certificado, por lo que se refiere al derecho
de retirar las mercaderías, prescriben en tres años a partir del vencimiento del
plazo convenido para el depósito, y otro tanto debe decirse de las acciones
derivadas del bono de prenda, a partir del vencimiento del mismo.
Por supuesto, cuando el almacén haya procedido a la venta de las mercaderías,
el plazo de prescripción correrá, para el tenedor del certificado, por el transcurso
de los tres años antes mencionado (art. 250).
BIBLIOGRAFIA

Díaz, Bravo, Arturo. Títulos y operaciones de crédito (5a. ed.), IURE


Editores, 2017. ProQuest Ebook Central,
http://ebookcentral.proquest.com/lib/urnchihuahuasp/detail.action?docID
=5513369.
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13.8 Caducidad y prescripción 177 será conservado por los al

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