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2116-Texto Del Artículo-5683-1-10-20160802 PDF
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EVALUACIÓN DE LA ROTACIÓN DE
PLAGUICIDAS QUÍMICOS Y BIOLÓGICOS
SOBRE Prodiplosis longifila Gagné
(Diptera: Cecidomyiidae) EN TOMATE
(Solanum lycopersicum L.)
EFFECT OF CHEMICAL AND BIOLOGICAL PESTICIDE ROTATION
ON Prodiplosis longifila Gagné (Diptera: Cecidomyiidae) IN TOMATO
CROPS (Solanum Lycopersicum L.)
1 Estudiante de Ingeniería Agronómica. Universidad Nacional de Colombia. Calle 59A No 63 – 20. Medellín – Colombia.
2 Ingeniero Agrónomo M.Sc. Profesor Asociado. Universidad Nacional de Colombia. Calle 59A No 63 - 20, Medellín – Colombia.
3 Ingeniero Agrónomo M.Sc. Ph.D Profesor Asociado. Universidad Nacional de Colombia. Calle 59A No 63 - 20, Medellín – Colombia.
Autor para correspondencia: jmcotes@unal.edu.co
RESUMEN ABSTRACT
15.160 ha sembradas para una producción de Estos resultados son similares a lo encon-
392.213 ton, de las cuales 896 ha se encontra- trado por Valarezo et al (2003), quienes esta-
ban en el departamento de Antioquia con una blecieron que el ciclo biológico del insecto se
producción de 30.599 ton. Entre 1995 y 2004, completó en 17,25 días; sin embargo estos au-
el área sembrada en Colombia creció 11,72%; tores al igual que Delgado y Mesa (1997), en-
mientras que la producción creció 32,42% (Sis- contraron el fenómeno de viviparidad, por lo
tema Internacional de Precios del Sector Agro- tanto la hembra de P. longifila, no coloca hue-
pecuario- SIPSA, 2006). vos, sino que coloca las larvas del primer ins-
La producción de esta hortaliza, básica en tar sobre las hojas y los botones florales del
la canasta familiar de los Colombianos, tiene tomate, distinto a lo registrado por Peña et al
altos riesgos debido a factores como: a) los al- (1989a), en sus estudios en lima (Citrus auran-
tos costos de producción; b) la fluctuaciones tifolia) en Florida.
de los precios de venta en el mercado y; c) la Gagné (1986) proporcionó una clave taxo-
alta susceptibilidad de este cultivo a insectos y nómica para adultos de P. longifila, año en el
enfermedades. que describió la especie por primera vez, en la
Según reportes realizados por Mesa (2001) cual señala que los machos presentan flageló-
y Díaz y Jaramillo (2006), dentro de las princi- meros con circumfilia irregular, y algunas cur-
pales plagas que afectan el cultivo del tomate vas especialmente largas en circumfilia 1 y 3 y
en el país se pueden destacar Agrotis ipsilon la longitud del ala varía entre 1,5 mm y 1,7 mm,
(Trozador); Tuta absoluta, Epitrix sp y Liriomy- tanto en los machos como en las hembras. Es-
za sp (Comedores de follaje); Melanagromy- tos datos difieren levemente a los registrados
za caucensi (Minador de Tallo); Macrosiphum por Peña y Mead (1988) quienes encontraron
euphorbiae, Myzus persicae, Bemisia taba- algunas diferencias entre las longitudes del ala
ci, Trialeurodes vaporiarorum, Frankliniella sp de machos y hembras; también indican que el
y Tetranycus urticae (Chupadores de Follaje); adulto es una mosquita pequeña, negra-ama-
Heliothis virescens, Neoleucinodes eleganta- rillenta, de aproximadamente 1,5 mm de lon-
lis y Prodiplosis Longifila (Barrenadores de fru- gitud; los huevos son pequeños, claros, de
tos). Este último recibe diferentes denomina- aproximadamente 0,27 mm de longitud; la larva
ciones como: mosquita de los cítricos (Peña et recién eclosionada es de color casi transparen-
al, 1989b), tostón o enroscador (Delgado et al, te, luego se torna blanco cremosa, en el último
1999) y negrita (Valarezo et al, 2003). estado es de color amarillenta y puede llegar a
El ciclo de vida completo de P. longifila es de medir hasta 1,9mm de longitud; la pupa recién
17,5 días aproximadamente con un período de formada es amarilla clara y antes de la emer-
incubación de uno a dos días, su estado larval du- gencia del adulto se torna negra amarillenta.
