La mujer fuerte o la fuerte que termina siendo mujer

La bella y la bestia al igual que Blanca nieves y rosa roja presentan un arquetipo de tipo
ético el cual nos presenta a la mujer piadosa, comprensiva y caritativa que ayuda a los
demás y se preocupa por el bienestar de ese ser amado que cautivo sus sentimientos e hizo
surgir afecto (El príncipe) en el cual la chica siempre se ofrece a ayudar y a ser “el
sacrificio” que se va con la horrible bestia y muestra piedad con ella, pero la realidad es que
aunque haya un arquetipo que nos presenta al príncipe como héroe y salvador de la vida de
las muchachas, la mujer en este tipo de historias y tomando como ejemplo estos dos
cuentos se hace la víctima, porque es ella quien sufre las consecuencias y no es ella quien
busca esas consecuencias, es claro que desde el punto de vista ético la mujer debe estar para
el hombre y en estos cuentos se crea una ejemplificación de ello porque hay un
masoquismo que no les permite salirse del molde de “la damisela en peligro”. En este
mismo sentido teniendo en cuenta que son cuentos escritos hace mucho tiempo ¿será que
los autores de estas historias ponen las verdades implícitamente con una imágenes y
descripciones explicitas de lo moralmente correcto? Sin tener en cuenta la época es un
pensamiento que se ha trasmitido mayormente de forma oral a través de las generaciones
porque no hay un rompimiento de la cotidianidad del actuar de estas chicas, ni tampoco de
su pensamiento masoquista y victimario en donde si soy mujer debo hacerlo porque así está
dicho pero sobretodo porque así me enseñaron y porque crecí con estos estereotipos en
donde no debo reprochar ante lo que me piden sino cumplirlo y entonces si los autores de
estos cuentos hubieran dejado atrás la fachada implícita de la ética de la sociedad y la
hubieran transformado en una denuncia y una ruptura de este pensamiento ¿Qué hubiera
pasado? Un escándalo, por supuesto, porque la sociedad no está preparada para los cambios
y porque lo diferente es malo y debe ser eliminado para poder “sobrevivir” a lo que la vida
nos impone.

Ivana Hoyos