ra entre ocho y 12 días, posterior a este período Valarezo et al, (2003), encontraron otras di-
las larvas caen al suelo donde el insecto empupa ferencias, en la longitud de los adultos, los ma-
durante cuatro a cinco días y finalmente los adul- chos alcanzan a medir 0,96 mm y las hembras
tos viven de uno a dos días (Peña y Mead, 1988). 1,03 mm, mientras que para los tres estados
larvales varían entre 0,51 mm (L1), 1,14 mm (L2) esta afirmación concuerda con lo enunciado
y 1,77 mm (L3), la prepupa mide 1,31 mm y la por Delgado et al. (1999), quienes dicen que
pupa alcanza un promedio de 0,90 mm. cuando las larvas se alimentan del ovario de la
Los adultos permanecen inactivos duran- flor, provocan su muerte y caída. En estos ca-
te el día y ocultos bajo la hojarasca o sobre sos en los que el daño es tan severo sobre los
el sustrato. En el crepúsculo inician su activi- botones, los escasos frutos que se desarrollan
dad volando alrededor de los brotes tiernos. son deformes, se presenta un raspado alrede-
La hembra oviposita en los brotes colocando dor del pedúnculo que les produce mal aspec-
los huevos de manera uniforme entre los tri- to y no son aceptados en el mercado.
comas y siguiendo la dirección de estos. La El primer y segundo instar larval ocasio-
larvas de primer instar se dirigen a la nervadu- nan el mayor daño, el cual se manifiesta co-
ra central, la larvas de segundo instar se con- mo un raspado sobre el follaje (Delgado et al,
gregan en los brotes tiernos envueltas en una 1999; Castillo, 2006) y al consumir el ovario de
sustancia pegajosa, las larvas de tercer instar los botones florales estos se secan y caen, la
emigra a los brotes nuevos con menor con- hembra larviposita de preferencia sobre los
tenido de humedad, tornándose de un co- primordios foliares (cogollos), donde las lar-
lor amarillo anaranjado, ya no se alimentan y vas se ubican en el haz de los foliolos, concre-
cuando completan su desarrollo saltan al sue- tamente hacia la base de la nervadura central,
lo. Ya protegido el insecto teje un pequeño pero si la infestación es alta estas se pueden
cocón y forma una pupa que a simple vista no encontrar por el envés y en el pecíolo de la
es visible por la forma que posee (Valarezo et hoja (Delgado et al,1999).
al, 2003; Castillo, 2006). En los foliolos afectados es posible encon-
En el tomate, las hembras de la especie trar de una a tres larvas, las cuales cuando ras-
pueden colocar un promedio de 4,7 larvas con pan el tejido foliar alrededor de la nervadura
un máximo de 10 larvas por foliolo. El mayor central, la estructura se dobla y cuando el in-
número de larvas es puesto cuando la hembra secto cumple su ciclo vital, el tejido afectado
está joven y va disminuyendo a medida que adquiere apariencia de escaldadura y finalmen-
la hembra envejece (Delgado et al. 1999). De te se necrosa. (Delgado y Mesa, 1997). En los
acuerdo con Peña et al. (1987), en las flores se casos que no son tan severos y las hojas no se
pueden encontrar entre 24 y 26 larvas. caen y continúan su desarrollo, se observa una
Las larvas ocasionan daños en la etapa ve- deformación en el punto de necrosamiento, de
getativa del cultivo ubicándose en los brotes, ahí su nombre de tostón o enroscador dado en
consumiendo y deformando sus tejidos, tam- algunas regiones del departamento del Valle
bién atacan los botones florales alojándose en (Delgado et al, 1999).
la base de los sépalos y provocando frutos pe- Delgado et al. (1999), encontraron que P.
queños y deformados (Valarezo et al, 2003). Al- longifila ataca cogollos, hojas, botones flora-
tas infestaciones del insecto pueden ocasionar les y frutos, desde el estado de plántula y du-
la caída de flores en exceso (Peña et al, 1987), rante todo el ciclo fenológico del cultivo. De
acuerdo con estos mismos autores, en plantas por lo que dichos autores confirmaron que P.
de tomate en las cuales no utilizó ningún tipo longifila se constituía en el principal problema
de control, se apreció el incremento perma- entomológico en el cultivo de tomate.
nente de la población. Por otro lado, Valarezo En Colombia, según Delgado et al. (1999),
et al. (2003) indicaron que cuando se controla esta plaga se reporta desde 1994 en las diferen-
P. longifila en todas las etapas fenológicas del tes zonas tomateras del Valle del Cauca como
cultivo de tomate, se alcanza una baja infes- lo son los municipios de Palmira (Rozo), Yum-
tación de la plaga, un mejor rendimiento, ex- bo y Candelaria. En el municipio de Venecia y
presado en un mayor número y peso de frutos Fredonia, ubicado en el suroeste antioqueño, P.
sanos, y se obtiene una mayor tasa de retorno longifila se viene observando desde el año 2006
marginal al compararlo con cultivos donde no y se ha convertido rápidamente en una plaga
se lleva a cabo ningún tipo de control, lo cual de importancia económica.
indica que P. longifila es una plaga crítica du- Valarezo et al. (2003) encontraron en Ecua-
rante todo el ciclo de vida del tomate. dor que el período de mayor ataque de la pla-
De acuerdo con Gagné (1986), P. longifila ga, es en los meses secos del año y que en la
fue reportada por primera vez en Florida (E.U) época lluviosa no dispone de las mismas fa-
(EE.UU.). por Rainwater en 1934, como Conta- cilidades para su desarrollo, lo que se confir-
rinia gossypii (Felt), alimentándose de algodo- mó con los análisis de correlación lineal entre
nes silvestres Gossypium hirsutum L. También las variables climáticas y las poblaciones de
se registró esta especie atacando algunos cul- la plaga los cuales indicaron que al incremen-
tivos en Perú como tomate Lycopersicum escu- tarse la humedad relativa y la precipitación,
lentum L, papa Solanum tuberosum L, alfalfa disminuyo la infestación de P. longifila en to-
Medicago sativa L, y fríjol, Phaseolus vulgaris L, mate. En estos resultados, también se encon-
y en otras regiones de Suramérica y en el orien- tró que en el cultivo del tomate cuando no se
te de la India (Peña et al. 1989b). Posteriormen- lleva a cabo ningún tipo de control para es-
te Peña et al. (1987) registraron la presencia de ta plaga, P. longifila puede alcanzar infesta-
larvas de P. longifila, la mosquita de los cítricos ciones hasta del 69 %, en épocas secas. Estas
en Citrus aurantifolia alimentándose sobre las observaciones coinciden con lo descrito por
flores y dañando las células epidermales de los Castillo (2006) en Perú, donde P. longifila fa-
ovarios, pistilos y estambres. vorece su desarrollo en temperaturas de 26 a
Valarezo et al. (2003), informaron que el in- 28º C, en tanto que a temperaturas por deba-
greso a Ecuador de P. longifila, se produjo en jo de 11 º C, el insecto disminuye su ataque,
1986, y para el 2003 ya se encontraba distri- debido a que baja su tasa metabólica, por lo
buido en las plantaciones de tomate a campo cual las poblaciones de la plaga se vuelven in-
abierto y bajo cubierta localizadas desde el ni- controlables en verano.
vel del mar hasta altitudes de 1800m en los va- De acuerdo con Díaz (2006), P. longifila afec-
lles interandinos, la mayor altitud alcanzada por ta brotes, flores o frutos de por lo menos 22
esta plaga hasta ese momento en el Ecuador, hospederos, siendo una plaga de importancia
blema en el desarrollo y producción de los de- voreo de insecticidas alrededor de las plantas.
más cultivos, ya que por lo general las plantas Ayquipa et al. (2002) recomiendan como última
se recuperan de los ataques iniciales y las flores alternativa de manejo, el espolvoreo de azufre
no llegan a ser afectadas. En Colombia en el dirigido al tercio inferior de las plantas en una
municipio de Palmira, Delgado et al. (1999), en- dosis de 4 kg ha-1, una vez por cultivo, para ayu-
contraron a Fleuria aestuans (falso ramio) como dar a reducir las poblaciones, ya que las larvas
hospedante alterno de P. longifila. de P. longifila caen al suelo para empupar.
Valarezo et al. (2002) recomiendan para el De acuerdo con Díaz (2006), como medi-
manejo integrado de P. longifila: 1. Evitar siem- das de control mecánico y etológico de P. lon-
bras escalonadas de tomate en los mismos lotes, gifila, con el fin de lograr la captura de adultos
para impedir la continuidad y establecimiento de esta plaga, se recomienda utilizar trampas
pegantes paralelas al cultivo y trampas de luz es coincidente con el de Díaz (2006), quien utili-
con paneles pegantes (o Trampa T) de color zó trampas fijas de color negro con funda trans-
amarillo, con la cual se puede lograr capturas parente pegante para el monitoreo de adultos
de hasta un millón de adultos por noche, o la de P. longifila en espárrago.
trampa T con panel pegante de color blanco Peña et al (1989b) estudiaron el efecto de
que captura 10 a 15% más que el panel amari- insecticidas y parasitoides en la mosquita de
llo. Sin embargo, se debe tener en cuenta que los cítricos P. longifila en el Sur de Florida (EE.
el análisis poblacional determinó en todos los UU.), y encontraron que el parasitismo sobre las
estudios y ensayos desde 1999 hasta 2003, que larvas fluctuó desde 0 hasta 90% entre 1987 y
este tipo de trampa no captura más del 25% 1989. El parasitoide Synopeas spp. (Hymenop-
de la población total de adultos de P. longifila tera: Platygasteridae) fue la única especie en-
existente en los campos de cultivo. contrada en los muestreos que se realizaron.
Otra alternativa de manejo es el uso de Al igual que estos autores, Díaz (2006), señala
trampas fijas sin paneles pegantes de colores que el adulto hembra de Synopeas sp es pa-
para la captura de adultos de P. longifila. Valare- rasitoide de huevo-larva de P. longifila, alcan-
zo et al. (2003) encontraron en trampas plásticas zando un 60-75% de parasitismo en siembras
de colores que el número de individuos captu- de espárrago, sin aplicaciones de insecticidas;
rados fue muy bajo, por lo que su uso no puede sin embargo Castillo (2006) reporta que no se
considerarse como una medida efectiva para han encontrado valores mas altos al 16% y 20%
reducir poblaciones, pero si se recomendaría su de parasitismo de Synopeas sp sobre huevos y
utilización para monitorear el ingreso de la pla- larvas de P. longifila en esparrago. Valarezo et
ga a determinadas áreas de cultivo. Este criterio al. (2003) encontraron en Ecuador una maleza
una altitud sobre el nivel del mar de 1750 m, También se evaluó semanalmente la pro-
con una precipitación promedio anual de 2150 ducción total de tomate, divido por diámetro
mm, y una temperatura promedio de 20 0C. de tamaño en cinco categorías: Extra (12- 10
El trabajo se realizó en un invernadero de cm ), Larga Vida N°1 (10 -8 cm ), Larga Vida N°
1000 m2, en el cual se sembraron un total de 2 (8- 6 cm), Larga Vida N° 3 (6-4 cm), Larga Vida
2000 plantas de tomate de mesa (Solanum N° 4 (4-2 cm ) y Rechazo (frutos afectados sola-
lycopersicum L.), variedad Larga vida (Danie- mente por P. longifila).
la). Las semillas se germinaron en bandejas Se utilizo un diseño de sobrecambio sim-
utilizando turba como sustrato. Las plantas se ple, para evaluar el efecto de los plaguicidas
sembraron a una distancia de un metro entre y sus rotaciones en la reducción de la infesta-
surcos y 30 cm. entre ellas. Se establecieron ción y su intensidad. Las comparaciones entre
cuatro parcelas de cuatro surcos, cada una de las medias fueron realizadas mediante la prue-
ellas con 500 plantas. En cada parcela, des- ba de Tukey. Para las variables de producción
de el momento del trasplante se muestrearon se obtuvo el porcentaje de frutos rechazados
al azar semanalmente 50 plantas, y se regis- y se correlacionó con el nivel de infestación de
tró la cantidad de plantas afectadas (infesta- la plaga y su intensidad presentada entre una
ción) y el número de larvas de la plaga en ca- y seis semanas atrás, con el fin de verificar el
da una de esas plantas (intensidad) 24 horas impacto de estos niveles en la producción. Los
antes y 48 horas después de la aplicación de análisis estadísticos se realizaron en el progra-
cada uno de las tratamientos. Las aplicacio- ma SAS System versión 9.1.3.
nes se realizaron cuando la infestación en las Adicionalmente, se realizó un análisis finan-
parcelas fue superior al 10%, según el umbral ciero de los costos directos en el control de la
reportado por Valarezo et al, (2003). plaga y el valor de producción con el fin de ob-
Las aplicaciones de los tratamientos se hi- tener las pérdidas estimadas debido a la pre-
cieron con una bomba de espalda con una ca- sencia de P. longifila en el cultivo.
pacidad de 20 L aplicando 15mL por bomba de Finalmente en algunos de los muestreos se
coadyuvante (Potenzol ®), para los tratamien- seleccionaron al azar, larvas de P. longifila, y se
tos Engeo ®, Imidacloprid y Abamectina y 30 introdujeron en una cámara de cría, para realizar
mL para Bacillus (Tabla 1) la respectiva identificación de género y especie,
25% 50%
20% 40%
Porcentaje de infestación
Porcentaje de reducción
15% 30%
10% 20%
5% 10%
0% 0%
Bt Engeo Imidacloprid Abamectina Bt Engeo Imidacloprid Abamectina
Figura 1. Porcentaje de infestación de P. longifila antes y después Figura 2. Reducción de la infestación e intensidad de infestación
de la aplicación de cada uno de los tratamientos. de P. longifila con la aplicación de los tratamientos.
op -
Bt -
tin -
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tado por la presencia de plantas con elevado ni-
Ab
id
Bt
Ab
Im
vel de infestación. (Castillo, 2006; Valarezo, 2003) Figura 3. Reducción de la infestación de P. longifila, en secuencias
de aplicación.
Secuencias de aplicación
Al evaluarse la eficacia de los plaguicidas al- Imidacloprid – Abamectina, Abamectina – Bt y
ternados en la reducción del porcentaje de in- Engeo® – Imidacloprid; con valores de 52,49%;
festación, se encontró una diferencia estadísti- 44,95% y 34,27% de eficacia respectivamente. En
ca significativa en las secuencias de aplicación, el segundo grupo, el cual fue el menos eficaz, se
entre dos grupos de rotaciones. En el primer hallaron las siguientes rotaciones: Engeo ® – En-
grupo se presentan las mejores rotaciones para geo ®, Bt – Abamectina, Bt – Engeo ® y Bt- Bt con
reducir la infestación de la plaga son Engeo® – valores de 25,33%; 18,25%; 16,00% y 13,25% de
Imidacloprid; Imidacloprid – Abamectina y Aba- eficacia respectivamente (Fig. 4).
mectina – Bt, con valores de 62,92%; 59,67% y
54; 29% de eficacia respectivamente. En el se-
70%
gundo grupo, el cual fue el menos eficaz, se en-
60%
contraron las siguientes rotaciones: Engeo® –
Porcentaje de reducción de la
intensidad de infestación
op -
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Bt
Ab
Im
mer grupo se presentan las mejores rotaciones Figura 4. Reducción de la intensidad de infestación de P. longifila,
en secuencias de aplicación.
para reducir la intensidad de la plaga, utilizando
Tanto para la infestación como para la inten- integrado de plagas puede ser relevante. Se
sidad de la infestación, las mejores rotaciones encontró que tanto para la infestación como
de los plaguicidas utilizados para reducir las po- para la intensidad de infestación, las rotacio-
blaciones fueron: Imidacloprid – Abamectina, nes seleccionadas fueron Engeo® – Engeo®,
Engeo ® – Imidacloprid; y Abamectina – Bt, don- Bt – Abacmetina, Bt - Bt, y Bt – Engeo®, ob-
de vale la pena resaltar que el primer plaguici- servando que el primer plaguicida empleado
da en la secuencias son insecticidas químicos y fue el Bt; para tres de las cuatro secuencias, lo
en el caso de la Abamectina se puede rotar con que sugiere que este bioinsecticida no es tan
la utilización de Bt, rotación que es interesante efectivo como primer insecticida en la secuen-
dado que la categoría toxicológica de estos dos cia como lo son Abacmetina, Engeo® e Imida-
plaguicidas es baja, y combina el control quími- cloprid, los cuales se encontraron en el primer
co con el control biológico. Estos datos coinci- grupo de rotaciones.
den con los estudios realizados por Rodríguez Estos resultados coinciden con lo reporta-
et al,, (2006), al evaluar diferentes rotaciones de do por Delgado et al. (1999) quienes encon-
plaguicidas para el control de Thrips palmi Kar- traron en sus investigaciones en siembras de
ny en cultivos de hortalizas, en el Valle del Cau- tomate en el Valle del Cauca (Colombia), que
ca- Colombia, donde las mejores rotaciones re- productos con base en la bacteria Baccillus
sultaron al usar Imidacloprid - Thiametoxan, e thuringiensis, como Dipel 2X® y Vectobac®, re-
Imidacloprid - Abacmetina®, con porcentajes de sultaron poco efectivos para el control inicial
eficacia del 65 y 72% respectivamente. de esta plaga. Por lo tanto, se sugiere, que el
El segundo grupo de rotación se presenta Bt puede ser utilizado como segundo insecti-
como una alternativa de menor eficacia que la cida en un esquema de rotación con Abacme-
primera, sin embargo, como una estrategia al- tina, o utilizar un umbral de acción más bajo
ternativa en el establecimiento de un manejo para este bioinsecticida.
Tabla 3. Producción de tomate de acuerdo a categorías y costo total plaga vS ventas de tomate
que la relación costo/ beneficio (C/B) es del 14,85 ton/ha. Esto sugiere que en nuestro experimen-
%. (Tabla 3), la cual es muy satisfactoria, cuando se to se presentó un impacto económico bajo de
compara estos resultados con lo encontrados por la plaga en el cultivo con el manejo realizado,
Bellotti et al. (2007) quienes evaluaron Thimetoxam el cual incluye el uso de plaguicidas y el uso del
e Imidacloprid para el control de mosca blanca en umbral de aplicación del 10% de infestación.
el cultivo de la yuca, y hallaron valores promedios
en la relación costo/ beneficio de 2,64%. CONCLUSIONES
En el experimento, el porcentaje que se de-
jó de cosechar por daño en los frutos a causa Con la aplicación de los plaguicidas, los
de P. longifila, fue solo un 2,3% del total de la porcentajes de reducción de la infestación e in-
producción; lo cual representa una pérdida es- tensidad de infestación de la plaga estuvieron
timada de 2,6 ton/ha (tabla 3). Valarezo et al. por debajo del 50%, sin embargo estos valores
(2003), en siembras de tomate en Ecuador don- fueron suficientes para que la infestación de P.
de no se realizó ningún control de la plaga, en- longifila fuera inferior al umbral económico de
contraron que el porcentaje de frutos que se daño del 10% y el porcentaje que se dejó de co-
dejó de cosechar correspondió a un 65,5 % lo sechar por daño en los frutos a causa de P. lon-
cual representa una pérdida estimada de 72,1 gifila, presentara un bajo impacto económico.
De los productos utilizados los que mejores menores reducciones de las poblaciones de
resultados presentaron en cuanto a la reduc- la plaga, fueron aquellas cuando se aplicó
ción de infestación y la intensidad de infesta- primero B. thuringiensis y luego un insecti-
ción fueron Abamectina, Imidacloprid y Engeo. cida químico.
Las mejores rotaciones para reducir las Se pudo comprobar que en el cultivo cuan-
poblaciones de la plaga fueron: Imidacloprid do la intensidad de infestación de la plaga es
– Abamectina, Engeo – Imidacloprid y Aba- alta, seis semanas después de siembre el por-
mectina – Bt y las rotaciones que produjeron centaje de frutos afectados se incrementa.
BIBLIOGRAFÍA